forbici magazine #2

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"Identidad" Moda, peluquería y tendencias desde un punto de vista humano. "Identity" Fashion, hairdressing and trends from a human point of view.

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en estenúmerobellezaBenoit Poirer d’AmbrevilleSergio Espinoza

modaJosé Cardoch

coleccionesRebeldía y Glamour UrbanosNew Zealand’s Most Beautiful Hair

arte y diseñoProvocación, crítica y arte

columnas¿Qué pasó con el glamour en Chile?

especialesAlbum de Pasarelas: Septiembre 2011

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Entender la relación entre imagen, creación y belleza es pro-bablemente uno de los mayores desafíos para una persona común y corriente. Si bien casi por instinto logramos percibir cosas que nos producen cierto placer visual, dándonos a en-

tender que algo puede ser denominado como “bonito” o “armonioso”, el trabajo de analizar, comprender y crear una obra que se considere “bella” es prácticamente una ciencia, llena de complejidades, conocimiento y una observación constante con tal de ir cada vez más allá, más cerca de esa meta bautizada como perfección.

En este volumen de Forbici, Juan Pilgrim analiza la intervención que se hizo de un monumento histórico soviético y nos plantea la necesidad de abrirse a interpretaciones de lo que es una creación, sea esta a partir de otra obra ya existente o algo totalmente nuevo. Y si bien la columna de Pilgrim se refiere a las bellas artes, pareciera ser un análisis totalmente aplicable a lo que nosotros llevamos como foco de atención: la belleza y estética en el salón, la peluquería, el Décimo Arte.

¿Son ustedes creadores de nuevas propuestas, o se aferran a lo que alguna vez ya se creó para, de ahí, surgir con un juego, una nueva apuesta estética?

El tratamiento de la estética basada en su historia y la evolución de lo que consideramos bello debe ser el norte de quienes día a día trabajan con ella. Nosotros en Forbici así lo entendemos y así lo intentamos plasmar en las páginas hechas para ustedes.

La belleza en el trabajo estético es más que un corte, un peinado o un col-orido que le haga gracia a las características de un determinado cliente. Es algo suelto, independiente, representativo de lo que ustedes sienten, piensan y quieren. Por lo mismo, creemos clave la necesidad de rescatar el pasado infundiendo toques de creatividad, de propuesta y, por qué no, de crítica en cada una de las obras que hacen; no se trata de pelo, se trata de un lienzo.

La percepción de la peluquería y la estética en general como un rubro básico queda fuera de nuestras páginas. Lo mismo para quienes creen que se trata de un lujo, una necesidad artificial o algo que fácilmente puede obviarse como si se tratara de un simple capricho. Este es el lugar y el momento en que, por medio de sus creaciones y con la dedicación que entregan en cada trabajo hecho, se puede mostrar en todo su esplendor la vital importancia de la estética y la belleza como parte de la carta de presentación de cada uno y como obra de rescate histórico y propuesta contundente entregada por ustedes. Sólo así es que tendremos el avance necesario para establecer de forma sólida y completa el valor de este Décimo Arte que, como creadores, les pertenece.

editorial

Forbici, una revista de Diseño Forbici S.A.

Dirección y DiseñoGianfranco Fortunatti

Axel Meléndez

Editor GeneralPedro Pablo López

Fashion DirectorVerónica Hartriegel

Style ManagerDaniel Cárcamo

Representante ComercialJorge Sanhueza

Capitán de MarketingSebastián Opitz (arrrr!)

PeriodistasRodrigo Pantoja

Sebastián Ramirez

ColumnistaJuan Pilgrim

L. Perry

Representante LegalGianfranco Fortunatti

Las opiniones vertidas en este medio son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten.

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twitter.com/[email protected]

Forbici es una publicación gratuita independiente.Usted puede suscribirse enviando un correo a:

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©Forbici S.A. Se prohíbe la reproducción total o parcial del contenido de esta revista.

Impreso en Imprenta Moriswww.moris.cl

09. Editorial

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rebeldía y glamour urbanos

Por: Verónica Hartriegel / Fotografías: Pablo Zabal / Peinados: Daniel Cárcamo y Alejandro GómezMaquillaje: Daniel Cárcamo / Vestuario: Nicole Sperling y Macarena Martinez / Auspicio: Alfaparf

tendencias Forbici

La búsqueda de una representación estética conforme a lo que somos o queremos proyectar es el origen de las tendencias que hoy y a lo largo

de la historia han marcado los parámetros de la moda y la belleza. Esas tendencias, en la ac-tualidad- y quizás más que nunca- van de la mano con los estilos de vida que elegimos de acuerdo a los avances tecnológicos, ideologías y las más inimaginables variables presentes en la sociedad.

A continuación, una breve descripción de lo que pueden identificar en el escenario de la belleza y que, por supuesto, arrojará más de una idea para que ustedes lleven a su iden-tidad un toque único que saque a relucir lo mejor de cada uno.

FUtUrIstA UrBAnASon quienes viven acorde con la sobriedad tecnológica, los amantes de las líneas simples, las estructuras primarias, básicas. Hay liber-tad en los juegos de contraste, los colores plenos, la armonía y la pulcritud.

En cuanto a cabellos, se observan cortes rectos y pulidos, f lequillos sólidos, melenas simétricas y recogidos impecables. Hablo de quienes usualmente deslumbran con apara-tos tecnológicos de última generación y una vestimenta que rescata la elegancia del mini-malismo.

¿Colores?: Blanco, negro, platinados, telas levemente satinadas, azules profundos, cris-tales, grises destellantes.

BUrLesQUe DIVInoPorque el magnetismo de la feminidad es inevitablemente sensual y enigmático, esta tendencia esta creada para explotar nuestro lado más femenino. Cabellos modelados con fingerwaving, ondas armadas, peinados “pin up” recogidos remembrando a las divas de antaño, otorgan un look retro renovado y fresco para lucir irresistible y divina. Acceso-rios delicados, destellos de Broadway. Cabe-llos rojos furiosos, dorados glamorosos. En honor a nuestra amada Liz Taylor, la última gran diva del antiguo Hollywood.

¿Siempre te has sentido como una diva incomprendida? Pues bueno, esta es tu ten-dencia.

PonYtAILsUna buena elección para esta temporada.Un punto fundamental al momento de es-coger como queremos llevar el cabello es la comodidad. Ya que vivimos en una época donde el tiempo es un bien escaso y muy pre-ciado, debemos aprovechar todo lo que esté a nuestro alcance para optimizarlo a nuestro favor. Para cumplir este objetivo es que han vuelto las ponytails o “cola de caballo”, simple y casual. No es un moño anticuado, simple-mente un recogido que da la sensación de libertad, despreocupación pero que a la vez en conjunto con un vestuario apropiado se ve incluso sexy.

10. Colecciones

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Por: Pedro Pablo LópezFotografías: Gianfranco Fortunatti

Hace un poco más de veinte años que una de sus herma-nas se mudó a Santiago desde Londres con su marido. Estuvieron durante dieciocho años invitándolo, pero nunca quiso venir hacia estas tierras al sur del planeta.

Su madre, en cambio, solía venir cada dos años de vacaciones, y dado que sus hijas en Francia ya tenían vidas armadas y sus nietos estaban creciendo, decidió terminar su vida en Chile y, de paso, por fin tener la relación que nunca tuvo con la hija que vivía al otro lado del mundo.

