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ECONOMÍA INDUSTRIAL N. o 346 • 2002 / IV 15 Fundamentos de la economía de redes. Especial enfoque a la innovación. COOPERACIÓN PARA LA INNOVACIÓN La cooperación de las empresas con su entorno es, a la vez, condición previa y consecuencia de la creciente división del trabajo y de la des- integración vertical (véase, por ejemplo, Storper, 1996). En una eco- nomía así, la innovación, producción y comercialización de un producto no pue- den ser llevadas a cabo por una única empresa, sino sólo en colaboración con otros agentes y como resultado de la inter- acción con los mismos. Håkansson/Sne- hota (1989) han descrito este hecho en la a menudo citada frase «no business is an Island». Para este tipo de cooperación se ha impuesto el término «red» (DeBres- son/Amesse, 1991). Las redes representan una forma específica de interacción con socios externos (Håkansson, 1987). Reú- nen a agentes, recursos y actividades y, KNUT KOSCHATZKY (*) Fraunhofer Institut für Systemtechnik und Innovationsforschung, Karlsruhe por tanto, deben ser considerados como sistemas (Casti, 1995, p. 5). En la extensa y ya apenas abarcable litera- tura sobre redes se encuentra, dependien- do del punto de vista teórico y de la posi- ción científica adoptada, una multitud de delimitaciones terminológicas para las dis- tintas composiciones de redes (cf. Kos- chatzky, 2001). Cooke y Morgan (1993) —tomando como referencia a Boyer— dis- tinguen entre dos tipos de redes: por un la- do estarían las intraempresariales, que se definen por tres principios, a saber: la ma- yor integración posible de la investigación, el desarrollo y la producción, la existencia de elevados estándares de calidad a costes defendibles y una fuerte descentralización de las decisiones de producción; por otro lado, se encuentran las redes interempresa- riales, que se caracterizan por una relación estrecha y a largo plazo entre productores y usuarios, la presencia de efectos de apren- dizaje, la obtención de ventajas de especia- lización y coordinación, así como por una subcontratación cooperativa a largo plazo para fomentar la innovación tecnológica. DeBresson/Amesse (1991, pp. 363) dife- rencian los siguientes tipos de redes de in-

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ECONOMÍA INDUSTRIAL N.o 346 • 2002 / IV

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Fundamentos de la economía

de redes.Especial enfoque a la innovación.

COOPERACIÓN PARA LA INNOVACIÓN

La cooperación de las empresas con su entorno es, a la vez, condiciónprevia y consecuencia de la creciente división del trabajo y de la des-integración vertical (véase, por ejemplo, Storper, 1996). En una eco-

nomía así, la innovación, producción ycomercialización de un producto no pue-den ser llevadas a cabo por una únicaempresa, sino sólo en colaboración conotros agentes y como resultado de la inter-acción con los mismos. Håkansson/Sne-hota (1989) han descrito este hecho en laa menudo citada frase «no business is anIsland». Para este tipo de cooperación seha impuesto el término «red» (DeBres-son/Amesse, 1991). Las redes representanuna forma específica de interacción consocios externos (Håkansson, 1987). Reú-nen a agentes, recursos y actividades y,

KNUT KOSCHATZKY (*)Fraunhofer Institut für Systemtechnik und Innovationsforschung, Karlsruhe

por tanto, deben ser considerados comosistemas (Casti, 1995, p. 5).

En la extensa y ya apenas abarcable litera-tura sobre redes se encuentra, dependien-do del punto de vista teórico y de la posi-ción científica adoptada, una multitud dedelimitaciones terminológicas para las dis-tintas composiciones de redes (cf. Kos-chatzky, 2001). Cooke y Morgan (1993) —tomando como referencia a Boyer— dis-tinguen entre dos tipos de redes: por un la-do estarían las intraempresariales, que sedefinen por tres principios, a saber: la ma-yor integración posible de la investigación,

el desarrollo y la producción, la existenciade elevados estándares de calidad a costesdefendibles y una fuerte descentralizaciónde las decisiones de producción; por otrolado, se encuentran las redes interempresa-riales, que se caracterizan por una relaciónestrecha y a largo plazo entre productores yusuarios, la presencia de efectos de apren-dizaje, la obtención de ventajas de especia-lización y coordinación, así como por unasubcontratación cooperativa a largo plazopara fomentar la innovación tecnológica.

DeBresson/Amesse (1991, pp. 363) dife-rencian los siguientes tipos de redes de in-

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novación: redes de proveedores-usuarios,redes de pioneros-adoptantes en un mis-mo sector, redes regionales interindustria-les, alianzas estratégicas internacionales ennuevas tecnologías y redes profesionalesinterorganizacionales para el desarrollo eimpulso de nuevas tecnologías.

Freeman (1991, pp. 502) enumera diez ti-pos distintos de redes de innovación:joint ventures y proyectos de investiga-ción, acuerdos mutuos en I+D, acuerdospara el intercambio de tecnologías, inver-siones directas inducidas por la tecnolo-gía (participaciones minoritarias), acuer-dos de licencia y second sourcing,subcontratas, divisiones de producción yredes de proveedores, colectivos de in-vestigación, proyectos de investigaciónimpulsados por la administración pública,bancos de datos electrónicos, redes parael intercambio tecnológico y científicoorientadas hacia la cadena de valor yotras redes, incluidas las informales. Elpropio autor señala la imposibilidad dedelimitar nítidamente estas categorías, yañade que sobre todo las grandes compa-ñías estarán simultáneamente presentesen varias de estas relaciones de red.

