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& UNIVERSIDAD DE MEXICO FESTIVAL BERNARD SRA\V "/;1IC11O parle del cine francés" o R T UNA COMEDIA "DESAGRADABLE" DEL CENTENARIO patrocinado por la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Na- cional de Bellas Artes, en el Auditorio del Seguro Social, a fines de noviembre. Fue organizador general de este festi- val conmemorativo, el estudiante de la Escuela de Ciencias Políticas y Sociales J osé Luis Rocha Menchaca, di rector del grupo teatral de la misma escuela uni- versitaria. En ·la apertura del ciclo, que termina- el 9 del presente mes, hicieron uso de la palabra el doctor Raúl Carrancá y Tru- jillo, director de! plantel, para referirse a la obra social de Bernard Shaw; e! li- cenciado Castro Leal, que habló del pe- riodista, crítico y autor, y Cipriano de Rivas Cheri f, para presentar al grupo. grandeza y la miseria de buena parte del cine francés. La película se desenvuelve con un sobrio virtuosismo, pausadamen- te, en 'una estructura contrapuntística en- tre el presente y el pasado inmediato, in- sinuando apenas las escenas cumbres y acentuando detalles que aparentan insig- ni ficancia; pero falta fuerza, sobra lo gris, lo que está bien y nada más. Otra muestra, más desalentadora que tonificante, de ese "buen oficio" que le ha puesto un rasero común al arte cinematográfico. Retrato de una desconocida comienza como un melodrama y se desarrolla como una comedia amorosa, ajena a la pesadez germánica y en la tradición de la come- dia de Ernest Lubitsch. Pero no Jlega a ser cine. Cuenta con diálogos muy finos y con la atrayente actuación de sus co- mediantes, es verdad, pero carece de ima- ginación visual. No es el diálogo la esen- cia del cine; apenas resulta un adorno. Los amantes del cine añoramos aqueHas cintas de Sennet, de Lindel', de Buster Keaton, los prim{eros Charlots; 'Obras elementales e ingenuas, si se quiere, pero frescas, vitales, animadas por un espíritu de invención cercano muchas veces a la poesía. A una esgrima de diálogos chis- peantes preferimos aquellas feéricas bata- Has de la zancadilla y los pasteles de crema. Aquello escondía sorprendentes, insospechadas relaciones entre los seres y las cosas. Sobre todo, era imagen y ritmo, no palabras. Era cine. La obra elegida, para inaugurar el Fes- tival Bernard Shaw, por el director del grupo teatral de la Escuela de Ciencias Políticas y Sociales, fue la comedia en cuatro actos del autor irlandés La profe- sión d.e la seí:¡'ora Warren. Esta obra cierra el tomo que contiene las agrupadas, por el mismo George Ber- nard Shaw, bajo e! franco título de "Co- medias desagradables", en el cual la pre- ceden otras dos: Non Olet y Fascinación. El traductor autorizado por el drama- turgo para dar a conocer sus obras en España, Julio Broutá. había hecho posi- tivamente desagradable' esta comedia, al titularla. en su versión española, Trata de blancas. A E T CONMEMORACION DEL NATALICIO DE Por Francisco MONTERDE E STE AÑO DE 1956, próximo a con- cluir, ofreció escalonadas las fe- chas conmemorativas relacionadas con las existencias de tres autores dra- máticos: los comediógrafos Oscar Wil- de y George Bernard Shaw, y el dra- maturgo Reinrik Ibsen. Los centenarios de las dos figuras des- tacadas del teatro inglés y el cincuente- nario del más importante, sin duda, de los autores noruegos, fueron oportuna- mente recordados en suplementos domi- nicales y en teleteatros. Sobre la vida y la obra de Ibsen, sus- tentó Celestino Górostiza una conferen- cia: excelente síntesis de aquélla y acer- tada interpretación de varias de sus prin- cipales obras: acerca de Bernard Shaw ha prometido otra, el licenciado Antonio Castro Leal, que lo ha traducido y es- tudiado a fondo. George Bernard Shaw un canal, los ruidos de las camionetas en las calles grises, los individuos que miran pasar los trenes, le bastan para crear lugares y situaciones de una vida densa y atrayente. Simenon ha escrito tanto como Balzac, pero le bastan cuatro líneas para sugerir lo que el otro describe en veinte. Esa ausencia de "literatura", su poder de visualización, su "estilo de montaje", le convierten en un autor ci- nematográfico. Henri Decoin no había dado en el clavo con Los desconocidos en la casa, también de Simenon, con adap- tación y diálogos de Clouzot y la actua- ción de Raimu. La véríté sur Bébé Donge es al¡;o mejor, pero no acaba de levantar el vuelo sobre lo literario: estorba ese regodeo en el diálogo que ha sido la Esta última conferencia fue anunciada al iniciarse el Festival Bernard Shaw, Humor y matiz que impiden a Alazraki caer en la consabida película de cabarete- ras, pantano donde campean a sus anchas -si no es en las folklóricas fanfarro- nadas charras- el "otro" Calderón v Juan Oral. Los amantes plantea una hi;- toria humana y sencilla, el idilio frustrá- neo de un adolescente y una joven pros- tituta. Pero si es notaria una sana preo- cupación formal, con instantes de acer- tada representación visual, el plantea- miento es débil, adolece de esquematismo. Sentimos la falta de esa "atmósfera" de la juventud, esa época de sentimientos confusos, húmedos, descaminados, de desgarrados o esperanzados movimientos íntimos. Falta también, el "clima'" del hogar de clase media, de la Ciudad Uni- versitaria, de las casas de prostitución. Los personajes y el ambiente reclaman densidad: vibran en un solo plano, ofre- cen un solo aspecto. Las contraposicio- nes del muchacho pobre y el rico, de la novia santa y la mujer de perdición, fueron demasiado remarcadas. Trata- miento elemental y decididamente des- afortunado si no s'e cuenta con intérpre- tes expertos. El rostro de Yolanda Va- rela es inexpresivo, lácteo, congelado; Carlos Baena está en su papel como un boxeador en un trajecito de primera co- "pslorba PSP rpqodpo PIl pi diálo.lJo" munión. Por otro lado, Los amantes re- cuerda demasiado algunas películas eu- ropeas -especialmente francesas- que trataron más sabiamente el asunto. Sos- pechamos qlie se le quiso dar autentici- dad, "mexicanidad", con esos mariachis que aparecen varias veces y sin venir a cuento. Alazraki es un director joven y, creemos, limará estos defectos. Raíces y Los amantes tienen momentos de autén- tico cine, yeso nos premite abrir cierto crédito a su realizador. La verité sur Bébé Donge, estrenada en México con el inapropiado título de El precio de un amor, es un nuevo in- tento del veterano director francés Henri Decoin por reflejar la atmósfera nove- lesca de Georges Simenon, ese fecundo autor policíaco de gran éxito comercial y de estimable calidad literaria. No siem- pre han tenido fortuna las adaptaciones fílmicas de las obras de Simenon, pero pueden apuntarse como realizacione lo- gradas La. cabeza de un hombre y Fruto 'Verde. Es comprensible que el cine quie- ra acercarse al mundo de este creador magistral de ambientes y de tipos. El rótulo de un bar o de un hotel sórdido,

