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  • Gua prctica 2 Evaluacin de necesidades socialesColeccin Ivlua de guas prcticas sobre evaluacin de polticas pblicas

    Instituciones miembros de Ivlua:

    NECESIDAD

    OFERTA DEMANDA

    PROBLEMTICA SOCIAL

    12

    3

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    65

    7

  • 2009, IvluaNo se permite la reproduccin total o parcial de ese documento, ni su tratamiento informtico ni su transmisin en cualquier forma o por cualquier medio, ya sea electrnico, mecnico, por fotocopia, por registro u otros mtodos, sin el permiso del titular del Copyright.

    Autor: David Casado, analista de IvluaDiseo: petitcomite.netImpresin: Cevagraf, s.c.c.l.

    Primera edicin en castellano (revisada): octubre de 2009

    Depsito legal: B-41789-2009

  • NDICE

    INTRODUCCIN PG. 5

    1. CONCEPTOS INTRODUCTORIOS PG. 71.1 PROBLEMAS Y NECESIDADES: LA RAZN DE SER

    DE LAS POLTICAS PBLICAS pg. 71.2 LAS FASES DE LA EVALUACIN DE NECESIDADES

    Y EL CICLO DE LAS POLTICAS PBLICAS pg. 8FASE 1. DEFINICIN DE LA PROBLEMTICA, ALCANCE, FACTORES ASOCIADOS Y CAUSAS pg. 9FASE 2. ANLISIS DE LA NECESIDAD DE SERVICIOS pg. 10FASE 3. ANLISIS DE LA NECESIDAD, DEMANDA Y UTILIZACIN DE SERVICIOS pg. 13

    1.3 LOS USOS DE LA EVALUACIN DE NECESIDADES pg. 161.4 QUIN VALORA LAS NECESIDADES Y CMO? pg. 191.5 MBITO TERRITORIAL, POBLACIN DE REFERENCIA Y POBLACIN DIANA pg. 21

    2. MTODOS PARA EVALUAR NECESIDADES PG. 242.1 MTODOS CUANTITATIVOS Y CUALITATIVOS pg. 242.2 REALIZACIN DE UNA ENCUESTA pg. 252.3 EXPLOTACIN DE UNA ENCUESTA YA EXISTENTE pg. 352.4 REGISTROS ADMINISTRATIVOS pg. 362.5 COMBINACIN DE FUENTES SECUNDARIAS:

    MTODOS DE ESTIMACIN INDIRECTA pg. 37

    3. LA PLANIFICACIN DE UNA EVALUACIN DE NECESIDADES EN SEIS PASOS PG. 41

    PASO 1: EL TIPO DE POLTICA Y EL PROPSITO DE LA EVALUACIN pg. 41PASO 2: EL PROBLEMA, LA POLTICA, EL MBITO TERRITORIAL pg. 42PASO 3: QU PREGUNTAS QUEREMOS RESPONDER? pg. 42PASO 4: FUENTES DE INFORMACIN pg. 43PASO 5: EL ANLISIS DE LOS DATOS pg. 45PASO 6: INVENTARIO DE RECURSOS DISPONIBLES PARA LA EVALUACIN pg. 45

    BIBLIOGRAFA PG. 45

    ANEXO. GUA DE RECURSOS PG. 46MANUALES pg. 47ENCUESTAS pg. 47EFECTIVIDAD DE LAS POLTICAS PBLICAS pg. 49BASES DE DATOS DOCUMENTALES pg. 49ESTADSTICAS INTERNACIONALES pg. 49

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    INTRODUCCIN

    Cuntas personas mayores no pueden cuidar de s mismas? Cules son sus caractersticas? Cmo se definen las propuestas de intervencin que mejorarn el punto de partida? La razn de ser de cualquier poltica pblica es intentar responder a una determinada problemtica o necesidad social. Realizar un buen diagnstico de esta problemtica es un requisito fundamental para disear polticas efectivas. Dado que estas necesidades evolucionan, es necesario evaluarlas constantemente y realizar los ajustes oportunos de las polticas que ya estn en marcha. El propsito general de la gua que tiene en sus manos es describir los conceptos y las tcnicas de la evaluacin de necesidades, que es la disciplina dentro de la evaluacin de polticas pblicas que pretende responder a las cuestiones anteriores. En cualquier caso, al tratarse de una gua de carcter introductorio, hemos optado por acotar el alcance de los temas a tratar.

    La primera acotacin tiene que ver con el tipo de problemas sociales y polticas pblicas en que centraremos nuestra atencin. Una poltica pblica, entendida en un sentido amplio, puede considerarse cualquier actividad que implique la financiacin y la prestacin de un servicio (un museo municipal), la regulacin de una determinada actividad (la prohibicin de fumar), la produccin directa de un bien (la construccin de escuelas o carreteras) o la concesin de ayudas financieras (desgravaciones a empresas), etc. Ahora bien, esta gua se centra nicamente en polticas pblicas de carcter personal, como puedan ser la sanidad o los servicios sociales, que comparten el propsito de intentar mitigar problemas que sufren los individuos (enfermedad, pobreza, dependencia, etc.). Lo que justifica esta eleccin es que el grueso de la evaluacin de necesidades, y de las tcnicas que se aplican en ella, tiene que ver con este tipo de polticas. As pues, al tratarse de una gua introductoria, hemos optado por restringir el alcance de las polticas consideradas a programas que implican la provisin de servicios personales. Los mtodos que presentaremos, sin embargo, podran aplicarse con algunas adaptaciones a otros mbitos de intervencin pblica, aunque las fuentes y las tcnicas de recogida y tratamiento de la informacin pueden variar sustancialmente.

    En segundo lugar, adems de centrarnos en el mbito de los servicios personales, hemos analizado aquellas tcnicas de evaluacin de necesidades que pretenden resolver problemas relacionados con el diseo y la planificacin de intervenciones pblicas a nivel agregado. Este tipo de evaluaciones, que ponen el nfasis en el alcance poblacional de los problemas sociales y en la estimacin de los servicios necesarios para mbitos territoriales grandes, contrastan con otro tipo de evaluaciones de necesidades: las que diariamente realizan los profesionales encargados de proporcionar los servicios a personas concretas, tales como el mdico que evala las necesidades de atencin de sus pacientes o el trabajador social que valora el tipo de medida laboral que conviene ms a un perceptor de la renta mnima. En este sentido, dado que el nfasis de este ciclo de formacin se pone en los aspectos macro de las polticas pblicas, las evaluaciones de necesidades que realizan los profesionales en su prctica diaria quedan fuera del alcance de esta gua.

  • Gua prctica 2 Evaluacin de necesidades sociales

    Coleccin Ivlua de guas

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    La gua se estructura de la siguiente manera. El primer apartado introduce los conceptos bsicos de la evaluacin de necesidades: qu tipo de necesidades hay que evaluar, los componentes bsicos de este tipo de evaluaciones o los propsitos que pueden motivar su realizacin. En el segundo apartado, se describe el conjunto de tcnicas que pueden utilizarse cuando se realiza una evaluacin de necesidades, destacando las ventajas y las limitaciones de cada una de ellas. En el tercer apartado, en funcin de los elementos analizados en los apartados anteriores, se propone un protocolo que permite abordar la planificacin de una evaluacin de necesidades en unos cuantos pasos. Finalmente, para los que quieran saber ms y les gusten las nuevas tecnologas, la gua adjunta una seleccin de recursos que pueden resultar tiles a la hora de realizar una evaluacin de necesidades.

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    1. CONCEPTOS INTRODUCTORIOS

    1.1 PROBLEMAS Y NECESIDADES: LA RAZN DE SER DE LAS POLTICAS PBLICAS

    La finalidad ltima de una poltica pblica, aquello que justifica su existencia, debera ser mitigar un determinado problema social. As, un problema social puede conceptualizarse como la existencia de una discrepancia entre lo que es (el estado actual) y lo que debera ser (el estado deseado). El objetivo de la poltica pblica consistira en modificar el estado actual de cosas, mediante el conjunto de intervenciones que se prevean en cada caso, con el objetivo de aproximarnos a la situacin deseada. Desde esta perspectiva, los ejemplos que pueden ponerse sobre polticas pblicas que pretenden mitigar problemticas sociales son prcticamente ilimitados: la renta mnima de insercin es una poltica concebida para garantizar unos ingresos a personas que no tienen recursos de ningn tipo (estado actual) y unas acciones socioformativas que les permitan conseguir una cierta autonoma econmica (estado deseado); las dificultades de algunos jvenes para acceder a una vivienda se intentan mitigar con ayudas econmicas, etc.1

    Partiendo de esta caracterizacin de las polticas pblicas, los estudios que llevan a cabo evaluaciones de necesidades pueden clasificarse en dos grandes grupos: por una parte, aquellos que se focalizan en el anlisis de la problemtica que justifica la intervencin pblica; y por otra, aquellos que, adems de caracterizar el alcance de la problemtica, tratan de valorar los servicios necesarios para generar el cambio en el estado de cosas al que nos referamos anteriormente. El concepto de necesidad que se utiliza en un caso y en el otro no es el mismo, y conviene tenerlo presente. As, en los estudios de anlisis de la problemtica, las necesidades que se evalan tienen que ver con la discrepancia entre la situacin inicial de un individuo (ser pobre) y la situacin deseada (no serlo); es un tipo de necesidad que algunos autores denominan de rendimiento (performance needs). En cambio, cuando el nfasis se pone en la intervencin que llevamos a cabo para mitigar la problemtica, la necesidad que se evala es la necesidad de servicios o prestaciones (treatment needs); a modo de ejemplo, siguiendo con la pobreza, lo que evaluaramos en este caso seran los tipos de prestaciones que se necesitan para sacar a los individuos de esta situacin. El cuadro 1 ilustra las diferencias entre ambos tipos de necesidades en el caso de las personas con problemas de dependencia.

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    CUADRO 1NECESIDADES DE RENDIMIENTO O NECESIDADES DE SERVICIOS: EL CASO DE LA DEPENDENCIA

    Las personas dependientes, segn una definicin ya clsica del Consejo de Europa, son aquellas que, por razones ligadas a la falta o prdida de capacidad fsica, psquica o intelectual, necesitan de la ayuda de otras para la realizacin de las actividades de la vida diaria (vestirse, baarse, comer...). El concepto de necesidad al que remite esta definicin, por tanto, est relacionado con un problema de rendimiento: las personas dependientes no pueden realizar autnomamente ciertas actividades.Una cuestin de naturaleza distinta es conocer cules son las necesidades de servicios de las personas dependientes. A este respecto, dos personas igualmente dependientes en trminos de rendimiento pueden necesitar servicios bien distintos: as, en el caso de un individuo que tenga a su cnyuge para cuidarlo, el servicio necesario puede ser simplemente unas horas de ayuda domiciliaria; en cambio, una persona con el mismo grado de dependencia que no cuente con un cuidador informal probablemente necesite ser ingresado en una residencia.