Este breve repaso permite apreciar la he-terogeneidad de la terminología emplea-da y el amplio espectro de relaciones decooperación intra e interorganizacionales,que se recoge bajo el término «red». Que-da claro, que tanto los contactos motiva-dos por la producción como los motiva-dos por la innovación se denominan«redes», y que este concepto incluye tantolas cadenas de producción e innovaciónhorizontales como las verticales (Bie-mans, 1992, pp. 79-94; Halin, 1995).

A fin de poder delimitar las redes de losdemás tipos de interacción y cooperaciónempresarial, conviene revisar primera-mente los fundamentos teóricos de lastransacciones empresariales. Las redesempresariales han sido estudiadas básica-mente desde dos perspectivas teóricas: laeconomía de los costes de transacción yla economía de redes.

La economía de los costes de transac-ción centra su atención en las transaccio-nes orientadas hacia el mercado y lacompetencia, que, por regla general, secaracterizan por la presencia de depen-

dencias jerárquicas verticales y de regla-mentaciones contractuales, en las que,por ejemplo, se concretan las caracterís-ticas del producto, los criterios de cali-dad, las modalidades de entrega y laspenalizaciones a aplicar en caso de in-cumplimiento del contrato.

La economía de redes, por su parte,analiza la cooperación no jerárquica, ba-sada en la confianza, y comprende las re-des de innovación como forma interme-dia entre el mercado y la jerarquía(Karlsson/Westin, 1994, pp. 1-6; Christen-sen et al., 1990: 27). Estas redes son vistascomo un reflejo de la creciente depen-dencia de las empresas frente a fuentesexteriores de conocimiento y, por tanto,no sólo son sensibles a los contactos so-ciales, sino que también lo son con res-pecto a la movilidad del conocimiento y,en consecuencia, a la distancia espacialentre los componentes de la red. El al-cance espacial de las redes de innovaciónpuede variar en función del tipo de coo-peración, sus objetivos y el número demiembros que la forman.

Los acuerdos de redesdesde la visión de laeconomía de costes de transacción

Ronald Coase es considerado general-mente el fundador de la economía de loscostes de transacción, a pesar de que suartículo inicialmente no obtuvo ningunaresonancia. En él, partiendo de una críti-ca de la visión neoclásica de la empresa,se pregunta por qué en una economía demercado surgen empresas, en vez deque, como cabría esperar, todas las trans-acciones se efectuasen a través del mer-cado (Coase, 1937, p. 388).

Hablamos de transacción cuando un pro-ducto o un servicio, al ser transmitido,cruza una barrera técnicamente divisible.Coase argumenta que las transacciones secoordinan a través del mercado cuandolos costes resultantes son más bajos quelos que resultarían de llevar a cabo la co-ordinación dentro de las empresas. Y,análogamente, la coordinación de recur-

sos tendrá lugar dentro de las empresascuando los costes resultantes sean másbajos que al llevar a cabo el proceso enel mercado. Recurre así al tradicional cál-culo neoclásico de maximización de ga-nancias, para explicar la toma de decisio-nes entre organizaciones.

En la economía de los costes de transac-ción se considera la empresa como unsistema de asignación de recursos alter-nativo al mercado (Williamson, 1981).Dado que para decidir si las transaccio-nes deben tener lugar a través del merca-do o dentro de las empresas, es necesariodisponer de información; la empresa sepuede interpretar también como un siste-ma de información, en el que ésta es re-cogida, seleccionada y transferida en for-ma de conocimiento.

Las empresas pueden optar entre produ-cir ellas mismas los recursos (y garantizaresta transacción a través de la propiedadconjunta), adquirirlos a través del inter-cambio en el mercado (asegurado con-tractualmente), o a través de formas híbri-das como, por ejemplo, las redes, encuyo caso la seguridad de la transacciónse basa en la confianza y la reputación(Domrös, 1994, p. 80; Meyer, 1995, p. 92).Según sean los acuerdos institucionalesvarían los costes de transacción, que sedefinen como sigue:

■ Para Coase (1960, p. 15), los costes detransacción surgen al buscar socios, a lahora de informar a los candidatos poten-ciales sobre las intenciones del contrato,al formular el contrato y en la supervisióndel mismo.

■ También Williamson define los costesde transacción como los generados porcontratos económicos, y distingue entrecostes transaccionales ex-ante y ex-post.Por costes ex-ante entiende «…los costesdel diseño, negociación y aseguramientode un acuerdo» (Williamson, 1990, p. 22).Dado que durante el período de vigenciadel contrato pueden surgir cambios yadaptaciones, que no es posible conocerni fijar de antemano, se siguen generandocostes tras la firma del contrato. Estoscostes de transacción ex-post pueden serde distintos tipos. Pueden resultar de unamala adecuación, del regateo en la poste-rior corrección de desarrollos erróneos,

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del establecimiento y de la puesta enmarcha de sistemas de dirección y de su-pervisión, así como de asegurar el cum-plimiento de compromisos fehacientes.

■ Desde la perspectiva de North, surgencostes de transacción al llevar a cabo laestimación de las cualidades de valor delos factores de intercambio y al asegurarlos derechos de propiedad, así como enla consecución de contratos. Los costesde transacción surgen del proceso de me-dición de los atributos cuantificables delobjeto de intercambio y se derivan de losderechos de protección, así como delmantenimiento, supervisión y refuerzo deacuerdos» (North, 1990, p. 27).

Para la explicación de las relaciones enforma de red, esta visión implica que, amedida que aumenta la desintegraciónvertical, que es una característica básicade los procesos de producción de unaeconomía de división laboral, aumentatambién el número de transacciones ne-cesarias. La diferenciación, la compleji-dad tecnológica y la interdependenciaimplican un aumento de los costes de lacoordinación de rendimientos dentro dela empresa, de manera que aumenta lapresión para buscar acuerdos externos.

