guitarteytextosneruda siete estudios sobre el español de america

21
SIETE ESTUDIOS DE MIÉ,XICO

Upload: anaclara00

Post on 19-Jan-2016

44 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

Page 1: GuitarteytextosNeruda Siete Estudios Sobre El Español de America

SIETE ESTUDIOS

DE MIÉ,XICO

Page 2: GuitarteytextosNeruda Siete Estudios Sobre El Español de America

PARA UNA PERIODIZACIÓN DE LA HISTORIA DEESPAÑOL DE A]\4É,RICA

Al aceptar la tan hon¡osa invitación para participa¡ en este coldquiohe pensado que acaso lo más írtil que puedo ofrecer son las reflexionesque me han nacido de mi afición por la historia del español de Amé-rica. Me doy cuent¿ de que uri exposición estará lejos de abarca¡tcdos los problemas de este campo de estutlios; probablemente reflejarásólo rnis propios interescs o los temas sob¡e los que he podido trabajai.Acéptese Io siguiente, pues, sólo como las experiencias de un estudio¡o

<.lel español de Amtirica. Por último, deseo aclarar que, como en verdaáes poco lo que sabemos de edta historia, mi presentación de los hechos

.@mo han podido ocurrir dichos

hechos; análogamente, muchas otras veces deberé rcferi¡me más exten-

samente a lo que no se conoce y debiera conoce$e de la historia lin-güística hi¡ranoamericana que a 1o poco que conocemos o podemos pos-

tular,

I-o dicho no significa que, aunque no nruy exten¡á, no exista una

tradición de estudios histó¡icos en la filología hispanoameriiana. Más

aún, no vacilaria en calificar de excelentes a algunas de las obras de

este carácter. Pero el campo es inmenso y los trabajadores siempre

han sido po'cos. Además, estos estudios suponen conocimientos adicio-nales a los estlictamente lingüísticos, que, materialmente, implican una

calga suplementaria para el estudioso y requieren una devoción extra-

ordinaria para la tarea. Con todo, conforta ver que siemprc ha existido

este tipo de pe¡sonas en Hispanoamérica y, a juzgar por lo que boy

se publica, seguirá existiendo en el futuro.Esta situación en los estudios ha llevado a que en las historias de

Ia lengua espairola se englobe al "español de América", así a secas,

como un apéudice al final-dEl*-6biág-?áiñGfil-que sigue teniend<i

. vigencia el dicho de Hegel:_l'J

ica- el continente .sin histo¡ia'!.r,Laprotesta que a este rcspéóto se suele explesar es legittma, pórq

el español de'América tiene historial lya se está aproxima;qómenos qüe a los cinco siglos, Peró.es infundado el caráctei.1

que se da a este reclamo: hoy por hoy, el ar¡tor de una historia

Page 3: GuitarteytextosNeruda Siete Estudios Sobre El Español de America

168 GUILLERMO L. GUTTARTE

lengua española no tiene una obra en qué fundarse para trazar unahistoria del español americano.*

--

En realidad, ya a púncipios de nuestro siglo Rufino José Cuervq enel primer cúadro de conjunto de las caracÉffii?El--é$6ol de

América, habla hecho su exposición con una-pe¡spectiva histórica yclaramente aparece en ella una a¡ticulación en dos épocas: la colosiaLy la independiente. Esta es la aficulación básica de toda la historia

á-r el córté ill el paso de una etapa á ó.iiapr@üeETrc'átnüio- cualitativo en todos los campos de la vida denuestros países; también en el desarrollo de la lengua, como ya lo viocerteramente Cuervo.

pn mi opinión, si se quiere ayanzar en el estudio histórico del espa-ñol de América hay que intentar una periodización de los casi c¡nco

glos qlgjbglg¡. Así se podrá eJar una camPoiiar o¡ietiuos cla¡os a la investigación. Las dos épocas que esta-

bleció Cue¡vo son ya una conquista inamovible, Por mi parte, con elbeneficio de conocer el aporte de los estudios posteriores al granfifólogo bogotano, me atreve¡ía a avaruat en esta labor de periodiza-

y proporidría u94¡-.!g!d¡y¡!¡gn9! en las dos grandes épocas yaque las rnveshgac¡ones realrzaclas permlten

oca. coloniál eri tres períodos: 1) uno deespañol amelEáñfr otro de su v¡da como

99&!I{ ya sólida¡Dente establecida, y 3) pord.. un o de pasaje a iñilepdñdiente, que abarca¡ía

oS idecenios finales del . xv¡rr y primároi iEI xn<l-f,á*ép&á in-te. blá¡dose é¡- nmero com-siglo xrx;, mg tmentalmente un período de trañ-

üefryu--qur6-"viven, muchas veces en conflicto; los ideales de laépoca colonial con los nuevos impulsos si¡rgidos de la-reciente indepen-dencia, En, el do, al quo asi generales

!g asumen plenamente las consecuencias¿. independencia y se conci equilibrio, fruto de conquistas y

-r"nalad^s, q,,e m"

alescubn¡. Llrvrallria

renuncias, en que más o menos vivimos en la actualidad.

* Ñb quería que esia hlt'ima fase -nacida de Ia concisión que me ha for-

zado a prircticar'el limitado tierhpó de tqüe he dispuestG- pudiera inter-pr€tarse como una, gruesa injusticia que coíIeto con muchos disünguido! es-tudiosos. Nada puede haber mtu alejado de mi inte¡ción. Sin llegar a laaríplia y doiuóentadá hisúoiia qüe anhelamos, existeo bue¡os esboz¡; de Iahistoria del españoltde Amélic¿i. De todos ellos se decla¡a deudorá mi comu-nigación¡ tanto por el estímulo quo ha¡ significado coúo por Iar ideas y datosque brindan. En Ia imposibilidad de citar aqul todos estos aportes, he añadidoal'fidal de mi trabajo una bibliosrafía mínima de estudios sobre lá histó¡iadel éspañol de América.

Page 4: GuitarteytextosNeruda Siete Estudios Sobre El Español de America

PABA LA ¡IISTORIA DEL ESPAÑOL DE AMíRICA 169

En esta comunicación me propongo pasar revista a -estas

do6 épocasy cinco períodos, intentando justificar su existencia y\;r""üil"ysb-l¡rRnfireñfe los problemas que pueden carüterizarlos.

