guía corta del museo de la acrópolis

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1 Guía corta del Museo de la Acrópolis 1 Texto: Pandermalis, Dimitrios y otros. Traducción al castellano: Zubiaurre Mercedes Año: 2014. 1 Original: Pandermalis, D., Mantis, A., Choremi, A., Vlassopoulou, C. y Eleftheratou, S. Acropolis museum short guide. Traducción al inglés: Kosmopoulou, A., Ed. Stamatia Eleftheratou, junio de 2009.

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1

Guía corta del Museo de la Acrópolis1

Texto: Pandermalis, Dimitrios y otros.

Traducción al castellano: Zubiaurre Mercedes

Año: 2014.

1 Original: Pandermalis, D., Mantis, A., Choremi, A., Vlassopoulou, C. y Eleftheratou, S. Acropolis

museum short guide. Traducción al inglés: Kosmopoulou, A., Ed. Stamatia Eleftheratou, junio de 2009.

2

El primer museo de la Acrópolis fue establecido en la cavidad de la colina opuesta

al Partenón, en 1865. Este museo nunca alojó de manera satisfactoria todas las

antigüedades de la Acrópolis, a pesar de las adiciones sucesivas que se construyeron a su

alrededor. Hoy, el nuevo Museo, diez veces más grande que el original, es el lugar de

salvaguarda de las piezas maestras de la Acrópolis y les asegura el reconocimiento que

ellas merecen. También provee condiciones atmosféricas ideales en su interior, luz

natural, como también acceso fácil a los visitantes, vistas panorámicas y una gran

disposición de las áreas de exhibición.

En las tendencias arquitectónicas internacionales del 2001, la propuesta ganadora

fue realizada por el arquitecto suizo Bernard Tschumi. Decano de la Escuela de

Arquitectura de la Universidad de Columbia, Nueva York, y junto al arquitecto griego

Michalis Photiadis. Su diseño reconoció acertadamente la necesidad de erigir un nuevo

edificio que respetara el sitio de excavación subyacente, como el hecho de que proveyera

contacto visual entre el hall del Partenón y el templo en sí mismo.

Las excavaciones llevadas a cabo en el sitio del nuevo museo desenterraron una

parte importante de la antigua ciudad de Atenas, mostrando muchas fases

arquitectónicas y miles de hallazgos que proveyeron una valiosa visión de las actividades

cotidianas y particulares encontradas bajo la forma imponente de la Acrópolis. La

preparación final de la excavación arqueológica para recibir visitantes y la construcción

de un área dedicada a la exhibición se esperaba que fueran completadas en el 2010.

Hasta ese momento, los visitantes del Museo de la Acrópolis se deslumbraban

atravesando las excavaciones abiertas a través de los pisos de vidrio a nivel del suelo del

museo.

El nuevo Museo de la Acrópolis aspira a brindar a los visitantes la oportunidad de

descubrir por sí mismos la insuperable calidad de las piezas maestras de la antigua

Atenas, que han fascinado a la civilización occidental. Los visitantes pueden disfrutar, por

primera vez, la decoración escultórica completa del Partenón (como estaba en el edificio

antiguo) combinando esculturas originales con copias de las que se encuentran en el

Museo Británico. La exigente y fascinante tarea del programa de montaje de la exhibición

del museo fue ejecutada por los arqueólogos Dimitrios Pandermalis, Alexandros Mantis,

Alkestis Choremi, Christina Vlassopoulou, Samatia Eleftheratou y los arquitectos Iordanis

Dimakopoulos y Alexandros Xenakis.

Una guía detallada del museo a su vez, acotada, concentra los esfuerzos de los

arqueólogos-autores de la presente guía corta.

Dimitrios Pandermalis

Presidente del Museo de la Acrópolis.

3

El asentamiento: Niké de arcilla, posiblemente

elemento decorativo del techo (acrótera). Siglos III

al I a. C.

La galería de las pendientes de la Acrópolis

La primera galería del museo se encuentra en las laderas de la Acrópolis. El piso

de vidrio ofrece una vista de la excavación arqueológica, mientras que el aumento de la

planta alude a la subida a la Acrópolis.

En la Antigüedad, las laderas de la Acrópolis constituían una zona de transición

entre la ciudad y el santuario más famoso. Esta fue la zona donde los cultos oficiales y

populares, así como los santuarios grandes y pequeños existían junto a las casas

particulares.

El asentamiento

Entre los santuarios, en un capa arqueológica anterior, las excavaciones trajeron a

la luz, partes del tejido urbano de la antigua Atenas y proveyeron evidencia de la

habitación ininterrumpida desde el final del período

neolítico (cerca del 3000 a.C.) hasta la Antigüedad

tardía (siglo VI d.C.) e incluso más allá de ésta.

