geografia poetica de chile2

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    P

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    G E O G R F I P O E T I C D E C H I L E

    BANCO DEL ESTADO DE CHILE

    DIRECCION DE BIBLIOTECAS ARCHIVOS Y MUSEOS

    EDITORIAL ANTARTICA

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

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    G E O G R F I P O E T I C D E C H I L E

    L

    FRONTER

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

    4/106

    G E O G R F I

    P OE T I C

    D E

    C H I L E

    L F R O N T E R

    BANCO DEL ESTADO DE CHILE

    Asesoria de Publicidad del Banco del Estado de Chile

    DIREXCION DE BIBLIOTECAS ARCHIVOS Y MUSEOS

    Departamento d e Extensi6n Cultural de la Biblioteca Nacional

    Proyecto a cargo d e Mario AndrCs Salazar C.,

    con la participaci6n de Juan Camilo L. y

    la investigaci6n iconogrifica de Sandra Aceve do L.

    E D I T O R I A L A N T A R T I C A

    C r e ac i h , ed ic i 6n y

    direcci6n de arte:

    Isabel Margarita Aguirre V .

    Disefio, producci6n, diagramaci6n y confecci6n de originales:

    Ana Maria Costa C.

    Carmen Julia Aguirre V.

    Claudio Torres A .

    Angela Arriaza V.

    Fotografias:

    Pedro Aros Ansieta, Patricio Baeza, Osvaldo Bricefio, John Carl Caruana, Pilar Cereceda, AndrCs Contreras, AndrCs Figueroa, Bi6n Gonz ilez,

    Alex Hube r, Mario Infante, Valeria Maino, Juan Doming0 Marinello, Juan Meza-Lopehan dia, Nicolis Piwonka, Enrique Rivera, Pablo Valenzuela, Horst Von Irmer,

    Sala Jose Toribio Medina

    y

    Secci6n Chilena de la Biblioteca Nacional, Archivo Editorial Anthtica.

    Fotomecin ica y Post Script:

    Photo Lettering Chile

    Impresi6n:

    Editorial Antirtica S.A.

    @ Direcci6n de Bibliotecas Archivos y Museos.

    Inscripci6n

    N Q 94.720

    del afio

    1995.

    I.S.B.N.:

    956-234-031-7.

    Derecho s Reservados para tod os 10s paises. Primera Edici6n:

    1995.

    Santiago d e Chile.

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    ontinuando nuestro itinerario, presentamos el V tom0 de ((Geografia oktica de Chile., referido en esta oportunidad a la Frontera.

    Hemos escogido este titulo porque nos permite una visi6n mhs profunda e hist6rica de la Regi6n de la Araucania. Sus origenes

    estiin enraizados en la Conquista de Chile

    y

    sus limites geogrhficos se han definido entre 10s rios Toltkn, por el sur,

    y

    Biobio, por

    el

    norte. Esta Regi6n nos ha permitido antologar ocho Premios Nacionales, de lo que podemos deducir la riquezay variedad literaria que despierta

    este territorio en nuestra literatura. Las voces literarias seleccionadas inician este recorrido geogriifico con Alonso de Ercilla, quien magistralmente

    describe nuestra geografia fisica

    y

    humana. Continua con

    otros

    cronistas espafioles

    y

    chilenos, llegando hasta la literatura actual e incluyendo a

    nuestros propios poetas mapuches. La colecci6n de libros que inicihramos con

    el

    Norte Grande, en el afio

    1991,

    ha sido destacada por la critica

    como una atractiva invitaci6n a la lectura, a1 aunar textos literarios e imiigenes de singular belleza. Asi, la variedad de nuestra geografia se ve

    recreada en la poesia de la palabra y la imagen. Una vez miis

    el

    Banco del Estado de Chile -conocedor de su rol cultural- junto a la Direcci6n

    de Bibliotecas, Archivos

    y

    Museos, ven con profunda satisfacci6n su aporte a la difusi6n de nuestro patrimonio cultural.

    Andrks Sunfuentes Vergaru

    Presidente, Banc o del Estudo de Chile

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    a ((Geografia

    Poetics

    de Chile)) igue su recorriao a e versos y palabras miigicas que nacen de norte a sur del pais, en un viaje

    sostenido que

    hoy

    nos sittia en la creaci6n surgida desde la Frontera. Esa zona territorial del sur de Chile u b i c a d a entre 10s rios

    Biobio

    y

    Toltkn- que nos enfrenta a nuestras rakes y a una identidad a veces no asumida y de la cual debikramos enorgullecernos.

    ia de la Frontera, nuestro quinto tomo, nos trae el sur exorcizado e n las plumas de Pablo Neruda, Jorge Teillier, Juvencio Valle

    o

    Gonzalo

    ntre otras voces ricas y valiosas.

    Y

    a la vez nos lleva a la tierra de 10s mapuches e n un viaje emprendido hacia 10s origenes

    y

    recreado

    lento y vigor

    de

    figuras como Elicura Chihuailaf

    o

    Leone1 Lienlaf. El sur poetic0 de Chile resiste en la Frontera como porfiada memorial

    1

    que se instala en la diversidad. Una diversidad que aporta, interpela y enriquece, constituykndose en sustancia de nuestro patrimonio

    1. Una vez m5s mis agradecimientos a1 Banco del Estado de Chile

    y

    a su Presidente, Andrks Sanfuentes, por esta alianza con la Direcci6n

    iotecas, Archivos y Museos en la tarea comun d e rescatar

    y

    difundir la geografia del alma de Chile.

    Marta

    Cmz-Coke

    de Lagos

    Directora de Bibliotecas, Archivos y Museos

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    7/106

    v e s as manchas de tierras, tan cubiertas

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    P O R D IO SE

    COMO

    D I X E E R A N T E N I D O S

    Por dioses, como dixe, eran tenidos

    de 10s Indios 10s nuestros; per0 olieron

    que de muger y hombre eran nacidos,

    y todas sus flaquezas entendieron

    viendolos a miserias sometidos

    el error ignorante conocieron,

    ardiendo en viva rabia avergonzados

    por verse de mortales conquistados.

    Alonso de

    Ercilla

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    La fuerza de su brazo vigoroso;

    Cuando mas arrogante y orgulloso

    La dura tierra el Barbaro hollaba,

    Con muestra tan gallarda

    y

    tal denuedo

    Que a1 animo espaiiol causaba miedo.

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    12/106

    P orque negar que es gente belicosa y de valor natura, no podemos dejar de confesarlo 10s que habemos

    experimentado sus arrestos

    y

    resoluciones en diversas ocasiones de batallas campales que se han ofrecido

    f

    con nosotros, que podri. asegurar de verdad, que en algunos reencuentros repentinos que nos han cogido

    ,

    ,

    sin prevenc ih alguna, nos han puesto en conocidos riesgos y en apretados lances, siendo asi que somos superiores

    f

    a sus armas; que yo le doy a1 m5s atrevido y esforzado ponerse como ellos con una lanza

    o

    pica a1 embestir

    n escuadrbn de arcabuceros y mosqueteros, que aunque dicen algunos que es barbaridad notable,

    podr5n negar que es acompaiiada con osado denuedo y valor conocido, que naturalmente le tienen

    s, si no todos, que no pueden ser iguales ni comunes las acciones valerosas de 10s hombres.

    isco NuAez de Pineda

    y

    Bascuean

    Entro en fin en Arauco el gobernador con sus docientos y treinta soldados seiscientos

    f

    @os,y

    10s

    sesenta

    del

    castillo,

    y

    ostentandose mas

    de los,

    que eran, comemaron

    alar

    10s campos, y a poner terror a1 enemigo, el qual o por razon de estado,

    T por las plagas,

    y

    lastimas que

    10s

    Inckos labradores

    le

    hazian viendo

    emar cada afio

    sus

    sembrados, y que estaban con la guerra condena-

    a perpetua ambre, y a sembrar para coger ceniaa del grano, que

    encomendaban a la tierra,

    y

    fertil se le voluia multiplicado, le salio

    a dar la paz entre 10s esteros de Quiapo y Melirupu.

