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GEOGRAFÍA E HISTORIA CEDE 1.3

CENTRO DOCUMENTACIÓN DE ESTUDIOS Y OPOSICIONES C/ CARTAGENA, 129 – 91 564 42 94 – 28002 MADRID – ht tp: / /www.cede.es

GUIÓN - ÍNDICE 1. PRESENTACIÓN DEL TEMA 2. EN TORNO AL CONCEPTO DE GEOGRAFÍA

2.1. La dimensión histórica de la geografía 2.2. Conceptos y principios metodológicos

3. REPERCUSIONES DE LAS TEORÍAS CIENTÍFICAS Y FILOSÓFICAS EN

EL DESARROLLO DE LA GEOGRAFÍA

3.1. El paradigma determinista 3.2. El paradigma posibilista o regional 3.3. La tercera vía o el paradigma alternativo

4. CORRIENTES ACTUALES DE LA GEOGRAFÍA

4.1. La Geografía cuantitativa 4.2. La Geografía social 4.3. La Geografía radical 4.4. La Geografía política o geopolítica 4.4. La Geografía del bienestar 4.6. La Geografía de la percepción

5. EL ESPACIO GEOGRÁFICO

5.1. Concepto 5.2. Niveles de espacio en Geografía

1.4 CEDE GEOGRAFÍA E HISTORIA


BIBLIOGRAFÍA COMENTADA BUTTIMER, A. Sociedad y medio en la tradición geográfica francesa. Barcelona:

Oikos-Tau, 1980. Esta obra es un detallado análisis de la tradición historicista de la geo-grafía francesa. CAPEL SÁEZ, H. Geografía y Matemáticas en la España del s. XVIII. Barcelona: Oi-

kos-Tau, 1981. Es un ensayo histórico sobre la evolución de la Geografía a partir de la revolución científica del S. XVII desde un punto de vista histórico, epistemológico y sociológico. El objetivo del texto es analizar cómo afecta a la definición de la geografía la aparición de cien-cias especializadas de la tierra y de disciplinas sociales dedicadas a estudiar aspectos que an-tes caían dentro del campo de la geografía. CAPEL SÁEZ, H. Filosofía y ciencia en la Geografía Contemporánea. Barcelona: Bar-

canova, 1981. En esta obra se trata de manera extensa la problemática de la cons-trucción de la Geografía actual, atendiendo a los factores sociales, científicos y culturales que han incidido en ella. Sobre esa base, desarrolla una reflexión acerca de la evolución reciente del pensamiento geográfico. CAPEL, H. y Las nuevas geografías. Barcelona: Salvat, Col. T.C., 1984. URTEAGA, L.

En este texto se refunden las ideas de Capel que desarrolla en las otras obras reseñadas. Es un paseo por la historia de la Geografía desde la antigüedad hasta la actualidad hecho de forma amena y muy sucinta, donde se puede obtener una visión de lo que esta ciencia ha sido a lo largo de la historia y de lo que es hoy en día. CLAVAL, P. La nueva Geografía. Barcelona: Oikos-Tau, Col. ¿Qué sé?, 1979. El autor, partiendo de lo que ha sido la Geografía hasta los primeros años del siglo XX y comparando con la geografía tradicional, pasa revista a la manera de ser de la denominada “nueva geografía”. Para Claval, la nueva geografía no rompe con la geogra-



fía de ayer, sino que las proposiciones que en la construcción anterior eran centrales reapare-cen como casos particulares o como verdades parciales. DOLLEUS, O. El análisis geográfico. Barcelona: Oikos-Tau, Col. ¿Qué sé?, 1978. Es un ensayo dedicado a la gestión del geógrafo y a sus formas de análisis. Las cuestiones se abordan de forma general, tal como se le plantean al geógrafo, cualquiera que sea su especialidad. ESTÉBANEZ, J. Tendencias y problemática actual de la Geografía. Madrid: Cincel,

1982. Es un ensayo que ofrece un panorama amplio de la Geografía Huma-na, presentando las diferentes tendencias existentes. Es una obra de lectura fácil y amena que recomendamos por ser la que más se acerca al tema objeto de estudio. SÁNCHEZ, J.E. Espacio, economía y sociedad. Madrid: Siglo XXI, 1991. Se realiza una rigurosa reflexión acerca de la geografía humana como ciencia y de su relación con los procesos económicos y sociales. En la 1ª parte se presenta una perspectiva en geografía humana, poniéndose el énfasis en la defensa de su carácter de cien-cia. La 2ª parte recoge una serie de mecanismos sociales fundamentales en la articulación del espacio geográfico. En la 3ª, se formula una propuesta de interés para el estudio de espacios delimitados, y en la 4ª se analiza la relación entre el espacio y la innovación tecnológica. SANTOS, M. Por una Geografía nueva. Madrid: Espasa Universidad, nº 20, 1990. En esta obra se hace una revisión crítica de la evolución de la geogra-fía, teniendo como punto de referencia un tema general: El espacio humano. VV.AA. Introducción a la Geografía General. Pamplona: EUNSA, 1984. En esta obra de carácter general se hace referencia, en los primeros capítulos, a la naturaleza, fines y métodos de la Geografía, de una forma muy general y selecti-va.



VILA VALENTÍ, J. Introducción al estudio teórico de la Geografía. 2 VoIs. Barcelona: Ariel, 1983.

En los dos volúmenes del profesor Vilá se realiza un análisis teórico de la Geografía y de los desarrollos recientes de la producción y pensamientos geográficos. El volumen primero refleja un estudio de los contenidos, enfoques y objetivos de la Geografía a través de la historia; un análisis de los geógrafos como sujetos agentes de esta ciencia y la presentación de la diversidad de problemas que afectan la geogra-fía contemporánea desde el siglo XVIII hasta la actualidad. En el segundo volumen, se debaten algunas cuestiones específicas de la Geografía contemporánea. Se presenta la metodología aplicada a investigación y a la ense-ñanza y, se exponen las características de esta ciencia dentro de la sociedad actual. La obra termina haciendo referencia a la situación de la Geografía en la Península Ibérica y en los paí-ses iberoamericanos.



1. PRESENTACIÓN DEL TEMA

Antes de analizar las tendencias de la Ciencia Geográfica en el siglo XX, creemos conveniente hacer un repaso a nivel de introducción, de lo que ha sido la Geografía a través de la historia que nos sirva de punto de arranque para su estudio durante el siglo XX.

A partir de la definición de Geografía y sus principales etapas, vamos a analizar el concepto de espacio geográfico, no sin antes estudiar la diferente concepción que de dicho espacio se tiene desde las principales corrientes de pensamiento geográfico del siglo XX.

