grain revista biodiversidad 85 2015 3

Upload: maicol-ruiz

Post on 11-Feb-2018

218 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    1/44

    Colombia: un pueblo que resiste

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    2/44

    Contenido

    EDITORIAL 1

    Cmo resistir a las fuerzas del olvido | John Berger 1

    Acaparamiento de tierras en Colombia | Omar Felipe Giraldo 4

    Elementos claves para el entendimiento de las luchas agrariasen Colombia | Milton Prez Espitia 8

    Territorios agroalimentarios | CNACoordinador Nacional Agrario 13

    Convite de saberes de custodios y guardianes de semillasEncuentro Nacional de la Red de Semillas Libres de Colombia 16

    Declaracin Poltica del XI Congreso | Fensuagro 18

    Tierras y posconflicto |Alfredo Molano Bravo 21

    DEUNVISTAZOYMUCHASARISTAS 22Colombia: un pueblo que resiste

    ATAQUES, POLTICAS, RESISTENCIA, RELATOS 30

    Documento constitutivo de la Unin de Cientficos Comprometidos con la Sociedad y laNaturaleza de Amrica Latina (UCCSNAL) | Tribunales de Arbitraje: el TTIPy la privatiza-cin de la justicia |

    MITOS 37Los derroches y despropsitos a nombre del clima en Colombia | Grupo Semillas

    La portada y las fotos que acompaan este nmero sobre Colombia nos fueron proporcionadas amablementepor Viviana Snchez, coordinadora de comunicacin y construccin de redes del Grupo Semillas. Fuerontomadas por ella en diversas localidades y regiones de Colombia y retratan con lujo de detalle el denodadoy digno trabajo de millones de campesinas y campesinos para quienes el da y la noche son parte de su largotrasiego por el ao para cumplir con los cuidados necesarios para que la vida siga, cuidando, sembrando, ycosechando, seleccionando semillas, limpiando, abonando, aplicando lo necesario para que sus cultivos seansaludables y abundantes. Pueden tambin dedicarse a los lcteos, a la pesca, al caf, a la caa y sus derivados,a la floricultura. Pero desde todas las regiones la gente reivindica sus territorios, sus semillas y su pasin porcuidar el futuro a cada instante.

    Agradecemos el apoyo de la Fundacin Siemenpuu, de Elankidetza-Agencia Vasca de Cooperacin para elDesarrollo y la Fundacin Swift.

    BIODIVERSIDADSUSTENTO Y CULTURAS

    Nmero 84, abril de 2015

    Biodiversidad, sustento y culturases una pu-blicacin trimestral de informacin y debatesobre la diversidad biolgica y cultural parael sustento de las comunidades y culturas lo-

    cales. El uso y conservacin de la biodiversi-dad, el impacto de las nuevas biotecnologas,patentes y polticas pblicas son parte denuestra cobertura. Incluye experiencias ypropuestas en Amrica Latina, y busca ser unvnculo entre quienes trabajan por la gestinpopular de la biodiversidad, la diversidadcultural y el autogobierno, especialmente lascomunidades locales: mujeres y hombres in-dgenas y afroamericanos, campesinos, pes-cadores y pequeos productores.

    Organizaciones coeditorasAccin [email protected] por la [email protected] de la Semilla

    de la Va Campesina [email protected] [email protected] [email protected]@grain.orgGrupo [email protected] [email protected] de Coordinacin en [email protected]@[email protected]

    Comit EditorialCarlos Vicente, ArgentinaMa. Eugenia Jeria, ArgentinaMaria Jos Guazzelli, BrasilValter da Silva, BrasilGermn Vlez, ColombiaSilvia Rodrguez Cervantes, Costa RicaHenry Picado, Costa RicaArabela Vega, Costa RicaCamila Montecinos, ChileFrancisca Rodrguez, ChileElizabeth Bravo, EcuadorMa. Fernanda Vallejo, EcuadorSilvia Ribeiro, MxicoVernica Villa, MxicoDavid Cardozo, ParaguayNorma Gimnez, ParaguayMartin Drago, Uruguay

    AdministracinLuca [email protected]

    EdicinRamn Vera [email protected]@grain.org

    Diseo y formacinDaniel [email protected]

    Depsito Legal nm. 340.492/07Edicin amparada en el decreto 218/996(Comisin del Papel)issn: 07977-888X

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    3/44

    La foto de la portada nos muestra el trabajo duro, constante y valiente decampesinas y campesinos de Colombia en su resistencia habitual contratodas las fuerzas y obstculos que el Estado y las corporaciones les inter-

    ponen en lo cotidiano, intentando deshabilitar sus esfuerzos, y asi tenerles ensometimiento y precariedad: condicin necesaria para imponerles los ms abyec-tos desginios. Pero todas estas personas, y las comunidades a las que pertenecen,siguen en sus luchas y no cejarn jams. Este nmero de Biodiversidad, sustentoy culturas, lo dedicamos casi que por entero a celebrar estas luchas, y al pueblo

    de nuestra hermana Colombia.Como una figura que nos brinde una resonancia a esta lucha, le hemos cedido

    el editorial a John Berger, con sus reflexiones aparecidas en La Jornada Semanal,suplemento dominical deLa Jornadael 28 de junio de este ao.

    Cmo resistir a las fuerzas del olvido

    John Berger

    Hace unas semanas el cuadro Les femmes dAlger,

    pintado por Picasso en 1955 (hace 60 aos), sevendi en Christies de Nueva York por la suma

    de 180 millones de dlares. Parte de la decisin de pin-tarlo fue inspirada por el deseo de anunciar su respaldoal pueblo argelino en su lucha y su guerra contra el colo-nialismo francs, que comenzara un ao antes.

    Hoy es da de la Ascensin, cuarenta das despus dela Pascua. Segn los Evangelios, se fue el da en queCristo, como lo testimoniaron sus discpulos, ascendipor el aire hacia los cielos. Y en la tierra la gente quedabandonada a su suerte.

    Editorial

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    4/44

    2

    La semana pasada estuve dibujando, ms que nada flores, motivado por unacuriosidad que poco tiene que ver con la botnica o la esttica. Me he estado pre-guntando si las formas naturales un rbol, una nube, un ro, una piedra, unaflor pueden mirarse y ser percibidas como mensajes.

    Mensajes no hace falta decir ms que nunca pueden verbalizarse, y queno estn dirigidos particularmente a nosotros. Es posible leer las aparienciasnaturales como textos?

    Para m no hay nada mstico en este ejercicio de dibujo. Es un ejercicio gestualcuyo propsito es responder a diferentes ritmos y formas de energa que megusta imaginar como textos de un lenguaje que no se nos ofreci para leer. Y noobstante, conforme trazo el texto me identifico fsicamente con la cosa que estoydibujando y con la inconmensurable lengua madre en que est escrita.

    ***

    En el orden global totalitario del capitalismo financiero especulativo en el quevivimos, los medios no dejan de bombardearnos con informacin, pero estainformacin es casi siempre una diversin planeada, que nos distrae la atencinde lo que es cierto, esencial y urgente.

    Mucha de esa informacin tiene que ver con lo que alguna vez llamamos pol-tica, pero ahora la poltica fue subsumida por la dictadura global del capitalismoespeculativo, con sus comerciantes y grupos bancarios de presin.

    Los polticos, tanto de derecha como de izquierda, continan en sus debates,en sus votaciones, en la aprobacin de resoluciones, como si no fuera as. El re-sultado es que su discurso no se refiere a nada. Es inconsecuente. Las palabras y

    los trminos que utilizan y repiten como terrorismo, democracia, flexibilidadse vaciaron de cualquier significado. A lo ancho del mundo sus pblicos siguensus cabezas parlantes cual si atisbaran un interminable ejercicio escolar o unaclase donde aprendieran retrica. Pura mierda.

    Otro captulo de la informacin con la que nos bombardean se concentra en loespectacular, en los eventos violentos y chocantes donde quiera que ocurran porel mundo. Asaltos, terremotos, embarcaciones capturadas, insurrecciones, ma-sacres. Una vez mostrados, cualquier espectculo es reemplazado por otro. Casino existen explicaciones pacientes ni seguimientos. Nos llegan como impactos,no como historias. Son el recordatorio de la impredictibilidad de lo que puedeocurrir. Demuestran los factores de riesgo en la vida.

    Editorial

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    5/44

    Aadamos a esto la prcticalingstica utilizada por los mediosen su representacin y descripcindel mundo. Es muy cercana a lajerga y lgica de los expertos enadministracin y manejo. Cuanti-fica todo y casi no hace referenciaa la sustancia o a la cualidad. Seocupa de los porcentajes, de los vi-rajes en las encuestas de opinin,de las cifras del desempleo, las ta-sas de crecimiento, las crecientesdeudas, las estimaciones de dixi-do de carbono, etctera, etctera.Es una voz que se siente a gustocon los dgitos pero nada tiene que

    ver con los cuerpos vivos, o con los que sufren. Y no habla ni de remordimientosni de esperanzas.Entonces, lo que se dice pblicamente y el modo en que se dice promueven

    una especie de amnesia cvica e histrica. La experiencia nos es arrebatada. Loshorizontes del pasado y el futuro se borronean. Estamos siendo condicionadosa vivir en un interminable e incierto presente, reducidos a ser ciudadanos en elEstado del Olvido.

    Mientras, lo que ocurre a nuestro alrededor va de mal en peor. El planeta sesobrecalienta. La riqueza del planeta est siendo concentrada en menos y me-nos manos, mientras la mayora est mal alimentada, no encuentra sino comidachatarra o de plano pasa hambre. Ms y ms millones de personas estn siendoforzadas a emigrar con nfimas posibilidades de sobrevivir. Las condiciones labo-

    rales se tornan ms y ms inhumanas.Aquellos que estn listos para protestar contra lo que ocurre hoy, o resistir

    ante esas fuerzas, son legin. Pero los medios polticos para hacerlo son por elmomento poco claros o estn ausentes. Necesitan tiempo para desarrollarse, asque hay que esperar. Pero cmo esperar en tales circunstancias. Cmo esperar enesta condicin de olvido.

    Recordemos que el tiempo, como lo explicaron Einstein y otros fsicos, no eslineal sino circular. Nuestras vidas no son puntos en una lnea una lnea quehoy es amputada por la voracidad instantnea del orden capitalista global sinprecedentes. No somos puntos en una lnea, somos los centros de crculos.

    Tales crculos nos rodean con testamentos dirigidos a nosotros por nuestrospredecesores desde la Edad de Piedra, y por textos que no se dirigen a nosotros

    pero que nosotros presenciamos. Son textos de la naturaleza, del universo, y nosrecuerdan que la simetra coexiste con el caos, que el ingenio puede burlar lasfatalidades, que lo que deseamos nos tranquiliza ms que las promesas.

    Entonces, sostenidos por lo que heredamos del pasado y por lo que testimo-niamos, tendremos el coraje para resistir y continuar resistiendo en circunstan-cias an inimaginables. Aprenderemos a esperar en la solidaridad.

