guia manejo obesidad canina

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VISIÓN GENERAL DE LA OBESIDAD CANINA 9 1. VISIÓN GENERAL DE LA OBESIDAD CANINA 1. INTRODUCCIÓN La obesidad se define como la acumulación excesiva de tejido adipo- so en el cuerpo. En medicina humana, existen datos epidemiológicos que demuestran que el incremento de la masa adiposa del organismo aumenta la morbilidad y el riesgo de muerte. En el caso de los perros, Lawler et al (2008) demostraron que en el Labrador Retriever una masa adiposa superior al 25% provoca una mayor insulinorresistencia que predice, independientemente, la duración de la vida y las enferme- dades crónicas. Algunos estudios recientes afirman que en los países desarrollados el 17-44% de los perros sufren sobrepeso u obesidad (Edney y Smith, 1986; Crane, 1992; Sloth, 1992; Wolfsheimer, 1994; Glickman et al, 1995; Armstrong & Lund, 1996; Lund et al, 1999 y 2006; Jerico & Scheffer, 2002; Robertson, 2003; Mc Greevy et al, 2005; Colliard et al, 2006; Mussa et al, 2006). Los últimos estudios realizados en Francia y en Italia pusieron de manifiesto que la obesidad o exceso de peso afecta al 35-39% de los perros [Figura 1]. La presente monografía tiene como objetivo revisar los factores de riesgo que contribuyen al desarrollo de la obesidad, las consecuencias de la misma para la salud del perro y los métodos más importantes para tratarla, tomando como base su alimentación. 2. FACTORES DE RIESGO Los estudios epidemiológicos destacan diversos factores de riesgo aso- ciados a los distintos niveles de obesidad canina; en la [Figura 2] se muestran algunos ejemplos. 2.1. Raza Si bien es cierto que cualquier perro puede sufrir sobrepeso u obesidad, la práctica demuestra que algunas razas presentan una mayor predispo- sición [Labrador Retriever, Cairn Terrier, Terrier escocés, Basset Hound, King Charles Cavalier, Cocker Spaniel, Beagle, Dálmata, Dachshund, Rottweiler, Golden Retriever, pastor de Shetland, razas mixtas] (Edney y Smith, 1986; Lund et al, 2006). Esta predisposición racial está vincu- lada al potencial genético de los perros que determina la proporción de

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1. VISIÓN GENERAL DE LA OBESIDAD CANINA

1. INTRODUCCIÓN

La obesidad se define como la acumulación excesiva de tejido adipo-

so en el cuerpo. En medicina humana, existen datos epidemiológicos

que demuestran que el incremento de la masa adiposa del organismo

aumenta la morbilidad y el riesgo de muerte. En el caso de los perros,

Lawler et al (2008) demostraron que en el Labrador Retriever una masa

adiposa superior al 25% provoca una mayor insulinorresistencia que

predice, independientemente, la duración de la vida y las enferme-

dades crónicas. Algunos estudios recientes afirman que en los países

desarrollados el 17-44% de los perros sufren sobrepeso u obesidad

(Edney y Smith, 1986; Crane, 1992; Sloth, 1992; Wolfsheimer, 1994;

Glickman et al, 1995; Armstrong & Lund, 1996; Lund et al, 1999 y

2006; Jerico & Scheffer, 2002; Robertson, 2003; Mc Greevy et al, 2005;

Colliard et al, 2006; Mussa et al, 2006). Los últimos estudios realizados

en Francia y en Italia pusieron de manifiesto que la obesidad o exceso

de peso afecta al 35-39% de los perros [Figura 1].

La presente monografía tiene como objetivo revisar los factores de

riesgo que contribuyen al desarrollo de la obesidad, las consecuencias

de la misma para la salud del perro y los métodos más importantes para

tratarla, tomando como base su alimentación.

2. FACTORES DE RIESGO

Los estudios epidemiológicos destacan diversos factores de riesgo aso-

ciados a los distintos niveles de obesidad canina; en la [Figura 2] se

muestran algunos ejemplos.

2.1. Raza Si bien es cierto que cualquier perro puede sufrir sobrepeso u obesidad,

la práctica demuestra que algunas razas presentan una mayor predispo-

sición [Labrador Retriever, Cairn Terrier, Terrier escocés, Basset Hound,

King Charles Cavalier, Cocker Spaniel, Beagle, Dálmata, Dachshund,

Rottweiler, Golden Retriever, pastor de Shetland, razas mixtas] (Edney

y Smith, 1986; Lund et al, 2006). Esta predisposición racial está vincu-

lada al potencial genético de los perros que determina la proporción de

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Figura 1. Incidencia de la obesidad en perros de diversos países industrializados

SW Suecia; UK Reino Unido; G Alemania; AUT Austria; US Estados Unidos; EU Europa; BRA Brasil; AUS Australia; FR Francia; IT Italia.(Fuentes: Mason, 1970; Anderson, 1973; Meyer et al, 1978; Steininger, 1981; Edney & Smith, 1986; Crane, 1992; Sloth, 1992; Wolfsheimer, 1994; Armstrong & Lund, 1996; Lund et al, 1999 y 2006; Jerico & Scheffer, 2002; Robert-son, 2003; Mc Greevy et al, 2005; Colliard et al, 2006; Mussa et al, 2006).

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1960

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UK

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AUT

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US

1991

US

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US

1999

US

2000

EU

2002

BRA

2003

AUS

2005

AUS

2006

FR

2006

IT

% de perros obesos o con sobrepeso EU USA otros

Figura 2. Factores de riesgo que propician el sobrepeso o la obesidad canina en una población con una media de entre el 34 y el 39% de perros obesos o con sobrepeso.

% sobrepeso

Comen entre horas

Alimentación Raza Edad Sexo Esterilización

% de perros con sobrepeso y obesidad según los factores de riesgo(Fuentes: Colliard et al, 2006, y Lund et al, 2006)

70

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30

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0

case

ra

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indu

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masa no adiposa y masa adiposa de su cuerpo, así como los patrones

de ingestión y las preferencias alimenticias.

Recientemente, Parker et al (2004) identificaron la relación genética

entre las distintas razas de perros y observaron una variación genética

del 27% entre las razas. Estos autores han asignado correctamente un

99% de los individuos a sus razas respectivas empleando 96 micro-

satélites marcadores y han identificado cuatro grandes grupos de razas

caninas según su proximidad genética: las razas de origen asiático,

próximas genéticamente al lobo, las razas de perros guardianes (tipo

mastín), los razas de perros de pastor y las razas de perros de caza,

de origen más moderno. Un estudio reciente demuestra que perros de

diferentes razas tienen diferente composición corporal estimada por el

método de absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA): para el

mismo índice de condición corporal (ICC), los Galgos tienen menos gra-

sa corporal que Caniches, Rottweilers, Dachshunds, Huskies o Golden

Retrievers (Jeusette et al, 2007).

LA PREDISPOSICIÓN A SUFRIR OBESIDAD POR CUESTIÓN DE RAZA ESTÁ RELACIONADA CON EL POTENCIAL GENÉTICO DE LOS PERROS QUE DETERMINA LA PROPORCIÓN MASA NO ADIPOSA-MASA ADIPOSA DE SU CUERPO, LOS PATRONES DE INGESTIÓN Y LAS PREFERENCIAS ALIMENTICIAS.

2.2. EsterilizaciónEstá ampliamente reconocido que la esterilización es un factor de ries-

go en el desarrollo de la obesidad. Ya en los años 70 Edney (1974)

observó que las perras esterilizadas eran las que presentaban un mayor

riesgo de padecer obesidad. Más recientemente algunos estudios han

podido cuantificar que los perros esterilizados tienen un riesgo entre 2

y 3 veces mayor de desarrollar obesidad que los perros no esterilizados

(Edney y Smith, 1986; Robertson, 2003; Colliard et al, 2006; Figuras 3 y 4).

Los perros castrados (machos y hembras) tienen mayor prevalencia

de sobrepeso y obesidad (32 % y 5,5 %, respectivamente) que los

perros no esterilizados (20 % y 3,6 %, respectivamente) (Lund et al, Affinity Research

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1. Palpación de las costillas Poner las manos en cada uno de los la-dos del tórax, y moverlas de atrás hacia delante sin realizar presión.

En un perro con un Índice de Condición Corporal ideal:- Las costillas han de ser fácilmente

palpables, sin tener una excesiva cubierta de grasa

- Las costillas deben de poder contarse con los dedos sin realizar presión

2. Palpación de las apófisis espinosas, músculos lumbares y puntos ilíacos

Deslizar una mano encima de la co-lumna vertebral, palpar los músculos lumbares y los huesos de la pelvis.

En un perro con un Índice de Condición

Corporal ideal:- Todas las prominencias óseas son

palpables- La masa muscular es correcta

3. Examen visual Observar al perro desde una visión

dorsal y lateral.

En un perro con un Índice de Condición Corporal ideal:- En la visión lateral, el pliegue ab-

dominal ha de ser evidente, pero las costillas apenas visibles.

- Desde la visión dorsal la cintura ha de ser bien visible detrás de las costillas.

CÓMO REALIZAR LA PALPACIÓN EN UN PERRO PARA DETERMINAR SU ÍNDICE DE CONDICIÓN CORPORAL

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26,2

14,8

31,7

media No esterilizados Esterilizados

Figura 3. Porcentaje de perros obesos en el total de la población (media) y entre perros no esterilizados y esterilizados. (Fuente: Robertson, 2003.)

Figura 4. Porcentaje de perros con sobrepeso según sean machos, hembras, machos y hem-bras, esterilizados o no esterilizados (Fuente: Edney y Smith, 1986)

50

40

30

20

10

0

17

Machos Hembras Machos+Hembras

38

22

45

20

41

No esterilizados Esterilizados

2006). A raíz de una gonadectomía los perros suelen modificar sus

patrones alimentarios y sus necesidades energéticas. Comparando con

perras enteras, las hembras sometidas a una ovariectomía y alimenta-

% sobrepeso

% sobrepeso

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das a voluntad ingieren una cantidad de alimento considerablemente

mayor (+20 %) y ganan más peso y grasa, durante los 3 meses si-

guientes a la intervención (Houpt y Hinz, 1978; Houpt et al, 1979).

Este incremento de consumo se mantiene transcurrido un periodo de

tiempo después de la intervención, como han puesto de manifiesto

Jeusette et al. (2004b), quienes tras 6 meses de alimentar de forma

controlada a perras esterilizadas, la provisión a voluntad de una dieta

apetitosa durante un periodo de 4 meses propició un incremento del

59% del consumo de alimentos. La ingestión energética aumentó so-

bre todo durante el primer mes (+80%) y luego descendió [Figura 5]. Transcurridos 4 meses, este aumento del consumo energético provocó

un aumento de peso de los animales (+22%), que consistió exclusi-

vamente en un aumento de grasa (Jeusette et al, 2006a; [Figuras 6 y 7, foto 1].

300

250

200

150

100

50

Figura 5. Ingestión espontánea 1 mes antes y 4 meses después de la gonadectomía en perras de raza Beagle: la cantidad de comida ingerida es superior tras la gonadectomía.

-1 1 2 3 4 meses

Ingesta de alimento

g/día

gonadectomía

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Figura 6. Evolución del peso corporal antes y después de una gonadectomía (con ingesta de alimentos controlada o a voluntad)

-10 0 10 20 30 40 semanas

Figura 7. Peso y masa corporal en perras antes de la gonadectomía, ingestión de alimen-tos controlada y con alimentació ad libitum.

Peso corporal (kg)

Tejido magro (kg)

Tejido graso (kg)

30

20

10

0Antes de la gonadectomía

LOS PERROS ESTERILIZADOS CORREN UN RIESGO ENTRE 2 Y 3 VECES SUPERIOR DE PADECER OBESIDAD. AUMENTA SU INGES-TA DE ALIMENTOS Y SE REDUCEN SUS NECESIDADES ENERGÉ-TICAS.

La esterilización también provoca cambios en las necesidades ener-

géticas de los perros. Según Nguyen et al. (2005) el hecho de mantener

la misma cantidad de alimento después de la esterilización provoca un

aumento de peso (1-22%) en perras de distintas razas. Otro estudio rea-

Peso

cor

pora

l (kg

)

gonadectomía

alimento controlado ad libitum

(kg)

Después de la gonadectomíacon alimentación controlada

Después de la gonadectomíacon alimentación ad libitum

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Foto 1. Violette antes de la gonadectomía y 5 meses después con una alimentación a volun-tad. Se observa un aumento de peso importante: (+30%) que consiste exclusivamente en un incremento de la grasa corporal (96%).

200

180

160

140

120

100

80

period

Figure 8. Necesidades energéticas (kcal/kg peso corporal 0,75) antes y después de una gona-dectomía: es necesario una disminución importante (30%) para conservar el peso corporal en las perras de raza Beagle.

1 2

kcal ME/ kg PC0.75

gonadectomía

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Figura 9. Tras la gonadectomía, las perras conservarán su peso corporal si se controla la ingestión de alimentos.

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-10 0 10 20 30 semanas

lizado con perras de raza Beagle demostró que es conveniente reducir

el aporte energético un 30% después de practicar una ovariectomía a

fin de conservar el peso óptimo en un periodo de 6 meses [Figuras 8 y 9]. Controlar la ingestión de alimentos después de una gonadecto-

mía permite conservar la masa corporal óptima y mejora la proporción

de masa no adiposa con respecto de la masa adiposa (Jeusette et al,

2006a; [Figua 10]).