2. EN TORNO AL CONCEPTO DE GEOGRAFÍA

2.1. LA DIMENSIÓN HISTÓRICA DE LA GEOGRAFÍA

Desde sus primeras formulaciones en la antigüedad griega, la Geografía se concebía como una ciencia total del estudio de la Tierra, sufriendo desde entonces un paulatino proceso de reducción de sus contenidos o ámbito de estudio. El objeto material de la Geografía es la propia Tierra tomada como conjunto, mientras que su objeto formal es la superficie de la mis-ma, de tal manera que el conocimiento de los diferentes fenómenos que tienen lugar en el interior de nuestro planeta o en su atmósfera, interesan en la medida en que afectan a la superficie terrestre. En la actualidad, como veremos, dicha superficie terrestre se tiende a identificar con el paisaje.

En un principio, en la antigüedad, la Geografía se limitó a las descripciones topográfi-cas y las especulaciones matemáticas. Más tarde, y de forma simultánea a los progresos científicos, extendió su objeto a la comprensión de los fenómenos físicos y humanos de la superficie del globo.

En este sentido, se distinguen dos grandes períodos en su historia:

1º) Hasta el siglo XIX, fase en la que el estudio de la Geografía se limita a todo una larga serie de tanteos que tiene por objetivo el conocimiento de la fisonomía del plane-ta. Los descubrimientos geográficos de la antigüedad y las especulaciones astronómi-cas y matemáticas alcanza su plenitud a partir del siglo XVI. Son los años dorados de la cartografía y las descripciones contenidos en libros de viajeros.

− Naturalmente debemos referirnos en primer lugar a la Geografía antigua, fun-

damentalmente a la griega (siglos VII a.C. al II d.C.). Estos primeros “geógrafos”



realizan un trabajo esencialmente corográfico (descriptivo) y reflexivo (Anaxi-mandro y Tales) que culmina en las obras de Eratostenes, Estrabon y Ptolomeo. De acuerdo con los contenidos que aparecen considerados por el geógrafo a lo largo de todo el ciclo antiguo, las ramas de estudio cultivadas serían, con una de-signación moderna, las siguientes: cosmología, geografía astronómica o matemá-tica, cartografía, geografía física y corografía.

− Dentro de este primer gran período cabe también destacar el mundo árabe, en-

cargado de la difusión cartográfica clásica por Europa. Necesidades de gobierno estimularon la producción cartográfica a la vez que la unidad lingüística, el comer-cio y la peregrinación a La Meca facilitaron el intercambio de noticias geográficas. lbn Batuta, lbn Jaldun o AI-ldrisi, entre otros, colaboraron, con su labor personal a la elaboración de importantes descripciones geográficas acompañadas algunas de ellas, por un importante repertorio cartográfico, que no tuvo parangón en Euro-pa hasta el siglo XV. La labor de los árabes no se limitó a sus aportaciones per-sonales, sino que dieron a conocer en Europa la labor cartográfica de los “geógra-fos” chinos que ya antes del siglo I elaboraban y sistematizaban la información sobre el territorio de su imperio.

− En tercer lugar se sitúa la época renacentista y los siglos posteriores. En los

países de Europa Occidental representa además de una época brillante en ciertos aspectos (cartografía y corografía), una redefinición de la geografía, con aporta-ciones originales y significa, también, la aparición de una problemática que, de una u otra forma, va a llegar hasta la geografía contemporánea.

Es durante el Renacimiento cuando el objetivo de la geografía relativamente se va

reduciendo y haciendo preciso. La geografía quedará limitada a cuatro partes con un objetivo claro: la superficie terrestre. Esas cuatro partes van a ser: geografía astronómica o matemática, cartografía, geografía física y geografía corográfica. Esta geografía será la base de las grandes producciones cartográficas de los si-glos XVI y XVII y constituye el antecedente remoto de las contribuciones concep-tual, metodológica y documental llevadas a cabo por viajeros y naturalistas, desde mediados del siglo XVIII a los primeros decenios del XIX. Esta última época es la que representaría el período de antecedentes próximos y de formación de la geo-grafía contemporánea.

2º) El segundo gran período se inicia en la segunda mitad del siglo XIX. Estando caracterizado por toda una serie de descubrimientos científicos que permitirán a la Geografía dotarse de leyes, principios y teorías fundadas en observaciones empíricas,



al tiempo que se orientó hacia especializaciones más numerosas. Se trata de un cam-bio cualitativo que da como resultado que un geógrafo como Humboldt ponga las bases de la geografía física con sus estudios de geobotánica y climatología, lo que le permite formular los dos principios de localización y generalización o extensión. El principio de conexión se debe a Ritter, merced a sus estudios de Geografía Humana de la mano que le permitió demostrar la influencia del medio físico en hombre y su historia. Es también la época en la que toman cuerpo las grandes escuelas geográficas, en espe-cial la alemana y la francesa, y con ellas los paradigmas deterministas y posibilistas respectivamente. En el siglo XX continuará la especialización y diversificación, surgien-do nuevas tendencias de las que se derivan las corrientes actuales.

Si resumimos los tres momentos más característicos de la Geografía en los últimos si-

glos comprenderemos el valor y la función que en cada época ha desempeñado nuestra cien-cia.

a) Así, entre los siglos XVI y XIX el objetivo de la Geografía era esencialmente la des-cripción de la Tierra, de lo que se deriva que su preocupación esencial por la carto-grafía.

b) En el último tercio del XIX existía una razón de peso que justificaba plenamente la inclusión de nuestra disciplina en los planes de estudio, en la medida en que la Geogra-fía estaba en buena medida al servicio del colonialismo. En este sentido cumplía, entre otras, la función de transmitir los valores de la civilización europea y facilitar el dominio colonial.

c) Pero en la actualidad la Geografía está más preocupada en la búsqueda de leyes y principios generales, así como el análisis y recopilación directa de un ingente volumen de información. No faltan corrientes que ven en la Geografía un vehículo para la reso-lución de problemas reales, dando como resultado una ciencia cada vez más compro-metida, que tiene su reflejo en los planes de estudio actuales.

De esta manera la Geografía se configura como una ciencia de síntesis entre las

ciencias sociales y las ciencias naturales, así como el resultado de una reflexión epistemológi-ca que se traduce en la búsqueda de paradigmas, esto es, un conjunto de ideas, teorías, con-ceptos y técnicas inspiradas en planteamientos filosóficos.



2.2. CONCEPTOS Y PRINCIPIOS METODOLÓGICOS

No existe más definición académica como aquélla que considera a la ciencia geográfica como aquélla que estudia los elementos y fenómenos de la superficie terrestre en su localiza-ción, en su distribución y en sus mutuas y múltiples relaciones.