    Fuente: elaboracin propia.

    De hecho, evaluar necesidades de rendimiento o de servicios no constituye dos enfoques alternativos, sino que ms bien representa dos estadios distintos de desarrollo de la evaluacin de necesidades. As pues, para evaluar los servicios que necesita un determinado colectivo es evidente que habr que evaluar previamente el alcance de la problemtica. Cualquier evaluacin de necesidades de servicios, por tanto, deber incorporar una evaluacin previa de la problemtica social que se pretende mitigar. No obstante, las evaluaciones que solamente miden necesidades de rendimiento, a pesar de que resultan de inters para valorar el alcance de un determinado problema, son de poca utilidad para los decisores pblicos: la clave para disear una nueva poltica, o para reformular una existente, es conocer los servicios y las prestaciones que se necesitan para paliar el problema en cuestin.

    1.2 LAS FASES DE LA EVALUACIN DE NECESIDADES Y EL CICLO DE LAS POLTICAS PBLICAS

    Se acostumbra a pensar que la evaluacin de necesidades es una tarea que se realiza exclusivamente durante la fase de diseo de una nueva poltica y que, por este motivo, es un tipo de evaluacin ex ante (vase: Ivlua. Gua prctica, 1). Sin embargo, existen muchas evaluaciones de necesidades que se realizan sobre polticas pblicas que llevan tiempo funcionando. Y es normal que sea as, ya que la fisonoma de las problemticas sociales cambia a lo largo del tiempo, al igual que el abanico de servicios y prestaciones disponibles para afrontarlas. As pues, mencionando las peculiaridades que supone evaluar las necesidades de una poltica ya existente o una nueva, este apartado repasa brevemente las tres fases que componen una evaluacin de necesidades: el anlisis de la problemtica, la estimacin del tipo y volumen de servicios necesarios y el anlisis de la relacin entre estas necesidades y el uso que realmente se est haciendo de los servicios.

  • / 9 /

    FASE 1. DEFINICIN DE LA PROBLEMTICA, ALCANCE, FACTORES ASOCIADOS Y CAUSAS

    La primera tarea que debe emprenderse al abordar una evaluacin de necesidades es definir cul es la problemtica social que la intervencin pblica pretende corregir. En este sentido, adems de recurrir a los estudios previos existentes, resulta conveniente averiguar cmo se define el problema en el contexto concreto en que debemos actuar: qu se desprende de los documentos elaborados por la Administracin, cules son las percepciones de los decisores y gestores de las polticas, cul es la opinin de los colectivos de personas afectadas, etc.

    No hay que olvidar que la definicin de la problemtica no siempre es una tarea sencilla. La mayora de problemas sociales afectan a mltiples dimensiones de la vida de las personas. Los individuos que se benefician del Programa Interdepartamental de la Renta Mnima de Insercin (PIRMI), por poner solo un ejemplo, sufren problemas de todo tipo: falta de recursos econmicos motivada por una baja ocupabilidad laboral, desestructuracin familiar, adicciones, problemas de salud mental, etc. En este caso, el carcter multidimensional de la problemtica social que se pretende abordar complica su definicin.

    En segundo lugar, partiendo de la definicin que se haya realizado previamente de la problemtica, el principal reto que deber afrontar una evaluacin de necesidades es establecer, para un determinado territorio, cuntas personas sufren el problema que el sector pblico pretende mitigar. Un ejemplo de ello sera el clculo del nmero de personas que viven por debajo del umbral de pobreza en Catalua. Pero, como ya hemos dicho anteriormente al referirnos al PIRMI, no siempre resulta tan sencillo determinar en qu consiste el problema social y, por tanto, determinar su alcance poblacional.

    La mayora de problemas sociales no se distribuyen al azar entre la poblacin, sino que existen caractersticas individuales, peculiaridades territoriales y otros factores que aumentan la probabilidad de sufrirlos. En este sentido, adems de cuantificar el nmero de personas que sufren el problema, una evaluacin de necesidades deber completarse con un anlisis de las caractersticas que distinguen al colectivo de afectados del resto de la poblacin. Es este conocimiento el que deber permitirnos, posteriormente, enfocar nuestras actuaciones hacia las personas que sufren el problema. As pues, si la problemtica en la que estamos interesados es el desempleo de larga duracin, resulta fundamental intentar establecer cul es el perfil sociodemogrfico de este tipo de desempleados, su historial laboral, etc.

    La tercera tarea a realizar es el anlisis de las causas que provocan el problema que la intervencin pblica trata de enmendar. El anlisis de las causas, desafortunadamente, no se suele tener en cuenta en las evaluaciones de necesidades. Este hecho resulta bastante preocupante, especialmente en los casos en que la evaluacin de necesidades precede al diseo de una nueva poltica: la comprensin de qu es lo que motiva la problemtica social

  • Gua prctica 2 Evaluacin de necesidades sociales

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    resulta una condicin necesaria, aunque no suficiente, para intentar desarrollar actuaciones que permitan mitigarla. A modo de ejemplo, no basta con establecer cuntos jvenes tienen problemas para acceder a una vivienda ni con conocer las caractersticas demogrficas de este colectivo, sino que necesitamos saber si la falta de viviendas es un problema de precariedad econmica juvenil, de falta de oferta de pisos, de ambas cosas a la vez, o la consecuencia de otros factores.

    La investigacin social es la principal fuente de informacin que hay que utilizar para conocer si, dada una cierta problemtica, existe evidencia cientfica de qu factores son la causa. En el anexo de recursos de esta gua, en la seccin dedicada a las bases de datos documentales, se comentan algunos de los recursos disponibles para realizar este tipo de bsquedas bibliogrficas. En cualquier caso, si la evidencia cientfica es escasa o si se refiere a realidades (sociales, territoriales...) muy distintas a la que nos ocupa, habr que perseverar en el intento de establecer cules son los factores que pueden estar causando la problemtica: estudiando los informes que la Administracin haya podido elaborar sobre el problema, recogiendo la opinin de expertos, polticos, gestores, proveedores directos de los servicios y, si fuera necesario, de los propios afectados, etc.

    FASE 2. ANLISIS DE LA NECESIDAD DE SERVICIOS

    El objetivo de esta fase es llegar a estimar cules son los servicios que necesitan las personas que sufren la problemtica. En general, dado que a menudo las polticas pblicas utilizan combinaciones de servicios para mitigar el problema, la complejidad de esta fase radica en determinar qu volumen de cada servicio es necesario para dar una respuesta ptima a la problemtica que sufren los individuos. A modo de ejemplo, una evaluacin de necesidades completa no puede limitarse a estimar el nmero de personas dependientes que hay en un territorio; tambin deber pronunciarse sobre cuntas de estas personas deberan utilizar un centro de da, cuntas una residencia, etc.

    A nivel metodolgico, igual que en el caso del anlisis de la problemtica, los retos que plantea llevar a cabo esta caracterizacin ideal de los servicios necesarios es idntica con independencia del hecho de que la poltica se encuentre en fase de diseo o se trate de un programa ya consolidado. Las diferencias aparecen en fases posteriores, cuando de lo que se trata es de comparar la necesidad de servicios con su disponibilidad, algo que solamente tiene sentido hacer si la poltica ya se encuentra en funcionamiento.Existen diversas maneras de intentar determinar los servicios que se necesitan para hacer frente a una determinada problemtica. La ms adecuada, y a la que dedicaremos por tanto ms atencin, es analizar los resultados de estudios que hayan determinado de forma rigurosa no tan solo la efectividad de los distintos tipos de servicio, sino tambin su coste-efectividad. Ahora bien, en muchas ocasiones los estudios de este tipo son bastantes escasos y los analistas optan por otros enfoques alternativos, que tambin repasaremos.

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    A) ESTUDIOS PREVIOS SOBRE EFECTIVIDAD O COSTE-EFECTIVIDAD

    Ya hemos mencionado que la mayora de problemticas sociales pueden abordarse mediante distintos tipos de intervenciones. No existe ningn motivo para pensar que todas son igualmente efectivas o que cuando s lo son, todas consiguen mitigar el problema utilizando un volumen de recursos similares (es decir, que son igual de coste-efectivas). El cuadro 2 ilustra estas cuestiones en lo que respecta a las polticas activas de ocupacin. As, a la hora de establecer la cantidad de servicios necesarios para mitigar una determinada problemtica social, primero habr que disponer de informacin sobre el coste-efectividad de los distintos servicios existentes y, a continuacin, circunscribir el clculo de necesidades de servicios a aquellos que demostrasen ser ms coste-efectivos.2

    CUADRO 2LA EFECTIVIDAD DE LAS POLTICAS ACTIVAS DE OCUPACIN

    Las polticas activas de ocupacin son aquellas destinadas a favorecer la insercin laboral de los desempleados de baja ocupabilidad. En este sentido, aunque comparten el mismo objetivo, existen distintos tipos de servicios: cursos de formacin, creacin directa de ocupacin por parte del sector pblico, reduccin de cuotas a las empresas que contraten a este tipo de trabajadores, etc. En general, aunque los resultados varan en funcin de las especificidades nacionales de los programas, la evidencia emprica para el conjunto de pases europeos deja claro que la efectividad de las distintas polticas no es la misma en ningn caso (Carcillo y Grubb, 2006).

    Fuente: elaboracin propia.

    Las fuentes de informacin que hay que utilizar para establecer la efectividad y el coste-efectividad de las distintas alternativas de actuacin sern diferentes en funcin de que la poltica que evaluemos sea nueva o ya est en funcionamiento. En el primer caso, dado que lo habitual es que haya experiencias previas de implementacin de polticas similares en otros lugares, lo que hay que hacer es revisar los resultados sobre la efectividad de las distintas configuraciones (tipologa de servicios) que haya podido tener el programa en el mbito internacional. En este sentido, hay que mencionar especialmente dos iniciativas en particular: la Cochrane Collaboration, que se ocupa de diseminar la evidencia disponible sobre la efectividad de las intervenciones sanitarias, y la Campbell Collaboration, ms reciente y de alcance ms modesto, que desarrolla la misma tarea con los servicios sociales, educativos y de justicia. En aquellos casos en que la poltica ya se encuentra en funcionamiento, lo ideal es obtener la informacin sobre la efectividad y el coste-efectividad de los distintos servicios a partir de los resultados de evaluaciones de impacto (Ivlua. Gua prctica, 5) y de eficiencia (Ivlua. Gua prctica, 6) que se hayan realizado previamente en el entorno en que realmente se desarrolla la poltica (Catalua, Barcelona...).