    Diego de Rosales

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    L o primer0 digo, que deben quedar antepuestos 10s fuertes a

    nuestras poblaciones

    y

    tierras de indios amigos, de tal manera, que

    no

    esten demasiadamente adelantados dellas, para que con mas facilidad

    puedan ser bastecidos

    y

    amunicionados

    y

    quedar todo defendido

    debajo de su vecina proteccion y amparo..

    La materia de que seran 10s fuertes, sera bien que

    al

    principio sea de palizada, como son 10s mas de aquel reino para

    que se abrevie, y esto sera como de prestado para tomar la posesion

    de 10s puestos, por ser obra mas facil y breve, que despuis con el

    tiempo se podran cercar de tapias y cubrir de teja, por lo que toca a

    10s arrojadizos fuegos, pues a1

    fin

    con cuan achacosos

    son, son

    mas fuertes

    y

    durables 10s de tapias, que 10s de corruptibles palos, como se ha visto

    por

    10s

    muchos

    s

    que ya

    dije

    se

    ha

    defendid0 y

    consemdo

    el fhertede Arauco,

    Y

    10s fuertes que

    no

    d pudieren acabarde fundar el primeraiio s e e n se hubiere detenninado, se podr h acabar en el segundo;pues para

    el

    guamecerlos

    ha

    de

    h a k r

    a gente

    en

    lo

    que

    al

    presente

    hay

    espdioles,

    considemdo

    que

    no

    ha

    de

    haber

    otra

    cosa en todo aquel reino en

    arla,la

    cual

    iempreseaumentar;iyluciriiconnuevos aventuremspoi lasrazonesque adelante

    muesm.

    Y -mente go, que este es elWCO

    y

    especial remedio que se puede poner,

    asi

    para que quede cierta esperanza de que se vera acabada aquella conquista, como para poner el necesario

    reparo de que tiene tanta necesidad lo que ha quedado en aquel reino por nuestro. Resta ahora decir la seguridad conque estara la frontera durante

    su fibrica.

    Abnso Gonzalez e Najera

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    . ..

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    C o n esto me vuelvo a 10s araucanos, que

    10s

    consider0 ya

    convociindose en sus juntas y tratando en ellas de sacudir el yugo

    y volver a hacerse duefios de lo que era suyo. Es asi que como se

    desengadaron que sus fuerzas no eran desiguales a las de 10s

    espadoles, se comenzaron a convocar 10s caciques, 10s cuales

    hubieron menester pocas pagas para levantar cada cual su jente,

    porque el amor de la propria libertad

    y

    de sus hijos les solicitaba y

    ponia espuelas , parecikndoles ya ados 10s dias mikntras no llegaban

    a las manos con

    sus

    contrarios y

    10s

    vencian.

    Los

    caciques que

    se

    juntaron fueron 10s siguientes:

    el

    primer0 Tucapel, gran carnicero

    8

    de cristianos, con tres mil soldados; Angol, que era muy valiente,

    con cuatro mil; Cayocupil con tres mil que trujo de la cordillera

    I

    hechos a1 trabajo y duros como sus peiias; Millarapue era viejo de

    buen consejo,

    y

    vino con cinco mil; Paicavi con tres mil; Lemolemo

    con seis mil; Mareguano, Gualemo y Levopie, cada uno con tres mil;

    el robusto Elicura, tenido por uno de 10s mas fuertes, con seis mil;

    y el anciano y presidente Colocolo con otros tantos; Ongolmo

    ofreci6 cuatro mil, y seis mil Puren; Lincoya, que era de altura de

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    jigante, se profiri6 a dar mas jente que ninguno; Peteguelen, seiior del valle de Arauco, de donde

    tom6 el nombre el estado, acudi6 con seis mil; y el famoso Caupolican

    y

    sus dos vecinos Thome

    y Andalican y otros muchos, estuvieron prestos a concurrir cada uno con sus vasallos,

    ofrecikndose todos a la empresa con grande animo, esfuerzo y valentia.Juntaronse, como suelen,

    para el dia y en el puesto sedalado a comer y beber, que es el primer presupuesto mescusahle en

    estas juntas..

    Muchos casos se ven en las historias, que dan suficiente fundamento a esta admiracion;

    y

    no le dB menos el famoso caudillo y jeneral del araucano ejkrcito Caupolican, varon verdadera-

    mente grande y de tanta estimacion entre 10s indios, que en la junta de diez y seis caciques,

    soberanos seiiores, que concurrrieron para levantar cabeza del ejkrcito que se hacia contra el

    espafiol, fuk electo por su caudillo, sujetandosele todos 10s demas. Este fui. el que con el ardid de 10s ochenta soldados gan6 el castillo de Arauco

    y

    venci6 a1 espaiiol en la sangrienta batalla que tuvo con

    i.1

    fuera de sus murallas. Este, el que esperando en campafia rasa a1 gobernador Pedro

    de Valdivia con su ejercito, no solo le desbarat6, per0 le di6 una rota tal que no qued6 espadol vivo, habiendo peleado como unos Hkctores

    y

    hecho en esta batalla hazaiiosos prodijios. Este, el que desmantel6 a Puren y hizo el famoso sac0 en la ciudad de Penco, no dejandola piedra

    sobre piedra, habiendo antes con sola la fama y nueva de su venida obligado a 10s espaiioles que desamparasen la ciudad y se la dejasen libre

    su disposicion. Este, el que tantas veces se opus0 a1 espafiol, tantas le acometi6

    y

    present6 batallas en que sali6 vencedor

    y

    triunfante,

    o

    por

    mknos di6 muestras de su valentia y gran valor, sin volver jamas el pi6 atras por cobardia, valikndose de su militar prudencia para disponer

    mo capitan su ejkrcito, y meneando las manos en la ocasion con no m h o s aliento

    y

    osadia que el mas arriscado soldado de 10s suyos.

    9

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    S o n as mugeres de Chile tan fuertes; y varoniles que tal vez, quando importa y ay falta

    de nomtxes, Loman las armas,

    y

    convocan,

    y

    capitanean a 10s indios, para la guerra. Y

    yo soy buen testigo: que estando sercado en el fuerte de Boroa con 10s soldados

    amiento general del aiio de

    1655,

    lleb6 una muger de la Imperial

    todos 10s indios de aquella Prouincia capitaneandolos, y offreciendose a ganar por

    fuerza de armas el fuerte de 10s Espaiioles, y dio la traza y modo como se auia de ganar:

    per0 no les salio bien, que Dios nos guardo ...

    Cuando en la guerra matan a algun general,

    o

    persona de importancia, i le

    cortan la cabeza, le toca

    el

    guardarla a1 Toqui general, como pressa de grande estima, y

    que passa de padres a hijos como vinculo de mayorazgo, y en las ocasiones de guerra,

    o

    de

    alzamientos la saca como estandarte Real, que quitaron a1 enemigo, y para animar a todos

    sus soldados

    y

    pruocarlos a la guerra con la ezperanza de coger otra cabeza semexante,

    y con

    el

    exemplo de

    ~ U S

    nteDasados, que ganaron aquella. Guardan el casco despues de averle pelado y descarnado en agua caliente y en las

    borracheras de mucho concurso le sacan para beber en el por grandeza, de suerte que solamente 10s caciques,

    y

    las personas graues beben, por

    honra, que se les haze, en la cabeza. Que llaman RaZi-Zoncoque quiere dezir vaso. de cabeza, en el cual no bebe jamas la gente vulgar

    . . .