    Y al infinito seguiremos valorando que juremos y maldigamos en todas laslenguas que conocemos.l

    Traduccin: RVH

    Editorial

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    6/44

    4

    Acaparamiento de tierras en Colombia

    Omar Felipe Giraldo1

    Desde inicios de siglo, en los territorios lati-noamericanos y del Caribe, al igual que enmuchas otras regiones del Sur global, ha

    venido ganando fuerza un inusitado inters por ad-quirir tierras por medio de todos los repertorios de

    acaparamiento incluidos la persuasin o el despo-jo, a fin de instaurar cultivos que pueden destinar-se para bioenerga, material industrial, alimentacinhumana o alimentacin animal, pero tambin parael establecimiento de otros sembrados comerciales,pasturas, plantaciones forestales, extraccin de mi-nerales e hidrocarburos, y la instauracin de presashidroelctricas. El fenmeno es de tal envergaduraque el observatorio global Landmatrix2 registratransacciones por 5 millones 600 mil hectreas des-de el ao 2000, es decir: una superficie superior a latotalidad de Costa Rica. A pesar de lo escandaloso

    que pueda resultar dicha cifra, el acaparamiento detierras en la regin es todava mucho peor, pues enesa extensin slo se tienen en cuenta acuerdos rea-lizados por extranjeros en predios mayores a 200hectreas en los que existe un cambio de produc-cin de pequea a gran escala, adems de que ni-camente se consideran transacciones transparentes,y de que existe un sub-registro, por la dificultad decontabilizar otras modalidades de acaparamiento.

    En Colombia la gravedad del problema puedeevidenciarse no slo por los datos suministradospor Landmatrix, sino sobre todo por los cambios

    del ndice Gini: un indicador que refleja la inequi-dad del reparto de tierras en un pas3. De acuerdocon este ndice, entre los aos 2000 y 2012 Colom-bia empeor su ya inequitativa distribucin de tie-rras una de las ms altas del mundo de 0.85a 0.87, lo cual es alarmante, si se considera que laconcentracin tendi a incrementarse con particu-lar intensidad a partir del ao 2005, hasta afectarel 56.5% de los municipios del pas. El fenmenodel acaparamiento puede tambin constatarse en elaumento de la desigualdad de la propiedad rural,

    pues las haciendas mayores de 500 hectreas queveinte aos atrs correspondan al 32% de la tierra,hoy llegan a ocupar el 62% de la superficie nacionalpor cuenta de menos del 4% de los propietarios4.

    La concentracin de la propiedad ha sido una

    caracterstica histrica del campo colombiano, locual podra ser explicado, entre algunas otras cau-sas, por la desigualdad en su distribucin durante laColonia; por las particularidades de los procesos decolonizacin del pas; por las diversas polticas deasignacin de baldos; y por el despojo a consecuen-cia de los conflictos armados que ha enfrentado elpas a lo largo de su historia.

    Hoy se hace evidente que enfrentamos un nuevociclo de acumulacin capitalista caracterizado porun renovado inters de algunos grandes inversoreslegales e ilegales, por controlar tierras para mo-

    nopolizar la agricultura, la biodiversidad, los bos-ques, el agua, los minerales, los hidrocarburos, y lasrutas del narcotrfico, en una ofensiva extractivistade acumulacin por desposesin que ha convertidoa Colombia en el segundo pas del mundo con ma-yor cantidad de conflictos socioambientales.

    El auge minero-energtico es con seguridad elmayor distintivo de este nuevo ciclo de expan-sin del capitalismo en Colombia. En efecto, desdeel ao 2002 hasta hoy, el rea concesionada paralabores mineras principalmente para transnacio-

    nales creci de 1 milln 130 mil a 5 millones 700mil hectreas, es decir, alcanz un rea equivalenteal 5% del territorio nacional5, un crecimiento im-presionante que sera poco si se logra el objetivodel gobierno de Juan Manuel Santos de expandirlas reas mineras hasta alcanzar 20 millones de hec-treas: el 20.3% del pas6. Ello sin contar con laenorme cantidad de hectreas en poder de la mine-ra ilegal, que est asociada en muchas ocasiones agrupos criminales, y al hecho que para el petrleo,se tienen asignadas 30 millones de hectreas para

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    7/44

    exploracin y 2 millones 500 mil hectreas para ex-plotacin7.

    Los precios exorbitantes de los minerales como eloro, el carbn, el platino, la roca fosfrica, el cobre,

    el manganeso, el niquel, el coltn y los elevados pre-cios del petrleo durante los primeros aos del sigloXXI, han provocado un creciente inters del grancapital por apropiarse del sustento natural del quedepende el sistema econmico, con el propsito deabrir un nuevo proceso de acumulacin de capital.

    Pero la relacin entre la generacin de energa y elacaparamiento de tierras no se limita al petrleo y car-bn. La construccin de cuatro proyectos hidroelc-tricos Hidrosogamoso, El Quimbo, Hidroituangoy Porvenir II ha generado el control sobre 20 mil586 hectreas, mientras que avanza la concentracin

    de la tierra para el establecimiento de monocultivosde caa de azcar y palma aceitera destinados a lageneracin de agrocombustibles. Estamos hablandode un incremento de cero a 41 mil hectreas sembra-das con caa de azcar para biodisel, y de 157 mil a476 mil hectreas cultivadas con palma en el periodocomprendido entre 2000 y 20138.

    El latifundio ganadero sigue teniendo responsabi-lidad en el acaparamiento de tierras, al haber aumen-tado la superficie sembrada con pastos en 470 milhectreas en los primeros doce aos del siglo XXI9.

    Es importante aclarar que en Colombia la te-nencia de la tierra simboliza riqueza, prestigioy poder. Es necesario entonces no olvidar que elinters de mantener enormes predios para la ga-

    nadera extensiva muchas veces est asociado ala especulacin, y en ocasiones vinculado al con-trol territorial para actividades del narcotrfico.La produccin forestal tambin est implicada enconcentrar tierras en Colombia, pues el rea desti-nada a reforestacin comercial y caucho aumentde 174 mil hectreas al comenzar el milenio a casi500 mil en el 2013. Si consolidamos los datos de laagroindustria y la actividad forestal, tenemos queen los primeros trece aos de este siglo aument enun milln 370 mil hectreas la superficie agrcola yforestal latifundista.10

    Atencin aparte merece el caso de la altillanuracolombiana, una planicie de casi siete millones dehectreas que hace parte de la Orinoqua: un ecosis-tema megadiverso considerado por los dos ltimosgobiernos como la ltima frontera agrcola del pas.El objetivo de los gobiernos de Uribe y de Santosconsiste en implementar el modelo agroindustrial delCerrado brasileo sobre al menos cuatro millonesde hectreas para el establecimiento de cultivos depalma de aceite, caa de azcar, soya, maz, arroz,y plantos forestales comerciales. Aunque el objetivo

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    8/44

    6

    no ha podido arrancar con la celeridad que los gran-des inversionistas habran querido por problemasde regulacin sobre propiedad de tierras baldas, ydebido a que varias iniciativas han fracasado en supropsito de eliminar los obstculos legislativos queimpiden la acumulacin de tierras, no existe dudaque el acaparamiento de tierras en el futuro cercanose concentrar en esta vasta regin del pas.

    No se sabe con certeza cunta tierra de la ac-

    tividad del agronegocio ni cunta del boomminero-energtico cambi de manos y pas a estarbajo el poder de grandes propietarios, pero a juzgarpor la intensidad de las inversiones en proyectos mi-neros, hidroelctricos, petroleros, agroindustriales,forestales y ganaderos, podra sospecharse que elfenmeno es mucho peor de lo que hasta ahora seha considerado.

    En trminos de los efectos socioambientales, estamasiva apropiacin de la naturaleza por parte delgran dinero se est expresando en el despojo de tie-

    rras de comunidades rurales indgenas; en la prole-tarizacin de campesinos desposedos que devieneno bien en jornaleros sin tierra o bien en migrantesque engrosan los cinturones de miseria de las ciuda-des; en profundos cambios paisajsticos que reconfi-guran los modos de vida de los habitantes atrapadosen medio de las plantaciones de monocultivos; y enla desertizacin, deforestacin y contaminacin am-biental producida por la megaminera y la tecnolo-ga de la revolucin verde. Los registros indican quelos conflictos generados por esta oleada extractivis-ta afectan de manera directa a ms de ocho millonesde colombianos y sus impactos directos ocurren enms de dos millones y medio de hectreas11.

    Pero el fenmeno del acaparamiento no se limi-ta a la concentracin directa de tierras a la viejausanza del despojo directo. Tambin existen otrosmedios mucho ms discretos de ejercicio del poder.El dispositivo consiste en que el gran capital, en

    contubernio con los aparatos estatales, ponga a sudisposicin muchos predios de pequeos producto-res para usufructuarlos sin que medie su expulsin,al mismo tiempo que se legitima la instauracin degrandes enclaves agroindustriales bajo el discursode la inclusin de los campesinos a los beneficios delas inversiones agroindustriales.

    Las Alianzas Productivas implantadas desde fi-nales de la dcada de los noventa resultan bastanteilustrativas de esta estrategia de acaparamiento. Elobjetivo de dicha poltica consiste en que los cam-pesinos se conviertan en socios de las empresas

    de palma de aceite, para lo que existe una figura enla que los primeros aportan la tierra y su fuerza detrabajo, mientras que los segundos adecan las tie-rras, compran la produccin, proveen de insumos,asistencia tcnica, y gestionan los crditos e incen-tivos. Los pequeos palmicultores quedan obliga-dos a vender la cosecha a la empresa durante 20a 30 aos, muchas a veces a precios inferiores delmercado. Cuando los campesinos entregan el fruto,la empresa descuenta las deudas adquiridas por laasistencia tcnica y los insumos, a lo cual tambinse le debe restar el crdito contrado12.

    En realidad al igual que las Alianzas Productivas,la mayora si no todos los programas de desarrollorural y proyectos productivos para la sustitucin decultivos ilcitos, estn orientados a encadenar a loscampesinos a las cadenas productivas de alto valorpara la exportacin. La tarea que antao haca el Es-tado para llevar la Revolucin Verde a las familiascampesinas, en la actualidad pretende transferirse alos empresarios agroindustriales, quienes amasan uninmenso poder, en la medida en que las decisionessobre lo que pasa en vastos territorios rurales termi-

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    9/44

    na bajo su potestad. Esto muestra claramente que elacaparamiento no se limita a una simple monopoli-zacin de tierras por parte de algunos inversores pri-vados: es toda una forma de control territorial.

    Para acaparar no siempre es estratgico adue-arse directamente de las tierras. A veces esms efectivo no despojar a los pobladores de sustierras sino incluirlos servilmente a las poderosasinversiones, mientras las empresas se sirven de ellospara aumentar y aumentar sus ganancias. El grancapital necesita quitarse de encima todo lo que leestorbe a sus macroproyectos de inversin, y esoincluye a las comunidades que defienden sus terri-torios, y la manera ms legtima de hacerlo es incor-porarlas subordinadas a la geopoltica del desarro-llo agropecuario de la gran plantacin.

    Lo anterior significa tambin prescindir de lasguerrillas, que con sus acciones violentas mantienen

    an el control sobre muchos territorios valiosos,impidiendo insertar sus cuerpos naturales a los flu-jos de la globalizacin neoliberal.