PEDRO LÓPEZ: Así que decidiste mudarte a Chile por ellas.BENOIT D’AMBREVILLE: Mi madre tenía setenta y seis años, y como mucha gente ignorante en este mundo, cuando decidió mu-darse para acá yo dije “¿Estás loca? Te vas a mudar aun país del tercer mundo, te van a asaltar en las calles”, así que finalmente decidí venir a conocer Chile... y fue una gran sorpresa para mí. Mientras paseaba por Santiago estaba como en shock. No me esperaba nada como esto.

PL: ¿Por qué no?BD: Porque en Europa no nos educan sobre Latinoamérica como del resto del mundo. Sólo sabemos sobre el Carnaval de Brasil, que Colombia tiene cocaína, sabemos sobre Argentina por la gran rece-sión económica y su carne. A Chile lo conocemos por su vino, pero realmente no ahondamos en las empresas, no pensamos en que a la economía está yendo bien. Supimos sobre la situación con Pinochet, pero no sabíamos cómo el país estaba funcionando.

PL: Así que no sabías nada sobre la cultura.BD: De la manera en que se estaba desarrollando, absolutamente nada, no. He viajado mucho por el mundo, y aquí hay mucho menos cultura latina que en otras partes que he visitado. Hay salsa y luga-res donde se puede bailar, pero no son realmente parte de la cultura. Por ejemplo, si vas a Florida, que es un estado de Norte América, es mucho más latino que Chile. La comida es toda de Cuba y República Dominicana, así que es muy latina, la forma en que se visten es mucho más española, los colores son mucho más extravagantes. Chile ven-dría siendo como el quincuagésimo cuarto estado de Norte América, totalmente escondido en el fondo de Latinoamérica. Mucha gente se sorprende con esto mismo, ven Latinoamérica como desde una ven-tana, piensan qué es caluroso en todas partes, así que es una gran sor-presa cuando te da frío en invierno. Realmente, hay mucha gente que no sabe absolutamente nada sobre Chile.

Benoît Poirier d’ambreville

PL: ¿Cuándo decidiste empezar con un lugar como este?BD: Tenía algunos conceptos de cuando abrí mi primer salón en Mó-naco, entre 2001 y 2003.

PL: ¿Y era el mismo concepto?BD: El mismo. Era un poco más grande, tenía más gente trabajando para mí. Era de servicio completo, pero la gente era independiente, no trabajaban para mí todo el tiempo, sólo cuando los llamaba.

PL: ¿Y aquí? ¿Trabajas con alguien más?BD: Es muy, muy difícil, así que aquí sólo tengo gente que me asiste, y lo que busco es que esa persona crezca conmigo, con las mismas técnicas, para que después, mis clientes confíen en atenderse con esa persona.

PL: ¿Trabajas aquí desde...?BD: Desde diciembre. Trabajaba en mi casa antes de eso. Cuando llegué a Chile trabajé en tres salones de Vitacura en 2008, tres meses en cada salón y después me di cuenta que necesitaba abrir un salón propio, porque cuando tú entras en un salón tienes que darte cuenta que es de categoría mundial, y hay muchos detalles en Chile, aquí hay cosas que faltan. Como cambiar las toallas después de cada cliente y preocuparte de que estén secas, listas para el siguiente cliente. Tam-bién me di cuenta de que no todos los salones tienen batas para las clientas, así que les ponen la capa plástica que trae gratis su distri-buidor de color o algo así.

PL: ¿Hasta cierto punto podríamos decir que hay una especie de atraso en Chile?BD: Sí, completamente. Podríamos decirlo sobre toda la cultura lati-noamericana, pero no. He visto salones de alta categoría en Buenos Aires, sé que existen también en Perú. En Colombia, por ejemplo, todos los salones abren a las seis de la mañana, porque todas las mu-jeres colombianas respetables van antes de ir al trabajo o algún evento, antes de empezar su día. Eso lo veo muy poco en Chile, aquí veo gente manejando con el cabello mojado.

PL: ¿Qué piensas sobre las clientas chilenas?BD: Estoy teniendo cada vez más y más clientas chilenas. Empecé con extranjeras, de la comunidad norteamericana, australiana e inglesa. Gente que habla inglés comenzó a venir a mí, y después de eso fue

Benoit es un ciudadano del mundo, pero de nacionalidad francesa. Sin em-bargo, se estableció en Santiago con el “Atelier Benoît Poirier d’Ambreville” y no tiene intenciones de irse. Hace tres años que llegó a Chile, pero su historia

en nuestro país comienza mucho antes.

19. Belleza

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(Estilista/Filósofo/Viajero/Ex-Modelo)

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como que las amigas chilenas de mis clientas extranjeras decían “¡Dios mío! ¿Quién te hizo el pelo?”, y comenzaron a venir a mí. A las clientas chilenas que vienen las pongo en dos categorías, las que vienen aquí y lo encuentran súper caro, pero quedan muy felices con su cabello porque nunca han experimentado lo bueno que les ofrezco... y están las que vienen sólo por curiosidad, porque vieron algún artículo en alguna revista y finalmente nunca vuelven.

PL: ¿Qué es lo que quieres hacer aquí?BD: Quiero mantener este salón tal y como está, y quiero abrir otro, probablemente en El Golf, igual a este, pequeño.

PL: ¿Te quedarás en Chile?BD: Sí, no tengo ninguna otra parte a donde ir, así que tengo que que-darme aquí (ríe). Quiero decir, sí, planeo quedarme aquí. Vine para estar cerca de mi familia, de los que estuve lejos por veinte años, y aparte hay muchas oportunidades de negocios, porque Chile está creciendo. En un principio estaba muy asustado porque no hablaba español, pero entonces me di cuenta de que mis clientas hablaban inglés y que la alta sociedad chilena también habla inglés, así que real-mente no necesito hablar español. Debería hablar español, pero no lo necesito. Chile es un país hermoso, lo amo.

PL: ¿Extrañas algo de Europa o Norteamérica?BD: Extraño los buenos shows de Broadway (ríe). Hay una falta de estilo, vivimos en 2011, donde todos pueden expresarse de la forma en que quieran, porque todos son únicos y diferentes, y mientras la nueva generación avanza, quieren ser individuales, pero cuando los miras están todos vestidos de la misma forma, tienen el mismo corte de cabello, el mismo estilo de cabello.

PL: Así que no hay una identidad única.BD: Todo es muy 80’s, y es muy raro. Quiero decir, si te gustan algunas cosas de los ‘80 está bien, pero no tienes porque volver a vivir la década completa.

PL: Considerando lo que dices ¿Qué te gustaría ver aquí en Chile? En términos de estilo.BD: Quiero ver, por fin, a los chilenos encontrando su propia identi-dad. Creo que por muchas décadas han visto a Argentina como una hermana mayor. Para mí- es mi opinión, quizás me equivoco- Europa es como su abuelo, tienen que respetarlo, tienen que entenderlo, ha vivido muchas cosas, tiene mucha historia, mucho conocimiento, pero finalmente vive en el pasado, ya no alcanza su creatividad porque se está cansando, se está poniendo cada vez más viejo.

Norteamérica está comenzando su adultez. Es joven, es fuerte, lo sabe todo y mejor que nadie, mejor que sus padres y hasta puede que se ponga violento con tal de demostrar que está en lo correcto. Chile, para mí, es un niño de siete años, está mirando todo con ojos grandes, muy emocionado, quiere aprender todo, pero a los siete años es cuan-do empiezas a crear tu propia identidad, desarrollas un poco más de carácter.Argentina es la hermana mayor que admiras, Norteamérica es el hermano mayor que amas y odias al mismo tiempo, y por ver mala televisión norteamericana, todo tienen algún criterio de estilo que no es referente. He ido a muchos eventos aquí, donde hay modelos y todas se ven como Pamela Anderson, tienen senos grandes, tienen

21. Belleza

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extensiones rubias en el cabello... y es muy triste, porque ¿Sabes cuán-tas Pamela Anderson tuvieron que existir para que una fuera notada? Muchas.

