gestión carismática en líderes políticos: análisis de discurso y

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Nº de palabras: 18.910 MÁSTER ESTUDIOS AVANZADOS EN COMUNICACIÓN POLÍTICA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID Gestión carismática en líderes políticos: análisis de discurso y tratamiento mediático El caso de Artur Mas desde el inicio del proceso soberanista catalán hasta la actualidad Rodrigo de Miguel Villalonga Curso 2015/2016

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Nº de palabras: 18.910

MÁSTER ESTUDIOS AVANZADOS EN COMUNICACIÓN POLÍTICA

UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

Gestión carismática en líderes políticos:

análisis de discurso y tratamiento mediático El caso de Artur Mas desde el inicio del

proceso soberanista catalán hasta la actualidad

Rodrigo de Miguel Villalonga

Curso 2015/2016

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ÍNDICE:

1. PLANTEAMIENTO

1.1 Tema…………………………………………………………………………………………………………………..…3

1.2 Caso concreto………………………………………………………………………………………………………..3

1.3 Metodología………………………………………………………………………………………………………….3

1.4 Objetos de análisis…………………………………………………………………………………………………3

2. MARCO TEÓRICO

2.1 Justificación…………………………………………………………………………………………………………..4

2.2 Estado de la cuestión…………………………………………………………………………………………….4

2.3 Hipótesis……………………………………………………………………………………………………………….8

2.4 Objetivos……………………………………………………………………………………………………………….8

3. ANÁLISIS

3.1 Introducción. El Artur Mas anterior al proceso………………………………………………………9

3.2 El 11-S de 2012. ¿Cambio? de discurso hacia el soberanismo………………………………10

3.3 De la “Vía Catalana” a la “V”, pasando por el ‘caso Pujol’…………………………………….13

3.4 La firma del decreto para la consulta y el 9-N………………………………………………………20

3.5 Junts pel Sí, la última Diada y las ‘plebiscitarias’ del 27-S…………………………………….23

3.6 La declaración ante el TSJC y el “paso a un lado por el país”………………………………..28

4. CONCLUSIONES..............................................................................................................31

5. BIBLIOGRAFÍA

5.1 Artículos/noticias……………………………………..………………………………………………………….34

5.2 Estudios/dossiers…………………………………………………………………………………………………36

5.3 Entrevistas…………………………………………………………………………………………………………..36

5.4 Libros/manuales………………………………………………………………………………………………….36

6. ANEXOS

6.1 Gráficos……………………………………………………………………………………………………………….38

6.2 Tablas………………………………………………………………………………………………………………….52

6.3 Portadas de diarios………………………………………………………………………………………………53

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1. PLANTEAMIENTO

1.1. Tema

La gestión del carisma por parte de los líderes políticos en su relación con movimientos de

carácter popular, poniendo el énfasis en el discurso y el tratamiento mediático.

1.2. Caso concreto

El del expresident Artur Mas en momentos concretos del proceso soberanista catalán que

podrían considerarse de gran carga carismática, desde su inicio hasta la actualidad.

1.3. Metodología

Para el presente trabajo he optado por combinar métodos de investigación y análisis cualitativos

(análisis de discurso y de portadas de medios) y cuantitativos (valoraciones y otras estadísticas

publicadas por el Centre d’Estudis d’Opinió). La razón principal de esta elección es la dificultad

de comprobar empíricamente las causas y efectos del carisma –ya no digamos hipótesis-1, un

concepto ya de por sí difícil de definir teóricamente. Estos se pueden intuir, e incluso a veces

parecen muy claros, tanto en el discurso como en las reacciones de la sociedad –civil o no- que

mide la investigación cualitativa, la cual sirve también para intuir las estrategias mediáticas ante

este tipo de liderazgos y movimientos. No obstante, he visto necesario que la mayor presencia

o ausencia de carisma –o sus transferencias- se pudiesen plasmar de algún modo mediante

parámetros estadísticos considerados como significativos, lo cual me ha llevado a optar por

emplear como referencia las valoraciones sobre líderes, además de las referentes a la relación

entre España y Catalunya que surge con el proceso soberanista y otras más complementarias.

Me he inclinado, además, por unas teorías y unas hipótesis escogidas tras una observación

previa de la relación entre el proceso-movimiento y los liderazgos que lo acompañan, lo cual

podría, a priori, parecer una ruptura con el paradigma neopositivista2. Sin embargo, esa misma

observación, realizada después con mucha mayor profundidad tras intuir el posible

cumplimiento de ciertas pautas teóricas e hipótesis, es la que se enfocará en comprobar

empíricamente la parte teórica. Sin embargo, estas comprobaciones en realidad van elaborando

las preguntas e hipótesis de investigación a lo largo del trabajo, y no se llegan a centrar del todo

-en el caso de este trabajo- en las obras utilizadas en el marco teórico, lo cual responde más al

paradigma interpretativo de lo cualitativo.

1.4. Objetos de análisis

Discursos (lenguaje verbal y no verbal), apariciones en los medios, barómetros de opinión,

portadas de periódicos y otros análisis, esencialmente de periodistas y politólogos.

1 En la obra Métodos y técnicas de investigación social se habla de una forma de proceder de Jankowski, cuya obra carece de un marco teórico que proponga hipótesis empíricamente comprobables. Ante esto, teoriza combinando conclusiones y teorías y no distingue claramente lo teórico de los resultados empíricos. No parte de hipótesis claras, sino que las construye sobre la marcha, lo cual es definido por Corbetta como “teoría que surge de los datos”. (Corbetta, P. 2007: 57). 2 Según Piergiogio Corbetta, en la investigación cuantitativa, inspirada en este paradigma, la relación entre teoría e investigación está estructurada en fases que siguen una secuencia lógica. Se basa en un planteamiento deductivo en el que la teoría precede a la observación, que se orienta a la comprobación empírica de la teoría formulada previamente. (Corbetta, P. 2007: 57).

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2. MARCO TEÓRICO

2.1. Justificación

El interés de este trabajo reside en esclarecer las claves de la gestión -construcción y

transferencias- de carisma entre los líderes políticos y movimientos/procesos, bajo una

perspectiva que revele el papel de los medios y el discurso en dicha gestión, dentro de un

contexto actual de crisis, marcado por la desafección política y en unas sociedades cada vez más

complejas.

El caso de Artur Mas representa un ejemplo de intento de auto-construcción carismática en un

personaje que parte sin ese “aura divina” de la que habla Weber, siendo más bien un político

burocrático o de aparato de partido, sereno, técnico. Su paso de tal perfil al actual tiene que ver

con su identificación sobre una causa concreta, la del paso del autonomismo al soberanismo-

independentismo en Catalunya. Dicha causa, que posee elementos típicos –en especial la

identificación nacional- de otras que han elevado a la condición de ‘caudillo’ a otros personajes

históricos –por seguir hablando en términos weberianos-, parece transversal en lo ideológico y

social, lo cual la hace más difícil de asimilar como propia para un único personaje, teniendo en

cuenta además la desafección política.

Además, puede ser revelador conocer la importancia que han podido tener los medios en su

tratamiento informativo sobre el proceso en Catalunya, a menudo muy personalizado, en la

construcción carismática. Su análisis puede abrir la ventana a considerarlos como una causa muy

importante en la producción de carisma en la actualidad. En este caso, se hace especialmente

interesante estudiar cómo el intento de apropiación de los valores evocados por el movimiento

colectivo -que podría guardar carisma en sí mismo- por parte del líder puede ser igual de

importante que su identificación con otros por parte del movimiento, pero en contraposición

ante los que evoca la parte contraria, que le ataca a él y al propio movimiento.

En definitiva, se trata de averiguar, por un lado, cómo afectan las condiciones políticas y los

medios catalanes y, por otro, los medios y respuestas procedentes del Gobierno y el Estado

español en la valoración del líder por parte de sus audiencias. Puede tratarse, por tanto, de un

carisma basado en la habilidad de guiar un proceso/movimiento y atribuirse sus valores, así

como en saber contraponerse al ‘enemigo’ y lo que representa. Cabe recordar, por último, que

el proceso en Catalunya, por su carácter rupturista con el sistema político español actual,

provoca una gran polarización en los medios y la opinión pública. Este hecho incita unos

sentimientos, expectativas y exaltación necesarios para que hoy en día, en una época de relativa

banalización de la política, pueda intentar resurgir el líder carismático.

2.2. Estado de la cuestión

Max Weber, en El político y el científico, cree en lo irracional como parte más significativa del

carisma, y nombra la voluntad y sobre todo el discurso demagógico como las facultades

principales de selección del caudillo o guía carismático. En cuanto al poder de movilización,

destaca lo puramente emocional: “dictadura basada en la utilización de la emotividad de las

masas” (Weber, 2009: 136). Cabe recordar que el autor centra sus estudios en una época donde

todavía es clara la percepción de la sociedad como masificada y homogeneizada, al contrario de

lo que sucede en la realidad, más aún si pensamos en una sociedad occidental avanzada. No

obstante, en su obra se analiza una concepción respecto al liderazgo en la América que acababa

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de independizarse que podría ser aplicable al pensamiento de una parte de la población actual

en muchos países occidentales: la de una comunidad administrada por gentlemen.

Por otra parte, Weber se refiere a los políticos profesionales de la Alemania de su época como

personas sin poder ni responsabilidad, que sólo jugaban un papel subalterno de notables,

centrados en sus puestos y sin posibilidades de trascender. Es ahí donde podían surgir, según él,

políticos con cualidades de caudillo que quisiesen salirse de tal orden. El autor plantea pues, una

dicotomía entre una especie de simples funcionarios –muy honestos- que “desespiritualizan” a

sus seguidores y guías espirituales o de masas. Estos necesitarían, como precio a pagar, un

aparato que obedeciese ciegamente. Así lo planteaba el autor germano: “Sólo nos queda elegir

entre la democracia caudillista con máquina o la democracia sin caudillos, es decir, la

dominación de políticos profesionales sin vocación, sin esas cualidades íntimas y carismáticas”

(Weber, 2009: 148). Hay que entender su visión dentro del contexto histórico y de la percepción

democrática de la época. Con esos dos modelos de los que habla se puede establecer un

paralelismo con lo que hoy entendemos por etapas políticas estables o crisis de régimen, donde

surgen personajes carismáticos o que se dotan de carisma.

Entre las cualidades del político, el autor destaca tres: la pasión (entendida como la entrega a

una causa), el sentido de la responsabilidad (como la guía hacia dicha causa) y la mesura (guardar

la distancia con las personas y las cosas dejando que la realidad actúe sobre el político mismo).

Esta toma de distancia y hacer la política con la cabeza distinguen para Weber al político

apasionado del “estérilmente agitado”. La vanidad o el ansia de poder, cuando deja de estar

solamente al servicio de una causa, es uno de los mayores pecados que puede cometer el

político, por eso “está siempre en peligro, tanto de convertirse en un comediante como de tomar

a la ligera la responsabilidad que por las consecuencias de sus actos le incumbe y preocuparse

sólo por la impresión que hace” (Weber, 2009: 153). Por tanto, es imprescindible para el autor

la finalidad objetiva de la causa del político, para que la acción tenga consistencia y evitar la

apariencia del poder por el poder en lugar del poder real. Otro de los aspectos fundamentales

para Weber es que la causa debe guardar algún tipo de fe. La finalidad puede ser nacional,

humanitaria, social, cultural o religiosa, pero sin contener alguna fe, incluso el éxito en la

consecución de la causa puede quedar en el vacío. Es aquí donde también podemos encuadrar

a Mas y su relación con el proceso soberanista.

Salvador Giner, en Carisma y razón, empieza a relacionar ya carisma o liderazgo con factores

racionales y externos, como el social o el mediático en las sociedades contemporáneas, en las

que, según él, se fomenta la publicidad de uno mismo y el carisma fugaz o producido

industrialmente: “El favor efímero del público se logra a través de la publicidad de personas, a

poder ser mediante un soporte mediático preparatorio y deliberado, […] es decisivo insistir en

la mundanidad del personaje, hasta en su condición efímera y terrena: es como nosotros, como

todo el mundo.” (Giner, 2003: 151). Esta condición profana ni siquiera se esconde por parte del

personaje manufacturado, en una etapa posterior a la de la sacralización de líderes carismáticos,

propia de la sociedad industrial con creciente individualismo liberal, que exalta lo terrenal. El

autor, volviendo la vista a Weber, se pregunta si el hombre moderno necesita de cierta

secularización y otorgación de carisma: “Si ése fuera el caso, ni siquiera la civilización burguesa,

capitalista y racionalizadora, viva aún, podrá eliminar la presencia del carisma entre nosotros, ni

su capacidad de movilizar, ordenar y canalizar las emociones colectivas y las orientaciones

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grupales del comportamiento.” (Giner, 2003: 155). Esta es una pregunta que Weber jamás

contestó -aunque su hipótesis consideraba al carisma como una necesidad social inevitable- y

que se podría plantear como atribuible actualmente no sólo a personas, sino a movimientos,

como en este caso el catalán.

En cuanto a la ciencia política, de la que excluye sólo excepciones, Giner dice que ha sido incapaz

de teorizar estos liderazgos convincentemente, pese a parecer tener una obligación como

ámbito. Cita teorías como la de la elección racional, muy radicales en su carácter científico, que

tampoco han podido lidiar con los fenómenos carismáticos “por la prioridad absoluta que

conceden al cálculo […] así como a su simplificación de las motivaciones de la acción humana,

como si ésta se guiara simplemente por una maximización egoísta y consciente del bienestar

individual.” (Giner, 2003: 157). Sin embargo, afirma que nada impide una investigación racional

de comportamiento aun teniendo una concepción compleja que incluya creencias de la gente.

A otras ciencias sociales les reconoce avances, aunque no tanto en respectivo a procesos

carismáticos en sociedades occidentales actuales, donde se admite que “ha habido cierta

secularización, pero que ésta ha tenido sus límites” (Giner, 2003: 158), y donde se duda sobre

todo de su naturaleza y ámbitos, precisamente por la mutación mediática en lo cultural y moral.

No obstante, dicen poder constatarse, al menos en los personajes políticos públicos, que aquí

nos interesan, “la íntima relación, la afinidad electiva, que posee su carisma con el control y

manipulación de los nuevos medios masivos de comunicación” (Giner, 2003: 158), tomándose

la manipulación y manufactura de la opinión pública como claves de la consolidación de un

nuevo paradigma carismático. Hoy, sin embargo, con las lógicas actuales, deberíamos no sólo

tener en cuenta este tipo de medios, sino también aquellos que han llegado con la comunicación

2.0.