Estos resultados experimentales confirmaron las observaciones clíni-

cas que ponían de manifiesto que los requisitos energéticos se reducen

un 20% después de la gonadectomía en las perras. La mitad de este

porcentaje puede atribuirse a la disminución de la actividad (Anan-

tharaman-Barr, 1990). Esta disminución de la actividad después de la

20

15

10

5

0

Figura 10. Masa corporal antes y después de la gonadectomía, cuando se controla la ingestión de alimentos. Este control origina una mejora en la proporción entre masa muscular y masa adiposa en las perras de raza Beagle.

P0

Peso (kg)

Tejido magro (kg)

Tejido graso (kg)

P1

PC (kg)

PC (kg)

gonadectomía

gonadectomía

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esterilización, provocada por el aumento de los periodos de descanso y

una menor motivación por moverse, se observó en el 36% de los perros

y el 18% de las perras (Heidenberger y Unshelm, 1990). Otro factor

que también podría estar implicado es la reducción del interés sexual

(Hopkins et al, 1976).

Actualmente no se conocen los mecanismos de esta modificación de

las necesidades energéticas y de los patrones de alimentación. En el

caso de las hembras, la esterilización podría suprimir el efecto anorexi-

génico de los estrógenos y los cambios en el comportamiento alimen-

tario después de la gonadectomía también podrían estar relacionados

con el aumento de los niveles de grelina, una hormona orexigénica

(Jeusette et al, 2006a).

EL CONTROL DE LA INGESTIÓN DE ALIMENTOS DESPUÉS DE LA GONADECTOMÍA PERMITE QUE LOS PERROS CONSERVEN UN PESO Y COMPOSICIÓN CORPORAL ÓPTIMOS.

2.3. Sexo Las hembras constituyen el 60% de los perros obesos, presentando un

mayor riesgo de padecer obesidad, estén o no esterilizadas (Colliard

et al, 2006 y Jerico y Scheffer, 2002). En condiciones experimentales,

si se comparan los machos obesos de raza Beagle con hembras obe-

sas de esta misma raza, las perras tienen menos tejido magro y, en

consecuencia, sus requisitos energéticos son menores (Jeusette et al,

2004a). En la práctica, es más difícil conseguir que las perras pierdan

peso, pues la restricción del aporte energético debe ser más severa y

adaptarse de forma paulatina para lograr que la pérdida de peso se

produzca de forma continua (Diez et al, 2002; Jeusette et al, 2004a).

Sin embargo, en un estudio clínico, no se observó diferencia alguna

entre machos y hembras en lo relativo al aporte energético para perder

peso, siendo el factor más importante la colaboración del propietario

(Rocksin et al, 2007).

LAS HEMBRAS PRESENTAN UN MAYOR RIESGO DE PADECER OBESIDAD QUE LOS MACHOS.

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2.4. Ejercicio físicoEl riesgo de sufrir obesidad es inversamente proporcional a la cantidad

de ejercicio semanal realizado: cada hora de ejercicio semanal hace

disminuir la tasa de obesidad (RP=0,9; Robertson, 2003). En los pe-

rros, un menor número de pasos diarios se corresponde con un índice

de masa corporal más elevado y los dueños menos activos suelen tener

perros menos activos (Chan et al, 2005). Las perras sometidas a una

ovariectomía que se alimentaron con una cantidad de comida estable-

cida y que realizaron ejercicio de forma regular no ganaron peso (Le

Roux, 1983).

El enriquecimiento medioambiental y el ejercicio contribuyen a dis-

minuir el peso corporal ([Figura 11]; Jeusette et al., 2006).

Si el dueño no está siempre con el perro, puede emplearse un podó-

metro para medir la cantidad de actividad física que realiza y, en los

últimos años, también se ha validado un monitor de actividad para los

perros (Hansen et al, 2007).

19

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0 2 4 6 8 10 semanas

peso

cor

pora

l (kg

)

Figura 11. Evolución del peso corporal en perros esterilizados y no esterilizados si realizan ejercicio y se les estimula enriqueciendo su entorno.

con ejercicio Esterilizado

No esterilizado

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EL ENRIQUECIMIENTO MEDIOAMBIENTAL Y EL EJERCICIO CON-TRIBUYEN A LA PÉRDIDA DE PESO.

2.5. EdadEstudios epidemiológicos muestran que la obesidad se presenta de

forma más frecuente tanto en perros como en propietarios de edad

avanzada. (Robertson, 2003; Edney and Smith, 1986). La prevalencia

de la obesidad y el sobrepeso es mayor en perros de mediana edad,

aproximadamente entre 6 y 10 años (Lund et al, 2006). Por cada año

de edad, el riesgo de desarrollar obesidad aumenta (Robertson, 2003;

Colliard et al, 2006). Al igual que en humanos, en los que la sarcope-

nia y la pérdida de masa muscular ha sido probada, el ratio de masa

muscular / tejido adiposo decrece en perros a medida que su edad va

avanzando (Kealy et al, 2002).

LA FRECUENCIA DE APARICIÓN DE LA OBESIDAD EN LOS PERROS AUMENTA CON LA EDAD DEL PERRO Y DE SU DUEÑO.

2.6. Programación tempranaEl término «programación fetal» se emplea para describir el proceso

mediante el cual un ataque o estímulo que tiene lugar durante un

periodo crítico de desarrollo origina cambios duraderos o permanentes

en la estructura o función de un organismo (Lucas A., 1991). La hipó-

tesis del «fenotipo ahorrador» postula que el entorno fetal y temprano,

sobre todo la nutrición, desempeña un papel importante a la hora de

determinar la susceptibilidad de un individuo a padecer enfermedades

crónicas. Se produce una programación metabólica que permite que un

feto mal nutrido sobreviva a una nutrición postnatal escasa sin efectos

contraproducentes, pero si en la vida postnatal la nutrición es excesiva

puede producirse un aumento de probabilidad de que padezca obesidad

y diabetes del tipo 2.

En el caso del ser humano, los bebés que nacen con poco peso y pre-

sentan una tasa de crecimiento mayor al principio de la vida postnatal,

el denominado crecimiento compensatorio, que provoca un índice de

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masa corporal (IMC) más elevado y más grasa corporal en la edad adul-

ta (Ong et al, 2002).

En el caso de los perros, existen pocos estudios que demuestren la

relación entre las condiciones de gestación y el estado de salud del

animal adulto, pero se dice que un exceso de peso corporal cuando

son cachorros predispone a la obesidad en la edad adulta (Glickman

et al, 1995).

EL ENTORNO FETAL Y TEMPRANO, SOBRE TODO LA NUTRICIÓN, DESEMPEÑA UN PAPEL IMPORTANTE A LA HORA DE DETERMI-NAR LA SUSCEPTIBILIDAD DEL INDIVIDUO A PADECER ENFER-MEDADES CRÓNICAS.

2.7. Enfermedad o medicación La obesidad puede relacionarse con diversos trastornos endocrinos

como la diabetes mellitus, el hipotiroidismo, el hiperadrenocorticismo,

etc. Algunos medicamentos también pueden incrementar el apetito

(glucocorticoides, antiepilépticos, anticonceptivos…) aumentando el

riesgo de obesidad.

2.8. AlimentaciónLa obesidad se desarrolla cuando el aporte energético es más elevado

que las necesidades energéticas. Se observan aportes energéticos ma-

yores cuando la alimentación se realiza a voluntad, cuando los perros

comen entre horas, con dietas muy altas en grasa y con alimentos muy

apetitosos. Según se desprende de algunos estudios epidemiológicos

(Robertson et al, 2003; Lund et al, 2006; Colliard et al, 2006) es más

probable que los perros con sobrepeso y los perros obesos hayan recibi-

do carne u otros alimentos, chucherías y tentempiés de tipo industrial,

restos de comida y comida casera o en lata como principal componente

de su alimentación y que realicen sólo una comida al día.

Para evitar la obesidad canina, por regla general se desaconseja la

alimentación ad libitum, sobre todo en el caso de las perras esteriliza-

das por su incapacidad de regular su ingestión de alimentos, pudiendo

provocar un considerable aumento de peso (Jeusette et al, (2006a).

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Los nutrientes incluidos en la dieta también son factores importan-

tes en el aumento de la grasa corporal y de la obesidad: un aumento

de grasa en la dieta del 8%, sin modificar el aporte energético total,

incrementa la grasa de la zona abdominal para el mismo peso corporal

(Kim et al, 2003). En perras obesas de raza Beagle sometidas a una

dieta poco energética, baja en grasa y muy proteica, se produce una

disminución importante de los niveles de leptina (-25%), sin que ello

tenga ningún efecto sobre el peso del animal, lo cual sugiere una dis-

minución de la grasa corporal (Jeusette et al, 2005a).

LAS DIETAS RICAS EN GRASA Y ALTAMENTE APETITOSAS SUMI-NISTRADAS A VOLUNTAD O EL ABUSO DE CHUCHERÍAS Y TEN-TEMPIÉS, RESTOS DE COMIDA Y ALIMENTOS CASEROS O EN LATA PREDISPONEN A LA OBESIDAD.

3. ¿CUÁNDO SE CONSIDERA UNA ENFERMEDAD?

La obesidad y los trastornos asociados a ésta son cada vez más fre-

cuentes en los animales de compañía, sobre todo en los perros.

Los efectos negativos para la salud de la obesidad y el aumento de

masa adiposa se deben principalmente al estrés mecánico (articula-

ciones, corazón, etc.) y a los cambios metabólicos causados por el

exceso de grasa (con un aumento de la secreción de adipocitoquinas

inflamatorias).

3.1. Esperanza de vidaAlgunas patologías tienen una mayor prevalencia en los perros con

sobrepeso u obesidad. Es el caso de las enfermedades ortopédicas,

la diabetes mellitus, trastornos en los perfiles lipídicos sanguíneos,

enfermedades cardiorrespiratorias, trastornos renales y urinarios, neo-

plasia, trastornos dermatológicos, etc. [Tabla 1 y figura 12].

Por este motivo podemos afirmar que la obesidad puede reducir la

esperanza de vida de los perros, tal como se ha demostrado que ocurre

con las personas. Según se deduce de los datos aportados por Kealy

et al (2002) y Larson et al (2003), los perros alimentados a voluntad

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Tabla 1. Prevalencia de las enfermedades (y tipos de enfermedades*) según ICC en perros adultos (Fuente: Lund et al, 2006).ICC = Índice de condición corporalOR = Ratio de ODDS*Perros incluídos con mínimo de 1 enfermedad en las categorías citadas.

Enfermedad/ tipo de enfermedad

Artritis/osteoartritis

Dermatopatías

Diabetes mellitus

Distocia

Trastornos gastrointestinales

Cardiopatías

Hipertensión

Hiperadrenocorticismo

Hipotiroidismo

Hernia discal

Cojera

Trastornos del aparato urinario

Enfermedades musculoesqueléticas

Neoplasia

Enfermedades orales

Pancreatitis

Parálisis/Ataxia

Enfermedades renales

Enfermedades reproductivas

Enfermedades respiratorias

Rotura del ligamento cruzado

Con obesidad (4,5 < ICC ≤ 5,0)

n = 1099

4,2%

18,9%

0,7% (OR = 2,6),

0,0%

6,6%

3,8%

0,0%

0,6%

3,3% (OR = 2,8)

1,7%

4,3%

3,6%

8,6%

10,3% (OR = 1,4),

34,1%

0,9% (OR = 2,2),

0,3%

1,1%

0,5%

3,5%

1,6% (OR = 2,1),

Con sobrepeso(3,5 < ICC ≤ 4,5)

n = 6302

4,0%

18,6%

0,4%

0,1%

7,3%

3.4%

,08%

0,5% (OR = 2,4),

1,5% (OR = 1,4),

2,0%

3,7%

3,6% (OR = 1,3)

8,3%

7,6%

30,5% (OR = 1,1)

0,5%

0,2%

0,8%

1,0%

3,2%

1,1% (OR = 1,7),

Con peso normal o insuficiente(1,0 < ICC < 3,5)n = 14.353

2,4%

17,2%

0,3%

0,2%

7,3%

3,9%

,03%

0,2%

0,8%

1,8%

2,9%

3,0%

6,1%

5,3%

25,7%

0,4%

0,3%

0,9%

1,4%

3,6%

0,5%

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Figura 12. Porcentaje de perros afectados por determinadas enfermedades relacionado con su condición corporal [perros con sobrepeso y obesos, o perros delgados] (Fuente: Lund et al, 2006).*LVTD: Enfermedades urinarias de vías bajas.

*Problemas de movilidad: artritis/osteoartritis, cojera, trastornos musculoesqueléticos y/o rotura del ligamento cruzado.

% de enfermedad

Colapsotraqueal

Pancreatitis Neoplasia Problemasde

movilidad*

LVTD* Hipertiroi-dismo

25

20

15

10

5

0

Hiperadreno-corticismo

Diabetes Mellitus

Delgados Obesos y con sobrepeso

durante toda su vida presentan una mayor cantidad de grasa corporal

y de triglicéridos en suero, una mayor concentración de insulina y

glucosa, y una vida media significativamente más corta si se compara

con la de otros perros a los que se restringió de por vida el aporte

energético un 25%.