Casas y lugares de trabajo, caminos y plazas, pozos

y reservorios, como también miles de objetos dejados

atrás por la gente local de la Antigüedad nos

ofrecieron una vista del pasado. La mayoría de los

hallazgos estaban hechos de arcilla, pero también

hubieron otros objetos hechos en materiales

perecederos, que se han perdido para nosotros,

mientras que los objetos más valiosos han sido

saqueados. Vajilla, potes de cocina, contenedores de

perfume, de cosméticos y joyería y juguetes de niños,

son algunos de estos hallazgos.

Los santuarios

Las laderas, cuevas y mesetas de la colina de

la Acrópolis configuraron el lugar donde fueron adorados los dioses, héroes y ninfas.

La ladera sur fue el hogar de dos de los santuarios más importantes de la ciudad:

el Teatro de Dionisos (Dionysos Eleuthereus) y el santuario de Asclepio (Asklepios).

También fue el lugar para varios templos más, de tamaño más pequeño pero con gran

importancia para los atenienses.

El templo y teatro de Dionisos fue el lugar donde se llevaban a cabo las Grandes

Dionisíacas o Dionisíacas Urbanas, uno de los festivales más grandes de la ciudad, que

tenía lugar al comenzar la primavera (en el mes de Elafebolión2). Fue dentro del culto a

Dionisos, el dios del vino, la intoxicación y los bailes extáticos, donde nació el teatro. En

la ladera de este santuario-teatro, se presentaron las comedias y tragedias más

importantes de la antigua Grecia. Esquilo, Sófocles, Eurípides y Aristófanes fueron

presentados aquí por primera vez.

2 N.T: Según el calendario ático, basado en la composición de ciclos lunares, se correspondería al mes de Marzo en el calendario gregoriano.

4

Santuario de las Ninfas: fragmento de lutróforo con la

representación de la coronación de una novia por

Erotes, del siglo IV a.C.

Malacates de arcilla, ofrendas femeninas del

Santuario de las Ninfas, VI-V siglo a.C.

El santuario y el centro de curación asociado de Asclepios en Atenas, fue fundado

en la ladera sur de la Acrópolis, por iniciativa de Telémaco, ciudadano ateniense que, en

420-419 a.C. trajo la escultura del dios desde el gran templo de

(stoá) anterior del santuario, los pacientes yacían en espera de la milagrosa cura que se

realizaba por la aparición del dios en sus sueños. Las numerosas ofrendas votivas,

muchas de las cuales eran representaciones de partes del cuerpo que el dios había

curado, proveen la evidencia de la importancia que el culto a este dios tenía para los

atenienses.

A una corta distancia del santuario de

Asclepio había un pequeño templo abierto dedicado a

las Ninfas (Nymphe) quienes eran las protectoras de

los matrimonios y las celebraciones de boda. Aquí,

los atenienses ofrecían jarrones de baño nupcial o

lutróforos, como también otras ofrendas votivas

(botellas de perfume, contenedores de cosméticos y

joyería, malacates, jarrones, figurillas y placas

pintadas). Los lutróforos y jarrones eran pintados con

las técnicas de cerámica de figuras negras o rojas.

Los motivos decorativos eran relatos de matrimonios

y reflejaban el estilo que prevaleció en ese tiempo.

Las primeras representaciones en jarrones muestran

procesiones de boda, animales y criaturas

mitológicas. Más tarde fueron enriquecidas con

temas y escenas de la mitología, asociándolas directamente con las festividades de boda

de tres días de duración: la procesión de mujeres que cargaban el agua de los baños

nupciales en los lutróforos, los adornos para la novia, el encuentro de la pareja, la

transferencia de los recién casados a la casa del novio y la ofrenda de regalos a la novia.

La ladera sur también estuvo dedicada al culto de las Ninfas y de Pan, Afrodita,

Hermes e Isis. Afrodita fue presentada en su forma de Pandemos (la Afrodita de todo el

pueblo) en la ladera sudoeste y como Urania (nacida de la castración de Urano) en la

ladera norte. Esta última fue la protectora de toda clase de uniones, como los

matrimonios, mientras que la Afrodita Pandemos fue la protectora de todo el pueblo del

Ática.

Los antiguos cultos a la fertilidad fueron

desarrollados en el templo de Gea Curótrofa y de

Démeter Cloe, en la ladera sudoeste. El culto local

a Hero, en el mismo sitio, fue probablemente

asociado con el de Afrodita.

Tres cuevas en la ladera noreste fueron el

lugar de los cultos a Zeus, Apolo y Pan. De

acuerdo al mito, Apolo tuvo un encuentro con

Creúsa (hija del rey Erecteo en la cueva de la

Acrópolis). De ese encuentro nació un hijo, Ion,

que se convirtió en el ancestro mítico de los

atenienses. Las ceremonias de juramento de los

nueve arcontes de la ciudad eran realizadas en

esa cueva. El culto a Pan fue introducido en una

etapa posterior, luego de la batalla de Maratón (490 a.C.), cuando el dios cabra llevó a los

5

Gorgona de bronce del Geométrico tardío (660

a.C), hallado en el templo de Atenea Polias

Hoja doble de metal que porta la imagen

de Atenea, 530 a.C.

atenienses a la victoria, creando un gran pánico entre los persas. Finalmente, una cueva

en la ladera sur fue el lugar de culto de la ninfa Aglauro, hija de Cécrope, el legendario rey

de Atenas.

