guia de estudio mti- 2013-vs07

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  • Gua de Estudio de Metodologa del Trabajo Intelectual

    Nancy Malca Tello Carmen Vidaurre Nieto

    1

    FACULTAD DE MEDICINA

    ESCUELA DE MEDICINA HUMANA

    MMEETTOODDOOLLOOGGAA

    DDEELL TTRRAABBAAJJOO IINNTTEELLEECCTTUUAALL

    GUA DE ESTUDIO Recomendada para los estudiantes de las Escuelas de Medicina Humana, Odontologa y Enfermera.

    Autoras:

    Dra. Nancy Malca Tello Mgtr. Carmen Vidaurre Nieto

    3 edicin

    Chiclayo - Per 2013

  • Gua de Estudio de Metodologa del Trabajo Intelectual

    Nancy Malca Tello Carmen Vidaurre Nieto

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    Reservados todos los derechos de autora Prohibida la reproduccin parcial o total sin permiso de las autoras

  • Gua de Estudio de Metodologa del Trabajo Intelectual

    Nancy Malca Tello Carmen Vidaurre Nieto

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    N D I C E

    Presentacin 5

    I. El estudio y los factores que favorecen o dificultan el aprendizaje. 7 1.1. El Quehacer Universitario 8 1.2. Los Problemas de Estudio 34

    1.2.1. Qu es estudiar? 34 1.2.2. Los Problemas de Estudio 35 1.2.3. Proyecto de Estudio 36

    1.3. Estilos de Aprendizaje y los Procesos Metacognitivos. 36 1.3.1. Metacognicin 37 1.3.2. Metacognicin y las Estrategias de Aprendizaje 41 1.3.3. Qu son los Estilos de Aprendizaje? 41 1.3.4. Las distintas Teoras y cmo se relacionan entre s. 47 1.3.5. Estilos de Aprendizaje y Estrategias. 49 1.3.6. Los Estilos de Aprendizaje y la Teora de las Inteligencias Mltiples. 49 1.3.7. La Inteligencia Emocional 50

    1.4. Factores que influyen en el Estudio. 54 1.5. El Estudio como Aprendizaje Significativo. 55 1.6. Planificacin del Estudio. 60

    II. Mtodo de Estudio por Comprensin 67

    2.1. Naturaleza y caractersticas del Mtodo de Estudio por Comprensin (Mtodo Faber). 68

    2.2. Memorizacin y Comprensin 68 2.3. Fases del Mtodo de Estudio por comprensin. 71 2.4. Actitudes para el desarrollo del Mtodo de Estudio por Comprensin. 74

    III. Tcnicas de Estudio 77 3.1. Naturaleza y Tipologa de las Tcnicas de Estudio. 77 3.2. Naturaleza de las Tcnicas 77 3.3. Clasificacin y tipologa de las tcnicas de estudio 79 3.4. La Conceptualizacin. 81 3.5. El Anlisis 84 3.6. El Fichaje: Fichas de Investigacin o de Trabajo. 88 3.7. Normas de Referencias Bibliogrficas. 95

    3.7.1. Referencias Bibliogrficas: Estilo Vancouver. 96 3.8. La Lectura. 116

    3.8.1. Clases de Lectura 118 3.8.2. Tipos de Lectura 120 3.8.3. Niveles de Lectura 121 3.8.4. El Estudiante ante la Lectura. 122 3.8.5. Anlisis estructural del texto 123 3.8.6. Actitudes del Estudiante frente a la lectura. 128 3.8.7. Cmo debe leerse: La Lectura Organizada? 129 3.8.8. La Concentracin en la lectura. 132 3.8.9. La Toma de Notas a partir de la lectura. 132 3.8.10. Los Textos. 134 3.8.11. Los Documentos en el Estudio. 135

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    3.9. Subrayado, Resumen y Toma de Apuntes. 138 3.9.1. El Subrayado 139 3.9.2. El Resumen 142 3.9.3. La Toma de Apuntes. 147

    3.10. Mapas Conceptuales y Mapas Mentales. 150 3.10.1. Mapa Conceptual 151 3.10.2. Mapa Mental. 156

    3.11. Uve Heurstica, Diagramas y Esquemas 163 3.11.1. La Uve Heurstica 164 3.11.2. Diagramas 169

    3.11.2. 1. Diagrama del por qu? 171 3.11.2. 2. Diagrama del rbol de Problemas 173 3.11.2. 3. Diagrama del rbol de Conceptos. 175 3.11.2. 4. Diagrama de Causa Efecto (Ishikawa). 176

    3.11.3. Esquemas 177 3.11.3.1. Esquema de Barras. 179

    3.11.3.2 Esquema Numrico. 179 3.11.3.3 Esquema de Flechas. 180

    IV. La Investigacin Bibliogrfica. 183

    4.1. La Investigacin Cientfica: Proceso y Tipos. 184 4.2. Plan de Investigacin de la Monografa: Marco Terico, Problema

    Cientfico, Importancia y Objetivos. 190

    4.2.1. Marco Terico 191 4.2.1.1 Formulacin del Problema Cientfico. 192 4.2.1.2 Importancia. 192 4.2.1.3 Determinacin de Objetivos. 193

    4.3 Tcnicas e Instrumentos de Registro y Anlisis de Informacin: Fichas de Investigacin o de Trabajo. 196

    4.4. Normas para redactar el Informe de Investigacin Bibliogrfica: La Monografa. 200

    4.4.1. Estructura de la Monografa. 204

    V. GLOSARIO 208 VI. APNDICE: LECTURAS RECOMENDADAS 212

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    UNIVERSIDAD CATLICA SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO

    FACULTAD DE MEDICINA ESCUELA DE MEDICINA HUMANA

    P R E S E N T A C I N

    La presente Gua de Estudio de Metodologa del Trabajo Intelectual que se pone a

    disposicin de los estudiantes de la Facultad de Medicina, busca preparar al estudiante para

    la vida universitaria.

    Ser estudiante universitario conlleva a una responsabilidad muy especial, y por ello es

    conveniente relevar este significado, para que cada estudiante asuma el papel que le

    corresponde y se forme profesionalmente en forma integral.

    Estudiar en la Universidad trae consigo nuevas y variadas situaciones. Es un sistema de

    vida totalmente distinta a la que se vivi anteriormente; por tal motivo requiere de una

    preparacin adecuada y saber afrontar todas y cada una de las implicancias que se van a

    derivar de tales experiencias.

    Fundamentalmente en la universidad, el estudiante que ingresa debe distinguir tres

    funciones: a) Docencia en el ms alto nivel, b) Investigacin estrictamente cientfica y c)

    Proyeccin social al servicio de la sociedad.

    Para poder cumplir estas tres funciones la Universidad planifica su desarrollo, pero el

    estudiante tiene que saber adaptarse a tales situaciones, pues todo universitario debe

    aprender no solo las funciones de su profesin, sino que, adems debe dominar las tcnicas

    de estudio, de investigacin y sobre todo poseer una cultura bsica.

    El trabajo universitario requiere de tcnicas de estudio que nos permita desarrollar

    habilidades intelectuales para hacer del estudio una verdadera fuente de produccin

    intelectual creativa y a la vez aplicar estrategias que harn ms sistemtico, fcil y eficiente

    nuestro trabajo en la universidad.

    La presente Gua de Estudio, adems, de situar al estudiante en el ambiente acadmico, le

    proporciona los elementos terico-prcticos para mejorar sus habilidades intelectuales,

    estrategias metodolgicas y tcnicas de estudio.

    El presente trabajo realizado se ha elaborado partiendo de la ciencia como un modo de

    conocimiento, presenta las caractersticas y condiciones del aprendizaje innovador y la

    resolucin de problemas como parte del trabajo intelectual que el estudiante realiza en la

  • Gua de Estudio de Metodologa del Trabajo Intelectual

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    universidad y que adems presenta Actividades en cada captulo para que determine y

    aplique su aprendizaje y preparacin. Todo esto incentivar el estudiante a que desarrolle su

    propio estilo de aprendizaje basado en el aprender haciendo.

    Asimismo, cabe mencionar, que para la redaccin del informe de investigacin citas y

    referencias bibliogrficas se utiliza el Estilo Vancouver, aplicado para la Ciencias

    Biomdicas; por lo que la presente Gua, se recomienda su uso tambin para los estudiantes

    de las Escuelas de Odontologa y Enfermera.

    Tenemos la seguridad, de que esta Gua de Estudio de Metodologa del Trabajo

    Intelectual incentive y motive a nuestros estudiantes a un trabajo universitario creativo,

    reflexivo, innovador que redundarn en su formacin integral como personas y mejores

    profesionales.

