gettier (1963) es la creencia verdadera justificada conocimiento

2

Click here to load reader

Upload: mario-gensollen

Post on 01-Dec-2015

40 views

Category:

Documents


3 download

DESCRIPTION

Teoría del conocimiento

TRANSCRIPT

Page 1: Gettier (1963) Es La Creencia Verdadera Justificada Conocimiento

�Es la creencia verdadera justificadaconocimiento?Edmund L. Gettier

En a�os recientes se han hecho varios intentos por enunciar condiciones necesarias y suficientes para el saber de alguien de una proposici�n espec�fica. Los intentos a menudo han sido tales que pueden ser enunciados en una forma similar a la siguiente:1

(a) S sabe que P si y s�lo si: (i) P es verdadera,(ii) S cree que P, y(iii) S est� justificado para creer que P.

Por ejemplo, Chisholm ha sostenido que lo siguiente proporciona las condicionesnecesarias y suficientes del conocimiento:2

(b) S sabe que P si y s�lo si: (i) S acepta que P,(ii) S tiene evidencia adecuada para P, y(iii) P es verdadera.

Ayer ha enunciado las condiciones necesarias y suficientes del conocimiento como sigue:3

(c) S sabe que P si y s�lo si: (i) P es verdadera(ii) S est� seguro de que P es verdadera, y(iii) S tiene derecho a estar seguro de que P es verdadera.

Argumentar� que (a) es falso, ya que las condiciones ah� enunciadas no constituyen una condici�n suficiente para la verdad de la proposici�n de que S sabe que P. El mismo argumento mostrar� que (b) y (c) fallan si “tiene evidencia adecuada para” o “tiene derecho a estar seguro de que” es sustituido por “est� justificado para creer que” en todos los casos.

Comenzar� haciendo notar dos puntos. Primero, en ese sentido de “justificado” en el que el estar justificado de S para creer que P es una condici�n necesaria del saber deS que P, es posible que una persona est� justificada para creer una proposici�n que de hecho es falsa. Segundo, para cualquier proposici�n P, si S est� justificado para creer que P, y Q es una consecuencia l�gica inevitable de P, y S deduce Q a partir de P y acepta Q como resultado de esta deducci�n, entonces S est� justificado para creer que Q. Teniendo estos dos puntos en mente, presentar� ahora dos casos en los que las condiciones enunciadas en (a) son verdaderas para alguna proposici�n, aunque es al mismo tiempo falso que la persona en cuesti�n tenga conocimiento de esa proposici�n.

Caso ISuponga que Smith y Jones han hecho una solicitud para cierto empleo. Y suponga que Smith tiene fuerte evidencia para la siguiente proposici�n conjuntiva:

(d) Jones es la persona que obtendr� el empleo y Jones tiene diez monedas en su bolsillo.

La evidencia de Smith para (d) podr�a ser que el presidente de la compa��a le asegur� que Jones ser�a seleccionado al final, y que Smith hab�a contado las monedas en el bolsillo de Jones diez minutos antes. Una consecuencia l�gica inevitable de la proposici�n (d) es:

1 Plat�n parece considerar tal definici�n en Teeteto 201, y quiz� aceptarla en MenÄn 98.2 Roderick M. Chisholm, Perceiving: A Philosophical Study (Ithaca, NY: Cornell University Press, 1957), p. 16.3 A. J. Ayer, The Problem of Knowledge (London: Pelican, 1976).

Page 2: Gettier (1963) Es La Creencia Verdadera Justificada Conocimiento

(e) La persona que obtendr� el empleo tiene diez monedas en su bolsillo.

Supongamos que Smith ve que (e) es una consecuencia l�gica inevitable de (d) y acepta (e) sobre la base de (d), para la cual tiene fuerte evidencia. En este caso, Smith claramente est� justificado para creer que (e) es verdadera.

Pero imagine, adem�s, que sin saberlo Smith, es �l, y no Jones, quien obtendr� el empleo. Y tambi�n, sin saberlo Smith, �l tiene diez monedas en su bolsillo. La proposici�n (e) es entonces verdadera, aunque la proposici�n (d), a partir de la cual Smith infiri� (e), es falsa. En nuestro ejemplo, entonces, todo lo siguiente es verdadero: (i) (e) es verdadera, (ii) Smith cree que (e) es verdadera, y (iii) Smith est� justificado para creer que (e) es verdadera. Pero es igualmente claro que Smith no sabe que (e) es verdadera; puesto que (e) es verdadera en virtud del n�mero de monedas en el bolsillo de Smith, mientras que Smith no sabe cu�ntas monedas hay en el bolsillo de Smith, y basa su creencia en (e) en el conteo de las monedas en el bolsillo de Jones, de quien falsamente cree que es la persona que obtendr� el empleo.

Caso IISupongamos que Smith tiene fuerte evidencia para la siguiente proposici�n:

(f) Jones es due�o de un Ford.

La evidencia de Smith podr�a ser que, en todo momento pasado dentro de la memoria de Smith, Jones ha sido due�o de un auto, y siempre fue un Ford, y que Jones ofreci�recientemente llevar a Smith de paseo mientras conduc�a un Ford. Imaginemos ahora que Smith tiene otro amigo, Brown, de cuyo paradero es totalmente ignorante. Smith selecciona tres nombres de lugares al azar y construye las siguientes tres proposiciones:

(g) O bien Jones es due�o de un Ford, o bien Brown est� en Boston.(h) O bien Jones es due�o de un Ford, o bien Brown est� en Barcelona.(i) O bien Jones es due�o de un Ford, o bien Brown est� en Brest-Litovsk.

Cada una de estas proposiciones es consecuencia l�gica inevitable de (f). Imagine que Smith se da cuenta de que (f) tiene como consecuencia l�gica inevitable cada una de estas proposiciones, y procede a aceptar (g), (h) e (i) sobre la base de (f). Smith est� por ello completamente justificado para creer cada una de estas tres proposiciones. Smith, por supuesto, no tiene idea de d�nde se encuentra Brown.

Pero imagine ahora que dos condiciones adicionales son el caso. Primera, Jones no es due�o de un Ford, sino que conduce en este momento un auto rentado. Y segunda, por mera coincidencia, y sin que Smith lo sepa en absoluto, el lugar mencionado en la proposici�n (h) es en realidad el lugar en el que se encuentra Brown. Si estas dos condiciones son el caso, entonces, Smith no sabe que (h) es verdadera, incluso aunque (i) (h) es verdadera, (ii) Smith cree que (h) es verdadera, y (iii) Smith est� justificado para creer que (h) es verdadera.

Estos dos ejemplos muestran que la definici�n (a) no enuncia una condici�n suficientepara el saber de alguien de una proposici�n espec�fica. Los mismos casos, con cambios apropiados, ser�n suficientes para mostrar que ni la definici�n (b) ni la definici�n (c) lo hacen tampoco.

TraducciÄn de Marc JimÅnez Rolland