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Guía sobre POLÍTICAS CULTURALES E INSTITUCIONALIDAD M.A. Melania Portilla Rodríguez, Consultora Julio 2012

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Guía sobre políticas culturales e institucionalidad

M.A. Melania Portilla Rodríguez, ConsultoraJulio 2012

Guía sobre POLITICAS CULTURALES E INSTITUCIONALIDAD

M.A. Melania Portilla Rodríguez, ConsultoraJulio 2012

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Colección Cultura y Desarrollo en Centroamérica Guía para el desarrollo de sistemas de información cultural en Centroamérica

GUÍA SOBRE POLÍTICAS CULTURALES E INSTITUCIONALIDAD

M.A. Melania Portilla Rodríguez

© UNESCO SAN JOSÉ, 2012

Parte del contenido de esta publicación se nutre de experiencias desarrollados en el marco

de los Programas Conjuntos del F-ODM “Revitalización Cultural y Desarrollo Productivo

Creativo de la Costa Caribe de Nicaragua” en Nicaragua; “Políticas Interculturales para la

Inclusión y Generación de Oportunidades” llevado a cabo en Costa Rica y “Creatividad e

Identidad Cultural para el Desarrollo Local” en Honduras durante el periodo 2009-2012.

Las ideas y las opiniones expresadas en esta obra son las del autor y no reflejan necesa-

riamente el punto de vista de la UNESCO. Los términos empleados en esta publicación y

la presentación de los datos que en ella aparecen no implican, de la parte de la UNESCO,

toma alguna de posición en cuanto al estatuto jurídico de los países, territorios, ciudades

o regiones, ni respecto de sus autoridades, sus fronteras o límites.

Ejemplar de distribución gratuita. Prohibida su venta.

Disponible en el sitio web…

3

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

ÍNDICE DE CONTENIDOSPRESENTACIÓN ..................................................................................................................................................................... 5

1 LAS POLÍTICAS CULTURALES Y SU RELACIÓN CON EL DESARROLLO EN EL CONTEXTO

CENTROAMERICANO ....................................................................................................................................................... 8

1.1 El mundo gira, las políticas culturales también. .............................................................................................................. 8

1.2. El contexto Centroamericano como escenario de políticas culturales y su integración al desarrollo .............................. 11

1.2.1. Desarrollo institucional del sector cultura en los países: ............................................................................................ 13

1.2.2. La Región en los mercados globalizados de bienes y servicios culturales ................................................................. 17

2 CONSTRUYENDO NUEVAS GENERACIONES DE POLÍTICAS PARA INTEGRAR CULTURA Y DESARROLLO ....... 20

2.1. Las políticas públicas y las políticas culturales: ¿Qué entender por nuevas generaciones de políticas culturales?......... 21

2.2. El posicionamiento de la cultura como dimensión estratégica de las políticas de desarrollo ........................................ 29

2.3. Las políticas culturales en el marco de territorios y procesos de descentralización ....................................................... 35

2.4. La puesta en práctica y el mejoramiento continuo del principio de subsidiariedad ........................................................ 41

2.5. La interculturalidad y sus nexos con la multisectorialidad e intersectorialidad .............................................................. 42

3 EL DISEÑO Y LA GESTIÓN DE POLÍTICAS CULTURALES INTEGRADAS AL DESARROLLO SOSTENIBLE DE

PAISES Y TERRITORIOS ................................................................................................................................................ 47

El ciclo de gestión de políticas culturales y la integración al desarrollo sostenible ................................................................ 46

La Legislación como elemento de impulso y sostenibilidad de Estrategias de cultura y desarrollo ....................................... 73

El diseño y la gestión de instrumentos de política cultural ................................................................................................... 85

La institucionalidad y las políticas culturales ........................................................................................................................ 97

Estudio de caso: Las regiones autónomas de la costa Caribe Nicaragua como escenario de creación y gestión

de políticas e institucionalidad cultural integrada al desarrollo ............................................................................................. 97

CONSIDERACIONES FINALES DE LA GUIA .................................................................................................................... 130

GLOSARIO ........................................................................................................................................................................... 133

BIBLIOGRAFÍA GENERAL DE LA GUIA ............................................................................................................................ 136

ANEXOS ............................................................................................................................................................................... 144

ÍNDICE DE RECUADROS DE TEXTORE.1. Horizonte 2031 (Visión de la Política Cultural de Integración Centroamericana) ............................................................ 12

RE.2. Creación de demanda local ......................................................................................................................................... 33

RE.3. Ejercicio de evaluación para gestores culturales ........................................................................................................... 34

RE.4 La Noción de territorio ................................................................................................................................................. 36

RE.5. Objetivos de la Capacitación MEIC .............................................................................................................................. 45

RE.6. Metodología de diagnóstico y línea base Regiones Autónomas de Nicaragua .............................................................. 57

RE.7. Plan Nacional de desarrollo Cultura a Largo Plazo Guatemala ...................................................................................... 63

RE.8. Sistema Nacional de cultura en el Ecuador .................................................................................................................. 70

RE.9. Logros del Proceso Autonómico ................................................................................................................................ 104

RE.10 Los Procesos de Revitalización cultural en la Costa Caribe de Nicaragua................................................................... 117

RE.11. Funciones de la Secretaría de Cultura de la RAAN. .................................................................................................... 124

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ÍNDICE DE TABLAS Y CUADROSTabla 1 Situación de la Institucionalidad Rectora y las Políticas Públicas del Sector Cultura en los países

Centroamericanos en el 2012 ................................................................................................................... 16

Cuad.1 Productos e indicadores del resultado 2 Programa Conjunto en Nicaragua. ............................................ 101

ÍNDICE DE FIGURASFig. 1. Mapa conceptual de contenidos Guía Políticas Culturales e Institucionalidad ................................................7

Fig. 2. Fuerzas que influencian en la toma de decisiones en las políticas públicas ..................................................21

Fig. 3. La Ruta de la Incidencia de los Lineamientos de Política y el Plan Nacional de desarrollo en Guatemala ....31

Fig. 4. Principio de Subsidiariedad .........................................................................................................................41

Fig. 5. Encadenamiento de aspectos de las políticas culturales .............................................................................47

Fig. 6. Visión Compartida sobre el futuro de la cultura en Santa Rosa de Copán, Honduras. .................................68

Fig. 7. Pasos metodológicos para la Construcción de una Agenda Cultural en el Municipio del valle de Sula,

Cortés, Honduras. ......................................................................................................................................94

ÍNDICE DE MAPAS E IMÁGENES (fotografías)MA.1. Mapa Sitios con Esferas de Piedra en el Pacífico Sur de Costa Rica ...........................................................75

MA.2. Mapa del Parque Arqueológico Copán Ruinas ............................................................................................79

MA.3. Mapa de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe de Nicaragua .......................................................104

IMA.1. Esfera de Piedra en el Colegio Técnico Profesional de Osa, Costa Rica ......................................................76

IMA.2. Proceso recuperación de una esfera con la participación de vecinos de la localidad ...................................78

IMA.3. Edificio en Proceso de Restauración Casco Antiguo de Panamá ................................................................83

IMA.4. Consejo Regional Centro A. Taller de Evaluación Intermedia, Honduras ......................................................86

5

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

c u l t u r a y d e s a r r o l l o

Esta guía sobre políticas culturales e institucionalidad brinda claves para abordar la gestión de políticas culturales que

enfocan en la cultura como dimensión estratégica del desarrollo. La guía está pensada desde Centroamérica y

recupera experiencias de países y territorios de la región, complementadas con ejemplos de otros países de Améri-

ca Latina,11 tratando de evidenciar caminos para abordar los distintos ámbitos y problemas asociados al campo de

las políticas culturales, con el involucramiento de las comunidades y actores sociales de los territorios.

Por tanto, la guía busca dar un paso más allá de la tradicional visión sobre las políticas públicas como un campo

exclusivo del Estado y las administraciones gubernamentales, para explorar y aprender formas en que la ciudadanía

de los territorios Centroamericanos – incluidos los grupos y personas creadoras y portadores de diversas expresio-

nes culturales - también pueden involucrarse en los procesos de gestión de políticas, contribuir al enriquecimiento

de la diversidad cultural y a la cohesión social y por ende, a la sustentabilidad del desarrollo.

De hecho, entender las políticas culturales como algo vivo, algo que tiene significado para las personas y las

comunidades y que se puede crear, innovar, corregir y defender como un proyecto propio, significa ir más allá de

la burocratización bajo la cual se ha restringido el sentido de lo público en el campo de las políticas. Puesto que

en su significado más básico, la política pública es acción colectiva para el bien común, desde donde son

necesarios los acuerdos colaborativos y proyectos de futuro consensuados, pero en donde la participación abierta

de múltiples actores recobra el significado pluralista de lo público y reúne la política cultural con la cultura política

propia de un territorio, un país, una región o una comunidad.

A partir de esto surge también una nueva comprensión del conocimiento y el quehacer técnico, de su roles actuales

y funciones. Por esto en la guía también se re-considera el papel de las instituciones públicas del sector cultura2 y

de otros actores público/privados que impulsan el desarrollo nacional, bajo el principio de que para gestionar políti-

cas culturales, existe una relación entre el nivel nacional, los niveles intermedios de institucionalidad y el nivel de las

1 Sobre todo en la segunda y tercera parte de esta Guía, donde se retoman ejemplos de países como Colombia y Ecuador.2 En este guía entendemos por sector cultura a las instituciones de carácter público encargadas de gestionar políticas cul-

turales a nivel nacional. Esto incluiría a las instancias respectivas en los gobiernos locales. Pero no se incluyen los gremios artísticos u organizaciones encargadas de difundir y velar por las expresiones culturales locales, como si ocurre en otras con-cepciones sectoriales, que incluyen a los grupos productores. Esto, por cuanto se considera que no existe históricamente en Centroamérica, una relación orgánica y de capacidad de negociación entre los distintos grupos que puedan amalgamar un sector ampliado, que si pude pensarse en otros ámbitos como Agricultura o Salud, por ejemplo.

PRESENTACIÓN

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comunidades y territorios que conforman los sistemas nacionales. A cada uno de estos

niveles compete cumplir funciones específicas para que el sistema como totalidad “trabaje

eficazmente”. A esto llamamos en esta guía el principio de subsidiariedad. En la vida real,

la práctica del principio de subsidiariedad tiene debilidades y vacíos que pueden ser supe-

rados, a partir del reconocimiento respetuoso y la voluntad de los distintos actores, en un

proceso de construcción social y cogestión de soluciones adecuadas.

Un planteamiento central de la Guía es que hay signos importantes que indican que los

países Centroamericanos están propiciando transformaciones en sus modos de hacer po-

líticas culturales y en la institucionalidad cultural misma en los últimos 10 años. Lo anterior

puede ser relacionado con el posicionamiento que está logrando el enfoque de democracia

cultural y derechos culturales. El cual a su vez tiene efectos sobre la concepción de cultura

prevaleciente y el modelo de institucionalidad y políticas culturales. La tendencia parece

ser al ensamblaje propio de modelos de políticas culturales de nueva generación,

cuyas principales características se abordan en las partes dos y tres de esta guía.

Por tanto, el enfoque de esta guía entiende a las políticas culturales en sentido amplio,

partiendo de que un proyecto de desarrollo cultural de un país o de un territorio, no puede

lograrse sin el concurso de legislación, institucionalidad e instrumentos y mecanismos de

gestión de política, que viabilicen el proyecto de la política misma. Hablar de políticas cul-

turales implica entonces, abordar un conjunto de temas encadenados. De ahí la relación

medular que plantea el título de esta guía: políticas culturales e institucionalidad.

La guía forma parte integral de la Caja de Herramientas UNESCO en Cultura y Desarrollo y

busca ser de utilidad a una variedad de potenciales usuarios. Entre éstos:

Tomadores de decisiones y a cuadros técnicos encargados de diseñar y ejecutar políti-

cas públicas en el ámbito de la cultura y del desarrollo en sentido amplio3

Formadores en el diseño y gestión de políticas culturales y desarrollo

Autoridades y cuadros técnicos y profesionales de los gobiernos locales, encargados

de diseñar y gestionar políticas para el desarrollo local y agendas para el desarrollo cul-

tural de los municipios

Autoridades e instituciones de los territorios urbanos y rurales de Centroamérica, así

como cuadros técnicos de ONG’s que los apoyan

Profesionales y académicos de Universidades enfocados en el ámbito de cultura y de-

sarrollo

Cuadros técnicos y profesionales de la cooperación internacional para el desarrollo y la

promoción de la cultura

3 Incluyendo una gran variedad de sectores tales como los entes rectores de la economía, la sa-lud, la educación, la planificación, la cultura, entre otros, instando a la concurrencia de esfuerzos multisectoriales para integrar la cultura al desarrollo.

7

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

De forma tal que esta guía podría ser de utilidad para aquellos usuarios y usuarias que tienen el desafío de:

• Facilitar el diseño y gestión de políticas culturales.

• Apoyar la integración de la dimensión cultural en políticas públicas y estrategias multisectoriales de

desarrollo.

• Facilitar la formulación y gestión estrategias y planes nacionales de desarrollo que enfocan en los

recursos culturales de los territorios

• Promover la formulación y gestión de estrategias para el desarrollo de regiones, sub-regiones y territo-

rios.

• Diseñar y gestionar estrategias y agendas para el desarrollo cultural en los Municipios Centroame-

ricanos.

• Diseñar y ejecutar planes de cultura y desarrollo a nivel de comunidades y territorios.

En síntesis, en esta guía los usuarios podrán encontrar:

FIGURA 1: Mapa de contenidos Guía Políticas Culturales e Institucionalidad

PARTE I

argumenta

aprovecha

reconoce

sobre

sobre

instrumentaposicionamiento

describe y analiza

desarrolla encadenamiento

PARTE II PARTE III

Normativa internacional sobre cultura

Cultura como dimensión estratégica

del desarrollo

Ciclo de gestión de políticas culturalesSituación

Políticas Culturales en Centroamérica

Políticas Culturales de nueva generación (con-

ceptos claves)

Demandas locales

Sectores públicos y otros

actores

Institucionalidad

Instrumentos de política

Legislación

Propuesta conceptual

Pertinencia de la Guía

Metodologías e instrumentos

Caso Regiones Autónomas Costa Caribe Nicaragua

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1.1 El mundo gira, las políticas culturales también

Pensar y hacer políticas culturales el día de hoy y desde un país Centroamericano conlleva

retos distintos al de crear una identidad nacional única y distintiva, funcional a la capacidad

de gobierno de los Estados, tal cual se concibió en los siglos XIX y XX en Centroamérica.

A inicios del siglo XXI las fronteras de la cultura se han abierto al mismo tiempo que han

debilitado las medidas proteccionistas de los Estados Nacionales. La diversidad cultural

está siendo cada vez más reconocida como una riqueza y no como una amenaza para la

integración nacional. Se multiplican los espacios donde se plantean concepciones menos

reduccionistas y verticales de cultura como aquellas enfocadas en las Bellas Artes y la vi-

sión elitista de lo patrimonial, para abrirse a nociones integrales desde las cuales el disfrute,

creación, la interpretación y el acceso a la diversas expresiones culturales, constituye un

derecho por ejercer por parte de todas las personas, grupos humanos, pueblos y comuni-

dades étnicas, sin que cultura sea sinónimo de expresiones artísticas o del sentido estricto

del derecho como algo individual4.

Esto indica que en el escenario regional, han adquirido resonancia las propuestas sobre

políticas culturales planteadas por los instrumentos internacionales en los últimos 15 años,

teniendo como referente el Informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo de

1996, Nuestra Diversidad Creativa, el cual propone un nuevo acercamiento a la relación

Cultura y Desarrollo de la mano con el enfoque del Desarrollo Humano difundido por el

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Asimismo, el Informe sobre

Desarrollo Humano del PNUD del 2004 La libertad cultural en el mundo diverso de hoy,

posicionó la importancia del ejercicio derechos culturales para la democracia y el desarrollo

4 Lo cual resulta de vital importancia puesto que la propiedad comunitaria y los derechos comu-nes son propios de muchos pueblos originarios de Centroamérica. Y aunque a esta población la cubren convenciones internacionales y regímenes de legislación específica en los países, la concepción de democracia cultural no debería circunscribirse a una concepción liberal de los derechos, es decir, individualista.

PARTE 1

LAS POLÍTICAS CULTURALES Y SU RELACIÓN CON EL DESARROLLO EN EL CONTEXTO CENTROAMERICANO

9

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

de las sociedades, enfoque que retomará la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las

Expresiones Culturales de la UNESCO en el 2005. En esta Convención, el derecho al acceso, disfrute e interpreta-

ción de la cultura es complementado con una ampliación de la noción de diversidad cultural, a todas las formas de

expresión más allá de lo declarado como patrimonio cultural.

Estos planteamientos tienen al menos tres implicaciones decisivas para una comprensión actualizada de las políti-

cas culturales:

a) El enfoque de cultura como derecho y democracia cultural, necesariamente conduce a que las políticas cultu-

rales deban expandir y profundizar su cobertura ( y por tanto su “arquitectura” institucional”), y establecer un

interacción decisiva con la organización y la institucionalidad de los actores sociales de los territorios.

b) La posibilidad de que las expresiones de la diversidad cultural que emergen de los distintos modos de vida y

territorios de los países, puedan potencialmente establecer una relación de doble vía con las políticas, planes y

estrategias de desarrollo nacional y local. Por una parte, se reconoce a la cultura misma como una dimensión

estratégica del desarrollo y se hacen esfuerzos para encontrar las claves de la gestión sostenible de los recur-

sos culturales. Esto a la vez enriquece la diversidad cultural, multiplicando y diversificando las oportunidades

de desarrollo.

c) A partir de lo anterior, se genera la necesidad de que los países valoricen a la cultura en sus múltiples funcio-

nes (productiva, social y político-institucional). El reconocimiento de cada una de estas funciones requiere que

se invierta en los recursos culturales en su calidad de activos, pero también que se invierta en la protección y

salvaguardia de las expresiones culturales mismas. Así, el reconocimiento de la cultura como fuente que puede

brindar oportunidades productivas y económicas, así como opciones para generar empleo e ingresos debe ir

de la mano de un uso sostenible de los recursos culturales.

El impacto de este nuevo marco en la gestión de políticas culturales ya se ha hecho sentir. En países como Costa

Rica y Honduras, hay en marcha procesos de creación de Leyes Generales de Cultura y Sistemas Nacionales de

Cultura, que pretenden fomentar y articular la institucionalidad cultural desde la esfera nacional hasta la local/ terri-

torial. Este tipo de propuestas corresponden con lo que se ha denominado, políticas culturales de nueva gene-

ración, es decir el surgimiento de un conjunto articulado de políticas, legislación, institucionalidad e instrumentos

de política cultural que confluyen en la creación de Sistemas de Cultura, los cuales reconocen a los territorios como

base de recursos culturales. Retomaremos este tema con mayor profundidad conceptual, así como ejemplos y

enfoques prácticos en las partes dos y tres de esta guía.

Sin embargo, la posibilidad de asumir una noción de cultura como derechos culturales y democracia cultural, así

como de impulsar políticas culturales de nueva generación, adquiere un sentido y una complejidad especial en una

región como América Central, cuya historia y posición geopolítica la hacen especialmente vulnerable a ejercer su

derecho a la autodeterminación. Donde el potencial de cambio que puede alcanzar un discurso amplio sobre cultura

y desarrollo por parte de actores público/privados, encuentra limitaciones y carencias de peso en la consolidación

o el funcionamiento institucional alcanzado para promover las competencias y los arreglos necesarios a nivel local

y nacional.

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Aun así, Centroamérica decanta su propia diversidad cultural,

cambiante y rica en relaciones que fluyen y se integran más

allá de las fronteras políticas y administrativas de los países.

Se puede encontrar en el Istmo cierta autoctonía 5 de sus

expresiones culturales y sus ecosistemas. Países cuya riqueza

ambiental y biodiversidad sustentaron un mosaico de modos de

vida entretejidos. Región nutrida desde tiempos inmemoriales

en su papel de puente y diálogo entre culturas del norte y del

sur de la Américas. Tierras cercanas a los mares, por donde se

adentraron otras latitudes del mundo.

Región sufrida también, por saqueos y ambiciones internas y

externas, y por viejas deudas estructurales de un desa-

rrollo desigual que hoy afectan de manera determinante a las

generaciones más jóvenes. De hecho, el Programa Mundial de

Alimentos de las Naciones Unidas afirma que los únicos países

de la región latinoamericana que no lograrían alcanzar la meta de los Objetivos del Milenio

(ODM) relativa a subnutrición y desnutrición infantil son Centroamericanos6. El cese de las

guerras civiles tampoco ha hecho que Centroamérica alcance la paz ni la reconciliación

necesaria para enfrentar sus desafíos de desarrollo. En el 2011 la región cuenta con la

tasa de homicidios más alta del mundo7 y las múltiples causas de este problema (pobre-

za, narcotráfico, crimen organizado, migración forzada, desintegración de comunidades y

juventud desarraigada) fueron analizadas en la reciente Cumbre sobre Seguridad Regional

y La Conferencia Internacional de Apoyo a la Estrategia de Seguridad de Centroamérica,

realizada en junio del 2011 en Guatemala. Donde quedó más que claro que las acciones

unilaterales de los países son incapaces de enfrentar la magnitud de la violencia y la inse-

guridad que mina a la región.

¿Puede jugar la cultura algún papel significativo para contribuir a revertir en alguna medida

esta situación? Si en su sentido más amplio y humanista, una función universal de cultura

es dotar de sentido a las personas y las poblaciones, cabe señalar que existen tareas

pendientes y urgentes para potenciar la relación entre cultura y desarrollo, que van mucho

más allá de exhibir expresiones materiales del patrimonio cultural en vitrinas intocables. El

5 Este signo indica que este término puede encontrarse en el glosario al final de esta guía.6 PMA, CEPAL. (2011). Pobreza, hambre y seguridad Alimentaria en Centroamérica y panamá,

Programa Mundial de la Alimentación de las Naciones Unidas, Comisión económica para Améri-ca Latina, Serie Políticas Sociales, Santiago de Chile, pp:11. Específicamente, en este texto se citan a El salvador, Nicaragua, Honduras y Guatemala. Si bien es claro que la situación de pobre-za varía mucho entre los países, y que no se puede entender en profundidad esta problemática basándose en las implicaciones distorsionantes de cifras que derivan de las metodologías de línea de pobreza.

7 “Enfrentar la Inseguridad en la región. Con la cooperación entre los países, reducir la inseguri-dad ciudadana es posible. La Nación. Consultada en línea el 14.12.2011. http://www.nacion.com/2011-08-11/Opinion/enfrentar-la-inseguridad-en-centroamerica.aspx

Las políticas culturales de nueva gene-ración hacen referencia al surgimiento en un país o un territorio de un conjunto articulado de políticas, legislación, ins-titucionalidad e instrumentos de políti-ca cultural que confluyen en la creación de Sistemas de Cultura, el cual recono-ce a los territorios urbanos y rurales y a los grupos y comunidades creadoras y multiplicadoras de las expresiones cultu-rales, como la base de los recursos cul-turales, que pueden servir a objetivos múltiples de desarrollo.

11

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

reencuentro íntimo con el patrimonio cultural está más bien en su fuente viva, en las diversas expresiones

culturales y patrimoniales de los territorios que a la vez, distinguen y cohesionan a las comunidades. Ahí don-

de precisamente, suelen haber menos políticas culturales y menos regulación y donde se requerían políticas más

efectivas y democráticas.

El mundo gira: las políticas culturales también. Esta guía propone llevar a las políticas culturales a la arena de la

relación entre cultura y desarrollo y volcar los ojos al territorio como unidad de planificación y gestión. Al territorio en

su calidad de fuente de patrimonio cultural material e inmaterial en permanente cambio y creación, y en donde las

personas hacedoras y portadoras de ese patrimonio y sus descendientes, puedan ejercer su derecho al disfrute a

la cultura, tanto en sus formas económicas como en las no económicas8.

1.2 El contexto Centroamericano como escenario de políticas culturales y su integración al desarrollo

La Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana del Sistema de Integración Centroamericana (CECC/SICA)

organizó en noviembre del 2011, la XVI Reunión del Consejo de Ministros y Altas Autoridades de Cultura. Entre otros

contenidos, en la reunión se discutieron posibles iniciativas conjuntas y proyectos regionales en los temas de cul-

tura de paz, la formación en gestión cultural, el tema del patrimonio cultural, la producción cultural y la

microempresa cultural. La escogencia de estos temas revela la consonancia entre los contenidos impulsados por

los instrumentos internacionales en el ámbito de la cultura y los derechos culturales – tales como los de la UNESCO

- y la construcción conjunta de una agenda regional para el sector cultura. Fue en esta reunión donde se aprobaron

los lineamientos generales de la Política Cultural de Integración Centroamericana 2012-2015 (PCIC), la cual

forma parte de una demanda hecha en la Cumbre Extraordinaria de Presidentes en julio de 2010 y contó para su

elaboración con los insumos provenientes de la Consulta Estratégica de Cultura en Centroamérica realizada en el

2011. Asimismo, se encomendó a la Secretaría General /CECC/SICA la tarea de diseñar y poner en marcha una

estrategia regional para la construcción concertada del Plan de Acción de la PCIC. El documento ya fue publicado

oficialmente (CECC-SICA 2012).

Además de resultar un instrumento singular por los esfuerzos conjuntos y consensos que busca armonizar (incluidos

los países Centroamericanos y Republica Dominicana), resulta importante destacar al menos dos aspectos en torno

a lo que la Política Cultural de Integración Centroamericana representa.

El primer aspecto es que el documento de política refleja el clima regional del posicionamiento del enfoque

de derechos culturales y democracia cultural. Enfoque que tiene un conjunto implicaciones entre las cuales

destaca el reconocimiento de que la ciudadanía debe ser incluida como un actor principal de la gestión cul-

tural. De hecho, desde el mismo tratamiento que la PCIC hace de la diversidad cultural, el documento es claro en

plantear que no se trata de impulsar “la identidad Centroamericana” sino la “diversidad cultural centroamericana”,

incluyendo aquellas expresiones de la diversidad que han sido por distintos motivos relegadas o no reconocidas en

su justa medida. La diversidad a cultural se expresa entonces en distintas territorialidades, por lo cual también se

plantea que no hay un sólo sentido de pertenencia a la región sino que hay “sentidos de pertenencia”.

8 Georgina De Carli hace una defensa esclarecedora sobre la importancia de que las comunidades locales que han generado patrimonio cultural tengan el derecho al usufructo del mismo, lo cual está unido de manera determinante a la gestión soste-nible del recurso cultural mismo.

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El segundo aspecto a destacar es la reforma

o innovación institucional que un enfoque de

democracia cultural supone y ante lo cual

Centroamérica tendría que hacer esfuerzos

sustantivos en los próximos años, si ha de ha-

cerse realidad con la profundidad y la signifi-

cancia del cambio que se desprende la visión

Horizonte 2031 que guía el Sistema de Obje-

tivos Estratégicos de la PCIC (como se ilustra

en el recuadro 1).

No obstante, una mirada a la realidad actual

indica que la ratificación de la política regional

no estará enraizada en estructuras nacio-

nales sectoriales de cultura actualizadas, for-

talecidas y apropiadamente instrumentadas,

sino que por el contrario, en muchos países

dicha institucionalidad se encuentra aún en

una etapa de ingeniería en algunos países

o bien de reingeniería en otros. Asimismo, la

coordinación y concurrencia multisecto-

rial para llevar adelante proyectos, planes

y estrategias de cultura y desarrollo, no

llega aun a tener consistencia programática ni

está considerada una prioridad en los países

de la región, si bien hay iniciativas que pudie-

ran rescatarse y potenciarse9.

9 Por ejemplo, la iniciativa para desarrollar una marca país más integral que la marca destino verde y ecológico que ha posicionado Costa Rica, con el fin de agregar valor a las exporta-ciones, atraer la inversión extranjera y apoyar el crecimiento del turismo. Esta iniciativa se im-pulsa desde el 2011 y es promovida por una Comisión Interinstitucional que reúne al Mi-nisterio de Comercio Exterior de Costa Rica, a la Promotora de Comercio Exterior (PROCO-MER), a la Coalición Costarricense de Iniciati-vas de Desarrollo, al Ministerio de Relaciones Exteriores, al Instituto Costarricense de Turis-mo, al Ministerio de Agricultura y Ganadería y al Ministerio de Cultura y Juventud (PROCOMER 2011:26). No obstante, la coordinación entre sectores está aquí muy orientada a fines es-pecíficos y puntuales y no a la concertación de una agenda intersectorial amplia. Otro ejemplo de carácter más amplio y complejo es el es-

RECUADRO 1

Horizonte 2031 (Visión de la Política Cultural de

Integración Centroamericana)

Centroamérica se ha consolidado como un espacio

cultural regional donde:

• Son respetados los derechos humanos en todas

sus dimensiones.

• Los Estados de la región dedican al menos el 3%

de su presupuesto al desarrollo del sector cultura.

• Es valorizada la diversidad de sus expresiones

culturales, a partir de los aportes de las naciones

y grupos sociales que la integran.

• Se garantizan plenamente los derechos humanos

de sus ciudadanos y ciudadanas al no existir

procesos institucionales y sociales de exclusión

social con respecto a sus expresiones culturales

por razones de raza, étnica, género, preferencia

sexual, origen geográfico, edad u otros factores.

• Los ciudadanos y ciudadanas participan

activamente en el ámbito de las decisiones

públicas.

• Se ha logrado la disminución de la violencia social

y el espacio público es utilizado y creativamente

apropiado de forma segura y cotidiana.

• Existe un mercado común centroamericano

de bienes y servicios culturales y se ha logrado la

inserción de las industrias culturales y creativas a

escala internacional.

• El sector cultura cuenta con sólidas estructuras

de gestión económica, política, institucional y de

recursos humanos y técnicos.

• Existen relaciones de cooperación en la sociedad

que garantizan las acciones de transformación

social para el mejoramiento de la calidad de

vida de las personas que habitan en la región

centroamericana

Fuente: (CECC-SICA 201247-48).

13

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

Lo que si resulta importante de rescatar es que en la última década, las políticas y estrategias generadas por el

Sistema de Integración Centroamericana en distintos ámbitos tales como La Política Agrícola Centroamericana

2008-2017 (PACA), la Estrategia Regional Agroambiental y de Salud 2009-2024(ERAS), la Estrategia Centroameri-

cana de Desarrollo Rural 2010-2030 (ECADERT) entre otras, han tendido a incidir positivamente en el desarrollo de

acuerdos, nuevos arreglos y transformaciones institucionales en ámbitos sectoriales de cada país que presentaban

vulnerabilidades significativas. Por otra parte y desde una visión amplia, todos estos instrumentos antes mencio-

nados podrían favorecer el posicionamiento de la cultura para el desarrollo y no únicamente la PCIC.

Así, es posible que el compartir un enfoque de derechos culturales y democracia cultural e impulsar procesos de

reforma institucional y nuevos modelos de gestión cultural pueda crear efectos de reforzamiento mutuo entre, por

ejemplo, el proceso que impulsa actualmente el Ministerio de Cultura de Costa Rica con la Creación de la Política

Nacional de Cultura y la Ley General de Cultura, y las acciones y logros que pueda generar la puesta en marcha de

la PCIC. Pero más allá de esto, será determinante la voluntad de los países de posicionar a la cultura en los Planes

y Agendas de Desarrollo Nacional, desde la perspectiva de los derechos culturales de la ciudadanía y de la cultura

como motor de desarrollo.

Para entender la situación del sector cultura en la región es preciso revisar algunos rasgos que comparten los

países, en términos del desarrollo institucional del sector cultura y de la posición actual de los países en

el entramado de los mercados globalizados de bienes y servicios culturales, que configuran un escenario

regional básico, lo cual se presenta a continuación de manera sintética.

1.2.1 Desarrollo institucional del sector cultura en los países:

• La creación de la institucionalidad y las políticas y/o normativas sectoriales de cultura en su

estructuración actual Centroamérica son relativamente recientes. Aunque desde la segunda mitad

del siglo XX existía legislación para la protección del patrimonio cultural y estructuras o instituciones “tran-

sitorias” de cultura que fueron apéndices de otros Ministerios10, puede decirse que durante muchos años

el sector cultura ha estado bajo tutela, con poca capacidad propia de generar propuestas programáticas.

En este marco, las políticas culturales se han emitido de manera dispersa para fines muy distintos, que

van desde la creación y regulación de espacios culturales (sitios arqueológicos, sitios históricos, teatros,

museos y casas de la cultura) hasta las políticas que regulan los sistemas de bibliotecas nacionales. Cada

fuerzo hecho por la Secretaría de Planificación y Cooperación Internacional de Honduras (SEPLAN) para la construcción del Plan de Nación y la Imagen País, entre ellos el I Simposio de Identidad Regional e Imagen País: http://www.seplan.gob.hn/ http://www.plandenacion.hn/ http://plandenacion.hn/simposio/ Y en donde si bien la Imagen País si tiene fines de promo-ción y posicionamiento del País hacia el exterior, su vinculación con el Plan Nación también incluye la fijación de metas para afrontar problemas del desarrollo que afectan el país.

10 Tales como el Vice-Ministerio de Cultura adscrito al Ministerio de Educación en el caso de Guatemala, el cual fue creado a fines de la década de los 1970 (Núñez de Rodas 1980). Antes de esto la cuestión cultural se consideraba un ámbito del sec-tor educativo y estaba regulado por la Ley de educación. En Costa Rica, el primer ente rector de la política cultural nacional la Dirección General de Artes y Letras, fue creada en 1963 como dependencia adscrita al Ministerio de Educación Pública. Y aún hoy las responsabilidades del Gobierno en materia cultural son facultadas en los Artículos 76 y 89 de la Constitución Política, aunque en una vía que supedita los asuntos culturales al tema educativo (Montero pp:2-3). Asimismo, la legisla-ción sobre el Patrimonio Cultural y específicamente, la ley que Regula la propiedad, explotación y comercio de Reliquias Arqueológicas, Ley 7, data de 1938, aunque es hasta 1981 que se promulga Ley sobre Patrimonio Nacional Arqueológico de Costa Rica, Ley 6703. A diferencia de esos casos, en Honduras el sector cultura apareció vinculado al sector Turismo en su institucionalidad original, en mucho a causa de las vinculaciones con el sitio Copán y todo el discurso de Mayanización de la Cultura Nacional Hondureña.

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uno de estos esfuerzos ha creado instituciones atomizadas, a las que les cuesta

crear la cohesión interna y orgánica necesaria para crear propuestas integrales.

Desde finales de los 90 se evidencian esfuerzos hacia la construcción de una ins-

titucionalidad sectorial más articulada y la creación de nuevas políticas públicas,

proceso que se encuentra en marcha en la región.

• El avance en la formulación y ejecución de políticas culturales rectoras

a nivel nacional y de Leyes Generales de Cultura es aún germinal. De los

países centroamericanos, únicamente Nicaragua cuenta con Política Nacional de

Cultura formalmente establecida mientras que Guatemala cuenta con lineamientos

Rectores de Políticas Culturales y un Plan Nacional de Desarrollo Cultural de Largo

Plazo. En Honduras y Costa Rica existen en marcha procesos para la creación de

Leyes Generales de Cultura. En el caso de Costa Rica, paralelamente se impulsa

la formulación de la Política Nacional de Cultura y en Honduras también se impulsa

el Plan Nacional de Cultura. De hecho, de aprobarse dichos proyectos de Ley, en

los próximos años estos países deberán hacer esfuerzos significativos de reforma

institucional interna del sector para viabilizar la ejecución de las políticas y los

planes, siendo que en ambos Proyectos de Ley se establece la creación de Sis-

temas Nacionales de Cultura. Finalmente en El Salvador y Panamá se encuentran

vacíos importantes tanto en políticas culturales de nivel nacional como en instru-

mentos de política. Es preciso señalar que la normativa actual que regula la cultura

en la mayoría de los países Centroamericanos no tiene enfoque de derechos. Por

otra parte en la actualidad, las entidades rectoras de cultura tienen figuras ins-

titucionales y rangos diferentes (Básicamente Ministerios, Secretarías, Institutos

Nacionales de Cultura). La situación institucional se describe de manera sintética

y con información específica en la tabla 1. Asimismo, en la parte 3 de esta guía se

hacer referencia a los distintos casos con mayor detalle.

• Gran parte de los contenidos de las políticas y normativas del sector cul-

tura continúan sesgados hacia las Bellas Artes. Y esto se evidencia ya sea

de manera formal en los documentos oficiales, en los informes de rendición de

cuentas de uso de los recursos e inversión según actividades o subsectores,

como también en la práctica institucional cotidiana. No obstante, cabe señalar

que el enfoque de derechos culturales y el vínculo entre cultura y desarrollo ha ido

ganándose un lugar. Las nuevas políticas y planes nacionales de cultura que se

han formulado o están en proceso, si hacen patente que se pretende dar un giro

hacia una visión incluyente de las distintas expresiones de la diversidad cultural de

los países. Esta transformación implica invertir en la creación de nuevas ofertas

culturales así como la creación de nuevos públicos.

• En términos de las capacidades internas del sector, generalmente se hace

referencia a desbordes operativos de las entidades rectoras. En algunos

casos se utiliza mucho la tercerización de servicios ya sea por la sobrecarga admi-

15

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

nistrativa de las entidades o por las limitaciones sectoriales para hacer contrataciones más permanentes, lo

cual implica importantes drenajes de capacidades, pérdida de capital humano, conocimiento e información.

En sus capacidades de gestión financiera, por lo general todas las entidades rectoras que conforman

el sector cultura aducen que sus responsabilidades sobrepasan los exiguos presupuestos que les asigna el

Estado, si bien el presupuesto asignado a las artes muestra un sesgo. No obstante, las limitaciones de los

recursos financieros son una realidad que implica la definición y valoración de las necesidades estra-

tégicas como sector, para impulsar estrategias de gestión de recursos financieros que amplíen su efectivi-

dad e impacto. En este sentido, el giro hacia la conformación de sistemas nacionales de cultura y un mayor

impulso a estrategias de cogestión con la ciudadanía y el sector privado son posibilidades que se abren con

el impulso de políticas culturales de nueva generación, que incluso puedan desligar a las políticas culturales

como estructuras mentales de cuadros técnicos y profesionales que impulsan proyectos específicos, hacia

una instrumentación más de la mano con la planificación programática.

• En su capacidad de incidencia para proponer objetivos de desarrollo nacional la institucionalidad

del sector cultura ha sido poco protagónica. Esto también puede relacionarse con la falta de voluntad

política de los Estados Centroamericanos para integrar a la cultura como una dimensión estratégica del

desarrollo, a partir de lo cual concurran los esfuerzos de los distintos sectores en planes novedosos de

desarrollo nacional. Pero también, debe acotarse la poca interlocución que el sector cultura suele tener con

los otros sectores, y la poca convicción interna del papel que la cultura puede jugar en el desarrollo, que se

demuestra en su reclusión interna y su poco dinamismo en la creación de alianzas.

• El nivel de descentralización en la gestión de los recursos culturales es incipiente en casi todos

los países y carente de una planificación efectiva enraizada en los diferentes niveles (local, subre-

gional, nacional). Lo anterior tiene que ver con que aún no se logra consolidar una institucionalidad que

permita hacer efectiva la descentralización misma. Mientras que fórmulas recurrentes que se han promovido

como las Casas de la Cultura muestran altos niveles de insostenibilidad, fórmulas más novedosas como los

Consejos Territoriales de Cultura regionales y locales establecidos recientemente en Honduras y Nicaragua,

han sido experiencias con un grado importante de espontaneidad y en mucho basados en la voluntad de

participación ciudadana11. En el caso de Honduras los Consejos de Cultura se están transformando en

Consejos de Desarrollo de la Secretaría de Planificación Nacional (SEPLAN), a partir de un enfoque de

nueva territorialidad con Visión de País e Imagen País12. Ha habido también fórmulas intermedias, como

las institucionalidades descentralizadas surgidas posteriormente a los Acuerdos de Paz en Guatemala, y el

Régimen de las Comarcas Indígenas en Panamá, cuyo desarrollo e implementación es importante explorar.

En Guatemala reviste particular importancia ver los avances en la denominada “ciudadanización de las po-

líticas de desarrollo cultural” que implica la vinculación con los consejos de desarrollo formados a partir de

los procesos de descentralización13.

11 Si bien el Programa Conjunto de Naciones Unidas “Revitalización cultural y desarrollo productivo creativo de la Costa Ca-ribe de Nicaragua” se intencionó desde su inicio el surgimiento de un nuevo tipo de institucionalidad más adecuado a las características de las regiones autónomas. Comunicación personal con Marianela Muñoz de la Oficina UNESCO para Cen-troamérica, octubre del 2011.

12 Información suministrada el 18.04.2012 por Celia Barrantes Jiménez, Monitora Técnica del Programa Conjunto en Hondu-ras, destacada en la oficina UNESCO en San José, Costa Rica.

13 Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala (2007). La Cultura, Motor del Desarrollo. Plan Nacional de Desarrollo Cultural a largo plazo, segunda edición, Ministerio de Cultura y Deportes, ciudad de Guatemala, pág.:3.

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TABLA 1:

Situación de la Institucionalidad Rectora y las Políticas Públicas del Sector Cultura en los

países Centroamericanos en el 201214

PAÍSES INSTITUCIONES

RECTORAS

AÑO DE

CREACIÓN

ESTADO DE DESARROLLO DE LAS

POLÍTICAS PÚBLICAS DEL SECTOR

CULTURA

Guatemala Ministerio de Cultura y Deportes

1986 Las políticas culturales del país siguen el linea-miento rector “Cultura de Paz y Desarrollo Huma-no Sostenible” (Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala 2000). Existe un Plan Nacional de Desarrollo Cultural “La Cultura, Motor del Desa-rrollo” emitido en el 200515.

Honduras16 Secretaria de Cultura, Artes y

Deportes (SCAD).

Instituto Hondureño de Antropología

(IHAH)

197517 En la administración de gobierno del 2006-2009 se impulsa un proyecto de Creación de una Po-lítica Nacional de Cultura con la orientación de ser descentralizada y creando con este fin los Consejos Regionales y Locales de Cultura. Este proceso sufrió una reorientación sustantiva con el Golpe de Estado del 2009. El actual gobierno impulsa la creación de una Ley General de Cultu-ra y Plan Nacional de Cultura, bajo el enfoque de construcción de la imagen y Visión País.

El Salvador Secretaría de Cultura de la Presidencia

2009 La actual administración de gobierno de Mauricio Funes se ha propuesto desarrollar una Política de Desarrollo Cultural Nacional18.

Nicaragua Instituto Nicaragüense de

Cultura

1989 Existe una Política Nacional de Cultura deno-minada “Políticas Culturales del Gobierno de Reconciliación Nacional (GRUN). (Instituto Nica-ragüense de Cultura 2007). También existen los Consejos de Cultura del Poder Ciudadano en los Municipios.

Costa Rica Ministerio de Cultura y Juventud

1972 2010-2012: En marcha un proceso de Creación de la Política Nacional de Cultura y la Ley General de Cultura. Información sobre el estado del pro-ceso puede ubicarse en el blog: http://politica.cultura.cr/

Panamá Instituto Nacional de Cultura

1974 Existe un conjunto de políticas culturales específi-cas y de protección y salvaguarda del patrimonio cultural. No cuenta con una Política Nacional de Cultural rectora y/o articuladora.

14 En esta guía en general lamentablemente no se integra la situación de Belice en materia de políticas culturales, por limitaciones mismas de la investigación exploratoria que ha sustentado el desarrollo de la Guía.

17

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

15161718

1.2.2. La Región en los mercados globalizados de bienes y servicios culturales

Como se mencionó con anterioridad, la posición y características de los países Centroamericanos en el entramado

de los mercados de bienes y servicios culturales a nivel internacional también configura las alternativas para la región

en torno a la creación de políticas culturales y por tanto forma parte del escenario a analizar. En este sentido es

importante rescatar que:

• Centroamérica en general muestra un bajo desarrollo de las industrias culturales tales y como son estas concebidas por los mercados transnacionales de bienes y servicios culturales. Las características culturales y económicas de los países Centroamericanos hacen que su perfil se acerque más al fomento de los emprendimientos de base cultural como alternativa de desarrollo, y a los múltiples relacionamientos que estos puedan tener con la rica y biodiversa base de los recursos naturales. Las políticas que fomenten emprendimientos de base cultural que valoricen y resguarden las diversas expresiones culturales pueden ayudar a transformar el perfil de la región desde las mismas comunidades y territorios.

• La apertura comercial de Centroamérica y el auge de la sociedad mediática han sido factores determinantes para que la población Centroamericana asuma un rol de consumo pasivo de los productos de las indus-trias culturales más posicionadas en el mercado mundial, facilitadas por sus relaciones con los capitales y corporaciones mediáticas nacionales.

• La mayoría de la población Centroamericana no cuenta con un nivel de educación que le permita discriminar permanentemente los contenidos que fluyen por las vía de los mercados culturales glo-balizados, acentuándose los impactos enajenantes de los mismos. Mientras que la exposición hacia los mensajes de medios de comunicación como la televisión es cada vez más intensa y ocupa más tiempo en la vida cotidiana de las familias, sólo un porcentaje limitado de la población tiene un nivel de escolaridad que teóricamente le permitiría filtrar con criterios la calidad los mensajes y la información que llega masivamente a la población así como los impactos de estas.

• A lo anterior hay que sumar que muchas comunidades urbanas y rurales que cuentan con expre-siones culturales vivas no valoran el potencial que estas tienen en términos de cohesión social y fortalecimiento de la identidad, pero también como fuente de alternativas de generación de ingresos. Por consiguiente, la base de los recursos culturales a nivel local continúa deteriorándose.

Finalmente, la gestión de políticas culturales requiere también del análisis de los aspectos estructurales y coyunturales de la matriz de desarrollo regional, y de las diferencias nacionales que se presentan. Puesto que estas consideraciones son por lo general elementos de peso en la toma de decisiones sobre los objetivos de desarrollo. En este sentido, existen elementos estratégicos que es importante identificar para entender las potencia-lidades de vinculación entre cultura y desarrollo. Por ejemplo:

15 IBIDEM16 Es importante notar que con la Creación de la Secretaria Nacional de Planificación (SEPLAN) posterior al golpe de estado del

2009, esta entidad está a cargo de la planificación general del país, que incluye a cultura como un elemento de construcción de la imagen país. Por lo cual tiene incidencia en la reestructuración y reorientación del sector.

17 La Secretaría de Cultura, Artes y Deportes, originalmente se denominó: Secretaría de Estado en los Despachos de Cultura, Turismo e Información, mediante Decreto N° 234, del 23 de junio de 1975. En 1993 se separó del despacho de turismo y en 1994 Se incorpora, el Instituto de Antropología e Historia, más cuatro direcciones: Dirección General de Educación Artística; Dirección General de las Artes; Dirección General del Libro y el Documento; Dirección General de Culturas Autóctonas y Populares

Recuperado en: http://www.scad.gob.hn/index.php?option=com_content&task=blogcategory&id=16&Itemid=73 el 04.06.2012.

18 http://culturaporelcambio.blogspot.com/2009/02/politica-de-desarrollo-cultural.html Recuperado el 22 de febrero del 2012.

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El desarrollo turístico de la región continuará siendo muy activo al menos en la

próxima década por lo que el fomento del turismo cultural podría adquirir ma-

yor interés como estrategia de diversificación de “nichos” de mercado.

Algunos países han tenido una importante diversificación del sector servicios

que posiblemente se mantendrá. Esta diversificación es amplia y varía de acuerdo

a las ventajas comparativas de los países, pero se puede resaltar el crecimiento

de actividades vinculadas al sector turismo (entretenimiento, comidas y bebidas,

servicios médicos, etc.), servicios financieros, empresariales y profesionales. Hay

otros servicios que aún no logran reflejarse con fuerza en términos de rendimien-

tos económicos, como los servicios ambientales, que sin embargo tienen también

un potencial. El crecimiento del sector servicios tiene un ligamen importante con la

cultura no sólo por el potencial de las expresiones culturales particulares sino en

el sentido amplio, porque los servicios requieren para su diversificación y calidad,

de invertir en el desarrollo humano de las personas.

La consciencia sobre la riqueza ambiental de la región ha logrado un ma-

yor posicionamiento en la ciudadanía, el sector público y el sector priva-

do. Hay mayor interés y mejores instrumentos y capacidades que hace dos o

tres décadas. No obstante, el istmo sigue teniendo una alta vulnerabilidad

ante los fenómenos y desastres ambientales que se traducen en pobreza

y desequilibrios en muchos territorios, que sin embargo resultan claves por su

patrimonio cultural material e inmaterial.