Y es que a pesar de la sencillez y obviedad de esta definición, la Geografía es ante to-do eso: una ciencia de síntesis entre las ciencias sociales y las ciencias naturales, cuyo objeto material es la propia Tierra, siendo su objeto formal de estudio, es decir aquello que la define y da sentido a la superficie terrestre; o si lo preferimos, el paisaje, entendido como el resultado de la interacción entre el medio ambiente y el medio social humano. Ya veremos como el paisaje está constituido por una serie de elementos físicos y humanos, y unos factores que modifican, alteran o condicionan dichos elementos.

Naturalmente toda ciencia tiene que tener unos principios metodológicos además de una estructura interna de sus contenidos u objetos de estudio, que nos llevan a la clásica divi-sión de Geografía General, Humana y Regional o Descriptiva.

Pues bien, los principios metodológicos de la Geografía son cuatro:

− El principio de localización y distribución. La Geografía estudia los fenómenos en su distribución espacial, por lo que la localización de los hechos hace que el mapa se convierta en el instrumento imprescindible para esta ciencia.

− El principio de comparación y generalización, nos dice de la necesidad de compa-rar fenómenos geográficos en diversas partes del globo con el fin de extraer analogías y diferencias para poder generalizar.

− El principio de relación o conexión, se fundamenta en que los hechos geográficos están interrelacionados, influyéndose mutuamente. Este principio es fundamental para comprender las relaciones del ser humano con el medio físico y, por tanto, es la base de la Geografía Humana.

− El principio de evolución, nos dice que para poder explicar un fenómeno geográfico hace falta recurrir a la evolución o dinámica del mismo, dado que ninguno es inmutable, sino sometido a cambios. Ésta es la razón por la que Geografía recurre continuamente a algunas ciencias auxiliares como la Historia.



En definitiva la Geografía es la ciencia de la superficie terrestre, el lugar donde contac-tan cinco esferas definidas: la esfera sólida o litosfera, la esfera líquida o hidrosfera, la esfera gaseosa o hidrosfera, la esfera de vida o biosfera y la esfera de conciencia o noosfera (véase el mapa conceptual 1). De su interrelación se deducen la complejidad de los paisajes y los me-dios ecogeográficos1, así como la inestabilidad y fragilidad de los mismos. Una concreción de esto es la Hipótesis Gaya, controvertida y sugerente teoría de Lovelack que considera a la Tierra como un planeta vivo, dotada de una cierta forma de consciencia que le permite estable-cer sus propios mecanismos de autocontrol y equilibrio.

Mapa conceptual 1

1 Véase el tema 3.



3. REPERCUSIONES DE LAS TEORÍAS FILOSÓFICAS EN EL DESARROLLO DE LA GEOGRAFÍA

Al hablar de Geografía contemporánea hemos de referirnos a una etapa de

formación, entre 1780 y 1880, aproximadamente, representada por dos personalidades claves: Humboldt y Ritter, y un período de definición, que arranca de los dos últimos decenios del siglo pasado. Más tarde llegarán Richtofen (1833-1905), fundador de la escuela alemana junto con Ratzel (1844-1904); Vidal de la Blache (1848-1918), fundador de la escuela francesa; y Davis (1850-1934).

El desarrollo del evolucionismo, el positivismo y el ecologismo (Haeckel) van a ser determinantes en la historia de la Geografía. La herencia de Humboldt es ahora ple-namente recogida, y la Geografía se configura como una ciencia nueva y aparte, en competen-cia con naturalistas, por un lado, y con historiadores, por otro. De acuerdo con la mentalidad del positivismo hay que transferir los conceptos y teorías de las ciencias naturales a las cien-cias de la sociedad. Al mismo tiempo, las ideas de evolución son reconocidas y admitidas, aportando a la geografía una visión dinámica que aparece plenamente en la obra de Ratzel.

El triunfo del positivismo trajo consigo la aparición de un determinismo geográfico que es no sólo una aceptación de la influencia del medio físico sobre las activida-des del hombre, sino también una búsqueda del riguroso encadenamiento causal existente en-tre los factores físicos y los fenómenos humanos.

La crisis de los planteamientos positivistas y su sustitución por una concep-ción historicista de la ciencia, inspirada por el filósofo alemán Dilthey (1833-1911), que el de-terminismo geográfico fuera abandonado a finales del XIX y sustituido por el posibilismo para el que el medio físico no determina las actividades humanas, sino que simplemente les ofrece posibilidades, que el hombre, utiliza o no.

Esta corriente de pensamiento tuvo enormes repercusiones en la geografía y en todas las ciencias en general; entre ellas hay que señalar la renuncia a la búsqueda de leyes generales y al riguroso encadenamiento causal de los hechos y, de modo muy claro, la libertad humana, la posibilidad de elegir, frente al determinismo.

Al coincidir esta evolución con el desarrollo de una geografía humana sis-temática, paralela a la geografía física, surgió, también, el peligro de la división de la ciencia geográfica, el cual se evitó poniendo el énfasis en el estudio regional como objeto específico de la Geografía.



La región, como área en la que se combinan los fenómenos físicos y humanos caracterizada por un paisaje particular pasa a ser el objetivo fundamental del trabajo geográfico. Los estudios regionales pasan a ser el tipo de investigación más propio del geógra-fo; Vidal de La Blache y sus discípulos son los máximos exponentes de esta corriente, junto con el alemán, Hettner. La dificultad de encontrar leyes generales debido al carácter único de cada región se solventó diciendo que la Geografía era una ciencia interesada exclusivamente por lo único y singular y ese carácter nomotético (que trata de encontrar leyes generales) sería algo propio de la Geografía General.

3.1. EL PARADIGMA DETERMINISTA

El término paradigma se utiliza para referirse a un conjunto de técnicas de trabajo, ideas, teorías y conceptos relacionados con una corriente de pensamiento filosófico o científico concreto. Tanto la Historia como la Geografía hacen uso de este término para analizar las dis-tintas corrientes de pensamiento que se han desarrollado a lo largo de su historia.

Ratzel es el padre del determinismo geográfico, en su obra de Ratzel se conjuga el enfoque positivista y la necesidad de unir la Geografía física y la Humana, para intentar darle un lugar en el campo de la ciencia, aplicando a su análisis enfoques darwinianos. Para ello postuló el método científico para la Geografía humana; en su obra existe un marcado carácter determinista. Su Geografía Humana es marcadamente ecológica, subrayando las relaciones entre hombre y medio, considera al hombre como parte de un organismo ecológico vivo. Su concepción geográfica se resume en una idea: los seres humanos están determinados por el medio geográfico, y las formas culturales son el resultado de las condiciones del medio natural. A él volveremos al estudiar la corriente teórica de la Geopolítica.

