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Formulario para la presentación de ponencia
XXI Jornadas Nacionales de Investigadores en Comunicación
Departamento de Ciencias de la Comunicación (FaCSo •UNSJ)
5, 6 y 7 de octubre de 2017, San Juan
Autor o autores:
Apellido: Calzado
Nombre: Mercedes
Correo electrónico: [email protected]
Institución a la que pertenece: CONICET/IIGG
Apellido: Lio
Nombre: Vanesa
Correo electrónico: [email protected]
Institución a la que pertenece: CIMeCS-IdIHCS (UNLP/CONICET)
Apellido: Gómez
Nombre: Yamila
Correo electrónico: [email protected]
Institución a la que pertenece: Facultad de Ciencias Sociales (UBA)
Título de la ponencia:
Género policial, representaciones mediáticas y nuevas tecnologías. Las
transformaciones de la información sobre “inseguridad” en los noticieros de CABA.
Área temática:
Economía y Políticas de la Comunicación
Comunicación en las organizaciones
Discursos, lenguajes y textos
Arte y comunicación
Comunicación/Educación
Prácticas de producción, consumo y usos mediáticos
Ciudad, imaginarios urbanos y espacio público
Teorías y metodologías de la investigación en comunicación
Sujetos, identidades y culturas
Tecnologías de la información y la comunicación
Historia, memoria y comunicación
Prácticas comunitarias y experiencias colectivas de comunicación
Palabras claves (3): Noticia policial – Medios – Inseguridad
1- Resumen (máximo 1600 caracteres sin espacios):
El tópico de la inseguridad se enmarca en un proceso social, cultural y político vinculado
al crecimiento de la violencia y el delito en las sociedades contemporáneas, pero
también al incremento y transformación de su visibilidad. Partiendo de la hipótesis de
que los medios de comunicación son dispositivos centrales en la construcción del
espacio de lo público, esta ponencia presenta los resultados preliminares de un trabajo
en curso sobre los nuevos modos de producción de la noticia policial en la televisión. A
partir de un monitoreo de noticieros de aire de la Ciudad de Buenos Aires, se busca dar
cuenta de la especificidad de la noticia audiovisual y analizar las representaciones
puestas en juego en los discursos sobre seguridad/inseguridad. Específicamente,
observamos las continuidades y discontinuidades de las representaciones mediáticas
sobre este tópico, focalizando en los contenidos, en los modos de narrar y enunciar, en el
lugar que ocupa el policial en la estructura de los noticieros y en la emergencia de
nuevas fuentes de información, que dan cuenta de transformaciones en la producción de
noticias.
GÉNERO POLICIAL, REPRESENTACIONES MEDIÁTICAS Y NUEVAS
TECNOLOGÍAS. LAS TRANSFORMACIONES DE LA INFORMACIÓN SOBRE
“INSEGURIDAD” EN LOS NOTICIEROS DE CABA.
I. INTRODUCCIÓN
i. La noticia insegura
La inseguridad en Argentina se establece desde mediados de la década del noventa
como un problema mediático, político, económico y socio-cultural. El crecimiento de la
violencia y el delito se evidenció en datos públicos (Ministerio de Seguridad de la Nación,
2016) que marcaron la agenda de discusión con altos y bajos a lo largo de los años.
En clave mediática puede decirse que el tópico de la inseguridad incrementó su
visibilidad (Martini, Pereira, 2009) y las características sensacionalistas y melodramáticas
fueron convirtiendo el perfil de los discursos periodísticos (Ford, 1994; Sunkel, 1985). En
consecuencia, la prevalencia informativa suele ser policial por sobre la información general,
la política y los deportes. Es sobre una matriz simbólico dramática que se perfiló la imagen de
lo otro, de lo popular, como bárbaro y peligroso (Barbero, 1987).
Además, esta imposición temática de los policiales en televisión se amplió gracias a la
desregulación del sistema de medios local ocurrido en la década del noventa (Mastrini y
otros, 2005). El surgimiento de los canales de noticias de cable implicó la necesidad de
producir contenido para pantallas de 24 horas y en consecuencia cada noticia policial se
convirtió en una información repetida durante todo el transcurso del día. La misma noticia,
con las mismas fuentes y tratamiento se impuso en diarios, radios, televisión abierta y por
cable. A la vez, en los últimos años emergió una nueva etapa de las sociedades
massmediatizadas: la revelación de la comunicación 2.0 (lenguajes digitales con contenidos
interactivos) que produjo un novedoso modo de diagramar la información. Así, las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación (NTIC) se desenvuelven a través de
formatos -Facebook, Twitter, YouTube, entre otros- (Paz Pellat, 2009) que también definen
cambios en el modo de producción y circulación de la información policial (Calzado, Gómez,
Lio, 2016).
En este contexto, los debates alrededor de la percepción de la inseguridad y el rol de
los medios de comunicación fueron ampliamente abordados en clave de definición mediática
de una agenda de temor y la instalación de un tópico capaz de movilizar o inmovilizar a la
ciudadanía. La representación mediática de la seguridad se analizó en un amplio abanico de
trabajos, tanto a nivel local (Fernández Pedemonte, 2001; Martini y Pereyra, 2009, Vilker,
2008) como regional (Bonilla y Tamayo, 2007; Lara Kar, 2004; Rey y Rincón, 2007). Gran
parte de ellos se concentran sobre los modos de enunciación de la prensa escrita y los modos
de representación del crimen y del criminal, así como los cambios operados en las últimas
décadas en los formatos y lenguajes sobre la cuestión criminal (Arfuch 1997, García
Beaudoux y D´Adamo, 2007).
Sin embargo, los canales de información de los sujetos suelen ser múltiples y el
acercamiento a la noticia policial ya no se explica a partir de la prensa escrita únicamente. La
prensa gráfica abandonó su lugar central en un escenario en el que las audiencias se nutren e
interactúan a través de canales diversos. Según datos de este equipo, para el año 2015 en la
Ciudad de Buenos Aires los porteños se informan aún mayoritariamente por la televisión
(30.3 por ciento) y la radio (18.3 por ciento), pero los diarios impresos están siendo relegados
frente a las ediciones online (11.3 y 16.5 por ciento respectivamente) y las redes sociales
comienzan a ser cada vez más consideradas en términos informativos: el 15.6 por ciento dijo
informarse por Facebook y el 5.2 por Twitter. La difusión de Internet no sólo transforma la
comunicación de masas, si no que da lugar a la emergencia de un nuevo espacio público en la
sociedad red, al tiempo que el poder se decide en espacios de comunicación multimodales
(Castells, 2008).