Pero no sólo aumentan los gastos detransacción intraempresariales, sino tam-bién las asimetrías de información resul-tantes de la segmetación de productos yde la racionalidad vinculada de los agen-tes económicos, que permiten apreciarla incapacidad del mercado para actuarcomo el mecanismo de reasignación derecursos más eficiente. Cabe preguntar-se, bajo qué condiciones las empresasoptarán por una coordinación jerárquica(intraempresarial), por el mercado o porformas de cooperación híbridas. La res-puesta más sencilla es que en cada casose optará por la variante de menor coste.De todos modos, la decisión dependerá,como indica Williamson (1985), de múl-tiples factores.

En el marco del presente trabajo, parecesuficiente incidir en dos de sus tres di-mensiones de transacción: la especificidadde los factores y la inseguridad (William-son, 1985, pp. 95-96). Cuanto más especí-fico o más inmueble es un factor de pro-ducción, tanto más tienden las empresas

a llevar a cabo las transacciones por supropia cuenta. En cambio, cuanto menosespecífico resulte un factor, tanto másprobable es que, si a su vez el riesgo esbajo, se opte por una solución de merca-do. A medida que aumentan el riesgo y laespecificidad del factor, adquieren mayorimportancia los acuerdos de redes, yaque, en suma, presentan la forma de co-ordinación más eficiente.

La cuestión de si una red resulta superiora otras formas de transacción no puedeser contestada en su totalidad desde unaposición ex-ante en la perspectiva de loscostes de transacción. Esto se debe alcomportamiento oportunista de los socioscooperantes, que hace necesaria la inclu-sión de reglamentaciones contractuales yde sistemas de supervisión, cuyos costessólo pueden ser determinados a lo largodel tiempo o una vez acabada la relaciónde red (ex-post).

También es posible que los contactos seinterrumpan por completo, de maneraque el desembolso llevado a cabo paraestablecer la relación se convierta en uncoste hundido. Otra característica imposi-ble de abarcar en su totalidad desde unaperspectiva ex-ante, tanto en el caso delos reglamentos contractuales como en elde las redes, se debe al hecho de que, alo largo de la cooperación, se puedenacabar alterando las condiciones iniciales,poniendo en duda la forma de transac-

ción por la que originalmente se optó.Williamson (1985, pp. 61-61) consideraeste proceso una transformación funda-mental, en cuyo final, por ejemplo, puedehaber aumentado notablemente la especi-ficidad de los factores como consecuenciade la estrecha relación de los socios.

A pesar de ello, es posible identificar unaserie de características generales reductorasde los costes de transacción en los acuer-dos de red, que Sidow (1992, p. 286), conarreglo a fuentes bibliográficas concretas,resume del siguiente modo para el caso delas redes estratégicas:

✓ Los acuerdos a largo plazo con provee-dores o clientes reducen, e incluso puedenllegar a eliminar por completo, los riesgosasociados a la inversiones específicas.

✓ Las relaciones de intercambio establese intensivas propias de las redes permitentener un conocimiento detallado de lasfuerzas y debilidades de clientes y/o pro-veedores potenciales, reduciendo así loscostes de búsqueda y negociación.

✓ La creación de dependencias interorga-nizacionales y la supervisión reducen elcomportamiento oportunista.

✓ La creciente interdependencia tecnoló-gica hace ver con mayor insistencia la ne-cesidad de impulsar innovaciones de pro-ductos y procesos.

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✓ Gracias a informaciones mutuas se pue-den ver reducidos los riesgos de calidad.

✓ Se acelera el aprendizaje interorganiza-cional.

✓ Las medidas destinadas a crear confian-za entre las partes traen consigo el des-arrollo de una cultura interorganizacionalde tipo «clan» que, por el temor a verseexpulsado del mismo, previene el com-portamiento oportunista.

Economía de redes

Los estudios sobre las redes tienen unamplio origen histórico: mientras que losmecanismos de interacción sociales sonobjeto de estudio por parte de la Sociolo-gía, las redes políticas forman parte delcampo temático de las Ciencias Políticas,los aspectos organizacionales son analiza-dos por la Economía de la Organización(Staber, 1996, p. 2), y la economía y la in-vestigación acerca de la innovación cen-tran su atención en los aspectos técnico-económicos de las redes (Coombs, et al.,1996, p. 4; Tijssen, 1998, p. 792).

Pero tampoco la economía de redes seconstituye en sistema teórico cerrado, sinoque define el marco de los distintos plan-teamientos explicativos y de los niveles deobservación de los acuerdos de redes. De-be diferenciarse entre los trabajos de laeconomía industrial y del mamagementsobre las alianzas estratégicas internacio-nales, referidas a relaciones de coopera-ción, generalmente formalizadas y respal-dadas contractualmente, entre grandesempresas multinacionales (p.e., Håkans-son, 1987) y entre las aportaciones de laeconomía regional, que estudia, en el mar-co de los millieu innovadores o de los dis-tritos industriales, las redes regionales y lasestructuras institucionales inductoras deredes (Tödtling, 1994, p. 324).

Paralelamente, la investigación de redesha dirigido su atención en los últimosaños al papel desempeñado por el apren-dizaje sistemático en el proceso de inno-vación, enlazando así con la economíadel conocimiento y del aprendizaje(Combs/Hull, 1998; Cowan/Foray, 1997;

Cimoli/Dosi, 1996; Noneka/Takeuchi,1995; Spencer, 1996). Se suele argumentarque sólo es posible adquirir conocimien-tos a través de un aprendizaje y olvidosistemáticos.