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Page 1: George Bernard Shaw - Revista de la Universidad de … · Los centenarios de las dos figuras des tacadas del teatro inglés y el cincuente ... cuento. Alazraki es un director joven

&

UNIVERSIDAD DE MEXICO

FESTIVAL BERNARD SRA\V

"/;1IC11O parle del cine francés"

oRT

UNA COMEDIA"DESAGRADABLE"

DEL CENTENARIO

patrocinado por la Universidad NacionalAutónoma de México y el Instituto Na­cional de Bellas Artes, en el Auditorio delSeguro Social, a fines de noviembre.

Fue organizador general de este festi­val conmemorativo, el estudiante de laEscuela de Ciencias Políticas y SocialesJ osé Luis Rocha Menchaca, di rector delgrupo teatral de la misma escuela uni­versitaria.

En ·la apertura del ciclo, que termina­rá el 9 del presente mes, hicieron uso dela palabra el doctor Raúl Carrancá y Tru­j illo, director de! plantel, para referirsea la obra social de Bernard Shaw; e! li­cenciado Castro Leal, que habló del pe­riodista, crítico y autor, y Cipriano deRivas Cheri f, para presentar al grupo.

grandeza y la miseria de buena parte delcine francés. La película se desenvuelvecon un sobrio virtuosismo, pausadamen­te, en 'una estructura contrapuntística en­tre el presente y el pasado inmediato, in­sinuando apenas las escenas cumbres yacentuando detalles que aparentan insig­ni ficancia; pero falta fuerza, sobra lo gris,lo que está bien y nada más. Otra muestra,más desalentadora que tonificante, de ese"buen oficio" que le ha puesto un raserocomún al arte cinematográfico.

