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;E0 VALENCIA!* , c qi importe. Le matute esl iíe- chacun ptut otii'rir V avit i/ti' i'í croit hlée le récompen&t par quel/jties mi- V n pasie á C ordre ]V el lenguage común la palabra luz es una metáfora de la pala- bra inteligencia',poi> que al modo del Bien Supremo, la luz ma- :lcctual brillan, se difuu- t relucen. Ambas tienden por naturaleza ¡í dilatarse y generalizar- se en el universo ; y á do quiera que al- cansia su poderosa influencia, allí depo- sitan el ntírmen benéfico de la vida y de la fecundidad. Si varia é inconstan- te se ha mostrado la suerte de la filoso- fía y del saber humano desde el recuer- do de la historia; si mil veces sucum- biendo al rayo esterminador de la guer- ra, se ha visto recortada en su espansion y lastimada en su influencia, también por fortuna ha llegado á fijarse en épo- cas determinadas para el bien de toda una generación. El feudalismo de la edad media, el furor de las Cruzadas y demás guerras religiosas, estacionaron, si no hicieron retrogradar, los conoci- mientos que legaron Grecia y Roma, y que se conservaron en su integridad y pureza en los primeros siglos del cris- tianismo. E» el siglo XVI, U emanci- pación de la iglesia oriental y la disi- dencia de la occidental con la protesta de media Europa contra la unidad ca- tólica, paralizaron la acción de la inte- ligencia que comenzaba ya á escitar el establecimiento de las universidades y de las corporaciones literarias. Ya la paz de gran parte del siglo XVII daba oportuna ocasión á las naciones de Eu- 'opa para dirigir el pensamiento á sí "usinas, y para comenzarse á consti- tuir, por decirlo asi, para el adelanto TOMO >. de las artes y de las ciencias. Mas estaba reservado al siglo XVU1 secundar tan noble impulso y dar glorioso principio á la restauración de las letras. La filo- sofía sobre todo adquirió un carácter peculiar en este siglo ; y si bien por huir de un es trema do idealismo, dio acaso e» el eslreino opuesto de lo posi- tivo y real, fijó cual nunca las princi- pios de la ciencia j separó bien esta del arte , y reformando cuidadosamente la lengua, dio determinación y fijación i las ideas, unitormo y generalizo su in- teligencia, y esparció la luz sobre las cuestiones mas difíciles de su esfera. Fue esto un U-iunfo para la filosofía y las ciencias: fue la realización del pa No gm ele Bocón. Tan pode- rosa acción estendió su influencia a nuestro siglo: y dilatándose por todas E artes, llevó la cultura y la civilización asta los aduares de A i rica y hasta Jas arenas de la Arabia. Por do quiera apa- recen academias, institutos y liceos; por do quiera se multiplican y diversi- fican bajo distintas de nominaciones las sociedades literarias. A la corte de nuestra Dación cupo la gloria de inaugurar el primero de mies- tros Liceos ; pero al grito que lanzo a favor de la inteligencia, correspondie- ron con afán y aun con entusiasmo Gra- nada, Barceluna, Sevilla y Valencia. Mas J quienes se afanaron para acoger en Valencia una institución tan útil? ¿Se ofrecieron acaso personas poderosas autoridad ó riqueza ? Sucedió todo ntrario n nuestro Liceo, Librado u infancia al celo esclusivo de la juventud, necesitó de toda relación protectora, ¿Y qué otra cosa podia | IV. 0 7.=SABAnO 13 FEBRERO 1 8 4 1 . ! por lo c

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;E0 VALENCIA!*

, c qi importe. Le matute esl iíe-IÍ chacun ptut otii'rir V avit i/ti' i'í croit

hlée le récompen&t par quel/jties mi-V n pasie á C ordre

]V el lenguage comúnla palabra luz es unametáfora de la pala-bra inteligencia',poi>que al modo del BienSupremo, la luz ma-

