grandes descubrimientos

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Valencia Sánchez Inty Arja Salvador Flores David

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Valencia Sánchez Inty ArjanySalvador Flores David

Red de rutas comerciales entre Asia y Europa que se extendía desde Chang'an (actualmente Xi'an) en China, Antioquía en Siria y Constantinopla (actualmente Estambul, Turquía) a las puertas de Europa y que llegaba hasta los reinos hispánicos en el siglo XV. Muchos productos transitaban estas rutas: piedras y metales preciosos, telas de lana o de lino, ámbar, marfil, laca, especias, vidrio, materiales manufacturados, coral, etc.

Según la leyenda, el cultivo de la seda comenzó en el año 2640 a. C, cuando la emperatriz china Si-Ling-Chi, descubrió de forma casual, que los capullos del gusano de la morera, estaban formados por filamentos que se podían devanar para luego tejerlos, obteniendo así bellas telas de una calidad extraordinaria. Sólo la emperatriz y sus doncellas conocían el secreto de la fabricación de la seda, hasta el punto de que un decreto imperial condenaba a muerte a quien lo divulgase. Celosamente guardada, la técnica y producción permaneció oculta hasta el año 550 d.C. Fue así como se desarrolló una floreciente industria que China monopolizó durante 3000 años.

Debido a sus cualidades de brillo y suavidad, los tejidos de seda eran auténticos objetos de lujo, y los tejedores chinos eran considerados verdaderos artistas. Por ello, al principio la seda estaba reservada para uso exclusivo del emperador, la familia imperial y las más altas dignidades del Imperio.

Poco a poco, el empleo de la seda se fue democratizando, siendo adoptada por las demás clases sociales que se lo podían permitir; como militares, mercaderes acomodados, terratenientes y funcionarios.

Como resultado de las Cruzadas, los europeos desde el siglo XI reclamaban ciertos productos a los que se habían acostumbrado de su contacto con Oriente.

Entre ellos, las especias, utilizadas para condimentar los alimentos, también algunas plantas de uso

medicinal.

El afán por encontrar una ruta para llegar directamente a las especias fue uno de los móviles económicos de los viajes de exploración y de la expansión europea (como lo fue el problema del oro). Los marinos europeos –los venecianos especialmente- iban a buscarlas a los puertos del Levante mediterráneo (Alejandría, Antioquía, Esmirna). Allí llegaban a través de una de las grandes rutas asiáticas (ruta caravanera del Turkestán o de la llanura de Irán, rutas meridionales del Golfo Pérsico o del Mar Rojo).

El comercio en Europa seguía un sistema triangular, en el que los productos de lujo procedentes de Oriente (seda, especias) ocupaban un importante lugar. Estos, en la conocida como ruta de la seda atravesaban Asia Central y las tierras controladas por los sarracenos, siendo comprados por comerciantes italianos (venecianos, genoveses, pisanos...), que obtenían grandes beneficios al revenderlos luego por Europa.

Es por ello por lo que Venecia y otros puertos italianos ganaron en importancia y comenzaron una política comercial agresiva para explotar estas rutas comerciales.

La consolidación en el siglo XV del poder territorial del Imperio Otomano impulsó a buscar un contacto más fácil con las Indias para obtener sobre todo las especias (aunque también telas preciosas, perfumes…). A lo que, además, habría que sumar el deseo de muchos comerciantes de romper la situación de ventaja y casi de monopolio de la que venían beneficiándose los venecianos.

En su regreso del viaje que llevó a las portugueses hasta las costas de la India por vez primera (Calcuta, 1498), las dos naves que volvieron con Vasco de Gama llevan ya un cargamento de especias. Los portugueses consiguieron abrir la ruta y en diez años más construyeron su dominio marítimo y constituyeron su monopolio, transportando las especias por el Índico como habían hecho los mercaderes árabes desde los centros de Malaca y Calcuta hasta Ormuz o Suez.

Cristóbal Colón, en representación de los Reyes Católicos de Aragón y Castilla, realizó cuatro famosos viajes desde Europa a América en 1492, 1493, 1498 y 1502. En el primero de ellos llegó a América el 12 de octubre de 1492, a una isla de las Bahamas

llamada Guanahani. En el tercer viaje llegó al territorio continental en la actual Venezuela.

El descubrimiento y colonización de los territorios americanos, así como las grandes riquezas y beneficios que de éstos obtenía la Corona española, despertaron el interés de otras naciones europeas que también buscaban extender sus territorios y aumentar su poderío económico, como Inglaterra, Francia y Holanda.

España, celosa de conservar sus privilegios en América, estableció un régimen de navegación y de comercio cerrado y proteccionista, sustentado en la corriente económica del mercantilismo, el cual imponía severas restricciones al comercio entre las naciones. España buscó a una costa establecer barreras comerciales estrictas alrededor de sus posesiones en América para proteger su monopolio económico

La Corona española prohibió en numerosas ocasiones la esclavitud indígena, para protegerlos, ya que consideraba que todos los indios debían ser vasallos libres y decidió que debían sustituirse por esclavos africanos, que además eran más resistentes a los trabajos forzados. La disminución de la población indígena por las epidemias también propicio el aumento de la compra de esclavos negros.

Tras el descubrimiento de América, el Imperio Español, abrió un comercio exterior e interior con la mayoría de los países de Europa; como, Reino Unido, Italia, Alemania y Francia, con los que mantuvo buenas relaciones económicas para la metrópoli hasta finales del siglo XVI. A finales del siglo XVII cuando la Corona española perdió territorio intentó recuperarlo e impulsó diversas reformas que cobraron verdadera fuerza en el siglo XVIII, que serían causa, de que comenzaran a gestarse ideas independentistas en la segunda mitad de ese siglo.