freire, paulo & shor, ira - miedo y osadia

292
5/19/2018 Freire,Paulo&Shor,Ira-MiedoyOsadia-slidepdf.com http://slidepdf.com/reader/full/freire-paulo-shor-ira-miedo-y-osadia 1/292

Upload: ruben2012

Post on 09-Oct-2015

2.310 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

TRANSCRIPT

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    1/292

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    2/292

    paulo freire

    es uno de los ms destacados

    pedagogos del siglo XX. Naci en 1921

    en Recife, Brasil; fue maestro, creador

    de ideas y del llamado "mtodo PauloFreire", que se utiliz en Brasil en

    campaas de alfabetizacin y le acarre

    la persecucin ideolgica, la prisin tras

    el golpe militar de 1964 y un largo exilio.

    Con su revolucionaria metodologa

    introdujo a los analfabetos en la

    complejidad del conocimiento como

    primer paso para ensanchar el horizonte

    del mundo, recuperar la dignidad y

    construir la esperanza. Sus obras,

    publicadas en gran parte por Siglo XXI

    Editores, ofrecen deas claras y

    rotundas, sencillas y sugerentes,

    abiertas a todos los lectores. Muri

    en San Pablo en 1997.

    ira shor

    es profesor de redaccin y retrica

    en la City University of New York

    (CUNY). Junto con Paulo Freire, es uno

    de los mximos representantes de la

    pedagoga critica. Entre sus trabajos,cabe mencionar Critical Teaching and

    Everyday Life (1980), Culture Wars:

    School and Society in the Conservative

    Restoration(1986),A Pedagogy for

    Liberation(con Paulo Freire, 1987),

    Freire for the Classroom: A Sourcebook

    for Liberatory Teaching(1987),

    Empowering Education(1992), When

    Students Have Power. Negotiating

    Authority in a Critical Pedagogy(1996),

    Critical Literacy in Action(1999),

    Education is Politics(1999).

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    3/292

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    4/292

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    5/292

    biblioteca clsica

    de siglo veintiuno

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    6/292

    Traduccin: Joaqun Martnez Ortiz

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    7/292

    paulo freire

    ira shormiedo y osadala cotidianidad del docente

    que se arriesga a practicaruna pedagoga transformadora

    \ w j siglo veintiunoa S M editores

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    8/292

    grupo editorialsig lo ve int iuno

    siglo xxi editores, mxico siglo xxi editores, argentina

    CERRO D a AG'JA 24 8 . ROMERO C* TEfWEHOS g l ia t s a a l a 4824 , c 1425b j p 04310 MEXICO. D.F. SUBIOS AIRES, ARGENTINA

    w*. sigloxxiediiores .com. m* www.sigloxxieditores. com. ar

    salto de pgina

    ALMAGRO 38

    28010 m o r o , es r aNa

    iw.v,.saltoteoagina.c3Ti

    biblioteca nueva

    ALMAGRO 38

    28010ma d r o , e s p a n a

    v a w j bibioiecanueva es

    anth ropos

    c a e p an t241

    08013BARCELONA, ESPAA

    vAAw.anthtipcs-editonai com

    Freire, Paulo

    Miedo y osada: La cotidianidad del docente que se arriesga a

    practicar una pedagoga transformadora / Paulo Freire e Ira Slior.-l* ed.- Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores, 2014.

    288 p.; 21x14 cm-' (Biblioteca Clsica de Siglo Veintiuno)

    Traducido por: Joaqun Martnez Ortz // ISBN 978-987-629-409-6

    1. Pedagoga. I. Shor, Ira. II Martnez Ortz, Joaquin, trad.CDD 370.1_______________________________________________________

    Ttulo original: Medo e ottsndin. O cotidiano do profeasor(Sao Paulo,

    Paz e Terra, 19S7, 12* ed. [2008])

    Ediciones del Instituto Paulo Freire de Espaa

    2014, Siglo Veintiuno Editores Argentina S.A.

    Diseo de coleccin: tholn kunst

    Diseo de cubierta: Eugenia Lardis

    Ilustraciones de cubierta e interiores: Mariana Nemitz

    ISBN 978-987-629-409-6

    Impreso en Arles Grficas Delsur // .Alte. Solier 2450, Avellaneda

    en el mes de julio de 2014

    Hecho el depsito que marca la ley 11.723Impreso en Argentina // Marte in .Argentina

    http://www.sigloxxieditores/http://www.sigloxxieditores/
  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    9/292

    ndice

    Prefacio 11

    Ana Maa Sal

    Agradec im ien tos 15

    Introduccin. El sueo del profesor sobre

    la educacin pb lica 17

    1. Cmo puede un profesor transformarse

    en un educador liberador? Cmo se relaciona

    la educacin con el cambiosocial 35

    Los verdaderos obstculos de un aprendizaje crtico 37

    Abrir la ventana del lenguaje 44

    "Ahora s que puedo aprender" 51

    Los estudiantes, mis profesores 53

    Reaprender lo sabido 56

    Dentro y fuera del aula 60

    Develar la realidad ocultada 63

    Debe suprimirse la clase meramente expositiva? 70

    La enseanza como opcin poltica 76

    2. Cules son los temores y los riesgos

    de la trans formacin? 87

    Negar el miedo, negar el sueo 91

    En el miedo, el futuro cobra vida 102

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    10/292

    8 Miedo y osada

    Puede el rechazo de los estudiantes generar miedo

    en el docente? 109

    La filosofa de la cucaracha 115

    3. Hay estructura y rigor en la educaci n liberadora?

    Las clases dialgicas igualan a los profesores

    y los alumnos? 121

    Desestructurar la clase 125

    Tan slo seis pginas 132

    Un alumno que es tambin profesor 144

    Cuando un alumno te pone a prueba 149

    4. Que es el mtod o d ialgico de enseanza?

    La pedagoga situada y el empowerment 155

    El papel del dilogo en la pedagoga iluminadora 159

    Situar el currculo en el pensamiento y el lenguaje

    de los alumnos 166

    El camino del empowermentsocial 173

    El educador como artista 181

    5. Hay una cultura del silencio en los Estados

    Unidos? Los alumnos norteamericanos,

    que viven en una democracia plena, necesitan

    la liberacin? 189

    De cmo la pedagoga oficial construy la figura

    del estudiante pasivo-agresivo 192

    Cmo confrontar el sabotaje estudiantil 201

    Los lmites de la educacin 204

    Mundos silenciados 212

    6. Cmo pueden los educadores liberadores

    su perar las diferencias de lenguaje existentes

    ent re ellos y los alumnos? 221

    Un lenguaje prximo 223

    El peso del lenguaje 229

    El aqu: punto de partida de la enseanza liberadora 237

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    11/292

    Un acto de reflexin entre iguales 244

    Teatralidad y sentimiento 248

    El lenguaje del sexismo y del racismo 252

    7. El sueo de la trans formacin social: cmo

    empezar el lunes por la maana? Tenemos

    derecho a cambiar la conciencia de los alumnos? 259

    El indispensable conflicto social 265

    Aprendiendo a hablar 269

    Leyendo la historia 273

    Los pies sobre la tierra 279

    Indice 9

    Bibliografa seleccionada 283

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    12/292

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    13/292

    Prefacio

    Querido Paulo:

    Tuve un gran placer al ser una de las primeras lec-

    toras de la edicin en portugus de esta obra tuya, escrita en

    coautorla con Ira Shor.

    Me sent muy estimulada e identificada con el contenido

    de este libro. Por tener el privilegio de trabajar a tu lado, en

    los seminarios que dirigiste en el Curso de Posgrado en Su-

    pervisin y Currculo de la Pontificia Universidad Catlica de

    San Pablo, pude ver descrito y cuidadosamente analizado tu

    trabajo en la institucin desde tu regreso a Brasil.

    He encontrado, a lo largo de los captulos, las cuestiones

    que nuestros alumnos, un grupo tras otro, te proponen. Afor-

    tunadamente, tambin encontr las respuestas que, con gran

    paciencia pedaggica, has construido y puesto en discusin.

    Con todo, en los testimonios presentados en este libro no hay

    un simple inventario de las posiciones que has explicado en

    los seminarios. S not, coherentemente con lo que propones

    respecto de la construccin del conocimiento, un conjunto

    de reflexiones recreadas a la luz de las indagaciones y los agu-

    dos debates del joven profesor de la Universidad de Nueva

    York, un brillante interlocutor.

    Fue sorprendente descubrir que las preguntas de los edu-

    cadores brasileos sobre la educacin liberadora coinciden

    con aquellas formuladas por los profesores norteamericanos.

    Ira Shor, al recopilar las dudas de los profesores de ese pas,

    de punta a punta, y disponerse a discurlas contigo, teniendo

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    14/292

    12 Miedo y osada

    como teln de fondo las caractersticas culturales de cada

    uno de los pases, sac a la superficie el potencial, la dimen-

    sin y las posibilidades de la educacin liberadora, ms all

    de las fronteras del Tercer Mundo.Este libro propone un reto serio a todos aquellos profe-

    sores, desde la primaria hasta la universidad, que quieran

    asumir el compromiso con ua sociedad ms justa, para de-

    sarrollar su accin pedaggica dentro y fuera de la escuela,

    conociendo, por ello, los lmites de la educacin en el con-

    junto general de las prcticas sociales. Ms que una invitacin

    y un reto a una educacin transformadora, encontr en tustestimonios y en los de Ira un camino para aquellos profeso-

    res que estn dispuestos a seguir la trayectoria de profesor

    transmisor a profesor liberador.

    En el anlisis de ese recorrido, me encontr con el trata-

    miento de los temas que constituyen necesariamente la esen-

    cia del pensamiento sobre la educacin liberadora. La natu-

    raleza de la educacin como acto poltico, las posibilidades ylos lmites de la educacin, su relacin con la transformacin

    social, la importancia del trabajo del profesor en la escuela, la

    necesidad de la actuacin pedaggica en la educacin formal

    e informal, las caractersticas del mtodo dialgico, temas tra-

    tados en algunos momentos anteriores de tu obra, han ad-

    quirido en este libro un significado especial. Estn recreados

    como cedazo de tu propia crtica y han ganado en claridad,concrecin y una profundizacin cada vez mayor.

    Creo, Paulo, que, en tre las discusiones contenidas en el texto,

    una de ellas es particularmente relevante para los educadores

    brasileos. Esta radica en el hecho de que este trabajo podr

    dirimir muchas de las percepciones equivocadas sobre tu pen-

    samiento en lo que respecta a las posibilidades de la educacin

    liberadora en el contexto escolar. T e Ira han demostrado noslo que eso es posible sino que, principalmente, es necesario.