La galería arcaica

La cima de la colina de la Acrópolis en los períodos micénico y geométrico (siglos

XVI al VIII a.C.)

El piso plano y abierto de la Acrópolis fue

asiento de los gobernantes micénicos. La Atenea Polias

fue moldeada aquí como diosa patrona de la ciudad.

Luego de la caída de la civilización micénica, en el siglo

VIII a.C., un pequeño templo dedicado a la Atenea

Polias fue erigido en el sitio en el que estaba el palacio,

ya en ruinas. Es ese templo (mencionado por Homero)

de donde posiblemente proviene la hoja de bronce con

la forma de la cabeza de Gorgona.

Este templo y las sucesivas construcciones allí

emplazadas (como por ejemplo el Erecteion) fueron los

hogares sagrados de las imágenes de los dioses, hechas

en madera de olivo. Los atenienses creían que el olivo

(en su imagen de culto, xoanon) fue enviado por Zeus

desde el cielo. De ese material era la imagen que se

vestía con el peplos o velo, en las procesiones

Panatenaicas, que se

hacían cada cuatro

años.

Atenea

La mitología entera de Atenas y la historia de

los monumentos en la Acrópolis se resuelve alrededor

de esta deidad patrona. El Partenón, el Erecteion y el

pequeño templo de Atenea Niké fueron dedicados a la

diosa Atenea en sus diferentes roles.

La Atenea prehistórica fue, aparentemente una

deidad militar y protectora de la Acrópolis en su rol de

Palas. Sin embargo, tan atrás como en las épicas de

Homero, la Atenea en su rol de guerrera, también

estuvo combinada con otras cualidades que la

identificaban: también fue ella la diosa que tejió su

propio peplo; como Atenea Ergane, ella protegió a

carpinteros, orfebres y alfareros; Como Atenea Niké,

deidad militar, luchó en una batalla con su formidable

escudo. Atenea también fue llamada Partenos, con su

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capacidad de dejar de lado su naturaleza femenina, proveyendo una explicación de su

presencia en batalla y otras actividades exclusivamente masculinas.

Atenea también triunfó sobre Poseidón por la dominación del Ática. De acuerdo

con el mito, Poseidón clavó en una roca su tridente y una fuente de agua salada brotó de

allí. Atenea ganó la batalla cuando ofreció el árbol de olivo. Desde aquel tiempo, ella fue

asociada con todos los aspectos de la vida urbana: religiosos, políticos, sociales y

privados.

La Acrópolis en el Período Arcaico (siglos VII al V a.C.)

El período Arcaico está caracterizado por el desarrollo de la ciudad-estado, por la

transición de la aristocracia a la tiranía y, eventualmente, por la democracia. También se

caracterizó por el gran logro económico, en las artes y en la vida intelectual. En los

comienzos del siglo VI a.C., el culto a Atenea Polias en la Acrópolis continuó en su

temprano templo geométrico. En el 566 a.C. el tirano Pisístrato reorganizó las

Panatenaicas, el gran festival en honor a la diosa. Esto fue posible en ese tiempo, por una

razón: la propaganda política. Un gran templo fue erigido en el sitio que ocuparía más

tarde el Partenón. Ese templo fue el Partenón Arcaico o Hecatompedón, dedicado al

aspecto militar de Atenea Partenos, la divinidad patrona de la ciudad.

El gran frontón poroso con leones devorando un toro, flanqueado por dos

composiciones es atribuido como perteneciente a este templo. Esa composición

característica de Heracles peleando con el salvaje Tritón y el llamado demonio de los tres

cuerpos, que sostiene los símbolos de los tres elementos de la naturaleza (agua, fuego y

aire) en sus manos. La figura de una leona matando un ternero, el relieve de un caballo

que provenía de uno en el que había un carro de cuatro caballos y el relieve manchado de

las panteras son también asociados a este templo.

Una serie de edificios menores en la Acrópolis, denominados oikematas3 en las

inscripciones, datan de aproximadamente el mismo tiempo. Es probable que fueran

habitaciones de tesoro para la salvaguarda de las ofrendas votivas. Aunque su locación

exacta en la colina no ha sido determinada, evidencia de su existencia es provista por una

serie de elementos arquitectónicos y escultóricos: el frontón de Hydra, la Apoteosis de

Hercles, el frontón del Árbol de olivo y el frontón Rojo.