El aprendizaje en el seno de una empresapuede llevarse a cabo a distintos niveles(Reid/Garnsey, 1998), aunque es especial-mente del aprendizaje a través de lasinteracciones entre clientes y productores,competidores, otras empresas (incluidaslas de servicio) y centros de investigación,del que se desprenden importantes impul-sos para la capacidad y el esfuerzo inno-vador empresarial (Lundvall, 1998).

Características de las redes

Por regla general, no es posible abarcaruna red analizando únicamente su niveleconómico, sino que, para comprendersu creación y sus efectos, es necesarioadoptar una perspectiva holística quetenga en cuenta tanto los aspectos eco-nómicos como los sociales. La comuni-cación humana y las pautas de compor-tamiento son elementos esenciales de lacapacidad de funcionamiento de unared. Esta idea ha sido recogida por la es-cuela GREMI, al desarrollar el conceptode millieu innovador y al considerar quelos contactos informales entre los agen-tes del millieu son una condición básicapara su funcionamiento.

En las redes, el aprendizaje orientado ha-cia la innovación se basa en la apropia-ción y transformación de las informacio-nes a la que se ha podido acceder graciasa los contactos, creando así simetrías deinformación favorables a la red (Storper,1996, p. 762). Las redes de conocimientoe información (Kogut, et al., 1993, p. 77)formarían en este caso elementos de lared de innovación. Pueden interpretarsecomo la creación intencionada de canalesde interacción con cuya ayuda se puedeninteriorizar los efectos externos de las ac-tividades innovadoras, en las que los de-rechos de propiedad (p.e., patentes, mo-delos de utilidad) son difíciles de obtener(König, et al., 1994).

Una diferencia fundamental entre la inter-pretación de las relaciones en red basadaen los costes de transacción y la basadaen la economía de redes es que la segun-da arranca de una relación de coopera-ción a largo plazo entre los miembros dela red, mientras que las transacciones secaracterizan por su naturaleza temporal,no-permanente (Karlsson/Westin, 1994,p. 3). Por tanto, no serían en primer lu-gar las consideraciones sobre los costeslas que llevarían a la creación de redes,sino los intereses estratégicos y el deseode apropiabilidad, así como la realiza-ción de sinergias como resultado de lacomplementariedad tecnológica y deotro tipo de complementariedades (Free-man, 1991, p. 512).

Por este motivo, las redes de innovaciónno son consideradas arreglos robustos, só-lidos y jerárquicos, sino «... sistemas de in-terrelación relativamente sueltos, informa-les, implícitos, de fácil descomposición yrecombinación» (DeBresson/Amesse, 1991,p. 364), que, en caso de éxito, pueden du-rar varias décadas (Powell, 1990). Con elconcepto aprendizaje por la interacción,Lundvall resaltó la importancia de las re-des de innovación en los procesos deaprendizaje mutuo entre productores yusuarios. Para este autor, las relaciones decooperación sólo serán exitosas cuando secaractericen por una relación de confianzano-jerárquica entre los socios y por la pre-sencia de reglas mutuamente aceptadassobre esa relación.

Las redes de innovación surgen general-mente para:

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✓ Reducir las incertidumbres técnicas yde mercado (Williamson, 1989).

✓ Adquirir competencias tecnológicascomplementarias, especialmente las queresultan del dominio sistemático de nue-vas tecnologías.

✓ Realizar ganancias adicionales (cuasi-rentas) que resultan de la conjunciónde competencias complementarias conel objetivo de diferenciarse frente a loscompetidores.

Se distingue entre redes verticales conclientes y proveedores, enlazadas prin-cipalmente en las cadenas de produc-ción y de valor, y redes horizontales conotras empresas (del sector de la produc-ción y de los servicios), instituciones deinvestigación, de transferencia y de con-sultoría. Las redes de innovación pue-den servir tanto para el intercambio in-formal de información como para losensayos piloto y la introducción de nue-vos productos en el mercado. Mientrasen las redes verticales la capacidad deelección de socios es limitada a causade los contactos preexistentes orienta-dos hacia la producción y venta, en larelaciones horizontales existe un gradode elección mayor.

Claro que esto también implica un ma-yor esfuerzo de búsqueda, que a menu-do sólo podrá ser llevado a cabo por lasempresas que cuenten con los recursosde información y conocimiento apropia-dos. Cuanto mayor es la base de conoci-miento de una empresa y cuanto másdesarrolladas están sus competenciasempresariales para integrar conocimien-tos externos en ella (Le Bars, et al.,1998, p. 316), tanto más desarrollada es-tará su capacidad para absorber nuevosconocimientos y, en consecuencia, parainnovar.

Las características típicas de las redes son(Fritsch, 2001; Powell, 1990):

■ Su redundancia, es decir, la relativa-mente baja dependencia de los sociosfrente a la red. Son autónomos, partici-pan voluntariamente en la red, disponende alternativas y pueden optar por otrasredes u otras formas de organizacióneconómica.

■ La falta de especificidad de las relacio-nes de intercambio, que —al menos exante— no están exactamente definidas.

■ La ausencia o, en su caso, la baja signi-ficación de las relaciones jerárquicas, quepermite a los socios de la red cooperaren igualdad, si bien en competencia. (Na-beluff/Brandenburger, 1996).

■ La reciprocidad de las relaciones, queentre los socios de la red puede fluir enambos sentidos.

■ En la mayoría de los casos, una relacióncon perspectivas temporales a largo plazo.

■ Una alta flexibilidad, dada la falta devínculos contractuales, ya que, según lanecesidad de recursos, es posible permi-tir la entrada a nuevos miembros o, en sucaso, la salida de los socios originales.

■ La menor burocratización y necesidadde control que se deriva de la ausenciade vínculos contractuales.