Retrato de una desconocida comienzacomo un melodrama y se desarrolla comouna comedia amorosa, ajena a la pesadezgermánica y en la tradición de la come­dia de Ernest Lubitsch. Pero no Jlega aser cine. Cuenta con diálogos muy finosy con la atrayente actuación de sus co­mediantes, es verdad, pero carece de ima­ginación visual. No es el diálogo la esen­cia del cine; apenas resulta un adorno.Los amantes del cine añoramos aqueHascintas de Sennet, de Lindel', de BusterKeaton, los prim{eros Charlots; 'Obraselementales e ingenuas, si se quiere, perofrescas, vitales, animadas por un espíritude invención cercano muchas veces a lapoesía. A una esgrima de diálogos chis­peantes preferimos aquellas feéricas bata­Has de la zancadilla y los pasteles decrema. Aquello escondía sorprendentes,insospechadas relaciones entre los seresy las cosas. Sobre todo, era imagen yritmo, no palabras. Era cine.

La obra elegida, para inaugurar el Fes­tival Bernard Shaw, por el director delgrupo teatral de la Escuela de CienciasPolíticas y Sociales, fue la comedia encuatro actos del autor irlandés La profe­sión d.e la seí:¡'ora Warren.

Esta obra cierra el tomo que contienelas agrupadas, por el mismo George Ber­nard Shaw, bajo e! franco título de "Co­medias desagradables", en el cual la pre­ceden otras dos: Non Olet y Fascinación.

El traductor autorizado por el drama­turgo para dar a conocer sus obras enEspaña, Julio Broutá. había hecho posi­tivamente desagradable' esta comedia, altitularla. en su versión española, Tratade blancas.

AETCONMEMORACION

DEL NATALICIO DE

Por Francisco MONTERDE

ESTE AÑO DE 1956, próximo a con­cluir, ofreció escalonadas las fe­chas conmemorativas relacionadas

con las existencias de tres autores dra­máticos: los comediógrafos Oscar Wil­de y George Bernard Shaw, y el dra­maturgo Reinrik Ibsen.

Los centenarios de las dos figuras des­tacadas del teatro inglés y el cincuente­nario del más importante, sin duda, delos autores noruegos, fueron oportuna­mente recordados en suplementos domi­nicales y en teleteatros.

Sobre la vida y la obra de Ibsen, sus­tentó Celestino Górostiza una conferen­cia: excelente síntesis de aquélla y acer­tada interpretación de varias de sus prin­cipales obras: acerca de Bernard Shawha prometido otra, el licenciado AntonioCastro Leal, que lo ha traducido y es­tudiado a fondo.

GeorgeBernard

Shaw

un canal, los ruidos de las camionetasen las calles grises, los individuos quemiran pasar los trenes, le bastan paracrear lugares y situaciones de una vidadensa y atrayente. Simenon ha escritotanto como Balzac, pero le bastan cuatrolíneas para sugerir lo que el otro describeen veinte. Esa ausencia de "literatura",su poder de visualización, su "estilo demontaje", le convierten en un autor ci­nematográfico. Henri Decoin no habíadado en el clavo con Los desconocidos enla casa, también de Simenon, con adap­tación y diálogos de Clouzot y la actua­ción de Raimu. La véríté sur B ébé Dongees al¡;o mejor, pero no acaba de levantarel vuelo sobre lo literario: estorba eseregodeo en el diálogo que ha sido la

Esta última conferencia fue anunciadaal iniciarse el Festival Bernard Shaw,

Humor y matiz que impiden a Alazrakicaer en la consabida película de cabarete­ras, pantano donde campean a sus anchas-si no es en las folklóricas fanfarro­nadas charras- el "otro" Calderón vJuan Oral. Los amantes plantea una hi;­toria humana y sencilla, el idilio frustrá­neo de un adolescente y una joven pros­tituta. Pero si es notaria una sana preo­cupación formal, con instantes de acer­tada representación visual, el plantea­miento es débil, adolece de esquematismo.Sentimos la falta de esa "atmósfera" dela juventud, esa época de sentimientosconfusos, húmedos, descaminados, dedesgarrados o esperanzados movimientosíntimos. Falta también, el "clima'" delhogar de clase media, de la Ciudad Uni­versitaria, de las casas de prostitución.Los personaj es y el ambiente reclamandensidad: vibran en un solo plano, ofre­cen un solo aspecto. Las contraposicio­nes del muchacho pobre y el rico, dela novia santa y la mujer de perdición,fueron demasiado remarcadas. Trata­miento elemental y decididamente des­afortunado si no s'e cuenta con intérpre­tes expertos. El rostro de Yolanda Va­rela es inexpresivo, lácteo, congelado;Carlos Baena está en su papel como unboxeador en un trajecito de primera co-

"pslorba PSP rpqodpo PIl pi diálo.lJo"

munión. Por otro lado, Los amantes re­cuerda demasiado algunas películas eu­ropeas -especialmente francesas- quetrataron más sabiamente el asunto. Sos­pechamos qlie se le quiso dar autentici­dad, "mexicanidad", con esos mariachisque aparecen varias veces y sin venir acuento. Alazraki es un director joven y,creemos, limará estos defectos. Raíces yLos amantes tienen momentos de autén­tico cine, yeso nos premite abrir ciertocrédito a su realizador.