La abolición de la tiranía en el 508/507 a.C., fue seguida por las reformas de

Clístenes y el establecimiento de la democracia. En ese tiempo fue probablemente resuelto

que el nuevo templo debía ser construido en el sitio donde se hallaba el antiguo templo de

Atenea Polias (del geométrico tardío), llamado Templo Antiguo por las primeras fuentes, y

que había sido el hogar de la diosa de madera de olivo. Las esculturas que decoraban los

frontones del templo fueron completamente tallados en mármol de Paros. Una de ellas es

la Gigantomaquia, la lucha de los rebeldes gigantes contra los dioses del Olimpo. Fuera

del frontón, cuatro figuras han sido reconstruidas: la Atenea armada derrotando al

gigante Encélado: el gigante sentado en el suelo junto a otros dos que yacen en los

bordes. Del segundo frontón, ha sobrevivido el fragmento de la composición en la que se

representa un león devorando un toro. Estas esculturas son atribuidas a uno de los dos

grandes escultores atenienses del momento: Antenor o Endoios.

3 N.T: Habitaciones o dormitorios pequeños.

7

Carro de caballos de un relieve votivo o de

una metopa del Hecatompedón. Alrededor del

570 a.C.

Ofrendas votivas

Desde el tiempo de Pisístrato y en adelante, el sitio de la Acrópolis comenzó a

llenarse de ofrendas votivas, dedicadas a los dioses, tomadas como símbolos de piedad y

como marca del desarrollo económico y artístico. Estas importantes ofrendas fueron en su

mayoría esculturas hechas para complacer a los dioses.

Las ofrendas votivas fueron usadas por los antiguos griegos para agradecer a los

dioses la concesión de un deseo y frecuentemente

incluía la referencia al costo involucrado con el

término dekate, que es una de las diez fuentes

específicas de ingreso, o el término aparche,

nombre de la primera cosecha o del primer

ingreso.

El tipo, material y tamaño de las ofrendas

reflejaba en este período de tiempo, el status social

y financiero del donante. En la Acrópolis, las

estatuas y los demás artefactos costosos fueron

comisionados por miembros de familias

aristocráticas y de acaudalados profesionales,

trabajadores manuales, como también de mujeres

(como lavadoras y panaderas).

Las inscripciones en las ofrendas votivas a

veces incluían los nombres de los artistas, algunos

de los cuales los conocemos por fuentes antiguas.

La disposición de esos nombres en las estatuas,

jarrones y pequeños elementos atestiguan la

importancia social de la que disfrutaban los artistas y la apreciación pública con la que

contaban.

Las ofrendas más distintivas del templo de Atenea en la Acrópolis, son las korai,

esculturas de mármol, de mujeres jóvenes. Talladas en diferentes tamaños, siguen un

estricto y definido tipo de esculturas, con una austera fisonomía y postura. De mediados

del siglo VI a.C. y en adelante, fueron vestidas con finos chitón de lino y pesadas mantas

que les comenzaron a resaltar un poco más su feminidad que los grandes peplos de lana.

En una mano, por lo general, sostienen una ofrenda a la diosa: una granada, una corona

o un pájaro, mientras que con la otra, levantan su prenda plisada del piso, mientras

parecen caminar. La sonrisa en sus caras, la llamada sonrisa arcaica, sugiere algo del

8

Koré Peploforos, posiblemente

representando a la diosa Artemisa,

530 a.C.

Detalle de una koré con una granada, 570-

580 a.C.

comportamiento de la época, y transmite el sentido de

gozo intenso por la asociación con la diosa. Sus prendas

muestran una decoración pintada, mientras los colores

iluminan sus cabellos, sus rostros y su joyería.

En contraste con el gran número de korai, que es

estimado en 200, el número de estatuas de mármol

masculinas es mucho menor. Unas pocas esculturas de

jinetes y escribas han sobrevivido.

Las ofrendas también incluyen relieves que

representan a Atenea y a otros dioses, como también a

algunos mortales, como a alfareros.

Los grandes artefactos de bronce, de los cuales

sólo unos pocos han sobrevivido, fueron una particular y

costosa ofrenda votiva, aparentemente comisionada por

los ciudadanos más adinerados.

Entre los más valiosos tipos de trabajos de bronce, se

hallan los calderos, los jarrones grandes y semiesféricos

de los siglos VIII y VII a.C., sobre trípodes hechos del

mismo material. Los bordes y asas de esos jarrones

estaban decorados con estatuillas de bronce, que tenían

las formas de guerreros, atletas, caballos y criaturas

mitológicas, mientras que los soportes de tres patas eran

cubiertos con rica decoración de hojas de bronce.

Representaciones de Atenea o de sus símbolos, como escudos o figurines de

búhos, formaban parte integral de las dedicatorias. La escultura de Atenea Promacos, que

destacó en la Acrópolis y fue destruida por los persas en el 480 a.C., fue replicada en

varias otras esculturas. Otra ofrenda popular era la que incluía las figuras de animales

(caballos, leones, perros, toros y jabalíes salvajes) y criaturas mitológicas (esfinges,

sirenas y gorgonas4). Muchas de las esculturas de bronce representaron atletas durante

los juegos, ofrendas que se hacían en relación a

un evento en particular.

