freud habana

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1 FREUD EN LA HABANA (Apuntes sobre la sexualidad del cubano) Prof. Manuel Calviño. Facultad de Psicología Universidad de La Habana Si Freud hubiera vivido en Cuba por estos tiempos, una gran dificultad teórica absorbería todo su pensamiento hasta llevarlo quizás a la neurosis: su hipótesis de la sexualidad como motivo basal de todo comportamiento humano que cristaliza en el Complejo de Edípo, sexualidad que resulta ser el instituyente fundamental de todo el aparato psíquico, encontraría tantas razones de confirmación como de descrédito. Y es que el genial creador del Psicoanálisis, pilar fundamental de una buena parte de la cultura occidental de este siglo, identificó rasgos fundamentales de la sexualidad tomando como base el comportamiento sexual del europeo (sobre todo del austríaco, germano, y bastante menos del anglosajón) cargó con la experiencia sexológica de su educación judáica, supo imponerse al puritanismo hipócrita de la decadente aristocracia de su época, él mismo fue hombre, cuerpo sexuado. Pero lo que nunca pudo hacer Sigmund Freud fue precisamente andar por las calles de La Habana, conocer, mejor aún, vivir de cerca la sexualidad del cubano. Intentemos imaginar que aquél viaje que hizo Freud entre Agosto y Septiembre de 1909 a los Estados Unidos de América, acompañado de dos colegas y discípulos, Sandor Ferenczi y Carl Jung, a bordo del transatlántico alemán "George Washington", se hubiera realizado con una escala de tránsito de apenas 24 horas en La Habana, y unos 85 años después. * * * Agosto es un mes caluroso en Cuba, como casi todos los meses. Pero La Habana tiene un "aire acondicionado" natural: El Malecón. Una joven de tez trigueña avanza de Oriente a Occidente iluminada por un sol que ruborizado ante tanta belleza, multiplica sus rayos. Su contoneo no necesita acompañamiento musical. Es un baile a cappella. Desde muy niña fue enseñada a caminar así: "Camina con gracia mi'jita.. Muévelo todo que para eso Dios te lo dio”. Su cuerpo ha sido moldeado por una cultura que valoriza las zonas erógenas tanto o más que las pensantes, que concede a la geografía física un lenguaje superior al de las palabras. "Mami,que cosa es eso!” - se le escucha decir a un hombre que mira a la joven y llevándose la mano a la frente se queja - "Esto es un dolor”. El médico vienés, profundo conocedor y analista de la mente histérica, intenta una lectura psicopatológica que encuentra una relativa aceptación en sus acompañantes. En realidad su marco conceptual solo le permite una interpretación un tanto arcaica, prejuiciada, sobre todo descontextualizada, que dista de representar la realidad subjetiva y comportamental

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MANUEL CALVIÑO

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    FREUD EN LA HABANA (Apuntes sobre la sexualidad del cubano)

    Prof. Manuel Calvio. Facultad de Psicologa

    Universidad de La Habana Si Freud hubiera vivido en Cuba por estos tiempos, una gran dificultad terica absorbera todo su pensamiento hasta llevarlo quizs a la neurosis: su hiptesis de la sexualidad como motivo basal de todo comportamiento humano que cristaliza en el Complejo de Edpo, sexualidad que resulta ser el instituyente fundamental de todo el aparato psquico, encontrara tantas razones de confirmacin como de descrdito. Y es que el genial creador del Psicoanlisis, pilar fundamental de una buena parte de la cultura occidental de este siglo, identific rasgos fundamentales de la sexualidad tomando como base el comportamiento sexual del europeo (sobre todo del austraco, germano, y bastante menos del anglosajn) carg con la experiencia sexolgica de su educacin judica, supo imponerse al puritanismo hipcrita de la decadente aristocracia de su poca, l mismo fue hombre, cuerpo sexuado. Pero lo que nunca pudo hacer Sigmund Freud fue precisamente andar por las calles de La Habana, conocer, mejor an, vivir de cerca la sexualidad del cubano. Intentemos imaginar que aqul viaje que hizo Freud entre Agosto y Septiembre de 1909 a los Estados Unidos de Amrica, acompaado de dos colegas y discpulos, Sandor Ferenczi y Carl Jung, a bordo del transatlntico alemn "George Washington", se hubiera realizado con una escala de trnsito de apenas 24 horas en La Habana, y unos 85 aos despus.