El período cle orígenes ha atraído la atención de la filología hispa-noamericana desde sus tiempos fundacionales. Es el momentá en que,como urt episodio de gigantescas concecuencias de la época de nave-gaciones y descubrimientos de los siglos xv y xvr) el español se tras_planta al Nuevo Mundo y nace el español ultrama¡ino. En este puntosurgen las c¿racteristicas propias del español americano; de aquí elinterés muy justificado que despertó siempre el período de 1os orígene.,'

laridad americana del qlerñpl.4 pesar de que no ha sido poco lo que se ha tribajado sobre el

tema, el período sigue estando básicamente oscuro para nosotros. ?iensogue principalmente dos puntos son responsables de esta situación r elno haber una referencia concreta de los hechos lingüísticos a.las espe-cíficas condiciones de la historia americana de aquellos años, y el ba-s¡rs9,Loj,r$!¡dial{$!E5l9!_9!-9bras de historiadoresrJ¡Len documen-tación de archivc¡i_ ==_.->

Diré para empezar que por ,,peÉdg_dp_-9l!g9!9s,, entiendo lo queotros autores llaman el "período intillaqo,'del español de América.Dsta denominación es, sináúááli6ñ&á, pero por designar sólo unámbito geográfico no tiene valor cáracterizador .para periodüar unalristoria de .la lengua; por ello, por mi parte prefiero el nombre .delrperíodo de oúgenes". Abarca el lapso en: que la presencia españolaen' el, Nuevo Mu¡doCaribb. -I-a situación cambia radicalmente c,randJGli ái-ó-n-dnetr-te: a:la América del Norte en 1519, con Ia conquista de México, y,al

se ha,i€currido,a<identificar,la,procedencia dialectal.penirasgos del.español americano.. Se halló que éste.no refleja, rasloi

..:]

sur del condnente en 1531, cuando cae en podér de los conquistadorelsel imperio que ellos llamaron "Pim,'o "Pé¡ú,,, o sea el antiguo Tahuair-tinsuyo incaico. Para la -histo¡ia del español de Amé¡ica esos casi t¡ein-.ta año¡,de vida limitada al Caribe:son fundamentales, como ya sabíanlqs,.viejos c¡onistas de.Indias: en este período la lengúa española se ,4pornpda a las circunstancias . de Ia nueva realidad americana,, y,..peste,españoJ.ya 4¡¡¡ericanizado el que llevan a México y al perú-losrco¡rouistadores, todos ellos 'rr"teranos de,ta vid; del.Ca;iú".. .,r,,.,,,iiütl

,, 'Pára,.tratat de resolver el problema..de.lod órígenés ya.desclÉ',i.áI

-t_

Page 5: GuitarteytextosNeruda Siete Estudios Sobre El Español de America

t70 OUII¿ERMO L. CUITARTE

hablá de toda Espada, sino prefe-rentemente de una región de ella,esto es, de Andalucía. En años no ñuy lejanos este "andalucismo deAmé¡ica" fue a¡dientemente debatido, y de hecho. la polémica llegóa ofuscar la visión del problema de los orígenes, que, aunque íntima-mente relacionado con la procedencia de los iasgos del espariol de Amé-rica, es en realidad un problema ¡nás vasto y de otra índole, T a ver-<ladeia buestión con crue nos enfrentamos 2l tratar .le 1.,* .rí----------------o*"" ..<ladera cuestión con que nos enfrenta¡nos al tratar de los orígenes es

,a oeréplica de la de la metrópoli, sino es resrrltarlo de un roceso deselección y simplificación, para emplear los conceptos de George tr{.Foster.

Comoespañol

secuela de la discu¡ión sobrc los dialectisnos andaluces delde América se pasó a estudiar la. procedencia regional de Ia

población española que llegó a estas tierras. El primitivo recuento dec¡- sesenta conquistadores de Cuervo se continuó con trabajosde Pedro Henríquez Ureña que hicieron época, y culminó con las obr¿s

sobre el tema de Peter Boyd-Bowman, que ofrecen el cuadro más co¡rFpleto y sisteñaJ-áA;;ó-6-re_-lá-6;-estión que probablemente nos sea dadoalcanzar. Ahora bien, con las reservas que imponen las irreparableslagunas y omisiones de las documentación, los -datos que presentaBoyd-Bowman muestran un a4qp!! io de Zñdaluces en elllárnado período antilla¡o: const¡luyen el +lVq_dú-+et^L Las circuns------tancras hrstórlcás generales de los descubriñlentos americanos en sus

primeros tierhpos, como una prolongación de las navegaciones atlán-ticas andaluzas, hacen comprensible esta preponderancia. Pero, ¿ cómose puede explicar que este grupo andaluz hubie¡a impuesto en el Ca-ribe un rasgo regional --digamos el seseq por ejemplo- frente a unanrayoría del 60/o de la población que no lo poseía? Hay que recordar,además, que desde temprano se establecieron en Santo Domingo autó-ridades de la corona; luego, incluso ün virrey, y hay qúe suponer, portantq que en la isla habrán tenido curso unos lenguajes administra-.tivo y cortesano al estilo de los de la península,

En la investigación de este problema me at¡evo a proponer la si-guiente hipótesis de trabajo, para la que me baso en una idea del yamencionado George M. Foste¡. Este distinguido antropólogo norteame-¡icano ha señalado que en la formación de lo que él llama la "culturade la conquista" el proceso de selección de los rasgos de la cultura deIa metropoli dura un tiempo ¡elativamente breve, hasta que "cristaliza"una determinada modalidad basada en los elementos de que hastaentonc€s se dispuso. Esta crist¿lización o cuajamiento se produce alpoco üempo de inicia¡se el trasplante, porque reprcsent¿ la respuesta

Page 6: GuitarteytextosNeruda Siete Estudios Sobre El Español de America

t71

-cs decir, la posibilidad de sobrevivi¡- a las nuevas condiciones devida en que debe desenvolverse el grupo de hombres que c¡mienzaactividades en un ambiente extraño. Echemos una rápida mirada a Ioque fue ese mundo de las Antillas hipánicas a fines del siglo. xv yprincipios del xr,r. Representa una búsqueda sucesiva y

"""i3".¿. ¿"'soluciones que per¡nitan la üda de los establecimientos alli fundados.Su momento decisivo es el paso de la factoría a la colonüación. y esesta etapa la que crea un tipo humano nuevo: los llamados .,isleños,,.

Estos son los homb¡es adaptados al ambiente americano, que realizanactividades nuevas y propias de América. Son el résultado áe b péren-toria necesidad de tener que crearse una vida nueva en circunstlancias

PARA Lq. HISTORTA DEL ESPAÑOL OE ¡rr¡ÉA¡CA

inéditas.

A-hora bien, de estos "isleños',, que son el primer tipo americano

!b sospecho que la aparición de estos ,,isleños,, que nos presentanlas historias de este período conesponde a lo que Foster considera elmomento de cd;talización de la cultuia colonial, acaso unos diez añosdespués de los primeros ásentamientos en el Caribe. Son estos .,isleños,,

(según la interpretación de Mario Góngora) quienes en actividad ydesplazarriento incesantes, agn:pados en cuadrillas, compañas o com-pañías, llevan la vida de búsqueda de oro v captuia de indios quesostiene la existencia de los establecimientos antillanos. Sus últimósgrandes golpes, las conquistas de México y el Perú, cierran tambiénsü actuación protagónica en la histo¡ia de América, pues estas nuevaspo_sesiones se organizan según un sistema señorial que cierra la posi-bilidad de acción de grupos de personalidades libres. Asi se inicia elperíodo siguiente de nuestra historia.