Los ciudadanos más pobres, dedicaban a

Atenea objetos de arcilla, la mayoría esculturas

de formas femeninas con soportes decorados

con pinturas muy coloridas. Había también

representaciones de Atenea sentada en un trono

hechas en este material, mientras que, por lo

general, las que se hacían en mármol, estaban

de pie, como las figuras de koré. Otras ofrendas

que se realizaban incluían relieves de arcilla,

figuras de terracota de jinetes y animales

(perros, aves, caballos o bovinos). Las placas de

arcilla representaban a Atenea en su forma de

Promacos, totalmente armada y con un pie

4 N.T: En la mitología, monstruo y deidad, de figura femenina. En su cinturón llevaba serpientes y

quien la mirara quedaba petrificado. Más tarde, se dijo que las gorgonas eran tres: Medusa, Esteno y Euríale.

9

Koré “con ojos de esfinge”, 500 a.C.

Detalle del Mesóforo (pastor). Escultura dedicada por

Rombos, hijo de Palos, alrededor de 570 a.C.

Jinete con ropa pintada, conocido como

persa o escita, 520-510 a.C.

Detalle de una figura de bronce de Atenea

Promacos, fines del siglo VI a.C.

sobre un carro, o como Ergane, sentada o

hilando. Hay también otras representaciones de

dioses, como Artemisa, Apolo y Afrodita, y de

héroes, como Heracles.

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Figura de arcilla de Atenea entronada,

500-480 a.C.

Las Guerras Persas y sus vestigios en la Acrópolis

Las primeras dos décadas del siglo V a.C., estuvieron marcadas por las guerras

defensivas de los griegos contra los invasores persas. Las grandes batallas victoriosas de

Maratón, Salamis y Platea fueron llevadas a cabo por los atenienses, bajo el mando de los

generales Miltíades, Temístocles y Aristeides.

En el 490 a.C., siguiendo a la victoria de Maratón, comenzó la construcción de un

nuevo templo de mármol en el sitio donde había estado en Hecatompedón: el llamado

Antiguo Partenón, que sin embargo, nunca había sido terminado, debido en gran parte, a

la invasión persa del 480-479 a.C.

En el 480 a.C. los persas incendiaron la Acrópolis y saquearon sus tesoros.

Cuando finalmente se retiraron, los atenienses, piadosamente enterraron en grandes

pozos, los restos de las dedicatorias sublimes y de las coloridas esculturas que habían

adornado los templos ahora en ruinas.

Sin embargo, algunos vestigios de la deliberada profanación persa permanecen

visibles, como los tambores de las columnas de un templo sin concluir que se ubicaría

dentro de la ladera norte de la Acrópolis. Los restos de edificios y restos rotos de ofrendas

votivas permanecieron enterrados hasta el siglo XIX, cuando las excavaciones

arqueológicas las trajeron nuevamente a la luz. Muchas de ellas aún conservan los

rastros de quemaduras.

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El año 480 a.C. es el hito que divide el arte de los períodos Arcaico y Clásico

Temprano. Los trabajos artísticos creados en el período anterior al 450 a.C. expresan una

nueva percepción de la vida, que se manifestaba por la experiencia shockeante de las

Guerras Persas –una perspectiva que se reflejó en las representaciones más realistas del

cuerpo humano y en la interpretación de movimientos audaces, la expresión seria de los

rasgos faciales con el desvanecimiento de la sonrisa arcaica, como también el cambio por

vestiduras más simples-. Este período es llamado convencionalmente Estilo Severo y sus

formas fueron el preludio del arte Clásico.

La galería del Partenón

La Acrópolis en el período Clásico (mediados del siglo V-segunda mitad del siglo IV

a.C.)

Le tomó a la joven democracia ateniense un período de 30 años, desde las Guerras

Persas hasta la mitad del siglo V a.C., llegar a su cúspide, en el tiempo de Pericles, un

individuo realmente carismático.

Por el pago instituído de los estados oficiales, él les dio a los ciudadanos

atenienses la oportunidad de participar en los asuntos públicos por primera vez en la

historia. Al mismo tiempo, aseguró el incremento de ingresos mediante la intensificación

de la minería de plata en las minas de Lavreion. Más aún, él transfirió satisfactoriamente,

el tesoro de la liga de Delos a Atenas, y aseguró que en un porcentaje del 1/60 de la

contribución anual de la liga sería reservado para los dioses de la Acrópolis, quienes a su

vez protegerían el fondo. A través de instituciones y procedimientos democráticos sin

precedentes, obtuvo la aprobación del cuerpo estatal para la implementación de un

ambicioso plan de reconstrucción de la Acrópolis.

Alrededor del 450 a.C., la Piedra Sagrada fue despojada de las ruinas de la

invasión persa, que fueron dejadas atrás y así, estuvo lista para recibir los nuevos

edificios. El programa de reconstrucción de Pericles involucró, primero que nada, un

magnífico templo dedicado a Atenea Partenos, la deidad que personificaba el poder y el

prestigio de la ciudad de Atenas, cuyo culto sería posado en el lugar más alto de la colina.