El determinismo geográfico, por tanto, adquiere un carácter de paradigma a finales del XIX con la filosofía positivista y con las obras de Darwin y Haeckel que estudió las relaciones entre los seres vivos y el medio, y la adaptación de las primeras al medio, fundando así la Eco-logía.

El enfoque determinista tuvo gran aceptación en EEUU, donde fue introducido por Hun-tington, Semple y Davis. Entró en crisis al rechazarse el fundamento filosófico en el que se apoyaba; sin embargo, tuvo y sigue teniendo una gran importancia en la Geografía.

3.2. EL PARADIGMA POSIBILISTA O REGIONAL

El enfoque historicista, corriente filosófica que aparece a finales del siglo XIX como reacción al positivismo, aparece en Geografía en el denominado posibilismo que, en contra



del paradigma anterior, afirma que el hombre es un agente activo y no pasivo en el modelado de la superficie terrestre.

El medio natural no es una causa necesaria, sino contingente; no tiene un valor absolu-to sino relativo; es una posibilidad o más bien un conjunto de posibilidades, cuyo desarrollo de-penderá básicamente del hombre, de su libertad para elegir una u otra según sus característi-cas procedentes de una larga tradición histórica. El sistematizador y formulador de la concep-ción posibilista fue el historiador Lucien Febvre, de la escuela de los Annales, basándose en los escritos de Vidal de la Blache.

La obra de Vidal de La Blache (1845-1918) es fundamental a la hora de analizar el pa-radigma regional y se le considera como el fundador de la Geografía moderna francesa. Sus líneas básicas de pensamiento son antideterministas. Para él, el objetivo no era establecer re-laciones causales y leyes sobre la relaciones medio-hombre, sino observar las mutuas relacio-nes del hombre y el medio físico a través del medio biótico (agricultura y ganadería). Señala que estas relaciones no pueden entenderse marcando límites entre los fenómenos del medio natural y los culturales, sino que deberían considerarse como íntimamente unidas e insepara-bles. Cada comunidad tiene características propias e irrepetibles e incluso éstas, pueden no producirse en otros territorios de condiciones naturales semejantes: un paisaje es una región con su propia personalidad.

Existen otras visiones del paradigma posibilista (regional) diferentes de las de la escue-la francesa de Vidal de la Blache, entre ellas se citan las aportaciones de los norteamericanos Sauer y Hartshorne, y el alemán Hettner. Hay quien incluye a los anarquistas Reclús y Kropot-kin, pero es más propio incluirlos en un paradigma alternativo.



Mapa conceptual 2. Medio geográfico y espacio político

3.3. LA TERCERA VÍA O EL PARADIGMA ALTERNATIVO

Dos figuras del enfoque historicista de la Geografía son Kropotkin y Reclus, ambos in-

fravalorados por sus convicciones políticas. Kropotkin, fue excluido de la geografía institucional por ampliar el enfoque geográfico con la crítica social y Reclus, que supera las ideas de la es-cuela de Vidal de la Blache e incluso se adelanta en el método y las técnicas empleadas a la Geografía francesa de los años 50 (Geografía Radical). Pero según Lacoste, sus ideas políti-cas anarquistas, el éxito del enfoque regional de Vidal de la Blache y la escasa valoración que le dieron Marx y Engels fueron las causas determinantes de que su trabajo quedara en la som-bra.



Sus teorías están alejadas de las corrientes deterministas y posibilistas. El medio natu-ral, en lugar de determinar, favorece en el ser humano la cooperación social y el igualitarismo propio de las comunidades agrarias.

4. CORRIENTES ACTUALES DE LA GEOGRAFÍA

Al estudiar a continuación las diferentes corrientes actuales de la Geogra-fía, tomaremos como hilo conductor la diferente concepción del espacio en cada una de ellas. Del mismo modo, analizaremos las aplicaciones que dichas interpretaciones o visiones de la Geografía tienen en la actualidad en el campo de la enseñanza, en particular en la secundaria.

4.1. LA GEOGRAFÍA CUANTITATIVA

El origen de esta tendencia o escuela se encuentra en el neopositivismo, corriente filo-sófica de las primeras décadas del XX que insiste en la búsqueda de un lenguaje común en la ciencia, claro y riguroso. Para los neopositivistas, las ciencias de la naturaleza (en particular la física) en la medida en que están dotadas de adecuados instrumentos de análisis lógicos y ma-temáticos, deben constituirse en modelos para las demás ciencias. Lo que fascinaba a estos pensadores era la idea de que el método de las ciencias naturales lleva aparejado:

− La explicación de los fenómenos. − La predicción de los mismos. − La búsqueda de leyes generales.

Éste será pues el objetivo de la Geografía, cuya aplicación supone el abandono del his-

toricismo objetivista y descriptivo de la geografía regional, que concebía a la región geográfica como un algo único y singular, para volver a los grandes planteamientos de la geografía regio-nal.

Sus principales representantes están vinculados al Circulo de Viena incluyendo a geó-grafos como Schlick, Ernts Marck, Hans Reichenbach. Todos ellos insisten en los siguientes principios:

− La búsqueda de un lenguaje científico y específico, desprovisto de cualquier contaminación subjetiva. − El geógrafo se ha de limitar a aplicar el método hipotético deductivo con el fin de for-mular leyes generales que permitan explicar fenómenos particulares. − La experiencia o el empirismo sólo sirve para comprobar la validez de la teoría o los modelos matemáticos dinámicos que construye.



Todo ello dio como resultado una Geografía centrada en los estudios estadísticos, una auténtica geografía cuantitativa y teorética que vino a denominarse Nueva Geografía en paí-ses como EEUU y Suecia, mientras que en otros como España o Francia apenas si tuvo pro-yección.

La Geografía Cuantitativa ha encontrado su ámbito de aplicación en los modernos Sis-temas de Información Geográfica (SIG) de los que nos ocuparemos en el próximo tema.

Sin embargo, la idea de buscar en la economía los factores elementales que determi-nan en geografía las distribuciones espaciales tiene algunos antecedentes que conviene recor-dar:

− Así, en el siglo XIX, Eliseo Reclús, al que ya nos hemos referido, ya realizó conside-raciones teóricas sobre localización de las ciudades que anteceden en algunos de sus postulados a los de Christaller.

− Años antes, el barón von Thünen en 1826 elaboró los primeros conceptos de locali-zación agrícola, utilizando análisis matemáticos, que además de influir en las teorías económicas de Ricardo, sirvieron de base a la conocida teoría de Weber (1909) sobre localización espacial de la industria. En esta línea, Christaller formuló en 1933 su teoría de los lugares centrales, que continuó Lösch.

La Geografía cuantitativa considera, pues, al espacio como el objeto de la geografía, al

centrar su estudio en la distribución racional del mismo a través de modelos2.