    El capitalismo sobrevive gracias a la constanteexpansin geogrfica, lo que aclara el relativo con-senso que existe en la lite econmica de firmar unacuerdo para ponerle fin al conflicto armado co-lombiano, y despejar as el camino para la libera-cin de territorios que requieren primero acapa-rarse para luego apoderarse de las jugosas rentasde la actividad extractiva.

    Hay que estar atentos, pues un eventual post-conflicto puede dar pie a una agudizacin de estanueva etapa de acumulacin por despojo, un acre-centamiento de esta guerra que se le ha declaradoa la naturaleza, un mayor impulso a este ciclo decercamiento y privatizacin de lo comn, y un nue-vo gran pacto entre el Estado y los inversores para

    integrar cada rincn de la geografa nacional a lasdinmicas de la valorizacin del capital.l

    Notas:

    1 Doctor en Ciencias Agrarias. Investigador de CtedrasConacyt adscrito a El Colegio de la Frontera Sur, Mxico.

    2 www.landmatrix.org3 En el ndice Gini cuanto ms cercano a 1, es ms

    inequitativo el reparto de la tierra, mientras que entre mscercano a 0, menor es la inequidad.

    4 Instituto Geogrfico Agustn Codazzi (2012) Atlas de ladistribucin de la propiedad rural en Colombia, Bogot,Imprenta Nacional de Colombia.

    5 Datos oficiales de la Agencia Nacional de Minera6 La Silla Vaca, Golpe a la poltica minera de Santos http://

    lasillavacia.com/queridodiario/golpe-la-politica-minera-de-santos-50328

    7 Salinas, y. (2012) El caso de Colombia, Dinmicas delMercado de la Tierra en Amrica Latina y el Caribe:Concentracin y Extranjerizacin, Roma: FAO

    8 Estadsticas Agroforestales 1987-2013, Ministerio deAgricultura y Desarrollo Rural

    9 Cifras de la Encuesta Nacional Agropecuaria 2001 y 201310 Estadst icas Agroforestales 1987-2013, Ministerio de

    Agricultura y Desarrollo Rural11 Informacin t omada del Atlas de Justicia Ambiental http://

    www.ejatlas.org/12 Surez, Aurelio (2013) Pacto agrario en Colombia, a lo

    Cargill siglo XXI?, Confidencial Colombia

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    10/44

    8

    El despojo del territorio

    Elementos claves para el entendimiento de

    las luchas agrarias en Colombia

    Milton Prez Espitia*

    En la historia de la cuestinagraria el problema recu-rrente es la apropiacin

    privada y la concentracin de latierra. No obstante, sta es unadinmica entre otras con igual

    importancia para entender el pro-blema agrario. Es mi propsitopresentar viejos elementos de ladiscusin sobre el problema agra-rio, descuidados en el debate. Es-tos elementos son claves para en-tender la comunidad y el territo-rio como totalidad sobre la tierra,el trabajo, el alimento, los saberesy las tecnologas; en cuanto a surelacin recproca y lo que signifi-ca para las comunidades locales y

    la sociedad en general.Sobre la tierra y las dinmicas

    de apropiacin privada y concen-tracin de la misma hay suficien-tes estudios que sealan la inequi-dad e ineficiencia que aquello sig-nifica1. No obstante, se ha descui-dado la dinmica consecuente, laseparacin del trabajo con la tie-rra, lo cual significa la disolucinde la propiedad colectiva de latierra, el control social del territo-

    rio y sus recursos. De esto emergeque una de las luchas sobre la tie-rra es su significado, tanto comosu disposicin y apropiacin.

    La tierra ha sido utilizada parael control poltico del territorio yde la poblacin. El latifundio noslo captura rentas de algo queno ha producido, sino que confi-gur una sociedad hacendataria,con seores regionales autorita-

    rios que disponen sobre las for-mas de subsistencia de los habi-tantes y del trabajo que los cam-pesinos sin tierra emprenden ensu bsqueda de un lugar median-te la colonizacin2. Los terrate-

    nientes intentan no perder susprivilegios mediante el control dela tierra, frente a la lucha de lascomunidades de asentamiento yla de los colonos por tener un si-tio donde asentarse y trabajar.

    Si la tierra funge como acceso-rio de la ciudad, la industria y elsistema financiero, el uso de latierra estar en funcin de stos yno de la produccin de alimentos,salvo que stos permitan la gene-

    racin de ganancias e ingresosmonetarios. sta es la cruzada delas grandes corporaciones inter-nacionales por el control del te-rritorio mediante los clsterenergticos y agroindustriales, labancarizacin, y las mercancasagrarias de exportacin que setranzan en las bolsas de valores.

    Frente a lo anterior, las luchascampesinas, en la dcada de lostreinta, como las actuales, no slo

    exigen el acceso a la tierra, sino lalibre disposicin de la misma.3Lasluchas agrarias buscan el acceso ala tierra pero tambin su control,lo que implica luchas contra unacceso a la tierra condicionado aproyectos productivos estratgi-cos (antes caf, ahora agrocom-bustibles), a la transferencia tcni-ca (Revolucin Verde con el cam-bio al caf caturra, la papa nica,

    entre otras que implican una de-pendencia de agrotxicos), al so-metimiento a los criterios inver-sionistas (neoencomienda de losintermediarios) y a la articulacincon el sistema financiero.4.

    Que la tierra funja como basede la identidad comunitaria supo-ne dinmicas de apropiacin yuso de la tierra de forma colectivay autnoma, sustentadas en dere-chos consuetudinarios, y buscan-do la distribucin de derechos,saberes, prcticas, usos y benefi-cios.5sta es y ha sido la lucha delos pueblos indgenas y las comu-nidades negras y afrodescendien-tes durante siglos, reafirmada

    desde hace dcadas por comuni-dades y organizaciones campesi-nas, y ms reciente por otros mo-vimientos sociales.

    El trabajo y su relacin con la

    tierra.Suponer la ineficienciadela economa campesina permitiel despliegue de polticas anti-campesinasenColombia,por lomenos desde la dcada de 1970hasta finales de la dcada de

    1990,que justificaron incentivosparalamigracinhacialasciuda-desafirmandoqueexistaunex-ceso de fuerza de trabajo en elcampo;6 en este momento, esasideassonpuestasencuestin,de-mostrandoquelaeconomacam-pesinaesmseficienteen trmi-nosproductivos7yenergticos.8

    La lucha por el trabajo y la tie-rra campesina se despliega, des-

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    11/44

    pus de reconocer su eficienciaeconmica e importancia para lasociedad, en trminos de definirsu objetivo.

    Las corrientes que defienden eltrabajo y la tierra campesina sonvarias. Por un lado, aquella quepropone un pequeo productorempresarial, articulado al merca-do, al sector industrial y financie-ro como proveedores de materiasprimas, con formas de trabajoasalariado y con tecnologas de-pendientes del petrleo, de lascorporaciones internacionales yde la banca internacional. El ob-jetivo es que los pequeos pro-ductores generen ingresos paraconsumir en el mercado de pro-

    ductos procesados (incluso aque-llos que ellos mismos pueden pro-ducir) y financieros (por ejemploel crdito), para que tomen enarriendo tierras controladas porcierto grupo social o por el Esta-do (en el mercado de arrenda-miento de tierras).9

    De otra parte, est la econo-ma campesina que propende porel mantenimiento de su familia yde la entidad comunitaria, lo cual

    implica que la tierra y el trabajoestn en funcin de la reproduc-cin social de la familia y la co-munidad, y por ende bajo su con-trol. Ac el campesino no es unpequeo productor, por cuanto laagricultura de alimentos implicaotra serie de saberes y prcticasque hacen de la vida colectivacampesina y tnica una totalidad;ejemplo de esto son las econmi-cas campesinas anfibias y de pes-cadores o las comunidades cam-pesinas con manufactura propiaque procesan su productos pri-marios y los convierten en teji-dos, aperos y utensilios.

    La economa campesina des-miente la idea de que la industria

    es la nica que agrega valor a laproduccin, y revela la capacidadde autosuficiencia y autonomade las comunidades con econo-mas campesinas que tienen comoobjetivo el bienestar de su ncleofamiliar y comunitario, al no de-pender del sector industrial ni fi-nanciero, de las relaciones sala-riales en el trabajo, del comercioexterior, de la tecnologa externaa la finca y, por tanto, de los mo-

    nopolios corporativos que con-trolan estos espacios de la econo-ma. De ac que las luchas agra-rias tambin conlleven unas rela-ciones de poder por el acceso ycontrol de los alimentos, los sabe-res y las tecnologas. Esto, sin em-bargo, no niega relaciones con elmercado, la tecnologa y el crdi-to, pero advierte que las econo-mas campesinas pierden su auto-noma cuando producen para s-tos y no cuando se acude a ellascon el objetivo de producir parala familia y la comunidad.

    Lo poltico de los alimentos.Nohaynadamspolticoqueelac-ceso y el control sobre los ali-

    mentos. No hay situacin quereveledemejormaneralainequi-daddelmodelodedesarrolloac-tualqueenlacontemporaneidadse tenga la capacidad para ali-mentaralatotalidaddelapobla-cinmundialyaunastengamosdatossobremuertesporhambre.El caso colombiano revela lacontradiccindeunapolticaquefomenta la produccin de culti-vosnoalimentariosodeexpor-

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    12/44

    10

    tacin (flores, forestales, agro-

    combustiblesycerealesparaali-mentarganado),yladesatencinsobre la situacin de hambre ydesnutricindeciertosgruposdelapoblacin.10

    La produccin de hambre haceparte de la historia de la domina-cin latifundista y capitalista.Hace parte de la lgica de los te-rratenientes y los capitalistas, noslo con el despojo de la tierra y

    el trabajo, sino tambin mediante

    el despojo del fondo de subsisten-cia de las comunidades. Este des-pojo del fondo de subsistencia haocurrido mediante el cambio pro-ductivo de las comunidades (es-pecializacin y monetizacin) ycon el posicionamiento de laagroindustria.

    Primero. Parece una ironaque en la actualidad los poblado-res rurales padezcan problemas

    de desnutricin; no obstante, lasformas de dominacin y el mode-lo de desarrollo han colocadocomo reprochable que las econo-mas campesinas se preocupenpor su subsistencia (cultivos aso-ciados de pancoger e intercam-bios solidarios de productos ytrabajo) y, en cambio, exigen questas se ocupen de producir exce-dentes para el mercado (cultivosespecializados para el intercam-bio por dinero), para as generaringresos monetarios que les per-mitan consumir.11

    Segundo. La agroindustria su-pone grandes extensiones de losdenominados desiertos verdes,dedicadas a la produccin extensi-

    va de agrocombustibles utilizadospara alimentar mquinas de com-bustin o cereales para la ganade-ra que ocupa otro tanto degrandes extensiones. Esto se cons-truye sobre el despojo de tierrasocupadas antes por comunidadescampesinas, con el desplazamien-to de fuerza de trabajo del campoa la ciudad y con el cambio de die-tas diversificadas locales por die-tas estandarizadas globales.