Estas transformaciones se manifiestan a escala global. La televisión sigue siendo uno
de lo medios más usados para informarse, aunque comienzan a emerger algunos cambios. En
Brasil, por ejemplo, el 43 por ciento se informa por televisión, el 44 a través de sitios on line
(incluidas redes sociales) y el 4 por ciento lo hace a través de diarios en papel. Estos datos
surgen del Digital News Report (Newman et al, 2016) producido por la Universidad de
Oxford y el Reuters Institute. Datos del mismo instituto indican que los televidentes en Gran
Bretaña y Estados Unidos vienen bajando entre un tres y un cuatro por ciento por año desde
2012, una disminución comparable a la caída de los diarios en papel de los 2000 (Nielsen,
Sambrook, 2016). Según una encuesta realizada por estas instituciones en 26 países a más de
50 mil personas, la televisión es popular aún entre los mayores de 45 años, aunque los
jóvenes de entre 18 y 24 años prefieren las redes sociales para informarse. Las mujeres
prefieren descubrir noticias por redes sociales, más que acceder a un web site de noticias.
Facebook, según este informe, es la red social más popular para leer, discutir y compartir
noticias (Newman et al, 2016).
Este escenario hace que los medios periodísticos hayan comenzado a experimentar
formatos y formas de organización diferencial. Los noticieros analizados en las próximas
páginas han debido revisar sus formatos e incorporar nuevas modalidades narrativas y
estéticas para contar una noticia: se suman fragmentos imágenes captadas por ciudadanos con
telefonía celular (periodismo ciudadano), imágenes de redes sociales; cámaras de seguridad,
etc. Se modifican así las pautas de generación de noticias y de recepción y uso.
Esto nos lleva a una reflexión inicial sobre el tipo de fuente de la noticia. La noticia
policial históricamente fue construida a través de información brindada por fuentes policiales
y judiciales. Trabajos clásicos del campo como los de Hall y otros (1978), o los textos de
Cohen (2015) y Thompson (2015) abordan el modo en que los pánicos morales se generan
desde los medios a partir de las modalidades de intervención de las fuentes judiciales y
policiales en las agendas periodísticas. En el ámbito nacional, Caimari (2004), Gayol y
Kessler (2002) y Saítta (1998) estudian en clave histórica los medios gráficos y, en algunos
casos, radiales de la primera parte del siglo veinte. Estas investigaciones del periodismo
policial en nuestro país demuestran el fuerte vínculo histórico de los medios con la policía y
la justicia, tanto como proveedores de información como de modos de enunciar y clasificar
las conductas desviadas. Los medios son para estos investigadores formas de vincularse con
la ciudad y de establecer vínculos sociales e institucionales.
Este procedimiento de vinculación policía, justicia y periodismo hoy no desaparece
(Calzado y Maggio, 2009) pero ante la imagen negativa de algunas instituciones y las
capacidades técnicas que habilitan las nuevas tecnologías (redes sociales, dispositivos
celulares, cámaras de video vigilancia, etc.) aparecen otras fuentes que generan contenido
policial. Aquí puede incorporarse el fenómeno denominado “periodismo ciudadano” que
produce contenidos que son viralizados por redes sociales y muchas veces incorporados a los
programas televisivos o a los periódicos digitales. A través de estos nuevos medios los
sujetos sociales se reconstituyen como productores primarios de representaciones mediadas
producidas por ellos mismos. Prolifera así la producción por parte de “gente común” de fotos
o videos sobre hechos policiales tomadas por celulares. A este nuevo modo de construir
noticias policiales a partir de otro tipo de fuentes hay que sumar el uso de las imágenes de las
cámaras de seguridad (públicas o privadas) y su presentación en los medios como
representación absoluta de un hecho real. También los medios producen información a partir
del contenido circulante por las redes sociales, incluso en algunos casos rumores. Los
criterios de veracidad parecen dejar de estar definidos por las fuentes institucionales y pasan a
estarlo por la sensación de inmediatez que habilitan las imágenes captadas por estos
dispositivos.
ii. Los objetivos y los métodos
En este marco, la ponencia presenta algunos resultados parciales de un proyecto más
amplio que apunta a comprender las relaciones existentes entre el sistema mediático de
nuestro país, las transformaciones del espacio público y el vínculo del género policial con los
modos en que los sujetos experimentan la inseguridad1. Trabajamos sobre la hipótesis según
la cual los medios de comunicación son dispositivos centrales en la construcción del espacio
público, cuyas modelaciones hegemónicas pueden ser puestas en debate en el marco de las
transformaciones del escenario audiovisual de nuestro país en el que los medios de
comunicación se vuelven uno de los ejes del conflicto.
Las observaciones que exponemos emergieron de la primera etapa de la
investigación en la que analizamos las representaciones puestas en juego en los discursos
audiovisuales sobre seguridad/inseguridad. Para esto se sistematizó la información cualitativa
y en menor medida cuantitativa de un conjunto de noticieros definidos para encontrar
regularidades acerca de la forma en que se construye la noticia policial en los informativos de
aire de la Ciudad de Buenos Aires.
1 La ponencia se enmarca en el Proyecto de Investigación Orientado de la Defensoría del Público-Conicet
titulado “El género policial en el marco de las transformaciones del escenario audiovisual argentino. Rutinas
productivas, representaciones mediáticas y recepción de la información sobre inseguridad en CABA y Córdoba”.