No obstante, son muchas las críticas que se hacen a los seguidores de la escuela cuantitativista:

− Su obsesión por el modelo y la ausencia de trabajo de campo les aleja de la realidad, al perder contacto con los hechos. − Son mecanicistas puros seguidores del mito del número, olvidando muchas veces los aspectos cualitativos. − Buscan leyes espaciales que, con frecuencia, son independientes de las que rigen la organización social. Olvidan que los condicionamientos económicos no se correspon-den siempre en su racionalidad con los comportamientos humanos.

2 La geografía cuantitativa realiza importantes aportaciones epistemológicas a la Enseñanza Secundaria: insistiendo en la importancia de documentar los hechos con cifras y estadísticas, así como buscando la eficacia en el sistema educativo. Los juegos de simulación constituyen una aplicación práctica al aula de sus postulados.



En los últimos tiempos la Geografía cuantitativa se ha enriquecido con la aportación de la Teoría General de Sistemas, corriente de la que difiere en muchos aspectos. Se desarrolló a partir de las aportaciones de Forrester y Meadows, popularizándose a raíz de los modelos que sobre el sistema mundo encargó el Club de Roma al Instituto Tecnológico de Massachu-setts (MIT), que sirvieron de base a sus conocidos y polémicos informes sobre los límites del desarrollo.

La Teoría General de Sistemas, desarrollada en el campo de la Geografía por Berta-lanffy, reconsidera la noción espacial de región, tan denostada por los cuantitativistas, ya que se piensa que la Geografía Regional ha de elaborarse en el “laboratorio”, donde se verifiquen los datos aportados por la Geografía General.

4.2. LA GEOGRAFÍA SOCIAL

Tiene su origen o antecedentes en la Antropología de Ratzel y la Geografía Política de Eliseo Reclús.

Como corriente geográfica surge después de la Segunda Guerra Mundial en un intento por integrar a las ciencias sociales. Sus principales influencias proceden de la sociología y la psicología.

Maneja conceptos claves como: grupo social, áreas sociales, ecología factorial, indica-dores sociales, funciones vitales básicas, habitar, reproducirse y vivir en comunidad, etc. Por esta razón, sus principales aplicaciones se han dado en el ámbito de la ecología urbana.

Los geógrafos sociales conciben el espacio como un producto social, resultado de la interacción de las colectividades sobre el medio geográfico3.

Se ha criticado a la Geografía Social:

− Las escasas realizaciones prácticas que ha realizado, más allá de elucubraciones teóricas de carácter sociologista. − La complejidad por establecer las fronteras de lo social, ya que hay tantas definicio-nes como escuelas de sociología existen.

3 Señalemos en este sentido los estudios que sobre las áreas sociales de ciudades norteamericanas rea-

lizaron Shevky y D. Bell, o los modelos de análisis propuestos por Murdie en los años 70. El espacio social sobre el que se asienta el espacio físico (urbano) sería el resultado de la interacción del estatus étnico, estatus familiar y estatus económico.



− Las connotaciones ideológicas y políticas de los conceptos que maneja añaden com-plejidad a sus planteamientos4.

4.3. LA GEOGRAFÍA RADICAL

Su origen se sitúa en los años 60 como reacción a la Geografía cuantitativa, en un in-

tento por aplicar un enfoque comprometido centrado en los problemas de la desigualdad, de-sarrollándose en revistas como Antipode, Herodote y Roter Globus. Entre sus partidarios más conocidos se cita a Yves Lacoste.

Se intenta implicar a los geógrafos en los problemas de la desigualdad social, sien-do necesario formular nuevas preguntas, buscar nuevos enfoques y asumir una postura hiper-crítica para evitar el aislamiento del geógrafo respecto a los problemas más acuciantes del hombre.

Los radicales señalan que durante mucho tiempo los geógrafos se han dedicado a es-tudiar los cambios del paisaje desde una actitud pasiva, sin cuestionar la adecuación social a tales cambios. La Geografía que ellos denominan del establishment, tanto la tradicional como la cuantitativa, especialmente esta última, ha contribuido a escamotear los problemas más im-portantes que atañen a la condición humana.

Aparece de esta manera una Geografía crítica frente a las concepciones cuantitativas y frente a la realidad social, y radical en el sentido de que pretende un cambio que llegue hasta la raíz de los problemas.

− En definitiva es el fruto del análisis marxista a la geografía, lo que supone el abando-no de la supuesta “objetividad” del geógrafo por el compromiso social.

− Los geógrafos radicales se preocupan, pues, de la injusticia y las desigualdades; in-cluyendo el hambre, la pobreza, la marginación, la problemática del Tercer Mundo y de-terioro medioambiental.

− Se ocupan de los mecanismos de la formación de la renta urbana del suelo, la redis-tribución regresiva de la renta en el proceso de urbanización y, en definitiva, de los cos-tes que genera el urbanismo. Manejan conceptos claves como renta del suelo, costes sociales, plusvalías, etc.

4 La Geografía social aporta a la Enseñanza Secundaria una mayor sensibilización sobre los grupos so-

ciales, conectando a nuestra ciencia con la sociología.



Consideran al espacio como un producto social, por lo que rechazan cualquier diferen-ciación entre espacio y sociedad.

Se les critica el excesivo determinismo de sus planteamientos y una concepción de-masiado mecanicista de la realidad. Pero han realizado una gran aportación epistemológica a la Educación Secundaria: la educación medioambiental.

4.4. LA GEOGRAFÍA POLÍTICA O GEOPOLÍTICA

El origen de esta corriente se sitúa en Ratzel y Reclús. Más tarde la estrategia militar hizo suya las propuestas de análisis de la geopolítica5.

a) La aportación de Ratzel

Ratzel fue el auténtico fundador de la Geopolítica. Formuló los principios explicativos del crecimiento espacial de los Estados:

− Su tamaño aumenta con su nivel de cultura. − El crecimiento de los Estados sigue otras manifestaciones del crecimiento de los pueblos que necesariamente preceden al estatal. − El crecimiento del Estado se produce por anexión de miembros más pequeños. − La frontera es el órgano periférico del Estado y toma parte en todas las transforma-ciones del organismo estatal. − En su crecimiento, el Estado se esfuerza por alcanzar territorios políticamente valio-sos. − Los primeros estímulos al crecimiento espacial le llega al Estado desde el exterior. − La tendencia general a la anexión territorial se transmite de Estado en Estado y au-menta continuamente en intensidad.

Resumiendo:

− El Estado es un ser orgánico. − Está condicionado en su configuración y desarrollo por factores de índole natural y fí-sica. − Un pueblo tiene que vivir sobre el territorio que le ha tocado en suerte, tiene que morir en él y soportar su ley.