Las esferas –sobre todo la mediática- en las que mueve el personaje público, según el autor,

“continúan cultivando esta inclinación a personificar lo impersonal” (Giner, 2003: 158), en

relación a la autoridad o al poder. Por lo tanto, la batalla política depende cada vez del manejo

mediático y “en la carismatización de un dirigente, para que él y sus secuaces conquisten y

acaparen una posición estratégica en la estructura política.” (Giner, 2003: 159). Esto podría

interpretarse como la hegemonía de un discurso o relato actualmente, una pugna muy palpable

en el caso concreto que se trata aquí. No obstante, considera muy importante también “el peso

de las diversas corporaciones y colectivos que aglutinan intereses económicos, políticos o

culturales para lograr la aceptación de un personaje creíble y popular” (Giner, 2003: 160). Pese

a esto, Giner pone el acento en otra clave: la naturaleza del tejido cultural, “sobre el que se

asientan estas estrategias mundanas para el lanzamiento carismático del personaje –cada vez

más vacío de persona-” (Giner, 2003: 160). En cualquier caso, dice que el carisma atribuido a

personajes (rutinizado, en términos weberianos) no ha abandonado el mundo teatralizado

actual, y “sigue necesitando exaltación, podio, trono, silla gestatoria, pantalla televisiva, primera

página de periódico.” (Giner, 2003: 161), objetando que es más apropiado hablar de carismas

en plural, debido a la fragmentación cultural que separa audiencias con ídolos propios.

Giner añade a estas premisas que la sacralización de lo profano en la modernidad “se ha

combinado con una religión mundana dedicada a la exaltación de la sociedad misma, a su

endiosamiento directo, y no a la adoración de la sociedad a través primero de sus propios dioses,

tal como Durkheim explicara.” (Giner, 2003: 162). Esto fomenta, por un lado, el patriotismo -

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cívico y no nacionalista o demagógico conceptualmente- y la ritualización colectiva por el otro.

El objetivo es reforzar la identidad de una comunidad, sus símbolos y sus acontecimientos

históricos, sacralizando la sociedad, hasta el punto de que “la intervención y construcción de

personajes públicos dotados de autoridad y poder tiene hoy que habérselas con ella, pues su

esfuerzo y el de los equipos promotores que los lanzan van dirigidos a la captura y control del

capital emocional colectivo, sobre el cual se construye el edificio del poder y la gloria en las

democracias representativas.” (Giner, 2003: 162). Así, el carisma de moderno (rutinizado en

Weber), inestable, vacío, banal, desprovisto de trascendencia, “se crea y destruye a la vez, en

las manos de una racionalidad secularizadora que necesita negarlo sin, por otra parte, poder

prescindir completamente de él. Por eso, este carisma es plural y efímero.” (Giner, 2003: 170),

y según Giner, se puede seguir a quien o a lo que se quiera y abandonarlo cuando no responda

a unas necesidades o cuando el seguidor se harte de mitificarlo y ponga una visión crítica sobre

ellos. Giner cree, como señalábamos antes, en un nacionalismo que nace de esa “religión civil”,

cuya exaltación para mantener unas señas de identidad se realiza a través de ceremonias,

demostraciones públicas e invocando “supuestos o reales enemigos exteriores para cerrar filas

frente a ellos” (Giner, 2003: 170). Además de esto, se añaden como elementos destinados a

combatir la rutinización –propia de la democracia liberal- los rituales laicos y la incorporación de

valores e instituciones nacionales a la esfera de lo intocable: “Sus principios básicos –libertad,

igualdad, justicia y soberanía popular- se veneran e invocan como cuestiones cuasisagradas

contra las que nadie puede atentar. Poco importa que nuestro orden político adolezca de

deficiencias a todas luces visibles en la realización práctica de tales principios.” (Giner, 2003:

170). Esta mitificación la podemos encontrar en el conflicto catalán contra el Estado español

ante los valores de, por una parte, la democracia, y por la otra, la ley como significantes.

Poniendo el carisma moderno a merced de los gestores comunicativos y a la intervención de los

medios de comunicación, se habla ya de la ‘fábrica del carisma’ interpuesta entre el líder y sus

seguidores. Se deja atrás la producción artesanal del carisma a partir del don (carisma puro en

Weber) y cualidades personales, y se manufactura. Aquí, Giner dice del aura del guía carismático

que “se funde y confunde en la presentación calculada ante una audiencia: las relaciones

públicas como técnica institucional […] son las encargadas de la gerencia eficaz de lo que otrora

fuera definido por la sociología como gracia concedida por los dioses, es decir, el carisma.”

(Giner, 2003: 174). El autor lo separa así del carisma puro del cual hablan ramas protestantes en

relación a la concesión de la salvación, el cual se recibe, mientras que el actual-rutinizado es

producido y mantenido de forma mediática y deliberada. Luego se le concederá al líder por parte

de la organización, en este caso el partido o movimiento, al cual se deberá éste.

La relación de poder entre líder y organización se puede dar, según el autor, de dos formas: en

la primera, se da la sumisión del primero a los objetivos y estrategias de la organización y sus

comités –donde sólo es representante de una imagen u objetivo y puede ser sustituido por otro

personaje-, aunque el portador del carisma no es totalmente pasivo. Sin embargo, “no producen

con su fuerza el orden social sobre el que aparentemente reinan. No son los creadores de las

pautas socioculturales del grupo que les sigue. Pero actúan como si así lo hicieran.” (Giner, 2003:

176); el caso contrario es el de los guías políticos que construyen su propia organización,

concentrando el mayor poder posible en su persona, justificándose en cualidades que

supuestamente sólo posee él: “Manipulan a través de la propaganda su propia imagen,

ocultando con destreza todo lo miserable que pueda haber tras ellos y sus actuaciones.” (Giner,

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2003: 176). Sin embargo, el autor plantea estos tipos como ideales y no descarta que se puedan

establecer casos intermedios, en los que el líder, “una vez encaramado a la cúspide de su

corporación, la usa para desarrollar su propia estrategia carismática […], o el del líder que, contra

todo pronóstico, lejos de someterse a los intereses corporativos de quienes lo han encumbrado,

se rebela ejerciendo un liderazgo personal no previsto en el programa.” (Giner, 2003: 176). En

una mezcla entre estos modelos y su visión intermedia parece encontrarse, a priori, Artur Mas

respecto al movimiento soberanista catalán y su partido. En general, según Giner, a estos

liderazgos se les salva del contacto directo con los seguidores gracias a los baños de multitudes

preparados y a los medios de comunicación, así como de sus miserias mientras no sean

totalmente claras, ya que los sistemas jurídicos de la democracia liberal permiten “que se

produzca el desgaste o el descrédito de gobernantes electos y que se desmorone cuanto carisma

hayan podido acumular en su carrera política, sin que sufra el orden democrático” (Giner, 2003:

177), como podría haberle pasado a Jordi Pujol –y, por ende, a Mas- con su caso de corrupción.

Incluso están desprotegidos ante la ironía o el sarcasmo públicos. Por último, Giner plantea que

la dimensión corporativa en la creación de personalidades carismáticas añade irrealismo y

confusión al estudio del carisma, y hace a los líderes incapaces de tener méritos o virtudes de

los carismáticos genuinos, atribuyéndoles astucia, ambición o frialdad como adjetivos más

valiosos y necesarios a la hora de superar las batallas cotidianas que su tipo de carisma implica.

2.3. Hipótesis

La autoconstrucción o gestión carismática de Artur Mas se basa, por un lado, en identificar su

persona con un movimiento colectivo que mezcla sentimientos profundos y elementos

racionales, proyectándose como un servidor de sus intereses e incluso mártir de su causa; y, por

el otro, en la contraposición automática a unos valores y esquemas mentales que evocan las

reacciones y lecturas del proceso catalán desde el aparato estatal y los medios editados en

Madrid, que en gran medida han personalizado en él un proceso transversal y muy complejo.

1ª Pregunta de hipótesis: ¿Sirve la estrategia de gestión carismática de Artur Mas para ser más

valorado entre el electorado de CiU, entre el independentista o entre el catalán en general?

1ª Hipótesis: la estrategia carismática funciona para el independentista, y en gran medida para

el de CiU (CDC), pero fracasa en el catalán en general.

2ª Pregunta de hipótesis: ¿Se produce realmente una transferencia de carisma entre el proceso

soberanista y la figura de Artur Mas?

2ª Hipótesis: Sí, en ciertos momentos se produce por contraposición y defensa ante las

respuestas del Estado español y los medios estatales, y debido a la personalización que hacen

estos últimos del movimiento.

2.4.Objetivos

1. Mostrar la importancia, en la gestión carismática, del discurso y la esfera mediática en

momentos concretos con gran carga sentimental ligados al proceso soberanista.

2. Esclarecer las bases y causas de dicho movimiento carismático en el contexto actual catalán y

español, marcado por la crisis económica y la desafección política.

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3. Plantear el recorrido que puede tener Artur Mas en un futuro como líder carismático en CDC

o en la Generalitat si volviera a presidirla.

3. ANÁLISIS

3.1. Introducción. El Artur Mas anterior al proceso

El candidato de Convergència i Unió (CiU) a las elecciones a la Generalitat del 28-N de 2010 era

un Artur Mas en la oposición ante el ‘Tripartit’, que rompió con la hegemonía en el Govern de

los convergentes desde la democracia hasta 2006. Durante esos años, según el experto en

comunicación Xavier Orozco, tenía gestos de “crispación”3 que fue corrigiendo. Según la asesora

de imagen Montse Guals, el Mas de 2010 ya tenía “madera de líder”, aunque siempre ha sido

“un tipo frío, tímido, serio, poco sociable y hasta aburrido”4, de perfil técnico y moderado. Frente

a esas etiquetas, según la experta en comunicación Teresa Baró, Mas se esfuerza en presentarse

como un político que “ha ganado carisma, incluso en su discurso y en cómo explica sus ideas”5.

En cuanto al discurso, la sentencia del Tribunal Constitucional contra el Estatut en junio de 2010

marcó el inicio del ‘derecho a decidir’ o soberanismo en Catalunya y CiU -muy marginal en la

coalición hasta entonces-. Recordemos que Mas gana en 2010 con la promesa del “pacto fiscal”

y de que, “independientemente de si lo obtenía, Cataluña tendría el estatus que los catalanes

libremente decidiesen”6. A partir de entonces, y especialmente desde la llegada del PP a la

Moncloa en noviembre de 2011, su defensa del autogobierno, la lengua y la proyección como

nación se tornará más férrea.

En la mayoría de estudios sobre el proceso soberanista se marca como inicio o ‘mecha’ el

mencionado fallo del TC contra el escrito, aprobado en referéndum por los catalanes y apoyado

por Zapatero, entonces presidente del Gobierno. Pero si se quiere analizar rigurosamente la

evolución de Artur Mas durante el proceso, se debe tener en cuenta su situación previa a este

suceso. En el histórico del CEO (Centre d’Estudis d’Opinió), sus valoraciones del total de la

población catalana [gráfico 5] fluctuaron siempre entre el 5 y el 5,7, incluso en octubre de 2010,

tras la sentencia del TC y la manifestación de julio Som una nació, que llenó Barcelona con

aproximadamente un millón de personas. En este barómetro, su nota era de 5,6. En el de junio

–aún sin influencia de la sentencia- había sido de 5,3, y curiosamente, entre sus votantes de CiU

la valoración estaba en un mínimo histórico de 6,8. En octubre, ya con influencia del fallo, sus

fieles le auparon al 7,3. Sin embargo, el proyecto por aquel entonces de Mas, aunque hablaba

de una “transición nacional” con el pacto fiscal como primer paso, no contemplaba a corto o

medio plazo la independencia total para Catalunya.

3 http://www.lavanguardia.com/elecciones-catalanas-2010/20101114/54068046956/mas-mas-carisma-

y-menos-pujolismo.html

4 http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/09/29/catalunya/1443549988_606619.html 5 http://www.lavanguardia.com/elecciones-catalanas-2010/20101114/54068046956/mas-mas-carisma-y-menos-pujolismo.html 6 RODON, T.; ORRIOLS, Ll. et al. 2012: Cataluña en la encrucijada. Madrid: Cátedra de Cultura Jurídica

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Este estudio se basa, además de en los barómetros del CEO, en el tratamiento mediático de Mas

y del proceso a partir de su ‘estallido’ con éste de president, que situaremos en la negativa de

Rajoy -ya presidente- sobre la propuesta del pacto fiscal y en la posterior manifestación del 11

de septiembre de 2012, bajo el lema Catalunya, nou estat d’Europa, hechos que obligaron a

replantear el camino político a Mas y Convergència. No obstante, y como apunte contextual,

cabe recordar que el 28-N de 2011 CiU gana las elecciones rozando la mayoría absoluta tras

estallar también el 15-M, y gobernó durante la legislatura más corta de la historia catalana –

menos de dos años- con una coyuntura económica de crisis, marcada por grandes recortes en

los servicios públicos aprobados gracias al apoyo del PP catalán.

3.2. El 11-S de 2012. ¿Cambio? de discurso hacia el soberanismo

La noche anterior a la histórica Diada del 2012, cuando ya se esperaba un masivo clamor

independentista, Artur Mas pronuncia estas palabras7: “Nunca como ahora Catalunya había

estado tan cerca en su aspiración y anhelo de plenitud nacional”. Refiriéndose al objetivo del

pacto fiscal, apunta: “No hay batalla más urgente ni reto más importante que la soberanía fiscal

de nuestro país”, y aunque dice que no asistirá a la marcha, puntualiza: “Vuestro clamor es el

mío, vuestra voz es la mía y vuestros anhelos los míos". Estas frases podrían considerarse como

el primer paso de Mas en su giro político hacia el soberanismo y como primer acto de

transferencia carismática entre el movimiento popular y su persona –especialmente la última-,

de carácter caudillista (en términos de Weber) o mesiánico.

El día después de ésta, tras el mensaje inequívoco de la manifestación de ir hacia la

independencia, aparece un cambio en el discurso que también podría considerarse como

matización8: “El clamor es coherente con el proceso de transición nacional empezado en esta

legislatura”. Sin haberse reunido aún con Rajoy para debatir el pacto fiscal, Mas ya alerta de la

necesidad de “crear estructuras de estado” para seguir el proceso iniciado, y demanda

“voluntad, grandes mayorías y capacidad de resistir”. Esta última petición advierte una batalla

contra el Estado español de la que a priori parece hacer partícipe a la ciudadanía. No obstante,

cabe recordar que, antes de la manifestación, el problema de la relación entre Catalunya y

España no estaba ni entre los cuatro más importantes entre el total de catalanes [gráfico 10] y

los votantes de CiU [“”11], ni siquiera para los de ERC [“”12], siendo únicamente prioritario entre

los de la CUP [“”13].

