files.hector-ramirez-cuellar5.webnode.mxfiles.hector-ramirez-cuellar5.webnode.mx/200000111... ·...
TRANSCRIPT
Estructura Material
de la
Sociedad Mexica
1
Temario
Capítulo I
Del Nomadismo a las Grandes Ciudades
Capítulo II
Desarrollo Evolutivo de la Sociedad Mexica
Capitulo III
Instrumentos de Trabajo y Fuerzas Productivas
Capitulo IV
Tenencia de la Tierra y Grupos Campesinos
2
Capitulo V
Estructura Política Mexica
Capitulo VI
Una Concepción del Mundo
Capitulo VII
Caracteristicas del Sistema Tributario
Capitulo VIII
Consideraciones Generales
3
Capítulo I
Del Nomadismo a las “Grandes Ciudades”
Carácter Material de la Sociedad Mexica
Lorenzo consideró que en la fabricación de objetos de cerámica el peso mayor
recayó en la mujer "con cierta ayuda del hombre en cuanto a la obtención de
las materias primas, arcilla y leña, así como en la preparación inicial de la materia
prima. Se puede ver que dentro de un patrón general, cada mujer entre más o
menor especializado en cierta forma que todas son capaces de fabricarla y que
entre ellas hacen trueque de unas formas por otras. Todos utilizaban la misma
leña, que es la que se obtenía en la región y disponen del fuego de la misma
manera, así como también utilizan la misma arcilla, siempre obtenido de las
inmediaciones geológicamente constantes. "En referencia a los instrumentos
empleaba para darle pulimento a la superficie dijo que se usaban rocas, la
calcedonia que se llama simplemente bruñidores o pulidores, después se ponen
asas y soportes. Indicó que puede haber objetos de cerámica monocroma, pero
también decorada y adornada. Hizo énfasis en el proceso de cocción que puede
superar los 480 grados y convertir la arcilla en estado húmedo, en un cuerpo
quebradizo y rígido.1
1 Mirambell ,Lorena, Lorenzo José Luis. La Cerámica: un Documento Arqueológico, Cuaderno de Trabajo, Departamento de Prehistoria, INAH, México, 1983,84p., p.47.
4
La primera gran especialización es la sexual, es decir, aquella que por razón del
esfuerzo físico y del grado de riesgos a que se somete, solo puede realizar el
hombre ya que se trata de proteger a la mujer como dadora de la vida, cuidadora y
educadora de sus hijos. Es ella la que asegura la reproducción y por lo tanto la
continuadora de la vida y por lo tanto no debía ser expuesta a la fiereza de los
grandes animales carnívoros, no podía efectuar grandes esfuerzos físicos que
terminan por matarla. Es por ello que, además, se les asignan las tareas de
participar en las labores agrícolas, en la fabricación de la cerámica, sobre todo,
para fines domésticos, el manejo de los telares de cintura. La arcilla, como ya
dijimos en otro lado, es una materia moldeable y dúctil pues se puede trabajar
fácilmente y por ello las mujeres estaban aptas para encargarse o contribuir a su
producción.
"En el preclásico Temprano, afirmó -García y Bárcenas- se habitaba en pequeñas
aldeas, formadas por unas cuantas casas, distribuidas sin un padrón definido cerca
de los campos de cultivo, los que a su vez, se establecen en tierras de mejor calidad,
sobre todo aquellos situados en las planicies alrededor de los ríos o en las riberas
de los lagos. Las casas eran semejantes entre sí, de acuerdo con el carácter
igualitario de sus habitantes, pero su forma variaba de una región a otra. Cada aldea
era básicamente autosuficiente, aunque mantenían relaciones de intercambio con
otros pobladores, lo que les permitía el acceso a materiales importados, a veces
traídos desde lugares lejanos".2 Apareció la fabricación de vasijas que primero fueron
2 García Bárcenas, Joaquín, Preclásico temprano, 2,500 a 1200, en Arqueología Mexicana, 13, 2008, p.22
5
sencillas, burdas y mal cocidas provenientes de Sudamérica y tampoco tenían
decoración.
"El plan de gobierno de los aborígenes americanos comenzó con la gens y terminó
con la confederación ,siendo este el nivel más alto alcanzado por sus instituciones
gubernamentales. : primero, la gens, un cuerpo consanguíneo dotado de un nombre
gentilicio común; segundo la fratría, una reunión de gentes vinculadas y unidas
en una asociación de orden más elevado, para ciertos objetos comunes; tercero, la
tribu o una reunión de gentes comúnmente organizada en fratrías cuyos miembros
hablaban el mismo dialecto y cuarto, una confederación de tribus, cuyos miembros
respectivamente hablaban dialectos del mismo tronco lingüístico. Esto vino a dar una
sociedad gentilicia distinta de una sociedad política o estado (civitas). La diferencia
entre nombres es amplia y fundamental. Cuando fue descubierta América, no existía
en ella sociedad política, ciudades, estados, ni civilización".3
El esbozo que hizo hecho Morgan estaba basado en la investigación que llevara a
cabo sobre los pueblos aborígenes de Norteamérica, a los cuales conoció como
pocos, efectuando incluso estudios antropológicos y etnológicos, pero no así con los
pueblos del centro de América y de Sudamérica, los cuales conoció solo por
textos de carácter histórico, como los de Clavijero, Torquemada y García
Icazbalceta. La dificultad se presentó cuando Morgan hizo extensivas sus
observaciones y conclusiones, derivadas de sus estudios de los pueblos indios, a
los mesoamericanos e incaicos. Por el grado de desarrollo que tenía el
conocimiento antropológico hasta ese momento, el gran Morgan no advirtió que
habiendo en la sociedad humana una serie de rasgos generales, que lo mismo los
3 p.1291 Morgan, Lewis. La Sociedad Primitiva. P.57
6
vemos en Mesopotamia, que en Egipto o en el Valle de México, no todos tuvieron
el mismo nivel o grado de desarrollo sino que este fue cambiante y desigual,
sujeto a una serie de circunstancias históricas y de condiciones materiales.
En el pensamiento del siglo XIX era frecuente someter al estudio de las ciencias en
general y en lo particular a una serie de clasificaciones que pronto mostraron una
gran rigidez porque todos los elementos del conocimiento humano se sometieran a
ellas, aunque no necesariamente quedaran comprendidos. En términos generales,
la sociedad mexica evolucionó de los calpullis o de la gens, hasta la formación de
una confederación que fue la alianza establecida entre México, Texcoco y
Tlacopan.
Precisamente Bernal, al referirse a la evolución histórica de los
conocimientos arqueológicos, hizo alusión a la obra de Morgan, publicando en el
año de 1877, dijo que había acertado en su estudio sobre las tribus de
Norteamérica, pero que en relación con México había cometido un error
fundamental, considerar que los aztecas del Valle de México habían llegado al
mismo grado de progreso que los indios norteamericanos pues concluyó que
sobre el reinado de Moctezuma se habían cometido muchas exageraciones,
sobre todo por los cronistas españoles y por Prescott y que su discípulo Adolfo
Bandelier había incurrido en los mismos errores de su maestro, Morgan,
mientras que Taylor se separó de las concepciones de Morgan y Bandelier y que
la "ciencia arqueológica propiamente se inició con los trabajos de Alfonso Caso".4
Una de las limitaciones de Morgan, dice, es que solo estudió a los aztecas, 4 Bernal Jgnacio, Historia de la Arqueología en México, Editorial Porrúa, México, 1979,222 p., p.4i.
7
mientras ignora el resto de los pueblos que había en la región mexicana.
"Una de las características de la comunidades neolíticas, según Childe, fue la
fabricación de ellas, pero observó que la alfarería pudo haber surgido antes, al
describir la resistencia de una cesta recubierta de arcilla que pudo haber sido
como recipiente de agua". Afirmó que "la alfarería es tal vez, la primera utilización
concreta, hecho por el hombre, de una transformación química". Al descubrir que
la arcilla se podía cocer en el fuego a los 600 grados y producía piezas sólidas,
pero a la vez flexible. "En el proceso de cocimiento, la arcilla cambió no solo de
consistencia física, sino también de color. La arcilla contiene generalmente algún
oxido de hierro. Si el aire tiene libre acceso a la vasija cuando está caliente,
producir en ella un tinte rojizo, porque oxida el hierro formando oxido férrico rojo".
Señalando que los alfareros habían aprendido a producir objetos que tenían
distintos colores.5
La alfarería, junto con la lítica, es una de las actividades primordiales de las aldeas,
de los campamentos de aldeas, de las primeras poblaciones humanas y está
intrínsecamente vinculada a la expansión de la agricultura. Esto permitió que una
vez resuelto aunque fuesen en parte los grandes problemas de urgencia,
aquellos que deparaban los fenómenos naturales extremos, se fue mejorando la
habitación de las personas las cuales se construyeron con materiales más
consistentes, como el adobe, la argamasa, la mampostería y después los ladrillos.
Al principio se trata de habitaciones que tenían un solo cuarto redondo donde viven
una o más familias, pero después cada familia se fue separando y necesitaban su
correspondiente vivienda y se requieren también nuevos utensilios para su
5 Childe, Cordón. Los Orígenes de la Civilización, p 49
8
comodidad. La alfarería en gran parte cubría estas necesidades y de ello hay
muchas muestras en múltiples regiones del mundo.
Mientras los objetos de piedra se hacían por medio de la percusión y del tallamiento
o de la abrasión y las había en forma abundante en la naturaleza, también existían
los distintos tipos de arcillas pero estas requerían la incorporación de distintos
volúmenes de valor agregado y de una capacidad de creación y de inventiva mucho
mayores que en la lítica, hasta producir artefactos que se alejaban mucho de los
fines utilitario que habían caracterizado a otras creaciones. El hombre creador se
transformó en artista.
Al referirse a las primeras sociedades neolíticas, Caso consideró que no existían
clases sociales, que todos los individuos pertenecen a una aldea la cual era una
entidad relativamente homogénea, aunque existían algunos especialistas, como el
brujo, el herrero, el carpintero y todos ellos participaban en forma común en la
producción, pero que dichas agrupaciones poco a poco iban alcanzando un estadio
superior y que con ello se incrementaba el excedente en la producción de bienes de
consumo y que poco a poco se van rebasando los aspectos familiares para
transitar hacia el establecimiento de vínculos económicos.
Preocupados por definir los "rasgos generales" de una cultura y al estudiar los
olmecas que se desarrollan entre los límites de los estados de Veracruz y Tabasco,
se interesó por ´precisar "el llamado estilo olmeca" que independientemente de la
variedad de formas locales que asumían, hacía pensar que se trata de una
9
comunidad económica, social y política. Entre las características generales incluyó
la existencia de un dios de la lluvia, que era un jaguar esculpido en una piedra y
había entre ellos "extraordinarios dibujantes, escultores, lapidarios, alfareros,
talladores de hueso y madera, ingeniero y arquitectos" para concluir "que se trata
de especialistas recluidos en talleres y escuelas que se dedicaron perfectamente a
su profesión y oficio, es decir, implica una división del trabajo con clases sociales,
con maestros y aprendices, con especialistas en ritos, ceremonias, parafernalia de
los dioses, con diseñadores e ingenieros capaces de transportar desde grandes
distancias a la isla de La Venta, a través de pantanos, piedras con peso de
grandes toneladas y todo esto no es posible en una aldea que se caracteriza
precisamente por la homogeneidad de la vida y la escasa división del trabajo".6
Afirmó Caso que la evolución neolítica fue un gigantesco paso en la historia de la
humanidad en la etapa a partir de la cual descansa la cultura en la piedra pulida y se
caracteriza por "una actividad económica basada en la caza, a pesca, a una
nueva actividad que, aun cuando conservan estos elementos de la vida
económica, sin embargo, ya tienen modos fundados en el pastoreo y la agricultura, es
decir, en la producción de alimentos y se logran también otras invenciones como la
cerámica, la cestería y ciertos descubrimientos de primera importancia, como el inicio
de la escritura y de la astronomía.
Lo que caracteriza a esta aldea neolítica es precisamente su homogeneidad. Todos
los individuos que la integran son parientes o se consideran parientes. La aldea
es la residencia de un clan o de varios clanes pero la relación que existe entre los 6 Caso, Alfonso, ¿Existía el Imperio Olmeca? en Raíces Indígenas y Presencia Hispánica, Editor Miguel León Portilla, El Colegio Nacional, México, 1993,671p., p.29
10
individuos de la aldea es una relación familiar, se consideraran unidos por lazos de
parentesco bien sea reales entre las familias individuales o bien sea, porque todos
ellos derivan de un antepasado semidivino que constituyó el tótem el cual está
también unido por estos lazos de descendencia ficticia. Así pues lo que mantiene
unidos a los hombres dentro de las aldeas son los vínculos de la solidaridad familiar
pero no existen todavía vínculos de solidaridad política indispensable, como veremos
después, por la constitución del estado".7
Además Parsons definió que durante el posclásico temprano "hubo una marcada
tendencia hacia lo rural y un descenso de la población en el centro y el sur de la
Cuenca de México. Durante el posclásico Medio hubo un aumento significativo de la
población y una mayor urbanización en el centro y el sur de la Cuenca; se hicieron
grandes intentos por drenar los pantanos y así apareció en las ciénegas del lago de
Chalco y Xochimilco la agricultura chinampera y por primera vez en varios siglos los
centros de poder del altiplano se ubicaron afuera de la Cuenca, como Tula y Cholula.8
"Casi todas las tribus indias americanas tenían dos grados de jefes, que se pueden
distinguir como sachems y jefes comunes. Todos los demás eras variedades de
estas dos graduaciones primarias. Eran elegidos por cada gens dentro de sus
miembros. El hijo no podía ser elegido para suceder a su padre, dada la
descendencia es por línea femenina, porque pertenecían a otra gens y ninguna 7 Caso, Alfonso, ¿Existía el Imperio Olmeca? en Raíces Indígenas y Presencia Hispánica, Editor Miguel León Portilla, El Colegio Nacional, México, 1993,671p., p.298 Parsons, Jeffrey, POSCLASICO TEMPRANO Y MEDIO, 900 A 1350 DC., EPOCA DE TRANSICION, ARQUEOLOGIA MEXICANA, 27 ENE-JUNIO, 2007,P.37
11
gens consentiría un sachem o jefe que no fuera la suya. El caso de jachem era
hereditario a la gens, en el sentido de que reemplazaba cada vez que se produjera
una vacante mientras que el cargo de jefe no era hereditario, porque era conferido
en premio de méritos personales y se extinguía con el individuo. Además, los
deberes del sachem se limitaban a los asuntos de paz. No podía ir a la guerra en
calidad de sachem. Por otro lado, los jefes ascendidos al cargo por valor personal o
por sabiduría en los negocios, por la elocuencia en el consejo, eran generalmente
la clase superior en capacidad., bien que no en autoridad sobre la gens".9 Dijo
que los cargos de sachem y de jefes si bien desde el punto de vista nominal eran
vitalicios, en la realidad no lo eran pues dependían de la eficacia con que habían
sabido conducir su ejercicio y el "consejo de la tribu" podía degradarlo, sin esperar las
acciones o decisiones de la gens.
Lo que debemos hacer es tratar de explicarnos las variaciones que tuvo el grupo
mexica a través de los tiempos, desde que salieron de Aztlán hasta que llegaron al
Valle de México, para verificar si los rasgos encontrados por Morgan, se presentan
también en ese grupo humano o si de plano no se presentaron. Si no se
presentaron tomando como experiencias validas, las aportaciones que hacen la
antropología y la etnología, entonces esto indica, que el grupo mexica tuvo un
desarrollo diferente al de los pueblos norteamericanos y por lo tanto habría que
elaborar otra teoría evolutiva. Desde luego que no se trata de constatar la existencia
exacta de esos rasgos, a la manera de la repetición de una película, de una simple
copia, sino de encontrar los rasgos más generales.
9 Morgan, Lewis. La Sociedad Primitiva, p.137
12
Estos son los aspectos relativos a las líneas de parentesco o de linaje para
organizar la sucesión de los dirigentes y a la existencia de jefes religiosos y
guerreros, encontrando una gran similitud con los pueblos de Mesoamérica que en
una primera etapa fueron dirigidos y se organizaron en torno a jefes o
dignatarios, primero religiosos y después militares y políticos. Tal fue el caso de
Tenoch, quien dirigió al grupo en la primera etapa de su existencia, que el caso
mexicano estaba encabezado por jefes de los calpullis que los integraban; también
en el caso mexica el carácter hereditario de esos jefes se fue debilitando al
aparecer como ingrediente principal en la elección de los tlatoanis los méritos y
las capacidades individuales, demostradas, sobre todo en las guerras.
Así, Caso llegó a la conclusión de que los mexicas no eran una tribu sino un estado
que había transcurrido por varias etapas, habían sido agricultores, cazadores y
pescadores en el lago, luego habían construido las chinampas como tierras
flotantes, se habían dedicado a la pesca y a la cacería pero "a partir de Izcoatl las
cosas cambiaron totalmente, pues se permitió a los nobles aztecas tener tierras
propias y en los barrios disponer de tierra, para aumentar su riqueza. De este modo
se estableció la distancia económica entre las dos clases sociales fundamentales
del pueblo azteca, los pipiltin y los macehultin por la diferencia en la tenencia de la
tierra. En efecto, los antiguos clanes y los nuevos, creados en Tenochtitlán, no
podían poseer la tierra sino en forma comunal. La tierra de los barrios o calpullis,
llamados calpullis eran parcelados entre los vecinos de los barrios pero no la
tenían en propiedad sino en usufructo; así es que cada jefe de familia tenía no
solo el derecho de poseer una parcela dentro de las tierras comunales que
pertenecían al barrio, sino también la obligación de trabajarla, a tal punto que si en
13
dos años no lo hacían, volvían las tierras al clan, el que podía entregarlas a otros de
los vecinos del mismo".10
Dijo Childe:
"La primera evolución que transformó la economía humana dio al hombre el
control sobre su propio abastecimiento de alimentos. El hombre comenzó a
sembrar, a cultivar y a mejorar por selección algunas yerbas, raíces y arbustos
comestibles. Y también logró domesticar y unir firmemente a su persona a ciertas
especies de animales, en correspondencia a los forrajes que les podían ofrecer, y la
protección que estaba en condiciones de depararle y a la providencia que
representaba para ellos. Existe una enorme variedad de plantas susceptibles de
suministrar una dieta importante cuando se les cultiva. El arroz, el trigo, el mijo,
la cebada, el maíz, el ñame y la batata, respectivamente sostiene en la
actualidad a poblaciones considerables".11
Estudió la evolución del hombre tomando en cuenta los cambios que se operaron
en la alimentación la cual pasó de las gramíneas a las proteínas de origen
animal, lo que demuestra la gran trascendencia que tuvo para el desarrollo
de la humanidad la agricultura, pero sobre todo la agricultura de riego,
sobresaliendo las repercusiones que tuvieron las grandes obras hidráulica
para preservar en los pueblos de inundaciones graves y para asegurar el
suministro del vital líquido en la época de siembras. Se redujo el peligro de que
muchas cosechas se perdieran y al aumentar los márgenes de seguridad y de
certidumbre sobre la recolección de los frutos, si pudieron hacer observaciones y
estudios para crear plantas comestibles más resistentes a las plagas. Childe 10 Caso Alfonso, Instituciones Indígenas Precortesianas, en Obras Completas, T. VI, p.23111 Childe, Cordón. Los Orígenes de la Civilización, 76.
14
destacó gramíneas de gran importancia social las cuales dieron un sustento
material permanente y lo siguen dando a pueblos enteros, a civilizaciones
históricas. De ellos destacamos las plantas forrajeras que servían de alimento para
el ganado por lo que aumentaron los hatos y la disponibilidad de carne y leche.
"El territorio comprendía la ubicación de sus poblados actuales en la comarca
circundante que recorrían las tribus cazadoras y pescadoras y que eran capaces de
defenderse de las incursiones de otras tribus. Más allá de esta zona quedaba un
ancho margen de tierras neutrales, que las separaban de sus vecinos más próximos
"estos eran de lenguas diferentes y que ninguno de los dos pretendía, pero
amplia y menos claramente definida, cuando ambos hablaban un dialecto de la
misma lengua"12, dijo Morgan, al describir una de las características básicas de las
tribus, es decir, la búsqueda y posesión de un territorio.
Precisamente, el itinerario del grupo mexica, prácticamente desde que salió de
Aztlán, tuvo como objetivo central la búsqueda de un territorio que tuviera todas
las condiciones materiales y naturales para poder asentarse en él y desarrollar su
cultura y su vida en general. Este imperativo real, objetivo, está nublado con la idea
mítica de que un dios les impelía a seguir adelante, buscando otras zonas. El
grupo permanecía en cada sitio un periodo determinado, de 3 a 30 años y
después se cambiaba a otro sin dejar construido ningún edificio perdurable por su
calidad o dimensiones. Su dios les "había dicho" que se asentaran en forma
definitiva en un sitio en donde encontraran a una águila devorando una serpiente,
parada sobre un tunal. Esta es la explicación, digamos, religiosa o literaria, como
sucedió con otras culturas en que un dios igualmente los inspiraba a la codicia o a
12 Morgan , Lewis. La Sociedad Primitiva, p.171
15
la lucha como si fuera un pueblo "especial" elegido por un ser sobrenatural, porque
tenía una serie de cualidades y debía desempeñar una misión, cuando, en
realidad, estaban luchando por su sobrevivencia física y social. Por los estudios
realizados en torno a la Tira de la Peregrinación se puede concluir que el Altiplano
ya se encontraba muy poblado y que la llegada de un nuevo grupo humano, que
venía del norte, producía una serie de fricciones o desequilibrios y por lo tanto
había muchos conflictos armados. El arribo de un nuevo grupo a tierras que ya
estaban habitadas reducía, por ejemplo, las posibilidades de pesca y caza, de
recolección de materiales, en fin, disminuía las posibilidades de subsistencia, por la
que los mexicas fueron vistos con recelo y animadversión. Los que ya estaban en
la región, simplemente, trataban de defender su espacio vital.
Dijo Caso que al arribar los aztecas el Valle de México "procuraron imitar las
organizaciones sociales existentes" sobre todo las derivada de las civilizaciones de
Tula y Teotihuacán. Definió a este pueblo "como un pueblo de agricultores" que se
establecen en un sitio, cultivando las tierras, levantaban las cosechas de maíz y
permanecían en el mismo lugar a veces hasta 28 años, surtiéndose de alimentos
suficientes para que les permitieran continuar con la peregrinación. No eran
en consecuencia pueblos cazadores y recolectores como aquellos otros que se
designaban con el nombre genérico de chichimecas y que habitaban en el
norte del país. Nada sabemos de sus industrias, cerámica, cestería, pero en los
manuscritos se les presenta generalmente cubiertos con mantas tejidas, a
diferencia del chichimeca que se representa cubierto de pieles".13 Concluyó que en
esta etapa se trataba de una organización rival fundada en los lazos del parentesco.
13 Caso Alfonso, Instituciones Indígenas Precortesianas, en Obras Com pletas, T. VI, p.200
16
En relación con el Preclásico Medio, González Lavak enfatizó en la variedad de la
producción alfarera de Oaxaca, Guerrero, Cuenca de México sobre todo para
uso cotidiano y doméstico, pero también apareció una cerámica con motivos
decorativos con representación de la tierra y hombres jaguar; en la cuenca del
Valle de México se encontraron vasijas monocromas en formas de tecomateS,
ollas, vasos, platos, "pero ya aparecieron especialistas de tiempo completo,
creación de terrazas agrícolas y manejo especializado del agua".14
Dijo Morgan que los aztecas, tezcucanos y tlacopanos habían poblado
"fundamentalmente el Valle de México, pero que fuera del Valle había otros
pueblos que hablaban una lengua diferente al náhuatl y que en su mayoría eran
independientes entre los cuales estaban los tlaxcaltecas, cholulanos, tepeacas,
huexotizncos y esto dispersó la compara con la que observaba las tribus de los
estados nidos. Indicó que antes del año de 1426 eran muy escasos los
acontecimientos de importancia en el Valle" hasta que el jefe militar Itzcoatl
instituyó la liga o la confederación, pero dudó si dicha forma de organización
subsistía o se disolvía a voluntad y de nueva cuenta vincula a los iroqueses para
afirmar que "cada tribu era independiente en los asuntos de la autonomía local,
pero fuera de esto, las tres era un solo pueblo en lo concerniente a la agresión o a la
defensa. Mientras que cada tribu tenía su propio consejo de jefes y su propio jefe
mayor de guerra el jefe de guerra de los aztecas era el comandante en jefe de las
bandas confederadas "e hizo alusión a la gran cantidad de pequeños pueblos que
había fuera de los límites del valle y que se habían mantenido en forma
independiente y que los aztecas habían aceptado deliberadamente esta situación
14 González Lavak, Rebeca, Preclásico Medio, 1200-400 A.C., p.23
17
"pues ni siquiera tendían a la formación de una nación", si practicaban la
organización en gens, no había otro medio para que el individuo llegase a ser
miembro del gobierno que la gens y ni otro medio para la admisión de la gens que su
incorporación entre los aztecas, tezcucanos y tlacopanos".15
La idea de Morgan de que el Valle de México ya estaba poblado por otros grupos
humanos, que incluso hablaban una lengua diferente a la náhuatl, y que eran,
independientes entre si, es correcta. En efecto, había grupos provenientes de los
toltecas, chichimecas, otomíes, por lo que no se puede hablar de la existencia de
una unidad homogénea. Había, además, lenguas diferentes, pero debemos
también advertir que había una serie de características básicas, como los tipos
de agricultura existentes, las formas de tenencia de la tierra, la existencia de jefes.
Las mayores diferencias se dieron no en el aspecto material, cultural o religiosos
sino en la forma de organización política pues cada señorío era autónomo. Había
una gran dispersión política y social porque además de las poblaciones grandes,
había asentamientos humanos muy pequeños.
En la medida en que avanzó el desarrollo de las fuerzas productivas se fueron
definiendo las regiones y con ello los señoríos, encontrando los siguientes: el
acolhua, que tenía por cabecera Texcoco, el poblano-tlaxcalteca, que tenía Cholula,
las zonas otomíes a Toluca, la zona zapoteca, a Montealbán. La creación de la
Triple Alianza se edificó medíante un principio federativo pues cada reino o señorío
solo cedía una parte de su "soberanía" a una instancia superior, al Consejo de
15 Morgan, Lewis. La Sociedad Primitiva., p.239,
18
Jefes, pero seguía manteniendo su independencia en otros asuntos interiores y
exteriores y su autonomía para elegir a los jefes, de conformidad con normas
propias. Por ejemplo, cuando en México ya se había abandonado el tipo de
liderazgo por la vía hereditaria patrilineal, en Texcoco, los descendientes de
Netzahualcóyotl siguieron siendo nombrados por el mismo procedimiento., lo que
indica la existencia de particularidades dentro de la generalidad pues cada grupo
humano tuvo su propio desarrollo especifico, sobre todo en función de sus luchas
internas; Texcoco, por ejemplo, tuvo un dignatario que mantuvo una gran
hegemonía y unidad por un largo periodo y gran parte de sus conflictos se
resolvieron por la vía pacífica.
Para Corona Sánchez, la sociedad azteca vivía en un "estadio de transición del
uso de la piedra al uso de los metales como instrumento de trabajo o medios de
producción pero él se inclinó por utilizar el concepto de las fuerzas productivas para
explicar la formación social económica de estado en Mesoamérica "en contra de su
conceptualización en base a una economía natural explicada tan solo en función
del análisis de su tecnología o de sus relaciones de subordinación como formas de
extracción del plus producto o excedentes y así en base al análisis de una
instancia, determina su economía política definiéndola como formas de transición
al Estado" y definió a las fuerzas productivas como las constituidas por las fuerzas
de trabajo y por lo medios de producción y por ellos se necesitaba estudiar las
formas de trabajo en la agricultura para obtener una cosecha diversificada. En
estas relaciones de trabajo tenía una gran importancia la familia, la posesión
comunal de las tierras en el interior del calpulli "En donde, a través de
relaciones de consanguinidad o de identidad étnica, se generan sistemas de
19
reciprocidad y solidaridad por sus componentes en actividades de producción y
trabajo, ampliando con ello, como unidades de producción, su capacidad de fuerza
productiva en el uso y transformación de la naturaleza. Estas unidades
comunales de producción pueden revestir formas diversas ya que algunas estaban
integradas como secciones territoriales de una ciudad a nivel urbano, como barrios y
otras maneras de aldeas".16
Dijo Estrada que a pesar de que Tlatelolco fue anexionado a Tenochtitlán y se
convirtió en una población más, la quinta, siguió conservando su carácter de ciudad
comercial, coincidiendo con el criterio de Valero de que la división del trabajo se
daba en los barrios. En cuanto a la distribución del reparto de las tierras
consideró que por un lado estaban las tierras que eran propiedad de los calpullis,
es decir, de los barrios y por la otra las tierras públicas, pero "todas las tierras
eran trabajadas por los macehuales pero también había una gran población
"flotante" la cual asistía regularmente a los mercados, hasta desempeñare! comercio
un papel importante.17
El hecho de que los mexicas permitieran la existencia de una provincia dedicada
esencialmente al comercio reveló una de las facetas más significativas de la
estructura material prevaleciente pues muchos productos y bienes que llegaban a
la laguna provenían de lugares lejanos y por ello eran muy conveniente una
creciente especialización de funciones. Los tlatoanis permitieron este auge de
Tlatelolco porque así convenía al buen funcionamiento de la economía en su
conjunto que se basaba precisamente en el intercambio comercial, demostrando 16 Corona Sánchez, Eduardo Sobre el Desarrollo de las Fueras Productivas para la Caracterización del Estado en Mesoamérica, en Revista Española de Antropología Americana, 16,1986,8 p., p.617 Estrada Torres, María Isabel. San Juan Tenochtitlán y Santiago Tlatelolco, p.12
20
que el pago de tributos no era suficiente para cubrir la densidad de la población de
Tenochtitlán. Independientemente de las diferencias políticas que había con sus
hermanos tlatelolcas, incurrieron en una actitud práctica y constructiva y facilitan la
emergencia y consolidación de un grupo social, los mercaderes, que estaban ya en
ascenso a la llegada de los españoles pues las huestes de Cortés los encuentran
realizando sus funciones en sitios muy lejanos a Tenochtitlán, como fueron las
costas de Yucatán y de Campeche.
En la medida en que Tlatelolco desempeñó funciones complementarias tan
importantes, se le dieron derechos de tránsito para los lagos, se construyeron
embarcaderos para que pudieran atracar muchas canoas que venían de sitios
distantes y después se someterse a la población se respetaron los derechos y
privilegios de los pochtecas.
Con base en un códice antiguo, referente a la migración azteca, para confirmar el
sentido de identidad o permanencia, al este en Cohuacán, los aztecas les
preguntaron a los jefes de las 8 tribus nahuas a donde iban y les respondieron que
"nosotros los llevaremos y dijeron que está bien, entonces nosotros los vamos a
seguir, afirmaron los aztecas y después recibieron a un dios que se llamó
Huitzilopochtli, se repartieron en 4 divisiones y cada uno de ellos llevaban a cuesta un
bulto que era un dios. En el poblado de Altacuayan inventaron el lanza dardos y la
flecha. Se recuerda que Moctezuma autorizó una expedición para ir en
búsqueda de Aztlán y llamó a un cihuacotl, quien era un anciano muy viejo y le
preguntó qué memoria tenía sobre la historia de las siete cuevas y dónde habían
habitado los antepasados y éste respondió: en un lugar que quiere decir blancura,
21
hay un gran cerro en medio del agua, en este cerro había bocas y cuevas y con
concavidades en donde habitaron nuestros padres y abuelos, allí gozaban de gran
cantidad de patos, de ciervos marinos, de gallinas de agua, de gallaretas, andaban
en canoas y hacían camellones en que sembraban maíz, chile, tomate, bledo y
frijoles y todo género de semillas que comemos y que trajeron de acá". 18 La
búsqueda de Aztlán fue recomendada a hechiceros y así se trasladan al cerro de
Cuatepec en donde encontraron un ambiente natural parecido al descrito.
Muller estudió restos de cerámica encontrados en la zona de Cuicuilco, entre ellos,
los relativos al horizonte post clásico tardío o fase azteca, entre los años 1,200 o
1,500 encontrando ollas con asas, cántaros, cazuelas, molcajetes trípodes, de tipo
monocromo con semejanza a Culhuacán, pero también se encontraron objetos que
eran de Chalco, del norte de Tlaxcala y de la Mixteca "lo que denota un
intercambio con occidente y con la región sureste del Valle de México, mientras en
las primeras fases se usó la técnica del modelado a mano y en el Clásico y
Postclásico se usó el molde horizontal, utilizándose arcilla arcillosa de origen
lacustre con desgrasante de origen volcánico. Se utiliza la siguiente técnica,
entre otros; el raspado, pilallos, excavado, estrellado, patillaje, corrugado,
esgrafiado, punteado, recortado, grabado. Estás técnicas se usaron en forma
aislada o cambiada. Localizó un fogón el cual se hacía al cocimiento. Definió a
Cuicuilco "como una pequeña aldea de tipo rural que con el tiempo fue creciendo
hasta convertirse en un patrón de asentamiento urbano y posiblemente en el
origen de la ciudad estado en la cuenca de México".19 Refirió la existencia de 18 Krickeber Walter, Mitos y Leyendas Aztecas, Incas, Mayas y Muiscas, FCE, México, 1985, 221 p., p.8719 Muller, Florencia. La Cerámica de Cuicuilco B. U n Rescate Arqueológico, Serie Arqueología INAH México, 1990,263 p.p.71.
22
jefes de los conjuntos habitacionales que tenían el papel dual de comerciantes y
sacerdotes y que motivó un fuerte intercambio comercial con el Golfo de México,
Oaxaca.
Un reflejo del grado de desarrollo social existente es el de la fabricación de
cerámica para fines utilitarios, o sociales, los cuales se hacían a mano y eran
lizas o monocromas, pero en la medida en que transcurrió el desarrollo, se
elaboraron moldes para fabricar una gran cantidad de piezas por un número mayor
de consumidores lo que indicaba que la población había crecido y por lo tanto la
demanda de estos para disponer de estos satisfactores.
El trabajo de la arcilla es antiquísimo, así como el uso de otros instrumentos
líticos, pero la arcilla tenía la ventaja de que es relativamente fácil de manejar y
decorar. El aumento de la demanda tanto de los macehuales como de los grupos
de élite de la sociedad, estímulo una serie de cambios muy positivos, lo que
propició el perfeccionamiento de las técnicas de cocimiento, la construcción de los
hornos, cuyos restos se han encontrado en grandes cantidades cerca de los centros
habitacionales y de los centros ceremoniales, y encontrándose la variación de sus
decorados.
En cambio, la descripción que hizo Olmeda acerca de la llamada Edad de Bronce
en la que se caracteriza el carro de ruedas y la rueda del alfarero, el empleo de
máquinas rotatorias, como fueron los casos de los egipcios, sumerios, chinos, pero
no encontramos ninguna correspondencia en los pueblos mesoamericanos pues
como hemos afirmado varias veces, no se utilizaban los metales, ni la rueda como
herramientas de trabajo, lo que refleja la existencia de una gran disparidad
23
histórica, por lo que no resulta conveniente recurrir a la aparición de las "etapas"
de la historia de la humanidad en forma rígida.
En nuestra región, mientras los pueblos de esas regiones tenían ya un alto
desarrollo tecnológico, sobre todo por el uso de los metales, en el Valle de México se
recurrió al uso de las milpas y la colocación de estacas de madera para hacer
producir la tierra, así como el uso de la coa primitiva para hacer labores de
siembra, sin que se hubiera avanzado hacia la fabricación del arado. La
carencia de este instrumento de trabajo tan importante fue sustituida por un uso
intensivo de la fuerza humana, lo que plantea una superioridad de aquellos pueblos
en relación con la nuestra.
En cuanto al "gens azteca" Morgan, afirmó que se expresaba en la constitución
del consejo de jefes, compuesto por "jefes distinguidos, como Sachems, que
representaba agrupaciones de parentelas, investidos de un cargo perpetuamente
desempeñado "y siguiendo a Acosta consideró que después que se elegía al "rey"
se elegía a 4 señores que eran hermanos o parientes cercanos de aquel pero
recomendó eliminar la denominación de "rey" "porque implica crear una sociedad
política en donde no existía" y porque "desfiguraban las historias aborígenes". Se
dice que el consejo tezcucano se componía de 14 miembros, mientras que el
Consejo de Tlaxcala era un cuerpo numeroso. La estructura y principios de la
sociedad india, requiere un consejo entre los aztecas y por lo tanto se debía contar
con su existencia. En estos consejos podemos reconocer el elemento perdido de
la historia azteca. Nos consta que el Consejo de Jefes es una institución que vino
con las gentes que representa un electorado y que desde tiempo inmemorial fue
24
convocado y tenía sus poderes originarios de gobierno; fue el consejo de jefes es
lo más antigua institución de gobierno del género humano...".20
El concepto de "consejo de jefes", así como el "consejo" como institución, están
presentes en la evolución del grupo mexica desde expresiones muy sencillas y
espontáneas, hasta las formas más sofisticadas, como algunos de los descritos por
Acosta, Torquemada y Clavijero que por su minuciosidad, nos hace pensar en el
funcionamiento de las cortes europeas. Lo que sucede es que, los cronistas, al
estar formados en esa tradición cultural occidental, se auxilian de esa categoría
para describir la elección de un tlatoani que en realidad debía haber sido más
apegada a las explicaciones que hace Tezozomoc y Chimalpain.
Independientemente de cuál de las dos versiones se ajustaba más a la verdad
histórica y a la realidad política, lo cierto es que en todos los procesos de toma de
decisiones trascendentales se realizaban un "consejos de jefes" que analizaba los
problemas sometidos a su consideración y tomaba una determinación al respecto.
Ejemplo: al cambiarse de un territorio al otro, al declarar la guerra a otros grupos,
se requería la participación y la anuencia de los jefes (de los calpullis) para tomar
medidas, o acuerdos que afectaban o involucraban a todo el grupo. La creación y
existencia de "consejos de jefes" se hizo más estable y permanente, al grado que
algunos cronistas españoles creen haber visto un "Senado romano", como si
fuera una "monarquía constitucionalista", pero en realidad de lo que se trataba era
de un mecanismo de participación de los jefes en diferentes grados y modalidades.
20 Morgan ,Lewis. La Sociedad Primitiva,, p.247
25
"El estado natural que constituyó la comunidad primitiva no es objeto de idealización
por parte de Marx; no hay propiedad privada, no hay consideración del hombre
como objeto, pero si hay conciencia del insuficiente desarrollo de las fuerzas
productivas y de la falta de capacidad política del individuo. La historia de la
humanidad es interpretada como un proceso en el que la especie humana se ve
prejuiciosamente condenada a sufrir mayores dosis de explotación. Pero este
proceso de vejación cuyo punto de inflexión máxima es el capitalismo, será
mejorado en sí mismo y superado. La superación no será una simple vuelta al
estado de naturaleza sino que representará la asunción de lo que de valioso hay en
el mismo sin sus limitaciones, esto es, junto con la riqueza material generada bajo
las nuevas formas de producción".21 No obstante, indicó que Marx había
considerado de una gran importancia la relación de los hombres con el trabajo y
la fraternidad del hombre.
Marx le concede una gran importancia en la relación de seres humanos con la
naturaleza pues de la modalidad que asuma depende su bienestar, su pobreza y los
grados de explotación que sufre. Es más: el hombre es parte esencial de la
naturaleza pues es un ser natural, pero a la vez un ser social ya que su vinculación
con la naturaleza es dialéctica, es decir, a la vez, que le arrebatan aquella parte de
esos frutos. Este es el caso, por ejemplo, de los metales pues si bien se localizaron
en "bruto", en depósitos abiertos, por medio de la observación empírica los hombres
describieron las combinaciones y aleaciones, hasta producir material, en la
agricultura, en la metalurgia. Es históricamente imposible "volver" a la existencia de
las "sociedades originarias" de que habla Marx en la Ideología Alemana, en primer 21 Castilla Urbano, Francisco. La Comunidad Primitiva y el Pensamiento de Marx, Utopía y Praxis Latinoamericana, Año 6, Núm.13, Universidad de Alcalá de Henares.
26
lugar, porque esa estructura productiva era muy pequeña y limitada, sus grupos
reducidos y la evolución de las sociedades, ha producido cambios muy profundos,
en sentido opuesto.
Serra Puche estudió la región sur de la Cuenca que incluye Xochimilco y Chalco y
para ello se basó en las investigaciones que hicieron Sanders y Parsons que
ubicaron 479 sitios, que iban desde caseríos hasta grandes ciudades. "Para el
formativo temprano, 1500 a 1150 la Cuenca de México estaba habitada por una
población distribuida en 19 sitios, 12 de ellos clasificados como caseríos, 3
pequeñas aldeas y otras 3 de tipo intermedio". Después precisó el llamado
Formativo Medio que se caracterizó por una gran densidad de población pues
aumentó el número de aldeas y su tamaño. En el Formativo Tardío (650 a 300) la
población creció tres veces y se "establece ya una jerarquización de sitios que van
desde caseríos, aldeas grandes hasta centros ceremoniales y en este periodo la
población de Texcoco creció en forma considerable. Se abandonó Cuicuilco y
surge Teotihuacán como un gran centro de atracción. Distinguió tres "modos de
vida" el lacustre, que estaría en Xochimilco y Chalco, el ribereño y el serrano.
Al referirse a las técnicas de la fabricación de cerámica, Mirambell y Lorenzo,
señalaron lo siguiente: ahuecando, que es un proceso mediante el cual a la arcilla
se le da una forma redondeada, el moldeado, es la forma de obtener un objeto
mediante la utilización de moldes, el modelado, mediante el cual se modela una
vasija u objeto, el enrollado, construcción de piezas generalmente vasijas
enrolladas en forma sucesiva hasta obtener la forma y el tamaño deseado. El torno
que comprende dos fases técnicas, cuando la pieza es metida sobre una base y es
movida lentamente según las necesidades del trabajador, la arcilla se monta
27
sobre una tabla o planta y la pasta será modelada por los dedos del artesano.
Una vez teniendo este proceso se alija mediante un tratamiento húmedo y así el
objeto está terminado.22 Enseguida viene el proceso de pulimiento, el brillo y el
bruñido. Aparece el pastillaje, las incisiones, los grabados y la aplicación de
sustancias vitrificables.
Siendo la arcilla un lodo, es por lo tanto, flexible y maleable y fácilmente puede ser
manipulado en función de las técnicas existentes, empleando desde el simple
ahuecamiento para hacer un recipiente hasta el modelado en un torno para producir
un plato bellamente decorado. Lo importante es el cocimiento a que se someten los
objetos fabricados pues de este procedimiento depende su existencia y su
durabilidad. En los enterramientos existen distintos tipos de arcilla que van desde
los que tienen una preparación muy elemental, que servían sobre todo para
guardar alimentos, hasta objetos vidriados que tienen cientos y quizá miles de
años y que se producían par afines vitales y/o ornamentales.
Con anterioridad, todo el proceso se hacía a mano pero la invención del torno fue
un adelanto notable pues tuvo la misma repercusión que el telar de cintura en la
producción de textiles. En estas condiciones se pudieron fabricar muchos objetos
en un plazo relativamente corto y los artesanos tuvieron más tiempo para
dedicarse a otras actividades. Otras formas de agregarle valor a la arcilla era la
decoración pues en la medida en que esta era más bella y estilizada era más
apreciada por los miembros de los grupos dirigentes. Los objetos que vemos en los
museos no estaban al servicio de los grupos más bajos de la sociedad sino de los 22 Mirambell Lorena, Lorenzo José Luis. La cerámica: un documento arqueológico. Cuaderno de Trabajo, Departamento de Prehistoria, INAH, México, 1983,84 p., p.41.
28
estratos más elevados.
Mejía Fernández consideró válida una tesis de Morgan que se enuncia así: el cargo
de jefe era hereditario dentro de una misma gens, pero electiva entre miembros
varones a los que reafirma que para designar un tlatoani se tomaban en cuenta
varios factores, como el que tuviera más capacidad para la guerra y no solo por
razones estrictamente familiares, tomando en cuenta su esfuerzo y valentía, la
justicia, la temperancia y "se reunían en asamblea y después de discutir los
méritos de los candidatos viables llegaban a ponerse de acuerdo". Destacando el
cihuacoatl que presidía el consejo, pero además tenía funciones judiciales. Objetó
la idea que se tenía de que el tlatoani es un "señor absoluto" pues sus principales
decisiones las consultaba con el Consejo cuya autoridad estaba por encima del
propio tecuhtii mientras que el pueblo participaba tanto en la elección como en la
disposición de los gobernador.23
La obra de Mejía Fernández constituye uno de los esfuerzos más serios para explicar
las observaciones de Morgan a la realidad histórica y social mexica y uno de sus
méritos consiste en haber resaltado la vigencia de sus principales teóricos explicativos,
pero como es natural en la medida en que ha avanzado la investigación antropológica y
etnológica, observaciones que fueron o eran válidas en la década de los treintas,
pueden no serlo ahora, por lo menos no de un modo completo. El funcionamiento
de las instituciones políticas estaba sujeto a variaciones, desde la instauración de
los jefes guerreros y militares, con Tenoch a la cabeza, hasta la elección de Moctezuma.
En realidad se trata de una mezcla de aspectos políticos, en el cual el factor
hereditario, es decir, la pertenencia o descendencia de un linaje, era muy importante y
23 Mejía Fernández, Jorge. La Tribu Azteca, material meeanuscrito, México, 243 p., p.134.
29
fundamental, pero muchas veces no fue el factor decisivo. La convocatoria a la
realización de asambleas de diferentes tipos, ya fueran de carácter informativo, como
resolutivo, están presentes siempre en la historia del grupo; la existencia del
Cihuacoátl, que le hacía contrapeso al poder del tlatoani y que era un factor de
equilibrio que impedía una excesiva concentración del poder, siendo este otro
elemento constante.
Definió Lombardo que "el México anterior al Descubrimiento de América no estaba
constituido por una o varias naciones. Sus habitantes vivían agrupadas en tribus que
apenas empezaban a salir de la etapa del comunismo primitivo. No existía la
propiedad privada de los instrumentos de la producción económica. No había, en
consecuencia clases sociales antagónicas. El estado no había nacido. El gobierno de
la tribu y la división del trabajo se establece de acuerdo con normas tradicionales
que obedecían a vínculos de parentesco entre los miembros de la comunidad. En
esta circunstancia fue conquistada por representantes de la España del Siglo XVI
cuya estructura económica y política era del feudalismo".24
Se puede hablar de tribus en la etapa nómada pues se manifiesta la existencia de
pequeños grupos de personas dirigidas por un jefe religioso o militar cuya
conducción se basaba a la vez, en el prestigio y en la autoridad que daba la fortaleza
y la capacidad de mando. Incluso cuando se pasó al periodo sedentario, al aparecer
y desarrollarse villas, aldeas y centros urbanos, pero el empleo de este término,
dicho así en forma singular, se dificultaba al hablar de "grandes ciudades" como
Teotihuacán, Cholula, Montealbán en donde ya residen miles de individuos y se
da una importante diferenciación social. En estos casos, es factible afirmar que los 24 Lombardo Toledano, Vicente. Lección de Política para Párvulos, Revista Siempre. 9 de enero de 1958,.
30
pobladores de esos centros urbanos descendían de una serie de antepasados
comunes, en estos casos de toltecas o chichimecas y que todavía los unían en
identificaba una serie de rasgos que compartían entre sí. Si se parte de la noción
de estado concebido en su aspecto más simple, es decir, la materialización de un
poder coactivo que se impone sobre unos hombres por otros hombres, si es posible
hablar de esa categoría, pero sería un enfoque demasiado simplificado: no todo
poder coactivo, de sujeción de unos individuos por otros, sin más elementos que
estos, indican la existencia de un poder estatal el cual supone la existencia de
profundas diferencias económicas y materiales entre los hombres y de una
organización jurídica compleja, elementos que no existían en la etapa que
estamos analizando.
Indicó Othón de Mendizábal que los grupos arcaicos que llegaron a la meseta
central "tenín un concepto preciso de sus derechos territoriales los defendían
celosamente, pero carecían en lo absoluto de la noción de propiedad privada,
pues la posesión de bienes muebles y aun de sus mujeres obtenidas por compra,
solo se podían conservar por la fuerza sin que hubiera ninguna ley o costumbre
que salvaguarde el derecho adquirido. No conocían autoridades civiles y los
caudillos guerreros, primeros en peligro y últimos en el reparto del botín, no
tenían más función que la dirección de las operaciones militares. Dijo que al llegar
los españoles, habían en lo que hoy es México distintos pueblos que se
encontraban en diferentes grados de desarrollo desde los pueblos cazadores o
recolectores que se ubicaban al margen del río Lerma hasta las retribuciones de la
Sierra Madre Occidental y que poblaban los estados de Hidalgo, Guanajuato,
Zacatecas, San Luis Potosí, Chihuahua, Durango, Coahuila y Nuevo León y su
31
"sustento se basaba en la recolección de frutos, semillas y raíces de las flores
silvestres regionales, en particular de tunas y hojas tiernas de nopal, bayas de
mezquite, dátiles, nueces y casullas de agaves. Su desarrollo tecnológico era muy
incipiente; cazaban con arco y flecha y usaban para la recolección el "palo de
cavar" y una vara con una red en sus extremidades, que servía para cosechar las
tunas; la célula social era la banda constituida por una o varias familia vinculadas
por parentesco e incluso por adopción", que reconocía como jefes al miembro del
grupo que más se hubieran distinguido por su valor y habilidad. El trabajo tenía
una estricta división sexual, correspondiendo a los hombres las actividades
guerreas, la caza y la confección de sus armas e implementos, principalmente.
Sobre la mujer pesaba la recolección realimentos vegetales, y comestibles, la
preparación de las pieles, la confección de los vestidos y la cestería, a parte de
las labores propiamente domésticas".25
Los estudios de Mendizábal, Lombardo, Fernández, son similares en su contenido
esencial al observar que no existía la propiedad privada de los instrumentos de
producción, en la realidad social, ni en la formulación ideológica, lo que plantea una
diferencia de calidad con otros grupos humanos, como los grupos anteriores a los
romanos. En efecto, al leer las crónicas, no encontramos elementos como lo "tuyo"
o lo "mío" sino en toda clase se hacía alusión frecuente a las propiedades o tierras
de los pueblos y de los grupos humanos, sobre todo cuando se refería al
surgimiento de un conflicto armado por la posesión de unas tierras. Los grupos
humanos trataban de tener siempre una importante base territorial en la cual se
podrían hacer los cultivos de los alimentos indispensables para la subsistencia de 25 Othón de Mendizábal,Miguel. Obras Completas, T. III., p.147
32
las comunidades y la riqueza o poderío de un pueblo se calculaba por la
disponibilidad de tierras que tenían. La expresión de estas necesidades primarias
era desigual, es decir, no había el mismo con el grado de desarrollo de sus fuerzas
productivas pues no eran exactamente las mismas necesidades de los pueblos
de cazadores o recolectores del norte, pues cambiaban de sitio de residencia con
una gran facilidad, con respecto a las necesidades de los pueblos del centro de
México, que tenían desplazamientos sociales más lentos o de quienes vivían en
los grandes centros urbanos como Teotihuacán. También Mendizábal observó
el desigual grado de desarrollo económico y por lo tanto social que existía entre los
pueblos del "norte" y los pueblos del sur.
.
La distinción entre las relaciones personales y las impersonales u objetivas
adquieren cada vez mayor importancia a medida que la cantidad de producción
aumenta y cargos como el de jefe se va definiendo en forma más evidente. A estas
altura, aun no hay diferenciación manifiesta entre la propiedad colectiva a la
propiedad individual. Ubicaba el origen de la sociedad civilizada y el estado en la
disolución del grupo primitivo. La forma de este grupo se identificaba con la gens
descrita por Morgan.26
En las sociedades primitivas, no había una distinción precisa y clara entre la
propiedad individual y la colectivo porque había un cierto grado de igualdad
económica y social ya que, salvo los niños, los ancianos y los lisiados, todos
participaban en la producción de satisfactores materiales, en términos de igualdad y
por lo tanto los antagonismos entre los individuos no eran intensos. Si todos los 26 Krader Laurence. Introducción a las NotasEtnológicas de Marx, Nueva Antologia, Num 10, Año III 1979.
33
miembros de esas comunidades tenían acceso al mínimo de satisfactores
materiales que la explotación de la naturaleza les prodigaba y si disfrutaban de
niveles de vida y de bienestar más o menos iguales, no había entonces causas
objetivas suficientes como para que se generaran antagonismos o
conflictos graves. Se trataba de grupos humanos que tenían desde el punto de
vista cuantitativo poca relevancia como se ha descubierto en las más recientes
excavaciones arqueológicas, unas cuantas chozas que revalidan la existencia de
poblaciones pequeñas, dirigidas por un jefe.
Este dirigente concentraba en su persona las atribuciones de dirección política y de
poderes religiosos, cuya distinción tampoco era muy visible pues los aspectos
mágicos, la explicación supersticiosa de los fenómenos naturales, satisfacen los
requerimientos espirituales de sus integrantes. Todos eran productores operaban
en igualdad de circunstancias, sobre todo preocupados y atenazados por los
fenómenos climáticos y por la mega fauna.
Afirmó Othón de Mendizábal que "...las grandes naciones, salvo circunstancias
geográficas desfavorables, el sostenimiento económico estaba basado
principalmente en la agricultura y el cultivo del maíz, del fríjol, de la calabaza, del
chile, del algodón y del cacao, constituir las actividad económica preferente,
cuando no única, de los individuos. En algunas regiones donde lo impusieron las
condiciones del clima y del suelo, el cultivo del Marqués llegó a ser importantísimo.
Esos grupos agrícolas y sedentarios con gran desarrollo en su industria cerámica
y textil, principalmente habían proporcionado la base económica necesaria para el
desarrollo de las otras culturas y el elemento humano tecnológicamente apto para
34
se utilizado en sus magnas realizaciones arquitectónicas, escultóricas y pictóricas.
Aun los cazadores y recolectores que vivían en un estado de evolución muy
primitivo, solían establecer relaciones con sus vecinos sedentarios, mediante el
trueque de pieles tratadas y sebo de animales por productos agrícolas. La sal y los
esclavos fueron también artículos muy importantes en las transacciones
comerciales, cuando se suponía con frecuencia, cuando el hombre, comerciante
de cacería o de guerras infortunadas, obligaban a la miseria honda a agruparse en
hordas terribles para lanzarse contra los poblados sedentarios y saquear sus
graneros. La tendencia general de todo grupo humano indígena era, naturalmente,
satisfacer lo mejor posible sus necesidades alimenticias e indumentarias por
medio de la explotación de los recursos locales; dentro de cada familia, incluso, el
esfuerzo combinado de todos sus miembros se encaminaban también a satisfacer
su propias necesidades...".
Childe hizo distintas observaciones importantes: dijo que las llamadas "edades
arqueológicas" no se podían confundir con periodos absolutos de tiempo y que en
las distintas regiones del mundo no principiaron ni términos simultáneamente en
todas ellas. La aparición del hombre sobre las tierras ha quedado señalada por los
utensilios que fabrica. El hombre necesita utensilios para llenar la deficiencia de sus
aspectos fisiológicos, asegurándose alimentos y abrigo. Está capacitado para
fabricarlo por la delicada correlación entre la mano y el ojo, la cual, a su vez, es
posible por la constitución de su cerebro y de su sistema nervioso. Es de presumir
que los primeros utensilios fueron trazos de madera, huesos o piedras toscamente
afiladas o acomodadas a la mano, rompiéndolas o astillándolas. El hombre
primitivo tuvo que aprender por experiencias el hecho de que las piedras son
35
más adecuadas para la fabricación de instrumentos, lo mismo que el modo de
tallarlas correctamente. Aunque el pedernal es muy duro para manipularlo con
éxito, como puede comprobarlo fácilmente el lector. Solo después de haber
dominado la técnica de fabricación pudo el hombre empezar a elaborar con éxito,
herramientas especificas para cada operación particular".27
El enfoque metodológico que hizo Childe no es rígido como si las
relaciones sociales en que incurren los hombres pudieran ser confinadas en
compartimientos estancos, por medio de etapas fijas, pero si estableció
regulaciones generales, por medio de la observación de aspectos o fenómenos que
se acumulaban ene I tiempo y que eran comunes. Esto en la naturaleza de las
leyes sociales, que no son lo mismo que las leyes de la física, la química y la
biología sino que están sujetos a cambios y descripciones pues el
comportamiento social de los hombres puede ser modificado por distintos
factores, como guerras, hambrunas, sequías, desplazamientos de la población,
epidemias, que proporcionaron que incluso obrando contra la voluntad de las
personas en los planes, que tenían para su vidas, podían sufrir cambios y
alteraciones. No obstante, las regularidades o los aspectos generales, si están
presentes en la vida de los seres humanos.
Algunos autores se refieren a los grupos nómadas y grupos sedentarios. En
realidad, la agricultura fue la actividad esencial, pero también efectuaban,
simultáneamente, funciones relativas a la caza y a la pesca, si se quiere en forma
complementaria. Grupos nómadas y grupos sedentarios coexistían en un mismo
territorio; el nomadismo fue también relativo pues las causas que motivaban los
27 Childe, Gordon. Los Orígenes de la Civilización, FCE, México, 1997, 328 p.,
36
desplazamientos no tenían la misma intensidad en todas partes. En realidad, la
agricultura fue la actividad esencial, pero también efectuaban actividades
relativas a la caza ya la pesca, si se quiere en forma complementaria. Grupos
nómadas combatían contra grupos sedentarios pero también intercambiaban
bienes y servicios. Esto nos hace pensar que incluso en una misma región, no
todos los grupos humanos habían alcanzado idéntico grado de desarrollo, pero lo
importante es observar si tenía rasgos generales comunes, o no los tenían. En
realidad, sí las tenían y por ello encontramos zonas con un alto grado de
homogeneidad, desde el punto de vista económico y social, en regiones como la
acolhua, matlazincas, otomí, poblano y tlaxcalteca. No se trataba de una nación,
a la manera occidental, como bien lo dijo Lombardo Toledano al observar este
mosaico de pueblos y de grupos, sino un conjunto de los mismos, que no estaban
integrados en un mercado único sino que cada uno de ellos tenia su propio
mercado con el cual se podría intercambiar bienes y productos con otros grupos.
Childe hizo distintas observaciones importantes: dijo que las llamadas "edades
arqueológicas" no se podían confundir con periodos absolutos de tiempo y que en
las distintas regiones del mundo no principiaron ni términos simultáneamente en
todo ello. La aparición del hombre sobre las tierras ha quedado señalada por los
utensilios que fabrica. El hombre necesita utensilios para llenar la deficiencia de sus
aspectos fisiológicos, asegurándose alimentos y abrigo. Está capacitado para
fabricarlo por la delicada correlación entre la mano y el ojo, la cual, a su vez, es
posible por la constitución de su cerebro y de su sistema nervioso. Es de presumir
que los primeros utensilios fueron trazos de madera, huesos o piedras toscamente
afiladas o acomodadas a la mano, rompiéndolas o astillándolas. El hombre
37
primitivo tuvo que aprender por experiencias el hecho de que las piedras son
más adecuadas para la fabricación de instrumentos, lo mismo que el modo de
tallarla correctamente. Aunque el pedernal es muy duro para manipularlo con éxito,
como puede comprobarlo fácilmente el lector. Solo después de haber dominado la
técnica de fabricación pudo el hombre empezar a elaborar con éxito, herramientas
especificas para cada operación particular".28
El enfoque metodológico que hizo Childe no es rígido como si las relaciones
sociales en que incurren los hombres pudieran estar congeladas o petrificadas
por medio de etapas fijas, pero si estableció normas básicas, por medio de la
observación de aspectos o fenómenos que se acumulaban en el tiempo y que eran
comunes. Esto en la naturaleza de las leyes sociales, que no son lo mismo que las
leyes de la física, la química y la biología sino que están sujetos a cambios y
descripciones pues el comportamiento social de los hombres puede ser
modificado por distintos factores, como guerras, hambrunas, sequías,
desplazamientos de la población, epidemias, que proporcionaron que incluso
obrando contra la voluntad de las personas en los planes, que tenían para su
vidas, podían sufrir cambios y alteraciones. No obstante, las regularidades o los
aspectos generales, si están presentes en la vida de los seres humanos.
Othón de Mendizábal afirmó que en el Valle se habían constituido estados
teocráticos, encabezados por una élite aristocrática, en la que había una
importante producción de maíz y de otros alimentos, precisamente para mantener a
esa élite, pero que al lado de ella había una profunda desigualdad social". Que se
28 Childe, Gordon, Los Orígenes de la Civilización, FCE, México, 1997, 328 p.,35
38
creía que el día Quetzalcóatl apoyaba y protegía a los prósperos, ricos y
afortunados, mientras que los pobres se agruparon en torno a Tezcatlipoca, que
era u rival, indicando que los "restos toltecas" que se encontraban dispersos en el
centro de México transmitieron su cultura a las familias nahuas y "posteriormente
como consecuencia de la conquista de Azcapotzalco al sencillo régimen de
producción del calpulli se vio modificado por un estrato verdaderamente feudal, en
beneficio de los guerreros chichimecas que agrupados en torno a los primeros
caciques locales, pertenecientes a la misma filiación, pugnaban por constituir una
superestructura aristocrática".
Un estado teocrático supone que la máxima autoridad política era un dios o un
individuo que gobernaba en nombre de un dios, pero este no es el caso mexica.
En una primera etapa el poder del jefe religioso -Tenoch- era el determinante, el
verdadero conductor del pueblo, pero una vez que se eligió el primer tlatoani,
Acampachtli, esta situación se modifica de una manera radical y el principal dirigente
fue el líder político. Más que factores de orden religioso, lo verdaderamente
importante era que pertenecen a alguna rama del linaje de aquel ya que podía
acceder a fácilmente a puestos de mando en la sociedad y ascender en la escala
social. En todo caso se puede hablar más que de un estado teocrático, de un
estado guerrero porque eran los militares el elemento de poder decisivo. Los
sacerdotes seguían siendo personalidades relevantes, e incluso las crónicas
afirman que en varias ocasiones se les consultaba sobre una serie de problemas y
dificultades, pero no eran determinantes en la conducción del gobierno, como lo
eran los militares, que incluso pusieron a los sacerdotes a su servicio o por lo
menos entablaron una alianza con ellos para repartirse las funciones de
39
dominación en el seno del grupo. Sea lo que fuere, la modalidad general era la
existencia de un grupo que ocupaba los cargos directivos esenciales en todo el
aparato y siempre fue un grupo muy pequeño, por más esfuerzos que se hicieran
en el periodo de Izcoátl para ampliar el abanico de posibilidades de poder y de
enriquecimiento de los macehuales.
Indicó Matos Moctezuma que se generó un paso cualitativo al transitar los grupos
humanos de sociedades igualitarias a sociedades estratificadas: un punto de
cambio fue la "caída" de Tenochtitlán pero que en realidad no había provocado
ninguna involución sino una evolución hacia adelante pues aparecieron
poblaciones muy importantes como Tula, Cholula, Xochicalco, mientras se
intensifica la lucha de estos grupos predomina en el centro de esta área, mientras
que otros grupos pasan a tener una condición de explotadores, mientras ocurre un
mejoramiento de los instrumentos de tecnología agrícola y la construcción de
canales de riego; surgen muchos productos textiles y los especialistas de la
producción de cal, ebanisteros y trabajos de madera. "En cuanto a la fuerza de
trabajo empieza a haber un aumento demográfico en las grandes urbes en donde
esa fuerza se manifiesta en la construcción de Templos y palacios del estamento
dirigentes y sistemas agrícolas, calzadas, calles, plazas, todo lo cual debía estar
controlado por el estado".29
El aumento de la población de las comunidades tuvo un efecto muy diverso en
casi todas las actividades humanas y uno de ellos fue ,sin duda, el incremento de
la fuerza de trabajo, es decir, de aquellos individuos que dedicaban la fuerza de
sus manos a la producción de alimentos y otros muchos. Si se hubieran hecho 29 Matos Moctezuma, Eduardo. Notas sobre el proceso de Desarrollo en el Centro de México, Nueva Antropología, Año III, Núm. 12,1979. P 54
40
estudios con base en los métodos modernos, diremos que también se incrementó
el excedente social pues fueron más productivos y rentables la agricultura las artes
textiles, la metalurgia y otras. Este fue el aspecto positivo del crecimiento
demográfico pero habiendo una población mayor se encontraron las demandas de
satisfactores materiales y hasta los conflictos sociales e individuales que en un
mismo territorio tenían que vivir un mayor número de personas, lo que provocó que
se aumentaran las superficies cultivadas y una mayor disponibilidad del agua,
entre otros aspectos.
Dijo Mendizábal "que los arcaicos eran sedentarios y vivían en aldeas más o menos
populosas, atenidas al cultivo del maíz, practicando sin duda por el procedimiento de
estaca, en uso hasta la fecha en nuestras costas; hay serias razones para creer que
a los arcaicos se debía igualmente el cultivo del fríjol, la calabaza o el chile, así como
que hayan sido los primeros domesticadores del guajolote o pavo americano, así
como del perro comestible llamado xoloizcuientli. Debemos suponer que completarían
su dieta eventualmente en la recolección de frutas espontáneas, con la pesca con red
y con la caza de pequeños animales de pelo o pluma por medio de la resortera de
hule o de la cerbatana o de la onda. Conocían sin duda alguna el arco y la flecha,
aunque parece que no fueron muy hábiles en su manejo, por lo cual no perseguían a
los animales grandes "y que estaban organizados en clanes totémicos y al llegar los
nahuas al Valle de México su cultivo fundamental era el maíz aunque también se
cultivaba la calabaza, el chile, el trigo y el algodón".30
30 Othón de Mendizábal, Miguel. Obras Completas, T. III., p.135
41
A la llegada de los mexicas al Valle, la mayoría de los grupos humanos que se
encontraban en la región eran sedentarios, es decir, ya se encontraban
definitivamente asentados en un determinado territorio, ya tenía muchos años de
estar en ellos, aunque las rivalidades subsistían. La historiografía se ha
concentrado en estudiar las poblaciones "grandes", es decir, los centros
urbanos, a las cuales se le ha dado el nombre de ciudades, no porque
correspondan a los tipos encontrados en la "civilización occidental" sino tan solo
porque se habían convertido en cabezas de los señoríos, que algunos denominan
imperios, empleando este término con una enorme laxitud que raya en la inexactitud,
pero sobre todo porque había una gran concentración de habitantes. Este enfoque
es incorrecto, pero se suele olvidar a la gran cantidad de pequeñas poblaciones,
villas, caseríos, incluso que habitaban en regiones muy abruptas, en las montañas,
en las serranías o en las intricadas selvas y que o no tenían contacto con los
grandes centros urbanos o estos contactos eran muy débiles y relativos.
Todos los grupos humanos, tanto los que se encontraban concentrados en una
"gran ciudad" como los que se encontraban dispersos tenían a un dios o a varios
dioses o deidades a los cuales asociaban con todos los fenómenos de la
naturaleza. Con una gran frecuencia, los antropólogos, alucinados por las obras
monumentales, se olvidaron de la existencia de los otros grupos y de los otros
habitantes, que quizás eran más importantes que los que residían en las zonas
conurbanas de las "grandes urbes" y que no tenían los adelantos técnicos y
urbanísticos de estas. No obstante que no tenían un conocimiento amplio acerca
del origen o de las causas de los fenómenos naturales, su vida se basaba en la
42
observación empírica de estos fenómenos, sobre todo de aquellos que estaban
vinculados con la agricultura. El maíz fue el alimento común y general cultivado por
todos los pueblos, porque cobraron conciencia, mucho tiempo antes, de que era un
alimento muy completo y muy resistente a los cambios climáticos.
Observó Márquez que durante el periodo formativo se desarrollaron múltiples
aldeas en las cuales vivieron varios cientos de individuos con una densidad de
población muy baja, siendo los picos más altos de población Teotihuacán, Tikal y
en relación con los niveles de fecundidad calculó que eran a razón de 52 por cada
mil habitantes, entrando en el clásico a 72, pero aumentó a 77 en el siglo XV,
como ocurrió en los poblados y ciudades de Tlatilco, Teotihuacán, Palenque,
Teotenango y San Gregorio Atlapulco, pero también había tasa de mortalidad muy
alta, cercana al 42% y afirmó que en algunos sitios de Norteamérica, esos niveles,
eran similares. "Durante este lapso de tiempo la dieta rica en proteínas fue
sustituida por alimentos ricos en carbohidratos y sus derivados, tal es el caso del
maíz. Este cambio tuvo un impacto biológico en la reproducción femenina, al
favorecer junto con la sedentarización, la maduración biológica más temprana,
acortó la edad de inicio de la menopausia y por lo tanto alargar el periodo
reproductivo".31
Al referirse a la cultura olmeca, los especialistas refieren la existencia de las aldeas
como formas primordiales de poblamiento. En cada aldea había un jefe o chamán
que tenía en sus manos, concentrados, el poder religioso y político. Después
se avanzó hacia el complemento de aldeas, es decir, se progresó en su proceso
de concentración en un solo territorio y un solo liderazgo, para comprobar que era 31 Márquez Morfin, Lourdes. La Transición Demográfica y el Surgimiento de la Agricultura en Mesoamérica. 123 p p 38
43
mejor este tipo de poblamientos porque se podía disponer de una mayor fuerza
de trabajo y se podían emprender obras públicas de mayor envergadura.
Las poblaciones muy pequeñas, como las aldeas, no podían hacer presas, diques,
templos de gran magnitud, ni podían sostener su funcionamiento, ni se podían
cultivar grandes extensiones de tierra. En fin, estaban sujetas a múltiples
carencias y frecuentes peligros naturales y sociales. Uno de ellos era la
incapacidad que tenían para enfrentarse a otras aldeas o grupos humanos, a
grupos nómadas que realizaban acciones de rapiña. Encontraron los aldeanos la
ventaja que tenía la sedentarización, todavía sin comprender los riesgos, los
costos ecológicos, económicos y sociales que se tenían que pagar, hasta que
sufrieron en carne propia sus efectos y resultados.
También Hermosillo hizo coincidir a Cholula o Cholollan, dijo que compartían
rasgos con Tlatilco y también después fue coincidente con Tolla Cholullan y Tollán
Xicocotilla, pero al referirse a su composición poblacional dijo que había estado
formado por varios segmentos tribales y territoriales formados por calpultin;
entonces gobernados por dos jefes o sacerdotes supremos, el Tlalchiaac, que se
encargaba del culto de la tierra, el Aquiach, que administraba lo acuático y se
encontraba en lo alto de la gran pirámide a la que llaman una dualidad política-
religiosa que formaba un gobierno teocrático, hasta formar una confederación de
tribus y se distinguió por su cerámica policromo que representaba dioses, animales
sagrados y hasta jeroglíficos, también utilizaban plumas de quetzal, jade en bruto,
pieles de jaguar, hasta convertirse en un importante centro religioso y político
regional pues "era nido de un sinfín de rutas comerciales y se caracterizaba por el
44
arte pluriétnico de sus habitantes distribuidos en calpultin".32
También Kirchhoff indicó que en los clanes apareció en forma embrionaria la lucha
de clases como los que se dan en el norte de Filipinas, en la isla Luzón, entre los
terratenientes y lo grupos desposeídos."La concentración de las tierras, en pocas
manos, se produce con rapidez. El mecanismo a través del cual operó este
proceso en la igualdad de obligaciones, superficialmente de carácter religioso,
para cada miembro del clan, sea rico o sea pobre. La continuación de obligaciones
iguales funcionan incuestionablemente con ventaja para unos y desventaja para
otros en un momento en el que el desarrollo de las fuerzas productivas ya provocó
una diferenciación social y economía profunda".33
En la medida en que se mantuvo la propiedad colectiva o comunal de las tierras en
los clanes o fratrías , imperó el trabajo cooperativo y colectivo pues todos los
miembros del grupo tenían las mismas posibilidades reales de acceder a la
distribución de los productos de la tierra, la caza y la pesca. Había una serie de
condiciones igualitarias en el reparto y distribución de las fuerzas productivas
incipientes pues todos tenían acceso a los arcos, las flechas, las cerbatanas, las
hojas de pedernal y en general a los instrumentos de piedras que eran los
predominantes. Sin duda, había conflictos sociales y personales desde el momento
en que cada persona, miembro de la comunidad, tenía distintas potencialidades
físicas y humanas, las cuales eran resueltas por los jefes o en las asambleas.
Como dijo Kirchhoff, todos tenían igualdad de obligaciones materiales, es decir, de
responsabilidades laborales pues a todos incumbía el mantenimiento de las
32 Hermosillo, Francisco. Cholula o el Desplome de un asentamiento étnico ancestral, Historia 10, sept. 1985, p.2333 Kirchhoff Paul, Los Principios Clánicos, de la Sociedad Humana, p.16.
45
comunidades; es decir, todos eran agricultores o labradores, que era el trabajo
más universal de todos, con excepción de los niños, los ancianos y los lisiados. En
él participaban de una manera preponderante o secundaria, hombres, mujeres y
niños. Pero la fabricación de nuevas herramientas o de instrumentos de trabajo
cada vez más productivo, pero sobre todo, la posesión de los mismos; sucesos que
ocurrieron de cuando en cuando en la historia de la humanidad y según las
circunstancias históricas concretas de cada comunidad, hicieron posible el
surgimiento de diferencias sociales más grandes y agudas.
Afirmó Sugiura que había una relación muy estrecha entre Teotihuacán y el Valle de
Toluca y a partir del Clásico esta región tiene un desarrollo sostenido, surge una
clara jerarquización de los asentamientos y así aparece Santa Cruz Atizapán.
Describió la población como una parte denominada la Campana y Tepozoco que
tenían una función administrativa y ceremonial, otra en donde había casas
habitación sobre montículos denominados bordes y una zona de cultivo y para
construir los edificios se modificó la tipografía original nivelándola mediante
terrazas, empleando pilotes de madera sobre los cuales se edificaron las casas
habitación. Afirmó que a pesar de la desintegración de la hegemonía de
Teotihuacán, el sitio seguía conservando una gran importancia pues fue un sitio de
intercambio de la obsidiana que llegaba de Ucareo, en Michoacán e ingresó una
gran cantidad de cerámica foránea al Valle.34
Al igual que otros centros urbanos, la de los asentamientos del Valle siguieron la
misma pauta de desarrollo: se erigen al lado de grandes depósitos de agua,
34 Sugiura, Yoko, El Desarrollo de un Asentamiento Lacustre en la cuenca Alta del Río Lerma: El caso de Santa Cruz Atizapán, México Central, Instituto de Investigaciones Arqueológicas, UNAM.123 p. p9
46
sobre todo de ríos, lagunas y aguas con el objeto de disponer en forma regular
de agua para el regadío de las superficies cultivables; los capos agrícolas
estaban en forma contigua para asegurar el abasto inmediato de alimentos pero
sobre todo para cubrir las necesidades de la cauda de funcionarios, religiosos,
administrativos y militares en la zonas habitacionales (los nobles) Era muy difícil
hacer construcciones en zonas cenagosas, por lo que se optó por utilizar pilotes
de madera para permitir colocar las casas habitación en lugares altos para evitar
que la subida de las aguas pudiera inundarlas. Este tipo de instalaciones forman
parte del modo de vida lacustre que existía en muchas regiones del mundo, aunque
es obvia la preferencia en la construcción de los edificios, de los terrenos de tierra
firme. Para traer el agua de los ríos y de las lagunas se construyeron una serie de
canales para que el liquido llegara a los goteras de la ciudad, lo cual así estaban
exentos de inundaciones.
Se refirió Horn a la existencia de un altepetl en la región de Coyoacán el cual
subsistió en la etapa temprana de la conquista pues tenían dos linajes dinásticos
pero que sus partes constitutivas tenían una cierta independencia y autonomía
formando un conjunto de subunidades y un sentimiento propio de comunidad de
origen. Se trataba de pueblos de linaje tecpaneca. Las partes constitutivas del
altepetl se denominaban calpullis o tlaxilacalli, con lazos de parentesco "los cuales
se fueron debilitando para enfatizar en una entidad patrimonial corporativa con su
propio dios y templo, una jefatura dinástica, su escuela para los jóvenes, con
frecuencia casas para el sacerdocio con un corto grado de especialización
artesanal". En relación con el uso de términos cita el Tlaxilacalli que indicaba
residencia en un distrito y no calpulli. "El término tlaxilacalli abarca un amplio rango
47
de subunidades, desde las más grandes e importantes, hasta las más pequeñas
e incipientes; la etnicidad fue un elemento importante de la organización del
tlaxilacalli...".35
En sus consideraciones generales sobre la cronología de la historia precolombina
de América, Armillas dijo que "los americanos más antiguos eran recolectores,
cazadores y pescadores. Pero desde antes de iniciarse el tercer milenio antes de
Cristo habían comenzado el cultivo de plantas de algunas regiones del Continente,
promoviendo el consiguiente cambio de las formas de vida basadas en la economía
recolectora al estado cultural que se designa con el nombre de civilización, en sentido
estricto". Ubicó el nacimiento de la civilización en las costas peruanas con el
desarrollo de las técnicas de la agricultura.
Definió la etapa pre agrícola desde la llegada de los primeros migrantes a suelo
americano y hace probablemente 25 mil años, hasta los comienzos del cultivo de las
plantas, la etapa protoagrícola, que corresponde a los cultivadores de la aldea en la
zona nuclear mientras el resto del continente seguía ocupado por pueblos
recolectores y cazadores y pescadores de diversos tipos culturales. Desde la
aparición de las civilizaciones de Mesoamérica a la zona andina del año 500 AC al
1,500 DC., había un desarrollo progresivo aunque con crisis y expresiones locales de
las civilizaciones mencionadas, expansión de los cultivadores de aldeas de diversos
tipos culturales "hasta ocupar casi la totalidad de la zona cultivable sin arado y
persistencia de culturas marginales de recolectores y cazadores y
35 Horn, Rebeca, Coyoacán: Aspectos de la Organización Sociopolítica Y Económica Indígena en el Centro de México, 1550-1650, en Historia, 29, oct.-Dic., 1992.P.28
48
pescadores".36
Consideró muy importante la cultura de Tlatilco, pero sobre todo la de Teotihuacán,
en donde ya existía un "carácter urbano evidente, lo que indica el nacimiento de la
civilización mesoamericana, pero es de notar la ausencia de la metalurgia por lo que
se trataba de una civilización pre metálica siendo la mayor parte del utillaje de carácter
neolítico".37
Durante las excavaciones hechas en San Lorenzo se hizo pretender que "no es un
centro ceremonial deshabitada sino un pueblo de considerable importancia" lo cual
representa una cultura enteramente olmeca. Los olmecas construyeron pisos con
grava, arena rojiza y arcilla, así como un sistema de canales de desagüe".
Al igual que otro autores, Cepeda Cadena llegó a la conclusión de que las
sociedades del post clásico debieron tener una estructura agraria intensiva en la
que se contaban con sistema de regadío, precisamente para aumentar los
excedentes agrícolas así poder comenzar con otras regiones. Tal fue el caso de
Huejotzingo en donde se encontraron una serie de canales que servían para
regar las sementeras. Obras como esta se han encontrado en otro puente del
Valle de México, como Teotihuacan, Coyoacán y otras.
Se trataba de canales de 30 o 40 centímetros de ancho, de una profundidad
variable, que terminaban en una fosa o depósito permanente de agua y este
"sistema era propicio para levantar de 2 a 3 cosechas, dependiendo del tipo de
36 Armillas, Pedro, Consideraciones Generales sobre la Cronología de la Historia Precolombina de América, p.27037 Armillas, Pedro. Consideraciones Generales... p.300.
49
cultivos, generalmente unos de riego y uno de temporal; estos sistemas imponen
dos condiciones primordiales: la primera una atención constante en las obras
hidráulicas y por lo tanto una concentración urbana cercana a la permanencia
de la habitación en la zona y segundo, un alto grado de cooperación de trabajo y
centralización política, se dio en tiempos teotihuacanos, requirió una fuerte
organización jerarquizada, tal vez un cuerpo represivo organizado y
consecuentemente funciones religiosamente ligadas a la vida diaria".38 Aparecía
un dibujo tomado de textos de Sahagun en donde un macehual está haciendo
derivaciones de una serie de fosas y canales.
El tipo de agricultura existente determinó en gran medida el grado de evolución
material y social de cada comunidad. Todos los grupos humanos buscaron
depósitos de agua que estuvieran disponibles la mayor parte de los meses del año
y que estuvieran lo más cerca posible de los caseríos y de las villas o al revés,
estos se construyeron cerca de los depósitos de agua. Si la vida de todos los
miembros de los grupos dependía de la producción de maíz y de otros alimentos, se
trataba de asegurar que esta producción estuviera asegurada y en torno a esta
necesidad se edificó todo un conjunto de creencias, supersticiones y deidades
que incluyeron desde los dioses fundamentales, Tlaloc, entre otros, hasta los
dioses menores, lo que confirma la suma preocupación general que se tenía para
asegurar la producción de alimentos en cantidad suficiente par ano morir.
Literalmente se trataba de una lucha por la subsistencia humana, porque sus
hijos y sus descendientes tuvieran con qué alimentarse y por ello se
construyeron muchas obras hidráulicas que aseguraban el contenido de los ríos y 38 Coe, Michael. La Segunda Temporada en San Lorenzo Tenochtitlán, Veracruz, Boletín del INAH, junio de 1967.
50
lagunas, de diques y acequias de muy diversos tipos y medidas, hasta obras
gigantescas que tenían el propósito de evitar inundaciones de ciudades completas.
La construcción de estas obras supuso ya un gobierno fuerte y capaz de organizar y
movilizar el esfuerzo humano de cientos o quizá miles de personas, utilizando para
ello no solo métodos persuasivos, producto de acuerdos de asambleas o de
Consejos, sino también empleando métodos coactivos. Aquí las creencias religiosas
desempeñaron un papel fundamental como formas legitimadoras del uso de la
fuerza en sus múltiples manifestaciones.
Trias estableció una relación entre Palerm con el evolucionismo multilineal de
Steward y las hipótesis hidráulicas de Wittfogel, y el desarrollo la teoría materialistas
culturales. En el primer caso se trata de concitar el carácter cronológico de la
historia con el desarrollo tecnoecológico y tecnoeconómicos de la cultura, así como
la influencia de Childe de su estudio sobre las culturas de Mesopotamia y Egipto
que tuvieron eco en las ideas de Pedro Armillas y después Palerm dijo estar
convencido de una fuerte conexión entre los sistemas de regadío y la
organización social.39
Al destacar la importancia de los instrumentos tecnológicas, mérito en el que
destacó Childe, no incurre en una actitud dogmática o maniquea, como si los seres
humanos que manejan esos instrumentos, que se benefician o se perjudican con
ellos no tuvieran iniciativa propia y fueran víctimas de una fatalidad. Sin duda,
existe un campo de libertad para que los individuos puedan actuar e influir sobre 39 Trias Mercant, Sebastián, Ángel Palerm y la Crítica de la Razón Antropológica, Tula, Cuadernos de Pensamiento, núm.33, 2000. 24 P
51
esos medios de trabajo. Sí lo hacen pero desafortunadamente solo lo pueden
hacer en largos periodos de tiempo pues una innovación tecnológica o el
perfeccionamiento de un instrumento solo es producto de una acumulación de
experiencias de muchas personas y de muchos años.
En la descripción que se hizo de Teotihuacán, destaca la del barrio popular de la
Ventilla, a 500 metros de la Ciudadela, en donde habitaban sobre todo artesanos
encontrándose una gran cantidad de objetos de cerámica , pero "también había
otros barrios que no tenían las característica anteriores". Y en el resto de los entierros
se encontraron figurillas con personajes ricamente ataviados y otros que lo estaban
en forma modesta, como dijo Mota. Luego se refirió al barrio de los comerciantes y al
barrio oaxaqueño "que simbolizaba el intercambio que se hacía con Montealbán"
Había también alfareros, tejedores, albañiles, peones y en los grupos de más alta
jerarquía estaban los guerreros y los sacerdotes.40
Por el tipo de figurillas que se encontraron en las distintas excavaciones o
enterramientos se concluye que había barrios de personas que tenían una elevada
posición social y otro en donde habitaban personas pobres, que se dedicaban sobre
todo al trabajo de las artesanías. Había dos tipos de cerámica: la que se utilizaban
para fines domésticos y que servía para almacenar alimentos y guardar objetos y
otros de carácter suntuario, que servían de ornato y que permitan el realce de los
individuos encumbrados.
"De ahí que el periodo de los recolectores cazadores se caracterizó por la existencia
de grupos nomádicos o trashumantes que recolectaban plantas silvestres y que
cazaban y atrapaban animales; que recogían los productos de plantas como el
40 Matos Moctezuma, Eduardo. El Milenio Teotihuacano, p.45.
52
amaranto, chile, maíz, silvestre, calabazas o guajes, aguacate, zapote, agave, que
cazaban especies pleistocenicas grandes y menores, que tenían raspadores, punta
de proyectil, lanzadardos, machacadores, piedras para la molienda de semillas,
punzones y que también iniciaron el tejido y la cestería, a la vez que enterraban a
sus muertos en el interior de las cuevas o los incineraban, a veces con
acompañamiento de ofrendas para la otra vida. La apropiación o recolecta de los
alimentos solo permitía la formación de bandas pequeñas y grandes unidas tal vez
por lazos de parentesco, es decir, familiares, los cuales poseían una gran
movilidad y un escaso quipo material, sometidos a sus necesidades más
apremiantes y se vivían en cuevas, abrigos y campamentos temporales al aire libre,
con un nivel cultural bastante bajo", dijo Lorenzo.41
41 Lorenzo, Jos Luis, Agroecosistemas históricos, o, 58
53
Por su parte, Ángulo dijo que en el Preclásico inferior, que va 13400 a 1500 C "ya se
efectuaba el cultivo de plantas alimenticias como la actividad primordial" y se
utilizaban los siguientes tipos de cultivo: el humedal, que se lograba en las verjas
de los ríos que se inundaban en la época de lluvia, las terrazas, que era una palizada
o simple superposición de piedras acomodadas por lo regular en forma de talud,
con la cual se requería un gran trabajo comunal; un sistema de pozas que se
forma por medio del sistema de drenaje pluvial; los amanalli o concavidades
tipo chultun, que eran grandes estanques en donde se almacenaban agua
recolectada en pozos y depresiones o pequeñas lagunas naturales; canales,
acondicionamiento de cauces naturales hechos por excavación o por la instalación
de piedras labradas y diques y represamientos hechos para contener o desviar el
agua. Todo ello sobre la base del trabajo comunal o tequio.42
Lorenzo afirmó: "es de suponer que las primeras plantas cultivadas lo fueron por el
simple procedimiento de ayudarles en su crecimiento quizás escardando y evitando
que algunos animales se las comiesen sin llegar todavía a plantarlas: Cuando la
asociación de ideas entre plantas y semillaestablecido existió la posibilidad de
conservar algunas semillas o partes generadoras para plantarlas en lugares
semejantes a aquellos a los que normalmente crecían, con mayores modificaciones.
El instrumental no pudo haber sido otro que aquel en el que la literatura etnográfica
se llama bastón plantador, por lo demás o menos, metro y medio, de madera dura
y de un grosor entre 3 y 5 centímetros, algo aguzado en uno de sus extremos; su
rigor está en los palos que los recolectores tanto hombres como mujeres,
emplean para desenterrar raíces, escarbar en madrigueras o en áreas futuras.
42Ángulo, Jorge. Aprovechamiento agro hidráulico en el Preclásico Medio Superior, p.223.
54
Este bastón plantador es el que, con el tiempo, se convertiría en la coa".43 Fueron
mejorando los incas y por ello la producción aumentaba creándose un excedente,
el cual se almacenaba y transportaban, indicando que en esta etapa la agricultura
no fue la actividad principal sino de carácter secundario con respecto de la caza y la
recolección y tampoco había una clara división del trabajo.
La observación de los fenómenos de la naturaleza y la acumulación en la
experiencia humana de estos registros, produjo cambios cuantitativos, no solo en
la agricultura, sino también en el resto de las actividades humanas. Sin duda, dichos
registros se producen a través de varias generaciones de personas que
observan, por ejemplo, el movimiento de los planetas y de los astros en general,
para concluir si había el peligro de una helada, de una sequía, de una granizada
o por el contrario, de una inundación. El estudio de las estaciones del año fue
fundamental, pues el hombre aprendió en qué momento se debería plantar las
semillas para su cultivo, en qué etapa maduraban y bajo qué condiciones y en
qué momento se deberían recolectar las cosechas. La calidad de las semillas, su
productividad, el grado de resistencia a los fenómenos climáticos, la selección de
las mismas según el tipo de suelo, fueron otros elementos dignos de análisis y
estudio. La experiencia de los grupos se acumulaba a través del tiempo y todos
llegaban a las mismas conclusiones y se organizaban todas las facetas de la vida
social en torno a esa actividad fundamental. La vida en su conjunto operó en
función de los creadores y cultivadores de las gramíneas, sobre todo. Al emplear el
concepto de creadores nos estamos refiriendo a los que se especializaban en
injertos para producir plantas más nutritivas y resistentes, valorando las 43 Lorenzo, José Luis. Agroecosistemas Prehistóricos, en Chinampas Prehispánicas. compilador, Carlos Javier Gonzalo, Antología, Serie Arqueología, INAH,p,98
55
características que tenia cada una de ellas, hasta hacer una síntesis.
Al estudiar la periodización de la historia, López Austin consideró que el preclásico,
de 2500 a 150 y 200 D.C., se había caracterizado por el sedentarismo agrícola y la
cerámica, el cultivo de temporal, el incremento del número de miembros de los
grupos humanos, la concentración de caseríos y aldeas que no rebasan unas 20
chozas, la homogeneidad del grupo, la organización tribal igualitaria, la producción
interna para fines de subsistencia aunque también había intercambio entre las aldeas.
En el preclásico medio, de 1200 A.C., a 4000 se produjeron importantes cambios
tecnológicos sobre todo en la agricultura, con la construcción de represas, canales,
terrazas y otros sistemas de control de agua, variedad de plantas domesticadas,
perfeccionamiento de la cerámica y de la talla de piedra, diferenciación social y
surgimiento de jerarquías por linaje, construcción de grandes plazas y templos. En el
preclásico tardío 400 A.C., a 1500 había una agricultura intensiva, un rápido
incremento de la población, aumento del número y tamaño de los asentamientos,
complicidad socioeconómica creciente, expansión del comercio y establecimiento de
largas rutas mercantiles, gran importancia comercial de la obsidiana.44
Escribió Kirchhoff que "el nivel rnás primitivo conocido en la evolución social muestra
comunidades relativamente pequeñas con una economía recolectora. Las
comunidades, algunas de las cuales están unidas a través de lazos lingüísticos
comunes, costumbres, creencias, constituyendo lo que se llama usualmente una
tribu, son aparentes en todos los lugares un núcleo de parientes cercanos
(parientes, tanto a través de casamiento, como de sangre); a este núcleo le son
atribuidos a menudo parientes más lejanos e individuos no relacionados, que por 44 López Austin, Alfredo. La periodización de la Historia Mesoamericana, Arqueología Mexicana, 13, 2008, 12 p., p.8
56
una u otra razón dejaron a su comunidad de origen. Sin embargo, en todos lados el
elemento decisivo constituye el grupo de los parientes por sangre o matrimonio. Con
mucha frecuencia, la comunidad consiente solamente de este grupo: una pareja
casada y algunos de sus hijos casados, o usualmente solo de los hijos varones
casados o solamente de las hijas casadas junto con sus esposos y esposas y
sus hijos no casados. Este grupo y toda la comunidad, si es más grande que el
núcleo de parientes, no es de ninguna manera una unidad permanente.
Periódicamente se divide en unidades más pequeñas de composición similar
por la muerte de un miembro importante de la comunidad, por fricciones entre
hermanos, entre los miembros del grupo o simplemente como resultado de la
imposibilidad del grupo de existir más allá de cierto número de persona en una
misma localidad, dado ese estadio de la economía y organización".45 Y por ello
distinguió entre parientes por sangre y parientes por matrimonio, son estrechos los
vínculos entre comunidades, siempre por medio de matrimonios.
La vida social en los grupos humanos preagrícolas supone que la actividad
básica era la recolección de frutos, legumbres y otras plantas silvestres. Para
llevar a cabo esta tarea no se necesitaban utensilios de producción muy
elaborados pues las manos cumplían en realidad estas funciones. En estas
condiciones, este tipo de economía tenía muy pequeñas dimensiones y por lo tanto
requería también de grupos humanos muy reducidos que se tenían que mover
constantemente de un sitio a otro, siempre con el peligro de enfrentar a otros
45 Kirchhoff, Paul. Los Principios del Sistema Clánico de la Sociedad Humana, 16 p., p.3
57
grupos cuando penetraban en territorios hostiles. En esta forma, las condiciones
de operación de los linajes sí operaban pues más bien se trataba de familias
completas o de familias que se mezclaban entre sí. Por esta razón requerían
habitaciones muy pequeñas, en algunos casos, una simple cueva o una
construcción hecha de bajareque, utilizando de materiales deleznables, muchos
vivían en acantilados o en simples chozas y se cambiaban de lugar cuando se
presentaban fenómenos climáticos importantes, como las heladas y las sequías,
prefiriendo siempre los climas moderados, sobre todo en donde hubiese bosques
y pastos la mayor parte de los meses del año.
Por su parte, García y Barcenas definió que el preclásico temprano "las herramientas
de piedra tallada eran relativamente estandarizadas e incluían gran variedad de
puntos de proyectil. En esta etapa se adoptan también el pulido de las piedras y las
herramientas hechas de madera se utilizan, una para el trabajo de la madera (hachas
y anzuelos) y otras para la molienda, sobre todo de semillas. También provienen de
esta etapa los vestigios más antiguos con los que contamos de redes, cestería y
candelarios" Casi también las planta sabían sido domesticadas y hay evidencia y de
la aparición del maíz; estaba el frijol, la calabaza, los guajes, el amaranto, el chile,
el aguacate. Entre los animales apareció el berro, el guajolote, las abejas y los
patos.46
Ubicó alrededor del año 1000 antes de Cristo, Matos Moctezuma, la aparición de la
arquitectura, de los centros ceremoniales planificados, de los aparatos ideológicos y
coercitivos, la regularización de la producción agrícola, la utilización de tierras, el
control de las aguas y surgieron los estratos sociales, todo lo cual implicó un enorme 46 García Barcenas, Joaquín, Preclásico temprano, 2,500 a 1200, en Arqueología Mexicana, 13, 2008, p
58
salto cualitativo. Y en este contexto ubicó a los olmecas en donde el control de la
sociedad "lo ejercen grupos minoritarios de personas, la población debía ser
numerosa, así como la mano de obra que se utilizaba para la realización de
construcciones y disponía de instrumentos de hueso como agujas, punzones y
espátulas, como ocurrió en Cuicuilco Tlapacoya.
Adelantó la hipótesis de que Teotihuacán se había fundado por la existencia en la
zona de muchos manantiales lo cual le permitió a los pueblos que en ella se
asentaran, que dispusieran de agua para sus actividades agrícolas. "En Teotihuacán
es en donde mejor vemos presente una sociedad profundamente estratificada y el
control social que existe. La producción agrícola es el principal medio de subsistencia
si bien creemos que el control militar de otras zonas de Mesoamérica aportó a
Teotihuacán una serie de materias que le son indispensables. Por ejemplo, al
norte estaba la zona de piedras caliza, tan necesarias para la construcción.47
Se puede observar, siguiendo cualquier sistema clasificatorio, que los grupos
humanos evolucionaron de formas de organización social muy simples, a otras más
complejas y diversificadas, pues no es lo mismo, por ejemplo, Cuicuilco que
Teotihuacán. En el primer asentamiento aparecieron formas muy rudimentarias en
la arquitectura, la cerámica y la lítica y en el segundo, registramos avances
notables en todas estas actividades y la aparición de otras funciones del hombre.
Eso no quiere decir que Teotihuacán sea distinto totalmente a Cuicuilco pues
comparten algunos rasgos generales que son comunes y de que solamente así se
pueden explicar la interconexión de fenómenos y problemas. El primer rasgo que
47 Matos Moctezuma ,Eduardo. Los Aztecas,, p.1
59
observamos es el de la densidad de los poblamientos pues en el primer caso se
trata de un grupo humano muy reducido, en el otro se trata de uno muy populoso.
Este cambio sustancial que se produce a través del tiempo pues supone que
Teotihuacán tenía una serie de ventajas materiales y ecológicas que permitieron
un mayor volumen de producción de alimentos, así como la posibilidad de tener un
excedente mayor para poder sostener a un creciente número de personas que se
dedicaban a las actividades del centro ceremonial y a las funciones administrativas.
Con base en un códice antiguo, referente a la migración azteca, para confirmar el
sentido de identidad o permanencia, al este en Colhuacán, los aztecas les
preguntaron a los jefes de las 8 tribus nahuas a dónde iban y les respondieron que
"nosotros los llevaremos y dijeron que está bien, entonces nosotros los vamos a
seguir, afirmaron los aztecas y después recibieron a un dios que se llamó
Huitzilopochtli, se repartieron en 4 divisiones y cada uno de ellos llevaban a cuesta un
bulto que era un dios. En el poblado de Altacuayan inventaron el lanza dardos y la
flecha. Se recuerda que Moctezuma autorizó una expedición para ir en
búsqueda de Aztlán y llamó a un cihuacotl, quien era un anciano muy viejo y le
preguntó qué memoria tenía sobre la historia de las siete cuevas y dónde habían
habitado los antepasados y éste respondió: en un lugar que quiere decir blancura,
hay un gran cerro en medio del agua, en este cerro había bocas y cuevas y con
concavidades en donde habitaron nuestros padres y abuelos, allí gozaban de gran
cantidad de patos, de ciervos marinos, de gallinas de agua, de gallaretas, andaban en
canoas y hacían camellones en que sembraban maíz, chile, tomate, bledo y frijoles
y todo género de semillas que comemos y que trajeron de acá".48 La búsqueda de 48 Krickeber Walter, Mitos y Leyendas Aztecas, Incas, Mayas y Muiscas, FCE, México, 1985, 221 p., p.87
60
Aztlán fue recomendada a hechiceros y así se trasladan al cerro de Cuatepec en
donde encontraron un ambiente natural parecido al descrito.
Santamarina hizo referencia al Circulo del Tepanecoyotl para estudiar los
antecedentes de los tepanecas, afirmando que habían sido presididos por cinco
tlahtoques chichimecas y cuatro de ellos figuraban como predecesores de
Tezozomoc. "En el caso del periodo de hegemonía tecpaneca parece asimismo que
el que Tezozomoc concede a alguno de sus hijos como Tlatoani, a un lugar y le otorga
a este un posición de mayor rango dentro de la organización imperial que a aquellos
en las que se concede un sitio de la dinastía real de Atzcapotzalco: Tezozomoc se
dirigió a señores locales a hijos suyos pero también procuraba heredar tepanecas en
otros lugares mediante el otorgamiento de hijas suyas como esposas de los tlahtoques
locales.
En relación con la población de Amecameca, según datos publicados a este respecto
por O Gorman, en el año de 1519 tenían 946 tributarios, con una población de
3784 y siempre dependió en lo civil de Chalco y de Tlalmanalco. En relación con los
antecedentes, dijo que los indios cultivaban frijoles, calabazas, tunas, gallinas de
Castilla y algunos magueyes, sembrando cada indio 200 brazas de largo y 40 de
ancho. Tenango era la sede de un señorío y reconoció como autoridad superior al
rey de Chalco pero fue conquistado por Huitzilihuitl y luego por Itzcóatl y más tarde
por Moctezuma. En el poblado de Acatzinco los indios siembran 120 brazas de
largo y 38 de ancho y en general los indios "siembran en pedazos, de 100 a 12°
brazos de largo. En el resto de las poblaciones la situación de la propiedad de la
tierra y su explotación era similar. En el oficio de Francisco Pérez relativo al 7 de
noviembre de 1599 se dijo que había "abundancia de aguas y de montes y que
61
tenían (los indios) muchas tierras en la cabecera".49
Ubicó al posclásico tardío 1200-1521 D.C. como una etapa que se distinguió por el
desarrollo de las técnicas metalúrgicas, con una intensa actividad comercial y un
auge del militarismo. En la metalurgia se trabajaban objetos de oro, plata, cobre,
teniendo como herramientas de trabajo las hachuelas, azadones, manivelas. Se
empleaba la aleación de cobre con estaño, la cual dio lugar al bronce. De este metal
aparecieron una máscara del dios Xipetotec, una hachuela, una coa, una pinza y
un disco laminado y martillado procedente del Occidente de México. Aparecieron
muchos mosaicos de turquesa. Fue un periodo de auge del militarismo.50
También Lombardo admitió que había un "desarrollo desigual" entre los pueblos del
norte y los pueblos del sur, considerando a los del norte como cazadores y
recolectores nómadas, mientras los aztecas y los peruanos "eran de los pueblos
más brillantes del mundo, no obstante que no habían conocido el uso del hierro, de
los animales domésticos y del conocimiento del principio de la rueda".51
Las crónicas confirman que los toltecas tenían un alto grado de desarrollo, si los
comparamos con los chichimecas: era mayor su nivel de desarrollo, por ejemplo, si
los relacionamos con los sioux e iraqueses pues estos pueblos seguían modificando
de una manera permanente su sitio de residencia, mientras que los toltecas habían
edificado por lo menos dos asentamientos muy grandes, Teotihuacán y Tula,
haciendo a un lado el debate que existe sobre su existencia histórica, todo parece
indicar que Tula Xicotitlán era, en todo caso, un poblado más pequeño que
49 Autos de la visita y Congregación de Amecameca, 30 de octubre de 1599, Boletín del AGN Segunda Serie, T. II, Núm. 1,196150 Santamarina Novillo, Carlos El “Circulo del Tepanecayol” de Codice Garcia Granados como fuente para el estudio del Imperio Tepaneca, Universidad Complutense de Madrid, 1999, 17 .p. 2351 1 Solís, Felipe, Posclásico Tardío, 1200 a 1521, p.64.
62
Teotihuacán y que más bien los toltecas se habían dispersado por todo el Valle de
México pues no era un pueblo guerrero que conquistara otros señoríos sino los
dominaban por medio de la cultura.
En algunos aspectos estaban más avanzados los otomíes y los zapotecas del
Valle de Oaxaca y más aun los mayas de la Península del Yucatán. Por esta razón,
la afirmación de Lombardo adquiere plena validez pero a la vez confirma que no es
conveniente,que se formulen consideraciones "científicas", explicar las etapas en
que han vivido los pueblos como si fueran categorías omnicomprensivas, porque de
hacerlo, toda la particularidad de la vida de los pueblos se subsumen en esas
categorías de una manera forzosa.52
Sin duda, dijo Matos Moctezuma, la aparición de la agricultura implicó un salto
cualitativo a la historia de las primeras sociedades, pero se incorporaron nuevos
instrumentos de producción, como la coa y el bastón plantador de madera que se
utiliza para la siembra. "La cerámica también se descubre, la cual permite al hombre
crear utensilios y figurillas, en las que plasma, en el caso de este último,
representaciones de mujeres desnudas con marcada exageración de las caderas y
los pechos, seguramente por la importancia que la fertilidad ha cobrado dentro del
grupo y que la lleva a considerar la tierra como madre universal que genera la vida de
las plantas, tan necesarias ahora para la supervivencia de la aldea". Consideró a
estos grupos como sedentarios agrícolas igualitarios.53
Los grandes cambios sociales se producen en la historia de los grupos humanos
52 Lombardo Toledano, Vicente. Mensaje de un Latinoamericano a los Intelectuales del Mundo, El Popular, 22 de agosto de 1948.53 Matos Moctezuma, Eduardo. Los Aztecas,, p.25
63
mediante la acumulación de avances tecnológicos y sociales y por ello tienen
largos periodos de maduración. En estas condiciones, ha habido pocos cambios
revolucionarios, de fondo, que han modificado estructuras materiales y humanas
desde su raíz. Sin duda, una de esas reformas fue la aparición de la agricultura
primitiva pues los hombres dejaron de andar de errabundos por los montes, las
montañas, las praderas, para asentarse en forma definitiva en un lugar
determinado. En estas condiciones el cultivo de la tierra, que antes era aleatorio o
circunstancial pues los grupos cultivadores apenas levantaban una cosecha, se
trasladaba a otro sitio por lo que se vieron literalmente obligados a incrementar
la productividad.
No solo se desarrollaron y perfeccionaron los instrumentos de producción sino
también el resto de las actividades humanas, como la arquitectura, y los materiales
que se utilizaban en ella, la cerámica, que amplió sus presentaciones y se hizo más
bella y más utilitaria, la fabricación de muchas y variados artefactos de piedra, de
metal y de otros muchos materiales; la escritura, la pintura, el progreso de la
ciencia como la astronomía, la agronomía, la navegación, la biología y la filosofía.
Desde el punto de vista tecnológico se avanzó a la fabricación y uso de la coa de
madera, el plantador con una punta de metal, hasta el ideológico que consideraba
a las tierras como una madre que proveía de todos los alimentos.
Al hablar Clark sobre el Preclásico Tardío de 400 A.C., a 200 D.C., dijo que existían
ya unas 20 ciudades y la población se estabiliza hacia los centros urbanos
practicándose la agricultura intensiva de terraza y de riego, la arquitectura de piedra
64
se volvió norma1, mientras Conwgill, al referirse al Clásico Temprano, 150 a 600 D.C.,
afirmó que se trataba de una agricultura de subsistencia que se basaba en el maíz
y se completaba con el cultivo del frijol, calabaza y otras plantas domésticas, en
donde surgieron los centros ceremoniales de Teotihuacán y Montalbán y en ella
"abundan los simbolismos bélicos", prevalece el gran comercio; hubo un gran auge de
las labores artesanales, sobre todo a la fabricación de cerámica, herramientas de
obsidiana, trabajos de jade y otros metales preciosos, decoración de textiles y
albañiles, sobresalía la cerámica anaranjada.54
El trabajo debe al lenguaje sus primeras armas, sus razonamientos imprecisos
todavía y su medroso interés por conocer las causas de las fuerzas hostiles que lo
rodeaban. Su inteligencia creció y ya no se detuvo. Saber, indagar, descubrir fueron
su esencia y su móvil, pero como la ignorancia del hombre corría pareja con su
miedo, atribuyó a seres sobrenaturales las causas de los fenómenos y la acción de
los animales que les ponían en peligro constante, obligándolos a pelear o a huir
sin contar con refugio seguro. La inteligencia tuvo un origen humilde. Es un
instrumento pulido en un proceso de centenares de miles de años. Nació en las
sombras y solo puede llegar a la claridad siguiendo el camino del conocimiento de
lo que se halla fuera del hombre.
La evolución de la inteligencia ha destruido los viejos dioses, los mitos antiguos, los
prejuicios milenarios, a cada descubrimiento que realiza, a cada paso que da el
conocimiento de la verdad, relativo en cada ocasión, pero sólidamente construido,
54 Clark, John, Preclásico Tardío, 400 A.C. A 200 D.C. p.29.
65
en la cual otras verdades se agregan en sucesión que jamás se interrumpe. Por eso
el hombre ha venido luchando a lo largo del tiempo contra sus creencias irreales y
fantásticas y le ha costado esfuerzos enormes destruir sus propias invenciones
nacidas del error", afirmó Lombardo55
Destacó en este proceso al trabajo, como aquel mecanismo universal que permite
incidir sobre la naturaleza para someterla, transformarla y extraerle sus frutos, al
grado que definió el ser humano como un Homo creatur, es decir, un hombre que
no solo piensa, inventa, sino que también fabrica objetos, cosas, herramientas,
cada vez más sofisticadas. Al principio, los hombres vivían siempre atemorizados
pues ante cada fenómeno natural, veían la manifestación de un ser divino, ya sea
un enojo o un signo de alegría, según fuera el caso.
En la Tira de la Peregrinación, cada paso del grupo mexica está orientado por un
dios y las decisiones más importantes tienen que tomarse teniendo en cuenta su
consejo e inspiración. El hombre se fue abriendo paso en medio de este universo
deificado y por ello fue investigando las causas de los fenómenos naturales,
tratando de evitar que fueran a ser considerados y tratados como prisioneros de
fuerzas extra naturales, ajenas y sobre impuestas a él, a la manera de un
complemento indispensable, produciendo y fabricando bienes y objetos.
Afirmó Guemes que en el periodo protoagrícola surgen asentamientos de franca
sedentarismo "y del asentamiento constituido por campamentos estacionales se
pasa a la formal de pequeñas aldeas que se mantienen de una economía mixta
basada principalmente en el cultivo y la recolección, la pesca y la cacería. Estos
55 Conwgill, George Clásico Temprano, 150-600 p.36.
66
habitantes sedentarios vivían en chozas construidas con materiales perecederos,
como lodo y bajareque y es probable que en esa época se iniciara la división del
trabajo por sexo”. A este periodo corresponderían los asentamientos de Tlatilco,
Zacatecas y Arbolillo. Después en el Preclásico Medio y el Preclásico Superior se
formaron los pueblos de Atotoc, Xalostoc, Cuatepec, Copilco y Tlapacoya y
persistieron los de Tlatilco, Zacatenco, Arbolillo. En ellos los pueblos se
dedicaban a cultivar mediante la parcela familiar, otras tierras estaban dedicadas a las
casas-habitación y otras tierras a los servicios públicos. En el preclásico superior
estaban los pueblos de Zacatenco, San Cristóbal Ecatepec, Cerro del Tepalcate,
Tepetlanetoc, y Teotihuacán, transformándose las aldeas en villas.56
El hecho de que los grupos humanos se asentaran en forma definitiva en un lugar
determinado y tuvieran como actividad central la agricultura, no excluyó, desde
luego, la realización de las otras funciones, como la caza y la pesca. Menos aun en el
caso de los pueblos del Valle de México en donde por ser una zona lacustre, había
muchos recursos naturales acuáticos y por haber a sus alrededores montañas y
serranías, había mucha fauna. Por lo tanto, la pesca y la caza fueron actividades
que se siguieron realizando en forma permanente y complementaria a la dieta
del maíz, que se convirtió en el principal alimento. Pero ya había una ventaja
considerable: mientras los productos de la caza y de la pesca estaban sujetos a una
serie de fenómenos naturales aleatorios, como la frecuencia de la lluvia o el nivel del
agua de los canales y de los lagos, se tenía asegurada un determinado rango
de producción de maíz y sus déficit, se cubría por medio de los intercambios
comerciales. 56 Lombardo Toledano, Vicente, Homilía por el Pensamiento, Revista Siempre. 17 de agosto de 1902.
67
Al aparecer las aldeas, que fue el primer paso que produjo la conjunción de varias
familias, surgió la necesidad de que al lado de las zonas de producción comunal,
hubiese parcelas de carácter familiar que permitieran complementar la dieta
alimenticia y se empiezan a dividir las tierras para distintos usos y finalidades, lo
cual originó la formación de villas en donde las aldeas, tienden a unificarse desde el
punto de vista territorial, económico y político, pugnando siempre por evitar al máximo
cualquier forma de dispersión.
El aumento de la población generó un incremento notable de necesidades físicas y
sociales, desde aquellas relacionadas con la alimentación cotidiana hasta las relativas al
gobierno y a la administración pública. Mayores volúmenes de maíz, chile, calabaza,
chía y otros muchos productos más, lo que indujo a ampliar en forma considerable las
superficies de tierra aptas para los cultivos. Marx refiere que en esta etapa está presente
la conquista, es decir, la obtención y ocupación de nuevas tierras a costa y en
detrimento de otros pueblos pues el aumento de la población, afirma, no es una
abstracción sino una realidad objetiva que hay que enfrentar. Para emplear términos
modernos, afirmamos que se tuvieron que ampliar las "fronteras agrícolas" de los
poblados y hacer acopio de inmensas cantidades de materiales para poder construir
nuevas casas, edificios de tipo religioso y administrativo y otros. Se requerían grandes
volúmenes de leña y de carbón para satisfacer las necesidades de combustible de estas
zonas y para levantar los techos y las paredes de las casas habitación.
El centro de las poblaciones, es donde generalmente residían los jefes militares y
religiosos, se fue reajustando para dar origen a nuevos focos poblacionales, en donde
68
se asentaron los hijos y los descendientes de los fundadores de estos establecimientos.
Ya no fue posible un acceso igualitario a las materias primas, como había sucedido en
el pasado remoto, sino ahora había un acceso limitado y controlado por distintos grupos
hidráulicos para la agricultura de chinampas y de riego por canales pero también
propició la aparición de un gran mercado de artículos suntuarios y a la aparición de
especialistas como los albañiles, alfareros y lapidarios. En referencia a Teotihuacán dijo
que "era un núcleo urbano compacto y un anillo se extendido a comunidades satelitales.
El centro del núcleo está formado por la pirámide más importante llamada por los
aztecas Templo del Sol. Los recintos sagrados están rodeados por barrios
habitacionales dispuestos en una formación compacta de cuadro. La distribución indica
un crecimiento urbano conforme a los lineamientos de un plan regulado y no como
resultado de una aglomeración dejada al azar. Calles y plazas estaban pavimentadas
con cemento duro y bajo este piso corrían conductores de drenaje subterráneo,
convertidos a coladeras colocadas en el piso de los patios de las casas. Todas las
casas eran construcciones de mampostería de un piso con azotea. Muros y pisos
estaban recubiertos con un aplomado de cal". Hicieron mención de los estudios que
hizo Millo que incluyeron un mapeo aéreo y un estudio de superficie de unas 800
hectáreas y los estudios de Sanders que calculan que en suburbios habitaban unos 20
mil individuos.57
Escribió López Austin que:
"Una vez lograda la sedentarización, el ritmo de la historia fue más rápido. Las
aldeas de agricultores crecieron con el desarrollo de las técnicas agrícolas. Después
la complejidad social produjo la concentración de los aldeanos en torno a un centro
57 Armillas, Pedro. El Norte de Mesoamérica, p.179.
69
ceremonial, sencillo este en un principio, para hacerlos más bellos con el paso del
tiempo. La división social fue encontrándose tanto por la división del trabajo, dentro
de las aldeas, como por lo que parece haber sido el surgimiento de un linaje de
dirigentes.
El intercambio de productos se incrementó entre aldeas distantes y con el
desarrollo y la transmisión de técnicas, la circulación de bienes suntuarios y la
especialización en la producción de las aldeas. No tardó en aparecer el control del
intercambio de bienes, acompañado del predominio de unas aldeas sobre otras y
el surgimiento de los conflictos políticos que desembocaban en la guerra. La
especialización del trabajo y también regional ahora se desarrolla; con ello el
comercio, controlado por los centros más poderosos, establecen redes por toda
Mesoamérica. Los dirigentes dejan de ser simples jefes de un linaje, para formar
aparatos burocráticos que controlaban poblaciones numerosas. Las diferencia
sociales, ahora marcadamente económicas, se profundizan considerablemente,
abriendo una brecha entre dominante y dominado".58
La sedentarización creó condiciones propicias para un desarrollo muy rápido de las
fuerzas productivas debido a que se acumularon mayores volúmenes de
experiencia técnica y de observaciones científicas y fue posible incorporarla a los
procesos productivos y obtener nuevos utensilios, así como adelantos en la
cerámica, la arquitectura y en general, en lo que se llama "las artes mecánicas" que
son aquellas que están relacionadas con la producción material. Los fenómenos de
la observación, de la comprobación empírica, de la experimentación requieren
58 López Austin, Alfredo. La Educación de los Antiguos Nahuas, p.34
70
condiciones mínimas de estabilidad y de permanencia para poder producir sus
frutos y esto no podía lograrse en la etapa nómada. Fue necesario avanzar
hacia el registro de fenómenos naturales, históricos, políticos, fechas, nombres,
datos en general por lo que fue necesario progresar en las distintas formas de
escritura. La pictografía fue una de las modalidades más importantes pues permitía
dibujar muchos de esos fenómenos.
En síntesis, la sedentarización facilitó una mayor y más clara división del trabajo,
por sexos y por edades, por ejemplo, hasta diferenciar grupos humanos cada vez
más especializados. En la dirección de las aldeas y de las villas, se perdió la
unificación del mando en un jefe guerrero y militar, para superar sus funciones
depositándolas en individuos separados, lo que también se refleja en el resto de la
sociedad a favor de un mayor número de oficios y de artesanos.
Debemos constatar la existencia de un importante e histórico progreso tecnológico
que se observa en casi todas las actividades humanas y productivas, desde la
fabricación de artículos de piedra, hasta la elaboración de refinados y bellos
objetos de oro y plata. En síntesis, la sedentarización produjo, propició o facilitó
un gran auge de los niveles de productividad hasta ese momento alcanzandos por
el hombre que abandonaba y superaba los grandes progresos a que lo había
conducido la llamada "revolución neolítica". Sin el incremento de la productividad,
concebida desde el punto de vista histórico, es decir, relacionando los
rendimientos que había en una etapa humana con los de otra etapa histórica, no
se puede entender el crecimiento en la producción de alimentos, la introducción de
nuevas técnicas y artes de caza y pesca, la construcción de obras hidráulicas;
71
así mismo, podemos afirmar en cada actividad humana fue enriquecida de una
manera notable. La experiencia acumulada indicaba que en el pasado, por la
cacería de los grandes animales, se requería el concurso organizado de muchos
individuos, así como para la construcción de grandes edificios y centros
ceremoniales, principios organizativos que siguieron siendo válidos en la etapa
posterior.
Definió Lorenzo "que la etapa de las comunidades sedentarias marca una forma de
vida estable o de sitios permanentes, basada en la agricultura, caza, pesca y
recolección, que indicó la producción de alimentos y una gradual economía
mixta; mismo que produce una autosuficiencia y autonomía, una organización
comunal, poblamiento de aldeas dispersas o concentradas, al inicio de ciertas
artesanías no especializadas, intercambio de productos locales, divulgación de los
patrones agrícolas, incorporación de nuevos artefactos y otros factores de
desarrollo".59 En este contexto, en el periodo agrícola aldeano los grupos agrícolas
y pescadores se vuelven autosuficientes y ahora es común la agricultura de roza, e
incremento de las especies vegetales y el uso de las hachas de piedra para el trabajo
de los campos.
La conformación de villas o "ciudades" impulsó la ampliación de la estructura
material de las sociedades, es decir, de los canales, acueductos, diques, campos
de cultivo, zonas boscosas, lagunas pues al unificarse se desarrollo en forma
exponencial su explotación. En la zona lacustre, por ejemplo, se dictaron una
serie de medidas para regular la pesca dado que había un ascenso notable en el
número de demandantes. Se unieron en la práctica pequeñas economías a escala, 59 Lorenzo, José Luis y otros. Del Nomadismo a los Centros Ceremoniales, INAH, México, 1975, 318 p., p.13
72
para producir unidades productivas mayores que tenían por lo tanto una mayor
productividad. Ya no se trata de "minúsculos mercados" o de mercados
exclusivamente limitados a una ciudad sino a regiones más grandes con un mayor
número de productos y de consumidores; de una villa a otra se podían intercambiar
estos productos, pero esto no significa que la dispersión como fenómeno general
haya concluido históricamente pues todavía muchos grupos humanos quedaron al
margen de estos cambios.
Un primer resultado es la construcción de edificios e instalaciones de grandes
dimensiones, entre ellas las pirámides, que tenían una finalidad ceremonial y de
otras muchas instalaciones que tenían también ese fin y así surgieron las
habitaciones suntuarias y lujosas de los gobernantes y del personal administrativo
del gobierno, así como del resto del personal directivo de los templos y de las
escuelas. Los grupos así unificados habían logrado un apetecible nivel de
autosuficiencia de alimentos o de materias primas o por lo menos esa es su
finalidad esencial y podían vender o entregar mediante el mecanismo de tributos
una parte de su producción a otra ciudad.
También Lorenzo indicó que había una "perfecta comunicación" entre los lagos de
Xochimilco-Chalco, el cual drenaba en el de México-Texcoco por un curso de
agua que sería el canal de la Viga y "el requisito previo fue el establecer el sistema
de calzadas y de que mediante el cual y a través de sus compuertas, se regulaba el
sistema de turnarse de excedentes de un lago a otro. Esto era obligatorio debido
a las características climáticas de la cuenca, con una apropiación masiva de
precipitación en unos cuantos meses y un largo tiempo de sequía. Las chinampas
73
regadas en un determinado nivel de agua en los canales que las circundan ya que
la oscilación de ese nivel no puede sobrepasar unos cuantos centímetros, pues si
se queda demasiado bajo, la capilaridad no es suficiente para humedecer las raíces
de las plantas sembradas y si es demasiado alto produce el efecto contrario, exceso
de agua, tampoco permite el crecimiento, aparte de que se corría el riesgo de
alcanzar los extremos, una total sequía o la inundación".1 Indicó que este control
del agua se obtuvo de una manera completa durante la hegemonía tenochca
calificándo de deficientes los sistemas hidráulicos debido a la falta de
instrumentos metálicos y de los medios, no obstante que se podían movilizar
grandes grupos humanos para construir obras hidráulicas.
La aparición de ciudades estableció una diagramación de lo que sería la zona
fundamental siguiendo a Molina Enríquez que destaca como característica la
de ser productora de cereales, sobre todo de maíz. Se trata de un conjunto de
poblados o de ciudades, intercomunicadas por vías lacustres, es decir, por vías
navegables a través de canales, acequias y diques, en donde las porciones de
tierras son escasas. En los mapas de la época los mayores espacios los ocupan
los depósitos de agua de México, Chalco, Texcoco y otros, lo que hace pensar
que se trata de una zona apta para la navegación y la pesca y que la llamada
"frontera agrícola" estaba fuera de esta zona. La pesca fue en estas condiciones
naturales una actividad muy importante y a veces hasta decisiva, colocando la
agricultura en un segundo plano, pero en la realidad socioeconómica, la
producción de maíz fue central para todos los pueblos, mientras que los productos
derivados de la pesca, fueron su complemento indispensable.
Se aprovecharon los recursos hidráulicos disponibles para establecer o construir
74
acueductos que permitieron transportar agua dulce hacia las habitaciones, edificios
y "palacios", hacia los campos de siembra y canales y terraplenes para desviar y
canalizar el agua y mantener un equilibrio en la zona, sobre todo para evitar los
efectos destructivos que tenían los desniveles de los lagos de Texcoco y México.
Por su parte, Cervantes, al referirse a los grupos aldeanos de la Cuenca de México,
definió que "en la siembra empleaban el bastón plantador, el cultivo fundamental
era el maíz, después la calabaza, el frijol, el chile; a la vez que la dieta alimenticia
se completaba con los productos de la caza del venado, pato, jabalí, aves de la
pesca, practicada con redes y nasas, lo mismo que con los productos de la
recolección como el aguacate, el maguey, nopal y amaranto y en el aspecto
tecnológico era importante la manufactura de cerámicas "utilizando artefactos y
herramientas de obsidiana y de pedernal con los que fabricaban navajas,
raspadores, perforadoras, martilladores, morteros, metates, morteros que las mujeres
se dedicaban a la preparación de la comida, a la recolección de frutas y semillas, a la
elaboración de cerámica y tejido, mientras que los hombres se dedicaban a la caza,
a la pesca y a fabricar instrumentos.60 Señaló que entre los sitios más
representativos de esta etapa estaban El Arbolillo, Tlatilco, Zacatenco y el Valle de
Teotihuacan.
El proceso de transformación a las sociedades aldeanas implicó una serie de
cambios importante, como la división del trabajo por sexos, entre ellos la ubicación
de las mujeres en un nuevo contexto, que se dedicaron sobre todo a labores de
recolección de las cosechas, auxiliando a los hombres. Ahora apareció con mayor
nitidez e importancia su papel como encargada del hogar y del cuidado y la 60 Cervantes, María Antonieta. Los Grupos Aldeanos de la Cuenca de México, en Del Nomadismo a los Centros Ceremoniales, p.107
75
educación de los hijos. Las labores dedicadas al cultivo de las plantas se hicieron
cada vez más sofisticadas pues se produjeron muchos instrumentos, como
morteros y raspadores, en donde prevalecían las mujeres que se dedicaban a la
preparación de la comida, al tratamiento de las materias primas y al uso de los
artefactos de cerámica que cada vez son en mayor número y variedad. La
cerámica se desarrolla en forma extraordinaria y fue una de las manifestaciones
más objetivas del progreso de las comunidades pues sus productos se utilizaban
para recoger los alimentos y almacenarlos. Los hombres se dedicaban a cultivar las
tierras, a la caza y a la pesca, como lo consignan los diagramas del Códice
Mendocino, mientras que las mujeres están tejiendo.
Después aparecieron los denominados "pueblos teocráticos" que constituyeron
centros ceremoniales, corno los definió Pina Chan, confirmando que eran
agrupamientos de varias aldeas y rancherías en donde había sacerdotes, artesanos,
comerciantes y campesinos que tenían un centro mayor, pero ya también había
"una economía mixta productora de alimentos que exige una máxima explotación
de los diversos ambientes ecológicos; el desarrollo de nuevos sistemas agrícolas
como el terraceado y el riego artificial; el aumento de la población; el
desenvolvimiento de las tecnologías y de las artesanías especializadas; el
comercio e intercambio de experiencias y conocimientos; la difusión de estilos
artísticos, lo mismo que la acumulación de excedentes económicos y su
redistribución en beneficio de la población y de los centros ceremoniales, la
religión institucionalizada; conocimiento del calendario, numeración y escritura
jeroglífica, división del trabajo...".61 En sus centros ceremoniales estaban 61 Pina Chan Ramón. Los Pueblos Teocráticos, en Del Nomadismo a los Centros ceremoniales, p.169
76
gobernados por señores y sacerdotes, pero continuaban dependiendo de la
agricultura, de la caza, de la pesca y de la recolección.
Piña Chan ha hecho estudios acerca de la composición de los pueblos teocráticos
entendiendo que eran aquellos en donde la estructura fundamental era la existencia
del centro ceremonial que era en donde se realizaban actos de culto para los
dioses, pero no se puede afirmar que eran entidades aisladas sino que había una
serie de aldeas y de rancherías que producían bienes y servicios para ellas, en
las cuales vivían los sacerdotes, artesanos, comerciantes y campesinos. Ningún
centro ceremonial, podría subsistir por sí mismo; necesitaba la aportación material
de los habitantes y trabajadores de esos sitios y se beneficiaban con el tipo de
economía existente. Al leer una serie de descripciones, encontramos que recibían
no solo maíz sino también leña y madera, agua, fruta y servicios personales. En
síntesis, los centros ceremoniales fueron conjuntos o asociaciones de aldeas y
villas, las cuales fueron el soporte material de las castas guerreras.
También Romero destacó las aportaciones de Othón de Mendizábal para delimitar
la región de Mesoamérica al definir un subsistema de vida por medio de un régimen
alimenticio que separara a los grupos de cazadores y recolectores, de los grupos
agricultores, colocando el río Sinaloa como la frontera de este estado. Después
Kroeber precisó la frontera sur que estaría ente Panamá y Nicaragua. Al
descubrirse esta zona se tomaron en cuenta cierto elementos tales como
elemento cultivados exclusivos, elementos culturales comunes del área y de otras
ingerencias y elementos culturales que sobresalen por su ausencia en el área y
después Kirchhoff "privilegió como elemento indicador de cultura la actividad
agrícola; su alimentación se asociaría, a u vez, con la tecnología y con alguno
77
elementos materiales de la cultura "y al considerar otro factor común, la lengua,
precisando que las familias mayas, zoques, totonacas, cuzcatlecas, radicaban desde
hacía mucho tiempo en este territorio y por lo tanto sus habitantes tuvieron una
historia común. Concedió una gran importancia a los trabajos de Pedro Armillas,
influido por las ideas de Childe sobre los sistemas de cultivo en la región,
enfatizándose no tanto en los rasgos comunes sino en la presencia de una estructura
social y de una clase dominante.
Al definirse el concepto Mesoamérica, sobre todo por Kirchhoff, los grupos
recolectores aparecieron como grupos atrasados históricamente hablando, que
estaban ubicados en el norte, mientras que el resto de la región había poblados que
tenían una serie de rasgos comunes. Se concluye que los pueblos
mesoamericanos tenían el mismo grado de desarrollo general, es decir,
disponían de un conjunto de fuerzas productivas que les eran afines, siendo la
agricultura su actividad esencial; una misma cosmovisión general del mundo, de la
vida y de la sociedad, una similar estructura de la tenencia de la tierra y una forma
de gobierno muy parecida. La región estaba intercomunicada con una gran
intensidad y variedad de formas, utilizando las vías acuáticas y las terrestres,
destacándose las terrestres de larga distancia que permitían conectar pueblos del
Valle de México con otros de la zona maya. Sedentarización equivale a civilización,
mientras que nomadismo significa un paso atrás en la historia humana de los
pueblos.
En la Memoria se enfatizó en las actividades lacustres o acuíferas como la
construcción de diques o canales, sembraduras y chinampas, que edificaron los
mexicas en su lago transcurrían desde el mítico Aztlán hasta el Valle de México lo
78
que indica que ejercían y dominaban varias técnicas constructivas. En
Chapultepec, por ejemplo, en donde se establecían, estando bajo el dominio
tecnpaneca, abundaban los manantiales, en Mexicaltzingo encontraron un "ojo de
agua hermosísimo". Para obtener tierras y espacios para su construcción utilizan la
desecación de porciones del lago y la construcción de las primeras chinampas pero
necesitaban madera para estacar por lo que optaron por utilizar el truque en
productos de la laguna por madera. "Las chinampas no las hicieron con el fin de
cultivarlas; los agricultores no entraban de antemano en los planes de los mexicas y
además el liquido semi salobre que lo rodeaba no era el más apropiado para ello.
Con la madera estaban, con las piedras robustecían los cimientos y con tierra y
césped rellenaban lo cercado convirtiendo así el agua en tierra firme. Se
extienden de tal manera que los pequeños islotillos que había alrededor fueron
quedando incorporados a la isla mayor".62
La desecación de la zona lacustre reflejó la necesidad imperiosa que tenían los
pueblos asentados en ellos de obtener mayores superficies de cultivo siendo la
construcción de chinampas una de esas modalidades la cual tuvo un alto desarrollo
en Chalco, Xochimilco, los cual permitió extender las superficies agrícolas para
evitar que los alimentos se importaran desde sitios muy lejanos, tratando de
disminuir los costos de la vida de la comunidad. Se otorgó una gran importancia a la
extracción de madera para la construcción de habitaciones, en el contexto de una
política de poblamientos que no fue deliberada ni consiente sino que busca el
autoabastecimiento de las villas y de los centros urbanos.
62 Memoria de las obras del drenaje profundo en el Distrito Federal, 4 Vols., México, 1973, T. II, p.28
79
Los jefes buscaron tener una "economía rentable", basada en la autosuficiencia
de los recursos naturales y alimenticios, es decir, a su lado se erigieron campos
de cultivo o zonas de sembradíos que permitieron abastecer el "mercado interno"
de esas localidades. No conocemos ningún plan de autosuficiencia para toda la
región lacustre, lo que permite concluir que sus dirigentes no tenían la noción
de pertenencia a una colectividad general, ni menos había un concepto de
nación y no había nociones abstractas de propiedad. La construcción de
chinampas no buscaba la colectivización de las tierras sino la ampliación
particular de tierras, lo que supone la existencia de la idea de ocupación y de
posesión.
En las láminas I a II de la Tira de la Peregrinación, según la explicación de
Kingsbourogh, se afirmó que desde luego no hay precisión del sitio denominado
Aztlán, que significa literalmente lugar de la blancura, pero que también se había
traducido como lugar de las garzas. En este estudio se afirmó que puede tratarse de
la isla de Mexcaltitlán, ubicado en el estado de Nayarit, o Mexcala, en Chápala. "Se
encontraron 8 familias, representadas por un individuo sentado". Pero ya en las
láminas III y IV no se habla de familias sino de cuatro barrios con sus respectivos
guiadores y se efectúan una serie de sacrificios humanos en honor a Huitzilopochtli,
que les dio el arco, la flecha y la red "para poner las piezas labradas, instituirlos
como cazadores, dándoles a la vez el nombre de mexicas en lugar de aztecas..."63.
En las láminas de Kingsbourog se puede determinar que fueron 8 grupos los que
63 Kingsbourogh. Antigüedades de México, Tira de la Peregrinación. Vol. 2, p.18.
80
salieron de Aztlán pues a cada grupo correspondía una cueva pero lo que
realmente importa es la existencia de 4 barrios que bien podrían ser gens o linajes
los cuales se transformaron en calpullis, que a su vez correspondieron a los 4
barrios en que se dividió México - Tenochtitlán. Desde el punto de vista
antropológico y por la representación de los glifos registrados, los mexicas eran
cazadores que básicamente se dedicaban a la recolección de frutos pues tenían
como símbolo el arco, la flecha y la red. Esa condición social era la de un pueblo
sometido o subyugado por un grupo más poderoso. Si Aztlán era un lugar lacustre o
una isla, entonces podemos concluir que, además, se dedicaban a la pesca, pero en
los glifos no se hace alusión a la realización de actividades agrícolas, indicando con
ello que era un grupo humano pobre que habitaba en un lugar "en donde no había
abundancia de recursos naturales" lo que dibujarían un sitio árido o semiárido del
norte.
Es muy importante el contenido de las láminas V y VI de la Tira de la Peregrinación
pues, en otros datos, apareció la presencia de los mexicas en un lugar conocido
como Coatepec, en donde por primera vez se realizó la ceremonia del fuego nuevo.
"El guiador les enseñó que con los palos se produce el fuego..."1 Pero además en ese
lugar hicieron una presa para contener las aguas de un río y encontraron un lago en
donde había una abundante pesca. Se trata de Tula la cual comenzó a poblarse
pero a tal grado fue insuficiente la variedad de sus recursos naturales que pronto
la abandonaron y se marcharon a otras poblaciones. En Xaltocan había una
pequeña isla en donde sembraron maíz, cuautli, fríjol, calabaza, chilchotl y
construyeron las primeras chinampas y después pasaron a Tultepec, que estaba en la
margen occidental de Texcoco.
81
Las siguientes láminas reiteraron la lucha permanente por mantener una adhesión
plena a los dictados que les hacía Huitzilopochtli, quien los guiaba desde el punto
de vista espiritual y les enseñaba a realizar toda clase de esfuerzos y de
sacrificios. Iban presididos por la idea medular de que "nada permanece, todo se
transforma" al realizar la ceremonia del fuego nuevo en que se destruye todo el
pasado por viejo y caduco para dar origen a todo lo bueno; en cada sitio o territorio
había que empezar y acabar, acabar y empezar pero en realidad estaban
asimilando experiencias teóricas y prácticas de los pueblos que encontraban a su
paso, aprendiendo también de todos los esfuerzos que hicieron para la
transformación de la naturaleza.
El agua aparece como un elemento constante, tanto como obstáculo, para su
desarrollo y definitivo asentamiento como para su superación y por lo tanto, se
presenta en forma regular la realización de obras hidráulicas, con el fin de convertir
el agua en factor de progreso. Aparecieron registrados los primeros alimentos y el
proceso mediante el cual se va incrementando y mejorando esta dieta a veces de
productos lacustres y los primeros métodos de cultivo que permitían quitar agua a
las lagunas, aprisionarla y convertirla en tierra.
"Y así el primero que salió fue el género de los xochimilcas, luego siguió el de los
chalcas, luego el de los tecpanecas, luego el de los culhuas y tras de ellos los de
Tláhuac y las tribus tlaxcaltecas quedándose allá el mexicano según ellos dicen, por
ordenación divina. El de Xochimilco, como primero en su llegada, después de
haber rodeado todo el circuito de la laguna grande, pareciéndolo con un buen sitio y
apacible el que ahora posee, se asienta en él y torno lo que le fue menester
82
"afirmando que la generación xochimilcas habían llegado hasta Cuitláhuac,
Mizquic y Culhuacán. Los segundos pues llegaron, ni mucho después, fueron los de
la parcialidad y generación chalca, la cual en su llegado se junta con la de
Xochimilco y partió términos con el quieto y pacificante. Tomó por cabecera y
principal asiento a Tlalmanalco y de allí se dividieron los principales y grandes de
aquella generación a vivir en los lugares o cabeceras que tienen la dicha
provincia".64 Al llegar estos seis grupos chichimecas, que eran cazadores y que
vivían en condiciones casi salvajes pues no, estaban vestidos, dormían en los
montes pero también grupos que venían de Tlaxcala, Cholula y Huexotzingo, los
cuales se mezclaron con los chichimecas, los cuales poco a poco se fueron
"civilizando".
Esta descripción de Durán permite concluir que los siete grupos humanos que
en distintos momentos históricos llegaron al Valle de México tenían un origen
común, procedía del mismo linaje y por lo tanto estaban unidos por lazos de
parentesco y por ello sustentaban una idéntica concepción filosófica fundamental
del mundo, la vida, la religión y por ello mismo compartían una serie de valores
y adoraban a los mismos dioses. Había que preguntarnos si cada uno de esos
grupos era un calpulli o estaba compuesto por calpullis o estos aparecieron
cuando ya se encontraban en el Valle de México, merced a la influencia de los
toltecas. Por ello en estas condiciones y con tantos lazos comunes de por medio,
debieron encontrarse o reencontrarse con sus consanguíneos, pero el trato que
recibieron no fue el de tales.
64 Duran, Diego. Historia de los Indios de Nueva España e Islas de la Tierra Firme,.p.45
83
Ya estaban poblados Xochimilco, Chalco, Mixquic, Culhuacán, Cuitlahuac y
Tlalmanalco con una fuerte influencia mexica pero que al fusionarse o
encontrarse con otros pueblos, en realidad ya eran grupos distintos a los que
habían salido de Aztlán. En un periodo de 200 años, desde que salió el primer
grupo humano, hasta que salió el último de aquel lugar mítico ya se habían
producido una hibridación social y cultural que hizo que a los mexicas no les
reconocieran los lazos de parentesco que tenían con ellos.
El Códice Azcatillán apareció como punto de partida de la peregrinación, de Aztlán a
México, un sitio que está rodeado de agua y los hombres visten de saco y de maxtlatl
o de taparrabo. Junto con los templos se ven los jeroglíficos de cuatro señores que
aparentemente representan cuatro barrios. Estos cuatro personajes están
acompañados de cuatro casas, que se repiten varias veces en la escena y se
leyeron los nombres de los grupos que partieron en la peregrinación:
Maltazincas, Tecpanecas, Malinalcas, Cuillahuaca, Xochimilcas, Chalcas y
Huezotzincas y debajo de ellos están los nombres de sus respectivos jefes".65
Por los glifos de este códice se puede concluir pues, Aztlán era una isla y no una
parte de tierra firme y por lo tanto los mexicas ya tenían una sólida formación o
experiencia lacustre, entre ellos, ser buenos navegantes y conocer las políticas de
regulación y control de aguas, experiencia que había hasta ese momento histórico;
estaba dominado por un grupo que les era superior desde el punto de vista
tecnológico y social y por ello tienen una vestimenta particular; había cuatro jefes,
cuatro casas, que correspondían a la organización básica existente en Aztlán y que
65 Códice Azcatillán, introducción de Michel Graulich, Comentarios de Robert Barlow, Traducción al Español de Leonardo López Lujan, Biblioteque Nationale de France, 1995,143 p.,
84
por los nombres específicos estaban unidos por un gentilicio, es decir, era una
gens, tal como la definió Morgan.
En la Historia se hizo alusión a un hecho muy revelador: en los primeros tiempos los
mexicas andaban desnudos, "apenas vestidos con hierbas dando a entender que
cuando vinieron a México vestían tales vestidos y comían de lo que pescaban y
pasaron grandes trabajos", que durante 40 años "no habían tenido señor", que el
primero de ellos había sido Acamapichtli, quien había vivido 20 años. Señaló que
"en los primeros tiempos" se castigaba con la esclavitud al que se robaba
mazorcas de maíz, se castigaba la borrachera. En cuanto a las leyes vigentes "si el
hijo del principal salía tahúr y vende lo que se puede tener o alguna suerte de tierra,
moría por ello secretamente ahogado y si era macehual pechero era esclavo,
alguno tomaba los magueyes para hacer miel pagaba con las mantas que los jueces
mandan y si no los tienen son esclavos. Quien pida alguna manta prestada y no la
paga es esclavo. Si hurta alguna red de pescar, pagaba con manta y si no la tiene es
esclavo. Si alguno hurta alguna canoa o barco en que ellos andan, paga tantas mantas cuanto vale la
canoa y si no las tiene es esclavo. El que hurtaba algo de los tianguis, lo mataban a
pedradas, el que asaltaba en el camino también era apedreado, el que hurtaba
mazorcas de maíz moría por ello.66
Olmos demuestró que el grupo mexica no era un pueblo excepcional en la
historia de los pueblos del mundo y que se las mismas pautas generales de
desarrollo que las de los demás pueblos, por lo que las explicaciones místicas o
religiosas en realidad solo tienen un valor literario. Es decir, se trata de un grupo
humano que evolucionó desde condiciones de atraso tecnológico, social y cultural, 66 Olmos Andrés, Historia de los Mexicanos por sus pinturas, en Historia de los Antiguos Nahuas, p. 90
85
a otros niveles de desarrollo, hasta su culminación en el periodo de Moctezuma.
Este progreso lo observamos en las láminas de la Tira de la Peregrinación; en las
primeras pictografías aparecen pobremente vestidos y en la segunda se
presentan lujosamente ataviados y armados con pertrechos de guerra
"avanzados", lo que ratifica la idea de que habían pasado por distintas fases,
conviviendo y mezclándose con los chichimecas, los toltecas y otros grupos,
acumulando experiencias teóricas y prácticas.
La tradición que se expresa como modesta en los campos de la actividad humana
también se van ampliando y enriqueciendo, en la medida en que se mezclan con
otros grupos humanos y comparten sus formas de uso, sus creencias y mitos. El
grado de desarrollo material y cultural de un pueblo no se adquiere en forma súbita
o espontánea, mucho menos por la gracia de una divinidad o por los méritos de un
dirigente, sino es el resultado de la acumulación de muchos factores y requisitos
que confluyeron en el Valle de México.
"Fueron los toltecas gente crecida de cuerpo y dispuestos, andaban vestidos
de unas túnicas largas y blancas. Eran poco guerreros y más dados al arte de
labrar piedras que a otra arte alguna. El modo de su destrucción, perdición y
acabamiento fue que habían sido perseguidos y oprimidos de un cierto rey y
reyes por tiempo de más de 500 años, pareciéndoles que aquella persecución
procedía de tener renegados a sus dioses, se determina de hacer una junta
general de todos los sacerdotes, príncipes y señores, de cuenta que había en el
reino en un lugar llamado Teotihuacán que cae ahora 6 leguas de la ciudad de
México para hacer fiesta a sus dioses con intento de agradarlos y desenojarlos del
86
gran enojo que contra ellos tenía" y que después se habían desatado una matanza
entre ellos".67
Torquemada reafirmó la existencia de una relación hostil entre los chichimecas
y los toltecas. En efecto, algunos cronistas refieren el carácter "atrasado" de los
primeros, frente al carácter "progresivo" de los segundos, según los parámetros de
la época que sitúan a los chichimecas como grupos humanos que seguían viviendo
en la etapa del nomadismo, mientras que los toltecas estaban ya en el
sedentarismo, es decir, se asentaban por largas etapas en una determinada región
o zona y edifican varios centros urbanos de gran significación económica y social,
Teotihuacán y Tula. ¿Quiénes predominaron en esta mezcla étnica, social y
económica? Aquellos grupos humanos que tenían un mayor desarrollo de sus
fuerzas productivas, que tenían instrumentos de piedra más variados y sofisticados y
que habían pasado a construir "ciudades" que implicaban una diferenciación mayor
en sus relaciones de producción, precisamente porque necesitaban para satisfacer
crecientes demandas sociales de mayores volúmenes de alimentos, materias primas
y otros bienes. Estos fueron los toltecas.
Chimalpain describió como durante la peregrinación de Aztlán a la ribera de
Tenochtitlan, los Mixtlin cambiaron de dirigente o guía principal hasta sumar 7 así
como todas las poblaciones que fundaron o ven las que vivieron, sus
vinculaciones con los remanentes de los toltecas, de los chichimecas. Por
ejemplo, los acoxotecas fundaron Chalco "en un lugar en donde hay un gran
espejo de agua pues Chalco quiere decir "gente de las orillas del agua" pero
mientras tanto ya habían muerto muchos ancianos chichimecas; y refiere por
67 Torquemada, Juan, Los Toltecas, en Fuentes e Interpretaciones, p.109.
87
ejemplo que los macehuales de los acxotecas fundaron Xico. Para él, los primeros
que llegaron a "estas tierras" eran los Olmecas xicalancas que venían buscando el
paraíso terrenal, las ciudades tenochcas y "muchos vinieron a reunirse, a merecer
tierras, eran individuos muy grandes y conocedores, muy experimentados,
además de ser dinámicos. 68
Se produjo un procesos de secularización del mando supremo de los mexicas pues
primero estuvieron dirigidos por un jefe religioso, Tenoch, y después por un jefe
político, Mixtin, diferenciación que es natural en casi todos los grupos humanos. En
un principio está concentrado el poder en una sola persona que tiene la
característica de un dios o de un semidiós. Si le asignan funciones mesiánicas, de
conducción y de salvación y por ello los juicios y opiniones son inapelables. Es el
representante de la deidad principal en la tierra, en el seno del grupo humano.
Esto ha generado confusiones entre los dioses propiamente dichos y los jefes
políticos que llevan incluso el mismo nombre, como fue el caso de Quetzalcóatl. El
carácter voluntarista y absoluto de las determinaciones del dirigente religioso o
divino o con tintes de divinidad tropieza con muchas dificultades al resolver los
problemas que planteaban los asentamientos humanos que se describen en la
Tira de la Peregrinación.
Esta dificultad solo podía ser resuelta por un jefe político o mejor aún, por un
Consejo de Jefes, que deliberaba a cerca de los retos planteados y
propusieron las soluciones más adecuada, más aun en un contexto de aguda
competencia con grupos que ya estaban definitivamente instalados, como los 68 Chimalpain Cuauhtlehuanitzin, Domingo Francisco de San Antonio Muñoz, Memorial Breve Acerca de la Fundación de la ciudad de Culhuacán, p.133
88
chalquenses, en una competencia permanente con los grupos que tenían un mayor
desarrollo, como los acolhuas o como los chichimecas.
Torquemada refirió que grupos toltecas habían permanecido en las riberas del Valle
de México y que al entrar en contacto estos con los chichimecas estos habían
aprendido a cultivar el maíz y el algodón, el cual se cultivaba en tierra caliente.
"Los señores reyes tenían bosques de conejos y venados donde tenían la carne
segura y los plebeyos y macehuales los buscaban y cazaban por la compra y con
ello se sustentaban y mantenían, sin otro genero de sustento que hubiese e
costarles trabajo de sembrarlo, por no haberse criado con el uso de ello".69
Recordó que Xiutlato, cacique de Cuatepec había guardado unos granos de maíz
"los cuales fueron sembrados y como iban desapareciendo y multiplicaban, iban
departiendo para los de su nación y casta y de esta suerte volvía acrecer y
multiplicarse esta plante y a cundir por toda la tierra. Que el algodón se cultivaba
en tierras calientes pero que los chichimecas habían sembrado en regiones
húmedas y así muchos árboles quedan conservados.
Tanto el maíz como el algodón cumplieron funciones civilizatorias, pues permitieron
satisfacer dos necesidades básicas: por un lado, la alimentación y por el otro el
vestido, que son propias de grupos que ya se encuentran en la etapa sedentaria
y que para cubrir sus demandas requieren grandes cantidades de alimentos
que solo una semilla híbrida, muy resistente a las plagas y a las variaciones de
temperatura pueden tener, también de mantas, huípiles, maxatl y otras muchas
variedades que están descritas en el Códice Mendocino. El maíz, que tiene un alto
desarrollo en la zona de Tehuacán, pronto se extiende a toda la región que
69 Torquemada, Juan, Monarquía Indiana, p.41
89
después se conocería como Mesoaméríca y la economía de subsistencia de los
grupos humanos va a descansar en su consumo masivo.
El maíz está ya presente en algunos elementos mitológicos como si fuera un
elemento indispensable para la vida de las personas. En cuanto al algodón se
refiere, inicialmente fue cultivado en tierras calientes, desde donde se traían
grandes cantidades, hasta la región del Valle de México, en donde cumplía una
función fundamental entre los hombres. En las láminas y en los jeroglíficos
encontramos métodos muy simples o sencillos, como los taparrabos en los
hombres y los huipiles en las mujeres, hasta los más lujos y complicados de los
jefes religiosos y de los dignatarios políticos. En cada grupo humano se requerían
grandes cantidades de algodón para dotar de materias primas a las recuas
primitivas que se instalaron.
Describió López Luján las características de las Cuencas del Valle de México
durante la época mexica, indicando que primeramente había estado habitada por
grupos cazadores y recolectores que vivían en asentamientos semisedentarios, que
se dedicaban a la agricultura y se concentraban en aldeas como El Arbolillo,
Ticomán, Cuicuilco, Tlapacoyan y siglos más tarde aparecen Teotihuacán, Tula,
Atzcapotzalco y Texcoco. Los grupos cazadores y recolectores disponían
básicamente de instrumentos de piedra y usaban el arco y la flecha; en esas
condiciones tenían un nivel de consumo basado en el principio de la subsistencia
sin tener la posibilidad de constituir algún excedente: sus construcciones eran
muy precarias y simples, como lo confirman la construcción de la pirámide de
Cuicuilco, que está hecha de lodo y piedra; su organización social se basaba en la
90
existencia de jefes religiosos y políticos que ejercían una autoridad directa en cada
pueblo y que no tenían un alcance regional.
Al describir Corona Sánchez, la región acolhua dijo que: "hubo un asentamiento de
grupos recolectores-cazadores, chichimecas y en dos siglos son asimilados por los
chalcas, collhua, mexica y tecpaneca desarrollándose un estado con
características militaristas expansionistas, que logró dominar un mayor territorio
consolidando un línea de tradición chichimeca y una compleja organización
administrativa representada por los diferentes grupos étnicos que la integran en
base a relaciones tributarias."En relación con los recursos naturales disponibles
en la zona lacustre, eran pescadillos pequeños, ranas y camaroncillos, gusanos,
lombrices, que los macehuales se dedicaban a la caza de patos y otras aves de
volatería que se atrapaban con redes. En materia social describió la existencia de
un altepetl "que era un conjunto de estancias y de barrios, dejando a un lado
sistemas agrícolas de terrazas, irrigadas, construidas por el estado con mano de
obra tributaria de otras provincias..."70. Otro recurso compartido fue la leña que tenía
una función doméstica.
La región acolhua o texcocana estaba integrada por distintos grupos étnicos, entre
ellos otomíes y chichimecas y habían logrado un importante grado de desarrollo
mediante la combinación de distintos tipos de agricultura: la de terracería que se
daba en las montañas o cerros, la de chinampera en la región lacustre y la que se
daba en el centro en base a obras de irrigación. En la primera etapa florecieron los
calpullis, los cuales fueron integrados por Netzahualcóyotl quien consolidó una
elección de intereses aparentemente contrapuesta bajo una sola administración 70 Corona Sánchez, Eduardo. El Recurso Lacustre en la Formación Acolhua, Boletín de la Escuela de Ciencias Antropológicas de la Universidad de Yucatán, Vol.9, número 55,1982.
91
política central que residía en Texcoco pero que poblaciones importantes como
Huexutla y Tepetlaoxtoc habían respetado.
Una vez que el régimen de los calpullis se debilitó aparecieron los barrios, los
cuales se beneficiaron de la importante red hidráulica con la cual lograron
consolidar importantes posiciones de orden económico. No obstante la fortaleza
de los pueblos y de los barrios, sus tecuthtli siguieron respetando la autoridad del
grupo gobernante que residía en Texcoco. Precisamente la diversidad de
subregiones, las montañas, las riberas de los lagos, la zona central, le permitió tener
un desarrollo económico solo equiparable al de Tenochtitlán.
Al llegar al punto conocido por Tenochtitlán, los mexicas construyeron unos pobres y
pequeñas chozas rodeadas de carrizo y espadañas, que ellos llamaban xacalli en
otras provincias, bahareques. En las cuales pasaban una vida estrecha y
pobremente por ser el lugar muy pobre y desamparado como gente pobre y
desamparada y de todos los pobladores de la tierra firme, comían raíces de til, y
otras yerbas que en el sitio y alrededores se criaban. Pero como la necesidad es
madre de toda invención e industria, enséñenles modo de pescar, haciendo
redecillas y otras invenciones de hierbas con que pudiesen sacar el pescado, que en
esta laguna donde se criaban. Y así comienza la pesca en esta laguna que hasta
ese dicho linaje no sabía de los otros moradores de la tierra. Y como le había
sucedido bien y tenía ya manera de poderse mejor sustentar fueron continuando
la pesca de la cual tuvieron noticia los comarcanos de la tierra. Cuéntese que el
oro a pescado que comían los mexicanos llegaba a las narices de la gente
comarcana y que envidiosos de ello los quisieron desposeer del lugar y que nunca
92
se atrevieron, teniendo el valor mexicano y recelado parecer en las aguas que eran
hondas y muy llenas de carrizos y espadañas", dijo Torquemada. 71
Los jeroglíficos y la pictografía muestran la existencia de casas habitaciones
hechas de materiales que tomaban precisamente de los lagos, como lodo, carrizo,
el cual era fácilmente apisonado por ser materiales muy blandos. Estas habitaciones
son tan precarias como otras que encontramos en los sitios anteriores a
Tenochtitlán y por ello se trataba de habitaciones lacustres, que correspondían y
no podían ser de otra manera a la naturaleza del medio físico en que se
desarrollaba. Disponían de cantidades muy pequeñas de piedras y de madera
porque tenían que traerla de sitios más lejanos, con grandes costos sociales.
Piedras y madera eran esenciales para construir viviendas y edificios de mayor
consistencia y perdurabilidad y eran necesarios para construir monumentos y
pirámides, templos de gran importancia religiosa y social. Al ver aquellas casas
de materiales tan deleznables, se constata un grado de desarrollo menor de los
mexicas. En esas condiciones naturales y sociales y ante el escaso progreso
de la agricultura en sus diferentes modalidades, la pesca resulta ser una actividad
esencial para cubrir la dieta alimenticia y para ellos se inventaron distintos
utensilios y sistemas para atrapar grandes cantidades de peces.
También Chávez Orozco, basándose precisamente en los textos de Ixtlilxóchitl
concluyó que los chichimecas "tenían una condición social completamente
primitiva; al llegar a los lugares en donde tuvo asiento la primera etapa de la cultura
nahua, en vez de refugiarse en los centros poblados, huían de ellos para ir a habitar a
71 Torquemada, Juan, Monarquía Indiana, p.65
93
las cuevas de los montes. Sus costumbres trogloditas les impedían el ejercicio de la
agricultura y vivía de la caza y de los productos espontáneos de la naturaleza.
Andaban casi desnudos, traían el cabello largo hasta la espalda y cortado por
delante, sus armas eran el arco y la flecha. A la primera caza que tomaban le
cortaban la cabeza mostrando al sol, en signo de sacrificio, las mujeres usaban
huipiles" y aunque señaló que se habían presentado conflictos violentos con los otros
grupos humanos, en las crónicas oficiales no se mencionan, pero que Xilotl, su
caudillo "siempre procuró que la violencia no fuera el instrumento para ejercer su
dominio" pero poco a poco fueron "substrayéndose de las costumbres bárbaras y
montaraces, confundiéndolos otros sedentarios e industriosos" concluyendo que los
grupos políticamente más desarrollados terminan por imponerse en los más débiles.
72
Las pictografías de la Tira de la Peregrinación y otros códices presentaron a los
mexicas en una forma muy distinta a los chichimecas, indicando con ello que tenían
una notable superioridad tecnológica y social. Una opinión derivada de estas
observaciones permite concluir que los chichimecas se encontraban en la etapa del
nomadismo pues no habían logrado constituir asentamientos humanos importantes y
con mucha frecuencia cambiaban de sitio de residencia; se afirma que vivían en las
cuevas por lo que se dedicaban sobre todo a la caza. Se infiere que los chichimecas no
habitaban las zonas lacustres pues no hay alusiones a las actividades pesqueras por
lo que se piensa que habitaban lugares fuera del Valle, en el Altiplano o más allá de
esta región. Todo grupo nómada tiene necesariamente que experimentar un proceso de
adaptación para vivir en comunidades estables, que asegure la permanencia de la
72 Chávez Orozco, Luis. Las Tradiciones Chichimecas, Excélsior, 6 de junio de 1932.
94
reproducción social en condiciones más o menos seguras. Tal fue el caso de los
chichimecas que sufrieron un proceso de aculturación, al establecer relaciones sociales
con otros pueblos de la región.
Durante la etapa de influencia de los chichimecas que se mezclaron con los restos de
los pueblos toltecas, Guemes precisó que se habían efectuado una donación de
tierras a través de las cuales se exigía el pago de tributo por lo que lo más importante
era el usufructo de las tierras y que ya "existe una forma particular de la tierra" la de
los señores, inició de donaciones de tierras como premio por acciones guerreras.
Además, ubicó una milpa por cada jefe de familia, una cierta cantidad de terrenos
adjudicados a los señores y de cada señorío o cabecera.73
Sin una precisión sobre la tenencia de la tierra por parte de los chichimecas, sin
una organización social estable, la fusión con los toltecas les permite avanzar como
pueblo nuevo hacia los nuevos derroteros de la historia. Los toltecas tenían un
grado superior, la organización gentilicia, la formación de calpullis y el
establecimiento de nuevas formas de propiedad comunal, de organización colectiva
en la que predominan estos últimos sobre los primeros. En el grupo tolteca existían
señores que poseían tierras, si bien la forma predominante era la forma
comunitaria, mientras que los chichimecas no habían desarrollado ninguna
institución sólida. Todos los pueblos sometidos tanto por los chichimecas como por
los toltecas, separados entre sí o ya como producto de una fusión, establecieron
un mecanismo de sujeción que se fue generalizado: el vasallaje de los pueblos 73 Guemes Herrera, Lina Oldea: “Fundacion de pueblos y tenencia de la tierra en la región del valle de Mexico en la época prehispánica,, p. 91
95
sometidos, que se manifestaba por medio de la tributación de bienes, mercancías
y servicios, lo que permitió establecer un cierto orden en el Valle entre los pueblos
vencedores y pueblos sometidos.
Entre los chichimecas aparecieron las formas de propiedad de la milpa familiar que
permitía que una vez cultivada y explotada, se abandonara para pasar a otra pues
el grupo humano se movía de una manera constante. En estas condiciones de
errabundez, no podían aparecer ni fortalecerse formas de propiedad particular ni
había una preocupación ideológica por ellas.
Al referirse a la tierra de los chichimecas, Herrera dijo que tenía poblaciones muy
pequeñas y labraban poco las tierras, que habían echado de esta tierra a los otomíes
que "eran grandes labradores y los hicieron retirar hacía México, no tiene ningún
género de templo, ni sacerdote, ni ley ni humana policía, cásense con los parientes
más cercanos pero no con los hermanos, todos son sucios, de buen cuerpo, y
como siempre andan por cueros y suelen ser ligeros pero como son holgazanes
fácilmente se cansan con cualquier trabajo; salían a los caminos a que les diesen de
comer y alguna ropilla pero después se comienzan a abrir, a desvergonzar,
declarándose por enemigo y aunque recibían la paz se volvían a levantar pues son
de ligera inclinación y sumamente inconstantes", todo lo cual explicaría la guerra que
los castellanos habían desatado en contra de ellos.74
Una vez terminado el proceso de fusión tolteca - chichimeca que dio origen al
pueblo mexica, nuevos diferentes, cualitativamente superior a los dos anteriores,
quedaron grupos humanos que estuvieron al margen de dicho proceso y por lo
tanto también al margen de este proceso civilizatorio que se siguieron denominando
74 Herrera, Antonio. Historia General de los Hechos de los Castellanos, T. VIII, p.168.
96
chichimecas para insistir en que continuaban viviendo en situación de atraso
económico y social y que no se había asimilando a los nuevos puntos de
poblamiento del Valle de México. Esto significa que aún en proceso de aculturación
y de integración, sólidos y sostenidos como el tolteca y chichimeca-mexica, existen
grupos que se marginan por parte de los actores principales o que se
automarginan.
Mientras los nuevos grupos humanos marchaban hacia la conformación de
importantes centros urbanos, estos grupos prefirieron seguir viviendo en las
montañas y en las cuevas y siguieron manteniendo sus anteriores pautas de
conducta social. Pero no solo no se incorporaron al proceso étnico de fusión
sino que en cierta forma se convirtieron en un peligro real, de carácter
permanente, pues fueron muy frecuentes los choques sangrientos, los robos y las
acciones de rapiña.
"Los toltecas eran grandes artífices, constructores de palacios, pintores, escultores,
que ponían su corazón endiosado en sus obras, alfareros extraordinarios que
enseñaban a meter el barrio, haciendo toda clase de figurillas, rostros, muñecos. Pero
especialmente se atribuyen a ellos el culto del dios Quetzalcóatl, divinidad única,
amante de la paz, que condenaba los sacrificios humanos y atraía a sus seguidores
a una vida de perfección moral "para incluir que los creadores de Teotihuacan serían
los Toltecas antiguos y los de Toluca, los toltecas recientes pues los toltecas eran
gente experimentada", se dice que eran artistas de las plumas, del arte de pegarlas.
De antiguo lo guardaban era en verdad invención de ello el arte del mosaico de las
plumas, por eso de antiguo se les encomendaba a los recados, los que le decían
97
aponecayotl, esto era su herencia, gracias a la cual se otorgaban las insignias, las
hacían maravillosas, pegaban las plumas, los artistas sabían colocarlas; los toltecas no
eran populosos, eran ricos, porque su destreza pronto los hace hallar riqueza, eran
obediente y dados a las cosas de Dios".75 Después aparecieron otros centros de
cultura en el Valle de México como Coatlincha, Texcoco, Coyoacán, Azcapotzalco,
Culhuacán, Chalco y Xochimilco, etapa en la cual los nómadas chichimecas
adquieren la cultura tolteca.
Al lado de la fusión sanguínea, que empieza con la celebración de matrimonios
entre dignatarios toltecas y chichimecas con el fin de afianzar su dominio respectivo
y después a la fusión en la base social de cada pueblo, en medio de múltiples
acercamientos humanos, entre los que se destacan la unificación ideológica, en
donde el culto a Quetzalcóatl desempeña un papel fundamental. No solo se trata de
la adopción de un numen tutelar, comúnmente aceptado por todos los pueblos, sino
de la unificación de una serie de valores humanos y de práctica sociales.
Quetzalcóatl predicaba la paz como valor constante en las relaciones humanas y
por ello se oponía a las prácticas guerreras y belicosas de los chichimecas que
pronto se dieron cuenta que los pueblos podían ser sometidos más que con los
recursos de la cultura, que con los de las armas. Para ello se persuadieron que en
muchos casos era mejor establecer alianzas matrimoniales entre grupos
rivales, que tratar de someterlos con la violencia porque ello suponía
mantener ejércitos permanentes muy lejos de sus fronteras propias. Se destaca
la importancia de la agricultura, por encima del factor de la anexión militar, en la
formación de grandes centros culturales y la integración económica mediante el 75 León Portilla, Miguel,, Los Antiguos Mexicanos, A través de sus Crónicas y Cantares, FCE, México 1961,202 p., p.39
98
tributo.
En la primera lámina se hizo alusión a los grupos humanos de la región acolhua
que eran de origen chichimeca y que basaban su subsistencia en la cacería,
habitaban en cuevas, vestían con atuendos de pieles de animales, destacándose la
cacería de venados y los sacerdotes actuaban muy vinculados con los cazadores y
la vegetación descrita consiste en nopales, magueyes y zacate y a modo de
alimentación, había una gran cantidad de tunas, apareció un personaje dedicado a
la agricultura y se cargaba a una mujer mazorcas de maíz, lo que implicaría la
existencia de una vida sedentaria y "en este sentido la agricultura e ha señalado
como un elemento fundamental en el camino de los acolhuas para convertirse en
el grupo hegemónico de la región" y después apareció la llegada de oro grupo
humano como los huiznahuas, tepaneca y mexicas que permitió a los
descendientes de Xolotl "no solo la herramientas agrícola y la sabiduría de los
herederos de las altas culturas mesoamericanas sino además las bases económica,
mediante las cuales Quinatzin y sus descendientes recibieron tributo en servicio
(para la guerra y mano de obra) y en especie (materias primas y productos
manufacturados) de numerosos pobladores" señalando la notable influencia que
tuvieron los grupos toltecas para transformar a los grupos acolhuas, de la cacería
a la agricultura, la escritura, el tejido y las artes.76
No solo el grupo mexica se benefició de las influencias culturales toltecas y
chichimecas, sino también el acolhua, de la zona de Texcoco, hasta constituir uno
de los señoríos más importantes del Valle y aliado fundamental de los señores de
México. Se produjo un señorío muy compacto que llegó a desarrollar una serie de
76 Análisis de las láminas del Códice Quinatzin, p.15.
99
potencialidades económicas, sociales y políticas muy similares a las de
Tenochtitlán e incluso más sólidas en algunos casos. El señorío de
Netzahualcóyotl, sus instituciones sociales y sus prácticas jurídicas, revelaron la
existencia de una sólida base material en la agricultura y en los tributos. Con una
gran disponibilidad de recursos en donde se practica la agricultura de terraceras.
Había magueyes, que convirtieron a la producción de pulque en una de las
actividades económicas básicas y una gran cantidad de fauna silvestre que propició
un notable impulso de la cacería.
Los pueblos de la región pronto transformaron en puntos de poblamiento y se
erigieron en asentamientos definitivos que tuvieron como sede la ciudad de
Texcoco, que fue el principal centro administrativo, económico y político. En un
periodo relativamente corto, pasaron esos pueblos al sedentarismo, a la
construcción de grandes asentamientos humanos, lo que facilitó un rápido
desarrollo de sus fuerzas productivas, lo que permitía el florecimiento económico
de la región, hasta rivalizar en poderío con Tenochtitlán.
Precisamente, Aguilera hizo notar que en el lienzo de Tepeticpac, aparecieron
unos guerreros chichimecos que eran pipiltin menores, súbditos mayores, de
tecuhtli, jefes de pilcalli o casas solariegas pero también aparecieron varios
guerreros telpochcallis que eran hombres comunes o macehuales. Hubo un
sacerdote llamado Descabezador porque sostiene una cabeza humana y es un pilli
o noble. Entre lo señores chichimecas que se encuentran sedentarios estaban los
teixhuahuas que "eran los parientes pobres de los nobles y ya muy cercanos a los
macehuales, y solo tributaban trabajo personal, aves, flores y la presa de caza que
100
podían obtener". Se trataba de 15 personas "que pertenecían a la categoría baja de
nobles". Luego estaban los pilcallis que eran los que se habían asentado en
Tepeticpac después de la victoria contra los zacatéeos olmecas y xicalancos y
cuando "se ganaba una guerra el gran señor tomaba para si las mejores tierras de
los vencidos y repartía las demás entre sus colaboradores que escogían las más
buenas y dejaban el resto a sus guerreros o familia "siendo lo pilcallis, los jefes de
casas de noble".77 Aparecieron los jefes de los teocalis o jefes de casa y son
aquellos "que son colaboradores del jefe mayor pero no tienen casas, haciendo
notar que por sus méritos requerían una casa solariega y un mayorazgo".
En el proceso de aculturación y de formación de nuevos grupos humanos, los
chichimecas originales o sus descendientes ocuparon un plano secundario en la
estructura social, mientras que los toltecas y sus descendientes ocuparon los
puestos decisivos. El mestizaje no solo implicó complementariedad sino también
una competencia pues en medio de la fusión o del acercamiento unos tratan de
prevalecer sobre otros. Ello significa que en términos generales, los descendientes
directos de los toltecas eran pillis, mientras que los que descendientes de los
chichimecas eran macehuales. Esta diferenciación social no es rígida sino señala
una pauta general que puede ser modificada por medio de la lucha política y
social, de la valentía y de los méritos en campañas militares. En los mexicas
"nuevos" se engrandece más los esquemas de diferenciación social de los toltecas
que de los chichimecas pues los primeros habían alcanzado un grado de 77 Aguilera, Carmen. Organización Social en el Lienzo de Tepetiapac, en Cuarto Seminario Internacional sobre Investigación Histórica de Tlaxcala, p.34
101
desarrollo superior con respecto de los segundos y por ello predominaron en el
resultado social final. Las diferencias sociales que había entre los toltecas se
trasladaron al nuevo grupo humano, pero se agrandaron y se hicieron más
complejas.
En los mexicas "nuevos" se engrandece más los esquemas de diferenciación social
de los toltecas que de los chichimecas pues los primeros habían alcanzado un
grado de desarrollo superior con respecto de los segundos y por ello
predominaron en el resultado social final. Las diferencias sociales que había entre
los toltecas se trasladaron al nuevo grupo humano, pero se agrandaron y se
hicieron más complejas.
Consideró "decisiva" la presencia de los chichimecas en la región poblana -
tlaxcalleca, según Dyckerhoff, ya que surgieron cuatro señoríos, el de
Cuauhtincha, Totomihgacán, Tlaxcallam y Huexotzinco que tenían como cabecera
Cholollán en donde varios "caciques militares se casaron con mujeres toltecas
fundando linajes nobles con ellos". Mencionó otros grupos chichimecas, los
Totolimpanecas, que se asentaron en Chalco; otro grupo fue el de los Tenochcas
también de Chalco que tenían bajo su dominio y distintos grupos de macehuales;
estaban los nonoalcas, los cuales tenían tlatoanis. Pero también describió la
inmigración de los grupos otomíes y de la región míxteca y popoloca y también se
instalaron en Chalco y "eran gente plebeya".78
Desde que se fundaron los pueblos, merced a los procesos de aculturación y de
difusión ya mencionados, aparecieron formaciones sociales divididas en dos
sectores fundamentales: los pillis y los macehuales, que eran los grupos sociales 78 Dyckerhoff, Úrsula. Grupos Étnicos y Estratificación Socio Política, Tentativa de Interpretación Histórica, Indiana, 19/20, 2003, p.24
102
que se habían legitimado en la formulación de los grandes mitos. Es decir, todos
los miembros del grupo estaban obligados a trabajar, pero había un grupo que
estaba exento de ello, o mejor dicho, todos eran campesinos, porque labraban las
tierras, pero otros individuos se encargaban de las funciones administrativas,
políticas y religiosas. Las ciudades que aparecieron eran ciudades nucleares, es
decir, constituían el centro político del cual irradiaba la sujeción hacia el resto de
la población del señorío que habitaban en pequeños asentamientos. Ahí estaban,
por ejemplo, el principal centro ceremonial o la pirámide más emblemática, pero
cada pueblo pequeño adyacente reproducía la misma pauta arquitectónica y social.
Es decir, esta división social que se expresaba también por medio de un tipo de
tenencia de la tierra, la vemos no solo en los grandes centros urbanos sino también
en los pequeños poblados.
Los pillis y los macehuales se encuentraban en todas las localidades, en función
del número de habitantes que tenía cada una de ellas. El tratamiento de vasallos y
de plebeyos se dio interiormente desde los albores de esos pueblos y después o en
forma concomitante, en sus relaciones de unos pueblos con otros pueblos.ÇACA
al referirse a la fundación de pueblos, Guemes indicó que Teoculhuacan, ubicado
cerca de Tula, provenía de macehuales en la región, siendo Tula la ciudad más
importante la cual fue abandonada por varios grupos, los cuales al hacerlo, van
fundando a distintos pueblos y "su móvil principal era conseguir tierras, pero
muchos pueblos seguían rindiendo tributo. En cuanto a la tenencia de la tierra precisa
que eran tierras del estado, tierras ocupadas por los migrantes, tierras de señorío y
pueblos independientes, tierras de recintos ceremoniales, terrenos ocupados por
103
las casas de los miembros de las élites, terrenos particulares de ciertos señores
consistentes en huertas y jardines, los terrenos que había alrededor de las ciudades
que abarcaban casas-habitación con milpas aledañas y los pueblos que no
cultivaban tributaban al estado tolteca producto de caza y recolección y habían
tierras con una incipiente propiedad particular" encontrando mucha similitud entre
Teotihuacán y Tula.79
La estructura de la tenencia de la tierra era también la misma, en términos
generales, y tiene su génesis, y desarrollo, aunque existen algunas variaciones locales.
Tierras de los señores, de los calpullis, de los templos y "palacios", de los "nobles",
tierras de los pueblos. Todos estos segmentos tienen un destinatario social: los
pipiltin, por un lado, los sacerdotes por el otro y los gobernantes por el otro final. Estos
son los atisbos de un régimen de corporaciones pues quien no pertenece a alguno de
esos grupos, no tiene existencia social.. Esta segmentación temprana ha hecho
pensar que ya existían clases sociales y que la estratificación tenía una gran velocidad
en la sociedad.
Las primeras porciones de tierras se repartieron merced a la conquista militar y los
principales beneficiarios fueron los dirigentes religiosos y militares quienes
conformaron así sus parcelas de propiedad. Pero la característica de estos procesos
es que no hubo una monopolización en tal grado acelerado que implicara la
desaparición de los pueblos, ni que se exterminara a la población "plebeya". No. Se
consigna la existencia de las tierras que eran propiedad de los pueblos, de los grupos,
de las comunidades, lo que implica la reciedumbre que tenía ya los calpullis. Ningún 79 Guemes Herrera, Lina Odena: "Fundación de pueblos y tenencia de la tierra en la región del valle de México en la época prehispánica"., p. 67
104
jefe militar o religioso pretendía aplicar una política que desconociera, eliminara o
redujera drásticamente las tierras de los pueblos, pues podrían provocar una auténtica
rebelión en su contra.
En la Historia Tolteca se hizo alusión a la existencia de grandes cantidades de
cacao y de algodón, a la producción de legumbres, como tomates, chiles, elotes,
ejotes verdes, a la producción de miel. En el año de 7 conejo "aconteció una gran
carestía de víveres y fue un hambre de 7 años y entonces sufrió a causa de grandes
penas, como la pobreza porque como lumbre ardía el hombre". Narró el encuentro
de los toltecas con los chichimecas y el establecimiento de estos grupos humanos
en Cholula, Tehuacan, Cazcatlán, Nonohualco, Copilco, Topillán, Ayotlán y Mayatlán
y "así se establecieron por todas partes en los países de los habitantes de la costa
en la vertiente de México hacia el Istmo de Tehuantepec donde hoy viven todavía".
La historia chichimeca tolteca tenía muchas manifestaciones de crisis alimentarias y
de periodos de inestabilidad política y social, así como de una política que se
basaba en la conquista, el despojo y la disponibilidad desigual de los recursos
naturales. Ello desmiente de una manera categórica el carácter idílico que algunos
autores creen ver en las relaciones sociales toltecas. En realidad, las vinculaciones
de los pueblos entrañan una cadena sucesiva de conflictos armados, de mayor o
menor gravedad, en donde la imposición y la exacción son las normas básicas. El
hecho de hacer descansar la historia en una sucesión de reyes, príncipes, en largas
listas de herederos impide conocer el trasfondo social de esas relaciones de
producción y de intercambio. Cuando se habla de la producción de alimentos,
semillas o vegetales existe la percepción de que todos tenían acceso a los
mismos, pero esto no es así, pues la diferenciación en los estatutos de la sociedad
105
implicaba una profunda desigualdad en estos accesos.
No eran sociedades igualitarias en ningún sentido pues el consumo de alimentos
de unos, los pillis, no era igual al de otros, los macehuales. Por ello cobra mucha
importancia la realización de estudios de estratificación social que permite
confirmar distintos grados de acceso a los satisfactores, al punto que se puede
concluir que muchos miembros, de las comunidades tenían niveles de mera
subsistencia física.
Berdan y Smith concluyeron que en la etapa postclásica, la región de Mesoamérica
estaba, económicamente, integrada y trataron de formular una concepción global en
la que definieron prósperas zonas productivas y zona de extracción de recursos,
periferias especializada y periferias generales, zona de extracción y mercados
interregionales, y definieron que "mientras Texcoco era un centro jurídico, de las
artes y del conocimiento en general, Cholula era un destino de peregrinaciones y
Acatlan sobresalía por sus reservas de cacao, un aspecto clave fue el papel que
jugaron las mercancías, ciertos bienes de prestigio fueron transformados en artículos
comerciales de lujo, artículos como la sal refinada, el cacao y los textiles decorados
jugaron un papel especialmente importante, así como la aparición de objetos
hechos de cobre y bronce".80
El pueblo mexica debe ser ubicado en su contexto económico y social: la región
mesoamericana, descrita, entre otros, por Kirchhoff. Se considera que en el
pueblo más importante de la zona tanto desde el punto de vista del desarrollo de
sus fuerzas productivas como de su peso político y su influencia cultural. Incluso
80 Berdan, Francés y Smith, Michael. El Sistema Mundial Mesoamericano Post Clásico, Relaciones 99 Vol. XXV, 2004, 60 p., 36
106
esta última traspasó las fronteras de esa región y llegó hasta la región
centroamericana y andina, con la cual se tuvieron importantes lazos comerciales.
No era Mesoamérica una zona homogénea sino muy dispar, lo que confirma la
vigencia del desarrollo desigual en que si bien existen rasgos generales que les
son comunes a todos los asentamientos, cada uno tiene un grado de progreso
diferente, pero sujeto a ciertos parámetros. Había grandes centros urbanos, con una
alta especialización en la producción de bienes y servicios, en donde existía un gran
auge de los oficios y de las llamadas "artes mecánicas"; grandes depósitos de
recursos naturales; desarrollos importantes de la agricultura de terracería y de
chinampas y también regiones muy pobres y atrasadas; muchos poblados muy
pequeños y caseríos irregulares en donde había un gran aislamiento con respecto
de grandes zonas urbanas; el maíz era el principal cultivo, pero también había
muchos productos textiles y una gran variedad de artículos suntuarios; no conocían
la rueda como instrumento de trabajo ni los metales con esa misma finalidad social
y la forma predominante de la propiedad de la tierra es la comunal o estamental
con sus distintas modalidades. México-Tenochtitlán tenía, además un diversificado
y sólido intercambio comercial con el resto de los pueblos de la zona.
Dijo Guemes que habían llegado al Valle de México los Tlaitolaques, procedentes
de la mixteca y con ellos se dio inicio a la división de Texcoco en barrios y la
misma división se observa en Tenochtitlan, de tal forma que cuando llegaron los
aztecas al Valle "lo encontraron densamente poblado y ya venían distribuidos en
parcialidades y ya tenían conocimiento acerca de la construcción de camellones de
riego, de sementeras de maíz, fríjol, calabaza, huauhtlli, jitomate". La ciudad (de
Tenochtitlan) quedó dividida en 4 secciones. En relación con la separación de los
107
poblados de Tlatelolco, afirmó que habían sido 15 personajes de los cuales solo 12
obtuvieron tierras y basados en el estudio de Justino Fernández afirmó que había 400
solares compuestos por chinampas y una población de 62 mil habitantes. 81
Uno de los poblados más importantes, que se formaron a raíz del asentamiento en
la zona, es Tlatelolco, que fue una separación de los mexicas, producida por la
necesidad de contar con una superficie de tierra mayor en sitios cercanos a los
lagos, para una población más numerosa. Al constituirse México-Tenochtitlán;
algunos dirigentes militares cobraron conciencia de que las tierras que tenían
disponibles eran muy limitadas y escasas y que se necesitaba contar con otras
porciones para satisfacer demandas más amplias de los grupos sociales y por ello
decidieron segregarse y especializarse en sus funciones básicas pues se dedicaron
a las artes, los oficios y al comercio, probablemente porque veían que esas
actividades cobraban cada día mayor importancia económica y que ese sería el
futuro productivo de muchos otros poblados. Enseguida tenemos al pueblo de
Texcoco, que se fundó en condiciones físicas y geográficas muy similares a las de
México y que siguió el mismo parámetro, es decir, la formación de barrios, que
también en este caso corresponden al arquetipo de una división de calpullis que
estaba subyacente.
Matos consideró que los tres puntales en los que descasaba la economía de las
naciones integrantes de la Triple Alianza, eran la agricultura, el pago de tributos y el
comercio. Entre las modalidades que asumió el tributo estaba la entrega de
materias primas y de mano de obra para la ampliación del Templo Mayor. Entre las
poblaciones vecinas estaban las de Tlahuac y Xochimilco que se caracterizaban por 81 Guemes Herrera, Lina Odena: "Fundación de pueblos y tenencia de la tierra en la región del valle de México en la época prehispánica" p. 116.
108
una alta producción agrícola con base en el sistema de las chinampas,
aprovechando la humedad existente, habiendo localizado "casas sencillas de los
campesinos de la época con pisos de barro y muros de adobe y piedra".82
Tlahuac, Xochimilco, Mixquic, que eran colindantes con Chalco y también con
el señorío Acolhua de Texcoco compartían la misma orografía y por ende los
mismos tipos de suelos: extensa zona lacustre, grandes depósitos de agua, lagunas,
canales, ríos, arroyos y por lo tanto tierras muy fértiles para efectuar los cultivos
básicos. No solo tenían una agricultura de chinampas sino también de terrazas. Los
mexicas sometieron desde muy pronto, desde el punto de vista militar, y lograron
ampliar lo que se denominara sus "fronteras agrícolas", es decir, disponer de
mayores superficies de tierra para los cultivos indispensables de la sociedad y para
satisfacer las necesidades de grandes grupos de población.
Sometieron a esos pueblos y les impusieron sus tradiciones, tecnología y rasgos
culturales, tratando de evitar, en la medida de lo posible, la extensión de la
influencia de los señores de Texcoco y Chalco. La política de conquista y de
mexicanización consiste en sojuzgarlos en calidad de tributarios, primero, en el
campo de la producción material y como aliados en el terreno político y militar,
hasta establecer sólidas alianzas que tuvieran repercusiones en toda la región.
Dijo Chimalpain que los mexicas habían desplazado del poder en las riberas de
los lagos a Chalco lo que irritaba a estos, e incluso reconocieron que había en ese
reino 6 cortes señoriales que dominaban y guardaban los pueblos. También hubo,
desde luego, un grave conflicto contra Azcapotzalco porque le exigían a los
82 Matos Moctezuma, Eduardo. Los Aztecas,. p.175
109
mexicas que arrastraran chinampas hasta las casas palaciegas y que Maxtla los
había querido humillar invitándolos a un acto o convite en el cual en el que los
hombres tenían que vestirse con ropas mujeriles como enaguas y huípiles y que
también había matado a una cierta cantidad de macehuales y vasallos.
Otra "humillación" impuesta a los mexicas era la de que tenían que pescar con
redes. Una vez sometidos los chalcas, los mexicas los obligaron a "arrastrar piedras
y madera desde una vertiente del Popocatepetl, llevaron arrastrando árboles muy
grandes también denunció un despojo de tierras de campesinos macehuales,
coincidiendo con una etapa en la que se habían presentado varias plagas, como
una granizada que había matado a muchos peces y una plaga de langosta.83
Los mexicas sometieron militarmente a los señores chalcas y después, también, los
convirtieron en pueblos tributarios, pero, además, en zonas de protección y de
equilibrio con respecto de Texcoco, que era un aliado fundamental sino también
un competidor en el aspecto económico y social pues en un plazo relativamente
breve esos señores habían consolidado la cohesión acalhua y se habían erigido en
un superpoder en Mesoamérica. Todo indica que la ciudad de Texcoco alcanzó a
tener magnificencia en la arquitectura, la cerámica, la pintura, en las letras y en
las artes que rivalizaban con Tenochtitlán.
Los mexicas no quisieron utilizar la violencia para abordar sus diferencias con los
texcocanos y prefirieron establecer una de las relaciones más perdurables y 83 Chimalpain Cuauhtlehuanitzin, Domingo Francisco de San Antonio Muñoz, Relaciones Originales de Chalco Amaquemecan, Paleografiada y traducida del Nahual, con una introducción de Silvia Rendón, Prefacio de Ángel María Garibay, México, FCE, 1965, 321, p. p.115
110
profundas que existían entre todos los pueblos de la región, lo que se refleja en las
grandes consideraciones que tenían los señores en la "corte" mexica, en donde
Netzahualcóyotl era tratado como uno entre pares. A partir de esta concepción se
establecieron relaciones muy intensas de intercambio comercial y hubo arreglos
especiales para suavizar las cargas de los tributos. Era el caso de los chalcas, los
consideraron, además, como un punto desolado hacia la región poblano-
tlaxcalteca, aprovecharon los recursos básicos que eran muy grandes en las
serranías así como los productos derivados de la caza.
Entre los glifos está el de Motillan, que es una canoa que representa a Santa
Cruz Acalpixca "por ser el sitio de florecimiento de la cultura xochimilca" y Ohtli,
camino, por la pisada o pies sobre el agua que es uno de los atributos de los
xochimilcas. Al referirse a los glifos, dijo Farias Galindo, que se refería a la
producción de las chinampas. En el caso de Tlacoapa, o barrio de la Concepción,
quería decir, "lugar de jaras y culebras", "lugar en donde hay esclavos y agua"; el
barrio de Tlaltepellalpa, o San Marcos, significaba ""En la tierra Tepetatosa";
Motolla, o barrio de San Antonio, "Lugar de gorriones", Colhuacatzinco, barrio de la
Asunción significaba "donde hay calhuas" o "donde están los calhuas";
Tlaltocpa, o San Lorenzo "en las tierras del templo", "en las tierras del palacio";
Tlacozpan o San Diego que significaba "lugar de la tierra amarilla"; Chililico, o la
Santísima, "lugar donde hay chiles"; Tecponpa o "sobre las piedras", "sobre los
pedernales"; Tlalnahuac o San Pedro, "Junto a la tierra", "a cerca de la tierra";
Acompo, o Belem, que significaba sementera de carrizo; Analco, Santa Crucita
"Del otro lado del agua"; Caltongo, San Francisco, "En las casuchas", "Donde esta
nuestro alimento", Xochitenco o La Guadalupita, que significa "la orilla de las
111
flores", Xaltocan, Nuestra Señora de los Dolores, "Lugar de arena y Tuzos".
Entre los pueblos de Xochimilco, estaba, Santa María Nativitas, que significaba
"en la tierra zacatosa", San Andrés Ahuayacan, "donde hay encinos"; Atemoaya, "en
la caída del agua"; Tepalcallatpa, o "tierra de tepetate"; Tepetlapa, "lugar tepetates",
Santa María Tepepan, Tepepan, "sobre el cerro"; Tulyehualco, "en el cerro del
tule"; Atlapulco, "donde revolotea el agua", Acalpixca, "los que cuidan las canoas";
Xochimancas, "lugar en el que se ofrecen flores"; Xalpa, lugar arenoso;
Tlalnepantla, "en medio de la tierra", Tlaxialtemalco, "barrio de los braceros",
Xochitepec, "en el cerro de las Flores".84
El grupo xochimilca se asentó en Santa Cruz Acalpixca casi cien años antes de la
llegada de los mexicas al Valle de México y compartió con él un mismo origen
común, valores y tradiciones muy similares y se asentó definitivamente en una
zona que es hidrográficamente muy parecida a la de Tenochtitlán. Lagos,
lagunetas, canales, que se compartían, desde el punto de vista natural, con los
chalquenses, conformaron los tipos de suelos que esos pueblos explotaron. Los
recursos naturales de la zona son los mismos de Tenochtitlán en términos
generales lo que constituía una gran reserva de zacate, bajareque, lodo y carrizos
y que eran los materiales que más se usaban para la construcción de casas
habitación y otros edificios. El carácter lacustre de la región obligó necesariamente
a aplicar políticas de desecamiento y de anegamiento para ir reduciendo la
superficie ocupada por el agua y ser sustituida por porciones de tierra aptas para
la agricultura. El hecho de que los xochimilcas hubiesen sido sometidos
militarmente por los mexicas hasta convertirlos en un grupo humano vasallo, los 84 Flores López, Alma, Jeroglíficos de Xochimilco, Texto mecanuscrito, septiembre 2002, AHX, p.43
112
condenó históricamente a ser un reservorio de alimentos para Tenochtitlán, un
abastecedor de algunas materias primas, como las piedras y la cal y un sitio de
reclutamiento de guerreros para los combates que se tenían que librar.
Durán dijo que en Xochimilco había dos jefes principales, uno, en la cabecera de
nombre Yacaxapoteculli y otra en la milpa de Pachimilcatlhicutli, los cuales se
opusieron a que se entregaran vencidos a los mexicas "para que siguieran siendo
sus vasallos y serviciales y fueron a barrer y a regar las casas de los mexicanos y a
que les dieran agua la cual no sería honra para nosotros", expresando su
disposición de resistir y de compartir y que después los mexicas les solicitaron
piedras y maderas. Respondió Tepnquizque que: ¿estáis beodos o fuera de juicio
que venís así con esas cosas y demandas" ¿somos aquí por ventura vuestros
vasallos y esclavos o vuestros mozos y no queremos ni en nuestra voluntad
darles lo que piden? Los mexicas reaccionan enojados y deciden ya no ir a los
mercados de Xochimilco ni hablar con ellos. Al ser derrotados los xochimilcas en la
batalla de Xochitepec por fuerzas al mando de Tlacaellel, los xochimilcas no
tuvieron más remedio que proporcionar "piedras pesadas y livianas, maderas y
leña "pero los mexicas dijeron que deseaban tomarlo todo, manejarlo a su voluntad
y los xochimilcas tornaron a humillarse", les dijeron que "iremos sirviéndoles y si
llevamos vuestras cargas y si fuese a las guerras os promovemos de vituallas para
ello y todo lo necesario de armas y bastimentos, Tlacaellel les impuso la siguiente
obligación: que labraren una calzada de tres brazos en ancho, hasta la ciudad de
México, de piedra y tierra, que cegasen el agua en el término de esa calzada y que
hicieran unos puentes.85
85 Durán, Diego. Historia de los Indios de Nueva España e Islas de la Tierra Firme, p.162
113
La política de sometimiento de los pueblos comarcanos tuvo un importante
sentido de integración económica y social pues se construyera una serie de
grandes obras públicas, sobre todo puentes, diques, albarradas y caminos que
permitieron intercomunicar muy eficazmente la región, de tal modo que los
productos y los bienes podían ser transportados de cualquier poblado importante
hasta los propios almacenes de los calpixques mayores ubicados en el centro de la
ciudad de Tenochtitlán. Impulsan los llamados "caminos de agua" que permitan
que un individuo pudiese viajar desde Texcoco hasta México, desde Tacuba
hasta México, desde Chalco hasta México y así sucesivamente para mencionar
algunos de los poblados más importantes.
La tendencia de esta política de "integración" posiblemente marchaba hacia la
confirmación de un mercado regional que por su importancia económica y por sus
potencialidades sería el más grande de Mesoamérica. No obstante los avances
que se habían registrado, a la llegada de los españoles se confirmó que estaban
muy lejos de llegar a este objetivo y que cada grupo tenía sentimientos de
animadversión o de oposición contra los dirigentes de la Triple Alianza. Las tres
grandes calzadas eran los ejes rectores del crecimiento y de la comunicación.
La segunda lámina del Códice Quinatzin estableció que en Texcoco "había muy
grandes edificios", existía el palacio de Nezahualcoyotl pero ya no aparecieron
las pieles ni los cazadores sino el refinamiento de los palacios y los atuendos,
aparecieron los glifos de los principales gobernantes del reino de Texcoco. "El
tributo de los pueblos acolhuas había sido organizado por el propio Nezahualcoyotl
en 8 calpixcazgos. Seis de ellos tenían la obligación de proporcionar alimentos al
114
palacio y 160 aldeas las había repartido entre sus hijos y otras personas
beneméritas. Los calpixques contaban con una organización en la cual un calpixque
tenía bajo su mando un gran número de funcionarios menores encargados de la
recaudación del tributo a nivel local. Estos últimos supervisaban la entrega de
productos agrícolas y supervisaban el tributo en trabajo agrícola de los macehuales
y pueblo común. También recibían otro tipo de tributo como productos
manufacturados. El calpixque a nivel local supervisaba la entrega de los bienes a
nivel de la provincia tributaria y a su vez este funcionario de provincia inspeccionaba
la entrega al calpixque mayor que residía en la ciudad. Precisamente en el Mapa
aparecieron 2 calpixques y surtían de varios productos y artículos para cubrir las
necesidades del Palacio como cargas de leña.86
Estás láminas describían una estructura muy similar a la de las otras regiones,
lo que permite concluir que había una gran afinidad en materia de organización
social, tradición, cultura, costumbres y una homogeneidad muy elevada. Dibujan
una estructura, que se reproduce en cada pueblo en la medida de su tamaño,
en la que una inmensa base social, los macehuales, aportaban con su trabajo
los frutos para el sostenimiento de la minoría gobernante y de los dignatarios
religiosos. Los tributos en especie son producto del trabajo humano, del número de
horas que se dedicaban para producir maíz, fabrican cestos, hacen navajas de
piedra, hacen tapetes o para almacenar piedras o madera y que se entregaban a
una cadena de administradores que a su vez los distribuían por partes en el resto
de la estructura política y social. La imposición de estas obligaciones casi siempre
se producía una vez que habían tenido las hostilidades militares y se sometía a
86 Descripción del Códice Quinatzin, p.31.
115
los vencidos y era una de las condiciones para la paz, de una paz con
sometimiento a los señores en cada pueblo, en cada región y en cada zona de
Mesoamérica.
Escribió León Carbajal:
"Respecto de los terrenos conquistados o que ocuparon militarmente las tropas
mexicanas, puedo afirmar que permanecían en su antiguo estado en cuanto al
dominio. Las tierras de las provincias no quedaban ciertamente en la clave de los
predios verticales del imperio romano: sus dueños gozan siempre sobre ellos un
derecho tan pleno, como el que podía gozar un azteca sobre la suya: si de sus
producciones había que pagar un tanto al rey de México en calidad de tributo, tenía tal
exacción el carácter de un mero reconocimiento del poder supremo o si se quiere
del dominio eminente que el emperador ejercía en los bienes de todos sus
vasallos".87 En cuanto a los usufructuarios de las tierras de la Corona el Rey era quien
señalaba a los beneficiarios, pero si los descendientes se retiraban a otra parte del
imperio, perdían sus derechos.
La política de relaciones hacia los pueblos no pretendía quitarles sus tierras sino
obligar a los señores sometidos y dominados a explotarlas en beneficio, sobre
todo, de los señores mexicas. Sin embargo, en las primeras guerras de conquista,
sobre todo en el periodo de Itzcoatl, se habló de que unas tierras de Xochimilco,
Chalco habían sido entregados en calidad de recompensa por sus méritos en
campaña o distinguido capitanes aztecas, pero no sabemos si las trabajaban o no,
lo que de haber sucedido, en el primer caso, hubiera producido una distorsión en
la estructura de la propiedad pues estaríamos ante unos propietaris ausentistas, 87 León Carbajal, Francisco. Discurso sobre la legislación de los Antiguos Mexicanos, Tipográfica de Juan Abadiano, México, 1864,123 p., p95
116
que residían a muchas leguas de distancia, en la ciudad de Tenochtitlán.
Es factible también que esas tierras, así trabajadas, las hubiesen entregado para
su explotación a los terrazgueros o a los mayeques. Independientemente de este
elemento de carácter excepcional, lo que realmente interesaba a los señores
mexicas era el fruto de las tierras, lo que producía, así como la entrega oportuna
en las bodegas o almacenes, para lo cual se empleaban mecanismos más
drásticos que evitaban el incumplimiento de las tasas o volúmenes que les habían
impuesto.
En la lámina 148 de Panorama de Anáhuac apareció una lámina en la cual un
numeroso grupo de indios están construyendo la cañería de arcos que conduce a la
alberca de Chapultepec.88
En las descripciones que se hacieron de los pueblos sometidos desde el punto de
vista militar y económico aparecen muchas pictografías o glifos en donde hay
muchos indígenas realizando distintas obras, tales como puentes, caminos,
acequias, albarradas, pero sobre todo transportación de objetos y materiales. En
una menor proporción se hizo alusión a los que si estaban dedicados a construir
edificios y templos, pero dichas descripciones, por su calidad, no se comparan con
las que se refieren a los tributos pues las hay en abundancia. ¿Esto quiere decir
que los señores mexicas preferían el pago de tributos y no la prestación de
servicios personales forzados? Era más fácil exigir el cumplimiento de una
obligación económica a una comunidad en su conjunto que a una parte de la
misma porque era más sencilla su recolección. 88 García Panes, Diego. Panorama de Anahuac. Selección de Láminas y textos de lo tomos III y IV del Theatro de Nueva España, p.23
117
Los mexicas, en la mayor parte de los casos, no aplicaba concretamente los
mecanismos de explotación sino lo hacían por intermedio de los señores de cada
pueblo que eran los que se encargaban de imponer las medidas organizativas,
así como el grado de coacción necesarios, para la realización de las tareas que
permitieran alcanzar los volúmenes de producto que requerían los tlatoanis.