    Finalmente, queremos terminar mencionando esta reflexin de Arturo Graf Excelente

    maestro es aqul que, enseando poco, hace nacer en el alumno un deseo grande de

    aprender

    Dra. Nancy Malca Tello Mgtr. Carmen Vidaurre Nieto

    AUTORAS

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    I. EL ESTUDIO Y LOS FACTORES QUE FAVORECEN O DIFICULTAN EL APRENDIZAJE

    INTRODUCCIN: Esta primera parte del desarrollo del curso est referido al Estudio y a los Factores que favorecen y dificultan el aprendizaje en los alumnos, especialmente en la universidad, donde se involucran aspectos concretos en su preparacin acadmica, que es la base de lo que la universidad espera de sus alumnos. Adems de situar al estudiante en el ambiente acadmico, universitario le proporciona los elementos tericos- prcticos para mejorar sus habilidades intelectuales y las estrategias necesarias para que su rendimiento en la universidad sea el ms ptimo. Conocer cuales son los factores que impiden al estudiante desempearse como tal, es uno de los mayores problemas que se presentan en su vida estudiantil, por lo que este debe tener sus objetivos claros y una actitud muy particular frente al conocimiento y alcanzar la meta esperada de la manera ms acertada. Vamos a profundizar algunos factores internos y externos que condicionan al alumno a que los resultados sean ms adecuados y no genere desorientacin durante el proceso de su formacin; y posteriormente le permita llegar a conclusiones personales para luego superarlas con las orientaciones que requiera de parte de sus profesores. Veamos pues, el contenido de esta primera unidad como la gua de aquello que necesitamos para desarrollar habilidades acordes al nivel superior como es la universidad, que requiere alumnos con un desarrollo intelectual para hacer del estudio una verdadera fuente de produccin creativa y de carcter cientfico. OBJETIVOS:

    Elabora y expone las conclusiones sobre los aspectos fundamentales del quehacer universitario.

    Identifica los diferentes tipos de aprendizajes y examinar las caractersticas de la

    metodologa del estudio que se requiere en la Escuela de Medicina Humana, basado en la reflexin crtica y el aprendizaje innovador que requiere todo estudiante universitario.

    Reconoce los objetivos y los factores internos y externos que inciden en l cuando

    estudia y esbozar un diagnstico del empleo del tiempo de estudio personal.

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    1.1. EL QUEHACER UNIVERSITARIO:

    El quehacer universitario, como cualquier otro de los hombres, responde a un espritu que viene a ser su principio, lo que le confiere su carcter propio, su sustancia. Con la expresin espritu universitario se quiere tratar aqu de algo ms profundo de lo que podra corresponder al estilo, modo de hacer, prctica usual o forma de comportarse del universitario. Se pretende bosquejar el ncleo constitutivo de la actividad universitaria y de la vocacin al trabajo en una Universidad aquellos objetivos bsicos y preferentes que al ser descubiertos resultan suficientemente atractivos para dedicar a ellos, con entusiasmo, toda una vida profesional; el talante con que se emprende y realiza esa tarea, el modo sustantivo de entenderla; y, como consecuencia, el sello ms propio que la Universidad imprime en las personas que integran la comunidad universitaria, de tanta significacin para cada una de ellas y para la sociedad.

    A continuacin se da a conocer el esquema sobre el quehacer universitario planteado por Ponz, 1996:

    3.1. Trascendencia personal y social de la Universidad.

    3.1.1. Contribucin cientfica y cultural.

    3.1.2. Valoracin de la persona y de la educacin superior.

    3.2. La idea de Universidad y el espritu universitario.

    3.2.1. Diversos modos de entender la Universidad.

    3.2.2. Una Universidad centrada en la persona yen la sociedad.

    3.2.3. Vocacin universitaria.

    3.3. Caractersticas del espritu universitario.

    3.3.1. Elevada estimacin de la dignidad de la persona humana.

    3.3.2. Bsqueda, conocimiento y participacin de la verdad.

    3.3.2.1. El anhelo de saber verdadero.

    3.3.2.2. Hbitos intelectuales para la bsqueda y la adquisicin de la verdad.

    3.3.2.2.1. Esfuerzo intelectual.

    3.3.2.2.2. Estudio y rigor crtico.

    3.3.2.2.3. Humildad intelectual.

    3.3.2.3. Amor y participacin de la verdad.

    3.3.2.3.1. Amor desinteresado a la verdad.

    3.3.2.3.2. La difusin de la verdad mediante las publicaciones cientficas.

    3.3.2.3.3. Delicadeza al mostrar la verdad.

    3.3.2.3.4. Respeto a la opinin ajena y al que est en el error.

    3.3.2.4. Mente abierta a toda verdad.

    3.3.2.4.1. Especializacin profesional y educacin liberal.

    3.3.2.4.2. El cultivo de la mente.

    3.3.2.4.3. Saber universal y sntesis de la cultura.

    3.3.2.4.4. Saber universal y dimensin religiosa del hombre.

    3.3.2.4.5. El universitario, hombre de criterio.

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    3.3.3. Fidelidad a la verdad.

    3.3.3.1. Adhesin y compromiso con la verdad.

    3.3.3.2. Veracidad.

    3.3.3.3. Verdad y principios ticos.

    3.3.4. Amor a la libertad.

    3.3.4.1. El universitario redama libertad.

    3.3.4.2. Respeto a la libertad de los dems.

    3.3.4.3. Educar en libertad y responsabilidad.

    3.3.5. Espritu de servido.

    3.3.5.1. La alegra de servir.

    3.3.5.2. Servir con el propio trabajo.

    3.3.5.3. Servir mediante la cooperacin.

    3.3.5.4. Servir a la sociedad, con sentido de la responsabilidad social.

    3.3.5.4.1. El mejor servicio universitario a la sociedad.

    3.3.5.4.2. Educacin para la convivencia social,

    3.3.5.4.3. Espritu de solidaridad.

    3.3.5.4.4. Sensibilidad social.

    3.3.6. Universalidad

    3.4. Adquisicin y transmisin del espritu universitario.

    3.1. TRASCENDENCIA PERSONAL Y SOCIAL DE LA UNIVERSIDAD

    3.1.1. Contribucin cientfica y cultural

    En nuestros das, ms quiz que en otras pocas, se percibe la grao trascendencia personal y sedal de la Universidad. Se ve a la institucin universitaria como instrumento decisivo para la elevacin cultural y espiritual de los pueblos y para el progreso cientfico y tecnolgico, como lugar de preparacin de las personas que con su criterio bien formado y su actividad profesional competente pueden orientar correctamente el desenvolvimiento futuro de la vida del hombre, corno fuente para una mejor y ms adecuada utilizacin de los recursos naturales y logro de una vida ms saludable, como elemento bsico que permita alcanzar una ms apropiada configuracin de la sociedad y una convivencia social ms humana.

    3.1.2. Valoracin de la persona y de la Educacin Superior

    Se est despertando tambin en el mundo de hoy una mayor conciencia de la dignidad del hombre, y del alto valor que corresponde a la educacin, precisamente para que el hombre pueda vivir verdaderamente como hombre. Esto quizs se deba a que, por contraste, la vida humana se desarrolla con frecuencia en unas circunstancias que pueden conducir a que el hombre se conforme con la condicin de animal o de cosa, bajo una presin ambiente que tiende a minusvalorarle como personal.

    De hecho, se codicia ahora la educacin en todos sus niveles y por la prctica totalidad de las personas. La sociedad establece el lmite de la instruccin obligatoria en grados y edades cada vez ms altos y proporciona para eso los medios oportunos. La Universidad no es vista ya como un lugar de educacin superior reservado a una lite social, sino como nivel educativo al que deben poder acudir todos cuantos lo deseen y renan las condiciones intelectuales apropiadas. Y de hecho

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    estn llegando felizmente a ella personas de las ms variadas procedencias, hombres y mujeres, de la ciudad y del campo, cuyos padres son o no universitarios y se dedican a cualquier oficio o profesin

    Este proceso est conduciendo, al menos en estas ltimas dcadas, a una transformacin social importante, de progresiva elevacin del nivel de titulacin acadmica que poseen quienes se ocupan de desempear las diversas funciones que se dan en la sociedad. Los universitarios van siendo, en efecto, una proporcin progresivamente mayor, tanto porque aparecen tareas nuevas que requieren esa preparacin intelectual, como por aumento del nmero de las que ya se venan realizando con esa titulacin, o por la creciente complejidad de las cuestiones; pero tambin por el noble anhelo de elevacin cultural que hace que sean ahora universitarios quienes se ocupen de tareas que se venan ejerciendo sin esa cualificacin.

    Todo esto pone de relieve que la Universidad tiene un alcance y repercusin creciente, afecta a mayor proporcin de personas; y que los universitarios tienen hasta numricamente ms peso en la sociedad. La Universidad, al adquirir conciencia de esa mayor responsabilidad, se ha planteado a s misma en los ltimos aos profundos interrogantes acerca de su misin y su naturaleza, convencida de a importancia que tena poder resolverlos con acierto.

    3.2. LA IDEA DE UNIVERSIDAD y EL ESPRITU UNIVERSITARIO

    3.2.1. Diversos modos de entender la Universidad

    Parece evidente que el espritu universitario depender de la idea que se tenga sobre lo que es o debe ser la institucin universitaria. La Universidad, es un concepto abstracto que se aplica a un gran nmero de Universidades, realidades concretas que responden a finalidades no univocas y que estn dirigidas y son realizadas por personas muy diferentes, en las que se dan de hecho distintos modos de entender la Universidad, que incluyen algunos elementos comunes, junto a otros claramente diferenciadores. Hoy da hay general acuerdo en que la Universidad que propiamente quiera serio debe dar enseanzas del nivel superior y ha de desarrollar una actividad investigadora. Hay ya discrepancias, al menos en la prctica, sobre la importancia relativa que haya de darse a una y otra de esas fondones, tanto en la aplicacin de tiempos y recursos, como en la seleccin del profesorado, temas en los que no se Va a entrar aqu.

