filosofía en colombia, en "anales de la universidad de antioquia" (1933)

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  • 8/9/2019 Filosofa en Colombia, en "Anales de la Universidad de Antioquia" (1933)

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    LA FILOSOFA EN COLOMBIAC o n f e r e n c i a s l e d a s e n l a F a c u l t a d d e F i l o s o f a

    y l e t r a s d e l a U n i v e r s i d a d d e A n t i o q u i a

    No permit que se me instara cuando el seor director deesta Facultad me insinu que dijese algo sobre la historia de lafilosofa en Colombia. Mis deberes hacia la Universidad, la gentileza del doctor Garca y mi devocin por la mayor y ms fecunda forma de la cultura me vedaban una excusa justificativa.Y si bien es cierto que existen en abundancia los motivos queme separan de esta ctedra, quiero, sin embargo, que mis dis

    tinguidos oyentes conozcan en esbozo, y en forma harto menguada, lo que ms tarde harn otros con caracteres aquilatadores.

    Frente a nuestra suspicacia racial, es difcil discurrir sobreproblemas que afectan a menudo la vida cotidiana. Tal vez porhallarnos en los preliminares de la cultura, la conciencia multi-tudinaria de nuestros compatriotas no ha desvinculado de las teoras el esmalte disolvente de la pasin partidarista. Aunque mirada la cuestin con benignidad, el fenmeno nos atrae porquedemuestra cmo las ideas han sido las naturales compaeras delparti dismo colombiano, de la emocin poltica, lo que hac e a

    sta y a aqul, singulares ocurrencias en el panorama social deAmrica.

    Como aqu trataremos de ideas, habremos de entendernos.por lo mismo, con los hombres. A estos ltimos cabe ms fcilmente la ofensa que a las primeras. Empero, procurar ser imparcial. Muchos merecedores de figurar en estas pginas podrn faltar aqu, mas, sin duda, no debido a intencin prefijada de mi parte sino a olvido involuntario o deficiente informacin. De una vez anuncio mi creencia de haber pensado muchoen lo que diga, aunque no tanto en lo que deje de decir.

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    Para evitar caer en lo grotesco, preguntemos desde ahora:Es posible hablar de una historia de la filosofa colombiana?Porque no podemos forcejar como el buen Don Quijote con supuestas ejrcitos de gigantes. Y esta cuestin, que es primordial, se resolver de diverso modo segn el alcance que se lepreste.

    Anticipmonos a responder que no existe una filosofa colombiana si por ella se entiende un cuerpo de doctrina peculiara nuestra cultura y de origen autctono. Pero exigir esto es desconocer las leyes ms precisas de la historia. Cmo pretender queColombia con 120 aos de independencia poltica haya tambinefectuado su emancipacin ideolgica? No podemos olvidar quesomos todava una colonia europea, cuyo influjo en nuestr opensamiento slo alejar el trascurso de varias centurias. Porotra parte, las culturas autctonas han menester tambin unestado de vida material de soberana relativa que estamos lejosde disfrutar en estos momentos. No se me entienda que suscribo inconsideradamente a la ley de superestructuras del marxismo integral. Lejos de asignar a los fenmenos culturales una

    causalidad menguada, afirmo, por el contrario, el posible persistir de culturas, sin embargo de haber perecido la omnipotenciaeconmica.

    Todo esto quiz se deba a mi especial manera de concebiruna cultura. Subordinar la cultura a un orden de influencias racales es en mi senti r, sent ar la verdadera causalidaddel fenmeno cultural. Concebir una manera coordinada de relaciones artsticas que obedecen a un mismo plan, remoto, perono menos real, es dar el concepto limitativo de cultura.

    Es, pues, para m la cultura un fenmeno complejo y concreto de relaciones artsticas. Por lo cual es fcil comprender porqu sea preciso el elemento geogrfico como constitutivo de cultura. Ahora bien, el hombre colonial es un hombre transente:su cordn umbilical subsiste en la metrpoli y slo lo une transitoriamente a la tierra que cultiva (acaso no es sta la etimologade colonia?), la aspiracin hacia el centro de donde es originario.Con razn advier te Ortega y Gasset el sentimient o de prepotencia que se apodera del colono en prese ncia de la colonia.Cuando el colono procede de una elevada cultura, la tierra culti-

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    vable se le muestra como esclava rendid a a sus mpetus (1).Podramos decir, aplicando, el pensamiento del socilogo hispano,que la rebelda de Estados Unidos hacia Europa es el tributoque a sta rinde la colonia.

    Mas cmo la colonia se tran sfo rma en metr poli? Cmo

    lo que era vida desde fuera se convierte en vida desde dentro,en inmanencia vital, en fenmeno de cultura? Porque del paisa je vivido al paisaje creado hay slo la distancia que cubre elgenio creador. Es fcil de concebir que despus y slo despusnazcan las escuelas filosficas y se coordinen los sistemas; elconocimiento abstracto es superior a nuestra visin concreta.

    Pero no pretendamos tampoco hacer una filosofa nacional, como si se tra ta ra de una car rete ra nacional. La ciencia noconoce lmites y se la mutila sacrlegamente cuando se intentaamojonar su campo de influencia. Bien est que el espritu de u-na raza aporte a la investigacin cientfica su peculiar manerade ser. Grande ha sido el beneficio prestado a la ciencia por elfilsofo de Kenigsberg. No obstante, hoy le estaramos ms a-gradecidos si en vez de haber hecho un sistema de suspicacia,propiedad inherente al germano estructurado, hubiera introducido al dogmatismo sus dudas, no para destruirlo, sino ms bienpara fortalecerlo. El pensamiento latino exager tambin suambicin de afirmar cuando por boca de Tongiorgi sent el principio de las tres verdades primitivas. En uno y otro caso, la filosofa necesitaba crtica, pero no criticismo, afirmacin moderada, pero no dogmatismo a ultranza. Amemos la verdad tal comoes: ya se ostente en el juicioso milenario de los Kthanes o seencuentre entre el legado espiritual del rey Micenos, o surja delos labios de un plebeyo del tiempo de Menenio Agripa.

    Hemos convenido en negar a Colombia una filosofa autctona. Entonces, de qu iremos a hablar? Est bien que ensentido estricto llamemos filsofo al que ha construido una doctrina con ingredientes propios, o vertebrando los ajenos en unaordenacin peculiar. Pero el uso nos autoriza asimismo para llamar filsofo al que profesa una doctrina extraa, de la mismamanera que llamamos fsico, qumico, jurisconsulto al hombre versado en esas ciencias, aunque su aporte haya sido tan precarioque no tolere siquiera l ser conocido de los dems. En este sentido hablaremos de los filsofos colombianos.

    (1) "Sobre Estados Unidos" J. O. y G.

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    Parejamente, las ideas que han influido en nuestra organizacin poltica y en nuestro ambiente social, cuando esas ideasllevan el signo de nuestra concepcin del universo, merecen llamarse tambin filosofa colombiana, Y en este sentido hart otendra yo que decir y vosotros qu escuchar si me fueran bastantes tiempo y capacidad para remover este movimiento de lasideas con las naturales repercusiones que han tenido en la vida

    nacional. Sin embargo, pro curar mostraro s la sucesin de doctrias que han regido la mente de los directores espirituales de es-de pueblo. Para fortuna nuestra, podemos exhibir ante las naciones circundantes las consideraciones sobre el universo quems nos han inquietado; y esto es ya suficiente, porque como deca Taine: "Si algn habitante de otro planeta descendiera aste en que habitamos para preguntarnos por nuestra especie,sera menester ensearle las cinco o seis grandes ideas que tenemos del espritu y del mundo. Esto slo habra de mostrarlela medida y capacidad de nuestra inteligencia".

    Cuando las msticas carabelas de Coln prendieron sus a-marras en nuestro continente, el estado de civilizacin aborigenno era tan menguado como es costumbre suponer. La textura deestas edades desaparecidas apenas la entrevemos merced a pacientes investigaciones de los arquelogos que auscul tan la vidaprecolombina. Cuando imaginamos lo que eran los aztecas bajoel dominio de Jahcoalt y del primer Moctezuma; cuando se noshacen presentes las profecas de Quetzal-Coalt sobre la destruccin del imperio al advenimiento de los hombres blancos; cuando pensamos en el pueblo que rigieron Manco Capac y MamaOello; cuando reconstrumos la vida de los chibchas y araucanos, no podemos menos de sentir congoja ante el pueril prejuicio racial que slo vio en aquellas civilizaciones, pueblos primitivos, homnculos ms o menos semejantes al hombr e euro

    peo. Porque la civilizacin europea ha padecido del antropomor-fismo propio de cada uno de sus miembros. En su prtico parece estar escrito: "Fuera de nosotros, el hombre de las cavernas".

    Este problema de las civilizaciones se ha resuelto en losltimos tiempos con el criterio de un relativismo, que si no seexagera, merece tenerse por una conquista de la humanidad. Espreciso poseer un ideal de cultura en que a lo relativo y diferencial que antes seal, se una la posesin de la ciencia y dela moral que no confinan.

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    Per o el momento en que se inic ia la destruccin de lascultur as americanas, es el de los aos primer os del siglo XVI.Y la llevan a cabo, no podramos negarlo, los espaoles queacaban de vencer a la morisca. La Espaa de la reconquista nose hizo fieram ente dogmtica como lo afirma Pompeyo Gener

    (l), a causa de la lucha secular por el sentimiento de su fe. Elsocilogo cataln olvid que fue en la Pennsula donde la filosofa escolstica se acept con ms incisivas apostillas: Su-rez no es un ciego secuaz, como no lo son Vitoria, ni Bez,ni Molina. Y qu diramos de Vives? No fue, pues, el dogmatismo a ultranza lo que llev a extinguir las culturas precolombinas. Digamos entonces, que ms se debi aquel hecho a la tor-peza de los conquistadores. El conquistador espaol, herico ycruel, provena de los ms bajos fondos sociales de la Pennsula.Bsquese lo que eran Pizar ro, Balboa, Almagro , Belalczar yse explicar todo el trnsito de los conquistadores.

    Si tal era el aspecto general de lo que se ha llamado Con

    quista, es intil esperar de esa poca una manifestacin filosfica, fuera de que no se prestaba para tan altas disciplinas lalabor implacable de la dominacin. Pero pronto lleg la obra colonizadora. Ya Espaa se hallaba seora de las tierras de Amrica. La inmigracin produjo entre nosotros caracteres diversos a los ocurridos en las colonias de otras metrpolis. La nacin que llev a cabo la reconquista con la mstica ardenta delos cruzado s, que sali vencedora en las Naves de Tolosa ; elpueblo que en estos momentos vence en Lepanto con sobreco-gimieto de los siglos, es el mismo que hoy recorre el mundonuevo colonizando de modo bien distinto, al que usarn mstarde sus rivales europeos. .