Los informes realizados por la Defensoría del Público2 muestran una tendencia a la
sobre representación televisiva de las noticias alrededor de la cuestión criminal. En 2013 y
2014 los monitoreos indicaron que el tópico preponderante en cuanto a cantidad y duración de
las noticias fue el de policiales e inseguridad (en 2014: 17,4 por ciento de la cantidad total de
información y 23,3 por ciento en cuanto a la duración total de los informativos relevados; en
2013: 18,7 y 25 por ciento, respectivamente). En 2015, en cambio, dado al contexto nacional
de elecciones presidenciales y a Jefe de Gobierno en la Ciudad de Buenos Aires, la
prevalencia y mayor duración de tiempo fue de las noticias políticas (con el 20,7 por ciento
del total), relegando a las noticias policiales y de inseguridad a un segundo lugar (14,9 por
ciento).
El análisis cualitativo de nuestra investigación se realizó inicialmente sobre un
recorte en los noticieros de aire vespertinos y/o nocturnos de la primera semana de octubre de
20153. Estos días estuvieron enmarcados en la disputa electoral presidencial, incluso los
informativos del día lunes tuvieron que tratar los comentarios posteriores al debate
presidencial ocurrido el domingo previo. Durante el primer semestre de 2017, también año
electoral, repetimos la visualización de los noticieros de aire nocturnos con el fin de reconocer
las regularidades e identificar las posibles variaciones utilizando una planilla de control en
torno a siete ejes: el lugar del policial, los temas prioritarios, los modos de narrar, el mapa de
la inseguridad, el uso de las imágenes, las voces protagónicas y las nuevas tecnologías. Estas
observaciones, que resultaron confirmatorias de los resultados anteriores, dan cuenta de la
vigencia de los hallazgos aquí presentados.
Para el análisis inicial se conformó un corpus con las noticias que fueron tematizadas
como “policiales e inseguridad” tanto en el tópico preponderante (Tópico 1) como secundario
(Tópico 2), de acuerdo a la clasificación realizada por la Defensoría del Público en sus
informes anuales de monitoreo de noticias audiovisuales. Entendemos por tematización
aquella que realiza el propio noticiero y que se reconstruye a partir de una serie de
indicadores, como las intervenciones de los columnistas que presentan la noticia, los titulares
2 Disponibles en: http://defensadelpublico.gob.ar/lineas-de-accion/monitoreos/
3 Trabajamos a partir de las grabaciones de los noticieros de la franja vespertina/nocturna emitidos durante la
primera semana del mes de octubre de 2015 por los cinco canales de aire, públicos y privados, de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires (América, TV Pública, Canal 9, Telefé y Canal 13).
y el texto, y el criterio de noticiabilidad, por ejemplo4. El corpus incluyó un total de 157
noticias, de las cuales 98 fueron tematizadas como “policiales e inseguridad” en el tópico
preponderante y 59 en el tópico secundario.
Durante el monitoreo se utilizó una planilla para el registro de la visualización de los
noticieros. Este instrumento, elaborado por este equipo de trabajo, incluye herramientas para
el análisis del enunciado y de la enunciación. Partiendo de las particularidades del discurso
audiovisual y de la especificidad temática de las noticias policiales, se utilizó una serie de ejes
de análisis cuyas observaciones son desarrolladas en los distintos apartados que siguen.
II. LA NOTICIA POLICIAL EN TELEVISIÓN
El análisis cuantitativo, elaborado a partir de la matriz de relevamiento de la
Defensoría del Público5, permitió contextualizar el corpus seleccionado. En primer lugar,
observamos una mayor duración promedio de las noticias policiales: mientras la duración
promedio del total de las noticias emitidas durante esos cinco días fue de 1:51 minutos, las
noticias sobre “policiales e inseguridad” como tópico preponderante tuvieron una duración
promedio de 2:36 minutos.
También se evaluó en el corpus seleccionado si la presencia de noticias policiales se
veía influida por el horario de transmisión del noticiero. Se encontró que dentro de las
emisiones del mediodía y de la noche hubo mayor proporción de noticias policiales –25,6 y
28,6 por ciento, respectivamente– que en los noticieros matutinos (16,1 por ciento).
A partir del monitoreo pudimos identificar que, en general, las noticias tematizadas
como “policiales e inseguridad” se presentan en cada noticiero agrupadas y, muy comúnmente
en el caso de los canales privados, al principio del programa. Todos los días visualizados en
los cuatro noticieros privados las noticias que abrieron el programa (excluyendo los títulos)
contuvieron la temática policial y de inseguridad ya sea como tópico preponderante o
secundario. La excepción en este caso es el noticiero de la Televisión Pública que otorga un
4 La forma de definir la tematización y los indicadores a observar se pueden consultar en el documento
metodológico que funciona como anexo de los informes de la Defensoría del Público. Disponible en:
http://www.defensadelpublico.gob.ar/archivos/monitoreos/8_Documento_Metodol%C3%B3gico.pdf 5 Ver documento metodológico. Disponible en:
http://www.defensadelpublico.gob.ar/archivos/monitoreos/8_Documento_Metodol%C3%B3gico.pdf
espacio menos importante a la información policial y de inseguridad. No las ubica al inicio
del programa y se extienden por pocos segundos (en general en compactos de noticias). En el
resto de los informativos, las noticias sobre policiales e inseguridad ubicadas al inicio del
programa suelen ocupar un espacio de tiempo bastante extenso, y llegan a ocupar el primer
bloque o el primero y el segundo de manera íntegra. En el caso de Telefé Noticias, por
ejemplo, este tratamiento prolongado de las noticias policiales ocupa en los días visualizados
la mitad del tiempo total del noticiero.
Respecto de la agrupación de las noticias se identificaron dos modalidades repetidas
en los distintos programas a las que se asignó las siguientes definiciones:
- Encadenados noticiosos. Se trata de la presentación de un conjunto de noticias de
policiales/inseguridad en forma consecutiva. Puede ser un encadenado total (todas las
noticias son policiales) o parcial (se las mezcla con noticias de otro tópico). Se han
observado encadenados breves (dos o tres noticias) y otros más largos (seis noticias,
por ejemplo).
- Bloque noticioso. Se presentan diversas noticias pero que giran sobre un mismo suceso
aunque muestran perspectivas distintas o aspectos distintos.