    Existen tambin notables diferencias en cuanto a la diversidad de ciencias que una Universidad debe ofrecer y cultivar y en cuanto a si las enseanzas han de ser entendidas como medio de acceso al saber al margen de sus aplicaciones prcticas, o como preparacin inmediata al ejercicio de una profesin. Hay as Universidades preferente o exclusivamente dedicadas a las enseanzas tcnicas, otras que excluyen cuanto no sea ciencia positiva, otras que extreman la formacin profesional muy especializada, y las hay asimismo que atienden slo o muy principalmente a la formacin humanstica. Se ha de sealar por ltimo que en muchas Universidades se restringe la actividad docente a transmitir conocimientos y despertar el inters por las materias propias de la carrera universitaria seleccionada por el estudiante, renunciando a lo que podra considerarse educacin superior, es decir, a contribuir e impulsar el desarrollo de la personalidad del estudiante universitario.

    3.2.2. Una Universidad centrada en la persona y en la sociedad

    No es oportuno hacer aqu una exposicin y discusin de las distintas concepciones existentes sobre lo qu debe ser una Universidad, tema que es ms propio del capitulo dedicado a su misin. Se har solamente referencia a Un modo de entender la Universidad, que se considera apropiado para u-atar del espritu universitario, que centra su atencin en el bien de la persona y en el de la sociedad. Es fruto de una dilatada experiencia personal del autor de estas lneas, del conocimiento de diversas instituciones y de la lectura y conversacin con preciados y ejemplares maestros. Desea basarse sobre todo en las abundantes enseanzas del Beato Josemara Escriv de Balaguer, fundador de la Universidad de Navarra, en relacin con las tareas universitarias.

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    Quizs pueda servir para dar ms plenitud de contenido y ms amplios y sugerentes horizontes a la vocacin universitaria de muchos, y para dar ms hondo sentido al espritu universitario.

    En breves palabras, la Universidad ha de considerarse como comunidad de saberes (universitas scientiarum) y comunidad de personas (universitas magistrum et scholarium), institucin dedicada a la enseanza en el ms alto nivel, al cultivo del saber universal y a su acrecentamiento mediante la investigacin en las diversas ciencias, y a la educacin superior e integral de sus estudiantes. Pone su mayor empeo en la bsqueda y conocimiento de la verdad en los diferentes campos del saber, sean cientfico-naturales, tcnicos, sociales, jurdicos, humansticos o del espirito, y en transmitir esos conocimientos con fidelidad y en forma asequible a las nuevas generaciones. Quiere estar en la vanguardia del avance cientfico, colaborar abiertamente con otras instituciones de fines convergentes, participar en los foros internacionales para el intercambio de los hallazgos conseguidos y para la generacin y difusin de la cultura. Aspira a realizar e irradiar en servicio del hombre una sntesis de esa cultura que proporcione una visin del mundo y del hombre conforme con el avance de las ciencias y con la verdadera naturaleza de las cosas.

    La universidad rectamente entendida es consciente de la elevada dignidad de la persona humana y promueve por muy diversos medios el desenvolvimiento y enriquecimiento de la personalidad, la adquisicin de los hbitos intelectuales precisos para encontrar la verdad, profundizar en ella, participarla a los dems y contrastar pareceres en el curso del dilogo cientfico; ensea a poner en juego las capacidades personales, en un trabajo ordenado e intenso; siente gran amor a la libertad de todos y muy delicado respeto a la conciencia de cada uno; impulsa la creatividad y el espritu de iniciativa y trata de educar para un recto y responsable ejercicio de la libertad; tiene en el punto de mira de todas sus actividades el servicio a las personas individualmente consideradas y en cuanto miembros de una sociedad, y estimula el afn de servido recproco, de comprensin mutua, de cooperacin y cordial convivencia, de solidaridad universal. Tiende as a la preparacin de graduados que sean competentes y aun prestigiosos en su especialidad y profesin, que estn persuadidos de que para alcanzar la verdad se requiere estudio y esfuerzo, y que sean a la vez hombres o mujeres de criterio recto y buenos ciudadanos. La Universidad est abierta a todos, sin discriminaciones, y a todos quiere servir.

    3.2.3. Vocacin universitaria

    El panorama que sumariamente acaba de ofrecerse acerca de los propsitos de una Universidad es suficiente para darse cuenta de lo arduo, complejo y multiforme de la empresa. Desde luego, no es tarea fcil. Reclama un gran esfuerzo personal y una muy generosa entrega, que slo pueden darse cuando se percibe no slo la intima satisfaccin que provoca la contemplacin de la verdad, sino tambin la felicidad que conlleva contribuir al bien de los dems, a su elevacin intelectual y cultural, y es posible, por tanto, una identificacin personal ilusionada con aquellos propsitos. Esa identificacin genera el espritu universitario en uno mismo, y, cuando es suficientemente compartida, forja el espritu que caracteriza a la institucin universitaria. Slo as se puede hablar de amor a la Universidad y de vocacin universitaria.

    Es legtimo y razonable que quien decide trabajar en una Universidad quiera encontrar en ella un medio de vida digno. Eso es siempre necesario, aunque es sabido que los usos sociales no suelen valorar materialmente esa actividad en forma brillante. Pero quien va a la Universidad buscando slo eso, sin especfica vocacin universitaria, sin un cierto grado de entusiasmo por cuanto ese quehacer supone, est condenado al fracaso y no contribuir eficazmente a la tarea colectiva, o incluso anegar o ensombrecer el espritu de la institucin.

    Como en toda actividad humana compleja, en la universidad resulta imprescindible la distribucin del trabajo, la asignacin de cometidos especficos. Mas todos cuantos forman parte de la comunidad universitaria, profesores, personal de administracin y de servicios y estudiantes, contribuyen de hecho, positiva o negativamente, a la accin educativa, cientfica y cultural de la universidad. Quien no se siente comprometido voluntaria y responsablemente en esa comunidad de fines, quien se desentiende de los afanes comunes y entra en el juego del aislamiento moral y el mnimo cumplimiento, no ha entendido la vocacin universitaria y es sin duda un lastre entorpecedor.

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    3.3. CARACTERSTICAS DEL ESPIRITU UNIVERSITARIO

    No deja de ser arriesgado el intento de describir las caractersticas propias de algo tan sutil y opinable como es el espritu universitario. No obstante, sin pretender referirlas todas, ni mucho menos hablar de ellas como exclusivas de los universitarios, parece lcito destacar algunos rasgos que en su conjunto pueden considerarse necesarios y definitorios de quien tiene vocacin universitaria y de quien vive o ha vivido suficiente tiempo en una Universidad rectamente entendida.

    3.3.1. Elevada estimacin de la dignidad de la persona humana

    Ninguna otra institucin civil parece reunir ms condiciones que la Universidad para situar a la persona, al hombre en cuanto ser personal, en el centro de su atencin y de su objeto, ya que todo en ella busca promover ms intensamente y en plenitud el bien de las personas y el desarrollo de la personalidad en todas sus dimensiones.

    Es propio de la vocacin y del espritu universitario la clara conciencia de que el hombre, cuerpo y espritu, es persona, un ser inteligente y libre, dueo de sus actos, llamado a ejercer un responsable seoro sobre la naturaleza, con un desuno superior que le trasciende, sujeto de derechos inalienables, con aspiraciones radicales a la verdad, al bien, a la belleza, a la justicia y al ejercicio de su libertad. Eso lleva a considerar la dedicacin a la educacin superior como forma de potenciar esos nobles atributos.

    Con la actividad universitaria, se pone precisan en juego la inteligencia humana, se estimula la bsqueda de la verdad y se generan los hbitos intelectuales necesarios para alcanzada y distinguirla del error y tambin para reconocer sus limitaciones. De ese modo se contribuye a enriquecerla personalidad, se hace bien al hombre, resulta ste enaltecido.

    Al propio tiempo, el universitario sabe que ese desarrollo y cultivo de la mente no debe suponer violentar la libertad de nadie, ha de respetar delicadamente la voluntad personal; no puede ser objeto de imposicin, sino que ha de ser ibremente aceptado y querido. El universitario ve en la libertad una cualidad radical del hombre por la que ste se eleva sobre los dems seres de este mundo, y se hace capaz de rodar responsablemente su destino. Es por eso celoso de su propia libertad y decidido defensor de la libertad de los dems.

    Al descubrir la verdad sobre el hombre, al valorar la dignidad de la persona humana, se reconoce que el otro es merecedor de consideracin y aprecio no menos que uno mismo, y se descubre el gozo de procurar su bien. Esa dignidad no discrimina razas, ni procedencias sociales ni geogrficas, ni ideas polticas, ni creencias religiosas; tiene alcance universal y est por encima de cualquier particularismo: corresponde a todo hombre,

    Mucho ms alta aparece esa dignidad personal ajando se contempla al hombre a la luz del pensamiento cristiano. Entonces se le descubre creado por Dios a su imagen y semejanza, persona destinada por Dios a la felicidad eterna, llamada dilogo amoroso y filial con Dios y a amar a Dios en todos los dems hombres; la libertad aparece como don divino contra el que nadie debe atentar y como medio de que se dispone para decidirse por lo que la inteligencia muestra como verdad mejor, por aquello que le conduce hacia su ltimo y gozoso fin. El valor del hombre se hace mximo al considerar que el Hijo de Dios tom la naturaleza humana por amor al hombre y quiso dar su vida por salvado. Bajo esta perspectiva, el universitario que es cristiano, debe tratar de amar a los dems con el mismo amor de Cristo.

    Pero sea o no cristiano, la estimacin de la dignidad del hombre como persona es ciertamente fundamento de todo el quehacer de la Universidad y es elemento nuclear del espritu universitario, al que da su ms profundo sentido. Quien ha pasado unos aos estudiando en la Universidad debiera haber aprendido a considerar mucho ms a los dems hombres, a respetarles y comprenderlos, a apreciar sus cualidades, a querer sinceramente su bien, porque todo esto es parte esencial de la impronta que debe dejar la vida universitaria.