    A partir de esta posicin, bastante bien explicitada, los edu-

    cadores podrn entender las concepciones fundamentales

    sobre el currculo en una perspectiva liberadora.

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    15/292

    Prefacio 13

    Ms de una vez has destacado que la funcin principal del

    currculo es dejar al descubierto la ideologa dominante. En

    esta oportunidad, sin embargo, las propuestas concretas so-

    bre cmo trabajar con los objetos del conocim iento recons-

    truyndolos desde una perspectiva crtica, a partir de la cultu-

    ra del alumno, como expresin de clase social, son retomadas

    de una forma bastante profunda y clara. Creo que no habr

    duda en lo que respecta al mtodo dialgico utilizado para

    conocer y reconstruir el conocimiento, y en esa perspectiva

    ha quedado cada vez ms demostrado que esta propuesta, en

    vez de ser espontnea, como muchas visiones miopes la in-

    terpretan, se presenta rigurosa y con unos horizontes bien

    definidos.

    Finalmente, Paulo, quiero recalcar que considero este libro

    extremamente oportuno en el momento actual de la poltica

    y la educacin brasileas.

    Siento que Elza no acompae la positiva repercusin que

    con seguridad tendr.

    Ana Mar ia Saul

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    16/292

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    17/292

    Agradecim ientos

    Este libro se ha escrito de la siguiente manera: pri

    mero, Ira propuso realizar un libro-dilogo en Amherst en

    febrero de 1984, donde Paulo haca una residencia en la Universidad de Massachusetts. Nos reunimos de nuevo en Ann

    Arbor, en marzo, y en Nueva York en mayo, para repasar la

    agenda de las cuestiones sobre las que hablaramos. Despus,

    en julio, nos reunimos en Vancouver, donde Paulo dictaba

    un seminario sobre educacin de adultos, en la Universidad

    de Columbia Britnica. En Vancouver nos reunimos du ran te

    ocho das, en sesiones que duraban tres horas cada una y enlas que grabbamos las conversaciones. Ira llev las cintas a

    Nueva York y prepar la transcripcin. Nos reunim os nueva

    mente duran te dos fines de semana en Amherst, en febrero y

    en marzo de 1985, para editar el manuscrito y grabar algunas

    cosas ms. Despus, Ira realiz el esbozo de una transcrip

    cin y nos encontram os o tras dos veces, en julio de 1985, en

    Massachusetts, para term inar de editar el manuscrito.Queremos manifestar nuestro agradecimiento a algunas per

    sonas que nos han amdado a escribir este libro. En Vancouver,

    Paz Buttedahl nos cedi valiosamente el espacio para realizar

    las grabaciones mientras transcurra el seminario que ella or

    ganizaba con Paulo. Yam-Tow Shamash, de la Universidad de

    Columbia Britnica, nos proporcion cintas, un magnetfono

    profesional y copias -realizadas durante la noche- de las cintas

    grabadas. Herb Perr, del Hunter College, fue nuestro fiel so-

    nidista duran te las grabaciones. Ya-Ya Andrade, de la Universi

    dad de Columbia Britnica, nos ayud con las traducciones del

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    18/292

    16 Miedo y osada

    portugus durante las sesiones. Cynthia Brown, Nan Elsasser,

    Patricia Irvine, Frances Goldin y Arthur Haznin leyeron los

    borradores de la transcripcin y nos acidaron inmensamente

    con sus crticas.

    Ira Shor y Paulo Freire

    septiembre de 1985

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    19/292

    Introduccin

    El sueo del profesor

    sobre la educacin liberadora

    ir a : En primer lugar, queremos decir por qu hemos

    optado por escribir un libro de este tipo. Discutiremos temas

    frecuentemente formulados por profesores a propsito de la

    educacin liberadora o transformadora.

    He preparado una agenda de cuestiones planteadas po r un

    profesorado interesado en el cambio social y las clases libera-

    doras, cuestiones concretas a las que se enfrenta en la recrea-

    cin de la escuela y la sociedad. Estas comprenden muchas

    cosas: qu es la enseanza liberadora? Cmo se transforman

    los profesores en educadores liberadores? Cmo empiezan

    a transformarse los estudiantes? Cules son los temores, los

    riesgos y las recompensas de la transformacin? Qu es la en-

    seanza dialgica? Cmo deben hablar los profesores en un

    discurso liberador? Una clase liberadora tiene rigor, autori-

    dad y estructura? Los profesores y los alumnos son iguales

    en un programa liberador? De qu modo la educacin libe-

    radora se relaciona con la transformacin poltica dentro de

    la sociedad como un todo? Este proceso puede ser aplicado

    en otros cursos, ms all de la alfabetizacin y la comunica-

    cin? Cmo se pueden transmitir contenidos mediante un

    mtodo dialgico? Cmo utilizan los profesores liberadores

    las pruebas y los textos? Qu quiere decir empowerment? Po-

    demos aplicar en el Primer Mundo una pedagoga del Tercer

    1 Debido a la riqueza de la palabraempowerment,que significa: a) dar

    poder a: b) activar la potencialidad creativa; c) desarrollar la potencialidad

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    20/292

    18 Miedo y osada

    Mundo? Cmo se integran los ternas raza, sexo y clase en el

    proceso liberador?

    Estas cuestiones han sido planteadas muchas veces durante

    los cursos que hemos organizado con profesores en ejerciciodel magisterio. Ellas sern los puntos centrales de nuestra con

    versacin. No tenemos todas las respuestas ni conocemos todas

    las preguntas que habra que formular, pero estamos decididos

    a dar conunuidad, aqu, a un dilogo que a menudo tiene lu

    gar sobre la teora y la prcdca de la pedagoga dialgica.

    La mayora de los que trabajan en la escuela sabe que la do

    cencia nos exige mucho. Es, tambin, una actividad muy prcti-ca, aunque todo lo que pasa en clase sea la punta de un iceberg

    terico. Pero los profesores se interesan ms por la prcdca

    que por la teora. Si bien cualquier prcdca dene un funda

    mento terico y viceversa, la mayor parte de las invesdgacio-

    nes en educacin no son de gran ayuda durante las agitadas

    horas de clase concreta. Los profesores lidian con demasiadas

    clases, con demasiados alumnos, y con demasiado control ad-ministradvo, de modo que la necesidad de contar con algo que

    funcione en clase es mucho ms que una aparente necesidad

    de armazn terica. Mientras tanto, las preocupantes carencias

    del sistema escolar exigen ideas nuevas. Incluso el profesorado,

    sobrecargado de trabajo, tiene curiosidad por las alternativas.

    Quieren saber cmo usarlas en el aula, si el mtodo del dilogo

    puede ser de utilidad en las clases.Preguntas como estas son formuladas por el profesorado en

    relacin con las alternativas liberadoras. Eso es bueno, porque

    muchos profesores se enfrentan al mismo tiempo a las mismas

    cuestiones. Si estableciramos con ellos un dilogo a travs de

    este libro, empezaramos por los problemas y por los datos re

    conocidos y fundamentados en la realidad acuciante de la do

    cencia. Me parece que esa es la utilidad de este libro.

    creativa del sujeto; d) dinamizar la potencialidad del sujeto, mantene-

    mos la palabra en su idioma original y en cursiva.

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    21/292

    Introduccin 19

    Por ello, hace algunos meses, le suger a Paulo que mantu-

    viramos un dilogo. Ya l le pareci una buena idea.

    pa u l o : Me parece vlida la idea de escribir un libro habla-

    do, y no escrito. Y me interesa por diferentes motivos. La

    cuestin, pa ra ti y para m, es si seremos capaces de introducir

    en este dilogo a los posibles lectores de esta conversacin.

    Eso depender del dinamismo de nuestra discusin. Otro as-

    pecto in teresante es que un libro de este tipo puede ser serio

    sin ser pedante. Podemos tratar las ideas, los hechos y los pro-

    blemas, con rigor, pero siempre con un estilo liviano, como

    el de los bailarines, de una manera amistosa.

    ir a : Espero que encontremos un buen estilo de baile. As se-

    remos al mismo tiempo poticos, divertidos y profundos.

    El hecho que nos ayudar a mantener el contacto con la

    realidad es partir de cuestiones ya propuestas por los profe-

    sores. Nuestras experiencias personales y las de los otros do-

    centes estn contenidas en lo que decimos. No se trata de un

    asunto de registros sobre educacin. Ni estamos respondien-

    do a preguntas que alguien haya formulado. Quiz podamos

    captar los dramas de la vida real en lo que aprendemos den-

    tro y fuera del aula. No hay nada ms convincente que los

    hechos de la vida real. El principal objetivo, para m, es que la

    teora llegue a alcanzar la cotidianidad.

    Este problema de incorporar el pensamiento crtico a la

    vida cotidiana ha constituido siempre un reto. Quizs en al-

    gn lugar eso sea ms importante que en la enseanza, que

    representa una experiencia humana llena de momentos im-

    previsibles. Cuando escribo un libro sobre educacin, solo en

    casa, no tengo ningn contacto con el pblico, y me pregun-

    to si mis palabras tienen algn sentido. Pero cuando los de-

    ms me dicen que, al leer mi libro, les pareca que les estaba

    hablando, entonces s que hall la manera que buscaba para

    decir las cosas.

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    22/292

    20 Miedo y osada

    pa u l o : Otro aspecto muy importante al hacer un libro hablado

    es que el dilogo es, en s mismo, creativo y recreativo. Es decir, al

    final, t ests recreando en el dilogo la forma ms amplia de lo

    que escribes, solitario, en tu estudio o en tu pequea biblioteca.

    Y desde el punto de vista humano, la necesidad de dialogar es

    tan grande que, cuando el escritor est solo en su biblioteca, mi-

    rando las hojas en blanco delante de l, necesita, cuando menos

    mentalmente, llegar hasta los posibles lectores del libro, aunque

    no tenga la suerte de conocerlos algn da. El escritor necesita

    conocer e interactuar con el lector remoto que tal vez leer su li-

    bro cuando l mismo ya no exista. En nuestro caso, estamos aqu,

    simblicamente, delante de numerossimos lectores desconoci-

    dos, pero nosotros estamos uno enfrente del otro, t y yo. Y en

    un cierto sentido, desde ahora yo soy tu lector y t eres mi lector.