    Un ejemplo puede resultar de utilidad para entender cmo podemos basar la estimacin de los servicios que necesitan los individuos en los resultados de estudios previos sobre el

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    coste-efectividad de las distintas alternativas. Supongamos que tuviramos datos de que, para personas con dependencia elevada y sin apoyo familiar, el ingreso en una residencia constituye un servicio ms coste-efectivo que otras alternativas (atencin domiciliaria, centro de da, etc.); en este caso, el analista podra estimar el volumen necesario de este tipo de servicio de forma rigurosa, partiendo de sus estimaciones previas de la cantidad de personas que renen ambas condiciones (dependencia severa y ausencia de familia).

    En cualquier caso, excepto para el mbito sanitario donde los estudios sobre efectividad y eficiencia se encuentran ms consolidados, hay que decir que la mayora de evaluaciones de necesidades determinan los servicios necesarios sin tener en cuenta la efectividad (y por descontado el coste-efectividad) de las distintas configuraciones que puede adoptar una determinada poltica. Los riesgos que comporta esta forma de proceder son evidentes: en el caso de una poltica nueva, se puede acabar optando por una combinacin de servicios que, dado el presupuesto disponible, tiene un efecto mitigador del problema menor del que podra haberse obtenido. De manera similar, en el caso de una poltica ya existente, los resultados de una evaluacin de necesidades que no tenga en cuenta estos aspectos pueden contribuir a extender unos servicios escasamente efectivos. El corolario que se deriva de todo ello, especialmente en este segundo caso, es claro: si no se dispone de datos sobre la efectividad de los servicios, es mejor priorizar la evaluacin de impactos antes que las evaluaciones de necesidades.

    B) OTROS PROCEDIMIENTOS: GRUPO DE EXPERTOS Y NECESIDAD COMPARATIVA

    La ausencia de evidencia emprica sobre la efectividad de los distintos tipos de servicios suele resolverse a travs de la constitucin de un grupo de expertos. En este caso, el objetivo es aprovechar la experiencia de las personas convocadas, que pueden ser investigadores, gestores o profesionales, para determinar qu servicios y en qu cantidad son necesarios para atender a la poblacin que sufre la problemtica. Los principales riesgos que comporta este enfoque son, por una parte, la existencia de desviaciones motivadas por intereses particulares de los expertos y, por otra, el uso de criterios sobre la efectividad y la eficiencia basados en elementos con poca base cientfica (intuiciones, evidencia anecdtica, etc.).

    Una ltima alternativa, bastante utilizada, consiste en definir la necesidad de servicios en trminos comparativos. El procedimiento se basa en determinar las necesidades de servicios de la poblacin del rea territorial A, que es en la que estamos interesados, a partir de la utilizacin efectiva de servicios en el rea territorial B bajo dos premisas: 1) el alcance de la problemtica y sus factores determinantes son similares en las dos reas geogrficas; 2) se considera que el nivel de utilizacin de servicios que se observa en el rea B es el ms adecuado para mitigar la problemtica en cuestin. La credibilidad del procedimiento radica en la capacidad que tenga el analista a la hora de justificar que ambas premisas se satisfacen realmente.

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    FASE 3. ANLISIS DE LA NECESIDAD, DEMANDA Y UTILIZACIN DE SERVICIOS

    El principal resultado de la fase anterior, sea cual sea el mtodo utilizado, es la obtencin de informacin sobre el volumen y la tipologa de servicios que satisfaran, con un menor coste, las necesidades de las personas que sufren el problema. No obstante, en caso de que la poltica pblica ya est en funcionamiento, esta informacin solo resulta til si se combina con informacin sobre la utilizacin que realmente se est haciendo de los servicios disponibles. El objetivo de esta tercera fase es hacer esta comparacin y, en funcin de los resultados obtenidos, extraer las conclusiones oportunas con el fin de mejorar el funcionamiento de la poltica. Por otra parte, en caso de que la poltica se encuentre en fase de diseo, el objetivo de esta fase consiste en caracterizar las carencias de los mecanismos que se estn utilizando para afrontar la problemtica (servicios privados y/o recursos familiares), en caso de que existan. Comenzaremos nuestra discusin tratando el caso de polticas pblicas que ya estn en marcha.

    A) POLTICA PBLICA EN FUNCIONAMIENTO

    El hecho de que una persona sufra una determinada problemtica social y que, por tanto, pueda beneficiarse de los efectos positivos de los servicios disponibles para mitigarla, no significa que esa persona los est utilizando realmente. En este sentido, como pone de manifiesto la figura 1, existen diversos elementos a considerar. El primero hace referencia al binomio problemtica/necesidad de servicios en el que hemos centrado nuestra discusin hasta el momento. Son dos caras de una misma moneda, ya que ambos conceptos se miden sobre una misma poblacin: as, una vez identificados los sujetos que sufren una determinada problemtica, se deriva de manera automtica que este conjunto de personas necesita los servicios que la poltica prev en cada caso. Pero para determinar si la poltica est proporcionando realmente estos servicios a la poblacin que los necesita, es necesario completar el anlisis con una caracterizacin de las condiciones efectivas en que se prestan estos servicios. Esta caracterizacin exige valorar dos elementos adicionales: la demanda y la oferta de servicios. El primero de estos elementos hace referencia a la expresin por parte de los individuos del deseo de recibir los servicios que prev la poltica, mientras que la oferta tiene que ver con el volumen de servicios que el programa pone a disposicin de la poblacin.

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    Figura 1. Necesidad, demanda y oferta de servicios

    NECESIDAD

    OFERTA DEMANDA

    PROBLEMTICA SOCIAL

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    7

    Fuente: adaptado de Williams y Wright [1998].

    La figura 1 contempla todas las posibles interacciones que pueden producirse entre los tres elementos mencionados: necesidad, demanda y oferta de servicios. Uno de los principales objetivos de la evaluacin de necesidades es averiguar la importancia de estas interacciones. Comentaremos cada una de ellas brevemente:

    Necesidades no cubiertas, sin demanda expresada (rea 7) Esta situacin, si se produce, debera constituir una de las principales preocupaciones de

    los responsables de la poltica. Hace referencia a la existencia de un colectivo de personas que, a pesar de sufrir la problemtica, no solicita los servicios previstos por la poltica. Algunas de las preguntas a las que debera responder una evaluacin de necesidades en este caso seran las siguientes:

    Cuntas personas se encuentran en esta situacin? Por qu no solicitan el servicio? Hay barreras de acceso? No conocen la existencia

    del servicio? Constituye una reaccin ante una oferta de servicios que se considera de baja calidad?

    Cules son las caractersticas de este colectivo?

    Demanda no atendida, con necesidad (rea 6) y sin ella (rea 5) Las situaciones de demanda no atendida dan lugar a las conocidas listas de espera. Un

    primer aspecto a valorar en la gestin de listas de espera es evaluar hasta qu punto los demandantes de los servicios realmente los necesitan o, aun necesitndolos, si los necesitan menos que otras personas de la lista. La evaluacin de necesidades puede ayudar a proporcionar este tipo de informacin. Posteriormente, una vez delimitado

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    el grado de necesidad relativa de los demandantes, habr que pensar en estrategias orientadas a desincentivar la demanda de los servicios por parte de aquellas personas que no los necesitan.

    Demanda sin necesidad, atendida (rea 4) Esta situacin, si se produce, es an ms preocupante que la existencia de demandantes

    en lista de espera que no necesitan los servicios. As, a diferencia del caso anterior, no es posible desincentivar la demanda de servicios, puesto que esta ya se ha transformado en utilizacin. Adems, desde una perspectiva poltica, resulta complicado iniciar un proceso de reforma que conduzca a poner fin a la utilizacin de servicios por parte de este colectivo. En estos casos, quiz lo ms factible sea intentar introducir frmulas que incentiven la cofinanciacin por parte de estas personas. En cualquier caso, desde la perspectiva de la evaluacin de necesidades, lo que resulta relevante es intentar averiguar si existen usuarios de los servicios que no los necesitan realmente. La manera de reconducir esta situacin, que supone un claro derroche de recursos pblicos, es algo que excede el alcance de una evaluacin de necesidades.

    Oferta de servicios innecesarios sin demanda (rea 1) Esta situacin, aunque es poco frecuente debido al conocido fenmeno de la demanda

    inducida por la oferta, acostumbra a constituir un sntoma inequvoco de que el despliegue de servicios se llev a cabo sin una previa evaluacin de necesidades. Puede encontrarse un ejemplo en la existencia de plazas vacas en centros de da para dependientes en determinadas zonas rurales, ya que culturalmente la utilizacin de estos recursos se percibe como un fracaso familiar. Quiz la mejor solucin en estos casos es intentar reconvertir los servicios, algo especialmente recomendable si, adems, existen necesidades no cubiertas en lo que se refiere a otros tipos de servicios.

    Utilizacin de servicios por parte de personas que los necesitan (reas 2 y 3) Esta situacin es la que desearamos observar en cualquier poltica pblica. En general,

    si la medida de necesidad que hemos utilizado es adecuada, en el sentido de que identifica a personas que sufren la problemtica y que pueden beneficiarse del servicio, el hecho de que exista o no una demanda explcita es poco relevante. En cualquier caso, interesa mantener la distincin entre las reas 2 y 3, e intentar dilucidar si la falta de correspondencia entre necesidad y demanda tiene que ver con una cuestin de preferencias. En este sentido, tal y como se comenta ms adelante, adquiere relevancia la discusin sobre quin y cmo debe valorar las necesidades: las personas afectadas o los profesionales.

  • Gua prctica 2 Evaluacin de necesidades sociales

    Coleccin Ivlua de guas

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    B) POLTICA PBLICA EN FASE DE DISEO

    Si la poltica pblica es nueva, no existe un dispositivo de servicios pblicos en funcionamiento sobre el que valorar la existencia de necesidades no cubiertas, oferta disponible no utilizada, etc. En general, la ausencia de una poltica pblica, a menos que la problemtica sea totalmente nueva, no significa que algunos individuos no utilizasen ya mecanismos de carcter privado o dispositivos familiares para afrontar la problemtica o la necesidad. Un ejemplo de ello sera el caso de las guarderas: la pretensin de universalizar progresivamente el acceso a la educacin de 0 a 3 aos es una poltica pblica nueva, pero los individuos ya utilizan servicios privados y/o mecanismos familiares para atender las necesidades de los nios de estas edades.