Para Àngel Castiñeira, periodista del diario Ara, el auténtico liderazgo de Mas comienza en este

punto, cuando el 11-S “empequeñece el objetivo del pacto fiscal […] y le anima a dar un paso

más allá”9 en el que el president “de una manera inequívoca acoge como suyo el sentir de la

gente en la calle”. Aunque a menudo se piense que el discurso del derecho a decidir en Catalunya

nace de las Diadas del 2011 y 2012, ya se gestaba desde hacía tiempo. El mismo autor recuerda

que en 2007, en una conferencia del propio Mas titulada El catalanisme, energia i esperança per

a un país millor, éste afirmó que, si el TC tumbaba la voluntad de los catalanes expresada en el

Estatut, habría que apostar por el camino del derecho a decidir. El nuevo discurso tras la

manifestación de 2012 podría ser únicamente la confirmación de otro anterior al que quizás le

7 http://www.elmundo.es/elmundo/2012/09/10/barcelona/1347299887.html 8 http://www.naciodigital.cat/noticia/46645/mas/demana/voluntat/grans/majories/capacitat/resistir 9 AAVV: Artur Mas: crònica d’un lideratge (de l’11-S del 2012 al 25-N del 2012)), Dossier “Lideratge, societat i país”, de la Revista del Centre d’Estudis Jordi Pujol. 2013

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11

faltaba legitimación desde la ciudadanía. Así, el día 25 del mismo mes de septiembre, Mas

convoca elecciones anticipadas bajo la premisa de que necesitan una gran y nueva legitimidad,

comprometiéndose a encabezarlo dejando atrás el programa de su mandato anterior. Este

avance electoral es, según Arturo Puente –periodista de Eldiario.es-, “el primer gran intento de

canalización institucional del desbordante movimiento ciudadano”10. Sobre el cambio que éste

provocó en el president, el diputado de ERC Joan Tardà, piensa hoy que “es el producto de la

victoria del catalanismo popular, porque con su movilización ha provocado que personas que

nunca habían sido independentistas y eran parte del status quo, como Artur Mas, se vuelvan

independentistas y se sitúen en un escenario de enfrentamiento contra el sistema político

español, del cual formaban parte”11.

En cuanto a la prensa, es interesante ver cómo anticiparon los principales diarios españoles y

catalanes los hechos del 11-S y como los interpretaron después. La mañana de la Diada, El País

titulaba en su portada [imagen 1.1]: “Mas convierte la Diada en una reivindicación del pacto

fiscal”, añadiendo referencias a su discurso institucional. El Mundo también optó por centrarse

en el president [“”1.2]: “Mas exige la ‘soberanía fiscal’ para llegar al Estado catalán”, añadiendo

que “impulsa la manifestación independentista”. ABC ponía una entrevista a Rajoy en portada y

reducía el tema catalán a una esquina, titulando [“”1.3]: “Mas calienta la Diada independentista

aunque no acudirá”. La Razón también sacaba la entrevista al presidente del Gobierno y

reservaba un pequeño espacio al tema catalán. Bajo el antetítulo “Ante la Diada”, titulaba

[“”1.4]: “Cataluña gasta 500 millones al año en promocionar el independentismo”, junto a una

frase del discurso de Mas. De los cuatro diarios, tres aluden a Mas como gran artífice del evento,

dos de ellos marginan aún el tema y uno se centra en el gasto en independentismo, ciertamente

difícil de definir.

Pasando a los principales diarios catalanes, La Vanguardia titulaba [“”1.5]: “Una DIADA que mira

a Europa”. El discurso de Artur Mas sale, aunque en un plano secundario. En la portada de El

Periódico [“”1.6], cubierta por una estelada, se leía: “Escucha España”, acompañado en la parte

inferior por “El independentismo mide hoy sus fuerzas en Barcelona”. En la del Ara [“”1.7] sí

salía Artur Mas, tanto en la foto –de una mujer mirando la tele durante su discurso- como en el

titular, una de las frases de su discurso: “Nunca tan cerca de la plenitud nacional”. Por último, el

Punt Avui sacaba una portada [“”1.8] con la senyera de fondo que lanzaba un “¡Vamos!”,

convocando a la gente a acudir en masa a la manifestación. Como vemos, los diarios catalanes

hacían hincapié en la manifestación como algo colectivo, y sólo el Ara hacía protagonista a Mas,

aunque sin atribuirle la movilización, únicamente centrándose en su discurso institucional

previo.

El día después, El País ponía la mirada [“”2.1] en la movilización independentista, sin rastro de

Mas y centrándose en el aspecto colectivo. El Mundo [“”2.2], sin embargo, habla de “juego

independentista” que “se le va a Mas de las manos”, volviendo a personalizar el movimiento y

atribuyéndoselo. ABC [“”2.3] le atribuía la manifestación a CiU -“agita un polvorín”-, y hablaba

de “marcha promovida por el aparato nacionalista”. Aquí empieza la ‘campaña del miedo’, con

10 AAVV: El dia que el Procés es va treure la corbata, Dossier “Vell/Nou”, de Crític. 2013 11 http://www.elcritic.cat/entrevistes/joan-tarda-erc-hauria-de-governar-els-primers-quinze-anys-de-la-

republica-amb-els-comuns-i-la-cup-8910

Page 13: Gestión carismática en líderes políticos: análisis de discurso y

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alusiones a la salida de la UE o de la gran subida de la prima de riesgo en caso de independencia.

Encima del titular, una foto de los jugadores de la selección española abrazándose, iba

acompañada de un “España sigue firme”. La Razón [“”2.4] titulaba ya “Desafío independentista”,

con una foto de fondo de la manifestación a su paso por la Delegación del Gobierno, donde se

ve una pancarta que reza “embajada española”. En la línea del ABC, también incluía la cotización

del bono catalán como ‘basura’ y las advertencias de la UE sobre la expulsión en caso de

independizarse.

El día 12, la prensa de Catalunya era muy diferente en su tratamiento de la Diada a la de Madrid.

En La Vanguardia [“”2.5] resaltaba un “Catalunya dice basta” y se destacaban el carácter cívico

y masivo de la manifestación. La foto escogida fue un tramo de ésta repleto de gente y banderas

independentistas. El Periódico [“”2.6] tituló “La Diada de la independencia” en una doble página

ocupada en su totalidad por una foto aérea, destacando también el carácter masivo e histórico.

El Ara, en una portada [“”2.7] muy similar a la anterior, salía titulando “Independencia (primer

acto)”, sin absolutamente nada más que el titular y una foto de la manifestación. Por último, El

Punt Avui [“”2.8] ponía una imagen con un semáforo en verde acompañado de fondo de

multitud de banderas estelades, titulándola con un “Vía Libre”. En otros destacados, hace

referencia al “pueblo” y a los “ciudadanos y ciudadanas”. Como vemos, en la prensa catalana las

alusiones a Mas tras este hecho histórico no se dieron, al menos en las portadas.

Un estudio de Report.cat (portal promovido por el Col·legi de Periodistes de Catalunya) analizó

el tratamiento de las Diadas de 2012, 2013, 2014 y el 9-N en los mismos diarios en que se basa

este trabajo, utilizando metodologías tanto cuantitativas como cualitativas. Según este estudio,

titulado Un procés, dos discursos, antes de la Diada del 2012 la prensa de Madrid “no prestó

atención a las placas tectónicas sociales que hacía tiempo que se estaban moviendo en

Catalunya”12, lo cual podría explicar, en parte, la quizás excesiva personalización del movimiento

de estos diarios. En esta misma línea, confirmaba que “mientras en Madrid se habla más de

España y de Mas y Rajoy –personalizando el proceso en algunos de los líderes-, en Catalunya

son más habituales términos como independencia, consulta o política, más cercanas a la idea de

un movimiento popular de base”. Por último, también concluyen que Artur Mas es líder

indiscutible en número de declaraciones, siendo el primero en siete de los ocho medios –la

excepción es La Razón, donde lo es Rajoy-.

Veamos ahora de qué manera afectaron estos dos días analizados en la valoración a Artur Mas

por parte del total de la población catalana y de los partidos favorables a la independencia (CiU,

ERC y CUP): en el total de Catalunya [gráfico 5], pasa de un 5,5 en junio de 2012 a un 5,8 en

octubre, su segunda valoración más alta tras la de febrero de 2011, cuando se situó en un 6,3

tras los primeros meses al frente de la Generalitat, aunque la caída es de medio punto; entre los

votantes de CiU [“”2], su nota subió de un 7,5 a un 8 (pico histórico) entre los mismos

barómetros de junio y octubre de 2012; los seguidores de Esquerra [“”3] también le

proporcionaron un techo histórico con un significativo 6,8 en octubre, cuya diferencia fue de

casi dos puntos respecto a la nota de junio (5,0); y los de la CUP [“”4] –con los que nunca ha

superado el 4,6- le daban un 4, aunque venía de recoger un mínimo histórico de 3,1 en junio, lo

cual supone una subida de casi un punto tras el 11-S. Es muy significativo observar cómo, ante

12 http://www.report.cat/un-proces-sobiranista-dos-discursos-diada-9n-premsa-escrita/

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13

la pregunta del CEO sobre el tipo de relación entre Catalunya respecto a España [“”6], la mayor

subida entre los que respondían “un estado independiente” se produce tras los hechos de

septiembre y las elecciones de noviembre –recordemos, con Rajoy ya presidente-, donde CiU

pierde 12 escaños y ERC obtiene sus mejores resultados históricos con 21. El porcentaje pasa de

no llegar al 30% en abril a un importante 45% en diciembre. Y un dato todavía más relevante

que apunta un estudio de La Vanguardia13: “entre octubre de 2011 y octubre de 2012 el número

de encuestados que cree que “Catalunya debería ser un estado independiente” creció un 55%,

tras la sentencia del TC contra el Estatut, el 11-S del 2012, el ‘no’ de Rajoy al pacto fiscal y la

convocatoria de elecciones anticipadas.

En los comicios del 25-N, “singulares y muy distintos a los que se habían celebrado hasta el

momento”14, CiU hizo una campaña muy personalista y centrada totalmente en la consulta, que

se reflejaba claramente en su cartel electoral [imagen 3], duramente criticado en diarios y redes

sociales “por el tono mesiánico del cartel donde aparecía Artur Mas con los brazos extendidos

rodeados de senyeres”15, comparándolo con un fotograma de la película de Charlton Heston Los

diez mandamientos y criticado por “no adecuarse a la personalidad real del candidato”. Esta

estrategia no le fue muy bien a Mas, que ganó con un 30,7% de votos, pero pasando de 62 a 50

diputados. No obstante, la coyuntura sí favoreció el voto a los de febrero partidos soberanistas,

en especial a ERC (13,7% de votos y 21 escaños).

Tras estas elecciones y la votación en enero de 2013 de la Declaració de Sobirania en el

Parlament16, los resultados del CEO de febrero reflejaron ese bajón de Mas: sólo los votantes de

CiU [gráfico 2] le mantuvieron en su pico histórico de 8; ante los de ERC [“”3] bajó casi medio

punto, aunque se mantuvo por encima del 6; y entre los que decían votar a la CUP [“”4] bajaba

ligeramente del 4. Pese a que el president dio, junto a otros líderes, respuesta a una pretensión

supuestamente mayoritaria de la sociedad, su valoración entre el total de catalanes bajó desde

el 5,8 al 5,1 [“”5], y a partir de aquí ya nunca volverá a llegar al aprobado para el general de los

votantes. En cambio, la demanda de un estado independiente seguía aumentando [“”6].

Empezaba a percibirse aquí el giro a la izquierda del soberanismo. Un año después, los votantes

de ERC se situaban en el 2,6 de la escala ideológica [“”16]; los de la CUP, en el 2 [“”17], y los de

CiU en un centroizquierdista 4,7 [“”15]; pero es que el global de votantes catalanes llegaría al

3,6 [“”14], lo cual hizo a este giro fundamental para la configuración estratégica de Artur Mas.

3.3. De la “Vía Catalana” a la “V”, pasando por el ‘caso Pujol’

Avanzamos hasta el 11-S de 2013: la Via Catalana per la independència, organizada por la ANC

y otros colectivos independentistas, se prevé todo un éxito tras la manifestación del 2012. El

13 http://www.lavanguardia.com/vangdata/20160330/40741770340/referendum-catalunya-espana-

relacion-evolucion-grafico.html

14 RODON, T.; ORRIOLS, Ll. et al. 2012: Cataluña en la encrucijada. Madrid: Cátedra de Cultura Jurídica

15 AAVV: Artur Mas: crònica d’un lideratge (de l’11-S del 2012 al 25-N del 2012)), Dossier “Lideratge, societat i país”, de la Revista del Centre d’Estudis Jordi Pujol. 2013 16 El 23 de enero se aprobaba, con una amplia mayoría de 81 votos a favor (los de CiU, ERC, ICV-EUiA y uno de la CUP), la Declaració de Sobirania que reivindicada Catalunya como sujeto político soberano y el derecho a decidir como sujeto jurídico. Sería suspendida por unanimidad en el TC el 25 de marzo, aunque el Altro Tribunal sí reconoció el derecho a decidir como “aspiración política”, abogando por el diálogo y la reforma constitucional ante un problema que consideró político

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discurso tradicional en la víspera de la Diada es en ese año sumamente interesante. Artur Mas

empezaba saludando con un significativo “bienvenidas y bienvenidos compatriotas”17(00:02),

una expresión desconocida hasta ese momento en sus discursos, y hace referencia a los hechos

históricos de 1714 como muestra de “hasta qué punto se ha querido aniquilar un país, unas

instituciones, una lengua y una cultura”(00:45). Continúa expresando que el proceso también es

“la prueba más evidente de que ni la negación de todas las libertades puede acabar con un

pueblo si éste es firme en su voluntad de ser y constante en su esfuerzo"(00:50). Tras otras

metáforas combativas y recuerdos históricos, hace referencia a la manifestación de la Diada del

2012 diciendo que “demostró la firmeza de nuestra voluntad colectiva y nuestro anhelo por

decidir nuestro futuro pacíficamente, democráticamente y en libertad”(02:03). Como se puede

ver, generaliza en todos los catalanes y, además, legitima con tres valores muy fuertes y

considerados como positivos: pacifismo, democracia y libertad, los mismos que utiliza para

referirse a la Vía Catalana (02:34). Aunque explica que los motivos institucionales no le

aconsejan participar, reafirma su compromiso y personaliza la acción de su gobierno en sí mismo

afirmando que “estoy dispuesto a utilizar todos los instrumentos democráticos y legales en mis

manos para facilitar que los ciudadanos de Catalunya puedan decidir su futuro como

país”(03:04). Acto seguido, describe la “hoja de ruta” –término utilizado en el conflicto entre

Israel y Palestina- en los pasos de “derecho a decidir, consulta, transición nacional y forma de

Estado”(03:35), e inventa un término paralelo a este proceso, la catalan way (03:42), que

traduce como “una vía catalana” –el mismo nombre de la manifestación- y “una manera de

hacer”, describiéndola también en términos como “democracia, diálogo, legalidad, civismo,

espíritu pacífico” y “amplias mayorías. Y respeto a las minorías”(03:46). Este último inciso que

hace es significativo, pues dice que un proyecto de país debe ser “para el país entero, es decir,

para los siete millones y medio de catalanes y catalanas”(04:02), pero aquí ya no se refiere a

“compatriotas” como al inicio del discurso. Tras lo referente al proceso, habla de otros retos que

considera “al mismo nivel”(04:35), como los económicos y sociales. Sin embargo, los vuelve a

relacionar con el objetivo político: “Derecho a decidir, prosperidad, justicia social y calidad

democrática son, todas ellas, paredes maestras de la casa que queremos construir. Si una de

estas paredes se resquebraja, toda la casa queda afectada”(05:06). En una clara alusión al

proyecto futuro, indirectamente se pone trabas, ya que si alguno de esos elementos fallaba, el

proyecto entero perdía credibilidad y legitimidad. Sabiéndolo, recurre al argumento de tener

instrumentos “a veces dramáticamente insuficientes” –en referencia al status fiscal- (05:30).