Elaborando una visión panorámica de los grupos indígenas en su conjunto,
Mendizábal dijo que "los estados indígenas que llegaron a alcanzar un desarrollo
comercial más importante fueron los que integraban la alianza azteca-acolhua-
tepaneca, pues su hegemonía, fundada en el poder militar, le permitió rebasar
rápidamente los mercados fronterizos y transitar, siempre no sin peligro de vida y
haciendas, por territorios extranjeros. Fuertemente estimulados por los
comerciantes de Tlatelolco, las sencillas operaciones iniciales de trueque se
convirtieron en un verdadero comercio internacional de gran cuantía, que irradió
por los diversos rumbos, hasta lugares muy lejanos, particularmente en el sureste,
donde las factorías mercantiles de la Triple Alianza habían avanzado, a principios del
siglo XVI, hasta Xicalango, población mexicana ubicada en la frontera entre
Tabasco y Campeche y hasta Xoconochco, en la frontera con Guatemala".89
La base principal de sustentación del poder de los mexicas hacia los pueblos
comarcanos es de carácter militar y punitivo y de ello están llenas todas las
crónicas históricas. Pero esto no fue el único componente ya que también
establecieron alianzas políticas que implicaban en la práctica un "sojuzgamiento
pacífico", o bien la realización de acuerdos económicos con Texcoco, por ejemplo,
89 De Mendizábal, Miguel Othón, Obras Completas, T. II, p.436
118
para un reparto particular de tributos que beneficiara a estos señores y a los de
Tenochtitlán.
Otro elemento fue la implantación de alianzas matrimoniales con otros señoríos
que produjeron una cierta neutralidad obligada de los contrarios, una serie de
responsabilidades compartidas, así como un conjunto de operaciones
comerciales con los poblados más cercanos y/o de operaciones a larga
distancia, incluso con pueblos que se encontraban en las fronteras de
Mesoamérica. Estas transacciones permitían cubrir fuertes déficits que había en la
producción de alimentos y de materias primas, con lo que se demuestra que el
sistema tributario, siendo tan grande como lo dibuja el Códice Mendocino, tenían
muchas limitaciones materiales. Necesitar materias primas de otras regiones
significaba también la existencia de distintas actividades productivas, como las del
arte plumario, por ejemplo, o de orfebrería, por los cuales no había las suficientes
condiciones para un desarrollo.
En el Manuscrito Tovar se asentó que los mexicas entraban a Culhuacán y
comienzaron a tratar con sus habitantes como hermanos y parientes y describe el
encuentro violento que después tuvieron con ellos para concluir que después del
mismo salieron de la laguna a "ganar tierra" y así pasan a Acatzintilla en donde
hicieron balsas con los cañaverales, espadañas y carrizales y de ahí pasaron a
Ixtacalco y a estando allí, "buscaron un sitio acomodado para poblar y fundar su
ciudad porque ya en la tierra no había remedio, por estar todo poblado por sus
enemigos y después encontraron un manantial y ya metiéndose en los
cañaverales de la laguna "cazaban muchos patos, ansares, gallaretas, y otros
119
diversos géneros de aves marinas y tenido cuenta con los días de mercado, salían a
ellos en nombre de cazadores y pescadores y trocaban todo aquello por
maderas, por morillos y tablillas, cal y piedra, enfatizando que mientras tanto "ya
tenían hijos y nietos con los de Culhuacán".90
La mayor parte de las crónicas afirman que los mexicas fueron recibidos en el Valle
como intrusos indeseables, no obstante las afinidades de linaje y de parentesco ya
indicadas, pero que al constatar que se trataba de un grupo humano "trabajador y
laborioso" lo pretendieron utilizar como vasallos e incluso como esclavos y por esta
razón de esta demostración palmaria de los méritos, lograron consolidar una
posición autónoma primero y hegemónica, después. En el caso de Culhuacán, los
mexicas son reconocidos como "hermanos y parientes", es decir, no eran
elementos hostiles y trataron de establecerse desde un principio fuertes lazos de
solidaridad que quizá recordaban tiempos muy antiguos.
Se casaron entre sí con los de Culhuacán, como se casaron también con los
tecpanecas de Atzcapotzalco, en lo que se debe entender como una relación lógica
y natural pues tiene un origen histórico similar y edificaron una base material con
base en los recursos naturales disponibles. En esta crónica se habló de un bien
escaso pero que cada día cobraban más importancia económica, las maderas en
sus diferentes presentaciones, lo cal y la piedra que se requerían en forma
creciente, para edificar conjuntos habitacionales, templos y pirámides.
Duran describe varias "guerras" que los "reyes mexicas" desataron contra provincias
y pueblos, las cuales tenían la finalidad de "conquistar nuevas tierras y señoríos", o
90 Manuscrito Tovar, p.27.
120
de si aplastar a grupos disidentes que por algún motivo o causa se habían rebelado
contra el "imperio". En todos los casos se impusieron tributos o se reafirmaron los
que ya se habían fijado. Tal fue el caso de la guerra lanzada contra Coaixtlahuac, de
la zona de la Mixteca, y cuya población le impusieron la elaboración de mantas,
fardos de chile, fardos de algodón, sal y colorante para túnicas y pintas "pero
también llevan indios esclavos a la ciudad de México, muchos de los cuales fueron
sacrificados en las piedras labradas de Coaixtlahuac. En el caso de los habitantes de
Cuetlaxtla, que también se rebelaron, Moctezuma ordenó a Tlacaellel que "desolara
y que no quedara memoria de ella" a lo que el gran guerrero le dijo que tal castigo
era excesivo y que "solo se les doblase el tributo, porque el destruirlos a todos era
imposible y de gran inconveniente destruir pueblos de tanta riqueza". En relación
con el incremento de los tributos se acordó que en lugar de rentas de diez brazas,
dieran 20, que daban piedras verdes y que ahora diesen blancas y coloradas, entre
otras cuentas Al arremeter contra el pueblo, contra los macehuales, estos dijeron
¿porqué nos matáis? ¿Qué culpa tienen estos ignorantes y simples, sin malicia ni
interés? ¿Nosotros no os damos tributo? y dijeron los demás macehuales pedimos
justicia contra nuestros señores y queremos sean muertos y destruidos y
castigados porque ellos han sido causa de estos males, nosotros somos los que
tributamos y de nosotros sale todo lo que os dan, mira lo que queremos, que de
nuevo tributemos".
La principal finalidad de las guerras era de naturaleza económica pues buscaban
conquistar nuevos pueblos y territorios para obtener volúmenes crecientes de
tributos de toda índole y para mantener a los pueblos que ya estaban sometidos y
que habían mostrado pruebas de infidencia o incluso de franca oposición al
121
cumplimiento de las cargas ya fijadas. En otros casos no se enviaban los
contingentes militares sino solo se amenazaba con hacerlo lo que infundía pánico
entre la población, la cual de inmediato se doblegaba y aceptaba las condiciones
impuestos. Las crónicas reseñaron que en muchas ocasiones las tropas mexicas
aplicaban lo que hoy conocemos como táctica de arrasamiento, que implicaba la
muerte de toda la población, incluyendo mujeres, niños y ancianos, que por lo
demás no tenían la obligación de pagar tributo, así como la destrucción de sus
recursos naturales. Estos severísimos castigos tenían el propósito de infundir temor
entre los pueblos cercanos para que aceptaran someterse a los mexicas y a
que los que se estaban sometiendo, mantuvieron esa calidad. Esta política se
vio claramente manifestada en los pueblos de la mixteca oaxaqueña, en donde
se confirma que los que en realidad pagaban los tributos y prestaban servicios
personales, eran los macehuales, que lo hacían a nombre de los pueblos como
sujetos genéricos.
La política hacia Tlatelolco es la política de los señoríos independientes que fueron
permitidos o tolerados por los mexicas en tanto no implicaban un desafío grave a
su supremacía. Mientras los habitantes de ese islote, que eran sus hermanos más
cercanos, no significaron un peligro para el control de las lagunas pero sobre todo
para la fluidez del intercambió marítimo, las relaciones fueron reducidas y hasta
complementarias, pero una vez que se rebasaron esas fronteras, se desató la
guerra y Tlatelolco fue conquistado. Este fue uno de los casos más ilustrativos de
la aplicación del reparto del botín como desenlace de las hostilidades bélicas, al
pagar con tierras del pueblo sometido a los participantes en la lucha, lo que le dio
a la guerra otras finalidades económicas, hacer ricos a los militares, no obstante
122
que muchos de ellos eran simples macehuales, es decir, no tenían derechos a ser
propietarios de tierras.
Desde Acamapichtii , una de las preocupaciones centrales de todos los grupos eran
quién o quiénes controlaron los lagos, las acequias, los canales, sobre todo
porque ello determinaba el tráfico de mercancías con los pueblos comarcanos y
todo lo que ello implicaba, el equilibro político de toda la región. Esta situación cobró
su real importancia si tomamos en cuenta que la mayor parte de las operaciones y
movimientos de bienes y personas se hacía por vía marítima y que para salir del
lago y avanzar hacia las otras regiones se necesitaban tener vías accesibles que
no fueran monopolizadas por ningún grupo; que no fuera el de los mexicas.
En el contacto entre grupos humanos, las economías consuntivas fueron perdiendo
terreno para dar paso a las economías de inter cambio y por ello le concedió
Othón de Mendizábal una gran importancia en las transacciones comerciales entre
vecinos y "los estados indígenas que llegaron a alcanzar un desarrollo comercial
más importante, fueron los que integraban la alianza azteca aculhua y tepaneca,
pues su hegemonía, fundada en el poder militar les permitía rebasar rápidamente los
mercados fronterizos y tránsitos, seguros sin peligro de vidas y haciendas, por
territorios extranjeros".91 En una primera etapa cada familia dependía íntegramente
del fruto del esfuerzo común, no existían superestructuras políticas y administrativas
muy desarrolladas, no había propiedad privada agraria pero comenzaron a aparecer
factores de desigualdad económica y social que eran los grupos de linaje de origen
militar lo que rompió el régimen igualitario de las tribus "pero los miembros no 91 De Mendizábal, Miguel Othón. La Evolución de la Cultura Indígena en México, en Nueva Antropología, Año III, 12, 1979, 8 p., p.6
123
privilegiados se veían obligados a destinar parte de su fuerza de trabajo en
beneficio de los representantes de sus nacientes instituciones políticas y
después se incrementó la densidad demográfica.
La anexión de Tlatelolco produjo severos daños a la población pues muchas de
sus propiedades fueron asignadas a "capitanes aztecas", para no alterar el
funcionamiento de uno de los grupos emergentes más grandes, los comerciantes.
Por el contrario, estos se seguían desarrollando en forma impetuosa
explotando la red de caminos que ya se habían construido e importando muchos
productos y bienes que servían para resaltar el esplendor de los pipiltin y las castas
de los militares que cobraron un una gran importancia por la política expansionista
aconsejado por Tlacaelel. Los pochtecas también se especializaron, como lo
hicieron muchos artesanos y se enriquecieron sobre todo al traer al Valle de
México objetos de oro y plumería fina de las zonas mixtecas y maya.
Las actividades comerciales se incrementaron de una manera notable lo que
reflejaba un crecimiento de la economía en su conjunto sobre todo con la
presencia de mayores volúmenes de tributo y de la recompensa entregando a
los guerreros. La guerra dinamizó a la economía y el viejo mecanismo del truque
fue debilitándose, al manifestar una mayor importancia el sistema de mercados.
Al referirse al comercio afirmó Carbajal que:
"A medida que se engrandecía el imperio por medio de las armas, aumentaba el
comercio; así que, limitado está al principio de los alrededores de la ciudad, se
extendió después a las provincias más remotas. Había infinitos traficantes
mexicanos, que iban continuamente de ciudad en ciudad, comprando géneros en una
124
y vendiéndolos en el otro. En todos los pueblos del imperio había mercado diario,
pero cada cinco días tenían uno general. Los pueblos poco distantes entre sí,
colocaban este gran mercado en diferentes días para que no se perjudicasen unos a
otros, pero en la capital se tenía en los días de casa, del conejo, de la caña, del
pedernal".92 Indicó que el mercado de la capital, en los tiempos de Axayacatl
concurrían unas 50 mil personas se iban a vender todos los productos que había en la
provincia del imperio y e los países vecinos que podían servir para las necesidades de
la vida.
La vía de la conquista militar y/o de la amenaza de la fuerza se debilitó a raíz de la
muerte de Tlacaelel y ya en el periodo de Moctezuma el expansionismo
armado se debilita, para volver los ojos de los Tlatoanis, hacia el interior del
señorío que estaba inmerso en una serie de contradicciones. Los militares
distinguidos en las batallas redujeron su prestigio social. Los comerciantes, que se
convirtieron en un poderoso grupo social y político pues aunque ellos no formaban
parte por sí mismos, es decir, por ser comerciantes, de los pipiltin y de los
gobernantes, sí estaban muy cerca de ellos y sí influían en muchas de sus
decisiones. Algunas pictografías los dibujan vestidos con atuendos muy lujosos,
que revelaban tener un estatuto muy encumbrado al lado de los dignatarios de la
ciudad, mientras se desarrollaban también sus componentes, los mercados
regionales y locales y con ello la multiplicación de relaciones comerciales que
hacían pensar que el trueque era un mecanismo muy limitado, un freno, para el
crecimiento de la economía en su conjunto.
92 Carbajal Espinosa, Francisco. Historia de México, desde los primeros tiempos de que hay noticias hasta mediados del siglo XIX,, p.630
125
Basándose precisamente en la Tira de la Peregrinación, o Códice Botourini, los
tecpanecas eran parte de los 6 generaciones de gentes que habían salido de las
cuevas de Chicomoztoc y por lo tanto tenían con los mexica un origen común, y
una identidad cultural "y que los acolhuas, otomíes y tepanecas eran de los
grupos dispersados tras la caída de folian, de modo que le es propio, al menos
en buena medida, aquella herencia de alta cultura mesoaméricana".93
La dominación tecpaneca fue una de las pruebas más duras que sufrieron los
mexicas en el Valle de México pues les ayudó a templar sus facultades humanas
y les hicieron sobreponerse a todas las adversidades y dificultades impuestas. Al
igual que el resto de los grupos humanos que se encontraban ya pobladas la zona
tecpaneca también tenía un origen común y mantenía lazos gentilicios con los
mexicas, pero aun así las hicieron prisioneros y les impusieron severas cargas
tributarias, así como otras vejaciones y castigos por muchos años.
El grupo tecpaneca era el mejor organizado desde el punto de vista económico y
social y por lo tanto tenían la supremacía política y militar en la Cuenca y
sometieron a los recién llegados para aprovechar las habilidades, las destrezas, la
constancia y el espíritu de sacrificio que se les había conocido a los advenedizos
que se sobrepusieron a la falta de tierras cultivables y a las condiciones naturales
adversas que les deparaba la naturaleza Habían compartido varias relaciones
profundas con los acolhuas y los otomíes y con los toltecas y por lo tanto se trataba
de un pueblo revitalizado y enriquecido por distintas herencias culturales que desde 93 Santamarina Murillo, Carlos. Los Aztecas-Tepanecas en torno a sus orígenes y gentilicios. Revista Española de Antropología americana, 36, 2006, p.7, p.5.
126
luego las transmitieron a los mexicas. Las crónicas señalaron que a pesar de que
estos eran vasallos, se mezclaron familiar y socialmente con los tecpanecas, lo
que demuestra que reconocían la existencia de lazos de parentesco muy antiguos
que ahora simplemente se estaban reforzado.
En el Códice Ramírez se afirmó que los mexicas "iban poblando en todos los sitios
por los que iban pasando" y en cuanto a la elección de Huitzilihuitl fue "electo por
todo que le conocía por haber industriosos y de valerosos corazón y que le haría
mucho caso por su defensa. Electo este por capitán general y habiéndolo dado
toda la obediencia y mandó fortalecer las fronteras de aquel cerro y Chapultepec
con unos terraplenes que acá llaman albarradas". 94 Contó que los mexicas se
encontraban amenazados y acosados por todos lados y que había disensiones
internas y que había muchas sabandijas y víboras las cuales comieron y en su
lugar construyeron casas y sementeras muy bien labradas.
Contó una revelación que les hizo el sacerdote al describir una águila que posaba
sobre un nopal, que en ese lugar se instalasen, que ahí "encontraban
bienaventuranzas, quietud y descanso, sujetados de mar a mar todas las remotas
provincias y ciudades, haciéndonos señores de oro y plata, de las joyas y piedras
preciosas, plumas y mantas ricas. Aquí hemos de ser señores de todas estas
gentes, de sus haciendas, hijos e hijas, aquí no hay de servicio y tributo, en este
lugar se ha de edificar la famosa ciudad que ha de ser reino y señorío de todas las
demás. Definió que pescaban un gran número de peces, ánsares y gallaretas y
que también eran cazadores y cambiaban todo ello por morillos, tablitas, leña, cal y
94 Códice Ramírez, Manuscrito del Siglo XVI, Intitulado Relación del Origen de los Indios que Habitan esta Nueva España, según sus historias, Examen de la Obra y Anexo de Manuel Orozco Berra, Editorial Innovación, México, 1973, 2943 p., p.39
127
piedra "para construir primero una ermita, dedicada a Huitzilopochtli. Este dijo que
"di a la congregación mexicana que se dividan los señores cada uno con sus
parientes, amigos y allegados en cuatro barrios principales teniendo en medio la
casa que para mi descanso habéis edificado y cada parcialidad edifique su barrio a
su voluntad".
Todas las crónicas coinciden que en esta etapa las condiciones de vida y
existencia del grupo mexica eran verdaderamente dramáticas: vivían acosados
por distintos grupos que habitaban la Cuenca hasta el grado de que trataron de
aniquilarlos y expulsarlos, su alimentación era muy deficiente, sus vestimentas muy
precarias y su organización social muy rudimentaria. Al no disponer de suficiente
espacios de tierras firmes habitaban en medio de los depósitos de agua, entre
carrizos y cañaverales. No tenían un templo que fuera adecuado para exaltar al dios
que idolatraban en su principal actividad era la pesca. Sus principales dirigentes
eran sacerdotes pero de una manera paulatina fueron transformados, mediante
las aportaciones del trabajo humano, aquellas condiciones naturales y sociales
que les eran adversas para su desarrollo y comienzan a edificar casas y templos
con materiales que tenían una mayor perdurabilidad como la piedra y la madera y a
efectuar cultivos de maíz en superficies anegadas. Me refiero a las famosas
sementeras de que hablan las crónicas las cuales evidencian un importante y
rápido desarrollo de la agricultura que la colocaba en una posición vanguardista en
relación con los demás grupos que poblaban las riberas.
La penetración y expansión de los mexicas introdujo un factor de desequilibrio
y de competencia entre todos los pobladores y por ello la historia refiere el
estallido de múltiples conflictos armados y rivalidades políticas por mantener el
128
control y el dominio de la zona lacustre y sus recursos naturales. Durante ese
periodo hubo una gran inestabilidad social la cual intentó superarse por medio de
una serie de alianzas políticas.
Dijo el Manuscrito Tovar, que estando los mexicanos en la laguna "no tenían
donde hacer una sola sementera, estando en manos de los comarcanos otorgarles
el camino y no dejarles otra cosa de provisión y mandar a sus vasallos no les
vendiesen maíz y fríjoles, que ello había suscitado una profunda y grave antipatía y
que por ello habían concitado a los pueblos comarcanos a que se fueran en
contra de los mexicanos con las armas en la mano, indicándoles que ellos (los
mexicanos) los querían avasallar y convertir en vasallos y por ello establecer la
prohibición de que pudieran mantener bastimentos al valle. Con lo que la respuesta
de los mexicanos contra Azcapotzalco había sido muy violenta "pues no habían
perdonado a mujeres, niños, ni reyes, lo cuales fueron ejecutados sin ninguna
piedad ni lástima, ni dejando casa enhiesta ni persona con vida sino a los que
habían huido y se habrán cogido en las montañas a los cuales no perdonaron los
mexicanos porque los fueron siguiendo como leones encarnizados, llenos de furor y
de ira, hasta matarlos en la más áspera de las sierras, rindieron las armas
prometiéndoles darles tierras y asimismo darles cal y piedra y madera para los
edificios y todo lo necesario de legumbres y semillas para su sustento". 95
El citado Códice advierte que había una política dual hacia los mexicas pues a la
vez que se les sometía a un tratamiento social muy drástico, reduciéndolos a
condiciones de mera subsistencia pues los pueblos que ya estaban
instalados decidían qué podían cultivar y qué podían pescar y en qué
95Manuscrito Tovar, p.43.
129
cantidades, estando severamente vigilados por grupos armados. Existía el
deliberado propósito de que dichos grupos no desarrollaran sus potencialidades
físicas e intelectuales pues ello ponía en peligro la hegemonía, entre otras, de los
tecpanecas. Ahora bien, si los mexicas finalmente desean quedarse a vivir en la
zona lacustre, debían hacerlo en su calidad de grupos subordinados o de
vasallos o de tributarios que aportaron cargas de productos y materias primas.
De una manera particular, se distinguieron por sus habilidades guerreras, lo que
hizo surgir el temor y la zozobra de que podrían imponer una tiranía hacia los
demás pueblos. El trabajo práctico hecho en ambientes naturales muy diversos, les
hizo ser muy diestros con el arco y la flecha, con los punzones para trabajar
piedras, con la coa para plantar semillas, lo que se convierte en un tiempo
relativamente corto en un fuerte impulso al crecimiento de las fuerzas productivas,
la cual planteaba un reto formidable para los demás pueblos que no tenían el
mismo dinamismo.
León Portilla describió el proceso por medio del cual los mexicanos absorbieron la
cultura tolteca, entregaron en 1376 a su primer tributo a Azcapotzalco que era los
propietarios del islote en que vivían, pero se suscitó la animadversión de Maxtlatzin,
hijo e Tezozomoc, "quien a su juicio no debían constituir (los mexicas) un señorío
aparte sino tan solo uno de los dominios del imperio tecpaneco que él pensaba
heredar a la muerte de su padre", habiendo de realizar varios intentos para una
negociación pacífica con los tecpanecos, pero este no fue posible, dando lugar a la
guerra. Esta decisión la impulsó Tlacaelel y con "él nace su visión mítica y guerrera
del pueblo azteca que se consideró asimismo como el pueblo elegido del sol, "y
130
después de haber derrotado a los de Azcapotzalco sometieron a los señores de
Xochimilco, Chalco, Cuitlláhuac, pero también Tlacaelel fijó la conciencia histórica
despueblo, ordenando la destrucción de los viejos códices que daban una importancia
secundaria a los aztecas. Este preconizó que su dios era Huitzilopochtli, e introdujo
la práctica de las guerras floridas. "Situándose los aztecas al lado del sol a
Huitzilopochtli, se considera al lado del bien, en un combate sin tregua contra los
poderes del mal. Y desde otro punto de vista, esta vez bastante utilitario, puede
añadirse, que su alianza con el Sol-Huitzilopochtli trae consigo la justificación de
todas sus conquistas, la justa confianza de que al someter a otros pueblos,
haciéndolos tributarios suyos, se esté realizando una suprema misión".96
La práctica social y política habitual en la cuenca era el sometimiento, mediante la
imposición de tributos de los pueblos que habían sido sometidos o dominados
mediante la conquista militar. Ellos debían entregar una serie de bienes y
productos y ofrecer su fuerza de trabajo para cultivar las sementeras de los
señores de los pueblos victoriosos. No les interesaba imponer autoridades
ajenas, ni entrometerse en sus asuntos internos, como medida política concreta o
especiales, porque de ello se hablaba muy poco. Lo que deseaban era tener
pueblos y territorios que fueran reservorio de mano de obra y de materias primas
pues esto les permitía tener un excelente nivel de vida y las bases materiales de su
sostenimiento.
Por ello, los señores de Atzcapotzalco plantearon la necesidad económica de que
los mexicas, si deseaban vivir en las riberas del lago, debían ser tributarios directos
y no crear un señorío aparte, similar a los que se habían formado con 96 León Portilla, Miguel,, Los Antiguos Mexicanos, A través de sus Crónicas y Cantares, FCE, México, 1961,202 p., p.95
131
anterioridad mediante largos procesos de aculturación. Ello supondría que no
habría señoríos mexicas sino vasallos mexicas, lo que en definitiva comparaba
contra el proyecto mítico religioso de ese pueblo y con las predicas de sus
dirigentes religiosos y militares. La formación militar o guerrera fue un factor
que contribuyó a denegar el papel que les asignaban los tecpanecas.
"El señor de Azcapotzalco vio con alarma a los aztecas establecidos en el islote del
lago. Reuniendo a los grandes de su gobierno les hizo ver como era necesario
imponer una serie de vejaciones y tributos a los recién llegados para impedir su
engrandecimiento, "y efectivamente les impusieron como tributo mazorcas de
maíz, chile, tomates, bledos, fríjoles, calabaza y con diversas clases de flores, una
garza y un pato de tal manera que en llegado a Azcapotzalco, sus crías estuvieron
pasando los huevos". Al referirse a los poseedores o detentadores de la cultura,
mencionó a los tlamatines que eran quienes tenían los códices, eran los detentadores
de la tlaloca, o tradición e incluso había Amozcallis, o casas de códices. Entre las
representaciones que había en este texto estaba la numeración decimal, pero además
había signos pictográficos, como casas, juego de pelota, signos fanáticos como a, e,
o y signos ideográficos como noche, dios. Fue muy importante el complemento que
se dio entre los códices y la transmisión oral de los tlamaties. "La fiel transmisión y
enseñanza de los cantos antiguos, ni ya solo a los estudiantes sino al pueblo en
general es precisamente incumbencia de otras clases o categorías de sacerdotes que
recibían como títulos el de Tlapizcatzin que quiere decir, "conservador". Su misión era
enseñar a la gente los cantores divinos, vigilando que nadie errara en su
aprendizaje".97
97 León Portilla, Miguel,, Los Antiguos Mexicanos, A través de sus Crónicas y Cantares, FCE, México 1961,202 p., p.70
132
Los mexicas fueron sometidos al trabajo forzado en beneficio de los tecpanecas,
siguiendo los parámetros de dominación que encontramos en otras culturas y
regiones del mundo, pero el hecho de que estos pueblos sufrían temporalmente
este sojuzgamiento no los anulaba como tales, ni se extinguían los conglomerados
humanos, no desaparecen sus reglas ni sus rasgos culturales o históricos y a
veces ni siquiera sus dirigentes políticos.
Desde el principio de la relación tecpaneca- mexica, que era de dominante a
dominado, se observa un entrecruzamiento de influencias culturales, de forma de
vida y de expresión de las ideas y de valores culturales que surgen y se mezclan
por esta convivencia. Muchos mexicas se casaron con mujeres tecpanecas y
muchas mujeres tecpanecas lo hicieron con hombres mexicas y estas
relaciones fueron propiciadas y toleradas por los dirigentes políticos de ambos
pueblos. Al mantener estrechas relaciones sociales en el marco de la
dominación militar, mexica y tecpaneca, reconocieron en la práctica, los viejos lazos
identitarios que los unían.
Al huir los tecpanecas a los cerros para salvar sus vidas de la violencia
desatada por los mexicanos, uno de ellos había dicho, según el Manuscrito Tovar:
¿Qué ganaréis con asolarnos? Basta lo hecho, aquí tendréis esclavos y
perpetuos tributos para cuanto tuviere menester: piedras, cal, madera, tierra,
obreros para ello y vuestras casas, ropas, vestido de todo género, como los
quisieren y mandaren. Los tecpanecas dijeron que ellos reconocían su culpa,
pidieron perdón y misericordia con muchas lágrimas, prometiéndoles servir con
133
sus personas y haciendas hasta la muerte. Entonces los mexicanos cesaron de
herir y matar y luego mandó Tlacaelel retirar la gente mexicana que andaba
muy encarnizada contra los tecpanecas.
El Manuscrito Tovar reseñó que a raíz de la victoria, los mexicas comienzan a
"tratar de tomar títulos y nombre de señores, que son equivalentes a los que en
otras naciones llamaban duques, condes, marqueses, adelantados, almirantes y
para ponerlos en ejecución toma la mano de Tlacaelel y después Itzcoatl,
aceptando la demanda de Tlacaelel hizo señores iguales en su reino, ordenaron
que se guardase este estatuto en la Corte mexicana y que después de electo
el Rey en ella se eligiesen cuatro señores, que estos cuatro hicieran un Consejo
Supremo, sin parecer de los cuales ninguna cosa se había de hacer y muerto el
rey había de ser electo uno de estos cuatro para sucesor del reino". 98
La liberación de los mexicas del yugo tecpaneca permitió la aparición de una nueva
correlación de fuerzas, surgió un nuevo grupo hegemónico en la zona lacustre y
los dominadores se transformaron en dominados siendo sometidos a las mismas
reglas de que ellos habían sido usufructuarios en el pasado. Los tecpanecas se
convirtieron, en parte esencial del grupo mexica por medio de vínculos
matrimoniales y políticos y por medio también del ensamblamiento que hubo
entre los calpullis, a nivel de la base social. La derrota de los tecpanecas
permitió sentar las bases de un nuevo orden económico y social pues emergió
una nueva distribución del poder y una nueva división del trabajo, pero lo cual tenía
una regionalización mayor.
98 Manuscrito Tovar, p.49
134
Una vez que sus amos fueron derrotados y habiendo tendido alianzas con los
señores de Texcoco y Tacuba, los mexicas multiplican el rigor de sus
potencialidades humanas y por lo tanto se perfeccionaron sus fuerzas productivas,
tal como se refleja en la pictografía de los siguientes tlatoanis: aumenta la
capacidad combativa de los "ejércitos" bajo la inspiración militarista y mesiánica
de Tlacaelel, se construyeron más casas-habitación, edificios, "templos" y
pirámides, se realizó una mayor adecuación de tributos, se extendieron las vías de
comunicación, se ampliaron los vínculos comerciales con poblaciones que estaban
mucho más allá de la Cuenca, se fortalecían las instituciones de procuración de
justicia y las educativas. Ya no había ningún poder alterno que fuera
suficientemente capaz de oponerse al mexica.
Al consumarse la derrota de los de Azcapotzalco, por parte de los
mexicanos, el Códice Ramírez afirmó que les habían prometido darles tierras,
labrarles sementeras y hacerles casas "siendo sus perpetuos tributarios y
asimismo darles piedras, cal y madera para sus edificios y todo lo necesario de
semillas y legumbres para su sustento". Que al llegar a la ciudad de
Azcapotzalco, los mexicanos se habían repartido las tierras de la ciudad "dando
lo más y mejor a la corona real y luego al capitán general Tlacaellel y luego a los
demás señores principales de México, a cada uno según lo señalado en la
guerra; a la gente común, no dieron tierras sino algunos que mostraron algún
esfuerzo y ánimo, a los demás echároslos por ahí denostándolos como a gente
cobarde y de poco ánimo; también dieron tierras a los barrios para que lo que
de ellas cogiesen lo empleasen en el ornato y en el culto de sus dioses y
135
templos y este estilo quedara siempre en todas las peticiones de tierras que
ganaron y conquistaron. Quedaron entonces los de Azcapotzalco tan estrechos y
necesitados de tierras que apenas tenían donde hacer una sementera. Hecha la
petición, al rey de México hizo llamar a todos los de Azcapotzalco e
imponiéndoles el tributo y servicio personal a que se habían obligado cuando los
rindieron, mandó por público edicto que desde aquel día no hubiese rey en
Azcapotzalco sino que todos reconocieran el rey de México, so pena de tormento
y destrucción si a otro rey reconociesen ni apellidase y así quedó Itzcoatl por rey
de Azcapotzalco y de México desde aquel día". 99
Con la derrota histórica de los tecpanecas, ocurrieron otros cambios importantes en
la estructura social y política pues se fortalecía el poder del tlatoani de México,
como el único mandatario con capacidad para mandar en toda la región
mesoamericana. Muerto Netzahualcóyotl se acabó otro poder que pudo haberle
hecho contrapeso y por ello se empiezaron a sentar las bases de lo que pudiera
haber sido el estado del Valle de México, pues se había avanzado en forma
considerable en la integración regional, pero desde una óptica militarista, hasta la
ascensión al poder de Moctezuma. Ese es el periodo del militarismo mesiánico,
pues Tlacaelel consideraba que los mexicas era un pueblo de naturaleza
excepcional, capaz de establecer un señorío que tuviera muy grande extenso.
Con el reparto de tierras que eran de Atzcapotzalco, aparecieron nuevos
propietarios y se configuraron relaciones sociales distintas en el terreno de la
99 Códice Ramírez, Manuscrito del Siglo XVI, Intitulado Relación del Origen de los Indios que Habitan esta Nueva España, según sus historias, Examen de la Obra y Anexo de Manuel Orozco Berra Editorial Innovación, México, 1973,2943 p., p.67.
136
propiedad agraria, al ampliarse el poder y el número de los propietarios, pero
desconocemos en qué grado se alteraron las formas de propiedad comunal para
favorecer la propiedad particular. Los militares o guerreros adquirieron un gran
poder económico pues de entre ellos surgieron los nuevos propietarios, pero
también se transformaron en el grupo social hegemónico en el aparato político.
Concuerdan en general los escritores españoles en afirmar que el cargo
desempeñado por Moctezuma era electivo y restringida la elección a una familia
determinada. Se comprobaba que el puesto era transmitido de hermano a hermano
o de tío a sobrino. No supieron explicar empero porqué en algunos casos no se
transmitió de padres a hijos "y después describían al electorado, que era un grupo
de grandes señores notables, pero el sistema de una asamblea numerosa, que
señalaría un elemento popular, les era ajeno y por lo tanto concluyó que el cargo de
Moctezuma era "hereditario en un gens y se opuso a considerar la existencia de
una monarquía, que calificó como un invento de los escritores españoles, sino que
se trataba de un gobierno "esencialmente democrático", pero desde luego no a la
manera ateniense porque sus instituciones eran sociales y no políticas pues
"mientras la noción de prosperidad no progresó mucho más allá del punto que
ellos habían alcanzado, era imposible subsistir como la sociedad política, la
gentilicia"100, mientras que para él, el principio de la "democracia militar" era
compatible con el principio de la democracia, en general.
La elección de Moctezuma fue una restauración de las viejas prácticas del pasado
remoto en que una asamblea de notables se encargó de esa tarea, eliminado toda
100 Morgan Lewis. La Sociedad Primitiva, Cuadernos Culturales, Prólogo de Carmela Lisón Tolosana Librería Allende, México, Sin Fecha, 409 p., p.255.
137
participación de los elementos populares, como si se intentara fortalecer a las
viejas familias gentilicias que habían tenido el poder y se trataran de corregir
desviaciones. Los representantes de la gens, los calpullis y las fratrías se
reunieron, deliberaron y acordaron seguir la práctica de recoger como tlatoani a
un descendiente directo de los linajes, regresando al corporativismo primitivo.
Todos los grupos, como los pochtecas, los militares, algunos artesanos
especializados que por lo menos habían sido consultados o avisados de la
realización de esta decisión trascendental se reunieron y en forma cerrada lo
designaron. Pretendía, sin duda, restaurar privilegios, espacios de poder
perdidos y tomar en cuenta requisitos de linaje que con los otros tlatoanis no
habían tomado en cuenta o que si lo habían hecho, eran factores marginales, pero
en estos casos, sí eran participantes.
El grupo de los pilis seguramente pensó que con Moctezuma recuperaban
espacios de decisión que habían entregado a otros y este caso ya no hubo
"ninguna asamblea numerosa". Había muerto Tlacaelel y por lo tanto ya no había
representantes de los intereses de los militares, que fueron el grupo más
perjudicado de esta cúpula cerrada, unilateral, hermética lo que explicaría que
dejaron pasar por alto una serie de defectos personales que aquel tenía, como un
carácter pusilánime y de espíritu medroso, que no podía acometer ninguna acción
ofensiva importante que expandiera más los límites del poder mexica.
Escribió Morgan que el azteca "era un pueblo grande", el "más grande de América"
y que tenía probablemente 30 mil habitantes , como una gran cantidad de casas
comunitarias, pero que en ella había distinto grados de prosperidad. Ella explicó
138
"que era natural", el "rey", a la manera occidental. En cuanto a las descripciones
que se hicieran del "palacio" de Moctezuma, de los banquetes o comidas que había
"diariamente", según refiriera Cortés a Bernal Díaz del Castillo, lo puso en tela de
duda por "cuanta fantasiosas o falaces" que solo buscaba agrandar la "hazaña" de
la conquista. "No hay duda de que Moctezuma era tratado con gran
consideración por las personas de todas la clases. Los indios respetan y veneran a
sus jefes. Como principal jefe que era, Moctezuma ocupaba el cargo oficial más
elevado existente entre ellos. Es probable que (Moctezuma) viviera con su
parientes de gens en una casa que se tenía en común y que lo que los españoles
vieron fue una comida en común con lo de su casa, que con las mujeres y los niños,
deben haber sido entre 500 y 1000 personas”.
En las elecciones anteriores se tomaban en cuenta, en forma preponderante,
con un mayor peso específico que los factores relativos el linaje y el parentesco, los
méritos personales en las batallas y en la guerras de conquista que se había
efectuado, sus capacidades personales, como su valentía y arrojo, su capacidad de
mando, sus dotes de organizador, sus lealtades y los intereses de las
comunidades y de los pueblos, sus virtudes para el trabajo, como la construcción y
la dedicación, sus asistencia y la escuela. Era, en su conjunto, una valoración que
se hacía como si se buscara a un jefe político superior capaz de asegurar los
intereses del grupo mexica, de extenderlo más allá de las fronteras a que habían
llegado.
Los jefes subalternos probablemente decidieron aprovechar la ausencia de
Tlacaelel en el proceso sucesorio para hacer una designación libre de estos
139
requisitos y consideraciones, explotación al hecho de que, como dijo Morgan, los
mexicas, desde Acamapichtli observaba una total adhesión al tlatoani tan solo
por el hecho de serlo. Nadie objetaba sus decisiones pensando que obraba
siempre correcta y justamente pues era el hombre mejor dotado de todos. De esta
manera, mientras los tlatoanis tenían una serie de poderes acotados por
Tlacaelel y los demás tecutlis, Moctezuma se presentaba como un señor absoluto,
casi a la manera de un monarca europeo cuando se considera que este
representaba la divinidad en la tierra, siendo el representante directo de los
intereses materiales y políticos de una minoría muy estrecha que cada día
representaba menor la pluralidad de intereses de los mexicas.101
Por su parte, Barlow hizo un estudio acerca de las provincias que tributaban maíz
durante el reinado de Moctezuma y que tenía una troje, como Petlacalcatl,
Acolhuacan, Cuaulihuhuac, Huaxtepec, Cuautilla, Ajucaba, Atotamila, Xilotepec,
Quahuacan, Toluca, Ocuilan, Malinalco, Tlaxco, Tepequacuilco. "El tributo normal
para una provincia era una troje de grano, aunque en varias casas se exigían dos o
más. El número total de la lista es de 28, lo que hará que el tributo fuera el
resultado de multiplicar 28, por 10,000 lo que redondeando el número, daría
300,000 bucles de maíz. Sin excepciones las indicaciones señalan que el tributo en
maíz se pagaba una vez al año. Otro tributo tenía que pagarse en intervalos
diferentes: dos veces al año, cuatro veces al año, seis veces al año, pero el maíz en
todos los casos deberían entregarse una vez al año. Para la mayoría de las
provincias el tributo consentía en una troje de maíz, las principales excepciones era
el extremo sur del valle de México en donde la provincia de Chalco era
101 México Antiguo, por Lewis Morgan y Adolph Bandelier, p.34
140
responsable por cinco trojes y el valle de Toluca que contribuía con dos. Una
porción del tributo imperial en maíz se cultivaba en campos especiales. Hacía una
gran sementera todo el pueblo junto y lo que cultivaban en ella se lo llevaban esos
gobernadores y estos se le daban cada año a Moctezuma.
Una de las obras más importantes de Moctezuma fue la de ampliar a reforzar la
estructura tributaria que los mexicas habían impuesto al resto de los pueblos, como
se reveló en la Matrícula correspondiente, que enriquece al Códice Mendocino,
haciendo cada vez más onerosas las cargas, incrementando con ello el
descontento social a todas las poblaciones. Moctezuma, sin la sensibilidad de
otros tlatoanis, recurrió a la represión abierta y brutal para sofocar este descontento
y por ello fueron frecuentes los envíos de tropas haciendo a un lado la negociación
y la revisión de las cargas para que fueran más justas, es decir, acordes, con las
potencialidades de sus recursos naturales disponibles.
Ningún pueblo se negaba a pagar tributo pues lo consideraban como una
obligación "natural", derivada de la relación "normal", de dominadores a vasallos
sino se oponían a lo que ellos consideraban "excesos" y "arbitrariedades" que
afectaban sus niveles de vida. Esta política de exacción, exacerbada por
Moctezuma, beneficiaba, desde luego a los pillis que de esta manera disponían de
mayores volúmenes de alimentos y de otras materias primas. Por el ambiente
social descrito en las crónicas se advierte la existencia de un tlatoani que ejercía el
poder en forma arbitraria y prepotente, lo que sin duda ocasionó una enorme
inconformidad entre los macehuales y el resto de los sectores explotados que
perdían así muchas oportunidades de asenso social.
141
En las Crónicas de Díaz del Castillo se hizo alusión muy frecuente a los artículos
producidos en México; oro, gallinas, pan de maíz, pescado, todos ellos cargados por
tatemes que se contaban por cientos, mantas de algodón y se destacó uno de los
presentes que les envió Moctezuma: una rueda de hechura de cal de oro muy fina,
que pesaba sobre 10 mil pesos, después una rueda de plata que figuraba la luna,
20 anales de oro, 10 collares, 12 flechas, y un arco con su rueda, muchas piezas
de oro que simbolizaban tigres, leones y monos y 30 cargas de ropa de algodón.
En cambio, Cortés le dio a cada gobernador 2 camisas de lado y diamantes azules y
otras cosillas, una capa de vidrio de Florencia, 2 camisas de Hilado, indicando a los
emisarios que deseaba ver personalmente al emperador. Pero seguía la expedición
avanzando buscando un puerto seguro y localizando nueva tierras, avanzando
rumbo a Panuco. 102 Se decidió entonces que Cortés controlaría todo el oro que se
obtuviera y que para ello designaría un tesorero, Gonzalo Mejía.
Las descripciones que hicieron los cronistas y conquistadores y de quien estaba a
su servicio ideológico, dibuja la existencia de una economía productiva muy
próspera y variada (por las grandes cantidades de regalos que les hiciera en
distintos momentos de la invasión) pero también es una fuerte oposición a las
nuevas formas de dominación y opresión que enfatizaban en el uso de la fuerza,
como el factor fundamental; los calpixques y mayordomos eran odiados porque los
pueblos sometidos se quejaban pues cobraban con exceso las cargas tributarias y
maltratando físicamente a los pobladores.
102 Díaz del Castillo, Bernal, Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España,, p.80
142
Se advertía la presencia muy destacada de los comerciantes que realizaban
funciones complementarias a las de los tributarios para hacer más dinámica la
estructura economía, que nos hace pensar que había un gran desarrollo de las
fuerzas productivas por medio de la aplicación de tácticas compulsivas que los
representantes de Moctezuma se encargaban de imponer pues las crónicas
refieren grandes volúmenes de productos alimenticios y objetos muy
sofisticados y los cuales solo tenían acceso los pillis. Gran punto fueron los
"regalos" entregados a Cortés y socios que ésta es la palabra correcta ya que la
conquista fue una empresa esencialmente mercantil, eran tomando de los
almacenes de Moctezuma, destacando los artículos de oro y plata, así como las
piedras preciosas.103
103Barlow, Robert. Obras. Los Mexicas y la Triple Alianza, Vol. 3, en INAH-UDLA, México, 1990.
143
Bibliografía Desarrollo Evolutivo.
Morgan, Lewis. La Sociedad Primitiva, p.129.
Morgan, Lewis. La Sociedad Primitiva, p.137.
Morgan, Lewis. La Sociedad Primitiva, p.171.
Morgan, Lewis. La Sociedad Primitiva, p.239.
Morgan, Lewis. La Sociedad Primitiva, p.247.
Mejía Fernández, Jorge. La Tribu Azteca, p.134.
Lombardo Toledano, Vicente. Lecciones de Política para Párvulos, p.13.
Mendizábal, Othón. Obras Completas, T. III, p.147.
Mendizábal, Othón. La Evolución de la Cultura Indígena en México,
Revista Nueva Antropología, Año III, 12, 1979, 8 p., p.4.
Mendizábal, Othón. La Evolución de la Cultura Indígena en México,
Revista Nueva antropología, Año III, 12,1979, 8 p., p.35
Mendizábal, Othón. Obras Completas, T. III, p.131.
Kirchhoff, Paul. Los Principios Ciánicos de la sociedad Humana, p.16.
13. Cepeda Cárdenas, Gerardo. El Regadío de Huejotzingo, en Validez
Teórica de Mesoamérica, p.34.
144
14. Lorenzo, José Luis. Agroecosistemas Prehispánicos, en Chinampas
Prehispánicas, compilador Carlos Javier Ángulo, antología, Serie Antropología,
INAH, p.98.
Kirchhoff ,Paul. Los Principios Clánicos de la sociedad Humana, p.16
Matos Moctezuma, Eduardo. Los Aztecas, Obras Completas, T. II, p.123
17.Matos Moctezuma, Eduardo. Los Aztecas, Obras Completas, T. II, p.25
18. Lombardo Toledano, Vicente. Homilía por el Pensamiento, Revista
Siempre, 17 de agosto de 1962.
19. Güemes Herrera, Lina Odena, Fundación de Pueblos y Tenencia de la Tierra en
la Región del Valle de México en la Época Prehispánica, Tesis Profesional, ENAH,
México, 1970, p.25
20. Güemes Herrera, Lina Odena, Fundación de Pueblos y Tenencia de la Tierra
en la Región del Valle de México en la Época Prehispánica, p.48
21. López Austin, Alfredo. La Educación en los Antiguos Nahuas, p.34.
22. Lorenzo, José Luis, y otros. Del Nomadismo y los Centros
Ceremoniales, INAH, México, 1975, 318 p., p.71.
23. Lorenzo, José Luis, y otros. Del Nomadismo y los Centros
Ceremoniales, INAH, México, 1975, 318 p., p.45
24. Lorenzo, José Luis. Agroecosistemas Prehispánicos, en Chinampas
Prehispánicas, compilador Carlos Javier Ángulo, Antología, Serie Antropología,
INAH, p.77.
25. Cervantes, María Antonieta. Los Grupos aldeanos de la Cuenca en
México, Del Nomadismo y los Centros Ceremoniales, p.107
145
26. Piña Chan, Román. Los Pueblos Teocráticos, Del Nomadismo y los
Centros Ceremoniales, p.169.
27. Romero Contreras, Tonatiuh, Mesoamérica: Historia y Reconsideración del
Concepto, Ciencia Ergo-Sum, Vol. 6,1999, 11 p., p.7.
28. Memoria de las obras del drenaje profundo en el Distrito Federal, 4 vols.
México, 1973, T. II, p.28.
29. Kingsborough, Lord. Antigüedades de México. Tira de la Peregrinación, vol.
2, p.10.
30. Kingsborough, Lord. Antigüedades de México. Tira de la Peregrinación, vol.
2, p.18
31. Durán, Diego. Historia de las Indias de la Nueva España e Islas de Tierra
Firme, p.45
32. Códice Azcatitlan, Introducción de Michel Graulich, comentarios de
Robert Barlow, Traducción al español de Leonardo López Lujan, Bibliothéque
Nationale Francia, 1995,143 p., p.85.
33. Olmos, Andrés. Historia de los Mexicanos contados por sus pinturas, en
Historia de los Antiguos Nahuas, p.96.
34.Chimalpain Cuauhtlehuanitzin, Domingo, Francisco de San Antón,
Memorial Breve acerca de la Fundación de la Ciudad de Culhuacán, p.133.
Torquemada Juan. Monarquía Indiana, p.41
Torquemada Juan. Monarquía Indiana, p.65.
37. Chávez Orozco, Luis. Las Tradiciones Chichimecas, Excélsior, 6 de junio de
1932.
146
Güemes Herrera, Lina Odena, Fundación de Pueblos y Tenencia de la
Tierra en la Región del Valle de México en la Época Prehispánica, p. 91
Herrera, Antonio. Historia General de los Hechos de los Castellanos, T.
VIII, p.168.
León Portilla, Miguel. Los Antiguos Mexicanos, a través de sus crónicas
y cantares, FCE, México, 1961, 202 p., p.39.
Análisis del contenido de las Láminas del Códice Quinantzin, p.15.
42.Aguilera, Carmen. Organización social en el Lienzo de Tepeticpac, en Cuarto
Seminario Internacional sobre Investigaciones Históricas de Tlaxcala, p.72.
43. Dycherhoff, Úrsula. Grupos Étnicos y Estratificación Socio-política, Tentativa
de Interpretación Histórica, Indiana, 19, 2003, p.24
44. Güemes Herrera, Lina Odena, Fundación de Pueblos y Tenencia de la Tierra
en la Región del Valle de México en la Época Prehispánica, p. 44
45. Lehman, Walter. La Historia Tolteca en los anales de Cuautitlán, INAH,
México, 1941, 41 p., p.31.
46.Berdan, F. Francés, Smith, E. Michael. El Sistema Mundial
Mesoamericano, Postclásico, Relaciones 99, Vol. XXV, 2004, p.36.
47. Güemes Herrera, Lina Odena, Fundación de Pueblos y Tenencia de la Tierra
en la Región del Valle de México en la Época Prehispánica, p.116
Matos Moctezuma, Eduardo. Los Aztecas, Obras Completas, T. II, p.175
Chimalpain Cuauhtlehuanitzin, Domingo, Francisco de San Antón.
Relaciones de Chalco Amaquemecan, paleografiados y traducidos del
náhuatl, introducción de Silvia Rendón, prefacio de Ángel María Garibay,
México, FCE, 1965, 321 p., p.115.
147
50. Flores López, Alma, Jeroglíficos de Xochimilco, Textos Mecanuscritos, 2002,
AHX, p.43.
51. Durán, Diego. Historia de las Indias de la Nueva España e Islas de Tierra Firme,
p. 162.
52. Análisis del contenido de las Láminas del Códice Quinantzin, p.31.
53. León Carbajal, Francisco. Discurso sobre la Legislación de los Antiguos
Mexicanos, Tipografía de Juan Badiano, México, 1864,123 p., p.95.
54.García Panes, Diego. Panorama de Anáhuac, Selección de laminas y
Textos de la lámina III y IV del Theatro de la Nueva España, p.25.
Mendizábal, Othón. Obras Completas, T. II, p.436
Manuscrito Tovar, p.27
57. Durán, Diego. Historia de las Indias de la Nueva España e Islas de Tierra Firme,
p. 255.
58.Garduño, Ana, Conflictos y Alianzas entre Tlatelolco y Tenochtitlán, Siglos
XII a XVI, p.126.
59. Mendizábal, Othón. La Evolución de la Cultura Indígena en México,
Revista Nueva Antropología, Año III, 12, 1979, 8 p., p.6
60.Carbajal Espinosa, Francisco. Historia de México desde los primeros
tiempos de que hay noticia hasta mediados del siglo XIX, p.630.
61. Santamarina Novillo, Carlos. Los Aztecas - Tepanecas, en torno a sus orígenes
y gentilicios. Revista Española de Antropología Americana, 36, 2006, 7 p., p.5.
62. Códice Ramírez, Manuscrito del siglo XVI, Relación del Origen de los Indios
que habitan esta Nueva España, según sus historias. Anexo de las
148
obras y estudios de Manuel Orozco y Berra, Editorial Innovación, México, 1973, 243
p., p.39.
63. Manuscrito Tovar, p.43
64. León Portilla, Miguel. Los Antiguos Mexicanos, a través de sus crónicas y
cantares, FCE, México, 1961, 202 p., p.95.
65. León Portilla, Miguel. Los Antiguos Mexicanos, a través de sus crónicas y
cantares, p.70.
66. Manuscrito Tovar, p.49.
67. Códice Ramírez, Manuscrito del siglo XVI, Relación del Origen de los Indios
que habitan esta Nueva España, según sus historias. Anexo de las obras y estudios
de Manuel Orozco y Berra, Editorial Innovación, México, 1973, 243 p., p.67.
68. Morgan, Lewis. La Sociedad Primitiva, p.255
69.Morgan, Lewis y Bandelier, Adolfo. México Antiguo, p.34.
70.Barlow, Robert. Obras. Los Mexicas y la Triple Alianza, Vol. 3, INAH, ULA,
México, 1990.
71. Díaz del Castillo, Bernal. Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva
España, p.80.
149
Capitulo 11
Desarrollo Evolutivo de la Sociedad Mexica
Dijo Engels:
"La primitiva propiedad comunal de la tierra correspondía, por un lado, a un estado
de desarrollo de los hombres en el que el horizonte de este quedaba limitado, por
lo general, a las cosas más inmediatas y presupone, por otro lado, cierto
excedente de tierras libres, que ofrecía cierto margen para neutralizar los posibles
resultados adversos de esta economía primitiva. Al agotarse el excedente de
tierras libres, comenzó la decadencia de la propiedad comunal. Todas las formas
más elevadas de producción que vinieron después condujeron a la división de la
población en clanes diferentes y por tanto el antagonismo entre las clases
dominantes y las clases oprimidas. En consecuencia, los intereses de las clases
dominantes se convirtieron en el elemento propulsor de la producción, en cuanto
que este no se limitaba a mantener bien que mal la mísera existencia de los
oprimidos".104
104 Engels, Federico. El Papel del Trabajo en la Transformación del Mono en Hombre, Obras Escogidas, I Tomos, Editorial Progreso, Moscú,
1966, TI, p.86
150
Para Engels, lo que verdaderamente importa es la materialidad de la sociedad, es
decir, los aspectos físicos, los recursos naturales, el medio geográfico, sobre todo
la existencia de ríos, lagos, canales, yacimientos de piedra y otros metales. Es
decir, todos aquellos recursos materiales que son indispensables para que los
hombres puedan satisfacer sus necesidades y ¿cuáles son aquellas?, las
necesidades inmediatas, aquellas que tienen que ver con la alimentación y el
vestido. La tierra, un recurso básico, era indispensable para el logro de estos
objetivos y por ello los primeros conflictos tienen que ver con las distintas formas
de ocupación y de posesión ya que de ellas depende el usufructo de las parcelas,
en cualquiera de sus modalidades, al principio muy simples, apenas las de una
ocupación arbitraria. Se puede precisar que al principio todas las tierras eran
libres, es decir, podían disponer de ellas el grupo de individuos que estaban en un
territorio determinado. Se daba la ocupación de hecho; es decir, el grupo humano
que llegaba primero a un determinado sitio retenía el territorio, se asentaba en el,
se quedaba con sus frutos. La población era escasa y la superficie de las tierras al
alcance de los hombres, muy vastas, hasta donde los grupos humanos las podían
controlar y repeler las acciones depredadoras de los grupos antagónicos. O como
se dice simplemente: hasta donde alcanzaban las flechas.
Exaltó Fuentes la importancia que Childe concedió a las condiciones materiales de
existencia en la vida de la sociedad humana, así como las relaciones que existen
entre los medios de producción y las relaciones sociales de producción, la
importancia que tuvieron los oficios prácticos en el desarrollo del sistema
151
productivo, así como la introducción de importantes innovaciones tecnológicas,
pero en el que los factores sociales y políticos tenían un rol activo en la evolución
de las sociedades. Consideró también que no había propiamente una relación
directa entre las edades geológicas y las diferentes etapas del desarrollo social
puesto estos obedecen ya distintos procesos históricos particulares, señalando
que es fundamentalmente endógeno el desarrollo social.105
Uno de los méritos de la obra de Childe fue el haber puesto énfasis en la práctica
de los "oficios mecánicos", es decir, en aquellas actividades vinculadas con la
producción material, mientras, la mayoría de los antropólogos ponían de relieve la
magnificencia de las pirámides y de los templos, los policromos de los taludes, la
belleza de las piezas de alfarería y la complejidad de los primeros textos escritos.
Childe hizo referencia a aquellas actividades y a los encargados de llevarlos a
cabo que representaban los cimientos de esta estructura como los lapidarios,
orfebres, albañiles, carpinteros, labradores de los cuales solo se tenían referencia
indirectas, de carácter social, prefiriéndola exaltación de sus manifestaciones
estéticas de elevado relieve.
Esta minusvalía del llamado "trabajo manual" que aparece en forma recurrente en
la historiografía tradicional es un reflejo de las condiciones sociales en que vivían
los labriegos y los especialistas, de cuyos representantes o voceros casi nada
sabemos. Ellos eran los pilares de la agricultura y los constructores de las grandes
105 Fuentes Miguel, "V.G. Childe, fundador de la Arqueología Marxista", Serie Historia de América Prehispánica en Arqueología.
152
edificaciones, pero históricamente no aparecían, aunque socialmente, las rimas
dibujadas, en pictografías y otros documentos de la época.
Romero Vargas precisó que había tres características: la ocupación total del
territorio aprovechable económicamente por lo que establecen el sistema de
calpultin que eran caseríos rurales y casas dispersas, bienes comunes y trabajo y
el tequiyo, faena en riguroso turno; la base económica era la agricultura por lo que
su estructura una organización política, social y litúrgico basado en los ciclos
calendáricos de los diversos productos agrícolas, combinándolos y sujetándolos a
la producción de los diversos regímenes del país; la distribución de productos por
medio de un doble sistema con una organización admirable de comercio,
redistribución de impuestos o tributos en todo el país, realizando un intercambio
extraordinario, entre las zonas de producción agrícola y los centros
manufactureros; siendo la agricultura y la manufactura los principales factores
para darles estabilidad y firmeza, estuviesen en integras zonas económicamente
autosuficientes y autónomas, que se norman así mismos y autárquicos (que les
dan su propio gobierno) por medio de pactos de amistad, vínculos matrimoniales o
tratados de paz, respetando la costumbre, el estatuto personal y las economías
locales y regionales, establecieron una superestructura de carácter federal e
interestatal en materia política, educativa, científica, y cultura, con un sistema
tributario adecuado a las necesidades...106
Siendo las tierras la principal base material de la sociedad, asociada a la caza y a
106 Romero Vargas Iturbide, Ignacio. Las Instituciones, en Esplendor de México Antiguo, T II, p. 729
153
la pesa, el cultivo de las plantas, es decir, la agricultura, en sus formas más
primitivas, fue su principal forma organizacional, de la cual dependía o producían
el resto de las instituciones sociales y jurídicas. Por eso Romero Vargas vincula a
la agricultura, la madre de todas las actividades humana, en las formas de
distribución de los grupos humanos. Al principio debía haberse tratado de cuevas
muy rudimentarias pero en la medida en que evolucionaron estos grupos
humanos, evolucionaron y crearon una serie de nuevas necesidades y de
comunidades y edificaron casas aisladas y después caseríos que indicaban la
existencia de las ideas de la convivencia humana y de la presencia en un
determinado punto geográfico. La vida de los hombres se organizó de tal manera
que se necesitaba que vivieran grupos humanos en comunidad, para unificar sus
refuerzos individuales en la conservación de distintos objetivos materiales. Muchos
soñamos que se trató de comunidades basadas en el comunismo primitivo, es
decir, en el intercambio armonioso de esfuerzos individuales, en donde no había
explotadores ni explotados sino solo participaban en la producción material en
términos igualitarios, pero si existió ese periodo de "paz social" debió haber sido
por un plazo relativamente corto de tiempo.
Afirmó Alfonso Caso que si bien la aparición de la agricultura "no explicaba
totalmente" el desarrollo espiritual y material del país "representa la base sin la
cual no se puede explicar la gran cultura de los pueblos aborígenes, así como su
avanzada organización económica y social, así como el florecimiento de las artes
y la ciencia. Cuando el hombre se transforma en agricultor tuvo por primera vez la
posibilidad de establecerse en un territorio, abandonando la vida nómada que
154
hasta entonces había llevado; la primera población permanente es la base de las
futuras ciudades-estado. El agricultor empezó a medir el año y a calcular por el
movimiento de los astros la época propicia par siembra y la recolección y pobló los
cielos de poderosas deidades, como un intento de explicar la infinita variedad de
los fenómenos. "Explicó que hacia 16,000 años en Egipto había aparecido el
cultivo de los cereales, sobre todo del trigo y que en Asia había otras civilizaciones
que se fundaron en la explotación del buey, el cerdo, el carnero, pero destacó que
en México se había producido el cultivo del maíz, en tanto en China, hace más de
5000 años, la civilización estuvo fundada en el arroz, el mijo y la cebada.107
El cultivo de las plantas y de los cereales fue un paso gigantesco en el desarrollo
de las comunidades humanas, como dijo Caso, aunque conviene precisar que
esto implicó un arraigamiento de la idea de asociación y de permanencia. Como
decía Engels y lo confirmó Marx, la idea de la explotación inmediata de los
recursos naturales disponibles como la plantación de semillas en un pequeño
espacio para alimentarse con ellos y después pasarse a otro pedazo de tierra,
exactamente para hacer lo mismo, devino en una idea que generaba frutos en
forma insuficiente para la población de los grupos humanos que iban en
crecimiento. En este periodo, la estructura material de la producción era
relativamente pequeña, que correspondía a la existencia de grupos casi nómadas,
que tenían muy escasos miembros y que no requería de grandes volúmenes de
alimento y de otros satisfactores para cubrir sus necesidades, que eran reducidos,
en concordancia con la población y una muy pequeña especialización de las
107 Caso, Alfonso, Acerca de la Alta Cultura Aborigen, El Universal, 28 de abril de 1935.
155
actividades humanas. Pero sin duda la agricultura implica una explotación racional
de la naturaleza, de los bienes naturales, como el agua, como su grado de avance
en materia de conocimiento de los fenómenos naturales, como la lluvia, las
estaciones y otros.
Al hacer un llamado Moctezuma llhuicamina a los tlatoanis de las ciudades
ribereñas para ampliar el Templo Mayor, les dijo que se necesitaban piedras
pesadas y livianas, tezontle y cal y se acordó que Texcoco aportaría los materiales
para la construcción de las fachadas, Tlacopan, los de la fachada posterior,
Chalco, los de la meridional, Xochimilco, la septentrional, los pueblos de Morelos y
de Tierra Caliente la cal, "todos los materiales estaban próximos a la capital
mexica lo que implicaba un ahorro inmenso de tiempo y de energía debido a que
la mayor parte de los traslados se hacía por vía lacustre; casi todos los acarreos
se hacían en canoas, un medio más eficaz de transportar 40 o 50 veces más
eficiente que el de los partidas",108 indicando que la mayor parte de las piedras
estaban en un radio no mayor de 22 kilómetros a la redonda del Templo Mayor,
predominando el tezontle pues combinaba con la limpieza, la tenacidad y la
resistencia a la intemperie y la buena lija con la argamasa. Al referirse al Códice
Florentino apareció dibujada una cantera, unos jóvenes transportando piedras en
una canoa, unas vigas grandes, morillos, tablas grandes y cargas de cal. Había
yacimientos de tezontle en la sierra de Santa Catarina, y en la zona de Texcoco,
en Tepetzinco y Tepepepulco, así como yacimientos de basalto y andesita.
108 López Lujan, Leonardo y otros. Los Materiales Constructivos del Templo Mayor, Estudios de Cultura Náhuatl, vol.34, 2003, 393p., p.271.
156
Al definir a los grupos sociales que había en el momento de la llegada de los
españoles, Olmeda hizo referencia a una fundamental, al de la división primaria de
la gran familia azteca "que tenía una economía basada en la agricultura pero sin
que la caza, la pesca y la recolección hubieran dejado de constituir una parte muy
importante de su sostenimiento económico. Estos grupos habían fijado su
residencia, más o menos sólidamente en determinadas regiones: la vida
económica estaba basada en la agricultura el cultivo del maíz, del fríjol, de la
calabaza, el chile, del algodón y del cacao, constituían la actividad económica
preferentemente cuando no única de los individuos. La tendencia general de todo
grupo indígena era la de satisfacer sus necesidades alimenticias y de
indumentaria mediante la explotación de los recursos locales dentro de cada
familia con el esfuerzo combinado de los miembros integrantes de ellos, aunque
naturalmente dependían del intercambio que llevaba a cabo por medio del trueque
para la obtención de productos tan necesarios como la sal."109 Enfatizó en que no
se había descubierto el hierro aunque si había yacimientos de este metal, tampoco
se daban las bestias de carga, ni las especies silvestres adecuadas a la
domesticación, había muy pocos utensilios de este metal y por ello esos pueblos
"no habían dado el paso decisivo más allá del periodo neolítico".
Olmeda hizo el debido énfasis en el carácter local y por ende primitivo de la
producción material. En efecto, si los grupos humanos eran notoriamente
pequeños, gens de pocos miembros o tribus de reducido tamaño, si los
109 Olmeda, Mauro. El Desarrollo de la Sociedad Mexicana. La Fase Prehispánica, Proyección Americana del Modo de
Producción Asiático, Edición del Autor, México, 1966,321 p.,58
157
comparamos con otros grupos humanos que existieron tiempo después, entonces
el desarrollo de las fuerzas productivas era muy lento porque no se necesitaban
importantes volúmenes de productos y satisfactores. Hay que tomar en cuenta,
ante todo, en la población, como dice Marx, pues de su tamaño, evolución y
crecimiento, dependía el desarrollo de otros factores objetivos de la sociedad
humana. En esas condiciones, los grupos humanos eran pequeños y por lo tanto
"su mundo" se reducía a pequeñas localidades, generalmente ubicados al lado de
los ríos, de los lagos en donde fácilmente podían obtener los satisfactores más
elementales sin la necesidad de una compleja división social del trabajo y sin tener
que disponer de grandes extensiones de tierra. Se trataba de comunidades, que
en este grado de su desarrollo evolutivo, era autosuficiente en la satisfacción de
sus necesidades básicos, como la alimentación y el vestido y si bien tenía que
usar el trueque con otras comunidades más lejanas, para complementar la
satisfacción de esas necesidades, pero sin que se requiriera una compleja red
comercial.
Dijo Marx que en las comunidades primitivas "los individuos no se comportan
como trabajadores sino como propietarios. El objeto de este trabajo no es la
creación de valor, aun cuando es posible que se ejecute plus trabajo para
intercambiarlo por productos del exterior, sino que su objetivo en el mantenimiento
del propietario individual y de su familia así como de la entidad comunitaria global.
En la primera de estas formas de propiedad de la tierra aparece ante todo, como
primer supuesto una entidad comunitaria resultante de un proceso natural. La
familia o la familia devenida tribu, por ampliación o por casamientos cruzados
158
entre familias o una combinación de tribus. Dado que se puede admitir que la vida
pastoril o más en general el nomadismo, constituyen las primeras formas de los
modos de existencia, en la cual la tribu no se instala en una sede determinada
sino que aprovecha para el pastaje lo que va encontrando pues los hombres no
son por naturaleza sedentarios, en consecuencia la entidad comunitaria tribal, la
mentalidad comunitaria natural no nace como resultado sino como supuesto de la
apropiación colectiva temprana del suelo y de su utilización”.110
En las condiciones de aquellas comunidades, en las que imperaba el principio de
la igualdad natural pues todos sus miembros tenían la posibilidad de acceder en
los beneficios de la naturaleza, en un contexto más o menos similares, si acaso
con variaciones en la capacidad física de los individuos, lo que verdaderamente
importaba era el plus trabajo, es decir, los grupos que cazaban o pescaban más,
los que podían recolectar más frutos en un periodo determinado, sin la posibilidad
de obtener ventajas adicionales pues prevalecía el intercambio de productos y no
una economía monetaria. No había explotaciones del trabajo de unos individuos
por otros individuos, salvo que un grupo sometiera a otro por medio de la violencia
y los convirtiera al vasallaje y a la sumisión, los conquistara o los esclavizara. En
estos casos, parte de los frutos del trabajo pasaban a ser usufructuados por los
primeros, pero en términos generales se trataba de grupos humanos que se
encontraban aislados, en parajes distantes unos de otros. Cada grupo explotaba
los recursos naturales que estaban a su disposición, como las plantas, los
animales, el agua, las piedras.
110 Marx, Carlos. Formaciones Económicas Precapitalistas, p.52
159
"La estructura económica indica que la agricultura fue la base importante, del
comercio y el desarrollo subsecuente de las artes y de las artesanías Los
excedentes de la agricultura se usarían para mantener a las bases dirigentes que
se encargaban de las ciencias pero que no produc.an aumentos. También pudo
haber intercambio de productos con otros de la Cuenca. La tierra era propiedad de
la comunidad y que se dividiera para el uso de las diferentes familias, un sistema
cercano al Calpulli de los Aztecas. También pudieron existir impuestos en forma
de alimento y trabajo de mano de obra para los sacerdotes y dirigentes. Al revés
grandes extensiones de terrenos pudieron haber estado monopolizadas por el
sacerdocio, cuyo cultivo era ejecutado por los campesinos que recibirán parte de
los productos como sueldo. La estratificación de la sociedad, la transformación de
las villas en pueblos, el incipiente urbanismo, el florecimiento de la arquitectura
religiosa, la importancia de la religión y de la casta sacerdotal son aspectos que
descansan sobre una mayor productividad económica permitiendo que algunos
miembros de la sociedad se liberaran de trabajos manuales, como es el caso de
los sacerdotes que negaron a poseer económicamente permitiendo que algunos
miembros de la sociedad se liberaran de trabajos manuales, como es el caso
también de los sacerdotes que llegaron a poseer el conocimiento de las
matemáticas, de la escritura del calendario”, dijo Heydenreich.111
Para Bohem, "los materiales arqueológicos más antiguos se refieren a una
diferenciación social prístina entre cultivadores, por un lado y cazadores y 111 Heyndenreich, Doris. Los Primeros Centros Ceremoniales. La cuenca de México, en Del Nomadismo a los Centros Ceremoniales, p. 269
160
recolectores, por el otro, provocada por el éxito de la experimentación milenaria en
la domesticación de las plantas. Particularmente, los requerimientos de trabajo del
acto estacional de crecimiento y reproducción del maíz y del fríjol, obligaron a la
reprogramación de los calendarios, de apropiación y reproducción de la
subsistencia. El fenómeno parece haber sido concomitante con una mayor
inversión de trabajo en el nivelamiento de terrenos y conducción de agua para sus
cultivos y con la apropiación de un excedente por parte de nuevos especialistas en
el trabajo intelectual en la dirección y en la toma de decisiones. Parece indicado,
por lo tanto, buscar la primera división clasista en esa división del trabajo manual e
intelectual, cuando los sacerdotes se especializan en las tareas de intermediación
entre la sociedad y la naturaleza y desarrollan la religión con un sistema ideológico
que instrumentaba y legitimaba su dominio. A cambio de la realización de esa
función, los sacerdotes adjudicaron una parte del producto del trabajo social para
promover y reproducir su subsistencia, para construir los edificios y espacios
públicos en el ejercicio de su dominio -los templos y las plazas- que fueran los
centros alrededor de los cuales surgieran las ciudades que albergaran a artesanos
y mercaderes, además del personal encargado de practicar las disposiciones
emanadas de su dirección".1
Si aplicamos los criterios de Bohem a la vida de los grupos tribunales que salieran
del místico Aztlán y llegaron a la Cuenca del Valle de México, encontramos que su
principal preocupación, de la cual dependía la vida presente y futura de dichos
grupos, encontramos que se trataba de transformar las frutas de la naturaleza, en
161
satisfactores materiales para la subsistencia humana. Llegaban a un paraje y
desde luego buscaban las mejores tierras para cultivarlas, aquellos que estaban
cerca de los ríos, los lagos y en general de los depósitos de agua, pero estos ya
se encontraban ocupados y explotados por otros grupos humanos, que habían
llegado a esos sitios con anterioridad. Entonces se generaba una pelea por esas
tierras y quienes salieron victoriosos podían quedarse con ellos y gozar de sus
frutos. Los terrenos "conquistados" se limpiaban, se nivelaban, se construían
ciertas obras hidráulicas para introducir el riego en formas limitada, pero los
grupos que eran excluidos del reparto de sus frutos, siempre permanecían al
acecho para tratar de recuperar los espacios perdidos.
También Olmeda indicó que si bien había artesanos con su oficio específico, todos
se dedicaban al cultivo de una parcela, en una primera etapa, la del neolítico,
insistiendo en que los pueblos aztecas eran exclusivamente agrícolas y
coincidiendo con Cunaw afirmó que ni los artesanos ni los comerciantes vivían
prescindiendo de los cultivos de las tierras, es decir, que no eran independientes,
es decir, no había una distinción clara entre economía agrícola y economía
industrial, coincidiendo también con Childe para quien la existencia de utensilios
no implicaba necesariamente una división del trabajo, en donde le mercado fue un
instrumento eficaz de distribución de productos y "había una ausencia de
intermediarios" lo que demuestra la existencia de formas de trabajo de tipo
cooperativo y colectivo"112
112 Olmeda, Mauro. El Desarrollo de la Sociedad Mexicana. La Fase Prehispánica, Proyección Americana del Modo de Producción Asiático, p.67
162
Cuando afirmamos que la base material de los grupos indígenas eran la
organización el trabajo para la explotación de los frutos de las tierras, no podemos
desdeñar la realización de otras dos actividades igualmente importantes: la caza y
la pesca y la recolección de la fruta de los árboles. En efecto, los primeros
registros históricos establecen que a veces como complemento, en ocasiones y
forma preponderante, la caza y la pesca servían para obtener nutrientes
indispensables para el desarrollo evolutivo de los seres humanos. No solo trataban
de obtener cereales, el maíz en nuestro caso, sino también productos cárnicos de
las aves, los repíteles, los peces, así como la recolección de frutos, que fue una de
las actividades primigenias de los hombres antes del conocimiento y de la práctica
de la agricultura. Como dice Childe, la evolución de la división del trabajo debía
haber empezado de la forma más simple, hasta formas más complejas. Por
ejemplo, la separación de las funciones productivas de los hombres y de las
mujeres, pues mientras este se dedicaba a la caza de animales, en donde se
requiere una mayor fuerza física, las segundas se dedicaban a la agricultura, a la
preparación de alimentos y al cuidado de los hijos. A pesar de que se fue
incrementando la división social del trabajo, esas actividades, crecientemente
especializadas, giraron en torno del cultivo de la tierra.
"La concepción materialista de la historia parte del principio de que la producción y
junto con ella, el intercambio de sus productos, constituyen la base de todo el
orden social; que en toda sociedad que se presenta en la historia. La distribución
de los productos y con ello la articulación social en clases y estamentos, se orienta
por lo que se produce y por como se produce, así como por el modo como se
163
intercambia lo producido. Según esto, las causas últimas de todas las
modificaciones sociales y la subversiones políticas no deben buscarse en la
cabeza de los hombres, en su consciente comprensión de la verdad y la justicia
externa sino en las transformaciones del modo de producción y de intercambio; no
hay que buscarlas en la filosofía sino en la economía de que se trata".113
Los acontecimientos históricos sobresalientes de estos pueblos giran en torno de
la conquista, posesión, usufructo, transmisión, explotación de la tierra. Sobre estas
formas o manifestaciones de la propiedad se desarrollan instituciones,
mecanismos, formas supere estructurales como mitos, creencias o concepciones
religiosas y luchas políticas, que tratan de legitimar o en tales casos de subvertir.
La principal forma de propiedad es la comunal, tribal o comunitaria, o colectiva que
desde un principio se comparaba la validez de un principio básico: lo la
combinación, el entrelazamiento de diferentes esfuerzos individuales, los de todos
los miembros de una colectividad, aseguraban la explotación de los frutos de la
naturaleza y su reparto equitativo para todos. En las crónicas históricas, no se
habla de los indígenas como personalidades, individuales, salvo de los dignatarios
y de los guerreros, sino de los propios humanos que por razones naturales se
asociaban para la producción. Los problemas materiales de la vida social no los
resolvían los individuos en lo personal sino en lo colectivo.
Engels afirmó "que la tierra cultivada continuó siendo propiedad de la tribu y se
entregaba en usufructo primero a la gens, después a las comunidades de familias 113 Bekerman, Gerard. Vocabulario Básico del Marxismo: Terminología de las Obras Completas de Karl Marx y Friedrich Engels, p.120
164
y, por último, a los individuos. Estos debieron de tener ciertos derechos de
posesión, pero nada más. En este periodo tuvieron mucha importancia social el
ganado y sus productos como los lácteos y la carne" pues el ganado llegó a ser
una mercancía que valora a todas las demás y se aceptaba con mucho gusto en
todas partes a cambio de ellos; en una palabra el ganado desempeñó la función
del dinero y sirvió como tal ya en aquella época".114 En una etapa muy posterior,
Engels separó las actividades del hombre de la agricultura y la incorporó a otros
campos y apareció una diferenciación mayor de los oficios.
Engels, precisó una de las características básicas de la explotación de los bienes
naturales, que correspondían a la naturaleza de la estructura material: los bienes
eran propiedad comunal, es decir, de las tribus, de los sujetos sociales en cuanto
un todo, se trataba de una propiedad colectiva. Por ejemplo, la explotación de las
aguas de un río, de un lago, de un canal, era del pueblo que las había conquistado
u ocupado y no de un miembro de la tribu en lo particular. No era de A, B o Z
miembros de ese grupo social, sino del grupo social como tal. Después las formas
de explotación variaron en sus formas de explotación y de usufructo es decir, se
transfirieron a las gens, a los calpullis e incluso a ciertos miembros de la
comunidad, pero como derecho que les eran transferidos y no como una
propiedad absoluta. Persistía la convicción que aun con el crecimiento de la
población y por ende, también con el crecimiento de la demanda de satisfactores,
lo conveniente para la sobrevivencia del grupo, era el mantenimiento de la
propiedad originaria de las propiedades, las aguas y los pastos, por parte de la
114 Engels, Federico. El Origen de la Familia, La Propiedad Privada y el Estado, p.311
165
comunidad como realidad sociológica. Las "artes de subsistencia" eran producto
de la inteligencia de los hombres, pero también independiente de la institución,
pero reconoció que ese invento y descubrimiento estaba ligado al
desenvolvimiento de la sociedad, pero también que la propiedad estaba
relacionada con las instituciones y por ello la propiedad fue el factor que permitió
la aparición de la familia monogámica y señaló también "que la propiedad privada
sobre los medios de producción, ya en el periodo de la "civilización", como los
responsables, tanto de la desigualdad social, como de los sistemas de dominación
que tienen como función reproducir esa condición de desigualdad y a su vez esta
situación de desigualdad en dominación generó luchas".115
En gran parte, la historia de los grupos humanos que poblaron la Cuenca del Valle
de México tiene que ver con la forma de propiedad, de usufructo de las tierras, del
reparto de sus frutos. La expansión de los mexicas, desde su llegada a la zona
lacustre, estaba relacionada con la conquista de mayores extensiones de tierra
para tener una superficie mayor que permite incrementar la producción de
alimentos para una población creciente. Lo mismo podemos decir de los
habitantes de la región Acolhua y de otros grupos humanos que dilataron a través
del tiempo la aparición de las formas de la propiedad privada. Para ello se
establecieron y defendieron instituciones sociales que permitían afirmar el carácter
social de la propiedad indígena, como los lazos de parentesco.
Era ley común y aprobada costumbre entre estos indios occidentales tener grados
115 Díaz Polanco, Héctor, Morgan Evolucionismo, p.19
166
de consanguinidad entre si, los cuales reconoció por impedimento forzoso para no
contraer matrimonio entre los comprendidos en ellos. Esto era padre con hija, hijo
con madre, suegra con nuera, yerno con suegra, padrastro con entenada,
entenada con madrastra y hermano con hermana. Todos estos grados eran ilícitos
y dirimían el matrimonio y si alguno de ellos era hallado haber cometido este acto,
era castigado por ello, como transgresores de su usada y prohibida costumbre.
Los mexicanos y los texcocanos, en todos los reinos y provincias, jamás usaron
sus casamientos en los grados que algunas naciones referidas, más antes quedan
los grados de consanguinidad pues se ha dicho; otro abuso usaron algunas gentes
de otras provincias muy apartadas de este de México y Texcoco y fue que los
señores y gente principal, que usaban de tener muchas mujeres, muerto este las
recibía el hijo que heredaba el señorío y las tenía por propias, pero también esto
fue poco usado".116
Entendemos esta "ley común" como una forma fundamental que organiza a la
sociedad en su conjunto pues tiene ramificaciones no solo económicas, sino
sociales y políticas. Desde el punto de vista de la estructura material, el hecho de
otorgar privilegios a los miembros de la gens o del calpulli para la transmisión de la
propiedad de las tierras impedía que otros grupos de la misma comunidad
pudieran apoderarse de ellas, o que lo hicieran miembros sueltos en lo particular.
Los bienes naturales siempre quedaban bajo la jurisdicción y el usufructo de los
mismos miembros de los grupos fundacionales. En realidad, eran grupos
socioeconómicos que, como tales, podían establecer vinculaciones políticas con
116 Torquemada, Juan, Monarquía Indiana, T. IV, p. 172
167
grupos de otras regiones o comunidades, pues la estructura de Tenochtitlan era
esencialmente la misma que la de Texcoco o Tlacopan. Pertenece a un mismo
grupo humano, utilizando los lazos de consanguinidad como un rasgo distintivo,
aseguraba por ende la perpetuación de las formas de propiedad de la tierra y el
goce de sus beneficios.
Precisamente, Engels consideró que había habido una evolución en las gens y en
las tribus, debido, entre otros factores, a la aparición de los comerciantes y poco a
poco fue disminuyendo la importancia de estas asociaciones, habían surgido
nuevas necesidades y nuevos intereses y los artesanos que nacían en aquella
época, constituyeron nuevas agrupaciones. "En una palabra, el régimen de la
gens, fruto de una sociedad que no conocía antagonismos, intereses, no era
adecuada sino para una sociedad de esta clase. Pero acababa de surgir un factor
disolvente: los comerciantes, que comenzaron a acumular importantes fortunas y
así surgió una sociedad dividida en hombres libres y esclavos, en explotadores
ricos y en explotados pobres y el régimen gentilicio fue sustituido por el estado".117
En rigor, ninguna sociedad permaneció congelada o "estacionada" en el tiempo
histórico sino todo evoluciona y progresa hacia estados diferentes e incluso
superiores. La estructura material que se constituye en un momento dado, como
sería la agricultura arcaica y primitiva, evolucionando en la medida en que se
mejora y perfeccionaron los instrumentos de producción y se incrementan los
volúmenes de satisfactores. Entonces surgen nuevos problemas, como el de la
117 Engels, Federico. El Origen de la Familia, a Propiedad Privada y el Estado, p.320
168
forma de repartir esos beneficios. Engels afirmó que las sociedades gentilicias, es
decir, aquellas basadas en la gens, no permanecen inmóviles, no podía serlo de
ninguna manera, sino que va sufriendo transformaciones internas que debilitan a
los linajes y la vinculación de los lazos de parentesco para pasar a formas más
abiertas. Hay grupos en la sociedad igualitaria, que parecen remontarse en las
quimeras de la humanidad pero que no es así pues tiene una cierta realidad
sociológica, que empieza a usufructuar en su beneficio parte del plus trabajo que
generan los miembros de la comunidad. Estos son elementos de distorsión pero
que a la vez producen nuevos elementos de la sociedad humana, que a la vez que
impulsan formas de desigualdad social, se nutren de ellas.
Para Vaillant, el "Consejo Central dividía la las tierras entre los clanes y los
caciques de cada uno de ellas distribuía las raciones entre los jefes de familia
justa y equitativamente. También se reservaban zonas para el sostenimiento del
jefe y el personal del templo, para los abastecimientos de guerra y para el pago de
tributos, todos ellos trabajaban en comunidad aunque, sin duda, también son
esclavos. A la muerte de un usufructuario, las tierras pasaban a sus hijos y si
morían sin descendencia la propiedad volvía al clan para que se volviera a
distribuir como sucedía también si el propietario no cultivaba su parcela durante un
periodo de 2 años. Este sistema podía funcionar equitativa y provechosamente
para todos los interesados, mientras una sociedad se mantuviera relativamente
estática y tuviera tierras laborables disponibles. Sin embargo, en el Valle de
México este sistema dio lugar a desigualdades. La creciente población de los
grupos del Valle agota toda tierra disponible y las familias y los clanes no tenían
169
manera de incrementar sus propiedades agrícolas. Una parcela que producía
abundantes productos para una familia pequeña ofrecía subsistencia insuficiente
para una grande". 118
La estructura clánica de la sociedad mexica, evolucionó de forma simplificada,
como la descrita con anterioridad, a otras más evolucionadas, las cuales tienen su
expresión más acabada en el periodo de Itzcóatl quienes efectuaron repartos de
tierra para gratificar méritos militares, al margen por completo de las formas
tradicionales de transmisión de la riqueza, basados en los lazos de
consanguinidad. Los clanes o las gens parecen corresponder a grupos humanos
pequeños que fácilmente se pueden satisfacer sus necesidades alimenticias y de
vestido, pero en la medida en que estos grupos crecen desde el punto de vista
numérico, esas formas de distribución se convierten en una tribu, en un obstáculo
para el desarrollo de los grupos humanos, lo que induce a "abusos" esos
comportamientos estando pendiente la autorización de "agentes libres", como los
comerciantes que los dislocan.
La historia siempre es relativa pues los volúmenes de producción y de
abastecimiento que correspondía a una etapa y que cabrían fácilmente sus
expectativas, en otras etapas puede no hacerlo y en la estructura material tiene
que sufrir cambios, muchos de ellos elementos desde el poder.
También Chavero hizo referencia a la existencia de diferentes tipos de casas, 118 Vaillant, George. La Civilización Azteca, Origen, Grandeza y Decadencia, revisado por Susana B. Vaillant. FCE. México, 1977, 303 p., p.109
170
según era la dignidad y naturaleza de quienes habitaban en ellas: estaban los de
los grandes dignatarios, guerreros distinguidos, de los sacerdotes, llamados
teccalli o casas de señores y no podían penetrar a ellas ninguna persona que no
fuera de idéntica condición. Seguía en categoría menor los pillcalli o casa de los
principales que no habían legado a Tecuthlli; después los cauhcalli, o casas de
guerreros que se dividían en cauhtli y los ocelotli. A los que se distinguía en
acciones bélicas, se les nombraba tequihua y se les ponía una insignia para dar
muestra de su valor y los libraban de todo tributo y los autorizaban para que él y
sus hijos pudiesen usar algodón en sus trajes y cactli en sus pies y tener las
mujeres que pudiera sustentar. A otro que también se distinguía les daban tierras
en propiedad, podían bailar en los eventos "y empieza en él su linaje, gozando sus
hijos de sus privilegios".119
Una de las manifestaciones de esta "modernización" como resultado de las
acciones sobresalientes de los guerreros y de los egresados del Calmecac en la
transformación de las casas y habitaciones que en un principio eran de paja y
bajareque y de otros materiales perecederos y que ahora se fabrican de adobe y
argamasa, incluso de estuco; aparecen "grandes ciudades" o zonas urbanas,
centros ceremoniales, que a la vez son sedes de aparatos burocráticos y
administrativos, conjuntos residenciales de los jefes, militares, sacerdotes y
guerreros, personas que sirven al aparato dominante. A un lado muchas casas en
donde habitan los artesanos, los comerciantes y los labradores, correspondiendo
cada casa a su condición de clase. 119 Chavero, Alfredo, México A través de los Siglos, Obra única en su género, publicada bajo la dirección del general Vicente Riva Palacio, X Vols., Editorial Cumbre, México, T. II., p.145.
171
De los caseríos dispersos y pequeños se transitó a conglomerados urbanos como
Teotihuacán, Xochicalco, Texcoco, Tacuba, Chalco y otros muchos que revelaban
en gran crecimiento de la población y por lo tanto una especialización mayor de
las estructuras agrícolas que abarcaban hasta la agricultura chinampera y la
agricultura de riego, coexistiendo con la de terrazas.
Olmeda, por el contrario, no se dejó guiar solo por las clasificaciones que había
elaborado Morgan, Thompson y Marx sino prefirió desglosar sus características
distribuían estas sociedades primitivas, prehistóricas y pre clasistas están basadas
en el parentesco, es decir, los habitantes de un territorio determinado son
descendientes de un antepasado común y por consiguiente están emparentados
entre si, la exclusión en ese territorio acotado y toda persona extraña en la
comunidad, un nivel de desarrollo atrasado y no se registran excedentes, ausencia
de una razón natural como instrumento de una explicación natural de explicación y
conocimiento de los fenómenos del mundo exterior.120 Después hizo suyas las
explicaciones de Morgan respecto de la sociedad azteca, considerándolas válidas,
indicando que en las obras de los cronistas españoles se publicaron rasgos de la
existencia de gens y fratrías, como fue el caso de la ciudad de México, que estaba
dividido en cuatro cuarteles cada uno de ellos ocupado por el linaje, es decir, por
persona que tenía un vínculo común, como se refleja también esta composición en
la tenencia de la tierra, destacándose también la existencia de un consejo de jefes
en cada una de las tribus.
120 Olmeda, Mauro. El Desarrollo de la Sociedad Mexicana. La Fase Prehispánica, Proyección Americana del Modo de Producción Asiático,., p.92
172
Todos los cronistas le dan la razón a Morgan en relación a la existencia de varios
rasgos que son similares: los habitantes del valle de México se consideraban
descendientes de unos antepasados que eran comunes, los mecanismos de
trasmisión del poder y de la riqueza se hacían por medio de los lazos de
consanguinidad, tenían la misma explicación general del mundo, la vida y la
sociedad. Incluso una gran parte de estos textos representan la búsqueda del
origen de los linajes de los señores de Xochimilco, Chalco, Texcoco y de otras
poblaciones, en cuyos estudios se mezclaban elementos religiosos y mitológicos.
Lo que demostraban era el gran peso que tenían los lazos de consanguinidad, que
eran los que soportaban la estructura material. La estructura de la agricultura
basada en grupos sectoriales, no solo tenían finalidades productivas sino también
urbanísticas, como la formación de las cuatro parcialidades de la ciudad de
Tenochtitlán, que tenían no solo un territorio determinado sino también divisiones
particulares. Eran no solo centros de producción agrícola, sino también de
productos artesanales, pero en forma más extensa, centros de vida en general.
Indicó Caso que el surgimiento del estado o de los estados proviene de las aldeas
en las que se transita de una solidaridad familiar a una solidaridad política "pero
en la aldea hay algo que es muy característico: la homogeneidad del trabajo entre
los habitantes. Todos hacen todo. Por su puesto que hay una división del trabajo
determinado por la edad y el sexo; hay trabajo que puede hacer un niño, diferente
de los que hace un viejo y hay diferentes trabajos para hombres y mujeres, pero
no hay la división del trabajo que implique clases o gremios. No hay carpinteros ni
albañiles, no hay sacerdotes ni militares. En un momento dado, todos los hombres
173
de la aldea son militares o todos practican determinado rito religioso. Poco a poco
va surgiendo la especialización, pero esta especialización no hombres y no de
grupos".121 Desde este punto de vista existe un imperio, el olmeca que tuvo un
gran adelanto artístico y estilístico y que floreció en esa zona en donde había
grandes ríos, como es la frontera entre Veracruz y Tabasco en donde se trabajaba
por medio del sistema de milpas, es decir, de raza y tumba, pero estos resultaron
cada vez más improductivas por lo que muchas poblaciones se tuvieron que
abandonar.
En la agricultura y en la sociedad en general en una primera etapa, como dijo
Caso, había una gran uniformidad en la distribución del trabajo pues podemos
decir que todos eran agricultores o campesinos, todos tenían que preparar las
tierras, barbecharlas, plantar las semillas y recolectar sus frutos. No había
dificultades mayores en el reparto de lo producido pues no se habló de la
existencia de excedentes que generaran conflictos sociales o condujeran a
guerras, pues en todo caso los excedentes servían para abastecer los templos, los
palacios de los gobernantes y las casas reales. Estas eran personalidades que en
forma paulatina se fueron separando del resto de la sociedad para ocupar puestos
directivos, de influencia social e ideológica y de conducción política, es decir, se
fueron transformando en parte de las clases directoras. Estos individuos habían
dejado de ser productores de alimentos, de bienes y satisfactores materiales para
convertirse en elementos parasitarios desde el punto de vista económico. Todas
las sociedades, incluso las más primitivas, tuvieron un cierto grado de
121 Caso, Alfonso. Homenaje Alfonso Caso., p.213
174
especialización, una cierta división del trabajo, pero estos elementos
socioeconómicos se fueron acentuando y depurando en la medida y en
correspondencia del aumento de la producción y también de la producción.
Si bien Bandelier insistió, siguiendo a Morgan, en que lo predominante eran los
grupos de parentesco entre los mexicas que soportaron un proceso unitario muy
importante durante muchos años pero que después fueron apareciendo gérmenes
de discordia que los perturbaron. En una primera etapa el gobierno se integraba
por siete jefes, representantes de 7 grupos de parentesco, que se reunían en pie
de igualdad, pero también había 4 sacerdotes ancianos que eran los "cargadores
de Dios" y que la superficie de tierra en que se asentaron eran muy pobres y muy
reducidos y que esos grupos de parentesco estaban vinculados con las
necesidades de la guerra y de los cultos religiosos. Al referirse a la elección de
Acamapichtli, señaló, recordando a Morgan, que se trataba de una situación
similar a la ocurrida entre los indios pueblos de Nuevo México pues apareció un
Consejo Supremo, impuesto por dos jefes principales y para el se trata no del
establecimiento de un estado feudal sino de una confederación y que incluso en la
última etapa, la correspondía a Moctezuma siguió "siendo una sociedad
exclusivamente tribal" pues la sociedad tribal, presupone igualdad de derechos
entre todos los miembros de los grupos de parentesco que la componen la tribu.
De esto se desprende que no pueden existir "castas", ni rangos hereditarios, que
entre los antiguos mexicanos no podía existir ninguna división de clase alta y clase
baja, ni "nobles" o "plebeyos" ni en profesores o vocaciones hereditarias, como
"sacerdotes", "guerreros", "artesanos", "labradores".
175
Como ocurrió con todos los grupos humanos y siguiendo el razonamiento de
Bandelier, los lazos de parentesco y de consanguinidad se fueron debilitando
como resultado del crecimiento de la población, de la formación de las
instituciones estatales y de los requerimientos de la agricultura así como del
surgimiento de profesiones. No desapareció el carácter agrario de la sociedad al
mantener inalterable la importancia de la agricultura, pero si se modifican los
viejos vínculos sociales pues ya no era necesario haber pertenecido a una casa
real o ser descendiente del linaje de un jefe militar o de un guerrero, sino que lo
importante era haber tenido méritos en una guerra. Para tener acceso a las tierras,
dotando esta en forma individual y privada, había que distinguirse en una batalla.
Hemos dicho que se debilitan las relaciones patriarcales o gentilicias pero no que
desaparecieran, pues gran parte de esas instituciones fueron revitalizadas por
Moctezuma quien pretendió establecer lo que en términos europeos sería una
nobleza hereditaria o una monarquía a lo occidental. Al suavizarse las anteriores
formas de vinculación encontramos un gran crecimiento de la producción material,
un gran auge de la agricultura, la pesca, sobre todo las actividades comerciales, lo
que demuestra que la estructura cerrada o ciánica que creyó ver Morgan estaba
siendo superada por el movimiento objetivo de las relaciones de producción.
Dijo Carrasco que "había en México una gran cantidad de entidades políticas, total
o parcialmente independientes unas de otras y con importantes diferencias
sociales y económicas. Coexistían distintos niveles y formas de organización
económica incluso dentro de una misma entidad política. Había una distinción
176
entre ciudad y campo de cada tipo de población. Se observó también un gran
desarrollo de la forma política de la organización económica; por ejemplo, un
complejo sistema tributario, enormes almacenes reales, grandes obras públicas
organizadas por el estado y tierras públicas, del rey o de otras entidades,
trabajadas mediante correas. Por otra parte había numerosos mercados a los que
concurrían cantidad de gente y mercaderes profesionales que organizaban
expediciones mercantiles a remotas regiones, lo cual parece indicar otra forma de
organización de la economía.
La base de la economía era una estructura de dominación política definida por la
existencia de dos estamentos fundamentales: los nobles o pipiltin que formaban
como personal de gobierno, la clase dominante que controlaba los medios
materiales de producción y los plebeyos o macehualtin que era la clase
trabajadora dependiente política y económicamente de la nobleza. La primacía del
factor político en la organización de la economía se ve en que este es el que
explica los procesos de producción y distribución.122
Las explicaciones de Morgan corresponden a un grado incipiente del conocimiento
de la naturaleza de los pueblos al reducirlos a la categoría de tribus y en la Triple
Alianza a la de una "confederación de Tribus", que era el grado de conocimiento
científico a que se había arribado a finales del siglo XVIII. Si se examinan esas
realidades en un periodo superior, sobre todo con el avance de los
descubrimientos arqueológicos y sobre todo con los múltiples estudios de casos 122 Carrasco, Pedro. La Economía Prehispánica. Ensayo sobre el Desarrollo Económico de México y América Latina, 1500-1975, Compilador Enrique Florescano, FCE, México, 1987, 421 p., p.17.
177
que se han producido, los grandes estudios especializados, regionales, que se
han hecho, encontramos que la teoría de Morgan señala una estructura muy
pequeña, pero no podemos negar tampoco que Morgan admitió que ese tipo de
pueblos estaba en un proceso de evolución antes de la llegada de los españoles.
Una gran parte de los elementos que Morgan descubrió se modificaron hasta
debilitarse para pasar a formas de coexistencia de múltiples instituciones. Si la
teoría de la línea de parentesco no se hubiera modificado, no habrían surgido los
mayeques, por ejemplo, que fueron los aparceros y que sientan las bases para
otras formas de propiedad de la tierra...
Bandelier formuló varias precisiones muy importantes:
Entre los aztecas, el concepto de propiedad abstracta del suelo no había
aparecido, solamente tenían el derecho a usar cierta extensión de tierra pero no
tenían derecho de posesión y por lo tanto "no había nobleza ni patriarcado.
Tampoco había una casta hereditaria de hechiceros o sacerdotes y tampoco había
una clase permanente de labradores para cultivar la tierra, los hijos no estaban
obligados a seguir con la misma profesión que había tenido su padre, quedaban
muy poco de "riqueza" por los individuos que se dedicaban a las artes mecánicas
y a las artesanías que propiamente no había condiciones para formar una clase
social y ni siquiera se podía decir eso de los mercaderes no obstante los
privilegios que tenía "pero había un grupo que crecía lenta pero constantemente,
los trabajadores de las tlamilpas o los macehuales"123. El grupo de parentesco
tenía el derecho de dar el nombre a sus miembros pero no había apellidos lo que
123 Bandelier, Adolfo. La Organización Social y la Forma de Gobierno, p.209
178
indicaba que aun no había una familia en el sentido moderno. Tenían (dicho
grupo) el deber de educar o capacitar a sus miembros para todas las ramas de la
vida pública.
Cevallos Novelo, quien se refirió a la construcción (paulatina) del Templo Mayor y
dijo que "con la madera hicieran estacadas que rellenadas de piedra, tierra y
césped aumentaron la superficie del islote, consiguiendo después unir a las
pequeñas islas cercanas, para ganar de esta suerte, mayor terreno a las aguas.
Con el aumento de espacio ocupado aumentaron las chozas de paja alrededor del
santuario de la deidad, aguardándose a la vez el mamaxtii primitivo, que comenzó
a alcanzar la grandeza y suntuosidad que le dieron los monarcas posteriores. Con
la gran cantidad de materiales que por convenio especial con los señores de las
orillas del lago o por conquista de los menos poderosos, iban adquiriendo los
mexicanos, mejora la calidad de sus construcciones y formaron acueductos,
después puentes, calzadas que los comunican con la tierra firme"124.Las casas de
los pobres eran de adobe y de madera, con cimientos de piedra, mientras que los
de piedra eran de cal, piedra y madera y eran por lo general casas de un solo piso.
De acuerdo con las crónicas históricas y los descubrimientos arqueológicos, los
principales recursos naturales eran el agua y sus productos propios de una zona
lacustre, como pescado, tules, pajas, madera. En virtud de ser un conjunto de
lagos y de lagunas, las tierras y las piedras eran escasas pues estas últimas
tenían que traerse de Chalco. Fue una lucha permanente y sistemática por quitarle
124 Cevallos Novello, Roque, El Templo Mayor de México Tenochtitlan, p.343
179
tierra firme a las zonas invadidas. Desde que llegaron a la Cuenca los indígenas
buscaron ampliar sus zonas de cultivo para abastecer sus necesidades
alimenticias, siempre crecientes en la medida en que aumentaba la población. Los
materiales empleados eran muy precarios, pues al parecer se trata de
construcciones de paja y de bajareque, incluso las primeras construcciones
religiosas y solo después se emplea el adobe y la piedra y se hicieron grandes
avances arquitectónicos. En esa primera etapa, el principal recurso natural eran
los productos derivados de la pesca, la captura de pececillos, ranas y otros
moluscos.
En su estudio Van Zantwijk indicó que 7 fueron los barrios originales de
Tenochtitlán: Yopico, Tlacochalcah, Huitzaohuac, Tlacotecpan. Chalmecah,
Cihuatepcpan, Izquitlán. A ellos se sumaron después Tzanomalco, Tezcacoac,
Tlamatzaco, Molió Ixtillan, Chililico, Milnahuac, y Coatlixixouhcan. De los barrios
que daban servicio a Huitzilopochtli, estaban Huitzanahuac, Tlamatzanco, Yopico
y Tzanomalco, los cuales, sus habitantes sostenían los calmecacs. Este autor
realizó un esfuerzo para relacionar cada barrio con el calpulli pero había
dificultades "pues en cada calpulli se veneraban varios dioses o diosas o por lo
menos a varias apariencias o manifestaciones diferentes; además varios barrios
tenían más de un nombre". Observó que los principales funcionarios o
gobernantes tenían que estudiar en una de estas prestigiadas instituciones
educativas y que los individuos tenían la posibilidad muy limitada de ascender en
la escala social independientemente de su filiación sub tribal, para concluir que los
siete barrios originales, entre ellos el de Tlacatecpan, que era el barrio de la familia
180
del Tlatoani, siendo este calpulli el más importante, con un estatuto más alto de los
otros seis.
El carácter lacustre de la zona determinó la vida de los grupos indígenas pues a
partir de su instalación en ella, en medio de guerras y conflictos con los grupos
que ya vivían en ella con anterioridad pues se dedicaron a realizar construcciones
de madera para estancar, rellenar de tierras las zonas invadidas y así poder
realizar chinampas y fabricar edificaciones, hasta integrar los cuatro barrios
originales en los cuales se dividía la población. En cada barrio había un dios
particular, pero un dios general les había ordenado que así se distribuyera la
población. Cada barrio tenía su propia estructura interna y organizacional pero no
se ha podido precisar si a cada una de ellas correspondía un calpulli, es decir,
tantos barrios equivaldrían al mismo número de calpullis, porque el concepto de
calpulli tenía diferentes significados, que no necesariamente tenían que ver con
los espacios físicos que lo comprendían. Siendo zonas homogéneas desde el
punto de vista de los recursos naturales, las parcialidades o barrios tenían una
identidad esencial.125
Por su parte, Caso llegó a la conclusión de que en la primera etapa, la de la
peregrinación y asentamiento en la zona lacustre, se trataba de parcialidades o
clanes y que juntos formaban una tribu la cual estaba unida por lazos de
parentesco, aunque indicó que con Acamapichtli, Chimalpopoca e Itzcoatl, los
pipiltin o nobles eran muy numerosos y formaban una clase social distinta a los 125 Van Zantwijk Rudolf. Los Seis Barrios sirvientes de Huitzilopochtli, en Estudios de Cultura Náhuatl, número VII, México, 1966 p. 89
181
macehaullis, pero con Itzcoatl se firmó un convenio los macehualtin estuvieron de
acuerdo en una relación de servidumbre hacia los nobles descendentes de los
toltecas; el éxito de la guerra contra Atzcapotzalco permitió a Itzcoatl disponer de
la tierra a costa de los vencidos y de siervos para cultivar las tierras que recibieran
el nombre de moyoquiles, pero también repartió tierras a los pillis y creó una
nobleza a la manera de los toltecas. "La propiedad de las tierras entre los aztecas,
desde entonces fue de dos naturalezas: por una parte las tierras de los
macehualtin, cuya propiedad era comunal dentro del clan y las tierras de los
principales y nobles, que tenían dichas tierras en un tipo de propiedad o tenencia
individual transmisible por medio de la herencia, lo que aseguraba la permanencia
de una clase noble, distintamente de la clase plebeya, no solo por su origen sino
también por el poder económico".126 Por lo tanto a partir de Itzcoatl la sociedad
quedó dividida en dos grandes clases, la de los nobles descendientes de los
toltecas y aztecas y la de los plebeyos sin sangre tolteca.
En la primera etapa, en el marco de una evolución que va de lo simple a lo
complejo, los lazos clánicos y gentilicios que había en las unidades productivas y
sociedades, los calpullis, era muy sólidos y aquí Morgan tiene razón y pocos
autores se atreven a discrepar de esta concepción. Se trata de un principio
elemental o fundamental en la historia y el devenir de todas las sociedades
humanas, aunque estas se encuentran en un diferente grado de desarrollo. Caso
vincula las transformaciones de las formas de propiedad con el tipo de gobierno
existente pero en realidad es necesario advertir que esta evolución está
126 Caso, Alfonso, Obras, T. VI, p.214
182
relacionada con el crecimiento de la población en su conjunto y por lo tanto de sus
necesidades y satisfactores. Todo parece indicar que la forma principal de la
propiedad, la comunal en sus diferentes manifestaciones se fue debilitando,
aunque no desapareció.
Aparecieron nuevos grupos humanos y gérmenes de clases sociales, pero dicho
fenómeno tiene un largo proceso de gestación y de desarrollo, que incluso puede
durar siglos completos -como la aparición de los peones de las haciendas- siendo
los factores políticos los que impulsaron y determinaron su progreso, como los
repartos de tierra como recompensa por los méritos de carácter militar, que
debieron causar efectos destructivos a los calpullis, por la aparición de muchos
agricultores privados o libres.
También Caso se resistía a afirmar que los aztecas era una tribu sino más bien un
estado, aunque admitió que en una primera etapa eran agricultores, cazadores y
pescadores del lago, también hasta el periodo de Itzcoatl, pero a "partir de Itzcoatl
los nobles aztecas tuvieron tierras propias y en los barrios disponen de tierras para
aumentar la riqueza. De este modo se estableció la distinción económica entre las
dos clases fundamentales del pueblo azteca, los pipiltin y los macehualtin, por la
diferencia de la tenencia de la tierra. En efecto, los antiguos clanes y los nuevos,
creados en Tenochtitlán, no podían poseer la tierra sino en forma comunal. La
tierra de los barrios o calpullis, llamados calpullis, eran parcelas entre los vecinos
del barrio pero no la tenían en propiedad sino en usufructo; es así que cada jefe
de familia tenía no solo el derecho de poseer una parcela dentro de las tierras
183
comunales que pertenecían al barrio sino también la obligación de trabajarlas, a tal
punto que si en dos años no lo hacían, volvían las tierras al clan al que podían
entregarlas a otro de los vecinos del mismo. Las tierras de los nobles tenían una
situación completamente diferente. Se llamaban pillalli y eran dadas por el rey en
propiedad o tenencia individual; se transmitían por herencia y eran trabajadas no
por los miembros del calpulli sino por individuos conocidos como mayeques que
tenían una situación muy semejante a los siervos de la gleba dentro del régimen
feudal".127
Los cronistas refieren la existencia de un proceso evolutivo que va desde
Acamapichtli hasta Moctezuma en el contexto de las relaciones de producción y
por lo tanto la estructura material se fue modificando de lo más simple a lo más
complejo, aunque se trata de un periodo relativamente corto de tiempo, de tiempo
histórico, proceso que se enfrenta a un fenómeno exterior: la conquista española.
Sin embargo, algunos rasgos básicos permanecieron inalterables, como el
carácter agrícola y la aparcería. Esto hizo pensar que esas sociedades habían
evolucionado de la categoría de tribus a la de estados plenamente desarrollados y
hasta de estados imperialistas. La influencia de Duran es notable en esta
transición pues existe la impresión de con Moctezuma de estaba organizando una
sociedad muy parecida a la de la monarquía europea, basada en la nobleza y en
un regreso al linaje de los antiguos príncipes. La estructura material evolucionó
con la construcción de obras hidráulicas de pequeñas y medianas dimensiones,
como las obras que se realizaron en la zona lacustre para evitar inundaciones,
127 Caso, Alfonso, Obras, T. VI, p.220
184
aunque no se encuentran datos cuantitativos que permitan evaluar un aumento en
la productividad, la cual solo se presupone.
Indicó Matos Moctezuma que para la construcción de la ciudad de México en una
zona lacustre con un suelo inestable y lodoso en que se tenía que compactar el
suelo se utilizan maderas y piedras de origen volcánico, sobre todo para hacer
adobe con techos de maderas y paja con recubrimientos de estuco, colocaban
pilotes de madera y rellenan con piedras y lodo para hacer una plancha, hacer
calles que sirven para la comunicación por canales de agua.128
La historia de la ciudad de Tenochtitlán, es la historia de su espacio físico. Una
gran parte de su desarrollo político está vinculado con el carácter lacustre de la
zona pues influye no solo en su economía sino también en su política de alianzas
y de expansión. Los cronistas confirman que los suelos eran muy precarios,
hechos de lodo y de arcilla y que si se deseaba tener una superficie más o menos
estable se necesitaba rellenar con piedras. Hasta para la construcción del primer
altar a Huitzilopochtli había que realizar este procedimiento y por ello se edificó
con materiales deleznables que pudieran soportar ese tipo de suelos. Los
mexicanos buscaban espacios vitales para erigir sus edificios y pirámides pero
también sus zonas residenciales. Es posible encontrar una diferenciación clasista
de las regiones urbanas: al lado pero fuera de los centros ceremoniales, a los
cuales no tenían acceso, estaban las casas de los labradores y de los artesanos,
que eran la mano de obra disponible de la élite gobernante.
128 Matos Moctezuma, Eduardo. Los Azteca, p.52
185
En los centros ceremoniales encontramos los adelantos tecnológicos más
sobresalientes, incluso, complejos sistemas de drenaje y alcantarillado como los
había en las ciudades antiguas del Mediterráneo, pero en las zonas habitacionales
de los campesinos, sobresalen las habitaciones colectivas, en las que vivían
varias familias, con servicios de carácter colectivo.
Guemes afirmó que las primeras sociedades primitivas que se basaban en lazos
de parentesco, tenían formas sencillas de apropiación, las cuales se basaban en
acuerdos mutuos pero que después se habían impuesto unos grupos sobre otros,
pero la comunidad entera es la poseedora de la tierra, hasta concluir que esas
sociedades habían evolucionado de una posesión comunal de la tierra, a
sociedades altamente estratificadas, originadas en los periodos clásicos y post
clásico, con tierras comunales controladas por el estado, pero la aparición de un
nuevo modo de producción no implica la total desaparición de la antigua sociedad
comunal, ni la pérdida absoluta de los antiguos rasgos culturales y por tal motivo
en pleno siglo XVI se encuentran funcionando en los señoríos más importantes y
dentro del mismo estado azteca patrones culturales que recuerdan y hacen
presente a la comunidad primitiva, los cuales se entrelazan con las características
del modo de producción asiático".129
Siendo la naturaleza el principal y único objeto de expropiación y de apropiación,
los métodos de producción eran obviamente sencillos, propios de las sociedades
129 Guemes Herrera, Lina Odena: "Fundación de pueblos y tenencia de la tierra en la región del valle de México en la época prehispánica", Tesis Profesional, Escuela Nacional de Antropología e Historia, México, 1970,134 p. 45
186
nómadas que estaban en proceso de sedentarización. Durante la peregrinación no
se habla de la existencia de "ciudades" sino de grupos errantes que se enfrentan a
otros grupos, como los chichimecas y los toltecas, que estaban en un grado
superior de desarrollo según se advierte por los conflictos bélicos que entablaron
con ellos y en los cuales los pueblos intrusos fueron vencidos. Pero este
vencimiento eso fue relativo pues asimilaron de esos pueblos una serie de
conocimientos científicos, a cerca del funcionamiento de la agricultura, de la
observación de los astros, del calendario, lo que les permitió un gran
enriquecimiento cultural y técnico que les ayudó a consolidarse una vez que se
asentaron en la zona lacustre. Los cronistas refirieron que los mexicas tenían una
notoria inferioridad técnica y cultural frente a los otros pueblos, lo que confirma
una desigualdad en la existencia de todos esos pueblos dentro de la zona del
Valle. La estratificación se fue precisando o ampliando, sobre todo cuando los
mexicas se asentaron en los poblados por largos periodos de tiempo en donde la
guerra se convirtió en una estrategia económica, en un medio para obtener
grandes volúmenes de alimentos y de vestuario.
Precisó Chayanov que: "en una economía natural a la actividad económica
humana la dominación, la obligación de satisfacer sus necesidades de cada
unidad de producción, que es al mismo tiempo una unidad de consumo. En la
explotación familiar, la familia, equipada con medios de producción, empleaban su
capacidad de trabajo en cultivar las tierras y recibe como resultado del trabajo de
un año cierta cantidad de bienes. Por cierto, el campesino y el artesano que lleva
su empresa sin pagar mano de obra reciben como resultado de un año de trabajar
187
una cantidad de mercancía que, después de cambiada en el mercado, forma el
producto bruto de su unidad económica. De este producto bruto debemos dedicar
una cantidad para el gasto material requerido en el transcurso del año; nos queda
entonces el incremento de valor de los bienes materiales que las familias han
adquirido con su trabajo durante el año o para decirlo de otro modo, el producto de
su trabajo. Ese producto de trabajo familiar es la única categoría posible de
ingreso para una unidad de trabajo familiar campesino o artesano, porque no hay
manera de descomponerlo analíticamente u objetivamente. Dado que no hay
fenómeno social de salario, el fenómeno social de beneficio neto también falta.
Entonces resulta imposible aplicar el calculo capitalista de la ganancia".130
Era una "economía natural" la de la transformación de los productos de la
naturaleza, de la explotación de la tierra mediante la coa, que implicaba un alto
predominio del esfuerzo humano, por encima de los instrumentos técnicos
simplificados. Era una estructura productiva basada en el trabajo individual y
familiar y por lo tanto se trataba también de necesidades alimenticias y sociales
muy elementales, que correspondían al grado de desarrollo imperante en un
momento determinado. Se aplicaba lo que se llamaría "trabajo intensivo" y por lo
tanto correspondía a la existencia de grupos humanos muy reducidos. Si observó
que la categoría de población, técnicas de cultivos de las tierras, satisfactores de
necesidades, volúmenes de producción, son históricamente concordantes.
En ese mismo nivel se ubica la estructura material, es decir, el conjunto de bienes
130 Chayanov, Alexander, Teoría de los Sistemas No Capitalistas, p.53
188
naturales y de instrumentos de producción, la cual se encuentra en constante
evolución. La base del trabajo no solo es individual sino también familiar,
integrando el conjunto de ellas la fratría. El conglomerado de fratrías haría surgir a
los calpullis. Esta incipiente división del trabajo está presente no solo en los
grupos mexicas sino en otros grupos de la humanidad, en distintas latitudes
geográficas, lo que se puede considerar como una distribución natural.
Odile y Turner firmaron que: "la intensificación de la agricultura, la creación de
nuevos suelos cultivables y las facilidades del transporte, favorecieron las altas
densidades de la población y las concentraciones urbanas. El poder económico y
demográfico amasado en el Valle de México, combinado con una organización
política militar estrechamente ligada a la organización hidráulica, permitió salir a la
captura de las poblaciones y de los recursos de los valles vecinos. Una vez que el
poder fue asegurado al interior del Valle, se desbordo sobre él resto de
Mesoamérica: modificando sutilmente las organizaciones económicas de los
pueblos sojuzgados aumentando la obtención de tributos pero sobre todo ha sido
posible la generalización de los sistemas de riego".131
Coinciden con Palerm en la importancia económica y social que tuvieron las obras
de regadío indicando que ahí donde este sistema existiera hubo grandes
densidades de población, gracias a las cuales se pudieron tener elevados niveles
de producción de alimentos para atender a muchos pobladores.
Las repercusiones que tuvieron las obras hidráulicas, de contención de aguas,
131 Roger, Odile y Turner, Ernesto. Organización Económica y Social de los aztecas y culturas que les precedieron
189
canalización de las mismas, construcción de represas y desviaciones y otras,
mejoraron la producción de alimentos porque así sucedió en todos los pueblos de
la antigüedad que las edificaron, comprobándose que el riego era un factor
fundamental para mejorar los cultivos. Pero lo importante es demostrar
empíricamente los resultados exitosos de la introducción de esos sistemas y es en
donde se presentan las dificultades para los especialistas debido a la carencia de
datos concretos. Solo se pueden hacer afirmaciones de carácter general, que son
válidas en si mismas. Existe una relación entre el crecimiento de la población, por
ende el incremento de sus necesidades y la urgencia de elevar los índices de la
producción de alimentos. Pero no solamente esto sino que se incrementan los
excedentes para sostener a los grupos parasitarios, como los sacerdotes y los
guerreros y la curda de funcionarios administrativos. Solo con una importante base
material que asegure la alimentación del pueblo y el abastecimiento de las tropas,
es posible que un grupo humano pueda levantar grandes ejércitos y que más aun
puede efectuar incursiones militares a cientos o miles de kilómetros de sus
fronteras.
Bernal, en su estudio sobre Teotihuacán, reafirmó que si bien su agricultura fue
muy similar a la de las regiones que regaban el lago de Texcoco, la población de
esta región se especializó en la producción de obsidiana, aprovechando la
existencia de minas en la región. "Hay indicios de que las casas ya tenían
cimientos de piedra, aunque los muros y los techos fueron de materiales tales que
no han dejado huella. Pero primera vez en Teotihuacán tenemos evidencia que
sugieren edificios, poblaciones con muros de piedra y pisos compactos de tierra.
190
Se han descubierto, cuando menos, cuatro talleres de obsidiana pues se
especializaban en producir puntos y cuchillos tallados por percusión". Todo esto
ocurrió en una primera etapa de la ciudad, pero en otra posterior aumentó la
población a 50 mil habitantes. Posteriormente se construyeron varios sistemas de
irrigación y se importaron grandes cantidades de obsidiana verde de la región
Navajas, en Hidalgo "lo que permite aumentar el prestigio religioso de la ciudad" y
"poco a poco va apareciendo el estado con clases sociales diferenciadas y
actividades profesionales de tal manera que no todos los hombres se ocupan de
todos los menesteres "e incluso refirió la existencia de un estado" francamente
militarista" pues la venta de obsidiana llegó hasta la región de Guatemala.132
Al referirse al entorno geográfico de Chalco, García Mora indicó que había dos
regiones separadas: la antigua zona lacustre de la Ciénega rodeada de una
llanura ribereña y varias sierras boscosas y un corredor de tierra alta que se
extendía hacia el sur y que atravesó la sierra Nevada y del Ajusco para descender
a las tierra caliente de Morelos. "Ha contado con agua de deshielo, manantiales y
ríos. Llegó a cubrirse de vegetación de juncos y tulares en la ciénaga y de
bosques de pinos y encinos en las faldas serranas y fue hábitat de fauna acuática,
así como de mamíferos y montañas. La población vive básicamente del cultivo
agrícola del 56% de la superficie y de la explotación de los montes boscosos.
Formuló una periodización hipotética que comenzó desde el año de 30 mil antes
de Cristo, hasta el año 5,500 en donde predominaron en la Cuenca las sociedades
comunales que estaban internadas por comunidades nómadas, de cazadores y
132 Bernal, Ignacio, Teotihuacán y los Destinos de los Mexicanos, p.57
191
recolectores, agricultores incipientes, por comunidades nómadas de recolectores
cazadores. Posteriormente, entre los años de 5500 a 1300 surgieron comunidades
sedentarias de agricultores, comunidades estratificadas de agricultores,
cacicazgos agrícolas, tlatocoyos, agrícolas asociados y en el periodo histórico de
1465 a 1519 aparecieron los tlatocayos agrícolas sometidos a un huetlatocayo
concluyendo "que las sociedades comunales abarcaron alrededor de 28,000 años,
mientras que las sociedades estratificadas solo abarcaron 2,200 años".133
En el caso de la derrota de Tlatelolco, Garduño destacó la parte relativa a las
exacciones económicas: Axayacatl dispensó el saqueo de todas las casas para
que resultaran beneficiados los soldados que habían actuado, se hizo un reparto
de tierras para los mexicanos y también se repartieron los puestos del mercado y
jefes militares y que le entregaran a cada uno de ellos la quinta parte de las
ganancias mercantiles, pero la estructura de los pochtecas no sufrió alteraciones
quienes siguieron controlando el mercado "por lo que no hubo un
desmembramiento de la organización interna del poctecoyotl sino una
incorporación al aparato estatal tenochca y los pochtecas tlatelolcas no dejaron de
obtener ganancias de las expediciones militares y comerciales tenochca y como
consecuencia los habitantes de Tlatelila se convirtieron en vasallos del señor de
México, pagándole tributo en especie y en servicio".134
El reparto de tierras a los guerreros que se distinguían por sus méritos en
campaña, al margen de la transmisión hereditaria de las parcelas, siguiendo la 133 García Mora, Carlos. Sociedad y Naturaleza en la Historia Prehispánica de Chalco Amecameca, 17 p134 Garduño, Ana Conflictos y Alianzas entre Tlatelolco y Tenochtitlán, Siglos XII a XV p.162
192
regla del calpulli, contribuyó a modificar la tenencia de la tierra, en una primera
instancia. Pero a la vez acrecentó la fuerza social y política de los guerreros que
incrementaron sus privilegios como castas pues habían llevado, victoriosos, los
límites de la dominación hasta Tehuantepec. Las propiedades de tierras, así
adquiridas, como sucedió a raíz también de la guerra de Chalco y de Xochimilco,
acrecentaron las proporciones de la propiedad privada, así como el vasallaje a que
se sometió a los mayeques, en su carácter de trabajadores libres que después
pudieron haber derivado a asalariados en las haciendas del siglo XIX. El
pretendido carácter igualitario y por lo tanto atípico de la sociedad mexica de la
primera época, se fue modificando en la medida en que los militares acrecentaron
sus propiedades particulares y se enriquecieron". Aparecieron los militares como
individuos privilegiados, como pertenecientes a la élite gobernante, al utilizarse el
concepto de botín de guerra, a la manera de muchos ejércitos conquistadores del
mundo.
Asimismo, Rojas Rabiela opinó que la extensión promedio de las chinampas en el
siglo XVI era de 2 a 4 metros, pero que en el siglo XIX habían aumentado de 3 a 9
metros. "Las zanjas, apantles o canales, chinampas que delimitan la parcela
lacustre proporciona humedad y al mismo tiempo son vías de acceso" destacando
la formación que tenían los ahuejotes, que eran esenciales para la erosión de los
bordes de la parcela. "El plantío de estación de ahuejotes contribuía a consolidar
el terreno de la nueva chinampa al desarrollarse el árbol y entrelazan sus raíces.
Las estacas se colocaban a cuatro o cinco metros de distancia".135
135 Rojas Rábiela, Teresa. La Tecnología Indígenas de Construcción de Chinampas en la Cuenca de México, civilización, septiembre 1954, número 2., p.43
193
La construcción de chinampas fue un método de explotación agrícola muy
adecuado en un medio físico y geográfico que se caracterizaba por la proliferación
de lagos y lagunas. Estos depósitos de agua permitían disponer de riego en forma
permanente y por lo tanto tienen islotes de alta productividad agrícola, si la
comparamos con la producción e tumba y raza. Las chinampas se empezaron a
construir desde antes de la llegada de los mexicas en el Valle pues se han
encontrado vestigios arqueológicos en las regiones de Xochimilco y Chalco. Se
rellenaban partes de la superficie acuícola mediante la construcción de acequias y
canales, utilizando madera para construir apantles lo que permitía que esas
superficies de tierra artificiales se mantuvieran estacionadas para poder sembrar
en ellas de una manera permanente. Para ello era necesario disponer de árboles
para hacer estacas y por lo tanto se requerían grandes cantidades de madera,
proveniente de los ahuejotes. Esto explica que una de las primeras contribuciones
que Axayacatl impuso al pueblo de Xochimilco fue precisamente ese tipo de
árboles, cuya madera se arraigaba en el piso acuático, hasta compactar las
porciones de lodo.
Dijo Albores que en la zona agrícola de San Mateo, en la que fue la zona lacustre
del Lerma, todavía se utiliza la coa y que se habían utilizado sistemas de
camellones o huertos y chinampas y San Mateo "se caracterizó por su elemento
acuático". Además de la ciénaga y de numerosos manantiales, estuvo cortado por
una serie de zanjas o "escurrideras" que conducían hacia las lagunas el agua
descendente de las montañas circunvecinas y en particular las del Nevado de
194
Toluca. Esto fue la región denominada Matlazinco en donde estaban entre otros
poblados, Almalipa del Río, Lerma, Ocoyoac, Otzotolepec, Tenango del Valle y se
destinaban al cultivo del maíz para satisfacer las necesidades de los productos,
afirmando que se habían utilizado sistemas de humedad temporal y de humedad y
de riego.136 Que esta región fue muy importante en materia de producción al grado
de que el tlatoani había ordenado la construcción de 4 sementeras para cultivar el
maíz e instalar numerosas trojes reales para su almacenamiento.
También Lenz refirió que el Valle era una región de lagos siendo los más
pequeños los de Xaltocan y Zumpango, los de Chalco y Xochimilco que era de
agua dulce. "Chalco se situaba en las riberas y fue durante muchos siglos el lugar
de depósito de todas las mercancías y productos de tierra caliente y de lugares
aledaños que llegaban al Valle de México para su transporte en canoa y su
distribución a otros centros de consumo. Todas las poblaciones ribereñas se
comunicaban por una extensa red de canales y acalotes, siendo estos últimos
espacios despojados de vegetación para que no se impidiera el transporte fluvial.
No eran rectos y exigían mayores esfuerzos para conducir las pequeñas naves,
pero la experiencia había enseñado a los indígenas a conducirlas de esa forma
con el objeto de evitar derrumbes que pudieran oponer las canoas. El principal
canal, cuyo paso frecuentemente quedaba obstruida por los céspedes flotantes, el
tule y la yerba que movían los vientos del norte, partían de Chalco donde hubo un
embarcadero que después se llamó San Juan de Dios; atravesaba el lago de
Oriente y poniente, tocaba a Xico, pasaba y Tláhuac las amplias calzadas diques 136 Albores, Beatriz. Apuntes para la Agricultura maicera de humedad temporal en San Mateo Ateneo, estado de México, en Ciencia Ergo Sum, noviembre, vol.9, número 3, Toluca, Estado de México, 13 p. p.9
195
que dividían a los lagos de Chalco y de Xochimilco y recurrían tanto este, hasta el
pueblo de Tomatlán, convirtiéndose de aquí en adelante en el gran canal que
conducía a México las aguas que siguen por Mexicaltzingo y por la acequia de
Ixtacalco y Santa Anita, para entrar a la laguna de Texcoco. Entre los lagos de
Texcoco y de Chalco, Xochimilco, había una península, Iztapalapa. En Xico había
abundante pesca y a ella se dedicaban algunas poblaciones ribereñas,
principalmente Ayotla, en cuyo mercado vendían los peces más apreciados. El de
mayor tamaño era el amilotl y a otros se les llamaba Xalmichi o pez de arena. En
el lago y en las orillas de los canales y acequias se desarrollaban vegetales
alimenticios con el utetztza (especie de junco) y el alchilli o chilillo o pimiento de
agua. De los extensos carrizales obtenían material para la edificación de las choza
y otros vegetales acuáticos como el tule que, según las especies, servían de
forraje para hacer esteros o petates o bien para techar las chozas de los
indígenas. En el lago de Xochimilco abundaban las aves acuáticas. Las canoas
que surcaban el lago tenían la proa y la popa curvadas hacia arriba y eran de un
corte bastante singular. Las había pequeñas por una o dos personas, pero otros
podían llevar hasta 60. El agua de esta laguna (la de Texcoco) era salada y
consecuentemente los productos que se obtenían diferenciaban de las de agua
dulce, pero eran objetos de considerable comercio. En el terreno abandonado por
las aguas y afloraban sales que se llamaran Tequixquitl o tequesquite; abundaban
las aves acuáticas tales como los patos que llegaban en grandes cantidades para
empollar entre los tules en invierto y desaparecían en el verano; una pequeña ave,
el chichicuilote era muy solicitado, garzas blancas y las gallinas de agua, venían
en el mes de julio. Para capturar a los pájaros pequeños se servían de un
196
artefacto, indudablemente de invención indígena sobre el suelo y entre ellos
colocaban maíz. Al acercarse las avecillas, empiezan a comer y las redes se
cerraban e un golpe sobre ellas.
Dijo Lenz:
"Dirigidos por sacerdotes y jefes, los mexicas fueron llevadas ramas y troncos de
árboles y los clavaron en el seno del lago, formando una estacada que rellenaron
con tierra, piedras y fango que extraían del fondo de la laguna, dejando a
intervalos los canales comunicantes. Al extender el núcleo central que era el islote;
por vías de comunicación tenías las acequias y lo quera de mucha importancia en
aquellos tempes, Tenochtitlán seguía siendo inexpugnable y superior a las
poblaciones ribereñas en las que los mexicas podían irrumpir a su antojo
valiéndose de troncos ahuecados que usaban por barcas. Al cabo de algunos
años, las chinampas flotantes se convertían en fijas y para evitar su
desmoronamiento, en las orillas del rectángulo que las formaba, plantaron árboles,
generalmente sauces, cuyas raíces unían fuertemente a la tierra. Entre cada una
de estas islas artificiales dejaban estrechos canales donde corría el agua, sus
jacales y quizás también pequeños templos los levantaban sobre aquellos, de
modo que las chinampas eran tierras de labro y hogar, todo favorecido por la
madre agua".137
Krickerberg, dijo que "la pesca y la caza de aves lacustres siguió siendo, sin
embargo, una importante rama de la producción alimenticia de aquel pueblo 137 Lenz, Hans. México-Tenochtitlán. Ciudad Lacustre, según relatos de los cronistas Miguel Ángel Porrúa Editores, México, 1971, 79 p, p.3
197
campesino el que los lagos del altiplano dejaba demasiado poco suelo para una
agricultura intensiva. Esa necesidad les agudizó el ingenio, el suelo negado por la
región le fue ganado al agua en la que se construyeron los llamados jardines
flotantes. Así se ganaron del agua 35 kilómetros de tierra de cultivo mediante la
construcción de balsas rectangulares, rellenas de carrizos, ramas de árbol y lodo;
las anclaban en el fondo del lago plantando en su borde sauces de rápido
crecimiento. De esa manera todo el lago se cubrió gradualmente con una capa de
islas artificiales y estrechos canales. Las chinampas eran muy fértiles y no
necesitaban ser regadas, solo se abandonaban de vez en cuando con el limo
sacado del fondo de los canales por medio de canastas especiales. El único
utensilio usado por el campesino indígena, es este labrados horticultor igual al que
usaba el agricultor de las tierras firmes, la "coa" un palo en forma de azadón y
ensanchado con el que se sacaba y removía la tierra. Además del maíz se
cultivaban frijoles, calabazas y tomates...138
También Armillas reconoce la existencia de obras de riego en distintas regiones,
entre las el Valle del rio Nexapa, al sur de Puebla afirmando que eran obras
"locales y pequeñas, pero reafirma que el albarradón cuya construcción dirigió
Netzahualcóyotl y que tenía 16 kilómetros de largo no solo tenía la función de
separar las aguas dulces de las chinampas. "En las tierras irrigadas se
cosechaban cultivos básicos, como maíz, frijol, calabaza, chile y tomate así como
plantas industriales como algodón. En algunas zonas se desarrollaron avanzadas
técnicas agrícolas incluyendo el uso de semilleros y el trasplante, la utilización de
138 Krickerberg, Walter. Las Antiguas Culturas Mexicanas, FCE, México, 1985, 378 p., p.29
198
fertilizantes y la protección contra heladas. Sin embargo, en amplia zona se
aplicaban exclusivamente el primitivo sistema de milpa. Los implementos líticos se
utilizaban comúnmente mientras que las avanzadas técnicas metalúrgicas se
empleaban fundamentalmente en la manufactura de artículos suntuarios. En el
centro de México las herramientas de metal se utilizaban, en las épocas de la
conquista, en algunas artesanías, pero no se utilizaban para labores pesadas y no
había formas mutantes".139 Dijo que la elevación cultural de la región, hasta
terminar con la aparición de "estado militarista" había sido muy parecida a la
evolución registrada en la zona andina.
Por su parte, Gómez Chávez, al hacer un recuento de las evidencias
arqueológicas de Teotihuacán, sobre todo en la etapa previa a su colapso y
abandono, dio cuenta de múltiples elementos relativos a los sistemas de riego:
canales cavados en el tepetate, de .25 hasta 1.00 metros de ancho, mantenían la
misma orientación de los edificios de la ciudad, canales con compuertas de
distribución; un sistema de hoyos y de policultivos con riego a brazo, enfatizando
en el riego de carácter individual; construcción de un canal paralelo al lado sur del
río San Juan el cual tenía más de 400 metros de longitud. Pero habiendo sido muy
importante la producción agrícola para alimentar a una gran población, la
producción agrícola decayó para enfatizar en la producción artesanal y la
aplicación de métodos de coerción y coacción para cobrar tributos. En el caso de
la industria lapidaria, "no existía ningún desarrollo de la técnica ni de las
herramientas empleadas por los artesanos a lo largo de varios siglos".140 Sobre 139 Armillas, Pedro, Una Secuencia del Desarrollo Cultural en Mesoamérica, p.153140 Gómez Chávez Sergio. Una Propuesta sobre el Proceso, Factores y Condiciones del Colapso de Teotihuacán, Vol. 31,
199
todo, tratándose de la producción de objetos de obsidiana. En general observó
que no se habían registrado avances en la aplicación técnicas constructivas.
Los estudios que se han hecho demuestran que siendo la producción artesanal de
gran importancia sobre todo por el valor agregado que llevan todas sus piezas u
objetos, no se puede desdeñar o abandonar el debido apoyo a la producción de
alimentos, como tal fue uno de los errores fundamentales de los gobernantes
teotihuacanos al final de la vida de la gran ciudad. La población creció en forma
desmesurada y aunque había importantes regiones agrícolas irrigadas en sus
alrededores, los cálculos indican que la producción de alimentos disminuyó en
forma preocupante lo que obligó a algunos grupos humanos a abandonarlos para
asentarse en otras poblaciones en donde las condiciones ecológicas y
económicas fueron muy propicias. Tanto la caída de la producción como el
abandono de barrios en la gran ciudad, coincidían con la aparición en el Valle de
otras ciudades, poblaciones importantes que eran partidarias de los valores y de la
cultura teotihuacana.
Definió Pérez Campa que ciudades importantes como Cuicuilco y Teotihuacán,
siento estos los modelos a seguir para el poblamiento del Altiplano, "Cuicuilco
explotaba los recursos del lago, los ricos suelos agrícolas, las zonas forestales, la
caza y limitaban al sur y poniente con las estribaciones del Aquío, al oriente con el
canal de Cartier y al oriente cerca del lago de Xochimilco".
mayo-agosto, 2004, p.7Dimensión Antropológica, Año II
200
Pero también destacó otros rasgos característicos: el comercio de larga distancia;
se encontró también un gran depósito de agua en el centro de la Plaza Cuicuilco;
tenía una población de 20 mil habitantes y tenía una posición estratégica pues lo
mismo se podía comunicar con Texcoco que con la costa del Golfo de México e
identificó tanto el templo como las pirámides como los que después se construían
en Teotihuacán.141
Sepúlveda, al referirse, al pueblo de Zapotitlán, ubicado en la región de Tehuacán,
afirmó que se había construido una serie de terrazas en diferentes niveles y una
"complicada red de canales que conducían al agua de un río hasta la pileta y a sus
alrededores en donde se obtenía la sal por medio de la evaporación solar del agua
de ríos y manantiales, las piletas o aseladores de piedra son una especie de cajas
rectangulares de poca profundidad, perfectamente evocadas en el piso y paredes
para hacerla impermeable".142
Este sistema agro hidráulico era similar al encontrado en las laderas de las
montañas de la zona andina y consistió en sembrar precisamente en sitios
recarpeteados, a grandes latitudes, en donde eran prácticamente imposible
mantener el agua que escurría hacia las partes bajas. Se construyeron piletas,
canales, "albercas", pozos y otros para evitar que el agua se saliera de las
terrazas, sobre todo en espacios en donde se cultivaba maíz y papas.
141 Pérez Campa, María. Preclásico Tardío. Las Primeras Ciudades, Arqueología Mexicana, 27, enero-junio, 2007, p.13142 Sepúlveda, María Teresa, Tequitlato de Zapotitlán, en Dimensión Antropológica, INAH, Vol.37, mayo-junio 2006, p.7
201
Tezozomoc dijo en su Crónica Mexicayotl que los ancianos Teochichimecas, gente
de Aztlán, mexicanos "cuando vinieron en busca de tierras, vinieron a ganar
tierras, la ciudad de México está dentro del agua, en el tular, en el carrizal, dentro
del cañaveral, en el que nacimos y vivimos los tenochcas. Menciona a
Chicomoztoc como el lugar del que salieron los siete calpullis mexicas y vivían en
medio de los zacatales, cuitóles, biznagales, carrizales y cuando vinieron a pie
pues venados, conejos, fieras, serpientes acá con sus joyas de cuero y de
sustento. Que Huitzilopochtli les dijo a los teomamas de los aztecas: "coge,
víveres estos al pie de la biznaga, ellos tributaran primeramente y después les dijo
que "os hace señores, reyes de cuánto hay de doquier en el mundo y cuando
seáis reyes tendréis ellos innumerables, innumerables, excelentísimas piedras
preciosas, oro, plumas de quetzal, esmeraldas, corales y amatistas.143
Precisamente Albores hizo referencia a la existencia de chinampas en la zona sur
del Alto Lerma, de Toluca desde la época del Neolítico Temprano, 1300 a 800
antes de Cristo, etapa en la cual había lagos y pantanos sobre todo en los que se
encontraban en la región de Mexicaltzingo, indicando que por ejemplo San Mateo
Atenco era una "zona de agua" en donde había zanjas y escurrideras que
canalizaban a la Ciénega las aguas que bajaban de las montañas circundantes y
los habitantes ribereños se dedicaban a la caza, la pesca, a la recolección de flora
y fauna acuáticas. Dijo que "había planchas" y bandos con camellones que
formaban un rectángulo, mientras que los camellones se dedicaban al cultivo de
143 Alvarado Tezozomoc, Fernando, Crónica Mexicayotl, Traducción directa del náhuatl por Adrián León. Instituto de Investigación Histórica, UNAM, México, 1975, 223 p. p78
202
habas, quelites y elotes, yerbas acuáticas y plantas artesanales como tule,
utilizando la técnica de atado que era una superposición de capas de vegetales y
lodo.144
Las técnicas, que describe Albores, son muy parecidas a las relativas a la región
de Xochimilco pues correspondían, en términos generales, a una zona lacustre, la
cual había "quitado" espacio para poder efectuar cultivos de diverso tipo. Los
atados permitían "elevar" porciones de las riberas, para sembrar semillas sobre
ella y así asegurar un sistema de riego que fuera natural y permanente, hasta
hacer camellones y terraplenes que tenían directamente grados de utilidad, pero
que siempre estaban sujetos a los cambios en el nivel de las aguas. Precisamente
para evitar que se sufrieran desbordamientos e inundaciones, que terminan por
acabar de un golpe con las franjas cultivadas, se construyen canales para sustraer
el agua y así lograr un mayor y más permanente equilibrio. Se trataba de utilizar
en forma óptima hasta la última pulgada de tierra firme, al grado de quitarle tierra a
las zonas cubiertas por el agua.
Rojas Rabiela, siguiendo los estudios primeros de Armillas, concluyó que el área
de chinampas en este periodo (1350-1521) era de unas 12 mil hectáreas,
excluyendo islas e incluyendo canales y posibles lagunetas que ocupaban unas 3
mil hectáreas. Si se cuenta aproximadamente las tierras cultivables, la extensión
era de aproximadamente unos 90 kilómetros cuadrados. Los canales mayores de
servicios usados para drenar la región servían como importantes vías de 144 Albores Zarate, Beatriz. Origen Pre mexica de las Chinampas en la Zona Lacustre del Alto Lerma. Documentos de Investigación, Colegio Mexiquense, Toluca, 1998.123 p p34
203
navegación".145
Si bien el método agrícola de las chinampas fue sobresaliente, sobre todo si lo
comparamos con el método de roza y tumba, estuvo limitado a ciertas zonas del
Valle y sujeto a factores climáticos, como las inundaciones y las sequías. Cuando
ocurrían los primeros fenómenos las tierras cultivadas se anegaban y se perdían
las cosechas y si sucedían las segundas se perdían las semillas. Los primeros
rasgos arqueológicos se encontraron en el valle de Teotihuacán pero se
destacaron en las regiones de Xochimilco, Chalco y Texcoco que se convirtieron
en zonas de abastecimiento de alimentos de Tenochtitlán. Sin embargo, no se
puede exagerar la importancia productiva en relación con la demanda social en
virtud de los bajos e irregulares volúmenes de abastecimiento. Considerar a esas
zonas como graneros de gran importancia resulta un exceso, más aun, después
de la conquista en donde el dislocamiento de los sistemas productivos terminó con
las chinampas y quizá ello explique las frecuentes hambrunas que asolaron a la
población.
Respecto del tule, dijo Albores:
"Se trata de vegetales herbáceas, con tallo flexible, que prospera en los espacios
de humedad permanente, como las orillas de los lagos y lagunas, así como en
depósitos de agua pluvial. Entre la gran variedad de tule se distinguieron el
petlatoztin, el islotin y el tlamimillo. La drástica merma de la juncácea tuvo lugar
por la desecación sufrida a partir de la colonización española y sobre todo en el 145 Rojas Rabiela, Teresa. La Tecnología Indígenas de Construcción de Chinampas en la Cuenca de México, civilización, septiembre 1954, número 2
204
contexto de la industrialización nacional".146 Se utilizan básicamente para la
confección de esteras y canastas, pero sobre todo en el Valle de Toluca fueron
sus petates de palma y tenían dos acepciones, una general que se refería al tejido
de esteras y otro el llamado "tule redondo" y se trataba de un tule grande y
espumoso. El corte se hacía individualmente y en grupos y se sacaban a
brazadas, en fila a manera de bolsas y los tulares pertenecían a pueblos como
San Pedro, Tlatizapan, San Lucas Junco, Santa Cruz Atizapán, Almoloya del Río,
San Pedro Cholula. "Para el sajamiento se utilizaban remo aplomado o "palo",
garrochas o remo cilíndrico y hoz o segadora, canitas y chalupas o canoas
grandes quienes carecían de canoas caminaban hasta los tulares próximos a las
riberas de la ciénaga y ellos mismos conducían los juncos o bien empleaba
bestias de carga, generalmente asnos y después se tendían en el piso para
secarse y se apartaban para manejarlos durante el entrelazado.
En virtud de la existencia de una amplia variedad de tulares, pues los había
delgados y gruesos, se podían fabricar muchos objetos, desde los canastos o
esteros en donde se podían guardar alimentos y transportar semillas, hasta la
elaboración de balsas, con las que se podían movilizar los individuos de un lugar a
otro. Todos los pueblos ribereños tenían acceso a ellos y por lo tanto los tuleros
iniciaron sus actividades desde una etapa temprana, pues estaban a un lado de
sus habitaciones y por ello formaban parte de sus utensilios de trabajo; las fibras
podían trabajarse con raspadores de todo tipo pues se trataba de fibras delgadas
en una primera etapa, como ocurrió con otras actividades, se involucraron sobre 146 Albores Zarate, Beatriz, El Tejido de Tule en la zona lacustre del Valle de Toluca, Cuadernos de Investigación, Colegio Mexiquense, Tolca, 2009.. p45
205
todo las mujeres y los niños pero después se fueron creando grupos de artesanos
especializados.
Rojas Rabiela hizo alusión al método de lozas estacadas de morillo de madera,
que se emplearon lo mismo en la zona chinampera de la región Chalco-
Xochimilco, que en la construcción de edificios coloniales, luego las calzadas,
diques y los albardones y albaranes, como la célebre albardón de San Lázaro del
año de 1556. "El primer método de construcción de chinampas consistía en el
amontonamiento de césped y lodo. El plantío de estacas vivas de árboles de
ahuejote era la operación final del proceso una vez formado el suelo y tenía como
objeto afianzar la orilla de la parcela con las raíces de estos árboles típico de
ellos".147 Sin embargo, esta especialista describió otros métodos de cultivo, entre
ellos, uno que suponía que en la chinampa había un cimiento de césped la cual se
zanjeaba para hacer sus aplantes o canales y por último se sembraban estacas de
ahuejote en los bordes para detenerla y evitar que se cuarteara.
Los morillos y las estacas desempeñaron un papel sobresaliente en el conjunto de
los tributos que se imponían a los pueblos sometidos o conquistados ya que era
un recurso natural para la construcción de edificios públicos y privados. Por
ejemplo, aparecieron en los tributos que debía entregar Xochimilco y Chalco a
Tenochtitlán y su número asciendía a miles de piezas pues se usaban no solo
para contener las sementeras a efecto de que no se "movieran" sino también para
hacer techos, postes y para la construcción de albarradas para contener las
147 Rojas Rabiela, Teresa. El Papel de la Agricultura Chinampera, p.317
206
piedras, la cal, en síntesis, la argamasa. En los modelos de casas que se
dibujaron en los códices aparecieron los morillos como implementos
indispensables para soportar los pesos de las construcciones.
En una primera etapa de la agricultura se colocaban en los dinteles de orillas de
los lagos y a partir de ellos se avanzaba rellenándolos con lodo y piedra a efecto
de convertirlos en zonas de superficie firme aptas para el cultivo y la construcción
pero en la medida en que avanzó este proceso de rellenado se fueron haciendo
canales y acequias, que los españoles llamaron calles de agua.
En Teotihuacán, se destacó la red de drenaje subterráneo que captaba el agua
pluvial de los techos y de la calle, conduciéndola a pozos de absorción o
desalojándola a las corrientes fluviales y estanques para el suministro de agua a la
población urbana; había además un sistema de irrigación compuesta por varios
canales y había canales y diques semicirculares. Estaba el Albarradón de
Netzahualcóyotl y el de Ahuitzotl, las calzadas y diques de Tacuba, Tepeyac,
Xochimilco, Iztapalapa, Atzcapotzalco, Tláhuac, la calzada de Tláhuac que dividía
a Chalco con Xochimilco, los acueductos y los canales de abastecimiento de agua
doble, drenaje, puentes elevadizos, embarcaderos, albercas, retoques,
compuertas, jardines alimentados por acequias y estanques, canales de
navegación. Vías de comunicación, desde Ayotzingo, en el extremo del lago de
Chalco hasta el centro de Xochimilco; había depósitos de agua dulce en medio de
lagunas saladas, el doble acueducto de Chapultepec y los embalses y las "cargas"
que proporcionaban agua dulce a la capital. En la región de Texcoco,
207
Netzahualcóyotl construyó dos acueductos que permiten repartir el agua a través
de la periferia del cerro de Tetzcotzino, derivar agua para riego y tener canales,
había un manantial ubicando entre San Dieguito, Xochimilco y San Nicolás
Tlaminca y se construyó un acueducto.148
De las exploraciones hechas en la zona de Teotihuacán, destacó el sistema de
drenaje subterráneo, del cual aun encontramos muchos vestigios, que permitían
entrar y sacar el agua de las habitaciones en los patios, lo cual constituyó un
avance arquitectónico importante para la fecha. Se podían evitar el afecto
contaminante de las aguas de las tierras, almacenar agua de lluvia pues había
varios estanques para ello y mantener una vida más cómoda, claro está, para los
gobernantes, jefes militares y sacerdotes.
Escribió Lenz que el albarradón que dirigió Netzahualcóyotl era un dique que tenía
16 kilómetros de extensión y se extendía desde Iztapalapa hasta Atzacoalco y
estaba hecha de piedra "y rodeada de hileras de estacas entrelazadas; y también
había aberturas para el paso de las canoas y la regulación de las aguas. Cuando
subía el nivel del lago de Texcoco durante la estación de lluvias, estas aberturas o
compuertas se cerraban pero en la temporada seca se abrían y se dejaban entrar
agua de los lagos de Chalco a Xochimilco. Estos albarradones protegían
decisivamente a la capital sobre el peligro de violentas inundaciones y dividía en
dos partes la laguna de Texcoco, recibiendo las más cercanas al sur de la ciudad
agua dulce de los arroyos y de los lagos de Chalco a Xochimilco, convirtiéndose
poco a poco el agua salada en dulce ya sí ya podían cultivarse flores y legumbres
148 Rojas Rabiela, Teresa, Obras Hidráulicas en Mesoamérica, p. 21
208
en chinampas, aumentando la población piscícola. A pesar de las obras de
Netzahualcóyotl,aun amenazaban el peligro de inundaciones, pero por otra parte
ya no bastaban para el consumo de la población el agua de Chapultepec que fue
construido por Axayacatl y el rey Ahuizotl determinó traerla del manantial de
Acuecuxtl, cercano a Churubusco, uniendo otras fuentes inmediatas.149
No sabemos si estos adelantos urbanísticos existían fuera del perímetro habitual y
ceremonial, pues es probable que esto no haya sido así en virtud de la
estratificación social de la época. Fuera de este y alejados de las obras de "cal y
canto", de mampostería y argamasa, estaban las zonas "periféricas" en donde las
habitaciones reflejaban la condición social de sus ocupantes, es decir, la
precariedad y la pobreza. Ahí mismo en Teotihuacán encontraron vestigios de una
red de canales de irrigación, fuera del referido perímetro, en las cuales
aprovechaban los manantiales de agua de varios usos.
Wright observó que durante siglos habían coexistido en el valle de México los
otomíes con los nahuas, encontrando una gran similitud constructiva y
arquitectónica en las ciudades pues existían templos, centros ceremoniales y
mercados. De este último encontró grandes mercados en los grandes señoríos,
mercados de segunda categoría en los señoríos subordinados y había plazas
comerciales menores en las poblaciones del tercer nivel. En los edificios había
instalaciones para la administración de la justicia, los consejos de guerra y el
hospedaje de los señores aliados. "Los grandes señoríos solían demandar tributo
149 Lenz, Hans. México-Tenochtitlán. Ciudad Lacustre, según relatos de los cronistas, p.25
209
a los señoríos dominados, en especie, mano de obra y servicio militar. De esta
manera se concentraba la riqueza y el poder en los señoríos más poderosos".150
Hizo un estudio lingüístico demostrando que muchos de los conceptos de los
nahuas, se encuentra contenido en la lengua otomí como gran gobernante o
hueitlatoani, que en otomí tiene el título de otaya, que también significa "gran
señor".
Recordó Sevilla la importancia que Marx concedió a la agricultura la cual produjo
un "excedente mayor" lo cual provocó la evolución de la sociedad hacia otros
modos de producción. Definió a este excedente como la diferencia que existe
entre el producto necesario y ese excedente; la renta es primeramente pagada en
especie y existen tierras más fértiles y menos fértiles. 151
La aplicación de métodos agrícolas produjo una cierta cantidad de alimentos
necesarios para la alimentación de las comunidades, es decir, para que se
asegure su existencia social y se reprodujera como fuerza de trabajo. Se entiende
que había un equilibrio entre la demanda de la población y la producción, pero se
generó una diferencia entre estos factores ya que podía haber más satisfactores
que la población misma lo que motivó que esa diferencia pudiera ser usada, por el
grupo gobernante para fines de enriquecimiento, acaparamiento y dominación
social y política. El hecho de contar con bodegas y almacenes permitió guardar,
como si fueran tesoros, volúmenes determinados de alimentos, los cuales podían
150 Wright Carr, David Charles. La Sociedad Prehispánica en Lengua Náhuatl y Otomí, p.5.151 Sevilla Guzmán, Eduardo. El factor tierra como categoría analítica, para el estudio de la estructura socioeconómica agraria. Departamento de sociología, Universidad Autónoma de Madrid, Cuaderno 5, 1975. p. 29
210
ser empleados también para efectuar pagos en especie por servicios prestados
por otros grupos humanos, para gratificaciones y premios que permitieran
aumentar el área de influencia de algunos grupos. Desde luego, no conocemos
datos específicos que nos permitan hacer cálculos, así fueran aproximados, de
esta diferencia entre, lo producido y lo consumido, pero si sabemos que existieron
estos fenómenos en términos generales. Se puede afirmar que, por ejemplo,
Moctezuma tenía importantes excedentes guardados en sus almacenes para
efectuar pagos en especie y realizar regalos y "presentes" a los dignatarios que
solía invitar a su residencia.
Al describir la Cuenca, agregó Rojas, estaban los Lagos de Xaltocan y Zumpango,
situados un poco más arriba que el de Texcoco, alimentado por ríos como
Cuautitlán y de algunos manantiales como el de Ozumba. Entre las
transformaciones más grandes que se produjeron en la zona, señaló, estaba la
aparición de las chinampería en la región Xochimilca y Chalco durante la época
del Posclásico. "Alrededor de los pobladores lacustres y ribereños, de las obras
hidráulicas y de las chinampas, se encontraban llanuras ribereñas, montañas y
volcanes plenos de grandes masas boscosos y con gran riqueza en vida silvestre;
ríos y manantiales que aloraban en las laderas, muchas de ellas captadas y
canalizadas para utilizarlas en las terrazas y laderas agrícolas; pobladas
serranías, sembradíos de magueyes y yacimientos de minerales y otros materiales
valiosos".152 Entre las ciudades más grandes estaban Tenochtitlán con 200 mil
habitantes y Texcoco con 30 mil; había 40 centros menores con 4,000 a 5,000
152 Rojas Rabiela, Teresa, Las Cuencas Lacustre del Altiplano Central, Arqueología Mexicana, Vol. XII, Núm.68, p .31.
211
habitantes cada uno y entre los principales problemas que tenían (la Cuenca)
estaban una gran cantidad e chimpas que no podían sobrevivir, la falta de agua
potable por la creciente población.
En realidad, la Cuenca tenía importantes recursos naturales pues no solo disponía
de los depósitos de agua que en forma permanente se encontraban en los lagos y
pantanos, sino también en los escurrimientos que se provocaban de la Sierra
Nevada, del Popocatépetl e Iztacihuatl y de la gran cantidad de ríos y arroyos que
había. La descripción fisiográfica indica que, además hubo montañas, cerros,
laderas, estepas, los que, de aprovecharse, hubiera permitido un uso óptimo de
los multiformes recursos existentes, que permiten alimentar a una población que
llegó a tener 150 mil habitantes en Teotihuacán, en la época del preclásico. Pocas
ciudades en el mundo antiguo tenían ese potencial de recursos naturales y pocos
estaban tan poblados como este, aun en el caso de que tuvieran un escaso
desarrollo de las fuerzas productivas, si las comparamos con la civilización de
Mesopotamia, Asiría y Egipto que ya habían establecido una sociedad esclavista,
que sin duda fue un paso hacia adelante en el desarrollo de la humanidad.
Entre las obras hidráulicas prehispánicas que describió Rojas Rabiela estaban las
siguientes: en la zona maya refirió a los chultunes que eran cisternas o depósitos
de agua construidos en roca madre para el abastecimiento de agua doméstica; los
jagüeyes que eran depósitos de agua a cielo abierto. En la región del Valle de
México estaban los acueductos ubicados en los cerros de Tezcutzingo y
Purificación, en Texcoco y la tecnología empleada era de tierras, entretejidos con
212
varas, troncos y piedras. En relación con las aguas subterráneas se hicieron pozos
verticales para surtir de agua a las poblaciones y en la zona maya estaban los
cenotes. En relación con las obras que se destinaron para su riego, Rojas
mencionó las presas almacenadoras y las derivadoras, las canalizaciones de las
corrientes, los diques, los albarradones, redes de canales de riego. Entre las
presas almacenadoras estaban la de Santa Clara Coatitlán, estado de México, la
de Teopantecuanitlan, norte de Guerrero, las de Tehuacán, conocidas como
Purrón y la de Maquitongo en Puebla. Al habar de los canales dijo que los había
en forma rectangular, trapezoidal, o escalonada y muchas de ellas tenían
incipientes compuertas. Hizo mención de las llamadas "derramaderos" y eran
canales y presas de tierra, piedras y ramas; los depósitos pluviales en cimas, que
eran bardas o muros de piedra y tierra en cimas montañosas o niveladas
artificialmente que servían para recolectar agua pluvial y conducirla y derramarla a
los campos situados laderas abajo.153
Con base en las evidencias arqueológicas y menos aun en los registros históricos,
plantear la existencia de un estado hidráulico como los de Mesopotamia y Egipto,
parece una clara exageración pues siendo la economía de la región una economía
de pequeñas escalas, una economía natural como la definió Carrasco, esto
correspondía a la construcción de obras hidráulicas de pequeñas dimensiones. De
las "obras grandes" como el Albarradón hidráulico a otras de pequeñas
dimensiones. De las "obras grandes" como el Albarradón de Netzahualcóyotl se
destacó porque no tenían finalidades agrícolas sino eran reguladoras de los
153 Rojas Rabiela /Teresa. Las obras hidráulica s en la Transición Prehispánica, 13 p.8
213
movimientos de las aguas, de los lagos, es decir, buscaban evitar inundaciones.
Por otra parte, las milpas no requerían de "grandes obras" sino de presas y
canales muy reducidos que pudieran desviar u obtener derrame de agua de ríos y
lagos y para ello no se requerían de obras de grandes dimensiones como las que
conocimos en los países más antiguos.
En el caso de las obras públicas que se edificaron como la ya citada, o las obras
hidráulicas que localizaron Armillas y Palerm, se comprobó la importancia que
tenía el trabajo acumulado de importantes grupos humanos, no obstante que no
tenían animales de tiro para transportar piedras muy pesadas a largas distancias.
Por el uso de esos materiales, una mezcla de piedras pequeñas y lodo, se
levantaron construcciones muy precarias.
Entre la variedad de recursos vegetales que había en la zona lacustre estaban los
tules con los cuales se hacían petates, se elaboraban muebles, como los icpallis,
para hacer paredes, para techarlas y se "designó con el nombre de ulero aquel
que dedicaba prácticamente todo su tiempo a esta actividad, se puede decir que
este trabajo era más especializado "mencionando varios tipos de tules" y junto a
ella había distintos tipos de pasturas como las arenas, el barro, el cortadillo, la
cucharilla, la grana, pelillo, pipilote, reatilla, xalma, zacanual; también había
vegetales comestibles como el mamaxtle, e I tzayanalquilit, el axoxoquilitl, el
uitzquilitl, este último era un cardo que tenía espinas, el apatlolli, que era una papa
de agua, el atzatzamillo, que era un berro ancho. "Las planchas de tule se
214
encontraban diseminadas por la Ciénegas, algunas estaban enraizadas en el
suelo de los lagos, formaban una suerte de pequeñas islas que se dejaban
remolcar a la deriva por el viento y llegaban incluso a detenerse en las aguas
profundas".154 Si había grandes cantidades de tule, había quienes desempeñan el
oficio de petateros. Para cortar los tules se utilizaban un cuchillo de obsidiana,
luego se amontonaba hasta formar brazadas y después utilizaban su embarcación
para transportarlos.
Los tules propios de la zona lacustre, eran uno de los recursos naturales que
estaban muy extendidos y de ellos tenemos noticias lo mismo en el Valle de
Toluca, que en Xochimilco y Chalco y desde luego en la laguna de México y se
trataba de plantas que estaban enraizadas en las riberas y que crecían arriba de
los apantles. Eran un obstáculo para la navegación de las canoas que
rápidamente cubrían grandes extensiones de agua, pero se encontraron varios
usos sociales importantes, entre ellos la fabricación de petates o de balsas para
embarcar o embalar productos.
Estas raíces permitíian la acumulación, en sus tallos y sus hojas, de grandes
cantidades de pececillos, renacuajos y de insectos los cuales, eran usados como
comestibles y como carnada para pescar. El uso de los tules dependía del grosor
y de la resistencia de sus fibras y quienes conocían al detalle estos aspectos
prontos e especializaron como tuleros, es decir, también como petateros, que
154 García Sánchez, Magdalena. El Modo de Vida Lacustre, p.71
215
fabricaban productos de una gran demanda social pues estaban destinados sobre
todo a las habitaciones de los macehuales.
Entre las obras que describió Rojas estaban los sistemas de riego a brazo o
irrigación manual a partir de aguas de pozos, canales de zona, chinampas y se
usaban cántaros, jarros, bateas, jícaras, calabazas, pero al hablar el sistema
hidráulico en su conjunto, dijo que buscaba proteger a las poblaciones de
inundaciones y mantener el nivel de las aguas y después había diques, canales de
navegación, de riego y drenaje, presas, puentes, embarcaderos.155
El "sistema hidráulico" que tenía Tenochtitlán y en general la Cuenca tenían como
propósito fundamental regular las crecidas de los lagos y de las lagunas y por lo
tanto evitar inundaciones que tuvieran graves consecuencias para la zonas
habitadas, pero no fueron planeadas con finalidades agrícolas, aunque sin duda,
estos fenómenos repercutía en estas actividades. Por ejemplo, cuando se
presentaban grandes venidas de agua y en virtud de que la ciudad en gran parte
tenía sus chinampas en las zonas ribereñas, estas se anegaban y por ende se
perdían las cosechas. Se trata de "zonas bajas" que eran susceptibles de
perderse pues los almácigos se movían en grandes cantidades por las grandes
arribazones de agua que llegaban producción de la diferencia entre el lago de
Texcoco y de Tenochtitlán y de fenómenos concomitantes. En las menciones que
se hacen, por ejemplo, de la construcción del acueducto de Chapultepec tampoco
se hace alusión a fines agrícolas sino a la necesidad de conducir agua potable al
155 Rojas Rabiela Teresa. Las Obras hidráulicas en la Transición Prehispánica, p.ll.
216
centro de la ciudad. El desfogue que empleaba el río de Cuautitlán tampoco tenía
esas finalidades sino sacar del agua excedentes de la ciudad, llevándola fuera de
sus límites, lo cual representará el principio del drenaje profundo.
Precisó Hernández que la Acequia Real, que iba de la actual calle de Corregidora
a la de Roldan, pasaba por la Casa Nueva de Moctezuma, tenía un embarcadero
que era para su uso exclusivo y describió la existencia de varios puentes.156
En el marco de la estructura física de la ciudad aparecieron varios embarcaderos
que permitían que muchos productos, mercancías y mano de obra, que provenía
de poblados incluso lejanos, pudieran llegar hasta las puertas de sus beneficiarios.
Tales fueron los casos de las obras que se construyeron para llegar hasta los
linderos mismos del templo Mayor, las casas Nuevas y Viejas de Moctezuma,
algunos templos importantes, la calmecac; además estaban aquellos que se
habían edificado en los propios mercados como el de Tlatelolco. Se han
encontrado restos arqueológicos de estas obras que permitían "acercar" los
productos y materias primas a los consumidores. A la manera de los
embarcaderos modernos, hasta ellos llegaban las canoas, las cuales eran
descargadas y después sus tripulantes regresaban a efectuar otro viaje.
Algunas crónicas refieren la entrega regular de madera (morillos) y piedras que
procedentes de Chalco llegaban hasta las construcciones de Tenochtitlán lo cual
supone la existencia de un sistema de navegación de carga adecuada a las
156 Hernández Pons, Elsa. La Acequia Real, Arqueología Mexicana, Vol. IX, núm.51, p.56
217
circunstancias de la época. Al señalar la existencia de albarradas y canales que
servían para especificar límites entre los señoríos ribereños, se demuestra un
intento para hacer respetar los alcances de su "gobierno". Moctezuma, intentó
dejar en claro esta delimitación territorial sobre todo para satisfacer y dar
tranquilidad a los abuelos, sobre todo a los más lejanos, a los cuales se les
aseguraron el principio de la libre navegación para fines comerciales.
Precisó García Quintero que en realidad las chinampas no fueron "jardines
flotantes" sino parcelas construidas artificialmente en lagos de poco fondo y
mantenidas firmes en su lugar por medio de estacas de sauce y en ellas
cultivaban maíz, fríjol, calabaza, chile, tomate y también una gran variedad de
flores, pero también comenzó la construcción de casa en Coyoacán,
Mexicaltzinco, Iztapalapa, Xochimilco y otras. Concluyó que ya había algunas
obras hidráulicas en proceso, como las del río de Cuautillán no solo para provocar
inundaciones sino también para utilizarse de obras de riego. Ya estando en
Chapultepec, dijo, se enfrentan a un serio problema, la carencia de tierras para
edificar sus casas "por lo que tuvieron que recurrir a la utilización de dos métodos:
la desecación de varias porciones por medio del fuego y la construcción de las
primeras chinampas propias y para ello necesitaban madera para estacar y
recurrieron al intercambio de producto del lago por piedras, madera y cal.157
En rigor, no se puede hablar de superficies flotantes porque de haberlas hubieran
157 García Quintero, Josefina. México Tenochtitlán y su Problemática Lacustre. UNAM, México, 1978, 123 p., p.60
218
sufrido graves y permanentes inundaciones con la consiguiente pérdida de
semillas, alimentos, animales y construcciones pues bastaba que subiera el nivel
de las aguas y este fenómeno se produjera. Y a la inversa, si bajaban los niveles
sobre todo por la carencia de lluvias, también se hubieran inundado y
desaparecido. En realidad, había conexiones de las chinampas, tanto con la orilla
de los canales como con el suelo pues se aprovechaban zonas de escasa
profundidad y los morillos de los ahuejotes cumplían la función de darles fijeza y
estabilidad. Pero con las chinampas apareció la necesidad de que sus cultivadores
tuvieran habitaciones cerca de las áreas de cultivo y por ello encontramos muchas
construcciones que debieron ser de materiales ligeros. Al lado de los ahuejotes
encontramos las superficies de cultivo y al lado la casa habitación de los
labradores que por conducto de los canales y de las acequias, sacaban sus
productos a zonas de tierra firme. Estas eran formas de dominar el principal
recurso; el agua y destinarla para finalidades productivas.
Dijeron Parsons y Moret que "el de Texcoco fue uno de los principales lagos de la
Cuenca de México. De aguas salinas y poco profundas, alcanzaba una extensión
aproximadamente de 600 kilómetros y su potencial fue aprovechado por los
pueblos ribereños desde la época prehispánica hasta entrado el siglo XX. Se
apreció que el lago se encontraba dividido por cercas en una sección interna, sin
plantas acuáticas y en las que no se pescaba con redes y una sección externa,
con numerosas plantas acuáticas y en la que la pesca con redes parece ser la
actividad principal.158 Entre los recursos que se encontraron en lo que fue el citado 158 Parsons, Jeffrey, Morett, Luis. Recursos Acuáticos en la Subsistencia Azteca. Cazadores, Pescadores y Recolectores, Arqueología Mexicana, Vol. IX, Núm. 59, 2007, p.43
219
lago, se encontraron grandes depósitos de sal y muchos insectos comestibles y
algas. Había en esa zona fabricantes de sal, recolectores de insectos, cazadores
de patos, pescadores y tramperos de salamandras. Entre los objetos que se
encontraban estaban navajas de sílex, navajas de obsidiana y molcajetes o
comales.
Al igual que el lago de México estaba determinado, el de Texcoco estaba
cuadriculado con lo que se respondía a varias necesidades históricas: algunos
pueblos se habían asentado desde hacía muchos años en sus riberas, incluso
antes de la consolidación de la casa de Texcoco y por lo tanto había que
reconocerles algunos de esos "derechos. Eran parte de la armonía y de equilibrio
que había en forma admirable en el "reino acolhua" se debía a que se habían
respetado no solo un reparto equitativo de los tributos sino también a los accesos
a la pesca, a la sal y otros recursos que había en la región. Conocemos de la
existencia de pocos incidentes por el acceso a estos bienes, los cuales al contrario
se agravan y multiplican cuando los españoles decidieron acaparar tierras por la
vía de la compra, efectuando, por ejemplo, el manejo de los recursos hídricos. Los
litigios se fueron alargando y complicando al implantarse el derecho español,
mientras que se afirmaba que en la sede del Palacio de Netzahualcóyotl, los
conflictos se resolvían rápidamente por medio de un sistema judicial abierto y
flexible.
Por su parte, Carbajal dijo, dijo que el Posclásico en realidad había 7 lagos entre
los cuales los de Apan, Techac, Tecocomulco, Zumpango, Xaltocan, Texcoco
220
declarando que estos últimos tres eran independientes y salobres mientras que
Chalco y Xochimilco eran dulces pero todos vertían sus excedentes en el lago de
Texcoco, pero que al fundarse Tlatelolco y Tenochtitlán lo hicieron en zonas mas
bajas por o que estuvieron siempre expuestos a continuas inundaciones y para
impedir esta situación se idearon y construyeron una serie de obras hidráulicas y
para ello localizan la ubicación de los diques, canales y calzadas. Estos cruzaban
el lago de sur a norte y de este a oeste y de norte a sur y estaban construidos con
arcilla y taludes y tenían varios puentes o cortes que permitían la circulación,
destacándose la de Tepeyac y de Iztapalapa. "El Albarradón o dique de Ahuizotl
se construyó como remedio a una fuerte inundación ocurrida alrededor de
1499".159 Describió restos de canales, unos 32, de los cuales 25 corresponden a la
época prehispánica y cumplieron el propósito de agilizar el drenado y la
navegación. La mayoría de las obras fueron construidas en el periodo tenochca y
otros por los tecpanecas y que las calzadas de tierra de Tenayuca, Nonoalco y
Tacuba fueron señalamientos sobre derechos de agua, es decir, determinaban los
dominios de los tecpanecas y de otros pueblos.
La existencia de los lagos, sin duda, condicionó la existencia material y social de
los pueblos que se habían asentado entre ellos determinó su dieta alimenticia, la
construcción e sus viviendas y habitaciones, los medios de transporte y hasta sus
deidades. Venían de una zona lacustre, la de Aztlán y llegaron a otra zona
lacustre, la del Valle de México lo que les permite adquirir un adiestramiento
técnico específico de este tipo de medio ambiente en el que el principal 159 Carballal, Margarita. Elementos Hidráulicos en el Lago México-Texcoco, en el Posclásico, Arqueología Mexicana, Vol. XII, Núm. 68, 2007, p.23
221
componente es el agua, lo que influyó en forma determinante en los tipo de
agricultura existente, la tecnología empelada, la organización social, porque el
medio físico determinó en gran medida aunque no totalmente el medio en el que
se vive, así como la fuerza productiva que se debe crear por las necesidades
impuestos por ese medio y no por actos voluntaristas y arbitrarios de las personas.
Por ejemplo, en estas condiciones fisiográficas debieron desarrollar las artes de la
pesca, fundamentalmente.
Dentro de las obras importantes que hicieron los mexicas, destacó la introducción
de aguas que provenientes de Chapultepec, llegaron a Tenochtitlán "pero la
laguna de Texcoco era la más baja de la cuenca y en consecuencia cuando caían
fuertes lluvias crecía sobremanera por la precipitación misma, por el aumento del
cuidado de los ríos y porque los otros lagos, más altos vaciaban su sobrante en
ella. De la misma manera que el agua anegaban las chinampas y aun las casas y
algunas ocasiones, así también en otras retornaban escasas, se retiraban, a
causa de sequías y de hambrunas. Por otra parte, no eran aguas propias para
beber. Los manantiales de Tenochtitlán eran pocos -tres a lo sumo- y no bastaba
para las necesidades diarias de os habitantes ni para las obras".160 Por ello las
crónicas hablaban de grandes lluvias con inundaciones, terribles sequías, lo que
explica la construcción de un dique, dirigido por Nezahualcóyotl, para contener las
aguas salobres de Texcoco.
Desde el punto de vista físico, Tenochtitlán es un conjunto de lagos, lagunetas y
160 García Quintero, Josefina. México Tenochtitlán y su Problemática Lacustre. UNAM, México 1978 123 p., p.84
222
ríos que se localizaban en una cuenca y esta combinación de factores determinó
la vida de la ciudad hasta nuestros días, pues estaba sujeta a las vaivenes de las
inundaciones, de diferente severidad, pues los depósitos de agua estaban
ubicados a diferentes niveles de tal manera que cuando el Lago de Texcoco crecía
en sus niveles, la derramaba sobre las otras lagunas y provocaba grandes o
medianas catástrofes, que terminaban por anegar las superficies sembradas y
habitadas.
Los que sufrían las consecuencias mayores eran las superficies habitadas por los
calpullis que se encontraban en las partes bajas y por lo tanto, las más
vulnerables. El propósito central de las obras hidráulicas que se construyeron
teniendo a los indígena como la principal fuerza de trabajo y a los pueblos
ribereños como los grandes tributarios de materiales, como piedras, madera,
consistía en tratar de crear un sistema de "esclusas", que funcionara como un
gigantesco sistema de regulación de las aguas, de tal manera que se protegieran
las zonas bajas de los excesos de agua que había en las partes altas.
Dijo Villalobos que "la acumulación de materiales en una enorme masa granular
(tierra, arena, grava o piedra) natural o artificialmente depositada, conforme un
plano encapado, o talud sobre cuya superficie el material no se desliza; el ángulo
que generó respecto de lo horizontal le llamamos ángulo natural de reposo del
material y a la superficie del talud le llamamos plano de apoyo.
Independientemente de las dimensiones o elevación de esta acumulación, así los
223
materiales así dispuestos se encuentran en estado consolidado o compactado, la
figura resultante no solo es de gran solidez, sino indeformable. La progresiva
acumulación de tierras generó sucesivas compresiones sobre la superficie donde
se coloca y forma taludes de escasa inclinación frecuentemente expuestos a los
agentes naturales del medio y consecuentemente a deteriorar por deformación.
Los constructores del preclásico aplicaron el principio de confinamiento de los
materiales, depositados a través de un eficiente sistema de corizas de piedras
colocando a manera de evolvente cuya función es sostener, desde el exterior, el
volumen de materiales que conforman una determinada plataforma o basamento",
dijo Villalobos, en tanto que la mampostería eran la combinación de piedras y
tierras y con la aplicación de la superposición de edificios se aplicó el principio de
la economía constructiva".161
El principio de la progresividad estaba presente en las distintas fases de las
etapas constructivas: desde los materiales de paja o carrizo, hasta los taludes, o
tableros repujados con mampostería y bellamente decorados. Se observó un
avance notable, por ejemplo, entre los sedimentos encontrados en torno a la
pirámide de Cuicuilco y los que se encontraban en el Valle de Teotihuacán y más
adelante en los cimientos del Templo Mayor. Las masas de materiales
encontrados eran acumulaciones de piedra y lodo, los taludes o tableros
sumamente sencillos y muchos de ellos desaparecieron, sin ningún decorado, lo
que indica un notable atraso del crecimiento de los materiales y de la tecnología
constructiva, así como un escaso desarrollo de la arquitectura.161 Villalobos Alejandro. Las Pirámides, Proceso de Edificación, tecnología Constructiva Mesoamericana, Arqueología Mexicana, VI, XVII, núm.101, 7 p.4
224
Los materiales eran "confinados", dijo Villalobos, es decir, simplemente
amontonados y protegidos con carrizo para que no se dispersaran, habiendo
observado distintas capas de materiales lo que confirma también que fueron
hechos en diferentes etapas. La pirámide representa la planeación más elevada
del trabajo humano de toda una colectividad o de varias colectividades y reflejan la
intensidad del mismo, los volúmenes de los materiales acumuladas y por lo tanto
se trató de trabajo social.
En torno a Mixquic, se dijo que inicialmente había sido un islote del antiguo lago
de Chalco en donde había existido un importante grupo de cazadores-recolectores
que impulsaron un proceso de domesticación de las aplantes desde hace 7 mil
años y tenían una dieta basada en el consumo de maíz, calabaza y chile. En la
época del esplendor de Teotihuacán, la zona tuvo un gran desarrollo de la
agricultura de tierras anegadas y había una gran abundancia de recursos
lacustres; los mixquicas eran vecinos de los pobladores de Cuitláhuac y de
Xochimilco y para el año de 1500 D.C., era una ciudad-estado.
En relación con la estructura social, el 90% de la población estaba conformada por
macehuales que no tenían acceso a la tierra, que no eran propietarios y el resto o
sea el 10% por pipiltin, que eran propietarios y el representante del estado era el
tlatoani, que es el legítimo propietario de las tierras y quien las distribuía a quien
fuera necesario.
Existía una relación muy estrecha, entre los pobladores de Mixquic, con los de
225
Chalco y Xochimilco al grado de constituir, en la vida real, un solo conjunto
económico y social pues habían tenido el mismo grado de evolución. Eran los
pobladores recolectores y cazadores, después formaron aldeas y más tarde
poblaciones más grandes pero no obstante haber recibido la influencia civilizatoria
de Teotihuacán, Mixquic tuvo un desarrollo relativo menor. Ubicado en el lago de
Chalco, tuvo lo que se llama una vida lacustre y por ello se trata de pueblos
similares a los que se localizan en las riberas de los lagos de Texcoco y México.
Son estructuras económicas similares, teniendo a las chinampas como la espina
dorsal de su producción social y a la fabricación de objetos de tule, que los había
en gran medida. El hecho de vivir en forma contigua en lo que se llaman tierras
anegadas, propició la extensión de la agricultura de almácigos que se podían
trasplantar y cambiar de un lugar a otro. Se trataba, en fin, de pueblos de una
región que por sus características naturales, estaban intercomunicadas por la vía
marítima, siendo las canoas, el principal medio de transporte de alimentos y de
personas. Por ejemplo, se podía viajar en forma recurrente de Mixquic a
Xochimilco o de Mixquic a Chalco.
En virtud de las características fisiográficas de la zona, tiene razón Rojas Rabiela
pues se trataría de un sistema productivo general, compuesto por varias
subsistemas pues no solo había grandes depósitos de agua, lo que permitía una
caza y pesca abundantes y un intenso intercambio comercial por medio de diques,
canales sino también había montañas y cerros en donde existía otro tipo de
agricultura, la de terrazas, con varios sistemas de riego, como los descubiertos y
descritos por Ángel Palerm.
226
Entonces había dos tipos de agricultura, la de las chinampas y la de las terrazas,
cuyos volúmenes de producción se completaban entre si. Las dos agriculturas
eran de temporal, es decir, estaban sujetas y las variaciones de las precipitaciones
pluviales y otra que llamaríamos de "riego", aunque no podemos precisar sus
alcances. Palerm no hizo alusión a "grandes obras hidráulicas", grandes siempre
en proporción a las regiones de la época, sino a obras "medianas y pequeñas".
También en esas mismas proporciones, lo que hoy llamaríamos como "pequeña
irrigación", en términos modernos. El carácter lacustres tenía una ventaja muy
grande: había grandes puertas de entrada y de salida hacia otros poblados y
regiones, lo que facilitaba los intercambios comerciales y por lo tanto la llegada de
bienes, productos, de las regiones tropicales.
Carballal definió que la calzada de Tepeyac estaba hecha de piedra, tenía un
ancho de 10 a 11 metros, un espesor de 1.8 y tenía una dirección de norte a sur y
se ubicaba en el lago de México-Texcoco, el de Iztapalapa, era de piedra o arcilla
y teniendo en talud, con cercado 20 metros de ancho, 1.6 de espesor, estaba
ubicado en el lago de México-Texcoco, zona sur y una dirección de norte a sur; el
de Nonoalco era de arcilla, teniendo en talud, con un ancho de 15 metros, un
espesor de 2.10, estaba en el lago de México, zona oriente y su dirección en Este
a oeste. Estas calzadas tienen un registro arqueológico, pero había otros que solo
tenían registros históricos, como los de Tenayuca, con un ancho de 15 metros
ubicado en el lago de México, zona noreste, con una dirección noroeste. La de
Tacuba, con cerca de 22 metros, en el lago de México, oeste con dirección entre
noreste y la de Chapultepec, con cerca de 12 metros en el lago de México, con
227
dirección este sureste. Entre los objetivos que tenían estas obras, además de
frenar las inundaciones y controlar la entrada de agua dulce.162
Las principales materias primas empleadas en la construcción de las calzadas
eran la piedra y la arcilla y para ello necesitaron la aportación de grandes
cantidades de mano de obra, procedentes de los pueblos ribereños. Las calzadas
fueron concebidas, fundamentalmente, como medios de comunicación para
transitar de una parte de la zona a otra, empleando las canoas, como medio
básico de transporte. En ella se transportaban no solo los materiales de
construcción ya señalados, sino también, los tributos que llegaban a la zona,
procedentes de la provincia tributaria, para el intercambio comercial y claro está
para la movilización de las personas. Existen láminas que dibujan que había un
fuerte e intenso movimiento, en el caso de personas tratándose de las calzadas y
de los llamados subcanales de agua" que estaban adjuntos y que revelan que
Tenochtitlán era una ciudad lacustre, con las ventas y desventajas que esta
naturaleza tenía para el conglomerado humano que en ella habitaban.
Las calzadas, hechas de materiales perecederos, fácilmente estaban a merced de
las propias aguas de los canales las cuales las erosionaban y finalmente se
destruían. Los rescates arqueológicos que se han realizado en donde había estas
obras, revelan precisamente la existencia de grandes cantidades de piedras, las
cuales se fueron deslavando a través del tiempo, hasta convertirse en restos o
deshechos.162 Carballal, Margarita. Elementos Hidráulicos en el Lago México-Texcoco, en el Posclásico, Arqueología Mexicana, Vol. XII, Núm. 68, 2007, p.33.
228
Dijo Sugiura que el Valle de Toluca, en el río Lerma, había terrenos muy
productivos, las tierras eran cenagosas, tres cuerpos de agua y uno de ellos se
denominaba Santa Cruz Atizapán y "era un centro de control y distribución, tanto
de los recursos permanentes de las Ciénegas y la zona circundante, como de los
bienes obtenidos por medio del intercambio con regiones fuera del Valle de
Toluca. Las lagunas que existían eran las de Chignahuapan, Chimaliapan y
Chicnahuapan y se trata de ciénagas someras que se beneficiaban con el agua
que llevaba el río Lerma a una serie de volcanes entre los cuales mencionó al
volcán San Antonio, el Nevado de Toluca, que han tenido una importante
influencia en el clima de la región y se trataba de ciénagas que eran muy
productivas, mientras que la presencia humana se remonta a 5,000 años antes de
Cristo y siempre existía un estrecho vínculo entre las poblaciones humanas y su
entorno acuático, pero sobre todo había concentraciones humanas más
pequeñas.163
La estructura material del Valle de Toluca es similar a la de México Tenochtitlán
que era de carácter lacustre, como grandes depósitos de agua y terrenos
cenagosos y pantanosos, los cuales tuvieron el mismo destino, es decir, se
desecaron y hoy los conocemos solo por medio de hallazgos arqueológicos. Si se
observa, siendo una zona lacustre, como la de Tenochtitlán los recursos naturales
eran los mismos, como los tules, que permitieron desde los primeros tiempos un
alto desarrollo de la producción de cestas y canastas y la formación de grupos 163 Sugiura, Yoko, El Desarrollo de un Asentamiento Lacustre en la cuenca Alta del Río Lerma: El caso de Santa Cruz Atizapán, México Central, Revista de Arqueología Iberoamericana, 5, 2000. P. 128
229
especialistas. Aquí no se trataba de una cuenca sino de grandes planicies, junto a
las cuales había volcanes. Se trataba de tierras muy dúctiles en los rulares, era
muy difícil hacer grandes construcciones.
"Se trataba -dijo Rojas Rabiela- de un sistema compuesto de cinco subcuencas
con espejos de agua somera y fondos relativamente planos, con secciones
pantanosas y con lagunetas, que ocupaban entre 800 y 1,000 Km2 de superficie.
Esos cinco lagos adquirieron los nombres de las poblaciones vecinas más
importantes, cuya orilla se encontraba a una altura promedio de 2,240. El
conjunto, de alturas ligeramente diferentes, funcionaba como un sistema de vasos
comunicantes que confluían en el de Texcoco, el central y más bajo de todos. Se
encontraba artificialmente subdividido en dos por medio de un albarradón que fue
construido bajo la dirección del gran tlatoani acolhua Netzahualcóyotl. El vaso de
oriente, que se conocía como el de Texcoco, tenía sus aguas despejadas, era
salobre y sus bordes presentaban fuertes variaciones estacionales. El lago de
México ocupaba la parte occidental y era menos salino porque fue asilado con la
edificación del dique antes mencionado y de otros más pequeños a su alrededor,
así como porque recibía agua dulce de los manantiales del sur y de los ríos del
poniente. Lo anterior hizo posible que sus pobladores construyeran chinampas
agrícolas tanto en la propia ciudad de Tenochtitlán, como en sus inmediaciones.
En el sur se encontraban los dos lagos de agua dulce más importantes (Chalco al
oriente y Xochimilco al occidente), subdivididos también mediante la calzada-dique
de Cuitláhuac; se encontraban hasta tres metros más arriba que el de Texcoco.164
164 Rojas Rabiela, Teresa, Las Cuencas Lacustre del Altiplano Central, Arqueología Mexicana, Vol. XII, Núm.68, p.23
230
A pesar de las obras hidráulicas descritas y siendo la región un conjunto de lagos
que tenían una diferente altimetría y cualidades de aquí y estando integrada por
señoríos sometidos, aliados o tributarios de Tenochtitlán, no se desarrolló un
sistema hidráulico de compensaciones y de comunicaciones que permitieran una
amplia integración económica, social y política. Ello en gran parte debido a la
ausencia de la noción de nación que producían los tlatoanis quienes básicamente
fueron elementales para el regionalismo y el localismo, sobre la base del cual
toman muchas medidas que tienden a su consolidación y fortalecimiento y no a la
formación de una posible nación en la cuenca.
Afirmó Vaillant que a falta de tierras disponibles en el Valle de México, se inventó
la creación de chinampas para satisfacer el crecimiento de la población y también
con la aplicación de las provincias conquistadas en las que se impuso la
obligación de que las trabajen los miembros de las tribus vencidas y de esta
manera se podían sostener las grandes propiedades que se habían acumulado,
síntoma que aplica a los mexicas impuestos gravosos. "Tales propiedades
pasaban de padres a hijos pero en caso de que no hubiera descendencia volvían
a las autoridad tribal, no a la del clan de la que era miembro el beneficiario. Otras
tierras de esta clase deben de haberse dedicado al sostenimiento de las
organizaciones religiosas. De esta manera, las autoridades centrales de
Tenochtitlán y de la iglesia y el estado sin gravar los recursos del pueblo. La
flexibilidad relativa de semejante propiedad territorial daba a la autoridad central,
manera de ajustar desigualdades y agravios entre los miembros más ambiciosos
231
de ella". 165
Los distintos estudios regionales confirman que todos los poblados de la cuenca,
sometidos de una manera o de otra, ya sea por medio de la conquista militar o por
medio de una alianza política, contribuían al sostenimiento económico y material
de Tenochtitlán. ¿En qué medida o grado el intercambio de productos por la vía
comercial o por medio de la imposición de tributos; contribuir a abastecer el
mercado de consumo y en qué grado la producción de la Cuenca cubría este
abastecimiento? Son asuntos que es necesario aclarar y dilucidar porque de ellos
depende la confirmación de varias premisas básicas. ¿Había un mercado regional
debidamente constituido? ¿Qué grado de autonomía real tenían los señoríos de
Texcoco, Tlacopan, Chalco y Xochimilco? ¿Qué rasgos de identidad esencial
tenían todos ellos entre sí que permitieran hablar de una comunidad lingüística,
social y política? Lo que sí es posible confirmar con Valiant y otros autores es que
era una unidad con alto grado de desarrollo pero al mismo tiempo con varios
subsistemas regionales que no estaban integrados desde el punto de vista social,
quizá porque tenían antecedentes diferentes y distintos grados de evolución que
propiamente no permiten hablar de una nación mexica todavía. Una cosa era que
hubieran sometido a muchos pueblos y señoríos y otra muy distinta que aceptaran
comúnmente y voluntariamente una serie de lazos de identidad que confirmaran la
existencia de una nación.
Al describir la calzada de Tepeyacac, dijo Carballal, que iba del límite norte de la
165 Vaillant, George. La Civilización Azteca, Origen, p.108
232
isla hasta el cerro de Tepeyacac, habiendo encontrado 6 rellenos de piedras
sobrepuestas, utilizando basalto, tezontle, y las orillas estaban estacadas y con
muros de mampostería (durante la época colonial). Calzada de Tenayuca,
comunicaban a la ciudad de Tlatelolco con Tenayuca y tenía una longitud de 7
kilómetros, pero solo se han encontrado rastros coloniales; la calzada de
Nonoalco, comunicaba a Nonoalco con Tacuba y tenía 2 kilómetros, con cinco
rellenos sobrepuestos, se componían de arcilla y limos compactados en donde
había una combinación de arcilla y arena; la calzada de Tacuba, no tenía rastros
arqueológicos; calzada de Chapultepec, unía la calzada de Tlacopan y el cerro de
Chapultepec, encontrándose depósitos de agua y cañería y tenían terraplenes de
arcilla; la calzada de Iztapalapa, estaba estacada, con piedras y arcilla con taludes
laterales. Tepeyacac comunicaba en donde estaba el culto de la diosa Tonatzin y
estaba ligado tanto a la casa reinante de Atzcapotzalco y de Tlatelolco y también
tenía la función de señalar derechos de agua, mientras Tepeyacac cumplía
también una función de diques.166
La construcción de estas calzadas planteó la decisión estratégica de comunicar a
la ciudad lago con las regiones, las poblaciones que se encontraban fuera de
estos límites, que decía, se trataba de evitar que por cualquiera consideración,
medida, o accidente natural", la ciudad pudiera quedar alguna vez aislada. Ya se
tenían amplias relaciones, algunas de ellas hostiles, con todos los pueblos de la
comarca y las calzadas tenían el propósito de estrechar esos lazos políticos, que
también eran comerciales y guerreros. Había también el temor, justificado para las 166 Carballal Staedtler, margarita. Las calzadas prehispánicas en la Isla de México. Algunas consideraciones sobre sus funciones. Arqueológicas, Revista de Arqueología de la UNAM, Núm. 1, enero-junio, 989
233
trágicas experiencias del pasado, de que ante la presencia de lluvias torrenciales y
siendo todo México una cuenca endorreica, la ciudad quedara cubierta por las
aguas y perdieran todas sus ramificaciones importantes con el exterior, sufriendo
consecuencias catastróficas. En cambio, no tenemos elementos para afirmar que
desearan conformar una "potencia náutica" como la que hubo durante la Edad
Media lo que desmiente la existencia la idea de un estado.
Tortolero definió como arreglos especiales "del sistema hidráulico, previsto para
controlar las aguas y la circulación de las mismas por medio de calzadas, como la
construcción de puentes y canales o acequias hondas que iban de una ciudad a
otra y que en ocasiones penetraban hasta el interior de la zona habitada.
Mencionó algunas obras de señalada importancia como el acceso de las canoas,
hasta el palacio de los señores de Texcoco, la entrada de canoas hasta los
estanques de agua dulce y huertos de Iztapalapa, los estanques de agua dulce
para aves, el acueducto doble a Chapultepec, la distribución de agua a los
estanques, palacios y viviendas. Las obras hidráulicas tenían el propósito central
de evitar las inundaciones y por lo tanto los lagos se vieron como un mal,
concepción que siguió en la etapa colonial en que se considera la principal fuente
de enfermedades e infecciones, se comienzan a formular una serie de hipótesis
que exigían que esos lagos se drenaran, pero los indígenas siguieron
manipulando los sistemas hidráulicos. Así se realizó el desagüe del canal de
Huehuetoca, construyéndose un tonel de 17 km de longitud.167
167 Tortolero, Alejandro. Obras Hidráulicas en Tenochtitlán y Nueva España: Contraste entre el conocimiento ancestral y el colonial, UAM Iztapalapa., 23 p p9
234
Siendo la cuenca del Valle de México una cuenca cerrada, es decir, endorreica,
como las definen los geólogos, una de las principales funciones de las grandes
obras hidráulicas fue la de vigilar y asegurar la entrada y salida de personas o
embarcaciones, como una decisión de carácter estratégico para evitar que fueran
invadidas por fuerzas externas y con ello se suspendieron sus suministros, con el
riesgo de que perecieran de hambre. Esta fue una de las obsesiones de los
dirigentes y por ello trataron de asegurar que las canoas podían fluir libremente y
las poblaciones estuvieron comunicadas de una manera regular y permanente.
Esta preocupación por quedar aislada del mundo exterior también la tuvieron con
hispanos y por ello se pensó inicialmente a trasladar a la edificación de la nueva
ciudad a Coyoacán. La presencia de los conquistadores demostró la extrema
vulnerabilidad que tenía el resto limitado a 3 o cuatro calzadas de entrada las
cuales fácilmente podían se bloqueadas.
Recordó Trejo que aun florecía en la memoria colectiva de los habitantes de
Toluca, la existencia de una amplia zona lacustre; los recursos naturales que
había en la zona, como pescado, tule, patos, hasta recordar la desecación de los
lagos en la que "el agua simplemente se fue". Había pueblos "petateros" como
San Lucas o pueblos "tuleros" como San Mateo Tuxcalyacan y pueblos de
pescadores como Santa Cruz Atizapán.168
Si se parte de la consideración de que la existencia de grandes depósitos de agua
representaba un obstáculo para el desarrollo de la existencia humana, que 168 Trejo Sánchez, José Antonio, memoria Colectiva: vida Lacustre y reserva Simbólica en el Valle de Toluca, estado de México, Revista Convergencia, Ciencias Sociales, UAEM, Número 50, agosto 2009. p.39
235
enfatizaba en las labores agrícolas, no hubo un progreso suficiente, por ejemplo,
de la pesca y de la caza acuática, ni del transporte de la misma naturaleza. En
realidad, se buscaba "quitarle tierra al agua", es decir, construir chinampas para
efectuar siembras a la manera tradicional, siendo las dos actividades de carácter
secundario o complementario, como fue el caso de los petateros y de los tuleros.
Esta jerarquización sobre la importancia y viabilidad de los recursos naturales
disponibilidad se prueba pues una vez que los pobladores tenían una oportunidad,
desecaba los lagos y los patrones, reiterando que veían en el agua un
impedimento para una vida mayor. A pesar de que se realizaban tareas de pesca,
su dieta básica descansaba en el consumo de granos alimenticios y no de
proteínas de origen animal. Los pescadores, y las aves acuáticas eran un
complemento, ciertamente importante, pero un complemento al fin.
El ochpaniztli eran las fiestas de la siembra, el inicio del año, fiesta de la
renovación cuando se recreaban las tierras y se celebraban el nacimiento de la
dios del maíz, escribió Graulich. Indicó que dicha fiesta iba del 3 al 22 de abril y se
caracterizaba por la realización de una limpieza general, barrido en todos los
lugares, se pintaban de nuevo los edificios, la vegetación renacía y coincidía con
la temporada de lluvias. "Estaba dedicada a tres diosas: a la tierra, Toci, nuestra
abuela, el maíz representado por Chicomecoatl, 7 serpiente que es más bien la
diosa que preside al generación del cereal y finalmente el agua como Atlan Tonan,
Nuestra Madre del Agua. Al principio de la noche asimilada con la temporada de
lluvias, la tierra muere y renace como lo había hecho al principio de la era
236
actual".169 También coincidió con la fiesta de Tlacaxipueliztli, que era la fiesta del
"desollamiento de hombres", que era la fiesta de las cosechas.
Al preparar las tierras para el cultivo, se abre y se está "limpiando", se le quitan las
piedras, las ramas y otros objetos que se acumularon durante varios meses del
año y que con su presencia no sería posible que las semillas germinaran. Esta
labor de escarda equivale a la "limpieza" de las casas, "a los desollamientos" de
los seres humanos en los sacrificios rituales, en donde todo cambia, todo se
renueva, todo se depura para dar origen, de nuevo, a la aparición de la vida, en el
marco de una serie de actos sucesivos. Cuando la tierra se "limpiaba" había
alegría y preocupación a la vez, alegría porque se esperaba el inicio de un ciclo
productivo en donde habría alimento para toda la población con lo que se
aseguraba su subsistencia, y preocupación porque podía haber sequía o
inundaciones que hicieran fracasar estas expectativas, íntimamente ligadas con
esta etapa es el inicio también de la temporada de lluvias, de ahí la necesidad de
conocer las estaciones del calendario, pues con ello se garantizaría que las
semillas depositadas en los surcos, germinara. De no ser así, habría muerte y
desolación. De ahí la aparición multiforme de las deidades de la lluvia sin la cuales
simplemente no había vida.
Si había un elemento que aun no tenía un grado de progreso considerable; la
secrecía en la aplicación de los secretos "industriales", lo cual se observa sobre
todo en los casos de los artesanos del Palacio. Esto no era fácil lograrlo pues 169 Graulich, Michel. Ochpaniztli. La Fiesta de las Siembras de los Antiguos Mexicanos, Arqueología Mexicana, Núm.40. 2008, p.13
237
había artesanos independientes, es decir, trabajaban en los barrios y otros eran
itinerantes, es decir, fabricaban sus productos sin ningún asiento fijo, utilizando
incluso los intercambios comerciales.