    En estos casos, la evaluacin de necesidades puede servir para detectar las reas ms problemticas de la figura 1, especialmente las necesidades no atendidas (rea 6), y estimar en qu medida es necesario desarrollar los nuevos servicios pblicos previstos para cubrir las carencias detectadas en el actual sistema privado.

    1.3 LOS USOS DE LA EVALUACIN DE NECESIDADES

    El apartado anterior ha puesto de manifiesto que la evaluacin de necesidades tiene diversos componentes que pueden utilizarse para analizar tanto una poltica que se encuentra en fase de diseo como un programa plenamente operativo. En el presente apartado, se describen los principales propsitos que pueden motivar la conveniencia de llevar a cabo una evaluacin de necesidades.

    A) MEJORAR LA FOCALIZACIN DE LOS SERVICIOS DISPONIBLES (TARGET EFFICIENCY)

    Los resultados de una evaluacin de necesidades pueden servir para detectar desviaciones en la utilizacin de servicios generadores de un menor impacto en trminos de mitigacin de la problemtica, ya sea por la existencia de personas con necesidades no cubiertas que podran beneficiarse de los servicios y no lo hacen; ya sea porque hay personas que, a pesar de no necesitar los servicios, los estn utilizando (obteniendo de ellos un beneficio que, por definicin, ser menor que el que obtienen las personas que s sufren la problemtica). As pues, en funcin de la informacin aportada por la evaluacin de necesidades, pueden plantearse reformas en el diseo de la poltica con el objetivo de alinear la utilizacin de los servicios disponibles con las necesidades reales de la poblacin destinataria.

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    B) MEJORAR LA ASIGNACIN TERRITORIAL DE RECURSOS

    Una parte sustancial de los servicios pblicos de carcter personal, como la educacin, la sanidad o los servicios sociales, se organizan y se prestan siguiendo una lgica territorial: un determinado agente se encarga de proporcionar los servicios a una poblacin de referencia. La financiacin de este servicio acostumbra a asumirla de manera total o parcial un organismo de un nivel territorial ms amplio, que debe decidir cmo distribuir los recursos disponibles entre las distintas unidades proveedoras. Existen bastantes ejemplos que permiten ilustrar una situacin como la descrita: el Departamento de Accin Social y Ciudadana distribuye fondos entre los ayuntamientos para ayudarlos a proporcionar servicios de ayuda domiciliaria; el CatSalut financia la actividad de los Centros de Atencin Primaria, que se encargan de proporcionar asistencia a poblaciones definidas de acuerdo a criterios territoriales, etc.

    Idealmente, si el objetivo de la poltica pblica es mitigar una determinada problemtica, parece claro que la distribucin territorial de recursos debera tener una estrecha relacin con el alcance poblacional que esta problemtica tenga en cada uno de los territorios. As pues, tomando como unidades de anlisis los mbitos territoriales que se consideren oportunos, la evaluacin de necesidades puede servir para detectar inequidades en la distribucin territorial de recursos; esto es, zonas que tienen niveles relativos de necesidad superiores a sus niveles observados de utilizacin relativa de servicios, y viceversa.

    El potencial de utilizacin de las evaluaciones de necesidades para mejorar la distribucin territorial de recursos no puede hacernos olvidar que se trata de un ejercicio metodolgicamente complejo en la mayora de los casos. La utilizacin de servicios por parte de una poblacin est modulada por otros factores adems de la necesidad, como puedan ser la oferta disponible, caractersticas sociodemogrficas, etc., sin que resulte fcil averiguar empricamente la contribucin de cada uno de ellos a las pautas de utilizacin observadas.3

    C) IDENTIFICAR LOS SERVICIOS MS EFECTIVOS Y ESTIMULAR SU USO

    Los servicios orientados a mitigar una determinada problemtica social pueden estar bien focalizados en el sentido de que son las personas que ms los necesitan quienes los utilizan, pero resultar poco efectivos globalmente. A este respecto, si la evaluacin de necesidades incorpora informacin sobre cules son los servicios ms efectivos y estima el volumen que se necesita de ellos, una de las utilidades de ese tipo de evaluaciones puede ser la de servir de base para inducir un cambio en la utilizacin de servicios: estimulando los ms efectivos y, de esta manera, mejorando el impacto mitigador de la poltica sobre la problemtica que se pretende afrontar.

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    D) ANTICIPAR LA NECESIDAD DE SERVICIOS

    La gestin de los servicios pblicos no implica solo preocuparse por el presente, sino que tambin exige una cierta planificacin de carcter prospectivo. En este sentido, si se pretende que las decisiones sobre la oferta futura de servicios tengan que ver con las necesidades de la poblacin, es necesario disponer de estudios que analicen la evolucin futura tanto de la problemtica social como de la necesidad esperada de los servicios para afrontarla. El componente territorial mencionado anteriormente tambin puede incorporarse en este tipo de evaluaciones de necesidad de carcter prospectivo.

    E) DIMENSIONAR LA PROBLEMTICA Y ESTIMAR EL VOLUMEN DE SERVICIOS DE UNA NUEVA POLTICA

    Adems de los usos anteriores, todos ellos referidos a polticas ya en funcionamiento, la evaluacin de necesidades puede convertirse en un instrumento til a la hora de tomar decisiones sobre una nueva poltica. En concreto, partiendo de la caracterizacin de la problemtica que se pretende mitigar, la evaluacin puede servir para dimensionar el esfuerzo presupuestario a realizar, disear estrategias de implementacin gradual segn la intensidad de las necesidades, etc. Este tipo de evaluaciones de necesidades suele formar parte de lo que se denominan evaluaciones ex ante.

    Asimismo, en el caso de que el sector pblico se est planteando elegir entre dos polticas que abordan dos problemticas distintas, la realizacin de sendas evaluaciones de necesidades puede contribuir a tomar una decisin ms coherente, ya que permite obtener informacin sobre el alcance poblacional de una y otra problemtica, la efectividad relativa en cada caso de los servicios pensados para repararlas, etc.

    F) MEDICIN TENTATIVA DEL XITO DE LA POLTICA

    En ciertos casos, cuando existe una evaluacin de necesidades realizada hace aos, una de las utilidades aadidas que pueden derivarse de una nueva evaluacin de necesidades es la de sugerir indicios sobre el xito o el fracaso de la poltica. En concreto, dado que una y otra evaluacin de necesidades nos ofrecen un diagnstico del alcance de la problemtica en dos momentos del tiempo, las variaciones que puedan detectarse pueden atribuirse de forma tentativa a los cambios generados por la intervencin del sector pblico.

    El carcter tentativo tiene que ver con el hecho de que las variaciones en el alcance de la problemtica pueden haber sido provocadas por muchos otros elementos que no tienen que ver con la poltica. A modo de ejemplo, podramos mencionar la bajada de los ndices de siniestralidad en los ltimos aos y la introduccin del carnet por puntos, ya que en la tasa de accidentes influyen muchos factores que no tienen que ver con la intervencin

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    (condiciones meteorolgicas, estado de las infraestructuras, etc.). La estimacin de si la evolucin favorable de la problemtica sobre la que una poltica pretende incidir es atribuible causalmente al programa constituye el objeto de otro tipo de evaluaciones,

    las de impacto, que trataremos en la quinta de las guas de esta coleccin.

    1.4 QUIN VALORA LAS NECESIDADES Y CMO?

    A nivel conceptual, como ya hemos mencionado anteriormente, una evaluacin de necesidades consta de tres fases bien delimitadas: a) la caracterizacin del problema social que suscita la intervencin del sector pblico y la estimacin de su alcance poblacional; b) la determinacin del tipo y el volumen de servicios que la poblacin que sufre el problema necesita para mitigar sus efectos; y c) en aquellos casos en que la poltica ya est en funcionamiento, el anlisis del grado de utilizacin de los servicios ya disponibles por parte de la poblacin que sufre el problema, ya que es la comparacin entre esta utilizacin actual y la necesaria la que debe permitirnos detectar los posibles aspectos negativos a corregir (necesidades no cubiertas, demanda no atendida, etc.). Este ltimo elemento es el que plantea menos problemas sobre quin debe hacer las valoraciones oportunas y cmo debe hacerlas: el anlisis de las pautas de utilizacin actual de los servicios es una cuestin emprica y, por tanto, las personas encargadas de realizar la evaluacin son las que deben ocuparse de ello.

    Los aspectos relativos a la caracterizacin de la problemtica y a la determinacin de los servicios necesarios resultan ms controvertidos. A este respecto, tal y como se discute a continuacin, existen dos alternativas posibles: bien dejar que sean los ciudadanos los que directamente se pronuncien sobre estas cuestiones, o bien basar la caracterizacin de las problemticas y la necesidad de servicios en criterios definidos por profesionales.

    A) CRITERIOS PROFESIONALES

    Definicin de la problemtica. En el caso de los servicios personales, que son los que generan un mayor nmero de evaluaciones de necesidades, los profesionales que estn implicados en ellos investigando, gestionando o participando en la atencin directa, han desarrollado todo tipo de instrumentos que pretenden caracterizar si un determinado individuo sufre o no un problema: los trabajadores sociales valoran el grado de dependencia mediante baremos especficos, los educadores identifican problemas de aprendizaje en las aulas, los profesionales sanitarios caracterizan los riesgos sanitarios de la poblacin, y un largo etctera. Muchos de estos instrumentos, especialmente los de carcter ms general, son utilizados directamente en las evaluaciones de necesidades para estimar el alcance poblacional de una determinada problemtica social: sera el caso, por ejemplo, del ndice de Katz como medida del grado de dependencia.4 Por otra parte, con el objetivo explcito de obtener estimaciones poblacionales de un determinado

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    problema, los investigadores sociales han desarrollado todo tipo de medidas que se aplican a datos de encuesta o a registros administrativos: definir que alguien es pobre si su renta es inferior al 60 % de la renta mediana, o que los estudiantes con problemas formativos son los que obtienen calificaciones en PISA por debajo de un determinado umbral, seran dos posibles ejemplos de ello.