    Si queremos motivar inequvocamente el fenmeno especfico de las colonias hispanas, atendamos en primer trmino alideal religioso que gua a la nacin peninsular, y en segundolugar, no olvidemos que vive Espaa el mejor siglo de su his-toria. El siglo de oro es ilustre por todas las ostentaciones delespritu. Salamanca y Alcal son castillos almenados de Sabidura, La literatura, el derecho, las ciencias fsicas y la filosofaalcanzaban el nivel de los tiempos. Espaa dio en aquel momento a la humanidad el espectculo de una restauracin escolstica frente a la decadencia que avasallaba la filosofa en otrasnaciones. Los espaoles fueron esta vez admirablemente equili-

    (1) "Herejas".

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    -20-brados. Del Renacimiento tomaron lo que podra armonizar conlas ideas cristianas. La filosofa independiente mir a la profundidad del pensamiento y a la belleza de la forma como puede verse en Luis Vives. Los escolsticos persiguieron la claridadde exposicin de los filsofos del siglo XIII. La corriente escolstica domin en Espaa en aquel tiempo, por la calidad y elnmero de sus gonfalonieros: Vitoria, Donmingo Soto, Melchor

    Cano, Bez, Juan de Santo Toms, Fonseca y Surez merecenel agasajo de las generaciones. Tuvo la filosofa de ese entonceslos caracteres de los Renacimientos. No se acept incondicional-mente; tampoco se rechaz sin juicio minucioso. Hoy podemosconsiderar de nuevo sus doctrinas aceptando y rechazando, maspermaneciendo siempre fieles al ideal de la sabidura: la verdad.

    Tal era la nacin que llev a cabo la colonizacin de Amrica. Espaa derram sus hombres por este continente, patentando a veces su crueldad legendaria (porque yo creo en la Espaa cruel e inhumana), otras veces su magnificencia, y en to

    da ocasin su herosmo. Pero no par all su obra. Espaa fund en Amrica una colonia del espritu, como me encargar demostrar. Cuando se piensa con un ilustre escritor venezolano quea Espaa falt conquistar Amricas del espritu, se escribe porescribir y nada ms.

    Como mi propsito sea slo tratar de la filosofa colombiana, apenas por incidencia aludir a las restantes naciones.

    En Colombia podemos distinguir cinco perodos filosficos,tomando como base las escuelas que han ganado la adhesin delas minoras directoras.

    Nace el primer perodo como proyeccin en Amrica de lagrandeza metropolitana de que hablaba hace un momento. Sur

    ge luego el ergotismo o escolstica decadente para morir cuandola expedicin botnica empieza a dar sus frutos cientifistas.Maduran despus las ciencias particulares a las que cobija mstarde una filosofa utilitarista que perdura por media centuria,Viene luego un brillante renacer escolstico, que alcanza hastanuestr os das en los que es preciso ver, en esbozo, un quin toperodo filosfico, aunque no perfectamente definido.

    PRIMER PERIODO

    Han credo distinguid os historiado res de nuestra cul-

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    tura que a la llegada de los espaoles, vino con ellos la filosofadecadente, trasunto mortecino de la alta escolstica. Para quienes, como dice Mr. Carrasquilla (1) ergotismo, peripato, escolstica, tomismo y hasta cristianismo son una soda cosa, la cuestin no ofrece lugar a duda. Otros, ampliamente versados en la

    evolucin del pensamiento escolstico, Mora y Rengifo, por ejemplo, se inclinaban a creer que fue la decadencia la que tuvo vigor en nuestros primeros movimientos culturales. Yo suscribo,sin temor a errar, la tesis de un distinguido rosarista , que porlos aos de 1917 demostr con sobradas razones "que la filoso-sofa que lleg a Amrica era la que exponan en el siglo XVISurez, Vsquez, Fonseca, Vitoria, Soto y Melchor, Cano, aquienes nadie ser osado a tachar de decadencia o ergotismo".(2). En efecto, cinco centros de estudio fundados en Bogot,exhibieron famosos profesores que haban logrado en Espaaaltas ctedras en sus universidades.

    "La Universidad tomstica" fue en un principio "Colegio

    de Santo Toms" y all, en 1573 dictaron los dominicanos lasprimeras lecciones de filosofa. En 1639 despus de largas vicisitudes, el colegio se torn en Universidad que vivi hasta elao de 1861, manteniendo su fama regularmente constante.

    La Universidad Javeriana se inaugur en 1623. En ella brillaron las doctrinas de los claros varones de San Ignacio que enEspaa regan, con los dominicos, los altos estudios filosficos.

    El Colegio Seminario de San Bartolom sigui de cerca laorientacin javeriana.

    Fr. Cristbal de Torres, discpulo de Domingo Soto, funden 1653 el Colegio Mayor de Nuestra Seora del Rosario. Losmaestros dominicanos, seguidores del Aquinate, pervivieron en

    ella la alta tradicin escolstica. Historiadores de aquel ilustreClaustro nos cuentan que all al par que se estudiaban los divulgadores del tomismo, se recurra frecuentemente a la Sum-ma y se escrutaban, con paciencia de sabios, las obras primoge-nitoras de la filosofa griega y patrstica.

    Juan Duns Escoto tuvo en estas tierras del trpico un seminario digno de su doctrina. Los padres franciscanos constituyeron en Santaf el colegio de San Buenaventu ra.remotos profesores obtuvo la Colonia tratad os filosficos

    (1) "Barbarie del lenguaje Escolstico"(2) Franco Qu ijano: " La filosofa tomstica en Venezuela"

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    que recorre, siempre inconforme, el incisivo pensar del maestro.

    H aqu, ligeramente revistados, cinco centros difusores decultura, cuyo influjo se siente todava. Algunos de ellos, despusde muchos lustros de gloria, sucumbirn al mandoble implacabledel anticlericalismo. Otros habrn de padecer la herida de unadecadencia, tanto ms insufrible cuanto ms glorioso fuera supasado.

    Delicadas excavaciones ocurridas en las bibliotecas capitalinas han permitido reconstruir en nuestros das la poca desaparecida de las grandes escuelas de la colonia.

    Sin serme posible citar obras que no dejaron o no se conocen, vais a or los primeros nombres que figuran en nuestra patria como cultivadores de la filosofa. Al dominico Juan de La-drada (1) tocle en suerte leer por primera vez filosofa en e1Colegio que ms tarde se llam Universidad Tomstica. El Padre de Ladrada fue posteriormente obispo de Cartagena. En elseminario de San Bartolom ensearon filosofa, a poco despusde su fundacin, Martn Funes, Bartolom de Rojas y otros (2)Del insigne fundador del Rosario no poseemos obra sistemticaque nos seale la ruta de su pensamiento. De gran mrito, empe-ro, son las constituciones que dict al colegio, por donde se colige una copiosa informacin en ciencias hum anas y divi nas,unidas a la mesura del legislador estructurado.

    En la biblioteca nacional reposa un manuscr ito titulad o"Metaphisica Aristotelica" donde se examina al autor de las Categoras a travs de los comentarios de Santo Toms. En opinin de los que conocen aquella obra, el autor se revela admirablemente dotado de criterio y erudicin a la altura de la poca.

    No desconoci el autor las teoras heliocntricas de Galileo yCoprnico y parece que las suscriba. Franco Quijano trascribealgunas proposiciones del filsofo de la "Metaphisica" que ponen en evidencia el avance cultural y la osad.a del escritor, loque habr hecho acongojar a los interesados calumniadoresdel legado espiritual de Espa a. Me perm itir is que lea aqulas citas de Franco Quijano:

    (1) V. Revista del Rosario pgina 492T. XVII.(2) Revista del Rosario, p. 495. T. XVII.

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    "Pythagoras Terram in centro mundi collocavit"... "Co-pernici sectatores collocant solem incentro"... "Nec tamen opi-nio quae prius blasphema credebatur, paulatim sese in academias et ipsas Religiosas Familias insinuav it" (1). Un estudio cuidadoso debi de hacer el autor de la fsica Aristotlica,

    pues as lo revela la ltima parte del manuscrito, segn nosdice el historiador antecitado. En opinin del mismo, la obra debi salir del siglo XVII. Contemporneas de aquella obra son el"Cursus philosophicus" del jesuta Jos Aguilar publicado enLima y las "Dissertationes Scholasticae" del padre Peralta (S.J.) que vio la luz en Mjico. No podemos dejar de citar al padre Juan Chacn, "professor in Solmaticensi Academia", comoorgullosamente se deca y de quien existe un cdice en la Biblioteca del Rosario, en el cual se revela fervoroso suarista. Nombremos tambin otro partidario de Surez por estos tiempos, elPadre Prez Merocho.

    Aquel insigne filsofo escolstico, Duns Escoto, de quiense ha dicho que no hubo doctrina tomista que l no combatiese,tuvo aventajados discpulos en los tiempos de la remota Colonia. Ni poda ser de otra manera, pues el advenimiento de losfranciscanos y la fundacin del colegio de San Buenaventura, deba, por explicable causalidad, engendrar la aficin al maestro,del que fundadamente se enorgullece aquella orden. Todo el escotismo peninsular irrumpir en Amrica donde habr de escribirse una obra, en ningn caso despreciable: "Domus sapientisDoctoris subtilis Joanis Duns Scoto" a fratre Hiecronino Marcos, philosophiae Lectore" (2). Este cdice trae un colofn de1692 (3).

    Los secuaces del doctor Sutil continan alimentando elfervor de su maestro; y nuevas obras son elaboradas con el pensamiento del escotismo. Antonio de Crdoba escribe los "Comentarios del maestro de las sentencias". Las "Disertaciones de Me-Metafsica" de fr. Antonio Briceo y los "Comentarios" de Fray

    (1) Franco Quijano"Historia de la Filosofa Colombiana"(2) Biblioteca NacionalCita de Franco Quijano.

    (3) Franco Quijano"La Filosofa Tomstica en Venezuela".

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    Jos Merinero osten tan el estigma de la decadencia; fray To-ms Llamazares trabaja a la sazn en obra de poca entidad, pero de importante alcance educativo: "Filosofa escolstica segn la mente de Escoto".

    Leer a Escoto es reconciliarnos con los escotistas. No squ de latente me mueve a admirar al glorioso franciscano. Suexistencia obedece a una necesidad que Dios llen en la filosofadel siglo XIII. Escoto es un control. Tal vez no a Santo Toms,pero muy probable mente al tomismo , fue indispensable queEscoto viviera. Era natural y estaba entre la debilidad humanaque la admirable sntesis del Aquinate pecara un tanto de optimismo al pasar a sus consultadores. Escoto detuvo los excesos. Si a Escoto no hubiese tocado en suerte ser el opositor deltomismo, y si ms bien hubiese formado en las derechas de lafilosofa, yo estoy tentado a creer que su sistema habra perdurado. Pero le cupo cumplir una labor de crtica que puso alerta al adversario y lo hizo ms seguro. Duns Escoto tal vez habr a construido un sistema si hubiese sido anter ior a Santo

    Toms . El doctor Anglico estaba constituido de equilibradosdogmatismo y criticismo. En Escoto ste era mayor que aqul.De haber trocado posiciones en el tiempo los dos insignes maestros, quizs hoy estuviramos estudiando a Escoto, esmaltadocon la mesura del tomismo, resumida en apostillas admirables.Pero fue providencial que Santo Toms precediera a Escoto yque Escoto imprimiera la pausa en los discpulos del Anglico, levemente tentados de euforia, para que examinasen mejorel legado fecundo.