    La Universidad en que se valora a la persona no puede desentenderse de hacer cuanto est en su mano por favorecer el desarrolla de la personalidad de cuantos integran la comunidad

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    universitaria, se sabe responsable de la educacin de las personas aunque sus estudiantes tengan ya 18 o ms aos, y afronte esa responsabilidad en la forma apropiada a esa edad.

    3.3.2. Bsqueda, conocimiento y participacin de la verdad

    3.3.2.1. El anhelo de saber verdadero

    Como observ ya Aristteles, todos los hombres tienen naturalmente deseo de saber. La realidad circundante, de la que el hombre tiene noticia a travs de los sentidos, despierta sin cesar el inters de conocer propio de la inteligencia humana. Se quiere saber sobre uno mismo, lo que es, su origen y finalidad, el sentido de la propia vida, una orientacin vlida para su conducta; saber tambin acerca de los dems hombres, lo que significan, cmo han de ser las relaciones con ellos qu tipo de influencias pueden ejercer sobre uno y qu puede hacer uno respectos de ellos; qu son todas y cada una de las cosas, qu valor tienen para el hombre, qu se puede hacer con ellas, cul es su origen y su desuno, por qu son como son y a qu se debe que cambien. Todo el universo real bombardea con sus interrogantes al hombre, le incita a conoce.

    Obviamente el anhelo humano de saber es de saber verdadero, el hombre quiere encontrar una respuesta a cuanto le interroga que sea conforme con la realidad, ansa conocer la realidad de las cosas, Y por eso se enfrenta con ellas, se esfuerza por descubrir la verdad Que en cada una de ellas se encierra, que corresponda a lo que realmente son. Yerum est id quod est, deca S. Agustn, y esa verdad real, objetiva, es la que se quiere poseer, conocer con el propio entendimiento. Se busca conocer de modo que se alcance la verdad, con adecuacin entre la cosa y el entendimiento (Santo Toms de Aquino), y no una ficcin, una mere posibilidad; no se quiere ser ciudadano de un mundo ilusorio, irreal, no se desea caer en la autodecepcin. Como dicen los versos de A, Machado: Tu verdad? No, la verdad, y ven conmigo a buscarla. La tuya, gurdatela.

    Si el afn de conocer la verdad es comn a todo hombre, mucho ms lo ha de poseer el universitario, que se propone como actividad profesional buscar y ensear la verdad, La vocacin universitaria y el espritu universitario, incluyen como algo sustancial el hambre de verdad. Las limitaciones y condiciones o circunstancias personales hacen que la mente, aunque est abierta a toda verdad y tenga universales horizontes, sienta de hecho particular atraccin por determinados campos del saber y dirija hacia ellos sus principies esfuerzos.

    La verdad alcanzada es luz del entendimiento que aquiete por un momento el afn de saber, y se hace objeto de contemplacin gozosa. La inteligencia queda enriquecida, y un mpetu interior mueve al universitario a hacer participe a otros de la verdad descubierta. Sin embargo, esa contemplacin abre nuevos interrogantes hacia un conocimiento ms profundo de la realidad, el hambre de verdad resulta insaciable, quiere ir siempre ms all, ms al fondo, no se conforma nunca con lo conseguido. Este anhelo incesante, ardiente, entusiasta y tenaz de verdad, lleva al universitario a porfiar en el enriquecimiento de su inteligencia, a querer saber siempre ms a lo largo de toda su vida, a cooperar con otros al progreso del saber humano, a que en el curso de la historia se vayan produciendo continuados avances cientficos y tecnolgicos, y todas las ciencias ofrezcan una ms profunda y extensa visin de la realidad.

    3.3.2.2. Hbitos intelectuales para la bsqueda y adquisicin de la verdad

    El quehacer universitario, por su naturaleza, promueve el desarrollo de ciertos hbitos intelectuales imprescindibles para buscar y encontrar la verdad. Incluso aquellas verdades que se hacen inmediatamente evidentes a todos, como primeros principios, slo son suficientemente entendidas cuando se ponen en juego esos hbitos.

    3.3.2.2.1. Esfuerzo intelectual

    El universitario sabe que alcanzar la verdad requiere trabajo de la inteligencia, esfuerzo intelectual. La verdad ha de ser desentraada, descubierta a travs de tantas envueltas que impiden contemplarla a primera vista; ha de ser observada desde diferentes perspectivas; a veces se la entrev un instante, para ocultarse de nuevo enseguida, como si quisiera

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    escapar de quien la pretende; reclama insistencia, dar vueltas a su alrededor hasta hacerse con ella en una bsqueda laboriosa y porfiada, costosa, a veces agotadora, con el espritu en tensin, joven, deportivo, entusiasta, capaz de superar cansancios, dificultades y conformismos cmodos, y de renunciar a un brillo fcil pero inseguro.

    Nada ms contrario a lo universitario que pensar que la verdad se improvisa, que sea compatible con la ligereza y el descuido, que se deja captar por una brillante intuicin no comprobada; o que da lo mismo una cosa que otra aunque se sospeche error; nada ms opuesto que la mentalidad chapucera que rehuye el esfuerzo, se ta de sus impresiones personales, de su golpe de vista, y no da importancia a lo inexacto; que piensa que no vale la pena ahondar en las cuestiones, contrastar suficientemente con la realidad lo que uno imagina que conoce de ella. Si la verdad se esconde al denodado, se niega del todo al perezoso.

    Resulta funesta la actitud de quien sale de la Universidad con un ttulo bajo el brazo, pensando que ya ha hecho suficiente esfuerzo para conseguido; o la de quien se queda como profesor para vivir de la renta del trabajo ya realizado, sin ardiente deseo de seguir avanzando.

    3.3.2.2.2. Estudio y rigor crtico

    No es propio de universitarios aventurar opiniones infundadas. El universitario necesita estudiar los asuntos, conocer los datos, antes de ofrecer parecer. Es adems consciente de que el saber humano, siendo siempre parcial, incompleto, ha alcanzado un volumen muy considerable, ha abordado un nmero ingente de cuestiones. Por eso, cuando se plantea cualquier interrogante, el universitario piensa que es sumamente probable que otros antes que l hayan encontrado respuesta al mismo problema y por eso estudia, revisa los conocimientos ya adquiridos, acude a la bibliografa sobre la materia. Slo despus se propondr acaso ir ms all.

    La noble curiosidad cientfica, muy acusada en el universitario, mueve al estudio, tanto cuando se trata de la preparacin de ciases tericas o prcticas, seminarios, conferencias, etc., como al proyectar un trabajo de investigacin o al considerar cualquier cuestin que surge en la vida ordinaria.

    Cultivar una ciencia requiere muchas horas de estudio, de consideracin atenta de la informacin acumulada sobre ella, manejo de sus fuentes, conocimiento de los avances que se consiguen. Las publicaciones cientficas son tan numerosas que, aun dedicando largo tiempo al estudio, difcilmente es posible mantenerse al da en lo ms relevante de una determinada disciplina e incluso en la parcela especfica de saber en la que el universitario desarrolla su investigacin.

    En esa tarea de estudio el universitario aplica un rigor crtico que le permite advertir qu corresponde a datos ciertos, a verdades suficientemente comprobadas o fundamentadas, y qu son interpretaciones posibles pero inseguras, pareceres personales, hiptesis que reclaman ulterior verificacin, y, en ocasiones, aseveraciones o conclusiones que no se ajustan a las exigencias de una prudente lgica. Sopesa los argumentos en favor o en contra, necesita razones convincentes

    En la actividad docente, el universitario se esfuerza por hacer ase al estudiante una determinada materia, despertando su inters. Sus ciases deben ser resultado de un estudio que permite el dominio de lo que se explica, ofrecer une visin actualizada, seleccionar lo relevante, mostrar lo cierto y distinguirlo de lo hipottico. Es as como uno mismo gana en rigor crtico y es capaz de generar en los alumnos ese mismo hbito intelectual,

    El estudio y el rigor crtico son tambin imprescindibles en la investigacin cientfica, tarea que contribuye en muy alto grado a configurar la mentalidad propia del universitario, El avance en una determinada lnea de investigacin slo es posible con mucho trabajo, estudio, reflexin, rigor lgico en el anlisis de los datos que se obtienen. No se pueden dar pasos adelante sin conocer bien el punto de partida, so pena de descubrir mediterrneos, de no aportar nada original sino de recorrer un camino que otros han abierto antes con acierto. Es necesario por eso acudir primero a las fuentes bibliogrficas y a las bases de datos hoy disponibles para seguir la evolucin de los conocimientos, como medio que asegure que lo que se desea investigar no es ya conocido. Luego procede elaborar bien un proyecto en el que se plantee con suficiente claridad el objeto de la

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    investigacin, los antecedentes en que se basa, el inters que mueve a ese conocimiento, las posibles hiptesis de respuesta, los mtodos que se van a aplicar en el estudio, los pasos sucesivos para su desarrollo, hasta alcanzar la solucin ms acertada.

    El nimo del universitario es abordar la investigacin con el deseo de aproximarse lo ms posible a la verdad, con objetividad, con rigor, sin dejarse arrastrar por primeras impresiones, ni por prejuicios, sin aferrarse a hiptesis que quiz se han defendido antes con ahnco. Ese rigor critico conduce a analizar bien los datos, a examinar su grado de fiabilidad, a interpretar os hechos des cubiertos sin ir ms all de lo que realmente dicen, con buena lgica; a elaborar conclusiones que sean verdaderamente legitimas, que estn suficientemente fundadas en la realidad de las cosas.