Más aún, Pericles realizó disposiciones para el nuevo templo de Atenea como la diosa de

la victoria, que se situó cerca de la entrada a la Acrópolis como un recordatorio de la

victoria y el liderazgo de la ciudad de Atenas en las Guerras Persas. El programa de

construcción también incluía la creación de una monumental entrada a la Acrópolis,

digna de las grandes procesiones panatenaicas. Finalmente, también incluyó un sitio

para los cultos antiguos y para el templo arcaico de la Atenea Polias. Fue en el sitio donde

se ubicada éste último donde comenzó, en el año 421 a.C., la construcción del Erecteion.

En el 432 a.C., antes de concluirse los Propileos, se desató la guerra entre Atenas y

Esparta, lo que llevó a que las construcciones se detuvieran por 30 años.

Sin embargo, el programa constructivo de Pericles fue completado, a pesar de que

él murió al comienzo de la guerra. Los edificios incluidos en su programa reflejaron los

ideales de la sociedad como cultivadora de un espíritu libre como ninguna otra:

investigación científica, especulación política, pensamiento filosófico y producción

artística.

12

Metopas del Partenón

El Partenón

Pericles le asignó la dirección de toda la obra en el Partenón al escultor Fidias, y el

programa comenzó en el 447 a.C.. El Templo, dedicado a Atenea Partenos, fue construido

en 15 años y fue un trabajo de colaboración entre un gran número de arquitectos,

escultores, pintores, trabajadores del cobre y de la piedra entre otros.

El Partenón fue diseñado por los arquitectos Ictino y Calícrates, mientras que el

trabajo de esculturas lo llevaron a cabo Fidias con la colaboración de sus pupilos

Agorácritos, Alacamenes y otros grandes artistas. Fidias mismo creó la gran escultura de

Atenea armada en oro y marfil que adornó el interior de la naos.

Las esculturas presentes en la arquitectura del Partenón, llamadas metopas, frisos

y frontones, fueron hechas en mármol pentélico y fueron “embellecidos” con adiciones de

metal y trabajos pictóricos.

Las 92 metopas fueron las

primeras partes del entablamento en

recibir decoración escultórica. Cada

una reproduce y contiene una

escena particular, que generalmente

incluye dos figuras. Las

representaciones fueron tomadas de

batallas legendarias y simbolizan las

victorias de Atenas sobre los persas.

El lado este representa la batalla de

los dioses olímpicos contra los

gigantes, quienes trataban de

romper el orden prevaleciente en el

Monte Olimpo (Gigantomaquia). El

lado oeste, presenta la lucha entre los atenienses y las Amazonas, quienes amenazaban la

Acrópolis (Amazonomaquia). El tema representado en el lado sur, fue la pelea entre los

jóvenes de Tesalia (lapitas) y los centauros, ante el intento de éstos últimos de secuestrar

a las mujeres en las celebraciones matrimoniales (Centauromaquia). Por último, el lado

norte, ilustra el saqueo de Troya rescatado del Iliupersis5.

Los frontones, aquellas áreas triangulares que coronan los dos frentes de los

templos, contienen composiciones escultóricas que ilustran temas de la mitología

ateniense. El frontón este, sobre la entrada del templo, representa el nacimiento de la

diosa Atenea de la cabeza de su padre Zeus. El frontón oeste, ilustra la disputa entre

Atenea y Poseidón por el patrocinio del Ática, una lucha legendaria que resultó en la

victoria de Atenea.

En contraste con las representaciones mitológicas de las metopas y los frontones,

en los frisos del Partenón, Fidias representó la temática de las Grandes Panatenaicas, el

más grande festival de la ciudad. Este festejo tenía lugar cada cuatro años, duraba 12

días e incluía rituales, sacrificios y concursos deportivos y musicales.

5 N.T El Iliupersis, que traducido sería Saqueo de Ilión, es un poema épico arcaico que relata la

Guerra de Troya.

13

Friso oeste del Partenón: jinete y oficial de

caballería

Friso este del Partenón: Poseidón, Apolo y Artemisa

Las festividades concluían el día 28 del mes

Hecatombeón6, día del cumpleaños de Atenea. Ese

día, la procesión avanzaba hacia el templo de

Atenea Polias (la naos arcaica fue posteriormente

reemplazada por el Erecteion) para que los

sacerdotes reemplacen el peplos de la escultura de

madera de olivo de la diosa. Esta procesión se

representó en más de 160 metros de decoración

escultórica en los frisos del Partenón.

En los frisos se representan 360 figuras

humanas y de dioses, y más de 250 animales, la

mayoría caballos. Jinetes y carruajes con

apobates7, jóvenes llevando bueyes o carneros

sacrificiales, ancianos portando ramas de olivo

(thallophoroi), jóvenes portadores de hidrias (hydriaphoroi), y otras figuras que completan

la composición. La procesión comienza en la esquina sudoeste del templo y, en ese punto,

dos grupos distintos se forman. Uno procede hacia el oeste y norte, el otro al sur. Los dos

grupos se encuentran en el lado este, donde el cambio del peplos tendrá lugar, bajo la

vista de los dioses del Olimpo.