:lcctual brillan, se difuu-t relucen. Ambas tienden

por naturaleza ¡í dilatarse y generalizar-se en el universo ; y á do quiera que al-cansia su poderosa influencia, allí depo-sitan el ntírmen benéfico de la vida yde la fecundidad. Si varia é inconstan-te se ha mostrado la suerte de la filoso-fía y del saber humano desde el recuer-do de la historia; si mil veces sucum-biendo al rayo esterminador de la guer-ra, se ha visto recortada en su espansiony lastimada en su influencia, tambiénpor fortuna ha llegado á fijarse en épo-cas determinadas para el bien de todauna generación. El feudalismo de laedad media, el furor de las Cruzadas ydemás guerras religiosas, estacionaron,si no hicieron retrogradar, los conoci-mientos que legaron Grecia y Roma, yque se conservaron en su integridad ypureza en los primeros siglos del cris-tianismo. E» el siglo XVI, U emanci-pación de la iglesia oriental y la disi-dencia de la occidental con la protestade media Europa contra la unidad ca-tólica, paralizaron la acción de la inte-ligencia que comenzaba ya á escitar elestablecimiento de las universidades yde las corporaciones literarias. Ya lapaz de gran parte del siglo XVII dabaoportuna ocasión á las naciones de Eu-'opa para dirigir el pensamiento á sí"usinas, y para comenzarse á consti-tuir , por decirlo asi, para el adelanto

TOMO >.

de las artes y de las ciencias. Mas estabareservado al siglo XVU1 secundar tannoble impulso y dar glorioso principioá la restauración de las letras. La filo-sofía sobre todo adquirió un carácterpeculiar en este siglo ; y si bien porhuir de un es trema do idealismo, dioacaso e» el eslreino opuesto de lo posi-tivo y real, fijó cual nunca las princi-pios de la ciencia j separó bien esta delarte , y reformando cuidadosamente lalengua, dio determinación y fijación ilas ideas, unitormo y generalizo su in-teligencia, y esparció la luz sobre lascuestiones mas difíciles de su esfera.Fue esto un U-iunfo para la filosofía y

las ciencias: fue la realización delpaNo g m ele Bocón. Tan pode-rosa acción estendió su influencia anuestro siglo: y dilatándose por todas

Eartes, llevó la cultura y la civilizaciónasta los aduares de A i rica y hasta Jas

arenas de la Arabia. Por do quiera apa-recen academias, institutos y liceos;por do quiera se multiplican y diversi-fican bajo distintas de nominaciones lassociedades literarias.

A la corte de nuestra Dación cupo lagloria de inaugurar el primero de mies-tros Liceos ; pero al grito que lanzo afavor de la inteligencia, correspondie-ron con afán y aun con entusiasmo Gra-nada, Barceluna, Sevilla y Valencia.Mas J quienes se afanaron para acogeren Valencia una institución tan útil?¿Se ofrecieron acaso personas poderosas

autoridad ó riqueza ? Sucedió todontrario n nuestro Liceo, Libradou infancia al celo esclusivo de la

juventud, necesitó de toda relaciónprotectora, ¿Y qué otra cosa podia |

IV.0 7.=SABAnO 13 FEBRERO 1841. !

porlo c

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provisada en csLc sucio, peregrina ydesconocida para todos? Hasta necesi-taba crearse su obgeto, porque tii i de-terminarle alcarizajij.in las noticias esca-sa.» de su naturaleza y organización.

No es ya oportuno referir los diver-sos obstáculos que por largo tiempocon Ira iiarou su marcha, tendiendo uaniquilar su evistencia: Las te decir que

batieron ol>stina<l;.menle el interésc]t: la juventud , y I¡UÜ mas d

icieron zozobrar la liq

i

j y ¡hicieron zozobrar la lisonjera esperan-za que ya brillaba sobre la misión delLiceo. Ella únicamente inspiró aliento

b á lmente n p

para superar tamaños obstáculos, y porasobre ponerse á tantos inconvenientes.F.l Liceo no es todavía, en verdad, lo

3uc se propusieron sus fundadores; aunista muclio del grandiosonbgctoá que

muestras de la diversa especie de bie-nes que puede producir, y de ID quepuede multiplicarlos ron el tiempo. Sípudo preguntarse un día que se bacía«ti el Liceo, cuál era el fruto de sus tu-rcas; si pudieron dirigirse semejantespreguntas con intención poco amiga y

pre , y ahora especialmente, una con-testaeion satisfactoria, una manifesta-ción esplíeita de los obgctos (jue abrazael Liceo, y sobre los que nicesante-menLe trabaja para el iomento de lailustración y déla pública prosperidad.

