galletitas

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¡Buen día! Una cosa es cierta: cuando nos falta el buen sentido del juicio y en las palabras, el desastre es una constante en nuestras vidas. Conozco personas que dicen todo lo que piensan, y se dicen aliviadas con esa actitud, sin embargo, después de que observan el lío que arman, se dicen víctimas del destino. Yo diría que esas personas son víctimas de la lengua. Vamos a cuidar más nuestros comentarios a partir de hoy.

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Entertainment & Humor


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¡Buen día!

Una cosa es cierta: cuando nos falta el buen sentido del juicio y en las palabras, el

desastre es una constante en nuestras vidas.Conozco personas que dicen todo lo que

piensan, y se dicen aliviadas con esa actitud, sin embargo, después de que observan el lío que arman, se dicen víctimas del destino. Yo diría que esas personas son víctimas de la

lengua. Vamos a cuidar más nuestros comentarios a partir de hoy.

Una joven estaba esperando su vuelo, en la sala de embarque de un gran aeropuerto.

Como debería esperar varias horas, resolvió comprar un libro para pasar el tiempo. Compró, también, un paquete de galletitas.

Se sentó en el sillón, en la sala VIP del aeropuerto, para poder descansar y leer en paz.

Al lado del sillón, donde estaba la bolsa de galletitas, se sentó un hombre, que abrió una revista y comenzó a leer.

Cuando ella tomó la primera galletita, el

hombre también sacó uno.

Se sintió indignada, pero no dijo nada.

Apenas pensó:“¡Pero qué atrevido! ¡Si

tuviera ganas le daba un golpe

en el ojo, para que nunca más se olvide

de este atrevimiento!”

Con cada galletita que ella agarraba, el hombre también sacaba una. Aquello la indignaba cada vez más, pero no podía reaccionar.

Cuando quedaba sólo una galletita, ella pensó:

“ah… ¿qué va a hacer ahora este abusador?”

Entonces, el hombre dividió la última galletita al medio, dejando la otra mitad para ella.

¡Ah! ¡Eso era demasiado! Ella estaba bufando de rabia.

Entonces, tomó el libro y las demás cosas y

se dirigió a la puerta de embarque.

Cuando se sentó confortablemente en un sillón, ya en el interior del avión, miró dentro de su bolsa para sacar los anteojos. Para su sorpresa, vio intacto el paquete de galletitas que había comprado.

¡Sintió una gran

vergüenza! Se dio

cuenta de que la que

estaba equivocada

era ella.

Olvidó que había

guardado sus

galletitas en su bolsa.

El hombre había dividido sus galletitas con ella, sin sentirse indignado, nervioso o enojado.

Por otro lado, ella había quedado muy

trastornada, pensando que

estaba dividiendo sus galletitas

con él. 

Y ya no había oportunidad de

explicarse, ni pedir

disculpas.

Existen 4 cosas que no se pueden

recuperar nunca:

la piedra… ¡

después de ser tirada! 

la palabra…

… ¡después de ser dada!

la ocasión…

¡después de perdida!

el tiempo…

… ¡después de haber pasado!

¡Que tenga un buen día!