LA OBESIDAD PUEDE REDUCIR LA ESPERANZA DE VIDA DE LOS PERROS.

3.2. Enfermedades ortopédicasLas enfermedades ortopédicas, entre las que se encuentran los tras-

tornos traumáticos o degenerativos (osteoartritis [OA], fracturas del

cóndilo humeral, ruptura del ligamento cruzado craneal, hernia discal

etc.), son significativamente más frecuentes en perros obesos (Edney

y Smith, 1986; Brown et al, 1996; Smith et al, 2001; Lund et al, 2006).

El exceso de peso aumenta el esfuerzo mecánico de las articulaciones

y precipita la aparición de osteoartritis. El exceso de grasa y de peso

o una ingestión excesiva de alimentos también podrían tener repercu-

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siones en el metabolismo del cartílago y de los huesos, en la secreción

hormonal y en el proceso inflamatorio implicado en las enfermedades

ortopédicas (Blum et al, 1992; Larson et al, 2003; Smith et al, 2006).

Está comprobado que los perros alimentados a voluntad durante largo

tiempo presentan con mayor frecuencia y gravedad osteoartritis de ca-

dera, hombro y codo que los perros cuyo aporte energético es limitado

(Kealy et al, 2000; Kealy et al, 2002).

La reducción de peso en los perros osteoartríticos obesos retrasa el

proceso degenerativo y reduce el dolor porque disminuye el esfuerzo

realizado por las articulaciones. Tal como se demuestra en Rocksin et al

(2007), la aplicación de dietas de reducción de peso en perros obesos

con OA y cojera resulta altamente beneficiosa.

EL EXCESO DE PESO QUE PRESENTAN LOS PERROS OBESOS HACE AUMENTAR EL ESFUERZO MECÁNICO DE LAS ARTICULACIONES Y PRECIPITA LA APARICIÓN DE OSTEOARTRITIS.

3.3. Obesidad e inflamación Tanto en los perros como en las personas, el tejido adiposo se consi-

dera como un órgano endocrino que segrega citoquinas denominadas

adipoquinas, algunas de las cuales son proinflamatorias y están im-

plicadas en algunas patologías vinculadas con la obesidad. En el caso

de los perros, el tejido adiposo expresa una amplia variedad de genes

para adipoquinas que codifican hormonas, citoquinas inflamatorias y

proteínas de fase aguda (adiponectina, leptina, angiotensinógeno, in-

hibidor del activador del plasminógeno-1, IL-6, haptoglobina, metalo-

tioneína-1 y 2, y factor de crecimiento del tejido nervioso; Eisele et al,

2005; Gayet et al, 2004; Ishioka et al, 2006; Brunson et al, 2007).

En el caso del ser humano la obesidad se caracteriza por ser un

estado inflamatorio crónico, sistémico y de grado inferior donde el

recuento de leucocitos, la TNF-` y la proteína C reactiva (CRP) se

encuentran elevados. Se considera que tal vez la inflamación sea el

mecanismo por el cual la obesidad desemboca en insulinorresistencia

y otras patologías crónicas.

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LA OBESIDAD SE CARACTERIZA POR SER UN ESTADO INFLAMA-TORIO CRONICO Y LA FÓRMULA LEUCOCITARIA, EL TNF-` Y LA PROTEÍNA C REACTIVA (CRP) SE VEN ALTERADAS.

3.4. Obesidad, insulinorresistencia, diabetes mellitus e hiperlipidemiaAunque, a diferencia de los humanos, en los perros la obesidad no esté

claramente relacionada con la diabetes del tipo 2, algunos autores

afirman que el 61% de los perros obesos presentan hiperinsulinemia,

intolerancia a la glucosa o ambas (Mattheeuws et al, 1984b). En los

perros alimentados a voluntad con una dieta rica en grasas se ha ob-

servado, de forma experimental, un síndrome parecido a la «obesidad

central humana»: estos perros se volvieron obesos, aumentó su masa

adiposa abdominal y mostraron un desarrollo progresivo de la insuli-

norresistencia y la hiperlipidemia (Rocchini et al, 1987; Van Citters,

2002; Bailhache et al, 2003; Kim et al, 2003;).

Una alimentación rica en grasa provoca un aumento del peso con un

aumento de volumen abdominal significativamente más elevado que el

torácico, y el incremento de los niveles plasmáticos de insulina y áci-

dos grasos libres se corresponde con los cambios ocurridos en el peso

corporal (Verwaerde et al, 1999). La resistencia a la insulina se define

como la disminución del efecto de la insulina con un menor consumo

de glucosa periférica y la dificultad para suprimir la producción de glu-

cosa hepática. La resistencia a la insulina afecta la expresión génica

de forma parecida en las personas y en los perros (superexpresión de

leptina, menor expresión de adiponectina, GLUT4, LPL, PPAR y UCP;

Gayet et al, 2007).

Los perros con un aporte energético limitado presentan una mayor

sensibilidad a la insulina y una menor concentración de glucosa, fac-

tores que apuntan a una mayor esperanza de vida (Kealy et al, 2002;

Larson et al, 2003).

Los perros con obesidad crónica también presentan una mayor con-

centración de colesterol y triglicéridos en sangre (Jeusette et al, 2005a;

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Pena et al, 2008). A diferencia de lo que ocurre en los seres humanos,

la aterosclerosis es poco frecuente en los perros, pero unos niveles ele-

vados de colesterol y triglicéridos en sangre pueden provocar lesiones

oculares y pancreatitis (Rogers 1977; Crispin, 1993; Crispin, 2002).

EL PROGRESIVO DESARROLLO DE LA INSULINORRESISTENCIA Y EL INCREMENTO DE LOS NIVELES DE COLESTEROL Y TRIGLI-CÉRIDOS EN SANGRE EN PERROS OBESOS PUEDEN OCASIONAR LESIONES OCULARES Y PANCREATITIS.

3.5. Afecciones respiratorias e intolerancia al ejercicio fí-sico y al calor La intolerancia al ejercicio y las dificultades respiratorias suelen estar

relacionadas con la obesidad canina (De Rick y De Schepper, 1980;

Ettinger, 1983; Biourge et al, 1987; Diez et al, 2002; Carciofi et al,

2005; Saker y Remillard, 2005). También existe cierta correlación entre

la obesidad y la traqueomalacia (O’Brien et al, 1966; White y William,

1994). Cuando se realiza la prueba de esfuerzo en la cinta rodante,

transcurridas 3 semanas los perros obesos no pueden mantener el ritmo

del ejercicio de partida (Mizelle et al, 1994).

En la práctica, los perros obesos suelen mostrarse inactivos y letár-

gicos (Diez et al, 2002).

LOS PERROS OBESOS SUELEN PRESENTAR INTOLERANCIA AL EJERCICIO.

3.6. Enfermedades cardiovasculares e hipertensiónCuando se observa un exceso de peso importante en perros también

suele aumentar la frecuencia de enfermedades cardiovasculares (Baba

y Arakana, 1984; Edney y Smith, 1986; Valtonen y Oksanen, 1972).

Si bien se ha demostrado que la presión sanguínea de los perros con

sobrepeso es más elevada que la de los perros con un peso ideal, no

existen pruebas contundentes sobre el origen y el mecanismo de la

hipertensión en perros obesos con resistencia a la insulina.

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Diversos estudios demuestran que una dieta rica en grasas saturadas

y/o el aumento de peso guardan cierta relación con el aumento de la

frecuencia cardíaca, el rendimiento cardíaco en reposo, el rendimiento

cardíaco en la masa ventricular izquierda, la presión auricular izquierda,

la presión sanguínea (sistólica, diastólica y media), el volumen plasmá-

tico y la resistencia vascular sistémica, así como con una disminución

de la sensibilidad barorrefleja espontánea que provoca una leve hiper-

tensión arterial (Rochini et al, 1987; Van Vliet et al, 1995; Kuruvilla y

Frankel, 2003). El volumen ventricular izquierdo aumenta con la sístole

y la diástole, a pesar de no producirse cambios en el grosor de la mem-

brana. También se observa el aumento de la masa ventricular, lo cual

parece indicar que se trata de una hipertensión dependiente del volumen

(Massabuau et al, 1997).

La respuesta a las pruebas de esfuerzo (5,6 km/h, pendiente del 10%)

se caracteriza por un aumento exagerado de la presión auricular izquierda

durante el desarrollo de la obesidad y, en contraste, por una disminución

de ésta cuando los perros son delgados. Estos resultados indican que la

función ventricular izquierda se vuelve anormal en una etapa muy tem-

prana del desarrollo de la obesidad canina (Mizelle et al, 1994).

EN LOS PERROS CON SOBREPESO SE OBSERVA UN AUMENTO EN LA PRESIÓN SANGUÍNEA (SISTÓLICA, DIASTÓLICA Y MEDIA).

3.7. Enfermedades renales y urinariasLa obesidad canina provocada por una alimentación rica en grasas

desemboca en hiperfiltración glomerular, retención de sodio e hiper-

tensión (De Paula et al, 2004). Se han estudiado los cambios histoló-

gicos y funcionales que se producen en el riñón en la primera fase de

la obesidad canina. Comparados con los de perros delgados, el peso

hepático, la actividad renínica plasmática, la concentración de insuli-

na, la presión arterial, la velocidad de filtración glomerular y el flujo

plasmático renal de los perros obesos eran más elevados. También se

observan cambios histológicos en las cápsulas de Bowman, en la ma-

triz mesangial, en las membranas glomerulares y tubulares, etc. Todos

estos cambios pueden ser los precursores de algunas lesiones glomeru-

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lares más graves relacionadas con la obesidad prolongada. No está

demostrada la vinculación de la hiperinsulinemia con estos cambios.

Se ha demostrado asimismo que los perros con sobrepeso corren un

riesgo mayor de desarrollar cálculos de oxalato cálcico (Lekcharoensuk

et al, 2000), que pueden reducir las funciones renales.

LAS LESIONES GLOMERULARES GUARDAN RELACIÓN CON LA OBESIDAD PROLONGADA.

3.8. Anestesia Los riesgos que comporta la anestesia son mayores si el perro sufre

obesidad, una circunstancia que debe tenerse en cuenta a la hora de

intervenir a estos perros.

3.9. CáncerSe ha observado que en los perros la obesidad al año de edad y un

año antes de su diagnóstico está relacionada con la prevalencia de

tumores de mama (Sonnenschein et al, 1991). También los perros con

sobrepeso corren un riesgo mayor de desarrollar carcinoma de células

de transición de la vejiga (Glickman et al, 1989).

3.10. Afecciones dermatológicasLa obesidad incrementa el riesgo de padecer dermatitis por Malassezia

(Pak-SonIl et al, 1999).

3.11. Obesidad inicial y obesidad crónicaLas patologías asociadas a la obesidad son una causa de morbilidad y

mortalidad caninas. Por regla general, la obesidad se desarrolla en dos

fases: una fase dinámica seguida de una fase estática. Durante la fase

dinámica, además de producirse un aumento del peso y de grasa corpo-

ral del animal, cambia su metabolismo (aumentan la leptina en plasma

y las hormonas tiroideas). Durante esta fase, los parámetros sanguí-

neos (insulina, glucosa, lípidos, etc.) presentan unos niveles normales

y no se observan alteraciones fisiológicas. En cambio, una vez se inicia

la fase estática y crónica los perros presentan modificaciones en los

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lípidos y la insulina en sangre (Jeusette et al, 2005a). Por lo tanto,

el tratamiento debe aplicarse lo antes posible a fin de restablecer la

composición corporal y los parámetros sanguíneos óptimos.

La mayor parte de las modificaciones metabólicas se revierten fácil-

mente si se imponen restricciones energéticas y si el perro pierde peso

(Jeusette et al, 2005b). Pequeños cambios en el peso suponen mejoras

metabólicas importantes y significantes.

LA OBESIDAD DEBE TRATARSE CUANTO ANTES A FIN DE RESTA-BLECER LA COMPOSICIÓN CORPORAL Y LOS PARÁMETROS SAN-GUÍNEOS ÓPTIMOS.

4. TRATAMIENTO

La intervención dietética y el ejercicio son las herramientas más efica-

ces para mejorar el bienestar de los perros obesos.

4.1. Intervención dietéticaSe recomienda aplicar un tratamiento a los perros con sobrepeso y

obesidad siempre que aparezca alguna de las patologías anteriormen-

te descritas. La intervención dietética con una restricción del aporte

energético es el único tratamiento claro para que el animal pierda

peso.

Para lograr esta restricción energética, podemos recurrir a diversos

métodos: reducir la cantidad de comida que se ofrece al perro o bien

reducir la densidad energética (dilución energética). No es recomenda-

ble únicamente reducir la cantidad de comida que se ofrece al perro,

porque esto implicaría una reducción sustancial del volumen ingerido y

un incremento de la insatisfacción del animal ya que tendría una mayor

sensación de apetito. También provocaría un déficit potencial de nu-

trientes, como es el caso de algunos minerales, vitaminas, oligoelemen-

tos, ácidos grasos esenciales y aminoácidos. Aumentar la saciedad de

un alimento incrementar el nivel de proteínas y ácidos grasos de cadena

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media, por ejemplo, constituye un mecanismo adicional. El mecanismo

de la saciedad no se conoce del todo pero incluye el control hormonal y

la retroalimentación intestinal [Figura 13].