Los sectores agropecuario y manufacturero presentan dinamismo y creciente

transformación en sus polos de exportación. Pero en sus expresiones de pe-

queña producción continúan subsistiendo precariamente, sobre todo en

términos de la actividad agropecuaria. Esto pone en riesgo grave a aquellas ex-

presiones culturales que están más vinculadas a la pequeña agricultura y la gana-

dería, así como a la pesca artesanal.

La inseguridad ciudadana y los déficit democráticos continuarán siendo

una limitante para el desarrollo de región, tanto por el problema de pobreza

estructural como por la naturaleza internacional del narcotráfico y el crimen orga-

nizado.

En síntesis, la institucionalidad pública sectorial sobre cultura en Centroamérica no ha

logrado desarrollar aun las capacidades necesarias para generar propuestas propias de

políticas culturales, basadas en las necesidades y desafíos de los países, en las particu-

laridades de su diversidad cultural y en el establecimiento de relaciones con otros sec-

tores públicos y privados relacionados con el desarrollo nacional tales como economía,

educación, salud y ambiente. Hay que agregar a esto que, tal y como se “consumen” los

contenidos foráneos en los países, también se han consumido los modelos y enfoques

de políticas culturales. En este sentido, los esfuerzos por generar políticas culturales de

19

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

nueva generación acordes con el enfoque de derechos culturales, requerirá de esfuerzos e inversiones decididas

que fortalezcan el posicionamiento de la cultura en sentido amplio a nivel nacional y hagan responder o coincidir

ese enfoque de derechos con el enfrentamiento de las profundas crisis sociales, económicas, políticas e

institucionales que todos los países centroamericanos enfrentan en ese momento, y que configura también

la crisis de la cultura.

La institucionalidad de la cultura a nivel nacional deberá desarrollar capacidad de incidencia y brindar recursos téc-

nicos para orientar a otros sectores públicos, para que estos integren la cultura en sus objetivos y metas. Por otra

parte, la gestión descentralizada de los recursos culturales, requerirá fortalecer e innovar la institucionalidad cultural

a nivel local, bajo fórmulas de cogestión. Es claro que sin una institucionalidad apropiada a nivel nacional y local, el

impacto de los mercados globalizados de bienes y servicios culturales caerá con mayor peso sobre comunidades

y territorios que no cuentan con una organización sólida y mecanismos de revitalización cultural, protección y sal-

vaguardia apropiados.

Lo cual hace pensar de nuevo en la importancia de reconocer que la cultura es un asunto de todos. Y que este

convencimiento abre otras rutas y horizontes a las políticas culturales en el presente y en el futuro Centroamericano.

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Las políticas públicas, como todo ámbito de acción humana, son una arena de lucha y transformación constante. Se trata de un campo complejo porque se compone de fa-cetas explícitas y de otras menos evidentes pero de suma importancia. Y porque las políticas (las fuerzas sociales y proyectos de cambio detrás de éstas) tienen en su natura-leza el potencial de orientar procesos. Es decir, tienen el potencial de impulsar transforma-ciones de largo plazo en las relaciones y el funcionamiento de aspectos de la vida pública tales como la economía, las interacciones con el medio natural, la cultura o la interrelación entre éstos.

No obstante, esta orientación al cambio mediante objetivos trazados no siempre se logra en la gestión de políticas. Generalmente emerge cuando se encadenan efectivamente una serie de condiciones, tales como las relaciones afines entre las políticas formuladas y el tipo de institucionalidad que les dará soporte, el respaldo de legislación nacional vigente y actualizada y el diseño de instrumentos de política apropiados para su gestión. Todo esto entendiendo que estos múltiples aspectos no se logran en la realidad de una sola vez, y que no hay una sucesión lineal entre éstos sino muchas combinaciones. Se trata más bien de una realidad compleja que los países y sus actores públicos y privados tienen enfrente.

De esta forma las políticas públicas constituyen en realidad bloques históricos o genera-ciones de políticas, donde el desafío es lograr el encadenamiento efectivo entre los as-pectos mencionados para impulsar los cambios con objetivos claros, y en algunos casos, crear políticas de Estado más que políticas de gobierno. Las generaciones de políticas suelen corresponder con varias administraciones de gobierno, con múltiples negociacio-nes, consultas y revisiones por parte de actores público/privados, y con el manejo de ambigüedades y dosis de incertidumbre.

En este apartado explicamos claves para la comprensión del desafío metodológico que implica construir políticas culturales de nueva generación, las cuales tienen como una de sus características, la intencionalidad de integrar la cultura y el desarrollo y de enfocar en los territorios como objetos/sujetos de políticas.

A manera de síntesis, se abordan cinco aspectos que se consideran claves de tomar en cuenta para impulsar dicha integración y enfoque según las características de la Región Centroamericana:

PARTE 2

CONSTRUYENDO NUEVAS GENERACIONES DE POLÍTICAS PARA INTEGRAR CULTURA Y DESARROLLO

21

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

i. Las políticas públicas y las políticas culturales: Qué se entiende por políticas culturales de nueva generación.

ii. La integración de la cultura como dimensión estratégica de las políticas de desarrollo a nivel nacional.

iii. Las políticas culturales en el marco de territorios y de procesos de descentralización.

iv. La puesta en práctica y el mejoramiento continuo del principio de subsidiariedad.

v. La interculturalidad y la multi e inter sectorialidad.

El primero de estos aspectos es más de naturaleza conceptual, y brinda las nociones básicas que son necesarias para comprender las implicaciones de construir políticas culturales de nueva generación. Mientras que los otros aspectos pueden considerarse más de carácter metodológico.

2.1. Las políticas públicas y las políticas culturales: ¿Qué entender por nuevas generaciones de políticas

culturales?

Políticas y política públicas:

Primero es necesario establecer nociones generales sobre política y políticas públicas, evidenciando la relación cercana entre éstas.

Siguiendo a Lahera19, la política es el ámbito donde cobran vida las decisiones para la consecución de unos ob-

jetivos, las cuales se toman dentro de un marco legal, cultural, económico, social y cultural de un país. A su vez, los

países se encuentran en una posición geopolítica determinada en relación con el sistema de poder mundial, lugar

que incide directa o indirectamente en los procesos de toma de decisiones. Las relaciones entre el marco nacional

y el internacional constriñen el espacio de la decisión política nacional, pero a la vez transforman las decisiones

mismas.

FIGURA 2: Fuerzas que influencian en la toma de decisiones en las políticas públicas

En sentido amplio, las políticas públicas explícitas20 son un indicador de procesos de toma de decisiones y de

consensos alcanzados bajo distintas formas o estilos; ya sea mediante acuerdos elitistas, con procedimientos más

19 Lahera, Eugenio (2004). Política y Políticas Públicas, Comisión Económica para América latina (CEPAL), Santiago de Chile.20 Es decir que han sido formalizadas mediante los procedimientos institucionales y legales vigentes en un país dado.

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democráticos o con combinaciones de ambos. Pero existen también las políticas implíci-

tas, en las que se asienta la práctica e intereses de la política dominante, de manera que

un sector o ámbito de la vida pública aparentemente ayuno de políticas públicas formales,

puede ser en realidad una arena política en la que hay intereses trabajando activamente:

“La política puede ser analizada como la búsqueda de establecer o de blo-

quear políticas públicas sobre determinados temas, o de influir en ellas. A su

vez, parte fundamental del quehacer del gobierno se refiere al diseño, gestión

y evaluación de las políticas públicas” 21.

Por esto es necesario diferenciar entre la acción de hacer política y la acción de formular y

ejecutar políticas públicas, aunque hay una relación estrecha entre ambas. Mientras que el

ejercicio de la política puede hacer que una norma pública sea promovida o bloqueada, re-

tardada o no formulada, la política que salta a la arena pública expresa una voluntad y un

proyecto particular de actores públicos y privados que entra en el ámbito de acción

del gobierno nacional o local. De hecho, la formulación de una política pública implica la

creación de una norma – a partir de su ratificación por la autoridad o poder competente

(Ministerios, Secretarías, Gobiernos Locales, etc.) – así como de planes e instrumentos

que la viabilicen. En ese sentido, una política pública de excelencia debe tener una fun-

damentación amplia y no específica22, objetivos claros y consciencia sobre las fortalezas

y vacíos del marco jurídico en que se inserta. Debe señalar la ruta de gestión de largo

plazo (cálculos financieros, análisis de costos beneficios, rentabilidades sociales, análisis

de coyuntura del ambiente político: aliados y adversarios, entre otros). A esta capacidad

de planificación debe aunarse una visión de lo nuevo que la política aportará y aquello que

ya existe pero a lo que agrega valor.

Por todo lo antes señalado, la política pública es una tarea que ocupa a los gobiernos. Sin

embargo, no por esto su devenir se convierte en un mero acto tecnocrático o de cálculo

técnico. Por una parte, el proyecto que les da vida y que impulsa a la política misma puede

provenir de una demanda histórica de poblaciones que reclaman un tipo particular de de-

sarrollo, por ejemplo, un proyecto autonómico que sin embargo forma parte de un sistema

nacional, como es el caso del proceso dado en las Regiones Autónomas de la Costa Ca-

ribe de Nicaragua y que se retoma más adelante. En este sentido, Matus23 plantea que las

políticas públicas también son apuestas con fundamento estratégico, que requieren de di-

ferentes balances entre logros de negociación, manejo de información y análisis, así como

la inclusión de mecanismos de monitoreo y rendición de cuentas que permitan actuar

sobre su evolución. En todo lo cual se abren espacios para el concurso de la ciudadanía,

cuando se establece la participación y la transparencia como principios desde el proceso

de formulación de la política pública.

21 IBIDEM, pág.: 7.22 CIPE (1996): Directory of Public Policy Institutes in Emerging Markets”, Washington.23 Matus Carlos (2007). Los tres cinturones del gobierno; Universidad Nacional de la Matanza;

Fundación CIGV, Fundación Altadir, Argentina; Venezuela, pág.: 18.

23

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

“Tanto la política como las políticas públicas tienen que ver con el poder social. Pero mientras la

política es un concepto amplio, relativo al poder en general, las políticas públicas corresponden a so-

luciones específicas de cómo manejar los asuntos públicos” (Lahera E, 2004).

Así, la “política” detrás de las políticas públicas (proyecto de cambio), las negociaciones, la participación de los ac-

tores publico/privados, las voluntades que se expresan cuando la ciudadanía hace parte de la gestión de políticas y

siente amparada en sus derechos, constituyen la práctica de la gobernabilidad social y de la seguridad humana.

Y en este sentido, más allá de la continuidad que puedan darle los distintos gobiernos a la ejecución de una política

pública, es el poder social el que le da vigencia.

Esto resulta especialmente importante cuando la gestión de políticas públicas se aplica a un ámbito como la cultura

vista en sentido amplio, donde el manejo de los asuntos públicos exige una sensibilidad especial sobre problemas

claves como el respeto y fortalecimiento de las identidades, la cohesión social de los territorios, la revitalización de

la democracia y la pluralidad cultural del país. Problemas tales como el ejercicio del respeto por la diversidad de las

identidades grupales y locales de los territorios a la par del sentido de pertenencia (local y nacional) están cruza-

dos por contradicciones y conflictos; o bien, la capacidad de crear condiciones favorables para el ejercicio de los

derechos culturales de los ciudadanos (acceso y disfrute a la cultura, bienestar social), son asuntos complejos que

tienen un impacto muy fuerte en la vida de las comunidades y de las personas. Esto por cuanto la relación entre la

cultura y cualquier ámbito (económico, político, ambiental, etc.) implica la producción de sentido, de contenidos

culturales específicos. Las políticas culturales por tanto, no pueden restringirse a sus implicaciones y efectos eco-

nómicos y comerciales, aunque paradójicamente, valorizar esto pueda resultar en un mejor posicionamiento de la

cultura misma en los instrumentos de desarrollo nacional, debido a la presión de las tendencias de la mundialización.

Por esto, reconocer la importancia y legitimidad del poder social como un principio que rige lo público, adquiere

relevancia en todo el proceso de formulación y gestión de políticas culturales y esclarece porqué se requiere vincular

a la ciudadanía, mediante la gestión que articula cultura y desarrollo. De hecho, el nivel de desarrollo de un país hoy

día es medido no sólo por los indicadores de desarrollo estrictamente económicos, sino por el conjunto de condi-

ciones que un país brinda a sus ciudadanos para desplegar sus capacidades, potencialidades y libertades24, lo que

incluye oportunidades de participación ciudadana, organización social y comunitaria, educación, seguridad, respeto

a la espiritualidad, interacción con ambientes saludables, entre muchos otros.

Es precisamente ese poder social el que hace que se requieran de estrategias de concertación y procesos de diá-

logo intercultural entre los diversos actores de la sociedad y los gubernamentales. Estrategias que son sensibles a

las condiciones de participación democráticas reales de los países, al manejo de los diferentes “pesos políticos” que

tienen los distintos actores y a las convocatorias realmente inclusivas y oportunamente informadas. Pero si se logra

efectivamente una consulta y concertación de intereses, responsabilidades y beneficios entre los distintos actores

público/privados cuya legitimidad es comprobada, estas políticas suelen ser más efectivas en términos de la gestión

de políticas de cultura y desarrollo. ¿Por qué?

• La participación de los actores sociales de distintos niveles y sectores en la formulación de políticas hace

que se reconozca y refuerce la lógica de subsidiariedad que será determinante en su ejecución. Clarifica la

24 Sen, Amartya (1999). Development as Freedom, Alfred Knopf INC, New York.

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importancia de una distribución adecuada de funciones y responsabilidades, de

establecer competencias y procedimientos.

• La formulación de políticas conlleva el dialogo intercultural, cuando el proceso

incluye espacios de discusión, propuesta y apropiación de tareas por parte de los

distintos actores y sectores públicos y privados.

• Los espacios de participación proveen una estructura procesal de toma de deci-

siones que permite la especificación de las intenciones de los distintos actores que

tienen diversos “pesos” políticos.

• Los objetivos de la política que pueda proponer inicialmente la agenda pública,

pueden ser validados y transformados a partir del diálogo con sociedad civil.

Como bien lo ha expresado Germán Rey (2009:32):

“El cambio que ha sufrido la comprensión de lo público, al dejar atrás su asi-

milación a lo estatal, influye en el sentido de las políticas culturales. Y no se

trata de una realidad abstracta de lo público, sino de una imaginación de lo

público que cobra significados especiales y diferenciados en cada uno de los

momentos de conformación de las políticas”.

En síntesis, las políticas públicas pueden concebirse como las estrategias que se dise-

ñan y ejecutan para resolver problemas públicos o bien para impulsar proyectos

de desarrollo o transformación de ámbitos específicos en la esfera de lo público.

Pero las alternativas para resolver dichos problemas requieren o para desarrollar dichos

proyectos, requieren por principio consultarse y óptimamente producirse de manera am-

pliada, con las poblaciones que involucra y que en algunos casos las demanda.

Una generación de políticas

Una generación de políticas constituye el conjunto articulado de políticas públicas, ins-

titucionalidad, legislación e instrumentos de política que configuran distintos modelos de

gestión de políticas a partir de las necesidades y decisiones de un proyecto de desarrollo

particular y en un momento histórico dado.

Una nueva generación de políticas implica la superación de una generación anterior

mediante una propuesta que óptimamente retoma lo aprendido, pero que plantea un salto

cualitativo por causa de una necesidad histórica. Dicha superación puede derivar de cau-

sas múltiples y combinadas. Por ejemplo, de un agotamiento de las políticas en curso en

relación con las necesidades económicas, políticas y culturales de una sociedad que se

encuentra en crisis; de vacíos que se generan por la falta de integralidad en los enfoques

de gestión cultural; de su falta de efectividad y pertinencia en términos de los desafíos que

se plantea un país o un territorio en un momento histórico dado, o bien pueden ser produc-

to de la innovación parcial o total de un conjunto de políticas y del proyecto o propuesta

25

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

que les ha dado sustento. En Centroamérica se pueden encontrar signos que señalan que este tipo de procesos

se están generando en términos de las políticas culturales, específicamente en Costa Rica y Honduras. Pero que se

han presentado antes en otros países Latinoamericanos.

“Aparecen entonces las políticas culturales de “segunda generación”, que hoy plantean en América

Latina un conjunto de retos a la arquitectura institucional, a las características de la gestión cultural,

a la formación de los actores socioculturales, a las disposiciones regulativas y a su inserción en el

panorama general de las sociedades. Estas políticas de “segunda generación” replantean sus lugares

de origen, las relaciones con otras clases de políticas públicas, la propia noción de campo, sus capa-

cidades de orientación y el centro de sus definiciones”.(Rey 2009:36)

En la realidad de los países, los cambios que se dan en un momento histórico dado en términos de Políticas Cultu-

rales e institucionalidad no suelen integrales ni simultáneos, sino que se generan por transformaciones sucesivas.

De ahí que en muchos casos coexisten en un país políticas culturales de vanguardia en términos del contenido

formulado, pero con institucionalidades de viejo cuño que difícilmente están preparadas para gestionar la nueva

política de manera oportuna y eficaz. Estos desfases también suelen darse en la relación entre nuevas políticas y

legislación nacional vigente.

Las políticas culturales

Desde una concepción general planteada por la UNESCO (2005) las “políticas y medidas culturales” se refieren a las

políticas y medidas relativas a la cultura, ya sean éstas locales, nacionales, regionales o internacionales, que están

centradas en la cultura como tal, o cuya finalidad es ejercer un efecto directo en las expresiones culturales de las

personas, grupos o sociedades, en particular la creación, producción, difusión y distribución de las actividades y los

bienes y servicios culturales y el acceso a ellos (DeCarli 2008).

A nivel nacional, las políticas culturales hacen referencia a

“…iniciativas de los diferentes agentes que intervienen en el campo cultural y en su ciclo básico de

producción, distribución (o reproducción) y uso de la cultura…” “…la política cultural constituye una

ciencia de la organización”… “….El carácter científico hace alusión a la implementación metódica de

iniciativas estatales, privadas o comunitarias y como hacerlas posibles en el contexto social en el que

interactúan. (Texeira Coelho 2000)

La existencia de diferentes niveles y actores en la gestión de políticas culturales que hacen visibles las definiciones

anteriores, ya habla de la superación de la imagen mental de la existencia de una sola cultura legítima (por tanto

hegemónica) que las políticas culturales deban difundir, sino que, en palabras de Néstor García Canclini (1987:50),

dichas políticas deben:

“…promover el desarrollo de todas las (las culturas) que sean representativas de los grupos que com-

ponen una sociedad… no se limita a acciones puntuales sino que se ocupa de la acción cultural con

un sentido continuo (a través de toda la vida y en todos los espacios sociales), y no reduce la

cultura a lo discursivo o estético, pues busca estimular la acción colectiva a través de una participa-

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ción organizada, autogestionaria, reuniendo las iniciativas más diversas (de

todos los grupos, en lo político, lo social, lo recreativo, etc.)”. (García Canclini

1987:50)

Por tanto, las políticas culturales están vinculadas a las distintas culturas políticas, identi-

dades, actores e institucionalidades que se expresan en territorios dados y a sus conflic-

tividades sociales propias que emergen de prácticas y significados diversos de dichos

actores, y que implican a grupos “minoritarios”, “marginales” y/o “alternativos”, en relación

con culturas y grupos dominantes (Arturo Escobar, Sonia E. Álvarez y Evelina Gagnino

2001:25-26).

El territorio se convierte entonces en una arena de debate y producción de políticas cultu-

rales que es consustancial a su carácter de unidad de planificación y gestión del desarrollo

lo cual es de suma importancia considerando el potencial de las iniciativas ciudadanas que

dan cuenta del carácter diverso de la población Centroamericana. De forma tal que las

políticas culturales también pueden entenderse como

“…la movilización de la cultura llevada a cabo por diferentes tipos de

agentes - el Estado, los movimientos sociales, las industrias culturales, insti-

tuciones tales como museos u organizaciones turísticas, asociaciones de ar-

tistas y otros— con fines de transformación estética, organizacional, política,

económica y/o social” (Ochoa 2003:20).

Dicha movilización suele tener impactos en el fortalecimiento de las identidades de dis-

tintos actores (organizaciones locales, alcaldes, autoridades territoriales, etc.) según sea

el caso, lo que aunque buscaría en principio fines de cohesión social estos no se logran

siempre, por las conflictividades presentes pero también por los tipos de intervención,

como ilustra Jordi Sánchez25 (2004),

“Las políticas culturales, tradicionalmente, han actuado en la línea de reforzar

las identidades culturales de las comunidades a las que se dirigen para con-

solidar, a través de ellas, la cohesión social (…) la cuestión es saber cuáles

son los mecanismos de intervención pública más adecuados para reforzar la

cohesión social de la comunidad a la que se dirigen”.

La pregunta sobre los mecanismos de intervención más adecuados que plantea Jordi Sán-

chez tiene que ver tanto con el reto de que las políticas culturales respondan a las as-

piraciones de los territorios como de adaptar a los diferentes contextos culturales y terri-

torios los instrumentos de política (en forma de programas, proyectos, planes, fondos

etc.), mediante los cuales se gestiona su ejecución. Una política cultural formulada centrali-

zadamente sin participación activa de actores territoriales representativos en su formulación,

25 Sánchez, Jordi. (2004) Seminario: Los malestares de las identidades culturales en un mundo diverso, mayo, Fórum Universal de las culturas, Barcelona.

27

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

tendrá probablemente un impacto limitado y fuerzas de oposición. Asimismo, es probable que ciertos instrumentos

de política tales como los fondos de crédito tradicionales no sean instrumentos apropiados ahí donde no exista una

cultura crediticia o donde la noción de crédito no esté integrada al acervo cultural o la cosmogonía de los pueblos26

. Muchos proyectos de desarrollo fallidos en al ámbito rural de Centroamérica han multiplicado el error de no saber

trabajar el componente financiero de los procesos de desarrollo, teniendo como resultado no sólo el fracaso del pro-

yecto sino la generación de conflictos y desintegración social de comunidades y territorios. En este sentido, reluce

la importancia del papel que pueden jugar los gestores culturales, en la contextualización y adaptación local

de los instrumentos mediante los cuales se ejecutan las políticas culturales

En términos normativos, es decir, del “deber ser” de políticas culturales novedosas y adecuadas al nuevo esce-

nario mundial, los Informes de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo de la UNESCO “Nuestra Diversidad

Creativa” de 1996, como el Informe del 2009 “Invertir en la Diversidad Cultural y el Diálogo Intercultural”, proponen

una serie de características que tendrían dichas políticas en sus propósitos y sus contenidos:

• Un compromiso explícito con el pluralismo: Dado que la tendencia a la internacionalización de los

procesos culturales y la aplicación de una ética de tipo global podría generar un deterioro de las identida-

des y prácticas locales. La propuesta es que el desarrollo pueda darse en una convivencia en diversidad

y respeto por lo local.

• Creatividad y empoderamiento: Lo que se busca es incentivar la naturaleza misma de la cultura de

adaptarse constantemente. Esta creatividad le permite buscar nuevas formas de afrontar los cambios y

el empoderamiento permite establecer cuáles serán las formas específicas de estos cambios según las

necesidades locales.

• Promoción del diálogo Intercultural: En su doble carácter de medio y fin. Puesto que es este dialogo

el que permite el fortalecimiento de la diversidad cultural y la superación del conflicto cultural.

• Diversidad cultural ante sociedades mediáticas: En un mundo donde los medios de comunicación

son mayoritariamente hegemónicos y transnacionales, hay una tendencia a homogeneizar a la sociedad

con la que actúa e interactúa. Las diversas culturas deben crear estrategias para establecer límites a los

impactos mediáticos.

• Compromiso con la equidad: Esta se refiere a la capacidad de las nuevas políticas culturales de aplicar

acciones de discriminación positiva para grupos vulnerables, sin recurrir a la negociación de privilegios

basada en las identidades que resulta en una politización de la cultura.

• Cultura al servicio del desarrollo: Se reconoce el potencial para el desarrollo que descansa en las

expresiones culturales, recursos y espacios patrimoniales, y la necesidad de establecer medidas para su

uso y gestión, que incluya tanto iniciativas de información y educación como la generación de ingresos

mediante una industria turística regulada.

• Relación cultura y medio ambiente: Se propone un planteamiento de desarrollo sostenible más allá de

la conservación de los recursos naturales y el mantenimiento del capital medioambiental. Reconociendo

26 Lo cual no implica que en forma definitiva no se puedan “trabajar” los problemas concernientes al financiamiento de empren-dimientos culturales, o de programas de crédito orientados a elevar la calidad de vida de los pobladores (vivienda, educa-ción, etc.). Lo que si señala este ejemplo es que las alternativas se construyen a partir del contexto.

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que existe un aspecto cultural en la sustentabilidad, ya que son las sociedades

las que crean procedimientos complejos y arraigos en su cultura para la protec-

ción y administración de estos recursos. Debe tomarse en cuenta el saber eco-

lógico local y costumbres tradicionales en la gestión de los recursos naturales.

Por todo lo anterior, el desafío actual de las políticas culturales en los países Centroame-

ricanos será enfrentarse a las distintas conflictividades propias de las diversas culturas

territoriales, y a la crisis económica, política e institucional que atraviesan sus sociedades y

establecen demandas claves a las políticas culturales.

Por esto, el fortalecimiento del ámbito de las políticas culturales de un país también requiere

de la innovación de perspectivas y modos de operación y quehacer institucional. Requiere

de actitudes de apertura incluso para entender la eficacia y los peligros del “proceder por

decreto”. Puesto que no se trata de simplificar – por razones operativas- la realidad compleja

de los problemas, recursos o realidades sobre las que políticas buscan incidir distorsionan-

do u opacando las medidas necesarias. Se trata más bien de entender el carácter particular

de aquello que es el “blanco” de la política y establecer entonces medidas congruentes27

. La cultura como objeto de política es ya un problema complejo por su misma naturaleza

y en la región Centroamericana está pendiente descubrir su verdadero potencial para el

desarrollo.

Políticas Culturales de Nueva Generación

Después del recorrido hecho an-

teriormente, resulta útil recordar la

definición que brindáramos en la

primera parte de esta guía, sobre

las políticas culturales de nueva

generación, como un proceso que

se está abriendo paso en Centro-

américa.

Continuaremos ahora abordando

algunos aspectos de carácter más

metodológico, entendiendo que la

comprensión sobre el tema que

nos ocupa es un proceso acumu-

lativo donde se une el nuevo cono-

cimiento con el antiguo.

27 Matus Carlos (2007). Los tres cinturones del gobierno; Universidad Nacional de la Matanza; Fundación CIGV, Fundación Altadir, Argentina; Venezuela, pág.: 18.

Las políticas culturales de nueva ge-neración hacen referencia al surgi-miento en un país o un territorio de un conjunto articulado de políticas, legis-lación, institucionalidad e instrumen-tos de política cultural que confluyen en la creación de Sistemas de Cultura, el cual reconoce a los territorios urba-nos y rurales y a los grupos y comu-nidades creadoras y multiplicadoras de las expresiones culturales, como la base de los recursos culturales, que pueden servir a objetivos múltiples de desarrollo.

29

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

2.2. El posicionamiento de la cultura como dimensión estratégica de las políticas de desarrollo

Para integrar cultura y desarrollo es imperativo lograr que la cultura se posicione de manera estratégica en las agen-

das de aquellas instituciones que en los distintos niveles, deciden e invierten en el desarrollo. En Centroamérica, al

igual que en Latinoamérica, la relación entre cultura y desarrollo ha sido abordada de varias formas en el pasado e

integrada a los modelos de desarrollo predominantes. Mientras que imperaron las políticas de desarrollo basadas en

la teoría de la modernización productivista, el desarrollismo y el crecimiento económico (1950-1980), la cultura fue

generalmente vista de manera reducida (sesgo hacia las Bellas Artes y dispersión de eventos e inversiones en espa-

cios culturales) y en muchos casos instrumental a los cambios definidos como los deseables por los interventores

dominantes. Lejos de comprender la integralidad de la dimensión cultural que se evidencia en los distintos de vida

de las poblaciones y adoptarlos como base de un desarrollo más endógeno desde los territorios, las diversas inter-

venciones sobre las economías, la salud o las obras de infraestructura incluyeron la desestructuración parcial o total

del tejido social, los contenidos y las prácticas culturales consideradas “tradicionales” (UNESCO 2009, Viola 2000,

Escobar 1997). Ya en 1970 era públicamente aceptada la Crisis del Desarrollo en toda Latinoamérica, entendién-

dose que las disparidades estructurales a nivel internacional y los problemas de equidad a nivel interno harían que

muchos países no llegaran a las metas deseadas. Esta crisis profunda coincide con el surgimiento de la instituciona-

lidad cultural en Centroamérica y de las políticas culturales del mismo nivel que otras políticas públicas (Rey 1990).

Alternativamente, las propuestas de desarrollo participativo, el etnodesarrollo y el “empoderamiento” de las comuni-

dades, así como el papel de los movimientos sociales y de los sectores populares en las políticas culturales, (1970-

1990), fueron impulsadas principalmente por organismos no gubernamentales y círculos restringidos de pensadores

críticos sobre el ámbito cultural. Pero por mucho tiempo éstas fueron corrientes marginales con poco impacto en

la definición de las políticas públicas culturales de primera generación o en los planes nacionales de desarrollo.

Además, fueron corrientes consideradas peligrosas y subversivas durante las décadas de conflictos armados en los

países Centroamericanos por los sectores neoconservadores.

A partir de la década de los 1990 los enfoques de desarrollo sostenible y de desarrollo humano abrieron otras

posibilidades a la vinculación entre cultura y desarrollo, distintas a las primeras vinculaciones hechas entre 1950 y

1970. De hecho, a esta segunda oleada de cultura y desarrollo se le llamó “el giro cultural del desarrollo” (Nederveen

Pieterse 1995) el cual se enmarcó en el fin de la guerra fría el salto hacia la globalización. Se desplazó al enfoque

de crecimiento económico como el predominante para dar paso a enfoques multidimensionales del desarrollo y al

reconocimiento de la importancia de las capacidades humanas al mismo nivel que el desarrollo económico. Asi-

mismo, los enfoques participativos fueron ampliamente integrados a los programas y proyectos de desarrollo de

organismos internacionales, gobiernos nacionales y locales.

Pese a esto en la actualidad, la mayoría de los países Centroamericanos aún no han hecho una apuesta clara y de-

cidida para integrar a la cultura como fuerza motriz del desarrollo, si bien en la última década se dan esfuerzos en la

formulación de políticas culturales de carácter nacional. De hecho, para su real ejecución, dichas políticas requerirán

de reformas institucionales y de la creación de mecanismos de coordinación intersectorial innovadores, todo lo cual

requerirá de capacidades para “hacer salir a la cultura” a la arena de lucha políticas públicas de la dinámica nacional.

A nivel sectorial, las entidades rectoras de cultura no han desplegado estrategias “agresivas” para orientar la inte-

gración de la dimensión cultural al quehacer de otros sectores políticamente “mejor posicionados” en las matrices

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de desarrollo nacional (economía y turismo, comercio, educación, etc.). Y si bien se han

hecho esfuerzos en la región como es el caso de Guatemala, que lanza en el año 2000 Li-

neamientos Rectores de Políticas Culturales y Deportivas y un Plan Nacional de Desarrollo

Cultural de largo plazo (hasta el 2020) que explícitamente plantea un enfoque de cultura

como motor de desarrollo que busca ser transversal a las políticas públicas del país y por

tanto impulsar políticas interculturales28. El Plan justifica ese enfoque afirmando entre otras

cosas, que:

“Existe una relación de interdependencia recíproca entre las políticas de de-

sarrollo cultural y las políticas económicas y sociales del Estado. Las políticas

de desarrollo cultural deben ser transversales a todas las políticas del Estado

porque los activos culturales propician novedosos modelos de desarrollo,

representando un medio efectivo para involucrar a los grupos vulnerables

y marginados al proceso de desarrollo (Ministerio de Cultura y Deportes de

Guatemala 2007:27).

El Plan Nacional de Desarrollo Cultural le da al Ministerio de Cultura y Deportes

de Guatemala un rol articulador

28 Entendiendo que una de las dimensiones de la interculturalidad es la concurrencia de varios sectores en la gestión de políticas culturales, como se explica más adelante en esta guía. La transversalización de la cultura conduciría a prácticas multisectoriales e intersectoriales.

El reconocimiento de la multiculturalidad y la interculturalidad como base de una

convivencia pacífica y culturalmente estimulante.

La valoración de la diversidad como riqueza social.

La cultura como eje transversal de las políticas públicas.

La participación ciudadana desde el nivel local como garantía de la inclusión de

la dimensión cultural al desarrollo humano integral y la consolidación de la insti-

tucionalidad democrática del Estado.

El Ministerio de Cultura y Deportes, en cuanto instancia proponente y facilitado-

ra, debe además aportar mecanismos de seguimiento y evaluación, contando

con recursos humanos capacitados para la investigación, formación y monitoreo

de las iniciativas propuestas por los actores clave para la implementación del

Plan.

Fuente: Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala (2007:30)

31

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

No obstante, la viabilidad de la propuesta y su evolución depende en mucho de factores políticos complejos que

suponen una voluntad nacional para cumplir verdaderamente con los Acuerdos de Paz alcanzados en 1996, los

avances de la democracia en una realidad multicultural aún sumida en la desigualdad y los logros en la integración

operativa del Plan Nacional de Desarrollo Cultural con la institucionalidad local abierta por los procesos de descen-

tralización en ese país.

De manera que un desafío pendiente en los países Centroamericanos es como ir más allá de la sectorialidad, para

integrar a la cultura en las agendas de los sectores que convergen en alimentar el proyecto real de desarrollo na-

cional.

En este contexto cabe preguntarse: ¿Cómo estructurar y llevar a la práctica estrategias de incidencia para lograr

que la cultura sea realmente reconocida como dimensión fundamental del desarrollo en las políticas públicas de

los países? Sin pretender dar una respuesta definitiva, a continuación se citan algunos aspectos y recursos que se

consideran claves de tomar en cuenta para abordar el problema planteado.

El aprovechamiento de los recursos que ofrece el marco internacional:

Los recursos que brindan los organismos internacionales en forma de convenciones internacionales, declaraciones,

informes mundiales e informes de comisiones mundiales pueden ser muy importantes para incidir ante los vacíos de

políticas y legislación nacional que resultan claves para la el fortalecimiento y protección de la diversidad cultural y

del mismo dialogo intercultural como principio de convivencia. Una vez que un país es signatario de una Convención

Internacional como por ejemplo, la Convención Sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones

Culturales (UNESCO 2005), puede recurrir a éstas para frenar proyectos o procesos que se consideran lesivos o

para señalar la necesidad de cambio y actualización de la legislación nacional entre otras posibilidades.

FIGURA 3: La Ruta de la Incidencia de los Lineamientos de Política y el Plan Nacional de desarrollo en Guatemala

Polìticas Pùblicas interculturales

cultura y desarrollo

Politicas culturales complementarias

Lineamiento Rector

Cultura de Paz y Desarrollo Humano Sostenible

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En Centroamérica, la puesta en valor de gran parte de las expresiones culturales patrimo-

niales de carácter material, como los sitios arqueológicos, los sitios históricos y otros espa-

cios culturales, fue lograda a partir de declaratorias internacionales sobre el valor patrimo-

nial de los mismos (Tamez 2012)29. Los países han logrado menos avances en términos de

la valorización de su patrimonio inmaterial, y en la relación entre lo material y lo inmaterial.

Cuestión necesaria dada la complejidad de las expresiones culturales y su relación con

los distintos modos de vida de los pueblos y territorios. Instrumentos como la Convención

del 2005 de la UNESCO antes mencionada, pueden ayudar a valorizar la diversidad de un

país y a defender lo que un pueblo o una comunidad considera como una expresión cul-

tural propia de su identidad que requiere protegerse y revitalizarse, armonizando esto con

modelos locales de desarrollo apropiados. Asimismo todo el proceso de reconsideración

sobre el concepto de cultura que es base de políticas culturales, hacia una concepción

más integral de cultura como diversidad de expresiones, que se ha insertado en las en-

tidades rectoras de cultura en la región, puede considerarse un impacto de los mismos

instrumentos internacionales, aunque ciertamente ante vacíos de propuestas nacionales.

Si bien estos instrumentos han comprobado en una variedad de formas su utilidad en

los países, es importante señalar la inconveniencia de que un instrumento internacional

suplante una capacidad nacional que debe ser desarrollada. En este sentido, los

instrumentos internacionales deberían potenciar a la creación de políticas, normativas e

instrumentos específicos en cada país y que son necesarios para posicionar la cultura en

el sistema nacional. Asimismo, los países y los distintos actores sociales de los territorios

también tienen el derecho a ser críticos en torno a los planteamientos, instrumentos y

formas de intervención de la comunidad internacional, en virtud de su soberanía pero tam-

bién por el “simple” hecho de que son los directamente afectados y responsables de los

problemas que buscan resolver.

La creación de demandas desde el ámbito local-territorial:

Una política cultural, al igual que las otras políticas públicas puede dinamizarse no sólo

a partir de la oferta pública sino también de la demanda ciudadana. La demanda por

políticas culturales tiene en los territorios urbanos y rurales contextos privilegiados, pues

son fuente primaria de las expresiones culturales mismas. No obstante, la creación de

una demanda desde los territorios tiene como condición el fortalecimiento organizativo, la

consciencia sobre los derechos culturales y el fortalecimiento de las identidades cultura-

les particulares. En ese sentido, los procesos de revitalización cultural localizados en

territorios, pueden jugar un papel fundamental en la creación de condiciones básicas para

29 La guía para la creación y fortalecimiento de los espacios culturales de la Caja de herramientas UNESCO en Cultura y Desarrollo, elaborada por Gundel Támez (2012), es un excelente referente con muchos ejemplos Centroamericanos sobre como los países han dado tratamiento a los espacios culturales, en algunos casos a partir de la declaratoria de valor patrimonial material. Asimismo, contiene ejemplos sobre la relación entre lo material e inmaterial que se conjuga en los espacios como expresiones culturales.

33

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

generar demandas sobre políticas culturales. Un ejemplo

de lo anterior se encuentra en la relación que puede es-

tablecerse entre el proceso de revitalización cultural reali-

zado en las regiones autónomas de la Costa Atlántica de

Nicaragua y el proceso de creación de la política cultural

de las regiones autónomas (2011-2012), que se sintetiza

en el recuadro30.

Los procesos de revitalización cultural tienen general-

mente efectos positivos en términos del fortalecimiento

organizativo de los territorios. Posicionar una deman-

da territorial de políticas culturales en las agendas

públicas de gobiernos locales y nacionales requerirá

de las organizaciones “reenfocar los objetivos de la orga-

nización y vincularlos a una estrategia de comunicación

política” (DEMUCA 2010:35). Si la negociación con los

autores y autoridades a las que corresponde impulsar y

aprobar la política pública, está basada en una estrate-

gia de comunicación política31 con objetivos, principios y

responsabilidades, probablemente tendrá mayores posi-

bilidades de éxito.

El cabildeo político.

El cabildeo político es la acción intencionada de acercar-

se a la autoridad, el legislador, la dirigencia o liderazgo

de nivel nacional, local o territorial, “que haya sido ele-

gido o que detente la representación por nombramiento

a terceros”, con el objetivo de influir o incidir en la toma

de decisiones. El acercamiento también puede llevarse a

cabo con personas cercanas o circundantes a las perso-

nas que toman las decisiones, para que estas influyan en

el logro de los objetivos que se persiguen (DEMUCA 2010:47). El Cabildeo esta cercanamente relacionado con la

negociación pero se trata de acciones distintas. El cabildeo prepara caminos para la negociación que adquiere un

carácter más público y simbólico, pues se negocia entre quienes tienen poder de representación.

30 La experiencia expuesta en el recuadro es desarrollada con mayor profundidad en el caso que se presenta en la tercera parte de este documento.

31 La comunicación política - en conjunto con las acciones de incidencia y acciones directas - puede entenderse como el me-dio por el cual una organización o actor dado alcanza el poder o los objetivos políticos buscados. En este caso la creación y ejecución de una política cultural de carácter público. La estrategia de comunicación política es la forma mediante la cual dicha comunicación se hace evidente. (DEMUCA 2010:11-12)

RECUADRO 2

Creación de demanda local

En el Marco del Programa Conjunto de Naciones

Unidas “Revitalización cultural y Desarrollo Pro-

ductivo creativo de la Costa Caribe de Nicaragua”

se impulsó entre los años 2009-2011 un proceso

de revitalización de las expresiones culturales que

tenia por objetivo “fortalecer la identidad cultural

y los patrimonios de los pueblos originarios y afro

descendientes, a la vez que promover la creación

de empresas en sus territorios”. Una de las ac-

ciones concretas emprendidas fue la elaboración

de una Mapeo de los Recursos Culturales de la

región con el concurso de las organizaciones lo-

cales y regionales, las comunidades y personas

portadoras. La activación del proceso condujo a

su vez a la creación de planes de desarrollo cul-

tural de los distintos territorios, a establecer co-

misiones de salvaguardia o unidades de cultura

en municipios, además de la coordinación con los

gobiernos regionales. El reconocimiento concre-

to de la riqueza de los recursos culturales de las

comunidades y las regiones sirvió de base para el

proceso de formulación de la Propuesta de Políti-

ca Cultural de una de las Regiones Autónomas (la

RAAN) que fue aprobada en el 2011.

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La conformación de redes de cabildeo locales

y nacionales para incidir en la toma de decisio-

nes sobre las agendas para el desarrollo cul-

tural, proyectos revitalización de expresiones

culturales y estrategias de cultura y desarrollo

de los gobiernos locales e instituciones públi-

cas, puede ser un mecanismo efectivo de po-

sicionamiento de la cultura (Programa Conjunto

Revitalización y Desarrollo Productivo Creativo

de la Costa Caribe de Nicaragua; FODM 2012).

Pero estas requieren como condición la forma-

ción de capacidades y destrezas “para incidir

en el fortalecimiento y el desarrollo cultural, fa-

cilitar procesos que conectan personas, organi-

zaciones y oportunidades para el mejoramiento

de la comunidad” (IBIDEM). Existen módulos de

capacitación y guía que pueden apoyar el desa-

rrollo de capacidades para la negociación y el

cabildeo, que incluyen ejercicios simples pero

útiles tales como el que se muestra en el re-

cuadro 3.

La instrumentación del sector público

en temas y herramientas de cultura y

desarrollo.

La integración de la cultura como un aspecto

central en el quehacer de sectores públicos

tales como la economía, el turismo, la salud,

requiere que estos sectores cuenten con una

sensibilización e instrumentación básica para

entender cómo trabajar la cultura desde sus

objetivos particulares. En los países, los sec-

tores públicos distintos al sector cultura por lo

general reconocen que los lineamientos orienta-

dores sobre cómo trabajar la dimensión cultural

deben provenir del organismo rector en materia

de cultura32. Y esto se convierte en una opor-

32 Lo cual se hizo explícito en los resultados de al menos dos talleres de trabajo durante el proceso de formulación de la Política Nacional de Cultura de Costa Rica en marcha desde el 2010. El taller

RECUADRO 3

Ejercicio de evaluación para gestores

culturales

Resuelva el siguiente caso: El equipo de ges-

tores culturales preparó un plan de comunicación

de su proyecto cultural y tuvo la oportunidad de

presentar su mensaje clave en una sesión del

Consejo Regional. Sin embargo, al finalizar su ex-

posición, las autoridades regionales no apoyan la

iniciativa y señalan que para contar con su apro-

bación deberán:

• Involucrar a una lista de personas designada por

ellos como beneficiarios del proyecto cultural.

• Otorgar al menos el 50% de los fondos del pro-

yecto para que sean administrados por ellos

como autoridades regionales.

• Modificar algunas actividades para que estén

acorde a sus necesidades como Gobierno.

Para responder a esta situación, proponga las

posibles maneras de cabildear y/o negociar de

tal forma que su proyecto no resulte afectado a

nivel técnico. En dependencia de la lógica de su

planteamiento cuál sería su postura. Represente

el escenario de la negociación.

Fuente: (Programa Conjunto Revitalización y Desarrollo

Productivo Creativo de la Costa Caribe de Nicaragua;

FODM 2012).

Otros instrumentos de autoformación o para facilita-

dores de actividades y procesos de formación en los

temas de comunicación política, incidencia, cabildeo y

negociación pueden encontrarse en: DEMUCA (2010).

Guía de Herramientas Prácticas de Comunicación Polí-

tica. San José, Costa Rica, Fundación para el Desarro-

llo Local y el Fortalecimiento Municipal e Institucional

de Centroamérica y el Caribe (Fundación DEMUCA)

35

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

tunidad de incidencia para el ente rector, pero que a la vez le exige capacidades técnicas y operativas para el trabajo

conjunto de carácter multisectorial e intersectorial.

2.3. Las políticas culturales en el marco del territorio y los procesos de descentralización

Otro de los desafíos actuales para la integración cultura y desarrollo y el impulso a políticas culturales de nueva ge-

neración, es el enfoque al territorio como objeto/sujeto de políticas culturales. La visión del territorio ha sido

clave para que algunos países como Brasil, impulsaran desde el año 2000 aproximadamente, políticas de desarrollo

de nueva generación, entre cuyas experiencias más importantes pueden considerarse la renovación de las políticas

de Desarrollo Rural Sostenible y los Territorios de Ciudadanía (IICA 2012).

En los países Centroamericanos, la operativización centralizada de las políticas culturales ha limitado la población

meta. A menudo, esta forma de actuar ha favorecido el clientelismo y excluido de manera sistemática a territorios

y comunidades culturalmente ricas en su herencia y vivencia de las expresiones culturales, pero con poco peso

político para atraer recursos que pudieran potenciar dicha riqueza y poco acceso a la información.

La nueva generación de políticas culturales que se está gestando en Centroamérica se orienta al reconocimiento del

nivel local-territorial, como el espacio estratégico de donde emana la riqueza cultural de los pueblos e identidades y

la energía social para la organización. Riqueza que – además de requerir de estrategias de protección y salvaguardia

– requiere de la construcción de propuestas de desarrollo territorial sostenible desde la base organizativa

de las comunidades y territorios, que serán en algunos casos, multiculturales y multiétnicas.

En este contexto, resulta clave distinguir entre el territorio como unidad de planificación y gestión, que es un con-

cepto de carácter metodológico33, del concepto de territorio como una realidad histórica, que se refiere a la forma

única y distinguible como las diversas sociedades y culturas construyen su modo de vida, identidad y sentido de

pertenencia en un espacio geográfico dado, en interacción con los recursos que hay en éste. En este último senti-

do, todos los países y regiones del mundo están constituidos por múltiples territorios que tienen distintas escalas o

extensiones y han alcanzado distintos niveles de desarrollo.

Por tanto, en su sentido cultural y social, un territorio no puede “decretarse desde arriba”, desde criterios tecno-

cráticos e intereses estatales para su definición y delimitación.

No obstante, al pertenecer o estar dentro de la jurisdicción un país, los territorios forman parte del sistema nacional.

Y desde la lógica de la gestión pública de los gobiernos nacionales, se establecen fronteras y regionalizaciones

político administrativas (entre los más comunes están los municipios, las provincias o departamentos dependien-

do el país) para hacer que concurran inversiones o gestionar leyes y políticas variadas, sin que estas coincidan

necesariamente con un territorio en su sentido cultural. De hecho, las fronteras de los territorios en sentido

cultural son fluidas, porque las relaciones sociales también fluyen aunque la identidad y sentido de pertenencia de

una cultura particular puedan tener significados que vinculan su identidad con un espacio geográfico dado. Solo

“Fortalecimiento de capacidades para el desarrollo de estrategias culturales”, organizado por la UNESCO, en La Tirimbina, Costa Rica, el 19, 20 y 21 de enero 2011, y en el Encuentro Interinstitucional. “Alianzas estratégicas entre el sector cultura y el sector público”, realizado como parte de la consulta para la construcción de una política nacional de cultura, San José, Costa Rica, realizado 5 del marzo del 2012.

33 Si bien tiene una dimensión de participación política y autodeterminación.

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mediante el diálogo con los actores sociales y

comunidades de un territorio dado es posible

entender hasta donde llega un territorio (como

se delimita en un momento dado) y cuáles son

sus relaciones con otros territorios.

Por este motivo, definir a un territorio como

objeto de inversiones y políticas públicas, ya

sea por parte del gobierno, por esfuerzo de

sus actores endógenos, o por una combina-

ción de ambos (cogestión), implica convertir al

territorio en unidad de planificación y gestión

del desarrollo, construir un proyecto de futuro

mediante organización, consensos, supera-

ción de conflictos y fortalecimiento de capaci-

dades e institucionalidad local.

La inversión pública que los Estados Nacio-

nales hacen en territorios en términos de do-

tación de bienes y servicios básicos como

educación, salud, caminos, agua, electricidad

y otros, condicionan en gran parte el nivel de

desarrollo que los distintos territorios alcanzan.