    Necesidades de servicios. Un analista encargado de llevar a cabo una evaluacin de necesidades puede utilizar diversos procedimientos para determinar, utilizando criterios profesionales, qu servicio o servicios necesitan las distintas personas que sufren la problemtica que se est estudiando en cada caso. As, cuando el analista decide determinar el volumen de servicios necesarios basndose en estudios previos de coste-efectividad, es evidente que est utilizando criterios profesionales. Lo mismo ocurre cuando la necesidad de servicios se determina a travs del juicio profesional de un grupo de expertos. De hecho, incluso cuando se recurre al procedimiento de necesidad comparativa mencionado anteriormente, se estn utilizando criterios profesionales: el analista elige la unidad geogrfica que acta como referente basndose en argumentos de carcter tcnico.

    B) LAS PERCEPCIONES Y PREFERENCIAS DE LOS CIUDADANOS

    La alternativa a la valoracin experta de los problemas y las necesidades de servicios pasa por preguntar directamente a la poblacin, generalmente a una muestra representativa, si creen que sufren la problemtica objeto de estudio y, en caso afirmativo, que especifiquen los servicios o prestaciones que necesitaran para mitigar sus efectos negativos. La naturaleza de la problemtica, as como el carcter ms o menos especializado de los servicios desarrollados para afrontarla, son los principales factores que condicionan la eleccin de un mtodo u otro. Algunos ejemplos pueden ayudar a ilustrar este extremo:

    Parece claro que la cuantificacin del alcance poblacional de la obesidad infantil debe realizarse mediante un instrumento definido profesionalmente, como pueda ser el ndice de Masa Corporal, y no a travs de las opiniones de los nios sobre si tienen problemas de peso o no. En cambio, si lo que nos preocupa es el bajo nivel de natalidad en Catalua, est claro que una variable a considerar para caracterizar esta problemtica es la ausencia de correspondencia entre el nmero de hijos que las mujeres querran tener y los que realmente tienen.

    Es poco probable que las opiniones expresadas por los pacientes que sufren una determinada patologa cardaca sean de utilidad para determinar el tipo de intervenciones sanitarias que se necesitan; est claro que sern criterios profesionales los que se impongan en este caso. En cambio, en relacin con los servicios dirigidos a personas dependientes, donde claramente los ciudadanos tienen una mayor capacidad

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    de relacionar el problema que sufren con cada una de las alternativas disponibles, la opinin de los individuos puede constituir una fuente til a la hora de estimar la necesidad de los distintos tipos de servicios.

    En cualquier caso, hay que decir que estos dos enfoques no son necesariamente excluyentes. Hay evaluaciones que combinan ambas perspectivas a la hora de determinar el alcance poblacional de una problemtica: por ejemplo, en los estudios que evalan la prevalencia de la pobreza en un determinado territorio, es habitual la utilizacin conjunta de indicadores basados en juicios o criterios profesionales (umbral de pobreza) y de medidas construidas a partir de la valoracin que hacen los individuos sobre sus condiciones de vida (pobreza subjetiva). Tambin es posible encontrar estudios que combinan ambas perspectivas a la hora de valorar necesidades de servicios; as, en una evaluacin de las necesidades asistenciales de las personas con esquizofrenia de la ciudad de Barcelona, Ochoa [et l.] (2003) tienen en cuenta tanto las valoraciones de los pacientes sobre los servicios que necesitan como las opiniones de los mdicos que los atienden. De hecho, como es el caso de este estudio, utilizar los dos enfoques puede servir para detectar discrepancias entre las opiniones de unos y otros.

    1.5 MBITO TERRITORIAL, POBLACIN DE REFERENCIA Y POBLACIN DIANA

    Ya hemos comentado que las dos principales cuestiones de carcter cuantitativo que deber abordar una evaluacin de necesidades tienen que ver, por un lado, con el alcance poblacional que tiene una determinada problemtica social y, por otro, con el volumen de servicios necesario para intentar mitigar dicha problemtica. As pues, cuando realicemos una evaluacin de necesidades, un aspecto clave que habr que considerar es cul es el mbito territorial sobre el que se quiere analizar las cuestiones anteriores. Los mbitos territoriales pueden ser de todo tipo: el Estado espaol, el conjunto de Catalua, una determinada comarca, un municipio, etc. De hecho, como ya hemos mencionado al analizar los posibles usos de una evaluacin de necesidades, a menudo el objetivo es analizar la situacin en distintos territorios de un determinado nivel (las siete regiones sanitarias en que se encuentra dividida Catalua5) que dependen directa o indirectamente de un organismo de mbito superior (el CatSalut); en estos casos, ms que del mbito territorial de la evaluacin de necesidades, habr que hablar de mbitos territoriales.

    Por otro lado, una vez establecido el mbito o mbitos territoriales relevantes, ser necesario definir la poblacin de referencia dentro de este (estos) territorio(s) sobre la que pretendemos detectar la problemtica social en la que estamos interesados. A este respecto, si se dan determinadas caractersticas personales que determinan de manera inequvoca la probabilidad de sufrir el problema, la poblacin de referencia ser la constituida por todos aquellos individuos dentro del mbito territorial relevante que renan estas caractersticas. As pues, si el problema en el que estamos interesados es el fracaso escolar

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    en la comarca de la Anoia, la poblacin de referencia en este caso seran todos los nios en edad escolar que vivan en este lugar. Por el contrario, si la problemtica puede afectar a cualquier individuo, la poblacin de referencia estar constituida por todos los individuos que residan en el mbito territorial relevante; este sera el caso, por ejemplo, si el problema que estuvisemos analizando fuera la obesidad o los accidentes de trfico. Finalmente, una vez decidida la poblacin de referencia, uno de los objetivos fundamentales de una evaluacin de necesidades es identificar quines de los individuos que la componen sufren la problemtica objeto de estudio. Este colectivo de afectados suele conocerse con el nombre de poblacin diana, puesto que est formado por los individuos a los que va(n) dirigido(s) el (los) servicio(s) que haya previsto la poltica para afrontar la problemtica en cuestin. Existen muchos ejemplos de poblaciones diana: los desempleados de larga duracin, los jvenes con dificultades para acceder a una vivienda, etc.

    El mbito territorial, la poblacin de referencia y la poblacin diana, a pesar de que parecen conceptos obvios, tienen repercusiones muy importantes sobre las posibilidades que ofrecen los distintos mtodos de evaluacin de necesidades. La descripcin de estos mtodos constituye, precisamente, el objeto del siguiente apartado.

    Notas:

    1 Hemos optado por utilizar a lo largo del texto el trmino servicios para referirnos de manera genrica a cualquier tipo de intervencin. Adems de la economa lingstica, esta eleccin tiene que ver con el hecho de que hemos puesto el nfasis en polticas que comportan la provisin de servicios personales.

    2 Los conceptos de efectividad y coste-efectividad se discutirn con detalle en las guas dedicadas, respectivamente, a la evaluacin de impacto (Ivlua. Gua prctica, 5) y a la evaluacin de la eficiencia (Ivlua. Gua prctica, 6). En cualquier caso, es necesario aclarar que los anlisis de coste-efectividad tienen un alcance ms amplio que los anlisis de efectividad, ya que consideran tanto los resultados de los distintos tipos de intervenciones (la efectividad) como los recursos que hay que movilizar en cada caso (el coste). En este sentido, a causa de su mayor complejidad, los estudios de coste-efectividad son mucho menos frecuentes que los de efectividad.

    3 Vase Ortn [et l.] (2001) para una descripcin de las frmulas de reparto de recursos en el caso de la sanidad, y de los problemas metodolgicos que plantea aislar las necesidades como factor determinante de la utilizacin de servicios sanitarios del resto de elementos mencionados.

    4 Este ndice mide la capacidad del individuo para realizar una serie de actividades de la vida diaria. Originariamente fue concebido para valorar el grado de autonoma de pacientes geritricos concretos, a nivel hospitalario, pero ha terminado utilizndose para medir el grado de dependencia en evaluaciones de necesidades de alcance poblacional.

    5 Estas siete regiones pueden consultarse en: http://www10.gencat.net/catsalut/cat/coneix_lesregions.htm

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    2. MTODOS PARA EVALUAR NECESIDADES

    2.1 MTODOS CUANTITATIVOS Y CUALITATIVOS

    A la hora de evaluar necesidades, como de hecho pasa con cualquier mbito analizado desde las ciencias sociales, pueden utilizarse bsicamente dos familias de mtodos: los cuantitativos y los cualitativos.

    Los mtodos cuantitativos aspiran a responder a las preguntas que plantea la evaluacin de necesidades basndose en una muestra representativa de lo que antes hemos denominado poblacin de referencia. Desde esta perspectiva, cuantificar el alcance poblacional del problema, definir las caractersticas del colectivo afectado o estimar el volumen de servicios necesarios para afrontarlo se convierten en cuestiones de carcter cuantitativo que deben resolverse a partir de informacin numrica. La unidad de anlisis bsica en este tipo de aproximaciones son los individuos. Esto no implica que la valoracin de si se tiene o no un problema o si se necesitan o no determinados servicios deban hacerla los individuos, ya que es habitual encontrarse con evaluaciones de necesidades de carcter cuantitativo que utilizan instrumentos estndar, desarrollados por profesionales, para caracterizar problemas y necesidades.

    La mayora de cuestiones a las que pretende dar respuesta una evaluacin de necesidades son de naturaleza cuantitativa y, por tanto, no debe sorprendernos que buena parte de este tipo de evaluaciones utilice mtodos de carcter cuantitativo. El alcance poblacional de una problemtica en un determinado territorio o los factores que determinan la utilizacin de los servicios disponibles, por poner solamente dos ejemplos, son preguntas que bsicamente deben responderse a partir de datos individuales que sean representativos de la poblacin del territorio que se est analizando. Intentar dar respuesta a estas cuestiones mediante tcnicas cualitativas no puede constituir una alternativa.

    No obstante, si bien los mtodos cualitativos no pueden sustituir a las tcnicas cuantitativas al realizar una evaluacin de necesidades, s pueden constituir un complemento valioso. El principal atractivo de los mtodos cualitativos es que permiten obtener informacin, en profundidad, sobre las percepciones y opiniones de un grupo de personas hacia una determinada cuestin. As pues, si despus de realizar y analizar una encuesta descubrimos la existencia de necesidades no cubiertas en un determinado colectivo (los inmigrantes), podramos constituir un grupo focal con una muestra (no representativa) de este colectivo para averiguar, a travs de una discusin ms o menos estructurada, qu les impulsa a no utilizar los servicios; adems, podramos plantear otro grupo de discusin sobre esta misma cuestin, en el cual participasen las personas encargadas de proporcionar los servicios que estuviramos evaluando.