Admite también que se han cometido errores, y vuelve a definir su proyecto futuro: “Nuestra

Diada nacional también es esto, construir un país socialmente justo, económicamente

bienestante, culturalmente avanzado y democráticamente ejemplar”(06:06), añadiendo un

enérgico “y junto a todo esto, la búsqueda y la conquista de la libertad”(06:23). Finaliza

parafraseando al poeta Salvador Espriu, que dirigiéndose a España escribió: “Escucha Sefarad,

las personas no pueden ser si no son libres”(06:42), y diciendo que el anhelo de libertad, “300

años después –desde 1714- resuena de norte a sur, y de levante a poniente. Y resuena con más

fuerza que nunca. Visca Catalunya!”(06:51).

Tras la manifestación, Mas no dio ningún discurso institucional, pero en un acto en Ripoll pidió

al gobierno de Mariano Rajoy que “escuche las voces de Catalunya y respete su derecho de

17 http://www.elperiodico.com/es/videos/politica/discurso-institucional-del-onze-setembre/2502453.shtml

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15

constituirse como país”18 y aseguró que los catalanes “podemos abrir los ojos al mundo y lo

necesitamos”, buscando internacionalizar el proceso y pedir ayuda exterior. Esta estrategia se

debe a que, como decía el periodista Enric Juliana, “la democracia está de moda en el mundo en

estos momentos”(25:13)19, y que “el que se levanta y propone votar, cuenta con simpatías en el

mundo”(25:26), lo cual reforzaba mucho el significante de democracia utilizado por el president

desde el inicio del proceso. Mientras, desde la ANC le presionaban para no ceder en celebrar la

consulta en 2014 y “actuar de acuerdo con los resultados” y planteaban que “sólo existen dos

caminos: someterse al Estado español y desaparecer como pueblo o la independencia”,

planteando una disyuntiva radical en un acto de presión al Govern.

La prensa española del día anterior coincidió en otorgar a la información sobre la Diada un papel

secundario [imágenes 5.1,.2,.3 y .4] tras el caso de los EREs andaluces, aunque con diferencias.

El País [5.1] se centraba en el peso que podía tener el acto en la negociación Mas-Rajoy, mientras

que El Mundo [5.2] titulaba curiosamente una declaración sobre el esclavismo de la antigua

burguesía catalana que hizo el Movimiento Panafricano. ABC [5.3] destacaba unas palabras del

ministro Margallo en su petición de fórmulas “para encajar a Cataluña en España”, otorgándole

un claro papel inferior en la negociación. Por último, La Razón [5.4] ponía en portada la invitación

del Parlament a los diputados para asistir a los actos de la Diada, y volvía a destacar actores

individuales con Mas y su petición de la consulta para 2014 o el ‘plantón’ de Duran i Lleida a la

Vía y su desmarque de CDC.

Por el contrario, en los diarios catalanes el orden de prioridad era el contrario [5.5 y 5.6], y la

Diada ocupaba el total del espacio [5.7 y 5.8], aunque también con diferentes enfoques. La

Vanguardia [5.5] daba el mayor peso al acto popular, aunque también hablaba de la catalan way

de Mas y su compromiso con el referéndum, al igual que El Periódico [5.6]. El Ara [5.7] ofrecía

una imagen de dos manos entrelazadas que copaba toda la portada, y de fondo las palabras “11

septiembre 2013”. Casi idéntica fue la de El Punt Avui [5.8], con dos manos entrelazadas –una

de ellas con una pulsera que mostraba una estelada- ocupando todo el espacio, aunque su titular

rezaba un “¡Hagámoslo!”, junto a un pequeño trozo del editorial que decía “El pueblo marca la

vía a seguir”, aludiendo al carácter popular del proceso nuevamente.

El día después, El País [6.1] se centró en la manifestación de la Vía Catalana, y hacía hincapié en

la exigencia del referéndum a Mas y Rajoy por parte de los convocantes. El Mundo [6.2] sacó

uno de los titulares más agresivos y peyorativos (“Cataluña encadenada”), y se refería al acto

como “de propaganda independentista fomentado por la Generalitat”, sacando en la foto a Jordi

Pujol y su mujer sujetando una senyera. En la parte superior de la portada aparecen también

unas declaraciones del escritor Vargas Llosa criticando el nacionalismo. ABC [6.3] fue quien más

personalizó los hechos, y su portada a toda página mostraba a Mas y a Duran bajo el título “El

juego se les va de las manos”. No sacó ningún dato sobre la manifestación, aunque, como El

Mundo, sí reservó uno para las declaraciones de Vargas Llosa sobre el nacionalismo, donde se

destaca que “ha causado millones de muertos”, en alusión clara al nazismo. Por último, La Razón

[6.4] apostó por lo simbólico, mostrando las banderas de España y Catalunya junto a un titular

claro: “No nos dividirán”, y por las referencias sobre Mas, que según el medio “pone a la

Generalitat al servicio de la independencia”. El título del editorial –Vía populista a ninguna parte-

18 http://www.elmundo.es/elmundo/2013/09/11/barcelona/1378912003.html 19 http://youtu.be/jk5Pe0h-86A

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es significativo, pues el “populismo” se ha utilizado últimamente en la prensa española –y

catalana- para designar y estigmatizar negativamente movimientos o partidos marcados por un

liderazgo carismático, como en los casos de Hugo Chávez, Pablo Iglesias, Marine Le Pen, etc.

La prensa catalana, como en 2012, no personalizó la Diada, sino que la plasmó bajo un enfoque

colectivo. Así, La Vanguardia [6.5] habla principalmente del civismo, la festividad y el éxito de la

movilización, dejando el aviso de Mas a Rajoy como secundario, y sí pone como segundo titular

“Un grupo de fascistas ataca la sede de la Generalitat en Madrid”, intentando generar

contraposición entre favorables y contrarios al proceso. El Periódico [6.6] volvió a hacer una

portada a doble página donde mostraba gente en la Vía entre las barras de una senyera, con el

titular “Hay prisa” e incidiendo, aunque secundariamente, en la presión de la movilización hacia

Mas por la consulta. El Ara [6.7] parecía dar una respuesta a la petición del president en su

discurso de un proceso cívico que proyectase al exterior una buena imagen, y titulaba “The

catalan way. El mundo lo ha visto”, junto a una foto a toda página de una parte de la Vía con

unos castellers. Por último, El Punt Avui [6.8] también sacaba gente unida en la foto y un titular

de una sola palabra: “Decididos”.

Pese al ambiente eufórico, los resultados del CEO seguían sin ser buenos para Mas, que seguía

su caída iniciada en 2013 –antes llegó a obtener un 8- entre sus propios seguidores de CiU

[gráfico 2], hasta situarse en el 7.5 en octubre. Bajaba también ligeramente entre los votantes

de ERC [“”3] hasta algo más de un 6, y al 3,5 para los de la CUP [“”4], tras haber superado

ligeramente el 4. Pero el peor resultado se extrae de nuevo del total de votantes catalanes [“”5],

que le suspenden por primera vez con un 4,7. Es un punto de inflexión, ya que este resultado

contrasta con el mejor que recibe en el mismo barómetro el anhelo de la población de tener un

estado independiente, de casi un 50% [“”6]. A partir de aquí Artur Mas nunca volverá a aprobar

para el total de la población encuestada, siendo Oriol Junqueras -el otro principal actor- quien

no baje nunca del 5 [“”1].

En julio del mismo año se produce el otro hecho importante para el nacionalismo dentro del

proceso: estalla el ‘caso Pujol’ y Artur Mas, como president de la Generalitat, le retira sus

privilegios como expresident y Molt Honorable. Ante unas declaraciones de Pujol, admitiendo

que su familia tenía dinero sin regularizar en el extranjero, Mas no tardó en intentar

desmarcarse institucionalmente, aclarando que “es un tema personal que en nada afecta a CDC

ni al Govern”20. En rueda de prensa21 lo atribuyó a un “fallo humano”(05:02) y dijo que Pujol

“pondrá las máximas facilidades”(05:42) para que el proceso no se viese afectado. Preguntado

por su afectación personal, Mas aseguraba que era la decisión “que me golpea más y que me

afecta más, porque para mí el president Pujol es mi padre político”(08:06), a la vez que quiso

recordar las “grandes cosas que hizo por el país”, “no sólo como president de la Generalitat, sino

durante sesenta años de su vida personal”(12:08), haciendo referencia a su lucha por el

reconocimiento del catalanismo durante el franquismo. Para terminar, y tras una larga pausa

reflexiva, Artur Mas afirma que “el país pasa por delante de cualquier persona por importante

o relevante que sea”(21:30), en otra declaración estratégica.

20 http://www.ara.cat/politica/que-Jordi-Pujol-CDC-Govern_0_1181282163.html 21 http://www.ccma.cat/tv3/alacarta/programa/Compareixenca-integra-del-president-Mas-sobre-el-cas-Pujol/video/5192491/

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17

Pero la prensa estatal sabía que Pujol era, como él mismo dijo ante el juez, “algo más en

Catalunya”22, y que, al día siguiente, Mas tenía que reunirse con Rajoy para hablar sobre la

consulta. El País [imagen 8.1] dice en su titular que Mas “suaviza su postura” y habla de “reunión

marcada por el caso Pujol”, relacionándola con el hecho directamente. El Mundo [8.2] saca en

portada una entrevista en exclusiva a Pedro Sánchez, aunque también se destacan, por un lado,

sus declaraciones sobre Pujol y, por el otro, unas que decían “coincidí con Rajoy en que la

consulta de Mas es ilegal”, donde llamaba también a reformar la Constitución. Se vuelven a ver,

de esta manera, la personalización de la consulta, la unión de los partidos contrarios al proceso

y el argumento legalista ante éste, común denominador en todos los medios. ABC [8.3] era más

gráfico y sacaba una imagen de un sello con el perfil de Pujol, y junto a ésta un segundo titular

que mostraba la estrategia de encuadre: “Mas insistirá hoy en la consulta ante Rajoy pese al

escándalo”. La Razón [8.4] saca a Mas ante la prensa, y aunque el titular es bastante descriptivo,

el pie de foto sí relaciona el ‘caso Pujol’ y la consulta.

La prensa catalana ofrece otros matices: La Vanguardia [8.5] se centra en Pujol, pero parece

contagiarse del enmarcado anterior y pone en portada que “el caso planea sobre la cita de la

Moncloa”. Curiosamente, El Periódico [8.6], por contra, no relaciona en absoluto ambos hechos,

y únicamente informa sobre el ‘caso Pujol’, refiriéndose a la reunión como un intento de “salvar

el diálogo”. En el Ara [8.7], la foto a toda portada de un Mas con gesto apesadumbrado y su

titular “El País pasa por delante de cualquier persona”, separándolo de los titulares del ‘caso

Pujol’ –en segundo plano-, seguramente quiere ser un guiño al president por querer poner el

proceso por delante de personalismos, pero en realidad personaliza indirectamente la causa de

Pujol con Mas y el proceso. Todo lo contrario de El Punt Avui [8.8], que separa ambos temas en

una portada donde se destaca a Pujol y sus renuncias, mientras que Mas sólo aparece por sus

lamentaciones hacia éste.

Llegamos a la Diada de 2014, donde la manifestación en forma de “V” llenó las calles de

Barcelona con una participación de 1.800.000 personas según la Guardia Urbana. Además,

coincidía con el tricentenario del sitio de Barcelona en la Guerra de Sucesión de 1714, un

momento histórico de gran emotividad para el catalanismo. Esto sirvió para configurar el

discurso en vísperas de la Diada23, en el que Mas ya dejó a un lado cualquier otro tema para

centrarse en un relato fuertemente nacionalista. Comenzaba de nuevo saludando a los

“compatriotas”(00:03) desde un “espacio histórico, el salón donde las últimas cortes catalanas

se reunieron en 1706”(00:38). Unas cortes que, según el president, tenían su inicio en el “primer

parlamentarismo de Europa”(00:48), y que le permitían decir que “nuestro sentido de la

democracia viene de muy lejos”(00:51). Apela a que esas cortes tomaron la decisión de defender

“las constituciones catalanas y resistir heroicamente en Barcelona”(01:02). De esta forma,

intenta crear un paralelismo con el proceso actual, dotándolo de un cariz histórico, heroico y

democrático. Prosiguiendo con su relato histórico e intentando generar más paralelismos,

aseguraba que se defendieron “unas leyes, de las más avanzadas del momento, y que se

contraponían al poder absoluto -en referencia a los borbones-”(01:36). Un poder al que llama

“homogeneizador” y al que acusa de querer borrar su identidad (01:51). Añadiendo un alto

22 http://www.elmundo.es/espana/2016/02/10/56ba619dca474174328b4644.html 23 http://www.lavanguardia.com/politica/20140910/54414878695/mensaje-mas-diada-catalunya.html

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grado de dramatismo, aseguraba que actualmente pasaban por “momentos muy difíciles para

algunos compatriotas nuestros”(02:39). Tras esto, continua diciendo que siguen vivos y que se

preparan para decidir su futuro “pacífica y democráticamente”(02:58). Legitima el proceso

político catalán en dos pilares: “la mayoría social que lo hace posible y el consenso político que

lo vertebra”(03:22), y vuelve a referirse a la manifestación como “la vía catalana de entender la

democracia y la libertad”(03:35). Aludiendo al gobierno central, dice que “aún están a tiempo

de escuchar el clamor pacífico de este pueblo”(04:35), en otro gesto enérgico y en un tono algo

más duro, y les intenta contraponer ante una idea democrática: “Silenciar la voz de un pueblo

que quiere hablar es un error. Negar el voto a quien ve en las urnas la solución, y no el problema,

es un error doble”(04:42). Tras explicar los retos futuros, plantea un desafío para la población

que dota de nuevo de un carácter histórico: “Tenemos la oportunidad que, de tanto en tanto,

se da en la historia de los países, de poner los fundamentos, en este caso, de una Catalunya

mejor”(05:57). Aquí pide un acto casi de fe en un estado independiente donde el futuro catalán

sería mejor, algo que es difícil de demostrar, pero que era una esperanza de mucha gente. Llama

pues, a “aparcar las a veces excesivas divisiones internas”(06:16) entre los partidos de cara al

país futuro, conocedor de que le perjudica, y aspira a tener “una de las mejores democracias de

Europa (06:43). Finaliza invitando a que “en esta hora grande que vive Catalunya” (06:52), los

ciudadanos “proyecten la mejor realidad de nuestro país: la Catalunya convivencial, cívica, culta,

respetuosa, tolerante e integradora. Y la Catalunya comprometida con la justicia social –aunque

esto último es lo que más se le achacaba desde la ciudadanía- […] y amante de la libertad y de

las libertades. Visca Catalunya.” (07:02-07:27). Como se puede ver, es un discurso-relato

romántico de un país que pone sus valores –enaltecidos- en contraposición a los de otro, el cual

se presenta como opresor y culpable de la falta de avance del primero.