    En la medida que, mientras hablamos, somos el lector del

    otro, lectores de nuestros propios discursos, cada uno de no-

    sotros es estimulado a pensar y repensar el pensamiento del

    otro. As, creo que en eso descansa la dimensin fundam ental

    de la riqueza de un intercambio como este. Esta posibilidad

    comn de leernos antes de escribir quiz mejore lo que escri-

    bimos, porque en esta interaccin podemos transform arnos

    en el mom ento mismo del dilogo. .Al fin y al cabo, dialogar

    no es slo decir: Buenos das, cmo ests?. El dilogo es

    propio de la naturaleza del ser humano, como ser de comuni-

    cacin que es. El dilogo sella el acto de ap render, que nunca

    es individual, aunque tiene una dimensin individual.

    Tengo la seguridad de que mediante esta experiencia, al in-

    tentar responder alguna de las preguntas que recibimos en di-

    ferentes momentos y lugares del pas, tambin vamos a retomar

    lo que pensbamos saber cuando procurbamos responder

    aos atrs. Y nuestra conversacin ser ms importante paralos posibles lectores de este libro hablado si somos capaces, en

    sus diferentes tramos (incluso cuando estemos en silencio; y

    los lectores debern adivinar, por medio de la lectura, que en

    un momento dado Paulo estaba en silencio), de provocarlos y

    no tan slo de responder a sus preguntas. Si somos capaces de

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    23/292

    Introduccin 21

    crear algn malestar entre nuestros lectores, de provocarles al

    gunas inseguridades, entonces el libro habr sido importante.

    Si podemos hacer eso, el libro tendr rigor. Seremos rigurosos.

    Creo que muchas personas estn completamente equivocadas

    y son ingenuas respecto del significado de la palabra rigor. Yo

    me siento riguroso si te provoco, a ti,a ser riguroso. El rigor es

    algo que existe en la historia, est hecho a travs de la historia.

    Por ello, lo que hoy es riguroso puede no serlo maana.

    ir a : T dices que el rigor no es algo permanente, o universal.

    Entonces, es un modo de conocer arraigado en el tiempo y

    en las condiciones de quien conoce?

    pa u l o : S , el rigor no es universal. Universal es la necesidad

    de ser riguroso.

    ir a : El rigor es un deseo de saber, una bsqueda de respues

    ta, un mtodo crtico de aprender. Quizs el rigor sea, tam

    bin, una forma de comunicacin que provoca al otro a par

    ticipar, o lo incluye en una bsqueda activa. Probablemente

    esta sea la razn por la que tanta educacin formal en las

    aulas no consigue motilar a los estudiantes. Los estudiantes

    son excluidos de la bsqueda, de la actividad del rigor. Las

    respuestas les son dadas para que las memoricen. El cono

    cimiento les es dado como un cadver de informacin -un

    cuerpo muerto de conocimiento- y no como una conexin

    viva con la realidad de cada uno de ellos. Hora tras hora, ao

    tras ao, el conocimiento no pasa de ser una tarea impuesta a

    los estudiantes por la voz montona de un program a oficial.

    pa u l o : Has dicho algo sobre la motivacin. Me parece que

    esta es una cuestin interesante. Nunca consegu entende r el

    proceso de motivacin fuera de la prctica, antes de la prcti

    ca. Es como si, primero, se debiera estar motivado para, des

    pus, entrar en accin. Me comprendes? Esta es una forma

    muy antidialctica de en ten de r la motivacin.

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    24/292

    22 Miedo y osada

    La motivacin forma parte de la accin. Es un momento de

    esa misma accin. Es decir, t te motivas a medida que actas,

    y no antes de actuar. En este sentido, el libro ser provechoso

    si su posible lector, en el momento mismo en que lo lea, es

    capaz de sentirse motivado por el propio acto de la lectura y

    no por haber ledo algo sobre motivacin. Incluso as, somos

    responsables tambin de eso. Es decir que debemos trabajar

    con seriedad en este libro que, por ahora, es una conversacin.

    ir a : Me gustara destacar que la motivacin debe encontrarse

    dentro del propio acto de estudiar, dentro del reconocimiento,

    por el estudiante, de la importancia que el conocimiento dene

    para l. T puedes imaginar qu significa la escuela para los estu-

    diantes. El profesorado y el personal administradvo de la escuela

    constantemente les dan lecciones sobre la importancia de la es-

    cuela y sobre lo que esta representar en su futuro distante. Toda

    esa promocin de la institucin slo revela su incapacidad para

    rnodvar. No es posible pretender que ha>a modvacin por pai te

    de los estudiantes en mi aula cuando recin empiezo la leccin.

    El problema de la motivacin es tan esencial en la actual

    crisis de la enseanza en los Estados Unidos que en los

    ltimos tres aos ha generado una serie de informes oficiales.

    La situacin actual es como t la describes, Paulo. El currculo

    modelo se divorcia de la motivacin como si esta fuera externa

    al acto de estudiar. Las pruebas, la disciplina, los castigos, las

    recompensas, la promesa de trabajo futuro son considerados

    los motores de la motivacin, alienados del acto de aprender

    aqu y ahora. De la misma manera, la alfabetizacin es

    definida como aptitudes bsicas aisladas de un contenido

    serio de estudio, aisladas de los asuntos que tienen un valor

    crtico para los estudiantes Primero, ser apto, y despus, ya

    podr obtener una educacin de verdad! Por el contrario,

    primero obtenga una educacin de verdad y despus podr

    tener un trabajo! Lo mejor siempre es aquello que t no ests

    haciendo en el momento presente. No nos puede sorprender

    que los estudiantes no cooperen.

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    25/292

    Introduccin 23

    pa u l o : Con frecuencia me preguntan cmo motivar a los es

    tudiantes. Por qu no explicas todo eso un poco ms a partir

    de tu situacin?

    ir a : Una de las grandes crisis de los Estados Unidos, en estemomento [1985], es la resistencia de los estudiantes al currcu-

    lo oficial. En otras palabras, los profesores y directivos se nie

    gan a cam biar el plan de estudios que aliena al estudiante. La

    reaccin de los estudiantes es negarse a trabajar de acuerdo

    con el currculo oficial.

    La pedagoga oficial ha motivado que los estudiantes

    estn en contra del trabajo intelectual. Esta lucha de poder

    por el currculo llev a las escuelas y a las universidades a un

    estancamiento que algunos rganos oficiales han definido,

    equivocadamente, como mediocridad estudiantil. Yo lo

    denomino huelga de obligaciones de los estudiantes, que se

    niegan a estudiar bajo las condiciones sociales existentes. No

    menos importantes en esta ecuacin son la dejadez de muchas

    escuelas, las aulas numerosas y el hecho de que el mundo

    de los negocios no recompensar el esfuerzo de los estudios.

    Son pocas las recompensas que el mercado de trabajo ofrece

    por los altos niveles de realizacin escolar. Los estudiantes

    deciden, entonces, que es estpido jugar con unas reglas que

    no los benefician y que han sido hechas por otras personas.

    El problema de la motivacin planea sobre las escuelas

    como una densa nube. Todos sabemos que los estudiantes,desmotivados dentro de la escuela, pueden encontrar mucha

    motivacin fuera de ella. La cultura del consumo manipula

    sus hbitos de compra. Han encontrado tambin un amplio

    espacio fuera de la escuela y la casa para construir su cultura

    subjetiva del sexo, la amistad, los deportes, las drogas y la m

    sica, entre otros. Cuando los estudiantes realmente quieren

    algo, mueven cielo y tierra para conseguirlo. Encuentran au

    tomviles baratos y regatean el seguro, buscan trabajos tem

    porarios en Navidad, consiguen el equipo de msica ms eco

    nmico, o una nueva guitarra, o la entrada para un concierto,

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    26/292

    24 Miedo y osada

    o que se tache una nota baja en la universidad, o ingresar en

    cursos ya cerrados, o aprobar un concurso p or oposicin en

    alguna administracin. En esas circunstancias, emplean toda

    su sagacidad. Ese inters de los estudiantes en asuntos no oficiales me llev a considerar temas de la vida diaria para la in

    vestigacin critica; les pido que escriban sus propios libretos.

    Tambin introduzco lecturas para desarrollar una tensin

    entre esos dos tipos de discurso -los textos proyectados por

    ellos mismos y los textos impresos-, un hecho que aporta un

    sustancial dinamismo al curso.

    Por lo tanto, cuando comienzo un curso, no puedo dar porasegurada la motivacin de los estudiantes. Busco descubrir, en

    tonces, su perfil: a favor de qu o en contra de qu estn. Eso

    slo lo puedo hacer observando lo que dicen, escriben y realizan

    los estudiantes. Sin embargo, antes debo generar una atmsfera

    en la que ellos concuerden en decir, en escribir, en hacer lo que

    es autntico para ellos. Para incentivarlos a decir ms, contengo

    mi propio discurso inicialmente, para dar ms espacio al suyo.De esta manera, el punto de partida de la educacin del estu

    diante en clase es tambin el punto de partida de mi educacin.

    Lo que ms me importa al comienzo es saber cunto y qu tan

    lapido puedo aprender con respecto a los estudiantes. Para m,

    ese es un momento experimental. Busco utilizar ejercicios que al

    mismo tiempo me eduquen y eduquen a los estudiantes: lecturas

    breves, redacciones, experiencias de debates y reflexin, y mantengo mi plan de estudio limitado y flexible. Realizo un vuelo sin

    instrumentos, muchas veces sin ninguna planificacin completa

    del curso o alguna lista de lecturas que denoten la sujeccin

    a un orden con el que estoy familiarizado. Quiero aprender

    con ellos cules son sus verdaderos niveles cognitivos y afectivos,

    cmo es su autntico lenguaje, qu grado de alienacin tienen

    en el estudio critico y cules son sus condiciones de vida, como

    fundamentos para el dilogo y el acto de preguntar.

    Los estudiantes se motivan fuera del proceso de aprendiza

    je cuando el curso existe anticipadamente, de manera com

    pleta, en la cabeza del profesor, en el programa o en la lista de

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    27/292

    Introduccin 25

    lecturas, o en las exigencias de los rganos de gobierno. Te

    percatas de lo que hay de muerto en eso? El aprendizaje ya ha

    tenido lugar en alguna otra parte. El profesor simplemente

    utiliza una arquitectura construida en otro lugar, simplemen-

    te relata las conclusiones a las que se ha llegado en otro lugar.

    El estudiante estudia de memoria lo que le es dado.

    Hay mucha presin para que se ensee de esta forma tra-

    dicional. En p rimer lugar, porque es familiar y ya est funcio-

    nando, aunque no d resultados en clase. En segundo lugar,

    porque, al apartarte del programa oficial, puedes ser conside-

    rado un rebelde o un disconforme, y estar sujeto a algo que

    puede ir desde pequeos inconvenientes hasta el despido.