Sus cátedras de la historia de la ci-vilización de España, de geodesia y deeconomía política en el año último; lade anatomía en el presente1, la escuelade adultos destinada á proporcionar lainstrucción primaria á las clases pobres,á instruir y moralizar hombres que porso edad y ocupaciones hasta ni espe-ranza tenían de saber; la academia demúsica, en donde se ensayan los indivi-duos del Liceo y se instruye gratuita-mente á los jóvenes de ambos sexos; laoscucla gimnástica, abierta al Liceo yal público, y destinada á la educaciónfísica, tan recomendada por el sabio Ju-lien, y tan descuidada entre nosotros;

la sección de literatura formando su bi-blioteca , abriendo su gabinete de lec-tura y empleando largas horas en dis-cusiones literarias; la sección de bellasartes rivalizando con esmero, ya en sustrabajos en el mismo local del Liceo,ya en las producciones varias que pre-senta en las reuniones semanales; y es-las en fin, en donde á par de la ameni-dad y elegancia reina la fraternidad ylaarinomí, j en donde «l medio iuna reunión esengida se dt|a conüccr ydisfrutar el amable trato de familia;en donde rivalizan con noble emula-ción los talentos de todi especie , y endonde al través del delicioso acento dela música realiza su inspiración el ar-tista , v da rienda libre el poeta á susensibilidad y entusiasmo Tales son lasocupaciones del Liceo, los gloriosos olj-getus de su instituto. IVo es esta unavana ostentación de su mérito, es tansolo el testimonio público de su apro-vechamiento. No liusca el Liceo esl<;-rilcs aplausos ; le bastan la honradez,de su proceder, la humanidad de silobgcto. Quiere inspirar á la juventudlos deseos que animan á sus individuos.Aspira a escitar el sentimiento de lagloria, de esa gloria que nace de todaacción útil, de toda aecion que puedeser de provecho á los hombres; de esa{{loria que el Orador Romano con tulvehemencia sentía y con tal espresionelogiaba. Desea mover las grandes pa-siones, las causas fecundas de todo loque se ve grande en las ciencias y enlas artes ; y tiende en fui, a escitar elamor recíproco entre los hombres, áenlajarlos con vínculos de bondad y deafecto, para que verificándose con eltiempo sobre la tierra los ardientes vo-ti« del profundo Cuban!*, forme s¡ esposible el genero humano una sola fa-milia. Venid pues ¡í nuestro Liceo cuaivtos sentís tan noble pasión t acercaos ¡ínuestra sociedad : la multitud variadade sus ohgetn* os presentará uno aná-logo á vuestros talentos, ó digno por lomenos de vuestro gusto y afición.

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mi amigo E>. Antonio 2tpavici.En los ames de mi amarga vida

Mus de una vez ¡.nh amigo!Mijovcn plantase imprimió perdida

HM por fortuna «I AraVio nacer un guenero;Blandió la lanza y embra

Y ahora esos instantes yo maldigoTornado de mi patria al férlil suelo,Y eternamente respirar anlicluSus auras regalada!.

Vo vi del Manzanares en la orUlaBrillar á las hermosas,Como la luna por la nuche brillaEclipsando el fulgor de las estrellas^Mas luegu vi las márgenes frondosasQue embalsaman del Túría la corriente,Y brillar como el sol resplandecienteSus cundidas doncellas.

Yo he visto á esc Aranjaoí Un celebrad.Y he visto sus jardines,Y sus fuentes de raármul y su prado;Y las llores de alli que el palaciego

Son la* que el pobre en la feliz ValenciaDa íi su esposa sumidaen la indigenoiaQue las deshoja luego.