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    Estos dos tipos de mtodos, cuantitativos y cualitativos, cubren un conjunto muy amplio de tcnicas y su utilizacin requiere a menudo habilidades especficas notables. A este respecto, debido al carcter introductorio de la gua y de la preeminencia de los mtodos cuantitativos en la evaluacin de necesidades, hemos optado por centrarnos en el anlisis de este ltimo tipo de tcnicas y dejar fuera de la discusin los mtodos cualitativos.1

    2.2 REALIZACIN DE UNA ENCUESTA

    En general, si se disea y se analiza correctamente, la realizacin de una encuesta se considera el mtodo ptimo para llevar a cabo una evaluacin de necesidades. Una encuesta tiene dos ventajas principales. En primer lugar, permite obtener resultados que son generalizables a nivel poblacional, es decir, proporciona para un determinado mbito territorial estimaciones precisas tanto del alcance de la problemtica social que se pretende corregir como del volumen de servicios necesarios para afrontarla. Por otro lado, al tratarse de una fuente de datos primaria, en el sentido de que se genera ex profeso para realizar la evaluacin de necesidades, permite a los evaluadores disearla de la manera que ms convenga a efectos de obtener la informacin necesaria para responder a las preguntas particulares de la investigacin. Sus principales inconvenientes, como se comenta ms adelante, son su elevado coste y el hecho de exigir un nivel de experiencia notable. En los apartados que siguen trataremos, en primer lugar, algunas cuestiones que deben tenerse en cuenta a la hora de disear una encuesta en el marco de una evaluacin de necesidades; luego presentaremos de forma breve algunos aspectos relativos al anlisis de este tipo de fuente de informacin.

    2.2.1 CUESTIONES RELATIVAS AL DISEO

    A) LA MUESTRA: SELECCIN Y TAMAO

    Una de las cuestiones ms importantes en el diseo de una encuesta, ya sea cuando se realiza una evaluacin de necesidades o cualquier otro tipo de anlisis social, consiste en definir los criterios que se utilizarn para seleccionar los individuos que sern entrevistados (la muestra). El objetivo es que este conjunto de individuos sea representativo de lo que hemos denominado poblacin de referencia, es decir, que los resultados que obtengamos al analizar esta muestra puedan considerarse una buena aproximacin a los que obtendramos si entrevistsemos a toda la poblacin. Los mtodos que seleccionan aleatoriamente a los individuos que componen la muestra son los que permiten garantizar esta representatividad poblacional. Lo que implica la aleatoriedad es que cualquier individuo de la poblacin de referencia tiene exactamente la misma probabilidad de ser seleccionado; as pues, si esta propiedad no se cumple, la muestra no ser representativa aunque los individuos hayan sido seleccionados al azar: algo que no sucede, por ejemplo, si pretendemos evaluar el estado de salud de la poblacin del Clot y

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    lo hacemos a travs de una muestra compuesta por los 100 primeros pacientes que, un da cualquiera, visitan el centro de atencin primaria del barrio.

    El otro aspecto que condiciona la confianza que podamos tener en los resultados de nuestra encuesta, adems de la cuestin de la aleatoriedad en el proceso de seleccin muestral, tiene que ver con el tamao de la muestra (es decir, el nmero de individuos entrevistados). A este respecto, a pesar de que se trata de una cuestin tcnicamente compleja que queda fuera del alcance de una gua introductoria como esta, s que nos gustara ofrecer una breve explicacin. Los resultados de cualquier muestra, por definicin, constituyen una estimacin de los resultados que realmente observaramos si tuvisemos informacin sobre toda la poblacin de referencia y, por tanto, existe un grado inevitable de incertidumbre sobre la coincidencia que hay entre ambos valores. Sin embargo, cuanto ms grande sea el tamao de la muestra, menor ser el grado de incertidumbre sobre la validez de los resultados de nuestra encuesta. Hay programas gratuitos en Internet que, para un determinado tamao de la poblacin de referencia, nos indica la correspondencia entre distintos tamaos de la muestra y diferentes grados de incertidumbre.2

    Hay que tener claro que el grado de incertidumbre que acabamos aceptando al decidirnos por un determinado tamao muestral puede parecer una cuestin tcnica sin relevancia prctica, pero condiciona de manera notable la potencia de las recomendaciones que se derivarn de nuestra evaluacin de necesidades. As pues, si el objeto de la evaluacin es ayudar en la planificacin de servicios para las personas mayores dependientes, no es lo mismo decir que los problemas de dependencia afectan a un porcentaje de personas mayores que se sita entre el 16,5 y el 18,6 %, que decir que se encuentra entre el 17,2 y el 17,4 %, y tampoco sern iguales los errores de planificacin que puedan derivarse en uno y otro caso.

    B) LAS PREGUNTAS

    La seleccin de las preguntas de la encuesta constituye un aspecto clave que, en buena medida, es el que acabar determinando la validez de nuestra evaluacin de necesidades. En este sentido, no solo es importante el contenido de las preguntas (qu se pregunta), sino tambin su formato (cmo se pregunta). En lo que respecta al formato, la bibliografa que trata sobre el tipo de preguntas que deben plantearse (abiertas o cerradas), la extensin de la encuesta, etc., es muy abundante y su tratamiento queda fuera del alcance de una gua introductoria como esta. Por otra parte, en lo que respecta al contenido de las preguntas, no tiene sentido entrar en demasiados detalles, ya que las evaluaciones de necesidades tratan temas muy diversos y, por tanto, la eleccin de lo que hay que preguntar en cada caso es un aspecto muy idiosincrtico. Lo que s haremos ser, por un lado, precisar los mbitos clave sobre los que habr que obtener informacin y, por otro,

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    argumentar a favor de la utilizacin de instrumentos de medida que hayan sido utilizados previamente en evaluaciones de necesidades de carcter similar.

    Los mbitos clave sobre los que habra que preguntar seran los siguientes:

    Problemtica. Formular cuestiones que nos permitan aproximarnos a la cuantificacin del problema objeto de estudio con el mayor grado de precisin posible y, si el problema es multidimensional, contemplar todas las facetas relevantes. A continuacin listamos, para distintos problemas sociales, algunos de los tems que habra que considerar a la hora de formular las cuestiones:- Obesidad infantil: altura y peso, hbitos alimentarios, actividad fsica, etc.- Dependencia: dificultad para realizar determinadas actividades bsicas de la vida diaria.- Alcoholismo: frecuencia de consumo, trastornos conductuales, etc.

    Caractersticas sociodemogrficas. El objetivo es obtener informacin sobre el mayor nmero de factores que puedan tener relacin con sufrir la problemtica, la utilizacin de los servicios actualmente disponibles, la existencia de necesidades no cubiertas, etc. En este sentido, cuanto ms rica sea la batera de preguntas que utilicemos, ms fino podr ser nuestro diagnstico sobre el perfil de los individuos que sufren la problemtica, los factores determinantes de la no utilizacin de servicios, etc. Al plantear los factores sociodemogrficos a considerar, es evidente que surgirn concreciones para cada evaluacin de necesidades fruto de las peculiaridades de la problemtica de la que se trate, pero hay un conjunto de variables que no pueden faltar: la edad, el sexo, el nivel educativo, el hecho de vivir en un mbito rural o urbano, etc.

    Utilizacin actual de los servicios. En el caso de las evaluaciones de necesidades referidas a un programa ya en funcionamiento, resulta crucial cuantificar en qu medida la poblacin de referencia, tanto si sufre la problemtica como si no, utiliza los servicios y las prestaciones ya disponibles. Esto exige formular preguntas que exploren no solo la utilizacin o no de los servicios, sino tambin la intensidad de esta utilizacin (nmero de visitas, nmero de horas de atencin, etc.). Por otra parte, en los casos en que no se utilizan los servicios, hay que incorporar preguntas que nos permitan averiguar los motivos de esta no utilizacin: desconocimiento de los servicios, barreras econmicas, etc.

    Percepciones sobre la necesidad de servicios. Si el analista ha optado por un diseo de la evaluacin en el que los individuos son los que deben pronunciarse sobre los servicios que necesitan, la encuesta deber contener preguntas que capturen este extremo.

    En la prctica, a la hora de plantear las preguntas concretas en cada una de las dimensiones anteriores, es importante que el equipo evaluador repase las experiencias previas de otros estudios que optaron por la elaboracin de una encuesta a la hora de plantear una evaluacin

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    de necesidades de caractersticas similares. Este proceso de documentacin ofrece mltiples ventajas. En primer lugar, permitir a los evaluadores descubrir si para definir determinados tems, ya sea relacionados con la problemtica o con la utilizacin de servicios, existen instrumentos de medida estndar ampliamente validados en el mbito internacional; si existen estos instrumentos, su utilizacin no solo aportar solidez metodolgica al estudio, sino que tambin permitir comparar los resultados obtenidos con los de otros estudios realizados previamente. Por otro lado, ms all de la localizacin de dichos instrumentos, un repaso de la bibliografa puede servirnos tambin para enfocar muchas de las cuestiones planteadas anteriormente: qu factores sociodemogrficos son los ms relevantes en el caso de nuestra problemtica social? Cmo podemos formular las preguntas relativas a la utilizacin de servicios? Y a su conocimiento? El anexo de la gua, que contiene un listado de recursos tiles para la evaluacin de necesidades, enumera algunas de las principales bases de datos bibliogrficas que pueden consultarse para realizar este tipo de bsqueda.

    C) LA MODALIDAD DE LAS ENTREVISTAS

    Existen tres modalidades fundamentales para obtener la informacin deseada de las personas que componen la muestra: enviar un cuestionario por correo postal, realizar una entrevista telefnica y hacer una entrevista en persona.3 Cada una de estas modalidades implica una cantidad distinta de recursos: el mtodo menos costoso es el de los cuestionarios por correo, ya que no precisa de entrevistadores y todo el trabajo se reduce a informatizar los cuestionarios enviados por los entrevistados; por otra parte, en el caso de las entrevistas por telfono y en persona, s existe un coste en trminos de tiempo de los entrevistadores, que es claramente superior en el caso de las entrevistas personales. Adems, si queremos aumentar la fiabilidad de los resultados, es conveniente formar de manera adecuada a los entrevistadores, algo que tambin genera unos costes importantes.