Aunque suelen estar al inicio del programa, la modalidad de encadenado y bloque
se verificó también en otros momentos de los noticieros. En estos casos, se suele utilizar el
formato de “avances” o “anticipos” para presentar la noticia al principio y luego retomarla. Se
da también en algunas noticias la reiteración al interior del informativo: luego de abordar una
noticia en el primer bloque, se la retoma en el bloque o los bloques siguientes (en algunos
casos actualizando algún dato y en otros reiterando lo ya mencionado).
III. TEMAS, ACTORES Y MAPAS DE LA INSEGURIDAD
Con el fin de profundizar en los modos en que se construyen los significados sobre la
“inseguridad”, el análisis partió de una serie de subtópicos que sirvieron para clasificar las
noticias. De este modo, nos preguntamos de qué hablan los medios cuando hablan de
“inseguridad”, indagando acerca de los modos de tematizar las noticias y en los tipos de
hechos que se incluyen en esta sección informativa. Si bien partimos de un listado de
categorías6, el análisis estuvo abierto a la emergencia de nuevos subtópicos a partir de los
enunciados de los propios noticieros.
La elaboración previa de esta lista implicó que algunas de las categorías no
aparecieran entre los subtópicos de las noticias analizadas (como secuestros, trata de
personas) y, por el contrario, que surgieran nuevas categorías vinculadas a los modos
específicos de construir la noticia policial audiovisual en la actualidad. En términos generales,
la mayor parte de las noticias refieren a delitos contra las personas y la propiedad, siendo los
subtópicos “robos” y “homicidios” los más recurrentes. Esta característica no se da de igual
forma en todos los noticieros, verificándose fundamentalmente en algunos programas de los
canales privados. En la prevalencia de estos subtópicos se expresa de algún modo el rol
atribuido a la muerte en las noticias policiales. También aparecen con un número relevante el
narcotráfico, los delitos económicos7 y los conflictos interpersonales, estos últimos vinculados
fundamentalmente a accidentes de tránsito.
Lo extraño y lo insólito surgen como categoría noticiosa novedosa. Uno de los
mayores cambios en la producción de información televisiva se produce en tanto pequeños
hechos no necesariamente relacionados con un tipo delictivo o con casos policiales de
envergadura, se describen a sí mismo como “insólitos”, “extraños”, “bizarros”, fuera de lo
común. Se tratan de vincular en algún aspecto con lo delictual y desde allí son tematizados
como noticias policiales y de inseguridad. Se produce así un corrimiento de lo delictivo y la
noticia policial muta a lo que podría denominarse noticia policial de color. “Se durmió en el
auto y no lo podían sacar” (Telenueve Central, 5/10/2015) es una noticia tematizada como
“policiales/inseguridad” en el tópico principal y como “tránsito/accidentes viales” como
tópico secundario a pesar de que, aparentemente, no habría un delito. La contravención es
haber conducido alcoholizado, pero la noticia se presenta en términos de “lo extraño” de que
no pudieran despertar al conductor y del “riesgo que representa” para la vida propia y de
terceros. Algo similar ocurre con la noticia de los robos de plantas en el cantero de un edificio
6 Las noticias tematizadas como “policiales e inseguridad” fueron clasificadas de acuerdo a si se trataba de:
robos, delito organizado/narcotráfico, violencia de género, homicidios, secuestros (extorsivos y express), toma
de rehenes, conflictos interpersonales (peleas de bandas, de automovilistas, etc.), trata de personas, políticas
públicas y campaña electoral, delitos económicos, linchamientos, y otros. 7 El tópico de los delitos económicos fue recurrente en la semana de análisis por la repetición de la noticia sobre
el fraude fiscal del que se acusa a Lionel Messi y su padre en España.
del barrio de Flores (América Noticias 2a Edición, 7/10/2015), donde, aún tratándose de un
hurto, incluso los conductores terminan riendo y haciendo bromas al respecto. Este tipo de
hechos deviene incluso en noticias como la titulada “Robos insólitos e increíbles” (América
Noticias 2a edición, 8/10/2015), en la que busca construirse una especie de serie. Se muestra
así personas que roban plantas, perros y cuchas (noticia que se construye a partir de las
imágenes de las cámaras de seguridad). Si por un lado el robo se presenta como algo
cotidiano, que puede cometer cualquiera, hasta alguien conocido o un vecino, porque el delito
aparece como “una tentación”; por el otro se enfatiza el carácter extraordinario de estos
hechos: “Hay ladrones de todo tipo: los astutos, los sanguinarios y los bizarros”, comentan los
presentadores.
A su vez, se tematizan como “policiales e inseguridad” noticias que, en principio,
corresponden a otras secciones. Se produce entonces una magnificación de lo policial a partir
de la tematización criminal de noticias de información general. Se le da así un marco
relacionado con el delito a noticias de color, o incluso se construyen contenidos policiales a
partir de hechos que, en principio, no son informaciones noticiables. Se “banalizan” de este
modo los delitos, con una depreciación del acto y los actores.
A partir de los modos de nombrar y narrar los hechos los noticieros contribuyen, por
otro lado, con una tipificación mediática del delito. Así, aluden a figuras y modalidades
delictivas específicas, como “entradera”, “al voleo”, “sicario”, “motochorro”, “mecheras”,
“pungas”, “bicichorro”, “abre-puertas tarjeteros”. Se destaca esto como uno de los hallazgos
de las observaciones realizadas, en tanto se produce un desplazamiento de los términos y
figuras legales y judiciales del delito para dar lugar a estas tipificaciones mediáticas que son
taxonomías surgidas en el discurso mediático.
En términos generales, los actores que aparecen aludidos en la narración de la noticia
son la víctima y el victimario, aunque con distinto nivel de entidad. La víctima puede estar
identificada con una persona en particular pero también se sugiere la noción de que los
vecinos, los televidentes, son posibles víctimas8. A su vez, la víctima puede aparecer de forma
directa en delitos como robos, o bien, en los casos de homicidios, la víctima se hace presente
8 Retomaremos más adelante el argumento respecto de la configuración del televidente en tanto “ciudadano-
víctima” (Calzado, 2015).
como actor de manera indirecta a través de imágenes o fotografías que mostraban la vida que
tuvo. En estos casos es la familia quien encarna la voz de la víctima, asumiendo un rol
protagónico mediante el reclamo de justicia.