Los Propileos

Los Propileos, la monumental entrada de la Acrópolis, fue construida entre el 437

y el 432 a.C., siguiendo el diseño del arquitecto Mnesicles, proyecto que tendía a

reemplazar la entrada anterior.

La edificación consistía en una sección central flanqueada por dos alas laterales.

El edificio principal tenía cinco aberturas. La abertura central era la más amplia, para

6 N.T: Dentro del calendario lunar griego, el primer mes del verano, Julio en el calendario

gregoriano. 7 N.T: guerrero sobre carro.

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Niké desatándose la sandalia, fragmento de

la balaustrada de Atenea Niké, 410 a.C.

permitir el paso cómodo durante las procesiones panatenaicas de los animales

sacrificiales.

El ala norte contenía una antesala y un espacioso hall conocido como Pinacoteca.

Este fue, probablemente, una espacio de recreación con pinturas murales, sofás y mesas,

donde los visitantes pudieran descansar. Contenía también trabajos artísticos realizados

por grandes escultores, como la estatua de Hermes Propileo, de Alcamenes, objeto

destacado en los Propileos.

El templo de Atenea Niké

Antes de que finalizara la construcción de los Propileos, el brote de la Guerra del

Peloponeso, entre Atenas y Esparta, forzó a los atenienses a frenar las actividades

constructivas. El programa constructivo de Pericles fue suspendido y parecía haberse

dejado de lado cuando su mayor exponente murió a causa de la gran plaga del 429 a.C.

Sin embargo, cuando la situación se restableció, cerca del 426 a.C., la construcción del

pequeño templo de mármol dedicado a Atenea Niké comenzó. El templo sería el hogar de

la escultura de madera de olivo de la diosa, que sostenía en una mano una rama de árbol

de granada y un casco en la otra. Fue construido sobre el bastión final del lado sudoeste

de la Acrópolis, siguiendo el diseño del arquitecto Calícrates, y de acuerdo con una

descripción antigua. El templo se inscribía en estilo jónico con escultura en los frisos y

frontones. Cada lado del friso, representa un tema diferente. El lado este ilustra la

Asamblea de los dioses del Olimpo; el lado sur, representa la batalla entre griegos y

persas, mientras que los otros dos lados representan batallas entre griegos. Los frontones

también contienen decoración escultórica, probablemente representaciones de batallas

mitológicas, como la gigantomaquia y la amazonomaquia.

El peligroso borde del bastión fue bloqueado con una balaustrada, que sirvió de

soporte para una serie de exquisitos relieves en su exterior que ilustraban a la diosa

Atenea y a una Niké alada conduciendo a unos toros al sacrificio, o sosteniendo armas y

erigiendo trofeos, apoyando a los ejércitos griegos.

Particularmente notable es la figura de la Niké

desatándose las sandalias. Las esculturas fueron

realizadas por un grupo muy numeroso de artistas

liderados por Agorácrito.

El Erecteion

El Erecterion fue construido durante las Guerras

del Peloponeso (421-415 y 410-406 a.C.) para

reemplazar el antiguo templo de Atenea Polias,

destruido por los persas. El diseño peculiar se lo

debe a la irregularidad natural del lugar de

emplazamiento, como también a la necesidad de

proteger los resquicios de los cultos ancestrales y

los lugares sagrados asociados a su divina

presencia.

El edificio fue dividido en dos partes. La parte este fue dedicada a Atenea y fue el

lugar del culto a su imagen (xoanon). La parte oeste, fue construida en dos niveles. El más

alto se dedicó al culto de dioses y héroes locales (Erecteo, Hefasto y Boute –hermano de

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Las cariátides de la fachada sur del

Erecteion, 420-415 a.C.

Erecteo-). El nivel más bajo, contuvo los vestigios del agujero taladrado por el tridente de

Poseidón durante su pelea con Atenea, e incorporó un brote de agua salada que manaba

de la roca.

El edificio tenía dos pórticos. El techo del pórtico norte se sostenía por seis

columnas jónicas, mientras que en el piso, los atenienses señalaron la marca dejada por

el rayo enviado por Zeus para matar al legendario rey Erecteo. En el pórtico más

conocido, el techo es sostenido por seis estatuas llamadas Cariátides, en lugar de las

típicas columnas. Por debajo, destacaba el sepulcro de Kecrops, otro rey legendario de

Atenas. Las descripciones sobre la construcción del Erecteion, refieren a las Cariátides

como simples korai, mientras que la asignación del nombre Cariátides es posterior a su

tiempo. Ha habido muchas interpretaciones acerca de ellas. La más convincente de ellas,

apoya la visión de que constituían una parte de la sepultura de Kecrops como coéforas (o

portadoras de las libaciones) que pagaban tributo al muerto glorioso. El edificio principal

y el pórtico norte fueron rodeados por un friso

jónico continuo decorado con imágenes de dioses,

héroes y mortales, en escenas que relatan cultos

ancestrales del Erecteion. Las figuras fueron

talladas en mármol de Paros y fijadas a losas de

piedra caliza gris de Eleusis.