    La Compaa de Jess ha sido muchas veces grande. Una deellas es cuando Francisco Surez, un granadino, decide ir a Salamanca para ingresar en las milicias ignacianas. Con Surez

    clausura la Escolstica la serie d grandes figuras de restauracin con que Espaa colabora en la historia de la filosofa. Yhubo en la Amrica continuadores esclarecidos de la doctrinadel maestro Eximio.

    A comienzos del siglo XVII, ya Surez no se contaba entrelos vivos, pero su sistema era estudiado en la Compaa que loacogi. Plateresco, Rococ, Gngora, son ingredientes ponderados del siglo dcimo sptimo espaol. Sus colonias no recibenel refinado arte gongoriano; pero se indemnizan con los librosde Francisco Surez.

    "Fue el Padre Jernimo de Escobar, dice Franco Quijano,

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    el primer escritor que en Santaf expuso las opiniones del Exi-mio. En 1637 redact las Disputas Teolgicas, cdice de 86 folios, en que sigue las huellas del maestro con un orden y precisin asombrosos. El padre Escobar, docto, fecundo y erudito,emprendi el estudio concienzudo de las obras de Surez y fue

    uno de los ms ilustres profesores de la Javeriana. Su dialctica es terrible".En 1641 escribi el "Liber unicus de virtutibus" y empez

    la "Controversia de actibus humanis", donde expone la doctrina de Molina; en 1647 termin la "Cont rover sia de angel is"calcada sobre la obra correspondiente de Surez, y el mismo aoinici los "Prolegmenos a la Sagrada Teologa"; en 1657 trabaj en el tratado "De Fide, Spe et Charitate" y en 1661 en elopsculo "De Incarnatione"; en 1662 en el "De Beatitudine"; ysu obra "De Scientia, Voluntate et Providentia Dei" (en que adopta el congrusmo del Eximio); su ltima publicacin fue la "Controversia de Divina Gratia", que ms parece un programa que

    una obra (1).Por esta larga cita que acabo de leer, habris advertido quelas labores del Padre Escobar se encaminaban primordialmentea la exposicin teolgica ms que filosfica propiamente dicha.Sin embargo, su nombr e merece record arse como divulgadoren estas comarcas del gran filsofo granadino.

    En la Biblioteca de Monseor Zalda reposaba un precioso manuscrito titulado "Tractatus de Mysterio Yncarnationis"escrito para San Bartolom por el Padre Andrs de la Barra,Con esc ritu ra igual a la del cdice hllase al final un sonetode sostenida emocin y que recuerd a por ms de un conceptolos catorce versos de autor controvertido que todos conocemos

    (2). 'Telogos suaristas fueron, asimismo, Juan Antonio Varillas ("De concientia" y "De actibus humanis") y Juan ManuelRomero autor del inconcluso artculo "De peccatis".

    Los jesu tas Herre ra y Mimbela enriquecieron la bibliografa teolgica con obras de positivo mrito. Dbese al primeroel "Tractatus de Sacrosancto Triados Mysterio" y el "Tratac-tus de Arcano Trinitatis Mysterio". El segundo escribi un nuevo "Tratactus de Essentia et Attributis Dei".

    En el siglo XVIII, cuando se inicia la decadencia de la es-

    (1) "Surez el Eximio en Colombia",(2) Franco Quijano: "Hallazgo".

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    cuela dominicana, el suarismo se proporciona todava defensores de inusitado vigor. Fue entre ellos el ms ilustre por la universalidad de sus conocimientos el jesuta Juan Martnez de Ripalda. Contra la decadencia que se precipitaba, ech a la circulacin un libro editado en Lieja en 1704: "De usu et abusu Doctri nae Divi Tomae, pro Xaver iana Academia Collegii SantaeFidensis in Novo Regno Grana tensi ". Al presente slo se co

    nocen dos ejemplares que moran en la Biblioteca Nacional. Noesquiva el autor su malquerencia a la orden dominicana; perotodo se le excusa ante la fuerza poderosa de su argumentaciny el rico arsenal de doctrina. Atribyense tambin con buenasrazones al padre Ripalda los renombrados opsculos "De entesupernaturali" y "Apndix" contra Bayo.

    La influencia del Padre Ripalda se deja ver en los aosque subsiguen. En 1705 es conocida la obra "Tractationes Phy-sicas per R. P. Ignatium Meabrium S. J.". En este libro seadivina grande independencia de criterio, pues siendo su autorabiertamente suarista, no teme apartarse del maestro en doctrinas matrices de la filosofa.

    Jos Velsquez es profesor de la Javeriana y como autorde "Physica" se muestra afecto a la letra y al espritu del suarismo.

    Moiss Bacn, lector de filosofa en San Bartolom, sehace memorable con las "Disputationes in libros Aristotelis deanima". Luis Chacn escribe "De Dei scientia" y deja iniciadaslas "Disputationes metaphysicae". Simn Vias, (1) Jos Ro

    jas (2) y el Padre Jos Molina se revelan suaristas de mritos desiguales. El ltimo de los citados, es el primer jesuta nacido en Antioquia. Es autor del tratado "De divina Providentiaet pradestinatione"; gil en la argumentacin y defensor va

    liente de la tesis de su homnimo espaol sobre tema de tan alta trascendencia.

    Quizs como fruto espiri tual del padre Molina, aparecea mediados del siglo (1764) un filsofo y telogo antioqueo:el jesuta Juan Antonio Ferraro. Su obra es meritoria en con-

    (1) Controversia de Deo Trino.(2) "Tractatus scholasticus de Proemialibus Theologiae et

    disputationibus gratiae actualis".

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    cepto de los conocedores. Cinco libros leg a la posteridad:"Tratactus de Deo Homine", "De perfectionibus inmaculataeMatris Christi", "De gratia habituali et merito" y el "Tracta-

    tus de Deo Tr ino". Algunas de esas obras fueron escritas encolaboracin con el ilustre jesuta Antonio Julin. Otras complementaban las doctrinas de ste. Pero su meritoria labor qued consagrada en las insignes "Disputationes Teologico-scho-lasticae de Deo Homine", el ms importante de sus libros, y cuyo

    ejemplar manuscrito mora en la biblioteca del doctor Zalda (1)Anterior a estos trabajos fue el "Tractatus de Visione Beatfica", (1753) obra interesante por sus comentarios a la "Prima" de Santo Toms. Su autor, el Padre Antoniode Guzmn,(S. J.), era antioqueo, miembro de esclarecida familia (2).

    A i J li i i i f ti bl it f

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    m gozan de profunda verdad. Para el desconocido, como parael cardenal belga, en Metafsica general slo cinco categoras hacen parte de su objeto propio, (1) a saber: substancia, cualidad,relacin, accin y pasin. (Franco Quijano cita mal a Merciercuando introduce la cantidad y olvida la accin y la pasin; oen caso de ser la enumeracin del rosarista la que correspondeal autor de la obra que Comentamos, ya entonces no me afanarpor defender su opinin, pues no sabra cmo hacerlo).

    Otra de las tesis del annimo escritor consiste en afirmarcontra el cartesianismo latente en esa poca, que el alma de losbrutos no es simple sino compuesta. Los comentadores hacencoincidir esta opinin con la correspondiente del arzobispo deMalinas. No podra pronunciarme definitivamente en este litigiopor no conocer los trminos precisos que el desconocido empleapara sustentar su doctrina. Empero, parceme que hay un equivoco y una incomprensin cuando se interpreta a Mercier y sele atribuye el concepto de negarle simplicidad a las almas delos brutos. El sutil espritu de Lovaina no afirm nunca aqullo. Se hallaba en presencia del legado cartesiano que se habainfiltrado en todas las filosofas. La simplicidad de las formasde los brutos apenas si se distingua de la exclusiva del espritu, y a ella, y no al compuesto era atribuida la sensibilidad. Fueante todo su intencin demostrar la tesis de que "el primer su jeto de la sensibilidad es una substancia compuesta" (2) en ningn caso que la forma substancial de los brutos poseyese principios constitutivos.

    SEGUNDO PERIODO

    Cul fue el primer conato de decadencia en la filosofa delos tiempos coloniales? Sera difcil establecerlo con precisin.El caso es que a la Amrica debi ocurrirle un fenmeno anlogo al que invadi la Europa del siglo dcimo quinto: La incapacidad de los hombres para inaugurar nuevos temas de discusin. "Ya es un intento comn de los socilogos colocar las pocas de decadencia en los umbrales mismos en que aparece elformulismo.

    (1) V. D. Mercier. "Ontologie".(2) V. D. Mercier "Psychologie".

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    Qu est sucediendo en las Cortes espaolas durante elrgimen del absurdo Rey Deseado? El protocolo palaciego ocupa la atencin de los grandes de Espaa; todo el laberinto delceremonial es de mayor momento que el caudal almacenado pararegir los pueblos. La decadencia espaola que se inicia en el a-dusto entrecejo de don Felipe 11 por causas que intilmente estaran aqu, culmina en los tiempos atormentadores del reinado

    de Fernando VII.Bizancio es un smbolo de decadencia. Cuando leemos la

    vida de Napolen, nos asalta el presentimiento de la inminentederrota del hroe a cada momento que opone la frmula a larealidad. Napolen nos indemniza del grotesco espectculo de lacoronacin imperial cuando, tomando la corona, se la cie antela perpleja muchedumbre que mira el oprobio a la Santidad dePo VII.

    Acaso Monsieur Thiers no fue parcial al advenimiento delos Borbones? Todo habr a podido realizarse, si el conde deChambord no hubiese interpuesto su anhelo pueril de las remembranzas de familia. Las democracias perecen, cuando consi

    deran que el pas se hizo para la constitucin y no la constitucin para el pas. Las universidades tienden a desaparecer cuando los smbolos se tornan en jugo vital de su existencia.

    Yo amo los smbolos pero cuidando siempre de darles sulugar merecido. Nuestra compleja humanidad ha menester dela forma sensible que refleje su caudaloso ser interior. El simbolismo de las altas culturas cuenta hoy historiadores tan perspicaces como lo requiere el fondo de las civilizaciones. Las fuertes rebeldas de los humanos frente a la tradicin se resumenmuchas veces en un cambio de smbolos. Una entidad, cualquiera que sea, despojada de la fuerza de los signos es, en su desgracia, tan solo comparable a aquella cuya estructura no revela

    ms que simbolismos.Tal fue el suceso que ocasion el destronamiento de la Escuela en los siglos, medios como en la edad histrica a que hemos llegado.