    * * * Agosto es un mes caluroso en Cuba, como casi todos los meses. Pero La Habana tiene un "aire acondicionado" natural: El Malecn. Una joven de tez triguea avanza de Oriente a Occidente iluminada por un sol que ruborizado ante tanta belleza, multiplica sus rayos. Su contoneo no necesita acompaamiento musical. Es un baile a cappella. Desde muy nia fue enseada a caminar as: "Camina con gracia mi'jita.. Muvelo todo que para eso Dios te lo dio. Su cuerpo ha sido moldeado por una cultura que valoriza las zonas ergenas tanto o ms que las pensantes, que concede a la geografa fsica un lenguaje superior al de las palabras. "Mami,que cosa es eso! - se le escucha decir a un hombre que mira a la joven y llevndose la mano a la frente se queja - "Esto es un dolor. El mdico viens, profundo conocedor y analista de la mente histrica, intenta una lectura psicopatolgica que encuentra una relativa aceptacin en sus acompaantes. En realidad su marco conceptual solo le permite una interpretacin un tanto arcaica, prejuiciada, sobre todo descontextualizada, que dista de representar la realidad subjetiva y comportamental

  • 2de la sexualidad de la mujer cubana. La de aqu no es la mujer europea y mucho menos la histrica de sus interesantes estudios de finales del siglo pasado. El ser sexuado de la mujer cubana tiene su especificidad nacional, es tambin un rasgo distintivo de su identidad. Una sexualidad extrovertida, que no tiene reparos en mostrar, en descubrirse autnticamente, en sentir activamente y no solo como reaccin a la solicitud del hombre. Ella quiere gustarle a un "El", pero tambin quiere gustarse a si misma, sentirse hermosa, atractiva, sensual. Nada de lo que lleva consigo es una casualidad. Todo ha sido puesto con alguna intensin. No solo muestra su cuerpo. Hace ostentacin de el. Quizs por esto cree demasiado en los "dones naturales" y en ocasiones, "confunde los instrumentos con la msica. La muchacha ha venido a sentarse justamente a muy poca distancia del lugar escogido como observatorio por los cientficos. Ella se sabe observada y esto le es como un reto para pavonearse an ms. Con cada gesto, con cada movimiento de los brazos parece estar diciendo "Yo soy la Mejor de todas. La mujer cubana se reconoce como una mujer de gran atractivo no solo fsico, sino tambin comportamental. Si el Dr. Freud hubiera intentado un experimento de asociacin libre, se hubiera sonrojado de pies a cabeza: "Mujer...Hombre; "Sexo...Inagotable; Cubana...Fogosa; "Amor...libre ; "Deseo...Insaciable. El cubano es depositario de una representacin social (no solo nacional, sino de alcance internacional) en la que aparece como gran artfice del amor, de una fogosidad lujuriosa, especialista en contiendas sexuales - "Eso s es una hembra, "Eso s es un macho. Si lo es o no, no es tan fundamental. El asunto es sobre todo cunto se lo crea, y ms an, cunto logra hacrselo creer a todo el mundo. En un radio porttil se escucha el estribillo de una cancin - "Alardosa. T te vas por encima del nivel... - en otro receptor un poco ms all se escucha..."T eres ms rollo que pelcula. Lo que tiene desconcertado al descubridor de la mente inconsciente, es la casi total ausencia de represin en el comportamiento sexual del cubano. La libido se desborda en cualquier mbito sin la ms mnima angustia. El cubano vive abiertamente su sexualidad, su sexualidad es tambin su modo de vivir. Quedaron atrs los tiempos de los convencionalismos tributarios de profundas diferencias sociales y econmicas. Quedaron atrs los tiempos dominados por la discriminacin sexual, racial, social. Los de hoy, son tiempos de libre expresin de la sexualidad, no carentes de prejuicios sexistas ni del juego del doble sentido, de la doble moral, pero marcados sobre todo por la libertad del cuerpo, por el placer como opcin y decisin personal. Un hombre de unos 25 aos avanza hasta el lugar donde est sentada la triguea. Jung, de vocacin ms experimental, le hace una sea a Freud - "Observe, maestro- le dice el suizo al austraco - la lucha por la conquista est por comenzar. El joven moreno baja el volumen de una inmensa y pesada radiograbadora que trae en su mano derecha y le dice a la joven - "Oye mami, ests...ms dura que la situacin!. Ella con una sonrisa socarrona le riposta: "Si mi papi te sorprende en ese chistecito conmigo, te va a dejar como un restaurante en moneda nacional: No sirve para nada.

