grupos y movimientos eclesiales

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  • 7/23/2019 Grupos y Movimientos Eclesiales

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    Comisin

    Diocesana

    de

    Pastoraldel clero

    Comisin

    Diocesanade Laicos

    [LA PARTICIPACION

    DE LOS LAICOS EN LA VIDA

    DE LA IGLESIA.

    GRUPOS, MOVIMIENTOS

    Y ASOCIACIONES.]

    Material de apoyo para encuentros sacerdotales de estudio en nuestra dicesis de san Juan de loslagos. Otoo Invierno 2011-2012.

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    ag nas ema xpos or ec a

    Pag 2PRESENTACION : LA PARTICIPACIN DELOS LAICOS EN LA VIDA DE LA IGLESIA.

    3-10

    TEMA I: LOS LAICOS ORGANIZADOS

    12-20

    TEMA II: LOS ORGANISMOS LAICALESECLESIALES

    22-25

    TEMA III: LA FUNCIN DEL SACERDOTEMINISTERIAL EN LOS ORGANISMOS

    LAICALES ECLESIALES27-31

    TEMA IV: GRUPOS ASOCIACIONES YMOVIMIENTOS DE APOYO A LA

    EVANGELIZACION FUNDAMENTAL

    33-47

    TEMA V: GRUPOS ASOCIACIONES YMOVIMIENTOS EN EL CAMPO CULTUAL Y

    DE LA ESPIRITUALIDAD POPULAR49-58

    TEMA VI: GRUPOS ASOCIACIONES YMOVIMIENTOS EN EL CAMPO SOCIAL

    50-62

    TEMA VII: GRUPOS ASOCIACIONES YMOVIMIENTOS EN EL CAMPO FAMILIAR

    63-64

    TEMA VIII: ALGUNOS MOVIMIENTOS EN ELCAMPO JUVENIL Y DE ADOLESCENTES

    66-68

    TEMA IX: ORGANISMOS LAICALES NOAPROBADOS EN LA DICESIS Y

    CONCLUSIONES

    70-75

    TEMA X: LA COMISIN DIOCESANA DE

    LAICOS QUE DEBERAMOS TENER

    79-88

    XI Tres Artculos complementarios:1.- LAFORMACIN DEL LAICO.2.-Ubicacin de los

    Organismos laicales en el proceso deEvangelizacin 3.-Movimientos Eclesiales y

    realidad latinoamericana.

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    LA PARTICIPACIN DE LOS LAICOS EN LA VIDA DE LA IGLESIA

    PRESENTACION

    Mucho se ha insistido en la los ltimos aos en la Iglesia, sobre todo a partir del Concilio Vaticano II,que es la hora de los laicos, que deben ser actores principales en la accin y vida de la Iglesia,no meros espectadores o cristianos de segunda, los eternos enanos y mandaderos de la jerarqua;en Puebla ya se insiste en que se opte por una pastoral planificada y orgnica donde los laicostomen su misin en la misma estructura de la Iglesia, Santo Domingo pide que los laicos seanprotagonistas y no slo actores de segunda y en Aparecida se advierte que si los laicos no seaumentan en nmero y calidad la misin continental es imposible de alcanzar.Los sacerdotes debemos entender que nuestros laicos no se deben clericalizar al igual que lossacerdotes no nos debemos mundanizar. Cada uno, laicos y sacerdotes, formamos la Iglesia deJesucristo, nos necesitamos mutuamente. La misin del laico en la Iglesia se fundamenta por elmismo hecho de estar bautizados y no tanto en la concesin o simpata que los sacerdotestengamos para algunos laicos a manera de privilegio.En nuestra Dicesis de San Juan de los Lagos se ha tomado el acuerdo de aprovechar los das deestudio para sacerdotes, para conocer los Organismos Laicales Eclesiales (OLE), o los GruposAsociaciones y Movimientos (GAMs) con el fin de valorar este potencial en nuestra Iglesia particular,porque muchos de estos grupos viven aislados, otras veces desubicados por falta de asesora yacompaamiento. Es evidente que si no formamos y capacitamos a nuestros agentes laicos parauna pastoral planificada y organizada, nunca podremos responder a las exigencias de la culturaactual y seguiremos con grupos aislados y encerrados que nunca darn los frutos esperados.Los sacerdotes en nuestras comunidades debemos ubicar a nuestros laicos para que en sus grupos,asociaciones y movimientos no piensen slo en estructuras supra parroquiales sin encarnarse en lapropia parroquia en donde deben ser una respuesta a las necesidades de cada lugar. No debemosolvidar que los agentes laicos deben ser fermento evangelizador en la realidad de nuestros pueblos.El futuro de la Iglesia no est en la masificacin y en la explotacin de sentimientos, en los que aveces, slo se busca el negocio y nunca la formacin y maduracin en nuestros agentes que debenllegar a extender el Reino de Dios y su predicacin debe ser con las palabras, pero, sobre todo, conel testimonio de su vida y comprometerse a iluminar con la luz del evangelio el mundo de laeconoma, de la poltica en la bsqueda de una proyeccin social de la fe.Para todos los sacerdotes, el conocimiento de los grupos, asociaciones y movimientos, su mstica yorganizacin es una gran oportunidad para compartir las riquezas que tenemos en nuestrascomunidades, para dar un impulso a la participacin de los laicos y ayudarlos a que den frutos y seproyecten con una apostolado ms eficaz, ya que todos nuestros grupos eclesiales deben impulsarsus dones y carismas, pero nunca encerrarse en su mundo. Para un trabajo de pastoral orgnica se

    necesita cuidar su espiritualidad, formarse con sentido de Iglesia y proyectarse en el apostolado parala edificacin de la comunidad. Todos los grupos deben estar coordinados y representados en elConsejo Parroquial, adems de integrarse a la organizacin y estructura pastoral de la Dicesis.

    Ofrecemos pues este material de estudio que cada decanato ir dosificando en los das dereunin de los presbteros, estar disponible en forma digital en el sitio de la dicesis.

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    TEMA I: LOS LAICOS ORGANIZADOS

    Los laicos son mayora en la Iglesia, y tienen como campo de misin todo el mbito de lasrealidades temporales. Su vocacin especfica es estar en el corazn del mundo impregnando sustareas temporales de los valores evanglicos. Mientras ms laicos estn identificados con el

    Evangelio, y sean responsables en sus realidades, competentes y conscientes de dar testimoniocristiano, estarn al servicio de la edificacin del Reino de Dios y por consiguiente de la salvacin enCristo Jess (cf EN 70).

    Laicos son los fieles cristianos, no sacerdotes ni religiosos que, por estar incorporados a Cristomediante el bautismo constituidos en Pueblo de Dios y hechos partcipes a su manera de la funcinsacerdotal, proftica y real de Jesucristo, ejercen, por su parte, la misin de todo el pueblo cristianoen la Iglesia en la Iglesia y en el mundo (LG 31).

    Los laicos tienen que actuar a manera de fermento en la masa para construir una ciudadtemporal que est de acuerdo con el proyecto de Dios (A 505). Su misin propia y especfica serealiza en el mundo, de tal modo que con su testimonio y su actividad contribuyen a latransformacin de las realidades y la creacin de estructuras justas segn los criterios del Evangelio(A 210).

    No se trata slo de comportarse bien, sino de un compromiso creativo: Queremos llamar alsentido de responsabilidad de los laicos, para que estn presentes en la vida pblica, y ms enconcreto en la formacin de los consensos necesarios y en la oposicin cont ra las injusticias (A508).

    En general, nuestros laicos comprometidos tienen poca formacin, pocos asumen todas lasfunciones, trabajan ms hacia el interior de la Iglesia que en su campo propio, muchos estndecepcionados y desconcertados, algunos asumen actitudes prepotentes, o pasivas y dependientes.

    1.1.- Irrumpe el laicado despus del Concilio:Al concilio le precede ms de medio siglo de reflexin sobre el laicado. La Accin Catlica

    desencadena un siglo del laico.Pero se considera la accin laical como brazo secular del clero, incluso con cierta oposicin

    entre mbito sagrado y profano, entre historia y trascendencia, entre mundo e Iglesia, entre lonatural y lo sobrenatural. Entonces es difcil aportar algo claro.

    Los movimientos de laicos se han vuelto elitistas, y apenas tienen algunos espacios deapostolado, al interno de la Iglesia, ejecutando lo que el sacerdote les encarga o lo que no alcanza arealizar.

    Son como brazo de la jerarqua dentro de la misma institucin, de frente a las revolucionesculturales modernas (el liberalismo econmico, el colectivismo, el militarismo y la injusticia).

    Con la excusa de servir a la Iglesia, se defienden muchas veces los intereses del grupo, y se dacompetencia entre los diversos grupos.

    Los religiosos han ido tomado poco a poco los campos propios de los laicos: salud, escuela,

    educacin, obras de misericordia.El anterior Cdigo de Derecho Cannico les reconoce a los laicos o seglares slo el derecho a

    recibir los bienes espirituales (can 682).El Concilio Vaticano I considera a la Iglesia como sociedad perfecta. El Vaticano II, como pueblo

    de Dios que peregrina el mundo, organizado en pequeas comunidades.En l se entrecruzan dos lneas teolgicas sobre el laico, que aparecen en LG 34: el laico es

    todo fiel cristiano y se distingue por la secularidad.

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    La eclesiologa conciliar se va configurando poco a poco. De un modelo jurdico-institucional deIglesia, en la Constitucin Lumen Gentium(21 nov 1964)se pasa a un modelo de comunin. EstaIglesia se delinea como comunin de Iglesias particulares en los Decretos Chistus Dominus yApostolicamActuositatem(18 nov 1965). Y emerge una Iglesia comunin en medio del mundo y alservicio de la humanidad, bosquejada en el Decreto Ad Gentes y sobre todo la Constitucin

    Gaudium et Spes(7 dic 1965).Este ltimo documento se pronuncia sobre la autonoma de las realidades temporales y lafuncin del hombre cristiano en el mundo para santificarlo, como una prolongacin de la Encarnaciny del Misterio Pascual de Cristo, hacia la consumacin escatolgica que de alguna manera anticipa.

    Al desarrollar la categora de pueblo de Dios y de sacerdocio comn se abren nuevoshorizontes y aparecen nuevos problemas. Pues considerando al laico como mero instrumento parala presencia de la Iglesia en el mundo se corre el riesgo de hacer ideologa.

    Antes, al laicado se le considera como un cuerpo, estado o clase especfico en la Iglesia, queest a la base de la pirmide. Ahora, existe una comunidad del Espritu como raz comn, y alinterno de ella muchos ministerios.

    Antes, el laicado obra como brazo secular, colaborando en la evangelizacin al interno de laIglesia, con el criterio de la obediencia. Ahora, con el criterio de la profeca y el discernimiento, seproyecta hacia el mundo para realizar la insercin de la Iglesia en l.

