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Los Cuadernos de Música GARDELIA La flor del tango Hugo Gtto ... Y un d las banderas, de los barcos anclados. Saludaron, solemnes, la vuelta de Gardel. Raúl Gonzez Tuñón F'INES DE 1928: «La venta de mis discos en Pís es ftás- tica. En tres meses se han vendido 70.000; están asustados y no dan abasto. Una revista mosa llamada «La Rampe» , que sale en es- tos días, en lujosa edición de fin de año lle- vará en la tapa mi tograa en colores. Tam- bién verás que los c@álogos de discos en Pa- rís -que te mand llevan mi to en la tapa. » l�RINCI DEL 29: «En este momento me preparo pa cant en el te@ro de la Opera de Pís, del que, desde muchachos hablamos tanto... Quién pensía, por aquellos pagos, hace 16 años que llegía a cantar en la Opera, ante toda� las personalidades, empezando por el presi- dente de la República y sus ministros... » MEDIADOS: «He debutado en el teatro más dicil de Pís, el «Empire » donde trabajan los mejores números que están en el momento en Europa. Soy la «vedette » , el que lleva la gente y hago una revolución, pues me piden hasta 10 «bi- ses » . Me consideran los diarios y el público un tista extraordinio y eso que lucho con la incomprensión del idioma, pero �llos dicen que comprenden todo por las expresiones de la cara... Compraré un chalet colosal, en el bosque de Vincennes, con 3.000 metros de jdín y plantas: se pece al de Unzúe en la Avenida Alve. Una gran ocasión de tener una casa en París pa que puedan venir los amigos a recrearse. » «yivo mejor que un.millonario, en el mejor barno y en uno de los mejores y más coor- tables tamentos... En estos días cantaré ante la reina de Es- paña y sus hijas, a solicitud de la marquesa de Salamanca y de Ortiz Echagüe. Mi dirección: Rue Spontini, 51-Pís. Fine�, principios y mediados estuvieron siempre sumergidos en un eteo tango. Ese tango «arra- balero, burlón y mistongo » , nacido a fines de si- glo. Un tango que sólo se bailaba y no tenía letra, por supuesto que tampoco tenía cantores. Ese tango qu� aún no tenía su verdadera matriz, palpi- taba en ntmos habaneros-milongueros, y rodeaba a Buenos Aires con aires de zambas, rancheras, 76 pericones y toda una mezcla campera salpicada con polcas inmigrantes, rebozada en mazurcas condimentada en los minués más insípidos... ' Ese tango encontró su voz en el año 1917. Clos Gdel canta por primera vez un tango: «Mi noche triste » . A ptir de ese momento se acaban las cias los estilos, la canción gauchesca, las payadas... ' Es que Samuel Castriota en la música y Pascual Contursi en la letra componen y entregan a Gdel pa· su estreno «Mi noche triste » . «Percata que me amuraste en lo me j or de mi vida, d ndome el alma herida y espinas en el cora z ón ... » Se inaugura el tango-canción en la voz iniguala- ble del «Zorzal criollo » , «El mudo » , «El morocho del Abasto » , «El bronce que sonríe » , «Clitos » , «Don Clos » , «El troesma » , «El que cada día canta mejor » . La partida de nacimiento de Charles Romuald Gdés dice que nació un 11 de diciembre de 1890 a las dos de la mañana, en el 78 de la calle Reclu� sane, Villa de Toulouse, departamento de Haute Gonne, Francia. Más tarde en la libreta de enrolamiento de la República Argentina, indica que nació en la Repú- blica Oriental del Uruguay, en Tacuarembó un 11 de diciembre de 1887. Etonces comienza la leyenda de nunca acabar. Dicen que llegó a los dos años de edad a la Argentina en compañía de su madre, Berthe G- des y allí se cambió el apellido por Gdel hacién- dose ciudadano uruguayo. . Pero vayamos por ptes, como dijo el descuar- tIZador. Con algunas dudas, se supone que Gdel era ancés, que una vez en la Argentina, pa evitar la ley ancesa que dictaba prisión a los desertores hasta los 40 años dijo que era uruguayo. Cambió la cha de nacimiento en tres años -del 90 al 87- y pudo esquivar la mili. Y esto es sintomático pues el pasaporte lo sacó en el año 1927, uno� meses antes de viaj a Francia. Pero esto no es lo más importante. Entre 1903 y 1904 Gdel comenzó a cantar en los más viados escenarios, acompañándose a sí mismo. Eran los tiempos triunfales de los Franco Casaux, Bettinoti, Estela Diana Julio Guillén' Gabino Ezeiza, Pancho Mtino.:. todos creado� res de un estilo llamado «Gauchesco » o «Criollo » la mayoría «Payadores » que se desafiaban en u� contrapunto inacabable, pero que siempre tenía un vencedor. Allí se inició Gdel, en esas «payadas » de comité, que servían pa amonton votos al caudillo de tumo. Ya se lo conocía por «El Moro- cho » y así comenzaba alguna de las «cias » que entonaba: Berta Gardel y su hijo al Or 1900.