Por lo tanto, en los programas de adelgazamiento se recomienda

siempre la aplicación de una dieta diseñada especialmente para perros

obesos. El método más utilizado para reducir la densidad energética

del alimento es reducir la cantidad de grasa e incrementar la de fibra.

También puede aplicarse un aumento del agua y/o una reducción de la

densidad física de un alimento seco (g/cm3). Además del seguimiento

de una dieta baja en grasa, rica en fibra y con un reducido aporte ener-

gético, la estrategia de aumentar las proteínas o reducir los hidratos de

carbono con un índice glicémico elevado se ha aplicado con bastante

éxito tanto en personas como en perros.

CONTROLADOR

SISTEMA DE CONTROL

Lengua

Boca

Grasa

Pancreas

Hígado

Estómago

NorepinefrinaDinorfinaNeuropeptido YMCHOrexinaGrelinaPéptido relacionado con agoutí

SerotoninaNorepinefrina`-MSHCRH/UrocorteínaGLP-ICART

ColecistoquininaEnterostatinaGLP-IGrelina

Insulina

Búsq

ueda

de

alim

ento

Sabor

Vago

Comida

Cortisol

ACTH

Señales químicas (leptina)

Vago

Seña

les

nerv

iosa

s

SNS

Figura 13. El mecanismo de la saciedad

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Un estudio clínico reciente de intervención dietética con dietas bajas

en grasa y rica en proteína mostró una reducción de triglicéridos, co-

lesterol, insulina y fructosamina en sangre acompañada de una reduc-

ción de peso (Rocksin et al, 2007). El estudio ponía de manifiesto una

mejora del bienestar de los perros al mejorar su movilidad, la disnea y

la intolerancia al ejercicio (Rocksin et al, 2007), lo cual corrobora los

resultados de otras pruebas experimentales o clínicas con dietas ricas

Figura 14. Mejoras en la movilidad tras seguir una dieta de adelgazamiento baja en grasas y rica en proteínas.

movilidad

tiempo (meses)inicio 3 6

ESTRATEGIAS PARA REDUCIR LA INGESTA DE ENERGÍAEN PERROS OBESOS

SACIEDAD: Condición de sentirse lleno o gratificado además de satisfecho

1. Restricción de alimentos:

2. Alimento con bajo contenido en calorías: Incremento de la cantidad con la misma ingesta energética

3. Ingredientes saciantes: ejemplo: Proteínas, ácidos grasos de cadena media, fibra

Insatisfacción del perro entre comidas:· Hambriento· Mendigar· Irritable· Mal comportamiento...

Negativos

Apéndice 1.

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en proteína (Diez et al, 2002; Jeusette et al, 2005b, Impellizerri, 2000,

Carciofi et al, 2005; Saker y Remillard, 2005).

En condiciones experimentales se ha demostrado que sólo con la

modificación de la dieta (reducción del aporte energético, dieta pobre

en grasa y rica en proteína) y la restricción energética asociada (apor-

te limitado) ya mejoran los parámetros sanguíneos (leptina, insulina,

colesterol, triglicéridos) antes de que pueda observarse una pérdida de

peso significativa (Jeusette et al, 2005a).

4.1.1 EnergíaLa limitación del aporte energético es fundamental para lograr una

pérdida de peso y evitar que se recupere de nuevo.

La restricción calórica radical (40%) ha sido el único medio docu-

mentado capaz de prolongar la vida en los roedores, así como en diver-

sas especies de invertebrados. Sin embargo, esta estrategia es difícil

de aplicar en el ser humano al provocar una insatisfactoria sensación

de hambre de carácter permanente y algunos efectos secundarios (dis-

minución de la libido, serotonina, adaptación térmica).

En el caso de los perros, una restricción alimentaria del 30% durante

3 meses redujo el nivel de glutatión en plasma y modificó la ruta de

los ácidos grasos reduciendo la proporción de ácidos grasos proinfla-

matorios en las membranas de los hematíes (Torre et al, 2006a).

Una restricción alimentaria del 25% durante toda la vida redujo el peso

y la grasa corporal, los triglicéridos en suero, así como los niveles

de triiodotironina, insulina y glucosa. Estos parámetros se consideran

marcadores de envejecimiento con un posible valor como indicadores

de intervenciones o tratamientos médicos preventivos en los primeros

años de vida (Kealy et al, 2002).

LA RESTRICCIÓN DEL APORTE ENERGÉTICO ES EL TRATAMIENTO MÁS UTILIZADO PARA TRATAR LA OBESIDAD DE LOS ANIMALES DOMÉSTICOS. UNA DIETA CON UN APORTE ENERGÉTICO REDU-CIDO SUMINISTRADA AD LIBITUM NO ES SUFICIENTE TRATA-MIENTO PARA PERROS CON SOBREPESO.

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PREVENCIÓN

Durante el crecimientoEn los perros de raza grande, un aporte energético excesivo durante

el crecimiento provoca un exceso de peso que incrementa el estrés

mecánico sobre los cartílagos de las placas de crecimiento en un sis-

tema osteoarticular inmaduro. Se sabe que la displasia de cadera, la

osteocondrosis, la carpocifosis y la osteodistrofia hipertrófica están

provocadas por un exceso de peso durante el crecimiento (Hedham-

mer et al, 1974; Dammrich et al, 1991). Sin embargo, es posible que

el estrés mecánico no sea el único mecanismo implicado. La obesi-

dad y un aporte energético excesivo también provocan modificacio-

nes en las secreciones hormonales (IGF-1, hormonas tiroideas…),

cuyas consecuencias para los perros todavía no se han evaluado.

En los perros de tamaño reducido las consecuencias sobre el sistema

osteoarticular de un aporte energético elevado son menos signifi-

cativas, pero pueden provocar obesidad en los perros jóvenes. La

obesidad a una edad temprana predispone a los perros jóvenes a su-

frir diversas patologías (insulinorresistencia, diabetes, dislipidemia,

hipertensión, osteoartritis, cáncer de mama, afecciones renales…)

y a tener una esperanza de vida reducida.

Es evidente que las necesidades energéticas son mayores durante

el crecimiento que en la edad adulta, pero debe evitarse el aporte

energético excesivo; al igual que en el caso de los adultos, el índice

de condición corporal debe ser óptimo durante el crecimiento.

UN APORTE ENERGÉTICO EXCESIVO EN LOS PERROS JÓVENES PREDISPONE A PADECER DIVERSAS PATOLOGÍAS EN LA EDAD ADULTA.

Después de la esterilizaciónSe recomienda trazar un plan dietético estricto después de la este-

rilización ya que los perros esterilizados tienen unas necesidades

energéticas menores y un comportamiento alimenticio modificado

que propicia el aumento de peso (Jeusette et al, 2004b y 2006a).

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En las perras esterilizadas, el aumento de peso se evita reduciendo

el aporte energético un 30% de las necesidades energéticas de man-

tenimiento (MER) (MER = 132 kcal/kg IBW0,75; Anantharaman-Barr,

1990; Jeusette et al, 2004b y 2006a).

UNA REDUCCIÓN DEL 20 al 30% DE LAS NECESIDADES ENER-GETICAS DE MANTENIMIENTO (MER) DESPUÉS DEL ESTERILIZA-CIÓN EVITA EL AUMENTO DE PESO.

Pérdida de peso corporalDurante el programa de adelgazamiento, la reducción del aporte

energético debe provocar una pérdida de peso semanal entre el

1-2% del peso inicial . No se recomienda que la pérdida de peso sea

superior al 2% porque derivaría en una pérdida de masa muscular

(Burkholder y Toll, 2000). Se ha demostrado que los perros que

pierden peso lentamente (1,14%/semana) conservan su peso ideal

más fácilmente una vez terminado el programa de pérdida de peso

(Laflamme y Kulhman, 1995).

Según el protocolo, el aporte energético durante el programa de

adelgazamiento debe aportar entre el 40 y 82% de las necesidades

energéticas de mantenimiento (MER) (MER = 132 kcal/kg PC0,75).

Una reducción severa permite obtener buenos resultados (entre 1,14

y 1,56% de pérdida de peso corporal/semana) (Laflamme y Khul-

man, 1995; Diez et al, 2002; Jeusette et al, 2004a, 2005b). Así los

programas de pérdida de peso implican una reducción de casi un 50

% del consumo de alimento del perro antes de iniciar el programa

por lo que resultan difícil de aplicar en condiciones prácticas y los

resultados de pérdida de peso obtenidos en pruebas clínicas son

inferiores a los deseados, oscilando entre 0,68 – 0,88% semanal.

(Jeusette et al, 2004a, 2005b. (Carciofi et al, 2005; Saker y Remi-

llard, 2005; German et al, 2007).

En un estudio clínico reciente el ritmo de pérdida de peso corporal

alcanzó el -1,2±0,4% con una restricción del 66±6% MER durante

los 3 primeros meses, pero disminuyó en los 3 meses siguientes.

Con el tiempo es necesario realizar una reducción significativa en

el aporte energético a fin de conservar el ritmo de pérdida de peso

IBW = Ideal Body Weight (peso corporal ideal)

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corporal (70±1% MER para provocarlo, 66±8% MER [-9%]) trans-

curridos 3 meses, 56±7% MER [-20%] para terminar) e incluso con

esta reducción del aporte energético el ritmo de pérdida de peso

disminuyó con el tiempo [Figura 15].

ES NECESARIO LLEVAR A CABO UNA DISMINUCIÓN SIGNIFICA-TIVA DEL APORTE ENERGETICO PARA CONSERVAR EL RITMO DE PÉRDIDA DE PESO A LO LARGO DEL TIEMPO (70% MER PARA EMPEZAR Y 65% MER TRANSCURRIDOS 3 MESES).

Este estudio clínico confirmó los resultados observados en condi-

ciones experimentales, en las cuales se demostraba que la pérdida

de peso provoca una disminuición del 29% de las necesidades ener-

géticas. Esta resistencia metabólica a la pérdida de peso corpo-

ral seguramente es debida a las modificaciones hormonales y de la

composición corporal (Jeusette et al, 2005b y 2006a; Daminet et al,

2004; Laflamme y Khulman, 1995):

Figura 15. Restricción energética (en % NEM con NEM = 132 kcal/kg0,75) para lograr una reducción del peso corporal en un periodo de 6 meses: con el tiempo es necesario reducir la asignación energética a fin de conservar la pérdida de peso corporal.

70

68

66

64

62

60

58

56

54

52

50

0 10 20 30

% M

ER

semanas

RESTRICCIÓN ENERGÉTICA PARA PERDER PESO (% MER)

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- menor concentración de hormonas tiroideas (TT3, TT4) que indica

una reducción metabólica

- menor concentración de leptina, que favorece un aumento del ape-

tito

- mayor concentración de grelina, una hormona orexigénica

- reducción del tejido adiposo y la masa magra, ambas metabólica-

mente activas. (En este contexto una pérdida del 20% de la masa

magra se considera baja).

CON EL TIEMPO DEBE REDUCIRSE EL APORTE ENERGÉTICO A FIN DE MODERAR Y ADECUAR EL RITMO DE PÉRDIDA DE PESO COR-PORAL HASTA ALCANZAR EL ICC. DURANTE EL PROGRAMA DE ADELGAZAMIENTO ES IMPORTANTE QUE UN VETERINARIO REA-LICE EL SEGUIMIENTO DE MANERA ESTRICTA Y PERIÓDICA.

La función del veterinario es informar al propietario sobre todos

estos procesos a fin de mejorar la colaboración entre ambos. Asi-

mismo, el propietario debe comprender, aceptar y apoyar los proce-

dimientos que éste le recomiende.

Otra solución consiste en aplicar una recomendación más estricta

al comienzo del programa de adelgazamiento, pero ello conlleva

el riesgo de que el ritmo de pérdida de peso se acelere durante los

primeros meses y, en consecuencia, un mayor riesgo de recuperar el

peso perdido (Laflamme et al, 1995).

Mantenimiento del peso: cómo evitar la recuperación del peso perdidoLas necesidades energéticas son menores después de que el perro pier-

de peso si se comparan con las que tenía en la fase obesa. Jeusette et

al (2004a, 2005b) cuantificaron las necesidades energéticas de mante-

nimiento en un 29% menor que antes de perder peso. Probablemente

esto se deba a los cambios que sufre la composición corporal (pérdida

inevitable de masa muscular) y el metabolismo (hormonas tiroideas,

leptina, grelina…) (Laflamme y Khulman, 1995; Daminet et al, 2003;

Jeusette et al, 2004a).

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DURANTE TODA LA VIDA DEL PERRO DEBEN SEGUIRSE UNOS HÁBITOS DIETÉTICOS SALUDABLES PARA EVITAR RECUPERAR EL PESO PERDIDO.