La generación joven de acá -ahora van a matarme-, los que van a la universidad, me di cuenta que no se cuidan. Los norteamericanos están completamente obsesionados... pedicure, manicure, ir al gimna-sio, la crema para prevenir el acné. Allá están muy obsesionados, pero aquí no les importa en lo absoluto. A los dieciséis o diecisiete años, ya tienen grasa abdominal, a una edad donde deberían estar en su me-jor momento, porque son jóvenes. Se alimentan de forma horrible, no hacen deportes. No les importa. Hace cincuenta o sesenta años atrás sería perdonable porque Chile estaba tan abajo en Latinoamérica, pero ahora tienen acceso a los medios mundiales y a la internet.

El problema con la industria de la moda y la belleza aquí es que tienes gente conocida en las revistas, que en realidad no tienen idea sobre moda y belleza. Hay un “Chile Fashion Week” del que nadie sabe. Cuando vas a un show de moda, debe ser inspirador, aunque te guste o no te guste, debes encontrar la creatividad detrás de él. Cuando ves un diseño de Galeano para Christian Dior, sabes que no es para vestirlo, pero lo ves como una obra de arte. Todos aman copiar a todos los demás. Tenemos a China copiando a todo el mundo, no necesitamos que Chile haga lo mismo. Creo que Chile necesita encontrar su propia identidad. Es un país hermoso, es una mezcla de culturas y todos de-berían adoptar eso. Es un país joven. Preguntaste qué estoy haciendo aquí... estoy aquí porque, aunque falten muchas cosas, hay un futuro.

PL: ¿Así que todo ha sido hecho ya en Europa y Norteamérica?BD: En Europa ya ha sido hecho. Norteamérica está siguiendo los mis-mos pasos. Estoy en Chile porque va para arriba y no para abajo.

PL: ¿Qué tan importante es en este negocio el educar a tu cliente?BD: Si no entiendes lo que pasa en tu cabello, no vas a respetar el cabello. Tanto para mujeres como para hombres, el cabello es el últi-mo accesorio, puedes ponerte zapatos de Louis Vuitton o una cartera, pero si tu cabello se ve mal, te sentirás mal. Cuando te desnudas ¿Cuál es tu único accesorio? Es tu cabello. Hay tres accesorios que debes cuidar: tu cabello, tu piel y tus dientes.

PL: ¿Qué falta en Chile?BD: Hay mucha competencia, todos son competitivos aquí, hay muchos salones de alto estilo en Santiago, todos deberían enfocarse en desarrollar calidad de servicio, porque hay más que suficientes clientes para compartir, no debemos tratar de robar lo clientes de otros diciendo “Soy mejor que ese salón”. Todos ofrecemos los mismos servicios y los mismos productos, así que ¿Para qué ir a otro salón si vas a encontrar las mismas cosas? Esto me molesta completamente. No entiendo por qué un salón en Las Condes o La Dehesa ofrece visos hechos con la gorra plástica y un polvo decolorante barato te cobra entre $40.000 o $50.000, cuando tienes la misma técnica y el mismo producto en un salón en Santiago Centro por $7.000. Básicamente le piden al cliente que pague por el arriendo del salón. Esto está mal. Es robarle al cliente. Pagas la dirección del salón.

Yo no creo ser más talentoso que algunos estilistas de Chile, sólo pi-enso que tengo una cultura diferente y una técnica diferente que me hace más fuerte, porque no tengo sólo una visión de las cosas, ten-

go muchas visiones de Europa, Norteamérica y el resto del mundo. El mejor elogio que me ha dado alguna de mis clientas fue pregun-tarme cuál es la edad de mis otras clientas y yo dije: “¿La edad de mis clientas? Tengo chicas de dieciséis años y mujeres de ochenta años”, y me dijo: “Que buen estilista, puedes atender diferentes generaciones y darles diferentes estilos”. Yo sé que uno debe especializarse en algo, pero debes entender la imagen global, no debes depender solamente de tus clientes o en lo que estás ofreciendo actualmente, porque le mundo está cambiando muy rápido y debes adapatarte. Es la belleza de este negocio, todos los días aprendes cosas nuevas. Debes aprender lo básico. Es una experiencia de aprendizaje de nunca acabar, porque estamos reinventando cosas. No hay nada nuevo. Para entender esto debes saber un poco de historia, para entender lo que se ha hecho antes. No sé lo que falta en Chile. Hay gente copiando cosas, pero no entienden por qué o de dónde viene y qué hay detrás de ello.

PL: Tomando tus palabras... qué es lo mejor que debería pasar aquí: ¿Mirar al pasado y tomar lo bueno para hacer algo nuevo? ¿O mirar al futuro e intentar de hacer algo totalmente nuevo?BD: Totalmente nuevo en el cabello... no creo que podamos hacer eso. Creo que todo ha sido hecho. Si vives mucho en el pasado no tendrás ningún futuro, si vives mucho en el futuro no tienes ningún presente. Creo que debes aprender del pasado, pero no vivir en él, y construir tu futuro hoy, para que no tengas que pensar en él.

PL: ¿Crees que tenemos un futuro prometedor?BD: No soy clarividente, pero me siento, mental, social y financiera-mente seguro en Chile. Este país tiene todo para crecer en la direc-ción correcta. Lo chilenos deben aprovecharse de eso, porque si no lo hacen, vendrán extranjeros y lo harán por ustedes. Tienen las mismas oportunidades que todo el resto, pueden hacerlo, realmente pueden hacerlo, depende de ustedes. Deben decirlo: “me importa lo que hago”, por eso la gente vuelve.

PL: ¿Qué significa el concepto de belleza para ti?BD: Es muy chistoso, porque de una civilización a otra, de un con-tinente a otro, el concepto de belleza es diferente. Hace apenas unos años, mujeres voluptuosas con piel blanca eran hermosas y ahora, mujeres delgadas con piel tostada son hermosas. Las mujeres asiáti-cas se están volviendo rubias, las mujeres negras se están volviendo rubias. Todos quieren ojos claros. Los japoneses están abriendo sus ojos. Así es que el criterio de belleza cambia de un año a otro. Pero entonces, tenemos referentes de belleza con los que todos estamos de acuerdo en qué es bello. Por ejemplo, tenemos a Danny DeVito y Brad Pitt: 99% de la gente estarán de acuerdo en que Brad Pitt es atractivo y 99% estarán de acuerdo en que Danny DeVito no es atractivo. Así que en un aspecto, todos estamos de acuerdo en qué es y qué no es bello. Pero por otra parte, la esposa de Danny DeVito piensa que él es bello. Así que la belleza es algo muy difícil de describir, es algo que hace feliz a la gente, es cómo apreciamos algunas cosas de mejor manera.La esencia de lo que es bello o no, es muy difícil de definir y calificar, porque algo bello para mí, puede ser feo para ti.

PL: ¿Y qué significa en tu vida?BD: En mi vida, la belleza es un accesorio.

24. Belleza

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Vision of the eliteNew Zealand’s Most Beautiful Hairtrend News 2011

Un mundo lejano centrado en la moda – Nueva Zelanda, el país del extremo del mundo por excelencia evoca nuevas perspectivas y el espíritu y la fuerza de las mujeres pioneras. En alerta continua. Las tendencias y los peinados es-tán hechos de contrastes: minimalistas y joviales, nítidos y poco convencio-nales. New Zealand’s Most Beautiful Hair está tan diversificado como un “best of ” de todos los continentes. Nueva Zelanda sorprende, entusiasma y fascina: hay fiords como en Noruega, playas como en el Caribe, selva virgen y desierto. La última colección de Intercoiffure Mondial reúne cortes cortos

angulares, ultras rubios y cobrizos así como trenzas sofisticadas.Sesión de fotos con estilo, artística, independiente.