    Esta disciplina de la mente del universitario, como la llamaba J.H. Newman, es sin duda una caracterstica que debera estar presente en cuantos se han formado en una Universidad, como un rasgo distintivo del espritu universitario, que comporta una actitud razonablemente crtica, positivamente crtica, ante las ms diversas circunstancias de la vida. Una mente as educada descubre fcilmente que una determinada argumentacin, aunque se vista con elegante ropaje y se exprese con tonos convincentes, carece de suficiente base, no permite las conclusiones que se pretenden; sus hbitos intelectuales la protegen de la presin del eslogan que trata de que e acepte una aseveracin a fuerza de repetir una frase afortunada, la hacen menos susceptible a la publicidad poltica, comercial, social, etc.; posee mayores defensas ante cualquier tipo de propaganda porque est habituada a no admitir una afirmacin irreflexivamente, sino slo despus de la oportuna ponderacin. Si el rigor crtico advierte error o insuficiencia en algo, no se aceptar eso como verdadero por mucho que se le reitere, ni por numerosos que sean los que no han visto inconveniente en tenerlo por vlido.

    Un universitario que ha educado de ese modo su inteligencia no se deja manejar fcilmente por otros, resulta mucho menos manipulable, no se hace juguete de nadie. Est abierto a ser convencido, mas solo se convence cuando advierte verdad. Sigue a alguien cuando ste le lleva por caminos de verdad, y se aparta de quien pretende el engao o resulta iluso.

    Ciertamente, esos hbitos intelectuales del pensar reflexivo y riguroso en bsqueda de a verdad, enriquecen al hombre, le hacen, si es lcito decir, ms persona, ms l mismo y ms libre. Y en consecuencia menos porcin indiferenciada de una masa. En un tiempo en que se dispone de medios cada vez ms potentes para provocar estados de opinin de un determinado signo o aun reacciones multitudinarias segn un patrn preconcebido, el cultivo de la mente del autntico universitario constituye un elemento defensivo extraordinariamente valioso frente a cualquier intento de manipulacin. Quien est provisto de esos hbitos aprecia con seguridad que un proceder equivocado no deja de serio por el hecho de que sean muchos o aun los ms los que lo den por legitimo; se da cuenta de que por numerosos que sean los que compartan el error, no se convierte en verdad; advierte claramente que la verdad radica en la conformidad con a realidad de las cosas y no puede identificarse con el simple fruto de un consenso mayoritario.

    3.3.2.2.3. Humildad intelectual

    El rigor crtico bien entendido no conduce a la soberbia intelectual, a la autosuficiencia de la propia razn, a hacer de sta la medida de toda verdad de forma que slo se admita aquello que es capaz de ser aprehendido y visto como verdadero con las luces personales, con menosprecio o aun negacin de saberes alejados del de uno mismo, cuya comprensin requiere una preparacin que no se tiene. El hbito de buscar la verdad con rigor, hace ver en efecto los limites en que se mueve la inteligencia personal, la imperiosa necesidad de restringir el afn de saber a campos especficos, las dificultades con que avanza, la necesidad de disponer de conocimientos que uno no posee; y hace tambin patente la insuficiencia de la inteligencia humana en general, para alcanzar ciertos saberes.

    As el verdadero espritu universitario incluye la humildad intelectual, un hbito por el que se tiene presente la debilidad de lo que uno conoce y la inmensidad de cuanto ignora, la necesidad de que otros le ayuden a entender; humildad que proporciona cierto grado de inseguridad en las personales apreciaciones, el deseo de contrastar los datos y deducciones que uno ha obtenido con lo que hayan alcanzado los dems; que mueve a sentir respeto y estima hacia las aportaciones ajenas, a

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    escuchadas con inters, sean del campo al que uno mismo se dedica o de otras reas prximas o alejadas, incluso de aquellas que por su especializacin le resultan personalmente inasequibles.

    El universitario honesto que estudia las ciencias de la Naturaleza siente el afn de aventurar teoras cientficas que pretenden dar razn de algo con el apoyo de lo que hasta un momento determinado se conoce, pero es consciente de su carcter provisional, de que son aproximaciones a la realidad, aceptables en un momento histrico, pero destinadas a ser superadas ante nuevos hallazgos.

    No es infrecuente encontrar a figura del que es sabio en un campo especializado y siente una encantadora e ingenua admiracin ante los avances que se alcanzan en otros que le resultan distantes, o aun incomprensibles de hecho para l por falta de la apropiada preparacin. Por eso admite que haya realidades y verdades que no alcance l directamente, que escapan a su inteligencia, que superan a las metodologas a tas que l est habituado, pero que son dignas de ser aceptadas por el respeto y crdito que le merecen otras personas. A esto se suele llamar certeza de fe.

    De hecho, la inmensa mayora de los conocimientos humanos, incluso aquellos que corresponden a la disciplina cientfica que uno mismo cultiva, son a con esa certeza de fe y presuponen humildad intelectual. Se encuentran en las numerosas publicaciones cientficas disponibles y se aceptan por su congruencia interna, por su adecuacin con conocimientos previos suficientemente probados, por las garantas de credibilidad que nos merece quien los da a conocer, por su autoridad cientfica, su seriedad, su honradez intelectual. La inteligencia no encuentra en ellas nada que obligue a rechazadas, y asiente a ellas con certeza, c observa Sto. Toms movida por la voluntad, ante la autoridad que aprecia en quien da de ellas testimonio. Si se observa en un autor ligereza en la argumentacin, prejuicios que distorsionan la realidad, o incluso metodologa s insuficientes o errores de interpretacin, no se dar valor a su testimonio. En cambio, el creyente que auxiliado por la gracia descubre que Dios no puede engaarse ni engaarle, cree con toda conviccin y certeza de fe sobrenatural en la Verdad revelada.

    3.3.2.3. Amor y participacin de la verdad

    3.3.2.3.1. Amor desinteresado a la verdad

    El universitario busca con esfuerzo la verdad porque la ama y se goza al poseerla, sabe que cualquier clase de conocimiento, si es verdadero, recompensa del trabajo experimental, del estudio y reflexin que ha comportado. Sufre con la incertidumbre, con las tinieblas que ocultan la verdad, y hace cuanto est en su mano para despejadas, para admirar sin tapujos su luz; arde en deseos de conocer, para satisfacer una necesidad autntica de su naturaleza. Y a pesar de que la verdad alcanzada se convierte casi siempre en punto de partida para un ulterior avance, para una mayor profundizacin, eso no es obstculo para sentir la alegra de andar sobre seguro.

    Este amor a la verdad es desinteresado, se fundamenta en la posesin de ella misma, no esta condicionado por posibles aplicaciones o por los beneficios econmicos que un descubrimiento pueda legtimamente repodar. No es un amor utilitarista, que busca un inmediato servicio en la verdad que se persigue. La verdad tiene siempre suficiente valor en s misma para que su contemplacin satisfaga. Como deca Cicern, conocer por conocer pertenece a la naturaleza humana, mientras que errar, ignorar, engaar es malo y desgraciado. Deseamos aprender, conocer lo oculto, lo admirable, ms si somos universitarios, como condicin de felicidad.

    El amor a la verdad lleva al universitario a rechazar el error, las afirmaciones infundadas, a intencionada ambigedad, el sofisma. y esto no slo en el propio campo de dedicacin cientfica y profesional, sino en todos los aspectos de la vida. De otra parte, cuando ha alcanzado la verdad sobre algo con la suficiente base, cuando para admitida posee legtimos motivos de conviccin, el universitario tiende a hacer a otros partcipes de la luz que ilumina su entendimiento. La contemplacin gozosa de la verdad adquirida no queda encerrada en lmites egostas de satisfaccin personal, sino que se desborda hacia los dems, se tiene como un bien objetivo que merece ser difundido, pasar a ser patrimonio de la humanidad.

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    3.3.2.3.2. La difusin de la verdad mediante las publicaciones cientficas

    Este ha de ser el motivo por el que el universitario da a conocer los resultados que obtiene con su investigacin cientfica, y no el vanidoso alargamiento de la relacin de las publicaciones personales, o las ansias de brillo en un congreso participar la verdad y contrastar las interpretaciones y consecuencias propias con las que obtienen otros; a veces sirven tambin para recibir observaciones acerca de la debilidad de un dato o de un argumento.

    Hay que cuidar que la publicacin porte algo de verdadero inters, no buscar cantidad ni extensin sino calidad y concisin, ser claros, rigurosos, hacer que se distinga bien en qu consiste lo que es original, qu queda firmemente estableado y qu es simple hiptesis o interpretacin ms o menos plausible. En lo que es fruto de la experimentacin, se han de aportar todos los datos necesarios para que los experimentos puedan ser reproducidos y contrastados por otros.

    Dar a conocer mediante una publicacin la verdad alcanzada, no se opone en absoluto al legtimo derecho de propiedad intelectual o de patente.

    3.3.2.3.3. Delicadeza al mostrar la verdad

    El universitario est persuadido de que la verdad que ha adquirido con su propia inteligencia no puede ser impuesta a los dems, sabe que ha de limitarse a mostrarla, a hacerla asequible, de modo que pueda ser aprehendida y aceptada por otros. Y para eso procura ensear el camino seguido para descubrirla, y gusta de hacer uso de formas delicadas, respetuosas con posiciones discrepantes. No es amigo de la aseveracin rotunda, sino que prefiere arrojar luz poco a poco para evitar deslumbramientos cegadores. Trata ms de sugerir que de afirmar, exponer posibilidades y puntos de vista ms que utilizar argumentos apodcticos. Adopta esta actitud no slo cuando, como ocurre tan frecuentemente, el grado de certeza hacia la verdad es limitado y no permite mayores firmezas, sino tambin cuando ha alcanzado segura conviccin, porque sabe que a verdad se ha de abrir paso en la mente para ser plenamente aceptada.

