formación de catequesis miércoles 8 de agosto 2015

FORMACIÓN DE CATEQUESISLA ENCARNACIÓN Y LOS LUGARES DE

ENCUENTRO CON JESUCRISTO

DESDE EL PENSAMIENTO Y LA PEDAGOGIA DE SAN JUAN EUDES

PARROQUIA “SAN JUAN MARÍA VIANNEY”8 DE AGOSTO DE 2015

* UNA FRASE…

*EL CICLO DE LA VIDA (VER)

METODO PRAXEOLÓGICO

“LA PALABRA…” (JUZGAR)

Maestro, ¿Dónde vives?...Vengan y verán (Juan 1, 38-39)

* ¿QUÉ ES LA ENCARNACIÓN?

LA PALABRA SE HIZO CARNEY PUSO EL TABERNÁCULO

(evskh,nwsen)ENTRE NOSOTROSY HEMOS VISTO SU GLORIA… (Jn 1, 14)

EL TABERNÁCULOTeología de la

presencia

Misterio de la encarnación

La Encarnación es “la obra propia de Dios”, la obra suprema de su poder, de su bondad y de su sabiduría; por ella el cielo se abre, la tierra queda santificada, y Dios es adorado con una adoración nueva, la de un “Dios adorador” que es Jesucristo, Dios y hombre verdadero


La Encarnación es también Redención: el Verbo eterno toma la forma de servidor tomando nuestra naturaleza humana y abajándose hasta el oprobio y suplicio de la cruz. La pasión redentora, que nos ofrece la salvación, manifiesta la Encarnación, y la Encarnación nos ofrece no sólo esto, sino a Dios mismo


Jesucristo es sacerdote –el único sacerdote- por su encarnación, por la unión hipostática, en la cual se unen divinidad y humanidad


La Eucaristía es como una “extensión de la Encarnación”. Es el “sacramento de la presencia de Cristo”, “el don de Dios a los hombres”. El sacerdote aparece así como el que tiene el poder de hacer presente a Cristo: “pone el cuerpo de nuestro Señor Jesucristo actualmente, realmente y verdaderamente donde no estaba”; “cada día el sacerdote hace que Cristo se haga presente a su voz”; “Dios obedece a un hombre”


La eucaristía no reitera la Encarnación, que permanece única, pero la extiende. El sacerdote aparece en ella asociado a la obra de Dios: dar el Hijo de Dios a los hombres. E imita a María, que ha dado a Cristo a los hombres


El sacerdote es también el hombre del ministerio, que está orientado a que todos los hombres adoren a Dios; es hacer nacer y formar a Jesús en los corazones de los fieles, dando el cuerpo y el espíritu de Jesús a los hombres


Experiencia mística. Los místicos renanos lo marcan profundamente. “En 1607 tuvo una experiencia mística, a partir de la cual el Verbo Encarnado permanecerá en su corazón, en su pensamiento, en su enseñanza. Fruto de esta experiencia es su Discurso del Estado y de las Grandezas de Jesús, publicado en 1623.


“(Jesús) tú eres ese hombre que ama, adora y sirve a la majestad suprema, como merece ser amada, servida y honrada. ¡Oh grandeza de Jesús, aún en su estado de abatimiento y de servidumbre, eres el único capaz de tributar un homenaje perfecto a la divinidad”

LOS CRISTIANOS DEL SIGLO XXI SERÁN MÍSTICOS

O NO SERÁN CRISTIANOS(Karl Rahner)

* ¿CÓMO ENCARNAR A JESÚS HOY? (ACTUAR)

1. Nuestra humanidad

2. El amor

3. Asertividad

* LUGARES DE ENCUENTRO CON JESUCRISTO

a) La Sagrada Escritura leída en la Iglesiab) La Sagrada Liturgiac) La oración personal y comunitariad) La comunidad cristiana y el amor fraternoe) Los pobres y los afligidosf) La piedad popularg) María, discípula y misionerah) Los apóstoles y los santos

El proceso de formación de los discípulos misioneros

Aspectos fundamentales del procesoa) El encuentro con Jesucristo. b) La conversión. c) El discipulado.d) La comunión. e) La misión.