Y Dijo Nezahualcóyotl: "los mexicanos que tienen por suya la tierra y toda la
laguna grande por la que han de andar todos, son muy crueles de condición, allá
buscan todo su menester, los pescadores andan ahí pescando, y cogiendo todo
género de aves, que la punta de la laguna es nuestra, que nadie dijo nada, que en
la laguna les hemos de dar una buena batería de guerra a estos mexicanos". La
historia describió que la de Tlatelolco había ido en defensa de la laguna y por ello
había hecho la guerra a los de Texcoco venciéndolos y después ellos, en calidad
de vencedores comenzaron a coger peces y toda clase de aves pero los de
Texcoco se molestaron y mostraron una pintura en la cual dijeron que estaban los
linderos y luego e presentaron lo señores de Tlatelolco y de Tenochtitlán y pararon
la canoas a sosegar los remos e hicieron la división del agua y se acordó que
desde el medio del cerrito del penal en derecha del oriente y todo aquella de la
parte del sur la cojan el señor de Tenochtitlán y dijeron a los señores de Texcoco
que ahí no tenían parte ni mando en la laguna.
Había siempre, como es natural, una serie de disputas por las lagunas ya que se
consideraban no solo como un receptáculo de peces para la alimentación humana,
de tule para fabricar cestas y otros artículos, pero también un medio de
comunicación de un pueblo a otro; podían viajar por ejemplo, del centro de
Tenochtitlán, del gran centro ceremonial o Teocalli a Texcoco o a Chalco, de
238
Tlacopan a Iztapalapa sin mayores obstáculos. Por medio de pactos y acuerdos
con los señores de la triple Alianza se podían recorrer toda la zona lacustre y de
ahí comunicarse con los señoríos independientes como Tlaxcala y viajar a
regiones aun más lejanas, contribuyendo a la creación de una unidad económica.
Al principio hubo conflictos con los tecpanecas de Atzcapotzalco y después con
los Tlatelolco, que se habían separado del mismo y después se suscribieron
pactos con Texcoco. Si en una primera etapa fueron las lagunas motivo de
discordia y de enfrentamientos, después se convirtió en una causa de unidad,
siendo este un germen de una cierta nacionalidad: la defensa común de un
importante reservorio de recursos naturales e importante vía de comunicación con
todos los pueblos ribereños.
Horcasitas hizo referencia a la antigüedad que tenían las explotaciones que
databan de unas minas situadas en Tierra Caliente, durante el periodo de
Canzanco, pero había otras en Guaraxo, Churumico, Penjabarato, Coyuca,
Tancitaro, Periban, Inguarán, Oropeo y desde luego reconoció que el desarrollo de
las técnicas metalúrgicas había sido impulsada por la difusión cultural procedente
de Perú, Colombia, Panamá y Costa Rica, pero solo mencionó, como un
testimonio de estos cambios, la carta de Rodrigo de Albornoz en la que afirmaba
que indígenas sudamericanos llegaban a esas grandes piraguas" a estas tierras".
En relación con las técnicas empleadas mencionó los braseros en los cuales se
fundían los metales, los martillos para aplomar el metal, crisoles y cazuelas para
fundir el metal, instrumentos punzantes para repuje, mazos de piedra que se
utilizaban en los socavones artificiales y a cielo abierto y desde luego el uso de
239
martillado y con él se facturaban joyas, cuentas de collar, placas, bezotes,
orejeras.170
En realidad, García Quintero describió a Tenochtitlán como una compleja red de
acequias, canales, acueductos, calles de tierra y agua que permitían no solo evitar
inundaciones sino también contar con tierras firmes y proveerse de alimentos y
también había muchos embarcaderos para poder estacionar las canoas las que
conducían a los mercados. Dijo que las tres calzadas principales -Iztapalapa,
Tepeyacac y Tlacopan- "eran vías de entrada a la ciudad, estaban todas hechas
de piedra y tierra y bastante levantadas sobre el nivel de las aguas". Había otras
calzadas que unían a Mexicaltzinco con Coyoacán y que separaban las aguas de
las lagunas de México de las de Xochimilco.171
El control y la regulación de las aguas fue una actividad que les llevó muchos
años, sin que se hubiesen podido alcanzar a plenitud esos objetivos pues la
ciudad siempre estuvo amenazada por las inundaciones y hasta se puede elaborar
un cronograma de las mismas y sus efectos destructivos entre la población, sus
bienes y sus centros habitacionales. Un mapa antiguo puede ilustrar que la ciudad
estaba comunicada por tres grandes calzadas y por otra de carácter secundario,
en medio de ellas el gran centro ceremonial y la distribución de las cuatro grandes
parcialidades o barrios. Toda la ciudad estaba intercomunicada por acequias y
calzadas y muchos embarcaderos, para que arribaran a ellos comestibles desde
sitios lejanos y así poder distribuirlos entre la población. Cuando había excesos de 170 Horcasitas Barros, María Luisa. Una artesanía con Colección Científica, INAH, México, 2002, 171.p.12171 García Quintero, Josefina. México Tenochtitlán y su Problemática Lacustre. UNAM, México, 1978, 123 p., p.112.
240
lluvias los niveles del agua se elevaban, los diques hechos de manpostería o de
adobe no resistían, cedían ante las aguas impetuosas y se anegaban las casas y
los templos. Estos rasgos indican que la ciudad era por lo tanto muy vulnerable y
que bastaba con clausurar las tres grandes avenidas para que pudieran ser
tomadas por fuerzas externas y de que era relativamente sencillo privarla de
alimentos, sometiendo a la población a grandes penurias.
Indicó Carrasco "que la especialización de las distintas ramas de la producción
estaban relativamente poco desarrolladas. La familia campesina producía no
únicamente solo sus alimentos mediante el cultivo sino que también atendía a sus
necesidades con otras actividades como el tejido a cargo de las mujeres y la
construcción de la casa familiar. Las actividades más especializadas se
concentraban en la producción de artículos de lujo para los sectores superiores de
la sociedad. La división del trabajo era en gran parte parcial y temprana; la
especialización comprendía únicamente parte de las actividades del especialista
en las distintas actividades se ejercían a tiempos distintos. En lo económico, esto
quiere decir, que parte de los artesanos eran al mismo tiempo labradores que
dedicaban solo parte de su tiempo a la actividad artesanal. En la política había una
especialización temporal en las actividades militares, ceremoniales y
gobernables".172 Concluyó que a pesar de la existencia de mercados, se trataba de
una economía natural en la que de pagos se hacían en especie o en trabajo pues
el hecho de que fuesen una economía de ese tiempo requería el uso directo de la
energía humana.
172 Carrasco, Pedro. La Sociedad Mexicana antes de la Conquista, p.21
241
Es importante destacar dos elementos del análisis hecho por Carrasco: se trataba
de una estructura económica natural, es decir, lo más cercana posible de la
estructura productiva primitiva, que había llegado a evolucionarse a grados
superiores en los que no existía el dinero, ni los símbolos monetarios, como
equivalente de los intercambios. La ausencia de estos signos revela que aun no
estaban en el grado de desarrollo de carácter mercantil, siendo el trueque el
principal mecanismo y el pago en especie la principal forma de remuneración. La
conquista hizo que evolucionaran estos fenómenos hacia etapas mercantiles,
aunque se trata de procesos que tienen un largo proceso de maduración y que no
ocurrió en forma homogénea en todo el territorio ocupado. Ser una economía
natural tiene muchas implicaciones económicas y sociales.
Estrada definió que Moyotla y Teopan fueron los barrios en los cuales los
tenochcas "ganaron" terrenos en el lago y que eran zonas de agua dulce
resguardadas por el dique de Netzahualcóyotl por lo que estaba muy cerca del río
de Xochimilco. En tanto, el lago (de Texcoco) tenía agua salada y era una zona
considerada como común a todos los pueblos ribereños pero después fue "el lugar
hacia donde se relegó a la población más pobre, migrante y pequeños
cultivadores".173 Además, se seleccionaron lugares especiales para que los pillis
edificaran casas con altares y techos picudos, además de tener basamento. Las
casas del resto de la población eran de un solo nivel, un cimiento de piedras y
argamasa o de piedra, lodo, muros, adobe y ramas de árbol y muchas de esas
173 Estrada Torres, María Isabel, San Juan Teotihuacán y Santiago Tlatelolco, p.37.
242
casas tenían puestos hacia las calles de tierra, las acequias, lo que facilitaba las
tareas de caza y de pesca y había un área para las chinampas la mayoría de las
cuales fueron despareciendo. Evolucionó la ciudad hacia usos habitacionales, los
tributos que se entregaban eran sobre todo productos primarios, sus habitantes se
dedicaron a actividades más redituables como las artes y los oficios a al
intercambio comercial y la administración y la guerra.
La forma de distribuir espacio temporal de Tenochtitlán que después se adoptó en
otras poblaciones estaba fuertemente influida por motivos religiosos y por la
composición social que tenían los grupos mexicas, la cual extiende a toda la zona
de dominación. Estaba por un lado las regiones destinadas a los estratos
dirigentes, a los encargados de las funciones religiosas y a los funcionarios del
gobierno, los cuales llegaban a niveles de magnificencia y esplendor, con elevado
grado de urbanización, propios de ciudades más evolucionadas y los de las
regiones destinadas a los macehuales y a otros grupos explotados que tenían las
condiciones materiales más reducidas para su existencia. Este esquema clasista
después lo reprodujeron las españoles al pretender crear las llamadas repúblicas
de indios separadas de las repúblicas de españoles prohibiendo que los naturales
penetraran en aquellas, salvo si iban a prestar servicios personales.
Siendo Tenochtitlan una isla rodeada de agua, como dijo Chavero, implicaba
muchos riesgos para quienes intentaran invadirla desde fuera y "mientras poco a
poco iban formando sobre las aguas de su ciudad se dedicaban a la pesca y la
necesidad los hacía comerciantes, comienzan entonces a introducir a la ciudad
243
madera y piedra y ya bajo el reinado de Huitzilohuitl, empiezan a usar trajes de
algodón. Constituyéndose, por decirlo así, en la potencia marítima del Anáhuac y
natural era que al dominar el lago, adquirieron el poder militar de sus aguas.
Organizó también Huitzilohuitl la táctica de las tropas por tierra y agua "y en
general la industria y el comercio habían tomado un gran desarrollo".
Se desarrolló la ciudad como una "potencia marítima" olvidando que la mayor
parte de los recursos naturales sobre los cuales se había edificado habían
provenido del exterior y que estaba muy dependiente de las dotaciones de
alimentos que también se les enviaban desde otras regiones comarcanas ya sea
por medio de tributos o por medio de los intercambios comerciales. El Códice
Mendocino ilustra muy claramente tanto las ventajas como las debilidades de la
economía lacustre; una de ellas era los productos de las piedras, que se
necesitaban para fabricar utensilios, las piedras preciosas, los ornamentos para
los jefes religiosos y guerreros y los productos de la tierra caliente. También tenían
una ventaja estratégica: ante la posible invasión de fuerzas exteriores se podía
neutralizar anegando las acequias y las calzadas, levantando las compuertas de
las calzadas ante cuya eventualidad quedarían aislados y derrotados.
Por su parte, Vítale advirtió que el concepto de la multilinealidad, si bien era
esencialmente correcto en la evolución de las sociedades, en donde cada uno
determina su especificidad "puede conducir a negar las tendencias generales de la
historia en función de un relativismo cultural abstracto. Adherirse a un
evolucionismo multilineal generalizado en todos los tiempos, incluyendo el
244
contemporáneo, significaría soslayar las interconexiones e interdependencia de
procesos que dentro de la diversidad, aceleran la continuidad y discontinuidad
histórica.174
Otorgando un tratamiento excesivo al utillaje lítico y otros elementos, sin estudiar
los factores económicos y sociales, es un serio error metodológico pues puede
implicar la negativa a reconocer la existencia de tendencias generales o
fenómenos globales en la sociedad humana, desde luego a no caer en
unilateralismos, actitud dogmática o a fijar plazos fijos. El citado utillaje es un
elemento, ciertamente importante y revelador de múltiples datos, acerca de la vida
de los individuos que habitaron esas comunidades, pero es tan solo un elemento,
el cual debe estar integrado al lado de otros igualmente o más significativos. Por
ejemplo, si el utillaje era muy primitivo y tosco se puede concluir, en forma
apresurada, que se trataba de poblaciones relativamente atrasadas, pero con
frecuencia se olvida la existencia de un factor dinamizador: el uso intensivo de
"mano de obra" lo que finalmente suplía la ausencia de artefactos líticos. Estos
son los casos de la construcción de pirámides o templos en que si bien no se
conocía el uso industrial de la rueda, ni los animales domésticos de carga, la
presencia de miles y miles de individuos podían transportar grandes cargamentos,
incluso a sitios de difícil acceso o ubicados en lugares distantes.
En la lámina VI de la Tira de la Peregrinación apareció los "calli" o "casa" de los
mexicas que representan el centro del cosmos y constituye un resumen desde su
174 Vitale, Luis. Hacia el Enriquecimiento de la Teoría del desarrollo Desigual y Combinado de Trotsky, 13 p., p.10
245
salida de Aztlán hasta ese momento, en tanto la lámina Vil se refirió a Tollan en
donde hay muchos tules y peces "lo que refuerza la idea de agua o lago; después
residieron en Atlillalacuyan por espacio de 27 años que significa "lugar donde el
agua entra en la tierra" y también en Apaxco y Atotonilco está presente el agua y a
partir de Pantitlán los cuatro personajes visten tilmas de franja; en Atotonilco
"calienta el agua en un fogón; en Cohuatillan ocurrieron dos hechos históricos: fue
descubierto el maguey y elaborado el pulque; los magueyes los trajeron de Chalco
para plantarlos en ese lugar, lo cual se describe en la lámina XIV y se dibuja el
plaztli o caña para extraer el aguamiel y se hizo el tlachiqueo.175
Después entraron a las zonas acuáticas indicando con ello que ya había llegado a
los linderos de la Cuenca en donde se enfrentaron a una realidad geográfica
totalmente distinta de la que habían enfrentado hasta el momento. De la zona
semidesértica a las regiones lacustres, de la escasez de agua a la abundancia de
este líquido, lo que plantea el surgimiento de nuevas tecnologías, entre ellas, las
artes de la pesca y la fabricación de canoas, como medios de subsistencia y de
transportes. Se abrió un abanico de posibilidades alimenticias con la siembra de
magueyes y la fabricación del pulque por lo que tuvieron acceso a una serie de
fibras vegetales para confeccionar vestidos.
"Después de varios años de copiosas lluvias, creció la laguna de Texcoco y la
ciudad de Tenochtitlán se inundó, no quedando seco ninguna de sus calles, la
175 Johansson Patrick. Tira de la Peregrinación o Códice Boturini, en Revista Arqueología Mexicana, Número 26, 2009, p.53
246
gente solo podía andar en canoas".176 Esto motivó, se dice en la Memoria, I
construcción de un dique, dirigido por Nezahualcóyotl, de unas 4 leguas, 12 mil
metros de largo por 20 de ancho, que comenzaban desde Atzacualco en el norte y
que iba a terminar en Iztapalapa en el sur, hecho de piedras y arcilla con una
hilera de empalizados y que tenían como propósito separar las aguas de la laguna
de Texcoco de las de México. Pero a pesar de estas obras que contribuyó a ser
menos salubre el agua y a mejorar los cultos siguieron presentándose hambrunas
y después se procedió a la construcción del acueducto de Chapultepec.
Esta obra fue de una gran importancia económica y social pues fue construida con
la aportación material que hicieron todos los pueblos comarcanos que hicieron
entrega de miles de morillos, de centenares de toneladas de piedra; las crónicas
señalan que se necesitaron miles de trabajadores estacionales, también
provenientes de los pueblos ribereños, lo que constituyó un derroche de
cooperación y de organización. Se demostró que Netzahualcóyotl tenía suficientes
conocimientos técnicos para darse cuenta que era necesario contener las aguas
que provenían de la laguna de Texcoco, evitando así inundaciones catastróficas
en el resto del sistema lacustre. Desde luego no se podían prever los volúmenes
de agua que el albarradón podía frenar. Se trataba de separar las aguas salobres
de las dulces y así resolver otro problema: un suministro regular de agua potable
para satisfacer las necesidades de los habitantes de los barrios o parcialidades,
del centro ceremonial y de los edificios administrativos para cuyo objetivo se
construyeron distintas obras. Visto en su perspectiva, las obras fueron
176 Memoria de las obras del drenaje profundo en el Distrito Federal, 4 Vols., México, 1973, T. II, p.40
247
insuficientes pues debieron haberse ampliado y mejorado; en un medio acuoso el
principal reto era de utilizar materiales que soportaran la erosión del agua.
En la lámina IV, según Johansson, de la Tira de la Peregrinación, se insistió en la
separación de los aztecas de los demás grupos. Entre los cuatro partidarios del
dúo; hay tres hombres y una mujer con tilma de tradición tolteca y calzan
sandalias; los mimixcas están acostados sobre biznagas y mezquites; el mezquite
representa el norte y la biznaga está relacionada con el agua; arriba de los
mimixcoani se encuentran volando un águila y se utiliza unas flechas y un arco,
una red para pescar. Entonces Huitzilopochtli les dijo: "ahora ya no os llaméis
aztecas, ya sois mexicas" y sus nuevos atributos del ser mexicas será el arco, la
flecha y la red; los mimixcoa están vestidos con atuendos de pieles.177
La descripción señala el tipo de plantas y de vegetales existentes propios de
zonas semidesérticas, pero todavía no se hace referencia a grandes depósitos de
agua. Sufrieron un proceso de transformación cultural e ideológica pues en la
medida en que transcurrió la peregrinación afianzaron con una mayor nitidez sus
rasgos de carácter azteca. Se les iban insuflando una serie de valores que
indicaban se trataba de un grupo humano que estaba destinado a realizar grandes
hazañas guerreras para conquistar territorio, es decir, ampliar los límites de sus
posesiones.
Se establecían la conclusión de que el anegamiento de las tierras de Tenochtitlán
177 Johansson Patrick. Tira de la Peregrinación o Códice Boturini, p.35
248
d e su laguna, se debía a los diferente niveles que tenía el resto de la algunas,
entre ellas las de Texcoco, como ocurrió con la inundación de 1382 en que se
mejoran muchas chinampas lo que provocó una hambruna. Describió la formación
de un limo que los indios recogían y que después vendían en los pueblos
comarcanos el cual servía como fertilizante y después consumía el axayacatl que
era una mezcla de hemípteros y huevéenlos que tenían alto contenido de calcio,
tiamina, hiacina y riboflavina. También obtenían pequeños peces, ranas y ajolotes,
y cazaban pequeños animales como conejos y tlacuaches.
De las hambrunas a las inundaciones, de las inundaciones a las hambrunas, tales
fueron los ritmos evolutivos de los grupos indígenas: con mucha frecuencia no
llovía lo suficiente y los ríos bajaban de las montañas y de las serranías no
llevaban suficientes caudales y por lo tanto no había líquido suficiente para cultivar
el maíz. Hubo ocasiones en que el Tlatoani tenía que abrir sus graneros y repartir
el maíz para paliar el hambre. Por lo opuesto, había frecuentes inundaciones por
lo que se anegaban las chinampas y por ende se perdían muchos cultivos. Estos
cambios drásticos, estas oscilaciones entre la escasez y la abundancia
demostraron que las obras de riego que se habían construido no eran suficientes
para mantener una cierta regulación o estabilidad y que la agricultura -principal
actividad y base de la estructural material- estaba sujeta a fenómenos sobre los
cuales los indígenas no tenían capacidad técnica para influir sobre ellos y
acomodarlos a sus necesidades. Ello comprobaba que a pesar del conocimiento
que se tenía a cerca de los fenómenos naturales, de los estudios que se hicieran
sobre las estaciones del calendario, la capacidad tecnológica acumulada no era
249
suficiente. La agricultura, su productividad dependía de los llamados fertilizantes
naturales, como el limo y otras sustancias que se encontraban en los suelos de las
chinampas.
Precisamente Trautmann hizo referencia a la construcción e balsas o chinampas
flotantes sobre todo en las poblaciones de Xochimilco, Chalco, Mixquic, Ayotzingo,
Cuitláhuac, Culhuacán e Iztapalapa, que se construían después camellones pues
se colocaban varias capas de plantas acuáticas y lodo hasta formar camellones de
20 a 25 varias de largo y de 6 a 8 varas de ancho con un espesor que sobresalía
un pie en la superficie del agua. "Sus características son el cultivo de almácigos y
el riego manual. La diferencia se halla en que los camellones aprovechan los lados
oblicuos, tratados más bien de cultivos de humedad, "destacándose su
construcción en el área de Texcoco y después aparecieron pequeñas parcelas".
Era frecuente que varios camellones pequeños se unieran para formar una parcela
de propietarios. En los documentos se mencionan unidades de propiedad de 10,
40, 80, 100 y hasta 600 camellones".178 Se trata de cultivos de tierras de humedad
de llamadas chiauhtlalli, construyeron los primeros en Tequixquiac durante la
peregrinación de los mexicas al Valle.
Al referirse a la "dinámica social", Castillo recordó que el Códice Florentino hacía
distinción de cinco tipo de casas, según la significación económica y social de
cada uno de sus poseedores, es decir, la casa del Tlatoani, que era "buena y
hermosa", la del calpixcalli, que era la del calpixque, en donde se quedaban los 178 Trautmann, Wolfang. Los Cultivos de Humedad en la Historia Mexicana, Boletín del INAH, Época 2, abril-junio, 1973, 3 p., p.2.
250
bienes del calpixque, después las casas comunes y corrientes, más todas las
casas de la gente humilde y al final las casas de los macehuales, pero al hablar de
los calpullis concluyó diciendo que no habían existido como entes monolíticos sino
que habían sufrido cambios y que ante la presencia hispánica, habían
desaparecido en muchos sitios y pensó que era una "unidad social típicamente
autosuficiente en la que se daban todas las condiciones básicas de la producción;
incluida las de la producción de excedente. Estas últimas entidades, como el
trabajo en común realizado expresamente para el emperador y dicho tanto de la
propia unidad social integral, como de la unidad superior encabezada por el huey
tlatoani".179 Indicó que precisamente las tierras del calpulli eran cultivadas para
cubrir el pago de los tributo y que se entregaba en usufructo a cada uno de sus
miembros y si tenía tierras vacantes se les ofrecía en arrendamiento a otros.
Al observar "un mapa urbano" de Tenochtitlán encontramos notables diferencias
económicas, políticas y sociales. Al centro se encontraban los grandes centros
ceremoniales en donde predominaba la fastuosidad y el poderío, estaban los
edificios administrativos y políticos, las casas de los altos dignatarios, de los
guerreros, los militares y los guerreros pero lo que hoy importa destacar es la
existencia de las casas de los macehuales y que se encontraban fuera del
perímetro oficiales y eran "casas comunes y corrientes" de paja y bajareque; había
un sector social "intermedio" compuesto por los calpixques y otros servidores.
Denotaba una sociedad jerarquizada, basada en los privilegios sociales que iban
desde el centro hacia la periferia.
179 Castillo, Víctor M., Estructura Económica de la Sociedad Mexica, según las Fuentes Documentales, p.75
251
Se trataba de una sociedad basada en la desigualdad la cual estaba legitimada
por los dioses que habían creado a los macehuales los cuales no podían cambiar
de estrato económico y social. Las mejores casas las ocupaban los dignatarios,
empezando por la magnificencia de las habitaciones del Tlatoani, descrita, desde
el punto de vista físico, por los cronistas españoles. El centro de la Ciudad
habitaba la divinidad en sus múltiples manifestaciones.
Al describir la mina de sal de Alahuiztlan, Guerrero, el especialista Besso-Oberto
encontró cuatro pozos en donde se extraía agua salada para obtener mineral de
sal los cuales tienen escalinatas y muros de mampostería; localizó una tecomate
con los cuales se extraía el agua salina que se acumulaba en ella. "Siguiendo la
rutina de Trabajo bajo una persona con uno o dos de esos tecomates, los llena de
agua salada y sale del pozo para permitir que baje otra persona a realizar la
misma operación. Una vez afuera, las salineras vierten el agua de los tecomates
en la llamada capota que está colocada sobre la maceta o y bases circulares,
hechas con piedras amontonadas. Una vez que los capotes están llenos de agua
salitrosa, el color de sal va reparando el líquido de los cajetes, a los que cristaliza
los minerales salina. Pero hay que llenar varias veces los capotes hasta obtener
una capa de sal que se puede raspar con una cuchara de corion. El mineral
raspado se va depositando en un ayate central de cada "maceta", el que se
denomina tenepantle, o "piedra de en medio". Cuando los tenepantles están llenos
de sal se pasa a un chiquigüite para recoger el mineral. El chiquigüite con la sal se
252
deja un rato al sol, a fin de que se escurra el remanente de agua, luego la sal se
pasa a un costal de ixtle o de fibras plásticas...".180
“Aunque faltan datos estadísticos detallados, si se puede asegurar que tierras y
trabajo se distribuían y combinaban para la producción en base a la organización
política y no como mercancías. Las ofertas de trabajo en el tianguis eran de
importancia mucho menor que el trabajo organizado en base a relaciones
familiares y políticas. No existía realmente mercado de trabajo de ningún tipo.
Igualmente sabemos que los ingresos de la clase dominante se obtenían en forma
de tributo y no como beneficios de la actividad mercantil. De este modo la
actividad de los mercados era secundaria respecto al sector político de la
economía. Todo lo referente a materias primas obtenidas de la cacería, de la
agricultura y de los minerales está sujeto a lo que se ha dicho sobre el régimen de
la tierra. Los instrumentos de madera como coas y telares, e incluso los útiles de
piedra y hueso, daba el sencillo nivel de la tecnología, eran medios de producción
de adquisición relativamente fácil. El control de ellos no podía continuar el factor
determinante para el dominio de la producción y de la economía en su totalidad.
La expansión del mercado y de los artesanos especializados no aparece en la
crónica como movimiento de grupos auspiciados y organizados por los señoríos
que los acogen", dijo Carrasco.181
Aunque casi todos los cronistas han hecho alusión al mercado de Tlatelolco y se
180 Besso-Oberto. Humberto. Las Salinas Prehispánicas de Alahuiztlan, Guerrero, en Boletín del INAH, Época III, 29, ene.-Marzo, 1980, p.21181 Carrasco, Pedro. La Economía del México Prehispánico, en Economía Política e Ideología en el México Prehispánico. p.62
253
han efectuado estudios sobre los pochtecas, su posición económica y social, sus
privilegios, no se puede generalizar esa importancia pues no había una economía
mercantil sino una economía basada en el trueque. Había un cierto tipo de
monedas, como las que estudió José Luis de Rojas, no se puede concluir que la
mayoría de sus actividades comerciales se desarrollaban bajo las equivalencias
de los signos monetarios. Quizá eran más importantes los mercados locales o
zonales, mientras que el de Tlatelolco es el paradigma de los pochtecas y un
reflejo de la tradición mercantil de esa zona. Las relaciones de intercambio están
en un nivel más bajo, que el nivel de la economía monetaria o mercantil para
enfatizar en los meros intercambios naturales. Carrasco tiene razón y por lo tanto
ubicó a esa sociedad en su justo nivel. No hay elementos informativos que
confirman la existencia de regulaciones oficiales en los mercados sino se trataba
de imposiciones desde el poder o desde la conquista. No había mercancías sino
productos.
Definió a los tianguis como un sitio de intercambio de bienes entre los productores
de distintos bienes de uso general y de poco valor y de las principales artesanías;
en este intercambio, dijo Carrasco, se utilizaba un cuasi dinero, cacao y mantas
como medio de pago y se trata de asegurar el consumo y no el lucro, los
regatones, al adquirir bienes para su venta producía una cantidad superior a la
invertida y por lo tanto tenía una utilidad y por lo tanto se trataba de "verdaderos
comerciantes" con capital mercantil, en tanto que los oztomecas eran
comerciantes que se dedican a viajar a lugares distantes "para traer bienes de lujo
que servían para el consumo del estamento dominante". Además de los bienes
254
con que comerciaban ellos mismos, llevaban bienes contribuidos por el rey y por
tanto se les debe considerar como sus agentes comerciales y en el comercio
exterior en donde se suele desarrollar el gran capital mercantil en sociedades
precapitalistas y puede pensarse que algo semejante apuntaba en Mesoamérica.
Las ganancias del tráfico se invertían en el patrocinio de ceremonias para subir en
la escala social. Es decir, la ética social de los mercaderes iba encaminada a
convertir la riqueza en rango, gastándolo en convites. Esto había de poner un
límite a las posibilidades de acumulación, incluso si pensamos que los pochtecas
actuaban dentro de un sistema de mercado libre". Para concluir que el poder
económico que podían acumular los pochtecas estaba subordinado al poder
político y puso como ejemplo a Cholula que fue un gran centro comercial y
artesanal gobernado por los mercaderes.
Aunque se hace alusión a la existencia de "dinero" en las relaciones de
intercambio en los mercados, sobre todo en los grandes mercados, este uso no
estaba generalizado en la sociedad; se trata de uso limitado o parcial, pues lo
predominante, lo básico, era la producción de alimentos y de otros bienes de los
macehuales y de las aportaciones que hacían los pueblos tributarios. Estos rubros
representaban los ingresos más fuertes de las autoridades indígenas y la fuente
de sus riquezas y poderío. Al referirse a Moctezuma, por ejemplo, no se hacía
referencia a una cierta cantidad monetaria, que se podía convertir en equivalencia
en moneda occidental. Sin duda, los comerciantes como sector social se fueron
desarrollado en la medida en que aumentaba la producción de bienes y servicio,
se incrementaba la población y a aparecieron nuevos oficios o se sofisticaban los
255
que ya existían. Este era un proceso que se encontraba en marcha, pero aun eran
muy lentos que los cronistas no registran la realización de operaciones mercantiles
de significativa importancia.
El aumento y la paulatina consolidación de los pochtecas inició un proceso que de
llegarse hasta otras consecuencias implicaba la formación de una estructura
monetaria basada en el intercambio con signos equivalentes. Pero a pesar de que
los comerciantes cada vez más adquirían un mayor poder y presencia en las
transacciones generales de la sociedad, su participación en la economía era de
carácter secundario y su significación en la estructura política todavía no tenía el
peso específico que en otras sociedades había alcanzado. Se menciona a los
pochtecas y se hacen evaluaciones de su desarrollo, como el estudio hecho por
Saignes, pero todo indica que la mayoría de las operaciones comerciales se
realizaba en forma libre y autónoma, es decir, en el marco de una economía
llamada natural. Al describir el mercado de Tlatelolco o el de Cholula se enfatiza
que la mayoría de los bienes que se ofrecían al público eran materias primas y
que en segundo término estaban los bienes manufacturados por lo que la
incorporación de valor, producto del esfuerzo humano, era muy incipiente. Tiene
razón Carrasco al afirmar "que las ganancias" eran muy pequeñas y que en todo
caso se trataba de obtener un mayor excedente de bienes naturales para luego
ser distribuidos a otras poblaciones o sectores sociales.
Indicó Carrasco que la economía era una "economía natural pues los pagos que
se hacían eran fundamentalmente en especie o en trabajo o utilizando el trueque.
256
"En una economía natural, la acumulación de excedente requieren organizar la
colección de la prestaciones de cada tipo de productos así como la organización
de los servicios personales para cada una de las actividades económicas que se
van a emplear. La productividad de los trabajadores era limitada y para acumular
grandes cantidades de bienes era necesario juntar los pequeños excedentes de
un gran número de productos. La falta de animales domésticos para el trabajo de
máquinas basadas en la rueda obligaban el uso intensivo de la energía humana; el
sistema productivo requería el trabajo conjunto de masas de trabajadores
dedicados a una misma obra y la cooperación simple y como la única manera de
realizar trabajos que exigían grandes cantidades de energía; muy especialmente
en las obras de construcción y en el transporte, todos estos rasgos requerían el
control de grandes masas de productores, bien fuera para extraer los excedentes
en especie o para organizar la cooperación para las obras públicas. El hecho de
que la especialización fuera de tipo temporal requería también una organización
del tiempo: las distintas actividades se tenían que realizar cada una a su tiempo y
los varios tantos de trabajadores se turnaban para prestar su trabajo".182
Los cronistas no consignaron la existencia de tabuladores de "salarios" que se
pagaran a los macehuales y otros trabajadores, en realidad no sabemos si había
un estipendio monetario alguno sino que las remuneraciones las había en especie,
es decir, tenían derecho a gozar de una parte de los bienes y productos que
generaban. El hecho de que no hubiese utensilios de trabajo de metal, ni animales
de carga, el cultivo de los cereales, su transportación, así como la construcción de
182 Carrasco Pedro, Cultura y Sociedad en el México Antiguo,., p.167
257
obras públicas, llamado cuatequitl, eran efectuadas en base a las aportaciones del
trabajo individual o lo que se denominara trabajo intensivo a falta de sustituir la
carencia de elementos tecnológicos que elevara la productividad. Cuando los
dirigentes tenochcas necesitaban una mayor disponibilidad de alimentos y de
materias primas, se modificaban las tasas de tributo hacia el alza, como lo
demuestra el Códice Mendocino o el llamado Códice Moctezuma que es una
actualización de los tributos. Además, se mantenía una existencia adecuada de
cereales y otros productos en los almacenes reales, lo que demuestra el
funcionamiento de un elemental sistema de regulación del mercado de
subsistencia.
Por su parte, Wright, al describir las estructuras arquitectónicas que correspondían
a las instituciones sociales, como fue el mercado, sobresaliendo los de Tlatelolco,
Texcoco y Ocotelalco que operaban todos los días y que cubrían las necesidades
de distribución de las subregiones. El concepto "mercado" tenía varios
significados, entre ellos, "el lugar donde uno vende algo", "el lugar donde uno
vende y compra", "comprar y vender", "vender", lugar de compras", "lugar de
vender". Este autor está sorprendido de la coexistencia de grupos nahuas y
otomíes lo que revela la existencia de una "cultura centromexicana relativamente
homogénea. 183
Al mencionarse la palabra "mercado" se refieren, en primer lugar, a un gran
espacio físico, como las que había en los países europeos, en donde se
183 Wright Carr, David Charles, La Sociedad Prehispánica en las Lenguas Náhuatl y Otomí, 13 p., p.8
258
realizaban muchas operaciones comerciales en virtud de la concurrencia de
muchos compradores. Si se registra la existencia de este tipo de establecimientos
los cuales se efectuaban uno o dos días a la semana, pero no representaba un
fenómeno importante en las grandes poblaciones. En cambio, nos referimos
nosotros a los "mercados" de las pequeñas poblaciones, o poblaciones medianas,
que también funcionaban uno o dos días a la semana en que se instalaban todos y
se realizaban la mayoría de las operaciones comerciales, las cuales se basaban
en el sistema de trueque, es decir, tantos morillos por un número determinado de
mantas. Al lado de estos "mercados" pequeños pero sobresalientes por su número
y las operaciones que realizaban, estaban los grandes mercados de las grandes
ciudades, que eran manifestaciones de la existencia de un "sector moderno". Pero
además, al margen de estas estructuras, pequeñas, grandes y medinas, estaban
la amplísima gama de operaciones individuales que se efectuaban entre sí o entre
los pulís y macehuales.
Broda también fue de la idea de que la sociedad mexica estaba muy estratificada
"pues había una polarización extrema de la población entre la clase dominante
que en las áreas rurales representaba apenas entre el 1% y el 10% de la
población, pero que no obstante detentaba todo el poder político y económico y la
masa de la población compuesta por agricultores, (campesinos libres, renteros,
terrazgueros y esclavos) pequeños artesanos y comerciantes que formaban la
población dominada y tenía la obligación de cultivar las tierra de sus señores y/o
entregarles el tributo. En los centros urbanos, la situación era algo diferente ya que
en ellos se encontraba la élite (compuesta por grupos intermediarios como lo
259
mercaderes importantes y los artesanos de lujo); allí la proporción de esta élite con
respecto a la gente común era considerablemente mas elevada. La base del poder
de la clase dominante era, en el área económica, su control sobre las tierras, los
trabajadores, el tributo que recibían y el control sobre el comercio. El tributo era la
forma principal de circulación de los bienes y estaban firmemente ligados al
sistema de estratificación así como a la organización política basada en ciudades
estado y señoríos integrados dentro del imperio mexica. Mediante el tributo el
estado mexica obtenía grandes excedentes de las poblaciones conquistadas que
se acumulaban en la capital del imperio".184
En el campo del tributo destacó la importancia económica y social que tenía el
trabajo de los macehuales que tenían que labrar la tierra tanto de los tlatoanis,
como de los pillis, aunque el tributo en especie predominaba entre los artesanos y
los mercaderes, pero se inclinó por considerar que los calpullis no implicaban una
posición "igualitaria" y "democrática" de sus miembros sino grupos humanos que
tenían diferencias sociales entre si.
Los estudios sobre estratificación que hiciera Broda y otros confirman que el
principal centro de control político que había era el que se daba entre la élite
gobernante, los pillis y el resto de la población compuesta sobre todo por los
macehuales y por los nuevos grupos de trabajadores que estaban apareciendo en
la estructura productiva. Sería importante sumar y los pillis por un lado y a los
macehuales por el otro, como se hizo en los estudios del padrón de Tlaxcala, para
confirmar que se trataba de una pirámide social en cuya base estaba la inmensa 184 Broda Johanna. Las comunidades indígenas y las formas de extracción del excedente, época prehispánica y colonial., p .234
260
mayoría de la población que tenían que hacer sus contribuciones en especie
(tributo) y por medio del esfuerzo individual (los cuatequil) y otros; en medio
estarán los sacerdotes, los militares de alto rango, los comerciantes y los llamados
"artesanos de lujo", aquellas que fabricaban piezas de jade, oro y plata, que
fabricaban trajes de guerreros, o que se dedicaban a la plumería de lujo; otros
funcionarios administrativos, que gozaban de una serie de privilegios, como la
exención de trabajar la tierra y que de una manera directa se beneficiaban con los
excedentes de productos. Para sostener el gran aparato de disminución que llegó
a su mayor amplitud, sofisticación y complejidad en el periodo de Moctezuma, no
era suficiente la producción directa de bienes y servicios de los vasallos por lo que
se tuvo que recurrir a los excedentes que producían los pueblos conquistados.
En referencia a los tipos de tierra que había en la Nueva España, Clavijero las
definió de la siguiente manera: las de la corona, llamadas tecpanllalli, reservadas
siempre al dominio del rey y que gozaban de usufructuarlas ciertos señores, estos
no pagaban tributo alguno pero "si tenían la obligación de componer y reparar los
palacios reales cuando fuese necesario y de cultivar los jardines del rey, corriendo
ellos con la dirección de la obra y los plebeyos de un distrito con el trabajo. Debían
hacer la corte del rey y acompañarlo siempre que salían en público, lo cual le
atraía mucha honras y obsequios. Cuando moría uno de aquellos señores, entraba
el primogénito en posesión de las tierras, con todas las obligaciones de su padre,
pero si se establecía en otro punto del imperio, perdía aquellos derechos y el rey
lo transmitía a otro usufructuario o dejaba la elección de este a cargo del común
de habitantes del distrito en que se hallaban la tierra. Las llamadas pillallis, es
261
decir, tierras de nobles, eran posesiones antiguas de esto, trasmitidas por
herencia de padres a hijos o concedidos por el rey en galardón por los servicios
hechos a la corona. Los unos y los otros podían enajenar sus posesiones, pero no
podían darlas ni venderlas a los plebeyos. Había, sin embargo, tierras de
concesión real pero con la cláusula de no enajenarlas, sino dejarlas en herencia a
sus hijos".185
Tanto las tierras de la "corona", como la de los "nobles" o pillis las trabajan la
mayoría de la población, es decir, los macehuales y no se precisaba si percibían
por ello un salario; los apuntes históricos confirman que a cambio de su trabajo les
daban una parte de las cosechas, con lo que se aseguraba la existencia física y la
reproducción de la fuerza de trabajo y la posibilidad de disponer de ella en las
siguientes estaciones de cultivo y cosecha. Lo que deseamos señalar aquí, era
que todos los miembros del pueblo trabajador hacían su aportación, aportación
sobresaliente, en el mantenimiento de los grupos de la élite económica y de la
dirección política de la sociedad. Todos trabajaban finalmente para beneficiar de
una minoría. Para mantener este orden y esta disciplina laboral contaba no solo
con el aparato punitivo sino también con el religioso y el ideológico que aseguraba
que era "justo" y "legitimo", este orden, que estaba en consonancia con los
planteamientos de la divinidad y que dicho orden era inalterable. Si era un orden
así querido y "santificado" por la divinidad, entonces los macehuales "no tenían
voz" y su única función en la sociedad era trabajar para el funcionamiento y
mantenimiento del orden jurídico y social vigente, basado en los privilegios y en
185 Clavijero, Francisco Javier. Capítulos de Historia y Disertaciones, México, UNAM, 1944,130 p., p.52
262
los beneficios de y para los pillis.
Uno de los cronistas que más influyó en la obra de Zorita es el monje franciscano
Francisco de las Navas, quien en 1540, según lo reveló Ahundt, fue enviado a la
región de la popoloca de Puebla en donde se habían dedicado a bautizar indios y
en 1553 se le transfirió a Cuauhtincha, en donde intervino en forma decisiva en la
fijación de la tasación de la región y escribió las Ordenanzas de Cuauhtincha y a
partir del mes de julio de 1578 fue guardián del convento de Tlatelolco y después
analizó una coincidencia que había entre el texto de Las Navas y los escritos de
Zorita sobre todo en materia de la reglamentación de la sucesión de los linaje y los
cuatro tipo de tributarios que existía, pero también señaló una influencia de fray
Andrés de Olmos quien realizó una investigación etnográfica de los indios de
México, Texcoco, Tlaxcala, redactó la colección de lo Huehuetllahtilli que son las
oraciones morales que usaban los mexicanos; de Pablo Nazareno, noble indígena
de Xaltocan y al establecer una concordancia entre los texto concluyó que la
exposición del sistema tributario era de gran importancia y estaba vinculado con el
sistema de dominación, en relación con la Suma de Visitas que escribió Zorita en
el que consumó su actuación profesional al respecto. 186
De los pocos textos importantes que se refieren a la estructura económica y a la
forma de dominación social y política, son los que escribió De los Navas en los
cuales se basó Zorita, la obra más completa que existe en la materia. Queda
confirmado que la imposición y el cobro de los tributos, fue uno de los 186 Ahundt. Wiebke, Edición Crítica de la Relación de la Nueva España y de la Breve y Sumaria Relación, escrita por Alonso de Zorita,p.6
263
instrumentos sobresalientes que utilizan los mexicanos para someter a los pueblos
siendo este un mecanismo de saqueo, de explotación de recursos naturales y de
utilización gratuito de la mano de obra. La fijación de los tributos, así como los
volúmenes o cantidades que se fijaban de ellos, era presidida por el uso de la
fuerza militar, "esto era necesario para alcanzar estos objetivos", pero había otros
mecanismo que hacían más flexibles las formas de expoliación, como los pactos o
las alianzas, o bien, los llamadas "aportaciones voluntarias".
Los estudios de caso que se han hecho reafirman que en realidad el sistema de
tributos, desde el punto de vista político, era una parte fundamental del sistema de
dominación global que el señorío tenochca había implementado en el Altiplano.
Navas, sin desearlo expresamente, vincula varias expresiones de la dominación
ideológica con la dominación política y económica, al dar a conocer algunos
textos, si se quiere breves, sobre el modo de pensar de los macehuales.
Observó Yoneda que en los mapas de Cuahtincha se habían utilizado distintos
colores para diferenciar los tipos de tierras, como por ejemplo, coztic y Tlapali, en
color amarillo, Xochipalli y Itapalli, color naranja, y Texotli y un tlapalli, color azul y
siguiendo a Torquemada dijo que "las tierras de los calpullis estaban pintados en
color amarillo claro, las de los principales con un color encamado y la tierras de la
recamara del rey con color colorado muy encendido. Al referirse a los personajes
que se encontraban dibujados, observó que la mayoría era del sexo masculino y
264
que estaban entados en sus icpalli, es decir, se trataba de personajes
políticamente importante como gobernadores.187
Los estudios del señorío de Cuautinchan, de la que en parte se alimenta la gran
obra de Zorita, confirman la existencia de una estructura material de la sociedad
idéntico en sus rasgos esenciales por lo menos en la región del Valle o del
Altiplano, aunque conviene hacer estudios comparativos de las regiones mixteca,
zapoteca, chiapaneca y maya entre otras, y lo más ambicioso sería que abarcara
la región mesoamericana para verificar y confirmar la extensión de ese modo de
producción. Los mapas que hizo Yoneda reafirman la importancia que se concedía
de las tierras, ya que sobre ellas se levantaban las estructuras políticas y sociales
que si bien puede registrar cambios y alteraciones, se mantienen en sus
elementos esenciales. La distribución de tierras tiene distintos y lejanos orígenes y
abarca desde la etapa en la que predominan la propiedad comunal, hasta las
distintas formas de propiedad estamental, en la medida en que surgen los grupos
organizados, los militares y los sacerdotes, que se separan en sus funciones y que
generan una serie de necesidades que imponen al resto de la población.
Habló Clavijero también de los "feudos" que eran concesiones de tierras que los
señores de México habían entregado a los chichimecas y acolhuas cuyos
dignatarios tenían una fidelidad "envidiable", un reconocimiento del supremo
dominio y la obligación de ayudar al señor cuando fuese necesario pero que dicha
institución no era perpetua sino que se renovaba cada año. "La tierras que se 187 Yoneda, Keiko. Los mapas de Cuauhtinchan y la historia cartográfica prehispánica, FCE, Ciesas, México, 1981,193 p
265
llamaban altepetlalli, esto es de los comunes de las ciudades y villas, se dividían
en tantas partes cuantos eran los barrios de aquella población y cada barrio
poseía su parte con entera exclusión e independencia de las otras. Entre ellos
había algunos destinados a suministrar víveres al ejército en tiempo de guerra, los
cuales se llamaban milchimalli o cacalomilli según la especie de víveres que
daban".
La clasificación de Clavijero es esencialmente parecida a la de Zorita y otros,
sobresaliendo las tierras comunes de los pueblos que eran propiedad de todos y
que se distribuían a los diferentes barrios con exclusión e independencia cada uno
de ellos. Estas eran tierras que producían para la subsistencia de la población,
sobresaliendo el interés de los dirigentes para asegurar esos suministros como
una condición indispensable para mantener la paz y la tranquilidad social. Ese
respeto para las tierras que eran propiedad y usufructo de los pueblos aparecen
en las primeras etapas de los grupos humanos. Sus clases dirigentes podían
distinguirse por su ferocidad en las formas de explotación del resto de la
comunidad, pero cuidaban de proteger los bienes indispensables para asegurar su
alimentación y su reproducción social.
Estaba vigente la forma de propiedad comunal, como la principal y casi única
forma y había penetrado en la conciencia social y en la vida íntima de las
personas. La propiedad comunal había demostrado su utilidad y su permanencia,
a pesar de los embates que a través de la historia había recibido ya pesar de la
aparición y de desarrollo de otras formas de propiedad. Esta situación provocó la
266
admiración de Clavijero y de otros ilustrados que se comprometieron en la defensa
de aquella forma de propiedad que está asociada indeleblemente con la vida de
todos los pueblos.
Sobre la ciudad de México, escribió Hernández:
"La laguna parece hervir con chalupas volando de aquí para allá a la ciudad y
llevando lo necesario para la vida de las poblaciones vecinas y limítrofes, que sólo
aquellos que son de los mexicanos exceden en número de cincuenta mil. Contiene
una y otra laguna en longitud cien millas y en latitud cincuenta, pero en circuito
ciento cincuenta. Dentro de ella hay más o menos cincuenta poblados, en no
pocos de los cuales sabemos que se han numerado cinco mil casas y en otros en
verdad más de diez mil. La parte de ella que es salada, abunda en nitro y en sal
por la naturaleza de su álveo y no por otras causas inanes que algunos soñaron.
En mi opinión la ciudad de México tiene un clima intermedio entre frío y caliente,
pero un poco húmedo debido a la laguna. En mayo empiezan las lluvias y duran
hasta septiembre; las temperaturas en estos meses corresponden a nuestra
primavera, entonces casi todas las plantas florecen y dan fruto. Los cuatro meses
siguientes se inclina algo a lo frío, desde febrero hasta mayo crece poco a poco el
calor como en tiempo estivo. El cielo es salubre en gran parte, pero debido a la
humedad lacustre, a veces predomina la podredumbre".188 Hernández también
hizo notar la gran cantidad de plantas diversas que había, las cultiva "porque se
producen dos cosechas anuales, hasta tres".
188 Hernández, Francisco. Escritos Varios, T.VI., p.71
267
Esta descripción reafirma la tesis de que en el Valle de México había una gran
densidad de población en el contexto de un breve espacio territorial, que no tenía
las condiciones más adecuadas pues se trataba de una región rodeada por
distintos cuerpos de agua, sin que se hubiese desarrollado un tipo de vida
lacustre, como sucedió en otras regiones del mundo que tenían estas
características hidrológicas. La variedad y la cantidad de recursos derivados de la
pesca no eran tan abundantes como para hacer depender la dieta de las
poblaciones ribereñas de esos consumos. En efecto, el Códice Florentino no
refiere la existencia de una gama amplia de peces, lo que impulsó a buscar, en
forma perentoria, otros alimentos como el maíz, el frijol, el chile o ají. Así el
consumo de carne de pescado y de animales acuáticos apareció como una parte
de esa dieta, pero no como la más importante.
Depender de la pesca en forma predominante no era factible desde el punto de
vista práctico pues con frecuencia las aguas salubres de Texcoco contaminaban
las aguas dulces de México, había desniveles notorios entre los lagos de la región
y la falta de un eficaz sistema de regulación hidráulica provocaba que hubiese
notables crecidas en ríos y lagos, pero también bajos de nivel, que afectaba la
producción piscícola, que así como podía aumentar, podía disminuir y por lo tanto
los suministros de esos alimentos no eran seguros.
Escribió Gómez que en los últimos tiempos de la vida prehispánica, se utilizaba la
moneda (el cacao) para comprar en los mercados todo tipo de productos y
268
mercancías, así como mantas, pero también se empleaban estas como medios de
pago y "así se empleaban las mantas de hilo torcido y por ello ya se percibía un
pensamiento abstracto unido a la producción de bienes y a la circulación
monetaria" y esta situación se acrecentó una vez que los pochtecas, ubicados en
el barrio de Tlatelolco, adquirieron una gran importancia, en la expansión del
imperio, es decir, cuando se inició el comercio a larga distancia. El título de
Pochteca estaba reservado a los miembros de las poderosas organizaciones que
tenían el cargo y el monopolio del comercio exterior. Este monopolio se conformó,
en gran parte, por la expansión política económica del estado azteca y por la
exigencia de ia nobleza producto del lujo, que estaba encabezado por el
Pochtecateuctli, que se encargaba de organizar y planificar los intercambios y
acostumbraba viajar en compañía de otros comerciantes de otras poblaciones, lo
que simbolizaba alianzas económicas, agrupándose básicamente comerciantes de
Tenochtitlan, con otros de Texcoco, Huexutla, Coatlinchan, Chalco, Xochimilco,
Mixcoac, Cuautitlán y Otumba.
Varios estudios que se han hecho en las formas de escritura y de lenguaje
confirmaron la aparición de crecientes expresiones de carácter abstracto, aunque
todavía estaban lejos de tener un lenguaje de esta naturaleza, propio de los
pueblos más evolucionados. La posibilidad de utilizar una serie de signos para
medir el intercambio de bienes y servicios refleja un grado de evolución de los
pueblos que estaban saliendo de la equivalencia del trueque. Usar el cacao como
signo monetario para algunas operaciones es propio de economías a escala y de
grupos sociales organizados que han superado las limitaciones del sistema
269
precedente que por sencillez y simplicidad tienen los pueblos anteriores. Era
relativamente fácil, sobre todo porque se efectuaban operaciones de intercambio
de poca monta, reunir un número determinado de productos para "pagar otros".
Esto podía realizarse, además, en mercados locales pero tratándose de mercados
muy lejanos, como los de las Costas de Oaxaca, era muy difícil que los pochtecas
en sus recuas llevaran muchos productos para intercambiarlos por otros. Según
los estudios realizados los montos, de muy diferentes tamaños, forman, calidades,
eran productos de una universal aceptación que lo mismo eran requeridos por los
miembros de las clases dirigentes, que para los macehuales y para otros
miembros del "pueblo bajo" pues todos tenían que vestirse según su condición
social.
En realidad, se describió como una leyenda la aparición de las primeras
chinampas pues Tezozomoc, rey de los tecpanecas, dio la orden a los mexicas
que construyeran una "balsa flotante" en la que pudieran cultivar maíz, chile,
frijoles, calabazas, tomates, bledos "surgiendo la idea de que dicha balsa" podía
"moverse" de un lugar a otro del lago, pero en realidad, no había tal movimiento.
Se ubicó la construcción de las primeras chinampas en el siglo XIII, o sea,
alrededor del año 1200, precisamente en la zona del lago de México. "Las
chinampas, en general, tienen una forma rectangular; son largas y angostas. De
largo pueden llegar a medir 100 o hasta 200 metros pero de ancho nunca miden
más de 10 metros. Tienen una superficie de 1000 a 2000 metros cuadrados.
Primero se buscaba un lugar donde construirlo en aguas poco profundas. Casi
270
siempre se trataba de encontrar un "cimiento". Así se llamaba a los restos de las
chinampas viejas que se aprovechaban para construir sobre ella la nueva. Desde
una canoa se zarandeaba el fondo de la cenega para ser localizado el cimiento.
Con estacas largas de carrizo se marcaban los límites del terreno seleccionado.
Con unos palos largos se zanjeaba el fondo del lago y alrededor del terreno
marcado. El lodo que se extraía del fondo se echaba sobre el cimiento. Así
quedaban unos canales que rodeaban los cuatro lados de la chinampa por donde
se transitaba la canoa. Para hacer propiamente las chinampas se escogía el
césped o atlapatacatl. Este era una gruesa capa de plantas que crecían en el agua
como el tule, el lirio, el chichicaste, el zacate. Las raíces de todas estas plantas, se
enredaban unas con otras, formando un colchón grueso, de 20 centímetro a 1
metro que flotaba sobre el agua".189
Así describió Miranda las tierras distribuidas a la nobleza: Las formadas por las
tierras denominadas generalmente patrimoniales que eran adscritas a las familias
y poseídos por su cabeza, las formadas por las tierras llamadas "fracciónales" que
eran las adscritas a un cargo o a un oficio. "En estas clases de tierra, los nobles
tenían, o cultivadores de la gleba (siervos, por hombres indígenas, mayaques) o
cultivadores libres (renteros). Tanto los unos como los otros les daban prestación
en especie, generalmente, una parte de lo que producían y servicios personales.
El tipo de economía denominado natural que imperó en todos esos pueblos, lo
mismo en la del centro que en la del sur, impuso la retribución de los funcionarios
con especies y servicios dado por quienes trabajan las tierras. Aclaró Miranda que
189 Las Chinampas, una Técnica Agrícola muy Productiva, sin autor, Árbol, Editorial, México, 1982,81.p12.
271
a los miembros de la clase gobernante les interesa disponer de personas que
pudieran proporcionar prestaciones, tanto en especie como en servicios, todo ello
con el propósito de dar satisfacción a los miembros de esa clase, de tal forma que
había dos clases de individuos, los "libres" y los "siervos".
Todavía está pendiente la realización de un estudio acerca de la importancia
económica y social que tuvieran los mayeques y los renteros para dar respuesta a
una serie de interrogantes centrales. ¿En qué medida estaba dislocada la
propiedad de los calpullis? ¿Cuál fue el impacto que tenía en la propiedad
comunal, si partimos de la consideraciones de que aquellos estudios en el terreno
de la propiedad particular? ¿Hasta dónde son sus límites? ¿Recibían ya un salario
y por lo tanto se podían considerar como trabajadores asalariados? La figura del
rentero despierta mucho interés pues tienen un gran parecido con el aparcero
porque se trata de un pequeño propietario. Los estudios que conocemos al
respecto son muy limitados: hacen falta análisis de los padrones indígenas que
ubiquen a cada agricultor y el papel que tenía asignado, así como la evolución que
han tenido en el tiempo. Se habla mucho también de los pagos de tributos en
especie y para ello se han realizado investigaciones muy importantes, pero se
requiere estudiar los llamados "servicios personales" de los cuales no conocemos
relaciones demográficas o estadisticas, que probablemente estén sugiriendo que
tenían un peso económico menor que los pagos de especie y que refirme la tesis
acerca de la existencia de una economía natural, mientras que el predominio de
los "servicios personales" nos estaría indicando que se trataría de una "economía
monetaria".
272
También Armillas hizo alusión a la existencia de sistemas de riego en el Valle de
Teotihuacán, basados en investigaciones que hizo Millon y después se refirió a las
construcciones de chinampas en Zumpango, Xaltocan y parte de los Lagos de
Texcoco, mencionando entre otros elementos, los semilleros indígenas "que eran
especies de fertilizantes, empleando el concepto "estercolar" o bien el uso de
excremento para fertilizar las tierras, así como la existencia de terrazas que eran
"montes escalonados". Describió uno de ellos que se localizaba en Texcoco,
algunas terrazas que estaban bien niveladas, que tenían muros de mampostería
hacia las cuales se llevaba el agua hacia las terrazas más altas; en cambio en el
valle del río de Nexapa, al sur de Puebla había zonas de regadío.190
En el Manuscrito Tovar se asentó que los mexicas entraban a Culhuacán y
comienzan a tratar con sus habitantes como hermanos y parientes y describe el
encuentro violento que después tuvieron con ellos para concluir que después del
mismo salieron de la laguna a "ganar tierra" y así pasan a Acatzintilla en donde
hicieron balsas con los cañaverales, espadañas y carrizales y de ahí pasaron a
Ixtacalo y a estando allí, "buscaron un sitio acomodado para poblar y fundar su
ciudad porque ya en la tierra no había remedio, por estar toda poblada por sus
enemigos y después encontraron un manantial y ya metiéndose en los
cañaverales de la laguna "cazaban muchos patos, ánsares, gallaretas, y otros
diversos géneros de aves marinas y tenido cuenta con los días de mercado, salían
a ellos en nombre de cazadores y pescadores y trocaban todo aquello por
190 Armillas, Pedro. Programa de Historia de la América Antigua, p.127.
273
maderas, por morillos y tablillas, cal y piedra, enfatizando que mientras tanto "ya
tenían hijos y nietos con los de Culhuacán". 191
Los grandes depósitos de agua disponían de muchas materias primas no solo
para pescar sino también para construir esteros, bolsas, redes, petates y otros, así
como, limo para fertilizar los campos, lodo para colocar en ellas las estacas de las
chinampas. En el Valle de Toluca se transformaron estas actividades en
"verdaderas industrias locales", así como en los Valles de Chalco y Ateneco en
donde se fabricaban cientos de esteras y petates que tenían distintos usos, sobre
todo para poder dormir en ellas los indígenas. Esta es una de los aditamentos
indispensables en las precarias viviendas de los barrios de los macehuales. Se
fabricaban bolsas o recipientes para guardar o transportar alimentos. Entre los
carrizales y los cañaverales se encontraban elementos materiales para construir
canoas, que fueron uno de los instrumentos de intercambio de productos y de
tránsito de personas. Había canoas de gran calidad que podían transportar
grandes volúmenes de bienes e incluso de personas de los sitios más lejanos de
la cuenca hasta el centro de Tenochtitlán. Otro de los recursos naturales
importantes era la pesca, pues los estudios que se han efectuado demuestran la
existencia de por lo menos 17 especies.
En el estudio que hizo Armillas sobre las fortificaciones afirmó que "las calzadas
que unían a Tenochtitlán con el lago de Texcoco estaban interrumpidas por
aberturas, cubiertas por puentes de madera fácilmente removibles "pero con
191 Manuscrito Tovar, p.27
274
anterioridad, cuando estaban establecido en Chapultepec protegieron el
asentamiento con hileras sucesivas y concéntricas de murallas de piedra, en tanto
que el tecpan de Texcoco estaba rodeado por una muralla cuyo lados norte y
occidental eran de piedra, mientras que el resto era de adobe con una altura que
variaba entre los 5 y 8 metros. También Atlixco estaba rodeado por un muro de
mampostería de cerca de 6.5 metros de alto; en Tepexi había un fuerte en lo alto
de una colina; en Cacaxtla había cinco fosos paralelos excavados en la roca y en
Michoacán se habían levantado líneas de fuentes y guarniciones; al sur del Río
Balsas, estaba la fortaleza de Oztuma y se trataba de "un cinturón redondo
formado por tres murallas concéntricas, cada una con un foso y cerca del
importante poblado de la mixteca, Coaixtlahuacan estaba el pueblo de Ingustería
ubicado en una meseta de 150 metros de elevación y rodeada por barrancos y en
el sur del estado de Guerrero estaban los pueblos amurallados de Tototepec y
Quetzaltepec en donde los accesos estaban protegidos por barricadas hechas con
troncos y piedras.192
El Manuscrito Tovar también se refirió a la ecuación que hicieron los mexicanos,
dirigida por Itzcoatl y Tlacaelel, a Xochimilco y sus consecuencias, se habían
repartido sus tierras entre los mexicanos y les mandó que construyeran una
calzada que conectara a México con Xochimilco. 193
La formación y consolidación de la Cuenca está constituida por un conjunto de
192 Armillas, Pedro. Fortificaciones Mesoamericanas, p.243193 Manuscrito Tovar, p.53
275
agresivos guerreros y alianzas políticas. Después de todo, los mexicas, procedían
del mismo tronco común que el resto de los pueblos que ya estaban asentados en
la zona y simplemente se "habían adelantado" en la búsqueda de tierras fértiles en
donde desarrollaron su gentilidad. Tenían el mismo númen fundamental, tenían los
mismos padres fundadores desde Aztlán, en consecuencia el mismo linaje y
estaban unidos, por lo tanto, por lazos de parentesco. Pero no solo se
encontraban a sus "hermanos" sino a grupos que tenían otros orígenes históricos.
La evolución de los acontecimientos permitía la construcción de una unidad
geográfica y política, integrada por medio de grandes calzadas para que de
manera conjunta permitieran enfrentarse con la "potencia del exterior". Así como
integrar a Chalco también lo hicieron con Xochimilco y lo comunicaron con el
centro de Tenochtitlán; primero los sometieron por medio de la fuerza, después
suscribieron una alianza política y les impusieron una serie de tributos, además de
que los obligaron a incorporarse a los ejércitos tenochcas.
Asoció Armillas la civilización en México, o sea, a la construcción de grandes
obras hidráulicas, a la concentración demográfica, la dedicación de un gran sector
de la población hacia actividades no agrícolas, un incremento de la eficiencia
agrícola y ahí floreció la urbanización en forma más rápida y temprana y ubicó
este florecimiento a la época de Cristo. "En el México central la urbanización a una
escala comparable en la que se encontrara allí a la época de los aztecas ya se
había alcanzado en los primeros siglos de la era cristiana y tenía una planificación
de la ciudad, como lo evidenciaba la metrópoli de Teotihuacán, en donde había un
área total de construcción continua de cerca de 500 hectáreas de los cuales una
276
séptima parte, estaba ocupado por los templos principales, sus dependencias y el
gran palacio si se cuentan los barrios de afuera, con construcción menos
compacta, la cifra podría elevarse a 700 hectáreas" por lo que estimó una
población urbana de 30 a 40 mil personas.194 Vivían dentro de la ciudad sobre
todo los sacerdotes y sus séquitos, los empleados de gobierno, los comerciantes y
los artesanos "pero los campesinos pobres no vivían dentro de los límites de la
ciudad, según parece".
"En principio nadie era propietario de un trozo de tierra. La tierra pertenecía
colectivamente, ya al calpulli, ya a las instituciones públicas, como los templos, ya
a la ciudad misma. No existía la propiedad privada del suelo, sino una propiedad
colectiva con derechos individuales de uso. La propiedad es colectiva, pero el
usufructo es individual. Todo adulto casado tiene derecho a recibir una parcela y
cultivarla. Desde el momento de su matrimonio queda inscrito en los registros y si
no ha heredado de su padre el derecho a trabajar un trozo de tierra, el calpulli
tiene la obligación de darle uno. Nadie puede quitárselo mientras la cultive, si no
está satisfecho con su parcela, puede pedir otra. Finalmente, a su muerte, y no
transmite la tierra sino el uso de ella, a su hijo. Sin duda, el calpulli conserva la
propiedad pero en la práctica el ciudadano que sucedía en el cultivo de la tierra su
padres o a su abuelo se sentía "en su casa".195
La mayoría de los autores coinciden en afirmar que no había propiedad particular
de la tierra en el sentido de la acepción occidental, es decir, que el titular podía 194 Armillas, Pedro. Desarrollo Científico y cultural de la Humanidad América, p.296195 Soustelle, Jacques. La Vida Cotidiana de los Aztecas en Vísperas de la Conquista.,, p.8
277
disponer libremente de ella, es decir, podía heredarla, venderla, dividirla, sin
ninguna taxativa, como si fuera una cosa absoluta. Ni siquiera los pillis podían
tener esta libertad pues en el caso de recibir una herencia de tierras, no podía
cambiarse de lugar de residencia del reino, porque perdía las tierras. Podía
disponer de sus tierras, pero tenía que respetar los otros tipos de tierras. Está muy
claro que las tierras de los calpullis y de los pueblos estaban entregadas solo en
usufructo pues tenían ciertas limitaciones. Por ejemplo, se aplicaba una "cláusula
de reversión" si durante una año el macehual no la trabajaba, regresaba al pleno
dominio del calpulli. Por todos lados existían formas sociales y no particulares,
como las propiedades de los palacios y de los templos. Por ello son muy
importantes las figuras de los mayeques y de los renteros, pues se salen de esa
tendencia general y al mismo tiempo anunció un dislocamiento posible de ese
modo de producción.
Al hablar del albarradón de Netzahualcóyotl que se empezó a contraer en el año
de 1450 después de las fuertes inundaciones que padeció la ciudad, Lorenzo dijo
que tenía una longitud de 22 km, 4 leguas, una altura de casi 4 metros y una
anchura de 6 metros y se trataba de una línea recta que iba desde la inmediación
de Iztapalapa, entre eta población y Santa Cruz Meyehualco, el oeste del Peñón
Viejo, hasta Atzacualco, el pie de la sierra de Guadalupe, haciendo notar que en
realidad se había construido a otros dos albarradones en esa época y se
colocaron muchas trancas construidas en línea.196
196 Lorenzo José Luis. Algunos datos sobre el albarradón de Netzahualcóyotl, Boletín del INAH, Núm. 10, 2 Época, julio-sept. 1974,3 p.
278
Consideró García Márquez que: "la Triple Alianza creó una infraestructura que le
permitió cultivar, almacenar y transportar los alimentos cuando esto era necesario
para lo cual fundó algunas colonias en las provincias de Cotaxtla. Curiosamente
los españoles conocieron estos pueblos cuando andaban en busca de comida y
las descubren con casas que "tenían muchas y grandes piezas, unas llenas de
cántaros de miel, de centli, de judías y otras semillas que comen y guardan en
provisión para todo el año. Los cempoaltecas se quejaron de que tenían que
entregar mano de obra para el cultivo de las sementeras y para servir en sus
casas. Además de las reservas de alimentos, otro motivo importante para
conquistar las provincias fueron los montos apreciables de tributo que entregaban,
principalmente, en textiles, que eran bien apreciados en Tenochtitlan pero también
en pieles, plumas, cacao y otros artículos de lujo. Las colonias establecidas en
Cotaxtla tenían cultivos en los que utilizaban mano de obra local y graneros para
almacenar el producto de las cosechas. La ruta que iba desde la provincia de
Cotaxtla hasta Tenochtitlan pasaban por Cuauhtochca y el Valle de Orizaba,
atravesaba el sur de Puebla tocando los sitios de Quecholac, Tepeaca, Cholula y
llegaban al valle de México por el paso de los volcanes".
El concepto político de la creación de la Triple alianza, que según Morgan, era una
Confederación de Tribus, ignorando el grado de desarrollo económico y social que
habían alcanzados sus pueblos participantes, es una estratégica de largo alcance.
No solo se trata de una alianza de tipo militar para enfrentarse con éxito a los
enemigos del exterior sino también para disminuir los conflictos internos con un
menor costo humano; es decir, realizar pactos o convenios de carácter pacífico
279
para reducir los grados de violencia que había desde que los mexicas llegaron a la
Cuenca. Se estaba creando una estructura más sólida que podía haber avanzado
hacia un estado, el estado del Valle de México, ya que se estaba haciendo cada
vez más compatibles las instituciones de gobierno de México, Texcoco y
Tlacopan, hasta avanzar hacia la formación de un Consejo Supremo. Pero lo más
importante era que se había formulado una estrategia general que consistía en
una combinación de formas de hacer política que iban desde el uso de la violencia
directa para someter a unos pueblos al pago de excedente, e integrar a otros, los
llamados señoríos independientes para que no fueran ningún peligro potencial y
contener a los señoríos hostiles.
En el llamado Códice o Matricula de Tributos de Moctezuma se hizo alusión a otro
principio central: la complementariedad de las fuentes económicas, no acordado
voluntariamente por las partes integrantes, sino impuesta por los grupos
dominantes, México, Texcoco y Tlacopan. Es decir, lo que podía producir un
pueblo, ayudaría a satisfacer las necesidades de otros pueblos que tendrían otro
tipo de productos y viceversa, con importantes reservas de alimentos en la ciudad
central, capaces de ir en ayuda de los pueblos que estaban en desgracia como
resultado de fenómenos climáticos.
En relación con los tipo de dominación, Zorita precisó que una vez que los reyes
de México conquistaban un señorío, "dejaban a los señores naturales de ellos en
sus señoríos y así a los supremos como a lo inferiores y a todo el común dejaba
sus tierras y haciendas y las dejaban su usos y costumbre en manera de gobierno
280
y para si señalaba alguna tierra según en lo que ganaban y que todo el común les
labraba y hacían sementeras conforme a lo que a cada parte se daba y aquellos
eran lo que le debían de dar por tributo, reconocimiento de vasallaje y con ello
acudían los súbditos a los mayordomos o persona que el señor tenía puestos para
la cobranza y ellos acudían con ello a las personas que les mataban los señores
de México, Texcoco, Tacuba" señalando que en la actualidad "los encomendero
tenían puestos personas para los cobro y de mano del señor lo recibían y
cobraban los oficiales de vuestra Majestad en los pueblos que estaban bajo su
real cabeza y los encomendero de lo que ellos tenían y así estaban todo los
señores en su gravedad y autoridad antigua muy bendecida de sus súbditos y
servían en su modo y manera antigua, que los encomenderos cuando no andaban
a su voluntad los tributos y servicios personales que les pedían y ponían un
macehual que no hacían más que lo que ello querían y lo mismo han hecho los
calpixques que eran unos hombres que tenían los encomenderos, puesto en sus
pueblos por hacer dar al servicio cada día y arrendando a otros y enviar gente a
las mina y hacer recoger los tributos y quitaban y ponían señores con muy gran
libertad todas las veces que se le otorgaba".197
Los pueblos y gobiernos que integraban la Triple Alianza tenían como base
material la agricultura (de humedad, de roza y tumba, de regadío, de chinampas)
coexistiendo todas estos submedios en un mismo territorio. Ese modo general
produjo un modo de producción que le puede denominar de aplicación de trabajo
intensivo ante la falta de utensilios metálicos, animales domésticos de carga, ante
197 Ahundt. Wiebke,Edición Crítica de la Relación de la Nueva España y de la Breve y Sumaria, p.165
281
la carencia de la rueda como aplicación amplia. Esta estructura produjo la
satisfacción de las necesidades de los productores pero también un excedente de
alimentos, materias primas, que se integraban en los tributos en especie y como
servicios personales. La absoluta mayoría de los miembros de las comunidades
eran labradores, lo que significaba la principal base de la mano de obra disponible;
solo una pequeña minoría se quedaba al margen de este esfuerzo colectivo.
El grupo hegemónico era el mexica, pero en virtud de que solo no podía
establecer las bases de dominación que se requerían en la Cuenca, entabló
alianzas con los pueblos de Texcoco y Tacuba y fija con ellos una relación que a
la vez que fue de sometimiento, también fue de colaboración y de respeto a sus
decisiones internas. ¿Tenían las tres partes integrantes un diferente grado de
desarrollo de su estructura material y de sus fuerzas productivas? Si, en la
vanguardia estaban desde luego los mexicas o aztecas, en segundo término los
acolhuas de Texcoco y en tercer término, el señorío de Tacuba. La formación de
un Consejo Supremo, compuesto en forma tripartita, a la manera de un régimen
federativo aseguraba el reconocimiento y la admisión de esa diferencia y la
complementariedad de sus recursos.
Para Sarmiento:
"Una parte del plus-producto generado en las unidades domésticas está destinada
al intercambio regional, posibilitando el acceso de la comunidad a bienes y
282
materias primas no disponibles en la región. El encargado de mantener el vínculo
con otras comunidades en un individuo o grupo representante que es mantenido
por su linaje y que debido a sus funciones políticas cada vez más especializadas,
tiende a no ser producto directo y a formar parte de los sectores privilegiados del
linaje. La diferencia social no se deriva desprestigio o de las funciones de
representación que tiene el grupo dominante sino a partir de la posibilidad que
tiene dicho grupo de controlar la fuerza de trabajo que le posibilita el desarrollo de
procesos de trabajo, conocimiento o grupos de individuos que repercuten en el
resto de la comunidad creando nuevas necesidades o generando nuevos vínculos
de dependencia. Una posibilidad de producir bienes exclusivos está dada por el
acceso a materias primas no locales que el grupo de élite intercambia como
estrategia diplomática comunal. Una vez producidos ciertos bienes o
conocimientos exclusivos, su distribución queda en manos del grupo dominante
que pueda estimular la creación de nuevas necesidades, incluso ideológicas,
utilizando elementos religiosos...".198
El Códice Mendocino, la Matricula de Tributos, las Relaciones Geográficas son los
principales documentos originales que nos permiten conocer, se quiere en forma
aproximada, las potencialidades productivas de las regiones y de los pueblos.
Indican que las principales actividad de los pobladores eran las relacionadas con
la agricultura, productoras de alimentos, cereales y de otras materias primas, las
cuales eran intercambiadas por productos metálicos y otras mercancías que no
producían. Uno de los recursos más apetecidos, sobre todo para la construcción 198 Sarmiento Pradera, Griselda, Tribus y Cacicazgos arqueológicos: Una discusión a cerca del origen de la estratificación social, en Boletín de Antropología Americana, número 27, julio de 1993, p.96
283
de habitaciones y edificios, para el cultivo, eran las piedras y la madera. Hasta los
pueblos que tenían gran disponibilidad de agua y que se concluyen podían
dedicarse a la pesca, tenían en las actividades agrícolas como la predominante.
El grupo dominante, y esto lo estudió Carrasco, es aquel que organizaba,
aseguraba y planificaba la fuerza de trabajo disponible, en referencia al grupo de
funcionarios que estructuraba los llamados servicios personales en la época
colonial. Muchos de los calpixques o mandones que ocuparon esos puestos antes
de la llegada de los españoles, fueron ratificados en sus responsabilidades ya que
era vital asegurar el ritmo de explotación existente, sin lo cual no podrían
alimentarse ni vestirse la población, ni por lo tanto habría excedente alguno para
sostener el aparato religioso, militar y administrativo.
Dijeron Marx y Engels que:
"las tierras pueden considerarse como instrumentos de producción En el primer
caso, cuando se trata de un instrumento natural. En el primer caso, cuando se
trata de un instrumento de producción natural y en el segundo caso, la propiedad
(propiedad territorial) aparece también como un poder directo y natural y el
segundo caso como poder del trabajo especialmente del trabajo acumulado del
capital. El primer caso presupone que los individuos aparezcan agrupados por
cualquier vínculo ya sea el de la familia, el de la tribu, el de la tierra; en el segundo
caso, en cambio se le supone, independientes los unos de los otros y relacionados
284
solamente por medio del intercambio. En el primer caso, el intercambio es,
fundamentalmente, un intercambio entre los hombres y la naturaleza, en el que se
trueca EI trabajo de unos por los productos de otros; en el segundo caso, tiene
que haberse llevado prácticamente a cabo la división entre el trabajo físico y el
intelectual. En el primer caso, el poder del propietario sobre quienes no lo son
puede descansar en relaciones personales, en una especie de comunidad; en el
segundo caso, la industria solo consiste en la división del trabajo y solo se realiza
por medio de este.199
Como dice Marx, en una primera etapa, la relación del hombre con la naturaleza
es directa y permanente, de carácter elemental, pues obtiene de ella los productos
que necesita para su subsistencia física, utilizando instrumentos de producción
sumamente rudimentarios o primitivos e igualmente no le incorpora valor agregado
a ellos. Por ejemplo, muchos de los alimentos y de las frutas se las come incluso
crudas y no tienen cuidado en guardar para las épocas de sequías o de cambios
climáticos. Pero en la medida en que se van incorporando al trabajo otro tipo de
utensilios y de valores de uso, la relación con la naturaleza se hace más compleja
pues ahora se pasa al cultivo de las plantas y a la domesticación de los animales,
sin esperar a que la naturaleza los provea de todo. Además ya no lo puede hacer
porque los grupos humanos tienden a crecer y por lo tanto necesitan de mayores
volúmenes de alimentos y de una permanencia de sus suministros a los grupos
humanos necesitan organizarse mejor y comienza a surgir los oficios y la
especialidades, pues mientras unos hombres se quedan en la aldea, otros se van
199 Marx, Engels, La Ideología Alemana, p.77
285
a cazar, pescar o recolectar frutos y las mujeres se dedican al cuidado de los
niños o del hogar y a las actividades agrícolas.
En relación con las instituciones llamadas interiores, Romerovargas habló del
calpulli rural que constituía la principal unidad territorial, economía, social, militar y
religiosa, pero se trataba de "pueblos" unidos por caminos que iban hacia el
centro. En él estaba el tecalli o tecohcalli, que era la casa de los señores y del
gobierno el teocalco, o templo; el petlacalco, o relaciones de abastecimiento de
alimentos y prisión; el calpixcalli, o almacén o casa de recolección de tributo; el
ithualli, servía para bailes y fiestas y actos públicos; el tlacxillan, o juzgado de
primera instancia y el Tlacochcalco o arsenal. Definió al calpulli como un conjunto
de familias unidas por ciertos lazos e integrar comunes que ocupaban
determinando extensiones de tierra y cada uno de ellos tenían su propio gobierno
encabezado por una asamblea llamada cohuayotl presidida por dos autoridades,
el calpule o administrador, y el teachcouh, hermano mayor, ejecutor e instrumento
de la juventud. "La base primordial de la organización era la familia, la que servía
de medida para la estructura total del estado. La mujer era considerada como
administradora de la familia y el hombre, el ejecutor. Las familias organizadas en
calpullis eran de dos categorías: pipiltin o tepilhea, que eran los principales o los
privilegiados y los macehuales, o sufridos, el pueblo común".200
La institución del calpulli, independientemente de que en otras comunidades
humanas, asuma otro nombre o sus características específicas estén sujetas a
200 Romero Vargas Iturbide, Ignacio. Las Instituciones, en Esplendor del México Antiguo, T. II, p.739
286
una determinada evolución, es una organización natural, es decir, los individuos se
unen por lazos consanguíneos, pues todos tienen un padre o un tronco común,
adoran a las mismas deidades, habitan un mismo territorio, tienen los mismos
consumos de alimentos. Parece lógica esta estructura pues se basa en rasgos
elementales que todos los pueblos tuvieron en los albores de su existencia. Los
pueblos mesoamericanos e indoamericanos no podían ser la excepción. Se
trataba de conjuntos o grupos de familias que se reagruparon para la defensa
común frente a los grupos rivales que estaban en el exterior o para lograr una
explotación más adecuada de la naturaleza, para conseguir más alimentos, para
pescar, para comer carne y tener una mayor disposición de lana y cueros o para
controlar las avenidas de un río, un arroyo o de una laguna. Los calpullis (con la
denominación que se ocupe) fueron la estructura básica fundamental, de los
pueblos indios, lo cual, como es lógico fue evolucionando. Esto lo dice Morgan,
pero no estudió esa evolución, reflejando el estado del conocimiento que había
hasta ese momento. ¿Por qué evolucionan los calpullis? Porque están formados
por individuos físicos, de carne y hueso, que tienen diferentes potencialidades
físicas, unos son más resistentes y aptos para el trabajo que desempeñan las
comunidades, mientras que otros son más débiles y su aptitud para el trabajo es
menor y por lo tanto esta diferencia natural se refleja en un acceso diferenciado de
los frutos del trabajo.
También Odile y Turner afirmaron "que el primer tipo de propiedad del suelo, es,
sin duda, tanto por su importancia como por su antigüedad, la tierra de los
calpullis. Su origen parece remontarse a la distribución del suelo, realizada por la
287
tribu o su llegada al lugar escogido para la fundación de la ciudad. Bajo esta forma
de propiedad del suelo se encuentra repartida la mayor parte de las tierras. Las
tierras de estas comunidades estaban a disposición de sus miembros pero no
pertenecían individualmente a cada uno de ellos sino al calpulli que constituía la
unidad social de referencia y que era quien repartía las tierras. La propiedad o el
derecho al uso, para ser más precisos, se asignaba personalmente o por lo que no
era transmisible o enajenable; el que poseía la tierra debía trabajarla y si no la
labraba yen dos años, se le advertía que lo hiciese porque de lo contrario se daría
a otro y así se hacía al término de un año. Quien abandonaba el calpulli
igualmente perdía todo derecho a la tierra mientras que aquel otro que no poseía
tierra alguna, tenía derecho a solicitarla al jefe del calpulli. Junto a las parcelas
individuales puestas a disposición de los miembros del calpulli, una parte de la
tierra era trabajada en forma colectiva y su rendimiento estaba destinado al
sostenimiento del jefe del calpulli, el calpullec y para el pago del tributo del señor
Supremo".201
Tanto la distribución de las tierras como las formas de explotarlas, eran también
"naturales" pues el trabajo individual o personal era totalmente insuficiente para
transformar los frutos que daba la naturaleza. Una persona podía tardar hasta
varios días en derribar un árbol, varias semanas para construir un dique o el cauce
de un arroyo. En cambio, si se juntaban todos o una parte importante de los
miembros de esa comunidad, las cargas de trabajo individuales se aminoraban,
los ritmos de trabajo se acrecentaban y los frutos eran mayores. Es consustancial 201 Roger, Odile y Turner Ernesto. Organización Económica y Social de los Aztecas y de las Culturas que Preceden, UAM, México, 1993,131 p., p.104
288
a los hombres, en sus etapas iniciales de existencia, tanto la propiedad comunal
como el trabajo a las existencias comunales y tienen pleno fundamento el trabajo
colectivo, mientras que el trabajo individual y la posesión individuales, son la
excepción o las particularidades específicas. Por ello Romerovargas en un escrito
poco citado por los antropólogos, demuestra que por razones prácticas u
operativas, las tierras que eran de la comunidad y del calpulli se entregaban en
usufructo a los individuos. En efecto no todos los individuos podían cultivar el
mismo pedazo de tierra lo cual hubiera sido técnicamente inusable, por lo que se
"asignan" a los individuos una serie de derechos, entre ellos el de cultivar las
tierras, pero no podían fraccionarla, ni menos aun, venderla y si no la cultivaban
en un plazo determinado, perdían ese “derecho” y las tierras se devolvían al seno
del calpulli. Esto confirma que el calpulli como estructura productiva comunal tenía
preeminencia por encima de los individuos.
Por su parte, Van Zantwijk definió el teuatli o señor "como el que ejercía la
autoridad externa de un conjunto de pueblos o de calpullis de alto rango y era
considerado como un mandatario superior. Pueblos o ciudades gobernadas por un
tlatoani tenían un rango superior en comparación con otras comunidades, guiadas
por jefes de menor prestigio. Los aztecas designaban a todo el aparato
gubernamental relacionado con el funcionamiento político del tlahtoamo con el
término de tlahtocayotl, o lo que se refiere el tlahtoamo".202 El concepto de huey
tlahtoani era un mandatario con autoridad externa que significaba gran
mandatario, rey o emperador, mientras que al que ejercen la autoridad interna era
202 Van Zantwijk, Rudolf. El Concepto de Imperio Azteca en las Fuentes Históricas Indígenas, p.207
289
el cihuacoatl y que más bien había tres linajes, los que gobernaban México,
Texcoco o Tlacopa que en realidad formaban una sola familia, mientras que los
mandatarios de Texcoco y Tlacopa tenían que ser hijos de princesas mexicanas.
La distribución de tierras de los calpullis, así como la asignación del "derecho de
usufructo" supuso que una primera etapa, la existencia de autoridades superiores
en su seno que se encargaban de vigilar que se cumplieran las normas
organizacionales y más aun cuando el número de miembros de aquella crecía en
forma importante. El conjunto de calpullis componía el pueblo, en la ciudad, hasta
formarse confederaciones de calpullis. Desde el punto de vista de los principios
orgánicos, el calpulli era el mismo si este era un "calpulli rural" o un "calpulli
urbano", empelando este término solo con fines explicativos, pero en su seno
había gérmenes o elementos que lo podían debilitar o descomponer, como
sucedió. Sorprende la similitud que había con los ejidos en donde las tierras se
entregaban en usufructo a los ejidatarios y no en forma de propiedad privada
completa, en que le propietario originario y fundamental es el ejido. A pesar de que
transcurrieron más de 300 años y surgieron formas de propiedad totalmente
distintas y opuestas a aquellas, el hecho de que en algunos solo se mantuvieron
hasta el siglo XX por lo menos demuestra que es una forma de propiedad creada
por los legisladores o creadores por decretos oficiales sino surgida de la propia
esencia de los grupos humanos y de ahí su actualidad.
Este autor, Van Zantwijk, definió a los calpullis como "grupos locales de
ciudadanos o campesinos gobernados por un jefe elegido de entre los miembros
290
de la familia noble o por un jefe militar en colaboración con otro jefe secundario
quien provenía de la misma o de otra familia noble o era elegido de entre otros
miembros del mismo grupo local. Además, los calpullis tenían un centro religioso-
ceremonial propio llamado Calpolca, que significaba casa grande y una serie de
santuarios menores. Un conjunto de cuatro, cinco o siete calpullis, formaban un
pueblo y un número mayor de ellos constituía ciudades. El concepto indígena de
gobierno local se basaba en el calpulli y a la vez el altepetl. El rango jerárquico de
ambas instituciones determinaba su funcionamiento como unidad básica del
sistema gubernamental indígena. Los calpullis como institución social y política
eran un legado de los toltecas y por eso su existencia se limitaba a regiones
dominadas o por lo menos fuertemente influenciadas por los toltecas en la época
de su grandeza. La familia noble de la casa señorial, teccalli, ejercía la autoridad
local sobre una clase de siervos que trabajaban sus tierras (mayeques o
macehualtin) a veces completados por esclavos o tlacotines en posesión de
miembros de la familia noble".203
Haciendo una abstracción, diremos, con Zantwijk que del conjunto de calpullis de
las "zonas rurales" y de las "zonas urbanas" emergen una serie de instituciones y
de autoridades políticas que fueron conformando una institución general. Primero
estaban los jefes militares y los jefes guerreros que en un principio concentraban
el poder, pero que después se fueron separando y diferenciando. Luego estaban
los teutlis que eran los jefes políticos supremos. Hasta aquí se trata de una
estructura política simplificada pues había un grupo de jefes y entre ellos se 203 Van Zantwijk, Rudolf. El Concepto de Imperio Azteca en las Fuentes Históricas Indígenas. Estudio de Cultura Náhuatl, Vol. 20,1990, p.203.
291
destacaba uno que era superior. Hay que precisar un nuevo concepto: no todas
las tierras de los pueblos estaban incluidas en los calpullis y no se puede afirmar
que un pueblo haya sido la suma de calpullis que lo componían sino que había
superficies de tierra al margen de esas estructuras, que eran propiedad de todo el
pueblo, del pueblo en su conjunto, el llamado altepetl. Esto nos hace pensar que el
calpulli, era, entre toros conceptos, una forma de organización para la producción
y no solo una forma de vida en general y que en el transcurso del tiempo se fueron
debilitando, mientras se fortalecía la propiedad de los pueblos. Los calpullis
podrían haber desaparecido como forma de propiedad y de tenencia de la tierra
que se basaban en lazos de consanguinidad pues se fueron haciendo cada vez
más laxos, pero no así la propiedad de los pueblos que se integraba por otros
elementos y que en muchas regiones persisten hasta nuestros días.
Bandelier consideró que primero se construyeron habitaciones, hechas con cañas
y barro y luego a medida que la media aumentaba de adobe y de piedra ligera y
"la idea comunitaria parece haber predominado entre los mexicanos todavía en su
periodo de mayor poderío. Así fueron y su número fue aumentando, la caza y la
pesca ya no satisfacían a la población y comienzan a crearse pequeñas huertas
artificiales o chinampas. Habló Bandelier de "grupos consanguíneos que fueron
constituyendo los calpullis y los terrenos denominados calpulalli" que eran
propiedad de esta como unidad, aun cuando las parcelas individuales eran
cultivados y utilizados por familias individuales. Por consiguiente la forma de la
tenencia de la tierra de los mexicanos en aquel periodo era comúnmente simple.
292
Las tribus tenían su territorio, el atlapetlalli, una extensión indefinida por la que
podían extenderse pero dentro de ese territorio los calpullis tenían y ocupaban las
porciones productivas, cada calpulli era soberano dentro de sus límites y
asignaban a sus miembros individuales para su uso, las parcelas menores en que
el suelo se dividía según su modo de cultivar. Por lo tanto, si los términos
atlapetlalli y calpulalli se consideraban a veces como idénticos es porque el
primero indica la ocupación del suelo y el segundo su distribución".
Bandelier confirmó la existencia de un proceso evolutivo en los calpullis al
observar la aparición de fenómenos que iban haciendo más compleja su
existencia, pero sin que se modificara la tenencia de las tierras, pues estas
siguieron siendo propiedad colectiva, apareciendo formas privadas como
excepciones o exenciones que después darían lugar a otras formas, como las
haciendas y los latifundios. En cada calpulli había una estructura gubernamental,
un señor en su casa o tecpan, al que había que trabajarle para asegurar su
manutención hasta que comienzar a pagar tributos. Esto rompía, sin duda, con el
carácter igualitario de los primeros calpullis, fenómeno que se demostró después
con la edificación de casas distintas, unas de mejor calidad que otras, que le
permitió concluir que no todos los calpullis eran iguales y que estaban creciendo
en forma diferenciada. Posiblemente este crecimiento se debía a la disparidad que
existía en la disponibilidad de recursos naturales pues habría "calpullis ricos" y
"calpullis pobres", que había ejidos pobres y ejidos prósperos. Se les pagaban a
los miembros del calpulli que trabajaban para el señor de la casa o tecpan lo que
suponía ya una cierta forma de apropiación de plus producto, todo ello, al margen
293
de la simplicidad de los calpullis originales.
Precisamente, Bandelier describió el proceso de crecimiento de los primeros
calpullis, la aparición de las casas oficiales en cada una de ellos, sus contactos y
relaciones con los grupos humanos del exterior, cada calpulli constituye su propio
tecpan. Continuaron funcionado los calpullis por parte de los individuos miembros
del mismo linaje, "hasta que el aumento de los negocios públicos les imposibilitó
trabajando ellos mismos, como lo hacían antes y esta tarea fue pasando primero y
sus hijos y familiares y después, cuando ellos fueron absorbidos por las tareas de
la casa oficial y los demás miembros del grupo de parentesco. No eran vasallaje
sino una remuneración por los servicios públicos de los jefes. Lo mismo ocurrió en
relación con el tecpan y sus ocupantes. Se apartaron algunas parcelas para el
cultivo en común, cuyos productos se destinaban exclusivamente a lo que
podríamos llamar "fines sociales". Así los propios miembros de las tribus, en forma
voluntaria, no solo crearon un impuesto sino que introdujeron un rasgo nuevo en la
distribución de las tierras. Pero el modo de la tenencia no cambió y no aparecieron
derechos de propiedad hereditaria a favor de los jefes y de sus descendientes". 204
Hizo notar que en un principio los aztecas había estado confinados a una pequeña
porción de territorio del lago y que solo tenía como posesión al cerro de
Chapultepec, pero poco a poco comenzaron a adquirir mayor experiencia militar y
más fuerza en se fueron extendiendo desde el punto de vista territorial y social.
Pienso que Bandelier amplió, precisó y enriqueció conceptos que Morgan no logró
204 Bandelier, Adolfo. La Distribución en la Tenencia de la Tierra, p.134
294
desarrollar, al incluir, por ejemplo, la figura del atlepellalli, como un concepto
general que pudiera abarcar a varios calpullis. Ello demuestra que el calpulli fue
una institución fundadora de pueblos y comunidades pero que no se quedó
estacionada o anclada sino que evolucionó con el crecimiento de la población. Es
interesante observar que en las crónicas históricas se insiste mucho en emplear,
en la primera etapas, el término de calpulli, pero después este se va diluyendo
para pasar a utilizar otros términos, como el de altepetl, dando la impresión de que
este era un concepto más amplio y los calpullis un concepto más restringido, pero
nunca desaparecido. La razón es la siguiente: en el transcurso del tiempo, los
descendientes de los linajes guerreros antiguos tendieron a debilitarse y a
perderse pues sus descendientes, cien años después ya no recordaban a sus
ascendientes, lo que se comprueba con el interés por describir los cuadros
genealógicos de todas las personas y el interés por precisar si descendían de pillis
o de macehuales, ya que si se traba del primer caso entonces eran descendientes
de la llamada "nobleza" y si era el caso del segundo, entonces eran del "pueblo
llano" y estaban irremediablemente condenados a trabajar para otros.
"El calpulli, dijo Bandelier, estaba dividido en parcelas particulares o tlalmilli que se
asignaba a cada uno de los hombres casados del grupo a fin de que la trabajaran
para su sustento y el de sus familias. Si una de estas parcelas quedaba sin
trabajar durante dos años consecutivos, volvía al calpulli para ser redistribuida y lo
mismo ocurría si la familia que disfrutaba de su posesión se separaba del grupo.
Los jefes y sus familias que por la naturaleza de sus tareas no podían cultivar ellos
mismos las tierras conservaban su derecho a una parte de la Tlamilpa en cuantos
295
miembros del calpulli. Otros cuidaban sus tierras por su uso y recibían el nombre
específico de pillallis. Los tlamilpa, tanto de jefes como de miembros ordinarios del
grupo de parentesco, (macehuales) eran por lo tanto los únicos extensiones de
tierra poseída para su uso por individuos del México antiguo".205 A la muerte del
padre, el Tlamilli pasaba a su hijo mayor, junto con la obligación de cultivarla, en
beneficio de todas las familias. Al referirse a los cargos dijo que ninguno era
hereditario, si bien había "algún derecho de asociación y que en general se
basaban las relaciones en el parentesco.
Esta descripción del interior de los calpullis apareció en las crónicas históricas y
confirman que se privilegiaba la existencia y el reconocimiento de las familias pues
cada jefe de la misma recibía una parcela la cual explotaba para su manutención.
No se trataba de una propiedad permanente sino de un usufructo pues si la
parcela no se cultivaba, se revertía al seno del calpulli y sus dirigentes podían
entregarla a otro individuo. Lo mismo sucedía cuando uno de ellos abandonaba el
calpulli para ir a radicar a otro. Cuando los vínculos del linaje o de la
consanguinidad eran sólidos pocos se cambiaban de un calpulli a otro, pero
cuando aquellas relaciones se fueron reblandeciendo por motivos de conflictos
armados o de guerras o de reparto de tierras, este fenómeno se hizo más común.
En este caso, el principal mérito era el trabajo desempeñado al margen del linaje
de sus antepasados, pensando que cada vez más se alcanzarían.
205 Bandelier, Adolfo. La Distribución en la Tenencia de la Tierra, p.167
296
Por su parte, Bandelier insistió en que en el interior de los calpulli, había "parcelas
tributarias", también llamadas "tierras de guerra" o "tierras escardas" y que si bien
la posesión de la misma seguía perteneciendo a los grupos de parentesco, sus
productos se destinaban al tributo. Señaló dos clases particulares: las tierras o
tecpantlalli, que eran las tierras de la comunidad, "cuya producción se destinaba al
sustento de los que trabajaban en la construcción, ornamento, y reparación de la
casa pública". Las tierras o tlalocatlalli cuyos productos estaban destinados a
cubrir las necesidades de los residentes del tecpan y estas tierras eran cultivadas
por turnos por los demás miembros de la tribu. "El espacio llamado calpulalli,
porque el calpulli el que lo poseía y ocupaba estaba en la tenencia colectiva. No
podía ser enajenada ni vendida y en realidad o hay indicios de la venta o trueque
de terrenos antes de la conquista. Sin embargo, si algún calpulli se debilitaba,
reduciéndose por cualquier causa el número de sus miembros, podía dar a
trabajar sus tierras a otro grupo similar y obtener su subsistencia de la renta. Si el
grupo de parentesco se extinguía y por consiguiente sus tierras quedaban
desocupadas, se agregaba a la de otro que tuviera menos de lo que necesitaba o
se distribuían entre los demás grupos. El calpulli en si era una institución
democrática: sus asuntos estaban en manos de jefes electivos, ancianos elevados
a esa dignidad.206
El calpulli era una forma de organización para el trabajo, para la explotación de los
bienes comunales, tanto hacia su interior como a su exterior. Todas las tierras
cultivadas para un fin o para otro, pero la especialización que describía Bandelier
206 Bandelier, Adolfo. La Distribución en la Tenencia de la Tierra, p.138
297
confirmaron la existencia de distintas formas de apropiación de los excedentes del
plus trabajo. En primer lugar, encontramos la parcela que se cultivaba para pagar
los tributos que se pagaban a los señores que desde el exterior los conquistaban y
dominaban y en segundo lugar, las tierras destinadas al señor que desde su
tecpan los gobernaban. Aquí se manifestaba una distribución, si se quiere
incipiente, del plus trabajo de todos los labradores. Implicó la consolidación de los
pillis que se comienzan a beneficiar en gran escala con el trabajo en general. Es
posible concluir que la aparición de estas formas de apropiación suponía la
existencia de una serie de beneficios y de privilegios a grupos minoritarios, lo cual
conspiraba con la naturaleza originaria del calpulli. Los que trabajaban, mantenían
y vivían en el tecpan, es precisamente este beneficio y estando consciente de ello,
se trata de mantener la tenencia colectiva de las tierras al no permitir que se
vendiera. En realidad, las operaciones de compraventa que nosotros conocemos
son de etapas posteriores, hechas por aportes externos como los españoles.
Bandelier, en sus notas, afirmó que las tribus del Valle tenían, diferencias
particulares en cuanto a a existencia de artes mecánicas, pero que en los
principios orgánicos eran iguales. Para fundamentar su afirmación de la existencia
de los calpullis en la ciudad e México recordó a Torquemada quien se refirió a los
4 barrios principales como grupos de parentesco o de grupos de consanguinidad.
Que dentro de sus límites el calpulli era soberano, mientras que Zorita afirmó que
las tierras de los barrios no eran de alguien en lo particular sino de la
comunidad.207
207 Bandelier, Adolfo. La Distribución en la Tenencia de la Tierra, p.167
298
Cada calpulli era independiente en su vida interna y este principio fue respetado
en el transcurso de la vida de los pueblos mexicas, hasta el periodo de
Moctezuma, no obstante que ya muchos de ellos se encontraban dislocados por
los intensos movimientos poblacionales que se registran en esta historia, los
desplazamientos de grupos humanos de una región a otra. Habían pasado 200
años desde la llegada de los grupos nuahuatlecas a la Cuenca del Valle y el
calpulli era recordado y respetado como una institución social sobre la cual se
había edificado la vida de esos pueblos, pero sobre todo por su carga de
religiosidad pues cada calpulli tenía un dios particular que presidía los destinos de
todos sus habitantes. Torquemada informa que las cuatro parcialidades que había
en Tenochtitlán son las mismas que corresponden a los grupos originarios, a un
calpulli, un barrio o una parcialidad. No obstante, la realidad es muy distinta pues
arriba de los calpullis ya había instituciones políticas con mucho poder que
tomaban decisiones que les afectaban, ya no por los Consejos de Ancianos que
gobernaban al lado del Señor de la Casa sino por un autócrata, el Tlatoani, que
concentra un gran poder político, social y religioso.
Opinó Bandelier que los calpullis que se basaban en el parentesco eran núcleos
que se podían autogobernar y que tenían un funcionamiento democrático, que
todos los miembros de la tribu estaban en pie de igualdad y que todos tenían una
participación igual en el gobierno y que más bien había delegados elegidos por los
grupos de parentesco. "Era por lo tanto un Consejo Tribal, los que constituían el
poder supremo y constaba de tantos miembros como grupos de parentesco
299
había". Tales puestos solo podían ser ocupados por hombres de reconocida
capacidad y reputación, que habían adquirido el rango de tecuhtli, de ahí su título
de tecuhtlatoco; "o señor que habla", reconocido en todo el México aborigen como
el cargo supremo. El lugar en donde se reunía ese Consejo era necesariamente la
casa oficial de la tribu o tecpan y se congregaban allí a intervalos definidos,
posiblemente dos veces cada mes mexicano de 20 días. En una sociedad basada
en el parentesco, no podemos esperar una división clara de los poderes del
gobierno, especialmente porque no había leyes escritas y solo regía la costumbre.
Las funciones del antiguo consejo mexicano no eran puramente legislativas sino
más bien una combinación de lo ejecutivo y de lo judicial".208
Antes de la aparición de grupos que tenían una serie de privilegios como resultado
de su posición en la Casa del Señor o Tecpan o del Consejo Supremo en que
ejercían funciones de dominio político sobre el conjunto de la población, el
funcionamiento de los calpullis era democrático en el sentido de que todos tenían
una base de igualdad material, aunque en el exterior de los calpullis, es decir, en
el concepto de los pueblos, se partiera de una profunda desigualdad, lo que
representaba por un lado los pillis, la minoría y por la otra los macehuales, la
inmensa mayoría. Pero en el interior de los calpullis todos era nominalmente
iguales pues todos tenían una parcela para cultivarla y las familias, todas, tenían la
posibilidad de mantenerse. Pero el hecho de que hubiese un grupo de individuos
que integrasen la Casa o Tecpan, que ejercen funciones de autoridad y que se
beneficien con tierras que no trabajaban directamente, generaba ya una distorsión
208 Bandelier, Adolfo. La Organización Social y la Forma de Gobierno, p.214.
300
social en beneficio de unos pocos. La elección para cargos directivos por razón de
los lazos de parentesco fue pasando a un segundo plano, para tomar en cuenta
otros requisitos y consideraciones políticas.
En cuanto al calpulli urbano, que era un barrio, y tenía tierras que estaban fuera de
la ciudad las cuales eran administradas por el calpuleh y había una serie de jueces
que se encargaban de vigilar a la familia que había en la comunidad. "Un grupo de
calpultin se federaban para constituir señoríos regionales a su vez autónomos y
autárquicos, presididos por un administrador y un ejecutor. Su organización,
aunque similar a la del calpulli, tenía mayor incremento en cuanto al comercio,
industria, educación, milicia, ciencia y arte. Constaba además de calpultin urbanos
en la cabecera y de calpultin rurales y las que protegía y asociaba. Generalmente
tenía costumbres o derechos similares y sus jefes y representantes y miembros
del consejo supremo de la Federación. Sus obligaciones para con el estado eran
fundamentalmente prestar ayuda militar o de servicio en caso necesario, dar y
pedir información de cuanto ocurriera…209
El calpulli fue esencialmente una institución "rural" que nace en una sociedad
agrícola primitiva por lo que cuando se habla de un calpulli urbano, entendemos
que esta estructura se mantuvo inalterada en sus rasgos básicos al aparecer las
grandes ciudades en el Altiplano. Al estudiar las zonas habitacionales de
Teotihuacán se han encontrado rasgos de la existencia de barrios en donde
habitaban grupos de especialistas, pero no sabemos si a cada barrio correspondía
209 Romero Vargas Iturbide, Ignacio. Las Instituciones, en Esplendor del México Antiguo, T. II, p.742
301
un calpulli, como lo dice la concepción general. En Xochimilco, Chalco, Tepoztlán,
por ejemplo, se han encontrado elementos constitutivos de los calpullis y en
algunos poderes de los siglos XVI y XVII se hace referencia a los mismos, pero no
aparece con los elementos preponderantes, lo que permite concluir que después
de la conquista y una vez aplicadas las distintas políticas de población, tendieron a
diluirse y quizá a desaparecer. En estas condiciones, el calpulli urbano, es decir, el
que persistió en zonas densamente pobladas, habían sufrido ya una trasmutación
pues sus tierras estaban "fuera de los pueblos", fuera de los atlepellalli, lo que
revela un debilitamiento estructural pues los calpullis originarios eran parte
constitutiva de las poblaciones. La formación de señoríos regionales, como los de
Chalco, Texcoco y Xochimilco, supera la existencia de poderes políticos que
estaban por encima de ellos y que las decisiones políticas y sociales que se
tomaban estaban basadas en otras consideraciones.
Al referirse a la sociedad azteca, Bandelier opinó que "todos los miembros de un
clan vivían bajo un techo común. El territorio así ocupado por el calpullis no era,
como admitió Torquemada, asignado a un poder superior puesto que el gobierno
tribal no tenía ningún dominio que pudiera repartir entre subdivisiones e individuos,
ya fuese gratuitamente o a cambio de ciertas prestaciones ni de ninguna otra
marca. El territorio tribal era distribuido en el momento de su ocupación en
derecho de posesión, que era los grupos de parentesco como un todo, por
concepto tácito general, derivado naturalmente de su organización y estudio
cultural. Mientras residían sin ser molestados "entre lo carrizales" su número fue
aumentando y a cierta altura les hizo falta una extensión mayor, tanto para residir
302
como para alimentarse. La pesca y la caza ya no satisfacían a una población
originalmente inclinada hacia la horticultura. Aspiraban a cultivar el suelo como lo
habían hecho anteriormente y como lo hacían las tribus que los rodeaban y con
ese fin comenzaron a crear pequeñas huertas artificiales o chinampas en las que
plantaban maíz indio y quizá otros vegetales. Cada grupo consanguíneo fue
rodeando gradualmente la superficie en que vivía con una serie de huertas
suficiente para las necesidades de sus miembros. Todos estos terrenos,
incluyendo las viviendas, constituían el calpulalli y el terreno del calpullis y eran
propiedad de este como una unidad, aun cuando las parcelas individuales eran
cultivadas y utilizadas por familias individuales. La tribu tenía su territorio, el
altepellalli, una extensión indefinida por la que podía extenderse pero dentro de
ese territorio los calpullis tenían y ocupaban las porciones productivas; cada
calpullis era soberano dentro de sus límites y asignaba a su miembros individuales
para su uso, las parcelas menores en que el suelo se dividían según su modo de
cultivo".210
¿Podía un miembro del calpulli ser "más rico" que otro? Si. Cuando hablamos del
principio de igualdad, debemos reconocer que se basaba en otro principio: no
todos los hombres son iguales en capacidades físicas e intelectuales y por lo tanto
existía la posibilidad, de que en ambientes igualitarios, en términos generales, uno
tuviera más bienes que otro. Todos eran agricultores que cultivaban una parcela
aunque no conocemos su extensión, pero la edificación de huertos artificiales,
como señala Torquemada, planteaba la existencia de un beneficio adicional que
210 México Antiguo, por Lewis Morgan y Adolph Bandelier, p.132
303
solo algunos pueden tener. Muchos labradores se beneficiaban adicionalmente
con la caza y con la pesca, lo que les permitía tener una dieta alimenticia más
completa. Los que trabajaban cerca de las lagunas podían ampliar su superficie
cultivable construyendo chinampas, es decir, quitándole espacio a los depósitos
de agua. ¿En dónde se notaba esta diferencia? En primer lugar, en la existencia
de 10 tipos de casas-habitación, hechas de muy diferentes materiales que
revelaban la riqueza material y el estatuto de cada uno de sus moradores.
Toscano dijo que las tierras de los señores eran tierras de propiedad privada y
eran rentadas o cultivadas por mayeques, en tanto que la tierra del calpulli eran
tierras en común, que calpulli tenía un doble significado, era barrio y linaje. "Por un
lado encierra la idea de lugar, de asentamiento, de áreas, pero por el otro se cree
algo viviente y por ello se trata de un sitio de asentamientos y una corporación
unida por la sangre y cuyo origen está en las tierras que posee, que fueron
repartimiento de cuando vinieron a las tierras y tomo cada linaje o cuadrilla sus
pedazos o suertes y términos señalados por ellos y sus descendientes, pero la
propiedad es una persona moral y el barrio por lo mismo no puede ser enajenada
y sin embargo cada padre de familia tiene derecho a usar y gozar durante sus
vidas de la tierra dentro de los límites del derecho (no abandonar el área o dejar
incultivados las tierras por dos años) y además puede transmitir este derecho, uso
y goce de las cosas, a sus hijos".211
Las tierras de los nobles o pillis no eran de propiedad privada pues no las podían 211 Toscano, Salvador. La Organización Social de los Aztecas, en De Teotihuacán a los Aztecas, fuentes e Interpretación Histórica, Antología de Lecturas Universitarias, UNAM, compilador Miguel León Portilla, México, 1971, 605 p.,234
304
enajenar o vender a otros, aunque fuesen "nobles" sino sólo las podían rentar a
los mayeques que eran productores independientes que actuaban al margen de la
estructura del calpulli. Los llamados "nobles" podían transmitirlas por la vía de la
herencia a sus hijos y esta fue una práctica muy común, pero no la podían
entregar a otros. En consecuencia, había múltiples restricciones para este tipo de
propiedades. Las formas que asumía la propiedad no está precisada pues no
habían "derechos escritos" si no se pueden conocer por el transcurso de las
batallas de los guerreros; una vez que se ocupaba un territorio se imponía un
tributo a la población en su conjunto, se establecía un régimen de vasallaje y de
subordinación pero se entregaban porciones o pedazos de tierras a los guerreros
que se habían distinguido en los combates y esta dotación se hacía al margen de
la estructura de los calpullis. Es posible que algunos calpullis pre existentes hayan
desaparecido al distribuirse sus tierras y los conquistadores y que se convirtieron
en unidades individuales que después se rentaban a los mayeques.
También Soustelle asoció o identificó las funciones que tenían los tecuhtlis como
las del calpullec, o jefe del barrio o calpulli, pero la principal función de este
consiste en "tener al día el registro de las tierras colectivas posteriormente el
calpulli cuyo número era distribuido por parcelas, entre distintas familias. Este
podía trabajar y escoger su producto bajo ciertas condiciones; el calpullec y su
consejo, estaban encargados de vigilar el cumplimiento de estas condiciones y de
registro en sus labores, por medio de cuadros figurativos de jeroglíficos, todos los
cambios que tenían lugar en el repartimiento de las tierras. El calpullec tenía que
hacer frente, como parte de sus funciones, y gastos muy considerables; en su
305
caso se reunían frecuentemente el consejo del barrio y él tenía el deber de ofrecer
de comer o de beber a los ancianos. El calpulli es en verdad la célula básica, su
jefe y sus ancianos representaban la primera forma de organización territorial de
los aztecas. Si bien el calpullec era el jefe teórico de la institución comunal, debía
ceder el templo local al guacuilli, sacerdote de barrio que lo relevaba de la
categoría y la "casa de los jóvenes" a los guerreros instructores desde "alto",
indicando que en realidad el calpullec estaba sometido por la autoridad de los
calpixques". 212
La reciedumbre del calpulli radicaba en la existencia de sus múltiples funciones
pues no solamente era una forma de explotación de recursos naturales sino un
espacio geográfico, un barrio, aunque no era su equivalente pues muchos barrios
existieron sin tener calpullis en su seno, un centro de reunión y de deliberación y
de toma de acuerdos de la comunidad. Era un espacio geográfico determinado en
donde podían haber 1, 2 o 3 calpullis en donde existe una serie de problemas
económicos y sociales comunes, la mayoría de ellos relativos al cultivo y a la
administración de las tierras y a la celebración de ceremonias religiosas, tomando
en cuenta que había una amplia gama de dioses particulares. Por ello, al lado de
las autoridades de los propios calpullis estaban los sacerdotes que se encargaban
de todos los asuntos vinculados con las festividades religiosas. El calpullec era el
jefe supremo, pero tenía que compartir el poder con el resto de los miembros del
Consejo al que consultaba con mucha frecuencia. Se trataba, pues, de un
mecanismo colegiado, el cual se fue diluyendo en la medida en que se centralizó
212 Soustelle, Jacques. La Vida Cotidiana de los Aztecas en Vísperas de la Conquista, p.56
306
el poder y se aumento el de los tlatoanis.
Insistió mucho Monzón en la existencia de los calpullis como estructura
fundamental de la sociedad mexicana, considerando que los barrios que
describieron los españoles eran manifestaciones extendidas de esos calpullis, o
bien, tales familiares de los miembros de esos calpullis y concluyó afirmando que
"en barrios, parecen tener relaciones con fenómenos de parentesco por mencionar
a los tlaxilacallis como fundados por parejas y campa, formadas por calpullis
allegados. Estas relaciones serán completamente seguras si se demuestra que el
calpulli era un clan y de seguro se encuentran argumentos para pensar que entre
los tenochcas los calpullis eran clanes”. Los calpullis, desde su establecimiento,
están concentrados y limitados y que las tierras que ocupaban hacia la llegada de
los españoles, eran los mismos que ocupaban desde su establecimiento en
Tenochtitlán, de seguro no coincidiendo con el número de gente, algunos calpullis
tienen más tierras que otros y aun sabemos de alguno que la tenían vacas.
Las tierras que ocuparon originalmente los tenochcas fueron paulatinamente
aumentando por medio de las chinampas que el resultado era, de todos modos,
que las tierra de Tenochtitlán estaban distribuidas por calpullis y que a pesar de la
diferencia en cantidad de gente o en cantidad de tierra, no podía un calpulli tomar
tierras de otro calpulli".213 En cuanto al interior del calpulli distinguió que estaban
ocupados solo en parte por los macehuales y que los demás colaboraban por el
pago de tributos; había tierra explotadas en forma común, otras en forma de
213 Monzón Estrada, Arturo. El Calpulli en la Organización social de los Tenochea, p.61
307
parcelas individuales.
Monzón, uno de los estudiosos más importantes, asoció el concepto de clanes con
los calpullis, siguiendo aquí a Morgan, para precisar que eran conjuntos de
individuos que procedían de un mismo padre común y que habían transmitido su
riqueza natural y su fisonomía espiritual por medio de la realización de
matrimonios a través de los cuales se había producido la herencia. De acuerdo
con los datos de la Tira de la Peregrinación, así debíó haber sido al insistir en
forma reiterada que se trataba de una tribu integrada por familias y que las familias
formaron clanes o fratrías. Este fenómeno parece estar muy claro en esa etapa,
pero la sucesión entre los grupos en el poder pronto sufrió alteraciones y ocuparon
cargos de elevado nivel por individuos que estaban al margen de este mecanismo.
Para poder apreciar o asegurar que los calpullis que fundaron la ciudad de
Tenochtitlán son los mismos que existían antes de la llegada de los españoles se
tendría que hacer un análisis comparativo de los linajes y verificar, si por la vía de
la sucesión hereditaria, se llegó a la situación social de 1521. No conocemos esta
información. De ser así se confirma la reciedumbre de la institución. ¿Si había 4
barrios o parcialidades en Tenochtitlán había por ello 4 calpullis pues a cada barrio
corresponde a un calpulli? El concepto "barrio" da una idea de "sitio de residencia"
pero no de sitio común de trabajo pues un miembro de un calpulli podía trabajar y
tener su tierra en un lugar y en cambio, tener su sitio de residencia en otro. Esta
es una posibilidad, pero la otra consiste en que en el lugar de trabajo tenía su sitio
de residencia y por ello en algunos códices al lado de la chinampa aparece
construida una casa habitación que confirma que ahí trabajaban y vivían, a la vez.
308
"Las tierras se daban en general a miembros del propio calpulli y debe haber
habido diferencias en el tamaño de las lotes, por lo menos según la posibilidad de
trabajarlas y aun había personas que no tenían leña para su calpulli, quizá porque
por dos años las habían dejado de labrar y se las quitaban. El resultado era que
de los miembros de cada calpulli unos tenían más tierras que otros y que
posiblemente todos podían labrar más de las que tenían; es decir, que había una
relativa escasez de tierra de cultivo, pero parece que las familias no eran dueñas
de sus lotes".214
Pero también había tierras que eran parcelas familiares y por ello concluye que
una parte de las tierras eran para el sostenimiento de los pillis, otra para la
manutención de los macehuales, otra que era propiedad de los templos y se
explotaba para su beneficio y había, finalmente, algunas tierras que se podían
jugar y vender y que podrían ser propiedades particulares de los principales, pero
solamente "algunos" las podían poseer y se refería no a tierra de los calpullis sino
a tierras localizadas en lugares conquistados y dadas a macehuales valientes por
lo que la propiedad de que era lo "fundamental" y la última modalidad, la particular,
"la derivada".
En los mapas que hemos consultado, como los relativos a la ciudad de Tlaxcala,
encontramos la división de la tierra pintada con colores diferentes en los que por
desgracia no podemos descifrar magnitudes pero consideramos que las parcelas
214 Monzón Estrada, Arturo. El Calpulli en la Organización social de los Tenochca,., p.70
309
tenían la función de sostener la vida de una familia; este puede ser "el tamaño
comúnmente aceptado". Además, no todas las tierras eran de igual calidad, pues
dependían del tipo de agricultura que se desarrollaba. Siendo los macehuales el
sector más numeroso, la superficie mayor era en la que estaban asentados; luego
seguía la de los pillis, en seguida, las que se explotaban para mantener a los
templos, aunque en cada poblado o "ciudad" esta distribución variaba, pero no en
forma radical. Hay que tomar en cuenta que se trataba de sociedades en las que
había "dos clases sociales", los pillis y los macehuales, básicamente. La
observación que hizo Monzón y que compartimos líneas arriba, era la de la que las
tierras que se podían vender con las limitaciones ya señaladas, eran la de los pillis
y no de los macehuales y que estaban al margen de las tierras de los calpullis, los
cuales siempre se trataron de respetar en su integridad territorial y social. Solo la
realización de estudios de casos específicos, como los en Cuautinchan, Puebla,
Huejotzinco, Atlixco, Tlaxcala, Cholula, permitirán conocer la calidad de estas
tierras pues el hecho de que los macehuales hayan sido mayoritarios, no asegura
que hayan tenido las mejores tierras, aunque sí un mayor número de ellas y que
en cada localidad había una situación particular.
Reconoció Monzón que en la división del trabajo, lo fundamental era el calpulli y
que después se presentó entre labradores, artesanos y mercaderes pero más que
una organización clasista, se trataba de una estructura gremial pues había una
separación entre trabajadores manuales y directores "para concluir que en
realidad los barrios que describieron los conquistadores eran calpullis, es decir,
clanes y "que la propiedad de la tierra, la distribución territorial de la población y la
310
estratificación social, era resultante de una organización de la población tenochcas
por clanes".215 Si bien aceptó la existencia de los calpullis en donde el factor del
parentesco y del linaje eran básicos, también lo eran los elementos del barrio, de
la tierra y de ahí que concluyó que "el calpulli era un clan", coincidiendo con la
tesis de Morgan y Bandeleir, es decir, una relación basada en el parentesco por
ascendencia común. Para él se trataba de clanes exogámicos o paterlineales o
ambilaterales "pues las madres de un calpulli no podían labrar la tierras de otro
calpulli por no dar lugar a que se mezclaran y que no salieran del linaje", es decir,
había una tendencia a la exogamia.
Una de las primeras formas de división del trabajo que se dio en los calpullis,
como se dio en la sociedad indígena en su conjunto, fue la que surgió entre los
labradores, los que cultivaban las tierras, los artesanos, los que fabricaban objetos
y utensilios de trabajo, aunque esto no quiere decir que no cultivaran las tierras,
también, solo que lo hacían como una actividad secundaria.
Los oficios "mecánicos" se distinguían porque representaban una actividad
principal, sobresaliente, casi única, especializada, en la que solo a eso se dedican
durante su vida productiva y que intercambian sus artículos por otros bienes y
alimentos. Este proceso no fue súbito sino gradual y duró muchos años. Existía
otra división primigenia, la que surgió entre el trabajo manual y el trabajo
intelectual que fue anterior a la aparición de los oficios y que correspondía al
surgimiento de los dirigentes religiosos y cuadros administrativos, separados de
215 Monzón Estrada, Arturo. El Calpulli en la Organización social de los Tenochca,., p.74
311
los labradores propiamente dichos.
Concluyó Monzón que los calpullis tenían una estructura muy jerarquizada pues
en todo había un jefe y la "posición de estos jefes era vitalicia y hereditaria pues
se afirma que muerto el cabeza del calpulli elegían a otro, el más honrado, sabio,
hábil a su modo y viejo o si quedaba algún hijo del difunto, lo elijen y siempre
eligen parientes del difunto por lo que los principales jefes de los calpullis eran
miembros descendientes de principales de su mismo calpulli, es decir, eran
fuertemente aristocráticos" pero solo en algunos casos se incluían a
descendientes de una mujer principal para concluir que la sociedad tenochcas
"estaba basada en el parentesco por ascendencia común, pero con muchos
rasgos de carácter económico, pero también existía cierta libertad de desarrollo
individual y no era muy estricta la división del trabajo de los calpullis" y de que en
todo caso la aparición de estratos sociales fueron un producto de la existencia de
clanes.216
En la primera etapa, la elección de los jefes políticos superiores era vitalicia y
hereditaria, es decir, los cambios se consumaban una vez fallecido el titular del
poder, pero su sucesor tenía que ser un descendiente del padre y de la madre, es
decir, de la familia que estaba en el poder. Esto es, pertenecer al mismo linaje,
estar en la línea del parentesco era condición o requisito indispensable y no se
toma en cuenta otro requisito salvo aquello que era elemental como la sabiduría,
la valentía y la honradez, pero no necesariamente los méritos militares y políticos
216 Monzón Estrada, Arturo. El Calpulli en la Organización social de los Tenochca, p.121
312
que ocupaban un plan secundario o quizá terciario. ¿Qué después cambió esta
situación? Es verdad. Las líneas de sucesión fueron modificadas y ya no se
requería ser hijo o descendiente de los principales miembros del calpulli pues
podrían ser los primos y los tíos y otros lejanos del tronco común. Estas
modificaciones indicaban que los rasgos esenciales de los calpullis se habían
debilitado y se habían introducido nuevos factores. En unas ocasiones se habían
ampliado los canales de participación y en otros se habían cerrado. Esto se refleja,
desde luego, en los niveles más altos, el del Tlatoani, el de Hueytlatoani, el del
Cihuacoatl. La rigidez de los mecanismos de los calpullis había desaparecido.
Definió López Austin "que las tierras del calpulli estaban divididas en parcelas
familiares, en las que excedían, cuando era el caso, a las necesidades de las
familias, eran provisionalmente arrendadas o se dejaban en espera de nuevas
solicitudes; en las cultivadas para solventar los gatos del gobierno interno, en la
utilizadas para los monasterio del representante estatal, en las cultivadas para
pagar parte de la tributación al estado y en el caso de los pueblos vencido en las
tierras con que se cubría el tributo al vencedor y e sostenía a sus representantes.
Las tierras del estado eran divididas, según el destino de sus fruto, en las
reservadas al sustento del tloatani y lo gastos del gobierno, o los gastos de
mantenimiento y aseo del palacio, el del culto religioso estatal y el de la guerra".217
López Austin insistió en negar la existencia de la propiedad privada de la tierra
pues precisó que las cultivadas por estos, las mayeques, labraban un territorio que 217 López Austin, Alfredo. Organización Política en el Altiplano Central de México durante el posclásico, en Mesoamérica, y el Centro de México, p.197, p.212
313
era ajeno, solo entregaban a los pipiltin una parte de la renta de la tierra, los
pipiltin no tenían dominio personal sobre los mayeques, los pipiltin no dirigían ni
financiaban la producción.
También López Austin enfatizó en las otras formas de propiedad que eran
comunales y sectoriales que, sumadas, representaban la mayoría de la propiedad,
siendo la particular un rasgo de poca consideración. Es posible que a raíz del
gobierno de Moctezuma, por distintos factores, que examinaremos en forma
minuciosa en los capítulos correspondientes, que las fuerzas productivas se
estaban desarrollando en forma impetuosa, fenómeno que vino a cortar de tajo la
conquista.
Había crecido la población, había aumentado los volúmenes de tributos, pero
también se habían fortalecido los pipiltin, y se habían incrementado los
macehuales como una clase social. La presencia y multiplicación de los mayeques
como agricultores independientes revelaron que los macehuales como fuerza de
trabajo habían disminuido y se requería la incorporación de nuevas fuerzas de
trabajo. Los mayeques eran un grupo autónomo desde el punto de vista social y
político que no estaba sujeto a las normas tradicionales y estaban adquiriendo un
gran prestigio que los estaba convirtiendo como si fuera una clase intermedia, al
lado de los pochtecas que eran la otra clase en crecimiento, que compartían
muchos espacios de poder con los pipiltin.
Insistió Carrasco en este texto que el calpulli no era propiamente una forma de
314
tenencia de la tierra sino una unidad política y administrativa y así precisó que "el
teccalli compensaba un linaje noble encabezado por el señor de la casa (teuctli)
que incluía a los nobles (pipiltin) descendiente de todos los señores anteriores.
Contaba también con macehuales adscritos a la casa llamada Teccaleque, gente
de la casa señorial. En la economía, el teccali tenía tierras distribuidas en parcelas
para el teuctli y para los pipiltin así como para los macehuales residentes en
distintas aldeas o barrios que tenían obligación de contribuir tributos y trabajo al
señor de la casa. Estas aldeas sujetas a un teccali no formaban una unidad
territorial contigua sino que estaban dispersas por todo el territorio del señorío. El
teccal, además, contaba entre sus dependientes artesanos de diversos oficios.
Como hace notar Zorita los señores tienen sus Teccalques organizados en
calpullis. El señor Teuctli era miembro del grupo gobernante en la organización
política y ceremonial de la ciudad estado. Todas las tierras y macehuales en ellos
asentados, tanto labradores como artesanos adscritos a un tlatoani o teuctli
constituía la base de complejas unidades de producción".218
Al principio, cuando los grupos indígenas eran pequeños, el calpulli fue una forma
de organización para la explotación de las tierras o mejor dicho para la dotación de
las mismas, porque los mecanismos para el trabajo eran otros muy específicos en
donde había cuadrillas de trabajadores y calpixques que se encargaban de
organizar a dichos trabajadores. Esos métodos se aplicaban tanto dentro como
fuera de los calpullis que era el concepto general que los englobaba pero no
privativo del mismo. Cuando los calpullis crecieron desde el punto de vista
218 Carrasco Pedro. La Economía Prehispánica, p.31
315
geográfico o físico, se amplió, desde luego el número de macehuales aumentaron
los límites de los calpullis y estos se incrementaron. En un momento el calpulli
tenía una solución de continuidad, correspondía a una zona homogénea con
perfiles bien definidos, pero en ese momento se perdió esa continuidad y los
calpullis se extendieron a otras zonas de las comunidades indígenas.
Una vez que ocurrió este fenómeno los controles tradicionales e históricos se
perdieron, se debilitaron, pues las autoridades y los jefes militares y
administrativos, ya no pudieron ejercer el mismo control que tenían con
anterioridad. Para ese momento ya se había formado más aldeas y las zonas
pobladas habían crecido, apareciendo grandes ciudades.
Bandelier precisó otras formas o modalidades de la tenencia de la tierra, además
de la propiedad tribal o comunal: estaban las parcelas cuyos cultivos se
destinaban al pago de los tributos y otros destinados a sostener los gastos
gubernamentales. Las tierras de la comunidad que se dedicaban a sostener en la
que trabajaban en la construcción, ornamentación y reparación de las casas
públicas, además estaban las tierra destinadas a sostener al jefe supremo y a su
familia "pero el suelo mismo no era propiedad ni posesión de los jefes ni de sus
descendiente y por lo tanto definió el calpullis no solo como la unidad de la
organización gubernamental sino también como la unidad de la tenencia de la
tierra y esta tierra no podía ser enajenada ni vendida y en realidad no hay indicios
de ventas o de trueque de terrenos ante de la conquista. El calpullis era en sí una
organización democrática; sus asuntos estaban en manos de jefes electivos o
316
ancianos elevados a esa dignidad. Estos jefes familiares el consejo del grupo de
parentesco o barrio pero su autoridad no era absoluta porque en todas las
acciones importantes se convocaba a una asamblea general de todo el grupo. El
consejo, a su vez, elegía a un ejecutivo, el calpullec que en la guerra funcionaba
como achcacauhtin o hermano mayor".219 El calpullis estaba dividido para
parcelas arables que se asignaban a cada uno de los miembros casados. Pero
había unas tierras de particulares que se llamaban tlalmilpa y eran asignadas a
una familia y tenían que ver con las cuestiones relativas a la herencia.
El propósito central de los calpullis fue el de lograr la autosuficiencia alimenticia y
de "materias primas" de sus pobladores, así como la satisfacción de sus
"necesidades espirituales" pues cada uno tenía su dios particular y sus jefes
específicos. ¿Lo logran? No lo sabemos. Pero en los documentos consultados nos
encontramos la existencia de conflictos graves por razones de hambre o miseria
generalizadas sino más bien por diferencias religiosas o políticas. Aunque no
disponemos de elementos de carácter informativo, no podían ser unidades
económicas "tersas" o "pacíficas" pero estaba de por medio la explotación del
trabajo de miles de individuos, la dominación de los macehuales (una mayoría) por
los pillis (una minoría).
Existía un fuerte justificación religiosa de esta separación clasista lo que que los
macehuales aceptaran en forma resignada ese estado de cosas. Es por ello que
se constituyeron parcelas que se explotaban en beneficio de los templos y del
219 México Antiguo, por Lewis Morgan y Adolph Bandelier, p.139
317
personal que estaba a su servicio con lo que se aseguraba la reproducción de ese
sector de la clase dominante. No podía ser democrática una sociedad que se
encontraba profundamente escindida en dos grandes sectores, una pequeña, los
pillis y una muy grande, los macehuales, que originaba un excedente que eran los
tributos, como tampoco se puede decir que las sociedades antiguas de Roma y
Grecia lo eran, si partimos de la consideración que la base de existencia y de
prosperidad de los nobles, descansaba en la existencia de miles de esclavos. No
se precisan los mecanismos de consulta que había hacia la población, los
macehuales, ya que desde luego la elección del tlatoani en el mejor de los casos,
en los que hubo una mayor amplitud, fue mediante una consulta a los jefes de los
señores de Texcoco y Tlacopan.
Precisamente, al aumentarse la población y al diversificarse las actividades
sociales los jefes de los calpullis ya no pudieran trabajar directamente las tierra y
la fueron dejando a hijos y familiares y a los demás miembros del grupo de
parentesco y "se apartaron alguna parcelas para el cultivo en común, cuyos
productos se destinaban exclusivamente a lo que podríamos llamar "fines
oficiales" y explotaban huertas artificiales, mientras que los tecpanecas, que
ocupaban porciones de tierra firme lograron una supremacía económica hasta que
finamente fueron vencidos por los aztecas quienes le impusieron tributo. Refirió la
constitución de la llamada alianza entre las "tribus" de los reinos de México,
Texcoco y Tlacopa, indicando que este hecho no había alterado la estructura de la
tenencia de la tierra "pues cada vez que su conquistadores extendían lo
conquistado no eran anexados, sino simplemente obligados a pagar tributo; su
318
territorio y su autonomía tribal se mantenía y no se introducía ningún cambio en la
distribución del terreno más allá de la reserva de parcela para el cultivo destinado
al tributo. Los únicos representantes de la confederación o de alguno de sus
miembros que residían permanentemente con los tributarios eran los mayordomos
o calpixcas.220
En un principio, los jefes superiores también cultivaban las parcelas en el periodo
que se puede llamar "igualitario" y se observa un interés por no divorciarse o
distanciarse del pueblo, hasta ser una parte del mismo. Pero en la medida en que
él aparato administrativo fue creciendo y aumentando las responsabilidades
derivadas de la expansión hacia otras regiones, estos jefes dedicaron todos sus
esfuerzos a sus tareas de gobierno y de mantener el control de la población.
Permitieron que sus hijos, que se educaban en escuelas especiales, también
tuvieran tierras disponibles para el sostenimiento de estas instituciones y
trabajaran las tierras que eran de sus padres. A estos niños y jóvenes, hijos de
pillis que también serían pillis, se les educó en el principio del trabajo constante y
abnegado a la manera como lo hacían los macehuales y no en la molicie y la
degeneración, en donde solo gozarían de los frutos de la riqueza que habían
acumulado sus antepasados. Durante mucho tiempo la estructura de la tenencia
de la tierra se mantuvo en los parámetros que se mantenían desde tiempos
anteriores y propiamente su modificación se empezó a efectuar después de la
conquista española. En los estudios particulares, las estructuras de las
propiedades de Texcoco y de Tlacopan eran muy parecidas entre sí, lo que revela
220 México Antiguo, por Lewis Morgan y Adolph Bandelier., p.136
319
que formaban parte de una estructura general.
Concluyó Redfield que:
"...cada calpullis poseía en común, tierras separadas y distintas de las tierras de
los demás calpullis. Esta tierra no se podía vender y únicamente miembros del
calpullis podían establecerse en ellas. El calpullis asignaba a las familias
pequeñas parcelas dentro de la propiedad del calpullis; esos campos asignados
(tlatonillis) eran cultivados por los residentes y el derecho de ocupación y cultivo
era hereditario. Pero si el ocupante de la asignación no cultivaba el campo, o si la
familia se extinguía, el calpullis podía asignara nuevamente ese campo a otra
familia. Cada uno tenía su casa del consejo o tecpa y sus jueces para resolver las
irregularidades locales, aunque aparentemente sus decisiones estaban sujetas a
revisión por autoridades tribales. Cada uno tenía su propio dios y su lugar de culto.
Aparentemente, los hombres de cada calpullis formaban una sociedad militar, un
ejército azteca y luchaban como una unidad bajo un estandarte con el emblema
del calpullis. En cada calpullis había un dirigente militar y uno, dos o tres
funcionarios civiles. Es seguro por lo tanto, que el calpullis gozaba de importantes
funciones gubernamentales, religiosas y militares y también funciones
estrechamente vinculadas con el método de la tenencia de la tierra”.221
El hecho de que las tierras de los calpullis no pudieran venderse demuestra la
profundidad de los vínculos de sangre, de comunidad, el sentido de pertenencia
221 Riedfield, Robert. El calpulis-barrio en un pueblo mexicano actual, América Antropóloga, Vol. 30, 1928, 14 p.8
320
de las mismas, la fortaleza de las fratrías y de los clanes, en lo que tanto insistió
Morgan. Esta reciedumbre explica, en gran parte, que en un breve periodo de
tiempo, los mexicas hayan avanzado muy rápidamente en la conquista de los
pueblos de la zona lacustre y de ser un grupo humano perseguido, humillado y
sometido se transformó en el grupo humano hegemónico no solo en el Valle sino
en la región mesoamericana. Una eventual destrucción de los calpullis hubiera
terminado por pulverizar el grupo mexica y disolverlo entre el resto de los pueblos
que habitaban la zona lacustre. Pero no sucedió así sino fue todo lo contrario. Otro
elemento que contribuyó a la cohesión de esas unidades fue de carácter
hereditario de la transmisión de la propiedad en las múltiples taxativas que se
impusieron a los mismos, para mantener la hegemonía de los grupos que
provenían del mismo linaje, pues aunque hubo variaciones estas no fueron
importantes y en el régimen de Moctezuma todos seguían admitiendo un origen
común, los mismos dioses y los mismos líderes fundadores originarios.
"Estas familias, las del ayllu -de los calpullis- labraban la parcelas que en usufructo
les había concedido la comunidad, pero realizaban actividades comunes, en las
que la producción era colectiva y colaboraban con otras familias mediante un
sistema cooperativo de trabajo. La familia destinaba algunos de sus miembros
para las labores generales de la comunidad, como el regadío, la desecación de
pantanos, la construcción de acequias, la roturación de tierras. El excedente no
era apropiado de manera particular para cada familia sino por la comunidad, la
cual se destinaba a un fondo común de reserva que se utilizaba en caso de seguía
y también para el ceremonial y obras de bien público. El ayllus y los calpullis
321
agrupaban a personas ligadas por lazos consanguíneos primeros y luego por línea
de parentesco. Tenía una misma etnia y un mismo tótem, como asimismo un
alengua y tradiciones comunes", dijo Vítale.222
Estas consideraciones que encontró Vítale entre el ayllu peruano y el calpulli
mexicano demuestran que este tipo de principios orgánicos está presente en el
nacimiento y personalidad de muchos pueblos del mundo, en distintas latitudes
geográficas y que la diferencia que pudiera haber entre ellos sea de naturaleza
secundaria. Se comparten principios comunes, es lógico pensar que es factible la
aplicación de los principios del materialismo histórico, que postula el progreso de
la humanidad de etapas inferiores, menos desarrolladas a etapas superiores más
desarrolladas. El pueblo mexica es parte de la humanidad y no su excepción y por
lo tanto está sujeto a las leyes sociales descubiertas por Marx, a las categorías
que este elaboró y que no explícitó en cada grupo humano, tareas que
corresponden realizar a los antropólogos sociales. Estas explicaciones del
desarrollo y evolución de los pueblos reafirman los principios de la propiedad
comunal, la existencia de las familias como estructura básica y lo que se deriva de
ella, el desarrollo matrilineal, multifacético, que se explica claramente durante la
etapa evolutiva de Acamapichtli hasta Moctezuma.
Afirmó Zorita que lo "comunes de los barrios o calpullec siempre tienen una
cabeza y nunca quien esta sin ella y de ser de ellos mismos y no de otro calpullis
ni forastero, este principal tiene cuidado de mirar por las tierras del calpullis y
222 Vítale, Luis. Historia Social Comparada de los Pueblos de América, p.26.
322
defenderla y tienen pintadas las cuales que son y las linden y adonde y con quien
parten, cuales están vacas y cuales se han dado a españoles, dar tierras a
quienes no la tienen para sus sementeras y si tienen pocas según sus familias les
dan más y tienen cuidado de ampararon la gente del calpullis y de hablar por ellos
ante la justicia y ante los gobernadores y en casa de esto se juntan lo del calpullis
a hacer y tratar lo que conviene a su calpullis y a sus tributos, a sus fiestas y a sus
regocijos. Definió un nuevo vocablo pipilzin que quiere decir principales "como
decimos en Castillo caballeros y era y son todos los hijos de los señores supremos
y otros que son nietos y biznietos de los tales señores y otros que llaman
tesquibacque que son hidalgos hijo de los que tenían aquellos cargos; estos
señores supremos tenían la jurisdicción civil y criminal y el gobierno de todas sus
tierras y tenían puestos gobernadores y oficiales y ministros para la justicia y
ejecución de ellos".223
Los estudios de Zorita siguen siendo los más importantes y reveladores no solo
porque cuentan con los inestimables testimonios de algunos de los que fueron
comparecientes de Sahagún sino porque también fue testigo de la evolución que
ese modo de producción registrara después de la conquista, cuyos datos están
contenidos en sus informes como funcionario colonial. Aunque es evidente que se
registraron cambios de fondo y forma, es sorprendente la presencia de muchas
instituciones propias de los calpullis, el uso o manipulación que de ellas hicieron
los españoles para adecuarlas a los requerimientos de las nuevas políticas de
colonización. 223 Ahundt. Wiebke, Edición Crítica de la Relación, de la Nueva España y de la Breve y Sumaria Relación, escrita por Alonso de Zorita., p.163
323
La conquista no trastocó violentamente esas instituciones ni las disolvió sino que
muchas de ellas se mantuvieron intocadas en sus aspectos centrales. Muchas de
las nuevas disposiciones oficiales seguían protegiendo y amparando las formas de
la propiedad comunal, el respeto a los bienes de los pueblos y de las comunidades
porque se consideraban las formas más idóneas para mantener la vida de los
pueblos ya que su disolución generalizada puedo haber provocado una
despoblación mayor que la que existió. Es sorprendente recordar que, por
ejemplo, en la Española, en un plazo breve, prácticamente desapareció la
población indígena, precisamente porque se habían aniquilado sus fuerzas
productivas y sus relaciones de producción.
Por su lado, Miranda precisó que en la sociedad prehispánica existían tres formas
de propiedad: la común, del pueblo, con usufructo individual de parcela
determinada, la privada, de la nobleza, de índole agrario y urbano y la de la
institución y servicios. "Las tierras bajo el dominio de la nación mexicana están
divididas en los grandes sectores, a saber: el sector de la reservada al pueblo y el
sector de la reservada a la nobleza. La propiedad de la tierra correspondiente al
pueblo era atribuida a este en su conjunto es decir, a la comunidad, pero estaba
asignada por partes separadamente, a los clanes o calpullis que constituían desde
tiempo inmemorial la base de la organización social mexicana. Cada clan, tenía,
pues, sus propias tierras comunes y a sus dignatarios tocaba aplicar las normas
reguladores del destino y el disfrute de esa porción territorial. Por razón de su
destino, la tierra signada para el aprovechamiento de los miembros del clero, la
324
señalada para subvenir a los gastos públicos los que por estar baldíos, se
dedicaban a usos comunes".224
Basándose en Zorita, Carrasco concluyó que el calpulli "desde el punto de vista
económico era una corporación en posesión comunal de la tierra distribuida
igualitariamente entre sus miembros, para el uso familiar". Pero no coincidió en la
apreciación de que se trataba de un cierto "consumo primitivo", sino que la palabra
calpulli tenía distintas acepciones y que más bien eran "segmentos territoriales" y
que había una diferenciación entre los jefes del barrio y el común".
No existe una plena identidad sobre el concepto calpulli; algunos hacen referencia
-los más- a los aspectos organizacionales, pero debemos enfatizar en que era
sobre todo una forma básica de convivencia social, la más natural, la primigenia.
Este aspecto es quizá el más importante, el que explica la permanencia, a través
de la historia del país, de esa institución: se trata de una convivencia permanente
de las familias porque se dieran cuenta que era la forma más racional y eficaz de
explotar laos recursos naturales. Cada familia unía sus fuerzas a otro y otros y no
insistieron en la diferencia de sus propiedades, como ocurrió en otros muchos
países. No se fortalecía la propiedad de carácter familiar sino la propiedad común
de todos ellos, lo que demuestra el grado de madurez social de esa comunidad.
Coincidió esta forma social con un territorio determinado y por ello el calpulli se
asoció con el concepto territorial. Dentro del territorio había muchas casas y
habitaciones que conformaban barrios por lo que estamos ante un mismo
224 Miranda, Jorge, Vida Colonia y Albores de la Independencia, en SepaSetenta, México, 1972, 252 p., p.25
325
fenómeno pero visto desde distintos niveles y aspectos.
Después de hacer alusiones a los textos de Zorita, Moreno concluyó que los
"calpullis eran tierras comunales que se distribuían entre las diversas familias del
calpulli en atención a las necesidades de cada uno de ellos; eran inalienables pero
en cambio eran hereditarias, dentro de cada familia particular. Esto ya indica un
cierto grado de individualización en el régimen de la propiedad, que bastara por si
solo, para desechar toda hipótesis relacionada con la supuesta organización tribal
de los aztecas. Los bienes raíces de los calpullis pueden, pues, caracterizarse
como bienes comunales con derechos hereditarios de familia, pero limitando ese
derecho exclusivamente a las familias pertenecientes al calpulli desde tiempo
inmemorial. El derecho hereditario de sucesión en la tierra de calpulli estaba
correlativamente vinculado con la obligación de cultivar dichas tierras. Precisa
advertir, por último que el título del derecho a estas tierras comunales no eran los
individuos particulares, ni los jefes de familia como representantes de sus hijos y
demás parientes, sino el calpulli mismo, la agrupación comunal que en cierto
modo puede ser considerado como una persona moral, revestida de capacidad
jurídica. Deben distinguirse los calpullis, circunscripciones territoriales a que nos
hemos venido refiriendo, de los calpullis, secciones o barrios en que estaban
divididas las ciudades".225
El hecho de que las tierras del calpulli hayan sido de naturaleza comunal y el
usufructo su forma práctica de operar o de cultivarla, tienen sus raíces en la salida
225 Moreno, Manuel M., La Organización Política y Social de los Aztecas, p.,45
326
de Aztlán en donde salieron familias, grupos organizados en torno a un líder militar
y religioso y a un dios específico. Durante todo el recorrido, ese carácter de los
grupos humanos se mantuvo inalterable, en términos generales y así lucharon en
contra de sus grupos opositores; trabajaban en equipo en todos los sitios a los que
llegaban, trabajaban las tierras en forma colectiva y seguían avanzando en la
búsqueda de tierras de mejor calidad. Los factores religiosos fueron el
pensamiento espiritual que los solidificó internamente. Los grupos sociales que
llegaron a la Cuenca procedían del mismo tronco común y aunque arribaron en
distintas fechas, después se encontraron, una vez que había asimilado la herencia
cultural de los otomíes, los chichimecas y los toltecas. Algunos autores afirman
que el calpulli es producto de la sociedad tolteca, pero sea lo que fuere su modo
de producción logró transformar las condiciones materiales de los pueblos de la
zona lacustre.
El hecho de que las tierras del calpulli hayan sido de naturaleza comunal y el
usufructo individual su forma práctica de operar o de cultivarla, tienen sus raíces
en la salida de Aztlán en donde salieron familias, grupos organizados en torno a
un líder militar y religioso y a un dios específico. Durante todo el recorrido, ese
carácter de los grupos humanos se mantuvo inalterable, en términos generales y
así lucharon en contra de sus grupos opositores; trabajaban en equipo en todos
los sitios a los que llegaban, laboraban las tierras en forma colectiva y seguían
avanzando en la búsqueda de tierras de mejor calidad. Los factores religiosos
fueron el pensamiento espiritual que los solidificó internamente. Los grupos
sociales que llegaron a la Cuenca procedían del mismo tronco común y aunque
327
arribaron en distintas fechas, después se encontraron, una vez que había
asimilado la herencia cultural de los otomíes, los chichimecas y los toltecas.
Algunos autores afirman que el calpulli es producto de la sociedad tolteca, pero
sea lo que fuere su modo de producción logró transformar las condiciones
materiales de los pueblos de la zona lacustre.
También López Austin afirmó que los primeros españoles identificaron el concepto
calpulli con el de barrio en una etapa en la cual sus habitantes los identificaban
todavía por la existencia de derechos comunes, como la explotación de la misma
parcela. "Estas no podían ser vendidas ni rentadas y su explotación tenía que ser
hecha directamente por las familias a la que había sido encomendada, salvo los
casos en la viudez, la minoría de edad o la incapacidad física hiciera necesaria la
contratación de labradores. La falta de cultivo por dos años hacía que el calpulli
tomara de nuevo las tierras y las entregara a otros miembros más diligentes. La
disposición del fruto mismo, que estaba reglamentado en tiempo de necesidad y la
destrucción de la propia cosecha, era sancionada con severísimas penas.
Agricultura y ocupación especializada estaban unidas como actividades normales
de los miembros del calpulli, pero los macehualtin eran los únicos tributarios y tras
cultivar sus tierras "pero estaban exentos de dichos pagos, los comerciantes y los
artesanos pero desde el punto de vista fiscal había autoridades del calpulli que
eran las encargadas de la formación de los censos y de las labores de
recaudación de tributos".226
226 López Austin, Alfredo. Organización Política en el Altiplano Central de México durante el Post Clásico, en Mesoamérica y el Centro de México, p.206.
328
Es posible que en el momento histórico de la llegada de los españoles a
Mesoamérica la forma comunal de explotación de la tierra se haya encontrado
debilitada y que este proceso se intensificó durante los distintos periodos de la
colonización y del poblamiento europeo. Por ejemplo, el carácter no enajenable se
fue perdiendo pues los mercaderes reales que dictaban al rey en beneficio directo
de los conquistadores, implicaba un acto de compraventa pero también los
españoles podían adquirir directamente tierras a los grupos indígenas, lo que
conspiraba en contra de la esencia de las propiedades comunales. Parte de los
frutos de la explotación de la tierra que se entregaba a los pipiltin, a los
administradores de los templos y de las escuelas, ahora se entregaban a
particulares extranjeros. Entonces encontramos muchas quejas y reclamaciones,
de parte de los núcleos indígenas, por operaciones de compraventa que se
hicieron en forma ilegítima, sin guardar ningún respeto a las autonomías de los
pueblos y no siguieron a la legislación de indias.
En su estudio sobre el Códice Mendocino, Zantwijk destacó que en la fundación
de Tenochtitlan había 7 calpullis, con sus respectivas estructuras jerárquicas tanto
de los jefes como de sus familias y que estas jerarquías optaban interrelacionados
en los aspectos económicos, social, público y religioso. Dio los nombres de los 8
jefes fundadores: Mexitzin, Ocelopan, Xiohcaque, Tezonpan, Xomimitl y Ahuexotl,
mientras que Fray Diego de Duran sustituyó a Tezompan pero Tenzacatetl y a
Hiuchacoque, Huiclan pero añadió que en el transcurso del tiempo se convirtiera
en 20 calpullis y así "el nivel más alto estaba en los 7 calpullis originales con su
jerarquía interna propia, en segundo lugar venía los otros 13 calpullis,
329
pertenecientes al sistema ceremonial y finalmente el sector más bajo estaba en los
restantes calpullis; la población tenochca formaba una convivencia pluralista e
interétnica organizada según sistema jerárquica entrelazada; el calpulli no era un
clan u otro grupo de emparentados sino una congregación de personas aliadas a
un jefe o a una familia dominante y además pertenecientes a ciertos centros
ceremoniales particular donde se reverenciaba a un dios o a dioses particulares.
Concluyó que los tenochcas tuvieron antecedentes muy diversos, que al llegar al
lago se encontraron con los otomíes y que el término azteca no se refería a un
pueblo sino a una tendencia cultural e ideológica.227
Los estudios que hizo Zantwijk sobre los calpullis en la ciudad de Tenochtitlán
confirman que hubo una serie de movimientos, en ellos debido a un incremento en
la población, desde que se asentaron en la región de Atzcapotzalco, hasta el
periodo de Moctezuma. En esta larga etapa, que comprende una etapa de 200
años, los mexicas se mezclaron con otros grupos humanos, que procedían de
otros troncos culturales. Los mexicas se fueron transformando, sus instituciones
políticas y sociales se consolidaron y también cambiaron, hasta aparecer con
plenitud en el periodo de Moctezuma. En este gobierno se fortaleció la autoridad
del Consejo Supremo, como órgano deliberativo y electivo y en él participaban
jefes de calpullis, como era la usanza tradicional. Los jefes de los calpullis fueron
autoridades políticas y también morales como lo confirman los estudios de algunos
de los padrones.
227 Zantwijk, Von R. La Organización social del México Tenochtitlan naciente, Una Interpretación de las primeras pinturas del Códice Mendocino, en XLI Congreso Internacional de Americanistas, México, 2 al 7 de septiembre de 1874, Vol., 2.1976.
330
"A su arribo al centro de México, la economía de esas primeras tribus nahuas, que
habían dejado núcleos más o menos importantes de su mima filiación a través de
su larga ruta migratoria por la vertiente del Océano Pacífico, estaban basadas en
el cultivo del maíz. Nos inclinamos a creer que desde aquella época el fríjol, la
calabaza, el chile, el algodón y el tabaco constituían ya un elemento importante de
sus vidas; así como que buscaban la salina como punto de apoyo geográfico. La
tierra era poseída en común por los miembros del clan o barrio, pero era
usufructuada privadamente por las familias cultivadoras, aun cuando los lazos de
solidaridad de clan y de tribu eran tan fuertes, que todos contribuían, en trabajo y
en especie, en la atención de las necesidades colectivas. Al establecerse en el
Valle de México se percibe ya entre ellos un principio de organización política y de
culto religioso, lo que implicara, sin duda, los gravámenes obligados para el
sostenimiento de las nacientes superestructuras sociales", dijo Othón de
Mendizábal.228
Al hacer el estudio de algunos padrones se confirma la existencia de las familias
como células básicas pues en primer lugar aparecía el jefe de la misma y en
seguida los nombres de sus hijos, los cuales se distinguían por tener, desde luego,
el mismo apellido. Pero, además, al lado del apellido estaba el oficio que
desempeñaban indicando que eran labradores. Ello nos permite concluir que a
pesar de los cambios que habían ocurrido desde que salieron de Aztlán hasta la
llegada de los españoles, las tierras seguían cultivándose y explotándose en forma
228 Othón de Mendizábal, Miguel. La Evolución de la Cultura, p.4.
331
comunal y que seguían vigentes las reglas básicas de los calpullis. Los padrones
confirman también que en el interior de estas unidades socioeconómicas habían
aparecido nuevos oficios o "especialidades". Por ejemplo, en materia alimenticia la
dieta se mantenía y el maíz era el producto esencial, aunque se completaba con
otros productos cada vez más ricos en proteínas de origen animal.
Precisó Kirchhoff que "los comunes eran a un tiempo dueño y cultivadores de las
tierras, en tanto que los nobles solo eran dueños de la tierra, los siervos cultivaban
las tierras, los comunes cultivaban tanto sus propias tierras como aquellas ligadas
a un cargo público y los nobles simultáneamente usufructuaban las tierras de
cargo público y eran dueños de tierras privadas y los siervos cultivaban las tierras
de los nobles. En la primera etapa, todas las tierras eran propiedad de los
calpules, incluyendo aquellas que eran separadas para el mantenimiento de los
jefes del calpulli y del cargo tribal, quienes pertenecían a lo que podemos llamar
nobleza del calpulli, los miembros "bien nacidos de los clanes". En la segunda
etapa, quienes tenían puestos que anteriormente habían sido tribales y que ahora
correspondían a los llamados cargos públicos o del estado, formaron una clase
aparte, una nobleza distinta no solo de los comunes del calpulli, sino también de la
nobleza del mismo, aunque algunos de sus miembros pudieron haber provenido
de las filas de estos últimos. No obstante, el núcleo de esta nobleza estaba
formado por los descendientes de los reyes y por ello eran llamados pillis, es decir
hijos; eran de origen extranjero y provenían de grupos más poderosos política y
culturalmente y por lo tanto estaban fuera de la organización del calpulli de
antecedentes tribales. Todos los miembros de la nobleza se casaban entre si, es
decir, dentro de su clase, aunque no por fuerza dentro de la unidad política a la
332
que pertenecían y eran dueños de tierras privadas, encontraste con la nobleza del
calpulli, que solo tenía su parte en las tierras del calpulli, de la que eran dueños
colectivamente".229
Las observaciones que formuló Kirchhoff permiten concluir que como sucede en
todas las instituciones públicas se dieron cambios internos, como la aparición del
fenómeno de la estratificación que preludiaba la aparición de clases en el futuro.
Los calpullis están vinculados a formas asociativas más grandes o complejas,
como los señoríos y las ciudades y estados que conformaron la Triple Alianza y
por ello estaba en una relación de Ínter influencia, es decir, al mismo tiempo que
su estructura interna irradiaba influencia hacia el exterior, también la recibía. Por
ello, este especialista habló de etapas y de periodos que desde luego son difíciles
de precisar por la falta de estudios de casos. Es así como señaló que se formó
"una nobleza" para utilizar los conceptos de la sociología europea, es decir, hacía
referencia a quienes ocupaban cargos políticos o administrativos y que recibían
beneficios adicionales de parte del trabajo de los macehuales.
Había aparecido un segmento, que carecía en la medida en que la sociedad se
hacía más compleja, que acumulaban más bienes satisfactores materiales y
bienes culturales. Ya no se requería "ser de buena sangre" para acceder a esos
niveles de enriquecimiento y de prestigio social sino ahora se tomaban en cuenta
otros factores, contrarios a la esencia primigenia de los calpullis
Torquemada dedicó el capítulo VII, del tomo 6, en la forma que se tenía de repartir
229 Kirchhoff, Paul. La Tenencia de la Tierra en el México Antiguo, p.73
333
el suelo de la república afirmando que en cada pueblo o altapetl las tierras estaban
repartidas en parcialidades "por calpullis que son barrios y sucedían que una
parcialidad de este dicho tenían 3, 4 o más calpulles, conforme la gente tenía el
pueblo y en lugar de calles llamaban tlaxilacales. Estos barrios y calles estaban
todos sorteados y nivelados con tanta cuenta y medida, que los de un barrio o
calle no podían tener en la otra un palmo de tierra y lo mismo hacían en las calles,
recorriendo por sus suerte por todas partes del pueblo; estos tributaban al señor,
cuyos vasallos eran, maíz, mantas, ropas, de los que ellos usaban, gallinas,
huevos, cacao, sal y otros infinitas cosas que las tierras producían y no tenían
obligación de pagar otro género de tributo, ni pecho, ni derecho; asimismo eran
obligados a dar servicio de hombres y mayores a sus señores y estos si se
morían, heredaban a sus hijos las casas y las tierras con cargas de pagar el tributo
que sus padres pagaban y si querían ir a otra parte no podían vender las tierras
que poseían sino que las habían de dejar para que el señor las diese a otro del
barrio...".230
La estructura del calpulli, sobre todo de los actualizados por las sucesivas
administraciones de Axayacatl e Itzcoatl y más aun por la Moctezuma, facilita la
explotación del trabajo de los macehuales, al establecerse la entrega de tributos
en forma obligatoria. Este procedimiento se hizo extensivo para todos los pueblos,
regiones, señoríos que existían en el Valle y se convirtió en uno de los
mecanismos más sólidos del mantenimiento del sistema imperante. Los padrones
examinados revelaron la composición interna o física: en los barrios había casas
230 Torquemada, Juan, Monarquía Indiana, T. IV, p.331
334
más o menos iguales, que tenían colores idénticos y que confirman este fenómeno
en las facilidades de Tenochtitlán. La figura de los barrios permaneció mucho más,
pero ya no podemos afirmar que sus moradores ya no reconocían a ningún
antecedente común, si bien aparecieron grupos que tenían apellidos iguales.
Para Vaillant, el "Consejo Central dividía la las tierras entre los clanes y los
caciques de cada uno de ellas distribuía las raciones entre los jefes de familia
justa y equitativamente. También se reservaban zonas para el sostenimiento del
jefe y el personal del tempo, para los abastecimientos de guerra y para el pago de
tributos, todos ellos trabajaban en comunidad aunque, sin duda, también son
esclavos. A la muerte de un usufructuario, las tierras pasaban a sus hijos y si
moría sin descendencia la propiedad volvía al clan para que se volviera a distribuir
como sucedía también si el propietario no cultivaba su parcela durante un período
de 2 años. Este sistema podía funcionar equitativa y provechosamente para todos
los interesados, mientras una sociedad se mantuviera relativamente estática y
tuviera tierras laborables disponibles. Sin embargo, en el Valle de México este
sistema dio lugar a desigualdades. La creciente población de los grupos del Valle
agota toda tierra disponible y las familias y los clanes no tenían manera de
incrementar sus propiedades agrícolas. Una parcela que producía abundantes
productos para una familia pequeña ofrecía subsistencia insuficiente para una
grande".231
Desde el punto de vista teórico, todos los miembros del calpulli eran iguales, en 231 Vaillant, George. La Civilización Azteca, Origen, Grandeza y Decadencia, revisado por Susana B. Vaillant. FCE. México, 1977, 303 p., p.109
335
cuanto que eran jefes de familia, pero la calidad y la disponibilidad de las tierras
fue diferente. La "presión demográfica" fue un factor que conspiró contra la
estabilidad, como sucedió con los ejidos modernos. En la medida en que un
productor o jefe de familia tenía hijos en este, iban creciendo, aumentaba la
demanda de parcelas para sostener a sus descendientes que por otra parte,
debilitaban sus vínculos con sus antepasados.
Dijo Mejía Fernández que el padre Acosta había distinguido tres grupos de tribus:
una en el que no tenía reyes, ni gobierno; en las cuales solo tenían capitanes que
obedecían circunstancialmente y otros que estaban regido por Consejos. Por lo
tanto había distintos grados de desarrollo, los cuales vincula con el progreso que
habían alcanzado las fuerzas productivas. En una primera etapa, apenas se
producía para reponer las energías perdidas "sin darles ningún margen para
progresar; con el cultivo de la tierra se produjo más de lo absolutamente necesario
y ese producto suplementario permitía a la sociedad abandonar el estado casi
estático que se había mantenido en largas edades e inicia una línea
ascendente".232 El trabajo le hizo más complicado pues se exigieron más
habilidades y conocimientos "más el progreso material permitió obtener un
producto suplementario y con ello la creación y consolidación del gobierno de las
tribus. Indicó finalmente que recaía el gobierno en el chinoncalletl, que tenía
funciones económicas y administrativas como el de mirar por la tierra del calpulli y
distribuirla y sus servicios eran recompensados por el labrado gratuito de sus
tierras por parte de los miembros del calpulli.
232 Mejía Fernández, Jorge. La tribu Azteca, material mecanuscrito, México, 243 p.,p91
336
El estudio que hizo Mejía Fernández fue muy importante pero poco conocido y
utilizado por los antropólogos y otros especialistas. En el demuestra que los
grupos indígenas que había en el Valle de México se encontraban en diferentes
etapas de desarrollo y por lo tanto no se pueden considerar esta zona como
homogénea pues el proceso civilizatorio tenía un ritmo desigual pues se hablaba
de grupos muy atrasados, que serían los chichimecas, que incluso se encontraban
semidesnudos y los que tenían un alto progreso tecnológico, como los mexicas.
Había pequeñas, medianas y grandes comunidades, pero la estructura material
era esencialmente la misma, sujeta a distintas dimensiones. También hizo alusión
al mismo desarrollo, que tuvieron los excedentes pues en la medida en que creció
la población, se incrementa ese plus trabajo y por lo tanto el excedente fue mayor.
Esto explica que los calpullis tuvieran una capacidad productiva muy variada, a la
vez que las autoridades tomaron medidas cada vez más complejas para alcanzar
esos niveles. Nos referimos a los administradores de los calpullis que lograron
combinar la asignación de cargas de trabajo, aunque aun está pendiente un
estudio completo sobre los servicios personales, es decir, aquellos esfuerzos que
se hacen al margen del pago de tributos.
Los cronistas señalaron que los lazos basados en el parentesco se debilitaron en
el transcurso del tiempo para dar origen a otro tipo de vínculos, lo que refleja la
madurez que poco a poco fue alcanzando la sociedad mexica. Los vínculos
religiosos, es decir, la adhesión a una deidad o un conjunto de deidades, el
respeto y la subordinación a un jefe militar, fueron cada vez más sólidos y quizá
337
más fuertes que los basados en el linaje. Por ello es muy importante señalar que
cada calpulli tenía su propio dios, que se sumaba al resto de los integrantes del
conjunto de deidades, para reafirmar que el destino de los hombres estaba en
gran medid predeterminado por factores divinos. Pesaba más las relaciones con
los jefes políticos pues de ellos dependía, entre otros factores, la realización de
incursiones armadas y la conquista de otros pueblos y territorios y naturalmente
los beneficios materiales que de ello se derivaba. Las tierras del calpulli que
estaba destinado para el mantenimiento de los gastos de laso templos es otra
manifestación de la profunda religiosidad que tenían el pueblo ¿Qué tipo de
vínculos pesaban más, los de la simple pertenencia a los calpullis o los otros ya
mencionados? En la primera etapa, fueron los primeros y en la segunda, fueron
los otros, aunque no se puede hablar de una distinción absoluta de unos con
otros. Al principio, cuando había condiciones de mayor igualdad, lo que realmente
importaba eran las cuotas de trabajo que se aportaban para arrancarle los frutos a
la naturaleza pues era la única forma que se tenía para asegurar la manutención
de las familias.
Chavero opinó que si bien tenía razón Zorita de que los miembros de una familia
tendían a agruparse en un calpulli, pero dijo que un individuo podía cambiarse a
otro calpulli, indicando que "los hombres que se unen solamente por el afecto del
parentesco forman la tribu, pero los que se ligan por la religión son ya un pueblo.
Por eso hemos visto que los mexicas conservaron por señor al sacerdote
Tenochca y que su primer cuidado al fundar la ciudad fue levantar un templo a su
dios y hacerle sacrificios. Por eso también por mandato del Dios, se repartieron en
338
los barrios las deidades menores. Así como el culto modificó las formas de tribu de
los mexicas, la escasez y la falta de tierras en que vivieron los primeros años
alteraron sus ideas de comunicación, viéndose cada cual obligado a vivir de su
trabajo personal para alimentarse. Por eso fue que al cambiarse por completo la
situación de Tenochtitlán, por virtud de la conquista de Itzcoatl, se establece el
derecho de propiedad y "se reservan tierras a los calpullis es para mantener el
culto de los dioses".233 Para sostener su aserto señaló el códice de Ixhuatepec en
que se garantiza la propiedad derivándola de ese reparto de tierras. "Podría
creerse que subsistía el consumo en la tierra propia del calpulli, pero no era así, se
repartía entre los vecinos del barrio para que la labrasen y cada uno pagaba en
frutos una renta de ella, pero si o tenían propiedad completa porque a más de la
renta no podían enajenarla y las perdían si iban a vivir a otro barrio, gozando de
ellas de por vida y pasaban a sus herederos".
Mientras los macehuales estaban sujetos a un régimen cerrado y rígido pues se
trataba de un estamento legitimado por la concepción religiosa y nadie podía
separarse de esta condición pues los macehuales lo eran desde el nacimiento
hasta la tumba, salvo que se distinguieran como guerreros o como artesanos
especializados, los mayeques eran independientes, es decir, se contrataban
libremente a los pillis para trabajarles sus tierras. La aparición de los mayeques
probablemente indica que había etapas en las que se carecía de mano de obra
suficiente y por lo tanto se debía recurrir a la contratación individual. Los cronistas
reafirman que esta carencia o insuficiencia se daba durante los periodos en que
233 Chavero, Alfredo, Historia Antigua de México, T. II, p.133.
339
los mexicas entraban en una guerra y debían levantar "grandes ejércitos" por lo
que los macehuales se transformaban en guerreros y en todo caso debían
abandonar sus lugares de origen y abandonar sus tierras para irse a sitios lejanos
a combatir. A las tierras de los pillis les faltaban brazos para cultivar sus
propiedades y es así que solicitaban el apoyo de los mayeques. Las historias, muy
pocas por cierto, revelan que algunos provenían de otros pueblos, cuyos señores
no estaban en guerra y solicitaban trabajo obteniéndolo de esta manera. En los
códices hay representación gráfica de macehuales y mayeques pero no existe el
registro de sus relaciones o exigencias, que seguramente las tenían por ser un
sector explotado, lo que indica también que no había ningún interés de los pillis y
después de los cronistas españoles por darles un espacio de expresión porque su
condición de explotados se consideraba natural.
Caso hizo una distinción más amplia: las tierras de dominio público y las tierras de
dominio privado, entre estas últimas, desde luego, la del rey que las había venido
por herencia o que se les había adjudicado durante la conquista, las tierras que
pertenecían a los pipiltin, que eran trabajadas por terrazgueros que se llamaban
mayeques. "Estos mayeques o tlamaites eran muy diferentes de los plebeyos
dueños de las tierras del clan o calpulli que podían cambiar de barrio, diferentes
también de los aparceros libres o renteros que podían abandonar la parcela
cuando cumplían su contrato y no daban servicios personales al dueño de las
tierras, ni pagaban con ello al nuevo propietario, pero también eran diferentes de
los esclavos que el propietario utilizaba para labrar sus tierras. El origen de los
mayeques parece ser múltiple. Indudablemente casi todos eran viejos pobladores
340
propietarios de las tierras conquistadas que eran repartidas entre los nobles,
formando las propiedades individuales de ellos o pillalis. Pero también parece que
algunos mayeques venían de otros pueblos, bien sea porque las tierras que les
tocaban a ellos no les alcanzaban para vivir o bien porque huían de la acción de la
justicia. Estos mayeques, después de la conquista, llamado terrazguero, siguieron
labrando la tierra de los caciques. La propiedad de los nobles o pipiltin era en
consecuencia individual. Comprendía no tan solo propiedad de la tierra sino la
servidumbre de los que la habitaban que tenían que darles a los nobles una parte
del producto y prestarles servicios personales. Además era una propiedad
transmitida por herencia o por venta y sabemos que el rey podía transferirla por
merced o por donación”.
Caso hizo varias aclaraciones: el plebeyo o macehual no trabajaba las tierras de
los nobles sino solo las tierras de su clan, las tierras de los nobles eran trabajadas
por otros individuos que no pertenecían al clan, si los pillis tenían sangre divina, es
decir, sangre tolteca pero el "calpallec aunque no tenga sangre noble tenía
autoridad de por vida y es el representante de los intereses del calpulli o barrio y
esta sostenido con las prestaciones que le dan sus coterráneos. Zorita lo llama
"pariente mayor", pero el macehual se distingue del noble desde que fueron
creados sus antepasados. Los macehualtin fueron creados en el año 8 calli,
mientras que los nobles lo fueron antes, en el año 1 tochtli y ayudaron a los dioses
a levantar el cielo que había caído durante el diluvio. Atribuyó a Itzcoatl la
realización de un pacto mediante el cual se otorgaron los más altos títulos
religiosos, militares, judiciales y administrativos a sus parientes nobles y creó la
341
propiedad privada de la tierra para ello. Ilustró el reparto de tierras a los
pobladores de Coyoacán y Xochimilco, sobre todo favoreciendo a los hijos y a los
sobrinos de Tlacaelel.234
Es muy importante señalar que Caso en sus estudios sobre religiosidad y
mitología afirmó que tanto la creación y el surgimiento de los pillis como de los
macehuales, fueron productos de la voluntad de los dioses. Ellos quisieran que la
sociedad mexica fuera una sociedad profundamente escindida entre dos
segmentos sociales, uno más pequeño y otro demasiado grande. Hemos leído
algunas manifestaciones de macehuales, en los textos que ha publicado León
Portilla y comprobando que esta fatalidad estaba muy arraigada a la conciencia
social e individual y por lo tanto era prácticamente imposible que pudiera cambiar.
Así había sido concebido y determinado desde el principio de la creación del
mundo, desde la lucha, entre los dioses por destruir el mundo anterior y por
construir otro, era una parte muy vigorosa de la herencia cultural tolteca y por lo
tanto nadie podía negar o abdicar de esta situación.
En gran parte, la historia de los mexicas describe el engrandecimiento y la
consolidación de los pillis como grupo que se transmitía el poder de unos
individuos a otros, los que tenían derecho, los derechos reales, producto del linaje,
mientras que los macehuales no tenían ningún derecho, no obstante que era el
sector mayoritario de la sociedad. Ninguna sociedad con esta estratificación
monstruosa se sostiene por muchos años pues surgen de cuando en cuando
234 Caso, Alfonso, Obras, T. VI, p.293
342
conflictos, rebeliones con protesta que terminan por hacer cambios, aunque sean
en parte, este estado de cosas. Es por ello que Moctezuma, encontró en los
méritos militares un mecanismo de compensación económica y social adicional a
la que los calpullis tradicionalmente habían aprobado.235
Escribió Caso:
"El rey, como el más poderoso de los pipiltin, tenía tierras propias en todos los
pueblos conquistados, con vasallos que sembraban las sementeras y pagaban el
tributo para sus gastos personales. Eran los tlalocatlallis o tonal intlacatl; pero
había otras tierras para los gastos generales que se llamaban "tierras de palacio",
o tecpantlalli que servían para sostener los gastos de la burocracia que gobernaba
y desempeñaba las múltiples funciones de una organización tan compleja como
era la del imperio: magistrados, administradores, escribas, canteros. Para los
gastos de la guerra existían también tierras especiales llamadas michamulli o
"tierras de escarda" con las que se pagaban los gastos de los funcionarios
militares y las del ejército en campaña. Había por último las tierras de los templos
o teopontlalli con las que se pagaba el numeroso clero que desempeñaba las
complicadas funciones del ritual. Dentro de los barrios mismos existían ciertas
tierras que tenían por función sostener los gastos propios del clan entre los cuales
se encontraba el sostenimiento de la escuela militar, el telpochcalli y los del templo
en el que se veneraba al dios tutelar del barrio".236
Los estudios de Caso confirman la existencia de una sociedad estamental, propia 235 Caso, Alfonso, Obras, T. VI, p.286236 Caso, Alfonso, Obras, T. VI, p.223
343
de muchas sociedades antiguas, pues cada institución pública o social tenía su
propia fuente de obtención de recursos para el mantenimiento de sus funciones y
la continuidad de sus labores. En consecuencia, ellos invitaban a que todos los
individuos se reagruparan en una de esas instituciones, y que todos ellos
quedaran organizados, pues de no hacerlo quedaban comprendidos en la noción
de pueblo llano, es decir, la masa amorfa, aquellos que no tenían rostro, ni
significado social y político, solo que había un "pequeño destello": eran los grupos
vinculados con la producción de bienes y con la prestación de servicios personales
sin los cuales no podría subsistir los funcionarios de las casas reinantes, ni
mantenerse sus ejércitos ya sea que estuvieran en guerra o en sus cuarteles, ni
alimentar a los sacerdotes y su curda de ayudantes. A la vez que "no tenían
derechos", era el sector productivo, de cuyo esfuerzo dependía el resto de los
otros poderes y los individuos componentes de las instituciones. En los textos de
León Portilla, se hace alusión a ciertos límites de pillis, durante la etapa posterior a
la conquista, que hacían notar un estado de inseguridad y de zozobra cuando
algunos macehuales hacían algunas reclamaciones. Ellos decían más o menso: si
estos se transforman a nobles por merced de las leyes españolas, ¿Quiénes
trabajaran sus tierras? La división estamental funciona mientras tenga vigencia los
principios ideológicos y religiosos que les han dejado legitimación y así se
ejecutaron también los procedimientos coercitivos y el uso de la violencia estatal
para mantener ese estado de cosas.
En la batalla de Cuetlaxtla se confirmó que a petición de los macehuales, los
principales que se encontraban escondidos en una cueva fueron localizados,
344
aprendidos y encarcelados por los mexicanos quienes "así estaban haciendo
justicia. Los macehuales aprovechan la coyuntura para plantear a los mexicanos
de que a pesar de que de ellos salían los tributos los "señores los maltrataban y
tiranizaban con mucha crueldad y haciéndoles grandes injurias y poniéndoles
excesivos tributos y que todo su oficio es comer y beber a costa del común, pujar y
holgar, placeres y pasatiempos muy ordinarios y que les suplicaban que les
hiciesen justicia en que fuese muertos". Ante esta reclamación -dijo Durán-
Moctezuma ordenó que fueran degollados los principales no por la parte de
adelante sino por la de atrás, y los "macehuales quedaron muy contentos y luego
exigieron a otro señor. Los macehuales agradecieran a Moctezuma, le trajeron
muchas riquezas, le refrendaron que serían "sus leales vasallos" y que le
entregarían los tributos "directamente y hasta la muerte".237
Estos testimonios de Duran es de los pocos que hemos encontrado como una
fuente directa de los macehuales, aunque aparecen sostenidos en un texto
compuesto por un misionero de mentalidad occidental. Tanto por las advocaciones
o lamentaciones que encontraron en Sahagún, Torquemada y Duran, sobre todo,
en los textos recopilados por León Portilla, Ángel María Garibay se puede concluir
que los macehuales recibían un tratamiento basado en el principio de la
explotación intensiva del trabajo humano y de que no había para ellos
"consideraciones" de carácter "humanitario". Los macehuales eran "máquinas"
para hacer producir las tierras de los estamentos que tenía la sociedad lo que
reafirma la existencia de graves antagonismos en el interior de los calpullis.
237 Duran, Diego. Historia de los Indios de Nueva España e Islas de la Tierra Firme,, p.256
345
Con frecuencia, los antropólogos oficiales, que le deseaban enmendar la plana a
Morgan, presentaban el panorama de unas relaciones armoniosas y hasta idílicas,
de una noción de igualdad y de respeto hacia los macehuales, como si fuesen
hermanos de los pillis. Pero esto no fue así. Los factores económicos y políticos
pesan más que los vínculos del parentesco y de la consideración de tipo religioso.
Los mexicas demuestraron que tenían un gran pragmatismo en sus relaciones
hacia el interior de los calpullis y hacia el exterior, al utilizar la fuerza armada cada
vez que fuera necesario, e incluso arrasaban pueblos completos y sometían por
medio de la violencia a antiguos aliados.
"La mayor parte de los comunes solían estar adscritos a las casas nobles como
dependientes: vivían en la tierra de los tecalli, las labraban y prestaban toda clase
de servicios personales el tecutli, título a sus nobles que gozaban del usufructo.
Los terrazgueros pertenecían a una población nativa de particularidad
desconocida o pertenecen a los olmecas que antes habían dominado la región o
podían haber formado parte de una u otra de los macro etnias inmigrantes. La
población olmeca que los conquistadores chichímecas habían encontrado y
vencido en la región circunvolcánica parece haber sido muy densa. La mayoría de
la gente común nativa muy probablemente se habían quedado con las tierras que
cultivaban y constituirían la masa de los numerosos macehuales terrazgueros o
vasallos que pertenecían a los tecallis, a la gran masa de terrazgueros se
concentraron en el Valle de Atlixco",238 dijo Dyckerhoff quien consideró la
238 Dyckerhoff, Úrsula. Grupos Étnicos y Estratificación Socio Política,, p.39
346
existencia de una gran presión social sobre las tierras a raíz de los sucesivas
oleadas de inmigrantes.
Solo los estudios de estratificación social nos permitirían abundar sobre el
surgimiento, consolidación o debilitamiento de pillis, macehuales y mayeques para
tratar de encontrar rasgos comunes generales, en todos ellos y hacer
formulaciones que sean válidas para la región centroamericana. Los estudios
particulares que hasta hoy se han hecho, sobre todo en las regiones de Puebla y
Tlaxcala, confirman la existencia de una comunidad homogénea, con sus
variantes locales. Una de las características centrales es la de la movilidad de las
poblaciones, que se producían por razones naturales, es decir, generadas por
sequías, hambrunas, inundaciones, como efecto de la conquista de un pueblo
sobre otro, el aniquilamiento de sus fuerzas productivas, la conversión de sus
habitantes en esclavos, entre otros factores. Estos cambios de lugar de los grupos
humanos, sobre todo de los sometidos, como los chalcas, xochimilcas,
matlazincas, otomíes, también explica la razón básica de por qué un pueblo que
tenía su propio hábitat, los recursos naturales por su subsistencia de pronto la
pierde y se ven obligados a buscar otro lugar de asentamiento, a vivir por largas
temporadas en las montanas y en las cuevas o alquilar su fuerza de trabajo a
otros pueblos. Muchos de estos eran los mayeques, a la manera de los
trabajadores agrícolas migrantes del siglo XX los cuales no tuvieron acceso al
reparto agrario y que se ven en la imperiosa necesidad de cambiar de residencia
por temporadas y por alquilarse con los que si tienen tierras.
347
Afirmó Soustelle que:
"En principio el pilli no tenía derecho a nada y si quería subir en la jerarquía militar,
civil o religiosa tenía que realizar los mismos esfuerzos de un macehual. De
hecho, desfrutaba desde el principio de múltiples ventaja", la fama de su padre, la
educación superior del calmecac en lugar del colegio del barrio. Era en su clase en
donde el emperador reclutaba con preferencia a sus funcionarios, sus jueces, sus
embajadores; estaba situado por decirlo así, a medio camino entre el pueblo y la
clase dirigente y servía como una especie de reserva de la cual se echaba mano
para hacer frente a las necesidades siempre crecientes de una administración en
pleno desarrollo; el pilli no llegaba a distinguirse durante su vida, no tenia ningún
prestigio que legar a sus hijos. El prestigio del tecuhtli apenas se prolongaba más
allá de una generación si nuevos esfuerzos no venían a reanimarlo". 239
En las crónicas de los primeros años, no aparecen diferencias ostensibles entre
pilís y macehuales, pero sí comienza a surgir un abismo entre ellos desde el
momento en que en la Tira de la Peregrinación se observa a los dirigentes
caminando dos o tres pasos adelante del grupo humano, cuyos individuos
aparecieron vestidos de la misma forma. Uno de los elementos que señalan una
diferencia es el tipo de vestimenta empleada por uno o por otros. Pero uno de los
principios "divinos" era que el bienestar material obtenido mediante la explotación
de las tierras debía lograrse solo mediante el esfuerzo humano, ya fuese individual
o colectivo. Por ello encontraron que los dioses hicieron muy frecuentes alusiones
al trabajo físico, como la base en la cual descansaba la felicidad de la sociedad.
239 Soustelle, Jacques. La Vida Cotidiana de los Aztecas en Vísperas de la Conquista, p.61
348
En los documentos recopilados por Sahagún se hace referencia reiterada a la
existencia de los flojos y los perezosos, como seres despreciables. Había una
razón de fondo pues de acuerdo con las leyes más lejanas, la humanidad se había
edificado por el esfuerzo de los dioses y no mediante un acto divino y súbito. El
resto de las instituciones sociales que después se fueron creando, como las
escuelas especializadas y el apoyo a los artesanos, reforzaron esta glorificación
del trabajo que todos debían realiza. De esta forma, en la primera etapa, hasta los
"nobles" o pillis debían hacerlo, haciendo una clara referencia, exclusiva, al trabajo
manual, aquel dedicado al cultivo de las tierras.
"De entre estos (macehuales) algunos se llamaban arrendatarios, pero otros
tienen tierra cuyo dominio les pertenecía; estos dividían sus frutos en tres
porciones y tributaban al rey con un tercio. Entre los frutos se encontraban los
peces, los perritos comestibles, las gallinas de la tierra, las aves cubiertas de
plumas preciosas, las liebres, venados, oro, gemas y otras cosas metálicas, sal,
miel, cera, manta, penacho de plumas, algodón, hilos, frijoles, varios frutos,
legumbres y muchas clases de semillas de aquellas que principalmente era
costumbre usar como aliento. Los arrendamientos entregaban cada año o cada
mes lo que estaban obligados según pacto o convenio. Pero era demasiado que
se les llamara esclavos y no solo no eran propietarios de su cosas sino que ni de
sí mismos tenían dominio integro ni les era permitido mandarse a sí mismos,
completamente porque comían, bebían, se vestían y conservaban con hijos según
mandamiento del rey o de los caciques a quienes pertenecían las ciudades,
además del tributo debido al rey. Todas las cosas del tributo las llevaban a México,
349
de cualquier región, por lejos que estuviera unos como fuertes cargadores porque
todavía no conocían las bestias de carga y por consiguiente estaban
acostumbrados todos casi desde la cuna a llevar el peso.
En México, también había gravamenes y algunas cosas en las cuales quedaba el
tlaolli y donde mandaba el ecónomo mayor, con otro de grado inferior para que
recibieran, custodiaran y cuando había necesidad, las entregan, y las cuentas
cuando se exigieran en jeroglíficos. Para cada ciudad había un recaudador que
llevaba en la mano un abanico o una varita en señal de su cargo al cual le
pagaban los impuestos que debían ser emitidos sobre la marcha al ecónomo
supremo"240, señaló Hernández.
Los mecanismos de explotación de las tierras de los calpullis incluyeron una
recompensa, generalmente, en especie, para todos los tipos de trabajadores,
desde aquellos vinculados estrechamente en los aspectos más íntimos, como el
parentesco o el linaje, hasta los más lejanos como los medieros, que después se
transformaron en terrazgueros. En todos los casos, los "pagos eran en especie"
pues no tenemos elementos para confirmar la existencia de pagos en moneda.
Los macehuales cultivaban las tierras, extraían sus frutos, una parte de ellos se le
entregaban directamente a los pillis, como si fuese el pago de una renta por la
parcela y el resto de la producción se ubicaba en el patrimonio de los labradores,
pues así lograban mantener a sus familias. En los casos de mayeques, el
fenómeno está más claro, pues se les efectuaba un pago "por sus servicios"
240 Hernández ,Francisco, Escritos Varios, Obras Completas, UNAM, 1984, 525 p., p.112
350
entregándole una parte de los bienes producidos, pero no estaban obligados a
pagar tributos como si lo tenían los macehuales, mientras que los pagos a los
arrendatarios o medieros, era similares, es decir, se les pagaba con una parte de
la producción.
Concluimos por lo tanto que los macehuales estaban sujetos a condiciones de
explotación más estrictas pues tenían que pagar con su trabajo a los jefes del
calpulli y a los dignatarios políticos (tributo) además de que tenían al calpulli como
una cárcel por la sujeción y los lazos sociales y políticos, mientras que los
mayeques y los medieros eran más independientes y por lo tanto recibían un
tratamiento humano mejor. ¿Muchos macehuales querían ser mayeques para que
su vida no fuera tan sombría?
Definió Carrasco al "tecalli o casa señorial como una institución que estaba
encabezada por un teuctli, (en plural teteuctin) que participaba en la organización
política del señorío, poseía tierras anejas a la casa y tenía como dependiente a los
pipiltin o noble descendiente de los teteuctin de ellos". Pero aunque esta era una
institución típica de la zona poblana-tlaxcalteca, había una institución que era
paralela en el Valle de México, el Tecpan o palacio. En cuanto a la palabra
mayeque la definición que le dio Zorita es la de "bracero agrícola", mineras que
Molina, en su Diccionario lo tradujo como "labrador o gañan, lo que equivaldría a
terrazguero en español". También encontró similitud con el concepto calpulelque,
que era uno de los cuatro títulos de señores, entre la región tramontana y la
cuenca de México y al referirse al concepto de calpullis, opinó Carraco que "es
parte de un sentimiento de origen común entre los miembros de un grupo étnico y
351
como parte de una organización en la cual el parentesco e de importancia principal
en los niveles sociales más altos”.241
Los estudios que hizo Carrasco enriquecieron y actualizaron los textos que de
Zorita y son los más completos que conocemos. Este gran antropólogo
norteamericano trató de confirmar en la práctica de la vida social, algunos de las
tesis de Morgan, Bandelier, Zorita y otros y por ello realizó estudios en varias
localidades pues así lo confirmaron. Introdujo el concepto de "casa señorial", o
casa en donde habitaba el jefe principal y al hacerlo indicó que en el interior de los
pillis también se estaban produciendo cambios importantes, que tendían hacia la
piramidización, es decir, entre los señores, había uno que era superior a los
demás, el llamado Tecutli, que disponía de tierras cercanas a su casa y que se
daba mayor poder económico que el resto de los pillis.
El rasgo más sobresaliente del calpulli era el sentido de pertenencia a la
comunidad, "estár arraigado a la tierra", ser parte del grupo de trabajadores, como
si fuera un atisbo de la conciencia de clase. Pero no conocemos formas
asociativas de los macehuales o mayeques, medieros y sí hubo esos documentos
tienen que ser destruidos por los españoles pues confirmaban la existencia de una
sociedad más evolucionada, que la que habían pensado muchos misioneros y al
mismo tiempo afectaba la otra versión, igualmente religiosa, de una sociedad tersa
y amigable, presidida por el tratamiento igualitario.
241 Carrasco Pedro. La Procedencia de los Datos de Zorita sobre la Organización Social Prehispánica, en Simposio Internacional de Investigación sobre Huexotzinco, Coordinadora Eréndira de la Lima y María Elena Landa, lección Científica, ENAH-SEP, México, 163 p., p.91
352
Precisó Carrasco que "los distintos tipos de tierras ocupadas por individuos y
desde los del rey hasta lo de los macehuales y se transmitían de generación en
generación por herencia, sujeto a la aprobación de la autoridad superior y el
mantenimiento de las obligaciones añejas al gozo de la tierra. No se puede pensar
por lo tanto que la transmisión hereditaria militar contra el control político de la
tenencia de la tierra. Un régimen de plena propiedad privada incluye el derecho de
libre disposición testamentaria. Varias fuentes hablan de la venta de tierras y se
pueden documentar casos concretos, pero esta venta tenía importancia
secundaria en relación al mecanismo administrativo de asignar y transferir tierras.
La venta de tierras tiene una importancia limitada por el número reducido de
transacciones y porque estas tenían lugar dentro del marco impuesto por límites
ligados y estamentales y parecen ser que requerían la aprobación de las
autoridades.
Las tierras se vendían entre los nobles o entre los labradores de los pueblos y
barrios, es decir, dentro de una misma población y dentro del estamento. Las
tierras compradas son una categoría residual y no se pueden pensar que las
tierras se movilizan libremente como mercancía. Otra manera de transferir tierra
eran jugándoselas. En juegos del azahar como el batey, (tlachtli) en el patoli, e
podían apostar tierras aunque la práctica parece estar limitada a la nobleza y a los
mercaderes" por lo que concluyó que "a cada estamento, a cada institución y
puesto público, correspondía un tipo especial de tierra destinado a sostener a sus
poseedores en el ejercicio de la funciones de ello requerido en la organización
353
política”.242
No se puede negar, como dijo Carrasco, que había acciones de compraventa de
tierras, sobre todo entre los pillis, muchos de los cuales conocimos a través de las
Relaciones Geográficas, después de la Conquista en que se recopilaron datos
sobre la historia y la evolución de los pueblos del Valle, pero fueron casos
excepcionales, de valor secundario y no conformaron fenómenos generales. En
realidad, la venta ocurre con mayor frecuencia después de la llegada de los
europeos y no antes. La transmisión de la propiedad por la vía de la herencia de
padres a hijos y sus descendientes es la tendencia predominante y se da hasta la
conquista e incluso después de ella. En los documentos conocidos, algunos de los
cuales fueron publicados tanto por Carrasco como por Reyes, en los casos de los
litigios de tierras se hace alusión muy frecuente, o mejor dicho, en todos ellos, en
que las tierras heredadas de antepasados remotos y en muchos casos dan sus
nombres, así como los cambios sucesorios que se habían presentado a través del
tiempo. Esta práctica administrativa confirma la reciedumbre de los lazos de
parentesco, fundadores y originales de la comunidad mexica. Si bien estas
operaciones se dieron, de todas maneras las tierras medidas o compradas se
quedaban dentro de la comunidad pues un pilli ajeno a ellas no podía hacerlo,
indicando que lo que se buscaba era fortalecer a los estamentos y no a los
individuos propiamente dichos.
242 Carrasco, Pedro. La Economía Prehispánica de México p.21
354
También López Austin, consideró que las tierras de los nobles o pillallis no eran
propiedad privada pues los cultivadores de estas tierras, los llamados mayeques,
siempre consideraron ajena esta tierra, no entregaban la producción entera sino
una parte de ella, en calidad de renta, los pipiltin no tenían dominio personal sobre
los mayeques ni celebraban con ellos contratos, los pipiltin no dirigían ni
financiaban la producción pero "quedan finalmente diferenciados dos grupos
sociales: por una parte los macehualtin que con su trabajo satisfacían sus exiguas
necesidades de subsistencia y sostenían toda la carga del aparato estatal,
organizado en unidades que en gran parte conservaba su naturaleza gentilicia, por
otra parte, los pipiltin o dirigentes, no tributarios, eran beneficiarios, debido a su
función dentro del estado, del excedente de producción de los macehualtin. Los
pipiltin justificaban doblemente su posición de ventaja. Por una parte, eran los
especialistas en el poder en ver mundo en el que la especialidad estaba
estrictamente ligada a las creencias religiosas. Por otra, acudían tales a las
escuelas de los estos dios (Quetzalcóatl) era protector: los calmecas: Allí recibían
una educación especial que aparte de prepararlos, para el ejercicio del gobierno,
la judicatura y la dirección militar y la clerecía alta, eran lo suficientemente dura
para formar a los hombres austeros que debían regir los destinos del pueblo".243
El carácter independiente de los mayeques es confirmado por López Austin al
afirmar que los pillis no tenían derecho de dominio sobre ellos, es decir, que no lo
podían someter contra su voluntad, como si fueran esclavos clásicos. No lo fueron
en sentido estricto o amplio porque los mayeques eran trabajadores estacionales y
243 López Austin, Alfredo. Organización Política en el Altiplano Central, p.213
355
no permanentes que trabajaban fundamentalmente para llenar los vacios de
mano de obra que dejaban los macehuales ya que podían cambiar de un sitio de
residencia a otro. Eran individuos que no tenían tierras que eran de su propiedad o
que si los tenían, ya las habían perdido y ahora debían vender su "fuerza de
trabajo" y que tampoco financiaban la producción, lo que nos hace pensar que los
utensilios de trabajo eran de la propiedad de estos. No encontramos elementos
que indiquen la existencia de un contrato privado de servicios como lo que
después fueron comunes en la etapa colonial, en el que se especificaba su
materia, duración, pero sobre todo, su salario. No conocemos la existencia de
ningún documento de esa naturaleza, así fueran redactados en forma primitiva por
lo que los vínculos derivados de esta relación "laboral" pueden ser de carácter
verbal. Pero, además, las fracciones dirigentes de las labores agrícolas no las
llevaban a cabo directamente los pillis sino los mayordomos o calpulelques que
eran sus empleados y que después de la conquista siguieron desempeñando las
mismas funciones. Los pillis desempeñaron, en forma cada vez más exclusiva y
cerrada las funciones de dirección de gobierno y se alejaron cada vez más del
mando del trabajo físico.
Moreno definió la integración de la población trabajadora de la siguiente manera:
un primer grupo, el de los teccallec que eran unos principales, el segundo grupo lo
formaron los calpullec o chinancallec, que eran barrios conocidos por el
parentesco y entraban tanto los que tributaban; el tercer grupo estaría constituido
por los tlalmactes o mayeques que eran los labradores de las tierras. Pero indicó
que "el calpulli no venía a constituir un poder frente a todo poder, un estado dentro
356
del estado, sino que estaba subordinado en torno al gobierno de toda la nación, a
la autoridad central, representada por el Tlacalecuhtli; el calpulli era simplemente
una subdivisión de la ciudad azteca, era una mera unidad de la organización
social, de los mexicas; el calpullec o chinancallec, era nombrado por elección pero
en realidad es casi un principal y era además un cargo hereditario y vitalicio
supuesto que a su muerte elegían a su hijo si era apto y solamente que no tuviese
parientes nombraban a un extraño. Las relaciones engendradas por el calpulli
entre sus habitantes no podían ser otras que las de la mera vecindad las de
cualquier otra especie tenían que ser referidas necesariamente a la agrupación
total..."244
Un elemento de cohesión de los capulis era la recompensa asegurada por la
dedicación de, trabajo y por ello los jefes políticos de, mismo eran los más aptos,
los que habían contribuido de la mejor manera posible, con los satisfactores
necesarios, al sostenimiento de las familias y de la unidad social en su conjunto.
Los cargos se heredaban de padres a hijos pensando que a un padre trabajador
correspondía un hijo trabajador, que a un padre apto para las "artes mecánicas"
correspondería un descendiente con la misma capacidad y disposición. Es por ello
que se crearon las escuelas especializadas y estamentales, el Calmecac para los
pillis y el Telpochcalli para los macehuales y sus hijos. Ya para ese momento se
habían presentado las diferencias entre el trabajo físico y el trabajo intelectual, así
como una de sus derivaciones, la diferenciación entre las funciones directivas,
entre los jefes políticos y los jefes religiosos que separados actuaban unidos en
244 Moreno, Manuel M., La Organización Política y Social de los Aztecas,, p.,83
357
sus propósitos centrales.
La creación de escuelas hizo que se debilitaran otro de los principios: el carácter
hereditario y familiar de los cargos, pues ahora no se necesitaba ser hijo de un
principal para tener un cargo público, sino que otros, suficientemente preparados,
desde el punto de vista técnico y profesional, podían hacerlo.
Los mayeques, según Chavero, se asemejaban a los siervos de la Edad Media,
pero precisó que no eran renteros, ni arrendadores de tierras pues "no adquirían
derechos ni excusaban obligaciones por tal arrendamiento; tributaban según les
correspondía y su contrato le daban facultad para labrar el fundo arrendado por
uno o más años. Eran solariegos; formaban, por así decirlo, parte de la propiedad
de la tierra, el dueño de esta tenía el dominio directo y aquel trabajaba, dándole
una parte de su producto. El mayeque no podía abandonar las tierras a la que
pertenece y pasaban con ella a un nuevo dueño por contrato o por herencia.
Además prestaban servicios de leña y agua para la casa de su señor. Como los
mayeques se consideraban parte de la propiedad de los dueños directos, estos
daban el tributo que a toda su propiedad correspondía y aquellos no tributaban si
no era el dueño de la tierra. Estos tributos constituían la hacienda pública y se
daban para la sustentación del gobierno y para la guerra que era ordinaria; de
ellos tomabáse la remuneración o pago para los dignatarios y jueces, para los
principales y jefes guerreros y para las provisiones en campaña. Además las
personas de distinción comían generalmente en el tecpan o palacio".245
245 Chavero, Alfredo, Historia Antigua de México, T. II, p.197
358
No encontramos elementos de carácter informativo que den sustento a los juicios
de Chavero al considerar a los mayeques como cosas, como objetos, como
esclavos, como si fueran elementos inseparables de la tierra que estaban
cultivando, es decir, como si fueran un utensilio de trabajo más. Cuando las
crónicas históricas se refieren a ello se manifiesta un cierto ejercicio de voluntad,
del pilli por obtener esa mano de obra que necesitaba y del mayeque por
proporcionársela. Tampoco se habla de que los mayeques hayan sido forzados a
trabajar después con el contexto de una guerra de conquista. Los mayeques
trabajaban la tierra en forma estacional, es decir, por temporadas, por lo que su
presencia confirma que la fuerza de trabajo de los calpullis seguía siendo la
esencial, mientras que el trabajo de mayeques y enteros, los accesorios o
complementarios. La sobresaliente de los juicios de Chavero consiste en que
además de cultivar la tierra, desempeñaban otras tareas adicionales, es decir,
realizaban lo que se llamaba servicios personales durante la etapa colonial.