    Es normal que se produzca una crisis de identidad. De ser un miembro pasivo de la Iglesia,como catlico de segunda categora, hoy se reconoce su protagonismo, su responsabilidad en latoma de las decisiones, su presencia en la transformacin del mundo, al ser mayora.

    Se trata actualmente de determinar su identidad, sobre todo porque el fenmeno contemporneode su participacin plantea nuevos interrogantes.

    Pero el Concilio no responde a los fenmenos emergentes. Parte del supuesto de la existenciade una Iglesia madura y activa en todos sus miembros, y de algn modo an separada del mundo.

    Incluso hay un retroceso aparentemente en este sentido. Explicable por el cambio gestado en laactividad de los laicos: de una accin hacia el interior de la Iglesia, como un grupo selecto en lamisma institucin, se va pasando a una accin en el mundo, proyectando una comunidad en caminoque se evangeliza y evangeliza.

    1.2.- Interrogantes acerca del LaicoEl trmino laicidad es ambiguo. Algunos la interpretan como la autonoma de las realidades

    creadas. Otros, como lo que es comn a todos. O bien, as denominan la historicidad; o designan asel carcter de estar al margen de toda confesin religiosa o credo, e incluso el estar en contra delcristianismo y sus valores, o de la Iglesia catlica o del clero.

    Todo esto es difcil aplicarlo a la misin del laico en la Iglesia. Respecto a la crecienteparticipacin del laico en el mundo contemporneo, se plantean algunos interrogantes:

    Al interno de la comunidad eclesial: hasta dnde es posible una organizacin democrtica? Elderecho de asociacin en grupos hasta dnde les hace representativos de la Iglesia? cmo

    armonizar sus carismas y formas de servicio en la Iglesia?En el mundo actual: cmo cristianizar la mentalidad secularista y disgregadora y la cultura

    consumista, pragmtica y hedonista? cmo conservar su condicin propia de laico comprometidosin clericalizarse?.

    Se ha querido iluminar la realidad del laico como una contraposicin a la autoridad, o comoreivindicacin de poder y participacin en la Iglesia.

    Al laico se le ha querido definir a partir del sacerdocio ministerial, pero ms bien al sacerdoteministerial se le debe definir a partir del laicado.

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    Se ha reservado el ejercicio de la triple funcin de Cristo-Iglesia a solo algunos, excluyendo lasotras modalidades. Es al interno de la comunidad ministerial donde brotan las diversas funciones.

    No existe un mundo profano y otro sagrado que se contrapongan, sino que lo divino irrumpe enuna misma realidad creando centros. La trascendencia se insiere en la historia y la presencia deDios la hace ser Historia de Salvacin. La Iglesia y el mundo no son dos realidades aisladas, sino

    que la Iglesia forma parte del mundo, y est en su seno para darle un sentido.As pues puede definirse el laico desde un campo de accin especfico? Decir que Cristo reinaen la Iglesia por la accin del clero, y que debe reinar en el mundo por la accin de los laicos; o quelo profano corresponde al laico y lo sagrado al clrigo; sera continuar con la mentalidad dualista.

    No se sostiene la afirmacin de que la Redencin del hombre mediante los signossacramentales tiene por ministro al sacerdote; y que la redencin de las realidades temporales sehace mediante los medios naturales de la ciencia y de la tcnica y tiene como sujetos a los laicos.Porque separa lo natural y lo sobrenatural, lo sagrado y lo profano.

    Si la nota del laico es su ndole secular, todo lo secular es sagrado por la presencia de Dios. Elseculum que Dios confi al hombre es toda la historia y el mundo, sobre los cuales ha de ejercitarsu realeza. Todo tiempo es kairs al irrumpir en la historia el Hijo y el Espritu. Toda la Iglesia esten el mundo, para el mundo y con el mundo; no hay separacin. Si se le fija un mbito de accinespecfico es slo por estrategia pastoral. Desde ese ngulo, por tanto, no puede provenir sudefinicin.

    La Iglesia es una comunidad de comunidades en marcha, que constituye el pueblo de Dios. Encomn tiene el Espritu Santo y el Bautismo, que hace de todo cristiano profeta, sacerdote y rey. Esacomunidad es toda ministerial.

    No sigue ya un modelo patriarcal, en que un jefe realiza todas las funciones, y los dems sonmeros objetos de su cuidado, pero no sujetos. Ni siquiera sigue el modelo cristolgico, de unasociedad perfecta jerrquica por derecho divino, que recibe todo de lo alto, por gracia.

    Cul es, entonces, la distincin entre clero y laicos? Todos tienen en comn su ser Iglesiaministerial y un espacio nico donde realizarlo. La distincin no es entre clero y laicos, sino entrediversos ministerios, que son funciones en la estructuracin de un cuerpo.

    Sociolgicamente hablando, todo cristiano es laico, pues vive en el mundo y forma parte delpueblo; el lugar vital en el que desarrolla su actividad y su testimonio de creyente es el mismo. Lasecularidad y laicidad es una nota distintiva de toda la Iglesia: vive en medio de las realidadestemporales.

    Teolgicamente hablando, ser laico es una vocacin especial, o un espectro de vocacionesdistintas de las que giran en torno al ministerio ordenado, dentro de la vida de la Iglesia.

    Hay mltiples configuraciones del ser cristiano, determinadas por el encuentro de la caridad deCristo con la estructura personal de cada uno. La Iglesia no es monoltica, sino mltiple y pluralista.

    Laico no es, teolgicamente, el nombre de una funcin, sino de una condicin. Es un tipo deconfiguracin a Jesucristo: de quien pertenece al pueblo, a diferencia de quien pertenece al grupogua.

    El cristiano acta siempre en cuanto cristiano. Se trata de ser fiel a la propia llamada. Lasdecisiones individuales son eclesiales en cuanto son cristianas en su estilo, no tanto por su xito ypropuesta.

    Optar por un modelo de Iglesia-comunin significa construir la Iglesia desde abajo, por el Esprituque viene de lo alto. Teniendo como modelo a la santsima Trinidad, que es unidad en la diversidad.

    En Nuevo Testamento presenta una Iglesia dinmica, con variados ministerios, pero que sereducen a la edificacin de la comunidad; no habla de la presencia de la Iglesia en medio de lasociedad ni su servicio para la transformacin del mundo.

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    Reducirnos a servicios intraeclesiales nos hace retornar a un eclesiocentrismo. La Iglesia-comunin es servidora de la humanidad, y eso exige creatividad de nuestra parte.

    1.3.- Funcin de los fieles laicosEs una verdadera vocacin incorporarse al Pueblo de Dios. Tenemos en comn la configuracin

    cristiana en virtud de una misma incorporacin bautismal, del mismo fin salvfico o destinosobrenatural trascendente, de las mismas virtudes teolgicas y morales y del mismo quehacerapostlico correspondiente a una sola y nica misin de la Iglesia en el mundo.

    A los laicos corresponde, por vocacin propia, tratar de obtener el Reino de Dios gestionandolos asuntos temporales y ordenarlos segn Dios. Viven en el siglo, es decir, en todos y cada uno delos deberes y ocupaciones del mundo, y en las condiciones ordinarias de la vida familiar y social, conlas que su existencia est como entretejida (LG 31).

    Los fieles, y ms exactamente los laicos, se encuentran en la primera lnea de la vida de laIglesia; por medio de ellos, la Iglesia es el principio viral de la sociedad humana. Por consiguiente,sobre todo ellos deben tener una conciencia cada da ms clara, no solamente de pertenecer a laIglesia, sino de ser la Iglesia.

    Para que la accin laical se identifique con la misma actividad de la Iglesia y venga a ser Ellamisma bajo su aspecto secular, es necesario:

    a) Que los laicos hagan propia la misin de la Iglesia y la hagan operativa, al grado que la fecristiana realmente se siembre en sus ambientes y se preocupen de su crecimiento y progresivamadurez.

    b) Que ellos mismos se sientan responsables en su propio campo de accin y as promuevan lafe con responsabilidad inmediata.

    Mediante su participacin proftica, interpretan y difunden el Mensaje Evanglico, edifican lacomunidad cristiana como lo hacen los laicos fundadores de la Iglesia Antioqua (Hch 11,19-26): laPalabra de Dios se encarne en las realidades temporales.

    Ellos actan inmediatamente, sin esperar que la Jerarqua les ordene y les recuerde sus deberescomo a menores de edad e incapaces de asumir sus propias responsabilidades. Mantienen unsentido de apertura, dejando de lado toda clase de capillismos, y uniendo ellos mismos sus fuerzasapostlicas.

    Proceden convencidos de sus capacidades tcnicas y profesionales. Se logra una verdaderacorresponsabilidad apostlica, si quienes las realizan poseen aquellas cualidades humanas ycristianas propias de un apstol militante y comprometido. Conscientes de que el compromisotemporal ha de ser libre, personal y brota de la confrontacin de la vida humana con el Evangelio.

    La accin apostlica de los laicos se inspira en el nico plan de Dios sobre el mundo y la Iglesia,que, aunque son dos realidades distintas, sin embargo ambas pertenecen al mismo proyecto desalvacin donde Cristo es el Alfa y Omega de toda historia creativa y salvadora (Cfr. GS cap. III-IV).

    Es innegable lo provechoso que resulta para un trabajo apostlico corresponsable el que secuente con personas emotivamente equilibradas; que sean razonables y congruentes, atentas y

    sencillas, con integridad y confianza en los dems (Cf PO 3).La madurez humana se manifiesta por una estabilidad de espritu, por la capacidad de tomar

    prudentes decisiones y la rectitud en el modo de juzgar sobre los acontecimientos y los hombres eldominio del propio carcter, la preocupacin constante por la justicia, la fidelidad a la palabra dada,la educacin y cortesa unidas a la caridad (OT 11).

    Se requieren adems ciertas cualidades organizativas, como el uso permanente del dilogo, ytomar con inters las actividades apostlicas en cuanto son las mismas de la vida humana, peroinspiradas en el Evangelio.

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    Todos los miembros de la Iglesia que por especial ocasin se encuentran en cargos deresponsabilidad apostlica, tienen necesidad de vivir intensamente la fe, la esperanza y lafraternidad inspiradas en el amor de Cristo.

    1.4.- La situacin actual requiere colaboracin de todos.Tenemos una Iglesia de multitudes y para multitudes, ms bien annimas y sin compromiso. Lafe de la Iniciacin cristiana es muy dbil. La mayora de cristianos no tiene casi sentido depertenencia eclesial.

    El testimonio y liderazgo de los cristianos en la vida social es muy elemental. No se hadesarrollado un autntico cristianismo en medio de una sociedad de conflictos y problemas, y unacultura de contestacin a los valores cristianos. Hay ruptura entre la fe y la vida.

    La postmodernidad requiere nuevas respuestas, y una nueva institucionalizacin ministerial. Lasredes de comunicacin, la coordinacin, la globalizacin de la atencin a problemas globales, pideuna nueva organizacin.