Visión de la Élite.

Peinados con aspectos de estrellas urbanas y diseño folk extrava-gante. Formas puras y precisas para looks llenos de audacia y

seguridad en sí misma, siempre en adecua-ción con la estructura y la textura. Moños y trenzas tan sofisticadas como una escultura maorí. Colores que alternan con el rubio, el moreno y el cobrizo. El arte y la moda no son más que uno.

Camino a la Moda. El mundo entero es un laboratorio de tendencias: Intercoiffure Mondial envía sus fuerzas creativas a todos los continentes, siempre en busca de nue-vas inspiraciones. Para estos recaudadores

de tiempos modernos al acecho, la moda es una obra de arte en sí. Después de Río, Roma, Tokio, Moscú, Copenhague y París, le toca a Auckland servir de telón de foro a esta nueva colección. Esta ciudad de marinos (”City of Sails”) es considerada como el cen-tro económico de Nueva Zelanda y la capital polinesia del mundo: urbana, exótica y muy segura de sí. Los looks: cuadrados de mediana longitud con acentos cobrizos, cortes cortos rubios sesgados y angulares, cabello largo con reflejos variados y puntas encrespadas, moños y trenzas dominadas. Lo natural, el vanguardismo y los colores perfectos se vuel-ven todos tendencias futuras femeninas.

de una belleZa desPamPananTe y dInÁmICa

Artistic Team 2011: Iain Smith, Donna Greyson, Jason Davies, Wayne Richardson, June Wilde, Sara Allsop, Jock Robson.

26. Colecciones

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Por: Gianfranco Fortunatti / Fotografías: Gianfranco Fortunatti / Peinados: Daniel Cárcamo y Verónica HartriegelMaquillaje: Daniel Cárcamo / Vestuario: José Cardoch / Auspicio: Alfaparf

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José fue el primer hombre que estudió corte y confección en una institución en Chile. Habían modistos en esa época, es decir, gente que derivó de la factoría al área de la moda femenina, modistos que trabajaban con moldes que venían

de Europa, lo cual era un lienzo con la mitad del vestido. Ese fue el común denominador entre los años ‘40 y ‘80. José fue el único al que admitieron en una escuela de corte y confección. Autorizaron a la profesora para que le dictara clases desde las 22:00 horas en adelante, cuando no hubiera ninguna otra mujer en el instituto.

GIANFRANCO FORTUNATTI: ¿Qué significó esto en tu entorno familiar?JOSÉ CARDOCH: Mi padre no quería en realidad, pero no por prejuicios de alguna especie. En mi época los papás decidían lo que los hijos tenían que estudiar, así que mi padre me dijo que estudia-ra sastrería y eso hice, pero no me convencía mayormente. Me recibí de sastrería con muy buenas calificaciones, incluso con una oferta de trabajo de mis profesores para trabajar en una sastrería importante, pero mi padre tampoco me dio permiso, me dijo: “No, trabaja solo”, y como a mí no me gustaba mucho no lo intenté, porque además yo siempre he sido de la idea de que hay que partir del peldañito más bajo. Instalarme con un negocio de algo que no me convencía 100% no me servía.

Trabajé en los negocios familiares, es decir, venta al público, hilos, encajes, ropa interior, etc. Siempre metido en este mundo igual. Comencé a golpear puertas, porque mi padre me enseñó que el que quiere estudiar lo que él quiera, se lo paga, y yo dije “Bueno, con la mesada que me dan me alcanzará”, y con eso me arreglé. Mi padre no me pudo decir nada, nunca tuve una discusión ni un problema, nada. Por razones familiares tuvimos que volver a Santa Cruz y de allá venía todos los viernes a estudiar, terminé mis cursos, aprendí a coser bien, a planchar, etc. Me recibí, busqué trabajo, no me dieron y un día me independicé, agarré mi maleta y me vine a Santiago. Estaba uno de mis hermanos viviendo acá, me instalé en su casa y me comenzó a ir bastante bien. Yo siempre miraba más allá, probablemente a París, porque yo sabía que allá había algo, pero no sabía qué.

mÁs allÁ del horIZonTe

Un día, patudamente, postulé a una pega de gran calibre en Fala-bella que no prosperó porque llevaba recién ocho meses trabaja-ndo. Ahí dije: “me voy a vivir a París, allá hay algo, tengo que ver qué hay”, me compré un pasaje y me fui a la aventura. Cuando lle-gué me contacté con Sergio Matta, un chileno que estaba radicado allá con un taller de alta costura. Me dijo que tenía que entrar a estudiar en la Escuela de Alta Costura y que en unos meses más existía la posibilidad de trabajar en una de sus empresas.

Entré a estudiar y me costaba pagar, porque en realidad yo no gen-eraba recursos, así que me dieron trabajo donde Sergio Matta con la condición de que cuando terminara me tenía que quedar ahí. Para mí fue un alivio, tenía un sueldo que me permitía seguir cos-teando los estudios y me cambié a una academia que daba clases en la noche, y mis horarios calzaban perfecto. Llevaba un año y medio trabajando en París cuando apareció una oportunidad de un contrato para ir a trabajar a Suiza, a Zúrich. Esto a través de unas compañeras mías de trabajo que hicieron el primer contacto y se fueron, desde allá me escribieron y me dijeron que necesita-ban gente. Y yo, por conocer y aprender, acepté. Allá estuve un año y me retiré de la empresa por razones emocionales, era una idiosincrasia muy diferente, viví cosas que hasta el día de hoy no entiendo, es decir, las entiendo, pero no las acepto. Además había una gran competencia profesional, yo hacía las cosas bien, tenía buena llegada y se producían celos en los compañeros de trabajo. Para ellos, para que hubiera un chileno allá, tenía que ser millo-nario, no existía otra explicación. Yo era “el millonario chileno” que les quitaba el trabajo.

Regresé a París y ahí tuve la oportunidad de trabajar en una casa de modas muy importante en Marsella, de ahí a Casablanca en Marruecos, pero me bajó la idea de que en Chile había mucho que hacer, que tenía que volver, que yo podía ser un aporte al medio y regresé.

Nacido en Santa Cruz, provincia de Colchagua, pasó sus primeros años entre viñas y campos. Posteriormente se vino a vivir a Santiago. Cuando se graduó del colegio, comenzó a postular para estudiar corte y confección, no diseño, porque esa es una palabra que entró en la cultura en la década de los ochenta. “En París, hasta el día de hoy los grandes son costureros, couturier”, dice José.

33. Moda

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de vuelTa oTra veZ

Organicé mi taller en el mes de marzo del ‘62, la primera colección, primavera-verano, la presenté el cinco de agosto en el Hotel Crillón, en beneficio del Hogar del Huérfano de la colonia árabe. Después, por ahí tuve otros desfiles, uno fue en el Cine Rex, otro en Santa Cruz, en Viña del Mar. Esos son los que recuerdo en este momento. Desde ahí he seguido presentando mis colecciones dos veces al año, hasta hace unos ochos años atrás era aquí en mi casa, ahora, por razones perso-nales, son en algún hotel. Hoy mi casa está vendiéndose. Hay que reinventarse, buscar nuevos horizontes, nuevas formas de proyectarse al medio. No estoy ajeno a los cambio de la modernidad, dentro de lo que es mi trabajo estoy con los tiempos actuales. No me he quedado en el pasado, tengo muy claro lo que es el concepto de lo que es la moda, que es lo que corresponde a cada mujer al vestirse. Jamás voy a disfra-zar a una clienta por pretender ser moderno o porque crean que soy joven, porque ni la edad ni la modernidad tienen que ver con la moda, tiene que ver con la actitud de cada mujer que uno viste.