Aparecen, sin embargo, como excepción, noticias en la que los “vecinos” aparecen
como los “victimarios”, incluyéndose en la noticia dos delitos: un robo y un intento de
linchamiento posterior. En su narración (Canal 9, 05/10/2015), los vecinos son las víctimas en
términos tradicionales, pero también aparecen como victimarios al intentar linchar al ladrón.
Se relata: “Vecinos de Flores casi matan a golpes a un motochorro. Lo salvó la policía luego
de que las propias víctimas lograron reducirlo”.
Los roles de víctima y victimario en este caso se cruzan. Las veces que se remite a
quienes perpetraron el linchamiento se lo hace con la categoría “vecinos” mientras que a
quien intentó robar en primera instancia se lo menciona con el término “motochorro”. Incluso
en la segunda parte de la noticia, que se enfoca particularmente en el linchamiento, parece
haber cierta incomodidad de parte de los presentadores para describir a los vecinos como
victimarios. Se explica “¿Qué pasa con los vecinos?” a partir de una especificación de los
aspectos legales y se menciona que “la ley castiga el linchamiento”. Se advierte, de este
modo, a los televidentes que el linchamiento también es un delito. Los victimarios, en general,
son identificados con alguna figura relacionada con la modalidad delictiva. Por ejemplo,
como en el último caso, el “motochorro”. Aparecen también “sicario”, “mula”, “mecheras”,
“pungas”, “bicichorro”, “abre-puertas tarjeteros”.
En ciertos casos, existe algún tipo de dificultad para presentar a algunas personas
como victimarios. Esto se ve con claridad en la noticia respecto del fraude fiscal del cual se
acusa a Lionel Messi y su padre en España (8/10/2015), a quienes los propios presentadores o
columnistas intentan justificar, incluso colocándolos en el rol de “víctimas” mediante la
alusión a una “conspiración” o “boicot”. En América Noticias, el conductor Guillermo
Andino, se pregunta: “¿Hay una animosidad, algún grado de venganza contra el mejor
jugador del fútbol del mundo, que juega precisamente en Barcelona, un territorio en el cual
algunos pobladores estarían de acuerdo con independizarse de España?” Y refuerza: “¿Hay
alguna cuestión política de por medio? ¿Está apuntado Messi por vestir la blaugrana?”
Tanto los conductores como los columnistas de deportes se plantean como pregunta si
es o no responsable penalmente, para lo cual se utiliza la intervención de los especialistas en
policiales. Algo similar, aunque menos explícito, se percibe en el tratamiento que da
Telenoche a la noticia. El informe comienza con imágenes de archivo de Messi en sus
mejores momentos: metiendo goles. Esto se intercala con extractos de informes de noticieros
españoles sobre la denuncia sobre Messi. Este uso de fragmentos de programas extranjeros
funciona como un modo de distanciamiento de ese modo de contar la noticia. En el audio se
escucha, al mismo tiempo, “Messi, el rey del fútbol”. Así, los informes sobre la situación de
Messi en noticieros españoles se intercalan con escenas de partidos de fútbol, con audios que
lo idolatran, lo ubican como “fenómeno”, “estrella”. Para presentar la noticia, el columnista
explica, y de algún modo se excusa: “Hablamos de lo estrictamente extra-futbolístico”. En el
cierre, el columnista de deportes, “Rifle” Varela opina: “Hay alguna contienda futbolística
(...) Uno de los jueces es del Real Madrid”; y el periodista José Antonio Gill Vidal agrega:
“Es el mayor contribuyente que tiene España. Gana fortuna. Lo tiene bien merecido porque es
un futbolista inigualable”.
En el caso de Telenueve Central recurren a un tono cómico para quitar dramatismo a la
situación. El informe comienza con una imagen de Messi sentado y se superpone el dibujo de
una reja que se cierra. En voz en off, se tranquiliza a los espectadores: “No hay ninguna
posibilidad de que esta imagen se convierta en realidad”. Hay un particular tratamiento
porque se trata de Messi. Se transmite la sensación de que no es posible de que Messi quede
preso y se quiere dar “tranquilidad” al fan preocupado. Desde los videograph se presenta:
“Escándalo en España, pero Messi no va preso”. El columnista, se pone en el lugar del fan:
“Lo único que nos faltaría es que fuera preso. De ninguna manera puede ir preso”. El informe
concluye con una foto de Messi y su padre tras las rejas y, con el uso de animación, las rejas
se abren. La voz en off finaliza: “Ningún Messi quedará tras las rejas”. El tratamiento de este
tipo de noticias pone en tensión, de este modo, las categorías de “víctimas” y “victimarios”.
Las narrativas televisivas sobre lo policial contribuyen, al mismo tiempo, a la
configuración de un mapa noticioso de la inseguridad. A partir del corpus analizado,
observamos que la mayoría de las noticias incluidas en los cinco noticieros de aire
corresponden a hechos sucedidos principalmente en la Ciudad de Buenos Aires y,
secundariamente, en la provincia de Buenos Aires9.
A partir de los modos de presentar estas noticias se va construyendo una suerte de
mapa del delito, donde ciertas zonas son identificadas como más peligrosas o de mayor
riesgo. Se produce así una caracterización de los barrios a partir de las noticias. Por ejemplo,
el barrio de Constitución aparece vinculado al peligro y los riesgos. Un encadenado de
noticias de Telefé el 05/10/2015 muestra una primera información titulada “Miedo en la
facultad: investigan a sospechoso” y luego continúa con un “Golpe de motochorros” en un
bar. Los conductores enfatizan el lugar de ambos hechos: el barrio de Constitución.
Ubicándose en un lugar “del saber”, Rodolfo Barili destaca: “Constitución no es un lugar
seguro, cálido y tranquilo para salir. Lo sabemos quienes vivimos y trabajamos en esta zona.
El barrio es complicado, la zona de la facultad es complicada”. En la conexión con la
segunda noticia, la co-conductora del noticiero, Cristina Pérez, enfatiza: “A plena luz del día,
también obviamente en Constitución”.