    Frente a lo anterior emergenlas luchas por la seguridad, sobe-rana y autonoma alimentaria,movilizando y articulando noslo a comunidades campesinasde todo el mundo, sino a comuni-dades barriales, organizacionesambientales, culturales, de traba-jadores y de derechos humanos.12Esto es motivado por las trans-formaciones en el sistema agroa-limentario que opera en funcin

    de la concentracin de poder y laacumulacin de capital. Lo quesignifica una tendencia a la prdi-da de diversidad alimentaria y elderecho a la alimentacin y, poresa va, tambin una prdida dela diversidad biolgica y cultural,una amenaza a formas de vida yde territorio diferentes a las delcapital. sta es la lucha de las zo-nas de reserva alimentaria.13

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    13/44

    1

    Lo poltico de los saberes y la

    tecnologa.Las lgicasdelpodersobreelsaberyelsaber-hacerson,porlomenos,dedosvas:porunapartelaslgicasdenegacinsobrelos conocimientos diferentes al

    prevalente;deotrapartelacaptu-raderentasde lossaberes trans-formadosenmercanca.

    En el pasado era comn negarla existencia de otras formas devida y de pensamiento considera-das como inferiores, de cosmovi-sin diferente a la prevalente.14Tal discriminacin an est vi-gente: los estudios sobre un terri-torio determinan qu se debe y nose debe hacer all, y cul es el pa-

    pel de los pobladores en el plantrazado por los tcnicos, como siel territorio y las comunidadesfueran hojas en blanco que debenser llenadas por los expertos me-diante la reconversin productivao la transferencia tecnolgica. Eldeterminismo ambiental del capi-tal (ecofascismo) puede ser tanjustificante del despojo como eldeterminismo mercantilista del

    territorio, por cuanto desconocelos saberes, las prcticas y las tec-nologas que las comunidadeshan construido mediante su his-trico asentamiento en el lugar.15

    La otra lgica del poder sobre

    el saber consiste en la captura derentas mediante la revalorizacinde saberes y prcticas subordina-das, controladas mediante los de-rechos del capital con mecanismoscomo las patentes. La etnobotni-ca funcional a las grandes corpo-raciones farmacuticas o de mate-riales sintticos es un claro ejem-plo de la potencia que tiene el co-nocimiento fundado sobre la in-vestigacin campesina y tnica.

    Para el capital es una oportunidadla captura de rentas expropiandoel conocimiento producido por loscampesinos y las comunidades.

    A las dos lgicas anteriores se lesuma la captura de rentas va mo-nopsonio tecnolgico16. Las gran-des corporaciones tecnolgicas quehan logrado controlar el mercadode semillas (certificadas y de orga-nismos genticamente modifica-

    dos), de insumos (agrotxicos sin-tticos o petro-dependientes) y demaquinaria, lo han hecho median-te el montaje de lo que se conocecomo el paquete tecnolgico. Uncampesino que se ve obligado a

    comprar una semilla certificada, seve obligado al mismo tiempo acomprar los agrotxicos y la ma-quinaria que exige la corporacinpara obtener el resultado prometi-do, aunque no garantizado.17

    En suma, la produccin de co-nocimiento por parte de las co-munidades de asentamiento esun vasto campo del saber deacuerdo a las experiencias parti-culares basadas en el lugar de

    asentamiento, y una forma delucha por el territorio.18 Quiencontrola la produccin o invisi-bilizacin del conocimiento, de-termina qu pueden hacer o nolos habitantes sobre el territorio.Quien controla la difusin y eluso del conocimiento determinalas lgicas de produccin, bienpara el mantenimiento de la fa-milia y la comunidad, o bien

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    14/44

    12

    para la acumulacin de capital yconcentracin del poder. sta esla lucha de las comunidades quehan configurado territorios li-bres de transgnicos.19

    A manera de conclusin.Los te-rratenientes antes, y las grandescorporaciones ahora, despliegansu poder para acaparar las fuen-tes energticas, hdricas y de tie-rra controlando la oferta de re-cursos (minerales, hidrocarburos,agua, etctera). Los ingenios yplantaciones se enriquecen que-brantando las condiciones de lostrabajadores (flexibilizacin ytercerizacin laboral); las grandessuperficies comerciales y las fran-

    quicias de comidas rpidas reve-lan el control comercial de laoferta alimenticia mundial (pro-ductos procesados, homogeniza-cin de dietas). A esto se le sumael control sobre el conocimiento yla tecnologa ejercido por las cor-poraciones de los insumos y semi-llas. En este marco, es comprensi-ble que una pequea empresaproductora no tenga futuro mien-tras est entre las tenazas del mo-

    nopolio y monopsonio agrario.20De lo anterior, se entiende que lasluchas agrarias se desplieguen so-bre el territorio, es decir, por elcontrol de los factores producti-vos, la tierra, el agua, el suelo y elsubsuelo; la libre disposicin de latierra, los recursos y el trabajo; lasoberana y autonoma alimenta-ria en funcin de la reproduccinfamiliar y comunitaria medianteproduccin propia y mercados lo-

    cales; y con el control del saberpropio, las prcticas sociales y tec-nologas locales. ste es el espacioque se disputa la economa cam-pesina; lo que implican las luchaspor el territorio, y lo que constitu-ye la diferencia en la relacin tra-bajo-capital entre subordinacin yautonoma, es decir, la lucha deltrabajo que utiliza el capital o essubordinado por ste.l

    Notas:1IGAC,Atlas de la distribucin de

    la propiedad rural en Colombia,Instituto Geogrfico Agustn Codazzi,Universidad de los Andes, Universidadde Antioquia, Gobernacin de Antioquia,Bogot, 2012; PNUD, Colombia Rural.Razones para la esperanza. InformeNacional de Desarrollo Humano 2011,Programa de las Naciones Unidas para

    el Desarrollo, Bogot, 2011.2Legrand, Catherine: Colonizaciny protesta campesina en Colombia,1850-1950, Universidad Nacional deColombia, Bogot, 1980; JacquesChonchol, Sistemas Agrarios enAmrica Latina, Fondo de CulturaEconmica, Mxico, 1994. Garca,Antonio, Sociologa de la ReformaAgraria en Amrica Latina,Cruz del Sur,Argentina, 1973.

    3FAO. Project Cycle ManagementTechnical Guide.Socio-Economic andGender Analysis Programme (SEAGA).Rome, 2001, p. 19.

    4

    Sobre las dinmicas del control deterritorio sin comprar tierra vase:Molano, Alfredo: Paramilitarismoy palma en el Catatumbo,ElEspectador, 3 de marzo de 2012.

    5Boserup, Ester: Las condiciones deldesarrollo en la agricultura. La economadel cambio agrario bajo la presindemogrfica, Tecnos, Madrid, 1967.

    6Vase el plan formulado por LauchlinCurrie para el Gobierno Pastranaen 1971 denominado Las CuatroEstrategias; para la dcada de 1990vase Jaramillo, Carlos Felipe: Crisisy transformacin de la agriculturacolombiana, 1990-2000,Fondo deCultura Econmica, Bogot, 2002.

    7Vase las investigaciones de Garay,Luis Jorge & Forero, Jaime:La eficienciaeconmica de los grandes, medianosy pequeos productores agrcolascolombianos, EfiAgricola, 2013.

    8Vanse los trabajos de Clara Nicholls,Miguel Altieri, Peter Rosset, entreotros.

    9Leibovich, Jos et. al., Polticas parael desarrollo de la agricultura enColombia,SAC& Fedesarrollo, Bogot,2013

    10Ordoez, Freddy: Colombia y elrgimen alimentario corporativo,

    Prensa Rural,8 de enero de 2014;Freddy Ordoez Las luchascampesinas por la soberanaalimentaria en Colombia, PrensaRural,8 de enero de 2013.

    11La afirmacin del presidenteJuan Manuel Santos es diciente:Defenderemos al campesinocolombiano, lo convertiremos enempresario, lo apoyaremos contecnologa y crditos, para hacerque cada uno sea un prspero JuanValdez. Barrancabermeja, Santander,3 de septiembre de 2010. Vase

    las declaraciones del Ministro deAgricultura Ruben Daro Lizarraldeen Red de Comunicaciones, 28 denoviembre de 2013.

    12Holt-Gimnez, Eric:Movimientosalimentarios unos! Estrategiaspara transformar nuestros sistemasalimentarios, ILSA& FoodFirst, Bogot,2013.

    13Briceo, Luis (et al), Desarrollo

    territorial alternativo con perspectivaalimentaria, Compromiso, Obusinga,Programa Desarrollo y Paz delMagdalena Medio-Sur del Cesar, 2011

    14Van Der Ploeg, Jan Douwe:Conocimiento cientfico contraconocimiento local: El caso de lapatata andina,Las patatas y lascosas.Fundacin Cristina Enea, SanSebastin, 2012, pp. 58-74.

    15Fajardo, Daro: Propuesta paraalgunos contenidos del proyectode ley orgnica de ordenamientoterritorial (LOOT) referidos en especiala asentamientos humanos y sector

    agrario en: Sonia Aguirre (coord.).Espacio y territorios. Razn, pasine imaginarios.Red de estudiosterritoriales-RET. Universidad Nacionalde Colombia, Bogot, 2001, pp. 497-514; Sormani, Horacio. Formacinsocial y formacin espacial: haciauna dialctica de los asentamientoshumanos. Estudios SocialesCentroamericanos,vol. 6, nm. 17,mayo-agosto, 1977, pp. 147-173.

    16Tipo de mercado en el que existe unnico comprador o demandante, enlugar de varios. Debido a esto, estemercado posee una competenciaimperfecta.

    17Vase los documentales: VictoriaSolano, Documental 970.RobertKenner, Food, Inc., Magnolia Pictures,Estados Unidos, 2008.

    18Porto-Gonalves, Carlos : DeSaberes y de Territorios: diversidady emancipacin a partir de laexperiencia latino-americana, Polis,Revista de la Universidad Bolivariana,vol. 8, nm. 22, 2009, pp. 121-136.

    19Garca, Mauricio: Zonas y TerritoriosLibres de Transgnicos, Semillas deIdentidad y Swissaid, Bogot, 2012;Vase la Declaracin del ResguardoIndgena de Caamomo y Lomaprieta

    (Riosucio y Supa, Caldas), TerritorioLibre de Transgnicos,Resolucinnmero 18 del 30 de noviembre de 2009.

    20Rubn Ramboer, entrevista con SamirAmin: La gaucheradicaledoittreplus audacieuse, tudesmarxistes,num. 99, Institutdtudesmarxistes,Bruselas, Blgica, 2012

    * Milton Prez: profesor de laUniversidad Nacional de Colombia([email protected])

    http://semillas.org.co/es/revista/el-despojo-del-territorio

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    15/44

    1

    Una figura territorial que vincula produccin, naturaleza, poltica y cultura campesina:

    Territorios Agroalimentarios

    CNACoordinador Nacional Agrario

    En la cuarta Asamblea Nacional del Coordi-nador Nacional Agrario CNA, realizada ennoviembre de 2013 en el corazn del Macizo

    Colombiano, San Lorenzo (Nario), se reafirm el

    firme propsito de defender la tierra y el territorio,avanzando en la consolidacin de nuestra propuestapoltica de tierras y territorios y en el fortalecimien-to de nuestros planes de Vida Digna. Se continaen la lucha por la reforma agraria, la defensa delterritorio y la permanencia en l, la defensa de losbienes comunes naturales, la territorialidad, iden-tidad, cultura y economa campesina, la soberanaalimentaria, la vida digna en el campo y la sobera-na popular; en este sentido se viene caminando enla propuesta de Territorios Agroalimentarios1.