    Sin embargo, el que los costes sean mayores tambin implica una serie de ventajas. Las entrevistas por correo, aunque son ms baratas, tienen dos inconvenientes principales: 1) la tasa de respuesta suele ser muy baja, de manera que la representatividad de la muestra puede verse limitada: no solamente por el reducido nmero de entrevistados, sino por la existencia de factores no aleatorios que determinan el hecho de responder o no a las encuestas (el nivel educativo); y 2) el hecho de no disponer de entrevistadores no permite resolver las dudas que puedan tener los entrevistados sobre algunas cuestiones, lo cual puede generar bajos porcentajes de respuesta en estos casos. En cambio, la existencia de entrevistadores, tanto en el caso de las encuestas telefnicas como en las presenciales, permite minimizar el impacto negativo de ambos tipos de problemas: 1) la bsqueda de entrevistados es un proceso continuo, aunque no ilimitado, y 2) los encuestadores pueden ayudar a resolver las dudas de interpretacin mientras se desarrolla la entrevista.

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    2.2.2 ANLISIS DE LA ENCUESTA

    A) LA MEDIDA DEL PROBLEMA A NIVEL INDIVIDUAL

    Supongamos que hemos definido una serie de preguntas orientadas a capturar la problemtica objeto de inters y que la encuesta ya se ha pasado a la muestra de individuos. As pues, para obtener estimaciones sobre el alcance poblacional de la problemtica, tendremos que medir la extensin del problema en cada uno de los individuos de los que tenemos informacin. Los principales tipos de indicadores que podemos utilizar a tal efecto son los siguientes:

    Indicadores dicotmicos La manera ms sencilla de aproximarnos a la cuantificacin del alcance poblacional de

    un determinado problema es concebirlo como algo que sufren o no sufren los individuos. As, si estamos analizando el alcance de la pobreza en un determinado territorio, la opcin de definir como pobres a aquellos individuos con una renta mensual por debajo de un determinado umbral, como 400 euros, constituye un indicador dicotmico de esta problemtica, puesto que solamente existen dos situaciones posibles: ser pobre o no serlo. Otro ejemplo de indicador dicotmico es definir como dependiente a aquella persona que necesita ayuda para realizar alguna de las actividades bsicas de la vida diaria (ABVD) que suelen contemplarse (vestirse, baarse, comer, etc.).

    Categoras de necesidad Los indicadores dicotmicos de necesidad, aunque permiten hacer una primera distincin

    de los individuos en funcin de si sufren o no la problemtica, no permiten capturar el hecho de que la problemtica tiene con frecuencia distintos grados de intensidad. La caracterizacin de la intensidad de la problemtica resulta fundamental a efectos de, por ejemplo, priorizar los servicios hacia los colectivos con ms necesidades. A este respecto, siguiendo con los ejemplos anteriores, es evidente que la problemtica de una persona cuyos ingresos estn 10 euros por debajo del umbral de pobreza no es la misma que la de otra cuya renta est 300 euros por debajo, como tampoco es equivalente la situacin de una persona con una ABVD afectada o con diez.

    As pues, con peculiaridades que dependen de la problemtica tratada en cada caso, es habitual que las evaluaciones de necesidades utilicen categoras a la hora de definir la intensidad de la problemtica que sufren los individuos que previamente han sido caracterizados como necesitados en trminos dicotmicos. Estas categoras a menudo se construyen a partir de un ndice continuo, calculado sobre la base de un conjunto amplio de variables, sobre el que se establecen puntos de corte. Por ejemplo, en lo que respecta a la problemtica de la dependencia, el nuevo Sistema para la Autonoma y Atencin a la Dependencia (SAAD) define tres grados (I moderada, II severa y III gran dependencia) que

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    corresponden a tres tramos de puntuacin distintos en un ndice que mide la capacidad del individuo para realizar una serie de actividades bsicas de la vida diaria.4 En el caso de los estudios que analizan la pobreza, es habitual distinguir la pobreza de la pobreza severa: la primera se produce cuando la renta del individuo es inferior al 60 % de la renta mediana, la segunda cuando los ingresos son inferiores al 25 %.

    B) ANLISIS UNIVARIANTE

    Si la encuesta ha sido diseada correctamente, una parte importante de las preguntas que pretende responder una evaluacin de necesidades puede abordarse mediante herramientas estadsticas muy sencillas. Una muestra de ello es el clculo de la primera cuestin a la que debera responder una evaluacin de este tipo: cul es el alcance de la problemtica objeto de estudio entre la poblacin del mbito territorial de inters. La medida ms utilizada para responder a esta cuestin, que tiene su origen en el mbito de la epidemiologa, se conoce con el nombre de prevalencia. Podemos definir la prevalencia de la problemtica x como el porcentaje de personas sobre el total de la poblacin que, en un determinado momento del tiempo, sufre el problema x. Puede utilizarse el concepto de prevalencia para cuantificar el alcance poblacional de una determinada problemtica, al margen del hecho de que el problema, sea el que sea, haya sido medido en trminos dicotmicos o mediante categoras de necesidad.5

    Calcular la prevalencia de una determinada problemtica es un tipo de anlisis que se conoce con el nombre de univariante, ya que centramos nuestra atencin en una sola variable. Hay multitud de medidas estadsticas que pueden utilizarse para resumir la informacin que contiene una determinada variable, tales como la media, la mediana, la moda, la frecuencia, etc. Es muy recomendable comenzar el anlisis de la encuesta que hayamos elaborado con el clculo de este tipo de medidas para obtener una primera descripcin de cada una de las variables relacionadas con la problemtica objeto de estudio, las caractersticas sociodemogrficas de la poblacin, la utilizacin de servicios, etc.

    C) ANLISIS BIVARIANTE

    Una de las cuestiones clave sobre las que deber aportar informacin una evaluacin de necesidades, tanto en lo que respecta a la problemtica como a la utilizacin de servicios, es la relacin que existe entre las caractersticas sociodemogrficas de los individuos y cada uno de estos dos elementos. As pues, tomando como ejemplo el anlisis del alcance poblacional de la pobreza, resulta fundamental averiguar si la prevalencia de este problema vara entre grupos de edad, sexos, niveles educativos, etc.; o si, por ejemplo, hemos establecido que un 10 % de las personas alcohlicas no utiliza los servicios

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    previstos para atender esta problemtica, tenemos que poder saber si esta tasa de no utilizacin es la misma para distintos colectivos de poblacin.

    El anlisis bivariante es la aproximacin ms sencilla a la hora de ofrecer una primera respuesta a las cuestiones anteriores. El objetivo de este tipo de anlisis consiste en averiguar si existe alguna relacin entre dos variables: la variable de inters, en nuestro ejemplo anterior sera el hecho de ser pobre, y una variable sociodemogrfica en particular (el sexo, por ejemplo). Lo que se denomina una tabla de contingencia, de la que se ofrece un ejemplo en el cuadro 3, constituye una de las herramientas ms populares de anlisis bivariante.

    CUADRO 3EJEMPLO DE TABLA DE CONTINGENCIA

    Supongamos que hemos elaborado una encuesta para evaluar el alcance poblacional del hbito tabquico en un determinado municipio. Nuestra muestra est compuesta por 500 personas. La encuesta, entre muchas otras variables, contiene una que nos informa sobre si el individuo es o no fumador, y otra que nos dice si la persona entrevistada es hombre o mujer. Una primera cuestin que nos interesa de nuestra evaluacin de necesidades es analizar si la prevalencia del hbito del tabaquismo es distinta entre hombres y mujeres. Cualquier programa estadstico, como SPSS, o incluso Excel, nos permitira calcular una tabla de contingencia (crosstab) como la que se muestra a continuacin:

    Fumador

    Sexo No S Total

    Hombre150

    (50%)150

    (50%)300

    (100%)

    Mujer90

    (45%)110

    (55%)200

    (100%)

    Total240

    (48%)260

    (52%)500

    (100%)

    As pues, a partir de los resultados de esta tabla de contingencia, parece que la prevalencia del

    tabaquismo en este municipio es superior entre las mujeres (55 %) que entre los hombres (50 %)

    Fuente: elaboracin propia.

    La principal limitacin de una tabla de contingencia, cuando los datos proceden de una encuesta, es que no podemos estar seguros de si las diferencias detectadas son reales o si simplemente son producto del azar. Esto significa, siguiendo con el ejemplo del cuadro 3, que no podemos estar seguros de que la prevalencia poblacional del tabaquismo en este caso sea distinta entre hombres y mujeres. En concreto, dado que las tasas que se muestran en la tabla han sido calculadas a partir de una muestra de individuos, que no constituyen el total de la poblacin, no podemos estar seguros de haber obtenido los mismos resultados si hubiramos utilizado una muestra distinta de personas.

    En este tipo de situaciones, para verificar si las diferencias son reales o se deben al

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    azar, hay que realizar lo que se denomina un test de significacin estadstica. En el caso de nuestro ejemplo, dado que las dos variables analizadas son dicotmicas, el tipo de test que hay que aplicar se conoce con el nombre de Chi (x) cuadrado.6 El resultado de este test, cuando se aplica a los datos que aparecen en el cuadro 3, nos indica que las diferencias detectadas entre hombres y mujeres en lo que respecta al tabaquismo no resultan estadsticamente significativas: es decir, no puede descartarse que la asociacin detectada entre ser mujer y fumar se deba al azar (al hecho de haber analizado esta muestra concreta). Por tanto, sobre la base de este resultado, no podemos estar seguros de que el porcentaje de hombres que fuman sea realmente inferior al de mujeres.

    Aunque la cuestin de la significacin estadstica puede resultar un tecnicismo con poca relevancia prctica, tiene implicaciones fundamentales sobre la interpretacin de los resultados de cualquier evaluacin de necesidades que haya utilizado una encuesta como fuente de informacin. As pues, si queremos afirmar que una determinada problemtica afecta ms a las personas con menos estudios, o que las personas que viven en zonas rurales tienen ms necesidades no cubiertas que las que viven en entornos urbanos, por poner algunos ejemplos, las tablas de contingencia que se hayan utilizado para extraer estas conclusiones debern ir acompaadas de un test de significacin estadstica. En caso contrario, sea cual sea la magnitud de las diferencias detectadas, no podremos estar seguros de que no se deben simplemente al azar.

    D) ANLISIS MULTIVARIANTE

    Es evidente que el anlisis bivariante ofrece informacin valiosa sobre muchos de los aspectos que nos interesa conocer cuando realizamos una evaluacin de necesidades. As, si realizamos una serie de tablas de contingencia relacionando el hecho de sufrir el problema (ser dependiente) con todas y cada una de las variables demogrficas que nos parezcan relevantes (la edad, el sexo, el nivel educativo, etc.), acabaremos por saber si el problema en cuestin afecta de manera distinta a diversos colectivos de poblacin. De hecho, como ya se ha mencionado anteriormente, tambin podramos utilizar tablas de contingencia para explorar la presencia de patrones sociodemogrficos en lo que respecta a la utilizacin de servicios o a la existencia de necesidades no cubiertas.