Algo similar sucede con la noticia “Pirán, la calle de los robos y del miedo” (Telefé
Noticias 2a Edición, 6/10/2105). La noticia se focaliza en esta calle de Wilde donde los
vecinos “ya perdieron la cuenta de la cantidad de robos” y se menciona que “en la zona se
registraron en el último año por los menos cinco muertes en ocasión de robo”. Se alude a la
falta de iluminación en la zona como uno de los motivos de la recurrencia de los delitos,
destacando la “falta de prevención”.
La noticia “Se durmió en el auto y no lo podían sacar” (Telenueve Central,
5/10/2105) es seguida de un análisis más general sobre los peligros de conducir alcoholizado.
En este caso, se muestra un mapa de la Ciudad de Buenos Aires y se destaca en color rojo los
barrios donde se han detectado más casos de test de alcoholemia positivo: Belgrano y
Palermo. Otro ejemplo surge de la noticia “La 1-11-14: radiografía de una zona caliente”
(Telefé Noticias 2a Edición, 9/10/2015) donde se caracteriza esta zona de Retiro desde los
titulares, videograph y los comentarios de presentadores y columnistas. Se la presenta como
“radiografía de la zona más caliente de la ciudad”. En muestra un “mapa narco” donde se
9 La única excepción es el jueves 8/10/2015, en el que se introducen más noticias del resto del país (nueve en
total) que de CABA y Provincia de Buenos Aires (seis y dos, respectivamente).
localizan dos zonas y se las vincula con tipos de drogas: “El sector de los paraguayos -
cocaína y paco” y “el sector de los peruanos - marihuana”. De este modo, a partir de noticias
y estadísticas se tiende a construir la imagen de los barrios de acuerdo a sus particularidades
delictivas.
IV. EL MIEDO Y LA NOTICIA COMO ENTRETENIMIENTO
Otra regularidad en los modos de narrar es la presentación de noticias que no
constituyen un delito pero que son tematizados como “policiales e inseguridad” con una
modalidad que definimos como narración extendida. Este tipo de noticias tiende a generar
una sensación de alarma a pesar de que el delito aún no sucedió. Se presenta así una no
noticia pero se hace futurología analizando lo que podría pasar. No hay hecho, pero podría
llegar a haberlo. En este sentido, se presenta como un peligro potencial en término de riesgos
futuros. Se produce un doble proceso que, por un lado, vuelve realidad los mundos posibles
(“Van a seguramente robar a una persona inocente”) y, por otro, generaliza esos riesgos
identificando al televidente como posible víctima (“Le podría pasar a usted”).
En la noticia “Miedo en la facultad: investigan a sospechoso” (Telefé Noticias,
5/10/2015), si bien existe una denuncia y mencionan que una fiscalía está ocupándose, el caso
se narra en términos de lo potencial: un “rumor” sobre un hombre “sospechoso” que podría
estar reclutando mujeres para un red de trata en la zona de la Facultad de Ciencias Sociales de
la UBA es el germen de la noticia. A partir de un comunicado difundido por la facultad, los
presentadores enfatizan la dimensión del miedo de las estudiantes y los cuidados que deben
tomar. La noticia se centra en “lo que podría pasar” y se titula en modo interrogativo: “¿Busca
mujeres para prostituirlas?”. Un rumor que siembra el miedo. El riesgo aparece como
característica imperante de lo cotidiano.
La modalidad se evidencia también en una noticia sobre un robo fallido. No frustrado
por las fuerzas policiales, sino por un “error”. A partir de las imágenes captadas por las
cámaras de seguridad del municipio de Hurlingham (Telenueve Central y Telefé Noticias,
9/10/2015), se narra la noticia de un “no robo”: dos personas salen de un banco con una bolsa
de papeles en lugar de dinero. Con un tono entre el humor y el alivio, los periodistas explican
que el robo “salió mal”. En el tratamiento de Telefé Noticias, que titula el informe como “Un
asalto, poco efectivo”, se incorpora un móvil desde el lugar del hecho. Esta modalidad que se
sustenta en el objetivo de obtener relatos en primera persona o de “reconstruir” el suceso
pareciera estar, en casos como este, un tanto forzada. Los presentadores dialogan con un
movilero que se encuentra, en vivo, en el lugar del hecho. Sin embargo, dado que se trata de
la emisión verspertina del noticiero, el banco se encuentra cerrado y el periodista sólo accede
al sector de los cajeros automáticos, no pudiendo entrevistar a nadie y concluyendo el móvil
sin aportar ningún tipo de información.
La amenaza con una granada a un restaurante de Puerto Madero que presenta como la
noticia principal en uno de los noticieros (Telenoche, 05/10/2015) también incorpora esta
modalidad de narración extendida: aunque la granada estaba desactivada, la noticia se narra
en términos de los riesgos y peligros que implica la circulación de estas armas. Muchos de los
casos que se incluyen en la serie son casos de “descarte” de las granadas, que están en desuso
y son tiradas en la vía pública. Si bien el peligro no pareciera, en principio, ser inmediato, la
narrativa enfatiza la dimensión del miedo y el riesgo.
En estos casos en que las noticias centrales ocupan un tiempo prolongado de los
noticieros, con un tratamiento que puede extenderse por hasta veinte o treinta minutos, es
difundida la recurrencia a la participación de “expertos”, que intervienen para explicar ciertos
aspectos de la noticia tanto a los conductores como a los televidentes. Se recurre a la figura
del “especialista” (por ejemplo, grafóloga, toxicólogos, abogados) que aporta una mirada más
técnica y pretendidamente más objetiva. En algunos informativos, la asignación de roles
también asigna un lugar al espectador, lo configura en tanto “alumno” a quien el experto
viene a “explicar”, “enseñar” el porqué de los fenómenos. En estos intercambios, los
conductores asumen el rol de los televidentes, muestran estar “desinformados” y preguntan,
consultan a los especialistas para “entender” el tema.
A esto se suele sumar el uso de placas a modo de pizarras que sirven para presentar
datos contextuales, estadísticas, o narrar los acontecimientos principales a modo de crónica.
