Ser un pueblo de la Sierra Norte de Guadalajara a veces no es tarea sencilla. La lejanía respecto a los grandes núcleos de población y, en ocasiones, la falta de vías de comuni-cación, hace que sus vecinos puedan sentirse en gran medida aislados. No obstante, Miedes de Atienza y Bañuelos no tienen ninguno de esos problemas gracias a que en el año 2008 comenzó a funcionar el par-que eólico Dos Pueblos, propiedad de Iberdrola, dentro de sus términos municipales. El alcalde de Miedes, de 93 habi-tantes censados, Francisco Andrés Ortega, asegura que esta instalación ha sido más que beneficiosa para ambos municipios. “Con la refe-rencia de otros puntos en los que ya estaban instalados parques de este tipo, veíamos que era la solución para el municipio. Fuimos invitados a otros lugares y vimos cómo habían mejorado sus condiciones, sobre todo su economía. Así, seguí sus pasos hasta conseguir nuestro ob-jetivo, viendo en los resultados que el pueblo ha mejorado mucho”, ex-plica el primer edil, añadiendo que “gracias al parque eólico, Bañuelos y Miedes recibieron un certificado de nacimiento. Si no hubiese sido

así, hubiese sido un certificado de defunción, porque había muy po-cos recursos para salir adelante”. Desde el primer momento, los habitantes de la zona entendieron la importancia de este proyecto para sus vidas. “Desde el principio comuniqué mi intención a la gente del pueblo, entre la que no hubo na-

die en contra, sino todo lo contrario. Ellos me dijeron que confiaban en mí y ahí está, nos alegramos mucho todos de poder tenerlo”, cuenta el alcalde. Así, gracias a esta decisión pueden contar con algunos servi-cios que antes ni soñaban, como la conexión wifi a Internet, que ahora quieren ampliar a todo el casco

urbano, siempre que los técnicos digan que es viable. “Sobre todo se ha notado en nuestra economía. Por ejemplo, las personas que se ocupan de su mantenimiento consumen en los negocios de aquí. Ya cuando se estuvo construyendo hubo mucho movimiento”. Pero eso no ha sido todo. Tam-

bién han podido quitar algún im-puesto pequeño. Por ejemplo, ya no se paga el tránsito de ganado o los canalones de las casas. El coto de caza se ha bajado un 20%, mientras que el pago de pastos ha bajado un 15% para los ganaderos. Por otro lado, el Ayuntamiento adelanta el dinero de las basuras, que luego cobra a los vecinos. “Tenemos lo más necesario y algo más. Poco a poco hemos ido haciendo más cosas, como los nuevos abrevaderos o el arreglo de la iglesia”, afirma An-drés. Esta última remodelación fue posible gracias a la voluntad de los vecinos del pueblos, del constructor Miguel Ángel Varas, del párroco Miguel Ángel Ortega y, como no, con la ayuda de Iberdrola. Y todo sin haber perdido en ningún momento esa esencia de pueblo serrano, con sus fachadas del color de la arcilla y esa tranquilidad que se puede respirar, sus casas señoriales y sus edificios emble-máticos, como el Ayuntamiento o la iglesia de Nuestra Señora de la Natividad. Paseando por sus calles, cualquier vecino con el que uno se para a hablar siempre dice lo mismo: “Bendito parque”. Con toda esa riqueza heredada, son muchas las personas que, prin-cipalmente los fines de semana, lle-gan a Miedes a disfrutar del turismo

El parque eólico Dos Pueblos hace ‘renacer’ a Miedes de Atienza y Bañuelos

Esta instalación de Iberdrola ha supuesto una garantía de futuro para sus habitantesUna decisión acertada puede hacer que cambie el futuro de mucha gente. Si no que se lo pregunten a los vecinos de Miedes de Atienza y de Bañuelos, dos pequeños mu-nicipios de la Sierra Norte que, gracias al tesón de sus

alcaldes, han logrado tener un parque eólico que supone la salvación para muchos. Gracias a ello, los consistorios reciben unos ingresos que permiten dotar sus pueblos de unos servicios antes impensables, los negocios de la zona

han visto como se ha reactivado la economía y los más jóvenes encuentran un sector al que poder dedicarse sin tener que abandonar sus hogares. Y todo sin perder un ápice de su carácter serrano.

BORJA TORREMIEDES DE ATIENZA/BAÑUELOS

SIERRA NORTE

El alcalde de Miedes de Atienza, Francisco Andrés Ortega, con la imagen de su pueblo y el parque eólico al fondo. FOTOS: JOSÉ LUIS ALGARA

Bañuelos convive perfectamente con los aerogeneradores.