    Hay fenmenos nuevos que nos hacen planternoslo. La complejidad de las situaciones exigeuna pastoral orgnica y planificada, creando respuestas estructuradas a las necesidades, y tambinun aumento y diversificacin de agentes, para una vitalidad del proceso de evangelizacin.

    La eclesiologa de comunin ha coincidido con el sistema de secularizacin, lo que pidecreatividad apostlica, y corresponsabilidad pastoral. El proyecto del Reino de Dios no se puedeimplantar sin la colaboracin de todos, en corresponsabilidad diferenciada.

    1.5.- Al laico se le ha desplazado, en una Iglesia clericalizada.Por arraigada tradicin, vivimos un modelo de Iglesia muy clericalizada. Al laico se le ha

    promovido poco, no se le acepta, no madura, es muy dependiente del sacerdote. Las comunidadesdependen mucho del sacerdote, cuya presencia y accin son imprescindibles en todas las tareasparroquiales. Y nuestras estructuras tratan de mantener este sistema.

    Sin embargo, los sacerdotes tienen su agenda llena de compromisos, y no alcanzan a cubrirtodos los campos del ministerio. Por lo que se hace necesaria la colaboracin del laico.

    Las experiencias condicionan mucho las decisiones. Y hasta ahora slo tenemos experienciasde ejercicio del ministerio instituido por parte de seminaristas, reducindose a mera formalidadpedaggica, con alguna presentacin ritual, pero sin un servicio real a la comunidad. La mayora deservicios o ministerios litrgicos se reducen a una funcin ritual, sin correspondencia a un serviciocomunitario en la vida de la comunidad. No se ve la relacin entre la Eucarista y la existencia.

    Las mujeres han invadido los servicios, desplazando a los varones, o cerrndoles espacios, porlo que pocos participan.

    Aunque permanece un nmero elevado de sacerdotes, la poblacin va creciendogeomtricamente, y en proporcin, el Seminario va quedando vaco. Si las familias no ofrecenbuenos elementos, y no hay entusiasmo en los jvenes, habr parroquias sin sacerdote.

    Algunos seglares entienden bien las tareas de la comunidad, y se han capacitado en la accin,trabajando en el plan de pastoral. Crece la conciencia de participacin y corresponsabilidad en lastareas de la Iglesia.

    Los protestantes hacen proselitismo muy coordinado y constante, y promueven a ministerios susmiembros, lo cual motiva a muchos.

    Hay actitudes de celo, prevencin, desconfianza, rechazo, hacia los laicos, de parte de lossacerdotes. Slo quieren colaboradores para la realizacin de sus decisiones, entre los que puedeny saben, como menos ejecutores.

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    Se va de un extremo a otro en los laicos: del devocionalismo y la introversin, al activismo y lasecularizacin. Cuesta trabajo integrar la celebracin y la misin.

    En la prctica s hay diferencia de clases, puestos y funciones; discriminaciones, paternalismos,competencias, descalificaciones. Eso quita testimonio y dinamismo.

    Ciertas experiencias de otras dicesis originan un fundado temor de que el poder del laico

    escape al control de la Jerarqua. O que la institucin de ministerios para laicos llegue a ser unainstitucin intil que nada aporte a nuestro proceso de edificacin en la comunidad cristiana. Oincluso de caer en un nuevo acaparamiento de funciones que burocratice ms nuestra Iglesiaparticular.

    1.6.- Algunos campos que atienden los laicos:En el rea de Formar comunidad: direccin de grupos, animadores, responsables de comunidad,

    coordinadores de equipo.En el ministerio de la Palabra: catequistas diversificados, profesores de religin, formadores de

    la fe, predicadores itinerantes, organizadores de cursos, telogos.En el ministerio del culto: lectores, aclitos, ministros extraordinarios de la comunin, monitores,

    coros, decoradores, devociones.En el ministerio de la caridad: animadores de la asistencia caritativa, asistencialismo, accin

    social, atencin a ancianos, enfermos, solidaridad y grupos cooperativos, derechos humanos,atencin a situaciones crticas, formacin social, ...

    Ahora podran pensarse como posibles: evangelizador, catequista, apostolado familiar,enfermos, problemas sociales, emigrantes, trabajadores, juventud, comunicaciones, etc.

    No solamente son ejercidos por una sola persona, sino en equipo, como grupo o asociacin.Sera una posibilidad a pensarse en la institucin de ministerios colectivos.

    Todo servicio a la comunidad cristiana debe converger necesariamente en la celebracin cultual,especialmente la Eucarista.

    1.7.- No hemos asumido bien el despertar laico.Se notan ciertas tendencias hacia un nuevo clericalismo, reviviendo temores de podero o

    usurpacin de funciones por parte del laico.Dejamos pasar esta coyuntura del despertar laical, considerndola solo desde la eficacia

    pastoral.Muchos quieren que todos los miembros de la comunidad estn empeados de la misma forma

    en su servicio o ministerio.Algunos no distinguen entre ministerios y servicio. A cualquier servicio le llaman ministerio. O les

    dan poder y exageran importancia. O los hacen al molde clerical. O no les brindan adecuadoacompaamiento.

    Otros reducen la actividad apstolica a slo el ejercicio de los ministerios, y los interpretanconforme a una imagen clerical.

    Algunos confunden las relaciones y diferencias entre jerarqua y laicado. Dejan a los laicos hacerfunciones propias del ministerio ordenado, provocando confusin.

    La falta de formacin es enorme, tanto en los laicos que ejercen un ministerio, como en el pueblode Dios en general.

    Hay comunidades que agradecen a los miembros que las sirven; otras, intentan destruirlosmoralmente.

    Hay laicos acomplejados, que no quieren meterse en las cosas de la Iglesia, porque los criticancon una mentalidad clericalista. Se ruborizan al asumir esas funciones por no aparecer mejores

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    que los dems, o como usurpadores de funciones que suponen son del sacerdote. Licos insegurosque necesitan del consejo del sacerdote para tomar cualquier decisin.

    Algunos laicos comprometidos forman un grupo cerrado, agotado en s mismo, que no irradiaparticipacin ni forma sustitutos. Y eso hace que se perpeten en el cargo.

    Hay laicos que prestan servicios eclesiales pero descuidan sus tareas propiamente laicales,

    como son: atencin a su familia, el trabajo, la escuela, su ambiente, la colaboracin social, susdeberes cvicos, etc. Otros, por el contrario, desde el Evangelio, animan los ambientes polticos,econmicos, culturales y sociales.

    La ministerialidad no ha repercutido en la accin por la justicia, ni en la transformacin cristianade la sociedad, frente a la crisis de las estructuras corruptas, ni en el compromiso por la saludintegral y la paz, etc. Se cae en cierto verticalismo.

    1.8.- Existen muchos movimientos y organismos laicales eclesialesLos organismos eclesiales laicales son muy variables en cuanto al tipo de asociacin, al nmero

    de miembros, a los mtodos de experiencia de Dios, a sus objetivos especficos, al estilo de rgimeninterno, y a los fines propuestos.

    En cada agrupacin, uno es el ideal que pretenden, plasmado en sus estatutos e idearios, y otraes la realidad que viven, de acuerdo a la mentalidad imperante, a las actitudes de sus miembros, asu insercin en su Iglesia local, y a su formacin y coordinacin.

    Muchos clrigos, y algunos fieles laicos con mayor formacin, menosprecian las asociacionespiadosasy las miran con desconfianza, por ser muy estticas, tener poca proyeccin en la vida dela Iglesia local, y estar formados por los mismos practicantes.

    A esa imagen contribuyen los comportamientos de sus miembros: mayora ancianos y mujeres,dedicados slo a rezar y rezar, descuidando su formacin integral y sus deberes de estado, connostalgia de un pasado glorioso.

    La mayora est en crisis, porque desconocen su identidad y carisma propio, o se han cerrado ala actividad pastoral por temor a disolverse como asociacin, o porque su compromiso se limita a lasola reunin y no estn en el proceso de la dicesis y la parroquia. O porque dependen mucho delsacerdote como director espiritual, y ste las utiliza slo para vender rifas, hacer kermeses, arreglarel templo, atender visitantes, financiar la fiesta, etc.

    Ensean verdades y principios morales individuales, y realizan prcticas piadosas, ms queiniciar en una vida de fe y formacin de la conciencia y el compromiso. Se dirigen a los creyentes ypracticantes, miembros de otras agrupaciones y tareas. Piden obediencia a sus superiores ycooperacin para el sostenimiento de sus obras y para la cuota a la Iglesia que asegure sueclesialidad.

    Por el contrario, los nuevos fenmenos socio-religiosos ocasionados por el crecimiento de unmovimiento, plantea problemas nuevos, y el miedo ante los desafos y su libertad de accin puedeempujar a sofocarlos o slo resaltar lo negativo.

    Muchas personas que en una agrupacin o movimiento han tenido una fuerte experiencia de

    Dios, sienten que es el nico modo de ser Iglesia. Conocen ms sus manuales y las virtudes de sufundador y santo patrn que el Evangelio. Participan mejor en sus actividades que en lasparroquiales.

    Sobre todo los movimientos, han aportado muchos agentes a la pastoral diocesana,enriquecindola con su dinamismo y el aporte de su espiritualidad. Organizan acciones masivas demotivacin y experiencia cristiana, hacen sentir su entusiasmo. Son la manera de vivir la fe paramuchas personas de manera encarnada en las necesidades particulares.

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    Pero algunos dependen de un centro de coordinacin fuera de la dicesis, donde les sealan losprocesos a seguir, y no se integran al de su comunidad, o tienen problemas para lograrlo, creandoconflictos, y se desinteresan de la marcha diocesana.

    Algunos sienten ms orgullo en pertenecer a su grupo o movimiento que en vivir la fe cristiana yparticipar en la Iglesia, reduciendo su experiencia cristiana a lo que le ofrece el movimiento, y a

    veces slo aceptando lo emotivo. Piensan que ese movimiento es toda la Iglesia, y descalifican oexcluyen a los que no se adhieren a esa expresin de fe.Hay movimientos y asociaciones sin sacerdote asesor, que les proporcione atencin espiritual,

    doctrinal, moral, sacramental, los represente como interlocutor ante el Obispo y los demsorganismos, y los integre en las lneas pastorales diocesanas.

    Algunos cristianos inadaptados o problematizados han hallado refugio en los movimientos,esperando ilusoriamente hallar respuesta mgica a situaciones serias, y eludiendo su compromisoen las tareas que le corresponden.

    Muchos se quedan en acciones intimistas, de ndole individual, o realizan actividades slo haciael interior de la Iglesia, y no al amplio campo del mundo, o se reducen a hacer proselitismo para sumovimiento, en lugar de formar cristianos para la Iglesia.

    Otros ofrecen una fuerte experiencia cristiana al anunciar el kerigma, y de ah los mandan a lamisin, sirviendo en otros momentos fuertes, sin seguir un camino integral de discipulado.