359
Bibliografía
Estructura Material de la Sociedad.
Engels, Federico, El Papel del Trabajo en la Transformación del Mono en
Hombre, Obras Escogidas, 2 Tomos, Editorial Progreso, Moscú, 1966, T.
I, p.86.
2. Romerovargas Iturbide, Ignacio. Las Instituciones, en Esplendor del México
Antiguo, T. II, p.729.
3.Caso, Alfonso. Acerca de la Alta Cultura aborigen, El Universal, 28 de
abril de 1935.
4. Olmeda, Mauro. El Desarrollo de la Sociedad Mexicana, La Fase Prehispánica,
Proyección americana del Modo de Producción Asiático, Edición del Autor,
México, 1966, 321 p., p.58.
5. Marx, Carlos, Formaciones Económicas Precapitalistas, p.52.
6. Heydenreich, Doris. Los Primeros Centros Ceremoniales. La Cuenca de
México, Del Nomadismo a los Centros Ceremoniales, p.269.
7. Lameiras, Brigitte, Bohem. El Estado en Mesoamérica. Estudio sobre su Origen
y Evolución, Revista de Antropología americana, 21,1991, p.3.
8. Olmeda, Mauro. El Desarrollo de la Sociedad Mexicana, La Fase Prehispánica,
Proyección Americana del Modo de Producción Asiático, Edición del Autor,
México, 1966, 321 p., p.67.
9. Bekerman, Gérard. Vocabulario Básico de Marxismo: Terminología de las
obras Completas de Karl Marx y Friederich Engels, p.120.
10. Engels, Federico. El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado,
p.311.
360
11. Díaz Polanco, Héctor. Morgan y el Evolucionismo, p.19.
12. Torquemada, Juan, Monarquía Indiana, T. IV. p.234
13. Engels, Federico. El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado,
p.320
14. Vaillant, George. La Civilización Azteca, Origen, Grandeza y Decadencia,
revisado por Suzannah B. Vaillant. México, 1977, 300 p., p.109.
I5.Chavero, Alfredo, México, a través de los Siglos, Obra única en su género,
publicada bajo la dirección del general Vicente Rivera Palacio, X Vols., Editorial
Cumbre, T. II, p.145.
16. Olmeda, Mauro. El Desarrollo de la Sociedad Mexicana, La Fase Prehispánica,
Proyección americana del Modo de Producción Asiático, Edición del Autor,
México, 1966, 321 p., p.92
17. Caso Alfonso. Homenaje a Alfonso Caso, p.213.
18. Bandelier, Adolfo. La Organización Social y la Forma de Gobierno de los
Antiguos Mexicanos, p.201.
19. Carrasco, Pedro. La Economía Prehispánica, Ensayos sobre el Desarrollo
Económico de México y América Latina, 1500-1975, Compilador Enrique
Florescano, FCE, México, 1987, 421 p., p.17.
20. Bandelier, Adolfo. La Organización Social y la Forma de Gobierno de los
Antiguos Mexicanos, p.209
21. Cevallos Novelo, Roque. El Templo Mayor de México Tenochtitlán, p.343.
22. Van Zantwijk, Rudolf. Los Seis Barrios Sirvientes de Huitzilopochtli, en
Estudios de la Cultura Náhuatl, número Vil, México, 1966, p.89.
23. Caso, Alfonso. Obras T.VI, p.214.
361
24. Caso Alfonso. Obras T. VI, p.220.
25. Matos Moctezuma, Eduardo. Los Aztecas, Obras Completas, T. II, p.52.
26.Güemes Herrera, Lina Odena, Fundación de Pueblos y Tenencia de la Tierra
en la Región del Valle de México en la Época Prehispánica, Tesis Profesional,
ENAH, México, 1970, p.45.
27. Chayanov, Alexander, Teorías de los Sistemas No Capitalistas, p.53.
28. Odile, Roger. Organización Económica y Social de los Aztecas y de la Cultura
que preceden, UAM, México, 1993, 131 p., p.24.
29. Garduño, Ana, Conflictos y Alianzas entre Tlatelolco y Tenochtitlán, Siglos XII
a XVI, p. 163.
30. Rojas Rabiela, Teresa. Las Tecnologías Indígenas de Construcción de
Chinampas en la Cuenca de México, septiembre 1954, número 2, p.43
31. Rojas Rabiela, Teresa. Las Tecnologías Indígenas de Construcción de
Chinampas en la Cuenca de México, septiembre 1954, número 2, p.2
32. Rojas Rabiela, Teresa. El Papel de la Agricultura Chinampera, p.317
33. García Quintero, Josefina. México -Tenochtitlán y su Problemática
Lacustre, UNAM, México, 1979, p.123, p.60
34. García Quintero, Josefina. México -Tenochtitlán y su Problemática
Lacustre, UNAM, México, 1979, p.123, p.84.
35. Rojas Rabiela, Teresa. La Cuenca Lacustre del Altiplano Central, Revista
Arqueológica Mexicana, número 5, p.4.
36. Vaillant, George. La Civilización Azteca, Origen, Grandeza y Decadencia,
revisado por Suzannah B. Vaillant. México, 1977, 300 p., p.108.
37. Cédula dada por el emperador Cuauhtemotzin sobre el reparto de la laguna de
362
Texcoco en 1522, Editor Vargas Rea, México, 1943,13 p., p.14.
38. García Quintero, Josefina. México -Tenochtitlán y su Problemática
Lacustre, UNAM, México, 1979, p.123, p.112.
39. Chavero, Alfredo. Historia Antigua de México, T. II, p.83.
40. Memoria de las obras del drenaje profundo en el Distrito Federal, 4 vols.
México, 1973, T. II, p.40
41. Memoria de las obras del drenaje profundo en el Distrito Federal, 4 vols.
México, 1973, T. II, p.37
42. Castillo, Víctor. Estructura Económica de la sociedad Mexicana, p.43
43. Carrasco, Pedro. La Economía del México Prehispánico, en Economía Política
e Ideología en el México Prehispánico, p.56.
44. Carrasco, Pedro. La Economía del México Prehispánico, en Economía Política
e Ideología en el México Prehispánico, p.62
45. Carrasco, Pedro. Cultura y Sociedad en el México Antiguo, p.167.
46. Wright Carr, David. La Sociedad Prehispánica en las Lenguas Náhuatl y
Otomí, 13 p., p.8
47. Broda, Johanna. Las Comunidades Indígenas y la forma de Extracción del
excedente, época prehispánica y colonial, p.234.
48. Clavijero, Francisco Javier. Capítulo de Historia y Disertaciones, México,
UNAM, 1994, 13 p., p.52
49. Ahundt Wiebke, Edición Crítica de la Relación de la Nueva España y de los
Bienes y Breve y Sumaria Relación, escrito por Alonso de Zorita, p.61.
50. Yoneda, Keiko. Los mapas de Cuauhtinchan y la Historia Cartográfica
Prehispánica, FCE-CIESAS, México, 1981,193 p-, p.72.
363
51. Clavijero, Francisco Javier. Capítulos de Historia y Disertaciones,
México, UNAM, 1944, 130 p., p.53.
52.
53. Gómez Rojas, Moisés. Pochtecas, una mentalidad moderna en el mundo
mesoamericano, p.78.
54. Miranda, Jorge. Vida Colonial y Albores de la Independencia, p.3
55. Manuscrito Tovar, p.27.
56. Manuscrito Tovar, p.53.
57. Soustelle, Jacques, La Vida Cotidiana de los Aztecas en Vísperas de la
Conquista, p.89.
58. García Márquez, Agustín. La Gran Hambruna de uno conejo, Crisis Agrícola y
Organización del Imperio Azteca, 1450-1463, Revista Cuicuilco, Vol. 6, número
16,1993, mayo-agosto, p.48.
59. Ahundt Wiebke, Edición Crítica de la Relación de la Nueva España y de los
Bienes y Breve y Sumaria Relación, escrito por Alonso de Zorita, p.165.
60. Sarmiento Pradera, Griselda, Tribus y Cacicazgos Arqueológicos,
Boletín de Antropología Americana, número 77, julio 1993, p.96.
61. Marx- Engels, La Ideología alemana, p.77
62. Romerovargas Iturbide, Ignacio. La Institución, en Esplendor del México
Antiguo, T. II, p.739
63. Odile, Roger. Organización Económica y Social de los Aztecas y de la Cultura
que preceden, UAM, México, 1993,131 p., p.104
64. Van Zantwijk, Rudolf. El Concepto de Imperio Azteca, las Fuentes
Históricas Indígenas, p.207
364
65. Van Zantwijk, Rudolf. El Concepto de Imperio Azteca, las Fuentes
Históricas Indígenas, p.203.
66. Bandelier, Adolfo, La Distribución en la Tenencia de la Tierra, p.133.
67. Bandelier, Adolfo, La Distribución en la Tenencia de la Tierra, p. 134.
68.Bandelier, Adolfo, La Distribución en la Tenencia de la Tierra, p.167
69. Bandelier, Adolfo, La Distribución en la Tenencia de la Tierra, p.162 38.
70. Bandelier, Adolfo, La Distribución en la Tenencia de la Tierra, p. 167.
71. Bandelier, Adolfo. La Organización Social y la Forma de Gobierno de los
Antiguos Mexicanos, p.214.
72. Bandelier, Adolfo. La Organización Social y la Forma de Gobierno de los
Antiguos Mexicanos, p.215.
73. Romero Vargas Iturbide, Ignacio. La Institución, en Esplendor del México
Antiguo, T. II, p.742.
74. Morgan, Lewis. México Antiguo, p.132.
75. Toscano Salvador. La Organización social Azteca, p.234.
76. Soustelle, Jacques, La Vida Cotidiana de los Aztecas en Vísperas de la
Conquista, p.56.
77. Muñoz Estrada, Arturo. El Calpulli en la Organización social de los Tenochcas,
p.61.
78. Muñoz Estrada, Arturo. El Calpulli en la Organización social de los Tenochcas,
p.23
79. Muñoz Estrada, Arturo. El Calpulli en la Organización social de los Tenochcas,
p.70
80. Muñoz Estrada, Arturo. El Calpulli en la Organización social de los Tenochcas,
365
p.74.
81. Muñoz Estrada, Arturo. El Calpulli en la Organización social de los Tenochcas,
p.121.
82. López Austin, Alfredo. Organización Política en el Altiplano Central de México
durante el Posclásico, en Mesoamérica, el Centro de México, p.197. p.212.
Carrasco, Pedro. La Economía del México Prehispánico, en Economía
Política e Ideología en el México Prehispánico, p.31
Morgan, Lewis. México Antiguo, p.139.
Morgan, Lewis. México Antiguo, p.136.
86. Redfield, Robert. El Calpulli: barrio en un pueblo mexicano actual, América
Antropología, Vol. 30,1928, p.13.
87. Vítale Luis, Historia Social Comparada de los Pueblos de América, p.26.
88. Ahundt Wiebke, Edición Crítica de la Relación de la Nueva España y de los
Bienes y Breve y Sumaria Relación, escrito por Alonso de Zorita, p163.
89. Carrasco, Pedro. Economía Política e Ideología en el México
Prehispánico, p.41.
90. Moreno, Manuel. La Organización Política y Social de los Aztecas, p.45.
91. López Austin, Alfredo. Organización Política en el altiplano Central de México
durante el Posclásico, en Mesoamérica, el Centro de México, p.197. p.206.
92. Van Zantwijk, Rudolf La Organización social de México, p.76
93. Mendizábal, Othón. México, Nueva antropología, año III, 1979, 8p., p.4. La
Evolución de la Cultura Indígena en
94. Kirchhoff, Paul. La Tenencia de la Tierra en el México Antiguo, p.73.
95. Torquemada, Juan. Monarquía Indiana, T. IV, p.331.
366
96. Vaillant, George. La Civilización Azteca, Origen, Grandeza y Decadencia,
revisado por Suzannah B. Vaillant. México, 1977, 300 p., p.109
97. Mejía Fernández, Jorge. La Tribu Azteca, material mecanuscrito, p.91.
98. Chavero, Alfredo. Historia Antigua de México, T. II, p.133.
99. Caso Alfonso. Obras T. VI, p.293.Caso, Alfonso. Obras T. VI, p.286.
100. Caso, Alfonso. Obras T. VI, p.222.
101. Duran, Diego. Historia de las Indias de la Nueva España e Islas de
Tierra Firme, p.251.
102. Dycherhoff, Úrsula. Grupos Étnicos y Estratificación Socio-política,
Tentativa de Interpretación Histórica, Indiana, 19, 2003, p.39.
103. Soustelle, Jacques, La Vida Cotidiana de los Aztecas en Vísperas de la
Conquista, p.61.
104. Hernández, Francisco. Escritos Varios, Obras Completas, UNAM,
México, 1984, 525 p., p.112.
105. Carrasco, Pedro. La Procedencia de los Datos de Zorita sobre la
Organización Social Prehispánica, en Simposio Internacional de Investigación
sobre Huexotzinco, Colección Científica, ENAH-SEP, México, 163 p., p.91.
106. Carrasco, Pedro. La Economía Prehispánica de México, p.21.
107. López Austin, Alfredo. Organización Política en el Altiplano Central de México
durante el Posclásico, en Mesoamérica, el Centro de México, p.197. p.213.
108. Moreno Manuel. La Organización Política y Social de los Aztecas, p.830.
109. Chavero, Alfredo. Historia Antigua de México, T. II, p.197.
367
Capitulo 111
Instrumentos de Trabajo y Fuerzas Productivas
Al referirse a los materiales encontrados en el periodo de 14,000 años antes del
llamado tiempo presente, "el instrumental recuperado de este horizonte se
caracteriza por su tosquedad. Son piezas rústicas grandes, fabricadas por la
técnica de talle de percusión, lanzado de piedra contra piedra, quizá contra
yunque (una piedra fija) con la cual se obtienen bordes cortantes sinuosos y se
puede conseguir también puntas más o menos agudas. En algunos casos, pocos,
los bordes se trabajan por alternación de golpes, en lo que se llama talle bifocal.
Alunas veces se encuentran bordes trabajadas en ángulos muy abruptos, que se
pueden utilizar para raer, en vez de cortar que es lo que más apropiadamente
hacen los bordes de talle de los demás objetos. Estos instrumentos son bastante
reducidos en número y como característica general, muy poco especializados,
368
siendo frecuente el empleo de lascas simples que se utilizaban de sus bordes
cortados. De muy pocas complicaciones para fabricarlos, una vez usado se podían
abandonar, pues era fácil volver a hacer otra cuando esto se hacía necesario.
Conocían el fuego y no se han encontrado instrumentos de molienda".246 Era una
economía de apropiación, de recolección de plantas, frutas y semillas, solo una
integración familiar y una baja demografía.
Los primeros instrumentos de trabajo eran muy simples desde el punto de vista
de su fabricación pues bastaba el pulimiento de una tosca piedra para hacer que
una de ellas que sirvieran lo misma para matar a un animal salvaje, que para
moler los granos de maíz, de trigo. El principal y más preciado fue simplemente
la mano, que conectada al cerebro y con cierto adiestramiento, permitió al
hombre recolectar frutos, tomar piedras para defenderse de los animales que
intentaban atacarlo, colocar trampas para la cacería, entre otras actividades.
Usaron las piedras, talladas y lisas y para ello emplearon instrumentos de
percusión que permitían sacar lascas de las cuales se hacían a su vez otro
instrumento, punzocortantes como navajas y punzones.
La historia de los enterramientos, en cualquier lugar del mundo antiguo, es una
colección de objetos de piedra en sus diferentes modalidades y
presentaciones; la mano con la piedra fue una combinación muy exitosa en la
historia de la humanidad pues al lado de otros factores y elementos propició un
gran dinamismo en las fuerza productivas, hasta constituir una auténtica 246 Lorenzo, José Luis y otros. Del Nomadismo a los Centros Ceremoniales, INAH, México, 1975,318 p., p.26
369
revolución material y cultural.
Afirmó Childe que: "la primera revolución que transformó la economía humana dio
al hombre el control sobre su propio abastecimiento de alimentos. El hombre
comenzó a sembrar, a cultivar y a mejorar por selección algunas yerbas, raíces y
arbustos comestibles. Y también logró domesticar y unir firmemente a su persona a
ciertas especies de animales en correspondencia a los forrajes que les podía
ofrecer, a la protección que estaban en condiciones de depararles y a la
providencia que representaba para ellos".247 Hizo alusión a dos cultivos muy
importantes, el del trigo y de la cebada, que se podía almacenar y tener un alto
valor constructivo.
La creación de instrumentos de trabajo, desde los más simples, hasta los más
sofisticados, tenían la finalidad de asegurar un abasto suficiente de alimentos para la
subsistencia de las familias. Crearon una serie de condiciones objetivas y materiales
para que esto se diera; organizaron relaciones sociales de producción y de
intercambio para lograr tener la cantidad de alimentos que se necesitaban para la
subsistencia y la reproducción social. El cultivo de las plantas fue un gigantesco paso
para la humanidad pues permitió que los hombres dejaran de vivir en la
incertidumbre con respecto de su vida material, al disponer de un mínimo de
alimentos en forma permanente, incluso en tiempos de helados y sequía. Nació la
agricultura primitiva. Los hombres para llegar a esta meta debieron tener un largo
periodo de observación de los astros, de las estaciones del año, del
comportamiento de los fenómenos de la naturaleza, para después aplicarlos todo
247 Childe, V. Cordón. Los Orígenes de la Civilización., p.89
370
ello a la producción. En este proceso, los hombres, asimismo, crearon
instrumentos de trabajo, los pusieron en práctica y le hicieron las correcciones y las
modificaciones que el mismo trabajo acumulado les dictaba; otros probaron su
eficacia y utilidad, como la coa y el arado y por ello se siguieron empleando hasta
nuestro días.
Dijo Nalda que a la caída de Teotihuacán, se desarrollaron centros como Xochimilco,
Cacaxtla, Cantona y Teotenango y "como culminación de este proceso surgió Tula.
Habló de la intrusión de grupos humanos que venían de Querétaro, Guanajuato,
Zacatecas y Jalisco que fabricaban una cerámica llamada Coyotlatelco, pues en el
periodo de 650 a 750 D.C., varios sitios habían sido abandonados, hasta constituir
Tula, afirmando que el grupo humano que se identificaba con esas cerámicas eran
genéticamente distintos a los teotihuacanos y habían incurrido en actos de vandalismo.
La población casi bajó de 125 mil a 30 mil. Afirmó que entonces se habían producido
una gran migración de Teotihuacán hacia otras poblaciones de la Cuenca,
especialmente hacia la parte oriental.
371
"Un utensilio terminado, hecho con manos humanas, es obviamente, un buen
índice de la destreza móvil y del desarrollo mental de su autor. De modo menos
obvio, es la medida del conocimiento científico de la época. No obstante, todo
instrumento refleja en realidad, aun cuando sea de manera imperfecta, la ciencia
que tuvieron a su disposición los autores. El estudio del bronce implica, asimismo, la
existencia de una industria especializada y generalmente de un comercio
organizado. Para procurarse utensilios de bronce una comunidad debe producir un
excedente de artículos alimenticios y tiene que sostener cuerpo de especialistas,
mineros, fundidores y artífices, apartados de la producción directa de alimentos.
Luego una parte del excedente tiene que gastarse siempre en el transporte del
mineral, desde las montañas metalíferas relativamente remotas", dijo Childe.248
El desarrollo de las fuerzas productivas está íntimamente asociado con el grado de
conocimiento científico alcanzado; a su vez, una serie de cambios que existen en
ese ámbito, una vez que se incorporan a dichos instrumentos, los transforma, los
mejoran, los enriquecen y los perfeccionan. Pero este proceso de materialización de
las ideas nunca es súbito ni de corta duración sino más bien un proceso de larga
trayectoria. Estos procesos fueron muy lentos, duraron muchos años, porque los
instrumentos de trabajo se fabricaban a mano, utilizando piedras o bronce, estando
muy distante la producción en serie que permitió aumentar la producción.
En esa idea temprana, la transformación de estos instrumentos, se topaba con la
248 Childe, V. Gordón. Los Orígenes de la Civilización, Breviarios, FCE, México, 1980, 281 p.78
372
ignorancia del hombre acerca de las leyes de la naturaleza pues casi todos los
fenómenos, se asociaban a una divinidad; por lo tanto el hombre vivía atenazado
por la superstición y el fatalismo, que están unidos, pero para poder avanzar en la
creación de nuevos instrumentos más suficientes y hábiles se requieren condiciones
sociales más favorables. Los hombres tenían que asentarse para comprobar la
pertinencia y veracidad de sus observaciones científicas, poder sacar conclusiones
que fueran útiles para mejorar los frutos de su trabajo.
Armillas postuló que en el periodo básico de Mesoamérica se habían introducido
las técnicas básicas del cultivo de las plantas, la producción alfarera y el tejido,
mientras que en la etapa formativa el maíz constituyó el cultivo básico de la región y
una producción alfarera que tenía una gran variedad de formas, técnicas y
estilos, mientras que en el Valle se introdujeron técnicas agrícolas intensivas y se
construyeron las grandes pirámides; en Texcoco había tlateles ubicadas en el lugar
que eran antiguas chinampas, pero que no se habían efectuado canales de riego.
Al referirse a las grandes pirámides del Sol, en Teotihuacán y a la de Cholula dijo
que se habían requerido un gran trabajo humano, en el que probablemente
participaron miles de personas y una gran acumulación de material necesitándose
sobre el trabajo de albañiles, arquitectos, decoradores lo que "representa una
grandísima cantidad de energía sustraída a las actividades productivas ya fuera en
trabajo de esclavos o de hombres libres impulsados por su celo religioso".249
Entre los materiales que se utilizaron para fabricar telas y adornos, Mastache
señaló los siguientes: yuca o izote, palma, ixtle de maguey, henequén, ortiga
de agua, cáñamo indio, algodón blanco, algodón café, al hablar de los vegetales. 249 Armillas, Pedro, Una secuencia del desarrollo cultural en Mesoamérica, en Pedro Armillas Vida y Obra, T. I, CIESAS-INAH, México, 1991.
373
Entre las pieles de animales mencionó las del jaguar, conejo, liebre, quetzal. Para
adornar se empleaba el oro, las conchas y las piedras preciosas. Al referirse a los
colorantes dijo que se empleaban de dos maneras: una, antes de comenzar el tejió y
en otra se pintaban después de ser tejidas la cual llamó "técnica plangi" y que
consistía en pintar una vez tejidas las telas amarrando aquellas que iban a ser
pintadas".250 Incluyó también la "técnica del batik" en la que se empleaba una cera
absorbente y se pintaban las partes descubiertas con uno o más colores.
250 Mastache, Alba Guadalupe. El Tejido en el México Antiguo, Arqueología Mexicana, Edición Especial, 2007. p.35
374
El señorío de Moctezuma confirmó que el estudio aislado de las fuerzas productivas
no permitía una concepción más amplia y diversificada de la sociedad mexicana,
sino que debe examinarse en medio del conjunto de las relaciones políticas y
sociales imperantes y por ello tiene que hacerse una permanente referencia a la
política de los tlatoanis. Se incrementaron los niveles de producción y de
productividad porque los pillis aplicaran una política de saqueo más intensivo de los
recursos naturales que tenían los pueblos y las comunidades demostrando que la
coerción, en sus distintas modalidades, logran alcanzar importantes metas
económicas pero que esos frutos son transitorios pues una política económica
basada exclusivamente en la fuerza puede desaparecer por los niveles de
inconformidad social de los labradores y se requieren tomar otras medidas, estos
de carácter persuasivo, que logren mantener, por lo menos, los niveles de carácter
persuasivo, que permite asegurar, por lo menos, los niveles de producción
alcanzados. Este proceso ya no se siguió desarrollando por la conquista.
Corona Sánchez formuló cuatro propuestas.
1.- Las fuerzas productivas que los constituyen como instancia no implica de hecho
un bajo nivel de capacidad ya que a pesar de su tecnología avanzada, las formas
de organización del trabajo permiten ampliar la producción a niveles necesarios para
su reproducción social.
2.- La relación unidad comunal y naturalmente como fuerzas productivas se da en
actividades de apropiación y transformación de su nicho ecológico. En base a un uso
múltiple de los recursos y a un trabajo colectivo integrado en función de relaciones
de parentesco o de carácter étnico que permite su extensión y especialización.
3.- Las unidades de trabajo es una fuerza productiva y debe remitirse a formas
375
sociales de producción, como el calpulli que permitía, en función del trabajo
dentro de relaciones de parentesco el derecho no solo a la propiedad o posesión
comunal de los medios de producción, sino también al trabajo colectivo del a unidad
a la que pertenecen.
4.- Que las unidades comunales de trabajo, como unidades de producción se
articulan, con la unidad suprema a través de relaciones de subordinación, en donde
el trabajo y el producto apropiado a nivel tributario por los funcionarios, como
expresión del estado no solo externaban la división social sino que al ser utilizados
por estos como fuerza productiva para extender la producción, retroalimentaban su
poder.251
Al valorar los resultados de las excavaciones arqueológicas Bohemz se inclinó por
concluir que "el hombre había aprovechado los frutos que la naturaleza le brindaba
con el conocimiento acumulado de sus ciclos de crecimiento y reproducción. La
distribución de las tareas de caza, pesca y recolección no habían creado derechos
permanentes sobre los recursos que no había limitado el acceso a ellos a ningún
miembro de los grupos trashumantes. El maíz apareció como una especie con
exigencias especiales: requiere de la presencia continua de su amigo, el hombre y
este, cautivado por él, ya no sobreviene en su ausencia. Cuanto más atención reciba
el maíz, más abundante y mejores serán sus granos. Los actores principales en la
agricultura maicera son la tierra, el agua, la planta y el hombre. La obra requiere
de una compleja puesta en escena para su realización. El cultivador, creador de
un medio artificial, toma posesión de él y no lo compartía con los demás
251 Corona Sánchez, Eduardo. Sobre el nivel de desarrollo de las Fuerzas Productivas para la caracterización del estado en Mesoamérica, Revista Española de Antropología americana, número XVI, 11 p.23
376
productores. Dejó de participar en la secuencia anual completa del trabajo de
subsistencia y sin perder la necesidad de los nutrientes y materias procedentes de la
naturaleza prístina, se encargó de reprogramar el ciclo estacional del trabajo. La
caza, la pesca y la recolección se convirtieron también en actividades
especializadas dependientes del intercambio y obligados a incrementar su
eficiencia productiva...".252
Conocer los ciclos del cultivo de las plantas, el momento en que deben
sembrarse las semillas, las medidas que deben tomarse para protegerlo de las
heladas o sequías, el momento en que deben ser recolectadas, implicó un avance
notable. Este fue el caso del maíz. Con ello surgió la necesidad de conocer la
calidad de las semillas, su tipología adecuada a cada uno de los climas y alturas;
surgió también el imperativo de regular y controlar los depósitos de agua,
preciado líquido que fue aumentado de importancia social en la medida en que
crecía la población; en una primera etapa, el agua era un recurso natural que
estaban disponibles para todos, más aun en una zona que como la del Valle
estaba constituida por lagos y lagunas, solo que mientras algunos eran de agua
salada, otro era de agua dulce y para varios ríos que se nutrían de los
deshielos de los volcanes.
Dijo Horn que en Coyoacán se dedicó a las artesanías locales, con materiales
relacionados con la construcción que "una gran extensión era boscosa y su
mercado era célebre por la oferta de productos de madera y por sus carpinteros
Los traficantes de madera, los vendedores de troncos de roble, los leñadores de
pisón y los carpinteros eran oficios comunes. El trabajo de la madera, se 252 Bohemz, Brigitte. El Orden del Estado en el Valle de México, Nueva Antropología, Vol. VI, Num.23, México, 1984., p.22
377
concentraba en los Tlaxilacallis ubicados en las salinas de bosques del sur y oeste
del área de Coyoacán cerca del lago de Texcoco".
Habló de la existencia en grandes cantidades de tablas, tablones, puertas, vigas, y
villas y también surtieron de piedras volcánicas para la construcción de
monumentos, edificios y caminos y también había muchos tallos de caña y
carrizos y se ofrecía la posibilidad de cultivar chinampas y también se encontraron
grandes depósitos de arcilla para fabricar artesanías.253 Publicó una relación de los
Tlaxilacallis.
Sobre el uso de los metales, especialmente del cobre, Childe advirtió sobre la
necesidad de varios adelantos técnicos como un fuelle para elevar las
temperaturas hasta 1200 grados, la existencia de hornos crisoles, tenazas. "El
vaciado requiere moldes. Es bastante fácil reproducir, por colado, un objeto, que
sea plano de un lado, imprimiéndolo en su arcilla y vertiendo el metal fundido en
el hueco dejaba que por modelo". Pero dijo que esto procedimientos requerían
de nociones de química y de física y por lo tanto el oficio de forjador era muy
especializado que el cobre no se encuentra fácilmente en la tierra sino se
encuentra en veta. Esos instrumentos comienzan a sustituir a los fabricados con
piedras los cuales se desgastaban muy rápidamente. 254
Del paso del uso de objetos de piedra, a los de metal hay otro paso gigantesco
pues el cobre permitió fabricar utensilios de gran calidad, durabilidad y ductilidad, si a
ello agregamos la aparición del hierro. En el Códice Mendocino apareció un 253 Horn, Rebeca, Coyoacán: Aspectos de la Organización Sociopolítica Y Económica Indígena en el Centro de México, 1550-1650, en Historia, 29, oct.-Dic., 1992., p.36.254 Childe, Cordón. Los Orígenes de la Civilización, Obras Completas, UNAM, 1984, 525 p., p.102
378
individuo soplando con un cañuto hacia un depósito de metal hirviendo para su
fundición. Este es uno de los métodos más primitivos en la historia de la
humanidad, pero los mexicas casi no construyeron objetos con este metal sino más
bien filigrana y adornos los cuales se complementaban con incrustaciones de oro y
piedras preciosas. Esto es lo que los especialista san denominado, influencia
mixteca. Una vez lograda la conquista española se hicieron distintos tipos de
colados de metal de fierro forjado. El cobre, por su ductilidad, era propicio para
hacer objetos muy vistosos que se usaban como adornos o en la ceremonia
religiosa.
Serra Puche hizo referencia a otros hallazgos importantes tales como cuerdas,
canastas, petates. "Las cuerdas no son de tule, son de agave, de maguey
porque obviamente el tule no resiste la fuerza. Los instrumentos asociados a la
manufactura de las canastas, tanto los punzones, las agujas, así como las astas de
venado para empujar las fibras".255
También Bernal refirió la existencia de barrios de especialistas en Teotihuacán,
como aquellos que se dedicaban a la alfarería, a la fabricación de figurillas y en
general al trabajo de piezas de obsidiana y ya en la etapa final encontró una ciudad
"densamente poblada, con muchos edificios" y ahora están divididos en clases
sociales y por grupos de especialistas. Muchos de ellos ya serían agricultores ni
producirían por tanto su propio alimento. Alrededor de la Calzada de los Muertos,
están los barrios en donde viven los mercaderes y más afuera las casas de los
agricultores de las tierras de cultivo".256 La etapa de declinación de la ciudad la
ubica hacia el 650 y 700 D.C, en la que fue abandonada.255 Serra Puche, Carmen. El Sur de la Cuenca de México durante el Formativo, p.285.256 Bernal, Ignacio, Teotihuacán y los Destinos de los Mexicanos, p.68.
379
Así mismo Guerra al estudiar la ciudad de Tula, demostró la existencia de una
especialización artesanal ampliamente diversificada, prevaleciendo la estructura
de los barrios. Dio cuenta de la existencia de varios talleres que se dedicaban a la
producción de artículos de obsidiana, entre otros, que elaboran en diferentes
etapas navajas prismáticas; había talleres dedicados al autoconsumo y otros
dedicados a la producción, así como un taller de producción de cerámica,
especializada y la producción de loza de servicio en especial, platos y capotes.
También hizo referencia a la existencia de un conjunto de hornos de barbacoa
con una amplia utilización de los objetos de concha, aunque enfatizó que se
trataban de una producción doméstica, reducida a un sitio que hoy se llama el
Boulevard. "Estas unidades productivas debieron ser consideradas como parte del
aparato estatal "pero al hablar de los talleres que estaban en el templo dijo que se
dedicaban al almacenamiento concreto de redistribución a través del cual el estado
estableció la actividad y control en todos los ámbitos de la vida urbana; había
intervención del estado en la coordinación de la producción y de la distribución,
pero también había talleres más o menos independientes".257
Ya en el Cenolítico, dijo Lorenzo, se había avanzado en la fabricación de raederas,
raspadores, barriles, navajas, perforadores, cuchillos, bifaciales "pero hacen su acto
de aparición los implementos de molienda, metates y morteros, con sus respectivas
manos. Al principio se trató de simples lajas de piedra de grano fino, irregulares en
257
Dimensión Antropológica, 10, Vol.29, sep.-Dic., 2003, p.29
380
su contorno de los que se aprovechaba una de las caras planas para poder
triturar obre ella. Los morteros, algo más tardíos, son de fabricación más difícil,
pero también va adquiriendo cada vez mayor factura. Ya se fabricaban canastos de
buena calidad, por el sistema de enrollado, redes de cargas y también tejido. Se
inició ahora el cultivo del maíz o del teozintle. El cuidado de ciertas plantas
silvestres, quitándoles competidor vegetales de las inmediaciones y cuidándoles de
animales herbívoros sin duda fue llevando a un conocimiento cada vez más amplio
de su ciclo. La protección de las plantas productoras obligaba a un sedentarismo
temporal, quizá no de todo el grupo, pero si de una parte de él".258
La aparición de los metales no implicó la negación de los demás instrumentos,
hechos sobre todo de piedra, sino su coexistencia, pero esto fue un paso hacia
adelante en la búsqueda del bienestar social humano. Por ello, no se puede dividir
estos procesos en separaciones rígidas - Edad de Piedra, Edad de Bronce- que más
bien se trato de fenómenos que se fueron acumulando a través del tiempo, lo que
producía una serie de resultados finales. Mejoró la dieta con la fabricación de
alimentos cocidos, preparados y para ello fue necesaria la producción en serie
de metates, ollas y canastos. Estos permitieron que muchos alimentos y semillas se
pudieran guardar por largos periodos de tiempo e incluso almacenarlos para las
épocas de sequía y de hambre. Todavía estos cambios materiales solo pueden
producirse en una etapa sedentaria, con un tipo de agricultura local ubicados los
surcos al lado de los caseríos.
258 Lorenzo, José Luis y otros. Del Nomadismo a los Centros Ceremoniales, INAH, México, 1975,318p.
381
Hizo alusión a los antecedentes de la obra de Quiroga afirmando que en la época
prehispánica había canteros y pedreros, cazadores de venados y conejos, de
patos y de codornices, los pescadores pescaban con redes y con anzuelo y los
labradores cultivaban semillas, chile, bledos y frijoles. El religioso Francisco de
la Rea informó que en la laguna de Pátzcuaro se capturaban mucho pescado
blanco y que se navegaba en una canoa. También hizo alusión a la existencia de
fundidores que hacían mascarillas y juguetes, que habían inventado la escultura
de caña de maíz y era una pasta que se hacía con engrudo; por su parte, fray
Isidro de Espinosa refirió la fabricación y que hacen de capas, rodelas y penachos,
utilizando plumas y también había estandartes que se elaboraban con este tipo de
materiales, pero también habían curtido, que hacían sandalias de cuero y de hilo de
maguey "antes de la llagada de los españoles".259
Si bien estas divisiones de artesanos corresponden a la época colonial temprana,
en forma señalada en las obras reductivas de Quiroga, los antecedentes
directos de estos grupos de trabajadores son anteriores a ese periodo, es decir,
son prehispánico, desde luego, la presencia de una gran cantidad de pescadores,
lo que revela que esa era una actividad fundamental al lado de la agricultura;
había muchos trabajadores de la orfebrería en donde llegaron a dominar técnicas
superiores a las de los mexicas, así como lapidarias y desde luego fundidores de
metales, cuya importancia económica y social estuvo presente en la región del
occidente.
También el Códice Florentino habló de la existencia de una "piedra de navaja",
que en realidad era una esmeralda y de un esmeril que utilizaban los lapidarios
259 López, Marco Antonio, Orígenes de las Artesanías en Michoacán. p4.
382
para "moler arena y pulir piedras preciosas y la escoria que sale de los metales
cuando se funden o se labran y también la arena o piedra de donde se saca otros
metales. Había unos pedernales de los que salía del metal después de molido.
Había unos pedernales y piedras recios que se hacían en Oaxtepec, en los
arroyos traídos por acá, muelen aquellas piedras preciosas para después
purificarlas con el mineral".260
A pesar de que no conocían los instrumentos de trabajo fabricados con metales, lo
que permitió a otros pueblos del Mediterráneo y de la Mesopotamia, del Asia Menor
alcanzar un grado de desarrollo superior, los mexicas usaban una piedra muy dura
que servía para tratar otras piedras más suaves, pero también se utilizaban arenas
para pulir piedras que podían tener muy distintos usos. Para poder cortar una
piedra, primero la "lijaban" en una de sus partes y después con otra piedra la
golpeaban y aquella se rompía. Esto con respecto de las "piedras duras". En
referencia a las llamadas "piedras suaves", con los instrumentos disponibles se
hicieron muchos objetos tanto con fines domésticos como ornamentales.
En relación a otro tipo de "piedras industriales", el Códice Florentino se refirió a la
piedra alumbre que usaban los pintores para fabricar tecomate de barro; la greda,
que utilizaba la mujer para hilar y que hacían un tipo de barniz para embarnizar las
jícaras, así como varias mezclas que producían colores morados; hacían unas tintas
mejoradas.261
Reconoció Herrera que Cortés había repartido tierras entre los que habían
trabajado para lograr la conquista y lo hizo también entre sus amigos creado así
pueblos o encomiendas con la condición de que tuvieran un clérigo, o un fraile 260 Códice Florentino, T. III, p.368261 Códice Florentino, T, III, p.374
383
en la cabecera "pero hubo muchos quejosos". "Los indios mostraron mucha
admiración por ver el uso del hierro porque como no lo tenían labraban una piedra
con otra más dura, muchos más se admiraron cuando vieron los ingenios para
subir grandes piedras y vigas porque usaban para ello arrimar mucha tierra a los
edificios y a pura fuerza tirada por encima de ellos y con todo esto fabricaron 100
mil casas, mejores que las de antes...".262
El uso industrial del hierro y del cobre aceleró más el desarrollo de las fuerzas
productivas en aquellos pueblos que dispusieron de ellas y por ello plantearon
problemas de hegemonía y conquista con respecto de los pueblos que no la tenían.
Algunos autores afirman que no era necesario que tuvieran estas materias primas
puesto que con la acumulación de fuerza de trabajo se podían lograr los objetivos
deseados. Pero a la hora de participar en la realización de tareas productivas; en
la construcción de pirámides, templos, fortificaciones militares, obras hidráulicas, el
nivel de productividad de quienes usaba ese tipo de utensilios era mayor que el de
las que no las usaban, lo que demuestra la importancia de los metales en los
procesos productivos y constructivos. La introducción de esos éstos en la etapa de
la post conquista, tanto para usos industriales, comerciales como para fines bélicos,
planteó una supremacía de la cultura europea, sobre la cultura antigua indígena.
El concepto "taller" también nos hace recordar los talleres medioevales en donde
sí existía un fuerte grado de diferenciación de funciones, pero pensamos que en el
caso de Teotihuacán la aplicación de este concepto puede ser exagerado y
prestare a equivocaciones. Es natural todo tipo de trabajo en el que participan,
grupos humanos tenían un cierto grado de especialización y diferenciación, pero
262 Herrera, Antonio. Historia General de los Hechos de los Castellanos, T. IV, p.208
384
solo un estado más detallado nos puede dar a conocer el grado de diferenciación a
que había llegado, así como el peso específico que hubiese tenido en la economía
teotihuacana.
"... se puede afirmar que un pueblo que elabora objetos de metal, diferentes del oro y
del cobre nativo, en cantidades grandes, ha debido recorrer este largo camino en el
que realiza un acopio de conocimientos tecnológicos y como este antes era
realizado por los maestros metalúrgicos, debía haber al menos un incipiente
desarrollo social, son tareas diferentes para los campesinos, los alfareros, los
fabricantes de aromas y adornos y los maestros metalúrgicos. En el comienzo de la
minería no se construían toneles sino que se exploraban las montañas, buscando
la zona en donde la veta llegaba a la superficie", indicando que fue en el Perú en
donde los indígenas llegaron a su más alto desarrollo, mientas que con fecha de
1533 se descubrieron minas de cobre al norte de la laguna de Infiernillo en la
provincia de Mechoacán, indicando que "las minas son de tajo abierto, es decir,
cuando encontraban la veta en la superficie, comenzaban a cavar para retirar el
mineral, en la paredes de las minas no se aprecia el empleo del fuego para quebrar
las piedras, no se emplea la pólvora ni herramientas de hierro lo que significa que
se trabajaba con cuñas, posiblemente de madera o astas de animales para lograr
el desprendimiento de las piedras, las únicas herramientas que se han encontrado
fueron molcajetes de piedra para moler el metal, en Churumuco trabajaban unos 20
fundidores los cuales producían por día una carga y todos juntos producían al mes,
un montón".263 Los fundidores tenían sus sementeras al pie del cerro.
263 Grinberg, Dora. ¿Qué sabían de fundición los Antiguos Habitantes de Mesoamérica?, Revista Ingeniería, Núm.22, 2004, 7 p..
385
Si había yacimientos de cobre, sobre todo en la región de Michoacán pero
carecían del conocimiento de los procesos tecnológicos para hacer un uso
industrial y productivo de los mismos. Las pequeñas fundiciones de que habló el
Códice Mendocino no se desarrollaron en forma suficiente como para incrementar
su presencia en el contexto de las fuerzas productivas, como ocurrió en otras
culturas: Este desarrollo no es un fenómeno mecánico, voluntarista, es decir, tan
solo porque lo deseé un individuo, sino porque obedece a la satisfacción de
necesidades de la sociedad y en la mexica no las había. Por ejemplo, en los
casos de las minas a tajo abierto era relativamente sencilla la recolección de
metales.
Por su parte, Gazzola dijo que el trabajo artesanal de la Ventilla lo realizaban
varias unidades productivas que controlaban la distribución de materias primas y
de herramientas, haciendo notar que esta técnica "era conocida desde tiempos
remotos" pero había una carencia de desarrollo técnico pues no disponía del uso
del arco para realizar las perforaciones. Definió que al lado del taller había un
adoratorio para las unidades 1, 2, 3, 4, 7 y 17 funcionaron como viviendas de
grupos domésticos en donde había espacios para los lapidarios y había
elementos de mayor estatus, hasta encontrar una división de trabajo pues unos
artesanos se dedicaban al trabajo de piedras verdes y otras piedras calcáreas y
micas, unos fabricaban cuentas y otras placas “ El grupo de artesanos
trabajadores de tiempo completo laboraban con piedras adquiridas,
posteriormente por grupos de la élite e individuos de altos estatus, mientras los
individuos de mayor estatus controlaban la producción mediante la fabricación y
distribución de herramientas”.
386
Los estudios que se han hecho en torno de la Ventilla reafirman que en
Teotihuacán se había llegado a un elevado grado de diferenciación social entre
los grupos que integraban la sociedad y de división del trabajo entre los
productores. Este grado superior solo puede darse en las sociedades más
evolucionadas en las que se demandan muchos productos, bienes y
satisfactores muy elaborados y especializados, lo que obliga a retirar de la
producción agrícola a grupos cada vez más numerosa de personas para que
puedan dedicarse a esta actividad las cuales cobran una mayor importancia
económica, por los altos costos que tienen sus productos, para atender a grupos
cada vez más reducidas, pero que tienen un alto poder de exigencia.
387
En cuanto a la "producción industrial", Mejía los ubicó, -a los mexicas- en el estadio
inferior de la barbarie pues su principal instrumento de producción fue el "cuchillo de
obsidiana", las flechas y la punta de dardos, el metate o piedra de moler de tres
soportes, la alfarería no conoce el torno y los tejedores solo conoce la rueda y los
malacates primitivos conocidos ya por los toltecas; para sus vestidos usaban tejidos
de ixtle, henequén y algodón, tenían armadura de piel de venado de tigre y hacían
un gran uso de la madera, pero no tuvieron minas de oro y plata pues lo que usaron
"con relativa profesión la obtenían del lecho de los ríos o torrentes, en forma de
pepitas y hojuelas"; el cobre lo tomaban en "estado primitivo"; el "estaño se
tomaba en depósitos de acarreo"; el principal empleo del bronce fueron las puntas
de bronce y no llegan a ser de amplio uso industrial.264 Desde luego desconocían la
rueda.
Al aplicar el método del materialismo histórico, Mejía clasificó como "limitaciones"
los distintos grados de evolución y que habían llegado los mexicas, pero conviene
preguntarse respecto de qué otros pueblos del mundo son estas limitaciones, hasta
matizar y precisar estos conceptos. Había no solo un tipo de cuchillos sino una
amplia variedad de los mismos, lo que permitió a los mexicas hacer frente a sus
necesidades sociales. No había cuchillos de metal, ciertamente, pero las
necesidades imperantes eran satisfechas con los medios que tenían disponibles. No
conocían el torno o el telar mecánico sino una rueca muy sencilla y con ese
instrumento era factible cubrir la demanda de vestido de todos los miembros de las
familias, pues antes que todo se trataba de una economía de subsistencia.
264 Mejía Fernández, Jorge. La Tribu Azteca, material mecanuscrito, México, 243 p.. p.174
388
No conocían el uso industrial del bronce pero sí había puntas de bronce y si bien
no conocían las minas, si había depósitos de metales a tajo abierto. Esto explica
que, como ocurrió con otros pueblos, el mexica se encontraba en el tránsito
hacia formas de producción muy superiores, en cada una de las actividades ya
mencionadas, pero esta afirmación pertenece al campo de las hipótesis pues la
conquista produjo un escenario histórico inesperado.
Definió García Acosta las tres actividades fundamentales de la zona lacustre: la
pesca que incluía la fauna y cualquier otra especie acuática comestible para el
hombre; la caza que tiene dos variantes: en el agua, donde se cazan aves
residentes y migratorias y en tierra, para especies de las planicies. Pie de monte y
bosques; la recolección que también tiene dos variantes: en el agua donde se
recogen especies comestibles para humanos y animales o para trabajar y e las
tierra, donde se puede recolectar cualquier elemento natural útil al hombre,
recurrió a la madera, zacate, ciertas aves de ricas plumas, miel y piedra. Entre la
variedad de peces que había estaban los camarones de río o acociles, los
ajolotes, ranas de diferentes variedades, atepocates, renacuajos, una diversidad
de insectos. Entre los instrumentos de pesca estaban el chicharro, las redes,
anzuelos, fisgas, canoas, tiraderas, bateas, chiquigüites, costales, palos, cuerdas,
lienzos de manta.265
En realidad, los mexicas practicaban toda clase de actividades productivas que
eran parte de la zona lacustre y por lo tanto no se pueden definir como un pueblo
pescador pues los escasos recursos naturales disponibles permitían la existencia
de animales medianos y pequeños, de los cuales ilustra a cabalidad Joseph de 265 Florescano, Enrique, García Acosta, Virginia, Mestizaje Tecnológico y Cambio Cultural en México, CIESAS-Porrúa, México, 2002, 312 p., p.2
389
Acosta; habían también muchos insectos, algunos de los cuales eran comestibles
y muchos vegetales y frutas silvestres, estudiados entre otros por Hernández
Juárez que hacía que la recolección fuera muy amplia y diversificada, muchos
tipos de piedra, lo que dio sustento a los lapidarios. Había un grupo de ríos que
también tenían recursos naturales disponibles, como peces, madera, rebaños,
frutas, arenas.
En los bosques había muchos recursos maderables, de los cuales se hacían
tablas, tablones, morrillos que eran utilizados para la construcción de casas,
templos, "palacios" y otras instalaciones y que eran muy solicitados por los
gobernantes, siendo estos de los productos que con mayor importancia
entregaban a la ciudad; en los rescates arqueológicos, desde luego, se han
encontrado parte de maderas de pino, ocote, oyamel, sabino y otros muchos y que
se empleaban para construir diques, canales, embarcaderos, puentes y otras
obras hidráulicas.
390
391
Precisó Carbajal que:
"No teniendo arados, ni bueyes u otros animales que emplear en el cultivo de la
tierra, suplían su falta con las fatigas y con algunos sencillos instrumentos para cavar
o menear la tierra, se servían del coatí o coa, instrumento de cobre con el mango de
madera, pero muy diferente del azado y del azadón. Para cortar los árboles
empleaban una hoz también de cobre, de la misma manera que la nuestra con un
ojo o anillo del mismo metal en que se encajaba el mango de madera. El modo de
sembrar el maíz consistía en hacer un pequeño agujero en la tierra con la punta de
un bastón endurecido, al fuego y echar en él uno o dos granos de maíz, con un
poco de tierra y sirviéndose de los pies para esta operación. Cuando la planta
llegaba a cierta altura, le cubrían el pie con un montón de tierra para que tuviese
más apoyo y pudiera resistir el viento".266
Del uso de la piedra se pasó al uso de la madera y de esta al uso de
metales con lo que se incrementó el nivel de productividad alcanzado en todas las
actividades agrícolas, "industriales" y en los servicios. Tal fue el caso de unos de
sus instrumentos fundamentales, la coa o bastón plantador, cuyo origen es
antiquísimo y se puede ubicar en los albores de la agricultura. Este instrumento, que
terminaba al final en un pico, permitió hacer agujeros en la tierra en los cuales se
depositaban las semillas para la siembra. Era apto para suelos blandos, pero muy
difícil de emplear en los suelos "duros" por lo que surgió la innovación de cambiar
las puntas de madera por una punta de metal, con la que se mejoró notablemente
su eficacia.
266 Carbajal Espinosa, Francisco. Historia de México, desde los primeros tiempos de que hay noticias hasta mediados del siglo XIX,, p.622
392
En realidad, el bastón plantador es un utensilio de trabajo en el que también es
indispensable la fuerza de trabajo de quien maneja pues con el pie tenía que taparse
el agujero que se había abierto. No se abandonó la coa del todo ante la aparición de
la carreta de bueyes y el azadón o la pala de fierro, que sin duda constituyeron a
mejorar la productividad de la agricultura, coexistiendo en una cierta unidad
productiva varios instrumentos de producción.
393
Entre los métodos para cultivar la tierra que tenían los mexicas, Clavijero mencionó
el uso de la coa que era un instrumento de cobre con mango de madera "que se
usaba para cavar o menear la tierra"; una hoz o segur, también de cobre, para cortar
árboles, utilizaban los ríos y las acequias que bajaban de los montes para regar los
campos; tenían "heras" para deshojar y desgranar las mazorcas y graneros para
guardar el grano. En cuanto a la forma de sembrar dijo que abrían un pequeño
agujero en la tierra con un bastón endurecido al fuego y echaban en él uno o dos
granos y luego lo cubrían con un poco de tierra y más adelante abrían otro y hacían
lo mismo y que "aunque era un método lento es muy ventajoso porque
proporcionan con exactitud las cantidades de grano y las fuerzas del terreno y no
ocasionan además el menor desperdicio de semilla. Las mujeres ayudaban a los
hombres en la fatiga del campo. A los hombres tocaban cavar y preparar la tierra,
sembrar y cubrir las plantas y segar; a las mujeres deshojar las mazorcas y limpiar
el grano. Aquellos y estos se empleaban igualmente en escardar y desgranar".267
También García Sánchez anunció la aplicación de técnicas para la pesca
ilustrando que la pesca se hacía desde las canoas, lanzaban las redes en agua
limpia, buscaban peces y luego las levantaban para capturarlos; había una red
mediana que capturaba peces de menor tamaño como amilotes, acociles, ranas,
atepocates; la técnica reguera capturaba el pez blanco y se aplicaba en aguas
profundas y con corrientes, a lo largo de una garrucha colgaban tiras de tule
blanco y con un palo en la mano impulsaban su canoa girando lentamente de
modo que los tules se movieran bajo el agua y espantaran a los peces;
volteando la plancha se utilizaban para pesca acociles y se aplicaban en las zanjas 267 Clavijero, Francisco Javier. Capítulos de Historia y Disertaciones, Biblioteca del Estudiante Universitario, UNAM, México, 1994, 97 p., p.57.
394
y en canales o en aguas cercanas a los bandos y se trataba de una red mediana;
picada con garruchas y se utilizaban para pescar acociles y otros animales
pequeños y con las garrochas picaban a los lados del canal y zanjas para que
removieran la vegetación y los pescados se espantaran; las fisgas eran de metal y
se hacían desde la canoa y a pie; con anzuelos para pescar en agua semiprofunda,
a mano sobre todo para pescar ranas, con chicharros para pescar peces grandes y
se trataba de una red; unas cuadrillas que eran grupos de 4 trabajadores que se
ubicaban en las esquinas de un cuadrado imaginario; presas y corrales, con un
muro alto, hecho con yerbas acuáticas.268
"El zooquimaitl, que se emplea para la irrigación es en realidad una herramienta
de uso múltiple. Consta de una balsa atada a un aro el cual a su vez está sujeto el
extremo de una partija de unos cinco metros de longitud. Se le utiliza para tomar
agua de los canales para depositarle sobre los carbellones. El nombre significa
"instrumento para el lodo, lengua náhuatl". Estaba también los semilleros y consiste
en una capa de lodo obtenida en los canales, de 6 a 8 centímetros de espesor, la
cual se extiende sobre una estera de plantas acuáticas secas. Esta forma un barro
pastoso. Después de que el chinampero ha extendido y dejando secar el lado en el
área del semillero, lo que usualmente mide unos 2 por 10 centímetros, este se
encuentra listo para siembra". 269 Este sería unos trasplantes de pequeñas matas del
semillero los cuales pasa a un camellón y de ahí son trasladados a unas chinampas.
Rojas Rabiela ha estudiado los distintos tipos de agricultura existentes entre los que
se destacan, desde luego, la de temporal, que es aquella sujeta al régimen de lluvias
268 García Sánchez, Magdalena. El Modo de Vida Lacustre, p.46.269 Moriarty, James, Agricultura de jardines flotante en los antiguos lagos de México, en Chinampas Prehispánicas, p.71.
395
estacionales, la de chinampas y la de riego. En realidad se trata de tres tecnología
diferentes que tienen como propósito incrementar la producción y asegurar el
abasto suficiente para todos los pueblos. Se muestra desde un principio un
particular interés para aprovechar en forma racional los recursos hidrológicos y
acuíferos, sobre todo, para llevar el agua de los grandes depósitos naturales que
existen hacia las zonas de siembra, que en su mayor parte, estaban ubicados al
lado de las poblaciones.
Una de las obras más comunes que conocemos para lograr este propósito fue la
construcción de canales, acequias, acueductos, que permitían transportar no solo
agua salada sino también agua dulce para el riego y agua para el consumo humano.
Las crónicas hablan de la construcción de muchas de estas obras que podríamos
llamar de "pequeña irrigación" en los distintos señoríos. Así como la fuerza humana
de trabajo es indispensable para operar el bastón plantador, también el zoogrimall
lo es pues con la fuerza del labrador tenía que llevarse consigo este depósito de
agua móvil.
Estas plantas debieron ser originarias de Mesopotamia o de la India pero por su
importancia económica y comercial pronto pasaron a ser cultivado en estos
continentes y regiones aunque es distintas variedades, sufriendo un proceso de
aclimatación y adaptación. Mucho antes de que recibiéramos noticias del
surgimiento de ello en el Nuevo Mundo, ya se conocían en el Viejo, lo que también
reafirma la gran importancia que para el desarrollo de la civilización tuvieron los
intercambios de personas y de experiencias en el campo de la agricultura.
Transportar algunas semillas de un lugar a otro del mundo conocido y con ello los
396
conocimientos que se habían acumulado para sembrarlos, mezclándolos y
haciendo producir bajo diferentes circunstancias ecológicas y materiales,
constituyeron vínculos de carácter civilizatorio que favorecieron sobre todo a las
regiones menos desarrolladas.
Al hablar de las técnicas de pesca, García Sánchez mencionó las siguientes: el atlatl
o lanzadardos o palo volador, sobre todo para cazar patos, el chinhuastle o vara que
era de madera y se trataba de un hilo de un metro de longitud; la honda, tejida con ixtle;
el matla red que se montaba sobre un aro y una garrocha de madera; la red o
chinchara que también se usaba para pescar y lo mismo sucedía con la fisga; el
señuelo que era imitación de pata de plástico y/o de madera y caza a mano.
Mencionó las técnicas que utilizaban de manera colectiva, cuando los patos salían
volando eran atrapados por la red; un palo o garrote pues se trataba de golpear que
era matar a los patos o gallaretas; la liga servía para atrapar vivos a corto número
de patos; son animales que eran claro de aguas artificiales en donde se escondían
los cazadores y la caza al vuelo que consistía en disparar pato al vuelo.270
La pesca era una actividad importante pero no alcanzó la preeminencia social que
tuvieron otras sociedades en donde, ésta constituía la principal fuente alimenticia y
proteínica de la población pues las crónicas no lo señalan así. En cambio, a la
agricultura si le asignaron esta elevación. Es posible que los recursos piscícolas no
hayan sido lo suficientemente abundantes como para conquistar un sitio relevante,
sobre todo ante el hecho de que existían muchos pueblos que estaban ubicados en
las riberas de los lagos y de las lagunas y que tenían acceso a estos recursos.
270 García Sánchez, Magdalena. El odo de Vida Lacustre, p.57
397
La demanda social era muy alta y la disponibilidad de los recursos muy
limitados. Las artes de pesca que se describen corresponden a una etapa inicial
pues en ninguno se incluyen los relativos a una pesca masiva sino más bien de
carácter, individual, quizá con la excepción de la caza de los patos, en manadas
y al vuelo en el que participaban varios individuos.
En estos conceptos se hace alusión a la existencia de ciertas actividades relativas a
la madera que como ya dijimos con anterioridad eran indispensables para la
construcción de pirámides, templos, edificios en general. Para ello se utilizaron
maderas de pino, ocote, oyamel, así como la gran cantidad de árboles que describió
Oviedo en su Historia Natural. Había grandes superficies boscosas sobre todo en las
regiones ubicadas cerca de la Sierra Nevada. Se labraban haciendo tablones y
morillos, vigas para incorporar valor agregado a la misma; también de los grandes
árboles se hacían canoas.
Para cortar la madera se lijaba el árbol que se deseaba a la manera de un esmeril y
una vez ya en el piso se procedía a labrar había una gran cantidad de navajas,
lascas, cuchillos, que se utilizaban en estas funciones. Después estaba el cardado
de la lana que prácticamente se realizaba en todos los hogares, sobre todo para
hacer los vestidos de los miembros de las familias.
Otro concepto referente al trabajo, en el Arte de Olmos , son:
Ximanitla: labrar madera
Xihtlaza nitla: esconder
Xoxotla ñutía: aserrar
398
Zacamoa ni: romper tierra de nuevo
Zaca-nitla: acarrear
pochina-nitla: cardar lana en el arte de la Lengua Mexicana, De Olmos:
Nitzahua: hilar
Yxua: nacer de la planta
Nicopi: concluir la tela
Nitlamiqui: vender en el tianguis
Nitlamatapachcoya: devanar los hijos
Nitlaloaya: desgranar el maíz
El telar de cintura tenía un uso muy extendido lo que revela la existencia casi
permanente de materias primas como algodón, henequén, fibras de maguey y con
anterioridad, zacate, que se extraía de las lagunas. Según el uso de la época, no era
muy sencillo obtener algodón y en su lugar se empleaba el henequén sobre todo para
hacer cestería para fines domésticos. Al parecer la tecnología empleada para el
algodón era la misma que se utilizaba para el henequén y otras fibras. Se
terminaban las telas y después se "labraban" o dibujaban, según la necesidad y
deseos de cada usuario. Se hablaba de "vender" en los tianguis esos productos
pero no disponemos de datos al respecto, en los que se refiere a unidades de
medida, equivalencia y precios.
Prácticamente en todos los pueblos había estos tianguis, cuya prevalencia en la
economía en su conjunto está por dilucidarse ¿Del conjunto de operaciones de
intercambio que se hacían, incluyendo los tributos, qué volúmenes representan
aquellos que se realizaban en el mercado? Se habla mucho en las crónicas de la
399
gran importancia regional que tenían el mercado de Tepeaca, que por ello fue
atacado y conquistado por armas, conjunto de los miembros de la Tiple Alianza.
Del telar de cintura entre otros países del mundo se pasó al telar mecánico, pero los
avances de la tecnología corresponden a la satisfacción de necesidades sociales
presentes, reales, es decir, a la necesidad de incrementar la producción de textiles
¿Por qué este paso no se dio en el caso de los mexicas si había una notable
abundancia de prendas de algodón? Se había llegado a un alto nivel en el labrado de
mantas y en relación con la diversidad que había en sus usos, pero este avance
corresponde a las demandas sociales de la época y a los gustos y apreciaciones
estéticas de las personal.
No se podían producir grandes cantidades de mantas, de huípiles o enaguas por
medio de un procedimiento mecánico pero cuando se hacían peticiones de este
tipo se incorporaban al proceso de fabricación cientos de mujeres, es decir,
sustituían la carencia de instrumentos tecnológicos con la aplicación de mano de
obra intensiva. Este mecanismo funcionó hasta el señorío de Moctezuma quien de
esta manera planteo satisfacer la demanda, ésta si extraordinaria, que exigian los
españoles
En el Vocabulario de Olmos:
Cuecuezo nitla: hilvanar lo que se ha de coser
Locayotio nitla: enhilar aguja
Ichcanelia nitla: envolver con lana
Pizca-ni: coger maíz
Pixoa nitla: sembrar
400
Tectzmolinatlioni: el que hace prosperar a la gente
Tepaaxoocoa: meterse en tierra o hereda ajena
Lequipanaro nitlatla: trabajo
Teutcli: señorear
Tlalia-nimo: labrar tierra
Tlaquehuia: alquilar o tomar obreros
Estos conceptos son fundamentales en la sociedad mexica pues apareció el
concepto trabajo, concebido como tributo. Desde la prestación de servicios que
se hacían en forma voluntaria, en el sentido de que era compelida por las
reglas morales y las costumbres de la comunidad. Todos los miembros de la
comunidad se sentían parte de ella, de sus necesidades y dificultades y por lo
tanto, coparticipaban en todas las actividades productivas. Se trataba de un
trabajo "voluntario y obligado", es decir, había formas diversas de coacción y de
pensar, en el que desempeñaban una función muy importante, desde luego, las
creencias religiosas.
En el arte de la Lengua, Olmos dijo
Nitlaqiti: tejer tela
Ninotlaylia: lbrar la tierra
Nillatlalia: hacer fuego
Nixtlazma: labrar madera
Nitlacuatzuma; enlazar tela
Nillatlamenitlomma: pescar
Naami: cazar
Nillamatino: tocer hilo
401
Nitlamono: plantar
Las modalidades del trabajo eran diversas pues iban desde el tejido de telas,
hasta la fabricación de hilos y desde luego la plantación de semillas. Del estudio de
las crónicas se desprenden solo conceptos generales pero no específicos,
características particulares, sobre todo porque los españoles desdeñaban la
realización de las artes mecánicas. Por ello en los testimonios que se publicaron
post conquista, alentado por los hispanos, estos aspectos no causaron ningún
interés y en cambio obtuvieron una gran preferencia las descripciones relativas a
los linajes, las guerras y a los dioses.
La principal actividad de los "trabajadores" era la de labrar la tierra, es decir, se
dedicaban a la agricultura. La siguiente actividad en importancia era la cacería y la
pesca, que desempeñaban funciones complementarias con respecto de los frutos
de la agricultura. La tercera actividad era la explotación y procesamiento de la
madera y la cuarta era la referente a la prestación de servicios personales que por
la insuficiencia de datos, no puede ser valorada en sus justos términos.
Manzanilla describió dos tipos de grupos de artesanos, los que se encontraban
en el "palacio" y los que se encontraban en los "barrios" confirmando que las
élites "organizaban la producción de artesanías muy sofisticadas y "estaban
dirigidos a producir bienes suntuarios o utilizados en rituales" y buscaban que los
artesanos se dedicaran de tiempo completo a las tareas artesanales. En los casos
de los artesanos que vivían en los barrios, dijo, que estaban organizados en
corporaciones y que tenían su propia deidad tutelar pero también "artesanos
402
itinerantes" que eran "muy cotizados", "con estilos personales y maneras de
decorar particulares. Definió tres tipos de actividades: universales, realizadas en
todos los sitios por la mayor parte de las familias, actividades solo presentes en
ciertos sitios muy especializados y actividades únicas magistrales, concluyendo,
entre otros conceptos, que la mayor parte de los bienes estaban elaborados por
varias familias. "Conforme las élites demandaban productos específicos, la
producción se fue haciendo menos variada, es decir, más estandarizada. Las élites
gobernantes podían auspiciar a artesanos muy especializados en bienes
suntuarios; así en los palacios era frecuente ver a orfebres, plumarios y escultores
y pintores".1 Menciona el barrio de Teoponcazca, situado en el sureste de
Teotihuacán en donde hacían atavíos para sacerdotes y militares, lo que se
denominaba "una sastrería para la élite".
No conocemos la existencia de una normatividad jurídica que requiera el
funcionamiento de los artesanos como gremio corporativo, siendo este una
experiencia fundamentalmente medioeval y europea. También ello puede
deberse a que el desarrollo de este sector no había avanzado hasta el grado de
que se requiere una ordenación específica, lo que reafirma que se encontraba
la sociedad mexicana en un grado aun incipiente de organización social, menor que
la del Viejo Continente.
El "trabajo" se presenta como un fenómeno natural, inherente al ser humano,
más aun en la historia de los mexicas, que era consustancial a la lucha contra la
adversidad, en un entorno natural que le era desfavorable para poder asentarse en
forma definitiva en un lugar determinado. El "trabajo" en su sentido primigenio, fue
impuesto en el interior de los calpullis como parte de la división del trabajo existente
403
en ellos. Después al relacionarse dichos calpullis con el resto de los sectores de la
población. El calpulli "obligaba" a transformar la naturaleza para ponerla al servicio
de los hombres y para ello se consideró necesario que ninguno de ellos
permaneciera fuera de esta estructura.
Aquí la pertenencia al calpulli era una forma "común" de la organización del
trabajo, que es un aspecto poco conocido por los estudiosos del tema. Si
concebimos al grupo mexica, sobre todo en la primera etapa, como un conjunto de
calpullis, entendemos que todos ellos tenían similar grado de desarrollo y que solo se
fueron diferenciando sus funciones internas en el transcurso del tiempo. Los
miembros de los calpullis "prestaban servicios", para emplear la terminología
moderna, en primer lugar, para satisfacer las necesidades de su propia
comunidad, es decir, era una economía de subsistencia y después había un
excedente de producción que salía de los calpullis y se iba a otros sectores.
Aparecieron los gérmenes de la explotación de unos sobre otros.
Abrams realizó estudios sobre la construcción de las pirámides calculando el
material bruto utilizado, los tiempos empleados en su construcción, el número
de trabajadores organizados, haciendo referencia sobre todo a las pirámides
mayas, como fueron los casos de Palenque y Copan, pues también hizo referencia a
la pirámide del Sol y de la Luna que habían requerido el trabajo de miles de obreros.
"Los señores de menor rango podían convocar a menos trabajadores que el rey,
aunque con son un número considerable. Su capacidad para obtener sumisión era
menor que la del rey: los señores de rango más bajo o administradores
estatales tenían menos influencia aun por lo que es muy probable que dar
404
bienes y posesiones a cambio de servicios prestados. En el nivel político de la
gente común, ellos mismos construían sus casas o solicitaban ayuda de su
parientes y debían a su vez participar cuando los parientes construían las suyas".271
Entre los instrumentos que aparecieron en el Códice Huamantla, estaba el huictli,
coa o bastón plantador "que era indispensable para sembrar, remover la tierra,
servía de pala y otros quehaceres en la construcción". El siguiente es el palo para
hacer fuego llamado tlecuahuitl; el tercero era un tlachialins o mirador, que tenía un
orificio central. Las sementeras eran rectangulares, hechas por la mano del
hombre. Probablemente si la representación de las tierras comunales y tienen los
surcos transversales marcados a base de líneas negras. Se dibujan 8 sementeras,
Después estaban los objetos domésticos con 4 canastos para huevos, 4
bebederos. Hay dos tipos de mobiliario, las banquillas y asientos de respaldo; hay
dos asientos con respaldo que usaban los señores nahuas".272
Los miembros de los calpullis construían las llamadas sementeras, las mantenían
funcionando y recolectaban los frutos: se trataba de la apertura de surcos que se
hacían sobre la tierra con el uso de la coa o bastón plantador, en ellos se colocaban
las semillas y después se les echaba un poco de agua. Las plantaciones estaban
sujetas a la concurrencia de las lluvias: sí había estas en forma oportuna, según el
ciclo reproductivo de cada planta, estás crecían y daban sus frutos, pero si esto no
sucedía en esos términos, las semillas no germinaban y no se cosechaban las frutas
deseadas.
271 Manzanilla Linda. La Producción Artesanal en Mesoamérica, Arqueología Mexicana, Vol. XIV, núm.80, 2008.Abrams, Elliot. La Construcción de las Grandes Pirámi des de México, Arqueología Mexicana, 2008, abril, p.9.272 Códice de Huamantla, p.26
405
Los miembros de los calpullis eran en realidad, en sí mismos, una fuerza productiva
pues los utensilios prácticos de trabajo eran muy rudimentarios, de tal manera que la
base de la explotación era el trabajo humano físico. En esas condiciones, las
unidades productivas tenían que ser reducidas, guardando una proporción
adecuada con el tamaño de las poblaciones. Una población era un conjunto cada
vez más amplio de calpulli, pero estos al entrar en relación con otras unidades de
producción, con otros grupos y con otros miembros de la sociedad, sufrieron una
serie de mutaciones, algunas positivas y favorables a la tendencia común
predominante, pero otra en sentido diferente, es decir, destructivo.
También Brüggemann llegó a la conclusión de que al igual que en la producción
agrícola que se organizaba en base a la familia también así se organizaron los
calpullis artesanales pues hubo otras estructuras más sofisticadas como la de los
comerciantes, que requieren el uso de salarios, pero aclaró que no había forma de
saber sobre el pago de los salarios, pero fue de la opinión de que los tamemes y los
comerciantes en general se organizaban como una cooperativa y por ello tenían
participación en el reparto de las ganancias pero también había una relación entre
un "grupo de mercaderes y un grupo de cargadores, entre patrón y trabajador. En
este caso podrían tratarse de la población de un señorío que no estaba organizado
en algunos de los calpullis o que no tenían acceso al usufructo de los privilegios.
Esta población podía vender su capacidad de trabajo o incluso venderse
físicamente, como sucedía con los esclavos. La tercera opción es la del pago del
tributo con trabajo. En este caso no se habría establecido prácticamente ninguna
406
relación social de trabajo entre los mercaderes y los cargadores sino que los
cargadores trabajaban dentro de la relación de trabajo establecida con el señorío del
cual procedían, que a su vez eran dependientes políticamente de otro señorío".273
Por su parte, García Molí, al referirse al Preclásico temprano dio que el hombre
había continuado siendo nómada pero ya tenía campamentos estacionales y
disponía de instrumentos líticos más especializados y mejor tallados como las
puntas de proyectil, el lanza dardos, los raspadores, las raederas, los cuchillos, las
navajas, los morteros y las vasijas que transforman los granos en harina y se
hicieron redes, mantas, cestería y trampas y "así aparecieron las primeras
sociedades complejas, las cuales tenían una organización social simple, como
fue el caso de Tlatilco que fue una aldea habitada por una sociedad estratificada" o
bien Tlapacoya. "El rasgo más sobresaliente es el comienzo de la domesticación
de algunas plantas que resultaron esenciales para el desarrollo de la subsecuentes
etapas culturales. Entre las más importantes se cuentan el maíz, la calabaza, el
chile, el aguacate, el guaje, el zapote blanco, el amaranto, el frijol y el algodón.
Entre los animales domesticados se encuentran el perro, presente desde el
poblamiento mismo del continente y más tarde el guajolote. Se dio un
importante aumento de la población, comenzó la producción masiva de
cerámicas y el intercambio de materias primas con otras regiones".274
El proceso de sedentarización desde luego no fue instantáneo ni uniforme sino
se dio a plazos y por etapas, más rápido en unos grupos humanos que en
273 Brüggemann, Jürgen Kurt, et. al. Zempoala: El Estudio de una Ciudad Prehispánica. Serie Arqueología,, p.23274 García Molí, p. 48
407
otros, pero lo importante fue el impulso que otorgó al desarrollo de las fuerzas
productivas al crearse muchos instrumentos cortantes y filosos que permitieron un
uso más racional de la caza; sus productos tenían, además, que almacenarse y
por ello se progresó mucho en materia de embases y embalajes, (la cestería).
Con este tipo de medios de trabajo, los animales son cortados en "canales" y por
piezas, haciendo cortes que eran cada vez más finos y la misma actividad, en su
conjunto, se hizo más ágil y productiva, al poder utilizar lanza dardos contra aves
en pleno vuelo. En un principio resultó muy difícil hablar de una división de trabajo
pues todos sus habitantes se dedicaban a todo, es decir, eran labradores de la
tierra pero también cazadores, concebidas esta como actividades
complementarias.
Algunos usaban unos huaraches que después los españoles denominaron cacles,
a la manera europea, lo que reafirma que se trataba de una población que vivía es
muy precarias condiciones de existencia material y social, avanzando a ella las
habitaciones de paja en que vivían. Por ello no había necesidad de contar con un
alto desarrollo en materias textiles pues la demanda de telas estaba demasiado
uniformada, en realidad, la diversidad de gustos y formas formaron parte de la
demanda de los grupos sociales dominantes, que son a los que se refieren la
mayoría de los estudios.
Palerm le concedió mucha importancia al regadío en los sistemas agrícolas de
Mesoamérica, diciendo que coincidía precisamente con las fronteras culturales de la
región y al estudiar esos sistemas cuya tecnología se concentró en las cabeceras
de los ríos Tula, Lerma y Atlixco y el área colindante Colima y Jalisco y "las mayor
concentración de regadío y la obra hidráulica más importante coinciden con las
408
mayores densidades de población, con la distribución de los centros urbanos más
importante y los núcleos de poder político y de expansión militar "y por ello propuso
el estudiar las relacione sociopol¡ticas y económicas que ocurrían entre esto
sistemas y el resto de las sociedades y por ello estableció la existencia de tres
sistemas, el de raza, barbecho o regadío, considerando a la chinampa como parte
de este último y por ello precisó que agricultura extensiva requería tres elemento que
eran desconocidos: el arado, los animales de tiro y buenos medios de transporte y
una metalurgia avanzada, y la agricultura de secano que no era extensiva en
Mesoamérica no podía reunir el excedente de producción suficiente y constante para
mantener centros urbanos. También parece incapaz de crear el estímulo necesario
para su desarrollo. Ambas posibilidades (capacidad productiva y estímulo) aparecen
en la agricultura de riego, cuyo desarrollo es compatible con la metalurgia e
instrumental relativamente primitivo con ausencia de arado, de rueda y de
animales de carga. A cambio de esto se requiere mucha cooperación del trabajo y
cierta centralización política".275
La construcción de obras hidráulicas, desde luego, las más simples, como la
construcción de canales, ocurrió en la primera etapa de la agricultura, sobre
todo para evitar inundaciones, en una región que como la del Valle de México
disponía de grandes cantidades de agua. El agua existía, podemos afirmar que
en exceso, en relación con la superficie de tierra firme que está en explotación y
esta disparidad se agravaba en la época de lluvias. Pero también había tierras
que se encontraban en una situación opuesta no tenían agua para riego y por lo
tanto sus cosechas eran aleatorias y entonces surgieron las propuestas de traer 275 Palerm, Ángel, Wolf, Eric, Agricultura y Civilización en Mesoamérica, Sepsetenta, México, 1972, 207 p., p.
409
el preciado líquido, haciendo una serie de canales y de drenes y de esta
manera se aprovecharon las desviaciones que venían de la zona de volcanes,
de sus ríos y arroyos. De ahí se pasó a la construcción de obras de mayor
importancia material y de un alcance mayor, lo que solo se puede lograr con la
aplicación del esfuerzo humano de muchos cientos o miles de individuos ante la
carencia de instrumentos como los animales de carga, pero sobre todo de la
rueda. Con la aplicación de esta "mano de obra intensiva" se trasladaron piedras
de grandes dimensiones, por ejemplo Lorenzo afirmó: "es de suponer que las
primeras plantas cultivadas lo fueron por el simple procedimiento de ayudarles en su
crecimiento quizás escardando y evitando que algunos animales se las comiesen
sin llegar todavía a plantarlas: Cuando la asociación de ideas entre plantas y
semillas quedo establecido existió la posibilidad de conservar algunas semillas o
partes generadoras para plantarlas en lugares semejantes a aquellos a los que
normalmente crecían, con mayores modificaciones. El instrumental no puedo haber
sido otro que aquel en el que la literatura etnográfica se llama bastón plantador, por
lo demás o menos, metro y medio, de madera dura y de un grosor entre 3 y 5
centímetros, algo aguzado en uno de sus extremos; su rigor está en los palos
que los recolectores tanto hombres como mujeres, emplean para desenterrar
raíces, escarbar en madrigueras o en áreas futuras. Este bastón plantador es el
que, con el tiempo, se convertiría en la coa".276 Fueron mejorando los incas y por
ello la producción aumentaba creándose un excedente, el cual se almacenaba y
transportaban, indicando que en esta etapa la agricultura no fue la actividad
principal sino de carácter secundario con respecto de la caza y la recolección y 276 Lorenzo, José Luis. Agroecosistemas Prehistóricos, en Chinampas Prehispanicas. compilador, Carlos Javier Gonzalo, Antología, Serie Arqueología, INAH,p.98
410
tampoco había una clara división del trabajo.
El "oficio" de labrador nace asociado al surgimiento de la agricultura como una
actividad permanente y sistemática, o mejor dicho, como una actividad
predominante. Al principio, todos eran labradores, todos eran "campesinos", es
decir, todos se dedicaban a la ejecución de estas funciones que pasaron también de
las más simples a las más complejas. Por medio de la observación se dieron cuenta
que plantando una serie de semillas que quizá habían caído en forma accidental al
piso, estas germinaban y daban un fruto. La primera decisión que se tomó fue la de
hacer lo que se llamaría un "huerto familiar", es decir, utiliza una porción de tierra,
aledaña a aquel en donde estaba construida la casa-habitación, siembra esa semilla
en ella y después recolectar sus frutos. No obstante el salto que esto implicaba, los
productos agrícolas no podían satisfacer la demanda de ingesta de alimentos, por lo
que las actividades predominantes fueran la de la caza, recolección de verduras y
de insectos.
Clark definió a los talleres "como lugares delimitados, donde se lleva a cabo una
actividad o un grupo de actividades similares. Una distinción es que las actividades
son, a veces mucho más especializadas y se hace repetidas veces en un mismo
lugar; la regularidad depende del nivel de producción del taller, ya sea de tiempo
completo o no. En los talleres hay artesanos que fabrican productos
especializados. Su producción rebasa sus propias necesidades y la mayor
parte de ellas están destinadas para venta o intercambio, de no ser así, el lugar
de la actividad sería solo "un área de actividad" y no un taller".277
277 Clark, John. Hacia una Definición de Talleres, en La Obsidiana y Mesoamérica, p.215.
411
Indicó que en los talleres hay evidencia de materias primas, de productos
terminados y otros productos de manufactura, pero también se hallan objetos de
desecho de talla, pero reiteró que no todos los depósitos de desechos pueden ser
talleres sino que estos deben dedicarse a fabricar objetos nuevos. Distinguió dos
tipos de talleres, unos de fabricación y otros de utilización.
Cuando mencionamos la palabra taller de inmediato la asociamos a los talleres
medievales, en donde ya se habían logrado un alto grado de especialización del
trabajo, por lo que el concepto puede prestarse a interpretaciones equivocadas.
No. Lo que importante de los sitios que se han excavado es que haya habido un
grupo humano trabajando en forma coordinada para producir artículos que no
eran para ellos sino para la comunidad y para la integración de los tributos. Si la
producción estaba destinada para satisfacer necesidades de la familia, entonces
estamos ante otra unidad de producción distinta que por cierto fue la más común
que en un principio y durante muchos años, los propietarios fabricaron sus
propios utensilios y solo cuando se crearon "ciudades más grandes" aparecieron
estos llamados talleres, de cuyo funcionamiento interno no tenemos realmente
información.
En el caso de Teotihuacán, es sorprendente la gran cantidad de restos encontrados
al grado de que algún investigador habló de la existencia de "barrios obreros",
como los de Manchester, Inglaterra, "que también facilitó las exageraciones" Lo
que sí parece estar claro es que la población, en la medida en que crecía y se
aglomeró en algunas poblaciones significativas, experimentan un proceso más
412
acentuado de diferenciación social y por lo tanto surgieron demandas muy
especializadas de ciertos bienes y servicios, que en las poblaciones más pequeñas
no se daban y que en el primer caso lo que se llamó trabajo artesanal se fue
separando y adquiriendo autonomía con respecto del trabajo agrícola.
Labradores
En cuanto a la agricultura primitiva que practicaban los mexicas, Carbajal definió la
existencia "de una especie de balsa de madera ligera, formando encima un tejido de
varas y raíces de algunas plantas acuáticas, capaces de sostener unida la tierra del
huerto y sobre este fundamento colocaban, sacándola del lago, el fango llamado en
nuestros días pantano. La figura ordinaria era cuadrilonga; las dimensiones varias,
pero por o común de18 a 20 varas de largo, 7 o 9 e ancho y cosa de media vara de
elevación sobre la superficie. Estos fueron los primeros campos que tuvieron los
mexicanos después de la fundación de la ciudad y en ella cultivaban el maíz, el chile
y otras plantas necesarias para su sustento. Habiéndose después multiplicado
excesivamente aquellos campos movibles, los hubo también para jardines de flores y
de yerbas aromáticas que se empleaban en el culto a los dioses y en el recreo de los
magnates. Ahora solo se cultivaba en ellas flores y toda clase de hortalizas y son
conocidos con el nombre de chinampas; en ellas prosperaron todas las plantas
maravillosamente porque el fango del lago es fertilísimo y no necesita de agua del
cielo y en las huertas mayores suele haber arbustos y aun una cabaña para
preservase del sol de la lluvia. Cuando el dueño de una chinampa quería pasar a otro
sitio o para alejarse de un vecino perjudicial o para aproximarse a su familia, llevaba
413
el huerto en remolque con una o más canoas, colocándole a donde quería".278
La existencia de las chinampas, entendidas como pequeños campos de cultivo que
"flotaban" en el agua, es antiquísima y corresponde dicho método a las zonas
lacustre, en donde hay escasez de tierras firmes y está presente en otras
formaciones culturales del mundo. Lo misma expresión indicaba que no se debía
proceder al observar que los tulares, los zarzales y otras plantas acuáticas, si se
amojonaban, podían permanecer fijas en un sitio determinado, también por un
tiempo determinado, sobre todo si se colocaban estacas que impidieran que los
movimientos del agua las cambiaran de lugar.
La fabricación de estas "balsas de madera", como las denominó Carbajal,
requerían la aplicación de un cierto esfuerzo laboral pues unas veces juntando
esas ramas había que colocar encima de ellas una capa de raíces y de varas que
sirvieran de "colchón" en el cual se depositaran las semillas que se deseaban
cultivar.
De esta manera las superficies cultivables se ampliaban sobre todo cerca de las
riberas de los lagos y de las lagunas, atando dichas balsas a tierra firme para que
no se movieran de lugar. La ventaja era evidente: se disponía, por un lado de agua
suficiente para alimentar los cultivos, durante todo el año y por la otra, de un abono
natural, que era precisamente el limo que se encontraba en los depósitos de agua.
Esta era la ventaja más notoria de este método de cultivo, cuya superficie se podía
trasladar de un sitio a otro del lago, llevando las sementeras a cuestas.
278 Carbajal Espinosa, Francisco. Historia de México, desde los primeros tiempos de que hay noticias hasta mediados del siglo XIX,, p.620
414
Dijo el Manuscrito Tovar, que estando los mexicanos en la laguna "no tenían
donde hacer una sola sementera, estando en manos de los comarcanos otorgarles
el camino y no dejarles otra cosa de provisión y mandar a sus vasallos no les
vendiesen maíz y fríjoles, que ello había suscitado una profunda y grave antipatía y
que por ello habían concitado a los pueblos comarcanos a que se fueran en
contra de los mexicanos con las armas en la mano, indicándoles que ellos (los
mexicanos) los querían avasallar y convertir en vasallos y por ello establecer la
prohibición de que pudieran mantener bastimentos al valle. Con lo que la respuesta
de los mexicanos contra Azcapotzalco había sido muy violenta "pus no habían
perdonado i a mujeres, niños, ni reyes, lo cuales fueron ejecutados sin ninguna
piedad ni lástima, ni dejando casa enhiesta ni persona con vida sino a los que
habían huido y se habrán cogido en las montañas a los cuales no perdonaron los
mexicanos porque los fueron siguiendo como leones encarnizados, llenos de furor y
de ira, hasta matarlos en la más áspera de las sierras, rindieron las armas
prometiéndoles darles tierras y asimismo darles cal y piedra y madera para los
edificios y todo lo necesario de legumbres y semillas para su sustento". 279
La agricultura de chinampas, por lo menos en esta modalidad, se puede decir que
era una "agricultura de subsistencia" pues los mexicas, en esta etapa, no tenía tierras
disponibles para la agricultura y corría el peligro de perecer si no tenían alimentos
en la cantidad requerida para mantener a su población. La situación era
verdaderamente apremiante pues el resto de los pueblos que habitaban en la
zona les eran profundamente hostiles y por lo tanto la consigna era de expulsarlos
de la región o bien, en el mejor de los casos, someterlos al pago de tributos.
279 Manuscrito Tovar, p.43.
415
En estas condiciones los primeros instrumentos de trabajo debieran ser muy
rudimentarios, utilizando las plantas y los vegetales de la zona y algunas piedras y
otros instrumentos punzocortantes que servían para cortar los tallos de las plantas y
para hacer amasijos que permitieran realizar las precarias siembras que entonces
hacían. Con palas de madera juntaban las jarcias y los carrizos; después los
amarraban hasta hacer envoltorios o bultos que se depositaran y extendieran
para hacer los pisos de las sementeras. No trabajaban en estas actividades en
"condiciones normales sino en medio de la presión militar y de la hostilidad de los
vecinos, lo que confirma la necesidad vital que tenían los mexicas de consumir
gramíneas, entre ellas, maíz.
Los estudiosos de las chinampas concluyen que fue un método que se extendía en
todas la zona lacustre, llegando hasta los lagos de Xochimilco, Mixquic, Texcoco
e incluso a algunas zonas del Vale de Toluca lo que significa que fue una
experiencia exitosa, pero desde luego muy limitada en sus alcance pues su
eficiencia productiva estaba sujeto a las fluctuaciones del agua: si había demasiada
había siempre el peligro de que la superficie cultivada se inundara y se perdiera la
cosecha y si por el contrario bajaban los niveles de las lagunas también perecían
las plantas, precisamente por la falta del preciado líquido. Se comportaban de
alguna manera como si fuera la agricultura de temporal ya que siempre dependía
416
de un suministro oportuno y suficiente de agua.
La aplicación de este método permitió construir una amplia red de canales los cuales
servían para que los caminos pudieran transportar a la agricultura hacia el sitio en
donde se encontraban las chinampas y para llevar y traer la producción a los centros
de distribución y consumo. Las crónicas hablan en forma suficiente y pormenorizada
acerca de esta red canalera que permitió transportar de los puntos más distantes
hacia Tenochtitlán y que operaban a la manera de una red carretera moderna. Si
había cientos o miles de canoas, circulando por toda la cuenca, esto facilitaba que
un solo día los productos alimenticios y otras materias primas llegaran a su
destino, la cual tuvo una sensible ejecución en el desarrollo de las fuerzas
productivas.
"A la tierra fértil para sembrar y donde se hace mucho lo que se siembra en ella
llaman Atoetli que quiere decir "tierra que el agua ha traído" y también xalatoctli
que es una tierra blanda o suelta o tierra en donde se hace mucho maíz o trigo en
pocas sementeras que hacen muchos frutos. A otra manera de tierra fértil donde
se hace muy bien el maíz y el trigo la llaman Quauhtlalli; otra tierra fértil llaman
tlalcoztli que quiere decir tierra amarilla; otra tierra fértil que es arenosa la llaman
xalotictli; a las tierras que se venden y se compran y se pasan de uno a otro llaman
tlamallacoalli que quiere decir tierra comprada y esta tierra en su mayoría son fértiles.
A las tierras cuyos dueños eran muertos y las dejaron desamparadas las llaman
417
Micatlalli que quiere decir, tierras de los difuntos; a las tierras areniscas de poco
fruto que llama Xalalli, que quiere decir tierras arenosas y estéril. A una tierra
pegajosa y buena para hacer barro de paredes; a otra tierra fértil que se llama sallalli
que quiere decir tierra en donde ha estado edificada una casa; en la tierra que la
allana y la asiente y tejen a mano llaman Tlaluitectli que quiere decir tierra asentada
a golpe; a la tierra en donde se pueden los magueyes y se han vuelto estiércol se
llama matlalli que quiere decir tierra colada de magueyes; la tierra salitrosa es
tierra estéril.280
A la existencia de tierras de distintas calidades, correspondía también distintos
tipos de agricultura siendo la de chinampas una de ellas, pero estaba la de tumbar,
rozar y quemar, la de las terrazas y la de la zona de humedades, así como la que
tenías riego. A cada tipo de agricultura correspondía también un detenido conjunto
de instrumentos de trabajo y de relaciones sociales y de estructura de poder. En
estos tipos de agricultura había la estructura de los señoríos o Tecpan, que eran
"casas reinantes" o sea grupos de pillis que eran los propietarios fundamentalmente
que tenían a su servicio a los macehuales.
En las poblaciones había pictogramas que dibujan las tierras que estaban
disponibles, a qué grupo o estamento social estaban destinados, quiénes eran sus
propietarios y cuál era su nivel de productividad. Se podían diferenciar de aquellas
tierras que eran de tepetate o areniscas, de aquellas que eran infértiles o poco
productivas, como las que estaban llenas de piedras, de aquellas que eran, por el
contrario muy fértiles y que por lo tanto eran las más apetecidas por los pillis,
280 Códice Florentino, T. III, p.381
418
primero y por los encomenderos, después durante la época colonial.
Dijo Chávez Alcázar: "el objeto del trabajo fundamental era la tierra y la múltiple
variedad de materias primas que ella generosamente brindaba, siendo el calpulli la
unidad política y estamental básica de la sociedad para la producción de los
elementos primordiales de la vida, el maíz, el chile, el frijol, el cacao, el algodón,
quedando el agricultor sometido a una política local más o menos hermética y
ajena a la política general del estado. Desde los primeros años de la ciudad, los
mexicas adquirieron destrezas en la explotación de los recursos del lago. En sus
canoas labradas pescaban con redes y con lanzas cazaban aves a lo largo de la
playa y en los lechos de carrizo. Las mujeres recolectaban huevos de aves y
prensaban una pasta de algas para formar una especie de pastel, además de
moler el maíz para la elaboración de tortillas. La actividad productiva de un hombre
debe rendir suficiente fruto para que él pueda reproducirse además de su mujer y
sus hijos. En este sentido la cooperación que los hijos hace desde pequeños en los
trabajos domésticos, constituyen una actividad importante par ala reproducción del
grupo familiar, Se debe contar además que los hijos varones pueden tener una
plena actividad productiva desde temprana edad, de 13 a 15 años."281
Siendo la zona una región lacustre, esta determinaba la vida mínima, la existencia
social de los mexicas. Esto implica el interés mostrado por Carlos Marx que al leer la
obra de Prescott sobre la conquista de México se interesara por el "factor
geográfico" pero no desde el punto de vista de una actitud fatalista sino realista. Los
factores físicos o naturales son determinantes para la existencia de los seres
humanos: esto explica, por ejemplo; la dieta de los mexicas, en gran parte basada
281 Chávez Alcázar, Margarita. Sistema Económico de la Sociedad Azteca-Mexihka, p.76
419
en productos marítimos, pero a la vez su insuficiencia pues tuvieron que desarrollar
otros cultivos como los del maíz, fríjol y el chile, hasta formar una auténtica y
multiforme vida doméstica. La existencia de múltiples recursos naturales influyó
en la división social del trabajo, apareciendo en una primera fase la que se dio entre
el hombre y la mujer y después el papel que le asignaron a los hijos, que trataban de
ser formados y educados para continuar los oficios de sus padres.
El Códice Mendocino ilustra a cerca de la necesidad que existía de que continuara
fomentándose la destreza técnica en la agricultura, la caza, la pesca y en otras
actividades; estas habilidades se inculcaban desde el seno familiar para después
aplicarse en las actividades productivas a través de largos periodos de tiempo pues
los cambios y las modificaciones en los instrumentos tecnológicos se dieron en
plazos muy largos, después y como resultado de un proceso de ensayos y errores.
Opinó también Odile que los agricultores aztecas tenían una vida prácticamente
autosuficiente pues ellos mismos fabricaban casi todos los utensilios que
necesitaban para su alimentación y de sus familias, pero también el estado permitía
el desarrollo del sistema de riego, la implantación de una disciplina férrea y eficiente,
el desarrollo de nuevas actividades como las artesanías y el comercio. "El desarrollo
de los artesanos estuvo ligado al desarrollo del urbanismo y en la emergencia y
crecimiento de la nobleza para quienes el lujo y la ostentación fueron signos de
distinción y grandeza. Los artesanos se agrupaban en barrios propios, aunque
muchos de ellos combinaban el oficio con el trabajo de la tierra y vivían dispersos y
mezclados en los diferentes ranchos de la ciudad. El oficio era, en general,
heredado de padres a hijos. En cuanto a su instrucción, comenzaban como
420
oficiales ayudando a algún maestro, en espera de aumentar sus conocimientos y
ejercer la profesión por cuenta propia".282
En una primera etapa los instrumentos de trabajo, que forman parte de las
fuerzas productivas imperantes en un momento dado, la fabricaron los mismos
hombres que las emplearon que era a su vez aquellos que también cultivaban
las tierras que estaban contiguas a sus sitios de residencia. Pero después, en
la medida en que evolucionó la división social del trabajo, esos instrumentos
de trabajo los fabricaron otros miembros de la comunidad a los cuales se las
adquieren ya sea por medio de la compra o por medio del trueque o intercambio.
Surgieron los "especialistas" en la elaboración de piezas de piedra, de madera,
de metales y así sucesivamente. Siendo estas actividades de carácter
básicamente comunitario o comunal, también la propiedad de esos instrumentos
lo eran de la misma naturaleza, hasta que sufre modificaciones la estructura de
la tenencia de la tierra y los pillis se convierten en grandes propietarios de tierras
y que empiezan a acaparar instrumentos de trabajo que "prestan" a los
macehuales.
Los "especialistas" se van conformando en grupos o estamentos cada vez más
herméticos pues han cobrado conciencia de la creciente importancia que tienen
en la sociedad, por encima de la posición de los labradores, al incorporar valor
agregado a las materias primas. La mayoría de los labradores o macehuales
quedaron siéndolo y su calidad de tales se transmitía su actividad de padres a
hijos, pues un sector de ellos busca otras alternativas en las nuevas tareas 282 Roger, Odile y Turner Ernesto. Organización Económica y Social de los Aztecas y de las Culturas que Preceden, UAM, México, 1993,131 p., p.100
421
productivas que se iniciaban en forma prometedora en la sociedad y así mejorara
sus condiciones de existencia.
Al referirse a Tenochtitlán, Clendinnen afirmó que "mientras algunos labriegos
trabajaban las tierras de los señores fuera de la ciudad, la mayoría de los
plebeyos vivían desempeñando un oficio urbano: como fabricantes de
huaraches, vendedores de combustible, alfareros, tejedores de tapetes,
acarreadores o cualquiera de los múltiples servicios requeridos en una ocupada
metrópoli. Los pescadores, cazadores de aves y cazadores y los recolectores en
pequeña escala de anfibios y huevecillos de insectos se ocupaban en las orillas
del lago, pero a pesar de la intensiva explotación de su entorno y la
ininterrumpida contribución de las chinampas, la ciudad dependía de la
importancia de alimentos, algunos del exterior del valle, traídos por medio del
comercio o del tributo.
Las materias primas exóticas, que proveían sus famosos artesanos de plumas o
de algodón o piedras preciosas, eran obtenidas ya fuera como tributo o activado
el sistema de los pochtecas o comerciantes viajeros, un sistema que
crecientemente encontraba su centro en Tenochtitlán".283 Pero había una
escasez crónica de madera y combustible indicando que los calpullis
especializados pagaban su tributo con los artículos que fabricaban y en general
los calpullis todavía tenía importancia como unidades administrativa, regidos
estos por cuerpos de ancianos.283Clendinnen, Inga. Los Aztecas. Una Interpretación, Nueva Imagen, México 1998, 435 p., p.14
422
La situación que define Clendinner corresponde a una etapa avanzada de la
sociedad en la que los especialistas o artesanos desempeñan una función
económica y social cada vez más importante que hacía palidecer las actuaciones de
los labriegos o macehuales. Esto no significa que hayan dejado de ser un sector
importantísimo; siempre lo fuera, o mejor dicho, siempre lo ha sido. Los agricultores
fueron en su momento al sector decisivo pues ellos se encargaban de producir los
alimentos y la materias primas que requerían la economía en su conjunto; fuera el
engranaje que hizo funcionar la estructura tributaria, mientras que los especialistas
en las distintas artes fueron creciendo en importancia económica, precisamente al
incorporar valor agregado a las materias primas que producían los macehuales. La
sociedad se fue diferenciando desde el punto de vista de los oficios y de las
especialidades, en la medida en que progresaba desde el punto de vista de la fuerza
productiva, desde la etapa de los cazadores y recolectores hasta los comerciantes y
los lapidarios para poner algunos ejemplos.
Dijo Torquemada que casi todos los indios se ocupaban de la agricultura en
general, todos eran labradores, en el cual ejercicio pasaba la vida por lo cual era
grandísima la abundancia que tenía después, no deja de tener un espacio de tierra
que sembrar y también quedó en ellas el modo rústico de cultivar las tierras con
palas de palo que llaman huictli, hechos de madera de encino que son muy fuertes y
según las provincias, así varias las formas de este instrumento; el trigo no lo
conocieron estas gentes porque del que usaban era el maíz en esta tierras firmes; en
este trabajo de campo ayudaban las mujeres y los hijos a sus maridos
sembrando y cogiendo juntamente y de presente lo acostumbraban. De esta
manera los varones cavan y disponen la tierra y las mujeres van tras de ellos,
423
sembrando las semillas y los granos y a tiempo de escardar o desyerbar les
ayudaban al desyerbe y a la cosecha; ellos lo cogen y ellas las deshojan y
guardan".284
Torquemada reconoció la importancia económica y social que tenían los labradores
o macehuales en la sociedad mexica, afirmando que todos lo eran, incluyendo a sus
familias completas. En efecto, tanto las crónicas como algunos códices describen a
todos los miembros de la familia, y no solo a los padres y a las madres, en las
tareas del campo. En una primera etapa esta función es natural pues no había
individuos que pudieran ser proporcionadas por otras para realizar estas funciones,
hasta que los pillis se convierten en propietarios de tierras y por lo tanto puede
usufructuar el esfuerzo humano de los macehuales.
En una economía que tenía como finalidad esencial no el intercambio de productos
o bienes con otras comunidades, sino la satisfacción de sus necesidades internas,
primero las de las propias familias. Una economía de subsistencia como esta no
requería, objetivamente hablando, de instrumentos de producción muy avanzados
puesto que no había interés agregado y tener un excedente en la producción
que permitiera dedicado otras actividades.
Toda la vida individual y la existencia social de los macehuales estaban destinadas a
las tareas agrícolas y a las actividades conexas de la misma, entre ellas a las
festividades de los dioses de la fertilidad. En este concepto universal se ubicaba a
284 Torquemada, Juan, Monarquía Indiana, T. IV, p.247
424
las familias en su conjunto pues esto era una sociedad de campesino.
García Bárcenas dijo que el Protoneolítico había comenzado la agricultura, es
decir, la domesticación de las plantas, lo que ocurrió en una región que iba desde
el sur de Tamaulipas pasando por el Valle de Tehuacán, pasando por Puebla, hasta
los valles centrales de Oaxaca a los cuales se agregaban dos regiones, Mazatlán,
en el occidente de Jalisco y la región de la Cuenca del Balsas. Entre las variedades
que se domestican estaba el maíz, el frijol y la calabaza, observando que esos
mismos alimentos y esas técnicas se localizan en el resto de Mesoamérica. Los
animales domésticos eran muy escasos, como el perro, el guajolote y las abejas, el
camote y el girasol. 285
La domesticación de los animales estaba asociada a las prácticas de la agricultura
y desde luego claro está a la vida sedentaria pues los grupos humanos, una vez
que se asentaron, si bien no todavía en forma definitiva, pero si por largos
periodos de tiempo, en un determinado sitio requerían de aguas y de alimentos, en
forma permanente, para poder subsistir y por lo tanto era necesario disponer de la
carne y de las pieles para su manutención; las pieles se requerían para fabricar
vestimentas y hacer frente a las variaciones climáticas y a los climas extremos.
Con anterioridad, para poder disponer de estos recursos se tenía que efectuar
intensas y peligrosas jornadas de caza, cuyos resultados la mayor parte de las
veces fueron imprevisibles de pero los grupos humanos necesitaban de un
suministro lo más regular posible de alimentos y materias primas y para ello, tanto
la domesticación de las plantas como la de los animales les fue de una gran
285 García Barcenas Joaquín, Tecnología Lítica, p.55
425
importancia.
Los animales fueron llevados a corrales y sometidos a distintos controles para
asegurar que no murieran a causa de las inclemencias del tiempo, para poder
alimentarlos y obtener su reproducción. Así al lado de la plantación de maíz, frijol,
se cultivaron las calabazas, los chiles y otros vegetales, así como varias semillas,
todo ello también para abarcar las necesidades alimenticias de los animales, como
las gallinas de mucho tiempo después los cerdos y las vacas, los perros. En
realidad se trataba de procesos que van en forma paralela, agricultura,
domesticación de plantas, ganadería, domesticación de animales, aunque no
seguían el mismo ritmo de desarrollo, ni tienen la misma importancia en la
economía en su conjunto, aunque en muchos aspectos se complementan.
"La posición más aceptada como respecto al origen del maíz la consideró
como resultado de la hibridación y entrecruzamiento del teosinte silvestre, Zea
mexicana. El teosinte es una gramínea de la zona semiárida subtropical de México
y Guatemala, su distribución comprende un área desde el sur de Chihuahua, hasta
el límite entre Guatemala y Honduras. Hubo una mutación en el teosinte en el que
el grano se libera de la capsula, hecho ocurrido en una sola planta fundadora;
esto habría expuesto al grano encapsulado haciéndolo fácil de cosechar".286 Al
referirse a las posibles fechas de la domesticación dijo que se calculaba su inició
hacía 5400 años, después de haber encontrado vestigios en las cuevas de Güila 286 De Tapia, Emily McCIung.y otros, Nuevos fecham lentos para las plantas domesticadas, en el México Prehispánico, Anales de Antropología, Vol. 35, 2001, p.41.
426
Naguitz, aunque aún existe una discusión al respecto. Entre las especies
vegetales que se domestican estaban la calabaza, el chilacayote; en relación con
el frijol se domesticaron distintas variedades.
La agricultura mesoamericana tiene como espina dorsal al maíz pero este es
producto de una evolución de varios miles de años la cual no apareció en un sitio
determinado sino en distintos y por cierto, muy lejanos entre sí. Transita del
Teosinte al maíz fue un proceso de observación y experimentación en el que
participaron varias generaciones de agricultores en distintas regiones de nuestro
continente, quienes estudiaron, por ejemplo, las resistencia de las plantas ante las
plagas y los cambios atmosféricos, la dureza y resistencia de la membrana que
cubre su grano, las posibilidades de este en cuanto a su siembra en distintos
climas y espacios y a su potencialidad alimenticia.
Obsérvese que el maíz, no obstante, las potencialidades que a través del tiempo
le descubrieron los indígenas, no se plantó ni operó en forma aislada sino junto al
frijol, con el objeto de tener un complemento alimenticio muy importante. Buscaron
una dieta más amplia y variada que incluyó la calabaza, el tomate, el chile y el
amaranto. El proceso de domesticación de las plantas requiería de un detenido y
permanente proceso de observación para localizar e identificar la mutación y la
hibridación a través de las cuales se puede encontrar lo mismo las debilidades
que las fortalezas de las plantas. Estos conocimientos tardaron muchos siglos en
madurar.
El labrador, según el Códice Florentino: "es fuerte y diligente, cuidadoso, madruga
mucho para no perderse en la hacienda y por ninguna falla deja de comer o de
427
dormir, trabaja mucho en su oficio, es viejo en el saber, en el romper la tierra,
desyerbar, cavar, allanar lo cavado, hacer camellones, mover bien la tierra, ararla a
su tiempo, romper la tierra en tiempo de agua, saber escoger la buena tierra para
poder labrarla, hace hoyos para sembrar las semillas y regarla en tiempo de
secas, sembrar derramando la semilla y regarla en tiempo de secas, cegar los
hoyos en donde está el maíz sembrado, entresacar las cañas quebrándolas y
entresacar las mazorcas, quitar los hijos de la mazorca, quitar los tallos para que
crezca bien la naciente. En tanto que el mal labrador es muy negligente y haragán
y se le hace grave y molesto todo el trabajo. En su oficio es tosco y bruto, grosero y
villanazo, enemigo de dar y amigo de tomar. El hortelano tiene de oficio sembrar
semilla y plantar árboles, hacer, eras y cavar y moler bien la tierra".287
El labrador o macehual es un ser humano que existe por el trabajo y para el trabajo y
así lo es desde que nace hasta que muere, incluso traslada a su propia existencia
física y familiar a los hijos ese carácter. Está asociado, desde una edad muy
temprana, con las prácticas de la agricultura, con la aplicación de sus técnicas y
procedimientos, con el conocimiento de sus "secretos" y de sus ventajas. Pero
como las distintas fases de la agricultura están vinculadas con los dioses de la
fertilidad, entonces es profundamente religioso. La religión pesa como una lápida
pues no se puede pensar o esperar que el macehual dejar de serlo y por ello lo
más conveniente es que conozca y domine todas las actividades agrícolas pues a
ellas se dedicará toda su vida útil ya sea como labrador o campesino o como
tributario.
En referencia al antiguo Valle de Toluca, dijo Albores, que había sido un suelo muy
287Códice Florentino, T. 11, p.30
428
rico, apto para la agricultura, sobre todo por medio de chinampas y un sistema de
humedad por medio de ciénegas, lagunas y hondos a lo largo del río Lerma, con
un sistema de raza y de milpas en las laderas de los cerros; terraceadas y tal vez
irrigación artificial. Las algunas fueron un modo permanente de alimentación
pues la población se apoyó en actividades no agrícolas de caza y pesca,
recolección de fauna y flora que el dinámico modo de vida lacustre. Este medio
"hizo posible al supervivencia de grupos sedentarios antes del despunte de la
agricultura y había dos formados de humedales una ubicada en la franja ribereña y
otra ubicada en las zonas más alejadas y tenían lugar mediante camellones y
huertos.288
La existencia de distintos tipos de humedad, derivados de la distribución de los
recursos naturales, influyó mucho en las formas de vida de los grupos humanos, de
sus formas de organización social, de sus actividades productivas y sobre todo de
sus especializaciones. Estos fueron en algunos casos, aquellos vinculados a las
zonas lacustres, es decir, a los arbustos, plantas y otros que se encontraban en
ella, como los tulares que florecieron en casi toda la cuenca y fue una de las
plantas más conocidas y publicitadas en los códices. Los carrizos permitieron
elaborar todo tipo de productos, ya sea destinado a la construcción, a la caza, a la
pesca, a la vida doméstica, puesto que estos recursos naturales eran muy
variados y abundantes y por lo tanto podían tejerse sus fibras con muy
diferentes propósitos.
Al descubrir la zona matlatzinca podemos concluir que había una vasta región 288 Albores Zarate, Beatriz, ¿Matlatzinco o Valle de Toluca? Cuadernos de Investigación, colegio Mexiquense, 1999, Toluca .p. 34
429
lacustre, integrada por varias subregiones en las que habitaban grupos humanos de
muy distintos orígenes étnicos con características sociales y lingüísticas diferentes,
pero que hacían de la zona un todo diversificado y único a la vez, por estar
políticamente integradas bajo un sistema de alianzas y dominaciones específicas.
Para el Códice Florentino, los trabajadores o labradores eran "infieles o afortunados",
según nacieran bajo la advocación de buenos o malos signos, los que comían "pan
duro y frío", "un pan bien molido".289
En referencia al antiguo Valle de Toluca , añadió Albores, que había sido un suelo
muy rico, apto para la agricultura, sobre todo por medio de chinampas y un sistema
de humedad por medio de ciénegas, lagunas y hondos a lo largo del río Lerma,
con un sistema de raza y de milpas en las laderas de los cerros; terraceadas y tal
vez irrigación artificial. Las algunas fueron un modo permanente de alimentación
pues la población se apoyó en actividades no agrícolas de caza y pesca,
recolección de fauna y flora que el dinámico modo de vida lacustre. Este medio
"hizo posible al supervivencia de grupos sedentarios antes del despunte de la
agricultura y había dos formados de humedales una ubicada en la franja ribereña y
otra ubicada en las zonas más alejadas y tenían lugar mediante camellones y
huertos.290
La figura del macehual está vinculada a otros valores o estereotipos, a la de la
pobreza, miseria, ignorancia, explotación; su existencia está ligada a las largas
jornadas de trabajo, el servicio de los pillis, a la mala o raquítica alimentación, al 289 Códice Florentino, T. I, p.396290 Albores Zarate, Beatriz, ¿Matlatzinco o Valle de Toluca? Cuadernos de Investigación, colegio Mexiquense, 1999, Toluca .p. 34
430
padecimiento de enfermedades diversas, al sacrificio permanente, a los vestidos de
mala calidad. Está asociado también al destino de servicio a otros, sin la
posibilidad de emancipación alguna. Su presente y su futuro se complicaban en
medio de una sociedad en donde el fatalismo de los signos marcaba la existencia de
todos los seres humanos. Desde que nacía hasta que moría estaba sujeto a una
deidad.
Por su lado, López Lujan, señaló las características que habían originado el
surgimiento de Teotihuacán: desarrollo de la agricultura intensiva tanto en zonas
irrigadas permanentes por manantiales y ríos, como en campos humedecidos con
aguas de inundación; diferenciación entre la ciudad y el campo, incremento de la
población de la Cuenca, urbanismo desarrollado de conformidad con una
planificación vigorosa; diferenciación social asentada; incremento de la
especialización de tiempo completo; consolidación de la élite en el gobierno, un
control económico, político e ideológico; influencia del estado teotihuacano en la
economía y en la política de la región; basó una buena parte de su poderío
económico en la producción y en la exportación de objetos de obsidiana. Calculó
que el clímax de Teotihuacán habían vivido entre 100 y 150 mil habitantes siendo la
sexta ciudad más grande del mundo y mantuvo un control sobre los asentamientos
humanos de la región. Dos terceras partes de la población se dedicaban a la
agricultura sobre todo el cultivo del maíz, frijol, calabaza, chile, tomate y amaranto.
Se utilizaban materiales constructivos como obsidiana, arcilla, basalto, andesita,
toba, había zonas de irrigación permanentes. "A diferencia de lo que sucedía en el
resto de Mesoamérica, donde la mayoría de la gente habitaba chozas
unifamiliares, casi todos los teotihuacanos vivían en conjuntos de departamentos.
431
Se trata de residencias multifamiliares de cal y canto que arrojaban entre 20 y
100 individuos"291, habiendo más de 2000 de estos conjuntos.
En los estudios que se hicieron sobre la Matrícula de Tributos se detectaron
dos piedras muy importantes, la jades y las turquesas, hasta integrar el tributo del
chalchihuitl, que era un conjunto de piedra preciosas, las "cuales llegaban desde
sus lugares de origen a los centros administrativos de la provincia y de allí a manos
de las tesorerías reales; estos guardaban una parte, otra la daban como presente
o retribución a los jóvenes y principales, otros a los artesanos reales y otra a los
pochtecas para que las intercambiaran en los mercados".292 Se habían localizado
montos de jade y jadeíta en las cercanías de Tehutzina, en el estado de Puebla
"mientras daban sarta de joyas Tochpan, Xoconuchco y Coaixtlahuaca. El xihuitli o
turquesa lo localizan en la superficie de las tierras, los indígenas no necesitaron
conocer las labores de las minas para descubrirlas ya demás de su blandura facilita el
trabajo".
Las piedra preciosas, eran desde luego, muy apreciadas pues servían de ornamento
de los principales, de los guerreros, los sacerdotes y los altos empleados
administrativos, de los cuales dan información las múltiples pictografías realizadas.
Nunca les preocupó a los mexicas traerlos a la ciudad de México desde sitios
geográficos muy distantes, incluso de territorios hostiles y enemigos. Establecieron
una alianza política perdurable como la mixteca y después sometieron
militarmente a una serie de poblaciones con las que aseguraron esas piedras. Por
ello, en la Matrícula se trata de "una mercancía especial", muy apreciada, ya que
291López Lujan, Leonardo. Cásico 150 - 600, La Diferencia Ciudad-Campo. Arqueología Mexicana, 27 enero-junio 2007, p.31. 292 Matrícula de Tributos, Nuevos Estudios, p.122
432
las piezas que no se adquirían por medio de la conquista directa en donde había
yacimientos se adquirían por medio del comercio.
Cada Tlatoani tenía como "tesorero" a un individuo encumbrado, así llamado por los
españoles , lo que era un signo de poderío económico y político. En la medida en que
repartía a los dignatarios extranjeros muchos de estos regalos o presentes y estos
eran más grandes y variados, comprendiendo al mayor número posible de piedras
labradas y engaces de todo tipo, se reflejaba una mayor fuerza y autoridad del tlatoani.
Dijo Ponce:
"Al tiempo en cuando anda barbechar sus tierra primero hacen su oración a la tierra
diciéndole que es su madre y que la quieren abrir y ponerle arado o coa a la espalda
a este punto piden favor a Quetzalcóatl para que les de el esfuerzo de labrar la
tierra. Echan los barbechos y llegado el tiempo en que han de sembrar van a la
barbecha y ahí primero invocan a cierto espíritus que llaman tlatoques o
tlamacazques suplicándoles tengan cuidado de la sementera guardándola de los
animalejos como tejones, ardillas y ratones para que no les hagan daño durante la
siembre. Antes de empezar el desyerbe convocan a Quetzalcóatl pidiéndole su
favor y esfuerzo con ciertas palabras que usan de ese tiempo, hecho el desyerbe. Al
tiempo de coger la sementera primero hacen invocaciones a la diosa
chicomecoatl y cogido el maíz ya que lo han de echar a la tierra la saludan".293
Toda la vida civil de los mexicas está asociada al comportamiento de los dioses: si
llovia o no llovia, era por culpa de uno de ellos, si la semilla germinaba o no también,
si la cosecha se echaba a perder ocurría lo mismo. El Códice Florentino está lleno de
293 Ponce, Pedro. Breves Relaciones de los Dioses y Ritos de la Gentilidad, Imprenta del Museo Nacional, 1892, p.9
433
advocaciones para que estas deidades sean favorables, benevolentes pues solo
de esta manera se puede asegurar el éxito en las cosechas. El pensamiento
mágico dominante impedía la búsqueda del conocimiento de las causas de los
fenómenos naturales y la organización social estaba diseñada también para evitar
que eso sucediera pues todo el año estaba lleno de festividades religiosas que
hacían concluir que eran los dioses los que deciden el destino de los hombre y no el
esfuerzo individual de cada uno de los macehuales.
Siendo el calpulli una unidad productiva para el trabajo, cada uno de ellos tenía un
dios tutelar que era el que guiaba los pasos de cada uno de sus miembros. A pesar
de esta actitud fatalista, en el citado códice aparecen muchos llamamientos a la
perfección en el trabajo, al adiestramiento técnico, y a la continuidad del trabajo, al
desarrollo de las virtudes, pero todo esto envuelto por los velos misteriosos de los
dioses.
El estudio hizo referencia a la conformación de almácigos que son plantas cuyo
cultivo se adelanta aprovechando espacios de tierras muy pequeñas. "Los pasos que
se siguen para construir un almácigo son: se excava un hoyo en forma rectangular
que mida más o menos diez centímetros de largo por 1.30 metros de ancho y de
unos cuatro centímetros de profundidad. Con la tierra que se saca de ese hoyo se
forma un borde alrededor del mismo. Así se queda un hueco de 15 o 20 centímetros
de profundidad. Casi siempre el almácigo se hace a una orilla de la chinampa para
poder acercar a él la canoa donde se transporta el lodo. En el fondo del hueco se
extiende una capa de vegetación o si no, una ligera capa de estiércol o arena para
que el lodo no se pegue a la superficie de las chinampas y sea más fácil desprender
434
los chapines. Antes de usar el lado chinampero tiene que limpiarse pues el lodo del
almacigo tiene que estar limpio para que la basura no estorbe a la hora de cortarlo.
El lodo vaciado dentro del almacigo se deja descansar 2 o 3 días para que se seque
y endurezca hasta tener la consistencia de una gelatina. Cuando ya no "laguinea" o
sea cuando ya no hace agua el apretado se corta el lodo con un cuchillo para que
queden cuadritos en forma de cubos. A estos cuadritos se les llaman Chapines".294
En cada cuadrito se colocan semillas las cuales se cubren con una ligera capa de
estiércol o de tierra muy fina.
Con los almácigos se propiciaba un uso intensivo de pequeños espacios de tierra que
en otras condiciones hubiesen quedado abandonados, así como la posibilidad de
asentar el proceso de germinación de las plantas. Proceso que naturalmente podía
durar varios meses, en los almácigos duraban unas cuantas semanas o días. Dichos
procesos no se dejaron a merced de factores aleatorios, como la lluvia o el viento, la
posible acción depredadora de la fauna nociva sino estaba vigilada y controlada por
los hombres pues los almácigos podían incluso quedarse en espacios cerrados,
hasta que llegaba el momento en que serían transportados a las chinampas.
Al referirse a las formas de sostenimiento de los primeros habitantes del Valle de
Tehuacán en donde se encontraron variedades de maíz muy antiguas, Armillas
afirmó que vivían de la explotación de los recursos naturales, de la caza mayor y
menor y de la recolección de frutos silvestres; había una especie de équidos
salvajes que se extinguió muy pronto. En el octavo milenio antes de Cristo quedó
cubierto con una densa cubierta natural de matorral y arbustos espinosos, y ello
condujo a la desaparición del caballo salvaje o del berreado y de la llevar. Además
294 Las Chinampas, p.41.
435
del maíz, se consumía frijol, aguacate, se fabricaban platos fibrosas, cordeles y
redes, magueyes y una especie de algodón; se encontraron molinos de mano para la
trituración de granos y semillas. Dijo que había surgido una hibridación de las formas
primitivas de maíz, lo que permitió avanzar a una economía plenamente agrícola,
afirmando que este proceso de cultivo no fue exclusivo de México sino que también
se dio en Arizona, Nuevo México y a partir de 3,000 a 1500 A.C., aparecieron razas
de maíz de alto rendimiento.295
Precisamente, Florescano se refirió a la aparición del cultivo del maíz que permitía el
desarrollo de la agricultura y la sedentarización de las comunidades humanas,
considerándolo como un cambio de menores proporciones y consecuencias
sociales ya que casi todas las expresiones culturales de esos pueblos, como la
religión y la astronomía, gravitaron sobre este cultivo. "En su quehacer cotidiano el
hombre veía intervenir las potencias divinas que mantenían la dinámica y el
equilibrio del cosmos. En los elementos esenciales: la tierra, el agua, el sol, los
planetas, moraban espíritus diversos, potencias benéficas y destructivas, a la
vez, que él tenía que conjurar y propiciar para que continuara el ciclo de la vida.
De la misma manera, el cosmos era el escenario de una lucha perene entre
fuerzas antagónicas: el sol, la potencia luminosa, diariamente entablaba una
lucha cósmica con los elementos de la noche. Combates cíclicos y perennes. El día
seguía a la noche, las estaciones se sucedían una dentro de otra, pero entrañaban e
iniciaban otra vez el mismo movimiento. Ese orden expresado en la tierra. La
vegetación moría en el invierno y renacía en la primavera, la época seca era seguida
295 Armilla, Pedro. Origen y Desarrollo de la Civilización Prehispánica, p.271.
436
por las lluvias...
Sin embargo, resultaría excesivo afirmar que los macehuales estaban sometidos a
un conjunto de fatalidades y de sujeciones que impedían la emancipación, pues
el hecho de estar en permanente contacto con la naturaleza les permitía ejercer la
observación empírica de los fenómenos.
Con la aparición y uso de las semillas del maíz estudiaron los fenómenos de la
lluvia, las relaciones que éstas tenían con la germinación de las plantas y las
estaciones del año para poder programar la realización de las operaciones de
barbecho, limpia y preparación de las tierras, colocación de las semillas,
siembras, desyerbe, crecimiento de las plantas. Sobre todo se dieron cuenta en
qué momento se producían estos fenómenos, ligándolos con las precipitaciones
pluviales.
Después venía el levantamiento de las cosechas, su almacenamiento y distribución
de conformidad con las normas de la época. Estaban sujetos no solo a los deseos y
humores de los dioses sino a los ritmos de la naturaleza, teniendo una
cosmovisión dialéctica pues todos los fenómenos estaban concentrados y sujetos a
la estrecha lucha entre el sol y la noche, entre la vida y la muerte; el invierno está
asociado con el agotamiento de la vegetación o a su "muerte", mientras que la
primavera, a su resurgimiento, o sea a la "a la vida" en el campo.
Entre las plantas que se cultivaron en tiempos prehispánicos, Armillas mencionó a
los siguientes:
Maíz, huautli, alegría, frijol, de muchas variedades, escamotes, ayocotes,
437
chilacayote, chayote, jícama, camote, yuca, girasol, chía, epazote, tomate o
tomatillo, jitomate, chile. Entre las plantas aromáticas estaban la vainilla y entre las
frutales, el aguacate, papaya, chirimoya, zapote blanco, mamey, zapato prieto,
chicozapote, capulín, jocote, tejocote, guayaba, nanche, nopal, pina, cacao. Entre los
receptáculos, estaban el guaje, la jícara y entre las fibras, el maguey, el algodón.
En materia de colorantes estaban el achiote y el añil. Plantas para usos rituales, el
tabaco y el copal y las ornamentales eran la dalia, el nardo, cacomite, flor de muertos
o cempaxúchitl.296
Armillas realizó un importante estudio sobre los sistemas de cultivo existentes
en Mesoamérica en el que afirmó que "el clima mayor de la región correspondía a
los tipos de sabana y pradera, húmeda o calihumeda, caliente o mesotermal, con la
común característica de las lluvias deficiente en invierno. Casi la totalidad de la
precipitación pluvial se concentra en cinco meses, de mediados de mayo a
mediados de octubre, pero añadió que la culminación de este procedimiento
habían sido los cultivos de riego y humedad de las chinampas del Valle de México
que incluye la construcción artificial del suelo y su consolidación; siembra en
almácigo, para ahorrar espacio en las chinampas mientras las semillas germinan y
comienza el desarrollo de la planta, trasplante, abono, riego a brazo, abrigo para la
protección de las plantas contra las heladas, renovación del suelo mediante el limo
extraído del fondo de los canales que rodean las chinampas y entre las obra que se
construyeron en la antigüedad, durante la época tolteca, se construyó un dique para
represar la aguas del río Tula y se hicieron chinampas en Tequixquiac y Xaltocan,
todo ello durante los siglos XII al XIV para concluir que "el desarrollo de la sociedad
296 Armillas, Pedro. Origen y Desarrollo de la Civilización Indígena, p.342.
438
teocrática en Mesoamérica, es decir, lo que los arqueólogos designan como el
horizonte clásico, está relacionado con un aumento de la productividad basada en
sistema de agricultura intensiva, de riego".297
Los estudios que hicieron Armillas y Palerm ilustran sobre la íntima vinculación
que existía entre la aplicación del riego y el incremento de la productividad
agrícola, como base para satisfacer las necesidades alimenticias de una población en
ascenso como la del Valle de México. Ellos hicieron notar que no había un solo tipo
de agricultura sino varios tipos de agricultura, desde la más primitiva por ser aquella
que estaba ubicada en tierras estériles, hasta las de más alta productividad, que
eran los que tenían tierras de mejor calidad y que disponían de agua de riego
todo el año. Estudiaron la construcción de obras hidráulicas, pequeñas y
rudimentarias, hasta las "grandes obras" que permitieron hacer un uso más
racional del agua y convertirlo en un factor productivo.
El proceso utilitario de las plantas, que con anterioridad se podía considerar como
aleatorio pues estaba supeditado a las estaciones de lluvias, se transforma en un
proceso más seguro y predecible en sus resultados pues la disponibilidad de agua
facilitaba la germinación de las semillas y de las plantas y la recolección de las
cosechas, conjurándose los peligros de las hambrunas que azotaban
recurrentemente a los pueblos.
Observó Fournier los distintos tratamientos que recibió el maíz desde que se servía
hervido, triturando los granos, tostados como las rosetas de maíz y producían tortillas
297 Armillas, Pedro. Notas sobre Sistemas de Cultivo en Mesoamérica, Cultivos de Riego y Humedad en la Cuenca del Río Balsas, en Anales del instituto Nacional de Antropología e Historia, número XXXI, 1947-1948, México, 1949, p.92.
439
relativamente delgadas, memelas, tlacoyos, tlayudas o totopos, tamales salados o
dulces, gorditas, pinole. En forma semicolada estaba el pozole, el atole, el téjate,
taxcalate, esquite; bebidas fermentadas, la chicha, el tezquino, el tepache. Después
estudió la fabricación de comales que se encuentran en prácticamente todas las
ciudades como Tehuacán, Teotihuacán, es todos los periodos de la historia de los
pueblos, en toda la etapa.
Por ejemplo, encontró que en la región de Tula había comales desde la época del
Epiclásico, en la región de Mezcala, desde el periodo clásico y se trata de objetos
de loza anaranjada o negro sobre anaranjado. Se utilizaba sobre, todo arcilla; las
unidades productivas son de carácter doméstico y familiar y se incluye el modelado
simple en donde se utiliza una aplanadora que se hace sobre todo de piedra, se
empleaban instrumentos de metal o espinas de maguey para cortar y carecían de
decoración.298
Al estudiar el origen de la agricultura americana, Armillas ubicó extensas regiones,
desde México hasta Guatemala, hasta Bolivia en donde aparecieron el maíz, el frijol
y la calabaza, mientras que en las tierras bajas sudamericanas como Colombia y
Venezuela, aparecieron la mandioca y los camotes y en la zona andina la
papa. Habló sobre el surgimiento del maíz indicando que en excavaciones
del subsuelo de la ciudad de México se habían encontrado muestras de polen de una
planta silvestre y era "accesible a los grupos recolectores antes de los inicios de la
agricultura" y después se hicieron otros descubrimientos en unas cuevas de
Teotihuacán. En las estribaciones de la Sierra Madre Oriental Tamaulipeca, se
298 Fournier, Patricio. El Complejo Nixtamal en Tortilla, P25.
440
encontraron guajes, chiles y una cierta variedad de frijol. "Los inicios tentativos
de cultivo de plantas no produjeron un cambio repentino o revolucionario en la
vida de la gente. El cambio económico totalmente basado en la agricultura ocurrió
miles de años después de inicio de las actividades del cultivo. La evolución cultural
del salvajismo a la barbarie no coincide con los comienzos del cultivo. Fue el
alcance de un nivel superior de eficiencia en la producción de alimentos, a través de
la propagación de plantas de alto rendimiento lo que cambió radicalmente las
condiciones de vida".299 En los casos de Zacatenco y El Arbolillo sus moradores
vivieron en esos lugares por largos periodos de tiempo, sus casas fueron
construidas con varas emplastadas con lodo y sus techos eran cobertizos de paja.
Por su parte, Palerm insistió en el uso de las tecnologías que se emplearon durante
la etapa prehispánica para concluir que "había alcanzado niveles de eficiencia y
de productividad comparables, sino superiores, a la forma contemporánea
más avanzada. La leyenda de una agricultura de menor subsistencia o bien
capaz solamente de generar en casos excedente, quedó destruida; los restos de
los sistemas prehispánicos de regadío comenzaron a aparecer por muchos lugares,
algunos de ellos todavía en uso a pesar de su considerable deterioro; se localizan
numerosas terrazas agrícolas, así como jagüeyes, presas de almacenamiento y
diques de desvío de agua de los ríos. De todas las primeras grandes civilizaciones
la mesoamericana es, seguramente, la que ha tenido infundamento económico más
integrado agrícola. Por una parte, la cría de animales domésticos, con cierta
importancia económica, estuvo reducido casi exclusivamente al guajolote (pavo)
y al perro. Faltaron los grandes mamíferos, tanto de corral como de rebaño, 299 1 Armas, Pedro. Desarrollo Científico y Cultura, de la Humanidad, 1200 A.C, a 400 D.C, América, p.269.
441
característicos del viejo mundo".300
La importancia que Palerm le concedió a las obras hidráulicas mesoamericanas
es, sin embargo, excesiva, en sus consecuencias económicas y sociales. La
tendencia que describen los cronistas indica que, por el contrario, la ciudad de
Tenochtitlán siempre padeció de una grave insuficiencia de alimentos, teniendo que
recurrir a fuertes e importantes volúmenes de importaciones, de regiones que
estaban más allá de las fronteras del Valle de México.
Por otra parte, las obras que se localizaron indican una importancia más bien local
que regional, como sucedió con lo que se describe en la región acolhua. La
eficiencia de la productividad se podría medir en los volúmenes de tributos que
llegaban a Tenochtitlán en forma regular pero en este caso también
observábamos que muchos de los faltantes se cubrían con las transacciones
comerciales, cuya importancia económica y social fue creciente en la sociedad
mexicana, lo que indicaba su valor específico en la economía en su conjunto.
Distinguió Armillas dos "evoluciones"; una la del cultivo de las plantas y la
domesticación de los animales, la aparición de nuevas técnicas de transformación,
como la piedra pulimentada, el tejido la alfarería y la otra "evolución" apareció
asociada a los aumentos de productividad mediante el desarrollo de las técnicas de
la agricultura intensiva, "mientras la metalurgia es antigua en el Perú, es más reciente
y menos desarrollada en Mesoamérica. Producción agraria superior a las necesidades
de subsistencia y reserva de los productos, es decir, excedente y el sistema social
para la concentración de los excedentes, especialización de tiempo completo, tanto
de artesanos como en otras actividades, mercados formales, monedas, comercio
300 Palerm, Ángel. Agricultura y Sociedad en Mesoamérica, p.178
442
exterior, mercaderes profesionales, estratificación social de base económica, con
dominio de la clase superior sobre los medios de producción; gobierno político
con concentración de poder, guerra organizada como instrumento político, centros
urbanos sostenidos con la renta de las tierras, tributo y los ingresos del comercio".301
Consideró que había distintos grados de desarrollo, desde las regiones atrasadas,
hasta las que habían alcanzado un alto grado de civilización.
El método nativo utilizaba la técnica de tumba y quema para despejar los campos en
los sitios en donde la cubierta vegetal lo hace necesario y alterna periodos de cultivo
y descanso de ciclo corto, en los que los de descanso se aproximan al número de
años en que el campo puede mantenerse bajo el cultivo intensivo. El largo descanso
que se requiere para la restauración de los nutrientes vegetales en la mayoría de los
suelos de trópicos húmedos incluyendo el bosque tropical en Mesoamérica y que
permite el crecimiento de la selva durante un periodo mucho mayor que el que se
necesita para el cultivo. En muchos lugares, la época de siembra que dura todo el
año permite, en el caso de haber riego, el cultivo continuo del mismo terreno y la
recolección de dos cosechas ininterrumpidas anuales. El riego posibilita la siembra
de cultivos con requerimientos especiales de humedad, todo como el algodón y el
cultivo de árboles de cacao, sumamente sensible a la sequía", dijo Armillas.302
Dijo Wittfogel que en México se habían realizado obras hidráulicas de una gran
importancia como las del Valle de México, sobre los cursos de los ríos Tula, Lerma y
Atlixco y en la zona contigua de Colima y Jalisco. "Las mayores concentraciones y
obras más importantes de la irrigación coinciden generalmente con la mayor 301 Armillas, Pedro. Programa de Historia de la América Antigua, p.319.302 Armillas, Pedro, Programa de Historia de la América Antigua, p.119.
443
densidad de población, con la distribución de los centros urbanos más importante
y con los núcleos del poder político y expansión militar", citando aquí a Palerm. La
expansión de la construcción monumental en Mesoamérica durante la primera
parte del primer milenio después de Cristo pudo haberse debido a una lluvia
menor y a una irrigación mayor, pero esto no quiere decir que antes del periodo
clásico las precipitaciones no fueran suficientemente regulares como para que el
recurso del riego constituyese una necesidad". Hizo referencia también a los
trabajos de Palerm y Wolf, indicando que había obras hidráulicas de gran tamaño
en la región de Texcoco y así Texcoco avanzó desde "unas condiciones
marginales hidráulicas a otras más centradas"
Como es lógico esperarlo, las obras de irrigación que se han localizado, la mayor
parte convertidas ya en restos y otras, las menos que se encuentran aun en
funcionamiento, eran concordantes con el tamaño de las poblaciones a las que
servían pero en realidad no se han encontrado evidencias empíricas de "obras
grandes" como serían grandes presas o canales. Decimos "grandes" si
recordamos las que se han encontrado en Mesopotamia, Egipto o China en donde
sí se movilizaron miles y miles de personas para efectuar las construcciones
ya citadas.
Es difícil hablar entonces de "estado hidráulico", como los que pudieron haber
existido en Egipto para regular las aguas del Nilo; en rigor, se trata de obras en su
mayoría pequeñas que servían para regular las aguas de las lagunas y lagos donde
el desnivel que tenían los lagos de Chalco, Texcoco y México, la calidad de sus
aguas, calibres y dulces, pero sobre todo las obras encontradas por Palerm y
444
Armillas son derivaciones de agua de los depósitos mayores hacia las zonas de
sembraduría, es decir, se observa una clara intención de utilizarlos para riego.
Hoy en día en varios poblados de la zona acolhua encontramos restos de este tipo
de obras, pero es difícil concluir que había un estado político que hacía girar su
existencia en torno a ellas. No. Esa era una de sus funciones, pero no la principal. La
obras ciertamente están relacionadas con los centros urbanos pero sobre todo con
las zonas de sembradío que se encontraban contiguas y que se siguen
encontrando, aunque ya muy disminuidas por el creciente de la "mancha urbana".
Entre los instrumentos que se utilizaban para construir o cultivar las chinampas
estaban la coa, la estaca, el regador, la garanda, el rastrillo, la tlaxpala. Después
apareció la pala, el azadón, el cuchillo de aflojar, el cero, el cuchillo para cortar
capines, bieldo y la pala. Había otras formas de construir chinampas que era la de
utilizar partes de los terrenos cenagosos o pantanosos, de las orillas de los lagos en
donde se cavaban zanjas alrededor de un lote rectangular. "El lodo que se sacaba
de las zanjas se echaba sobre el terreno que sería la chinampa. Cuando las zanjas
quedaban terminadas a lo largo de los cuatro lados, las parcelas quedaban
convertidas en pequeños islotes. También se sembraban árboles en los extremos
para fijar la tierra y evitar la erosión. Para construir una chinampa se juntaban a
trabajar un grupo de 6 o 7 personas durante toda una semana hasta dejarlas listas
para cultivarse. Este trabajo no se pagaba; los mismos chinamperos se ayudaban
unos a otros. Cada familia cultivaba su chinampa para el mantenimiento de los
canales, el control del nivel del agua y el cuidado en general de las chinampas era
trabajo para todos los habitantes de cada pueblo chinampero que cooperaba
445
voluntariamente".303
Al referirse a las técnicas empleadas, en este estudio se hizo referencia a los
llamados "abonos" orgánicos que eran plantas acuáticas de diferentes tules y lirios;
también se sembraba chile y jitomate, lo que producía mucho excremento de
murciélagos y también se empleaba el excremento humano.
Carrasco desde luego está de acuerdo en que la base material de la cultura en
Mesoamérica era la agricultura, pero había una especialización bien definida ya que
había plantas como el cacao, el algodón, las frutas que pertenecen a un medio
ambiente específico y desde luego la técnica de cultivar eran muy diversas, desde
las que se aplicaban en las selvas tropicales hasta las de las montañas de clima
frío; había sistemas de riego, terrazas y chinampas pero finalmente admitió que
"en materia tecnológica estaba menos desarrollado que los países del Viejo Mundo.
No había grandes cuadrúpedos domésticos, de modo que no se podía contar con
la aportación de estos animales en el cultivo como bestias de tiro para el arado y
como fuentes de abono. Había animales domésticos, como el guajolote y el
perro que suministraba carne, pero ninguno podía dar leche o pieles en
abundancia. Otros recursos técnicos que faltaban eran los arados, con sus vados
usos en el transporte y en las máquinas como poleas, tornos, molinos, ruecas.
Igualmente los metales conocidos, oro, plata, cobre se usaban principalmente para
hacer adornos. El útil del metal más importante era el hecho de cobre para el
desmonte y el trabajo de la madera. La coa, una combinación de palo y bastón
sembrador, era generalmente de madera; como instrumento perforante se usaban 303 Las Chinampas, una Técnica Agrícola muy Productiva, sin autor, Árbol, Editorial, México, 1982, 81 p., p.36.
446
espinas de maguey y punzones de hueso".304
Podemos definir a esta economía como una economía campesina debido a que
la espina dorsal de la estructura material en general era la agricultura en sus
distintas modalidades, tanto por el peso específico que tenía aquella actividad en el
conjunto, como por el número de individuos que trabajaban en ella. La mayoría
de las poblaciones trabajadores estaban constituidas por labradores, pero no es
posible precisar algunos porcentajes numerosos. Esta conclusión se puede
fácilmente obtener por medio de evidencias sociales y económicas, derivadas de
las constancias con lo que se refiere a esta actividad la absoluta mayoría de los
historiadores y cronistas.
Sin duda, que la existencia de zona de irrigación planteaba una
superioridad de esas poblaciones en materia de productividad de la tierra, con
respecto de aquellas que basaban su agricultura en las precipitaciones pluviales
que existían cada año y que estaban sujetas a múltiples variaciones.
Enrique Florescano y otros han estudiado, por ejemplo, las sequías que hubo en el
periodo novohispano, los cuales derivaban en una carencia muy grande de alimentos
que llegaban hasta la hambruna la desesperación. Las crónicas prehispánicas refieren
la existencia de este tipo de fenómenos naturales: indican que faltaban alimentos
suficientes y que obligaban a numerosos grupos humanos a trasladarse de un sitio a
otro, al grado de perder sus propias tierras y de tener que vender a sus hijos
como esclavos para adquirir un poco de maíz. Pero no coincidimos con la
información de Odile y Torres de que la zona de riego, estaba generalizada. No. En
304Carrasco Pedro. La Sociedad Mexicana antes de la Conquista, 17 p.21
447
nuestra opinión, el segmento de la agricultura prevaleciente, si bien no único, era el
de la agricultura de temporal, entendida como aquella que está relacionada con las
lluvias, siendo la de riego un sector de la agricultura en general, como lo fue lo de
chinampas.
Sarmiento hizo estudios sobre la población humana, tomando en cuenta los
avances de las técnicas, de las artes mecánicas, de los aperos de labranza, la
construcción de casas de madera, afirmando que la técnica se haya asociada a
distintas actividades humanas, indicando que por ejemplo, los individuos que tenía
el huso también tenían los molinos y los tornos. Observó que el estudio de la
cultura material era necesario no solo para el estudio de la historia económica "sino
para el quehacer del hombre común, la materialización de su labor cotidiana pues
tiene incidencia en la conjugación de los individuos y de lo colectivo". En relación
con el estudio de la mortalidad destacó la importancia que tenía en su conexión
con su entorno social y material.305
La historia de los instrumentos técnicos o tecnológicos es recientemente importante
pero es apenas una parte de la historia económica de una sociedad y una parte
menor todavía de la historia social. Estudiar ese aspecto, su evolución, sus
cambios, nos dice muy poco y lo que importa es conocer y valorar sus
repercusiones, primero, en las actividades productivas y después en un contexto
más amplio, a la sociedad en su conjunto. Este último aspecto es el más profundo,
amplio y complicado. Siempre existe el riesgo de reducir los acontecimientos
históricos y las modificaciones que se dan en el terreno tecnológico, lo que
significaría otorgarle una autonomía y una preponderancia que ese aspecto tiene. 305 Sarmiento Rodríguez, Ismael. El estudio de la Cultura Material, interés de la Ciencia Histórica y Antropológica, Anales del Museo de América, 13, 2005.
448
En efecto, puede haber instrumentos tecnológicas "muy atrasados" desde el punto
de vista formal, pero la participación masiva de los trabajadores, por ejemplo, en la
construcción de pirámides, templos religiosos y otras instalaciones, puede
producir excelentes resultados materiales. La técnica, siendo desde luego
importante y en algunos casos hasta decisiva, sobre todo en los niveles de
productividad, en una parte de la estructura económica y social pues
finalmente lo que sobresale es la capacidad de los individuos para operar y
manejar esos instrumentos, pero sobre todo, los frutos que producen y más que
eso, a quién o quiénes beneficiaban.
Si bien Palerm le concedió una gran importancia económica y social a la existencia
de sistemas de regadío, no los convirtió en una causa absoluta pues dijo que se
trataba de "progresos interrelacionados en varias esferas, como la agricultura,
transporte, comercio, tecnología y organización sociopolítica", mientras que en
materia agrícola no solo existieron las plantas destinadas para el alimento sino
también las que servían como materias primas, pero también hubo un
perfeccionamiento de las técnicas de los artesanos y un acelerado desarrollo de la
urbanización pero para ello era "necesario una población agrícola numerosa de
una densidad tal que llegara al límite ecológico establecido para el sistema
agrícola en uso, que los ricos que no hubieran sido agotados por la sucesión
exagerada de cultivos y por la erosión, técnicas agrícola que permitieron un alto
nivel de productividad de regadío, la posibilidad de suplementar la producción
agrícola con alimento procedentes de los lagos y los ríos, facilidad para transportar
449
rápidamente los productos, comercio próspero y activo, producción manufacturera en
escala considerable, existencia de organismos que permitieran estimular la
producción de alimentos".306
La agricultura de regadío, en la medida o grado en que existía en cada región
del Valle de México y en el Valle en su conjunto, sí implicó un importante avance
tecnológico y a la vez económico y social pues permitía elevar la productividad
de las tierras y así alimentar, sin problemas adicionales, a una población
completa. Resultaría una posición unilateral considerar que esas zonas
privilegiadas, precisamente porque no hay evidencias arqueológicas de que
hubiesen sido el elemento determinante, hubiesen influido en la integración del
poder político dominante.
Lo que sí encontramos en algunas crónicas es el surgimiento de una serie de
dificultades y de conflictos entre las poblaciones con el señorío predominante en
una cierta región, por el uso y usufructo de las aguas, sobre todo las de los ríos.
Fueron otros los elementos que influyeron en forma decisiva en la integración del
poder político, mucho más importantes que el factor hidráulico como fueron el
régimen tributario y las guerras de conquistas, entre otros. Tampoco
encontramos en las crónicas prehispánicas descripciones de muchas grandes
obras hidráulicas que de haber existido se hubieran registrado en los escasos
testimonios que subsistieron.
Morgado repasó los enfoque tradicionales que se habían formulado respecto de
Teotihuacán, hechos por Millán, Sander, Manzanilla que enfatizaban en una
306 Palerm, Ángel. Agricultura y Sociedad en Mesoamérica, en SEP-Diana, 1980,194 p., p.67
450
elevada inversión energética y de movilización del trabajo, una agricultura
intensiva en el valle, un carácter pluriétnico de la población ubicada en las clase
media en los conjuntos habitacionales de Zacuala, Atetelco y Tetilla. "Por ello se
trataría de una ciudad clasista con un estado de tipo hidráulico, encontrándose
en la cúspide los sacerdotes" pero no se ha encontrado suficiente evidencia
arqueológica que justifique este tipo de estructuras sociopolíticas y tampoco se
han encontrado vestigios de la existencia de una red hidráulica, en relación con las
tesis de William Sanders que habló de un sistema de irrigación muy desarrollado".307
En muchas sociedades humanas, como la purépecha, los otomíes o más aun la
mixteca, había superficies irrigadas, pero no por sus dimensiones, ni por su
impacto económico, se puede concluir que había estados hidráulicos como los que
describe Witogel. Necesariamente ese tipo de obras tenían grandes y
medianas presas, acueductos, canales y otros sistemas que por lo demás no
podían existir en donde las corrientes y los depósitos de agua no eran tan
importantes, como los grandes ríos que había en otras regiones del mundo.
La agricultura, concebida no como una actividad productiva única pero sí la más
importante, condicionó e impulsó el crecimiento de los grandes centros urbanos ya
que se estaban asegurando su manutención. Había en esos centros, como fue el
caso de Teotihuacán, no solo mayores densidades de población trabajadora sino
también funcionarios gubernamentales y religiosos, militares, en los cuales había que
proveer a sus necesidades. Por esta razón encontramos que al lado de este centro
había amplias zonas de cultivo, que estaban a su vez cerca de ríos y lagunas, que
307 Rovira Morgado, Rossend, Relaciones de poder y economía política en Teotihuacán: investigaciones y orientaciones, teóricas actuales, Universidad Complutense de Madrid, Anales del Museo de América, Núm. 16, 2009,17 p.
451
aseguraban el cultivo de plantas y cereales.
La aparición de la agricultura, entendida como un conjunto de prácticas sistemáticas
en las que se involucraban a miles de personas, tuvo repercusiones en otras
esferas productivas, como la aparición de cerámicas diversas para almacenar
alimentos, la fabricación de cestas de diferentes tamaños y así surgió la jarcería,
la construcción de silos y almacenes, con el uso de piedra más resistente y la
fabricación de azadones y picos para desbrazar las tierras con mayor eficacia y
rapidez y otros avances tecnológicos y sociales.
Si bien fue un cambio revolucionario en la forma de vida (relaciones sociales) en
que vivían los seres humanos, implicó también el surgimiento de nuevas
contradicciones sociales, como las que señala Olivares, como fueron las relativas a
un creciente separación entre los individuos que detentaban una mayor superficie
terrestre y la que los tenían en menor grado, lo que fue eliminado paulatinamente el
igualitarismo que caracterizó a esas sociedades primigenias, apareciendo formas de
acaparamiento de productos finales de instrumentos de trabajo y por lo tanto, formas
de coacción, sin que se pueda afirmar que ya existe el estado.
Childe, al referirse a las primeras etapas de la agricultura, mencionó la tendencia a
acumular un sobrante, "una planta cultivada no debe ser consumida tan pronto
como se cosecha. Los granos deben conservarse y escatimarse de modo que
duren hasta la siguiente cosecha, por un año entero. Es necesario apartar una
porción de cada cosecha para la siembra. La conservación es fácil pero implica,
por una parte, previsión y economía y por otro lado, receptáculos para
452
almacenamiento. Estos son tan esenciales como la vivienda y en realidad puede
haber sido construido con más cuidado que ellas.
El sobrante obtenido de este modo ayudará a la comunidad a superar las
dificultades en las malas, épocas, formando una reserva para los periodos de
sequía o de fracaso de la cosecha. La simple comunidad productora de
alimentos no depende, para ninguna de sus necesidades vitales o del trueque o del
intercambio con otro grupo. Produce y recoge todo el alimento que necesita.
Tiene a su disposición, en su inmediata vecindad, las materias primas que requiere
para su simple equipo. Sus miembros integrantes o familia fabrican las
herramientas, utensilios y armas que necesita".308 Definió a esta "economía
neolítica" como un rasgo universal en el progreso de la civilización y aunque
mencionó muchas regiones del mundo, no incluyó a América.
Las tareas de la producción en las pequeñas aldeas descansaban en las familias
como unidades sociales complejas pero después se asociaron varias de ellas con
el objeto de contar con una mano de obra mayor. La finalidad no era solo
reproducir lo que la aldea necesitaba en forma perentoria sino también crear
reservas, emitir una serie de medidas previsoras, que fueron atisbo de planeación
para satisfacer necesidades sociales futuras. Contar con reservas equivalía a
asegurar la alimentación de los niños y jóvenes, es decir, de las nuevas
generaciones lo que proporcionaba la continuación y la preservación de las
comunidades. Tener este tipo de disponibilidad adicionales permitía, además, que
las comunidades pudieran hacer intercambios con otros poblados y aldeas e incluso
308 Childe, Cordón, V. Los Orígenes de la Civilización, p.125
453
obtener otros productos o alimentos que no se tenían, hasta desempeñar
funciones complementarias para el enriquecimiento y diversificación de la dieta
humana.
454
En los Anales de Tlatelolco se hizo alusión con mucha frecuencia a los
macehuales, como fue la ocasión en que algunos de ellos abandonaron
Tenochtitlán precisamente para fugarse a Tlatelolco ante el asedio de los
españoles y dijeron; "señores, mexicas, Tlatelolco. Quizás ya falta poco, solo nos
quedan los almacenes y nuestra tierra pero los extranjeros no han de apoderarse de
ellos, Aquí está vuestra riqueza. Las divisas que para vosotros ha guardado vuestro
señor, los escudos y las mercancías, los tocados de pluma, las ovejeras de oro, las
chalchihuites y ya estando los españoles en Tenochtitlán, aquellos le pusieron
precio "el joven, el sirviente, la doncella, el niño, cualquier macehual podía valer
dos medidas de maíz, diez panes de mosca acuática o veinte panes de zacate y
estando los españoles en Coyohuacán se repartieron todos los pueblos; luego
también la gente de todos los pueblos fue dada en encomiendas y entonces se hizo
el repartimiento, entonces se estableció la encomienda".309
Esta ductilidad de las instituciones era un reflejo de que se trataba de una sociedad
de estamentos sociales y no de clases sociales, que estaban en proceso de
formación, lo que fue acelerado por la conquista y colonización española. Por ende,
los intereses materiales de esos grupos sociales aun no estaban consolidados,
con la fuerza y nitidez que la tuvieran en etapas posteriores. Esta flexibilidad se
observa en relación con la llamada esclavitud, que dista mucho de ser la esclavitud
de la sociedad griega. Para tener y mantener un régimen esclavista,
suficientemente desarrollado, se requiere que la sociedad genere un producto social
lo suficientemente amplio que le permite realizar esa función pues aunque los
309 Anales de Tlatelolco. Paleografía y Traducción de Rafael Tena, CONACULTA, México, 2004,177 p., p.123.
455
esclavos eran considerados "cosas" en realidad eran seres humanos que
necesitaban alimentarse y un techo para alojar a sus familias. No lo pudieron hacer
los mexicas y por ello los esclavos, una vez cumpliendo el objetivo, que era el de
utilizar su fuerza de trabajo, en un periodo transitorio, era dejado en libertad.
En relación a la esclavitud perpetua, de la que habla Moncayo y Anaya, no hemos
encontrado registros en las crónicas históricas, en cambio sí existen registro en las
otras variantes de la "esclavitud" que fueron modalidades predominantes"
456
Indicó por su parte, Carrasco que los hogares de los macehuales eran una unidad
económica pues sus miembros trabajaban las tierras para su sustento familiar y
también para dar el tributo y sus servicios personales, en el hogar de labradores y
artesanos, todos cooperaban en la producción para el sustento de las casas, el
hombre se dedicaba al cultivo de las tierras y la mujer a hilar y a tejer y ayudaban
a la fabricación de artesanías. "Los macehuales estaban organizados por sus
barrios en cuadrillas de 20 o múltiplos de 20, bajo la dirección de mandones
encargados de recoger los tributos y de llevar a los dependientes a las obras
públicas. El promedio de los macehuales practicaba actividades diversas para su
propio consumo. Había, sin embargo, artesanos especializados que producían
para el mercado y que tributaban en especie o en trabajo conforme a su oficio. En
algunos casos, los artesanos de cada oficio, separados de los labradores de sus
barrios, estaban organizados en cuadrillas de especialistas para la aportación de
tributos y servicios personales. Las especializaciones principales eran las de
carpinteros, canteros, albañiles, alfareros, canasteros, petateros y huaracheros
que fabricaban objetos de uso general y se encontraban en la mayoría de los
pueblos".310
Carrasco reafirmó que las cargas tributarias que pagaban los macehuales eran,
desde luego, demasiado onerosas y constituían una causa permanente de
descontento social poniendo siempre en entredicho la legitimación de esta
explotación que estaba contenida en el aparato ideológico y religioso, pero no al
grado de dejarlo en estado de inanición que implicaría su aniquilación como
productor.
310 Carrasco, Pedro, Economía Política e Ideología en el México Prehispánico, p.35
457
Además, de darles una parte de lo producido para su manutención y de sus
familias, las obras públicas contribuía al enriquecimiento de la propia comunidad y
se mejoraban los "servicios públicos" lo que generaba un beneficio social. Hay que
hacer notar que las zonas ceremoniales, como todos sus adelantos tecnológicos,
estaba a disposición, exclusivamente, para los sacerdotes y sus sirvientes y lo
mismo las zonas en donde se encontraban los edificios gobernantes, que estaban
habitados solo pro los miembros de los grupos de poder y sus sirvientes.
Los macehuales vivían fuera de esos recintos, en sitios aledaños, con un nivel de
vida urbana propia de su condición de grupos explotados. Si bien estaban afuera,
en la periferia, debían estar disponibles para utilizar su fuerza de trabajo en función
de los programas acordados al respecto, sobre todo en relación con el programa de
construcción de obras públicas y por ello había que asegurarle un mínimo de
alimentos para que se mantuvieran como grupo social y se reprodujeran como
todos. Los niveles de explotación no eran degradantes al grado de que implicara su
desaparición como macehuales.
Dijo Chavero que "la gente distinguida, los sacerdotes y los guerreros de cierta
categoría, estaban exceptuados del servicio personal que consistía en labrar las
tierras de los señores, cortarles madera, ser criados de sus casas y hacer otros
oficios análogos.
El servicio personal solo existía dentro del mismo territorio. Los tecuhtlis de los
pueblos y los chinancallis de los barrios disponían del número necesario de
hombres para hacerlo. Por lo que toca a la labranza la hacían de los campos propios
458
del rey, que formaban su patrimonio y de que podía disponer libremente; lo hacían
también de las tierras pertenecientes a la corona, llamadas Tlatocomillis, cuyo
producto estaba asignado al señor supremo sin que tuviesen derecho de
enajenarlas porque eran bienes unidos al cargo y finalmente de los calpullis
destinados al tributo de cada barrio".311
Si como dijo Chavero, los servicios personales se prestaban solo en el interior
de las comunidades a las que pertenecían, en beneficio de los tecullis locales,
entonces los trabajadores que entraban a la ciudad de México y que describieron
varios cronistas, eran otro tipo de trabajadores, sin poder precisar quiénes eran
realmente. En la realización de obras públicas de la ciudad de México los
tlatoanis llamaban a sus pares en Texcoco y Tacuba y a los del resto de los
señoríos a que enviaran trabajadores, pero también leña, carbón y alimentos
con los que se podía conformar verdaderos "ejércitos del trabajo". Estos no
recibían pago salarial alguno sino la entrega de comida, sobre todo maíz, frijol y
chile y esteras y petates, pero no se habló de una retribución de orden monetaria.
Después, en la medida en que se requirieron más trabajadores para la
construcción de obras religiosas y civiles o administrativas, llegaron más a laborar,
pero tampoco sabemos si este excedente se le entregaba en forma de pago en
efectivo, si llegaban coaccionados por los tecuthlis locales o si eran una parte
para comenzar un acuerdo que se celebraba entre los dignatarios de la Triple
Alianza. Todo esto en el periodo prehispánico, pero ya en la siguiente etapa las
relaciones laborales fueron más claras.312
311 Chavero, Alfredo, Historia Antigua de México, T. II, p.195312 Modos de Producción de Tecal, del Siglo XII al XVI, Ediciones de la Casa Chata, México,
459
Dijo Olivera:
"Las fuerzas productivas en general estaban escasamente desarrolladas. Los
macehuales formaban una masa fraccionada que dependía de muchos teuhctlis;
por lo tanto no estaban organizados en grandes sistemas productivos sino que,
como dijimos, vivían en pequeñas unidades familiares cultivando sus parcelas
dispersas por todo el territorio y con un escaso contacto entre sí y hacia el
exterior; producían básicamente para su consumo y daban servicio a su señor
local. A través de este trabajo quizá producían en forma colectiva y organizada por
turnos, el excedente agrícola y artesanal para pagar el tributo, que incluía además
la participación en las guerras que emprendían sus señores, en su propio
beneficio o a favor de Cholula".313 Indicó que Cuauhtincha siempre fue
dependiente de Cholula a la que le pagaban tributo, hasta que los mexica lo
dominaran y conquistaran, dividieron el antiguo señorío de Cuauhtincha en cinco
cabeceras, Cuauhtincha, Tepeaca, Tecali, Tecamachalco y Quecholac.
También Carrasco estudió las distintas formas que asumieron los excedentes
de la producción que se almacenaban en los solares de palacio y que los mismos
servicios para ornamentos las festividades religiosas y políticas, para financiar
guerras y dar comida a los macehuales durante la etapa de la construcción de
obras públicas, pero también existía un sistema de imposición de tributos entre todos
los pueblos sometidos. "Puede decirse que el macehual al dar su contribución al
señor también recibía algo a cambio. Se beneficiaban de las obras públicas y de
las redistribuciones de bienes; recibían tierras para que sustentaran, protección en
caso de conflicto y los beneficios del culto público organizado por los señores. 1978, 240 p. p.91313 Olivera, Mercedes. Pillis y Macehuales. Las Formaciones Sociales y los
460
Probablemente el macehual pensaba que vivía por gracia de sus señores que le
daban tierras, lograba la protección de los dioses y le mantenían en tiempos de
hambruna. Pero por otra parte se ve que el excedente apropiado para el soberano
mantenía a los reyes (tlatoques), señores (teteuctin), nobles (pipiltin), sacerdotes, y
guerreros de alta graduación. Toda esta gente vivía a costa de los macehuales y
recibía sus ingresos en forma de donaciones de tierra con gente o directamente de
los bienes acumulados como tributos".314
Aunque la información que ofrece Carrasco se inscribe ya en el periodo hispánico,
muestra la existencia de, por lo menos, algunos rasgos y características de la etapa
precedente, pero lo sobresaliente era el conjunto de datos que se proporcionan
acerca del libro de los servicios personales. Hubo alguna modificación central:
en una primera etapa, en elemento predominante es la estructura económica era el
pago de tributo pero en la medida en que crecía la población y aumentaron sus
demandas y necesidades se hizo necesario que hubiese un mayor valor agregado a
esas materias primas y entonces aumentó la importancia económica de los artesanos
y de los comerciantes; pero después tuvo mayor valor agregado la contribución por
medio de servicios personales en la medida en que se desarrollaron los centros
urbanos y se edificaran más templos, pirámides y otras instalaciones civiles y
administrativa, en la medida en que avanza el proceso de monetarización por encima
de del trueque tradicional.
Así para la cacica De la Cruz se hará más redituable desde el punto de vista de sus
314 Carrasco,Pedro. La Economía Prehispánica, En Ensayos sobre el Desarrollo Económico de México y América Latina, p.27
461
intereses económicos individuales, disponer de moneda ahora y poderla utilizar
para distintos fines, que recibir el pago de tributos. Entonces los macehuales
tributarios fueron relegados para ser sustituidos por otro tipo de trabajadores y que le
incorporaban mayor valor a las materias primas. Era más rentable tener a su
disposición, por el ejemplo, albañiles que pudieran edificar casas y edificios, que
solo madera en sus diferentes modalidades.
Informó López Austin que "los plebeyos o macehualtzin vieron aumentar así sus
cargas tributarias, que cumplieran con la entrega de bienes con servicios a
funcionarios con trabajos comunales en las obras públicas y con su vida y sangre
pues formaban las tropas de un ejército que estaba frecuentemente en campaña.
Los nobles o pipiltin, en cambio, disfrutaban de la situación privilegiada en materia
económica de dirección social y prestigio. Hay que reconocer que no era una
nobleza ociosa porque una de sus justificaciones era de integrar el aparato del
gobierno. En efecto, eran ellos los jefes militares, los sacerdotes de alo rango, los
funcionarios públicos y los miembros de la burocracia superior". También coincidió
con la apreciación de que los pillis que no cumplían con las obligaciones eran
degradados y que muchos macehuales ascendían en la escala social.315
Varios autores, entre ellos López Austin, han afirmado que a pesar de la estructura
piramidal que caracterizaba a la sociedad en donde en la base estaban los
macehuales y en la cúspide los pillis, no se trataba de una estructura rígida, como era
el régimen de castas en la India, sino de una organización que tenía una cierta
movilidad social, para emplear términos sociológicos modernos. Dicha movilidad fue
de mayor grado de intensidad, menor grado sobre todo por la reforma que impulsó
315 López Austin, Alfredo. La Educación de los Antiguos Nahuas, p.25
462
Tlacaelel para premiar a los guerreros distinguidos que desde el punto de vista de su
origen social eran macehuales o habían sido hijos de macehuales. Un macehual,
con méritos personales, aptitudes físicas e intelectuales podían aspirar a "subir"
en la pirámide social como, por ejemplo, ser artesano y de ahí ascender a la posición
de comerciante o de ayudante de comerciante.
Desde luego, el núcleo de los pillis era impenetrable, pero si podían pretender estar
cerca de ellos y así recibir algunos de sus beneficios, pero nunca formar parte de ese
cuerpo. Uno de los caminos de "ascenso social" era la guerra pues si se distinguían
en los enfrentamientos armados podían ser dotados de tierras y así disponer de
una cantidad mayor de alimentos y de materias primas y como "guerreros
distinguidos" acercarse al círculo de los pillis.
Al referirse a los grupos de trabajadores que había en el "reinado" de
Moctezuma, dijo Torquemada "que los labradores que se llamaban macehuales
era casi infinitos porque la principal granjeria que tenían era labrar los campos;
estos tributaban con sus personas y bienes. Esta era la diferencia que había
entre nobles y pecheros, que los pecheros eran de dos maneras, unos renteros
que arrendaban de otros las heredades a las cuales pagaban las rentas de
ellas. Había otros pecheros que labraban sus heredades y pagaban cada año de
todo lo que cogían, de tres fanegas uno y de todo lo que criaba, de tres uno.
Las sementeras eran de maíz, fríjoles y otras semillas. Los instrumentos con que
labraban era de piedra; otras trataban en sal, miel, mantas, plumajes, algodón,
cacao, camotli, y otras cosas a este tono, de todas frutas y hortalizas, de
que principalmente se sustentaba y mantenían los renteros; porque pagaban
463
estas rentas por meses o por año, en tanta cantidad, por esto se llamaban
esclavos porque tributaban dos veces...".316
La descripción que hizo Torquemada hace notar que los renteros y pecheros
tenían una situación económica y social aparentemente más "desahogada" que
los macehuales pues no estaban obligados a pagar tributo, pero si dar una parte de
las cosechas por la renta de las tierras que cultivaban. Sin embargo, el estatuto social
de los macehuales era de una mayor relevancia no solo porque eran miembros de los
calpullis sino porque participaban en las guerras, en las ceremonias religiosas y en
todas las actividades sociales. Por las crónicas al respecto, concluimos que los
terrasgueros, renteros o pecheros eran un grupo de labradores muy reducido, en
comparación con los macehuales, que realizaban funciones de complementariedad
respecto de aquellos.
Lo que también está claro con el pago de la renta de las tierras se estaban
estableciendo una relación distinta a la de los macehuales pues había un incentivo
en este tipo de relaciones, que teóricamente elevaba la productividad, lo que
beneficiaría a los pillis, por un lado, pues si sus tierras eran mejor trabajadas
obtendría un mayor volumen de producción y los renteros también se beneficiaban
pues recibían una porción mayor de las sementeras, si estas, tenían un rendimiento
mayor. Igualmente, era la tercera parte de la producción la ganancia que se podía
obtener.
Debe observarse por los comentarios de Torquemada que la "esclavitud"
prevaleciente era una forma de pagar el tributo, para obtener un ingreso
316 De Torquemada, Juan, Monarquía Indiana, 4 Vols., T. I, p.317.
464
económico extraordinario a efecto de realizar un pago determinado o para corregir una
mala conducta. Estas tres modalidades no indican que había "honrar" para los efectos
de dichas prácticas, como si la había en otras sociedades antiguas en donde los
esclavos eran considerados como cosas que podían ser comprados y vendidos
libremente, solo "bestia de trabajo" al igual que un animal de carga. No existen
registros históricos de que la "esclavitud" mexica hubiese sido considerada una
práctica odiosa y aborrecible que era relativamente sencilla dejar de tener esa
condición, si se pagaban los tributos adeudados y si se saldaban las deudas que se
habían contraído con anterioridad.
Childe, al referirse a las primeras etapas de la agricultura, mencionó la tendencia a
acumular un sobrante, "una planta cultivada no debe ser consumida tan pronto
como se cosecha. Los granos deben conservarse y escatimarse de modo que duren
hasta la siguiente cosecha, por un año entero. Es necesario apartar una porción de
cada cosecha para la siembra. La conservación es fácil pero implica, por una
parte, previsión y economía y por otro lado, receptáculos para almacenamiento.
Estos son tan esenciales como la vivienda y en realidad puede haber sido
construido con más cuidado que ellas. El sobrante obtenido de este modo ayudará
a la comunidad a superar las dificultades en las malas, épocas, formando una
reserva para los periodos de sequía o de fracaso de la cosecha. La simple
comunidad productora de alimentos no depende, para ninguna de sus necesidades
vitales o del trueque o del intercambio con otro grupo. Produce y recoge todo el
alimento que necesita. Tiene a su disposición, en su inmediata vecindad, las
materias primas que requiere para su simple equipo. Sus miembros integrantes
465
o familia fabrican las herramientas, utensilios y armas que necesita".317 Definió a
esta "economía neolítica" como un rasgo universal en el progreso de la civilización y
aunque mencionó muchas regiones del mundo, no incluyó a América.
Las tareas de la producción en las pequeñas aldeas descansaba en las familias
como unidades sociales complejas pero después se asociaron varias de ellas con
el objeto de contar con una mano de obra mayor. La finalidad no era solo
reproducir lo que la aldea necesitaba en forma perentoria sino también establecer
reservas, emitir una serie de medidas previsoras, que fueran atisbo de planeación
para satisfacer necesidades sociales futuras.
Contar con reservas equivalía a asegurar la alimentación de los niños y jóvenes,
es decir, de las nuevas generaciones lo que proporcionaba la continuación y la
preservación de las comunidades. Tener este tipo de disponibilidades adicionales
permitía, además, que las comunidades pudieran hacer intercambios con otros
poblados y aldeas e incluso obtener otros productos o alimentos que no se tenían,
hasta desempeñar funciones complementarias para el enriquecimiento y
diversificación de la dieta humana.
En los Anales de Tlatelolco se hizo alusión con mucha frecuencia a los
macehuales, como fue la ocasión en que algunos de ellos abandonaron
Tenochtitlán precisamente para fugarse a Tlatelolco ante el asedio de los
españoles y dijeron; "señores, mexicas, Tlatelolco. Quizás ya falta poco, solo nos
quedan los almacenes y nuestra tierra pero los extranjeros no han de apoderarse de
ellos, Aquí está vuestra riqueza. Las divisas que para vosotros ha guardado vuestro
317 Childe, Cordón, V. Los Orígenes de la Civilización, p.125
466
señor, los escudos y las mercancías, los tocados de pluma, las orejeras de oro, las
chalchihuites y ya estando los españoles en Tenochtitlán, aquellos le pusieron
precio "el joven, el sirviente, la doncella, el niño, cualquier macehual podía valer
dos medidas de maíz, diez panes de mosca acuática o veinte panes de zacate y
estando los españoles en Coyohuacán se repartieron todos los pueblos; luego
también la gente de todos los pueblos fue dada en encomiendas y entonces se hizo
el repartimiento, entonces se estableció la encomienda".318
Esta ductilidad de las instituciones era un reflejo de que se trataba de una sociedad
de estamentos sociales y no de clases sociales, que estaban en proceso de
formación, lo que fue acelerado por la conquista y colonización española. Por ende,
los intereses materiales de esos grupos sociales aun no estaban consolidados,
con la fuerza y nitidez que la tuvieran en etapas posteriores. Esta flexibilidad se
observa en relación con la llamada esclavitud, que dista mucho de ser la esclavitud
de la sociedad griega. Para tener y mantener un régimen esclavista,
suficientemente desarrollado, se requiere que la sociedad genere un producto social
lo suficientemente amplio que le permite realizar esa función pues aunque los
esclavos eran considerados "cosas" en realidad eran seres humanos que
necesitaban alimentarse y un techo para alojar a sus familias. No lo pudieron hacer
los mexicas y por ello los esclavos, una vez cumpliendo el objetivo, que era el de
utilizar su fuerza de trabajo, en un periodo transitorio, era dejado en libertad. En
relación a la esclavitud perpetua, de la que habla Moncayo y Anaya, no hemos
encontrado registros en las crónicas históricas, en cambio si existen registro en las
otras variantes de la "esclavitud" que fueron modalidades predominantes".318 Anales de Tlatelolco. Paleografía y Traducción de Rafael Tena, CONACULTA, México, 2004,177 p., p.123
467
Indicó por su parte, Carrasco que los hogares de los macehuales eran una unidad
económica pues sus miembros trabajaban las tierras para su sustento familiar y
también para dar el tributo y sus servicios personales, en el hogar de labradores y
artesanos, todos cooperaban en la producción para el sustento de las casas, el
hombre se dedicaba al cultivo de las tierras y la mujer a hilar y a tejer y ayudaban a la
fabricación de artesanías. "Los macehuales estaban organizados por sus barrios
en cuadrillas de 20 o múltiplos de 20, bajo la dirección de mandones encargados
de recoger los tributos y de llevar a los dependientes a las obras públicas. El
promedio de los macehuales practicaba actividades diversas para su propio
consumo. Había sin embargo artesanos especializados que producían para el
mercado y que tributaban en especie o en trabajo conforme a su oficio. En algunos
casos los artesanos de cada oficio, separados de los labradores de sus barrios,
estaban organizados en cuadrillas de especialistas para la aportación de tributos
y servicios personales. Las especializaciones principales eran las de carpinteros,
canteros, albañiles, alfareros, canasteros, petateros y huaracheros que fabricaban
objetos de uso general y se encontraban en la mayoría de los pueblos".319
Carrasco reafirmó que las cargas tributarias que pagaban los macehuales eran desde
luego demasiado onerosas y constituían una causa permanente de descontento
social, poniendo siempre en entredicho la legitimación de esta explotación que
estaba contenida en el aparato ideológico y religioso, pero no al grado de dejarlo en
estado de inanición que implicaría su aniquilación como productor. Además, de
darles una parte de lo producido para su manutención y de sus familias, las obras
públicas contribuía al enriquecimiento de la propia comunidad y se mejoraban los
319 Carrasco, Pedro, Economía Política e Ideología en el México Prehispánico, p.35
468
"servicios públicos" lo que generaba un beneficio social. Hay que hacer notar que
las zonas ceremoniales, como todos sus adelantos tecnológicos, estaba a
disposición, exclusivamente, para los sacerdotes y sus sirvientes y lo mismo las
zonas en donde se encontraban los edificios gobernantes, que estaban habitados
solo pro los miembros de los grupos de poder y sus sirvientes.
Los macehuales vivían fuera de esos recintos, en sitios aledaños, con un nivel de vida
urbana propia de su condición de grupos explotados. Si bien estaban afuera, en la
periferia, debían estar disponibles para utilizar su fuerza de trabajo en función de los
programas acordados al respecto, sobre todo en relación con el programa de
construcción de obras públicas y por ello había que asegurarle un mínimo de
alimentos para que se mantuvieran como grupo social y se reprodujeran como
todos. Los niveles de explotación no eran degradantes al grado de que implicara su
desaparición como macehuales.
Chavero dijo que "la gente distinguida, los sacerdotes y los guerreros de cierta
categoría, estaban exceptuados del servicio personal que consistía en labrar las
tierras de los señores, cortarles madera, ser criados de sus casas y hacer otros
oficios análogos. El servicio personal solo existía dentro del mismo territorio. Los
tecuhtlis de los pueblos y los chinancallis de los barrios disponían del número
necesario de hombres para hacerlo. Por lo que toca a la labranza la hacían de los
campos propios del rey, que formaban su patrimonio y de que podía disponer
libremente; lo hacían también de las tierras pertenecientes a la corona, llamadas
Tlatocomillis, cuyo producto estaba asignado al señor supremo sin que tuviesen
derecho de enajenarlas porque eran bienes unidos al cargo y finalmente de los
469
calpullis destinados al tributo de cada barrio".320
Si como dijo Chavero, los servicios personales se prestaban solo en el interior
de las comunidades a las que pertenecían, en beneficio de los tecullis locales,
entonces los trabajadores que entraban a la ciudad de México y que describieron
varios cronistas, eran otro tipo de trabajadores, sin poder precisar quiénes eran
realmente. En la realización de obras públicas de la ciudad de México, los
tlatoanis llamaban a sus pares en Texcoco y Tacuba y a los del resto de los
señoríos a que enviaran trabajadores, pero también leña, carbón y alimentos
con los que se podía conformar verdaderos "ejércitos del trabajo". Estos no
recibían pago salarial alguno sino la entrega de comida, sobre todo maíz, frijol y
chile y esteras y petates, pero no se habló de una retribución de orden monetaria.
Después en la medida en que se requirieron más trabajado para la construcción
de oras religiosas y civiles o administrativas, llegaron más a laborar, pero tampoco
sabemos si este excedente se le hacía pago en efectivo alguno, se llegaban
coaccionados por los tecuthlis locales o si eran parte de comenzar y acuerdo que
se celebraba entre los dignatarios de la Triple Alianza. Todo esto en el periodo
prehispánico, pero ya en la siguiente etapa las relaciones laborales fueron más
claras.
Dijo Olivera:
"Las fuerzas productivas en general estaban escasamente desarrolladas. Los
macehuales formaban una masa fraccionada que dependía de muchos teuhctlis;
320 Chavero, Alfredo, Historia Antigua de México, T. II, p.195
470
por lo tanto no estaban organizados en grandes sistemas productivos sino que,
como dijimos, vivían en pequeñas unidades familiares cultivando sus parcelas
dispersos por todo el territorio y con un escaso contacto entre sí y hacia el exterior;
producían básicamente para su consumo y daban servicio a su señor local. A través
de este trabajo quizá producían en forma colectiva y organizada por turnos, el
excedente agrícola y artesanal para pagar el tributo, que incluía además la
participación en las guerras que emprendían sus señores, en su propio
beneficio o a favor de Cholula".321 Indicó que Cuauhtincha siempre fue dependiente
de Cholula a la que le pagaban tributo, hasta que los mexica lo dominaran y
conquistaran, dividieron el antiguo señorío de Cuauhtincha en cinco cabeceras,
Cuauhtincha, Tepeaca, Tecali, Tecamachalco y Quecholac.
También Carrasco estudió las distintas formas que asumieron los excedentes
de la producción que se almacenaban en los solares de palacio y que los mismos
servicios para ornamentos las festividades religiosas y políticas, para financiar
guerras y dar comida a los macehuales durante la etapa de la construcción de
obras públicas, pero también existía un sistema de imposición de tributos entre todos
los pueblos sometidos. "Puede decirse que el macehual al dar su contribución al
señor también recibía algo a cambio. Se beneficiaban de las obras públicas y de
las redistribuciones de bienes; recibían tierras para que sustentaran, protección en
caso de conflicto y los beneficios del culto público organizado por los señores.
Probablemente el macehual pensaba que vivía por gracia de sus señores que le
daban tierras, lograban la protección de los dioses y le mantenían en tiempos de
321 Olivera, Mercedes. Pillis y Macehuales. Las Formaciones Sociales y los Modos de Producción de Tecal, del Siglo XII al XVI, Ediciones de la Casa Chata, México, 1978, 240 p. p.91
471
hambruna. Pero por otra parte se ve que el excedente apropiado para el soberano
mantenía a los reyes (tlatoques), señores (teteuctin), nobles (pipiltin), sacerdotes, y
guerreros de alta graduación. Toda esta gente vivía a costa de los macehuales y
recibía sus ingresos en forma de donaciones de tierra con gente o directamente de
los bienes acumulados como tributos".322
Aunque la información que ofrecía Carrasco se inscribe ya en el periodo hispánico,
muestra la existencia de por lo menos algunos rasgos y características de la etapa
precedente, pero lo sobresaliente es el conjunto de datos que se proporcionan
acerca del libro de los servicios personales. Hubo alguna modificación central:
en una primera etapa, en elemento predominante es la estructura económica era el
pago de tributo pero en la medida en que crecía la población y aumentaron sus
demandas y necesidades se hizo necesario que hubiese un mayor valor agregado a
esas materias primas y entonces aumentó la importancia económica de los artesanos
y de los comerciantes; pero después tuvo mayor importancia económica y social la
contribución por medio de servicios personales en la medida en que se
desarrollaron los centros urbanos y se edificaran más templos, pirámides y otras
instalaciones civiles y administrativa, en la medida en que avanza el proceso de
monetarización por encima de del trueque tradicional. Así para la cacica De la Cruz se
hará más redituable desde el punto de vista de sus intereses económicos
individuales, disponer de moneda ahora y poderla utilizar para distintos fines, que
recibir el pago de tributos. Entonces los macehuales tributarios fueron relegados para
ser sustituidos por otro tipo de trabajadores y que le incorporaban mayor valor a las
materias primas. Era más rentable tener a su disposición, por el ejemplo, albañiles 322 Carrasco,Pedro. La Economía Prehispánica, En Ensayos sobre el Desarrollo Económico de México y América Latina, p.27
472
que pudieran edificar casas y edificios, que solo madera en sus diferentes
modalidades.
Informó López Austin que "los plebeyos o macehualtzin vieron aumentar así sus
cargas tributarias, que cumplieran con la entrega de bienes con servicios a
funcionarios con trabajos comunales en las obras públicas y con su vida y sangre
pues formaban las tropas de un ejército que estaba frecuentemente en campaña.
Los nobles o pipiltin, en cambio, disfrutaban de la situación privilegiada en materia
económica de dirección social y prestigio. Hay que reconocer que no era una
nobleza ociosa porque una de sus justificaciones era de componer el aparato del
gobierno. En efecto, eran ellos los jefes militares, los sacerdotes de alo rango, los
funcionarios públicos y los miembros de la burocracia superior". También coincidió
con la apreciación de que los pillis que no cumplían con las obligaciones eran
degradados y que muchos macehuales ascendían en la escala social.323
Al referirse a los grupos de trabajadores que había en el "reinado" de
Moctezuma dijo Torquemada "que los labradores que se llamaban macehuales
era casi infinitos porque la principal granjeria que tenían era labrar los campos;
estos tributaban con sus personas y bienes. Esta era la diferencia que había
entre nobles y pecheros, que los pecheros eran de dos maneras, unos renteros
que arrendaban de otros las heredades a las cuales pagaban las rentas de
ellas. Había otros pecheros que labraban sus heredades y pagaban cada año de
todo lo que cogían, de tres fanegas uno y de todo lo que criaba, de tres uno.
Las sementeras eran maíz, fríjoles y otras semillas. Los instrumentos con que
323 López Austin, Alfredo. La Educación de los Antiguos Nahuas, p.25
473
labraban era de piedra; otras trataban en sal, miel, mantas, plumajes, algodón,
cacao, camotli, y otras cosas a este tono, de todas frutas y hortalizas, de
que principalmente se sustentaba y mantenían los renteros; porque pagaban
estas rentas por meses o por año, en tanta cantidad, por esto se llamaban
esclavos porque tributaban dos veces...".324
La descripción que hizo Torquemada hace notar que los renteros y pecheros
tenían una situación económica y social aparentemente más "desahogada" que
los macehuales pues no estaban obligados a pagar tributo, pero si dar una parte de
las cosechas por la renta de las tierras que cultivaban. Sin embargo el estatuto social
de los macehuales era de una mayor relevancia no solo porque eran miembros de los
calpullis sino porque participan en las guerras, en las ceremonias religiosas y en todas
las actividades sociales.
Por las crónicas al respecto, concluimos que los terrazgueros, renteros o pecheros
eran un grupo de labradores muy reducido, en comparación con los macehuales, que
realizaban funciones de complementariedad respecto de aquellos. Lo que también
está claro con el pago de la renta de las tierras se estaban estableciendo una
relación distinta a la de los macehuales pues había un incentivo en este tipo de
relaciones, que teóricamente elevara la productividad, lo que beneficiaría a los pillis,
por un lado, pues si sus tierras eran mejor trabajadas obtendría un mayor volumen de
producción y los renteros también se beneficiaban pues recibían una porción
mayor de las sementeras, si estas, tenían un rendimiento mayor. Igualmente, era la
tercera parte de la producción la ganancia que se podía obtener.
324 De Torquemada, Juan, Monarquía Indiana, 4 Vols., T. I, p.317.
474
Debe observarse por los comentarios de Torquemada que la "esclavitud"
prevaleciente era una forma de pagar el tributo, para obtener un ingreso
económico extraordinario a efecto de realizar un pago determinado o para corregir una
mala conducta. Estas tres modalidades no indican que había "honrar" para los efectos
de dichas prácticas, como si la había en otras sociedades antiguas en donde los
esclavos eran considerados como cosas que podían ser comprados y vendidos
libremente, solo "bestias de trabajo" al igual que un animal de carga. No existen
registros históricos de que la "esclavitud" mexica hubiese sido considerada una
práctica odiosa y aborrecible pues era relativamente sencilla dejar de tener esa
condición, si se pagaban los tributos adeudados y si se saldaban las deudas que se
habían contraído con anterioridad.
También de Tepeaca, Carrasco publicó los documentos que confirmaron la
propiedad de tierras de doña Francisca de la Cruz, cacica de una de las
cabeceras. En este texto se asevera que ella recibió una herencia de esa tierra,
que tenía a su servicio indios enteros y terrazqueras según lo había testimoniado
los ancianos. En las tierras de doña Francisca que estaban distribuidas en 22
barrios, habitaban en cada uno de ellos un cierto número de macehuales, hasta
sumar 524 cuyo trabajo y tributo se distribuía de la siguiente manera; cada
semana 8 indios y 8 indias servían en su casa, cada indio sembraba una
sementera de 6 brazos; cada año, las esposas de estos macehuales, hilaban 40
capullos cada una, la mitad y la otra mitad, tejía mantas; 15 días hacían cotaras
que son zapatos de tierra; 20 indios albañiles le daban cada 80 días, 50 cacaos
pero también trabajaban en la construcción de una casa, pero les daban comida; 7
indias hacían loza, especialmente platos y escudilles; 20 pintores daban cada uno en
475
periodo de 80 días, 100 cacaos, cinco indias hacían mantas de plumas y le daban
cada año una prenda de manta; 12 canteros le daban cada 80 días 50 cacaos y
cuando los macehuales hacían alguna casa les ayudaban en el oficio; 5 plateros le
daban cada 80 días, 100 cacaos, y si se ofrecía alguna joya hacían. Destacó
Carrasco que este era un claro ejemplo de pago de tributo mediante trabajo y en
segundo término, en especie, considerando que los enteros de doña Francisca eran
520 macehuales y 172 artesanos, enfatizando que doña Francisca "procede de una
casa de abolengo por linaje recto".325
Ese es uno de los pocos testimonios que establecieron la existencia del
método de compraventa para obtener a un macehual, equiparándolo con un
esclavo. Es necesario precisar que el macehual era un trabajador libre,
independiente que prestaba su fuerza de trabajo de los pillis en su calidad de
miembro del calpulli, para no hipotecaba por ese hecho su libertad personal. Una
vez que los macehuales pagaban su tributo y prestaban los servicios personales a
que estaban obligados, podían continuar con su existencia en el seno del calpulli
al que pertenecían y por ende participaban en el resto de los actos de la sociedad
pero sobre todo en las múltiples ceremonias religiosas que ocupaban una gran
parte de su tiempo y que les implicaba gastos onerosos.
Aquí se habló de que los macehuales podían comprarlos y venderse
prácticamente sin ninguna restricción queriendo decir con ello que eran
potencialmente esclavos, pero las crónicas históricas restantes, no registran
estos fenómenos, como si fuera un fenómeno extendido. Solo se refieren a las
325 Carrasco, Pedro. Las Tierras de los Indios nobles de Tepeaca en el Siglo XVI, p.11.
476
excepciones o salvedades para que un macehual o un hijo de macehual se
quisieran vender para saldar una deuda o poder pagar un tributo, señalando que
después de hacerlo recibiría su libertad.
Entre las causas de la esclavitud en la sociedad azteca, estaban según Moncayo y
Ainaga, las siguientes: al que robaba un templo o un palacio, a los que hurtaban
mantas, canoas, mazorcas y vendían artículos que no les pertenecían, a los que
cometían traición contra el rey o la república, a lo que cometían los delitos de
violación o estupro. "Otra de las vías para caer en la esclavitud resulta con la causa
que arroja mayor número de esclavos; fue la venta voluntaria, en la que debemos
distinguir dos situaciones: venta de si mismos y venta de sus hijos".326 Había
mujeres que después de haberse prostituido se vendían como esclavas; en tiempo
de hambre y necesidad se podían vender el hombre o la mujer; un padre podía
vender a su hijo cuando este fuera incorregible y desobediente, o si era malcriado o
perezoso. Había también la llamada "esclavitud antigua" en la que se obligaba a una
familia a proporcionar esclavos en forma perpetua. Otra fuente era la del cautiverio
por causas de guerra, si el reo no era destinado al sacrifico.
No existe información sobre las unidades productivas existentes que nos permita
valorar su tamaño y por ende, su productividad; por el estudio de las fuentes
disponibles, incluso tomando en cuenta los estudios especializados que se han
hecho con respecto de varios poblados de la zona de Puebla y Tlaxcala, nos
permite concluir que se trataba de "unidades pequeñas", coincidiendo con la
opinión de Olivera. Este tamaño es concordante con la densidad de la población y
con su grado de dispersión. Se trataba de unidades reducidas, con un escaso 326 Moncayo Rodríguez, Socorro y Ainaga Vargas, María del Carmen, Consideraciones en Torno a la Esclavitud entre los Aztecas, 17 p., p.14
477
desarrollo de las fuerzas productivas, en relación con grupos humanos de otras
latitudes y por lo tanto la productividad se basaba en el trabajo humano intensivo y
este trabajo era comunal o colectivo y básicamente se producía para el consumo.
No había muchos productos para lograr un amplio y fuerte intercambio con otras
comunidades porque a un no existía la necesidad de inventar signos monetarios
que hacen más fluidos esos intercambios. Las relaciones de intercambio, su
volumen, están vinculados con el tamaño de la producción una vez cubiertas las
necesidades más apremiantes de la población, sobre todo en materia de
alimentos. El excedente que se producía era apropiado por los representantes de
los tlatoanis, los calpixques.
Los macehuales distribuían su tiempo de trabajo en tres partes: uno destinado a la
producción de bienes y materias primas para pagar el tributo, pillis; otros, para ofrecer
sus servicios personales en las casas de aquellos y por último, el destinado a
producir los alimentos para su propio consumo familiar. De modo que el macehual
era un trabajador que laboraba prácticamente durante toda su vida útil. Pero aquí nos
interesa en su papel de jefe o padre de familia pues este primero era soltero, pero
después se casaba, hasta la vejez o la muerte.
Durante su etapa "productiva" labraba una parcela que llamaremos de carácter
familiar en la que se cultivaba una serie de alimentos básicos para la subsistencia
física y participaban de una manera decisiva en la primera división el trabajo que se
dio entre los hombres y las mujeres, y después en otras divisiones en donde las
relaciones se fueron haciendo más complejas pues las mujeres incrementaron su
478
participación en las labores productivas.
Las formas de organización para la prestación de los servicios personales a que
alude Carrasco, durante la etapa relativa a la época prehispánica, están poco
documentados y por ello no se puede hacer una descripción detallada de su forma de
organización y funcionamiento, pero en cambio, ya en la etapa colonial aparecen
muchos textos que enfatizan en la formación de las cuadrillas y en las rotaciones de
los trabajadores. Se entiende que esta forma de trabajo hispánico de alguna
manera reproducía y estaba inspirada en la forma prehispánica pues los europeos
buscaban establecer relaciones de explotación humana que fueran exitosas y no
copias mecánicas burdas, cuyos resultados habían sido contraproducentes en la
Española.
"Si una casa o dos se veían en necesidad de hambre, vendían a su hijo y obligaban
a todos a tener siempre aquel esclavo vivo y ayudarlo a labrar, sembrar y coger
sementeras y algunas veces traían leña y harina y que contraían aquella misma
obligación con sus descendiente, pero que dicha ley había sido abolida por
Nezahualpilli, en Texcoco y después, por Moctezuma, en la ciudad de México.
Había otros esclavos que eran personas que se vendían para tener "para jugar y
comer". Indicó Torquemada que los "hijos del esclavos eran libres y lo mismo eran los
de los esclavos; también se imponía la esclavitud al que había contraído deudas
y si morían los heredaba la mujer y si el difunto había dejado hijo, el hijo se hacía
esclavo. Incluso dijo que había eslavos que compraban bienes y otros esclavos para
que les sirvieran y a los que salían malcriados, fugitivos o viciosos amonestábamos
sus amos dos o tres veces y si todavía permanecían incorregibles echábanles
479
la collera que usaban y después que le echaban las collera lo podían vender en
cualquier mercado o tianguis".327
Había distintas modalidades de la esclavitud, como dijo Motolinía, entre ellos,
los que adquirían una deuda y no la podían pagar, entonces la mujer del difunto
quedaba esclava y a los viciosos, fugitivos, malcriados, les amonestaban y si
reiteraban en su conducta, les echaban la collera y después de esto podían
venderlo en la plaza pero los hijos de los esclavos eran libres pero lo que es más,
los hijos del esclavo y esclava eran también libre. Los esclavos, adquirían para si
hasta casarse y mantener casa y comprar otros esclavos que los servía y algunos
hubo que tuvieron esclavos a su servicio, siendo esclavos. Si los esclavos eran
muchachos pobres estábanse en casa con sus amos, los cuales los trataban cuasi
como hijos y así los vestían y daban de comer como a hijos y muchas veces los
tomaban a sus esclavas por mujeres y las mujeres, muertos los maridos, tomaban
a sus esclavos por maridos y esclavas habían que mandaban y regían la casa de
su señor, como un mayordomo".328
La observación que formuló Motolinía también reafirma que la "esclavitud" era una
forma de establecer una cierta disciplina social, antes que obtener un cierto
incremento de la fuerza laboral disponible, como fueron los casos de la venta de
"niños malcriados", la liberación de los hijos de los esclavos, el tratamiento que
recibían estos hijos de parte de sus armas, los cuales les prodigaban un
tratamiento casi paternal. Los tlatoanis estaban interesados en que estas formas de
trabajo no se desarrollara porque estos se oponían a uno de los principios, el del 327 Torquemada, Juan, Monarquía Indiana, T. IV, p. 360328 Benavente Motolinía Toribio, Memoriales, o Libro de las Cosas de la Nueva España y de los Naturales de allá, Nueva Trascripción paleográflca de Edmundo O. Gorman, UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas, México, 1971, 575 p. p.102, p.371.
480
igualitarismo, que había sido uno de los pilares de la sociedad. En las primeras etapas
de la Tira de la Peregrinación no hay alusiones a este tipo de instituciones; los
registros son posteriores a TÍZOC a las ramas ya más extendidas en los periodos de
los últimos tlatoanis (Moctezuma). Un macehual que estuviese en una pésima
condición económica no requería "venderse" como si fuera esta una práctica
habitual sino podía convertirse en un terrazguero, es decir, podía alquilar su fuerza
de trabajo, sin necesidad de venderse como si fuera un objeto.
Dijo Olive Negrete:
"Los avances tecnológicos de la evolución neolítica impulsan al desarrollo de las
fuerzas productivas no solo para la construcción de las obras de riego sino también
al perfeccionar el instrumental y la técnica agrícola, así como la industriales, el
desarrollo de esas fuerzas productivas determinó cambios en las relaciones de
producción y proporcionó la estructura necesaria para que pudieran formarse los
primeros centros urbanos y colonizar los valles pluviales. Los cambios en las
relaciones de producción favorecieron a quienes manejaban la nueva tecnología y
coordinaba el trabajo. Ello ejercitó a una modificación superestructural drástica,
surgiendo el estado como la organización social apropiada a las nuevas
condiciones. De esa manera se realizó una doble división del trabajo, como base de
la estratificación social y de la explotación del hombre por el hombre: la separación
entre el campo y la ciudad y en el interior de este, de la minoría gobernante y de
sus trabajadores y sirvientes. Así me explico la evolución urbana, tanto en el
481
viejo Mundo como en Mesoamérica, como un reacción obre esta base".329 Dijo que
"eran definitivos para la aparición del estado" la aparición de nuevos sistemas
agrícolas, el incremento demográfico, los progresos de la tecnología, las
artesanías y el comercio.
Definió Carrasco a la sociedad prehispánica de la siguiente manera: "un tipo de
cultura caracterizada por un sistema de producción con cultivos intensivos y
artesanos desarrollados, capaz de mantener una población numerosa en la que
existía una división del trabajo que incluía la distancia entre ciudades y campo,
entre un grupo de trabajadores dedicadas principalmente a la producción de
bienes materiales y otros dedicados a la distribución y al gobierno. Al llegar los
españoles al centro de México había una gran diversidad de pueblos con distintos
antecedentes culturales y no había lugar de unificación política ni cultural. El
sistema productivo mesoamericano empleaba el trabajo humano en masa: la
cooperación simple de gran número de trabajadores a todas las obras de
construcción y transporte que requería gran cantidad de energía. Por otra parte,
usaba el trabajo muy calificado en las líneas más especializadas de la producción
agrícola y artesanal. Los mayores logros de la agricultura se basaba en el trabajo
calificado e intensivo de los cultivos, especialmente en los de riego y chinampas".
Siguiendo a Carrasco afirmamos que en una primera etapa hubo un trabajo humano
simple, una cooperación sencilla de los individuos para la producción y una división
del trabajo desde luego, muy elemental, pues no existía propiedad privada de
instrumentos de producción y la que existía en el mejor de los casos relativa a los
propios instrumentos personales de trabajo, es decir, aquellos que cada persona 329 Olivé Negrete, Julio César. Estado, Función Socioeconómica y Periodización de Mesoamerica, en Mesoamerica y el Centro de México, p.96
482
fabricaba y que eran para su uso personal y/o familiar. Por ejemplo, las primeras
navajas, cuchillos, coas, objetos pulimentados de piedra no se compraban o se
adquirían sino los productores directos las fabricaban, teniendo las materias primas
de la propia naturaleza.
Pero este proceso se fue tornado más complejo y difícil en la medida en que
aumentaron las poblaciones y las sociedades se fueron estratificando de una
manera lenta pero inevitable y fueron apareciendo las llamadas "especialidades", es
decir, distintas categorías de trabajadores que elaboraban artículos cada vez más
sofisticados que al utilizarse en el sistema productivo, elevaban la tasa de producción.
Pero la base del sistema seguía siendo el empleo del trabajo humano en masa, el
cual fue retrocediendo ante el valor que aportaba el trabajo especializado.
La situación social se fue haciendo más compleja pues, aparecieron grupos
humanos que no estaban vinculados directamente con la producción material, como
los sacerdotes, los guerreros, los empleados de los teocallis y una cauda cada
vez mayor de personas que no "producían nada" y que a cambio tenían o aspiraban a
tenerlo, un poder social y político cada vez más grande.
483
Para Vaillant, "la manufactura estaba en la producción manual realizada como un
complemento a la tarea fundamental de obtener alimentos. Los hogares se
bastaban así mismos en su mayoría, produciendo todo lo que necesitaban en lo que
refiere a instrumentos, utensilios y vestidos. Sin embargo, algunas
poblaciones tenían acceso a recursos naturales que otros no disfrutaban y
lograban una habilidad esencial en su explotación. Estas especializaciones
regionales iban acompañadas por la tendencia natural del individuo a explotar lo
que hace y produce con mayor facilidad. A medida que aumentaron los
conocimientos técnicos se desarrolla la especialización y el mercado llegó a ser
una institución importante. El trueque era el único medio de cambio y el valor se
establecía por la deseabilidad y la rareza. La moneda, medio de cobro de valor fijo,
no existía. El material más precioso para los aztecas fue le jade o la piedra parecida
a él, por su consistencia y color".330Hizo notar que en correspondencia con la
naturaleza de una sociedad basada en el trueque, no tenían animales para el
transporte y el guajolote era su principal ave doméstica y la coa era el principal
instrumento agrícola.