La verité sur Bébé Donge, estrenadaen México con el inapropiado título deEl precio de un amor, es un nuevo in­tento del veterano director francés HenriDecoin por reflejar la atmósfera nove­lesca de Georges Simenon, ese fecundoautor policíaco de gran éxito comercialy de estimable calidad literaria. No siem­pre han tenido fortuna las adaptacionesfílmicas de las obras de Simenon, peropueden apuntarse como realizacione lo­gradas La. cabeza de un hombre y Fruto'Verde. Es comprensible que el cine quie­ra acercarse al mundo de este creadormagistral de ambientes y de tipos. Elrótulo de un bar o de un hotel sórdido,

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LIBROS

trabajar, en donde poder enseñar y dedi­carse al encanto naciente de la litografía.Escribió a Lord Byron tLtando de ir aGrecia y, como parece que esto no fueposible, lanzó su mirada a ultramar, a Mé­xico, a un país que le interesaba a él, re­belde, de manera profunda, porque aca­baba de hacer su independencia. La amis­tad de Gorostiza le valió que, de acuerdocon el ministro Michelena, se le aceptarael venir a instalar un taller litográfico.No eran muy oportunos los tiempos. Li­nati se queja de que la civilización enMéxico se reducía a tres ciudades, por loque sólo podría trabajar en "un poco demúsica, esquelas y algún santucho", ypensó irse a Liverpool; sin embargo, sa­gaz observador, no perdía el tiempo y di­bujaba lo que -más le llamaba la atención:los trajes mexicanos. "Hago una colecciónde trajes mexicanos que se publicará enEuropa", anunciaba a un amigo.

Solamente duró un año en México.Después volvió 3 Europa; intrigó para laindependencia e integración de Italia y,fracasado, decidió regresar, con tan malasuerte que, apenas desembarcó en Tampi­co, una fiebre maligna 10 llevó al sepulcroen 1832.

UNÍVE-RSIDAD bE MEXICO

*El libro tiene cuarenta y ocho litogra­

fías a color, cada una con un comentarioenfrente, en el cual no sólo se refiere alos tipos y trajes, según el título del li­bro, sino que, como observa Justino Fer­nández. "mani fiesta sus observaciones so­bre las costumbres, la situación histórica,el clero, la política, los habitantes, los ca­ballos y otros varios intereses que inclu­yen buena dosis de sabiduría". Resulta,pues, este libro único, además de una obraele arte, una historia social de un mo­mento dado por el que México pasó, unade sus fases más interesantes y más dra­máticas: el paso de colonia a nación, quetanta sangre y tanto esfuerzo costó. Norecuerdo que ningún historiador del si­glo XIX mexicano (salvo el uso de algunalitografía para "dar 3mbiente"), utiliceel libro de Linati. Y han hecho mal. Tie­ne razón Manuel Toussaint, en el prólogo,cuando dice que ahora que tanto ha preo­cupado el tema de "lo mexicano", el li­br-o de Linati y sus observaciones no hansido tomadas en cuenta y que "acaso sir­van para modificar, en segundas edicio­nes, los conceptos vertidos en la numerosaliteratura aparecida para dilucidar el te­ma". Sin embargo, todavía pueden moles­tar a muchos Jos juicios de Linati, que sien ocasiones son exagerados, siempre soninteligentes.

Sus litografías abarcan desde los ele­gantes militares, las finas damas, los frai­les y los héroes hasta los aguadores, ven­dedores, léperos y negros. A fines de laColonia se hicieron los dos lienzos quenos eneñan los trajes de las órdenes reli­giosas de México, tanto masculinas comofemeninas, pero esto fue un tema restrin­gido a la variedad con que vestían los frai­les y monjas novohispanos. Claudia Linatilo quiere ver y juzgar todo y, así comoahora el "turista" inteligente sabe captarcon su cámara fotográfica los tipos hu­manos más representativos de las regio­nes que visita, así Linati -y más amplioy observador, con ojos de arte y no de tu­rismo- retrata todos los tipos de la so­ciedad mexicana. Hay que recordar aquíque en 1823 se había publicado en París

LINATI

El a:1\Or irlandés G. Bernard Shaw

vas Cheri f -según palabras suyas- sólopara evitar que los intérpretes cayeranen amanerado profesionalismo, éstos rea­lizan una consciente labor de buenos afi­cionados al teatro.