  • 3Los cientficos comienzan un arduo debate interpretativo. Ferenczi no tiene la ms mnima duda. Para l, se trata de una agresin poltica que se aprovecha del lenguaje del sexo para vencer las limitaciones del Super-Yo totmico. Jung, por su parte, apuesta a una manifestacin arquetpica como aquella del hijo amante de Cibeles, o el Dios - hroe que domina, que castiga y salva. El Maestro, que se ha mantenido silencioso, sentencia convencido: "No hay duda posible. Estamos ante El Drama Edpico. En la nomenclatura ertica cubana, "mi papi", "mamacita" y cualquier otro tipo de referencia a las figuras parentales, goza de una frecuencia de aparicin sencillamente abrumadora. Simbologa Edpica? Reminiscencia infantil regresiva en el comportamiento sexual del cubano? La explicacin parece en extremo azarosa y sin duda alguna superficial. El sexo, la sexualidad, es uno de los hilos conductores de los vnculos parentales en el modelo familiar del cubano, y por ende, de la extensin que de dicho modelo se hace a todo el sistema de relaciones interpersonales. El padre es padre en tanto hombre y su condicin de hombre es la que da sentido a su paternidad. Lo mismo ocurre, aunque quizs en menor medida, con la mujer. La familia cubana, anchada hoy por las mltiples reestructuraciones de pareja, por las distancias geogrficas de sus miembros, por las interconexiones de raza e incluso de nacionalidades, marca profundamente la subjetividad de sus miembros por los roles de sexo. No importa cunto socialmente se hayan borrado ciertas diferencias o cunto una ms justa distribucin de las tareas se ha logrado al interno del funcionamiento familiar, Papi es hombre, y Mami es mujer. El papi y el mami del discurso simblico de la sexualidad es familiaridad, intimidad cuasiparental con el sujeto de la relacin de pareja, es fidelidad y respeto al ser amado, es cario tierno y candoroso, como el de los nios. Sentimentalmente, el cubano es un nio en un cuerpo que le queda chico y a la vez lo supera. De lo que no queda duda es de que en materia de relaciones sentimentales, el cubano goza de una especial capacidad para la disociacin: Afirma con Madonna que "el amor es emocin, y el sexo, accin, pero atestigua con Sharon Stone que "el sexo es perfecto cuando el cuerpo est supeditado al espritu. Al fin y al cabo repite con Kim Bassinger, que "el erotismo es menos perverso que la hipocresa. Las horas han pasado y se profundiza la polmica entre los tres exploradores del alma humana. Jung est a punto de convencerse de que su maestro ha estudiado la sexualidad humana sin conocer una de las claves importantes del Concierto Internacional de Eros. El mismo Freud comienza a reconocer que "aqu hay algo distinto, que por el momento, como buen europeo, denomina de "extico". Una pareja que est muy cerca de ellos, sin el ms mnimo recato, aumenta el volumen de su radio y se pone a bailar semifrenticamente al comps de lo que parece ser la legalizacin del infanticidio - "Qu te pasa mami ? Qu me estas haciendo ? T me estas matando con tu movimiento. Y s; el movimiento de la pareja es "asesino", promotor de ensoaciones sexuales en vigilia. Freud no puede creer lo que esta viendo, pero tampoco puede dejar de verlo. Jung vuelve a la carga y descubre all las danzas de la fertilidad, de la procreacin. En el pasado de Cuba hay quizs marcas que an esperan por ser claramente reconocidas. La nacionalidad cubana tiene una fuerte carga de negritud, ya no solo en la