En vano la oriental Andalucía,.Con su Alambra orguIlusa,Vencer pretenderá la patria mía:Cual favorita del Sultán, GranadaEntre lierransas ¡infles es liermosa;Sevilla es en ingenios refulgen le,Mas ¿QII¿ ciudad levantará La frenteMi patria comparadíií

Creíase cual Dio!, en su locura,El hijo del ProfetaAl mirar de Valencia la hermosura.Mientras laica, decía, en mi turbanteCual perla riua la prceiosa Edcta,La media lima regirá señora,Y su e-paJa dii quíer conquistadoraHelumbrara triunfante.

Vuelto a la vaina el invencible acero;V en lugar de los roncos atabalesE-cucharac las trovas proveníalesY d alma se recrea.

V ct hijo del Profeta viii colmadaSu horrible profecía:Apenas del turbante fue arrancadaLa rica perla, su mejor lesoro,El líorido jardín del Mediodía,Cual joven sin amor que desfallece,.No puede resistir, y desparcteDe España en triste lloro.

Huye á esconder tu fuga vergonzosaBel África en la amia;.No nació para l( mi patrio hermosa.Ciñe lu frente con la u delta tristeT arrastra esclavo la servil caleñaCon. que Europa te oprime en esle instante,l'ues inirarntoámi patria cual amanteSin sangro la pcrdisle.

Mas ¡ah mi amigo!Que abiindunó este sDel agareno míicl la

-el día

Cubierto el rostro (tu afrentos» vclor

Lavadas al impúdico mercadoVrrfainos nosotros,, ó a su Lado-Uor i> día

Mil veces venturosa aquel instantEn que Aragón venciera:La hueste délos árabes-giganle.Si el cielo nos negáraesa victoria,Presa de esclavos nuestra patria fucV destrozado el manto de ValenciaNi huuicrj descullaiíi) pur SIÍ cicncNi su radíente gloria.

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Mas plugo al ciclo, y rica de tesoro,V cubierta la frcnleCon diadema de tapados y oroAI teatro del mundo se presenta;\ en competencia con cstraúíi genteSu hidalguía sin fin y su hermosura,Su ingenio su virtud y su bravura.Envanecida ostenta.

¡Qué placer, dulce amigo, haber nacido

En clima por el ciclo tan querido!¡Olí patria de los Cas tros y los Ju.iDe»!Noble es tu orgullo; el mérito te funda:De tus hijos aligeras las mentes:lía* en lo grande, en lo sublime ardientesCual luego de volcanes.

¿Quién reluchó lo que ellos relucharonEn luchas desiguales?¿fuiín pintó mas allá cuando pintaron?Aun suenan en la Francia mil looresA los héroes de Castro colosales,Aun adornan también el Vaticano,Eterna prez del suelo valenciano.Mil genios creadores.

Y de sus hijas el festivo acento.La gracia y la belleza«Quién podrá resistir sin que al momentoPrenda en su pecho íneslinguible llama

¿Qué trovador & sil celeste encantoResistirse podía, y en dulce cantoSu hermosura no aclama?

Bellas del Turto, amigas de mi infanchPluguiese al alto cieloQue de mi airada suerte la inconstanciaNo hubiera arrebatado de mi menteLa hermosa inspiración; y en raudo vueloDe! bello sol el trono conquistandoIrla vuestras sienes coronandoDe luz resplandeciente.

Pero ¡ay! en vano el corazón se agitaPor replegar su brio:No (¡a olores la flor si está marchita.Caduco ya en mí juventud llorosa,Y herido por do quicr el pecho mio_,Al insigne cantor del sol brillante£1 arpa cedo en que inspirado canteA mi Valencia hermosa.—Pedro Sabaler.

BELLAS ARTES.Re en me miamos á los aficionados á

la pintura, y en particular á Jas seno-raí, un descubrimiento interesantísi-mo á las artes. Este se reduce á pintarlas aguadas barnizadas imitándolas per-fectamente á los trabajos ejecutados alóleo, reuniendo su mismo vigor, brilloy solidez. Se consiguen tan apreckblesventajas con el uso de una cola com-puesta de ingredientes inalterables ysin olor. Los colores preparados conella se mantienen frescos mucho t ¡em-ito, cuidando tan solo de tapar bienlas frascos que los conservan; y los quese secan en la paleta, pueden destem-plarse cuantas veces se quiera con agu i,que es su disolvente natura}.