Criterios generales del proceso formativo

1. Encuentro con Jesús

2. Conversión

3. Discipulado

(1) “El que no lleve su cruz…” Se trata de “cargar” la propia cruz, es decir, el discípulo se coloca en el lugar de Jesús. Esto indica una apropiación, con esfuerzo y compromiso, de las diversas realidades de la vida tratando de reproducir–poniendo cada paso de la vida sobre sus huellas- las actitudes de aquel que nos precedió en la Cruz. De ahí la frase: “y venga en pos de mí”. Esto lo tiene que recordar el discípulo cada vez que vaya a hacer algo, en cada instante de la vida.

4. Comunión

5.Misión

Iniciación a la vida cristiana y catequesis permanente

Constatación preocupante en nuestras comunidades y catequizados (familia): son muchos los creyentes que no participan en la Eucaristía dominical.

a) Propuestas para la iniciación cristiana.

b) Catequesis permanente.

Lugares de formación de los discípulos-misioneros

1 La familia 2 Las parroquias 3. Las pequeñas comunidades eclesiales 4 Los movimientos eclesiales y nuevas

comunidades 5 Los Seminarios y casas de formación

religiosa 6 La Educación Católica

SAN JUAN EUDES

Encarnación y Cristología

Hacer referencia la misterio de la encarnación es necesariamente hacer referencia a la Cristología. En la Escuela Francesa se tiene un contexto de estudios escolásticos, que contienen una gran carga de neoplatonismo. En este contexto la tendencia es de una cristología descendente, como lo atestigua la espiritualidad de los místicos renano-flamencos

Encarnación y Cristología

De otra parte, las cristologías ascendentes representan el otro aspecto, igualmente valioso, de la unión hipostática. En este terreno cristológico es donde puede plantearse la posibilidad y la calidad de la unión de la mística con la cristología. La consideración sobre la encarnación, más aún, la vivencia del misterio de la encarnación en la espiritualidad berulliana y eudesiana, plantea una cristología ascendente. Es el escenario para un profeta

Equilibrio cristológicoEl cardenal de Bérulle nunca abandonó la

espiritualidad renana pero logró equilibrarla con la espiritualidad teresiana de la encarnación. En forma análoga san Juan Eudes va a beber de la espiritualidad renana y logra, de manera muy estructurada, integrarla con la espiritualidad de la encarnación.

Espiritualidad renanay san Juan Eudes

Gertrudis de Helfta (Eisleben 1256, Helfta 1302), monja benedictina cisterciense, Matilde de Hackeborn (Helfta 1241-1299), benedictina cisterciense, hermana de Gertrudis, escribe el libro de La Gracia Especial; santa Brígida, (Uplandia, Suecia 1302-Ulf 1344) de familia noble, se casó y, después de viuda se hizo religiosa benedictina cisterciense. Juan Justo Lanspergio, conocido como Lanspergio el cartujo (1489-1539)


SANTA GERTRUDISNació en Eisleben (Alemania) en el año 1256, Murió el 17 de noviembre del año 1302 El Sagrado Corazón (VI, CVI, CXXXI, CLVI; VII 396; VIII 280, 295) – La Santa Virgen (II 353; VII 167, 380) – Corona de Santa Gertrudis (III 402, 424; V 205, 428) – Divina Voluntad (III 102; V 151; VII 526) – Confianza en Dios (I 236; III 104; VI, CVI 195) – Humildad (I 127) – Caridad (I 262) – Santificación de las acciones (I 105) – Preparación a la Santa Comunión (I 141) – Preparación a la muerte (I 520).


