giraud. la indiferencia y la envidia. sociedad

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  • 7/27/2019 Giraud. La indiferencia y la envidia. Sociedad.

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    Andar por una ciudad requiere una dosis elevadade indiferencia. De otro modo brindaramos todo,nos entregaramos plenamente al primer chico dela calle que se nos cruce, a la primera constatacinde necesidad. O al menos daramos algo nuestrosiempre, una ayuda, una mano. Pero en la ciudadaprendemos a seguir adelante, atravesando des-amparos, humillaciones, dolencias, como si ellasno tuvieran capacidad de afectarnos. Ambigua indi-

    ferencia los perseguidos, los discriminados laanhelan. ! nuestra conducta e imagen se amparanen el derecho a la indiferencia para que no nos mo-lesten y critiquen.

    A su ve", cumplir una funcin requiere indiferencia.#$u% maestro podra darse a sus alumnos hastaolvidarse de s mismo& #! qu% m%dico soportarasufrir con cada padecimiento de sus pacientesAcaso un 'ue" no necesita indiferencia hacia elimputado para poder comer, rer o dormir despu%sde sentenciar& (a distancia que construye la indife-rencia es perturbadora. )os hace espectadores. !todo, desde el arte hasta la poltica, se percibecomo un espect*culo. A pesar de ser nuestra m*se+tendida atmsfera, laude iraud constata quelos socilogos se ocuparon escasamente de la indi-ferencia.

    Ante el espect*culo de la in'usticia solemos estardormidos. #Por qu% no nos provoca esc*ndalo&

    Durante mucho tiempo, la indiferencia respecto delos otros era una forma de distincin nuestra iden-tidad se construa sobre esa indiferencia respectode los otros, de los que no pertenecan a nuestrogrupo social. /oy la compasin se transform enuna norma, en una forma de 'ustificacin de lasprotestas y de las maneras de vivir con los seme-'antes nuestras sociedades son m*s multicultura-les que antes. (a indiferencia respecto de los otrosparece condenable, pero al mismo tiempo la racio-nali"acin de nuestras sociedades provoca unacreciente indiferencia. (os 'ueces no tienen compa-sin hacia las partes, los maestros no tienen mu-cha compasin respecto de sus alumnos. 0nton-ces, vivimos de manera esqui"ofr%nica, entre la in-diferencia y la compasin. Pr*cticamente todanuestra vida profesional transcurre en la indiferen-cia. ! es una capacidad social. ! para el resto de

    las dimensiones, y de manera puntual, somos com-pasivos y, por lo tanto, tambi%n protestamos. Pero

    la protesta es de corta duracin, como el compro-miso.

    0n la protesta, #los intelectuales y los artistas cum-plen una funcin especial& Ante la indiferencia, #elarte es una forma de promover la compasin&

    1. (a figura del artista articula profesionalismo 2ypor lo tanto indiferencia2 con compasin y emocio-nes m3ltiples. /ay una suerte de compasin de

    geometra variable. (os intelectuales movili"an lossentimientos pero con una estrategia de visibilidadsocial.

    4amos a un museo y nuestros sentidos se abren alas obras de arte. !a afuera nos encontramos conchicos pobres, personas sin techo, y seguimos ca-minando como si nada. #mo se produce esta es-cisin de nuestra sensibilidad&

    0l socilogo alem*n )orbert 0lias se5al que elproceso civili"atorio es un despliegue de autocon-trol. uando me presento como un profesional, sicomien"o a sentir emociones y a e+presarlas muy

    r*pidamente, sera no confiable. Por el contrario,en otras *reas, o en otras relaciones, se puedende'ar salir l*grimas para mostrar esa compasin, yesto resulta bien visto. ! eso permite advertir queuno no est* solamente en el registro de la ra"n.(a racionalidad instrumental, de todos modos, es ladominante, y ella e+plica la comisin de crmenesabsolutos, como la 1ho*h. (a crtica de la ra"ninstrumental introduce una apreciacin est%tica delas relaciones sociales.