Un territorio “olvidado por el Estado·” y sin re-

cursos propios de las familias, comunidades y

organizaciones para llegar a una dinamización

económica, tendrá mayores dificultades para

llegar a suplir de manera sostenible las nece-

sidades de bienes y servicios básicos. Pero,

por otra parte, los territorios endógenamente

generan recursos, organización, tradiciones

y formas de regulación propias – algunos en

mayor medida que otros- que le dan carácter

propio al territorio.

Inscritas en los territorios, las políticas cultura-

les adquieren un sentido de gestión parti-

cular como señala Mejía refiriéndose al caso

de los territorios Hondureños:

RECUADRO 4

La noción de territorio

Desde una perspectiva de cultura y desarrollo, el

territorio puede ser concebido como la unidad bá-

sica de planificación y gestión de un proyecto de

desarrollo integral y multidimensional que integra

a la cultura como dimensión estratégica. El territo-

rio está localizado y delimitado geográficamente

por referentes de identidad cultural y por límites

político administrativos, donde la dimensión am-

biental y la económica se articulan en modos de

vida diversos que están en permanente cambio.

El territorio está conformado por una red de insti-

tuciones y distintas formas de organización local

que tienen funciones múltiples y que se encargan

de darle cohesión social al resto de los elementos.

Más que una delimitación geográfica, el territorio

encuentra sus límites en las relaciones sociales y

culturales establecidas inter-culturalmente,

Fuente: Elaboración propia que retoma la definición

operativa de Sergio Sepúlveda (2008) y de Rafael Eche-

verri (2002).

37

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

“…las políticas culturales tienen como unidad mínima el territorio, el carácter local o regional del

cual deben surgir como un factor de sostenibilidad de suma importancia considerando las iniciati-

vas ciudadanas que dan cuenta del carácter diverso de nuestra población”34.

El territorio se convierte entonces en el objeto/sujeto de política que tiene como núcleo la diversidad cultural, las

variadas expresiones culturales, los recursos patrimoniales materiales e inmateriales así como sus encadenamientos

y la energía social de sus actores para definir y ejecutar estrategias de desarrollo afines con el proyecto-territorio.

El proceso de las regiones autónomas de la Costa Atlántica de Nicaragua actualmente en marcha35, resulta muy

valioso para entender el desafío que implica plantearse al territorio como objeto-sujeto de políticas culturales.

Las regiones autónomas de la Costa pueden considerarse una forma territorial que geográficamente conforma una

macro región, unida por proyecto histórico y régimen de autonomía, que ha ido elaborando una identidad cultural

común que se define como el ser de la Costa, “la identidad costeña”. Pero al interior de esta macro región, hay una

diversidad de culturas con identidades propias que a través del tiempo, han creado culturalmente sus propias terri-

torialidades y coexistencia con otras culturas, es decir, su propia interculturalidad. Esta dinámica es un constructo

social y se transforma tanto socialmente como geográficamente por múltiples factores, sin que pueda considerarse

un territorio decretado por el Estado. Aun así, el régimen de autonomía vincula a estas regiones de manera particular

con el sistema nacional.

La diversidad cultural Costeña sirvió de base para impulsar una Propuesta de Política Cultural de la Región Autó-

noma del Atlántico Norte (RAAN) aprobada en el año 2011. El proceso de creación de esta política muestra la

conciencia sobre la multidimensionalidad de las políticas culturales. En los lineamientos de la Política se combinan

el fortalecimiento de derechos de los distintos pueblos indígenas y comunidades étnicas que ahí habitan con li-

neamientos para la dinamización económica, relación que resulta indispensable para el futuro del mismo proyecto

autonómico de la región, que constituye una lucha histórica.

Contenidos de la “Línea C” de la Política Cultural

de las Regiones Autónomas del Atlántico de Nicaragua

Mayo 2011

LINEA C: “Impulso y fortalecimiento del rol de la Cultura y su contribución en la ejecución de planes

y programas que favorezcan el desarrollo de las Regiones Autónomas y el “buen vivir” de los pueblos

indígenas y comunidades étnicas.

1. Asociar las estrategias y programas culturales, de las regiones autónomas, con sus políticas,

estrategias, planes, programas y proyectos de desarrollo económico y con aquéllos dirigidos al for-

talecimiento y consolidación del proceso autonómico.

2. Preservar, impulsar y fortalecer, de forma adecuada la relación existente entre el patrimonio

cultural de los pueblos indígenas y comunidades étnicas, y el potencial de desarrollo socioeco-

34 Mejía, Hernán M. (2004). Las Políticas Culturales en Honduras: Análisis y perspectiva para su desarrollo. Honduras: UNESCO, pp: 7,8. En este texto, Mejía retoma el concepto de políticas culturales elaborado por el profesor Texeira Coelho en el 2000.

35 El caso de las políticas culturales en las regiones Autónomas de La Costa Atlántica de Nicaragua es desarrollado en profun-didad al final de la parte tercera de esta Guía.

RECUADRO 5. OBJETIVOS DE LA CA-

PACITACIÒN

OBJETIVO GENERAL:

La capacitación en interculturalidad para el

ciclo de gestación de las MIPYMES tiene

por objeto dar algunas bases y recomen-

daciones para entender el significado de la

interculturalidad desde la perspectiva tanto

del trabajo del MEIC, como de las organi-

zaciones integrantes de la Red de Apoyo

PYME, tanto en sus ámbitos internos como

en el desarrollo de proyectos; así como

sensibilizar sobre el significado de introducir

el tema en las agendas de trabajo de todas

estas organizaciones.

OBJETIVOS ESPECIFICOS

1. Consensuar conceptos en relación a la

cultura, diversidad cultural como elementos

comunes

como la base de políticas incluyentes,

2. Analizar las políticas públicas y acciones

de fomento en el ámbito de las competen-

cias del

MEIC,

3. aprovechar esas distintas manifesta-

ciones como insumo para el desarrollo de

políticas y

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nómico de las regiones autónomas, privilegiando el respeto a los derechos

culturales de esos pueblos y comunidades.

3. Fomentar el desarrollo de las empresas culturales de las regiones autóno-

mas, que favorezcan la producción de bienes y servicios culturales que reflejen los

contenidos propios de la cultura de los pueblos indígenas y comunidades étnicas

de ambas regiones.

Fuente: CADPI (2011). Política Cultural de las Regiones autónoma, sus principales Lineamientos

y componentes del Plan de desarrollo Cultural, Centro para la Autonomía y Desarrollo de los

Pueblos Indígenas (CADPI), Bilwi, Región Autónoma del Atlántico Norte, Nicaragua, pág.: 9.

De hecho, el proyecto autonómico está respaldado por un conjunto de leyes que le otor-

gan legitimidad de nivel constitucional, de manera que más que proceso de descentraliza-

ción común, el desarrollo autonómico del Atlántico constituye también una responsabilidad

nacional que está sustentada en una voluntad regional. Y este doble carácter sienta una

responsabilidad para que políticas e inversiones de las distintas entidades nacionales y

regionales concurran para fines de desarrollo económico, social, político y cultural.

Por otra parte los desafíos que surgen de los problemas estructurales de desarrollo

que arrastran las regiones autónomas del Atlántico, sus órganos de gobierno y sus actores

público/privados, tales como los altos índices de pobreza, la recomposición demográfica

provocada por la ocupación de tierras de población mestiza migrante, o la regulación so-

bre el uso y la tenencia de tierras y los derechos colectivos sobre la tierra de los distintos

pueblos indígenas y grupos étnicos, son precisamente contenidos de política pública

de carácter estratégico36 que surgen del territorio mismo, de su historia, su poten-

cial, sus desequilibrios, sus identidades y sus relaciones con el sistema nacional.

Así a los contenidos y objetivos subjetivos o particulares que emergen de todo territorio,

precisamente por su carácter cultural único, se aúnan otros contenidos y objetivos que

derivan de la integración previa del territorio al desarrollo nacional y territorial. Por esto, en

Centroamérica, los proyectos de desarrollo territorial sostenible suelen ser dife-

rentes en sus contenidos culturales, pero pueden ser similares en sus problemas

estructurales.

Por todo lo anterior el enfoque al territorio de las políticas de desarrollo cultural

requerirá tratarse de manera relacionada con el tema de descentralización, pues

ambos son modelos en marcha en los países Centroamericanos, aunque con distintos

avances.

36 Contenidos que pueden reflejarse o no de manera explícita en la sustentación del documento de política cultural, pero que independientemente son factores que serán claves para su ejecu-ción.

39

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

En términos de descentralización, es importante retomar lo establecido en la Conferencia Intergubernamental de

Estocolmo sobre Políticas Culturales para el Desarrollo en 1998, dado el énfasis que la Conferencia otorgó a hacer

de las políticas culturales un factor central en las políticas generales de desarrollo de los países, así como

su defensa de las culturales locales y regionales, amenazadas por la globalización. La vinculación de las políticas

culturales con las políticas generales de desarrollo a nivel nacional tiene un punto de articulación central en el Plan

Nacional de Desarrollo de un país. Es en dicho plan donde la cultura puede llegar a posicionarse de distintas

formas y a la vez puede dársele la importancia justa a la interculturalidad que es propia de las políticas de desarro-

llo, mediante arreglos y compromisos inter-sectoriales y multisectoriales. Asimismo, la revisión de políticas

sectoriales debiera arrojar luces sobre si se está integrando la dimensión cultural incorporada al Plan Nacional de

Desarrollo y como se cruza esto con las políticas de descentralización.

La descentralización se entiende aquí como el desplazamiento de funciones antes consideradas como propias del

Estado Nacional, hacia los gobiernos locales y los actores sociales de los territorios, que resulta en el fortalecimiento

de ambos y en el ejercicio del poder de decisión sobre aspectos e inversiones que afectan de manera directa e

indirecta, el desarrollo de un territorio o de un municipio. No se trata entonces de desconcentrar funciones, sino de

una apropiación paulatina de funciones y una redistribución del poder en el conjunto de los actores sociales de un

territorio (Portilla 2004:2), que implica el desarrollo de nuevas capacidades, institucionalidad y la dotación de presu-

puesto público por distintas vías y mecanismos – es decir no sólo transferencias directas del Estado o mayor y más

efectiva recaudación de tributos municipales- para el cumplimiento de los deberes.

El enfoque al territorio de las políticas culturales puede darse en países que han logrado diferentes niveles de avance

en términos de descentralización. En este sentido, en Centroamérica pueden encontrarse diferencias sustantivas

entre las condiciones para impulsar estrategias de desarrollo cultural descentralizadas basadas en unidades territo-

riales (municipios, mancomunidades, subregiones, etc.) en los diferentes países.

Por ejemplo, los esfuerzos de descentralización impulsados por el Estado y los organismos internacionales en

Guatemala desde hace varias décadas, así como la experiencia en la creación de mancomunidades ya sea de mu-

nicipios o de otro tipo de institucionalidad, crean antecedentes distintos a los que tiene Costa Rica, un país con una

tradición centralista en el accionar del Estado que hace dudar de la descentralización (aunque se puedan encontrar

esfuerzos interesantes), y que apenas da sus primeros pasos en la comprensión e incorporación del enfoque terri-

torial del desarrollo37.

Por todo lo anterior, las políticas culturales que buscan tener su base en los territorios, deberán invertir en la creación

de condiciones e institucionalidades de cultura de nivel territorial, que pueden enlazarse de diferentes formas con

las institucionalidades existentes, buscando complementariedad y cogestión. La creación de consejos regionales y

locales de cultura dados en Honduras y Nicaragua son esfuerzos que apuntan en esta dirección.

Otro tipo de institucionalidad que puede resultar relevante por su potencial de cogestión son las redes y corpora-

ciones de municipios que tienen como uno de sus objetivos el apoyo y fomento de la cultura. Un ejemplo es la Red

37 De hecho, el Proyecto de Ley que convierte la Instituto de Desarrollo Agrario en el Instituto de Desarrollo Rural (INDER) es quizá el paso más decidido que ha dado el país en la apropiación del enfoque al territorio. Otro paso importante fue la sus-cripción del país a la Estrategia Centroamericana de Desarrollo rural Territorial, la cual fue aprobada y suscrita por todos los países de Centroamérica, y que se originó en el sector Agropecuario.

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Intermunicipal de Cultura (RECIM) que se creó en Costa Rica. A esta red se le atribuyen

logros particulares en el tema de la gobernanza cultural, el cual suele ser una debilidad en

los países Centroamericanos:

“… la Red Intermunicipal de Cultura (RECIM) es una instancia en la que se

ha avanzado mucho camino en lo concerniente a la gobernanza cultural en el

nivel local, de manera que en su fortalecimiento se visualizan amplias oportu-

nidades para la optimización de la gestión cultural por parte de los gobiernos

locales y su articulación con el gobierno central (Ministerio de Cultura y Ju-

ventud de Costa Rica 2011:69)”.

Pero quizá, un reto de mayor complejidad e importancia es la creación de Sistemas Na-

cionales de Cultura como una estructura organizativa y operativa que permite la ejecu-

ción de políticas culturales interconectando para esto todos los niveles desde lo local a lo

nacional y viceversa. Este sistema vincula nodos institucionales tales como las Secretarias

de Cultura a nivel departamental o provincial, las casas de la cultura, los consejos territoria-

les, locales, subregionales y nacionales de cultura y otras formas de institucionalidad cultu-

ral pre-existentes o emergentes con la instauración del Sistema. Mientras que países como

Colombia y Ecuador ya cuentan desde hace algunos años con este tipo de sistemas,

Honduras y Costa Rica han incluido este mecanismo en los proyectos de Ley mediante los

cuales se propone la creación de Leyes Generales de Cultura. Precisamente, esta misma

ruta normativa-institucional fue la que siguieron Colombia y Ecuador.

Los Sistemas de Cultura tendrían el potencial de incidir en el posicionamiento de la cultura

en los planes de desarrollo locales, regionales y nacionales, y por tanto, en mayores pre-

supuestos para el desarrollo cultural. Como órgano asesor del Sistema y en general de las

políticas culturales, los países contemplan la creación de Consejos Nacionales de Cul-

tura (con representación de las diversas instituciones nacionales, gremios, organizaciones

representativas de la diversidad cultural de nivel nacional, regional o local y otros actores).

En términos generales, las funciones de un Sistema Nacional de Cultura se describen en la

Ley General de Cultura de Colombia de la siguiente forma:

“Conjunto de instancias y procesos de desarrollo institucional, planificación e

información articulados entre sí, que posibilitan el desarrollo cultural y el acce-

so de la comunidad a los bienes y servicios culturales según los principios de

descentralización, participación y autonomía. El Sistema Nacional de Cultura

estará conformado por el Ministerio de Cultura, los consejos municipales,

distritales y departamentales de cultura, los fondos mixtos de promoción de

la cultura y las artes, y, en general con las entidades públicas y privadas que

desarrollen, financien, fomenten y ejecuten actividades Culturales” (Ministerio

de Cultura de Colombia 2009:51)

41

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

Como se puede deducir de la anterior cita, los consejos Regionales y locales de cultura serían piezas de suma

importancia para el funcionamiento de este sistema.

2.4. La puesta en práctica y el mejoramiento continuo del principio de subsidiariedad

Como se ha señalado antes el significado de lo público no se agota en la función pública, sino que puede desdo-

blarse en una gran cantidad y diversidad de movilizaciones de actores y recursos, de los que pueden surgir distintas

institucionalidades, con funciones que pueden ser complementarias y eficaces, con responsabilidades y competen-

cias definidas por un principio de subsidiariedad que permita la cogestión público/privada de planes y proyectos

de desarrollo de territorios.

Entendemos por subsidiariedad el principio de relacionamiento funcional entre el nivel nacional (Estado e institu-

ciones públicas rectoras), el nivel institucional intermedio (redes, gremios, consorcios, etc.) y el nivel local (gobiernos

locales, autoridades territoriales, actores y organizaciones de bien público) como una lógica necesaria para la efecti-

vidad del funcionamiento sistémico de una sociedad, de un territorio o un proyecto de desarrollo cultural. En algunos

escenarios, las instituciones supranacionales también entran a jugar un rol en la trama de las relaciones subsidiarias.

La subsidiariedad no es, necesariamente, una lógica jerárquica. Bajo dicho principio, las instituciones de un nivel

dado (Ej. El Estado) no deberían interferir ni sustituir las funciones y acciones que le competen a los orga-

nismos de otros niveles, tales como los gobiernos locales, las autoridades territoriales y las asociaciones y orga-

nizaciones de bien público que asumen responsabilidades a nivel comunal y territorial. El principio de subsidiariedad

supone que en cada nivel, las instituciones u organismos directamente involucrados están en mejor posición y

condiciones de cumplir las funciones que les han sido asignadas. Pero puede darse ayuda mutua entre los niveles

y organismos para desarrollar capacidades y a contar con los recursos necesarios. En esta guía, más que enfatizar

en la subsidiariedad como un orden jerárquico de instituciones, se trata de aprovechar la utilidad de ésta lógica para

aclarar cuáles son las competencias que son propias de cada nivel. El cumplimiento de estas competencias

también está relacionado con la solución o capacidad de respuesta ante problemas prácticos que, sin embargo,

son de suma importancia para la sostenibilidad de los procesos.

El principio de subsidiariedad tiene relación

con los procesos de descentralización y así

como estos requieren de procesos de largo

plazo para constituirse en términos de capa-

cidades e institucionalidad, el funcionamiento

del principio de subsidiariedad también re-

quiere de un mejoramiento continuo. El mis-

mo dinamismo de los procesos de desarrollo

provoca cambios relacionados con dicho me-

joramiento. Asimismo, el principio de subsi-

diariedad puede relacionarse con el funciona-

miento de los Sistemas Nacionales de Cultura

(antes tratados), especialmente cuando estos

lo adoptan explícitamente como principio.

ACTORES INTERNACIONALES

INSTITUCIONES publico-privadas

GOBIERNO LOCALAUTORIDADES

TERRITORIALES

ESTADO

FIGURA 4: Principio de Subsidiariedad

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Para que esto sea una realidad, en los países Centroamericanos hay una necesidad es-

tratégica de instrumentar y reforzar las capacidades de lo local-territorial, como el espacio

desde donde otro tipo de políticas e instrumentos de políticas pueden surgir y estructu-

rarse a partir de las expresiones culturales. Sobre todo si se acepta el desafío de entender

que la diversidad cultural en sentido amplio, no sólo debe reconocerse o protegerse sino

acrecentarse38 para que se convierta en fuente de desarrollo.

2.5. La interculturalidad y sus nexos con la multisectorialidad e intersectorialidad

El hecho de que las diferentes culturas y pueblos establecen relaciones y diálogos diver-

sos en lugar de la antigua idea de que buscan aislarse para mantener su identidad, es un

fenómeno que es hoy más aceptado y conocido. De hecho, diferentes culturas establecen

contactos con distintos objetivos y algunas coexisten compartiendo territorios comunes.

Esta relación dinámica evidencia la interculturalidad como una característica de la Hu-

manidad. Pero el fenómeno de experimentar y percibir una mayor proximidad, acelera-

miento e intensidad de las interconexiones entre diversas culturas39 y la aceptación de

que la interculturalidad va mucho más allá de la relación y diferenciación de comunidades

étnicas es un signo del siglo XXI.

UNESCO señala la interculturalidad como la presencia e interacción equitativa de diversas

culturas y la posibilidad de generar expresiones compartidas, a través del diálogo y el

respeto mutuo. El paradigma se enmarca en un “deber ser”, en un punto al que se desea

llegar como sociedad a fin de promover la mejora de la calidad de vida de todos los seres

humanos con equidad. Precisamente por esto, la interculturalidad puede entenderse como

un “modelo de gestión de la diversidad cultural” que promueve el dialogo intercultural

sustentado en prácticas de reconocimiento y respeto recíproco (UNESCO 2009). En tanto

la diversidad cultural es el corazón de las políticas culturales, estas tienden a ser intercultu-

rales. Sin embargo, la interculturalidad como el enfoque que aborda las relaciones entre las

diferencias de las expresiones culturales, implica acciones intencionadas para fomentar

estrategias y decisiones surgidas de la discusión entre los actores sociales y los guberna-

mentales, orientadas a promover la inclusión, el acceso y la participación equitativa de las

diversas culturas, especialmente de las más vulnerables, a fin de posibilitar la generación

de expresiones compartidas.

En el ámbito de la gestión de las políticas públicas las relaciones entre sectores institucio-

nales están mediadas por subculturas institucionales propias forjadas por historias particu-

lares y posiciones de poder en el sistema nacional. Por tanto la convergencia de múltiples

sectores en la gestión de una política de desarrollo cultural puede concebirse como una

38 Tal y como lo plantea La Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural del 2002.: “Maximizar la diversidad cultural es la clave para hacer de la cultura un recurso renovable en el empeño por dar perennidad al desarrollo (UNESCO 2002:12)”. Remitirse al Glosario de la Caja de herramien-tas UNESCO en Cultura y Desarrollo.

39 Que descansa tanto en el pivote tecnológico de las sociedades de la información, como en los fenómenos de migración, globalización, e interconexión rural-urbana.

43

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

situación o experiencia de interculturalidad que requiere de diálogo intercultural. Cuestión que en la actualidad tiene

un grado de dificultad importante puesto que en muchos casos las instituciones tienen a crear puntos de vista o

enfoques institucionales poco flexibles; los actores son muy diversos y con intereses muy variados, lo cual hace

imprescindible la creación de estrategias de concertación.

Asimismo, en sociedades con un alto grado de multiculturalidad y multietnicidad, como es el caso de Ecuador,

Bolivia o Guatemala, esta concertación deberá también fluir por los filtros de las distintas cosmovisiones culturales

que brindan otros sentidos y significados al mismo concepto de interculturalidad. Por esto, como apunta Fernando

García (2009) la interculturalidad y su relación con las políticas públicas tienen que pensarse desde la matriz de

cada país, puesto que no es lo mismo el concepto de interculturalidad que fomentan los organismos internaciona-

les, al concepto de interculturalidad acuñado - por ejemplo - por las organizaciones representativas de los distintos

pueblos indígenas y originarios de un país, haciendo referencia al caso de la propuesta de la Confederación de las

Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) y su incidencia sobre los lineamientos de políticas interculturales

en el Ecuador.

Más allá de las especificidades que presenta cada país, para Germán Rey (2009:31) los intercambios y concerta-

ciones intersectoriales:

“…se convierten en uno de los desafíos más importantes de las políticas culturales de nue-

va generación. El diálogo, los consensos y las acciones comunes con las políticas económicas,

medioambientales, de protección o de convivencia social, enriquecen las políticas culturales porque

las sitúan en contextos más amplios y a la vez mucho más consistentes con las realidades de nuestros

países. Ya son bastantes los ejemplos que existen en el panorama cultural latinoamericano que deben

profundizarse y de los que debería ganarse conocimiento y experiencia. La integralidad no significa

pérdida de autonomía o de especificidad, sino por el contrario afirmación en la diferencia y posibilidad

de diálogo social”.

En este sentido, una experiencia pertinente de rescatar en el tema interculturalidad e inter-sectorialidad en la región,

se generó con las acciones emprendidas por el Programa Conjunto “Políticas Interculturales para la Inclusión

y la Generación de Oportunidades” ejecutado en Costa Rica con la participación de Instituciones del Sistema

de Naciones Unidas y financiamiento del Fondo España/Naciones Unidas para el logro de los Objetivos de Desa-

rrollo del Milenio (FODM). El Programa Conjunto en Costa Rica se inicia en el 2008 con el propósito de integrar la

interculturalidad a nivel nacional por diversos medios; por un lado a través de la revisión y actualización de políticas

públicas en todos los sectores; no sólo el cultural, sino principalmente en aquellos en que la diversidad cultural no se

manifiesta en forma tan evidente (pero no por ello menos determinante) como en los sectores de educación, salud,

agricultura y economía. De hecho, como parte de las actividades del Programa, se realizaron estudios exploratorios

para revisar el estado de situación de la interculturalidad en dichos sectores.

Se rescata aquí como ejemplo específico de integración de la interculturalidad, el estudio exploratorio sobre las

políticas el Ministerio de Economía, Industria y Comercio de Costa Rica (MEIC). Este fue un estudio de carácter

aplicado, que se enfocó en la Política Nacional de fomento a Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES)

impulsada por la administración de gobierno Chinchilla Miranda (2010-2014) y el cual tuvo como producto principal

una Guía de Capacitación en Interculturalidad para el Ciclo de Gestación de Micro, Pequeñas y Medianas

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Empresas (MIPYMES)40, que incluyó módulos de capacitación y una guía de facilitación

(Zevallos 2011). Este ejemplo reviste importancia particular puesto que todos los países

Centroamericanos han diseñado e impulsado políticas de fomento a PYMES o MIPYMES

como estrategia de generación de empleo e ingresos. Por tanto, la experiencia de revisar

y determinar los avances y limitaciones en la integración de la dimensión cultural, el con-

cepto de diversidad cultural e interculturalidad, pueden arrojar pautas valiosas para otros

países.

En la Guía antes mencionada, Zevallos (2011:3) cita elementos identificados durante en

desarrollo del Proyecto que sustentan el diseño modular la capacitación de las institucio-

nes involucradas en la ejecución de la Política de impulso a MIPYMES. Dichos elementos

son:

• Que la interculturalidad es un tema nuevo y desconocido para la mayoría en el sector

público;

• Algunos funcionarios que ya conocían el tema lo manejan de forma limitada (sesgado a

lo regional o lo étnico);

• Que aunque aparece como un principio o elemento transversal en documento oficial

“Política Pública de fomento a las PYME y al emprendedurismo, Administración Chin-

chilla Miranda. 2010‐2014”) no se ha convertido aun en un punto de agenda pública ni

está asociado a acciones.

• Que en la práctica la Interculturalidad tiene mucho potencial de aplicación en el ámbito

público

Tratando de dar respuesta a estos elementos, la capacitación se organizó en tres módu-

los o talleres, teniendo como población meta los funcionarios del MEIC – responsables

de la Rectoría de la Política - y representantes de las instituciones que conforma la

Red de Apoyo a PYME la cual está conformada 52 instituciones públicas y privadas,

representantes del sector institucional, financiero, académico, de investigación, provee-

dores de servicios no financieros y gremiales. Los objetivos de la capacitación se mues-

tran en el Recuadro No 5.

Una síntesis de los objetivos y contenidos claves o estructuradores de los módulos se

muestra a continuación:

MODULO I: Objetivo: Introducir a los participantes al concepto de interculturalidad.

Conceptos clave: La interculturalidad y sus conceptos básicos. Analizar los cambios

culturales del país y sus impactos. Conceptos clave: Pluriculturalidad, Multiculturalidad,

Interculturalidad.

40 Esta guía puede obtenerse en el siguiente vínculo: insertar link espacio de Web de la caja para almacenar documentos vinculados a cada Guía.

45

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

MÓDULO II: Objetivo Analizar la Política de Fomento a PYMES

a la par de la dinámica y realidad de las MIPYMES en el país y en

otros países del mundo. Conceptos Clave: Política PYMES, Dife-

renciación de las MYPIMES, Red de Apoyo a PYMES, Beneficios

directos e indirectos que reciben los socios de la Red de Apoyo por

su participación, elementos necesarios para mejorar la cooperación

intersectorial (Intercultural), ámbitos de apoyo a las MYPIMES como

objetivos de la Red de Apoyo (capacitación, financiamiento, merca-

dos, tecnología), regionalización, CREAPYMES y Redes Regionales,

marcas región.

MÓDULO III: Objetivo: Integrar el conocimiento sobre intercultu-

ralidad y política PYME. Promover el tema como parte de la Agen-

da Pública y la Red de Apoyo. Conceptos Clave: Elementos para

mejorar la comunicación intercultural, la participación y sus desafíos,

propuestas para mejorar el dialogo intercultural desde la institucio-

nes de la Red de apoyo, propuestas trabajar mejor el dialogo con los

beneficiarios de los proyectos (MIPYMES), tomando en cuenta que

las empresas están en distintos niveles de avance, estudios de caso

sobre MYPIMES en Artesanía.

Así, es posible entender que aunque una intervención para integrar y

visibilizar la interculturalidad puede partir de un sector público dado,

como responsable de la rectoría de una Política Pública, con objeti-

vos de política muy específicos como el desarrollo de empresas de

carácter cultural o no, el mandato nacional para la ejecución de una

política nacional requerirá por lo general de la concurrencia multi-

sectorial o intersectorial a través ya sea de Comisiones o Redes

de Apoyo, en la cual se puede trabajar el tema de interculturalidad

con efectos multiplicadores.

Finalmente, resulta importante señalar que también se pueden mo-

nitorear, evaluar o revisar los avances en la integración de los linea-

mientos de interculturalidad y diversidad cultural que se plantean

como transversales a la gestión de políticas de distintos sectores

tales como salud, educación o economía. Se puede por ejemplo

monitorear la integración de dichos lineamientos en una política dada o en una agenda institucional que pretende

ejecutarla. Una de las herramientas que permite este monitoreo o evaluación es la Lente de la Diversidad Cultu-

ral, la cual ha sido desarrollada y validada por la UNESCO desde hace varios años. Se trata de una matriz especial-

mente diseñada para evaluar, si las políticas que se están formulando o revisando ya sea a nivel nacional o por parte

de los gobiernos locales, integran contenidos básicos y orientaciones fundamentales sobre la diversidad cultural,

contenidos en la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural de la UNESCO.

RECUADRO 5

Objetivos de la capacitación

OBJETIVO GENERAL:

La capacitación en interculturalidad para el ciclo

de gestación de las MIPYMES tiene por objeto

dar algunas bases y recomendaciones para en-

tender el significado de la interculturalidad desde

la perspectiva tanto del trabajo del MEIC, como de

las organizaciones integrantes de la Red de Apo-

yo PYME, tanto en sus ámbitos internos como en

el desarrollo de proyectos; así como sensibilizar

sobre el significado de introducir el tema en las

agendas de trabajo de todas estas organizacio-

nes.

OBJETIVOS ESPECIFICOS:

1. Consensuar conceptos en relación a la cultura,

diversidad cultural como elementos comunes

como la base de políticas incluyentes,

2. Analizar las políticas públicas y acciones de fo-

mento en el ámbito de las competencias del

MEIC,

3. aprovechar esas distintas manifestaciones

como insumo para el desarrollo de políticas y

acciones de carácter intercultural,

4. fortalecer la relación entre el MEIC y sus clien-

tes (tanto micro, pequeños y medianos empre-

sarios, como con la red de apoyo, consumido-

res y público en general).

Fuente: Zevallos 2011: 4

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La lente de la diversidad cultural es una herramienta que facilita:

• Una visión integral de las políticas objeto de análisis desde distintas perspectivas.

• Un listado de comprobación o una relación de criterios y cuestiones que incluye indica-

dores para evaluar de forma sistemática si las políticas o proyectos fomentan y salva-

guardan la diversidad cultural.

• Puede usarse en todas las fases de una política o programa: planificación, implementa-

ción, seguimiento y evaluación.

• Permite que los oficiales de programa y los responsables políticos tomen decisiones con

fundamento.

• La lente es fruto de un proceso participativo liderado por los propios usuarios y por lo

tanto representa una herramienta flexible, adaptable y en constante evolución.

La matriz de la herramienta en una versión recientemente validada por UNESCO (Jiménez

y Twomey 2011), así como los pasos metodológicos para su aplicación se incluyen en el

Anexo 2, al final de esta guía.

47

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

La tarea de crear y gestionar políticas culturales por parte de instituciones públicas, gobiernos regionales y locales,

autoridades territoriales y actores sociales público/privados, implica el trabajo sobre un encadenamiento de aspec-

tos claves para su sostenibilidad en el largo plazo.

a. El Ciclo de Gestión de Políticas, que comprende el proceso articulado de diseño/formulación, la ejecu-

ción, el monitoreo, la evaluación y la rendición de cuentas.

b. La existencia de legislación nacional e internacional sobre cultura y sobre la protección de expresiones

culturales y el patrimonio cultural, lo cual incluye la reglamentación de las leyes.

c. La existencia de instrumentos de política que viabilicen la ejecución justa y efectiva de las políticas (pro-

gramas y proyectos).

d. Una institucionalidad con capacidades e instrumentos que pueda asumir el reto de gestionar las políticas

e inversiones pertinentes para la ejecución efectiva de las mismas.

Al decir esto, estamos reiterando que el campo de la gestión de políticas culturales es un ámbito amplio, compuesto

por muchos elementos. No se reduce por tanto a la ingeniería de enunciados y de documentos formales.

PARTE 3

EL DISEÑO Y LA GESTIÓN DE POLÍTICAS DE CULTURALES INTEGRADAS AL DESARROLLO SOSTENIBLE DE PAÍSES Y TERRITORIOS

FIGURA 5: Encadenamiento entre aspectos de las políticas culturales

Políticas

Institucionalidad

LegislaciónInstrumentos

depolítica

Si como hemos planteado antes, el objetivo

de esta guía es identificar y proponer vincu-

laciones entre políticas culturales y el desa-

rrollo sostenible, es preciso considerar las

particularidades y concurrencia de todos es-

tos aspectos, que podrían permitir el surgi-

miento de lo que hemos llamado una nueva

generación de políticas culturales.

Para este fin retomaremos algunas implica-

ciones prácticas y metodológicas del enca-

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denamiento presentado, que pretenden aportar elementos útiles de considerar para quie-

nes tienen frente a sí la tarea de impulsar y gestionar políticas culturales desde instituciones

públicas, los gobiernos locales o desde los territorios mismos. Es importante observar que

la importancia y función de cada elemento variará dependiendo del modelo de

políticas culturales e institucionalidad que el país o territorio este impulsando. A

manera de ejemplo, hay países Latinoamericanos como Colombia y Ecuador que en la

década de los 2000, apostaron por modelos de políticas culturales e institucionalidad de

nueva generación, que tienen como pilar o base la creación de un Sistema Nacional de

Cultura, legitimado y garantizado por una Ley Nacional de Cultura. Alrededor de este pilar

se entreteje una red de políticas culturales de carácter específico, a su vez atravesada por

políticas y programas transversales (Ministerio de Cultura de Colombia 2009; Ministerio de

Cultura del Ecuador, AECID 2010). Los modelos de ambos países guardan diferencias sus-

tantivas más allá de estas similitudes, pero se diferencian de otros modelos de carácter más

sectorial, que se estructuran a partir de la relación entre una Política Nacional Rectora de

Cultura y Políticas Culturales más específicas. El proceso que actualmente sigue Costa Rica

en la construcción de la Política Nacional de Cultura41, la elaboración paralela del proyecto

de Ley Nacional de Cultura (con la prevista que esta incluya la creación de un Sistema Na-

cional de Cultura) podría considerarse como un híbrido particular, lo cual ilustra además la

posibilidad de que los países propongan las adaptaciones necesarias a su propio contexto.

Por su parte, los modelos que emergen desde los territorios son por lo general innova-

dores, sobre todo en lo que respecta a las instituciones y mecanismos emanados de la

diversidad cultural propia, de los modos de vida y sistemas de autoridad singulares, que

además son dinámicos. El caso de las regiones Autónomas de la Costa Caribe de Nicara-

gua es un ejemplo de esto, caso que se presenta al final de esta tercera parte de la guía.

Lo que resaltamos aquí es que cada elemento debe entenderse en el contexto del modelo

de políticas e institucionalidad específico que se impulsa.

El ciclo de gestión de políticas culturales y la integración del desarrollo sostenible

La gestión de políticas culturales puede entenderse como la capacidad de poner en

práctica una propuesta de desarrollo cultural integral. Esta propuesta puede tener

alcance nacional, o puede tratarse de una propuesta de ámbito municipal o territorial. El

ciclo de gestión de políticas responde a la racionalidad de planificar la ruta flexible que

ha de seguirse para la puesta en marcha de la política cultural, que incluye no sólo as-

pectos operativos sino también una ruta de consensos, abordaje de conflictos y arreglos

necesarios con todos los actores involucrados. En este sentido, y sobre todo en el ámbito

local y territorial, la gestión de políticas se convierte a menudo en una cogestión entre los

actores responsables e involucrados.

41 Información abundante y detallada sobre el proceso de formulación de la Política Nacional y La Ley de Cultura de Costa Rica puede encontrarse en el blog: http://politica.cultura.cr/politica-nacional-de-cultura/

Recuadro 6: La metodología de diagnóstico y línea base realizado en las Regiones Autónomas de la Costa

Atlántica de Nicaragua, implicó la creación de 6 equipos locales de investigadores culturales, avalados por

las respectivas autoridades de pueblos y territorios.

Equipo Mískitu.

Equipo Sumu-Mayangna.

Equipo Ulwa.

Equipo Rama.

Equipo Creole.

Equipo Garífuna.

Asimismo, se definieron categorías para identificar los recursos y expresiones culturales, que después en el

procesamiento de la información se desagregaron en subcategorías y estas, en tipos, subtipos y especiali-

dades.

Actores culturales individuales.

Actores culturales colectivos.

Recursos culturales tangibles.

Recursos culturales intangibles.

Infraestructura cultural.

Empresas culturales.

Para levantar la información se visitaron comunidades y territorios, se completaron fichas de información,

entrevistas, grupos focales, talleres, historias de vida y se hizo la georeferenciación de recursos culturales.

La información se sistematizó utilizando el Programa SPSS.

La información de este diagnóstico y línea base permitió no solo tener una información necesaria para hacer

el Mapeo e Inventario de Expresiones culturales, sino que permitió la conformación e equipos locales, dejan-

do capacidades instaladas y legitimando todo el proceso de investigación como un proceso de participación

local. En los aprendizajes de la experiencia se citó que las capacidades técnicas no siempre fueron óptimas

pese a que lso investigadores locales lograron ventaja en la interlocución. De esto se desprende la necesidad

de dar mayor importancia a la selección de los investigadores, a su capacitación, al acompañamiento y filtro

de la información recopilada. Más información sobre el proceso metodología y aprendizajes se encuentra en

(Romero 2011; UNESCO, FODM 2011)

49

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

El ciclo de gestión de políticas culturales muestra el encadenamiento de las fases del proceso de gestión que no se

da de manera lineal, es decir, una secuencia fija o rígida entre cada paso, sino más bien de manera fluida y puede

tener variaciones dependiendo las condiciones del proceso y la escala de la política entre otros factores (política

cultural nacional, política de cultura regional, políticas culturales territoriales, etc.). Es por esto que frecuentemente,

el ciclo de gestión de políticas se ejemplifica como un círculo y no como una línea.

Asimismo, y a diferencia de la legislación, las políticas culturales tienden a ser instrumentos más dinámicos, sobre

todo cuando se incorporan en el proceso fases como la evaluación y la rendición de cuentas, donde potencialmente

todos los actores de todos los niveles tienen espacios de participación (instituciones públicas, gobiernos locales,

organizaciones de la sociedad civil, sector privado, entre otras). La integración de políticas culturales al desarrollo

sostenible hace que los actores y sectores involucrados con el proyecto de la política cultural se multipliquen, sobre

todo cuando los actores son sensibilizados y han experimentado que la Gestión Cultural tiene un enorme potencial

para encontrar soluciones colectivas a problemas básicos del desarrollo, como por ejemplo, el manejo de los servi-

cios de saneamiento (acueductos, manejo de desechos, etc.), el tratamiento de la salud comunitaria o la seguridad

y confianza entre los ciudadanos, entre otros.

La Formulación de Políticas Culturales

La formulación de políticas públicas es una tarea a la que suelen darle mucha importancia las instituciones públicas

de los países. Sin embargo, la formulación es sólo un paso en un largo proceso que puede ser complejo, pero pro-

bablemente necesario para llegar a transformaciones deseadas.

De hecho, muchas políticas culturales se han formulado pero no se han ejecutado por múltiples razones, incluyendo

los cambios de timón gubernamentales o los déficits de desarrollo democrático e institucionalidad para enfrentar el

desafío de hacer políticas orientadas a la diversidad cultural. Por tanto el logro de un documento de política pública

puede considerarse un resultado intermedio y no es garantía de su puesta en marcha.

Diseño Ejecución

Monitoreo

Evaluación

Rendicióncuentas

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En términos del diseño de políticas culturales, Patricio Jeretic y David Rosello Cerezuela42

han elaborado una propuesta general que se retoma aquí como base, pero que se ade-

cúa para abarcar todo el proceso de formulación y se enriquece con la integración de la

relación entre cultura y desarrollo sostenible, así como con la referencia experiencias y

variaciones provenientes de varios países. Si bien los pasos propuestos pueden cambiar

dependiendo de las características y decisiones de proceso que se tomen en cada país o

territorio (dependiendo de la escala de la política), hay una lógica común de momentos que

se repite en los países de manera no lineal, como arrojan los casos estudiados en países

Centroamericanos, Colombia y Ecuador y que oportunamente se retoman.

¿Cuáles son los pasos generales para formular y diseñar una política cultural que

construya un puente con el desarrollo sostenible?

PASO 1. El punto de partida, identificar cómo ha surgido la idea de crear y diseñar

una política cultural que integre al desarrollo sostenible y a los actores estraté-

gicos

Algunas preguntas que pueden ayudar a entender cómo es que ha surgido el proyecto de

política son las siguientes:

• ¿Quién o Quiénes proponen ponerla en marcha? ¿Qué sectores están estratégicamente

involucrados?

• ¿Por qué motivos de fondo lo hacen?

• ¿Qué argumentos utilizan?

• ¿Existe una demanda explícita de esta política? ¿De dónde proviene?: sectores públi-

cos, sectores privados, organizaciones de la sociedad civil, etc.

• ¿Qué apoyos o resquemores encuentra

• ¿Cuáles son las escalas que abarca la política cultural (nacional, regional, territorial, local,

comunitario)

Este paso es una indagación sobre los actores estratégicos en los que descansa en

proceso de gestión de la política y sobre la demanda existente. Esta última también está

vinculada a las escalas que cubre la gestión de la política cultural.

Los actores estratégicos son aquellas instituciones u organizaciones que asumen el pro-

yecto de política así como la coordinación de su posible gestión. Por ejemplo, si se trata de

una iniciativa que surge fundamentalmente del sector público, una política cultural que

busque integrar al desarrollo sostenible será siempre una política multisectorial.

42 Consultores de UNESCO, Sede Central en París. La propuesta de los autores fue presentada en el taller: Fortalecimiento de capacidades para la cultura en el desarrollo: uso de nuevos instru-mentos de la UNESCO en materia de políticas y programación, 21-24 de septiembre de 2010, UNESCO, Paris

51

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

Tal podría ser el caso de una política nacional de un país Centroamericano que busque promover el turismo cultural

sostenible, basado en las expresiones culturales patrimoniales o no patrimoniales de los territorios y municipios con

visitación turística significativa43. Si bien quienes proponen el proyecto podrían ser sectores con intereses o res-

ponsabilidades directas en el tema del ejemplo, como podrían ser los Ministerios de Turismo, Economía y Cultura,

sería indispensable integrar a los actores estratégicos del nivel local y territorial en el proceso (gobiernos locales,

autoridades de territorios y comunidades portadoras de conocimiento de expresiones culturales). Asimismo, si hay

una comprensión de que la gestión de capacidades y el desarrollo humano es vital para este tipo de motores de de-

sarrollo, los sectores públicos acabarán invitando al Ministerio de Educación o a los entes o programas educativos

regionales y territoriales correspondientes el sistema educativo (Universidades, instituciones públicas /privadas de

capacitación, etc.), pues es este sistema el que invertirá de manera más sostenida en el proceso de formación de

las capacidades humanas que respondan a un modelo como el señalado.

Por otra parte, hay políticas culturales para las cuales hay una demanda creada, ya sea que esta se manifieste

públicamente (los actores sociales y estratégicos la pidan) o que sea una necesidad sentida que un proceso de

consulta o investigación pueda sacar a la luz. Las demandas por políticas culturales que emergen desde territorios

o municipios que tienen gran riqueza en su diversidad cultural, y que han sido sensibilizados en el valor de esta

riqueza mediante procesos de revitalización cultural de sus expresiones culturales, son experiencias valiosas y

muy rescatables en Centroamérica. Un ejemplo fue el proceso impulsado en las Regiones Autónomas de la Costa

Atlántica de Nicaragua en el Marco del Programa Conjunto de Naciones Unidas y la Ventana Cultura y Desarrollo,

caso que se detalla en la parte final de esta guía.

Otro tipo de demanda de políticas culturales es la que proviene de los procesos globales de mercantilización de

bienes y servicios culturales. En este sentido las políticas para la protección de expresiones culturales propias de la

diversidad cultural de los países son a menudo inducidas por la apropiación indebida de recursos culturales que

son patrimonio de un país o territorio, por dinámicas de mercado que no regulan este ámbito. El caso de la copia

ilegal de las Molas Kuna en Panamá es un buen ejemplo, donde las autoridades y organizaciones del Pueblo

Indígena Kuna elevaron al ente encargado de la protección de los derechos de las expresiones patrimoniales del

país – el Ministerio de Comercio e Industria de Panamá - la necesidad de crear una normativa de protección de la

propiedad de esta expresión, y en general del acervo de las culturas del país. Los kuna también presentaron ante

la Asamblea General de Panamá, una propuesta que sirvió de base para la promulgación de la Ley del Régimen

Especial de Propiedad Intelectual sobre los Derechos Colectivos de los Pueblos Indígenas, para la Pro-

tección y Defensa de su Identidad Cultural y de sus conocimientos Tradicionales y otras Disposiciones44

(Asamblea Legislativa de Panamá 2000), que fue un paso adelante en esta problemática, sin bien no ha represen-

tado una solución completa.

Por último, la escala que pretende abarcar la política también enmarcará a los actores estratégicos y a las distintas

demandas. Mientras que una Política Nacional de Cultura como la que se está formulando actualmente en

Costa Rica (2012), responde a un vacío de instrumentación a nivel nacional en materia de cultura, y tanto la Política

43 La Guía de turismo cultural integrada a la Caja de Herramientas UNESCO en Cultura y Desarrollo es una buena fuente de referencia para entender que el turismo cultural, además de riqueza de expresiones culturales, requiere de condiciones de acceso de los turistas (bienes y servicios básicos) y de procesos de revitalización cultural conjugados para que la sostenibi-lidad sea un principio preponderante. Insumo recomendado.

44 Recuperada en: ww.asamblea.gob.pa/APPS/LEGISPAN/PDF_NORMAS/2000/2000/2000_517_0603.PDF

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Nacional como la Ley General de Cultura que se está intentando proponer, pretenden sub-

sanar este vacío, la complejidad de convocar a los distintos sectores públicos y privados

para la puesta en práctica de la misma será un desafío sin precedentes en el país, que re-

querirá de alianzas novedosas y del desarrollo de capacidades de los actores estratégicos

y de los actores de nivel local. Por su parte, la formulación de una política o una estrategia

de desarrollo cultural en un territorio o municipio marcan el inicio de un proceso participa-

tivo y como tal, su futuro será muy sensible a la inclusión representativa de las autoridades

y los actores sociales y las fuerzas del territorio.

PASO 2. Análisis de la situación actual en materia de políticas y dinámica cultural

del país o territorio.

Este paso abarca varias acciones, algunas más dirigidas a la deliberación para la toma de

decisiones al interior de los sectores y actores estratégicos que impulsan la política, y otras

que podrían ser de carácter un poco más consultivo con la ciudadanía, dependiendo de la

orientación vertical u horizontal y participativa que adopte el proceso.

Exploración inicial:

La exploración inicial se hace generalmente, para reconocer la base de la cual se parte

para proponer el proceso de formulación de la política del país o del territorio. Algunas

acciones importantes a tomar en cuenta en esta exploración son:

• Identificar y analizar lo que ya existe en términos de acción pública, programas y proyec-

tos en el ámbito cultural.

• Un examen general sobre la institucionalidad y legislación sobre cultura existente.

• Un análisis del material disponible a nivel internacional (convenciones y herramientas,

experiencias de otros países, información sobre políticas culturales).

• La reflexión y el análisis sobre la experiencia acumulada y las capacidades técnicas y de

gestión financiera del sector o sectores que proponen la política. Identificar vacíos de

capacidades.

• Las características generales de la diversidad cultural del país, distribución geográfica y

el acervo cultural a nivel nacional.

La experiencia acumulada en la gestión de políticas culturales en un país o en un

territorio es un factor clave de éxito, pues en la práctica es mediante esta experiencia que

se logra dimensionar cual es la función de las políticas en el proceso de puesta en valor de

la diversidad cultural.