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Los Cuadernos de Música

GARDELIA

La flor del tango

Hugo Gaitto

... Y un día las banderas, de los barcos anclados. Saludaron, solemnes, la vuelta de Gardel.

Raúl González Tuñón

F'INES DE 1928:

«La venta de mis discos en París es fantás­tica. En tres meses se han vendido 70.000; están asustados y no dan abasto. Una revista famosa llamada «La Rampe», que sale en es­tos días, en lujosa edición de fin de año lle­vará en la tapa mi fotografía en colores. Tam­bién verás que los catálogos de discos en Pa­rís -que te mando- llevan mi foto en la tapa.»

l�RINCIPIOS DEL 29:

«En este momento me preparo para cantar en el teatro de la Opera de París, del que, desde muchachos hablamos tanto... Quién pensaría, por aquellos pagos, hace 16 años que llegaría a cantar en la Opera, ante toda� las personalidades, empezando por el presi­dente de la República y sus ministros ... »

MEDIADOS:

«He debutado en el teatro más difícil de París, el «Empire» donde trabajan los mejores números que están en el momento en Europa. Soy la «vedette», el que lleva la gente y hago una revolución, pues me piden hasta 10 «bi­ses» . Me consideran los diarios y el público un artista extraordinario y eso que lucho con la incomprensión del idioma, pero �llos dicen que comprenden todo por las expresiones de la cara ...

Compraré un chalet colosal, en el bosque de Vincennes, con 3.000 metros de jardín y plantas: se parece al de Unzúe en la A venida Alvear. Una gran ocasión de tener una casa en París para que puedan venir los amigos a recrearse.»

«yivo mejor que un.millonario, en el mejor barno y en uno de los mejores y más confor­tables apartamentos ...

En estos días cantaré ante la reina de Es­paña y sus hijas, a solicitud de la marquesa de Salamanca y de Ortiz Echagüe.

Mi dirección: Rue Spontini, 51-París. Fine�, principios y mediados estuvieron siempre

sumergidos en un eterno tango. Ese tango «arra­balero, burlón y mistongo», nacido a fines de si­glo. Un tango que sólo se bailaba y no tenía letra, por supuesto que tampoco tenía cantores. Ese tango qu� aún no tenía su verdadera matriz, palpi­taba en ntmos habaneros-milongueros, y rodeaba a Buenos Aires con aires de zambas, rancheras,

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pericones y toda una mezcla campera salpicada con polcas inmigrantes, rebozada en mazurcas condimentada en los minués más insípidos... '

Ese tango encontró su voz en el año 1917. Carlos Gardel canta por primera vez un tango:

«Mi noche triste». A partir de ese momento se acaban las cifras

los estilos, la canción gauchesca, las payadas... ' Es que Samuel Castriota en la música y Pascual

Contursi en la letra componen y entregan a Gardel para· su estreno «Mi noche triste».

«Percata que me amuraste en lo mejor de mi vida, dejándome el alma herida y espinas en el corazón ... »

Se inaugura el tango-canción en la voz iniguala­ble del «Zorzal criollo» , «El mudo», «El morocho del Abasto», «El bronce que sonríe», «Carlitos» , «Don Carlos» , «El troesma», «El que cada día canta mejor».

La partida de nacimiento de Charles Romuald Gardés dice que nació un 11 de diciembre de 1890 a las dos de la mañana, en el 78 de la calle Reclu� sane, Villa de Toulouse, departamento de Haute Garonne, Francia.

Más tarde en la libreta de enrolamiento de la República Argentina, indica que nació en la Repú­blica Oriental del Uruguay, en Tacuarembó un 11 de diciembre de 1887.