La "manufactura", concebida como un proceso mediante el cual el hombre le
incorpora valor a un bien de la naturaleza, lo encontramos desde la primera etapa
del desarrollo de los grupos humanos con el pulimento de las piedras y la fabricación
de muchos utensilios derivados de ellas desde los más toscos y primitivos, hasta los
cuchillos y las navajas de obsidiana o las piedras preciosas, como el jade y el
cuarzo. El valor agregado dependía de los instrumentos tecnológicos de que se
330 Vaillant, George. La Civilización Azteca, Origen,, p.112
484
disponían, desde la fricción o el choque de una piedra con otra piedra, hasta la
fabricación de punzones de sílex y de otras piedras más duras para labrar piedras
más suaves. Pero no todas las poblaciones tenían las mismas materias primas,
siendo una de ellas la obsidiana que por tener distintos usos industriales y
armamentales, era escasa y fue objeto de intercambios comerciales, de fijación de
tributo y de conflictos armados. Se todos estaban dedicados a las labores agrícolas,
hacían falta individuos que se dedican exclusivamente a proveerles de
instrumentos de trabajo ya sí se desarrollaron otras actividades productivas
paralelas a la agricultura propiamente dicha, lo que permitió la aparición de distintos
instrumentos de producción, pero dicho proceso transita por etapas de cientos o
miles de años y muchos de ellos subsistieron aunque modificados hasta etapas
más recientes. En aquella etapa, la "modernización tecnológica" avanzaba a un
ritmo muy lento debido, entre otros factores, al aislamiento (relativo) en que se
encontraban los grupos humanos, y la lentitud de los medios de transporte, que
hacían muy dificultosa la difusión de los progresos que cada pueblo tenía.
Escribió Vaillant que "la alfarería fue el oficio más notable del Nuevo Mundo y quizá
ningún otro continente tenga esa múltiple y compleja riqueza de formas y de
decorados. La plasticidad del bien hacía que fuera fiel de trabajar y la coacción era
sencilla, de tal manera que los productos cerámicos eran una parte importante de los
artesanos aborígenes. Los aztecas, como todos los otros pueblos del continente
americano, no usaron el torno del alfarero sino que hicieron sus vasijas con tiras de
arcilla confiando en sus ojos adiestrados y esos dedos de los indios para lograr la
forma deseada. No emplearon moldes para dar forma a sus vasijas. Los aztecas
disponían en abundancia de arcilla de fina textura, de color anaranjado
485
después de haber sido cocido, de la cual hacían vasijas para almacenar y servir
la comida. Hicieron copas para beber pulque, raspadores (molcajetes) para moler
chile y vasijas de barro para todo uso concebible. Una de las formas consiste en un
plato ovalado, con compartimientos especiales para la salsa; el asador circular o
comal para cocer tortillas apareció con la cultura Mazapa y siguió usándose en
toda la época azteca". 331
A pesar de los factores exógamos adversos anotados con anterioridad y que en
su conjunto convertían en lento el proceso de desarrollo y
perfeccionamiento de las fuerzas productivas, hubo intercambios comerciales y
tecnológicos ante los grupos humanos debido, entre otros factores, a las
migraciones que se sucedían de un continente a otro, de una región a otra. Esto
permitió que todos los grupos humanos desarrollaran un oficio "mecánico" similar
como el de la alfarería, que asumió múltiples modalidades, usos y expresiones
estéticas, desde la fabricación de objetos destinados al consumo humano
doméstico, hasta los objetos de uso ceremonial o religioso. La fabricación de
objetos de cerámica, por ejemplo, se observó, lo mismo en la zona
mesoamericana que en la zona andina y en cada región asumió estilos y
variaciones, aunque finalmente su destino final fuera el mismo.
El labrador era un trabajador universal pues, además, elaboraba los objetos de
cerámica que se necesitaban para satisfacer las necesidades de su familia, de su
gens o fratría, de su señorío o de su religión, así en ese orden de importancia.
331 Vaillant, George. La Civilización Azteca, Origen, Grandeza y Decadencia, revisado por Susana B Vaillant. FCE. México, 1977, 303 p., p.127
486
Había que tener objetos para preservar los alimentos que se cultivaban evitando
al máximo su destrucción almacenándolos bajo las condiciones mejores
posibles para preservarlos de hongos y de bacterias o de los roedores. Ya
había alimentos cocidos y preparados que había que cuidar con el mayor espero
y por ello se necesitaban todo tipo de vasijas, jarras, vasos y otros depósitos. Esta
actividad se hizo tan necesaria pues había que satisfacer la demanda de miles de
familias que se forman "barrios de alfareros" en las ciudades y ahora a los
labradores les resultaba mejor adquirirlos por medio del trueque que hacerlos ellos
mismos.
Cook hizo referencia a los distintos tipos de alfarería desde la teotihuacana que fue de
color anaranjado, la tolteca, de color plomizo, la "azteca" de color negro sobre
anaranjado. "La pintura policroma se conoció desde la época clásica y en las
combinaciones aparecen sobre todo el blanco, negro, rojo, anaranjado y amarillo.
Significaba esto también una investigación del medio ambiente con experimentos de
diversos materiales hasta lograr un efecto que quitara y se compusiera. La técnica
para modelado y moldeado pudieron ser varias, estandarizada de acuerdo con el
objeto que se iba a hacer, pero una olla podía elaborarse con varias arrollamientos o
un largo en forma de espiral, o bien podía construirse partiendo de una especie de
rosca que se iba modelando, subiendo las paredes, dando la forma deseada. Los
moldes de vasijas podrían ser de una o dos parte, convexos y cóncavos. Para el
cocimiento existen también los métodos que pudieron haberse usado antiguamente;
el horno exterior o bajo tierra, siguiendo la forma de funcionar de su brasero; también
al aire libre, sobre un comal de leña, formando el horno, con comales, colocando las
piezas más pequeñas y delicadas en el centro y hasta dentro de ollas grandes, que
487
funcionaban como un verdadero horno".332
Soustelle hizo referencia a los artesanos, a los que llamaban toltecas los cuales
"recibían cuantiosos emolumentos, pagaban el impuesto por como los negociantes
estaban exentos del servicio personal y de las labores agrícolas. Finalmente sus
corporaciones disfrutaban de lo que llamaríamos "personalidad civil", sus jefes los
representaban ante el poder central y ante la justicia. Eran unos privilegiados,
colocados por encima de la masa de los plebeyos. Pero lo que los distingue de los
comerciantes es que ante ellos no se observa esa tendencia más o menos
combatida de ascender en la jerarquía social. El artesano nada tiene que ocultar, no
tiene que excusar una importancia que no busca, tiene en esa sociedad compleja el
lugar que le conviene y en el cual decide permanecer. La clase de los comerciantes
es dinámica, la de los artesanos estática. Este se contenta gracias a las exenciones
y a la estimación que le atraen sus talentos; con ocupar en la escala social el
grado inmediato superior al pueblo sin privilegios, sobre la plebe".333
332 Cook de Leonard, Carmen. La Alfarería Indígena Precolombina, y su Supremacía, Artes de México, Año XIII, Núm.21,1964, p.13333Soustelle, Jacques, La Vida Cotidiana de los Aztecas en Vísperas de la Conquista,., p.80
488
A diferencia de los labradores macehuales que tienen que dedicar largos y
extenuantes jornadas de trabajo para cultivar y hacer producir la tierra, percibiendo
ingresos magros que apenas les alcanzan para subsistir y reproducir como tales, es
decir, como explotados de los distintos propietarios de la tierra, los artesanos,
primero con sus propias manos y después con sus moldes, producen un conjunto de
objetos que tienen un precio mayor y con los cuales se pueden pagar tributo y/o
concurrir a los mercados, sin tener que experimentar el mismo grado de desgaste
físico y humano que sufrían los macehuales. Su nivel de vida era mejor, su existencia
más "descansada", sobre todo de aquellos que producían objetos bellos y
sofisticados que podían ser utilizados para fines ceremoniales y religiosos.
En la división social que en forma lenta pero inexorable experimentaban las
sociedades, los artesanos obtuvieron las mayores ventajas, sobre todo en la etapa en
que se valorizó cada vez más el trabajo y se abandonaron los criterios
igualitaristas sobre los cuales se había cimentado la sociedad
Como dijo Soustel, se convirtieron en "privilegiados" frente a los macehuales que
no observaron cambios sustaciales en su estatuto social, al satisfacer necesidades
de grupos y de sectores elitistas que pertenecían a los círculos de los pillis. Al
compartir espacios de poder con los pillis, los artesanos estaban exentos de los
servicios personales y de trabajar las tierras, indicando con ello que estaban
usufructuando, junto a otros sectores, una parte considerable del excedente agrícola.
Afirmó Cook "por lo regular la mujer era alfarera y el hombre se dedicaba a la
489
agricultura o a llevar el producto a los mercados; una buena alfarera es una mujer
codiciada y podia escoger marido entre varios pretendientes. Las formas comunes -
ollas, jarros, comales- las trabajaban tanto las mujeres pero pueden inventar una
forma especial, que se estima como propiedad suya y que hereda a su hija. Es muy
probable que la mujer se alaba como inventora de la alfarería, como se cree por una
casualidad observa, a un cesto de tejido abierto se le embarró lodo para recolectar
laguna semilla pequeña, al quedar cerca del fuego, el barro se endurece; se había
descubierto el proceso cerámico, su plasticidad estando mojado y su
endurecimiento al someterse al calor las propiedades más distintivas del barro".334
Entre los materiales que tenía el barro Cook destacan las figurillas de Tlatilco, los
cuales estaban conectadas con el mundo de la muerte, en el Preclásico hubo un
acabado con líneas muy sobrias y en la época clásica se inventó el molde.
Manzanilla describió dos tipos de artesanos en el periodo prehispánico: los que
vivían en barrios especializados en las poblaciones y los artesanos itinerantes que
eran "generalmente artistas muy cotizados, con estilos personales y manera de
decorar particular, lo que podía dejar marcas en sus productos. Por último, había
comunidades completas que se especializaban en la producción de bienes
determinados, como sucedió en patrones de simbiosis económica. Habia bienes
suntuarios cuya producción es muy especializada y eran elaboradas solo por una
familia pero la mayoría de los bienes e instrumentos destinados a satisfacer las
necesidades básicas, eran fabricados por varias familias, que en regiones con
variados recursos formaban parte de esquemas de cooperación internacional.
Conforme la élite demandaba productos específicos, la producción se fue haciendo 334 Cook de Leonard, Carmen. La Alfarería Indígena Precolombina, y su Supremacía, Artes de México, Año XIII, Núm.21,1964.
490
menos variada, es decir, más estandarizada. Las élites gobernantes podían
auspiciar a artesanos muy especializados en bienes suntuarios; así, en los
palacios era frecuente ver a oficiales, plumarios, escultores y pintores".335
Los pillis les concedieron a los artesanos un tratamiento político y social muy
benevolente pues les permitieron constituir en las grandes poblaciones barrios
o asentamientos propios en donde pudieron vivir y trabajar, que pudieran pagar
sus impuestos con una parte de los productos elaborados, que se pudieran
relacionar con los pochtecas para realizar operaciones de intercambio comercial
con otras regiones del mundo conocido. Es por ello que encontramos objetos de
artesanías que se fabricaron por ejemplo, en la región de Teotihuacán, en las
ciudades de la zona maya, o elaborados en Teotihuacán que aparecieron en la
región andina, lo que plantea la idea de que todos los pueblos de la región
americana estaban relacionados entre sí pues comparten muchos rasgos y
características comunes.
Hasta hoy la mayoría de los estudios realizados hacen énfasis en la belleza
arquitectónica de las grandes pirámides y templos, en donde se encuentran
asociados los objetos de piedra y alfarería, de carácter suntuario u ornamental
pero en muchos enterramientos es fácil encontrar muchos de carácter doméstico o
popular. Así como había una cierta especialización en el interior de las
poblaciones, también los había en el seno de la región mesoamericana en su
conjunto. Por ejemplo, muchos objetos de oro, finamente tallados, provienen de
la región mixteca oaxaqueña en donde sus habitantes habían logrado un alto 335 Manzanilla, Linda, La Producción Artesanal en Mesoamérica, en Arqueología Mexicana, número 80, Vol. XIV, p.34
491
grado de desarrollo en el tratamiento del oro.
"El sistema productivo mesoamericano empleaba el trabajo humano en masa: la
cooperación simple de gran número de trabajadores a todas las obras de
construcción y transporte que requerían gran cantidad de energía. Por otra parte,
usaban el trabajo muy calificado en las líneas más especializadas de la producción
agrícola y artesanal. Los mayores logros de la agricultura se basan tanto en el
trabajo calificado como intensivo de los cultivos, especialmente en los de riego y
chinampas".336
Aunque reconoció que el trabajo de los tejidos y artesanal, el tallado de piedra o
de madera había mano de obra muy especializada y encontró coincidencias
entre las zonas de riego en donde había un florecimiento de la agricultura con la
presencia de grandes ciudades, como Cholula. Entre las ventajas que observó
Carrasco eran las de que las poblaciones que había en las riberas de los lagos se
podían comunicar fácilmente por medio de canoa.
Según los estudios de Carrasco, coexistían distintos tipos de trabajo, los cuales
reflejaban la existencia de varios niveles de desarrollo de las esferas de la
economía enfatizando en la cooperación simple que es la asociación más
elemental de dos o más personas para producir. Este tipo de combinaciones de
esfuerzos y de prestación de mano de obra era muy claro, por ejemplo, en la
agricultura, pero adquiere una mayor complejidad en la metalurgia y en las
artesanías. Asumió distintas modalidades este fenómeno pero la esencia del
mismo no cambiaba.
336 Carrasco, Pedro. La Sociedad Mexicana antes de la Conquista, p.17.
492
Es posible que en el sistema de remuneraciones de los artesanos ya hubiesen
empezado a florecer relaciones monetarias mercantiles, pero esto todavía no
existe sino hasta la época de la Colonia. Se les pagaba en especie a los
macehuales, a los fundidores de metales, a los orfebres, es decir, se les "pagaba"
con productos de similar o equivalente naturaleza con los cuales a su vez los
trabajadores podían efectuar otras transacciones. Esto era una forma en que
asumiría el concepto de riqueza, la cual no tenía manifestaciones de carácter
monetario sino se observaba en este tipo de vestimentas, del número y la calidad
de las joyas y de los ornamentos. Se hablaba, por ejemplo, de que los pochtecas
podían "comprar esclavos" dando a entender que entregaban por ellos algún tipo
de moneda, pero pudieron haber entregado otras prendas u objetos.
Por su parte, Albores Zarate describió la estructura de especialización de tule que
incluyó el tulero o cortador independiente, tulero asalariado, cortador y vendedor,
artesano y tejedor independiente, vendedor de productos tejidos e intermediario o
resgatador. Pero también había actividades independientes o individuales como la
de los tuleros o vendedores de tule, los cortadores y los tejedores. "Por otra parte,
en torno al tule trabajaban casi todos los miembros de la familia. Todo el trabajo que
se llevaba a cabo en la ciénega, era la actividad vinculada con el tule redondo lo
que encerraba algunas relaciones de trabajo asalariado, siendo este tipo de tule una
de las únicas dos variedades de toda la amplia gama que además de la
consecución del material implicaba una elaboración artesanal".337
Espinosa informó que ante los tarascos había tuleros que hacían petates y tapetes, 337 Albores Zarate, Beatriz, El Tejido de Tule en la Zona Lacustre del Valle de Toluca, El Colegio Mexiquense, 1966, 11 p., p.7
493
hacian esteros de palma que servían como tapetes y desde luego mencionó a los
trabajadores que fabricaban todo tipo de mantas, blancos, negras y pintadas,
hechas de algodón; los alfareros hacían vasijas de barrio y jícaras de madera o
bateas, en tanto que los carpinteros y talladores labraban la madera empleando
instrumentos de cobre y los plateros utilizaban martillos para hacer objetos de oro y
plata.338
En la región tarasca, que en gran parte también se asentó en una zona lacustre, de
la que se derivaron parte de sus rasgos distintivos, ubicados en la agricultura de
terraplenes y pasos a desnivel hubo un importante auge del proceso de
especialización de las actividades manufactureras y metalúrgicas que la
convirtieron en una de las regiones más demandadas para el intercambio
comercial; al igual que en la región mixteca oaxaqueña, el desarrollo de la
alfarería y de la metalurgia permitieron la realización de fuertes flujos comerciales
hacia la Cuenca del Valle de México ya sí podemos encontrar en los
enterramientos y en los hallazgos arqueológicos restos de esos objetos, muchos
de ellos de bronce.
Por su parte, Carbajal, basada en Armillas, explicó que los primeros grupos
humanos se instalaron en las riberas de los islotes y que después, impulsados por
varias sequías, los habían poblado en los periodos Clásico y Posclásico, atraídos
por la alta productividad del sistema de cultivo de chinampas. Primero las
embalses eran muy profundos pero después, con las frecuentes erupciones
volcánicas se fueron azolvando y se fue generando una acumulación sedimentaria,
hasta el periodo posclásico en el que había 7 lagos, tres de ellos ubicados en el
338 López, Marco Antonio, Orígenes de la Artesanía en Michoacán, p.5
494
norte, que eran independientes, Zumpango, Xaltocan, Texcoco y Chalco. Las
calzadas de Tepeyacac, Tenayuca y Xionalco estaban asociadas a Tlatelolco
mientras que la de Iztapalapa, Tacuba y su ramal a Chapultepec correspondían a
Tenochtitlán. "Estas estructuras fueron edificadas con anterioridad a la caída del
señorío Tecpaneca y en su territorio debieron hacerse con mano de obra Tlatelolca
y/o tenochca, respectivamente, con la anuencia y para satisfacer necesidades
tecpanecas. Su función consistía en subdividir el lago en varias secciones que
deben corresponder con límites de "derechos de agua" de las localidades que
unían, particularmente de las ribereñas".339
Para estar ubicadas a lado de las riberas del lago, las chinampas demostraron
tener una elevada productividad pues disponían de dos de los insumos básicos: el
agua que servía para alimentar en forma permanente a los almácigos y el lodo que
era su abono. No debemos olvidar que la cuenca se formó por medio del
azolvamiento originado por la erupción de volcanes y por ello era muy frecuente
que los niveles de agua tuvieran movimientos pues era una cuenca "cerrada".
Cuando el agua se retiraba, esa agricultura se debilitaba y después que se habían
perdido sus ingredientes básicos y si por el contrario, las aguas llegaban en
volúmenes crecientes se inundaba la ribera y se producían resultados similares,
es decir, catastróficos. Las calzadas fueron obras que tenían dos finalidades: una,
la de servir de vías de transportación de bienes y personas y otro, indirecto, de
contener la aguas de los lagos y hacer separaciones aunque fuesen artificiales.
Además, y durante un largo periodo la fabricación de objetos de cerámica se hacía
para satisfacer las necesidades de la familia, tarea en la cual la mujer tenía una 339 Carballal, Staedtler, Margarita. Tecnología de Prevención de Inundaciones en la Cuenca de México durante el Horizonte Posclásico, 13 p., p.23
495
gran responsabilidad. Entre ella estaba la de preparar los alimentos y conservarlos
y para ello se necesitaban toda clase de vasijas y de depósitos para cumplir con
estos objetivos.
La especialista Mirambell definió los primeros artefactos durante la etapa de cacería
siendo estos artefactos de piedra, hueso, madera y astas; se hacían cortes
redondos y puntas de proyectil con los cuales cazaban y descuartizaban a los
animales, raspadores, raederas, desarticuladores, perforadores. Hizo notar que
durante la etapa del cenolítico superior, los grupos humanos se dedicaron a la
recolección de plantas y animales, sobre todo a la caza de especies menores,
pero que habían agregado una nueva técnica, el pulido por lo que se hicieron
hachas y anzuelos. En las tierras altas operó la recolección de semillas y la caza
de animales pequeños con el uso de la piedra y el hueso para hacer fibras de
cestería, candelarias y redes y calificó a estos grupos de semisedentarios. "A raíz
de las plantas de teosintle la planta de maíz fue domesticada, unos pequeños
olotes que eran los maíces domésticos más temprano, los metates y su mano,
herramientas que permitían un mejor aprovechamiento de semillas tanto silvestres
como cultivadas".340
Desde el punto de vista práctico, era más fácil "trabajar" con piedras "suaves" que
con "piedras duras" y por ello como dijo Mirambell se favoreció tanto el hueso
como la madera, obteniéndose de ella, muchos productos que se destinaban
sobre todo en la caza. Por ello encontramos muchos restos arqueológicos de
estas materias primas, que desde luego tenían serias limitaciones como la
precariedad de los materiales y la escasa resistencia de la misma. No era nada 340 Mirambell, Lorena. Arqueolítico y cenolitico inferior, 3000-7000, A.C., Arqueología Mexicana, Vol. IX, Número 52, 3p.3
496
sencillo destazar un animal únicamente utilizando artefactos de hueso de
madera, sino se requerían materiales más resistentes de los que se extraían
punzones o lascas más filosas una mayor rapidez y eficiencia en esas
operaciones; hasta fabricar hachas muy desarrolladas aplicando un pulido y un
acabado más consistente de las piedras, ya sea mediante la técnica de la
percusión, del tratamiento con arena muy fina o de ambos procedimientos a la vez,
una después del otro, lo que aseguraba filos más finos y fuertes sobre todo para el
tratamiento de las especies mismas, como jabalíes, venados y otros. El pulido de
las piedras les dio un gran brillo y una gran capacidad también para utilizarlo como
instrumento de trabajo para desbastar otras piedras, hasta conformar un
utillaje más amplio de instrumentos líticos pues se habían dejado atrás las toscas
piedras primitivas.
Buenrostro formuló distintas observaciones sobre el sentido utilitario que le dieron a
los objetos de ceremonia, como las cestas, guajes y calabazas cuyos bordes
engrosaron para que fueran más fácilmente manipulados y las ollas porque el calor
del fuego lo supieran aprovechar mejor; los cántaros para transportar agua se
hicieron delgados y de boca estrecha para que se pudieran tapar y no se derramara
el agua; las vasijas con tres capotes se hicieron para que se asentara bien en
cualquier superficie. Al referirse a la cocción dijo que las piezas eran de un grosor
delgado que permitía que el aire caliente circulara por toda la superficie y para evitar
que se fracturara. Las tres formas que había para utilizar el barro eran; la torta o
bola, la plancha o el rodillo, en las que se agregaba el pastillaje" que era la
aplicación de detalles que se van adhiriendo y trabajando con pequeños palillos o
espátulas de hueso para crear ojos, peinados, orejeras, tocados e indumentaria.
497
El uso de moldes para hacer figuras fue otra importante aportación pues facilitó la
producción de figuras y rostros que después se retocaban con el fin de enfatizar en
algunos rasgos".341 Después hizo alusión a las distintas formas de cocción y se
abrió una base para que penetrara el aire.
Al realizar un estudio de los objetos cerámicos se observa también una evolución
de las vasijas y de los recipientes más simples y sencillos hasta los que tienen una
mayor calidad, como la incorporación del vidriado y de una enorme diversificación
artística que hoy es la admiración de los visitantes de los museos. La orfebrería
nació vinculada sobre todo a la alimentación, es decir, a la necesidad de cocer y
guardar los alimentos y a las necesidades de transportación de productos y por ello
se requerían sus cestas y ollas.
El barro fue la materia prima fundamental, pero lo importante era el tratamiento que
se le daba y que en el mejor de los casos permitía una gran capacidad ante el
fuego para elaborar figuras y utensilios muy variados, tanto por la resistencia de
sus materiales como por la utilidad de sus productos. Las técnicas a que se refieren
los especialistas se fueron perfeccionando no solo como producto de la experiencia
acumulada, sino también como resultado de los intercambios culturales de los
distintos pueblos aborígenes del continente, hasta uniformarlos y compartirlos,
si no todos por lo menos sí la mayoría de ellas.
Estas obras regulaban el movimiento del agua, aunque también estaban sujetas 341 Buenrostro, Marco. El Manejo del Barro en el México Prehispánico. Arqueología Mexicana, Edición Especial, junio de 2001, p.12
498
a los resultados de los cambios en los niveles de las aguas que con frecuencia
sufrían inundaciones y se interrumpía el servicio de transportación. Esta regulación,
al parecer, no fue deliberada perseguida pues insistimos en que se edifican como
medio de transporte, pero en la práctica si cumplieron esta función. Estos
problemas, derivados de los desniveles de los dos lagos principales y del hecho de
que varios ríos derramaban sus aguas en ellos, fueron conocidos desde el
periodo tecpaneca y surgió una animadversión general por el hecho de tener
grandes volúmenes de agua. No las vieron desde un principio como una
manifestación positiva de la naturaleza, a la cual había que extraerle los frutos y
beneficiarse de sus ventajas, como por ejemplo, haber construido un sistema de
esclusas sino como un problema que había que resolver, por medio de la
separación y de la contención de las aguas.
En el estudio que hizo Servín de las llamadas artes menores se refirió a la
orfebrería, que se hacía con materiales de oro y cobre, sobre todo los orfebres de
Azcapotzalco, en donde había fundidores, martilladores utilizando la técnica del
mutilaje "que permitía trabajar láminas tan delgadas como el papel con un
punzón". Luego describió la fundición, "cera prendida" en la que se aplicaba
carbón molido al que se añadió una parte de arcilla, se adelgazaba la cera con
una piedra plana para darle homogeneidad y se laminaba con un rodillo de
madera sobre una piedra lisa, la laminilla de cera se sujetaba al molde por medio
de pequeñas astillas de madera, se daba forma al oro y las piezas estuvieron
fuertemente saturadas de simbolismo y religiosidad, el oro no era considerado
en si un elemento comercialmente valioso sino que tiene una ascendencia casi
divina por lo que únicamente podían elaborarse objetos del ritual, ornato
499
distinguido o amuletos funerarios.342
El desarrollo de la orfebrería, íntimamente vinculada con la metalurgia, está más
difundida entre los mixtecas de la zona de Montalbán y Mitla y en la zona purépecha,
que en la región central del Valle de México. Con el intercambio comercial, el pago
de tributos, las guerras de conquista, y las migraciones, la tecnología empleada en
los procedimientos técnicos utilizados se hicieron muy similares, hasta alcanzar más
o menos el mismo grado de evolución material y científico. La política integracionista
que aplicó la Triple Alianza permitía que materias primas y objetos que nos podían
producir en la región de la cuenca, sobre todo por razones alimenticias se pudieran
traer de zonas geográficamente más lejanas.
Así encontramos en el Valle muchos objetos y piezas que eran propias de las
llamadas tierras calientes. ¿Esta integración económica fue deliberada o
conciente, sujeta a un plan o a planes de los tlatoanis o bien fue producto de las
circunstancias? No lo sabemos, realmente, pero en la práctica así sucedió. El hecho
de disponer de la tecnología de la metalurgia hasta el grado en que se encontró con
una relativa facilidad pues si no la obtenían por medio de la coacción de los tributos o
por una guerra de conquista o en el mejor de los casos por medio del intercambio
comercial, propició que la zona central se quedara rezagada en este campo respecto
de otras regiones de Mesoamérica.
También Manzanilla hizo referencia al sitio de Matacapan, ubicado en la zona de
San Andrés Tuxtla "en donde se encontraron hornos de cerámica y basureros de
desechos de cocción, donde se elaboraba la cerámica de pasta fina que se
342 Servin Falencia, José. Las Artes Menores, en Esplendor del México Antiguo, T. I, p.402
500
consumía (ocalmente, los artesanos de este sector estaban al servicio de esa
élite y elaboraban algunas imitaciones de cerámica teotihuacana". Encontró
también otras influencias culturales de Teotihuacán como tablero-taludes,
concluyendo que en Matacapan se copiaban formas y técnicas teotihuacanas de la
época del clásico Medio. Elaboró algunas conclusiones: la cerámica de
Teotihuacán tiene baja resistencia mecánica y mayor porosidad, en cambio la
cerámica de Veracruz son magnéticamente más estables, su polaridad es menor y
son más estables mecánicamente.343
La existencia de hornos de cocción, sobre todo para fabricar cerámica, revela un
gran dominio del fuego pues había que controlar los grados centígrados que se
necesitaban para producir los artefactos, sin que se quemaran o se
desintegraran, en virtud de las características que tenía la arcilla. Había hornos
de superficie o al aire libre y otros subterráneos, que permitían producir cientos o
miles de piezas de cerámica, hasta pasar a la producción en serie en los centros
urbanos. Existen evidencias arqueológicas, sobre todo en Teotihuacán, que indica
que la producción alfarera estaba ya muy diversificada y que se fabricaban miles
de piezas, encontrándose grandes volúmenes de restos de tepalcates.
Existe también una constante: a una mayor cantidad de piezas fabricadas;
correspondían grupos humanos más grandes y por lo tanto sociedades más
estratificadas, sobre todo porque se produjeron grandes volúmenes de cerámica
ricamente decorada, para fines suntuarios o de lujo. ¿Se vendía cerámica de
Teotihuacán a otros sitios? ¿Simplemente el hecho de encontrar piezas de 343 Manzanilla Linda. Estudios Interdisciplinarios de Arcilla y Cerámica de Teotihuacán y del Centro de Veracruz, Revista Antropológica y Técnica, 2007,15 p.8
501
cerámica Teotihuacana en lugares tan distantes como la zona maya, era producto
de las relaciones culturales y humanas, del intercambio comercial normal, los
artesanos mayas aprendieron a copiar los modelos teotihuacanos que tanto nos
han maravillado?
Definió así Mohar a los orfebres:
"... tenían una estricta jerarquía, básicamente se dividían en dos grupos: los
martilladores o majadores, llamados así porque labraban el oro majándolo con
piedras y martillos hasta dejarlo tan delgado como papel y los Tlallalianime o
equitadores, que eran quienes asentaban el oro. En cambio, con cera diseñaban
algo, con la que fundían metal precioso, sea amarillo, sea blanco, con estos
dichos principios a su arte. Primeramente, el que presidía les repartía el carbón.
Primero lo muelen bien, lo hacen polvo; lo reducen a menudo polvo. Ya que lo han
molido, luego lo juntan, lo mezclan con un poco de lodo de olleros, el que es
pegajoso, con el que hacen ollas. Cuando este desaparece desabasto, hacen
pegajoso el carbón, con este se endurece, se adelgaza, y cuando lo han acabado
hacen laminilla, la tienden al sol. En dos día se secan, las rejunta, y se
endurecen". Este procedimiento es el de la cera, cuyos especialistas dibujaron
animales y flores, destacando las piezas de los orfebres de la Mixteca; tenían como
dios a Totee y a lo veneraban en el templo llamado Yopac.344
Dijo Aburto que la arcilla natural está formada por los minerales arcillosos, entre
ellos, los óxidos, feldespatos, carbonatos y sulfatos; hizo referencia a cinco tipos de
arcilla, 4 provenientes del estado de Oaxaca, en la región de Mochixtlan y la otra en
Tomatlán, Estado de México. Hizo estudios para determinar la temperatura y la atmósfera
344 Mohar Betancourt, Luz María, Manos Artesanas en el México Antiguo, p.124
502
del horno que usaba el alfarero y las distintas muestras de cerámica que se efectuaron,
así como los procesos de oxidación y vitrificación, a través de la aplicación del
método de espectroscopia Móssbauer.345
Barba precisó que el caolín y la ilita eran los materiales arcillosos que más se usaban en
la fabricación de productos cerámicos y la mayoría de las piezas tiene partículas de
caolinita. "La arcilla, mientras se encuentra húmeda, posee un alto grado de plasticidad
que permite su modelado y en consecuencia se utilización. Esto se debe a la capa de
agua formada alrededor de cada una de las delgadas placas, que le permite deslizarse y
acomodarse fácilmente, dando a la masa arcillosa la propiedad de mantener la forma y
volumen que el alfarero le induzca. Durante el secado, el agua de plasticidad se va
eliminando reduciéndose los espacios entre las partículas y con ello su movilidad. Cuando
la temperatura en el calentamiento alcanza 200 grados centígrados, la mayor parte de
esta agua se ha perdido y las partículas se encuentran muy cerca una de la otra. Si se
continúa elevando la temperatura, se elimina la mayor parte del agua de combinación
química deshidratando las moléculas. En este momento se produce un colapso en la
estructura cristalina, la cual comienza a desintegrarse. El agua se pierde como vapor y
las partículas se acercan un poco más. A temperaturas mayores se alcanzan un
punto en el que las paredes de las partículas se suavizan y se funden unas con
otras, produciéndose un aumento en la densidad y una consolidación en la pieza." 346
Habló de las distintas temperaturas a que se puede llevar la arcilla, hasta alcanzar una
temperatura de 900 grados, hasta llegar al grado de vitrificación. La principal labor del 345 Aburto, Sergio. La Espectroscopia Móssbauer y su Aplicación en Arqueología, Revista Antropología y Técnica346 Barba Pingarrón Luis. Determinación de Temperaturas de Cocción de Cerámica Arqueológica por Métodos Dilatométricos, Revista Antropología y Técnica, 2003,11 p.
503
alfarero consiste, desde luego, en elaborar las piezas u objeto, lo cual tenía una relativa
sencillez, pues se trata de una materia suave, muy dúctil, en donde es posible
desarrollar la inteligencia y la capacidad estética, pero lo importante es someter la
figura a la cocción de los hornos hasta que esa flexibilidad desaparece para adquirir
una mayor dureza y resistencia. Si se excede de los grados que se necesitan, se puede
producir un material quebradizo y por lo tanto desperdiciarse el esfuerzo realizado. La otra
modalidad es realizar las figuras en serie, es decir, grandes cantidades, las cuales se
pueden destinar a la comunidad en su conjunto, o a la exportación e intercambio.
Siendo la zona de carácter lacustre, una de las primeras especializaciones era el
tratamiento de tule y sus múltiples derivados. Desde que llegaron los primeros grupos
humanos, impulsados por sus necesidades más apremiantes y por las abundantes materias
primas que eran disponibles, el tule fue utilizado para distintos fines. En primer lugar, para
hacer "canoas" en donde se plantaron los almácigos que posteriormente se ubicarían en
la zona chinampera y/o para fabricar los "pisos" de las citadas chinampas, después para
tejer cestos, hacer hilos, redes para pescar lo que permite desarrollar artículos que
complementaran la agricultura y segundo, las artes de la pesca que en una primera etapa,
pudo haber sido más importante para satisfacer las necesidades vitales, que la
agricultura, la que se encontraba en una fase incipiente correspondiente tan solo en un
sector de ellas, la agricultura chinampera. Esta planta (la del tule) creció en forma
acelerada en las ciénagas y en ellas se acumulaba una gran cantidad de lodo o de limo
que se utilizaba para fertilizar las siembras y también en sus ramas se escondía una gran
cantidad de peces y de aves acuáticas.
Muller explicó que había 4 técnicas para trabajar la arcilla: modelar a mano, enrollar, utilizar
el molde y formar por secciones, mientras que la otra técnica que era el uso del torno o
504
rueda del alfarero fue introducida por los españoles después de la conquista. "El color de
las piezas cocidas dependía en gran parte del color del horno y de la cantidad de oxígeno
consumido. Se cocía la cerámica lo mismo en hornos en forma de pozos que en hoguera
abierta y existían por lo menos 30 técnicas decorativas".347
Nuevamente, Tlacaellel tomó una serie de medidas para "dignificar" a Ahuizotl que
pedía a los lapidarios que se dieran prisa para labrar unas piedras, a los plateros
para que fabricaran unas joyas y mandó llamar a los mandoncillos de los barrios para
que trajeran esteras y cestillas para el pan que ellos usaban, a los albañiles y
carpinteros "para que derrumbara lo que estaba caído, a los encaladores para
que "encalaran y remediaran lo que estaba descompuesto, calculando que se habían
sacrificado "casi mil" en la ceremonia de coronación. Destacó la aportación de
Ahuizotl en la construcción de un templo al rey Huitzilopochtli por lo que
participaron muchos canteros. En cuanto a la relación que tenía con Texcoco
precisó que si bien no tributaban mantas, ni joyas, ni plumas, ni comidas,
directamente a México "halla empero a los mexicanos metido en tierras tezcucanas,
donde sembraban y cogían algunos de ellos, hechos terrazgueros de los señores de
México y halla que ofreciéndoles estas fiestas y solemnidades daban tributo de
esclavos para ello, de lo cual ninguno estaba exento o reservado".348
Ya se habló aquí de miembros de por lo menos 4 oficios, como serían los lapidarios,
que se dedicaban a trabajar la piedra, los plateros, el oro y la palta, los albañiles y los
carpinteros, dedicados a la construcción, entre los cuales se incluyeron a los
canteros y desde luego incluimos a los jarcieros que fabricaban las cestas para
347 Hayden, Doris. A guide to Mexican Ceramics, en Boletín del INAH, Época 2, Núm. II, oct.-dic. 1974, p.7348 Duran, Diego. Historia de las Indias de la Nueva España, T. II, p.337
505
transportar piedras. Estos son los "especialistas" que se pusieron en movimiento y
disposición de Ahuizotl para construir una piedra ceremonial de gran importancia
simbólica, o para construir una de las fases del Templo Mayor. Obsérvese que se
utilizan nombres europeos para definir estas ocupaciones los que empelados en
forma ligera nos haría considerar que se trataba de una sociedad estamental como
la medioeval en Europa.
Sería un exceso hacer una comparación de esta naturaleza pues el "sector
especializado" era en realidad muy pequeño aunque se encontraba en crecimiento
constante. En realidad, la carencia de una mayor especialización era una de las
características de esa sociedad debido al escaso desarrollo de sus fuerzas
productivas, en la falta del uso industrial de la rueda, el bronce, los animales de
carga, lo que les impelía utilizar un uso intensivo y masivo de la fuerza de trabajo
de miles de personas, que por sí mismo implicaba un bajo nivel de productividad.349
Describió Motolinía los oficios mecánicos a los que se dedicaban los indios
empezando por los pintores, que habían alcanzado un "gran perfeccionamiento" y
"ágora hace tan buenas imágenes como en Flandes, a los batihojas, que
aprendieron este oficio muy rápidamente, antes de los 8 años que señalaban las
ordenanzas; los plateros a los cuales les faltaban los instrumentos y las
herramientas para labor de martillo; los que se dedicaban a cortar corambre y que
podían hacer zapatos, borceguíes y "este oficio comenzó en Mechoacán"; a los que
fabricaban sillas para montar canteros y pedrerías que antes labraban muchos ídolos
de piedra, pero ahora labraban todo tipo de cosas. "En Texcoco hay tantos y muchos
349 Motolinía, Toribio, Memoriales, p.23
506
telares de paño, que es una hacienda gruesa. Téjense muchas maneras de paño y de
estas los maestros son españoles pero en todas entienden y ayudan a los indios y
luego ponen la mano en cualquier oficio y en pocos días salen maestros; hoy indios
herreros, cerrajeros, tierreros, cuchilleros, funden los indios plata y hay sastres que
hacen sayos, calzas, gabanes y otras muchas ropas, hay carpinteros y entalladores
que tienen escapuelos y en lugar de barrenar y taladrar usaban unos punzones
cuadrados estas herramientas las fundían de cobre, mezclándolas con estaño y
después que vinieron los carpinteros de España y trajeron herramientas, también
los indios labran y hacen todo cuanto los españoles". Pero también había quien
fabricaba vihuelas, arpas, flautas y chirimías.
En relación con la economía basada en el esclavo, Chayanov consideró que en
realidad no había salarios de por medio "pues el agricultor y el artesano se
administran independientemente, controlan la producción y las demás actividades
económicas bajo su propia responsabilidad. Tienen a su disposición todo el
resultado de la producción de su trabajo y la impulsan o logran esta producción de
trabajo las necesidades de la familia, cuya satisfacción solo limita el cansancio del
trabajo. Ninguno de estos factores existe en la economía de la esclavitud. El
esclavo trabaja en una producción dominada por la voluntad de un extraño; es
solo un instrumento ciego y no tiene derecho a disponer del producto de su
trabajo. Solamente lo mueve a producir trabajo el miedo al castigo y satisfacer sus
necesidades a discreción del amo solo hasta donde es necesario para conservar su
capacidad de labor. Para el empresario dueño de esclavos, la esclavitud solo
espacial si le deja un producto excedente después reducir los gastos y el costo de la
esclavonia; después de realizarlo en el mercado este producto de un ingreso
507
objetivo por la posesión de los esclavos. El costo de mantener esclavos lo
determinan normas fisiológicas y la tarea del trabajo asignada; no puede tomarse
como una categoría sustentada por complicadas relaciones sociales y económicas
análogas a las relacionadas con la categoría de los salarios. Por eso el esclavo
apenas difiere de las bestias de carga en lo tocante a la organización de la
empresa, si hacemos caso omiso de las normas éticas que configuran la vida
patriarcal, de especial significado, por ejemplo, en la esclavitud musulmana".350
Existen muy pocas referencias al trabajo de los esclavos en las crónicas históricas y en la
pictografía, lo que confirma que su presencia social no es considerable, ni su importancia
económica y social significativa. Ya hemos visto que las dos principales fuentes de
generación de riqueza eran los macehuales que labraban las tierras, siendo esta la actividad
económica fundamental y el trabajo de los artesanos que transformaban los bienes de la
naturaleza en bienes de consumo. Existe, claramente, un volumen de excedentes de la
producción agrícola y artesanal, el cual acaparaban los grupos sociales parásitos, como los
funcionarios gubernamentales, los sacerdotes y los militares. Mantenían una capa creciente
de esclavos, concebidos como un conjunto de productores sometidos a voluntad de un
propietario sin ningún derecho ni prerrogativa implicaba destinar una parte considerable de
ese excedente para alimentarlos y así poder asegurar su subsistencia física y su
reproducción social, pero este interés no fue manifestado nunca por los tlatoanis que
prefieren a los macehuales por encima de las restricciones económicas que planteaban los
esclavos; tampoco eran concebidos como unas bestias de carga pues ese papel lo
desempeñaban los tamemes. Constituir una sociedad esclavista supone el desarrollo de un 350 Chayanov, Alexander, Teoría de los Sistemas No Capitalistas, en Chayanov y la Teoría Económica Campesina, Cuadernos de Pasado y Presente, Editorial Siglo XXI, México, 1997,196 p., p.63
508
alto grado de producción económica que los mexicas no tuvieron.
La lámina LX del Códice Mendocino es rico en la descripción de ocupaciones y oficios:
a los niños mayores de siete años de edad se les daban sus redes para pescar, mientras
que en otro escenario las madres ejercitaban a sus hijos en el arte de hilar y tejer y a darles
buenos consejos para que siempre se aplicasen y ocupasen el tiempo en algo, para
renunciar toda ociosidad. En la tercera portada de la lámina LXI se aplicaba al muchacho y a
la muchacha, a partir de los 13 años de edad el castigo de traer leña del monte, carrizo
para hacer canoas y se les daba de comer dos tortillas. Se señalan castigos o penitencias
para aquellos jóvenes que estuviesen adiestrados en oficios, no fueran descuidados o
negligentes, a quienes les eran aplicados puntas de maguey en distintas partes del cuerpo.
Hay otro glifo en el cual los mandones aplicaban castigos a jóvenes mancebos que
"anduvisen vagabundos o viciosos".351
La pertenecía a un linaje, a un clan, en una primera etapa, determinaba la existencia de todos
sus miembros y por ende de la sociedad en su conjunto. Visto esto con la lejanía de tiempos,
diremos que era una sociedad cerrada, estamental, signada por la fatalidad y la
inexorabilidad del nacimiento y de la pertenencia, lazos que por supuesto se fueron
debilitando pero que no desaparecieron. Los niños eran educados y formados para el
trabajo en aquellas actividades que eran vitales para su subsistencia, la agricultura, la caza y
la pesca. Los hijos debían seguir el oficio de sus padres y ser tan eficaces y adiestrados
como ellos en la aplicación práctica de los instrumentos del trabajo. Por ello observamos que
los padres conducen a los hijos a las lagunas, se suben a los canoas y les enseñan a lanzar
las redes, a distinguir los distintos tipos de peces existentes en ellas. Con el tiempo la
experiencia práctica que acumularon los padres tras haber desempeñado durante su
351 Kingsbourogh Lord. La Explicación del Códice Mendocino, T. I, p.138
509
vida, un oficio, este de la pesca, fue trasladado a sus descendientes, los cuales, a su vez, la
enriquecieron, la cual se tradujo en un perfeccionamiento de los instrumentos de trabajo y así
en forma sucesiva. Esta acumulación de conocimientos, prácticos y teóricos, contribuyó a
desarrollar las fuerzas productivas.
Un principal aconsejó, según el Códice Florentino que "se procurara saber algún oficio
honroso, como es el de hacer obras de plumas y otros oficios mecánicos, también porque
estas cosas son para ganar de comer en tiempo de necesidad; mayormente que tengáis
cuidado con las cosas de la agricultura porque estas cosas las tienen, todas estas cosas las
procuraron saber y hacer vuestros antepasados porque aunque eran hidalgos y nobles
siempre tuvieron cuidado que sus tierras y heredades fuesen labradas y cultivadas porque
si solamente tuviesen cuidado de tu hidalguía y de tu nobleza y no quisieres entender las
cosas ya dichas en especial en las cosas de la agricultura, con que mantendrás tu casa y
con que te mantendrás a ti mismo, no hay en el mundo ningún hombre que no tenga
necesidad de comer y de beber, mirando hijo que es necesario sembrar los maizales, plantar
los magueyes y tunales porque según lo que dijeran los viejos, loa fruta es regocijo de los
niños, regocijo y mata la sed a los niños...".352
A diferencia de la cultura hispánica, la prehispánica tenía como una de sus finalidades
centrales la de la preparación de los niños y jóvenes para que pudieran desempeñar
actividades manuales o artes mecánicas, es decir, aquellas vinculadas con hacer cosas,
transformar los bienes de la naturaleza en objetos útiles para el consumo humano, en
dedicarse a las llamadas artes mecánicas. ¿Cuál era la actividad básica de la sociedad
mexica? La agricultura en sus diferentes modalidades. Por lo tanto, se requería la
formación permanente de personas que pudiesen dedicarse, con eficiencia, a esta
352 Códice Florentino, T. II, p.78
510
actividad de la cual dependía la existencia mínima de esa comunidad. Se tenía que
asegurar la reproducción social de los macehuales pues sin ellos no habría producción de
alimentos posible y sin ellos simplemente la vida de los seres humanos no existiría.
Muertos o desaparecidos los macehuales de una generación tenían que ser sustituidos por
otra generación de macehuales.
Esta fatalidad o perentoriedad estaba determinado por el escaso grado de desarrollo de la
manufactura y por el carácter eminentemente agrícola de esa sociedad, por la gran
importancia social que se le concedía al trabajo físico por encima del trabajo intelectual y por
el tipo de necesidades existentes que eran las más perentorias. Se habla de una
enseñanza que se transmitia desde en el hogar y en el el hogar y no de un conocimiento
institucionalizado que con frecuencia nos hace pensar erróneamente que se trataba de
gremios estructurados, como los que había en Europa.
"El oficial de cualquier oficio mecánico primero es aprendiz y después maestro de muchos
oficiales y de tantos que se puede decir que es el omnis homo. El buen oficial mecánico es
de estas condiciones, que a él se le entiende bien el oficio, en fabricar e imaginar cualquier
obra la cual hace después con facilidad y sin pesadumbre, al fin es muy apto y diestro
para hacer, para componer, además, aplica, cada cosa para su propósito. El mal oficial es
inconsiderado, engañador, ladrón y tal que nunca hace obra perfecta. El oficial de pluma es
único, hábil ingenioso en el oficio. El tal oficial "es bueno que le son imaginativos, diligentes,
fiel y convenible. El platero es conocedor del buen metal y hace cualquier obra sutil y
artificiosamente; el buen platero tiene buena mano y todo lo hace con medida y compás y
sabe apurar cualquier metal y de lo fundido hace planchuela o tejuela de oro o de plata,
también sabe hacer moldes de carbón y echan metal en el fuelle para fundirlo. El mal platero
511
no sabe acendrar la plata, dejarlo envuelta con ceniza, astuto para sacar y hurtar algo de la
plata y del oro"353, dijo el Códice Florentino.
Los primeros pobladores del Valle eran omni-homo, es decir, sabía trabajar en todos los
"oficios", lo mismo en la agricultura, que en la lapidaria, la orfebrería, que el arte de tejer,
como ya hemos afirmado con anterioridad pero a pesar de la evolución que registraron estos
grupos de especialistas, no encontramos indicios que nos permitan concluir que llegaron a un
grado de organización y de madurez que el de los gremios de la Edad Media. No llegaron a
ese nivel, con seguridad, por lo que fue la Nueva España en rigor estaba en un grado de
desarrollo inferior al del Viejo Continente y por lo tanto no es adecuado utilizar la categoría
que utiliza Sahagún para referirse a esos grupos, empleaba los términos aprendiz y maestro
que obedecen a otro contexto socioeconómico. No había una estructura rígida, jerarquizada o
cerrada; no existían los requisitos que eran válidos en Europa para formar parte de esta
estructura y ni siquiera sabemos si existían escuelas o centros de adiestramiento que
permitieran la capacitación en esos oficios. Esos son traslapes que Sahagún hizo de las
categorías europeas a una realidad que era distinta. Lo que seguramente existían entre los
miembros de esos oficios fue el sentido de la pertenencia, el de la adhesión, que permitía en
forma natural y espontánea, conocer "secretos", transmitirlos y protegerlos y un "espíritu de
cuerpo" que estaba más asentado, por ejemplo, entre los comerciantes que entre los
artesanos.
Dijo Valle que había muchos glifos en los cuales se pintaban a los trabajadores
especializados con la característica de que aparecieran realizando una función específica y no
de su persona, que la imagen se reduce solo a la cabeza o se agrega parte del bastón y
aparece con línea de enlace el glifo del oficio. Aparecieron los trabajadores que portaban la
353 Códice Florentino, T. III, p.13
512
coa como herramienta de uso general. Estaban los pescadores, petateros, y comerciantes; en
el caso de los primeros había una red, de los segundos una entera tejida de tela y de la
tercera de un abanico de hojas, mientra que el Códice Osuna aparecieron los albañiles, los
aguadores, los barrenderos, los carpinteros y los encaladores.354
En estos glifos apareció la función o actividad a la que se dedicaban y no el de las personas:
por ejemplo, el pescador tenía dibujada una canoa, el tejedor, una tela, el labrador, una coa,
el petatero un petate o equipal. Ello revela que aun no había llegado a un elevado grado de
especialización y de organización, el punto de que pudieran aparecer como individuos
distinguidos de carne y hueso; en cambio, se aparecen en otros glifos comerciantes
individualmente considerados lo que reafirma el elevado estatuto a que habían alcanzado
en la ciudad.
Las funciones productivas "especiales" se fueron perfilando en el transcurso del tiempo,
en la medida en que la población fue creciendo, sus necesidades individuales y colectivas
se fueron ampliando y clarificando con mayor nitidez y se fue requiriendo de una mano
de obra cada vez más especializada y detallada que permitiera satisfacer las solicitudes de
artículos suntuarios que en forma creciente demandaban los pillis y en general el grupo
gobernante. En la medida en que esto sucedió se fueron requiriendo objetos cada vez más
bellos y sofisticados, las mantas con labrados cada vez más ricos y de mejores calidades,
los objetos de cerámica con acabados más brillantes y ostentosos, los orfebres haciendo
objetos de oro y plata más impresionantes, mientras se desarrolla el arte plumario, con
plumas de animales exóticos e tierra caliente.
En la proporción también en que aumentaron los servicios religiosos, el número de sus 354 Valle, Perla. Glifos de cargos, títulos, oficios en Códices Nahuas, del Siglo XVI, Revista Desacatos, sep.-diciembre 2, 2006, 12 p., p.l 1
513
sacerdotes y cuerpos auxiliares, los privilegios de los militares que participaban en la guerra y
que se distinguían en los actos de batalla, en la medida en que el sector que acompañaba al
Tlatoani, fueron requiriendo volúmenes cada vez más grandes de piezas de oro, objetos de
lujo más decorados y vistosos, más piedras preciosas y filigranas de oro y plata elaborados,
plumajes de variados colores, aumentó el gasto suntuario y con ello se beneficiaron los
comerciantes, por un lado, que debía traer las materias primas de lugares más lejanos y los
especialistas que se dedicaban a la fabricación de esas piezas.
Dijo Motolínia:
"Hay indios herreros, tejedores, canteros, carpinteros y entalladores y el oficio que
mejor han tomado y con el que mejor han salido ha sido de sastres, porque hacen
un gabán y sayal y chupa, de la manera que se lo demanda, tan bien como en
Castilla y todas las otras ropas que no tienen número sus hechuras porque nunca
hacen sino mudar trajes y buscar invenciones nuevas. También hacen guantes y
calzas, de aguja de seda y bonetillas de seda y también son bordados razonables.
Labran bonduarías, vihuelas y arpas y en mil libres y lazos. Sillas de calderos han
hecho tanto que las casas de los españoles están llenas. Hacen también flautas
muy buenas. Han despedido a curtos, calambres, o hacen fuelles de hierros y son
tan buenos zapateros, que hacen zapatos y sevillas, borceguíes y pantuflas a todo
lo demás que se hace en España: este oficio comenzó en Michoacán porque ahí
se surten buenos cueros de venado. Han salido grandes pintores desde que
vinieron las muestras e imágenes de Florida y de Italia; aprendieron a batir oro
porque un batido de oro que pasó a esta Nueva España aunque quiso esconder su
oficio a los indios; no pudo porque ellos miraban todas la particularidades del oficio
y martillo. Para ser buenos plateros no les falta sino las herramientas, que no las
514
tienen, pero una pieza sobre otra hacen una taza llena y un plato, mas para fundar
una pieza y hacen lo de vaciado, hacen ventaja a la platería de España".355
De nuevo aquí Motolinía se refirió a los especialistas indígenas que ya estaban
influidos por la tecnología europea, lo que sirvió para confirmar la tesis de que los
habitantes antiguos del Valle eran personas suficientemente capacitadas y
racionales como para aprender y desempeñar cualquier oficio, no solo las de
carácter mecánico o manual sino otros que implican un mayor esfuerzo de
carácter intelectual. Todo ello contra la tesis de Paw, Sepúlveda y otros que los
consideraban como seres inferiores, que en el mejor de los casos solo podían
"hacer cosas con las manos" y dudando, incluso, de su potencia cerebral. Cuando
los españoles llegaron ya existían la mayoría de estos especialistas para confirmar
con su existencia el grado de avance a que había llegado esa sociedad. Motolinía
decía que los indígenas eran suficientemente capaces para "hacer cosas" y que lo
único que les faltaba era la tecnología, lo cual vendría de España y de Europa en
general. Por ejemplo, el "arte de curtir pieles" ya se practicaba en la región
purépecha, pero el corambre, que permitía que los cueros así curtidos duraran
más tiempo, se trajo de España con lo que se enriqueció ese oficio y dio pie a una
"industria", la de la curtiduría, que florecía, por ejemplo, en Puebla y Querétaro.
Díaz del Castillo, al hablar de las mansiones en que vivía Moctezuma, refirió a los
oficiales que trabajaban para él y eran los siguientes: los lapidarios y plateros que
labraban diferentes tipos de piedras; los que trabajaban las plumas, los pintores
entalladores; los tejedores, que en realidad eran en mayoría mujeres "que vivían en
355 Motolinía, Historia de la Nueva España. En Colección de Documentos Históricos de México, publicado por Joaquín García Icazbalceta, México, T. I. Porrúa, 1980, p.21t5.
515
un especial recogimiento"; los bailadores y danzadores; los hortelanos que cuidaban
las flores y los que cuidaban los animales y toda clase de alimañas que había en el
Palacio Real.356
En este pasaje ya estaban los especialistas viviendo en el "Palacio" de
Moctezuma, pero no formando parte de su séquito gobernante sino sirviéndole a él y a
su grupo. Esto puede hacer concluir que no tenían el mismo grado de importancia
política y social que tenían los comerciantes, a los cuales incluso, se les invitaba, en
plan de consultores, a la hora de nombrar al nuevo tlatoani. No encontramos esta
referencia respecto de los artesanos, ni siquiera de los "altos artesanos" que eran los
más famosos por la calidad y belleza de sus trabajos. Estaban en el recinto que
ocupa Moctezuma en un plano de sirvientes o de ejecutores de sus decisiones y
peticiones.
Posiblemente muchos de los regalos que brindó a Cortés y a su comitiva los
hayan elaborados estos artesanos que, sin duda, eran de los más destacados. Había
"artesanos menores" que eran los que elaboraban objetos de menor calidad, de
"menor primor", como se decía, pero que producían un volumen mayor y que servía
para el consumo de amplios sectores de la población que por razones de estatus
social no podían tener acceso a los bienes suntuarios y desde luego, los "artesanos
de los barrios" que fabricaban objetos para los macehuales y otros sectores más
pobres y que permitieron desarrollar, por ejemplo, la orfebrería de carácter doméstico
o familiar.
Destacó De Durand Forest el gran interés que tuvo Sahagun de describir la
356 Díaz del Castillo, Bernal, Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, p.187
516
íntima relación que había entre los pochtecas y los artesanos mayores y la
descripción que hizo de estos como los amantecas que se dividían entre los
tecpan y amanteca, que laboraban para la Casa Real, los calpixca amantecas, que
laboraban para el Tesoro y que trabajaban para el gobierno y los calla-amantecas
que eran los artesanos independientes, pero enfatizó en el trabajo de los que se
dedicaban a las actividades textiles, como lo Tlalelicconi, que hizo alusión al telar de
pedal introducido por los españoles; el vocablo Tlaquili-tlaquili que quiere decir
"bruñía, pulía enchapa" que significaba que el alfarero unta una vasija metiéndola
en un baño de de arcilla líquida para aplanar la superficie del recipiente y tezictoc,
que quiere decir "terminar, fijar, sujetar un trabajo de cestería" y que significa "una
cestería bien sujetada".357
Entre los comerciantes y los artesanos había una estrecha relación pues los
primeros los proveían de materias primas para fabricar sus piezas y objetos,
siendo muy apreciados aquellos que se encontraban en la zona de tierra caliente y
también vendían sus productos, ya elaborados en regiones cercanas o lejanas,
según fuera el caso. Es por eso que se ha encontrado, por ejemplo vasijas de
barro, elaboradas en Tenochtitlán, en sitios muy distintas, debido a que los
pochtecas tenían una amplia red de caminos que les permitía llegar incluso hasta la
región inca, o a Venezuela y Colombia.
Un comerciante no era solo un vendedor sino también un trasmisor de influencias
culturales, de estilos artísticos, de vocablos lingüísticos, en suma un difusor de la 357 De Durand Forest, Jacqueline. El Acercamiento Enciclopédico de Sahagun a la cultura Náhuatl, un ejemplo, La Artesanía de los Mexicas., p.5
517
ideología y de las voces dominantes en la región del Valle de México y se dice que
hasta cumplir funciones de espionaje y que iban como avanzados antes de declararle
una guerra a un señorío. Había otros artesanos, quizá menos numerosos, pero no
por ello menos importantes, como los calpixca amatecas que llevaban los
registros pormenorizados de las producciones materiales de cada pueblo y de los
tributos que pagaban de una manera regular a los amatecas o escribas, que tenían
un registro de carácter histórico, habiéndose destruido la mayor parte de esos
testimonios por los españoles.
"Solían hacer muchas cosas de pluma, como animales y aves y hombres, capas o
mantas para cubrirse y vestimentas para los sacerdotes y coronas o mitras,
rodelas y mascadores y otras mil manera de crías que se les antojaban, Estas plumas
eran verdes, coloradas, o rubias, moradas, encaramadas, amarillas, azules, o
pesadas, negras o blancas y de todos los demás colores mezclados y puros no
teñidos por alguna industria humana. Asentaban esta pluma sobre lienzos de
algodón y sobre una tabla. Los oficiales de la pluma son con mucha razón
admirables y demuestran su gran ingenio y habilidad de los plateros por sus útilísimas
y regias obras no son indignos de admirar. Hacen aves, hacen animales, hacen
hombres, hacen ídolos, hacen vasos, rosarios, collares, ajorcas, zarcillos y otras
muchas joyas que traían hombres y mujeres".358 Sobre todo los plateros labraban
alhajas de oro y plata. Dijo que en la plaza de México había visto a un indio que
llevaba hierros en los pies y que era considerado como esclavo y estaba un español
junto a él y este era su amo.
Entre los especialistas, se distinguían, por el trabajo y el material que
358 De Las Casas, Bartolomé. Apologética Historia Sumaria,. 326
518
procesaban, los llamados "oficiales de la pluma" que utilizaban plumas de aves de las
más brillantes y varios colores, para hacer penachos, collares, vestidos, adornos
en general y que eran empleados por los militares, los sacerdotes, los funcionarios,
gobernantes y el propio Tlatoani. Las plumas se traían a la ciudad de México desde la
zona del Istmo de Panamá por lo que se trataba de un costoso cargamento, cuyos
frutos iban destinados a una minoría, la que detentaba el poder político y económico.
Estos oficiales eran desde luego muy respetados pues los vestidos y adornos que
fabricaban indicaban por si mismos el estatuto social que tenían sus portadores y
bastaba verlas en algún sitio público para darse cuenta de su rango. Se han
elaborado estudios, por ejemplo, sobre los trajes de los guerreros, sobre todo de
los guerreros heroicos, para darnos cuenta que su vestimenta estaba acorde con su
categoría social.
Entre las "artes mecánicas" a que se refirió Zorita mencionó a los indios que se
dedicaban a la pintura y "halen muy buenas figuras como en Flandes",
fabricaban campaña muy perfecta. "A la platería de aquellas tierras les faltaban
unos instrumentos o herramientas para labrar de martillo pero con una piedra
sobre torrasen una taco llana y un plato y en fundir una pieza o una joya de
vaciado hacen ventaja a los plateros de España; hacen fuelles; saben hacer todo lo
que se labra de cuero y curtirlo y comenzasen estos oficios en Mechoacan en
donde se curten bien los cueros de venado; había también cantera y pederos y
aunque no sabían geometría hacía una carga de cantera como los de la sala de los
señores y mui grandes y mui buenos y los demás con un extremo pauperrismo. Tejen
en telares de Castila sayal y manta frescadas, paños, reposteros y muchos paños de
muchas manera refinas y en todos entienden y ayudan y en pocos días salen
519
maestros y ay tintes para todo ello, hay también indios herreros, cerrajeros, perreros,
cuchilleros y que saben guarnecer una espada y limpiarla y saben fundir plata y hay
sastres calceteros, jubeteros, quarteros, carpinteros, entalladores y los muchachos
conoce todos los nombres de las aves, animales, árboles y hierbas, así como todas
las propiedades para comer y hacer medicinas; todos saben labrar una piedra,
hacen una cosa simple, torcer un cordel o una cosa y los otros oficios que no
demanda mucha arte o sutiles instrumentos".359
Es un periodo relativamente corto, desde la culminación de la etapa armada de la
conquista, transcurrieron unos 50 años, tiempo en el cual llegaron a la Nueva
España artesanos españoles y especialistas en artes y oficios que desde luego eran
portadores de la tecnología medioeval europea y española y la implantaron en estas
tierras, pero no en forma mecánica pues esto no era posible po lo que recurrieron la
adecuación a las características de la población y al grado de desarrollo de las
fuerzas productivas a que había en la región. Por ahora ni deseamos referirnos a las
artes mecánicas que se impulsaron en esta etapa sino solo a las prehispánicas,
conscientes, como estamos, de que no puede haber un corte rígido entre ambos
pues muchos de estos se basan en la primera. Tenemos los casos de los pintores o
tlacuilos que se dedicaban a dibujar códices para registrar genealogías de reyes,
hechos históricos, dioses y otros, así como tributos que pagaban los pueblos y
muchas toponimias. Ya había plateros que englobamos en la definición general de
orfebres, entre los cuales figuraban los fundidores de metales a que hace
referencia el Códice Florentino. Desde luego estaban los tejedores los cuales se
desarrollaron y ampliaron en las múltiples especialidades que tenía este "ente" y que
359 Zorita, Alonso, Historia de la Nueva España, p.298
520
ya son propios de la época hispánica; los lapidarios o trabajadores de la piedra que
eran muy antiguos y que ahora procesaban distintos materiales y que después
comenzaron a usar punzones metálicos.
De Rojas dijo que había en Tenochtitlán oficiales artesanos los cuales eran
contratados por sus servicios pero que no se les pagaban con tierras, sino con
mercancías "y sobre todo de artículos reconocidos como medios de cambio, los
cuales podían ser empleados para satisfacer las necesidades primarias. En el
caso de que el contratante fuera una persona pundiente o una institución, la
remuneración podía consistir en el otorgamiento de su manutención".360 Hizo
referencia al Códice Mendocino que registró la existencia de un mayordomo
encargado de las obras públicas y de un tecuhtli, de reparar las calles y puentes, el
que contaba con un mandón que actuaba como alguacil. Pero también estaban los
que se dedicaban al mantenimiento de los canales, las acequias y calzadas,
albardones, los templos, los acueductos, los servicios sanitarios.
Existe poca información de este tipo de artesanos a que hace referencia De Rojas que
podríamos considerar como independientes por ser susceptible de ser contratados.
Este tipo de trabajadores, siguiendo la lógica de la actividad productiva de entonces,
no percibían una remuneración no en efectivo sino en especie y por lo tanto sujeta a
esta característica, eran diferentes de los artesanos que estaban ubicados en los
calpullis. La aparición de estos artesanos conllevaba un mayor dinamismo en la
economía local pues podía obtener un "pago" muy superior al de sus congéneres,
seguramente porque se trataba de "artesanos mayores", es decir, de quienes habían
desarrollado mucho sus cualidades artísticas y manuales y por lo tanto sus obras eran
360
521
de una mayor calidad y belleza.
Estos artesanos rivalizaban en prestigio social y estatus político con los pochtecas y
a ellos hacieron referencia los cronistas como individuos dotados de una gran
capacidad creativa, hasta "de una genialidad destacada" que los hacía comparar con
los especialistas europeos. La aparición y consecuente progreso de estos
especialistas hizo posible también una mayor diversificación de las artesanías,
sobresaliendo las de carácter suntuario por encima de las domésticas.
"En esta etapa del desarrollo económico y social de un complejo cultural, el individuo
deja de percibir íntegramente el fruto de su trabajo; agricultor, cazador, pescador,
tejedor, alfarero, orfebre, lapidario, ya no dispuso libremente del producto de su
esfuerzo sino que labora principalmente para pagar sus tributos en especie, o se
agotó en el trabajo forzado y sin retribución de las prestaciones que hacían producir
las tierras ajenas y elaboraban las materias primas controladas por las clases
privilegiadas. Así comenzaron a fluir a Tenochtitlán y Texcoco, o a Azcapotzalco los
variados productos de la agricultura de todos los climas del centro y sur de
México y de la industria doméstica de todos los pueblos sojuzgados por los
conquistadores infatigables. Y así también, en las grandes ciudades indígenas, los
talleres de los artesanos y orfebres, lapidarios, tejedores, trabajadores de la pluma y
transformaron en beneficio de los señores del oro, la diorita, el algodón y la pluma
rica, compuesto como tributo a las remotas comarcas de Guerrero, Oaxaca,
522
Veracruz y Chiapas. A principios del siglo XVI, en este poderoso centro de
población y cultura un número cada vez mayor de individuos pertenecientes a las
clases privilegiadas, habían dejado de producir y aumentado sus consumos, en la
medida que lo demandaban las crecientes necesidades del ritual religioso de la vida
señorial, de los brillantes instituciones militares, de los múltiples organismos
judiciales o administrativos y de la general elevación del estándar de vida de sus
agentes y servidores directos," escribió Miguel Othón de Mendizábal.361
Mendizábal integró a los artesanos y a su perfeccionamiento ulterior al desarrollo
económico y social enfatizando que la producción para el pago de tributo era
una forma de explotación de su trabajo, con el cual no debieron estar satisfechos
para trabajarles a otro y otros. Pero los artesanos que se encontraban
ubicados en los mercados y que percibían un pago por su trabajo, estaban en
tránsito de ser asalariados lo que se confirma con muchos de ellos ya en la etapa
hispánica. Pero, sin duda, esto fue una minoría pues los productos que se
elaboraban tenían un destino doméstico y por ello los "orfebres menores"
debieron seguir siendo la mayoría absoluta.
Ello se puede observar, por ejemplo, en las piezas que acompañaban a los
enterramientos de los fallecidos a los cuales les colocaban vasijas y otros objetos
que recordaban su vida terrenal. Mendizábal observó cómo el aumento de los
consumos de los grupos privilegiados contribuyó a impulsar el desarrollo de las
fuerzas productivas pues se requería: a) un mayor volumen de productos y de
361 Mendizábal, Miguel Othón, Obras Completas, 5 Vols. México, 1946, Talleres Gráficos de la Nación, T. 2, p.123.
523
piezas y b), una mayor diversificación en sus presentaciones, lo que obligaba a
emplear otras materias primas. Estos cambios hicieron que las técnicas se
depuraran y se perfeccionaran y que aumentara la rentabilidad del trabajo
humano.
Los "oficios" a que hizo alusión Motolinía se refieren al periodo de la Post conquista,
es decir, cuando ya había llegado una gran cantidad de tecnología europea, lo que
propició que muchas de las especialidades que existieran en la época prehispánica
se modificaran y se desarrollaran bajo nuevos parámetros. Lo que sí es conveniente
señalar aquí es que estas artes mecánicas ya existían en la etapa precedente a la
llegada de los españoles solo que con las características que hemos señalado para
cada una de ellas. Ejemplo. Los batihojas serían aquellos que en el pasado hacían
el martillado de oro hasta convertirlo en una lámina muy delgada.
Desde luego los tejedores que existieron, en los primeros periodos de la historia de
las sociedades antiguas en que los propios labradores tenían que fabricarse los
vestidos que tenían que utilizar. Después aparecieron muchos de los otros oficios a
que se hace referencia que son un reflejo muy claro de la expansión del capitalismo
mercantil que se estaba implantando en las regiones comarcanas.
"Los pueblos mexicas extraían antes de la Conquista el plomo y el estaño de las
vetas de Taxco, al norte de Chilpancingo y de Ixmiquilpan y el cinabrio, que servía de
colorante a los pintores, de las minas de Chilapa. El cobre era el metal más
comúnmente usado en las artes mecánicas y reemplazaba hasta cierto punto al hierro
524
y al acero; los arcos, las hachas, los cuchillos todos los utensilios se hacían con el
cobre de las montañas de Zacatitlan y de Cohoxco. Los escultores mexicanos hacían
grandes obras con la diorita, con el pórfido basáltico y con otras rocas mas duras. Los
joyeros contaban y horadaban las esmeraldas y los jades por medio de instrumentos
de metal y de unos polvos de sílice. Los instrumentos cortantes de los mexicanos era
unos de cobre otros de obsidiana.362
No conocían el hierro ni sus aplicaciones industriales, lo que planteaba a las
sociedades que tienen estas características, un sensible atraso tecnológico,
económico, social y político con respecto de aquellas sociedades que si poseían y
utilizaban este tipo de metales. Después de los cambios revolucionarios que
produjo el pulimento de las piedras, el siguiente movimiento radical fue el uso
industrial y sistemático de los materiales, en forma señalada del hierro, con el cual se
perfeccionaron muchos instrumentos técnicos que se empleaban en la agricultura,
como la coa, distintos punzones para diferentes usos, navajas y cuchillos de un filo
mayor, la fabricación de ruedas metálicas para transportar grandes cargamentos y
así reducir el transporte de mercancías de la dependencia que implicaba movilizar y
mantener a miles de cargadores humanos, la elaboración de armas de mayor
eficacia destructiva, entre otros muchos adelantos.
El uso del trabajo humano intensivo o masivo no sustituye el uso del hierro y sus
productos derivados y al intentar hacerlo implicó costos muy elevados que finalmente
representaban un peso demasiado elevado en el funcionamiento de la economía en
su conjunto. Precisamente por su maleabilidad, el cobre sustituyó al hierro, sobre 362 Vázquez Vázquez, Elena. Estudio Geográfico, Histórico y Económico, Investigaciones Geográficas, número 50, abril, 2003,30 p., p.12
525
todo tratando de trabajar "piedras duras" o de incorporarlo al aparato productivo, a
su sector, en forma directa.
Afirmó Castillo que "no se conocía la rueda del alfarero pero la técnica empleada por
el zuguichiuhqui, el ceramista, produjo excelentes resultados: los instrumento
cortantes no eran de metales duros, pero existieron magníficos cuauhxinques o
carpinteros que cortaban y labraban la madera como se puedo hacer en otros lugares;
el huictli, instrumento principal de labranza y en otros menesteres, era y aun es
realmente simple, pero los cultivos cubrieron las necesidades". 363 Concluyó que si
bien la técnica era "raquítica", los resultados no lo fueron.
El grado de desarrollo de las fuerzas productivas se valora en relación con el nivel
imperante que en términos generales existía en las respectivas sociedades humanas
que eran coincidentes en el tiempo histórico en ese momento, con lo que
determina el grado de progreso que habían alcanzado unos pueblos con respecto a
otros. Es decir, el grado de evolución de los mexicas tiene que referirse, con base
en este parámetro, con el nivel de desarrollo que observaban los pueblos de
Mesopotamia, Egipto, Grecia, India, China y la región incaica en América.
Todos esos pueblos ya conocían el uso de la rueda, de los metales (con excepción
de los incas desde mucho tiempo antes) y por lo tanto el grado de evolución de sus
sociedades es mayor que el que registraban los mexicas. Se podían tener
carencias tecnológicas o insuficiencia en otros campos, sin que ello alterara el ritmo de
desarrollo, pero no se puede ignorar o menospreciar la importancia que tenían la 363 Castillo, Víctor M., Estructura Económica de la Sociedad Mexica, Según las Fuentes Documentales, p.65
526
rueda y los metales industriales porque fueron decisivos y determinantes en la
evolución de los pueblos. Los grupos humanos que no dispusieron de estos
adelantos, se quedaron rezagados en el ritmo evolutivo del desarrollo de la
humanidad.
Se hizo otra comparación que es aquella que consiste en relacionar el grado de
avance de las fuerzas productivas con las necesidades sociales de las poblaciones,
afirmando que sí existía una correspondencia, y que entonces no existía
preocupación con respecto de este retraso. Es necesario señalar que las fuerzas
productivas se renuevan y perfeccionan en forma incesante en el tiempo histórico,
aunque esta evolución no es rectilínea sino está condicionada por factores sociales o
históricos y muchas veces las relaciones sociales obstaculizan ese progreso. De esto
se dio cuenta Moctezuma al restarles privilegios a los militares que absorbían una
gran parte del excedente de producción agrícola, el cual él pensaba que se debería
destinar para fines "productivos", es decir, para favorecer a los comerciantes y a los
artesanos, que eran dos sectores sociales que dinamizaban la estructura económica.
La conquista no interrumpió ese proceso de "modernización" sino lo aceleró pues
eliminó el poder político despótico de los tlatoanis y estimuló relaciones de
producción basadas en los intercambios comerciales y en la monetarización de las
527
relaciones de intercambio. Es decir, se sentaron las bases de la acumulación
primitiva del capital.
En el Códice Azcatillan, en uno de los últimos cuadros, en que se produjo el
encuentro entre Cortés y Moctezuma, se dibujaron tres tamemes, o cargadores,
ataviados con un maxtlatl, dos de ellos van descalzos y el otro usa cacles y los
tres van cargando pesados bultos sobre sus espaldas, uno de ellos, guajolotes y
los otros tortillas y huevos. En lo lámina número 5 aparecieron dos damas vestidas
de huípil, cargando bultos en la espalda".364
La falta del uso industrial y comercial de la rueda, así como de los animales
domésticos para cargar, como serían los llamados en los Andes, fue sustituido por el
uso de centenares y miles de indios que cargaban cada uno de ellos un bulto y que
formaban largas caravanas que transportaban grandes volúmenes de productos y
de mercancías. Los tamemes los vemos descritos en muchos documentos
pictográficos y existen sobre ellos muchas alusiones directas en las crónicas
históricas. Al no existir los progresos técnicos que ya muchos pueblos tenían, los
sistema de comunicación y de transportación eran muy rudimentarios, una rueda o
camino angosto que hacían dificultoso, costoso y peligros la transportación de
mercancías y de personas. Por esta razón las caravanas de tamemes, iban siempre
acompañadas de un cuerpo de seguridad pues era frecuente que sufrieran asaltos,
robos y hasta la muerte. 364 Valero de García Lascurain, Ana Rita. El Códice Azcatillan, una mirada a la Historia Mexica, Revista Ciencia, Academia Mexicana de Ciencias, número 4, vol. 57, octubre-dic. 2006, p.12
528
No debemos olvidar que había algunos señoríos que eran "independientes", es decir,
que no estaban sometidos a la Triple Alianza, otros estaban en estado de "rebelión"
y otros eran enemigos", todo lo cual se refleja en el sistema de transportación en su
conjunto. El uso de centenares de tamemes implicaba, en primer lugar, un elevado
volumen de alimentos para asegurar su subsistencia humana física, lo que
implicaba un costo elevado por lo que decidieron crear almacenes regionales, antes
de traer los productos a la ciudad de México.
TEJEDORES
Al arribar a las costas de Yucatán, Díaz del Castillo describió al grupo indio que
había llegado en canoas "vestidos con camiseta de algodón como jaquetas y
cubriendo sus vergüenzas con unas mantas angostas, que entre ellos llaman
masteles y tuvímoslos por hombres de más razón que a los indios de Cuba
porque andaban los de Cuba con las vergüenzas de fuera, excepto las mujeres,
que traían hasta los muslos unas ropas de algodón que llamaban enaguas.365
Por su parte, Serra afirmó que era difícil encontrar evidencia arqueológica del
365Díaz de. Castillo Berna!, Historia Verdadera de la Conquista de laNueva España,., p,58
529
uso de madera, pero si encontraron muestras de azadones de basalto en las
regiones de Teotihuacán y Temacalapa, de los cuales no se tenían noticias de su
uso; posiblemente, se emplearon ante el crecimiento de la población, mientras en
Terremote-Tlaltenco definió que era una aldea de pescadores que explotaban el
medio lacustre "y una especialización artesanal en la manufactura textil, como
canastas, cuerdas, tanto de tule como de maguey por lo que los desflbradores,
lejos de representar una intensificación agrícola reflejan una especialización
artesanal". Entre la evidencia arqueológica a que hizo alusión, destacó las
cuchillas rectangulares con mango en el extremo y que se utilizaban en la
preparación de las fibras de maguey; en Tlapacoya se encontraron lajas de
basalto, definidas como instrumentos de corte y desgaste. En Teotano, se
encontraron 308 piezas de basalto "pues sirvieron para desbastar, raspar o rebajar
la pulpa del maguey y dejar expuesta la fibra y para despulpar las pencas de
maguey.366
Serra consideró que en la región Puebla-Tlaxcala se habían encontrado 473 azadas
que sirvieron para la agricultura y para la construcción de canales de irrigación y
tenían una forma trapezoidal pues si no la tuvieran se trabaría o se quebraría; tienen
un filo pulido. Refirió la presencia de los tallados de ixtle y de lechuguilla y para ello
se utilizaban los desfibradores para cortar las pencas. Para ello se han encontrado
canastas, cuerdas y redes y eran largas de piedra en forma de cuña cuadrangular.
Ya para la llegada de los españoles a costas americanas, el algodón se había
366 Serra, Mari Carmen, Desfibradores, Análisis Microscópico de algunos implementos líticos de una aldea de pescadores y canastero de Terremote y Tlaltenco, Revista Antropología y Técnica, 2007,17 p., p.
530
extendido a varias regiones del mundo, tenían miles de años en que se habían
aclimatado y transformado en sus plantas originales de tal manera que resultó
muy difícil precisar el origen de la misma; las semillas de algodón ya habían
llegado a nuestras playas o posiblemente transportado en una de las migraciones
que llegaron a nuestro Continente, de tal forma que ya era conocido en varias
regiones indoamericana en forma señalada en la región andina en donde a la
llegada de los hispanos ya había hilados y tejidos.
Por las descripciones que se hicieron en la conquista del Caribe en forma
señalada en la Isla la Española, el algodón solo se usaba en sus vestimentas y
rodelas, los altos dignatarios y no los miembros de las clases bajas, las cuales
ni siquiera podían ocultar "sus vergüenzas" con excepción de las mujeres, lo
que reafirma el relativo atraso social y cultural que tenían esos grupos humanos
con respecto de los que habitaban tierra firme, es decir, lo que sería México.
En las costas recientemente descubiertas muchos indios andaban casi
desnudos, al igual que los caribes, lo que a su vez confirma un atraso en
relación con los que vivían en el Altiplano Central en done se encontraban
vestidos casi todos sus habitantes, aunque se trataba de vestidos muy sencillos
y elementales en los cuales se utilizaban materias primas vegetales.
Mastache estudió los telares de cintura de las etnias zoque y tzotzil afirmando que
representaba una continuidad de los telares prehispánicos, considerando que ese
telar era horizontal y recibió el nombre (telar de cintura) "cuyo nombre se debe a
que uno de los extremos se coloca en la cintura del tejedor, lo que permite no solo
sostener un extremo de la tela, sino también que el tejedor mantenga debidamente
531
tensa la urdimbre; el otro extremo se mantiene por medio de otro bando o cordel
amarrado a cualquier punto fijo, generalmente un árbol. Se trataba en realidad de
un artefacto muy simple, que constaba fundamentalmente de dos barras y carece
de armazón rígida, al quitar la urdimbre, el telar queda limitado a esa barra y a otro
palo pequeño.367
Dijo que había por lo menos unas 15 técnicas distintas y muy sofisticadas. Hizo
mención de los tejidos de algodón de San Mateo del Mar, Oaxaca, huípil mixteco
de algodón de Pinotepan, el hipil Chinanteco de algodón de Valle Nacional.
Observó "que la trama y la urdimbre no siempre se entrelaza de la misma
manera" por lo que se producen telas, aspectos, calidades y texturas, entre las
cuales señaló las tapicerías, gasas, sarga, damasco, confites y terciopelos.
El telar de cintura estaba presente en casi todas las sociedades indígenas de
América, en su estructura principal y su finalidad esencial, aunque se ajustaba a las
necesidades y gustos específicos de las comunidades pues en la medida en que
estos fueron revolviendo no solo los estampados y los coloridos, sino también la
trama de las telas y por ello la calidad de las mismas. Mastache señaló que había
hasta 15 estilos diferentes, muchos de los cuales han llegado hasta nuestros días,
pero lo principal fue la cantidad de hilos que se manejaron y las materias primas
que se emplearon. Se han encontrado en los enterramientos más antiguos sobre
todo en la región inca, telas muy rudimentarias, con escasa o nula policromía, lo
que reafirma la existencia de grupos humanos, que estaban más atrasados desde
el punto de vista cultural y social; se trataba de telares destinados al consumo 367 Mastache, Alba Guadalupe, El tejido en el México Antiguo, Arqueología Mexicana, Vol. XIII, 56, 2007. p. 23
532
utilitario comunal que no requería de telares más sofisticados, ni de trama más
delicadas, a diferencia de telares encontrados por ejemplo en la época mexica o
mixteca, en donde la variedad y el colorido son mayores.
Al estudiar el origen del algodón, Mastache confirmó que se habían localizado
restos de fibras en etapas tardías en Tlatilco, Chichenitzá, Chometla, Balsas, pero
sobre todo en los valles de Morelos, Guerrero y en la costa del Golfo, pero que al lado
de este tipo de fibras había otras de agave y de yuca, pero también había
sustancias colorantes de origen orgánico e inorgánico. "A los primeros se les
denominó colorantes, son materiales de origen animal o vegetal cuya característica
principal es su solubilidad en el agua, razón por la cual son absorbidos con facilidad
y con frecuencia se cambian químicamente en los materiales a lo que se aplican.
Los segundos reciben el nombre de pigmentos, son generalmente de origen mineral
e insoluble en agua, por lo cual no pueden aplicarse directamente sobre superficies
de los objetos sino que se requiere de un adhesivo o vehículo. Los colorantes
requerían de ordinario, un agente fijador o mordente. Con este fin era usado
frecuentemente el sulfato doble de aluminio y potasio cuya obtención fue sin duda
sencilla dada la abundancia con que se encuentra en la naturaleza. También como
mordente se usaba el nitro o salitre, ambas sales, además de fijar el color lo
modificaban purificándolo o haciéndolo más intenso".368
Mohar, en su estudio obre la Matricula y el Mendocino, afirmó que había por lo menos
19 técnicas y clases de tejido, entre los cuales figuraban el estampado, tapicería,
bordado, confite, brocado, gasa, enlazado, sarga tela doble, plumería, trabajo de red,
acolchado, tintura con reservas, indicando que a partir del año de 1396 los mexicas
368 Mastache, Guadalupe Alba, Técnicas Prehispánicas del Tejido, p.18
533
comenzaron a vestirse de algodón, en lugar del hilo de la palma silvestre, o bien
maxtle de henequén y al precisar los detalles mencionó a los siguientes: quachtli o
manta de algodón y "son las que abarcan los tributos de la mayor parte de las zonas;
las inacaizminqui, u oreja flechada, la canauc, o manta delgada de algodón; la
Tlipapallauac, manta de rayas negras anchas; Ichtlilmatli o manta de fibra de maguey;
Cacamoliuhqui, que presenta dos dedos en el borde; Tilmatli, o manta acolchada;
cazhuanqui,con rayado de amarillo a cuatro brazos; chichicueye, con ocho brazos
cada uno; Ycotilmalli o manta e izote; Tistamalli, que era manta lisa sin diseño ni
color; Ichcatilmatli, una manta de algodón; tenchapanqui, manta adornada en la
orilla; Tenchapqui ichtilmatli, manta de maguey adornada en la orilla; inellacuilolli,
una manta que tenía como diseño una cabeza de águila en el centro; Nechpalli, una
manta de la tuna roja; ocuitlecaya que era una manta de henequén; Campolla
Tolmatli, manta morada de color oscuro; Yecacozcayo, manta de joyeles de
viento; Ocellotilmatli, manta a la manera de un ajolote; Yitzcouacoliuhqui, con un
dibujo de culebras de obsidiana; Tlapalcoliuhqui, manta pintada con grecas; Ichtilma
conahuac, manta de algodón con fibras de maguey; huitzilsilla, un manta pintada por
un colibrí; tlapallo, manta pintada con pintura ocuilteca, entre otras.369
Recordó que Francisco Hernández había localizado dos tipos de gusanos de seda,
nombrando Ichicatzin y Temoctli, que eran gusanos "que se encerraban en una piel
mortuoria tejida por él mismo, que también Sahagún habló de la existencia de os
capullos que florecían en los árboles, que se volvían mariposas y que no eran
comestibles; Clavijero mencionó la existencia de una seda silvestre e incluso en el
vocabulario de Molina se hizo referencia al gusano de seda llamado Tzauhquiocuilin 369 Mohar Betancourt, Luis María. La Escritura en el México Antiguo, 2 Vols., Plaza y Valdez, UAM, México, 2001, T. I, pl.293.
534
y al capullo del gusano, llamado cochipilotl.370
Prevalecían en la confección de vestidos el ixtle, el henequén, la lechuguilla, los
tules, en primerísimo lugar; de la seda solos se hablaba de una "seda silvestre"
pero no existen referencias de que de los productos de los capullos se hicieran
vestidos indicando con ello que el uso más ordinario de esta materia prima se da en
la época prehispánica. Se tejían las fibras vegetales ya señaladas para hacer con
ellas hipiles, mantas, bragueros y maxtles que formaban parte del consumo habitual
de los macehuales, sus esposas y sus hijas; las pictografías que conocemos ilustran
que se trataba de prendas muy sencillas en su diseño y contextura, como los
taparrabos que encontramos en los códices, mientras que los altos dignatarios
usaban prendas más sofisticadas, hechas de algodón.
La apariencia que daban las vestimentas eran muy importantes en el grupo social
pues en los glifos o ideogramas es fácil advertir las diferencias de rangos sociales y
políticas tan solo observó a la calidad de las ropas que vestían. Era muy sencillo
identificar a un macehual, a un guerrero y más aún, a un pilli por lo que el algodón
que ya era un cultivo muy común en la zona cálida o templada, se seleccionó para
los miembros de las minorías policía y social, aunque después se amplió a los grupos
más pobres.
El uso de colorantes estaba determinado por los recursos naturales disponibles
pues en el caso del color rojo lo había en gran cantidad en el Altiplano, pero no lo
encontramos en iguales proporciones en la zona maya, en donde predominaba el 370 Núñez Ortega, A. Apuntes Históricos sobre el cultivo de la Seda en México, Bruselas, Editor Gustavo Morales, 1883,13,p.,p.7
535
color azul. Esto explicaba la prevalencia en las decoraciones y en la pictografía
de un color o de otro, pero también explica los intercambios de que eran objeto las
regiones. Había colores azules en algunos frescos de Teotihuacán, pero
probablemente los pigmentos se trajeron de la región de Montealbán, en donde había
muchos colorantes de azul. En términos generales, los pigmentos de origen vegetal y
animal eran escasos y por ellos se trataba de bienes que tenían un elevado valor.
En algunos casos, esos colorantes los traían los mercaderes como si fuera polvo
molido, siempre con el peligro de que pudieran ser robados en el camino pues esa
materia prima se solicitaba en muchas regiones y poblados. Por ello se explica que,
por ejemplo, las regiones productores de la grana cochinilla, estaban
debidamente resguardadas y protegidas, por considerarse regiones de alto valor
económico y social. 371
En cuanto a los tributos que pagaban los pueblos, Rojas se refirió en forma especial
a la entrega de bienes manufacturados "entre los que se destacaba el número de
mantas que pasaban de dos millones solo con las confeccionadas de algodón".372 A
ello había que agregar las naguas y huípiles e incluso las mantas eran utilizados
como monedas. Estos ingresos sostenían los gastos militares, la celebración de
fiestas, los gastos sociales y para mantener a los artesanos y canteros que
trabajaban en palacio. Que algunos artesanos vendían directamente sus productos
en los mercados lo que la convertía en comerciantes ocasionales, pero también
había regatones, es decir, personas que compraban sus productos y luego los
vendían y considera que estos regatones eran muy parecidos a los que existían en
371 Roquero, Ana. Colores y colorantes en América, Anales del Museo de América, 3,1995. 23 P372 De Rojas, José Luis, México Tenochtitlán, Economía y Sociedad en el siglo XVI, p.233.
536
España.
Describió Mastache el "proceso de teñido como la inmersión del metal que se desea
teñir en una solución acuosa y caliente del tinte. Probablemente el mordente era
agregado a esta solución o bien el material se sumergía primero n la solución de
mordente, siendo transferido después del baño colorante. Es posible que esta
operación durara varias horas o quizá días, dependiendo tal vez de los materiales
colorantes y de la cantidad de mordente empleado, o bien, el tono que se deseaba
obtener. Parece que era empleado para teñir tanto colorantes como pigmentos.
Después de ser pulverizado el pigmento en un ácido se aplicaba esta solución al
tejido donde se produce la precipitación del hidróxido férrico; la operación se
efectuaba sobre las madejas del hilo y no sobre tela ya elaborada. En el caso de los
tejidos con franjas de urdimbre...".373 Pero también distinguió el proceso de pintura
que era la aplicación del colorante sobre el tejido empleando un vehículo o medio
que haga posible su aplicación y permita que perdure y había telas pintadas por
completo y otros motivos pintados a mano en negativo.
En el Códice Magliabechiano, aparecieron dibujos de por lo menos 18 tipos de
mantas; una dedicada a los muertos, otra humeante, una tepeaca, una molida,
otra negra, otra de junco y rosas, sol, el diablo, ortigaza, tigre, águila, fuga de
indio, del gris del fuego. Había un tipo de numeración a color, de color amarillo,
que refería 4 gatos, 5 águilas, otra de 5 águilas amarillas. Además, estaban tres
calli o casas, 4 conejos, 6 caña y 7 tepatl o cuchillo y después cambiaba el número
correspondiente a cada uno de los grabados.374
373 Mastache, Guadalupe Alba, Técnicas Prehlspánicas del Tejido, INAH, México, 1971,125 p. p.40.374 Códice Magliabechiano, CLXIII 25232, Biblotea Nazionale Céntrale Di Finenzi, Fernardino de Andeuso, Austria, 1970.
537
Entre los artículos textiles que describió Sepúlveda estaba desde luego las mantas de
algodón blanco de 2, 4 y 8 cenmatl , las cuauchtla o mantas ordinarias o delgadas. Las
mantas teñidas, rayadas, rojo, morada, amarillo, las mantas labradas o acolchadas
que sumaban 5 tipos. Las mantas de ichtle o pota que eran finas o teñidas, las mantas
de Iczotl o Ízate o pelma. En la indumentaria masculina estaba el maxtlatl o braguero y
en la femenina el huipilli o camisa de mujer y el suxitl o faldellines. Entre las unidades
de medidas se destacaban las cargas que eran de 20 mantas, las longitudes y anchos
especiales de los cenmatl eran de 2.50 a .69 cm. Una carga de algodón era un bulto o
un fardo que pesaba 23 mil kilos.375
El Conquistador Anónimo hizo referencia a una de las principales actividades, "el
hilo con que labran y que toman el pelo del viento de las liebres y conejos y lo tienen
en greña del color que quieren, cuyos tintes dan tanta perfección, que no hay más
que pedir. Después, las hilan y con este hilo hacen tan lindas labores, casi como con
nuestra zeda. Aunque se lave nunca pierde el color y la tela hecha con él duran largo
tiempo".376
Por su parte, Noguera dio a conocer los diversos tipos de tejido que hacían: los
tejidos sencillos, que usaban hilos gruesos finos o bien hilos de color; el tejido de
tapiz, en el cual los hilos se aprietan unos con otro hasta formar los diseños;
brocados, que eran hilos adicionales de colores contrastados; el confite; o sea, el
uso de telas de varios colores; el tejido labrado, que era una serie de urdimbres
para formar un tejido; el tejido de sarga; el tejido de tela doble; la Jaya, que era
una tela de encaje que se elaboraba cruzando hilos impares de la urdimbre; el
375 Sepúlveda Herrera, Teresa, Arqueología Mexicana, Ed.376El Conquistador Anónimo, Colección de Documentos para la Historia de México, Manuel Orozco y Berra, T. I, p.578
538
acolchado, que era de algodón y se usaba en la guerra.377
Los primeros tejidos cuyas muestras han sido encontradas en múltiples
enterramientos y en diferentes excavaciones arqueológicas, patentizan que se
trataba de urdimbres muy elementales, un telar de hilar, que las piezas no eran
labradas sino lisas en su mayor parte, lo que revela un sensible atraso en la
tecnología aplicada en esa rama, pero también había prendas hechas por las fibras
vegetales después hemos hablado con anterioridad, lo que probablemente indique su
sola existencia de unos malacates rudimentarios, sin que se utilizara el telar de
cintura; este artefacto no fue un invento mexica, ni siquiera mesoamericano,
pues miles de años antes ya se conocía en otras regiones del mundo y en forma
señalada en la región andina, por lo que estamos ante un aparato tecnológico de
distintas migraciones humanas y de intercambios comerciales. Aquí como en otros
aspectos se manifiestaba un gran paralelismo entre los grupos humanos de México y
los del Perú.
En la medida en que aumentó la población y se incrementó la complejidad de esta
con la aparición de grupos sociales, primero y de clases sociales después, la
industria de los tejidos evolucionó, primero, en un cada vez más extendido uso del
algodón como materia prima fundamental y en una disminución de las fibras
vegetales las cuales demostraron su vulnerabilidad ante la humanidad y su
incapacidad para responder a los altas y bajas temperaturas. Además, las prendas
hechas con esas fibras entraban en descomposición más rápidamente que las
377 Noguera, Eduardo. Cerámica Estratigrafía, en Esplendor de. México Antiguo, T. I. „p421.
539
prendas de algodón.
En relación con las técnicas empleadas, Mohar mencionó la utilización de un huso
de palo delgado de 25 a 30 centímetros de largo "el cual era más ancho en el centro.
Esta pequeño palo requería de un peso o volante que lo impulsaba a girar por lo que
se le colocaba un disco entre el centro y uno de los extremos. Este volante eran los
llamado malacates, que podían ser de barro, hueso o de piedra. Las mujeres usaban
la rueda o tizatl para hilar. La cual hacía más fácil y homogénea el movimiento
giratorio del huso. Concluido el hilado las mujeres preparaban el vendado,
disponiendo los hilos antes de colocarlos en el telar. La manera más sencilla de
hacerlo consiste en colocar dos estacas clavadas en el suelo; la distancia entre
ambas correspondía a la medida del tejido. La hiladora se preparaba según el ancho
y largo de la pieza que se iba a elaborar; se enrollaba los hilos alrededor del
volador que contaba de un número variable de varas ensartadas en una tabla o
simplemente de dos estacas clavadas en el suelo. Los dibujos del tejido dependían
de esta operación, pues la colocación de hilos de distintos colores alternados
producía franjas que contrastaban. Los hilos debían de unirse en forma de ocho,
configurando un cruce para que se introdujera en ella el hilo de la trama. Del urdidor
los hilos pasaban al telar de cintura", dijo para enfatizar en la siguiente etapa pues
había varias y toda sellas dependían de la habilidad de los tejedores.378
Dijo Noguera que:
"...los malacates se hacían de barro, piedras, hueso y otros materiales. Es probable
que la madera también se usara; tenían gran cantidad de formas y tamaños,
algunos eran sencillos, otros ornamentales con diseños convencionales por incisión,
378 Mohar Betancourt, Luz María, Manos Artesanas en el México Antiguo, p.143.
540
impresión, pintura, estampado o modelado. Dos tipos de telares que usaron en
México: el de cintura y el rígido horizontal de tipo rudimentario. El telar de cintura se
usó sobre todo en la parte central y sur de México. Es probable que también se
usara una varilla de liza, aditamento que constituye un adiestramiento muy avanzado
en la mecanización del proceso de tejido. El telar de cintura, o telar de otate, no tenía
un marco rígido. La barra o ángulo superior sencillamente se amarraba a un poste o
árbol. En el ángulo inferior se ajustaba por medio de un mecapal alrededor de la
cintura de la tejedora, quien se sentaba en el suelo y sostenía el telar estirado con
el peso de su cuerpo. Los demás implementos necesarios para el tejido más
sencillo eran: la espada, el templero, la bobina, la varilla de lizo y la varilla de liza.
La espada se usa para apretar cada hilo de la trama durante la operación del ejido.
Puesto de canto permite abrir una colada por la que la trama pasa con facilidad.
El hilo de la trama se derrama longitudinalmente en un palo delgado, para
formar la bobina. El huso del hilo terminado y enrollado puede también servir como
bobina".379 Después marcó el llamado "tejido de dedos" en que se utilizaban palillos
de labranza que se clocaba en extremo superior de telar y había un telar rígido que
consistía en la aplicación de cuatro estacas, las que se adherían a un marco que
sostenía los hilos de la urdimbre.
Los malacates fueron sistemas elementales de rodillos, que permitían enrollar hilos
de diferentes grosores y calidades y después hacer tejidos con ellos para distintos
usos y sobre todo se hacían de piedras y de madera y correspondieron a una
etapa temprana en la historia de las civilizaciones humanas e indoamericanas. Se
han encontrado en los enterramientos estos objetos o rodelas, algunos hechos de
379 Noguera, Eduardo. Cerámica Estratigrafía, en Esplendor del México Antiguo, T. I p. 450.
541
hueso. La desventaja consistía en que al mezclarse se tenían que usar las dos
manos y mantenerlas ocupadas, en cambio, el telar de cintura permitía un sensible
ahorro del tiempo de trabajo pues el artefacto quedaba fijo en el suelo y también
en la cintura, quedando las manos libres para realizar las distintas operaciones del
hilado y para manipular las distintas piezas de que se integraba.
El desarrollo técnico de los telares andinos demuestra la versatilidad que había en
ese tipo de telares en donde lo principal era el trabajo social acumulado y desde
luego una mayor productividad. El crecimiento de la población y por ende de sus
categorías sociales y profesiones reafirmaba la necesidad social de disponer de
mayores volúmenes y variedades de prendas de vestir y por ello los telares a que
hemos hecho referencia, constituyeron la respuesta tecnológica a esa demanda
creciente.
Afirmó Mohar, que los oficios de tejer e hilar, eran esencialmente femeninos pues las
niñas eran iniciadas desde los cuatro años y ya a los 6 hilaban por sí mismas. "A los
14 años ya sabían tejer en el telar de cintura y a partir de ese momento el tejido se
convertía en parte de sus actividades cotidianas. Se empezó a usar el algodón bajo el
reinado de Huitzilohuitl. Antes, el ixtle y otras fibras duras eran de uso generalizado
para todos los grupos sociales. Inicialmente los mexicas podían adquirir el algodón
solo por vía del comercio; más tarde lo exigieron como tributo tanto en rama como
elaborado en textiles".380 Indicó que había obtenido el algodón por la vía del comercio
casando a Huitzilihuitl, hijo de Acamapichtli, con la hija del señor de Cuahuhnahuac y
a partir de Iztcóatl este señorío quedaría sometido.
380 Mohar Betancourt, Luz María, Manos Artesanas en el México Antiguo, p.139
542
Afirmó Mastache que los colorantes usados por los indígenas eran extraídos de
semillas, flores, hojas, raíces, cortezas y frutas, pero el colorante más apreciado era el
de la grana cochinilla, los había azules y morados, o ben se extraían de conchas de
caracol. Dedicó un capítulo a los implementos y a los procesos, indicando que era
bastante laborioso y largo: primero se limpiaba para quitarle las semillas y basuras,
arrancando los pequeños bazos fibrosos, la preparación el algodón para limpiarlo
que se golpea con una o dos varas "hasta lograr hacerlo esponjoso y suave,
quedando en esta forma lista la fibra para ser hilada".381
Definió Mendizábal el avance prehispánico para el tejido que consistía en malacates
con un telar suspendido; el malacate era un disco que se hacía girar con los dedos de
la mano derecha y en eI que se retorcía el hilo de algodón con la izquierda, la fibra
hilada se enrollaba formando una especie de ovillo. "El telar se instaló siempre en la
casa o sus anexos pues el tejido es una función privativa de la mujer que no puede
desatenderse de sus otras labores domésticas para lo cual se amarra, en la parte
superior en un harca de la propia choza o en un árbol cercano, aproximadamente a
dos metros de altura, quedando sujeta la parte inferior a la propia cintura de la
tejedora, quien con su simple peso le pone en la tensión requerida para ser
operado".382
381 Mastache, Guadalupe Alba, Técnicas Prehispánicas del Tejido, INAH, México, 1971,125 p. p.24382 Othón de Mendizábal, Miguel. Obras Completas, T. III., p.345
543
Dijo que este procedimiento tan sencillo había venido operando en distintas regiones
el país, una vez lograda la conquista de México, sobre todo para la fabricación de
ayates, costales, cinchos, lienzos y artículos ixtle, de maguey, henequén,
lechuguilla, pero que después habían llegados las cardas, las ruedas, las
devaneras, los tornos, los julios, las lanzadoras, los peines y en fin los telares "lo
que implicó una revolución en el mundo indígena porque los hombres reivindicaron
exclusivamente el uso del aparato, relegando a la mujer, que siempre había sido la
única tejedora, a las labores del lavado, cardar, devanado, teñido de lana, aunque
la mujer siguió usando casi privativamente su arcaico telar suspendido,
especializándose en los tipos textiles que requerían poca anchura de trama".
Del malacate al telar hay un paso tecnológico muy importante que consiste en que se
introduce una mayor velocidad en el hilado y en la trama de los tejidos, lo que
incrementaba la velocidad de los que se dedicaban a ese oficio. Con esta promesa
se amplía lo ancho de la trama, pues al principio eran muy angostos pero después se
amplificaron, permitiendo que se pudieran fabricar mantas, por ejemplo, en forma
mucho más rápida. Esto debió, además, aligerar el trabajo de quienes se dedicaban
a este oficio, los cuales ya no permanecían atados o esclavizados a las ruecas o a la
lanzadera sino que podían dedicar más tiempo a la realización de labores agrícolas y
actividades domésticas, a cuidado de los animales y otros menesteres.
Si en un principio la fabricación de prendas de vestir servía para satisfacer las
necesidades de los miembros de las familias después cuando evolucionaron las
relaciones de producción y se implantó el sistema tributario, se fabricaron para pagar
544
esas imposiciones y por lo tanto se requería de un mayor número de tejedores que
produjeran un volumen cada vez más grande de prendas.
En relación con el uso de colorantes en la fabricación textil, en la Matrícula de
Tributos "se tejían las madejas antes de tejer; las sumergían en una lejía suave,
luego la ponían a fuego manso, la dejaban enfriar, reposar hasta el día siguiente, la
lavaban y luego la sometían a la acción de un mordente, de la que el alumbre fue el
más usado, pero también recurrían a la ceniza, la sal, el tequesquite, el taliac, el
pulque y aun los orines animal y vegetal, así como minerales. El color rojo fino , lo
obtenían de la grana cochinilla o nocheztle, el morado fino de la espuma del caracol
purpura, para el color amarillo fino usaban la flor llamada Xochipilli, de la planta
llamada xiuhquititli obtenían gomas de color azul, con la semilla de achiotl
preparaban el color rojo, no tan fino como la grana; con la tierra llamada tecozahuitl se
hacia el color amarillo y lograban el color negro con la corteza quemada y molida de
algunos árboles y con el humo de ocote quemado: para preparar precisamente
usaron el cinabrio, la malaquita, la azurita, el yeso y la cal".383
Básicamente los colorantes empleados eran de origen vegetal o extraídos de
piedras pues, desde luego, no habían desarrollado de la química industrial. Muchos
de los dibujos multicolores que se hicieron en los estucos, las albardas, de las
pirámides yd e los templos se han borrado pues ese tipo de colorante son resiste la
lluvia ni el paso de los tiempos. Solo subsisten algunos pictogramas en algunas
ciudades y centros ceremoniales que se mantuvieron ocultos durante muchos años
o que se edificaron en sitios techados.
383 Matrícula de Tributos Nuevos Estudios, p.110.
545
Sin embargo, en la fabricación de prendas de vestir la situación era distinta pues se
han descubierto enterramientos que datan de muchos años en los cuales aun sin
conservar parte de tejidos, con sus respectivos colorantes. Debemos destacar como
aportación originaria el uso que se hizo de la grana cochinilla que ya en la etapa
colonial adquirieron un gran auge y se utilizaron industrialmente en varios países
europeos, rivalizando con los tintes del Viejo Continente.
Describió Chavero algunas ruinas nahuas indicando que a las niñas "se les
enseñaba a preparar el alimento, e hilar el algodón ya tejer lienzos para la troje y
esteros para las habitaciones. Se encontraron algunos aparatos para tejer.
Usaban para preparar los alimentos y moler el maíz a fin de hacer la harina, de
un mortero o molcajete, instrumento cóncavo, de piedra dura o barro cocido,
apoyado en tres pies. De esta harina hacían el pinole, polvo que les servía de
pan. Hilaban el algodón y lo tejían así como el ixtli o fibra de maguey. No se ha
encontrado en aquella región el malacatli".384
Siendo el vestido para el cuerpo humano, una función social de primera importancia,
del mismo rango que la alimentación y la habitación, el "arte de tejer" era una
actividad de todos los miembro de la sociedad, de la misma categoría social que la
siembra y atención de las cosechas, la caza y la pesca y la obtención de madera y
otros materiales para fabricar casas. Este, cambio se produjo una vez que los
hombres abandonaron su carácter de nómadas, para pasar al sedentarismo y
a la vida en las ciudades en donde se establecen patrones uniformes de
existencia. Si con anterioridad era socialmente aceptable que los hombres anduvieran
384 Chavero, Alfredo, Historia Antigua de México, p.123
546
semidesnudos, ahora esto ya no era socialmente aceptable.
Andar semidesnudo, con apenas un braguero en la parte "pudenda" que era una
forma de vestir de aquella época, sobre todo utilizando una prenda de cuero, en la
etapa del nomadismo era un signo de atraso social y de primitivismo cultural. Esta
transición se observa en los códices y glifos en donde en materia de vestimenta
se progresa también, al igual que en otras actividades productivas y humanas, de las
más sencillas a las más complejas, de lo rudimentario a lo estilizado, de lo lizo a lo
labrado, de lo monocromático a lo policromático, del ixtle al algodón, hasta encontrar
aplicaciones en la fabricación de materiales de guerra, como la rodela o escarda.
Explicó Mastache la etapa de hilado a que era sometido el algodón: se trataba de
distribuir fibras estirándolas al mismo tiempo para lograr que quedaran paralelas,
torsión de las hebras para formar el hilo, traslado y enrollado del hilo. Este proceso,
dijo que se iniciaba en forma primitiva "pues consistía en torcer las fibras en las
palmas de la mano, con la mano y el muslo, luego se emplean un palo, dando así
origen al huso, y los usos son hechos de madera. El huso necesita de un peso o
volante que lo impulse a girar y para este efecto se le agrega un disco que se coloca
en la parte inferior, en el centro y en uno de los extremos del huso. A esos volantes
se les llama malacates los cuales aparecieron en el clásico tardío postclásico y en
el postclásico se encontraba de formas y tamaños semiesféricos". 385 Luego
veía la operación de Tejido que era la inserción de hilos en la tramas a través de la
urdimbre y había dos tipos de telares, unos verticales y otros horizontales.
"Al color con que se tiñe la grana que llama nocheztli, que quiere decir sangre de
385 Mastache, Guadalupe Alba, Técnicas Prehispánicas del Tejido, p.34
547
tuna, porque en cierto género de tunas se crían algunos gusanos que llaman
cochinillas apegados a las hojas y aquellos gusanos tienen una sangre muy
colorada ésta es una grana fina, esta grana es muy conocida en la tierra y fuera de
ella y grandes tratos de ella; llegan hasta la China y hasta Turquía, casi en todo el
mundo es apreciada y tenida en mucho. A la grana que ya está purificada y
hecha en pancitos, llaman Tlaplli que quiere decir grana recia o fina, venden en los
tianguis echa panecitos para que la compren los tintoreros del tochamitl y los
pintores. A otra manera de grana baja o mezclada que llaman tlapalnextli que quiere
decir grana cenicienta y es porque la mezclan con greda o con harina. Al color
amarillo fino llaman xochipali que quiere decir pintura de flores amarillas. Al color
azul fino llaman matlalli que quiere decir azul y este color se hace con flore
azules".386 Reseñó la existencia de un "árbol grande" que llaman uitzqueuitl, que
tiene una madera colorada y que al revolverlo con alumbre y con otros materiales
se hace muy colorado y con ese color tiñen los cueros coloridos de venado y
después hizo mención de otros árboles que también producían colorantes
naturales.
En una primera etapa, los lienzos eran lizos, es decir, no tenían bordados ni color
alguno, pero después se fueron transformando en piezas cada vez más sofisticadas,
con una aplicación paulatina de colorantes de origen vegetal y animal, como la
grana cochinilla. Aquí encontramos una similitud con la cultura peruana quienes
tuvieron acceso a múltiples sustancias que permitían la tinción de las prendas.
Encontramos dibujos geométricos, de animales, plantas, alusiones a las deidades; las
prendas pintadas o labradas requerían un esfuerzo de trabajo mayor en la medida en
386 Códice Florentino, T. III, p.371
548
que los diseños y estelas eran más elaborados y también sus costos en el mercado,
cuando esto sucedió, eran más elevados.
Los gusanos de la gran cochinilla tuvieron un gran desarrollo en la región de la
Mixteca oaxaqueña, en donde hubo un notorio progreso en la orfebrería, en el
tratamiento del oro y de la plata, para fines artísticos y ornamentales y en el
tratamiento de las piedras de jade y de otras piedras preciosas.
Originalmente, los indígenas buscaron materias tintóreas, en la naturaleza, valiéndose
de las plantas, cortezas de los árboles, insectos y moluscos. Un factor inicial para que
ciertos colorantes fueron adaptadas a la dependencia geográfica de plantas o
animales". Señalando que el morado era extraído de un molusco llamado Púrpura
patulo, el azul se sacaba de la secretina, del índigo y de la piedra de añil; el negro del
caracolito llamado yute y del palo de Campeche; el café de la cascara de nanche, el
amarillo del camotillo o achiote; el rojo de la cochinilla y el verde de una raíz llamada
"cúrcuma".387
"El algodón era un producto natural de nuestro territorio y uno de los productos
agrícolas que desde la mayor antigüedad cultivan los nahuas. Cosechando el
algodón, debían despepitarlo a mano y cardarlo con púas de maguey y otros
instrumentos muy primitivos y después lo hilaban sin duda, el matacatl y
advertimos que no solamente hilaban el algodón sino también el pelo de conejo. La
otra planta de la que sacaban hilo los nahuas es el maguey o metí. El cultivo del
maguey es el más sencillo que puede imaginarse y el más apropiado para un pueblo
primitivo pues consiste solamente en poner retoños en almácigos, transportarlos
387 Alfredo, Historia Antigua de México, México A través de los Siglos, Obra única en su género, publicada bajo la dirección del general Vicente Riva Palacio, X Vols., Editorial Cumbre, México T. I, p. 123
549
cuando han secado y después removerles periódicamente la tierra, sin que
necesiten nada más, ni riego. El uso más importante del maguey era el de las fibras
que extraían de las pencas, las que les producían el ixtlí o pita. Para obtener este,
finalmente recogían las pencas ya secas y las echaban en agua a fin de que se
destruyesen la parte carnosa y recogían entonces las fibras".388 De esta hacían
cordajes, sogas, sandalias, joyas, enredos, hordas y también tejían telas y mantas
para vestirse.
Chavero con mucha frecuencia hizo alusión al algodón, destinado para la
fabricación de prendas de vestir, lo que demuestra que ese era su uso principal pero
conviene precisar que al igual que los hilos que se extraían del maguey, también
tenían un uso "industrial", es decir, se empleaban para elaborar cordeles, lazos,
balsas o recipientes, redes para pescar o cazar. Las caravanas de mercaderes
que caminaban por los senderos de Mesoamérica utilizaban grandes cantidades de
ixtle para amarrar sus cargamentos y ser transportados por los porteadores. En las
habitaciones se utilizaban también para fabricar recipientes en donde se guardarían
las jumas y otros alimentos, enseres domésticos y animales.
El maguey está asociado al grupo mexica desde la primera etapa de su
peregrinación no solo por el peligro que producía, que está muy relacionado con el
conjunto de deidades que ellos tenían, sino también con los hilos que producían sus
pencas que servían, entre otras cosas, para hacer cordeles que permitieran hacer
envoltorios de diferente naturaleza. En la zona árida y semiárida había otras plantas
que les llamaban chequillo que también producía hilos para los mismos fines. 388 Carranza Forkel, Idolly. Colorantes y Métodos de Tinción, en la Artesanía Textil Guatemalteca, 45 p., p.23
550
También Carranza estudió la industria textil afirmando que los vestidos indígenas
femeninos, que era la falda, la faja y el huípil, habían sido prehispánico y que para ello
empelaba el telar de cintura y el de pie, habiendo sido introducido este por los
españoles, habiendo desplazado este aquel en la fabricación de piezas de vestir.
"El quipal es la pieza más importante de la indumentaria. Le seguía el pañuelo y la
servilleta. Es difícil fijar el orden, entre las demás prendas porque las cintas de cabeza
y las fajas pueden o no ser introducidas en el telar familiar, mientras que el corte o
falda es raramente manufacturada en la comunidad misma".
El que es tintorero tiene por oficio el teñir la lana con diversos colores, y a las veces
con colores deslavados y falsos; la lana que se vende es bien teñida y daba buen
punto y tiñe de diversos colores, amarillo, verde, leonado, morado, verde oscuro,
verde claro, verde fino, escariado, con los cuales colores tiene lana".389
Ramírez, al referirse al sitio arqueológico de El Rosario, San Juan del Río
Querétaro, afirmó que las fibras vegetales eran difíciles de conservación porque las
afectaban los cambios de temperatura y humedad, los rayos ultravioleta, las
atmosferas contaminadas y los microorganismos. En referencia a este sitio,
localizado a 7 kilómetros de la cabecera de San Juan del Río Querétaro, que
correspondió a la cultura teotihuacana, correspondiente a la etapa de 600 años
D.C., y se encontraron fundentes carbonizados y eran fibras de algodón, agave y
lana. Había una fibra gruesa y una delgada, físicamente aplastadas y retorcidas,
pero el resto carbonizadas ya no se distinguieron sus tinciones.390
Los hallazgos de fibras vegetales en los enterramientos sobre todo confirman el carácter
389 Sahagún, Bernardino. Historia General de las Cosas de la Nueva España., p.570390 Ramírez Segura, Octavio. Método para identificación de fibras vegetales de teztal prehispánico del sitio arqueológico en el Rosario, San Juan del Río Querétaro, 7 p., p.2
551
antiquísimo de los mismos, sobre todo si las referimos a las regiones de Egipto,
Mesopotamia y la India, pero también la registramos en las poblaciones andinas. Se
trataba de prendas de vestir muy elementales, sobre todo para los individuos pobres y de
prendas ricamente adornadas para las personas que se encontraban en los niveles más
elevados de la sociedad, pero debido a su composición material, no resisten los efectos
del tiempo. Por ello, se pasó de las fibras que se sacaban del maguey, del henequén,
que fácilmente se corrompían, a las extraídas del algodón que eran más resistentes y
podían ser tejidas de una manera más vistosa.
En los estudios que realizó Mastache sobre los hallazgos arqueológicos e los tejidos llegó
a las siguientes conclusiones: la fabricación de cestas, redes, cordeles y esteros, precedió
a la fabricación de ejidos, se usaban fibras de origen vegetal, en mayor medida, aunque
había otros de origen animal, el uso de fibras duras es más antiguo que el algodón, la
mayor parte de los colorantes eran extractos vegetales obtenidos de flores, raíces, cortezas
o frutos. "Si bien la mayor parte de los malacates conocidos son de barro, se sabe que
también los había de otros materiales, tales como hueso, piedra, conchas y probablemente
madera. Se ha podido determinar que el tamaño y el peso de los malacates están en
relación con las fibras empleadas en las finuras del hilado, en general los malacates
grandes y pesados, fueron empleados para hilar fibras duras, obteniéndose hilos más
toscos, mientras que los malacates pequeños ligeros fueron empleados así siempre para
hilar algodón y lograr finos hilos, aunque la regularidad y calidad del hilado dependía más
bien de la habilidad y experiencia de la persona que hilaba".391
La invención del telar ha sido una de los grandes triunfos del ingenio humano. Sus
inventores son anónimos e hicieron una aportación esencial al patrimonio del
391 Mastache, Guadalupe Alba, Técnicas Prehispánicas del Tejido p.101
552
conocimiento humano, proporcionándoles una aplicación científica indicando que el
telar también había sido producto de la acumulación de experiencia y de la aplicación de
dedicarse extraído de ellas, pero dijo que las tradiciones artesanas no fueron productos
individuales sino colectivas y todo fue resultado del trabajo corporativo o colectivo, todo
esto en poblaciones pequeñas".392
Los hombres demostraron su capacidad para transformar una piedra en un artefacto que
pudiera tener una utilidad en la caza, la pesca, la guerra, la producción de vasijas y
cestos, de cerámica en general y para satisfacer una serie de necesidades objetivas e
inmediatas que se tenían en las habitaciones. Sus moradores buscaron siempre, de una
manera casi instintiva , tener una serie de comodidades elementales para preparar y
guardar alimentos, para descansar, para almacenar agua y semillas para la siembra, un
corral para la guarda de piezas de ganado que aseguran la disponibilidad de leche, carne y
de pelo siendo fabricadas y labradas por miembros de la familia, en forma señalada,
de las mujeres, entonces no había necesidad de que estuvieran rubricadas por sus
autores, a menos que se quisiera usar para fines de intercambio comercial y religioso.
Por ello tiene razón Childe cuando observa que esta producción no era individual sino
colectiva.
Tenía que ser por lo tanto volúmenes muy pequeños de piezas, las necesarias para la
sobrevivencia de las familias, pero sin duda y de una manera particular se fue
incrementando la producción para otros fines e incluso para el encumbramiento de unos
individuos sobre otros. Encontramos productos sumamente sencillos y elementales, los
cuales estaban asociados a las cocinas en donde se hacía un uso muy frecuente del
392 Childe, Cordón. Los Orígenes de la Civilización, p.151.
553
fuego pero después esta situación se fue modificando para instalar pequeños talleres,
también familiares, que permiten producir en forma más diversificada y en una escala
mayor, cuando la familia era más numerosa.
Escribió Mastache:
"El telar empleado en Mesoamérica: en el horizontal y que le llama "telar de cintura", "telar
de átale", o telar de dos barras y en uno de sus extremos lleva una anda que se colocaba a
la cintura del tejedor lo cual permite no solo sostener en un extremo del telar sino también
que el tejedor mantenga debidamente tensa la urdimbre; el otro extremo se sostiene por
medio de otra banda o cordel amarrado generalmente a un árbol o a cualquier punto fijo.
Se trata de un artefacto muy simple que consta fundamentalmente de dos barras que
sostiene la urdimbre y carece de armazón rígida. Al quitar la urdimbre, el telar imitado y las
dos barras mencionadas y varios palos pequeños sueltos. Un aditamento muy importante
del telar es el lizo, que consiste en una tira de madera o carrizo del cual cuelgan hilos en
formas de pesilla; para enrollar el hilo de la trama, es decir, como bobina, puede usarse
simplemente un carrizo o pedazo delgado de madera con una hendidura en los extremos;
con el fin de apretar cada uno de los hilos de la trama que van siendo colocados en el
tejido, se emplea un trozo de madera ancho, aplanado y pesado", dentro se lo que se
consideró como un huso sencillo.393
Smith describió una parte de los vestigios arqueológicos que se habían encontrado en
Calixtlahuaca, entre ellos malacates grandes con incisión que se utilizaban para hilar las
fibras de maguey, así como desfibradores, reafirmando que los hábitos de este poblado
habían realizado frecuentes intercambios con otras regiones de Mesoamérica, así como
objetos de cobre en sus relaciones las zonas tarasca de Michoacán".394
393 Mastache, Guadalupe Alba, Técnicas Prehispánicas del Tejido, p.35394 Smith, Michael. Los Materiales Arqueológicos de Calixtlahuaca y la Sociedad Posclásica
554
El intercambio de fibras vegetales para uso textil que realizaban los grupos humanos y que
después se han encontrado en los hallazgos arqueológicos demuestraron la amplia gama
de posibilidades que existían, desde las fibras de maguey, hasta los de conejo, pasando
desde luego, por el ixtle y la lechuguilla hasta las hilaturas de algodón, ya que la hilatura de
lino llegara posteriormente. Se trata de una actividad muy rica y compleja que se inicia
propiamente desde los primeros tiempos del desarrollo de la humanidad como lo
testificaron al encontrarse restos de alacates antiquísimos. Era una industria que nace
estrechamente vinculada a las mujeres, hasta constituir talleres de gran y mediano nivel,
que producían para el consumo familiar, primero, de las comunidades propias, después,
y al final para el intercambio comercial. Se trata de una actividad productiva que tenía
asegurado su futuro desarrollo pues atiende a sus necesidades básicas, al lado de la
alimentación, que es la del vestido, tan importante o más, también, que la habitación.
Estas son las necesidades básicas de todas las poblaciones, de todos los individuos,
independientemente de su estadio evolutivo, de su ubicación geográfica y del progreso que
tenían sus fuerzas productivas las cuales pronto se incorporaron a las tarea productiva
para potenciar su innovación y por lo tanto su productividad y la diversidad de sus
productos. Todos los seres humanos, en las diferentes etapas de la historia, necesitan un
techo con qué cobijarse, un alimento que llevarse a la boca y un vestido para cubrir su
cuerpo y protegerlo de los cambios climáticos.
Dijo Las Casas:
"...las mujeres se dedicaban a hilar, tejer algodón para hacer sus camisas y mantas que usan
para vestirse, unas que se llaman naguas con las que se cubrían las mujeres desde la cinta de Matlazinco, ponencia presentada para el Vil Coloquio Internacional sobre Otopanes, El Colegio Mexiquense, Toluca, Estado de México, 15 de noviembre de 2005,7 p.23
555
hasta la media pierna y también tienen grandes cuidados en criar y regular a sus hijos; los
maridos en instruirlos en los oficios y en la cosas de sus costumbres y ritos, así en su religión
y culto divino como en la de su policía y no tenían esclavos comúnmente; en alguna
parte tenían sus haciendas o peculio, con sus mujeres e hijos propios, como los otros
vecinos libres, salvo que cuando el señor hubo a menester, que se hiciera en su casa;
hacienda o algún servicio, aquella lo hacía". Todo ello en relación con los habitantes de la
española.395
Al igual que sucedió en otros grupos humano es, "el arte de tejer" fue una
actividad esencialmente femenina, la cual se producía desde que ocurrían las
primeras diferenciaciones sexuales del trabajo. En una primera etapa las mujeres,
se encargaban de la siembra y de los cultivos, mientras los hombres se dedican a
la cacería y a la pesca. Después las mujeres se concentran en las tareas
domésticas, cuando aparecen las familias nucleares y se precisó el carácter de le
los padres y en este contexto apareció la mujer como tejedora. Es decir, si las
madres o las mujeres se encargaban de la crianza y del cuidado de los hijos, una
tarea muy cercana a esta función es la de proveer a los miembros de la familia de
la vestimenta que necesitaban. Por ello, los primeros telares se ubicaron
precisamente en el interior de las casas, en los patios de estas, en donde debían
permanecer las mujeres cumpliendo con las otras tareas "propias de su sexo".
Las mujeres tenían múltiples papeles dentro de la familia y de la sociedad y una
395 De Las Casas, Bartolomé. Apologética Historia Sumaria, Ediciones Preparadas de Edmundo O. Germán, Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM, México, 2 Vols., 1967
556
de ellas era el de tejedoras, es decir, elaborando las piezas de vestir para los
miembros de su familia y solo mucho tiempo de que se pensó que podrían fabricar
piezas para el mercado externo. Eran los tiempos en que existía una economía de
subsistencia, es decir, la evolución que habían tenido las fuerzas productivas,
alcanzaban niveles de producción relativamente pequeña.
Dijo Fernández, al referirse a la "industria textil" "que las prendas más usuales se
hacían de algodón o ichcatl hilado, perfectamente tejido de colores, tan fino y tan bien
trabajado que los conquistadores lo alaban de continuo. La calidad del algodón era
tan alta, que les permitía hacerlas gruesas, delgadas o transparentes y no
necesitaban de otras fibras para la manufactura de las distintas texturas esenciales
para sus ropajes, pero para telas de menor cuantía y para ser usadas por los
miembros de los niveles sociales menos encumbrados, empleaban varias fibras
vegetales como el henequén, ichtli, Iczotl o palma silvestre, quetzalichtli, y pati y
una multiplicidad de otras fibras derivadas del maguey. "Había dos clases de hilos,
los de pluma y los de pelo de conejo y también por ello las mantas más labradas, de
colores las usaban las personas de las más latas jerarquías sociales lo mismo
sucedía con las joyas, pero a los esclavos les estaba prohibido el labrado de telas.396
Había especialistas en la fabricación de cosas de algodón con los cuales "hacen
camisas y con que cubren por vestidos y mantas para sus camas, blancas,
negras, pintadas de muy finos colores, gruesas, delgadas, muchas como
almaizares mancas, ágora común de cinco lienzos con el cielo de diversas
maneras y otros que parecen de damasco blanco, que se le pueden poner el
rey en su cama como otra cosa muy rica. Hoy hacen frazadas y guadameciles 396 Fernández Barrea, Josefina. El Are Textil entre los Nahuas, en Estudios de Cultura Náhuatl, Vol. V, México, 1968/89
557
de solamente que lo vieron hacer una vez porque como los oficiales españoles
conocen que cuanto ven hacen, por lo cual les llaman manos. Hay oficiales de
navajas de piedras y esto es cosa admirable verlos hacer y poder hacer como las
hacen; salen estas navajas de la misma hechura y forma de una lanceta con
que los barberos nuestros acostumbran sangrar...397 También describió a los que
se encargaban de pintar paños chicos y grandes, retablos, el uso de plumas
"pues son excelentes pintores, sobre todo e aves de distintos colores y también
fabrican cenefas, casullas, capas, velas, mangas, y todo lo necesario para el culto
divino.
La "industria textil" alcanzó un alto desarrollo tecnológico y material debido a que en
el régimen tributario imperante la fabricación de mantas tuvo una gran
preponderancia en el conjunto del sistema lo que motivó que miles de miembros de
la colectividad se dedicaran a estas actividades por estar en aptitud de cumplir en
tiempo y forma con las cargas impositivas. Aunque no conocemos de la existencia
de "talleres textiles" en los cuales se congregaron un grupo de personas solo con la
finalidad de producir, mantas y sí sabemos de la existencia de "barrios de tejedores",
de tejedoras en muchas ciudades y poblaciones.
A pesar de los requerimientos de grandes volúmenes de prendas, el telar de
cintura no se modificó de una manera radical, pero si mejoró su funcionamiento,
imprimiéndole más velocidad a sus operaciones, de cardado y urdimbre, por lo que el
rasgo característico siguió siendo el uso continuo de mano de obra pues
prácticamente no había una población en donde no hubiese un grupo de
397 De las Casas, Bartolomé. Los Indios de México y la Nueva España.., p.24
558
trabajadores dedicados a este oficio. Así se llegó hasta una etapa de alto desarrollo
en las calidades y en los sistemas distinguiendo claramente las prendas lizas para los
macehuales, de los "vistosamente coloreados" para los pillis, hasta que con la
llegada de los españoles arribaron los nuevos artefactos medievales europeos, que
rápidamente aprendieron a manejar los indígenas.
Acosta, al describir la trayectoria empleada por las técnicas
de construcción, dijo, que habían progresado desde el Preclásico Medio, en
que no era sino montones de tierra, hasta avanzar a construcciones más
sólidas, con rampas y escaleras y luego inventaron un muro en forma de talud.
"Esta innovación permitió construcciones más altas, pero también tenían sus
limitaciones, por lo que se ideó la combinación de dos cuerpos encimados con
un pasillo intermedio que permitió la circulación; gran adelanto que culminó con
la construcción de numerosos cuerpos superpuestos hasta que llegaron a
tomar el aspecto de una pirámide truncada. Durante la época clásica los
pequeños pueblos se transformaron todas en ciudades. Puede observarse en
ellas un principio de planificación y de servicios públicos como son las calles y los
sistemas de drenaje. Los edificios ceremoniales estaban cubiertos con tableros y
cornisas que variaban los gustos artísticos de cada región".398 Para construir los
basamentos y las plataformas emplearon las técnicas de usar un
amontonamiento de piedras sueltas o simplemente de tierra y que estaban
revestidas con piedras labradas y con complicados tableros y cornisas.
Al observar la pirámide de Cuicuilco, pensamos en su carácter rudimentario, es decir,
se trata de un gigantesco amontonamiento de piedras y lodo, sin que se hubiese
398 Acosta, Jorge. Técnicas de la Construcción, Esplendor del México Antiguo, T. I, p.501.
559
precisado sus rampas y taludes o sus escaleras. Sin embargo, en Teotihuacán la
aplicación de técnicas constructivas permite concluir que se dio llegada a una gran
complejidad arquitectónica en la que los taludes y las rampas han llegado a un gran
esplendor, aparecen los taludes labrados en alto relieve, así como una gran
cantidad de estructuras superpuestas. De una pequeña población, conjunta apenas
por un reducido número de chozas de paja, se transitó hacia un gran centro urbano,
lo que se llamaría una "gran ciudad", conformando por un conjunto de edificaciones,
la mayoría de ellas de carácter ceremonial y otras de naturaleza administraba. Se
habían avanzado notablemente no en la concepción de las pirámides que seguían
siendo, en esencia, el mismo sino en su perfeccionamiento arquitectónico pues se
habían utilizado grandes cantidades de piedra, la cual se había "trabajado" con otras
piedras más resistentes, hasta construir un complejo de edificios, calles y canales.
"En el periodo de los centros ceremoniales se inició la construcción de estructuras
civiles y religiosas que van creciendo según las necesidades de la población que
reside en ellas; se crearon los dioses y los cultos dirigidos por una casta de
sacerdotes que además posee más complejos conocimientos como el calendario, la
numeración y la escritura; se intensificó el comercio y las artesanías; se comienza a
jerarquizar la sociedad, a la vez que en esos centros se radican las funciones
religiosas, administrativas, comerciales y políticas y cada uno es sostenido por
una serie de aldeas, vecinos que lo reconocen como fase de integración social y
cultura; ahora hay una mayor concentración de excedentes económicos, una
agricultura intensiva, una población más concentrada, una planeación de los
centros ceremoniales, y la proliferación de edificios y servicios públicos, una
extensión del comercio y una jerarquización más marcada de la sociedad, con el
560
consiguiente incremento de los conocimientos intelectuales, de la religión, de las
festividades, de las artes, en suma, de toda la cultura", dijo Pina Chan.
La construcción de centros ceremoniales, que en realidad eran ciudades religiosas y
administrativas por los fines esenciales que tenían, fue un paso muy importante en la
evolución de todas las actividades económicas, productivas y profesionales y sin
duda, estuvo acompañado de un desenvolvimiento mayor de las fuerzas productivas.
Una de los primeros motores de esta transformación hacia adelante es el desarrollo
de los grupos humanos, fue el crecimiento de la población, que estaba
abandonando el patrón de disposición en pequeños asentamientos que le habían
caracterizado por mucho tiempo. Las ventajas de agruparse en una sola ciudad o
población, con un mando político y administrativo único tenían ventajas materiales y
sociales obvias.
Consecuentemente, se desarrollaron los lapidarios, el "arte de labrar piedras" pues
se requierían grandes volúmenes de piedras volcánicas, basaltos y de otras piedras,
como cantera, para levantar nuevas construcciones: el trabajo de los planificadores
de las ciudades que utilizaban los conocimiento del calendario para precisar las
jornadas de trabajo y de la observación de los astros para ubicar los edificios y
trazar las calles y ubicarlas en las regiones más cercanas y las más lejanas como
se comprueba con las excavaciones realizadas, por ejemplo, en Teotihuacán. Una
"ciudad grande" era un centro de atracciones económicas pues a ella llegaban y de
allí salían, grupos de mercaderes que intercambiaban bienes y productos con otras
comunidades y también de ella salían bienes y productos que se enviaban a regiones
cercanas o distantes.
561
Sin embargo, las "ciudades" están ya marcadas por la diferenciación social pues en
forma predominante solo podían vivir en ellos los miembros de los grupos
gobernantes, de los sacerdotes, los militares y los artesanos, que ocupaban los sitios
más cercanos al centro de la ciudad. A estos lugares no tenían acceso los
macehuales sino era solo en calidad de servidores.
Por su parte, Outwater estudió, desde el punto de vista de las normas de la
construcción y de los ingenieros, edificios de Malinalco, Xochicalco y Mitla,
habiendo excavado en el primer caso más de 1 600,000 kilogramos de roca viva
para construir la escalinata de un monolito y para ello se utilizan varias canales
para llevar agua. "Se usaron azadones de piedra y de madera en donde pudieron
haber empleando unos 50 hombres para un periodo de 8 años". En el caso de
Xochimilco se construyó una pirámide la cual tiene una gran simetría con la
colocación de 4 piedras cortadas en las esquinas y los lados tallados en relieve "y se
realizó un escrupuloso trabajo de labrado". En el caso de Mitla también se utiliza
cantera en grandes cantidades y para llevar esas piedras hasta el lugar de
construcción se emplearon vigas y cuerdas hechas de fibra local, habiendo
utilizando de 500 a 800 hombres.399
Desde los olmecas, que fueron los primeros grandes constructores, los grupos
humanos movilizaron grandes volúmenes de piedras y rocas para hacer parte de
las pirámides y de los templos y demás instalaciones y para ello utilizan canoas y
barcazas, perdiéndolos transporte para medios acuáticos. En todos los casos y ante
la falta del uso de la rueda y del metal, se requierían enormes cantidades de
personas que con su esfuerzo físico unificado y coordinado pudiesen transportar
399 Outwater Osden, V. Técnicas de la Cantería, Esplendor del México
562
esas piedras. Para ello usaron azadones de piedras y de madera para apalancar o
jalar grandes moles y después hacían los tallados y labrados, una vez que la piedra
se encontraba en los sitios acordados, para hacer los relieves, dibujar los
correspondientes motivos decorativos para pulir la cantera, empelaban piedras más
duras como el basalto y para ello fabricaron punzones de diferentes tamaños y
formas, los cuales se utilizaban para hacer cortes. Con una piedra más dura se
trabajaba una piedra más suave, siendo este el principio general.400
Marquina indicó que: "las ciudades prehispánicas se componen de un centro
ceremonial que adquiere gran importancia en relación con el tamaño de la ciudad de
una zona de palacios o residencias importantes, generalmente relacionada con un
cementerio formado por tumbas, sepulcros o entierros y por las habitaciones de
mucha importancia que se extiende en una gran superficie en sitios más alejados
del centro.401 En la zona ceremonial están los templos sobre plataformas en grandes
basamentos piramidales, los juegos de pelota, las casas de los jefes y de los
sacerdotes y en general es la parte más aparente y mejor conservada. Las
habitaciones importantes aparecen en forma de montículo de poca altura. De la
construcción de menor importancia solo se conservan pocos restos, debido a la
pobreza del material empleado y aun estas en muchas ocasiones han
desaparecido por completo.
Los centros ceremoniales en la región central de México se caracterizan por la
amplia y simétrica distribución de los monumentos y por sus grandes dimensiones.
400 Pina Chan, Ramón, Del Nomadismo a los Centros Ceremoniales* INAH, México, 1975, 318 p., p.12401 Outwater Osden, V. Técnicas de la Cantería, Esplendor del México Antiguo, T. I, p.485.
563
Sobre todo cuando se encuentran en lugares planos, los edificios se distribuyen a lo
largo de avenidas, a veces formadas por una sucesión de patios rectangulares,
limitadas por las plataformas En los primeros edificios todavía no se encuentra el
empleo de la cal, como elemento de construcción por lo que exteriormente eran
acabados con piedras toscamente colocadas y aplanadas con barro con pequeños
fragmentos de toba muy comprimida que naturalmente no ofrecía una resistencia
suficiente".402
Ya hemos afirmado que las ciudades o centros ceremoniales están signadas por
la diferenciación social pues existía un sector de habitaciones, generalmente muy
cerca o al lado de los templos o pirámides, en donde habitaban los sacerdotes y su
personal auxiliar, que gozaban de todos los adelantos arquitectónicos de la época.
Por ejemplo, en Teotihuacán tenían un sistema interno de agua potable, drenaje,
baños, lo que les permitía vivir con confort y hasta con lujo, empleando este
concepto en función de los grados del progreso social a que se había llegado. Una
situación urbanística similar tenían los altos funcionarios públicos, que ocupaban
lo que denominaremos edificios administrativos o gubernamentales.
Pero a un lado o cerca de ellas había habitaciones más modestas, hechas con
materiales de construcción más precarios, o sin condiciones sanitarias, en donde
habitaban los artesanos pobres, los agricultores que se encargaban de llevar los
alimentos y más lejos aun o fuera de la "traza urbana" estaban los barrios de los
calpullis que tenían características muy distintas a las anteriores. Durante muchos 402 Marquina, Ignacio. Arquitectura Prehispánica. Instituto Nacional de Antropología e Historia SEP México, 1951, 977 p., p.15
564
años los arqueólogos estudiaron y se maravillaron de las instalaciones que habían en
la zona de "palacios y templos, pirámides" y elaboraron estudios muy profundos sobre
ellos, para olvidaron aplicar su atención e ingenio a la zona en que habitaban los
artesanos pobres y los macehuales.
También López Lujan refirió que en Teotihuacan había varios conjuntos de edificios
en los cuales vivían personas de distintos niveles, desde los gobernantes hasta las
modestas viviendas de personas humildes. "En la mayoría de los conjuntos, sus
habitantes pertenecían a la misma etnia, estaban emparentados entre si,
desempeñaban un oficio común y rendían culto a un mismo dios patrono. A
diferencia de lo que sucedía en el resto de Mesoamérica, donde la mayoría de la
gente habitaba chozas unifamiliares, casi todos los teotihuacanos vivían en
conjunto de departamentos. Se trata de residencias multifamiliares de cal y canto
que alojaban entre 20 y 100 individuos. La calidad de los materiales y el enorme
esfuerzo que implica su erección, no hablan del relativamente elevado bienestar de
la población urbana".403
Otros aspectos que no se han estudiado a profundidad son a los que se refiere
López Austin: la pertenencia social de los grupos humanos que habitaban las grandes
ciudades, lo que confirma que a pesar de que se habían transformado su entorno
físico-geográfico pues habían dejado sus viejas aldeas, se reconocían como
descendientes de un padre o un origen común, de una misma filiación étnica,
adscrita a un calpulli con un dios tutelar.
403 'López Lujan, Leonardo. La Cuenca de México, Clásico 150-600 en La disfunción campo-ciudad Revista Arqueología Mexicana, año 44,13 p., p.7
565
Esta reciedumbre en los lazos de linaje y parentesco se observa, por ejemplo, en la
conformación de los cuatro barrios principales de la ciudad de México, cuyos
habitantes tenían similitudes históricas, culturales, y hasta profesionales. De la
residencia multifamiliar se transitó hacia la unifamiliar, en donde esos lazos deberían
debilitarse y hasta desaparecer algunos de ellos con el desarrollo de las relaciones
mercantiles que comienzan ya parecen en la etapa de Moctezuma.
Al referirse Marquina a la llamada "pirámide de Cuicuilco" dijo que era de barro muy
comprimido o que estaba limitada por grandes piedras empotradas perfectamente en
el suelo, había un gran desconocimiento de la cal, los altares están construidos con
barro y ubicó su construcción en dos mil años de nuestra era, cuyo basamento fue
cubierto por la lava que lanzó el volcán Xitle.
En el caso de Teotihuacan, dijo que eran núcleos de piedra irregulares unidas por
lodo, grandes taludes que decoraban cada uno de los cuerpos del monumento,
bloques de tepetate pegados con lodo, un aplomado hecho con tezontle molido y cal,
los pisos están hechos con relleno de piedra mezclados con lodo y una capa de
tepetate molido y apisonado con una delgada capa de cal.404 Los edificios tenían
sistema de desagüe que consistía en una sección de caños bien aplanados.
Los materiales predominantes de las pirámides de Cuicuilco, es decir, la pasta de
lodo con los cuales se hicieron los aplanados que cubrían la erupción del volcán Xitle,
mientras que en Teotihuacán, además de la piedra y el lodo, aparecieron el
tepetate, el tezontle y la cal que permitieron la realización de los estucos
policromados. A diferencia de la pirámide de Cuicuilco, hay en Teotihuacán 404 Marquina, Ignacio. Arquitectura Prehispánica. Instituto Nacional de Antropología e Historia, SEP, México, 1951, 977 p., p.41
566
grandes taludes que dibujan escenas de animales, vegetales, deidades, en
escenas guerreras, figuras mixtecas que vislumbran la existencia de relaciones
sociales, cada vez más complejas en las que prevalecen las relaciones de
intercambio con otras ciudades y regiones, la conquista de nuevos territorios, la
variedad de la religión.
Por ello la cal era tan importante pues sobre el aplanado se pudieron escribir los
grandes mensajes que conocemos; la complejidad de Teotihuacán hace notar
también la existencia de un mayor número de artesanos y no solo de los arquitectos y
de los diseñadores. Por ejemplo, el tratamiento de una piedra en forma especial, la
cantera hizo que surgiera y se desarrollara una especialidad en los lapidarios.
Si bien en el pasado se habían trabajado con "piedras volcánicas duras", ahora se
estaba trabajando con piedras más "suaves", por lo tanto más moldeables, que
requerían una mayor precisión y calidad en el trabajo artesanal, pues un golpe
equivocado en un bloque de cantera, podían destruirlo.
Las pirámides no tenían la finalidad de depositar cámaras mortuorias en las que se
quedaran los restos de los jefes políticos o jefes guerreros sino la de dejar una
constancia perenne de hechos históricos trascendentes y/o de veneración o
adoración de una deidad. Por lo tanto tenían que dejar una serie de mensajes
políticos y sociales para la posterioridad. Por eso los aplanados de arena con cal
para cubrir los taludes fueron muy importantes pues en Teotihuacán no solo
aparecieron elementos geométricos como grecas sino también escenas de guerra,
linaje de guerreros y de sacerdotes y sus atavíos.
567
Estos dibujos, eran policromados, es decir, no solo tenían una finalidad
meramente descriptiva, que por el solo hecho de serlo, es ya de suyo importante,
sino también reflejo de magnificencia y de poderío. Existen habitaciones en las que en
las cuatro paredes hay descripciones de esta naturaleza, que describen hechos
históricos o míticos, a la manera de libros de la época. En virtud de que en los
estucos se dejaban mensajes para la posteridad, los revestimientos, en los cuales se
agregaba mortero, debían tener la mayor duración posible.
Es muy importante la afirmación que hizo Cervantes de Salazar, al referirse a la
ciudad de México, indicando que las construcciones prehispánicas eran de
materiales muy precarios, eran de adobe y por ello desaparecieron en muy poco
tiempo por lo que, según él, fue muy fácil su reedificación pues las nuevas
instalaciones españolas se erigieron exactamente en los mismos sitios en donde se
levantaron los templos de los aztecas. "Hízose venir de toda la comarca una
multitud innumerable de indios para trabajar en los edificios, de los españoles que
no fue poca vejación para los vencidos: inmediatamente después de la ocupación
de la ciudad, mandó Cortés que los indios la limpiasen y que reedificasen sus casas
en las partes que les señaló, dejando libre las que destinaban a los edificios de los
españoles".405
También, siguiendo las tendencias de la arqueología oficial, al referirse a la ciudad
de México, se hizo una referencia muy destacada a las grandes
construcciones, entre ellas, claro está, el Templo Mayor y a otras edificaciones de la
zona central, pero pocos estudios se han hecho a cerca de las condiciones
405 Cervantes de Salazar, Francisco, México, 1554, p.120
568
insalubres en que vivían la mayoría de la población en virtud del carácter
lacustre de la zona. En efecto, todas las construcciones y habitaciones lujosas
lanzaban sus depósitos sanitarios en las acequias, a los canales, lo que fue una
causa importante de grave contaminación y de enfermedades. Desde luego se
menospreciaron las condiciones físicas y ambientales de los cuatro barrios, para
exaltar la belleza y el decorado de las iglesias, conventos y hospitales, ignorando
dos hechos fundamentales: las familias indígenas vivían hacinados en espacios
muy reducidos, carecían de sistema de drenaje y alcantarillado para satisfacer sus
necesidades sanitarias y en una primera etapa los indígenas no podían salir del
barrio al que pertenecían hasta que los españoles se dieron cuenta que esta
medida era impráctica para poder contratar mano de obra barata. En realidad, las
habitaciones de los macehuales siempre fueron concordantes a la situación de
pobreza y miseria en que siempre habían vivido, es decir, empleaban materiales
muy deleznables como el bajareque.
Afirmo Melgarejo que "después de las covachas, de las cavernas, de sus
adaptaciones vino la construcción del jacal en sus diversos tipos: techo de paja y
maderas ensambladas; techo de paja y embarres; techo circular de paja y adobe,
planta cuadrangular y adobe, techo de tejamanil y adobe, techo de paja y adobe
para llegar finalmente a los tipos de casas urbanas, con planta circular o
cuadrangular, sus agrupamientos y anexos, como el temascal. Con el tiempo la
construcción dejó de ser de madera y se hizo el montículo, una especie de isla,
ciertamente artificial, construido por el hombre y el montículo se transformó en
pirámide o en cono.
569
En el área de Teotihuacan, llegó un día en que se agotaron las tierras, los
montes habían sido talados, las lluvias disminuyeron haciéndose más
irregulares, la producción agrícola se desplomó, se agotaron la cacería y la
pesca, sin poder adquisitivo, la gran masa campesina redujo la compra de
productos de la ciudad, el comercio vino a menos, la industria fue paralizándose
por las ruinosas reservas de sus bodegas, diminuyó la mano de obra y el salario
dejó de recircular; por otra parte, la población había crecido, ya eran graves los
fenómenos de la presión demográfica y de la inconveniente distribución de los
recursos humanos y la cultura clásica se traslada a otra punto, más ya era el
Horizonte Clásico Tardío, Xochicalco".406
Los constructores utilizaron en las primeras habitaciones la piedra y la madera
pero pronto se dieron cuenta de que lo primero era una materia prima deleznable, es
decir, que por efecto de la humedad o porque eran susceptible de ser atacados por
hongos, se destruían en muy poco tiempo, pero no fue abandonado sino
empelado siguiendo otras modalidades, como arenilla, tablones y vigas para
construir techos y levantar paredes, al lado de construcciones de piedra, pero sobre
todo de aplomados en donde se empelaban sobre todo la cal. Pero el acceso a la
madera nunca fue sencillo debido a que algunos bosques habían desaparecido en
forma parcial y total y había que traer las materias primas de la Sierra Nevada.
El uso de la madera en sus diferentes aplicaciones hizo surgir la necesidad social
de que hubiese especialistas en su tratamiento pues no bastaba la madera en 406 Melgarejo, José Luis. Historia Antigua de México, 3 Vols. SEP-Documentos, sin fecha, Vol. III, p.144
570
tronco sino dispuesta en tablones o morillos. Los "arquitectos" solicitaron la
colaboración de los carpinteros, colaboración que se fue haciendo muy estrecha, en
la medida en que nos acercamos, al momento de la conquista. Se requería para
satisfacer las nuevas necesidades arquitectónicas, tablas y tablones, es decir,
preparaciones de madera que implicara un mayor valor agregado pues los tipos de
casas y de habitaciones se hicieron muy variados y complejos.
Mendieta se refirió de las casas de los principales; que todas eran grandes
aunque no usaban altos, más porque la humedad no les causase enfermedad,
alzaban los aposentos hasta un estrado poco más o menos y así quedaban
como entre suelos. En estas casas había huertas y vergeles y aunque las
mujeres estaban por si en piezas separadas, no salían las doncellas de sus
aposentos a la huerta o vergeles sin ir acompañadas con sus guardias. Siendo
la niña de cinco años las comenzaban a enseñar a hilar, tejer, labrar y no las
dejaban andar ociosas y a las que se levantaban de labor fuera de tiempo
atáñanle los pies para que se asentase y estuviese quieta. La gente común y
plebeya tampoco se descuidaba de criar a sus hijos con disciplina, antes luego
que comenzaban a tener juicio y entendimiento, los amonestaban dándoles
buenos consejos y retrayéndolos de vicios y pecados, llevándolos consigo a los
templos Llevábanlos consigo á los templos, y ocupábanlos en trabajos
enseñándoles oficios, según que en ellos veían habilidad y inclinación, y lo mas
común era darles el oficio y trabajos que su padre usaba. Si los veían
traviesos ó malcriados, castigábanlos rigorosamente, á las veces riñéndolos
de palabra, otras hostigándolos por el cuerpo con ortigas en lugar de azotes.407
407 De Mendieta, Gerónimo, Historia Eclesiástica Indiana, p. 137
571
De las cuatro calzadas que había en la ciudad de México, la de Tlacopán fue
construida durante el reinado de Chimalpopoca y se iniciaba en la puerta del
recinto sagrado del templo de Huitzilopochtli y terminaba en Popotla, con una
extensión de media legua. La calzada de Tepeyacac fue construida por los
tlatelolcas y partía de la puerta norte del recinto sagrado y tenía una extensión
de dos leguas y terminaba en Tepeyacac o en Tepequaquilla. La más larga
calzada, que estaba en el sur, era la de Iztapalapa, fue construida en el tiempo de
Itzcoatl y atrancaba con la puerta sur del recinto sagrado. En cuanto al recinto
sagrado dijo que contenía 78 templos siendo los más importantes los
dedicados a Huitzilopochtli y Tlaloc y además del albarradón que separaba
las aguas de Texcoco, se construyó el dique de Cuitláhuac para contener las
aguas de los lagos de Xochimilco y Chalco. 408
Los desniveles de las aguas de lagunas y lagos y un sistema de comunicación
interna, se basaron en los llamados "caminos de agua". La edificación de las
cuatro calzadas fue el primer esfuerzo tecnológico que se completó para que
los habitantes de la ciudad se trasladaran, ellos y sus mercancías, de un sitio a
otro de la cuenca, en un intento integracionista que correspondía a las
funciones específicas de la Triple Alianza, aunque las obras materiales no
correspondían exactamente a ese tiempo histórico. Se concebía a la zona acuática
como una unidad en donde el centro sería el Templo Mayor y la serie de
edificaciones que estaban adjuntas al mismo y que tenían funciones
ceremoniales; las cuatro calzadas tenían la finalidad de hacer llegar a las
personas y a los bienes materiales hacia ese lugar que se consideraba 408 Memoria de las obras del drenaje profundo en el Distrito Federal, 4 Vols., México, 1973, T. II, p.80
572
sagrado. Las aguas se fueron llenando de lodo y piedras hasta construir las
calzadas que estaban ligeramente por encima del nivel de las aguas pero que al
estarlo así, eran susceptibles de experimentar frecuentes inundaciones. Se
proyectaba que a lado de las calzadas, se erigirían los barrios y desde luego
también las casas de los habitantes de la región.
Siendo la ciudad de México una zona lacustre, dominada por grandes cuerpos de
agua, las cuales determinaban su existencia física y la de sus habitantes,
entonces era necesario construir un sistema hidráulico que regulara los desniveles
de las aguas de lagunas y lagos y un sistema de comunicación interna, es decir, los
llamados "caminos de agua". La edificación de las cuatro calzadas fue el primer
esfuerzo tecnológico que se completó para que los habitantes de la ciudad se
trasladaran, ellos y sus mercancías, de un sitio a otro de la cuenca, en un intento
unificador que correspondía a las metas específicas de la Triple Alianza. Se
concebía en la zona acuática como una espacio común en donde el centro sería el
Templo Mayor y la serie de edificaciones que estaban adjuntas al mismo y que
tenían funciones ceremoniales; las cuatro calzadas tenían la finalidad de hacer
llegar a las personas y a los bienes materiales hacia ese lugar que se
consideraba sagrado para los habitantes de la región.
Definió Sahagún al carpintero con las siguientes palabras: "es de su oficio hacer lo
siguiente, cortar con hacha, hender las vigas y hacer trozos, aserrar, cortar ramas
de árboles y hender con cuñas cualquier madera. El buen carpintero suele medir y
compasar la madera con nivel y labrarlas con la puntera para que vaya derecho y
cepillar, emparejar y encajar unas tablas con otras y poner las vigas en conciente
573
sobre las paredes; al final ser diestro en su oficio.409
Dentro de las obras importantes que hicieron los mexicas, destacó la
introducción de aguas que provenientes de Chapultepec, llegaron a Tenochtitlán
"pero la laguna de Texcoco era la más baja de la cuenca y en consecuencia
cuando caían fuertes lluvias crecía sobremanera por la precipitación misma, por el
aumento del caudal de los ríos y porque los otros lagos, más altos, vaciaban su
sobrante en ella. De la misma manera que el agua anegaba las chinampas y aun las
casas y algunas ocasiones, así también en otras retornaban escasas, se retiraban,
y eran causa de sequías y de hambres. Por otra parte, no eran aguas propias para
beber. Los manantiales de Tenochtitlán eran pocos -tres a lo sumo- y no bastaba
para las necesidades diarias de os habitantes ni para las obras".410 Por ello las
crónicas hablaban de grandes lluvias con inundaciones, terribles sequías, lo que
explica la construcción de un dique, dirigido por Nezahualcóyotl, para contener las
aguas salubres de Texcoco.
La ciudad enfrentó algunos problemas fundamentales, aparte del de las
inundaciones recurrentes debido al desnivel de los lagos y lagunas, lo que se
pretendía resolver con la construcción del llamado albarradón de Netzahualcóyotl: la
separación de las aguas salobres de las dulces y la carencia de agua potable. Para
ello se construyó un sistema de canales y se edificó el acueducto de
Chapultepec al centro de la ciudad, obra que nunca se cumplió con el objetivo
para el que fuera diseñada y concebida. La ciudad, por su régimen de lluvias
409 Sahagún Bernardino. Historia General de las Cosas de la Nueva ESpaña,p.554410 García Quintero, Josefina. México Tenochtitlán y su Problemática Lacustre. UNAM, México, 1978, 123 p., p.84
574
específicas, siempre estaba sujeta ya sea a las inundaciones, es decir, lluvias más
grandes de las esperadas y las obras que habían sido proyectadas para evitar
este fenómeno, resultaban insuficientes; por otro lado, había momentos y
etapas de sequía en que pasaba los niveles de las aguas y también en este caso,
los citados obras resultaban inoperantes.
Joyeros
Reyes Valeriano estudió una de las principales aportaciones: el color azul que se
empleaba para teñir, conocido como azul maya, producido por medio del índigo que
al mezclar atapulquita, producía índigo sintético que era resistente a los ácidos, o sea,
se trata de hojas de planta de añil que podían teñir arcilla después ya en la época
colonial se utiliza para teñir telas en los obrajes. El mundo de los colores, que tan
extendido estaba entre los prehispánicos, era tal "que un hombre sin méritos militares
no podía atreverse a utilizar determinado vestido, insignia o colores porque lo tenía
prohibido y la contravención era un castigo". Además, dentro del mismo estamento
también había distinciones obligatorias. Todavía eran más rigurosas las costumbres
establecidas por el gobernante supremo los atuendos, después de las figuras de
los dioses, era el que más colores llevaba...".411 Pero a diferencia de otros
historiadores, Reyes Valeriano afirmó que el conocimiento de los oficios no se
transmitía de padres a hijos sino que esta función estaba encomendada a los
maestros y de que un oficio lo podían aprender en el Calmecac.
En la miniatura número IX aparecieron cuatro canteros que trabajaban en la
reparación de dos estatuas, una de Moctezuma, otra de Tlacaelel, vigilados por los
411 Reyes Valeriano, Constantino, De Bonampak al Templo Mayor, El Azul Maya en Mesoamérica, Editorial Siglo XXI y AGROMEX, México, 1993,153 p., p.70
575
sobrestantes de la obra.412
Esta definición de "canteros" es imprecisa pues estos especialistas no solo trabajaban
la cantera como materia prima para la realización de sus obras sino también otras
piedras de naturaleza volcánica. En realidad, los canteros, como tales, es decir, los
especialistas de estas piedras, se conocen plenamente y se desarrollan en la época
colonial, pero por ahora nos imitamos a utilizar este concepto solo con propósitos
explicativos, precisando más tarde nuestro concepto al respecto. La cantera la
conocieron los mexicas y era una piedra blanda, suave y porosa que fácilmente se
podía manejar utilizando piedras más duras. Era absorbente a los líquidos, pero se
utilizaba sobre todo para cubrir exteriores y embellecer fachadas; tenían además
otros inconvenientes se podían romper y astillas fácilmente por lo que los
especialistas debían trabajar con mucho cuidado.
Era una piedra "vistosa y atractiva" para pirámides, templos y estatuas pues
podían ser moldeadas con relativa facilidad, a diferencia del basalto, por ejemplo. En
obras públicas en que trabajaban estos especialistas, habían inspectores o
supervisores que vigilaban su trabajo, pero en general los canteros eran muy
apreciados por su trabajo "lleno de arte y primor", como lo describen los
cronistas.
En la Teogonia se definió el trabajo de los caleros que "eran los naturales
introducidos que la cal no lo pueden quemar todo sino algunos viejos señalados los
cuales cuando alguno ha de quemar cal llaman y venido toman un poco de piciete y
ponerlo sobre cuatro o cinco piedras sobre que se arme e horno, que dicen 412 Obregón, Gonzalo, Los Tlacuilos de Fray Diego de Duran, Edición privada de Cartón y Papel de México, México, 1975, sin paginación.
576
Teñamaztli. Y dentro del horno en el suelo y por fuera hacen unas rayas como
aspas y una oración. Xiuhtecuhtli que es el fuego para que con su ayuda. Armado el
horno tiene su pulque aparejado y una gallina y es quemado el horno, derraman del
pulque por lo alto en el borde del horno y en boca baja sacrificio una gallina,
cortándole la cabeza. Suelen bailar delante de la boca por donde respira el fuego
para todo lo cual cada cosa es particular, dicen sus palabras que se podrán al
margen". Después estaban los cortadores de leña que hacia de ella vigas y que
estos leñadores invocaban a Quetzalcóatl para que les ayude y para que no les
sucede nada mal en el camino.413
Para "trabajar" los canteros utilizaban punzones de diferentes tipos y medidas,
hecho de pedernal y de otras "piedras duras", tomando en cuenta que se trataba de
una "piedra noble" y que fácilmente se podía rajar, romper, pulir, moldear y hacer
en ellas figuras de alto relieve y bajo relieve. En las zonas de pirámides y templos
se utilizaban, pero su uso no estaba extendido; se consideraba que la cantera
permitía hacer algunos realces en muros y paredes, sobre todo en taludes, el lado
de otras piedras, incluía más bellas; en el proceso de tratamiento se empleaba
también la cal para acompañar la cantera pero no para usarla como estuco en el
cual se podía hacer varios dibujos. La cantera servía para hacer contrastes que
llamaran la atención de quienes adornaban las construcciones y generalmente se
utilizaba, al igual que la cal, las vigas o los morillos de madera, en calidad de
acompañantes, para colocar muros y "levantar" paredes.
Canteros
Los olmecas, dijo Covarrubias, utilizaban todo tipo de piedras duras, compactas,
413 Teogonia en Historia de los Mexicanos, p.130
577
semipreciosas, especialmente jadeíta y técnicas lapidarias, corte de las piedras, abrasión,
desmenuzamiento para percusión, horadación para taladros, cortados, hicieron agujeros
en placas de los edificios y dibujaban la aplicación de la técnica de taladro de una
corona que consistía en un tallado tosco para "conformar las asas fundamentales y
definir la forma y los rasgos de la composición, taladrando después agujeros
estratégicos para establecer las áreas deprimidas removiendo la piedras superfluas por
medio de cortes e incisiones y finalmente, acabándolos detalles y la superficie con
distintos abrasivos", destacándose la influencia que tuvieron en distintas regiones de la
máscara del jaguar.414
"Aunque los metales preciosos eran conocidos y utilizados entre los muchos pueblos
indígenas americanos, no habían pasado de la categoría de materias primas en la
joyería, en el adorno individual, el ornato de los palacios o en el culto religioso, sin que su
uso se hubiera generalizado entre la masa de la población o bien por su rareza, bien por
prohibirlo las pragmática suntuaria. Entre los pueblos que habían superado el estadio
consuntivo de la economía y practicando de manera sistemática el comercio por
trueque, cierto tipo de mantas de algodón, como las llamadas cuachtli por los
mexicanos y las almendras de cacao, investidos de un valor convencional generalizado,
llenaban las limitadas funciones monetarias en los casos en que este se hacía necesario.
Por esta razón era poco el oro que existía en poder los indígenas".
Se inició desde luego el descubrimiento de minas de placeres auríferos en los ríos y
arroyos, hasta que Cortés introdujo a la Nueva España las primeras máquinas para
desaguar las minas y molinos para moler metales y otros como Alonso de Herrera que
trajo herramientas especiales y Antón García Saldaña quien ideó ingenios para fundir
414 Covarrubias, Miguel, Arte Indígena en México y Mesoamérica, p.77
578
metales y batanes.
Una de las aportaciones más grandes de los toltecas fue el cultivo de las artes de
orfebrería, es decir, la fabricación de piezas de oro, mezclados con piedras
preciosas, pero el mayor desarrollo se dio en la región de la Mixteca oaxaqueña, en
la zona de Montalbán y Mitla, en donde también observamos influencia cultural
maya. El oro en sus distintas modalidades y formas se conoce desde Tenochtitlán;
desde un principio descubrieron una de sus cualidades, una ductilidad y maleabilidad
al calor, a los procesos de fundición que ocurren sobre todo en la región purépecha
de Michoacán en el Occidente.
Pero más que pensar en el oro para amonedar se interesaron por ese metal como
materia prima para hacer joyas, es decir, brazaletes, pectorales, pulseras, collares,
buscando el orden personal, es decir, realizar las figuras de los gobernantes y de los
dirigentes religiosos, políticos y militares.
En una sociedad en la que la vestimenta y la apariencia exterior era muy importante
porque reflejaba la posición social de las personas, el oro y las piezas que se fabrican
con él tuvieron una gran importancia en la distinción que se hacía por ejemplo, entre
los pillis y los macehuales y en el conjunto de estímulos y recompensas que se
pagaban a los indígenas distinguidos en campañas civiles y militares. Por otra parte, el
uso del oro con fines de adorno personal estaba muy extendido entre las
poblaciones caribeñas que probablemente influyeron con sus conocimientos y
tecnologías entre los grupos humanos de tierra firme.415
415 Othón de Mendizábal,M iguel. Obras Completas, T. V., p.31.
579
Solís refirió el trabajo de los orfebres de la siguiente manera: "El laminado, llamado
también martillado era debido a la sencillez de su manufactura, las técnicas más
antiguas para trabajar el oro: la pepita cuando era colocada sobre una piedra lisa,
ligeramente cóncava que funcionaba como yunque y luego era golpeada con
hachuelas o martillos de roca muy compacta, especialmente de diorita y nefrita. El
golpeteo se realizaba en frío o en caliente con el fin de que el metal se fuera
extendiendo poco a poco, hasta lograr el objeto con el grosor y la forma deseados. Para
realizar las decoraciones en estas piezas laminadas se utilizaban las "técnicas del
repujado" que consistían en golpear el objeto, ahora con cinceles más angostos sobre
una superficie de madera la que produciría la formación de los diseños de alto o
bajo relieve, según la circunstancia. Con el tiempo los plateros mesoamericanos
aprendieron la fundición de los metales preciosos, siendo la técnica de la "cera
prendida" la que más fama le dio, debido a que la joyería así producida tenía una gran
demanda por la vistosidad y la alta calidad de su manufactura".416
También Grinberg mencionó el uso del sistema de martillado por medio del cual un trozo o
una pepita de oro se martilleaba hasta convertirse en lámina, cuya hoja después se podía
recortar con un instrumento cortante que podía ser de metal o de piedra que después
se quebraba por medio de un barril y para ello puso como ejemplo varias piezas
encontradas en Chichenitza y también se podía fabricar vasos o vasijas cóncavas. "En los
proceso de fundición se requieren herramientas diferentes a las empleadas en
laminación. Para fundir es indispensable tener un crisol en cuyo interior se coloque lo
que se quiere fundir, sea un metal nativo, un metal obtenido por reducción varios
metales juntos".1417Para ellos se utilizaban crisoles en los cuales se empleaba carbón de 416 Solís, Felipe. El Reino de Moctezuma, p.87417 Grinberg, Dora. Los Señores del Metal, p.42.
580
leña y una vez que se tenía fundido el metal se colocaba en un molde y cuando ya
estaba vaca seca la pasta se esculpía la forma del objeto que se quería fabricar.
"...los oficiales que labran oro son de dos maneras, uno se llaman martilladores o
majadores porque estos labran oro con martillos, majando el oro, con piedras, o con
martillo para hacerlo delgado como papel. Otros se llaman tlatlaliani, que quiere decir que
"asientan el oro", o alguna cosa en el oro o en la plata; estos son verdaderos oficiales,
que por otro nombre se llaman tultéca, pero están divididos en dos partes porque labran el
oro cada uno de su manera. Tenían por dios estos oficiales, en tiempo de su idolatría, a
un dios que se llamaba Totee, a este dios hacían fiesta cada año".418
En la región purépecha de Michoacán y el Occidente es en donde se impulsaban los
oficios de majadores y de fundidores de oro, tal como la describe el Códice Florentino.
Había algunas minas de las cuales se extraía cobre, oro, plata y estaño y por medido de
distintas aleaciones se produce el objeto ya sea de oro y de plata con diferentes grados
de pureza o mezclados estos metales con cobre, para reducir su aleación. Una gran
parte de las piezas fabricadas que se encontraban en el Valle de México, provenían
precisamente de estas zonas en las cuales se obtenían por medio del intercambio
comercial pues, como sabemos, los purépechas no eran una provincia tributaria. Sin
embargo, había regiones que sí lo eran, como los de Tehuantepec en donde había
yacimientos de oro y plata cuyos habitantes debían pagar, ante otros tributos objetos de
oro y plata.
En una de las primeras conversaciones que tuvo Moctezuma con Cortés y ante la
insistencia de éste porque le dijera en dónde estaban ubicados los grandes yacimientos
418 Códice Florentino, T. II, p.327
581
de oro, le dijo que, en efecto se encontraban en esa región sureña, pero que sus
habitantes los habían traicionado (como emperador). Habiendo entonces oro y plata
surgieron por "razones naturales" los oficios correspondientes y así unos fundían el oro al
alto fuego empleando una canuta por medio de las cual soplaban y los que lo hacían
"enfriar", es decir, aquellos que a golpe de martillo adelgazaban los tejas de oro
hasta dejarlas como hojas muy delgadas.
Grinberg observó que había un desarrollo de la metalurgia del cobre en la región tarasca,
es decir, los indígenas podían fundirlo, señalando que en Churrumaco había tres
minas y concluyendo que al observarlas no se habían empleado el fuego para quebrar
las piedras, no se emplearon herramientas y hierro si no que fueron trabajadas con
cuñas, probablemente con cuñas de madera; las minas eran de tajo abierto, que llegan
a trabajar hasta 20 fundidores, pero que este trabajo no era permanente sino que su
ocupación básica era como labriegos y se encontraron morteros, cuñas de madera,
cucharas de cerámica y para amarrar los usaban fibras vegetales, pero también se
encontraban minas de obsidiana en las sierras las Navajas y "en América no se han
encontrado fuelles, pues los indios, solo soplaban cañutos y para ello recordó las
figuras que aparecieron en el Códice Florentino, en el Mapa Tloltzin y en el Lienzo de
acutacato.419
Sahagún describió a los plateros "que son aquellos que tienen que ver con el metal
fino, los fundidores de él y los labradores de oro y de plata. Unos se nombran
batihojas. Estos no tienen más oficios que el batir el metal fino, adelgazarlo, con
piedras, extenderlo, donde sea necesario, laminarlo. Cada año hacían fiesta, le
rendían veneración ahí en su templo al señor Totee Xipe, que era el señor desollado 419 Grinberg Dora. Los Señores del Metal, Minería y Metalurgia en Mesoamérica, Conaculta y Pangea, México, 1990,. 70 p. p.32
582
y trabajaban con cera diseñada, dibujaba algo, con lo que se formaba metal
precioso, sea amarillo, sea blanco. Con esto daban principio a su arte.
Primeramente el que pesaba les repartía coba. Primero los muelen bien, los hacen
pulir, se le reducen a menudos polvo y ya que lo han molido, luego lo juntan, la
mezcla con un poco de lodo de ollera, el que es pegajoso, con el que se hacen allí.
Cuando lo han acabado, de igual manera hacen laminillas, las tienden al sol y otras
laminillas hacen de semejante manera que ponen al sol. En dos días se secan, se
enjutan, se endurecen y así señalan los pasos consecutivos que recorrerán los
batihojas hasta realizar el objeto de oro, en tanto que los plateros hacen los objetos
de plata".420
Sahagún empleó la terminología europea para designar como plateros quienes labran el
oro a la plata y batihojas a quienes la transforman en laminillas muy delgadas para
después adornar distintos objetos sobre todas dedicadas al culto católico. Otras
revelaciones son muy importantes: no todo el oro se extraía de las minas, ignorando en
realidad qué porcentaje lo era; otra parte, se tomaba de los plácemes de los ríos y de los
arroyos, se batía y fundía hasta convertirse en tejos, que fueron muy comunes en la
Nueva España. El tejo era en sí importante y después se convirtió en una forma de
atesoramiento pero desde luego lo era aun más si mediante una serie de tratamientos
físicos se hacía de ella toda clase de joyas.
Era cuando el tejo adquiría su verdadero valor pues ya dijimos que el oro no fue concebido
como moneda, ni tenía el significación que ostentaba en Europa durante la etapa
mercantilista en que el poderío de las naciones se medía por los barrios o lingotes de oro 420Sahagún Bernardino. Historia General de las Cosas de la Nueva España, Anotación y apéndices de Ángel María Garibay, Editorial Porrúa, México, 1982, 887 p., p.523.
583
que tenían en sus terrenos, teniendo un propósito fundamentalmente ornamental servía
para elaborar toda clase de artefactos y utensilios que servían para ataviar ricamente a
los dignatarios, así como piedras preciosas, el jade, la turquesa, el ámbar, tal y como se
ha encontrado, mezclados en algunos grandes descubrimientos de tumbas.
De acuerdo con los estudios realizados en torno a la Matrícula de Tributos había una
en especial que llamaba la atención: la entrega del oro en polvo, que se entregaba a
los tlatoanis en bolsitas de cuero y que probablemente se empleaba para adornar,
con laminillas e incrustaciones, tocados de pluma de quetzal, escudos militares de
gran significado, máscaras, otras prendas de ropa de algodón de excelente
calidad y otros usos similares lo que guarda una gran similitud con el trabajo que
posteriormente hicieron los batihojas.
"Es obvio que los mixtecas no fueron grandes escultores aunque por otra parte
pueden considerárseles como maestros en el tallar piedras duras semipreciosas.
Existen alhajas extraordinarias en forma de figurillas, pectorales y pendientes de
jadeíta, cristal de roca, amatista, ópalo, obsidiana, azabache, amozanato. Los temas
favoritos fueron personajes lujosamente ataviados ya fuera de pie o sentados con las
piernas cruzada, en talla para pectorales o con mayor frecuencia efigies de deidades,
Tlaloques o Ehecatles. La técnica de la talla de piedra dura estaba por lo general,
mecanizada, cortes directos, aserrados con cuchillos de pedernal, combinados por
agujero, círculos, y medios círculos, taladrados con instrumentos tubulares para
indicar los miembros, rasgos de la cara y ornamentos. Pueden incluirse en las artes
lapidarias mixtecas la hechura de vasijas de alabastro y de espléndidos mosaicos
de turquesa. Los plateros mixtecas de Oaxaca fueron los maestros de este arte;
fabricaron ornamentos extraordinariamente ricos en una inmensa variedad deformas.
584
Los metales usados principalmente fueron oro, cobre y con menor frecuencia,
plata, para hacer campanas, anillos, narices falsas o protectores de nariz, pectorales,
pendientes, mascaritas...".421
Dijo de los plateros Sahagún:
"... es conocedor del buen metal y de él hace cualquier obra sutil y
artificiosamente. El buen platero tiene buena mano y todo lo que hace lo hace con
medida y compás y sabe apurar bien cualquier metal y de los fundidos hace
planchuelas o tejuelas de oro o de plata; también sabe hacer molde de carbón y
echar metal en el fuego para fundirlo. El buen herrero es vivo, hábil y de buen
sentido en sus obras y suele hondar con las tajaderas, masar o martillar y usar de
fraguas y de fuelles de carbones, y cortar el hierro de pasta, como si fuese una
cera.
De acuerdo con Sahagún había sistemas de fraguas y de fuelles a la manera
de las que se utilizaban en los países de la Edad Media, en las cuales los
fundidores pasaban al rojo vivo el oro y la plata y después le hacían distintas
presentaciones, según los requerimientos de los orfebres que de conformidad con
los descubrimientos y las crónicas, elaboran piezas y joyas sumamente hermosas
que rivalizaban en belleza y acabados con las de los indígenas del Perú y
Colombia. En estas regiones el tratamiento de los metales llegó a un elevado nivel
y públicamente esto sucedió antes de que se presentara el mismo fenómeno en el
Valle de México. Es factible que alguna de la tecnología haya sido transferida y
enseñada a los mexicas y primero a los teotihuacanos pero estos prefieren no
especializarse en ese mismo nivel sino adquirir joyas por medio del intercambio
421 Covarrubias, Miguel, Arte Indígena en México y Mesoamérica, p.340
585
comercial.
La satisfacción de necesidades sociales ocurría de diferentes maneras y formas y
aplicando una política de "complementariedad industrial" optaron mejor por
abastecerse de los talleres de orfebrería de la región oaxaqueña, con quienes
tenían excelentes relaciones de carácter político y cultural. Uno de los avances
más notables de estos especialistas fue el haber elaborado moldes de piezas y
objetos que tenían un uso muy generalizado y que requerían producirse en
grandes cantidades. Hasta existen indicios de que hubo algunos talleres
pero desconocimos su tamaño y al grado de división el trabajo que tenían
internamente.422
Al referirse a la fabricación de metales, dijo Covarrubias de los mixtecas: "Usaron dos
técnicas. La primera consistía en martillar el metal hasta lograr láminas delgadísimas
de oro en las que se recortaba la silueta del objeto deseado; después se decoraba
con diseños repujados. Esta fue la técnica empleada en monumentos espectaculares,
coronas, brazaletes, cinturones, discos para usarse sobre todo en los vestidos,
ornamentos nasales. La segunda técnica fue la de la fundición por medio del proceso
llamado de la "cera perdida". El objeto que se deseaba fundir se construía con
láminas delgadas y tiras aplicadas de cera endurecida con resina blanca de copal y
se le proveía de un centro núcleo de carbón vegetal, finamente molido, mezclado
con barro con el propósito de que el objeto quedaba hueco. Este modelo de cera y
resina se cubría de un molde e arcilla que se sometía al cocimiento para eliminar la
cera; se vertía en este molde el metal fundido que empleaban, entonces, la cera que
422 Sahagún, Bernardino. Historia General de las Cosas de la Nueva España, p.553
586
se perdía con el calor. Finalmente se quebraba el molde y se pulía la reproducción
de oro y cobre".423
Escribió Othón de Mendizábal:
"Aunque los metales preciosos eran conocidos y utilizados entre muchos de los
pueblos indígenas americanos, no habían pasado a la categoría de materias primas
en la joyería, en el adorno individual, el ornato de los palacios o en el culto religioso,
sin que su uso se haya generalizado entre la masa e la población, bien por su
rareza, bien por prohibirlo la pragmática suntuaria. Entre los pueblos indígenas de
México, las piedras verdes o azules, llamadas genéricamente "chalchihuitl" por los
nahuas; la obsidiana, el cristal de roca y las plumas ricas de diversas aves de vivos
colores, eran tenidas en más estima que el teocuicatl, excremento de los dioses, el
oro. Por esta razón era poco el oro que existía en poder de los indígenas que
habitaban nuestro actual territorio, en la época de la conquista, por lo cual los
conquistadores se vieron en la necesidad, para satisfacer su ambición, de explotar
por si mismos los recursos del país en materia de metales preciosos".424 Resultaba
que en las matriculas de tributos destacaban las aportaciones de objetos de oro ya
sea en polvo o tejuelas y después los españoles explotaron los recursos auríferos
que se encontraban en los ríos y arroyos; explotaban las minas y cuando ya las
empobrecían, las abandonaban.
Grinberg estudió las piedras y los materiales que se usaron en la etapa de la
prehistoria, durante el periodo de los olmecas, en que se emplearon piedras de
obsidiana, cuarzo perforado, pedernal y hematita, pero que después en la etapa de
la cerámica se aplicaron otro tipo de conocimientos como el empelo del horno para la 423 Covarrubias, Miguel, Arte Indígena en México y Mesoamérica, p.341.424 Othón de Mendizábal, Miguel, La Minería y la Metalurgia Mexicana, 15230-1943. 76
587
coacción de piezas, las distintas variedades de arcilla y el desarrollo de pigmentos.
"Se llama lascado a un proceso en el que aplicando una ligera presión sobre los
bordes de las herramientas de piedra, se produce el desprendimiento de escamas, o
lascas, la cual genera un filo delgado y cortante. Si se caliente una piedra, digamos
de pedernal, pero sin excederse en la temperatura y haciendo un calentamiento y
enfriamiento lentos las escamas que se desprenden después de este procedimiento
son más pequeñas y el filo del pedernal se vuelve más uniforme".425
También se refirió Las Casas a los plateros que con "gran sutileza" hacían
figuras de aves, animales, cuentas, rosarios, collares y muchas joyas y también
hay "grandes y sutilísimos carpinteros de obra de talla que hacen obras en sus
manos más dignas de toda alabanza y sobre todo perfectísimos crucifijos y
devotísimos para provocar en los cristianos una gran devoción, no solo en
cuanto al bulto y forma de madera pues añadiéndolos, proporcionándoles
colores y pinturas. Esculpen y señalan una tabla las armas del emperador con
todas sus menudencias y en tan poco espacio asentados que no es menor cosa
que otra de ver...". 426
Al referirnos al trabajo de los orfebres en la etapa prehispánica y siendo sobre todo
un ente decorativo los principales motivos eran las figuras geométricas, las de
animales, de plantas, entre las cuales había collares, bezotes, haciendo alusión
siempre a la naturaleza, los dibujos de algunas deidades y otros grabados.
Servín afirmó que se "trabajaba" el mosaico habiendo verdaderas técnicas para el
tratamiento de piedras como el corte, foliación, taladrar, pulimento, técnica que fue
desarrollada en horizontes antiguos y sin la ayuda de los metales que 425 Grinberg, Dora. Los Señores del Metal, Minería y Metalurgia en Mesoamérica p.56426 De las Casas, Bartolomé. Los Indios de México y la Nueva España.., p.34
588
posteriormente se emplearon como el cobre endurecido. "La perforación se
lograba por medio de taladros que originalmente deberían ser de alguna piedra
dura -cuarzo, jade- que funcionaban como un arco y un vástago en cuya
exterioridad se fijaba la punta de piedra. El arte debió producir un movimiento
oscilatorio en el vástago, lo que originaba una perforación cónica que se
comunicaba con otro taladro iniciado en el lado opuesto, lo que producía n el
orificio, un aspecto de dos conos unidos por su vértice. Posteriormente debían
usar un pequeño canuto de cobre endurecido que auxiliado por algún esmeril y
con la ayuda del agua, hacían la perforación, aunque es presumible el largo
tiempo empleado y la enorme paciencia que este procedimiento requería. Los
llamados esmeriles fueron arenas y polvos de sílice, cuarzo y jade que finalmente
molidos desbastaban y abrillantaban las piedras".427
En la leyenda de Quetzalcóatl, se afirmó que los vasallos que tenían eran "todos
oficiales de las artes mecánicas y diestras en labrar piedras verdes, que eran muy
ricas pues tenía tanto cuanto era menester y necesario de comer y de beber y que
el maíz era abundantísimo y las calabazas muy gordas, de un brazo en redondo y
las mazorcas de maíz eran tan largas que se llevaban abrazadas". Se hizo
referencia a que Tollan, lugar de residencia de esos dioses, era un lugar en donde
había abundancia de plantas, flores, árboles, algodón, metales y de todas las
riquezas del mundo de oro y plata. "Los vasallos de Quetzalcóatl estaban muy ricos y
no les faltaban cosa alguna y en referencia a los tolleca, afirmó que "sabía casi de
todos los oficios mecánicos y en todos ellos eran y únicos y primos oficiales porque
eran pintores; lapidarios, carpinteros, albañiles, escaladores, oficiales de la pluma,
427 Servín Falencia, José. Las Artes Menores, en Esplendor del México Antiguo, T. I, p.407
589
oficiales de lazo, hilanderos y tejedores".428
El sistema de utilizar una piedra más dura sobre una más "suave" fue el principio
general del tratamiento de la lítica, desde los primeros albores de la humanidad
prácticamente, desde que los hombres se hicieron colectores y cazadores en que
emplearon piedras para pulir otras, romperlas, sobre todo para fabricar piezas
punzocortantes que permitieran abrir los tallos de una planta, destazar un animal y
prepara su carne para el consumo del grupo, limpiar pieles de animales para
después usarlos como vestimenta y para cubrir sus chozas. En este caso se
necesitaba romper una piedra más grande, de sílex o de granito, o de cuarzo, para
hacer desprender de ellas partes más delgadas a la manera de cuchillos y navajas
que eran indispensables para las labores de cacería.
El arco y la flecha fueron los instrumentos básicos no solo para cazar grandes
animales sino también para pescar, junto con redes muy simples. Se perforaba una
piedra con otra hasta el grado y con la paciencia requeridas pues el trabajo no era
sencillo, pues se rompía y se fracturaba; es así como pudieron romper grandes
piedras para hacer de ellas otras de menor volumen y emplearlas para las
construcción de templos y pirámides. También empleaban un pequeño tubo de cobre
que hacía las funciones de ese esmeril el oval perforaba una hoya, así que se
fracturaba el monolito y había unos polvos de sílice con los cuales se desgastaban
piedras más duras como el jade o el cuarzo, para que después estuvieran en
posibilidad de ser empleados y distintos ríos.
También Horcasitas describió el proceso de la cera en la metalurgia indicando que 428 Krickeber Walter, Mitos y Leyendas Aztecas, Incas, Mayas y Muiscas, FCE, México, 1985, 221 p., p.49.
590
se buscaba que en estos recipientes del metal tuviera el mismo espesor, que el
enfriamiento fuera uniforme. "El núcleo de barro se cubría con la capa de cera que
se adhería a él ya fuera por simple presión o fijándolo con pequeñísimos
espiguitas o briznas de madera compacta para que se conservaran en el lugar
debido mientras el objeto era calentado".429 Dijo que este método se aplicaba en
Colombia. Indicó que debería tener una proporción exacta para que su
maleabilidad fuera perfecta, en lo que se denomina la cera perdida y los moldes se
hacen con una mezcla de barro y de carbón. También confeccionaron hilos
metálicos o alambres. En la técnica de dorado es donde se calentaba el objeto
hasta 850 grados para después alisarlos y bruñirlos. Se emplearon polvos de oro y
láminas de oro e incluso afirmó que se utilizaba la soldadura; había aleaciones de
plata y oro con bronce y cobre; se hacían hachuelas de cobre.
Dijo Aguilar que se habían establecido dos categorías: una, la de los martilladores o
majadores y la otra eran los fundidores. El oro se sacaba de las arenas mediante el
uso de bateas y de jícaras, ya sea en polvo o en granos pues el oro y el cobre se
encontraron en estado nativo. Habló enseguida de las técnicas en frío, entre ellas,
el laminado y el martillado, el repujado que se aplicaba en las láminas delgadas
por medio de la presión y la repercusión, las uniones mecánicas que permitían
hacer figurillas y objetos de partes articuladas y en el pulido se empleó arena
muy fina, especialmente con granos de sílice, objetos forrados con lámina de oro,
engastaba el oro en piezas de jade, turquesa, obsidiana, esmeraldas, ámbar; se
licuaba el metal aplicándole fuego hasta fundirlo, ya sea total o parcial. Sin embargo,
se refirió a una técnica muy utilizada, la de la fundición en unas azuelas y para 429 'Horcasitas Barros, María Luisa. Una Artesanía con Raíces Prehispánicas, Sta. Clara del Cobre Colección Científica, INAH, México, 2002,171 p., p.33
591
ello se servían de fuelles, unas canastas de caña con las que se encendía el
fuego, pero había unas más evolucionadas y finalmente el vaciado en moldes
abiertos como el de la cera perdida.430
Sobre todo en la región occidental y ante el auge de la metalurgia, la primera "gran
división social" que se dio fue entre los fundidores y los martilladores o
majadores que empleaban la aplicación del fuego para fundir y laminar. Las
recolectas de cobre "en estado de naturaleza" extraído en las arenas de los ríos
se las entregaban a los fundidores las cuales los sometían a los procedimientos
correspondientes y estos a su vez a los martillados o laminadores quienes
adelgazaban el metal par que pudieran ser "trabajado" por los orfebres. Estos, a su
vez, le incorporaban al mayor volumen de valor agregado personal al elaborar
los diseños que primero fueron fuente de ostentación de los dignatarios y después
de admiración para todos.
Estas operaciones fueron aisladas en los laminadores hasta convertirse en
artesanos especializados que recibían la protección de los gobernantes y su
decidido apoyo económico pues fabricaban un producto que significaba una
elevada condición social. Durante mucho tiempo los sitios en donde se encontraban
los yacimientos de estos metales se convirtieron en una información reservada
solo a los tlatoanis pues había temor fundado de que fueran a ser ocupados o
saqueados por grupos humanos hostiles.
Por su parte, Rozar dijo que la afirmación de que los prehispánicos no conocían el
uso de la rueda, era algo relativo pues para mover piedras pesadas y voluminosas 430 Aguilar, Carlos, Orfebrería en el México precortesiano, en Acta Antropológica, Dic. 1946, p.62.
592
se utilizaban rodillos de madera, pero señaló que faltaron ciertos elementos lógicos
de valor para que operara esa funcionalidad. "Cada sociedad desarrolla solo los
objetos técnicos que necesita, esto no quiere decir que, desde el estricto punto de
vista del saber, dicha sociedad sea incapaz de descubrir otros principios físicos
generadores de ciertos principios técnicos. Tampoco el no desarrollar ni
generalizar ciertos principios técnicos ya descubiertos no es de ninguna por una
supuesta falta de madurez histórica y lógica, ni quiere decir que esa sociedad sea
incapaz de encontrar, analizar y reconocer, bajo apariencias diversas, sus leyes
físicas y química".431 Dijo que lo que había que preguntarse era como una sociedad
que no aplicó la rueda a los principios productivos puede desarrollarse. Por medio
de los canales es más fácil transportar las cargas de maíz y de trigo de los valles
de Chalco y de Mixquic a la ciudad de México, que utilizar carreteras.
"El que vende piedras preciosas o lapidario sabe labrar sutilmente las piedras
preciosas y puede pulirla para hacerla relucir, algunos las pule con la caña maciza,
que llama ótlatl, algunas lima y algunas adelgaza. El que vende las piedras sin
engaño, el buen conocedor de los géneros de piedras preciosas como son la
esmeralda fina y perla preciosa azabache y de otra piedra pintada y de otros
muchos colores que por ser finas resplandecen o relucen y las que tienen por
buenas después las venden a otro, según que cada uno puede vende, mirando
la virtud y propiedad de ellas. El que vende piedras falsas es engañador por hacer
piedras falsas y hacer preciosas las que no lo son, o las que son comunes, que
no son de estima alguna; es carero; al fin, las vende con palabras engañosas.432
Los indígenas no contaban con punzones de acero, con martillos o mazos, ni con 431 Rozan, Guy. El redentor occidental y sus fantasías técnicas, p.26432 Códice Florentino, T. 11, p.46
593
lijas, ni con ácidos que pudieran perforar piedras y desintegrarlas, lo que plantea
una limitación muy grande en la posibilidad de construcción de templos, edificios,
pirámides y otras instalaciones las cuales con la tecnología disponible, ya descrita
arriba, tenían que dedicar muchos años a estas labores constructivas y movilizar
a miles de individuos, es decir, los proyectos de obras se diseñaban y se llevaban
a cabo mediante procesos de largo plazo.
Un Tlatoani empezaba una cierta obra, pero la concluía otro; por ejemplo, para la
edificación del llamado albarradón de Netzahualcóyotl, del cual se esperaba que
evitara el traslado de las aguas del lago de Texcoco al lago de México con la
consecuencia catastrófica ya conocida, primero se hizo un llamado abierto a todos
los jefes de la Triple Alianza para que enviaran el mayor número posible de
individuos, pero después se redujo esta exigencia y se les pidió que enviaran
dos materias primas esenciales: grandes cantidades de piedra y de madera
para levantar muros. Para la realización de esta obra se usaron los métodos
primitivos de la época por lo que no pudo soportar la embestida de las aguas y en
menos de 20 años ya se habían derrumbado en grandes secciones.
Por su parte, González Ruiz afirmó que una vez que los yacimientos de obsidiana
escasearon "se formó un grupo especializado de mineros y canteros que extraen y
preparan el material y otro de trabajadores que se dedicaban a transportarlos para
consumo propio o ajeno y así la obsidiana que se utiliza fue la verde botella, la dorada
y en menor medida la gris, las vetéales y la lija". Después mencionó la existencia de
varios sitios o poblados en los cuales se emplea la obsidiana como la zona de
Chicoloapan y Tlapacoya, el Arbolillo, Ticomán; había mucha obsidiana en Otumba
594
de donde se abastece la región Teotihuacana, y fuera del valle de México estaba
Huazca, San Miguel Regla y Tulancingo. En relación con la propiedad de las minas
dijo que era tribal o comunal, hasta explotarse yacimientos de grandes
dimensiones en el cerro de las Navajas, Hidalgo, en la sierra de Pachuca, que eran
propiedad de los de Tepeapulco, las canteras las cuidaban y la guarnición las
protegía.433
Se refirió López Aguilar a la existencia de grandes cantidades de obsidiana en la
sierra de las Navajas, ubicada cerca de la ciudad de Pachuca y eran producto de
derrames volcánicos y los yacimientos fueron encontrados en las rancherías del
Zembo y en las cercanías de Huasca y era de color verde botella traslucido. Habló
de la existencia de talleres para la explotación de esa materia prima que se
encontraba en forma compacta y se efectuaron excavaciones profundas por
medio tiro, con túneles horizontales. Para ello mencionó la existencia de varios
talleres. Al descubrir el proceso de fabricación indicando que primero se fabricaban
lascas obtenidas por medio de la percusión directa siendo sus productos para uso
o consumo doméstico. Se preparaban núcleos de navajillas primitivas. También
hizo referencia a la existencia de los yacimientos de Otumba en donde también se
encontraron lascas de descortezamiento y se elaboraban navajas para fabricar
artefactos obtenidos mediante percusión directa. Había dos cuevas en las cuales se
encontraban esos yacimientos y sus artefactos bifaciales corresponden a la época
azteca.434
433 González Ruiz, Francisco. Sobre las Minas de Obsidiana del Cerrón Pelón, Hidalgo, Boletín del INAH, Época II, oct.-dic. 1972, 6 p., p.3.434 López Aguilar, Fernando. La Producción de Obsidiana en la Sierra de las Navajas, en La obsidiana en Mesoamérica, Margarita Gaxiola, coordinadora, Colección Científica, México, INAH, 1989,271 p.,57
595
Manzanilla afirmó que tenía una gran importancia los materiales que se usaban para
la fabricación de instrumentos de piedras, tales como sílex, obsidiana, pedernal,
basalto, con las cuales se podía hacer cuchillos, puntos de proyectil, raspadores,
perforadores, navajas, indicando que "la obsidiana es un vidrio volcánico que se forma
por refinamiento rápido del material fundido. La técnica de la hidratación de la
obsidiana se basa en la asimilación de a gua por parte del objeto lo cual proviene del
enterramiento en que se encuentra. La obsidiana enterrada se transformaba en pelota
debido a la humedad del suelo, convirtiéndose así en una forma más estable. Pero es
muy importante la siguiente precisión: "el objeto arqueológico fuera de contexto es un
ente desvalido, carece de un sentido, ya que no ha sido registrado en asociaciones
que le otorguen significado en el interior de una sociedad. Quizá sea un objeto muy
bello o raro, se puede decir de que material fue hecho, con que técnica y con cuales
motivos de decoración"...435 Farrero observó que en la Matrícula había los registros de
la entrega de oro y cobre, pero no de plata. En los primeros casos, los pueblos
tlapanecas y mixtecas aportaban al año hasta 20 jícaras de oro y polvo; Cozolapan
tributaba 20 tejuelas de oro, Tlapa, 10 barras del mismo metal, Cuextala y
Xoconuscho, bezotes de ámbar empastados en oro, en tanto que el cobre era
entregado no como metal sino transformado en cascabeles y hachuelas que se
usaban como adornos y ofrendas, en tanto que las hachuelas tenían finalidades
rituales decorativas y utilitarias, "mientras que el oro tributado en tomines o en tejuelos
se entregaba a los artesanos joyeros los cuales lo transformaban en adornos y objetos
rituales".436
435 Manzanilla, Linda. La Arqueología, una Visión Científica del pasado del Hombre, SPE-FCE, CONACYT, Colección La Ciencia desde México, México, 1994,97 p., p.93.436 Matrícula de Tributos. Nuevos Estudios, Secretaría de Hacienda y Crédito Público, México, 1991,133 p., p.121.
596
Desde luego se notó un gran énfasis por el oro pero no en su sentido comercial,
como sinónimo de riqueza y poderío de una nación, como ocurrió en Europa durante
el mercantilismo. Se decía que una nación era tan rica y poderosa como lingotes de
oro guardaban en las Tesorerías o en las Cámaras reales pues con él se podían
financiar muchas operaciones comerciales y militares. En México, estas funciones no
eran conocidas por lo que se puede concluir, en la manera de un argumento
adicional, que estos pueblos tenían un grado de desarrollo económico atrás de los
del Viejo Continente, que se encontraba inmerso en una ola expansiva del
capitalismo.
El oro tenía entonces una finalidad eminentemente decorativa y también una función
"industrial" primaria pues con él los plateros podían fabricar preciosos adornos, es
decir, le incorporaban al oro un valor agregado. Por ello lo preferían en forma de teja
pues con la técnica ya conocida podían fundirlo. Tampoco el cobre fue utilizado
individualmente hablando pues han sido muy pocos ejemplos teniendo también en
muchos casos un papel ornamental, lo que constituyó otra de las limitaciones
estructurales que tenían las fuerzas productivas. Esta es una debilidad de la economía
en su conjunto, que la sitúa atrás de otras culturas del mundo antiguo.