En la prensa española del día 11 la muerte de Emilio Botín copó todas las portadas, mientras que

la Diada volvió a tener un papel secundario. El País [imagen 9.1] sacaba dos pequeños titulares:

uno sobre Mas, instando a Rajoy a “escuchar al pueblo catalán”; y otro sobre la campaña en

Escocia sobre el referéndum, donde se destaca que la campaña de los contrarios a la secesión

“apela al corazón”, curiosamente al contrario que en España. El Mundo [9.2] ataca a la ANC, y

destaca también que Artur Mas “reclama a ERC que no rompa la unidad nacionalista” en un claro

ejercicio de tergiversación, ya que la petición es de no romper su unión ante la consulta,

intentando enmarcarla peyorativamente en el nacionalismo. Es interesante también un

destacado sobre unas declaraciones de Sánchez-Camacho (PP catalán): “Mas quiere pasar a la

Historia como un mártir y pasará como un perdedor”. ABC [9.3] sacaba una portada totalmente

dedicada a Botín, y La Razón [9.4], plasmaba unas declaraciones sobre el compromiso de Mas

ante la consulta y otro destacado: “Una asociación patrocinada por la Generalitat reparte

banderas negras para hacer la guerra en España”, refiriéndose a unas banderas que

conmemoraban los hechos de 1714 en otro ejemplo de tergiversación.

En Catalunya, La Vanguardia [9.5] optaba por una portada muy simbólica, mostrando un dibujo

del sitio a Barcelona el 11 de septiembre de 1714 y una foto de Mas haciendo una insólita

ofrenda en el Fossar de les Moreres, lugar de alta carga simbólica para los independentista al

que nunca antes había acudido ningún president. Un hecho que podría haber sido aprovechado

gráficamente por algún medio de Madrid, y que sorprendentemente sólo este medio y El

Periódico [9.6] sacaron en portada. Este último plasmó la estrategia del discurso del president

titulando “Mas vincula la consulta al 1714”. El Ara [9.7] dividía su portada en dos,

Page 20: Gestión carismática en líderes políticos: análisis de discurso y

19

contraponiendo significativamente “El día V” y la foto de Botín, con el titular “Muere el banquero

de la Transición”. Por último, El Punt Avui [9.8] sacaba una foto a toda portada de una camiseta

de la ANC con la “V”, y una parte del editorial, centrado en el Tricentenario y comparándolo con

la situación actual, en la línea del discurso de Mas.

Tras la manifestación, que fue un nuevo éxito de movilización ciudadana, Artur Mas recibe en el

Palau de la Generalitat –por primera vez en esta serie de Diadas- a los representantes de sus

organizadores (ANC, Òmnium Cultural y Associació de Municipis per la Independència), en un

gesto que parece querer reconocer la importancia de la movilización popular. En la posterior

comparecencia, el president pide a Rajoy que escuche la voluntad del pueblo catalán y “se siente

en la mesa a negociar”24, mostrando una voluntad política de diálogo. Por último, ante los suyos

aseguraba que “haré todo lo posible para corresponder la demanda de máximo consenso

político”, personalizando en él, y no como Govern, esa responsabilidad, mostrando así una

imagen de líder servil a su pueblo.

Volvamos a ver cómo trataron los hechos de la Diada tanto la prensa editada en Madrid como

la de Catalunya: El País [imagen 10.1] cambia de términos esta vez, y se refiere a los

manifestantes como “el soberanismo”, en vez de “el independentismo”. No obstante, sigue

refiriéndose al proceso como “desafío”. La portada de El Mundo [10.2] refleja en su titular la

imagen que comentábamos antes de Artur Mas tras la Diada, se refiere a la masa manifestante

como “el independentismo” y destaca la frase de Carme Forcadell (ANC): “Señor Mas, pónganos

las urnas”, que en realidad fue “Parlament, Govern de Catalunya, President: pongan las urnas”25

(06:43), en un intento de personalizar y mostrar a Mas como una especie de rehén de los

independentistas. Cabe destacar también la frase situada sobre la cabecera: “Qué fácil es

empujar a la gente, y qué difícil guiarla”. ABC [10.3] también vuelve a personalizar su mensaje

titulando “Mas se apropia de la Diada para forzar su consulta ilegal”, con una foto de la

manifestación donde se destaca a un niño de espaldas, transmitiendo una imagen de inocencia

de la movilización popular. La Razón [10.4], en una línea de relato similar a la de El Mundo, titula

“La ANC empuja a Artur Mas a la desobediencia civil con una V masiva”, con una foto muy

significativa del balcón de la casa de los Pujol con una senyera y las persianas bajadas

totalmente, titulando “La Diada clandestina de Pujol”.

Entre las cabeceras catalanas, sólo La Vanguardia [10.5] destacaba en su portada alguna

declaración de Artur Mas, aunque lo hacía de forma secundaria. No obstante, principalmente se

centraba, como el resto de diarios, el éxito de la movilización de la “V”. El Periódico [10.6], en

una portada doble, titulaba “Fuerza de voluntad” junto a una foto aérea. El Ara [10.7] también

basaba toda su portada en una foto de la manifestación, y su titular era un mensaje claro:

“¡Votaremos!”. Por último, El Punt Avui [10.8] sacaba una foto donde destacaban unos jóvenes,

y entre estos una chica introduciendo un voto en una urna, titulando “Quedamos el 9-N”. Así

pues, vemos cómo el enfoque de los diarios catalanes es nuevamente muy diferente al de los de

Madrid.

Tras estos hechos, la valoración de Mas por parte del electorado convergente [gráfico 2] sí tuvo

una importante subida: de un 7,3 en marzo a casi un 8 otra vez después del verano; entre los de

24 http://www.eldiario.es/catalunya/Diada-Catalunya-11-S-Via_Catalana_13_301799820.html 25 https://www.youtube.com/watch?v=y0tKc1gLr8A

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ERC [“”3], de un 6,2 a un 6,5; si miramos a los votantes de la CUP [“”4], la subida es todavía más

impresionante, pasando de un 3,7 a más de un 4,5; y para el total de Catalunya [“”5], se

mantenía en un 4,8, mientras que Oriol Junqueras recibía un 5,5 [“”1] –recordemos que ERC

gana por primera vez unas elecciones en Catalunya: las europeas de mayo-. Por otra parte, la

demanda de un estado independiente [“”6] se mantuvo en un 45%, tras haber descendido en

los meses posteriores a la Vía Catalana de 2013.

3.4. La firma del decreto para la consulta y el 9-N

Antes de entrar a analizar la firma del decreto para realizar el 9-N y la celebración de éste -punto

clave de la legislatura y del proceso-, cabe mencionar la aprobación en el Parlament de la Ley de

Consultas no referendarias, ya que la votación coincidió con el referéndum escocés, un caso

importante en el argumentario de los contrarios a la consulta –describiéndolo como no

comparable al catalán –y de los favorables, que lo veían como el paradigma democrático a

seguir. Es interesante ver cómo, tras ganar el ‘no’, cambiaron la priorización y personalización

del tema en unos medios y otros26, especialmente en la relación que hicieron los medios de

Madrid entre el ‘fracaso’ independentista y Artur Mas.

La firma del decreto del 9-N fue uno de los actos con mayor simbolismo y más carismáticos del

proceso soberanista catalán y de la carrera política de Artur Mas. Mientras una masa de gente

esperaba a las puertas del Palau de la Generalitat, en un acto de máxima solemnidad, el

president, rodeado de todo su equipo de gobierno y de los representantes de los partidos pro-

consulta, firmaba el decreto en el salón Verge de Montserrat, con un retrato de Sant Jordi y la

senyera de fondo, sentado sobre una silla diseñada por Gaudí y con una pluma de fabricación

catalana y el emblema de la Generalitat (00:47)27. Tras ello, en un breve discurso, se abrió al

diálogo con el gobierno español, aunque recordó que “a lo largo de siete siglos, sólo

imposiciones externas han suspendido el autogobierno de Catalunya”. Lanzó un mensaje muy

emotivo, apelando a un elemento fundamental en cualquier relato nacionalista como es la

familia: “Ahora es el momento de ejercer la responsabilidad personal en las urnas, por nuestro

futuro, el de nuestros hijos y el de nuestros nietos”. Por último, afirmó que el decreto “es un

reconocimiento de los catalanes que han luchado por Catalunya”, para finalizar su discurso

diciendo: “Hoy se abre el camino que cambiará la historia de Catalunya. […] Un día que

recordaremos para siempre y que marcará un antes y un después”.

Pero la prensa del día de la firma del decreto venía con el tema principal del día anterior: la

comparecencia de Jordi Pujol ante el Parlament para aclarar su supuesto caso de corrupción.

Los diarios, tanto en Madrid como Catalunya, resaltaron la falta de respuestas y la ‘bronca’ del

expresident a los diputados. No obstante, tanto El Mundo [imagen 13.2] y La Razón [13.4] lo

vincularon a la firma del decreto para el 9-N. El primero titulaba “CiU protege a Pujol horas antes

de que Mas consume su reto a la Constitución”, y el segundo hacía la alusión en un subtítulo:

“CiU exculpa al ex president 24h antes de que Mas convoque la consulta”. El resto de diarios

mencionaron la firma del decreto en las portadas, pero si se hizo alusión a Mas fue por su calidad

26 En las portadas de los medios [imágenes 11 y 12 de los anexos] se aprecia que, tras el resultado, los medios de Madrid personalizan en Mas y lo comparan con un Salmond derrotado. Mientras, los medios catalanes más favorables a la independencia aíslan e individualizan a Salmond frente al movimiento 27 http://www.ccma.cat/324/Mas-firma-el-decret-per-al-9-N-i-diu-que-Catalunya-vol-parlar-vol-ser-escoltada-vol-votar/noticia/2493513/

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21

de firmante, aunque en los diarios catalanes sí se personalizó en Rajoy la respuesta desde

Madrid con la presentación de recursos ante el TC [13.5, .6, .7 y .8].

El día posterior a la firma, El País [14.1] cargaba contra la movilización popular, y titulaba “Mas

deja el destino de Cataluña en manos de la movilización callejera”, con un claro cariz peyorativo

y junto a una foto donde se veía a ciudadanos con banderas independentistas. Cabe resaltar un

destacado sobre una declaración de Mas hacia éstos: “Espero que ayudéis”. El Mundo [14.2]

sacaba una foto del momento de la firma, titulando “Mas firma la ruptura de la legalidad”, con

un editorial en la misma línea: “Si no se cumple la ley no hay democracia”. ABC [14.3], más

contundente, utilizaba un montaje con la tapa de la Constitución, rezando “La hora de la Ley”,

acompañado de un antetítulo de tintes belicistas: “Mas consuma su rebelión contra España”. La

Razón [14.4], con Mas y Junqueras sobre un fondo negro, era el más personalista, y titulaba “No

romperán España”, con el antetítulo “Mas consuma el desafío y firma el decreto de la consulta

ilegal”. Destacaba también que el Gobierno garantizaría que el “referéndum no se va a celebrar”.

“Golpe a la democracia” fue el título de su editorial.

En Catalunya, La Vanguardia [14.5] tituló “Artur Mas da el paso” con una foto del president en

el momento de la firma, y un editorial titulado “Democracia y respeto a la ley”, aunque con una

perspectiva opuesta ante los términos a la de los diarios editados en Madrid. El Periódico [14.6]

titulaba “Pulso al Estado”, y contraponía una foto de Mas aplaudiendo tras la firma, junto a los

que le acompañaban, a otra de Soraya Sáez de Santamaría, tras informar del recurso interpuesto

por el Gobierno. Su editorial, “Legalidad y política”, abogaba por soluciones políticas para el

conflicto. El Ara [14.7], en un fondo blanco con la firma de Artur Mas en gran tamaño, titulaba

un simple pero contundente “Convocados”, y un editorial titulado “Paso a paso,

democráticamente”. Por último, El Punt Avui [14.8] sacaba una foto similar a la de la Vanguardia

del momento de la firma, incluso con un plano más cerrado que incidía en la figura de Mas,

aunque con un titular muy diferente llamando a la movilización popular: “¡A las urnas,

catalanes!”, y un editorial en la línea de los anteriores: “Convocados a ejercer la democracia”.

En los días previos a la votación, y con una cobertura mediática enorme, Mas se empieza a

mostrar con mayor intensidad como líder mesiánico y ‘mártir’ de la causa soberanista. En el

programa Salvados, la misma mañana de la votación, insinúa -en tono bromista-, ante su posible

detención por saltarse la ley, que “a algunos les gustaría que lo estuviera”28 (00:28), en clara

referencia al “enemigo” representado en las instituciones de Madrid. El periodista le comenta

entonces que “algunos dicen que ya le iría bien ese papel de mártir”, a lo que Mas contesta: “Me

gusta que las cosas sean normales, tranquilas, sin detener a las personas”(00:34). Ante las

amenazas, y asumiendo la responsabilidad, afirma: “Si esto sale bien, es mérito de todos; si sale

mal, es culpa mía […] así ya tendrán con qué divertirse”(02:50). Esta última frase la dice

refiriéndose a los medios y tertulianos de Madrid, en una clara estrategia polarizadora,

añadiendo sarcásticamente: “Debo ser uno de los personajes más queridos hoy en día en

España”(03:28).

Javier del Rey Morató, profesor de comunicación política, afirmaba en una entrevista días antes

del 9-N que el auditorio de Mas “es el catalán”29(02:51), y Madrid su “interlocutor conflictivo o

28 https://www.youtube.com/watch?v=BNN554lYCSs 29 http://www.elmundo.es/cataluna/2014/11/08/545d76cfe2704ef70e8b457a.html

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adversario”(03:00) generalizando así al público de su discurso, tanto a favor como en contra. El

profesor sí le considera un “político estrella” -y carismático- gracias a la cuestión soberanista,

ante la cual, según él, “Madrid no sabe cómo reaccionar, ni en términos políticos ni en términos

de comunicación”(03:31), y en la que cree que Mas “lleva la delantera y está fijando la

agenda”(03:35). En la cuestión del ‘enemigo’, para el profesor, “tener una adversario, como

tiene Artur Mas, que es el Estado español, que es la Moncloa, que es Rajoy, que es el Tribunal

Constitucional, todo lo que representa Madrid y España, es una gran ventaja para él. Él

representa todo lo bueno que se destaca sobre la total negatividad que representa el

adversario”(04:50-05:06). Por último, ante la posibilidad de que en el 9-N se viesen urnas

destrozadas o policías retirándolas –lo cual no sucedió-, el profesor aseguraba que esas

imágenes “para el nacionalismo valen oro en polvo, dan la vuelta al mundo”(05:30), opinión

compartida por el exdiputado de la CUP David Fernández: ¿Por qué el estado español ya ha

perdido? […] porque sólo hay dos imágenes posibles del 9 de noviembre: miles de personas

votando o un policía llevándose una urna”30(06:37-06:49).