E':1tonces comienza la leyenda de nunca acabar. Dicen que llegó a los dos años de edad a la

Argentina en compañía de su madre, Berthe Gar-des y allí se cambió el apellido por Gardel hacién­dose ciudadano uruguayo. . Pero vayamos por partes, como dijo el descuar-

tIZador. Con algunas dudas, se supone que Gardel era

francés, que una vez en la Argentina, para evitar la ley francesa que dictaba prisión a los desertores hasta los 40 años dijo que era uruguayo. Cambió la fecha de nacimiento en tres años -del 90 al 87-y pudo esquivar la mili. Y esto es sintomático pues el pasaporte lo sacó en el año 1927, uno� meses antes de viajar a Francia.

Pero esto no es lo más importante. Entre 1903 y 1904 Gardel comenzó a cantar en

los más variados escenarios, acompañándose a sí mismo. Eran los tiempos triunfales de los Franco Casaux, Bettinoti, Estela Diana Julio Guillén' Gabino Ezeiza, Pancho Martino.:. todos creado� res de un estilo llamado «Gauchesco» o «Criollo»

la mayoría «Payadores» que se desafiaban en u� contrapunto inacabable, pero que siempre tenía un vencedor. Allí se inició Gardel, en esas «payadas»

de comité, que servían para amontonar votos al caudillo de tumo. Ya se lo conocía por «El Moro­cho» y así comenzaba alguna de las «cifras» que entonaba:

Berta Gardel y su hijo allá [J_Or 1900.

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« ... A mi nada me faltaba cuando mi moro tenía; libre era cuando quería,

. ni guapetón me alcanzaba ni alcalde me perseguía, cuando mi moro tenía.»

La fama de este cantorcito crecía de manera alarmante, todos querían escuchar ese prodigio y los famosos querían enfrentarse al fuera de serie que ya les hacía demasiada sombra.

Una noche le tocó encontrarse con un tal «El Oriental», de nombre José Razzano, un uruguayo que también se las sabía todas. De aquella reunión que terminó en empate, surgió una amistad y uno de los mejores dúos que hubo en la Reina del Plata.

-Cosa extraña que se dieran en Argentina dúosexcelentes tanto folklóricos, como tangueros: Verón-Sauce; Martínez-Ledesma (acompañados al piano por ese monstruo genial del jazz que se llama Enrique «Mono» Villegas); Magaldi-Noda; y en los últimos años ese deslumbrante «Dúo Sal­teño» creado por Gustavo «Cuchi» Leguizamón-.

El dúo Gardel-Razzano comenzó con las giras hacia el interior del país, a ver que pasaba. La provincia de Buenos Aires los recibe con los bra­zos abiertos, y en la ciudad de Zárate (cuna de tangueros) luego del debut, logran escapar por la ventana del hotel en que se hospedaban, a mitad de la noche, dando cuenta exacta de que la gira era un negocio pésimo.

Pero continuaron, en algunos pueblos se trans­formaron en cuarteto, en otros formaban un trío, hasta que acabaron como habían comenzado: dúo.

Ciudades como San Pedro, San Nicolás, Per­gamino, Rojas, guardan recuerdos de los primeros pasos de estos personajes:

Diario «El Nacional» de Rojas, 11 de agosto de 1913.

« Vida social. -Un terceto nacional.-» «Hemos tenido el placer de recibir ayer la

visita de los jóvenes Garlos Gardel, Francisco Martino y José Razzano, cultivadores de nuestro tradicional instrumento nacional, la guitarra, cuyas notas arrancadas con verda­dero dominio del arte y ejecutaoas en forma hábil, por los mencionados guitarristas, ano­che en los salones del Club Social, merecie­ron los aplausos de los presentes, quienes -y muy especialmente los argentinos- pasaron momentos agradabilísimos. Esta clase de au­diciones netamente criollas, es dificil de que lleguen hasta nosotros con frecuencia, porque son pocos los ejecutantes que se resuelven a salir en gira; y es por eso que los aires pro­vincianos, estilos y vidalitas ejecutadas ano­che por los señores Gardel, Martino y Raz­zano, en el instrumento querido de nuestra patria, fueron oídos con profundo regocijo, llegando al corazón de los pocos criollos que estuvieron en la audición. Esta noche el ter-

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ceto aludido, se hará oír ante los socios del «Club del Progreso» y mañana y pasado en los salones de «La Perla» y «El Colón» a fin de que todo el público pueda participar de tan atrayente sesión musical.»

En el párrafo anterior hay tres detalles muy interesantes: l. 0, la cosa iba mejorando, ya que actuaban tres veces en un mismo pueblo; 2.0

,

« ... muy especialmente los argentinos ... » imaginar al pasar la cantidad de inmigrantes que había a principios de siglo en la Argentina; y 3.0 « .. .los pocos criollos que estuvieron en la audición ... »

remarca el sectarismo a que se los sometía por parte de «los gringos».