    Augusto Messer, un historiador heterodoxo de la filosofa,expone as el sentido de la decadencia: "En los ltimos siglosde la Edad Media, la Filosofa escolstica se mantuvo fiel a losgrandes sistemas del siglo XIII; pero, generalmente, sus cultivadores se limitaban a aceptar los conceptos fundamentales como dados y sobreentendidos; perdindose cada vez ms en la dis-

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    cusin de cuestiones de detalle, que degeneraban frecuentemente: en sutilezas sin base, y polmicas hueras de palabras, e incluso en cuestiones sin sentido". (1)

    Este es el sentir comn de todos los historiadores de laescolstica. Un contemporneo de la decadencia, se burla conperversa agilidad de las cuestiones movilizadas en las disputasfilosficas. Relanse los captulos del "Stultitiae laus" y parecer tener en frente los labios descarnados, entre compasivos y

    crueles, de Erasmo de Rotterdam que asiste a un quodlibetal.En el desfallecimiento de la escuela influy antes que todo

    el ergotismo. La forma silogstica constitua el ncleo de todadiscusin. Era mil veces ms trascendental para aquellos filsofos mediatizados saber si argumentaban en Baroco o en Fri-sesomorum, que toda la bella teora de la potencia y el acto delAnglico Maestro. Y aquellos pobres espritus imaginaban quehacan filosofa, de la misma manera que el torpe que cree construir la Divina Comedia teorizando sobre los tercetos.

    Este grave peligro lo haba advertido desde la antigedadAristn de Chos cuando afirmaba que "los que se encierran enla dialctica son comparables al que come cangrejos: pasan la

    vida buscando un bocado de carne en un montn de escamas".Suele asignars e como causa de la decadencia escolstica

    su adhesin irrebatible a la teologa. Condicionalmente no es fcil rechazar esta afirmacin. En efecto, cmo negar la influencia de los hombres cuando por un afn aberrante, se empeanen desacreditar una doctrina? Aviesamete se entendi la expre

    sin "philosophia ancilla theologiae"; con malignidad imponderable se hizo creer en una positiva y perenne intromisin delas verdades da la fe en las verdades cientficas. Se desconoca,por inters, que el asentimiento a la fe es, en su principio, tanracional, como la constante certeza de la ciencia.

    En dura frase decan los antiguos, que la filosofa era es

    clava de la teologa. Pero quin, que no sea un calculador, entiende que se tra tab a de la sumisin de una ciencia a otr a?Quin no ve que ah solo se expresaba la esclavitud de la inteligencia finita a la infinita y de la ciencia falible que aquellacohesiona a la infalible revelada por Dios? Par a iconformesestos s esclavos de lia letra, "podramos decir que no hay esclavi

    (1) "Filosofa antigua y medieval".

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    tud de una verdad a otra: hay supremaca de inteligencias. ElGiorgione invent el caballete que permite trasladar la obra dearte que antes permaneca adherida al muro de la arquitectura.Eugenio D'Ors asocia: "Philosofa ancilla; pintura ancilla tambin; h aqu la Edad Media. Dos nombres hay que citar juntos al final de todo esto : el Giorgione, inventor, dicen, de lapintura de gnero y Montaigne, diremos, de la filosofa de gnero" (1). La imagen nos parece admirable e ingeniosa; sloque presumimos habr de. ir alguna distancia entre el caballetey la inteligencia infalible.

    Si atendemos al desquiciami ento de la fsica medievalante las nuevas miradas de la ciencia da los, siglos XV y XVIcomo una de las causas de decadencia, no podremos menos dedistinguir con sumo cuidado. Hubo un error de perspectiva delparticionero de la filosofa del Medio Evo, al confundir la con-cepcin fsica con la metafsica. Sostener el sistema aristotlico de los cuatro elementos era un anacronismo imperdonable;pero no lo era mantener defendida su teora hilermorfista.

    "De entre las ruinas de la ciencia medieval quedaban en piedatos de observacin bastantes para servir de punto de apoyoa las doctrin as substan ciales de la filosofa". Tal es el sabio'pensar de Mauricio de Wulf. Ms adelante aade: "La escolstica fue derrotada por falta de hombres, no por falta de ideas".(2).

    Y la historia, que carece de imaginacin, se repite ac enAmrica. El suarismo sostuvo sus puntos de vista con regulado vigor hasta mediados del siglo XVIII. De ah en adelante,todo fue el decaer sooliento de las grandezas pasadas. Los fi-

    lsofos, inamoldables al soplo cientfico engendrado por la Expedicin Botnica, permanecieron enclaustrados en el formulismo de la Escuela. Vergara y Vergara habla del plan de estudiosde aquella poca: "El primer curso de la filosofa era el de lgica", en el cual, "se desgaitaban en meras cuestiones de trminos, signos y signados... En el segundo ao se aprenda la

    (1) "El Valle de Josafat".(2) ''Historia de la filosofa". '

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    metafsica en latn, y en el tercero, la fsica, sin instrumentos.El Arzobispo Virrey se quejaba de esta anomala. "Porque (declaraba) un reino lleno de producciones que utilizar..., ciertamente necesita ms de sujetos que sepan conocer y observarla naturaleza... que de quienes entiendan y discutan el ente derazn, la primera materia y la forma substancial".

    Hubo un programa de reformas. Moreno y Escandn elabor un plan de estudios cuyo intento primordial era conduciral estudiante a la observacin de la naturaleza. El seor Morenolleg hasta querer abolir el estudio de Santo Toms en el Colegio del Rosario, a lo cual se opuso con energa plausible el rector don Manuel de Cayzedo, quien por otra parte intensificabael estudio de matemticas y ciencias naturales.

    No faltaron en esta decadencia hombres equilibrados queuniesen la filosofa a la ciencia nueva. Mutis difundi en el Rosario el libro del Padre Narciso, de que hablaba antes, a causade su copiosa informacin sobre la fsica copernicana. No obstante, las antiguas disputas se obstinaban en persistir y la reaccin fue ms violenta de lo que poda desearse. Las obras filosficas estaban relegadas, por aquellos tiempos, en el rincn delas cosas intiles. El estudiant e slo miraba el paisaje fenomenal rechazando toda concepcin trascendente.

    A m se me ocurre que Amrica estuvo en ese tiempo a laaltura de la edad histrica. Va a advenir el ochocientos y el mundo se prepara para la investigacin de la naturaleza. Todo elsiglo XIX, a pesar del materialismo fogoso que lo invade, es unaaspiracin desesperada hacia el conocimiento. El agnosticismoes un smbolo paradjico de la realidad interior que mueve lasalmas. Desventurada e ilusa, con todo, la centuria decimononaes magnfica, aunque no se le mire, sino como preparacin deeste siglo XX de inquietantes sugestiones.

    Las matemticas constituan el arco toral de la cultura de

    fines del siglo XVII. Cuando don Felipe Romana, colegial delRosario, envi a Colombia la Filosofa del P. Francesch de Guatemala, fue acremente criticado por el claustro rosarista. En unejemplar que se cuida en la biblioteca del colegio, pueden leersenotas y comentarios burlones a la obra del profesor de la Universidad de San Carlos. Copio los siguientes citados por Franco Quijano: "Aristteles a quien siguieron los espaoles ciegamente por mucho tiempo, y con l, el Anglico doctor Santo Toms, quera que los que hubieran de estudiar filosofa estuvie-

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    TERCER PERIODO

    Esta etapa de la vida colombiana merece un proemio enque se analicen io s reflejos ideolgicos en los hombres de Amrica. Cmo pensar que la revolucin americana se llevar a cabo como efecto de un ciego mecanismo de contornos ambienta

    les? Muchas causas hubieron de influir en la emancipacin, perosera traicionar la verdad de la historia, desconocer el influjoomnipresente de las ideas.

    Poco tend ra que decir a los estudian tes de hist oria deColombia sobre las causas de la independencia. Si no tuviera enmi programa el desarrollo de las doctrinas filosficas, de buengusto abandonara el exponer lo que vosotros sabis con exceso.

    En la ocasin ante rior , tuvimos oportunidad de ver losasomos de las ciencias naturales en el estrado de nuestra cultura. Felizmente, no fueron aquellos hombres que las cultivaron, inflexibles sostenedores de las excelencias de la ciencia par

    ticular. Esmaltados de Espaa y tradicin, supieron coordinar los fueros de la antigua sabidura con la vida investigacin de la naturaleza. Y estamos en el perodo decadente de lafilosofa y en los umbrales de una nueva poca. La decadenciafilosfica, ya lo hemos afirmado, se llev a fin en los hom-bres que sistematizaban. En Colombia, a diferencia de lo queocurri en Europa en la edad correspondiente, los hombres deciencia guardaron mejor acuerdo. Hubo excesos pero ms se debieron a cerebros menores que a minoras directoras. Ya hablamos de Mutis, en quien fue armonizada la cultu ra clsicacon el progreso cientfico. Manuel de Caycedo, Moreno y Es-candn y el Arzobispo Virrey supieron atrapar la inquietud

    de la hora, inclinando la naturaleza para el estudio de sus secretos. Slo los filsofos profesionales permanecan encerradosen trivia les sofismas de distraccin. Los hombres de cienciaconservaron en cambio, las altas verdades que haba dejadola grande filosofa del siglo XVII. No fueron filsofos, peroen ellos tuvo la filosofa dciles inteligencias.

    Cuando se trata de la revolucin americana, no puede hacerse a un lado lo que era Espaa por aquella poca. Aqullaunidad espiritual que ostentaba la Pennsula de los siglos glo-

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    riosos, iba desapareciendo al sutil mensaje del Enciclopedismo.La cristiana realeza empez por sufrir el quebranto de creenciasmilenarias. Los hombres influyentes eran, ante todo, los queaspiraban por el colador pirenaico, la perversa irona de Voltaire.Un fuerte ncleo de ciudadanos desvertebraba a la nacin conideales exticos al caudal de la raza. Las doctrinas proyectaronsobre el hombre del montn, la inconformidad con la Espaatradicional. Sinz Rodrguez no duda en afirmar que Espaapereci cuando se extingua su unidad religiosa. Porque la cohesin de la Pennsula tuvo una sola explicacin por todo el tiempo que hubo de subsistir: la fuerza de la iglesia Romana.

    Desde un aspecto exclusivamente social, ninguno ignora elbeneficio de las religiones en el movimiento de las muchedumbres. El estado no puede adentrarse en la vida interior de loshombres, para moderar sus impulsos. Y qu puede haber msfundamental para el humano, que la ordenacin de sus actosinternos ? Acaso en ellos no reside la clave para explicar su vida interior? Todos los socilogos han intentado desentraar elsortilegio de las religiones, el incruento poder de persuacin

    que las hace supremas ante todo humano podero. El sentimiento religioso vence en el hombre las ms profundas resistenciasy domina mediatamente todos los actos de su vida. De ah quetoda idea aberrante cuando logra aprestigiarse con el misticismo, se impone en definitiva. Las religiones son, pues, instrumentos los ms eficaces de un orden social a ellas relativo.

    Si con esta ilacin nos ocupamos en desdoblar lo que significaba para Espaa el catolicismo ya no nos ser extraocompreder por qu la unidad de la primera dur lo que la vigencia del segundo. Todo lo que se llama civilizacin occidentalconserva sentido adecuado cuando se advierte la textura cristia na de sus formas. An concibiendo desde la. perspectiva

    huma na lo que signif ica la Religin de Cristo, no es posiblenegarle el ms saludable influjo en la civilizacin.