esDecraial. Los cronistás e historiadores A;-l;A; elespecral. Los cronistas e historiadores de Indique, por otra parte, es hoy bien mostrenco en la histoúa del españolde América. Se nos hablá en los viejos textos del .,lenguaje de las islas',,,e tan importante ha sido que los términos pan.-".i"urro" de núestralengua son los que proceden de esta época, extendidoe desde el Caribehasta el continente por los isleños. Los historiadores se refie¡eri soloa palabras de las islas, p;ro ¿este lenguaje se caracte¡izaría sólo en

tener en cuenta ila'imporiancia detta vida, maútima en el

cuanto al léxico? Creo que el punto merece una investigación. Con ,

referencia al problema de los orígenes del seseo americano, h"brá qu"

peúo¿lo antillano. A propósito :deíeste ¡iltimo punto, hay.iqüel hethó eh su adecuada pérspectiria hisiórica y'recorda¡ qü

Page 7: GuitarteytextosNeruda Siete Estudios Sobre El Español de America

11, , .. GUILLERIIÍQ L. CUTTARTE

nión de_ bandas que navegaban a busca-r oro y esclavos era una acüüdadque ya en.el siglo xv practicaba tAndalucía, en las costas africanas.El hombre de már no era sólo un técnico de los navíos, sino también

-y acaso, sobre todo- un hombre animado del espíritu de aventuray conquista.

las formas culturales, ya nacionales. Ahora bien, resulta evidente queeste primer tipo americano quc apar€ce, el "isleño',, ha nacido dei¡ldividuos abandonados a su iniciativa y a sus propias fuerzas; enestas circunstancias lo administrativo ha de haber tenido un peso mi-

. nim4. Estaba abierta la puerta para que lo regional se hiciera sentir,

Para el estudio de este período se cuenta con historias excelentes,entre las que sobresalen dos de las lalás importantes de la historiografía hispanóamerlcana; la de Gonzalo Ternández de Oviedo y la. delP, Las Casas. Pero en una investigaciót que quiera ir al fondo de lacuestión habni que manejar los dodumentos de la épdca; son ellos losúnicos que pueden revelarnos de una m,áne¡a directa lo .que fueronla vida y el lenguaje de estos grupos de. conquistadores. El reducir,el mate¡ial de estudio a historias y obras literarias ha sido frecuente,por varias razones, en la filología hispanoamericana; sin embargqpara buscar características americá¡ras, este método rinde poco ¡ sistj olvidan sus, límites, puede llevar a conclusiones erradas, porquedi{ícilmente los peculiarismos aparece¡¡ en un estilo con pretensionesartísticas: Felizmente, el estudio del español colonial sobre la base dedocumentos se ha emprendido hace poco tie.mpo con ügor por partede varios estüdiosos, y los resultados que ya se han alcanzado no puedenser más interesantes. Se necesita que este esfueEo se prosiga y sittema-tice, pam que dé todo el valioso f¡uto que de él puede esperarse.

le da¡é el título,¡eciiniento del mgnc!9-9qlgnial", adoptando la expre-ión que empleó'ÉAro }IáñFE úAñ-a pararr-n capítulo análogo dentro de I. historiu

Page 8: GuitarteytextosNeruda Siete Estudios Sobre El Español de America

PARA LA IIISTORIA DEL DSPAÑOL DN AMÉR¡CA

la. posesión de México y del Penl cierra el ciclo de lasquistátlóiás , Pues sus jefes creañ

México y el Pe rú remiten a la perifel@ñeros que se han qued srn Posesrones paraqe otros rrcos rmpenos. rero conqur ores no gozan de lo quir,hán_ganado, que pasa tápidamente a manos de Ia Co¡ona. Esta, es decir,lc que hoy l!¡gideas precisas y co4

r44Je-€L-Á¡glg_xvr, las difi

es la que organEao

ñte sólida como la lglesia. En este período de transplante culturaldodiiñl$üélflos pl999g9Ml¡99¡gglgs, y 1o individual-regionat pasaa*F$ñdo ptu"o. Aññililt-iiñmente vinculada con Españaen todos los niveles de la vida, de lo cual en el campo lingiístico tele-mos clarísima prueba en el hecho de que el Nuevo Mundo -cumpliósimultáneamente con Ia península los grandes cambios del Siglo de Oro;pocas excepciones a esto.no impiden reconocer la igualdad fundamentaldel curso seguido por la lengua a uno y otro lado del Atlántico.

En este período se echan las bases de la mayoía de los pueblos his-panoamericanos, que en loe tres siglos de vida colonial se desarrollarány esbozarán ya su perfil humano. Unidos a España estrechamente du-r'4nte cl siglo xlr, las dific'rltaCes 'lc la metrópoli enla centuria si-guiente harán espagl¿rse las comuqlg4ciones y debilitarán el vigor dei¡;ñi¿;estatal,

-ac.ii. o lu. tendencias a la autosuficiencia en His.

panoamérica.

Desde el punto de vista lingüístico, muy poco sabemos de está üdacolonial, que lleg6 a alcanzar cimas de esplendo¡. A un hablante delsiglo xx sc le presenta como un período en que, sumida en un pacíiicosueño, Hispanoamérica se forma enteramente) esperando el toque dela varilla mágica que la despertará a la vida independiente eniel !i:'glo xm. Muchos problemas importantes aguardan ser investigados:las relaciones entre el "lenguaje de las islas" del período anterior y lasinstituciones culturales que ahora se implantan; el papel que desempeñóel aluvión inmigratorio de la peníasula tras la conquista de Méxicoy el Perú; las dive¡sas co!¡ientes de hispanización que van íntrodu-ciendo la lengua por el continente, desde diferentes centros y en diversasópocas; la influencia de las empresas ecónómicas que fueron el.fun-damento de la sociedad colonial; la vida de los americanisps y pec.,¡'1-..,.,

liaridades ¡egionales, y otras muchas cuesüones,

Más es de lamentar lci poco que conoce;os de esteposee riqulsimas fuentes i . documentación de archivosque a veces reproducen hechos di'lenguaje que hán

'ta

pedodo

Page 9: GuitarteytextosNeruda Siete Estudios Sobre El Español de America

t7+ (}I'ILLERMO L. CUITARTD

traen observaciones sobre ellos; ei'los grandes centrps de la vida colonial, como- México y Lima; se- cuenta con dia¡ios de algunos perso-

najes, del mayor interés para ¿onoce¡ la vida y el lenguaje cotidianos,

y con una literatura que en ocasiones llegó a ser brillante' En este pe-

ríodo ha de haber posibilidades de seguir los usos lingüísticos con unos

pormenores que probablemente han de ser imposibles de captar en la

etapa de origenes. Disponemos hoy de varios diccionarios históricos

de americanismos, uno de ellos de tanta calidad ccmo el de Georg

Ir¡iede¡ici; manejándolos conocemos la etimologia de las palabras y

tenemos una buena documentación sobre ellas, pero Io que nos falta

saber y tiene importancia para la historia de la lengua es de qué ma-

nera vivían estos té¡minos en Amé¡ica: ¿se consideraban vulgares o

regionales, quiénes los empleaban, en qué ocasiones, se los evitaba en

c¡ertos estilos del habla, tenían valores afectivos que acaso hoy haI'

desaparecido? G¡acias al Inca Ga¡cilaso de la Vega sabemos, por ejern-

plo, que la palabra nestizo, que Para nosotros forma parte de un

campo semántico científico-etnogrráfico, era en el siglo xvr un término

despectivo, Y a este propósito hay que tener en cuenta que los ameri'

canismos lran de haber estado sujetos a una evolución histórica, y no

clar iror descontado que la significación que tienen en la actualidad

es la que siempre han poscído. El significado que, verbigracia, se srrelc

atribuir a mestizo es el cle 'hijo de europeo e india y viceversa', pero

esto en los textos antiguos pa¡ece ser sólo la realidad designada por lapalabra, no precisamente el semantismo del término. Baste recordar

i1,.," en el siglo xlr rnestizo significaba 'mezclado', y como tal ha debido

oporrua." . 'puro', no a 'blanco'. Es deci, rnestizo origrnariamente ha

de haber sido el térrnino negativo de un camPo semántico valorativo

de 'peiección' (moral o fisica, seg.-Jrn se aplicara a hombres o aninales) ,

y no un miembro de una terminología científica.