En la ciudad de General Viamonte Martino de­cide abandonar la aventura y el dúo regresa a Buenos Aires de la manera más barata: en 2.ª clase del Ferrocarril del Oeste.

Estuvieron separados los amigos un mes, bus­cando lo que fuera salir de la vía muerta. (Llega­ron hasta empeñar las guitarras). Pero, la suerte es loca ... Un amigo de Razzano los invita a cantar en un burdel: Gente bien!!

Y los cantantes necesitan dos guitarras, o por lo menos una ... Esa se las prestará un gran compa­ñero de Gardel: Alfredo Deferrari.

La última carta de Gardel.

«Bogotá» , 20 de junio de 1935. Querido Armando: tuve el gusto de encontrar en el Consulado cuatro cartas tuyas y te imaginarás con que ansiedad me mandé tus relatos. Desde luego, me afectó extraordinariamente la noticia de la muerte del pobre Alfredo De­ferrari, a quien yo le hubiera dado cien años de vida por su excelente condición. Ya mandé el pésame a la familia y te ruego que vos también expreses a esa pobre gente todo mi pesar. Cuando el pobre había encontrado la felicidad en su hogar recién construido ocurre esta injusta desgracia ... Que Dios le ampare ... Las noticias que enviai;te sobre «El día que me quieras» me produjeron mucho placer. Y o vi la película aquí en Bogotá, en privado, y la Paramount está loca con el film. ¡ Con decirte que van a lanzarlo en cinco teatros al mismo tiempo en una ciudad donde . apenas hay quince cines! A mí la película me volvió a causar una impresión inmejorable y sigo cre­yendo que es mi mejor trabajo cinematográ­fico y que hemos matado el punto con las canciones. Me alegra la noticia de que se es­trena en julio y espero que llegaré con los laureles fresquitos a Buenos Aires. Acerca de « Tango Bar» , a pesar de la carnicería, resultó un formidable éxito en una privada dada en Nu·eva York. Por primera vez en una privada de películas españolas, el público aplaudió y yo recibí infinitas felicitaciones. Lá Para­mount de Nueva York me mandó un cable diciendo que era mi mejor pelíc\}la. »

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«La gira va rumbo a su fin y ya es hora. La semana que viene salgo para Panamá y en los primeros días de julio estaré en La Habana, donde te pido que me escribas. Aquí en Co­lombia la plata no abunda pero de todos mo­dos los teatros se llenan. El recibimiento en Bogotá fue increíble. Al llegar el avión la gente se precipitó sobre él y el piloto tuvo que dar media vuelta y rumbear para otro campo para que no se produjera una tragedia. La tragedia se produjo lo mismo. A un turro que tengo empleado le robaron la cartera con unos mangos de mi pertenencia.»

«Como se acerca el momento en que se estrenará «El día que me quieras» estate atento sobre la música. Y o creo que esas can­ciones pegarán el gran golpe y que «Cuesta Abajo» pasará al olvido. Lo mismo te digo acerca de los discos. Teneme al corriente de estas cosas... Ahora la vamos viajando en avión y ya te imaginarás el fierrito de los guitarristas ... Elogian la comodidad y la rapi­dez del avión, pero no ven la hora de largar. Hay que ver las risas de conejo de todo el personal cuando se meten en los trimoto­res ... »

«Saludame a todos los tuyos, a los buenos amigos. Antes de salir de Panamá te escribiré otra vez. Espero noticias tuyas en Cuba. Un gran abrazo querido viejo ... Carlos.»

Y ese famoso dúo canta en el burdel y triunfa. Canta hasta que la gente decide irse, pero irse a otro sitio, y allí se llevan al dúo alquilado.

El sitio se llama «Armenonville» , el primer cabaret-restaurante que tuvo Buenos Aires, y donde los guitarristas-cantores y sus anfitriones se instalaron en el piso alto, rodeados de champagne y el entusiasmo que da la noche.

En un alto de la actuación se acercó el gerente del local y habló con Razzano:

-Diganmé. ¿ Ustedes tendrían inconve­niente en trabajar aquí?

-Y ... todo es cuestión de arreglar -respon­dió.

�Bueno, vea a ver si les conviene setentapesos.

-Voy a consultarlo con Carlos -y fue juntoal compañero.