5 Véase MÉNDEZ Y MOLINERO (1981): Geografía y Estado. Introducción a la Geografía Política.

Madrid: Cincel.



− La dialéctica del Estado es la lucha constante por la supervivencia. En el fondo, su-pone la continuación en el plano político de la selección natural darwiniana (el “espacio vital”). − Los Estados crecen por presiones demográficas a expensas de los débiles a quienes integran, absorben o eliminan. La superficie terrestre acabará inexorablemente dividida en unos pocos Estados de grandes dimensiones (doctrina del macroestatismo).

Por ello:

• La expansión de los Estados es un fenómeno natural. Cuanto más crece territorial-mente un Estado, aumenta en proporción su fuerza colectiva, su riqueza, su poder y duración. • Los Estados que decrecen están llamados a desaparecer.

Ratzel, en el fondo, justificó ideológicamente en el Europa del XIX los intereses de la

clase dominante, la burguesía alemana y el imperialismo, en la medida en que “la guerra será la expresión de la lucha por el espacio geográfico”.

b) Kjellen y la Geopolítica

Un discípulo de Ratzel, Kjekllen, acuñó el término Geopolítica en El Estado como forma de vida (1917) y la definió como ciencia que concibe el Estado como un organismo geográfico o como un fenómeno en el espacio.

Haushofer, por su parte, la definía como la ciencia de las relaciones de ámbito mundial de procesos políticos. Es el arte de guiar la política práctica. La Geopolítica es la conciencia geográfica del Estado.

Estas concepciones clásicas de la Geopolítica, no harán sino contribuir a que la Geo-grafía se convierta en un arma para la guerra de conquista.

c) Modernas tendencias de Geopolítica anglosajona

Frente a esto, la nueva Geopolítica plantea una finalidad bien diferente. Taylor analiza la perspectiva geográfica con tres niveles:

− Local, que surge de la experiencia concreta y subjetiva de las personas, con lo que enlaza con la Geografía de la percepción. − Estatal-nacional, que se ocupa de la geoestrategia (militar) y la geografía electoral.



− Mundial, que analiza los conjuntos geopolíticos y sus relaciones en términos de po-der.

Más sugerentes son, si cabe, aportaciones como las de Jones, cuyas ideas se resu-

men:

− A partir de una idea política se desencadena un proceso complejo de concatenacio-nes causales y de interacciones. − El resultado hace desembocar en un espacio geográfico determinado en función de criterios políticos, según la secuencia que se inicia en una idea política (I) que determi-na una decisión (D) también política, derivando en un movimiento (M), sobre un cam-po (C) de acción (territorio) que genera un espacio político (E)6.

Se ha criticado a la Geopolítica su escasa difusión en la Geografía por estar centrada

en cuestiones militares y geoestratégicas. Sin embargo, la problemática derivada del Nuevo Orden Internacional las relaciones internacionales de fin de siglo y, sobre todo, la cuestión nacionalista en el contexto europeo o mundial (desmembramiento de la URSS y Yugoslavia, etc.) han vuelto a poner de moda la Geopolítica.

4.4. LA GEOGRAFÍA DEL BIENESTAR

En su origen se deriva como una aportación genuina de la Geografía radical y un en-foque alternativo de la Geografía Humana. La denominación ha sido propuesta por Knox y Smith, siendo este último quien la define (1977) como una geografía del hombre, sobre hom-bres reales y para el hombre, que contribuye al engrandecimiento de los seres humanos, en especial de los pobres.

Es, pues, una geografía preocupada por las cuestiones económicas (producción, distri-bución y consumo) en la medida en que proporcionan las claves para el diseño de una socie-dad más humana. Sus tendencias actuales se centran en la geografía del Turismo y el Ocio.

Considera al espacio geográfico como el resultado de los procesos sociales. Parte de la desigualdad espacial, de tal manera que distintas localizaciones espaciales repercuten direc-tamente en las oportunidades.

6 Jones ilustra esta teoría con el siguiente ejemplo: I → D → M → C → E. Siendo: I: Idea política (concepto judío del sionismo). D: Decisión (Declaración Balfour 1917). M: Movimiento (emigración de judíos a Palestina). C: Campo de acción (poblamiento y organización de nuevo territorio).

E: Espacio político (Estado de Israel).



Una vez más se le critica su celo cuantitativista y su obsesión por indicadores, que co-mo el PNB no siempre son indicativos del desarrollo7.

4.5. LA GEOGRAFÍA HUMANÍSTICA

Esta corriente se significa en su origen por su crítica al cuantitativismo, rechazando de plano cualquier posibilidad de utilizar los métodos de las ciencias naturales en el análisis de la realidad social.

En su afán totalizador pretende aunar las aportaciones de actitudes de sistemas carga-dos de valores: cristianos, socialistas, ecologistas, etc. en un movimiento humanista integrados al que no son ajenas las propuestas del Club de Roma.

Los humanistas conciben el espacio como algo que es fruto de la experiencia e inme-diatamente anterior al de las ideas científicas.

Las críticas insisten en la parcialidad de estas propuestas y de que el mundo sólo se pueda conocer a través de las ideas. En cambio realiza una interesante aportación epistemoló-gica a la enseñanza de la Geografía en la Educación Secundaria: el desarrollo de la intuición, la ética y la estética como base del conocimiento geográfico, hasta el punto de partir de la per-sonalidad individual del alumno. El profesor debe partir de la experiencia del alumno para ayu-darle a comprender, analizar, completar y revisar su visión acerca del mundo.

4.6. LA GEOGRAFÍA DE LA PERCEPCIÓN

Su origen es similar a la corriente anterior: critica el cuantitativismo e insiste en que la imagen subjetiva del medio tiene gran importancia en el comportamiento de las personas. Par-te, pues, de un paradigma conductista, ya que se preocupa por el modo en que los seres humanos se relacionan con el medio natural y social y los factores que condicionan dichas re-laciones.

El conductismo es más un enfoque que una disciplina y como tal influyó en todas las ciencias sociales desde la década de los 60. En conductismo considera que todos los suje-tos humanos son seres pensantes mediatizados por procesos cognitivos. Por lo tanto, se inte-

7 Sugiere, en cambio, interesantes aportaciones a la Enseñanza Secundaria en su vertiente actitudinal,

tales como la conveniencia de profundizar en la justicia social y contribuir al bien común: describiendo niveles de bienestar humano, explicando e identificando las relaciones causales que lo explican, así como evaluando y emi-tiendo juicios de valor sobre la conveniencia de estados alternativos.



resa por la forma en que las personas se relacionan con sus medios (natural o social), y por los factores que influyen en las relaciones existentes entre el pensamiento y la acción.