Con este tipo de puestas en escena, sumadas al uso de las imágenes sobre armas y drogas, la
demostración o reconstrucción de situaciones en el piso a partir de especialistas, las noticias
buscan no solo informar sino también entretener. Se recurre a elementos de la ficción, a partir
del uso de la musicalización, la edición de las imágenes y las voces en off para “atrapar” al
televidente.
V. EL “TELEVIDENTE-VÍCTIMA” Y LOS CONSEJOS DE PREVENCIÓN
En las sociedades del riesgo, los ciudadanos son interpelados en tanto víctimas
potenciales del delito urbano. En una etapa en la que lo sagrado son las personas, el
sufrimiento individual las constituye en tanto víctimas. En este contexto, la figura de la
víctima “hace funcionar la seguridad biopolítica con todo un régimen de afectos novedosos”
entre los que “la compasión será a su vez puesta en acción por la puesta en escena mediática”
(Gros, 2010: 290). La “carnalidad del sufrimiento” define la subjetividad de nuestra época
(Calzado, 2015), a partir de narrativas sobre la inseguridad en las que el dolor se configura
desde la óptica de la víctima. Así, en los noticieros, el enunciatario predominante es el
ciudadano y vecino, que se encuentra en riesgo, en peligro. Un “televidente-víctima” a
quienes los periodistas informan pero también “alertan” sobre posibles “amenazas”.
En la presentación de la noticia “Miedo en la facultad” (Telefé Noticias, 5/10/2015) a
la que ya hicimos referencia, los presentadores se dirigen en forma directa al espectador:
“Prestá mucha atención”, advierten. Un enunciatario al que se sugiere que esté “atento”
porque puede ser víctima. Un enunciatario que está en riesgo porque le “puede robar
cualquiera”, “un vecino”, alguien que conoce “de toda la vida” (“Era una persona con la que
se había criado. Lo conocía de toda la vida”, América Noticias, 8/10/2015).
Los televidentes son, además, responsabilizados por su propia seguridad. Asumen un
rol activo, tomando medidas que disminuyan “su propio riesgo”. En la noticia “Pirán, la calle
de los robos y del miedo” (Telefé Noticias, 6/10/2015), mientras se muestran imágenes de
robos tomadas por las cámaras de seguridad, una voz en off ubica a los vecinos como
protagonistas de la noticia: “Los vecinos hicieron todo para evitar los robos, pusieron varias
cámaras de seguridad, también pusieron alarmas, pero parece que nada alcanza porque los
hechos de inseguridad continúan”. Se vislumbra así la figura de un “nosotros” que se
contrapone a “los otros”. A la vez que exhiben un video casero de un grupo de jóvenes donde
muestran armas y drogas, en la noticia “Mandan videomensaje a otra banda” (Telenueve,
6/10/2015) el conductor sentencia: “Luego de filmarse y de envalentonarse con armas van a
seguramente robar a una persona inocente (...) Este es el arsenal que utilizan contra las
personas decentes e inocentes”. Así, junto con la configuración de un enunciatario en tanto
víctima, se observa una editorialización en términos de prevención. Las noticias incluyen
hacia el final una serie de consejos para los televidentes: comportamientos a adoptar para
evitar ciertos desenlaces.
Otro aspecto destacado del modo de construcción del destinatario de la noticia en el
enunciado es que tiende a empatizar con la situación particular: es un enunciatario que se
solidariza con la víctima y sus familiares, se conmueve, se sorprende, se indigna y se espanta
junto con los presentadores del noticiero. Para esto, principalmente los noticieros de señales
privadas utilizan un tipo de editorialización que apela fuertemente a lo emotivo. En casos de
homicidios, como en “Robó un auto, chocó y mató a tres personas” (Telefé, 8/10/2015), los
conductores aportan un gran contenido de dramatismo, apelan a la emoción, a la conmoción,
incluso aportando descripciones de imágenes (visuales o mentales) que se acercan al morbo:
se describen cuerpos “totalmente mutilados”, se muestran “marcas violentas en el asfalto”, se
enfatiza en que “dos de los cajones están cerrados por el estado de los cuerpos”. Una
musicalización acorde y el uso de imágenes de archivo de las víctimas en momentos felices
contribuyen con esta narrativa melodramática.
VI. NUEVAS TECNOLOGÍAS, NUEVAS FUENTES
El acceso a registros audiovisuales que hasta un tiempo atrás no existían -cámaras de
seguridad, redes sociales y celulares- habilita un nuevo modo de relatar los hechos, una
estética de “lo real” que busca invisibilizar las mediaciones y emular en las pantallas “la vida
misma”. En la construcción de estas imágenes como productos mediáticos se pretende una
“estética de la objetividad” que, para el caso de las cámaras de seguridad, se funda en la
presentación de los videos como evidencia, buscando borrar las marcas que las constituyen
como construcciones intencionadas (Gates, 2013). En términos estéticos, la videovigilancia se
transformó en una parte del repertorio cultural contemporáneo (véase Groombridge, 2002;
Bruno et al, 2012) y las nuevas tecnologías permitieron la incorporaron de esta “retórica de la
vigilancia” (Kammerer, 2004) como un novedoso modo de contar las noticias policiales.
Cámaras de seguridad, teléfonos celulares y redes sociales se convierten así en fuentes de los
relatos sobre la inseguridad urbana. Las noticias en los informativos de aire se tratan como
pequeñas historias cuyo anclaje de veracidad se encuentra fuertemente dado por la centralidad
de estos dispositivos.
El seguimiento que realizamos en los informativos de aire transmitidos desde la
Ciudad de Buenos Aires revela que en general la información producida desde estos
dispositivos es, en principio, poco relevante. No obstante ello, la información generada por las
nuevas tecnologías es puesta en un lugar central como resultado de la accesibilidad única de la
producción al material. De allí a que los noticieros refuerzan la figura de la primicia en torno
a estas imágenes. Un resultado interesante de este proceso es la dispersión de la agenda tanto
al interior de cada informativo como entre las emisiones de los distintos canales. Se busca dar
cuenta a los espectadores de un acceso diferencial a las imágenes como una forma de “tener la
exclusiva”, más que a perseguir la relevancia noticiosa o una agenda temática preexistente.