■ Economías de escala gracias al accesoa recursos externos.

■ Confianza o, en su caso, familiaridadentre los socios, es decir, la ausencia decomportamientos oportunistas.

Sobre todo en este último aspecto, las re-des de innovación se distinguen clara-

mente de las transacciones económicas.En las redes se presupone una mutuaorientación de los intereses de los sociosque interactúan. Esta limitación de losmárgenes de acción individuales y laaceptación de un vínculo institucionalson el precio a pagar a cambio de la ven-taja de la mutua ampliación de las posibi-lidades de actuación y de la base de re-cursos y conocimiento (Domrös, 1994, p.35). Dado que las empresa y otros agen-tes potenciales de redes, por regla gene-ral, no disponen de una única opción pa-ra adquirir recursos, no sólo no sedescarta la participación simultánea envarias redes y otras formas de transaccióneconómica, sino que, por contra, es lohabitual.

Las externalidades positivas de las redes,por tanto, no resultan sólo de los contac-tos directos entre los socios de la red, sinoque la conexión en redes de múltiples ni-veles da lugar a ventajas que surgen de lasrelaciones de cooperación de los corres-pondientes socios de la red. Dentro de losdistintos tipos de cooperación se puededistinguir entre relaciones «blandas» y «du-ras». Una vinculación fija con uno o unospocos socios resulta característica de lasredes orientadas hacia la producción, enlas que, por ejemplo, empresas de gran ta-maño consiguen vincular estrechamente aun proveedor, o de cooperaciones en lasque el número de posibles socios está li-mitado de antemano.

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Según Granovetter (1973, 1982), que ana-liza las redes sociales, la intensidad de lasrelaciones depende del esfuerzo que hade llevarse a cabo para su cuidado. Cuan-to menor sea el esfuerzo que se deba rea-lizar para cuidar los contactos, menor se-rá también la intensidad de la relación, ymayor será, en cambio, el número de po-sibles contactos.

Con respecto a las relaciones relevantespara la innovación, que implican unafuerte vinculación y requieren de un es-fuerzo mayor para su cuidado, el númerode socios posibles y, por tanto, de cana-les de difusión potenciales, es limitado.Granovetter argumenta que con vincula-ciones débiles se superan mejor las dis-tancias sociales y se pueden establecercontactos con un número de socios ma-yor que en el caso de que los lazos entrelos miembros de la red sean fuertes(Weick, 1976). En consecuencia, existe unacceso más amplio a informaciones y unamayor capacidad de elección.

Para las redes de innovación esto implicaque las relaciones débiles, si bien reducenel riesgo de dependencia de socios de coo-peración individuales, lo hacen a expensasde un mayor riesgo de oportunismo, dadoque, en relaciones blandas, las sancionespor incumplimiento de las normas de jue-go apenas resultan efectivas, dadas lasmúltiples oportunidades de elección.

Las redes se caracterizan per se por uncontrol mutuo reducido (Chisolm, 1996,p. 219). Sin embargo, debe diferenciar-se entre redes centralizadas, que pre-sentan una función estratégica desde elpunto de vista de las empresas domi-nantes, y las redes descentalizadas (Sta-ber, 1996a, p. 12; Sydow, 1996). Estasúltimas están compuestas por múltiplesagentes de tamaño comparable, quepor su especialización están funcional-mente entrelazadas. La especializaciónes una consecuencia del reparto de re-cursos en redes, en la que, de hecho,radica la ventaja de los acuerdos dered. Las empresas y otros agentes pue-den concentrarse en sus competenciascentrales y han externalizado los inputsempresariales necesarios. De ahí quelas redes de innovación no sólo se pue-dan comprender como posibilidad ex-terna de adquirir recursos, sino como

una forma de organización empresarial(Biamchi/Bellini, 1991).

La especialización y la consiguiente mul-tiplicidad de actores, junto a la ausenciade una instancia de control central, da lu-gar a dos características de las redes des-centralizadas:

Fronteras de redes no definibles connitidez. Dado que no se agrupan necesa-riamente alrededor de una única institu-ción capaz de controlar el acceso a la red,es posible que, según la temática y la ne-cesidad, se puedan integrar agentes adi-cionales de forma temporal, sin que estotenga que ser conocido por todos losmiembros.

Pérdida de autonomía por la especiali-zación. Cuanto más especializado está unagente de la red y más fuertemente se fíede las competencias de los demás agentes,mayor será la dependencia de la red. Cier-tamente, esto significa que se reduce elcomportamiento oportunista, pero simultá-neamente también aumentan los costes desalida, por lo que se incrementa el auto-compromiso de participación en la red(Staber, 1996b, p. 151). Aquí existe el ries-go de que si se da una falta de dinámica yapertura en la red, se vea reducida su ca-pacidad de renovación. Para los miembrosde la red, esto significa que deben conse-guir una relación equilibrada entre espe-cialización y dependencia.

Funciones de redes

Las redes cumplen funciones distintas pa-ra las empresas y otro tipo de agentes(Bianchi/Bellini, 1991; DeBresson/Amese,1991). Así:

✓ Sirven como instrumento de búsqueday evaluación.

✓ Reducen los costes de búsqueda y des-arrollo.

✓ Hacen posible y facilitan el acceso aexperiencias y conocimientos comple-mentarios.

✓ Estimulan el aprendizaje, apoyan elaprendizaje cooperativo y generan efectosde aprendizaje colectivo en tecnologías ycampos de aplicación específicos.

✓ Reducen los riesgos de innovación.

✓ Fijan normas, estándares y reglas.

✓ Facilitan la obtención de nuevas solu-ciones a los problemas.