    Cmo puedo motivar a los estudiantes, a no ser que ellos

    acten conmigo? Inventar un curso que se desarrolle con los

    estudiantes mientras, al mismo tiempo, est siendo impar-

    tido es excitante y produce ansiedad. Me siento ansioso en

    el transcurso de ese proceso creativo, esperando ver si todos

    los hilos se juntarn, pero s que esa apertura es necesaria

    para superar la alienacin de los estudiantes, que es el mayor

    problema del aprendizaje en las escuelas. Dnde aprender a

    hacer este tipo de enseanza? Hacindolo. Lamentablemen-

    te, los departamentos acadmicos y las escuelas de educacin

    desalientan a los profesores a desarrollar nuevas experiencias.

    pa u l o : T sabes, Ira, que todas estas cosas que ests diciendo

    estn ligadas a una cuestin epistemolgica muy seria. Estoy

    convencido de que la comprensin deficiente de lo que po-

    demos denominar ciclo gnoseolgicoest relacionada con estos

    malentendidos de los que hablamos.

    Por ejemplo, si observamos el ciclo del conocimiento, po-

    demos identificar dos momentos, y tan slo dos, que se rela-

    cionan dialcticamente. El primer momento del ciclo, o uno

    de ellos, es el de la produccin de un conocimiento nuevo, de

    algo nuevo. El otro mom ento es aquel en que el conocimiento

    producido es conocido y entendido. Un momento es la pro-

    duccin de un conocimiento nuevo y el segundo es aquel en el

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    28/292

    26 Miedo y osada

    que t conoces el conocimiento existente. Lo que pasa, gene-

    ralmente, es que dicotomizamos esos dos momentos, aislamos

    uno del otro. Por consiguiente, reducimos el acto de conocer

    del conocimiento existente a una mera transferenciadel conoci-miento. Y el profesor se convierte, exactamente, en el especia-

    lista, al transferir ese conocimiento. De esa manera, pierde al-

    gunas de las cualidades necesarias, indispensables, requeridas

    en la produccin del conocimiento, as como en el hecho de

    conocer el conocimiento existente. Algunas de esas cualidades

    son, por ejemplo, la accin, la reflexin crtica, la curiosidad,

    el cuestionamiento exigente, la inquietud, la duda; todas estasvirtudes son indispensables para el sujeto cognoscente.

    i r a : El escepticismo y la mirada crtica, el compromiso apa-

    sionado con el aprendizaje..., la motivacin de saber que t

    ests descubriendo territorios nuevos. El profesor necesita ser

    un aprendiz activo y escptico en el aula, que invita a los estu-

    diantes a ser ms crticos y curiosos... y creativos.

    pa u l o : Exactamente! Y otra cuestin es que, cuando debe-

    mos separar el hecho de producirconocimiento del de conocer

    el conocimiento existente, las escuelas se transforman fcil-

    mente en espacios para la venta de conocimiento, hecho que

    corresponde a la ideologa capitalista.

    ir a : Quieres decir que las escuelas estn montadas como sis-

    temas de distribucin para comercializar ideas oficiales y no

    para desarro llar el pensamiento crtico?

    pa u l o : S! Distribuir servicios implica sabotear lo que debe

    ser integrador.

    i r a : La educacin debe ser integradora, de los estudiantes y

    los profesores, en una creacin y recreacin del conocimiento

    comnmente compartidas. En la actualidad, el conocimiento

    es producido lejos de las aulas, por investigadores, acadmicos,

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    29/292

    Introduccin 27

    escritores de libros didcticos y comisiones oficiales de planes

    de estudio, pero no es creado y recreado por los estudiantes y

    los profesores en las aulas.

    pa u l o : Y hay otra cosa que se les dice a los profesores: que la

    enseanza no tiene nada que ver con la investigacin ni con

    la produccin de conocimiento. A causa de eso existe el mito

    de que si eres un profesor que no realiza ninguna clase de in-

    vestigacin pierdes presagio. Como si orientar un seminario

    de un semestre sobre el conocimiento actual en biologa, qu-

    mica o filosofa no tuviera ninguna importancia, como si no

    estuvieras siendo una especie de investigador. Cuando pienso

    en pasar tres horas con un grupo de estudiantes discutiendo

    la naturaleza educativa de la poltica, y encuentro que eso no

    es investigacin, entonces no entiendo nada. Es decir, estoy

    reconociendolo que he pensado que reconoca, con estudiantes

    que estn empezando a conocer estas cuestiones. Pero ese tipo

    de dicotoma entre enseanza e investigacin tambin explica

    la dicotoma, de la que ya habl, entre los dos momentos del

    ciclo del conocimiento: el de la produccin del conocimiento

    nuevo y el de conocer el conocimiento existente.

    ir a : Otro aspecto del problema es lajerarqua poltica del cono-

    cimiento. Determinado Upo de conocimiento es ms valorado

    que otro. Algunos no consiguen que se reconozca su valor a no

    ser que asuman una forma tradicional dentro de una disciplina.

    Por ejemplo, la tecnologa, para las grandes empresas y para las

    Fuerzas Armadas, es ms importante que las ciencias humanas.

    La investigacin de inters empresarial dispone de recursos

    muy abundantes, mientras que los estudios sobre socialismo son

    marginalizados. Adems, el conocimiento producido dentro de

    la universidad es ms valorado que el conocimiento producido

    por cientficos autnomos fuera de la institucin.

    Ms an, cuando digo que una de las investigaciones que

    realizo es escuchar a los alumnos, algunos colegas me preg un-

    tan: Eres lingista?. Existen estudios importantes, como los

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    30/292

    28 Miedo y osada

    de Bisserety Willis," sobre el lenguaje de la cotidianidad. Yo in

    vestigo las palabras habladas y escritas de los estudiantes para

    saber qu saben, qu quieren y cmo viven. Sus discursos y

    textos son un acceso privilegiado a sus conciencias. Examinolas palabras y los temas que para ellos son ms importantes,

    ya que as tendr materiales de la realidad para el estudio en

    clase. Lo peor de todo es estar en un aula donde los estu

    diantes permanezcan en silencio, o donde hablen y escriban

    en aquel lenguaje falso y defensivo que inventan para tratar

    con los profesores y otras autoridades. Nosotros, los profeso

    res, pasamos muchas horas desesperanzados delante de losestudiantes silenciosos que nos miran fijamente sin moverse.

    Tambin pasamos muchsimas clases escuchndolos repetir

    nuestro propio lenguaje profesoral. Si no oigo o no leo su

    autntico lenguaje-pensamiento, me siento peijudicado por

    no poder empezar a investigar sobre sus asuntos y sus niveles

    de desarrollo.

    Este tipo de investigacin bien fundamentada tiene muypoco valor de mercado en el mundo acadm ico. Es una pena,

    porque la inteligencia fundamentada es una de las cosas que

    los profesores necesitan para estimular a los estudiantes. Es la

    informacin de base para reinventar el conocimiento en cla

    se. Esa enseanza-investigacin tiene un gran valor prctico,

    y educa al profesor a proyectar un currculo intrnsecamente

    motivador. Tambin disminuye la distancia profesional entreel profesor y los alumnos.

    Por lo tanto, el primer investigador, en el aula, es el profe

    sor que investiga a los alumnos. Esta es una tarea bsica del

    aula liberadora, aunque, por s sola, sea slo preparatoria,2

    2 N. Bisseret, Education, Class Language and Ideology,

    Londres,1977; P, Willis, Learning to Labor: How Working Class Kids get

    Working Class Jobs,Nueva York, 1981. Vase tambin R. Ohmann,

    "Reflections on Class and Language, en College English,vol. 44,

    n 1, enero, 1982, pp. 1-17. El texto de Ohmann, English in America,

    Cambridge, 1976, es otro texto clave sobre lenguaje y poltica.

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    31/292

    Introduccin 29

    porque el proceso de investigacin debe anim ar a los estu-

    diantes a estudiar tanto los textos del curso como su propio

    discurso y realidad.3

    Considero que este tipo de educacin puede producir un

    conocimiento no supervisado o no oficial. Eso desafiara la co-

    mercializacin de la ideologa oficial preparada por la escue-

    la. No sonaremos como los libros didcticos, los programas

    escolares y los medios de comunicacin que asedian a los

    estudiantes. Yo busco parecer natural en vez de profesoral,

    y crtico en vez de ceremonial. El cuestionamiento crtico

    puede producir una lite ratura a partir de la nada, una educa-

    cin paralela, o clase paralela, en contraposicin a las clases

    oficiales. Este tipo de enseanza puede producir un cono-

    cimiento divergente y unas formas alternativas de utilizar el

    conocimiento.

    La educacin es mucho ms controlable cuando el profe-

    sor sigue el currculo o plan de estudios oficial y los estudian-

    tes actan como si slo repitieran las palabras del profesor. Si

    los profesores o los alumnos ejercieran el poder de producir

    conocimiento en clase, estaran reafirmando su poder de re-

    hacer la sociedad. La estructura del conocimiento oficial es

    tambin la estructura de la autoridad social. Por eso predomi-

    nan el programa, las bibliografas y las clases expositivas como

    formas educativas para contener a los profesores y a los alum-

    nos en los lmites del consenso oficial. El currculo pasivo ba-

    sado en clases expositivas no es tan slo una prctica pedag-

    gica pobre; es el modelo de enseanza ms compatible con la

    promocin de la autoridad dominante en la sociedad y con

    la desactivacin de la potencialidad creativa de los alumnos.

    3 Para un buen ejemplo de aula sobre cmo provocar la investiga-cin crtica del estudiante en lo que respecta a sus condiciones y su

    lenguaje, vase "English and creole: The dialectic of choice in a college

    writing program", de las profesoras Nan Elsasser y Patricia Irvine, del

    College of the Virginia Islands, indito.

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    32/292

    30 Miedo y osada

    pa u l o :Tienes razn en lo que respecta a la poltica del currculo

    oficial. Y si el profesor cita un texto de investigacin en el aula,

    este debe ser el conocimiento ms importante. Para m, uno de

    los problemas ms serios es cmo enfrentarse a una poderosay antigua tradicin de transferencia del conocimiento. Incluso

    los estudiantes tienen dificultades para en tender a un profesor

    que no realiza una transferencia de conocimiento. No creen

    en un profesor liberador que no les empuje el conocimien

    to en sus gargantas. Cuidado, no es que estemos en contra de

    la disciplina intelectual. Esta es absolutamente indispensable.

    Cmo es posible que alguien realice un ejercicio intelectualsi no crea una disciplina de estudio? Precisamos eso. Necesita

    mos leer con seriedad, sin embargo, por encima de todo, nece

    sitamos aprender qu es leer realmente.