    A veces el prroco o el Obispo no tienen injerencia para el nombramiento de asesores ycoordinadores, para orientacin de su vida cristiana y su apostolado, para su integracin en lapastoral de la comunidad, o para la transparencia en el manejo de sus recursos.

    Mientras unos tienen responsables vitalicios que crean caudillismos personales y hacen que seacabe todo al terminar, otros estn cambiando continuamente de directivos sin poder asegurarcontinuidad en sus procesos.

    Algunos movimientos crean estructuras paralelas, como si fueran dicesis o parroquia, y seolvidan que todos los organismos deben reforzar los niveles de Iglesia, no desconocerlos,suplantarlos ni desplazarlos.

    Crean una superestructura que se empalma o juega competencias con la organizacinparroquial. O se encierran en ellos mismos y sus problemas, y se organizan en funcin de smismos, como una lite separada, que busca ganar adeptos para ser ms potentes, fuertes einfluyentes. Incluso pueden tomar un cariz de sectas, pareciendo clulas cancerosas en el Cuerpode Cristo.

    Existe una Comisin que ofrece asesora a todos los movimientos, para insertarlos en la pastoraldiocesana. Pero no hay un centro que complemente y unifique la formacin integral de los diversosmovimientos, encarnada en nuestra realidad, con una metodologa adecuada, y respondiendo a susnecesidades.

    Estos movimientos no son realidades terminadas, sino en pleno dinamismo, desarrollo yconfiguracin. Estn en poca de fundacin, pues vive la mayora de sus iniciadores, creativos, concarismas personales y aportando novedades a la vida de la Iglesia que rompen moldes y esquemas.

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    FichaTEMA I: LOS LAICOS ORGANIZADOS.

    1.-Por qu urge renovar la Iglesia con el rostro de un laicado ms comprometido?

    2.-En tu experiencia pastoral, que ambigedades encierra el concepto de LAICO?

    3.-En el ministerio pastoral que desempeas, has promovido el protagonismo de loslaicos en tu comunidad?

    4.-Los laicos comprometidos en grupos asociaciones y movimientos son conscientesde la eclesialidad e insercin en la vida comunitaria parroquial que deben tener esos gruposy asociaciones?

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    TEMA II: LOS ORGANISMOS LAICALES ECLESIALES

    2.1.- El protagonismo actual de los OLE

    En las ltimas dcadas, varias asociaciones laicales y movimientos apostlicos han desarrollado

    un fuerte protagonismo. Por ello, un adecuado discernimiento, animacin, coordinacin y conduccinpastoral, sobre todo de parte de los sucesores de los Apstoles, contribuir a ordenar este don parala edificacin de la nica Iglesia (A 214).

    En estos ltimos aos, el fenmeno asociativo laical se ha caracterizado por una particularvariedad y vivacidad se han visto nacer y difundirse mltiples formas agregativas: asociaciones,grupos, comunidades, movimientos podemos hablar de una nueva poca asociativa de los fieleslaicos Estas asociaciones se presentan a menudo muy di ferenciadas unas de otras en diversosaspectos, como en su configuracin externa, en los caminos y mtodos educativos y en los camposoperativos. Sin embargo, se puede encontrar una profunda convergencia en la finalidad que lasanima: la de participar responsablemente en la misin que tiene la Iglesia de llevar a todos elEvangelio de Cristo como manantial de esperanza para el hombre y de renovacin para la sociedad(ChL 29).

    Es verdad que los movimientos deben mantener su especificidad, pero dentro de u na profundaunidad con la Iglesia particular, no slo de fe sino de accin. Mientras ms se multiplique la riquezade los carismas, ms estn llamados los Obispos a ejercer el discernimiento pastoral para favorecerla necesaria integracin de los movimientos en la vida diocesana, apreciando la riqueza de suexperiencia comunitaria, formativa y misionera. Conviene prestar especial acogida y valoracin aaquellos movimientos eclesiales que han pasado ya por el reconocimiento y discernimiento de laSanta Sede, considerados como dones y bienes para la Iglesia universal (A 313).

    2.2.- El derecho eclesial de asociacin de los laicos

    Los fieles tienen derecho, mediante un acuerdo privado entre ellos, a constituir asociaciones

    Esas asociaciones se llaman privadas aunque hayan sido alabadas o recomendadas por laautoridad eclesistica. No se admite en la Iglesia ninguna asociacin privada si sus estatutos no hansido revisados por la autoridad competente (CIC 299). Buscan fomentar una vida ms perfecta,promover el culto pblico, o la doctrina cristiana, o realizar otras obras de apostolado, a saber,iniciativas para la evangelizacin, el ejercicio de las obras de piedad o de caridad y la animacin conespritu cristiano del orden temporal (CIC 298).

    Losfieles laicos han de tener en gran estima las asociaciones que se constituyan para los finesespirituales enumerados en el can. 298, sobre todo si aquellas tratan de informar de espritu cristianoel orden temporal y fomentan as una ms ntima unin entre la fe y la vida (CIC 327). Debencuidar que su asociacin colabore con las otras asociaciones de fieles, y que presten de buen gradoayuda a las distintas obras cristianas, sobre todo las que existen en el mismo territorio (CIC 328).

    Corresponde exclusivamente a la autoridad eclesistica competente erigir asociaciones de fielesque se propongan transmitir la doctrina cristiana en nombre de la Iglesia, o promover el culto pblico,o que persigan otros fines reservados por su misma naturaleza a la autoridad eclesistica... puedetambin erigir asociaciones que directa o indirectamente busquen alcanzar otros fines espirituales, alos que no se provea de manera suficiente con la iniciativa privada. Las asociaciones de fieleserigidas por la autoridad eclesistica competente se llaman asociaciones pblicas (CIC 301).

    El asociarse de los fieles laicos por razones espirituales y apostlicas nace de diversas fuentes yresponde a variadas exigencias. Expresa, efectivamente, la naturaleza social de la persona, y

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    obedece a instancias de una ms dilatada e incisiva eficacia operativa. En realidad, la incidenciacultural, que es fuente y estmulo, pero tambin fruto y signo de cualquier transformacin delambiente y de la sociedad, puede realizarse, no tanto con la labor de un individuo, cuanto con la deun sujeto social, o sea, de un grupo, de una comunidad, de una asociacin, de un movimiento. Estoresulta particularmente cierto en el contexto de una sociedad pluralista y fraccionada, como es la

    actual en tantas partes del mundo, y cuando se est frente a problemas enormemente complejos ydifciles. Por otra parte, sobre todo en un mundo secularizado, las diversas formas asociadas puedenrepresentar, para muchos, una preciosa ayuda para llevar una vida cristiana coherente con laexigencias del Evangelio y para comprometerse en una accin misionera y apostlica.

    Ms all de estos motivos, la razn profunda que justifica y exige la asociacin de los fieleslaicos es de orden teolgico ve en el apostolado asociado un signo de la comunin y de la unidadde la Iglesia en Cristo Ante todo debe reconocerse la libertad de asociacin de los fieles laicos enla Iglesia. Tal libertad es un verdadero y propio derecho que no proviene de una especie deconcesin de la autoridad, sino que deriva del Bautismo, en cuanto sacramento que llama a todoslos fieles laicos a participar activamente en la comunin y misin de la Iglesia Se trata de unalibertad reconocida y garantizada por la autoridad eclesistica y que debe ser ejercida siempre y sloen la comunin de la Iglesia (ChL 29).

    Todas las asociaciones de fieles estn bajo la vigilancia de la autoridad eclesistica competente,a la que corresponde cuidar de que en ellas se conserve la integridad de la fe y de las costumbres, yevitar que se introduzcan abusos en la disciplina eclesistica; por tanto, a ella compete el deber y elderecho de visitarlas a tenor del derecho y de los estatutos; y estn tambin bajo el rgimen de esaautoridad estn bajo la vigilancia del Ordinario del lugar las asociaciones diocesanas, as comotambin otras asociaciones en la medida en que trabajan en la dicesis (CIC 305).

    Todo pluralismo es legtimo y constituye una riqueza para la Iglesia. Los signos eclesiales delpluralismo enriquecedor se manifiestan en la Iglesia particular y local. Por eso la Iglesia cuida deellas como una madre, a travs del Obispo, que ejerce el oficio de vigilante, y de la presencia de unasistente eclesistico o asesor, presencia vicaria del Obispo, ya que no hay Iglesia sin pastor.

    Es necesario facilitar esa viva corresponsabilidad comn en la evangelizacin, verificandoconstantemente su fidelidad a la Iglesia. Se necesita tener un sentido de Iglesia, que lleve a cadamovimiento a amar a la Iglesia y trabajar por ella antes que por el mismo movimiento. Manifiestanas la superabundante riqueza del Espritu Santo en la construccin del nico Cuerpo de Cristo.

    Las caractersticas de una asociacin erigida en la Iglesia son:a) Perseguir el fin de la Iglesia: evangelizar, santificar, servir a la caridad y la unidad, formar la

    conciencia.b) Poner al servicio de la Iglesia la experiencia y compromiso de sus miembros para elaborar y

    desarrollar programas de trabajo.c) Trabajo unido y solidario de parte de sus miembros.d) Estar bajo la orientacin de la Jerarqua.El ttulo de catlica dado a una asociacin eclesial le compete otorgarlo a la autoridad

    competente.

    2.3.- Criterios de eclesialidad caractersticos de un organismo eclesial:El Beato Juan Pablo II los seala en la Exhortacin post sinodal ChristifidelesLaici: Como

    criterios fundamentales para el discernimiento de todas y cada una de las asociaciones de fieleslaicos en la Iglesia se pueden considerar, unitariamente, los siguientes:

    - El primado que se da a la vocacin de cada cristiano a la santidad, y que se manifiesta enlos frutos que la gracia del Espritu Santo produce en los fieles como crecimiento hacia la

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    plenitud de la vida cristiana y a la perfeccin de la caridad. En este sentido, todas lasasociaciones de fieles laicos y cada una de ellas estn llamadas a ser cada vez msinstrumentos de santidad en la Iglesia, favoreciendo y alentando una unidad ms ntima entrela vida prctica y la fe de sus miembros.

    - La responsabilidad de confesar la fe catlica, acogiendo y proclamando la verdad sobre

    Cristo, sobre la Iglesia y sobre el hombre, en obediencia al Magisterio de la Iglesia que lainterpreta autnticamente. Por esta razn, cada asociacin de fieles laicos debe ser un lugaren el que se anuncia y se propone la fe, y en el que se educa para practicarla en todo sucontenido.

    - El testimonio de una comunin firme y convencida, en filial relacin con el Papa, centroperpetuo y visible de unidad en la Iglesia universal, y con el Obispo, principio y fundamentovisible de la unidad en la Iglesia particular, y en la mutua estima entre todas las formas deapostolado en la Iglesia. La comunin con el Papa y con el Obispo est llamada a expresarseen la leal disponibilidad para acoger sus enseanzas doctrinales y sus orientacionespastorales. La comunin eclesial exige, adems, el reconocimiento de la legtima pluralidadde las diversas formas asociadas de los fieles laicos en la Iglesia y la disponibilidad a larecproca colaboracin.