Esta clase de pintura ocupa el tér-mino medio entre el óleo y h antigua

aguada , acumulando ¡1 las ventajasenunciadas, la que en ella todos lostrabajas son sucesivamente inmediatossin temor de que se alteren, pues lacualidad disecante de los colores per-mite se precipiten las operaciones; loque no puede hacerse cotilas que se eje-cutan al óleo, y las treguas que estasexigen, y el olor poco agradable delaceite las presenta pesadas y fastidiosas.

A la circunstancia disecante de loscolores debieron los flamencos esa tras-parencia y hermosura que caracterizasus obras. Este género de pintura espreferible á otro cualquiera, particu-larmente para el estudio de paisnges,por Jo pronto que ofrece clefeeto,y

Enterados nuestros lectores de eite

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tu'todo de pintura, réstanos ú: vias posee toilo lo necesario par*los colores, papel pre- lizar el método de pintura que nos ha

parado y demás que se necesita para ocupado, y nos prometemos de su celopracticarlo, se venden en París, casa que muy pronto nos ofrecerá inues-de Mr. Panier, calle Vieja del Temple tras, para a i su vista poder emitirnúmero 75. nuestra opinión con toda seguridad y

Sabemos que uno de nuestros con- franqueza.

EB5JAHBO.Entuba próxima la noche, y las ca.

lies de Valencia comenzaba» á envol-verse en la oscuridad, á (rué son muypropensas por su estrechez, y noriaaltura de los edificios.

Sin embiembargo[ue restaba del dia permitió á la ti;que

Nie.

la

•olqsa , prendera por muchos añosde la plaza de la Escurada, ver y co-nocer á un joven, que envuelto en sucapa, y con paso precipitado pasó pordelante de sus canastos llenos de anti-quísima ropa vieja, de medio uso y sinusar, sin dirigir ni una mirada ;í la an-ticuaría, de quien era conocido, segúnpodia inferirse de la conversación quese trabó entre ella y el zapatero r e -mendón que trabajaba junto á supuerta.

—Tio Nicuclcnius, ¿lia conocido V.:i esc mozo?

—No he fijado la atención ; pero V.que todo lo alcanza, me dirá sin dudaquien es.

—En efecto, amigo, le lte conocidoá pesar de su embozo. Es el hijo deI). Andrés, aquel comerciante tan ricoque vive enfrente de mi casa.

—¿Y á dónde le parece á V. que iraahora, tía Colasa ? El tomó la via delhospital-

—No caigo adonde pueda ir.... ellodebe baber aqui algún misterio.

—¿Pues?...—Mire V.: habrá como seis meses

paró Una tartana delante de mi casa:metieron en ella dos cofres y otras frio-leras que sacaron de casa D. Andrés, y

ñ poco rato subió en el earruage con elsemblante muy mohino el señorito DonEduardo, y ecbó á andar la tartana.Preguntando yo luego á Calixta, Jacriada del comerciante, adonde hahiaido su señorito, ine dijo:—Yo no lo sé,tia Colasa : hace días tiene el scíiorgrandes reyertas con su hijo, sin quenaya podido yo averiguar la causa: ano-che tuvieron una conferencia muy lar-ga encerrados en el despacho del amo,y esto es todo lo que puedo decir a V •—•El señorito llego ayer tarde, despuésde medio año de ausencia; y esta ma-ñana me ha dicho la misma Calixta,que en el momento que bajó de la tar-tana se trabó una disputa entre padreé hijo, también encerrados -, que pusoella el oido á la cerradura de la puerta,

Lsolo oyó que el señorito lloraba, yuñaba á su padre cruel y verdugo.- M e cuenta V. unas cosas, tía Co-

lasa, que me tienen atontado-, ¡pues siel señorito Eduardo ha sido siemprecomo una malva! y Juego su padre loqueria como que no tiene otrohijo.

