Texto: “Freaks” de Mauricio OrtizDiseño Gráfico: Antonio Corona G.

Dos piernas de igual longitud que caminan rectamente, un tronco propor cionado, la cabeza sólidamente afian zada al cuello, los brazos cargando un bulto, las manos con cinco dedos, la boca cerrada o conversando, los ojos alerta.

Qué normales parecemos la mayoría

cami nando tranquilamente en la calle.

Y qué rechazo y lástima provo can las personas deformes, los cuerpos contrahechos

Incluso aunque sea nor mal, un cuerpo que se

aleja de los cáno nes de

normalidad es despreciado.

Pero ¿qué pasaría si pudiéramos ver con la misma clari- dad el “cuerpo emocional” de cada uno?

Me temo que, para empezar, lo raro y excepcional se rían las proporciones clásicas.

Sospe cho además que las monstruosidades irían mucho más allá de lo que siquiera puede imaginarse para el cuerpo físico.

Una lengua sola desplazándose libre en el espacio

Sueños de bebé con tetas de cincuenta kilos

Estaturas de seis me tros, vacías

Vaginas de dos metros de diámetro, falos fenomenales...

No es cuestión nada más de Atrofias e Hipertrofias

Hay también dobleces in necesarios, partes chuecas, órganos que se omiten, extremidades

secas…

Su tiempo deja de discurrir aquí, en el reloj de arena, y su

crecimiento se detiene.

Tal vez en el origen mismo de la monstruo-sidad que somos está el desarrollo desigual de las distintas partes.

Unas avanzan regularmente con la vida, pero muchas se desvían en una u otra etapa.

Un evento aparente-mente trivial deter-mina que un brazo del deseo se desvíe en la adolescencia y perma- nezca flaco y corto para toda la vida.

Tal vez una sola imagen hizo que la pierna de recha del

amor se paralizara o creciera mucho

desde los seis años

Y la belleza de aquella gloriosa mujer o ese joven vanidoso que nos desgració el orgullo

apenas en trando a los diecisiete

Como diría Freud: ¿Fumo porque me encantaron las tetas de mi

madre tan sólo venir al mundo?

Así, cojeando, contrahecho,

desfigurado, un Freak Emocional

con feroces adicciones, así es

como me tocó caminar las calles

Pero somos mayoría, nadie se detiene a

vernos en la calle….

Ni pagarían por verlos en una jaula

ni en un CIRCO