-Che -le dijo-, nos ofrece setenta pesos.-¿Cada cuánto? ... -respondió Gardel.-No sé ...-Pregúntale ...Vuelve Razzano al ataque.-¿Por qué no me aclara la cosa?-Mire amigo. Si ustedes se deciden a venir

a cantar aquí, haciendo un par de presenta­ciones por noche en el salón de abajo, les damos setenta pesos diarios. Además, pueden

Un gaucho de lujo. Bordado a mano en él chiripá y la corra/era.

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comer y tomar. Y si los llaman de cualquier reservado, eso será para ustedes.

Razzano dio media vuelta y volvió junto a Gardel.

-¡Viejo! Dice que los setenta pesos son por día.

-Decile que por setenta pesos le atendemoshasta el guardarropa.

Allí comienza una nueva etapa, en el «Arme­nonville», donde cada noche se mezclaba lo me­jorcito de Buenos Aires, y por supuesto la gente del teatro de revistas, de la comedia ... y es esta gente quien se los lleva a otros escenarios.

Comienzan a cantar en los entreactos de las obras que se representaban con más éxito en la gran ciudad, y terminaban llevándose todos los aplausos.

Luego trabajan en dichas obras, y llegan las verdaderas giras.

Debutan en junio de 1915 en Montevideo, R. O. del Uruguay, en el teatro «Royal» y de ahí pasan al « 18 de julio», y el éxito es cada vez mayor.

Se forma la «Compañía Dramática Rioplatense» con los mejores actores del momento y por su­puesto el ya famoso dúo Gardel y Razzano, quie­nes embarcan en el «Infanta Isabel» rumbo a Bra­sil. En este viaje conocieron a Enrico Caruso, quien quedó sorprendido al escuchar a los cantan­tes rioplatenses y respondió la amabilidad ento­nando algunos trozos de « Ugonotti» para quienes en el fondo pertenecían a la gran familia italiana.

La gira por Santos y Río de Janeiro no finalizó muy bien y volvieron a Buenos Aires con la inten­ción de meterse en un espectáculo que los lanzara de una vez por todas.

Y es en la «Compañía Tradicionalista Argen­tina», en la interpretación de «dramas populares argentinos» donde los cantores triunfan de una manera arrolladora. Trabajan la temporada vera­niega en el balneario de Mar del Plata y regresan a la revista «porteña» de la cual son ídolos indiscu­tidos.

El 9 de abril de 1917 la compañía Max Glücks­mann pasa a la historia al hacerles grabar su pri­mer disco con las canciones «Cantar eterno» y «Entre colores», el primer dúo y el segundo solo con la voz de Razzano. En la tercera grabación, recién aparece Gardel como solista, y el tema se llama «El pangaré», y como de costumbre todos los discos llevan una canción a dúo. En la cuarta grabación Gardel canta otro solo, el estilo «La mariposa»; en el quinto «El moro»; y a partir de allí, todos los discos llevan una grabación del dúo y otra de Gardel.

Ese primer contrato era de cuatro centavos, moneda nacional, por disco de doble faz. A los quince años del debut cobraban treinta centavos por disco. ¡¡Una barbaridad!!

El camino era cada vez más hermoso y embar­can en el transatlántico «Antonio Delfino» rumbo a España en el año 1923, debutando en Madrid en el teatro «Apolo» con la revista «El tango en

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París» de Enrique García V ello so y la compañía Matilde Rivera-Enrique de Rosas. Fue una expe­riencia muy valiosa y el público gustaba de ese cantor sonriente, muy gesticuloso y con una voz portentosa.

Regresan a Buenos Aires, y allí el dúo se se­para. Razzano está un poco mal de la garganta y aparte no podía soportar la competencia de ese «Fuera de serie». Gardel queda solo, y eso le abre todas las puertas.

Vuelve a España en el año 25, con la misma compañía y debuta en Barcelona para cantar diez días, y lo hace dos meses. Luego canta en Madrid con, un éxito total. Se había hecho con dos amigos muy famosos también: Samitier y Zamora. La sonrisa y la voz, la simpatía y el tango ganaban afectos.

Don Carlos Ayestarán defin� muy bien la voz de Gardel:

«Musicalmente su canto era de una infle­xión intransferible debido a su cálido y dife­renciado timbre vocal, eso que lo hace a uno detenerse ante su voz y reconocer de inme­diato su metal: ¡¡GARDEL!! dice de inme­diato el dueño de la memoria acústica más frágil.