Mas larga seria indudablemente laconversación del artista y la comer-danta; pero no hace á nuestro propó-sito referirla toda, y seria ademas pe-sado para el pacientisimo lector, quehartas impertinencias tiene que sufrirde nuestra parte,

Abreviando, pues, esta historia todolo posible, diré, páralos que no lo se-pan, que en el hospital general de Va-lencia hay un cercado descubierto, en

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54 L1CB0 Vi

cuyo centro se eleva, un gran, barracónde madera destinado para las diseccio-nes de cadáveres, que sirven de estudioprácticoá los cursantes del artedetna-tar sin consecuencias, ó sea medicina;que asi suelen quitar la vida Jos recipesde los médicos, como las mismas enfer-medades , y esto sea dicho de paso ; ysi no tiene el mérito de la novedad,tiene á lo menos el tle la verdad.

Y volviendo al cuento y hospital,lian de saber nuestros lectores que enlíi misma tarde, de que ya liemos na—Jilado, trasladaban dos robustos bien-aventurados (I) el cadáver de fina jo-ven desde la sala de moribundos al tea-tro anatómico; y uno de los dos con-ductores dicen que llamó toco á unhombre que viendo á la difunta .se me-zo el cabello desesperadamente.

Quedó en silencio el hospital cuandola noche acabó de tender su manto:solo se oía la tos de los enfermo» en al'gunas parles, en otras los lastimeros yangustiosos syes de Jos dolientes, y enlas inmediaciones de la casa de locoslos descompasados gritos é insensatascanciones de aquellos infelices.

Muy triste debe ser una noche j a -sada vagando por el hospital, entre-gado á las reflexiones que son consi-guientes , y que nos abstenemos derepasar por no permitirlo los límitesdo un periódico.

Cuando ta lo reposaba, sal ¡(i un hom-bre de un oscuro rincón, donde sinduda se habia ocultado, y dirigiéndoseal barracón de la anatoiifia forcejó paraabrir la puerta , hasta que cediendoesta entro en su ámbito húmedo y os-curo, cerrándola otra vei.

Sin duda nos veríamos privados desaber lo que sucedió alli dentro , pueses difícil adivinar lo que hace un hom-bre S<JQ y encerrado, á no sci' que el

(1) lín el hospital general d» Valencia.csli i,-ml,,,n la casa de loco*, y se llcm elservfcjn de lodo el ps^lecimionio con losque han sido curados de su locura, pero noti.in rr en lirado en le rain en te la razón- EstoID íti'C'inui para inteligencia de nuestros si)9->

niIsino lo diga ; pero afortunadamentelos que escribimos novelas lo sabemostodo; y no hay que preguntar el cómo,que ahí está el gran secreto.

El hombre que penetró tan miste-riosamente en lu cátedra de anatomía,era el joven Eduardo, de quien ya tie-nen noticia nuestras lectores: despuésque estuvo encerrado en aquel horriblerecinto, quedó por algunos momentoscomo clavado junto á la puerta ; abrióuna linterna que llevaba oculta debajode su capa , y su dt:bíl lu/. iluminó uncuadro bien triste; un espacioso apo-sento eoi i teniendo un cadáver.

Eduardo se llegó al inanimado cuer-po , destinadoá servir de befa y escar-nio á una desenfrenada estudiantina, yseparando Jos estreñios del lienzo enque estaba envuelto, descubrió la ca-beza de la joven. Su rastro pálido hastaentonces se convirtió en cárdeno; sustemblorosos labios daban paso á unahorrible sonrisa, y de sus ojos fijos enla muerta se desprendía una lágrima..-,parecía que un cadáver BÜ hubiese le -vantado del sepulcro para contemplarú otro.

El joven Eduardo pronunciaba en-tre dientes algunas palabras inconexas;solóse oía ¡bárbaros! ¡muer-ta! -tan inocente!..,, ¡bárbaros!....La luz de la linterna eaia oblicua sobreel rostro de Ja joven : aunque pálida ydesfigurada por la muerte, distinguían-se señales de su pasada hermosura: susfacciones conservaban Ja espresion deun dolor vehemente.