    Algn papel juega sin duda en esto la humildad intelectual. Cuando se expone algo se tiene intencin de ensear, pero se aspira tambin a aprender; se quieren transmitir conocimientos, pero tambin mejorarlos, encuadrados bien, matizarlos. Est claro que al explicar un tema a los estudiantes, el profesor ha de procurar decantar lo que se sabe, seleccionar lo que importa y est bien establecido, pero a la vez ha de hacer ver algunos puntos dbiles y aspectos inseguros, que sin duda los hay. Esto no es siembra de escepticismo, ni relativismo, sino honradez intelectual, que es compatible con el entusiasmo por a materia que se ensea.

    3.3.2.3.4. Respeto a la opinin ajena y al que est en el error

    El espritu universitario, que como se ha dicho incluye una elevada consideracin hacia todas las personas y una conciencia clara de as limitaciones personales, mueve a respetar las opiniones ajenas en tantos asuntos legtimamente discutibles, a querer conocer en qu se fundan por si hay en ellas base suficiente que haga aconsejable o aun necesario modificar las propias. Y, en todo caso, a respetar y defender la libertad que tienen los dems para pensar sobre un asunto de manera distinta la de uno mismo.

    Lo universitario es intercambiar pareceres, aportar razones en pro y en contra, e los asuntos con serenidad, con sosiego, con la mente abierta para enriquecerse con el pensamiento ajeno; es exponer, mostrar, discutir con objetividad las diferentes posibilidades, sin caer en cerrazones mentales, en la defensa a ultranza de posiciones preconcebidas, ni en la disputa apasionada que impide que la luz se abra paso; consiste en no querer convencer a fuerza de contundencia en la expresin, ni intensidad en la voz, sino presentando con sencillez y coherencia los apoyos de la opinin personal sin ms autoridad que la que ellos ofrecen.

    Una actitud semejante adopta el universitario cuando advierte con seguridad que hay error en el pensar ajeno. Aun entonces su actitud es dialogante, aunque tenga total firmeza de poseer la verdad

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    y en que lo otro es error. No trata de aplastar al que yerra, sino de que se abra a la verdad. y para eso busca que el otro descubra la insuficiencia de lo que le hace pensar equivocadamente, que su razonamiento errneo se resquebraje y desmorone por s mismo, que entrevea primero que las cosas pueden ser de otra manera para que vaya admirando e identificando despus personalmente la verdad, que sea l mismo quien cambie de postura sin sentirse en ningn momento herido ni humillado.

    La indoctrinacin, el pretender que otros admitan sin la oportuna justificacin las convicciones o verdades que uno tiene firmes, no est en consonancia con el espritu universitario. El modo de hablar del universitario y su modo de convencer, de difundir y defender la verdad, ha de ser delicado, respetuoso, no para imponerse autoritariamente sino para hacer pensar, para mover a la re consideracin de posturas. No quiere la victoria dialctica, sino conducir al convencimiento, ayudar a ver las cosas como realmente son. Puede ser que alguna vez alce la voz hasta con energa, pero lo hace no para exigir asentimiento, sino para impulsar a una mayor reflexin, que libre del error, y si por cualquier causa, no llega a conseguir que el otro alcance la luz de la verdad, no siente por ese otro menosprecio, sino pena; y se esfuerza en comprenderle, respetando su libertad.

    3.3.2.4. Mente abierta a toda verdad

    La mente humana, por naturaleza, est abierta a toda clase de verdad, aunque, corno se ha dicho ya, la limitacin de la capacidad intelectual y del tiempo disponible para conocer imposibilitan el conocimiento de todas las verdades, impiden agotar las verdades acerca de la realidad. Al prepararse para alcanzar el conveniente dominio en el campo propio de una actividad profesional determinada, el universitario se ve obligado a seleccionar ciertas reas del saber a las que aplica ardorosamente su inters, hasta por un elemental sentido de responsabilidad ante a sociedad que espera recibir unos servidos competentes; sin embargo, eso no significa no querer saber nada de cualquier otra cosa, sino establecer un orden razonable en la distribucin del tiempo. La mente sigue estando abierta a los amplios y universales horizontes de verdad que se le ofrecen, contina atrada por muy variadas cuestiones, sobre todo por aquellas que revelan la riqueza del espritu humano y guardan ms relacin con la vida y el destino del hombre.

    En este sentido, la Universidad facilita esta universal apertura de la mente Aunque se den hoy da Universidades dedicadas muy preferentemente a preparar en las enseanzas tcnicas, o que ofrecen solo un nmero reducido de carreras dentro de un restringido sector del saber, lo que ha sido y sigue siendo histricamente ms usual es que en una Universidad se desarrollen enseanzas muy variadas, se cultive un amplio abanico de saberes. El ambiente caracterstico de la vida universitaria invita a interesarse por conocer los principales temas que ocupan a quienes cursan o ensean carreras diferentes a la que uno sigue. La Universidad es lugar de encuentro, de convivencia dialogante, de intercambio de problemas y de verdades; es quiz la institucin ms apropiada para cultivar la vida cientfica y la que ms incita a la conversacin interdisciplinaria.

    3.3.2.4.1. Especializacin profesional y educacin liberal

    Durante muchos aos se ha discutido, y an se sigue discutiendo, sobre si la misin principal de la Universidad debe consistir en preparar buenos profesionales o ms bien en formar mentes cultivadas como propugnan los partidarios de la educacin liberal. No es cuestin de insistir aqu en ello. Por otra parte, las crecientes demandas sociales de personas en condiciones de poder cubrir antiguas y nuevas y ms especializadas ocupaciones, ha hecho que la gran mayora de las Universidades actualmente existentes orienten su capacidad docente a la preparacin para el ejercicio de muy diversas actividades profesionales, y la casi totalidad de los estudiantes que acuden a ellas lo hacen con la intencin de poder ejercer alguna de esas actividades con el propsito de jugar un papel digno en el entretejido social y obtener lo necesario para un sustento decoroso.

    Esta incuestionable realidad de que hoy da, y muy seguramente siempre en adelante, la Universidad deba formar profesionales competentes, buenos conocedores de su especialidad, no significa sin embargo que deba renunciar a procurar que salgan de ella mentes cultivadas, hombres que han sabido interesarse por campos ajenos al de la utilidad profesional, que han deseado adquirir un criterio bien formado sobre las ms relevantes y significativas cuestiones humanas. Las mismas dificultades que sin duda existen para conseguido revelan el carcter perentorio de la misin educativa de la Universidad.

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    Lo propio de la Universidad es el saber universal, tanto porque ha de cultivar muy diferentes saberes, como porque debe abrir la mente de sus estudiantes hacia la universalidad del saber, ha de procurar que se den cuenta de que la ciencia especfica que cursan es slo una parte del saber universal y que hay muchas otras cuestiones de este saber que les resultan atractivas o aun vitales, al margen de cualquier utilitarismo.

    La mente humana, de modo muy particular la del universitario, se interesa por muy diversos valores de la cultura y el espritu, por la creacin artstica, la Historia, la Naturaleza, los principios del Derecho y de la ordenacin de la convivencia social, la Filosofa, la Religin y tantos otros campos. En absoluto implica esto pretensiones de enciclopedismo, sino cultivo de la mente, aprovechar que la Universidad es una encrucijada de ciencias muy diversas, para abrirse al saber universal y a las cuestiones ms esenciales para el hombre.

    En una poca de tanta planificacin y pragmatismo, la Universidad ha de mantener y vigorizar su singular funcin de ser campo frtil para la investigacin libre e ilimitada de la verdad por la verdad misma, de forma radicalmente desinteresada, aunque sepa tambin atender al progreso cientfico y tecnolgico, a demandas especficas que surgen en la sociedad. Para eso reclama el razonable grado de independencia del poder civil, poltico o econmico.

    El cultivo de la especializacin, la preparacin de profesionales, resulta hoy de todo punto necesario. Lo que deshumaniza es la mentalidad que conduce a desinteresarse por aquello que no reporta utilidad inmediata en orden al ejercido de la correspondiente profesin, que busca exclusivamente conocimientos para la profesin, que se deja aprisionar en el particularismo, que tiene como criterio de atraccin para su inteligencia el servilismo respecto a ventajas materiales, econmicas o de ambicin profesional. Con esa mentalidad se ejerce la profesin y se vive como un robot inteligente, todo lo experto que se quiera, pero tecnificado, programado, sometido a la manipulacin externa, sin darse cuente de lo que es el hombre, sin horizontes de libertad.

    3.3.2.4.2. El cultivo de la mente

    El autntico universitario se siente parte de una institucin fundamentalmente educativa, que atiende al desarrollo de la personalidad en todas sus dimensiones, aunque se ocupa preferentemente de la educacin de a inteligencia, del cultivo de la mente, que es su principal objeto. Eso es lo que la naturaleza humana y la misma sociedad reclaman de la Universidad.