Estas modalidades habilitan, además, la construcción de noticias policiales centrales
a partir de hechos que no sólo podrían considerarse poco relevantes en términos de la agenda
noticiosa, sino que muchas veces no constituyen delitos sino que se definen en tanto hechos
insólitos, extraños, bizarros o fuera de lo común, y que se vincula con el modo de
tematización al que referimos antes como noticia policial de color. Esto conduce a la
presentación de información que difícilmente hubiese configurado una noticia sin el acceso a
las imágenes que habilitan estos dispositivos. Cuando la rareza del hecho es la característica
central para poner una noticia en pantalla, las imágenes son un elemento indispensable.
Al uso de las imágenes de las cámaras de seguridad que tanto se han extendido en los
últimos años, se suman otras como las de teléfonos celulares. La especificidad de estas
últimas es que tienen una estética particular (desprolija, con cámara en mano, donde parts de
la imagen pueden aparecer tapadas con personas u objetos que se cruzan) que da lugar al
mismo recurso de relato de “lo real” que comentamos anteriormente: mostrar lo que sucedió
“realmente” en el aquí y ahora del hecho noticioso. Además, son expresión de una modalidad
de periodismo que fue creciendo en los últimos años con las posibilidades de estas nuevas
tecnologías y dispositivos para la comunicación: el “periodismo ciudadano”. Los mismos
noticieros piden a los televidentes que les acerquen imágenes tomadas por ellos mismos de los
hechos que comunican. Estas imágenes suelen ser fragmentos cortos que se transmiten
repetidas veces para enfatizar la importancia de este tipo de testimonio audiovisual. Muchas
veces estos contenidos son viralizados antes por las redes sociales y luego son incorporados a
los programas televisivos o a los periódicos digitales. A través de esta modalidad los sujetos
sociales se reconstituyen como productores primarios de representaciones mediadas
producidas por ellos mismos. Prolifera así la producción por parte de “gente común” de fotos
o videos sobre hechos policiales tomadas por cámaras de teléfonos celulares u otros
dispositivos (Yar, 2012: 246).
Por otro lado, aparecen las redes sociales como un canal de acceso a las fuentes
primarias. En muchos casos, esto permite un acceso inmediato a las declaraciones de los
protagonistas de las noticias, mediante el rastreo de sus intervenciones en cuentas o perfiles de
Twitter y Facebook. Ante la imposibilidad de contactar a las fuentes de modo inmediato por
las vías tradicionales, las redes sociales se convierten en un modo de acceso directo e
inmediato. Por otro lado, este tipo de redes sociales, y particularmente Youtube, permiten
viralizar videos tomados por los noticieros y construidos como contenidos del programa, a
partir de su reproducción, una tematización determinada y los comentarios o análisis que los
periodistas puedan aportar al tema. Esto da lugar a la inclusión en términos de noticia policial
y de inseguridad de hechos sucedidos en otros países, regiones y continentes. Finalmente, en
relación con las imágenes, las redes sociales más vinculadas a la circulación de fotografías
(como Facebook, Pinterest o Instagram) parecen funcionar como un repositorio de imágenes
de archivo y se utilizan como fuentes para ilustrar las noticias policiales con fotografías de
los actores involucrados previas al hecho y surgidas de su ámbito “privado”.
VII. COMENTARIOS FINALES
Como anticipamos, los resultados parciales que aquí se presentan son producto de la
primera etapa de una investigación en curso sobre los nuevos modos de construcción de la
noticia policial en la televisión. En este sentido, el monitoreo de noticieros centrales en
canales aire de la Ciudad de Buenos Aires nos permitió observar una serie de regularidades en
la construcción de información sobre el tópico seguridad/inseguridad y dar cuenta de la
especificidad de la noticia audiovisual, tanto en relación con las modalidades de otros medios
de comunicación como con las características históricas de este formato televisivo.
En este marco las regularidades en la observación nos permitieron conceptualizar
sobre algunas modalidades en que se configuran y presentan las noticias policiales o de
inseguridad en televisión, como la narración extendida, los encadenados y bloques noticiosos,
la tipificación mediática y las noticias policiales de color. En el mismo plano, surgió la
especificidad de las noticias construidas a partir de imágenes de cámaras de seguridad y otras
tecnologías de uso cotidiano. La frecuencia con que los videos procedentes de estos
dispositivos se incorporaban en las noticias de los informativos analizados nos dio la pista
para comenzar a indagar con mayor profundidad en esta característica específica de los
contenidos audiovisuales. Así surge nuestra observación de que las nuevas tecnologías, en
especial las cámaras de seguridad, los teléfonos celulares y las redes sociales, se incorporan
como fuente de información de noticias (fundamentalmente pero no sólo) policiales. Esto nos
conduce a plantear como hipótesis que la expansión en el uso de este tipo de tecnologías está
transformando las rutinas de los medios televisivos en la producción de contenido.
Sin embargo, no pretendemos decir que la disponibilidad de estas imágenes implique
por sí misma y necesariamente su inclusión en la agenda de los canales y programas de
noticias. Entendemos que esta nueva forma de construcción de información policial y sobre
inseguridad es parte de otros procesos sociales y culturales más amplios, que se vinculan con
la producción de noticias pero también con las demandas de las audiencias. En este sentido, el
análisis en paralelo que en el marco de este proyecto hicimos de los noticieros de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires y de la Ciudad de Córdoba nos permitió observar que estas
nuevas modalidades y estas nuevas fuentes sólo se verificaban en el caso de CABA, mientras
que en Córdoba los informativos mantenían las modalidades y formatos más tradicionales.
Así, en principio, pareciera que los contextos geográficos, socio-políticos y culturales
tuvieran una incidencia en los tipos de contenidos y en los modos de producción privilegiados
por las empresas de medios. Al respecto, nos encontramos estudiando las instancias de
producción de noticias y de recepción de la información en las audiencias televisivas, a los
fines de ahondar en las características observadas a partir del análisis de los contenidos.
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