Su afinación era perfecta y aunque en el tiempo usaba frecuentemente el «rubato» , como corresponde a una fuerte expresividad popular, era riguroso en el ritmo y lo sabía subrayar con una musicalidad certera. Osten­taba una impostación natural impecable, to­das sus notas eran llenas y parejas y su voz, de pequeño volumen -lo oí directamente va­rias veces- corría como un fuego por todo el teatro.

Cantaba convencido de lo que decía tanto en la letra como en la música. No «se enojaba con el texto literario» como frecuentemente en intérpretes que confunden violencia con convicción. Cantaba con un brío sereno y convincente.

El cantante culto y a veces el popular, con­cibe el texto literario por un lado y por otro las notas; desmontan las partituras en dos in­venciones lógicamente relacionadas pero pa­ralelas. Por eso es que a veces se oyen bellas notas y un texto incomprensible o, a la in­versa, un claro decir literario bajo una línea melódica inconexa. Como en los grandes can­tantes, música y palabra eran en su canto una unidad indestructible.

Pero todas estas condiciones pueden darse · en otro cantante y sin embargo con ello no serepite a Gardel. Acaso había otra virtud mássecreta: siendo igual a sí mismo, en cada unade sus interpretaciones Gardel creaba distin­tas condiciones sonoras y servía al texto lite­rario adecuándose a su más entrañable sen­tido. De ahí su rica y variada paleta. Y ya estádicha la palabra: creaba. En su <;ampo, en sucuadro de disponibilidades, era un creador y

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acaso no imponga tanto la admiración y la emoción como el acto verdaderamente impo­nente de la invención creadora.

Sus criaturas fueron múltiples: ciudadanas y campesinas, tristes y risueñas, serias e iró­nicas. Tocó en todos los registros' del alma colectiva, se ensayó con fortuna en todas· las formas melódicas y rítmicas del cancionero. Por eso siempre hay un, disco de Gardel para cada una de las horas del día.»

Buenos Aires esperaba con locura a su cantor, quien cada vez que volvía inauguraba nuevos tea­tros, cabarets, «cinemas-concierto-varieté» y rea-· 1izaba esas giras por el interior que lo consagrabancomo auténtico y único ídolo.

En pocos años había pasado de cobrar veintepesos diarios a ochocientos y luego a mil quinien­tos.

En todas las ciudades y pueblos hacía lo mismo:diez minutos antes de comenzar la función salíapor la «Entrada de Artistas» y caminaba hasta laspuertas del local. Allí, en todas las funciones seencontraban unas cien personas que esperaban elmomento de poder «colarse» o en todo caso escu­char algo desde afuera. Entonces aparecía Gardel,entre aplausos y gritos, llamaba al encargado delsitio y en voz alta, para que todos se enteraran,decía: «Toda esta muchachada entra ahora, y laslocalidades las pago yo.» Imaginar la ovación quese descargaba dentro del teatro cuando «El Moro­cho» aparecía en el escenario arrastrando una sillacon la mano izquierda y llevando la guitarra en laderecha ...

Ya los discos se vendían.a miles, y comienzanlas transmisiones radiotelefónicas primero en Ra­dio Prieto, en el año 1926, para continuar en RadioAmérica, Radio Nacional y Radio Belgrano. Perolas finanzas iban decididamente mal, �n parte porsu pasión número uno: los caballos. Llegó a tenerun stud llamado «Las guitarras», con los colorespropios, y cuatro caballos: el famoso «Lunático» ,que montaba su amigo del alma Irineo Leguisamo,aquel de «Leguisamo solo ... gritan los nenes de lapopular ... » , «La pastora» , «Amargura» y «Can­cionero». Lo que ganaba se lo jugaba, y lo quequedaba parece que se lo administraba muy malsu ex compañero de dúo, Razzano. Y hay quienesdicen que directamente lo robaba. Gardel fue avi­sado de eso por su mejor amigo, Armando Defino,quien desde entonces se encargó de los negocios.A partir de ese momento, justo en la época de susgrandes éxitos, llegó a ser un millonario.

Debuta en el teatro «Florida» de París el 2 de octubre de 1928, acompañado por sus guitarristas José Ricardo, Guillermo Barbieri y José María Aguilar -este último el más sutil y admirable de los músicos gardelianos, con una riqueza melódica excelente pese a ser un músico vocacional, y Bar-

Canta Gardel. Boca, moño, mano y guitarra son acaso los

estrictos elementos de la leyenda.