4.1.2. ProteínasEn medicina humana, el procedimiento convencional para perder peso

recomienda una dieta pobre en grasa, rica en hidratos de carbono y

con un reducido aporte energético. Actualmente aumenta el interés

por dietas bajas en almidón y azúcar y dietas muy proteicas. Estas

últimas se basan en una mala utilización de la energía por parte del

organismo (pérdida de energía por orina en forma de cuerpos cetónicos

reducción de la energía neta, aumento de la termogénesis y una mayor

oxidación de grasas). A pesar de observarse un nivel de éxito elevado

en la práctica con dietas de adelgazamiento ricas en proteína (reduc-

ción espontánea del aporte energético debido a los efectos anorexigé-

nicos de los cuerpos cetónicos y nivel bajo de insulina y proteínas),

se podría cuestionar una estricta aplicación de estas dietas debido

Apéndice 2. Recomendaciones sobre requerimientos energéticos para perros.(1) Con el término “perros inactivos” nos referimos a las necesidades energéticas de perros en un ambiente doméstico con bajos estímulos y pocas opciones de hacer ejercicio. Los requerimientos para perros muy viejos o realmente muy inactivos pueden estar sobreestimados. (2) Con el término “perros activos” nos referimos a perros en un ambiente doméstico con amplios estímulos u oportunida-des de realizar ejercicio, como los perros que viven en casas de campo o en casas con amplios patios. ICC Indice de Condición Corporal. PC Peso corporal. Nota. Las necesidades energéticas dependen mucho de las características individuales y dependen del estilo de vida. La can-tidad de alimento debe adaptarse a cada individuo y a su índice de condición corporal. Esta tabla debe usarse como guía de recomendación. Los requerimientos para crecimiento, gestación, lactancia o ejercicio no han sido tenidos en cuenta.

Mantenimiento Perros inactivos 95 kcal/kg PC0.75 (1) Perros activos 130 kcal/kg PC0.75 (2) Perros activos jóvenes 140 kcal/kg PC0.75 (2) Perros activos senior 105 kcal/kg PC0.75 (2) Gran Danés Activo 200 kcal/kg PC0.75 (2)

Perros castrados 20 -30 % menos que perros no esterilizados

Pérdida de peso Restricción de alimento inicial

Si ICC = 5/5 35-40% de restricción energética (= 60-65% de los requerimientos de la energía de mantenimiento calculada para el peso ideal)

Si ICC= 4/5 o si el primer nivel, 45-50% de restricción energética ( = 45-50% de los requerimientos de la energía no funciona o después de 3 de mantenimiento calculada para el peso ideal)meses de pérdida de peso

Seguimiento del programa de Objetivo: 1-2% semanal del peso inicialpérdida de peso Si el ritmo es menor al 0,8% de pérdida de peso semanal durante 2 semanas consecutivas, reducir un 10% la cantidad de alimento

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a los posibles efectos tóxicos de una alta concentración de cuerpos

cetónicos en sangre y al posible efecto nocivo de la proteína sobre las

funciones renales.

El metabolismo de los cuerpos cetónicos en los perros es distinto y

las dietas ricas en proteínas les resultan fisiológicamente más adecua-

das por su origen como carnívoros, pero hay pocos estudios sobre los

efectos de las distintas dietas en el metabolismo canino.

Los alimentos bajos en energía para perros se formulan reduciendo la

grasa y aumentando la fibra dietética. El intercambio de proteínas por

almidón es energéticamente neutral pero puede presentar numerosas

ventajas (Dumon et al, 2005).

Las proteínas mejoran la composición corporal: estudios reali-

zados entre 1988 y 1999 demostraron que dietas de adelgazamien-

to para perros ricas en proteína (62% EM en forma de proteina ) y

pobres en hidratos de carbono (7% EM en forma de carbohidratos)

favorecían una mejor conservación de tejido magro comparadas

con dietas de control (35% EM procedente de proteína y 35% EM

procedente de hidratos de carbono) y se tardaba el mismo tiempo

en lograr el peso corporal objetivo (Laflamme y Hannah, 1988 y

Hannah, 1999). Algunos estudios más recientes (Diez et al, 2002)

confirman estos resultados: una dieta rica en proteína y pobre en

almidón (48% proteina, 5% almidón, 31% fibra dietética, en %

materia seca) produjo un ritmo de pérdida de peso lento (<2%) y

una mejor conservación de la masa muscular, comparada con una

dieta proteica normal con un alto contenido en fibra (24% proteí-

na, 24% almidón, 39 % de fibra). En otro estudio (Jeusette et al,

2006b) una dieta rica en proteína y pobre en hidratos de carbono

(45% EM como proteína, 5% EM como almidón), comparada con

una dieta pobre en grasa y alta en almidón obtenía la misma re-

ducción de peso (2,18 ± 0,29% de pérdida de peso/semana) en un

periodo de 8 semanas con un aporte energético diario más elevado

(547 ± 6 kcal EM /día versus 495 ± 5 kcal EM/día).

Conservar la masa muscular es muy importante para la gestión del

peso a largo plazo porque el gasto energético depende de la masa

muscular. Una pérdida considerable de masa muscular se traduce

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en una necesidad energética menor y, en consecuencia, propicia

la resistencia metabólica a perder peso y una posible recuperación

del peso perdido.

Las proteínas aumentan el gasto energético: La eficiencia de

utilización de la energía que contienen las proteínas es menor

comparada con la de la grasa o de los hidratos de carbono al eli-

minar las celulas más calor cuando las utilizan (el efecto térmico

de la proteína es mayor) (Rubner et al, 1902). Esto puede explicar

por qué una dieta rica en proteína permite un mayor consumo de

alimentos energéticos (+10%) para lograr el mismo ritmo de pérdi-

da de peso en condiciones experimentales (Jeusette et al, 2006b).

En condiciones clínicas se ha observado un mayor ritmo de pérdida

de peso para el mismo consumo de alimentos energéticos con una

dieta más proteica (Rocksin et al, 2007).

Las proteínas mejoran la apetencia: un contenido mayor de pro-

teínas animales podría contribuir a mejorar la apetencia de las

dietas poco energéticas.

Las proteínas son más saciantes: en los perros la sensación de

saciedad está relacionada con la carga calórica del intestino. Un

contenido de proteínas más elevado en la dieta podría ser necesario

para lograr la saciedad suficiente (Geoghegan et al, 1997). El orígen

y tipo de proteínas también es importante ya que su degradadción

intestinal y cinética son distintas. Por ejemplo, en el ser humano la

saciedad posprandial parece mayor después de la ingestión de suero

lácteo que de caseína. La composición de los aminoácidos también

podría influir mediante la gluconeogénesis o al actuar como qui-

miosensores esenciales de los nutrientes, como precursores de los

neurotransmisores o como anorexigénicos. Se ha demostrado que

las dietas ricas en proteínas y en fibra incrementan la sensación de

saciedad en los perros (Weber et al, 2007).

No se ha podido demostrar que dietas ricas en proteína sean nocivas para la función renal del perro sano: no existen pruebas

epidemiológicas que demuestren una relación entre el consumo

elevado de proteínas y la insuficiencia renal crónica en perros y

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LA IMPORTANCIA DE LA COMPOSICIÓN DE UNA DIETA

Beneficios potenciales del incremento de la proteína1. Coste metabólico de la proteína: menos energía neta (pérdida de calor) = menos cantidad de energía para almacenar2. Mejor condición corporal = mayor requiremento energético3. Mejor sensación de saciedad

1000 kcal Energía metabolizable

868 kcal Energía neta

1000 kcal Energía metabolizable

839 kcal Energía neta

Con incremento de proteína y disminución de carbohidratos

250

250

500

150

350500

ProteínaCarbohidratosGrasaDiferencia deenergía entreambas dietas

Figura 16.

gatos, aunque si ha sido probado que el fósforo es un factor cla-

ve. De todas formas, un % alto de proteína en dietas para perros

obesos no significa necesariamente un aumento del consumo de

proteína, debido a la restricción total en el consumo de la dieta

para conseguir la restricción energética.

UNA DIETA RICA EN PROTEÍNA PARA PERROS OBESOS PERMI-TE CONSERVAR SU MASA MUSCULAR, INCREMENTAR EL GASTO ENERGÉTICO , LA APETENCIA, Y LA SENSACIÓN DE SACIEDAD. Se realizó un estudio clínico para comparar, en condiciones habitua-

les de la práctica clínica, dos dietas de adelgazamiento con distinto

contenido en proteína, almidón y fibra: ambas dietas produjeron una

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pérdida de peso saludable. Sin embargo, la dieta rica en proteína y con

un contenido moderado de almidón provocó un ritmo de adelgazamien-

to significativamente más elevado durante los 3 primeros meses, con

un consumo de energía similar y una menor concentración plasmática

de triglicéridos, insulina y fructosamina después de 6 meses. No se

observaron efectos secundarios negativos de la dieta rica en proteína

(Rocksin et al, 2007; [Figura 17]).

Proteínas vegetalesEn medicina humana los datos indican que las dietas ricas en gra-

sa y proteína de origen vegetal pueden reducir ligeramente el riesgo

de padecer diabetes y enfermedades coronarias (Halton et al, 2006 y

2008).

Figura 17. Insensee antes y después del programa de pérdida de peso.Imagen cedida por la Fundación de medicina veterinaria de la Universidad de Hannover.

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4.1.3. GrasasGeneralmente suele reducirse el nivel de grasa en las dietas formuladas

para animales obesos. Es la forma más eficaz de reducir la densidad

energética y, por tanto, permitir que el animal consuma una cantidad

de comida relativamente mayor con la misma energía. Si las grasas se

sustituyen, por ejemplo, por hidratos de carbono complejos, se redu-

ce el contenido energético bruto a la vez que se incrementa el gasto

energético metabólico. De hecho, la eficiencia de utilización de los

carbohidratos es 9 – 12% menor que la de la grasa. ya que la grasa se

emplea más eficazmente para la producción de moléculas de ATP (más

energía neta) y para la acumulación de grasa en el tejido adiposo. Un

mínimo de grasa se requiere para cubrir las necesidades de vitaminas

liposolubles y ácidos grasos esenciales. Además, la grasa animal mejora

la apetencia de las dietas para los perros.

La legislación europea que regula los alimentos para perros y gatos,

recomienda un mínimo de un 5% de grasa para poder considerar el

alimento completo y el aporte de ácidos grasos esenciales (linoleico y

linolénico) suficiente.

A diferencia de las dietas pobres en grasa, un estudio reciente ha

demostrado que un nivel de grasa más elevado junto con un consu-

mo energético controlado permitió seguir un ritmo de adelgazamiento

adecuado pero con unos alimentos más apetecibles.

UN NIVEL MODERADO DE GRASA Y DE HIDRATOS DE CARBONO JUNTO CON UN CONSUMO ENERGÉTICO CONTROLADO PERMI-TEN UN RITMO DE ADELGAZAMIENTO ADECUADO CON ALIMEN-TOS MÁS APETECIBLES.

Ácidos grasos omega 3 (v3)Como se ha mencionado anteriormente, la obesidad implica un estado

inflamatorio crónico, sistémico y de bajo grado origen de diversas pato-

logías (Eisele et al, 2005).

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En el caso de los perros, como en otros mamíferos, se ha demostrado

que la proporción entre ácidos grasos omega 6 y omega 3 (v6/v3) mo-

dula las reacciones inflamatorias. Una proporción que oscile entre 5 y 10

reduce la producción de mediadores inflamatorios sin efectos secunda-

rios y, por tanto, podría ser beneficiosa para los perros obesos. Sin em-

bargo, además de la proporción entre v6 /v3, es necesario suministrar

una cantidad mínima de ácidos grasos v3 de cadena larga (DHA-EPA)

para lograr efectos positivos sobre la salud (Hall et al, 2006).

Las dietas caninas para suministrar la proporción recomendada y la

cantidad mínima de ácidos grasos v3 de cadena larga deben ser com-

plementadas con una fuente natural de DHA (procedente de pescado

azul o algas marinas) y de EPA (procedente de pescado azul u hongos

filamentosos).

Otros efectos beneficiosos sobre la salud, como la mejora de los

lípidos en sangre y la mejora de la osteoartritis se han puesto de ma-

nifiesto con la suplementación de ácidos grasos v3 en las dietas de las

personas, también en los perros se ha demostrado que el aumento del

nivel de ácidos grasos v3 mejora la cojera (Hansen et al, 2008).

LAS DIETAS SUPLEMENTADAS CON FUENTES NATURALES DE ÁCIDOS GRASOS OMEGA 3 DE CADENA LARGA (DHA Y EPA) SON BENEFICIOSAS PARA PERROS OBESOS.

Ácidos grasos de cadena media (AGCM)El aceite de coco es la principal fuente natural de ácidos grasos de

cadena media: ácido caprílico C8 (7%); ácido cáprico C10 (6%); ácido

láurico C12 (45%) y ácido mirístico C14 (16%). De la bibliografía con-

sultada se desprende que los AGCM incrementan el gasto energético,

proporcionan una mayor sensación de saciedad y favorecen el control

del peso si se incluyen en la dieta como sustitutos de las grasas que

contienen ácidos grasos de cadena larga Los AGCM también contribu-

yen a reducir los triglicéridos en sangre y mejoran la actividad de la

lipoproteína lipasa (St Onge y Jones, 2002; St Onge y Bosarge, 2008).