    Considero que leer no es slo caminar sobre las palabras, ni

    tampoco volar sobre las palabras. Leer implica reescribir lo

    que estamos leyendo. Es descubrir la conexin entre el texto

    y el contexto del texto, y tambin cmo vincular el tex to/con -texto con mi contexto, el contexto del lector. Lo que pasa es

    que muchas veces leemos autores que han muerto hace cien

    aos y no sabemos de su poca. Y con frecuencia sabemos

    muy poco sobre nuestra propia poca.

    Por ello, soy partidario de que se exija seriedad intelectual

    para conocer el texto y el contexto. Sin embargo, para m

    lo importante, lo indispensable es ser crtico. La crtica creala disciplina intelectual necesaria por el hecho de plantear

    preguntas sobre lo que se lee, lo que est escrito, el libro, el

    texto. No debemos someternos al texto, ser sumisos ante l.

    La cuestin es luchar con el texto, a pesar de quererlo. En trar

    en conflicto con l. Finalmente, representa una operacin

    que exige mucho. As, la cuestin no es slo imponer a los

    alumnos numerosos captulos de libros, sino exigirles que se

    enfrenten al texto con seriedad.

    Mientras tanto, si se les pide que asuman una postura de

    lectores crticos, como quien reescribe el texto que lee, se co

    rre el riesgo de que los estudiantes no acepten la invitacin

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    33/292

    Introduccin 31

    y su produccin intelectual decaiga. Si los imitamos a rees-

    cribir el texto, ms que simplemente tragarlo, eso puede lle-

    varlos a pensar que nuestro propio rigor intelectual es frgil.

    Los estudiantes podran pensar que no somos rigurosos por

    pedirles que lean crticamente un nico texto, a diferencia

    de imponerles la obligacin de leer trescientos libros en un

    semestre.

    ir a : Ese riesgo existe. Los estudiantes estn acostumbrados

    a la transferencia de conocimiento. El currculo oficial exige

    que se sometan a los textos, a las clases expositivas, y a las

    pruebas, para que se acostumbren a someterse a la autoridad.

    Ellos saben bien cmo resistir las exigencias de la autoridad,

    pero tambin pueden rechazar la clase no tradicional. Algu-

    nos lo hacen con un callado desdn, otros se resisten activa-

    mente, y otros simplemente se van a almorzar. La cuestin es

    facilitar una transicin gradual que los aleje de las viejas cos-

    tumbres. C uando presto atencin a lo que los estudiantes di-

    cen al comienzo del semestre, entiendo cmo estn domina-

    dos po r el viejo sistema escolar. Eso me permite ver qu tipo

    de pedagoga de transicin debo introducir. Realizo algunas

    concesiones a las viejas formas de aprendizaje para reducir el

    nivel de ansiedad. Determino algunas lecturas, algunos traba-

    jo s escritos, huesos del viejo esqueleto en cantidad suficiente

    como para que todos nos sintamos cmodos.

    Pero hay otros problemas de la transicin a pardr de la

    transferencia de conocimiento. Con frecuencia, los profeso-

    res empiezan la clase y piden que los estudiantes redacten un

    trabajo sobre un libro, un artculo de revista o una cuestin

    social. Los alumnos casi siempre p reguntan: Quiere miopi-

    nin?. A lo cual los profesores responden: Claro, s, debes

    escribir lo que piensas. Entonces, elaboran trabajos extrema-

    mente poco interesantes y llenos de errores. En general, no

    escriben con verdadera profundidad. Muchos profesores, en

    consecuencia, se sienten frustrados en su deseo de conseguir

    que los alumnos piensen crticamente.

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    34/292

    32 Miedo y osada

    Uno de los problemas es que el material que el profesor

    presenta desorienta a los alumnos. Casi siempre est escrito

    en estilo acadmico, un lenguaje que ellos no utilizan. Se trata

    por lo general de temas irrelevantes para sus experiencias y

    que no estn sincronizados con el ritmo perceptvo de la cul-

    tura de masas, un ambiente electrnico y acelerado. Y lo que

    es peor, las relaciones sociales en la clase provocan alienacin

    y silencio. El fro distanciamiento entre alumnos y profesor

    aparta a los estudiantes del material de estudio. El modo a tra-

    vs del cual la clase llega a un texto impreso y la propia na tura-

    leza del texto necesitan ser analizados. Hemos de reinventar la

    lectura en un contexto que impide una lectura seria.

    pa u l o : Tambin hay profesores que les hablan a los alum-

    nos sobre los textos para no penetrar en la intimidad de los

    libros, en el alma del escrito, con el fin de discudrlo desde

    el punto de vista del estudiante. Al contrario, hablan sobre

    ellos para tan slo describirlos. Con frecuencia, piden que

    los alumnos describan un segundo objeto, la sociedad misma.

    Los estudiantes slo deben describir lo que ven en un texto

    o en la sociedad, y nada ms que eso, porque los profesores

    sostienen que a los cientficos no hay que interpretarlos, sino

    tan slo describirlos. Est claro que irn an ms lejos y dirn

    que a los cientficos no les corresponde ni siquiera pensar

    en cambiar la realidad, sino tan slo describirla. Este tipo de

    comprensin ideolgica del acto del conocimiento es lo que

    llamamos neutralidad u objetividad de la ciencia.

    ir a : Esta idea del cuestionamiento no valorativo es comn en

    mi cultura, pero coexiste, tambin, como aceptacin de la na-

    turaleza comprometida del conocimiento. En los Estados Uni-

    dos, las fuerzas polticas utilizan la investigacin cientfica para

    el apoyo de sus reivindicaciones. Sin embargo, en las escuelas

    y universidades, los cursos de ciencias, ingeniera, tecnologa

    y ciencias sociales generalmente presentan el conocimiento

    como no valorativo, exento de ideologa o de poltica. Cuando

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    35/292

    Introduccin 33

    no son presentados as, entonces esos asuntos son considera

    dos desde el punto de vista del establishment. Los estudiantes

    son formados para ser trabajadores o profesionales liberales,

    que dejan la poltica a los polticos profesionales. Esos currcu-

    los falsamente neutros los forman para observar las cosas sin

    juzgarlas, o para ver el mundo desde el punto de vista del con

    senso oficial, para ejecutar rdenes sin cuestionarlas, como si

    la sociedad existente fuera fija y perfecta. Los cursos enfatizan

    las tcnicas y no el contacto crtico con la realidad. Eso impi

    de un anlisis poltico de las fuerzas que construyen los curr-

    culos, as como los rascacielos. Un cientfico, un profesional,

    mantiene sus manos limpias y se queda fuera de la poltica,

    deja de hacerse preguntas que contengan crticas a las decisio

    nes de sus superiores o al impacto de su propio trabajo.

    pa u l o : Y desde ese punto de vista que no es el mo, cuantas

    ms veces te pongas guantes para no contaminarte con la rea

    lidad, mejor cientfico sers.

    A travs de la educacin liberadora, no proponemos simples

    tcnicas para llegar a la alfabetizacin, a la especializacin, para

    conseguir una calificacin profesional o un pensamiento crti

    co. Los mtodos de la educacin dialgica nos llevan a la intimi

    dad de la sociedad, a la razn de ser de cada objeto de estudio.

    A travs del dilogo crtico sobre un texto o un m omento de la

    sociedad intentamos penetrarla, develarla, ver las razones por

    las que l es como es, el contexto poltico e histrico en el que

    se inserta. Eso implica para m un acto de conocimiento y no

    una mera transferencia de conocimiento, o una mera tcnica

    para aprender el alfabeto. El curso liberador ilumina la reali

    dad en el contexto del desarrollo del trabajo intelectual serio.

    i r a : Me gusta esta idea, Paulo: iluminar la realidad. Y estoy

    de acuerdo tambin en que la educacin liberadora no es

    un manual de habilidad tcnica; es sobre todo, por eso, una

    perspectiva crtica sobre la escuela y la sociedad, la enseanza

    dirigida hacia la transformacin social.

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    36/292

    34 Miedo y osada

    pa u l o :Adems de un acto de conocimiento, la educacin es

    tambin un acto poltico. Por eso no hay pedagoga neutra.

    i r a : Todas las pedagogas denen una forma y un contenidoque estn relacionados con la sociedad, y todas implican re-

    laciones sociales dentro de las aulas que se relacionan con el

    poder y la dominacin?

    pa u l o : S. Pienso, por ejemplo, que la ideologa dominan-

    te vive dentro de nosotros y tambin controla la sociedad

    fuera de nosotros. Si esa dominacin interna y externa fueracompleta, definiuva, nunca podramos pensar en la transfor-

    macin social. Pero la transformacin es posible porque la

    conciencia no es un espejo de la realidad, un simple reflejo,

    sino que es reflexiva y reflectorade la realidad.

    En tanto seres humanos conscientes, podemos descubrir

    cmonos condiciona la ideologa dominante. Podemos distan-

    ciarnos de nuestra poca, y podemos aprender, por ello, cmoliberarnos mediante la lucha poltica en la sociedad. Pode-

    mos luchar para ser libres precisamente porque sabemos que

    no lo somos! Por eso podemos pensar en la transformacin.

    ir a : Me gusta la irona de la conciencia, que hace posible la

    liberacin. Podemos aprender a ser libres estudiando nuestra

    falta de libertad. Esta es la dialctica de la clase liberadora. Esun lugar donde pensamos crticamente sobre las fuerzas que

    interfieren en nuestro pensam iento crtico. As, las clases libe-

    radoras iluminan las condiciones en las que nos encontramos

    para ayudamos a superar esas condiciones.

    pa u l o : Esta es la invitacin que hacemos a los estudiantes.

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    37/292

    IB M

    1. Cmo puede un profesor

    transfomriarse en un

    __

    educador liberador?

    Cmo se relaciona la educacin v..

    con el cambio social'

    ' f ^ J *

    RS&oQbSB k' .. . . * .** 1' '- i i i L l i n ^ m Q . v A r* -W y'*yt - Y | *- J P f f l y .1

    /T''x-- J\>.r.

    .

    2r.,v- v :

    J ' 5 : X j v JtV' . ' CSfcVi?, ;

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    38/292

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    39/292

    ir a : Paulo, esta noche me gustara analizar algo que

    los profesores y los alumnos plantean con frecuencia: cmo

    transformarse en un educador liberador? Cmo reciclarse?