Este nuevo enfoque supone el intento de subsanar y completar las deficiencias de los modelos normativos en los que se apoyaba la Nueva Geografía pero acentuando los supues-tos básicos del positivismo. Está basado en las ideas de Boulding, sobre el concepto de ima-gen o realidad percibida y en la obra de Saarinen y, sobre todo, Lynch, que fue el primero en estudiar empíricamente la percepción del paisaje urbano, estableciendo una metodología de análisis muy empleada en didáctica de la geografía: el mapa mental.

A partir de la década de los 60 comenzó a observarse en toda una serie de ciencias que cada hombre se mueve en un universo personal, organizado concéntricamente en torno a él. La esfera más inmediata es el medio de su actuación habitual, del que posee una informa-ción personal y directa: la casa, el barrio, la ciudad, los lugares cercanos que frecuenta el fin de semana. La más alejada estaría constituida por aquellos territorios de los que no se posee más que referencias vagas.

Una misma realidad puede ser percibida de forma muy diferente por distintas personas. La imagen de una ciudad, por ejemplo, es diferente según la edad, la clase social, la actividad, el tiempo de residencia; para un niño será diferente de lo que es para un adulto. La imagen del espacio, el mapa mental que cada individuo posee del mundo, se convierte en tema de investi-gación a través de técnicas muy sofisticadas.

La Geografía del comportamiento y de la percepción, se caracteriza por afirmar que:

− Los conocimientos territoriales sobre los que actúa y se comporta la gente difieren en mayor o menor grado del llamado “espacio objetivo” sobre el que la Geografía preten-día estudiar. Por lo tanto, el espacio tiene un doble carácter: es un medio objetivo que puede medirse directamente, pero es también un medio en el que se desarrolla la con-ducta, el mundo de la mente que puede estudiarse indirectamente a través de los ma-pas mentales y, por alejados y diferentes que éstos sean de la realidad, son la base en los que el hombre apoya su conducta y toma decisiones espaciales: emigrar, residir, cultivar, etc.

− El individuo modela y responde a su medio natural y socio-cultural, es decir, no cae en la visión mecanicista del determinismo que subrayó sólo la influencia del medio en la actividad del hombre.

− Se tiende más a considerar los aspectos individuales que los colectivos.



− Tiene un carácter multidisciplinario e intenta abrirse y recibir y dar a otras ciencias conceptos y herramientas de trabajo para poder comprender las relaciones complejas entre el hombre y el medio.

De lo expuesto se deduce que más que un enfoque geográfico alternativo al cuantitati-

vismo, la geografía de la percepción es un enfoque complementario de otros enfoques. Para sus partidarios el espacio geográfico es esencialmente un espacio percibido, lo que le acarrea la crítica de subjetivismo8.

En resumen:

La Geografía ha experimentado a lo largo de su historia importantes cambios. Cuestio-nes que antes eran objeto de estudio pasaron a ser estudiadas por otras ciencias. Han apare-cido diferentes formas de aproximarse a la realidad para analizarla. La dicotomía positivismo-historicismo se ha traducido en diferentes concepciones de esta ciencia durante los dos últimos siglos. Pero, a pesar de todo la Geografía siempre ha tenido algo invariable, esto es, la preocu-pación por la diferenciación del espacio en la superficie terrestre y por el problema de la rela-ción hombre/medio; o más modernamente, por dónde están las cosas y por qué razón están en ese lugar.

8 Precisamente este subjetivismo conductista constituye su gran aportación epistemológica a la didáctica

de la geografía: la necesidad de partir de los conceptos previos de los alumnos para poder empezar a construir su aprendizaje, ayudando en el proceso de evaluación y autoevaluación al contrastar percepción con realidad.



Mapa conceptual 3. El espacio geográfico

Así pues, actualmente podemos afirmar que existen diferentes tendencias para abordar

unos problemas y que aquéllas no son excluyentes. Se admite la existencia de diferentes lí-neas de trabajo porque entre todas ellas se puede conseguir una visión más completa del mundo en que vivimos.

Pero todas ellas, también se han planteado lograr una definición del objeto de la geo-grafía; es decir, una definición del espacio geográfico.



5. EL ESPACIO GEOGRÁFICO

5.1. CONCEPTO

En una primera aproximación, el espacio geográfico representa el medio en el cual se desarrolla la actividad del hombre, la acción humana y social, o sea, el marco de toda acción, relación, articulación o suceso en el que participa como variable el espacio físico y en el que desarrollan su vida y su actividad los hombres.

Más recientemente se ha acuñado un término de uso generalizado: el espacio eco-nómico. Se trata de una noción que aúna el espacio geográfico con la localización de las acti-vidades económicas y los intercambios.

El espacio será, por tanto, el campo de acción de una variable, humana o física, en el medio geográfico. El ámbito de la realidad física que forma el espacio geográfico, comprende el conjunto formado por el subsuelo, la superficie terrestre y la atmósfera, al cual el hombre tie-ne capacidad de accesibilidad, a fin de usarlo para sus fines, actuaciones y relaciones. Lo que significa que el espacio geográfico no ha sido idéntico para cada comunidad histórica que ha ocupado un mismo medio, por cuanto con el desarrollo de la técnica ha aumentado la capaci-dad de accesibilidad o penetración en la litosfera, la hidrosfera y la atmósfera.

Cuando es tratado desde el ámbito de la geografía, normalmente se sobrentiende por espacio el espacio geográfico, aún cuando al concepto espacio se le atribuyen significados bien diversos (espacio musical, topológico, euclidiano, etc.).

El espacio geográfico es, por tanto, el ámbito de la realidad por el que se interesa la geografía en general, y la geografía humana en particular en cuanto ámbito de la vida humana. En definitiva, es el objeto formal de la geografía.

Lo fundamental a tener en cuenta es que el espacio geográfico lo engloba todo −to-das las relaciones humanas y sociales−, y que todos los hechos físicos que se hallan a nuestro alcance están contenidos, y son, este espacio geográfico. El espacio, como espacio geográfico es, para el análisis geográfico, el medio o marco físico en el que se producen todas las actua-ciones y relaciones humanas y sociales, con la superficie de la Tierra como ámbito social y predominante.



5.2. NIVELES DE ESPACIO EN GEOGRAFÍA

El espacio geográfico, en su componente estrictamente material, será lo que denomina-remos espacio físico o a veces espacio natural. Se halla formado por todos los elementos físico-naturales y del ciclo de naturaleza que se hallan presentes en el espacio geográfico y que poseen su propia dinámica. Comprende los factores físicos del espacio (entre los que des-tacarían los recursos físicos).

La Geografía física, en general, y la geomorfología, la climatología, la biogeografía y la hidrografía en particular, serían las formas científicas, mediante las que la geografía aprehende el espacio geográfico en cuanto espacio físico. En su interacción específica podremos margi-narlo como el ecosistema natural.