La votación de Mas se convirtió en un baño de masas que le acompañaban a votar entre

agradecimientos -a los que respondía siempre “a vosotros”- y gritos de “Mas president,

Catalunya independent!”. Tras su voto, entre una tremenda expectación, contestaba a TV3 que

“ahora siento una tranquilidad de espíritu”31(02:37), una frase con marcado carácter mesiánico-

religioso, además de “una gran carga emocional y ganas de seguir luchando”. Además, es un

momento importante porque el president explicita por primera vez su nueva postura diciendo

“yo he votado sí-sí”(04:30), achacándola a una evolución “colectiva y personal”, lo que da a

entender que cambia su postura de la mano de un conjunto, que se entiende como el de los

convergentes, ya que dice que “no es la que hemos intentado durante muchos años” (04:56), lo

cual descarta a otros sectores del soberanismo, ya independentistas antes. Aunque, cuando le

preguntan su posición como president, dice: “Yo quiero que en Catalunya la gente pueda

expresarse y dar su opinión para saber qué tipo de país hemos de construir y qué relación ha de

tener con el estado español”(07:15-07:25). Así pues, queda institucionalmente como favorable

al derecho a decidir, mucho más amplio en votantes. En cuanto a su desgaste político,

contestaba: “Si hablamos de factura política no sólo debemos tener en cuenta el tema de la

consulta o el derecho a decidir y la transición nacional. Debemos tener en cuenta las durísimas

condiciones económicas y sociales y de disponibilidad de recursos públicos que hemos vivido en

estos últimos cuatro años”(10:13). En cuanto a la factura personal, dice que, pese a existir, no

se puede quejar “porque estamos viviendo un momento histórico, irrepetible”(11:16). Aquí

también se observa una estrategia de “sacrificio por la causa” de tipo servil. Mas añade:

“Mientras yo sea necesario para este proceso, yo estaré, sean cuales sean las consecuencias

personales”(12:10), aunque añade: “cuando acabe, tendrá que haber otros protagonistas”, sin

acabar de personalizarlo.

Respecto a la prensa de ese mismo día, al ver la portada de El País [imagen 15.1], que titulaba

“Catalunya celebra un 9-N inútil para definir su encaje en España, el propio Mas respondió:

“¿Cómo puede ser inútil una gran manifestación democrática? ¿A dónde hemos

llegado?”(13:52). Y tras esto volvió a mostrar la estrategia de colectivización del mérito: “Cuando

30 https://www.youtube.com/watch?v=o000ESjgkM4 31 https://www.youtube.com/watch?v=t9YYQ2MwwBQ

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23

se anunció el nuevo formato –de la consulta-, y se rompió el consenso político, y nos quedamos

bastante solos como Govern [...], ¿quién estuvo a nuestro lado? La gente. La gente lo

salvó.”(14:06-14:20). El Mundo [15.2], por su parte, destacaba que “Los Mossos identificarán a

los directores de institutos del 9-N”. ABC [15.3] sacaba una imagen de una persona golpeando

el Muro de Berlín en el 25 aniversario de su caída, que podría significar la contraposición a la

estrategia de “levantar muros” que se le achacaba a Mas, y ante el 9-N destacaba, como El

Mundo, pero centrándose en Mas, que “El fiscal abrirá la vía penal contra Mas si cede locales

para la consulta”. La Razón [15.4], por su parte, titulaba: “9-N: a ellos no les consultan”, y lo

acompañaba de una foto de ‘los Sánchez, los otros catalanes’, una familia sin recursos, con una

declaración: “Nosotros no queremos la independencia, queremos comer”. Además, en la línea

de los anteriores, también destacaba que “La fiscalía ordena a los Mossos buscar pruebas de

que Mas organiza el 9-N”, mostrando abiertamente la estrategia desde las instituciones

centrales contra el president.

En Catalunya, La Vanguardia [15.5] destacaba la “expectación” que vivía Catalunya por la

votación, reflejada en la foto de una urna, mientras la amenaza del fiscal quedaba en un segundo

plano. Una portada muy similar en cuanto a priorización de temas y foto fue la de El Periódico

[15.6], que titulaba “ensayo general”. El Ara [15.7] ponía como portada la papeleta del proceso

participativo, al igual que El Punt Avui [15.8], aunque en éste último la papeleta ya salía marcada

con un sí-sí.

Al día siguiente de la votación, las portadas mostraban otra vez de forma clara las diferentes

visiones del proceso y su manera de mostrarlo. Desde Madrid, las fotos no mostraban ningún

tipo de masificación, sino personas concretas votando -y parece que elegidas selectivamente

por su aspecto-, como en los casos de El País [16.1] y ABC [16.3], que también desautorizaban la

votación en sus respectivos titulares. El segundo la tildaba de “farsa y desobediencia”, y

entrecomillaba la palabra ‘votaron’. También destacaba la declaración de Artur Mas –del cual

decían, “se crece”-: “Si buscan un responsable, soy yo”. El president también fue protagonista

del titular del primero, así como de las portadas de El Mundo [16.2] y La Razón [16.4], que le

sacaban la misma foto, eufórico con el pulgar en alto. El primero titulaba “Mas vende como gran

éxito su ficción democrática y pide un referéndum ‘legal’”, y anunciaba las medidas de la Justicia

contra las autoridades participantes; el segundo, más contundente, rezaba “Desobediencia,

prevaricación y malversación”, con el antetítulo “Mas consuma el pucherazo del 9-N”. Además,

destacaba una declaración de un “testigo directo” anónimo que decía “yo voté dos veces” con

intención de deslegitimar la votación, en la misma línea de su editorial: “Una votación inútil”.

Por su parte, los diarios catalanes se centraban en lo masivo de la jornada, como se muestra en

las foto y titulares de La Vanguardia [16.5] y El Periódico [16.6], aunque éste último es el único

que saca a Artur Mas, en contraposición con una foto con largas colas de gente para votar. El

Ara [16.7] sólo puso una foto de las colas en un polideportivo, con el número de participantes:

“2,25 M”; y por último, El Punt Avui [16.8] destacaba la misma cifra aunque con el titular “Se

hace así” y la foto de una mano introduciendo un voto en una urna.

3.5. Junts pel Sí, la última Diada y las ‘plebiscitarias’ del 27-S

Tras el 9-N, Artur Mas plantea las elecciones como un plebiscito que sustituya al referéndum, y

en enero, aún como líder de CiU –antes de que CDC y Unió rompiesen tras 37 años-, las convoca

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24

para el 27 de septiembre, pactando con Oriol Junqueras la lista conjunta de Junts pel Sí –idea de

Convergència-, que tras ser planteada de varias formas (incluso como lista sin políticos a

propuesta de la CUP, apoyada por ERC y finalmente rechazada por Mas), incluía independientes

como Raül Romeva y representantes de la sociedad civil soberanista como Carme Forcadell

(ANC) y Muriel Casals (Òmnium Cultural). Como señalaba Arturo Puente, “el proceso

soberanista, bifucardo entre el carril institucional y el de las organizaciones ciudadanas […], en

verano de 2015 no había encontrado una expresión electoral que uniese las dos corrientes.

Hasta la aparición de Junts pel Sí”32. Su objetivo: un frente común independentista para ser

mayoría en escaños –serlo en votos se empezó a desestimar tras las primeras encuestas, donde

no se llegaba al 50%-, lo que, según ellos, les daría la legitimidad buscada con el referéndum. En

esa lista Artur Mas figuraba en cuarta posición. Esto enquistó el debate político-mediático “en

la dicotomía de si Junts pel Sí era o no la lista de Artur Mas”33. Esta configuración de la lista fue

un hecho estratégico interpretado en los medios contrarios al proceso como “más humillante

imposible”34, aunque “necesario” para esconder la marca convergente, así como “un hito clave

en su proceso de refundación”35.

La Diada de 2015 se marcó estratégicamente como el inicio de la campaña electoral del 27-S, y

la noche anterior a ésta, Mas realizó el tradicional discurso con un marcado carácter electoral,

además de en la línea de los tres últimos, haciendo hincapié en la movilización ciudadana. De

entrada, volvió a resaltar el civismo de la Diada, donde “el protagonismo ha sido siempre de la

gente”36(00:42-00:45). Destacando la manifestación preparada en la Meridiana, señaló que

“ningún representanta institucional, ningún demócrata, puede obviar este clamor pacífico, y

tiene la responsabilidad de encontrar la forma para que pueda expresarse

democráticamente”(01:45-01:57), enmarcando las posturas ante el derecho a decidir entre

demócratas y no demócratas. La cámara va cerrando su foco sobre el president a medida que

va recordando las negativas de las instituciones españolas – en especial del Gobierno- a las

reclamas soberanistas y recuerda la historia de 1714. A continuación, afirmaba que las

elecciones al Parlament “no son normales, y no lo son porque así lo ha pedido persistentemente

un elevado número de ciudadanos de nuestro país”(04:58-05:05), haciendo un llamamiento a la

participación: “Ahora, la voz, a través del voto, llega a todo el mundo”(05:06-05:11). En clave de

líder que pone el objetivo en manos de sus seguidores, con gestos contundentes y de

solemnidad, transmitía una gran responsabilidad a los catalanes en su votación, en especial a

los jóvenes: “En vuestras manos está la fuerza y la herramienta que marcará el futuro político

de nuestra nación: el voto”(05:19-05:28). Pidió debatir con normalidad las diferentes

propuestas, pero “asumir todos la decisión de la mayoría”(05:57) tras la votación, y la voluntad

de “ser un solo pueblo”(06:05) para guiar el futuro colectivo. Por último, pidió “una mirada a

aquellos que mantuvieron viva la llama de la catalanidad”(06:35) y una Diada “con la mirada

puesta, sobre todo –lo repite tres veces- en nuestro futuro, en los más pequeños y los más

jóvenes, y también en los que tienen que venir”(06:47-06:56). Este énfasis en la juventud, clave

32 AAVV: El dia que el Procés es va treure la corbata, Dossier “Vell/Nou”, de Crític. 2013 33 http://www.eldiario.es/catalunya/politica/Junts-Pel-proyecto-politico-Convergencia_0_422758014.html 34 http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/09/29/catalunya/1443549988_606619.html 35 http://www.eldiario.es/catalunya/politica/Junts-Pel-proyecto-politico-Convergencia_0_422758014.html 36 http://www.ara.cat/politica/Discurs-dArtur-Mas-motiu-Diada_3_1428487145.html

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en la parte más electoralista de su discurso, posiblemente respondiese a que “el auge del

independentismo es, entre muchas otras cosas, un fenómeno generacional. Según la mayoría

de encuestas, los jóvenes de entre 16 y 29 años son más partidarios de la independencia”, como

señala el politólogo y periodista Sergi Picazo37, cuyo diagnóstico parece acertado si miramos los

datos del CEO, donde la diferencia es de hasta 10 puntos [gráficos 24, 25 y 26 vs 27 y 28].

La mañana del día 11, los diarios encaraban la Diada desde una perspectiva electoralista,

basándose en un estudio del CIS, por lo que pierden interés para nuestro objeto de estudio. De

la prensa española sólo cabe resaltar la frase de Mas sobre acatar el resultado de la mayoría en

las urnas que resalta El País [imagen 17.1], la “fractura social ante el reto soberanista” que

titulaba El Mundo [17.2], la imagen de una espiral que utilizó ABC [17.3] a toda portada con clara

connotación negativa y el ataque a la organización de la manifestación en el titular de La Razón

[17.4], que también destacaba la importancia de “Los indecisos, clave para frenar a Mas en las

urnas”, volviendo a personalizar en Mas lo que, en este caso, era ya una coalición.

Por parte catalana, La Vanguardia [17.5] también se centraba en los pronósticos del CIS,

mientras El Periódico [17.6] lo hacía con los candidatos. La portada del Ara [17.7], otra vez

totalmente gráfica, mostraba una marea de manifestantes con los años 2012, 13, 14 y 2015; La

de El Punt Avui [17.8] titulaba –o pedía- “El último esfuerzo”, mostrando a un adolescente con

el puntero que señalaría una gran urna en la manifestación y con un editorial que rezaba “Hasta

conseguirlo”.

Al finalizar la Diada, y sobre la movilización independentista, fueron interesantes las palabras de

Raül Romeva, diciendo que se trataba “de un movimiento que va de abajo a arriba”38, mientras

que Artur Mas celebraba la masiva participación y pedía al Estado dejar “esta miopía política,

este orgullo imperial”, emplazando a “dejar de amenazar con las leyes como si fuéramos

delincuentes”. Por último, el president, que aunque no acudió a la marcha por su rol, sí recibió

a los organizadores, dijo sentir ilusión “porque significa que tenemos un pueblo en marcha en

favor del derecho a decidir y en contra de nadie”, centrándose completamente en la gente y

dejando clara la estrategia que seguiría Junts pel Sí en la campaña, basada, según su jefe de

campaña Oriol Soler, en “un 5% de comunicación y un 95% de movilización”39. La respuesta

desde Madrid, en boca de Soraya Sáez de Santamaría, fue acusar al president de “utilizar las

instituciones”40 en favor de su candidatura y el proceso, añadiendo que el 11-S “era una fiesta

de todos los catalanes, después se convirtió en un acto reivindicativo de sólo una parte y, hoy,

es un acto electoral de otros y sobre todo de Mas”, en la misma línea de personificar la

movilización independentista.

Al día siguiente, en la prensa española El País titulaba [18.1]: “Una Diada masiva impulsa a Mas

y la independencia”, subtitulando “Junts pel Sí monopoliza la marcha de cientos de miles de

personas […]”, en un análisis muy personificado, al igual que El Mundo [18.2], aunque éste

último era más agresivo: “Mas convierte la Diada en un acto de agitación electoral”. ABC [18.3],

sorprendentemente, no decía nada sobre la Diada en su portada, y La Razón [18.4] destacaba

que “la Diada electoral se desinfla”, confiando por primera vez en los datos de la Guardia

37 AAVV: Revolta generacional, Dossier “Vell/Nou”, de Crític. 2013 38 http://www.huffingtonpost.es/2015/09/11/diada-2015-cataluna_n_8121306.html 39 AAVV; El dia que el Procés es va treure la corbata, Dossier “Vell/Nou”, de Crític. 2013 40 http://politica.elpais.com/politica/2015/09/11/actualidad/1441975508_364850.html

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Urbana, cuando éstos bajaban por primera vez desde 2012, desde que, según ellos, “Artur Mas

inició la ofensiva soberanista”. Mas era también el protagonista de la foto con un cartel suyo

que mostraba su puesto como cuarto en la lista de su candidatura, con un pie de foto que ponía

“El presidente ausente”.

En Catalunya, ningún diario destacó esta vez las cifras de la movilización en sus portadas, que

habían bajado. La Vanguardia [18.5] sacó una foto aérea de la manifestación bajo el titular

“Demostración meridiana”, y en uno de los titulares decía que “cientos de miles de

independentistas salen a la calle e impulsan la lista de Junts pel Sí”, otorgándole la movilización

a la candidatura. El Periódico [18.6], con foto similar, titulaba “Demostración de fuerza”, y

dejaba un destacado significativo de la presión ciudadana a las formaciones independentistas:

“La ANC advierte a Junts pel Sí y a la CUP de que no admitirá ‘claudicaciones ni falsas vías’”. El

Ara [18.7], con la misma foto que La Vanguardia, titulaba en inglés “Queremos nuestro propio

estado independiente”, lanzando un mensaje al mundo –petición de Mas en su discurso-. Por

último, El Punt Avui [18.8] sacaba una imagen diferente de la manifestación, con gente portando

la ‘flecha’ y titulando “Vía hacia a las urnas”.