    No

    hazen las casas juntas ni en forma de Pueblo: que de esto uyen con grande estremo, por temor de 10s echizeros, que dizen, que en estando

    juntos en Pueblos 10s acaban mas apriesa; y assi mismo 10s Espaiioles 10s allan mas juntos para hazerlos la guerra, por lo qual cada uno haze su

    casa en la montafia para tener en ella su guarida y defensa.

    Y

    esta es una de las dificultades, que ay para conquistarlos. Y la mayor que hay para

    20

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    doctrinar 10s que estan de paz, porque

    10s

    predicadores no 10s hallan en pueblos, ni e ciudades, ni

    10s pueden juntar, sin0 que an de andar de casa en casa,

    y

    de quebrada en quebrada predicandoles.

    -".\

    .

    En las tierras de paz, que ha mucho que se conquistaron,

    a pueblos, y esos poco a poco se an ido acabando..

    El vestido de las mugeres entre 10s indios de guerra,

    y

    10s de paz es a1 modo de el de 10s hombres,

    y

    solo se

    rencia en 10s calzones, y en el cabello largo de las mugeres . . >Para las fiestas se ponen algunas

    ZZieZZaque pende por las espaldas,y por 10s dos estremos la prenden en el pecho con un punzon,

    sin mas galas, ni usos nuebos, ni ser costosas a 10s maridos, aun en est0 poco, que visten, que ellas

    como Santiago, auia algunos indios

    reducidos

    2

    de abalorio.Y llaman en su lengua Cucham.Y en las orejas muchos zarzillos

    y

    patenas

    quadradas, que llaman upul de metal de vacinica,ode plata,y cobrey suelen traher tantas,

    que las rompen las orejas. Y no tienen mas gala ni adorno las mugeres de Chile.

    Diego de Rosales

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    L a Frontera es un solo inmenso bosque de perenne verdor.

    22

    Trepa cerros y montaiias, sube hasta media falda de cordilleras y volcanes, baja a 10s llanos y besa las miirgenes espejeantes de 10s lagos.

    h h

    n Fernando Sant ivan

    E1 pino, particular de esta tierra, es el iirbol miis bello

    que se ha visto: su altura es tanto que no hay iirbol

    p e o exceda, el tronco tan derecho que parece

    iecho a plomo, el grueso muy redondo, las

    -.amas en mucha elevacidn, y e l agregado

    de ellas remata en la copa en figura

    cbnica, las hojas son de verde

    muy vivo, largas, puntiagudas

    y iis-

    peras a1 tacto, las ramas del iirbol y las

    hojas estiin colocadas en tal simetria, que

    p

    piiia, con mantenimiento s6lido y agradable; dura

    sin corromperse un afio guardado debajo de

    I d

    F-

    arenas y 10s indios hacen de 61, bebidas

    fuertes que embriagan poderosamente.

    Miguel

    de

    Olzuares

    De sc ue lla sobre todo el bosque,(aler-

    ce sobre todo desde el tronco lis0

    hasta lo alto, que se divide en ramas

    vestidas de menudas y perpetua-

    mente verdes hojas. Engruesa tanto

    discrepa una de otra, ni hay alguna que no corresponda en la parte

    contrapuesta, otra igual en el tamafio y semejante en la figura;

    todas las ramas aunque salen del tron co, rectas para 10s lad os,

    en las puntas se encorvan m oderada mente para arriba y 10s

    piiiones largos e n sus vainitas largas estiin enclavados en la

    que 15 hombres apenas pueden abrazar un iirbol de estos, que

    engruesan bien, y a1 mismo tiempo suelen trabajar doce hombres

    en cortarle con sus hachas, sin estorbarse 10s unos a 10s otros. De

    s610 un iirbol y s610 con hacha y cuiia pueden sacarse 600 tablas

    o y

    cinco de largo, y con sierra, mil tablas.

    , \>y

    ho

    ' \ .

    . - . ,*.\.

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    Y stos bosques han sido las mAs inexpugnables fortalezas de 10s indios porque en ellos se meten cuando 10s van a buscar 10s espai ioles..

    iego de Rosales

    u n ordo fragor de huracan que se avecina se oy a la distancia. Una conmoci6n desconocida palpit6 en el Ambito. Hasta que de pronto asom6

    un monstruo negro que traia un enorme ojo luminoso. Jadeando, avanzaba lento, iluminando 10s grandes Arboles con llameante resplandor. . .)

    Despu6s avanz6 de nuevo, con poderoso resoplar, penetrando la selva con su luz. Internandose mAs

    y

    mas en la vegetal entraiia de la Frontera.

    Luis Durand

    E l io Malleco corre como torrente a1 pie de la ciudad en un valle

    ancho

    y

    profundo, donde se construye un puente para la prolonga-

    ci6n del ferrocarril hacia el sur.

    Este puente es una obra grandiosa. De cuatrocientos metros de

    largo, reposara sobre columnas metalicas, de las cuales una tiene

    cerca de cien metros de alto

    . .

    M sall%del futuro puente,

    el

    ferrocarril

    a

    Victoria est5 en

    construcci6n; 10s materiales son transportados en innumerables

    23

    carretas de bueyes a1 otro lado del valle

    Gustave

    Verniovy

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    21/106

    L o

    dificil que era ganar algunos pesos en aquel entonces se desprende

    de lo siguiente: yo habia tenido una gran cosecha de arvejas y porotos

    en

    el

    aiio

    1886

    y verdaderamente no sabia c6mo convertirla en dinero,

    pues aqui todos habian cosechado bastante. Por casualidad vino un

    seiior de

    Los

    Sauces y ofreci6 s610 $1,75 por el sac0 de 100 kilos de

    arvejas puesto en

    Los

    Sauces. Por el mal estado de 10s caminos se podia

    cargar la carreta con un m5ximo de seis sacos y el viaje se podia hacer

    en cuatro dias

    y

    sus spondientes noches. iQu6 se pagaba

    realmente.. el flete

    o

    las arvejas?

    Y o

    tambih llevaba carga con yuntas propias para otros colonos y recibia

    $5

    por el transporte de seis sacos de

    papas

    o

    porotos hasta Traiguen en cinco dias de camino. En aquel tiempo costaba aqui en Contulmo una docena de huevos 15 a

    20

    centavos,

    4

    una gallina gorda 40 centavos y una libra de mantequilla 40 centavos.

    Albert Meyer

    AI

    alba del viemes desde

    os

    Sauces se orden6 la partida para la #Nueva talias,

    era

    un

    espe&culo

    imponente

    ver

    la gran

    fila

    de

    45

    carretas con

    vigorosos

    bueyes,

    en

    gran parte de la Empresa

    i

    de 10s colonos llegados

    el

    aiio anteridr.

    La bellisima y original aravana era acompaiiada i dirigida por 10s Gendarmes

    de

    la

    Colonia i susoficiales.. . Muchos de 10sviejos colonos i de 10s miisjrjvenes

    se encontraron con sus conocidos lo que result6 un encuentro conmovedor”.

    Juan Contreras Batarce y Gino Venturelli Abad

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

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    He rn iin Trizano, corriendo de dia y de noche, afinaba el pulso para terminar con ~ O Sinfames”,

    esos tipos tristesy violentos que sentian algo de 10s jinetes en el cielo de una canci6n.