  • 4pigmentacin de la piel, sino en la sangre, en la sangre de la sociedad: las representaciones compartidas, las creencias, las costumbres. Cuba se erigi sobre la esclavitud. El esclavo fue buscado por su fortaleza, por su resistencia. As llegamos al negro. Fueron trados miles de hombres negros cuya nica posibilidad de sobrevivencia era su fortaleza, y en esto descans su nocin de virilidad. Muchos hombres fueron trados, y muy pocas mujeres. Y los miles de hombres negros que llegaron, vinieron con cientos de hombres blancos de Espaa, tambin sin mujeres. Posiblemente entonces naci una verdadera "obsesin sexual", producida por la falta de mujer, la separacin de los sexos. As , en las escasas ocasiones en que se poda bailar, producindose el encuentro fsico con el cuerpo deseado, los movimientos del baile se sexualizaron, sublimaron de hermosa manera el eros insatisfecho. - "a falta de pan, casabe. Los bailes se hicieron mimticamente erticos. En la sexualidad del cubano de hoy hay bastante de aquella obsesin, que no responde a represiones actuales, sino a histricas, a represiones que dejaron sus marcas en ese "sexualizarlo todo". Es como no perder ni una oportunidad - en el baile, en el chiste, en la simple conversacin entre amigos, hasta en el discurso poltico - simblico (no olvidar que durante los primeros aos de la Revolucin, al mximo lder del pas le decan popularmente "El Caballo", que adems de ser el numero uno en la charada, juego de azar que era tremendamente popular en Cuba, es la viva imagen de la virilidad, del dominio y el apetito sexual, "El Machazo". El mismo Freud identific con un caballo la imagen pulsional instintiva de la fuerza y energa libidinal del Ello. Medioda en La Habana. Se siente mucho ms en el desprotegido muro del malecn. Un nativo, con la misma certeza y seguridad profesional con que lo hiciera el ms sabio meteorlogo especializado en predicciones climticas, afirma: "Este ao ha hecho ms calor que nunca. Si esto sigue as, no va'aber quien coo lo aguante. Freud escucha y asiente. Su habitual traje de pao con chaleco se ha convertido en un horno que amenaza con derretirlo. Instintivamente comienza a quitarse un poco de ropa, all mismo, delante de todo el mundo. Jung y Ferenczi lo miran perplejos - no es un comportamiento para nada habitual en el hijo de Jakob y Amalia. Desvestirse, andar poco vestido, es un claro ndice de referente sexual, es una incitacin al eros del otro. De pronto Freud, en un claro insight contratransferencial grita "Eureka, parafraseando al genial Arqumedes - "El clima, el calor, afectan la sexualidad del cubano. El calor afecta la energa, es en realidad una forma de energa que se suma. La energa libidinal se ve aumentada por la calrica. De lo que no hay duda es de que el calor es una invitacin a tener la menor cantidad posible de ropa sobre el cuerpo. "El calor - dijo un rumbero cubano - es un aliado de la propaganda sexual. La sexualidad del cubano, el cubano mismo es muy perceptivo. "Si no veo la mercanca, no hay negocio". La sensorialidad es fuerte en el comportamiento sexual del cubano - el olor, el gusto, y por sobre todas las cosas- la visin. Descubiertos los cuerpos para contrarrestar el castigo del calor, son una invitacin perceptible al erotismo cotidiano. "Un buen par de nalgas - sentenci aqul filosofo rumbero - son como una tumbadora con el cuero tenso. Parece decirte: ven a tocar la rumba.