Cabe destacar, por interés para el tema tratado aquí, por un lado, la polémica que generó un

tuit de Josep Rull (CDC-JxSí), en el que la misma foto utilizada por La Vanguardia y el Ara se

difundió con el logo de su candidatura, provocando irritación en la CUP, por “querer apropiarse

de una manifestación transversal”41. Rull pidió disculpas y, con el fin de zanjar la polémica, dijo

que “la manifestación del 11-S, evidentemente, no es de ningún partido, es el pueblo”. También

es interesante la utilización de este último significante días antes en un mitin por parte de Artur

Mas, que dijo que “el poder del pueblo está por encima del poder de los banqueros”42,

refiriéndose a las declaraciones negativas de algunos banqueros sobre el proyecto

independentista. Ambas son pruebas de un giro –forzado- definitivo del discurso hacia la

izquierda, eje donde ya estaba situado el soberanismo.

La noche del 27-S se confirma la mayoría en escaños –aunque sin llegar a más del 50% de los

votos- del bloque independentista formado por Junts pel Sí y la CUP. En su discurso –tras hablar

Junqueras-, Artur Mas intentaba transmitir entusiasmo con un tono eufórico que parecía

forzado y de carácter carismático-mesiánico que se salía de su habitual serenidad. Empezó

diciendo “hoy tenemos una doble victoria. Como decía Oriol Junqueras, ha ganado el sí. Pero

además, ha ganado la democracia”43(00:34-00:44). Señalando la participación (del 76%, la más

alta en Catalunya), recriminó a aquellos que decían que no era un plebiscito y que no había ganas

de votar respondiendo enérgicamente “¡claro que eran un plebiscito, claro que eran un

plebiscito!”(01:47). Tras decir “igual que nosotros, como demócratas, habríamos aceptado la

derrota”, vino el momento en que más elevó el tono y más enérgicamente gesticuló: “¡Ahora

pedimos a los otros que acepten la victoria de Catalunya, y la victoria del sí!”(02:28-02:34). Esta

frase la volvió a repetir remarcándola, provocando gritos de “President!”. Por último, y tras

recordar las dificultades por las que habían pasado, terminó diciendo que “esto nos da una

enorme fuerza y una gran legitimidad para tirar adelante este proyecto, lo sabemos, y

41 http://www.ara.cat/politica/Rull-CDC-Junts_pel_Si-sobiranisme-Via_Lliure-Meridiana-27S_0_1430257148.html 42 http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/09/29/catalunya/1443549988_606619.html

43 https://www.youtube.com/watch?v=EqVawlEcXmc

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honraremos este mandato democrático”(03:20-03:32). El periodista Francesc de Carreras

escribía tras el 27-S que Mas “no es convincente en los mítines, más aún cuando actúa como un

orador populista”44.

La prensa leyó de formas muy diferentes los resultados. El País [20.1] destacaba la victoria

independentista en escaños pero la pérdida de “su plebiscito”, y sacaba a Mas en su discurso,

con pose exaltada y brazo extendido, apuntando con el dedo índice. El Mundo [20.2] también

leía en clave plebiscitaria y contaba los votos del ‘no’ como mayoritarios, y en su foto salía Mas

saludando con su gesto típico de los cuatro dedos –la senyera-, junto a Römeva y Junqueras,

ambos sin sonrisas. ABC [20.3], con una lectura similar –“Cataluña no se quiere ir”-, destacaba

el apretón de manos entre Römeva y Mas, sacándoles a ambos con la boca cerrada y gesto de

contención. La Razón [20.4], en la misma línea, personalizaba completamente en un Mas -“no

consigue sus objetivos”- protagonista de la foto bebiendo champán con gesto serio, con un pie

de foto que decía “El mal trago del 28-S”.

La Vanguardia [20.5] destacaba la victoria del ‘sí’ en escaños, pero en un destacado también

reflejaba la derrota en el plebiscito. En su foto salían Römeva, Junqueras y Mas aplaudiendo,

aunque sin sonreír, y sólo aparecían las declaraciones de éste último. El Periódico [20.6] titulaba

“Amarga victoria” y en su foto, donde salían juntando sus manos los cinco primeros de la lista

de Junts pel Sí, sólo sonreía claramente Mas, con su tradicional saludo. Esto quizás quería reflejar

que, pese a que a la candidatura no le había ido tan bien como esperaba, el expresident se había

‘salvado’. El Ara [20.7] era quien más fielmente reflejaba los resultados en votos y escaños, pero

se centraba en estos últimos titulando “Mayoría absoluta”. En su foto destacaban una

adolescente junto a una mujer mayor mirando hacia el cielo, y sobre sus cabezas, estelades y

una bandera europea. El Punt Avui [20.8], sin foto, hacía el mismo recuento, dando mayor peso

a los escaños y un titular para el exterior: “Escucha, Europa”.

Por último, cabe volver a mirar las valoraciones en los barómetros del CEO. Desde el 7,9

posterior al 9-N, Mas pasó a un 7,7 entre los votantes de CiU [gráfico 2] en marzo, después del

pacto con Junqueras y el anuncio de las elecciones, y acabó en un 7,6 tras la ruptura con Unió

en junio, siendo éste el último dato disponible de los votantes de CiU. Entre los de ERC [“”3]

subía una décima hasta el 6,3, y para los de la CUP [“”4] bajaba tres, pasando del pico histórico

de 4,7, tras firmar el decreto para el 9-N, al 4,4. Entre el total de Catalunya [“”5], la tendencia

seguía a la baja, pasando de un 4,7 a un 4,4. En octubre, después de formar la candidatura

conjunta, de la Diada y del 27-S, los votantes de CDC le daban un 8,2, mientras que cuando se

preguntaba a los de Junts pel Sí, su nota era de 7,6. Los de ERC [“”3] le rebajaban hasta un 6 la

valoración, que también bajaba para los de la CUP [“”4] al 4,2, la misma que le otorgaba, en un

mínimo histórico, el total de catalanes [“”5], en contraste con la subida de casi medio punto de

Junqueras [“”1]. Por último, en cuanto a la opinión de éstos sobre la relación de Catalunya y

España [“”6], el bajón posterior al 9-N, que llevó al independentismo hasta el 38%, se remontó

hasta repuntar por encima del 40% el 27-S, volviendo a bajar tras los comicios. Esto podría leerse

como un desgaste debido a la desafección política y las dinámicas de pactos postelectorales,

muy tensos entre JxSí y la CUP.

44 http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/09/29/catalunya/1443549988_606619.html

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3.6. La declaración ante el TSJC y el “paso a un lado por el país”

El 15 de octubre, cuando se cumplían 75 años del fusilamiento del mítico expresident de la

Generalitat Lluís Companys a manos del régimen franquista, Artur Mas tenía que declarar ante

el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya por la organización del 9-N. La fecha elegida por el

tribunal era, según el coordinador de CDC Josep Rull, “una provocación, una estupidez política

o las dos cosas. Elegir esta fecha, tan sensible para los catalanes, demuestra hasta qué punto

hay una distancia abismal entre la realidad del país y una determinada concepción de la

justicia”45. Sin embargo, la coincidencia les permitía relacionar carismáticamente a Mas y la

causa por la que se le acusaba con Companys, y hacer un paralelismo entre sus ‘enemigos’. El

propio Mas había escrito en agosto un artículo para el diario francés Libération donde decía que

Companys había luchado contra el gobierno español por el respeto a la identidad de las

instituciones catalanas, que la voluntad de existir de los catalanes seguía intacta y que, “si

Companys había personalizado esa lucha en el pasado, en la actualidad era él quien la

encarnaba”46. Es curioso ver cómo, mientras Rull criticaba la fecha, Jorge Vilches, historiador y

profesor de la UCM escribía que “el nacionalismo ha hecho coincidir la fecha” y que se pretendía

una “típica identificación y encarnación del líder con el pueblo y una única aspiración, propia del

populismo nacionalista”.

El acto, que empezó precisamente en el paseo Lluís Companys de Barcelona, reunió a los

principales representantes políticos de las formaciones favorables pro-consulta, a las

organizaciones ANC, Òmnium y AMI (con Carles Puigdemont al frente) y a 400 alcaldes que

acompañaron a Mas hasta los juzgados con sus varas, representando el poder municipal. A su

vez, una masa de unas 3.000 personas le acompañaron con estelades y senyeres, gritos de

“president!”, de libertad para Catalunya y carteles en los que se leía “9-N somos todos” y “todos

somos Mas”. Cabe destacar la importancia que se le dio a su declaración en comparación a las

de dos miembros más del Govern dos días antes, imputadas por la misma causa. Parecía pues,

que la polémica coincidencia fue positiva y utilizada finalmente por Mas como generadora de

polarización y como transferencia de carisma puro, de martirización nacional.

Tras declarar, Mas ofreció un rueda de prensa en la que dijo: “Soy responsable de haber

escuchado a centenares de miles de personas”47(00:20-00:25), y a su vez amenazaba al Gobierno

diciendo: “Es muy posible que las imágenes de unos miembros del Govern entrando en un

tribunal de justicia por una causa penal por haber puesto las urnas… corran por muchos sitios

del mundo. Y si corren, es bueno que el país reaccione”(00:30-00:45). Su imagen (01:05) al subir

las escaleras del juzgado y saludando entre vítores, ante los alcaldes con las varas en alto, a toda

la masa con su gesto habitual de brazo estirado y cuatro dedos, es muy potente en términos

carismáticos, y recuerda a las concentraciones ante líderes mesiánicos, raras hoy día. Pero Mas,

queriendo dar la importancia al ‘pueblo’ reta: ¿Ustedes creen que esto se acaba porque algún

tribunal un día, no sé en cuanto tiempo, pueda llegar a inhabilitar a un cargo público de

Catalunya, incluso al president de la Generalitat? Yo no me lo creo”(01:38-01:50). “No hay un

45 http://www.ccma.cat/324/rull-considera-una-provocacio-o-una-estupidesa-fer-coincidir-la-declaracio-de-mas-amb-lafusellament-de-companys/noticia/2690809/ 46 http://www.elespanol.com/opinion/20151014/71612840_12.html 47 http://www.ccma.cat/tv3/alacarta/mes-324/artur-mas-declara-davant-del-tsjc-pel-9-n/video/5557602/

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tema de derecho, no hay un tema de leyes, hay rabia del éxito del 9-N por parte de diferentes

instituciones del Estado español”(02:00-02:10). Mas asumió toda la responsabilidad en la

organización del 9-N como “promotor político”48, en un acto de aparente sacrificio por todos,

pese a no haber sido el único. También dijo que “no estamos ante un Estado neutro ni neutral”49,

en una estrategia que ponía a la maquinaria estatal del lado del ‘enemigo externo’, retando a la

justicia a responder sobre si “actuar como un demócrata equivale a actuar como un

delincuente”. Para finalizar, dijo sentirse responsable de “haber defendido la paz social” y “la

libertad de expresión”.

Todas las portadas de los diarios españoles [imágenes 21.1, .2, .3, y .4] al día siguiente mostraban

a Artur Mas saludando –menos ABC, que le saca con los ojos cerrados y el brazo en posición

antinatural- ante sus acompañantes en todas las fotos de forma que le resaltaban por encima

del resto, y sus titulares se centraban en su amenaza de desacato si le inhabilitaban, así como

en el papel que Mas otorgó ante el juez a los voluntarios como ejecutores, de forma que parecía

que se escudaba en ellos para salvarse.

En Catalunya se vieron algunas diferencias entre medios. Las fotos y portadas de La Vanguardia

[21.5] y El Periódico [21.6] eran muy similares, sacándole también saludando y centrándose en

su responsabilidad política, aunque sin destacar la declaración sobre los voluntarios. Las únicas

diferentes eran las del Ara [21.7] y El Punt Avui [21.8], en cuyas fotos Mas sale sin saludar y a la

misma altura que el resto de los miembros del Govern en la primera, mientras que en la segunda

se le ve marchando junto a su equipo y respaldado tras una masa de gente con estelades. Los

titulares también son mucho más centrados en el colectivo soberanista y no llevan ninguna

declaración suya: “Ofensiva judicial. Respuesta cívica” en el caso del Ara; y “Más que Mas” en el

de El Punt Avui.

El último episodio carismático alrededor de Mas que analizaremos se produce tras unas

tensísimas negociaciones entre Junts pel Sí y la CUP para lograr investir un president. A pocas

horas de agotarse el plazo para conseguirlo y seguir adelante con el proceso, todo se desencalló

gracias a cesiones de ambas partes. Una de ellas fue que Artur Mas renunciase y propusiese otro

candidato ‘de consenso’. Éste fue Carles Puigdemont, convergente pero independentista de

siempre. Ante este cambio, la periodista Laura Garcia escribía no hace mucho que este

movimiento “puede dejar huérfanos a una parte significativa de los que levantaron la

estelada”50, alegando que Mas era el reflejo del votante “de orden” -entendiéndose como

moderado/conservador-, “cansado de los agravios de Madrid”. Esto es, esa parte de los

catalanes que se cambió al independentismo por motivos económicos o sociales, con el fin de

mejorarlos. De hecho, el último barómetro del CEO mostraba que más de un 40% de catalanes

pensaba que su nivel de vida mejoraría con la independencia [gráfico 23]. Estos “conversos”

parecen “la clave del crecimiento de una idea que había sido minoritaria” cuando se encerraba

en lo sentimental.

48 http://www.ccma.cat/324/mas-es-declara-responsable-unic-com-a-promotor-politic-del-9-n/noticia/2690818/ 49 http://www.ara.cat/politica/Artur_Mas-declaracio-9-N_12_1449575029.html 50 http://www.lavanguardia.com/politica/20160522/401956326805/la-papeleta-de-mas.html

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En una rueda de prensa convocada de urgencia, Mas, con gesto y tono muy serios empezaba

diciendo que la decisión “permite ponerse a trabajar y tirar adelante este país”51(02:20-02:25).

Esto, decía, “ha sido la constante de mi trayectoria política personal, pero sobre todo de mi

acción como president de la Generalitat, como president de Catalunya”(03:51-03:59). La

negociación, aseguraba, había encontrado una solución gracias a representantes políticos y a

entidades del mundo soberanista. El primer punto de dicha solución es pronunciado por Mas

tras una pausa solemne: “Dar un paso a un lado”(05:53). Tras explicar que personalmente era

duro, dijo que se verían “los beneficios para el país y los beneficios para el proyecto que estamos

defendiendo y que tantas voluntades ha llegado a juntar en estos últimos años”(06:39-6:50).

Aseguró también haberle dicho a la CUP “yo no quiero cargos […] seré president o

expresident”(07:10-07:23). Quedó a disposición del Parlament, del nuevo president y del Govern

“para lo que se me pida”(08:51), así como “al país y al proyecto soberanista […] sin reservas y

sin pedir nada a cambio”(09:16-09:27). Actuando así, decía ser fiel a sus principios, de los cuales

el más importante dijo ser “el país, Catalunya y su gente. Toda su gente es más importante que

cualquier partido político […] así como cualquier entidad, precisamente por ser colectiva, está

por encima de cualquier persona”(10:00-10:17). Ésta fue también su respuesta a sus acciones

como president de los últimos años, y pidió que se entendiese por “la concordancia entre las

palabras y los hechos” lo cual, dijo, es menos habitual”(10:42-10:50).