    La

    carabina

    r

    s

    que

    lo a ~ ~ r n p a ~ a b ~1 s que

    iban

    acibn

    de

    subrazo,

    y

    a

    y del lazo. El e ~ ~ m i e n t ~

    hciendo

    por 1 s

    viejas

    y 1 s cuexpos de10scuatreros iban

    ro

    un

    cuerpo

    hechoa las

    volunta

    o del

    resplandor

    de1

    alCauth a1 Imperial),

    A

    veces

    .

    aia”,

    y se

    reeordaba

    a

    una

    M a

    soiiolienta, que podia llamarse Gretchen, Assunta

    o

    Maria. Entonces, el vino fuerte como una

    bota de gigante comenzaba a preparar un orden de viguela y charqui.

    Al

    dia siguiente, en la

    tolderia que era el Temuco de fin de siglo, 10s colonos se iban hacia la Plaza del Manzano para

    una ancibn: “ a

    arde era

    25

    entonar, en tres o cuatro idiomas, un “jviva ”,que era la paletada final

    a

    la tierra de 10s muertos.

    Miis

    tarde, comenzaba a llover, y el cordero, tras haberse

    “oreado”a1 “sereno”,enviaba el iiachi

    o

    el apol; surgian fuentes de digueiies; las naranjas eran m5s hermosas que la luna piilida de ciertos dias.

    Alfonso

    Calder6n

    A n g o l era un oasis de iirboles y frutas despuks de 10s lomajes ardidos de sol de Traiguen, en donde las sementeras rendian hasta el ochenta

    por uno. El viajero s610 encontraba, all5 en Traigukn

    y

    Galvarino, rios

    de

    trigo. La tierra daba cien granos por uno que se sembrara, per0 no habia

    frutas, fuera de las manzanas, las ciruelas

    y

    las peras, que crecian silvestres cerca de 10s fortines

    y

    no alcanzaban a madurar, arrasadas por la

    voracidad de

    10s

    chiquillos ansiosos de chupar algo fresco, cuando en el monte no encontraban chupones

    o

    c6guiles

    de

    pulpa de miel, que con

    sus densas sustancias vegetales les quemaban la boca, causiindoles pequeiias llagas y granos dificiles de curar.

    Luis Durand

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    Mi pueblo es tan pequeiio bajo la lluvia inmensa,

    tan pequeiias sus calles, tan pequeiias sus casa

    alli donde el invierno pone su pie de frio

    esti mi vieja casa pintada por el tiempo.

    CarlosGodoy Silva

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    Madre, ya va a llegar: abramos el porton ,

    dame esa luz,

    yo

    quiero recibirlo

    antes que mis hermanos. Dejame que le lleve un buen vas0 de vino

    para que se reponga,

    y

    me estreche en un beso,

    y

    me clave las puas de su barba.

    v

    eo un r io veloz brillar como

    un

    cuchillo, partir

    mi

    Lebu en dos mitades de fragancia, lo escucho,

    enronces,

    cuando el viento

    y

    la lluvia me mecian, lo siento

    como una arteria mas entre mis sienes

    y mi

    almohada.

    61.

    Est5 lloviendo.

    el.

    Mi

    padre

    viene mojado.

    s

    un

    olor

    aballo mojado. sJuan

    Antonio Rojas

    sobre

    un

    caballo

    Ahi viene el hombre, ahi viene

    embarrado, enrabiado contra la desventura, furioso

    contra la explotacion, muerto de hambre, alli viene

    debajo de su poncho de Castilla.

    Ah,

    minero inmortal, esta es tu casa

    de roble, que tu mismo construiste. Adelante:

    te he venido a esperar, yo soy el septimo

    de tus hijos.

    No

    importa.

    lo

    hay novedad. La noche torrencial se derrumba

    omo mina inundada, y

    un

    ray0 la estremece.

    Gonzalo

    Rojas

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    1

    rl volcan Llaima se cubria enteramente de nieve desde

    la boca humeante hasta las faldas boscosas. Los rios se

    despeiiaban furiosamente entre rocas, como pumas ham-

    brientos

    y

    arrancaban de cuajo gigantescos pellines

    y

    I

    hnelos sagrados;per0 mas adelante m

    su colera

    tre colinas verdes, sembradas de trigoo de cebada, que

    all6 por febrero o marzo, con 10s granos maduros, se

    convertirian en las que Pablo describi6 como “cuerpode

    p

    er

    blancas

    colinas.

    n

    Diego Muffoz

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    -..,

    . , .

    36

    N o

    he vuelto a Carahue,

    per0

    si:

    que alli est&

    en la legendaria frontera,

    en su estatura de rios y de rayos,

    y recuerdo que

    no

    he vuelto a Carahue,

    que s iento cada dia su secret0 hechizo,

    es un fervoroso anhelo

    alcanzar 10s trenes que parten de maiiana,

    y entregar cartas a desconocidos destinatarios,

    decirle a todo el mundo

    que no he vuelto a Carahue,

    perdida comarca de mis suefios

    territorio de espesas selvas

    cabalgando brioso a1 mar.

    M e

    asomo a las ventanas de estos parajes

    y viene desde el sur aquel llamado

    recuperar el hum0 negro de las locomotoras,

    descender en las perdidas estaciones,

    intercambiar fanales con 10s guardavias

    que reencuentro en cada palabra,

    en

    el

    silencioso trajin de la soledad

    que descalza se desliza

    en aquellas casas abrumadas

    de las pretkritas lluvias

    Eugenio Garcia-Dim

    por 10s amaneceres y sus duelos.

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    abranza era la prirnera estacibn, Boroa

    y

    Ranquilco la seguian.

    Nombres con aroma de plantas salvajes,

    y

    a mi me cautivaban

    con sus silabas. Siernpre estos nombres araucanos significaban

    algo delicioso: miel escondida, lagunas o rio cerca de un

    bosque,

    o

    monte con apellido de p5jaro

    ..

    El tren daba sus pitazos m5s alegres, oscurecia el campo

    y la estaci6n ferroviaria con inmensos penachos de hum0 de

    carbbn, tintineaban las campanas, y se olia ya el curso ancho,

    celeste y tranquilo, del rio Imperial que se acercaba a1 oceano.

    ~

    Pablo Neruda

    39

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    rst<

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    42

    E l Renaico, el Vergara, Tijeral, Robleha,

    Las Vifias con Mininco de la mano

    y

    el Inspector Fernandez saludando en Ercilla,

    Cullinco, Selva Oscura, Curacautin

    y

    Pua,

    Pailahueque, Lautaro, Nueva Imperial, Gorbea,

    el Llaima vigilante con su traje de novia,

    en Capitan Pastene y en Pur& las cocinas

    hacen gemir 10s pinos y azulean el aire.

    Raul Mellado Castro

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    B

    jo ese rostro p5lido

    10s

    bosques

    Doblaron sus c5lidas cabezas.

    Los hombres en la noche

    Hablaron de la lluvia, del vestido,

    De la rosa de escarcha caida en la ventana,

    De la niebla cehida en aguas submarinas,

    Del amigo ya muerto que se olvida.

    All5 en la mano oculta de las sales,

    Del ir y venir, de lo pasado presente,

    De aquello que regresa en 10s laureles,

    Del boldo que penetra sus entraiias heladas.

    5

    Miguel

    Arteche

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

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    Gua rda ban en el fondo de

    sus

    piedrss

    10s

    anhelos de cada peregrino.

    Pulidas por las bestias y la niebla,

    si llovia reflejaban

    a

    la luna.