Tengo muy claro que hay desfiles que son un show, que son una mues-tra de creatividad, de genialidad, pero que no tienen fines comerciales, sino que van a la imagen de una marca que vende muchos produc-tos. Como lo que hace Galeano para Dior. Un espectáculo que es fan-tástico, pero que la mayoría no lo puede hacer, porque las colecciones cuestan dinero y lo que invertimos tenemos que recuperarlo. Las fir-mas grandes del mercado mundial tienen un presupuesto publicitario donde está incluido el costo de la colección, con cobertura de prensa a nivel mundial. Porque a la gente le gusta verlo, pero no comprarlo. Al final, lo que te venden estas grandes firmas son cosas simples, tengo algunas clientas que compran a grandes marcas y yo me río, porque son nada. Son cosas bonitas, de buena tela, buena factura, pero no tienen nada. El mercado las consume porque la mujer en Europa se viste de una manera distinta, hasta cuando están en la playa se ponen lo que es moda.

GF: O sea, en términos de funcionalidad versus arte, gana la funcio-nalidad.JC: Siempre. Podemos hacer arte para mostrarlo y que quede en el tiempo, pero es irreal, ninguna mujer va a salir así. Tan moderna, no hay ninguna mujer, porque además, exige un grado de perfección.

GF: ¿Qué pasa entonces con Lady Gaga? Por ejemplo.JC: Esa es gente del espectáculo. Hagamos una separación entre la gente común y la gente del espectáculo. La gente del espectáculo se puede poner cualquier cosa porque se produce, se asesora, se proyecta y vende una imagen. Lady Gaga no vende accesorios, vende su imagen, y para hacerlo tiene que recurrir a todo lo que el marketing le permita hacer para impactar y estar vigente en los medios de comunicación y en el ojo de sus fans.

GF: Quizás no aquí en Chile, pero en Japón sus fans están empezando a salir a la calle como ella.JC: Es que allá hay un fenómeno muy especial, los japoneses son adic-tos a la moda. Japón tiene una que nosotros en occidente conocemos muy poco. Hace muchos años fui para allá y me impresioné con lo elegante de las mujeres, por lo bien vestidas que andaban en la calle, por los productos que te ofrecían, y en ropa de hombre vi las colec-

ciones más impactantes, los modelos maquillados en los ojos, la boca pintada, con collares, con aretes, con una ropa increíble, con plumas... visualmente era una maravilla, de ahí a que la gente lo use o no lo use, no sé. El japonés tiene audacia y es adicto a seguir normas de moda y gente del espectáculo. Pero acá en Chile una chica no se va a vestir como Lady Gaga.

GF: ¿Eso tendrá algo que ver con que en Chile todavía estamos descu-briendo nuestra identidad?JC: Yo no creo que se trate de descubrir identidad. Yo creo que la iden-tidad la tenemos muy clara, lo que pasa es que tenemos un doble dis-curso.

GF: ¿Cual es esa identidad según tú? ¿Qué es Chile? ¿Cómo somos los chilenos?JC: A lo mejor la teníamos y la perdimos. Creo que eso es, porque en mi generación teníamos muy clara la identidad. Con un bombardeo de imágenes muy fuerte, al no tener raíces muy sólidas la gente se dis-persa un poco, pero en general, si uno conversa de manera individual casi todos tienen claro cuál es su identidad. Pero se da la “mentalidad de rebaño”, cuando uno grita fuerte, todos gritan. En la moda sucede prácticamente lo mismo.

GF: Hay quienes dicen que la identidad chilena se perdió en los ‘80.JC: Podría ser. En esa época los avances tecnológicos entraron muy fuerte, acompañados de un bombardeo de imágenes de televisión extranjera que hasta hoy no te permiten concentrarte en lo que te rodea. Todos quieren ser como lo que ven y no pueden. Esto a la larga te hace perder la identidad. Si nosotros como chilenos tuviéramos claro lo que somos, tendríamos ojo crítico para lo que vemos en la tele-visión y no imitaríamos, porque no es nuestra identidad. Por estar “de moda”, no debes seguirlo si no es tu sentir.

GF: Con respecto a esto mismo ¿Qué piensas sobre las nuevas genera-ciones de diseñadores?JC: Hay mucha gente de talento, eso lo tengo bien claro, pero hay muchos que aún no se encuentran consigo mismo. La nueva gene-ración vive muy a prisa, quieren que todo sea para ayer, pero las cosas requieren un tiempo. El otro día algo que me pareció muy interesante: un chico se come una manzana verde y le cae mal, y la madre le dice “Si hubieras tenido un poco más de paciencia la habrías dejado madu-rar, habría tenido otro sabor y no te hubiera caído mal”. En el área laboral están muy impacientes por ganar plata, y difícilmente vas a ganar lo que supones que debes ganar cuando estás recién egresado.

En París, la mayoría de los grandes han estado diez años de asistente con algún consagrado. Diez años en que ha ganado para vivir, pero ninguna fortuna. En los diez años aprendió, conoció, hizo contac-tos, se perfeccionó y de repente, se abrieron las puertas y pasó a ser director artístico; o como tenía talento encontró un capitalista que lo instaló, que le dio la opción. Pero aquí no pasa eso.

GF: ¿José Cardoch toma alumnos?JC: Sí, tomo alumnos en práctica. En este momento tengo dos chi-cas. Toda mi vida he tomado alumnos. Creo que de los diseñadores, el que más ha dejado abiertas todas las puertas para gente tanto de diseño como de costura he sido yo. En momentos he tenido hasta cinco o seis diseñadores haciendo práctica. Durante un par de años,

35. Moda

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A Alicia Quiroga también la vestí en reiteradas ocasiones con libreto en mano y siempre salió perfecto. La única vez que fallé fue cuan-do hice un vestido para Pina Brandt, que tenía un espectáculo que se estaba montando en Las Condes, donde no me quisieron traer el libreto, porque me pidieron una cosa específica, que no era fea, pero que finalmente no calzaba con el argumento, porque el traje era muy bueno y en el guión cuando aparece esta chica con el vestido le dicen: “Sácate esos harapos y ponte otra cosa”. Yo casi me morí, y dije “No hago nunca más algo sin saber el argumento”.

GF: ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?JC: Me apasiona todo lo que hago, hasta pegar un botón me entretiene y me entusiasma.

GF: ¿Tienes algún cliente platónico, alguien que te hubiera gustado o gustaría vestir?JC: Fíjate que no. Quizás no por vestirlas, pero por conocerlas: a Rita Hayworth, Joan Crawford o María Antonieta. Pero por un sentido histórico. No me muero por vestir a nadie. Para mí, todas las mujeres son importantes, lo único que me interesa es que cada una se vea bien. Me ha tocado vestir a varias señoras de presidentes de la república, pero ellas llegan a mí, yo no las ando buscando.

GF: ¿Tu mejor recuerdo personal?JC: El día que me declararon hijo ilustre de Santa Cruz. Fue total-mente inesperado.