En la primera cláusula explicada quedaba muy claro su poder e intento de transferencia

carismática: “El Parlament de Catalunya investirá en primera votación, sin más dilaciones, es

decir, mañana mismo, al candidato que yo proponga”(11:30-11:40). Anunció que sería

Puigdemont, a quien describió como hombre que “tiene muy claro el proyecto de país, que tiene

muy claro que Catalunya es un sujeto político, que es una nación y que tiene derecho a decidir

[…] y que como objetivo, este país nuestro llegue a ser, como todos los países normales de

Europa, un estado propio”(12:50-13:21). Era la primera muestra de que dejaba sus ideas como

legado representado en quien muchos han señalado como su ‘delfín’, quien, curiosamente, en

poco tiempo ha logrado un gran reconocimiento [tabla 1]. Al hablar de cómo se garantizaría la

estabilidad parlamentaria con la CUP, Mas pronunció una de las frases con más polémica de su

rueda de prensa por aparente paternalismo: “Lo que las urnas no nos dieron directamente ahora

se ha tenido que corregir a través de la negociación” (16:50-16:58). También la demanda de que

la CUP asumiese “sus errores”(17:36), con una pausa larga y rostro serio, y diciendo que “es

bueno que sea así”(18:55) recordaba a la figura del padre que castiga a sus hijos.

Tras esto, recordó que los beneficios superaban en mucho a los costes, que “el proyecto está

vivo, el proceso queda salvado”(20:27-20:30) y que, personalmente, “yo no me retiro de la

política”(22:35), explicando que se dedicaría a refundar Convergència, a la vez que dejaba la

puerta abierta a volver a presentarse a unas elecciones “en función de cómo vayan las cosas en

Catalunya en estos próximos tiempos”(25:47-25:51). Esto contribuye a pensar que, al mismo

tiempo que servía a una causa colectiva, podía estar pensando en ganar legitimidad ante su

sector y reforzar su liderazgo como único líder posible de los convergentes. Por último, una frase

destacable para el análisis de liderazgo carismático-mesiánico: Mas dijo estar tranquilo y “con la

conciencia de que estoy haciendo bien… y no quiero resultar presuntuoso con lo que ahora os

diré, pero estoy haciendo bien porque estoy haciendo el bien. Y quien hace el bien siempre hace

51 https://www.youtube.com/watch?v=fPKSfWGk0iY

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bien”(27:11-27:23). Es aquí donde se atribuía unas cualidades superiores, de quien es capaz de

saber qué es hacer el bien, pese a lo difícil de definirlo. No obstante, finalizó queriendo recordar

una frase que dijo cinco años atrás, cuando fue elegido president de la Generalitat, “aunque

algunas veces se me haya presentado de forma diferente” (27:40): “Yo no he venido a salvar

nada, yo he venido a servir un país”(27:43-27:47). Aquí es donde parece claramente que se

quiere desmarcar de esa dimensión de líder mesiánico para ofrecerse más bien como un servidor

del pueblo, entregado a una causa superior a él y sus objetivos personales.

Veamos las interpretaciones en la prensa de ese “paso a un lado” del ya expresident. Desde

Madrid, los causantes de la marcha de Mas eran todos diferentes: El País [imagen 22.1] titulaba

que Mas se iba “para avivar la secesión”, y le sacaba en su foto junto a Puigdemont en un apretón

de manos. Bajo la foto, el título del perfil del segundo era “El hombre que prometió ‘expulsar a

los invasores’”, en lo que era el inicio de un nuevo capítulo en los ataques en clave personal. El

Mundo [22.2] entendía que eran los soberanistas en bloque los que “apartan a Mas para salvar

el desafío ilegal”, destacando la declaración de Mas sobre la “corrección” de la negociación

sobre el resultado de las urnas y describiendo a Puigdemont como “el delfín más

independentista de CDC”. ABC [22.3], refiriéndose a la CUP, titulaba “Los antisistema le ganan

el pulso a Mas”, junto a un subtítulo en el que ponía que “pactan su sustitución”, y una foto de

éste arrugada. También arremetían contra Puigdemont por las mismas declaraciones que

destacaba El País. La Razón [22.4], por su parte, le otorgaba la decisión a CDC, que “fuerza la

salida de Mas para mantener el poder”. Bajo el titular, se lee que “el paso al lado” es en favor

de Puigdemont, en vez de por “el país” como había declarado Mas, y en la foto se le veía

sonriente acariciando en la cara a su sustituto, del que se volvía a remarcar su declaración sobre

“expulsar a los invasores”.

En Catalunya, La Vanguardia [22.5] sacaba una portada muy fiel a las declaraciones de Mas, y el

titular decía que se apartaba “para evitar elecciones”. En la foto salían ambos pero sin saludarse

entre ellos, sino a otros componentes de CDC. El Periódico [22.6], más crítico, titulaba “Mas tira

la toalla”, les sacaba a ambos saludándose en la foto y destacaba también la frase polémica

sobre la “corrección” de los resultados electorales. El Ara [22.7] en su línea, se centraba en el

“acuerdo”, que era su titular, destacando que “el proceso avanza”. En su foto, pese a salir juntos

saludándose, Mas y Puigdemont no parecían tan protagonistas por el enfoque de la captura,

donde no salían centrados ni se les destacaba totalmente. Por último, El Punt Avui [22.8] titulaba

“Vía libre”, resaltando el acuerdo entre formaciones que “asegura la hoja de ruta y la

estabilidad”, dando protagonismo al proceso. Destacaba el “paso a un lado” de Mas, pero no lo

relacionaba con “el país” o Catalunya, sino con la dedicación a la refundación de CDC y la

negativa del expresident a abandonar la política. No obstante, el título de su editorial era todo

un reconocimiento: “Gracias, president”. En la foto, un Mas con una sonrisa contenida mira y

aprieta la mano a un Puigdemont engrandecido en la foto, que mira sonriente a las cámaras.

4. CONCLUSIONES

En los barómetros se contrasta que los momentos con carga carismática del proceso favorecen

a la opción pro-independencia y a Mas ante el electorado independentista, sobre todo cuando

se producen respuestas agresivas desde Madrid. Entre este electorado, el apoyo más fuerte y

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estable se da entre los convergentes, donde sí se acaba erigiendo como líder indiscutible. Por

contra, la polarización que supone encabezar el proceso, sumado a los ataques y personalización

en él que se hacen del proceso desde los medios e instituciones estatales, le lleva a bajar su

valoración progresivamente entre el total del electorado catalán. Esto hace que podamos decir

que la primera hipótesis es cierta, pero sólo en parte. Se hace difícil afirmar que la estrategia

funcione para el total del electorado independentista. Pese a que en determinados momentos

clave del proceso sube mucho su valoración, el eje izquierda-derecha se muestra aún influyente,

y el desplazamiento del movimiento hacia la izquierda fue arrinconando a Mas en favor de otros

actores, especialmente de Oriol Junqueras, mucho mejor valorado entre los votantes

soberanistas, incluyendo a CiU [gráficos 7, 8 y 9]. Aunque de media las valoraciones de Mas son

altas en comparación a las de otros líderes en España, por ejemplo, y más si se tiene en cuenta

que se pregunta a votantes de partidos ideológicamente opuestos, cabe recordar que el interés

político mostrado por los independentistas en las encuestas es muy superior a la media de

votantes [“”18], en especial entre los votantes de ERC y la CUP [“”20 y 21], lo cual puede elevar

notas, tanto a Mas como a otros líderes. Por tanto, habría una parte de la hipótesis que se podría

considerar como falsable, viendo además los malos resultados electorales de Mas mientras la

independencia crecía en apoyos. Esto parece deberse a que, hasta el “giro social” –quizás tardío,

y erróneo para muchos-, el discurso durante el proceso tenía demasiados elementos

nacionalistas, y no coincidía con la visión mayoritaria de los favorables a la independencia,

mucho más preocupados por las cuestiones sociales y económicas, que precisamente no

mejoraron durante los mandatos de Mas.

Respecto a la segunda hipótesis, sí parece validarse, sobre todo por la apropiación, en su

discurso, de valores y significantes muy fuertes y positivos que los soberanistas y los medios

catalanes atribuyen al movimiento, como democracia, paz, libertad, etc. Los actos de

“desobediencia” como president hacia el Estado en nombre de éstos le dieron cariz de líder

sacrificado por la causa, ante la que ponía todo de su parte para que fuese llevada a cabo.

Además de esto, las respuestas desde Madrid –en especial desde llegada del PP al gobierno-,

tanto desde instituciones como medios, consideradas como inmovilistas y basadas en una visión

muy rígida de la ley, sin buscar soluciones políticas al proceso, le beneficiaron al permitirle

apropiarse valores contrarios como diálogo o flexibilidad. Por otra parte, mientras en Catalunya

los medios ponían el acento mayoritariamente en el carácter colectivo de los momentos clave

del proceso, la excesiva personificación de éste en Mas por parte de sus ‘enemigos’,

presentándolo como una obra suya basada en la manipulación, contribuyó, quizás de forma

inconsciente, a dicha apropiación, provocando que la defensa del proceso por parte de sus

simpatizantes implicase también respaldar al president. El periodista Manuel Revuelta señalaba

a los medios españoles como grandes responsables, por decir “bestialidades” que generan

“necesidad de ser independientes”52(09:22), aunque quizás sería mejor decir que son una de las

causas. No obstante, esto no significó que mejorase en sus resultados electorales. La gestión y

negociaciones partidistas ante el proceso le perjudicaron, como también parecieron hacerlo al

propio proceso. Pese al discurso servil hacia el pueblo que empezó a mostrar Mas, la percepción

general en las dinámicas partidistas pareció ser la de querer apropiarse del movimiento, lo cual

resultó negativo. Enric Juliana expresaba esto muy claramente ya en 2013: “Mas es la persona

52 https://www.youtube.com/watch?v=jk5Pe0h-86A&feature=youtu.be

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33

que encabeza políticamente esta situación pero no es el propietario de esta situación”53(16:02-

16:10), criticando además a los periodistas de Madrid por presentar el proceso como algo

totalmente “teledirigido desde arriba”. Cabe tener en cuenta, como muestra el CEO [gráfico 22]

que la sociedad catalana actual se inclina mayoritariamente por que las decisiones políticas sean

tomadas por la ciudadanía y no por los representantes políticos. Así se explicaría también el

amplísimo apoyo al derecho a decidir y a la celebración de un referéndum entre el conjunto de

la ciudadanía, mucho mayor que el apoyo explícito a la independencia, y en línea con el

argumento de la cuestión generacional y la “nueva política”. En este sentido, son interesantes

unas declaraciones de Puigdemont tras sus tres primeros meses como president, donde

afirmaba que “se han acabado los […] ‘hiperliderazgos’ mesiánicos que lleven al pueblo hacia el

paraíso” 54, porque en la nueva política “hay desafíos nuevos, los liderazgos duran menos” y

tienen que estar “conectados con la realidad y en poco tiempo”. Esto iría en la línea de autores

como Joseph Nye o Salvador Giner, quien plantea que la época de los liderazgos quizá esté

llegando a su fin por la mitificación de la sociedad, así como por la rapidez con que surge y caduca

todo en la política y sociedad actuales. Queda aquí, pues, un debate abierto de cara a como se

desarrollen los liderazgos en un futuro.

Evidentemente, el ‘fracaso’ que se le achaca a Mas no se debe únicamente a estar desplazado

en el eje ideológico soberanista o a tener un discurso que no fuese hegemónico dentro de este

submundo. El desgaste de gobernar, los recortes, el ‘caso Pujol’ y otras sospechas de corrupción

también deben tenerse en cuenta, así como un factor que, según el periodista Francesc Marc

Álvaro, puede olvidarse a veces y que he señalado antes como es el generacional: “No está de

moda todo lo que proviene de los pactos de la Transición. […]”55. Así, y coincidiendo con él, la

conversión de Mas y de Convergència al independentismo parece no haber compensado su

percepción de pieza clave de la “vieja política”, otro de los factores o ejes que explica el proceso

soberanista, y que ha obligado a Artur Mas a una refundación de Convergència. Su futuro como

líder de la formación o al frente de la Generalitat si se volviese a presentar, puede ser objeto de

nuevos estudios. Coincidiendo con la periodista Isabel Garcia, parece evidente que la apuesta

por la consulta de Mas fue un hito carismático que le mantendrá al frente del nuevo proyecto

convergente: “CDC pasará de ser el partido de Pujol a ser el partido de Mas” 56, decía. No

obstante, y pese a la fidelidad de su militancia, el “heredero que abonó a Catalunya a los días

históricos” –como lo define ella, en términos muy carismáticos-, no fue capaz de crear un

discurso hegemónico ni articular mayorías a su alrededor durante el proceso, menos aún a partir

del ‘caso Pujol’. Sobre su futuro, una cosa parece clara: su nuevo liderazgo se gestará

seguramente desde la oposición, como apunta Álvaro, para el que “todo lo que está surgiendo

hoy en Catalunya parece conducir a un futuro Govern soberanista de izquierdas después de la

presidencia de Puigdemont”, donde ya debería tenerse muy en cuenta el ascenso actual de

Podemos en Catalunya, intentando hegemonizar el espacio soberanista no-independentista. En

la línea de una de las conclusiones de este trabajo, aclara que si los resultados del 26-J

53 https://www.youtube.com/watch?v=jk5Pe0h-86A&feature=youtu.be 54 http://www.lavanguardia.com/politica/20160425/401342956993/puigdemont-descarta-liderar-cdc-

presentarse-periodo-excepcional.html

55 http://www.lavanguardia.com/politica/20160509/401662616682/maneras-de-perder.html 56 http://www.lavanguardia.com/politica/20160522/401956326805/la-papeleta-de-mas.html

Page 35: Gestión carismática en líderes políticos: análisis de discurso y

34

“desembocan en la continuidad del PP en la Moncloa, esta hipótesis cogería todavía más

fuerza”57, lo cual sería otro ejemplo de contraposición y viraje a la izquierda.

5. BIBLIOGRAFÍA

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57 http://www.lavanguardia.com/politica/20160509/401662616682/maneras-de-perder.html

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5.2. Estudios/dossiers:

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AAVV; Dossier “Vell/Nou”, de Crític. 2013

http://www.media.cat/2012/09/17/informe-la-manifestacio-de-la-diada-obliga-als-diaris-a-

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http://www.lavanguardia.com/vangdata/20160330/40741770340/referendum-catalunya-

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5.3. Entrevistas:

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anys-de-la-republica-amb-els-comuns-i-la-cup-8910

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https://www.youtube.com/watch?v=jUKuwmVNzaI

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5.4. Libros/manuales:

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GINER, S. 2003: Carisma y razón. Madrid: Alianza.

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CORBETTA, P. 2007: Metodología y técnicas de investigación social. Madrid: McGraw-Hill

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