    Espaa viene perdiendo su motivo supremo de grandezadesde que perece para ella el principio aglutinante que la conduca. Y Espaa no ha podido sustiturlo con otro. La Pennsula recorri cinco siglos de hist oria como en una Cruzada par;recuperar el Sepulcro de manos otomanas. Empero, como muchocruzados, olvid su trmino y ha quedado entregada a inferires mercaderas. As empieza Espaa en el siglo XVIII.

    Y podemos, despus de esto, mirar a Amrica. Mucho se

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    ha hablado de la influencia de La Francia del 89 sobre el movimiento de emancipacin americana. Eruditos historiadores handiscriminado la parte de causalidad que le cupo a la Revolucinen las gestas libertadoras. Nadie ha osado negarle, despus delexamen, una influencia positiva, pero no tan preclara como antes se supona. Francia fue ms un impulso que una causa primera.

    Revivamos el ambiente cultural de Santa F. Nario se

    rodeaba de una juventud jovial y estudiosa, para transmitirlesu inquietud de conocimiento. La biblioteca del santafereo sehalla colmada del fruto novedoso de la Enciclopedia, y el herosmo clsico aviva la imaginacin de los oyentes del Club literario. A los hombres de ese tiempo les alcanz el prestigio alucinante de la moda.

    Un asalariado del Virrey prest un da a Nario "La Histori a de la Asamblea Consti tuyent e" de Sala rt Monjoil quecontena, en extenso, la declaracin de los derechos del hombre.Profundas sugerencias para el granadino traan las clusulasincisivas del abate Siys. Nario difundi por todas las comarcas vecinas el libelo de los derechos y su posterior reproduccinfue tan copiosa que a poco invadi la Amrica.

    El asunto tena actualidad, y de ah su xito maravilloso.La corona espaola iba a recibir dentro de poco un rudo golpepor parte de sus coloniales. Pero Espaa haba tenido asimismo, buena parte en la rebelda de sus hijos de Amrica.

    La nacin espao la haba traslada do a las colonias el gr-men de la inconformidad con los tiranos. Tuvimos oportunidad deconocer el legado espiritual de Espaa a sus Colonias. Un escritor apasionado contra la clereca, Rufino Blanco Fombona,reconoce, sin embargo, que es al clero a quien se deben las primeras luces intelectuals del Nuevo Mundo. De las provisionesque trajeron, fecundaron primordialmiente la s enseanzas de losfrailes que en tiempo del origen divino de los reyes, vindicaban

    la soberana de los gobernados. Este clero espaol, tan calumniado y maldecido, fue, sin embargo, trasunto fidelsimo de u-na Espaa de altas libertades. El pueblo espaol fue siempreremiso a las tiranas. Es casi insolente frente a sus soberanosVascos, aragoneses, y castellanos no doblegan la cabeza ni ante el ms alto seoro. Desde los remotos tiempos, la literatura se empea en revivir la arrogancia espaola.

    El autor de "Los Conquistadores del siglo XVI" colecciona

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    en un captulo admirable, las frases ms decidoras de la insolencia hispana. Traigo de nuevo las citas del venezolano.

    El venerable poema del Cid muestra al Rey Alfonso a quiense le dice con arresto: "Yo soy Alvar Nez, para todo el me jor". Br entm e observa el paso de los tercios castellanos, tal vez

    mal vestidos y hambreados, pero ante su orgullosa altivez escribe: "Los llamarais prncipes por su arrogancia", "Ni lapropia majestad del Rey les hace doblegar el orgullo. La antigua ceremonia de los grandes de Espaa, que se cubren anteel Rey, quizs no tenga otro fundamento psicolgico". "Cada u-no de vosotros vale tanto como vos y todos juntos ms que vos"decan, como sabemos, los nobles aragoneses al Monarca, "Somos iguales al Rey, dineros menos", decan los castellanos.Cuando moran en el cadalzo, los ltimos defensores de los fueros comunales, Juan Bravo, uno de los ajusticiados, imprecaas al pregonero que le acusa de traicin: "Mientes t y quiente lo mand decir. Traidores, no; defensores de la libertad delreino". Aquel ilustre conde de Benavente puso fuego a su palacio de Toledo antes que cumplir el mandato del Emperador,que le ordena darlo para asilo del condestable. La condesa D'Aulnoy refiere lo que oy con asombro de boca de un cocineroque rea con cierto caballero espaol: "No puedo sufrir querella, siendo cristiano viejo, tan hidallgo como el Rey y un poco ms". Blanco Fombona acaba por decir que la arrogancia espaola queda como labrada en piedra con la frase de Don Qui

    jote: "Leoncicos a m?".

    En nuestros das el pueblo vasco mostr, bajo la dictadura de Primo de Rivera, que era digno descendiente de susmayores. En presencia del dictador, rindi alguna vez

    los honores de himno nacional a cierto canto de sus montaa s. Don Miguel de Unamuno podr a decrnoslo mejor.Lote emigrantes de Amrica no fueron menos altivos que

    sus abuelos de la Pennsula. Todos conocen la frase soberbiade Belalczar. Quin no ha odo hablar de Lope de Aguirre?Quin sino un espaol de su rudeza pudo esc rib ir: "Hac er laguerra a Don Felipe, Rey de Castilla, no es sino de generososde grande nimo"? (1).

    (1) En un libro del fraile Cabrera, de ttulo "Crisis Poltica" yque se encuentra en la biblioteca del Rosario, pueden leerse sin sorpresa, frases como esta: "Si la sucesin no mira a dar a los vasallosbuen rey sino rey,, la eleccin no slo se ordena a tener buen rey.

    sino el mejor". .

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    Estos y otros mil episodios de la vida espaola denotan suinagotable empeo por la libertad. Quizs eso mismo expliquepor qu Espa a ha carecido siempre de gobiernos democrticos: no es posible aglutinar por persuacin el fiero individualismo de la raza.

    Pero lo que era simple conato en la vida social, se hallasistematizado en la filosofa. Lase el envo que Domingo Sotohace al prnc ipe Garlos de la obra de derecho natu ral, par a

    entender cmo un humilde dominico quiere que se gobierne alos pueblos segn los dictados de la razn. El Padr e Vitoriaexpone desde Salam anca las bases del derecho internacionalque ms adelante repe tirn Grocio y Puffendorf. Vitoria pone en entredicho la legitimidad del dominio espaol en Amri-rica y obtiene como resultado, las leyes protectoras de los aborgenes.

    Francisco Surez es en este concepto de especial trascendencia para el estudio de las ideas libertarias en Amrica. Enla edad heroica del cristianismo brot de la boca de Pablo deTarso la palabra de verd ad: "Non est potestas nisi a Deo".En adelante, ningn filsofo catlico se fatigar buscando el

    primer origen del gobierno. San Agustn y Santo Toms aceptan sin restricciones el pensamiento del Apstol. Pero no tarda en abusarse del sentido de la sentencia paulina, y se cobijacon ella el derecho divino de los reyes, para cohonestar todaslas tiranas. Fue tal el empeo en buscar argumentos a favorde la tirana, que Jacobo I de Ingl aterr a segn nos cuentaSchiller, mientras agotaba su erudicin buscando en el cielo elorigen de la majestad real, dej caer por tierra la suya en lasbatallas de Marston Moor y Naseby (1).

    No poda perdurar por ms tiempo la mscara que legitimaba la tirana. Francisco Surez expone una doctrina que loinmortaliza. Estas son sus palabras: "La potestad civil, siempre que se la encuentre en un hombre o prncipe, dimana, porderecho legtimo ordinario, del pueblo o comunidad, o prxima o remotamente, y no se le puede tener de otra manera para que sea justa " ("De legib us"). Surez puntualiza en estaforma el origen divino de la autoridad el que reconoce comoprimero, pero mediato; y afirma, adems, que el fundamento

    (1) Cit. por Castro Silva y Bermdez: "Nociones de Derecho Eclesistico".

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    inmediato est en el pueblo, el que libremente elegir ai loejerce por s mismo o por delegados de su podero. Belarminose hace eco en Italia de la teora del Eximio y la desarrolla ensus pormenores, Esta teora fue, pues, protogenerada por elpensamiento espaol. Pasa una sesquicenturia, y Concina re-pite el pensamiento, autorizndolo con Santo Toms, DomingoSoto, Ledesma y Covarrubias (2). Balmes le da su aprobaciny ya Jas de Maistre tiene que detener los excesos que se advertan cuando se lleg a propugnar el origen puramente humano del poder del gobierno: "Dire que la Souveranait ne vientpas de Dieu, parce qu'il se sert des hommes pour l'tablir, c'estdir qu'il n'est par le crateur de l'homme, parce que nous avonstous un pre et une mre".

    Espaa daba, pues, elementos a Amrica para la defensa desu libe rtad. Qu hizo Espa a ante la obra del Padre Mariana,que legitimaba el rechazo al tirano e indicaba los medios para deshacerse de la tira na? Esp aa, para su gloria, la dejcircular hasta llegar a la librrima Francia donde es incinerada en la plaza pblica con ritos inquisitoriales.

    Si todo lo anterior lleva a colegir que la raza hispano-a-mericana no haba menester emprestar a extraos ideas delibertad , el hecho es que as sucedi como se pued e evidenciarfcilmente,

    Po r algo se ha dicho que los "derechos del homb re" sonuna nueva edicin del Evan gelio . Cuando Nario es acusadopor concitar a la revuelta con ideas subversivas como las contenidas en los diez y siete artculos de la Constituyente, confunde los fiscales hacindoles ver que apenas eran extracto deprecisas doctrinas mantenidas por la teologa catlica. Cmohabra de ignorar Nario la sentencia tomista de la ley comoordenacin de la razn par a el bien comn? Muchas veces,tal vez, medit en la exposicin que Domingo Soto haca deaquellas palabras lapidarias. Muchas cosas debieron sugerirlelos textos del jesuta Surez, en especial aquellos que enuncianla soberania popular. Y esto se explica todava mejor si se a-tiende al hecho por muchos advertido, de que el movimiento a-mericano slo tuvo por fin en un principio la consecucin delibe rtades civiles y polticas , y que apenas ms tar de , concibiendo que slo con la independencia poda alcanzar se el fin

    2) Castro Silva Op. cit.

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    primordial, se luch por la nacionalidad.(Tesis diametralmente opuesta a la que acaba de transcri

    birse, defiende Toms Elorrieta como explicacin a la independencia. Para este autor, muy cercano al parecer de Marius Andr, fue ante todo una ambicin de nuevas nacionalidades lasque originaron las guerras de emancipacin. Las 'libertades slo se buscaron posteriormente y la lucha ante todo se empeentre los americanos mismos, sostenedores unos del tutelaje espaol, y partidarios otros de la emancipacin absoluta (1). o

    me toca examinar el pro y el contra de esta tesis sugestiva, puesslo la traigo como incidente dentro de mi fin primordial.