SANTA MATILDE La devoción a los Santos Corazones (VII 374; VIII 273) – Salutaciones (II 361; VI 353; VII 323, 402) – La corona del Ave Maria (V 205, 428) – Las Tres Avemarías para bien morir (VII 471) – Complacencias de Dios en María (V 73, 190, 343; VII 104, 517) – La niña María (V 246) – Maternidad divina (V 348) – Humildad de María (VII 480) – Confianza en N. S (I 237) – Deseos santos (I 141) – Su influjo en san Juan Eudes (I, 64; II, 284.361)


SANTA BRÍGIDA. Corazón de Jesús, herido de amor en la Cruz, (III, 345 (en nota), VI, LVII, VIII, 279, 280) -Valor de las revelaciones de esta santa, (IV, 173; V 39) – Retrato de N.S. (V, 360, 361, 465) – Amor de Jesús por nosotros (VII, 229; VIII, 251) – María cooperadora de nuestra salvación, (IV, 174; VI LXXXII; VIII 332) – Jesús Corazón de María (VI, 100) – Aparición de Nuestro Señor resucitado a María (XI, 366) – Nacimiento de María (V, 342) – Dignidad de María (III, 382; V 365; VI 52; VII 56, 656; VIII 99, 194) – Inmaculada concepción (V 111) – Nombre de María (V 210, 231) –(VIII 88).


Santidad de María (V 249; VI 366; VII 154) –Amor de María por Dios (V 383, 384) – Amor de María por nosotros (VII, 475) – Misericordia de María (V 160, 161, 174; VII 14, 515) – Ciencia de María (VII 239, 588, 590) – María y las Escrituras (V 86, 89) – Humildad de María (VII 490) – Pobreza de María (VIII 162) – Virginidad de María (V 247; VII 206) – Belleza de María (VI 60; VII 174) – Parecido de María y de Jesús (V 353; VII 172) – Dolores de María (VII 141, 143, 148, 579) – Muerte de María, VII 451) – Manera de honrar a María (V 432; VIII 22) – San Joaquín y Santa Ana (V 148, 195, 332, 337, 342) – Las modas del mundo (V 293, 294) – Las Reliquias (VII 555) – Conversión final del mundo


Landsberg en Baviera 1489, murió en Colonia el 11 Agosto de 1539. Su apellido era Gerecht (justo), por lo que Justus es solamente una traducción latina– Exhortación a la devoción al Santo Corazón de María (VII 116; VIII 20) – Salutación a María (VII 119) – El santo corazón de María (VII 399) – El Corazón de Jesús (VIII 283) – Ejercicios de piedad al Sagrado Corazón (VIII 289 -294)

Postulados para descubrir el sentido de la encarnación

Uno de los postulados fundamentales de la espiritualidad eudesiana es la continuación, en el bautizado, de la vida de Jesús (cfr Col1, 24), que es una gran experiencia de la realidad de la encarnación en la vida práctica.

Otro postulado de la espiritualidad eudesiana es el orientar la vida en general y los actos diarios, en particular, hacia la gloria del Padre. Desde esta perspectiva, toda la vida de Jesús sobre la tierra confluye a la glorificación de su Padre celestial. Es la expresión de la afirmación: La Palabra se hizo carne, puso el tabernáculo en medio de nosotros y hemos visto su gloria (Jn, 1,14), la vocación de la carne es manifestar la gloria de Dios

Postulados para descubrir el sentido de la encarnación

Otro postulados que de ahí deriva es la profunda unión con Jesús para llegar a la Trinidad, lo cual no aparece en la mística renana.

El postulado central presenta la realidad del bautismo en el cristiano, pues por medio de la realidad aportada por el sacramento se tiene la unión profunda (adherencia o adhesión) por medio de la cual la vida de Jesús es mi ida, y su corazón es mi corazón.