GF: ¿Tu mejor recuerdo profesional?JC: Ahí tengo varios. Cuando me presentaron en Praga, fui el primer latinoamericano invitado a exponer en el Palacio Wallenstein, y me tocó la exhibición en el mismo salón donde el presidente Frei había dado un discurso un año antes. Tuve un respaldo de prensa increíble y un equipo de modelos nativas impresionantes. Cuando los presenta-dores hablaron de mí, era como si hablaran de otra persona, lo sabían todo y yo no les había dicho nada.

Otro fue en un desfile en Paraguay, luego de haber sido nominado a la Aguja de Oro en Chile, sin saberlo pasé a participar por la Aguja de Platino Latinoamericana, yo llegué el mismo día del desfile corrien-do, en dos minutos probé los vestidos, arreglé a las modelos y di las instrucciones. Comienzan las presentaciones y me vinieron a buscar porque había ganado la Aguja de Platino Latinoamericana.

He tenido otros en Chile también increíbles, que si no lloré fue porque uno tiene que mantener la compostura en el escenario. En Arica, yo había mandado una colección con gente para presentarla y me llaman por teléfono para decirme que tenía que ir, llegué allá y la Cruz Roja me tenía preparado un homenaje con el que casi me morí.

GF: Ahora que te reinventarás con esto del cambio de casa ¿Tienes algunas palabras para aquellos que hoy están inventándose por pri-mera vez?JC: Hay que tener paciencia. Por mucho madrugar no amanece más temprano. Hay que ser perseverante, defender lo que uno cree y escuchar a los que te aconsejan, porque siempre hay algo bueno que se puede rescatar. Nadie es dueño de la verdad.

cuatro o cinco veces al año, viajé a dar charlas y seminarios, nunca he cobrado ni me han pagado. Di la primera charla que se dio en Chile so-bre moda. Siempre he sido muy claro con los alumnos. Me han traído cursos completos de provincia y los he recibido. He estado en escuelas técnicas, que cuando me pedían que fuera suponían que les iba a decir que no, pero yo siempre he ido. Nunca he dejado de ir a ninguna parte donde me pidan que pueda aportar un grano de arena a la visión o al profesionalismo de la gente.

GF: ¿Fue con ese mismo espíritu que se te ocurrió fundar la Cámara Chilena de Alta Costura?JC: El mismo. Yo siempre dije que unidos íbamos a tener fuerza. Unidos íbamos a tener una mayor cobertura de prensa que de forma individual no tenemos. Se podía montar un buen espectáculo estando unidos, ningún diseñador de forma independiente puede hacer una buena presentación como la que se puede hacer con los recursos de una institución. Cuando existía la cámara tuvimos apoyo de empresa, el apoyo de Corfo, logramos sacar una revista... son aportes muy im-portantes. La comunicación entre diseñadores debe ser f luida, pro-blemas tenemos todos. Aportar un poquito aquí, un poquito allá. Los clientes no te los va a quitar el que tengas contacto con otro diseñador.

GF: ¿Qué es un buen diseño?JC: Un diseño que perdure o que se reencuentre en el tiempo. Cuando tomas algo que hiciste hace diez años y te das cuenta que aún sigue vigente.

GF: Yo sé que tú haces de todo, pero ¿Hay algún área que te guste por sobre las demás?JC: Curiosamente me lo han preguntado muchas veces, pero la verdad yo disfruto tanto al hacer un traje sastre o un abrigo como al hacer un traje de noche o de novia. La novia o el vestido de noche son la ilusión, son como mágicos, tienen un montón de ingredientes que lo hacen como un cuento de hadas. El traje y el abrigo me gustan porque tienen consistencia, le dan a la persona una prestancia especial, tienen que estar bien hechos. Cuando veo un abrigo que está hecho y es bonito, me encanta, lo disfruto. Yo creo que lo único que no me gusta 100% son los pantalones.

GF: ¿Ese espíritu de experimentación es lo que te llevó en algún momento a hacer vestuario teatral?JC: Me gustan los desafíos cuando son reales. Cuando me plantean cosas que podrían llegar a ser, no me gusta. En lo que es diseño teatral yo parto exigiendo el libreto de la obra, porque usualmente llegan di-rectores que te piden un vestuario creyendo que saben lo que quieren y no tienen idea. Un caso específico que se me ocurre es en una obra que fue muy comentada en la época: “Harold & Maude”, protagoniza-da por Anita Klesky y dirigida por Bernardo Trumper, me pidieron cinco vestidos sin comentarme nada de la obra y yo dije “Necesito el libreto”, lo leí y me di cuenta que este personaje era una señora que había embalado todas sus cosas y estaba preparándose para morir, así que le dije a Bernardo y a la Anita: “No puede ser que esta señora se esté preparando para morir y aparezca con cinco vestidos, más aún si tiene todo embalado ¿En qué momento y en qué lugar se cambia de ropa? ¿Para qué?”. Me encontraron la razón y se hicieron sólo dos vestidos, uno para la obra en general y otro para el final.

38. Moda

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Todos los que estamos inmersos en el mundo de la moda y la belle-za nos hemos preguntado esto en algún momento: ¿qué pasó con

el glamour en Chile?

El curso natural de las cosas nos trajo a esta época donde reina la individualidad y cada uno quiere resaltar más que el otro. Si bien es cierto, existen minorías que imponen las modas en las calles, y dentro de estas existe una pseudo-individualidad por ser quien represente mejor los “colores” de su movimiento social, esto lleva a la experimen-tación y muchas veces termina mal, en la exageración.

Esto trae otro drama, la falta de versatilidad en el look, lo que conlleva a que la individualidad sea sólo una ilusión, nunca fue real.

Para saber cómo quieres verte, primero debes saber quién eres, y no al revés. No es tan difícil como suena, pero tampoco es sencillo. Quizás sirva decir que no somos la misma persona, ni debemos vernos de la misma forma cuando vamos al gimnasio que cuando vamos al traba-jo. Si vamos a jugar fútbol o tenis ¿nos peinamos y nos vestimos igual que cuando salimos a bailar?

Hasta Max Steel, el juguete de acción para niños que muchos, y con razón, llaman la Barbie de hombre, tiene un look distinto para cada ocasión.

En Chile buscamos resaltar por medio de ser únicos, pero en general, no consideramos el “verse bien” dentro de ese esquema de individua-lidad.

Tomemos por ejemplo, las alfombras rojas. Todos los eventos tienen esos espacios dispuestos para ser vitrinas de lujo, glamour, moda, tendencias, locuras y cuanto excentricismo se les ocurra a las cele-

bridades que por ahí pasan. Son pasillos de gala, donde por un par de minutos le permitimos a quién pase que se sienta y sea el centro del universo. Todas las cámaras, todos los focos, todos los micrófonos, todas las miradas, toda la atención puesta en una sola persona. Un momento realmente mágico lleno de brillos de f lash.

Nada más lejos de la realidad chilena. Nuestra farándula llega con jeans y zapatillas, con suerte se arreglan el pelo. Gracias a Dios en Chile se usa maquillaje de forma casual, porque sino saldrían de la cama directo al estreno de su película o a recibir su premio. Si su idea es no llamar la atención, lo logran.

Año 2008, se estrena la producción chileno/española “Santos” del director nacional Nicolás López, con un elenco internacional, entre los que está incluída Elsa Pataky, actual esposa del también actor Chris Hemsworth (“Thor”) y una de las protagonistas de “Fast Five” (“Rápido y Furioso 5”), indiscutiblemente la actríz española del mo-mento. Se extiende la alfombra roja y ella baja de una limosina vestida de gala, brillante, centro de atención inmediata, glamorosa.

¿Tiene que venir gente de afuera a enseñarnos cómo se hacen las cosas?No, porque simplemente no aprendemos y/o no queremos hacerlo.