    Inmutables, solas, protegikndose

    del campo con las casas de la orilla,

    se

    estrechaban a si mismas porque afuera

    vigilaban emboscados 10s caminos.

    leia en ellas tortuosos pasajes de la vida.

    Cada bache, ciertas caries ya salvadas de su boca,

    empalmaban con cualquiera de mis penas

    o

    alegrias.

    Luis

    Vulliamy

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

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    Y a h o r a para las paredes ,

    para las ventanas y el suelo,

    para el techo, para las sabanas,

    para

    10s

    platos

    y

    la mesa

    traiganme maderas oscuras

    secretas como la montaiia,

    tablas claras y tablas rojas,

    alerce, avellano, maiiio,

    laurel, rauli y ulmo fragante,

    todo lo que fue creciendo

    secretamente en la espesura

    lo que fue creciendo conmigo:

    tienen mi edad esas maderas,

    tuvimos las mismas rakes.

    Pablo Neruda

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

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    oscuras alamedas, empolvadas

    or 10s vientos australes; y 10s frescos

    follajes de culenes aromiiticos,

    8 Y aquellas

    caidos, dulcemente, sobre el rio,

    donde iban a beber por

    las

    mananas

    10s bueyes campesinos, y a baiiarse

    por la tarde, 10s chicos de

    la

    escuela ..

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

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    L o

    ue de veras amas no te sera awebatado.

    Voy corriendo en el viento de mi niiiez en ese Lebu*

    tormentoso, y oigo, tan claro, la palabra “rekimpago”.-

    “RelBmpago, rel8mpago”. Y voy volando en ella, y hasta

    me enciendo en ella todavia. Las toco, las huelo, las beso

    a las palabras, las descubro y son mias desde 10s seisy

    10s

    siete aiios; mias como esa veta de carb6n que resplandece

    viva en el patio de mi casa.

    Es

    el afio

    25 y

    recikn aprendo

    a leer. Tarde, muy tarde. Tres meses veloces en el rio del

    silabario. Per0 las palabras arden: se me aparecen con un

    sonido m%s ll% e todo sentido, con un fulgor y hasta con

    un peso especialisimo. jMe atrevere a pensar que en ese

    juego se me revel6, ya entonces, lo oscuro y germinante,

    el largo parentesco entre las cosas?

    *Leufi:

    orrente hondo, en mapuche original. Despuks, en

    espafiol, Lebu, capital del viejo Arauco invencible como dijera

    Ercilla en sus octavas majestuosas. Puerto maritimo y fluvial,

    maderero, carbonifero

    y

    espontkneo en su gris6, con mito

    y

    roquerio suboceknico,

    de

    mineros

    y

    cdt ere s -mi padre duerme

    ahi-; de donde viene uno con el silencio aborigen.

    Gonzalo Rojas

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

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    i

    0

    Me parece recordarlo todo ..

    M i pueblo con sus calles coloniales

    arboladas de acacias; las crujientes

    carretas de 10s indios, arrastradas

    por bueyes taciturnos; el misterio

    de las tardes de Arauco, silenciosas,

    cargadas de recuerdos y tristezas;

    a lo lejos, surgiendo de la bruma,

    10s

    volcanes andinos; a1 poniente,

    las cordilleras donde en otros tiempos

    anidaron 10s aucas y 10s leones ..

    iTodo postrado en oracih .

    Diego Duble Urrutia

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    T R U E N S O B R E

    OS

    P I N O S

    De arriba abajo, hiriendo 10s costados,

    mis que invasi6n fluvial, ciclbn, diluvio,

    una loca cascada se desata

    con su limpida amarra primitiva.

    Llueve de hosca manera.

    El

    pulso late

    en un tambor guerrero, estremecido,

    desorejando su impaciencia ltigubre

    como un combate entre 10s tiesos indios.

    Jovge Jobet

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

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    G

    ta a gota

    la lluvia se refine

    otra vez en la tierra.

    Un solo trueno vuela

    sobre el mar y 10s pinos, rompiendo las vocales

    un movimiento sordo:

    un trueno opaco, oscuro,

    son 10s muebles del cielo

    que se arrastran.

    10s armarios azules, -mtr a 10s techos. Todo

    las sillas

    y

    las camas cristalinas.

    fue cr6nica perdida,

    sonata dispersada gota a gota:

    el coraz6n del agua

    y

    su escritura.

    . .

    la tormenta.

    bncio es otro.

    Todo lo arrastra el viento.

    Canta

    y

    cuenta la lluvia.

    55

    Pablo

    Nermda

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

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    por sentir de nuevo en mi camisa

    las frias monedas de la lluvia.

    Por

    oir rodar el aro de alambre

    en que un nifio descalzo

    lleva el sol a un puente.

    Por ver aparecer

    caballos y cometas

    en 10s sitios vacios de mi juventud.

    Por oler otra vez

    10s buenos hijos de la harina

    que oculta bajo su delantal la mesa.

    Para gustar

    la leche del alba

    que va llenando 10s pozos olvidados.

    Daria no

    s6

    cugnto

    por descansar e n la tierra

    con las frias monedas de plata de la lluvia

    Jorge Teillier

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

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  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

    53/106

    E 1 alba debe irse ac ercando , aunque la obscuridad e6

    siempr e densa. Hace frio.

    En

    la atmosfera hay cien

    mil perlas de rocio que vacilaran a1 amanecer, des-

    lumbradas co n el beso del sol a1 borde de las hojas de

    10s peumos y de 10s avellanos.

    En

    cada rama hay un

    trino dorm ido y en cada rincon de la umbria un signo

    de esperanza, un halito de amor, un pedazo de vida,

    E

    que ha dejado su ri tmo acelerado de luz para

    encalmarse en un palpitar d e suavidad dormida.

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

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    E n

    la lejania se oye un

    fragor enronquecido y tor-

    mentoso.

    Los

    dos campesinos

    conocen bien ese ruido.

    Sq.ben que es el mar de

    Arauco que, tambien, canta

    L

    sus leyendas de esmeralda,

    para escribirlas despues

    so

    bre la costa con el encaje

    61

    irisado de sus espumas.

    Luis Dura

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

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    El gran rio del cielo

    se ha dormido a mitad del camino

    y en sus aguas se refrescan

    las almas de mis antepasados

    En el rio del cielo se baAa

    la tierra;

    en

    sus

    aguas claras,

    aguas altas,

    en una noche constelada, con luna,

    o

    en una noche de frio.

    El rio se ha quedado dormido,

    est%descansando,

    esperando las aguas de nuestras

    almas

    El

    gran rio del cielo duerme

    y

    me espera.

    Leone1 Lienlaf

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

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  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

    59/106

    64

    I

    Bajo como pktalos de flores

    gota

    a

    gota

    y cayo sobre mi cabeza

    luego se escurri6

    cerca de

    mi

    corazon

    refrescandomis venas sedientas.

    Leone1 Lienla

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

    60/106

    P

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

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    B O S Q U E

    D A M E L A S L A V E S D E

    T U

    E S C O N D I D O R E I N 0

    Bosque, dame las llaves de tu escondido reino;

    fronda, tu vasto oceano de delgadas harinas;

    puelche, tu empuje frio, tu caracol sonoro;

    rio, tu cinturon de ceiiir continentes;

    noche, tus yunques frios, tus herreros nocturnos;

    cielo, tu permanente asamblea de pajaros..

    .

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

    62/106

    Lingue, dame tu sombra suave como de aceite;

    patagua, tu abrevadero de angeles y pajaros;

    laurel, tus hojas de or0 para cefiir mi frente;

    ulmo, tu co lmenar de desbordadas mieles;

    coigue, tu paraguero de horizontales alas.