.En la señora Warren pone MariitaPeco una experiencia que la sitúa enplano superior al que ocupan quiene.s .laacompañan; Sylvia Suárez, como Vl\fle,da gracia y firmeza a la hija emancipada;Michel TOlllp se define, en el papel deCrofts, como el más seguro de los varo­nes de la comedia, a quien secundan conacierto Juan Antonio Jiménez, AlfredoC. Trigo y Antonio Tomp, intérpretesde Frank, Praed y el párroco, respecti­vamente.

La escenografía, proporcionada por elJNBA, cumple limitadamente sus fmes,como la iluminación -tan difícil de ]0­

grar en esa sala-; y el vestuario se acer­ca, hasta donde es posible, a las modas"fin de siglo"'.

cidido. Era italiano e hijo de condes, peroen su juventud había sido carbonario ycomo rebelde fue desterrado de Italia yaun condenado a muerte. Desde niño, sudedicación, fuera de la polítiCa", se dirigióal dibujo y al grabado y en París fre­cuentó el taller del famoso Louis David.Pero pronto abandonó el grabado para en­tregarse a la novedosa invención de la li­tografía, que Luis Senefelder, su inven­tor, había patentado en 1799. Viajó porFrancia y España y después por Bélgica.en donde encontró, dichosamente para ély para nosotros, al encargado de negociosmexicano, el dramaturgo Manuel Eduar­do de Gomstiza. Linati buscaba una pa­tria fuera de Italia, una nación en donde

Por Francisco DE LA MAZA

IBSEN, WILDE. SHAW.

DIRECCION, INTERPRETESY MONTAJE

Contra tal sujeción de la mujer en elsiglo XIX, había protestado prin~ero Nora,la protagonista de Casa de muneca~ -ensingular-, de Ibsen, antes, d~ p~rtJr conesa actitud resuelta que sena llTIltada porotras mujeres, en todo el mundo.

Wilde sin solidarizarse con Ibsen, dequien lo ~eparaban tant~s prejl!icios de losacumulados por la socIedad mglesa, lle­vó a las figuras femeninas de sus come­dias por senderos. e~1 .Ios cuale,s ~e v~n­o-aban de tales preJUICIOS con replicas 111-,.,geniosas.

En Bernard Shaw, que acepta el legadocomprometedor del d ra~1atUl:go l~oruego

y prolonga la líne~ ~el 1I1ge11l0. wddeano,con personal, sarcastlco humorIsmo? hallaecos el portazo que sigue a la partIda deN01'a: Vivie. en La profesión de la se­Jiora WQ1Ten, se marcha del hogar, paraindependizarse, en vez de contraer ma­trimonio.

Lajo la dirección del joven organiza­dor de este festival, supervisado por Ri-

EL LIBRO DE CLAUDIO

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"LA PROFESION DE LA SE~ORA\VARREN"

Afortunadamente li traducción prefe­rida para el progra~1a inaugural de estefestival conmemorativo fue, de. acuerdocon el buen consejo del asesor. ~lva~ Che­ri f, la que pulcramen,te re~lizo RI~a.rdoBaeza. quien conservo el titulo ong1l1alde la obra. _ '

J.c profesión de la senor~ Warren est:uy leJ' os de las truculenCIas de novela.,

m 'f t no aly películas cinematogra ,IC~S, en 0.1' .

escabroso tema, y las mult~ples de~lvaclO­nes que en la es~ena espanola e hispano­americana ha tel1ldo.

Sobre el asunto desarrolla?o por ~er­nard Shaw, en su c01~e.t1ia, dIce la lTIlSmaprotagonista: uLa un!ca man~r~: parauna mujer, de lograr una poslclon de­cente, es encontrar un hombre que teng~

los medios suficientes para mantenerla.

• QUEREMOS saber cómo era México) en 1828, época de nuestros tata-U ¡'abuelos, con sus tipos humanostan peculiares, sus ricos y policromadosvestidos, sus 'costumbres cotidianas, r~li­

giosas y civiles? o necesitamos una 1111­terna mágica; basta tener ante nuestrosojos la espléndida segunda edición de unlibro delicioso que se publicó ese año enBruselas: Trajes civiles, militares y re­ligiosos de M é.:rico. Su autor: Claudia Li­nati. Su traductor y anotador: J ustinoFernández.

Hagamos un poco de historia. Un díade octubre del año de 1825, llegó a la ca­pi-tal mexícana un hombre de treinta ycinoo años, de aspecto romántico pero de-