Anna Wintour tiene razón, no es que el chileno no sepa de moda, es que le tiene miedo, porque significaría saber quién es y aceptarse. Y si hay algo que nos falta en Chile es identidad propia.

Pobre Elsa Pataky, debe haber extrañado tener un Max Steel en su cartera para no sentirse sola y fuera de lugar entre todos esos jeans y zapatillas.

“Creo que lo que veo a menudo es que la gente tiene miedo de la moda, y porque los asusta o los hace sentir inseguros la dejan de lado.

Toda la gente que dice cosas denigrantes sobre nuestro mundo, creo que es, por lo general, porque se sienten de alguna manera excluidos o fuera del

grupo cool, por lo que, como resultado, sólo se burlan.

Sólo porque te gusta ponerte un hermoso vestido de Carolina Herrera o un... No sé ... par de jeans JBrand, en lugar de algo básico de K-Mart, no

significa que seas una persona tonta.

Hay algo acerca de la moda que puede poner muy nerviosa a la gente.”

-Anna Wintour, Editora de Vogue Estados Unidos.

¿Qué pasó con el glamour en Chile?Por: L. Perry

42. Columnas

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Septiembre 2011

Album de PAsArelAs

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ÍnDIcesebastian week - santiagoGallery Party i

viste bs.as. - santiagoKosiuko iJazmín Chebar ii

sao paulo fashion week - santiagoJosé Cardoch iii

night of the stars - parisSuperstars Inspired by the Fondation Guillaume iv

mondial performance - parisICD Mondial: The Freedom Show vICD Italia: A Special Journey in Rome viICD Alemania: Calligraphy Cut viRegión Asia: The Classic Heroines by The Evolving Asian viiKlaus Peter Ochs (kpO): Amazonian Beauty viiiICD Japón: The Japan Spirit ixICD Chile: Gabriela De Chile ix

marriott bridal week chile - santiagoMacarena Cortés xJackie Cottin xiMis Secretos xiiAna María Mancilla xiiiIvan Pilkman xivColcci xv

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sebasTIan week: gallery ParTy

vIsTe bs.as.: kosIuko

i

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vIsTe bs.as.: jaZmín Chebarii

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sao Paulo fashIon week: josé CardoCh iii

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suPersTars InsPIred by The fondaTIon guIllaumeiv

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ICd mondIal: The freedom show v

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ICd ITalIa: a sPeCIal journey In rome

ICd alemanIa: CallIgraPhy CuT

vi

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regIón asIa: The ClassIC heroInes by The evolvIng asIan vii

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klaus PeTer oChs (kPo): amaZonIan beauTyviii

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ICd jaPón: The jaPan sPIrIT

ICd ChIle: gabrIela de ChIle

ix

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marrIoTT brIdal week ChIle: maCarena CorTésx

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marrIoTT brIdal week ChIle: jaCkIe CoTTIn xi

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marrIoTT brIdal week ChIle: mIs seCreTosxii

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marrIoTT brIdal week ChIle: ana maría manCIlla xiii

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marrIoTT brIdal week ChIle: Ivan PIlkmanxiv

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marrIoTT brIdal week ChIle: ColCCI xv

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Hace un tiempo se supo la noticia sobre un grafitero que intervino un monumento al ejército soviético en Sofía, Bulgaria. El monumento (que representa al ejército soviético de la Segunda Guerra Mundial) había sido

pintado recreando famosos personajes de la cultura popular nortea-mericana como Superman, Robin, el Guasón y el Viejo Pascuero, entre otros. ¿Cuál lectura es la apropiada?

Para entender esta acción- aparentemente artística- hay que hablar sobre la polémica que ésta y otras esculturas han protagonizado en el último tiempo y que tienen a los búlgaros divididos en torno al futuro que deberían afrontar tales creaciones históricas.

Existe un conjunto que desea removerlas, ya que consideran que son monumentos representativos del comunismo mientras otros dicen que son el homenaje a un país que ya no existe o que simplemente ha cambiado. En la contraparte, aparecen quienes piensan que hay que conservarlos porque son parte de una historia que hay que recordar.

Las posturas existentes frente a dicha situación tienen una clara connotación política, y es precisamente desde esa óptica que se logra entender la ironía del artista. Un monumento a héroes ficticios norteamericanos ocupando como base lo que antes fue un homenaje al ejército de la Unión Soviética, es un claro mensaje de descontento al pasado político de la nación (aunque esta no sería la primera vez que Superman está en contacto con ideologías de izquierda, de hecho existe un comic de culto llamado “Hijo rojo” donde se muestra una historia alternativa en la que el héroe se estrelló en Ucrania y aban-dera la causa de Stalin como su campeón).

Sin embargo esto no es nuevo. Existen otras obras que han generado igual o mayor polémica que lo acontecido en Bulgaria y que siguen el mismo patrón de utilizar una obra anterior para realizar una nueva, como es el caso de los hermanos Jake y Dinos Chapman con “The Rape of the Creativity;, una obra que presenta intervenciones direc-tas con dibujos de caras de payasos y otras caricaturas a una serie de grabados originales de Goya llamada “Los desastres de la guerra”, acción que sacó ronchas a los españoles y a los círculos más conser-vadores del arte.

Pero, a pesar de que muchos comparen esto con un acto vandálico hacia la obra del español, creo posible decir que se trata de un home-naje póstumo de los hermanos Chapman, una interpretación de las perversiones del mismo Goya y su predilección por la violencia, a las que amparó en un contexto moral e histórico.

Ciertamente el utilizar una obra de arte, intervenirla y proclamar la creación de una nueva es un acto tremendamente arriesgado, sobre todo si es que su autor no se hace cargo de la historia y los fundamen-tos de la obra anterior para generar la nueva propuesta. Pese a todo, ejemplos como los nombrados anteriormente han logrado convertirse en propuestas originales, representativas de ideologías, propuestas o críticas políticas relativas al cambio; o en un modo de “celebrar” el crudo y potente imaginario de artistas como Goya y su creación en torno a la Guerra Civil Española.

Provocación,críticay arte.

Por: Juan PilgrimIlustración: Andrés Espinoza

59. Arte y Diseño

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Por: Sebastián RamirezFotografías: Daniel OlivaresIlustración: Gianfranco Fortunatti

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Es viernes, y Sergio viene llegando de almorzar con su hijo. Están contentos; su retoño egresó de Astronomía hace unos días. Con-

versan sentados sobre las sillas de la pelu-quería cuando entro. Nos acomodamos en una esquina del local mientras por la radio suena Emmanuel.

Mi interlocutor es peluquero, padre de fa-milia, confidente de sus clientes. Tiene 61 años de edad. Parece más joven, será tal vez por el corte tipo “pichanguera” gris oscuro que cubre sus hombros, o porque luego de 43 años en el rubro, aún se siente vigente y jovial. Su cara no refleja cansancio o hastío con su trabajo, al contrario, tiene una sonrisa franca y sus gestos amis-tosos dan a entender que “Checho”, como lo conocen sus cercanos, realmente ama su trabajo.

A los 17 años comenzó a trabajar en el mundo de la peluquería, sin embargo su conocimien-to del laburo viene de mucho antes. Viene de toda su vida. Su padre era peluquero y cuan-do Sergio decidió entrar al mundo laboral se dio cuenta de que en el Chile de esos días, si no querías pasar penurias, no eran necesari-

amente los estudios superiores la manera de surgir. Para vivir tranquilo, para trabajar y abrirse al mundo, era necesario saber un ofi-cio. Eran tiempos de oficios más que de pro-fesiones.