    Pero sea como se quiera, en cualquiera de estos hechos cabe encontrar la causalidad del movimiento ideolgico que hemosinsinuado.

    Para algunos historiadores, entre nosotros don Carlos Hol-gun , pareci precip itado el movimiento de la libertad, atendiendo a nuestra impreparacin para la autonoma. Pero lacoincidencia de los motines rebeldes en casi todas las nacionesde Amrica, est indicando que no pudo ser festinado lo que estaba para sobrevenir como una ley histrica.

    Merced, pues, a la beligerancia infusa en los hombres de

    cultura por las teoras filosficas, se llev a cabo nuestra constitucin de pueblos libres. As lo proclam un da Monseor Carrasquilla. Con expresas palabras lo declara el profesor Martnez Paz de la Univesidad de Crdoba en la repblica del Plata;dice as: "Entre los sistemas de Santo Toms de Aquino o delPadre Surez, con los que la ortodoxia catlica se esforzaba enmantener la pureza de doctrina, se infiltraban poco a poco enel espritu de la juventud ideas o principios que tendan a minarlas bases del absolutismo de los monarcas". Franco Quijano repiti a su vez: "No surgi la imagen de Colombia en el poderoso cerebro de Camilo Torres, cuando vio, Item sequitor reg-num esse supra regem, quia illo dedit potestatem?".

    Y no poda ser de otra manera. Mancini reconoce que en laCompaa de Jess "se haban formado Moreno y Escandn,Luna Pizarro, renovadores del mtodo filosfico en las universidades de Santa Fe y Arequipa; Martnez de Rosas que profes derecho natural en las de Chile; Manuel Salas, fundador de

    (1) "Gnesis de la Independencia de las Repblicas hispanoamericanas".

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    la primera ctedra de matemticas en la Universidad de Santiago; Den Funes, cuyas doctrinas morales y polticas, tan a-vanzadas como atrevidas, predispusieron sin duda a la juventudde Crdoba a los prximos contagios revolucionarios".

    Callada o paladinamente los hombres se mueven conforme alprimer impulso que hayan recibido; podrn reaccionar contra lasideas de la juventud cuando lo consideran, despus de severo exa

    men, fundamentalmente erradas, o cuando la pasin los apremiaa rechazarlas por inconvenientes y embarazosas en el logro de lasconcupiscencias. Empero, siempre permanece el lastre de lo pasado con influjo virtual para l porvenir.

    En una biblioteca del Ecuador se encuentra un libro de ttulo grotesco, "Ladridos teolgicos", que segn deja entrever,con sarcasmo diablico un escritor ilustre, era el tipo de lasobras culturales, que por estas tierras regaron los frailes misioneros. Pero no; acabamos de ver qu mrito ante la histo riatienen las doctrinas de que se nutrieron nuestros abuelos. Conellas vencieron a Espa a que olvidaba su pasado. Con ellas ycon los hombres que Espaa haba concebido en los trpicos-Fue el triunfo de los antiguos valores que se remozaban, sobrelas cosas de Espaa que olvid para Amrica todo un pasadovenerable. "Con ser tan afines, por su transparencia y claridaddiamante y vidrio, aqul slo hiende a ste por la virtud acumulada en milenios aquilatadores", deca Guillermo Valencia paraexplicar el triunfo de Bolvar, de remota ascendencia va s c a ,sobre los espaoles que lo combatieron.

    La filosofa se silencia durante veinte aos, porque, segnla frase heroica de Clemenceau, "tiene la palabra el can". Lahistoria se detiene a contemplar el paso certero, aunque latente,de las ideas en la epopeya emancipadora.

    Ya estabilizada la repblica, miremos a Europa para explicar mejor el tercer perodo filosfico que va a iniciarse ennuestra patria.

    El sistema cartesian o rod por todas las vert ien tes delpensamiento en forma que no se compadeca con el agudo esplrit ualism o del maest ro. Los histori adores, que no son sino

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    profetas al revs como dijo el otro, podran contemplar en Descartes toda la filosofa que subsigue. El grande hombre francsno adivin jams a donde habr an de para r sus aleccionadosPero es el caso que como reaccin a su esplritualismo a ultranza, la sociedad hubo de sufrir el concepto ms groseramente materialista como explicacin de la armona universal. Si bien escierto que a muy diversas doctrinas dio origen el pensamientocartesiano, no lo es menos que fue el materialismo su engendroprincipal. Para comprender cmo pudo ocurrir este suceso, re

    psese la historia d la filosofa, que en toda poca nos muestraesta imbricacin de sistemas opuestos.Smbolo seguramen te inconsciente, de esta gran verdad

    histrica, es una de las primeras caricaturas del maestro Ren-dn. Del lpiz de Rendn surgi un da la figura de un asno,quizs tan filsofo como el de Buridn. Pero a diferencia del deste, el asno de Rendn tena presente a sus ojos un nico sa-co para saciar su apetito. Debajo de la caricatura, puede leerseel sarcasmo mortal: "Pienso, luego existo".

    Renato Descartes tuvo un discpulo inconforme en el ingls Ju an Locke. El autor del "Ensayo sobre el entendimien tohumano" constituye una epistemiloga a base del principio aris

    totlico de que nada est en la inteligencia que no haya pasadopor los sentidos. Pero Locke tiene su lado original. Lo que esten la inteligencia est tambin a la manera de lo que est enlos sentidos. Para llenar inconvenientes de sistema, Locke introduce una forma de reflexin cuyo papel cumple ejercitar ala sensibilidad interna. Con el filsofo ingls se da principio alsensismo de los tiempos actuales.

    Brotaron protestas en todos los centros cultos de Europa.Leibnitz escribe su "Nuevo ensayo sobre el entendimiento humano". El creador de las mnadas es espiritualista. Si en sucabeza, al decir de Fontenelle, caben holgadamente cuare ntaAcademias, no hay lugar, sin embargo, para el mezquino pen

    sar lockista. Leibnitz forma un sistema que rueda con fortunay va a morir en el diecinueve, cuando se extingue el espiritualis-mo francs.

    No obsta nte, los sensual istas son incorreg ibles. En nadales detiene la serena irona de Montaigne. Hume alcanza apenas algunos secuaces a su idealismo trascendental.

    Ya entrado el setecientos, nace en Grenoble, Esteban Bon-not Condillac. Instructor del Infante de Parma, logra ms tar-

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    de recibirse en la Academia Francesa. Por ser varn de granprestancia intelectual, fue instigado a escribir obras filosficas. Tomando de Locke la premisa de que este se sirviera, estableci como consecuencia el origen puramente sensual de las ideas.En sus obras ya no tiene cabida la reflexin del filsofo ingls,porque Condillac la considera intil. Ya ni siquiera deja las facultades como innatas al hombre. Todo nuestro interior surge alcontacto de la primera sensacin. La estatua de Condillac es unprodigio de imaginacin febricitante.

    En Europa el abate de Flux cuenta los discpulos por millares. Grandes cerebros y gentes del montn enfilan en la filosofa sensualista. El materialismo del siglo XVIII alcanz beligerancia en todos los apartamientos del saber. No pretendo yodecir que materialismo y sensualismo sean una sola cosa. No loson de hecho, pero debieran serlo. Los hombres al crear un sistema no avanzan siempre hasta sus ltimas consecuencias y sehacen contradictorios. La ltima consecuencia del sensualismo esel materialismo o, al menos, el positivismo; no todos los sensualistas, sin embargo, fueron consecuentes con sus puntos cardinales.

    En los trminos del siglo XVIII dominan en Europa sensualismo, idealismo y mate rial ismo ; y la escolstica se hallaolvidada. Vctor Cousin y Maine de Biran tienen discpulos enAmrica que nos tocar conocer. La filosofa idealista apenas sse conoce en el nuevo mundo; pero el sensualismo obtiene cartade naturaleza en nuestra nacin ya independiente.

    Dos profesores de segundo orden, escriben en distintos pases, libros que tendrn eco en nues tra patria. Jerem as Ben-tham es autor del "Tratado de Legislacin". Destut de Tracyproduce unos "Elementos de Ideologa".

    Traducido y comentado por don Ramn Salas en 1824 el"Tratado de Legislacin", empez a ensearse en ese mismo aoen el Colegio de San Bartolom . Al ao siguien te el generalSantander promulg un Decreto en que ordenaba la enseanzade legislacin segn el espritu del filsofo ingls.

    Nuestro "hombre de leyes", segn corrigi alguno, no estuvo satisfecho con el Decreto de 1825, pues un ao ms tardese sancion el Plan de Estudios, cuyo artculo 127 transcriboahora: "Ideologa o metafsica, gramtica general y lgica. Uncatedrtic o ense ar estos ramos, que comprenden bajo de slo que hay de til en la metafsica. Se leern por la Ideologa

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    de Dest ut de Tracy, y el maestro podr tambin consultar aCondillac en sus obras de lgica, del origen de los conocimientos humanos y de las sensaciones..."

    He aqu ya completados sistema y prctica, teora y prag-ma. La filosofa sensualista tiene una continuacin en la moral: su nombre es utilitarismo.

    No fue el Plan de Estudios el primero en aludir a la filosofa sensualista. Obedeci sin duda a inquietudes ms o menos

    ostens ibles que venan movilizando los dirige ntes de la opinin. Ya en 1823 se reciban clases en el Rosario con la etiqueta de autoridades del sensismo. Hace cerca de veinte aos, el entonces estudiante rosarista tantas veces citado, doctor FrancoQuijano, hall un impreso, hast a esa poca inadvertido, cuyaportada ostentaba este ttulo: "Tratado de Lgica Para elCursoDe Filosofadel Colegio Mayor del Estatuto de Nuestra Seora del Rosario.En el ao de 1822. Bogot, et c. "

    Aunque callaba el nombre del autor, investigaciones minuciosas lo revelaron como del seor M a n u e l Forero, doctor enteologa y profesor de aquella materia en el Rosario y en el Seminario de la Arquidicesis. El seor Forero lleg a ser mstarde cannigo lectoral. Haba nacido en Cogua en 1789 y muri en Bogot septuagenario.

    Es el doctor Forero el primer lgico colombiano. En elproemio de su obra manifiesta sus fuentes en Condillac, el abatePara y el Padre Almeida. No sabemos si de modo inconscienteescogi el auto r por mento res, tan dismiles filsofos. Fue rtehostilidad, debi observar, sin embargo entre el sensismo delprimero, el tomismo del abate Para y la eclctica doctrina del P.Almeida. Al parecer, el autor posea bastantes facultades, pues nose nota en su obra incongruencia de entidad. El Padre Foreroqued tan espir itua lista como lo era ant es de leer aCondillac. Un espiritu alist a, eso s, tan alejado de la escolstica, que bien puede colocrsele al lado de los filsofos franceses de su poca.