No obstante, en términos de la experiencia nacional, la gestión de políticas e inversiones

culturales en los países Centroamericanos es dispersa y discontinua, con vacíos de capa-

cidades para la gestión de políticas culturales que son significativos. Los sectores cultura

por lo general requieren generar una masa crítica orgánica, que les permita trabajar

53

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

en la integración de otros sectores en un proyecto nacional común de cultura y desarrollo (educación, economía,

turismo, salud, etc.), e incluso en la articulación interna del sector mismo. Por otra parte, un rasgo recurrente en los

países Centroamericanos es que los avances en el ámbito de políticas e institucionalidad cultural han sido altamente

dependientes de la Cooperación Multilateral, lo cual no necesariamente ha dejado suficientes capacidades instala-

das y no ha resuelto el problema de enfrentar a los países con el desafío de plantear proyectos de desarrollo cultural

a la medida de sus problemas y potenciales.

La problemática de las capacidades necesarias para impulsar una Política Nacional de Cultu-

ra, y en general, de tranversalizar la cultura en la políticas públicas, fue objeto de una interesan-

te discusión por parte de varios sectores y actores publico/privados en Costa Rica en enero del 2011 45, cuando el proceso de planificación de la formulación de la política nacional de cultura se encontraba en sus ini-

cios. En esta discusión fue por primera vez realimentado “Plan de Trabajo para la Construcción de una Política

Pública y una Ley de Cultura en Costa Rica” (MCJ 2010), por representantes de varios sectores tales como

salud, educación, justicia, turismo, género, vivienda, cultura, planificación, y organizaciones de la sociedad civil vin-

culadas al turismo rural y comunitario, a la diversidad cultural y al fortalecimiento de los gobiernos locales. Más allá

de los aportes específicos que se le hicieron al Plan, los sectores propusieron aprovechar para la elaboración

de la Política Nacional de Cultura y su posterior Plan de Acción, las capacidades de aquellos sectores

con mayor experiencia en la formulación y gestión de políticas públicas en el país, de tal forma que la Co-

misión formada en el sector cultura se viera reforzada por otros sectores, y estos a su vez se sintieran directamente

involucrados con la naciente política.

Además de ser una solución práctica, esta propuesta refleja una realidad institucional Centroamericana: los países

requieren de estrategias para hacer un aprovechamiento óptimo de sus capacidades y experiencias institucionales,

que trascienda los intereses del sector que es responsable directo por liderar el proceso de creación política cultural,

pero en donde este asuma claramente su papel rector y orientador. De hecho, esta nueva articulación de roles

corresponde precisamente, al desafío de plantearse una política cultural integral – incluyente de la diversi-

dad de las expresiones culturales - y vinculada al desarrollo de un país o de un territorio.

El problema de cómo afrontar los déficits de capacidad institucional para diseñar políticas culturales tiene un pano-

rama diferente desde los territorios, donde puede haber una consciencia diferente sobre la diversidad cultural como

riqueza y patrimonio (pues es parte de la identidad de los actores), pero hay poca capacidad técnica para traducir

esto en una ventaja. Por esto es frecuente que la formulación de políticas desde los territorios requiera del apoyo

profesional y técnico de Universidades Publicas, centros de Investigación u Organismos No Gubernamentales con

raigambre local, aunque su norte y sus objetivos sigan siendo definidos por los actores de los territorios.

Otra exploración clave es la de los recursos legislativos o normativos existentes, a nivel nacional e internacional, para

respaldar el proceso de creación de la política cultural. En términos internacionales, las convenciones e instrumentos

de la UNESCO han sido útiles a los países para plantear necesidades de reforma o creación de leyes y políticas. Por

ejemplo, la Convención Sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales del 2005,

45 Durante el taller “Fortalecimiento de capacidades para el desarrollo de estrategias culturales”, organizado por la Oficina UNESCO, en La Tirimbina, Costa Rica, el 19, 20 y 21 de enero 2011. Para información sobre resultados del taller puede revisarte: UNESCO, AECID (2011) MEMORIA METODOLÓGICA Y DE RESULTADOS DEL TALLER “Fortalecimiento de capa-cidades para el desarrollo de estrategias culturales, San José, Costa Rica, UNESCO, AECID.

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ha sido particularmente útil para orientar a los países a ampliar su visión sobre su propia

diversidad cultural. Y con esto reformular el concepto de cultura que da base a las políti-

cas. Pero se hace necesaria la revisión de la normativa existente en el país para precisar la

utilidad relativa de los instrumentos internacionales.

La revisión de la legislación existente frente a la posibilidad de impulsar una nueva genera-

ción de políticas e institucionalidad cultural, requiere ir más allá del procedimiento técnico

que implica el listado de lo que hay y al dictamen de la situación. Determinar los vacíos

es tan importante como imaginar las necesidades normativas frente a un proce-

so que en sus inicios, tendrá aun muchos elementos y aspectos por definir. Asimismo,

cuando en un territorio multicultural los actores plantean que la autonomía de los pueblos

y la interculturalidad son contenidos fundamentales de la política cultural, la revisión de la

legislación debe contemplar esos contenidos claves que surgen del territorio, identificando

qué antecedentes hay y que desafíos implican esos contenidos en términos de creación

de legislación y directrices.

De lo anterior se desprende que además de una revisión interpretativa de la legislación

existente que permita una visión innovadora, será necesario hacer en la exploración inicial

un análisis general de las características de la diversidad cultural del país y de la

distribución geográfica de esta diversidad. En los países centroamericanos puede

hacerse una regionalización distinta a la regionalización político administrativa ya existente,

a partir de la localización de la diversidad de las expresiones culturales, los modos de vida

y ecosistemas relacionados.

La definición y gestión de las políticas de los gobiernos locales en muchos casos incluye

la consideración de las características culturales, sociales, económicas de las distintas

microrregiones según sus contextos, pero también aspectos comunes, en términos del

acceso a bienes y servicios básicos y el patrimonio cultural y natural, lo cual se cruza con

lógica de ordenamiento territorial como un instrumento que ya está instalado en el muni-

cipio.

Finalmente, el análisis de la situación actual del país o territorio frente a la expectativa de la

formulación de una política cultural incluye también un análisis de coyuntura, que arroje

señales sobre su viabilidad social y política. Dicha viabilidad también puede fortalecerse

relacionando las ventajas y limitaciones del proyecto de política frente a las prioridades de

desarrollo del país o del territorio. En ese sentido, algunas preguntas plantearse serían:

Análisis de fuerzas y análisis de coyuntura

• ¿En qué aspectos de la gestión cultural tiene fortalezas el país o el territorio? ¿En cuáles

hay mayores debilidades pero existe potencial?

• ¿Cuáles son los sectores de actividad cultural? (identificación, situación, potencial).

55

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

• ¿Qué sectores de actividad cultural o procesos de gestión cultural encuentran una vinculación directa y facilida-

des para encadenarse con inversiones para el desarrollo? (turismo rural y comunitario, emprendimiento, conser-

vación del ambiente, forestaría y silvicultura sostenible, etc.)

• ¿Qué problemas existen? ¿Cuáles son las acciones prioritarias?

• ¿Cuáles son los temas de fondo que deben tratarse?

• ¿Cuáles son las reivindicaciones de los diferentes sectores?

• ¿Qué respuestas se pueden aportar?

• ¿Cuáles son los públicos existentes? ¿Cuáles son los públicos por crear? (Por edad, por grupos sociales, entre

otros).

• Identificación de los aspectos favorables del entorno político (Ej.: sensibilidad de decisores hacia el tema cultural,

posicionamiento de la cultura y disponibilidad de recursos, existencia de organizaciones e instituciones que rei-

vindican la identidad y la diversidad cultural, etc.)

PASO 3. El proceso operativo

La exploración inicial permitirá ir definiendo cómo trabajar en la construcción de aspectos y condiciones operativas

básicas para la formulación de la política tales como:

• La generación de voluntad política para potenciar la política cultural: es clave hacer y ejecutar un plan de

incidencia y comunicación orientado a decisores de política, con argumentos que demuestren la importancia de

la dimensión cultural para el desarrollo. Dichos argumentos pueden adecuarse también para lanzar estrategias de

comunicación a actores públicos y privados cuyo involucramiento será determinante en el proceso.

• La planificación del proceso de formulación: para este momento ya se debe contar con un equipo técnico

básico que dará soporte al proceso y que por tanto se involucrará también en la planificación del mismo. Esta

Incluye fijar los objetivos de mediano y largo plazo del proceso de construcción de la política y determinar las

estrategias principales y áreas de actuación prioritaria para su ejecución. Definir cronograma y los recursos nece-

sarios. Asignar responsabilidades y definir los mecanismos y momentos de evaluación concurrente.

• El involucramiento de los distintos actores y sectores estratégicos directamente involucrados con la

gestión de la política: Lo que implica crear los espacios e instancias de concertación y decisión adecuadas.

• La creación de mecanismos abiertos e incluyentes de consulta y participación: este mecanismo es fun-

damental puesto que además de crear una canal por donde puedan fluir las demandas existentes, se convierte

en la posibilidad de tener una interlocución permanente con el “poder social46” que dará vida a la política.

PASO 4. El diagnóstico que sustenta la política cultural

El diagnóstico es un instrumento que provee información básica necesaria para la formulación de la política pública.

Es a la vez, el respaldo de su argumentación y generalmente brinda insumos para elaborar una propuesta preliminar

de objetivos, lineamientos y principios de la política. Al constituir el diagnostico el análisis de situación del que parte

46 Para refrescar el concepto de “poder social” remitirse a la pág. 22, en la segunda parte de esta guía.

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una política, es también un referente que ayudará a identificar cambios y logros a partir de

la gestión de la política misma, es decir, que también brinda insumos para su monitoreo y

evaluación.

Parte de la legitimidad de las políticas públicas se asienta en el hecho de tener disponibi-

lidad de información sólida, consistente, sistemática y confiable, que permita por ejemplo

realizar diagnósticos para tomar decisiones asertivas y pertinentes. Información no sólo

relacionada con la evolución de arquitectura institucional para la gestión cultural y sus dis-

tintos quehaceres, sino información y conocimiento actualizada, que permita una lectura

actualizada y comprensiva para el fortalecimiento de la diversidad cultural de un país o un

territorio.

En este sentido, los países que cuentan con Sistemas y/o Herramientas de Información

Cultural (SIC) y Conocimiento en marcha tales como Honduras y Costa Rica, cuentan con

un recurso valioso para elaborar diagnósticos y encuestas que profundicen en la situación

de los ámbitos que son objeto de la política y su evolución reciente. Más allá de esto, los

SIC y los sistemas de indicadores asociados, permiten también visibilizar el aporte de la

cultura al producto interno bruto (PIB) mediante estrategias diversas como por ejemplo, el

establecimiento de cuentas satélites cultura47, tal y como se ha impulsado en Costa Rica.

Leyva (2012)48 hace un análisis valioso sobre las potencialidades y limitaciones de los SIC e

instrumentos asociados como mapeos e indicadores, para la gestión de políticas públicas

en el ámbito de la cultura en Centroamérica.

No obstante, una realidad ineludible es la mayoría de los territorios y municipios de Centro-

américa no cuenta con información estadística o cualitativa suficiente sobre la dimensión

cultural en sentido amplio. La mayoría de las veces hay que levantar la información, y para

hacerlo hay instrumentos más simples que un SIC, como por ejemplo, el mapeo de ex-

presiones culturales y de portadores de conocimiento de un municipio o un territorio. Un

mapeo puede constituirse en un excelente primer paso en el proceso de elaborar

un diagnóstico para la formulación de una política cultural y si es participativo con-

tribuirá no sólo a una mayor legitimidad sino probablemente, al desarrollo de competencias

locales y al fortalecimiento organizativo.

Un ejemplo que ilustra lo anterior es la vinculación dada entre el mapeo de expresiones

culturales y la formulación de la propuesta de Política para el Desarrollo Cultural de las

Regiones Autónomas de la Costa Atlántica de Nicaragua. El Gobierno de la Región Au-

tónoma del Atlántico Norte (RAAN) lideró el proceso de formulación de una Propuesta de

Política, en alianza con la ONG local Centro para la Autonomía y Desarrollo de los Pueblos

Indígenas (CADPI) y el apoyo del Programa Conjunto de Naciones Unidas “Revitalización

Cultural y Desarrollo Productivo y Creativo en la Costa Caribe de Nicaragua”. Para la for-

47 Sistemas contables especiales para medir el impacto de la cultura en el PIB.48 Se trata de la Guía sobre el tema de Sistemas de Información Cultural incluida en la Caja de

herramientas UNESCO sobre cultura y desarrollo.

57

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

mulación de la política fueron fundamenta-

les dos procesos: el inventario y mapeo de

las expresiones y recursos culturales y la

formulación de Planes Estratégicos de de-

sarrollo cultural de los territorios, pueblos y

comunidades étnicas.

En términos del primero, previo a la realiza-

ción del inventario y mapeo de expresiones

culturales, se elaboró un diagnóstico y una

línea base para medir impactos a partir de

algunos indicadores claves que el Progra-

ma Conjunto formuló (Romero 2011). La

metodología de corte cualitativo, se carac-

terizó por ser abierta y flexible, de forma tal

que permitió interacción entre los equipos

de investigación y los informantes cultura-

les. Los equipos de investigación fueron

conformados por investigadores culturales

locales de los distintos pueblos y territorios,

los cuales fueron capacitados en la meto-

dología básica de diagnóstico. Asimismo,

se definieron una serie de categorías para

identificar los recursos culturales tal y como

se señala en el recuadro de al lado. Una

vez realizado el diagnóstico, se con-

sensuó junto con los investigadores

culturales la metodología del mapeo.

Ya identificada y visibilizada la riqueza de la

diversidad cultural de las regiones median-

te el mapeo, la elaboración posterior de los

Planes Estratégicos de Desarrollo Cultural

por pueblo o por territorio se facilitó por-

que tuvo como base referentes concretos

y contenidos culturales locales. A su vez,

la formulación de la política ya contaba con

consensos previos y con un proceso de ac-

tivación de la energía local.

A diferencia de la experiencia anterior, el

diagnóstico de nivel nacional tiene otras im-

RECUADRO 6

La metodología de diagnóstico y línea base realizado en las Regiones Autónomas de la Costa Atlántica de Nicaragua, impli-có la creación de 6 equipos locales de investigadores culturales, avalados por las respectivas autoridades de pueblos y territorios.

Equipo Mískitu.

Equipo Sumu-Mayangna.

Equipo Ulwa.

Equipo Rama.

Equipo Creole.

Equipo Garífuna.

Asimismo, se definieron categorías para identificar los recursos y expresiones culturales, que después en el procesamiento de la información se desagregaron en subcategorías y estas, en tipos, subtipos y especialidades.

Actores culturales individuales.

Actores culturales colectivos.

Recursos culturales tangibles.

Recursos culturales intangibles.

Infraestructura cultural.

Empresas culturales.

Para levantar la información se visitaron comunidades y territo-rios, se completaron fichas de información, entrevistas, grupos focales, talleres, historias de vida y se hizo la georeferenciación de recursos culturales. La información se sistematizó utilizando el Programa SPSS.

La información de este diagnóstico y línea base permitió no solo tener una información necesaria para hacer el Mapeo e Inventario de Expresiones culturales, sino que permitió la conformación e equipos locales, dejando capacidades instaladas y legitimando todo el proceso de investigación como un proceso de partici-pación local. En los aprendizajes de la experiencia se citó que las capacidades técnicas no siempre fueron óptimas pese a que lso investigadores locales lograron ventaja en la interlocución. De esto se desprende la necesidad de dar mayor importancia a la selección de los investigadores, a su capacitación, al acompa-ñamiento y filtro de la información recopilada. Más información sobre el proceso metodología y aprendizajes se encuentra en (Romero 2011; UNESCO, FODM 2011)

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plicaciones y complejidad. Por ejemplo, el Ministerio de Cultura y Juventud de Costa Rica

realizó un diagnóstico que ha dado insumos al proceso de formulación de la Política Na-

cional de Cultura y a un Proyecto de Ley de Cultura que se está elaborando paralelamente

(MCJ 2011). Una parte significativa del diagnóstico se centra en la descripción y análisis de

la capacidad de gestión cultural de las instituciones del sector cultura – y de otros

sectores de la institucionalidad pública - sus necesidades de cambio y de actuación pro-

gramática, las limitaciones que enfrenta ante un marco de legislación sobre cultura que

aunque es abundante, es también disperso y por momentos desactualizado y contradic-

torio, frente a los actuales retos del país y a la evolución del concepto de diversidad cultu-

ral a nivel internacional. De tal forma que la adopción del enfoque de democracia cultural y

derechos culturales encuentra limitaciones, si bien el diagnóstico también señala la emer-

gencia de nuevos potenciales, tales como el crecimiento de sectores “independientes”49;

el paulatino desarrollo y diversificación incipiente de bienes y servicios culturales; la cons-

ciencia y voluntad explicitas de hacer una reforma institucional (incluyendo un marco nor-

mativo que pueda articular de manera más clara a los gobiernos locales en la gestión de la

cultura); la existencia de demandas y perspectivas de múltiples sectores.

Así, los principales mensajes del diagnóstico giran en torno al tema institucional, mientras

que la lectura sobre las características actuales de la diversidad cultural en el país, se circuns-

cribe a señalar que dicha lectura requeriría de condiciones aún inexistentes en el país. Explí-

citamente se señala que no hay una intervención o abordaje territorial de la gestión

cultural ni del patrimonio que permita esto, siendo que la oferta sigue siendo centraliza-

da. Se afirma que por una parte hay una “ausencia de una visión de desarrollo cultural a

escala local y regional” lo cual es un “es un aspecto indisociable de una gestión que reco-

nozca y afirme la diversidad cultural”. Y por otra parte “la plataforma operativa del Sector

Cultura sufre hondas limitaciones para conocer a las poblaciones que le confieren

estatuto de realidad a la diversidad cultural existente en el territorio nacional” (MCJ 2011:88).

Esta última afirmación resulta de gran importancia puesto que estaría justificando la

necesidad de una nueva generación de políticas culturales (capaz de sopor-

tar la implementación de un enfoque de derechos culturales) que parece ir perfilando50

un modelo particular con una serie de pilares o elementos claves: la creación de una Política

Nacional de Cultura que reordene, integre y reforme las políticas más específicas, la apro-

bación de una Ley Nacional de Cultura, la institución de un Sistema Nacional de Cultura, e

inclusive la creación de un Plan Sectorial de Gestión de la Diversidad Cultural que integre la

participación activa de las comunidades y agendas multisectoriales de gestión cultural.

49 Gremios y núcleos artísticos, oferentes de bienes y servicios culturales particulares, etc.50 Este encadenamiento o modelo de nueva generación de políticas aquí descrito se desprende de

la revisión del Plan de Trabajo para la Construcción de una Política Pública y una Ley de Cultura en Costa Rica (MCJ 2010), del Diagnóstico de la situación de la Cultura en Costa Rica (MCJ 2011) y de presentaciones y observaciones hechas durante los talleres de consulta con distin-tos sectores del país para la formulación de la Política Nacional de Cultura y del Proyecto de Ley de cultura, cuyas minutas pueden encontrarse en el Blog http://politica.cultura.cr/politica-nacional-de-cultura/

RECUADRO 7: PLAN NACIONAL DE DESARROLLO CULTURAL A LARGO PLAZO DE GUATE-

MALA

PROPOSITOS

-Lograr una participación ciudadana amplia, pertinente, eficaz, responsable y creativa.

-Reconocer la riqueza de la diversidad cultural como recurso para el desarrollo humano

sostenible.

-Incidir en las Políticas Públicas desde la dimensión cultural local.

OBJETIVO GENERAL

Contar con directrices nacionales para el diseño y puesta en marcha de acciones que

incorporen y que subrayen la importancia de la dimensión cultural al desarrollo.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

-Proponer un escenario ideal en base a esferas de acción definidas como ámbitos, indi-

viduando actores clave por cada ámbito.

-Establecer objetivos ideales de cada ámbito.

-Establecer metas a corto, mediano y largo plazo para el Ministerio de Cultura y Depor-

tes, en el marco de las líneas de acción propuestas.

-Proponer un procedimiento de socialización del Plan.

(Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala 2007: 29)

59

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

plicaciones y complejidad. Por ejemplo, el Ministerio de Cultura y Juventud de Costa Rica

realizó un diagnóstico que ha dado insumos al proceso de formulación de la Política Na-

cional de Cultura y a un Proyecto de Ley de Cultura que se está elaborando paralelamente

(MCJ 2011). Una parte significativa del diagnóstico se centra en la descripción y análisis de

la capacidad de gestión cultural de las instituciones del sector cultura – y de otros

sectores de la institucionalidad pública - sus necesidades de cambio y de actuación pro-

gramática, las limitaciones que enfrenta ante un marco de legislación sobre cultura que

aunque es abundante, es también disperso y por momentos desactualizado y contradic-

torio, frente a los actuales retos del país y a la evolución del concepto de diversidad cultu-

ral a nivel internacional. De tal forma que la adopción del enfoque de democracia cultural y

derechos culturales encuentra limitaciones, si bien el diagnóstico también señala la emer-

gencia de nuevos potenciales, tales como el crecimiento de sectores “independientes”49;

el paulatino desarrollo y diversificación incipiente de bienes y servicios culturales; la cons-

ciencia y voluntad explicitas de hacer una reforma institucional (incluyendo un marco nor-

mativo que pueda articular de manera más clara a los gobiernos locales en la gestión de la

cultura); la existencia de demandas y perspectivas de múltiples sectores.

Así, los principales mensajes del diagnóstico giran en torno al tema institucional, mientras

que la lectura sobre las características actuales de la diversidad cultural en el país, se circuns-

cribe a señalar que dicha lectura requeriría de condiciones aún inexistentes en el país. Explí-

citamente se señala que no hay una intervención o abordaje territorial de la gestión

cultural ni del patrimonio que permita esto, siendo que la oferta sigue siendo centraliza-

da. Se afirma que por una parte hay una “ausencia de una visión de desarrollo cultural a

escala local y regional” lo cual es un “es un aspecto indisociable de una gestión que reco-

nozca y afirme la diversidad cultural”. Y por otra parte “la plataforma operativa del Sector

Cultura sufre hondas limitaciones para conocer a las poblaciones que le confieren

estatuto de realidad a la diversidad cultural existente en el territorio nacional” (MCJ 2011:88).

Esta última afirmación resulta de gran importancia puesto que estaría justificando la

necesidad de una nueva generación de políticas culturales (capaz de sopor-

tar la implementación de un enfoque de derechos culturales) que parece ir perfilando50

un modelo particular con una serie de pilares o elementos claves: la creación de una Política

Nacional de Cultura que reordene, integre y reforme las políticas más específicas, la apro-

bación de una Ley Nacional de Cultura, la institución de un Sistema Nacional de Cultura, e

inclusive la creación de un Plan Sectorial de Gestión de la Diversidad Cultural que integre la

participación activa de las comunidades y agendas multisectoriales de gestión cultural.

49 Gremios y núcleos artísticos, oferentes de bienes y servicios culturales particulares, etc.50 Este encadenamiento o modelo de nueva generación de políticas aquí descrito se desprende de

la revisión del Plan de Trabajo para la Construcción de una Política Pública y una Ley de Cultura en Costa Rica (MCJ 2010), del Diagnóstico de la situación de la Cultura en Costa Rica (MCJ 2011) y de presentaciones y observaciones hechas durante los talleres de consulta con distin-tos sectores del país para la formulación de la Política Nacional de Cultura y del Proyecto de Ley de cultura, cuyas minutas pueden encontrarse en el Blog http://politica.cultura.cr/politica-nacional-de-cultura/

RECUADRO 7: PLAN NACIONAL DE DESARROLLO CULTURAL A LARGO PLAZO DE GUATE-

MALA

PROPOSITOS

-Lograr una participación ciudadana amplia, pertinente, eficaz, responsable y creativa.

-Reconocer la riqueza de la diversidad cultural como recurso para el desarrollo humano

sostenible.

-Incidir en las Políticas Públicas desde la dimensión cultural local.

OBJETIVO GENERAL

Contar con directrices nacionales para el diseño y puesta en marcha de acciones que

incorporen y que subrayen la importancia de la dimensión cultural al desarrollo.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

-Proponer un escenario ideal en base a esferas de acción definidas como ámbitos, indi-

viduando actores clave por cada ámbito.

-Establecer objetivos ideales de cada ámbito.

-Establecer metas a corto, mediano y largo plazo para el Ministerio de Cultura y Depor-

tes, en el marco de las líneas de acción propuestas.

-Proponer un procedimiento de socialización del Plan.

(Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala 2007: 29)

El diagnóstico por tanto arroja que se requiere un cambio en el imaginario, un cambio profundo en las instituciones

y en la gestión cultural para adoptar un enfoque de democracia y derechos culturales. Pero carece de la lectura

fina y a la vez profunda de los contenidos culturales propios que componen la diversidad cultural del país,

que podrían emerger del acercamiento a las fuentes de las expresiones culturales y patrimoniales. Y que pueden

en muchos casos requerir de procesos de revitalización cultural para expresarse más definidamente, porque están

latentes en el ámbito de lo inmaterial. Y entendiendo también que para trabajar políticas sobre la diversidad cultural,

hay que trabajar la cultura política en la que esta diversidad cultural está inmersa.

Así, hay diferencias importantes que derivan tanto de la escala del diagnóstico como de las características más o

menos participativas de su metodología. Mientras que un diagnóstico a nivel nacional debe resolver metodológi-

camente como captar las particularidades del país como sistema, cruzando por ejemplo, una lectura actualizada y

amplia de la diversidad cultural, las regionalizaciones político administrativas del país y la institucionalidad existente,

el diagnóstico para una formular la política de desarrollo cultural de un territorio podrá profundizar en la diversidad de

las expresiones culturales del territorio, los modos de vida, las territorialidades y la institucionalidad existente. Esto

quiere decir que la escala territorial también tiene su propia complejidad, que deriva de la naturaleza cultural misma

del territorio y sus expresiones culturales, su institucionalidad, modos de vida y relaciones interculturales.

Algunos de los aspectos sugeridos para la tarea de estructurar el diagnóstico podrían ser:

• Evolución y estado de la institucionalidad y de las políticas culturales (capacidad de gestión del sector cultura; ám-

bitos y servicios; capacidad de gestión cultural de otros sectores, nivel de conformación de un sistema cultural).

• Nivel de articulación de la gestión de la institucionalidad cultural con el modelo de desarrollo (nacional, local).

• Marco normativo y legislativo existente para la gestión cultural. Principales limitaciones y/vacíos.

• Situación y características de la diversidad cultural. Protección y Promoción de las expresiones culturales patri-

moniales y no patrimoniales.

• Áreas de dominantes de inversión cultural, áreas con potencial de inversión y áreas deficitarias.

• Impacto de la gestión cultural en la sociedad, los diversos públicos y territorios.

• Oferta y demanda de bienes y servicios culturales.

• Contribución actual y potencial al desarrollo, la convivencia, cohesión social, cultura de Paz, entre otros.

PASO 5. CONSTRUCCION, VALIDACION Y APROBACIÓN DEL DOCUMENTO DE POLÍTICA

El documento de política reúne sus enunciados básicos. La forma como un documento de política está estructura-

do variará de acuerdo a su alcance, objeto, tipo de metodología (participativa o directiva), y las particularidades del

contexto. Pero generalmente contiene:51

51 Estos contenidos o aspectos fueron extraídos de la revisión de varios documentos de política en la Región centroamericana: de nivel regional centroamericano, se revisó el documento de Política Cultural de Integración Centroamericana (SICA; CECC-SICA 2011) Y del Documento de la Estrategia Centroamericana de Desarrollo Rural territorial 2010-2030 (CAC, ECADERT, SICA 2012); en el nivel nacional, el documento Lineamientos de Políticas Culturales y Deportivas Nacionales (Ministerio de

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MARCO DE REFERENCIA

Una sustentación introductoria con información consistente y estratégica sobre la im-

portancia actual y futura de la Política.

Una argumentación conceptual sólida del enfoque o enfoques que la respaldan;

Antecedentes: esfuerzos institucionales que logran la creación de la política, momentos

históricos clave de la sociedad que se relacionan, hitos.

Marco Normativo nacional e internacional que da sustento a la política

PROPUESTA DE LA POLITICA

Objetivos de la Política,

Principios y lineamientos estratégicos,

Ejes transversales

Componentes principales

MODELO DE GESTIÓN Y ORGANIZACIÓN PARA LA IMPLEMENTACIÓN

Estrategias de Implementación: responde a cómo se plantea abordar la dimensión cul-

tural.

Organización para la implementación de la política: resume los aspectos operativos

principales.

Pasos para la implementación

Recursos técnicos y financieros necesarios

Resulta del todo necesario y conveniente que el documento sea validado por los actores

estratégicos publico/privados y representantes de los distintos sectores y ciudadanía que

la política involucra. Sobre todo si estos participaron en consultas para el proceso de for-

mulación.

Una vez validado, el documento de política deberá ser sometido a aprobación por la au-

toridad o autoridades correspondientes, dependiendo de si corresponde al nivel nacional,

regional o local, ya sea mediante decreto u otro mecanismo. El documento de política

también puede ser sometido a enmiendas, cuando se considera que algún aspecto de

importancia clave no ha sido tomado en cuenta o desarrollado de manera suficiente.

PASO 6. SOBRE EL PLAN DE ACCIÓN DE LA POLÍTICAS CULTURALES Y SU DI-

FERENCIA CON LOS PLANES NACIONALES DE CULTURA

La ejecución de las políticas públicas requiere de la elaboración de planes de acción que

son vitales, porque es en estos planes donde se “amarran” las responsabilidades y roles

Cultura y Deportes de Guatemala 2000) y el documento La Cultura Motor del Desarrollo: Plan Nacional de Desarrollo Cultural a Largo Plazo (Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala 2007). Finalmente en el nivel territorial: Documento Propuesta de Política de Desarrollo Cultural de la RAAN, Costa Atlántica de Nicaragua (CRAAN; CADPI 2011).

61

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

de los distintos actores que van a participar en su implementación. Esto incluye recursos técnicos y financieros, ya

que el Plan supone las instituciones públicas de distintos sectores, gobiernos locales y otras instituciones y organi-

zaciones privadas y públicas involucradas en la Política, incluyan y presupuesten en sus propios planes y agendas

de trabajo anuales (por el periodo que el Plan lo estipule), las tareas a realizar por dichos actores para el buen curso

de su implementación.

En el caso de Costa Rica, fue el mismo el Plan Nacional de Desarrollo 2011-2014 “María Teresa Obregón Zamora” el

que estableció que además de formular la Política Nacional de Cultura, se debía elaborar un Plan de Acción Decenal

para su ejecución (MIDEPLAN 2010; MCJ 2011:14).

No obstante, como se señaló anteriormente en el apartado sobre el diagnóstico, un Plan de Acción para la imple-

mentación de una Política Nacional de Cultura no siempre se asienta en la plataforma descentralizada de participa-

ción y gestión de los diversos actores públicos y privados que sus mismos principios y objetivos sugieren, porque,

como señala el caso de Costa Rica, la tradición centralista y sectorial no ha favorecido las condiciones para que

esto se dé. Partiendo de esta ausencia, en el mejor de los casos, el Plan de Acción a elaborar debería contemplar

acciones para promover e invertir en el ámbito local y territorial, de forma tal que pueda desencadenarse un proceso

de desarrollo de capacidades que cambie esta situación, y que integre a la dimensión cultural con las necesidades

y objetivos de desarrollo sostenible de los distintos niveles.

En otros países de Centroamérica que no han tenido un énfasis tan centralista en el desarrollo de la institucionalidad

pública tales como Honduras y Guatemala, también se encuentran vacíos en términos de la existencia de platafor-

mas de gestión cultural desde lo local/territorial para la efectiva ejecución de políticas culturales. Y a lo anterior se

une la realidad histórica y el proyecto político que hace a un país o a una sociedad, optar por distintos modelos

de políticas culturales.

Por ejemplo, hay países donde en lugar de optar por crear una Política Nacional de Cultura de carácter inte-

gral y un plan de acción para ejecutarla, optan por crear un Plan Nacional de Cultura (con visión de al menos

10 años plazo), tratando de vincular dicho Plan a un proceso de construcción de mecanismos de participación,

formación de capacidades y consulta ciudadana desde lo local, e impulsando la creación de una Ley Nacional

de Cultura que le de respaldo normativo. Esta relación de aspectos parece estarse promoviendo en Honduras,

país donde se articulan complejamente aspectos políticos e institucionales atravesados por un conflicto que sa-

cudió profundamente a esta sociedad: el Golpe de Estado ocurrido en junio del 2009. De hecho, el truncado pro-

yecto de creación de la política Nacional de Cultura durante la administración José Manuel Zelaya (2006-2009)52

y el actual proceso de impulso a la creación de la Ley de Cultura con la Administración de Porfirio Lobo, sólo puede

comprenderse con la lectura simultánea y entretejida de los acontecimientos ocurridos antes y después del Golpe

de Estado (Barrantes 2010)53.

Durante el gobierno de Zelaya, el proyecto de Política Nacional de Cultura fue pensado desde la rectoría misma de

la Secretaria de Cultura, Artes y Deportes (SCAD) y su vínculo orgánico con el Instituto Hondureño de Antropología e

52 Entrevista a Celia Barrantes, diciembre del 2011, Monitora Técnica de la oficina UNESCO para el Programa Conjunto, Hon-duras.

53 La posición particular de actores que impulsaron el proyecto de política Nacional de Cultura durante el gobierno de Zelaya puede revisarse en: No nos olvidamos de Honduras, Blog, http://nonosolvidamosdehonduras.blogspot.com/2011/01/el-golpe-de-estado-del-2862009-el.html Recuperado el 13.02.2012.

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Historia (IHAH), aspirando a un carácter programático, integral y en el marco de un proceso

de descentralización que el mismo Estado - a partir de lineamientos internacionales – había

iniciado en otros sectores desde finales de los 1980. En este marco, el Programa Conjunto

del Sistema de Naciones Unidas Creatividad e Identidad Cultural para el Desarrollo Local

(2009-2012) ejecutado en Honduras, apoyó a la SCAD en un proceso de delimitación de

ocho regiones de interés, y se crean los Consejos Regionales y Locales de Cultura como

la institucionalidad de carácter territorial que habría de ser la principal interlocutora y cata-

lizadora de la Política Nacional de Cultura. Con el Golpe de Estado, tanto la SCAD como

el IHAH son intervenidos y se inicia un proceso de reorientación de las políticas con el

concurso de la Secretaria de Planificación SEPLAN. La función histórica principal de dicha

Secretaria es alinear a todas las dependencias del Estado en el nuevo Plan-País. El nuevo

gobierno impulsa la creación de una Ley Nacional de Cultura. En mayo del 2012, lo que se

reporta es la existencia de una Propuesta Ley54, donde se puede observar el papel que ten-

drían tanto los consejos regionales como los consejos locales de cultura en este contexto.

Lo que propone la propuesta de Ley es que desde esta base territorial de los consejos, se

constituya un Consejo Nacional de Cultura, el cual interactúa en varios momentos con

los consejos sectoriales de cultura (cinematografía, libro, patrimonio, entre otros).

Lo anterior podría hacer que eventualmente, exista mayor viabilidad social y política en

el país para la ejecución de un Plan Nacional de Fomento Cultura del cual ya se ha

formulado y publicado una propuesta en el Marco del Programa Conjunto antes señala-

do (Programa Conjunto Creatividad e Identidad Cultural para el Desarrollo Local; FODM

2012). La lógica que emana detrás de un Plan de esta naturaleza, es que parta primero

de la consulta a los municipios para de ahí generar propuestas regionales que lleguen

posteriormente al nivel nacional55. No obstante, el Plan Publicado tiene 4 fuentes: La Ley

Plan de Nación y Visión de País 2010-2038, Horizonte de Planificación para 7 Períodos de

Gobierno”; la Propuesta de ley General y Fomento a la Cultura; Las Estrategias Regionales

y las Agendas Culturales de los Municipios. De manera que uno de los desafíos que seguro

ha de enfrentar el país es la coincidencia y congruencia entre las líneas estratégicas del

plan nacional con las áreas de políticas que evidencian en las agendas municipales y las

estrategias regionales.

Tomando en cuenta como antecedente, que desde el 2008 se realizaron múltiples es-

fuerzos e inversiones para crear primero los consejos regionales de cultura y después los

consejos locales, así como agendas municipales de cultura, y que se han formulado en

seguimiento estrategias regionales y agendas de cultura municipales, habría ya ciertas

54 Gobierno de la República de Honduras. Proyecto “Ley General y de Fomento a la Cultura y del Sistema Nacional de Cultura”, borrador 3. Diciembre del 2011 recuperado en: http://www.scad.gob.hn/index.php?option=com_content&task=view&id=311&Itemid=106 el 25.05.2012

55 Una propuesta como esta fue sugerida en el 2010 en una misión técnica de cooperación entre el Ministerio de Cultura de Colombia y La contraparte correspondiente en Honduras, Ministerio de Cultura de Colombia (2010) Informe de Misión de Asistencia Técnica sobre Políticas Cultura-les, Bogotá Colombia y Tegucigalpa, Honduras, Documento de trabajo no publicado elaborado por el Consultor John Vergel.

63

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

condiciones para impulsar y fortalecer un proceso de “abajo a arriba”. Sin embargo, los problemas de estabilidad

política y de vulnerabilidad institucional del país, además de las recientes crisis de violencia e inestabilidad, hacen

pensar que cualquier modelo de políticas culturales y desarrollo que se plantee requiera como condición básica, el

logro de la estabilidad política y democrática del país.

Otro ejemplo de Plan Nacional de Desarrollo Cultural fue el

elaborado en el 2005 en Guatemala, el cual esta condensa-

do en el documento “La Cultura Motor del Desarrollo: Plan

Nacional de Desarrollo Cultural a Largo Plazo (Ministerio de

Cultura y Deportes de Guatemala 2007). El Plan obedece a

los lineamientos Políticas Culturales y Deportivas (Ministerio

de Cultura y Deportes de Guatemala 2000) y particularmente

al lineamiento rector: Cultura de Paz y Desarrollo Humano

Sostenible, el cual evidentemente responde al nuevo hori-

zonte abierto en el país con la firma de los Acuerdos de Paz,

y a su impacto en la agenda del sector cultura.

La consulta realizada a los actores para elaborar los linea-

mientos de políticas culturales durante el Congreso Nacional

sobre Lineamientos de Políticas Culturales en abril de 2000,

fue un antecedente importante como ejercicio de convoca-

toria de una parte de la enorme diversidad cultural de Gua-

temala que contó con 600 representantes56. No obstante,

el marco de políticas culturales en Guatemala no adquiere

sectorialmente la consistencia de un modelo, y más allá de

los consensos logrados entre los actores y las demandas

que incorpora, no parece haber una articulación orgánica

entre las partes, ni una base de legislación de nivel nacional

adecuada y actualizada en términos los planteamientos he-

chos en el Plan. En este sentido, más allá de las limitaciones

señaladas, el Plan busca colocar el tema cultural en los

distintos sectores. Es rescatable también la importancia

que los documentos señalados otorgan a la participación de

la sociedad civil, al carácter estratégico del ámbito local/terri-

torial en la definición de los lineamientos de políticas cultura-

les y al papel de la Cultura como motor de desarrollo lo cual

56 En este sentido, señala el Documento de lineamientos de Políticas Culturales y Deportivas: “Asistieron más de 600 personas provenientes de todas las regiones del país y de los pueblos y comunidades que conforman la nación. Mayas, ladinos, garí-funas y xinkas; mujeres y hombres que trabajan en el sector cultural y deportivo, artistas, artesanos, promotores culturales, maestros, investigadores, empresarios y comerciantes; todos expresaron sus inquietudes, analizaron problemas y propusie-ron soluciones y lineamientos de políticas culturales y deportivas. Este Congreso también propició un espacio intercultural compartido por los diferentes grupos que conforman la nación una y diversa. Luego de un intercambio intenso y enriquece-dor, se sentaron las bases de la nueva nación a la que aspiramos” (Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala 2000:2).

RECUADRO 7

Plan Nacional de Desarrollo Cultural a largo

plazo de Guatemala

PROPOSITOS

- Lograr una participación ciudadana amplia, per-tinente, eficaz, responsable y creativa.

- Reconocer la riqueza de la diversidad cultural como recurso para el desarrollo humano soste-nible.

- Incidir en las Políticas Públicas desde la dimen-sión cultural local.

OBJETIVO GENERAL

Contar con directrices nacionales para el diseño y puesta en marcha de acciones que incorporen y que subrayen la importancia de la dimensión cul-tural al desarrollo.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

- Proponer un escenario ideal en base a esferas de acción definidas como ámbitos, individuan-do actores clave por cada ámbito.

- Establecer objetivos ideales de cada ámbito.

- Establecer metas a corto, mediano y largo pla-zo para el Ministerio de Cultura y Deportes, en el marco de las líneas de acción propuestas.

- Proponer un procedimiento de socialización del Plan.

(Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala

2007: 29)

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está respaldado por una normativa importante como lo es la legislación que fortalece los

mecanismos de participación local, entre estas: la Ley de Consejos de Desarrollo Urbano

y Rural, el Código Municipal y la Ley General de Descentralización asumida como política

nacional en el 2005.

Finalmente, una experiencia fuera del ámbito Centroamericano que sin embargo puede

resultar útil revisar, es la metodología y pilotaje del proceso de formulación del Plan de

Nación para la Cultura de Colombia (Consulta Ciudadana, Consejo Nacional de Cultura,

Ministerio de Cultura de Colombia, 2001) como un proceso que se inscribe también en

un modelo y en un proyecto de cambio y fortalecimiento cultural propio, que tiene mucho

que ver con la integración social, la inversión en condiciones para la cultura de paz y la

democracia.

Habiendo ya recorrido temas que resultan claves para la formulación y el diseño de políti-

cas, es preciso entrar ahora en temas y relaciones fundamentales que hacen a la ejecución

de políticas, donde tendrán continuidad algunos aspectos ya tratados.

La Ejecución de las Políticas Culturales

Ya en el apartado anterior hemos incursionado en el importante vínculo entre la gestión de

políticas culturales y las capacidades institucionales. En este apartado ponemos de mani-

fiesto la importancia de explorar y definir las competencias de cada nivel de la instituciona-

lidad de los países en la gestión de políticas culturales, sus potencialidades de innovación

y las interrelaciones entre los niveles, lo cual evoca el funcionamiento del principio de sub-

sidiariedad. Dicho principio puede adquirir características propias o distintas según el con-

texto. Pero quizá lo más importante de enfatizar aquí es que la ejecución de las políticas

culturales de nueva generación que se integran al desarrollo sostenible no puede

quedarse solamente en un nivel, como por ejemplo, en los lineamientos y quehacer de

la institución sectorial nacional rectora de cultura. Sino que requiere del conjunto de ac-

ciones articuladas entre el nivel nacional (sectorial y multisectorial), de niveles intermedios

de institucionalidad publico/privada (cámaras, gremios, programas públicos relacionados

con la cultura y el desarrollo, etc.), y del nivel local y territorial. En algunas experiencias,

el nivel supranacional de sistemas de integración regional o de organismos multilaterales

de cooperación también tiene un impacto importante. Asimismo, hay distintos niveles de

desarrollo, peso y composición del nivel intermedio según sea el país.

El trabajo en el ámbito cultural en cada nivel y la perspectiva o principio de subsidiariedad

pueden relacionarse hoy en día con lo que varios países latinoamericanos como Colombia

y Ecuador han definido como Sistemas Nacionales de Cultura. Estos se amparan por

lo general en el mandato de las Leyes Nacionales de Cultura. Este mecanismo se está

impulsando actualmente mediante procesos influenciados o con inclinación a promover

nueva generación de políticas culturales en Honduras y Costa Rica. Veamos entonces

algunos aspectos de importancia relacionados con los temas mencionados.

65

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

¿QUÉ ASPECTOS SON CLAVES DE CONSIDERAR PARA LA EJECUCION DE LAS POLÍTICAS CULTURALES TENGA

ASIDERO EN LOS DISTINTOS NIVELES?

Una primera observación es que una política cultural que busque integrarse al desarrollo sostenible tiene como una

de sus prioridades en su ejecución, vincularse con la fuente de generación de las expresiones culturales y patrimo-

niales que moldean la diversidad cultural de un país: el nivel de los territorios y el contexto de la territorialidad,

ya se trate de contextos rurales o urbanos.

Es precisamente en el contexto de la territorialidad, es decir, en la expresión particular del modo de vida y una

identidad cultural de los pueblos y comunidades en interacción con el medio natural de un territorio geográfico,

donde tiene lugar el surgimiento, la innovación, la revitalización y la transformación patrimonial de las expresiones

culturales. Y son estas expresiones y sus contenidos culturales las que - mediante un proceso de transformación

que tiene éticamente como protagonistas a sus portadores culturales – se pueden convertir en bienes y servicios

culturales de muy distinta índole. Claramente este vínculo con el desarrollo no es el único, puesto que la cultura cum-

ple funciones de integración y cohesión social indispensables también para el desarrollo mismo. Y en este sentido,

es en el nivel territorial donde se evidencian más nítidamente las múltiples vinculaciones entre cultura y desarrollo,

siendo la cultura la vía privilegiada para resolver problemas básicos de acceso y aprovechamiento de bienes y ser-

vicios básicos (salud, educación, infraestructura, etc.).

En este sentido, un factor clave para que las políticas culturales encuentren su vínculo con el territorio, es la valori-

zación de la diversidad cultural propia, como parte de una identidad que se puede revitalizar con múlti-

ples beneficios económicos, sociales y organizativos, pero también con responsabilidades. Al ser la dimensión cul-

tural una dimensión que no siempre está presente en la consciencia inmediata de las personas y las comunidades

y al mismo tiempo, y tomando en cuenta que una parte importante de la diversidad cultural de los territorios es de

carácter inmaterial, los procesos de revitalización cultural

se convierten en la oportunidad de trabajar el ámbito de

la cultura desde sus fuentes comunitarias y mediante el

diálogo intercultural. Resulta entonces a todas luces in-

dispensable entender la importancia de la gestión cultu-

ral desde los territorios con la participación democrática

sus actores, organizaciones, instituciones y autoridades,

como el nivel estratégico donde se asienta la base de re-

cursos culturales que configuran la oferta y la demanda

endógena de las políticas culturales y su integración al

desarrollo.

El Municipio y los Gobiernos Locales constituyen otro nivel de suma importancia para la ejecución de políticas culturales in-

tegradas al desarrollo sostenible. Porque más allá del nivel efectivo de descentralización lograda en un país y de las disparidades

en capacidad de gestión en distintos ámbitos alcanzada por los municipios de los países Centroamericanos, los ciudadanos y

las comunidades por lo general ven a los gobiernos locales como la instancia donde se deben resolver problemas y nece-

sidades básicas57. Esto es así porque priva el carácter práctico del sentido común, aun y cuando la mayoría de las

57 Cuando las comunidades experimentan conflictos con los gobiernos locales, la percepción de cercanía puede afectarse. Pero la sensación de afectación por conflicto también demuestra de otro modo, la percepción de cercanía.

Un factor clave para que las políticas culturales encuentren su vínculo con el territorio, es la valorización de la diver-sidad cultural propia, como parte de una identidad que se puede revitalizar con múltiples beneficios.

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personas desconozca cómo funciona el gobierno local, cuáles son sus órganos y cuál

es el régimen legal que los cobija58. Los gobiernos locales prevalecen por tanto como la

autoridad más cercana, si bien existen territorios que por su naturaleza cultural tienen auto-

ridades vinculadas a su propio pueblo o comunidad étnica y gozan de régimen especial59.

Esta percepción de cercanía entre gobiernos locales y ciudadanía también puede exten-

derse a la oferta de servicios culturales, ya sea de manera limitada mediante una agenda

de actividades artísticas de entretenimiento y apoyos dispersos, o bien de manera más

amplia y programática. Siendo que el gobierno local potencialmente puede manejar infor-

mación más detallada sobre la diversidad de las expresiones culturales y de las personas

portadoras de conocimiento, sobre todo si ha apoyado procesos de revitalización cultural

en comunidades de los municipios. No obstante, esto dependerá del posicionamiento

mismo de la cultura en la agenda del gobierno local, y de la visión alcanzada sobre

el potencial de la relación entre cultura y desarrollo local. Sobre todo, dadas las caracterís-

ticas de autonomía que los Regímenes Municipales otorgan a los gobiernos locales, y en

virtud del cual con frecuencia el tema cultura es dejado a la merced de la voluntad política

de los alcaldes. En este sentido, la capacitación y sensibilización de Alcaldes y otras auto-

ridades de los gobiernos locales en torno a la importancia de la cultura para el desarrollo

local y de cultura como derecho humano, se convierte en un blanco de incidencia para el

posicionamiento de la cultura en las agendas de dichos gobiernos.