    - La conformidad y la participacin en el fin apostlico de la Iglesia, que es la evangelizacin ysantificacin de los hombres, y la formacin cristiana de su conciencia, de modo queconsigan impregnar con el espritu evanglico las diversas comunidades y ambientes. Desdeeste punto de vista, todas las formas asociadas de fieles laicos y a cada una de ellas se lespide un decidido mpetu misionero que les lleve a ser cada vez ms sujetos de una nuevaevangelizacin.

    - El comprometerse en una presencia en la sociedad humana que, a la luz de la doctrina socialde la Iglesia, se ponga al servicio de la dignidad integral del hombre. En este sentido, lasasociaciones de fieles laicos deben ser corrientes vivas de participacin y de solidaridad paracrear unas condiciones ms justas y fraternas en la sociedad.

    - Los criterios fundamentales se comprueban en los frutos concretos que acompaan la vida ylas obras de las diversas formas asociadas; como son el renovado gusto por la oracin, lacontemplacin, la vida litrgica y sacramental; el estmulo para que florezcan vocaciones almatrimonio cristiano, al sacerdocio ministerial y a la vida consagrada; la disponibilidad aparticipar en los programas y actividades de la Iglesia; el empeo catequtico y la capacidadpedaggica para formar a los cristianos; el impulsar una presencia cristiana en los diversosambientes de la vida social; el crear y animar obras caritativas, culturales y espirituales; elespritu de desprendimiento y de pobreza evanglica que lleva a desarrollar una generosacaridad para con todos; la conversin a la vida cristiana y el retorno a la comunin de losbautizados alejados (ChL 30).

    En sntesis podramos resumirlos as: que promuevan la santidad; profesen la fe catlica; estnen comunin con el Papa y el propio Obispo y con las varias formas de apostolado; colaboren en la

    evangelizacin; tengan presencia en la sociedad; y den frutos concretos.

    2.4.- Tipos de agrupacin

    Junto al asociacionismo tradicional, y a veces desde sus mismas races, han germinadomovimientos y asociaciones nuevas con fisonomas y finalidades especficas. Tanta es la riqueza yversatilidad de los recursos que el Espritu alimenta en el tejido eclesial; y tanta es la capacidad deiniciativa y la generosidad de nuestro laicado (ChL 29).

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    Nuestros Planes diocesanos de Pastoral han distinguido tres especies de organismos eclesialeslaicales: Grupos, Asociaciones y Movimientos. Una descripcin de cada especie se halla en el IIIPlan. Pero podemos, en general, afirmar que las Asociaciones son las formas tradicionales deasociacin (confraternidades piadosas, terceras rdenes, sodalicios); los Grupos son las formasnuevas de asociacin (para accin social o apostlica, con cierta estructura). Aparte trataremos los

    Movimientos, por su dinamismo.Asociaciones:LasAsociaciones son conjuntos de personas que comparten fines y compromisos establecidos

    en Estatutos que determinan con precisin su naturaleza, autoridad, derechos y obligaciones. Seadhieren a ellos formalmente, en base a las normas establecidas (III PDP 1681). Agrupacioneslaicales tradicionales, que siguen unos estatutos aprobados y enriquecidos con algunos privilegiosespirituales y apostlicos por la Jerarqua, para la vivencia de una determinada espiritualidad y laejecucin de determinadas obras, sobre todo de piedad (518bIIIPDP).

    Entre ellas se encuentran: Adoracin Nocturna Mexicana, Orden Franciscana Seglar, OrdenSeglar del Carmelo Descalzo, Archi-Hermandad de las Cofradas de Nuestra Seora del Refugio,Vela Perpetua del Santsimo Sacramento, Apostolado de la Oracin, Sociedades de San Jos,Cofrada del Sagrado Corazn y del Rosario Perpetuo, Juventudes Marianas (Hijas de Mara),Talleres de oracin y vida (1682 IIIPDP). Podramos aadir hoy: Llama de Amor, DivinaMisericordia, Divina Voluntad.

    Grupos:Son agrupaciones laicales ms independientes en cuanto a su configuracin, fines, estructuras

    y actividades, por lo cual tendencialmente se diferencian unos de otros. Su punto de referencia noson unos estatutos ni una doctrina, sino una figura o un valor idnticos. La colectividad de personasque lo componen es relativamente restringida como nmero; con relaciones frecuentes cara a cara,y profundos sentimientos de solidaridad y adhesin total a valores comunes que constituyen unacultura de grupo. Tienen como finalidad la promocin humana, la asistencia social y la formacinpara el servicio al pueblo y la renovacin de la sociedad (1685 IIIPDP).

    Entre ellos estn: las Conferencias de San Vicente, los Voluntariados de Critas; la Asociaci nNacional de Obreros Guadalupanos; los Caballeros de Coln (Colombinas de Mara, Escuderos deColn, Damas Isabelinas); la Agrupacin de Esposas Cristianas; el Grupo Nam; los gruposcatequsticos y misioneros y los grupos de adolescentes y jvenes (1686 IIIPDP). Hoy aadiramos:ANSPAC, Asociaciones de Padres de Familia, Amigos del Seminario, Cooperativas, Mutuales,Grupos de Billings, Empresarios Catlicos, Cortes de honor, crculos bblicos y grupos de Lectiodivina.

    Movimientos:Los Movimientos sonconjuntos de personas que se mueven en una direccin como corriente de

    opinin, dinamismo, fuerza de comunin y participacin, para difundir determinados valores yresponder a determinados problemas, como fermento en la masa, para poner a toda la comunidaden movimiento. Mucho ms que en unos estatutos, se reconocen en una praxis, que tiende a forjaruna espiritualidad peculiar muy definida. Tienen un lenguaje comn y constituyen una especie dehermandad (1683 IIIPDP). Organizaciones laicales que pretenden dinamizar la vida de la Iglesia,en las cuales lo ms importante es la fuerza que generan, no tanto agrupaciones bien definidas(518c IIIPDP).

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    Entre ellos encontramos: la Accin Catlica (UCM, UFCM, JCFM, ACJM, ACAN); Cursillos deCristiandad; Renovacin Cristiana en el Espritu Santo; Jornadas de Vida Cristiana; EncuentrosMatrimoniales; Movimiento Familiar Cristiano y Encuentros Conyugales; Barrios Unidos en Cristo;Pandillas Cristianas de Amistad; Pascuas; Legin de Mara; camino neocatecumenal; Escuela de laCruz; Obras misionales pontificio-episcopales; Comunidades de Vida (Congregaciones Marianas)

    (1684 IIIPDP). Hoy aadiramos: Encuentros Misioneros,2.5.- Qu es un movimiento eclesial

    Un movimiento no es:- Una agregacin: grupo humano an genrico, impreciso y incalificable.- Un grupo: apenas con una organizacin bsica.- Una asociacin: con larga tradicin, normas escritos y no escritas, identidad definida y

    aceptacin oficial.- Una organizacin: con objetivos comunes, compromisos determinados y precisa fisonoma.- Una federacin de agremiados: unin para trabajo y defensa.Un movimiento es un conjunto de personas y acciones que se mueven con fuerza en una

    direccin, como corriente de opinin, fuerza de participacin, dinamismo, espritu de comunin vital,sin los controles de un grupo o de una asociacin.

    Su finalidad es difundir determinados valores o ideas generadoras de accin, y responder adeterminados problemas especficos de la comunidad.

    Su fuerza no es el grupo, sino su vitalidad, la vivencia de un ideal, que contagia a travs de unmtodo que toma en cuenta a toda la persona. Se trata de poner en movimiento al conjunto, serfermento en la masa, dinamizar la comunidad.

    No busca, pues, formar grupos aparte, ni una organizacin poderosa paralela. Pretende que elmovimiento que genera se convierta en la Iglesia en movimiento. Slo tiene un grupo promotor, tanconsistente segn el movimiento que pretenden generar.

    Es un espacio abierto y un contexto para el trabajo eclesial del laico; es una ptica y un enfoque,que se traduce en modalidades e iniciativas sectoriales.

    Sealamos como caractersticas fundamentales de los movimientos los siguientes: algunasideas o valores y un espritu comn hacen de elementos agregantes, ms que las estructurasinstitucionales; frecuentemente la agregacin se realiza o inicia en torno a la figura o propuesta dellder; ms que en un estatuto se reconocen en una doctrina y en una praxis fuertementecaracterizantes, que tienen a ser una espiritualidad; la adhesin no es formal sino vital: elmovimiento se sostiene por la adhesin continuamente renovada de los miembros sin inscripcionesni tseras (2 Borrador del III PDP n. 1161).

    Dice la voz movimiento en nuestro vocabulario pastoral bsico (BP 131,28): La vida de ncleosde personas que, impulsados por el Espritu, encarnan unos principios que comunican a travs deuna metodologa, para conseguir un determinado ideal, cuya pedagoga fundamental es relacin

    dialctica entre reflexin y accin, es decir, de formacin en la accin.Estos grupos o movimientos se conciben como movimientos en sentido estricto, es decir, no

    como organizacin, sino como corriente de opinin, dinamismo, espritu de un conjunto que semueve en una misma direccin, pero sin estar etiquetados, inscritos, comprometidos en derechos ydeberes, como si fuera una asociacin.

    Lo nico organizado es un grupo promotor ms o menos consistente segn el dinamismo omovimiento que pretende generar en el conjunto. El horizonte de este grupo promotor no es elengrandecimiento de este grupo, sino el movimiento a crear. El horizonte del movimiento no es el

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    movimiento, sino la misin a realizar a favor del pueblo y la renovacin de la sociedad (JuanCapelaro, De masa a pueblo de Dios. Proyecto pastoral. Parroquial de Clavera, Mxico 1984, 179).

    Requiere tres etapas:a) sensibilizacin (hace surgir un grupo entre la gente ms interesada);b) concientizacin (adquiere consistencia el grupo interesado);

    c) compromiso (se echa a andar el movimiento, por un tiempo determinado, a prueba, antesde la aceptacin definitiva, para observacin).

    Un Movimiento eclesial es:Los nuevos movimientos y comunidades son un don del Espritu Santo para la Iglesia. En el los

    los fieles encuentran la posibilidad de formarse cristianamente, crecer y comprometerseapostlicamente hasta ser verdaderos discpulos misioneros. As ejercitan el derecho natural ybautismal de libre asociacin, segn lo seal el Concilio Vaticano II y lo confirma el Cdigo deDerecho Cannico (A 311).

    Responden a dones y carismas peculiares del Espritu para el servicio de la comunidad endeterminado momento histrico. No son una comunidad o nivel de Iglesia, pues no cubren todas lasdimensiones de la Iglesia.