    Se trata de territorios habitados por campesinos,

    dedicados (no de forma exclusiva) a la produccinagrcola y pecuaria en pequea escala, pesca y sis-temas silvo-pastoriles, as como pequea mineracombinada con agricultura. Aqu los productos ge-nerados sirven a la satisfaccin de las necesidadespropias del campesinado, as como de la poblacinque no habita el mundo rural. Se trata entonces decontribuir desde la produccin y el territorio cam-pesino a la seguridad alimentaria de la poblacincolombiana. Segn la FAO, sta es una situa-cin que existe cuando todas las personas, en todomomento, tienen acceso fsico, social y econmico

    a suficientes cantidades de alimentos inocuos y nu-tritivos, que satisfacen sus necesidades dietticas ypreferencias alimentarias (o sea, que satisfacen laspreferencias de calidad y culturales de la poblacin)para llevar una vida activa y saludable en un formacontinua y sostenible (FAO, 2000c)2

    Producir implica regular y preservar el acceso arecursos de orden natural (en condiciones de equi-dad e igualdad) tales como la tierra apta para pro-duccin; as como a otros elementos como el agua,requerida para el cultivo; energa para dinamizar la

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    16/44

    14

    produccin y garantizar la reproduccin de la fuer-za de trabajo. Tambin se demanda la preservacinde esos recursos. Es decir, la proteccin ambiental apartir de la promocin de sistemas productivos noletales para la vida humana ni de flora y fauna. Larestriccin en el uso del suelo y el subsuelo, de acti-vidades que atenten contra la disponibilidad, el ac-ceso y el uso de recursos naturales de uso comn. Serequiere igualmente tecnologa amigable con sereshumanos y el resto de la naturaleza. Infraestructurapara conectar unidades productivas campesinas y astas con el resto de la poblacin, complementadascon servicios sociales a los cuales se tiene derechocomo seres humanos y ciudadanos; as como bienespblicos. Todo esto dispuesto para la defensa de lavida y el buen vivir.

    Se demanda entonces, el reconocimiento de losterritorios histricamente configurados por el cam-pesinado por medio de una figura poltico adminis-

    trativa que permita el reconocimiento de los dere-chos territoriales de los campesinos/as, la gobernan-za del territorio y la promocin del bien comn.

    La figura de Territorios Agroalimentarios (TA), seconcibe como parte privilegiada de un componentemayor en el que se configuran relaciones de produc-cin, procesamiento, distribucin y consumo de bie-nes alimentarios, teniendo como soporte principallas economas campesinas en lo productivo y a lascomunidades campesinas en lo social. Estos territo-rios se constituirn en una alternativa para el gobier-no territorial popular, la vida digna y la resistencia.

    Son figuras territoriales asociativas destinadasa garantizar la produccin y reproduccin de lascomunidades campesinas y sus relaciones de ordensocio-cultural, poltico-comunitario y producti-vo-ambiental, donde las formas de produccin so-lidaria, posibiliten entre otras cosas, confrontar elmodelo de desarrollo rural nacional e internacio-nal basado en la competitividad, la productividady la intensiva extraccin de recursos naturales, mi-nerales e hidrocarburos.

    Teniendo como base la produccin agroalimen-

    taria, entendida como la produccin y la trans-formacin de materias primas, la distribucin y elconsumo de bienes alimentarios para la poblacincampesina y el resto de los habitantes del territorionacional, los Territorios Agroalimentarios se con-vierten en un instrumento de poltica nacional debuen vivir y de reconocimiento de derechos territo-riales y ciudadanos.

    A la vez, son un instrumento, social y ambientalde ordenamiento territorial que permiten el accesoa la tierra y dems factores productivos del campe-

    sinado; contribuyen a reducir y evitar los conflictosde uso del suelo; planifican el uso y la ocupacin delos espacios rurales para el logro de la seguridad, laautonoma y la soberana alimentaria; con ellos secrean las condiciones para la adecuada consolida-cin, estabilizacin y desarrollo de las comunidadescampesinas; mejoran la calidad de vida, la inclusinsocial y la efectividad de los derechos sociales, eco-nmicos y culturales del campesinado directamentey de los dems pobladores rurales con programasde desarrollo rural integral. Tambin seran la basepara el impulso de sistemas productivos agroecol-gicos y la proteccin de ecosistemas frgiles.

    Estos territorios sern delimitados por el go-bierno nacional en conjunto con los campesinos ysus organizaciones, y se establecern y priorizarnplanes y programas especiales con recursos para lainversin social rural y financiar, de acuerdo consus competencias y con condiciones preferenciales

    y prioritarias, la ejecucin de los planes de vida enlos Territorios Agroalimentarios. La accin del Es-tado se realizar con condiciones preferenciales encuanto al otorgamiento de subsidios, incentivos yestmulos en favor de la poblacin rural mediantetodos los instrumentos de desarrollo rural integral;acceso, adjudicacin y titulacin de tierras, as comodel ordenamiento social de la propiedad rural.

    Los Territorios Agroalimentarios son entoncesuna propuesta del campesinado, para gobernarsey construir futuro como campesinos y campesinasen territorios poblados histricamente. Son una fi-

    gura para el reconocimiento de las territorialidadescampesinas.En este sentido, son una parte de losterritorios campesinos.

    Objetivos y principios orientadores

    Los Territorios Agroalimentarios se constituirn ydelimitarn con arreglo a los siguientes objetivos yprincipios orientadores:

    1. La regulacin, limitacin y ordenamiento de la

    ocupacin y aprovechamiento de la tierra, el te-rritorio y la territorialidad.

    2. La superacin de las causas que vienen originan-do graves o excepcionales conflictos de orden so-cial y econmico, y el apoyo a los programas desustitucin de cultivos ilcitos.

    3. La adopcin de estrategias o decisiones que tien-dan a evitar o corregir los fenmenos de con-centracin de la propiedad, el acaparamiento detierras rurales, o cualquier forma de inequitativacomposicin del dominio.

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    17/44

    1

    4. El ordenamiento social de la propiedad y accesoa tierras.

    5. El ordenamiento del uso de los suelos y las aguaspara la actividad productiva.

    6. La generacin de ingresos para las comunidadesrurales, de acuerdo con las diferentes actividadeseconmicas del territorio.

    7. Adelantar procesos de ordenamiento y diversi-ficacin de la economa de los territorios, quelleven a la generacin de productos y servicios,aseguren una utilizacin racional de los recursosy talentos disponibles.

    8. Garanta plena de acceso de toda la poblacin alos alimentos sanos con los nutrientes indispen-sables completos.

    9. Se dar prioridad por parte del Estado y de lasociedad en general a los procesos productivosorgnicos y de transformacin de materias pri-mas que garanticen la sustentabilidad de los

    recursos naturales, la defensa del ambiente y labiodiversidad, en virtud de que estn fuertemen-te interrelacionados con la soberana y seguridadalimentaria.

    10. Es responsabilidad del Estado y la sociedad, de-fender el patrimonio gentico y cultural, la sabi-dura tradicional as como su propiedad colectiva.

    11. La proteccin, conservacin y recuperacin de lassemillas nativas de cada regin ser una garantapara la soberana alimentaria y la biodiversidad.

    12. Se establecern por parte del Estado mecanis-mos de control social de los alimentos comercia-

    lizados y procesados, prohibiendo aquellos pro-ductos nocivos para la salud humana.

    13. El derecho a la tierra y el territorio es parte fun-damental de la vida y la cultura de los pueblos ylas comunidades rurales. Se proteger la diversi-dad cultural y por ende las diversas concepcionessobre la tierra y el territorio.

    14. Facilitar la recomposicin de la Unidades Agr-colas Familiares.

    15. Fomentar la adecuada explotacin y la utiliza-cin social de las aguas y de las tierras ruralesaptas para la explotacin silvo-agropecuaria.

    16. Reubicacin de la poblacin afectada por desas-tres naturales o ubicada en zonas de alto riesgono mitigable;

    17. Relocalizacin de ocupantes de reas del siste-ma de parques nacionales naturales, parques re-gionales naturales y habitantes de los ecosistemasde pramos.

    18. La proteccin y conservacin de los recursos na-turales renovables y del ambiente.

    19. La creacin de las condiciones para la adecua-da consolidacin y desarrollo de la economa

    campesina, dentro de principios de competiti-vidad, sostenibilidad, participacin comunitariay equidad.

    20. El apoyo del Sistema Nacional de ReformaAgraria y Desarrollo Rural Campesino, del Sis-tema Nacional Ambiental y de otros organismospblicos y privados, para la formulacin, finan-ciacin y ejecucin de planes de vida sostenible yde otras actividades, investigaciones, programasy proyectos que deban adelantarse en las ZonasAgroalimentarias.

    21. Respeto y financiacin estatal de los planes devida o planes alternativos de desarrollo de las co-munidades y organizaciones de base.

    22. Apoyo estatal para que los campesinos y campe-sinas, indgenas, afrodescendientes y producto-res agropecuarios puedan controlar el conjuntode las cadenas productivas sin supeditarse a lastransnacionales ni a los grupos financieros ni alos latifundistas.

    23. Se propiciarn formas alternativas al comerciode relacin directa entre colectivos de produc-cin y los colectivos de consumo basadas en lasolidaridad mutua y en la superacin de la barre-ra entre el campo y la ciudad.l

    Notas:

    1 Ver documento de trabajo sobre Territorios Agroalimentarios.Diciembre de 2014. ht tp://cnagrario.org/category/documentos-cna/

    2 FAO. ftp://f tp.fao.org/docrep/fao/010/y5788s/y5788s02.pdfCaptulo 2. El sector agroalimentario como sistema.

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    18/44

    16

    Convite de saberes de custodios y

    guardianes de semillas

    Encuentro Nacional de la Red Semillas Libres de Colombia

    Entre el 25 y 27 de junio de2015, se realiz en el Res-guardo indgena de Caa-

    momo-Lomaprieta en el munici-pio de Riosucio, departamento deCaldas, el IIEncuentro de la RedSemillas Libres de Colombia

    (RSL) y de custodios y guardianesde semillas1. A este evento, llega-ron unas 350 personas hombres ymujeres representando a ms de150 organizaciones indgenas,afrocolombianas y campesinas deveintids departamentos del pas.

    El objetivo del Encuentro fueposibilitar que los representantesy custodios y guardianes de semi-llas de las organizaciones localesde diferentes regiones del pas

    compartieran sus saberes ances-trales y las prcticas de conserva-cin y recuperacin de semillasnativas y criollas; y avanzar en laconstruccin de las estrategias yacciones de los pueblos y comuni-dades locales para la defensa delas semillas y la soberana y auto-noma alimentaria, frente a lasleyes de semillas y los cultivostransgnicos, en los mbitos loca-les, regionales y nacional.