En Centroamérica hay un porcentaje de gobiernos locales que cuentan con comisiones de

cultura o con direcciones de cultura. La mayoría de éstas opera ahí donde hay recursos,

pero generalmente con un concepto limitado de cultura como efemérides y fiestas patro-

nales. Asimismo, las actividades culturales y deportivas son frecuentemente planteadas

con fines de entretenimiento como objetivo único, sin entender sus vinculaciones con cali-

dad de vida, identidad o cohesión social, y como todo esto podría conformar una oferta de

servicios de carácter programático con un enfoque de cultura y desarrollo amplio.

De esta forma, potencialmente los gobiernos locales podrían gestionar políticas culturales

en un doble sentido60: creando una agenda propia de cultura y desarrollo que en un

inicio puede ser limitada pero con metas de diversificación y organicidad y por otra par-

te, estableciendo y fortaleciendo los enlaces necesarios con la entidad rectora a

58 Lo cual es una situación común en los municipios Centroamericanos según lo confirma Luis Bruzon. En entrevista realizada el 16 de abril del 2012, coordinador de comunicación de la Fun-dación para el Desarrollo Local y el Fortalecimiento Municipal e Institucional en Centroamérica y el Caribe (DEMUCA).

59 El caso de los pueblos indígenas, y de algunos pueblos afrodescendientes en Centroamérica. En el caso que se presenta al finalizar esta guía, que aborda la experiencia de las Regiones Au-tónomas del Caribe Nicaragüense, se muestra como en el caso de la existencia de regímenes especiales, la gestión de los gobiernos locales puede entrar en contradicciones y traslapes con las autoridades de los territorios.

60 Entrevista a Luis Bruzón, el 16 de abril del 2012, coordinador de comunicación de la Fundación para el Desarrollo Local y el Fortalecimiento Municipal e Institucional en Centroamérica y el Cari-be (DEMUCA).

67

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

nivel nacional, para articularse a las políticas culturales nacionales. Ambas posibilidades pueden combinarse pues

no son excluyentes.

En el primer caso, es necesario:

• Crear o fortalecer la instancia responsable por cultura a lo interno del gobierno local. Si se trata de crearla, es

necesario explorar cuál figura es la más conveniente de acuerdo al impulso que el gobierno local asume dar a la

cultura. Las Unidades, las Direcciones y las Comisiones o Comités de Cultura, así como las Casas de la Cultura,

son hasta ahora las instancias recurrentes en los países. No obstante, es importante entender la diferencia entre

estas figuras en términos de sus funciones para la gestión de políticas culturales, y en el caso de que se presenten

varias en un modelo particular de gestión local, es preciso darle claridad, coherencia y complementariedad a las

funciones de cada cual.

• Integrar o fortalecer a la cultura en los instrumentos existentes para la planificación y la gestión de las políticas

municipales. Lo cual incluiría como mínimo, su inserción en el Plan de Desarrollo Municipal, su traducción en una

agenda o plan para el desarrollo cultural municipal que incorpore la cogestión con distintos actores. Asimismo,

si el municipio cuenta con instrumentos como Planes de Ordenamiento Territorial y Presupuestos Participativos

ya en marcha, es preciso incorporar o fortalecer de manera decisiva a la cultura por la vía de los mecanismos de

evaluación y monitoreo.

• Entender la agenda cultural del municipio como un instrumento de exploración del potencial de la cultura local.

Una agenda de cultura municipal puede ser en un inicio simple, pero con metas de crecimiento y diversificación

planificadas, y basadas en procesos técnicamente asesorados de revitalización cultural y fomento de expresiones

culturales estratégicas para fines de desarrollo local e integración social. En este sentido, los mapas e inventarios

de expresiones culturales del municipio pueden ser instrumentos sumamente útiles para la planificación y gestión

de políticas culturales, y posteriormente para el monitoreo y la evaluación de resultados

• Ampliar y diversificar las fuentes de financiamiento, puesto que la asignación presupuestaria ordinaria de las mu-

nicipalidades a la cuestión cultural puede no cubrir los mínimos para crear y gestionar una agenda programática

en cultura. Es importante señalar que un agenda local que articule de manera efectiva cultura y desarrollo, puede

encontrar el apoyo del sector privado, más allá de las típicas donaciones puntuales. Sino más bien, en acuerdos

o convenios de cogestión.

• Incrementar y diversificar las alianzas locales en un proyecto común de cultura y desarrollo, que sea consensuado

y soportado por el gobierno local y otras autoridades locales. Así por ejemplo, la incorporación de las empresas

privadas en la gestión cultural y no sólo como donantes se hace más concreta desde las municipalidades. El si-

guiente diagrama con la visión compartida del futuro de la cultura y los objetivos comunes de los distintos actores

en el municipio de Santa Rosa de Copán resulta ilustrativo:

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FIGURA 6 Asociación Cultural Santa Rosa Vive el Arte61

Visión Compartida sobre el futuro de la Cultura en el Municipio de Santa Rosa de Copán, Honduras (red de objetivos) ERC occidente

Fuente: Consejo Regional de Cultura de Occidente; Asociación Cultural Santa Rosa Vive el Arte (2011). Agenda estratégica para el Desarrollo de la Cultura del Municipio de Santa Rosa de Copán, Santa Rosa de Copán, Honduras, Consejo Regional de Cultura de Occidente; Asociación Cultural Santa Rosa Vive el Arte.

La otra posibilidad de gestión cultural del municipio surge del establecimiento y fortale-

cimiento los enlaces con la entidad rectora de cultura a nivel nacional. Dichos enlaces

pueden ser voluntarios, cuando el gobierno local se propone el impulso a la cultura y llega

a acuerdos de interés mutuo con la entidad rectora. O bien cuando hay una relación “de

orden” por la administración de las casa de cultura local. En otras ocasiones, las Leyes

Nacionales de Cultura establecen obligaciones de los municipios para ejecutar las Políticas

61 Santa Rosa Vive el Arte es una organización privada, sin fines de lucro, fue creada en Noviembre del 2010, sin embargo su desarrollo institucional parte de la ejecución de un programa conjunto entre la Casa de la Cultura, La Comisión Ciudadana del Casco Histórico y la Municipalidad de Santa Rosa (desde el 2005), proceso durante el cual se promovió y organizó esta instancia ciu-dadana que culmina su constitución en la fecha ya señalada (Consejo Regional de Cultura de Occidente; Asociación Cultural Santa Rosa Vive el Arte 2011)

Ser un municipio comprometido con su identidad y creatividad, con altos principios ciudadanos, que

conoce y valora su patrimonio cultural

MunicipioCon altos principios

ciudadanos

Identificar y concertar los principios

que regirán las actuaciones del Santarosense

Empoderar al ciudadano sobre

los principios concertados

Conociendo y valorando su

patrimonio cultural

Identificar y definir al patrimonio cultural

Masificar el conocimiento y sensibilizar a la

población sobre el patrimonio cultural

Poner en valor el patrimonio cultural

Municipio Comprometido con su identidad y creatividad

Identificar y concertar los elementos que

caracterizan al Santarosense

Empoderar al ciudadano sobre el valor de las características que

identifican como Santarosense

Incentivar y promover las manifestaciones y expresiones creativas

69

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

Nacionales de Cultura mediante su enlace con la entidad rectora. Pero de todas formas, y debido a que histórica-

mente no se ha dado una relación dinámica y orgánica entre los dos entes, es necesario un diálogo intenso entre el

gobierno local y la entidad rectora, para que el gobierno local pueda conocer y apropiarse de la propuesta de esta

última, negociando oportunidades de capacitación así como formas novedosas de oferta de servicios culturales,

todo lo cual puede ser objeto de convenios. Por otra parte, la entidad rectora podría encontrar en su relación con el

gobierno local, una posible puerta al conocimiento de las expresiones culturales del territorio-municipio, y potenciar

este como un nodo de conocimiento de un sistema de Información Cultural Nacional o una red de conocimiento. El

diálogo también es necesario para aclarar las competencias de los distintos actores, incluyendo el rol de la Coope-

ración Multilateral en el caso de que se haga presente.

Obviamente para una entidad rectora de nivel nacional resulta complicado y puede llegar a ser inviable, establecer

relaciones bilaterales con municipios por separado. Por lo cual, los consorcios municipales, las redes de mu-

nicipios y las asociaciones de Gobiernos Locales pueden resultar más convenientes para impulsar modelos

de cogestión de políticas culturales. Este nivel de agregación asociativa u organizativa es una de las formas que

adquieren los niveles intermedios de institucionalidad publico/privada que se mencionaron anteriormente, y

que pueden resultar estratégicos para amalgamar el sistema de relaciones y a la vez innovar la gestión. El nivel inter-

medio de institucionalidad en la esfera privada está compuesto por intereses muy particulares como podrían ser los

diversos gremios de artistas, organizaciones de portadores de conocimiento o bien las cámaras empresariales. En

tanto que en el nivel público, se da el caso de programas o proyectos descentralizados orientados a objetivos muy

específicos pero que pueden resultar buenos aliados.

El nivel de la institucionalidad pública también incluye las funciones propias de la rectoría sectorial de cultura y sus

instancias asociadas en la gestión de políticas culturales, así como las iniciativas conjuntas con otros sectores públi-

cos acordadas como parte de dichas gestión. Si uno de los grandes retos a nivel sectorial, es posicionar de mejor

manera a la cultura como dimensión estratégica para el desarrollo, la democracia, la integración social en el concier-

to de la institucionalidad pública, esto también trae consigo tareas como la orientación de otros sectores públicos

para que sus proyectos en el ámbito cultural puedan llevarse a cabo de la mejor manera, e idealmente encadenarse

en relacionamientos con políticas culturales que generen mayores beneficios.

Otro de los grandes desafíos para la institucionalidad pública del sector cultura en Centroamérica, es lograr una

mayor y mejor articulación con la institucionalidad local, cuestión que se ha mencionado antes y que implica mayor

proactividad en el establecimiento y diversificación de alianzas público-privadas. De manera que el sector

cultura salga de su confinamiento sectorial a proponer a los distintos actores, pero con el respaldo de una propuesta

programática, instrumentos legales y políticas culturales de nueva generación.

En este sentido, la apuesta de varios países es impulsar la creación de Sistemas Nacionales de Cultura, que le

den mayor asidero y sostenibilidad a las alianzas y esfuerzos que se hagan en cada nivel, y condiciones más favo-

rables para sustentar la formación de capacidades necesaria en el nivel local.

La definición, objetivos y principios de dichos sistemas encuentra variaciones según el país pero en general se re-

fieren al conjunto articulado de instituciones involucradas en la gestión de la cultura de manera pública,

que van desde el nivel nacional hasta el nivel local, y a las que corresponde la función de ejecutar las

políticas públicas culturales.

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Sistema nacional de cultura en el Ecuador

Artículo 51.- DEFINICIÓN.- El Sistema Nacional de Cultura es el conjunto institucio-nes y sujetos públicos, sociales y privados, instancias de deliberación, representación y participación ciudadana, normas jurídicas, técnicas y de organización, y medios ma-teriales y económicos dirigidos a la preservación y actualización de la memoria social y el patrimonio cultural, así como a la dinamización de la producción, circulación y puesta en valor de bienes artísticos y culturales.

Artículo 52.- PRINCIPIOS.- El Sistema se regirá por los principios de participación, descentralización, desconcentración, programación, coordinación, eficacia, control y responsabilidad social. Funcionalmente, corresponde al Sistema Nacional de Cultura el desarrollo y ejecución de las políticas públicas relativas a la cultura y su gestión me-diante la fijación de objetivos y prioridades, la adopción de procesos institucionales, la creación de servicios públicos, la asignación de medios materiales y la acción de fomento, promoción e impulso de la actividad cultural en los campos de la memoria social y el patrimonio cultural, y de la producción, circulación y puesta en valor de bie-

nes artísticos y culturales.

Artículo 53.- FINES Y OBJETIVOS.- El Sistema Nacional de Cultura tiene como finalidades:

1. Fortalecer la identidad nacional y las diversas identidades socioculturales;

2. Promover y proteger la diversidad de las expresiones culturales que conforman la nación, fomentando el conocimiento, la inclusión, la valoración, la afirmación y el diálogo entre todas ellas;

3. Incentivar la libre creación artística y la producción, distribución y disfrute de bienes y servicios culturales;

4. Salvaguardar la memoria social y el patrimonio cultural;

5. Democratizar el acceso a los bienes y servicios culturales;

6. Ampliar el espacio público y promover su uso con fines artísticos y culturales;

7. Fomentar la investigación, reflexión y generación de conocimientos sobre la cultu-ra;

8. Fomentar la construcción de ciudadanía;

9. Dinamizar la producción cultural y artística y el desarrollo de las industrias culturales nacionales;

10. Organizar y reorganizar la institucionalidad del sector y optimizar la gestión pública;

11. Fortalecer las relaciones intersectoriales e internacionales.

Fuente: Presidencia de la República del Ecuador (2009). Proyecto de Ley de Cultura del

Ecuador. Quito, Presidencia de la República del Ecuador.

71

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

Los Sistemas Nacionales de Cultura procuran consonancia con un “proyecto país” en términos de desarrollo cultural

y en países como Ecuador y Colombia están normados y garantizados por la Leyes Nacionales o Generales de Cul-

tura. Esta relación entre ley y sistema está siendo impulsada actualmente en Costa Rica por la rectoría de Cultura.

Por esto mismo, no pueden concebirse sólo como una ampliación de la infraestructura institucional. Sino como

una plataforma con “Capacidad de articular con forma y voz concretas a las personas y a las comunidades que

conforman la diversidad cultural. Es decir, debe tener la capacidad de ofrecer condiciones para que exista una par-

ticipación real de la diversidad cultural, por sobre una nominal” (Monge, 2009, p. 181).

El Monitoreo, la Evaluación y la Rendición de Cuentas

La evaluación, el monitoreo y la rendición de cuentas, son mecanismos e instrumentos que deben aplicarse al

inicio, durante y al finalizar el proceso de gestión de políticas culturales. La evaluación de un proceso de formulación

variará en sus objetivos de la que se realiza en la ejecución de la misma. Pero ambas tienen como finalidad práctica,

evidenciar los ajustes necesarios y corregir los sesgos que pueden ir surgiendo en el proceso.

Asimismo, los mecanismos de evaluación participativa y rendición de cuentas, tienen también la función de involucrar

a los distintos actores publico/privados, para que sus percepciones, perspectivas y contenidos puedan ir también

moldeando el proceso. De manera que se faciliten espacios para la creación de consensos y corresponsabilidades,

así como para la democratización de la información, beneficios y oportunidades.

¿CÓMO INTEGRAR EL MONITOREO, LA EVALUACIÓN Y LA RENDICIÓN DE CUENTAS COMO MECA-

NISMOS PARA EL MEJORAMIENTO CONTINUO, LA TRASPARENCIA Y LA PARTICIPACIÓN?

Siendo el monitoreo y evaluación de políticas tareas permanentes, y la rendición de cuentas, un medio para garanti-

zar la transparencia que se brinda periódicamente, todas estas tareas bien pueden articularse en forma de sistemas

que las autonomicen, y así no dependan de los estilos de liderazgo y gerencia de políticas culturales que son pro-

clives a darles relevancia. En cierta forma, la evaluación de políticas siempre será simultáneamente, una evaluación

de desempeño de la institucionalidad encargada de ejecutarlas.

Colombia ha acumulado una experiencia valiosa con la implementación del Sistema Integrado de Gestión de la

Secretaria de Cultura, Artes y Deportes. Dicho sistema articula tres modelos

a) El Sistema de Gestión de Calidad.

b) El modelo Estándar de Control Interno

c) El Plan Institucional de Gestión ambiental.

Mayor información sobre el funcionamiento de este sistema y sus modelos e instrumentos asociados se puede

encontrar en: http://www.culturarecreacionydeporte.gov.co/portal/node/62

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Por otra parte, Leyva (2012:139) describe a los sistemas de indicadores culturales

como instrumentos que pueden permitir el monitoreo y evaluación de las políticas cul-

turales. Dichos indicadores ofrecen “mediciones sobre los recursos bienes y actividades

culturales con la finalidad de derivar de ellos análisis y evaluaciones” que sirvan al diseño y

mejoramiento continuo de la gestión de proyectos, programas y políticas.

En el modelo propuesto se busca establecer mediciones para las dimensio-

nes de relación de la cultura y el desarrollo. Para ello se definen los conceptos

de cultura, de desarrollo y las respectivas dimensiones: herencia, creatividad,

participación y productividad. De esto se deriva una matriz de 399 indicado-

res organizados por dominios y subdominios culturales que sirven de base

para la elaboración de boletas de levantamiento de información. Esta pro-

puesta recoge una versión revisada del Sistema de indicadores culturales

de Honduras que antes se presentó y que fuera desarrollado dentro de las

iniciativas del Programa Conjunto (Leyva 2011 a y 2011 b).

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GESTIÓN PARTICIPACIÓN

GESTIÓN DIRECCIONAMIENTO

ESTRATÉGICO

GESTIÓN SEGUIMIENTO Y EVALUACIÓN DE LA ENTIDAD

GESTIÓN JURÍDICA Y LEGAL

GESTIÓN RECURSOS

FISICOS

GESTIÓN TALENTO HUMANO

GESTIÓN FINANCIERA CONTABLE

GESTIÓN TECNO-LÓGICA

GESTIÓN MEJORA CONTINUA

SISTEMA INTEGRADO

GESTIÓN COMUNICACIONES

GESTIÓN FOMENTO

GESTIÓN ORGANIZACIÓN

GESTIÓN REGULACIÓN

GESTIÓN INFORMACIÓN

MAPA DE PROCESOS

73

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

En dicha experiencia, el levantamiento de información fue realizado tomando como unidad de análisis a municipios

de Honduras. La información investigadores culturales capacitados para este fin, lo cual otorga un papel activo a la

ciudadanía en el proceso.

La legislación como elemento de impulso y sostenibilidad de estrategias de cultura y desarrollo

En esta guía hemos insistido en que la existencia de legislación pertinente y actualizada a nivel nacional y así como

soporte que brinda el marco normativo internacional, son condiciones que favorecen la creación y ejecución de

políticas públicas de cultura. De hecho, la legislación es indispensable cuando se trata de promover políticas de

Estado de largo plazo, en lugar de políticas o lineamientos de una administración de gobierno dada, que pueden ser

cambiantes o acabar en un período específico.

La legislación también brinda una base de sostenibilidad de procesos que vinculan cultura y desarrollo, impulsados

mediante distintos tipos de políticas, en lugar de la elaboración de agendas de actividades culturales de corto alcan-

ce. Aún procesos de cultura y desarrollo de una alta complejidad como lo son los que se impulsan en las sociedades

multiculturales y multiétnicas de las Regiones Autónomas del Atlántico Norte y el Atlántico Sur de la Costa Caribe

de Nicaragua, tienen ya una garantía en la existencia de una base legal sólida que respalda el proyecto autonómico

regional. Así, todos los esfuerzos de creación de políticas e institucionalidad se apoyan en esta base.

Como parte de los aspectos que caracterizan a las políticas culturales de nueva generación, desde la segunda mitad

de la década de los 1990 se ha impulsado en países Latinoamericanos la creación de Leyes Generales de Cultu-

ra, evidenciando una transformación institucional profunda y una evolución sustantiva en el modelo de gestión de

cultura que supera el modelo sectorial fuertemente sesgado a las Bellas Artes y hacia la Protección del Patrimonio

Cultural, para avanzar hacia una concepción de cultura como derecho de todos los ciudadanos. Tal es el caso de

Colombia en donde “La ley General de Cultura cimenta las bases para el proceso de transformación de la cultura en

el país, fundado en los principios de descentralización, participación, planeación, autonomía territorial y competen-

cias territoriales” (Ministerio de Cultura de Colombia 2010:6).

En el caso de Ecuador, el involucramiento de la ciudadanía en la gestión de la aprobación de la Ley General de

Cultura, sea quizá uno de los rasgos más innovadores que pueden rescatarse porque rompe con la concepción tra-

dicional que prescribe que las leyes son hechas y gestionadas únicamente por elites expertas y bien posicionadas.

Pero más allá de esto, las nuevas posibilidades de gestión cultural que abren las leyes generales de cultura para la

ciudadanía, tienen implicaciones de suma importancia en el surgimiento de nuevos modelos de gestión y cogestión

de los recursos culturales localizados en territorios.

En muchos territorios Centroamericanos existe el potencial para diseñar y poner en marcha estrategias de desarrollo

local y regional con base en expresiones culturales (ya sea patrimoniales o no), o con estas como una posibilidad

de diversificación de las economías locales y regionales. Pero este potencial con frecuencia se ha deprimido por la

existencia de una legislación y políticas sobre el patrimonio cultural que no favorecen el desarrollo de este tipo de

estrategias, sino que parten de una visión de protección del patrimonio que prácticamente excluye una gestión local

y participativa del patrimonio. Este tipo de legislación y políticas entra en contradicción con el principio de partici-

pación y democracia, que implica el enfoque de derechos culturales y las políticas culturales de nueva generación.

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Pero por otra parte, la participación de las comunidades y de los sectores privados en la

gestión del patrimonio cultural, sin una adecuada comprensión sobre las especificidades

para su manejo y protección, y sin el acompañamiento técnico, monitoreo o seguimiento

por parte de las instancias responsables del cumplimento de las normas nacionales de

protección al patrimonio cultural, puede resultar también en usos indebidos que afectan al

patrimonio mismo.

Seguidamente se presentan tres ejemplos tienen como objetivo mostrar escenarios reales

donde la aplicación de la legislación para la protección de espacios culturales o bienes

considerados patrimonio cultural material en distintos países Centroamericanos, con-

ducen a distintas alternativas relacionadas con las posibilidades de diseñar estrategias

locales o regionales para el desarrollo de territorios. Cabe destacar que los ejemplos aquí

incluidos no agotan de ninguna forma las manifestaciones de las contradicciones entre la

legislación y la gestión local de las diversas formas patrimoniales materiales o inmateriales.

Pero en este apartado únicamente se aborda la problemática del patrimonio cultural

material relacionado con sitios arqueológicos e históricos.

Ejemplo 1: Las esferas de piedra en el Delta del Diquís, Pacífico Sur Costarri-

cense y las posibilidades de una estrategia de cultura y desarrollo

regional

En el Pacífico Sur costarricense se encuentra uno de los yacimientos arqueológicos más

importantes de Costa Rica (mapa 1). Las esferas de piedra originarias del cantón de Osa,

fueron descubiertas en el Delta del Diquís en el año 1939, por los trabajadores de la com-

pañía bananera “United Fruit Company”, quienes preparaban los terrenos para el cultivo

del banano, quedando a la vista de los trabajadores las esferas de piedra y otros objetos

restos y artefactos arqueológicos que fueron removidos.

Desde su descubrimiento, las esferas de piedra han atraído la llegada de arqueólogos, turistas nacionales y extranjeros y de pobladores locales para investigar y tratar de dar respuesta a las interrogantes que surgen alrededor de éstas; ¿quiénes y cómo las ela-boraron?, ¿para qué las hicieron?, ¿cuál es o era su función? Sin duda el conocimiento científico y el acervo local forman parte de la riqueza inmaterial que está estrechamente relacionado la materialidad las esferas. No obstante, aquí nos ocuparemos del tratamiento que se les ha dado en este último sentido.

En el año 1940 llegó a la zona la arqueóloga y etnóloga Doris Stone62, quien realizó trabajo de campo extrayendo esferas para llevarlas a la ciudad capital. A partir de entonces, una cantidad significativa de las esferas extraídas pasa a manos privadas. Esta práctica emi-nentemente extractiva y en muchos casos desprovista de medidas de protección sobre el patrimonio arqueológico de un país, también privó a la población local y nacional de conocer e interactuar con los recursos arqueológicos de la zona. La ruptura del vínculo entre el patrimonio arqueológico y la población local se repetirá años después de diferentes

62 Quien era además hija de uno de los propietarios de la Compañía Bananera.

75

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

maneras, lo cual confirmará un patrón que distancia y aísla estos recursos, haciendo difícil no sólo su adecuada protección sino su vinculación con el desarrollo local y regional.

Mapa 1: Sitios con Esferas de Piedra en el Pacífico Sur de Costa Rica

Fuente: Quintanilla, I (2007). Esferas Precolombinas de Costa Rica San José, Costa Rica: Fundación Museos del Banco Central, pp. 62.

Actualmente, las dos entidades rectoras en términos de bienes arqueológicos en Costa Rica son el Museo Nacional

y la Comisión Arqueológica Nacional. Sin embargo, no parecen haberse encontrado aún formulas idóneas o sufi-

cientes para el ejercicio de derechos culturales fundamentales de los costarricenses: el derecho al acceso y disfrute

al patrimonio cultural y la labor de fomentar dicho patrimonio. Lo cual incluiría no solo el cuidado físico de los sitios

arqueológicos, sino la promoción de conocimiento sobre estos, y de sus relaciones vivas con el patrimonio inmate-

rial que se encuentra en las localidades de la Región Brunca.

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A finales de la década de los 1990 el Museo Nacional de Costa Rica intentó sacar esferas

para exhibirlas en las salas del Museo en San José. Sin embargo, un grupo de colegiales

y vecinos de la localidad cerraron las calles, impidiendo la salida de las esferas y logrando

que se quedaran en la zona. Este incidente, que fue significativo en términos de la defensa

el carácter local del patrimonio arqueológico, provocó que el Museo Nacional entrara en

diálogo con la población local y decidieran no llevárselas. Posteriormente regresaron al

Cantón de Osa algunas esferas que habían sido trasladadas a San José, las cuales ha-

bían sido expuestas en salas del Museo, jardines u otros espacios josefinos. Asimismo,

las autoridades del Museo instaron a otras instituciones y personas que tuvieran esferas a

devolverlas a la zona de origen.

Imagen 1: Esfera en el Colegio de Técnico Profesional de Osa, Palmar Norte

Fuente: Quintanilla, I (2007). Esferas Precolombinas de Costa Rica. San José, Costa Rica: Funda-

ción Museos del Banco Central, pp. 101.

Las esferas que se han devuelto se exhiben en los parques públicos, instituciones locales

y otros sitios, permitiendo a la población y visitantes conocerlas. Algunas comunidades del

Valle del Diquís vigilan y cuidan las esferas con el apoyo del Museo Nacional. El acerca-

miento paulatino entre la población local y el Museo Nacional ha permitido mayor interac-

ción a partir de la creación del Sitio Arqueológico Finca 6, un proyecto impulsado por el

Museo en conjunto con las comunidades y diversas organizaciones locales y nacionales,

ubicado la localidad de Palmar, Finca 6, antiguo predio bananero perteneciente a la econo-

mía de enclave. El objetivo es convertir al sitio en un espacio de investigación y aprendizaje

sobre los antiguos habitantes del Delta del Diquís (Museo Nacional de Costa Rica 2012).

77

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

Mediante este proyecto, personas de la localidad se encargan de hacer recorridos guiados y explicar a los públicos

visitantes la historia y valor de las esferas63. Asimismo, anualmente se realiza el Festival de las Esferas en un es-

fuerzo tripartito que vincula al Gobierno Local del Municipio de Osa, al Ministerio de Cultura y Juventud y al Museo

Nacional de Costa Rica. Estos son ejemplos de colaboración que sin duda arroja luces sobre algunas formas de

cogestión del recurso cultural que podrían fomentarse.

No obstante, el desarrollo actual de estas actividades refleja aún serios vacíos de mane-

jo y apropiación de información relevante y oportuna para una puesta en valor sólida del re-

curso cultural, y para que la población local pueda contribuir sustantivamente a una educación so-

bre su cuido y valor. No hay alrededor de las esferas un repertorio complementario e informado64

sobre otros recursos culturales materiales e inmateriales de la región asociados a éstas, que en forma

programática, diversifique las oportunidades que pueden surgir de estos recursos y doten de contenidos cultura-

les locales a por ejemplo, el Programa del Festival de las Esferas. La Región Brunca sigue sin planes de manejo

integral del recurso cultural que permitan tanto su protección como su vinculación a proyectos y programas de

desarrollo sostenible con beneficio directo para la población local.

Una solución de este tipo requiere entender las limitaciones y oportunidades brinda la legislación nacional para es-

tablecer proyectos de cogestión de carácter más integral y de mayor escala con los territorios y comunidades. Una

de estas limitaciones es la legislación vigente que regula el patrimonio arqueológico, y que, como ha propuesto la

arqueóloga Ifigenia Quintanilla (2011) requiere de una actualización para posibilitar una estrategia de cultura y desa-

rrollo en la región Brunca, con participación de las comunidades y gobiernos locales en la gestión del patrimonio65.

Esta posibilidad adquiere resonancia con la declaración de interés público en la candidatura de los sitios arqueológi-

cos con esferas de piedra en el sureste de Costa Rica como sitio de patrimonio de la humanidad, ante la UNESCO,

mediante decreto ejecutivo en octubre del 201166.

Un análisis recientemente elaborado de la legislación sobre Patrimonio Cultural vigente en Costa Rica en el 201267,

que incluye el análisis específico de la ley de 1938: Ley que regula la Propiedad, la Explotación y el Comercio de Re-

liquias Arqueológicas (o Ley 7); Ley de 1981 sobre Patrimonio Nacional Arqueológico (o ley 6703), y la Ley de 1995

de Patrimonio Histórico- Arquitectónico de Costa Rica (o Ley 7555), llegó a los siguientes hallazgos y conclusiones:

• Las normas nacionales no le dan un concepto genérico ni englobante al tema de patrimonio cultural, sino que “pre-

sentan definiciones segmentadas y, si se quiere, especializadas”68. Por lo cual para ciertos efectos parece menos

problemático o más claro, recurrir a las normas supranacionales, que han sido aceptadas por el país. En el fututo, lo

recomendable sería crear una norma legal nacional englobante, general y unificadora sobre el patrimonio cultural.

63 La idea es desarrollar el “Parque Temático de las Esferas” Este proyecto involucra a la población, gobierno e instituciones del cantón de Osa, entes nacionales como el Museo Nacional de Costa Rica, Ministerio de Cultura y Juventud, e internacionales como la Sociedad Landsmarks, Universidad de Yale, Universidad de Pennsylvania, entre otros.

64 Que articulen por ejemplo, una red de investigaciones y procesos de revalorización cultural desde la modalidad de la inves-tigación – acción participativa y la arqueología social.

65 Quintanilla, Ifigenia. (2011). Consultoría: Plan de desarrollo local en torno al conjunto de sitios arqueológicos de la Región Brunca, Informe de consultoría no publicado, Oficina UNESCO para América central, San José.

66 Decreto Ejecutivo 36825 del 18 de octubre de 2011, publicado en La Gaceta 208 del 31 de octubre de 2011.67 Rodríguez, Luis (2012). Estrategia de análisis de la legislación costarricense en materia de Patrimonio Cultural, Informe de

consultoría no publicado, Oficina UNESCO para América central, San José.68 IBIDEM: 11.

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• No obstante, la legislación nacional vigente si garantiza al menos en términos normativos

la protección del patrimonio cultural en general y del patrimonio arqueológico en particular.

• El problema de la protección en términos prácticos, pasa más por una cuestión de

voluntad política para cumplir los cometidos de protección y fomento del patrimonio cul-

tural. La ausencia de esta voluntad también afecta al tema presupuestario indispensable

para la protección. Dicho tema se atiende en horarios restringidos, y en “oficinas aisla-

das con visión poco integradora”69. Dado que el disfrute del patrimonio es un derecho

humano, no se puede considerar que su entera protección y fomento sea tarea única de

un feudo institucional.

Asimismo, es posible que normativas complementarias a la lo establecido en la Consti-

tución de la República y en la legislación específica sobre patrimonio cultural, abra otras

posibilidades de manejo local de los recursos patrimoniales. En el caso de las esferas de

piedra, como lo señala Rodríguez, existe una Opinión Jurídica de la Procuraduría General

de la República70 que trata el tema de si es posible que el Museo Nacional ceda la custo-

dia de tales bienes a entes públicos y privados. La procuraduría considero que el museo

puede realizar préstamos temporales a las siguientes entidades: “Estados, organismos

internacionales, entes y órganos públicos, entidades privadas creadas o autorizada por ley

cuyos fines son coincidentes con los del Museo Nacional de Costa Rica, a las Asociacio-

nes de Desarrollo Integral de las Reservas Indígenas, a las entidades privadas cuyos fines

coinciden con los del Museo Nacional de Costa Rica, y éste requiere de su colaboración

para alcanzar el fin público, y a las personas físicas y jurídicas que forman parte de la co-

munidad científica”.

Imagen 2: Proceso recuperación de una esfera con la participación de vecinos

de la localidad

Fuente: Quintanilla, I. (2007). Esferas Precolombinas de Costa Rica, San José, Costa Rica: Funda-

ción Museos del Banco Central, pp.137.

69 IBIDEM 9470 Opinión Jurídica 033-J del 24 de febrero de 2003, redactada por el Procurador Constitucional

Fernando Castillo Víquez.

79

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

Ejemplo 2: El manejo de los recursos provenientes del Sitio Arqueológico COPAN: Encuentros y des-

encuentros entre Manejo Local y el Manejo Nacional

El parque Copán es un sitio arqueológico ubicado en el occidente de Honduras, cerca de la frontera con Guatemala.

Su mención más antigua es atribuida a Diego García Palacios en 1576, en sus cartas al Rey Felipe II de España.

Desde sus inicios Copán se ha considerado como un lugar que posee grandes riquezas culturales y artísticas here-

dadas del pueblo Maya, y constituye un referente principal en la Historia Maya de Centroamérica. Durante muchos

años ha sido un símbolo de identidad nacional hondureña, lo cual a su vez se ha convertido en un debate nacional

por el excesivo peso ideológico que adquirió en algunos momentos este discurso, para propulsar el proyecto de

una identidad nacional monolítica.

En 1980 la UNESCO declara al sitio Copán como Patrimonio Cultural de la Humanidad, abriéndose las puertas al

turismo, la investigación, la inversión nacional y extranjera, para proteger y conservar el recurso arqueológico.

Mapa 2: Parque arqueológico Copán Ruinas – Honduras

Fuente: Google Earth 2012.

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No obstante, de manera similar al ejemplo anterior, han existido a lo largo de los años en

los países Centroamericanos, tensiones entre las posibilidades de desarrollo local que

pueden generar los espacios culturales patrimoniales y sus necesidades de protección

y salvaguardia. En términos del Parque Copán, por sus características monumentales, el

sitio se convirtió en un atractivo turístico a nivel nacional, por lo cual esta cruzado también

por el manejo que hace el sector turismo y su entidad rectora.

Desde su fundación en 1952, las políticas impulsadas por el Instituto Hondureño de An-

tropología e Historia (IHAH), valorizaron al Sitio Arqueológico de Copán como un símbolo

de la identidad nacional hondureña, lo cual opacó por muchos años los legados culturales

que existen en el país, en su condición de sociedad multicultural y multiétnica. Durante el

gobierno de Manuel Zelaya Rosales (2006-2009), tanto la Secretaria de Cultura y Deportes

(SCAD), como el IHAH se propusieron ampliar sus acciones, y diseñar políticas incluyentes

y descentralizadas que llegaran a los diferentes pueblos indígenas y grupos étnicos asen-

tados en diversos territorios del país, proyecto que fue interrumpido71 y reorientado con el

Golpe de Estado en el 2009.

En términos de la gestión nacional del patrimonio, el IHAH continúa siendo formalmente

la institución rectora encargada de velar por la conservación, salvaguardia y difusión del

patrimonio cultural del país, por mandato legal otorgado por la Constitución de la Repúbli-

ca, artículos 172 y 173; la Ley para la Protección del Patrimonio Cultural de la Nación, el

Decreto Legislativo 220-97; la Ley Orgánica del IHAH, y los Convenios Internacionales en

materia de Patrimonio Cultural ratificados por el Estado Hondureño. Además, se encarga

de realizar investigaciones científicas en áreas como la arqueología, antropología social,

lingüística, arte, historia, entre otras.

No obstante, al igual que sucede con la institucionalidad encargada de esta función en

otros países Centroamericanos, el Instituto no cuenta con el suficiente apoyo financiero

por parte del Estado para cumplir con las funciones establecidas. En términos presupues-

tarios, el IHAH se financia “principalmente por recursos propios y por el tesoro nacional

que para el 2010 aportaron el 55.2% y el 43.3% respectivamente”72, a lo que se suma un

porcentaje menor de ayudas de la cooperación internacional (1.3%) y del sector privado

(0.3%). No obstante, la generación de los denominados “recursos propios” proviene fun-

damentalmente de la administración y manejo del Parque Copán. Al ser declarado Copán

un sitio de interés nacional con alta visitación turística, formalmente se establece que

los recursos generados en este sitio deben apoyar solidariamente el resguardo y

protección del patrimonio en otros sitios arqueológicos e históricos a nivel nacio-

nal, que es una responsabilidad del IHAH establecida en su ley orgánica.

71 Se destituyen los cuadros gerenciales del Instituto de la anterior administración.72 Leyva, Héctor. (2011). Informe de Consultoría, Oficina UNESCO para Centroamérica, San José,

Documento no publicado.

81

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

De tal forma que no sólo el funcionamiento del IHAH sino la gestión del patrimonio a nivel nacional es altamente

dependiente de la visitación turística al Parque Copán, realidad que liga estrechamente las gestiones del IHAH

con las de la rectoría de turismo en el pasado, en el presente y seguramente en el futuro, si se pretende plantear

estrategias de cultura y desarrollo se carácter integral. No obstante, hay que tomar en cuenta las necesidades de

manejo y protección del patrimonio cultural de Honduras son muy superiores a la capacidad de gestión técnica y

financiera del Instituto, el cual ha logrado habilitar al público “únicamente 3 de más de 3,000 sitios arqueológicos

identificados73” en el país.

A pesar del rol fundamental que cumple en IHAH de velar por el patrimonio cultural de Honduras, el que se invier-

tan los recursos económicos que genera el parque en el mantenimiento y gestiones del Instituto no es claramente

comprendido ni aceptado por la población del Municipio de Copán. De hecho, a partir del 2011 y en la actualidad,

autoridades Municipales y parte de la población local han manifestado su disconformidad. Según un estudio realiza-

do en el Departamento de Copán por un equipo de consultores74, es el uso de recursos para cubrir los gastos de la

institución, incluyendo salarios de los funcionarios, investigaciones y otros los que causan malestar, pues se arguye

que estos deberían ser asumidos por el gobierno. A causa de ello, los pobladores han manifestado su desacuerdo

en el actuar del IHAH, denunciando que dicho ente se queda con el 100% de los ingresos, sin destinar un porcentaje

para el desarrollo de proyectos en el Municipio de Copán. Aunque el municipio reconoce la capacidad del IHAH en la

administración del parque, solicita que se invierta en proyectos de desarrollo local y comunitario. Como parte de las

protestas, los indígenas Maya-Chortiz han tomado en varias ocasiones las instalaciones del Parque Arqueológico,

exigiendo su derecho sobre el sitio, como parte del legado cultural que les dejaron sus antepasados. Estos también

reclaman un porcentaje de los ingresos.

Por su parte, el gobierno local reclama que el parque se encuentra en su territorio político-administrativo y por ello

deben velar por la seguridad ciudadana de los turistas, por mantener las vías en un estado aceptable, recolectar la

basura, brindar a los turistas los servicios básicos como agua potable, electricidad, transporte, telefonía, entre otros,

y no ven reflejados los ingresos del sitio en el desarrollo comunitario de Copán. Asimismo, la actividad económica

de la microrregión gira alrededor de la conservación y el manejo del parque, de la visitación turística y los comercios

que se crean para brindarle servicios al turista e investigador.

Tanto el municipio como los pobladores locales se benefician de ingresos provenientes de los distintos servicios turís-

ticos generados a partir de la visitación al Parque. No obstante, la posibilidad de una gestión participativa del recurso

cultural es una alternativa que antes de eliminarse podría explorarse mediante proyectos experimentales de cogestión

y acompañamiento técnico entre el IHAH y las comunidades del municipio. Una condición indispensable para esto es

la estabilización de la situación particular del IHAH dentro del panorama político de Honduras post-golpe.

Sin duda se requiere del diálogo intercultural, de mayor flujo de información y de acuerdos colaborativos entre el

IHAH, el gobierno local y los pobladores de los territorios aledaños, para llegar a una solución que concilie la con-

servación y el manejo del recurso cultural con la dinamización de la economía territorial. Pero también se requiere

fortalecer la sostenibilidad técnica y financiera de las instituciones nacionales encargadas del patrimonio cultural a

73 IBIDEM.74 Secretaría de Agricultura y Ganadería. Estrategia Participativa para el Desarrollo Integral del Municipio Copán Ruinas. Depar-

tamento de Copán, Honduras, C. A. Pp. 84-85 Observado el 03 de febrero del 2012. Disponible en: http://www.sag.gob.hn/links/0404%20Copan,%20CopanRuinas%20PEDM.pdf

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nivel nacional. Una de las claves parece estar en la diversificación tanto de la economía

territorial, como de la gestión de los recursos financieros que soportan a la institucionalidad

que protege al patrimonio.

Además, en términos de las posibilidades de involucramiento de las comunidades en ini-

ciativas de arqueología social, precisamente la Guía de Espacios Culturales de la Caja

de herramientas UNESCO en Cultura y Desarrollo (Tamez 2012) reporta la existencia de

experiencias participativas e incluyentes de las comunidades en el manejo de espacios

arqueológicos en Guatemala, concretamente en el sitio Cancuén y en el triángulo cultural

Yaxha-Nakum-Naranjo en la región del Petén.

Ejemplo 3: El Manejo del Centro Histórico Casco Antiguo de Panamá con parti-

cipación de actores públicos/privados: el difícil balance entre desa-

rrollo económico y la salvaguardia del patrimonio.

A lo largo de su historia la ciudad de Panamá se ha ubicado en diferentes lugares. Origi-

nalmente se estableció en el sitio que hoy se conoce Panamá La Vieja. Durante la colonia

sufrió ataques de piratas por lo que se decidió trasladarla a lo que hoy es el Casco Antiguo

de Panamá, un sitio histórico que refleja varias influencias coloniales de origen francés,

caribeño, estadounidense, entre otros. Se fundó en 1673, y alrededor de la ciudad se

construyó un muro para detener los ataques de los piratas. Este cercado también excluía

a la población de sus alrededores de la interacción con la ciudad, estableciéndose esta

como el lugar de habitación de la élite en la época. Sin embargo la ciudad capital no se

conservó a salvo de ataques e incidentes y con el desarrollo del comercio transatlántico y

la economía canalera, sus funciones se trasladaron a lo que hoy se conoce como Ciudad

de Panamá. Siendo ésta en la actualidad una ciudad cosmopolita con gran flujo comercial

y de capital financiero.

El Casco Antiguo es un espacio que encierra historia y contribuye con el futuro panameño.

Por ello en 1997 fue declarado por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humani-

dad, convirtiéndose en un lugar idóneo para el turismo tanto nacional como extranjero,

favoreciendo el desarrollo local y la conciencia del valor patrimonial.

Varias administraciones de gobierno han implementado diversas acciones para la conser-

vación y restauración del patrimonio, con el apoyo financiero del sector privado y ONG.

En 1998, tras haberse declarado patrimonio de la humanidad, se crea la Comisión de Alto

Nivel para la Restauración y Puesta en Valor del Conjunto Monumental Histórico del Cas-

co Antiguo de la Ciudad de Panamá, que se encargó de elaborar un Plan Maestro para

ajustarse a los requerimientos de la UNESCO, el cual ya incluida el concurso del sector pri-

vado, si bien también incluía medidas de protección y salvaguardia correspondientes. En

el 2000 se fundó la Oficina del Casco Antiguo, que tendría como labor primordial ejecutar

los lineamientos establecidos en el Plan Maestro, instrumento principal de la nueva política

de manejo y protección del sitio.

83

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

Después de ser declarado Patrimonio de la Humanidad, el Casco se valorizó como atractivo y amenidad turística

para el sector privado. En especial para las corporaciones y compañías inmobiliarias, quienes son las que más in-

vierten en el Casco; dándose así dos situaciones que inciden en el desarrollo y el patrimonio.

La primera es la mejora de los edificios. Algunos fueron recuperados del abandono, re-adjudicándoles un funciona-

miento, algunas veces para servir de habitación y otras creando restaurantes, hoteles, que generan empleo dentro

del Casco. Sin embargo, algunas restauraciones no respetaron la arquitectura originaria y realizaron cambios en la

estética particular de los edificios.

Imagen 3: Edificio en Proceso de Restauración en el Casco Antiguo de Panamá

Fuente: Imagen extraída de la página Web de SkyscraperCity. Disponible en: http:/www.SkyscraperCity.com

La otra situación ha sido la venta de las propiedades a extranjeros o empresas, pasando a manos privadas, exa-

cerbándose el mercadeo y la especulación, que ofertan propiedades que se están restaurando, y dándose la opor-

tunidad de que personas extranjeras puedan concursar en la compra de ellas. Con esto, el manejo real del Casco

no sólo reproduce el carácter elitista que tuvo en el pasado desplazando a la población local, sino que contravenía

normas de protección.

A partir de éste hecho, el gobierno panameño busca la recuperación integral de las infraestructuras a través del

proyecto “Revive el Casco Antiguo”75 que se implementa a partir del 2004. El proyecto trata de concebir el Casco

75 Es la mejora del Plan Maestro para la Rehabilitación y Restauración del Casco Antiguo de Panamá.

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como un sitio multi-funcional o espacio vivo y no como un museo “muerto”. Es decir, un

espacio donde las personas puedan vivir, trabajar y realizar distintas actividades, salva-

guardando la integridad de los edificios, permitiendo la inclusión social. Espino et. al (2007)

resumen los planteamientos del proyecto en las siguientes consignas:

• Revive la calidad: intervención en infraestructura y servicios que optimicen la calidad

de vida a través de las mejoras en la calidad ambiental.

• Revive la arquitectura: recuperación de inmuebles.

• Revive el turismo: crear nuevos destinos atractivos para el turismo.

• Revive la comunidad: desarrollo e integración social.

• Revive el orgullo: promoción, divulgación de las obras y los planes.

Con el proyecto, se crean mejoras en los servicios y sectores públicos, se invierte en la

infraestructura de los edificios, y se promociona al Casco como un destino turístico. Uno

de los retos que se plantea el gobierno panameño es vincular significativamente el Casco

Antiguo con otros monumentos históricos y sectores de la ciudad; además de asociar el

patrimonio con tradiciones, creencias, obras artísticas, entre otros proyectos dentro del

Casco.

Sin embargo, existen proyectos como la construcción de la autopista alrededor del Casco

Antiguo (la “cinta costera”) que traen consigo impactos al patrimonio, y que amenazan con

incorporar al sitio dentro de la lista de Patrimonio de la Humanidad en peligro, afectando

la preservación del sitio histórico y al desarrollo local. La UNESCO se pronunció en contra

de las medidas que se han tomado para la construcción de la autopista, por ello indicó que

se debía detener el proyecto, ya que se ponía en peligro un Patrimonio Mundial.

Una de las causas que provocan acciones como las anteriores, es la normativa y los ins-

trumentos vigentes para la rehabilitación y restauración del Casco Antiguo; el marco legal

resulta muy general y los instrumentos para ejecutar las nuevas políticas sobre el

sitio han resultado insuficientes para regular adecuadamente su uso. No se adap-

tan a la problemática específica inherente al patrimonio cultural ni a las funciones sociales,

económicas y culturales que puede jugar dentro del complejo más amplio que es la Ciudad

de Panamá. Además, se carece de un inventario completo sobre el estado de los bienes

inmuebles; dándose una debilidad a la hora de actuar en pro del patrimonio.

Este ejemplo, a diferencia de los anteriores, señala que si bien la intervención directa de

los sectores privados en el uso del patrimonio puede traer consigo una dinamización de

la economía local, dicho uso puede también llegar a ser excluyente y poco democrático,

si las normas e instrumentos que protegen a los espacios patrimoniales como espacios

vivos, no contemplan toda la complejidad de medidas que combinan la salvaguardia del

patrimonio con el desarrollo.

85

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

En síntesis, los ejemplos planteados anteriormente permiten señalar que si los países Centroamericanos se deciden

a impulsar estrategias de cultura y desarrollo, uno de los primeros pasos es la revisión y actualización del marco

normativo sobre el patrimonio cultural vigente en cada país que implican las expresiones materiales e

inmateriales. Esta revisión debería incluirse precisamente, en los Proyectos de Ley que actualmente se impulsan

para la creación de Leyes Generales de Cultura, que forman parte del surgimiento de políticas culturales de nueva

generación.