La existencia de una literatrrra desa¡rollada permite observaciones

cle valor. En prirner lugar, es obvia la actitud de reproducción de los

rnodelos y corrientes artísticas españolas. Desde una perspecüva lin-

gúistica esto supone) como no podía ser menos, que el "habla de To-

ledo" era el punto de ¡eferencia del buen lenguaje en los lejanos cen-

tros coloniales de Indias, Y esto no es sólo una conjetura razonable;

uno de los gtandes poetas de la época colonial, el neogranadino I-Ier-

rnndo Domínguez Camargo, censura a un ve¡sificador paisano suyo

por usar un güo que no entendería un "español toledano". Con todo,

serían de desear estudios que precisaran en la medida de lo posible

este ape€Íarse del lenguaje artístico americano al peninsular; podría

comprobarse si la actitud de un hispanoamericano de los siglos virreina-

Page 10: GuitarteytextosNeruda Siete Estudios Sobre El Español de America

PARA LA I.IISIQRIA DEL ESPAÑOL DE AMÉR¡CA t?5

les ante sus ¡egionalismos era la misma qúe tenía un escrito¡ peninsularante los suyoe, o si, como no me extrañaría, los evitaba con máyorcmpeño,

No debe olvidarse que si los documentos de archivos son una fuentede la mayor utilidad para el estudio de una serie de fenómenos queviven en estado latente, la literatura, por su carácter de empleo,refle¡xivo del lenguaje, es impo¡tante (entre otras cosas) para descubriractitudes lingüísticas. Los autores burlescos o satíricos, cuyo arte sebasa en identificar a algún personaje por determinado rasgo suyo có-micamente exageradq son una buena mina de noticias a este respecto.,A. un poeta de este género de {inales del siglo xvu, el limeño Juan áelValle y Caviedes, se debe la más antigua observación que hasta hoyposeemos sobre Ia dife¡encia ent¡e el habla de los americanos y lade los españoles.

Los pocos datos con que contamos hacen ¡xnsar ue en esta

en la roÍnaDOSee. ror unos decenlos el siglo xvur y los pri-me¡os del siglo xrx, dorninados por el pensamiento de la ilustración,la época colonial desemboca en la independiente. El período de lasluces es más breve en Amé¡ica que en España; las reformas caracte-risticas que son sus ieñas de idcntidad sólo comienzan a ejecut¿$een el Nuevo \{undo ya avanzado el ¡einado de Carlos III. A pesar deque estimo ha de haber du¡ado relativamente poco tiempo, el nuevolenguaje de los ilustradosJ con sus conocidas preocupaciones económicas,cívicas e ideológicas, ar¡aigó firmemente en América; un¿ buena fuentepara iniciar srr estudio serían las gacetas y periódicos que, a finesdel siglo xvrn y principios del xlx, comienzan a aparecer sr¡ distintasciudades hispanoamericanas como portavoces de las nuevas inquietudes.En fin, para subrayar la importancia de este período baste señalarque casi todos los hombres que hicieron la independencia fue¡on depensamiento iluminista y sus escritos reflejan csta mentalidad. A este

¡reriodo pertenecen también, por su formación, los fundadores de laIiteratura hispanoame¡icana de la época independiente, es decir, losautores a quienes los que cultivan hoy las letras en América se remitencomo a un punto de partida directo, no como a un a¡tecedente segúnocurrc con los de la época colonial. Y son grandes figuras; en la poe-sía: Bello, Olmedo y Heredia; en la prosa de periodismo y pens5,miento hay que recordar (a más del ilustre caraqueño va citado co¡opoeta) los nombres, menos conocidos pero, asimismo valiosos, de Fray

!1vgdo Teresa de Mier, el mismo Bolívar, Juan García del Río,Mariano Moreno y Bemardo Monteagudo, por citar sólo unos pocos. .

Page 11: GuitarteytextosNeruda Siete Estudios Sobre El Español de America

176 . GUILLERMO L. GUITARTE

'La é¡iiirca iídépendiente que sé- iiós abie á continuáóiói¡

Iengua; Ti-l6báranía, el acatamiento a unas norrnas, se tra¡sfiere dé

li{ád¡it''a las'capitales de c¿da una de las nuevas repúblicas hispanoame¡icanas y, por otra parte, no sólo se separa América de Espaiña,

slno cada pais americano empieza a llevar su vida indePendientementede los demás.

Fundamentalmente el siglo xrx, el primer período de esta épocá in-

de

pr;¡E¡óli;iiculares en las diven-enas repúblicasi Pero, claro es que'está

separación del modelo español y esta particularización que se inicia en

los varios países se van produciendo lentamente a lo largo del siglo xrx'Como r.lecía Homero: "Los molinos cle los dioses muelen despacio",y este siglo xD. se me presenta caracterizado por el conflicto entre laconservación del estado lingüístico de la época colonial, con sü idealpuesto en una norna de lenguaje que t¡as la independencia quedó

¡educida a se¡ la del español europeo, y los nuevos impulsos que va

originando la vida independiente. Quienes se apegan a la situación

antigua se encuentran en una posición cada vez más insostenible a

medida que pasa el tiempo; los partidarios de Ia tesis oPuesta cor¡enel peligro de precipitar una solución que representaría un estado de

cosas que, en el fondo, ellos mismos no podrían aceptar.

Pasaré ¡evista a unos ejemplos que pueden ilustrar el invoiuntariosurgir de diferencias entre España y América, y entre los países his-

panoameriéános por su cuenta. Sería interesante una comparación en-

tre el vocabulario político de la España que se inicia en el libe¡alismo

con ias Cortes áe Cádiz y el de los americanos que en el Nuevo

Mundo luchan por la independencia. Sobre este léxico político pe-

ninsular ya eúste el buen estudio de María Cruz Seoane; sobre el ame-

¡icano contamos con los aportes de Angel Rosenblat y Graciela G. M.de Gardella, y lo valioso qué puede entresacarse del libro sobre I¿lengua d.e Bolfuar de Martha Hildebrandt. Yo me atreveda a decir

guq ese léxico político a uno y otro lado del Atl¡ántico es básicamente

el mismo, ya que en ambos casos procede de la ideología iluminista yde la Revolución Francesa; sin embargo, se observa que ya unas mismaspalabras designan realidades diferentes en España y América y se insertan

en ¿ampos semánticos distintos.