    T erra, dame la fiesta de tus ardientes iris.

    Topa-topa, tus oros; salvias, tus azulejos;

    copihue legendario, tu purpurina veste;

    chilco de 10s barrancos, tu faldellin morado;

    michay de 10s lrinderos, tu tornasol celes te;

    dondiegodelanoche, tu medallon morado.

    Araucaria orgullosa, dame tu alta columna;

    roble, tu pecho aspero de gigante y atleta;

    luma, tu acero heroico; quila, tus enramadas;

    boldo, para mis males, tu virginal botica;

    canelo, para mis dudas, tus altares abiertos.

    Juvencio

    Valle

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

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    71

    I

    pasar cruzo un bosque de helechos mucho miis alto que mi persona: se me dejan caer en la cara sesenta lagrimas desde sus verdes ojos frios, y

    detriis demiquedan por mucho tiempo temblando sus abanicos ..Un tronco podrido: iquC tesoro ..Hongos negros y azules le han dado orejas, rojas

    plantas parh itas lo han colmado de rubies, otras plantas perezosas le han prestado sus barbas y brota, veloz, una culebra desde sus entraiias podridas,

    como una

    emanation,

    como que

    a1

    tronco muerto se le escapara el alma.

    En la altura, como gotas arteriales de la selva magica se cimbran 10s copihues rojos (Lapageria rosea) ... El copihue rojo es la flor de la sangre,

    el copihue blanco es la flor de la nieve...En un temblor de hojas atraveso el silencio la velocidad de un zorro, per0 el silencio es la ley de estos follajes...

    Apenas el grit0 lejano de

    un

    animal confuso ..La interseccion penetran te de un pajaro escondido

    ...

    El universo vegetal susurra apenas hasta que una

    tempestad ponga en accion toda la musica terrestre. Quien

    no

    conoce el bosque chileno,

    no

    conoce este planeta.

    De aquellas tierras, de aquel barro, de aquel silencio, he salido yo a andar,

    a

    cantar por el mundo.

    Pablo Neruda

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

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    7 2

    El largo suspiro delcopihue no se exhala

    a1 aire, cae hacia 10s follajes

    o

    a la tierra; en

    vez de erguirse, 61 se dobla con n o

    si:

    qui:

    dejadez india, a causa del peciolo delgadisimo.

    La laciedad del copihue parece liquida; la

    enredadera gotea o lagrimea su flor.

    Gabriela

    Mistral

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    Is la en la noche, duerme tu madera,

    Estrella herida, griicil, en la lluvia.

    Tocada por tu mano, besada por la espina,

    Verde de lento vino levantado.

    Vives

    adentro de las soledades,

    Ni

    un sa10 amor resguarda

    tu

    presencia,

    Un grit0

    oscuro

    es tu garganta herida,

    Tu

    herido

    rostro

    de

    hombre

    solitario,

    Tu herida mano que penetra el aire.

    Pobre sol en la noche, pobre harapo,

    Por dentro ocultas savia delicada.

    Madera de 10s dioses del destierro,

    Un rio du ke d e ceniza verde

    Lanzas hacia la tierra abandonada.

    Miguel

    Artecbe

    ,

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    7 4

    erlo se comprende que sobre la montafia,

    cual guarda de la raza, lo colocara Dios:

    por eso le dio un tronco tan hirsuto

    y

    tan bravo

    y

    arm6 sus recios ganchos con ufias de leon.

    Por eso todavia parecen por las tardes,

    ante la vieja raza que duerme en el boscal,

    sus rigidos ramajes, panoplias de venablos

    teiiidos con la sangre del gran Caupolicin.

    Samuel

    A.

    Lillo

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    R e i n a en el lago de 10s

    secretos tristeza suma Si por ventura suelen algunos cisnes ausentes

    porque hoy no vienen sobre sus linfas a retozar,

    como otras veces, 10s nobles cisnes de blanca pluma,

    nota risueiia que ya no alegra su soledad.

    volver, enfermos de la nostalgia, por contemplar

    el lago amado de aguas tranquilas

    y

    transparentes,

    lo hallan tan triste que alzando el vuelo no tornan

    rnh

    August0

    Winter

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    V

    1 o

    no quiero que me atajen

    sin que vea el rio lento

    que cuchichea dos silabas

    como quien fia secreto.

    Dice

    Bio-Bio,

    y dicelo

    en dos estremecimientos.

    Me he d e tender a beberlo

    hasta que corra mis tuetanos..

    77

    Bio-Bio, espaldas anchas,

    con hablas de Abel pequeiio;

    corres tierno, gris y blando,

    por tierra que es duro reino.

    Tal vez est& segun Cristo,

    en la tierra y en 10s cielos,

    y

    volvemos a encontrarte

    para beberte de nuevo.

    G a b r i e l a M i s t r a l

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      a ano del hombre ha cometido sacrilegios entrando como conquistador a sangre y fuegoen la espesa maraiia, quemando sin discriminacion arboles

    milenarios y renovales de gran valor. Los brazos mutilados, a medio carbonizar, claman al cielo pidiendo misericordia; pero , como compensacion,

    grandes extensiones de tierras

    se

    han convertido en praderas artificiales

    en

    donde crece con vigor el pasto verde y millares de animales las pueblan

    para matizarlas de flores vivientes.

    Los aserraderos hacen chirriar sus grandes discos dentados con zumbido de chicharras veraniegas, parten el corazon de robles, raulies, coigiies

    y cipreses, yvan transformando el bosque en inmensas rumas de tablas que luego viajan en todas direcciones en carros de bueyes, camiones y vagones

    de ferrocarril, cuando

    no

    eligen la via fluvial en grandes barcazas tiradas por remolcadores, en 10s lagos;en balsas que realizan su viaje peligroso por

    r os

    de fuerte corriente, dirigidas con maestria Dor rudos balseros.

    Fernando

    Santivan

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    L

    ngues, avellanos, raulies

    y

    olivillos,

    se abrazaban en las paredes de la aldea.

    Para que fuera fertil la cubria la lluvia

    y

    el rio le cefiia con azogue la cadera.

    I

    Vivian en el eje de un tesoro:

    amigos, parientes, forasteros;

    por las calles hablaban diariamente

    con la du ke campana de la escuela.

    83

    Luis

    Vulluamy

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    D O N D E C O M I E N Z A N L A S D I S T A N C I A S

    Viejo relato de la infancia

    el sur me sigue

    como un viento frio:

    como un pez moribund0 y palpitante

    me alcanza por caminos

    polvorientos y mudos.

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    El

    sur donde comienzan las distancias

    r

    10s trenes resbalan

    a t r e noche y rocic

    lanzando contra el cielo

    el hum0 de las travesias

    y

    haciendo del pitazo

    el m5s ronco saludo de la aurora.

    Trenes de 10s viajeros solitarios

    que se juegan a1 naipe sus destinos.

    Mam no Muf ioz Lagos

    i

    k

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    a

    J

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    S li6 el viento del mar

    Lloveri lloveri gritan mis huesos

    y 10s sembrados que parecen enfermos

    91

    Y veo la luz del cielo

    que abre sus vertientes azules

    y

    las espigas levantan sus cabezas

    jsilban , las oigo, jubilosas.