El diseño y la gestión de instrumentos de política cultural

Los instrumentos de políticas son aquellos instrumentos y mecanismos que posibilitan la puesta en práctica las

políticas públicas. La característica que los distingue es que son medios para lograr objetivos mayores y no

fines en sí mismos. Son distinguibles porque no cumplen la función legislativa, normativa y estructuradora de insti-

tucionalidad a nivel macro que si tienen las políticas, las leyes o los sistemas de cultura. También se distinguen por

su naturaleza práctica orientada a lograr objetivos y a solucionar problemas.

Hay una gran cantidad y variedad de instrumentos de política que han generado los países. Se trata de un campo

vasto y diversificado que incluye desde instrumentos de carácter tecnológico como podrían ser los Sistemas de

Información Cultural (SIC), hasta instrumentos socio institucionales como la reglamentación de consejos regionales

o locales para el desarrollo cultural o la protección y salvaguardia de expresiones culturales.

Sin embargo, al igual que los otros elementos constituyentes del ámbito de las políticas culturales en sentido amplio,

los instrumentos de política pueden emerger en cualquier momento del proceso. Incluyendo ahí donde aún

no se ha formulado el documento oficial de la política, pero en donde ya se ha intencionado todo un proceso para

que la política cultural tenga las condiciones adecuadas para su emergencia, y pueda entrar en ejecución impulsan-

do un proyecto dado de desarrollo cultural o una transformación estratégica.

En este apartado nos limitaremos a señalar algunos instrumentos que han demostrado su efectividad en distintos

países, aunque tengan aun relativamente pocas aplicaciones en la región Centroamericana. En algunos apartados

anteriores de esta guía se ha hecho mención a instrumentos de política varios, tales como los Planes de Acción para

la Ejecución de Políticas Nacionales de cultura.

Para tal fin enfocaremos en instrumentos de política orientados a:

Fortalecimientosocio-institucional

• Consejosregionales y locales

• Programadeconcertación

Informacion y conocimiento

SIC

Planificación

• Planesterritorialesde desarrollo cultural

• Agendasdedesarrollo cultural de municipios

Financiamiento

• Fondosparaprocesos de revitalización cultural

• Programasdeincentivos

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INSTRUMENTOS PARA EL FORTALECIMIENTO SOCIO-INSTITUCIONAL

Instrumentos para el Fortalecimiento de los Consejos de Cultura

La creación de consejos de cultura de distinto alcance (nacional, regional, local) se ha im-

pulsado en varios países para establecer órganos de participación y deliberación para la

toma de decisiones de carácter descentralizado, que actúen como enlaces para la imple-

mentación de políticas culturales, con responsabilidades particulares según el nivel.

En los modelos de Políticas Culturales de nueva generación, también ha surgido la figura

de los Consejos Nacionales de Cultura, los cuales están conformados por una amplia

gama de actores y que, al adquirir responsabilidades como Consejo, representan un vía

mediante la cual la cuestión cultural deja de ser únicamente un asunto sectorial para invo-

lucrar a los distintos actores de un país. Este tipo de Consejo se está impulsando actual-

mente como parte del proceso de creación de una Política Nacional y una Ley General de

Cultura en Costa Rica.

Por otra parte, existen países donde se ha impulsado la conformación de Consejos de Cul-

tura Regionales y Consejos de Cultura Locales, los cuales se agrupan en torno a regiones

y municipios / territorios respectivamente-. Este es el caso de la experiencia Hondureña

en donde desde el año 2008 se impulsó la creación de este tipo de Consejos, como una

estrategia para descentralizar el proyecto de Política Nacional de Cultura que en ese en-

tonces se estaba impulsando.

Aquí nos concentraremos en la importancia de contar con instrumentos de reglamentación

de los Consejos regionales y locales, que puedan guiarlos a la apropiación efectiva de sus

funciones. Al tratarse de nuevas formas de institucionalidad cultural y la participación de

ciudadanos y actores locales, en funciones que no han ejercido antes, la reglamentación

de los consejos les permite entender mejor a los actores respectivos cuáles son sus funcio-

nes y responsabilidades respectivas y darse una idea de las capacidades, competencias

y recursos que se requieren para el cumplimiento efectivo de dichas funciones y deberes.

Imagen 4: Consejo Regional

Centro A,

Honduras. Taller

de Evaluación

Intermedia.

Fuente: © Oficina

UNESCO San José

87

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

Tanto los consejos de regiones específicas como los consejos locales que interactúan con estos, forman parte de

una nueva institucionalidad bajo una lógica de descentralización de la gestión cultural. Pero las funciones y

competencias de cada consejo son de naturaleza distinta.

En la experiencia de Honduras, los Consejos Regionales de Cultura tienen la función de fortalecer las redes y

circuitos patrimoniales, materiales e inmateriales, entre localidades y municipios de los departamentos, mediante el

diseño de estrategias regionales de cultura. Deberán velar también por la implementación de políticas culturales

relacionadas con fomento de la cultura y las artes, la preservación del patrimonio, la ampliación de la infraestructura

cultural y la promoción de la diversidad cultural de la región. Otra de las funciones clave de dichos consejos, es

propiciar la consolidación de los consejos locales y municipales de cultura como base de la implementación

de sus estrategias y políticas regionales. Asimismo, a nivel país, los consejos deberán acompañar la construcción

de políticas nacionales. Para lograr lo anterior, los Consejos Regionales deberán planificar, presupuestar y gestionar

la inversión cultural en su región en función de los circuitos culturales y las cadenas de valor priorizadas por los con-

sejos locales de cultura. Se convierten en una plataforma de participación de distintos actores, con representantes

de los consejos locales (Programa Conjunto Honduras 2012b).

Mientras, los Consejos Locales de Cultura propician la participación organizada de la ciudadanía de territorios y

municipios en la gestión de políticas culturales e inciden en el fortalecimiento de las municipalidades En este sentido

los consejos locales se convertirían en organismos de concertación entre las autoridades locales y la sociedad civil

y están conformados por representantes de organizaciones ciudadanas. Asimismo, deben orientar la definición de

políticas culturales y propuestas para su implementación a nivel local, defendiendo los intereses de los habitantes

locales. (Programa Conjunto Honduras 2012c).

La especificidad de las funciones y competencias de cada órgano y su complementariedad está orientada a permitir

que los intereses y expresiones culturales materiales e inmateriales del nivel local y territorial puedan emerger, y a la

vez escalar o tener voz en el nivel regional, como antesala de su resonancia en el nivel nacional76. De hecho, lo que

propone el Proyecto de la Ley General de Cultura de Honduras es que desde esta base territorial de los Consejos

Regionales y Locales, se constituya un Consejo Nacional de Cultura, el cual interactuaría en varios momentos con

los consejos sectoriales de cultura (cinematografía, libro, patrimonio, etc.), los cuales tendrían que crearse. Pero más

allá de esto, tanto la conformación de los Consejos como su interacción constituyen prácticas democráticas emer-

gentes de participación ciudadana, en donde a la par de la puesta en valor de las expresiones culturales, se dirimen

intereses de desarrollo local que resultan básicos para sus habitantes. De esta manera se propicia y evidencia el

vínculo entre cultura y desarrollo.

En este sentido, el porvenir de esta arquitectura institucional cultural dependerá en mucho de la estabilidad política

que en los próximos años logre Honduras como país y sistema nacional. Puesto aunque nuevas formas instituciona-

lidad e iniciativas surjan en el nivel territorial, y se conviertan en el germen de políticas culturales venideras o políticas

de hecho en el escenario local, su escalamiento y contribución a la gestión de la diversidad cultural de país se hace

difícil sin una articulación que pueda fortalecerlas.

76 Esto sobre todo, para las expresiones y recursos culturales que permanecen aun circunscritos en el nivel local. Puesto que hay otras expresiones que surgen en el nivel local pero que por su importancia estratégica son asumidos de manera más expedita por el nivel nacional. Un ejemplo de estos son espacios culturales como sitios arqueológicos y sitios históricos.

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En los anexos 3 y 4 insertos al final de esta Guía, se encontrarán los formatos de la regla-

mentación para los Consejos Regionales y Locales de Honduras, que fueron trabajados en

el Marco del Programa Conjunto de Naciones Unidas en ese país.

Un Programa para la Concertación:

La concertación ha sido y será un logro decisivo para la ejecución de políticas culturales

bajo cualquier modelo. Cuando se impulsa un modelo de políticas culturales de nueva

generación, la tarea de articular dinámicamente todas las partes puede resultar muy com-

pleja. Y más lo es la distribución equitativa de las oportunidades creadas con la instalación

de un modelo de políticas culturales que tiene como misión aplicar un enfoque de dere-

chos y democracia cultural. Es por esto que resulta interesante explorar la experiencia del

Programa de Concertación establecido en Colombia.

Este se creó para ejecutar la Política de Concertación, la cual se orientó a apoyar

instituciones y organizaciones culturales de diverso nivel de desarrollo, cobertura y ubica-

ción geográfica, para que sean capaces de satisfacer en forma flexible a las demandas de

las comunidades e impulsar procesos de participación, dando a este servicio estabilidad

frente a acontecimientos coyunturales y aportando al fortalecimiento de la institucionalidad

cultural. Con esto también se busca mejorar la interacción entre niveles institucionales

retomando el principio de subsidiariedad (Ministerio de Cultura de Colombia 2009:590)

OBJETIVO GENERAL DE LA POLÍTICA DE CONCERTACIÓN EN COLOMBIA

“La política de concertación, acorde con la Constitución Política, la Ley General de Cultura

y con el plan nacional y los planes municipales de desarrollo, busca impulsar, estimular y

hacer visibles procesos, proyectos y actividades culturales de interés común, en el marco

del reconocimiento y el respeto por la diversidad cultural de la nación colombiana, que

contribuyan a democratizar el acceso de las personas y las instituciones a los diferen-

tes bienes, servicios y manifestaciones culturales. Apoyar iniciativas culturales le permite

vincularlas al desarrollo local, regional ó nacional, articular diferentes sectores, generar

capacidades, fortalecer el Sistema Nacional de Cultura y aportar a la convivencia y al cre-

cimiento con equilibrio, equidad y sostenibilidad. Para lograr lo anterior las organizaciones

culturales del país de diverso nivel de desarrollo, cobertura y ubicación geográfica, presen-

tan proyectos culturales, respondiendo a una convocatoria anual que precisa procesos de

selección sistemáticos, de seguimiento al uso de los recursos públicos y de evaluación de

sus efectos culturales, tanto en las instituciones favorecidas, como en las propias comu-

nidades en las que se actúa, a través del apoyo financiero a los proyectos” (Ministerio de

Cultura de Colombia 2009: 594)

89

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

El Programa Nacional de Concertación también fue creado para cumplir la función de democratizar y descentralizar

el acceso a bienes, servicios y manifestaciones culturales, mediante la difusión amplia de procesos, proyectos y

actividades culturales (Ministerio de Cultura de Colombia 2010a). Además de apoyar los talentos, el Programa vela

porque el acceso cumpla el principio de equidad ahí donde la situación de pobreza, discapacidad, riesgo

o vulnerabilidad de grupos étnicos, etarios, o por condición de género, establecen brechas que deben aten-

derse con estrategias diferenciadas. Asimismo, el programa también redistribuye recursos para actividades

que, como la investigación cultural, tiene pocas posibilidades de llevarse a cabo con recursos propios en zonas de

riesgo.

INSTRUMENTOS PARA LA PLANIFICACIÓN DE POLÍTICAS QUE INTEGRAN CULTURA

Y DESARROLLO

Planes Estratégicos de Desarrollo Cultural y Agendas Municipales

Las políticas se implementan a través de planes, que se constituyen en los medios o instrumentos para lograr el

cambio deseado. Esto ocurre también en el nivel local y territorial donde la participación de la ciudadanía, las au-

toridades y los actores público/privados en la construcción de un futuro deseado y el bien común, encuentra

en los planes de desarrollo un punto de partida para organizar su energía social y compartir y distribuir responsa-

bilidades con miras a conseguir objetivos estratégicos.

Antón, señala que (2006: 29-30) que un Plan Estratégico de Desarrollo es un instrumento de gestión del desarro-

llo local, un proceso creativo orientado hacia la acción, que identifica los medios reales y las acciones prioritarias

y estratégicas para lograr objetivos. Para el autor, un elemento clave para el éxito de las políticas y objetivos de

desarrollo es saber diferenciar entre iniciativas locales y estrategias de desarrollo. En estas últimas hay una visión

compartida, se movilizan los actores locales y se suman esfuerzos, recursos financieros, recursos técnicos y de otra

índole y se quiere llegar a otro escenario que pueda implicar un proceso de 5 a l0 años plazo, que traiga consigo

una transformación sustantiva orientada por un proyecto común.

Dada la integralidad de la cultura misma, un Plan Estratégico de Desarrollo Cultural no puede ser nunca una agen-

da de actividades aisladas, sino una estrategia viable y bien informada sobre el potencial cultural, los riesgos y

amenazas que se ciernen sobre los recursos patrimoniales, expresiones culturales e identidades de comunidades

y pueblos. Asimismo, la cultura tiene relaciones fluidas con otras dimensiones como la economía, el ambiente y los

distintos ámbitos de lo social (salud, educación, etc.) por lo que un Plan Estratégico incluye estas dimensiones

y ámbitos pero partiendo de la cultura misma para abordarlos y dándole a esta un lugar preponderante. Otra

característica particular de los Planes de Desarrollo Cultural es que ninguna comunidad y pueblo está aislada y se

encuentran por el contrario en contacto permanente con otras culturas y territorios. Por tanto, un Plan de Desarrollo

Cultural debe también contemplar el peso de estas relaciones y la necesidad de instalar mecanismos de diálogo

intercultural, arreglos y concertaciones, lo cual adquiere peculiaridades cuando se trata de territorios multiétnicos y

pluriculturales.

Cuando los planes de desarrollo cultural de territorios específicos cuentan con una estructura sólida y consensua-

da con los distintos actores y organizaciones ciudadanas – producto de la participación civil- y con estrategias de

ejecución que parten de las características del tejido social de las comunidades, generalmente pueden responder a

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las demandas de bienes y servicios culturales de nivel local. Asimismo, un Plan de Desa-

rrollo Cultural Territorial debe partir necesariamente de los contenidos y recursos culturales

endógenos. Pero esto no quiere decir que en algunos aspectos y momentos, se pueda

recurrir a otro tipo de recursos técnicos o financieros, que puedan mejorar e innovar lo que

los territorios mismos ofrecen, sobre todo en términos de planificación y gestión.

Dos ejemplos de instrumentos participativos de planificación y gestión del desarrollo cul-

tural pueden encontrarse en Nicaragua y Honduras, desarrollados en el Marco de los

Programas Conjuntos de Naciones Unidas en los respectivos países. Se trata de los

de Planes Estratégicos de Desarrollo Cultural en la Costa Atlántica de Nicaragua y las

agendas Municipales de Cultura en Municipios de Honduras.

En el caso de la Costa Atlántica de Nicaragua, los Planes Estratégicos de Desarrollo Cul-

tural se elaboraron participativamente en cada pueblo o comunidad étnica presentes en

las dos Regiones Autónomas: La Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN) y la Región

Autónoma del Atlántico Sur. En estos planes se definieron actividades en el ámbito cultural

para un plazo de 5 años, dirigidas a promover, recuperar, revitalizar, proteger, salvaguar-

dar y preservar los conocimientos y saberes, manifestaciones y expresiones culturales,

recursos y riquezas culturales, e infraestructura cultural de los pueblos indígenas y afrodes-

cendientes de ambas regiones.

Dichos pueblos y comunidades ya contaban con la experiencia de haber desarrollado pro-

cesos de revitalización cultural de algunas de sus expresiones culturales, y con el antece-

dente inmediato de haber participado en el mapeo e inventario de sus recursos culturales.

Todo lo cual contó con el concurso y apoyo de las autoridades regionales y territoriales.

Asimismo, todas estas acciones estuvieron enmarcadas en la visión del Proyecto Autonó-

mico de la Costa Caribe y de la cultura (traducida en diversidad cultural) como el ámbito a

fortalecer para sustentar la autonomía.

Para la elaboración de los planes, se firmaron Partnership Agreements entre cada uno de

los gobiernos regionales y la UNESCO. Los planes se impulsaron con el objetivo de que se

convirtieran en el marco normativo para el desarrollo de la gestión cultural en am-

bas regiones. En el caso de la RAAN, la demanda del gobierno regional aceleró el proce-

so de la creación de una Política de Desarrollo Cultural Regional a la par de la elaboración

de los planes. Para esto se creó una Comisión de Trabajo integrada por los siguientes

actores (GRUN, FODM 2011)

• El Consejo Regional de la RAAN: Como el órgano máximo responsable que lidera la

Comisión de Trabajo en mención. Incluye la Comisión de Cultura del Consejo de la

RAAN como responsable de velar por el desarrollo, la gestión y la promoción cultural y

la Comisión de Turismo que trabaja estrechamente con la Comisión de cultura.

• El Gobierno Regional RAAN: Como el órgano ejecutivo que tiene en la Secretaría de

Cultura como entidad responsable de organizar y conducir las actividades de gestión

91

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

promoción cultural en la región, ejecutando los distintos programas y planes en dialogo con el liderazgo de los

pueblos indígenas y afrodescendientes.

• El Instituto Nicaragüense de Cultura (INEC): Como institución rectora de las políticas culturales y planes de

desarrollo cultural a nivel nacional, que cuenta con un enlace institucional en la región y participación directa y

permanente.

Asimismo, en el marco del desarrollo del Programa Conjunto en la región, se invitó a participar en la Comisión de

Trabajo a la UNESCO al Centro para la Autonomía y el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CADPI) la cual es una

ONG de raigambre local, con experiencia en conducir el diagnóstico y mapeo cultural que realizó el Programa Con-

junto como la principal base de información actualizada sobre la situación y los recursos culturales de los diferentes

pueblos indígenas y afrodescendientes de la Región.

La elaboración de los planes estratégicos de desarrollo tuvo variaciones en la RAAN y La RAAS por las caracterís-

ticas particulares de cada una de estas regiones y las decisiones adoptadas por sus órganos de gobierno y autori-

dades. Pero puede decirse que hay tres antecedentes inmediatos que influyeron de manera decisiva en el proceso

de elaboración de los Planes:

El Diagnóstico y Mapeo Cultural de los Pueblos Indígenas y Afrodescendientes de la RAAN y la RAAS.

Puede decirse que los planes empezaron a construirse desde el mapeo de los recursos culturales de los pue-

blos, comunidades y territorios (Mískitu, Sumu-Mayangna, Ulwa, Rama, Creole y Garífuna), pues se trató de un

proceso altamente participativo, de investigación y construcción colectiva, donde surgieron los distintos ámbitos

que sustentan la diversidad cultural de las regiones, sus principales expresiones culturales e indicadores clave

que distinguen a estas culturas. El diagnóstico y el mapeo proveyeron de un acervo de información clave a los

planes, dentro de un proceso legítimo, que sentó un punto de partida o línea base para proponer que debería

hacerse en el futuro.

La Devolución de Resultados del Diagnóstico y Mapeo Culturales: La devolución tuvo objetivos múlti-

ples incluyendo el compartir hallazgos que propiciaron el dialogo intercultural. Se identificaron acciones para la

promoción y protección de las expresiones culturales y modos de vida mediante la aplicación de análisis

FODA y la sistematización de recomendaciones. De aquí surgieron propuestas para impulsar acciones de fo-

mento, protección, revitalización, capacitación y gestión del desarrollo cultural. Todo esto brindó ya una serie de

contenidos y lineamientos tanto para la elaboración de los Planes como para la construcción de una propuesta

de política cultural que lideró la RAAN.

La Formulación y Aprobación de una propuesta de Política para el desarrollo Cultural de las regiones.

El diseño de esta política constituye una demanda surgida en este proceso, se elaboró un documento con una

propuesta de política para el desarrollo cultural de las regiones autónomas. Dicha política se definió como el ”

….conjunto de lineamientos, estrategias, programas, proyectos, medidas y acciones, e institucionalidad, que en

los ámbitos público y privado, y enmarcados en el derecho internacional, la constitución política y marco jurídico

particular que sustenta el Régimen de Autonomía, rescaten, protejan, revitalicen, reafirmen, fortalezcan, conso-

liden y aseguren esos modos de vida, sistemas de valores, tradiciones, creencias, conocimientos tradicionales,

modelos de desarrollo, visiones y espiritualidad de los pueblos indígenas y afrodescendientes en ambas regiones,

así como el reconocimiento, respeto y ejercicio pleno de sus derechos culturales (IBIDEM:4)”. El documento de

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política fue aprobado por el Consejo Regional Autónomo de la RAAN, y su contenido

fue publicado en La Gaceta, Diario Oficial, No. 174 del 16 de septiembre de 2011, pero

ha sido sometido a revisión posteriormente y existente propuestas e enmiendas. Mien-

tras tanto en la RAAS se realizó un proceso de Planificación estratégica. Es importante

señalar que la política fue elaborada mientras aún se desarrollaban los procesos de

elaboración de los planes.

Con todos antecedentes, los principales pasos metodológicos para desarrollar los planes

estratégicos de desarrollo cultural por pueblo o territorio fueron los siguientes (FODM,

Programa Conjunto “Revitalización Cultural y Desarrollo Productivo Creativo en la Costa

Caribe de Nicaragua” (2012b: 3)

a) Revisión de Documentación Pertinente para la Formulación de los Planes:

Incluyendo todos los informes generados en el Diagnostico y Mapeo de Recursos

Culturales, memorias de talleres, documentos que arrojan luz sobre la situación

de la tenencia de la tierra, entre otros. En este sentido, el proceso contó con un

acervo de información relevante que permitió la elaboración de Planes informados,

y no basados mayoritariamente en percepciones.

b) Proceso de Consulta para la Formulación de los Planes: La consulta fue

estructurada a partir de una serie de talleres participativos que reunieron actores

culturales, autoridades comunales, territoriales, representantes institucionales del

gobierno regional y central y representantes de la sociedad civil, en los cuales se

hicieron análisis de la situación particular que afecta a los pueblos indígenas y

afrodescendientes en ambas regiones, se elaboraron matrices FODA y definieron

de acciones a incorporar en los planes.

c) Elaboración de las Propuestas de Planes de Desarrollo Cultural: A Partir de

los insumos recogidas en los pasos anteriores, se procedió a hacer documentos

con propuestas de planes de desarrollo cultural según los distintos pueblos que

habitan las dos regiones. Dando como resultado propuestas de Planes Estratégi-

cos de Desarrollo Cultural por pueblo y una serie de Planes de Desarrollo Cultu-

ral de carácter operativo –territorial.Cabe señalar que si bien todo el proceso de

elaboración de los planes fue participativo, en ambas regiones hubo la necesidad

de contratar diferentes consultorías para apoyar técnicamente el proceso. En el

caso de la RAAS se contrató a un consultor y en la RAAN la ONG local CADPI

jugó un papel clave en términos técnicos. Si bien la coordinación de éstos con las

Secretarias de Cultura, la UNESCO, con la coordinación del Instituto Nicaragüen-

se de Cultura y las Comisiones de cultura, educación, deporte y planificación de

los respectivos Consejos Regionales fue permanente, se evidencia una vez más

que muchas regiones, territorios y localidades de Centroamérica no son autosu-

ficientes en términos de cuadros técnicos de nivel endógeno que probablemente

permitirían abordajes más especializados y diferenciados en las distintas culturas.

93

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

d) Validación de las Propuestas de los Planes de Desarrollo Cultural: La validación no se desarrolló en

forma completa y óptima por limitaciones de tiempo y recurso en la práctica. En el caso de los Planes Estra-

tégicos de Desarrollo cultural se desarrollaron algunos talleres in situ. Y en el caso de los Planes Operativos,

se hicieron consultas directas e indirectas a autoridades locales. Finalmente se entregaron los planes a los

respectivos.

La sistematización completa de la metodología seguida (incluyendo los pasos en la ejecución de los talleres para la

elaboración de los planes), así como los planes de desarrollo cultural elaborados por pueblo o territorio de ambas

Regiones Autónomas, puede encontrarse en los Anexos 5 y 6 de esta guía. Una lección aprendida que se des-

prende de dicha sistematización es la necesidad de fortalecer la institucionalidad local para viabilizar la ejecución de

los planes.

Otro ejemplo de instrumento de planificación y gestión para el desarrollo cultural que puede resultar muy útil para

los países, es la construcción de Agendas Municipales de Cultura. Idealmente estas agendas deben ser comple-

mentarias y afines con un proceso de construcción institucional de planes regionales y locales de desarrollo cultural

de pueblos y territorios similares a los antes descritos. Un ejemplo que ilustra lo anterior es el proceso de construc-

ción de la Agenda Cultural del Municipio de San Pedro Sula, Departamento de Cortés en Honduras.

Dichas agendas no constituyen una herramienta aislada sino que son un eslabón en un encadenamiento de

acciones que pretende darle porosidad a la planificación y la gestión de las políticas territoriales en el ámbito local:

“La agenda Cultural de San Pedro Sula es la culminación de una proceso de formación y fortaleci-

miento de Consejo Regional de Cultura, y el inicio de un proceso coordinado de la gestión cultural en-

caminado a la construcción de Estrategias Municipales, Regionales lo mismo que políticas Culturales

Regionales y la Ley Nacional de Cultura” (Programa Conjunto Creatividad e Identidad Cultural para el

Desarrollo Local; FODM, 2011: 1)

De hecho, si bien hubo participación directa de los actores públicos y privados del Municipio, actores culturales,

ciudadanos en la elaboración de la agenda también participaron directivos del Consejo Regional de Cultura

de la Región Norte A; y técnicos de las agencias líder de Naciones Unidas en el Marco del Programa Conjunto.

Lo cual expresa un interés de encadenamiento de una institucionalidad que aborda en nivel local, pero que va más

allá de este.

La agenda fue formulada mediante la organización de un taller que abordó la realidad cultural del municipio, y con

el objetivo expreso de propiciar alianzas para la construcción de estrategias culturales municipales y la gestión del

desarrollo a través de la cultura (IBIDEM). Para la construcción de la Agenda de Cultura del Municipio se siguió la

siguiente metodología:

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FIGURA 7: Pasos metodológicos para la Construcción

de la Agenda Cultural Municipal

Municipio del Valle del Sula, Departamento de Cortés, Honduras

Fuente: Elaboración propia con información de (Programa Conjunto Creatividad e Identidad Cultural

para el Desarrollo Local; FODM, 2011)

En el anexo 7 de esta guía puede encontrarse la Propuesta de Agenda Municipal de Cul-

tura San Pedro Sula, Cortés, Honduras.

INSTRUMENTOS DE INFORMACIÓN Y CONOCIMIENTO

La definición y el diseño de políticas públicas requieren de procesos de toma de decisiones

y por tanto, de información veraz y confiable que las sustente. Una política debe compro-

bar que la propuesta que le sirve de base es, además de apropiada y legitima, necesaria

para lograr un mayor y mejor nivel de desarrollo para todas las personas.

Una de las finalidades de los sistemas de información cultural (SIC) y sus instrumentos

conexos tales como los inventarios y mapeos de recursos culturales y los sistemas de indi-

cadores es, precisamente, apoyar la toma de decisiones de actores sociales e instituciona-

les, ya sea de nivel local o nacional. Por sus características, estos instrumentos son útiles

para la planificación y la gestión de procesos de mediano y largo plazo, es decir la parte

prospectiva del diseño y ejecución de políticas. En este sentido la Guía para el Desarrollo

de Sistemas de Información Cultural en Centroamérica (Leyva 2012), integrada a la Caja

de Herramientas UNESCO en Cultura y Desarrollo, resulta una valiosa herramienta para

• Valle del Sula • Desarrollo, recursos

culturales.

• Causas• Efectos

• Mapeo Actores• Análisis potenciales

y limitaciones

• Visión• Misión• Principios y

valores

• De acciones estratégicas

• De Acción Cultural

ContextoÁrbol

Problemas

Instituciones Marco Estratégico

Planes

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Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

comprender las múltiples utilidades que estos instrumentos brindan a la gestión de políticas culturales. Una de las

propuestas valiosas de la guía mencionada, es entender que el elemento tecnológico es un aspecto importante y un signo clave de nuestro tiempo en la era del conocimiento y la información, pero que sin el desarrollo de capacidades humanas adecuadas que puedan soportar verdaderas redes sociales de conocimiento, las posibilidades reales de lo tecnológico pueden sobrevalorarse.

El conocimiento y la información son fundamentalmente expresiones culturales de las sociedades, que han pasado y pasarán por largos procesos inter-generacionales de perfeccionamiento. Si esto se toma como punto de partida, los instrumentos de información y conocimiento para valorizar y proteger las expresiones culturales pueden ser muchos y no únicamente aquellos que suelen multiplicarse más, tales como la geo-referenciación de expresiones culturales o los Directorios de Portadores de conocimiento y Expresiones culturales. La proliferación de los avances tecnológicos y el abaratamiento de ciertas tecnologías también podría hacer más viable el registro fotográfico y de video de las produc-ciones culturales, desde la perspectiva propia e interna de las comunidades étnicas y culturalmente diversas, siempre tomando en cuenta aspectos limitantes y potenciadores tales como la brecha tecnológica que afecta a las localidades rurales Centroamericanas o la proclividad de las generaciones jóvenes de manejar más fluidamente estas tecnologías o las necesidades de capacitación inherentes. Todas estas herramientas pueden actuar como respaldo de políticas culturales de promoción, salvaguardia y protección de expresiones patrimoniales o no.

Por otra parte, mantener viva la red social de conocimiento y la transferencia inter-generacional del patri-monio que es básica para soportar los beneficios de las plataformas tecnológicas, requerirá que las políticas cultura-les promuevan con sus acciones, una frecuencia considerable en el encuentro entre generaciones portadoras de conocimiento y otras generaciones locales que por distintas razones, de han alejado o desligado de los proceso de transferencia cultural del conocimiento o endoculturación . Para lograr esto, pueden realizarse ac-ciones muy directas y simples tales como talleres o encuentros entre jóvenes y portadores (as) de conocimiento, tal y cual ha fomentado el Ministerio de Cultura de Costa Rica (OEA 2011:31-32), o bien impulsar redes de investigado-res culturales endógenas en territorios étnicamente diferenciados, como se ha hecho en esfuerzos de revitalización cultural en la Costa Atlántica de Nicaragua, y en el rescate de las expresiones culturales de las Comarcas Indígenas Panameñas en el marco de las acciones e protección del Patrimonio Nacional impulsadas el Ministerio de Industria y Comercio de Panana (MICI).

Finalmente, la OEA reporta una experiencia interesante en términos de la identificación de medios para promocio-nar la diversidad cultural, el dialogo intercultural y reducir costos de contactos y realimentaciones regionales con la iniciativa Atlas del Caribe. (OEA 2011:48). Debido a las características de locación insular de la gran región Caribe, su nivel de desarrollo dispar y su identidad multiétnica, los costos de promocionar dicha diversidad cultural se incrementan. Similarmente, los costos de investigación para proceso de revitalización cultural y diseño de es-trategias de salvaguardia y protección de expresiones culturales son altos. El Atlas del Caribe es una respuesta ente estas limitantes. Constituye una red viva de conocimiento e información entre los distintos países, fomentando iniciativas de investigación acción participativa e intercambio. Un atractor o instrumento para permitir la reunión de esa diversidad cultural es el documento electrónico Atlas Caribe, el cual se describe como:

“…Una metodología dialógica”, que busca un enfoque holístico sobre la región, integra la perspectiva de la cultura como agente cardinal para el desarrollo de los pueblos, emplea las ventajas de las actua-les tecnologías de la información y se basa en el criterio de la unidad construida desde la diversidad” (IBIDEM 96).

Esta iniciativa podría ser útil de revisar para organismos de nivel regional centroamericano, que buscan traban sobre la promoción y el fortalecimiento de la diversidad cultural de Centroamérica.

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INSTRUMENTOS PARA EL FINANCIAMIENTO DE PROCESOS-POLITICA

Fondos para Procesos de Producción y revitalización Cultural

Los procesos de producción y revitalización cultural por lo general requieren fondos para la investigación y otras actividades, que en general no son vistas como prioridades de inversión pública en los países Centroamericanos. No obstante, lograr un mejor y mayor posicionamiento de la cultura en las agendas de las instituciones locales y territoriales ad-quiere mayores condiciones de posibilidad cuando se realizan estos procesos.

El Programa Conjunto “Revitalización Cultural y Desarrollo Productivo Creativo de la Cos-ta Caribe de Nicaragua” impulsado por el Sistema de Naciones Unidas en las Regiones Autónomas, incluyó en su formulación el establecimiento del fondo PROCULTURA, como “una de sus principales estrategias de incentivo a la creación y revitalización culturales y la conservación, promoción y divulgación del patrimonio cultural (PRODOC; FODM 2008: 19)

Se planteó desde un inicio que las comunidades y grupos culturales tendrían el apoyo de la Red de Promotores para la formulación de sus propuestas y el seguimiento al proceso de acceso a fondos, con el fin de aumentar la oferta artística y cultural local para la pobla-ción local y la visitación Turística. Con este fin el fondo facilitó financiamiento para fortale-cer expresiones culturales de las localidades de ambas regiones tales como tales como artesanía local, pintura, música, danza o gastronomía, que en algunos casos permitieron el rescate de prácticas que se encuentran en riesgo de desaparición, Las actividades del fondo involucraron a los gestores culturales de la Región. El impacto del fondo sin em-bargo muestra limitaciones en términos de la sostenibilidad de estas actividades. En los siguientes vínculos se localizan videos sobre los resultados de ejecución del fondo.

http://www.youtube.com/watch?v=fFGTJqgME3E

http://www.youtube.com/watch?v=DzMxLYqR-p4

Programas de Incentivos y transferencias

Los instrumentos de incentivos pueden ser medios poderosos para unir los apoyos na-cionales o internacionales a los esfuerzos locales, sobre todo en poblaciones y co-munidades que no cuentan con medios privados para poder llevar adelante sus proyectos culturales. En algunos países Centroamericanos, los incentivos se han confundido con do-naciones o ayudas, que finalmente tienden a fomentar relaciones clientelistas. A diferencia de lo anterior, los incentivos pueden entenderse como un PLUS que estimula de forma estratégica, un esfuerzo ya existente en las localidades y territorios, pero que requiere para su crecimiento y consolidación, de recursos que no están al alcance de los grupos y comunidades.

La experiencia del Programa de Estímulos en Colombia representa un ejemplo interesante de tomar en consideración. El Programa de Estímulos en Colombia es complementario con el Programa de Concertación antes descrito. Ambos nacen de Políticas ad hoc que se convierten después en programas (Ministerio de Cultura del Colombia 2009).

97

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

Otro ejemplo Latinoamericano es el Programa Cultura Viva en Brasil, el cual tiene como objetivo Ampliar y mejorar el acceso de las comunidades excluidas al usufructo de los bienes culturales y los medios del disfrute, la producción y la difusión de las artes y el patrimonio cultural. El Programa se implementa a partir de la creación de puntos de cultura, que finalmente crean una Red de creación y gestión cultural. El programa es impulsado del Ministerio de cultura de Brasil, a través de la Secretaria de ciudadanía cultural desde el 2004 y se desarrolla en todo el territorio nacional. Es financiado mediante transferencias de Gobierno Federal (OEA 2011:16-20).

La institucionalidad vinculada a las políticas de cultura y desarrollo

La institucionalidad es uno de los temas claves en el ámbito de las políticas culturales, porque es a la vez medio y fin de las mismas. Para analizar esta relación, en esta parte final de la Guía presentamos un caso de estudio, con el objetivo de profundizar en el tema, y a la vez ilustrar conceptos anteriormente planteados.

Las regiones autónomas de la costa caribe Nicaragua como escenario de creación y gestión de

políticas e institucionalidad cultural integrada al desarrollo

Presentación

El caso que a continuación se presenta tiene como objetivo didáctico ilustrar relaciones y nociones claves anterior-mente descritas en esta guía a partir de una experiencia real. Asimismo, de la experiencia surgen ejemplos y herra-mientas que ayudan a dimensionar y afrontar la singular tarea de construir nuevas generaciones de instituciones y políticas culturales integradas al desarrollo, enfocadas en una unidad de planificación y gestión de nivel territorial-regional.

En dicha experiencia se conjuga la riqueza histórica y dinámica particular de la Costa Caribe Nicaragüense y la ex-periencia del Programa Conjunto de Naciones Unidas “Revitalización Cultural y Desarrollo Productivo-Creativo de la Costa Caribe de Nicaragua” 77 en el período 2009-2012. La ejecución reciente de dicho Programa representa un punto en un largo proceso histórico en que los actores de la Costa Caribe han imaginado y afirmado colectivamente la posibilidad de articular un Proyecto Autonómico basado en derechos históricos, la diversidad cultural y las identi-dades de la Costa. Esta posibilidad tomó mayor fuerza con la promulgación de la Ley de Autonomía de las Regiones Autónomas Atlántico Norte (RAAS) y Atlántico Sur (RASS) de la Costa Caribe de Nicaragua en 1987, en el marco de una nueva Constitución Nacional aprobada ese mismo año, que declara el carácter multiétnico de la Sociedad y el Estado Nicaragüense, y que por tanto abre, legitima y reglamenta el espacio del Proyecto Autonómico Regional dentro del Sistema Nacional y del imaginario país.

Los actores, instituciones, pueblos y territorios de la Costa Caribe se enfrentan en la actualidad al desafío de llevar ese proyecto autonómico a la práctica, con el necesario apoyo del Estado Nacional y probablemente de otros orga-nismos e instituciones, pero con un espíritu de autodeterminación. Reto que está dando lugar al surgimiento de un modelo de cultura y desarrollo particular en un contexto regional multicultural y multiétnico, en el cual las políticas y la institucionalidad cultural tienen un papel clave en el presente y en el futuro.

En este contexto, la ejecución del Programa Conjunto se integró al proceso de las Regiones Autónomas como una intervención de mediano plazo, que mediante un abordaje multinivel de la institucionalidad regional y sus vínculos

77 En adelante “Programa Conjunto”.

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con nivel nacional, la puesta en práctica del dialogo intercultural y el reconocimiento hacia los actores, instituciones e identidad propia de la Costa, apostó a que las inversiones y recursos técnicos del Programa potenciaran la ruta propia que el proyecto autonómico está trazando.

La clave para esto ha descansado en unir esfuerzos para la puesta en valor de la Cul-tura de la Costa y su diversidad. Entendiendo la cultura como ese sustrato común donde otras capacidades y competencias para el desarrollo económico, social, político y el manejo sostenible del ambiente emergen y se fortalecen. A partir de las dinámicas endógenas de las regiones autónomas, se combinaron procesos de revitalización de ex-presiones culturales, se activaron capacidades organizativas para múltiples propósitos, se acompañó el diálogo y la comprensión sobre el ejercicio de los derechos culturales y los rasgos particulares de éstos en sociedades multiculturales y multiétnicas; se formularon agendas de cultura y desarrollo y planes de desarrollo cultural de pueblos y territorios. Simultáneamente se apoyó la creación instancias regionales para la gestión de la cultura y se fortalecieron los vínculos entre ésta y la institucionalidad de nivel nacional.

El nuevo posicionamiento de la cultura y el fortalecimiento de las identidades resultante de esto, generó a su vez efectos multiplicadores en los gobiernos locales y en los órganos de gobierno regional, fortaleciendo agendas culturales en los municipios y generando condi-ciones básicas para la creación de la Política Cultural de una de las regiones: la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN), la cual fue aprobada por el órgano de gobierno regional y publicada en la gaceta en agosto del 2011. Recientemente se ha propuesto que ambas regiones adopten esta política con enmiendas a discutirse en un foro sobre políticas culturales, para valorar los cambios por hacer y las implicaciones de adoptar la Política en la RAAS78.

Para entender cómo se ha dado esta transformación y la complejidad que le es propia, se presentan a continuación las claves de la experiencia y del contexto regional, brindando a su vez referencias a material complementario que puede ser consultado para profundizar en ésta.

Antecedentes: La cultura como eje central del programa conjunto

Cuando en el 2008 se consulta al Gobierno de Nicaragua dónde enfocar los objetivos del Programa Conjunto de Naciones Unidas en ese país, éste define claramente que la Costa Caribe es prioridad en el Plan Nacional de Desarrollo, el cual incluye la Estrategia Reforza-da de Crecimiento Económico y Reducción de la Pobreza (ERCERP). La Costa Caribe de Nicaragua concentra una problemática de pobreza “dura” y exclusión social que se reflejan en bajos índices de desarrollo humano a nivel nacional79 (PNUD 2005:67). Aunado a lo anterior, las demandas históricas de la región por un desarrollo adecuado a sus caracte-rísticas y su lucha por afirmar su condición autónoma, multicultural y multiétnica única en el país, se reflejaron en el reconocimiento nacional de que la Costa Caribe requería de una gestión del desarrollo muy particular, dado que su formación económico-social es especí-fica y diferenciable del resto del país (PNUD 2004). Detrás de este reconocimiento se abría

78 Comunicación con Margarita Antonio, mayo 2012. 79 “…el índice de Desarrollo Humano IDH, para la RAAN es de 0,466, y para la RASS 0,454. Am-

bas regiones presentan condiciones de desarrollo humano bajo”.

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Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

paso una vez más la puesta en marcha del proyecto autonómico regional, que impulsara la superación de la pobreza estructural y un desarrollo regional y territorial ajustado a la realidad e identidad singular de la Costa.

Esto a su vez requeriría de una nueva generación de políticas e institucionalidad que construyera los ligámenes oportunos con lo ya existente, pero que también diera espacios a nuevos ámbitos de acción y organización local. Así, las Regiones Autónomas de la Costa Caribe de Nicaragua fueron establecidas como el territorio de intervención del Programa Conjunto, el cual se fijaría siguientes resultados principales:

Cuadro XX: Resultados planteados para el Programa Conjunto “Revitalización Cultural y Desarrollo productivo-creativo de la Costa Caribe de Nicaragua

Resultado 1: Fortalecidas las capacidades de revitalización, gestión, producción y adminis-tración cultural de los pueblos indígenas y afrodescendientes de la Costa Caribe Nicaragüen-se: Miskito, Garífuna, Creole, Ulwa, Mayangna y Rama.

Resultado 2: Políticas Culturales fortalecidas para la revitalización y promoción de la diversi-dad cultural de los pueblos indígenas y afrodescendientes de la Costa Caribe, y laprotección del patrimonio cultural.

Resultado 3: Estudios generados, sistematizados y divulgados sobre el patrimonio cultural material e inmaterial y las expresiones de diversidad y creatividad culturales de los pueblos indígenas y afrodescendientes de la Costa Caribe

Resultado 4: Fortalecidas las identidades culturales de los pueblos indígenas y afrodescen-dientes de la Costa Caribe a través de emprendimientos culturales y creativos.

Resultado 5: Potenciada la herencia cultural y natural de los pueblos indígenas y afrodes-cendientes de la Costa Caribe a través de un turismo cultural responsable y sostenible que contribuya al desarrollo social y a la preservación del patrimonio tangible e intangible.

Fuente: PRODOC, Ventana Cultura y Desarrollo, FODM (2008). Documento del Programa Conjunto Revitalización Cultural y Desarrollo Productivo y Creativo en la Costa Caribe de Nicaragua. Managua, Nicaragua, PRODOC, Ventana Cultura y Desarrollo, FODM, p:6

En la consecución de estos resultados habrían de trabajar juntas del 2009 al 2012 las agencias de Naciones Uni-das80 y las contrapartes nacionales y regionales: El Instituto Nacional de Turismo (INTUR), el Instituto Nacional de Cultura (INEC), los Consejos Regionales Autónomos de la Región Autónoma Atlántico Norte (RAAN) y de la Región Autónoma Atlántico Sur (RAAS) y la Secretaria de Desarrollo de la Costa Caribe81, teniendo un presupuesto total para su ejecución de US 8.464.166,80. Este caso enfoca en la evolución del resultado 2 antes señalado82, que en el desglose de presupuesto se le asignó un monto de US 795.250.

80 UNESCO, PNUD, OMT, ONUDI, OIT, y UNICEF. 81 Otros socios del Programa contemplados desde su formulación son el Sistema Educativo Autonómico Regional (SEAR) y las

autoridades municipales, territoriales y comunales y las organizaciones sociales de los territorios (Gobierno de la República de Nicaragua y Sistema de Naciones Unidas 2008: 7)

82 No obstante, debe entenderse que en un proceso de tales características, las acciones y resultados se vinculan estrecha-mente. No hay secuencias lineales entre las relaciones y efectos que se establecen entre estos. Asimismo, desde una visión de proceso deben tomarse en cuenta los encadenamientos con esfuerzos e inversiones anteriores y sucesivas al Programa Conjunto que inciden en la dinámica de las regiones.

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Tres años después de su inicio, la cadena de impacto del Programa Conjunto83 (UNESCO 2012) y sus resultados muestran que las acciones emprendidas para alcanzar todos los resultados propuestos se auto-reforzaron, de forma tal que dicha cadena muestra apro-vechamientos principales agregados. Este encadenamiento de efectos se ilustra más ade-lante cuando se aborda la elaboración de los planes estratégicos de desarrollo cultural por pueblo o territorio.

En el caso específico del resultado 2 del Programa, los productos e indicadores fueron definidos de la siguiente forma:

83 UNESCO (2012). Cadena de Impacto del Programa Conjunto, documento de trabajo sin publi-car, Oficina de UNESCO para Centroamérica, San José.

101

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

Cuadro 1: Productos e indicadores del resultado 2 del Programa Conjunto: Políticas Culturales fortalecidas para la Revitalización y Promoción de la Diversidad Cultural de los Pueblos Indígenas y Afrodescendientes de la Costa Caribe, y la Protección del Patrimonio Cultural

PRODUCTOS INDICADORES

2.1 Autoridades nacionales, re-

gionales, municipales y comuna-

les incorporan políticas, planes y

programas favorables a la revitali-

zación y gestión de los bienes cul-

turales patrimoniales (Patrimonio

material e inmaterial) y a la crea-

ción, producción y difusión de pro-

ductos creativos

IND: Los seis (6) pueblos indígenas y afrodescendientes tienen planes estra-

tégicos que les permiten definir claramente cómo van a fomentar las expresio-

nes culturales de sus comunidades lo cual facilita el diálogo intragrupo y con

los Gobiernos Regionales y Nacional.

IND: La socialización de los contenidos de las convenciones internacionales y

leyes nacionales facilitan la comprensión de los pueblos indígenas y afrodes-

cendientes del soporte legal que ofrecen estas convenciones a las acciones y

reivindicaciones encaminadas a defender derechos culturales.

IND Se definieron Indicadores de impacto de la cultura en la economía e indi-

cadores de la situación de la oferta cultural que ofrece el país.

IND: Instituciones de Gobierno ‐ INIDE, salud, educación, cultura‐ compro-

metidas a incluir indicadores de la oferta cultural e impacto de la cultura en el

desarrollo en sus sistemas de levantamiento y análisis de información.

2.2 Fortalecidas las instancias

culturales de los Gobiernos Autó-

nomos de la Costa Caribe y sus

relaciones con el Instituto Nicara-

güense de Cultura (INC).

IND: Se han creado vínculos entre el Instituto Nicaragüense de Cultura (INC),

las Secretarías de Cultura Regionales y las casas de la cultura lo que permitió

organizar los procedimientos de fomento al desarrollo cultural y creativo.

2.3 Fortalecidos los contenidos

programáticos del Sistema Educa-

tivo Autonómico Regional (SEAR)

relacionados a la revitalización cul-

tural y la diversidad lingüística.

IND: En 3 años se alcanzó en 70% la meta de tener curricula y materiales de

educación primaria en cuatro lenguas originarias.

IND: En el 2011, las 2 escuelas de formadores de maestros de la Costa Cari-

be tienen métodos definidos y materiales específicos para vincular el tema de

la interculturalidad en la docencia y fueron capacitados al menos 40 maestros.

2.4 Fortalecida la participación es-

tudiantes y docentes de la Costa

Caribe en los procesos de revita-

lización, creación, producción y

transmisión cultural implementa-

dos en este Programa.

IND: 50% de las actividades del Programa han incluido a pasantes, ya sean

estudiantes o maestros, en su desarrollo, facilitando, de esta manera, la apro-

piación local de procesos que contribuyen a la revitalización cultural.

IND: Los 10 Centros de Cultura promovidos por el Programa y al menos 8

organizaciones de la Costa Caribe tienen copias de los materiales de capaci-

tación y difusión producida por el Programa y hacen uso de ellos.