Postulados para descubrir el sentido de

la encarnaciónLa figura y la grandeza de María, deriva

igualmente de la realidad de la encarnación. El valor de la Virgen viene, no de sí misma, sino del hecho que el Padre la ha escogido para ser la madre de su Hijo eterno. La palabra de aceptación de María para la obra de la encarnación la ha llenado de gracia y de presencia de Dios

LA ACCIÓN DEL PADRE EN LA

ENCARNACIÓN Cuánta gloria, cuánto amor, cuántas

alabanzas recibes de tu Padre, de tu Espíritu Santo, y sin embargo has querido salir del seno del Padre para venir a la tierra”

“El Padre eterno, contemplando su divina esencia y las perfecciones infinitas de las cuales aquélla está colmada, produce en su entendimiento una imagen viviente, y perfecta de sí mismo”


ENCARNACIÓN El Padre adorable hace nacer en su

Corazón, desde toda la eternidad, a su Hijo único y bienamado, que es Dios como él, igual en él a todas las cosas”.

“¿Cuál es la vida divina y eterna del Hijo de Dios? Es la vida que él tuvo en su divinidad y en el seno del Padre antes de su Encarnación y antes de la creación del mundo”


ENCARNACIÓN “Estas tres divinas Personas están en

una contemplación mutua y continua, y en una ocupación y ejercicio perpetuo de alabanza, de amor y de glorificación de las unas hacia las otras”

CORAZÓN DE JESÚS, EXPRESIÓN DE SU ENCARNACIÓN

“Esta palabra corazón significa toda la facultad y la capacidad de amor que puede existir en la parte superior e inferior del alma, tanto natural como sobrenatural, así como el amor, tanto humano como divino, que puede proceder de esta facultad”


“Hay tres corazones en nuestro Señor Jesucristo, que, sin embargo, no son sino un solo corazón: su corazón corporal, que es la parte más noble de su sagrado cuerpo; su corazón espiritual, que es la parte superior de su alma santa; y su corazón divino, que es el Espíritu Santo”

“El primer Corazón del Hombre-Dios es su corazón corporal, que está divinizado, así como todas las otras partes de su cuerpo sagrado, por la unión hipostática que tienen con la persona divina del Verbo Eterno”.


“El corazón adorable de nuestro salvador es el principio de la vida de nuestro Salvador, es el principio de la vida del Hombre-Dios; por consiguiente, es el principio de todos los pensamientos y afectos que el Hijo de dios tuvo en este mundo para nuestra salvación, de todas las acciones que hizo, de todos los sufrimientos que tuvo, y del amor comprensivo con el cual hizo y sufrió todas estas cosas”.

REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN

“El Hijo de Dios vino aquí (…) para llevar a plenitud la obra que el Padre le había puesto en las manos, es decir, para exterminar el pecado, para librar a las almas de su tiranía, para santificarlas, para nacer, vivir y reinar en ellas, y para hacer reinar y glorificar a su Padre en ellas”

“Él ha puesto su devoción en amar y glorificar, y en hacer amar y glorificar a su Padre en el mundo, y en realizar todas sus acciones por la pura gloria y amar de su Padre”


“Este es el misterio (la encarnación) más grande y la mayor obra que se ejecute en el cielo y en la tierra por las personas más excelentes de la tierra y del cielo, es decir, por el Padre eterno, por el Hijo y por el Espíritu Santo, por la Santísima virgen y por la santa Iglesia”


“La obra mayor del Espíritu Santo es haber formado el cuerpo personal de Jesucristo en las sagradas entrañas de su santa Madre, haber formado su cuerpo místico, que es la Iglesia, y aplicar a las almas los frutos de su sangre y de su muerte


“Nuestro Señor Jesucristo se revistió, por su Encarnación, de nuestra humanidad, de nuestra mortalidad, y de todas las miserias y necesidades humanas, a las cuales estamos sujetos, se redujo a un estado tal que tuvo necesidad de vestidos como ustedes…”

“con etas acciones bajas y comunes tú das una gloria infinitamente grande a tu Padre”.


“El verbo se hizo carne (Jn 1, 14). ¿Cuál es esta carne de la que se hace mención aquí, con tanto respeto? Es la purísima carne de la Virgen María, la cual ha honrado de tal manera al Verbo eterno, que él se unió personalmente a aquélla y la hizo su propia carne”


ESTADOS Y MISTERIOS “La vida que el Hijo de Dios tuvo bajo la

tierra está dividida en dos estados diferentes: el estado de consuelo y alegría, y el estado de aflicción y sufrimiento”.