    Este evento lo enmarca la RedSemillas Libres-RSLde Colombia,que es un espacio abierto y des-centralizado de organizaciones lo-cales y sociales donde convergencomunidades campesinas, indge-nas y afrocolombianas y de peque-os productores, agricultores ur-banos, ONG, grupos acadmicos,que se articulan en el mbito local,regional y nacional. La Red pro-

    mueve acciones e iniciativas parafortalecer el control local de lassemillas y su defensa frente a laspolticas y leyes que permiten laprivatizacin y el control mono-plico de las mismas, que amena-zan la soberana y autonoma ali-

    mentaria de los pueblos.La Red de Semillas pretendefortalecer y visibilizar los proce-sos de comunidades locales de re-cuperacin, manejo y libre circu-lacin de semillas, difundir infor-macin y promover acciones deincidencia frente a las polticas yleyes que permiten la privatiza-cin de las semillas, la expansinde la agricultura corporativa y loscultivos transgnicos, que amena-

    zan la agricultura local, la biodi-versidad y la soberana y autono-ma alimentaria de los pueblos ycomunidades en Colombia. Igual-mente la Red busca articular or-ganizaciones, redes e iniciativaspara la defensa de las semillas anivel local, regional, nacional einternacional.

    El Encuentro tuvo cinco mo-mentos que permitieron alcanzarlo planteado.

    1. Previo al encuentro nacional serealizaron durante mayo y ju-nio reuniones regionales prepa-ratorias en nueve regiones: Ca-ribe Norte (Guajira); CaribeSur (Crdoba y Sucre, Bolvar);Nororiente (Santanderes, Surde Bolvar, Magdalena Medio);Cafetera (Antioquia, Risaralda,Caldas, Quindo, Norte del Va-

    lle); Centro (Bogot, Cundina-marca, Meta, Tolima); Boyac;Sur Occidente (Sur del Valle,Cauca); Sur Oriente (Huila, Pu-tumayo, Caquet); y Sur (Nari-o). En cada reunin regionallas organizaciones locales avan-

    zaron en la definicin de estra-tegias de articulacin y trabajoregional para fortalecer las ac-ciones locales de recuperacin eintercambio de semillas criollasy en la incidencia poltica parala defensa de las semillas.

    2. El primer da se dedic a lapresentacin simultnea de di-ferentes experiencias localescon enseanzas significativasen el manejo de sistemas agro-

    ecolgicos y para enfrentar lasconsecuencias del cambio cli-mtico en diferentes pisos tr-micos (fro, medio y clido). Sepresentaron experiencias quetienen fortalezas en saberes ytcnicas locales para la pro-duccin, manejo, seleccin yconservacin de semillas crio-llas de buena calidad, y secompartieron las iniciativas deconstruccin de las casas de se-

    millas y de procesos regionalesde difusin y circulacin de se-millas. En paralelo se contex-tualiz la situacin de leyes depropiedad intelectual y de cer-tificacin de semillas y los cul-tivos transgnicos en Colom-bia, lo que permiti reflexio-nar sobre las estrategias y ac-ciones de incidencia y resisten-cia locales y sociales.

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    19/44

    1

    3. El segundo da se realiz la re-unin de la Red Semillas Li-bres, buscando avanzar en elplan de accin de la Red en losmbitos regionales y nacional,a partir del proceso ya avanza-do en los anteriores encuentrosde la Red, sobre los tres ejes deaccin previamente definidos:1. Recuperacin, conservaciny formacin local sobre semi-llas criollas. 2. Incidencia so-bre polticas y legal sobre se-millas y 3. Estrategia de comu-nicacin. Se conformaron gru-pos por las diferentes regiones,para definir el plan de accin yestablecer las prioridades deaccin en los diferentes ejes en

    lo regional y nacional.4. Se realizaron visitas de campoa diferentes fincas de agriculto-res indgenas del resguardo deCaamomo para compartir lasexperiencias agroecolgicas demanejo de la biodiversidad y lasoberana alimentaria.

    5. El ltimo da se realiz una granFeria y Trueke Nacional de Se-millas, de Saberes y Sabores, enel parque de Riosucio, donde se

    comparti entre las organiza-ciones participantes y los pobla-dores de la regin la enorme ri-queza de productos y semillasde los agricultores del pas.

    Hoy las semillas estn amena-zadas porque unas pocascorporaciones estn controlandola mayor parte del sistema de se-millas en el mundo, mediante laaplicacin de leyes de propiedad

    intelectual y normas que restrin-gen su conservacin, producciny libre circulacin de las semillas,criminalizando el uso de las semi-llas criollas, y pretendiendo quetodos los agricultores slo utili-cen las semillas protegidas por lasempresas, que controlan el siste-ma agroalimentario.

    En la mayora de las zonas ru-rales del pas se presenta una enor-

    me prdida de la agrobiodiversi-dad, originada por la imposicinde modelos productivos insosteni-bles de monocultivos agroindus-trales y de otras formas de uso ymanejo de los territorios y recur-sos naturales; modelos que hantransformado los sistemas pro-ductivos tradicionales y ha gene-rado la prdida de las semillascriollas y de la soberana alimen-taria de los pueblos y comunida-

    des rurales; que han llevado a lospequeos agricultores al fracaso ya la destruccin de sus sistemas devida de las comunidades.

    Es en este contexto que en elpas actualmente existe una grancantidad de iniciativas localesque buscan recomponer sus siste-mas productivos y fortalecer ladefensa de las semillas, como uneje fundamental para viabilizarsu permanencia en el campo de

    forma digna. Muchas de estas ini-ciativas an estn en proceso deconsolidacin y son muy dbileslos procesos de articulacin, visi-bilizacin y complementacincon otras experiencias locales,que les permita lograr un mayorimpacto en el mbito regional ynacional en respuesta a las fuertesamenazas que enfrentan las semi-llas y la soberana alimentaria.

    Este Encuentro permiti quelas comunidades y organizacioneslocales de muchas regiones delpas compartieran sus experien-cias y saberes sobre la produccin,el manejo y el control local de sussemillas y de sus sistemas produc-tivos tradicionales y permiti queel intercambio de semillas se cons-tituya en una accin propositivapara fortalecer el uso y control lo-cal de semillas. Tambin se logr

    hacerle contrapeso y resistenciafrente a las leyes de semillas quebuscan acabar con las semillascriollas y obligar a los agricultoresa que slo utilicen semillas certifi-cadas, as como avanzar en las es-trategias y acciones para consoli-dar la Red de Semillas Libres enlas regiones y a nivel nacional.l

    Notas:

    1 El Resguardo de Caamomo yLomaprieta declar su Territorio Librede Transgnicos, en el ao 2007,conform la Red de Custodios deSemillas y estableci la CasaComunitaria de Semillas. El Encuentrofue convocado por La Red SemillasLibres-RSL de Colombia, conjuntamentecon el resguardo y las organizacionesque apoyaron su realizacin: FundacinSWISSAID, Grupo Semillas, HEKS,Fastenopfer, Colectivo de AbogadosJos Alvear, Alcalda de Riosucio yLutheran World Relief.

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    20/44

    18

    Declaracin Poltica del XI Congreso

    Fensuagro

    Como consecuencia de la crisis de carcterestructural en que se encuentra el campocolombiano por la aplicacin de polti-

    cas neoliberales, ajustes institucionales y fiscalesimpuestos por el FMI, el Banco Mundial, el BancoInteramericano de Desarrollo (BID) y la Organiza-cin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmi-co OCDE, sumisamente ejecutadas por el gobiernonacional, se extrema el empobrecimiento y mendi-cidad a vastos sectores de la poblacin colombia-

    na, sobre todo quienes viven en los cinturones demiseria de las principales ciudades y zonas ruralesdel pas.

    Los tratados de libre comercio, el proyecto deley sobre Zonas de Inters de Desarrollo Rural Eco-nmico y Social, ZIDRES; el avance de los agrone-gocios, la concentracin de la propiedad de la tie-rra, las locomotoras minero-energticas y del recinaprobado Plan Nacional de Desarrollo y la llamadaTransformacin del Campo, son complementariosa las polticas que buscan concentrar ms la riquezay consolidar el capital financiero transnacional en

    nuestra nacin, el despojo de nuestros territorios.La Guerra sigue siendo el principal instrumento

    de despojo y concentracin de riqueza por parte dela oligarqua colombiana en alianza con el capitaltransnacional y el poder destructor del imperialis-mo. El campesinado, los pueblos indgenas, las co-munidades afrodescendientes y en general la clasetrabajadora de Colombia son despojadas sistem-ticamente de sus derechos fundamentales. Parte deesta maquinaria de guerra y despojo son el poderejecutivo, el legislativo y la rama judicial, conjuga-

    dos rtmicamente al son de los intereses del capitaltransnacional y nacional.

    La violencia y persecucin sistemtica contra loscampesinos y pueblos indgenas no es reciente; seremonta a los primeros aos del siglo pasado, seprolong todo el siglo XXy lo que va del XXI. El ac-tual conflicto armado tiene sus races en las causashistricas de la violencia, la persecucin poltica y eldespojo contra los pobladores rurales. Ocurren porla abierta intervencin e injerencia del imperialismo

    estadounidense en nuestro pas.Ms de 9 mil 900 presos polticos en Colom-

    bia demuestran que un pas como el nuestro conla democracia ms antigua del continente es unasolemne mentira. Las cifras no mienten: ms de 7millones de desplazados, miles de desaparecidos,cerca de 10 millones de hectreas de tierra robadasal campesinado. En el caso particular de Fensuagro,130 de sus miembros estn encarcelados con falsosmontajes, entre ellos su vicepresidente, Huber de Je-ss Ballesteros Gmez.

    Los dilogos de Paz que se desarrollan en la Ha-

    bana, Cuba, entre el gobierno colombiano y la gue-rrilla de las FARC-EP, son la mayor esperanza de lasociedad colombiana para alcanzar un acuerdo de-finitivo que ponga fin a la confrontacin armada yabra el camino a la solucin poltica, que posibilitela paz estable, duradera y la justicia social. Desdenuestra Federacin, llamamos a las partes a cum-plir su palabra de no levantarse de la mesa de nego-ciacin, hasta tanto no se haya firmado el acuerdofinal. Al Gobierno Nacional a poner en prctica deinmediato los acuerdos hasta ahora alcanzados en

    10 de Junio de 2015.Con la presencia de numerosas delegaciones campesinas y detrabajadores de la agroindustria, llegados de diversas regiones del territorio nacional,realizamos en Bogot DC, del 5 al 8 de junio, el XICongreso de la Federacin Nacio-nal Sindical Unitaria Agropecuaria, Fensuagro, con la consigna central Vamos por lapaz, los derechos campesinos y la soberana alimentaria.La fuerza y energa de mu-jeres, hombres, jvenes y nios del campo, se hizo sentir durante los cuatro das delmagno evento de los fensuagristas. Cont con el acompaamiento y saludos de orga-nizaciones hermanas del orden internacional y nacional. Los delegados y delegadas

    asistentes al XICongreso Nacional de Fensuagrodeclaramos que:

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    21/44

    1

    materia de polticas agrarias y dems acuerdos quecontribuyan a generar confianza y apoyo social alproceso de negociacin.