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Apéndice 3. Posible mecanismo que relaciona la inflamación del tejido adiposo y la resistencia a la insulina. Adaptado de Wozniak et al. (2008)

Los macrófagos alrededor de los adipocitos hipertrofiados en proceso de apoptosis liberan citoquinas y qumiocinas. De ese modo se amplia la respuesta inflamatoria a través de un mayor

reclutamiento de macrófagos al tejido adiposo

Los macrófagos activados e infiltrados liberan proteinas quimiotácticas de monocitos (MCPs) y citoquinas

(TNF-`, IL-6, IL-1a, etc.) e inducen iNOS que amplifica la respuesta inflamatoria en todo el tejido adiposo

La activación de las serina-quinasas (lkbkb y JNK) por la TNF-`, reducirá la capacidad de transducción de señal de las adipoquinas. Tambien el NO producido por la iNOS reducirá la

activdad de la PI3K/PKB por la nitrosilacion de la PKB

Resistencia a la insulina de todo el tejido adiposo

Sobrecarga crónica de nutrientes

Adipocito hipertrofiado

Niveles plasmaticos:FFA y lípidosAdiponectinaLeptina

Estressreticuloendoplásmático

JNKIkbkb

Inhibición de transducción de señal

de la insulina

Proteínas quimiotácticasde macrófagos

Oxidación de lípidosAcumulación ectópica de lipidosLipotoxicidad inducida por las ceramidas y/o DAGsSecreción de insulina por las celulas beta

Resistencia a la insulina en el tejido no adiposo (músculo esqueletico, higado, etc)

LiposintesisLipólisisActivación de la TLR4 por los acidos grasos saturados

Apéndice 4. En la parte izquierda de la figura un individuo delgado tiene adipocitos de tamaño normal y niveles bajos de macrofagos en el tejido adiposo (AT). Mientras que en la parte derecha un individuo obeso tiene adipocitos hipertrofiados en proceso de apoptosis o muerte celular. Una gran cantidad de macrofagos estan presentes en el tejido adiposos para digerir estos adipocitos en apoptosis. Adaptado de Lionetti et al. (2009)

delgado obeso

célula enapoptosis

vasos sanguíneos

macrofagos

IL-6TNF`

Resistina/FIZZ3

Respuestahepática

Respuesta muscular a la insulina

Antia-terogenica

adipocitos

tejidoadiposo

tejidoadiposo

Adiponectina Leptina +

??

Adiponectina

Leptina

Resistina/FIZZ3

?

?

+

+

+

+

Respuesta muscular a la insulina

Arterias(Atherosclerosis)

HígadoCRP

Inflamación

Resistencia hepática a la insulina

IL-6TNF`

adipocitosmacrofagos

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HIDRATOS DE CARBONO (adpatación de Boisen y Verstegen, 2000)

Hidratos de carbono de la pared celular

Lignina

Hidratos de carbono no estructurales

Celulosa Hemicelulosa Pectina Fructano Oligo. Azúcar Almidón Otros

Polisacáridos ≠ almidón

Fibra dietética

Hidratos de carbono fermentables Hidratos de carbono digeribles

Hidratos de carbono

Figura 18.

Los estudios realizados en animales y personas demuestran que los

AGCM se utilizan fácilmente en el hígado y que favorecen un mayor

gasto energético. La mayoría de los estudios sobre animales también

confirman un menor aumento de peso y una reducción del tamaño de

los depósitos de grasa al cabo de varios meses de consumirlos. Asimis-

mo, tanto las pruebas con animales como con personas indican que el

efecto saciante de los triglicéridos de cadena media es mayor que el de

los triglicéridos de cadena larga. Se ha dicho que algunas hormonas,

como la colecistoquinina, el péptido YY, el péptido inhibidor gástrico,

la neurotensina y el polipéptido pancreático participan en el mecanis-

mo mediante el cual los triglicéridos de cadena media pueden inducir

saciedad. Sin embargo, no se ha determinado de qué mecanismos se

trata exactamente.

LOS ÁCIDOS GRASOS DE CADENA MEDIA (AGCM) FACILITAN EL CONTROL DEL PESO AL INCREMENTAR EL GASTO ENERGÉTICO Y EL EFECTO SACIANTE DE LAS DIETAS.

4.1.4. Hidratos de carbono digestibles en el proceso de pro-ducción de alimentos secos.Los perros obesos podrían presentar dificultades para controlar la glucosa

en sangre, manteniendo niveles elevados durante un periodo de tiempo

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más prolongado. Por este motivo, las fuentes de almidón que provocan

una menor respuesta glicémica posprandial serían beneficiosas.

El contenido de amilasa y el tamaño de las partículas de almidón

varían entre los distintos cereales, y su grado y ritmo de degradación

intestinal también es distinto. En los perros, la cebada produce unos

niveles de insulina en sangre menores, desde los 20 hasta los 240

minutos posteriores a la comida, que otros cereales como el maíz o el

arroz (Bouchard y Sunvold, 2003).

4.1.5. FibrasSe entiende por fibra principalmente la matriz que compone las pare-

des celulares de las plantas, pero es un término que incluye diversos

tipos de sustancias bioquímicas como se indica en la [Figura 18].

Desde el punto de vista nutricional y fisiológico, se ha desarrollado

el concepto de fibra dietética total que comprende la porción de ali-

mentos de origen vegetal que no pueden ser digeridos por los enzimas

digestivos de los mamíferos. El concepto de fibra bruta representa úni-

camente una pequeña parte de la fibra dietética total en el análisis de

Weende pero tiene una aplicación legal como tal en el etiquetaje.

Algunos componentes de la fibra se disuelven fácilmente en agua e in-

tegran las denominadas fibras solubles. Cuando entran en contacto con los

fluidos intestinales también pueden adoptar la consistencia de un gel. Otros

son totalmente insolubles en agua y se denominan fibras no solubles.

La inclusión de materias primas ricas en fibra en los alimentos presenta

algunas ventajas:

La fibra diluye la concentración energética de la dieta

Según la estructura de la dieta, algunas fibras solubles pueden

retrasar el vaciado gástrico e inducir una absorción más lenta de

los nutrientes (Russel y Bass, 1985).

Las fibras insolubles produce un bolo alimenticio más voluminoso

además de acelerar el tránsito intestinal (Burrows et al, 1982;

Fahey et al, 1990).

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Las fibras pueden reducir la glicemia posprandial en los perros

diabéticos (Nelson et al, 1991).

Las fibras contribuyen a reducir la concentración de lípidos en

sangre (Delaunois et al, 1990; Diez et al, 1996; Diez et al, 1997;

Egron et al, 1996; Hoenig et al, 2001).

Existen pruebas contradictorias sobre los efectos de las dietas ricas

en fibra sobre la ingestión de alimentos. Butterwick y Markwell (1997)

y Butterwick et al (1994) no apreciaron influencia alguna de la fibra

soluble o insoluble en el consumo de alimentos en los perros con un

aporte energético restringido. En cambio, otros estudios apuntan que

los perros disminuyen el consumo de alimento después de someterse a

una dieta rica en fibra. (Jewell y Toll, 1996; Jewell et al, 2000).

Otro estudio indica que un contenido elevado de celulosa afecta la

ingestión de alimentos en los perros principalmente porque les resul-

tan menos apetecibles. No por que haya una limitación física de la

ingestión de materia seca, ya que los perros aceptan más alimento si la

dieta es más apetitosa (Dobenecker y Kienzle, 1998). Sin embargo, un

estudio más reciente con una dieta seca (Weber et al, 2007) demostró

que la combinación de un nivel de proteínas y un nivel de fibras eleva-

dos contribuía a mejorar la saciedad a corto y medio plazo (evaluada

como el consumo energético menor en una comida posterior ) aunque

no comprobó si comerían un alimento más apetitoso.

Algunas fibras también presentan determinados inconvenientes si se

suministran en dosis elevadas:

- Comida menos apetecible (Meyer et al, 1978).

- Disminución de la digestibilidad de los nutrientes.

- Mayor frecuencia fecal, así como una mayor cantidad de heces,

contenido de agua en las heces y diarrea.

- Las fibras pueden reducir la bio-disponibilidad de algunos micro-

nutrientes.

- Las fibras muy fermentables pueden ocasionar flatulencias a los

perros.

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LA FIBRA DIETÉTICA REDUCE LA CONCENTRACIÓN ENERGÉTICA DE LA DIETA, EL VACIADO INTESTINAL, LA GLICEMIA POSPRAN-DIAL Y LOS LÍPIDOS EN SANGRE DEL PERRO Y MEJORA LA SA-LUD INTESTINAL Y LA SENSACIÓN DE SACIEDAD.

4.1.6. L-CarnitinaLa L-carnitina es un nutriente condicionalmente esencial parecido a

una vitamina, que contribuye a la oxidación de los ácidos grasos en la

mitocondria. Gross et al (1998) y Allet et al (1999) demostraron que

una dieta con un suplemento de carnitina del 0,03% mejoraba la masa

corporal magra con una tendencia a una mayor pérdida de peso en los

perros sometidos a un programa de adelgazamiento.

Otro estudio con perras esterilizadas confirma dichos resultados: los

animales sometidos a una dieta de adelgazamiento a los que se les su-

ministró un complemento del 0,005% o 0,01% de carnitina perdieron

más peso y grasa y presentaban menos tejido adiposo (Sunvold et al,

1999).

4.1.7. AntioxidantesEl estrés oxidativo puede ser el mecanismo unificador que subyazca

al desarrollo de otras consecuencias derivadas de la obesidad. En me-

dicina humana los estudios indican que en la obesidad se combinan

diversas fuentes de estrés oxidativo: hiperglicemia, hiperleptinemia,

niveles elevados de los lípidos de los tejidos, defensas antioxidantes

inadecuadas, mayor frecuencia de formación de radicales libres, fuen-

tes enzimáticas en el endotelio e inflamación crónica (Vincent y Taylor,

2006).

En el caso de los perros se ha demostrado que la administración por

vía oral de polifenoles de té verde , polifenoles de uva o de cítricos

(naringina) puede reducir los marcadores biológicos de oxidación san-

guínea canina, de insulinorresistencia, puede mejorar el perfil lipídico

plasmático y puede alterar la expresión de los genes implicados en la

inflamación (Torre et al, 2006a y 2006b; Salas, 2009; Serisier et al,

2008).

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Figura 19. Evolución del peso corporal con y sin actividad física

Evolución del peso corporal (kg) con o sin ejercicio físico

17,6

17,4

17,2

17

16,8

16

15,8

15,6

15,40 2 4 6 8 10 semanas

kg

4.2. Ejercicio físicoPara el bienestar del perro es muy importante introducir modificaciones

en su estilo de vida durante el tratamiento de la obesidad, como des-

criben Jeusette et al, (2006c) que demostraron que los perros que se

sometían a una dieta pobre en alimentos energéticos ad libitum sólo

perdían peso si realizaban más ejercicio físico [Figura 19]; (Jeusette

et al, 2006c).

Se ha demostrado asimismo que el ejercicio físico sin pérdida de

peso es saludable para los perros obesos: la recuperación de la frecuen-

cia cardiaca (frecuencia cardiaca media durante la recuperación como

porcentaje de la frecuencia cardiaca durante el ejercicio) de los perros

con sobrepeso fue más rápida si realizaban ejercicio físico diariamente

(Kuruvilla y Frankel, 2003). Se recomienda a los propietarios que au-

menten la cantidad de ejercicio de su perro como parte del programa de

adelgazamiento. Cualquier forma de ejercicio físico que incremente las

necesidades energéticas es válida. Pueden ofrecerse a los propietarios

diversas opciones, como jugar durante más rato, paseos más largos o

más frecuentes o actividades en las que el perro deba correr, siempre

que la salud del perro lo permita. Puede elaborarse un programa de

actividad física específico que puedan seguir el perro y su propieta-

con ejercicio

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rio, que complemente los consejos sobre el régimen alimentario. Este

procedimiento más amplio contribuye a mejorar la colaboración entre

el dueño y el veterinario en el transcurso asesorado del tratamiento

adelgazante. Al comienzo del programa podría observarse cierta into-

lerancia al ejercicio o cojera, por lo que el programa de ejercicios debe

ser individualizado y adaptado a cada perro. La intolerancia al ejercicio

debería mejorar de forma paulatina con la pérdida de peso y un entre-

namiento periódico.

5. CONCLUSIONES

La obesidad es una enfermedad muy frecuente en los animales de compañía. Debido a las graves consecuencias que tiene para la salud y puesto que puede reducir la vida del perro, prevenirla y tratarla son dos prioridades importantes que deben abordarse me-diante la modificación del estilo de vida y la dieta del animal.

La clave para lograrlo es que el veterinario realice un segui-miento individualizado de cada perro porque las diferencias en las necesidades energéticas, la resistencia metabólica latente a perder peso y la posibilidad de recuperar el peso perdido después del tratamiento son distintas en cada animal. Finalmente, la cola-boración del propietario es un factor clave para prevenir y tratar la obesidad canina. Por consiguiente, el veterinario desempeña un papel crucial a la hora de motivar al propietario y de asesorarle sobre el programa de adelgazamiento que se le propone.

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CIÓN

COR

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2. COMPOSICIÓN CORPORAL CANINA

1. INTRODUCCIÓN

Entendemos por obesidad un exceso de peso corporal de más del 15%

sobre el peso ideal. Sin embargo, no siempre es fácil evaluar el peso

ideal de los perros. Puede estimarse a partir del historial del perro o del

estándar de la raza, pero no siempre se conoce su historial, es difícil

aplicar los estándares de la raza y no existen estándares para perros de

raza mixta o cruzados.