El santuario de Artemisa Brauronia

Artemisa Brauronia fue la diosa protectora

de las mujeres embarazadas y de las mujeres en

confinamiento. Su santuario principal fue ubicado

en el pueblo ático de Brauron, en el Ática. El

santuario en la Acrópolis fue fundado en el tiempo

del tirano Pisístrato, quien era oriundo de Brauron.

La naos contenía la escultura de madera de la

diosa, similar a la que había en el templo de

Brauron. De acuerdo a Pausanías, la segunda

escultura de Artemisa, esculpida por Praxíteles, fue adicionada en el siglo IV a.C. La

cabeza de esta escultura se encuentra en el museo.

Las ofrendas votivas en el período clásico

Unas pocas ofrendas en la Acrópolis, representando dioses, héroes y mortales de

historias legendarias del pasado de Atenas han visto la luz en las excavaciones. Entre

ellas, se encuentra la escultura de Prokne, hija del rey ático Pandio, que muestra el

dramático momento en que ella mata a su hijo Itys, como castigo a su marido. La

escultura fue hecha por el famoso artista Alcamenes. Otras esculturas han sobrevivido en

estado fragmentario, como la estatua de Io o Calista (la llamada Suplicante Barberini), otro

trabajo de Alcamenes, o el fragmento de la escultura llamada Afrodita-Sosandra de

Calamis. Único, es el famoso relieve que representa un trirreme ateniense, posiblemente

el buque sagrado Paralos. Otro trabajo exquisito es el retrato de Alejandro, atribuido al

escultor Leocares. En algunos casos, sólo han sobrevivido los relieves de bronce que se

adosaban a las bases de las esculturas, como la base del Atarbos, en la que se representó

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Cabeza de un joven Alejandro Magno,

336 a.C.

Decreto honorífico entre Atenas y Samos,

ilustrado entre las dos deidades patronas de

las ciudades, Atenea y Hera, 403 a.C.

un apobate (guerrero que salta de un carro en

movimiento) y otros atletas, trabajo atribuido a

Lisipo.

La Acrópolis y la política extranjera ateniense

Las excavaciones del siglo XIX en la

Acrópolis trajeron a la luz un gran número de

decretos honorarios y tratados con otras ciudades-

estado, que ofrecieron escenas de alivio por el

título, también llamados decretos de alivio. Los

textos de estas inscripciones refieren a la política

extranjera ateniense, incluyendo grandes honores

y privilegios y la firma de alianzas y acuerdos de

solidaridad.

La Acrópolis en el período Helenístico (fin del

siglo IV, principios del siglo I a.C.)

En el curso

del período

helenístico, la Acrópolis disfrutó de un reconocimiento

extendido por parte de soberanos de otros estados.

Alejandro Magno envió su escudo de la Batalla en Granico

para que sea puesto en el opistódomos del Partenón,

mientras que los reyes de Pérgamo erigieron en la

Acrópolis dos cuadrigas con esculturas reales y una gran

composición mitológica. Eumenes II mandó a erigir una

lujuriosa stoá en la ladera sur de la Acrópolis.

La Acrópolis en el período romano (siglo I a IV d.C.)

Desde la construcción del Erecteion hasta el final

de la Antigüedad, no hubo nuevos edificios públicos

erigidos en la Acrópolis, con la excepción de un pequeño

templo circular romano, mandado a hacer por Augusto,

que cita la decoración arquitectónica del Erecteion. En la ladera sur de la Acrópolis, el

Odeón fue construido en 160-170 d.C., fundado por Herodes Aticus.

Durante el período romano, la Acrópolis conservó la apariencia lograda en tiempos

anteriores. También preservó la mayoría de sus dedicatorias, a diferencia de otras

ciudades griegas y santuarios, donde los tesoros artísticos fueron saqueados y

transferidos a Italia, para ser usados, en su mayoría, para adorno público.

Al mismo tiempo, una serie de nuevas advocaciones fueron adosadas en donde se

encontraban las primeras. Estas fueron los retratos de emperadores, generales y otros

oficiales, retratos de filósofos, oradores y sacerdotes, como también imágenes de

individuos beneficiarios de la ciudad o distinguidos atletas de concursos.

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La Acrópolis después del advenimiento del cristianismo

Con el nacimiento del cristianismo en Atenas, la Acrópolis comenzó a perder su

significado. Hacia el final del siglo V d.C., la utilización de los templos de la antigua

religión cesó y el culto a las estatuas cayó en desuso. Al mismo tiempo, la escultura de

bronce de Atenea Promacos fue llevada a Constantinopla y ubicada en el Foro de

Constantino. El Partenón fue transformado en la iglesia de Santa Sofía mientras que el

Erecteion se convirtió en una iglesia dedicada a la Virgen María. La ahora predominancia

del Cristianismo se selló en el 529 d.C. cuando Justiniano prohibió por decreto la

enseñanza de Derecho y Filosofía en la ciudad de Atenas.