    Elicura Chihuailaf

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    I

    92

    P o r

    10s

    caminos y sendas que embocan 10s bajos de Galvarino, cruje el carreteo indigena del alba a la noche. Las ruedas de macizo pellim vacilan en

    10s baches,

    y

    el grito de 10s hombres 0 l de la china que coge la garrocha mientras el marido dormita sobre 10s sacos- taja el aire de febrero. Las carretas

    chanchas van cargadas con sacos de trigo y gente de las rucas. Un rumor de fiesta cubre 10s caminos, donde nubes de polvo amarillento envuelven

    la marcha de 10s convoyes. Las anchas sendas de Lautaro y Traiguen, donde el ajetreo de las cosechas dejo hondos carriles

    y

    lomos adustos, las rutas

    que vienen desde las ricas vegas del Cholcholo arrancan de las entraiias de Nahuelbuta, tiemblan y penan bajo el salvaje galope de 10s pingos, espoleados

    por 10s mocetones mapuches. Una fiebre violenta

    10s

    hostiga. Por todas partes, bajo el cielo aiiil, hombres y chinas den, hablan, chillan, el corazon,

    el pensamiento abier to a1 instinto brutal. El ruinoso caserio que se apretuja y apuntala contra las crecidas del Quillem 10s llena con la apasionada fuen a

    de la entraiia. Desde que empiezan las cosechas, la aldea empotrada junto

    al rio

    en el sitio que antaiio luciera el estacado del fuerte espaiiol, se ofrece

    excitante, querendona.

    Lautaro

    Yankas

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    I

    T otaban 10s caballos evantando nubes de polvo que el sol de estio doraba,

    envolviendo en un nimbo la montafia resonante. Flameaban las mantas

    colorinas, 10s estoperoles de las monturas brillaban con destellos de plata, las

    prevenciones policromas se henchian con las vituallas apetitosas, tintinea-

    ban las enormes rodajas de las espuelas, restallaban bajo la cruda luz matinal

    las percalas rojas, verdes, amarillas, azules, de 10s trajes de las rnujeres. Las

    chupallas de ancha ala sombreaban 10s rostros tostados por el sol, rostros de

    greda Clara en que 10s ojos brillaban maliciosos y reian las bocas mostrando

    la deslumbrante blancura de 10s dientes. Frases picantes iban de uno a otro

    grupo, como saetas que trataran de hacer saltar a1 novio.

    -

    4

    E n ancas de 10s caballos, las mujeres se arrebolaban con la intention de las frases mas picantes que el aji; algunas bajaban 10s ojos, creykndose

    en e l deber de fingir pudor, mas, de pronto, a otra frase, 10s abrian en la dilatacion de un placer sensual que encendia su sangre.

    M a r t a B r u n e t

    Lasviejas parecen labradas por el tiempo e n troncos de hrboles, grises de armgas. Fuman cigarros de hoja y acrecientan su impasibilidad arrebujhndose

    en mantos negros.

    Es

    mafiana de domingo, escandalosa de sol, per0 ellas permanecen en su perpetuanoche sabhtica. Los hombres van yvienen, cargan,

    descargan, trafican, truecan, regatean con lentas razones, porque las palabras les llegan del pasado y no alcanzan el ritmo del presente. Las espuelas

    les obligan a marchar en puntas de pies, con andares de gallos cuidadosos de

    no

    tropezar en sus excesivos espolones. Llevan trajes de diablo fuerte,

    perneras de cuero y tan pronto las mantas de castilla les apesadumbra con su noche, como 10s ponchos maulinos vociferan desde sus hombros todos

    sus colorinches.

    M a r t a B r u n e t

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    E que tenia ganas comia harina tostada

    y

    tomaba

    chicha.

    Los mapuches se ayudaban entre si cuando

    empezaban

    u

    trabajo,

    esto se llamaba “mingaco”.

    La chicha se fabricaba para las fiestas:

    guillatunes, torneos de

    cueca, matrimonios, casas nuevas, entierros,

    iniciaciones de machis,

    y para que las almas de 10s muertos llevaran su

    cocavi.

    Cuando desperte a la razon vivia con mis padres

    a orillas del mar,

    en Rauquenhue. Alli me crie.

    Jugabamos a las habas apostando lazos, lamas,

    cuchillos,

    Jugabamos a la chueca.

    Jorge Teillier

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    Cerca de la madre de las aguas

    me mir6 la piedra en flor

    y en

    el

    choque incesante de las olas,

    me abraz6 su espiritu.

    Acaricii. entonces mi coraz6n

    y encendi con fuego mi camino

    para vigilar el sueiio del sol

    y el baile de las estrellas

    Mi

    risa es el sol del mediodia,

    mis lagrimas las vertientes,

    mi dormir es el descanso del amor

    y

    mi despertar la vida de

    10s

    peces.

    Es

    asi mi existir,

    y

    las aguas me continuan cantando.

    Leone1

    Lienlaf

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    1.00

    E 1 Mar de Arauco, el frio, duro mar de la costa brava golpea, se estremece

    frente a la noche inmensa que dura como una ola

    llega desde la sombra, desde la enorme, sola

    tierra donde hasta el viento es un oscuro paso.

    Es

    el limite ahi entre el bosque y la estada

    de 10s sueiios, el frio

    crecimiento, la espera.

    Lo que esta, si, lo humedo.

    Es

    el oscuro viento.

    Pablo GuirZez

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    N da mas tetrico que esa desolada llanura, reseca y polvorienta, sembrada de pequeiios monticulos de arena tan gruesa y pesada que 10s vientos

    arrastraban difkilmente a traves del suelo desnudo, avido de humedad.

    En una pequeiia elevacion del terreno alzabanse la cabria, las chimeneas y 10s ahumados galpones de la mina. El caserio de 10s mineros estaba

    situado a la derecha en una pequeiia hondonada..

    .

    Un calor sofocante subia de la tierra calcinada, y el polvo de carbon sutil

    e

    impalpable adheriase a 10s rostros sudorosos de 10s obreros que

    apoyados en sus carretillas saboreaban en silencio el breve descanso que aquella maniobra les deparaba.

    Tras 10s golpes reglamentarios, las grandes poleas en lo alto de la cabria empezaron a girar con lentitud, deslizandose por sus ranuras 10s delgados

    hilos de metal que iba enrollando en el gran tambor, carrete gigantesco, la potente maquina. Pasaron algunos instantes y de pronto una masa oscura

    chorreando agua surgio rapida del negro

    pozo

    y se detuvo a algunos metros por encima del brocal. Suspendido en una red de gruesas cuerdas sujeta

    debajo de la jaula, balanceabase sobre el abismo, con las patas abiertas y tiesas, un caballo negro.

    103

    Baldomero

    Lillo

    E1

    viejo tom6 de la mano a1 pequeiio y juntos

    se

    internaron

    en

    el negro tunel. Eran de 10s primeros en llegar y el movimiento de la mina

    no

    empezaba

    a h . De la galeria bastante alta para permitir a1 minero erguir su elevada talla, solo se distinguia parte de la techumbre cruzada por gruesos maderos.

    Las paredes laterales permanecian invisibles

    en

    la oscuridad profunda que llenaba la vasta y lobrega excavacion.

    cuarenta metros del pique se detuvieron ante una especie de gruta excavada

    en

    la roca. Del techo agrietado, de color de hollin, colgaba un

    candil de hoja de lata cuyo macilento resplandor daba a la estancia la apariencia de una cripta enlutada y llena de sombras.

    En

    el fondo, sentado delante

    de una mesa,unhombre pequeiio, ya entrado en aiios, hacia anotaciones en un enorme registro. Su negro traje hacia resaltar la palidez del rostro

    surcado por profundas arrugas.

    Al

    ruido de pasos levant6 la cabeza y fijo una mirada interrogadora en el viejo minero, quien avanzo con timidez,

    diciendo con voz llena de sumision y de respeto: -Sefior, aqui traigo el chico.