“El hijo de Dios ha hecho un uso totalmente divino de estos estados diferentes e igualmente ha glorificado al Padre en el uno y en el otro”.


ESTADOS Y MISTERIOS “Dios no quiere y no permite nada sino para su

mayor gloria y, en efecto, en todas las cosas él obtiene su mayor gloria”.

“Quien los lleva (los sufrimientos) cristianamente da a Dios una gloria muy grande, la mayor que el hombre le pueda dar en la tierra, puesto que el hijo de Dios (…) no conoció un medio propio para llegar a este fin que el de la cruz y el de los sufrimientos”.

ACCIONES DE LA PALABRA HECHA CARNE Las acciones comunes y abyectas de la vida

humana tales como beber, comer, dormir, trabajar, ganarte la vida con el cansancio de tus brazos y el sudor de tu frente…”

“en estas acciones bajas y comunes das una gloria infinitamente grande a tu Padre, porque haces todas tus acciones, oh Jesús, incluso las más pequeñas y ordinarias (…) con un amor infinito hacia tu Padre y hacia nosotros”

ACCIONES DE LA PALABRA HECHA CARNE La “vie conversante”, el trato con los

demás

“las acciones, palabras, milagros, viajes, trabajos, cansancios, pensamientos, sentimientos, planes, afectos, actitudes internas”.

CRUZ, LA GRAN GLORIA “Tú quisiste salir del seno de tu Padre

para venir a la tierra a liberarnos” “El primer objeto del amor de nuestro

salvador, después de su Padre eterno es su Cruz, porque, por medio de la Cruz él ha dado una gloria infinita a su Padre”.

CRUZ, LA GRAN GLORIA “Adoren a Jesús en los sufrimientos,

privaciones, humillaciones, penas, tristezas y fatigas que ha soportado en su alma santa, según sus propias palabras: mi alma está colmada de males (Sal 87, 4), ahora mi alma está turbada (Jn 12, 27), mi alma está triste hasta la muerte (Mt 26, 38). Adoren las disposiciones de su alma divina en este estado y en el buen uso que ha hecho de él para la gloria de su Padre”

LA CRUZ, LA GRAN GLORIA

“Jesús ha puesto (en la cruz) su alegría y su paraíso (…), puesto que el Espíritu Santo llama al día de su pasión el día de la alegría de su corazón (Ct 3, 33)”.

LA CRUZ, LA GRAN GLORIA

“La pasión del Salvador es la gran gloria de Dios, puesto que, por medio de ella (…) Dios es glorificado con una gloria digna de su grandeza infinita. Y de esta gloria (…) la Iglesia dice, hablando a su divina Majestad, te damos gracias por tu gran gloria, es decir, por la pasión de tu Hijo”.

EL RESUCITADO “¿Cuál es la vida gloriosa e inmortal de

nuestro Salvador? Es la vida que él ha tenido desde su resurrección y ascensión al cielo.

¿Cuándo comenzó? Cuando resucitó, tres días después de su muerte”

“¿A qué dedicó todas estas vidas? A la gloria de su Padre y a nuestro amor”.

EL RESUCITADO

“Te has privado, por la gloria de su Padre y por amor a mí, durante treinta y cuatro años, de una gloria y felicidad infinitas”.

EL RESUCITADO “Jesús hace ver la gloria y la majestad

de la divina filiación, a la que estaba predestinado, ex resurrectione mortuorum”

“Eres tú quien vive en ellos (ángeles y santos) y les comunicas tu vida gloriosa e inmortal, y eres glorioso y bienaventurado en ellos”.