Para prevenir y diagnosticar la obesidad canina es importante regis-

trar de forma periódica el peso corporal de los perros durante toda su

vida. El peso de referencia suele ser el que adoptan una vez finalizado

el periodo de crecimiento. Las fórmulas para calcular las necesidades

energéticas de un perro (para conservar o perder peso) suelen basarse

en el peso corporal ideal, por lo tanto es importante conocerlo.

Composición corporal:El peso corporal per se no puede utilizarse para evaluar la composición

corporal del animal (masa adiposa o masa muscular). Únicamente puede

cuantificar el porcentaje de peso excesivo si se compara con el peso

ideal, sea éste real o teórico. En la [Figura 20 y 21] se representa la

composición corporal (cantidad de agua, minerales, grasa y músculo).

Dos perros con el mismo peso pueden tener una composición corporal

distinta, como se observa en la tabla 2 donde se representa la composi-

ción corporal de un perro delgado y otro obeso de 30 kg. El cálculo del

porcentaje de grasa es importante para determinar el grado de obesidad,

mientras que el porcentaje de masa muscular es importante para calcular

el estado nutricional. Se han desarrollado diversas metodologías para

calcular la composición corporal de personas y animales:

1. Absorciometría de rayos x de energía dual (DEXA) La DEXA [Figura 22] se emplea sistemáticamente en medicina huma-

na para calcular la densidad mineral ósea (DMO) y en el ámbito de la

investigación para calcular la composición corporal global. El sistema

DEXA genera rayos X con dos corrientes de energía, calcula el conteni-

do mineral óseo y la composición de los tejidos blandos, presuponien-

do que la cantidad de agua del tejido magro es 73%.

Page 45: Guia Manejo Obesidad Canina

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Tabla 2: Composición corporal de dos perros con el mismo peso corporal, uno de ellos delga-do y el otro obeso

PARÁMETROS

Peso corporal (PC) (kg)

Índice de condición corporal (5 puntos)

Tejido graso (% PC)

Tejido graso (Kg)

Masa corporal magra (% PC)

Masa corporal magra (kg)

PERRO DELGADO

30

3

20

6

80

24

PERRO OBESO

30

4

30

12

70

18

Figura 20. Los distintos compartimentos de la composición corporal

TEJIDO GRASO

TEJIDOMAGRO

N,K,Ca,Na...

Carbono

Hidrógeno

Oxígeno

Mineral

Proteína

Grasa

Agua

Grasa

ECS

ECF

Grasacelular

Otros

Sangre

Hueso

Tejido adiposo

Músculo esquelé-

tico

Atómico Molecular Celular Functional Cuerpo entero

Modelo básico de 2 compartimentos

Modelos multicompartimentales

Page 46: Guia Manejo Obesidad Canina

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Figura 21. Perro obeso con representación esquemática de la masa adiposa corporal

Figura 22. Absorciometría de rayos X de energía dual

Grasaretriperitoneal

Grasavisceral

Grasasubcutánea

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Figura 23. Ilustración de isótopos del hidrógeno

Esta metodología ha sido validada en el caso de los perros para esti-

mar la composición corporal en comparación con el análisis químico

(Munday et al, 1994; Lauten et al, 2001; Speakman et al, 2001; Raffan

et al, 2006) y se considera el método de referencia en la investigación

con perros y gatos (Speakman et al, 2001). No obstante, la metodolo-

gía DEXA constituye un método costoso y requiere la anestesia de los

animales, por lo que su empleo práctico resulta limitado.

2. Agua pesada o agua de óxido de deuterioEl porcentaje de grasa corporal puede medirse con agua de dióxido de

deuterio, un isótopo pesado [Figura 23] sin toxicidad a dosis bajas. El

agua se asocia con el tejido magro (se presupone que el contenido en

agua del tejido magro es del 73%) por lo cual la masa corporal magra

se calcula mediante la desaparición del agua de deuterio. La masa adi-

posa se calcula por diferencia. Este método no invasivo se ha validado

en perros (Son et al, 1998; Ferrier et al, 2002). Una de las limitaciones

que presenta es que se necesita un espectrómetro de masas para po-

der analizar los resultados y el agua relacionada con la masa ósea no

puede distinguirse del agua relacionada con la masa muscular. En el

caso de las personas se emplean métodos similares con tritio o potasio

corporal total.

Protón Neutrón

Hidrógeno Deuterio Tritio

1 protón 1 protón

1 neutrón

1 protón

2 neutrones

H

O

2H

Isótopos del hidrógeno

1H 2H 3H

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57

3. Tomografía axial computarizada (TAC)La tomografía axial computarizada es una técnica de imágenes muy

empleada en la medicina moderna. Proporciona una vista en tres di-

mensiones del interior del organismo a partir de una amplia serie de

imágenes bidimensionales obtenidas con rayos X, que se toman gracias

a la rotación de un solo eje. Resulta útil en el diagnóstico de enfer-

medades como los accidentes vasculares cerebrales, los derrames in-

ternos, las fracturas de huesos y algunos problemas gastrointestinales.

La toma axial computarizada también se ha empleado en perros para

determinar la grasa visceral y subcutánea (Anderson y Corbin, 1982;

Wilkinson y McEwan, 1991). La zona adiposa se mide mediante el mé-

todo de detección de nivel a unos intervalos de atenuación variados y

se compara con el contenido graso corporal calculado con el método

de la dilución de óxido de deuterio. La ventaja de esta tecnología en

comparación con la DEXA es que pueden evaluarse por separado las

zonas de grasa visceral y subcutánea. La distinción entre grasa subcu-

tánea y visceral es importante, por lo menos en el caso de las personas,

porque la grasa abdominal se considera la más aterogénica y diabe-

togénica (Bouchard, 1996; Kopelman, 2000). La tecnología del TAC

puede contribuir tanto al diagnóstico clínico como a la investigación

sobre obesidad canina, sobre todo para establecer la relación entre la

distribución de la grasa corporal y las enfermedades relacionadas con

la obesidad (Ishioka et al, 2005). En la [Figura 24] se presenta un

ejemplo de TAC en perros.

Figura 24. TAC de un perro delgado sano que ofrece una sección «virtual» del animal

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58

4. Pletismografía de aire La pletismografía de desplazamiento de aire [Figura 25] está basada

en el modelo de composición corporal de dos compartimentos (masa

adiposa y masa no adiposa) y se sirve de la relación inversa entre la

presión y el volumen (ley de Boyle) para deducir el volumen corporal

(l) del individuo, una vez se han empleado los principios de la densito-

metría para determinar la composición corporal a partir de la densidad

corporal.

Esta técnica se emplea asimismo para determinar la composición

corporal humana, pero no se ha evaluado su uso en perros.

5. Métodos semicuantitativos:Los métodos descritos anteriormente precisan de equipos costosos y

su empleo no puede hacerse de forma sistemática, por lo cual en la

práctica diaria se emplean métodos semicuantitativos que permiten

Figura 25. Pleistomografía

de desplazamiento de aire

Page 50: Guia Manejo Obesidad Canina

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59

determinar la composición corporal tanto de personas como de ani-

males. En el caso ideal, los métodos semicuantitativos deben estar

en correlación con los valores reales y deben ser fáciles de utilizar

en la práctica. Las técnicas empleadas deberían mostrar exactitud (lo

más aproximadas al valor real que sea posible) y precisión (el mismo

resultado estimado en análisis repetidos). Entre otras metodologías,

se emplean la impedancia bioeléctrica (BIA), el índice de condición

corporal (ICC) y las mediciones zoométricas.

5.1. Impedancia bioeléctrica (BIA)El análisis de BIA [Figura 26] para determinar la composición del

cuerpo es un método fiable y accesible. Se sirve básicamente del hecho

que la conductividad eléctrica de los cuerpos ocurre a través del agua y

de los electrolitos de las zonas fluidas. Se mide la oposición del cuerpo

al paso de una señal eléctrica. El tejido muscular contiene un 73 % de

agua, de modo que cuanto más masa muscular exista, más agua con-

tendrá el cuerpo y más fácil resultará que la corriente fluya a través de

ella. Si la presencia de grasa es mayor, la resistencia a la corriente será

también mayor (Kyle et al, 2004).

La metodología de BIA de frecuencia simple se ha declarado váli-

da para los gatos comparada con el análisis químico (Stanton et al,

(1992). Estos autores llegaron a la conclusión de que en los gatos con

un peso corporal entre 2 y 5 kg la BIA es un método fiable y válido

Figura 26. Disposi-tivo de impedancia bioeléctrica

Page 51: Guia Manejo Obesidad Canina

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MUY DELGADO

Costillas > Muy evidentesApófisis Vertebrales > Fácilmente palpablesPelvis-Abdomen > Huesos muy destacados y con poca masa muscularPliegue abdominal > Muy marcado

DELGADO

Costillas > Evidentes a la palpaciónApófisis Vertebrales > Ligeramente cubiertas de grasaPelvis-Abdomen > Huesos visibles y cintura marcadaPliegue abdominal > Claramente visible

IDEAL

Costillas > Palpables sin demasiada grasaApófisis Vertebrales > Poco visibles Pelvis-Abdomen > Huesos poco visibles y cintura aún evidentePliegue abdominal > Visible

SOBREPESO

Costillas > Palpables con dificultadApófisis Vertebrales > Con cobertura grasa difícil-mente palpablesPelvis-Abdomen > Huesos no visibles con cintura redondeadaPliegue abdominal > No visible

OBESIDAD

Costillas > No palpablesApófisis Vertebrales > No palpables totalmente rodeadas de grasaPelvis - Abdomen > Huesos cubiertos de músculo y grasa con prominente cintura redondeadaPliegue abdominal > no existente y abdomen laxo por acúmulo de grasa

AFFINITY BODY CONDITION SCORE

MUY DELGADO

IDEAL

OBESO

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61

para predecir la cantidad total de agua en el cuerpo, la cantidad total

de potasio y la masa no adiposa si se combina con determinadas medi-

das morfométricas. Más recientemente Elliott et al (2002a, b) también

declararon válida la BIA multifrecuencia para determinar la cantidad

total de agua del cuerpo y el agua extracelular, si se comparaba con la

estimación de dilución de deuterio y bromuro.

Esta tecnología también ha sido aplicada a los perros por Scheltinga

et al (1991), y más recientemente Jeusette et al (2007) lograron una

buena correlación entre el tejido magro (%) calculado mediante DEXA

y el tejido magro (%) calculado mediante BIA (configuración central

r2=0,84, P=0,05; configuración derecha r2=0,87, P=0,04; configuración

izquierda r2=0,68, P=0,10; Jeusette et al, 2007).

5.2. Índice de condición corporal (ICC)El ICC es probablemente la metodología más conocida y más utilizada

en la práctica veterinaria. Es un método semicuantitativo de carácter

subjetivo que se sirve de características visuales (dorsal y lateral) y

palpables (caja torácica, apófisis espinosas dorsales, cintura…) para

determinar el grado de obesidad. Se emplean diversos sistemas de

puntuación que constan de 3, 5 o 9 puntos (Edney y Smith, 1986;

Laflamme et al, 1994; Laflamme, 1997). Una clasificación de 9 puntos

se corresponde con un sistema de puntuación de 5 puntos que utiliza

medios puntos.

La validación de la clasificación de 9 puntos demuestra que los perros

con un ICC ideal de 5 tienen un 19 ± 8% de masa adiposa. Con cada

punto de condición corporal se observa un aumento del 5 al 9% de la

masa adiposa (Laflamme et al, 1994; Laflamme, 1997). Sin embargo,

Jeusette et al (2007) pusieron de manifiesto que en perros con distintos

morfotipos existe poca correlación entre el porcentaje de grasa obteni-

do mediante DEXA y el ICC. Los resultados mejorarían con el desarrollo

de ICCs específicos para los diferentes morfotipos caninos. En este es-

tudio un perro caniche con ICC de 5 tenía un 18 % de grasa corporal y

el aumento de cada unidad del ICC se relacionó con un aumento medio

de aproximadamente el 6,5% de la grasa corporal, pero un perro con un

morfotipo muy distinto como, por ejemplo un galgo, con el mismo ICC

de 5 sólo presentaba un 7,2 % de grasa corporal [Figura 27] .

Page 53: Guia Manejo Obesidad Canina

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Figura 27. Correlación entre medida de grasa corporal y el índice de condición corporal (ICC).

% g

rasa

0 2 4 6 8 ICC

TODOS

% g

rasa

0 2 4 6 8 ICC

CANICHE MEDIO

% g

rasa

0 2 4 6 8 ICC

GALGO

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63

5.3. Mediciones morfométricas Puesto que la medicina aplicada al hombre se sirve de determinadas

ecuaciones antropométricas para calcular el porcentaje de grasa cor-

poral y el índice de masa corporal (IMC), también se han desarrollado

unas ecuaciones zoométricas para determinar el porcentaje de grasa

en los perros (Burkholder y Toll, 2000; Mawby et al, 2004).