    El profesorado tiene pocas oportunidades de ver aulas li-

    beradoras. Los programas de formacin son casi siempre

    tradicionales y las escuelas que los profesores frecuentan no

    estimulan la experimentacin. As, el problema de los mode-

    los es la primera cuestin que ellos plantean. Una parte de

    ese problema implica otras cuestiones: cmo se diferencia la

    educacin liberadora de la tradicional? Cmo se relaciona

    con el cambio social?

    pa u l o : Tambin me han formulado ese tipo de preguntas en

    Amrica del Norte y en Europa.

    ir a : Quiz sea una buena idea discutir nuestro aprendizaje y

    reaprendizaje para entender de qu modo llegamos a la pe-

    dagoga liberadora.

    pa u l o :Me parece bien. Empieza t y despus comentar algo

    al respecto.

    Los verd ad eros o bs tcu los d e un aprendizaje crtico

    ir a : Recib una educacin muy tradicional. De pequeo no me

    gustaba la escuela, pero adoraba estudiar, en especial mapas

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    40/292

    38 Miedo y osada

    antiguos, culturas antiguas, astronoma. De modo que lea

    solo, estudiaba la leccin en casa y me resista a ir a la escuela.

    El aburrimiento me volvi silencioso, y me transform en lo

    que denominan un prob lema disciplinario. Mientras tanto,senta una gran curiosidad por las cosas, muy a pesar de que

    la escuela se me hizo tediosa, as como tambin al resto de mis

    compaeros. Eramos mucho ms espabilados de lo que la es-

    cuela nos permita ser. Eramos tratados como imbciles y nos

    transformaban en robots, y yo me rebel contra esa estupidez.

    Los otros estudiantes, amigos mos, tampoco eran felices.

    Ellos creaban problemas, pero yo me transform, a los onceaos, en un lder de la resistencia estudiantil. Empec a pu-

    blicar un peridico extraoficial, que el directo r prohibi sin

    dem ora. Esa fue la prim era leccin que recib sobre la libertad

    de prensa, muy diferente de lo que el libro de lectura contaba.

    Recuerdo haber ledo respecto de la libertad de prensa y es-

    pecficamente sobre un editor colonial llamado Peter Zunger,

    alrededor de 1735. En aquella poca, los ingleses malvados loencarcelaron porque haba publicado unos artculos sin auto-

    rizacin; pero ahora todos ramos libres!

    Al mismo tiempo, los profesores me halagaban, me decan

    que yo era ms listo que el resto de los nios, y que me com-

    portara de acuerdo con las reglas porque de esa forma me

    asegurara un buen futuro. Mi madre tuvo que concurrir a

    la escuela para hablar sobre mi comportamiento con la pro-

    fesora e hicieron mucha presin para que yo permaneciera

    callado. Mi madre falt al trabajo y se quej de que la escuela

    me estaba aburriendo, pero mi profesora la dej estupefacta

    al decir que, si yo necesitaba asistir a clases especiales, ella

    debera conseguir dinero para matricularme en una escue-

    la particular. Avergonzada por pertenecer a la clase trabaja-

    dora, mi madre recul y me dijo que obedeciera a los pro-

    fesores. Yo me retraje y me qued callado durante mucho

    tiempo, me convert en un estudiante ejemplar y en alumno

    dilecto de los profesores. Esa fue una linda alteracin de las

    reglas del poder: los profesores empezaron a adorarme y mis

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    41/292

    Cmo puede un profesor transformarse en un educador liberador? 39

    amigos a detestarme. Haba cambiado de bando en la guerra

    cultural de la escuela. Continu as, dentro de un capullo,

    siendo bueno y quedndome quieto, hasta que lleg la agita

    cin de los aos sesenta, con el movimiento de los derechos

    civiles. Empec a militar e incursion en la nueva cultura de

    la protesta. Era maravilloso volar nuevamente y protestarjunto

    a los otros.

    En los aos sesenta, mucha gente empez a discutir un tipo

    diferente de educacin. Nuevas formas de enseanza emer

    gieron, como el movimiento de las escuelas alternativas, las

    escuelas libres, experimentos de enseanza radical, semina

    rios de profesores, seminarios informales vinculados a cual

    quier movimiento. Hice algunas experiencias en la ensean

    za superior, como profesor posgraduado. Debo confesar que

    aprend mucho sobre poltica, Vietnam, racismo, sexismo y

    capitalismo, pero muy poco sobre pedagoga, y menos an

    sobre cultura de masas y concientizacin. Ms tarde, en 1971,

    cuando fui a una Universidad laboral de Nueva York, los mo

    vimientos de los aos sesenta estaban en decadencia, pero las

    clases de mi facultad permanecan abiertas a la experimen

    tacin. Empec mis experiencias pedaggicas en medio de

    la n u e v a lucha por e l libre ingreso, una poltica reciente

    de la Universidad de la ciudad de Nueva York que admita

    estudiantes que no fueran de la lite, a pesar de su formacin

    deficiente en la enseanza secundaria. Con esa apertura his

    trica de la universidad a estudiantes trabajadores, no tena

    idea de cmo ensear.

    El problema de la pedagoga se me impuso en esa nueva

    situacin: estudiantes no acadmicos que ingresaban en masa

    en la educacin superior, un choque fuerte de culturas. An

    tiguamente, slo una pequea cantidad de estudiantes traba

    jadores, como yo, haba sido admitida en la academia. Ahora

    eran millones los que ingresaban. Qu tipo de enseanza

    poda provocar un conocim iento crtico? La situacin pareca

    destinada al fracaso -poco presupuesto, clases multitudinarias,

    instalaciones insuficientes-, y las autoridades se movilizaron

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    42/292

    40 Miedo y osada

    para restringir el acceso a la universidad a los estudiantes que

    venan de abajo.

    Me es dificultoso con tar todo eso, pero confieso que empe-

    c en una universidad municipal, como profesor tradicional.

    Imparta clases de redaccin. Empec enseando gramtica,

    preocupado por el uso correcto de la lengua.

    pa u l o : [Riendo.J S. Mi comienzo tambin fue as, hace mu-

    chos aos. La gran diferencia es que, primero, fui profesor

    de sintaxis portuguesa. Adoraba dedicarme a eso. Est claro

    que entonces yo estaba lejos de la comprensin necesaria del

    condicionam iento social del lenguaje. Pero empec como t.

    3 ..

    ^ ^ .

    ate

    i r a : A m me gustaba la gramtica cuando era nio. Era un

    rompecabezas. Aprend las estructuras y realizaba experien-

    cias con las frases. Con todo, la gramtica y la escritura no

    eran slo un rompecabezas creativo para m. Las us

    como escalones para ascender socialmente. El es-

    tudio intelectual era mi camino de superacin. Yo

    formaba parte de aquel uno por ciento de nios

    pertenecientes a la clase trabajadora que llegaran

    a obtener un doctorado, de manera que tena un

    gran inters social en la utilizacin correcta de las

    reglas gramaticales. Pensaba que ellas seran mi boleto de in-

    greso a la Facultad de Medicina, porque saba que, para ser

    mdico, deba leer y escribir como la lite.

    Cuando empec a impartir clases a estudiantes trabajado-

    res, quera transferirles mi conocimiento. Te das cuenta de

    cul era el problema? Ingenuamente, les impona mi expe-

    riencia. No saba qu era re inven tar con ellos el conocimien-

    to de manera crtica, a partir de su posicin en la sociedad.

    Yo tena una relacin social con las reglas de la gramtica

    diferente de la de ellos, porque, como mucho, ellos haban

    sido aceptados en facultades municipales, mientras que yo

    estaba ah despus de haber pasado por dos universidades

    de lite. Ellos eran todo, salvo alumnos brillantes o predi-

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    43/292

    Cmo puede un profesor transformarse en un educador liberador? 41

    lectos de los profesores. Por lo tanto, cmo podan tener

    el mismo inters por esas reglas? Cmo podra introducir

    en sus vidas la correccin gramatical de la misma forma que

    yo la haba cultivado? No saba cmo plan tear la educacin

    a partir de su propia experiencia. No entenda su lenguaje,

    ni sus expectativas. Mientras tanto, saba exactamente cmo

    ensearles.

    Me cost algunos aos descubrir los verdaderos obstcu-

    los para el aprendizaje crtico, entre los que estaba mi igno-

    rancia, como tambin la inmersin de ellos en una cultura

    de masas que los incapacitaba. Pero al comienzo, a causa de

    mi inexperiencia, pensaba que, ya que yo haba engullido las

    reglas de la gramtica, ellos tambin deban hacerlo. Eviden-

    temente, Paulo, me planteaba racionalizaciones maravillosas

    para justificar lo que estaba haciendo. Me consideraba un

    gramtico creativo. Enseara la gramtica de forma tan

    emocionante que todo el mundo adorara la gramtica [rien

    do]. Qu equivocacin!

    pa u l o : [Riendo.]Es as. Es casi imposible, verdad? En un de-

    terminado momento, uno debe luchar contra la gramtica,

    para tener libertad para escribir. Yo tambin pensaba como

    t, a los diecinueve aos. Sin embargo, ahora recuerdo lo mal

    que escriba en aquel tiempo. No obstante, estaba siguiendo

    los modelos literarios de la lengua.

    i r a :Era lo que yo haca, tambin. Y, an ms, escriba poesa.

    Exactamente como la poesa prerromntica en la Inglaterra

    del siglo XVIII. Escriba poemas horribles, copiando las for-

    mas correctas aprendidas en la escuela, completamente de-

    sinformado sobre la libertad de la poesa moderna. Simple-

    mente copiaba cualquier cosa que vea impresa en un papel.

    Mi profesor de redaccin de la facultad se admiraba por la

    precisin con que imitaba a Gray o a Collins. El estaba se-

    guro de que yo haba copiado sus versos prerromnticos y

    los presentaba como si fueran mos. Tambin me miraba con

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    44/292

    42 Miedo y osada

    menosprecio, como una persona poco refinada, oriunda de

    una clase equivocada. Y de esta manera empec a ensear, a

    partir de las formas impresas de la escritura.

    pa u l o : Eso es interesante. En Brasil, hubo algunos autores

    muy buenos que me salvaron. Me salv a travs de la lectura

    de esos autores, cuando tena unos veinte aos. Jos Lins do

    Reg y Graciliano Ramos son dos de ellos. Jorge Amado y

    Gilberto Freyre, el gran socilogo y antroplogo, que escribe

    muy bien, fueron otra influencia importante para m. Pero

    esos autores no estaban preocupados en seguir la gramtica!

    Lo que buscaban en sus obras era un momento esttico. Los

    le mucho. Y de esa forma ellos tambin me recrearon, como

    joven profesor de gramtica, por la creatividad esttica de su

    lenguaje. Me acuerdo todava hoy, sin duda, cmo cambi la

    enseanza de la sintaxis, cuando tena ms o menos veinte

    aos.

    La cuestin, en aquella poca, no era slo negar las reglas.