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bieri un guitarrista de sólida formación y de un punteo maravilloso. Ricardo acompañaba.

Gardel en París no era desconocido, puesto que ya circulaban algunos de sus discos y se sabía de sus actuaciones en España, lo que sirvió para fir­mar un contrato por tres meses a razón de 3.200 francos diarios.

El 7 de febrero se presenta en el Casino de Cannes, vuelve a París al teatro «Empire», donde continúan los aplausos. De allí regresa al «Flo­rida», y graba sus primeros tangos en Europa: «Piedad», «Te aconsejo que me olvides», «No­viecita mía», «Tengo miedo», «Barrio viejo», «Paseo de julio», «La muchacha del circo», «Ba­rra querida».

Vuelve a Buenos Aires y de paso por España graba en Barcelona veinte composiciones de su repertorio con acompañamiento de piano y violín.

El ritmo entre actuaciones, giras, grabaciones, idas y vueltas, se completa con las películas.

Alfredo Le Pera ya está incorporado definitiva­mente a la historia, poniéndole la letra a todos los tangos de Gardel -Carlos componía la música- y escribiendo el ochenta por ciento de los argumen­tos de sus películas.

El único cambio en el quinteto que recorría el mundo fue el del guitarrista Ricardo, que se quedó en Buenos Aires, y el nuevo fichaje se llamó An­gel Riverol.

Salvo un film hecho en Argentina «Flor de du­razno», en el año 1916, donde Gardel pesaba unos 110 kilos y la película era muda -qué ironía- y diez cortometrajes llamados «canciones filmadas» -estas sí sonoras- «Mano a mano», « Viejo smo­king», «Rosas de otoño», «Tengo miedo», «Pa­drino pelado», «Yira, yira», «Añoranzas», «Can­chero», «Enfundá la mandolina», «El carretero»,nunca volvió a filmar en su país.

Realizó en Francia, todas para la Paramount, «Luces de Buenos Aires» en 1931; «Espérame», en 1932; y en el mismo año «La casa es seria» y «Melodía de arrabal», las dos junto a Imperio Argentina.

En Estados Unidos, también para la Paramount: «Cuesta abajo», con Mona Maris, 1934; «El tango en Broodway», en 1934, con Blanca Vischer; « Tango bar», en 1935, junto a una belleza llamada Rosita Moreno -una hermosura ella y su voz-; en el mismo año «El día que me quieras» con la misma actriz, y por último «Cazadores de estre­llas», con Gracie Allen.

Las películas llegaban a Buenos Aires en medio de una ansiedad enfermante. La gente obligaba a repetir en medio de gritos y zapateos todas las canciones que Gardel interpretaba, y por lo tanto cada pase de película duraba casi dos horas, o el cine quedaba destrozado.

Producto de todos estos filmes, con las graba­ciones de los temas más famosos de Gardel-Le Pera: «El día que me quieras», «Sus ojos se cerra­ron», «Volver», «Arrabal amargo», «Lejana tierra mía», «Mi Buenos Aires querido», «Silencio».

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LAS VIDRIERAS DE

LA CATEDRAL DE LEÓN

josé fernández arenas cayo Jesús femández espino

Características

Formato: 30 cm. de ancho por 40 cm. de alto, por 3,5 cm. de lomo.

Extensión: 264 páginas.

200 ilustraciones a color: pinturas de las vidrieras en detalle y reproducciones fotográficas del conjunto de los vitrales, ásí como alzados y perfiles de los mismos.

Papel de fabricación especial para esta edición, estu­cado mate arte de 200 g/m2 •

Impresión a 6 tintas (color 6/1).

En el interior se incluyen algunos motivos en transpa­rente.

Encuadernación realizada a mano y cosida en pliegos de 8. En tela natural de urdimbre gruesa con estampa­ción al lomo.

Una edición esmerada en la que han sido cuidados todos los detalles hasta lograr una auténtica joya biblio­gráfica digna de su valioso contenido.

Fondo editorial

- Los fueros del Reino de León, por Justiniano Rodrí­guez Femández.

- Historia del Real Monasterio de Sahagún, por P. M.Fr. Romualdo Escalona.

- Los Reyes de León: Ordoño 111, por J. RodríguezFernández.

- El Páramo: introducción histórica, por L. PastranaGiménez.