    Atienden algn problema especfico de la gente, por razn de trabajo (campesinos, obreros,empresarios, estudiantes, profesionistas), de edad (nios, adolescentes, jvenes, adultos), decompromiso social (poltico, econmico, sindical, cultural) o situacional (enfermos, presos, ancianos,nios de calle, drogadictos, discapacitados).

    Su finalidad es la difusin y promocin de determinados valores o corrientes de espiritualidadpara la vida, que llevan a acciones y forman grupos (de oracin, reflexin, intercambio, escucha,apoyo, promocin humana, asistencia social).

    Los movimientos y nuevas comunidades constituyen un valioso aporte en la realizacin de laIglesia particular. Por su misma naturaleza expresan la dimensin carismtica de la Iglesia: en laIglesia no hay contraste o contraposicin entre la dimensin institucional y la dimensin carismtica,de la cual los movimientos son una expresin significativa, porque ambos son igualmente esencialespara la constitucin divina del pueblo de Dios. En la vida y la accin evangelizadora de la Iglesia,constatamos que, en el mundo moderno, debemos responder a nuevas situaciones y necesidadesde la vida cristiana. En este contexto, tambin los movimientos y nuevas comunidades son unaoportunidad para que muchas personas alejadas puedan tener una experiencia de encuentro vitalcon Jesucristo y, as, recuperen su identidad bautismal y su activa participacin en la vida de laIglesia. En ellos podemos ver la multiforme presencia y accin santificadora del Espritu (A 312).

    Ellos son un signo de la libertad de formas de las que se realiza la nica Iglesia, y representanuna segura novedad, que sigue esperando ser adecuadamente comprendida en toda su positivaeficacia para el Reino de Dios en el hoy de la historia (Juan Pablo II, vigilia de Pentecosts de1998).

    2.6.- Principales caractersticas:- Son comunidades carismticas: no se identifican con una sola vocacin en la Iglesia, o una

    sola necesidad, un mbito de evangelizacin o accin social, sino con la propuesta de unaespiritualidad revitalizada, desde un aspecto determinado de la experiencia cristiana, queofrece una sntesis vital de toda la existencia cristiana.

    - Principalmente laicales: nacen y se desarrollan con una impronta laical y especialprotagonismo de los laicos; ayudan a superar el clericalismo en la Iglesia. Es un espacio

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    abierto donde los laicos son sujetos, interlocutores, destinatarios y agentes, en unamaduracin progresiva, que responde a sus necesidades e impulsa sus valores.

    - No estn ligados a una nica comunidad, sino universales y misioneros: se expanden portodos lados, llegan hasta ambientes difciles y secularizados, y los medios modernos decomunicacin, cultura, investigacin, administracin y relaciones.

    - Intensa experiencia de comunin: revive la experiencia de las primeras comunidades, en launin, acogida, comprensin, familiaridad, ayuda mutua, servicio, solidaridad.- Una escuela de vida: ofrece un itinerarios, una educacin en la fe, una escuela de formacin

    basada en el testimonio de fe, conversin y vida de sus miembros, una forma hecha depalabras y rostros concretos que sostiene a la persona en la memoria de Cristo paraexpresarla en su vida familiar y social.

    - Capacidad de expresin de la totalidad: aunque en una Iglesia local, experimentan launiversalidad de la Iglesia, sin teoras, abstracciones ni distancias afectivas.

    - No constituyen un nivel de Iglesia, sino se integran en los diferentes niveles de Iglesia paradinamizarla aportando sus dones y carismas propios. Es tarea de todos los cristianosfortalecer los niveles de Iglesia, que son la columna vertebral de la accin pastoral. Si noayudan a la creacin de la comunidad, dividen y estorban.

    - Su motor es la caridad, cuyo horizonte es dar la vida, como personas y como grupo, asemejanza de Jess, para que acontezca la salvacin. Su ubicacin es el Cuerpo mstico deCristo, del cual son una parte; cada parte no pretende ser el cuerpo entero, sino lo estedificando con su funcin.

    2.7.- Aceptacin de los nuevos organismos eclesialesDice el Documento de Santo Domingo: Como respuesta a las situaciones de secularismo,

    atesmo e indiferencia religiosa, y como fruto de la aspiracin y necesidad de lo religioso, en EsprituSanto ha impulsado el nacimiento de movimientos y asociaciones de laicos que han producido yamuchos frutos en nuestras Iglesias.

    Los movimientos dan importancia fundamental a la Palabra de Dios, la oracin en comn y la

    atencin especial a la accin del Espritu. Hay casos tambin en que, a la experiencia de una fecompartida, sigue siempre una necesidad de comunicacin cristiana de bienes, primer paso parauna solidaridad.

    Las asociaciones de apostolado son legtimas y necesarias; siguiendo la orientacin del Concilio,se reconoce un lugar especial a la pastoral orgnica por su vinculacin profunda a la Iglesiaparticular.

    Ante los riesgos de algunos movimientos y asociaciones que pueden llegar a cerrarse sobre smismos, es particularmente urgente tener en cuenta los criterios de eclesialidad. Es necesarioacompaar a los movimientos en un proceso de inculturacin ms definido y alentar la formacin delos movimientos con una mayor impronta latinoamericana.

    La Iglesia espera mucho de todos aquellos laicos que, con entusiasmo y eficacia evanglica,

    operan a travs de los nuevos movimientos apostlicos, que han de estar coordinados en la pastoralde conjunto y que responden a la necesidad de una mayor presencia de la fe en la vida social (SD102).

    Y el Beato Juan Pablo II: Cuando se integran conhumildad en la vida de las Iglesias locales yson acogidos cordialmente por los obispos y los sacerdotes en las estructuras diocesanas yparroquiales, los movimientos representan un verdadero don de Dios para la nueva evangelizacin ypara la actividad misionera propiamelnte dicha. Por tanto, recomiendo difundirlos y valerse de ellospara dar nuevo vigor, sobre todo entre los jvenes, a la vida cristiana (RMi 72).

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    De estos textos brotan los principales criterios para la aceptacin de un nuevo Movimiento en ladicesis.

    2.8.- Criterios para su aceptacin como organismo eclesial pblico:a) Generales, vlidos para todo organismo:

    - Que alimente su profetismo con la Palabra de Dios, no slo con sus Manuales. Es la Palabraviva que transmite la Iglesia, encontrada en la Biblia, la celebracin, la catequesis, laTradicin, el Magisterio, la vida de los santos.

    - Que no se quede en individualismo e intimismo religioso, sino promueva la comunin catlicay se integre en su comunidad. La mejor propaganda que puede hacer la Iglesia en estostiempos de disgregacin es vivir la fraternidad en una comunidad heterognea. Es tarea defraternidad y dilogo, para un buen entendimiento, que abarca todos los aspectos.

    - Esta comunin se manifiesta incluso en la administracin econmica. No con limosnasannimas o propinas, ni mediante consumismo, acumulacin de fondos, o contiendas pormalos manejos, sino participacin de bienes, pobreza evanglica, bsqueda del bien comn.

    - Los laicos ofrecen su experiencia y dirigen el movimiento, pero la Jerarqua asesoraexaminando las condiciones, la accin pastoral y los programas de trabajo. No puedeaceptarse un movimiento sin asesor sacerdote, cuyo papel se establezca en los estatutos,con funcin de asesora efectiva, no solo nominal.

    - Que se integren en la pastoral de conjunto. La evangelizacin integral se coordina desde elconsejo pastoral. Asume oficialmente una accin eclesial coordinada, con un mandatocannico. Ejerciten actividades apostlicas, dirijan organizadamente un trabajo en nombre dela comunidad, sean reconocidos oficialmente en sus actividades, en comunin con laJerarqua.

    - Est primero la insercin en su Iglesia local que las directrices a nivel nacional o mundial.stas deben ser flexibles para no impedir o entorpecer las actividades pastorales de la propiacomunidad. Va adoptando el estilo y caractersticas de la dicesis, ms que del lugar ombito donde se origin. Somos una Iglesia pobre, cordial, necesitada de accin liberadora, ymisionera.

    - Estn en relacin con las comunidades cristianas, en los dems movimientos y gruposeclesiales, y en las organizaciones de la sociedad, formando una red de accin. El conjuntocomplejo de la sociedad requiere la presencia de la salvacin de Cristo.

    - No se cierren en s mismos, ni se organicen en funcin de sus intereses, ignorando laorganizacin de la Iglesia o creando una organizacin paralela.

    - Debe participar en la vida de la comunidad sin ttulos de nobleza ni protagonismoshonorficos. Ofrece su aportacin especfica propia, pero segn los objetivos y criterios que lapastoral diocesana ha elaborado en contacto con la realidad que debe evangelizar.

    -

    b)

    Para asociaciones y grupos:- Que conozca su propio carisma y estatutos, en los cuales se define su relacin con la Iglesia

    local y su proceso de evangelizacin, y se aseguren sus medios de formacin: cristiana,apostlica, y propia de su agrupacin.

    - Que se integren en la pastoral de conjunto con la participacin de un vocal que losrepresente con oficialidad en la Comisin de Laicos y en los Consejos pastorales, desdedonde se coordina la evangelizacin integral, y participen en las asambleas de pastoral de sucomunidad.

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    - Estn dispuestos a trabajar en la evangelizacin de los tiempos fuertes de su comunidad, encomunin y participacin con todas las fuerzas vivas.

    - Se ubiquen en el organigrama pastoral de la dicesis para aportar su carisma y coordinar susacciones.

    c)

    Para los Movimientos:- Que se sienta movimiento, y no organizacin; es decir, que trate de mover a toda la categoracorrespondiente de personas y en funcin del camino por realizar, no en funcin de smismos. Se forman en la accin, interpretando los signos de los tiempos, y enrolando en susprocedimientos a todos los interesados.

    - Que inyecte espritu e infunda sentido al actual ambiente humano. El mundo necesita serrecristianizado. El progreso ha portado una desilusin existencial. La Iglesia necesita salir, alencuentro de situaciones nuevas, para fermentar de Evangelio todos los ambientes. Losmovimientos son una respuesta suscitada por el Espritu Santo para responder al vaco desentido que sufre el mundo.

    - Respondan a una necesidad concreta en el nivel de Iglesia en el cual se ubican, en unproceso participativo que involucre a todos los interesados, coordinado desde la autoridad endicho nivel. El criterio es que pongan en movimiento a toda esa categora humana. Slo seacepta un movimiento nuevo si lo pide la coordinacin de un nivel de Iglesia, para un serviciosubsidiario concreto ante una necesidad, conforme a un plan de accin a largo plazo.

    - El inicio de cualquier movimiento depende de la respuesta posible a una urgencia que reveleel diagnstico, y de las posibilidades con que cuentan las comunidades, pues si ya cuentancon algo se consolide y no se dupliquen, o si no existe nada, primero se incluyan en el plan.