Consideremos el término patria, caraclerístico del vocabulario polí-tico liberal. En España remite al concepto de'unión de hombres li-bres', en oposición al hato de esclatos que crea el despotismo monár-

Page 12: GuitarteytextosNeruda Siete Estudios Sobre El Español de America

?ARA LA HISToRIA DEL EsPÑoL DE AMÉ8I'CA

Page 13: GuitarteytextosNeruda Siete Estudios Sobre El Español de America

178 CUIITERMO L. OUITARTE

frerite a los deinás..Faltan estudios para poder precisar este hecho,sobre el que no creo que pueda cabir duda. Lo qu" sí parece des-

cub¡irse a través de trabajgs _ ¡elacionados con. este. tem¿.es que. durante

casi todo el siglo xoc esta diversificación ie realizó de manera insensiblgesto es, sirl un propósito deliberado, simplemente por. el aislamientomutuo y el debilitamiento de la tradición lingüística. En qué medidaadquirieron ügencia entonces los americanismos en los niveles supe-rores del habla y crecieron los nuevos desarrollos de cada país, no loconoceinos, pe¡o sí sabemos qug frente a esta situación de independencia.lingiiística de hecho se alzaron hispanoamericanos -no podemos pre-cisár bien todavía su peso en la vida pública- que en cuanto a su

actitud ante el lenguaje mantuvieron básicamente el ideal de la épocacolonial, en que el modelo de habla culta era la española peninsular.Lá encarnizada lucha contra los llamados "vicios de lenguaje" de tantosgraniáticos decimonónicos es pmeba de ello. En realidad, pese a haber-se constituido en estados independientes, du¡ante el siglo xu< los ameri-canismos fueron conside¡ados en los países hispanoamericanos como"provincialismod', no como rasgos de la lengua de una nación. En lasgramáticas es co¡riente deplorar "el vicio de dar ala c y a la z el sonidode s", que practicaba unánimente toda la población de cada república;)a

-pronunciación de la interdental se enseñaba én las escuelas y hastasabemos de algunas personas que habían llegado a domina¡la. En laliteratura esta actitud es patente y sería de interés seguir en ella este

ajustarse a la no¡ma peninsular. Creo que salvo algunos indigenismoso localismos inevitables (o por mero desconocimiento del españoi eu-ropeo) se evitaban los ame¡icanismos que se pensaba podían reem-plazane ventajosamente po¡ voces peninsulares.

X Estos de una que cerraba los ojos a larealidad americana no dei adve¡sañ61 verdadera-

interesanles cntrc éstos son quienes dieron los primerospasos para tomar conciencia de Ia nueva situación c¡eada por la in-dependencia política. Sus ensayos). con los que se inicia en propiedadla histoda de las ideas lingüísticas en I{ispanoamérica, surgen hicianediados del siglo pasado en el Río de la Plata. Aunque en Américael romanticismo tuvo amplia difusión, en general se conoció sólo unrornanticismo literario, en su mayor parte de procedencia española:eu Buenos Aires, en cambio, arraigó también el romanticismo filoslIico, social y político francés, que permitió plantear con hondura lacuestión de las nuevas nacionalidades ame¡icanas. Las grandes figurasdel romanticismo argentino ya sacaron las consecuencias que en planollngüístico había ptoducido la independencia hispanoamericana:,,Los

Page 14: GuitarteytextosNeruda Siete Estudios Sobre El Español de America

IARA LA I{ISTORIA DEL ESPAÑOL DE AMÉRICA

americanos pues que en punto a la legitimidad del esülo invocan,a lá

179

Debe tene¡se presente que estos intentos d€ iaunque alcanzaron su mayor altura en el Río de la Plata, están lejosde reducirse a esta región. Habría que trazar su histo¡ia pensando quellegan a expresar concepciones que satisfacían una aspiración extendida

¡ror toda Hispanoamérica. Obsérvese que la iniciativa ortográfica deSarmiento fue acogida en Chile, y de aquí, además, se extendió porvarios países del Pacífico, Venezuela y Nicaragua, con un grado depenetración que aún no conocemos exactamente, Es evidente, pues,que las ideas de Sa¡miento alcanzalon r€sonancia en América; conve¡-dría verlas, más que como "ideas de Sarmiento", como "ideas hispa-noamericanas" que se articularon a través de Sarmiento. Yo he en-

cont¡ado en Bogotá, ya en 1822, una invitación a suprimir del alfabetola z, en evidente alusión a su carácter de letra "eminentemente espa-ñola", Po¡ otra parte, es bien sabido que Sarmiento toma como puntode partida de su Memotia Ia pgpuelta para uniformar ¡ simplificarla ortografía en América que qá lB23 \abían presentado Juan Carcia<lel Río y Andr& Bello.

Los intentos de fines del siglo pasado paranal" en- trna' sobre ar-Eauchesco

en esta misma en de independenglge han alcanzado notoriedad, creo que su importancia es mucho

menor de la que tienen los planteos que hicieron los ¡omá¡rticos.

El modemismo cierra el siglo xrx y abre el camino que seguirá His-panoamérica en el siglo xx, Falta un estudio desde el punto de vistáde las ideas lingüísticas de este tan impofante movimiento, en queadquirieron forma superior los intentos de un arte iropio quc se ueníaíintentando en América desde qüe se inició: la época independiente. N..qii1ii

carecemos de observaciones, algunas- bjgn valiosas, sobre las posicio-r1gr,-.de Rubén Darío, por ejemplo, ante cuestiones de lenguaje, p""9 q""íli,l;;

Page 15: GuitarteytextosNeruda Siete Estudios Sobre El Español de America

180 GUIIJ,ERITIO L. GUITARTE

de desear uir estudio centrado en lo que podrÍamos llamar su pensa-mientó Iingiiístico y la pnácti6' 'artfstca'q;; f, "" l"tf"¡""¿L si"poder

_entrar 'aquí en el tema, -permitaseme sólo apüntar someramentc

cómo Darío es un legítimo representanie de aquel siglo, xu< hispanoame-ricano desgarrado por el conflicto de conservar la dignidad del españoly Ias tendencias dé independencia. En. cierta ocasiZn Darío formulóasí su credo artístico en punto de lenguaje: ..Escribir las ideas de Sar_miento en la lengua de don Andrés Bellol,, Darío se remite claramente,pues, a las dos corrientes de ideas lingüísticas en el siglo xu< por mediode los nombres de quienes pasaban por sus representantes máximos:Sarmiento y Bello; El argentino había dicho que estaba dispuesto asacrificar la unidad lingüística corr España, porque en español no seescribía ninguna de las ideas nuevas que necesitaba América; si lalengua de Hispanoamérica se llenaba de los galicismos, anglicismos ycreaciones propias que expresaban esas ideas nuevas, no había que preo-cuparse; era el inevitable precio que había que pagar para ienlvertlclo en simbolo

ern¡dad.ljello, vez, con se habla con-Darío,

que ser

es decir,expresár

aaza a ninguno de los d slno asume

Srr-lo que fue el mo-

smo-- es síntesis de ambas tes: haymodemo, pero e¡ta, ngvedad en español,debe recrea¡se a la lengua, según sus propñ;omias;FáAuna nueva fase de su historia.