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rural. “Vienen muchos visitantes a ver el pueblo y, viendo los molinos, siempre nos dicen que ojalá les pu-sieran uno igual en sus poblaciones. Cuando alguno pregunta les digo que no lo duden, que es una sal-vación”, explica Francisco Andrés. Tal es así, que no descarta que haya alguna ampliación. “Animamos a Iberdrola a que amplíe el parque eólico, pues tenemos 817 hectáreas a su disposición”.

Fuente de empleoAdemás de todo lo que ha aportado el parque eólico Dos Pueblos a Mie-des de Atienza y a Bañuelos, tam-bién ha sido una fuente de riqueza y de empleo para toda la zona. Un buen ejemplo de ello es César Gar-cía, de 30 años, operador de parques eólicos desde el año 2008. Su traba-jo consiste en recibir las incidencias de los aerogeneradores y clasificarlas para mandárselas a sus superiores. Igualmente, planifica y supervisa los diferentes trabajos que se realizan desde la agencia de mantenimiento. “Poder trabajar aquí para mí es muy importante, porque soy de la zona y ésta es la única forma que había para no tener que irme a otro lugar a buscar empleo y alejarme de toda mi familia”. Como un vecino más, pero tal vez con más razón, García reconoce los beneficios del parque para la comarca, pues “además del trabajo que él mismo genera, después vie-nen otras empresas que también generan gasto en los restaurantes y tiendas de la zona”. “Se ve más movimiento, sobre todo de gente joven”, añade. Y todo realizando un trabajo con el que disfruta, pues el trabajo de oficina se combina con salidas al campo. “Somos muy afortunados”. Sin estas oportunidades, las sa-lidas laborales para los jóvenes son muy limitadas, centrándose sobre todo en la construcción y la agricul-tura, ambos sectores muy castigados por la crisis. “Si has estudiado algo técnico es la única oportunidad de dedicarte a algo que te gusta. Yo, después de terminar mi formación, eché el currículum en la página de Iberdrola y, como primaba que fuese de aquí, me llamaron”. Con todo ello, y después de haber visitado estos lugares, se entiende a la perfección que sus habitantes estén encantados con la instalación de su parque eólico. Proporciona ingresos, mejora el flujo económico y provee de futuro a sus jóvenes. Y todo gracias a una buena decisión.

El parque eólico Dos Pueblos consta de diez aerogeneradores G-87. La altura de cada uno de ellos es de 80 metros, con 43 metros de longitud de pala. El área de giro es similar al de un campo de fútbol, yendo la punta de cada pala a una velocidad de 300 kilómetros por hora. Cada uno de ellos genera una energía de dos megavatios, por lo que el parque entero genera 20 megavatios. Ángeles Honorato, jefe de zona de Sierra de Pela de Iberdrola, asegura que el parque es “de los más productivos”.Para montar esta instalación,

antes colocaron torres meteorológicas para estudiar las condiciones del lugar, sabiendo así dónde colocar los aerogeneradores, siempre respetando el medio ambiente. “Nunca permitimos que se perjudique a la naturaleza, no entiendo que en ocasiones se use ese argumento. Para construir un parque se hace todo tipo de estudios y se evita colocar aerogeneradores en zonas sensibles”, expone Honorato.Y todo con la garantía de Iberdrola, líder mundial en energía eólica. “Somos

un equipo muy joven, muy dinámico, que está constantemente innovando para maximizar todos los recursos. No podría pensar en trabajar en otra empresa o en otro lugar”, asegura.A lo largo de toda la zona podemos encontrar ocho parques eólicos unidos que dan trabajo a 32 personas, sin contar al personal que viene de forma puntual para realizar labores específi cas. En total podrían dar energía a una población de 600.000 personas. “Quien diga que esta energía no es efi ciente se equivoca”, fi naliza Honorato.

Uno de los parques más efi cientes

La perfecta unión entre la industria y la tradición serrana>> Cuando una persona llega a Miedes de Atienza o a Bañuelos enseguida ve el parque eólico. No obstante, en ningún momento siente que es algo que rompa la armonía de estas localidades de la Sierra Norte. Siguen contando con el encanto de siempre, con esa esencia que hace que cientos de personas los visiten a lo largo del año. Incluso, han mejorado en los últimos años, siendo el ejemplo perfecto las actuaciones realizadas en la iglesia de Miedes. Además, aunque parezca difícil de creer, las últimas tecnologías también tienen un hueco en lugares tan alejados de las grandes ciudades como la Sierra Norte.

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