    De joven, aprend que la belleza y la creatividad no podan

    vivir esclavas de la devocin a la correccin gramatical. Esa

    comprensin me ense que la creatividad necesitaba ser li-

    bre. Entonces, cambi mi pedagoga, como joven profesor,

    inclinndome por la educacin creativa. Eso fue un funda-

    mento, tambin, para que yo supiera, despus, cmo la crea-

    tividad en la pedagoga est relacionada con la creatividad en

    la poltica. Una pedagoga autoritaria, o un rgimen poltico

    autoritario, no permite la libertad necesaria para la creativi-

    dad, y la creatividad se requiere para aprender.

    Pero antes de que yo hable de mi transformacin, tengo cu-

    riosidad por escuchar ms cosas con respecto a cmo pasaste

    de la educacin tradicional a la liberadora.

    i r a : Cuando empec como profesor, recin salido del pos-

    grado, programaba los cursos hora por hora. Tena una pro-

    gramacin precisa de lo que sera el lunes o el mircoles. Es-

    tudiaba mucho cmo presentar las reglas de gramtica, las

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    45/292

    Cmo puede un profesor transformarse en un educador liberador? 43

    formas correctas v el arte de escribir. Los resultados no eranj

    muy alentadores y, entonces, me preguntaba en qu me ha-

    ba equivocado, tena pocos resultados para tanto esfuerzo.

    Me reuna, casi semanalmente, con otros jvenes profesores

    para discutir nuestras clases, en un programa experimental.Juntos, como un equipo, nos ayudbamos unos a otros, nos

    ensebamos unos a otros, nos reeducbamos en el mismo

    lugar de trabajo, ao tras ao. El profesorado que quiere

    transformar su prctica puede beneficiarse inmensamente

    del apoyo de un grupo como ese.

    Mientras buscaba reciclarme como profesor, por lo me-

    nos encon traba menos hostilidad po r parte de los estudian-tes. A menudo me pregunt por qu eran tan tolerantes, a

    pesar de mis tropiezos y de presentarles un men de gra-

    mtica y retrica cuya mayor parte ya la haban visto antes.

    Pienso que mi entusiasmo les revelaba mis buenas inten-

    ciones, aunque yo no supiera qu estaba haciendo. Ellos

    toleraban mi confusin de una manera muy generosa. Yo

    me senta agradecido porque ellos me perm itan ap rende ra su costa. Estaba contento de estar en clase con ellos, por

    lo tanto, no los menospreciaba por ser alumnos universita-

    rios que no pertenecan a la lite, y tampoco me menospre-

    ciaba por ser un profesor doctorado que imparta clases en

    una facultad marginal, de masas. Quera estar exactamente

    donde estaba, en un aula, impartiendo clase a estudiantes

    trabajadores entre los que yo haba crecido. Las agitacionesde los aos sesenta me hicieron desear el cambio social, y

    opt por trabajar en una facultad de gente comn. Cuando

    menos tuve el buen criterio de no hab lar sobre poltica con

    los alumnos. Yo estaba a su izquierda, pero no les dara dis-

    cursos sobre capitalismo, guerra y otros temas de ese tipo;

    intuitivamente, saba que eso exiga un debate y que estu-

    diaramos redaccin escribiendo sobre temas que fueranrelevantes para ellos.

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    46/292

    44 Miedo y osada

    Abrir la ven tan a del lengu aje

    ir a : En la inicropoltica de la clase, mi actitud era la de que est-

    bamos haciendo algo muy importante. Eso era una diferencia.A pesar de que pedaggicamente no tena claridad en cuanto a

    los mtodos, tena una visin polticasobre poder y clase ante los

    estudiantes de libre ingreso, los primeros en sus familias que

    asistan a una facultad, los que, hasta entonces, detestaban la

    escuela, dada su educacin inhibidora de la capacidad creativa,

    rodeados por una cultura de masas incapacitadora. Empec a

    estudiar su lenguaje y su realidad junto con ellos, para descubrirlo que estaba bloqueando el estudio crtico.

    Ya puedes imaginar mi confusin en los primeros meses.

    Atraves los aos sesenta e incluso as iba al aula a ensear

    gramtica. Todo eso es increble y embarazoso ahora; sin em-

    bargo, como se dice, aquel era otro pas, o tambin, agua que

    pas no mueve molino. Cualquiera que sea la metfora, estoy

    feliz de que todo haya quedado atrs.En aquella poca, nos pareca que una arruinada ciudad

    de Nueva York y su destrozada Ciudad Universitaria estaban

    hundindose a nuestros pies, justam ente cuando algunos de

    nosotros estbamos inventando la frontera del libre ingre-

    so. Cada reunin en el aula o las amargas juntas de profe-

    sores parecan estar a punto de estallar en un colapso. La

    protesta de los estudiantes forz a la universidad a adoptarel libre ingreso cinco aos antes de lo previsto y a permitir

    el acceso de los estudiantes que no eran de lite a los cursos

    de las mejores facultades. Cuando llegu, en 1971, la crisis

    haba desintegrado el mundo de los negocios, como siem-

    pre pasa, abriendo un espacio, no supervisado, para nuevas

    experiencias, un momento maravilloso que las autoridades

    dejaron parcial y temporalmente vaco. La tradicin estabaa la defensiva y por eso tenamos cierta libertad para experi-

    mentar. El 1976, las autoridades reanudaron la ofensiva, y el

    perodo de experim entacin acab con la restauracin del

    conservadurismo.

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    47/292

    Cmo puede un profesor transformarse en un educador 45

    Pero aprend mucho en los aos de apertura, especialmente

    de otros profesores que realizaban experiencias y del lenguaje

    de los estudiantes. Los integrantes de los grupos dominados

    hablan varios dialectos, que varan segn la situacin en la que

    se encuentren. Cuando las autoridades estn cerca, utilizan un

    lenguaje defensivo, lleno de manierismos y construcciones ar-

    tificiales para librarse de ellas. Esas formas discursivas son los

    aspectos lingsticos de la lucha ms amplia por el poder en

    la sociedad. Yo perciba esos diferentes lenguajes y senta que

    la clase iba bien cuando se expresaba de modo no defensivo.

    Ellos lo hacan con bastante frecuencia para que yo aprendie-

    ra sobre su cultura, sobre su conciencia. Ellos son muy hbiles

    para esconderse del profesor, para decir lo que este quiere

    or, para confundirlo con afirmaciones defensivas y respuestas

    que suenan como si fueran sus propias palabras. Ese lenguaje

    defensivo no permite que los profesores descubran lo que los

    estudiantes realmente saben y pueden hacer.

    Como era de prever, cuando ellos hablaban, a m o a otros,

    sobre su realidad se volvan mucho ms animados. Era la

    motivacin intrnseca de la que hablabas en nuestra prime-

    ra sesin, Paulo. La motivacin estaba en su relacin con la

    materia y en las relaciones sociales en clase. El crecimiento de

    su instruccin no poda ser sustrado del contacto crtico con

    los temas de su mundo. Lentamente, entend lo que estaba

    haciendo. Los temas de la realidad sobre los que nos volcba-

    mos estaban saturados de cuestionamiento crtico, hasta talpunto que entrbamos y salamos de la vida cotidiana al mis-

    mo tiempo, estudiando las cosas comunes con una atencin

    poco comn.

    En nuestras discusiones, oa algunas palabras y frases que

    no entenda. Algunas veces, yo deca frases que los estudian-

    tes no entendan. Entonces, interrumpa la conversacin para

    pedir que me explicaran su lenguaje o para explicar qu les

    estaba diciendo. Eso ayudaba a crear un terreno lingstico

    comn. Intentaba reconstruir mi discurso y, tambin, superar

    lo que nos separaba. Yo hablaba un idioma intelectual que

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    48/292

    46 Miedo y osada

    haba aprendido en la universidad. Ellos hablaban el lengua-

    je de la cultura de masas. Ambos idiomas eran producto de

    una sociedad dividida segn la raza, el sexo y la clase social.

    .As, puedes ver el proyecto a favor del discurso liberador, in-ventando comunicaciones democrticas, que concibo como

    intercambios verbales que contradicen la jerarqu a, transfor-

    mando la separacin de pode r en tre profesores y alumnos.

    El hecho determinante, creo yo, fue negarme a instaurar

    el lenguaje del profesor como nico idioma vlido dentro de

    la clase. Mi lenguaje importaba, pero el de ellos tambin. El

    mo cambi y el de ellos tambin. Esa democratizacin de laexpresin estableci una atmsfera comn que alentaba a los

    estudiantes a hablar abiertamente, sin temer el ridculo o el

    castigo por ser unos asnos. Me gustara poder reproducirte

    la sorpresa que dem ostraban cada vez que me interesaba por

    sus palabras, po r su cultura. Difcilmente algn o tro profesor

    los haba tomado tan en serio, pero la verdad es que ellos

    mismos tampoco se haban tomado tan en serio.Ellos tenan mucho que decir. Tenan problemas familia-

    res, de trabajo, problemas escolares y de transporte, entre

    otros. La misin de convencerlos de que eran infelices no era

    ma. Qu tontera habra sido eso, algo as como ser un cruza-

    do que va en sentido contrario. Cre, entonces, condiciones

    en el aula para que ellos pudieran hablar de sus vidas. Los

    que aceptaban esa invitacin revelaban las reas problemti-cas que ms les interesaban. Yo cuestionaba sus afirmaciones,

    propona problemas crticos e in tentaba educarm e con res-

    pecto a lo que significaban aquellos lenguajes, como ventanas

    abiertas a la conciencia de masas y caminos que apuntaban

    hacia la transformacin. La vida y el lenguaje de los estudian-

    tes eran textos sociales que ni ellos ni yo entendamos, pero

    que me presentaban modelos, motivos, temas, personajes, y

    un imaginario, como rastros para desentraar su significado.

    As, para resumir, quizs haya entendido que los profesores

    eran una ventana y un camino para los alumnos, para que

    vieran sus propias condiciones y vislumbraran un destino di-

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    49/292

    Cmo puede un profesor transformarse en un educador liberador? 47

    ferente. El rostro y el discurso del profesor pueden confirmar

    la dominacin o reflejar posibilidades de realizacin. Si los

    estudiantes ven y sienten el menosprecio, el tedio, la impa-

    ciencia del profesor, aprenden, otra vez, que son personas

    que inspiran disgusto y enojo. Si perciben el entusiasmo delprofesor cuando este trabaja con sus propias experiencias de

    vida, pueden descubrir un inters subjetivo en el aprendizaje

    crtico.

    El reconocimiento de estas cuestiones tuvo lugar despus

    de haberlas experimentado en clase durante mucho tiempo.