Del espacio físico pueden distinguirse dos niveles:

a) El espacio geográfico en el que no ha intervenido el hombre, es decir, aquel espacio sometido exclusivamente a las leyes del ecosistema natural o espacio natural en sen-tido estricto.

Este tipo de espacio físico −del que algunos autores dudan que exista todavía−, es en la actualidad lo suficientemente marginal en su extensión como para que no esté pre-sente en los análisis generales.

b) El segundo nivel es el que se refiere al espacio físico, cuando el hombre ha ac-tuado en él.

Se habla de espacio social −a veces de espacio económico− cuando se hace referen-cia al espacio geográfico incluido el hombre con sus realizaciones de aprovechamiento o de transformación de la naturaleza. Es decir, es el resultado de la acción del hombre sobre el medio físico, modificado según sus intereses; es por tanto un espacio produci-do. Íntimamente ligado a este concepto aparece el de territorio. Por territorio se en-tiende un espacio geográfico concreto en un momento dado y con unos límites es-tablecidos, es decir, como áreas geográficas delimitadas.

En sentido restringido, se denomina territorio a una superficie (área) delimitada de la

litosfera y las películas superficiales de contacto con la misma; en este sentido se plantea el territorio como soporte y como suelo.



Si se piensa que, a través de la acción humana, se puede dar forma a un territorio, po-demos considerar el proceso de producción del espacio social como un proceso de territoriali-zación.

En un sentido amplio, se considera al territorio como una delimitación de espacio geográfico; en este sentido se asimila la palabra territorio a paisaje en lo que tiene de vi-sual para el hombre.

De hecho, el paisaje es el verdadero elemento estudio de la Geografía en su vertiente espacial y constituye la parte visible del espacio terrestre, en la medida en que encierra una fuerte carga de información. Es uno de los términos más novedosos y dinámicos de la Geogra-fía y la Ecología en los últimos tiempos. Se entiende por paisaje la parte fácilmente perceptible de un sistema de relaciones subyacentes, cuyo conocimiento explicaría la copresencia y cohe-rencia de los elementos percibidos, pero que no es fácilmente a la observación directa en su totalidad9.

Existen diversas formas posibles desde las que abordar el concepto espacio geográfi-co: se habla de espacio político, espacio aéreo o de espacio marítimo, de espacio del poder, de espacio económico, de espacio agrario o de espacio industrial. Es en este sentido en el que el concepto espacio asume su papel como variable, manifestándose por los valores que adquie-ren en cada territorio específico.

El uso del espacio físico puede serlo como soporte, como medio geográfico, como re-curso o como medio de producción.

En resumen, el espacio geográfico es un factor clave en la vida humana y en las rela-ciones sociales. No puede ser considerado simplemente como un objeto inerte sino que es, ante todo, un factor activo en las relaciones sociales, en la medida en que es el medio primario de vida y ámbito de explotación, en el que están contenidos, y del que se extraerán, todos los recursos necesarios.

Representa el soporte físico de la actividad humana, donde se constituye el escenario de todas las relaciones sociales y sobre el cual se produce el encuentro real de todas las fuer-zas sociales. En cuanto soporte físico, la ubicación sobre él de los distintos sectores, y la deli-mitación y dominio del espacio adecuados, estará en la base de una estrategia de aproxima-ción territorial idónea.

9 Recogido de DÍAZ PINEDA (1981): Ecología y Paisaje. Madrid: Blume.



Una vez asentado, el hombre ha de enfrentarse con el medio geográfico. Por un lado adaptándose y adaptándolo; por otro extrayendo los recursos apropiados ya que en el espacio físico están contenidos todos los medios primarios de trabajo, así como todas las primeras ma-terias, al tiempo que es donde se obtienen todos los medios materiales de reproducción −in-cluidos los propios hombres−.

RESUMEN

El tema se ha estructurado alrededor de un recorrido histórico por las distintas concep-ciones de la Geografía hasta llegar al siglo XX. No podemos entender el desarrollo durante el siglo XX si no precisamos cuál ha sido su andadura hasta llegar aquí.

Desde el principio, los geógrafos han luchado por encontrar principios que dirigieran la Geografía al igual que otras ciencias: a Humboldt se debe el principio de la Geografía general que Vidal de la Blache retomaría paralelamente a la idea de la unidad de la Tierra.

La ciencia geográfica se construye, entre finales del XIX y principios del XX, con la aportación de diferentes corrientes filosóficas: positivismo (determinismo), historicismo (posibi-lismo), evolucionismo (darwinismo social) y hasta del anarquismo. Más tarde, en el siglo XX, se enriquecerá con las visiones del neopositivismo (geografía cuantitativa), marxismo y nueva iz-quierda (geografía radical) o conductismo (geografía de la percepción).

Las nuevas corrientes geográficas se inician con la Geografía cuantitativa, cuyos se-guidores aspiraban a utilizar los métodos de las ciencias naturales, haciendo uso de un lengua-je científico supuestamente objetivista, basado en el empirismo y haciendo uso del método hipotético-deductivo. Su afán por los números, los modelos matemáticos (SIG, Teoría General de Sistemas) y la falta de trabajo de campo, les han hecho blanco de críticas.

Por su parte la Geografía social se ha centrado en el interesante campo de la ecología urbana. La Geografía del bienestar se preocupa de las relaciones económicas de producción y consumo, y la Geografía humanista aspira a enriquecer su visión con la aportación de todas las ciencias sociales y el desprecio a los métodos cuantitavistas.

Aunque no se puede considerar nueva, la Geopolítica ha tenido una cierta importancia en el pasado y actualmente presenta una gran actualidad. Se centra en el estudio de los espa-cios políticos (Estados).


EDITA Y DISTRIBUYE:


La Geografía radical surge en los años 60 como reacción a la Geografía cuantitativa. Considera el espacio como un producto social y se ocupa de los problemas del subdesarrollo y la calidad de vida, aportando a la enseñanza la educación medioambiental.

La Geografía de la percepción y del comportamiento es una de las nuevas tendencias actuales de la geografía; tiene una gran influencia de la psicología y de la psicología social.

Este enfoque se basa en que cada individuo tiene una manera concreta de conocer el espacio, así como de evaluarlo.

Los planteamientos más recientes hacen referencia a la noción de espacio como objeto fundamental y primero de estudio de la Geografía, entendido como ámbito de la actividad humana que comprende la superficie, el subsuelo y la atmósfera. Desde este momento, se procurará una definición de espacio válido para la geografía lo cual ha provocado la aparición de diferentes puntos de vista, hipótesis y teorías acerca del espacio geográfico, a los que no son ajenos los conceptos de territorio y paisaje.

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