    Baldomero

    Lillo

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

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    uiero romper la tierra con mi arado de palo.

    Q

    Y

    sembrar en las melgas mis palabras sencillas.

    t ,

    1

    I t

    , .. * - . m

    mmmuR-

    Quiero trazar la recta de mis propios anhelos.

    Y buscar simetria en las horas pasadas.

    Quiero tejer las hebras de las blancas espumas.

    Y tenderme en las felpas de una alfombra marina.

    M i

    corazon de choapino, esta hecho de voqui.

    Y mi sangre, en las venas, rompe las compuertas.

    El cul th n pesimista, lentamente, se aleja.

    Y

    en sus notas emergen, angustias aiiejas.

    Tengo la certeza de haber visto a la luna.

    Inhalando el canelo o durrniendo en la ruca.

    La trutruca rebelde vierte su quejumbre.

    Tatuada de infamia

    y

    desprecio sin nombre.

    Quiero romper la tierra con mi arado de palo.

    Y tenderme en el surco de mis viejos anhelos.

    Sebastian Queupul Quintremil

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    igo iSalud Y en el mantel surgen

    1 s

    D

    10s bosques

    y en la cuchara que a mi boca sube

    hay un volciin que humea suavemente.

    Yo

    voy viajando en otros aiios,

    en un tren ennegrecido por el hum0

    de un cigarro. Llevo destino

    porque

    se

    que en el anden

    alguien me espera.

    Yo

    voy viajando y he aqui

    que a1 avistarse las luces de

    mi

    puemo,

    las palmadas en la espalda

    y a1 mirar casualmente a la ventana

    observo unas pupilas

    donde existe desarraigo,

    me devuelven a 10s gestos y a1 choque

    de 10s vasos en el aire,

    mirolas bien y a1 hacerlo

    me doy cuenta que son mias.

    Jos6 Maria Memet

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

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    INDICE DE TEXTOS Y AUTORES

    INTRODUCCION

    MI PUEBLO ES TAN PEQUEfiO

    TRUENA SOBRE LOS PINOS

    DONDE COMIENZAN LAS DISTANCIAS

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

    103/106

    9, 11: Alonso de Ercilla. En:

    La

    Araucana.

    Madrid, Antonio de Sancha, 1776.

    POR DIOSES COMO D E E ERAN TENIDOS

    13:

    Alonso de Ercilla, Op. cit.

    14:

    Pedro de Oiia. En:

    Arauco Domado.

    San-

    tiago, Imprenta Universitaria, 1917.

    15:

    Francisco N6iiez de Pineda

    y

    Bascuiiin. En:

    Cautiverio Feliz.

    Santiago, Editorial Universi-

    taria, 1987.

    -Diego de Rosales. En:

    Historia General del

    Reino de Chile, Flandes Indiano.

    Santiago,

    Editorial AndrCs Bello, 1989.

    16: Alonso Gonzilez de Nijera. En: Desenganlo

    y Reparo de la Guerra del Reino de Chile.

    Santiago, Editorial AndrCs Bello, 1971.

    18, 19: Alonso de Ovalle. En: Histdrica Rela-

    cidn del Reino de Chile.

    Santiago, Imprenta

    Ercilla, 1888.

    20,21:

    Diego de Rosales, Op. cit.

    22: Fernando Santivhn. “Los

    rios

    y las monta-

    iias”. En: Nicomedes Guzmin.

    Autorretrato de

    Chile.

    Santiago, Editorial Zig-Zag, 1957.

    -Miguel de Olivares.Historia Civil, Military

    Sa-

    grada de Chile.

    Santiago, Imprenta Ercilla, 1864.

    22,23:

    Diego de Rosales, Op. cit.

    23: Luis Durand. En:

    Frontera.

    Santiago,

    Editorial AndrCs Bello, 1981.

    -Gustave Verniory. En:

    Diez anlos en Araucania

    1889-1899. Santiago, Ediciones de la Universi-

    dad de Chile, 1975.

    24:

    Albert Meyer. En:

    Historia de la Coloniza-

    cidn de Contulmo. Contulmo, 1984.

    -Juan Contreras Batarce

    y

    Gino Venturelli Abad.

    En:

    Nueva Italia, un ensayo de colonizacidn

    italiana en la Araucania, 1903-1906. Temuco,

    Ediciones Universidad de La Frontera, 1988.

    25:

    Alfonso Calder6n .

    Herncin Trizano.

    Texto inCdito.

    -Luis Durand, Op. cit.

    BAJO LA LLUVIA INMENSA

    27:

    Carlos Godoy Silva. “Pueblo bajo la lluvia”.

    En:

    Trilogia PoLtica de la Araucania.

    Temuco,

    Ediciones Cielos del Sur, 1984.

    29:

    Juvencio Valle. “Chile del Sur”. En:

    Nimbo de piedra.

    Santiago, Editorial Cruz

    del Sur, 1941.

    31:

    Gonzalo Rojas “Carb6n”.En:

    Del relcimpago.

    MCxico, Fondo de Cultura Econ6mica, 1984.

    33: Luis Vulliamy. “Mari Kiila”. En: Los rayos

    no

    caen sobre la yerba.

    Santiago, Editorial

    Nascimento, 1963.

    35: Diego Muiioz. En: as

    res etapas de

    la

    lirica

    nerudiana.Santiago, Ediciones Lastarria, 1979.

    36: Eugenio Garcia-Diaz. “No he vuelto a

    Carahue”. En:

    Lugares de la temura.

    Santiago,

    Ediciones La Posada de la Poesia, 1982.

    39:

    Pablo Neruda. En:

    Confieso que he vivido.

    Santiago, Planeta, 1988.

    40,41:

    Juvencio Valle. “El hijo del guardabos-

    que”. En:

    El hijo del guardabosque.

    Santiago,

    Editorial Nascimento, 1969.

    42: Ra61 Mellado Castro. En: Tren del Sur y

    otros poemas. Santiago, Editorial Claridad

    Impresores SOC. tda., 1989.

    45: Miguel Arteche. “Noche en el sur”. En:

    El

    sur

    dormido. Santiago, Ediciones de Libreria

    Neira, 1950.

    46: Luis Vulliamy. “Calles”. En:

    La oscura

    luminaria. Santiago, Ediciones del Litoral, 1964.

    47: Pablo Neruda. “Carta para que me manden

    madera”. En:

    Obras Completas.

    Buenos Aires,

    Editorial Losada S.A., 1968.

    48:

    Diego Dub16 Urrutia. “El recuerdo”. En:

    Fontana ccindida.

    Sant iago , Edi tor ia l

    Nascimento, 1953.

    49:

    Gonzalo Rojas. “Ars poCtica en pobre

    prosa”. En:

    Oscuro.

    Caracas, Monte Avila,

    1977.

    50: Diego Dub16 Urrutia. “El recuerdo”. Op. cit

    53:

    Jorge Jobet. “Invierno en Temuco”. En:

    Naturaleza del ser.

    Santiago, Editorial

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    BOSQUE DAME LAS LLAVES

    DE TU ESCONDIDO REIN0

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    Op. cit.

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    Texto inCdito.

    108:

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    Los gestos de otra vida. Con Verlag Bremen,

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    Simbologia utilizada en 10s textos:

    (.

    .

    )

    quiere decir, corte en

    un

    mismo pfkrafo.

    . quiere decir, corte

    a l

    final de un ph af o.

    INDICE

    DE

    ILUSTRACIONES

    Y

    AUTORES

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

    104/106

    Sobrecubierta: c

  • 8/20/2019 Geografia Poetica de Chile2

    105/106

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    SANTIAGOE CHILE

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