ENCARNACIÓN Y MISERICORDIA

“El Padre eterno es llamado el Padre de las misericordias porque es el Padre del Verbo encarnado, que es la misericordia misma. Por su Encarnación el Hijo de Dios ejerció su misericordia hacia nosotros, (...) porque todos los efectos de misericordia que nuestro Salvador ha producido sobre los hombres, desde el comienzo del mundo hasta el presente, y que seguirá produciendo por toda la eternidad, han procedido y procederán del misterio adorable de su Encarnación, como de su fuente y de su primer principio”.


“Este Corazón divino del Padre de Jesús es la primera fuente de la Encarnación y del nacimiento de su Hijo en la tierra, (...) porque (...) el amor del Padre de las misericordias lo llevó a enviar a su Hijo a este mundo, y a hacerlo nacer en la tierra para la salvación de los hombres


“Al hacerse hombre y al tomar un cuerpo y un Corazón, como el nuestro, capaz del sufrimiento y del dolor, ha quedado lleno de tal compasión de nuestras miserias, y las ha llevado en su Corazón con tanto dolor, que no existen palabras que puedan expresarlo (...) “


“Al tener delante de sus ojos los males del cuerpo y del espíritu, todas las angustias, todas las tribulaciones, todos los martirios y todos los tormentos del mundo, su benignísimo Corazón ha sido atormentado por mil y mil dolores sensibilísimos y muy penetrantes”.


“Un cristiano es un hijo de Dios, que tiene un mismo Padre con Jesucristo, su Hijo único (...) Por habernos creado, Dios es nuestro principio, nuestro rey y soberano, y nosotros sus creaturas, súbditos y servidores. Pero por la regeneración bautismal, que nos ha dado un nuevo ser y una vida divina, Dios es nuestro Padre y nosotros sus hijos (...) “


“Somos los hermanos de Jesucristo, de su sangre y de su estirpe real y divina, y formamos parte de su genealogía (...) Somos los herederos de Dios y los coherederos con su Hijo (...) Un cristiano es un miembro de Jesucristo. Tenemos con él una alianza y unión mucho más noble, estrecha y perfecta que la de los miembros con su cabeza en un cuerpo humano (...)


El Espíritu Santo nos ha sido dado como espíritu de nuestro espíritu, corazón de nuestro corazón, está lleno de la compasión de nuestras miserias y las ha llevado en su Corazón con tanto dolor (...) que su benignísimo Corazón ha sido atormentado de miles de dolores muy sensibles y muy penetrantes a de nuestra alma...”


“Se requieren tres cosas para la misericordia: la primera, es que tenga compasión de la miseria de otro, porque es misericordioso el que lleva en su corazón, por compasión, las miserias de los miserables. La segunda, que tenga una gran voluntad de socorrerlos en sus miserias. La tercera, que pase de la voluntad al efecto”.


“Pero la misericordia de Dios es tan excesiva, que se contenta con un momento de penitencia. ¡Oh benignidad admirable! Por un instante de verdadera contrición (...), Dios perdona cincuenta, sesenta años de pecado y miles de crímenes de toda clase, y recibe al pecador en su gracia, y lo vuelve a colocar en el número de sus hijos, y en el derecho de poseer un día todos sus bienes”

ENCARNACIÓN EN LA PRÁCTICA

Al despertarse. Que tus primeras palabras sean los dulcísimos nombres de JESÚS y de MARÍA, diciendo así:

«Buen Jesús te entrego para siempre mi corazón; María, Madre de Jesús, te entrego mi corazón y si quieres, dáselo a tu Hijo».


Al levantarse. Llegada el momento de levantarte, acuérdate del amor inmenso con que el Hijo de Dios, en el momento de su Encarnación, salió del Seno de su Padre, lugar, (si tal término pudiera emplearse), lleno de delicias, reposo y gloria, para venir a este mundo a someterse a nuestras miserias, dolores y sufrimientos

«Te adoro, Jesús, mi dueño adorado, te bendigo, y te amo con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas mis fuerzas».


Al bañarse. “Me entrego a ti, buen Jesús: renueva y resucita en mí la gracia del bautismo, y realiza en mí, por tu gran misericordia, los designios que tuviste sobre mí, al instituir el Santo Bautismo”.