    - Firmen un convenio en el cual pongan los medios para superar el riesgo de cerrarse en smismos, organizarse en funcin de sus intereses, crear una organizacin paralela a la Iglesia,ser gueto separado e influyente en vez de fermento en la masa. Acepten ser dbiles,necesitados de los dems, de manera que el movimiento que generen se confunda con laIglesia misma en movimiento.

    - Cada movimiento resalta y asume de modo nuevo algo de lo que sucede en la Iglesia. Debeparticipar en la vida de la comunidad sin ttulos de nobleza ni protagonismos honorficos.Ofrece su aportacin especfica propia, pero segn los objetivos y criterios que la pastoraldiocesana ha elaborado en contacto con la realidad que debe evangelizar. Renuncia apresentarse con directivas o consignas especiales inspiradas directamente por el EsprituSanto, o a escudarse en que pertenecen a la Iglesia universal pasando sobre la organizacindiocesana.

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    Ficha: TEMA II: LOS ORGANISMOS LAICALES ECLESIALES

    1.-En qu se fundamenta el derecho de los laicos a asociarse dentro de la Iglesia ypara la Iglesia?.

    2.-Qu papel juega la autoridad eclesistica frente al derecho de asociarse de loslaicos?.

    3.-Cules son las caractersticas de un GRUPO ECLESIAL?

    4.-Cules son las caractersticas de una ASOCIACION ECLESIAL?

    5.-Cules son las caractersticas de un MOVIMIENTO ECLESIAL?

    6.-De estos tres entes eclesiales, seala los criterios ms importantes para suaceptacin como ente ECLESIAL PUBLICO:

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    TEMA III: LA FUNCIN DEL SACERDOTE MINISTERIAL EN LOS ORGANISMOS LAICALESECLESIALES

    3.1.- La relacin entre los organismos laicales eclesiales y los sacerdotes ministeriales.

    El hecho de que los organismos laicales eclesiales sean dirigidos por laicos de ninguna maneradesplaza al sacerdote ministerial, sino le permite ubicar su funcin en el conjunto de la Iglesia conmayor eficiencia. Aunque las funciones (proftica, sacerdotal y regia) son las mismas parasacerdotes y laicos, se ejercen de diferente manera y con un efecto distinto.

    La corresponsabilidad apostlica entre laicos y sacerdotes ministeriales se basa en el propio sery obrar de la Iglesia, y en su maravillosa composicin orgnica. Lejos de dar pie a distanciamientosentre los presbteros y los laicos, origina unidad entre todos ellos.

    Los miembros de la Jerarqua logran su propia identidad sacerdotal cuando interpretan y ejercensus funciones ministeriales conforme al espritu del Evangelio. Y los laicos obtienen su propiaidentidad secular realizando con el mismo espritu sus peculiares y exclusivas funciones en la Iglesiay el mundo.

    Y porque tanto los sacerdotes como los laicos complementan diversas funciones eclesiales,entre ellos se opera una verdadera inter-corresponsabilidad apostlica, que conlleva necesariamentela solidaridad misteriosa de los miembros operantes del Pueblo de Dios. La Iglesia misma es elcentro y el punto de referencia de todas las funciones realizadas por sus miembros.

    No hay dualidad entre presbteros y seglares. Al contrario, todo deber contribuir a:a) Ver con mayor claridad que cada quien tiene sus propias funciones segn el ordenamiento de

    Cristo y que dichas funciones son esenciales y complementarias.b) Que nadie se sienta ms o menos importante dentro de la Iglesia, por el hecho de ejercer

    funciones diferentes, sino que todos se deben considerar hijos del mismo Padre y miembrosimportantes de la misma Iglesia; todos hermanos entre s y llamados a colaborar en una tareacomn y, por tanto, corresponsables para llevarla a la prctica.

    c) Que en el ejercicio personal e institucional del apostolado, se conserve la autenticidadesencial de lo que es comn a todos y a la vez se reconozca la identidad de las diversas funciones ylas diversas vocaciones que cada uno ha recibido en la Iglesia.

    3.2.- La funcin del sacerdote ministerial

    Ya vimos anteriormente la funcin de los laicos en la Iglesia; ahora veamos la funcin delsacerdote ministerial.

    El sacerdote ministerial tiene una funcin propia en el pueblo de Dios. Los presbterosconsagrados por el sacramento del Orden son miembros del mismo pueblo y estn a su servicio encalidad de instrumentos visibles y ministeriales de Cristo, nico Mediador y Sumo Sacerdote.

    La Iglesia es madre, porque engendra, nutre y forma a los cristianos hasta llevarlos a sumadurez. Esta actividad creadora es ejercida por todos los cristianos. Pero el principio paterno, quetiene su fuente en Dios, pasa a travs de la accin instrumental del ministerio jerrquico. Y en Cristotodo el cuerpo, bien compaginado y compacto, de acuerdo a la energa de cada miembro, crece y seedifica a s mismo en la caridad (Ef 4, 11-13.15-15)

    En esa comunin, el sacerdote ministerial ejerce una funcin esencial. Es signo vivo de CristoCabeza. No con una representacin jurdica, sino sacramental: encarna a Cristo que sirve hasta darla vida; al Buen Samaritano que ama sin decir basta. Su momento ms denso es la presidencia

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    eucarstica: cuando toma el pan, lo consagra y lo parte, es Cristo haciendo el memorial de suSacrificio de la Cruz. No es privilegio, sino servicio humilde; no busca dominar, sino solidarizarse conlos ltimos.

    Y es tambin representante de la Iglesia. Acta en nombre de la comunidad, sobre todo la que leconfan. Instrumento del Espritu, anima desde dentro esa comunin; sabe compartir y genera una

    cadena de servicio. Comparte el destino de su pueblo, entrando plenamente en todas sussituaciones. No est fuera del pueblo ni por encima de l, sino en medio de l, para salvarlo. Ofrecela Vctima al Padre por todos.

    La consagracin del Orden, adems de imprimir un carcter indeleble, responde a unaverificacin peculiar de la misin salvfica de la Iglesia. Misin que se convierte en una accinministerial de servicio significativo de Cristo Pastor, Profeta, santificador y Vctima; luz de mundo ysal de la tierra (Hbr 3,1; Jn 8,12).

    El Espritu Santo le beneficia con el carisma de gua y animador de la comunidad cristiana. ElParclito acta desde el interior, y el sacerdote, desde el exterior. No tiene la sntesis de loscarismas, pero s el carisma de la sntesis, para hacer converger todos los ministerios y servicioshacia la unidad. Coordina, anima, armoniza, sin sofocar ni monopolizar. Los estimula, hace emergera la conciencia, revela, discierne, gua, escucha con afecto, interpreta la historia personal, aconseja,en clima de oracin. Que el aporte original de cada uno converja hacia el objetivo nico de construirel cuerpo de Cristo.

    Es constructor de la comunidad. Su misin le lleva a extender la Iglesia hacia dentro y haciafuera. La construye sin cesar, como una madre que engendra continuamente nuevos hijos, en unmundo que sigue cambiando muy aprisa, entre incertezas e inseguridad, cuando caen los modelosconocidos, y su eficiencia no responde a los tiempos que nos toca vivir.

    3.3.- El asesorEl asesor es un servidor, un compaero y acompaante, un gua y orientador, llamado por Dios y

    enviado por la Iglesia a desempear dicho servicio durante un tiempo determinado, como parte de laestructura de una Iglesia particular.

    La palabra asesor viene de sedere ad: sentarse junto a alguien, estar cerca de l.El asesor noes quien coordina ni manda, ni se cumple con el hecho de tener un nombramiento, sino que orienta yacompaa. La asesora es un descubrimiento pedaggico del actuar pastoral de la Iglesia.

    En la historia de la Iglesia no hay una figura nica de asesor, sino que depende mucho delmodelo de Iglesia que se intente. En el modelo de Iglesia comunin del Vaticano II, en el cual el laicorecupera su vocacin en la Iglesia, se habla de asesor.

    El asesor es una persona llamada por Dios a ejercer un ministerio al servicio de una seccin dela Iglesia o una de sus dimensiones de accin, asumido como opcin personal, y al cual es enviadopor la Iglesia. Posee cierto grado de conocimiento y experiencia, y por eso ayuda y asiste a lainstitucin, ofreciendo anlisis y pistas para la toma de decisiones. No necesariamente intervienedirectamente en la ejecucin de dichas decisiones. La institucin necesita de l para un

    funcionamiento equilibrado.No entiende su papel como un cargo de confianza o de autoridad ni como un empleo, sino como

    un servicio a la causa de salvacin integral del pueblo. No se trata, pues, de ser nombradosasesores slo para transmitir y hacer cumplir lo que est determinado por autoridades superiores opor la tradicin que salvaguardan. Facilitan la relacin orgnica del grupo o la organizacin pastoralcon la institucin eclesial.

    El asesor tiene fuerza en la medida que es significativo y ha logrado que el grupo humano loreconozca socialmente, por derecho de conquista. Escucha a las bases, est cercano a ellas, pero

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    tiene una visin ms amplia. Cuanto ms se asocia el papel del asesor a una funcin conferida porvas burocrticas, su carisma de funcin es menos efectivo y disminuye la importancia de su accin.

    Va a la vanguardia en la conquista de un ideal. Encarna en s la verdad de un grupo, el secretode su historia, su sentido de lucha, su proyecto histrico, y puede encabezarlo, encausar suactividad, indicar la direccin en la cual deben caminar.

    El asesor tiene una funcin de articulacin y educacin. Va abriendo espacios de participacinen la sociedad y en la Iglesia a las personas, va sumando fuerzas par la causa, va anticipando elfuturo del grupo y de la sociedad.

    Transmite elementos y datos cultuales de inters para el crecimiento y protagonismoevangelizador de sus integrantes, como concientizacin y bsqueda, ms que adoctrinamiento omanipulacin. Asiste tcnica y metodolgicamente al grupo en proceso, para crecer en eficiencia,formulando problemas o cuestionamientos, explicitando situaciones vividas, planteando alternativas,objetivando intereses, posibilitando soluciones, sistematizando sus vivencias confrontndolas conteoras.

    Se requiere tener opcin, carisma y capacitacin. Lo importante no es tanto dirigir, sino influir eimprimir direccin. No se llega a ser asesor por nombramiento ni por voluntariado. Aunque lopresente un grupo o una comunidad, es el prroco o el Obispo quien discierne su carisma, lo eligecomo signo de intercomunin eclesial, y lo enva a ejercer ese ministerio.

    Debe ser una persona identificada con Cristo, de una profunda y slida espiritualidadcristocntrica y eclesial, pero tambin abierta al mundo y a las transformaciones histricas. Trabajaen comunin orgnica y dinmica con otros agentes y organismos pastorales.

    La asesora no se realiza aisladamente, sino en comunin, relacionado con las personas,comisiones y organismos pastorales. El equipo de asesores posibilita la complementacin a nivel deaptitudes, tareas, aporte de experiencias, oracin y testimonio de vida.