    Se espera del universitario que se comporte como tina persona intelectualmente cultivada; se confa en que haya aprendido a expresarse con propiedad y elegancia de palabra, con claridad, que sea educado y corts en su comportamiento social; pero con ser importantes las .maneras, stas no son lo esencial, sino simple consecuencia de la buena formacin y cultivo de la mente,

    La formacin de la mente requiere entrenar al entendimiento en el trabajo intelectual, a percibir correctamente las cosas, a poner para ello orden, mtodo, sistema, a distinguir entre la regla y la excepcin; a poner en juego la capacidad y las potencias personales para conocer la verdad sobre las cosas y sobre lo que sucede, a hacer apreciaciones ponderadas, justas, sin dejarse deslumbrar por apariencias engaosas; a reflexionar sobre lo que se capta, a ir ms all y ms profundamente de lo que los sentidos dicen.

    Educar la mente significa adquirir principios bsicos para el desarrollo intelectual, convicciones que orientan el juicio y la conducta, que permiten el acierto; tener moderacin y prudencia en el juicio, sin caer en el vicio tan frecuente de hablar con gran ignorancia e irreflexin de los ms variados asuntos y hasta de Querer darles mgicas soluciones; consiste en aprender a escuchar las razones ajenas, a querer conocerlas, en lugar de encerrarse con obstinacin en prejuicios personales cristalizados. El cultivo de la mente da buen sentido, ecuanimidad, sabidura, pensamiento sobrio y sereno, autodominio, hablar sencillo, franco, razonable; se acompaa de un gran amor a la libertad propia y ajena; confiere dignidad, firmeza sin terquedad, estabilidad y energa al exponer la verdad.

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    Todo esto se ha de conseguir en la Universidad, con independencia de la can-era acadmica que siga cada uno; ese es el fruto ms genuino que respecto a sus estudiantes cabe esperar de ella, como algo que viene exigido por la naturaleza de las cosas y por el sentido ms propio de la institucin universitaria en cuanto dedicada a la educacin superior.

    3.3.2.4.3. Saber universal y sntesis de la cultura

    En las condiciones de la sociedad actual no resulta fcil satisfacer el hambre de saber universal propio del hombre, an ms acusado en el universitario. Aunque la Universidad ofrece tambin estudios no inmediatamente dirigidos a la preparacin profesional, sino a proporcionar una base de amplios horizontes culturales en extensas reas del saber humanstico, sociolgico, biolgico, histrico, fsico, etc., el comprensible anhelo de encontrar una ocupacin digna en la vida explica el hecho de que los ms de los alumnos cursen can-eras 1e definen con ms o menos flexibilidad determinadas actividades profesionales. A pesar de esto, como ya se ha comentado, la Universidad debe cuidar tambin de formar hombres, y de favorecer y estimular el inters del hombre por aquello que ms profundamente le afecta corno individuo y corno miembro de la humanidad.

    La Universidad, al cultivar y ensear las diversas Ciencias, ha de tener siempre presente el saber universal, ha de mostrar los vastos horizontes de la verdad, ha de fundamentar as ciencias en slidos principios, ha de buscar armona entre todas ellas, ha de tratar de alcanzar una sntesis de la cultura que proporcione al hombre una visin unitaria que d sentido al mundo y a su vida. Para el hombre, la cultura, bajo esta acepcin, no es un artculo ornamental, es una vital necesidad. Ortega la entenda como sistema de ideas sobre el mundo y la humanidad repertorio de convicciones que haba de dirigir efectivamente la existencia humana; hablaba de que se deban poseer ideas claras y firmes sobre el universo, convicciones positivas sobre lo que son las cosas y el mundo cuyo conjunto, el sistema de ellas es la cultura en el sentido verdadero de la palabra. y aada: cultura es o que salva del naufragio vital, lo que permite al hombre vivir sin que su vida sea tragedia sin sentido o radical envilecimiento. Comentaba que el hombre vive desde unas ideas determinadas Que constituyen el suelo en que se apoye su existencia, ideas vivas y efectivas convicciones sobre lo que es el mundo y son los prjimos, sobre la jerarqua de los valores que tienen las cosas y las acciones.

    Hombre culto es el que ve a plena luz los caminos de la vida. Y propugnaba crear de nuevo en la Universidad la enseanza de la cultura como tarea universitaria radical.

    Aunque no parece viable crear y mantener en la Universidad como propona Ortega una a modo de Facultad de Cultura dedicada a ofrecer de forma sinttica y actualizada los grandes temas culturales sobre la imagen fsica del mundo, los fundamentos de la vida orgnica, la Historia de la humanidad, la estructura y funcionamiento de la vida social, y la consideracin filosfica del hombre y el universo, s que ha de ser siempre cierto que la Universidad sea ante todo, como ha escrito Pedro Rodrguez, el ente mximo en el orden de la cultura, la institucin.., en la que se posee rel9ejamente la cultura. La Universidad es donde ms reflexivamente el hombre se interroga acerca de la naturaleza, acerca del sentido que ella tiene para el hombre, y sobre la significacin y destino del hombre mismo.

    Con ese fin, en cualquier carrera debe haber cultura, una tendencia a la sntesis de los saberes, una invitacin constante a abrirse a toda verdad, y a las verdades ms profundas. Como adverta J.J. Lpez Ibor, la Universidad debe luchar contra los peligros de la disgregacin del hombre que, en su mbito, estn representados por el especialismo y la entrega, sin medida, a la tcnica. El cientifismo, y la pasin por los deslumbradores avances tecnolgicos, han llevado a que con gran frecuencia el hombre moderno haya quedado desconectado de sus races, y as, continuaba Lpez lbor, en medio de tanta grandeza mecnica, el hombre pierde cada da ms su dignidad especficamente humana: se siente solo, espantosa e inconsolablemente soto.

    Pero le cultura no se logra por aposicin, generar cultura no consiste en la mera adicin de alguna asignatura cultural a los planes de estudios de las diversas enseanzas. Se hace cultura cuando en cualquier enseanza se toca fondo, se alcanzan las cuestiones bsicas que conectan con otras enseanzas diferentes, cuando se descubre que en todas ellas se est considerando una misma

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    realidad bajo perspectivas distintas y que en esa realidad palpitan unos mismos interrogantes esenciales que reclaman vlidas respuestas. Conseguir este natural entronque de los conocimientos especializados de una disciplina con la cultura y el saber universal es sin duda tarea difcil, pero es cualidad distintiva del buen magisterio universitario.

    3.3.2.4.4. Saber universal y dimensin religiosa del hombre

    La aspiracin del hombre a la verdad queda insatisfecha si no se da respuesta cierta a los interrogantes que ms le importan, a los que se refieren al propio hombre, a so origen, naturaleza, destino, a su posicin en el mundo, al sentido de su vida, al significado que para l tienen los dems hombres y cualquier otra realidad. Una cultura, un saber universal que no incluyan tan vitales y elementales cuestiones, quedan incompletos, chatos, truncados. El hombre que no sabe a qu atenerse sobre esos tenias trascendentes, por muy sabio y experimentado que sea en algn sector del conocimiento, queda a oscuras, ciego a la luz de las ms bsicas verdades, y puede llegar a provocar con su ignorancia daos irreparables o a sufrir degradaciones aberrantes.

    La Filosofa trata de encontrar esas respuestas, se ha planteado a lo largo de toda la historia esas preguntas incisivas y comprometedoras sobre temas que transcienden a nuestros sentidos, a la observacin emprica; pero los filsofos han dado soluciones diferentes y aun dispares, influidos, como hombres que son, por las ms diversas circunstancias de mentalidad personal o de poca. No pocos han hecho del hombre medida de todas las cosas, algunos incluso han tenido a la inteligencia humana como nica realidad. Muchos sin embargo han sabido percibir que el mundo y el hombre slo pueden entenderse a la luz de la existencia de un Dios creador de toda realidad y trascendente a ella, que ha dado al hombre ya todas las cosas su ser y su existir, su naturaleza, su significado y destino.

    Como se deca a propsito de la dignidad de la persona humana, con la luz de la fe cristiana el hombre alcanza respuesta verdadera, a veces no exenta de misterio, a las preguntas ms importantes que aguijonean su espritu. Entonces la cultura queda centrada, asentada en slidos principios, entroncada en la verdad suprema.

    Como ha dicho Juan Pablo 11, el punto central de toda cultura lo ocupa la actitud que el hombre asume ante el misterio ms grande: el misterio de Dios... La cultura, el saber, no son completos sin religiosidad, sin relacin al Creador. Separada de Dios, o con negacin de Dios, la cultura queda juguete del parecer humano, de sus limitaciones y veleidades, de apreciaciones mayoritarias, de consensos frgiles en bsqueda egosta de una coexistencia tolerable; queda sin cimiento, sobre arena movediza, no se asienta en la verdadera naturaleza de las cosas, tal como Dios las cre y las mantiene en su existencia.

