guerra civil y neolengua

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    Guerra Civil y Neolengua

    PorArturo Espinosa Palafox

    Todas las villanas fueron dispuestas en una casa, y la

    mentira fue dispuesta como la llave de la misma

    Ab Muhammad Al-Askar (P)

    ace diez aos cuando escuchaba aseverar, a travs

    de las ondas hertzianas de la ya muy

    menospreciada amplitud modulada, al entusiasta

    independentista Cataln, Marcelino Perell, que aquel

    conflicto llamado guerra civil espaola no era ni guerra,

    ni civil, y mucho menos espaola, he de confesar que no

    alcanzaba a comprender a cabalidad el origen de

    semejante provocacin; de la misma forma, me

    intrigaba conocer el sustento de tan sublime

    elucubracin, ya que sta niega la verdad oficial(ista)

    con respecto a este peculiar episodio en la pennsula

    ibrica.

    Finalmente, despus de mucho indagar, pude

    comprender que la propuesta de Marcelino se cifraba

    en el contexto internacional, en el que dicho conflicto

    se circunscriba; es decir, en el inicio de la dominacin

    fascista en Europa. Como es bien sabido, el rgimen

    franquista encarnaba la ultra derecha ms recalcitrante,la cual logr granjearse la colaboracin del Tercer Reich,

    un valioso aliado en la persecucin de movimientos

    insurrectos, aun cuando sta oposicin es un

    conglomerado de pases independentistas. Por otra

    parte, el carcter de guerra, y de civil, quedaba en

    entredicho al ser el propio Estado espaol quien se

    encargaba (algunas veces, de forma velada) de ejecutar

    las polticas en materia de represin y persecucin.

    Finalmente, se descarta el componente nacional de

    "espaola", partiendo de la premisa de que las fuerzasdel estado se enfrentaban con integrantes de naciones,

    que precisamente luchan para deshacerse de la

    imposicin de pertenecer al estado espaol.

    A casi ochenta aos, podemos percibir la misma

    prctica de tergiversacin conceptual. sta ocasin, a

    propsito del contencioso sirio, respecto al cual, los

    grandes conglomerados mediticos de occidente no

    paran de inculcar en su mega audiencia cautiva, la idea

    de que en Siria lo que acontece es una guerra civil.

    Por un lado, el Ejercito de la Repblica rabe Siria y

    en contraparte, aquellos que son presentados como "el

    pueblo sirio" levantado en armas (de dnde habrn

    sacado recursos los pobres habitantes para financiarsesemejante arsenal?); versin por dems hilarante al

    equiparar la informacin suministrada por la prensa

    occidental(oide), en contraste con fuentes de

    informacin alternativa (generada principalmente por

    agencias independientes que se encuentran fuera de la

    rbita de dominacin del bloque atlantista y sus

    aliados), que dan cuenta de las numerosas atrocidades

    perpetradas por los supuestos "rebeldes sirios", quienes

    estn integrados por mercenarios de diversas

    nacionalidades (incluidos canadienses y franceses),

    financiados fundamentalmente por los petrodlares de

    la monarqua integrista salafista de la casa de Al Saud, y

    operado en terreno por la fantasmagrica Al-Qaeda, a

    travs de sus subsidiarias (a la sazn, Al Nusrra, en

    Siria). Como podrn apreciar, toda una estructura

    internacional de vinculacin y coordinacin, que hacen

    conceptualmente insostenible considerar esta como

    una guerra civil.

    El incesante inters en hacer pasar el conflicto como

    guerra civil, se inscribe en la lgica maniquea de

    presentar una disputa entre "buenos" y "malos", crear

    enemigos mundiales, tales como el nunca bien

    ponderado "Eje del mal" (dixit Bush Jr.), con miras en

    proveer una base justificativa ante la opinin pblica,

    para as emprender una accin militar directa sin

    mayores trabas, gracias a la defenestracin de la figura

    del presidente sirio, erigido as, como cruel dictador y

    verdugo de su propio pueblo, muy ad hoccon la clsica

    megalomana "heroica" con la que EU suele conducir su

    poltica exterior, catalizado a travs del gastado y

    acartonado discurso democrtico-humanitario.