    Parceme fundado pensar que el doctor Forero tuvo parteactiva en la exposicin de su lgica y que no slo se limit al extracto y coordinacin de ideas ajenas. De no ser as, no es posible entender los aciertos de quien tuvo tan extraviados inspiradores. Franco Quijano resume las teoras del lgico cogensey las examina a la luz del tomismo. Voy a ensayar de nuevo unconcepto de las ideas generales del autor, fundado sobre las

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    transcripciones de Franco Quijano (1) y que apenas en partecoincide con la apreciacin de este ltimo.

    Forer o define la filosofa como el conocimiento evidente deducido, de los prim eros prin cipio s". De dar todo el al-cance que se merece esta definicin, sera de colegir que la fi

    losofa de Forero hubo de ser muy cercana al apriorismo ontolo-gista. Si supiramos qu entendi por primeros principios elprofesor bogotano, nuestra crtica podra ir ms lejos; pero sealo que fuere, el verdadero mtodo de la filosofa queda desvirtuado con aquella definicin.

    El autor divide la filosofa de un modo ms o menos certero, un poco ingenioso y en todo caso inadecuado.

    La lgica la concibe como ciencia prctic a, olvidando sufundamento terico.

    Cuando entra en materia, diserta sobre las ideas partiendo de una definicin apenas variante de la tradicional. Y aquocurre algo notable: con la intencin, tal vez, de huir de las consecuencias dire ctas del sensismo, adopta una divisin de losconceptos aproximada a la de Cartesio, de quien acoge alguna desus ideas innatas.

    La exposicin sobre el segundo acto de la mente nos muestra cmo no andaba muy desprovisto de ciencia el lgico colombiano. Composicin y divisin son la razn formal del juicio.Pero al finalizar su teora asienta que "La causa eficiente del

    juicio es la voluntad, ms bien que el entendimiento... "No seven aqu otra vez las huellas precisas de las teoras de Malle-branch y Ren Descartes?

    Las bases criteriolgicas de Forero son meritorias de unrecuerdo . Acepta mult itud de "criterios de certez a", (los quepara l son ms bien "motivos de juicio", sin aadir si se tratade juicio verdadero o falso); pero en ninguna parte nos hablade un criterio supremo de evidencia. Esta ltima la confundea menudo con la certeza. A no dudarlo, quiso rendir su tributoa Condillac cuando atribuy a los sentidos externos la certezasobre el mundo corpreo, aunque apela, para demostrar su errada doctrina, al argumento cartesiano.

    Cuando estudia el silogismo, el Padre Forero rechaza porintiles dos reglas introducidas a las cinco primitivas de Aristteles. Al parecer trivial, la observacin de Forero es sin em-

    (l) "Un lgico colombiano",

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    bargo cientfica, si no se mira el motivo pedaggico que autoriza la adicin.

    Per o de mayor trascendencia es el concepto que el lgicose forma del silogismo. Algunos lustros antes, el padre Buffierhaba suscitado fuertes crticas al raciocinio del Peripatti co.Stuart Mill agudiz ms tarde la inconformidad. El silogismoencontr menguados defensores, que rodaban siempre por equvocos, entre ellos el Arzobispo Wattelly. Los lgicos del PortRoyal tambin lo defendieron; pero todos haban olvidado el sis

    tema aristotlico que es el nico que resiste a todas las argucias. Forero, pues, como Buffier, despreci el silogismo por sofstico.

    Al Padre Forero lo libert de caer en el sensismo su adhe-sin cont inua da a Descartes como habr podido not arse . Perono fue aquello solamente: como miembro de la religin catlica, le estaba vedado aceptar bases que conducan a conclusiones imposibles. Ms cuerdo que Condillac, quien escribe sus libros y permanece an en su abada.

    Una vez conocido el Plan de Estudios, pocos hombres meditaron el descarriado camino que se haba emprendido. Y enuna historia de la filosofa; la acusacin ms grande que se me

    ocurre al implantamiento del utilitarismo, es la de que los autores de este hecho no hayan tenido la culpa. Porque no se lespuede imputar; lo hicieron de buena fe. Casi todos eran catlicos fervorosos; slo una exigua ilustracin puede explicar estefenmeno, y mucho menos se les culpar cuando se advierte quemuy pocas voces de la alta clereca comprendieron la peligrosamedida. Cmo exigir a los hombres endurecidos en los combates,que avizoraran lo que no columbraron los telogos ms ilustrados? Por aquellos tiempos, dice no recuerdo qu autor, corranentre los catlicos errores dogmticos que slo ms tarde fueron anunciados y corregidos por Len XIII en Encclicas imperecederas.

    El utilitarismo, adems de ser una ofensa a la dignidadhumana y a la sana razn, desquicia el patrimonio moral de la historia. Y desde una perspectiva sociolgica, nada ms absurdoque predicar la moral del placer en este trpico que a cada paso nos invita a la molicie. De l pudo decirse lo que de la prosa de Rod escribe don Jos de la Riva Agero : "Qu peregrina ocurrencia la de dirigirse a los latino-americanos! Proponer la Grecia antigua como modelo para una raza contaminada

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    por el hbrido mestizaje con indios y negros; celebrar el ocioclsico ante una raza que se. muere de pereza''.

    Qu palabra ms vana que el placer? Qu cosa ms precaria que la utilidad? Bentham y Aristipo son un dilema ineludible ante quien construy a su vida a base de placer; los doslo exaltan, y, a pesar de todo, sus sistemas no pueden coexistir;el uno es la refutacin del otro. El verso ilustre de Lucrecio

    aniquil el hedonismo: "Medio de fonte leporum surgit amarialiquid quod in ipsis floribus angat..." que Bello tradujo as:

    "De en medio de la fuente del deleiteUn no s qu de amargo se levantaQue entre el halago de las flores punza".

    Grandes daos trajo a la patria el benthamismo; muchose dolieron los que inconsultamente lo importaron. A no pocosresponsables les toc despus" librar lucha incruenta para extirparlo. Vencieron al fin; pero, como muy bien lo anota Julio Csar Garca, a estas horas an subsiste el lastre de la convenien

    cia; se ahuyentaron las ideas pero no hemos sacudido su huella impresa en el temperamento.

    El Libertador, pensando a la altura de su gloria, aboli lavigencia de Jeremas Bentham en la enseanza oficial. Pero loshombres se mantuvieron bajo el imperio del ingls. Entre stosel doctor Vicente Azuero se distingui por la ardenta con quedefendi el nuevo sistema. Ms que un filsofo, pareca un energmeno. Con violencia inusi tada disc urr a sobre las doctr inasy propugnaba la enseanza de San Bartolom contra el PadreFrancisco Margallo, quien sostena ser ms pura la que se dictaba en elColegio Mayor.

    El doctor Margallo es un parntesis que se abre en aque

    llos das de revolucin intelectual. Con visin de socilogo catlico, comprende los errores de la nueva doctrina: adyacentesa sta, corran sistemas heterodoxos y a todos ataca igualmenteen la tribuna y en la prensa. Francisco Margallo titula sus polmicas con grotescos nombres que forman una zoologa pintoresca. Quizs por humildad, pues es fama su vida de virtud,se complaca el ilustre sacerdote en ocultar con el estigma delridculo la madurez y densidad de sus conocimientos.

    Empieza con un folleto que se intitula "El Gallo de SanPedro"; le sigue "El Perro de Santo Domingo"; publica despus

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    lists y utilitaristas que ense no tienen nmero y basta como muestra copiar algunos de ellos:

    "Su definicin del bien, que l confunde con la utilidadmaterial, es el mismo molini to de Bentham un poco variados lostrminos: "es, dice, tendencia o propiedad de una cosa a preser-var de algn mal o a procurar algn bien". "La verdadera felici

    dad (asienta en otra parte), est fundada en los placeres reales provenidos de sensaciones agradables. El placer y el dolor sonlas causas de nuestras ideas, los mviles de nuestras determinaciones. 'La felicidad del hombre es proporcionada a su riqueza'". (1)

    Ejerci el doctor Pontn cargos y dignidades sin sabersehasta ahora cmo termin su vida. Grande debi de haber sidola influencia del doctor Pontn a juzgar por las novedosas ideasque segua y su entusiasmo en mantenerlas; empero, no dejobra de mrito que lo acredite como pensador original.

    Don Mariano Ospina, un converso del utilitarismo, reem

    plaz en 1844 el Plan de estudios del 33 con uno nuevo en queocupaban los puestos de Bentham y Tracy, Heinecio, el jurisconsulto germano y Balmes, el filsofo espaol.

    Don Mariano Ospina es una de las estructuras verdaderamente filosficas que ha tenido el pas. Espritu ante todo analista, no fue llevado, por consiguiente, a las visiones de con junto sino al examen fro y severo de las doctrinas. Su obra esms bien crtica que constructiva. Era natural, corran pocasde oposicin. No dej obra alguna sistemtica; pero en cambiomovilizo en artculos de prensa grandes ideas de restauracin.No adhiri a sistema determinado, a no ser el de Balmes, dequien era asiduo lector. Por su vida estoica, pudo ser compa

    ero de los filsofos de la Roma austera. Pero su pensamientoera cristiano. En el cuarto perodo de la filosofa me ocuparde determinar la parte de causalidad cultural del seor Ospina.

    En 1853 el doctor Ramn Gmez escribe "El principio deutilidad", folleto destinado a mantener vivo el espritu de Bentham.

    Uno de los libros ms preclaros del utilitarismo colombiano es la "Filosofa moral" del doctor Ezequiel Rojas, publicadaen 1868. El doctor Rojas fue rector de San Bartoom y de la

    1) Julio Csar Garca"De nuestra Alma Universidad".

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    Universidad en pocas diversas. Fue maestro de la juventud yde l recibieron formacin, ilustres varanes de la repblica.

    En 1871 public Enrique Camacho una versin del "Discurso preliminar del conde Destut de Tracy a la "Lgica". Ellibro se inicia con una carta de Rojas Garrido al doctor Eze-quiel Rojas y concluye con las respuestas que este ltimo dabaa los argumentos presentados a su doctrina.

    El vehemente doctor Francisco Eustaquio Alvarez ech acircular en la segunda mitad del siglo pasado los "Elementosde lgica" en que se muestra sensista y positivista. La obra deldoctor lvarez ha sido juzgad a de modo adecuado en est as palabras de Ramrez Arbelez: " . . . en el Sistema de lgica deStuar Mill estn calcadas las "Lecciones de lgica" del doctor Francisco E. lvarez. En su obra, el autor ingls, dadoslos deleznables principios ya vistos, en que se apoya, no llega,claro est a conclusiones muy verdaderas; mas en la parte puramente lgica, "el tratado de la inferencia", como l la llamao sea el estudio de la mutua dependencia de las ideas en cuanto las unas se deducen de las otras, tiene captulos verdaderamente admirables por la sagacidad de crtica, erudicin y talen

    to con que los trata, dejando, puede decirse, agotada la materia.Lo bueno que contiene el texto del doctor lvarez es tomado,en su mayor parte,de la obra de Mill; y en algunos puntos nosatrevemos a creer que hubiera evitado errores a seguirle msde cerca; en el tratado de silogismo, v. gr. que le merece al filsofo ingls mayores consideraciones que al escritor colombiano".