    Fensuagro se declara en proceso constituyente, de-dicando el tiempo necesario a promover y organizarla convocatoria de una Asamblea Nacional Constitu-

    yente, que materialice los acuerdos de la Habana enuna Nueva Constitucin Poltica que garantice la pazcomo un principio fundamental de los colombianos/as, la justicia social, la democratizacin de la riquezay la vida poltica de la nacin. La Asamblea NacionalConstituyente deber sentar las bases para construiruna sociedad democrtica, con autodeterminacin,antiimperialista y con plenitud de soberana nacio-nal. La paz deber ser un principio fundamental delpueblo colombiano, deber garantizar de maneragratuita a todos los colombianos/as el derecho a lasalud y la educacin; a gozar de una vivienda digna,

    el acceso al agua potable, a los alimentos de buenacalidad, al trabajo digno, a la tierra para las comuni-dades campesinas y tnicas que no la posean y demscomponentes que permita el apoyo directo del Esta-do a la economa campesina.

    Las riquezas y bienes naturales debern ser decla-radas patrimonio estratgico de los colombianos/asprohibindose su privatizacin y extranjerizacin.La tierra tendr una funcin social y ecolgica, sernula la gran propiedad monoplica en manos departiculares. Se deber desarrollar una legislacin

    que garantice el control efectivo y eficaz contra laevasin de impuestos de las empresas transnacio-nales, nacionales y los capitales golondrinas. Se ex-pulsarn del pas aquellas empresas que violen losderechos fundamentales de los trabajadores.

    Los millones de campesinas/os que fueron despo-

    jados de sus tierras, territorios y dems bienes, con-tinan esperando del Estado su devolucin. La leyde vctimas no ha pasado el examen despus de susprimeros cuatro aos de vida; segn el propio go-bierno slo 86 mil hectreas han sido devueltas, delas 10 millones que segn los propios campesinos/as les han sido robadas por los narco-latifundistas.

    El reconocimiento de los derechos de los campe-sinos colombianos debe concretarse de inmediato.La deuda social que tiene el Estado con los campe-sinos debe reconocerse y pagarse pronto. Los cam-pesinos/as alimentan a los colombianos/as, son pro-

    tectores de la naturaleza, los ecosistemas, el medioambiente, y producen cultura y vida.

    Desde Fensuagro impulsaremos y nos movilizare-mos por implementar polticas agrarias democrticasque tengan como eje central la reforma agraria inte-gral y popular. Polticas agrarias que fortalezcan laproduccin de la economa campesina, recuperen lasoberana alimentaria de los colombianos y garanti-cen la seguridad social y pensiones para los pequeosy medianos productores campesinos, democraticenlos latifundios permitiendo el acceso gratuito a la tie-

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    22/44

    20

    rra de los campesinos que no la poseen, prohban latransnacionalizacin de la tierra y los grandes agro-negocios, favorezcan la defensa de la produccin dealimentos, y den impulso a las Zonas de ReservasCampesinas. Que se ponga en prctica una reformaagraria que permita vida digna para los millones defamilias campesinas de nuestra patria.

    El recin aprobado Plan Nacional de Desarrollopor el Congreso de la Repblica se convierteen un nuevo instrumento de exclusin y desarraigocontra el campesinado, los pueblos indgenas y lascomunidades afrodescendientes. Las verdaderas in-tenciones del Plan son continuar consolidando losagronegocios, la venta de la biodiversidad y los bie-nes genticos, y convertir la naturaleza en el grannegocio mediante la Economa Verde. Tratan dedar continuidad a las locomotoras del desarrollo encuanto a la gran minera, la produccin energtica y

    la explotacin petrolera. Como lo han denunciadootros sectores el Plan Nacional de Desarrollo buscagarantizar una nueva etapa de acumulacin de capi-tal, profundizando el modelo neoliberal.

    La autorizacin al presidente de la Repblica porun periodo de seis meses (para reestructurar, crearo suprimir las instrucciones del sector agropecua-rio) se puede convertir en un abuso de poder, de nobuscar la participacin en las decisiones de las co-munidades y organizaciones campesinas, indgenas,afrodescendientes, raizales y trabajadores del sector,en lo atinente al tipo de institucionalidad requerida

    para desarrollar una poltica agraria que recoja lasexigencias del movimiento campesino representadoen la Cumbre Agraria tnica y Popular y los acuer-dos de la Habana. Una institucionalidad con ade-cuados recursos econmicos, con talento humano yamplia participacin y poder de decisin de las or-ganizaciones y comunidades campesinas y tnicas,quienes debern ser consultadas por la institucindel caso, de modo obligatorio, e incorporar sus pro-puestas en los planes.

    Nos comprometemos a continuar consolidandola Cumbre Agraria, Campesina, tnica y Popular

    junto con las fuerzas sociales y populares que la in-tegran como un espacio de unidad en la diversidadpero comprometido con la movilizacin y la luchapermanente contra las transnacionales, por la recu-peracin de la tierra, el territorio y la vida digna. Aorganizar y preparar unitariamente las acciones deprotesta populares hacia el Paro Agrario Y Popular,ante los incumplimientos por parte del gobierno na-cional de los acuerdos pactados en 2013 y 2014 conel movimiento campesino y los pueblos indgenasque somos parte de la Cumbre.

    Llamamos a redoblar esfuerzos desde los sectoresagrarios, campesinos, tnicos, populares, sociales ypolticos a fortalecer el Frente Amplio por la Pazque permita alcanzar de inmediato el Cese al FuegoBilateral, el desescalamiento de las acciones milita-res y la pronta firma de un acuerdo que ponga fina la confrontacin armada; hacia una paz estable,duradera y con justicia social cerrando de paso elcamino a las fuerzas reaccionarias que pretendencondenar a la mayora de la sociedad colombianaal escabroso y doloroso camino de la guerra y laviolencia sistemtica a la que han sido sometidas lasorganizaciones sociales y populares del pas.

    La realizacin de la primera asamblea de muje-res campesinas, de la primera asamblea de jvenescampesinos y el primer congresito de nios y niasfensuagristas, tras un proceso de fortalecimiento lo-cal y regional, muestra los avances organizativos ypolticos de nuestra Federacin. Las mujeres y jve-

    nes fensuagristas contribuyeron de forma prctica,dinmica y entusiasta en el XICongreso de Fensua-gro a construir los lineamientos polticos para losprximos cuatro aos: sus aportes han enriquecidoel programa agrario para la accin y transforma-cin democrtica del campo colombiano. Los niosy nias campesinas fensuagristas que desarrollaronsu primer congresito dejaron grabadas las huellasde la ternura y el amor en cada uno de los corazonesde quienes asistieron al XICongreso.

    La actual coyuntura poltica nos coloca nuevosretos y dinmicas locales, municipales, departamen-

    tales, regionales y nacionales que no podemos des-conocer como fensuagristas del Movimiento PolticoMarcha Patritica y la Unin Patritica, y nos lla-ma a convocar a nuestros afiliados a trabajar por lams amplia convergencia programtica de cara a laselecciones del prximo 26 de octubre. Con la clari-dad que la construccin de una nueva democracia vams all de la eleccin de unos individuos a determi-nados cargos de eleccin popular, es necesario ejer-cer el control poltico sobre los elegidos, y si stos nocumplieran el mandato para el cual fueron designa-dos por las mayoras, se debe tener la capacidad de

    revocar sus mandatos. Las elecciones no son un finen s mismo, sino un medio que permita cambiar laactual correlacin de fuerzas a favor de los cambiosque requiere la sociedad colombiana.l

    Vamos por la paz los derechos campesinos y la

    soberana alimentaria.

    http://viacampesina.org/es/index.php/noticias-de-las-regiones-mainmenu-29/2420-colombia-declaracion-politica-xi-congreso-de-fensuagro

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    23/44

    2

    Tierras y posconflicto

    Alfredo Molano Bravo

    El posconflicto est de moda; todo el mundohabla del tema. Se organizan foros, confe-rencias, conversatorios, charlas; se escriben

    columnas, editoriales, notas. Se dictan cursos espe-cializados, se ofrecen diplomados, se abren carrerascompletas. Nadie se escapa de la tentacin. Y conrazn, se trata de nuestro futuro. El Gobierno, encambio, elabora un Plan Nacional de Desarrollo

    (PND) como si nada pasara o fuera a pasar, como sien La Habana se reunieran espectros.No reconoce en el PNDninguno de los avances

    logrados en la mesa y, sin embargo, lo hace a su ma-nera. Al Fondo de Tierras punto uno de la agen-da lo bautiza ahora con la pomposa y trasnocha-da expresin de Reserva de Baldos, que no es lomismo, pero es igual. Somos dados a la gramtica,especializados en el diptongo y en otras reglas deljuego semntico. El Gobierno est en pos de recu-perar la soberana sobre las tierras baldas apelan-do a la clarificacin de papeles para definir ttulos

    como se debe. Por tanto, desconocera aquellos quese falsificaron en las notaras, o que tienen un docu-mento nominal como la carta-venta o que, en fin,se acogen con confianza a la vieja jurisprudencia demorada y labor de las Partidas de Alfonso el Sa-bio, pasando por la tan nombrada funcin socialde la propiedad.

    Incluso podra anular ttulos de campesinos alos que el Incora adjudic tierras. La tentativa noes nueva y de alguna manera remite a la pruebadiablica, una sentencia de la Corte Suprema de

    Justicia de 1926 que supona que un predio era

    baldo hasta que se exhibiera el ttulo original. Losterratenientes echaron babaza de la ira cuando seconoci el pronunciamiento. Fue una de las causasdel conflicto agrario en que seguimos enredados. Elproblema no es slo de dnde van a salir esas tierrassino qu piensa hacer con ellas el Gobierno.

    El PNDdice que los baldos recuperados sern ad-judicados a lo que ahora llama trabajadores agra-rios, borrando de paso la figura de campesinos,que es una categora asociada al trabajo familiar.Al borrar de un tirn el trmino campesino, par-

    te de ese conjunto de eventuales adjudicatarios detierras baldas: los empresarios y los terratenientes.Y es que por ah va el agua al molino. La reparti-cin de las reservas de baldos ser una especie depiata y cuando algn alto funcionario le pegue ala olla, todos los interesados brincarn a echarlemano a lo que puedan y entonces los que ms babastengan, ms harina comern. Por qu pregun-

    to dentro de los potenciales beneficiarios de lapiata, el Gobierno no habla ni nombra las zonasde reserva campesina (ZRC), siendo que son una fi-gura jurdica de la Ley 160 de 1994? Las ReservasCampesinas fueron estigmatizadas como repblicasindependientes por esa siniestra trinca de terrate-nientes, empresarios y generales. Uribe las persiguiy quiso desaparecerlas no slo de la ley. Cuando seposesion Santos, una de sus primeras movidas fuedevolverle a la reserva campesina del ro Cimitarrala personera jurdica, lo que abri un postigo paraque 60 organizaciones campesinas pidieran ser tam-

    bin reconocidas como ZRC. Traducida la solicituda hectreas nueve millones, los terratenientestemblaron, gritaron, amenazaron y el Gobierno re-cul en redondo. Dijo que la iniciativa quedaba ensalmuera, pero nunca sali de ese limbo. En con-traste y desafiando, la Corte Constitucional emitila sentencia C-371 de 2014, que se debera convertiren gua de la poltica de distribucin de tierras desdeahora. Cito la definicin y defensa jurdica que elalto tribunal hace de las ZRC. El pas debe conocerel pronunciamiento y los campesinos deberan de-fenderlo:

    Las zonas de reserva campesina son una figurade ordenamiento social, poltico y ambiental, cuyasprincipales implicaciones pueden resumirse en laposibilidad de limitar los usos y la propiedad de latierra para evitar su concentracin o fraccionamien-to antieconmico, y el beneficio de programas deadjudicacin de tierras, as como apoyo estatal parael desarrollo de proyectos de desarrollo sostenibleconcertados con las comunidades.l

    Tomado deEl Espectador,primero de marzo de 2015

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    24/44

    22

    De un vistazo y muchas aristas

    Colombia: un pueblo que resiste

    El pueblo colombiano, que contina sufriendo dcadas de conflicto interno,desplazamientos forzados, violencia estatal, insurgente y paramilitar y, sobretodo, el control de sus territorios por el poder corporativo, sigue resistiendode manera inclaudicable defendiendo sus races, sus valores, sus hijos y sus

    territorios. Es maravillosa la creatividad puesta en juego para no slosobrevivir sino tambin seguir soando con un pas libre de violencia pero

    tambin de poderes corporativos que lo desangren. Como todo este nmero

    de Biodiversidadsaludamos estas luchas y a ese pueblo con un Vistazo quenos brinda un pantallazo de esa enorme diversidad de resistencias.