    Ahora bien, nclito lector, usted se cuestionar por

    qu en esta guerra EU y sus huestes Europeas de la

    OTAN no han logrado proceder con tanta holgura como

    en sus anteriores incursiones (Vg. Irak, Afganistn,

    Libia). La diferencia estriba en la geopoltica; En el casode Siria (y a diferencia del captulo Gaddafi en Libia), la

    posicin geogrfica que ocupa, incluidos yacimientos

    H

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    petrolferos y el paso de ductos gasferos, la convierten

    en el centro de convergencia de intereses estratgicos

    de dos grandes bloques; el occidental, encabezado por

    EU y la entidad sionista (Israel), en coinversin con

    Arabia Saudita, Qatar, Turqua, Gran Bretaa y el

    "socialismo" (sic) Francs, por medio de mercenarios

    apoyados en las redes terroristas de asociaciones

    pseudo islmicas de inspiracin Wahabista y, claro est,las grandes agencias de prensa occidentales; en el otro

    frente se encuentra Siria, respaldado por la teocracia

    Jomeinista Iran (estrenando al recin electo Hassan

    Rohani), China y Rusia en pragmtica colaboracin (con

    sendos vetos dentro del concejo de seguridad de la

    ONU, en contra de la invasin militar en Siria), as como

    el decidido apoyo que la milicia libanesa Hezbollah a

    prestado al eje de la resistencia; combatiendo a las

    hordas terroristas que pretenden incursionar en

    territorio Sirio, atravesando la frontera impuesta por el

    apartheid sionista en los Altos del Goln.

    La cantidad de componentes integrantes de cada una

    de las partes, nos permite apreciar el conflicto desde su

    verdadera esencia, que es la sistmica; es decir, va

    mucho ms all del problema domstico que los medios

    controlados por occidente tanto se empean en

    hacernos creer.

    Adems de la utilizacin de la poderosa maquinaria

    meditica (arma de destruccin masiva) para congraciar

    la opinin pblica con el proyecto de guerra por medio

    de la manipulacin conceptual, existe una dimensin

    ms dramtica: el alentar el fratricidio sectario dentro

    de la sociedad musulmana (sunnitas vs. chitas), que

    obedece al viejo principio de "divide y vencers",

    estrategia cuya estructura logstica y operativa corre

    por cuenta de las petromonarquas rabes y sus canales

    de (des)informacin (Al-Jazzera en Qatar, y Arabia

    Saudita con Al-arabiya). Regmenes anacrnicos que

    buscan hacerse del control mental masivo de la Ummah

    (comunidad musulmana a nivel mundial), en abierta yclara contradiccin con todas las escuelas del

    pensamiento islmico, as como de la esencia misma del

    islam. Poltica de divisin al seno de la comunidad

    musulmana, que cobra preponderante importancia

    ante el hecho de que Siria es una nacin

    multiconfesional y un Estado laico. Precisamente, el

    laicismo en el gobierno de la dinasta Assad, es el

    objetivo trazado como punto de ruptura del eslabn

    que provee estabilidad en Siria y la enlaza con el resto

    del eje de la resistencia, desde Palestina, hasta Rusia.

    Sirva est breve resea de los eventos, muy

    sintetizada, para proveer un piso comn para arrancar

    una verdadera discusin acerca del devenir de los

    eventos en Oriente prximo y ms all de la regin,

    despojados de prejuicios y falacias suministradas

    permanentemente por los medios pertenecientes a la

    dominacin; aquellos que escriben la historia

    pragmtica, y desvirtan la lengua de tal forma queharan palidecer a Orwell.

    Marcelino, ahora ya lo entiendo completamente. sta

    no es ni "guerra", ni civil, ni Siria.