Fuente: PRODOC, Ventana Cultura y Desarrollo, FODM (2008). Documento del Programa Conjunto Revitalización Cultural y Desarrollo Productivo y Creativo en la Costa Caribe de Nicaragua. Managua, Nicaragua, PRODOC, Ventana Cultura y Desa-

rrollo, FODM, p:6

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Como es notable para el resultado 2, no se

incluyó explícitamente en la formulación del

Programa el diseño de políticas culturales,

sino que en cierta forma se dio por sentado

que a través de la elaboración participativa de

los planes de desarrollo de los pueblos indíge-

nas y afrodescendientes se llegaría a una po-

lítica cultural como parte del proceso (Muñoz

2011). Lo anterior adquiría sentido en un es-

cenario donde se contaba ya con instrumen-

tos legales propicios, incluyendo la existencia

de una Política Nacional de Cultura, donde

había antecedentes de procesos de revitaliza-

ción cultural y el Programa mismo incluía tam-

bién un resultado en este tema así como en

el tema de fortalecimiento de las instituciones

culturales.

En síntesis: la formulación participativa del

Programa Conjunto integró la demanda de las

Regiones Autónomas por convertir a la cul-

tura en el eje central de la intervención. Esta

capacidad de incidencia de los actores y me-

canismos de consulta para la formulación del

Programa forma parte de un continuum en la

lucha de los actores e instituciones de la Cos-

ta Atlántica, por crear un modelo de cultura

y desarrollo sostenible vinculado al proyecto

autonómico. De forma tal que la misma formulación del Programa Conjunto cons-

tituye un ejemplo sobre cómo los actores locales pueden incidir en la creación

de institucionalidad y políticas culturales, orientando en direcciones especificas

recursos técnicos e inversiones. Es decir, pueden incidir en la construcción de

una demanda de políticas de abajo a arriba.

Si bien es probable que las regiones autónomas no sean totalmente autosuficientes, en

términos de los recursos técnicos necesarios para gestionar la nueva generación de ins-

titucionalidad y políticas públicas que son vitales para el Proyecto Autonómico, si fueron

capaces de orientar la ejecución del Programa en la dirección no convencional que sus

desafíos ameritaban, resultando de esto mayores capacidades locales instaladas para en-

frentar sus desafíos.

LECCIÓN 1

Los actores sociales e institucionales de un territorio pueden incidir en la construcción de la demanda de políticas culturales vinculadas al desarrollo; o bien alternativamen-te en la integración de la cultura como dimensión estratégica del proyecto de desarrollo del territo-rio. La experiencia de la Costa Caribe de Nicaragua señala que los proce-sos de revitalización cultural son claves para que esto ocurra, puesto que el fortalecimiento de las identida-des y las capacidades organizativas que surgen a partir de estos, son cla-ves para imaginar y proponer el mo-delo de desarrollo que la población requiere y aspira. Surge además la posibilidad de poner límites a las inter-venciones que no se complementan con el proyecto territorio y reorientar-las hacia sus objetivos o propósitos mayores. Otras condiciones básicas para incidir sobre la demanda de ins-tituciones y políticas culturales son el fortalecimiento político-organizativo, la consciencia sobre los derechos culturales.

103

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

De hecho, varios intentos de formulación inicial del Programa Conjunto fueron rechazados por considerarse muy

enfocados hacia el turismo, aunque éste ya era reconocido como una alternativa de desarrollo viable para las regio-

nes autónomas (Muñoz 2011). La formulación del Programa se aprobó sólo cuando se consideró que el abordaje

de la cultura alcanzó a ser lo suficientemente integral para convertirse en la base de su ejecución. Como apunta el

mismo texto del Programa Conjunto:

“Los pueblos perciben su problemática, así como sus

oportunidades de desarrollo, a través del prisma de

sus culturas particulares. Por consiguiente, plantean la

revitalización cultural como un elemento esencial para

su empoderamiento. Estas percepciones y reclamo de

derechos han sido consideradas como elementos fun-

damentales al momento de definir la población meta,

los lineamientos y las acciones de este Programa”…

…“antes de desarrollar opciones de turismo, se debe

fortalecer y revitalizar la cultura, de manera que sea este

empoderamiento y arraigo cultural el que permita pro-

mover el turismo cultural como opción económica para

los pueblos indígenas y afro descendientes del Caribe”

(PRODOC et al. 2008 p. 11 -15)

El proyecto autonómico de la Costa Caribe de Nicaragua como guía para la praxis

El proyecto autonómico de la Costa Caribe representa un proceso de autodeterminación de una sociedad multicul-

tural diversa, articulada por distintos modos de vida y expresiones culturales ligadas a las identidades de pueblos y

comunidades únicas. Este proceso se encuentra incorporado en un sistema-país, y desde el punto de vista territorial

se expresa en la configuración de una macro región.

Se trata de una lucha con profundas raíces históricas – coloniales y post-coloniales -que continua moldeándose hoy

en día, pero que ha entrado en una fase de praxis política de los actores de la Costa y por tanto, de la toma de res-

ponsabilidades y funciones frente a su puesta en marcha. La autonomía por tanto ha pasado de ser una aspi-

ración colectiva para convertirse en una proyecto histórico vivo, que deberá tener en su base un proyecto de

cultura y desarrollo congruente con éste. La visión y misión que el proyecto autonómico está construyendo, consti-

tuye un elemento estratégico para todo el desarrollo integral y sostenible de la Costa y para las políticas culturales,

pues este brinda orientaciones y contenidos fundamentales sobre en qué direcciones se debe y se quiere avanzar.

Algunos antecedentes principales del Proceso de Autonomía en donde se hacen explícitos una voluntad de au-

todeterminación de los actores de la Costa Caribe pueden resumirse de la siguiente forma (GRUN, PCNU, MDGIF

2012:27).84

84 GRUN, PCNU, MDGIF (2012). Módulo 2, Diplomado en Gestión Cultural: Formación para la Gestión de Recursos Culturales, en las Comunidades de la Costa Caribe Nicaragüense, Bilwi, Nicaragua, Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de Nicaragua, Fondo para el Logro de los ODM, documento en proceso de elaboración, p: 27.

La Guía Práctica sobre Procesos de Re-

vitalización Cultural es útil para quienes

tienen la tarea de fortalecer la identidad y

las expresiones culturales de un territorio. La

puesta en valor de la cultura local es un requi-

sito o condición necesaria para la generación

de políticas e institucionalidad cultural desde

los territorios. La guía puede encontrarse en

el anexo.

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Con la promulgación del Régimen

de Autonomía inicia una nueva

fase del proyecto autonómico en

1990. Como concepto, la auto-

nomía puede tener variaciones

en sus acepciones, pero lo que

resulta realmente relevante es

comprender los contenidos cul-

turales y políticos fundamentales

que ésta tiene para los actores y

organizaciones de la Costa Cari-

be, entendiendo que estos con-

tenidos no son fijos, sino que

también pueden experimentar

transformaciones de acuerdo al

proceso mismo. En este sentido,

si bien gran parte de los discur-

sos de los actores de las Regio-

nes Autónomas asociados a la

autonomía, continúan reivindican-

do lo que se considera es parti-

cular o distintivo de la Costa85

frente a la realidad Nacional Ni-

caragüense, hoy día también se

valora la importancia de for-

talecer las capacidades de

gestión de sus instituciones

regionales, de cara al ejercicio

de la verdadera autonomía que

incluya la definición de sus políti-

cas públicas y la operatividad de

sus sistemas regionales, territo-

riales y locales. A la par de esto,

en la actualidad también se aso-

85 En términos geográficos, históricos, culturales.

1980Pacificación

Creación Comisión Nacional de Autonomía

1987Ley de Autonomía

(Ley 28).

Revolución Sandinista favorece

proyecto político Costeño

Autogobierno Reserva Mosquitía

RECUADRO 9

Logros del Proceso Autonómico

Ley de Autonomía 1987: Establece el Marco Nor-mativo el Régimen Autonómico.

Ley de Lenguas: Establece que las lenguas de los Puebles de las regiones autónomas son de uso ofi-cial

Desarrollo de un modelo educativo propio bajo la forma de un Sistema Educativo Autonómico Regio-nal (SEAR), vinculado al Sistema Nacional a través del Programa de Educación Multicultural Bilingüe (EIB). Se reconoce la importancia de este modelo para la revitalización de las culturas de la Costa.

Sistema Integral de Salud Intercultural: donde convergen los conocimientos ancestrales de sobre salud y el modelo medico occidental.

La Ley del Régimen de la Propiedad Comunal de los Pueblos Indígenas y Comunidades ét-nicas de las Regiones Autónomas de Nicara-gua de la Costa Atlántica de Nicaragua y de los Bocay, Coco, Indio y Maíz, (Ley 445) que cuenta con un procedimiento jurídico y administra-tivo para demarcar, legalizar y titular las tierras de los Pueblos indígenas, afro descendientes y comu-nidades étnicas

Fuente: GRUN, PCNU, MDGIF (2012). Módulo 2, Diplo-

mado en Gestión Cultural: Formación para la Gestión de

Recursos Culturales, en las Comunidades de la Costa

Caribe Nicaragüense, Gobierno de Reconciliación y Uni-

dad Nacional de Nicaragua, Fondo para el Logro de los

ODM, documento en proceso de elaboración, p: 27

105

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

cia la autonomía con el reto de dar respuesta a nuevas problemáticas asociadas al deterioro ambiental, la

disminución de la frontera agrícola y el influjo de las redes de narcotráfico en las regiones (Muñoz 2012)86.

Desde el punto de vista legal, el régimen autonómico también establece una serie de contenidos, algunos de los

cuales tienen pertinencia directa con la gestión de la cultura y el desarrollo de la Costa y otros, más bien, enfatizan

y aseguran su pertenecía “indisoluble del Estado unitario e indivisible de Nicaragua” y por tanto su vínculo primario

con la Constitución Política de ese país.

Estatuto de la Autonomía de las Regiones de la Costa Atlántica de Nicaragua (Ley 28)87

Considerando V: que el proceso de Autonomía enriquece la cultura nacional, reconoce y fortalece

la identidad étnica; respeta las especificadas de las culturas de las Comunidades de la Costa

Atlántica; rescata la historia de las mismas; reconoce el derecho de propiedad sobre las tierras

comunales; repudia cualquier tipo de discriminación; reconoce la libertad religiosa y, sin profundizar

diferencias reconoce las identidades diferenciadas para construir desde ellas la unidad nacional.

Considerando VII: que la Autonomía hace posible el ejercicio efectivo del derecho de las

Comunidades de la Costa Atlántica a participar en el diseño de las modalidades de aprovechamiento

de los recursos naturales de la región y de la forma en que los beneficios de la misma serán

reinvertidos en la Costa Atlántica y la nación, creándose la base material que garantice la

sobrevivencia y desarrollo de sus expresiones culturales.

Arto. 5. El español, idioma oficial del Estado, y las lenguas de las Comunidades de la Costa, serán

de uso oficial en las Regiones Autónomas.

Arto. 12. Los miembros de las Comunidades de la Costa Atlántica tienen el derecho de definir y

decidir su propia identidad étnica.

Arto. 15. En cada una de las Regiones Autónomas de la Costa Atlántica funcionarán, sujetos a

la Constitución Política de Nicaragua y a este Estatuto, los siguientes órganos de administración:

1. Consejo Regional.

2. Coordinador Regional.

3. Autoridades municipales y comunales.

4. Otros correspondientes a la subdivisión administrativa de los municipios.

Los contenidos que emanan del Régimen de Autonomía son importantes porque constituyen el marco normativo del

proceso y son referente indispensable en cualquier esfuerzo de creación de políticas culturales e institucionalidad.

De hecho, a diferencia de otros procesos en Centroamérica, el Proyecto Autonómico de la Costa Caribe cuenta

con un marco legal que en su conjunto es consistente y bien sustentado, que le da una base sólida, y al

menos, en términos institucionales, es garante de su sostenibilidad. Lo cual incluye su coherencia con la Constitu-

ción de la República de 1987 y con la Política Cultural Nacional.

86 Comunicación personal el 08.05.2012 con Marianela Muñoz, monitora técnica del Programa Conjunto en Nicaragua, Oficina UNESCO para Centroamérica.

87 Asamblea Nacional de la República de Nicaragua. (1987) Estatuto de la Autonomía de las Regiones de la Costa At-lántica de Nicaragua (Ley 28), Managua.

Recuadro 10: Los procesos de revita-

lización Cultural en la Costa Caribe de

Nicaragua.

En 1993 la Asamblea Nacional aprobó la ley

162, que establece el uso oficial de las len-

guas indígenas dentro y fuera de las regiones

autónomas. También señala el rol de los go-

biernos regionales autónomos en el resca-

te de las lenguas en riesgo de extinción, así

como en el fortalecimiento de las que aún

tienen marcos de vitalidad y estandarización.

La ley autorizó a los gobiernos regionales a

trasladar la educación bilingüe intercultural

bajo su administración directa y convertir las

escuelas normales en centros educativos bi-

lingües descentralizados. En 1985 se inició

en Rama Cay el proceso de revitalización del

idioma rama a través del Proyecto de Lengua

Rama, y el del idioma ulwa a través de Codiul-

Uyutmubal en Karawala. Estos proyectos se

desarrollaron en el marco de la solidaridad

del grupo denominado Lingüistas por Nica-

ragua, coordinado por el CIDCA. En 1996 la

Asociación Afro-Garífuna Nicaragüense (Aa-

ganic) inició con la Uraccan y la Ayuda Po-

pular Noruega (APN) un proceso de rescate y

revitalización cultural y se creó la Organización

de Asociaciones Garífunas de Nicaragua. Un

ejemplo de gestión para la promoción y revita-

lización cultural es el de la Fundación para la

Autonomía y Desarrollo de la Costa Atlántica

de Nicaragua (Fadcanic), que ha emprendi-

do acciones estratégicas en la promoción y

desarrollo de escuelas modelo para los pue-

blos indígenas y comunidades étnicas bajo la

modalidad de la Educación Intercultural Bilin-

güe (EIB). Asimismo, en el marco de la EIB, el

grupo Tuyuwayaba trabaja por la revitalización

de la lengua tuahka; el proyecto de mujeres

lingüistas mayangna ha recopilado historias

de vida de ancianas en las comunidades Sa-

kalwas, Awas Tigni, Wasakin y Fruta de Pan;

y el Grupo de Lingüistas Mayangna (Yul Ba-

rangni Yamyang) ha formado una generación

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En este sentido, es necesario destacar que como proceso, la autonomía de la Costa

Atlántica ha tenido logros importantes, sintetizados en el recuadro. Y que sin duda es un

proceso en marcha con mucho por definir y fortalecer, incluyendo la posibilidad de una

Reforma a la Ley de Autonomía, que permita hacer los ajustes necesarios ante una

realidad cambiante. Pero que aún con todos los cambios por venir, constituye el principal

referente para la construcción de una nueva generación de políticas e institucionalidad

cultural acordes con éste.

A su vez, estos son contenidos que también

sustentan las políticas culturales, pues como

se señaló antes en esta guía, las políticas tam-

bién representan proyectos de los actores

políticos de una sociedad. Por esto resulta de

importancia clave en el caso bajo análisis, el

valor que los actores de la Costa le están otor-

gando a fortalecer las capacidades de gestión

en cultura y desarrollo, de las distintas institu-

ciones, los gobiernos regionales y territoriales,

así como al florecimiento de nuevas organiza-

ciones de base.

Asimismo, para poner en práctica histórica un

proyecto de desarrollo territorial que tenga a la

cultura como dimensión estratégica, es preci-

so analizar las potencialidades y limitaciones

que la legislación nacional, internacional o más

específica del nivel territorial brinda, identifi-

cando tanto vacíos a abordar con propuestas

de reforma o creación de nuevas leyes, así

como aquellas normativas que serán especial-

mente útiles para fundamentar el proceso.

Por todo esto es importante:

• Identificar los imaginarios emergentes y uto-

pías locales que nutren el proyecto de futu-

ro de una sociedad o territorio.

• Analizar fortalezas y vacíos de la legislación

que sustente procesos de creación de po-

líticas culturales vinculadas al proyecto de

futuro e integradas al desarrollo.

LECCIÓN 2

El proyecto autonómico no está de-finido en su totalidad, pero sus prin-cipios son guía para la praxis. Como tal, es también un proceso en trans-formación. Todas las sociedades, pueblos y territorios cambian a través del tiempo y generan nuevas nece-sidades y formas de imaginar la vida y la convivencia, y dichos cambios pueden ser intencionados cuando se comparte una visión y una aspiración común más allá de las diferencias. Un proyecto integral de desarrollo soste-nible construido desde una sociedad o un territorio, implica una visión de futuro compartida. El diálogo inter-cultural tiene una función clave que cumplir para ir definiendo cada vez más de manera concreta ese futuro común, pues es en este diálogo don-de surgen los discursos y contenidos culturales y políticos que sustentan la visión.

107

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

Configuración territorial de la Costa Caribe como escenario de politicas

En la segunda parte de esta guía señalamos que asumir al territorio como objeto/sujeto de políticas culturales es uno

de los rasgos distintivos de una nueva generación de políticas culturales que buscan integrarse al desarrollo. Este es

un rasgo que adquiere una importancia y una complejidad especial en el caso de las regiones autónomas de Costa

Caribe-Atlántica de Nicaragua, y que requiere comprender la diferencia en los conceptos de territorio y territorialidad

definidos en el glosario de la guía.

El territorio, como unidad de planificación y gestión de políticas culturales, implica una delimitación territorial que

puede contener en su interior varias escalas, de acuerdo a factores histórico-culturales y a las compe-

tencias de gestión del entramado institucional. Esta a su vez requiere de al menos dos pasos:

• Identificar y analizar cuáles son los aspectos que de-

terminan la forma en que está culturalmente con-

figurado el territorio. Esto quiere decir, cuáles son

las características fundamentales de su historia, de la

cultura actual y su relación con la base material que

sustenta (habitad, fuentes de sustento y materia pri-

ma, etc.); sus modos de vida, expresiones culturales y

relaciones interculturales.

• Comprender la singularidad del entramado orga-

nizativo e institucional que circunscribe la acción

de los actores sociales e institucionales y la ges-

tión de políticas, estrategias e inversiones. Esta

comprensión resulta clave pues también serán estos

actores e instituciones las que con sus modos de vida,

órganos de gobierno e institucionalidad, delimitarán a

partir de criterios propios cuales son los “límites del

territorio”, como espacio relacional con otras cultu-

ras y como “espacio de gestión” de iniciativas de cul-

tura y desarrollo. Asimismo, este entramado contiene

la base de capacidades humanas que sustentará la

gestión de las políticas culturales y su integración al

desarrollo, proceso en el cual hay beneficios comunes

pero también responsabilidades conjuntas.

La delimitación del territorio no es igual al diagnóstico, que requiere de estudio y análisis más profundo y posibilita

la planificación detallada y la ejecución de estrategias. Con la delimitación se trata más bien de identificar cuáles

son las claves que le dan una singularidad al territorio, y en virtud de la cual, los posteriores procesos de pla-

nificación y gestión para el desarrollo cultural, económico, social y político institucional resultan “únicos” y requieren

de moldearse en cierta forma.

Fuente: Mapa de las regiones autónomas (2011) Manual Mayangna para la Organización de Comités de Salvaguardia de patrimonio cultural material e inmaterial del Pueblo Sumu-MayagnaTuahka, p 6.

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A continuación hacemos un ejercicio que trata de ilustrar ambos pasos en el contexto de

las Regiones Autónomas de la Costa Caribe, basado en la información recopilada sobre la

ejecución del Programa Conjunto así como otra información complementaria. Es importan-

te señalar que en el caso del Programa Conjunto, la delimitación territorial ya estaba

previamente establecida por los gobiernos regionales, los gobiernos territoriales

de los Pueblos Indígenas y Afrodescendientes, con su estructuración multicultural y

las territorialidades particulares.

El Programa no tuvo que apoyar una delimitación territorial, tarea que si procede en otros

contextos. No obstante, la migración de la población mestiza ha hecho que emerjan nue-

vos patrones de asentamiento, ocupación y presión sobre la tierra, que probablemente

requerirán acciones de ordenamiento y planificación territorial que guarden cierta armonía

con los modos de vida de los pueblos originarios. A esto nos referiremos seguidamente.

Determinantes de la configuración cultural de la Costa Caribe

En su configuración cultural territorial, la región de la costa presenta tres características

que cruzan su pasado, presente y futuro:

A) Presión sobre la ocupación, tenencia y uso de tierras y su riqueza ambiental:

Este aspecto constituye un elemento estructural de extrema importancia para el desarrollo

de las regiones Autónomas de la Costa. Actualmente y en el marco del régimen autonó-

mico, las Regiones Autónomas constituyen el 47% del territorio nacional del país y en ellas

viven alrededor del 11% de la población nacional88. Una región con tanto peso en térmi-

nos de extensión territorial pero con relativamente poca población suele representar, para

el Estado, una constante “tentación” para resolver por la vía de ocupaciones sucesivas

de tierras denominadas “baldías”89, el reasentamiento de poblaciones desarraigadas por

problemas de pobreza o conflicto armado; la ampliación de la frontera agrícola o las con-

cesiones extractivas de recursos naturales cuyos mayores beneficios salen del territorio

en el que se localizan. El Informe de Desarrollo Humano del 2005 dedicado a las regiones

autónomas de la Costa Caribe de Nicaragua90 es una rica fuente de información sobre la

histórica lucha por la tenencia de la tierra, las ocupaciones forzadas y concesiones que

las han afectado. Un problema estructural central de la región Caribe como territorio “re-

ceptor” de población mestiza, es la pobreza de la “otra parte” del sistema nacional, y los

desequilibrios que no está logrando resolver el desarrollo del país como totalidad.

88 PRODOC, Et.al (2008). Documento del Programa Revitalización Cultural y Desarrollo Productivo y Creativo en la Costa Caribe de Nicaragua, Managua, PRODOC, Ventana Cultura y Desarrollo, FODM p:5.

89 El mecanismo de declaración de tierras baldías en territorios ocupados tradicionalmente por pueblos indígenas y afrodescendientes ha sido un mecanismo recurrente de las autoridades coloniales y posteriormente de los estados Nacionales Centroamericanos.

90 PNUD (2005). Informe de Desarrollo Humano 2005. Las regiones Autónomas de la Costa Ca-ribe: ¿Nicaragua Asume su diversidad?, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Managua

109

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

Por lo anterior, la configuración de las regiones y el manejo de sus recursos han estado en constante transformación,

y los modos de vida de las poblaciones originarias sometidos a una presión permanente, y a la necesidad de lucha

por sus derechos sobre tierras, ya sean comunales o privadas. Esta ha sido una de las fuerzas que ha mol-

deado el proyecto autonómico, pues la defensa y disputas por la tierra han sido un “deber de identidad

cultural”.

• La tenencia de la tierra marca en mucho los límites y las posibilidades de desarrollo de un territorio en el presente y

en el futuro, pues la tenencia generalmente determina uso de los recursos. Por ejemplo, la acumulación de tierras

privadas con actividades extensivas como ganadería o los monocultivos tienden a crear pocas oportunidades

para la población (ingresos, empleo) y frenan los de usos alternativos y diversificados del recurso (en términos de

conservación, turismo ecológico, forestaría sostenible, etc.), algunos de los cuales se acercan más a los modos

de vida tradicionales de las poblaciones originarias de la Costa, si bien representarían una innovación.

• La tenencia de la tierra es constitutiva de la identidad cultural. Pues los modos de vida requieren de extensiones

mínimas de tierra y sus relaciones ecosistémicas para poder reproducirse. El agotamiento de los recursos natura-

les pone en riesgo la sobrevivencia de modos de vida de pueblos, y somete a fuertes presiones su territorialidad.

B) Multiculturalidad y multietnicidad:

El Caribe Centroamericano en general y el Caribe Nicaragüense en particular, fueron originalmente poblados por

una diversidad de pueblos indígenas, que establecieron una primera fase o capa de sociedades multiculturales y

multilingües con distintas jerarquías y relaciones de poder. En este sentido, desde sus orígenes la dinámica multicul-

tural de la sociedad Costeña ha estado atravesada por luchas internas y conflicto, pero también por la coexistencia

cultural en territorios geográficos comunes. Posteriormente, con la llegada de población afrodescendiente (primero

Creole y después Garífuna) y de población mestiza, la matriz multicultural y multiétnica de la Costa Caribe se amplió

y diversificó aún más, a partir del patrimonio cultural, la organización y los modos de vida de los distintos pueblos.

No obstante, los “pesos” de estos distintos actores en el devenir social, económico y político de la región han sido

distintos. A través de los años el pueblo Miskito adquirió jerarquía y dominio, lo cual se reforzó con las alianzas entre

éste y la conformación del enclave colonial británico en el siglo XVII. El establecimiento del reino Miskito entre los

siglos XVIII y XIX, la creación de la reserva de la Mosquitia en el siglo XIX y posteriormente el cambio al sistema de

jefes hereditarios Miskitos, marcó la institucionalización de dicho dominio. No obstante, la alianza de los Miskitos

con el colonialismo inglés (primero para contrarrestar los reclamos de la Corona Española y después los del naciente

Estado Nacional Nicaragüense) fueron “complejos” en sí mismos, puesto que los Miskitos no vieron en la alianza

un contrato de subordinación (Kooker 2011)91. Para establecer contrapesos y asegurar el control, el colonialismo

británico también fortaleció el poder de los Creoles, estableciéndose con esto una diferenciación básica, producto

de dos grandes fuerzas: la geopolítica colonial y post colonial, y el reclamo de autonomía y autodeterminación de

los actores de la Costa.

Este proceso de diferenciación interna se expresa hoy día, en pueblos y grupos étnicos con distinto poder pero con

91 Kooker, J(2011) “La Costa de los Mosquitos y la construcción del Estado de Nicaragua, En: Del Olvido a la Memoria: Nues-tra Herencia Afrocaribeña, UNESCO, Universidad de Costa Rica, Colegio de Licenciados y profesores en Letras, Filosofía, Ciencias y Artes, San José.

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derechos culturales ancestrales. En este sentido, los pueblos y grupos que hoy resultan

“minoritarios” en términos de población tales como los Sumu Mayangnas, Ulwas o los

Rama, pero con una gran riqueza cultural, tienen frente a si a tarea de reivindicar su voz,

derechos e identidad, en los espacios de diálogo y construcción del modelo de desarrollo

de la Costa Caribe.

MATRIZ MULTICULTURAL DE LAS REGIONES AUTÓNOMAS 201292

La consciencia de estos derechos y su ejercicio por parte de los pueblos originarios marca

diferencia frente a la población mestiza, si bien esta alcanzó en el 2005 un peso demo-

gráfico de cerca del 76% de población de ambas regiones autónomas producto de las

distintas oleadas de ocupación de tierras y las políticas de reasentamiento del Estado

Nicaragüense (PNUD 2005). La población mestiza también tiene el mayor número de orga-

nizaciones campesinas y asociaciones formales, pero no están articuladas por un proyecto

o liderazgo común y se muestran más bien instrumentales a la inscripción en programas

públicos. No obstante, esto evidencia una transformación sociodemográfica de importan-

cia estratégica que tiene implicaciones para el diseño y gestión de políticas culturales y del

modelo de desarrollo Costeño. No obstante, también es importante destacar que hay un

porcentaje significativo de la población mestiza que ya tiene una trayectoria de vida en las

regiones, se encuentra “arraigada” y se diferencia de las migraciones mestizas recientes.

Se trata del mestizo nacido en la Costa que se declara “Costeño”, comparte el proyecto

autonómico, y en ocasiones también comparten “afiliación” cultural con alguno de los

pueblos autóctonos.

92 No se cuentan con datos estadísticos exactos y consistentes para cada uno de los pueblos y comunidades. Se señala el porcentaje de población mestiza dado por el Informe del Estado de la Nación del 2005, para recalcar que el peso demográfico de esta población en la matriz cultural es importante y plantea desafíos para el proceso autonómico.

•Miskitu•Sumu,Mayangnas,Ulwa•Rama

Pueblos indígenas

Mestizos

Afrodescendientes

•76%deltotaldepoblacióndelaCosta(PNUD2005)

•Creoles•Garífunas

111

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

La compleja dinámica de alianzas y competencia entre grupos depende en mucho del objetivo en disputa. Hay

también luchas y causas comunes que logrado aglutinar a la diversidad de la población, tal como la creación del

Sistema de Educación Autonómico SEAR, que ha permitido introducir y ejecutar el modelo de Educación Intercul-

tural Bilingüe con bastante éxito. En contraste, quizá el punto de mayor tensión en la sociedad costeña sea la lucha

por el reconocimiento de los derechos y la tenencia de la tierra, que se acentúa con la población mestiza de reciente

migración asociada al comercio y a la agricultura con modelos de producción emulados del Pacífico Nicaragüense,

que se localiza principalmente en las zonas fronterizas y presionan territorios indígenas que el régimen autonómico

ampara.

Desde la cosmovisión Costeña, la noción de territorio está asociada a la de pueblo. Los diferentes pueblos recla-

man una territorialidad propia - de nivel microregional – la cual puede concebirse como un modo de vida y una

identidad cultural que se posibilita con la interacción con el medio natural de un territorio geográfico. Tanto la Ley

de Autonomía de 1987 (Ley 28) como La Ley del Régimen de la Propiedad Comunal de los Pueblos Indígenas y

Comunidades étnicas de las Regiones Autónomas de Nicaragua de la Costa Atlántica de Nicaragua y de los Bocay,

Coco, Indio y Maíz, (Ley 445) dio a los pueblos indígenas y afrodescencientes la posibilidad de plantear una terri-

torialidad basada en criterios propios, incluyendo la administración de sus recursos naturales, ordenamiento

territorial y planificación del desarrollo, tareas que siguen su curso no sin un alto grado de dificultad. En este sentido,

los territorios de los pueblos también demarcan la jurisdicción de sus gobiernos territoriales.

Aunque no siempre coincide, la localización geográfica de los pueblos se vincula al reclamo de sus tierras ances-

trales, estén estas tituladas o no. Pero a su vez, La coexistencia de dos o más pueblos en un territorio geográfico

común es una característica de la multiculturalidad de la Costa Caribe. La titulación de tierras en las que coexisten

varios pueblos puede adquirir formas complejas, tales como títulos conjuntos basados en alianzas estratégicas que

en algunos casos tienen raíces históricas y en otras un interés común por contar con titulación. También se han

reconocido tierras bajo el régimen de propiedad comunitaria.

Por su parte, la coexistencia de dos o más pueblos en un territorio geográfico común va más allá de regionaliza-

ción Norte/Sur. A manera de ejemplo, la población del Pueblo Creole está asentada mayormente en la RAAS, pero

también hay población creole en la RAAN. El pueblo creole comparte el territorio geográfico con otros pueblos ori-

ginarios de la Costa en ambas regiones. La regionalización norte/sur puede asociarse con la estructuración de los

centros de comercio y ciudades capitales. Bluefields fue el centro de la Región Atlántica por mucho tiempo. Puerto

Cabezas como capital o centro municipal del Norte es un proceso más reciente. Lo que se ha evidenciado es que

la supremacía de Bluefields como centro y las ventajas que este daba a los territorios articulados a éste en términos

de acceso a bienes y servicios y generación de oportunidades ha decaído. La articulación regional del Norte muestra

en este momento mejores índices de desarrollo humano, si bien los índices de ambas regiones continúan bajos para

el promedio del país.

De esta forma, la dinámica multicultural regionalizada de la Costa constituye el tejido social básico del nivel territo-

rial microregional, el cual pese a los conflictos tiende a balancearse para lograr una convivencia básica. Si bien las

tensiones y fricciones – tales como las rivalidades entre Norte y Sur - pueden verse como riesgo para el despliegue el

Proyecto Autonómico de la Costa, la forma como se ha conciliado esta convivencia parece aún más impor-

tante en términos de dicho proyecto. Tanto el conflicto como la conciliación son parte constitutiva del proyecto

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autonómico, pues conforman la relación afirmación/diferenciación/oposición entre pueblos

y grupos que caracteriza a las sociedades multiculturales.

No obstante, es vital entender que los términos socioculturales de la coexistencia multiét-

nica también han variado a través del tiempo, y la presencia de mayor población mestiza

posiblemente requerirá de otro tipo de mecanismos y pactos para lograr nuevos balances.

Lo cual dependerá también del entramado institucional de la región y específicamente, de

la relación efectiva entre el nivel territorial microregional aquí descrito, el nivel territorial in-

termedio (gobiernos locales) y el nivel territorial macroregional (gobiernos e institucionalidad

de las regiones autónomas).

C) Relaciones transfronterizas:

Desde mucho antes de la presencia colonial europea en la Costa Caribe, Centroamérica

fue conformándose como un corredor multicultural. Las relaciones entre las distintas cultu-

ras asentadas a lo largo de la Costa se establecían sin las restricciones político administra-

tivas que llegaron posteriormente con la conformación de los países y Estados Nacionales.

Los modos de vida estaban basados en la rica biodiversidad de los recursos naturales y

sus relaciones eco sistémicas que aún hoy hacen de Centroamérica un corredor de es-

pecies. Ya para entonces la economía, las relaciones interculturales y políticas tenían una

dimensión transfronteriza, de manera que muchas poblaciones se han movilizado y asen-

tado a lo largo de la Costa, en lo que podría llamarse una dinámica de fronteras fluidas.

La ubicación remota de las tierras costeñas en relación con los centros de poder a nivel na-

cional, hizo que estas regiones no estuvieran articuladas a las principales actividades que

sustentaban el desarrollo nacional de los países y cuyos centros de poder se conformaron

en las ciudades capitales. Asimismo, muchos pueblos originarios del Istmo que sufrían

la expulsión de sus tierras ancestrales se reasentaron en la Costa, que recibía también

poblaciones afrodescendientes de las islas del Caribe. No es por casualidad que la Costa

caribeña de Centroamérica sea la que alberga la mayor diversidad cultural, aunque los

procesos de asimilación cultural y migración de estas poblaciones tienen hoy día diferentes

grados de impacto en los países.

Si bien en la actualidad los flujos transfronterizos tienen una mayor regulación por parte de

los gobiernos nacionales, las redes sociales establecidas por generaciones en diferentes

países (Honduras, Estados Unidos, Costa Atlántica de Nicaragua, Costa Rica) dan cierta

continuidad a esta característica.

• La dinámica multicultural de la Costa Caribe no sólo es endógena sino que es también

transfronteriza. Esta es una variable que distingue a la Costa de otras regiones, cuya

dinámica y desarrollo está más condicionada por sus articulaciones con los centros de

desarrollo de cada país.

• La dinámica transfronteriza de la multiculturalidad es un factor que ha influido en que la

113

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

percepción de la población de las Regiones Autónomas sobre la pertenecía y/o adscripción a un país sea relativa

y la que identidad costeña tienda a cierta primacía sobre ésta.

Así, los conflictos por la tenencia de la tierra, la multiculturalidad y la dinámica transfronteriza son rasgos fundamen-

tales que distinguen al macro territorio de la Costa Caribe de Nicaragua y sus regiones autónomas. Y la hacen

claramente diferenciable con respecto a otros territorios de la parte central o pacifica de los países Centroame-

ricanos.

La trama institucional del territorio a partir del Régimen Autonómico

A partir de la ley de autonomía de 1987, el entramado organizativo e institucional de la Costa Caribe de Nicaragua

presenta tres niveles:

El Nivel Macro Regional: Se refiere a la Costa como totalidad o sistema regional integrado. Comprende las dos

Regiones Autónomas RAAN y RAAS y sus respectivos órganos de gobierno sustentados por el Régimen Autonó-

mico. No obstante, es preciso entender que dicho régimen se basó en una configuración sociocultural anterior que

estableció un norte y un sur. El Consejo regional es el máximo órgano de gobierno regional y representa a todos los

pueblos y grupos asentados en la región de jurisdicción. Los consejos coordinan entre regiones autónomas y con el

gobierno central. Para el ejercicio de sus funciones ejecutivas han creado distintas secretarías (planificación, salud,

educación. etc.) y comisiones permanentes con objetivos más específicos.

El Nivel Meso Regional: Corresponde al ámbito de gobiernos locales. Está regido por la Ley de Municipalidades

de la República de Nicaragua, lo cual hace que formalmente responda a una lógica de gobernanza descentralizada

del Sistema Nacional que, sin embargo no se ejerce. El régimen municipal sigue presente en la Costa aunque los

Departamentos dejaron de existir en la región93. Esto hace que en muchas ocasiones los gobiernos locales entren

en contradicción con los gobiernos territoriales (nivel microregional), en términos de competencias político admi-

nistrativas, jurisdicción, formas de organización y agendas. Si bien gobiernos municipales tienen la obligación de

coordinar con los gobiernos regionales, su papel dentro del proceso autonómico no está aun claramente definido.

El Nivel Microregional: Comprende la territorialidad de la diversidad de los pueblos y grupos étnicos y sus orga-

nizaciones de base, donde se reivindica el régimen autonómico. Los territorios de los pueblos tienen sus propios

órganos de gobierno, que a partir del régimen autonómico y la legislación sobre tierras de las regiones autónomas

se han visto fortalecidos. A manera de ejemplo, la Ley del Régimen de Propiedad Comunal de los Pueblos indí-

genas y Comunidades Étnicas de las Regiones Autónomas de la Costa Atlántica de Nicaragua y los Ríos Coco,

Bocay, Indio y Maíz (Ley No.445 del 2002) establece el carácter de autoridad que tienen las asambleas territo-

riales, como órgano administrativo y representativo de las comunidades que las eligen – al mismo tiempo que

prohíbe a las alcaldías la declaración de parques ecológicos municipales en tierras comunales. Asimismo, señala

el deber del Gobierno Nacional, de los Gobiernos de las Regiones Autónomas y las Municipalidades de respetar

los derechos reales de propiedad sobre las tierras comunales, lo que incluye la gestión de todos los recursos que

se encuentren en propiedad comunal (CRAAN 2011)94.

93 Mientras que en el resto de los países el régimen municipal sigue descansando en la organización por departamentos.94 Basado en el documento: CRAAN (2011). Disposición Administrativa No. 71-23-08-2011, “Sobre la Aprobación de Políticas

Culturales de las Regiones Autónomas, sus principales lineamientos y componentes del Plan de Desarrollo”, Considerando IV, Consejo Regional Autónomo de la Región Autónoma del Atlántico Norte Bilwi.

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Así, el nivel microregional encuentra el mayor grado de legitimidad en la toma de

decisiones dentro del entramado de las instituciones, autoridades y organizaciones

de la Costa. Siendo este el nivel donde tanto las políticas culturales como la institucio-

nalidad adquieren sus contenidos culturales y sentido fundamental. Es aquí donde las

expresiones culturales ya sean patrimoniales o no tienen su fuente, y es aquí donde los

modos de vida, cosmovisiones e imaginario de futuro señalan claves fundamentales para

el Proyecto Autonómico. Asimismo, la posibilidad de una reforma al Régimen Autonómico

podría traer consigo un mayor fortalecimiento y protagonismo de los gobiernos territo-

riales, fortalecimiento que ya se ha empezado a dar en la caso de los Gobiernos de los

Pueblos y Territorios Indígenas y Creoles con la elaboración de los Planes Estratégicos de

Desarrollo Cultural, los procesos de revitalización cultural y mapeo de recursos que los

precedieron, y que han desembocado en el surgimiento de una política cultural, como se

explica más adelante.

En síntesis: Cada territorio tiene características fundamentales o ejes particulares en su

configuración cultural e histórica que lo hacen único, aunque pueda haber similitudes entre

territorios de varios países o aun dentro de un mismo país. Identificar cuáles son estos

rasgos y cuáles son sus continuidades en el pasado, el presente y el futuro resulta clave

para el diseño y gestión de políticas y estrategias de cultura y desarrollo, pues permiten

contextualizar y explicar por qué un territorio requiere de un tipo particular de abordaje.

Asimismo, los niveles de desarrollo institucional alcanzado y el tejido organizativo propio

constituyen una especie de infraestructura social o red que condiciona en mucho las ca-

pacidades de gestión endógenas.

A partir del régimen autonómico el entramado institucional presenta al menos tres niveles

que requieren estrategias diferenciadas para su fortalecimiento y potenciación. Esta dife-

renciación resulta vital para la delimitación de la gestión de políticas culturales y de

estrategias de desarrollo y fortalecimiento institucional:

NIVEL MACROREGIONALGobiernos de RAAN y

RAAS

NIVEL MESOREGIONALGobiernos locales

NIVEL MiCROREGIONALPueblos y sus autoridades

Dinámica y representación multicultural

115

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

VÍNCULOS ENTRE LO NACIONAL Y LO REGIONAL:

LOS ALCANCES DE LA SUBSIDARIEDAD

En la propuesta conceptual de eta Guía se señaló la relevancia del

principio de subsidiariedad entre el nivel nacional, el nivel institucional

intermedio y el nivel local como una lógica necesaria para la efectividad

del funcionamiento sistémico de una sociedad o de un territorio. Se re-

calcó también que en esta guía, más que enfatizar en la subsidiariedad

como un orden jerárquico de instituciones, se trata de aprovechar la

utilidad de ésta lógica para aclarar cuáles son las competencias que

son propias de cada nivel. El cumplimiento de estas competencias

también está relacionado con la solución o capacidad de respuesta

ante problemas prácticos que, sin embargo, son de suma importancia

para la sostenibilidad de los procesos.

Los países Centroamericanos tienen en común una historia de relacio-

nes autoritarias entre el Estado Nacional las regionalidades y territorios

heterogéneos que lo conforman. El Informe de Desarrollo Humano del

Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (2005:16) señala que

muchas de las actuales limitantes de las Regiones Autónomas provie-

nen del ejercicio de:

“…una mirada que ha privilegiado la razón geopolítica, la homo-

geneización de la cultura la extracción de recursos naturales an-

tes que reconocer que la Costa Caribe es una “sociedad” étnica

y culturalmente diversa y que sus problemas y oportunidades

radican en su modo de organizarse como tal y en las formas en

que se ha relacionado con el resto de la Sociedad Nacional.”

Esta mirada recurrente se encuentra desde el pasado en la Costa Caribe, tanto en el colonialismo como en la lógica

de operación del Estado Nacional Nicaragüense y sus múltiples intentos de “incorporación” de la región Caribe a los

modelos e intereses de desarrollo nacional, mediante una variedad de mecanismos entre los cuales se encuentran:

• El discurso racista del nacionalismo que predominó en los siglos XIX y continuó con variaciones en el siglo XX, y

según el cual, los pueblos de la Costa por sus características “raciales” e incivilizadas no cuentan con la capaci-

dad de auto gobernarse. Por tanto, las élites civilizadas de gobierno del Estado de Nicaragua debían ser las que

gobiernen e integren a la región al resto del país (Kooker 2012: 69).

• La declaración de tierras habitadas ancestralmente por pueblos originarios como “baldías”, para ser adjudicadas

a empresas, ejecutar políticas de reasentamiento o para facilitar la “ampliación” de la frontera agrícola.

LECCIÓN 3

Al concebir al territorio como unidad

de planificación y gestión, emerge el

problema sobre cómo delimitar al te-

rritorio para que este se convierta en

objeto/sujeto de políticas. Desde un

enfoque de cultura y desarrollo un

territorio no puede ser decretado,

es decir, definido y circunscrito

desde las instancias Estatales.

Sino que lo que cabe es un pro-

ceso de delimitación participativa

a partir del análisis de los princi-

pales rasgos de su configuración

cultural e histórica y las relacio-

nes y decisiones que ejercen sus

actores sociales.

En términos socioculturales, el terri-

torio está delimitado no sólo por las

fronteras y relaciones fluidas que sus

mismos pobladores culturalmente

establecen, sino por los alcances y

funcionamientos de su entramado

institucional y organizativo.

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• La extrapolación en la Costa de modelos y actividades económicas intensivas y extensi-

vas que se habían comprobado “exitosas” en otras regiones del país (ganadería, etc.).

• Las concesiones para la explotación de recursos naturales por parte de empresas na-

cionales o transnacionales, como es el caso de la explotación maderera.

Además de la fragmentación y la resistencia que este tipo de incursiones generaron en la

Costa, las inversiones impulsadas por el Estado no lograron dinamizar de manera suficien-

te las economías regionales. Es decir, si la relación fue autoritaria y violenta desde el inicio,

la condición de pobreza de la Costa fue profundizada por los déficits de inversión social y

económica del Estado, lo que perpetuó dicha violencia y alimentó la desconfianza hacia

todo lo relacionado con el Sistema Nacional.

Pero a diferencia de lo sucedido en otras regiones de Centroamérica y de América Latina,

las incursiones civilizatorias y desarrollistas del Estado no “vaciaron” de conteni-

dos culturales y de sus sujetos “portadores” a la Costa. Aunque muchas manifesta-

ciones culturales y modos de vida de las poblaciones originarias se han visto deteriorados

o afectadas por la falta de puesta en valor de la cultura, la naturaleza multicultural de la

identidad costeña subsistió, se resistió y se reafirmó sustentando el proceso de autonomía

cuyo máximo logro por ahora es la promulgación del Régimen Autonómico. De ahí que

cobren tanta importancia los procesos de revitalización cultural emprendidos en diferentes

momentos, incluyendo el impulsado por el Programa Conjunto. Puesto que éstos logran

revelar colectivamente los contenidos, capacidades y recursos culturales con los cuales

se afirman y contrastan las distintas identidades costeñas, evidenciando lo que es plau-

sible hacer desde el ámbito de lo local, incluyendo lo relacionado con la gestión de

políticas culturales.

Todo lo anterior ayuda a entender en parte por qué la población de la Costa percibe su

relación con el nivel nacional como un proceso condicional:

“Un costeño no logra sentirse Nicaragüense si antes no está bien estableci-

da su identidad Costeña” (PNUD 2005, sinopsis pág.: 7)”95

De tal forma que sentirse costeño y sentirse a la vez nicaragüense, implica que el siste-

ma nacional reconozca y respete lo costeño, demostrando en sus acciones que ese

respeto está garantizado para crear una base de confianza mínima. Y por otra parte,

implica que los actores sociales de la Costa fortalezcan y comprueben su capacidad de

poner límites sobre lo que es y que no es parte de su proceso de desarrollo autonómico.

Por esto, la declaración Constitucional que establece a Nicaragua como una sociedad

multicultural y multiétnica así como toda la legislación que sustenta y fortalece el régimen

95 La frase es atribuida a Mirna Cuningham en el Informe del PNUD 20.

117

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

autonómico de las Regiones Autónomas del Atlánti-

co, marcaron una nueva pauta de relación con

el Estado. Estos recursos legales posibilitan virtual-

mente, un tipo particular de relaciones de subsidia-

riedad entre el Estado, los gobiernos regionales, los

gobiernos locales y las autoridades y territorialidades

de los pueblos.

Y en donde si bien el gran reto sería continuar

aclarando las competencias y alcances de

cada nivel, en función de un modelo de desarrollo

sostenible particular de la Costa de la mano con el

Proyecto Autonómico, la lógica de subsidiariedad

estaría orientada no sólo por el cumplimiento de las

competencias específicas de cada nivel normadas

por la legislación, sino también por objetivos de sos-

tenibilidad. Asimismo, la coexistencia de gobiernos

de distintos niveles (sistemas de autoridad) plantea

el desafío de crear nuevos mecanismos de reso-

lución de conflictos que aún no están claramente

establecidos. Aún más si hay conflictos por traslape

de jurisdicción que tratan de resolverse de manera

práctica pero no de manera normativa como por

ejemplo, jueces comunitarios versus disposiciones

de una alcaldía.

En este sentido resultan muy valiosos los aprendi-

zajes y lecciones de los modelos organizativos sur-

gidos en la Costa para asumir territorialmente, pro-

blemas específicos pero de gran importancia para la

cultura, como lo son los comités de salvaguardia

de las expresiones culturales de los distintos

pueblos y comunidades. La organización demo-

crática de los distintos niveles se basa en la solución

de problemas prácticos para el bienestar común y el

desarrollo de capacidades locales. Pero a su vez, el

encadenamiento de problemas y soluciones frente a

un desafío como la salvaguardia de las expresiones

culturales, da luces sobre cómo estructurar una Po-

lítica Cultural de Salvaguardia de Expresiones

Culturales propias de la Costa Atlántica.