Afirmó Childe que: "el trabajo de los metales implica dos grupos o conjuntos de
descubrimientos: que el cobre, cuando es calentado, se funde y puede vaciarse en
cualquier molde deseado y que al enfriarse se hace tan duro como la piedra y se
le puede sacar un filo tan bueno como a esta, que este metal resistente, cortado y
rojizo se puede producir calentando ciertas piedras o tierras cristalinas, poniéndolo
597
en contacto con carbón vegetal".437Hizo referencia al uso de los metales que
conocían los indígenas de la región de los grandes lagos, pues llegaron a conocer
su maleabilidad, produciendo objetos de cobre batido. Pero, dijo, la "verdadera
superioridad del metal es que es fusible y se puede colar, pues una vez en estado
líquido se puede vaciar en cualquier molde y adquirir la forma que se diese, sin las
restricciones que impone el hueso y la piedra, del estado líquido pasaba al estado
sólido y podía ser afilado.
Las técnicas descritas por Childe son esencialmente las mismas en los distintos
regiones del mundo que van desde las más simples, el simple vaciando a unos
moldes, hasta el uso de la "cera perdida" pues lo que importaba era fabricar
utensilios más resistentes, maleables y por lo tanto más útiles para desempeñar
múltiples actividades en la agricultura, la ganadería, la minería, la construcción de
edificios, diques y terraplenes, el deslazamiento de animales y su preparación. Se
elaboraron muchos raspadores, navajas y cuchillos, cada vez más afilados y
sólidos, que podían durar mucho tiempo. Observar que los artefactos fabricados con
cobre eran, además, muy flexibles y podían tener muchos usos, guardarse en
sitios seguros. Además, estando el cobre en estado líquido, al vaciarse podía
adquirir las formas más variadas y dispares y por ello los rangos de utilidad práctica
eran mayores que aquellos utensilios hechos con piedras o madera.
También el Códice Florentino habló de la existencia de una "piedra de navaja",
que en realidad era una esmeralda y de un esmeril que utilizaban los lapidarios para
"moler arena y pulir piedras preciosas y la escoria que sale de los metales cuando se
funden o se labran y también la arena o piedra de donde se saca otros metales.
437 Childe, Gordon. Los Orígenes de la Civilización, p.170.
598
Había unos pedernales de los que salía del metal después de molido. Había unos
pedernales y piedras recias que se hacían en Oaxtepec, en los arroyos traídos por
acá, muelen aquellas piedras preciosas para después purificarlas con el mineral".438
El uso de las navajas en sus diferentes calidades y tamaños estaban muy extendida
pues las había de obsidianas, que eran las más comunes, pero no las más
resistentes al contacto con otras piedras, hasta las de cuarzo y pedernal que sí
podían hacer grandes devastaciones y horadaciones, con lo que sustituyeron los
objetos de metal pues tenían una duración muy parecida. Con ellos hacían bajo
relaciones y altos relieves en piedras de grandes dimensiones como la de Coatlicue,
que quedaron inconclusos.
El resto de las piedras que encontramos en las pirámides y templos, por ejemplo, de la
ciudad de México era de menor frente, por lo tanto podían "trabajarse" más fácilmente
con las herramientas que estaban disponibles; en muchos casos se trata de rocas
volcánicas que podían fracturarse rápidamente para dar paso a la creación humana;
había piedras de ríos de varios colores y texturas que servían de adorno. En realidad,
lo sobresaliente fueron los acabados de los taludes o de las escaleras aunque se
hacían con una mezcla de arena y cal y luego se pintaban en lo que se llama el
estuco.
Para Childe, "el arte de fundir no es menos difícil. Como en el caso del colado, es
fundamental contar con una especie de fuelle. Y para la producción en gran escala,
438 Códice Florentino, T. III, p.368
599
tuvo que inventarse un horno. Solamente los minerales superficiales de cobre se
pueden reducir directamente, calentándolo con carbón vegetal; los minerales más
profundos son generalmente sulfuro y tienen que ser calcinado a descubierto para
que se oxide, antes de poder fundirlo. Los exploradores, mineros y fundidores
debían dominar por lo tanto, una suma de conocimientos todavía más complejos
que los requeridos por el forjador. Tenía que clasificar las distintas clases de
minerales, aprendiendo las características más notables para reconocerlo y las
técnicas más apropiadas para su tratamiento".439 Indicó que a pesar de las
ventajas que tenían los objetos de metal, fue muy lento el proceso de sustitución de
los artefactos de madera o de piedras que sufrían desgaste por su uso frecuente.
Se observó un avance mayor de la metalurgia en las regiones de Mesopotamia,
Egipto, India, que con respecto a América, sin establecer establecer un
paralelismo histórico entre estas zonas. Lo sobresaliente consiste en que en
aquellas ciudades o poblaciones había, desde luego, una mayor aplicación técnica
y práctica de los objetos fabricados con distintos metales, hasta fabricar las
ruedas metálicas para los carros de combate, observando que en las zonas de
América fue mucho menor. De todas formas y a pesar de esta asimetría, los
principios generales, así como los procedimientos técnicos fueron esencialmente los
mismos, con la utilización de los fuelles para fundir, para colar y preparar los
metales (cobre) para distintos usos, ceremoniales o de ornato en unos casos u
utilitarios en otras.
Los fundidores están presentes en las más diversas regiones y culturas y lo único
439 Childe, Cordón. Los Orígenes de la Civilización, p.175
600
distinto eran los fuelles que se utilizaban, desde los más primitivos, como los que
describió el Códice Mendocino, hasta los más "avanzados", como los de Egipto,
que tienden a parecerse a los fuelles modernos. Independientemente de su origen
social y de su ubicación histórica, muchos se dieron cuenta por la experiencia
acumulada, que los objetos fabricados con metal son más resistentes que los
hechos con hueso o piedra, por ejemplo.
El ingeniero Adolphus Langenscheidt reconoció, en una respuesta que dio al
antropólogo Emiliano Melgar, no había muestras del uso de abrasivos como el
coridam que tiene una gran dureza y que se hubiera usado en la época
prehispánica, pues no se habían encontrado restos de estos metales en el área
mesoamericana, con lo que se podía explicar que los indígenas trabajaban la
jadeíta y el cuarzo. "Hacen cortes en jadeíta solo con obsidiana cuya dureza es
cercana al 5, no es posible", en tanto que del crisibelio, con una dureza del 8.5
también era muy escaso en la región.440
Hausberger, al referirse a la aplicación del método de la amalgamación,
empleada por Bartolomé de Medina dijo "que era un procedimiento simple,
pero requería amplias inversiones en la molienda y el lavado de los minerales
beneficiados y dependían del suministro regular del mercurio, un insumo
administrado por un monopolio real y bastante caro. Procedía de las minas de
Huancavelica en el Perú y de Almadén en España, además de cantidades
menores de Idna, en la Eslovenia de hoy". Distinguió la aplicación de dos
métodos, uno el método frío y el otro, el caliente. En el primero el mineral se
amontonaba en un patio abierto y se mezclaba con agua, azoque y sal y otros 440 Respuesta de Adolphus Langenscheidt a Emiliano Melgar en Revista de Arqueología Mexicana, nov. Dic. 2006, p.3.
601
ingredientes y se espera varios días, si no semanas, a que el mercurio
se amalgamara con la pasta y en los hornos calientes, se cocinaba el mineral
molido con el azogue en grandes casos de adobe. Dijo que en términos
generales, los mineros mexicanos carecían de capitales suficientes, hasta bien
entrado el siglo XVIII, aunque siguieron existiendo explotaciones muy primitivas y
arcaicas hasta finales de la colonia.441
También García Bárcenas anunció la realización de un cambio tecnológico muy
importante: a la percusión que se utilizaba de una manera exclusiva se añadió la
presión, que permitía un mayor control sobre la hechura de las herramientas y la
diversificación de estas, sobre todo para hacer puntos de proyectil. "La
organización social, aparentemente, seguía estando basada en grupos de
carácter familiar, pero varios de ellos se unían para la caza mayor" pues al
encontrar restos de mamuts, se encontraron estos tipos de proyectiles y después en
el periodo del Cenolítico superior, se agregó el pulido, y así se construyeron los
metates. "Metates y morteros permitieron la utilización amplia de semillas, que quizá
entonces pudieran haberse empezado a emplear como alimentos de reserva para
las estaciones del año en que los recursos derivados de la caza y la recolección
escaseaban. Al parecer, en esa época, la organización social estaba constituida por
familias extensas, que se separaban en la estación de secas y se unían en la de
lluvias, siguiendo un patrón de nomadismo cíclico y a partir del año de 5,500 A.C.
se comenzaron a cultivar plantas".442
441 Hausberger, Bernd. El Universalismo Científico del Barón Ignaz von Born y la transferencia de tecnología minera entre Hispanoamérica y Alemania a finales del siglo XVIII, Historia Mexica, Vol. 2, oct-nov 2009 p.605.442 García Barcenas, Joaquín. La Etapa Lítica. Los Primeros Pobladores, Arqueología, Mexicana, Vol. XVI, Num.16.
602
Se observaron primero "toscas piedras", desbastadas con una percusión muy torpe,
pero después esta operación se fue precisando ejerciendo la presión necesaria
en el punto preciso lo que producía lascas más perfectas de las cuales se podía
hacer, por ejemplo, navajas y cuchillos. Sucedió que si los golpes de percusión no
tenían la necesaria presión, la piedra podría romperse y astillarse, lo cual era una
gran pérdida en el caso de piedras finas. Aprendieron las cualidades de la piedra y
su naturaleza de tal forma que los golpes de percusión se hicieron más precisos y
por lo tanto, la siguiente etapa, el pulido, se hizo más sencillo. Uno de los
productos sociales de mayor relieve, instintivamente asociado a la agricultura y a
la preparación de alimentos, fue le metate, hecho de piedra volcánica, del cual
encontraron muestras antiquísimas en muchas culturas antiguas. Este objeto
permitió que productos tan esenciales como el maíz y el frijol pudieran olerlo y
triturarse y después guardarse en polvo para fines ulteriores de alimentación.
Destacó Horcasitas la existencia de importantes yacimientos de cobre en la región
de Occidente, especialmente en la región purépecha, así como la aparición de
"gremios" de plateros "que en realidad trabajaban cobre, habiendo localizado
muchos hallazgos arqueológicos y para ello publicó el llamado Mapa del Cobre,
editado por la UNAM en el que aparecen, entre otros, los siguientes sitios: Petatlán,
Churumuco, Inguarán, Huetamo, Pátzcuaro, Angangeo, Aguchitlán, Tuzontla,
Oropeo. Por ello encontraron varios glifos que indican la existencia de grupos
humanos fundiendo metal y por ello tributaban a los mexicas hachas y cascabeles
de cobre. Entre los bienes utilitarios describió las hachas, las coas, agujas, alfileres,
anzuelos, azadones, cinceles, punzones, alambre, restos de tubo, pero también
había muchos que eran ornamentales o ceremoniales. En relación con la técnica
603
empleada enfatizó en el fundido, el martillado, el dorado o platinado.443
Esta región, precisamente, por tener depósitos de cobre casi a flor de tierra o en
minas de escasa profundidad, propició un rápido desarrollo de las técnicas
metalúrgicas de tal forma que en textos muy antiguos aparecían varios individuos
soplando con un cañete sobre un horno por lo que podemos decir que estaban
fundiendo metales. El cobre, como sabemos, es muy maleable al fuego y fácilmente
pasa a un estado de licuefacción, es muy dúctil y ligero y puede adquirir distintas
formas sobre todo por medio del laminado. Los purépechas conocían las
técnicas de la época, según lo ha explorado Horcasitas quien también ha
desmentido que el conocimiento de esta técnica también es resultado de los
intercambios humanos y comerciales con los demás pueblos aborígenes de
América.
En este campo de actividad tenían el mismo grado de desarrollo que los pueblos
de Colombia y Perú, quienes también se distinguieron por tener importantes
depósitos de cobre y por los distintos tratamientos que les daban. Horcasitas no
refiere tampoco que hubiese habido un uso industrial de ese metal que en otros
pueblos se manifestaba por sus aplicaciones en la fabricación de armas y de
ruedas; por lo demás en los vestigios solo se han encontrado pequeños objetos
que tenían más bien una finalidad decorativa ya sí sucedió también en el Valle de
México.
Hernández hizo el estudio del taller de alfareros que se encontró en la ciudad de
Tula durante su etapa de apogeo pues utilizando la obsidiana para fabricar
443 Horcasitas de Barros, María Luisa. Una Artesanía con Raíces Prehispánicas, p. 67
604
navajillas prismáticas. Al efectuar las excavaciones arqueológicas, se encontraron
moldes y herramientas para formar y pulir las vasijas de barro, así como un horno
que era de forma circular y tenían un tubo vertical que ayudaba a controlar el aire.
Se encontraron herramientas y adobes vitrificados, figurillas y malacates de barro,
los cuales fueron construidos en unidades habitaciones o en áreas próximas a ella y
también se encontraron batidos de maderas para mezclar y preparar la arcilla.
También aparecieron punzones de huesos y navajillas. "La zona, ha sido una zona
especializada por talleres en las diversas clases de cerámica que consumían los
habitantes de la urbe como pueden ser plata, olas de distintos tipos, braseros,
comales, sahumadores". Había varios miles de alfareros, calculando unos mil que
fabricaban todas las vasijas.444
La alfarería es otra de las actividades que estaban íntimamente relacionadas con la
alimentación de las poblaciones pues se hicieron toda clase de vasijas, platos y
ollas que tenían el propósito de utilizarlas. Desde luego se trata en la mayoría de los
casos de estilos de diseño muy elementales, algunos de un solo color o de dos
colores muchos de los cuales se uniformaron, es decir, probablemente se hacían
en los "talleres" de las comunidades pues se han descubierto muchos moldes.
Esto no implica que hubiera una producción en serie, excepto quizá para el pago
de tributos y el intercambio comercial muchos años después sino que solo se
trataba del abastecimiento de las comunidades. Hablan estos vestigios también de
una mayor diferenciación social pues los labradores van concentrando la mayor
parte de sus energías en el cultivo de la tierra, dejando a los orfebres la 444 Hernández, Carlos y otros, Un taller de Alfarería en la Antigua Ciudad de Tula, Arqueología Mexicana, diciembre, 1999, Núm.22
605
fabricación de enseres domésticos con un rubro aparte, especializado.
Al hablar de la tecnología lítica, hizo mención de tres técnicas diferentes fueron el
uso de la percusión, la presión y el desgaste. En el primer caso, se golpeaba al
núcleo de unas piedras con otras para desprender lascas y darles la forma
deseada, la segunda, se utilizaba un artefacto de hueso, aunque no para golpear
sino para aplicar una fuerza en puntos específicos y así extraer lascas más
pequeñas y el tercero era una técnicas de tallado que se empleaba para hacer
herramientas en piedras, se utilizan técnicas de pulido y con ello se le facilitó el
corte de árboles y el trabajo de maderas. Había percutores duros porque tenían una
sola cara y producían un filo burdo, tenían cortes rodados y con ello se golpeaban
un núcleo para desprender lascas de él y un percutor blando que es hecho con
astas de venado, con el cual se extraían pequeñas lascas; se hacían las mangos
de madera, fabricaban morteros que se movían en los metates en forma lineal y
oscilatoria.445
La trascendencia del uso de la mano, magistralmente descrito por Engels en el
desarrollo evolutivo del ser humano, fue el principio y así mismo una herramienta
de producción la cual se fue haciendo más compleja y eficiente en la medida en
que aumentaron las habilidades y las destrezas, sobre todo con las primeras
materias primas con las que se encontraron y que eran muy abundantes en la
naturaleza, las piedras.
El ser humano se dio cuenta que no todas ellas eran iguales sino que unas tenían
una forma y otras formas diferentes, que tenia distintos grados de resistencia y por 445 García Bárcenas, Joaquín. Tecnología Lítica. Arqueología Mexicana, Vol. IX, Núm. 52, 9 y 4
606
lo tanto la utilidad era muy variada pues lo mismo podían utilizarse para construir
una habitación, construir un puerto o fabricar un hacha o un mazo. Los
procedimientos de la tecnología lítica hacen alusión precisamente a la destreza que
pudo alcanzar la mano del ser humano, concebida esta como instrumento de
producción pero alargada o extendida, con una piedra, lo que le daba una mayor
utilidad social e individual.
Se dio cuenta que había "piedras duras" y "piedras suaves", es decir, que tenían
distintos grados de resistencia y que por lo tanto las "duras" podrían utilizarse en
las "suaves" para irlas desbastando aplicando una presión mayor o menor sacando
lascas de ellas, hasta hacer figuras redondeadas y puntiagudas según fueran las
necesidades, o finamente pulimentadas. Debe observarse también que la piedra en
sus diferentes calidades o resistencias, se trataran de poner al servicio ya fuera de la
agricultura, de la pesca o de la recolección de frutos.
Al estudiar La Ventilla, un barrio de artesanos de Teotihuacán, Gazzola indicó
que se trabajaba todo tipo de rocas metafórmicas, verdes como areniscas
calizas, travetina, micas y cuarzos y con ello confeccionaban peñotes, frisos
figurillas, cuentas, narigueras, orejeras, máscaras, haciendo referencia así a la
existencia de un taller de artesanos, en donde también se encontrare jadeítas,
albita, magnesita, malaquita. Dijo que por ejemplo el jade era traído de posibles
yacimientos que había en Guerrero, Puebla, Oaxaca, Chiapas y hasta de
Guatemala y "sobre todo se trataba de ornamentos personales empleados por
individuos como por pequeños escultores o figurillas y las cuentas fueron parte
de los ornamentos más comunes utilizando para ello la técnica de percusión
que era la aplicación sucesiva de golpes controlados sobre determinado
607
punto a fin de fracturar, desprender y eliminar partes de un modelo de
materia prima para producir una preforma ya sea por medio del desbaste,
percusión y pudo. 446 Pero también se utilizaban la técnica del desgaste que
consistía en quitar poco a poco los sobrantes hasta llegar al acabado final de las
piezas por medio del pulido y del bruñido.
Los estudios que se hicieron en Teotihuacán confirman la existencia de "barrios de
artesanos" empleado aquí un vocablo europeo que se puede prestar a
confusiones pues algunos los quisieron comprar con los de Burdeos, Sevilla, Cádiz
pero esta no es la idea que deseamos transmitir pues siendo Teotihuacán una
ciudad muy grande, asentamiento que tenía entre 100 a 150 mil habitantes en el
momento de su despoblamiento, no tenía un grado de desarrollo de una ciudad
europea de la etapa medieval. Entonces debemos preferir la utilización de otro
concepto, el de "barrios con personal especializado", es decir, individuos
que además dedicarse a la agricultura cumpliendo así con las obligaciones
universales de la comunidad, se abocaban a la fabricación de las artesanías o bien
quienes lo hacían de tiempo completo, como si fuera una tarea específica. Las
excavaciones que se hicieron confirman la existencia de grandes cantidades de
objetos de artesanías, de restos de ella, en donde pudo haber existido una
ocupación habitual y sistemática, especializada.
Entre las herramientas que Gazzola encontró en la Ventilla estaban los abrasivos
que eran compuestos de obsidiana triturada o en polvo o arena de cuarzo."Las
herramientas empleadas eran de dureza superior a la materia prima trabajada por
lo que estaban hechas de piedra, hueso y astas de venado. Entre las piedras 446 Gazzola, Julie. La producción de cuentas de piedras verdes en los talleres lapidarios de La Ventilla, Teotihuacán, Arqueología Mexicana, número 36, Dic. 2007.p. 23
608
estaban materiales como el pedernal, calcedonia, basalto, tezontle, así como
huesos de animales, luego de adquirir la forma deseada se daba una forma final a
las piezas por medio de la abrasión y el desgaste de las partes sobrantes se hacían
paulatinamente para transformarla sobre una plataforma hasta obtener las formas
deseadas, generalmente esférica o por percusión indirecta pues se iniciaban
marcando un punto en el lugar de la futura perforación y servía para evitar
deslizamientos de las herramientas y la tercera parte de la perforación se iniciaba
con pequeños golpes por medio de un punzón de hueso y después se empleaban
brocas de pedernal; mientras que la cuarta etapa era el acabado por medio del
pulido y el bruñido.447
Todavía se debate entre los especialistas el uso de abrasivos para formar,
redondear y pulir piedras, pues existen pocos testimonios al respecto, pero si
existen evidencias suficientes que refieren el uso de distintas arenas por esos
objetivos, sobre todo unas arenas que llamaban negras. Se partía del principio tan
antiguo como verdadero de que una piedra más dura sirve como instrumento para
tratar una piedra más suave por medio del sistema de percusión de desbastar.
Estas piedras operaban como intensivas herramientas de trabajo, el no tener un
instrumento de metal que pudieran hacer la función de punzocortantes.
Este proceso técnico era más lento y requería de uno de sus usos intensivos de la
mano de obra pues solo tenían como apoyo la fuerza muscular. Para poder labrar
piedras muy grandes y duras se hacían varias perforaciones con el objeto de reducir
su grado de cohesión y de resistencia se les aplicaba una serie de golpes con 447 Gazzola, Julie. La Producción de Cuentas de Piedras Verdes en los Talleres Lapidarios de La Ventilla, Teotihuacán, Arqueología Mexicana, número 36, Dic. 2007, p.63
609
piedras más duras, hasta desbastarlas en la medida en que se requería y en la
forma solicitada a la manera de escultores de otras latitudes.
Utilizó Langenscheidt como ilustración una copa de cristal de cuarzo hecho por
artesanos mixtecas en la cual se utiliza arena de corindón o diamantífera y se
"desbastó con presión y movimientos rotatorios, haciendo notar que había
empleado la arena como abrasivos como el corindón que es un óxido de aluminio
muy duro y que se localizaba en Oaxaca, Guerrero y Puebla y se empelaron como
buriles para grabar y desbastar piedras duras.
Otros abrasivos que mencionó este autor fue el crisoberilo que era un oxido de
aluminio con una dureza de 8.5 grados; el topacio que es un silicato de flúor y
aluminio; el esmeril, compuesto por granulas de corindón, maquetita, hematita y
espíreles, el cuarzo cristalino o natural de roca, los pedernales, la calcedonia, las
arenas negras, la hematita, que es un óxido férrico. Describió las técnicas del
molinete que servían para perforar, desbastar o pulir piezas circulares. Incluso
afirmó que se empelaron puntos para grabar que estaban hechos con cristales de
diamante.448
El utillaje lítico que se utilizaba era, según Armillas, punzones, cinceles, cuchillos,
hachas, agujas, anzuelos "pero el metal era usado principalmente con propósitos
suntuarios. El desarrollo de minería y metalurgia coinciden con el surgimiento a un
papel activo de dos regiones que hasta entonces parecen haber tenido un papel más
bien pasivo en el desarrollo de las culturas mesoamericanas, más efímera en
Michoacán con especialización en la metalurgia del cobre y de la plata y la Mixteca 448 Langenscheidt, Adolphus. Los Abrasivos en Mesoamérica, en Arqueología Mexicana, número 57, 2001 p. 13.
610
especializada en orfebrería. En agricultura el sistema de roza era generalmente
empleado. Además cultivo de regadío, cultivo de humedad como los del río Balsas,
en otros lugares había siembras de almácigos y abonos".449
Hernández hizo alusión a varios instrumentos de piedra que se usaban tallando
piedra contra piedra "se trataba de sílices traslúcidos que se encuentran blancos,
negros y cerúleos; usan también hachas, barrenas y escoplos de cobre mezcladas
con oro, con estaño y a veces con plata. Con pala sacan piedra de la cantera y con
palo forman con artes maravillosas de la piedra iztlina espadas, sables, instrumentos
propios para castrar el maguey, punta de flecha, dardos y navajas. La semejante
herramienta pulen las piedras con tanta destreza y eficiencia que exceden mucho
a nuestros escultores. Usan teas en lugar de lámparas y otros géneros de maderas
resinosas a pesar de que abundaron en cera, lo que no es poco de maravilla.
Extraen aceite del hueso de la fruta ahoacaguahuitl, de la semilla de la chía, del
resino, del saín de las aves, pescados y gusanos pero no solo empleaban para
candiles. En lugar de amor usaban pago de cereales, enteros y cuando mejor se
trataba, mantas y plumas".450
Al referirse a la tecnología, Long indicó que los utensilios dedicados a la alimentación
fueran de piedra. Todo como metates, molcajetes, tejolotes, tazones, de varias formas
y láminas. "Hacían la molienda con la ayuda de una piedra cilíndrica, engrosada en
la parte media y adelgazada en los exteriores. Siendo materiales no perecederos,
resultaron ser valiosos marcadores de la evolución de la cultura antigua. El molcajete
y el olcaete fueron usados para triturar semillas y hierbas y para hacer las salsas
449 Armillas, Pedro. Tecnología, Formaciones Socioeconómicas y Religión en Mesoamérica, p.253.450 Hernández, Francisco. Escritos Varios, T.VI., p.69
611
picantes con chiles y tomate. Hay restos de molcajetes de arcilla según datos de la
época preclásica, pero cayeron en desuso durante varios siglos, cuando los
cocineros prefirieron utilizar molcajetes de piedra. El metate y el molcajete
resultaron ser los implementos más útiles en las cocinas prehispánicas y su uso ha
perdurado hasta hoy día".451 Fue un avance notable el uso de la cocción para hacer
más nutritivos los alimentos y aprovechar mejor los vegetales. Las primeras vasijas
eran simples y para uso doméstico, sin decoración.
Destacó López Lujan la gran importancia que tuvo el basalto en la construcción
del Templo Mayor que fue utilizado en los rellenos, en las escalinatas y en las
fachadas, en los cajones constructivos, en las banquetas habiendo recibido esos
materiales de la Sierra de Santa Catarina, de Chimalhuacán y de Xochimilco.
Seguían las andesitas las cuales conocidas como "cantera rosa", con la cual se podía
n hacer cortes planos, para elaborar losetas para pisos; en menor medida estaban las
calizas que son rocas sedentarias, "mientras que la tierra sirvió de base para los
rellenos la cual fue traída de los lechos lacustres y de las zonas pantanosas y de la
cual se hacían adobes los cuales eran vendidas junto a los ladrillos en el mercado de
Tlatelolco, pero estas no se utilizan en Tenochtitlán. La cal de caliza y la arena
volcánica también fueron imprescindibles y se les empleos en los estucos y en las
estacas que cubre pisos y escalinatas y fueron ingredientes para preparar la
argamasa, la cual fue traída de regiones más lejanas en las regiones de Hidalgo y
Morelos".452 En relación con la madera dijo que se había utilizado para hacer
estacas, tablas, tablones, vigas, viguetas y astillas, que se sacaban de los pinos, los 451 Long, Janet. Tecnologías Alimentarías Prehispánicas, en Estudios de Cultura Náhuatl, Volumen 39, 2008, UANAM, 271 p.23452 López Lujan, Leonardo y otros. Los Materiales Constructivos del Templo Mayor, Estudios de Cultura Náhuatl, vol.34, 2003, 393p., p.271.
612
ahuejotes.
En la época prehispánica, en la República de Tlaxcala, se utilizaron artefactos de
piedra y de fibra, tales como metales y morteros, hachas, cuchillos, raspadores
que se utilizaban para la explotación del maguey que servía para la fabricación del
aguamiel y del pulque, había puntos de proyectil que se empleaban en la cacería
para elaborar lanzas y flechas así como navajas prismáticas de obsidiana; se
empleaban raspadores espigados y desfibradores, pero además comerciaban con
otros pueblos, obteniendo cacao, cera, textiles, pigmentos, oro, piedras preciosas,
pieles finas, plumas de aves exóticas", todo ello en la población de Ocotelaco.453
Los instrumentos y utensilios encontrados en el Valle de México eran muy
parecidos a los localizados en la región de Tlaxcala, lo que supone que eran
regiones que tenían el mismo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas.
Se reafirma que había un constante y permanente intercambio científico, cultural,
que existía entre las regiones poblana-tlaxcaltecana con la Cuenca del Valle de
México y no podía ser de otra manera ya que se trataba de poblaciones que
tenían necesidades materiales muy similares, no obstante las diferencias políticas,
los conflictos y las rencillas que tenían los dirigentes de los señoríos entre sí, pues
estos tenían un carácter secundario, frene a las condiciones materiales objetivas.
Encontramos aspectos globales, generales, que compartían, pero también
diferencias entre ellos, como fue el caso de la pulverización de las tierras basadas
en el señorío tlaxcalteca.
Dijo Jiménez que Childe había concedido a la tecnología un papel muy importante
en la evolución del hombre, pero aclaró que no había incurrido en un determinismo
453 Tlaxcala Prehispánica. P 89
613
pues los aspectos económicos y sociales desempeñaban un aspecto también muy
importante. Hizo notar que mientras la evolución neolítica le permitió al hombre el
control sobre el propio abastecimiento de alimentos a través de la domesticación de
animales y plantas, la evolución urbana había significado la existencia de un
excedente social elevado debido a la agricultura de regadío; se habían producido
considerables cantidades de excedentes alimenticios los cuales sirvieron para
alimentar a los comerciantes y a los artesanos.454
La domesticación de los animales y la hibridación de las plantas comestibles dio
un plus de tiempo a los hombres para que pudieran dedicarse a la observación de
la naturaleza, a describir sus regularidades, sus leyes, sin tener todavía la
posibilidad de desentrañarlas en su esencia, a escribir historias en pergaminos y
piedras pero también a realizar innovaciones en los instrumentos tecnológicos.
Me refiero a la capacidad de inventiva que era producto de la observación del
mundo que le rodeaba, la ideación y fabricación de nuevos objetos par corresponder
a las necesidades materiales que la vida cotidiana planteaba. Se podía comparar,
por ejemplo, la utilidad que tenían los aditamentos de madera como la de piedras, o
la de piedras son las de metal y sacar conclusiones sobre los cambios que deberían
efectuarse.
Una actitud determinista sería aquella que paralizaría esa capacidad de cambios y
de innovación, con lo cual las comunidades humanas quedarían estacionadas, lo
cual históricamente es imposible. Sin embargo, debemos advertir que estas
modificaciones y adaptaciones se hicieron en distintos plazos o periodos, hasta que 454 Jiménez Villalobos, Félix. La Teoría de las evoluciones en Veré Gordón Childe, Anales del Museo de América, 3,1995,17p., p.10.
614
maduraron las condiciones objetivas y subjetivas, generalmente después de
periodos muy largos. Algunos de estos cambios tecnológicos solo se quedaron
en el plano de la observación teórica y probablemente jamás llegaron a
materializarse hasta que lo hicieron otros grupos o generaciones mejor dotadas.
Precisamente Castillo estudió las huellas que se encontraban en los instrumentos
líticos para describir a que actividades están destinados y por ello estudió las micro
lascas o las astillas como artefactos que servían para rascar o cepillar y para hacer
pulimentos que pueden ser redondeados o alijados y después las extracciones
que son pequeños rasguños lineales que desde luego, acata, "los artefactos al
entrar en contacto con el medio cambiante comienza a sufrir ciertas modificaciones
tanto en su morfología como en su composición". Entre los efectos del deterioro
mencionó a la patina que es producto del intemperismo e hidratación pues es
la penetración de la humedad en las rocas, la erosión, la que le puede ocasionar
los minerales y los vegetales por la acción de las raíces. Desde luego también hay
procesos de erosión y de alteración.455
Los instrumentos líticos están expuestos a la erosión y eventual destrucción; por
ello, los que se conservaron desde hace miles o cientos de años es porque
estaban ocultos en una cueva o caverna o simplemente enterrados por lo que es
muy difícil localizar las huellas de quien en el pasado remoto las empelaron. Un
instrumento lítico, sin un operador diestro que lo utilizara, de nada o de poco sirve;
por ello una piedra, una navaja, un pedernal es una extensión del cuerpo y de la
mano humana que sirven para multiplicar su fuerza y su opresión para la búsqueda
de otros fines. Se dieron cuenta, por la observación y la experiencia práctica, que 455 Castillo Berna I, Stephen. Estudios Microscópicos de Huellas de un Artefacto Lítico: Algunas observaciones teóricas metodológicas, Revista Cu ¡cuíco, Vol. II, sep.-Dic. 2004.
615
permanecían más tiempo los artefactos hechos de metal que los de piedra y
hueso y que eran más resistentes para los efectos que se señalaban por lo que
optaron, desde luego, por estos últimos, sin que se desecharan del todo los
primeros. Este periodo de transición duró ciento de años por lo que resulta muy
difícil y arbitrario separar en forma tajante las llamadas edades de piedra de las de
bronce.
Se trabajaba mucha obsidiana verde en Teotihuacán que provenía de la Sierra de
Navajas y después se cambió por la obsidiana gris de Otumba, la cual se extendió
a todo el Valle de México y también en Metepec en donde se hacían cuchillos y
puntas de proyectil.
Tenorio se refirió a un estudio que se hizo de 54 muestras de obsidiana recolectada
en los alrededores de Calpan, Puebla, concluyendo que este era un poblado que
formaba parte de una red de intercambio. Se encontraron también muchos
artefactos líticos como percutes de diversas formas y tamaños, lascas
generalmente pequeñas, fragmentos de navajas prismáticas, navajas prismáticas,
puntas de proyectil, núcleos poliédricos agitadores, besotes de obsidiana,
pequeñas cuentas, metates, mano de metate, pulidores, alisadores, machacadores,
artefactos de piedras tallada. Se encontró que gran parte de estos maestros
provenía, por ejemplo, de Tulancingo, Otumba, Magdalena, del Pico de Orizaba,
Zaragoza, Puebla, Sierra de las Navajas. Concluyó que "la obsidiana la
utilizaban el pueblo en general para la elaboración de herramientas y las señoras,
además, para su arreglo personal.456
Se han hecho estudios que confirman que los depósitos minerales de obsidiana 456Tenorio, Dolores. Estudio de la Procedencia de Obsidiana de Calpan, Puebla, mediante análisis por activación neutrónica, Instituto de Investigaciones Nucleares, 17 p., p.ll.
616
estaban básicamente ubicados en el centro del país, sobre todo, para cubrir las
necesidades de la población del Valle y del Altiplano y que había un intercambio
regular de estas piedras, las cuales tenían múltiples usos, no obstante que se
trataba de materiales dúctiles. Sobre todo se utilizaban con dos finalidades: la
fabricación de herramientas, aptas para tratar otras piedras y hacer trabajos en otros
materiales y la elaboración de objetos de adorno.
Así era la obsidiana, piedra muy noble, que podía tener usos muy disímbolos; las
navajas se podían utilizar como alisadores y raspadores, así como las puntas de
flecha para fines bélicos, de las cuales se han encontrado grandes volúmenes
en las zonas cercanas al Valle de Teotihuacán, hasta la fabricación de bezotes y
orejeras para fines suntuarios. Los estudios que se han hecho, por el color de las
piedras, confirma que había un permanente intercambio de materiales siendo la
obsidiana uno de los productos de alto valor civilizatorio pues los pueblos que
podían disponer de ellas, registraba un alto nivel cultural y social.
Morgado observó que los materiales líticos, al ser trabajados por el hombre para
convertirse en instrumentos útiles para el trabajo, tenían un mensaje cultural que
dar y se localizan en un contexto geológico y geográfico y que por lo tanto son
necesarios para precisar un territorio. "El hecho de que la sociedad de cazadores
y recolectores sean poco numerosos y de que movilidad al funcionar el
intercambio de productos líticos. Este modelo descansa en la no sobre
explotación de los recursos bióticos. La producción y aparición social parece
asegurarse a través de los desplazamientos frecuentes en función de las
capacidades productivas del espacio geográfico según la estacionalidad, hecho que
617
evidencia un alto grado de conocimiento del medio y sus recursos". Por ello, dijo,
prevalecen las conductas de la previsión o de la anticipación de las necesidades,
así como la disposición de transportes, destacándose, los campamentos
principales y los sistemas de explotación pueden ser de superficie o subterráneas,
efectuando una explotación directa de esos recursos, pero también se recurre al
intercambio.457
El grado de explotación de los recursos naturales es proporcional al desarrollo que
han alcanzado las fuerzas productivas, al incremento de la población y por ende el
número e importancia de los satisfactores humanos. Es fácil concluir que aquellos
grupos humanos que eran pequeños, que vivían en aldeas o campamentos que
disponían sobre todo de instrumentos líticos, tuvieron un nivel de explotación de
sus recursos bióticos reducido y viceversa, si otras eran las condiciones, con
poblaciones más densamente pobladas. Dos de los recursos estaban sujetos a
estas grado de explotación, el agua y la tierra, es decir, la primera tendía a
disminuir o incluso agotarse en forma alarmante y por ello tenía que recorrer
grandes distancias para traer el preciado líquido y así satisfacer sus necesidades.
Las praderas y los campos que tenían para cultivar fueron también insuficientes
pues había más jefes de familia que requerían de sus frutos y probablemente esto
fue una fuente de conflictos; al principio, los predios a cultivar estaban cerca de las
zonas pobladas pero después se fueron alejándolas de estas: también los suelos
sobreexplotados tendían a agotarse en un plazo más corto.
Tlacuilos
Distinguió Armendáriz a los códices llamados amoxtli, de las bibliotecas que se 457 Morgado, Javier. El aprovisionamiento en materia Iítica, Revista de Trabajo de Prehistoria, 63, julio-dic. 2006,17 p.22
618
denominaron amoxcalli, mientras que los escritores eran los tlacuilos, los cuales,
dijo fueron perseguido por "saber leer y escribir". Los códices se escribían de una
manera vertical y horizontal en hojas que se llamaban tiras o bandos que podían
ser doblados en forma de rollos o de biombos, pero también en forma de lienzos,
y hojas sueltas. Con respecto de los tlacuilos dijo que eran pintores y escribanos
con amplios conocimientos sobre las tradiciones, sobre la historia, la cultura,
la lengua "y formaban parte de cualquier clase social" y eran hombres y mujeres a
los cuales se les capacitaba de forma general en todas las ramas del conocimiento
humano existente en ese momento. Posteriormente se les especializaba en un
tema particular. Una vez obtenido el grado de tlacuilo y de escribano toda su
preparación pasaba a formar parte de una clase social mayor, por el hecho de
que tenía que ocuparse de tiempo completo a esta actividad".458
Los tlacuilos aparecieron en forma destacada en los glifos y en las pictografías no
como actores sociales sobresalientes sino como autores de unos textos. Por estar
relacionados con una actividad vinculada al poder, es presumible que actuaran
cerca de los miembros del grupo gobernante y que por lo tanto gozaron de sus
favores y privilegios, como ocurría con los pochtecas. Su papel de escribanos de los
acontecimientos oficiales que debían registrarse y conservarse, les permite tener
una cierta relación estrecha con sacerdotes, jefes militares y jefes políticos.
Al referirse a las llamadas "bibliotecas" solo conocemos de la referencia que hizo
Muñoz Camargo de la que se encontraba en Texcoco, en el llamado Palacio de
Netzahualcóyotl, en donde había un gran depósito de textos, los cuales, al parecer 458 Armendáriz Sánchez, Saúl, Los Códices y las Bibliotecas Prehispánicas y su influencia en las Bibliotecas Conventuales en México, p.13.
619
fueron destruidos, al desmantelar el Teocalli de esa ciudad. Se afirmó también que
en Tepletlaoxtoc, había "muchos tlacuilos", lo que planteó la conclusión de que
no todos vivían en forma contigua o cercana a los sitios de residencia de los
gobernantes sino podían vivir en sus pueblos de origen y hacer su trabajo en ellos.
Díaz del Castillo, al hablar de las mansiones en que vivía Moctezuma, refirió a los
oficiales que trabajaban para él y eran los siguientes: los lapidarios y plateros que
labraban diferentes tipos de piedras; los que labraban las plumas, los pintores
entalladores; los tejedores, que en realidad eran en mayoría mujeres "que vivían en
un especial recogimiento"; los bailadores y danzadores; los hortelanos que cuidaban
las flores y los que cuidaban los animales y toda clase de alimañas que había en el
Palacio Real.
El trabajo de los lapidarios era muy apreciado no solo por la sociedad en su conjunto
sino también por los miembros de los grupos políticos en el poder ya que habían
acumulado "una gran cantidad de secretos" sobre la propiedad y cualidades de
las piedras, al conocer su maleabilidad y sus grados de resistencia. Se puede afirmar
que se iniciaba "un espíritu corporativo" en ellos, es decir, esas experiencias
acumuladas durante muchos años no la compartían fácilmente con individuos ajenos,
pero dicho proceso apenas se estaba gestando pues es relativamente sencillo que
un "buen lapidario" ingresara a esos círculos "cerrados" pues podían trabajar en su
propia casa o domicilio, vender sus productos en los mercados de las poblaciones o
bien, en el mejor de los casos, estar adscritos al Palacio de Moctezuma, en donde
percibían un pago por su salario y tener a su disposición todas las materias primas
que necesitaran.
620
No se puede hablar, en esta etapa, de gremios debidamente constituidos, como la
que había en Europa Medioeval en ese momento pero sin duda, el proceso de
corporativización estaba en marcha el cual fue impulsado con la conquista española.
Pero había unos "gremios" más desarrollados que otros, como eran los casos de los
pochtecas y de los tlacuilos, que por sus funciones , estaban muy cerca de los altos
dirigentes de la sociedad.459
Dijo Molina que los tlacuilos "tenían una alta consideración social y se dedicaban
también a funciones de observación astronómica y contabilidad cronológica. De
manera especial dominaban las técnicas para la fabricación de papel, preparación
de cueros de venado o cortezas vegetales con el propósito de cortar con material
para los códices. Junto a los escribas existían otros personeros son mucho más
importantes y anteriores, los tlamatinis o los "sabedores de cosas", en una palabra
los sabios. Estos mismos habían recibido la denominación de Amoxhuaque o
"poseedores de códices". A esto se les consideró verdaderos depositarios y
guardianes de la cultura náhuatl".460
Los tlacuilos eran los escritores pues llevaban los registros cronológicos históricos,
bélicos, las relaciones de los descendientes, la observación de los fenómenos
climatológicos y otros y los plasmaban en los códices que eran los libros de la
época, al no conocer la escritura moderna. Describían los acontecimientos
haciendo dibujos de animales, plantas, casas, sobre todo personas, caminos,
algunas figuras abstractas o ideogramas que daban idea de que se iniciaba el
459 Díaz del Castillo, Bernal, Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, p.187460 Molina Verdejo, Ricardo. Los Códices de la Cultura Náhuatl : Notas para una Valoración, Revista Austral de Ciencias Sociales, Universidad de Chile, 7 p., p.6
621
pensamiento abstracto. Había desde luego tlacuilos que diríamos oficiales, es
decir, personas que estaban cerca de los tlatoanis y que debían dar a conocer las
medidas históricas que oficialmente fueron promulgadas.
Por ello los tlacuilos "oficiales" vivían en el propio "palacio" de gobierno, lo que
demuestra la importancia que los altos dirigentes gubernamentales les concedían a
estos especialistas pues por su conducta se dejaba constancia de los hechos
históricos que se consideraban dignos de tales. Las crónicas registran que estos
códices se quemaron o destruyeron cuando así convenía a los tlatoanis en turno,
manipulando los textos históricos como ha sucedió en otras épocas y en otros sitios
en la historia de la humanidad. Los ideogramas de los códices sin los únicos
testimonios directos que conocemos de esa historia antigua y la mayoría fueron
destruidos por los españoles, en un intento por hacer desaparece los
conocimientos de sus costumbres, valores, hábitos, creencias y relaciones
políticas y económicas.
Pérez definió al tlacuilo como un artesano que tenia la función de guardar
constancia de los acontecimientos, mediante signos ideográficos y pinturas y
probablemente participaron en la elaboración del Códice Mendocino en los que
aparecieron los nombres de los pueblos y los tributos que pagaban cada uno de
ellos y fueron los antecedentes de los escribanos los cuales en la etapa de la
conquista se dedicaron a dejar constancia escrita de la fundación de ciudades y de
instituciones. También al llegar Cortés a la costa de México, los tlacuilos le
dibujaron a Moctezuma, en grandes mantas, hombres, embarcaciones, trojes,
622
caballos y armas.461
En medio de una carencia casi total de fuentes históricas, se ha escrito la historia
de México en su etapa antigua. En realidad, sabemos muy poco de ellos porque la
mayoría de los textos en que se basaban las distintas interpretaciones, fuaeron
hechas por misioneros y tratadistas europeos y/o por indígenas que ya habían
sido "aculturizados" en la fe y en la cultura predominante. Muchos tlacuilos
"trabajaron" por indicaciones precisamente de esos europeos y por supuesto
redactaron "libros", "mapas" y otros documentos en función de los intereses de los
nuevos grupos dominantes y de las instituciones medioevales europeas que las
estaban implantando. Elaboran así, entre otros, el Códice Mendocino, que es el
único documento económico realmente valioso que contiene las características del
sistema tributario imperante.
El citado Códice fue hecha por tlacuilos bajo las órdenes de funcionarios
españoles que de esta manera deseaban justificar la existencia de un nuevo
sistema tributario que supuestamente se basaría en el anterior y que incluso, se
decía, fuera más flexible y benevolente ¿En qué medida o grado se empleó la
coacción sobre esos tlacuilos para hacer los ideogramas que tanto se han
estudiado y en qué grado reflejaron la situación económica dominante en la etapa
anterior a la llegada de Cortés? No lo sabemos, por lo que siempre que vemos
estos "libros" debemos ubicarlos en el contexto en que se produjeron, durante la
etapa de la conquista en que, desde luego, se aplicaron, distintos métodos de
compulsión directa o indirecta.461 Pérez Fernández del Castillo Bernardo. Historia de los Escribanos en la Nueva España y el notariado en México, UNAM, México,, 1983, 163 p., p.37.
623
Afirmó Armendáriz que en la mayor parte de las obras que hicieron los tlacuilos
eran anónimas y que una vez redactadas eran enviadas o servían a los templos,
mercados, palacios, tribunales, casas de tributo y escuelas. Los amoxcallis, indicó,
eran los recintos en los cuales se guardaban los códices y los encargados de
custodiarlos eran los ancianos y los sacerdotes.462
En efecto, al leer algunos de los códices no encontramos indicaciones o nombres
de quiénes los habían elaborado, pero sí se han encontrado pictografías que
dibujan a hombres escribiendo o pintando. Se puede concluir que por este hecho,
es decir, el carácter anónimo de sus autores, esos registros eran ordenados por
algunos dignatarios religiosos y políticos y por lo tanto no tenían autonomía para
tomar sus decisiones. Se acordaba la consignación de hechos y fenómenos,
fechas, para fines políticos y sociales, así como se ordenaba eliminar o borrar esos
registros, en parte o totalmente pues se trataba de perpetuar aquellos que eran
útiles para la permanencia de la dominación económica y social de cada uno de los
grupos en el poder.
En la miniatura numero 6 de los tlacuilos de Duran aparecen tres escenas: en una
de ellas apareció Itzcoatl con una tilma "engalanada o labrada con flores rojas y
diademas de turquesa, que indica su categoría. El tramo está labrado con discos y
grecas. Las emisoras en cambio llevan sencillas tilmas de algodón blanco. En la
parte inferior vemos un episodio de lucha. Un caballero tigre empuñando su
macana ha vencido a un grupo numeroso de enemigos. Colabora con el otro
guerrero que porta esa gruesa camisa de algodón "ichcahuipulli" tan característica
462Armendáriz Sánchez, Saúl, Los Códices y las bibliotecas Prehispánicas y su Influencia en las Bibliotecas Conventuales en México, Biblioteca Universitaria, julio-dic.2009, vol. 12 p., p.10.
624
en el ejército azteca y que hacía las veces de coraza. Al extremo izquierdo, sobre
un cerro con flores, se han refugiado los últimos supervivientes de esta lucha. Uno
de ellos debe ser el señor de Xochimilco, cruza la mano en signo de rendición ante
el valeroso Tlacaelel, capitán del ejército vencedor y reconocible por su rico tocado
de plumas".463
Los tlacuilos dibujaron, entre otros, a los tlatoanis, con atuendos llenos de
magnificencia, con tocados, orejeras, maxtlat, pectorales, para reiterar el poder de
mando y la autoridad de que estaban investidos; aparecieron también los pillis
vestidos igualmente con vestimentas de lujo y siempre integrandos en un grupo; los
tlatoanis se ubicaron siempre en las partes delanteras de los dibujos indicando que
él estaba dirigiendo u orientando al grupo mexica y que los pillis eran un grupo selecto,
reducido; en cambio también aparecen algunos macehuales vestidos con atuendos
muy sencillos, que integraban un grupo más numerosos que el de los pillis.
Aparecieron los dibujos de los callis o casas, algunos de ellos, los menos, con
mucho lujo y buena y otras, las masas, por casas modestas, con lo que se terminaba
de configurar la estratificación de los grupos sociales.
Hicieron mapas sobre poblaciones en los cuales se describía la distribución de las
parcelas y de la propiedad en general, gracias a las cuales podemos distinguir las
tierras que eran de su propiedad y que usufructuaban los templos, las de los tlatoanis
y que servían para su manutención, las de las escuelas y las de los señores y
también aparecieron las de los macehuales que servían para alimentar a sus
familias. Para poder distinguir este tipo de tierras se usaron diferentes colores, 463 Obregón, Gonzalo, Los Tlacuilos de Fray Diego de Duran, Edición privada de Cartón y Papel de México, México, 1975, sin paginación.
625
constituyendo un testimonio gráfico de gran valor sociológico. Textos como estos son
muy escasos -dos o tres- redactados en la época prehispánica pues la mayoría
de los conocidos fueron ecos en épocas más recientes y sirvieron para fundamentar
la existencia de privilegios de señoríos o para documentar litigios de tierras.
Noguera consideró que había distintos tipos de tinturas las cuales se usaban en
los códices, en las pinturas murales y en las telas y había tintas que eran de origen
animal, como las que se obtenían de la cochinilla o grana, la de origen vegetal que
se extraían de maderas, raíces y flores como el índigo, que producían tonos azules
y negros y tintas de origen mineral como el gis y el yeso.464
Los tlacuilos utilizaban para estampar sus escrituras pieles de venado que curtían,
hacían como unas telas de amate que se fabricaban en el estado de Morelos;
empleaban una gran cantidad de tinturas, las cuales extraían de distintos vegetales y
que también se usaban en las fibras de hilos. Los textos se conservaron durante
muchos años y había unas salas o bibliotecas en las que se guardaban. Hay que
destacar lo que contienen las genealogías en donde aparecen pintados los
descendientes de los primeros tlatoanis; los fundadores de las llamadas casas
señoriales, través de los cuales se podían conocer la calidad social de cada uno de
los miembros de la colectividad.
Al ponerse en entredicho si una persona había sido pilli o bien era parte de una casa
señorial se convirtieron en pruebas muy valiosas para reclamar privilegios y exigir
derechos. En una sociedad en donde la limpieza de sangre, o la descendencia de
un noble linaje eran muy importantes, los glifos que señalaban esta condición
464 Noguera, Eduardo. Cerámica Estratigrafía, en Esplendor del México Antiguo, T. I. p.411.
626
adquirieron un papel determinante. También había textos en los que se consignaban
batallas, distintos hechos históricos, la realización de matrimonios y otros se
encargaban de dibujar signos calendáricos en los cuales se indicaba la existencia, lo
mismo de lluvias, que de sequías o de epidemias.
Escribió Mohar que los amatecas confeccionaban hasta 20 trajes distintos asociadas
con deidades y rangos militares, especificó que la mayoría de ellos estaban labrados
y con plumas de colores y rematados con plumas de quetzal. En cuanto a las
herramientas, dijo "que solo usaban navajas de obsidiana a las que se les añadía un
madero del sabino, paletillas de metal, cuchillas, plegaderas, pinceles y cazuelejas
para pintura y cortadores de palo".465 Destacó que la principal ocupación de los tecpas
amatecas era la de labrar el atuendo exclusivo de Huitzilopochtli, así como la ropa y
atavío de Moctezuma, indicando que en las fiestas religiosas estos solían ofrecerles a
un esclavo y estaban preocupados porque sus hijos e hijas aprendieran el oficio,
pudieran manejar el pelo de conejo y trabajaran con las plumas.
"La actividad principal de los amantecas y plumarios, era la fabricación de insignias
guerreras. Destacó en los libros de tributo la gran variedad y cantidad de trajes y
escudos utilizados. En la tributación de estos trajes se puede observar la
homogeneización de algunos de ellos, en contraste con otros que podríamos llamar
exclusivos. Abundaban en ellos las plumas de quetzal; los trajes iban siempre
acompañados de un escudo o chimalli de diferentes diseños, todos elaborados con
plumas. Algunos de estos escudos incluían grecas. La greca, diseñada en verde
sobre fondo amarillo ocupaba el espacio de la rodela. De esta salía una serie de
plumas amarillas, rematadas con plumillas amarillas y verdes. Un tercer chimatl tenía
465 Mohar Betancourt, Luz María, Manos Artesanas en el México Antiguo,p.7
627
como motivo central un triángulo negro con dos pequeños rectángulos en la parte
superior. No era raro que estos escudos tuvieran incrustaciones de oro y conchas", dijo
Mohar, concluyendo, uno de estos escudos de guerrero llegaba por la vía del tributo
unas 450 piezas al año.466
En relación con las técnicas empleadas por los amantecas, afirmó Castello, que
hacían un armazón y después ensartaban y enredaban las plumas entre sí con hilo
y bramante y la otra consistía en pegarlas con engrudo a un papel de algodón. "El
plumajero empezaba por hacer un armazón de carrizo que cubría con una tela bien
estirada. A continuación cubría esta con plumas de diferentes coloridos que estaba
o cosía con un hilo de manera que quedara anudadas unas con otras. Por último
sometía la pieza a distintos movimientos para asegurarse que todas las plumas
estaban bien sujetas y reforzar aquellas que correspondía podrían desprenderse con
el uso. En la segunda, sobre una hoja de maguey como base, el amanteca colocaba
una capa de algodón cardado mezclado con engrudo y lo dejaba secar hasta que
crujiera, con lo que lograba un papel de algodón que, una vez desprendido de la hoja
de maguey, se colocaba sobre el papel de amate, en la que el tacuilo había hecho el
dibujo. Enseguida el plumajero iba definiendo con plumas los contornos de los
elementos del diseño, pues así precisados con un fondo de plumas ordinarias para a
continuación cubrirlo con plumas finas".467
Afirma Castello que:
"Los tecpas amantecas podían en ciertos casos recibir tierras, como ciertos
pochtecas oztomecas distinguidos, de manera que podían allegarse ingresos
466Mohar Betancourt, Luz María, Manos Artesanas en el México Antiguo, p.10 467 Castello Iturbide, Teresa. El Arte Plumario en México, Grupo Financiero Banamex-Accival, México, 1993, 223 p., p.70.
628
extraordinarios y privilegios de carácter social. En general los amantecas no
tributaban como cualquier calpulli y es probable que no estuviesen organizados
bajo ese régimen. Como todos los oficiales de las artes menores, no estaban
obligados a cooperar en los servicios públicos y en las labores agrícolas en el
régimen de los tributos; su paga en especie, lo hacían a través de los calpixques
del ramo, sin que estos interfirieran mayormente en el proceso de trabajo. La
producción de los amantecas, como la de los demás toltecas y las empresas
comerciales de los pochtecas, fue importante porque generaban un volumen de
bienes especializados. No solo eso, tal hecho ocurría en los tres sistema
institucionales: el tributo, el tráfico exterior y el intercambio mercantil "y podían
hallar una parte de sus materias primas en los mercados como plumas,
colorantes, instrumentos cortantes de cobre y de huesos y resinas o gomas, pero
que los amatecas no vendían directamente sus productos en los mercados sino
que lo hacían por medio de sus familiares. Entre las provincias que enviaban
tributos en pluma estaban Xoconuchco, Tochtepec, Coixtlahuacán y
Tlachquiauhco.468
Dijo Castello que uno de los impulsores de la plumería había sido precisamente
Quetzalcóatl quien además de enseñar a fundir la plata, labrar las piedras y las
maderas, pintar, enseñó a hacer plumajes, pero básicamente utilizar los intercambios
comerciales para traer plumas de lugares verdaderamente remotos, pero además
servía para pagar tributo y hacer las veces de moneda. Indicó que las plumas que
más se colectaban eran las de los quetzales. Que los artistas de la pluma fueron
llamados amantecas como el gentilicio del barrio de Amantla donde había la mayor 468 Castello Iturbide, Teresa. El Arte Plumario en México, Grupo Financiero Banamex-Accival, México, 1993, 223 p., p.54
629
parte de ellos y fueron artesanos muy antiguos, influidos por los toltecas. "Había en
Tenochtitlán y Tlatelolco, artistas plumarios que trabajaban en sus propias casas; las
casas servían de tiendas provisionales y seguramente también de talleres. Había
amatecas que trabajaban en el palacio del huey tlatoani y ahí recibían su sustento y
utensilios principales de trabajo. Vivían no en el barrio de Amantla sino en el de
Tzonmalco y donde también había un Calmecac, junto con los encargados de hacer
los atavíos del huey tlatoani".469
Pero había otros que trabajaban para la administración del “palacio” pero no para la
corte del tlatoani y se llamaba calpixis o amatecas y tenían a su propio dios que era
Coyotlinahual. Estos amatecas tenían asegurado el suministro de materias primas
por medio de la cría de aves en el tecpan y por medio del tributo.
Por su parte, Castello afirmó que antes que los aztecas, los mayas ya habían
confeccionado penachos de plumas finas con los cuales se adornaron los muros de
Bonampak y que dicho arte tuvo un gran desarrollo pues en toda la región
mesoamericana había mucha aves de bellos colores como tucanes y guacamayas,
reiterando que "los objetos de la plumaria precortesiana estaba relacionada con la
importancia de los personajes que las portaban: las capas y los mantos reales, los
penachos y los adornos que se ponían en la cabeza, así como otros que se colocaban
en los brazos y en los pechos. Todo ello engrosaba al emperador, a los altos
dignatarios y a los grandes sacerdotes en las apariciones que hacían en público y
durante los bailes ceremoniales que se celebraban en las muchas festividades
religiosas”.
469 Castello Iturbide, Teresa. El Arte Plumario en México, Grupo Financiero Banamex-Accival, México, 1993, 223 p., P23
630
Las plumas también se usaron en las vestimentas, pues las telas destinadas para la
indumentaria de la clase superior se tejían con hilos torcidos con plumas. Los
principales sacerdotes también se engalanaban con capas lizas, obviamente de
menor importancia que las que le correspondían a los “emperadores”. Las capas,
las mantas, los escudos y los otros objetos de plumaria, también se usaban como
regalos que hacían los jefes a los altos dignatarios y gobernantes de provincias y
de otros territorios, por agradecimiento, o buscando halagar con cualesquier otros
fines.
Concebidas en términos mágicos, las plumas fueron símbolo de fertilidad, abundancia
y riqueza y poder. Las plumas eran obtenidas tanto de guajolotes y patos
domesticados como de numerosas aves silvestres capturadas de diferentes maneras.
Se menciona el uso de redes, canastas, cerbatanas, dardos, flechas y trampas hechas
de lazo y palos engomados en la que los pájaros se quedaban pegados sin
poder emprender el vuelo".470 Había aves como los quetzales y las cuales una vez
que les quitaban las plumas las dejaban en libertad.
Destacó Zantwijk que el gremio de mercaderes se distribuían en 12 poblados de
los cuales cinco pertenecían a México, cuatro a Texcoco y tres a Tlacupan, es decir,
las ciudades de Azcapotzalco, Cuatitlan y eI pueblo de Mixcoac. "La autoridad
central de la organización mercantil azteca fue ejercido por los jefes de los mercaderes
de México-Tenochtitlán. Además, los mercaderes de Tenochtitlán y de Tlatelolco
tenían el monopolio del comercio en productos tropicales procedentes de las costas
atlánticas y pacíficas. Sin embargo, permitían hasta cierto punto que los mercaderes 470 Castello Iturbide, Teresa. El Arte Plumario en México, Grupo Financiero Banamex-Accival, México, 1993, 223 p., p!2
631
de las otras tres ciudades importantes las beneficiaban de dicho monopolio. A ellos
llevaban como sus auxiliares los mercaderes de la capital, concediéndoles en
cambio, ciertas ventajas comerciales o una parte del producto de la mercancía
tropical. A parte de estos privilegios de Atzcapotzalco y Cuautillán, la antigua capital
tecpaneca tenía además el derecho exclusivo de mantener un mercado de esclavos.
Esta función era particularmente importante en el ramo de la organización
mercantil porque los tratantes de esclavos tenían un alto prestigio social y además
la compra de esclavos para sacrificar era el único camino disponible del mercader
ambicioso para entrar en los altos niveles de la jerarquía social y oficial del imperio". 471
Los comerciantes aparecieron en etapas tempranas pero en la medida en que se
incrementó la población por ende también las necesidades de la misma, se fueron
incrementando hasta constituir en el periodo de Moctezuma en el grupo económico y
social mayor organizado y el que más influía en las decisiones del grupo
gobernante. La aparición de estos individuos tenía conexión con el excedente
económico, pues crecieron en la medida en que se fue superando la economía de
subsistencia para pasar a una economía más abundante de bienes y servicios y por
lo tanto se necesitaba de un gran volumen de excedentes.
La economía era complementaria pues muchos productos que no podían obtener de
parte de sus provincias tributarias más cercanas a sus fronteras, los compraban de
regiones más lejanas, algunas llamadas de Tierra Caliente y por ello se requerían
caravanas de viajeros y de cargadores que trajeran al Valle de México muchos de los
productos y de las materias primas que se requerían. Las crónicas refieren la 471 Zantwijk, van Rudolf, La Estructura Gubernamental del Estado de Tlacupan, 1430-1520, en Estudios de Cultura Náhuatl, Vol. VIII, 1969, p.155
632
existencia de un fuerte y diversificado intercambio de bienes y servicios, los cuales en
un contexto mayor conformaban una interinfluencia social y económica que
siempre existía, en mayor o menor grado, con los pueblos de la región el Istmo de
Tehuantepec, con las poblaciones de Colombia, Venezuela y de la región andina. Esta
interinfluencia humana superaba los límites meramente comerciales, para
comprender las transferencias y los aprendizajes de tecnología y experiencia acerca
de la agricultura, de la cerámica y de las otras artes.
El Conquistador Anónimo hizo alusión al mercado de Temiztitan afirmando que "todo
alrededor tiene portales y en ellos se reúnen todos los días 20 a 25 mil personas a
comprar y vender por el día de mercado, que es cada cinco días, se juntan 40 a 50
mil. Hay mucho orden, tanto en estar cada mercancía en un lugar aparte, como en el
vender porque de un lado de la plaza están los que venden oro y en otro junto a este,
los que venden piedras de diversas clases montadas en oro figurando varios pájaros y
animales. En otro lado se vendían cuentas y espejos; en otro plumas y penachos del
arte plumario para adornar la ropa que usan en la guerra y en sus fiestas; más
adelante habían piedras para navajas y espadas, que es cosa maravillosa de ver y
de que por asco no se tiene idea y con ellas hacen espadas y rodelas. Por una parte,
venden mantas y vestidos de varias clases para hombre y por otro vestidos de mujer.
En otro lugar, se vende el calzado, en otro, cueros curtidos de ciervos y otros
animales y aderezos para la cabeza hecha de cabellos, que usan todas las indias.
Aquí se vende algodón, allí el grano con que se alimentan; más adelante pan con
diversas suertes; enseguida pasteles, luego gallinas, pollos y huevos, cerca de ahí
liebres, conejos, ciervos, codornices, gansos y patos. Luego se llega a un lugar
donde se vende vino de diversas clases y otro en el que se encuentran toda clase de
633
verduras. En esta calle se expende la pimienta, en aquellos las raíces y yerbas
medicinales, que son infinitas las que estos naturales conocen; en otra diversos
frutos, en la de más allá madera para las casas y allí junto la cal y enseguida la
piedra; en suma cada cosa está aparte y por su orden. Además de ésta plaza
grande hay otras y mercados en que se venden comestibles, en diversas partes de
la ciudad".472
Señaló Hernández:
"Los chichimecas no admiten mercaderes extranjeros, los otros en su mayor parte
usan el comercio. Son ecocisos y landrocisimos y por esta causa la compraventa
suele realizarse entre ellos, pagando al contado los importes y con la cosa de que se
hace mutuación, presente. Soportan muy mal el hambre y el trabajo y a pesar de
que en otras partes vivan solo de tortillas preparadas con maíz y con chile. Son
dóciles y de tolerancia insigne por lo cual se destacó en muchas artes, como ya se
dijo, aun sin la disciplina de los maestros. Son dulces y aduladores y obedientes
cuando se le obliga por la fuerza y por el miedo. Son sumamente religiosos, pero
matadores y devoradores de hombres. Se dan a la lujuria aun cuando sea
masculina y no se avergüenzan de tan portentoso libídine, ni castigan un crimen tan
grande. Tienen fe en los augurios y sortilegios y creen que se puede conocer lo
futuro y veneran a las divinidades, a las que creen poder interrogar de lo dudoso". 473
En relación con el trabajo dijo que las mujeres eran compelidas y obligadas pero
muy pocas veces participaban en las danzas y asuntos religiosos, pero destacó su
actividad como hilanderas, describiendo el utensilio que utilizaban para ello y que
472 El Conquistador Anónimo, Colección de Documentos para la Historia de México, Manuel Orozco y Berra, T. I, p.535. 473 Hernández, Francisco, Escritos Varios, Obras Completas, UN'AM, 1984, 525 p., p.35
634
usaban un polvo llamado cicatl para suavizar el tejido con los cuales hacían toda
clase de vestidos.
En la historia de los caminos, Teotihuacán cumplió, desde el punto de vista histórico,
un papel muy importante pues estos medios de comunicación se hacen permanente
e integran todas las poblaciones del área metropolitana pues "puso bajo control el
tránsito de personas y de mercancías en los valles". Concuerda este periodo con un
importante volumen del proceso de producción de la cerámica y de las piedras al
hacer un uso creciente de la obsidiana y las comunicaciones con los poblados
cercanos se hacían por medio de veedores que estaban al borde de las lagunas.
"Había dos tipos de comercio, el que se realizaba en el mercado local y el comercio
a distancia. A Teotihuacán asistían artesanos de todas las zonas metropolitanas y
aun de regiones distantes influídas por el imperio. Para el comercio a distancia el
transporte de mercancías hasta las zonas más apartadas dependían de la fuerza del
hombre; cualquier movimiento comercial o militar entre ambos valles, en el de México
y Puebla, quedó bajo vigilancia". Citando al camino denominado Micaotli que se
iniciaba desde la calzada de los Muertos. 474
Por su parte, Lorenzo planteó que Teotihuacán cubrían sus necesidades alimenticias
por medio del comercio, es decir, del intercambio con otras regiones, pero que esto
no era la razón principal de la existencia de la ciudad sino que por crear un santuario
religiosos, impuso una serie de tributos y que por la aparición de sequías se habían
abandonado esas regiones sagradas, para concluir que una población que era de
100,000 habitantes solo podían ser materiales mantenidas unas 40,000 personas
474 Historia de los Caminos de México, Época Prehispánica y Colonial, T. I, Ediciones del Banco Nacional de Obras y Servicios Población, Texto de Samuel Salinas, México, 1994, 286 p., p.33.
635
pues tampoco se han encontrado silos que pudieran almacenar grandes cantidades
de granos ...475
Los mercados de México fueron descritos por Carbajal afirmando que había en ellos
una enorme variedad de frutas, como la manzana, la pera, la uva, la cereza, el
camote, la jícama, la nuez, la piña, el plátano, el coco, la anona,la chirimoya, el
mamey, el chicozapote, el zapote, el melón, la sandía, la granada, el aguacate. Había
también enormes superficies de bosque en los que había entre otros, abetos, y
acacias. "El Valle de México, no obstante tenía una parte de su superficie ocupadas
por los lagos, era a lo menos tres veces más poblado como el país que más en
Europa, "y después dio algunas cifras muy reveladoras": en la capital había unas
140 mil personas, en Texcoco unas 3 mil casas, Xochimilco era la mayor, en
Iztapalapa había 15 mil hogares, en Mixcoac, 6,000, en Acolman, 4,000 y 3,000 en
Mexicaltzingo, Cholula, 20,000. En relación con las características de sus habitantes
destacó las siguientes: era de estructura regular, su complexión robusta y sana,
temperamento flemático, sobrios en el comer "y el estado de cultura en que los
españoles hallaron a los mexicanos excedía en gran medida al que tenían aquellos
cuando fueron conocidos por los griegos, los romanos, los galos, los germanos y los
bretones; su ingenio era capaz de todas las ciencias y las artes, eran de ingenio vivo y
despejado, de buen entendimiento y capacidad para las ciencias morales y
especulativas y de una paciencia increíble en aquellos trabajos que exigían tiempo y
prolijidad.476
Garibay publicó una serie de datos acerca de un gremio que era muy importante, 475 Lorenzo, José Luis, Prehistoria y Arqueología. Antología, Serie Arqueología, Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, 1991,432 p.,34476 Barbaja Espinosa, Francisco. Historia de México, desde hasta mediados del siglo XIX, México, Tipográfica de Juan Abadiano, 1862,2
636
el de los pochtecas o mercaderes que desde los primeros tiempos se dedicaban a
traficar con plumas de aves, oro, piedras preciosas, pero también faldellines
bordados, camisas, lienzos, mantas de grecas retorcidas y cacao, pañetes, había
mantas para príncipes, mantas con pintura de águilas y objetos de lujo para las
mujeres de la nobleza y para la gente vulgar "orejeras de obsidiana, orejeras de
metal, de estaño, sostenedores de obsidiana para rasurar". Había varios barrios
de pochtecas y distintos jefes de los mismos los cuales se encargaban de
organizar los viajes de transportación y entre los barrios estaban Pochtla, Auachtla,
Atlauhca, Acxotla, Tepetillan, Itzlalco. "El que de esta manera convidaba gente era
el jefe de los traficantes; todos los grupos agremiados que han logrado algo, los
que tienen mucho caudal y muchos bienes. Los que aun eran escasos de
propiedades, los que aun no tienen mucho caudal y riqueza, solamente invitan a sus
vecinos de barrios, traficantes y comerciantes disfrazados y en cuanto a las cargas
que llevaban sino eran pesadas, sino llevaderas, ni más moderadas y asi podían
llevar hasta los pueblos de la costa" mantas finas, faldellines finos, camisas
mujeriles finas y los que llegaban a la ciudad traían bragueros para reyes, faldas
finas, bordadas o con flecos, medias faldas y camisas bordadas".477
También Chavero afirmó que dentro del grupo de los pochtecas actuaban militares o
guerreros, que eran los tequihuas "pero no iban en son de guerra, pero cuidaban a la
caravana y las dirigían y en un momento dado las formaban para su defensa y
resistían al enemigo. Ellos eran los nahuas olmecas que inspeccionaban en secreto
los países enemigos. Ellos, cuando llegaban a un pueblo, salían en la noche,
477 Vida Económica de Tenochtitlan, Pochtecayotl, Actas de Trafico, Paleografía, versión, introducción y apéndice de Ángel María Garibay, UNAM, Instituto de Historia, México, 1961, 153 p., p.30
637
cuando no fueran sentidos a recorrerlo e inspeccionarlo para saber por dónde
podían ser atacados en caso necesario, cuáles eran las obras de defensa y cuáles
los puntos débiles. 478
Los comerciantes crecieron como un sector aparte en la sociedad, que comenzó a
beneficiarse de la falta de insumos, materias primas, bienes que requerían los
grupos en el poder. Organizaron una extensa red de recorridos de larga, mediana y
corta distancia, que permitía traer al Valle de México artículos que por razones
sociales y ambientales, no se producían en los valles templados o fríos. Hubo una
particular atención para la región del estado de Morelos que tenía productos propios
de la tierra caliente sureña y que se encontraban muy cerca de la ciudad de México.
Pero los productos de oro, como alhajas, brazaletes, collares, había que ir a buscarlos
hasta la región oaxaqueña, en el sur del estado de Veracruz en donde se podían
comprar, además, plumas de quetzal.
Los comerciantes podían actuar lo mismo en territorio amigo que en territorio
enemigo pues muchos consideraban que eran "personas de paz" que actuaban al
margen de la política expansionista mexica, pero se ha encontrado testimonios que
indican que algunas caravanas tenían intención política, como el reconocimiento de
los territorios, el estado de resistencia de las poblaciones sobre agresiones del
exterior. Elaboraban mapas muy detallados de carácter geográfico y social en
donde aparecían las poblaciones visitadas por lo que debieron tener mucha
importancia en la realización exitosa de las expediciones militares.
Precisamente, Chavero hizo referencia a la gran tradición mercantil que tuvo el 478 Chavero, Alfredo, México A través de los Siglos, Obra única en su género, publicada bajo la dirección del general Vicente Riva Palacio, X Vols., Editorial Cumbre, México, T. II., p.167
638
grupo de Tlatelolco que se atrevió a efectuar transacciones comerciales en zonas
muy distintas en los valles y básicamente traían plumas de papagayo y de quetzal
para adornar los trajes de los guerreros y sobre todo algodón para fabricar prendas
de vestir. Entonces el comercio se convirtió en una actividad muy importante y
aparecieron los jefes pochtecas que formaron casi una clase. La organización que
describían era muy detallada, sobre todo de las caravanas que iban a sitos muy
lejanos y de esta manera podían llegar hasta Tehuantepec. "Conociáse la clase, no
solo en los honores y preeminencias que en abundancia se les daba por los grandes
beneficios que el comercio proporcionaba a México sino principalmente en que
tenían fuero propio y estaban sujetos a jurisdicción especial y solo a sus jefes.
Cuando se unieron Tenochtitlán y Tlatelolco aparecieron los nombre de 4
grandes jefes de mercaderes, estos tenían su techan o palacio en Tlatelolco y
podían aplicar la pena de muerte en contra de sus agremiados, controlaban los
tianguis y los mercados y fijaban el precio de las mercancías. 479
Los comerciantes estaban íntimamente vinculados a otro sector de la
sociedad que es el de los pateadores o tamemes, quienes llevaban en sus
espaldas los cargamentos de bienes, materias primas, que transportaban de un
lugar a otro, las crónicas hicieron alusiones muy frecuentes precisamente a estas
caravanas en los caminos, que recorrían, las poblaciones que visitaban y los
peligros a que se enfrentaban, pues eran frecuentemente los asaltos y los
atentados, de ahí que después se les asignó un equipo de custodia militar. Las
actividades adquirieron un gran relevancia económica y social, al grado de que los
jefes de los pochtecas demandaron un tratamiento excepcional y especial como la 479 Chavero, Alfredo, México A través de los Siglos, Obra única en su género, publicada bajo la dirección del general Vicente Riva Palacio, X Vols., Editorial Cumbre, México, T. H., p.151
639
de que fuesen resueltas sus quejas y reclamaciones por tribunales especiales. En
otro documento aparecieron algunos personajes encumbrados al lado de los
tlatoanis, dialogando con ellos, lo que permite concluir que tenían una gran
cercanía con ellos y que incluso en algunos momentos se les consultaba par la
elección de los nuevos tlatoanis. En los glifos aparecieron los pochtecas ricamente
ataviados, para confirmar que ya gozaban de un elevado estatuto social.
Bibliografía
Fuerzas Productivas.
Lorenzo, José Luis, y otros. Del Nomadismo y los Centros Ceremoniales,
INAH, México, 1975, 318 p.,
Childe, V. Cordón. Los Orígenes de la Civilización, FCE, México, 1980,
281 p., p.89.
Childe, V. Gordon. Los Orígenes de la Civilización, FCE, México, 1980,
281 p., p.90.
Bohemz, de Lameiras, Brigitte. El Origen del Estado del Valle de México,
Nueva Antropología, Vol. VI, núm. 23, México, 1984,
Childe, V. Gordon. Los Orígenes de la Civilización, Obras Completas,
UNAM, 1984, 525 p., p.102.
640
Lorenzo, José Luis, y otros. Del Nomadismo y los Centros Ceremoniales,
INAH, México, 1975, 318 p.
Códice Florentino, T. III, p.308
8. Herrera, Antonio. Historia General de los Hechos de los Castellanos, T. IV,
p.208.
9. Grinberg, Dora. ¿Qué Sabían de Fundición los Antiguos Habitantes de
Mesoamérica?, Revista Ingeniería, número 22, 204 p., p.7
10.Mejía Fernández, Jorge. La Tribu Azteca, p.174.
H.Carbajal, Espinosa Francisco. Historia de México, p.622
12.Moriarty, James. Agricultura de Jardines Flotantes en los Antiguos Lagos
de México, En Chinampas Prehispánicas, p.71.
641
13. De Olmos, Andrés. Arte de la Lengua Mexicana y el Vocabulario, p.206.
14. De Olmos, Andrés. Arte de la Lengua Mexicana y el Vocabulario, p.73
15. De Olmos, Andrés. Arte de la Lengua Mexicana y el Vocabulario, p.162.
16. De Olmos, Andrés. Arte de la Lengua Mexicana y el Vocabulario, p.178.
17. De Olmos, Andrés. Arte de la Lengua Mexicana y el Vocabulario, p.49.
18. De Olmos, Andrés. Arte de la Lengua Mexicana y el Vocabulario, p.42.
19. Códice de Huamatla, p.26
20. Palerm, Ángel, Wolf, Eric, Agricultura y Civilización en Mesoamérica,
Sepsetenta, México, 1972, 307 p., p.71.
21. Lorenzo, José Luis. Agroecosistemas Prehispánicos, en Chinampas
Prehispánicas, compilador Carlos Javier Ángulo, Antología, Serie Antropología,
INAH, p.98.
22. Carbajal, Espinosa Francisco. Historia de México, p.620.
23. Manuscrito Tovar, p.43.
642
24. Rojas Rabiela, Teresa. Las Tecnologías Indígenas de Construcción de
Chinampas en la Cuenca de México, septiembre 1954, número 2, p.43
25. Códice Florentino, T. III, p.381
26. Chávez Alcázar, Margarita. Sistema Económico de la Sociedad Azteca, p.76.
27. Odile, Roger. Organización Económica y Social de los Aztecas y de la
Cultura que preceden, UAM, México, 1993, 131 p., p.100
28. Clendinnen, Inga. Los Aztecas, una Interpretación, Nueva Imagen,
México, 1998, 435 p., p.14.
29. Torquemada, Juan. Monarquía Indiana, T. IV, p.247.
30. Códice Florentino, T. II, p.30
31. Códice Florentino, T. I, p.396
32. Ponce, Pedro. Breves Relaciones de los Dioses y Ritos de la Gentilidad,
Imprenta del Museo Nacional, México, 1892, p.9.
33. Florescano, Enrique. Origen y Desarrollo de los Problemas Agrarios de
México, 1500-1821, México, 221 p., p.19.
34. Armillas, Pedro. Notas sobre sistemas de Cultivo en Mesoamérica.
Cultivo de Riego, Humedad en la Cuenca del Balsas, en Anales del
643
Instituto de Antropología e Historia, número XXXI, 1947, 1948 México p.92.
35. SS.Palerm, Ángel, Wolf, Eric, Agricultura y Civilización en Mesoamérica,
Sepsetenta, México, 1972, 307 p., p.178-
36.Wittfogel, Karl. Despotismo Oriental. Estudio Comparativo del Poder
Totalitario, Ediciones Guadarrama, Madrid, 1966, 523 p., p.36.
37.Odile, Roger. Organización Económica y Social de los Aztecas y de la Cultura
que preceden, UAM, México, 1993, 131 p., p.2
Palerm, Ángel, Wolf, Eric, Agricultura y Civilización en Mesoamérica,
Sepsetenta, México, 1972, 307 p., p.67.
38 Anales de Tlatelolco, Paleografía y Traducción de Rafael Tena,
CONACULTA, México, 2004, 177 p., p.123.
38 . Carrasco, Pedro. La Economía del México Prehispánico, en Economía
Política e Ideología en el México Prehispánico, p.35
38. Chavero, Alfredo. Historia Antigua de México, T. II, p.19
38 Olivera, Mercedes. Pilis y Macehuales, p.91
38 López Austin, Alfredo. La Educación de los Antiguos Nahuas, p.25.
644
38 Torquemada, Juan, Monarquía Indiana, T. IV, p.317
38 . Carrasco, Pedro. Las Tierras de los Indios Nobles de Tepeaca en el Siglo XVI,
p.117.
38 Moncayo Rodríguez, Socorro. Consideraciones en torno a la esclavitud
entre los Aztecas, 17 p., p.14
38 Torquemada Juan, Monarquía Indiana, T. IV, p.360
38 Benavente Motolinia, Toribio. Memoriales o Libro de las Cosas de la Nueva
España y de los Naturales de ella, Nueva Transcripción paleográfica de
Edmundo O 'Gorman, UNAM, Instituto de Investigaciones históricas, México,
1971, 5757 p., p.102.
Olivé Negrete, Julio César. "Estado, Formación Socioeconómica y
Periodifícación de Mesoamérica", p.66
Carrasco, Pedro. Cultura y Sociedad en el México Antiguo, p.165.
Vaillant, George. La Civilización Azteca, Origen, Grandeza y Decadencia
., p.112.
Vaillant, George. La Civilización Azteca, Origen, Grandeza
Decadencia,., p.127.
Soustelle, Jacques, La Vida Cotidiana de los Aztecas en Vísperas de la
Conquista, p.80
645
Manzanilla, Linda. La Producción Artesanal en Mesoamérica, En
Antropología Mexicana, número 80, Vol. XIV, p.34.
Albores Zarate, Beatriz. El Tejido de tule en la Zona Lacustre del Valle de Toluca,
El Colegio Mexiquense, Toluca, 1966,11 p., p.7.
Servin Palencia, José. Las Artes Menores, Esplendor del México
Antiguo, T. I, p.402
Duran, Diego. Historia de las Indias de la Nueva España e Islas de Tierra
Firme. T. II, p.337.
Benavente Motolinia, Toribio. Memoriales o Libro de las Cosas de la Nueva
España y de los Naturales de ella, Nueva Transcripción y paleográfica
de Edmundo O 'Gorman, UNAM, Instituto de Investigacione Históricas, México,
1971, 5757 p., p.23
49. Vázquez, Vázquez Elena. Estudio Geográfico, Histórico, Económico,
Investigación Geográfica, 50, abril 2003, 30 p., p.12.
50. Castillo, Víctor Manuel. Estructura Económica de la Sociedad Mexica,
p.65.
51. Valero de García Lascurain, Ana Rita. El Códice Azcatitlan, una mirada a la
Historia Mexica. Revista de Ciencia, Academia Mexicana de Ciencias, 4 vol.57,
oct. 2006, p.12.
52. Chayanov, Alexander, Teorías de los Sistemas No Capitalistas, en Chayanov
y la Teoría Económica Campesina, Cuadernos de Pasado y Presente, Editorial Siglo
646
XXI, México, 1997,196 p., p.63.
53.Kingsborough Lord. La Explicación del Códice Mendocino, T. I, p.138 54.Códice
Florentino, T. II, p.78 55. Códice Florentino, T. III, p.13.
56.Valle, Perla. Glifos de Cargos, Títulos y Oficios, en Códices Nahuas, del Siglo
XVI, Revista Desacatos, diciembre 2006,12 p., p.10.
57. Motolinia, Historia de la Nueva España, p.115.
Díaz del Castillo, Bernal. Historia Verdadera de la conquista de la Nueva
España, p.187.
De Durand Forest, Jacqueline. El Acercamiento Enciclopédico de
Sahagún a la Cultura Náhuatl, p.5.
60. De las Casas, Bartolomé. Apologética Historia Sumaria, p.326.
61. Zorita Alonso. Historia de la Nueva España, p.298.
62. De Rojas, José Luis. Los Compradores en el Mercado de Tenochtitlán. Revista
Española de Antropología Americana, Madrid, 1983,14 p., p. 12.
63. Mendizábal, Othón. Obras Completas. 5 Vols., México, 1946, Talleres Gráficos
de la Nación, p.123.
64. Díaz del Castillo, Bernal. Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva
España, p.58
65. Núñez Ortega, A. Apuntes Históricos sobre el cultivo de la Seda en México,
Bruselas, Editor Gustavo Morales, 1883,13 p., p.7.
Noguera, Eduardo. Cerámica Estratigráfica, en Esplendor del México
Antiguo, T. I., p.421.
Noguera, Eduardo. Cerámica Estratigráfica, en Esplendor del México
Antiguo, T. I., p.450
647
68. Mendizábal, Othón. Obras Completas. 5 Vols., T. III, México, 1946,
Talleres Gráficos de la Nación, p. 345.
69. Chavero, Alfredo. Historia Antigua de México, p. 123
Códice Florentino, T. III, p.371.
Chavero, Alfredo. Historia Antigua de México, p. 123.
72. De las Casas, Bartolomé. Apologética Historia Sumaria, p.24
73. De las Casas, Bartolomé. Los Indios de México y la Nueva España, p.24.
74. Acosta Jorge. Técnicas de la Construcción, Esplendor del México
Antiguo, T. I., p.501.
75. Pina Chan, Román. Del Nomadismo a los Centros Ceremoniales, p.12.
76.Dutwater, Osdem. Técnicas de Cantera, Esplendor del México Antiguo, T. I.,
p.485
77. Marquina, Ignacio. Arquitectura Prehispánica, Instituto Nacional de
Antropología e Historia, SEP, México 1951, 977 p., p.15.
López Lujan, Leonardo. La Cuenca de México, Periodo clásico, 1550-
1600, Arqueología Mexicana, 44, 13 p., p.7
Marquina, Ignacio. Arquitectura Prehispánica, Instituto Nacional de
Antropología e Historia, SEP, México 1951, 977 p., p.41
Marquina, Ignacio. Arquitectura Prehispánica, Instituto Nacional de
Antropología e Historia, SEP, México 1951, 977 p., p.22
81. Cervantes de Salazar, Francisco, México 1554, p.120.
82. Melgarejo, José Luis. Historia antigua de México, 3 vols., SEP-
Documento, Vol. III, p.144.
83. Memoria de las obras del drenaje profundo en el Distrito Federal, 4 vols.
648
México, 1973, T. II, p.80
84. García Quintero, Josefina. México -Tenochtitlán y su Problema Lacustre,
UNAM, México, 1979, p.123, p.84.
85. Obregón, Gonzalo. Los Tlacuilos de Fray Diego de Duran, Edición
privada de Cartón y Papel de México, México, 1975, sin paginación.
86. Teogonía e historia de los Mexicanos, p.130
87.Mendizábal, Othón. Obras Completas, T. V, p.31. 88.
Códice Florentino, T. II, p.327.
89.Sahagún, Bernardino, Historia General de las Cosas de la Nueva España, p.523.
90. Sahagún, Bernardino, Historia General de las Cosas de la Nueva España,
p.553.
De las Casas, Bartolomé. Los Indios de México y la Nueva España, p.34
Servín Falencia, José. Las artes Menores, Esplendor del México Antiguo,
T. I, p.407
93. García Guiot, Silvano. Rodrigo de Albornoz, Contador Real de la Nueva
España, p.17.
94. Códice Florentino, T. III, p.366
Díaz del Castillo, Bernal. Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva
España, p.187.
Molina Verdejo, Ricardo. Los Códices de la Cultura Náhuatl: Notas para
una Valoración, Revista Austral de Ciencias Sociales, Universidad de
Chile, 7 p., p.6.
97. Pérez Fernández del Castillo, Bernardo. Historia de los Escribanos de la
Nueva España y el Notariado en México, UNAM, México, 1983, 103 p.,
649
p.37.
98. Obregón, Gonzalo. Los Tlacuilos de Fray Diego de Duran, Edición
privada de Cartón y Papel de México, México, 1975, sin paginación.
99. Noguera, Eduardo. Cerámica Estratigráfica, p.411.
Garibay, Ángel María. Vida Económica de Tenochtitlán, Pochtecayotl, Actor de
Tráfico, Paleografía, versión. Introducción, notas y apéndices de Ángel María
Garibay, UNAM, Instituto de Historia, 1961, 153 p., p.3.
Chavero, Alfredo, México, a través de los Siglos, Obra única en su género,
publicada bajo la dirección del general Vicente Rivera Palacio, Vols., Editorial
Cumbre, T. II, p.167.Chavero, Alfredo, México, a través de los Siglos, Obra
única en su género, publicada bajo la dirección del general Vicente Rivera
Palacio, XVols., Editorial Cumbre, T. II, p.151
650
Capitulo IV
Tenencia de la Tierra y Trabajo Campesino
"... habían fijado sus residencias en pequeñas aldeas constituidas por chozas de
varas embarradas de adobe y aun de piedra, de planta cuadrangular o circular y
techos de bóveda o media naranja formadas pro ramas o barros o esteros de
palma o techos planos de terrado. Aunque no había propiamente un concepto del
derecho de propiedad colectiva ni individual, la fijación de los grupos familiares de
localidades determinadas habían creado, de hecho, el derecho de posesión sobre
ese territorio, que era distribuido entre la familia con sujeción a las costumbres
regionales. La condición de los individuos estaba normada por un principio de
igualdad, aunque les era dable sobresalir por sus cualidades personales pero sin
la situación que obtuviera por sus hechos fueran trasmitidos por herencia. Sin
embargo, aquí y allá comenzaban a presentarse casos de desigualdad económica
como e privilegio de algunos jefes para hacerse cultivos y parcelas mayores"480, dijo
Othón de Mendizábal. Hizo notar que había en el Valle de México un régimen de
castas, una profunda desigualdad en la tenencia de la tierra y en México
Tenochtitlán había un aparato religioso, militar, político y administrativo
altamente jerarquizado.
En cambio, los chichimecas "andaban vagos, sin tener casas, ni sementeras".
Por su parte, los colhuas fueron gente de más razón y pulimento y comenzaron hacer
480 Othón de Mendizábal, Miguel, México en el Momento de la Conquista, p.153.
651
casas”. Coincidió con la información vertida por fray Andrés de Olmos, relativo a la
población de Texcoco, quien afirmó que los primeros chichimecas que llegaron a
esos lugares habitaban en chozas y en cuevas y que no sembraban, ni cocinaban, ni
asaban la carne que comían, hasta que después llegaron los colhuacas y que de
ellos toman el sembrar, el cocer y asar la carne y que eran diestros en el arte de la
cacería y que estos hicieron unas casillas de paja, que en Culhuacán residía el señor
principal".481
En las condiciones descritas por Zorita, no podían haber una noción de propiedad
que pudiera indicar el asentamiento en un lugar determinado pues el hecho de estar
cambiando constantemente de sitio de residencia les impedía establecer un cierto
imperio o dominio sobre las tierras que ocupaban. Solo eran "propietarios de ellas" el
tiempo en que permanecían asentados en las mismas, sin que se pudieran cultivar
parcelas en forma permanente y eficiente, sin que se pudieran edificar templos
para sus dioses con materiales más resistentes; no era necesario crear condiciones
para la estabilidad de una familia y quizá por ello en una sola habitación vivían
varias familias pues al poco tiempo tenían que abandonarlas y trasladarse a otro
sitio.
"El derecho de conquista" presidió la vida de los primeros grupos humanos pues
tenían "derecho" a disfrutar y usufructuar todas las tierras y los frutos que había en
ella, así como las personas, que podían conquistar con el uso de las armas. Por
esta razón fundamental, la Historia Tolteca y Chichimeca, de Kirchhoff, está lleno
de acontecimientos guerreros, unos pueblos dominan a otros con el uso de las armas,
los someten, los sojuzgan, algunos de ellos se liberan de la opresión externa y
481 Zorita, Alonso, Historia de la Nueva España, p.65.
652
pueden convertirse de dominados a dominadores. No había más lugar que el río de la
fuerza de la arena, con algunas limitaciones, como los vínculos de parentesco o la
pertenencia a un linaje. Muchas poblaciones del Altiplano se crearon así, pero
otros desparecieron. La Historia Tolteca Chichimeca mencionó nombres de
pueblos que desconocemos o que probablemente cambiaron de nombre o
desaparecieron al ser conquistados, diezmados sus habitantes o bien incorporados a
otros pueblos. Existía el principio de la posesión, es decir, eran dueños y señores
de las tierras que habían conquistado, sin que hubiese alguna formalidad jurídica;
su principal fuente de riqueza era la tierra, sus recursos naturales disponibles, los
ríos, los arroyos, las lagunas.
En el interior de los grupos existía el principio de la igualdad, pero poco a poco fue
desapareciendo pues unos individuos, más poderosos no tribales, sometieron a
otros, les dictaron su voluntad a los más débiles e inexpertos y los obligaron a darles
parte del fruto de su trabajo y/o servicios en las labores de caza, pesca o recolección.
Zorita dijo que se había basado en textos de Motolinía, fray Andrés de Olmos y
Pablo Nazareno para afirmar que los primeros pobladores del Anáhuac, "que eran
una tierra rodeada por agua" había sido en primer lugar los chichimecas, luego los
calhuas y en tercer término, los mexicas. Que los primeros reconocían a un jefe que
reconocían como mayor "que no tenían casas de piedra, ni de adobe, sino chozas
pajizas y que carecían de muchas más cosas y que vivían brutalmente y que los
calhuas y los mexicanos trajeron aquella tierra muchas cosas que antes no las
había en ellas y la enriquecieron con la industria y la diligencia, desmontárosla y
cultiváronla porque antes estaba hecha montaña y vivían como salvajes y que los
653
mexicanos trajeron el vestir y el calzar y el maíz y algunas aves y comenzaron a
hacer edificios de adobe y de piedra y que casi todos los canteros son de México y
de Texcoco y que muchos oficios que había entre aquellas gentes fueron inventores
los mexicanos.482
La transformación física de la ciudad de México era evidente pues de las casas de
adobe y de paja, de la utilización de los materiales de la zona lacustre, como el lodo y
los tules o tulares, hasta la aparición de grandes edificios y construcciones que
tenían diferentes funciones. Esto es lo que corresponde a la zona central de la
capital, en donde estaba el gran centro ceremonial, pero con frecuencia se olvida que
los barrios no tenían de ningún modo esa magnificencia y esplendor. De los barrios se
ha escrito muy poco y es reiterativo lo que han dicho los grandes cronstas españoles
pero los enfoques más realistas los han realizado viajeros franceses e ingleses, que
han hecho notar la insalubridad en la que vivían, sujetos siempre a los peligros
que se derivaban de las frecuentes inundaciones que anegaban sus precarias
habitaciones. Esta profunda desigualdad social era un reflejo de la estructura
social congénita a la estructura mexica.
"Si acaso algún vecino de un calpulli o barrio se iba a vivir a otro, perdía las tierras que
le estaban señaladas para que las labrase; porque ésta era y es costumbre
antiquísima entre ellos, y jamás se quebrantaba i había en ello contradicción
alguna, y quedaban e quedan al común del calpulli cuyas son; y el pariente mayor las
reparte entre las demás del barrio que no tienen tierras. Si alguno había o hay sin
tierras, el pariente mayor, con parecer de otros viejos, les daba y da las que han
menester, conforme a su calidad y posibilidad para labrar; y pasaban y pasan a sus 482 Zorita, Alonso. Historia de la Nueva España, Biblioteca Mexicana de la Fundación Miguel Alemán, México, 19 9,401 p. p.123
654
herederos en la forma que se ha dicho; y ninguna cosa hace este principal, que no
sea con parecer de otros viejos del calpulli o barrio. Si uno tenía unas tierras y las
labraba, no se le podía otro entrar en ellas, ni el principal se las podía quitar ni dar a
otro; y si no eran buenas las podía dejar y buscar otras mejores y pedirlas a su
principal; y si estaban vacas y sin perjuicio, se las daban en la forma que se ha dicho.
El que tenía algunas tierras de su calpulli, si no las labraba dos años por culpa y
negligencia suya, y no habiendo causa justa como por ser menor, huérfano o muy
viejo o enfermo, que no podía trabajar, le apercibían que las labrase a otro año, y si
no, que se darían a otro, e así se hacía", dijo Zorita.483
Esta descripción demuestra que el calpulli no tenía una estructura rígida pues había
distintas alternativas para cumplir con su objetivo básico: asegurar la manutención
del macehual y de su familia. Se le dotaba de una parcela cuyo tamaño
posiblemente se calculaba en función del número de miembros de ella y por ende de
sus necesidades, de tal forma que ninguno de los miembros del calpulli se podía
quedar sin un mínimo de tierras para su manutención y si por alguna razón había
tierras vacantes, estás tendrían que repartirse y los macehuales que no tenían
parcela podían solicitarla.
"La oposición ciudad - campo aparece en la transición de la barbarie a la civilización,
de la organización tribal al estado, del localismo a la nación y persiste a través de
toda la historia de la civilización hasta nuestros días En la ciudad surge, a la vez, la
necesidad de la administración, de la policía, de los impuestos, en una palabra, de la
organización comunal y con ello, de la política en general. Ahí aparece por primera
vez la división de la población en dos grandes clases que se basan directamente en 483Zorita, Alonso. Los Señores de la Nueva España, prólogo y notas de Joaquín Ramírez Cabanas, biblioteca Universitaria, UNAM, México, 1993,197p.34.
655
la división del trabajo y los instrumentos de la producción. La ciudad ya es el
hecho de la concentración de la población, de los instrumentos de producción, del
capital, de los placeres, de las necesidades mientras que el campo pone en
evidencia el hecho opuesto: el aislamiento en la separación. La oposición ciudad -
campo solo puede existir dentro de la propiedad privad. Es la expresión más clara de
la subordinación del individuo a la división del trabajo, a una actividad determinada
que se le impone, una subordinación que de eso hace un animal obtuso de la ciudad
y del otro animal obtuso del campo y que cada día reproduce la oposición de los
intereses de ambos". 484
La tenencia de la tierra se va precisando en la medida en que crece la población y
por ende también como resultado de ello, las fuerzas productivas y las instituciones
jurídicas y políticas que tratan de asegurar con la adopción de múltiples medidas,
los privilegios que van ligados y acumulando una minoría y una cada vez más
profunda escisión de la sociedad. Existe un reacomodo territorial de los pueblos
grandes y de las poblaciones pequeñas pues la aparición de "ciudades" -como
Teotihuacán y Cholula- implica una completa centralización del poder económico y
político y muchas de las tierras de los pueblos pequeños son absorbidos y
usufructuados por los señores que habitan en los llamados centros ceremoniales.
Engels, asocia esta oposición ciudad-campo con la aparición de la propiedad privada,
pero se refiere a la situación de otros pueblos del mundo y no de América Latina. En
nuestra región esta forma de propiedad no fue significativa pues la forma
predominante de la misma era o fue la comunal, es decir, la propiedad de la tierra
484 Bekerman, Gerard. Vocabulario Básico del Marxismo: Terminología de las Obras Completas de Karl Marx y Friedrich Engels, Editorial Crítica, Grijalbo, Barcelona, 1983,274 p., p.45
656
de las comunidades y pueblos, porque los calpullis eran en ese momento los célula
fundamental de funcionamiento de la sociedad. No obstante por razón de las
diferencias social que había surgido de los reacomodos humanos, de la guerra y
conflictos políticos, aparecieron las tierras que eran propiedad de los señores que
eran los dirigentes militares y los sacerdotes que habían guiado a sus pueblos en la
conquista de otros pueblos y que así obtenían sus conquistas.
Engels estudió las relaciones que había entre las formas de la familia y los cambios
económicos que se habían producido en el régimen de propiedad, reafirmando que
la gens, la fratría y la tribu constituyen distintos grados de desarrollo social, pero
todo ello son de carácter social o comunitario. Lo mismo ocurre con la familia la
cual evoluciona en consonancia con el régimen de propiedad existente pues de
una familia unitaria, se produce un proceso de desintegración en la medida en que
las mujeres se incorporan a la producción. En este sentido, compartieron esta
característica básica con los atenienses y los romanos, pero la evolución histórica es
distinta.
Afirmó que "la producción era esencialmente colectiva y el consumo también se
efectuaba también bajo un régimen de reparto directo de los productos en el
seno de pequeños o grandes colectividades comunistas. Esta producción colectiva
dentro de los más estrechos límites, pero llevaba aparejada el dominio de los
productos sobre el proceso de producción y sobe su producto. Mientras la producción
se efectúa sobre esta base, no pudo sobreponerse a los productos ni hacer surgir
frente a ella el espectro de poderes extraños, cual sucede regular e inevitablemente
en la civilización".
Afirmó Heyden que los mexicas consideraban a la tierra según las calidades que
657
tenían, siguiendo el criterio que al respecto formuló Sahagún, el agua que era parte
de las tierras como "nuestra madre, indicando que "la madre tierra podía ser
amable, regalando sus bienes a los labradores y podían ser la gran devoradora a
donde iban los hombres después de morir; la tierra es madre del maíz, y la tierra
que nos da el mantenimiento, la madre tierra está casi golpeada pues la pisan los
labradores, pescadores y mercaderes; es la creadora de los bienes para la
humanidad, para la flora y la fauna".485
La tierra es la dadora de todo lo que existe para el mantenimiento de los hombres y
por lo tanto se requería de un máximo cuidado y de una gran protección ya que de
afectarse o erosionarse, por la razón que fuera, había el peligro de que muchos de
esos frutos se perdieran. La tierra sostenía la vida, siendo el agua su elemento
indispensable acompañante, pues la tierra sin el agua no podría existir. Por ello
estuvieron siempre preocupados tanto por la falta de agua, es decir por las sequías,
como por el exceso de las mismas, esto es, por las inundaciones pues ambos
fenómenos habían causado graves daños a las poblaciones desde que salieron de
Aztlán. Por otro lado, si faltaban las lluvias no habría agua para sembrar los
campos y por lo tanto no habría producción de maíz y no podrían alimentares los
seres humanos por lo que perecerían por lo menos muchos de ellos. Por el otro, si
había agua en exceso los sembradíos se mejorarían y las cosechas se perderían
irremisiblemente. Estos extremos los había padecido en varias ocasiones ya
estando asentados en la Cuenca, pero a pesar de esta bipolaridad no consideraban
que las tierras fueran intocables sino que debían estar sujetas o estaban sujetas a
una permanente renovación y prueba de ello era que se tenían que escardar para 485 Heyden Doris. Los Conceptos Indígenas de las Tierras en el México Antiguo, dimensión Antropológica, año 13, Vol. IX, 2006, p.30
658
sembrar, es decir, levantar las "tierras viejas" que se habían acumulado durante un
año, para que aparecieran "tierras nuevas", sin cuyo proceso no podría darse la
vida, es decir, no podría germinar las semillas. Pero al principio de la renovación no
solo está presente en relación con las tierras sino también con la vida individual y
social de las personas.
Se trataba de hacer del calpulli una unidad económica que fuera autosuficiente
para todos sus miembros y que los recursos naturales se explotaran de una
manera óptima y racional, es decir, sin desperdicio ni acaparamiento. Por ello
tanto las parcelas tenían que cultivarse de una manera regular y permanente, so
pena de perderlas si esto no era así.
Morgan insistió en la existencia de "gens", de "fratrías" en la sociedad azteca
afirmando que "la villa de Méjico se hallaba dividida en cuatro cuarteles, ocupando
cada uno de ellos por un linaje, una agrupación de personas más ligadas entre
ellos por la consaguinidad, que respecto de los habitantes de otros cuarteles.
Presuntivamente cada linaje era una fratría. A su vez cada cuartel estaba
subdividido y cada subdivisión local. Los hechos casi reaparecen idénticos en las
tribus fin de los Tlascalanos. Su pueblos e haya dividido en cuatro cuarteles,
cada uno ocupado en un linaje. Tenía su Teuctli propio, o jefe principal de la guerra;
de igual suerte Cholula se dividía en 6 cuarteles e insistía en la existencia de un
gens azteca que eran grupos de personas que eran en realidad los propietarios de
las tierras.486
La propiedad de la tierra era esencialmente comunal en términos generales en todas
las poblaciones y también lo eran en cada una de las secciones en que se dividía en
486 Morgan, Lewis. La Sociedad Primitiva,, p.246
659
fratrías que pueden corresponder en el marco de esta clasificación a la noción de
calpulli; los pueblos tenían su propia estructura política en cuya cabecera está el
Tlatoani y los cuarteles o parcialidades que estaban integradas y los pueblos más
pequeños sometidos a ellos tenían su jefe principal o teuchtli; cada uno de los
miembros de la gens o fratría, o calpulli era propietario de una parcela de tierra de la
cual solo tenía derecho al usufructo. La explotaban individualmente pero las tierras
pertenecían a la colectividad, es decir, a la fratría y todos los asuntos de la vida social
se resolvían en forma colectiva. Todos eran uno y uno eran todos, por lo que la
forma que para acceder a la tierra eran todas iguales.
En los padrones o lienzos se han descrito precisamente estas parcelas. La unidad de
la tierra era un cuadrado en el que cada miembro de la comunidad, mayor de edad,
jefe de familia, como requisitos esenciales, cultivaba su parcela. Había una Gran
Fratría la cual, a su vez, se subdividía en fratrías locales o regionales, lo que
correspondía a la propiedad comunal en general y a su correspondiente nivel, la
propiedad particular en forma de usufructo.
En su obra Zorita, se refirió a otros señores llamados Calpullec o chinancallec
en plural que significa "cabeza o parientes mayores" "porque calpulli o chinancalli
que es todo uno, quiere decir barrio de gente conocida o linaje antiguo, que tiene
de muy antiguo sus tierras y términos conocidos, que son de aquella cepa, barrio o
linaje, y las tales tierras llaman calpullalli, que quiere decir tierras de aquel barrio o
linaje. Estos calpullec, barrios o linajes son muchos en cada provincia y también
tenían estas cabezas o calpullis los que daban a los segundos serones como se ha
dicho de por vida. Las tierras que poseen fueron repartimientos de cuando vinieron a
la tierra y tomó cada linaje o cuadrilla sus pedazos o suertes y términos señalados
660
para ellos y para sus descendientes, e ansí hasta hoy los han poseído, e tienen
nombre del barrio, sino en común del calpulli, y el que las posee no las puede
enajenar, sino que goza de ellas pro su vida y las puede dejar a sus hijos y
herederos Calpulli en singular e Calpullec plural. De estos calpullis o barrios o
linajes unos son mayores que otros, y unos tienen más terrenos que otros, de
manera que nunca jamás, se dan las tierras a quien no sea natural del calpulli o
barrio. Podían dar estas tierras a los de otro barrio o calpulli a renta y era para las
necesidades públicas y comunes del calpulli. A esta causa se permite arrendara y no
de otra forma...".487
Las reciedumbres del calpulli radicaban en que la mayoría de sus integrantes
provenía del mismo tronco común, es decir, descendían del mismo linaje y tenían
en cierto grado, mayor o menor de parentesco. Esto aseguraba por lo menos en un
principio que hubiese unos intereses que serán comunes, el de la perpetuación y
continuación de ese linaje y para ello había que asegurar la manutención y
supervivencia de las familias. Había pasado el tiempo y surgido las cabezas o
calpullec que eran los que aseguraban la pertenencia al mismo grupo y por ende la
transmisión de la propiedad y de los demás derechos.
En su Historia, Carbajal dijo que el reino de México, a la llegada de Juan de Grijalva a
costas mexicanas, estaba formado por tres reinos, el de Acuihuacán, de Tlacoapa y
de Michoacán, pero las repúblicas de Tlaxcala, Cholula y Huejotzingo y algunas otras,
estaban particulares, siendo el más antiguo, el de Acuihuacán. "Su capital, Texcoco,
fue justamente célebre, no menos por su antigüedad y grandeza, que por la cultura y
suavidad de costumbres de sus habitantes y las tres ciudades, Huexutla, Coatlincha y
487 Zorita, Alonso. Los Señores de la Nueva España, p.31
661
Atenco, estaban tan próximas a la capital, que podían considerarse como ambiente de
ella".488 Después estaba la provincia de Tlaxcala al el valle de México en el que había
dos lagos, uno de agua dulce que era el de Chalco y otro de agua salada, el de
Texcoco y había unas cuarenta ciudades y una gran cantidad de villas y caseríos. Se
deslumbre por las "montañas elevadísimas", por los "grandes bosques" y los
pantanos, la muchedumbre y variedad de las plantas, los pastos de excelente calidad,
favorables, al ganado y por la gran producción de trigo que había en Puebla.
En relación con los nombres de los principales, Zorita refiere a os tectecutzin o
teules en plural, no eran más que de por vida, porque los señores supremos los
promovía a tales dignidades por hazañas hechas en la guerra o en servicios de la
república o de los señores, las casas de estos señores se llamaban teccalli que
quiere decir casa de palacio de estos señores. El provecho que estos señores tenían
era que les daban servicio para su casa y leña y agua repartida por su orden y le
labraban sus sementeras según era la suerte y por estar relevados del servicio del
señor supremo y de ir a sus labranzas y no tenían más obligación que acudir a servirle
en la guerra, porque entonces ninguno había excusado. Demás de este provecho, el
señor supremo les daba sueldo y ración y asistían como continuos en su casa. Estos
señores tenía a su cargo mandar labrar las sementeras para ellos y para los mismos
particulares y tenían para ello a sus ministros".489
Los pipiltin a nivel de señorío, o barrio, eran los propietarios de los "instrumentos
de producción", es decir, de los utensilios de labranza de las sementeras lo que les
permitía afianzar el control que requerían sobre los macehuales que al parecer, solo 488 Carbajal Espinosa, Francisco. Historia de México, desde los primeros tiempos de que hay noticias hasta mediados del siglo XIX, México, Tipográfica de Juan Abadiano, 1862,2 Vols.p. 358489 Zorita, Alonso. Los Señores de la Nueva España, p.39.
662
disponían de la fuerza de sus brazos. Esto es en términos generales y para tratar de
caracterizar aquellos como pertenecientes a un estamento pero sin duda que la coa
o el bastón plantador y otros instrumentos de trabajo los podían fabricar casi todos los
macehuales, pero nos referimos al uso generalizado y masivo de ellos, es decir, el
uso vinculado a la producción global. Les proporcionaban los instrumentos de
producción, adecuados ara la época para que pudieran cultivar mejor las sementeras
y tener una producción mayor.
Les interesaba, además, un uso diversificado de la "mano de obra" pero todavía en los
parámetros de una sociedad cerrada y estamental en la que no había "oferta y
demanda" de la "mano de obra" sino esta relación estaba regimentada por
motivaciones extraeconómicas, hasta que se produjo la conquista española y se
incorporó el país a las relaciones mercantil-capitalistas.
A la llegada de los españoles, ya se habían consolidado varias formaciones
políticas territoriales, concentrándose la población en el Valle de México; de esta
manera se explica que al llegar Cortés a las costas de Yucatán solo encontrara
pequeñas poblaciones, que tenían un grado de desarrollo menor que el existente
en el Valle, había muy pequeños grupos que andaban casi desnudos, pero en la
medida en que se adentraron al interior del territorio, fueron encontrando
poblaciones más grandes cuyos dirigentes denunciaban a los ibéricos la
imposición de tributos de que eran objeto por la administración de Moctezuma:
Aparecieron los primeros rasgos de lo que sería la forma de propiedad
prevaleciente y de sus formas de gobierno; que son las que describió Zorita, con
base, entre otras en la información de los frailes De Navas y de Domingo de la
663
Anunciación. En las formaciones ya señaladas predominaban las tierras
comunales, las de los señores, de los encargados o de los pueblos con la
explotación de ellas por parte de los macehuales.
Las tres formaciones observaron, en términos generales, los mismos rasgos,
aunque tienen particularidades específicas que revelan que no tenían el mismo
grado de desarrollo de las fuerzas productivas, de una manera exacta, a la
manera de una calca. En una formación, había más terrazgueros que en otra,
debido a que las reformas que introdujo Itzcóatl no tuvieron las mismas
repercusiones en las tres formaciones sino se trató de un impacto desigual.
Definió Zorita a los pipiltin como principales, como caballeros de Sevilla o hijosdalgo y
eran "libres de tributo, porque eran hidalgos e gente de guerra, y siempre estaban
en casa del Señor supremo cierta cantidad de ellos para embajadores para unas y
otras partes y se mudaban por su orden, y para ministros y ejecutores de la
justicia: y demás de no pagar tributo, tenían otras muchas preminencias y el Señor
les daba ración y acostamiento; pero ahora están muy abatidos y hechos
tributarios, y muy miserables y paupérrimos. Después habló de un salario que los
señores de Texcoco pagaban a quienes labraban la tierra y "había casas de indios
que de ello se beneficiaban y llevaban ellos su parte y les daban servicio de agua y
leña para sus casas en lugar de tributo".490
Es importante la referencia que hace Zorita sobre el pago de salario a los macehualtin en
Texcoco pues son muy escasas las referencias concretas que existen al respecto. Los datos
abundan a partir del periodo Colonial temprano e incluso se indica que se les pagaba en
490 Zorita, Alonso. Los Señores de la Nueva España, p.50
664
algunos casos con granos de cacao y mantas de algodón. El hecho de que en los pagos de
salarios nos eran mencionados en forma recurrente en las crónicas demuestran que no era
un procedimiento que se hubiera extendido, predominando la compulsión que implicaba la
vinculación pipiltin -macehual, su sentido de sujeción y no un cierto principio de voluntariedad
en las relaciones de trabajo que se inauguran después cuando los virreyes abolieron los
servicios personales gratuitos y se inició el proceso de monetarización de la economía.
En esa etapa a la que hace alusión Zorita imperaban las relaciones clasistas, tradicionales,
pipiltin y macehuales porque había un cierto equilibrio entre aquellos y las poblaciones de los
calpullis, es decir, con la mano de obra disponible y las tierras susceptibles de ser cultivadas,
si podían cubrir las necesidades de los grupos humanos y había una cierta estabilidad en los
calpullis, esto es, no había tierras excedentes, ni faltantes de ellas. Esto es un planteamiento
teórico, ciertamente, pero no deja de reflejar una cierta realidad social.
En el informe de Pablo González, referente a los pueblos del Valle de Toluca se
estableció que los pueblos estaban molestos "por los malos tratamientos,
vejaciones que sufrían por no tener orden en el tributo, que los macehuales estaban
molestos porque les daban en el tributo y que en sus tierras tenían no las tenían
fijas ni repartidas y ya les deja y amonestó que se juntasen todos y concordasen lo
que querían en este caso de repartimiento de las tierras que si querían más
siguiesen por la patrimonios o por la manera en que Moctezuma hizo
repartimiento de ellas".491
Los principales se mostraron inclinados porque se acataran los mandamientos que 491 Reyes García, Luis. Documento de Toluca en la obra de Zorita, en Estudio de Cultura Náhuatl, 14, UNAM, 1980, p.353
665
había hecho Moctezuma, que se respetaran las tierras que tenían los indios y los
macehuales y que los que tuviesen casas, en parte de la tierra que las tuviesen,
pero González insistió e que esas tierras se repartieran en cinco partes, una para el
gobernador, otra para la comunidad, otra para el hospital, otra para la iglesia y otra
para los alcaldes y fiscales.
Como lo demuestran los estudios de Reyes, Olivera, Carrasco y otros al concluir la
administración de Moctezuma había un trastocamiento profundo de la tenencia de la
tierra que tradicionalmente había existido para que aparecieron, con una gran
intensidad, los renteros y los terrazgueros; es decir, en virtud de las donaciones
hechas en los periodos precedentes, en la aparición de conflictos y dificultades entre
los pueblos y en sus relaciones con el tlatoani y en la insuficiencia de parcelas
para atender las necesidades de una población que estaba en ascenso. En el Valle
de Toluca también surgieron muchos medieros o aparceros, es decir, tampoco había
tierras disponibles para los campesinos que tenían que vender su fuerza de trabajo, al
no tener tierras propias. Le trabajaban a un noble o propietario el cual se llevaba la
"tajada del león" pues se quedaba con las dos terceras partes de los frutos de su
esfuerzo y apenas labraba para la subsistencia física de él y de su familia.
Todo parece indicar que en el periodo de Moctezuma algunos pillis o "nobles" habían
acaparado más tierras de las que tenían originalmente, lo que había afectado los
equilibrios existentes, conforme a los cuales había funcionado la relación entre los
calpullis y el resto de la sociedad. Muchos hijos de macehuales no tenían tierras para
cultivarlas y se veían obligados a emplearse como terrazgueros para continuar
reproduciendo su existencia individual y social.
666
Dijo Zorita:
"Entre estos naturales había y hay comúnmente tres señores supremos en cada
provincia y en algunos cuatro, como en Tlaxcala y Tepeaca y cada uno de estos
señores, tenía su señorío y jurisdicción conocida y apartada de los otros y había
otros señores inferiores a quienes comúnmente llamaban caciques. En México y
en sus provincias, había tres señores principales que eran el señor de México, el
de Texcoco y el de Tlacopa, que ahora llaman Tacuba. Todos los demás
señores inferiores servían y obedecían a estos tres señores y porque estaban
confederados, todas las tierras que sujetaban las partían entre sí. Al señor de
México había dado la obediencia los señores de Texcoco y de Tacuba en las cosas
de la guerra y en las demás eran iguales, porque no tenían que hacer el uno en el
señorío de otro aunque algunos pueblos tenían comunes y repartían entre sí
tributos, los de unos igualmente y los de otro lo hacían cinco partes: dos llevaban
al señor de México, dos al de Texcoco y una el de Tacuba".492
Esta descripción de Zorita reveló la existencia de una estructura política en la cual
el poder político y económico está concentrado en tres señores, quienes tienen,
además, la jurisdicción civil y criminal, pero esta estructura también se traslada
al nivel de la provincia, de los señoríos y hasta de los barrios. Estos señores, en
sus respectivos niveles, tenían varias atribuciones, entre ellas, las de introducir
modalidades en la estructura de la tenencia de la tierra, como sucedió con Itzcóatl
quien hizo uso frecuente de las donaciones, pero había una serie de limitaciones
o frenos a esta competencia y uno de ellos era la propia existencia de la propiedad
comunal o colectiva. No existen elementos que indiquen que algún tlatoani haya
492 Zorita, Alonso. Los Señores de la Nueva España, p.97
667
por lo menos intentado deliberadamente trastocar esta forma de propiedad, la cual
tenía raíces antiquísimas. Si esta forma de propiedad, congénita a los grupos
originarios del valle de México se vulneró posteriormente fue por razones extra
políticas, es decir, económicas, hasta bien entrada la etapa Colonial, pues todavía
encontramos en la etapa temprana de este período muchas cédulas que la
protegen.
En los estudios que sobre Xochimilco hizo alusión Ramos, concluyó que "la época
azteca se caracterizó por el auge de la agricultura chinampera y por un mayor
desarrollo de centros de población grandes y compactos en el área lacustre. En
los periodos anteriores la ocupación de este rancho se limitaba a pequeñas islas o
terrenos más altos en las orillas de los pequeños ríos o dentro de los pantanos. El
uso antiguo es intermitente de la chinampa hasta la época tolteca culminó con este
auge ocurrido entre 1400-1600".493 La construcción de chinampas continuó después
de la conquista española y precisamente al estudiar las relaciones de bautizos
que se encuentran en el archivo parroquial de San Bernardino de Siena se
confirmó que esos individuos pertenecían a la organización sociopolítica de la
región integrada por Olac, Techan, Tepeteci y en sus subdivisiones que se
denominaban tlaxilacallis pero después los españoles los sustituyeron por el
concepto de barrios y así se dio el nombre de merinos a personas que
pertenecían a los sectores dominantes. El o los merinos se encargan durante el
siglo XVII de la organización de la mano de obra del Tequitl.
La situación de la tierra en Xochimilco era similar a la de otras regiones del Altiplano
pues había una gran fragmentación y prácticamente se habían repartido en tres 493 Ramos, Rebeca y otras, Xochimilco en el siglo XVI, Cuadernos de la Casa Chata, Xochimilco, 1981, 181 p.,
668
zonas o regiones dentro de las cuales existían muchas parcelas y así se trabajaban
las chinampas que eran cada vez más pequeñas. La población se había
concentrado en unas cuantas poblaciones, por lo que suponemos que había muchas
migraciones humanas, debido, entre otras causas, a los frecuentes conflictos
armados. Hay que recordar que cada una de estas guerras se resolvían ya sea
imponiendo nuevos tributos, pero también repartiéndose parte de las tierras
conquistadas entre los soldados mexicas, lo que impulsó el ausentismo.
Xochimilco se reafirmó como un hinterland de Tenochtitlán, es decir, era un
reservorio de alimentos y de materias primas para la capital azteca y ahora las tierras
se habían reconcentrado en tres secciones. Es posible también que como resultado
de estas nuevas distribución de la tierra haya habido una redistribución de la
población en el interior de Xochimilco, con una fragmentación mayor de las
chinampas, que hacían se fueran compactando. Los macehuales habían afirmado que
las parcelas eran pequeñas e insuficientes, apenas unos cuantos surcos y ahora se
trataba de modificar esta situación.
En el documento número 20 de la Matrícula de Huejotzinco, el virrey pidió la siguiente
información: una relación de los tequitlatos y de los macehuales que tenían a su
cargo, había 15 barrios en la región y ante la posible ocultación de datos y de
individuos, mandó que todas las macehuales que estuvieran casados o viudos
estuvieran en su casa quietas y pacíficas. Igualmente pidió información sobre las
tierras que se arrendaban y el número de indios que trabajaban en ellas, resultando
que había muchos terrazgueros, mientras otros indios andaban demasiado
ocupados en la construcción de los monasterios y de las iglesias. En los informes
669
que se presentaron en el barrio de San Juan había 10 indios, "lisiados, enfermos y
cojos, ciegos, que asimismo son casados. En relación con los indios terrazgueros, el
documento número 37, se consigna que en efecto la mayoría de estos indios tenían
esa calidad pues "pagaban a los principales con terrazgos de sus tierras y no tenían
tierras propias en lo cual no hay fraude ni engaño".494 En el documento número 46 se
les llamó a dichos indios "renteros".
Sin atrevernos a formular conclusiones generales, válidas para toda la región
poblana-tlaxcalteca, lo sobresaliente de la Matrícula consiste en que la forma
tradicional de dotación de tierras al parecer se había agotado ya sea porque había un
mayor número de macehuales que demandaban tierras o porque la que las existía
no era suficiente para satisfacer la demanda o por ambos factores a la vez. En la
etapa colonial temprana, además, por el acaparamiento de tierras que había hecho
los colonizadores españoles, que se habían privado de sus parcela a los indígenas y
en todos los casos se abría la alternativa de rentar tierras, es decir, de pagar
abiertamente un porcentaje de las tierras cultivadas.
De una manera clara se dice que los "indígenas" no tenían tierras lo que resultaba
muy grave por sus consecuencias económicas y sociales, lo que en parte explica la
despoblación que sufrió el Valle de México, según los cálculos que hizo Borah. Al no
disponer de tierras para asegurar la manutención de sus familias, muchas familias
debieron haber desaparecido de las comunidades y muchos macehuales se
convirtieron en semiesclavos ya sea de los pipiltin o de los españoles.
Definió Von Mentz a Cuauhnahuac como la sede de los señoríos, como el lugar en
494 Prem, Hans. Matrícula de Huejotzinco, p.133.
670
el cual residía el señor supremo o tlatoani a quien tenía el mismo rango que
Yautepec, Oaxtepec y Yecapixtla. "Los grandes señores de esas
parcialidades o barrios llamados Tecpan, Panchimalco, Xalan y Olac,
conformaban la capa jerárquica de poder más alto y todos ellas eran denominadas
"tierras de nobles" pero estaban los pueblos de terrasguería que eran en donde
tributaban quienes les labraban esas tierras y que les prestaban plus trabajo y
había una firme alianza con los mayordomos y los calpixques de Moctezuma,
confirmando que el Tlatoani de Cuauhnahuac era el "el primero entre iguales"
entre todos los señores de la jurisdicción. Distinguió dos tipos de tierras: las tierras de
nobles y señores y las tierras del común y las primeras "controlaban grandes
propiedades y posesiones de tierras, generalmente dispersas en distintos
señoríos, distribuían entre las familias de campesinos dependientes de ellos las
tierras, velando que ninguna parcela quedase yerma y ninguna familia sin tierra,
pues ello legitimaba el pago de tributo. Se trataba de una élite muy numerosa que
ejercía el poder, compuesto por distintos señores, probablemente emparentados.
Dentro de este grupo el Tlatoani don Fernando era solo "primus Ínter pares", es
decir, el primero entre iguales".495
Las transformaciones en la tenencia de la tierra tendían hacia la simplificación
pues en la práctica solo habían quedado las propiedades de los nobles o pipiltin que
después fueron modificando su nombre con el de principales y las tierras del común,
es decir, de los pueblos y de los calpullis, o las unidades de producción según el
caso. Las crónicas ya no hablan de las demás tierras de los templos y de las
escuelas, porque al parecer se habían debilitado o quizá desaparecido para ser
495 Von Mentz, Brígida, Cuauhnahuac, 1450-1675.., p.139
671
absorbidas por los pipiltin que así se convirtieron en grandes propietarios. El
fenómeno de concentración de tierras se agravó con la aparición de los llamados
señoríos, que pronto fueron fuente de conflictos una vez producida la conquista. Hubo
un proceso de aguda apropiación de los frutos del trabajo de los macehuales y
probablemente esto explica la aparición de fenómenos de descontento que
conoció Cortés y que muy hábilmente utilizó para sus fines.
El hecho de que un pipiltin que pertenecía a un señorío pudiera tener tierras en un
señorío distinto fue causa de perturbaciones y desajustes porque estas otras casas
implicaban el desplazamiento de macehuales de un poblado a otro poblado, lo que
hacía que se perdiera el vínculo directo que existía entre unos y otros como había
ocurrido en el pasado. Esto no solo era un desconocimiento de la vinculación
explotador -explotado, el cual se diluía en el concepto de señoríos, cuyos integrantes
formaron alianzas para defenderse de las exigencias de tierras de los macehuales y
de un mejor tratamiento humano.
En el documento número 65 relativo al pueblo de Acapetlahuacan los indios
confirmaron que en efecto ellos eran terrazgueros "pues no tenían tierras propias sino
que rentan y viven en tierras que son de los principales de la provincia y que por ello
pagan terrazgo y tributo. Después, Gonzalo Casco, uno de los vecinos, dijo que
había en Guexocingo unos 800 principales y que ellos tienen tierras suyas propias de
su patrimonio y abolengo que les heredaron de sus padres y abuelos es mucha
cantidad de tierras, muchas de ellas pues cada una de ellas son especialmente
mayorazgos y que en dichas tierras de los principales hay mucha cantidad de
macehuales, indios vecinos de la dicha provincia y los que están y labran la tierra y
672
que dan a cada uno de los macehuales y labran y cultivan cuyos 100 brazos de tierra
de los cuales es obligado por cada macehual libre a cultivar 20 brazos para el dicho
principal y los ochenta brazos para el dicho macehual...".496 Otro testigo, Juan de
Cartagena, afirmó que había pocos macehuales que tenían tierras suyas propias. El
testigo Diego de Madrid ratificó que en efecto muchos principales arrendaban las
tierras.
El testimonio de Casco es revelador de que las tierras que eran de los pipiltin
podían ser heredados a sus hijos en plural o a su hijo mayor en particular, lo que dio
el nombre de mayorazgo, de tal manera de que por este conducto se aseguraron la
continuidad de los señores en el poder. Por esto es importante estudiar los cambios
y los conflictos que se producen en el seno de las "casas nobles" de la provincia
porque en ellas se revela que la propiedad de la tierra pasaba de padres a hijos,
junto con las demás preeminencias y privilegios. Al pretende imitar tristemente a las
cortes europeas, las "casas reinantes" de Tlaxcala, Tacuba, Cholula, mostraron
al desnudo que en realidad era una caricatura de ellas pues muchos de sus
miembros habían dejado de ser pipiltin, sobre todo por los grandes movimientos de
tierras que generó la conquista, para convertirlos en pobres macehuales.
Hizo referencia Medina Lima, en el caso de Tlaxcala, al llamado "estamento inferior"
que eran los macehualtin, el grupo social mayoritario "que era la gente sencilla del
pueblo, desposeída y sujeta a los nobles por medio de las obligaciones tributarias
que rendían para obtener los medios de subsistencia de las tierras que los pipiltin
tenían bajo su control. El origen de los macehualtin se remonta desde tiempos
inmemoriales: es decir, desde siempre ha habido diferencias sociales expresadas 496 Prem J. Hanns. Matrícula de Huejotzinco, Introducción de Pedro Carrasco, Graz, Austria, Akademische-Druck-u. Verlagsanstalt, 1974, 691 p., p.495.
673
en la estratificación por la desigualdad en la posesión de los medios de producción,
asimismo por la distribución desigual del excedente producido. Entre los
macehualtin se incluían tanto los campesinos como todos aquellos individuos que
tenían algún oficio determinado, entre los cuales se encuentran los artesanos,
albañiles, canteros, canasteros, petateros.
Todos eran tributarios incluyendo la gente que pertenecía a diferentes etnias y que
venían de distintas tierras fuera de la provincia tlaxcalteca: eran advenedizos y
forasteros, asentados por algún motivo en territorio de Tlaxcala entre los que se
encuentran mexicas, texcocanos, tepelucas, chalutlecas y otomíes".497 Dijo que había
otras equivalencias de los macehuales como "poco contentos" o "muy pobres" para
concluir que el factor determinante social entre los dos estamentos, se definía sobre
el control de los medios de producción y la división social del trabajo también era el
indicador de la diferencia entre la gente común o macehual.
497 Medina Lima Constantino. Estratificación y Conflictos Sociales en Tlaxcala, en la Segunda Mitad del Siglo XVI, p.203.
674
Consideró Zorita:
"La más común sucesión era por sangre y línea recta de padres a hijos. No se
sucedían hijas, sino el hijo mayor habido en la mujer más principal que entre todas
las demás tenía el señor para este efecto conocido, y era la más respetada de las
otras y de todos sus vasallos. Si el hijo mayor no tenía habilidad para gobernar, el
padre señalaba uno de los otros, el que le parecía más hábil y suficiente para que
le sucediese, teniendo siempre en cuenta el respeto a los hijos de la mujer principal,
para esto y para todo. Si el señor no tenía hijos o nietos o no eran para ello, sucedían
en el señorío el hermano, reinaba por la reelección saliendo de la sucesión de hijos
y nietos. Si faltaba sucesor el señor de México, elegían los señores y principales de
su señorío, y la confirmación era de los señores supremos de Texcoco y Tacuba; y
si a éstos les faltaban sucesor, elegían los principales de su tierra y la confirmación
era del señor de México; y ya ellos estaban informados si la elección se había hecho
en la firma dicha, y si no, mandaban tornar a elegir de nuevo".498 Hizo notar que
cada uno de los señores principales de Texcoco y de Tacuba, estaban apartados,
tenía jurisdicción civil y criminal y los supremos jefes de estos tres señores dichos
confirmaban a los otros sus inferiores.
Aquí se demuestra que a pesar del evidente predominio que tenían el señor de
México, en ciertos casos de guerra, anexión y castigo podían disponer de tierras
de otros reinos y provincias para los mexicas, lo que sin duda, provocó profundas
distorsiones en las estructuras interiores de esos pueblos sometidos. Se han publicado
quejas de algunos pipiltin que con motivo de cierta intervención militar ellos habían
perdido sus tierras, sus macehuales habían huido y ya no había "brazos" para
498 Reyes García Luis y otros, Documentos nahuas de la ciudad
675
cultivar sus sementeras, pero no conocemos información relativa a la anulación de
una decisión de un señor subordinado, en tiempo de paz, en materia de propiedad de
las tierras, entendiéndose que estas eran una imposición interna de los señores
subordinados.
Precisamente Reyes informó que el término calpulli fue empleado por primera
vez en un documento que los caciques y naturales de Toluca redactaron en el año
de 1532, en donde hicieron referencia a la gran cantidad de macehuales que había
en Azcapotzalco y Tlacopa y se mencionan las palabras calpultin e Tlaxilacallin que
se usan como sinónimo y después aparecieron en documentos de Puebla del año de
1553, en los cuales se informa que los calpulli "no tienen tierra" sino solo "la tienen
los tlatoani y en ello favorecen a lo macehuales y los ayudan". En el diccionario de
lengua castellana y mexicana, publicado en 1571, se definió al calpulli como "casa o
solar grande o barrio" y al concepto Tlaxilacalli como "barrio". Definieron a las tierras
del Marquesado del Valle, en Morelos, como tierras de calpulli y por lo tanto se
debe tributar. En el caso de la ciudad de México, se hace evidente la vinculación
entre el calpulli y un dios o con algún templo; sobre todo en franca relación con los
petateco, amatecas, floristas, orfebres.499
Todo parece concluir, por los estudios concretos que se han hecho y por los
fenómenos que se han documentado, utilizando textos en náhuatl, que los calpullis,
concebidos como unidades de organización y de producción, habían entrado en una
crisis que los hacía irreconocibles pues ya no tenían tierras en función de las
necesidades de sus integrantes. Habían surgido otras modalidades en la tenencia de
la tierra que estaba cada vez más distinta de los parámetros de la propiedad 499 Zorita, Alonso. Los Señores de la Nueva España, p.15. de México, en el siglo XVI, CIESAS, Archivo General de la Nación, México, 1996, 345 p.47
676
comunal. Surgieron como fenómenos nuevos la compra, la enajenación, las
donaciones, las permutas y otros mecanismos que aparecieron ya de una manera
muy clara durante la etapa de la dominación española. Es posible que muchos de
estos cambios o mutaciones, se hayan hecho en la etapa de Moctezuma porque este
se había caracterizado por restaurar privilegios que habían perdido los pipiltin.
Todo hace pensar que hubo un periodo de recuperación de privilegios, de
reconquista de posiciones, de revitalización del poder perdido, mientras por una
parte habían aumentado el número de macehuales en los pueblos como se
comprueba con la multiplicación de los terrazgueros. Hasta la palabra calpulli
comenzó a desaparecer indicando con ello que habíamos entrado a una nueva etapa.
Estudió Valencia las relaciones ente los pilis y los macehuales afirmando que
"mientras el primero tenía la obligación de cumplir en funciones
administrativas, como son, la organización del trabajo en las actividades
estratégicas y exigir un excedente producto del trabajo, en calidad de tributo. En
cambio, los macehuales se encaraban de producir la mejor parte de los bienes
materiales para el sustento familiar y de su señores pillis debido a la asignación
de sementeras de cultivo proporcionadas por sus señores, sin dejar de cumplir
las actividades de orden colectivo: obras públicas y trabajos agrícolas
comunales. La organización de dichas actividades se basaba en distintos
sistemas de trabajo; el de mayor interés se refiere al tipo tradicional o cuatequil,
que era un trabajo de carácter obligatorio de tipo colectivo, posiblemente de
origen prehispánico que se encontraban vigentes en el periodo colonial y que en
Tlaxcala no solo adoptó características del trabajo obligatorio en las obras
677
públicas como además en los trabajos agrícolas, había una rotación en el trabajo
por medio del sistema de tanda y rueda; asimismo ciertos trabajadores recibían
a cambio de su trabajo en el cuatequil la alimentación básica durante el periodo
laboral solamente".500
Al publicar Prem, la Matrícula de Huexotzinco, señaló que cada pueblo estaba
dividido en barrios o calpules de tamaño variable aunque a menudo coincidía con
20 tributarios; la población estaba organizada en cuadrillas jefaturados por un
centecpanpixqui (o guardián de veintenas) o un tequitlato (mandón de faenas).
Además hay grupos de cinco veintenas que forman cuadrillas mayores y que también
estaban encuadrados dentro de los barrios, mientras que los que los pipiltin y los
macehuales fueron empadronados por separado y aparecieron los primeros
ligados por un mecate a la casa de un teocalli lo que denota linaje o parentesco.
Después están las casas del pilcalli o casas de nobles. Los macehuales están en
calidad de terrazgueros pues recibían de aquellos 100 brazos de tierra de los cuales
cobraban 20 para el principal. Hizo un resumen estadístico afirmando que de 8,800
casados empadronados, el 6.4 eran teteuctin, mientras que el 68% era macehuales.
El 76% de los macehuales eran labradores y el 24% tenía alguna especialización.
Entre los especialistas, la Matrícula distinguió a los canteros, que los había este tipo
diferente, carpinteros, petateros, alfareros, huaracheros, canasteros, resineros
(extractores de resinas) y otros en donde no existe una influencia de la tecnología
europea.501
En la medida en que ampliaron los calpullis, sobre todo por el crecimiento de la
500 Valencia Ríos, Armando. Organización del Trabajo y Tributo en Tlaxcala a mediados del siglo XVI, en Anales del CIESAS, 1984, p.239501 Reyes García, Luis. Documento sobre T
678
población, la estructura social se fue subdividiendo como una manifestación concreta
de similar contenido, pero de un nivel socioeconómico más bajo, los barrios. Estos
aparecieron según las crónicas en la etapa temprana de los mexicas, al asentarse
en la Cuenca que ya se habló de que se separaron y que cada barrio quedó
integrado por individuos del mismo linaje o parentesco. La propiedad de las tierras
también se dividió pasando de ser una gran propiedad a una propiedad acortada,
además, una cosmovisión general que además de los dioses generales tenían sus
propiedades y sus autoridades específicas.
Thomas de León, poblador de Cuauhtincha, precisó que ahí los calpullis no poseían
tierra y "que la manera en que están dispuestas las tierras es que la deshierba no
está en la propiedades de los calpulleques. Solo los tlatoanis tienen tierras y en ellas
fungen como tlatoanis, en ellas favorecían a los macehuallis, los ayudaban y
después enumeró una relación de 23 calpullis, pues dijo, habían venido de
Cholula, que dichas tierras durante una guerra, la guerra tolteca Chichimeca, se
las habían quitado y se habían convertido en macehuales por medio de opresión,
pero también a los pilles les quitaron las tierras. Al referirse a los conflictos que
habían tenido con otros grupos indígenas añadió que tomaron las tierras ajenas y a
la gente la convirtieron en macehual y la gente les daba todo; montas, enaguas,
huípiles, cacao, tomate, les hacían sus escudos, les hacían sus casas y ahora don
Agustín anda diciendo que todos somos macehuallis.502
Los documentos publicados por Reyes demuestran que la historia, su génesis y
desenvolvimiento, es la historia del despojo, del abuso del más poderoso sobre
los más débiles y de la explotación, utilizando todos los métodos posibles. Al
502 Prem J. Hanns. Matrícula de Huejotzinco, p.45
679
describir la estructura de Cuauhtinchan se reitera, al igual que la Historia Tolteca-
Chichimeca, que la formación de una comunidad en la región poblana-tlaxcalteca
fue producto de muchos conflictos armados, ajustes y desajustes territoriales,
alianzas y combinaciones. Este proceso culmina con una formación económica y
social determinada, que uno de los más estudiados en sus fuentes originales.
Ante la falta de información y de estudios de otras regiones, ante la carencia de
fuentes directas, originales, ante la imposibilidad hasta hoy de ser conocidas en el
Ramo de Tierras del Archivo General de la Nación, en los archivos municipales,
conviene preguntarse si el perfil de esta formación es extensivo en todas las
regiones o si se trata de una estructura parecida a la del Valle de México, de la zona
mixteca o más aún, de la región maya. Se reitera que los macehuales fueron primero
los "propietarios originales" de estas tierras y que en realidad fueron despojados de
ellas por los pillis, en una determinada etapa de su formación como unidades
económicas. Se trata de una historia en la cual los macehuales perdieron sus tierras
también por la implantación de una cosmovisión religiosa y política y de propietarios se
convirtieron en servidores y trabajadores de tierras ajenas. Al estudiar algunos títulos
primordiales se confirmó este fenómeno, como si fuera una tendencia general en el
Valle de México pues los macehuales reclamaban tierras que habían sido de sus
abuelos o de sus antepasados más remotos, pero que la diferenciación social anuló.
503
En el estudio que hicieron Martínez y Solís sobre los señoríos de Tecamachalco
y Quechalac en los siglos XVI y SVII reveló que existen varios cargos señoriales 503 Reyes García, Luis. Documento sobre Tierras y Señorío de Cuauhtincha, SEP-INAH, Colección Científica, México, 1978, 219 p., p.4
680
que estaban estratificados pues estaban conformados por pillis y macehuales, los
primeros eran propietarios y los segundos eran terrazgueros "que por el hecho de
usufructuar parcelas de los nobles estaban obligados a realizar prestaciones de
tributo y servicios personales. La mayoría de la población macehual de los pueblos
sujetos si no todos, eran tributarios de los nobles de las casas señoriales. En
relación con la organización política, dijo que había elementos de varios modos
de producción, mientras que durante el régimen colonial mantienen la estructura
de los pillis y los macehuales y la continuidad de la casa señorial "que implica la
propiedad comprada de las tierras en manos de los señores y la adscripción de la
población macehual a estos. Los pillis se mantenían en la colonia como grupo
dominante porque consiguen adueñarse del cabildo impidiendo el acceso a cargos
de macehuales, salvo raras excepciones. A través de esta institución siguieran
controlando las tierras, los ganados y los otros bienes comunales y a la población
macehual ya que eran responsables de la organización del trabajo y del tributo".
504
En las trascripciones del Titulo Primordial de San Miguel Atlauhtla, sus habitantes
firmaron que sus abuelos habían sido los fundadores de la ciudad de México, que
había fundado en el agua y que a su fundación habían concurrido los abuelos y los
macehuales, que los ancianos habían constituido los barrios de Santiago, San
Pedro, San Francisco, San Juan, San Martín y San Lorenzo y que habían construido
un templo, las tierras las pidieron los viejos, los padres y las madres, mientras los
macehuales estaban condenados a pagar tributo y después establecieron los límites
y los linderos. Hablaron de la de la tierra "en donde habíamos nacido, el lugar que 504 Martínez Hildeberto, Solís Gabriela. Los Señoríos de Tecamachalco y Quechalac, siglos XVI y XVII, en Anales 1983, CIESAS, p.181, p.180
681
merecemos. Hicieron una alusión al virrey Antonio de Mendoza quien había ordenado
que los macehuales siguieran pagando tributo pero recibieron en cambio el santísimo
sacramento.505
Atlauhtla es un ejemplo del reconocimiento étnico que tenían sus pobladores
acerca del origen común y de la adhesión a la estructura antigua dominante pues
reafirmaron las obras hechas por sus antepasados. Estos títulos muestran que existe
un patrón de continuidad histórica, hacen de los lazos de comunidad que los unen, los
valores sociales que comparten, las costumbres que practican, los ritos que realizan,
todo lo cual da justificación, en este caso jurídica, de un hecho de posesión de las
tierras que se realiza hace mucho más y que ahora se reconoce y de la transición de
esa posesión en forma de propiedad a los descendientes. Lo que fue algún día una
posesión de hecho, generalmente por medio de la fuerza, se transforma en un acto de
tipo formal, influidos ya los indios por los valores de la sociedad occidental
europea. Estas tierras las tenían poseídas y explotadas desde hace cientos de
años y habían pasado de unos a otros siguiendo sobre todo líneas de sucesión
familiar que tanto se respetaron en aquel tiempo.
Por su parte, Saloma describió el poblamiento de Xochimilco en el siglo XVI
afirmando que los núcleos de explotación de mayor tamaño se ubicaron en la
ribera del lago; en tanto que los más pequeños e las chinampas y en la zona
montañosa existieron caseríos, estancias y pueblos pequeños y algunos tuvieron la
categoría de pueblos como Tlayacapan". Era muy importante la adscripción a una
parcialidad pues significó para cualquiera de los linajes que encabezaban cada
uno de ellos el asegurarse la mano de obra de los macehualtin puesto que sus 505 Silva cruz, Ignacio. Transcripción, Traducción y dictamen de los títulos primordiales del Pueblo de San Miguel Atlauhtla, Siglo XVI, AGN, México, 1998, 74 p., p.77
682
sujetos tuvieron la obligación de prestar servicios personales, de trabajar una
determinada cantidad de tierra al señor y de darles tributo en especie. Así la casa
señorial tuvo bajo su control propiedades agrícolas lo que le permitió regular el
acceso a ella a la gente del común, a cambio de recibir el pago del tributo".1506Afirmó
que al efectuarse una nueva tasación en el año de 1562 se encontró que había 20
mil habitantes, pero otros datos señalan que en realidad eran de 12 a 13 mil
indios, contando principales y macehuales.
Había en Xochimilco porciones de tierra de diferentes extensiones, sin que en las
crónicas se hable de los calpullis que al parecer ya se habían extinguido para dar
lugar a la existencia de propiedades de mediana o gran extensión, o hablando en
términos actuales de pequeñas propiedades, según la orografía de la zona. Las más
grandes estaban en las riberas del lago en donde se habían asentado la mayor de
la población desde la época de su fundación en el paraje de Cuailhama, utilizando de
una manera óptima los recursos naturales de la zona; las porciones medianas
estarían en la zona chinampera en donde las crónicas hablan de extensiones hasta
de 200 brazos de largo como máximo, explotadas por un jefe de familia que tenía
que aportar parte de su esfuerzo en calidad de tributo para el título de la
parcialidad; la división de la zona en parcialidades si bien ocurrió en el periodo
colonial temprano ya preludiaba con anterioridad que la distribución de las tierras
estaba determinada por la orografía de la zona; finalmente las porciones más
pequeñas, estaban en las zonas de las serranías en donde por razones obvias la
productividad de las tierras era muy baja. A la fragmentación del poder político,
distribuido en varios señoríos, acompañó la dispersión de la propiedad y su usufructo.506 Saloma Gutiérrez, Ana María. Señorío y Cacicazgo en Xochimilco, 1520 -1650, Tesis de Licenciatura, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, México, 1985.
683
Al estudiar específicamente el estado de Morelos, Rueda Hurtado afirmó que por
ejemplo el de Emiliano Zapata había sido un calpuleque, un tecutli, es decir, había
ocupado un alto rango, recordando que el calpulli estaba integrado por jefes
llamados calpuleque o chinoncaleques que eran jefes del pueblo que estaban
asesorados por un consejo de ancianos. "El calpuleque asistía a la casa señorial para
informar al teuctli los asuntos más importantes del calpulli quien a su vez, informaba,
según el caso, a los cuatro miembros que gobernaban en materia judicial o militar.
También era el encargado de repartir las tierras del calpulli para el labreo. Sobre las
tierras del calpulli para uso de sus miembros pasaban los derechos comunales por
lo que la tierras no podían ser vendidas aunque si arrendarlas en el caso de que
hubiera parcelas vacantes.
También dejadas en herencia para su usufructo. No existía la propiedad en el
sentido romano de la palabra. El explotador tenía derecho al usufructo de la parcela
que cultivaba individualmente, pero esta permanecía sometida al dominio de la
comunidad".507 No obstante, afirmó que los macehuales que disponían de recursos
para hacerlo podían rentar tierras para cultivarlas, pagando el precio a un
calpuleque o a un pilli, pero también señaló que había macehuales los cuales no
tenían parcelas, que serán los mayeques que pertenecían a los estratos más
bajos de los macehualtin y vivían en las peores condiciones.
El calpulelque era un administrador de las tierras de los pipiltin y por lo tanto está
asociado a la casa señorial de los poblados y una de sus funciones era vigilar la
distribución de las parcelas y que todos cumplieran con la obligación de trabajarlas;
cuando había excedentes podían arrendarse y eso lo dijo Zorita pero el calpulli no 507 Rueda Hurtado, Rocío. Antecedentes Históricos de la Tenencia de la Tierra en Morelos, Editorial Praxis Morelos, 1999,121 p., p.71.
684
perdía el pleno dominio sobre ella pues esas operaciones las podía cancelar el
tecuthtli o el Consejo de Ancianos, los que ratificaban siempre y en este caso la
permanencia de la propiedad comunal.
Por su parte, Chapa consideró que fueron familias acolhuas las que se asentaron
en San Gregorio en el año de 1518 formando el calpulli de los acapalpanecas,
teniendo el nombre primitivo de Acapulco. Destacó la realización de varias obras
hidráulicas, entre ellas la calzada de Tlahuac como un dique que dividió el lago de
Chalco y el de Xochimilco. Había muchos manantiales que formaban un estuario
en donde tenían abrigo, patos, gallaretes, chichicuilotes y entre los fundadores de
este pueblo estaban los tepetlapanlluca, de Tepetenchi y de Texcoco y después
por los acapulpanecos, mientras se constituyen dos calpullis, el de Tepetenchi y
el de Texcoco que de una manera conjunta se denominaron Tepellapantlaco
los cuales recibieron la influencia de Hueytlahilanque, de origen azteca.
Después aparecieron los Amalinelpanecos, por lo que ya se trataba de tres calpullis,
los cuales estaban asentados en las orillas del manantial de Acuxcamac. Hubo
continuas guerras entre ellas durante los años de 1571, 1518 y 1519, hasta
formarse después una Confederación, encabezada por el señor Xochimontzin, de
Acapulco.508
En cambio, el poblamiento de la región de San Gregorio no vino del centro de la
laguna, es decir, no vino de Tenochtitlán sino de la región de Texcoco, denominada
zona acolhua. Aquí si se refiere a la existencia de calpullis o grupos de personas que
se trasladaron de aquella región a esta, lo que permitió la coexistencia de distintas
508 Chapa Sostenes N. San Gregorio Atlapulco, Xochimilco, D. F. p.60
685
formas de propiedad: la población de San Gregorio, por lo tanto y en esta
circunstancia histórica, quedó una gran cohesión social por el origen y naturaleza
social que tenía y por el alto grado de desarrollo tecnológico que había alcanzado la
población acolhua, en el más firme y respetado aliado de México. Esto permitió
también que San Gregorio tuviera un progreso social hasta cierto punto
independiente, más vinculado a las poblaciones de Milpa Alta.
Había una relación cultural muy estrecha, una interinfluencia entre la población
acolhua y mexica propiamente pero en el fondo tenían la misma base material
de sustentación, los recursos de la zona lacustre y una permanente vinculación por
medio de los lagos. No importa que hubiesen tenido un origen distinto pues los
recursos naturales de que disponían eran los mismos en un lago que en otro.
Caso comparó la tenencia de la tierra que había en Mesoamérica y que se basaba
en el carácter básico de una sociedad diversa vinculada a una milpa, con los
criterios imperantes en la zona olmeca, especialmente en La Vente, Tres
Zapotes, Cerro de las Mesas y Río Chiquito en donde los monumentos no están
concentrados en un solo lugar sino en varios grupos de montículos y "estaban en
suelos en donde existen ríos que los inundan cada año, por lo que se trata de
suelos gruesos y óseos y no hemos encontrado hasta ahora una gran
concentración urbana que nos indicara la existencia de una sola metrópoli en
Veracruz o en Tabasco". Dijo que "la expansión" era hacia los lagos y los ríos, con
una densidad de población muy alta y también hizo referencia la existencia de un
"ejército" es decir, a personas que llevaban lanzas, dagas, o cuchillos y después
686
hizo alusión a una "preponderancia olmeca" sobre otras poblaciones.509
Dijo Engels:
"La primitiva propiedad comunal de la tierra correspondía, por un lado, a un
estado de desarrollo de los hombres en el que el horizonte de éstos quedaba
limitado, por lo general, a las cosas más inmediatas, y presuponía, por otro lado,
cierto excedente de tierras libres, que ofrecía cierto margen para neutralizar los
posibles resultados adversos de ésta economía positiva. Al agotarse el excedente
de tierras libres, comenzó la decadencia de la propiedad comunal. Todas las
formas más elevadas de producción que vinieron después condujeron a la división
de la población en clases diferentes y, por tanto, al antagonismo entre las clases
dominantes y las clases oprimidas". 510
Así en las primeras etapas de la población del Valle de México, había muchas
tierras que estaban disponibles pero en la medida en que llegaron los grupos
humanos se apoderaron de ellas, es decir, tomaron posesión física de las
mismas una vez que desterraban a los grupos humanos ocupantes, si los había.
Hubo muchos desplazamientos de poblaciones, sujetas a las acciones militares.
Había muchos separaciones de poblaciones sujetas a las acciones militares que
se realizaban, pero también se produjeron alianzas políticas por conducto de
matrimonios entre miembros de los grupos con el objeto de asegurar el control de
los territorios y constituir gobiernos.
509 Caso, Alfonso, ¿Existía el Imperio Olmeca? en Raíces Indígenas y Presencia Hispánica, Editor Miguel León Portilla, El Colegio Nacional, México, 1993, 671p., p.36510 Engels, Federico. El Papel del Trabajo en la Transformación del Mono en Hombre, 13 p.7
687
La Historia Tolteca-Chichimeca demostró que fue un periodo de una profunda y
permanente inestabilidad política, fue una etapa de formación de poblaciones,
señoríos y "estados" pero este proceso tardó todavía mucho tiempo con la
aparición de los grupos mexicas, azteca que se convirtió en el hegemónico. Se
empezó a transformar el mapa político-territorial de la zona.
"A los tecuthlis de cada calpulli o barrio y en las principales caudillos que se
distinguieron en la guerra de ocupación se les permitió adjudicarse tierras, como
Acatzacualtecatl y a Acamapichtecatl, se les dio Xaltepetl, colindado con Actopan; a
Yatepuntzonlecatl y a Macchahultiz, tierras entre Moyetepec y Xochimilco y estas
tierras formaron los pilallis o tierras de los señores. A cada uno de los calpullis de
los tepellapatlacas se les conservan sus tierras primitivas y a los altipatlacas se les
señalaron las suyas. Estas tierras constituyen el calputlalli o tierra de los barrios.
Entro de cada calpulli o barrio, cada familiar poseía un pedazo de tierra llamado
Tlamilpa, que era propiedad privada y todos los barios o calpullis tenían derecho al
uso del agua del lago con sus productos y de las chinampas y ciénegas que en su
uso se fueron formando y eran el altepllallio tierra del común del pueblo. Las
producciones naturales de los confederados acapulquenses eran los árboles de sus
bosques de los cuales obtenían vigas, tablas, tejamanil para sus habitaciones,
madera para sus herramientas agrícolas, de caza y muebles, leña para el fuego,
resinas para alumbrase y pegamento y del maguey obtuvieron el aguamiel para el
pulque".511
511 Chapa Sostenes N. San Gregorio Atlapulco, Xochimilco, D. F. (Pueblo que nació luchando por sus tierras y ha vivido defendiéndolas en el IV centenario de su fundación. (Contribución
688
La principal forma de la tenencia de la tierra era la relativa a la propiedad de los
barrios, distribución que fue consecuente con la división de la tierra por medio de los
calpullis. Los barrios fueron no solo células de convivencia de muchas familias sino
formas de organización económica colectiva del trabajo social para explotar los
recursos naturales de la zona, situación que aún se conserva en algunos puntos de
la zona por medio de la dotación que se hizo utilizando el procedimiento de los bienes
comunales, que no son de nadie en lo particular sino de la colectividad en su
conjunto. Los tecuthtlis, que eran los altos dignatarios de cada barrio, se
transforman después en los titulares de las parcialidades y después de los
señoríos, pero también había tierras de los nobles, a la manera del esquema general
descrito por Zorita y otros.
Las crónicas de la región Momoxca y Xochimilca se refieren, en este contexto,
además de la propiedad en usufructo, a una cierta propiedad particular de los
labradores, que se dio sobre todo en la zona chinampera y serrana, para explotar el
agua, pero todo indica que este fue un referente subsidiario con respecto de las
otras formas de propiedad. Una de carácter colectivo y comunal fue la de los
bosques que permitía el corte de árboles para abastecer de leña y resinas a las
poblaciones cercanas, especialmente la ciudad de México.
Afirmó Molina Enríquez:
"... los indígenas no habían podido llegar a los grados de desarrollo del periodo de
la propiedad. Los pueblos indígenas más avanzados comenzaban a tocar el primero
de esos grados. El concepto de la propiedad independiente, de la posesión solo
a las historias locales y a la agraria del país), México, talleres Quetzalcoatl, 1957., p.62
689
puede llegar a ser preciso, desde que existe la titulación escrita. Las tribus de la zona
fundamental de los cereales estaba poco más o menos, en el periodo de la
posesión; las tribus de lo mejor del sur y de la vertiente exterior de la cordillera
estaban poco más o menos en el periodo de la ocupación y las del norte estaban de
un modo general en el periodo de la falta de toda noción de derecho territorial".512
Una de las observaciones más agudas y trascendentales de Molina fue la de
considerar que no había entre los grupos indígenas una noción de propiedad
individual escrita, precisamente porque no había en la vida económica y social
propiedad privada de la tierra, en forma importante, aunque sí se iniciaba su
existencia con las tierras que los "nobles" entregaban a los terrazgueros y a los
medieros que las hacían producir con su esfuerzo personal. Debido a la escasez de
datos informativos nos e conoce con precisión los tipos de propiedad de la tierra
que tenían los pillis, pero sin duda esto no era absoluto pues estaban sujetos a las
regulaciones que establecía el Tlatoani. En vano se trató de encontrar en esta
forma de propiedad, la que había en la sociedad grecorromana y la que trata de
emparentar las polis griegas con las ciudades prehispánicas.
Por su parte, Chavira afirmó que a partir del año de1240 se instalaron en el territorio
ubicado entre Amecameca y el Ajusco, los Lagos de Chalco y Xochimilco, "en donde
había manantiales y se dedicaban a la cacería y recolección de frutas y raíces pues
no cultivaban la tierra y se contentaban con lo que la virgen les daba; sus vestidos
eran las pieles de las fieras, que cazaban y sus armas eran el arco y la feúcha".513
En este contexto fue que llegaron los siete grupos aztecas y después se poblaron
los barrios de San Mateo, Santa Marta, Santa Cruz y Los Ángeles y más adelante 512 Molina Enríquez, Andrés. Los Grandes Problemas Nacionales, p.97.513 Chavira Oli.o,, Francisco. HiMori, de la Delegación d. Milpa AUa, Te», mecanografíe», 67 p
690
los de Tecomitl, San Juan Iztayopan y Tulyehualco, constituyéndose el llamado
Malacatepec Momoxca y después los aztecas "que dominaron militarmente la
zona impusieron sus costumbres, su religión, vestido y ocupación".
El cultivo de la tierra los hacía los hombres ayudados por sus mujeres y usaban la
coa. Sus campos los limitaban con cercas de piedra que aun se conservan y en
los canales o en sus inmediaciones se encuentran innumerables restos de
artefactos antiguos. Usaban también para limitar sus canoas, las hileras de
magueyes y guardaban se grano en trojes de madera y comerciaban con
maderas y con vecinos con los pueblos del sur de la ciudad de México.
El poblamiento de la zona Milpa Alta-Xochimilco, al igual que sucedió en otras
regiones del Valle de México, ocurrió mediante la mezcla y la aculturación de grupos
nómadas de la zona acolhua y de otras zonas con el grupo mexica, que ya había
llegado a un alto grado de maduración. Chavira refiere la existencia de estos dos
grupos, afirmando que tenían un grado de desarrollo distintos pues por un lado
estaban los que se dedicaban a la cacería y a la recolección y por el otro los que
habían impulsado el crecimiento de la cerámica, la alfarería, la construcción,
predominando, en este proceso de interinfluencia, estar sobre aquellos, como se
demostró en los sucesos posteriores en que los mexicas sometieron a los
xochimilcas y los hicieron sus tributarios. Una cultura superior en calidad de
tecnología de sus instrumentos de graduación y de su organización social y
política termina por avasallar y absorber o transformar una cultura inferiormente
desarrollada.
También McCAA publicó un cuadro en el que señala el simplismo con que se está
691
refiriendo a la casa afirmando "Aquí está la casa de...", "Aquí está el dueño del
hogar...", "El jefe del hogar se llama..." "el tributario es llamado...", "aquí está el
colector de tributos...", enfatizando en que es esencial la existencia de lazos de
parentesco con el jefe de la familia o del hogar porque la mujer casada figuraba como
jefe del hogar y su conyugue como esposo solo en circunstancias excepcionales.
Para los nahuas lo principal no es la familia nuclear sino la familia compleja; los
sistemas patriarcales se caracterizan porque el hombre controla y protege a todos y
a cada uno de los miembros del hogar; la mujer estaba por completo sometida al
hombre, pero la poligamia no estaba extendida, era una prerrogativa de la nobleza".514
En la distribución espacial apareció como una figura sobresaliente la del jefe de
familia en el cual se concentraba la posibilidad de disponer de los bienes que habían
acumulado y que podían transmitir a sus hijos. Pero también aseguraban la
cohesión social, es decir, la perpetuación de los valores, costumbres, hábitos,
entre ellos la asignación de las funciones en la sociedad. En esta etapa, todavía
predominaba el hombre, pero el lugar central y por ello los primeros hijos hombres
eran los seguros herederos de los bienes, con la posibilidad cierta de ser algún
día tecuthlli.
El reforzamiento de los vínculos de parentesco interesaba sobre todo a los pillis
pues de esta forma se aseguraba una amplia protección en sus bienes, cuidando
que no se "salieran" de un círculo estrecho. De esta forma, con la aplicación de
estas normas rígidas, la diferenciación de los grupos sociales se mantendrían,
cerrando las posibilidades de ascenso social de los macehuales, aunque sí 514 McCAA, Robert, El CaCC de los Nahuas del México Antiguo: Hogar, Familia y Género, Revista de Indias, 2003, vol. LXIII, Núm. 227, University of Minnesota.p23
692
aparecieron los artesanos, que era un grupo social emergente y que se fortalecería
en el transcurso del tiempo.
Precisamente Martínez se refirió a un nuevo concepto, el yaotlalli, o tierra ganada por
guerras "las cuales se hallaban en lugar conquistado por el imperio, pero además
estaban las milpas destinadas al sostenimiento de las guerras que se hallaban
distribuidas en los calpules y en los barrios. "Los teotlallis o tierras de los valientes
hombres sabemos que eran tierras consagradas al sustento de la religión, las
primeras y al sustento de los guerreros distinguidos, la segundas; indicando que
después los conquistadores le dieron una interpretación diferente para justificar los
despojos a Moctezuma y a otros grandes señores, como fue el caso de las llamadas
tierras baldías y después se asociaron las tierras del común a los pillallis o tierras de
Moctezuma, con el objeto de que también pudieran ser repartidas y también las
tierras de los calpullis para convertir a los macehuales en terrazgueros". "La
consideración de tierras baldías motivó ante todo la usurpación de tierras yermas, en
apariencia superfluas o poco aprovechables".515
Corresponden estas tierras a la descripción que hizo Zorita destinadas al
financiamiento de las actividades bélicas pero después de la desaparición de
Tlacaelel disminuyeron. Moctezuma detuvo la tendencia belicista y al embarcarse en
una reforma que le restituía privilegios a los pipiltin, posiblemente estas tierras fueron
postergadas y al hacerlo se tomaron como baldías, según la terminología jurídica
española. El razonamiento era lógico y procedente: había que tomarlas y entregarlas
a quienes sí estaban dispuestos a hacerlo, prefiriendo a guerreros, que habitaban en
Tenochtitlán. Por eso se hablaba del concepto de "tierras excedentes" o "libres"
515 Toledo Bello, Raúl, Huexutla: Biografía de un Pueblo , p.38
693
por lo que fueron fáciles presas de acaparamiento, mientras por otra parte, había
macehuales que no tenían tierras, que no se les entregaban, en tanto se contrataban
terrazgueros, lo cual significaba una contradicción con respecto a los parámetros
tradicionales de la propiedad comunal.
En la región acolhua, Toledo Bello describió varias regiones con sus principales
características económicas y de producción, entre ellos la llanura, el somontano, la
faja erosionada o árida y la sierra. En la llanura se encontraba Huexutla que se
dedicaba principalmente a la agricultura y a la ganadería de leche; en el
somontano estaba Tequesquinahuac, dedicados a la plantación de flores, frutas y
hortalizas; la faja erosionada se dedicó al pastoreo de ganado menor y en las
poblaciones de la sierra se cultivaba trigo, cebada centeno y maíz. Concluyó que
existía una "estrecha interrelación" entre Huexutla y Texcoco y había un sistema
de captación de aguas de manantiales, canalización de ríos, presas, acueductos y
canales lo que demuestran una gran capacidad para organizar grupos humanos
poderosos para construir este tipo de obras.516 Hay que hacer notar que durante la
etapa de gobierno de Nezahualcoyotl, en el año de 1431, funcionaba un Tribunal,
que administraba justicia en el cual participaban los señores de Chiconautla,
Acolman, Tepechpan, Tezoyuca, Chiautla, Tepetlaoxtoc y Huexutla, Coaltinchan y
Chimalhucán.
La región acolhua estaba económicamente integrada y por ello funcionaba una
estructura política muy eficiente pues impusieron un sistema de distribución de
tributos en el cual una parte de ello frutos se quedaba en manos de los
administradores de las pequeñas poblaciones. Esta flexibilidad, benéfica para
516 Martínez Hildeberto. Codiciaban las tierras, p.84
694
todos sus habitantes, se había logrado porque en el contexto de la Triple Alianza se
había acordado que solo entregaran la tercera parte de sus tributos. Al quitarle
presión a la "casa reinante" por parte de los tlatoanis centrales, los descendientes de
Netzahualcóyotl a su vez hicieron lo mismo con sus poblaciones internas, lo que
redundó en una gran estabilidad política. Tenía la región, zonas muy diversas, desde
las zonas lacustres, hasta la región montañosa y había un gran desarrollo de la
agricultura.
No solo eran aliados predilectos, los más cercanos a los tlatoanis sino también eran
corresponsables del usufructo de los recursos naturales de la región lacustre que en
realidad funcionaba como un sistema integrado de canales, diques y puentes que
permitían un flujo adecuado de mercancías y de personas a los distintos puntos
cardinales de la Triple Alianza. La propiedad de las tierras también estaba muy
fragmentada pero su subsistema de riego de habla Armillas y Palerm, les permitió
tener una considerable productividad. Favoreció esta situación el hecho de que las
principales regiones estuviesen comunicadas en forma eficiente y que los
descendientes de Netzahualcóyotl hayan logrado mantener un exitoso equilibrio
político.
Sobre los mayeques, De Rojas precisó, siguiendo datos proporcionados por Hicks
que "las tierras de los nobles estaban cultivadas por mayeques que permanecían
ligados a la tierra cualquiera que fuera su dueño. Se ha pensado que cuando el señor
donaba las tierras, estas ya tenían sus mayeques, pero no debía ser siempre así y
los nuevos propietarios tendrían que buscar sus propios renteros y esto no era
695
sencillo. Cuando la tierra se situara en un lugar recién conquistado, los mayeques
podrían ser los lugareños desposeídos que no encontraban otro modo de asegurar
su sustento. Los emigrantes son otra fuente que proporcionaba renteros pues en sus
tierras recogían los señores y principales y los que venían de otros pueblos y
provincias huyendo y estos eran los tributarios de los señores principales".517
También Martínez observó en Tepeaca que en la cúspide estaban los Tlahtoques y
que los pilis eran subordinados de ellos pues estaban obligados a pagar terrazgo,
estaban impelidos a pagar un tequítl o tributo obligatorio para cada grupo, pero los
pillis estaban exentos de los servicios personales y por lo tanto su tequítl "era de
carácter administrativo y es probable que el terrazgo de sus señores fuera parte de las
prestaciones que percibían de sus renteros, en tanto que definió a los tlahtocayos
como unidades de producción "y cada casa señorial de acuerdo con su jerarquía y
cantidad de tierra bajo el control del tlatoani, tenía un número determinado de
macehualtín tributario de quienes dependía su riqueza".518 Había en Tepeaca,
repartidas entre los cinco tlahtoques en el año de 1571, 207 artesanos, 197
mercaderes y 7 cazadores. Según este estudio, los lazos que había entre pipiltin y
macehuales no eran rígidos sino estaban sujetos al tratamiento que recibieran de los
primeros e incluso los macehuales también podían heredar a sus hijos.
La estructura piramidal de la sociedad mexica obligaba a los pillis a distribuir sus
riquezas en los eslabones intermedios y superiores, es decir, tenían que entregar
una parte de sus tributos a los tlatoanis, a disponer de los macehuales para las
expediciones militares y enviarlos a realizar obras públicas a las cabeceras de los
señoríos o en la propia capital, Tenochtitlán. Una de las mayores inquietudes de los 517 De Rojas José Luis, México Tenochtitlán, p.116.518 Martínez, Hildeberto, Tepeaca, en el Siglo XVI, p.113.
696
macehuales era que precisamente pagaban una parte de sus tributos a señores que
no conocían y que en cambio estaban "contentos" con aquellos que sí conocían, que
eran los tecuthtlis, muchos de los cuales vivían en la cabecera de dichos poblados,
en tanto que los macehuales residían más cerca de ellos, en los barrios o
parcialidades. Parte de la "riqueza" que les succionaban eran llevada por los
calpixques, de inmediato, a otros sitios.
De Rojas definió a los mayeques como los renteros de que habla Zorita y que
cultivaban las tierras de los nobles y estaban ligados a ellos. Cuando un noble vendía
las tierras, las donaba o simplemente fallecía, sus mayeques permanecían ligados de
los nobles y estaban ligados a ellas. Transmitían sus tierras por herencia y estaban
obligados a dar servicio al señor, además de una parte de la cosecha. El servicio
más frecuente era el aprovisionamiento de agua y de leña a la casa señorial. Como
ya pagaban tributo a un noble, no estaban obligados a hacerlo al tlatoani por lo
que el sistema devenía en una cesión de derechos hechos por el tlatoani a un
noble, que así recibía el pago por sus servicios. Aunque no estaban
definitivamente aclarado, el origen de los mayeques, se puede cifrar a la
recanalización de miembros de calpullis libre en las tierras que eran conquistadas y
repartidas.
Entre los mayeques no se encontraron solamente agricultores sino que también
tenían esta condición artesanos e incluso comerciantes. En este caso, el tributo se
pagaba con productos manufacturados o con el fruto de la actividad comercial. 519
Durante la etapa de transición de la agricultura extensiva a la agricultura intensiva,
519 Toledo Bello, Raúl., Huexutla: Biografía de un pueblo, p.37.
697
es decir, de regadíos y cultivos de terrazas, "Texcoco pudo disponer de la fuerza de
trabajo de sus poblaciones en crecimiento. Nezahualcoyotl le dio una nueva
organización a la práctica del oficio dentro de su reino, asignándole una ocupación
diferente a cada pueblo. La ejecución de oficios no estaba determinada por la
ecología del lugar sino por las necesidades de la comunidad y de las tradiciones;
había petateros y alfareros en Tepeapulco y probablemente alfareros en Huexutla y
había una importante cantidad de pochtecas".
Después de realizada la Conquista, la alianza pactada entre Huexutla y los
conquistadores españoles permitiría la conservación del señorío con sus derechos,
organización económica y política así como su territorio libre de encomenderos; de
esta manera, también pudo proteger la propiedad comunal de la tierra cultivable,
de acuerdo a lo establecido por Cortés "pero en 1552 Texcoco presentó una
reclamación en su calidad de ciudad, para asumir su hegemonía sobre Huexutla,
Chiautla, Coatlincha y Tezoyuca y Huexutla logró la emisión de una cédula en la que
afirmaba que era una cabecera y un pueblo, que había sido independiente
desde tiempo inmemorial, que sus gobernantes habían tenido descendencia directa
y que su obligación con Texcoco se reducía al trabajo en obras públicas.520
Moran describió en el Lienzo de Tepeticpac a un individuo al que ligaban con la
posesión de las tierras "pues se encontraba sentado sobre un icpalli, más la
terminación de su nombre en tecuthli, se cataloga como poseedor de tierras, que
tiene poder sobre ellas y sobre las 14 personas son dependientes de ella e
520 De Rojas, José Luis, México-Tenochtitlán. Economía y sociedad en el Siglo XVI, FCE, México 1977 221 P-,78
698
indirectamente sobre los otros 10 que se relacionan con su casa y estirpe".521 Cerca
de él se encontraba la figura de una adivinadora y también estaba un caballero
chichimeca, que ocupaba un segundo lugar en la organización social del pueblo.
Apareció el señor o tlatoani como el dueño o el dispensador de bienes y de
privilegios, de cuya estirpe y méritos dependen los señores comprendidos en su
señorío, los cuales, a su vez, ejercerán potestad y dominio sobre las personajes
secundarios.
El "señor de la tierra" era el que concentraba el máximo grado de poder político,
precisamente porque detentaba la mayor cantidad de tierras posibles y
generalmente era el titular del señorío correspondiente. Se observa entre las
poblaciones no solo de la región poblana tlaxcalteca sino de las demás regiones
la existencia de una estructura económica y política de naturaleza piramidal, pues
abajo del gobernante supremo o tlatoani estaba una serie de individuos, que
generalmente eran sus familiares o sus allegados, los que "servían al Palacio" lo
que confirmó el carácter oligárquico de esa estructura.
Estos individuos concentraban la mayor parte del poder político, ocupaban por lo
tanto los principales puestos administrativos y religiosos porque tenían bajo su
control la mayor parte de las tierras disponibles, siendo esta observación válida
para la región poblano-tlaxcalteca. El número de estos individuos que
ocupaban un sitio subalterno respecto del tlatoani, primero fue muy breve, pero
después en la medida en que aumentaron las poblaciones y por ende el número
de tributarios, este número creció en forma considerable. 521 Moran Álvarez, Julio César, El Lienzo de Tepeticpac, su sentido e interpretación histórica. Revista Destiempos, México, Distrito Federal, número 18, año 3, 2009, 7 p.8
699
En el año de 1969 se hicieron estudios arqueológicos en la región texcocana
indicando que durante la etapa del periodo formativo medio se había presentado un
proceso de sedentarización con la creación de pequeñas aldeas con menos de tres
hectáreas, con poblaciones de menos de 50 personas, con excepción de una
población que estaba situada al pie del cerro de Chimalhuacán que era un pueblo
grande con alta densidad de ocupación. Después se registró un aumento sustancial
de la población en general y los pueblos crecieron a 40 hectáreas con poblaciones
hasta de 1800 habitantes y aparecieron otros sitios a las orillas del lago, lejos de las
tierras altas, hasta apreciar las cadenas de 4 zonas demográficas principales. Una
ubicada alrededor del cerro de Chimalhuacán, otra al centro alrededor de San Miguel
y Purificación, pero ya en la época clásica se produjo un abandono completo o parcial
de muchas comunidades.
Habló de una "depresión de la población" en el primer siglo de la era cristiana, que
coincide con el crecimiento de Teotihuacán, pero ya en los últimos tres siglos se
revirtió esta tendencia y hubo un fuerte crecimiento de la población con una
concentración en tres principales centros urbanos, lo cual coincidió con la
decadencia de Teotihuacán y la dispersión de la población.
Más tarde hubo una tendencia a fundar más poblaciones a la orilla del lago en la
parte centro y sur de la región texcocana y durante el periodo azteca llegaron al nivel
máximo de su población, destacando dos centros urbanos. Huexutla y Coatlincha y
durante la etapa azteca tardía aparecieron Chimalhuacán, Texcoco y Tepetlaoxtoc.
Se publicó un cuadro en el que se informó un crecimiento del número de
700
hectáreas ocupadas del periodo formativo medio que fue de 74, hasta el azteca
tardío que fue de 4,609. Empezó con una población de 2150 habitantes y terminó
con una de 116,395 habitantes.522
Esta excavación arqueológica demuestra que la existencia del lago fue fundamental
para la vida social de Texcoco pues en sus riberas se asentaron algunas de las
poblaciones más importantes y se explotaron importantes recursos naturales como
la pesca, la agricultura, la ganadería en la época temprana colonial. Es importante
destacar la existencia y el funcionamiento de una amplia red de canales, acueductos,
presas, que permitían utilizar el agua que escurría de la Sierra Nevada y que fue muy
útil para organizar uno de los sistemas de regadío más grandes de Mesoamérica. Se
demuestra también la existencia de una gran capacidad para organizar a los
individuos en la construcción de obras públicas de gran calidad.
Los estudios que se hicieron en esta zona confirman la existencia de varios tipos de
agricultura, desde la que encontramos en el monte o en las laderas de las serranías,
hasta la de chinampas que florecieron en las poblaciones lindantes con el lago. Es
interesante observar que los gobernantes supieron aprovechar, en un nivel óptimo,
las condiciones orográficas, su cercanía con Tenochtitlán, Tlaxcala y Puebla, su
carácter de sitios de paso de caravanas de pochtecas hacia las costas veracruzanas.
Plantearon una alianza permanente y duradera con los mexicas y sostuvieron un
papel de equilibrio con las demás provincias, una de ellas hostil, como fue Tlaxcala.
Las poblaciones creadas se constituyen con aluviones humanos que estaban
integrados por grupos de diferentes étnias, lo que provocó un engrandecimiento de
522 Patrón de asentamientos prehispánicos de la región texcocana. Informe del Departamento de Monumentos Prehispánicos, en Boletín del INAH, 35, marzo de 1969, 7 p., p.4.
701
Coatlinchan, pero después se dieron cuenta que Texcoco tenía las mayores
ventajas físicas y políticas que eran "la puerta de entrada" hacia las poblaciones de
la sierra, como a las instaladas en las riberas del lago y fue entonces que aumentó su
poderío económico y político en detrimento de Chimalhuacán y de Chalco. Desde el
punto de vista general, la zona tuvo un alto desarrollo de las fuerzas productivas, de
la administración de los asuntos públicos de las ciencias y de las artes.
Precisamente, MCCAA, inspirado en Carrasco, precisó que la familia antigua, era
de "hogares complejos, de varias familias que vivían alrededor de un solo patio",
indicando que había por lo menos 27 relaciones de parentesco en ella, "era un hogar
inclusivo y no exclusivo" y había tres tipos de hogar: simple, sin hijos, con hijos;
extendida: ascendente, descendente, lateral, combinaciones y múltiples,
descendente, ascendente, lateral y combinaciones, reafirmando que además, los
hogares eran multigeneracionales. "En las descripciones destaca siempre la unión y
el carácter comunitario de las actividades del hogar". "Pagan el tributo conjuntamente",
"Todos producen al unísono cuanto comen", "él alimenta a todos a la vez", "el tributo lo
producen en conjunto". El registro del hogar comienza con el glifo náhuatl para calli,
hogar, seguido del glifo para la cabeza del hogar y la esposa, conectada por líneas.
Este hogar contiene tres unidades conyugales y catorce individuos emparentados
entre sí, agrupan casi siempre a los padres con los hijos y junto a ellos a sus
esposas y descendientes; se anota la parcela de tierra de cada hogar y unidad
conyugal. La clase gobernante y sus hogares debidamente identificados constituyen
3% de las unidades. Son 6 gobernantes, dos colectores de tributo, un guardia y uno
que pertenece al tlatoani".523
523 McCAA, Robert, El Calli de los Nahuas del México Antiguo: Hogar, Familia y Género, p.81
702
La existencia de este tipo de familias planteaba una gran ventaja: había mucha
disponibilidad de mano de obra, la de los descendientes directos e indirectos, que
convivían bajo un solo techo y tenían un jefe común. Contra la opinión de algunos
especialistas, las familias numerosas vivían en un ambiente de armonía y
reciprocidad que tenían un tratamiento igualitario de parte de sus dirigentes, por un
acceso igualmente equitativo de los instrumentos de producción por lo que las familias
así consideradas tenían mayor posibilidad de sobrevivir, que las familias más breves,
que por ende disponían de una menor fuerza de trabajo. Ya Bustamante hizo
referencia a que durante la etapa de la belicosidad del rey Tezozmoc se había
incrementado la población de la ciudad de México con la llegada de "nuevos
pobladores que se dedican a la construcción de chinampas, en la fabricación de
sus casas y cultivos de sus sementeras, al tráfico mercantil. Al describir las
acciones militares hizo énfasis a la existencia de vías acuáticas pues una parte de
las tropas de Tezozomoc llegaron por agua a Huexutla y que habían utilizado el
río de Texcoco y en realidad fue una guerra en que ambos bandos utilizaron
canoas, mientras que los seres de Huexutla, Cohaultinchan, Chiautla,
Tepetlaoxtoc, Iztapallocan, Tlapacullan, Cohuatepec, Tepecpan, Ahuatepec,
Tizayuca, Tlanalipan, Tepeapulco. Sobre las formas de gobernar de Ixtlilxhochitl
dijo que había entregado a los caciques empleos, dignidades y honores, regalos
de piezas de oro, piedras preciosas, plumas, con el fin de asegurar su lealtad.524
Las crónicas dan cuenta de que una parte importante de las rivalidades que había
entre los señoríos de la zona acolhua fueron por el aprovechamiento de las aguas de
los ríos, primero y en segundo término, de los depósitos de agua de la zona lacustre,
524 Bustamante, Carlos María, Tezcuco en los últimos tiempos de sus antiguos reyes, p.93
703
pues todos deseaban participar en el reparto y el usufructo de las obras de irrigación
de una manera que cada quien lo considerara como equitativo. Por la muestra
catastral a que hace referencia Bustamante, cuyo texto está lleno de evidentes
exageraciones, formulando por justificar ante los españoles derechos adquiridos
ante los españoles, la propiedad de la tierra también estaba fragmentada o
dividida como ocurrió en otras regiones de la zona poblana tlaxcalteca,
probablemente porque las condiciones orohidrográficas no permitían tener
propiedades de mayor extensión.
No era posible, por ejemplo, que las hubiera en la región serrana en donde se
prácticaba una agricultura de laderas: que algunos llamaban de terraceo, que
necesariamente tuvo bajos niveles de productividad. En estas condiciones y
teniendo de respaldo al lago, fueron muy trascendentales las obras hidráulicas pues
permitían un uso más racional del agua. Además por las razones estrategias
indicadas con anterioridad, se optó por otras vías de desarrollo, las artesanías por
una parte y el intercambio comercial, por la otra, conservando en todos los casos
una gran autonomía política que siempre respetaron sus aliados (casi hermanos
mayores) los señores de Tenochtitlán. Texcoco fue un ejemplo de que solo "dos
potencias" pueden convivir en paz en una misma región, sin que una pretenda
avasallar a la otra.
Olivera, quien ha hecho uno de los estudios más penetrantes sobre la estructura
material en las relaciones sociales en la sociedad de Tecali, ubicada en la región de
Cuauhtinchan-Tepeaca, estado de Puebla, afirmó que la "renta provenía
704
exclusivamente de las tierras y se confundía con la plusvalía porque todo el trabajo
excedente era la renta del suelo, lo que constituía la renta y lo que podría formar la
retribución del trabajador se reducía a la relación entre el trabajo necesario y el
excedente; la familia tiene que trabajar para satisfacer sus necesidades y para
pagar el tributo, lo que implica un grado mayor de autoexplotación del producto,
cuya única limitación es la existencia de la propia unidad productora. Por ello el
interés del señor se orienta a tener una mayor cantidad de tributarios que a exigir
una cantidad exagerada de tributo". Al estudiar los asentamientos matrimoniales del
siglo XVI en Tecali, Olvera registró que el 93% de la población estaba constituida por
macehuales y solo el 4% estaba como pillis. "La adscripción a cada sector estaba
relacionada íntimamente a la filiación étnica en la cual el parentesco jugaba un papel
primordial, pues la pertenencia a cada uno de los grupos se heredaba de padres a
hijos. Los pillis se casaban preferentemente con las pillis y los macehuales con los
macehuales...".525
Los macehuales pagaban "la renta de la tierra" por dos conductos: la entrega de la
casi totalidad, en el caso de los terrazgueros, las dos terceras partes, de la
producción pues el sobrante lo guardaban para la alimentación de su familia y el pago
de los tributos. Una aportación que no era posible cuantificar, que "era muy
importante, era la prestación de los servicios personales". Hasta hoy no hay
elementos informativos que permitan hacer cálculos sobre estos componentes,
ni siquiera en los estudios de casos pues los padrones son omisos.
De Rojas definió la existencia de cuatro tipos de trabajadores que labraban distintos
tipos de tierras: los mayeques servían a un noble, algunos eran forasteros o parientes 525 Olivera, Mercedes, Papel de los Pillis de Tecali en la Sociedad Prehispánica del Siglo XVI, Anales de Antropología, INAH, Vol. XIV, 1977,13 p.12
705
del señor pero "no daban tributo al hueytlatonai y solo lo hacían a su señor. Como
excepción podían tener mayeques los templos, lo que nos hace pensar que el
estado había quedado con jurisdicción en estas tierras. Los Teccatlaques tenían
además tierras propias y serían por lo tanto renteros o tributarios destinados a un
tipo especial de tierras. Tanto los macehualtin, como los teccalleques y los
tributarios deben pertenecer a un mismo grupo. Los macehualtzin serían
simplemente los que solo trabajaban tierras del calpulli u otras de regiones
similares, cuando así lo era ordenado por la autoridad. Tributaban al tlatoani. Los
teccalleques se distinguían de estos en estar asignados a las tierras de un cargo
público, al que pagarían tributo. Al mismo tiempo podían disponer de sus parcelas
en el calpulli, por lo que pagarían el tributo correspondiente. Al trabajar como
"tributarios" no tendrían derecho al producto de las cosechas. Los tributarios son
macehualtzin pagando su tequitl en trabajo en los campos designados por la
administración. El tributo era impuesto en especie y en trabajo a las comunidades
quienes se encargaban de recolectarlo entre sus miembros".Concluyendo que el
número de macehuales había disminuido en el siglo XVI.
Hipotéticamente, dijo Guemes, de las aldeas se pasó a las villas y de estas a
ciudades "aumentando la extensión de tierras usufructuadas por cada pueblo.
Existían los siguientes tipos de tierras: terrenos destinados a casas-habitación, a
campos de cultivo, terrenos dedicados a algunos servicios públicos como el
cementerio, a la recolección de leña y piedra y al mercado y terrenos dedicados a
ciertos cultos religiosos, pero al referirse a Teotihuacán indicó que se trataba de un
"gran centro ceremonial", de una gran ciudad, con una importante
estratificación social, una gran población y una marcada división del trabajo y a
706
continuación describió el crecimiento territorial y humano de la urbe. En relación a los
tipos de tierra que había destacó los que se dedicaban a las grandes
construcciones religiosas y cívicas, las de los grupos rurales que estaban
alrededor del río para concluir que fue el tributo "la base de los excedentes" que
permitieron que funcionara Teotihuacán, con una gran cantidad de especialistas y
artesanos que trabajaban sobre todo la obsidiana.526
Al estudiar Tecali, Olivera demostró que los pillis tenían un origen chichimeca,
habían llegado a la región, se habían apoderado de ella y habían sometido a los
campesinos al tributo, indicando que los macehuales carecían de tierras y que esos
grupos indígenas sometidos tenían una estructura de la propiedad muy precaria y
todos tenían que trabajar para el señor Teuhtlacozauqui "estableciendo entre ellos
una relación directa de clase a través del sistema tributario".527 "
En la etapa mexica cada una de las cinco cabeceras tenían 3 o 4 señores o teuhtlis
que eran jefes de cada una de las 3 o 4 parcialidades; en Tecali, el teuhtli de mayor
jerarquía recibía el título de tlatoani; las parcialidades eran unidades político-
tributarias, encabezadas por un teuhtli de origen pinome; cada parcialidad incluía
diferentes jerarquías de pillis emparentados más o menos cercanamente con el
señor y cierto número de macehuales.
526 De Rojas, José Luis, México Tenochtitlán, p.119.527 Guemes Herrera, Lina Odena: "Fundación de pueblos y tenencia de la tierra en la región del valle de México en la época prehispánica", p48
707
En el mismo palacio del teuhtli vivían sus hijos y parientes cercanos quienes reciben
con frecuencia el nombre de tlacopipiltin o nobles preciados y como en la época
anterior los macehuales vivían dispersos en el campo, reconocían a los pillis a
través del tributo; las parcialidades no tenían el mismo tamaño sino que la cantidad de
pillis y macehuales de cada una variaba y de acuerdo con ello también vanaba la
importancia de los señores.528
Tanto a nivel de los señoríos, como de los barrios, los principales representaban
una minoría pero disponían a su favor de los cuerpos armados, los calpixques y el
resto de los funcionarios, con los cuales podían imponer sus decisiones en materia
economía y social. Había un "gran espíritu de cuerpo" en ellos ya que estaban muy
cerca del tecuthtli y del tlatoani y podían negociar directamente todos los asuntos
que les eran comunes; los propios tecuthtlis y tlatoanis eran también pillis por lo que
se trataba de un grupo de propietarios de tierras que, además, ejercían el poder
político militar y religioso.
Noriega consideró que el Códice Asunción fue un "registro Catastral" muy
importante de 12 localidades establecido en el barrio de Asunción Cuauhtepoztla,
en Tepetlaoxtoc pues contiene un censo por hogar, con el nombre del jefe de
familia, sus descendientes, el número de los miembros de la familia, 5 por familia
en promedio, sus descendientes y su rango social. Después apareció un listado
de parcelas, asociadas a sus propietarios, en donde se encontraba la habitación
familiar y luego aparecen los polígonos prediales y para ilustrarlo se utilizaron
señales o grafemas de piedras, puntas, petates, espinas, cerros, excrementos, 528 Olivera, Mercedes, Papel de los Pillis de Tecali en la Sociedad Prehispánica del Siglo XVI, Anales de Antropología, INAH, Vol. XIV, 1977, p.209.
708
caña de maíz, agua, coa, carrizo y es un distinto bloque se vinculó cada jefe de
familia con una lista de predios y aparecen las parcelas en forma de rectángulos.
Para este autor "se trata de un padrón de propietarios y parcelas, dimensión de
los predios y elementos de valoración".529
En el contexto del rico mosaico social de Texcoco floreció el poblado de
Tepetlaoxtoc, como importante pilar de "desarrollo" en virtud de su proximidad con
Tlaxcala y como sitio de residencia de Tlacuilos y punto de paso de tropas y
mercaderías hacia la costa del Golfo de México, Tepetlaoxtoc como Huexutla, y
antes con Coatlinchan, rivalizó en el progreso de sus fuerzas productivas con
Texcoco, que se significó no solo por ser la sede de Netzahualcóyotl y sus
descendientes, en donde además se edificaron templos, "palacios", de gran
significación administrativa y cultural sino también como un gran centro
ceremonial pues gran parte de los tributos y de los productos que se enviaban a la
ciudad de Tenochtitlán pasaban por sus fronteras. La sola presencia del "rey"
Netzahualcóyotl le permitió tener una resonancia que otras poblaciones no
tuvieron, aunque estuvieron dotadas de mayores recursos naturales.
Los registros catastrales, de los pocos que hemos podido conocer, revelan un
adelanto en materia de distribución de las tierras desde el punto de vista
administrativo, en donde aparecieron como figuras típicas, los predios, la
naturaleza de las familias que en este caso eran más pequeñas que las que
hemos descrito en otras regiones y para otras épocas, sin poder precisar cómo 529 Noriega, Pablo. Un Ejemplo de Sistema Catastral de Origen Prehispánico en el Valle de México, El Códice San María Asunción
709
era explotación de dichos predios, pues pudieron haber sido de carácter familiar o
social.
También Olivera definió las tierras que usufructuaban los macehuales de la
siguiente manera: indicando que no eran continuas como unidades geográficas,
no eran tierras de su propiedad pues "solo los teuhtli tenían tierras", los
macehuales solo tenían derecho al usufructo de la tierra que cultivaban y los
macehuales podían heredar el usufructo de estas tierras a sus hijos, enfatizando
que la principal modalidad del tributo era el trabajo que tenían que hacer los indios
de esas tierras y por ello el trabajo de las sementeras era comunal.
Concluyó afirmando que los pillis realizaban tres funciones fundamentales:
explotación, la mediación y el dominio y control. La primera se expresa mediante
el tributo en trabajo, en especie o en dinero, la segunda permite transferir parte de
los frutos de los tributos a otros pillis, como serán los mexicas cuando estos
sometieron a los de Tecali y tercero, se ejercía el poder político mediante el
funcionamiento de instituciones administrativas, políticas y religiosas en las cuales
los pillis ocupaban cargos de dirección.530
El tamaño de las porciones de tierra otorgados a los macehuales para que las
explotaran, así como la parte que les correspondía para atender a la manutención
de sus familias, es la misma en varias regiones lo que confirma que los pillis
hicieron cálculos para asegurar la perpetuación de la especie trabajadora. Podían
someterla a una cruel explotación, pero solo hasta un límite, el que permitiera que
nuevos brazos aseguraran la labranza de las sementeras por lo que esto 530 Olivera, Mercedes, Papel de los Pillis de Tecali en la Sociedad Prehispánica del Siglo XVI, p.10
710
constituyó el principal motivo a causa de sus reclamaciones ante el tecuthtlis y los
tlatoanis. Cuando se originaba una declaración de guerra por parte del señor
principal de Tenochtitlán se hacía consultando previamente a los señores de las
otras provincias a efecto de que las hostilidades tuvieran el mayor respaldo
posible pero implicaba que muchos macehuales dejaran de cumplir con su
principal función económica: cultivar las sementeras.
Dijo Martínez que en la época prehispánica "los macehuales cultivaban las tierras de
sus señores, les construían y les reparaban sus viviendas, les hacían el servicio
doméstico y los abastecían y mediante módicas aportaciones tributarias, de lo
necesario para su alimentación y vestido". He hizo notar que el principio de la colonia,
muchos macehuales siguieron sirviendo a los pillis, pero poco a poco fueron
obligados a trabajar para los españoles en los repartimientos.531
Solo los estudios de casos permiten conocer en detalle la mutación que sufrió la
tenencia de la tierra y sus repercusiones políticas y sociales, sobre todo en la
estructura de dominio. Con el trabajo de los macehuales, que se debía asegurar
como permanente pues de otra forma no podrían cultivarse las sementeras, se
perpetuaban los privilegios económicos y sociales de esa minoría, entre ellos, el de
tener una vida cómoda, según los parámetros de la época. Tener esa vida implicaba
la posibilidad de disponer de ropa e algodón ricamente ataviado, de armas para el
ejercicio de las guerras, poder asistir al Calmecac, tener los muebles como los
icpales, así como habitaciones muy grandes con un gran número de servidumbre
doméstico. En las casas de los pillis o muy cerca de ellas vivían muchas personas que
no eran tributarios y que necesitaban esa fuerza de trabajo para mantener ese nivel de
531 Martínez Hildeberto, Codiciaban las tierras, p.121.
711
vid.
Primero trataron de que los macehuales vivieran en las "afueras" de las "ciudades"
pero después permitieron y toleraron que lo hicieran en los "perímetros reservados"
cuando se dieron cuenta que necesitaban esa "mano de obra" para asegurar el
funcionamiento de sus residencias y de las instalaciones gubernamentales,
educativas y religiosas. Sin los macehuales, los pipiltin no podían vivir y en cambio
los macehuales si podían hacerlo sin aquellos pues habían aprendido a vivir bajo las
rigurosas reglas de la economía de subsistencia.
En la carta de venta de tierra de Baltazar Tlilancolqui y su mujer Juana Tlaca a
Angelina Martínez, relativo a un pedazo de tierra, consignaron que "dicha tierra es
nuestra propia y que ninguna persona la puede quitar ni entrarse en ella porque son
tierras de cacicazgos o pilalli de mi el dicho don Baltazar Tlilancalqui y los hube y
herede de mis padres abuelos y bisabuelos. En el caso de la venta de una casa que
era propiedad de María Xoco, a la española Cecilia Ximénez por la cantidad de 28
pesos, estuvieron presente los merinos, los tepixques y los huehuetques y una vez
legitimado y confirmada la operación los alcaldes Miguel Sánchez y Pedro Gerónimo
ordenaron que se traslade al Tlaxilacalli de San Sebastian Ahuatonco y le dieron
posesión a la española Ximénez.532
El alegato que formuló Juana Tlaca confirmó que las tierras de los "nobles" o pillis
que se trabajaban de una manera individual o familiar por los macehuales, podían
heredarse a sus descendientes y de hecho así sucedió hasta la llegada de los
532 Venta de tierras de María Xico a Cecilia Ximénez, española de San Sebastián Ahuatonco, 1572, en Documentos Nahuas de la ciudad de México del siglo XVI, p.286.
712
españoles. La figura de la compra de tierras no la hemos encontrado en las crónicas,
algunos dicen que sí hubo estas operaciones, pero deben haber sido mínimas,
sujetas, en todo caso, a la aprobación de los tlatoanis, en este último caso, cuando
el pilli era una figura renombrada y su venta o compra podían afectar a la comunidad
entera. En efecto, la tierra de los pillis no podía quitárseles, como ya lo hemos dicho,
pues era inherente a su posición social ya que sin ella no podía tener riquezas ni
personas que labraran su sementera, lo cual era la base de sustentación material de
esa "nobleza". Los descendientes de los pillis, difundieron, como era natural, esos
rasgos de la propiedad porque ellos eran los legítimos beneficiarios y solo se dieron
cuenta de las ventajas que tenían la compra-venta cuando comienzan a surgir
relaciones monetarias mercantiles; con la llegada de los españoles y la creación de la
Casa de Moneda y con la aparición de actividades mucho más lucrativas,
vinculadas con la posesión de la tierra, como la creación de estancias de ganado.