Las ventajas y desventajas de las redes sepresentan de manera distinta para losagentes de las mismas, especialmente paralas empresas y los centros de investiga-ción. Como regla general, se puede com-probar que de las redes se derivan venta-jas de unión, tamaño y especialización(economías de alcance, también denomi-nadas externalidades positivas de redes).Esas ventajas pueden observarse, porejemplo, a través de estándares comunes,códigos de comunicación, investigación ydesarrollo, construcción, y la eliminaciónde redundancias en el trabajo.

Sin embargo, no tienen que presentarsenecesariamente externalidades positivasde redes en todas las empresas. La pre-sencia de efectos positivos se basa en elsupuesto de que las empresas en una redson homogéneas (Capello, 1995, p. 228).Pero ésta es una situación que no sueledarse en la realidad. Según el tamaño y lacapacidad de absorción que tengan lasempresas que cooperan (Cohen/Levin-thal, 1990), cabe esperar distintos aprove-chamientos de la red. Mientras que em-presas pequeñas y medianas suelen darlugar a redes en igualdad de derechos,

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que conducen a un mutuo beneficio en lasuperación de «cuellos de botella» delproceso de innovación y de los recursos(Rothwell, 1991), existe, sobre todo en lasempresas pequeñas, el peligro de una fu-ga incontrolada de conocimientos y decompetencia tecnológica.

Esto es especialmente cierto cuando enproyectos de I+D conjuntos faltan la ex-periencia o los recursos necesarios paragarantizar una adecuada distribución delos derechos de propiedad industrial o in-telectual que se desprenden de la investi-gación (Smith, et al., 1991, p. 464).

El mayor aprovechamiento de una rela-ción de red lo podrán obtener aquellasempresas que hayan creado internamentelas condiciones para la adquisición de co-nocimientos externos y que se hayanadaptado a las condiciones y característi-cas especiales de las redes de innovación.Estas empresas de tipo relacional debenintentar proteger de manera continua, poruna parte, su poder de negociación en lared, a fin de apropiarse del mayor gradoposible de valor añadido ofrecido por ésta(información, conocimiento, aprendizaje),y, por otra, organizar su comportamientode cooperación de tal manera que, graciasa la confianza mutua de las partes, se evi-ten conflictos que pudieran poner en en-tredicho la colaboración. A diferencia delas empresas «transaccionales», las «relacio-nales» presentan una estructura organizati-va flexible y descentralizada, en la que,en función de las necesidades, se puedenadaptar temporalmente, en la intersecciónentre el núcleo de actividad y las redes,nuevas formas de organización híbridas ytemporales (ibid, p. 421). Cooke/Morgan(1998, p. 9) denominan «capacidad coope-rativa» de la empresa a la capacidad degestión para crear estructuras de red en elseno de la misma y relaciones de colabo-ración externas.

Causas del fracaso de redes

Por lo tanto, el éxito de la cooperaciónen redes depende, en parte, de factoresinherentes a la empresa. La capacidad deconstituirse en red, el aprendizaje y el in-cremento del conocimiento se desarrollanen un proceso acumulativo que hace quelas empresas dependan de la trayectoria

seguida en el pasado. Empresas que nocooperen con otras, a fin de llevar a caboun intercambio mutuo de conocimientos,acaban reduciendo a largo plazo su basede conocimiento y pierden la capacidadde restablecer un intercambio de los mis-mos con otros.

En cambio, las empresas que estén inte-gradas en redes de múltiples niveles me-jorarán continuamente su capacidad deaprendizaje y su base de conocimiento y,en consecuencia, sus posibilidades deaprovechar los nuevos conocimientos(Capello, 1999). Pero también el conjuntode los elementos integrados en las redeses responsables de su éxito o fracaso.

Para ello tienen especial importancia losfactores personales resultantes de la es-tructura social y del trabajo conjunto entrepersonas. Causas habituales de fracaso(DeBresson/Amesse, 1991, p. 369; Smithet al., 1991, p. 463s.) son las siguientes:

■ La disparidad de estrategias, intereses ypotenciales de poder en una red, que lle-van a una incompatibilidad de recursos,así como de la orientación del tiempo y delos beneficios buscados en la cooperación.

■ Un comportamiento oportunista deagentes individuales de la red.

■ Un número demasiado elevado de par-ticipantes en la red, que hace que ésta re-

sulte inabarcable, aumentando el riesgode una fuga incontrolada de conocimien-tos, promoviendo así el bloqueo de lasdecisiones y el surgimiento de posicionesde veto.

■ Un excesivo énfasis en una identidadcomún y una orientación hacia la armo-nía, que acabe por eliminar la compe-tencia entre los componentes de la red,desembocando en un conservadurismocolectivo y dé lugar, por consiguiente, ala aparición de «trabas» que refrenen lainnovación.

■ Una falta de identificación personalcon las metas y los contenidos de la rela-ción de cooperación, que dé lugar al te-mor ante una eventual pérdida de com-petencias por los mejores rendimientosde otros y desemboque en indiferencia.

La dimensión espacial de las redes

Los anteriores ejemplos acerca de los po-sibles motivos que pueden conducir alfracaso de una red dejan claro que el des-arrollo de ésta se ve apoyado por el he-cho de que los agentes participantescompartan trasfondos sociales y cultura-les similares (DeBresson/ Amesse, 1991,p. 370). Ello conduce a la dimensión es-pacial de las redes de innovación. En losestudios al respecto se ha venido repitien-

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do la importancia de la proximidad espa-cial y cultural entre los componentes de lared como factor estabilizador y favorece-dor de la cooperación (Bianchi/Bellini,1991, p. 489).