Eduardo la contempló inmóvil 1 ugorato con amarga é inalterable sonrisa.Sus megillas empero fueron coloreán-dose gradualmente; sus labios se apre-taron con violencia; desencajáronse susojos, y su cabello se erizó en irregula-res crenchas. Lanzó un horrible grito,y cayó de rodillas junto al cadáver.

Copioso llanto se desprendió de susojos, y Jps sollozos no Je dejaron pro-nunciar una palabra en algunos minu-tos : al fin pudo hablar , y sin cesarnunca de derramar lágrimas.—«¡Mar-

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garita! cselamó, dirigiéndose á la jo-ven, ¡MargariLa!... ¡nome responde!...¿porqué?... ¡Guando mi voz pronun-ciaba tu nombre en otro tiempo, elcarmín coloreaba tus inegillas, y tusojos ebrios <le lo mas inocente alegría,del amor mas puro, se volvían hiíciami, para llenar mi alma de felicidad!...¡jamás dejaste de oir mi voz, y res-ponderme!... y ahora.... ahora per-maneces inmóvil y silenciosa cuandote llamo!... ¡Margarita!... :mi dulceMargarita!... jesta muerta!!! ¡Y quiénha sido el monstruo... el desalmadoque osó ajar flor taii pura y tan her-niwa!... ¿quién?... la ambición.... lavanidad.... ¡pcríida sociedad!... y túe r a la felicidad de los hombres I ¡ idque con mezquinas pasiones y vanasquimeras te opones á los mas puros de-seos de nuestras almas!... ¡tú nuestrafelicidad!... ¡mentira! ¡Tú eres nuestromayor tormento, nuestro verdugo,nuestra condenación'.!!

¡Margarita! ¡dulce amor mió! ¿quédJ i to fue el tuyo para que así los bár-baras te odiasen ? Tu amor que tan fe-liz me hacia , tu celestial amor masK r o é inocente que el aura de los ere-

.... Si, esc fue tu delito-, porque tuamor era una pasión celestial, y en 3ntierra solo puede subsistir el crimen;porque uniendo tu suerte á la mía bu-' • • <i(]o felices los «W, y los li.

sufreya fcl¡7,....

o prospera: la srtion del subndo bn lien

.F.NCUSO. 55

¡Oh rruri .Varcnlurn! ¡un solo golpenos aniquiló á entrambos!... ¡Pero quédigo! El único culpable de tu crueldesventura, el bárbaro que dirigió elpuñal ¡i tu inórenle pecho, soy yo mis-ino. Yo debiera haber respetado lascostumbres, y respetándolas no te hu-biera ainado, porque la cuna que memeció en la ii.ftneia era pulimentada,y la tuya fue una miserable estera....JNO es verdad, padre inio?... La hijade un pobre no había nacido para elliijo de un rico.... el corazón de esteno debió haber amado sino á una mu-ger noble y poderosa..., j no es ver-dad?... Entonces no se hubiera opues-to nadie ú nuestra unión , porque eraun casamiento igual,... y la igualdades preferible á la felicidad de la vida...jQué importa que el lujo sea feliz conla compuñera que su corazón ha ele-gido, si la vanidad y la ambición delpadre no cstsn satisfechas!... ¡Oh Mar-garita , Margarita! ¡ qué fatalidad lanuestra en haber nacido!!!

Eduardo cubrió su rustro eon lasmanos, y dejó caer la cabeza convul-sivo sobre el pecho de la muerta. Todoquedó en silencio: la linterna alum-braba tristemente el centro de la es-tancia: lo demás estaba envuelto en t i -nieblas : el viento gemía al penetrar]ior las grietas.... ¡era triste aquellamansión!

(5c continuará.)

profundo, en el qu

Inauguró la función su dignísimo presdenle D. JO»K JUAMB», leyendo un discur

tro mimoro d« hoy, en donde podran leerloiiueítro) siiscrilores.