Como es sabido, Darío tenía un profundo respeto por la lengrra es-pañola, y había expiorado y conocido todos sus períodos como artistaculto y rcflexivo, En el plano lingüístico sólo rechazaba a los ignorantesque estropeaban el español y a los gramáticos qué lo anquilosaban. Enrealidad, el modernismo en cuanto a lenguaje parece que, como dicela fórmula de Darío, continúa lundamentalmente ese ideal de españolque representaba "la lengua de don Andrés Bello,,. La libertacl queDario ¡eiündica es la de la pura libertad artistica, no Ia del uso deame¡icanismos. Salvo en la presentación de situaciones locales, no¡ecuerdo un empleo de ame¡icanismo por parte de Darío y, en cambio,pueden encontra¡se a veces en sus escritos té¡minos tan peninsularescolleo patq:ta. calabaza (en vez del quichuismo zapallo) y p¿seta, por'unidad monetaria'. Es esta lengua renovada y vuelta a inserta¡ en latradición hispránica la que el modernismo dejó en herencia al siglo xx.

El otro arado elcampo para las fuer¿as actuarán en el siiuiente Io veo en lade Rufino José Cuervo. Su estudio sob¡e "El castellano en América",

Page 16: GuitarteytextosNeruda Siete Estudios Sobre El Español de America

PARA LA IiTSTORIA DI'L ESPAÑOL DE AMÉRICA 181/-\publicado "n

p0y'."pr"."nta la culminación de sus investigacionessobre el tema. Vervo inicia sensu strícto la filología en Hispioaóé-rica; con él pasamos de las "ideas lingúísticas" de hablantes a la ex-posición rigurosa de hechos de lenguaje, Su artículo sobre "Elrcas.tellano en Amé¡ica" no sólo es la primera rcvelación de la penonalidadlr istórica del español americano, sino-q-u€-e-.Ífeüéffi-ñi;;-t6ña¡-rea-liclad ciéntifica á la nueva situáéión que la independencia de las coloniashabía producido en el ámbito hispánico: la desaparición del antiguocentro lingüístico único. Este me parece el punto principal de su pen-samiento sob¡e la evolución del español de América, no el plonóstico( atastrófico sobre la desaparición del español que se le ha solidoat¡ibui¡. Es que, en ¡ealidad, eFisodio tan cargado de significado en lahistoria de la lengua española en su conjunto de ambos mundos comoIa polémica de Juan Valera con Cuervo, que {ue ocasión de qué elbogotano publicara su ya citado articulo, está todavía por estudiapen profundidad, Lo mis¡to puede decirse que pasa en buena parte conla historia de Ia lingüística hispanoamericana, que inicia Cuervo en elsentido moderno de la palabra. Esto es más de'lamentar por cuanto lahistoria de una disciplina permite darse cuenta de los caminos seguidos

¡ror Ia investigación y de las circunstancias. culturales y personales quehan sido el motivo de su trazado; gracias a ella, cada generación puedehacer un balance de lo logrado, fijar sus metas con una pe¡spectiva

adecuada y (no lo menos difícil) reconocerse como el eslabón de unatradición, fue¡a de la cual

-según la aguda frase de Errgenio d'Ors-

no queda más posibilidad que el plagio.

el siglo xx ya no hay iniciativas derr9 pa*icipación eq!4

encla slno un. Existe u¡a aceptación

aácita de lo peculiar, que probablemente ha de ir mnqurs-tando cada vez más espacio en su eje¡cicio. Entre los signos que apuntancn esta dirección hay que mencionar el crecimiento demográfico de

r\mérica, que ha dado lugar a una cantidad de habantes de español

que puede esta¡ ace¡ciándose a los doscientos cincuenta millones; ¡ ade-

más, el desarrollo cultural hispanoamericano, que ha producido unaliteratura que ya ha alcanzado reconocimiento mundial, La América es-

¡rañola en este siglo se ha tra¡rsformado rápidarnente y grandes partes de

ella han entrado de lleno en el mundo moderno, cuyas bases en nuestros

paises habían sido puestas por las reorganizabiones políticas que dr¡r4njp, ¡

f\et .igto xo fueron eliminando el viejo orden colonial, En la actualidád '[\" á'.. "*pri-""; ;;;";"; como la indust¡ialización, las e.q",..9g:.;.

| $oncentraciones urbanas, la cultura de masas y la acción de los órganoi ¡'

I de moldeado de la personalidad, como los centros de educación I lcis

\i ..

Page 17: GuitarteytextosNeruda Siete Estudios Sobre El Español de America

182 GU¡I.LERMO L. CUITARTE

modemc ¡¡edios dé comunicacid¡;'Dado que la cultura moderna üendea la r¡¡iformación, estos fenómeiros en cierta medida representan uncontrapeso.a los desarrollos propios que podrían.darse por separadoen cada pafu; pero, por otra parte, no debe olvidarse que, por predomi-nar en el mundo moderno los interes€s materiales, se está dando un co-r¡elativo debilitamiento de las fuerzas espirituales que deja'iobre basesutuy precarias las semejanzas que se logran: más que a la unidad, hoyactúan tendencias a la uniforrrridad, que es algo muy distinto. Seríainter€sante ob,servar sobre qué fundamentos se va realizando este pro-ceso de nivelación lingülstica, tanto nacional como intemacional, queocurre actualmente en Hispanoamérica; quiénes son sus directores ya qué conflictos puede estar dando lugar.

Pero esto ya no es historia sino el problemático presente y caq portanto, fuera del tema de mi comu¡icación. Conflo en que pueda serde alguna utilidad esta mir¿da a los varios siglos de historia. de nuestralengua en América. Desde antiguo la historia del español de Américafue ¡econocida como modelo para el estudio de situaciones análogasque (rupa¡r a Ia filología romance. Podemos añadir que en el siglo xxlos hispanoamericanos se enfrentaron con problemas que hoy üenen ac-tualidad mundial, como el de las lenguas <le cultr.rra extendidas pormuchos estados independientes; para esta espinosa cuestión supieronforjar soluciones viables y duraderas. Yo me adhiero totalmente aquienes encuentran tantas razones de inte¡és cientlfico para estudiar lahisto¡ia del español de América; para los americanos, además, tieneun más amplio inter& humano: es la clave de la formación y ücisitudesdel medio en que se ha ido reflejando su personalidad, y a travésdel cual

-utilizando las famosas palabras de Vasconcelos que presiden

esta ¡éunión- "hablará mi espíritu''-

Page 18: GuitarteytextosNeruda Siete Estudios Sobre El Español de America

BIBI. IOCRAT'iA

r t;srt.frJo,t DE c<)NluN'I O

AMA¡o- "La base lingüística del espai¡ol ¿uericáno", en ¿Ftrdios linciii'ti cos. T cnas hi¡atoameicaaos (lvfadrid, 1953)

pp.7-72."ltuptu!¿ y reanudc de la tradición idionrática en América'Boletín rt¿ l¿ Aeademia A's.rt;nd de I'et'ü, | (1933), PP137-149; rcproducido en El lrablena de La tensua en Amética(Madrid, 1935), pp. 125-141.

o.rx¡'r¡¡, D¡ros LrNcoLN. /-¿ l¡oñun.;¿c;ó,t del .slañol en '|n¿ti.a.Eísato hütóti¿o-d¿serittiuo (Bogotá, 1962)

III (1901), pD. 35-62.----- rPrólogo'

^ Altntaaíon.t ¿ríticas sob¡c el ¿¿ guaj¿ boEotano.