En el caso del litigio de tierra de Atlisocan, del año de 1563, se trataba de
posesiones que habían sido de un indio llamado Ynatlixiuhqui que ahora era
propiedad de María Tecchio, quien era hija de ese indio y que a su muerte peleaba
por esa tierra. Hay que sentar que uno de los testigos del juicio, Francisco
Mimicho, había sido rentero del inicial propietario, que después María Tecchio le
pidió al gobernador le mandare ciertos peones indios para que laboraran el
pedazo de tierra y que el dicho gobernante le había mandado 20 y uno de los
trabajadores le identificó pues dijo que nos "había dado atole y tortillas y muchas
veces nos hospedamos en su casa, eran muchísimos los que ahí enviaban a
desyerbar, los enviaba nuestro Tlatoani, don Gaspar y don Marcos, que pagó los
dicho peones la dicha María Tecchio y les dio de comer y de beber. Esta demanda
713
duró 4 años y finalmente se dio la razón a Tecchio, por órdenes expresas del oidor
Ceynos, quien se la dio en "plena propiedad" con la posibilidad de heredarla a sus
hijos.533
En este litigio se confirmó que no siempre hubo claridad en torno a los miembros "de
las casas gobernantes" de las principales provincias tributarias pues todo parece
indicar que al haber modificaciones en la estructura de la propiedad a raíz de las
reformas introducidas por Moctezuma, también había cambios en los linajes, algunos
de los cuales se desintegraron, otros se diluyeron y debilitaron. Algunos pillis dejaron
de serlo porque perdieron sus tierras y otros privilegios y hasta perdieron a sus
macehuales por lo que las tareas de muchos escribas o tlacuilos fue la de actualizar
los registros que tenían. Es así que mantienen estados genealógicos excelentes
en los que se trataba de demostrar que un individuo descendía de una "casa real" y
por lo tanto tenía derechos sucesorios, entre ellos la transmisión de dominio de las
tierras. Tal fue el caso de este indio llamado Ynatlixsuhqui aunque pertenecía a ese
grupo selecto se ponía en duda para tratar de legitimar la operación que había hecho
a María Tecchia quien ya se acogió a las normas jurídicas españolas, pues solicitó al
gobernador "le mandara" unos indios para que "trabajaran" sus tierras. Si bien estos
conflictos y pugnas, algunos de los cuales van a permanecer en los tribunales hasta
bien entrado el siglo XIX, se generaron en las últimas tapas mexicas, se comienzan a
abandonar por los jueces y funcionarios, durante el periodo colonial temprano, en la
Real Audiencia y otras instancias legales.
Al estudiar Tepeaca, su evolución, sus características, Martínez encontraron una 533 Juicio de tierras de María Tecchio, de Atlisocan,, 1563, en Documentos Nahuas de la ciudad de México del Siglo XVI, p.103
714
estrecha relación entre la tenencia de la tierra de los señoríos y los distintos
conflictos armados que hubo en la región, como fueron el despojo de tierras que
sufrieron los pobladores por los Tlatelolcas en el año de 1398, hasta que el extenso
territorio se dividió en 4 señoríos pues "toman las tierras ajenas y convirtieron a la
gente en macehuales, hasta que los mexicas ordenaron se instalara un "gran
mercado" en el que pasen todos los mercaderes de la tierra, ordenando que a todos
los forasteros se les dieran tierras en donde puedan morar". Así llegaron 12 de los
calpullis que había en Cholula y que llegaron a asentarse a Cuauhtincha. 534
Al producirse la conquista por parte de los mexicas, los habitantes de Tepeyacac
aceptaron hacerlo voluntariamente pues adujeron que no tenían tierras propias y así se
lo hicieron notar a Axayacatzin pues "las tierras eran propiedad de los de
Cuauhtincha".” En sus tierras tomamos agua, nos alimentamos”; tal vez en
alguna parte delimitamos una propiedad, un regalo, ustedes pongan los linderos,
que estemos separados y luego Axayacatzin mandó a 5 personas a poner los
linderos. Esto permitió el auge comercial de Tepeyacac porque era paso obligado de
los mercaderes a la costa del Golfo de México y se estableció la sede del calpixcazgo
mexica, que era muy extenso.
El caso de Tepeaca es ilustrativo de que las incursiones militares provocaban
movimientos erráticos y no planeados de las tierras, aparecieron nuevos propietarios
que no tenían ninguna legitimidad, acaso solo la que daba el uso de las armas y la
dominación política evidente y por lo tanto, nuevas líneas de transmisión de dicha
propiedad. Los mexicas finalmente lo que buscaban, era imponer señoríos que
534 Martínez Hildeberto. Tepeaca en el Siglo XVI, p.45.
715
tuvieran la suficiente estabilidad como para mantener a sus aliados o súbditos en el
ejercicio del poder. El afianzamiento de los señoríos que les eran adictos fue uno de
los motivos esenciales de la guerra.
En el caso del litigo seguido por María Susana y otras indias contra Gaspar Carrillo
por la posesión de terrenos y casas ubicadas en San Martín Zacutla, Tlatelolco, el
año de 1572, aquellas precisan que los pretendidos propietarios (la esposa del
español Gaspar Carrillo y su tía Marina) "no son nuestros consanguíneos, no
son nuestros descendientes, en tiempos prehispánicos ni participaron en la
construcción de la casa que desbarataron los españoles y ahora Francisco hace su
casa en nuestro terreno y narraron que habían tratado de impedir dicha
construcción pero Francisco dijo que "se ponga un peso y cuatro tomines, pero no
lo aceptamos, le dijimos que la justicia determine. Pedimos justicia que a una
persona topile le ordenó que se aprese a Francisca y todavía no coloque su lindero;
estas tierras las heredamos de nuestros abuelos que ya murieron cuyos nombres
eran Chimaltzin y Tiacapatzin que no fueron bautizados. Al interrogarse a varios
testigos uno de ellos dijo que Chimaltzin murió cuando aun no venían los españoles
y el resto de los comparecientes afirmaron que los parientes y familiares del tal
Francisco no eran poseedores de tierras y que en todo caso se les había prestado.
La principal justificación que se esbozaba en los alegatos jurídicos era la de la
pertenencia al mismo linaje o mejor dicho a la misma casa señorial, más aún si se
trataba de los mismos abuelos y de los mismos padres. En la medida en que estas
vinculaciones eran más antiguas, hasta perderse "en la memoria de los tiempos", las
demandas jurídicas tienen un fundamento mayor pues se calculaba que ningún juez
podía desconocer el sacrosanto derecho de la transmisión de la propiedad. Si se
716
probaba que durante el periodo prehispánico las tierras las había adquirido al margen
de estos procedimientos, había la posibilidad de perderlas y de regresar a sus
auténticos y "legítimos" propietarios, los descendientes.
Por ello es muy importante acreditar "derecho de sangre" ante los tribunales, lo cual
era alentado por el derecho español ya que la figura del mayorazgo lo permitía, así
como la existencia de "señorío fundador" en España, que se parecía mucho a los
llamados cacicazgos españoles. Si de acuerdo con las normas tradicionales, una
persona no había sido propietaria de tierras, es decir, no había sido noble, era
improcedente que las vendiera o transmitiera a otros pues nadie podía dar lo que no
era suyo, se alegaba.535
Al referirse a Tepeaca y Acatzinco, Martínez indicó que había numerosos casos de
macehuallis que estaban integrados por barrios que podían pertenecer a dos
tlahtoques distintos. "El título de cada tlahtocayo era el tlatoani (gobernante); los hijos
del tlahtoque recibían o el nombre de pipiltin (pilli en singular) y más correctamente,
principales, aplicaba también a los primeros. Pero al igual que sucedió en otros
señoríos de la región, en Tepeaca se empezó a modificar la estructura de las tierras,
desapareció el carácter electivo de los tlatoanis y muchas de sus tierras pasan a ser
propiedad patrimonial de los pueblos; los principales de los señoríos tenían
relaciones de parentesco entre sí, pero al sobrevenir la conquista surgieron una
serie de conflictos entre ellos sobre todo por las herencias de las tierras a los hijos o
descendientes.536
535 Autos seguidos por María Susana y otras indias contra Gaspar Carrillo, español sobre ciertas casas y terrenos ubicados en San Martín Zacutla, Tlatelolco, 1572, en Documentos nahuas de la ciudad de México del siglo XVI, p.93.536 Martínez, HNdeberto, Tepeaca en el siglo XVI, p.68
717
La mayoría de las tierras de las poblaciones eran propiedad de los pillis quien solo
tenía frente a sí y a la manera de un contrapeso las tierras de los calpullis y
tampoco no podían atentar contra ellos pues había el temor fundado de que se
produjeran grandes protestas políticas y convulsiones sociales pues un "manto de
protección" religioso los protegía, así como las normas derivadas de las tradiciones.
Los cambios se produjeron durante el periodo de Ahuizotl en que surgieron algunas
distorsiones en la estructura de la propiedad que atentara contra varios linajes.
De la misma forma hubo cambios en su interior al organizarse las incursiones
armadas de los mexicas, por la búsqueda de nuevas provincias tributarias,
provocando alteración en las "casas reinantes". Hubo regiones y poblaciones que
literalmente fueron divididas y repartidas lo que generó que algunos pillis perdieran
sus tierras y ya no pudiesen heredarlas a sus hijos, como había sido la costumbre
vigente hasta ese momento.
Al referirse a las formas de propiedad que había entre los indios Gines de Sepúlveda
dijo que "una parte correspondía al rey, otra a los sacrificios y fiestas públicas y solo
la tercera parte estaba reservada para el aprovechamiento de cada cual, pero todo
esto se hacía de tal modo que ellos mismos cultivaban los campos regios y los
campos públicos y vivían como asalariados del rey, pagando crecidísimos
tributos. Y cuando llegaba a morir el padre, todo su patrimonio, si el rey no
determinaba otra cosa, pasaba entero al hijo mayor, por lo cual era preciso que
muchos perecieren de hambre o se visen forzados a una servidumbre todavía más
dura puesto que acudían a los reyezuelos y les pedían un campo con la condición
no solo de pagar un canon anual sino de obligarse ellos mismos al trabajo de
718
esclavo cuando fuera preciso".537
Enseguida los acusó de cometer "pecado nefandos", de sacrificar víctimas
humanas y de horrendos sacrificios, y de cometer impiedades y torpezas que son
aborrecida por Dios" y por lo tanto merecían sufrir toda clase de castigo, como
pueblo de pecadores que señala la biblia habían sufrido en el pasado remoto y por
ello justificaban toda la crueldades que se podrían cometer contra ellos.
Gines no refiere la existencia de tierras pues estaban destinadas al
mantenimiento de los pueblos o de los calpullis, es decir, que eran tierras de
carácter social, enfatizando desde luego en aquellas que se explotaban de una
manera individual o familiar, en beneficio de los "nobles". Se trataba de demostrar
así, con argumentos incompletos y falaces, que estos pueblos vivían en estado de
atraso social y que no tenían ningún interés por trabajar la tierra, presentándose a los
indígenas como indios perezosos y mentirosos. Sin embargo, estaba claro que la
base fundamental del funcionamiento de la sociedad mexica, era el trabajo que
aportaban miles y miles de macehuales que año con año cultivaban las
sementeras con cuyo producto se alimentaba a la población. Describió la
existencia de un régimen opresivo sin establecer distinción alguna entre los
macehuales y los mayeques o terrasgueros, hasta señalar la existencia del
mayorazgo, que dejaba sin patrimonio a muchos de los hijos, sobre todo a los de
menor edad, hablando en forma irresponsable de "trabajo esclavo" que
obviamente no existía. Más que una posición sociológica como la de los oidores,
esta era una posición ideológica.537 Gines Sepúlveda, Juan. Tratado sobre las justas causas de la guerra en contra de los indio, p.115
719
También Martínez siguió la caracterización que hizo Carrasco de los Tlahtocayos o
unidades sociales de producción en donde estaba como titular el teuctli, los nobles o
pipiltin descendientes y los macehuales sujetos al tecali. "Las tierras del señorío o el
producto de ellos, en todo caso, son patrimonio común de la clase dominante en
cada casa señorial. El tlahtoani posee y disfruta durante su vida la mayor parte de las
tierras, con la facultad de heredarlas a sus hijos y/o miembros distinguidos del linaje.
Tiene además la obligación de proporcionar a los pipiltin de la casa habitación y
sustento. Las viviendas de algunos pillis solían estar contiguas al tecpan o palacio,
lugar de residencia del tlahtoani pero lo más probable es que la mayoría de ellos
residiera en barrios distantes. Estas casas eran construidas por los macehuallis,
terrazgueros del tlahtocayo, quizá a costa del erario del tlahtoani. Para sustentar a
los pipiltin del linaje lo más común quizás era que el tlatoani les asignara tierras y
terrazgueros del señorío, pero el usufructo de ellas estaba sujeto a las mismas
regulaciones que las casas habitación, es decir, no significaba propiedad".538
Era muy difícil quitarle tierras a los pillis, a menos que cometieran faltas graves y
fuera una decisión tomada por el tlatoani, este cuidaba la integridad de los tecuthtlis
o sea de las llamadas "casas reales" porque de ellos dimanaban los funcionarios de
los grupos dirigentes: se les podían quitar sus tierras en el caso de que se rebelaran y
ofrecieran oposición y para someterlos, por la vía de las armas, hasta podían ser
encarcelados y muertos. En términos generales, se respetaba y protegía a este tipo
de propiedad. En el caso de las tierras de los tlatoanis, por el contrario sus tierras o
heredades se incrementaran ante cada incursión armada, lo que fue causa de
538 Martínez Hildeberto, Tepeaca en el Siglo XVI, p.92.
720
múltiples reclamaciones y conflictos en la etapa colonial al alegar "derechos de
señoríos".
"En los más pueblos hay pocos que tengan tierras propias porque si no son
señores no los que de ella descienden, ningún macehual o pechero posee tierras
y si algunos las tienen son pocos, antes son comunes y por común lo labran y de
ellas mantenían a los principales que gobernaban y comprobaba las ofrendas y
gastos de los templos y el señor tiene en alguna parte tierras anexas al señorío y
aquellos las labran los macehuales y son suyas como señor y algunos
macehuales tienen tierras muy pocas y ellas tienen sus casillas junto a ellas y de
los que siembran se mantienen y pechan y otros arriendan tierras y pagan renta y
tienen sus casillas de adobe, hechas junto a las tales tierras arrendadas en que
viven", dijo Ramírez Fuenleal, quien agregó que muchas tierras lejanas que eran
propiedad de Moctezuma, ahora se habían vuelto a los pueblos que las tenían
tomadas. Que si había esclavos los cuales costaban 40 pesos los cuales se
utilizaban en la explotación de las minas de oro y plata pero que él prefería que
hubiera muchos indios "pues donde hay indios no han de faltar españoles".539
La situación descrita por Ramírez Fuenleal correspondió al periodo "de la
gentilidad", es decir, era la expresión que se utilizaba para referirse a la etapa
prehispánica. Los primeros españoles, ajustados a muchas disposiciones del
derecho indiano, dijeron que ellos, respetaron la esencia de las formas de
propiedad existente, pero no lo hicieron pues aducían que estaban preocupados
por la suerte y destino de los macehuales, aunque en la práctica obraran en un
sentido contrario. 539 Carta de Sebastián Ramírez Fuenleal, 3 de noviembre de 1532, en Colección de Documentos Inéditos, T. XIII, p.250.
721
Todo hace pensar que en este momento, previo a la conquista, las propiedades
comunales de los pueblos estaban sufriendo el asedio de los nobles que
deseaban acrecentar su patrimonio, así como el de los militares, los sacerdotes y
los miembros de la administración y por ello, se habló de "tierras anexas" al
señorío que eran aquellas adquisiciones que los nobles habían logrado realizar en
detrimento de las propiedades de los pueblos y de los calpullis.
Aun en los casos de despojos, de todas formas los propietarios eran un sector
social minoritario pero que gravitaban sobre las espaldas y el trabajo de los
macehuales y las "tierras lejanas" eran aquellas que habían sido obtenidas
durante la conquista y que se encontraban lejos de Tenochtitlán, las cuales podían
ser cultivadas por terrazgueros. Se trataba de tierras que eran propiedad de los
gobernantes y de los guerreros distinguidos y por lo tanto se trataba de tierras de
particulares, pero en algunas definiciones se refieren a tierras de los palacios.
En el análisis que Carrasco hizo de los mayeques, los encuentra también en los
documentos del estado de Morelos, afirmando que eran renteros y también
terrazgueros por lo que se utilizaban como sinónimos y que también en Yacapixtla
pagaban tributos a los principales, ya en la etapa del Marquesado. Refiere un
censo de Cuernavaca, del año de 1551 en el que solo se refieren a los tributarios
que tienen tierras propias y a los que están en tierras del tlatoani. Desde el punto de
vista gramatical, precisó que mayeque viene del vocablo maitl que se refiere a
trabajador o bracero "reafirmando que eran campesinos asentados en tierras de
principales a quienes servían, pero no se usa para designar estamentos sino un tipo
de campesinos y se les asemeja a arrendatarios que pagan las rentas al dueño de
722
las tierras, tenían menos libertad de movimiento que los campesinos tributarios de
los barrios, pero que había otros campesinos independientemente como los
tributarios asignados temporalmente a ciertas personas como servidores y renteros
que toman tierra en arrendamiento a corto plazo".540
Los mayeques no podía cambiar de sitio de trabajo pues estaba obligado a pagar
tributo al señor de quien era vasallos y desde luego a pagarle también la renta por
el uso de sus tierras. Pero una vez cumplidas estas obligaciones quedaban en
libertad de "alquilarse" con otros pillis generalmente del mismo barrio o señorío. Si los
macehuales no podían "escoger" a su explotador, los mayeques sí lo podían hacer
por lo que estamos ante un antecedente de lo que se llamó después el trabajo
semiforzado de la época colonial. No conocemos el grado de "libertad" que tenían
estos mayeques pero se comprende que era proporcional a la falta de brazos y a la
carencia de tierras o ambos factores a la vez que permiten concluir que
correspondiera a etapas depresivas en la sociedad prehispánica, ya sea generales o
locales.
Para Romero Galván, las familias de los macehuales eran monogámicas y estaba
vinculada por lazos gentilicios a los calpullis. "A través de núcleos familiares
formadas por el padre, la madre y los hijos, crecían y se reproducían los calpullis,
asegurando para la sociedad la fuerza del trabajo y las relaciones necesarias para
la producción de los bienes que el sistema requería para perdurar. La clase
dominante estaba constituida por familias nobles que eran todas de naturaleza
poligámica. Esta característica debe ser vista como uno de tantos elementos que
permiten al grupo de los pipiltin mantener en la cúspide social. La presencia de la
540 Carrasco, Pedro. Los Mayeques, p.131.
723
poligamia se explica en primer lugar como recurso apropiado a través del cual el
grupo social aseguraba la conservación de un ritmo eficaz de reproducción.541
Indicando que las familias estaban siempre asediadas por la mortalidad infantil y por
las guerras, indicando que con frecuencia se utilizaban los matrimonios o la familia
para la creación de alianzas políticas.
Siendo predominante el concepto de familias numerosas, es decir, de grupos de
familias que vivían bajo un mismo techo, los mayeques en un momento dado fueron
macehuales pero por distintas circunstancias, ya anotada con anterioridad,
ascendieron en la escala social y la retribución de su trabajo fue más justipreciado,
ante la escasez de mano de obra, ante la despoblación ante las epidemias e
inundaciones. Existían quejas de pillis que indican que en estos periodos sufrieron
una escasez muy preocupante de fuerzas de trabajo lo que provocó el abandono de
muchas parcelas y una baja notable de la producción, situación que les perjudicaba
a ellos que recibían menor cantidad de tributo y obtener menos servicios
personales, pero también a los macehuales porque literalmente hablando, no tenían
alimentos y morían de hambre. Las crónicas refieren que estas etapas fueron de
un gran sufrimiento social al faltar los bastimentos más elementales.
Solís dijo que al producirse la conquista de Tlaxcala entre los años de 1547 la 1567
"la nobleza pilotl tlaxcalteca mantuvo siempre el poder hegemónico social y político;
entre sus funciones primordiales tuvo el gobierno de la sociedad tlaxcalteca. Ella
era una élite numerosamente menor en oposición a la gente común o maceuallis.
El estrato pilli o noble e hallaba compuesto jerárquicamente de tres categorías
541 Romero Galván, José Rubén. Históricas, Boletín el Instituto de Investigaciones Históricas UNAM, Núm.21.
724
sociopolítica: tlatoani, tecuhtli y píllis".542 Entre los funcionarios que las ordenanzas
registraron estaban los merinos y los cargos eran perpetuos o de por vida, por
elección y por designación pero en términos generales los que ocupan los cargos
principales eran 172 pipiltin de Ocotelulco, 103 de Tizantla, 95 de Ouchuiztlán, 43
de Tepetispac, en suma se trató de 413 nobles. Entre los cargos que eran por
designación estaban los mayordomos, alguaciles, merinos o mandones y los
desempeñaban por un año. "El tequitlato, por ejemplo, se encargaba del
reclutamiento en el trabajo del macehualtin o gente común y en el cobro de los
tributos que estos habían de dar. Algunas veces, además, actuaban reprendiendo a
aquellos que cometían faltas a la moral. Por su parte, el tlaoltequitl justo se
encargaba exclusivamente de vigilar el tributo en maíz. El cargo de tianguiztopile
tenía la tarea de cuidar los precios y las medidas de un tianguis. Un nochiztopile
vigilaba las compras y ventas de los nohiztli, grana o cochinilla, en el mismo tianguis.
El caltopile estaba al tanto de los trabajos de los especialistas, como los
tetzontzaques, picapedreros o labradores de tierra".
También en la región de Tlaxcala los grandes propietarios de tierras eran una
minoría, mientras la mayoría las siguieron constituyendo los macehuales. En este
contexto aquellos reúnen una serie de derechos y prerrogativas, entre ellas el de
integrar los gobiernos y la administración pública para facilitar y fortalecer su dominio
económico y social, mientras que los que producían toda la riqueza material no
tenían ningún derecho. Los pillis se dedicaban a los bienes gubernamentales, a la
dirección de los "ejércitos", de los establecimientos educativos, a la planeación de
las obras públicas, a la celebración de convenios interétnicos, mientras que los
542 Ibídem. P. 45
725
macehuales solo podían dedicarse a las labores manuales, especialmente a la
agricultura y a la fabricación de enseres domésticos. Esta estructura se refleja muy
claramente en las poblaciones de Tlaxcala, de las que se refiere ya la existencia de
una estructura organizativa para el trabajo, que era como en esa región según los
estados particulares que se han hecho.
Carrasco hizo notar que los mayeques eran "labradores que estaban en tierras
ajenas que no podían pasar de unas tierras a otras, que al pasar las tierras de un
señor a otro pasaban con ellas las cargas y obligación del servicio y la renta o que
cuando moría dejaban las tierras a sus hijos incluidos los mayeques, no tributaban al
señor supremo porque lo hacían al dueño de las tierras, en un tipo de renteros de las
tierras, otros renteros si pagaban tributos al señor. Opinó que probablemente estos
mayeques hayan sido tomados de señoríos o barrios que estaban sometidos y que
por lo tanto fueron tratados casi como esclavos. Después ya en la etapa colonial a
los señores les fueron quitados esos mayeques. En el caso de la región poblana
asoció el termino tlalmaitl como un sinónimo de mayeque y también se trataba de
macehuales al servicio de los tlatoques o pipiltin, concluyendo que "los mayeques o
tlalmaitl serían dependientes de rango menor, macehuales que prestaban
principalmente trabajo agrícola".543
La flexibilidad con que eran tratados los mayeques los hacen más cercanos a los
trabajadores asalariados, que a los siervos de la gleba o a los esclavos, aunque sí
eran objetos de malos tratos por parte de los pillis quienes conscientes de que su
mano de obra era necesaria para laborar los excedentes de tierras que tenían o para
sustituir a los brazos de los macehuales que habían huido por las excesivas cargas
543 Carrasco, Pedro. Los Mayeques, Historia Mexicana, julio-sept. 1989, vol. XXIX.
726
de los tributos, que habían muerto en los campos de batalla. No conocemos quejas y
lamentaciones de los mayeques pero sí de los macehuales, aunque "el hecho de ser
renteros les permitía desempeñar su trabajo con mayor holgura, así como el hecho de
no pagar tributo a los señores supremos lo que disminuía las cargas onerosas que
por este concepto tenían la mayoría de la población. En este concepto, es un sector
de labradores que gozaban de privilegios, en una sociedad esencialmente piramidal
e injusta.
Describió Olivera la organización de los teccallis indicando que estaba ubicada en
cada parcialidad y estaba encabezada por un teuhctli; en su tecpa (o palacio) vivían
los hijos y lo parientes del teuhctli que también se llamaban nobles pero además
vivían otro, pillis que se decían pillis de un señor, o sea, pillis sujetos y los Teuhctlis
ocupaban puestos en la organización política bajo el poder del Tlahtoani o señor
principal y los macehuales que vivían en una parcialidad dependían del teuhctli
"posiblemente cuando trabajaban tierras de un patrimonio (cuando eran tierras de
su propio teccali) pero otros macehuales tributaba a otros pillis de la parcialidad y
solo estaban relacionados en forma indirecta con el teuhctli de su parcialidad.
Las tierras en que vivían y trabajaban estos macehuales se mencionan como
"tierras del cacicazgo" pero también pertenecen a la parcialidad. Dentro de cada
parcialidad había pillis que no tenían macehuales o que tenían muy pocos a su
727
cargo, aunque vivían en el tecpa". En uno de los cuadros estadísticos se informo
que había en Tecpa 91 pillis y en contraste había 2755 macehuales, reiterando que
los macehuales no tenían tierras y que pagaban pervivir en ellas.
Un rasgo sobresaliente de esta estructura es la existencia de parcialidades que eran
formas socioeconómicas que asumía la población para que los macehuales
tuvieran sobre ella un mayor control por medio de los tecuhtiis. Para fines prácticos,
esas parcialidades eran asociaciones de casas, presidiéndo la casa principal en donde
residía ese alto funcionario, junto con su familia y allegados y a un lado estaban las
casas de los macehuales. En un solo territorio estaba la dirección política de la
sociedad en ese nivel pero también la mano de obra que se necesitaba para que
siguiera funcionando. Arriba de los tecuhtiis estaban los tlatoanis, que
subordinaban a los anteriores y les quitaban una parte de los beneficios que
obtenían de los tributos y de los servicios personales. El Tecuhtli operaba como un
representante político del tlatoani pero también como un funcionario de alto rango
que se encargaba de mantener y organizar el trabajo de la parcialidad entera, junto
con su cauda de colaboradores a que se hizo alusión arriba y que se encargaba
sobre todo de tareas administrativas y prácticas.
Bate encontró una relación muy estrecha entre la unidad doméstica, como unidad
básica de producción y el nivel de la conciencia social que a su vez se caracterizó por
la existencia de relaciones de reciprocidad social, lo cual asegura que los miembros
de la sociedad se pongan de acuerdo para participar en la producción, pero a la vez
admitió que una comunidad de cazadores podían fácilmente entrar en contradicción
de intereses con otras comunidades vecinas, la cual les obliga a elevar su
productividad y en la que les permite transformarse de sociedades cazadoras en
728
sociedades tribales, lo que consideran como equivalentes a la evolución
neolítica, lo que permite una intensificación del desarrollo de las fuerzas
productivas. "Se experimenta la domesticación de una amplia variedad de plantas y
animales; se desarrolla de una manera importante la artesanía, ensayándose la
transformación de los más diversos recursos naturales en objetos de trabajo con valor
de uso, lo que lleva a una división del trabajo entre productores directos y artesanos".544
Estando las sociedades integradas por individuos esencialmente iguales, es decir,
que disponían de las mismas fuerzas productivas y estaban inmersos en idénticas
relaciones de producción, esto es, no existiendo la propiedad privada sino como
excepción, la de los medios de trabajo que cada uno de ellos fabricaba, había una
sociedad comunista en donde predominaba como principio básico el de la llamada
reciprocidad social, es decir, todos era igualmente responsables de la subsistencia
física y humana de la población. La forma de la tenencia de la tierra correspondía a
esa organización social pues no había ninguna contradicción grave o antagónica
entre los miembros de la colectividad; las otras contradicciones políticas se resolvían
en las deliberaciones del Consejo de Ancianos y/o por los sachem de que habla
Morgan.
Al referirse a la situación de Tecali, ya dominada por los mexicas, Olivera observó
que "los macehuales continuaron tributando a un señor en función de la tierras que
ocupaban. Pero, además, la cabecera de Tecali, en su conjunto, tenía que entregar
a lo mexicas, a través del calpixque de Tepeaca, el tributo que les exigieron después
de la conquista. Ambos tributos eran excedentes producido por los campesinos que
estaban sujetos a sus señores locales y a los mexicas. El tributo se pagaba en 544 Bate, Luis. Notas sobre el Materialismo Histórico en el Proceso de Investigación Arqueológica, p.20.
729
trabajo, en especie y en "dinero", cacao y mantas; el trabajo que se tributaba era de
dos tipos: servicio domestico en la casa de los señores y trabajo agrícola, quizá en
tierras destinadas ex profeso por cada señor. Para organizar ese trabajo agrícola
había funcionarios especiales. De hecho el pago en trabajo exige un control directo y
una organización de la población mucho más fuerte que cuando se paga en
producto".
Advirtió que con la conquista de los mexicas, se incrementa la producción pero no
hubo cambios cualitativos pues las relaciones sociales continuaron inalterables,
pero sí cambió en el interior de las élites por las modificaciones que sufría la
propiedad de las tierras.
Estos estudios particulares revelaron la existencia de una determinada estructura
organizativa que se imponía unilateralmente a los macehuales para que estos
pudieran cumplir con sus compromisos en materia de jornadas de trabajo,
volúmenes de tributo pagados y el otorgamiento de servicios personales. Hubo
distintas formas de coacción pues de otra manera no hubiera sido posible que se
llevara a cabo los objetivos ya señalados en otra parte del texto. Las crónicas
refieren que los macehuales que no cumplían con sus obligaciones eran motivo de
graves sanciones. En primer lugar, se aplicaban penas colectivas que incluían
daños a los tecuhtlis, cuando los calpixque se daban cuenta de que no estaban
entregando la cantidad o volúmenes que se les había requerido, en algunos casos se
incluía la realización de una masacre o la quema del poblado lo que provocaba que
sus habitantes se dispersaran. Antes de aplicar las sanciones más severas, se les
exhortaba a que satisficieran los compromisos contraídos con el tlatoani, se les daba
un plazo para que lo hicieran, pero en algunos casos se revisaba hacia la baja las
730
cargas de productos y los servicios que iban a proporcionar, siendo estos el
tratamiento más benevolente.
Dijo González que en Tenochtitlán había cuatro grandes barrios o calpullis en que en
cada uno de ellos había un dios al que veneraban, haciendo particular referencia al
templo de Xipe Totee que se encontraba fuera de la traza urbana. De acuerdo con el
Mapa de Uppsala había un ramal de acequias que provenían de Hutzilopechca y se
desviaba hacia el poniente para dirigirse hacia Chapultepec y se unía con ellos hacia
la actual Isabel la Católica para continuar hasta el Salto de Agua.545
En un principio, según las crónicas, a cada barrio de la ciudad de Tenochtitlán
correspondía un calpulli, por lo que serían las cuatro ya conocidos y cada uno de
ellas tenía a sus jefes políticas, militares o guerreros y un dios específico. Los
barrios reproducían a su propia escala de organización social que existía en términos
generales para toda la ciudad y también en los pueblos sometidos. Por ello seran
parecidos o similares los valores, las costumbres, los hábitos, las prácticas políticas
y religiosas pues todos procedían del mismo tronco como, históricas y lingüísticas. En
los barrios se inició un proceso de mayor especialización para el trabajo, pues en
ellos se concentraron grupos de especialistas, como alfareros, lapidarios, canteros
que después durante la etapa de la conquista y colonización española tuvieron una
marcada consolidación. Había las tareas específicas de cada barrio y también las de
carácter general, aquellas obras públicas o servicios que eran del interés de los
cuatro barrios, es decir de la ciudad entera y todos tenían que participar en ellas en
función de las disposiciones que dictaban los dirigentes superiores.
"La mayor parte de los comunes solían estar adscritos a las casas nobles como 545 González, González, Carlos Javier, Ubicación e importancia del templo de Xipe Totee en la parcialidad tenochca de Moyotlan, 34 p.p7
731
dependientes: vivían en la tierra de los tecalli, las labraban y prestaban toda clase de
servicios personales el tecutli, título a sus nobles que gozaban del usufructo. Los
terrazgueros pertenecían a una población nativa de particularidad desconocida o
pertenecen a los olmecas que antes habían dominado la región o podían haber
formado parte de una u otra de los macro etnias inmigrantes. La población olmeca
que los conquistadores chichimecas habían encontrado y vencido en la región
circunvolcánica parece haber sido muy densa. La mayoría de la gente común nativa
muy probablemente se habían quedado con las tierras que cultivaban y constituirían
la rnesa de los numerosos macehuales terrazgueros o vasallos que pertenecían a
los tecallis, a la gran masa de terrazgueros se concentraron en el Valle de
Atlixco",546 dijo Dyckerhoff quien consideró la existencia de una gran presión social
sobre las tierras a raíz de los sucesivas oleadas de inmigrantes.
Esta región siempre estuvo asediada por sucesivas oleadas de inmigrantes y
distintas incursiones armadas, fenómenos que sin duda influyeron en la tenencia de la
tierra que se basaba en la explotación individual o familiar de las parcelas de los
nobles, pues existía una nula o en formación, forma de la propiedad de los pueblos o
de los calpullis. Probablemente seguían funcionando como si ocurría en otras
regiones del Altiplano, pero existen estudios particulares al respecto. En este
contexto, las tierras disponibles cambiaban de propietario con relativa frecuencia en
la medida en que se efectuaban esos cambios sociales o políticos existiendo un
profundo reacomodo de los grupos gobernantes. Las tierras, de una manera o de
otra se concentraban en manos de esa minoría, por lo que trabajaban la absoluta
mayoría de la población. Según estos estudios, el foco de atención no fueron los
546 Dyckerhoff, Úrsula. Grupos Étnicos y Estratificación Socio Política,, p.39
732
calpullis sino los tecalis, es decir, las "casas de nobles" en donde vivían los pillis y sus
familiares y servidores más cercanos. Los pilis establecían una relación de
servidumbre con respecto de los macehuales, pero para mantenerlos establecían
Imtes para la producción" como el de dar una parte de sus tierras para que al
cultivarlas pudieran usufructuarlas libremente para la manutención de sus familias".
En la lámina 1 está un glifo con tres casas las cuales representan capultin que son
"parcialidades" o "barrios" pero no aparecía el cuarto barrio y hay 4 personas que
serían los jefes de cada uno de esos barrios. Está un grupo compacto de hombres
y mujeres vestidos con pieles; en la isla se ve un monte con casas y biznagas, luego
estos varios templos de los capultin; existen siete huellas de pies que reflejan un
avance geográfico temporal. Esta un monte y en la cima hay piedras y agua, en
referencia a Culhuacán; la diosa Chimalma tienen un chimalli o escudo; solo un
personaje en una canoa de la cueva denominada Quinehuayan Oztotl.547
En la lámina 2 está el calpulli y un personaje con una voluta que sería el jefe del
calpulli. Según el Códice Aubin en realidad eran 8 barrios, indicando que había salido
los aztecas de Culhuacán, pero después los demás barrios decidieron participar,
formando cuatro grupos, los cuales atravesaron las regiones áridas del norte.
En la lámina 3 apareció un chiquigüite en donde hay maíz y un molcajete y existe un
diálogo entre los jefes de los barrios; hay otros grupos de 5 personas reunidas en
torno o un cesto o chiquigüite, lleno de maíz y molcajetes; están unos tamales y unas
gallinas indicando que "había tomando su itacate", mientras que otros iban a comer. 547 Johansson Patrick. Tira de la Peregrinación o Códice Boturini, en Revista Arqueología Mexicana, Número 26, 2009.p.4
733
El dios Huitzilopochtli revela a los aztecas que se tienen que separar de los 8
barrios y en uno de ellos, está un personaje con una tilma bordada.
Están también los representantes de los 8 calpultin dialogando, la casa de los calpultin
y un cielo nocturno y una cueva.
Por su parte, Dyckerhoff dijo que a Cholula habían llegado "grupos acéfalos"
designados calpulelques, o sea "personas propietarias de calpullis tenían nombres
propios, no tenían nobles y debían informar al pueblo bajo y también en Cuauhtincha
llegaron y les concedieron privilegios propios de la gente tolteca, o sea, posesión
de tierras propias, al no ser adscritos a una casa noble y la autonomía interna del
grupo, pero también en Chalco llegaron los mihuaques y los Coatecas que tampoco
tenían Tlatoque ni nobleza propia pero habían recibido tierras propias, y por ello "se
consideró a todos estos grupos de una misma ala de migración tolteca o tolteca-
chichimeca o de varias alas estrechamente relacionadas".548 También
documentó la presencia tolteca-chichimeca en Huexotzinco así como en Santa
María Nativitas, y Santa María Tlacopa según la definieron los nombres de varios de
sus barios, destacándose las etnias Coatecas de la cual procedían varios pillis.
Los calpulelques no tenían tierras propias, no pertenecían a ningún noble linaje, no
tenían descendientes en la región, más bien eran advenedizos pero su presencia en
la región era importante pues habían carencia de brazos y de administradores y
haciendo caso omiso de las reglas de la tradición o de los cánones de la sociedad
antigua, los pillis les dieron nombramientos en calidad de representantes y de
organizadores del trabajo. En realidad, el calpulelque, cumplía funciones de vigilancia
y de supervisión y al hacerlo pertenecía al grupo dominante aunque fuera en forma 548 Dyckerhoff, Úrsula. Grupos Étnicos y Estratificación Socio Política, Tentativa de Interpretación Histórica, Indiana, 19/20, 2003
734
indirecta; era parte del aparato represivo que los pillis habían estructurado para
mantener en explotación a sus tierras de labranza.
Había grupos humanos muy compactos que por el hecho de acreditar su filiación
tolteca estaba ya muy prestigiado y por ello les dieron apoyo y cobijo los grupos que
ya estaban asentados en el valle tlaxcalteca-poblano; las crónicas afirmaron que les
dieron tierras para que las cultivaran, seguramente atraídos por las
capacidades y cualidades de quienes descendían de una estirpe de artistas,
pintores, hombres de leras y otros merecimientos. Se impulsaron las donaciones de
tierra como un mecanismo no solo para compensar políticamente a los guerreros
victoriosos sino para estimular alianzas que permitieran enfrentar con éxito a pillis de
otros señoríos, todo ello durante una etapa que según la Historia Tolteca-
Chichimeca, se había caracterizado por una profunda inestabilidad, hasta que
llegaron los mexicas, se consolido y afianzó su hegemonía en la región.
Se trataba de pequeñas propiedades de tierras, una en relación con cada
parcialidad y con cada barrio, denotando que venían repartidos por clanes,
identificados por un origen común, con un jefe militar y religiosos al frente. No
existía ninguna forma de propiedad legitimada sino solo la posesión física del
territorio que ocupaba, es decir, una posesión efectiva, etapa en la cual labraban
algunas sementeras para obtener alimentos y levantaban un pequeño adoratorio para
su dios particular o para Huitzilopochtli. Si estaban ya organizados de esta manera,
la "propiedad comunal" transitoria, era en si irrelevante en la producción. Para
completar su dieta se veían obligados a recolectar algunos frutos silvestres y pescar
en los arroyos de los ríos. Es importante señalar el reconocimiento de la existencia de
735
la figura del calpulli por lo que estamos ante un modo de producción antiquísimo.
En la medida en que se trasladaban de un sitio a otro crecían numéricamente el
grupo humano y por lo tanto sus necesidades alimenticias y de organización social por
lo que se habló de un mayor número de barrios que los originalmente existentes,
entendiendo que se trataba más bien de subdivisiones lo que les permitía una
distribución más racional de los recursos naturales y una división del trabajo más
eficiente también pues era mejor organizados grupos pequeños que a grupos
grandes.
Apareció como elemento material decisivo para la alimentación, el maíz, los
molcajetes posiblemente para hacer tortillas y para preparar algunos condimentos. En
el transcurso del trayecto, los calpullis se van separando para "instrucciones divinas"
pero en realidad para ir poblando mejor los lugares ocupando hasta producirse una
"selección natural" pues las crónicas afirman que iban dejando en el camino a los
ancianos y a los enfermos.
Al estudiar los conflictos por tierras que hubo entre Tepeaca y Cuauhtincha, la
investigadora Iglesias dijo que mientras los primeros eran indios principales, los
segundos eran macehuales y cuando "un territorio habitado era invadido por otro,
posiblemente los que hasta ayer habían sido pillis, pasaron a ser macehuales de los
nuevos señores pero en Cuauhtincha el mayor número de pleitos sobre tierras se dio
entre macehuales y principales y basándose en estudios hechos por Reyes y
Olivera, en Tepeaca dos grandes señores eran responsables de la cabecera y en
Cuauhtincha eran cuatro los principales. En cuanto a los trabajos de los
macehuales dijo que no tenían tierras propias "que cultivaban las tierras del
736
tlatoani, el servicio doméstico en la casa del mismo, le pagaban tributo en especie
pero con la invasión española se inició un lento proceso de acceso a la propiedad de
la tierra".549 También aparecieron los mandones que eran los que se dedicaban a la
organización del trabajo y por ello recibían un aumento en sus beneficios.
En la guerra ante grupos étnicos rivales hubo un reacomodo de fuerzas políticas,
como lo apunta Kirchhoff y lo estudiaron Olivera, Reyes y otros: el hecho de que un
grupo de pillis cayera de su sitio de grandes dignatarios y gobernantes les hizo perder
también su naturaleza de grandes propietarios. Como en todas las guerras de
conquista, al perder una contienda y aceptar su derrota frente a las tropas enemigas,
los pillis se hacían merecedores a perder sus tierras las cuales podían haber
mantenido y usufructuarlas durante muchos años; perdieron sus cargos, sus
vínculos de nobleza desaparecieron o se ignoraron súbitamente por lo que
muchos de ellos devinieron en macehuales, en el sentido de que para poder
subsistir tenían que ofrecer su fuerza de trabajo. Eran "nobles venidos a menos",
como en la monarquía europea, en que cuando caían ante el embate de un
enemigo más poderosos, no solo dejaban de ser los gobernantes en turno sino
también perdían sus tierras y sus riquezas.
Esto no quiere decir que hubiesen sido despojados de sus privilegios de nobleza, en
hacer aquellos que derivaban de ser parte una línea genealógica y aunque habían
perdido el poder y estaban subyugados, por extranjeros, siempre lucharon, porque
estos privilegios se respetaran, se reconocieran y eventualmente les fueran
549 Iglesias, Myriam. Tierras y Estratificación social Indígena en Cuauhtincha, Siglo XVI, en Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, Universidad de Jujuy, Argentina, 2000, 31 p. p.
737
restituidos. Al serles expropiadas y quitados por medio de la fuerza sus tierras, en la
práctica quedan en calidad de macehuales pues no se resignaron a tener esa
cualidad pues ningún ser humano prefiere, por su propia voluntad, una vida llena de
fatigas y sacrificios.
"...el célebre Teuctli se sentaba en el pináculo de la sociedad tlaxcalteca. El Teccalli
y las genealogías que refleja su constitución especifican el grado en que el estatus
social y más específicamente, el contrato entre los macehuales (o gente común) y los
pillis (nobleza) constituyeron parte integral de la realidad nahua. Si bien lo
privilegios de la clase pillis aparecen claramente en la genealogía dada su nobleza
enmarcados mediante penacho, banca, ramos de flores y la misma estructura del
teccalli, la clase macehualli se hace notar más bien por su ausencia, ya que no tenía
pretensiones hereditarias. 550 Precisamente después de la conquista, a partir del año
de 1550, muchos macehuales se atribuían falsamente un estatuto noble y muchos
miembros del cabildo afirmaban que el sistema de teccalli estaba ya en ruinas, en
que las relaciones de pillis y macehuales sufrían una "singular tensión".
Mientras los pillis aspiraban a mantener, conservar e incluso acrecentar sus bienes,
propiedades y privilegios políticos, demostrando con ello que tenían una mayor
claridad sobre los intereses materiales que les eran comunes y que defendían, no
ocurrió lo mismo con los macehuales o por lo menos no tenían datos que se
deriven de las fuentes prehispánicas. Solo una explotación más aguda puede haber
fortalecido su conciencia de grupo vilipendiando, pero esta conciencia se manifiesta
con una mayor claridad durante el periodo colonial en el cual estos exigen sus
demandas, no directamente sino por conducto de los funcionarios de la Real 550 Cosentino, Delia. Genealogía pictórica en Tlaxcala colonial: Nobles Afirmaciones del Orden Social, Relaciones 105, invierno 2006, Vol. XXVII, 34 p., p.21
738
Audiencia, de los oidores, visitadores y de los funcionarios del ramo de justicia. En el
ramo de tierras, existen muchas solicitudes para restituir tierras que les habían sido
quitadas por los macehuales en el pasado inmediato, es decir, en el prehispánico, a
los cuales ahora se apegaban las exacciones que cometían los encomenderos
españoles.
Pero para pertenecer a la "nobleza" había que demostrarlo con datos objetivos,
contando con la presencia de testigos que verificaran que descendía de una
"linajuda cama" y que por lo tanto tenían derecho que se les pretendía desconocer o
cancelar. Los macehuales que habían sido hijos de pillis tenían que acreditar ahora
ante los jueces españoles, que eran hijos o nietos de..., de "elevada alcurnia" y que
por lo tanto se había sufrido algún despojo de tierras, ello no significa que sus
propiedades se hubiesen perdido y que aquellos que se encontraban en el ámbito
de la ilegalidad y el atropello, debían restituirse, tratando de que todas las
operaciones que se habían hecho en torno a esas tierras, se declararan nulas de
pleno derecho.
En la donación de tierras que Luis de Guzmán hiciera a su hermano Diego en el
año de 1545, se incluyó también la donación de los macehuales que laboraban
en ella. Le dijo Luis a Diego: "le doy la tierra y los macehuales para que con ellos
haga lo que desee su corazón, los macehuales lo ayudarán, le darán el agua, la
leña y le labrarán la tierra y si no cumplen con esa obligación serán castigados,
esto es todo. A ti Diego te ordeno y te ruego que cuides tu palabra, que ames a los
macehuales, que defiendas y cuide al señor y siempre vigiles lo que necesita el
tecpa". En la escritura aparecen los nombres de 10 macehuales, cada uno de los
739
cuales tenía una casa que pasaba a propiedad de Diego, pero que nadie les quite
sus surcos, todos los macehuales siempre así cultivaron sus campos, que ninguno
luego les quite por deuda sus cultivos allá en el bosque, que allí siempre posean,
para que así siempre se sirvan del cultivo, si algún pilli hace que dejen sus surcos,
cuando lo sepamos será puesto en cárcel y para salir pagará 10 pesos de mina y
si los macehuales también cometen falta, sin que labran todos los surcos de Diego
Silva, también ellos le pagaran, de ellos saldrá u alimento para que no en vano aflijan
a Diego de Silva.551
No obstante, el origen divino de los macehuales, los pillis, los trataron como objetos,
como cosas, como partes inseparables de las tierras que eran de su propiedad y por
lo tanto podían disponer de ellos libremente. Al transmitir las tierras por herencia o
al comprarse o venderse esas tierras, se incluía a los macehuales, aunque hubo
algunas operaciones de esta naturaleza que no los incluyeron, pero no porque
respetaran sus derechos -concepto totalmente desconocido- sino simplemente
porque esto no se había convenido así. En los casos en que si se incluían, no se les
tomaba su parecer, es decir, no se les preguntaba si deseaban tener un nuevo amo.
Los macehuales eran seres minusválidos, sin capacidad de decisión propia, sin
ilustración alguna y por ello eran como instrumentos de producción, como una coa o
un bastón plantador y por ello otros debían tomar sus decisiones por ellos.
Como sucedió en las relaciones eslavistas de producción, había "amos amables" que
podían hasta "estimar" o "querer" a un esclavo y convertirlo en parte de su familia y
eventualmente dejarlo en libertad. Hubo esclavos que habiendo sido declarados 551 Relación entre Principales y Macehuales en Tepeaca, 1569, en Colección de Documentos Coloniales de Tepeaca, p.420
740
libres, preferían seguir quedando bajo la férula de su amo pues "sentía" que no podría
vivir en un clima de libertad que nunca había experimentado. En el caso de los
macehuales, existen exhortaciones hechas a los pillis de las necesidad de "tratarlos
bien" e incluso de facilitarles una vivienda y unos surcos para que pudieran cultivar
una franja de tierra para la alimentación de su familia, pero la tendencia general del
tratamiento recibido era bien diferente.
Reconoció McCutchen que el concepto "calpulli" tenía una ambigüedad pues
también significaba "casa", es decir, se trataba de un conjunto de personas que
unidas por lazos de parentesco, vivían en una sola casa, indicando que esto no se
ajustaba a la realidad sino que más bien eran "colonias agrícolas agrupadas".
Los que originalmente habían sido grupos de parentesco se convirtieron después
en unidades de lugar, y las tierras ocupadas en sustitución el parentesco de sangre
como lazos de unión. A este respecto es importante observar que los españoles
sabían hecho concesiones de tierras a los indios en las Indias Occidentales,
tomando como base los grupos de parentesco. En México, por otro lado
emplearon una unidad de lugar, el pueblo, con el mismo fin. El hecho de que los
grupos de parentesco, como tales no aparezcan en los repartimientos hechos en
México parece una prueba concluyente de que los calpullis se habían convertido ya
en gran parte, en una unidad territorial".552
Una de las explicaciones más sólidas que se pueden dar a cerca de esta laxitud en
las formas de propiedad radica en la transformación de los calpullis que debilitan sus
vínculos de parentesco consanguíneo, para optar por las relaciones de lugar, es
decir, bastaba que los individuos hubieran vivido durante un largo tiempo en una
552 McCutchen McBride, George. Dos Interpretaciones del Campo Mexicano,, p.67
741
casa o lugar para que les reconocieran derechos. Podía ser ese individuo de otra
región étnica, pertenecido o haberlo hecho, aun grupo rival pero si había compartido
por un lapso de tiempo, las necesidades de trabajo que implicaban la labranza de la
tierra, para que fuera aceptado. Esto significa que las necesidades imperiosas de la
subsistencia de los seres humanos, son más fuertes que las relaciones
consanguíneas pues lo que verdaderamente importa es tener fuerza de trabajo para
asegurar la manutención de las familias y de la sociedad.
Esas relaciones sociales se fueron suavizando hasta tener una mayor relevancia, la
posesión física de los terrenos, estar avecindados en ellos, haber cumplido con una
serie de requisitos y obligaciones como participar en las guerras, pagar tributos,
hacer ofrendas a los dioses, ser solidario con las tareas de la comunidad y otras.
En cuanto al régimen de la tenencia de la tierra en la región de Cuautla y
Cuernavaca, Von Wobesen distinguió tres diferentes tipos de tierras: las de
propiedad comunal o calpullalli, las de propiedad estatal de beneficio directo y las
de propiedad estatal de beneficio indirecto o pillalli. No existía la propiedad privada
en el sentido en que este se consideraba en el derecho romano. Las tierras de
propiedad comunal se dividían en diferentes clases, según el fin a que se
destinaban. Las chinancalli eran para el sustento de las familias de los miembros
del calpullis. Cuando se casaba una pareja recibían una parcela. Esa no podía ser
cedida ni traspasada a otra persona y la tenían que trabajar los usuarios. Los
tecallii o tierra de los jueces eran para el sostenimiento del tecuhtli y de las familias
que gobernaban el calpullis. Las tierras estatales, o sea, las que pertenecían al
tlalocoyotl, asimismo se dividían en diferentes clases. Los tlalocatlalli eran para el
742
sustento del tlatoani y el pago de los gastos públicos estatales. La tecpontlallí era
para solventar los gatos del mantenimiento y aseo del palacio y para el servicio de la
corte. Por último, la milchamilli era para las erogaciones militares. El tercer tipo de
tierras eran las pllallis que también eran estatales pero su beneficio se
destinaba a ciertas personas en particular. Se entregaba a personas distinguidas
(pipiltin) como recompensa por sus méritos, principalmente a guerreros que
destacaban en la obra y los trabajadores los mayeques, los antiguos dueños
quienes estaban obligados a entregar el usufructo o una parte de él, el pipiltin a
quien se había adjudicado".553
A pesar de la embestida que sufrió la propiedad social o de los pueblos durante la
última etapa del periodo mexica y más aun en la época colonial, subsistió esta
forma de propiedad aunque asumió distintas modalidades como fue el caso de la
región de Cuautitlán. Si se observa bien, esta estructura no cambió su esencia, ni
sus finalidades centrales, sino la explotación de la tierra tuvo siempre el propósito
de satisfacer algunas necesidades básicas de las corporaciones. Se registró una
gran similitud con respecto a la descripción que hace Zorita respecto a la necesidad
de "etiquetar" los frutos de la producción por sus beneficios directos: las casas de los
tecuhtlis, los palacios, los templos, los gastos de la corte y los del ejército, pero
también estaban las parcelas destinadas a los miembros de los calpullis que
aseguraban la alimentación de las familias. Unos estudios enfatizas en una forma de
propiedad y otros ofrecen una visión panorámica de las mismas, según el contenido
de las fuentes consultadas.
553 Von Wobesen, Gisela. La Hacienda azucarera en la época colonial., p.37
743
Pre recordó la petición de los macehuales de Huejotzingo del año de 1555 en la que
dijeron o recordaron que "estaban obligados" no solo a sembrar la tierra de los
principales sino a entregarles leña, agua, encargarse de sus edificios, darles
gallinas y ají, que sus mujeres y sus hijas estaban también dispuestas a servirles en
"todo lo que quisieran mandar" a cambio de lo cual pedían explotar un predio que
tenía una extensión de 20 x 20 brazos ya que se afirmaba que los "terrazgueros" no
tenían tierras propias, pero que después en el año de 1554 recibieron un
repartimiento de estas disminuyendo los servicios personales que debían
proporcionar. Concluyó que en realidad se mantuvo inalterable, en lo fundamental, el
sistema del calpulli, aunque con algunos cambios "pequeños".554
Estas reclamaciones directas de los macehuales, es de lo poco que hemos conocido
en las crónicas, pues estos nunca aparecieron con los rótulos de la palabra, como
si no existieran y solo fueran máquinas para cultivar la tierra. De esta protesta se
colige que las labores inherentes a la producción agrícola, que beneficiaban a los
pillis en sus residencias y a los encargados de los establecimientos
administrativos, educativos y religiosos, eran consideradas por los macehuales
como una actividad consustancial a su existencia pues de aquí tomaban una parte
para su subsistencia y la de sus familias. Al trabajar para otro y otros, estaban
trabajando para sí mismos. Pero las otras actividades, los llamados servicios
personales, se consideraban un exceso inadmisible, una serie de beneficios
adicionales a que no estaban obligados y por lo tanto se convertían en cargas
onerosas, dado que esas cargas también se extendían a sus esposas y a sus hijos.
Es decir, toda la familia de los macehuales se incorporaba a la fuerza laboral de que 554 Prem, Hans. Milpa y Hacienda. Tenencia de la Tierra Indígena y Española en la Cuenca del Río Atoyac, Puebla, México, 1520-1650, p.71
744
disponían los pillis. Con la incorporación de las mujeres y de los niños, la pirámide
social de que hemos hablado con anterioridad se ampliaba en forma considerable.
En el mes de octubre del año de 1598, el gobernador de indios de Xochimilco
solicitó a la Real Audiencia los títulos primordiales que le permitieron a los indios de
Sta. Cruz Acalpixca, unos terrenos para que fueran de su propiedad y así pudieran
explotarlos a la manera de una merced "que es en los puntos principales un
centinela o espía del enemigo en todas las guerras, están aquí en el cerro de noche y
de día, así en el tiempo de paz traemos nuestras cargas hacia el embarcadero y
canoas de nuestro padre San Bernardino y por ello pedimos se dejase vendernos un
pedazo de Ciénega, para nuestros hijos, así tendremos para alimentar a nuestro
ganado pues las tierras que tenemos son estériles y pedregosas y así tendremos
tule para nuestra casa y ofrecemos ser sumisos y obedientes a los reverendos padres
de nuestro Convento de San Bernardino".555 Describieron los solicitantes que en el
pasado, por los indios principales de Xochimilco, había sufrido muchos atropellos y
vejaciones "y no podíamos ser vistos en una reunión pues era causa de muerte por
lo que no podíamos trabajar nuestras chinampas. El Rey tuvo una actitud receptiva
pues ordenó al juez de Xochimilco que repartiera a los indios las Ciénegas, los cerros
y los pedregales en atención a los servicios caporales y de armas que habían
prestado pues desde antes vivían en los cerros y habían estado como vasallos y
grandes trabajos habían pasado de día de noche. Se decidió que la Ciénega "se
vende para siempre jamás en atención a los servicios prestados por los indios a
1500 pesos antiguos, pero los indios no podrán vender ni enajenar dicha Ciénega ni a
la iglesia ni al monasterio". Se comprometieron a limpiar los canales.
555 Venta de la Ciénega de Sta. Cruz Acalpixca, 1578, AHA.
745
Las tierras de humedales y las ciénagas precisamente por su naturaleza de carácter
estratégico, es decir, por disponer de agua de riego en forma permanente durante
todo el año, fueron propiedad de los calpullis, que en ellas se asentaron a raíz de la
llegada de los mexicas; estos grupos se asentaron precisamente en sus linderos y
playas con el objeto de tener, además, de la tierra destinada a la agricultura, los
frutos de la pesca y de la recolección de hierbas silvestres. El hecho de que
después esas tierras se hubieran transformado en parcialidades implicó que ya no
había un propietario común, al grupo humano que ahí estaba residiendo, sino un
beneficiario particular, el título de la parcialidad, que en términos de la época se
denomina cacique pues ejercía el dominio directo contra trabajadores de las
chinampas.
En la época en que este describe que de esos "indios principales" recibieron toda
clase de vejaciones y atropellos constituyendo una estructura de explotación en cada
parcialidad, la cual a su vez se dividía en chinampas y en surcos. Las ciénagas se
"privatizan", es decir, se explotaban en beneficio de un "indio principal" el cual ejercía
despóticamente el poder.
El 9 de mayo de 1736 se informó que el poblado de la Magdalena Mixhuca estaba
sujeto a la parcialidad de San Juan "que la poseyeron los antiguos antepasados
desde tiempos muy remotos por la ciénega que cae debajo de la albarrada del portal
de Oriente, pero que dichas tierras las habían poseído ilegalmente Manuel de
Copado y que al aplicarle cobros para el sostenimiento de la ermita "se había
cometido muchas vejaciones". Al describir esta zona se figuraron diferentes
746
barrios. Varios indios, con sus respectivos interpretes, presentan unos mapas que
demuestran que "desde tiempos muy antiguos", ocupaban esas tierras en forma
legítima y pacífica, en referencia a la ciénega del lugar; otro barrio cercano era el de
la Resurrección Tulteng. Había unos caciques, primero, después un gobernador que
se llamaba Tecpatlzo que se interpreta como caña, otro de nombre Estuches que se
interpreta como conejo y así siguió la relación de mandatarios o caciques que
aparecieron sentados teniendo a los lados una cabeza; después apareció un gran
señor con cuatro caciques sentados a su lado y dos cabezas que paren de
españoles; un indio está cargando a un muchacho y a otro indio; hay una zanja
que va a dar a una acequia real de la Laguna y cerca hay otra zanja y un lindero que
se llama Pantistan.556
En otro escrito, que describe algunas de las características del lugar, se hizo
referencia a una ciénega, planas de tierra y unas piedras amontonadas, para
defenderse de la agresión de otros y de las fuerzas del agua y de la anegación, para
defender también a Tenochtitlán, nosotros fuimos a la fundación de Tenochtitlán e
hicieron una paredones, señalando que "nos habíamos anegado varias veces,
indicando que por ello eran herederos de dichas tierras y laguna y firmaban el escrito
cuatro caciques o principales.
La parcialidad era la denominación general para referirse a la distribución espacial
de Tenochtitlán, pero desde el punto de vista histórico, primero aparecieron los
barrios; estos cumplieron no solo una función distributiva de la población sino una
forma de organización para el trabajo; el trabajo de los barrio es comunal o colectivo
pero las parcialidades, que eran estructuras superpuestas a los barrios, terminó por 556 Escrito de Gabriel de Mendieta sobre la fundación de la Magdalena Mixhuca, 7 de mayo de 1736, AHA.
747
dejarlos en un segundo plano, al permitir que se asentaran en sus territorios
individuos que no tenían los mismos lazos de parentesco lo cual fue mellando la
esencia de los calpullis.
La ciudad entró a un gran dinamismo constructivo, arquitectónico y sobre las
porciones de tierra que habían sido comunales se edificaron canales, embarcaderos,
casas y edificios, deteriorando poco a poco la zona lacustre hasta convertirla en una
región semiurbanizada. No obstante algunos barrios primigenios siguieron
conservando su utilidad social, la que dibujan estos mapas en donde aparecen los
indios principales que gobernaron sucesivamente estas regiones, posiblemente
algunos de ellos cabeza de calpullis. Sobresalen en estos títulos primordiales, el
sentido de pertenencia que había entre los miembros de los distintos barios, no
obstante que la ciudad ya estaba separada por una red de canales y puentes, y otras
obras hidráulicas.
Al estudiar los padrones de Tlaxcala y de una manera particular el relativo a Tizantla,
la investigadora Limón precisó que entre los noble existían los tlatoques quienes
desempeñaban la máxima autoridad y ostentaban el más alto grado de nobleza y el
cargo se heredaba de padre a hijo mayor; los pipiltin que eran la mayoría de los
nobles, los teteuctin eran los nobles de segundo grado de jerarquía alcanzada por
destacarse en hazañas guerreras o servicios a la comunidad y por decisión del
tlatoani "eran propietarios de tierras y tenían macehualtin quienes les tributaban en
especie y en servicios".
Sumó Limón 1488 pipiltin que constituyeron el 92% de la nobleza, frente a una
748
mayoría de 13,400 macehuales y mencionó a otro grupo, los mopilaques, que eran
nobles que tenían una situación indecisa pues debían trabajar y pagar tributos y
se encontraban vagando y eran 53 individuos que se dedicaban a la recaudación
del tributo y a la organización de la clase trabajadora en grupos de veinte para el
desempeño del trabajo comunal y precisamente esto los diferenciaba de los otros
pipiltin y los teteuctin que también eran nobles y se dedicaban a la recolección de
tributos, militares o embajadores. Esto pipiltin, lo mismo que los de la categoría "b"
tenían sus casas señalando a la que estaban asociados, gozaban de privilegios y
recibían tributos de los macehualtin y finalmente había merinos que eran puestos
administrativos.557
557 Limón Elena. La Clase Indígena Alta en Tizantla en el Siglo XVI, en Cuarto Seminario Internacional Sobre Investigación Histórica de Tlaxcala, 10 p.p?
749
Bibliografía Tenencia de la Tierra
1. Mendizábal, Othón Miguel. México en el momento de la Conquista, p.153.
2. Bekerman, Gerard. Vocabulario Básico del Marxismo: Terminología de las
Obras Completas de Marx y Engels, p45.
3. Morgan, Lewis. La Sociedad Primitiva, p.246.
4. Carbajal Espinosa, Francisco. Historia de México desde los primeros tiempos de
que hay noticia hasta mediados del siglo XIX, p.358
5. Reyes García, Luis. Documento de Toluca en la obra de Zorita, en Estudios de la
cultura Náhuatl, 14, UNAM, 1980, p.353.
6. Ramos, Rebeca. Xochimilco en el Siglo XVI, Cuadernos de la Casa Chata, 1984,
73p.,p.45.
7. Von Mentz, Brígida, Cuauhnáhuac, 1450-1675, p.139.
8. Reyes García Luis y otros. Documentos nahuas, de la ciudad de México en el siglo
XVI, CIESAS, AGN, México, 1996, 345 p., p.81
9. Saloma Gutiérrez, Ana María. Señorío y cacicazgo en Xochimilco 1520-1650,
Tesis de licenciatura, FF y L, UNAM, 1985, 273 p., p.92
10. Chapa Sostenes, Nicolás. San Gregorio Atlapulco, Xochimilco, p.69.
11. Chapa Sostenes, Nicolás. San Gregorio Atlapulco, Xochimilco, p.62
12 Chavira Olivos, Francisco. Historia de la Delegación de milpa Alta, Textos
mecanografieos, 67 p., AHX.
750
13. Toledo Bello, Raúl, Huexutla, Biografía de un pueblo, p.38.
14. Toledo Bello, Raúl, Huexutla, Biografía de un pueblo, p.39
15. Noriega, Pablo. Un ejemplo de Sistema Catastral de Origen Prehispánico en el
Valle de México. El Códice de Santa María Asunción. 43 p.
16. Venta de Tierras de María Xico a Cecilia Ximénez, española de San
Sebastián Ahuatonco, 1572, en documentos Nahuas de la Ciudad de México en el
Siglo XVI, p.286.
751
17. Juicio de Tierras de María Tecchio, de Alticocan, 1563, en Documentos
Nahuas de la Ciudad de México, en el siglo XVI, p.103.
18. Actos seguidos por María Susana y otras indias contra Gaspar Carrillo,
español, sobre ciertas casas y terrenos ubicados en San Martín Zacutla,
Tlatelolco, en Documentos nahuas de la ciudad de México, del siglo XVI, p.93.
19. Gine Sepúlveda, Juan, Tratado sobre las justas causas de la guerra contra los
indios, p.115.
20. Carta de Sebastián Ramírez Fuenleal, 3 de noviembre de 1532, en Coelcción de
documentos Inéditos, T. XIII, p.250.
21. Solís Eustaquio, Celestino. Las Actas de Cabildo de Tlaxcala, 1547a 1567
como fuente de información, p.13.
22. Olivera Mercedes. Pillis y Macehuales, Las Formaciones Sociales en los
Modos de Producción del Tecali, p.79.
23. Olivera Mercedes. Pillis y Macehuales, Las Formaciones Sociales en los
Modos de Producción del Tecali, p.101
24. Van Wobeser, Gisela. Las Haciendas azucareras en la época colonial, p.37.
25. Prem, Hans. Milpa y Hacienda. Tenencia de la Tierra Indígena y Española en la
Cuenca del Río de Atoyac, Puebla, México, 1520-1630, Ediciones del Gobierno del
estado de Puebla, 1988, 305 p., p.71
26. Venta de la Ciénaga de Santa Cruz Acalpixca, 1576, AHA, p.7.
27. Escritos de Gabriel de Mendieta sobre la fundación del Magdalena Mixhuaca, 17
de mayo de 1763, AHA.
28. Limón, Elena. La Clase Indígena Alto en Tizantla en el Siglo XVI, En Cuarto
Seminario Internacional sobre Investigación Histórica de Tlaxcala, 10 p., p.8.
752
Capitulo V
Estructura Política Mexica
753
Al localizar el tomo I con el águila y la serpiente, dijo Durán
que el sacerdote Cuauhtloquezqui los había citado a todos a una asamblea para
decirles que les había mandado un mensaje Huitzilopochtli, para indicarles que era
el sitio adecuado para su definitivo asentamiento. Durán afirmó que el sacerdote
dijo entre otros conceptos que: “aquí ha de ser ensalzado nuestro nombre y
engrandecida la nación mexicana, ha de ser conocida la fuerza de nuestro
valeroso corazón con que hemos de sujetar a todas las naciones, así cercanas,
como lejanas, sujetando de mar a mar todos los pueblos y ciudades haciéndonos
señores del oro y la plata, de joyas y piedras preciosas, plumas y divisas y
haciéndonos señores de ellos y de sus haciendas y de sus hijos y de sus hijas,
nos han de servir y ser sujetos y tributarios. Describió cómo después de edificar un
templo pequeño para su Dios, se dieron a la tarea de cazar y pescar con el objeto
de cambiar las aves y los pescados por “morrillos y tablas, leña, cal y piedra” y
hacer poco a poco los “palacios y el sitio de la ciudad , pero después hubo otra
revelación de su Dios quien les dijo: Di a la congregación mexicana que se dividan
los señores cada uno con sus parientes amigos y allegados a los cuatro barrios
principales, tomando en medio o la casa que para mi descanso habéis edificado y
que cada parcialidad edifique en su barrio a voluntad”.
1
La concepción ideológica prevaleciente en la sociedad
mexica, base y justificación de todas sus acciones y decisiones, consistía en
reafirmar que era un grupo humano que tenía un destino manifestó: ser el grupo
humano dominante en el Valle de México, el cual ejercería un control sobre el
resto de los grupos humanos y de las poblaciones, los avasallaría, los sometería a
754
su poderío y explotación y usufructuaría todas sus riquezas y posesiones. Era un
grupo humano, que tenía un propósito superior, ser el grupo mayor, más poderoso
desde el punto de vista militar y político, el que se encargaría de sojuzgar a los
pueblos del altiplano, exactamente como sucedió con el comportamiento de otros
pueblos del mundo antiguo que se consideraron así mismos como los
predestinados por un ser superior, un dios, para someter a los demás,
conquistarlos y civilizarlos. Estaba consciente del incipiente grado de desarrollo
material que aun tenían y por ello decidieron intercambiar bienes y productos de
consumo o naturales, como los alimentos por bienes de consumo duradero, como
las pierdas y las maderas, para dejar atrás el pasado tribal que los caracterizaba
hasta entonces.
755
En el Códice Ramírez afirmó que los mexicas “iban poblando
en todos los sitios por los que iban pasando” y en cuanto a la elección de
Huitzilihuitl fue “electo por todo que le conocía por haber industriosos y de
valerosos corazón y que le haría mucho caso por su defensa. Electo este por
capitán general y habiéndolo dado toda la obediencia y mandó fortalecer las
fronteras de aquel cerro y Chapultepec con unos terraplenes que acá llaman
albarradas”.2 Contó que los mexicas se encontraban amenazados y acosados por
todos lados y que había disensiones internas y que había muchas sabandijas y
víboras las cuales comieron y en su lugar construyeron casas y sementeras muy
bien labradas. Contó una revelación que les hizo el sacerdote al describir una
águila que posaba sobre un nopal, que en ese lugar se instalasen, que ahí
“encontraban bienaventuranzas, quietud y descanso, sujetados de mar a mar
todas las remotas provincias y ciudades, haciéndonos señores de oro y plata, de
las joyas y piedras preciosas, plumas y mantas ricas. Aquí hemos de ser señores
de todas estas gentes, de sus haciendas, hijos e hijas, aquí no hay de servicio y
tributo, en este lugar se ha de edificar la famosa ciudad que ha de ser reino y
señorío de todas las demás. Definió que pescaban un gran número de peces,
ánsares y gallaretas y que también eran cazadores y cambiaban todo ello por
morillos, tablitas, leña, cal y piedra “para construir primero una ermita, dedicada a
Huitzilopochtli. Este dijo que “di a la congregación mexicana que se dividan los
señores cada uno con sus parientes, amigos y allegados en cuatro barrios
principales teniendo en medio la casa que para mi descanso habéis edificado y
cada parcialidad edifique su barrio a su voluntad”.
Habían decidido constituir un asentamiento humano que
756
fuera perdurable, que “durara los siglos por los siglos”, es decir, que fuera
trascendente no solo para ellos mismos sino también para los miembros de otras
comunidades. Para ello tenían que edificar casas, edificios, instalaciones que
permanecieran en el tiempo histórico, un desarrollo estable de la comunidad por
medio de barios o calpullis y que permitiera un asentamiento definitivo que
encontrar a las condiciones materiales adecuadas para ello, en una zona con
grandes depósitos de agua, pero con pocos espacios de tierra firme.
757
El Códice Ramírez describió que el rey Azcapotzalco les
había duplicado el tributo, que consistía en la entrega de sabinos y sauces y que
los mexicas habían llevado “una sementera movediza como balsa encima del
agua, toda sembrada con mazorca de maíz, chile, tomates, bledos, calabaza con
muchas rosas ya crecidas “y no contento con esto el dignatario tecpaneca les pidió
un nuevo tributo: que en otra balsa le llevaran una garza y un pato echados sobre
sus huevos y vengan justo los días en que llegando acá saquen sus hijuelos”. Por
“arte de encantamiento” el pato y la garza empollaron y los hijuelos llegaron
caminando a Azcapotzalco, concluyó diciendo que habían tributado por espacio de
50 años. Es muy importante señalar que Acamapichtli, llamó a los grandes y les
hizo una larga plática, “recordándoles las cosas de la república y a sus mujeres e
hijos, no señalándose ninguno de ellos para herederos del reino sino que la
república eligiese de ellos a quien le pareciese para que les gobernase, que en
estos los quería dejar en toda libertad, lo cual se guardó siempre entre estas
gentes porque no reinaban los hijos de los reyes por herencia sino por elección”.
Que después de la muerte de Acamapichtli, se había efectuado un “cabildo y junta
de señores y de mucha gente común, en donde se propuso al más anciano y
honrado del caso y así fue elegido por un hijo de Acamapichtli, Huitzilihuitl,
“elegido por su rey con mucho contento de todo el pueblo”. 3
Hasta ese momento el jefe supremo del grupo humano era
Tenoch, un dirigente que había acumulado un gran poder religioso y un gran poder
militar, quien prevaleció en una etapa en que había una intensa movilidad
territorial. Una vez que consideraron que habían encontrado el lugar idóneo, el
más favorable que tenía como principal característica una gran cantidad de agua y
758
de animales acuáticos y empezaron a resolver el problema del cultivo de
gramíneas por medio de una milpa movediza, se generaron condiciones propicias
para edificar instalaciones humanas más sólidas y por lo tanto, más estables, que
permitieran el desarrollo de los clanes familiares, el afianzamiento de los lazos de
pertenencia. La designación del jefe supremo fue ahora más sencilla, pues se
diferenciaron los aspectos religiosos de los políticos y se convocó a una asamblea
en la que participaron no solo los jefes de los clanes sino también “gente común
del pueblo”, iniciándose un procedimiento político amplio y flexible más novedoso
que el registrado en otros pueblos del mundo.
759
El hecho de que hija del rey de Azcapotzalco se hubiese
casado con el rey Huitzilihuitl permitió a los mexicas negociar con los tecpanecas
los tributos y la servidumbre que sufría “acordándose que solo pagarían cada año
dos partes y algunos peces y ranas y otras cosillas que muy fácilmente hallaban
en su laguna y quedaron todos los mexicanos muy aliviados y contentos. Que
realmente los mexicanos estaban en un sitio de la laguna en la cual no podían
hacer una sola sementera...4
El hecho de que la zona que habían seleccionado para
establecer un hogar permanente estuviera todo lleno de agua con muy escasas
franjas de tierra firme, planteó a los mexicano un problema central: la necesidad
de contar con superficies de tierra que permitiera sembrar en ella granos
alimenticios, como maíz y por ello constituyeron milpas que podían cambiarse de
un lugar a otro de las lagunas, pero estas porciones de tierra no eran desde luego
suficientes. Estaban presionados por el vasallaje de los Tecpanecas, que les
imponían un tributo y por la carencia de tierras firmes para propiciar la
subsistencia de un gran número de familias y de clanes. Esta deliberada presión
impulsó en ellos la necesidad de utilizar en forma permanente en sus relaciones
con los demás pueblos, métodos de carácter militar, bajo la educación ideológica
de Huitzilopochtli a efecto de sacudirse la tutela que imponía el sistema tributario
que sufría y la necesidad de contar con tierras que permitieran la edificación de
casas, palacios, monumentos. La política oficial mexica fue expansiva desde su
llegada al Valle de México no tanto por cuestiones ideológicas o religiosas sino pro
necesidades de carácter práctico que por los “cuatro puntos cardinales” estaban
rodeados por agua.
760
761
Sobre la forma de gobierno que tuvieron los mexicas a partir
de su permanencia en Tizapan hasta el momento de la fundación, sabemos que
existió un jefe militar, Ténoch. Aunque parece ser que hubo una cierta regresión,
de alguna manera volvió por sus fueros el grupo sacerdotal. Huitzilopochtli será el
que, por boca de sus teomamaque aconsejará pedir ayuda al tlatoani de
Colhuacan, él, después de la guerra contra Xochimilco, hará posible la
“legalización” de la mezcla entre mexicas y colhuacanos. Asimismo será
Huitzilopochtli el que ordenará el desollamiento de “Toci”. Aunque también es
posible pensar que, los mexicas en Tizapan estuvieron sujetos a una forma de
gobierno más directamente dependiente de los colhuacanos, más o menos
semejante a la relación de subordinación que más tarde tendrán en relación a
Azcapotzalco. Volviendo a Ténoch, no será sino hasta la fundación cuando vuelva
a cobrar cierta importancia como caudillo.5
En la medida en que se produjo la consolidación del grupo
indígena, se avanzó en la secularización de la política pues Ténoch abordó su
funciones dirigentes para compartirlas con otros líderes militares y políticos,
entablando un apolítica de alianzas con los jefes de otros grupos como los
culhuacanos a efecto de consolidarse en el Valle de México y no seguir
dependiendo del señor de Azcapotzalco que los tenía sometidos al pago de
fuertes tributos. La tendencia consistía en dejar de ser tributarios para imponer
tributos a otros pueblos; es decir, dejar de ser sometidos y explotados para
convertirse en explotadores. La única forma de lograr estos objetivos era hacer la
guerra a otros grupos humanos, hacer política mediante una serie de
combinaciones dinásticas que permitiera una fuerza propia, pero desde un
762
principio aplicaron una política muy flexible pues estaban conscientes de que
siendo esta región abundante en recursos naturales era necesario coexistir con
otros grupos que habitaban en la comarca y que tenían un grao de desarrollo
material y social similar.
Consideró Chavero que siendo el pueblo tenochca un pueblo fanático, aparecieron
Huitzilopochtli de una manera constante en la crónica de la fundación de México-
Tenochtitlán y por lo tanto “el primer gobierno fuera una teocracia” al aparecer
Tenoch sentado en una estera y en un lugar preeminente, otra del estaba Mexitzin
como jefe militar importante y compañero en el gobierno. Fue en este momento en
que se produjo una separación de uno de los grupos y fundaron Tlatelolco porque
al parecer no estaban de acuerdo con la divino de la isleta. Fue también cuando
Dios ordenó a los mexicas que fundaron 4 barrios y desde un principio sin duda
alguna, “se reconocieron como tributarios del señor tecpaneca y poco a poco se
fueron constituyendo nuevas habitaciones, pero hubo otra escisión, la de los
calhuas que poblaran Cuautitlán y Texcoco y “fijose entonces la propiedad de la
tierra, se comenzó a sembrar maíz, chile, fríjoles, se construyeron casas de piedra
y murallas para la ciudad” y al establecer modificar la forma de forma de gobierno
que era de monarquía hereditaria dejando atrás la teocracia “pero como no tenía
familia real que la hiciese hereditaria a semejanza de los de los pueblos
763
circunvecinos, establecieron la efectiva pero esta elección, la de Acamapichtli, que
“enteramente popular” pues todavía no podía hablarse de Cihuacoatl. 6
El cuadro que pintó Chavero con Tenoch como feje religioso
supremo y Mexitzin como jefe militar ilustró “a la perfección de la idea de que se
trataba de un régimen teocrático, por una permanente alusión a la religión y a la
divinidad y militar, a la vez que en estas condiciones era indispensable ante la
gran cantidad de grupos humanos que les eran hostiles y también la conveniencia
estratégica de carácter como una cosmovisión que justificara sus acciones de
resistencia y de dominación a la vez. Los mexicas crecieron desde el punto de
vista cuantitativo y por ello ejercieron una estructura más amplia y consolidada,
integrada por cuatro barios o clanes en donde el rasgo fundamental era la
pertenencia de sus miembros a un mismo clan, lo que facilitaba con
fortalecimiento frente a grupos que de acuerdo con las tradiciones procedían del
mismo tronco común y por lo tanto corrían el riesgo de diluirse entre ellos por sus
afinidades ancestrales.
764
Sin duda, Chavero explicó los detalles de las alianzas,
fusiones, encuentros y combinaciones que hubo entre los pobladores del Valle de
México destacándose los chichimecas; estaban los chalcas, los xochimilcas “que
fueron los primeros en llegar a la zona” y al referirse este fenómeno concluyó que
“en los últimos tiempos empezaron a desarrollarse la alfarería, la agricultura y
comenzó a sembrarse el algodón, pero esas tribus bárbaras traían, sin embargo,
ideas sanas, como la monogamia y un culto sin sangre” y un pequeño territorio
divido en múltiples señoríos y desde luego no existía el sentido de nacionalidad
sino de localidad. 7
De acuerdo con las tradiciones orales los pueblos que se
encontraban en el Valle a la llegada de los mexicas procedían de la misma región
mítica, Aztlán y por lo tanto tenían el mismo tronco común, adoraban al mismo
Dios, tenían una serie de costumbres y de prácticas sociales que le eran común y
por lo tanto tenían una serie de afinidades sobre el presente y el futuro. Pero el
hecho de que hubiesen pasado muchos años y varias generaciones entre aquellos
pueblos y el mexica, hicieron que muchos de esos lazos, se debilitaran y
probablemente desaparecieran, de ahí la animadversión y la hostilidad con que
fueron recibidos. El grupo mexica se encontró con un clima también de
aprendizaje, de enriquecimiento de sus conciencias, de sus valores, de los
métodos empelados para la agricultura, al comercio y para hacer la guerra, en
síntesis, en un proceso de asimilación social y política, enriquecido con dos
enormes aportaciones, la tolteca, relativa a la cultura y la chichimeca, relativa a las
artes guerreras. Por ello en un plazo relativamente corto, unos 60 años, en virtud
de haber resuelto el agudo problema de la alimentación, se perfeccionaron sus
765
formas productivas en la agricultura y la pesca y por ende, también en la guerra,
hasta avanzar en un proceso de supremacía social y política.
El cacique “padre” de Cempoala se quejó ante los españoles diciendo, según la
versión de Díaz del Castillo “que de pocos tiempo acá le habían sojuzgado y que
le ha llevado todas sus joyas de oro y les tiene tan apremiados que no osan hacer
lo que les manda porque es señor de grandes ciudades y tierras y vasallos y
ejércitos de guerra”.8 Al salir de ese pueblo iban los españoles acompañados de
“unos 400 indios de carga llamados tatemes que llevaban dos arrobas de peso a
cuesta y caminan con ellas cinco leguas” lo cual ayuda mucho a los soldados,
afirmando que Cortés había permanecido varios días en Cempoala “concretando
la rebelión y lija contra Moctezuma”. Hubo diferentes regiones de “indios
principales” con Cortés entre quienes se quejaron del trato recibido por
Moctezuma: que les demandaba muchos hijos e hijas para sacrificarlos, para
servir en sus casas y sementeras, que los recaudadores les tomaban sus hijos y
mujeres si eran hermosas para Moctezuma y entonces Cortés lo consolaba y les
decía que el quitaría “aquellos robos y agravios”. Fue en este lugar en donde
Cortés precisamente detuvo y mató a 4 recaudadores de impuestos que eran de
Moctezuma diciendo a los indos “que ya no dieran tributo ni obediencia”.
Primero aplicaron una política de resistencia frente a los
tecpanecas, después de franca oposición y guerra contra otros pueblos
766
comarcanos y más tarde de abierta imposición, hasta establecer una plena
dominación ideológica, política y social en la región. Fue una combinación de
alianzas tácticas y abiertas, con un alto grado de hegemonía política y militar,
hasta constituir una sólida unidad política y económica, un gran mercado para el
intercambio comercial, que traspasara las fronteras de la región del Anáhuac.
Cortés se dio cuenta que no estaba ante un grupo humano pequeño como los que
habían conocido en los países del Caribe o en la costa de Veracruz, sino ante una
que no solo era muy numerosa y poblada, sino que, tenía un elevado grado de
desarrollo material, político social y cultura, es decir, ante un grupo humano que se
encontraba en plena expansión comercial y militar, pues que a la vez sufría una
serie de desajustes y de contradicciones internas.
767
Sin duda, que la derrota de los tecpanecas de Azcapotzalco
y el establecimiento de una alianza política militar entre México, Texcoco y
Tlacopa, permitía conformar un nuevo equilibrio de poder en el Anáhuac y
modificó las reglas del grupo sucesorio en México, según observó Chavero. Los
cambios que él advirtió son los siguientes: primero fue un gobierno teocrático en el
cual le dieron obediencia a un sacerdote, después, con la elección de
Acamapichtli, hubo la prevalencia del partido guerrero, hubo una cierta
participación del pueblo en dicha elección y más tarde ya con Itzcoatl se establece
el vasallaje completo y se dejó esta decisión a un grupo de cuatro y en una
asamblea se reunía toda la nobleza, siguiendo aquí a Torquemada y Durán. Se
extendió el “imperio” pues se hicieron pueblos tributarios los de Huitzilopa,
Cuauhnahuanc, Quetzala, Tzacualpan, Xioepec, Yohualla, Tepecuacuilo y
aumentó la superficie de la capital azteca con la incorporación de Azcapotzalco,
Mixcoac, Coyuahacán y Cuautilla. En este contexto sometió el reino de Tlatelolco,
cuyo jefe Cuaauhtlatoa, se había levantado en contra de los mexicas. 9
La descripción que formuló Chavero, permitió avanzar en
cuanto al régimen político se refiere de un gobierno fundamentalmente
unipersonal, depositado en manos de un jefe religioso, a un estadio en el que
compartía el poder con un jefe militar, después a una cierta participación del
pueblo en los asuntos públicos pues se celebró una asamblea para elegir a
Acamapichtli. Probablemente esta decisión se tomó en virtud de que el grupo era
relativamente pequeño y se encontraba en una etapa de resistencia en la cual era
necesario un alto grado de cohesión de dicho pueblo para exponerse
victoriosamente a los tecpanecas y más tarde cuando el poder tenía un cierto
768
grado de consolidación ya intervienen 4 grandes jefes, probablemente los jefes de
clanes y por lo tanto la celebración de una asamblea más reducida hasta
progresar a una mayor centralización en la época de Moctezuma cuando ya había
un grado de desarrollo más acelerado y un mayor fortalecimiento y surgimiento de
instituciones, que es el momento histórico en que se acerca a la formación de un
estado.
“Así se ponían al frente de su cargo el Tlatoani, Así lo escogían. Se congregaban,
se concentraban los jueces, para poner en su oficio para elegir a quienes serian
tlatoani. Se congregaban también los achcacauhtiz y los tequihuaque, los
tiacuhaca, los aquichtin, los jueces principales, los guardianes de Dios, los
ofrendadores del fuego, los guedejados; todos se concentraban en el gran palacio,
en la corte; se congregaban para elegir al que los gobernaría. Daban su voto de
elección a los pipiltin o nobles respetados, a los hijos de los Tlaloque o señores, a
los maduros, que no amaban en exceso sus cabezas, sus pechos, que no
conocieran el pulque, que no fueran borrachos, que no fueran aceptadores de
personas venales, que fueran restauradores, cuerdos, bien entendidos, sabios, de
buena y recta educación y formación, de buen habla, de buen oír, que estimaran
elegantes, que poseyeran rostro y corazón. Una vez recogido aquel que iba a ser
el tlatoani, se hacía también la elección de cuatro grandes dignatarios que debían
de desempeñar funciones muy importantes. Uno de estos era el tlacochtecall, o
señor de la casa de los dardos que junto con el Tlacateccatl tenía la suprema
jerarquía militar. Otro era el Huitzzuahuatlahicole que junto con el Ticoccahuacatl,
habría de desempeñar cargos propios de jueces principales. Finalmente se elegía
769
también el Pochlecatlallailitlac que era uno de los que presidían la organización de
mercaderes. Y cuando todos aparejaban el acuerdo, la elección, cuando todo
estaba unánime, cuando habían tomado el respetable pilli, cuando había elegido al
que sería Tlatoani, entonces era cuando también elegían, escogían a los que le
ayudarían, a los respetados pipiltzin que junto a él estarían, que serían sus
jueces”.10
En el momento en que se celebró una asamblea en el que
interviene un breve grupo de personalidades distintas por sus méritos, por las
funciones que desempeñaban en la sociedad, ya existía una clara diferenciación
de clases entre los pipiltin o “nobles” para emplear las tecnologías occidentales
que solo se debían utilizar para funciones ilustrativas a los macehuales, o
“pobres”, situación clasista que se agudizó durante el periodo de Moctezuma, pues
este reconcentró el poder ente los representantes de la minoría y acabó con la
participación, si bien muy limitada, del pueblo llano en la elección del tlatoani.
770
Morgan distinguió dos planes de gobierno: la primera y la
más antigua asentada sobre las gens, fratrías y tribus, y la segunda, posterior en
el tiempo, fue una organización política afirmada sobre territorio y propiedad. “Bajo
la primera se creaba una sociedad gentilicia en la que el gobierno actuaba sobre
las personas por medio de relaciones de gens o tribu. Estas relaciones eran
puramente personales. Bajo la segunda, se instituía una sociedad política en la
que el gobierno actuaba sobre las personas a través de relaciones territoriales, por
ejemplo, el pueblo, el distrito y el estado. La gens, fratría y tribu de los griegos y la
gens, curia y tribu de los normanos hallan su símil en la gens, fratría y tribu de los
aborígenes americanos”. Observó que gens, genos y ganos en latín, griego o
sánscrito tenían el significado primario de parentesco y por ello la “gens es un
cuerpo de consanguíneos que descienden de un antepasado común, distinguido
por un nombre gentilicio y ligados por afinidades de Sangre”.11 Estaba consciente
de que esta descendencia había sido modificada sacándola de la línea femenina y
modificando la línea de herencia a favor de pariente muy lejanos.
Esta explicación ayuda mucho a desentrañar la evolución del
poder político de los mexicas, pues en una etapa inicial predominaban las
relaciones gentilicias, es decir, en donde los lazos de pertenencia y de afinidad
consanguínea y social eran muy fuertes y determinantes, los cuales se manifiestan
en el poder que se concentró en el jefe religioso. Pero en la medida en que ese
grupo humano se va incrementando desde el punto de vista cuantitativo y
diversificado en sus funciones económicas y sociales, ese tipo de vínculos se va
debilitando, pero no desaparece del todo pues incluso en estudios más
avanzados subsisten algunos de sus rasgos básicos. En el grado en que aumentó
771
la población y por ende también el territorio, se establecieron nuevas instituciones
públicas, se tomaron en cuenta el factor de la propiedad de los instrumentos de la
producción o del grado de riqueza alcanzado, como fue el caso de los pochtecas o
comerciantes y de los artesanos altamente especializados cuya participación en
la elección del tlatoani y de la conducción del gobierno fueron mayores. El grado
de maduración consistía en que se avanzó hacia una sociedad política, es decir,
hacia el establecimiento de relaciones de poder tomando en cuenta no ya las
relaciones familiares, sino la pertenencia a una clase o grupo social.
772
Otra de las características centrales de las tribus, es la
composición de sus Consejo o Gobierno Supremo “que respondía a una
necesidad real y debía perdurar mientras durase la sociedad gentilicia. Así como
los gens estaban representadas por los jefes, del mismo modo las tribus estaban
representadas por un consejo compuesto por los jefes de las gens. Era uno de los
factores permanentes del régimen social y asiento ulterior de autoridad de las
tribus. Reunidas bajo circunstancias conocidas de todos, celebrada en medio del
pueblo y franco a sus oradores, era seguro oligárquica en forma, el gobierno era
una democracia representativa, siendo sus representantes de carácter vitalicio
pero sujetos a disposición. La confraternidad de los miembros de cada gens y el
principio electivo respecto de los cargos, era el germen y piedra fundamental del
principio democrático, en cambio, el Consejo salvaguardaba y protegía los
intereses comunes de la tribu. La existencia y prosperidad de ésta, descansaba en
la inteligencia y valor del pueblo y en la sabiduría y previsión del consejo”. 12
Tanto la formación de los cuatro barrios como la asistencia a
las elecciones del Tlatoani de sus respectivos jefes, en los casos de la elección de
Acamapichtli o de Itzcoatl, confirman la existencia de gens o fratrías y con ello la
existencia de una serie de rasgos culturales y sociales que les eran comunes,
entre ellas, la adoración a una deidad común en cada barrio, los lazos de amistad,
cooperación y fraternidad que les eran comunes, siendo elegidos sus
representantes políticos en una serie de asambleas, integradas para este efecto.
Pero como dijo Morgan, el principio electivo como una medida de acceder a la
representación política que se fue debilitando en la media en que surgieron y se
extendieron los poderes oligárquicos de la posesión de riqueza y del usufructo de
773
la propiedad y por ende se vigorizaron los factores corporativos y oligárquicos. Ello
sucedió de una manera clara en la etapa de Moctezuma, en donde la pertenencia
a un grupo social determinado condicionaba su grado de participación en la
elección no solo del tlatoani, sino también del llamado Consejo, en la elección del
cihuacoatl y de los demás funcionarios
774
Morgan vislumbra la existencia de una “segunda etapa” en la
cual había un gobierno coordinado entre un consejo de jefes y un comandante
militar general, un comandante militar principal que era el primero de un
magistrado ejecutivo principal o rey. Pero a pesar de todo, se seguían sometiendo
las decisiones más importantes a una asamblea popular. 13
Al momento histórico de la llegada de los españoles, el poder
político estaba experimentado un agudo proceso de oligarquización, es decir, solo
accedían a los puestos del poder político superior, representantes de los gremios y
de los sectores, como los militares, los artesanos, los comerciantes, los jefes de
las instituciones educativas, los que habían acumulado tierras en las guerras de
conquistas, los soldados más valientes y vigorosos que habían hecho un mayor
número de prisioneros. Por un lado, estaba el llamado Consejo que se componía
de una serie de funcionarios que tenían funciones cada vez más especializadas,
en el cual, confluían los pochtecas o comerciantes y los militares encumbrados,
los cuales ya eran propietarios de grandes extensiones de tierras y de cuantiosas
fortunas por sus méritos en las guerras de conquista. Las decisiones políticas más
importantes, como la construcción de un gran dique que protegiera a la ciudad de
México de inundaciones y del desbordamiento de la laguna de Texcoco, no se
tomó en una asamblea popular, sino en una reunión de los jefes de los pueblos
que les eran aliados o sometidos de los mexicas y de los dirigentes de este último
grupo que con el apoyo de Netzahualcóyotl llevan la “voz cantante” y se
comprometieron “todos” a realizar esta obra colectiva pues afectaba a todo el
Valle. La participación de las masas se había diluido ante un estado político más
complicado y pesado.
775
Correspondía al Tlatoani, actuar como ordenador en todos
los campos. Como representante de la divinidad, era el máximo juez e igualmente,
sobre él recaía la suprema responsabilidad de las cosas divinas y humanas. De él
dependía la iniciación de una guerra, la promulgación de las leyes y el comienzo
de cualquier clase de empresas. Asistido por el gran consejero o Chihuncoatl
también prestaba oídos, cuando era necesario, a otros dignatarios que tenían a su
cargo diversos aspectos de la administración”.14
Aunque las funciones religiosa del tlatoani siguieron
existiendo, pues “decía la última palabra”, en esta materia ya no fueron tan
determinantes como en el pasado pues ahora, ese máximo representante del
poder, tenía una mayor injerencia en la participación de asuntos políticos, civiles,
económicos y militares. En suma, concentraba la mayor parte de sus facultades en
una serie de decisiones “terrenales” y “mundanas” de las cuales dependía el
presente y el futuro de estos grupos humanos que ahora tenían una organización
política más diversificada y complicada. Por ejemplo, declaraban la guerra a un
grupo que se mostrara en rebeldía y si era una campaña importante consultaban
antes con sus aliados y formaban un “ejército” conjunto. Lo mismo sucedía si
establecían una alianza política con otros grupos, pero simplemente se
anunciaban las acciones militares, comerciales, y las masas se movilizaban en la
dirección requerida. Ello no significó que el Tlatoani decidiera en forma autocrática
y solitaria, estas decisiones y otras de igual y similar importancia sino que
escuchaba las opiniones de los miembros del Consejo y del cihuacoatl, sobre
todo, en materia relativa a los asuntos comerciales y al cobro de tributos.
776
Concluyó Garaty que: “el imperio empleó una serie de
estrategias económicas de consolidación del poder en el Valle. La estrategia más
directa incluía el desarrollo de una extensa burocracia tributaria (el pixqui)
separados de los centros políticos locales. La provincia tributaria generalmente se
superponía a las fronteras políticas tradicionales, separadas así la infraestructura
del tributo del ámbito de los líderes locales. El imperio también compuso un
sistema de trabajo obligatorio en las comunidades de la región central. La mayoría
de estos trabajadores tenían que dar servicio en los palacios de Texcoco y
Tenochtitlán, por ejemplo, construyendo caminos, puertos, diques y otras obras”.15
Hizo alusión a la existencia de por lo menos 50 mercados los cuales se
celebraban 2 veces por semana, así como la imposición de un 20% a todas las
tasaciones del mercado de Tlatelolco. Para confirmar su acierto dio a conocer una
muestra de cerámica utilitaria que incluyó, entre otros artefactos, cuencas, jarros y
cómales en las distintas regiones del Valle, que se intercambiaron entre ellos.
La expansión política mexica tenía una importante base
material sin la cual no hubiera sido posible su sostenimiento: el sojuzgamiento de
los pueblos comarcanos que permitía que pagaran tributos a los señores de
México-Tenochtitlán y la obligación de prestar servicios personales a los miembros
de los grupos sometidos. De esta manera, los dignatarios disponían de un
importante excedente económico y material para sostener a sus funcionarios y
sacerdotes, que cada vez era en mayor número, hasta llegar a la colonización
burocrática con Moctezuma en que se antoja hablar ya de un estado pero todavía
no existían elementos suficientes para hacerlo, para equipar y sostener a los
cuerpos militares, a los ministros del culto religioso y a los encargados de
777
recolectar los tributos, así como a los artistas y otros técnicos especializados. Este
proceso de expansión, de consolidación, desde luego, tardó más de 60 años y
empezó a desarrollarse sobre la base de aspectos muy singulares, propios de
todos los pueblos antiguos, otros más sofisticados y complejos que solo
alcanzaron algunas partes civilizadas
778
Por su parte, Brayan Davies consideró que la política de los
aztecas hacía los tlaxcaltecas fue la de conquistar todos los pueblos que
estuvieran cerca de sus señoríos tratando de aislarlos, hasta que se produjeran
varios enfrentamientos armados, a los cuales vencieron aquellos. Eran los tiempos
de Moctezuma Segundo quien había expresado la necesidad de destruirlos,
contando para ello con la ayuda de los huejotzincos. Entre las conclusiones a que
llegó este autor se destaca la de que los aztecas en realidad no pudieran
conquistar a los tlaxcaltecas, que se debe hablar por separado de Tlaxcala,
Huexotzingo y Cholollán, que Tlaxcala gozaba de una amistad tradicional con
Texcoco y de una “enemistad tradicional” con Tenochtitlán, la expansión de los
aztecas hacia la costa del Golfo, sobre todo con propósitos comerciales, pero
también Tlaxcala dependía de muchos productos de esa zona, pero a raíz de esta
ofensiva les faltaba algodón y sal. “Para los tlaxcaltecas había el peligro de perder
por completo su libertad, para los aztecas existe la perspectiva de largas y
costosas campañas contra un enemigo muy resuelto, pero sin esperanza de
ganancia correspondiente en vista de la poca que tenían los tlaxcaltecas,
económicamente hablando”.16
La dirección política del grupo mexica sin duda, actuó con
talento en la conducción de los asuntos públicos, lo que demuestra un alto grado
de maduración de su conciencia de clase o de grupo, pero sobre todo, de impulsar
el crecimiento de los límites de su poderío. En el caso del reino de Tlaxcala, este
grupo resultó vencido en varios enfrentamientos armados y además tenía un lugar
estratégico en su cercanía geográfica con el Golfo de México que se consideraba
fundamental para tener fronteras seguras. En estas condiciones prefirieron tener
779
con ellos una “enemistad controlada” que consistía en combinar el uso de la
violencia, cuando esta era necesaria, con una actitud amistosa y pacifista, aunque
con ello, siempre estuviera prendido un foco de peligro de inestabilidad en sus
relaciones con el exterior. Las difíciles aleaciones políticas con Tlaxcaltecas, a
través del tiempo, permitieron que se incubara un gran descontento social y
político el cual fue hábilmente utilizado por los españoles ya que los hicieron sus
aliados en la conquista de México.
780
Por su parte, Santamarina destacó que la cultura azteca tuvo
su máximo desarrollo durante el posclásico tardío, aproximadamente entre 1370 y
1520. Este periodo “es un proceso gradual de centralización política, desde la
atomización reinante al principio, hasta el imperio mexica que conocieron los
españoles. Si la fase A –la de hegemonía tecpaneca- conlleva el logro de la
unificación del área central sobre la base de una reutilizada alta cultura
mesoamericana, la fase B, la de la hegemonía mexica tenochca significaría una
expansión y poderío no igualada anteriormente en Mesoamérica. Entre ambos
periodos, las llamadas guerras tecpanecas desatadas en 1428 bien puede ser
visto como una crisis de crecimiento tras la cual y con el correspondiente
reacomodo del poder que significa la fundación de la Triple Alianza, las estructuras
políticas de dominación serán más estables y efectivos y estarán prestas para la
expansión.17
La mayoría de los grupos humanos que en la historia
llegaron a formar y consolidar un importante grado de poder político, lo hizo sobre
la base de la centralización y de la concentración del poder en manos de un
gobernante o de una institución y los mexicas no fueron una excepción a esta
regla. De la liberación de los tecpanecas a la entronización de Moctezuma en la
cúspide de la escala del poder se avanzó de una manera sostenible en el
desarrollo de la agricultura, en el incremento de los volúmenes de alimentos, en el
desarrollo de la orfebreria, la cerámica, la agricultura, la pintura, pero también en
la preparación de los cuadros militares, dándoles toda clase de privilegios a los
capitanes más distinguidos y creando escuelas especializadas en las artes
guerreras. Esto último no hubiera sido posible lograrlo si no hubiera habido una
781
gran masa de tributos y un incremento sostenido de la productividad, pues muchos
jefes guerreros acapararon grandes concentraciones de tierras incluso en lugares
lejanos a la ciudad de México. La derrota de los tecpanecas permitió un
crecimiento de la capacidad productiva, por un lado, pero también de la capacidad
política del grupo dirigente, que así, con una gran riqueza material acumulada y
una gran experiencia, emprendió acciones políticas de gran envergadura regional,
hasta constituir una alianza política permanente con los grupos humanos amigos.
782
También Bohem hizo referencia a la existencia de una etapa
intermedia de comunidades agrarias no estratificada antes de la evolución urbana
y la transición al estado, “entendiendo este como el instrumento político del cual se
sirve una clase social minoritaria para apropiarse el trabajo excedente de la
mayoría”. Concluyó que en las sociedades prehispánicas ya existía un estado y
coincidió con Wolf en el sentido de que un excedente alimenticio sustancial a
través de sistemas agrícolas intensivos fue el principal factor causal para el
surgimiento de los centros teocráticos, pero hubo también otros factores como la
acumulación de conocimiento sobre el control hidráulico, la adopción de
variedades de maíz de ciclo corto. “La búsqueda de la propiedad privada o
individual entre los aztecas no tuvo resultados positivos contundente y obligó a los
sustentadores de la evolución unilineal hegeliana a proponer soluciones
intermedias de transición hacia la división clasista, cuyos gérmenes estaban entre
los pochtecas como clase propietaria y los mayeques como desposeídos..18 Hubo
una cierta división social del trabajo que incluyó, por un lado, a los macehuales,
mayeques, terrazgueros, esclavos y tamemes, que constituían el “sector
productivo” y por el otro los dirigentes económicos, religiosos que usufructuaban el
trabajo social.
Una de las características del grupo mexica fue la expansión
de la población desde el punto de vista cuantitativo y la aparición de “grandes
ciudades”, lo que significa que se había agudizado el proceso de urbanización
para emplear un término moderno, es decir, sus habitantes tendían a ubicarse en
lugares ya poblados, en gran medida, los cuales sometían como tributario a los
demás pueblos y se beneficiaban de las ventajas de vivir en estas “ciudades”,
783
también para utilizar un concepto de nuestros días en donde era relativamente
más fácil implantar y ejercer las relaciones de dominación, los mexicas ya no
vivían en forma aislada y separada, muy alejados unos de otros, sino se
concentraban en poblaciones más grandes lo cual, además, permitía un uso más
óptimo de los recursos naturales de la zona lacustre. Pero la llamada urbanización
trajo consigo el germen de futuro y graves contradicciones al surgir la
estatificación clasista, en forma cada vez más acentuada.
784
La existencia de una sociedad estratificada, plenamente
política y en la cual existieron las clases sociales en el sentido marxista del
término (es decir de grupos de individuos que por diferente posición dentro de los
procesos económicos de la propiedad, la producción, la distribución y el cambio y
en el proceso político del gobierno, llegan tarde o temprano a tener entre sí
contradicciones tan profundas que llevan a la transformación de la base de la
sociedad y más tarde de su superestructura), puede percibirse en el caso de los
aztecas, debido por una parte a las diferencias tan marcadas, que existían entre la
situación material de gobernantes y gobernados (todos los funcionarios del
gobierno empezando por los macuitel pampixque o recaudadores de impuestos
gozaban de condiciones de vida muy superiores a las del común del pueblo o
macehuales) y por otra, por la correlación inversa que se aprecia entre la
remuneración de los que participan directamente en las actividades productivas (la
guerra y la agricultura) y los que no lo hacían, que sostenidos en lo material por
aquellos, organizaban y dirigían el resto del pueblo. Explicaremos ahora esto en el
caso de la agricultura. 19
Todas las sociedades humanas que progresan desde el
punto de vista material y que tienen como base la propiedad privada ha
evolucionado hacia una división social cada vez más diferenciada, al profundizar
las relaciones injustas de la apropiación de los productos derivados del trabajo
humano. La sociedad mexica también experimentó este fenómeno pues de una
manera clara, una minoría detentaba no solo las fuentes principales de la riqueza,
sino también influían en forma determinante en la distribución de los frutos,
utilizando no solo las armas políticas muy conocidas por la clase dominante sino
785
unas más sofisticadas como la religión o la ideología que le daba a los primeros
una mayor eficacia y contundencia. Al principio, en la era tecpaneca la diferencia
no era tan marcada pues “todo el pueblo” participaba en los asuntos públicos,
aunque en realidad, era una minoría pues lo hacían en forma determinante, pero
ya en el periodo de Moctezuma, no fue posible soslayar este engaño y esta
simulación, al establecerse como requisito esencial para formar parte de la
estructura de dominio, pertenecer a una de las clases selectas.
786
Escribió González Hermosillo que:
“… la personificación del poder en las sociedades
prehispánicas se sustentaba en una descendencia directa del o los caudillos de
las migraciones, los cuales, al trabar una relación directa con los dioses, se
habrían procurado la guía mística para la conducción política y la defensa militar.
En las formaciones estatales, esta ascendencia confería, además, legitimidad y la
acumulación de la fuerza militar requerida para la subyugación del pueblo y la
ocupación de territorios. En todos los casos, la responsabilidad de que este aliento
divino no se extinguiera recaía en los linajes nobles, cuyo señorío era transmitido
por el cauce de la sangre. Los principales centros urbanos de cultura como la
tolteca, la maya yucateca, la mixteca, la purépecha, la náhuatl, constituyeron
sedes donde ungidas dinastías se alternaban el relevo del mandato supremo
sobre jurisdicciones territoriales históricamente determinadas”.20 Para este autor
todos los reinos del Valle de México estaban conducidos por una sola “cabeza
dinástica” en donde el mandato lo compartían 4 tlatoques o reyes los cuales
dictaban sus decisiones en sus respectivas jurisdicciones o atlepetl, con sede en
sus tecpan o palacios en donde administraban sus riquezas y la justicia.
Algunas crónicas afirman que “todo el pueblo” participaba en
la elección del primer Tlatoani, pero en realidad esto es un espejismo ya que para
ocupar este cargo se necesitaba el complemento de una serie de requisitos, entre
ellos, el de ser miembro de una familia que estaba vinculada a los servicios
religiosos y que se había distinguido por sus hazañas militares Siguiendo a
Morgan diremos que pesaban los elementos básicos de pertenecer a un clan, a un
linaje y que aunque se hablaba de una “elección abierta”, en realidad, no lo era
787
tanto, pues estaba sujeta a múltiples limitaciones. En esta “asamblea” estaban los
macehuales y los mayeques, que posiblemente era una mayoría en la reunión,
pero para elegir al Tlatoani, tenían que tomar en cuenta una serie de parámetros,
lo cual se confirma al conocer los antecedentes, las descendencia de los altos
jefes, que pertenecía a una minoría.
788
El panorama político general que se ofreció a los mexicas en
el momento de su asentamiento en México-Tenochtitlán-Tlatelolco nos lo
presentan algunas fuentes como si hubieran existido varios “grandes señoríos”
con una fuerte cohesión interna. Así tendríamos a los poderes tepaneca, colhua y
acolhua, con cierto predominio del primero en el panorama global. Por nuestra
parte pensamos que la situación era diferente y que, si bien existía una “capital”
digamos tepaneca o chalca, la estructura interna de cada tlatocayotl era más o
menos complicada, ya que cada una, por pequeña que fuera, tenía cierto grado de
autonomía; a lo que hay que agregar los problemas que supone su composición
en parcialidades de diferente origen étnico. Aunque más adelante veremos
algunos ejemplos concretos deseamos anticipar que es en las alianzas militares
donde podemos ver el grado de independencia de las “ciudades-estados” e
incluso el verdadero poder de los “señores”. Así, los tecpanecas serán no sólo los
de Azcapotzalco, sino también los de Coyoacán y Tlacopan como se mostrará en
el momento oportuno.21
No se puede hablar en estricto sentido de ciudades y estado
como los existentes en Europa en donde el grado de desarrollo evolutivo era
mayor y las tesis de Morgan, Marx y Engels, alcanza una mayor aplicabilidad,
sino de grupos humanos que tenían un alto grado de consolidación, teniendo el
lugar más destacado por el grado de evolución alcanzado, el de los mexicas de la
ciudad de México y después en una escala menor el resto de los grupos que
formaron la llamada Triple Alianza, que probablemente avanzaba hacia la
formación de un estado con características muy nítidas; proceso que fue frustrado
por un evento externo, la conquista de los españoles. La Triple Alianza estaba
789
prosperando, además, hacia la conformación de un mercado regional unificado
pues los bienes y servicios de un poblado rápidamente llegaban a otro poblado y
los principales jefes políticos y militares habían alcanzado una gran coordinación
política pues muchas veces actuaban de una manera conjunta al enfrentarse a sus
enemigos externos y al ampliar el comercio exterior más allá de las fronteras del
Valle.
790
Definió Carrasco “que el excedente apropiado para el
soberano mantenía a los reyes (Tlaloque) y señores (Teteuctin), a los nobles
(pipiltin) los sacerdotes y los guerreros de alta graduación. Toda esta gente vivía a
costa de los macehuales y recibían sus ingresos en forma de donaciones de tierra
con gente, o directamente de los bienes acumulados como tributo. El carácter
público y ceremonial de la redistribución de productos servía para ostentar y
mantener el prestigio de los señores como gobernantes y detentadores de la
riqueza y se ha de ver como instrumento de dominio ideológico”, concluyendo que
“no había un centro rector” de la economía “sino un conjunto de entidades
económicas centralizadas (la denominada triple Alianza) pero separadas, unidas
por relaciones de dependencia que conducían a un punto central tripartita,
receptor de tributo, pero con funciones limitadas en cuanto a la producción y a la
distribución. Los señores de menor categoría, dijo, obtenían los alimentos básicos
de las tierras trabajadas por los macehuales, quienes también contribuían al
servicio doméstico y de construcción, pero en cuanto a productos artesanales, no
todos los señores tenían entre sus sujetos artesanos de todos los oficios que
pudieran tributarles y trabajar en su palacio. Es de pensarse que tendrían que
recurrir a intercambios con otros señores, que recibieran presentes de sus
soberanos y también que recurriesen al mercado”.22
La fisonomía clasista de que habla Carrasco se observa con
mayor nitidez en la etapa de Moctezuma en donde se puede concluir que había un
alto desarrollo de la fuerza productiva en la agricultura, la pesca y en otras
actividades y por lo tanto los mecanismos de producción y de apropiación de los
frutos del trabajo tenían un carácter más evidente, que reducían la posibilidad de
791
hacer formulaciones hipotéticas. Se trataba de un “periodo de madurez” de esa
sociedad en el cual, se manifestaba, en forma ostensible, la división entre los pillis
y los macehuales, la presencia de otros grupos sociales como los guerreros y los
comerciantes y el papel que tenían asignado en la sociedad. A pesar de que los
grupos humanos que formaban la Triple Alianza tenían un cierto grado de
autonomía, lo cierto es que en esta combinación de fuerzas, el grupo social
mexica era el hegemónico y así lo demostró en varias ocasiones.
792
En el cuadro dos presentamos los datos existentes sobre
“una de las formas de gobierno” que pueden inferirse de las fuentes consultadas.
Nos referimos a un mando sacerdotal formado, en general, por cuatro personas
llamadas teomama (que) cuyo principal deber era cargar el “bulto” o cofre de
Huitzilopochtli, quien se comunicaba con ellos para señalarles lo que debía hacer
el grupo. Sin embargo, los mismos datos nos muestran, según las anotaciones
hechas abajo sobre la primera y segunda columnas, que al mismo tiempo existía,
por encima de ellos, una autoridad militar o religiosa; notándose que el nombre de
Iztac Mixcohuatzin, que se nos había dado como caudillo militar, en la tercera
columna queda incluido como integrante de una de las listas de teomamaque que
nos ofrece Tezozomoc.23
La diferenciación que se produce entre los funcionarios y
dirigentes que ocupaban la dirección de los asuntos religiosos, de los militares,
con respecto de lo estrictamente político, se va produciendo en la medida en que
el gobierno general se hacía más amplio y complejo, los asuntos políticos se
especializan, lo que obliga necesariamente a una mayor división del trabajo en el
seno del grupo dominante. Pero no solo se trata de un fenómeno de economía de
los esfuerzos de control de la sociedad, para hacer más eficaz el mismo, sino
también obedece a un proceso de culturización y de secularización pues los
miembros de los grupos dejan de hacer alusión muy frecuente a la divinidad para
explicarse los fenómenos naturales y sociales, enfatizando en la explicación de las
causas naturales. Entonces la figura de los jefes religiosos, disminuye su poder en
la sociedad y muchos asuntos que antes ellos decidían, ahora son
responsabilidad de los jefes militares y políticos, sobre todo de los primeros, más
793
aun, en una etapa en que como los mexicas, se encontraban en permanente
estado de guerra para tener un espacio vital para su desarrollo. Lo que importa
para sobrevivir es tomar una serie de medidas de carácter organizativo y práctico
y no estar esperando “las instrucciones de Huitzilopochtli” que bien podían no ser
eficaces para asegurarse un lugar en el Valle de México.
794
Indicó Carrasco, por su parte, “que el trabajo administrado
por el organismo político. Todo individuo en el México antiguo tenía la obligación
de dar su tequitl o tequitl, que quiere decir oficio, trabajo o tributo; se puede decir
que es la obligación que todo individuo tiene de contribuir algo a la sociedad. El
tlatoani, el rey, tenía su tequitl que era el gobernar; un sacerdote tenía su tequitl, el
servicio religioso; el tequitl del guerrero era el de batalla. Tratándose de la
organización de la economía, la fundamental era el tequitl aportado por la gran
masa de la gente común -los productores- para el sostenimiento del estado en su
totalidad o de los miembros de la clase dominante de quienes dependían. A
cambio de usufructuar una parcela para su sustento, el macehual tenía que pagar
tributo en especie y en trabajo. Con base en las tierras que controlaba un Tlatoani,
un Teuctli, un pilli u otra entidad y de acuerdo con el trabajo de los macehuales a
ellos sometidos y de otros dependientes personales, se organizaba la producción
en todas las unidades productivas mayores que el hogar macehual, lo cual por
consiguiente se fundaba en el dominio político tanto de las tierras como del
trabajo. Parece que los más frecuentes eran que la gente común diera sus
prestaciones en trabajo antes que en especie”.24 Pero indicó que también había
excedente de tierra que se arrendaba a un rentero o terrazguero para que la
trabajara.
Esta observación general de Carrasco permite vislumbrar la
esencia de la dominación no solo de la sociedad mexica sino de todas las
sociedades humanas: la clase dominante, independientemente, del grado de
cohesión que pueda tener, se sustenta en la explotación y el usufructo de los
frutos del trabajo de los miembros productores de la sociedad. Ninguna institución,
795
ningún aparato de control o dominación, ningún líder o caudillo, puede sustentar
un minuto en el poder sin descansar en esta base de sustentación. Los sacerdotes
no podrían desarrollar sus funciones ideológicas si no tuvieran por ejemplo,
asegurado el suministro de alimentos; los militares no tendrían éxito en sus
guerras si no tuvieran el necesario avituallamiento material para el sustento de sus
tropas y los jefes políticos tenían que asegurarles a sus funcionarios y
embajadores condiciones materiales elementales para el éxito de sus actividades.
En síntesis, el trabajo de los mayeques o de los macehuales sostenía, no solo la
estructura estatal, sino también, los aparatos de control ideológico.
796
Carrasco también definió al teccalli como señorío, como una
entidad que depende de un señor o teuctli y comprende las tierras que son de su
propiedad y sus descendientes, se trata de una línea de descendencia y esta
“interiormente diferenciado entre el teuctli, titular, los nobles o pipiltin
descendientes de un teuctli, de la de la casa y los macehuales sujetos al teccalli.
Es por lo tanto una entidad que económica y políticamente sostiene a cada uno de
los señores o teteuctin que constituyen el estamento dominante. Desde el punto
de vista del parentesco, los miembros del Teccalli forman un linaje, son los
descendientes de un teuctli de la casa, o sea la descendencia de su fundador.
Dentro del sistema total de organización económica y política el Teccalli es una
corporación. En la economía controla cierta extensión de tierras bajo el dominio
del teuctli titular. Estas tierras están divididas en distintas categorías asignadas a
satisfacer las necesidades de los miembros del teccalli en sus diferentes rangos.
Hay tierras destinadas al uso del mero teuctli que cultivan los macehuales sujetos
al teccalli. Los descendientes del teuctli tienen el rango de pillis y se les asigna
suerte de tierras de la categoría pillalli, o tierra de nobles. Otras tierras se
distribuyen a los macehuales dependientes del teuctli, los cuales tienen la
obligación de dar tributo y servicios personales”.25
Esta explicación no solo es válida para el sistema político
predominante a nivel general sino también se refiere al funcionamiento de dicho
sistema a niveles más bajos, a nivel de las pequeñas poblaciones, de los llamados
tecutlis y no solo indica la base del funcionamiento del poder político de los
mexicas sino también del de los otros pueblos de la comarca, aunque con un
mayor o menor grado de diferenciación. Por ejemplo, esta categoría explica el
797
funcionamiento del reino de Texcoco. En todos los casos, en mayor o menor
grado, la base material de la estructura política radica en la explotación que se
hace de los frutos del trabajo humano de la clase de los explotados, el cual se
manifiesta por medio del pago en especie a una oficina recaudadora y del pago en
forma de servicios personales, mediante el llamado trabajo gratuito o voluntario, o
tequitl. Pero los macehuales o mayeques no solo se pueden concebir en ese papel
fundamental, como productores, sino también como componentes de los ejércitos
que salían al combatir para someter a otros pueblos.
798
Describió Carrasco26 la estructura interna del teccalli
afirmando que estaba encabezada por el teuctli quien era la autoridad suprema y
manejaba los bienes del mismo; los hijos del teuctli, tenían el rango de pillis y en
un nivel inferior están los macehuales y en una escala intermedia estaban los
texchuihuan que servían al palacio y se dedicaban a la fabricación de artesanías
finas. Los macehuales también estaban vinculados a los calpullis y esta relación
podría estar basada en el parentesco o en la filiación étnica común pero en lo
fundamental se trataba de una relación económica y política entre los macehuales
de un calpulli y el teccalli del que dependían.
Un grupo humano se distinguía, entre otros factores
sobresalientes, por el volumen de producción de maíz, cerámica, telas y otros
objetos que tenían, por las sementeras que cultivaban en forma regular, por la
fabricación de piezas de obsidiana y de otros útiles para la guerra y por el
porcentaje tributario que le imponían a otros. Cuanto produces, cuanto vales,
cuanto extraes de excedente de otras comunidades, cuanto vales. Si el excedente
económico era sobresaliente, era muy posible que tuvieran una burocracia
estructural muy grande y que también tuvieran un “ejército” bien entrenado y
equipado y por lo tanto, estaban en la posibilidad de extender y reproducir los
vínculos de dominación a otros grupos. La base material, como la describió
Carrasco, era el Tecalli, que era no solo una unidad política territorial
administrativa, sino también, lo que es más importante, una unidad productiva. Los
macehuales y los mayeques eran los agentes principales no solo de la producción
material, sino también, del sustento del aparato estatal y esta relación la vemos
todavía muy presente en la primera etapa de la colonización española pues estos
799
grupos no solo no desaparecieron sino que se mantuvieron y muchos de ellos
sufrieron una transformación hacia los nuevos tipos laborales de la sociedad
novohispana.
800
Consideró Carrasco que:
“Las unidades políticas más amplias de la Mesoamérica
prehispánica eran grupos de ciudades - estado, cada uno con su propio señor,
pero bajo la supremacía de una ciudad capital y su soberano. Estos reinos
dominaban además otras ciudades de las que recibían tributos. Después de la
Conquista los españoles utilizan en algunas ocasiones las jurisdicciones de los
imperios prehispánicos. Como ha demostrado Gibson, la zona donde se
reclutaban trabajadores para el repartimiento equivalía a los territorios artesanos a
los reinos de Texcoco y Tlacopan. Como regla sin embargo, los españoles
dividieron los grandes reinos e imperios en los señoríos o ciudades-estado que los
constituían, los cuales formaron comunidades indígenas separados a los señoríos
que antes pagaban tributo al imperio azteca cesaron de inmediato en esta
conexión. Cortés convocó a una junta a todos los señores de la tierra en la que, a
la par que repartía los pueblos entre los españoles, dijo a los señores que se les
labraba del dominio de Tenochtitlán y les devolvió las tierras de que este se había
apoderado. Las unidades políticas más pequeñas que se pueden describir como
ciudades-estado independientes a Huexotzingo, Cholula o Cuitlahuac, por
ejemplo, continuaron como unidades administrativas separadas”.27 Se integró un
nuevo tipo de gobierno, el del municipio español, pero con derechos comunales,
los indígenas gozando de un gobierno propio, con responsabilidad colectiva para
pagar tributo y contribuir a la construcción de obras públicas.
La sociedad política mexica estaba basada en el principio de
la sujeción y del dominio de los pillis, sobre los macehuales y los mayeques la cual
se expresaba no solo desde el punto de vista económico sino también desde el
801
político, esgrimiendo el factor religioso e ideológico como el lubricante que
mantenía en funcionamiento esta forma de control y de explotación. Esta forma de
sojuzgamiento no solo se daba entre un pueblo y otro sino también en el interior
de los pueblos mismos como la explicación que ha hecho Carrasco de Tecalli. La
base era el control y el usufructo de la tierra pues de ella dependía no solo la
alimentación de las poblaciones y por lo tanto la tranquilidad social y política, sino
la prosperidad integral de los reinos y la posibilidad de vincularse con otros
pueblos como los mayas y los incas, por ejemplo.
802
Según Orozco y Berra28 la elevación al trono tenía una “cierta
forma electiva” aunque estaba determinada y administrando la orden precisa de
sucesión y los electores tenían tenía la facultad de escoger entre los candidatos a
quien les parecía más idóneo y por eso Axayacatl reinó primero que su hermano
mayor y Moctezuma II fue preferido a su primogénito: hecha la elección, la
informaban los reyes de Tlacopa y de Texcoco en uso de su prerrogativa”. Entra
los requisitos que se tomaban en cuenta para ser elegidos estaban: que debían
ser valientes, ejercitados en las cosas de la guerra, prudente y sabio, criado en el
Calmecac, que no bebiese octli, justo y amigo de los dioses… Describió la
ceremonia de unción del cargo, la cual era muy suntuosa y estaba presidida por
los reyes de Texcoco y de Tlacopan.
En una primera etapa, los señores de México, decidían, con
las modalidades del caso, la elección de su tlatoani, pero después una vez
conformada la Triple Alianza, se hacían consultas con los señores de Texcoco,
Tlacopan, y Tacuba, de una manera particular con Netzahualcóyotl, que figuraba
como un elemento muy especial dado su ascendente político en el Valle. Con la
Triple Alianza, los mexicas tuvieron una visión política más amplia y profunda,
ahora se diría que geoestratégica, pues tenían que tener en cuenta las vidas, las
suertes, el futuro de otros pueblos o regiones, que incluso abarcaban los límites
del Valle de México, No sabemos en qué medida o grado las consultas a sus
pares en otras poblaciones fueron tomadas en cuenta en forma determinante a la
hora de esa elección pues más bien nos inclinamos, en que se inspiran en
requisitos y cuestiones internas, en donde la pertenencia o descendencia a un
clan, una “casa reinante” o un linaje, seguían jugando un papel muy grande,
803
aunque mezclados con una serie de consideraciones políticas especiales que
rebasaba aquellos estrechos límites. La participación en cualquier grado de los
jefes de Texcoco y Tlacopan, ilustran la tendencia de que la Triple Alianza
avanzaba hacia la configuración de una entidad estatal superior o más elevada.
804
Olko se refirió a la declaración de “guerra justa” que hacían
los tlatoanis de Tenochtitlán después de la cual ese pueblo debía reconocer la
supremacía azteca y ofrecer tributo, en cuyo caso tributaban como amigos y no
como vasallos, todo ello como resultado de las negociaciones que hacían los
mensajeros que los exhortaban mediante un “requerimiento” a que se sometieran
a pagar tributo o bien se declararan en guerra. Siempre y en todo los caos se
aplicaban los castigos correspondientes. “Se trataba de ganar tributos sin gastos o
a un costo muy bajo”.29
El sistema de dominación y de control político que se
manifestó a través de la Triple Alianza, ilustró muy claramente el importante grado
de desarrollo que se había alcanzado en la sociedad mexica en su conjunto y en
su clase dirigente en lo particular, Primero fue una alianza defensiva, es decir;
para defenderse de posibles agresiones que vinieran de otros pueblos y grupos
del valle o de fuera de él, después fue para mantener el status quo de la
dominación que ya se había alcanzado y más adelante, fue una alianza ofensiva,
todos los factores estaban reunidos juntos y a la vez pues se aplicaba una política
de amistad y de cooperación con aquellos pueblos que mantenían una conducta
similar en sus relaciones con México, que pagaban adecuadamente sus tributos,
incluso llegando con ellos a una serie de acuerdos que les permitieran soportar
más fácilmente estas cargas. Después estaban los pueblos o grupos que
expresaban una actitud hostil, los cuales, eran tratados con una mezcla de cierta
consideración política, pero a la vez de acción armada, si ésta era necesaria, en el
momento en que lo fuera y con la intensidad que se requería. El caso
paradigmático de esta concepción brillante de la política global fue desde luego
805
Tlaxcala y después al final estaban los pueblos que se ubicaban más allá de las
fronteras del Valle de México con las cuales mantenían una política de
sometimiento y de cobro de tributos, pero también de intercambio comercial
pacífico.
806
Cabrera consideró que el Estado México en el siglo XVI
estaba dirigido desde luego por pillis, que eran sacerdotes y guerreros, pero
también había macehuales y para poder ocupar un puesto de importancia era
necesario ser un egresado del calmecac, en donde se especializaban como
guerreros o como sacerdotes guerreros y después definió cuatro niveles en la
estructura: la de mayor jerarquía estaba representada por el Huey-tlatoani-
Cihuacoatl, la segunda, eran los Consejos; la tercera, los 12 Tecutlatoques que
realizaban funciones de gobierno en la totalidad del territorio y cuarto las llamada
salas, integradas por 20 funcionarios. Entre una de las importantes ubicó a los
callpixque que se encargaban de llevar las estadísticas de las trojes en donde se
almacenaba maíz, eran especialistas en asuntos económicos “y llevaban las cosas
concernientes a los tributos”30, pero también funcionaban la Calpixcalli que era la
casa en donde se concentraban los calpixques que era el lugar en donde se
concentraban los tributos, pero también había calpixques especializados en
repartir los oficios y organizar las obras públicas.
En términos generales, un macehual, un mayeque, jamás
podían ocupar un cargo público, ya fuera también en el ejército y entre la casta
sacerdotal pues su función social inconmovible y “eterna” era el de dedicarse al
cultivo de la tierra y a la producción de alimentos y de materias primas. Podían
asistir a una de las escuelas y convertirse en un artesano, pero no piensan aspirar
a ocupar un puesto de elevado nivel en el seno del aparato estatal. Pero ya en la
etapa de Moctezuma el destino de estos individuos comenzaron a modificarse de
una manera sustancial pues sí estos eran a la vez guerreros y se habían
distinguido por sus méritos en combate, podían disponer de superficies de tierra
807
para cultivos y recibir una serie de privilegios; otro de los grupos sociales que
estaban en ascenso era el de los pochtecas y comerciantes pues ya habían
acumulado una cierta riqueza y por ello podían aspirar a ocupar un cargo en la
administración pública en los diferentes niveles a que ha hecho alusión Cabrera en
influir en forma indirecta en algunas decisiones políticas muy importantes, pero los
cargos supremos recibían esencialmente en los miembros de la familia de gran
linaje, aunque también este rasgo estaba siendo sujeto a nueva discusión pues
ahora se tomaban en cuenta los méritos personales.
808
En cuanto a Mendizábal opina que:
“La creación de una nobleza guerrera y la incorporación de la
nobleza feudataria acabaron de ahondar definitivamente la separación de las
distintas clase sociales. Empero, las diferencias, ene la vida noble y la plebeya no
fueron tan absolutas como en otras naciones aborígenes, seguramente debido a lo
reciente de la aristocratización de las instituciones y a que las triunfos militares de
la pujante nacionalidad azteca, dándole domino sobre numerosos pueblos,
obligados por la dura ley de la guerra a subvenir a las necesidades materiales de
su vencedor y a proporcionar contingentes de trabajadores para los servicios
religiosos, militar y civiles, permitieron al pueblo azteca desatenderse de los
rudísimos y desagradables trabajos de los primeros años de su residencia en
Tenochtitlán, para dedicarse a las labores más productivas y honrosas”.31
Antes de la llegada al poder de Moctezuma, las diferencias
sociales, como dice Mendizábal, eran muy profundas pues casi el único requisito
para ocupar un alto cargo al gobierno, la milicia o el clero, era pertenecer a los
linajes de los grupos dominantes. El poder estaba demasiado concentrado en
estos descendientes, de los cuales habían surgido los tlatoanis y los cihuacoatl y
otros funcionarios, pero con Moctezuma las cosas se empezaron a modificar, al
mantenerse vigente requisito esencial, pero debidamente aduciendo o limitando
con otros que habían surgido de la lucha y de la batalla que los mexicas habían
librado primero durante el cautiverio de los tecpanecas, después en la etapa de la
liberación y más tarde en el periodo de expansión. Muchos macehuales y “gentes
del pueblo” se habían distinguido por sus acciones sociales y políticas, habían
acumulado experiencias, demostrado que tenían virtudes y habilidades y por ello
809
Moctezuma abrió un resquicio para que también tuvieran tierras de su propiedad,
pudieran contratar macehuales y explotar su mano de obra y finalmente ocupar
cargos importantes en los diferentes niveles de la administración pública. Solo los
cargos del tlatoani y del cihuacotal no fueron compartidos con ellos pues en estos
casos, la selección siguió fielmente las crónicas del pasado.
810
Un documento dijo:
“El que se había de ser Tecutl primeramente había de tener
buscada harta hacienda para dar a los Papas o principales, de esta manera
aunque no fuese principal de linaje sino mercader, se hacía tecle y esto sucedió
en Cholula, México y Tlaxcala”. Después venía una descripción de la ceremonia
en la cual se ungía como tecutl lo que implicaba un fuerte gasto en adornos,
comidas, fiestas y regalos. Se contaba con la presencia de los dignatarios del
resto de las provincias. “Las reglas de sucesión de un título de tecuhtli no estaban
en la época prehispánica fijado estrictamente por la herencia; se trataba de
elección dentro del linaje, lo cual presentará oportunidad de ascenso social
mediante hazañas y servicios individuales y permitiría influenciar la elección a los
señores supremos. El elegido era instalado con ceremonia y fiesta que claramente
han de haber sido las descritas en la relación enviada por el virrey Mendoza. Este
sistema de sucesión es de hecho el mismo que regía en la familia real tenochca.
En México los principales del linaje de Acamapichtli eran seleccionados no solo
por el título de Tlatoani sino también por los otros altos puestos de la jerarquía
política tenochca de modo que todos estos puestos eran ocupados por miembros
de un mismo linaje mediante un sistema de sucesión irregularmente dinástico que
impedía la formación de linajes separados para cada título”.32
Carrasco coincidía con Mendizábal en esta combinación
audaz que se hizo de cualidades personales y de descendencia de un linaje, que
debían ser tomados por los altos jefes para que hubiera una mayor movilidad
social y política y poder satisfacer muchas ambiciones personales de individuos
que se consideraban con méritos suficientes y que no tenían la posibilidad de
811
ocupar este puesto. La modificación de criterios para elegir a los tlatoanis, también
se hizo presente con los tecuhtlis regionales y con mayor razón en este nivel pues
esos cargos estaban más vinculados con las necesidades sociales más
apremiantes de la población. Para los macehuales era común la relación política
que habían entablado con los tecuhtlis, que con el tlatoani, al que siempre
consideraban como un personaje que ciertamente tenía un gran poder, pero que
estaba lejano y distante de ellos, como sucedió con los virreyes en la Nueva
España.
812
Una vez que fracasaron los intentos para evitar la guerra
contra los tecpanecas, dijo el Códice Tovar que Tlacaelel, se había puesto al
frente de los escuadrones y había exhortado a todos sus miembros a morir a
vencer “poniéndoles por delante el noble origen y valor de la gente mexicana y
que mirase que aquel era el primer combate y muy buena ocasión para salir con
honra y hacer temer y temblar a las demás naciones; mandándoles expresamente
que cada uno siguiera a sus capitanes, que acudiesen todos a donde viesen
mayor necesidad y que ninguno echase pie adelante sino mandado y con esto
comenzó a marchar hacia Azcapotzalco, con mucha orden y conscientes, los
mexicanos, pobres de atavíos pero llenos de ánimo y esfuerzo con la industria y
valor de su general, enviándoles se fueran a ellos con gran brío y comienzan a
gritar ¡México! ¡México! De tal suerte que los de Azcapotzalco comienzan a perder
el orden que traían y a desapartarse, cayendo mucha gente de la común muerta y
entonces Itzcoatl mandó a todo el resto del ejército que con él había quedad,
quedando asolada la ciudad, quemadas las casas y que se sáquese todo lo que
en ellas se hallase”.33
La figura del Cihuacoatl es altamente interesante en el
sistema político pues de una manera simple de separar las funciones de
Consejero de las del Tlatoani, pero en realidad, por las crónicas consultadas, es
más allá que eso, se trataba de un alter ego, de un supersecretario, con el cual los
tlatoanis, compartían por lo menos una parte de su poder. La personalidad de
Tlacaelel, cuyos datos históricos son muy difusos y algunos cronistas ni siquiera lo
mencionan, ilustran lo que estamos afirmando, pues se podía considerar que era
el orientador, el guía ideológico, el que tomaba decisiones trascendentales, o en el
813
extremo, el poder tras el trono. Apareció como un gran guía político que estimaba
y justificaba ideológicamente la existencia y la oposición a los tecpanecas, la
liberación de esos grupos y su crecimiento social y militar en la región lacustre.
Existen algunas pictografías en donde aparece el Cihuacoatl al lado del Tlatoani,
lo que resalta la gran cercanía política y social que había entre ellos.
814
Dijo Torquemada:
“Después del rey había un presidente y juez mayor, cuyo
nombre, por razón del oficio, es Chihualcoatl. Este oficio se privó, por el mismo rey
y en su reino ninguno tenía autoridad de proveerlo en otra, ni recibirlo en sí, sino
era por la autoridad real y en la persona que por el dicho rey era nombrado. Y era
tan autorizado este oficio que el que lo usurpaba para sí, lo comunicaba a otro en
otra parte del reino, muriera por ello y sus hijos y su mujer fueran vendidos por
perpetuos esclavos y confiscados su bienes que para eso había. Este supremo
juez no se parecía parta todos los jueces indiferentemente sino por las ciudades y
poblaciones grandes y que tenían muchas cámaras. Tenían cargo y oficio de
proveer en las casas del gobierno y en la hacienda del rey. Oía de causas que se
discutían y emitían en el por apelación y estos eran solo los criminales porque de
los civiles no se apelaban de justicia ordinaria. De este presidente no se apelaba
para el rey ni para otro juez alguno, ni podía tener teniente ni sustituto sino que por
su misma persona, había de determinar y decidir todos los negocios de su
juzgado y audiencia. Después de este juez superior o virrey había otro juez cuyo
nombre por el oficio, es Tlacateccatl, cuyo oficio era conocer causas civiles y
criminales, el cual tenía por asesores y acompañantes entre dos, llamado el uno
Quahnochtli y el otro Tlaylotloc. Estos tres tenían sus teniente que oían juntamente
con ellos y labraban las causas que se trataban pero al pronunciar la sentencia
solo se nombraba la justicia mayor que era Tlacateccatl”.34
En el contexto de una incipiente división de funciones y de
poderes había un Gran Juez que estaba muy cerca de los fueros que tenía el
Cihuacoatl, pues él tomaba las decisiones civiles y criminales muy grandes que
815
solo el Tlatoani podía remediar, la distribución de tareas o carreras, como sucedió
en otras sociedades humanas, cuando creció la población y aumentaron sus
demandas y reclamaciones sociales por lo que se requería que hubiera varios
funcionarios encargados de estos asuntos y ya no uno solo, que podía concentrar
todas las funciones inherentes al poder político. Es impresionante la descripción
que se hizo de la corte judicial de Texcoco que disponía de un “palacio” completo
para estos individuos en los cuales se utilizaba un recurso por medio del cual
podían apelar algunas de sus resoluciones.
816
Durán otorgó a Tlacaelel una serie de reformas
trascendentes; reconoció que “de nuestros esclavos y esclavas nacen algunos
hijos bastardos, juntamente con los legítimos e hijos de nuestro señor, ordenamos
que de estos bastardos nuestros, que salieron valientes y valerosos y se
señalasen en la guerra y los legítimos y bien nacidos cobardes, que estos
bastardos puedan ser herederos de nuestras haciendas y se sirvan de los
legítimos y los manden como a viles vasallos y los traigan atropellados en su
servicio y su padre no su madre no osen volver por ellos sino que los dejen
maltratos como a hombres bajos y de bajo corazón y la honra de ser sangre real y
de alto linaje, se le de y lo téngale hijo de la esclava y lo heredara y lo tenga como
propio y el otro lo pierde y no se nombre hijo e tal señor, ni hija de tal señora y que
la insignia de valiente se reparta con ellos, así como el oro y la plata, piedras y
joyas y plumas”.35 Esta determinación fue confirmada por Moctezuma quien la hizo
conocer a los principales de Chalco y Xochimilco, así como macehuales que se
congregaron. De esta manera y con estas nuevas condiciones fueron muchos
macehuales a la conquista de Oaxaca.
Se habla mucho de las reformas sociales que emprendiól,
que en términos generales, tenían la finalidad de romper con una serie de
restricciones propias de los clanes y de las primeras familias guerreras para
propiciar la participación de macehuales en asuntos que les estaban velados por
completo. Murió Tlacaelel, pero las modificaciones siguieron funcionando aunque
en forma limitada ya que Moctezuma dictó medidas que pretendían volver al
pasado, pero no de una regla mecánica, lo cual era un retroceso, de un salto hacia
atrás mientras se había dado dos pasos hacia adelante, la nueva facultad que se
817
les había otorgado a los militares distinguidos, a los artesanos especializados y a
los comerciantes. El hecho de un macehual, al volver a México de una guerra de
conquista o de aplicación de un castigo a un pueblo rebelde le daba la posibilidad
de tener tierras propias, muy diferentes a las del calpulli al que pertenecían o de
contratar mano de obra de otro y otros macehuales o bien de emplear medieros,
que eran los mayeques, los cuales eran libres, pues solo daban sus tierras en
venta y seguían gozando de una parte de sus frutos.
818
Precisamente Torquemada describió la ceremonia en la cual
se ungía al nuevo Tlatoani, así como el procedimiento seguido: una vez que moría
el rey precedente se daba aviso a los señores de Texcoco y de Tacaba, “era el
señor de México y aquellos llegaban con presentes y dones para el nuevo rey que
elegirían; hacen una ceremonia en el templo principal, como sería el de
Huitzilopochtli en donde se colocaba el sacerdote mayor quien le imponía la
insignia del poder y lo vestía de nuevo; tenía de negro todo el cuerpo del señor,
luego se vestía una manta pintado de cabeza y de huesos de muerte; después el
sacerdote le dirigía un razonamiento con palabras dulces y blandas y luego bajaba
en donde estaban los demás quienes le ofrecían darle obediencia y después iban
acompañados hasta su calpulli o casi y ahí lo dejaban donde se estaba por cuatro
días y hacía penitencia y ayunaba comiendo una sola vez al día y luego se hacía
una gran fiesta por parte de los señores de los otros reinos y “de ahí en adelante
hacían y mandaba como señor natural y propio y era tan obedecido y temido que
apenas osaba levantar los ojos para acatar en él y mirarle…”36
La vistosidad de la ceremonia en la cual se ungía del mando
al tlatoani se fue modificando en el transcurso del tiempo pues en las primeras
ocasiones los participantes principales en la ceremonia eran jefes guerreros y
religiosos del propio grupo mexica, y en la cual trataban de demostrar que aunque
el tlatoani concentraba el máximo poder político debía estar vinculado socialmente
al calpulli al cual pertenecía, aunque ya su parcela la estuvieran trabajando sus
familiares o descendientes y él se ocupara de tareas más complejas e
importantes, como el arte de gobernar. Una de las primeras “oraciones” o
llamamiento que le hacían, por cierto, un dirigente religioso, consiste en hacerle
819
notar que no obstante el cargo que ostentaba, no olvidara su origen humilde, no
desconociera los vínculos que tenia con los macehuales a los que identificaban
como productores de bienes y servicios, que no se llenaran de ambiciones y de
arrogancia.
820
Al organizarse la construcción del templo de Huitzilopochtli,
dijo Durán que Moctezuma había reunido a los “reyes principales y había
ordenando las siguientes aportaciones: a Netzahualcóyotl le encargo la
construcción del frente y la delantera, al Totoquiauztili, señor de la provincia
tecpaneca que hiciera la parte trasera del templo, y los señores de Chalco que se
encargaran de la construcción del lado derecho, la de Xochimilco, la parte
izquierda a los macehuales” acudirán con cal o lo que les fuere mandado. Una vez
que los reyes regresaron a sus ciudades o villas organizó lo que debía aportar y
“unos trajeron piedras, otros tierras y arena, otros cal y madera, cuyos materiales
recogidos en la ciudad de México y fueran llamados los maestros para que
midiesen el sitio e hiciesen la traza y el asiento del edificio, luego hicieron una
plancha de argamasa y siguieron el edificio…”.37
La distribución de tareas para emprender la construcción de
este templo y de otras obras, de un indudable beneficio para la comunidad de
pueblos que vivían en la zona lacustre, ilustran en gran medida, la concentración
del poder que tenía el Tlatoani de México y el papel secundario o subordinado que
tenían los máximos jefes de los demás pueblos. Es el único que se puede decir
que tenía una relación entre “pares”, es decir, que le reconocía un gran poder
político social y militar era con Netzahualcóyotl, de Texcoco, aunque se trataba de
una región sometida pero con cierta libertad y autonomía pues en varias
ocasiones los mexicas aceptaron que no entregaran los tributos correspondientes.
Existía también en este reparto de tareas, una gran dósis de aceptación
voluntaria, pues se trataba de obras públicas que a todos interesaban pues se
trataba de evitar inundaciones y otros fenómenos climáticos destructivos. Debe
821
observarse que en esta reunión los que hablaban, opinaban y aceptaban ciertas
responsabilidades en el cumplimiento de tareas eran los jefes máximos, mientras
que los representantes de los macehuales, cuyos nombres ni siquiera se
mencionaban, tuvieron una actitud pasiva, les asignaron las tareas que debían
cumplir, pero no les pidieron opinión alguna respecto de este propósito.
822
Respecto del tributo, afirmó Ávila Sandoval, que había sido el
medio por el cual la sociedad tenochcas obtenía los recursos necesarios para su
subsistencia “pues todos los miembros de esa sociedad ofrecían su tributo o
tequitl. En el reparto jugaba un papel esencial el huey tlatoani. Era parte de sus
tareas organizar la distribución y uso de recursos económico: abrir los almacenes
reales para alimentar al pueblo, proveer a los templos, recompensar actos
valientes, aumentar los tributos para solventar accidentes o gastos excesivos. El
monto de los impuestos pagados en especie que denominaban tributo eran
destinados a las ciudades donde residían la cortes y no a elementos de la corte y
por lo tanto eran destinados al pago de los servicios proporcionados por el
gobierno”.38
Las “facultades económicas” de los tlatoanis, eran muy
importantes pues no solo fijaban las contribuciones que tenían que efectuar los
pueblos sometidos, que se pueden conocer gráficamente en el Códice Mendocino,
sino la ejecución práctica de esos cobros, su almacenamiento y su distribución.
Los recursos materiales emanados de este sistema de cuotas eran esenciales
para el sostenimiento y el funcionamiento, no solo del sistema político, sino
también de la subsistencia militar y religiosa que estaba imbricada entre sí. El
Tlatoani de México era el principal recipiendario y beneficiario de esos tributos
pues no solo los utilizaba para otorgar premios y recompensas, hacer regalos a
otros dignatarios, sino también, los ofrecía en venta o en trueque y de esta manera
obtenía bienes de los que carecía. Era común que ofrecieran mantas labradas de
diferentes tamaños y tipos a cambio de objetos de oro y piedras preciosas las
cuales eran un símbolo de grandeza y prendas que podían entregar a otros jefes
823
para mantener las alianzas que había con ellos o para crearlas. La capacidad de
distribución o de repartir esos bienes, implicaba que estaban ejerciendo un gran
poder político y social, así como por el tipo y el tamaño y el valor de los bienes que
ofrecían a los extranjeros y a sus huéspedes.
824
En la práctica, el atepetl contaba de un pago de campesinos
y artesanos y algunos nobles bajo el poder de un señor encumbrado, el tlatohani,
que reinaba de por vida. Teóricamente, lo hacen en nombre de los dioses. Sin
embargo, en la práctica tenía que tomar en cuenta los designios de los otros
nobles, a veces asociado al consejo de ancianos. Los nobles decidían lo referente
a las reparticiones de las tierras de cultivo entre los que no eran nobles, sus
macehualtin. La adjudicación se efectuaba por escrito y dependía del número de
familias que formaban el grupo de vasallos. Los nobles se ocupaban también de la
protección política y militar de los campesinos y organizaba las ceremonias
religiosas en los templos del altepetl. A cambio de eso, recaudaban los tributos a
través de los llamados calpullis, hogares, relativamente grandes dentro del
altepetl”.39 Dijo que tenía un enorme parecido con el señor europeo medioeval en
donde los campesinos trabajaban las tierras en calidad de arrendatarios y estos
pagaban un tributo a cambio de la explotación de las tierras concejiles en donde lo
importante no era la propiedad de la tierra sino el usufructo de la misma.
Las potestades de los tlatoanis, en la asignación, recepción,
cobro y distribución de los tributos, que es su principal base material de
sustentación política y ese mismo esquema se reprodujo en cada tecuhtlis de los
pueblos menores. En la medida en que estos señores tenían más pueblos
sometidos, disponían de un mayor volumen de tributación y ese era el valor de su
fuerza. Si un señor no los tenía o los tenía en forma notoriamente insuficiente,
entonces no tenía poder y podía ser avasallado por otro señor que si tuviera la
fuerza material o militar para hacerlo. Enseguida venía la justificación teórica
religiosa pues estas acciones se hacían en nombre de una divinidad, como
825
Huitzilopochtli y consistía en hacer matar a los habitantes de los pueblos vasallos
pues se trataba de un “fenómeno natural”, “normal”, que uno sometiera a otro.
Desde el punto de vista de clase, los pipiltin o nobles gozaban de una superioridad
indiscutible pues podían contratar mano de obra de los macehuales o rentar tierras
para explotarlas en su beneficio.
826
En el caso de Acatlán, ubicado en la Mixteca baja, la
Relación especificó que eran aliados del señor de México y que por esta razón
solo proporcionaban gentes para la guerra, bastimentos, arcos, flechas, róndelas,
mermas y de “cuando en cuando enviaban a Moctezuma, mantas” pero también
enviaban mujeres que se mudaban cada 80 día, para servir en el palacio del señor
mexicano. Pero en el interior de Acatlán “tenían sus caciques y señores
principales a quienes servían y de quienes eran gobernadores a los cuales por vía
de sujeción y vasallaje reconocían y servían con hacerles sus sementeras de
maíz, chile, algodón, pepitas y frijoles y les hacían sus cosas, y en las fiestas
solemnes de su gentilidad les daban gallinas y mantas de algodón”. Lo novedoso
fue que el cacique principal gobernaba con la ayuda del conejo de Sacerdotes.
También los indios cultivaban la grana la cual se vendía a los españoles.40
La distribución de los cargos económicos que recaían
sobre las espaldas de los macehuales estaban determinadas, sobre todo, por las
necesidades bélicas del Tlatoani, pero también había otras consideraciones.
Había pueblos en los cuales solo les exigían material de guerra o bien macehuales
que se transformaban en guerreros que iban a combatir a los sitios y lugares que
los capataces mexicas decidían. Cuando uno de estos pueblos era poderoso y
podían incurrir en una serie de riesgos que pudieran producir una derrota, se hacía
una consulta política con otros Tlatoanis o con Tecuhtlis para hacerles notar que
esta acción armada era útil y conveniente y que por ello era necesario que
participaran. En todos los casos, los capitanes ofrecían recompensas materiales a
los macehuales que se hubieran distinguido en las acciones bélicas, como el
hecho de hacer un buen número de prisioneros, independientemente de la
827
población a la pertenecieran. De esta manera, había estímulos y alicientes para ir
al combate, además del valor moral y ético que tenía en la sociedad pues esos
guerreros llevaban trajes muy vistosos.
828
En el tercer discurso de la “ceremonia de coronación” del
Tlatoani se afirmó que “el llamado pulque es el fundamento y raíz del mal, es la
perdición”. Ahora se llena ahí macehual con sus lágrimas, allí aquel se toma, allí
se labra su perdición y envanecimiento, se hace un esclavo, avergüenza. Tu
entero y te silla, el lugar de tu gloria, avergüenza también a los comerciantes. Se
refirió a los pillis afirmando que “su destino era ser jefes y señores” y finalmente se
definió como “macehual y jornalero” que nada merece y nada pide pero también le
pidió al “monarca” que a los macehuales caprichosos e irritables los mimaras
como a un niño a los mecieras en la cuna y le indicó que “no te vayas a atentar en
la estera y en la silla, no dividas a la gene, no te extienda, no te abras de brazos,
no ofendas a los gobernados, no estés dormido, no le hartes, no seas glotón, no te
hagas daño al sueño, no parece a esa, no vaya a dar ahí el espíritu, la fatiga, el
esfuerzo de los macehuales”.41
Estos “discursos”, pronunciados por los sacerdotes en el
momento en que eran ungidos Tlatoanis, reafirmaban la “validez” eterna e
inmutable que tenía la elección entre los pillis y los macehuales al afirmar que los
primeros estaban destinados a ser jefes y señores, mientras que los segundos, a
ser servidores, pero que no obstante, esta distinción tajante, había que tratarse
con respeto y moderación. En los Tlatoanis pesaba mucho su condición de haber
“pertenecido a la nobleza” para empelar el termino europeo, solo para fines
ilustrativos y no porque se ajustara a la realidad. La pertenencia a una casa, a un
clan, a un linaje ya daba por sí mismo la convicción de que se era parte de un
grupo pequeño, elitista, privilegiado, impregnado por el destino natural de gobierno
y por lo tanto, no había ningún concepto de igualdad social sino por el contrario,
829
de desigualdad pues todo indicaba que la condición social de los macehuales no
se modificaba “pues eran viles y bajos”, entregados a la borrachera”, a la “pereza”,
sin que hubiera, de parte de los sacerdotes y de los jefes ningún intento verdadero
porque esta situación se corrigiera.
830
Respecto de las tierras que tenían los principales, dijo
Torquemada “que estaba repartido en tres maneras. La una que le eran caballeros
y descendientes de la casa de los reyes y señores, tenían sus tierras conocidas y
sus arrendamientos donde muchos de ellos tenía terrazgueros que les servían,
labraban y cultivaban las sementeras y les servían en sus casas, estas tierras se
llamaban pillalis, que quiere decir tierra de hidalgos y caballeros; los dueños de
estas tierras podían de alguna manera, venderlas o disponer de ellas, pero hace
de entender que aquellos que no estaban asidos a ningún género de vínculo,
porque había entre ellos muchos que tenían tierras habidas por sujeción y merced
hecha del señor, las cuales habían de pagar a los descendientes como mayorazgo
y si estos morían sin heredar, el rey o señor lo era y volvían a entrar en su poder
por bienes reales. Otro género de tierras llamaban tumbas pillalis como de ser
tierras de hidalgos y nobles. Estos eran dos maneras, una que con la nobleza
heredaba las tierras y otra que por el valor y hechos hazañosos en la guerra, el
señor los hacía nobles, como caballeros pardos y les hacían mercedes de tierra,
de donde se sustentasen, pero estos no podían vender otros principales como no
fuese cosa que el señor hubiese hecho la merced condicionalmente y a ningún
macehual ni los unos ni los otros no podían vendérsela porque por el mismo caso
que estaba perdidos y entra el señor poseyéndolo y que daba aplicado al calpulli.
Había otra suerte de tierras que era de la recamara del señor, que se llamaba, los
que vivían en ellas y las cultivaban que eran gente de palacio y recámara del rey y
estos tenían la obligación de reparar las casas reales, limpiar los jardines y no
pagaban ningún género de tributo, las tierras de estos sucedían de padres a hijos
pero no podían venderlas ni disponer de ellos de ninguna manera…”.42
831
De acuerdo con esta descripción, el tlatoani era pilli y por lo
tanto, gobernaba acompañado por los pillis que, desde el punto de vista político,
ocupaban los cargos del estado. La posición de los individuos no solo en la
sociedad, sino en el sistema de poder, estaba determinada por la vinculación que
tenían con la propiedad de la tierra, que era la principal fuente de riqueza material
y por lo tanto, de poder político. Un individuo tenía valía por la cantidad de tierra
que poseía y explotaba, básicamente siendo este el rasgo distintivo.
832
Asimismo, Torquemada reiteró que si bien se respetaba el
principio de la herencia en el trono por línea recta y sucesión de poder a hijos,
para elegir Tlatoani se toman en cuenta otras consideraciones más importantes
como las de haber participado y vencido en batallas militares, también podía ser el
hijo que más amaba el rey. Siguiendo a Pomar en el caso de Texcoco dijo que no
siempre se tomaba en cuenta que fueran hijos legítimos les heredan el trono pues
podían ocupar este cargo los hijos bastardos y naturales, muchas veces se
prefería al más valiente y virtuoso que el más valiente y esforzado. “La razón de
esto era porque tenían y estimaban en más la conservación del bien público, que
la del particular sucesor porque decían que la conservación universal y
prosperidad del reino consistía en el valor del príncipe y por esto preferían y
aventajaba el de más virtud y excelencia” y precisamente al elegir a Itzcoatl con
base en estos merecimientos personales, no se percataron de que había sido hijo
de una esclava y si algún hijo de señor sobornaba a los principales para que lo
eligieran “era privado del señorío y de la acción que en el tenía el semejante moría
por ello y no le heredaban los hijos”.43
En términos generales, desde Acamapichtli, hasta
Moctezuma, no se respetó el principio de la herencia por línea recta, aunque este
fue un factor que se tomaba en cuenta. En las descripciones que se hicieron para
la elección del Tlatoani, los presentes formularon muy diferentes consideraciones,
entre ellas, la de la calidad de linaje, pero al parecer, pesaron otras cualidades,
tales como su arrojo en las actividades bélicas, su rechazo a ingerir bebidas
embriagantes, su disposición a trabajar, el cuidado que observaban de los bienes
de la comunidad, el respeto a las tradiciones religiosas, siendo la más importante.
833
Obsérvese que la pertenencia a una cas, a un clan o un linaje, seguía perdurando
pero ya s e encontraba en un segundo plano, hasta convertir a esa elección en
una decisión eminentemente política, que no se resolvía de una manera
automática. Las crónicas refieren que las deliberaciones duraban varios días.
834
El Tlatoani concentra el poder para dictar justicia ordenando
el castigo a los transgresores de la ley pero los jueces eran los encargados de
aplicarlos, también con un propósito intimidatorio y había un conjunto de
disposiciones legales que amparaban y legitimaban estas acciones, pero no se
llegó un elevado grado de homogeneidad y por ello el “sistema jurídico es un
sistema clasista que protegía los intereses de la clase dominante, de los guerreros
nobles, en lo que se refiere a sus bases económicas así como a sus privilegios
sociales y políticos; desarrollar una legislación estamental que adscribía a cada
grupo social sus derechos y obligaciones bien definidas. La diferenciación social
básica entre las clases dominante y el pueblo se hacía de acuerdo a la categoría
jurídica del tributo. Los nobles eran los que “recibían el tributo” (los tributados)
mientras que el resto de la población, incluyendo a campesinos y artesanos y
comerciantes, tenían la obligación de tributar”.44 Destacó de esta legislación su
extraordinaria severidad pues las principales penas, eran la de muerte y la
esclavitud y se castigaba con extrema dureza alguna ofensa que se hiciera a las
instituciones estatales.
El sistema judicial estaba diseñado para mantener la división
clasista de la sociedad y al sistema político predominante, es decir, la dominación
general que ejercían los pillis contra los macehuales, la minoría hacía la mayoría y
por ello se aplicaba la pena más severa contra quien ostentaba contra esos
principios y contra la forma de propiedad y de apropiación de los frutos derivados
del trabajo. Ello provenía también de una larga y firme tradición religiosa y
moralista en la cual, todas las acciones de los hombres estaban sujetas a un
orden divino, sobrenatural, de tal manera que cada etapa o momento de la vida de
835
los seres humanos estaban vinculados con una deidad secundaria o primaria. Era
una sociedad “armonizada” a su pasado bélico y aventurero, hasta el grado de
considerar que el tlatoani tenía por lo menos, rasgos de una divinidad pues no
podía ser visto directamente al rostro por parte de los macehuales.
836
Durán indicó que Huitzilihuitl, sucesor de Acamapichtli, había
sido electo en una junta de cabildo entre los grandes y mucha gente común y
describió unos conceptos de la asamblea sostenida por los principales de los
cuatro barrios y que después comunicó al pueblo esa decisión indicando que
Huitzilihuitl “sería vuestro padre y amparo de vuestras necesidades” y después
todos, chicos y grandes, confirmaron la elección lanzando vivas. Al ser nombrado
uno de los ancianos les dijo que “bien saben el sobresalto en que vivimos y
trabajamos por esta tierra y termino ajena, por el cual somos tributarios de los de
Azcapotzalco. Concluyó Durán que la elección de los teculhtlis “era por votos y
consentimiento de todos, lo cual desde su origen y principio lo tuvo esta nación y
no heredaron los hijos por sucesión y mayorazgo como lo era nuestra nación, que
el hijo mayor hereda al padre”, ello no obstante que Huitzilihuitl tenía hermanos
mayores. Electo aquel se planteó la posibilidad de que tuviera como mujer una de
las hijas del rey Azcapotzalco y que “sino las diere, por aquí nos aliviara algo en
nuestro tributo. Este matrimonio tuvo éxito pues los tecpanecas acordaron reducir
“en forma considerable” los tributos que les habían impuesto.45
La elección directa, en muchos grupos humanos, era una
forma de elegir a sus autoridades y gobernantes pues el carácter reducido de las
poblaciones hacía que todos sus integrantes se conocieran entre sí, que valoraran
con mayor elementos de juicio, sus cualidades y defectos, pero aun en este caso
“abierto” un grupo de jefes intervenía en esas “asambleas” para determinar la
votación final. Los rasgos y atribuciones de los gobernantes y las sociedades
gentilicias, no estaban debidamente precisadas por lo que era muy frecuente que
se les identificara y confundiera con la actividad de los padres hacia los hijos en
837
una familia. Se trataba de comunidades en las cuales no existía la propiedad
privada de los instrumentos de producción sino solo la propiedad de utensilios
personales, en donde prevalecía la explotación comunal o colectiva de las tierras,
en donde por lo tanto, no había muchos conflictos internos, pues la estratificación
social era muy débil. Pero esas comunidades evolucionario de lo más simple a lo
más complejo, de las más pequeñas a las más grandes, de una forma
predominante de propiedad a otra y todo ello, se fue reflejando en la estructura
política, que fue madurando con el paso del tiempo histórico.
838
Un tlaxcalteca dijo que “Moctezuma tenía en todas las
provincias guarniciones de muchos guerreros, son los muchachos que sacaban de
la ciudad y que todas aquellas provincias le tributaban oro y palta y plumas y
piedras y ropas de mantas y algodón e indios e indias para sacrificar y otras para
servir y que es tan señor que todo lo que quiere tener y que en las casas de que
vive tiene llenas de riquezas, piedras, que ha robado y tomado por fuerza a quien
o se las da de grado y todas las riquezas de las tierra están en su palacio. Al
hablar de Cholula dijo Cortés que producía mucho maíz, ají, magueyales y ya
estando en esa zona Moctezuma le envió varios presentes de oro y mantas
mientras Cortés preparaba su entrada a la ciudad de México. Se refirió a
Ixtapalapa en donde había una importante producción de madera, muchos cedros
y otros árboles, en donde recibieron presentes de los señores de Coyoacán por un
valor de 2 mil pesos.46
A pesar y en contra de las justificaciones teocráticas y
religiosas que legitimaban el orden social dividido entre pillis y macehuales, no
obstante la notable influencia que tenía la religión y en especial la práctica de los
sacerdotes, desde el nacimiento hasta la muerte, pues cada acto humano
sobresaliente tenía una explicación que hacía referencia a algún fenómeno o
causa sobrenatural, el sistema tributario, que había sido un sistema no consentido
sino impuesto por medio de la fuerza militar, había entre los habitantes de los
pueblos tributarios u permanente y justa indignación y rechazo. Ninguno de ellos
podía aceptar que una parte de los productos y bienes que arrojaba su trabajo
fuera llevado por los calpixques a Moctezuma, para ser concentrado en grandes
almacenes o trojes, desde donde se decidía su distribución final. Este sistema
839
estaba en abierta contradicción con el existente en los calpullis, en donde las
tierras se trabajaban comunalmente y de la misma forma se distribuía el producto,
lo que permitía que “todos” trabajaran para tener acceso a estos beneficios.
840
Durán describe varias “guerras” que los “reyes mexicas”
desataron contra provincias y pueblos, las cuales tenían la finalidad de “conquistar
nuevas tierras y señoríos”, o de si aplastar a grupos disidentes que por algún
motivo o causa se habían rebelado contra el “imperio”. En todos los caso se
impusieron tributos o se reafirmaron los que ya se habían fijado. Tal fue el caso de
la guerra lanzada contra Coaixtlahuac, de la zona de la Mixteca, y cuya población
le impusieron la elaboración de mantas, fardos de chile, fardos de algodón, sal y
colorante para túnicas y pintas “pero también llevan indios esclavos a la ciudad de
México, muchos de los cuales fueron sacrificados en las piedras labradas de
Coaixtlahuac. En el caso de los habitantes de Cuetlaxtla, que también se
rebelaron, Moctezuma ordenó a Tlacaellel que “desolara y quede memoria de ella”
a lo que el gran guerrero le dijo que tal castigo era excesivo y que “solo se les
doblase el tributo, porque el destruirlos a todos era imposible y de gran
inconveniente destruir pueblos de tanta riqueza”. En relación con el incremento de
los tributos se acordó que en lugar de rentas de diez brazos, dieran 20, que
daban piedras verdes y que ahora diesen blancas y coloradas, entre otras cuentas
Al arremeter contra el pueblo, contra los macehuales, estos dijeron ¿por qué nos
matáis? ¿Qué culpa tienen estos ignorantes y simples, sin malicia ni interés?
¿Nosotros no os damos tributo? y dijeron los demás macehuales pedimos justicia
contra nuestros señores y queremos sean muertos y destruidos y castigados
porque ellos han sido causa de estos males, nosotros somos los que tributamos y
de nosotros sale todo lo que os dan, mira lo que queremos, que de nuevo
tributemos”. 47
Los tlatoanis decidían la gravedad de las sanciones y
841
de los castigos contra los pueblos que habían osado rebelarse a las asignaciones
del pago de tributos, en función de la importancia de la falta y de los productos que
tenían que entregar. Por ello, esta política fue casuística, es decir, caso por caso.
Lo que es importante destacar, es que las sanciones y los castigos, no se
aplicaban a los tecuhtlis o a los calpixques, que eran los recaudadores de tributos,
sino al pueblo en general, a la manera de una pena ejemplo, que hiciera llegar a
sus habitantes a la convicción de la fuerza incontrastable que tenían los mexicas
como grupo organizado hegemónico.
842
Zorita señaló que: “las casas de los señores se llamaban
Teocalli que quiere decir casa de palacio y el provecho que estos señores tenían
era que les daban servicios para su casa y leña y agua, repartida por su orden y le
labraban unas sementeras según era la gente y por eso eran elevados del servicio
del señorío supremo y de ir a sus labranzas y no tenían más obligación que acudir
a servirle en la guerra porque entonces ninguno había excusado. De más de este
provecho, el señor supremo les daba sueldos y ración y asistir como continuos a
su casa”.48 Dijo que la tecteculzin o teulen eran como los encomenderos pues
para designarlos tomaban en cuenta sus hazañas en las guerras y os servicios
prestados a la república y tenían asimismo sus ministros. Estaban también los
hijos de los principales que se llamaban pipiltzin que equivalían a la figura de la
Caballería de Castilla y que estaban libres de tributos y les daban raciones y
acostamiento.
Si bien los señores tenían a su servicio muchos macehuales
los cuales estaban dedicados al trabajo de las sementeras y de las casas-
habitación de aquellos, lo hacían, en parte, mediante el pago de un “salario”, el
cual podía entenderse en especie, así como una ración de alimento. Eso no
significa que había una relación asalariada que hubiere implicado un grado
determinante en la evolución de la conciencia de clase, por lo tanto, una mayor
acentuación las diferencias sociales sin estos “pagos que se hacían” era por una
razón natural, es decir, se consideraba una gratificación o una ayuda, una
recompensa, ya que como hemos afirmado, era una obligación universal de los
macehuales el servir a los pillis.
843
844
Zorita dijo que entre los indígenas había tres señores
supremos en cada provincia y que cada uno tenía su jurisdicción y señorío
apartado uno de otro y después había señores inferiores denominados caciques;
así en México y su provincia había tres señores principales que eran el señor de
México, el de Texcoco y el de Tlacopa, y al señor de México debían obediencia los
señores de Texcoco y de Tacuba “y en las cosas de la guerra y en las demás eran
iguales porque no tenían el uno que hacer en el señorío del otro, aunque algunos
pueblos tenían comunes y repartían entre sí tributo, los unos igualmente y los de
otros se hacían cinco partes: dos llevaban el señor de México y dos el de Texcoco
y uno el de Tacuba. Lo más común era la sucesión por sangre y línea recta de
padres a hijos. No sucedían hijos sino el hijo mayor habido en la mujer más
principal que entre todas las demás tenía el señor por estar efecto conocido y era
la más respetada de las otras y de todos sus vasallos”, describiendo distintas
modalidades en la descendencia pero “jamás se eligió un macehual, que es la
gente común o popular y siempre se tenía en cuenta con elegir de la línea o
parentela del señor. Si faltaba sucesor el señor de México, elegía los señores y
principales de su señorío y la confirmación era de los señores superiores de
Texcoco y de Tacuba”.49
Los tres señores principales era formalmente iguales en el
contexto de la Triple Alianza, pero en la práctica, había graduaciones importantes
en la fuerza política y la representatividad que tenían. El primero o de mayor poder
era el señor de México, ya que concentraba el mayor volumen de tributos, tenía
bajo su jurisdicción el mayor número de contingentes militares. Representaba al
señorío más fuerte, al más organizado y al más reconocido social, económica y
845
políticamente y por lo tanto, los otros dos señores olían compartir ese poder a la
hora en que se tomaban decisiones políticas trascendentales. La mayoría directa,
se refería a cuestiones internas, de la gobernación de los diferentes señoríos y
que por lo tanto, cada señor tomaba los acuerdos y asumía libremente sus
responsabilidades, por lo que suponemos que funcionaba a la manera de una
confederación, como la que había en el mundo occidental.
846
Escribió Mendieta:
“La dignidad ó dictado de Tecutli era entre estos indios como
la de caballero, que por sus méritos alcanza de los reyes esta nobleza, y se hace
persona digna de más respeto y exención de lo que eran sus pasados. Llegado el
tiempo que el mancebo había de recibir la dignidad de Tecutli, elegían día de buen
signo, y llamaban á todos los señores y principales, y parientes y amigos, y
acompañaban al mancebo hasta la casa del principal demonio, que llamaban
Camaxtli”, en donde se hacía una ceremonia y le obligaban a hacer penitencia
durante 4 días y se organizaban varias comidas y lo “ejercitaban en las virtudes de
la humildad, la paciencia, la obediencia y la pobreza y los que tenían el dictado de
Tecutli tenían mucha preeminencias.50 En el caso de los entierros de los señores
principales, la ceremonia también duraba 4 días, tiempo en el cual estaban
presentes los principales de otras regiones o provincias y sus familiares pues los
indios creían que debajo de la tierra había un infierno.
En virtud de que la distribución del poder tenía muchas
similitudes con la existente en Europa, ello hizo suponer a muchos historiadores y
cronistas que se trataba de una monarquía, como la de Francia o España, en
donde el gran tlatoani de México era el equivalente al Rey, los tecutlis a los
señores feudales, que eran sus representantes en ese nivel de “reino”. Nada de
esto correspondió a la realidad y nosotros solo lo aceptamos para fines
ilustrativos o explicativos, pues no existe ninguna “nobleza” que estuviera
consolidada como existía en el Viejo Continente. Desde el punto de vista histórico,
durante el periodo de Moctezuma, se había avanzado mucho en este proceso de
consolidación pero todavía pesaba mucho la característica del linaje de las casas
847
reinantes, es decir, aun eran muy rígidas las reglas del parentesco no solo en el
nivel de los tlatoanis, sino de los tecutlhtilis. El hecho de que se hablara de
“señores” o de “principales” no era equivalente al concepto de caballería que había
en la Edad Media sino solo estaba indicando, de una manera gráfica, la posición
económica o política que estos individuos tenían.
848
Definió Santamarina que: “la sociedad azteca dominante en
el último periodo prehispánico era una sociedad de clases estamental, organizada
políticamente como estado. La nobleza hereditaria de los pipiltin poseía las tierras
y recibía los tributos en mercancía y servicios de la clase dominada de los
plebeyos o macehualtin. El gobierno recaía en el Tlatoani, elegido de entre los
miembros del más principal de los linajes nobles. La entidad política principal era
la ciudad-estado o alteptl que se coaligaba con otros –a costa de otros- hasta
formar entidades políticas mayores, conocidas como hueyaltepetl. El mayor
ejemplo lo constituye el imperio mexica, organizado como una Triple Alianza por
agregados del reino mexica, acalhua y tecpaneca. Como en toda sociedad
estamental de clases, la ideología jugaba un papel crucial en la legitimación y
reproducción del sistema social mexica. Tanto la cosmovisión como la ideología
eran controladas por especialistas al servicio del estado que se servía de los
lenguajes del ritual, del arte, de la escritura para elaborar, inculcar y reproducir una
ideología oficial al servicio de los intereses de la clase dominante. El ritual
religioso, la educación y la historia son los campos fundamentales dando dicho
control del estado se hace presente”.51
En esta etapa, el factor ideológico que servía para legitimar
el orden político y social, estaba sólidamente identificado con el factor religioso de
tal suerte que es muy difícil establecer una diferenciación entre ellos. Ideología era
región y religión era ideología, aunque también la ideología se expresaba en el
contenido y en la orientación de los establecimientos educativos. Los sacerdotes
desempeñaban un papel esencial pues trataban a toda costa de que los
macehuales, sobre todo, aceptaran a pie juntillas el orden social reinante que era
849
una manifestación de esa “ideología”, pero también estaban los profesores de los
colegios para quienes existía una separación bastante clara de los estamentos de
la sociedad, la cual no podía violentarse y finalmente, los escritos de los
pictogramas, los cuales registraban los hechos históricos que a ellos convenía que
así fuera y con las características que ellos tomaban como válidas de tal manera
que se trataba de una versión única de los acontecimientos humanos.
850
En sus Antigüedades, Hernández definió algunos de los
requisitos para elegir al sucesor del emperador: que fuese hermano mayor o a los
hijos si había muerto sin hermanos, sobrinos e hijos empariente consanguíneo del
grado más cercano, “con tal de que fuese reportado digno del oficio regio, apto
para conservar la república y para dilatar más y más el imperio”. Después
describió la ceremonia en la que se investía al rey, estando presidida por un sumo
sacerdote y “después los principales que estaban presentes le daban obediencia
al nuevo emperador y con ánimo dispuesto lo recibían como señor y rey”. Todo
ello en un periodo de 4 días, después de los cuales eran conducidos al Palacio
Real en donde era afirmado o legitimado como Emperador de México. En su
arenga, el sumo sacerdote le conminaba a exigiera observando “la religión de sus
mayores, a ser considerado justo y equitativo, a no agraviar sin causa justísima y
sus súbditos, confederados y amigos, a mostrarse fuerte en la guerra, a que las
tierras produjeran todo género de semillas, frutos y legumbres abundantes, entre
otros”.52
Las jaculatorias que el “sumo sacerdote” formulaba al
Tlatoani en el momento de ser ungidos en el cargo, hacían énfasis en las
cualidades físicas y las morales que debía tener y las cuales debía ejercer en
beneficio de toda la población, incluyendo a los macehuales que no por ser el
sector explotado, estaban al margen de su protección. Por el contrario, la
paternidad del alto jefe se ubicaba en primer lugar en el beneficio de los
macehuales “pues eran los más pequeños, los más débiles” y por lo tanto, los
cuales debían ser tratados con la mayor benevolencia. En la vida social esto no
sucede pues ningún Tlatoani pretendió de modificar de raíz ese tratamiento que
851
se daba en el contexto de la estructura de clases. Ser considerado como “justo y
equitativo” no significaba que se inclinara por una cierta liberación o nivelación de
los grupos sociales sino precisamente para mantener el estrato social vigente.
Cuando se hacía alusión a los trabajos, esfuerzos y las penalidades que sufrían
los macehuales, solo se hacía referencia en un sentido moral de los términos y no
en un sentido de mancipación social.
852
Chavero publicó unos párrafos de la arenga que un tecuhtli
menor dirigió a un tecuhtli mayor a la hora de su “coronación” y lo que le dijo, que
mirara a sus vasallos como hijos, que o fueran agraviados ni maltratados de los
mayores, tener un gran cuidado en las cosas de la guerra, castigar a los
delincuentes, otorgar servicios a los templos. Él presidía el Tlatocan, que era un
cuerpo administrativo, el que estaba dominado por miembros de la familia real. En
él estaban representados los guerreros, los sacerdotes y los cuatro calpullis.
“Había en total ocho dignidades, de ellos cuatro eran guerreros, cuatro sacerdotes,
de manera que re dividían el poder supremo las dos clases privilegiadas con
exclusión del pueblo. Hay una referencia obligada a Tlacaellel quien además tenía
funciones de sacerdote, pero aun desempeñaba funciones militares, no tenía un
rango militar “y era el segundo en importancia después del rey”.53 Tomaba el
mando de la ciudad cuando el Tecuhtli se iba a campaña, hablaba en el Tlatocan
en nombre del rey, y era su consejero en casos importantes, designaba a los
miembros del Calmecac y era el titular de la administración pública.
A pesar de la gran concentración del poder que tenían los
Tlatoanis, le concedió una gran importancia en el funcionamiento del gobierno en
lo general, a los miembros del Tlatocan o consejo en donde se encontraban
presente y actuaban entre otros, los representantes de los calpullis o de los
grupos explotados. Primero la influencia de este Consejo “del pueblo” fue muy
grande pues hacía un verdadero contrapeso al carácter omnímodo del Tlatoani,
pero después esta fuerza de representación política y social se fue debilitando y
en su lugar, creció la de los estamentos debidamente organizados, como los
guerreros, los artesanos especializados y los comerciantes. Ello era un reflejo de
853
que los calpullis ya no tenían la fuerza social y política que en otras épocas había
tenido y que al prevalecer las relaciones gentilicias de que hablara Morgan
paulatinamente fueron sustituidas por relaciones políticas o por relaciones entre
clases, en donde la propiedad desempeñaba un papel esencial. Los discursos
moralistas de los sacerdotes se manifestaban de una forma cada vez más clara
como un enamoramiento del origen del poder real.
854
Precisamente, Van Zantwijk definió que Acamapichtli se
inició como esposo de su tía Ilancuetill “sin ejercer inmediatamente una función
gubernativa, siendo ella la jefa máxima exterior del gobierno de la comunidad
Tenochca” y por lo tanto en este momento ocupaba la posición de cihuacoatl o jefe
supremo del sistema interior. Hizo alusión al Códice Azcatillan que contiene un
glifo en el cual aparece la entronización de Acamapichtli, sentado en un trono
grande de jefe supremo al lado del jefe del calpulli de Tlacatecpan y en el apareció
la corona y el bastón de mando. Está vinculado al calpulli de Chalman, ubicado en
la parte sureste de la ciudad, llamado Teapan-Xochimilco. Concluyó que los
mexicas estaban interesados en rescatar la herencia de los toltecas, de los cuales
se declararon continuadores. “La nueva constitución política se produjo por una
transferencia del poder central de los calpullis, de los otomíes y chichimecas y
mexitan encabezados por la familia de Tenoch y se trata de la rehabilitación del
poder político del grupo chalmecatl, de tradición tolteca”. 54
Las definiciones de Zantwijk reafirman el gran peso
específico que tuvieron en un momento dado los calpullis en el proceso de
identificación del origen de los tlatoanis. Estos, antes, no son individuos investidos
de un gran poder o de una gran autoridad, tenían un origen social común, el de ser
miembros de un calpulli y por lo tanto habían sido agricultores y militares a la vez,
exactamente como otros muchos miembros de la sociedad. ¿Pero, en qué
momento se separaron y se diferenciaron del resto de sus compañeros de
comunidad? Cuando se fortalecieron los lazos del linaje y del parentesco que
además de las cualidades que tenían como agricultores, guerreros, pertenecían a
una familia importante, algunas de las cuales hundían sus raíces desde que llegó
855
el grupo mexica al Valle de México. En este momento, lo destacable eran sus
aportaciones en la liberación con respecto de los tecpanecas, o su consolidación
como grupo hegemónico en la zona lacustre pues estos eran los rasgos o
requisitos quemas se tomaban en cuenta. Con Acamapichtli, se hizo alusión al
calpulli del cual provenían pero contra otro tlatoani, este ya no fue un elemento
sobresaliente, digno de tomarse en cuenta, sino se esbozaron otras
consideraciones más políticas que sociales.
856
El Códice Ramírez afirmó que una vez sometido Xochimilco y
Coyoacán, a Texcoco no le quedó otra alternativa que aceptar la hegemonía de
Itzcoatl, reconociéndolo como “señor del mundo”, como “emperador” y “supremo
señor” y “quedó entonces la gente de Texcoco muy querida y amada por todos los
mexicanos y se les tenía por parientes y hermanos, no habiendo entre ellos cosa
partida, siendo el señor de allí perpetuo consejero del Rey de México, tanto que no
se determinaba ningún negocio grave sin su parecer. Dioles el rey de México
grandes privilegios. Al referirse a la elección de Moctezuma I, el citado Códice ya
mencionó la participación en la elección de los señores principales de Texcoco y
Tacuba y destaca su labor administrativa al frente indicando que había instalado
“consistorios” como los que había en España, operaba el Consejo de los 4
principales que asistían al rey los cuales daban la sentencia en asuntos de menor
importancia, encumbró a Tlacaellel al cual dio un gran poder político. “A Tlacaellel
le respetaban, honraban y servían y tributaban como rey y con más temor porque
no se hacía en todo el reino más de lo que el mandaba. Usaba tiara e insignias de
rey saliendo con ellas todas las veces que él mismo rey las sacaba. Por esta
causa le parecía que no tenía necesidad de reinar y que así representaba más
valor y estima”.55 En estas condiciones, se eligió Rey a Tizoc, sobrino de
Tlacaellel. También Axayacatl fue electo en un consistorio”, a iniciativa de
Tlacaellel.
Si hemos de aceptar la existencia real, histórica de Tlacaelel,
en el contexto del núcleo central del poder, concluiremos representaba la
presencia sobresaliente de la ideología de dominación pues este no ejercía el
poder en forma directa, pero sí tenía una notable influencia en los tlatoanis.
857
Aparece sobre todo, como un “pensador”, como un “ideólogo” pero no como un
sacerdote, lo que indica que ya estaba separándose la religión de la ideología,
como un “método”, una “conducta” que revela también el afianzamiento del
Tlatoani como depositario sobre todo del poder político, también distinto del poder
religioso. Antes que tomar en cuenta consideraciones de carácter religioso, pero
sin excluirlos por completo pues nunca lo hicieron, los tlatoanis cimentaron sus
decisiones en consideraciones políticas y militares, con una visión de largo plazo
pues se trataba de consolidar y afianzar ya no un poder local sino uno de carácter
regional.
858
Rodríguez consideró que siguiendo los puntos sociales de la
época, desde luego, sin aportar ningún dato concreto para ello, que Tlacaelel
debía haber recibido la educación del Calmecac porque era miembro de la
“nobleza” y estaba emparentado por Acamapichtli y el resto dominado por los
señores de Azcapotzalco debía haber tenido 16 años y des luego destacó su
insistencia para librarse de esa tiranía, la de Tezozomoc. Izcoatl fue designado
Cihuacoatl “que era un cuerpo consultivo que adoptaba, entre otras, las políticas
estratégicas de carácter bélico”.56 En este organismo, Tlacaelel propuso la
integración de los 8 mil guerreros aztecas en escuadrones de 400 a 200 hombres,
armados con dardos, flechas, macanas, hondas, así como la implantación del
concepto místico guerrero en el que cada combatiente tenía la convicción de
contribuir, con su esfuerzo y sacrificio, a procurar el equilibrio cósmico, a salvar al
mundo de un inminente cataclismo.
Según las pocas noticias que tenemos de Tlacaelel, este le
otorgaba una gran importancia a la labor ideológica que consistía en fomentar e
incentivar “el espíritu guerrero” o belicista de los mexicas y después en la
constitución de un “poderoso ejército” que fuera capaz de someter a los pueblos
del Valle de México y otros que estaban fuera de estos límites. Le otorga una gran
preeminencia al culto de Huitzilopochtli, antes que al de Tlaloc y otros dioses
porque entendía que la conformación de una fuerza armada era el prerrequisito
esencial para formar un grupo humano muy sólido, pero el rasgo más valioso fue
el de concebir la realización de este poder mucho más allá que los límites de la
zona lacustre que estaba densamente poblada. Se dio cuenta que había “más
allá”, otros pueblos, otros grupos humanos, otras riquezas naturales, otros
859
territorios e insistió mucho en avanzar hacia su conquista, como lo hicieron
muchos jefes guerreros de otras civilizaciones que se expandieron de una manera
amenazante para otros pueblos.
860
Rodríguez también confirmó la intervención de Tlacaelel para
asegurar la alianza política con los señores de Texcoco y así conformar una
confederación y desde luego ponderó que además de sus facultades guerreras,
tenía importantes atribuciones políticas a tal grado que el tlatoani solo hacía lo que
él aconsejaba. “Casi todo estaba bajo su control y por añadidura, cuando el
monarca se ausentaba de Tenochtitlán, el quedaba frente al gobierno y lo sustituía
en sus funciones principales” y que en varias ocasiones había declinado ocupar el
cargo de Tlatoani y fue un gran impulsor de la aceptación y adaptación de las
instituciones toltecas. “Se preocupó (Tlacaelel) por influir en la conciencia y
motivar la voluntad de los aztecas conducente a su poderío militar y al
fortalecimiento de su organización política, económica y cultural, así como el
reconocimiento a los méritos personales, que lo mismo se expresaba en los
campos de batalla, que en las aportaciones artísticas o en el comercio.57
861
También Chimalpain describió el reforzamiento de la casta
militar mexica después de la conquista de Coyoacán en la que varios dirigente,
entre ellos Tlacaelel, tomaron otros títulos de orden militar, y se nombraron 4 jefes
en calidad de consejeros gobernantes de Itzcoatl y se elevaron de rango y de
privilegios a otros 17 guerreros a los cuales, además, se les otorgó el apelativo de
“valientes”. En estas condiciones, por ejemplo, pidieron avasallar Mixquic. Reveló
este autor, que si bien Itzcoatl había sido hijo varón de Acamapichtli, no obstante,
había tenido como madre a una vendedora de comestibles de Azcapotzalco y por
ello, no era de noble linaje y a pesar de ello, “llegó a ser poderoso, pero a pesar de
sus conquistas, nunca fue un hombre alzado o engreído por su fortuna lograda en
la guerra de conquista, sino que siempre en lugar de ver por el cuidado del
engrandecimiento y la consolidación de la ciudad de Tenochtitlán”.58 Después
mencionó a Popocatzin “quien a pesar de no ser un verdadero príncipe o noble de
sangre, era un hombre muy recto, era un simple vasallo…”.
Los jefes militares desempeñaron un papel esencial,
determinante, en la dirección del grupo mexica, desde Tenoch, hasta Moctezuma.
Casi todos los tlatoanis participaron en mayor o menor medida, en actividades
bélicas, contra los distintos grupos que había en la cuenca del Valle de México y
su incursión en esas actividades eran tomadas en cuenta en forma sobresaliente,
en su nombramiento como jefe máximo. Se tomaba en cuenta si había luchado
contra los tecpanecas, si había actuado en la etapa de liberación, siendo esta una
de las exigencias centrales. Después se consideró si había participado en las
batallas en contra de los tlaxcaltecas, de los texcocanos, de los chalcas y de otros
grupos, si había incursionado en la región de la Mixteca y sí había resultados.
862
Estos eran asuntos que se ponían a examen, junto a otros iguales o más
importantes, durante los días que duraban las deliberaciones antes de ser electo
como el jefe máximo. Una “virtud” digna de tomarse en cuenta era la de aquellos
jefes militares que se habían distinguido en la captura de prisioneros o en la
ocupación de pueblos y que no obstante, estos merecimientos eran “sencillos” y
“amables” con la población y que no haya ostentación de sus poderes, lo que se
entendía como un importante signo de madurez política.
863
Para Caso, con la ascensión al poder de Itzcoatl terminaba la
aplicación de la norma de la transmisión del poder de padre a hijo y se inició un
nuevo tipo de gobierno. Con Itzcoatl se dieron una serie de combinaciones
políticas que logran la unificación de todos los grupos calhuas contra el poder de
los tecpanecas y ya para esas fechas habían nacido muchos pipiltin o
descendientes del Acamapichtli. “Itzcoatl antes de lanzarse a la guerra contra
Azcapotzalco celebra un convenio con los hombres comunes de la tribu, los
macehualtin y de acuerdo con ese convenio los plebeyos aceptaron una distancia
económica y una servidumbre en relación con los nobles descendientes de
Tolleca. El éxito de la guerra contra Azcapotzalco permite a Itzcoatl disponer de
tierras a costa de los vencidos y de siervos para cultivar la tierra que como vemos
después recibe el nombre de mayeques. Cuando Itzcoatl logró el triunfo,
respetando las tierras entre los nobles les da Tutela y empleos dentro de la nueva
organización política de Tenochtitlán, que él funda, copiándolo de la organización
tolteca. Lo que Itzcoatl crea entonces, es una nobleza en la que no solo hay una
distancia del común del pueblo por la sangre sino también, por el régimen
económico distante y por el rango de sangre sino también por el rango que tiene
entre los nobles en la nueva burocracia que ha establecido. La propiedad de las
tierras entre los aztecas, desde entonces, es de dos naturalezas, por una parte
las tierras de los macehualtin, cuya propiedad era comunal dentro del clan y la
tierra de los príncipes o nobles, llamados pillis, en singular y pipiltin en plural que
tenían dichas tierras un tipo de propiedad o tenencia, individual, transmisible por
medio de la herencia, lo que aseguraba la permanencia de una clase noble,
distinta de la clase plebeya, no solo por el origen sino también por el poder
864
económico”.59
Estos jefes militares no solo se distinguieron por los vistosos
atuendos que vestían, por las condecoraciones que había recibido, sino por unos
atributos más importantes aun, la dotación de grandes extensiones de tierra que
les permitieran contratar macehuales y mayeques, según sus necesidades y que
los transformó en “hombres ricos” muy cercanos a los tlatoanis y a todos los
funcionarios y órganos del poder políticos. Un militar en estas condiciones podía
vivir en la ciudad de México, pero también explotar tierras en Chalco, en la Mixteca
y en otras regiones que estaban incluidas dentro del área de dominación mexica.
865
Narró Durán que una vez designado Tizoc y sentado “en el
trono” llagaron los mayordomos y los tesoreros de los pueblos y provincias para
expresarle su obediencia y “unos traían oro, otros joyas; otros, brazaletes; rodelas,
mantas, armas, bezotes, zapatos, cueros de tigre y aves, gatos monteses y otros
traían ricas plumas. Hubo bailes y el “rey” vistió a los señores y principales de
ricas mantas y joyas y después citó a los encargados de los templos, a los
mayordomos y a los cobradores de tributo a los cuales también los vistió de una
manera lujosa. Tlacaellel se inclinaba porque su hermano de Axayacatl que a su
vez era su sobrino, fuera el nuevo rey pero los principales dijeron “que no, que
aquel era muy niño y que no tenía aun edad para gobernar. Que no quería porque
la grandeza de México y su autoridad gravedad requería una persona vieja y
venerable a quien las naciones tuvieran temor y reverencia y que ellos pudieran
respetar” por lo que se presentó una diferencia grave sobre asuntos tan
importantes, solicitando Tlacaelel que dieran la “última palabra” el rey de Texcoco
y este se inclinó porque “eligieran por rey a Tlacaellel, que era persona que lo
merecía y que por haber sido hermano el rey Moctezuma le venía de derecho y
que pusiera a su lado a su sobrino Ahuetzotzin que por ser niño tomaría las
costumbres de su tío y dependería y que muerto el viejo, podría tomar el reino y
que sería ya para poder gobernar”. Cuando le informaron a Tlacaellel de la
propuesta del rey de Texcoco, quien dijo que le suspendiera pues durante toda
ese tiempo él había gobernado y por ello llevaba todas las insignias del cargo y
propuso a Ahuizotl, su sobrino, prometiendo que estaría a su lado para poder
gobernar. 60
La asunción del tlatoani como jefe máximo revestía una gran
866
solemnidad y a la vez una gran vistosidad pues se reafirmaba que las reuniones
previas que tenían los principales jefes, más los invitados especiales, a los cuales
se les permitía participar, discutían con una gran fuerza los meritos de los
candidatos y de los aspirantes y que nunca era sencillo llegar al nombramiento
final, como ocurrió en todas las reuniones o asambleas en las que se dirimieron la
titularidad del poder y su ejercicio. En todos los casos fueron los señores de
México los que “dijeron la última palabra” en el proceso electivo y fueron
considerados fundamentalmente locales los que se tomaron en cuenta, pero se
permitía que participaran en sus deliberaciones los jefes de otros grupos humanos
que eran sus aliados y amigos.
867
Duran describió con mucho detalle la relación de Tizocicatzin
(Tizoc) en cuyo proceso participaron los señores y el pueblo, pero antes se
celebraron las exequias de Axayacatl. Habló de la ceremonia en la que expresaron
sus juicios los señores de Texcoco, Chalco, Cuauhnahuac, Yautepec, Huaxtepec,
Xochimilco, Tepeaca, Cuetlaxtla, Tlaxcala, Huexotzinco, Cholula. Todos ellos
ofrecieron 4 esclavos domésticos del servicio de los señores, comprados o
habidos por justicia porque los de guerra no servían más que para los dioses.
Trajeron mucho papel y cajas de manta y pluma y muchas otras joyas y preseas.
Por ejemplo, los señores de Cuetlaxtla ofrecieron 5 hombres y 5 mujeres, mientras
que los señores de Tlaxcala, Huexotzinco y Cholula “para no ser vistos y entrando
en secretos al retraimiento” hablaron con Tlacaellel y le ofrecieron muchos arcos y
flechas, mantas de hinquen y bragueros. La ceremonia de ascensión del “rey”
(Tizoc) fue muy lujosa, pero sin duda lo más impresionante fue la liquidación de
los muchos esclavos que llegaron y luego comenzó el llanto de todo el pueblo, el
cual duró un buen rato. Los esclavos fueron quemados y les dijeron: id con vuestro
rey Axayacatl, consolarlo y animarle por donde fuera, mirando que no falte algo de
sus joyas, que no seos caiga en el camino, servirle con mucho cuidado y dándole
todo lo que hubiese menester. Una vez terminada las ceremonias fúnebres había
un prolongado ayuno por 80 días en este contexto se hizo la elección de Tizoc, en
un proceso en el cual solo participaron los principales de México y estos solo
informan de esta decisión a los señores de las otras regiones y provincias.61
La elección de Tizoc fue una de las más “abiertas” pues
participaron jefes de Tepeaca y de Tlaxcala, pero al parecer, solo lo hicieron sin la
posibilidad de que sus opiniones fueran vinculantes, pero sí reafirmaron que los
868
mexicas estaban dispuestos a escuchar a sus aliados, los cuales ofrecieron toda
clase de regalos con el objeto de que la ceremonia de ungimiento fuera lo más
brillante posible. La riqueza material apareció muy relacionada con el poder
político; los presentes también reflejaban en cierto sentido, que estaban en una
actitud de sumisión y de cierto grado de vasallaje con respecto de los mexicas.
Estaban interesados en la elección del nuevo tlatoani, porque muchas decisiones
o medidas que él tomaba, les afectaban directa o indirectamente como pueblo
independiente o subordinado.
869
Con Itzcoatl una parte del territorio xochimilca pasó al control
mexica. En primer lugar, se otorgaron tierras “para la corona real como ya lo
tenían de costumbre”, en segundo lugar le tocó a Tlacaelel y a “todos los señores
principales” a quienes les dieron a dos suertes a cada uno. Y por último, se
recompensó con tierras a “todos los soldados que eran de más nombradía” por su
actuación militar. Los mexicas tomaron y distribuyeron las mejores tierras “en
todos los lugares y partes” y la cosecha iría para el abasto de Tenochtitlán.62
Esto llevó a considerar varios aspectos. El primero, que las
tierras dadas a los mexicas eran las que usufructuaban los tecpanecas. El
segundo, que el reparto implicó probablemente, que los xochimilcas ocuparan
nuevas tierras, sobre todo hacia el área de Milpa Alta y que se dedicaran a la
construcción de un mayor número de chinampas, lo que evidenciaría el control
desde un nivel político superior, como el mexica.
Este reparto de tierras es posible que no haya sido el único.
Algunos indicios señalan que debieron incrementarse con los siguientes.
Las crónicas refieren varios repartos de tierras a los militares
distinguidos siendo los del territorio de Xochimilco tan solo uno de ellos. En
realidad, antes de emprender una incursión armada, algunos pochtecas o
comerciantes, que algunas veces estaban como espías, informaban a los
dignatarios de México acerca de las características geográficas y materiales de la
zona visitada, de los recursos naturales disponibles, sobre todo, de su cuantía
para poder determinar los tributos y el volumen de estos, pero sobre todo el
estado de ánimo de la población, es decir, el grado de cohesión interna y la
resistencia y la oposición que presentaban a los mexicas. De esta manera
870
distinguieron si la oposición venía solo de parte de los tecuhtlis o de los pillis,
todos o en parte, o se trataba de un sentimiento más extendido entre la población.
Antes de decidir las incursiones armadas, se reunía un grupo distinguido de
militares, bajo la dirección del tlatoani, examinaban la situación que estaba a su
consideración y determinaban si se aplicaba un castigo, el grado que tendría, o si
se les podía persuadir por la vía pacífica que continuaran con la entrega de
tributos o de plano, en el último y extremo caso, sí se castigaba a toda la
población, causando una gran matanza, de las cuales encontramos muy pocos
casos.