    El Movimiento por la Defensa de los Territorios y

    la Vida Ros Vivos!y la Asociacin de Vctimas delProyecto Hidroelctrico El Quimbo, acompaadosde organizaciones sociales, especialmente de pes-

    cadores, campesinos e indgenas, comunicadoressociales, estudiantes universitarios, intelectuales,escritores y artistas, ambientalistas y observatoriosde Paz, entre otros, concluimos en La Dorada Cal-das, el 29 marzo, el primer tramo de la movilizacinEl ro de la vida, Somos el ro que iniciamosel 14 de marzo en el Macizo Colombiano con unritual yanakuna en San Agustn. Durante el recorri-do logramos recolectar informacin escrita y testi-monial bsicas para profundizar en los estudios quesocializamos sobre el modelo extractivista, financie-rista por despojo y los impactos socioambientales

    generados por la poltica minero-energtica y losagronegocios del gobierno de Santos y los que segeneraran con la imposicin del Plan Maestro dePrivatizacin del ro Magdalena concesionado a laestatal Hydrochina para generacin de energa y denavegabilidad al servicio de las corporaciones trans-nacionales, desconociendo las mltiples iniciativasque diferentes organizaciones sociales y, especfica-mente, de pescadores han construido en defensa delos ros, macizos, cinagas, pramos, humedales,entre otras, de manera autnoma en favor de sus

    necesidades para el Buen Vivir. Miller Armn Dus-sn Caldern, Movilizacin El Ro de la vida! con-

    cluye su primer tramo, 6 de abril, 2015

    Las comunidades indgenas de Corinto continancumpliendo con el mandato ancestral de la libe-racin de la Madre Tierra, por eso convocaron atodo el pueblo del norte del Cauca a participar en laminga de siembra que se realiz el 24 y 25 de marzode 2015, en las haciendas que ocupan pacficamen-te. La gente est viviendo acorralada en los altosde las montaas, prcticamente vive colgada de losbarrancos, a la intemperie, con la tierra agrietada;con todas las necesidades. Est hacinada en sitiosque son de reserva como los pramos. Nosotrosqueremos volver a la parte plana porque estos terri-

    torios les pertenecieron a nuestros antepasados. Laliberacin la queremos hacer no slo desintoxican-do la tierra de los monocultivos sino conservandolos humedales y los ojos de agua que estn en lospramos. De que volvamos a la parte plana tam-bin depende el rescate del equilibrio de la MadreTierra, explic un guardia indgena de Corinto.Una comunera nos recuerda la importancia de laLiberacin de la Madre Tierra para la pervivenciadel pueblo nasa: Queremos liberar el territorio conel fin de hacernos a la tierra. Nosotros no pensamos

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    25/44

    2

    que aqu nos vamos a llenar de plata. Lo que que-remos es dejar un sendero para nuestras generacio-nesvenideras para que ellos sigan con esta labor dela liberacin. Tejido de Comunicacin del Pueblo

    Nasa, Cauca: Minga de siembra para devolverle elequilibrio a la Madre Tierra, 7 de abril, 2015

    Ante la inmovilidad del gobierno y su naturaleza

    antipopular, las organizaciones campesinas hanconstituido y consolidado varias Zonas de Reser-va Campesina por las vas de hecho, acogindosea todos los requisitos que expresa la ley. Es el casodel Catatumbo, donde pese al histrico actuar degrupos paramilitares miles de labriegos han logradoconstruir ellos mismos con base en la organiza-cin campesina, el ideal de autonoma y la recon-

    figuracin de su territorio. La Zona de ReservaCampesina (tanto la del Catatumbo, como otras) secre de hecho ante el incumplimiento de la ley 160por parte del gobierno. Todo el trmite administra-tivo est cumplido y no existe ningn impedimentopara constituir la ZRCen el polgono de Tib y enzonas de San Calixto y Hacar, pero Santos falta su palabra, incumpli los compromisos que ad-quiri para levantar el paro campesino. Por eso elCatatumbo es ya una Zona de Reserva Campesinade hecho.

    Hasta 2001 apenas se haban constituido seisZRC: Guaviare, Pato-Balsillas (San Vicente del Ca-gun), Sur de Bolvar, Cabrera (Sumapaz, Cundina-marca), Bajo Cuemb (Putumayo) y Valle del Ro

    Cimitarra. Hasta el ao 2012 haba varias solici-tudes pendientes, entre las que se cuentan las ZRCde hecho en Lozada (Caldas), entre otras 11 quecumplen requisitos y ya suman unas 54 solicitudespendientes, segn ngel Torres, presidente de AN-ZORC. Ordenando el territorio, cuidndolo de latala indiscriminada, protegiendo los nacimientos,regulando el uso del suelo (exigen que se conserveel 40% de cada finca), impidiendo la extincin deanimales como el pamiro, la danta, el chigiro, elchamir y regulando la cacera, campesinos y campe-sinas construyen un futuro frondoso y en paz con la

    naturaleza, son guardianes de su existencia futura.Encuentros de esperanza: Seminario Internacional

    de Zonas de Reserva Campesina en Colombia, AN-

    ZORC, 5 de marzo, 2015

    Un grupo de ciudadanos, activistas ambientales,

    redact y est haciendo circular una carta abiertahacia los senadores y representantes a la Cmarapor el departamento de Santander, con el fin de quetomen medidas que puedan prevenir un posiblemico en el Plan Nacional de Desarrollo prximo

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    26/44

    24

    a ser aprobado en dichas instituciones y que podraafectar gravemente el ecosistema del Pramo deSanturbn: El artculo 159 permite la explotacinminero-energtica en el rea del pramo aduciendoel respeto a supuestos derechos adquiridos median-te ttulos y licencias anteriores a febrero del ao2010, a sabiendas que todos los ttulos y licenciasde las multinacionales son anteriores a este ao. Talartculo desconoce que en la Constitucin colom-biana prima el derecho a la calidad de vida y a laproteccin del ambiente antes que los intereses eco-nmicos particulares de las empresas mineras. Esvergonzoso que el PNDen trmite pretenda proteger

    la voracidad de las empresas extranjeras declarandosus proyectos de inters nacional a sabiendas quela explotacin implica el uso intensivo de dinamitaque dejar crteres hasta de 600 metros de profun-didad y la contaminacin de las aguas con venenosaltamente agresivos como el cianuro. Los artculos47, 48, 49, 164 y 165 favorecen a las multinacio-nales con toda clase de garantas y particularmentecon las llamadas licencias exprs.

    En atencin a las consideraciones presentadas,se invita a los honorables congresistas de Santan-

    der a que demuestren su compromiso con el de-partamento y su capacidad de gestin lograndoexcluir del Plan Nacional de Desarrollo el temadel Pramo de Santurbn para que sea tratadocomo un proyecto legislativo autnomo que per-mita el debate amplio y democrtico con la comu-nidad, las autoridades ambientales, acadmicas,sociales y polticas del departamento y para querecoja las verdaderas necesidades y sentimientosde la regin. Comit para la Defensa del Agua ydel Pramo de Santurbn, Defender el agua como

    recurso estratgico para el desarrollo de Santan-

    der, 30 de abril, 2015.

    Para el pueblo kokonuko los custodios de semi-

    llas, son una estrategia de resistencia prctica queincentiva la soberana alimentaria desde la siembray el consumo de los alimentos tradicionales y asasegurar la alimentacin como pueblos de ahora ydel futuro. Loscustodios de semillasseleccionan lassemillas y tienen en cuenta las fases de la luna parala siembra y la cosecha. Esta dinmica de cuidadode las semillas ancestrales se viene fortaleciendo yvisibilizando en los trueques, como espacios de in-tercambio de semillas, productos, sabores, saberes y

  • 7/23/2019 Grain Revista Biodiversidad 85 2015 3

    27/44

    2

    pensamientos. En el pueblo kokonuko, desde 2003el trueque como prctica tradicional de los pueblosancestrales, se ha venido impulsando desde la guar-da indgena en coordinacin con los cabildos.

    La guardia indgena viene dinamizando, convo-cando y coordinando los trueques en las comunida-des del pueblo kokonuko con el propsito de forta-lecer la unidad en las comunidades de los cabildosy los resguardos de este territorio. Llevamos doceaos consecutivos con el trueque, recorriendo lasdiversas comunidades de nuestro pueblo y dondese han ido sumando otros, como los cabildos, losprogramas ambientales y las instituciones educati-vas, quienes a travs del Proyecto Educativo comu-nitario PEC, aqu denominado Jigra pucha, desdedonde se busca seguir hilando saberes y prcticaspropias, involucran los estudiantes con las muestrasculturales y el intercambio de productos que elloscultivan en las huertas de las instituciones educa-

    tivas. Arcadio Aguilar, guardia indgena de pueblokokonuko. Custodios de semillas ancestrales, cuida-dores y protectores de vida, CRC, 5 de mayo, 2015

    El 6 de mayo termin la protesta de la comunidad

    del barrio Potos,en Ciudad Bolvar al sur de Bogo-t, quienes luego de treinta das de bloqueo y denun-cia por la presencia ilegal de una cantera, lograronel sellamiento y fin de la explotacin minera que sehaca desde hace veinte aos. La accin estuvo im-pulsada por la mesa ambiental No le Saque la Piedraa la Montaa que vena denunciando ante las autori-

    dades pblicas la expansin ilegal de la explotacinde Canteras Unidas La Esmeralda y su situacin deilegalidad al hacer extraccin a cielo abierto en in-mediaciones de una comunidad. Las consecuenciasinmediatas de dicha prctica estaban generandoafectaciones en la movilidad, el ambiente y el normaldesarrollo social de los habitantes. Lo que colm lapaciencia de la comunidad fue la muerte de una mu-jer aplastada por una volqueta de la cantera cuandotransportaba cerca de 20 toneladas de material ex-trado de la montaa. Ah se inici un procedimientode