RECUADRO 10

Los procesos de revitalización cultural en la

Costa Caribe de Nicaragua

En 1993 la Asamblea Nacional aprobó la ley 162, que establece el uso oficial de las lenguas indígenas dentro y fuera de las regiones autónomas. También señala el rol de los gobiernos regionales autónomos en el rescate de las lenguas en riesgo de extinción, así como en el fortale-cimiento de las que aún tienen marcos de vitalidad y es-tandarización. La ley autorizó a los gobiernos regionales a trasladar la educación bilingüe intercultural bajo su ad-ministración directa y convertir las escuelas normales en centros educativos bilingües descentralizados. En 1985 se inició en Rama Cay el proceso de revitalización del idioma rama a través del Proyecto de Len¬gua Rama, y el del idioma ulwa a través de Codiul-Uyutmubal en Karawala. Estos proyectos se desarrollaron en el marco de la solidaridad del grupo denominado Lingüistas por Nicaragua, coordinado por el CIDCA. En 1996 la Asocia-ción Afro-Garífuna Nicaragüense (Aaganic) inició con la Uraccan y la Ayuda Popular Noruega (APN) un proceso de rescate y revitalización cultural y se creó la Organiza-ción de Asociaciones Garífunas de Nicaragua. Un ejem-plo de gestión para la promoción y revitalización cultural es el de la Fundación para la Autonomía y Desarrollo de la Costa Atlántica de Nicaragua (Fadcanic), que ha em-prendido acciones estra¬tégicas en la promoción y de-sarrollo de escuelas modelo para los pueblos indígenas y comunidades étnicas bajo la modalidad de la Educación Intercultural Bilingüe (EIB). Asimismo, en el marco de la EIB, el grupo Tuyuwayaba trabaja por la revitalización de la lengua tuahka; el proyecto de mujeres lingüistas ma-yangna ha recopilado historias de vida de ancianas en las comunidades Sakalwas, Awas Tigni, Wasakin y Fruta de Pan; y el Grupo de Lingüistas Mayangna (Yul Barang-ni Yamyang) ha formado una generación de lingüistas in-dígenas. En todos estos casos la cosmovisión indígena es el sustrato de la revitalización cultural.

Fuente: UNESCO, FODM 2011, Introducción.

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En la experiencia de la Costa, el encadenamiento de acciones para identificar las expre-

siones culturales que podrían ser declaradas expresiones patrimoniales o podrían ser

objeto de estrategias de salvaguardia muestra el siguiente encadenamiento, el cual

puede asociarse con una lógica de subsidiariedad (Muñoz 2011 y 2012, Antonio 2012).

a) Los procesos de Revitalización Cultural pueden ser impulsados por los mismos

pueblos o comunidades étnicas interesadas en un fortalecimiento de su identidad, en

alianza con organismos tales como universidades. Tal fue el caso de las experiencias

de los Pueblos Rama, Ulwa, Tuahka de la Costa Caribe que en alianza con universi-

dad regional URACCAN y el Centro de Investigaciones BICU, trabajaron procesos de

revitalización anteriores a los impulsados por el Programa Conjunto. Esta experiencia

no contó con financiamiento Estatal pero logró posicionar la importancia de la revita-

lización cultural, en esa oportunidad asociada al tema de la lengua y la medicina tra-

dicional. La experiencia del Programa Conjunto viene a encadenarse a este esfuerzo

y encuentra este antecedente como campo fértil para los objetivos de revitalización

de las tradiciones orales lengua Ulwa, Garifuna, Mayangna-Twahka. En el marco del

Programa Conjunto, algunas de las investigaciones para la revitalización retomaron

el tema de la medicina tradicional, y otros más ligados al desarrollo, como fueron los

esfuerzos de turismo cultural que proponía el Programa.

b) Por su parte, la gestión de los procesos de revitalizacion que involucran – demas de

las comunidades y gobiernos territoriales en alianza con organizaciones locales - a

entidades de cooperaciòn que no son locales, y que pueden ser organimos nacionales

o internacionales, comprenden la activación de todo un proceso desde la selección

de los equipos de revitalización hasta la selección expresión por revitalizar. Todo esto

también supone un trabajo de incidencia con las autoridades locales, para colocar

los procesos de revitalización que se van a impulsar como prioritarios en las agendas.

En la experiencia del Programa Conjunto en la Costa, la incidencia impulsada y la pos-

terior coordinación con los Gobiernos Locales en algunos municipios, lograron como

resultado la creación de Consejos de Cultura o la designación de delegados de cultura

de los Municipios.

c) Para gestionar los procesos de revitalización ya colocados en las agendas, se requie-

re crear comités o comisiones de salvaguarda con el acuerdo de los gobiernos de

los pueblos y territorios así como Comisiones o Consejos de cultura municipal. Para

darle sostenibilidad a estos comités o comisiones, se crean manuales de funciona-

miento y directrices de estos órganos (ver recuadro más adelante). La Comisión

Municipal invita a trabajar a un representante del Comité de Patrimonio y Salvaguardia

territorial o local para dar seguimiento y cobertura al proceso.

d) Una vez que se han revitalizado expresiones, existe la posibilidad de un salto hacia

que las expresiones trabajadas sean declaradas patrimonio. O puede que se

119

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

llegue a la conclusión que deban diseñarse y gestionarse estrategias de salvaguardia. Ambos procesos

requieren que se encadenen los ámbitos local, municipal, regional y nacional, según el grado de involu-

cramiento y funciones.

Una observación importante es que cuando se impulsa la creación de organizaciones de base que responden a

objetivos muy específicos, como en este caso, hay una tendencia a que las mismas personas que se enlistan en

los órganos comunitarios para la promoción cultural también participan en las comisiones o consejos creados los

gobiernos locales para atender el tema. Es decir, tienen doble representación. Si esto se repite o se prolonga a

otros procesos, hay efectos multiplicadores de capacidades locales que no se logran pues participar en un proceso

de revitalización es también una oportunidad de capacitación para la población local. Asimismo, existe el riesgo

que las mismas personas asumiendo un rol agoten o recarguen la capacidad de participación de dichas personas.

Ante esto es importante que los gestores culturales o los mismos investigadores que apoyan los procesos de re-

vitalización96, y que de manera natural se aglutinan en torno a estas instancias, detecten este signo y propongan

estrategias de relevamiento o rotación en la participación, que amplíen las posibilidades de multiplicar capacidades

y refuercen la participación democrática.

En términos de la definición y cargos de los comités de salvaguardia comunitarios, un ejemplo de un instrumen-

to que ilustra como puede facilitarse la comprensión y apropiación de cargos y funciones en los Comités de

96 En el caso del Programa Conjunto en la Costa Caribe, se logró crear un fondo de investigación que permitió la participación de investigadores que apoyaron los procesos de revitalización. Dichos investigadores no fueron los tradicionales académi-cos, sino más bien, investigadores comunitarios.

Estado Nacional: procedimiento y decreto de Patrimonio o Salvaguardia

Revitalización en la agenda de los Gobiernos Locales.

Comisiones para patrimonio y salvaguardia

Decisiones sobre uso y manejo de recursos territoriales. Define las expresiones para salvaguardia.

Comision territorial.

Gobiernos Regionales: procedimiento y decreto de patrimonio o salvaguardia

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Salvaguardia comunitarios97 se encuentra en

El Manual Mayagna para la Organización de

Comités de Salvaguardia del Patrimonio Cul-

tural Material e Inmaterial del Pueblo Sumu-

MayagnaTuahka.

En síntesis: La subsidiariedad es una lógi-

ca sistémica de funcionamiento que requie-

re mecanismos para aclarar competencias y

para democratizar los procesos claves para

el fortalecimiento de la cultura, en los que

participan de distinta forma todos los nive-

les. La gestión de una política cultural que

surge de un territorio requiere para su ejecu-

ción del funcionamiento una lógica de sub-

sidiariedad básica. Esta a su vez necesita

de mecanismos y herramientas para aclarar

competencias de acuerdo a los objetivos

planteados, así como también un proceso

de acercamiento, negociación, coordinación

y dialogo, que crean la confianza básica ne-

cesaria entre niveles. Los manuales y direc-

trices de operación para la consecución

de objetivos específicos como los pasos

para la declaración de expresiones cul-

turales como patrimoniales o los pasos

para crear y gestionar estrategias de sal-

97 El Programa Conjunto impulsó un proceso de revitalización de la tradición oral y la lengua del pueblo Twahka, que busca fortalecer la identi-dad cultural de este pueblo ante su deterioro. Para esto se conformaron en las comunida-des los comités de salvaguardia del patrimonio cultural tangible e intangible, conformados por hombres y mujeres líderes en sus comunidades y amantes de la cultura ancestral. Para orientar y fortalecer la formación de dichos comités, se elaboró un manual con los cargos y las funcio-nes de los miembros del comité de salvaguardia del patrimonio material e inmaterial del pueblo Sumu Mayangna,

Pasos y ejemplos para incidir con efectividad como miembro del comité

cultural:

Tener bien claro lo que queremos conseguir, basados en las necesida-des reales que tenemos. Por ejemplo:

Queremos que nos apoyen a conservar nuestro patrimonio cultural visible e invi-sible.

Queremos que nos construyan un centro cultural comunitario para la exposición de nuestra cultura ancestral.

Queremos que la población aporte ideas para poder proteger y consolidar nuestro patrimonio cultural.

Identificar bien a la persona o perso-nas que tienen en sus manos el poder de decidir. Por ejemplo:

Puede ser el alcalde o alcaldesa.

Puede ser un ministro o su delegado en el aspecto de cultura.

Puede ser el pastor o el cura que tenga amor a la cultura.

Pueden ser los portadores de la cultura ancestral.

Hacer un plan con las acciones que realicemos para incidir en la persona que tiene en sus manos la decisión. Por ejemplo:

Visitas, entrevistas, asambleas, manifes-taciones, mantas, pláticas, cartas, en-cuestas.

Controlar y evaluar permanentemente para ver si el plan se está cumpliendo y nos está funcionando. Por ejemplo:

Reuniones, informes, asambleas.

Fuente: PRODOC, FODM, GRUN, UNESCO (2011) Manual Mayagna para la Organización de Comités de Salvaguardia del Patrimo-nio Cultural Material e Inmaterial del Pueblo Sumu-MayagnaTuahka, elaborado por Equipo Multidisciplinario Tuahka, RAAN, Nicaragua, PRODOC, FODM, GRUN, UNESCO, P:12.

El manual puede obtenerse en el siguiente anexo 9.

121

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

vaguardia desde una perspectiva local, pueden ayudar a los actores e instituciones de los distintos niveles

a definir como dar su contribución y cumplir sus tareas de la mejor manera. Asimismo, un plan para la ejecución

puede ser presentado en una simple matriz que ayude r a los distintos actores a definir su papel dentro del proceso,

tal y como se ilustra con el Plan de Acción Conservación del mausoleo héroes y mártires del Municipio de

Rosita, que se adjunta como Anexo 1 en esta Guía para ejemplificar

LA CREACIÓN DE UNA INSTITUCIONALIDAD REGIONAL DE CULTURA Y SU RELACIÓN CON EL

PROYECTO AUTONÓMICO

Como se mencionó antes, uno de los propósitos mayores del Programa Conjunto en las Regiones Autónomas

del Caribe Nicaragüense fue fortalecer/reafirmar el Proyecto Autonómico mediante la puesta en valor de la diver-

sidad cultural e identidades de la Costa. Para esto se entendió la importancia clave de la institucionalización de

la cultura, puesto que pese a la defensa de la diversidad cultural y la identidad multicultural propia, las regiones

autónomas carecían hasta el 2009 de Secretarías de Cultura en sus Gobiernos, y de enlaces específicos más

permanentes con la entidad rectora de cultura a nivel nacional, el Instituto Nacional de Cultura (INEC). Para dicho

Instituto también implicaba un reto crear las capacidades necesarias para ejercer sus funciones en el contexto de

las regiones autónomas.

Asimismo, en el nivel microregional, la ejecución del Programa reforzó iniciativas ya existentes en los pueblos y

comunidades étnicas, y estableció líneas de acción que tuvieron aprovechamientos y efectos múltiples, tanto en la

creación de una nueva institucionalidad para la gestión cultural que establecía relacionamientos entre niveles,

como en la creación de condiciones e instrumentos de política cultural. Entre estas acciones destacan:

LECCIÓN 4

La subsidiariedad puede entenderse como una lógica que sirve a la soste-

nibilidad, cuando se trabajan y aclaran las competencias por nivel, así como

las vinculaciones entre las competencias que pueden elevar la escala de un

resultado. Promover relaciones de subsidiariedad efectivas tiene un grado

de dificultad alto, pues implica trabajar en la cultura misma de las relaciones

al interior de cada nivel y entre los niveles (responsabilidades, beneficios,

etc.). En la experiencia de la Costa Atlántica, la organización autonómica ha

implicado la confluencia y coexistencia de autoridades o gobiernos de dis-

tinto nivel para fortalecer la diversidad cultural de la sociedad Costeña,

y la creación de instituciones Culturales Regionales y enlaces con el Siste-

ma Nacional que no existían antes de la ejecución del Programa Conjunto.

La construcción de esta institucionalidad puede ser una condición básica

para el funcionamiento de una lógica de subsidiariedad, como podrá verse

a continuación.

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• Establecimiento de una Red de Centros Comunitarios de Cultura que abarca desde

el nivel comunitario hasta el regional. En la cabecera de cada región se estableció un

Centro Integrado de Cultura (CIC) que ejerce la gestión regional pero coordinada con las

instancias comunitarias.

• La creación de comités de cultura y comités de salvaguardia a nivel de territorios y

gobiernos locales. Lo cual fortaleció el tejido organizativo demostrando que las orga-

nizaciones culturales pueden cumplir también objetivos múltiples en la solución de los

problemas del día a día de las comunidades y territorios.

• La elaboración de planes estratégicos para el desarrollo cultural de los territorios, en

el marco de la territorialidad establecida por cada pueblo pero también, en la realidad

intercultural de convivencia en el que se desarrollan las regiones. En estos planes privi-

legiaron los criterios propios de cada pueblo así como el papel central de los gobiernos

territoriales en la toma de decisiones y en las tareas de ejecución.

Asimismo, el proceso también se fortalecía con la existencia previa del Sistema Educa-

tivo Autonómico Regional (SEAR), el cual fue desde su creación intercultural y bilingüe,

si bien al momento de ejecutarse el Programa Conjunto requería ser fortalecido en el

tratamiento de los temas de revitalización cultural e interculturalidad. La vinculación del

SEAR con la Red de Centros Comunitarios de Cultura facilitó el dialogo y el flujo de re-

cursos educativos.

Toda esta institucionalidad constituye en su conjunto una nueva generación de institu-

ciones que renovaba organización tradicional y se orientaba a dar respuestas prácticas.

Pero también, en sí misma constituye un engranaje clave para lograr una mayor definición

del Proyecto Autonómico y una experiencia organizativa que mostraba las posibilidades

y necesidades de su puesta en marcha. A continuación se retoman aspectos prácticos y

metodológicos del proceso de fortalecimiento institucional.

Creación de las Secretarías de Cultura de los Gobiernos Regionales

La creación de las Secretarías de Cultura en las Regiones Norte y Sur se da en el marco de

las acciones generadas por el Programa Conjunto. Este brindó acompañamiento técnico

para la creación y fortalecimiento de las Secretarías, en términos de sus capacidades de

gestión cultural, su reglamentación y movilización de recursos.

Los Consejos Regionales Autónomos contaban ya desde antes con Comisiones de Cultu-

ra y Deportes al momento de crearse las Secretarías de Cultura en cada Gobierno Regio-

nal. Ambos órganos establecerán relaciones de coordinación. Las Secretarías de Cultura

son órganos de carácter ejecutivo de los gobiernos regionales, que en este momento

cuentan con un marco operativo, normativo y reglamentario.

123

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

Los lineamientos que sigue la Secretaría de Cultura emanan de los Consejos Regionales con sus diferentes comisio-

nes, Pero la Secretaría misma también tiene capacidad de incidencia para colocar temas y acciones que se consi-

deren muy necesarias. Por ejemplo, las Secretarías han colocado en las agendas de los Gobiernos Regionales que

la diversidad Cultural de la Costa es, además de aquello que la distingue, el potencial o valor que puede sustentar

un modelo de desarrollo particular de cara al Proyecto Autonómico. Anteriormente, los Gobiernos Regionales ya

reconocían que dicha diversidad constituía la base para la oferta de Turismo Cultural y con esto ya la estaban valo-

rizando. No obstante, la incidencia sobre el posicionamiento de la cultura que las nuevas Secretarías logran

“reubica” a la cultura como aquella base compartida de Identidad Costeña que hace que todos los grupos y pueblos

converjan en una agenda común de desarrollo. Lo anterior, entendiendo que el fin no es la homogeneización cultu-

ral, sino poner en valor cada uno de los acervos culturales e identidades de los pueblos y comunidades mediante

la revitalización de las diversas expresiones culturales. Asimismo, también existe la “prevención” o la consciencia

sobre las necesidades de poner límites a los contenidos y prácticas que se reconocen como externas a la Costa.

Quizá el conflicto mayor acá resulte de la relación o identificación que se establezca entre lo externo y la población

mestiza. Pero toda esta apuesta también presenta riesgos provenientes de la tensión entre el reconocimiento de

cada identidad y la afirmación propia.

Lo anterior pone en relieve que las Secretarías también tienen el reto de la representatividad en su gestión interna.

Entendiendo que la diversidad cultural en la Costa está constituida por actores y pueblos que tienen distinto peso

político y demográfico, la representatividad lograda marcará en mucho la resonancia de su gestión y muy proba-

blemente, su legitimidad y sostenibilidad en el futuro. En la actualidad puede decirse que cada uno de los consejos

de gobierno de las regiones autónomas tiene una representatividad relativa de la multiculturalidad presente en cada

región.

La representatividad puede basarse en una reglamentación que defina que la cuota de representación de los dife-

rentes grupos mantenga cierta proporcionalidad con sus niveles poblacionales. Pero más allá del mecanismo de

reglamentación, la representación legítima de un grupo social esta moldeada por su práctica política, por la orga-

nización y la democratización a lo interno y a lo externo de la sociedad multicultural. De forma tal que los grupos

que podrían considerarse “minoritarios”, tienen el desafío de reclamar su espacio y sus derechos, en el proceso de

conformación de la nueva institucionalidad.

En la reciente revisión presupuestaria del Gobierno Nacional, fue adjudicada una partida para la operativización de

las propuestas programáticas de las Secretarías Regionales de Cultura (Muñóz 2012)

Vinculación de las Secretarias de Cultura con la Entidad Rectora de Cultura a Nivel Nacional (INC)

Similar a lo sucedido con las Secretarias de Cultura, antes del Programa Conjunto las Regiones Autónomas no

contaban con una unidad de enlace directo con la institución rectora de cultura a nivel nacional, el INC. Crear este

El marco operativo, normativo y reglamentario de la Secretaria de Cultura de la RAAN puede conocerse mediante la revisión del manual de funcionamiento de la secretaría de cultura GRAAN en el anexo 10

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Funciones de la Secretaria de Cultura de la RAAN

Arto. 11. La Secretaría de Cultura, tendrá las siguientes funciones:

Impulsar y apoyar la aplicación de la política cultural regional, así como las políticas de estrategias para la revitalización y salvaguarda de las expresiones culturales, agendas parlamentarias de la cultura, y todas aquellas leyes y normas municipales, regionales, nacionales, tratados y convenios internacionales, que garanticen la protección y la sos-tenibilidad del patrimonio cultural inmaterial y material de RAAN, para una mejor calidad de vida.

Gestionar ante instancias del Estado y donantes internacionales, en coordinación con el Gobierno y Consejo Regional Autónomo, fondos para el fortalecimiento y funciona-miento de la Secretaría de Cultura en la RAAN.

Realizar todas las acciones necesarias para asegurar el desarrollo sostenible de la Se-cretaría de Cultura y la asignación de presupuesto para su funcionamiento por parte del Gobierno y Consejo Regional Autónomo.

Coordinar con el GRAAN y el CRAAN para obtener las condiciones y recursos básicos para el funcionamiento de la Secretaría de Cultura.

Promover e impulsar la creación de comisiones de cultura en las municipalidades donde no existen.

Mantener una estrecha relación con los Concejos Comunitarios de Cultura, así como con los promotores y gestores culturales comunitarios de los municipios de la región.

Fortalecer las relaciones interinstitucionales con el ente nacional que rectora la cultura a nivel nacional,.

Gestionar presupuesto ante las ONG´s, Gobierno Regional, y entidades Estatales que trabajen la temática de la cultura, para realizar foros y talleres de capacitación con pro-motores culturales de los distintos pueblos.

Formular e implementar con autonomía dentro de las funciones de la Secretaría, todas aquellas actividades, gestiones, proyectos, programas y acciones necesarias según las necesidades de los promotores culturales de los Pueblos

Apoyar los movimientos culturales y redes de cultura, estableciendo alianzas y compar-tiendo las experiencias junto a la SC.

Mejorar las capacidades del personal de la Secretaría de Cultura con pasantías, talle-res, cursos, intercambios de experiencias, para el buen ejercicio de sus funciones.

Promover un ambiente de respeto, conservación y valoración hacia el patrimonio cultu-ral de los pueblos indígenas, afrodescendientes y mestizos costeños de la RAAN.

Fuente: PRODOC, DRUN, RAAN, FODM (2011) Manual de funcionamiento de la Secretaría de

Cultura GRAAN, Bilwi, Puerto Cabezas, RAAN

125

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

enlace era parte de la tarea de instalar en las regiones una institucio-

nalidad de cultura básica que cubriera todos los niveles.

La lógica prevaleciente era que el INC brindara insumos y apoyo a

los desafíos que debían enfrentar las nacientes Secretarias de

Cultura de los Gobiernos Autónomos de manera directa. Es con

este objetivo que se crea la Delegación del INC Regional. Si bien

con ésto cumplió con el objetivo de establecer una instancia o

figura institucional de enlace, en la práctica sus capacidades

técnicas, instrumentación y conocimiento sobre las funciones y

trayectoria del ente rector para dar insumos a las Secretarias es

hasta el momento limitada. La delegación comprende únicamente

una persona que es delegada del INC, y que durante la ejecución

del Programa Conjunto coordina con UNESCO para explorar

conjuntamente cómo se puede posicionar como institucionalidad

cultural de la Costa.

Resulta claro que un proceso de cultura y desarrollo como el que

está teniendo lugar en las Regiones Autónomas de la Costa, reque-

rirá que el INEC fortalezca sustantivamente las capacidades de la

Delegación que apenas ha germinado. Esto no sólo en virtud de las

necesidades reales del proceso, sino en cumplimiento de lo estable-

cido en la Constitución, la Política Nacional de Cultura y el Régimen

de Autonomía.

En este sentido, la delegación del INC ya ha empezado a trabajar

con los Gobiernos y Consejos Regionales, a través del vínculo con

las Secretarías de Cultura. Actualmente está en proceso de revi-

sión y aprobación de un Convenio de Coordinación y Cooperación

Interinstitucional entre el INC y las Regiones Autónomas que tiene

como finalidad establecer un marco claro de relacionamiento entre

el Instituto, los Consejos Regionales y los Coordinadores Regionales

de las Regiones Autónomas del Atlántico Norte (RAAN) y del Atlántico Sur (RAAS), para la realización, entre otros

cosas, de programas, proyectos, medidas y acciones de índole cultural de interés mutuo, que incluyen la investi-

gación, conocimiento, rescate, revitalización y difusión de las distintas manifestaciones y expresiones culturales, así

como al conocimiento, protección, salvaguarda y conservación de los recursos culturales tangibles e intangibles; y

el reconocimiento, respeto y ejercicio pleno de los derechos culturales98.

En cumplimiento de lo establecido en la Constitución Política de Nicaragua, en la Política Nacional de Cultura del

GRUN y en el Estatuto de Autonomía de las Regiones Autónomas, la propuesta de Convenio también define la

transferencia de funciones a las regiones Autónomas en materia cultural, establece la transferencia de recur-

98 Documento Borrador de Convenio Marco en proceso de trabajo, de circulación interna restringida.

El Programa Conjunto definía en su producto

2.2 “Fortalecidas las instancias culturales de los

gobiernos autónomos de la Costa Caribe y sus

relaciones con el Instituto Nicaragüense de Cul-

tura (INC)

Si bien no habían pasos previamente definidos para

lograr estos resultados, una retrospectiva de lo suce-

dido arroja los siguientes pasos que se siguieron en la

experiencia:

1. Siguiendo el modelo de secretarías (de

educación, de producción, de turismo)

constituidas regionalmente, se establece

la secretaría de cultura como figura y

siguiendo el modelo de delegación na-

cional (educación, salud) se crea la dele-

gación del Instituto Nacional de Cultura

en calidad de enlace.

2. Se contratan consultores para las labores

Enlace de Secretaría de Cultura y Dele-

gación del INC (fondos del programa).

3. El gobierno de Nicaragua contrata Se-

cretarios de Cultura y Delegación del

INC, junto con asistentes técnicos y ad-

ministrativos.

4. Se impulsa un proceso de Transición

para que las institucionalidad cultural

creada sea asumida por Gobiernos y

Consejos Regionales

(Muñoz 1012)

El Programa Conjunto definía en su pro-ducto 2.2 “Fortalecidas las instancias cul-turales de los gobiernos autónomos de la Costa Caribe y sus relaciones con el Insti-tuto Nicaragüense de Cultura (INC)

Si bien no habían pasos previamente de-finidos para lograr estos resultados, una retrospectiva de lo sucedido arroja los siguientes pasos que se siguieron en la experiencia:

1. Siguiendo el modelo de secretarías (de educación, de producción, de turismo) constituidas regionalmente, se esta-blece la secretaría de cultura como figura y siguiendo el modelo de dele-gación nacional (educación, salud) se crea la delegación del Instituto Nacio-nal de Cultura en calidad de enlace.

2. Se contratan consultores para las la-bores Enlace de Secretaría de Cultura y Delegación del INC (fondos del pro-grama).

3. El gobierno de Nicaragua contrata Se-cretarios de Cultura y Delegación del INC, junto con asistentes técnicos y administrativos.

4. Se impulsa un proceso de Transición para que las institucionalidad cultural creada sea asumida por Gobiernos y Consejos Regionales

(Muñoz 1012)

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sos necesaria las Regiones, redefine y esclarece las responsabilidades y funciones

del INC así como las de los gobiernos regionales.

La emergente Institucionalidad Cultural Microregional de los Pueblos y las Co-

munidades

Además de la existencia de una diversidad y riqueza de organizaciones de gobierno de

pueblos y territorios, así como de otras organizaciones endógenas que estos han creado y

que amalgaman modos de vida, en los últimos años se está experimentando a nivel comu-

nitario el surgimiento de una nueva “capa” organizativa alrededor de la cultura.

Actualmente existe un Centro Integrado de Cultura en las cabeceras de casa una de las

regiones, si bien la meta originalmente planteada era la de crear una Red de Centros Co-

munitarios de Cultura.

Pero hay también el surgimiento de nuevas organizaciones o colectivos de la sociedad

civil. En algunas ocasiones están validadas por las instancias oficiales tales como los go-

biernos locales, que van favoreciendo a la creación de estos núcleos. Por ejemplo, una

comisión de cultura a nivel local, elegida desde la Municipalidad u organizaciones como

comités comunitarios variados que están trabajando en procurar recursos varios y presu-

puesto para la ejecución de las agendas culturales.

El surgimiento de estos grupos no es planificado sino que se ha dado de manera relativa-

mente espontánea según las necesidades. Si se crea un Centro Cultural por ejemplo, hay

que ver cómo se crea un Comité que de Sostenibilidad al Centro Cultural y se empieza a

posicionar el tema de cultura para asegurar que la municipalidad brinde presupuesto.

Otro ejemplo es la organización de actos públicos de reconocimiento a los portadores

culturales. También de las mismas Municipalidades surgen iniciativas como por ejemplo,

espacios culturales que se están rehabilitando, para lo cual se crean Patronatos y los

Comité de Cultura Municipal entran a promocionar ese espacio público (Muñoz 2011). En

el anexo 1 de esta Guía se adjunta el Plan para la Conservación del Mausoleo del Munici-

pio de Rosita que ilustra lo anterior. De esta forma, la lógica de subsidiariedad se vincula

a la lógica de la sostenibilidad y el tejido social que ya ha sido activado tiende a multiplicar

resultados.

Por otra parte, los procesos de revitalización cultural que se han llevado a cabo también

han activado la organización de la ciudadanía con la creación de pequeños comités, ya

no sólo para la organización de una fiesta tradicional que es lo propio, sino para fines u

objetivos más continuos o más sostenibles.

Todo lo anterior indica que hay desde las comunidades una nueva lectura de las repercu-

siones o consecuencias de la celebración de la diversidad cultural. Donde aflora el ejercicio

de lo político-cultural en la organización ciudadana.

127

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

Los Planes de Desarrollo Cultural de los Territorios.

Al igual que otras acciones y resultados en el marco de la experiencia del Programa Conjunto, los planes de desa-

rrollo cultural de los pueblos y territorios están encadenados a acciones precedentes y a su vez impulsan otros resul-

tados o efectos (Muñoz 2012)99. La elaboración de Planes Estratégicos de Desarrollo Cultural para los seis Pueblos

y Territorios de las Regiones Autónomas se consideró desde la formulación del Programa, como un instrumento

fundamental para impulsar Políticas Culturales.

Pero a su vez, los planes se alimentaron del Mapeo de Expresiones Culturales llevado a cabo en las comunidades

y también de los procesos de revitalización. Posteriormente, los tres planes elaborados en el 2011 ayudaron a la

formulación de la Política Cultural propuesta por la RAAN.

La lógica surgida del proceso llevo a que, siendo el mapeo participativo y una vez identificados los recursos cultu-

rales, se dé un regreso a las comunidades para que desde sus recursos culturales hagan una lectura sobre cómo

quieren gestionar su cultura y hacer un Plan de desarrollo Cultural. En este sentido las demandas de las regiones

fueron diferenciadas siguiendo las demandas de cada gobierno regional. Mientras que en el Sur se mantuvo la visión

de hacer un Plan por Pueblo, en el Norte hubo un interés en hacer planes por territorio, con excepción del Plan del

Pueblo Creole localizado en la RAAN.

Hasta mayo del 2012 se han elaborado seis Planes de Desarrollo de Pueblos y Territorios de la Costa los cuales son:

• Plan Cultural del Territorio Indígena Li Lamni Tasbaika Kum (RAAN).

• Plan Cultural del Pueblo Creole, (RAAN).

• Plan Cultural del Territorio Mayagna, Sauni, Arungka (RAAN)

• Plan Estratégico de Desarrollo Cultural del Pueblo Garífuna en Laguna de Perlas, Región Autónoma del Atlántico

Sur 2012 – 2016, (RAAS)

• Plan Cultural del territorio Ulwa (RAAS)

• Plan Cultural del territorio Rama (RAAS)

En términos generales, la metodología seguida para la formulación de los planes ya sea por pueblo o por territorio

fue descrita en el apartado anterior sobre instrumentos de política.

Siguiendo con la lógica de proceso participativo, en el marco del Programa Conjunto se pretendió que los planes

alimentaran la Política Cultural de las dos regiones. No obstante en la práctica, el resultado fue que se formuló la

política desde la RAAN mientras todavía se están formulando los planes de otros pueblos territorios. Esta fue una

adecuación que surgió principalmente, de la demanda del Gobierno Regional de la Región Autónoma del Atlántico

Norte por formular una propuesta de Política, como se explica en el siguiente apartado. Pero también es preciso

aclarar que las regiones solo comprendieron parcialmente la importancia de comprender la gradualidad del proceso

o encadenamiento gradual entre Mapeo-Planes-Política.

99 Comunicación personal con Marianela Muñoz, monitora técnica de la Oficina UNESCO para Centroamérica 13/04/2012, vía Skype.

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LA POLITICA CULTURAL REGIONAL Y SUS VINCULACIONES CON EL DESARRO-

LLO

En el mes de agosto del 2011 es publicada en La Gaceta el documento Disposición Admi-

nistrativa No. 71-23-08-2011, “Sobre la Aprobación de Políticas Culturales de las Regio-

nes Autónomas, sus principales lineamientos y componentes del Plan de Desarrollo”, por

parte del Consejo Regional de la Región Autónoma del Atlántico Norte. Con este docu-

mento se daba por aprobado un texto sustantivo sobre la Política Cultural de las regiones

autónomas propuesto por el gobierno de la RAAN.

La iniciativa y el proceso de formulación de la Política Cultural fue liderada por los gobier-

nos Regionales, técnicamente asesorados por la Organización No Gubernamental Centro

para la Autonomía y Desarrollo de los Pueblos Indígenas CADPI100.

No obstante, la formulación del documento de política se da en un momento en que se

han fortalecido prácticamente todos los niveles de la institucionalidad, con el objetivo de

consolidar una institucionalidad cultural y una agenda de cultura para las regiones. De esta

forma, puede decirse que detrás del documento ya hay una política implícita que se ha

puesto en práctica. Esto importante de recalcar, pues en muchas otras experiencias, se

han formulado las políticas con el fin de crear, fortalecer o reformar una institucionalidad

existente sobre cultura. Pero los documentos por si solos poco pueden hacer sin la vo-

luntad política y las acciones de incidencia necesarias para llevar el proyecto de política

adelante.

El proceso de formulación de la política aprovecho los diagnósticos y mapeos previamente

hechos, e incluyó talleres participativos de consulta. No obstante, la dinámica seguida en

la formulación no siguió los mismos parámetros metodológicos del enfoque participativo

que caracterizó tanto al mapeo como a la formulación de los planes.

En el texto publicado en la gaceta, la Política muestra un sesgo marcado hacia los pue-

blos originarios de la Costa, pese a que la población mestiza ha crecido en importancia,

y ya conforma un segmento muy importante de la sociedad multicultural de la Costa. La

revisión de este aspecto provocó la sujeción del documento a enmiendas. Más allá de las

diferencias y de las rivalidades que genera la autoafirmación, se encuentra la posibilidad de

que todas las poblaciones compartan en acceso y disfrute compartir de bienes y servicios

comunes para el desarrollo básicos (Caminos, electricidad, telecomunicaciones, etc.) así

como aquellos relacionados directamente con el desarrollo cultural.

Lo anterior forma parte de la puesta en marcha de un modelo propio de cultura y desarrollo

para las regiones que sea incluyente, y que para este fin la política cultura es un instru-

mento importante siempre y cuando esa se incluyente. Esto ilustra que la política cultural

100 La cual previamente también había ejecutado el proceso de Mapeo de Expresiones Culturales en las comunidades.

129

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

como propuesta, es un instrumento perfectible, y su ejecución puede ser sometida a monitoreo, a correcciones y a

rendición de cuentas por parte de la sociedad civil

La publicación en la Gaceta de la Política Cultural Regional, compromete al CRAAN con la generación, cumplimiento

e implementación de decretos y reglamentos, y la generación de borradores de normativa cultural, pero además

resuelve atender: la actualización del mapeo, la definición de un plan de salvaguarda regional del patrimonio cultural,

las declaratorias regionales de patrimonio así como algunas declaraciones nacionales y la creación de la Orden de

la Autonomía cultural (para el reconocimiento de portadores-actores culturales), entre otras acciones.

En términos de los vínculos entre la política Cultural Nacional y La Política Cultural de las regiones autónomas, uno

de los puntos de partida de la formulación de la política regional era hacer ese cruce, y realizar la lectura de la Política

Nacional desde la realidad de la Costa y las prioridades del proceso Autonómico. . Pero habría que hacer un análisis

más detallado para ver la correspondencia real. La política Regional sí reconoce la Política Nacional, así como los

instrumentos internacionales.

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Hemos planteado en esta guía que Centroamérica, de manera similar pero al mismo tiem-

po diferente a otros países y regiones Latinoamericanas, se enfrenta al desafío de construir

una nueva generación de políticas culturales (o bien, políticas culturales de nueva gene-

ración). Desafío que muestra apenas algunos signos germinales en la región, pero que

tampoco se presenta enteramente como una moda o como un discurso injertado de los

organismos multilaterales.

Las sociedades moldean sus instituciones culturales a partir de las grandes transforma-

ciones que atraviesan. Algunas veces estas transformaciones adquieren la forma de crisis

social, económica o política. La investigación exploratoria que ha sustentado esta guía

puede concluir que en algunos países de la región, se manifiestan necesidades y volun-

tades institucionales a nivel nacional y local para dar saltos cualitativos en lo que a políti-

cas culturales se refiere. Asimismo, es evidente que la comprensión sobre la cultura está

cambiando hacia una visión más integral, y que el posicionamiento que ha logrado en los

países el enfoque de derechos culturales, está reforzando ese cambio. No obstante, no

puede olvidarse que los nuevos aires, bien pueden ser el eco del cansancio que generan

las tantas violaciones de derechos humanos básicos que han influido en la desintegración

social, la inseguridad y la violencia en la región Centroamericana.

Colombia ha tenido que hacer un esfuerzo casi “sobre humano” para no caer al acantilado

y entender que el trabajo sobre la cultura era la posibilidad difícil, millonésima, de recupe-

rar al país de las garras del conflicto armado y todas sus secuelas y ramificaciones. Esta

crisis abrió una nueva compresión sobre la importancia de la cultura, sobre su carácter

multi-objetivo y su función fundamental para la integración social; sus potencialidades eco-

nómicas y también sobre su vocación territorial. Frente a la difícil situación que enfrenta la

sociedad Colombiana, esta nueva comprensión de la cultura en Colombia acicateó toda

una evolución de la institucionalidad cultural y del modelo de gestión cultural.

Así, - como lucidamente señala Germán Rey - las políticas culturales traducen institucio-

nalmente las comprensiones de cultura predominantes en la sociedad y: “Esta traducción

CONSIDERACIONES FINALES DE ESTA GUÍA

131

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

no es estable: va rehaciéndose de acuerdo a los cambios culturales y sociales, de tal manera que las propias ar-

quitecturas son readaptaciones que lentamente se producen en la estructura original de las instituciones culturales

(Rey 2009:30).

Se pueden encontrar en Centroamérica signos de búsqueda de modelos de políticas e institucionalidad cultural que

traduzcan las propias crisis y potencialidades Centroamericanas. Hay también evidencia de adaptaciones propias

de modelos institucionales e instrumentos necesarios para generar cambios. Parece que se busca con más esfuer-

zo en aquellos territorios y países donde hay mayor convencimiento sobre la centralidad del proyecto cultural para

el desarrollo y futuro.

¿Puede o no puede Centroamérica construir una nueva generación de las políticas culturales?, ¿Qué implicaciones

tiene esto para el desarrollo sostenible de la región, a sabiendas que la sostenibilidad misma, esta cruzada por la

forma en que vivimos?

Para contestar estas preguntas tenemos que volver al tema institucional, cuestión en la que hemos insistido mucho

en esta guía. Una cuestión institucional entendida en el sentido amplio. Y en este sentido, no sólo no podemos

ocultar la vulnerabilidad institucional que drena los esfuerzos de desarrollo económico, social, cultural y político de la

región, sino que es indispensable ponerla a plena luz. Actualmente, un proyecto nacional cultural puede caerse de

una semana a otra. Al mismo tiempo, los proyectos de desarrollo cultural integral en los países no son decididos.

Pero ¿se trata de construir otra institucionalidad cultural (a nivel nacional, territorial, comunitario)lo bien, de aprove-

char la que ya hay y no sólo en cultura sino en diferentes ámbitos del desarrollo? Es posible que se trate de ambas

cosas. Detrás del reto hay cuestiones o tareas históricas difíciles. Las identidades centroamericanas ganan su

sobrevivencia cada día con grandes esfuerzos y algunas de hecho subsisten porque viven al margen. No es raro

encontrarse a Tolupanes con hambre. Muchas identidades han desaparecido y desaparecen dejando un rastro de

desarraigo difícil de ocultar porque se convierte en violencia.

Debemos entonces preguntarnos, ¿qué es lo que tenemos que revitalizar de la diversidad cultural de nuestros paí-

ses que aporte significativamente a la construcción de una mayor cohesión social?

En el proceso de elaboración de esta guía, surgió la compresión de que quizá lo medular por revitalizar este preci-

samente en la dimensión inmaterial de las culturas centroamericanas en los territorios rurales y urbanos. Se trata

en mucho, de redescubrirnos. Por otra parte, revitalizar algunas cosas que están muriendo nos va a recordar la

importancia de la memoria histórica para las sociedades.

Pues más allá de las tareas tecnocráticas y operativas que puede implicar una nueva generación de políticas cul-

turales, un proyecto de desarrollo cultural es una acto de confrontación interna, una introspección des-

garrada sobre lo que se quiere o no se quiere. Y a partir de esta, una imaginación esperanzada, creativa, que

entiende bien el papel de la heurística en la conformación de nuevos mundos. Ese es precisamente el vínculo íntimo

entre revitalización cultural y la creación de políticas culturales.

Acoger un planteamiento integral de cultura como es el enfoque de democracia cultural y derechos culturales, no

resuelve automáticamente las luchas reivindicativas ni otras muchas que hay que dar, ni abre la fuente de los con-

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tenidos culturales que indican la luz propia de cada sociedad o territorio. Centroamérica

esta sedienta de un debate abierto y profundo, multicultural, pluri-lingüístico e intercultural

sobre cuál es el papel de la cultura en nuestras sociedades. Un debate con resonancia

que recuerde que los derechos culturales son inalienables, y que no son sólo derechos de

cuño liberal, individual.

Este debate no es un acto sino un proceso que algunos, como los actores sociales de

las Regiones Autónomas del Caribe Nicaragüense o el Pueblo Kuna en Panamá ya han

empezado. Y al que los países o territorios Centroamericanos deben dar lugar para revita-

lizar su diversidad, sus identidades, para la cohesión social y la democracia real.

Finalmente y habiendo ya insistido en que la cultura no puede verse únicamente como

instrumental al desarrollo económico, la falta de reconocimiento de la cultura como fuente

que puede brindar oportunidades productivas y económicas, así como opciones para

generar empleo e ingresos, continua siendo una limitación para su posicionamiento en las

agendas de desarrollo nacional. Por sus funciones sociales y políticas, la cultura nunca po-

drá ser solamente una mercancía, aunque existan discursos que la presenten como tal. El

vínculo cultura y desarrollo nos acaba enseñando otra noción de lo económico, así como

otras posibilidades de convivencia social.

133

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

Acrecentar la Diversidad Cultural como fuente de desarrollo:

La Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural del 2002 de la UNESCO plantea que el desarrollo sostenible

requiere de manera indispensable de una diversidad cultural sostenible. De forma tal que la diversidad cultural

pueda fomentarse, acrecentarse y actúe como motor de desarrollo integral, frente a los efectos positivos y nega-

tivos de los “mercados sin fronteras” de la globalización.

Autoctonía:

Es lo que distingue a una expresión cultural dada y la refiere a geografías, territorios, grupos sociales y culturas

específicas.

Endoculturación:

Se refiere a la capacidad interna o endógena de una cultura particular, de socializar o educar a las personas nacidas

en esa cultura, en términos de su cosmovisión, cosmogonía, valores, modo de vida, significados y patrimonio cultu-

ral que sustenta a dicha cultura. La endoculturación está cercanamente asociada a la vitalidad de la lengua, aunque

hay niveles de endoculturación que se logran aun con la perdida de la lengua propia.

Política:

Se refiere a las decisiones para la consecución de unos objetivos, las cuales se toman dentro de un marco legal,

cultural, económico, social y cultural determinado. El marco restringe el espacio de la decisión política, pero a la vez

el marco se transforma por decisiones políticas.

“La política puede ser analizada como la búsqueda de establecer o de bloquear políticas públicas sobre determina-

dos temas, o de influir en ellas. A su vez, parte fundamental del quehacer del gobierno se refiere al diseño, gestión

y evaluación de las políticas públicas” (Lahera E, 2004).

Políticas Públicas:

“Tanto la política como las políticas públicas tienen que ver con el poder social. Pero mientras la política es un

concepto amplio, relativo al poder en general, las políticas públicas corresponden a soluciones específicas de cómo

manejar los asuntos públicos”. (Lahera E, 2004). Por tanto, las políticas públicas pueden concebirse como las es-

trategias que se diseñan y ejecutan para resolver problemas públicos, estas estrategias se definen dentro de un

proceso de discusión entre los actores de la sociedad y los gubernamentales.

Políticas Culturales:

Las “políticas y medidas culturales” se refieren a las políticas y medidas relativas a la cultura, ya sean éstas locales,

nacionales, regionales o internacionales, que están centradas en la cultura como tal, o cuya finalidad es ejercer un

GLOSARIO

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efecto directo en las expresiones culturales de las personas, grupos o sociedades, en

particular la creación, producción, difusión y distribución de las actividades y los bienes y

servicios culturales y el acceso a ellos. (UNESCO).

A nivel nacional, las políticas culturales hacen referencia a iniciativas de los diferentes agen-

tes que intervienen en el campo cultural y en su ciclo básico de producción, distribución

(o reproducción) y uso de la cultura…” “…la política cultural constituye una ciencia de la

organización”… “….El carácter científico hace alusión a la implementación metódica de ini-

ciativas estatales, privadas o comunitarias y como hacerlas posibles en el contexto social

en el que interactúan. En ese sentido, las políticas culturales tienen como unidad mínima el

territorio, el carácter local o regional del cual deben surgir como un factor de sostenibilidad

de suma importancia considerando las iniciativas ciudadanas que dan cuenta del carácter

diverso de nuestra población. Teixeira Coelho (2000) retomado por Hernán Mejía (2004)

Las políticas culturales, tradicionalmente, han actuado en la línea de reforzar las identida-

des culturales de las comunidades a las que se dirigen para consolidar, a través de ellas,

la cohesión social (…) la cuestión es saber cuáles son los mecanismos de intervención pú-

blica más adecuados para reforzar la cohesión social de la comunidad a la que se dirigen.

(Jordi Sánchez: 2004)

Generación de Políticas:

Conjunto articulado de políticas públicas, institucionalidad, legislación e instrumentos de

política que configuran distintos modelos de gestión de políticas a partir de las necesida-

des y decisiones de un proyecto de desarrollo particular y en un momento histórico dado.

Subsidiariedad:

Principio según el cual las instituciones de orden superior (Ej. El Estado) no deben interferir

ni sustituir las funciones y acciones que le competen a los organismos de nivel inferior,

tales como los gobiernos locales y las asociaciones y organizaciones de bien público que

asumen responsabilidades a nivel comunal y territorial. El principio de subsidiariedad tam-

bién supone que en cada nivel, las instituciones u organismos directamente involucrados

están en mejor posición y condiciones de cumplir las funciones asignadas que los organis-

mos de orden superior. Pero estos últimos deberán ayudar a los organismos de nivel inferir

a desarrollar capacidades y a contar con los recursos necesarios

Territorio:

Desde una perspectiva de cultura y desarrollo, el territorio puede ser concebido como la

unidad básica de planificación y gestión de un proyecto de desarrollo integral y multidi-

mensional que integra a la cultura como dimensión estratégica. El territorio está localizado

y delimitado geográficamente por referentes de identidad cultural y por límites político ad-

ministrativos, donde la dimensión ambiental y la económica se articulan en modos de vida

diversos que están en permanente cambio. El territorio está conformado por una red de

instituciones y distintas formas de organización local que tienen funciones múltiples y que

135

Guía Sobre Políticas Culturales e Institucionalidad

se encargan de darle cohesión social al resto de los elementos. Más que una delimitación geográfica, el territorio

encuentra sus límites en las relaciones sociales y culturales establecidas inter-culturalmente,

Territorialidad:

Se refiere a la demanda y asunción de derechos sobre un espacio geográficamente delimitado, debido a derechos

ancestrales que un pueblo o comunidad ética reclama. Hay nivele de territorialidad que generan conflictos, dado

que esta puede generarse por ocupaciones que no son tan tradicionales o por la pugna de usos alternativos de la

tierra (inversiones con poder económico que impugnan el derecho cultural a la tierra).

Descentralización:

La descentralización se entiende como el desplazamiento y re-apropiación de funciones antes consideradas como

propias del Estado Nacional, hacia los gobiernos locales y los actores sociales de los territorios, que resulta en el

fortalecimiento de ambos y en el ejercicio del poder de decisión sobre aspectos e inversiones que afectan de ma-

nera directa e indirecta, el desarrollo de un territorio o de un municipio.

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ANEXO 1: Plan de Acción del Cementerio de Rosita, Costa Caribe de Nicaragua.

ANEXO 2: La Lente de la Diversidad Cultural. UNESCO.

ANEXO 3: Formato de Reglamento Consejos Regionales de Cultura (Honduras)

ANEXO 4: Formato de Reglamento Consejos Locales de Cultura (Honduras)

ANEXO 5: Metodología del Proceso de Elaboración de Planes de Desarrollo Cultural

(Regiones Autónomas de la Costa Caribe de Nicaragua).

ANEXO 6: Planes Estratégicos de Desarrollo Cultural por pueblo o territorio de las

Regiones Autónomas de la Costa Caribe de Nicaragua

ANEXO 7: Propuesta de Agenda Municipal de Cultura San Pedro Sula, Cortés,

Honduras.

ANEXO 8: Manual de revitalización Cultural, PC Costa Atlántica de Nicaragua.

ANEXO 9: El Manual Mayagna para la Organización de Comités de Salvaguardia del Patrimonio

Cultural Material e Inmaterial del Pueblo Sumu-MayagnaTuahka.

ANEXO 10: Manual de funcionamiento de la secretaría de cultura GRAAN.

ANEXO 11: Propuesta Política Cultural Regiones Autónomas Costa Caribe de Nicaragua

ANEXOS

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