La región resulta un marco espacial espe-cialmente indicado para este tipo de coo-peración cuando la proximidad espacialentre los socios prometa ventajas de in-formación, costes y competencia(Blaas/Nijkamp, 1994). Dependiendo deltipo de información transferida en la red,la proximidad cultural y espacial resultauna condición más o menos importantepara el proceso de intercambio. El cono-cimiento codificado y estandarizado pue-de ser transmitido a largas distancias acostes reducidos, de manera que la pro-ximidad espacial entre el emisor y el re-ceptor de la innovación no resulta indis-pensable. Sin embargo, el intercambio deconocimientos implícitos, no codificados,y también de conocimientos estratégicosy sensibles para uno de los socios, re-quiere contactos personales y una comu-nicación verbal y no-verbal, y resultasensible a una mayor distancia entre lossocios participantes en el intercambio deconocimientos (Arnold/Thuriaux, 1997;Foray/Lundvall, 1996; véase, también, Sa-viotti, 1998).

Por tanto, el objetivo de los contactos enredes es el que determina el radio dentrodel cual se llevará a cabo la búsqueda deposibles socios. Así, en el caso de los en-laces verticales dentro de la cadena devalor y de producción, predominan lasrelaciones suprarregionales, mientras queen la cooperación para la investigaciónpredominan los contactos de ámbito re-gional (Backhaus/Seidel, 1998).

La proximidad espacial por sí misma noresulta suficiente como elemento favore-cedor de la cooperación. Lo importantees que coincidan agentes cuyos interesespuedan ser puestos en común y que seabran hacia las necesidades de los demás,llegando a convencerse de que las venta-jas de participar en la red van más allá dela mera superación de los «cuellos de bo-tella» de conocimientos específicos de laempresa o de la institución.

En el caso de los socios del sector de laproducción o de los servicios y de los

centros de investigación que ofrecen co-nocimientos específicos, exclusivos e in-imitables, el acceso a esta informaciónqueda en primer plano, y no tanto la dis-tancia entre los agentes. Por eso tienenlugar acciones de cooperación que se ex-tienden hacia largas distancias kilométri-cas. Tras este comportamiento subyace laexpectativa de que los mayores costes detransacción y comunicación con respectoa los contactos espacialmente más próxi-mos se vean sobrecompensados por lasexternalidades positivas debidas a la red.

De los modelos evolucionistas de innova-ción se puede derivar que la proximidadresulta de especial importancia en las fa-ses más tempranas de la innovación, da-do que en este caso se presenta la mayornecesidad de informaciones fiables y derelaciones estables. El conocimiento im-plícito, por tanto, está vinculado a locali-zaciones específicas, presentándose ven-tajas espaciales para los receptores delmismo en aquellos lugares que destacanpor la existencia de una amplia oferta desaberes. La necesidad de contactos espa-cial y socialmente próximos dentro deuna red disminuye a medida que avanzael proyecto de innovación, pero tambiéncuando se estabiliza o ya resulta conoci-do el entorno tecnológico del mercado(Christensen, et al., 1990, p. 38-39).

El alcance de las relaciones de coopera-ción también depende de la capacidad

del agente de la red de ampliar su radiode búsqueda y, por tanto, de extendersu capacidad de absorción. Las empre-sas acostumbradas a llevar a cabo un es-fuerzo innovador menor suelen actuar,en el mejor de los casos, en redes conun alcance espacial limitado, mientrasque las innovadoras, que disponen delos correspondientes potenciales de co-nocimiento e innovación, también coo-peran con socios internacionales (Kos-chatzky, 1998).

En el caso de los centros de investigacióntambién se presentan modelos de innova-ción de distinto alcance espacial. Las uni-versidades a menudo presentan sólo unaleve vinculación con su entorno regional.En ellas predominan las relaciones de coo-peración interregionales e internacionales.

Si para la creación de redes, al menos enlas fases de alto riesgo técnico y de inno-vación, resulta determinante la proximi-dad espacial y social entre los socios de lared, entonces la calidad del entorno espa-cial —delimitada por la oferta cualitativa ycuantitativa de potenciales socios para lared—, influye en la dinámica económicade las empresas (Christensen, et al., 1990,p.37). Dado que el conocimiento implíci-to se localiza sobre todo en zonas deaglomeración con diversidad de empre-sas y múltiples centros de investigación(Storper, 1995, 1997), se podría deducirque, en los núcleos de aglomeración, laintensidad y calidad de las redes es ma-yor que en las zonas periféricas, alejadasde aquéllos.

Estudios empíricos demuestran que el en-torno espacial de una empresa influye ensu acceso a información y conocimientoy en su capacidad de aprendizaje conjun-to (Keeble/Wilkinson, 1999; Lawson/Lo-renz, 1999). Por tanto, debemos conside-rar que las empresas asentadas en zonasde aglomeración cuentan con una ventajaa la hora de acceder a fuentes de infor-mación relevantes; el grado de aprove-chamiento de esta ventaja dependerá, asu vez, de la capacidad de absorción dela empresa.

A pesar de ello, también existen fuentesde información disponibles fuera de losespacios urbanos y empresas capacesde adaptarse, en cada caso, a la forma

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de adquisición de conocimiento y a lasestrategias de innovación de su ubica-ción (Koschatzky, 1997; Meyer-Krahmer,1985; Vaesse/Keeble, 1995; Keeble,1997, p. 289). Los agentes económicosalejados de los núcleos de aglomeracióntienen enteramente la posibilidad decompensar una escasa oferta regionalde socios potenciales, gracias a las rela-ciones de red suprarregionales, siendola capacidad de absorción de la empre-sa la que dictaría los límites de esa posi-bilidad de compensación.