  • 5Muy cerca de la joven triguea pasa otro "pescador de orilla" y se le oye decir - "Que va, yo no quiero ni miral e'to. Me va'dal un infalto. Asesina!. Ahora Freud ha decidido tomar notas. Son demasiadas cosas las que hay que pensar, demasiadas cosas que no articulan con su modelo terico, aunque se contenta con la unidad de eros y tantos, y la argumentacin energtica libidinal. Alguien, de repente, golpea el hombro del Maestro. Es su colega suizo que con gran indignacin y molestia le dice - "Mire esto Herr Freud. Esto si es algo inesperado. Dos hombres con evidentes modales femeninos caminan por la acera junto al muro. Se ven contentos. Sin embargo, el genio observador de Freud descubre claramente que cada vez que pasan por delante de alguno de los ocupantes del muro, alguna reaccin se produce. Unos miran y sonren burlonamente. Otros manifiestan una profunda repulsin que no esconden. Los peores pasan directamente a la agresin verbal: "Par de maricas! No suelten tantas plumas que me da coriza. La sexualidad del cubano es homofbica. No hace falta ver "Fresa y Chocolate" para saberlo. Es sencillamente evidente. El modo de concebir y de vivir la sexualidad del cubano supone casi directamente, la relacin que tiene con (ms bien contra) la homosexualidad. Para el cubano la sexualidad solo puede ser "htero". La "homo" es, en el plano tico una aberracin corrupta e inadmisible, en el plano mdico una enfermedad, en el poltico una desviacin del camino correcto, y en el "estrictamente sexolgico", un desperdicio. "Los pobres - dijo alguien desde el muro, - no saben lo que se estn perdiendo. Uno de los homosexuales vir la cara y dijo algo, pero el ruido de un Moskovich que pasaba no permiti escuchar. La homofobia del cubano es casi tan famosa como su fogosidad y como su machismo. Lo estamos superando, se escucha decir una y otra vez. Y es cierto. Pero an esta ah, y con no poca salud. Para Freud no es fcil acertar en su anlisis. Demasiados prejuicios personales. Estrechas tambin sus hiptesis tericas sobre el tema. Hay adems profundas races socioculturales que el modelo pulsional psicopatolgico no logra alcanzar. La joven no se ha limitado a dejarse observar. Ella tambin ha observado. Ha notado un modo raro de hablar, de vestirse, y est extraada, casi molesta, porque aquellos hombres no "se meten" con ella. Entonces hace su hiptesis: "Esta gente son de afuera. Lentamente se acerca al ms viejo de los tres, y con ingenuidad infantil le pregunta - "Ustedes son extranjeros?. Freud siente la sangre subir y bajar aceleradamente por todo su cuerpo. Qu le esta sucediendo? Qu le puede decir aquella mujer que l no pueda interpretar, que l no pueda comprender. El sol sofoca (solo el sol?). Aquella joven es un encanto. Su piel es suave y fina, de un color que recuerda la miel. Sus ojos son redondos y brillantes. Su figura se le impone al vestido y quiere desbordarlo. "Ser un accidente contratransferencial?, se pregunta el aludido. En la mente del maestro resuena una frase que parece ser la fractura de un proceso identificatorio que se inicia: "Que va.. Esto es mucho para un solo corazn. Las miradas de todas las personas estn sobre l.