Estas medidas emplean los parámetros siguientes [Figura 28]:HS = En la extremidad posterior derecha, desde el tuberosidad cal-

cánea hasta el ligamento rotuliano medial (desde la rodilla a la

articulación del tarso ), en cm

CP = circunferencia pélvica, en cm

PC = peso corporal, en kg

En las ecuaciones siguientes:

Grasa corporal en machos = -1,4 HS + 0,7 CP + 4

Grasa corporal en hembras = -1,7 HS + 0,93 CP +5

Grasa corporal en ambos = [-0,0034 HS2 + 0,0027 CP0,2 –1,9]/ PC

Figura 28. Mediciones morfométricas empleadas en las ecuaciones que se realizan para calcular la grasa corporal

OT = Occipucio a base de la colaHSh = Altura del hombroCP = Circunferencia pélvicaHS = Desde rodilla a la articulación del torso

OT

HSh

HS

CP

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64

Al igual que para las personas, el índice de masa corporal (IMC) tam-

bién se ha definido de la forma siguiente:

IMC = PC/ (altura del hombro x distancia occipucio a la cola; Mawby

et al, 2004).

Sin embargo, no se corresponde exactamente con la cantidad de gra-

sa. Un estudio de Affinity también demuestra que si se tienen en cuenta

diversas razas caninas con orígenes genéticos y morfologías distintos,

se observa poca correlación entre los resultados de % de tejido adiposo

obtenido con DEXA y la grasa corporal estimada con las ecuaciones que

utilizan las medidas zoométricas (Jeusette et al, 2007).

Tabla 3. % del tejido graso calculado con las medidas HS y CP usando las ecuaciones para ma-chos y hembras. Ejemplo: macho con un HS de 16 cm debe alcanzar una CP menor de 65 cm para no tener sobrepeso

MACHOSHS (cm)

10

12

14

16

18

20

22

4521.5

18.7

15.9

13.1

10.3

5528.5

25.7

22.9

20.1

17.3

6032

29.2

26.4

23.6

20.8

6535.5

32.7

29.9

27.1

24.3

21.5

7039

36.2

33.4

30.6

27.8

25

7542.5

39.7

36.9

34.1

31.3

28.5

25.7

8046

43.2

40.4

37.6

34.8

32

29.2

Circunferencia pélvica (cm)

HEMBRASHS (cm)

10

12

14

16

18

20

22

24

26

4529.85

26.45

23.05

19.65

16.25

5539.15

35.75

32.35

28.95

25.55

22.15

18.75

15.35

6043.8

40.4

37

33.6

30.2

26.8

23.4

20

6548.45

45.05

41.65

38.25

34.85

31.45

28.05

24.65

7053.1

49.7

46.3

42.9

39.5

36.1

32.7

29.3

25.9

7557.75

54.35

50.95

47.55

44.15

40.75

37.35

33.95

30.55

8062.4

59

55.6

52.2

48.8

45.4

42

38.6

35.2

Circunferencia pélvica (cm)40

25.2

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Figura 29. Evolución del peso corporal y de la circunferencia pélvica de un perro durante el programa de adelgazamiento. PC peso corporal; PCI peso corporal ideal; CP circunferencia pélvica

0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

CP (cm)

PC (kg)

60

50

40

30

20

10

0

Perros con PCI>30kg Perros con PCI<30kg Beagles

No obstante, parece que la circunferencia pélvica siempre está re-

lacionada con el peso corporal y con las pérdidas de grasa corporal

[Figura 29]. Por consiguiente, sería interesante hacer un seguimiento

de la circunferencia pélvica como posible indicador de los avances

realizados en el proceso de adelgazamiento cuando no resulte fácil

pesar a los perros.

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3. CÓMO LEER LOS DATOS SOBRE ENERGÍA Y LA INFORMACIÓN NUTRICIONAL EN UNA ETIQUETA DE COMIDA PARAPEQUEÑOS ANIMALES

1. INTRODUCCIÓN

Por regla general, las etiquetas de alimentos para animales de compa-

ña contienen la información siguiente: % proteína, % grasa, % ceni-

zas, % fibra bruta y % humedad. El porcentaje de hidratos de carbono

no fibrosos (extracto libre de nitrógeno) puede deducirse fácilmente

por diferencia:

Hidratos de carbono (extracto no nitrogenado) (%)

= 100 – humedad (%) – proteína bruta (%) – grasa bruta (%) – fibra

bruta (%) – cenizas (%)

Aunque a menudo no se indica el contenido energético, es impor-

tante conocer este dato a fin de calcular la cantidad de alimento que

debe proporcionarse a un perro para que conserve su peso o durante un

programa de adelgazamiento, por ejemplo.

Por otro lado, la información nutricional se proporciona «tal cual»

pero para comparar dietas es importante comparar lo que es realmente

comparable, es decir, lo que está expresado en la misma unidad, ya

sea tomando como base la materia seca o en relación con el nivel

energético.

2. DEFINICIÓN DE ENERGÍA

Se emplean distintas formas de evaluar el contenido energético de los

alimentos [Figura 30]. Se entiende por energía bruta la energía quími-

ca total que se deriva de la combustión completa del alimento en una

bomba calorimétrica. La energía resultante depende de la composición

química (grasa, proteína e hidratos de carbono). El calor de combus-

tión de un alimento puede predecirse mediante un análisis químico en

el que se emplean valores estandarizados para los nutrientes:

8,7-9,5 kcal/g para las grasas; 5,3-5,8 kcal/g para las proteínas;

3,3-4,3 kcal/g para los hidratos de carbono y la fibra bruta (excepto

la lignina).

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EN LOS ALIMENTOS PARA ANIMALES DE COMPAÑIA SE CONSI-DERAN ACEPTABLES UNOS VALORES DE 9,4 Kcal/g PARA LAS GRASAS, 5,7 Kcal/g PARA LAS PROTEÍNAS Y 4,1 Kcal/g PARA LOS HIDRATOS DE CARBONO (Kienzle et al, 1999; Kienzle et al, 2002).

Sin embargo, la energía bruta no representa la energía disponible

para el animal. La transformación de la energía bruta en energía neta

para el mantenimiento, el crecimiento, la reproducción o la actividad

puede describirse fácilmente mediante tres pasos: la digestión, el me-

tabolismo y la eficacia de su utilización:

La energía digestible (ED) es la energía disponible después de

que el alimento haya sido procesado por el aparato digestivo: es

el resultado de la diferencia entre la energía bruta y la pérdida de

energía en las heces. La energía metabolizable (EM) de un alimento es su energía

digestible menos la pérdida de energía en orina y gases de fer-

mentación. La energía neta (EN) de un alimento es su energía metabolizable

menos la pérdida de calor que tiene lugar durante su utilización.

Energía bruta

Energía digestible

Energía metabolizable

Energía neta

Pérdida de energía en las heces

Pérdida de energía en la orina

Pérdida de energía en la producción de gases digestivos (fermentación)

Pérdida de calor

Figura 30. Distintas formas de evaluar la energía de los alimentos

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Representa el número de moléculas ATP de las cuales dispone la

célula. El porcentaje de energía metabolizable obtenida como ener-

gía neta se define como eficiencia de utilización de la energía .

Las necesidades energéticas de perros y gatos y la valoración de la

energía que deben contener sus alimentos suelen calcularse tomando

como base la energía metabolizable y pasando casi siempre por alto la

energía neta.

La tabla 4 representa los distintos valores energéticos de proteí-

nas, grasas e hidratos de carbono (Rubner, 1901), basados en una

valoración inmediata. Mientras que las proteínas y los hidratos de car-

bono proporcionan una energia metabolizable equivalente por gramo,

la proteína proporciona menos energía neta por gramo, lo cual podria

explicar que en los programas de adelgazamiento se obtengan mejores

resultados con las dietas ricas en proteína. Las unidades más emplea-

das para medir la energía son las kilocalorías (kcal) y los kilojulios

(kJ). Es fácil convertirlas.

1kj = 0.24 kcal1 kcal = 4.19 kj

Tabla 4. Media de distintos cálculos energéticos del valor de los nutrientes considerando una digestibilidad normal y el nivel proteico de los alimentos para perros de rango premium y superpremium

Energía bruta

Energía digestible

Energía metabolizable

Energía neta

EN como % de EB

1g de hidratos de carbono no

fibrosos

4,1 kcal

3,7 kcal

3,5 kcal

3,2 kcal

78%

1g deproteína

5,7 kcal

4,8 kcal

3,5 kcal

2,2 kcal

39%

1g de grasa

9,4 kcal

8,5 kcal

8,5 kcal

8,2 kcal

87%

Page 60: Guia Manejo Obesidad Canina

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3. CÓMO COMPARAR ALIMENTOS

Algunas veces es necesario comparar la energía que aportan algunos

alimentos preparados para saber si se adaptan a las necesidades in-

dividuales de un animal. No basta con leer la etiqueta para poder

compararlos, porque todos los nutrientes deben estar expresados en

las mismas unidades, normalmente como porcentaje de materia seca o

bien por cada 1.000 kcal o por el porcentaje energético. Puesto que los

alimentos preparados suelen suministrarse para cubrir las necesidades

energéticas, resulta de utilidad comparar su aporte energético.

En la tabla 5 se presentan algunos ejemplos.

TAL CUAL

Humedad

Proteínas

Grasa

Fibra bruta

Ceniza bruta

Hidratos de carbono (calculados)

Materia seca

Humedad

Proteínas

Grasa

Fibra bruta

Ceniza bruta

Hidratos de carbono

Unidad

% tal cual

% tal cual

% tal cual

% tal cual

% tal cual

% tal cual

% MS

% MS

% MS

% MS

% MS

% MS

Advance Veterinary Diets NEW OBESITY-HIGH PROTEIN

8

40

8

9

7

= 100-8-40-8-9-7 = 28

-

= 40/(100-8)*100 = 43,5

= 8/(100-8)*100 = 8,7

= 9/(100-8)*100 = 9,8

= 7/(100-8)*100 = 7,6

= 28/(100-8)*100 = 30,4

Advance Veterinary Diets FÓRMULA ANTIGUA

10

29

6

9

7,6

= 100-8-29-10-9-7,6 = 38,4

-

= 29/(100-10)*100 = 32,2

= 6/(100-10)*100 = 6,7

= 9/(100-10)*100 = 10,0

= 7,6/(100-7)*100 = 8,4

= 38,4/(100-7)*100 = 42,7

Page 61: Guia Manejo Obesidad Canina

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Unidad

Kcal/100g

Kcal/100g dieta

Kcal/100g

%

Kcal/100g

Kcal/100g

Kcal/100g

g/1000 kcal

g/1000 kcal

g/1000 kcal

g/1000 kcal

g/1000 kcal

g/1000 kcal

% Energía metabolizable (NRC 1985)

% Energía metabolizable (NRC 1985)

% Energía metabolizable (NRC 1985)

Advance Veterinary Diets NEW OBESITY-HIGH PROTEIN

= 5.7*40 + 9.4*8 + 4,1*28 + 4,1* 9 = 455

= 3,5*40+8,5*8+3,5* 28 = 306

= 5.7*40 + 9,4*8 + 4,1*28 + 4,1* 9 = 455

= 91,2-1,43*9 = 78

= 455*78/100 = 355

= 445- (1,04*40) = 313

313

= 8/313*1000 = 26

= 40/313*1000 = 128

= 8/313*1000 = 26

= 9/313*1000 = 29

= 7/313*1000 = 22

= 28/313*1000 = 89

= 100/306*(40*3,5) = 46

= 100/306*(8*8,5) = 22

= 100/306*(28*3,5) = 32

Advance Veterinary Diets FÓRMULA ANTIGUA

5,7*29 + 9,4*6 + 4,1*38.4 + 4,1* 9 = 416

= 3.5*29 + 8.5*6 + 3.5*38.4 = 287

5,7*29 + 9,4*6 + 4,1*38,4 + 4,1* 9 = 416

= 91,2-1,43*9 = 78

= 416*78/100 = 324

= 324-(1,04*29) = 294

294

= 10/294*1000 = 34

= 29/294*1000 = 99

= 6/294*1000 = 20

= 9/294*1000 = 31

= 7.6/294*1000 = 26

= 38.4/294*1000 = 131

= 100/287*(29*3,5) = 35

= 100/287*(6*8,5) = 18

= 100/287*(38,4*3,5) = 47

Tabla 5. Comparación de diversos métodos para calcular la energía y el contenido nutricional de las dietas para mascotas según la etiqueta del producto

NRC 1985

Energía bruta

Energía metabolizable

NRC 2006

Energía bruta

Coeficiente digestibilidad

Energía digestible

Energía metabolizable

En energía

Energía metabolizable NRC 2006

Humedad

Proteínas

Grasa

Fibra bruta

Cenizas brutas

Hidratos de carbono

Proteínas

Grasa

Hidratos de carbono

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72

CÓM

O LE

ER L

OS D

ATOS

SOB

RE E

NERG

ÍA E

INF

ORM

ACIÓ

N NU

TRIC

IONA

L EN

UNA

ETI

QUET

A DE

COM

IDA

PARA

PEQ

UEÑO

S AN

IMAL

ES

4. CONCLUSIONES

Conocer el contenido energético de los alimentos es muy importan-

te para poder calcular el aporte energético necesario para cubrir las

necesidades de un animal de compañía y para comparar los distintos

alimentos sobre una base estándar.

La energía metabolizable medida (in vivo) no siempre aparece indica-

da en la etiqueta, pero se han creado algunas fórmulas para calcularla

a partir de la composición del alimento. Sin embargo, puesto que a

veces estas fórmulas no resultan absolutamente exactas también se

recomienda realizar un seguimiento de cómo evoluciona la condición

corporal del animal a fin de poder evaluar la precisión del cálculo ener-

gético del alimento suministrado.

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