7' ed. (Bogotá, 1939). pp. xlv-xxw.--. ¡¡Proloso" a ca¡los cagini, Diccionatia ¿¿ cosratttquñi:-

nos,2¡ ed. (San José de Costa Rica, 1919), pp. 11-35.

L^pEsA, R^F rL. "El espaíol de América", ea H;storía de h leiguo es-

tañoLa, At ed. (Madrid, 1980), pp. 534-599.

LENZ, RuDoL¡. "Itcitráge zur Ke¡¡tnis des ,4m€rikanospa¡ischen".Z¿its¿hifi líi, ronan;rche Philologie, XVII (1893), pp. 188'

_-. 'tnsayas filolójicos americanol', Anat¿' de t¿ Uniú.dda¿ d¿

C,¡i¿¿, LXXXVII (1894), pp. 113-132.

M^r.MDERG, BERrtr.. "L'espagnol dans ]e Nou\€au Monde. Probl¿nre dclinsuist;que sénénle", Stu¿ia Lí'tsústí.a, I (1947), pp- 7C

1ltj, y r (1948), t)p. l-30.--- Ld An¿r;ca h pd\ohablanta. ttnidd¿ y dileftn.iac;ón d.I ¿ü-

¡¿¡l¿ro (Madrkl, l9i0).ONr^ñóN s(Nc!r:z-.\R!ós, PAcrnNcta. La polibt¿ ltusm.ntación d¿t er

l,dñóI en Añ¿/i.r. H;'to,;a .I¿ ln Fobt¿m¿ (México, 1967).ItosENrr-^l, ÁNc -. 1,¿ l¿n!,!a at Id cvltura ¿¿ kiaaaün¿/i¿d. T¿nd¿n'

cia' Iinlnir;¿6 jt .üU¿l¿t¿s (lena-l,.iqzig, 1933); rc.dit¡do

Page 19: GuitarteytextosNeruda Siete Estudios Sobre El Español de America

lB4

con correccion€s y adiciones bajo el titvlo ¿e Lergl'a ! cultltrade H;sqanadn&;ca. 'f¿ndencia' acruale' (Car¿cas, 1962).

-.

Lensua lit¿ ría Jt lenew. populat en Amhica (C^ftcas, 1969).lv^cNER, Max LEopoLD. ".{nerikanisch-Spanisch und Vulgárlatein".

zei\chtift lib ron¿ isthe Phitatoeie, xL (1920), pp. 286-312y 381404.

2. ESTUDIOS ¡OR PI'JES

Según r¡na metodología tradicioml, los estudios de dialectología his-panoamericana suele¡ estar encabezados por unas noticias historicassobre la legión o localidad que se investiga. Estas introdücciones pre-sentan siemp¡e noticias aprovechables darde el punio de vista üngük-tic¡. Algunos autores van más lejos que ot¡c en esie aspecto, y puedent'atar cuestioDes ya de pertenencia directa Dara la histoda del espa;olo examinar docrmentos pam est¡blecer €aracterísticas de la leng.lla

antigua de la bna. Tal es el caso, po¡ ej€mplo, de ToM,1s NavARRo,

EI españoL ¿n Puarto Rico (Rio Pi€dras, P. R., 1948), pp. 17-38 (yl¿s abundart€s rcferc¡ci¡s hisióricas en el cuerpo de la obra al estudiardilersos aspectos fonéticos, gramaticales y léxicos) y de I{^x A. JrNrÉ-NEz SABATDR, M¿5 d¿tas robre el espaiíol de Ia Repliblica Daninicau(Santo Domingo, 1975), pp. 29-38. A Di juicio, los dos intentos demayor empeño para ba?¿r la ir;stori¿ de Ia lensua de¡rro det ámbitode u¡a nación hispa¡oamericana son los de B¡xre ELENA V¡DAI DE B^r-'úNr, EL esqañot de ta Argentina,zq ed. (Buenos Aires, 1962), pp.20-74, y d¿ RoDoLro A\o7,, La leneua caltellatu ¿n Ctt¿ (Santiagode Chile, 1966), pp. 26-45. Una valiosa discusión de punros de inte¡éspa¡a Ia historia lingüistica meicana se encuentB en el p¡ograma detrabajo de JUAN M. LopE SLANCII, La fitoloeía h;spánia en M¿ri¿o.T atea' más urseñtes (México, 1969), pp. 11-43. por úlrimo, aunqueno se trata de historias de la lcngu, seria uDa $a!e omisión en esteIipa ado dejar de mencionar el alto valor que como contribución un,diccionario histórico de venczola¡i$nos tienen los iibros de ÁNc¿L Ro-srNaL r, Btuenas y mal6 I'alab¡a' en ¿I .dtt¿Ilano ¿e venezüeto, S\ ed.{Catacas- Madrid, 1969). 4 vok., r de d¡.t,üta MARrE^ r{Ir.rE-BF.tNr, Ld lenew d¿ Boli,a/ {Caracas, 196i), t. r.

Page 20: GuitarteytextosNeruda Siete Estudios Sobre El Español de America

PIiOCEDDT-CIA DE LOS l RADAJOS INCLUIDOS EN ESTEVOLUMEN

"Cuervo, He.ríquez Ureña y la polémica sobre el andalucismo deAmérica', T/or Romanica, X\I (1958), pp. 363-416; ¡ep.oducidocoo adiciones en Thesa.utus, XIV (1959), pp. 20"81.

rrlas sutue(i¡s tres etapas del seseo", Aquila. Chestnüt H;U Studieri ltodein Lansuager aflrl L;t.ratul¿s, III (1976), pp. 106-139.

"l,a constirución de una noLna del español general: el seseo", E¿

Sin.posi.o ¿. Blaonúteto'L Asosto ¿le 1964. A¿t6,;nlomes y co,nuní-.d¿ianes {,Ba5otit Instituto Caro }- Cuewo, 1967), pp. 166-175.

":ie$o ) distinción r-z en Amé¡ica du¡ante el siglo XIX', Rom¿atd¿,\¡l { 1973), pp. 59-76 l: Estu¿ior de¿ic¿dos a Demetio Gazdarü, t.II.\ .

"Notas para la historia del ,\eisJrio", Sl)ru¿he und Ge'chiahte. Fest-sch¡;Ít für dni

^leier !.n 6s.6¿b'¡rt"¿s (Münchenr Wilbelm Fi¡k

\¡€.lae, l97l ]. pp. 179-198.

"trl enso¡dec¡niento dcl ieh¡no po¡teño. F@ética y fo¡ología". Rr-li'ta de F;llloeia ¡rr¿to¿¿, XXXIX (1955), pp. 261-283.

"Para un¿ pcrjodización de la historia del estañol de América". en

.J "1 M. r,{,pe Dlanch (ed.). Petslectitas d¿ Ia ;noest;edcíón li"eüírt;cdh;:lraaoarneriaflo, Meñúia (.\[éxicot Centío de Ungüística H;spá,nica. UNANÍ. 1980). pp. 119-137.