Ello apunta a que en sistemas de redescomplejos se entremezclan, en cualquiercaso, distintos niveles de cooperación,dado que siempre son abiertos (Conti,1993, p. 122). Gracias a la interacción si-multánea entre los agentes de redes loca-les-regionales con otros niveles espacia-les, bien sea directamente o a través deintermediarios (p.e., a través de contactoscon grandes empresas o con centros deinvestigación que cooperen internacio-nalmente), surge una dualidad de nivelesde red, que es la condición para un des-arrollo regional con éxito.

Las regiones resultan económicamentefuertes y prósperas cuando sus agentesestán integrados en redes, tanto globalescomo regionales. Así, mientras las redes«buenas» destacan por una relación equili-brada de cooperación y competencia,apertura hacia propuestas e innovacionesexógenas, así como por la salida de so-cios viejos y la entrada de nuevos miem-bros en la red a lo largo de tiempo, las re-des aisladas, en las que los miembrospresentan una baja capacidad de adapta-ción y se encuentran prisioneros de lasrutinas, pueden presentar un obstáculopara el desarrollo regional.

A medida que aumentan las relaciones enredes regionales se ve reducida la flexibi-lidad y dinámica de los sistemas locales,creándose espacios para estructuras rígi-das, que requieren una renovación. Estodescribe una situación que Grabher(1993, pp. 260-264) incluye bajo los con-ceptos de estancamiento funcional cog-noscitivo y político. Por este motivo, lasredes no resultan un apoyo a la innova-ción per se, sino únicamente si poseen lacapacidad de aprendizaje y de adapta-ción a los nuevos desafíos.

Conclusiones

De las consideraciones anteriores se de-duce que las relaciones en red puedenser estables durante un largo espacio detiempo, si bien la red en su conjunto de-bería estar sometida a un cambio conti-nuo, que presentará rasgos distintos enfunción de los objetivos de cooperacióny del entorno económico correspondien-te. En el caso de las redes entre empre-sas de alta tecnología podemos distinguirlos siguientes factores diferenciadores deredes (Koschatzky/Gundrum, 1997, pp.218-220; Tödtling, 1994, pp. 335 s.):

Las estructuras en red presentan di-ferencias entre sectores. Mientras enla industria de los ordenadores predo-minaron los contactos entre empresasdel tipo proveedor-cliente y los proyec-tos de investigación conjuntos, en el ca-so de las empresas biotecnológicas re-sulta de gran importancia el contactocon la investigación (básica) clínica yuniversitaria, así como los contactos conempresas de capital inversión y otrossocios financieros.

Las redes se transforman a lo largodel ciclo de vida del sector. Por reglageneral, en las fases iniciales y de creci-miento predominan las relaciones decooperación locales y regionales, mien-

tras que en las fases de mayor madurezse desarrollan contactos internacionalesde mercado, proveedores y de coopera-ción. Sin embargo, se detectan muchasdesviaciones de este patrón, como lodemuestra el caso de los contactos inter-nacionales de numerosas jóvenes em-presas biotecnológicas.

Las redes están vinculadas a las venta-jas de localización. Sobre todo en elcampo de las altas tecnologías sólo se po-drán desarrollar redes allí donde existanventajas de localización para determina-dos sectores (p.e., gracias a la presenciade determinados suministradores de pro-ductos y servicios). De ahí que las redesde innovación no se desarrollen general-mente de forma dispersa, sino que pre-senten una concentración regional.

Respecto al significado de las redes parala capacidad de innovación y aprendizajeempresarial podemos deducir las siguien-tes conclusiones:

✓ Las redes representan el mecanismo deinteracción más importante entre las em-presas y su entorno espacial, y permitenel acceso a conocimientos externos com-plementarios.

✓ A través de la cooperación y el aprove-chamiento de conocimientos es posiblerealizar procesos de aprendizaje.

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✓ En el seno de las redes pueden inter-cambiarse distintas formas de conoci-miento e información relevantes para lainnovación. El espectro abarca desde elintercambio informal de información has-ta la puesta en práctica de proyectos deinnovación comunes.

✓ Junto a las redes verticales basadas enla producción y el consumo, las redes ho-rizontales con socios no incluidos en lacadena de valor representan una impor-tante fuente de información y de conoci-miento aditivo.

✓ Además de las empresas de productosy servicios, los centros de investigaciónson otra importante fuente de informa-ción y conocimiento que, además, sirvende enlace con otras redes.

✓ Las estructuras de redes son específicasde cada sector y tema. La necesidad y eltipo de cooperación varían entre los dis-tintos sectores y cambian en función delciclo de vida del sector y de su tecnologíadominante.

✓ Las redes resultarán impulsoras del des-arrollo cuando sean abiertas y dinámicas,es decir, cuando se caractericen por lacompetencia y la cooperación. En cambio,redes aisladas pueden inhibir el desarrollo.

✓ La capacidad de absorción de una or-ganización determina su capacidad paraaprovechar el conocimiento. Cuanto ma-yor sea la base de conocimientos disponi-bles más marcada estará la capacidad deabsorber nuevos conocimientos.

✓ Una coordinación descentralizada delconocimiento y de la innovación reduce elriesgo de una absorción y entrega de cono-cimientos selectiva y, en consecuencia, elno reconocimiento y no aprovechamientode fuentes de conocimiento relevantes.

✓ La proximidad espacial desempeña so-bre todo un papel en la transferencia deconocimientos implícitos no-codificados.Pero de este hecho no debe deducirse unarestricción de redes especialmente circuns-critas. Un acceso amplio al conocimientosólo puede realizarse a través de una mez-cla de redes de innovación intrarregiona-les e interregionales/internacionales.

(*) Traducción de Thomas Baumert.

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K. KOSCHATZKY

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