    Primero lo puse en prctica, despus reflexion. Ms tarde,

    Paulo, le tus libros y encontr el marco filosfico para lo queestaba haciendo.

    pa u l o :En la medida en que desactivabas la forma tradicional

    de relacionarte con los estudiantes, la manera de plantear el

    objeto que debe ser conocido por ellos, qu tipo de reaccio

    nes tuvieron frente a esos cambios?

    ir a : Hubo una serie de reacciones. Algunos estudiantes que-

    ran decir: Dnde has estado durante toda mi vida?, una ex-

    presin que se utiliza en los Estados Unidos. Durante toda tu

    vida cargas con necesidades que no consigues satisfacer y que

    no puedes en tend er exactamente. Cuando llegas a un punto

    en que consigues satisfacer esas necesidades, dices: Dnde

    has estado durante toda mi vida?. Finalmente, puedes reve-larte como la persona que eres, en tanto que antes ninguna

    de las situaciones de tu vida haba perm itido que tuvieras esa

    sensacin. Esta fue una de las reacciones que percib.

    Hubo tambin rabia y ansiedad. Los estudiantes, segura-

    mente, queran preguntar a gritos: Qu demonios quieres?

    Por qu no cumples el horario con una conversacin de pro-

    fesor y me dejas copiar las respuestas en silencio, mientras

    te miro con los ojos vacos, haciendo de cuenta que escucho

    tus palabras, que fluctan en el aire, cuando de hecho estoy

    soando con una cerveza o el sexo, o drogas, o la Florida, o '

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    50/292

    48 Miedo y osada

    el ftbol, o la fiesta del fin de semana?. Hace mucho tiempo

    que los estudiantes estn acostumbrados a un aprendizaje pa

    sivo, lo que haca que algunos de ellos pensaran que yo no te

    na derecho a plantearles exigencias crticas. A mi entender,el aula liberadora es exigente, y no es permisiva. Exige que

    pienses las cuestiones, que escribas sobre ellas, que las discu

    tas seriamente. El sistema escolar ha convencido a muchos

    estudiantes de que la escuela no los tiene en cuenta y por ello

    han dejado de tomarla con seriedad. Algunos estudiantes no

    consiguen superar la disconformidad durante el trabajo inte

    lectual en la escuela.Despus, haba tambin algunos estudiantes que entre

    vean la posibilidad de existencia de una clase dinamizadora,

    pero no conseguan hablar de eso en las discusiones en el

    aula. Yo lea sus trabajos, pero no consegua su participacin

    en los debates. Deba respetar la distancia que interponan.

    Otro tipo de reaccin era ni mucha participacin ni mucha

    resistencia, pero los estudiantes volvan a mis clases uno o dossemestres ms, en busca de una atmsfera que les atraa. De

    can: Fue autntico. Pienso que eso significaba que el curso

    haba propiciado un contacto con su propia subjetividad v con

    la ma, en vez de bloquear el contacto entre nosotros y con la

    realidad. Yo no ine presentaba de forma distante o profesoral,

    ni esperaba que ellos fueran personajes incapacitados en una

    escena de escuela tradicional. Eramos libres para ser naturales.Otros, incluso, se mostraban abiertamente hostiles y me

    contestaban de manera que in terrum pan el avance crtico de

    la clase. Estaban apegados a la tradicin y encaraban la clase

    como una amenaza a sus valores establecidos. A veces forma

    ban un bloque suficientemente grande como para obligarme

    a ser tradicional duran te un determinado curso. Si me perca

    taba de que la convocatoria liberadora era rechazada por ungrupo mayoritario de estudiantes, me vea forzado a retroce

    der a los modelos de la enseanza-transferencia. No puedo

    imponer la pedagoga liberadora contra la \oluntad de quien

    no quiere recibirla. La anticuada enseanza-transferencia era

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    51/292

    Cmo puede un profesor transformarse en un educador liberador? 49

    decepcionante, pero bastante fcil de administrar, aunque

    no funcionara. El grupo de estudiantes que la aceptaba, en

    cambio, reaccionaba de forma diferente a veces, llevando con

    ellos a los amigos, a las parejas y a los parientes.

    Lo que me ayud en los peores momentos fue comprender

    los lmites de mi propio poder. En verdad, con frecuencia

    mis clases eran una experiencia nica en la vida de los alum-

    nos. Por otro lado, un curso es tan slo uno ms den-

    tro de un currculo ms integrador, y la educacin es

    tan slo una parte de la sociedad como un todo. La

    cultura de masas socializa a las personas para que

    ejerzan de policas contra su propia libertad. Por lo

    tanto, era comprensible que algunas clases rehusaran

    la nutacin liberadora que yo les propona. Lo que

    hacemos en el aula no es un hecho aislado, separa-

    do del mundo real. Est totalmente vinculado al

    mundo real, y ese mundo real es lo que constituye el

    poder y los lmites de cualquier curso crtico.

    Quiz debera decir tambin que las habilidades para la trans-

    formacin se distribuyen de manera desigual. Si me presento

    ante una nueva clase, no puedo suponer que se repetir el de-

    sarrollo o la transicin de la clase anterior. Ni que se repetir la

    resistencia a la transformacin de la clase que la precedi. He

    de descubrir la distancia que este nuevo grupo puede recorrer.

    Puede ser incluso que se resista a la transicin durante todo el

    tiempo, aunque le est impartiendo la misma clase que, en el

    perodo anterior, produjo una transformacin notable. Casi no

    puedo prever lo que pasar de una clase a la siguiente.

    Esa reaccin imprevisible de los estudiantes representa una

    noticia mala y buena, al mismo tiempo. La mala noticia es te-

    ner que esperar a ver lo que pudiera suceder, sin condiciones

    de trabajo y desarrollo uniformes. Ese fue mi aprendizaje de

    la pedagoga situada, o cmo situar el proceso de aprendi-

    zaje en las condiciones reales de cada grupo. Por otro lado,

    dado que la conciencia de los estudiantes determinaba as los

    resultados de cualquier clase, poda dejar de culparme por

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    52/292

    50 Miedo y osada

    las que no llegaran a ningn sido. Si una clase no funcionaba

    bien, eso no invalidaba el proceso de dilogo. Si un curso no

    trascenda la pedagoga de la transferencia de conocimien-

    to, eso no me haca sentir un fracasado. Justam ente, conclua

    que aquella situacin no poda ser utilizada para la transfor-

    macin. Los seres humanos involucrados en el proceso no

    podan comenzar la transformacin en aquel momento, en

    aquel lugar y mediante aquellos medios.

    Pienso que este es un punto muy importante para los pro-

    fesores porque, si pones en prctica una transicin en la di-

    reccin de la educacin liberadora, quiz necesites alcanzar

    repetidamente buenos resultados para convencerte de que

    has tomado la decisin correcta.

    pa u l o : [Riendo.] As es! La ideologa tradicional es tan pode-

    rosa que necesitamos buenos resultados para sentir que vamos

    por el camino correcto , sobre todo los profesores jvenes.

    i r a : Tal vez los resultados no lleguen el primer ao. Qu

    haces, entonces? Necesitas a alguien que te garantice que

    podrs alcanzarlos el segundo ao, o el te rcero, e incluso

    entonces, cuando ests mejor preparado para la enseanza

    de transformacin, puede ser que an no sea una experien-

    cia uniforme. Eso me lleva a pensar que el cambio es inevi-

    table en la experiencia hum ana, pero que la transformacin

    liberadora est potencialmente disponible slo algunas ve-

    ces. Cuando es posible, no necesariamente puede ser lleva-

    da a cabo con los medios empleados en otro contexto. Por

    eso la enseanza liberadora no puede ser estandarizada. Es

    la accin creativa, situada, experimental, la que crea las con-

    diciones para la transformacin, probando sobre el terreno

    los medios de esa transformacin.Esto, Paulo, es lo que pienso sobre mi transicin a la educa-

    cin liberadora. Ahora cuntame cmo fue contigo. El hecho

    de que te decidieras a ser profesor, en tu adolescencia.

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    53/292

    Cmo puede un profesor transformarse en un educador liberador? 51

    Ahora s que puedo aprend er

    pa u l o : Antes que nada, debo decir que ser profesor para m

    se convirti en una realidad despusde que empec a impar-

    tir clases. Se convirti en una vocacin para m despus deque comenc a ejercer. Empec a ensear siendo muy joven,

    evidentemente, para ganar dinero, como un medio de vida,

    pero poco despus naci en m la vocacin de ser profesor.

    Enseaba gramtica portuguesa y empec a amar la belleza

    del lenguaje. Nunca perd esa vocacin por la enseanza.

    No puedo decir que ya a los seis o siete aos tena en mente

    convertirme en profesor. Eso ocurre, est claro. Pero yo sentque ensear era algo bueno cuando por primera vez le ense-

    a alguien que saba menos que yo. Tena dieciocho aos,

    quizs, y daba clases particulares a estudiantes de secundaria

    o a jvenes que trabajaban en comercios. Queran aprender

    gramtica.

    Enseando descubr que era capaz de hacerlo y que me

    gustaba mucho. Empec a soar cada vez ms en ser un pro-fesor. Aprend a ensear a medida que ms amaba hacerlo y

    ms estudiaba al respecto.

    i r a : Cundo empezaste a transformarte en una direccin

    liberadora?

    pa u l o : Es muy interesante recordar eso ahora. Recuerdoque, cuando enseaba portugus en las escuelas de secun-

    daria, de forma muy dinmica, algunos alumnos vinieron y

    me dijeron que las clases los hacan sentirse ms libres. Acos-

    tumbraban decirme: Paulo, ahora s que puedo aprender.

    Eso significaba, sin duda, un tipo de liberacin de algo. En el

    plano individual, algunos alumnos estaban pasando por un

    autobloqueo, a causa de una restriccin externa, que prove-

    na de otros profesores que les decan que no eran capaces

    de aprender. En la medida en que, al desafiarlos, pude hacer-

    les comprobar que podan aprender, ellos se sineron ms

  • 5/19/2018 Freire, Paulo & Shor, Ira - Miedo y Osadia

    54/292

    52 Miedo y osada

    libres. Me daba cuenta del progreso de los estudiantes, pero

    en aquel tiempo an estaba lejos de ver el aspecto poltico de

    esa situacin.

    Los estudiantes me hablaban sobre sus sentimientos de li-

    bertad, en clases de treinta o treinta y cinco alumnos, como

    tambin individualmente, cuando les enseaba en sus casas.

    Ellos me transmitan sentimientos muy dinmicos. Mi ense-

    anza, entonces, era una mezcla de formas didcticas tradi-

    cionales y crticas. Explicaba las reglas de corre