  • 6Escucha sus voces silenciosas que le demandan hacer algo, que lo compulsan - "Dale chico. Eso es tuyo, "Demuestra que tu eres el mejor!. La situacin es tremendamente difcil, pero el que pretende, como Coprnico y Darwin, dar un duro golpe al narcisismo del ser humano, aprovecha tambin el momento para entender la sexualidad de la gente de esta isla. El hombre est sujeto a una sobreexigencia sexual. El modelo de "eficiencia masculina" es tremendamente exigente. Exigente sobre todo de parte de las representaciones sociales. Sus componentes son mltiples - tamao del pene, calidad de la ereccin, nmero de veces que realiza el "acto sexual" (coito, porque "lo dems es jugar al flojo"), cantidad de mujeres que ha tenido, en fin, un listado realmente largo, en el que no predominan los aspectos emocionales - "los machos no sienten. Los machos se hacen sentir. Las emociones, los sentimientos, nos hacen frgiles, y macho y fragilidad no pueden convivir. Cunto esas absurdas creencias, esos prejuicios, ese modelo de sobredesempeo obstaculizan un goce ms pleno de la sexualidad? Cunto inhiben una relacin ms autntica y natural con el cuerpo sexuado (con el propio y con el de otro)? Cunto todo esto est en la base de muchas de las disfunciones sexuales? Una respuesta preliminar e intuitiva es: mucho con demasiado. Demasiado sobre todo porque hablamos de alguien para quien la sexualidad, liberada de toda sobreexigencia, es un valor, es un modo asumido de su identidad. El cubano es, ntimamente, puro sentimiento, fragilidad candorosa, ingenuidad afectiva. Freud lo comprendi cuando la joven le habl con pasin del bolero, le dijo que lloraba con las telenovelas (incluso con las pelculas rusas, aunque no las entenda), y que lo que la enloqueca era un hombre que hablara bonito. La mujer cubana exige ser conquistada, amada, convencida. Necesita una flor, una palabra hermosa, en sntesis: sentirse enamorada y que se le enamora. Desde un camin cargado de hombres alguien grit: "Jinetera!!!...Consume productos cubanos y djate de darle tanta cuerda al gallego. Que las hay las hay. Que en el malecn las hay, tambin es verdad. Pero, ya no solo por una razn de tica, de tradiciones y costumbres, sino hasta por un asunto de identidad sexual, la mujer cubana no es jinetera. La sexualidad del cubano no tiene nada que ver con el jineterismo, no es esencialmente una sexualidad prostituible, aunque existan prostitutas y prostitutos. Mucho estima el cubano su sexualidad como para venderla o arrendarla, mucho la disfruta como para desperdiciarla. La mujer cubana, y tambin el hombre en su modo masculino, es coqueta, presumida, como dicen Los Van-Van "Zandunguera". La mujer cubana va de argollas, labios pintados y perfumada a trabajar en la agricultura, se mira en el espejo y se aprieta al cuerpo la ropa con la que se va a meter en la tierra enfangada para recoger la cosecha, para ir a la esquina se pone que parece de fiesta - "Siempre hay un ojo que te ve. Un hombre alto y negro como los zapatos del Dr. Freud se acerca al grupo. Con un poco de desconfianza en el rostro y una mueca que est entre la de los celos y la de la incertidumbre dice - "Buenas tardes. La joven se voltea sonriente, le da un beso y una

  • 7pequea mordida en los labios carnosos al recin llegado y virndose hacia los extranjeros les dice - "Miren, les presento a mi papi. Freud ya no se extraa de que sea "el papi" de la misma edad que ella, ya sabe que su papi no es su padre. Tampoco se extraa de que despus de despedirse, el negro, pblicamente y sin reprimir su deseo le dice a ella - "Mami vamo'echando, le pasa el brazo por la cintura, deja caer su mano sobre la nalga, y camina lento, seguro, viril, orgulloso, como diciendo "esto es mo" - mensaje que ella capta, acepta y reafirma. Ha sido un da repleto de experiencias interesantes y movilizadoras. Freud, Jung y Ferenczi han decidido no hablar entre si nada de lo que ha pasado. Necesitan tiempo individual para elaborar todo este material. Cada uno se fue a dormir a su camarote. Con qu soara Freud esa noche?. Wallace, que no es una referencia de mucho confiar, dice que durante su estancia en los Estados Unidos, Freud le comunic a Jung que dorma muy sobresaltado porque no lo abandonaban ciertos sueos erticos. Veinticinco das dur la visita del Dr. Freud a Norteamrica. Por lo que se conoce, en el plano personal, no sali contento de all. Quizs porque no le resultaron tan fantsticas las Cataratas del Nigara, quizs porque le dijeron viejo, o simplemente porque su mentalidad no estaba preparada para Amrica. Lo cierto es que su encuentro no fue bueno. Quin sabe si, precisamente, a Freud lo que le falt fue pasar realmente por Cuba, sentarse realmente en el muro del malecn, y hacer algunos apuntes y observaciones sobre la sexualidad del cubano. Si esto hubiera sucedido, probablemente muchas de sus conjeturas hubieran tomado otro rumbo. Ms an, quin sabe si el 21 de Septiembre de 1909, al embarcar en el puerto de Nueva York para regresar a Europa, ya a bordo del "Kaiser Wilhelm der Grosse", el genial intrprete de las zonas ms oscuras del alma humana le hubiese preguntado al Capitn de la nave - "No ser posible hacer aunque sea una pequea escala en La Habana?. La Habana Mayo de 1995