    "En Bogot apareci en 1872 la "Filosofa fisiolgica delcerebro" del seor Alejandro Agudelo, en la cual estudia, al hombre desde un ngulo rudamente mater ialist a, pues lo concibocomo simple efecto de su organizacin.

    Los seores ngel Mara Galn y Juan Manuel Rudas sonutilitaristas como los anteriores y como ellos, autores de librosen el mismo sentido. Dbese al primero el "Compendio de moral filosfica" (1879) y la "Refutacin a "Las Sirenas'", obrasta ltima de J. Joaqun Ortiz, de una dialctica enderezadacontra el sistema utilitario. El seor Rudas, rector del Rosario,impugn en un folleto dado a conocer en 1871, el "Estudio delutilitarismo" de Miguel Antonio Caro.

    Quise recor rer de una vez el campo de influencia queBentham obtuvo en la repblica. No me detuve en examinar los

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    filsofos espiritualistas o eclcticos, contemporneos de los anteriores. Es claro que su lugar cronolgico estara aqu, peropor razones de mtodo, parceme deban encajar en el cuartoperodo, como augurio que fueron de l.

    El postitivismo y los positivistas sern estudiados ms detenidamente que lo han sido los secuaces de Bentham. Yo considero como una fortuna para Colombia que Spencer y StuartMill hayan desalojado a Bentham y a Tracy de entre la juventudde aquellos das. Al fin y al cabo, aquello trajo mayor firmezaal pensamiento heterodoxo de la nacionalidad.

    Se me podr tachar de apasionado, pero no me conmueven nientusiasman las tesis utilitaristas. Yo admiro reverentementeel criticismo kantiano, el pantesmo de Espinoza, el idealismoplatnico. Me atrae el fervor apostlico de Carlos Marx; el genio creador de Hege l; el inflexible razonamiento de Siger deBravante. Pero no puedo tolerar que haya sido Colombia destinada a servirle de seminario al grosero pragma, engendro depueblos sin olfato de grandeza. El tiempo en que Bentham eradesalojado de la Euro pa culta, aqu adheramos a l, por un

    mesianismo cientfico de que adolecemos. Mientr as Macaulaysentenciaba al desprestigio a los dos mentores nuestros, dicien

    do que sus filosofas eran propias de gentes superficiales e ig-noran tes, aqu en Colombia, se alimen taba a los hombres conel clculo mezquino. El utilitarismo no se compadece con la legendaria generosidad de la raza latina. Es el sistema de la usara, que invade toda nuestra actvidad.

    Para m, profesar un sistema es concebirlo ante todo comoverdadero y admirarlo despus si posee belleza. Pero Benthamquiebra toda imaginacin cuando se intenta leerlo. No maldigamos, sin embargo, las intenciones de los hombres que importaron a Bentham . Dolmonos por sus erro res y en algunos

    casos por su obstinacin. Yo me convenzo cada vez ms de quesi ahora no he podido hablar con elogio de ningn utilitarista,se debe ello a que no lo merecen; y no lo merecen, porque fueron desviados. Tal vez muchas inteligencias se malograron porhaber nacido condenadas a rodar perpetuamente en la sentencia:"bien es placer o causa de placer; mal es dolor o causa de dolor".

    Durante el imperio de las doctrinas utilitaristas, subyacaen Colombia un pensamiento espiritualista que aliment conti-

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    nuada beligerancia con los sistemas oficiales. De atenerno sal pensamiento de M. Piravet (1) para quien la escolstica seconstituye esencialmente con la creencia en Dios y en la inmortalidad del alma, aquella filosofa era, en consecuencia una inspiracin de la Escuela. Pero, en efecto, estaba muy alejada detener aquel ascendiente.

    Don Andrs Bello, cuya influencia en nue stra cult ura nopuede desconocerse, sigui con fervor el eclecticismo de Vc

    tor Cousin. El filsofo francs llev a cabo una obra meritoriasi se la mira en relacin con el ambiente doctrinario que lo rodeaba. En l culmin la filosofa esp iritu alist a que hab a deechar a tierra el sensismo y el utilitarismo. Su sistema aportvent ajas al progreso de la histo ria, pues era fundamen tal elconocimiento de la filosofa de los tiempos idos.

    Pero el sincretismo es "un desvo del justo apego a la verdad. Bien est aprovechar de cada sistema lo que sea verdadero ; pero elevar a sistema lo que debe ser cuestin decidida porlos hechos, es por lo menos, exponerse a confundir un asunto decrtica con un afn de caridad.

    Los eclcticos por sistema se asemejan demasiado a los

    que, enemigos de los prejuicios, se tornan vctimas del prejuicio de que todo habr de serlo.

    El maestro del Libertador escribi la "Filosofa del Entendimiento" en que aparecen curiosas incongruencias. El hombre que llev a cabo la obra admirable de la "Gramtica", queostent cualidades no comunes de anlisis y crtica, en filosofa se muestra trivial y contradictorio. Algunas veces idealista,saca consecuencias de un sensualismo aquilatado. Su filosofatiene una base psicolgica que dimana del espiritualismo francs, cuya sntesis est expresada en esta frase de Saint-Martin:"Es preciso explicar las cosas por el hombre y no al hombre porlas cosas".

    Bases y consecuencias diferentes suscribi don AndrsBello en los "Principios de Derecho Internacional". El seorBello nos demuestra en esta obra cmo habra acertado msen la "Filosofa del entendimiento" de haber partido de un sistema prefijado al rededor del cual verificase sus propios aportes.

    (1) "Esquisse d'une histoire genrale et compare des ci-vilizations mdivales".

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    Don Andrs Bello fue inflexible en las ideas catlicas; pe-ro sus principio s filosficos lo habr an empujado a inconcebibles consecuencias, de haber analizado ms de lleno su sistema. Ocurrile lo que a la mayora de los pensadores colombianos que en l se inspiraran.

    Don Jos Ensebio Caro tal vez s sea lo que de l nos dice

    Lpez de Mesa. "Tiene del filsofo la preocupacin de la causalidad de las cosas, y su estilo, cargado de interrogantes, comoms tarde el de Rafael Nez, denota la bsqueda honrada deuna segura orientacin". (1)

    Yo he credo que la generacin del segundo cuarto del siglo XIX es la de ms hondura ideolgica que ha posedo elpas. Don Mariano Ospina fue utilitarista; tambin lo fue donJos Eusebio Caro. Los dos, sin embargo, combatieron las doctrinas, pero muy diversamente. Ospina, ya lo hemos dicho, vacilaba menos; su templado carcter corri parejo con la firmeconviccin. J. E. Caro perduraba la imagen de los girondinos;su fantasa era viva; inquieta su inteligencia. El carcter a-

    cendrado consti tua una parad oja en su movible conviccin.Y esto es bastante a medir la hondura de su mente. Unhombre superficial no reacciona de esa manera ante el contradictorio pensamiento de la poca. Descendiente de espaoles y catlicos, naci en un momento en que todos los valores tradicionales pareca n extinguir se ante el empuje radical.De un lado la democracia que quera reemplazar las costumbresms arraigadas. De otro, el catolicismo atvico que exiga cadavez ms su adhesin.

    Hombres de esta naturaleza han existido en las pocas similares. Y no son precisamente, es tr at os de la ms obscuramediocridad. Son varones de excepcin, costaneros en todos los

    sistemas, confundidos por la repartida cantidad de luz que entre todos difunden.

    En la mitad del siglo pasado, empieza Europa a desconfiar del sensualismo. En Colombia se recibe con alborozo la obrade Balmes, porque en ella se apuntala un esplritualismo queno haban definido nuestros hombres catlicos. Manuel MaraMallarino y Joaqun Mosquera son espiritualistas, en la totalidad, de bases teolgicas.

    Mario Valenzuela avanza ms y se muestra firme en fi-

    (1) "Introduccin a la Historia de la Cultura en Colombia".

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    losofa de la que se nutre para comentar el cdigo civil desdeel punto de vista de la moral.

    Don Ricardo de la Par ra, inteligencia proteica, que lomismo trata de abstrusas matemticas y de medicina, como escribe admirablemente al doctor Ezequiel Rojas las "Cartas sobre Filosofa Moral", en que aminora cada vez ms la influencia benthamista.

    El ilustre poeta Jos Joaqun Ortiz, aprestigi por muchotiempo el periodismo patrio con la revista "La Caridad", tribuna de afirmacin catlica. Titulado "Las Sirenas" es un estudio suyo contra el utilitarismo, al que ya hemos aludido.

    El papel que Pascal y Montaigne han desempeado en lafilosofa europea, tcale ejercerlo en nuestra tierra a don Ricardo Carrasquilla. Sin ser escptico como aqullos, es defensorimplacable de la verdad con donosuras de su ingenio. No llega la paradoja como Pascal, pero se acerc mucho al espritu burlesco de Miguel de Montaigne. Difcil empeo, para un catlico tan severo y un moralista tan afirmativo como Don Ricar

    do Carrasquilla. Emplea su dialctica para defender la verdad,pero una dialctica esmaltada con su espritu de humor inofensivo. El humorismo, ya lo dijo Sann Cano, es aquella "manera de mirar las cosas desde un ngulo plcido, despojado deira y de amargor". Y no por jovial era Don Ricardo menos agudo. Sus "Sofismas anticatlicos" nos hacen recordar a Scrates,

    juguetn y sereno frente a los petulantes atenienses. Y no porsutil era menos profundo. Su obra transparen ta una hondurainterior junto a un poder de sntesis extraordinario. Campoa-mor hizo poesa con criticismo vivesiano. Carrasquilla hace apologtica con poesa coplera. La poesa de Campoamor es buenaa pesar de su filosofa. La filosofa de Carrasquilla es admira

    ble no obstante estar enmarcada en letrillas triviales.

    Balmes fue para Don Ricardo el conductor afortunado. lle inspir sus lecciones de filosofa que dict en el Liceo de la

    Infancia, fundado por el ao de 1865 par a con trar rest ar aBentham.

    Igual en objetivo al anter ior fue el Colegio de Po IXque estableci el doctor Jos Vicente Concha. En l ley filosofa Miguel Antonio Caro.

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  • 8/9/2019 Filosofa en Colombia, en "Anales de la Universidad de Antioquia" (1933)

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    En estos tiempos de 1933 es comn or de celosos moralistas, reprobaciones a Vctor Hugo y a Alejandro Dumas, comosi los escritor es pervers os hubi eran terminado con aqullos.Caso semejante ocurri en 1870, cuando se dio nueva vigenciaa Bentham y Tracy en virtud de una ley de la legislatura deeste ao. No es posible comprender a qu se debiera aquel suceso; pero presumiendo la intencin que debi causarlo, eragrotesco reviv ir aquellas doctri nas cuando en europa pululaban ms corajudos y suspicaces enemigos de la Iglesia.

    Menguado fue el entusiasmo que produjo la nueva ley. Slolos hombres encanecidos en hacer girar el "molinito" se sintieron jubilosos. La mocedad haba tomado inspiracin en fuentesms a la altura de los tiempos.

    El docto