    #$u% valor poltico tiene esa perspectiva est%tica&

    0l espectador y el actor se convirtieron en dos ma-

    neras de ser en el *mbito p3blico. /ay hipocresasocial e intelectual al considerar a la gente, a losciudadanos, a los individuos, como actores, ya queno son ni espectadores ni actores plenamente. 0suna dicotoma que no da cuenta de la realidad. (astres cuartas partes del tiempo la gente delega. De-lega a los otros la manera de hacer las cosas. Dealguna forma, ellos saben de qu% manera se van ahacer esas cosas. Pero, en un sentido, son todoscomo Poncio Pilatos se lavan las manos. ! esadelegacin le transfiere la responsabilidad al otro y,al mismo tiempo, descompromete. (a sociologanos habl de nuestra capacidad de ser actores y

    ser espectadores era considerado como lo negativo

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    "La envidia no es negativa porque ayuda a compensar nuestra indiferencia"

    Entrevista a Claude Giraud

    Estar cerca de la gente, comprometerse o mantenerse a prudencial distancia? Desear eimitar conductas o armar las propias? En ese juego intermitente se define el destino de las

    democracias modernas.

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    del actor. Pero hoy ya no es posible utili"ar de ma-nera homog%nea la categora de actor para darcuenta de las situaciones sociales.

    #Por qu% delegamos las tres cuartas partes de

    nuestra vida a otros&Porque la delegacin permite en un momento seractor, y en otro momento ser indiferente respectode la manera como las cosas ocurren.

    #(a indiferencia sera un producto social, un efectodel funcionamiento de la sociedad&

    (a indiferencia fue muy poco anali"ada por los so-cilogos. 0s un tema olvidado. (a cuestin es sa-ber si la indiferencia es una produccin social o esuna postura dira casi natural de los individuos. (aindiferencia puede ser vista como una capacidadsocial, fundada sobre competencias, una capaci-

    dad para poner distancia respecto de informacio-nes que nos perturban. Pero si yo la defino comouna capacidad m*s que como una incapacidad,quiere decir que la considero como el producto denuestras sociedades contempor*neas. ! por esoes que esta capacidad se anali"a en t%rminos deuna competencia. (a racionali"acin de nuestra so-ciedad, a partir de la 0dad 6edia, es un procesoque apunt a que los individuos ocupen un lugar enla divisin del traba'o. ! la indiferencia es un ele-mento funcional.

    #Por qu%&

    1epara, de'a de lado. 0n un sentido, en nuestrassociedades se les permite a los individuos ser aut-nomos y no responsables, pudiendo ad'udicar a lasinstituciones la responsabilidad de aquello que seha hecho. 0ntonces, yo soy responsable de mivida, pero no soy responsable de mis actos, porqueesos corresponden a las instituciones a las que seles imputa, sea la escuela, la empresa, la polica, la'usticia, la televisin. ! eso es muy importante, por-que permite, efectivamente, no soportar el peso detodos los hechos. Por e'emplo, un comisario sabeque su accin de desalo'ar un inmueble va a de'ara gente en la calle, pero %l tambi%n sabe que no esresponsable, ya que la institucin 'usticia se lo or-dena y %l no hace m*s que su traba'o. Pero esta l-gica presenta una grave dificultad poltica, ya queesa obediencia fue alegada por los na"is.

    #0n las sociedades contempor*neas, y sobre todoen las ciudades, hay un derecho a la indiferencia&Pienso en el derecho que puede tener, por e'emplo,una persona a no ser observada crticamente cuan-do en la calle toma la mano o besa a su pare'a delmismo se+o.

    0se es un e+celente e'emplo, porque, en definitiva,la indiferencia es la que nos permite vivir 'untos. !eso permite, de alguna manera, tener una distancia

    suficiente respecto de otros modos de vida. ! esoes uno de los desafos mayores dentro de las so-ciedades. /ay que recordar que durante la 7evolu-cin 8rancesa, la indiferencia fue perseguida y nose tena el derecho de ser indiferente respecto de

    la cosa p3blica. ! en general, en los regmenes au-toritarios, la indiferencia es imposible o se convierteen algo difcil, porque la delacin es la norma. 0n-tonces, la indiferencia es la fuer"a y la debilidad dela democracia. 9odo depende del ob'eto sobre elcual se aplique. /ay algunas indiferencias que soncondenables porque el ob'eto sobre el que se apli-ca e+ige de nuestra parte una reaccin y luego,hay indiferencias que son ben%ficas, porque uno nomira cmo vive el vecino que no nos mira. Pero siyo veo que golpean a alguien en la calle, la indife-rencia me torna culpable.