Al vestirse. Rrecuerda que Nuestro Señor Jesucristo se revistió, por su Encarnación, de nuestra humanidad perecedera y mortal con todas las miserias y necesidades inherentes a ella, y que tuvo que vestirse como tú. Levanta tu corazón hacia El y dile:

«Bendito y alabado seas por siempre, Señor, por haberte humillado por mi amor. Jesús mío, te ofrezco esta acción en honor de lo que tú hiciste por mí al revestir tu Divinidad con nuestra humanidad, y a tu humanidad con ropa semejante a la nuestra. Deseo vestirme con las mismas disposiciones e intenciones con que tu lo hiciste en la tierra».


Al realizar cualquier acción. “Buen Jesús, que todo sea para ti, todo para tu gloria y tu puro amor; nada para mí, nada para el amor propio, nada para el mundo”.


Al hablar con alguna persona. “Jesús, me entrego a ti: pon en mi boca lo que quieres que diga y haz que mis palabras rindan homenaje a tus santas palabras. Que todas mis conversaciones estén consagradas a honrar tus conversaciones terrenas con los hombres. Te ruego me hagas partícipe de la humildad, mansedumbre, modestia y caridad con que trataste a toda clase de personas”.


Para el esparcimiento. Te ofrezco, Jesús, este esparcimiento en honor y unión de los santos esaparcimientos y divinas alegrías de tu vida mortal, con tu Padre eterno, con tu Espíritu Santo, con tu santa Madre y con tus ángeles y santos. Porque hablando de ti mismo dices: Me deleitaba en todo tiempo en su presencia, jugaba con la esfera de la tierra y mis delicias eran estar con los hijos de los hombres'. Y tu evangelio nos refiere que te alegraste en el Espíritu Santo y que recomendaste a tus apóstoles que descansaran después de su trabajo.


Al salir a algún lugar. “Jesús, que mis desplazamientos, mis idas y venidas y todos mis pasos, den gloria a todos los pasos que tú has caminado en la tierra. Que el uso de mis ojos, boca, manos y pies, de mis sentidos interiores y exteriores, rinda homenaje al uso divino que tú hiciste de los tuyos”


Para el trabajo. “Jesús, que mi trabajo honre los trabajos tuyos en el mundo. Te pido, para ello, tu santa bendición”.

Al leer. Jesús, te ofrezco esta lectura en honor de tu santa lectura: quiero hacerla uniéndome al amor y las disposiciones e intenciones con que tú leíste. Me doy a ti para que realices en mí, mediante esta lectura, lo que deseas obrar con ella para tu gloria.

ENCARNACIÓNEN LA PRÁCTICA

Al escribir. Jesús, que cada palabra y cada letra que voy a escribir sea una alabanza y bendición a ti. Guía, amado Jesús, mi espíritu y mis manos para que no escriba nada que no venga de ti, por ti y para ti. Te ruego que mientras escribo, tú escribas e imprimas en mi corazón la ley de tu divino amor y las virtudes de tu vida.


En los sufrimientos. . Bendito seas, buen Jesús, por darme la ocasión de sufrir algo por tu amor. Hazme participar, te lo ruego, del amor, la humildad, la paciencia, dulzura y caridad con que tú has sufrido y dame la gracia de soportarlo todo por tu gloria y por tu puro amor”.


Al acostarse. “Jesús mío, te consagro cada una de mis respiraciones, cada latido de mi corazón y de mis venas durante esta noche y deseo que se transformen en actos de adoración y alabanza a ti. También me uno a todas las alabanzas que se te darán en la tierra y en el cielo en esta noche y por toda la eternidad”.


Mientras llega el sueño. Que tus últimas palabras sean los nombres de Jesús y de María: «Jesús, María”, “Viva Jesús y María”, “Buen Jesús, se siempre mi Jesús”, “María, Madre de Jesús, se siempre mi madre amantísima”.

GRACIAS

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