Terminada su Lectura, y pagado el tributo

renciii tan osengidj cumo numrrusa ncnp;il>n me rile ilustradi, y lilosúdco, nos dio un] n>.l¡ií sillas impai.'irnte por verla cumenxüdií: cñ i itc \<*s ndplnnt.-imirtilos hechos por mies- Ihabía leidu rn el program.i los nombres de irn \.kw rk*dc su ¡nslohicjon hasu tf tih. <lflísoñoritní CASASSOVAS, PRÑABROVA, BHO- Esle discurso fue recibido con ardientes apl;i». ITOBS, Düpnv, ACRSA, AI.CARAZ v MARQ'ES SOÍ, V el Liceo determine! A petición de u '

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que de justicia se debía al hombre, que co-locado al frente de esta corporación desdesus albores, no ha perdonad» sacrificio deninguna clase para hacerla arribar al estado

nizar la función como individuo de laun de música, fue D. A i m a u EDLAHDOseo. Canto et Sr. ULASCO con tantoo é inteligencia, que el Liceo no pudo

es que n se n c u e n , enos e p y d m r o delrompieron en túrrenles de armonía la deli- que hace este joven, merced á su aplicciosa música y su compañera y hermana la y al lino lacio para la enseñanza que adencantadora puesta. á su digno maestro el Sr. VALERO.

intos

JORO* KR, a señorita Doña

to admirables y con . . . . „_de aventajados profesores. La señorita Doña que preserM A T I L D E BROTÓOS cantó una romanza de timo sábado, conocerán nuestros lectores laI CAFITLETI , y el Liceo le manifestó con íne- animación y la vida que hubria en el salón,qnívocas demostraciones el placer que había Grandes fueron ambas, y nosotros no pode-sentido al escucharla. Iguales demoslracio- mos dejar de atribuírsela completamente ánes recibió la señorita Doña ANTONIA M A B - las dignísimas socialCUES, al egecular las variaciones (Obre algu- le se prestaron á enos temas de la NORMA, y en verdad, lasrr- ' J 'e

ia de justii

p, s individuo

r dominó pintura y literaturt i

j yel piano cgeciitando unas difíciles variado- nuestro entusiane de H E R Í . La señorita Duna BRNITA Como pertenecientes á la últi

i e s l s S H

ptan ¿e

marnos, y á los de-ciones de música,no dejaron apagar

p; secciones, los

siempre á lus que tienen la for lu- Pnpuv y CLAVE

bado ult imóte sobrepujó n sí misma. A <e-puída cantaron la señorita Doña F»ANCISCAJ U E S A , arrebatando cun su voi á la concur-

, leycror

aplausos. Los .Sres. D. A. A. y SabaterROS ofrecieron una novedad Icséndtinos untgloga urbana , de l.i que forma bu par

denle de sus conocimientos en el canto, itnaaria del MARINO F A I . I I R O ; y Doña DOLODKSALCAHAZ t i brindU de la LUCRECIA BOU CÍAcoreado por algunos individuos de la secciónde música. Nada diremos del desempeño doesta aria: el Liceo ha nido repelidas veces al.i señorita ALCAHAZ, y cada noche la oye con

i lugar

dp aprobación, que era de su agrado aquenuevo genero de lectura.

Tal fue la sesión del último sábado. Itic;de trabajos y embellecida por una hríllunliconcurrencia proporcionó mas de uri rato d(dulce satisfacción a tortos lo» que perteni

dos, nosotros solo sabemos sentir.Otra de las personas que contribuyeron a

las sucesivque la qu

s que

abamos de describir, — S .

PROGRAMA DE LA SESIÓN DE ESTA NOCHE.

Variaciones al piano por D. J. F.—2." Aria de Luda de íamsrwor, por I). JoséRtajiti.—3." Aria de La Prígione de Edimburgo, pnr D. Donato Monlí).—*." Tercetoargarita />' Anjov, por los Sres. ürcla, Blasco y P j

, p . Dy Pujáis.

F.l Liceo valenciano ha abierto de nuevo MI escuela gimnástica, cuyos egercicíos tienen

para conocimiento de las personns que gusten concurrir a dicho establecimiento a lomarparte en sus ocupaciones; teniendo que satisfacer solamente pnr una vez 18 r s . , importde una f.ija que se les entregará, y es indispensable para los ejercicios.—Juan Amonio A l -mcla, secretario general.

VALENCIA: IMPRENTA DE LÓPEZ Y C.a