{,

t

{

t

t{

Page 21: GuitarteytextosNeruda Siete Estudios Sobre El Español de America

AMoR AMÉRI(;A {r4oo) l-¡ PAI-ABRA

A/'ter .tu ra .l,elr'a / la Mt¿r.'a ,,,'l'ulu l,' t1n nttl qtiient. iíuiur. lttttln h pl,tltw l/t.iqtk krntri.la¿nn los ¡t'o¡. ¡ío¡ an¿riales:tiíí.1"'ü',k,'it,"'.'.i *]" -,¿" ""t¿" fuEirttifu1kiar... )fuptttriülttdltkll$..|'rirtt¡', k¡nlhia'rt'i"

*hular t ta nu'u patecían ittuóaile¡,:,. pu':igt. h tntttlt,, Lti tluritr'... Atn ttntrt lat ylaitú.,.l/Jr i¡t.¡j,"ft¡e la htm¿¿lai v la e¡uc¡tra, ¿I rteno

":;;';:,;;;;;;",t"ít;:

ii' t",,i"' iuÁ,-¡"'. r, t' Lrs,¡a,¡h',ttat,t,itrr't,tfaatt +amhd't.lu aqtlLLIyt.:

E! b.,,,úre ¡¡¿r,.d f¿!e. lariia. ?¿rpado tttn ' Y¡¡altlu uu'ln " Billlt t:rtwrt liudral rle rtl'tws' ¡aliat tt't''

de! /*no rrétrtttto. fornta ¿t¿ I¿ attillzt. ltlatint;)u Ptt:, w *ptna, ltih,, tw¡ , tuít.,. Pu:igt algna pai.;-

fire cinaru catitt.-pial¡.t ¿'hib"ud. lirit... S,,tt tatt funtt,ui qn lat qtúrr, |u,lu rlat tit lti pmn.,. 1..:...,1r¿ iDrPeúú| o fl'l;ce ararnan¿r.

¿./e s an¡¿a lc ¡risx¿l ba¡¡¿ey'cci<l¡.

l¿s initiale¡ ¿l¿ la ticvra eoabaa

Nay'ie Pnútreatrlarlar lct¡ttís: el z,ieatolat ttloiáí. el iclior* &l a.gaa

fie enterradr', la! .latct te p¿ft¿;er(m

o * i*tndamt de silencio o vn(m.

Nr) ¡e Ped;ó 1., ti¿¿r, b¿nn¿tr¿os lrartoraler.P¿ro cúrn, tlna ft)¡a tabajeo¡ó ana gora mja en lz esPevta) * ¿,pa{i l¿Ea Lí\np¿rta l¿ tietr¿.

lb e*'¡ aqní pztzz toatal ld birtoi!1.De.rde la ¡az iel l>lfaloba¡ta la¡ ¿zo¡a¿l,z¡ aren¿¡ie la tiata /ital. en lat et?ur¡la!acttt¡utlazl"¿s de la hz ¿¡ttá¡tita,f pot lar ,/adtiíatkt'¿zt ¿crpeñ¿rJar.le 1", t!)tttbrri Paz wttcz¿l¿nt ,

r¿ l'ja.tú, Pd¿ft ,¡¿ío.

jot'€n g ¿nero Ae i iebla 1,',1Ú*üh tú, p/arrrd ,ütt.itl. ceb¿llera iny'omable.¿¡adte ¿¿h¡¿á¡¡. netálica Palaan,

Yo, imísio dzl llgnto,toqr¿ ta Piedrd ! ¿ije:

Q étt

me upeta? Y alreté la auao¡ob"e t t pañal¿ d¿ cti¡al ¿acío.Pcm andxt e eatm flont zapotrat1 d e era la ltz nmo ut wta&,! et¿ la rurnbla Nmo n párpd¿o ¿¿tdt.

Tiefta ,r¡ía titt xorúbrc, ¡in A¡úric¿.ecanbte eq*inoccial, lanza & pítptra.tr¿ atlrr.d r¿¿ tttry Prl l¿s raft6ba:a la copa qrc tebía, hatta le nát lelgaclzpalabra ain no naúda de ni &ou.

-f¡ t9t6!l i Caato X.w,i. cdttro l, Érrico, r11,.

we !rqr', itum al ¡kn, lu rie i'tititilli .tr. úl)tdn!6. ¿)tírwr, t.irtnll. dkit,tr. tút¡!'t !i Ltr. úru,clyi. nttu,t i*ttdr, ttn¡l dftillMr..

I trum* h tt,nln, lat agin. t t Lr kk, m lú :inla, ldr tr¡tlt

la: wtpafik. b likrt,',., I'ti úyt t,no ut attitat u ni !*tu, cr,i,.

pdacins rb tiurltra hniida, ntm t|ht. ibw luttr lr n fu$a. t=

¡alu J, l,r "1a...

[wkt;t,íut l,t fnlltw... tna it]at snt¡a Rutti;:.

ytrg* na ¡alabu r tratlalí le iilu, tt lx'rqn au t itnti inn iit..

riitiía adtnnt fu tna frnu qu w k uytulu I qtu h ¡j¡'daií...'lie¡t,

uth¿, krit$xtfttlii.l(iri. pltuai. plu.tietm de tul,' k Eu nlu i;,,d{N{andr & urtr fl¿tr l$ d ría. & una ttnniyar ú ¡atria, i.tattrrt tu raíta... Son utiqtíthtw:1 mhtttítiam,, Viwan d t'itzt'uattii,ltt i en h !l,r apnai i'uatula... Qttí fuu idi'ut ti wk. t¡;,,

hnna ktryna fudanat th lu r,tr¡timdaa nrat,,, hta wl¡kn a

¿tt. tdl¡t lat htr lr tt¿nfur tndillau fu lti Aahitai mtralrrk;

butnú pma. [tttildnu' lr¡llikr' ldhttl!, tLin ffi,' ]lt!íi htkt'nt

i'itu. ai aawl ¿futit't tttt : qlk tt tti¡ nh;: Y h,t t'itL' tn ¿l ¡tttn,lt',

'Til,,nktio¡alnn, nt nt4in¿:' ltnkfu. nihtt' i,l'Lrtrít, i¡tulr t

lat qn las lrrríatt m tut gmia halsat.,. Pw dttntfu ptuiun Enlaln

muafu la tt¿ru,., Pnt tt la ltÍhatw v lu ttían ú h¡ iau rhhkt'lm, fu k: 1ulnn, fu ki bwddunr, tttnl liduitr$, h liklir$ lt iit-

tur qtk u qwluflrn iqttír:u¡lnla:unwi . tl itlan,t Sdnm fwlia'

1,t,.. Sdlitm ¡nwn\,,,. Se lkwu,tt d n ¡ tw tkjmtt ¿l ¡m." il k

llu,ann tr a ¡ nt lciann tudt"' Nu tltiarn lat lakhat

-ilrlfanqudo hhlrcSr¡l r9" J I tri i') i Oltlüt'!, rlt! h ti¡ xk' 1r] I