Pese a que no era su plan seguir con el tra-bajo paternal, reconoció que era lo que tenía más a mano para aprender. No lo sabía en esos días, pero eso que en un principio no le llamaba la atención se convertiría en su sustento y pa-sión para el resto de su vida. Estudio, pacien-cia, suerte y dedicación marcaron su proceso de crecimiento.Mientras conversamos sobre su desarrollo en el mundo del cabello, me doy cuenta de que se refiere a los talleres de peluquería como ateliers, palabra que parece estar solamente reservada a los lugares de estudio de las be-llas artes pero que Sergio considera como un término propicio para referirse a lo que para él si forma parte de ese mundo: La peluquería.

Se le nota el orgullo por su historia. Cuenta que sus compañeros de trabajo conversaban entre ellos sobre la gran proyección que tenía porque era preguntón y detallista, le gustaba saber por qué las cosas se hacen de tal o cual

TIemPos de ofICIo, mÁs que de ProfesIones

Hace más o menos quince años mi abuelo me pidió que lo acompañara a la peluquería. En esos días tenía algo así como diez años y me pareció una invitación bastante extraña por un lado, y cómica por otro. Extraña porque para mí el cortarse el pelo era nada más que un trámite, un sentarse en una silla a que te pasen la máquina por la cabeza y así no recibir castigos en el

colegio. Cómica, porque mi abuelo es pelado.

El lugar quedaba en las Torres de Tajamar, en Providencia. Afuera tenía un letrero negro con letras blancas que decía Sergio’s. Hoy sigue funcionando en el mismo lugar y con el mismo cartel negro. De hecho, conserva el nombre y cabecera desde que fue creada por Sergio Espinoza, durante los años del ré-gimen militar, específicamente, el año 82. Ah, tal vez se preguntarán quién es él, de qué estoy hablando o hacia dónde va todo esto… vamos por partes.

manera; a nivel técnico, pues a nivel estético, considera que depende de cada persona. Ex-plica que “es algo que se va aprendiendo por oficio, se acostumbra a mirar por los espejos y ver las cosas como la gente no las ve, desde diferentes ángulos. Ahí llega la estética”.

Luego de diversos empleos, llegó a trabajar a la peluquería que él considera como la me-jor de todas: Yamil es la mejor peluquería de chile de todos los tiempos, lejos, lejos, lejos. Viví toda mi vida en peluquerías porque mi viejo era peluquero y nunca en la vida ha ha-bido una peluquería mejor que la de Yamil, dice tajantemente. Ese fue el paso previo a tener su propio lugar. Ocho meses después, luego de una conversación sobre la muerte con su hija, Sergio se dió cuenta de que quería dejarle a su descendencia algo, un negocio, un legado. Treinta días después, inauguró su propia peluquería: Sergio s. ¿Dónde? En el local de al lado de donde trabajaba; un gesto que lejos de crearle pro-blemas, le otorgó res-peto por parte de su anterior jefe, pues había sido honesto y trabajador con él.

61. Belleza

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Al entrar se aprecia un lugar pequeño pero acogedor, con esa pinta medio antigua, medio ochentera; con olor a gel, champú y colo-

nia de hombre. Esquinados, hay varios sillones donde debía esperar a que a mi calvo abuelo le “cortaran” el pelo. Siempre había dos o tres personas que conversaban entre ellos o en voz alta con el peluquero mientras en la pequeña mesa de centro, donde reposaban un par de ta-zas de café, era posible divisar unas cuantas revistas. Lo que me gustó era el género al que pertenecían. Nunca antes había visto una revista de las que los siúticos llaman “para adultos”. Una (a esa edad, mítica) revista porno.

Y quince años después, cuando vuelvo a encontrarme con Sergio, me doy cuenta de que pareciera que el tiempo no pasa en ese lugar. Los muebles son iguales, la disposición de los componentes también. Pare-ciera que lo único que se ha actualizado es la selección de revistas.

Cuando nos reunimos en la peluquería, sonaba Juan Antonio Labra en la radio y no había clientes. Me sorprendió pero me di cuenta, a medida de que el teléfono del local sonaba, que la gente lo llamaba bastante preguntando si tenía tiempo en su agenda. Tiene una clien-tela fija y fiel. Claro, había reservado un espacio para conversar con-migo pero eso no quita que tenga alrededor de doce clientes diarios. En tiempos de Internet, el negocio no tiene página web ni email. Ni Facebook ni Twitter. Para contactarlo sí hay un teléfono. Otra mues-tra más de que para Sergio, la tradición tiene sentido, que no por que existan muchas maneras de hacer crecer el negocio esté dispuesto a entrar en esa dinámica. Pareciera ser que eso se lo deja a las cadenas de salones, no es para él

Las personas que van a este lugar, tienen claro lo que quieren. Si bien el tipo de gente que llega es variado en edad, si es fácil notar que el públi-co tiene un buen poco de historia sobre sus hombros y sus caras pre-sentan las arrugas del paso del tiempo. Sin embargo, por más jóvenes o viejos que sean, saben que calidad, seriedad, cercanía y profesivonal-ismo son atributos fundamentales y Sergio’s, pareciera rebosar de ello.

el esPaCIo fuera del TIemPo

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Y mientras suena Camilo Sesto en la radio, llegamos al momento en que hay que definir los rasgos que hacen de Sergio’s un clásico.

Porque reducir la labor del peluquero es no valorar toda la real entrega que pone de sí quien corta el cabello. Es entregar estilo, es saber leer a las personas y es entregar compañía y amistad. Atributos que hacen de este trabajo algo único.

Para Sergio, se genera una relación muy íntima entre clientes (por supuesto, cuando se crea una fidelidad con el lugar) y peluqueros. Se produce una especie de encuentro entre un sicólogo y un paciente. Será tal vez porque ocurre un proceso de amistad entre ambos. Esa es su particularidad. Sí, corta muy bien el pelo, pero entrega su propia historia cada vez que alguien se sienta en una de las sillas del local. Al menos eso relata.

Se ríe al comentar que personalidades como Coco Legrand, Antonio Vodanovic o Milton Millas han pasado por sus tijeras pero que, si bien cada cliente es diferente, no hay tratos preferenciales porque él se relaciona con ellos por cosas que van más allá de lo que hacen. “El trabajo debe ser exactamente igual de profesional para todos” dice. Lo que cambia es la relación que se crea entre ellos. “Uno sabe cuando los cli-entes de mucho tiempo te dan la mano si tienen pro-blemas o no, si les ha pasado algo grave, si andan agobiados por algo” relata convencido el dueño de la peluquería.

“Tú te miras al espejo pero no te estás mirando. Ese no eres tú. Eres distintas personas para distintas personas. Depende desde dónde estés mirando, de cómo salgas de la casa, de si tienes luz de arriba o abajo”. Para Sergio no es sólo pelo lo que está cortando, es un proceso de estética, es desarrollar la capacidad de ver.

Cuando pensé en esta peluquería lo hice porque sabía que era un clási-co. Por supuesto, tenía que preguntarle al más indicado para que me dijera si se consideraba o no en tal categoría. Su respuesta, si bien no era predecible, sí era esperable: “No lo se. Yo creo que sí, quizás sí, quizás no, pero sería muy presuntuoso decirlo yo”.

Y mientras me subo a la bicicleta para irme a escribir, recuerdo la primera vez que estuve acá y sonrío. Hay cosas que no cambian. Menos mal.

la exPerIenCIa sergIo’s

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gUÍA De contActosatelier benoit d’ambrevilleErnesto Pinto Lagarrigue 247 Suite 509, [email protected](56-9) 8 528 18 48

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68. Contactos

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