    3.4.- El Asistente eclesistico.En todo organismo eclesial debe haber un sacerdote o dicono con la funcin de asistente

    eclesistico. Se le han dado diferentes nombres. y mltiples formas de designarlo, de acuerdo a losestatutos y tradiciones, pero necesita confirmacin del Ordinario del lugar (CIC 324,2).

    Si una asociacin privada de fieles, cualquiera que sea su especie, desea un consejeroespiritual, puede elegirlo libremente entre los sacerdotes que ejercen legtimamente el ministerio enla dicesis; sin embargo, ste necesita confirmacin del Ordinario del lugar (CIC 324,2).

    El sacerdote nombrado como Asistente eclesistico no es intruso, ni un polica, ni una meraformalidad cannica, sino un padre que hace presente el cuidado de la madre Iglesia, y un hermanoque acompaa y anima el caminar del grupo. Tiene nombramiento diocesano por parte del seorObispo, en dilogo con los miembros del correspondiente Organismo eclesial, para elacompaamiento pastoral de ese organismo.

    Su funcin principal es aportar su carisma sacerdotal, ofrecindole acompaamiento en sucrecimiento espiritual y en su ortodoxia doctrinal, sobre todo por el anuncio de la Palabra, la

    celebracin de los sacramentos, la autentificacin de los carismas y el testimonio de vida.Los pastores en la Iglesia no pueden renunciar al servicio de su autoridad habrn de

    acompaar la labor de discernimiento, con la gua y con el estmulo a un crecimiento de lasasociaciones de los fieles laicos en la comunin y misin de la Iglesia (ChL 31).

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    Perfil del asistente eclesistico:a) Hombre con una conveniente preparacin: conoce el espritu de la tarea de la Comisin,

    movimiento o agrupacin, para ubicarlo en el proceso pastoral y en la espiritualidad de laIglesia.

    b) Hombre de equilibrio humano y espiritual: no se deja llevar por simpatas o antipatas, sino

    por sentido evanglico; no centra el grupo en s mismo sino en Cristo; no para s mismo, sinopara el servicio de la Iglesia. Fomenta las relaciones de colaboracin responsable y fraterna,superando conflictos y antagonismos, alentando iniciativas, propiciando la participacin detodos, sobre todo los ltimos.

    c) Artesano de la comunin: es vnculo visible entre ese organismo y el Obispo, y el garante desu insercin en toda la estructura de la Iglesia particular. Tiene amplia sensibilidad deltrabajo en equipo, no aislndose, sino buscando la accin conjunta. Hace la Iglesia casa yescuela de comunin (NMI 43).

    d) Es permanente autoridad eclesial, no un miembro ms con intervenciones ocasionales:participa con voz y voto en las deliberaciones del equipo de gobierno, y es miembro de laComisin, por su participacin del Sacerdocio de Cristo Cabeza, necesario para la vida ymisin de la Iglesia.

    e) Hombre de discernimiento espiritual y pastoral: frente a ideologas alienantes, falsos valorespromovidos por los medios de comunicacin, estilos de vida opuestos al Evangelio,lenguajes ambiguos seductores, superficialidad en las decisiones, fascinacin de nuevosdolos, debe ayudarlos a discernir de acuerdo al proyecto de Dios. Valora los carismas y losintegra en la totalidad de la misin de la Iglesia.

    f) Promotor de la santidad laical: que se expresa en su insercin en las realidades temporalesy su participacin en las actividades terrenas: atencin a la familia, trabajo cotidiano, poltica,cultura, economa, organizacin social.

    3.4.- Quehacer del sacerdote ministerial dentro del organismo eclesial laical:

    Sealamos las principales tareas, no las acciones que cada una de esas tareas exige, sin quedeba seguirse necesariamente el orden indicado:

    1. Formacin en la fe: la fe no se educa directamente, pues es don de Dios, pero se vaeducando a las personas a conocer, asumir, profundizar, responder y practicar la fe.

    2. Acompaamiento: como cristiano adulto, en nombre de la Iglesia, est presente en el caminode seguimiento de Cristo de esas personas, previendo su futuro.

    3. Asegurar el cumplimiento de las orientaciones del Obispo para ese organismo: aunque sumbito sea nacional o internacional, por su presencia y accin en la dicesis debe colaboraren la pastoral diocesana de acuerdo al Obispo local.

    4. Comunin eclesial: fomentar la espiritualidad de comunin, cuidar que participen en lasacciones pastorales de la dicesis y de la Comisin de Laicos, y crear espacios de

    animacin y convivencia.5. Animacin de la accin pastoral: procurarle los elementos necesarios para realizar su accin

    evangelizadora de acuerdo a su carisma y al proceso diocesano.6. Cuidado pastoral de las celebraciones litrgicas: asegura que las celebraciones de dicho

    organismo sean eclesiales, respetando las indicaciones de la Iglesia, y sean realmentecumbre y fuente de toda actividad.

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    Ficha: TEMA III: LA FUNCIN DEL SACERDOTE MINISTERIAL EN LOS ORGANISMOSLAICALES ECLESIALES.

    1.-Dnde radica la importancia de la asesora del sacerdote ministerial en los gruposasociaciones y movimientos?

    2.-Define el sery quehacerde un asistente eclesistico: (perfil y funciones)

    3.-Expresar logros y dificultades los sacerdotes que han ejercido esta asistenciaeclesistica a algn grupo asociacin o movimiento.

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    LOS ORGANISMOS LAICALES PRESENTES EN NUESTRA IGLESIA DIOCESANA

    El equipo diocesano de la comisin de laicos ha recabado datos sobre los siguientesmovimientos, grupos y asociaciones presentes en la vida de nuestras comunidades parroquiales, lospresentamos en diferentes captulos segn la ndole de su propio carisma al interno del entramadoeclesial:

    TEMA IV: GRUPOS ASOCIACIONES Y MOVIMIENTOS DE APOYO A LA EVANGELIZACIONFUNDAMENTAL

    4.1.-Movimiento Misionero Catlico(Encuentros Misioneros).

    Es un movimiento de bautizados catlicos que pretende que sus miembros vivan una

    espiritualidad y accin misionera en sus ambientes, con el carisma ymtodos pastorales del Padre Jos Pawlicki, fundador de esteproyecto.

    Esta asociacin laical eclesial pretende evangelizarintegrndose a la pastoral de las parroquias, a travs de pequeascomunidades de fe. Tiene como objetivo ir al encuentro de losalejados, marginalizados e indiferentes, no importando su edad ocondicin, y evangelizarlos desde la perspectiva de la IglesiaCatlica para atraer a todos a Jesucristo, nuestro amigo.

    Nace en Coachella, California, como un anuncio del kerigma,llegando al corazn, siguiendo los criterios de Cursillos de

    Cristiandad, y formando comunidades de fe en la parroquia de origen.Al P. Pawlicki en 1974 se le encomienda la atencin de los hispanos. La mayora de trabajadores

    al este del Colorado son mexicanos (unos 40,000). Ve necesario formar pequeas comunidades (cfEN 58). Comienza haciendo Cursillos mixtos con comunidades de perseverancia, pero se loimpiden. As nace en 1983 el Programa Misionero del Valle.

    Llega a la regin de la ribera de Chapala, a la parroquia de S. Luis Soyatln, a mediados de los90s. Desde ah se extiende a otras parroquias y dicesis.Se ha trabajado en adaptarlo a nuestrasituacin en Mxico, en dilogo con los dirigentes de Coachella, dirigidos por Mons. TrinidadGonzlez.

    Actualmente est presente en las Dicesis de Autln, Guadalajara, San Juan de los Lagos,Ciudad Guzmn, Zamora, Tepic, Tuxtla Gutirrez, Mexicali, Tijuana, Irapuato, Aguascalientes, Len.

    A San Juan de los Lagos llega primero a Capilla de Milpillas; de ah pasa a Degollado, yenseguida a San Juan de los Lagos (Mezquitic), Yahualica, Arandas, Ayotln, Tepatitln (EsprituSanto), etc. Actualmente hay peticiones de abrir sedes en varios lugares dentro y fuera pas.

    Se pide hacer Encuentros de 60 personas como mximo, respetar el horario y las dinmicas, nodar regalos ostentosos sino preferir manualidades elaboradas por la familia, por presos, religiosos oagrupaciones solidarias, que los padrinos se responsabilicen de la perseverancia, y que se integrenen la red de comunidades de su parroquia.

    http://www.google.com.mx/imgres?q=encuentros+misioneros&hl=es&biw=1536&bih=719&gbv=2&tbm=isch&tbnid=t801bq3JIcoPoM:&imgrefurl=http://blogs.21rs.es/trastevere/2009/04/04/diez-mil-ninos-de-toda-espana-se-preparan-para-el-iii-encuentro-nacional-de-infancia-misionera/&docid=KZ-_1WpRLzvSIM&w=238&h=235&ei=O6xiTrGfG4yssAK_ytDPCg&zoom=1
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    4.2.-Servidores de la PalabraFamilia misionera que prepara y enva laicos y religiosos misioneros

    de ambos sexos. Carisma: evangelizar con la Biblia en la manoa loslaicos para evangelizar con los laicos. Se compone de un Instituto

    misionero y un movimiento misionero.Los Misioneros Servidores de la Palabra son un Instituto de VidaConsagrada para las Misiones: sacerdote, diconos, seminaristas,hermanos, novicios, postulantes. Y las Hermanas Misioneras Servidorasde la Palabra son un Instituto de Vida Consagrada Religiosa: religiosas de votos perpetuos, de votostemporales, novicias y postulantes.

    El Movimiento Misioneros Servidores de la Palabra(MMSP) est constituido por jvenes laicos,hombres y mujeres. Responden al llamado de entregarse a la predicacin del Evangelio, hacen unapromesa de vivir, durante un ao, los consejos evanglicos de Pobreza, Castidad y Obediencia,enriqueciendo a otros con la fuerza de la Palabra, y viviendo una experiencia apostlica que dejahuella toda la vida.

    Llevan la evangelizacin a los pueblos a donde los enven los responsables del movimiento,colaborando con ello en la tarea de la Iglesia, que es esencialmente misionera. Visitan las familiasde los barrios, asesoran pequeos grupos que van formando, van dejando los cuadros deorganizacin sectorial para el triple ministerio.

    4.3.-Apstoles de la PalabraFamilia misionera que trabaja en los lugares y ambientes ms necesitados, enviados por la

    autoridad eclesistica competente a defender la fe catlica.Tiene un voluntariado misionero: jvenes (hombres y mujeres, solteros y casados) que dan

    servicio a tiempo completo, renovable cada ao, en lnea de misin, usando abundante la Palabra deDios. Su servicio se destina a fortalecer la fe de los catlicos frente al embate de las sectas y lanueva religiosidad, mediante la Promocin y Defensa de la Fe.

    Tiene un Instituto Misionero: Sociedad de Vida Apostlica, formada por sacerdotes, seminaristasy laicos consagrados, con vida comn