    #/ay alguna cone+in entre indiferencia y envidia&(a envidia me apro+ima a los otros, porque pone alos otros ba'o mi mirada, y yo me comparo conesos otros. A menudo se anali"a la envidia comoalgo detestable la historia de nuestra formacin ca-tlica siempre se destac por condenar la envidia,aunque no conden la indiferencia, salvo la indife-rencia frente a Dios. Pero el problema es que la en-vidia es un elemento de comparacin respecto alotro, es una puesta en relacin.

    #$u% efectos sociales produce la envidia& #Acasopueden ser positivos&

    (a envidia es un movimiento que lleva a la demo-crati"acin de las relaciones y a la igualacin de losestatus. (a envidia no es negativa porque compen-sa la indiferencia. uando se anali"an las organi"a-ciones y las instituciones, se encuentra en ellas unpedido contradictorio. 1e les pide a sus miembros,al mismo tiempo, que sean indiferentes a ciertas in-formaciones y propiedades, que hagan el traba'oque corresponde, cumpliendo las reglas estableci-das y, al mismo tiempo, se les pide que se com-prometan totalmente de alguna forma, y en esecompromiso, y para ese compromiso, se crean mo-delos de %+ito social. ! esos modelos de %+ito so-cial son los que posibilitan el desarrollo de las for-mas de envidia. 1e generan as preferencias, com-paraciones y deseos. 0ntonces, este proceso fun-ciona un poco como la figura del snob en la literatu-ra de 6arcel Proust, en la cual se ve muy bien quehay un imitador y una persona a imitar. Pero no sedesea el ob'eto de esa persona se desea el deseode aquel al cual se imita. 0ntonces, en t%rminos so-ciolgicos, podra decirse que la envidia y la indife-rencia son correlativas.

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    0)9704:19A A (A;D0 :7A;D

    (a discreta lgica del ocultamiento

    0l socilogo franc%s habla de ? de 'ulio de >@@

    httpBBCCC.pagina>.com.arBdiarioBsuplementosBes-pectaculosB>2@?E2>@@2@2>?.html

    (a posibilidad del secreto como pr*ctica social espuesta en duda en las sociedades occidentales, so-metidas a lo que parece ser el dictado de la infor-macin y de la claridad. 0n su primer libro publica-do en espa5ol, Acerca del secreto, recientementeeditado por Fiblos, el socilogo franc%s laude i-raud plantea que el secreto se muestra, se percibey finalmente se comprende a trav%s de las pr*cti-

    cas, las alian"as, las e+clusiones y las pertenen-cias que son, al mismo tiempo, puestas en escenade lo que se oculta y de lo que se valori"a. Doctoren 1ociologa GParis :4 1orbonneH y profesor de la;niversidad de (ille G8ranciaH, iraud es autor denumerosos traba'os en los que ha indagado sobrediferentes aspectos de la vida social que hastaahora fueron poco investigados. 1e ha dedicadoespecialmente al estudio de las relaciones socialesconstruidas a partir de los conceptos de compromi-so e indiferencia.

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    lo que implica que hay pensamientos, opiniones einformaciones imposibles de ser revelados=, subra-ya el socilogo. @@H L(as lgicas sociales de la indiferen-cia y la envidiaL GFiblos, >@@?H y @@?H.

    (a ense5an"a olvidada de Adam 1mith

    L/ay, efectivamente, dimensiones negativas en la

    envidia, reconoce iraud. (a postura, la actitud en-vidiosa, hace infeli" a aquel que la posee. Por otrolado, no hay que olvidar que competencia y consu-mo son dos aspectos de nuestras sociedades vin-culados a la envidia.L

    iraud rescata, en este an*lisis, a Adam 1mith,pero m*s que como economista como filsofo mo-ral, Lporque Adam 1mith mostr, en el 9ratado delos sentimientos morales, que uno no puede e+istirsin los otros, que son los otros los que me dan micapacidad para vivir. ! eso es algo que se ha olvi-dado de su pensamiento. 0s cierto que hay una

    parte de su obra que hace de la competencia el re-gulador de las relaciones sociales. Pero en el 9ra-tado de los sentimientos morales en alg3n sentidocuestiona la tesis de la competencia. 6e interesatambi%n el t%rmino MdeudaM que fue ob'eto de apro-piacin de parte de los economistas y que, en elfondo, se5ala que es imposible un yo sin los otros.M9engo una deudaM significa, como se dice en el0clesiast%s, que yo recibo de los otros.

    ! Adam 1mith nos recuerda esta dimensin esen-cial de la deuda, que proviene de la malla, del te'i-do de relaciones, de los que estuvieron, de los queest*n y de los que van a venirL.

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