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Trató de cantar en inglés, pero no lo dominaba bien, hizo algunas pruebas en italiano y también en francés, que fueron las mejores, y en su idioma «bien porteño» grabó alrededor de 900 canciones en los sellos Odeón, Víctor y Columbia, muchas a dúo con Razzano y otras a dúo con él mismo -unas diez- en el año 33, cantando la primera vozcon acompañamiento de guitarras y luego agre­gándole la segunda voz. Una delicadeza del mu­chacho.

En algunos tangos lo acompaña la orquesta de Julio de Caro, una de las mejores que hubo, y en otras la de Roberto Firpo. También lo acompaña Edmundo Rivero -el famoso cantante de tangos- a la edad de 17 años, y en otra oportunidad lo hace Astor Piazzolla en Nueva York, poniéndole fondo de bandoneón a la voz del «Maestro».

Su última fue « Guitarra mía». Su última canción « Tomo y obligo». Su número de cadáver «el 11». Todo se acabó un 24 de junio de 1935. Y si aún se sigue discutiendo dónde nació Gar­

del, lo mismo sucede con su muerte: que en el avión hubo un tiroteo ... que subieron borrachos ... que a bordo había una bomba... que un telón estaba mal estibado desplazándose y haciendo perder estabilidad ...

La extraña muerte de Gardel y otras veinte per­sonas en el aeropuerto de Medellín, Colombia, a punto de partir hacia Calí, lleva una trama cir­cense alrededor.

Las compañías de aviación que actuaban en ese país se disputaban los viajes, y por supuesto los pasajeros de la manera más «Mafiosa». Una era el SAC, Servicio Aéreo Colombiano, y la otra SCADTA, una empresa alemana fundada en 1919 y financiada en esos años por el régimen Hitle­rista, pues era la primera empresa aerocomercial de las Américas y la segunda .en el mundo. Er­nesto Samper Mendoza se llamaba el director de la SAC, en la cual viajaba Gardel y su trouppe, que también ese día (y otros) era el piloto del avión que realizaba la travesía Bogotá-Medellín­Cali. Un experimentado piloto que luchaba cuerpo a cuerpo con los alemanes para conseguir un pasa­jero más. En el extremo opuesto se encontraba un as de aviación, el alemán Hans Ulrich Thom, quien cinco días antes le había jugado a Mendoza una broma muy singular; en el aeropuerto de Bo­gotá se cruzaron ambos pilotos y el alemán le dijo al colombiano: « ... te voy a hacer una pasada que te vas a emocionar ... », una hora después estando el avión de Samper Mendoza esperando pista, la máquina de Thom levantó vuelo y enfiló hacia el avión que estaba en tierra. El avión del alemán pasó a unos cinco metros del otro y continuó vuelo. Al otro día en Medellín se encontraron y hubo una pelea que aceleró las cosas. Las ven­ganzas comenzaron a destemplar el aire, y la tra­gedia ronroneaba de felicidad.

Los dos «Ford Trimotor» estaban destinados a la chatarra junto con Gardel, Le Pera, Barbieri,

Page 8: GARDELIA La flor del tango · 2019-06-18 · Las noticias que enviai;te sobre «El día que me quieras» me produjeron mucho placer. Y o vi la película aquí en Bogotá, en privado,

Los Cuadernos de Música

Riverol -que murió a las horas- y Aguilar querompiendo una de las ventanillas se lanzó a tierra.Y vaya tierra que pisó, muriendo al poco tiempoen un accidente automovilístico en Buenos Aires.

Devolviendo la jugosa broma, el trimotor selanzó para levantar vuelo y queriendo asustar alalemán, interrumpe de golpe el ascenso, y allí lefallan los reflejos, y el encuentro es una explosión,unos gritos, una quemazón que aún nos duele ...

Cuatro entierros multitudinarios tuvo la Argen­tina. Cuatro entierros y un cantor. Adolfo Alsina,el caudillo «porteño» de fines de siglo; HipólitoYrigoyen, presidente y líder radical caído con laprimera excursión de los primates militares en1930; Eva Perón en 1955, y el cantor.

Ese cantor que llegó a Buenos Aires en el vapor«Panamericano», ocho meses después de sumuerte.

El ataud con sus restos fue llevado al «LunaPark», y allí una multitud lloró desconsolada­mente. Lloró en el largo recorrido por la calleCorrientes hasta llegar al cementerio de la «Cha­carita». Lloró al volver con la frente marchita.Llora al encontrarse nuevamente con explosiones,incendios, entierros, muertos por do-quier... '"'Llora en estos momentos como en el ._,mejor de los tangos.

Un Carde/ casi surrealista pintado por Raoul Colin, en 1928.

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