    Para que la cultura responda a las exigencias y aspiraciones ms profundas del espritu humano, para que pueda satisfacerlas, ha de reconocer la verdad suprema, los valores supremos de la vida humana, el fin feliz, sobrenatural y eterno, al que Dios, en su bondad, ha destinado al hombre. Entonces se comprende que la verdad, la verdad objetiva, la verdad en s, en palabras de J. M. Martnez Doral, es una construccin de un espritu cognoscente..., una creacin del Entendimiento originario, respecto del cual la verdad queda fundada en su incondicionalidad. Y que ms all de toda convencin de grupo, de toda estimacin mayoritaria, de todo orden socialmente reconocido de valores, hay algo mucho ms importante: ... una verdad natural (con gusto dira una verdad verdadera), fina verdad que se hace patente a la razn, una verdad objetiva... Y se puede exclamar, con S. Agustn, que nosotros conocemos las cosas porque son, pero ellas son porque T las conoces

    Puede haber amplias diversidades culturales en el sentido antropolgico o sociolgico de la cultura, pero slo respondern a las inextinguibles aspiraciones humanas si poseen como elemento comn, fundante, los valores humanos verdaderos. Como afirma Juan Pablo II, el hombre se desarrolla en esta pluralidad (de culturas), sin perder, sin embargo, el contacto esencial con la unidad de la cultura en tanto que dimensin fundamental y esencial de su existencia y de su ser..; y tambin: Entre los criterios que determinan el valor de una cultura, estn, en primer lugar, el significado de la persona humana, su libertad, su dignidad, su sentido de responsabilidad y su apertura a la trascendencia. De ese modo, dice en otra parte, la cultura es aquello a travs de lo

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    cual, el hombre, en cuanto hombre, se hace ms hombre y en la que se juega el mismo destino del hombre

    El espritu universitario, si se quiere que responda a sus ms plenas virtualidades, ha de incorporar este afn por conocer, vivir y ensear las verdades trascendentes acerca del mundo y del hombre, ha de ser generador de una cultura que incluya la dimensin religiosa, ha de empapar todas las ciencias en el sentido cristiano de la vida y de toda realidad.

    Puede aplicarse al espritu universitario lo que ha dicho asimismo Juan Pablo II de la Universidad, que faltara a su vocacin si se cerrara al sentido de lo absoluto y trascendente, ya que imitara arbitrariamente la investigacin de toda la realidad o de la verdad, y terminara por perjudicar al hombre mismo, cuya ms alta aspiracin es conocer lo verdadero, lo bueno, lo bello, y esperar un destino que le trascienda

    3.3.2.4.5. El universitario, hombre de criterio

    La bsqueda porfiada de la verdad, el hbito intelectual de reflexionar sobre ella, el cultivo de la mente, la consideracin de las cuestiones culturales ms relevantes, de mayor trascendencia para el hombre, hacen que el universitario, si realmente lo es, sea un hombre o mujer de criterio. Tener un criterio recto significa disponer de respuestas acertadas ante situaciones y problemas, no slo sobre asuntos especificas y particulares relativos a conocimientos del rea cientfica a que uno se dedica, sino tambin sobre los de mayor trascendencia; supone ser capaz de encuadrar los hechos y los argumentos dentro de las coordenadas apropiadas, juzgar de lo que sucede, de lo que se plantea en la vida personal y social, con visin serena, ponderada, ajustada a la realidad, gracias a unas convicciones slidamente formadas conforme a la verdad, y al hbito adquirido de dar a cada cosa su verdadero valor.

    El criterio queda de algn modo incorporado a la propia personalidad y es factor de estabilidad personal y ajena. Se hace luz para s mismo y para otros, es tabla de salvacin, anda segura que en la vorgine que zarandea el humano vivir de nuestros das permite salvarse de tanta confusin, desconcierto Y aun engao, es agarradero que evita ser arrastrado por la corriente. El criterio es, por eso, imprescindible para gozar de autonoma personal, para ser y actuar con verdadera libertad. De ah que el universitario sea si cabe mucho ms celoso de su libertad y resulte de hecho mucho ms difcilmente manejable por otros.

    3.3.3. Fidelidad a la verdad

    3.3.3.1. Adhesin y compromiso con la Verdad

    El hombre conoce la verdad mediante su inteligencia y la Universidad desarrolla su funcin educativa operando sobre todo intelectualmente, promoviendo el ejercicio recto de la capacidad intelectual. De suyo la educacin universitaria genera hbitos intelectuales ms que virtudes morales, favorece el conocimiento recto ms que la conducta recta.

    Sin embargo, el amor a la verdad, la fuerza de atraccin que posee lo verdadero, hace que la verdad cautive el espritu y se haga luz potente para la voluntad. El que est cierto de una verdad queda comprometido con ella, se adhiere firmemente a ella, no puede consentir con el error. El hombre -,-ha dicho Juan Pablo II no puede ser constreido a aceptar la verdad. A ella es empujado solamente por su naturaleza, es decir, por su misma libertad, que lo mueve a buscarla sinceramente y, cuando la encuentra, a adherirse a ella, sea con su conviccin sea con su comportamiento. Esta libre bsqueda de la verdad, particularmente necesaria respecto de las verdades trascendentes, y la consiguiente exigencia de adhesin al encontrarla, ha sido expresada claramente en Dignitatis humanae: Todos los seres humanos estn obligados a buscar la verdad, especialmente en orden a Dios y a su Iglesia, y estn obligados a adherirse a la verdad a medida que la van conociendo, y a rendirle homenaje. Por razn de su dignidad, todos los seres humanos, en cuanto que son personas, es decir, dotadas de razn y de voluntad libre y, por eso, investidos de personal responsabilidad, estn por su misma naturaleza y por deber moral obligados a buscar la verdad, en primer lugar la concerniente a la religin. Estn obligados tambin a adherirse a la verdad conocida y a ordenar toda su vida segn sus exigencias. Ahora bien, la verdad debe buscarse de modo

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    apropiado a la dignidad de la persona humana y a su naturaleza social, es decir, en una bsqueda que sea libre, cae la ayuda de la enseanza o de la educacin, por medio de la comunicacin y del dilogo.

    La verdad reclama adhesin intelectual, lealtad en el pensamiento. y en la conducta, Una vez adquirida con certeza, no. es pasible falseada ni por capricho. ni por debilidad a ligereza, no. se deja negar ni distorsionar por motivos de conveniencia, por burlas ni amenazas; no, est sometida a compraventa. El universitario adquiere un compromiso de fidelidad con la verdad adquirida. Sabe convivi0r con quienes estn en el error, sin transigir con l, sin darlo por aceptable; y se siente movido a para que salgan de su error, sin violentarles, sin menospreciarles, poniendo a su contemplacin las razones y la belleza de la verdad.

    Las verdades ms profundas, trascendentes, que se refieren al origen y fin del hombre, a los deberes y derechos de la persona, al sentido de la vida, de la sociedad, de las realidades que nos circundan, dan lugar a convicciones slidas y suponen un compromiso permanente y luminoso para la propia conducta personal y social que no. debera ser traicionada jams. La debilidad humana explica actuaciones ocasionales incongruentes o aun contrarias a esas convicciones, pero surge despus la rectificacin.

    La fidelidad a la verdad, la conducta leal a la verdad no. pocas veces costosa, hace del universitario faro para los dems, ensea a ir si es preciso contra la corriente del abandono y de la pasividad de muchos. Como dej dicho el Beato Josemara Escriv de Balaguer, La Universidad sabe que la necesaria objetividad cientfica rechaza justamente toda neutralidad ideolgica, toda ambigedad, todo conformismo, toda cobarda: el amor a la verdad compromete la vida y el trabajo entero del cientfico, y sostiene su temple de honradez ante posibles situaciones incmodas, porque a esa rectitud comprometida no. corresponde siempre una imagen favorable en la opinin pblica>.

    3.3.3.2. Veracidad

    El universitario, por amor a la verdad y por la consideracin que le merecen las personas, debe ser siempre veraz, sus palabras y sus acciones exteriores deben ser conformes con la verdad que hay en su pensamiento. El espritu universitario es radicalmente contrario al engao, a la doblez, a la simulacin, gusta de ventanas abiertas, de atmsfera limpia, de transparencia, forma en la veracidad,

    La preparacin detenida de las clases ha de hacer pasible una enseanza actualizada y verdadera; no. se debe tergiversar la verdad en favor de opiniones personales de ningn tipo; se ha de reconocer con sencillez un error propio, antes que encastillarse par falso prestigio en una aseveracin desacertada; en todo el trato con los alumnos ha de resplandecer la veracidad.

    La publicacin de los resultados de la investigacin cientfica es otro campo, para ser veraces. La honradez intelectual, la fidelidad a la verdad propias del cientfico serio y riguroso, no. permiten la manipulacin o distorsin de los datos en favor de una hiptesis preconcebida o simplemente para ahorrarse ms detenido estudio; ni toleran atribuirse la originalidad de un hallazgo o la propiedad de una idea ocultando referencias a autores precedentes; ni dar por confirmado y seguro lo que es una especulacin.

    La veracidad ha de ser rasgo caracterstico de todo universitario y de quien ha adquirido en la universidad los hbitos intelectuales que conducen a la verdad. Ha de estar presente en toda clase de relaciones entre los hombres.

    3.3.3.3. Verdad y principios ticos

    La verdad, como se ha dicho, redama adhesin de la inteligencia y lealtad en la conducta. Las enseanzas, al mostrar la verdad, deben dar luz sobre las consecuencias para el comportamiento, no deben ser aspticas en el sentido de la postura relativista que ofrece unas junto a otras posibles verdades sobre lo mismo sin que sobre ninguna haya certeza, sin que ninguna por lo tanto comprometa. Cuando hay razones para la conviccin firme, deducida de la verdadera naturaleza de las cosas, la verdad se ha de hacer norma de comportamiento, no cabe la neutralidad, exige coherencia entre inteligencia y voluntad, la unidad de vida de que tanto ha hablado el Beato Josemara Escriv.

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    El buen profesor - ha dicho Mary Warnock - debe estar bien preparado para ensear un etos especfico, una forma preferente de comportamiento. Ha de explicar sus principios morales, y hablar explcitamente en favor de la rectitud, generosidad, honestidad, industriosidad, caridad. Los profesores no pueden, y no deberan, aparecer neutros entre los diferentes puntos de vista. Pues en much