    La principal limitacin del anlisis bivariante, sin embargo, es que no nos permite averiguar si la relacin que se observa entre la variable de inters y el factor sociodemogrfico no es ms que el reflejo de algo que no estamos teniendo en cuenta. Un ejemplo nos ayudar entenderlo. Supongamos que estamos interesados en saber si la prevalencia de los problemas de dependencia es diferente entre los hombres y las mujeres de ms de 65 aos. Obviamente, si hacemos una tabla de contingencia que relacione dependencia y sexo, obtendremos unos resultados que nos indicarn que la prevalencia de la dependencia es superior entre las mujeres. Quiere esto decir que las mujeres sufren

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    ms problemas que los hombres? Quiz s, pero tambin nos puede estar indicando que las mujeres sufren ms problemas de dependencia que los hombres porque hay muchas ms mujeres que hombres de ms de 80 aos, y los problemas de dependencia aumentan mucho a partir de esta edad. Lo que querramos saber, por tanto, es si, a igual edad, las mujeres tienen ms problemas de dependencia que los hombres.

    El anlisis multivariante nos permite estudiar, simultneamente, la relacin existente entre una variable de inters y un conjunto de factores territoriales, sociodemogrficos (la edad, el sexo, el nivel educativo, etc.) o de cualquier otro tipo. El mtodo multivariante ms utilizado es el anlisis de regresin. Aunque no es este el contexto donde profundizar sobre los detalles de esta tcnica, s es importante conocer sus potencialidades. La ms importante es que permite aislar la relacin entre la variable de inters (la dependencia) y un determinado factor sociodemogrfico (el sexo), teniendo en cuenta las relaciones existentes entre este factor y otros que tambin pueden estar relacionados con la variable de inters (la edad, el nivel educativo, etc.). Adems, dado que el modelo estima simultneamente la relacin entre la variable de inters y cada uno de los factores sociodemogrficos, los resultados que obtenemos nos permiten averiguar si hay factores que tienen ms importancia que otros. El cuadro 4 ilustra las posibilidades que ofrece el anlisis de regresin mediante un ejemplo relacionado con la dependencia.

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    CUADRO 4EJEMPLO DE ANLISIS DE REGRESIN

    La Encuesta Nacional de Salud 2003, realizada por el INE, contiene informacin sobre ms de 6.000 personas de 65 aos o ms. Hay una serie de preguntas sobre actividades de la vida diaria que permite derivar una medida dicotmica de dependencia, es decir, clasificar las personas en-tre dependientes y autnomas. Adems, entre muchas otras variables, la ENS contiene tambin informacin sobre mltiples factores sociodemogrficos y de salud, como la edad, el sexo, el nivel educativo, las enfermedades crnicas, el IMC, etc.

    As pues, a partir del conjunto de variables mencionadas, podramos estimar un modelo de regresin para analizar en qu medida el hecho de que una persona mayor sea o no dependiente est relacionado con determinados factores sociodemogrficos. El grfico que mostramos a con-tinuacin contiene, precisamente, los resultados que obtendramos si realizramos este anlisis. Cada uno de los valores que aparecen en el grfico nos muestra cmo vara la probabilidad de que los individuos sean dependientes (en puntos porcentuales/100) en funcin de sus caracte-rsticas: por ejemplo, comparado con una persona que fuera exactamente igual en el resto de caractersticas (mismo sexo, igual nivel educativo, mismas enfermedades...), un individuo de 85 aos o ms tiene una probabilidad de ser dependiente 52 puntos porcentuales ms elevada que una persona de entre 65 y 69 aos.

    Fuente: basado en Puig, Casado y Tur [2007].

    Al igual que en el caso del anlisis bivariante, el anlisis multivariante no solo puede utilizarse para estudiar la relacin entre diversas variables sociodemogrficas y la problemtica social de inters, sino tambin entre aquellas (u otras) y alguna variable de inters relacionada con la utilizacin de servicios, la existencia de necesidades no cubiertas, etc.; podramos utilizar un anlisis de regresin, por ejemplo, para averiguar cules son los factores que en mayor medida determinan la no utilizacin de las guarderas por parte de nios de entre 0 y 3 aos: la renta de los padres, su nivel educativo, la distancia a la que viven los abuelos, el hecho de vivir en mbitos rurales, etc.

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    2.3 EXPLOTACIN DE UNA ENCUESTA YA EXISTENTE

    A la hora de realizar una evaluacin de necesidades, una alternativa menos costosa a la realizacin de una encuesta por parte del equipo investigador consiste en aprovechar alguna disponible. Los organismos oficiales de estadstica (INE, IDESCAT, etc.), pero tambin todo tipo de centros de investigacin pblicos y privados, desarrollan grandes encuestas sobre las temticas ms diversas. En muchos casos, de forma gratuita o por cantidades modestas, es posible conseguir los microdatos de estas encuestas, es decir, la informacin detallada de todos y cada uno de los individuos que fueron entrevistados. Disponer de este tipo de datos nos permite aplicar el conjunto de tcnicas analticas descritas en el apartado anterior para responder a las cuestiones que hayamos planteado en nuestra evaluacin de necesidades. Ms adelante, en el anexo de la gua, puede consultarse una lista de algunas de las encuestas realizadas por el INE y el IDESCAT que pueden resultar de inters a la hora de iniciar una evaluacin de necesidades.

    Ahora bien, aunque se trata de una alternativa menos costosa, la explotacin de una encuesta ya elaborada suele presentar inconvenientes respecto a la realizacin de una encuesta nueva. Los dos ms importantes son, por una parte, la restriccin que puede suponer para el equipo investigador el hecho de que las variables de la encuesta vengan dadas y, por otra, el carcter no representativo de la encuesta para determinadas unidades territoriales.

    La primera limitacin suele presentarse bajo dos modalidades (no excluyentes): 1) la encuesta no contiene algunas variables importantes para realizar nuestra evaluacin de necesidades, y 2) algunas variables, a pesar de estar incluidas, no han sido definidas de la manera ms adecuada. Por ejemplo, si quisiramos utilizar la Encuesta de Salud de Catalua (ESCA) para hacer una evaluacin de necesidades en torno a la problemtica de la dependencia, nos encontraramos con ambas dificultades: 1) la ESCA no contiene informacin sobre la utilizacin de servicios de atencin a la dependencia (SAD, centros de da, etc.), y 2) las variables que se incluyen en ella para valorar la dependencia son bastante limitadas, ya que solamente contemplan unas cuantas actividades, hecho que limita la posibilidad de establecer categoras de dependencia precisas.7

    La segunda limitacin aparece cuando la evaluacin de necesidades que queremos realizar se encuentra referida a una unidad territorial para la que la muestra de la encuesta no resulta representativa. El Panel de Desigualdades Sociales de Catalua resulta representativo para el conjunto de Catalua y a nivel provincial, pero no lo es a nivel comarcal ni tampoco municipal; esto quiere decir que nos podemos creer la tasa de pobreza para la provincia de Barcelona que se deriva de su explotacin, pero no una hipottica tasa para la ciudad de Barcelona calculada a partir de los individuos entrevistados que viven en este municipio. En cualquier caso, tal y como se explica ms adelante, existen tcnicas

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    que permiten utilizar los resultados de una encuesta representativa a un nivel territorial determinado para estimar necesidades de un nivel territorial inferior (vase el apartado 2.5.).

    As pues, si las dos limitaciones anteriores no son demasiado importantes, el equipo encargado de llevar a cabo la evaluacin de necesidades deber considerar seriamente el utilizar la encuesta existente como alternativa a la realizacin de una nueva. A este respecto, resulta muy recomendable invertir un cierto tiempo en investigar si existen o no encuestas que, aunque no se refieran explcitamente a la problemtica que nos interesa, contienen un elevado nmero de variables que s estn directamente relacionadas.

    2.4 REGISTROS ADMINISTRATIVOS

    El creciente nivel de informatizacin de las administraciones de nuestro pas ha implicado el desarrollo de mltiples bases de datos con informacin de carcter individual. As pues, existen bases de datos que contienen datos sobre la utilizacin de los servicios sanitarios de todas y cada una de las personas aseguradas por el sistema sanitario pblico, otras con informacin sobre los perceptores de prestaciones por desempleo o tambin sobre los usuarios de los servicios sociales en sus mltiples tipologas (residencias, centros de da...), entre muchas otras. De esta manera, aunque prcticamente no han sido explotadas para este fin, muchas de esas bases de datos podran utilizarse para realizar evaluaciones de necesidades.

    El gran potencial de las bases de datos administrativas, a efectos de la evaluacin de necesidades, se encuentra en el anlisis de aquellos componentes de la evaluacin que tienen que ver con la utilizacin de los servicios o prestaciones, mientras que las cuestiones relativas a la caracterizacin de la problemtica resultan a menudo ms difciles de abordar. Un buen ejemplo de ello sera el de las pensiones de jubilacin no contributivas, gestionadas por el ICASS. Esta base de datos administrativa nos permite delimitar el nmero de personas que reciben esta prestacin, sus caractersticas sociodemogrficas, etc., pero no podemos utilizarla para analizar en qu medida las pensiones no contributivas de jubilacin permiten erradicar las situaciones de pobreza entre las personas de la tercera edad. Es fcil entender el porqu: las personas pobres que no cobran la prestacin no figuran en esta base de datos. En trminos ms generales, una de las limitaciones de las bases de datos administrativas como fuente para realizar evaluaciones de necesidades es que tienden a no tener informacin sobre el colectivo de personas que sufre la problemtica pero no utiliza los servicios.

    Ahora bien, en algunas ocasiones podemos llegar a superar este obstculo mediante la combinacin de varias fuentes de datos de carcter administrativo. Un ejemplo relativo al mbito sanitario puede resultar til para ilustrar este punto. El CatSalut dispone de distintas bases de datos con informacin individual sobre el uso que hace la poblacin

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    de las prestaciones sanitarias pblicas, tanto de las prestaciones farmacuticas como de los servicios hospitalarios. La explotacin aislada de estas bases de datos no nos permite aproximarnos a la existencia de necesidades no cubiertas, pues quienes no utilizan los servicios no figuran en ellas. Ahora bien, dado que el CatSalut tambin dispone de otra base de datos con informacin sobre todas y cada una de las personas que tienen cobertura sanitaria pblica, la combinacin de esta base y de las dos anteriores nos permite identificar individuos que no utilizan los servicios e