871
Otra sala del palacio, denominada tecpilcalli, servía para
juzgar a los nobles y hombres de guerra, diciendo que se castigaba el delito del
adulterio, en el caso de los indios principales, con la sentencia de muerte a
pedradas. En otra sala operaba una sala como si fuera un consejo de guerra en la
que se condenaba a muerte a los principales que se rebelaban en contra del
señor. En otra estaba una troje en la cual “se quedaban los mantenimientos del
maíz y lo había hasta por un plazo de 20 años sin dañarse”, pero también había
otras trojes en las cuales se guardaba toda clase de bledos y de semillas así como
de los productos que se traían de Tierra Caliente y también otras en las cuales se
guardaban fondos de chile y pepitas de calabaza. En otra sala estaban los
mayordomos “trayendo cada uno las cuentas de los tributos que tenía a su cargo
para dar cuenta y razón de lo que los señores le pidiesen” y se castigaba con
extrema severidad confiscando sus bienes y aplicándoles la pena de muerte a los
que robaran o hicieran mal uso de esos tributos. 63
El grupo se encontraba en un proceso de ampliación y
diversificación de funciones administrativas, judiciales y políticas en general,
indicando con ello, que estaba en curso un proceso de expansión y de
“modernización” muy probablemente hacia la configuración de un estado
propiamente dicho, lo cual jamás podremos saber con certeza pues se atraviesa la
guerra de conquista por parte de los españoles. Tanto en México como en
Texcoco, por ejemplo, las instalaciones dedicadas a los asuntos judiciales, eran
muy amplias y abarcaba una enorme gama de asuntos civiles, sociales y
económicos y por ello, había muchos “jueces”. Ello hace pensar que el poder
judicial” como se conoce en la cultura occidental, se estaba separando cada vez
872
más del campo de designación del tlatoani y se estaban estableciendo
procedimientos más complicados y prolongados. Destacan los castigos que se
infringían a los que cometían “delitos económicos” que eran en realidad delitos en
torno al manejo de los tributos, los cuales eran castigados con una gran severidad
no solo por razones morales, sino porque en estos bienes, en su conjunto, residía
el poder real de los mexicas. Delitos como el robo, en sus diferentes modalidades,
eran muy sancionados pues su contrapartida, la honestidad, era una de las
virtudes más premiadas.
873
Con respecto de Acamapichtli, Chimalpain, confirmó que este
había sido educado en el Colegio de la Casa del Señor Acalmiztli que era de linaje
cachua y había nacido en Culhuacán mismo aun cuando ciertamente su padre era
un vasallo mexicano chichimeca, pero su madre, dicho sea con respeto, fue la
princesa Atotozlli, hija de Cocoxtli, señor de Culhuacán. Que Acamapichtli había
gobernado durante 21 años “pero que no había sido sucedido por ningún señor. Al
parecer fue una época de divisiones en Chalco pues algunos de los tributarios
habían salido a otras regiones. También hizo referencia a lo que se derivó de la
conquista de Azcapotzalco al afirmar que “en tiempos de ese servíamos de
peones cultivadores y de que les servíamos de albañiles constructores de sus
casas a los mexicas, además de que se le tributara al entrar a la Casa de los
Mexicanos con ropa de algodón de ambos sexos, con esmeraldas y aun con
pequeñas pepitas de oro que ellos poseía”. 64
Desde un principio, el grupo mexica se mezclaba con los
otros grupos humanos que había en la zona lacustre, en el marco de un proceso
de asimilación cultural y social, que realmente nunca terminó. Nunca vivieron
aislados o separados sino en permanentes alianzas y combinaciones, en donde,
al parecer, la nota sobresaliente, era la de reproducirse desde el punto de vista
demográfico y de esta manera sobrevivir en un escenario social sumamente
competitivo, pues la zona estaba muy densamente poblada y con pocas
superficies aptas para la agricultura. Encontramos que había matrimonios de
carácter político a nivel de los gobernantes y también relaciones sociales de
amistas y de matrimonio entre los miembros más bajos de la sociedad. Esta
mezcla constante con calhuas, tecpanecas, chalcas, xochimilcas, texcocanos y
874
otros muchos, muy probablemente debilitó los vínculos internos que había entre
clanes y los calpullis principales, algunos de los cuales, se disolvieron o se
integraron a otros de su misma naturaleza. Asimilaron la rica tradición cultural y
artística de los toltecas, pero también la combativa tradicional guerrera de los
chichimecas, hasta hacer de ellos una integración que les permitiera la
supremacía política y militar ya conocidas.
875
Durán indicó que Huitzilihuitl, sucesor de Acamapichtli, había
sido electo en una junta de cabildo entre los grandes y mucha gente común y
describió unos conceptos de la asamblea sostenida por los principales de los
cuatro barrios y que después comunicó al pueblo esa decisión indicando que
Huitzilihuitl “sería vuestro padre y amparo de vuestras necesidades” y después
todos, chicos y grandes, confirmaron la elección lanzando vivas. Al ser nombrado
uno de los ancianos les dijo que “bien saben el sobresalto en que vivimos y
trabajamos por esta tierra y termino ajena, por el cual somos tributarios de los de
Azcapotzalco. Concluyó Durán que la elección de los teculhtlis “era por votos y
consentimiento de todos, lo cual desde su origen y principio lo tuvo esta nación y
no heredaron los hijos por sucesión y mayorazgo como lo era nuestra nación, que
el hijo mayor hereda al padre”, ello no obstante que Huitzilihuitl tenía hermanos
mayores. Electo aquel se planteó la posibilidad de que tuviera como mujer una de
las hijas del rey Azcapotzalco y que “sino las diere, por aquí nos aliviara algo en
nuestro tributo. Este matrimonio tuvo éxito pues los tecpanecas acordaron reducir
“en forma considerable” los tributos que les habían impuesto.65
Al examinar las formas de transmisión del poder y de la
riqueza encontramos que no siempre se respetó el principio de que al hermano
mayor le correspondía el primer lugar en la línea de sucesión, como ocurrió en las
sociedades europeas, lo que permitió premiar más el parentesco que los méritos y
las virtudes. Por el contrario, siempre pesaron más estos, que los primeros, pues
podía ser un hijo segundo, un primo o cualquier otro familiar, lo que podría
llamarse como una herencia imperfecta. Esta forma de desconocer las reglas de la
herencia dinástica tradicionales se dieron en un contexto de lucha militar y político
876
constante con los demás grupos que habitaban la cuenca lo que hacía que todo
solos integrantes del grupo mexica estuviera siempre a prueba en el ejercicio de
sus virtudes, capacidades y su esfuerzo personal. Ser miembro de un “linaje real”
no aseguraba por sí la continuación de privilegios y prebendas, si había muchas
personas que habían demostrado mayor mérito en una aportación mayor a la
creación del poderío mexica.
877
Bandelier dijo a García Icazbalceta que:
“La organización social azteca es una democracia militar y no
una monarquía”, haciendo referencia a los términos “occidentales” formulando en
la Crónica Mexicana, de Tezozomoc, que era dirigido por un conejo en donde el
Tlatoani era miembro ex oficio de ese conejo e incluso lo presidía, pero que al lado
del jefe militar o Tlatoani estaba un jefe civil que se denominaba cihuacoatl. Lo que
verdaderamente investigó es la constitución de la antigua sociedad aborigen. De
tal manera encuentra o cree encontrar las divisiones orgánicas siguientes: la
familia que constituye la primera, el linaje, el barrio y el calpullis. Si semejante
división existe realmente es incompatible con una organización feudal, una
organización basada en la propiedad individual de la tierra, resulta imposible, las
tierras de cultivo debían ser propiedad comunal y las sedicentes tierras señoriales
debieran pertenecer no a una familia reinante sino a toda la tribu dominante. Los
pillali serían, pues, parcelas pequeñas reservadas, en medio de la extensión
ocupada por las tribus subyugadas, para el provecho común de las tribus
conquistadoras. Los títulos feudales desaparecen, los reyes, lo príncipes, lo nobles
desaparecen y en su lugar urgen lo jefes de familia o cencalli, lo viejo de la gens
(tlacamecayotl) y los jefes del barrio (calpullis) y finalmente los principales de la
tribu, todo electivo, pero de por vida, que podían ser revocados en caso de
cobardía e inepcia… 66
No era una democracia, ni una monarquía, a la manera como
se entiende este concepto en el leguaje occidental porque la elección de los
tlatoanis, aun en los casos de las modalidades más amplias y participativas, jamás
incluyeron la participación del pueblo,de los macehuales en esta decisión tan
878
importante en la cual solo se les comunicaba lo que una breve minoría había
acordado, ni tampoco una monarquía pues a pesar del gran poder político que
concentraba en sus manos, había una serie de contrapesos, como la presencia
del cihuacoatl, que también tenía atribuciones más grandes en el Consejo y luego
los poderes fácticos de los militares y de los comerciantes, que les permitía una
gran influencia en la toma de decisiones. Porque además, la principal forma de
propiedad no era la individual sino la colectiva, comunal, hasta prohibir que los
tlatoanis, pudieran disolver a los calpullis.
879
Al hablar del señor de Texcoco, Motolinía dijo que tenía 16
pueblos vasallos pero que “no tenían más tributo que hacer que reparar las casas
y obras del señor y de los templos y para ello buscaban y traían cal, piedra,
madera y todos los materiales y servían de leña medio año y en ella no había
señores sino mayores y principales que las regían, todo es como entero del Señor
de Texcoco y demás de los tributos que tenían n este pueblo el señor de Texcoco
muchas tierras que le labraban; a los templos del demonio había que servirle de
leña y gastabanse mucha más que no en el palacio y cuasi toda esa leña de
encino. Había 68 pueblos cuyos tributos se recogían en cierta parte y pueblos
principales y ahí estaban mayordomos mexicanos y de Texcoco y Tlacopa que
recogido lo repartían en tres tercios; el uno enviaba el mayordomo el señor de
México, que es el que está asentado en lo alto, el otro al señor de Texcoco que
está asentado en medio y el otro, al señor de Tlacopa, que está sentado abajo.
Después estaban 33 pueblos cuyos tributos recogidos por los mayordomos y
distribuidos de la misma manera que los anterior 68…”.67
En virtud de la forma de distribución de los tributos en el
contexto de la Triple Alianza es fácil concluir que a pesar del gran poder político o
militar que tenían los señores de México en la etapa inicial pues sufría una serie
de acotaciones en su capacidad para asignar la distribución de tributos, sobre todo
con sus principales aliados, siendo esta una fórmula para mantener el equilibrio en
esta confederación. En efecto, las afinidades con los texcocanos y los tecpanecas
eran de carácter histórico profundamente arraigadas en la historia de estos
pueblos y de carácter estratégico, sobre todo si tomamos en cuenta, que la Triple
Alianza también tenía enemigos muy peligrosos pasando las fronteras de la zona
880
lacustre que ninguno de los señoríos podían enfrentar con éxito, de una manera
aislada. Los tributos se repartían por terceras partes, a cada uno de los miembros
de la Triple Alianza para ratificar que todos tenían la misma estructura social, por
un lado, e idéntica racionalidad de recursos materiales.
881
Precisó Carbajal que “cada clase tenía privilegios e insignias
particulares de modo que, aunque el traje de aquellas gentes era muy sencillo,
desde luego se conocía el carácter de la persona. Solo los nobles podían llevar en
la ropa adornos de oro y de piedras preciosas y a ellos pertenecía exclusivamente
desde principios del reinado de Moctezuma II, los principales cargos de la casa
real, de la magistratura y de la milicia. El primer grado de nobleza en Tlaxcala, en
Huejotzingo y en Cholula, era el de Teuctli. Para obtenerlo se necesitaba ser de
sangre noble, de haber dado repetidas pruebas de valor, tener cierta edad, y sobre
todo, mucha riqueza, para erogar los grandes gastos que aquella dignidad atraía;
además estaba obligado el candidato a hacer un año de rigurosa penitencia, que
consistía en ayuno constante, frecuentemente efusiones de sangre, privación de
todo trato de mujeres y en sufrir resignadamente los insultos, los oprobios y los
malos tratamientos con que ponían a prueba su constancia.”68 Después describió
las fastuosas ceremonias que se realizaban para su ungimiento y la gran cantidad
de alimentos que se consumían, al titular de Teuctli se añadía el nombre propio de
la persona.
En la sociedad, los aspectos exteriores, es decir, la
indumentaria, tenía un alto significado social y de tal manera que tan solo con ver
este aspecto en las calles de una población se podía advertir que se trataba de
una comunidad hermana pues estaban muy divididos en grupos sociales
diferentes, en donde la riqueza individual era la principal fuente del poder pues las
indumentarias de lujo solo eran potestad de la breve minoría, se podía advertir
cuando eran pillis y cuando era macehuales, cuando eran militares de alto rango y
cuándo eran sacerdotes respetables. Un macehual no podía aspirar a vestirse
882
como un pilli, aun en el supuesto caso de que pudiera reunir una cantidad de
dinero suficiente para adquirir estas prendas pues muchos de ellos provenían de
los tributos que se pagaban de las poblaciones más distantes, de las tierras
calientes, los cuales tenían un elevado precio, pero además desde el punto de
vista social, esta expresión de igualdad estaba prohibida.
883
Al producirse la elección de Moctezuma Ilhuicamina, los
señores de Texcoco dijeron que había que huir de su enemistad, tengamos paz
perpetua y amistad inviolable con ellos, ya los conocéis, si los tópaselas en los
caminos y os pidieran de lo que lleváis, partido con ellos, acariciándolos, porque
de no hacerlo no perdemos nada y del contrario ninguna cosa se gana si no es
guerra e inquietudes, muertes, robos y derramamiento de nuestra sangre y
desolación de nuestra provincia. Por tanto, estando en paz y sosiego lo cual
recomendando a todos los pueblos y ciudades de mi reino, en particular a los
caminante y mercaderes porque estos son los que siguen y andan los caminos y
corren a las provincias a buscar la vida. Y no es justo que de nosotros salgan cosa
de ruindad ni poco respeto porque los macehuales son los que movieron las
guerras con su ignorancia y poco miramiento”. 69
Los dirigentes de los señoríos de México y Texcoco
aprendieron una lección muy importante la cual le dio a la Cuenca un largo periodo
de paz y esplendor: Tenían una coexistencia pacífica, no agredirse militarmente,
no recurrir a la guerra para dirimir sus diferencias, sobre todo en relación con el
cobro de los tributos y establecer una alianza política que fuera perdurable. De
esta manera, diferenciaron, por la vía pacífica, los pueblos, que les “tocaba” a
cada uno de los señoríos lo que significaba, en la práctica que los señores de
México recibirían un volumen menor de tributos, pero el sacrificio que estaba
haciendo, desde el punto de vista económico, se traducía en el establecimiento de
un clima de cordialidad y de buenas relaciones, un pacto de no agresión, pero lo
más importante de “paz perpetua”. De esta manera, los señores de México se
aseguraron un aliado político solido y permanente que les permitiera “cuidarse las
884
espaldas” con respecto de Tlaxcala. Los texcocanos, obraron con una gran
sabiduría política pues estaban conscientes del poderío mexica, el cual no podría
ser desafiado sin pagar grandes consecuencias humanas, optaron por un reparto
de los dividendos que cobraban a los pueblos sometidos y privilegiaron el
comercio.
885
De la elección de Moctezuma Segundo, el Códice Ramírez
solo afirmó que ocurrió durante un consistorio, el fuel fue convocado después de la
muerte de Ahuizotl. En este momento, el “imperio mexicano se encontraba
bastante dilatado” pues llegaban sus límites hasta Guatemala. Durante una
reunión con ancianos principales, el huey tlatoani manifestó, entre otros
conceptos, que “todos los que sirvieran en ser un caballero e hijos de príncipes y
señores y no solo los que iban de asistir a mi casa, pero todos los que tuvieron
cargos preferidos en todo mi reino han de ser tales porque estoy muy ofendido de
los reyes pasados que se sirvieron de semejantes cargos de gente baja y por
todos yo me determino privarles a todos de cualquier oficio real que tengan y dejar
mi casa y mi reino muy ahidalgados sin merecido de esta gente”. Un anciano le
respondió que de hacer esta reforma estaría indicando que deseaba reafirmar lo
que habían hecho los reyes en el pasado y que le extrañaría al pobre y humilde
macehual, a lo que Moctezuma contestó: “esto es precisamente lo que yo
pretendo porque ya saben con diferente en el estilo de los nobles y de los bajos y
si los principales se sirven de gente baja, especialmente los reyes, esta gente los
echará muchas veces de vergüenza porque enviándolos con sus embajadores y
recuerdos el rey, el caballero solo dirá cortesano y discretamente y ello con su
rudo lenguaje lo confundirá, al fin, son rústicos y por muy industriados que estén,
han de oler a su barbaridad “y después ordenó que se reclutaran para su servicio
solo a hijos de nobles y que se privara de cualquier oficio a los de bajo linaje.70
Los macehuales, o sea el grupo social mayoritario, era
utilizado para integrar los “batallones” del “ejército” y sobre ellos recaía el peso de
las agresiones y de la guerra y aunque en las oraciones formuladas durante la
886
ceremonia de ungimiento, los sacerdotes le pedían a los tlatoanis que los trataran
con cuidado, respeto y amor, en la práctica esto no sucedía pues una vez dueños
del poder político máximo, estos representantes se deben guiar por la defensa de
los intereses concretos y específicos de los mexicas y los cálculos políticos y
militares pesaban más que los requerimientos de orden religioso y espiritual, lo
que demuestra que los factores ideológicos siempre desempeñaban un papel de
contención de las reclamaciones populares y de fortalecimiento del sistema
político y económico existente.
887
Moctezuma aplicó una política tendiente a que las personas
solo utilizaran el vestido adecuado a su condición y naturaleza para distinguir a la
gene baja y plebeya, de los hijosdalgo y principales; solo podían ir vestidos con
prendas de lujo aquellos que se habían distinguido en las guerras pues eran
calificados como “valientes y esforzados pues Tlacaellel estableció el principio de
que el que no hubiese ido a la guerra “que no fuese tenido en cosa alguna ni
reverenciado ni se juntase, ni hablase ni comiere con los valientes hombres sino
que fuere tenido como hombre descomulgado o como miembro apartado, dijo
podrido y sin virtud”.71
En el periodo de Moctezuma, se consolidó la “meritocracia”,
es decir, la realización de frecuentes incursiones armadas contra muchos pueblos
para someterlos y explotarlos, permitió que muchos macehuales que se habían
distinguido en las acciones bélicas, adquirieran suficientes méritos económicos y
sociales y se transformaran de hecho en “nobles”, el sentido de que formaban
parte ya de la clase propietaria de los instrumentos de producción y por lo tanto,
compartían posiciones de poder o estaban cerca del mismo. Esta situación solo
podía haberse producido entre un incremento de la producción de bienes y
servicios y por lo tanto, ante un incremento de los excedentes económicos. La
ciudad de México-Tenochtitlán avanzó de una manera considerable como
conglomerado humano pues se construyeron muchos edificios, palacios, como los
llamaban los españoles, recintos religiosos, talleres artesanales, casas-habitación
lujosas para el alojamiento de los dirigentes políticos, construcciones de escuelas
del Calmecac, calles y avenidas. Así lo vieron los españoles cuando llegaron al
Valle. La concepción política de Moctezuma correspondió también a una especie
888
de auge y de expansión del llamado “imperio” pues para mantener el grado de
hegemonía que había alcanzado, se requería contar con un “ejército” no solo
numerosos sino bien entrenado y disciplinado, dirigido por militares “profesionales”
que a su vez estaban muy cerca del circulo político más reducido del Tlatoani.
889
Por su parte, el Códice Ramírez afirmó que el rey
Moctezuma hizo más rígido y cerrado el gobierno pues hizo que lo adoraran como
a un dios, estaba siempre recluido en su palacio, no tenía contacto con el pueblo,
nunca ponía los pies en la tierra ni se ponía un vestido dos veces, no permitía que
los hombres vulgares entraran al Palacio en donde vivían sus cortesanos y el que
lo hacía era “severamente castigado”, estableció órdenes militares como los
caballeros águilas, leones y tigre y “todos estos podían usar vestidos y palos de
algodón rico y labrado y de joyas de oro y plata y vasos dorados y pintados”,
exigía que se cumplieran escrupulosamente con las leyes. “Estando este señor es
tan grave trono y pujanza, habiendo extendido sus reinos en toda este nuevo
mundo, haciéndose temer, servir y adorar casi como a un dios habiendo reinado
14 años con esta prosperidad y pujanza, los vinos nuevos de cómo había
aparecido en el puerto que tenían, navíos con gentes extrañas, procediendo antes
de este en algunos años grandes prodigios y señales, cual en esta tierra jamás se
vieron”.72
El régimen político se fue tornado más rígido y “cerrado” en
la medida en que se precisaron con mayor nitidez los contornos de las clases
sociales, pero no obstante es necesario hacer una precisión que consideramos
necesaria: a pesar de su condición económica social de grupo explotado y
marginado, los macehuales participan: ya fuera directa o indirectamente en los
espacios de poder en la medida en que se dedicaban a la producción de alimentos
y al “arte de la guerra” o en la orfebrería y otras “artes menores”, in que por ello
significara que tenían una serie de derechos políticos. El hecho de “estar cerca del
Tlatoani”, de poder “verle la cara”, de “acompañarlo en sus giras de trabajo”, de
890
estar cerca de él en una serie de actos oficiales o ceremonias, les permitía obtener
una serie de privilegios y prebendas y una cierta influencia política. La necesidad
de mantener la expansión del “imperio” obligó a Moctezuma a seleccionar como
“favoritos del Régimen”, a los más valientes, a los más educados, a los mejor
formados, a los más productivos, establecido una serie de corporaciones y
estamentos que nos hacen recordar algunos de los existentes en la Europa
medieval, como las órdenes militares, pero debemos tener cuidado con las
comparaciones fáciles pues estas órdenes existieron en muchas culturas antiguas.
891
Es importante la mención que hizo Durán de la conversación
sostenida por Moctezuma y su tío Tlilpotayos quienes llegaron a la conclusión de
que era necesario cambiar a todos los funcionarios y representantes que había
nombrado Ahuizotl pues “muchos de ellos eran de baja cuenta e hijos de hombres
bajos, lo cual era gran menoscabo y gran bajeza de los reyes servirse de gente
baja y que él quería servirse de otro tanto tan buenos como él, lo uno, para honrar
su persona y lo otro, para que estando a su lado y siempre en su presencia los
hijos de los grandes señores y sus primos y hermanos, dependieran el camino
cortesano y el modo de gobernar, para cuando les supiesen, lo cual no debería
hacer duro ni pesado el privar de las cargas a todos los que las tenían porque él
quería ser servido a su voluntad y gusto y entablar su republica y reino a su
voluntad y llevar las cosas de su gobierno por la vía que a él le diera más contento
y por otra vía de la que su antecesor los había gobernado”.73 Le pidió a Tlilpotayos
que visitara a los reinos salientes y vecinos y reclutara a los hijos de la nobleza “y
que no viniese ningún bastardo sino todos legítimos”, sobre todo que se diera un
tratamiento especial a los jóvenes y a los mancebo para que pudieran ser
educados y formados en el arte del gobierno y pidió finalmente de todos sus
criados y servidores de la Casa Real sean hijos de nobles.
Todos los cronistas están de acuerdo en afirmar que estaba
en marcha un proceso de aristocratización y de selección de los funcionarios que
en distintas categorías y funciones desempeñaban puestos de poder, desde los
sacerdotes, hasta los jueces de las “tachuelas”. Por más “cerrado” que sea un
sistema político, existen mecanismos “naturales” de expresión de esta selección,
de esta obstrucción y también muestras de descontento y de oposición. El camino
892
de ascenso por la vía del linaje estaba agotado por lo que ahora se requerían
otros métodos que permitieran estimular a los más aptos y competentes. Debe
observarse que no se hacía referencia al grado de productividad que habían
alcanzado las sementeras de los calpullis, o los rendimientos de la agricultura
flotante de las chinampas, sino se hacía alusión a las actividades secundarias,
relacionadas con la satisfacción de necesidades de los miembros de la clase
dirigente y no de la clase explotada, hasta avanzar aceleradamente a la
especialización de las funciones del gobierno y de la administración pública.
893
Chavero afirmó que a raíz del reinado de Moctezuma
Segundo se comienzan a notar los “defectos” de la nueva organización social y
política pues al someterse todos los pueblos a México y convertirlos en tributarios
se generó un cierto descontento en esos pueblos que deseaban libertarse de este
yugo. “Esto producía tres resultados prácticos. El estado social de aquellos
pueblos era un estado de guerra constante que producía odios profundos entre los
vecinos y entre los mismos que aparecían sujetos a un señor; la geografía estaba
variando sin cesar lo que hacía que no pudiera desarrollarse el sentimiento de
nacionalidad y como no había más ley natural que la fuerza ni más derecho que la
conquista el mayor poder y la mayor riqueza estaba reservada a los pueblos más
guerreros”. Recordó la frase de Zorita de que en la Alianza entre los señores de
México, Texcoco y Tlacopa, estaba unida solo en relación con los aspectos de la
guerra, pero en todo lo demás eran iguales y tenían algunos pueblos comunes
cuyos tributos se repartían. Esto nos hace comprender que cada uno de los tres
Tecuhtli conservaba su completa independencia y tenían sus pueblos y sus
recursos propios”.74 Esto hacía que el Valle de Anáhuac hubiera un precario
equilibrio que podría romperse con la rebelión y oposición de uno de los aliados.
La “modernización “política llevada a cabo sobre la base de
la reivindicación de los derechos y aspiraciones de las corporaciones y
estamentos, se acercaba más a la naturaleza de la sociedad mexica y las
sociedades feudales europeas, que a las sociedades basadas en la monarquía. Es
muy grave afirmar que Moctezuma era “un monarca”, pues “tenía una corte,” “que
había una nobleza gobernando en su alrededor” pues más bien se trataba de una
selección de los más fuertes, los más aptos, los más capaces,
894
independientemente de sus características familiares o del linaje al que
pertenecían. El hecho de optar por un sistema político estamental obligó al grupo
dirigente mexica a utilizar con mucha frecuencia la vía armada, así como las
presiones efectivas y directas contra los pueblos sometidos, pues los señores de
México requerían en forma incesante de un mayor volumen de los excedentes
económicos para hacer frente a los crecidos gastos del gobierno y de la
administración pública. Se aumentaron los volúmenes de los tributos y los plazos
de entrega se hicieron más cortos incrementando el descontento propio de estos
pueblos.
895
Precisamente Byan Davies, afirmó que durante el reinado de
Moctezuma I, se había iniciado una gran actividad comercial hacia Tlaxcala en la
costa del Golfo, incluso hasta Coatzacoalcos y Tabasco de donde se importaba
cacao, algodón, ropa, miel, cera, plumas de papagayos y al hacerlo los aztecas
conquistaron Tlatlauhquitepec, cortando la ruta de Tlaxcala hacia el noreste y al
conquistar Ahuilizapan, hoy Orizaba, Cuetlixtla o Cotaxta cortaron las rutas hacia
los mercados del golfo, lo que trajo como consecuencia también que muchas
poblaciones se convirtieran en tributarios aztecas, pero que en general los
tlaxcaltecas se habían caracterizado por ayudar a todos los pueblos que eran
amenazados o conquistados por los aztecas. 75
Con Moctezuma, el grupo dirigente mexica alcanzó el cenit
de su desarrollo político y social pues a la vez que se incrementó el cobro de
tributo y la regularidad de sus cobros, se incrementó de una manera notable el
intercambio de productos, llegando incluso hasta la región de Centroamérica
actual en donde había otra cultura y pueblo con diferentes grados de evolución
material y política. Ello manifestó un elevado progreso social y político de dos
sectores, el de los militares, por una parte sobre los cuales se sostenía el
crecimiento de la base material de dominación y los comerciantes o pochtecas que
actuaban en forma mancomunada, desempeñando funciones si bien era distintas,
también eran complementarias entre sí. Cuando algunos productos no podían ser
adquiridos por medio de la implementación del régimen tributario es decir, por
medio de la imposición y de la fuerza, se recurre a su adquisición por conducto del
método de intercambio, sobre todo de artículos de uso suntuario. Estos crecerían
en forma considerable pues había una casta burocrática más grande y numerosa
896
en las principales ciudades de la Triple Alianza y por lo tanto se requería de un
volumen más alto de esos bienes para satisfacer su apetencia hacia los artículos
suntuarios, ya que el uso de éstos, era sinónimo de poder político y de riqueza.
897
Según el Códice Mendocino, “Moctezuma fue hijo de
Axayacacin, tuvo méritos de hombre valiente en las guerras por lo que tuvo título
de Itacalecatl y ansí sucedió en el dicho señorío, amplió más a todo extremo el
imperio mexica dominando sobre todo los pueblos de la Nueva España en que se
daban y pagaban grandes tributos de valor de mucha riqueza y fue todos sus
vasallos por extremo temido y por consiguiente sus capitanes y principales y que
ninguno cuando negociaba con el gran asentamiento que le tenían y temor no
osaban mirarlo a la cara sino tenía los ojos bajo en el suelo y la cabeza humillada
e inclinada al suelo y después hizo conquistar 44 pueblos y los sujetó debajo a su
señorío y en reconocimiento de vasallaje todo el tiempo el discurso de su vida le
pagaban muchos y grandes tributo”.76
De la lectura de las crónicas tradicionales, de los estudios
que han hecho historiadores y antropólogos nacionales y extranjeros, podemos
concluir que Moctezuma gobernó sobre la base de una gran concentración
unipersonal del poder, acompañado por los estamentos y las corporaciones de
sacerdotes, artesanos especializados, comerciantes y militares de alto rango, los
cuales aparecieron englobados dentro del término genérico de “nobles”. Ello hizo
pensar en forma simplista que la sociedad mexica del siglo XVI se asemejaba más
a una monarquía como la de Francia, pero esto no es así pues los estamentos y
las corporaciones mexicas estaban sujetas a una gran movilidad interna, más aún
que probablemente las cortes europeas que sí habían llegado a un elevado grado
de integración, de las cuales surgirían las clases sociales del sistema capitalista
que se anidaban en su seno. A pesar del poder económico, social y político que
ejerció el Tlatoani, estaba sujeto a los contrapesos que implicaba el
898
funcionamiento de la Triple Alianza por lo que muchas determinaciones políticas
no las podía tomar él solo sino las tenía que consultar con sus aliados.
899
Afirmó Soustelle que de los cuatro dignatarios que
acompañaban en el gobierno a Moctezuma, la mayoría se ocupaba de funciones
militares por lo que les concedió una gran importancia a los guerreros y la mayoría
eran familiares o personas cercanas al tecathlli. “En la medida en que se eleva de
categoría, aumenta su renombre y al mismo tiempo reciben, con él derecho de
llevar el atuendo y los ornamentos cada vez más lujosos, regalos en especie y el
producto de algunas tierras. No solo no están obligados, como el ciudadano
común y corriente, a cultivar su propia parcela, sino que hasta se les regala otra, la
mayor parte de las veces del país conquistado, las cuales son cultivadas para
ellos. Tienen bellas mansiones, con numerosa servidumbre, vestidos y joyas
espléndidas, abundantes reservas en sus graneros y en sus cofres; son ricos pero
no hay que olvidar que su riqueza solo viene después de los honores, como
consecuencia de ella. Se es rico porque se reciben honores, porque se es rico: es
absolutamente imposible que un miembro de esta clase dirigente se enriquezca
por otro concepto que no sean proezas. Esta clase dirigente se reclutaban entre la
masa de los ciudadanos. Todos quieren, sin tener en cuenta su origen, que llegan
a capturar o sus 4 prisioneros, se convertían en tequihuo y llegaban de un salto a
la capa superior de la sociedad. Por otra parte, el emperador designaba para
ocupar los puestos más elevados a quienes los merecían”.77
900
Al referirse a la relación de Moctezuma, el viejo, Durán
señaló que todos los reyes anteriores habían dejado hijos y que muchos de ellos
eran valerosos capitanes pero que no era conveniente elegir como sucesor de
Ahuizotl uno que fuera muy joven, sino a uno maduro y este era el príncipe
Motecutzoma. Este no se encontraba en el recinto en donde se había hecho esta
elección y fue buscado y encontrado en el templo, en donde Cihuacoatl, hijo de
Tlacaellel, desempeñó la función de representante de todos ellos. En la ceremonia
en la que los principales le dieron una serie de consejos destacó el del rey
Toloquihuatli, sucesor de Nezahualpilli, en Texcoco quien le dijo que “tuviera en
cuenta a los pobres macehuales, que están con las alas y las plumas, pies y
manos descarnados; mira que no sean maltratados, ni oprimidos, ni perezcan sin
justicia, por no tener quien hable con ellos. Ten cuenta con honor a los señores,
que estos son las fuerzas contra Tlaxcala, Mechuacán y Meztilla y todas las
demás fronteras enemigas de los mexicas, contra los cuales has de estar siempre
remendando tus armas, enderezando tus flechas y componiendo la espada”. 78
El distanciamiento que había provocado la política de
favorecer a los militares, a los artesanos especializados y a los comerciantes para
integrar los órganos del poder, probablemente le restó base social a Moctezuma y
ello se reflejó durante la conquista pues fue relativamente débil la resistencia y la
oposición que ofrecieron a los españoles durante la toma de la ciudad de México.
No debemos olvidar que mientras el “ejército” de Cortés se componía de unos 300
efectivos europeos, más un elevado número de “soldados” tlaxcaltecas y de otros
pueblos que se le habían incorporado, las “fuerzas” de Moctezuma estaban
integradas potencialmente por miles de individuos, pero empleamos el concepto
901
“potencialmente” pues en realidad esto no sucedió. No hubo una defensa común,
colectiva de la ciudad de Tenochtitlán de parte ni siquiera de sus habitantes y
menos aún de los otros pueblos comarcanos, lo que permite concluir que pesaban
más las diferencias, los resentimientos, los rencores y los odios sociales e
individuales y que por ello no existió ninguna integración perdurable del llamado
imperio azteca.
902
Los reyes de Texcoco le ofrecieron a Moctezuma paz y
sumisión con las siguientes palabras.
“Has de saber señor que todos aquellos tus vasallos así
principales como gente común, se someten debajo de su sombra pues estás
puesto como árbol de gran sombra, como los sabinos. Estos y yo en su nombre,
(en referencia a los niños de Texcoco) te venimos a suplicar y a implorar tu suma
clemencia para que tengas a bien preservarnos en tu paz y concordia y que no
permitas que en ningún tiempo nos se ahecho la guerra de México porque se yo,
sin propósito ni fío ninguno, me rebelase contra México y le hiciese guerra,
conozco que la furia de los mexicanos es sin medida ni termino, saca a la gente
debajo de las tierras, es vengativo e insaciable en hecho y matar. Por lo tanto le
ruego que los reciba por hijos y por siervos sin guerra, ni contienda porque ellos te
quieren a ti por padre y madre, por su consuelo y a toda la nación mexicana por
amigos”. El valeroso Tlacaellel contestó diciendo que ellos (los aztecas) no
aceptaban con frecuencia las treguas “pues no somos cobardes ni temerosos y
declaramos que hemos vencido a los de Texcoco” por lo que reclamó su rendición
porque así “quedará nuestra fama y honra sin mácula alguna y ellos sin lesión ni
enojo y los macehuales sujetos nos servirán cuando hubiéremos menester y las
demás provincias y ciudades temerosas y acobardadas con la forma de haber
destruido a Texcoco y su provincia”. 79
En el marco de la combinación entre la diplomacia y la fuerza
que había sido el argamasa de la dominación mexica, pesaba más la segunda
que la primera, pues toda esta consideración del gran poderío bélico que
ostentaban los mexicas y de la furia y la violencia con la que habían castigado a
903
los pueblos insumisos. Ninguno de los pueblos sometidos, que tenían una notoria
debilidad política y militar con respecto de la de los señores de México, esperaba
sufrir este tipo de consecuencias y sacrificios. La Triple Alianza se encontraba en
un proceso de consolidación ideológico y política, pero dicho proyecto unificado no
pudo madurado porque todavía no se superaban algunas de las resistencias y de
las dificultades que se habían acumulado en el transcurso del tiempo.
904
Estudio Garaty las distintas regiones en donde hubo área de
mercado identificado la cerámica utilitaria en la región acalhua que indicaba la
centralización de Texcoco y Teotihuacán como principales proveedores; después
estaba la región de Cuautitlán pero también había intercambio de estos artefactos
entre estas dos zonas. Pensó que “Tenochtitlán tenía más capacidad que Texcoco
y Cuautitlán de mantener el control sobre su propio mercado, lo que significa que
la mayoría de los impuestos del comercio iban a parar a los señores mexicas. Esto
rendía un enorme beneficio procedente de los impuestos considerando la gran
ventaja demográfica de la zona de Tenochtitlán sobre las otras dos zonas”.80Así
por ejemplo, mientras la zona acalhua “importó” el 20% de su cerámica,
Tenochtitlán lo hizo en un 17% a Cuautitlán un 27% por lo que tres cuartas partes
de la cerámica utilitaria importada en la zona acalhua provino de la zona de
Tenochtitlán y que era esto lo que monopolizaba esa producción y venta.
En el contexto de la Triple Alianza, los señores de México
constituían el núcleo central del poder económico pues tenía el más amplio
sistema de tributación de la Cuenca y por lo tanto eran los poseedores y los
usufructuarios del mayor volumen de bienes y servicios que había en la región. Su
superioridad material era clara y evidente, si a ello agregamos el gran volumen de
intercambio comercial que habían logrado alcanzar hasta la zona de las Hibueras
y probablemente hasta el Perú. Había, además, una gran cantidad de talleres de
cerámicas, de orfebrería, de tallado de piedras de obsidiana y de otros productos
utilitarios, lo que les permitía tener una gran autonomía económica aunque
seguían dependiendo en gran medida de las pieles, de los colorantes de telas, del
oro y de las joyas preciosas, que se tenían que traer desde sitios muy remotos y
905
en medios de grandes dificultades. Si bien el consumo básico de los macehuales,
estaba asegurado incluso por la producción doméstica, el de las clases
privilegiadas no estaba satisfecho y se tenían que hacer grandes erogaciones y
sacrificios para que así fuera.
906
Bueno Bravo fue de la idea de que Moctezuma había
aplicado una política centralizadora “para retar poder a los influyentes mercaderes
pues parece que debido a la riqueza acumulada podía superar a los de los nobles
de nacimiento. Estos cambios afectaron al sistema tributario, organizado un
reparto de responsabilidades por niveles, liberado el sistema de la responsabilidad
total. Cada cabecera respondió de lo que tributaban sus sujetos en Tenochtitlán
solo tenían que recibirlo de sus provincias. Se estableció un calendario de pago en
el que los cuentadantes tenían que reanudar sus cuentas en Tenochtitlán en fecha
muy señalada, generalmente coincidiendo con alguna festividad, en la que se
podía sacrificar a algún familiar de los que rendían cuentas. Esto siempre era útil
pues impresionaban en los tributarios y servir de barómetro para saber de qué
grado de lealtad disfrutaba el imperio. El afán reformador afectó también a los
recaudadores del tributo. El Tlatoani no quería que fueran nobles porque este pidió
acumular poder económico, reclamar algunas legitimación y por tanto, alzarse
contra él. Tampoco podía ser un plebeyo ya que tenía que relacionarse con nobles
y situarse en un nivel de superioridad. La salvación la encontró en los nobles
meritocráticos que tenían suficiente dignidad para representar los temas del
imperio pero nunca podían ser noble ilegítimos para reclamar ninguna sucesión.
El aporte militar se estableció como un tributo aunque no se denominara como tal;
de esta forma, algunas provincia estaban obligados a dar hombres para reforzar
las filas del ejército”.81
En cierta forma la política de Moctezuma era una ratificación
del pasado pues otorgó a muchos nobles por el parentesco y el linaje, la
posibilidad de ocupar puestos públicos, sin tomar en cuenta los méritos que
907
llegaran a tener. Pero no fue desde luego un ingreso de carácter mecánico pues
trataban a toda costa de otorgar poder político a quienes ya tenían poder
económico puesto que eran pillis; esto hace pensar a algunos historiadores que se
trataba de constituir un gobierno de nobles, un gobierno basado en la nobleza y de
ser así los mexicas estarían evolucionando hacia un régimen monárquico tipo
europeo pero por el otro lado, le concedía una gran importancia a los nobles pues,
además, tenían méritos militares y políticos, sin tomar en cuenta, claro está, a los
macehuales pues como grupo social siguieron postergados de estos cargos.
908
Precisamente, Nicolás de San Vicente Paulo, de la los
Agustinos, precisó que había un señor universal que recibía tributos, y era desde
luego Moctezuma, pero había otros principales particulares, como el señor de
Mestitlan, que no pagaban un tributo determinado en efectivo sino solo para las
fiestas y para participar en acciones bélicas. “En esto de los señores universales
particularmente y de todos los otros señores naturales ha de tener su majestad
grande escrúpulo en haberles quitado su señorío y renta y entregándoselos los
encomendero extraños en ello, sin dar a mucho de ellos un pan, ni dividir con ellos
los tributos. En cada pueblo había un señor particular, este si no era del patrimonio
del señor universal, ponía uno como mayordomo que quitaba y ponía cuando le
parecía y todo el servicio acudía al señor universal. Al señor particular servían más
que al universal en los pueblos porque se su servicio era continuo en darle lo
necesario y hacerle sus cosa y hacerle sus sementeras de todo género y servicios
de hombres y mujeres, tenían sus esclavos y esclavas, que otros servicios de
mantas eran muy poco, que sus esclavos hacían sus mantas y ahora que les
habremos quitado los esclavos quedan los pobres señores más pobre que los
pobres macehuales y así el señor universal de Mestitlan va con su coa a labrar la
tierra como el más pobre macehual del pueblo…82
No se entendería el funcionamiento del sistema político, sin
el papel decisivo y fundamental que ocuparon los señores particulares o Tecuhtlis
pues estos tienen la función de asegurar que los proyectos de recaudación de
tributos formulados por Moctezuma se cumplieran, ya que de no hacerlo, habría
serios problemas de abastecimiento de alimentos y de pagos y recompensas.
Moctezuma premiaba a los Tecuhtlis que cumplían con este objetivo y sancionaba
909
a los que no lo hacían o realizaban operaciones irregulares con los tributos,
aplicándoles serios castigos. Era un sistema piramidal que se reproducía de arriba
hacia abajo y que requería de una fuerte dósis de ejercicio del poder y de la
autoridad, al grado que cada cierto tiempo podía revisarse los montos tributarios,
hacia la baja, lo que favorecía a los macehuales.
910
Ante la decisión de Moctezuma de construir una “suntuosa
casa”, a Huixilopochtli, le requirieron al rey de Chalco que les ayudara con el envío
de varias piedras grandes “las cuales tenían en forma sobrada en los cerros”. Pero
no estuvieron dispuestos a cooperar lo que suscitó se declarara una nueva guerra
contra ellos. Al ser derrotados los chalcas en Amecameca dijeron que: “ya
estamos en vuestro poder (el de los mexicas) lo que tenemos para servir es
madera para vuestro edificio, con piedras, con tierra, con canoas labradas, con
terrazgueros y peones para vuestras obras, con gente valerosa y esforzada para
vuestras guerras, con bastimento para ello y no con otra cosa”.83 Acto seguido se
hizo el reparto de Chalco entregándole una parte importante a la Real Corona, otra
parte a Tlacaellel y luego a cada uno de los principales.
El conocimiento de los recursos naturales de cada uno de los
pueblos sometidos o por someterse, permitía, entre otros factores, que los
mexicas planificaran no solo sus acciones militares, sino los vínculos de amistad y
de colaboración que deseaban establecer con ellos. Partían del principio de que
había pueblos a los cuales no era conveniente hacerlos vasallos, ni declararles la
guerra, ni reclamarles el pago de tributos, porque eran más útil para los fines
estratégicos del propio gobernante, tenerlos como amigos, aliados o bien como
proveedores de un bien, un producto, o un servicio. Tal fue el caso de Chalco el
cual se distinguió por tener “muchas piedras muy grandes y labradas”, las cuales
se necesitaban para la construcción de palacios, templos y otros edificios y que
era conveniente traerlas a México por medios acuáticos, dada la cercanía
geográfica de este lugar. Había entonces una política revestida de una gran
astucia que revelaba la existencia de un equipo de jefes y funcionarios que tenían
911
una aguda inteligencia, una clara racionalidad en sus acciones, lo que reflejaba
también la madurez política a que había llegado la dirección encabezada por
Moctezuma.
912
En la lámina LXVII del Códice Mendocino un cacique de un
pueblo, por haberse rebelado contra el señorío de México, tiene una soga en la
garganta pues ha sido condenado a morir y su mujer y sus hijos cautivados y
llevados a la corte de México en cumplimiento de la condena. En otra escena se
anuncia al señor que se ha rebelado contra los mexicas que será destruido o
asolado y aparecen también unos mercaderes que apostaron a las tierras de esos
caciques y unos salteadores que en los caminos han matado y que han robado
mercancías en los caminos. También aparece el momento de la ejecución que es
por medio del ahorcamiento y presencian la escena mujer e hijos que llevan varas
atadas al cuello que significan prisión o esclavitud.84
La política de expansión descansaba sobre todo en la
aplicación de la mano dura, la extrema violencia contra aquellos señores,
dignatarios o tecuhtlis que intentaban rebelarse o que de hecho lo hacían. El
mayor acto de osadía y de rebelión era el de negarse a pagar tributos; las crónicas
señalan que los mexicas llegaron al extremo de “arrasar” a esos pueblos, es decir,
efectuar una serie de matanzas colectivas que implicaban por lo menos
teóricamente la desaparición de un grupo humano completo, y /o hacerlos
esclavos. Todo ello, incluyendo a las mujeres y a los niños, discapacitados y a los
jefes, incendiar sus sementeras. Sin embargo, este era el extremo de la crueldad
de los castigos por lo que más bien había una graduación de los mismos. En
efecto, si masacraban a una población completa después no habría brazos para
cultivar las tierras, no habría cosechas, no habría producción de alimentos, lo que
afectaba no solo al pueblo pues de esta forma había sido humillado y sojuzgado
sino también a los mexicas como grupo dirigente dominador.
913
914
León Portillo refirió el carácter suntuoso y apoteósico que
tuvo la ceremonia en la cual Moctezuma fue ungido como hueytlatoani y al explicar
“el poderío mexica” dijo que era producto de la fusión que había experimentado
unos 100 años antes en el Valle de México con los toltecas, Teotihuacán y los
Chichimecas, pero tenían una “base demográfica bastante limitada. Sobre este
asunto coincidió con otros autores que había en Tenochtitlán unos 200 mil
habitantes, pero había muchos macehuales y esclavos, pero que su política de
dominio hacia “afuera”, era con el propósito de obtener de dichos pueblos
“servicios personales” y todo género de tributo con el fin de conservar tales
señoríos bajo se poder tenían que mantener ejércitos formados no solo por
mexicas sino también por personas sometidas, de preferencia de lenguas y cultura
náhuatl. Al hablar de la vida cotidiana en la ciudad indicó que había “notables
diferencias” entre los alimentos que consumían la “ente baja” y la suntuosa comida
y banquetes que consumían los principales señalando que prácticamente todo el
día había rituales y la mayoría de ellos giraban en torno a los dioses y a sus
creencias. 85
La descripción que hizo León Portilla de esta importante
ceremonia de carácter político representa en cierta forma la culminación de un
largo proceso histórico que abarca por lo menos 100 años, desde que llegaron los
mexicas al Valle. A la vez, se planteaba un panorama social muy contradictorio
pues había en la ciudad una “zona suntuosa”, llena de pirámides y templos, que se
encontraba sobre todo en el centro, en donde vivían los individuos privilegiados
por el linaje y la riqueza y al salir de este cuadrante, había muchos barros –así
identificados por los españoles- que en realidad habían sido asentamientos de los
915
calpullis, en donde habitaban los macehuales, los mayeques, los artesanos pobres
y en general, las “clases bajas”, para emplear la terminología española, refiriendo
que no existía una sociedad idílica, como lo desean presentar algunos indigenistas
trasnochados, pues la sociedad estaba inmersa en una serie de contradicciones
sociales y políticas, que desde luego aprovecharon en su beneficio los hispanos.
916
Bibliografía
Durán Diego. Historia de las Indias de la Nueva España e Islas de la Tierra Firme,
prólogo de José Rubén Romero Galván y Rojas Canela, Banco Santander,
México, 1990, 3 Vols., T. I, p.23
Códice Ramírez, Manuscrito del Siglo XVI, Intitulado Relación del Origen de los
Indios que Habitan esta Nueva España, según sus historias, Examen de la Obra y
Anexo de Manuel Orozco Berra, Editorial Innovación, México, 1973, 2943 p., p.39
Códice Ramírez, Manuscrito del Siglo XVI, Intitulado Relación del Origen de los
Indios que Habitan esta Nueva España, según sus historias, Examen de la Obra y
Anexo de Manuel Orozco Berra, Editorial Innovación, México, 1973, 2943 p., p.47
Códice Ramírez, Manuscrito del Siglo XVI, Intitulado Relación del Origen de los
Indios que Habitan esta Nueva España, según sus historias, Examen de la Obra y
Anexo de Manuel Orozco Berra, Editorial Innovación, México, 1973, 2943 p., p.64
Monjaras Ruiz, Jesús : "Nacimiento y Consolidación de la Nobleza Mexica",
UNAM, 1977, p. 281, p.79
Chavero, Alfredo, Historia Antigua de México, T. II, p.70
Chavero, Alfredo, Historia Antigua de México, T. II, p.65
Díaz del Castillo Bernal, Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España,
Prólogo de Claudia Parodi, Promex Editores, México, 1979, 2 Tomos, T. I., p.90
Chavero, Alfredo, Historia Antigua de México, T. II, p.93
Códice Florentino, Libro VIII, p.37
Morgan Lewis. La Sociedad Primitiva, p.129
Morgan Lewis. La Sociedad Primitiva, p.175
Morgan Lewis. La Sociedad Primitiva, p.176
917
Códice Florentino, p.231.
Garaty, Christopher, intercambio de mercado y consolidación en el corazón del
Imperio Azteca, Revista Española de Antropología Americana, 37, 2007, 26 p., p.
Byan Davies, Claude Nigel Los señoríos independientes del imperio azteca,
México, INAH, 1968, 276 p., p.144.
Santamarino Novillo, Carlos. Memoria y Olvido, Ostracismo y Propagandas: el
Imperio Tecpaneca en Fuentes e Historiográficas, Revista Española de
antropología Americana, 35, 2005, 16 p., p.
Lameiras, Brigitte Bohem. El Estado en Mesoamérica. Estudios sobre su Origen y
Evolución, Revista de Antropología Americana, 21, 1991, 41 p., p.13
Garcilita Castillo, Salvador. La Agricultura Mexicana desde el Punto de Vista del
Materialismo Histórico, Tesis de Licenciatura, Escuela de Economía, UNAM,
México, 1956, p.181
González Hermosillo, Francisco. De Tecpan a cabecera Cholula, la metamorfosis
de un reino soberano en el siglo XVI en ayuntamientos indios del Rey de España
durante el Siglo XVI, Revista de Dimensión Antropológica, Vol. 33, año 2005, p.
Monjaras Ruiz, Jesús : "Nacimiento y Consolidación de la Nobleza Mexica",
UNAM, 1977, p .288
Carrasco Pedro, Economía Política e Ideología en el México Prehispánico, CIS-
UNAM, Editorial Nueva Imagen, México, 1982, 257 p., p.46
Monjaras Ruiz, Jesús: "Nacimiento y Consolidación de la Nobleza Mexica",
UNAM, 1977, p .257
Carrasco Pedro. La Economía Prehispánica, En Ensayos sobre el Desarrollo
Económico de México y América Latina, p.23
918
Carrasco Pedro. Los Linajes Nobles del México antiguo, en Estratificación Social
en la Mesoamérica Prehispánica, p.23.
Carrasco Pedro. Los Linajes Nobles del México antiguo, en Estratificación Social
en la Mesoamérica Prehispánica, p.34
Carrasco, Pedro. Transformación de la cultura indígena durante la Colonia, en
Historia Mexicana, Vol. XXV, octubre-diciembre, 1975, Núm. 2, p.177
Orozco y Berra, Manuel, Historia Antigua de México, Primera Parte, Edición
preparada por Ángel María Garibay y Miguel León Portilla, Editorial Porrúa,
México, 1960, T. I., p.299
Olko, Justyno, Los Mensajeros Reales y las Negociaciones de Paz. El Concepto
de Guerra Justa entre los Aztecas, Revista Española de Antropología Americana,
vol. 34, 2004, 23 p., p.13.
Cabrera Vargas, María del Refugio. El Estado México en el Siglo XVI: La
Burocracia Estatal, en Boletín de Antropología Americana, Núm.25. julio 1992.
De Mendizábal, Miguel Othón, Obras Completas, T. II, p.71
Carrasco, Pedro. Documentos sobre el rango de Tecuhtli, entre los nahuas
Tramontanos en Tlalocan, Vol. V, 1966, Núm.2
Manuscrito Tovar, p.43
Torquemada, Juan, Monarquía Indiana, p.351
Durán, Diego. Historia de los Indios de Nueva España e Islas de la Tierra Firme,
prólogo de José Rubén Romero Galván y Rojas Canela, Banco Santander,
México, 1990, 3 Vols., T. I., p.294
Torquemada, Juan, Monarquía Indiana, T. IV, p.79
919
Durán, Diego. Historia de los Indios de Nueva España e Islas de la Tierra Firme,
prólogo de José Rubén Romero Galván y Rojas Canela, Banco Santander,
México, 1990, 3 Vols., T. I., p.269
Ávila Sandoval, Santiago. Una reflexión sobre la Historia de la Economía
Prehispánica, Análisis Económico, núm39, 2003, 14 p.,
Owenreel, Arij y Horekstra Rick., Las Tierras de los Pueblos de Indios en el
Altiplano de México, 1560-1920, Una Aportación Técnica Interpretativa., p.5
Relación del pueblo de Acatlán, 1581, en Papeles de la Nueva España, T. V,
p.64.
Los Once Discursos sobre la Realeza, p.67
Torquemada, Juan, Monarquía Indiana, T. IV, p.335
Torquemada, Juan, Monarquía Indiana, T. IV, p. 76.
Broda, Johanna, El Aparato jurídico del estado mexica: algunas reflexiones
acerca de lo público y de lo privado en el México Prehispánico, Revista, Nueva
Antropología, número 36, año 1989, 24 p., p.18
Durán Diego. Historia de las Indias de la Nueva España e Islas de la Tierra
Firme, prólogo de José Rubén Romero Galván y Rojas Canela, Banco Santander,
México, 1990, 3 Vols., T. I, p.33.
Díaz del Castillo Bernal, Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España,
Prólogo de Claudia Parodi, Promex Editores, México, 1979, 2 Tomos, T. I., p.174
Durán, Diego. Historia de los Indios de Nueva España e Islas de la Tierra Firme,
prólogo de José Rubén Romero Galván y Rojas Canela, Banco Santander,
México, 1990, 3 Vols., T. I., p.255
920
De Zorita Alonso, Breve y Sumaria Relación de los señores de la Nueva España,
prólogo y notas de Joaquín Ramírez Cabañas, UNAM, México 1963, 201 p., p.29
De Zorita Alonso, Breve y Sumaria Relación de los señores de la Nueva España,
prólogo y notas de Joaquín Ramírez Cabañas, UNAM, México 1963, 201 p., p.13
De Mendieta, Gerónimo, Historia Eclesiástica Indiana, 4 Vols., México, sin fecha,
Editorial de Salvador Chávez Hayhoe, T. I, p.180
Santamarina, Novillo, Carlos. Memoria y Olvido. Ostracismo y Propaganda,
Revista Española de Antropología Americana, 2005, Vol. 35, 43 p., p.17.
Hernández Francisco. Antigüedades de la Nueva España, Edición de Ascensión
Hernández de León y Portilla, Crónica de América, Dastin, Madrid, España, 2003,
257 p., p.87.
Chavero, Alfredo, Historia Antigua de México, T. II, p.192
Van Zantwijk, Rodolf. La Entronización de Acamapichtli de Tenochtitlán y las
características de su gobierno, en Estudio de cultura Náhuatl, Vol. 15, 1982,
México, UNAM, p.25.
Códice Ramírez, Manuscrito del Siglo XVI, p.93
Rodríguez Reyes, Álvaro. Perfil Histórico de Tlacaelel, EdoMex, México, 1986, 71
p., p.23.
Rodríguez Reyes, Álvaro. Perfil Histórico de Tlacaelel, EdoMex, México, 1986, 71
p., p.63
Chimalpain Cuauhtlehuanitzin, Domingo Francisco de San Antonio Muñoz,
Relaciones Originales de Chalco Amaquemecan, Paleografiada y traducida del
Náhuatl, con una introducción de Silvia Rendón, Prefacio de Ángel María Garibay,
México, FCE, 1965, 321 p., p.198.
921
Caso Alfonso, Instituciones Indígenas Prehispánicas, en De Teotihuacán a los
Aztecas, p.346.
Durán, Diego. Historia de las Indias de la Nueva España, T. II, p.317
Durán, Diego. Historia de las Indias de la Nueva España, T. II, p.300
Pérez Zevallos, Juan Manuel. Cambio y Poder en Xochimilco, (S.XVI), Tesis
Profesional, ENAH, 1990, 233 p., p.220.
Códice Florentino, T. II, p.280
Chimalpain Cuauhtlehuanitzin, Domingo Francisco de San Antonio Muñoz,
Relaciones Originales de Chalco Amaquemecan, Paleografiada y traducida del
Nahual, con una introducción de Silvia Rendón, Prefacio de Ángel María Garibay,
México, FCE, 1965, 321, p. p.194
Durán Diego. Historia de las Indias de la Nueva España e Islas de la Tierra
Firme, prólogo de José Rubén Romero Galván y Rojas Canela, Banco Santander,
México, 1990, 3 Vols., T. I, p.33.
Carta de Adolfo Bandelier a Joaquín García Icazbalceta, 8 de septiembre de
1875, en México Antiguo, p.341.
Motolinía, Toribio, Memoriales, p.352
Carbajal Espinosa, Francisco. Historia de México, desde los primeros tiempos de
que hay noticias hasta mediados del siglo XIX, México, Tipográfica de Juan
Abadiado, 1862, 2 Vols., p.589
Martínez, José Luis, Netzahualcóyotl, Vida y Obra, FCE, México, 1986, 314 p.,
p.233
Códice Ramírez, Manuscrito del Siglo XVI, p.99
Códice Ramírez, Manuscrito del Siglo XVI, p.183.
922
Códice Ramírez, Manuscrito del Siglo XVI, p.182
Durán, Diego. Historia de las Indias de la Nueva España, T. II, p.404
Chavero, Alfredo, Historia Antigua de México, T. II, p.113
Byan Davies, Claude Nigel Los señoríos independientes del imperio azteca,
México, INAH, 1968, 276 p., p.
Paleográfico del Códice Mendocino, p.47.
Soustelle Jacques. La Vida Cotidiana de los Aztecas en Vísperas de la Conquista,
versión en español de Carlos Villegas, FCE, México, 1972, 272 p., p.60
Durán, Diego. Historia de las Indias de la Nueva España, T. II, p.402
Martínez, José Luis, Netzahualcóyotl, Vida y Obra, FCE, México, 1986, 314 p.,
p.235
Garaty, Christopher, intercambio de mercado y consolidación en el corazón del
Imperio Azteca, Revista Española de Antropología Americana, 37, 2007, 26 p.,
p.21
Bueno Bravo, María Isabel. El sistema de Control en el Imperio Azteca, 26 p.,
p.11
Parecer de fray Nicolás de San Vicente Paulo sobre el modo de tributar de los
indios, en tiempos de su gentilidad, 27 de agosto de 1554, en Epistolario, T. XVI,
p.57.
Durán, Diego. Historia de los Indios de Nueva España e Islas de la Tierra Firme,
prólogo de José Rubén Romero Galván y Rojas Canela, Banco Santander,
México, 1990, 3 Vols., T. I., p. 203
Kingsbourogh. Lord. Explicación del Códice Mendocino, T. I, p.144
923
León Portilla Miguel. Los Mexicas en Tiempos de Moctezuma Xocoyotzin,
Memoria de El Colegio Nacional, México, 2000, 421 p., p.
924
Capitulo VI
Una Concepción
del Mundo
925
Dijo Florescano que “los relatos cosmogónicos nahuas
mencionaban un pareja divina que dio origen al mundo y a la vida: Tonacatecuhtli
y Tonacihuatl, un desdoblamiento de la dualidad suprema Ometeotl. A semejanza
de Ometeotl esta pareja era auto creadora, eterna, fuente de toda vida, moraba en
uno de los lugares más altos del celo, en el decimotercer piso; dando origen a
otras deidades, cada una identificada con un color: Tezcaltipoca rojo, Tezcaltipoca
negro, Quetzalcóatl, blanco y Huitzilopochtli, azul. Pasados 600 años de
inactividad, Quetzalcóatl y Huitzilopochtli comenzaron la creación el mundo.
Crearon el fuego y el sol, aunque no un sol entero, sino apenas un medio, el que
alumbraba poco. Crearon también a un hombre y a una mujer; al hombre le
encomendaron que cultivara las tierras y a ella que hilase y tejiese. De Oxomuco y
Cipactonal, la primera pareja humana, nació la generación de los macehuales, a
quienes los dioses debían vigilar para que no dejaran de trabajar.
Simultáneamente crearon también los cielos y el agua en la cual había un “como
lagarto”; Tlaloc y a su pareja Chalchihtlicue, juntó con numerosos tlatoques,
diosecillos que los ayudaban a volcar las aguas sobre la tierra. Esta primera
creación del universo se hizo junta “y sin diferenciar edades. A parir de ese
momento comenzaron la era de los soles, la tapa gobernada por la potencia
divina que creó el movimiento y que le adscribe un origen y un final y las sucesivas
eras que van creando los dioses.”.86
Aunque la primera pareja humana era eterna, como lo dijeron
muchas comunidades humanas a través del tiempo y en esto el grupo mexica no
era la excepción, era avanzado el concepto de que el movimiento de dicha pareja
estaba creada, es decir, no había sido creada por un dios, sino era eterna.
926
¿Alguien, algún ser, debía haberles dado el primer impulso, el “primer empujón”, el
“primer motor”, como decía Aristóteles? De esta primer apareja surgieron todos los
individuos, los seres, los objetos que habían sobre la faz de la tierra, los cuales
sufrían un proceso de transformación y finalmente perecían. Aunque también
nació el sol, este no estaba desarrollado a plenitud, por lo que podían apagarse en
un momento dado, causando graves consecuencias a toda la humanidad. Ello
permitía que para evitar esta catástrofe, se debiera alimentar en forma
permanente. El trabajo, asociado a los macehuales, también nació en este
escenario, siendo este también una fuente primigenia.
También Cervantes afirmó que con base en las figurillas encontradas en la
Cuenca de México había chamanes, acróbatas, bailarines y músicos. En general
su trato de grupos sociales que veneraban a las fuerzas de la naturaleza, así
como el culto a la muerte. “La religión era básicamente de tipo mágico,
relacionada con la adoración de las fuerzas de la naturaleza, de las cuales
dependía la agricultura y las cosechas, de hecho todavía no existía ninguna
deidad o personificación de alguna fuerza natural, ni representaciones constantes
de elementos simbólicos sino que se está en una etapa de búsqueda de ella y solo
se observa la importancia de un tótem o patrón felino relacionado con la llegada
de los olmecas”.87
La ideología estaba, en esta primera etapa, asociada a la
religión, de tal manera que se confundían ambas esferas de la actividad
intelectual, era una ideología fundamentalmente religiosa, porque los seres
humanos desconocían la causa de los fenómenos naturales y entonces los
vinculaban siempre con fuerzas sobrenaturales o divinas. ¿Quién causa la lluvia?
927
Un dios, ¿Quién origina un temblor de tierra? Un dios, ¿Quién provocó una
sequía? Un dios y así sucesivamente. El hecho de que fuera una deidad la que
ocasionara todos estos fenómenos hacía a los seres humanos individuos
dependientes y pasivos que estaban sometidos a una serie de designios externos
que solo podían conjurar o evitar con una serie de ofrendas, plegarias o sacrificios.
Todos los seres humanos estaban sujetos a estos agentes que recibían las más
diferentes denominaciones, pero que la esencia era la misma, se trata de seres
que por su gran fuerza y poder destructivo, solo podían ser apaciguados, sin llegar
a someterlos y controlarlos nunca. Del establecimiento de estas relaciones de
sojuzgamiento de los seres humanos a los dioses, de la incesante lucha por
mantenerlos “contentos” y “satisfechos” dependía la continuidad de la vida sobre la
tierra y la subsistencia de los seres humanos y por ello, se trataba de una
vinculación que tenía la mayor existencia para todos los seres.
Al referirse a los dioses de Teotihuacán, Armillas dijo que el dios más venerado
por la población era el dios de la lluvia, que bien se podía asimilar a Tlaloc, el dios
de la lluvia de los aztecas y tenía como elementos el jaguar, la serpiente, la
lechuza y el quetzal. Tenía un yelmo de serpiente y lo llevaban cargando varios
sirvientes que iban en procesión arrojando semillas preciosas, mientras que la
lechuza era un ave sagrada. “La serpiente esta indudablemente asociada a Tlaloc,
seguramente como imagen del rayo o de las nubes cargadas de agua”.88
Se trató primero de una pareja divina y después de dos
dioses fundamentales: Tlaloc y Huitzilopochtli y después seguía un gran número
de dioses menores. Había además muchos otros seres, objetos y animales que
estaban asociados a ellos y que de alguna forma compartían la calidad divina que
928
tenían los primeros. Por lo tanto, esta naturaleza, la divina, no era algo etéreo o
intangible sino fundamentalmente se podía identificar, ese vínculo con un ser vivo,
un animal o una piedra y por lo tanto esta esencia lo hacía cercano a los hombres.
Se puede decir que desde que nacían durante toda la etapa de su vida, en su
muerte, los mexicas estaban rodeados, envueltos, relacionando su existencia, su
conducta con estas deidades mayores o menores. La religiosidad estaba implícita
y explicita pues se manifestaba por medio o a través de los seres humanos y las
cosas no quedaban reducidas a un ámbito estrecho, reducido, a un ámbito de lo
etéreo y menos aun, al espacio de la intimidad de las personas. Las divinidades
eran dos principalmente pero después trasladaron esta sustancia a otros seres,
los cuales condicionan la existencia de los individuos y de los animales, de los
vegetales, de las plantas. La divinidad o lo divino no era un fenómeno abstracto
sino algo concreto, material, humano, que podía verse, oírse, conocerse, vivirse y
desde luego, gozarse y sufrirse, según fuese el caso.
929
López Austin consideró que uno de los rasgos distintitos de
los nahuas del Altiplano central era el de pertenencia a un calpulli en el cual se
vinculaban por un oficio común por lo que pensaba que había un antepasado que
les había hecho entrega de los conocimientos y de los instrumentos de su trabajo
especializado. Ejemplo: los habitantes del barrio llamado Tlamotzina estaba bajo
la protección del dios Izquitecatl que había descubierto el proceso de fermentación
del pulque y por ello a la manera de complemento la diosa Tzapotlalena “había
enseñado a su calpulli como fabricar el uxitl, un ungüento medicinal muy apreciado
en la antigüedad. Así menciona a otras deidades de los oficios, como Xipetotec de
la metalurgia, Cipactonal, el tejido, Nappatecuhlli, la fabricación de esteras,
Cinteotl, labrador de las piedras finas, Coyol Inahual, los mosaicos de plumas,
Coaticlue, los adornos de flores, Camaxtli, las técnicas y los instrumentos de caza.
“Los dioses eran creadores de todas las técnicas importantes, ya en el tiempo
primigenio, ya en sus intervenciones milagrosas…”.89
El factor religioso era tan importante que se manifestaba a
través de la moral, el derecho, las costumbres, los hábitos de las personas, el
comportamiento en general de ellos y desde luego, el poder. Por esta razón
fundamental, en una primera etapa, el poder máximo se concentraba en un líder
religioso quien era a su vez, el dirigente político superior, el que se encargaba no
solo de las “cosas espirituales”, sino también de las terrenales. No había una
separación rígida ante lo sobrenatural y lo natural, más bien este orden estaba
supeditado al primero ya que había sido creado por él. Si el orden natural o animal
de la sociedad había sido creado por unos seres sobrenaturales en el sentido de
que estaban fuera del ámbito de lo posible, de lo verificable, entonces había que
930
aceptar la dualidad de este orden y sus expresiones contenidas en la sociedad.
Mediante estos designios y desde tiempos muy remotos, los dioses que surgieron
en la primera etapa, de la primera hasta la cuarta, habían creado hombres ricos y
hombres pobres, hombres fuertes y hombres débiles, hombres sabios y hombres
ignorantes, hombres destinados a gobernar y hombres cuya función era la de
obedecer. Los conocimientos también habían sido heredados o trasladados de los
dioses a los seres humanos y por lo tanto, los distintos ámbitos del trabajo también
estaban vinculados a la divinidad y eran parte de su esencia, por lo tanto.
Asimismo González Jácome describió la región en la que surgió el maíz afirmando
que eran grupos humanos organizados en bandas compuestas por unas 6 o 10
personas que vivían básicamente de la caza, la pesca y la recolección. Al principio
estos grupos humanos consumían las cañas jóvenes de Teosintle para obtener los
jugos azucarados de ella o su fermentación. Posteriormente, una mejor mutación
genética ocurrida hace unos 7,000 o 8,000 años permitió la domesticación del
maíz, al modificar su gluten externo. Esta modificación permite la reducción de su
tamaño y su suavización, factores que hacen posible su consumo humano”.90 De
la región de Tehuacán y una vez domesticado el maíz fue enviado a otras
regiones de Oaxaca y del Soconusco, de Chiapas, hasta que para el año 2000 ya
era de un uso generalizado, sobre todo en México, Guatemala, Belice, Honduras,
Panamá, Ecuador, Perú y Venezuela.
La estructura social basada en los calpullis no solo le dio a
los mexicas el sostenimiento material de su existencia, la producción original, la
931
fabricación de objetos de piedra, la orfebrería, la pintura, sino también le brindó
una serie de elementos para su cohesión social, cultural y política. De esta manera
resolvieron el problema de su subsistencia, asegurando una base alimenticia
permanente, la cual permitió que el grupo mexica se preguntara sobre los demás
grupos que se encontraban en el Valle, sino se sentaron las bases para el culto a
los antepasados y también para el ejercicio del poder. Aunque este poder dejó de
estar en manos de un sacerdote, algunos tlatoanis habían desempeñado ese
cargo, pero sus facultades políticas estaban ya bien definidas. El consumo del
maíz, alimento basto e indispensable, se extendió a todos los pueblos y los jefes
militares y políticos se encargaron de que no faltara en las cantidades solicitadas
por los grupos de la comunidad, siendo una de sus obligaciones centrales la
producción de maíz y por lo tanto, el abastecimiento de este alimento, el cual está
íntimamente asociado al Dios Tlaloc, es decir, a la lluvia, ya que en los casos de
que esta escaseara o faltara por completo, se afectaría toda la población, la cual
sufriría hambre y los tlatoanis no podían permitirlo. Por lo tanto, había un sistema
de depósitos del vital grano, para constituir una red eficiente y oportuna de
distribución.
Al describir la creación de los cinco soles, Florescano se refirió al primero en el
que “los hombres eran gigantes que arrancaban árboles enormes con las manos,
pero que no sabían cultivar las tierras. Se mantenían de bellotas y de frutos y
raíces silvestres”. El segundo sol es el del viento en el que un gran vendaval
desarrajó los árboles y se llevó a los hombres por los aires. El tercer sol fue el del
fuego en el cual los hombres se alimentaban de una semilla llamada acencentli,
932
venido el sol, llovió fuego en los hombres y sus casas fueron destruidas. Después
se creó el cuarto sol, o sol del agua que terminó en un gran diluvio se convirtieron
a los hombres en peces. En el quinto, sol se despejaron las aguas que habían
inundado las tierras y después los dioses encomendaron a Quetzalcóatl la misión
de crear movimiento a los hombres y “este descendió nuevamente al bajo mundo,
el reino de Mictlantecuhtli para obtener de entre los huesos y las cenizas de las
anteriores generaciones de la humanidad y volver a crear de ellos al hombre y
diez años después de que fue el diluvio los dioses crearon a los macehuales como
antes los había”. Acto seguido los hombres se alegraron y plantaron las plantas
del maguey del que sacaron el pulque”. 91
En los cinco soles siempre identificaron la existencia de un
elemento unificador, ya fuera el agua, el viento o el sol, del cual surgía no solo la
destrucción de todo lo existente, sino lo más importante, la creación o mejor
dicho, la recreación para poder volver a originar la vida y todos sus componentes.
Es importante observar que para ellos nada se destruía ni se creaba en forma
definitiva, de una vez y para siempre, sino que en todos los casos estaban sujetas
las cosas a una serie de transformaciones, hasta la distribución total para dar
origen a otros fenómenos o realidades presididas por otro elemento unificador.
Mientras tanto, ¿qué pasaba con el elemento unificador que había desaparecido y
que había causado una gran destrucción total? De alguna manera, difuminaba o
dispersaba su existencia en la nueva realidad, se diluía en ella, pero no para
continuar existiendo en forma mecánica, sino para dar origen a otra realidad.
933
Para Ibarra, “la migración no es entonces una peregrinación
exigida por la divinidad, sino el camino de una tribu que no conoce otro motivo
para trasladarse de un lugar a otro que le de calma al hombre. Cuando
Moctezuma decidió enviar una misión a localizar la mítica Aztlán, la cosmovisión
mexica estaba justificada la concepción del tiempo como un ciclo, como un
continuo retorno.” El origen es así un espacio en el que el inicio y el fin
eternamente se sucedían. Ya que el origen eterno lo que de él ha emergido, el
origen de la vida es, en esta lógica, el lugar donde está, al finalizar retorna y puede
experimentar su renovación. De ahí que el lugar de origen sea considerada una
fuente eterna de vida”.92 La fauna de Aztlán es la misma que se encontró en el
lago de Texcoco, así como las mismas divinidades. Hizo notar que al describir
Aztlán hacía referencia a una ciudad que le era gemela, Culhuacán.
Nada más grave para esta cosmovisión que dejar paralizada
la historia de la humanidad en un ciclo determinado, detener la evolución de la
historia, llegar al fin de un ciclo habiendo un abismo insondable del cual no hay
nada. Los mexicas buscaban un asidero, una base firme que les permitiera recrear
la vida biológica, sus instituciones, que les permitiera continuar adorando a sus
dioses, efectuando sus guerras pues todos estos factores unificados era tan solo
parte de un circulo, de una etapa, en la cual, todo y todos volvería a reencontrarse.
Elaboraron dos figuras de Aztlán, una geográfica o física y otra mítica y simbólica,
la cual era no solo el punto de salida sino también el punto de llegada o de
regreso, por lo que se trataba de un viaje que tenía un objetivo, un propósito,
alcanzar una serie de metas y valores en donde imperara la felicidad para todos,
934
pero ello implicaba entablar una lucha permanente entre las fuerzas del mal y del
bien.
935
Desde luego Ibarra concedió un gran simbolismo a la
descripción que se hace en distintas crónicas y fuentes que asocian en la
peregrinación a la existencia de agua, de ríos, de pantanos y de canoas y sobre
todo el calor blanco que se encuentra en todas partes “pero los objetos no son
estáticos, ellos se pueden caracterizar a través de una lista de actividades: las
plantas crecen, florecen y echan fruto. Ya que el dios mismo se encuentra dentro
de los objetos perceptibles que emanan de él, la futura ciudad debe ser fundada
en el lugar en que se percibe su presencia. Mediante la fundación de la ciudad en
ese sitio, los aztecas y establecen una conexión con la divinidad primordial y en
consecuencia con la fuerza de quien piensa mantendrá la ciudad con vida. Por
eso, para los aztecas, el acto de fundación es un acto sagrado pues el lugar
elegido es el sitio mismo donde el dios se revela y la fundación es el enlace mismo
del dios tribal con su pueblo”.93
Aztlán, geográfico o mítico, está asociado siempre al agua, a
las lagunas, a los esteros, a las canoas, a la pesca, en pocas palabras a la vida
misma. Se trata de un lugar en el cual había y hay abundancia de vida, los
miembros del grupo tribal se bien debían trabajar intensamente y luchar contra sus
adversarios, tenían asegurada la subsistencia. En tanto su recorrido, se vincula a
la necesidad de mantener las fuentes de la vida, de los manantiales, de los ríos,
de los arroyos, lo que demuestra, como ocurrió en todos los pueblos del mundo,
que los depósitos de agua, en cualquiera de sus modalidades y dimensiones, era
necesario que en ellos hubiera un elemento imprescindible: la vida. El agua se
utilizaba no solo para beber, sino también para regar las zonas dedicadas a la
agricultura, creando así las chinampas o los taludes en las montañas y cerros,
936
para tener asegurada la subsistencia física. El pueblo debía tener asegurada su
alimentación física, después de varios episodios de carencias y dificultades y para
ello tomaron una serie de medidas prácticas, concretas, en el transcurso de su
devenir histórico.
937
El Códice Matritense dice:
“Quetzalcóatl reinaba en Tula
Todo era abundancia y dicha
No se vendían por precios los víveres,
Todo cuanto es nuestro sustento.
Eran tan grandes las calabazas
Y tenían tan ancho su contorno
Que apenas podían ceñirlas
Los brazos de un hombre abierto.
También se producía el algodón de mil colores
Rojo, amarillo, rosado, morado
Verde, verde azulado, azul marino,
Verde claro, amarillo rojizo.
También se criaba allí aves de rico plumaje
Eran pintores, escribanos de códices,
Escultores, trabajan la madera y la piedra
Construían casas y palacios
Eran artistas de la pluma
Eran alfareros
En verdad eran sabios los toltecas
Sus obras todas eran buenas, todas rectas
Todos bien planeadas, todo maravilloso,
Los toltecas eran muy ricos
Eran muy felices
938
Nunca tenían pobreza ni tristeza
Los toltecas eran experimentados
Acostumbrados a dialogar con su propio corazón
Conocían perfectamente las estrellas
Conocían sus influjos
Sabían bien como marchaba el cielo
Como da vuelta”.94
El Códice refleja la gran aportación civilizatoria que recibieron
los mexicas de parte de los toltecas, no solo en el terreno de la vida material sino
en lo social, cultural y político, de tal manera que podemos afirmar que junto con la
aportación chichimeca, el pueblo mexica fue una síntesis de ambos. No solo
recibieron a las divinidades que eran esenciales para mantener la cohesión social,
como Quetzalcóatl, figura en sí misma civilizatoria pues en ella se reunían no solo
una serie de cualidades espirituales sino también se combinaron los progresos
culturales y materiales. Se asociaban las divinidades mexicas con la necesidad de
asegurar la vida, de la comunidad, es decir, los alimentos esenciales y la creación
de vasijas y otros muchos objetos de piedra que eran esenciales para la vida en
cada uno de los calpullis. Idealidad y materialidad, religión, alimento de los
espíritus y calabazas y otros, así como la dedicación al trabajo que superan la
transformación de porciones de la naturaleza en cosas útiles y necesarias para la
existencia humana. Los toltecas personificaban, aplicando un término moderno, la
cultura en sus múltiples expresiones, el pulido de las piedras, las esculturas, la
pintura, la pictografía, los trabajos de arte plumario, la construcción de edificios y
templos, así como la astronomía.
939
940
En la leyenda relativa a la creación del mundo, se menciona
el surgimiento del primer hombre llamado Oxomoco y la primer mujer, Cipactonal y
“mandaronles (los dioses) que labrasen la tierra y que ella hilase y tejiese y que de
ella nacieran los macehuales y que no holgasen sino que siempre trabajasen y a
ella le dieron los dioses cierta gama de maíz para que con ello curase y usase en
adivinanzas y hechicerías y así lo acostumbre hacer la mujer”. También este
hombre y esta mujer están vinculados al dios de la subsistencia pues son los que
crean el maíz blanco, el negro, el amarillo, el fríjol, los bledos, la chía y el huautli.
El surgimiento de la fuente de la vida que representaba los
progresos humanos primigenios, de los macehuales, también estaban asociados
al trabajo como un atributo permanente de los hombres, de las comunidades, y de
la civilización pues sin él no solo no sería posible la alimentación, la construcción
de casas, palacios, diques, calzadas, sino la producción de muchas otras cosas y
objetos no solo de carácter elemental sino también altamente especializados. El
trabajo siempre ha estado presente en la vida de los hombres pues con este
ejercicio han podido acumular depósitos de granos para asegurar la alimentación
de las familias y de los individuos y no parecer por hambre o miseria. De esta
manera, se pueden fabricar prendas de ropa, desde las más simples y sencillas,
hasta las más sofisticadas y deslumbrantes para poder asegurar un cierto estatus
en la sociedad. Con el trabajo se pueden fabricar múltiples objetos, desde los de
carácter utilitario, como las vasijas para guisar alimentos, hasta los más bellos
para ser utilizados con fines de adornos y embellecimiento. El concepto indica
que los macehuales “siempre trabajasen” pues era un mecanismo con el cual se
permitía lograr la subsistencia y la reproducción humana.
941
942
Fugacidad de lo que existe
¿A caso de verdad se vive en la tierra?
No para siempre en la tierra; tan solo un poco aquí
Aunque sea de jade se quiebra
Aunque sea de oro se rompe
Aunque sea plumaje de Quetzal se desgarra
No para siempre en la tierra: solo un poco aquí.95
Cantares Mexicanos fol. 7
Traducción. Miguel León Portillo.
Los mexicas observaron que todo lo que habían obtenido en
esa vida colectiva se había logrado por medio de la lucha, enfrentándose a
enemigos que eran superiores a ellos y que una vez logrado un triunfo
significativo, surgía otro reto y tenían que enfrentar otros adversarios. La vida era
una lucha constante, permanente, de la cual dependía siempre la existencia y la
continuidad del grupo humano y su futuro desarrollo. Pero que lo que se lograba
no era “de una vez y para siempre” sino que era necesario mantener una actitud
vigilante y expectante. Una vez liberados de los tecpanecas, se enfrentaron a
otros grupos sociales más fuertes y represivos y se enfrentaron a ellos,
venciéndolos. De ser un grupo humano que llegó al Valle en condiciones
paupérrimas, se transformó en el grupo más poderoso y el que impuso finalmente,
su domino sobre los demás. Se tomó en cuenta lo precaria y endeble que eran
muchos de los objetivos y propósitos que se habían alcanzado por lo que había
que mantener una fuerza armada y un estado político que asegurara que lo que se
943
había obtenido no solo no se perdiera, “se quebrara”, sino que fuera el piso firme
para otras conquistas y metas. Ello demostraba que “el paso por la tierra” era
efímero y transitorio, pero hoy tenían poder y riquezas y mañana ya no las
tendrían, como había ocurrido en la historia de los asentamientos humanos del
Valle de México.
944
En el capítulo relativo a las calidades y condiciones de las
personas vinculadas por parentesco, del Códice Florentino se afirmó que “el
padrón es la primera cepa del parentesco, la propiedad del buen padre en son
diligentes pues con perseverancia sige su casa y el sustento. El buen padre creía
y mantenía a sus hijos y darles buena crianza, doctrina y ríñelos, dar buenos
ejemplos y buenos consejos y hacer tesoros para ellos y guardia tiene cuenta con
el gasto de su casa y regla a sus hijos en el gasto y provee las cosas de adelante.
La propiedad del mal poder es ser perezoso, descuidado y ocioso, no procura de
nadie deja por su fuerza de hacerlo, que es obligado pierde el tiempo en balde. La
propiedad de la madre es tener hijos y darles leche, la madre virtuosa es vigilante,
veladora, solícita, cría hijos, tiene continuo cuidado de ellos, tiene vigilancia en que
no les falta nada, la madre boba es mala; necia, dormilona, perezosa,
desperdiciada, una persona de mal recaudo, descuidada de su casa, deja perder
las cosas por pereza y por enojo, no cura las necesidades de su casa, no mira por
las cosas de su casa, no corrige las culpas de los de su casa”.96
Los niños y las niñas eran educados en la continuidad de los
valores sociales que sus padres habían adoptado y que habían recibido por
herencia de sus antepasados, de tal manera que se formó una cadena humana
que permitió la reproducción y el mantenimiento de la cosmovisión sagrada, la
cual está asociada con el parentesco y la consanguinidad. Ambos, el padre y la
madre fueron los difusores y los reproductores de la ideología dominante, de los
valores y de las costumbres que en forma ancestral habían observado desde la
llegada al Valle de México. Los padres educaban a sus hijos en el “amor” al
trabajo, a la dedicación y a la disciplina, mientras que las madres lo hacían
945
respecto de los hijos en el perfeccionamiento de sus cualidades como mujeres,
hasta la forma de pareja ideal, en hombre dedicado a las tareas del campo,
fundamentalmente, y la mujer a la del hogar, aunque estos conceptos deben
ampliarse, precisarse pues las mujeres tenían una importante participación en la
producción de los alimentos y bienes.
López Austin, al referirse al concepto de Mesoamérica, formulado por Kirchhoff en
el año de 1943, señalaba que “la unidad religiosa es parte y consecuencia de la
unidad histórica y cultural. Esta unidad fue advertida desde tiempos muy lejanos.
En el siglo XVI hubo quien dio cuenta del parentesco de la creencia y práctica
indígena. Era la época en la que los europeos iniciaban el estudio de la religión de
los pueblos colonizados”.97 Indicó que aun cuando había especialistas que no
encontraban grandes similitudes sino grandes diferencias, al considerarlos que
había una unidad esencial, integrada, entre otros, por los siguientes elementos: el
conjunto de divinidades principales, el mismo mecanismo del sistema sedentario,
las formas parecidas de la organización del sacerdocio, la concepción del cosmos.
Para él fue en el terreno de la religión en donde se organizaron la mayor parte de
las relaciones entre los pueblos mesoamericanos, desde las alianzas hasta la
guerra, desde el comercio hasta la subordinación política. Puso como ejemplo de
un mito común, el mito del maíz, el cual tiene distintas modalidades en las
regiones indígenas, por lo que es un mito mesoamericano.
Este concepto permitió explicar los rasgos comunes de un
conjunto de pueblos y de tribus que se encontraban asentados en esta región del
mundo, que habían alcanzado un grado de desarrollo económico, social, cultural y
946
político homogéneo, en el que era más importantes las semejanzas que las
diferencias. Unidad era el rasgo fundamental de este pueblo, diversidad, sus
elementos secundarios. Lo mismo podemos decir de los pueblos que habitan en el
Valle de México, tenían un grado parecido, por no emplear la palabra idéntico, en
su devenir y por ello concitaron un gran poder civilizatorio, comparable al de otras
regiones del mundo. ¿Qué era lo que unía a los pueblos de Mesoamérica? Su
cosmovisión general del mundo, la vida y la sociedad, a partir de la adopción de
elementos religiosos conjuntos, de los cuales derivaron valores culturales, sociales
y políticos-sociales.
947
Tlacahuepan le dijo a Quetzalcóatl, al despedirlo:
“Muchos son los dioses
Que adoran a los hombres
Pero en realidad y como tú mismo lo has dicho
Nadie sabe si existen
Pensando en innumerables dioses inciertos
Se olvidan los hombres del único dios
De cuya existencia estamos seguros.
Es dios y no es dios
Todo lo invade y sostiene y empuja
Pero de él nadie se acuerda
Es dios y no es dios
Se llama Axcanteotl
Dios del ahora y del tiempo
El es el tormento olvidado
Donde todos andamos
Y donde se desgasta la máscara”.98
Había un conjunto de “dioses superiores”, fundamentales y
otros “dioses inferiores”, secundarios, de tal manera que todos los fenómeno
naturales y sociales se pretendían explicar por la existencia de dioses y la
voluntad de una de esas divinidades. Esta era la actitud general de la población
que de esta manera asociaba la producción de su vida material, con sus
explicaciones y necesidades espirituales. Pero entre los sacerdotes y las
948
conductas ideológicas, no estaba proscrita la posibilidad de que pudiera existir un
solo dios, que los comprendiera a todos los demás, pero el desarrollo de la cultura
y de la ciencia, impidieron que este concepto se implantara en forma definitiva,
pues había que enfrentar intereses y reticencias de otros pueblos que utilizaban la
multiplicidad divina con fines de explotación militar y social.
Precisó Soustelle que “el clero era sumamente numeroso. La mayoría de los
sacerdotes procedían de familias nobles, pero también los hijos y las hijas de los
plebeyos podían tener acceso al sacerdocio. Colocado bajo la autoridad de dos
sumos sacerdotes, el Mexicatl Teohuatzin se hallaba a la cabeza de todas las
actividades religiosas de la ciudad de la provincia, asistido por os ayudantes, uno
de ellos encargado del ritual y otro de la ecuación. Los inmensos bienes eran
administrados por un tesorero general. Cada divinidad tenía su propio colegio de
sacerdotes, estos hombres o mujeres, permanecían solteros. Una categoría
especial de sacerdote, los Tonalpouhque, interpretaba los libros sagrados para
predicar el futuro. Quienes lo consultaban debían remunerarlos con ropas y
alimento. Las actividades del clero eran multiformes e incesantes puesto que cada
mes de 20 días estaba marcado por una fiesta, sacrificios, procesiones, ofrendas
de flores, danzas y cantos dedicados a un dios particular o a un grupo de dioses.
Además había ceremonias consagradas a cierto dios del calendario actual y
fiestas organizadas por diversas corporaciones: comerciantes, orfebres,
plumajeros, salineros, porteadores de agua, curanderos y comadronas. El clero no
intervenía de manera directa en los asuntos del estado, pero no cabe duda de que
949
su influencia fuera extremadamente poderosa. Sacerdotes de alto rango
pertenecían al cuerpo electoral que designaba a los soberanos”.99
Desde un principio, el sacerdote o los sacerdotes
desempeñan un papel esencial en la cohesión del grupo gobernante ya que se
manifestaba como un reproductor de la ideología dominante, sin la cual no era
posible ejercer el dominio político y militar directo. En la medida en que se
incrementó la población, el sacerdocio aumentó de una manera cuantitativa, es
decir, se incorporaron a esta función muchos elementos provenientes de los pillis,
pero también cualitativos ya que se notó su influencia en la elección y en las
decisiones que tomaban los tlatoanis. Avanzaba la imposición del grupo mexica;
este sector se convirtió, al lado del de los comerciantes, en un sector influyente,
que además consumía muchos recursos materiales, sobre todo, alimentos y
materias primas que producían los macehuales. Al llegar los españoles, se habló
de que en los templos o palacios, para emplear la terminología europea, había por
lo menos cientos de personas dedicadas a desarrollar estas funciones.
Al referirse a la religión como parte de la superestructura, dijo Chávez Alcazar que
“para estos pueblos las divinidades no eran dioses en el sentido occidental sino
más bien representación filosófica de las capacidades y potencialidades del ser
humano y de la naturaleza, resultado del profundo respeto y conocimiento que
tenían de las leyes cósmicas. Huitzilopochtli no era el más grande de los dioses,
pero era el genio, la institución, la voluntad del pueblo mexicano y el mentor de la
guerra. Fueron sus advertencias y sus oráculos los que habían marcado las
tácticas de la victoria y ahora se veía recompensado. Por su parte, Tlaloc era el
950
ser más poderoso por las tormentas qu suscitaba y las aguas fertilizadas, tan
antiguas como el agricultor de Mesoamérica. Tlaloc era un dios sacerdotal y se
remontaba hasta aquel rico pasado pre azteca, Huitzilopochtli, por el contrario era
el hechicero y dios tribal recién ingreso a la escena”.100
Cuando empleamos el concepto dios, existe el riesgo de que
se asocie con el concepto del dios de la cultura cristiana u occidental, lo cual sería
un grave error. Estos dioses eran seres que tenían una serie de paternalidades y
de poderes, pero que estaban vinculados con las necesidades del hombre, con los
requerimientos de su vida en la sociedad, como la manifestación de las leyes
cósmicas. Eran seres desde luego muy particulares pues estaban hermanados
con deseos, aspiraciones, creencias de los seres humanos y por lo tanto su
sentido filosófico resultaba muy limitado. Por ello cuando los españoles hablaron
de un dios general o universal, dueño de todo lo que existía en la tierra y que
podía imponer su voluntad sin cortapisa, resultaba excesivo y extraño. El hecho de
que hubiera una multiplicidad de dioses, los cuales eran parte de la vida cotidiana
de las personas, de los pueblos y del calpulli, el cual fue sustituido por un largo
santoral de la iglesia católica, sin explicar este desdoblamiento porque era
perjudicial a los intereses materiales de la institución.
951
Caso definió la organización sacerdotal como “fundamental”
en la sociedad mexica en que dos sacerdotes estaban colocados en la cúspide de
la jerarquía y eran el Quetzalcóatl Totec Tlamacazqui y el Quetzalcóatl Tlaloc
Tlamacazqui. El primero era el representante del dios de la ciudad, el segundo era
el representante de Tlaloc, dios de la lluvia. Estos dos dioses eran los únicos que
tenían sus santuarios en la pirámide más alta del Templo Mayor. El nombre de
Quetzalcóatl dado a ambos era por la memoria del dios que se consideraba par
los mexicanos como el arquetipo del sacerdote”.101 Por debajo de estos dos
sacerdotes principales estaban el Mexicatl –Teohuitzin, que tenía a su cargo los
asuntos religiosos de Tenochtitlán y de las provincias conquistadas. Había
también otros sacerdotes menores con sus respectivos ayudantes. En el Cuicalli
se enseñaba el canto sagrado y se encargaba de organizar el culto a los dioses,
enfatizando en que tanto el calmecac como el Telpochcalli estaban dirigido por
ellos.
La creación de los llamados “dioses de barrio” tuvo el
propósito de contribuir a la cohesión de los calpullis pues una gran parte de las
actividades de los indígenas se realizaba precisamente en esta jurisdicción, la más
pequeña desde el punto de vista físico, pero la más importante desde el punto de
vista social. Así muchas funciones sociales de los calpullis, vinculados a la
agricultura y al comercio, se realizaban en torno de estas deidades y se facilitaba
así, por ejemplo, la recolección de tributos. Sin embargo, Quetzalcóatl concentró la
veneración y el respeto general y por ello se elaboraron múltiples versiones que
aseguraban por ejemplo, que había sido un individuo vivo, de carne y hueso, pero
también poseedor del don de la divinidad. De una manera clara, en la preferencia
952
de la clase sacerdotal y de la clase dirigente, estaba desde luego Tlaloc y
Huitzilopochtli, el uno haciendo advocación de la lluvia y por lo tanto de la
agricultura, el segundo, de la guerra, que eran las dos actividades esenciales de
los mexicas. Estas dos deidades eran lo que concitaban las advocaciones
mayores de la población pues veían identificados en ellos sus necesidades,
sufrimientos y sus retos.
953
“Tona era la energía vital, el principio vital, la energía y
el calor necesario para que existiera la vida; era una fuerza caliente, íntimamente
relacionada con el sol: Tonatiuh. La época de mayor calor en el año, cuando no
llovía, se designaba con los términos tonalla, tonalco, tonalli que se traduce como
estío o en el caso de tonalcayotl, casa de invierno, o casa que no llueve. Un
exceso de tona podía causar la muerte: tonamiqui, pero no podemos decir si este
calor que causaba la muerte era un calor exterior, como una insolación o si era un
exceso de calor o de energía interna. El sol era la fuente de energía –tona- que
compartía de alguna manera con todos los seres del universo: dioses, hombres y
probablemente plantas y animales. Con la palabra tonalli se designaba el día, el
periodo de tiempo en que brillaba el sol. El tona del sol, sobre todo en su
declinación anual, podía disminuir, haciéndose necesaria la ayuda de los humanos
para que se les “recargara” o se les revitalizara, lo que se hacía básicamente a
través de los sacrificios de sangre”, dijo González Torres.102
La adoración al sol era otro elemento fundamental de esta
cosmovisión que iba de los dioses grandes a los dioses particulares pues su
existencia estaba asociada a la perpetuación de la vida sobre la tierra, vida
vegetal, y vida humana, ya que su eventual desaparición del firmamento podría
provocar un cataclismo de serias consecuencias, con lo que la tierra quedaría en
penumbras. Siendo el mexica un pueblo esencialmente dedicado a la agricultura y
estando asociado por lo tanto su vida a los fenómenos climatológicos más
elementales, las cuales determinaban la organización social de estas actividades
básicas, el hecho de que el sol se metiera durante la noche abría la posibilidad de
que en alguna ocasión ya no apareciera, con lo que los cultivos y las cosechas
954
desaparecieran. Además de esta relación directa estaba una relación más general,
había una energía vital en todas las manifestaciones de la vida vegetal y humana
la cual dimanaba del calor del sol y esta era una situación que afectaba la vida
misma sobre la tierra.
955
Refirió Caso que “Tloque Nahuaque es un dios invisible, una
idea que no se puede representar, está colocado sobre los cielos y de él
dependen todas las cosas. En cuanto a un dios invisible tenemos la concepción de
una filosofía que parece corresponder a lo que estaban confiados los aztecas
pasando de una sociedad de un tipo privado a una sociedad jerarquizada, a la
idea de un pueblo dominado, idea a la que se habían de adaptar las creencias
religiosas”.103 Pero también menciona a otro dios que era invisible llamado Yoalli
Ehecatl, que evocaban en los casos de parto, en tanto que Quetzalcóatl es el
inventor de las artes, de la industria, de la agricultura y el inventor de la
humanidad.
Todos los dioses a excepción del Tloque Nahuaque, están
bellamente representados en una serie de pictografías: se trata de dioses
ricamente ataviados que ilustran la capacidad que tenían p0ara decidir acerca de
los fenómenos naturales y sociales, pero esta concepción indicaba ya una cierta
actividad filosófica y religiosa que se hacía al margen de la concepción tradicional
cosmogónica, aunque no encontramos que se hubiese producido una culminación
de este proceso. Fue Netzahualcóyotl quien llevó a un grado extremo estas
especulaciones elaborando concepciones filosóficas que implicaban una cierta
separación o deslinde de las concepciones religiosas, lo cual significaba un gran
avance de la sociedad en su conjunto.
956
De una manera clara Soustelle precisó que solo los hijos de
los pillis podían ingresar al calmecac y terminada la educación, cerca de los 20
años, escogían el sacerdocio por ende el celibato, el matrimonio o el servicio del
estado y al Telpochcalli podían ingresar los hijos de los comerciantes, de
cortesanos o de simples ciudadanos, pero también ciertos hijos de comerciantes
podían ingresar al calmecac. “Pero es seguro que la carrera militar podía llevar a
un guerrero particularmente distinguido a cualesquiera que fuera u origen, hasta
las más altas dignidades, por ejemplo, a uno de los cuatro grandes mandos que
dependían directamente del emperador; asimismo, la sumos sacerdotes eran
escogidos sin tener en cuenta su familia y perfectamente podían ser hijos de
simples ciudadanos”.104
En las primeras pictografías mexicas aparecía el sacerdote,
así en singular, indicando con ello que había un individuo que por su importancia
en la jerarquía tribal concentraba todo el poder en este ámbito. Gobernaba la tribu
al lado del Tlatoani, indicando con ello que había un poder dual, el religioso, por
una parte, y el político por el otro. Pero después las actividades sacerdotes se
convierten en actividades exclusivas de pillis o de sus descendientes y su
influencia fue mayor en el seno de la sociedad, hasta el punto de crear una
escuela en la que se formaran estos funcionarios. Ellos aparecieron siempre
vinculados, en mayor o menor grado, en las tareas estatales, hasta el punto que el
tlatoani era la suprema autoridad en la materia ¿Ello indica entonces que había un
régimen religioso teocrático en el que un civil era una autoridad improbable en
esta materia? No. El tlatoani era fundamentalmente un jefe político-militar, pero
sus atribuciones rebasaban estos términos y también comprendían las materias
957
sociales y religiosas. Intervenían en las designaciones de los miembros del
sacerdocio, tratando de asegurar la “limpieza de sangre” de sus integrantes, pues
le concedían una gran autonomía al funcionario como cuerpo colegiado,
conscientes como estaban de la gran importancia que ostentaba.
958
En el Códice Borbónico, la flecha significa armas para el
hombre y generalmente significa amenazas, ataque, conquista y poder, valentía y
justicia y cuando “está llena de polvo y estiércol se dice que ha ganado el señorío
que tienen, a la hacienda que posee, con engaños y con mentiras. El agua, al
igual que el viento, representan lo variable e inestable. Es necesario para la
fertilidad del campo, pero también arrastra las construcciones humanas.
Originalmente se empieza a contar el año solar para poder marcar la temporada
del campo, organizar el trabajo en la milpa, determinación de los buenos tiempos
de siembra y cosecha, de la gracia debida a los dioses que hacen posible esta vid.
Luego, con la formación de los estados, se usa otro calendario agrícola para
registrar la historia y las fiestas son combinadas con los ritos de la guerra. La toma
de los cautivos de guerra se interpreta en términos cosmológicos y su sacrifico
sirve precisamente para pedir una buena cosecha”.105
Habían estudiado los distintos movimientos del Sol, la Luna,
las estrellas y las asociaban con las distintas etapas que tenía la agricultura pues
por ser la actividad central de los mexicas, era la que más le obligaba a tomar toda
clase de providencias. En aquella sociedad “rural” todas las actividades humanas
estaban relacionadas con la agricultura en mayor o menor medida y por ello
estaban obligados a conocer los movimientos astrológicos pues de e ellos
dependía en qué momento debía prepararse la tierra, en cuál depositarse los
granos, el tiempo de espera de su germinación y claro está, el momento en que se
debería levantar la cosecha. Es sorprendente observar como todas estas
funciones se realizaban bajo la advocación de un dios, ya fuera mayor o menor; de
la producción levantada dependía no solo la vida de los macehuales sino también
959
el destino de los pueblos pues en tiempos en que había fuertes inclemencias o
irregularidades, como inundaciones, sequías, granizadas, se podía perder esta
cosecha, por lo que de una manera frecuente había que estar preparado para
realizar los sacrificios que se consideraran procedentes. Una prueba de que estos
eran dioses personales estribaba en el hecho de que las malas cosechas, se
consideraban castigos para los pobladores.
960
En la Relación de ejercicios y trabajos que se hacían en los
templos según el Códice Florentino los niños eran entregados a los sacerdotes
para ser adoctrinados y que “vengan dependiendo; también los disciplinaban para
que todos viviesen bien y no fuesen traviesos: también tenía cargo de hacerlos
barrer los lugares del templo en donde los muchachos se criaban, tenían cuidado
de que no faltasen el fuego en los salones del Templo, ciertos mancebos que
tenían voto de devoción, hacían penitencia tenían como cargo velar de noche,
para que ninguna cosa mala se hiciese en el templo. Los muchachos medianos
que se criaban en el monasterio que se llamaba Calmecac, tenían cuidado de ir
por la leña que se gastaba en el templo; los muchachos novicios tenían el cargo
de tener puntas de maguey que les era menester; tenían cargo de traer ramos de
laurel, los que eran necesarios para el templo, tenían cargo de tañer los caracoles
y los pitos y trompetas los muchachos y mancebos que se criaban en el
Calmecac; tenían cargo los mozuelos pequeños se dedicaban a sacrificar conejos.
Los sacerdotes del templo cada día y amaneciendo se pintaban todo el cuerpo de
negro, hacían la tinta en la noche y en la mañana con ella se teñían”.106
Las crónicas describen que una importante cantidad de
recursos estatales se destinaban en la formación de los miembros del sacerdocio,
lo que hizo que esta función fuera altamente selectiva y prestigiosa pues el solo
hecho de pertenecer a este cuerpo ya de por si les permitía estar cerca del tlatoani
y de los miembros del Consejo, con lo cual podían obtener privilegios y canonjías.
Ser sacerdote era una función especializada pues requería la pureza de sangre de
sus participantes, es decir, deberían ser hijos de nobles, pues tenían acceso a
conocimientos muy sofisticados que la mayoría de los pobladores, desde luego,
961
jamás conocían pues solo se limitaban a participar como espectadores en ciertas
ceremonias, o bien en las actividades de los calpillis en donde se recitaban ciertas
oraciones. Ser sacerdote significaba que podían acceder a conocimientos
inescrutables, así como al movimiento de los astros y otro tipo de conocimientos
naturales que por el alto valor que tenía la cosmovisión se explicaban como
fenómenos sobrenaturales. He aquí la función dominadora que tenía la ideología
que era una ideología religiosa.
962
Entre las ideas filosóficas que Melgarejo encontró entre los
antiguos destacaba el principio de la creación del mundo por el Tloque Nahuaque,
la creación del hombre y de la mujer por un dios, de los cuales descendían y se
multiplicaron al resto de os hombres, destacando el pensamiento enciclopédico
que se atribuyó a Huenatzin y desde luego las aportaciones que hizo
Netzahualcóyotl. El nacimiento de Quetzalcóatl como Ehecatl, dios del viento “así
como la creencia de que el aire s el principio de todas las cosas, o la afirmación
del agua como el principio originario de todas las cosas o la leyenda de
Teotihuacán que indicaba que habían muerto los viejos dioses para crear otros
dioses, la lucha mental entre Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, concibieron el espíritu
como algo desprendido de los muertos, que los hombres estaban sujetos a un
ciclo evolutivo, de reproducción; para ello todo se movía, incluso lo inanimado, la
materia inmortal generaba la vida…”.107
Les preocupaba la existencia de tres principios: uno, el de la
energía vital que hacía notar que todos los aspectos de la vida vegetal, animal y
humana contenían una cierta energía, una especie de impulso vital, que era la
chispa de la vida, el del viento que originaba con su movimiento todas las cosas y
los fenómenos y el del agua. Se puede observar que estos tres principios
coincidieron siempre en el origen de la vida, su reproducción, mantenimiento, su
evolución e incluso su pérdida. Aceptaba que los hombres así como habían sido
creados, por voluntad de los primeros grupos humanos, no vivieron de una vez y
por siempre sino que estaba sujeto a cambios en cada etapa de la condena
evolutiva: creación, formación, reproducción, muerte y reaparición de la vida ajo
otras modalidades. En virtud de posibles retraso científico, que tenían los valores
963
de la observación, experimentación y comparación, muchos fenómenos naturales
o sociales fueron explicados encontrando una causa simbólica o religiosa, pero
muchas otras observaciones, acerca del ciclo evolutivo de la vida tuvieron
aplicación práctica en la agricultura y en la pesca.
964
En cuanto a los hijos de los principales, dijo Mendieta que se
criaban en los templos en el servicio de los ídolos y había un telpuchtlato que
quería decir “capitán de mancebos”. “Servían también en las obras de la república,
y en hacer y reparar los templos, y en otras obras que pertenecían al servicio
exterior de los dioses, y ayudaban a hacer las casas de los señores principales.
También tenían por sí su comunidad, sus casas, y tierras, y heredades que
labraban, sembraban y cogían para su comer y vestir, y allí tenían también a
tiempo sus ayunos y sacrificios de sangre que hacían de sus personas, y hacían
sus ofrendas á los ídolos. No los dejaban andar ociosos, ni cometían vicios que se
les pasase sin castigo. Algunos de estos mancebos, los de mas fuerzas, salían a
las guerras, y los otros iban también a ver y deprender cómo se ejercitaba la
milicia”.108
965
Dijo Carbajal que:
“Las rentas del templo mayor de México, como las otras de la
corte y del imperio, eran cuantiosas. Cada uno tenía sus posesiones tierras
propias, y aun labradores para trabajarlas. De estos bienes salía lo necesario para
la manutención de los sacerdotes y la leña que en gran cantidad se consumía en
los templos. Los sacerdotes que hacen de mayordomos, iban frecuentemente a
aquella hacienda y los que en ella trabajaban se creían muy felices por contribuir
con sus fatigas al culto de los dioses y a la manutención de sus ministros. En el
reino de Aculhuacán, 29 ciudades que suministraban las provisiones al real
Palacio, las daban también a los templos”. 109 Al describir a los ministros de los
templos, dijo que unos eran sacrificadores, otros adivinos, compositores y
cantores de himnos y cuatro veces al día quemaban incienso a los dioses.
Muchas descripciones indican que el sacerdocio formaba
parte de un grupo social rigurosamente selectivo en su origen, férreo en su
disciplina interna y consecuente con sus objetivos pues uno de sus miembros
integrantes, por sus virtudes, capacidades y conocimientos, podía colaborar en el
servicio que presentaban al Templo Mayor, que era la mayor institución a la que
se podía aspirar. Se habló no solo de grandes aportaciones de materiales para su
funcionamiento como leña, carbón, pintura y otros insumos sino también, múltiples
oficios y funciones, desde las que cuidaban que los incensarios estuviesen
operando todo el tiempo, hasta los que podían cantar oraciones y letanías o
presidir múltiples ceremonias. Esto supone que un enorme excedente económico
se destinaba para estos fines por parte del grupo dominante que encontró en el
control religioso uno de los más sólidos fundamentos para su perpetuación en el
966
poder. Esto se puede concluir con la existencia de una multitud de sitios de culto o
de adoración, desde los más sencillos, que se encontraban en las poblaciones
pequeñas, hasta los más grandes y complejos que encontramos en la ciudad de
México, Texcoco, Cholula y otros muchos lugares.
967
Garibay, en su gran estudio sobre la literatura Náhuatl, hace
notar que estaba alejado de manifestaciones individualistas para descansar sobre
bases y concepciones colectivistas, del hombre en relación con sus semejantes y
en relación con la naturaleza, pero también le concedía una gran importancia a la
religión, al grado de coincidir con Alfonso Caso quien dijo que todos los actos de la
vida pública y privada giraban en torno a este sentimiento pero las formas más
antiguas del cultivo están ligadas a la agricultura, “los númenes de la lluvia se
llevan la primacía en la adoración de las más antiguos hombres de este territorio.
La forma en que se han concretado, ello ha sido su identidad y simbolismo en los
dos grandes seres que el hombre primitivo percibe inmediatamente: el sol y la
tierra. Naturalmente, el hombre los hace a su imagen y semejanza, luego. Por eso
el antropomorfismo se impone. Dos deidades: la celeste, unido o identificado con
el sol es masculino, la terrestre, unido o identificado con la tierra, femenino. El
mundo no puede vivir sin los númenes que lo sostienen. Si ellos desmayan o se
emperezan, el mundo sucumbe. Hay que alentar a los dioses. Se alimentan en la
sangre humana y hay que ofrecerla constantemente en cuanto más abundante,
mejor. El numen fundamental es el sol. Como el sol es el causante de la lluvia y
ella base de la próspera agricultura, hallamos un punto de contacto entre las dos
concepciones”. En importancia, seguía la Madre.110
En efecto, todos los actos sobresalientes de la vida de las
personas, empezando con el del nacimiento y culminando con el de la muerte,
están vinculados al factor religioso de tal forma que se trataba de una existencia
ya predestinada de antemano. El que era hijo de pillis, era también pilli, el que era
hijo de macehual, era macehual; si nació bajo la advocación de un animal o de un
968
dios menor, entonces “la mala suerte” le acompañaba toda su vida y si por el
contrario, había un signo distinto entonces tendría una vida exitosa. En el
momento del alumbramiento, todas las fuerzas, buenas o males, favorables o
adversas, acechaban al recién nacido y trataba de prevalecer sobre él, decidiendo
su presente y se vislumbraba su futuro. Había una serie de señales que se
interpretaban a raíz de las cuales era posible su existencia. Ello permitió alimentar
una sociedad muy fuertemente estratificada, la cual se fue desdibujando en la
medida en que los lazos de pertenencia consanguínea, se fueron diluyendo.
969
Por su parte, Soustelle considero que los mexicas transitaron
de un sistema muy simplificado a otro más complicado en el que “las funciones
distintas, las ejercían categorías diferentes de la población y los dignatarios dan
órdenes y después dan vastos poderes. El sacerdocio importante y reverenciado,
no se confunde con la autoridad militar o civil. El comercio maneja cantidades
enormes de mercancías preciosas y los que se dedican a esa actividad ven
aumentar su influencia. La riqueza y el lujo hacen su aparición, pero junto a ella
aparece la miseria “indicando que la palabra tecuhtli indicaba la palabra señor o
designaba a la capa superior de la clase dirigente en el orden militar,
administrativo judicial: se aplica la a los principales comandantes del ejército, a
los funcionarios de rango más elevado, a los jueces que, en las grandes ciudades,
resuelven los procesos más importantes. Los sacerdotes solo excepcionalmente
reciben esa apelación, ellos tienen su propia jerarquía, que no es menos brillante
ni menos respetada que la de otros rangos. Originalmente dos llegan a ser tecuhtli
por elección o más bien, por designación y la selección de los electores recaía, por
lo general, sobre un mimbro de la misma familia para una elección determinada.
Bajo el reinado de Moctezuma II, los únicos cargos que verdaderamente eran
objeto de elección son los más elevados: el de emperador y de los cuatro
“senadores” que lo rodean. En los demás cargos, o bien el soberano es quien
nombra simplemente a los funcionarios o bien en los barrios y ciudades designan
a sus jefes, pero esta designación solo es válida cando la ha confirmado el poder
central”. 111
A pesar del gran poder público e influencia en materia
religiosa que tenía el tlatoani, había separado muy claramente el poder político y el
970
poder de los sacerdotes sobre todo, desde el momento en que los méritos
individuales tuvieron mayor peso específico que los merecimientos del linaje.
Había sacerdotes en la segunda línea de mando, el de los tecuhtlis, lo que
reafirma el principio de que estos individuos compartían el poder político, aunque
solo tenían una parte del mismo. El poder político era “laico” para emplear un
término moderno, reafirmando el principio, velado en muchas otras sociedades, de
que el poder político era una entidad autónoma y diferente y que la lógica del
poder sí tenía otras normas o reglas. La sociedad mexicana estaba entrando en
una etapa de grupos, de estamentos, de corporaciones, reafirmando así, su
evolución hacia un estadio superior de su desarrollo humano.
971
Como dijo Andersen, el Códice Borbónico fue pintado para el
cihuacoátl y es una explicación del calendario. “Este libro pictórico indica los días y
los periodos significativos del calendario que está bajo el mando y el cuidado de
los dioses y por eso tienen un profundo valor simbólico, el día en que nace una
persona determina su carácter, sus posibilidades sociales y su suerte. El carácter
del día y del periodo es determinante para las empresas que se pensaran realizar,
sea un viaje o un matrimonio, sea una guerra o un ritual; una terapia médica y se
usaban 20 signos calendáricos como sigue: lagarto, viento, casa, lagartija,
serpiente, muerte venado, conejo, agua, perro, mano, hierba, caña, jaguar, águila,
zopilote, movimiento, pedernal, lluvia y flor: La unidad básica así creada consiste
en un ciclo de 260 días que se conoce con el nombre de tonalpoalli o la cuenta de
los días”.112 Había, además, 18 veintenas que componían el año agrícola y el 2
caña es la ceremonia del fuego nuevo. En cuanto al Ciuacoatl. Lo definió como un
“jefe interno” que se encargaba de realizar las ceremonias a la vida en la corte,
pero también realizaba tareas militares, mientras que el tlatoani se quedaba en la
capital.
Todos los actos de los seres humanos estaban tutelados por
un dios bueno o por un dios malo, de tal manera que, debían recibir la protección
y la orientación de una hechicera o de un nahual que le señalaba el camino, le
hacía a un lado los obstáculos, las dificultades, los riesgos, los peligros que se
levantaban a su paso por la vida. Toda la existencia, desde el nacimiento hasta la
muerte, incluso más allá, había que arrastrar una serie de acechanzas y carencia,
obstáculos. Cualquier signo calendárico indicaba algo en la vida, bueno o malo;
por ello, era un deber ineludible de las personas, estar bien con los dioses, cumplir
972
con los ritos, las ceremonias, los sacrificios pues solo de esta manera se podía
tener una vida exitosa, indicando con ello que estaba en posibilidad de sortear
todos los retos y dificultades. Los distintos significados que tenían los signos
calendáricos solo los podían entender y escudriñar los sacerdotes, cuya
existencia, así estaba vinculada a la vida de las personas. Ellos con sus
conocimientos científicos y esotéricos, podían advertir acerca de lo que el destino
les deparaba.
973
Al explicar las relaciones que había entre los dioses y los
principios éticos de los mexicas, Caso consideró que estos se habían sacrificado
para que existieran los hombres, para que existiera la humanidad y por “ello los
hombres deben sacrificarse para sostener a los dioses que no pueden vivir sin el
sacrificio del hombres. Así como el sol es indispensable para el hombre, para el
sol es indispensable estarse nutriendo con nuestra vida, es indispensable recibir
nueva vida para tener fuerzas y luchar contra los poderes tenebrosos de la noche;
entonces, debe el hombre sacrificarse constantemente para proporcionar con esta
la sustancia mágica de que se alimentan los dioses, que es la vida y que está
contenida fundamentalmente en el corazón y la sangre del hombre, por eso se
llama a la sangre en lenguaje esotérico Chalchihuatl, el agua de jade, el agua
preciosa, el liquido preciosos, porque en la sangre está contenido el liquido vital
que es capaz de hacer vivir a los hombres y a los dioses”.113 Por ello concluyó,
será indispensable la realización de los sacrificios humanos.
Al definir Caso, a los mexicas como el “pueblo del sol” estaba
indicando con ello que el astro rey era el dador de la vida y esto se veía en los
distintos ciclos de la naturaleza, al observar la germinación de la plata y de los
árboles durante la primavera cuando el Sol estaba en lo más alto del firmamento y
después al cambiar la tierra de ubicación, al invierno, esas plantas y árboles
perecían y así, en forma eterna, se reproducía, moría la vida, para dar origen a
otra fase. Era necesario conocer el calendario para saber si los dioses auguraban
un “buen año” o bien un “mal año”, todo ello vinculado con los distintos niveles de
productividad. Pera eran dos los planos de la actividad del hombre: uno el
estrictamente religioso y otro, el material y práctico o los factores adversos que
974
habían creado una pésima combinación de factores astrológicos, que habían
producido ya fuera una sequía o una granizada, se necesitaba enfrentar, no solo
con adoraciones y sacrificios a las distintas divinidades, sino trabajando con mayor
intensidad y asiduidad. Por ello, la luz solo era indispensable para la vida de las
personas, al depender de ella la siembra y la reproducción de las plantas, de
cuyos granos dependía la existencia de las personas.
975
En el Códice Borbónico se estipula “que al ser humano es
creado de maíz; más aun, es maíz, ya que este come y de él viene, a los rituales
sigue el ritmo de la agricultura. En Xiliamantitli se consagra en los templos las
mazorcas que se utilizan para la siembra. En tlacaxipevalixtli se refiere a la
preparación y limpia de los terrenos y luego se pide agua a los dioses para la
siembra. Con Etzalcualiztli se empieza a salir los primeros productos del campo;
Ocpaniztli es la fiesta grande para la cosecha de la mazorca y después de
terminada la cosecha se inicia la asa de conejos y otros animales con la fiesta de
Quecholi”.114
Antes de emprender una tarea productiva, vinculada con el
ciclo reproductivo, digamos, la siembre de las semillas o la preparación de los
terrenos, los macehuales, consultaban acerca de la combinación que hacían los
astros de la cual dependía el futuro de las cosechas y sobre todo de la vida
humana. Si por alguna razón esta combinación era adversa, porque así lo
consideraban los sacerdotes, entonces era previsible que hubiera malas
cosechas, que no hubiera alimentos suficientes para satisfacer las necesidades
más elementales de las poblaciones por lo que había que tomar de las reservas
alimenticias que siempre tenían los tlatoanis y los Tecuhtlis. En estas condiciones
desastrosas, las tensiones de la sociedad llegaban a su máximo nivel y las
comunidades estaban en un periodo de crisis. Se hacían entonces, muchos
sacrificios a los dioses, se multiplicaban las ceremonias litúrgicas en los templos y
los sacerdotes entraban a una actividad fabril. En algunos casos, se sacrificaban
varios prisioneros que estaban en las cárceles de los poblados; los labradores y
sus familiares, que eran los directa, o principalmente afectados, se preocupaban
976
enormemente por la situación adversa que se venía encima. La festividad más
grande y especial era la recolección de las cosechas pues si estas eran “buenas”
se podía obtener el volumen de alimentos que necesitaba la población ya fuera
para pagar los tributos o bien para alimentarse. Esperaban que antes de las
cosechas, ningún fenómeno meteorológico, como una helada, pudieran afectarlas.
977
En el Códice Borbónico, la flecha significa armas para el
hombre y generalmente significa amenazas, ataques, conquistas y poder, valentía
y justicia y cuando “está llena de polvo y estiércol se dice que ha ganado el
señorío que tienen, a la hacienda que posee, con engaños y con mentiras. El
agua, al igual que el viento, representan lo variable e inestable. Es necesario para
la fertilidad del campo, pero también arrastra las construcciones humanas.
Originalmente se empieza a contar el año solar para poder marcar la temporada
del campo, organizar el trabajo en la milpa, determinación de los buenos tiempos
de siembra y cosecha, de la gracia debida a los dioses que hacen posible esta
vida. Luego, con la formación de los estados, se usa otro calendario agrícola para
registrar la historia y las fiestas son combinadas con los ritos de la guerra. La toma
de los cautivos de guerra se interpreta en términos cosmológicos y su sacrifico
sirve precisamente para pedir una buena cosecha”.115
De los calendarios que formularon los mexicas, el dedicado a
las actividades agrícolas era el más importante pues de él dependía la vida de la
sociedad en su conjunto, puesto que el pueblo azteca era esencialmente agrícola.
Por lo tanto del cumplimiento de los objetivos de la escarda, siembra, la cosecha,
dependía la vida humana de varios miles de individuos, ubicados en poblados
grandes y pequeños. La fertilidad del campo, su cuidado y preservación se
realizaba como una jornada de primera importancia en todas las comunidades, en
donde se ponía en movimiento las fuerzas de los macehuales, de la recolecta de
tributos, los tecuhtlis, los sacerdotes y nahuales pues del estado que tenía la
agricultura dependían los otros aspectos de la vida comunitaria. Por ejemplo, la
978
cosecha era un factor determinante pues influía en la fijación y revisión de los
tributos de los pueblos subordinados, así como en los intercambios comerciales.
Dijo Caso que “como Dios de la vida, aparece Quetzalcóatl como el benefactor
constante de la humanidad y así vemos que, después de haber creado al hombre
con su propia sangre, busca la manera de alimentarlo y descubre el maíz, que
tenían guardado las hormigas dentro de un cerro, haciéndose él mismo hormiga y
robando un grano que entrega después a los hombres. Les enseño la manera de
pulir el jade y otras piedras preciosas y de encontrar los yacimientos de estas
piedras; a tejer las telas policromas, con el algodón milagroso ya nace teñido de
diferentes colores y a fabricar los mosaicos con plumas de quetzal del pájaro azul,
del colibrí, de la guacamaya y de otras aves de brillante plumaje. Pero sobre todo
enseñó al hombre la ciencia, dándoles el medio de medir el tiempo y estudiar las
evoluciones de los astros; les enseño el calendario e inventó las ceremonias y fió
los días para las oraciones y los sacrificios”.116 Indicó que Quetzalcóatl era un dios
“viejísimo” en Mesoamérica; luego señaló a los dioses del agua y de la vegetación
como Tlaloc, dios de la lluvia y del rayo que era la deidad más importante y que si
bien era un dios benéfico, también producía la inundación, la sequía, el granizo, el
hielo y el rayo.
Quetzalcóatl era el dios fundamental pues no solo había
descubierto el maíz que era el alimento básico de la población, lo cual ya de por
sí, en sí mismo, ocupaba un sitio central en el interés y en la preocupación de los
979
individuos. Había enseñando el cultivo de la tierra, el arte de tejer, la técnica para
fabricar objetos de cerámica, la elaboración de esteros y de objetos de pesca, la
elaboración de herramientas para cultivar la tierra, el pulimento de los objetos de
las piedras preciosas y el resto de las otras actividades humanas. Ello significaba
que Quetzalcóatl había sido un gran formador de trabajadores, un educador de los
miembros del pueblo, uno de los que habían trascendido hacia las funciones
vitales de los seres humanos.
980
También López Austin estudió la relación que existe entre el
calendario religioso y el calendario agrícola indicando que “la fiesta de los muertos
marca el fin de la época de lluvias y que en esa época se daba el termino de las
cosechas y por ello consideró que además de los aspectos económicos y sociales,
se debían estudiar los mitos “pues de ellos depende la vida de los agricultores, el
juego estacional de la vida y de la muerte pues “las lluvias son la expresión de la
muerte que produce vida, las secas son la vida, pero también la consumación que
conduce a la muerte, estando conscientes los indígenas de la relatividad, de lo
transitorio, todo lo que vive morirá y la muerte es la fuente de toda forma de
vida”.117
El acucioso escudriñamiento del comportamiento de la
naturaleza, les permitió observar que los seres humanos vivían un proceso
inacabado de creación mantenimiento, consolidación y finalmente destrucción;
todo lo que nacía moría y lo que moría era para dar origen otra vez a la vida. Por
ejemplo, durante la etapa de la escarda, o de la preparación de la tierra,
observaron que había en su seno muchos componentes orgánicos que se habían
formado desde años anteriores y que ahora se aprestaban para dar nuevos frutos.
La preparación de la tierra, que se hacía con la advocación de un dios, indicaba ya
en términos generales, la calidad de la cosecha que se levantaría. Comprendieron
que las plantas nacían, crecían, se reproducían, daban frutos y finalmente, morían;
generalmente, en la etapa de invierno, siendo la temporada de la primavera y del
verano las más sobresalientes, en donde la vida estaba en su esplendor y los
campos agrícolas se llenaba de actividad. De una manera particular les
preocupaba la llegada de las lluvias pues de su oportunidad y volumen dependía
981
el crecimiento de las plantas. Este momento era decisivo para la agricultura en lo
particular, y para la sociedad en general.
982
En la lámina 3, relativa al Códice Aubin, del Códice Durán
apareció el dios Tezcaltipoca “vestido con huipil, la bebida que representa el
maguey y la xicalli, la comida que contienen las dos cestas, el uno el grano y el
otro con pan y tortilla, mientras que en la figura 5 está el dios Tlaloc sobre un altar
empuñando en ambas manos cañas con mazorcas, como símbolo de la
fecundidad de la tierra y a su lado un tecamitl con el maíz ya desgranado”, en
tanto que en la figura número 7 está la diosa Chalchiuhtlicue “con la falda
tachonada de estrellas y un adorno con la media luna, la diosa de los ríos y el
agua que corre, compañera de Tlaloc, en esta representación, con las cañas en la
mano y mazorcas de maíz por adorno en la espalda. En la página 6 está la
representación de Huitzilopochtli con una “caña de maíz con hojas y mazorcas que
le sirven de trama, conducido por dos sacerdotes, uno de ellos tiene una manta
color de cielo con una orla de estrellas, al otro una manta con líneas ondulantes,
significado del agua”.118
Las pictografías de las deidades los hacen personajes no
ajenos o superiores sino cercanos a los seres humanos pues están ataviados con
atuendos que ellos producían, con objetos y utensilios que ellos fabricaban y por lo
tanto tenían una serie de aspectos concretos y materiales que los dioses europeos
y occidentales no tenían. Mientras estas eran figuras abstractas y por lo tanto
lejanas, las divinidades son concretas y formaban parte de la vida colectiva.
Aparecen en casi todos, el elemento del agua y del fuego, indicando que era el
origen de todo lo existente. El agua, por ejemplo, se manifestaba por medio de la
lluvia, los ríos, los canales y en general se hacían alusiones a los distintos
depósitos de agua. Este liquido vital los acompañan siempre para bien o para mal,
983
en todo el devenir histórico por lo que fue relativamente sencillo y objetivo
identificar el agua con la vida, incluso, Tlaloc está por encima del dios de la guerra,
Tezcaltipoca, porque incluso el agua puede hacer que se apague la vida de las
personas.
984
Botta demostró que las divinidades de la lluvia, “en especial
Tlaloc”, fueron consideradas como manifestaciones de las montañas, los lugares
en donde se forman las nubes. “Se le asignó generalmente la jurisdicción sobre
las aguas y sobre la producción de los bienes agrícolas. Loso mexicanos quisieron
así establecer una relación con los dioses de la lluvia para garantizar un régimen
de subsistencia”. Hizo alusión a las atribuciones de Tlaloc que se refieren, entre
otros conceptos, a la fecundidad de la tierra, mientras que su hogar, el Tlalocan,
es un lugar de la eterna primavera en donde hay siempre mazorcas, calabazas,
bledos, axi verde, jitomates y frijoles. Se colocó a Tlaloc en relación con el granizo,
las tempestades y los rayos.119
En Tlalocan, o sea, el sitio al que marchó Tlaloc por lo que se
asociaba a la vida en abundancia, pero lleno de productos comestibles, siendo un
destino apetecible desde el punto de vista concreto y no un sitio abstracto en
donde coexistían las almas puras. En efecto, en el Tlalocan, estaban disponible
todos los alimentos y materiales que eran conocidos y los había en una gran
cantidad lo que aseguraba que quienes habitaran en él, tendrían una existencia
placentera. Está asociado no solo a la lluvia sino a la fecundidad de la tierra
considerada como un lugar quimérico en el cual existen todos los elementos
materiales que les aseguraba una vida llena de comodidades.
En el Códice Borbónico se estipula “que al ser humano es creado de maíz; más
aun, es maíz, ya que este come y de él viene, a los rituales sigue el ritmo de la
agricultura. En Xiliamantitli se consagra en los templos las mazorcas que se
utilizan para la siembra. En Tlacaxipevalixtli se refiere a la preparación y limpia de
985
los terrenos y luego se pide agua a los dioses para la siembra. Con Etzalcualiztli
se empieza a salir los primeros productos del campo; Ocpaniztli es la fiesta grande
para la cosecha de la mazorca y después de terminada la cosecha se inicia la
caza de conejos y otros animales con la fiesta de Quecholi”.120
986
Dijo Garibay, que le concedieron una gran elevación al
nacimiento del maíz y por lo tanto a la diosa de la vida y a todos númenes que
tenían que ver con ello y anotó el siguiente poema:
"Ya con rojas listas he nacido yo, la Mazorca florida.
De múltiples colores se matiza nuestro florido sustento:
allá viene a erigirse para abrir sus granos;
está en la presencia del dios que hace lucir el día.
En la región de la lluvia y de la niebla
sólo preciosas plantas acuáticas echan botones
Yo soy la hechura del dios;
soy, su criatura, he llegado.”
Después hizo referencia a una deidad, Atlahua, que se
ubicaba en la región de Chalma, que era “acrecentador de las legumbres que
frotaban sobre la tierra e hizo alusión a la lluvia fecundante que barre la tierra y la
llena de vida para produzca los vegetales de que se nutre el hombre; estaba
Cintéotl, o dios de la mazorca, que venía de Tlalocan; otro era Xipe Tótec, que
estaba vinculado a la vegetación pues “desollar hombres era un mágico modo de
reproducir lo que al adorado numen hace con la tierra, al venir el invierno y en
otros casos, ejercía su función genética”.121
Así como Xipe Tótec era el dios “desollador”, es decir, aquel
que cambia su piel para rejuvenecer cada año, también la tierra cambiaba de
vestimenta pues durante el invierno se vestía de blanco, era en apariencia nada,
987
infértil, pues de esta, manera se entendía el sol, en cambio, en la primavera y en
el verano adoptaba el tono de verde pues todas las plantes florecían, las flores
abrirían sus corolas, las animales que invernaban salían de sus guaridas pues
todos sabían que había suficientes alimentos por ello el verde se vinculaba con la
vida. Estos cambios, la vida y la muerte alternados, los veían en todos los
fenómenos naturales, por ejemplo, las mazorcas jiloteaban apenas en la
primavera y poco a poco iban creciendo sus granos para estar a plenitud en la
primavera y después se secaban y otra vez volvía el ciclo vital a presentarse.
Precisamente para celebrar a las fiestas a Uitzilohuchtli, dijo
el Códice Florentino, que se celebraban muy fuertes gastos de leña, tomates, sal,
cacao, que “compraban o pedían algunas cosas prestadas o vendían las tierras de
regadío o del monte que eran adjudicadas a los ídolos y a sus sacerdotes y aquí
servían a quien no podían pagar el tributo luego dejaban las tierras y al tiempo que
sabían que ya no cumplían y acordaban la penitencia y el servicio a que estaban
obligados, se lavaban y limpiaban y hacían comida de fiesta, tamales y una olla
bien guisada porque les parecía el tributo algo muy pesado como una carga que
apenas podían llevar y así después halagaban mucho porque ya estaban libres del
gran trabajo y agravio y libremente buscaban la vida y trabajaban de pescar o
beneficiar magueyes o entendían algunos tratos de mercadería”. 122
Las festividades a los dioses eran laudatorias; es decir, los
pobladores erogaban fuertes sumas de recursos materiales y humanos para
mostrar su veneración, su subordinación, pero también, una expresión de
agradecimiento por los beneficios que se habían recibido durante el ciclo agrícola,
ante algún acontecimiento particular sobresaliente que les había sido favorable, o
988
ante un hecho significativo de la vida de las personas. Las fiestas eran motivo y
resultado de la unidad y cohesión de los pueblos, ocasión para el encuentro y el
reencuentro de los pobladores, del grado de cohesión que habían observado. El
esplendor de ellas dependía de la calidad de las cosechas; si había habido buena
cosecha, entonces la fiesta era ruidosa, alegre, llena de comida y regalos, pero
también de sacrificios, pero si esto no era así, entonces eran fiestas tristes,
apagadas, meros rituales huecos. En las festividades se demostraba en la
práctica, en los hechos, cómo había sido el calendario agrícola en términos
generales, si el saldo de las cosechas había sido favorable o desfavorable y si por
lo tanto, podían levantar las pensando tranquilamente en la actividad del próximo
año.
989
En la oración que se decía a Tezcatlipoca, dedicada a
demandar socorro contra la pobreza, se habló de los “pobres populares y gente de
baja suerte y de poco caudal en hacienda, de la que se echa en la noche y no
tiene nada, ni tampoco cundo se levanta por la mañana, páseles de día y de
noche en gran pobreza, sepa vuestra majestad que vuestros vasallos y siervos
padecen gran pobreza, tanto cuanto no se puede encarecer más de que en grado
su pobreza y desamparo. Los hombres no tienen una manta con que se cobijen, ni
las mujeres alcanzan una nagua con que se envuelvan y tapen sus carnes sino
algunos andrajos por todas partes rotos y que por todas partes, entra el aire y el
frío.
Tezcaltipoca no alentaba odios, ni ruegos, ni había hecho
caso de las conjeturas de los hechiceros, ni había aceptado las penitencias y los
sacrificios pues había llegado una nueva plaga, los españoles, que amenazaban
no solo el presente sino el futuro del pueblo. Ello, además de trastocar el orden
social y religioso existente, afectaría particularmente la suerte de los macehuales,
que seguirían siendo subordinados y tratados como tales, es decir, como gente
baja e indecente, pobre, en el sentido más amplio del término. Esta oración revela
que al contrario de lo que algunos esperaban, la pobreza y la miseria en que vivía
este sector de la población, seguía en forma persistente. Algunos principales
habían abrigado la idea de que bajo el régimen de la encomienda, en la que se les
había prometido “protección y cariño”, mejoraría la situación de los macehuales,
pero esto no fue así. Esto se confirmó con el hecho de que el término macehual se
siguió manejando muchos años después, durante la etapa de la conquista y de la
990
colonización, e incluso ya cerca de la independencia, reafirmando la existencia de
estos individuos que siempre fueron desdichados, sufridos y maltratados.
991
En el estudio del Códice Vaticano, se indicó que “Omeyocan
en el lugar de la dualidad. El dios creador Ometecuhtli, tenía por esposa a
Omecihuatl, mujer del Pueblo. Seguramente que con la dualidad se quiere
significar que la vida nace de una pareja y por eso los dioses creadores son
dobles ya que encierran el principio masculino y el femenino. Nada hay aquí que
signifique trinidad. Esa pareja divina crea a Cipactónal y a Oxomoco, viejos
sacerdotes hechiceros, creadores del calendario. Parece que el uno significa el día
y el otro la noche. También se dice que estos fueron el primer hombre y la primera
mujer que fueron creados”.123 Además aparecieron dibujados 10 cielos, más otros
recintos como el Cinalco, o casa del maíz, Tlalocan, donde está el dios de las
aguas.
Estaba firmemente arraigado el concepto de la dualidad y no
de la trinidad, por ello cuando los españoles predicaron uno de sus dogmas más
conocidos, no lo entendían, ni aceptaban, como no entendían ni aceptaban otros
de estos principios cardinales. Los indígenas escuchaban las explicaciones
bíblicas y teológicas pero solo simulaban que los aceptaban y hacían suyos,
aunque en realidad esto no sucedió pues seguían manteniendo una actitud
escéptica. Muchos prefirieron asumir una posicion de conveniencia, es decir,
decían que aceptaban la nueva religión e incluso recitaban de memoria algunos
de estos conceptos pero lo hacían para ocultar sus verdaderas adhesiones, la los
viejos dioses o deidades. Cuando se decidió su destrucción masiva, muchos de
ellos los ocultaron en cuevas y cerros y siguieron haciendo penitencia y sacrificios
para su servicio. El principio de la dualidad era sencillo y simple: a la noche seguía
992
el día, a la vida, la muerte, a la vegetación, la sequedad de los campos y así
sucesivamente.
993
Definió Caso a la diosa Chicomecoatl como diosa de la
fecundidad pues apareció decorado con siete mazorcas. “Aunque es la diosa
general de los mantenimientos, cada uno de las plantas importantes para los
aztecas habían sido convertidas en un dios. Por su puesto el maíz, la más
importante de todas, tenía una serie de dioses que lo representaban. Centeotl, que
literalmente quiere decir, centli, maíz y teotl, dios “dios del maíz”, en esta planta
divinizada. Pero si Centeotl es el dios del maíz en general, la semilla misma se
concibe como una mujer que va representando, en sus diversas edades el
desarrollo de la mazorca. Así Xiloner es la mazorca tierna, o el “jilote”, es la espiga
del maíz, mientras que llama lecohtli, “la señora de la falta vieja”, es la mazorca
seca, cubierta ya por las hojas amarillas y arrugadas. Xochipilli y Xochiquetzal
eran adornadas principalmente por la gente de las chinampas, los xochimilcas y
Xipetotec es el dios de la primavera…”.124
El maíz es una de las aportaciones más grandes que hicieron
los pueblos del altiplano a los pueblos del mundo, reafirmando que estos pueblos
son hijos de ese alimento pues de él obtienen el sostenimiento material para su
existencia. El maíz en sus múltiples presentaciones, forma parte fundamental del
destino de los mexicas y de otros muchos pueblos, al lado del chile, la chía y la
calabaza; son pueblos formados por maíz reafirmando con ello el alto valor
nutricional que tiene y que es apreciado por la humanidad entera. En este contexto
y siendo este un alimento vital, en el sentido estricto y amplio del concepto,
apareció con múltiples advocaciones, desde el Xochipilli hasta Xochiquetzal; se
hacían alusiones a las semillas, a las lluvias, a la germinación de las plantas, a la
recolección de las cosechas, cubriendo prácticamente todos sus aspectos
994
naturales y sociales. Una gran parte de la existencia de los individuos giraba en
torno al maíz, siendo un elemento estratégico para la economía en la vida
humana.
995
Una fiesta a la que le concedió una gran importancia que se
celebraba cada 4 años, era la de Ochpaniztli, o barrer los caminos y era una
ceremonia dedicada a la diosa del maíz. En ella se sacrificaba a una joven mujer y
se le tiraba a un pozo, junto con sus aderezos y sus mazorcas. “Encima de su
cabeza crece una planta de maíz con espigas y mazorcas. Ella representa la
nueva piel de la tierra. Ahora el campo se ha cubierto con la planta verde del maíz,
que está floreciendo y jiloteada. Hay nueva vida”. Se realizaba la pequeña fiesta
del Pachtle en la que los participantes se adornaban con mazorcas cubiertas con
papel, se amontonaban las mazorcas y se les prendía una vela, mientras que a la
gran fiesta de Pachtle, es muy parecida a la anterior, pero participa un mayor
número de personas. 125
996
Definió Caso el Tlalocan, “como la realización de su concepto
de felicidad; el lugar siempre fértil y abundante de todo género de riqueza, en
donde se dan los alimentos más preciados, las plumas más ricas, las flores más
hermosas, el jade y la turquesa, la plata y el oro; en donde la vida se desliza
suavemente entre cantos, bailes y juegos, diversiones; vida de abundancia y
contentamiento, sin el temor a la sequía y a la escasez, sin que el hombre
necesite de su duro trabajo para hacer producir y fructificar la tierra”. 126
En el marco del concepto de la dualidad, estaba el “cielo” y el
“infierno”, el Tlalocan y el Mictlán, los lugares en donde había una felicidad plena y
una gran mortificación y sacrificio. No había lugares intermedios, de tal manera
que era necesario ayudar a las personas, sobre todo aquellas que habían nacido
bajo un signo adverso, a que pudieran tener un trayecto por este mundo material
más apegado a los principios morales de la ciudad. Era muy difícil que quienes
habían nacido bajo la influencia maligna de algún dios o deidad, pudieran cambiar
su destino final. En cambio, el acceso al Tlalocan estaba “asegurado” para
aquellos a quienes habían mostrado lealtad a los dioses o deidades, que habían
sido piadosos, que habían seguido las orientaciones de los sacerdotes, que
habían pagado puntualmente sus tributos y cumplido con sus obligaciones. Se
trataba de asegurar, por medio de la presión ideológica y “espiritual”, que los
asociados pudieran estar dedicados al trabajo, en sus múltiples acepciones y
modalidades y a la sumisión a las deidades.
997
Formuló López Luján una observación importante: En México
no hubo una “realeza divina”, como ocurrió en Egipto “pues nunca hubo un culto
específico, pero en cambio hizo referencia al concepto de “realeza sagrada” en la
que el grupo gobernante aparecía como representantes o imagen de los dioses y
se vinculaba a los tlatoanis con las divinidades, siendo una de sus obligaciones
garantizar la adoración a las divinidades. Hizo alusión a la existencia de varios
símbolos del poder, entre ellos a las esteras que eran la base del trono, la mitra de
turquesa, un tocado de plumas llamado cozoyahualulli, colocación de una
nariguera en el septum nasal.127
Este era un rango distintivo de la sociedad mexica que la
diferencia respecto de las casas reinantes europeas en donde se consideraba que
los reyes tenían una naturaleza divina y por lo tanto su familia también tenía esa
calidad. En la sociedad mexica esto no ocurrió, aunque lo intentó hacer
Moctezuma II pero la llegada de los españoles no nos permitió conocer cuál
hubiera sido el curso ulterior de este proceso de aristocratización que se quiso
impulsar. Hasta antes de Moctezuma, los tlatoanis eran vistos y considerados
como personas desde luego sobresalientes, dignas de respeto y de acatamiento
hacia su autoridad, pero nunca seres divinizados tan solo por el hecho de
pertenecer al mismo linaje. Este era, desde luego, un requisito muy importante,
pero no fue decisivo en muchos casos, a la hora de nombrar a los tlatoanis. Ellos
se deben al origen popular de este, es decir al margen de la explicación religiosa
de los mismos, pues los primeros tlatoanis fueron sobre todo guerreros
combativos y abnegados que les tocó la tarea de sentar las bases materiales de la
nueva sociedad, de tal forma que el resto de la población los observaba como
998
parte de la misma, si bien los consideraban excepcionales por su descendencia
común. No había ninguna “realeza” a la europea pues los tlatoanis y sus
colaboradores debían demostrar que poseían cualidades morales, destreza física
y habilidades excepcionales para ejercer el gobierno y no solo para ser de “sangre
real”, para emplear una frase coloquial.
López Austin definió la cosmovisión mexica de la siguiente manera: “creían en una
doble naturaleza del tiempo y del espacio. Por una parte, existía el tiempo y
espacio original y ajeno, al que podemos denominar “anecúmeno” poblado por los
seres que suelen denominarse “sobrenaturales”, los dioses, las fuerzas, los
muertos. Por el otro, el tiempo-espacio causado, propio, el “ecúmeno”, o sea el
mundo creado por los dioses y habitado por las criaturas, los hombres, los
animales, las plantas, los minerales, los meteoros, los astros. Sin embargo, el
ecúmeno no solo estaba poblado por las criaturas que también la ocupaban los
invisibles seres sobrenaturales y eran ellos los encargados de dinamizar ánimas,
transformar, deteriorar, destruir todo lo creado. Los dioses, eran concebidos como
seres benéficos y maléficos, afables o crueles, indulgentes o vengativos, guerreros
o avaros, pero sobre todo eran tan semejantes al hombre que podían escucharlos,
compadecerse de sus ruegos, cambiar de voluntad si se condolían con sus
plegarias y ofrendas y conceder lo pedido a los piadosos…128
Estos dioses estaban “humanizados” pues compartían una
serie de cualidades que eran propias de los humanos, como saber, oír, hablar,
999
ejercer mandamientos, realizar acciones, es decir, eran seres antropomórficos con
los cuales se podía “dialogar” y estar o arreglar y negociar con ellos. Por ejemplo,
si faltaban las lluvias en el momento oportuno en que se requerían, para las
siembras de las cosechas se les “informaba” que los pueblos y las comunidades
que se realizarían una serie de rituales y de sacrificios humanos, incluso, a
cambio de que la lluvia llegara; decían que probablemente el dios de la lluvia
estaba enojado y por ello había suspendido la tan anhelada precipitación pluvial; la
vida de los seres humanos descansaba entra la lectura que se tenía acerca de la
posición que tenían las deidades, buena o valida y la capacidad para aplacar su
ira”, si por ejemplo, había grandes inundaciones. Los dioses no eran seres
inaccesibles y etéreos que se encuentran en un punto teórico del mundo sino, por
el contrario, estaban cerca de las inquietudes y de las preocupaciones de los
seres humanos.
Al lado de la concepción mística y guerrera impulsada por Tlacaelel, observó León
Portilla, otra concepción distinta promovida por Nezahulcóyotl, que enfatizaba en
la transitoriedad y fugacidad del mundo, al indicar que “al final todo habrá de
desaparecer, hasta las piedras los metales preciosos habrá desaparecido. Publicó
el poema de Ayocuan Cuetzpaltzin, de Tecamachalco, que decía:
“Que permanezca la tierra
Que estén en pie los montes
En vano se reparte olorosas flores de cacao
Que permanezca la tierra”.
1000
Para León Portilla, la preocupación fundamental de los
tlamantines era la de saber si podían decir palabras verdaderas en la tierra,
indicando que:
Los que ven
Los que se dedican a observar
el curso y el proceder ordenado del cielo
Los que están mirando o leyendo
los que cuentan
los que cuentan
los que vuelven ruidosamente las hojas de los códices
Los que tienen en su poder
la tinta negra y roja (la sabiduría)
y lo pintado
ellos nos llevan, nos guían,
nos dicen el camino.
“La preocupación fundamente (de Los Tlamantines) era
encontrar la posibilidad de infundir en el hombre una auténtica raíz en este mundo,
en el que todo es como un sueño, como un plumaje de quetzal que se desgarraba
y los atormentaba la condición inescapable del hombre, “tenemos que irnos, no
estamos para siempre en la tierra, solo un poco aquí”.129
1001
Tlahcuilo: el pintor 130
El pintor: la tinta negra y roja,
artista, creador de cosas
Diseña las cosas con el carbón, las dibuja,
prepara el color negro, lo muele, lo aplica.
El buen pintor: entendido, Dios en su corazón,
diviniza con su corazón las cosas,
dialoga con su propio corazón.
Conoce los colores, los aplica, sombrea;
dibuja los pies, las caras,
traza las sombras, logra un perfecto acabado.
Todos los colores aplican a las cosas,
como si fuera un tolteca,
pinta los colores de todas las flores.
En torno a las múltiples deidades se había constituido un
amplio y representativo campo de especialistas que se dedicaban desde las tareas
más simples y sencillos, como acarrear leña y mantener funcionando los
incensarios todos los días del año, lo que suponía una gran participación de las
poblaciones para que los templos no dejaran de tener sus materias primas, la
leña, en cantidad abundante y oportuna para que “siempre hubiera fuego”. Era un
signo de desobediencia grave y de mala condición de los sacerdotes, el hecho de
que un templo o un adoratorio no tuvieran esta manifestación de vida. Entre los
especialistas estaban los pintores que tenían la finalidad de otorgarle perennidad a
determinados acontecimientos históricos sociales y políticos. Para consignar un
1002
suceso de esta naturaleza, llámese una gran batalla, un enlace matrimonial o la
aparición de un astro en el firmamento, se combinaban las habilidades de los
dibujantes y de los pictografistas, aunque en muchos casos y por regla general, no
aparecieran sus nombres, indicando con ello que trabajaban por una orden
superior.
Los Fundidores de Metales Preciosos 131
Aquí se dice
cómo hacía algo
los fundidores de metales preciosos.
Con carbón, con cera diseñaban,
Creaban, dibujaban algo,
para fundir el metal precioso,
bien sea amarillo, bien sea blanco,
Así daban principio a su obra de arte…
Si comenzaban a hacer la figura de un ser vivo
si comenzaban la figura de una animal
grababan, sólo seguían su semejanza,
imitaban lo vivo,
para que saliera en el metal,
lo que quisiera hacer.
Muchos de los objetos fundidos como metales preciosos eran
elaborados por los zapotecas y los mixtecas que habían alcanzado una perfección
1003
en este tipo de trabajos, probablemente influidos por los pueblos de los Andes,
que habían llegado a niveles superiores en el trabajo de filigrana de oro y en el
tratamiento de piedras preciosas. En el Códice Mendocino se afirmó que gran
parte de estos objetos se importaban desde tierras lejanas y/o formaban parte de
los tributos, aunque en el Valle de México, desde el pueblo de Teotihuacán, había
hornos de artistas que trabajaban para satisfacer las necesidades de los templos
y de los sacerdotes. El fundido del metal es otra gran aportación de los toltecas a
la cultura del nuevo grupo humano.
Teucuitlapitzqui: el Orfebre 132
"El orfebre:
experimentado, que conoce el rostro de las cosas,
creador de las cosas como Toltecas.
El buen orfebre:
De mano experimentada, de mirada certera
prueba bien los metales, los pule.
Guarda sus secretos,
martillea los metales,
los funde,
los derrite, los arde con carbón,
da forma al metal fundido, le aplica arena"
El torpe orfebre
mete todo en las cenizas, las envuelve con ellas
oprime las figuras, es ladrón
1004
Funde lo que le enseñaron
obra torpemente
deja mezclar el oro con la ceniza
las envuelve con ellas.
1005
Zorita tradujo un Razonamiento del inferior al superior
indicando que “no os faltara trabajo pero mira que ninguna cría haga sin él, el
sueño no lo comida no lo tenéis con mucho reposo; no os faltan desasosiego
considerándolo pasado para poder prevenir en lo venidero, sois umbral grande de
abrigo para todos, gente tenéis que os ayude, vos das a cada uno orden de vivir y
lo honráis según sus buenas costumbres; sois ejemplo y dechado de méritos y
como crecen en ello le aumentáis la honra, en los viejos habéis de honrar y
aconsejaos con ellos porque así acertaréis a mandar lo que sea justo y a vedar lo
que no lo fuera; mira que a vuestros antepasados no les falte trabajo y tuvierais
cuidado de gobernar su señorío y no durmieras con descuido, procurar aumentar
sus tierras y deja de si memoria. El recuerdo que dejara no lo pusiera en un día,
tenía cuidado de consolar al pobre y al afligido, honrarás a los viejos porque
hallaras en ellos buenos consejos, a cualquier necesitado socorrerás con gran
voluntad”. El superior contestó que “contento me has dado lo que me habéis dicho
y a Dios habéis hecho servicio, no debo tomar en poco vuestro trabajo y el amor
con me amáis y me habéis amonestado y consolidado; la lo agradezco mucho,
reposado y descansado, amigo mío.133
Estos razonamientos, válidos no solo para los orfebres,
pintores y otros especialistas, buscaban exaltar los meritos del trabajo, sus
virtudes, sus resultados, sus méritos, rechazando lo malhecho, el descuido o la
indiferencia. Se trata de concebir al trabajador o especialista poseedor con
grandes habilidades y capacidades, que tuvieron la aptitud de transformar una
piedra, un pedazo de madera, una hoja de oro laminado en un objeto bello, pero lo
más bello posible. Esto permite vislumbrar que eran expertos, que eran individuos
1006
favorecidos por los tlatoanis, por los sacerdotes en su conjunto, pues contribuían a
engrandecer y embellecer las actividades no solo de carácter estrictamente
religioso, sino sociales y políticos en general. No sabemos que por el contrario se
aplicaban castigos o quienes no les incorporaban la debida calidad a sus trabajos.
1007
Zoquichiuhqui: el Alfarero 134
El que da un ser de barro
de mirada aguda, moldea
amasa el barro
El buen alfarero
Pon esmero en las cosas,
enseña al barro a mentir
dialoga con su propio corazón
hace vivir a las cosas, las crea
todo lo conoce como si fuera un tolteca
hace hábiles a sus manos
El mal alfarero
torpe, cojo en su arte
mortecino.
1008
El Artista de las Plumas Finas. 135
Amantecatl: el artista de las plumas
Íntegro: dueño de su rostro, dueño de su corazón.
El buen artista de las plumas
hábil, dueño de sí
de él es humanizar y querer la gente
Hace trabajo de pluma
las recoge, las ordena
las pinta de diversos colores
las junta unas con otras
El torpe artista de las plumas
no se fija en el rostro de las cosas
devorador, tiene en poco a los otros
Como un guajolote de corazón amortajado
en su interior adormecido
burdo, mortecino
nada hace bien
no trabaja bien las cosas
echa a perder en vano cuanto toca.
1009
Se hizo notar en una de las oraciones que el dolor y la
muerte afectaban “al pobre, al miserable, al que no sirve para algo, al que no se
alegra, al que no está a gusto con sus huesos, en su carne, al que sufre en
extremo, al que anda padeciendo en su corazón. También le rogaban a
Tezcaltipoca les concediera riqueza para que no estuvieran pobres, que le dieran
el descanso, el consuelo, la alegría que le concediera la felicidad. Decían que eran
lamentable la situación que padecían muchos hombres pues “viven en la
indigencia, están despellejados, así andan buscando aquello con lo que se
acuestan, con lo que se levantan, su sustento, andan haciendo ruido sus vísceras,
en verdad andan sin fuerzas con los huesos débiles, solo en la piel ye n los
huesos”.136
Esta oración refleja que los mexicas estaban por completo
subordinados a los designios de los dioses, hasta el punto de que no tenían
personalidad propia pues eran instrumentos de designios superiores. Ante los
dioses, los mexicas aparecían como seres disminuidos, desgraciados, débiles,
“opacos”, “pobres” o desnutridos. De la bondad de los dioses dependían no solo
su presente y su futuro, vistos estos aspectos en una perspectiva general, sino
incluso para poder subsistir, siendo el trabajo, los esfuerzos realizados de carácter
individual solo un factor coadyuvante pues finalmente de la voluntad de la
divinidad dependía del comportamiento errático de las fuerzas de la naturaleza, las
cuales eran regidas por la divinidad.
La condición de pobreza, en la que vivía la mayoría de la
población era el resultado inevitable de la creación del mundo y de los sucesos
posteriores en que habían participado los hombres, de tal manera que así debían
1010
conformarse la sociedad: los ricos, por un lado, que conformaban la minoría y los
pobres que constituían la mayoría. La pobreza era un sinónimo de dolor, llanto,
desesperación, ignorancia y rivalidades y por lo mismo, estos males de la
sociedad eran ingenitos a ellos pues así lo habían decidido los dioses, de una vez
y para siempre. Solo a través de rezos, plegarias y sacrificios podían atenuarse o
disminuirse esta situación, pero no se eliminaría. Estos desajustes eran
estructurales y solo había que lamentarse de la situación en que se encontraban
los macehuales.
1011
En el Códice Vaticano, apareció en la lámina VI la primera
destrucción que sufrió el mundo a base de una inundación y de un diluvio.
También la segunda destrucción cuando habían pasado 4,000 años de la primera
pero fue causada por una culebra de aire, Ehecacoatl, que podría ser un ciclón. En
la lámina VII se refiere a la tercera destrucción por parte del fuego o por una lluvia
de fuego; la cuarta destrucción fue causada por los vicios de los hombres “pero no
se perdió toda la gente sino una parte de ella”. En la lámina XXV estaba Nahui
Ollin que significaba movimientos o movimientos de la tierra.137 En relación con
Tezcatlipoca, dijo que “eran dispensador de riqueza, forma y las quitaba cual le
placía.
Los fenómenos naturales eran causados por los disgustos y
los desencuentros en que incurrían los dioses principales, los cuales, actuaban
como si fueran gladiadores universales cuyo comportamiento había que seguir y
observar con gran detenimiento pues esta conducta podía producir grandes
destrucciones a la humanidad entera. La voluntad “divina”, expresada de una
manera anárquica con graves perjuicios para los hombres los cuales tenían que
reagruparse para resurgir y seguir desarrollando sus potencialidades, asociando
así estos fenómenos naturales con enormes calamidades. Ante cada una de ellas
había un cambio profundo en el mundo hasta ese momento conocido y por lo
tanto, producían otra cualidad, otro estadio, otra etapa en el progreso de los
pueblos, para concluir, que en realidad, todo estaba en movimiento, los astros, la
tierra y el resto de los fenómenos concomitantes.
1012
1013
Desde el punto de vista de la simbología, el ahuejotl era un
árbol que había sostenido el Cielo durante una de las eras o edades del universo.
“Se trataba de un árbol sagrado, vital para mantener la estructura arquitectónica
celestial-terrestre”, indicando que había tres niveles en el cosmos en donde
habitaban las deidades y los árboles eran “vasos comunicantes entre esos niveles,
pues también la tierra era imaginada como una isla rodeada por agua e hizo
alusión a una imagen que proyectaba eso árboles en el agua como si se
hundieran en el inframundo y entonces el lago es un espejismo y una puerta. Por
ello pensó que una chinampa era una isleta circundada por el hombre por sus
cuatro costados y cuya tierra es tejida y edificada por los hombres. Se sabe que
esta parcela rectangular para que se mantenga unida se le cerca con estos
árboles. En términos míticos, por su esencia divina, evitan que el circulo se
desplome, permanezca en el espacio y en el tiempo”.138
Las chinampas tienen una simbología adecuada a su
condición natural pues si bien se trataba de franjas de tierra, se trataba de islotes
que estaban sostenidos por el agua y por lo tanto se encontraban flotando. Así
sucedió con las tierras que se encontraban sostenidas por varios árboles
gigantescos, como las que había en Xochimilco, todas ellas rodeadas por agua.
Se trataba de un “mundo” estratificado, es decir, dividido en varios niveles, en los
cuales habitaban las deidades, estando las deidades principales o superiores y
después, en niveles inferiores, las deidades menores. Otra vez se expresaba un
sentido humano de esos dioses que habitaban en una morada, si bien una morada
especial, pero morada al fin, al igual que la que tenían los hombres. Esta
concepción era profundamente estática y no dinámica pues era fija, determinada,
1014
inmóvil, la cual tenía una serie de apoyos los cuales debían mantenerse pues
“podía caerse el mundo” y con ello precipitarse los reinos, el hombre y la muerte.
En otro Huehuetlahtolli, al dirigirse a los miembros de un
linaje dijo: no seas insolente con las personas, es muy necesario que bajéis la
cabeza, tened respeto por el anciano afligido, por el ocelot, el vasallo y solo así
encontrarás gratitud en su linaje que no te embriaga que no te pone orgulloso la
nobleza, el vínculo de descendencia; es necesario que atiendas la gente les
tengas temor respetuoso, que los veas con humildad, que los acate…”.139
Desde el punto de vista antropológica, los dioses eran
“ancianos venerables”, siendo los hombres sus criaturas descendientes. Por lo
tanto, ser viejo era un signo de respeto y admiración, de acatamiento de sus
indicaciones e instrucciones, como había sucedido en la primera etapa del grupo
mexica en la que estos ancianos habían desempeñado un papel dirigente. Aunque
su grado de participación en los asuntos públicos fue cambiando de fondo pero
siguieron teniendo un papel relevante, lo que se reflejaba, entre otros conceptos,
en el tratamiento que debía otorgársele, como modelos a seguir por los demás. En
efecto, un anciano había acumulado una gran experiencia, una enorme sabiduría,
había aprendido artes y oficios, conocía los secretos de la naturaleza, el
movimiento de la naturaleza, podía orientar a los agricultores ante el
comportamiento de los fenómenos meteorológicos y por ello había que guardar,
primero, respeto y después, veneración y acatamiento.
1015
1016
Al iniciar sus actividades un joven mercader, uno de sus
padres o viejos le daban un “razonamiento” en el cual le hacían notar que iría a
lejanas tierras “para que ganéis honra como nosotros vuestros padres lo
deseamos, vuestros antepasados, se ejercitará en los cominos, ganará la honra
que trajera como la ganan los hombres valientes, es menester que os esforcéis y
tengáis ánimo para sufrir los trabajos que os está aparejado que con hambre, sed
y cansancio y falta de mantenimientos, vuestros antepasados fueron valerosos,
honrados y ricos”. 140
También los jóvenes que se iniciaban en el comercio y que
tenían que recorrer grandes distancias sufriendo “muchas fatigas” pues tenían que
cargar sobre sus hombros, pesados fardos y estaban sujetos a múltiples castigos,
debían tener los merecimientos suficientes para ocupar un sitio “digno” en la
sociedad, es decir, estar cerca de las instancias del poder y gozar de múltiples
riquezas. En efecto, así sucedió que los mercaderes, sobre todo los que viajaban
largas distancias, hasta Oaxaca, Chiapas, Veracruz, e incluso, hasta el Istmo de
Tehuantepec y Centroamérica, traían consigo piedras preciosas, piedras talladas
en general con “gran pulimiento y primor”, pieles de jaguares y de otros animales,
plumas de aves, objetos de oro y plata, que no se tenían en cantidad suficiente en
el Valle y que desde luego tenían un gran valor. Era factible que intercambiaran
estos objetos por otros como el maiz, y que por lo tanto, se convirtieran con el
paso del tiempo en personas que tenían un gran poder económico y político. Por
ello se les llamaba a que hicieran un esfuerzo renovado y permanente, a que
enfrentar todos los peligros y dificultades, con el interés de alcanzar este sitio en la
sociedad.
1017
1018
“El pochteco: traficante, vendedor
hace préstamos, hace contratos
acumula riqueza, las multiplica
Es buen comerciante
es viajero, caminante
obtiene ganancias
encuentra lo que busca
es honrado”.141
El Códice Florentino dice que el dios de los mercaderes era Sacauliuhqui y “le
hacían fiesta cada año mataban por su servicio muchos esclavos cada año en su
fiesta; los cañones que los mercaderes usan traen del camino, antiguamente los
traían para honrar a este dios. Y llagada la noche o cada jornada se sacrificaba,
sacando sangre de las ovejas delante de la misma cara y hacen otras ceremonias.
Otros cuatro diablos que servían a los mercaderes, uno que se llamaba
Chicunguia, otro llamado Nacxitl, otro llamado Chimetl, otro llamado Iacaptzoac,
de los que hacen petates, icpales que es el inventor de nuestro arte y que por su
virtud crecían las espadañas, juncias o juncos; todos los oficiales de los petates e
icpales y tlacuexte tenía u hablar”.142
1019
Mendieta describió un diálogo que tenía su padre con su hijo: aquel le dijo:
trabaja con tus manos y come de lo que trabajes y vivirás con descanso. Con
mucho trabajo, hijo, hemos de vivir, yo con sudores y trabajos te he criado y así he
buscado lo que has de comer y por ti he servido a otro. Nunca te he desamparado,
he hecho lo que debía, no he hurtado, ni he sido perezoso, ni he hecho vileza y
por donde tu fueses afrentado. Mira hijo, no seas ladrón, ni jugador porque caerás
en gran deshonra. Vive hijo con tiento y encomiéndate a Dios que te crío, que te
ayude, que es tu padre que te ama más que yo. Suspira a El de día y de noche y a
Él pone tu pensamiento. Sírvele con amor a hacerle las mercedes y librarte ha de
peligros. Reverencia y saluda a los mayores, no olvidando á los menores El tal
que á los dioses ofende, mala muerte morirá desesperado ó despeñado, ó las
bestias lo matarán y comerán. 143
La moral imperante exhortaba en forma recurrente al trabajo,
al esfuerzo personal y colectivo pues de esta manera se habían comportado sus
mayores en el pasado, arrostrando una serie de obstáculos, satisfaciendo un
conjunto de necesidades, sobre todo en el largo periodo en que los mexicas
habían sido vasallos de otros señoríos. Con frecuencia se hacía referencia a esta
etapa de carencias, atropellos y humillaciones que habían sufrido, sobre todo a
mano de los tecpanecas de Atzcapotzalco y a las formas y modalidades que
habían asumido para superar esta condición, revertirla y transformarse de
vencidos a vencederos. Este era un motivo de orgullo para todos los miembros del
grupo, individualmente considerados y por tanto en su conjunto, indicando con
ello que se trataba de un grupo humano que podía someter y sojuzgar a otros
1020
pueblos y establecerse en un vasto territorio, grandes superficies de territorio en
que habitaban muchos pueblos. Nada más contrario a estos esfuerzos y a la meta
que podría alcanzarse, que la pereza, la debilidad de carácter, el apartamiento de
los objetivos generales y por ello se hacía una fuerte exhortación a que todos se
sumaran al esfuerzo de constituir un poder muy grande.
1021
Relacionados con la agricultura, con el maíz, estaban las
deidades del agua que también describió Macazaga entre los cuales se destacan,
desde luego, Tlaloc, que “permite dar a los hombres todo lo necesario para el
mantenimiento del los hombres, desde las yerbas, los árboles hasta los frutos; la
diosa de las aguas terrenales, asociada a Tlaloc, era Chelchiahticue, que era la
que protegía a todos los que se dedicaban a pescar y a “hacer otras granjerías
como el agua; Mappatecuhtli, diosa de los telares que servían para hacer petates,
y proteger a los artesanos.144
El agua estaba presente en todas sus modalidades y
manifestaciones contenidas en la cosmovisión y en la práctica social y política, de
ahí que existieran múltiples deidades, desde Tlaloc que era el principal, hasta los
múltiples dioses inferiores pues el agua estaba asociada a la agricultura, a la
producción de alimentos, a la tragedia y desgracia y por lo tanto, a la vida
individual y colectiva. Siendo esta zona lacustre, es decir, formada por un conjunto
de depósitos de agua, teniendo cerca a unos volcanes que experimentaban un
deshielo, habiendo muchos ríos, canales, arroyos, lagunas, entonces el agua
estaba siempre presente para beneficio de la comunidad pero también podía
provocar desgracias. Desde un principio habían sufrido inundaciones debido al
desnivel que tenían los lagos de Texcoco y de México y por ello era necesario
tener “contentos” a una serie de deidades a efecto de que esto no sucediera pues
las comunidades sufrían muchas pérdidas humanas. Pero también el agua era
dadora de la vida, pues además de la alimentación que representaban las
chinampas y el riego de la agricultura de terraplenes, estaba la pesca, de cuyos
productos se integraba la dieta de la población.
1022
En relación con los labradores, según la Teogonía, hacían una oración a la tierra
diciéndole que era su madre y que la quieren abrir y ponerle el arado y coa a la
espalda y hecha el barbecho invocaban a ciertos espíritus llamados tlaloques o
tlamacozques suplicándoles tengan cuidado con las sementeras guardándolos de
los animales como tejones, ardillas y ratas; a los siete u ocho días, llevan a la
sementera una candela de cera y copal en honor de aquellos espíritus y estando
el maíz para el primer desyerbe vuelven a llevar una candela de cera y una gallina
para sacrificar al borde de la sementera y después en la medida en que
avanzaban las siembras, se hacían sacrificios de gallina y al coger la sementera
hacen la invocación de la diosa Chicomecoatl y cogido el maíz saludaban a esta
deidad.145
También Botta se refirió a otros dioses del llamado “universo Acuático” como
Chalchiuhtli Icue que tenía poder sobre las aguas del mar y de los ríos; el dios
Opuchtli era venerado por los que cazaban y pescaban en las aguas del lago; el
dios Nappatecutli fue el protector de los esteros. Asoció también a Tlaloc al
concepto de abundancia y también al concepto de preciosidad, como en el caso
de Chalchihuite con el “faldellín de jade”. “En el concepto de altepetl las montañas
aparecen como dotadas con las cualidades del agua, como réplicas del paraíso de
la vegetación, como contenedoras del agua fértil y de los bienes alimenticios. El
agua es necesaria para la agricultura y se puede asumir el papel de símbolo de la
1023
civilización”.146 Pero la aseveración más importante está en la relación que existe
entre los dioses acuáticos y los hombres.
1024
Ibarra dijo que entre los prehispánicos el cielo se encontraba
segmentando en 13 etapas, y el inframundo, en nueve; en los primeros cinco
cielos se encuentran la luna, las estrellas, el Sol y Venus y los cometas y en la
cúspide están la pareja fundamental Ometeotl y Omecihuatl. En el inframundo, o
sea, en el Mictlán, reina Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl. “Si se piensa la tierra
como una superficie plana, el espacio se divide en cuatro regiones: este, sur,
oeste y norte. El eje de esta distribución está unido al movimiento del sol. En el
este sale y el oeste se pone. Según una antigua creencia, todo lo vivo y dioses y
hombres, tienen su origen en Omeyocan, el lugar de la dualidad, el cielo más alto,
donde habita Ometeotl y Omecihuatl, los dioses primordiales”.147
El mundo estaba formado por una serie de segmentos o
niveles, superpuestos unos sobre otros, en donde habitaban distintos seres según
su categoría e importancia. Estos niveles indicaban entonces, que se trataba de
un espacio fragmentado en el que en la cúspide habitaban los grandes dioses
creadores y en la base, los que fallecían. Arriba, en la parte superior estaba el
cielo y abajo, en la parte inferior, el infierno, para utilizar los términos de la
civilización occidental. Esta diferenciación no solo era privativa de los mexicas sino
de muchos pueblos del mundo que distinguen lo “alto” y loa “bajo; deslumbrados
quizá por el gran movimiento de los astros, sobre todo del sol y la luna, en lo “alto”
deberían coexistir fuerzas y dioses muy poderosos los que regían a los demás
seres y determinaban la vida sobre el planeta y en lo “bajo” aquellos seres
desprovistos de estas fuerzas, e incluso asociados con la muerte. Vida y muerte
eran los anti polos en los que se desarrollaba la vida de las plantas, de los seres
1025
vivos, de los hombres, pues todos lo que nace, moría, después hasta formar una
cadena vital en cada una de las etapas en que el mundo se desenvolvía.
1026
Durand estudió los 11 dioses y las 6 diosas que concernían a
8 gremios de artesanos, siendo: para los plumajeros, los dioses Tepoztéctl,
Coyotlinaual, Tizaua, Macuilocélotl Macuitochtli. Como diosas figuraban Xilo y
Xiuhtlati. Los orfebres tenían a Xipe Tótec; los lapidarios a Cintéotl, Macuilcalli,
Naualpilli y como diosa a Chiconahui Itzcuintli. Los pintores a Chicomexóchitl, los
Estereros a Nappatecuhtli; los bordadores a Xochiquétzal; las salineras a
Uixtocíhuatl y los resineros a Tzapotlatena. Encontró divinidades puramente
profesionales, divinidades artesanales a simuladas o divinidades importantes del
panteón azteca y divinidades mayores que hacen además, el papel de divinidades
corporativas. Mencionó a las diosas de los orfebres, Xipe Tótec, como una de las
más importantes, teniendo como atributos, entre otros, el renacimiento de la
vegetación por medio del maíz nuevo o de lluvia que lo hace madurar”.148
En función del papel primordial, esencial, que se asignaba al
trabajo como factor de creación de la riqueza natural y del poder social y político,
había múltiples deidades que estaban asociadas con los grupos humanos que se
dedicaban a las distintas actividades productivas. Un dios por cada una de ellas;
un dios protector e impulsor de los artesanos los cuales fueron sustituidos en la
época de la dominación española por los llamados dioses patrones de cada uno
de los gremios. Antes de que un trabajador de piedras, un fabricante de tocados
de plumas finas, de un orfebre se dedicara a realizar sus funciones y con el objeto
de que su trabajo alcanzara la perfección se hacía alusión a esa deidad particular
pues esta tenía la función de orientar, inspirar y proteger. Orientar para que su
trabajo alcanzara los mayores niveles y sus productos fueran bien aceptados por
la sociedad, inspirar para que se pudieran aplicar las mejores técnicas posibles y
1027
protegerlos, contra todo tipo de calamidades y dificultades a efecto de que no
faltaran las materias primas, los colorantes y que se pudieran colocar sus
productos en el mercado. Se trataba de un mundo que en algunos sectores eran
muy exigentes pues se premiaba siempre a los mejores en cada uno de los
sectores ya que de ello dependía la retribución no solo económica sino también
social de su trabajo.
1028
En el poema Quetzalcóatl, en Tula, se estableció que “todos
sus moradores eran ricos felices, nunca sentían pobreza o pena, nada en sus
casas faltaba, nunca había hambre entre ellos y las mazorcas mal dadas solo
servían para calentar el baño. Aparecieron unos magos los cuales se reunieron
con “muchos mancebos y vasallos” a los cuales les pidieron que se fueran a la
región de los jardines flotantes, para trabajar en ellos y estos jardines eran los de
Quetzalcóatl. Pero también hizo alusión a hambrunas y crisis de alimentos pero en
Chapultepec salieron los dioses y con ellos brotó el agua y aparecieron mazorcas
en ciernes agradables para comer y les pidieron para los moradores de Tula una
brazada de mazorcas tiernas para su sustento. En general Huemac, de Tula, pidió
ayuda a los mexicanos. “Llueve con fuertes aguaceros y llueve por cuatro días, día
a día, noche a noche, agua para dar sustento. Ya brotan las variadas legumbres y
toda clase de hierbas ya brota también los granos y el maíz crece medrado.
Sembramos entonces os de Tula, veinte o cuarenta por uno de su campo
cosecha”.149
El agua estaba asociada, como hemos dicho, no solo a la
vida, sino también a la riqueza, siendo la base, la agricultura. Si llovía
intensamente en época de siembra, había felicidad ente los pobladores, pues se
auguraba que habría una gran cosecha, pues particularmente no faltarían
alimentos. Pero si por el contrario, no había precipitaciones pluviales en la
cantidad y oportunidad deseada, entonces había pesadumbre entre ellos, pues se
presentaba el peligro de que hubiera escasez y hambre. Por lo tanto, se
celebraron muchas fiestas, oficios, sacrificios, organizaban rituales tanto para
saludar el comportamiento benevolente de la naturaleza, como para conjurar los
1029
peligros y las amenazas de un comportamiento que fuera adverso. Por lo tanto, la
vida de los pobladores dependía de factores externos que les eran totalmente
ajenos a ellos, de fenómenos naturales que no podían controlar y sobre los cuales
esperan incidir pero con resultados impredecibles. El otro factor que siempre los
amenazaba era la caída de aguaceros o tormentas pues también podían acabar
con las semillas que se habían depositado en los surcos de las milpas, lo que
preludiaba que hubiera escasas cosechas. Esta posibilidad les atormentaba.
Dijo Garibay que Andrés de Olmos había sido el recopilador de las Pláticas de los
ancianos, publicándolas por la primea vez en el año e 1600, hasta que Antonio
Peñafiel las volviera a dar a conocer en el año de 190 y una de las versiones
fueron las de Juan Bautista que utiliza tanto Zorita como Torquemada. Que Olmos
había incluido en su Arte o Gramática, las citadas Pláticas. Que este texto “no
tenía literalidad sino resumen ideológico, que no había colorido sino una simple
información histórica, la preocupación (de los traductores de la época) era que se
dieran la sentencia pura y escueta. Universal tendencia en la formación de los
jóvenes en donde una serie de preceptos y reglas, la mesura en el hablar ha sido
en todo pueblo y cultura más, en los primitivos indicios de elevación humana”.150
Destacó como rasgos de contenido ideológico la preocupación de un padre a su
hijo para que siguiera el culto a los dioses, la veneración y compasión por los
viejos y lisiados, la atención a la vida y a la salud ajena, la discreción en el hablar,
mantener una refinada cortesía en las relaciones sociales, se otorgaba una gran
1030
importancia a la formación de la mujer, recomendación a la mujer para el cuidado
de la hacienda.
La recopilación de Olmos, indicó que la postura de los padres
y de los ancianos hacia sus hijos y descendientes consistía en asegurar que ellos
continuaran observando y practicando los valores morales y los elementos de la
cosmovisión, que era lo dominante en la sociedad. Ellos trataban de asegurar la
perpetuación y la permanencia de los lazos solidarios de la comunidad y la
adhesión a la ideología dominante, lo que aseguraba que los gobernantes
pudieran seguir ejerciendo un férreo control de la sociedad. En primer lugar,
estaba el cultivo de la veneración a los dioses o deidades superiores e inferiores,
que era la espina dorsal del aparato de dominación. De este elemento central se
desprendían otros elementos secundarios que aseguraban el funcionamiento
normal de la sociedad, sin permitir actos de disidencia, pues si los había, la
sociedad los sancionaba. Por ejemplo, un mal artesano estaba condenado a no
mejorar sus condiciones de vida, pues se estimulaba la calidad y brillantez de su
trabajo y no la displicencia o el abandono.
1031
El sexto libro del Códice Florentino contiene las oraciones
que decían los sacerdotes a los dioses y que se titulaba Retórica y Filosofía Moral.
Había dioses supremos Tezcatlipoca, Tliacacoa, Yautl que se consideraban
“todopoderosos, no visibles, ni palpable, bien así como la noche y el aire, veo en
hablar como sufrimiento y tartamudo” en clara referencia a una pestilencia en que
habían muerto muchos indios, pus “la gente popular se está acabando y
consumiendo”, sobre todo los niños que mueren abarrigados y estrellados en las
piedras, en las paredes, “así los medianos mayores, viejos y viejas se destruye
nuestro pueblo y nuestra ciudad, el sufrimiento cae sobre nuestro pueblo
miserable, flaco y de poca sustancia, se nos ha de hacer misericordia y piedad
para nosotros, ya los niños chiquitos padecen hambre porque no hay quien les de
comer o de beber, ni quien los consuela ni regale, ni quien de pecho a los que
mama”. El sacerdote consideraba que Tezcatlipoca había mandado ese castigo a
la “gente popular” y por lo tanto pedía que ya se le levantar ese horrible flagelo,
que los perdonara, que les disminuyera su culpa que al menos se apiadara de los
niños. Que los hombres murieran en la guerra peleando pues así irían a la casa
del sol.151
Una etapa particularmente trágica se presentaba cuando un
dios se “disgustaba” con la población y les “mandaba” “castigos y penitencias”
pues todos los miembros de la comunidad sufrían hambre, miseria, desesperanza
y muerte. Al no conocer el origen y la causa de múltiples fenómenos naturales y
sociales, los adjudicaban a una manifestación de los dioses que así demostraban
su carácter vengativo o destructivo. Cuando había una epidemia y morían muchas
personas, sobre todo niños, se pensaba que de esta manera el dios, Tezcatlipoca,
1032
mostraba su descontento por un cierto comportamiento de los seres humanos y de
inmediato se originaban ceremonias, ritos y sacrificios para “desagraviar” a este
dios que así había mostrado su furia. En las calamidades quienes más sufrían, era
la “gente popular” pues los nahuales o “pillis” tenían múltiples formas de
defenderse ante los atropellos que les endilgaban las divinidades.
1033
Yo lo pregunto 152
Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:
¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?
Nada es para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra,
Aunque sea de oro se rompe,
Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.
Aquí se representa el principio de la transitoriedad en la vida
y en la tierra, la cual está asociada con el de la renovación constante de lo
existente. Nada de lo que existe es eterno o perpetuo sino está en una constante
mutación y transformación pues de esta manera, se puede asegurar la continuidad
de la vida en sus distintas manifestaciones. Si todo fuera permanente y acabado
entonces el mundo se destruiría en una de las etapas que señalaban la leyenda
del Sol. Es cierto, en que cada periodo se acabaría el mundo, el del viento, el del
agua, pero solo ese mundo, para que pudiera surgir otro mundo bajo la
advocación de otro principio general. Esta concepción preside todas las demás de
la vida ya sea en la agricultura, la orfebrería, el comercio, la vida social y político
en lo que a este fenómeno que se sucedía en el tiempo y en el espacio y así
sucedió con los tlatoanis, que se sucedieron uno a otro, indicando que había un
desarrollo evolutivo de la sociedad. Había que pensar que un individuo tenía
riqueza y poder pero que podía perderla pues la mayor parte de sus riquezas y
1034
posesiones era de naturaleza precaria, es decir, podía esfumarse. . En las
construcciones materiales, como las pirámides y los edificios, unos dirigentes
construían una etapa y a otro les correspondería otra, hasta alcanzar el objetivo
deseado, pero nada se podía considerar acabado o definitivo.
Percibo lo secreto… 153
Percibo lo secreto, lo oculto:
¡Oh vosotros señores!
Así somos, somos mortales,
De cuatro en cuatro nosotros los hombres,
Todos habremos de irnos,
Todos habremos de morir en la tierra…
Nadie en jade,
Nadie en oro se convertirá:
En la tierra quedará guardado
Todos nos iremos
Allá, de igual modo.
Nadie quedará,
Conjuntamente habrá que perecer,
Nosotros iremos así a su casa.
1035
Como una pintura
Nos iremos borrando.
Como una flor,
Nos iremos secando
Aquí sobre la tierra.
Como vestidura de plumaje de ave azacuán,
De la preciosa ave de cuello de hule,
Nos iremos acabando
Nos vamos a su casa.
Se acercó aquí
Hace giros la tristeza
De los que en su interior viven…
Meditadlo, señores,
Águilas y tigres,
Aunque fuerais de jade,
Aunque allá iréis,
Al lugar de los descarnados…
Tendremos que desaparecer
Nadie habrá de quedar.
1036
¿A dónde iremos? 154
¿A dónde iremos
donde la muerte no existe?
Mas, ¿por esto viviré llorando?
Que tu corazón se enderece:
Aquí nadie vivirá por siempre.
Aun los príncipes a morir vinieron,
Los bultos funerarios se queman.
Que tu corazón se enderece:
Aquí nadie vivirá para siempre.
Desde el punto de vista objetivo, se había entendido el
surgimiento, la descendencia y hasta la existencia, como fenómenos sociales
generales y la propia música era un claro ejemplo de este comportamiento
general. Había observado el ascenso de los toltecas, de Tula, de Teotihuacán, que
habían tenido un periodo de magnificencia y de poderío, que habían subyugado en
otros tiempos, pero que después esta fuerza y este poder lo habían perdido para
hacer surgir a otro señorío y a otros pueblos. Los mexicas fueron un pueblo
sometido a la explotación y al vasallaje pero después recibieron su libertad y
autonomía y se convirtieron en un pueblo vencedor que tenía bajo su dominio a
muchos pueblos y tributarios, pero era necesario recordar que esta situación no
sería de una vez y para siempre, pues esta situación podía desaparecer, como en
efecto sucedió. Se había constatado el esplendor a que habían llegado muchos
tlatoanis, pero también su declinación y su muerte y sustitución por otros jefes
1037
militares y políticos. Aquí también operaba el principio de la transitoriedad, que
jamás debería ser olvidado por los gobernantes.
1038
Canto de Axayácatl
Ha bajado aquí a la tierra la muerte florida,
se acerca ya aquí,
en la Región del color rojo la inventaron
quienes antes estuvieron con nosotros.
Va elevándose el llanto,
hacia allá son impelidas las gentes,
en el interior del cielo hay cantos tristes,
con ellos va uno a la región donde de algún modo se existe.
Continúa la partida de gentes,
todos se van.
Los príncipes, los señores, los nobles
nos dejaron huérfanos.
¡Sientan tristeza, vosotros señores!
¿Acaso vuelve alguien,
acaso alguien regresa
de la región de los descarnados? 155
Si bien existía una justificación ideológica de la riqueza, la
moral dominante, se convocaba que esta concesión se ejerciera con moderación
o templanza, sin afectar o herir a los macehuales. También la riqueza se basaba
en el principio del cambio pues muchos de ellos habían sido pobres como los
macehuales o pochtecas, los militares de grandes méritos, los artesanos brillantes
o distinguidos, que después, merced a su trabajo y esfuerzo, habían accedido a la
pirámide social, pero que no olvidara que esa riqueza podía perderse y que
1039
finalmente dichos individuos estaban condenado a morir. Indicaba que el paso por
esta vida no era “de una vez y para siempre[“ sino que la humanidad también se
encontraba, naciendo unos y muriendo otros, lo que obligaba a utilizar la riqueza
material y el poder político con recato y moderación, aprendiendo la lección
fundamental de la transitoriedad en este mundo.
Al referirse a los signos debajo de los cuales nacían los hombres y las mujeres,
hizo alusión al Tochtli, que aseguraban que los que nacieran bajo su protección
serían grandes trabajadores, prósperos, y abundantes en los mantenimientos
considerando que “eran muy diligentes en labrar la tierra y en sembrar toda
manera de semillas, en coger de todas maneras legumbres y hinchara su casa de
tales maneras de maíz y cuelga por todas partes las maderas de su casa, los
grupos de mazorcas de maíz y esto se reflejaba en las fiestas y en los convites “y
esto acontece también entre señor y principales y mercaderes hombres ricos,
pero la gente baja y pobre hacía los convites como pobres y sufridos que tienen
poco y saben poco a dar flores de poco valor “y así se refirió a la existencia de “10
casas” que contenían distintas posibilidades económicas. 156 En ellas las mujeres
desempeñaban una función importante pues se encargaban de hacer los tamales,
moler el cacao, “sin que el señor entendiese en nada”.
La sociedad estaba regida por la desigualdad social y por la
dominación política pues se habian descrito casas y habitaciones en donde
habitaban individuos “ricos” y “pobres”, diferenciación que se ha confirmado con
los descubrimientos arqueológicos pues en las grandes concentraciones
monumentales estaban las mansiones de los “ricos” y los “barrios” de los
trabajadores y también de los labradores, hechos con materiales muy diferentes y
1040
calidades distintas. La desigualdad social no se examinaba desde el punto de vista
económico y social sino por el hecho de que un individuo había nacido bajo la
protección de un dios o de otro, en este caso, de Tochtli, que aseguraba a todos
quienes nacieran bajo su advocación tendrían una vida feliz y próspera, pues
indicaba que tendrían “grandes habilidades. Pero había otros que nacían bajo la
advocación de dioses o deidades o de figuras mitológicas, que le eran adversos
en cuyo caso, serían pobres y explotados, sin que fuera posible que se modificara
su destino a menos que se hicieran grandes esfuerzos para ello.
1041
Se estableció en el Códice Borbónico que las personas que
nacían en el año de 1 Lagarto simbolizaba las tierras, la creación, debían ser
hombres de mucho ánimo, grandes trabajadores, grandes cultivadores de leña,
grandes guerreros, mercaderes, guardadores de su hacienda, amigos de
multiplicarla, enemigos de la ociosidad, amigo de estar siempre ocupado, no
desperdiciados; que era bien afortunado, el noble que nacía sería señor,
gobernante, feliz y rico, y el macehual que entonces nace será valiente, jefe,
ilustre, honrado, acatador de tareas y tendría que comer. En el caso de los que
nacían en el 1 Jaguar, se refiere que serían hombres enérgicos y trabajadores del
campo; en cambio, los que nacían en 1 Caña eran hombres descorazonados,
inhábiles de poco juicio, golosos y ociosos; en 1 lluvia, los hombres que nacían
bajo este signo debían ser ricos pero también sujetos a la mala ventura y a las
enfermedades venéreas y de la piel. Aquí estaba el ritual de Xilon que era un dios
dedicado a la abundancia y era favorable para todos los casos. En cambio, en 1
hierba, que estaba bajo la advocación de la diosa Mayavel, estaba presente la
embriaguez que provocaba problemas y miseria.
157
1042
Bibliografía.
Florescano, Enrique, Memoria Mexicana. Ensayo sobre la Reconstrucción del
Pasado. Época Prehispánica, 1821, Contra punto, México, 1987, 247 p., p.12.
Cervantes, María Antonieta. Los Grupos Aldeanos de la Cuenca de México, en
Del Monoteísmo a los Centros Ceremoniales, INAH, SEP, México, 1975, 315 p.,
p.143
Armillas, Pedro, Una secuencia del desarrollo cultural en Mesoamérica, en Pedro
Armillas Vida y Obra, T. I, CIESAS –INAH, México, 1991, p.99
López Austin, Alfredo. El invento y el descubrimiento en la concepción mística del
mundo, en México Indígena, núm.14, noviembre 1990, 7 p., p.5.
González Jácome, Alba El Maíz, Planta Portentosa, Ibero-Fórum, Universidad
Iberoamericana, 13 p.
Florescano, Enrique, Memoria Mexicana. Ensayo sobre la Reconstrucción del
Pasado. Época Prehispánica, 1821, Contra punto, México, 1987, 247 p., p.21
Ibarra García, Laura, ¿Cómo encontramos su pasado las sociedades
prehispánicas?, Espiral, Estudios sobre Estado y Sociedad, Vol. IV, Número 10,
sept.-dic., 1997, p.17., p.8
Ibarra García, Laura, ¿Cómo encontramos su pasado las sociedades
prehispánicas?, Espiral, Estudios sobre Estado y Sociedad, Vol. IV, Número 10,
sept.-dic., 1997, p.17.
Códice Matritense de la Academia, Fol. 172.
Martínez, José Luis. América Antigua. El Mundo Antiguo, SEP, México, T. VI.,
1984.
Códice Florentino, T. I, p.3
1043
López Austin, Alfredo. El Mito en la Tradición Religiosa Mesoamericana, México
Indígena, marzo de 1991, 7 p., p.5.
León Portilla, Miguel. La Huida de Quetzalcóatl, FCE, México, 2001, 100 p.
Soustelle Jacques. La Vida Cotidiana de los Aztecas en Vísperas de la Conquista,
versión en español de Carlos Villegas, FCE, México, 1972, 272 p., p.59
Chávez Alcazar, Margarita. Sistema Económico de la Sociedad Azteca-Mexihka,
sin pie de imprenta, sin fecha, 116 p., p.46.
Caso Alfonso. La Organización Sacerdotal, p.149.
González Torres, Yolotl, El Concepto de Tona en el México antiguo, Boletín del
INAH, Segunda Etapa, oct.-dic. 1976, p.13.
Caso Alfonso, Cultura Azteca, Obras Completas, T. VI, p.354.
Soustelle Jacques. La Vida Cotidiana de los Aztecas en Vísperas de la Conquista,
versión en español de Carlos Villegas, FCE, México, 1972, 272 p., p.39
Códice Borbónico, El Libro del Ciuacoatl, Andrés, Ferdinand y Jansen, Maarten,
Libro explicativo del Códice Borbónico, Sociedad Estatal Quinto Centenario, FCE,
México, 1970, 278 p., p.88
Códice Florentino, T. I, p.136
Melgarejo, José Luis. Historia Antigua de México, 3 Vols. SEP-Documentos, sin
fecha, Vol. III, p.122
De Mendieta, Gerónimo, Historia Eclesiástica Indiana, 4 Vols., México, sin fecha,
Editorial de Salvador Chávez Hayhoe, T. I, p.137
Carbajal Espinosa, Francisco. Historia de México, desde los primeros tiempos de
que hay noticias hasta mediados del siglo XIX, México, Tipográfica de Juan
Abadiado, 1862, 2 Vols., p.505
1044
Garibay Ángel María. Historia de la Literatura Náhuatl, 2 Vols., Editorial Porrúa,
México, 1971.
Soustelle Jacques. La Vida Cotidiana de los Aztecas en Vísperas de la Conquista,
versión en español de Carlos Villegas, FCE, México, 1972, 272 p., p.54
Códice Borbónico, El Libro del Ciuacoatl, Andrés, Ferdinand y Jansen, Maarten,
Libro explicativo del Códice Borbónico, Sociedad Estatal Quinto Centenario, FCE,
México, 1970, 278 p.
Caso, Alfonso. Los Valores Morales de los Aztecas, Obras Completas, T. VI p.
382.
Códice Borbónico, El Libro del Ciuacoatl, Andrés, Ferdinand y Jansen, Maarten,
Libro explicativo del Códice Borbónico, Sociedad Estatal Quinto Centenario, FCE,
México, 1970, 278 p., p.90
Códice Borbónico, El Libro del Ciuacoatl, Andrés, Ferdinand y Jansen, Maarten,
Libro explicativo del Códice Borbónico, Sociedad Estatal Quinto Centenario, FCE,
México, 1970, 278 p., p.88
Caso Alfonso. El Pueblo del Sol., FCE, México, 1976, 125 p., p.60
López Austin, Alfredo, Mitología, México Indígena, número 15, Dic. 1990, 13 p.,
p.7
Códice Durán, p.47.
Botta, Sergio. Los Dioses Preciosos, Un Acercamiento Histórico-Religioso a las
Divinidades Aztecas de la Lluvia.
Códice Borbónico, El Libro del Ciuacoatl, Andrés, Ferdinand y Jansen, Maarten,
Libro explicativo del Códice Borbónico, Sociedad Estatal Quinto Centenario, FCE,
México, 1970, 278 p., p.90
1045
Garibay Ángel María. Historia de la Literatura Náhuatl, 2 Vols., Editorial Porrúa,
México, 1971, T. I, p.145
Códice Florentino, T. I, p.307
Kingsbourogh. La Explicación del Códice Vaticano Latino, T. III, p.17
Caso Alfonso. El Pueblo del Sol., FCE, México, 1976, 125 p., p.70
Códice Borbónico, El Libro del Ciuacoatl, Andrés, Ferdinand y Jansen, Maarten,
Libro explicativo del Códice Borbónico, Sociedad Estatal Quinto Centenario, FCE,
México, 1970, 278 p., p.233.
Caso Alfonso. Homenaje Alfonso caso. Obras Escogidas. Patronato para el
Fomento de Actividades Culturales y Asistencia Social de las Comunidades
Indígenas, México, 1996, 273, p.35.
López Luján, Leonardo. Los Símbolo del Poder de Malecutizomatl, Arqueología
Mexicana Vol. VII número 98, p. 7.
López Austin, Alfredo. Los Mexicas ante el Cosmos. Arqueología Mexicana, Vol.,
XVI, núm.91.
León Portilla, Miguel,, Los Antiguos Mexicanos, A través de sus Crónicas y
Cantares, FCE, México, 1961, 202 p., p.127.
León Portilla, Miguel, Bernardino de Sahagún en Tlatelolco, México, SER, 1999,
237 p.
León Portilla, Miguel, Bernardino de Sahagún en Tlatelolco, México, SER, 1999,
237 p., p.113
León Portilla, Miguel, Bernardino de Sahagún en Tlatelolco, México, SER, 1999,
237 p., p.117
1046
Peñafiel, Antonio. Colección de Documentos para la Historia de México, Tercer
Cuaderno, Oficina Tipográfica de la Secretaría de Fomento, México, 1901, 97 p,
p.67
León Portilla, Miguel, Bernardino de Sahagún en Tlatelolco, México, SER, 1999,
237 p., p.111
León Portilla, Miguel, Bernardino de Sahagún en Tlatelolco, México, SER, 1999,
237 p., p.109
León Portilla, Miguel, Oraciones a Tezcaltipoca en las Pestilencias, Hambrunas y
Guerras.
Kingsbourogh. Explicación del Códice Vaticano Latino, T. III, p.72
Martínez Ruíz, José Luis. Simbolismos y Tecnología de las Chinampas en el
México Prehispánico, 13, p.8
León Portillo, Miguel Huehuetlahtolli, Testimonio de la Antigua Palabra. EP-FCE.
México, 1991, p. 173.
Códice Florentino, T. I, p.290
Códice Florentino, p.270.
Códice Florentino, T. I, p.41
De Mendieta, Gerónimo, Historia Eclesiástica Indiana, 4 Vols., México, sin fecha,
Editorial de Salvador Chávez Hayhoe, T. I, p123.
Macazaga, César. Los Ritos de la Fertilidad, Editorial Innovación, México, 1981,
p.45
Teogonía en historia de los Mexicanos, p.129.
Botta, Sergio. Los Dioses Preciosos, Un Acercamiento Histórico-Religioso a las
Divinidades Aztecas de la Lluvia, p.13.
1047
Ibarra, Laura. El Concepto Prehispánico del Espacio. Una Explicación desde la
Teoría Histórica Genética, 13 p. p.2.
De Durand-Forest, Jacqueline. Los Oficios en la Religión Mexica, en Estudios de
cultura Náhuatl. Vol. 33, 2002, 391 p.
Garibay, Ángel María, Épica Náhuatl, UNAM; México, 1978, 96 p., p.38.
Garibay Ángel María. Historia de la Literatura Náhuatl, 2 Vols., Editorial Porrúa,
México, 1971, T. I, p.425
Códice Florentino, T. I I , p.7
León Portilla, Miguel. Nezahualcóyotl, Poesía y Pensamiento, 1402-1472.
Biblioteca Enciclopédica del Estudio de México, Toluca, 1979, 172 p., p.67
León Portilla, Miguel. Nezahualcóyotl, Poesía y Pensamiento, 1402-1472.
Biblioteca Enciclopédica del Estudio de México, Toluca, 1979, 172 p., p.69
León Portilla, Miguel. Nezahualcóyotl, Poesía y Pensamiento, 1402-1472.
Biblioteca Enciclopédica del Estudio de México, Toluca, 1979, 172 p., p.75
León Portilla, Miguel, Trece Poetas del Mundo Azteca, UNAM, México, 1984, 243
p., p.147
Códice Florentino, T. I, p.394
Códice Borbónico, El Libro del Ciuacoatl, p.142.
1048
CAPITULO VII
Caracteristicas del Sistema Tributario Mexica
Afirmó Mohar Betancourt que:
"El pago de tributos surge como consecuencia del sojuzgamiento de un
grupo por otro generalmente por la derrota en la guerra y la imposición del pago
de bienes y servicios de los vencedores. La imposición de un sistema tributario
obligó a la creación de un organismo administrativo que recolecte, registre y
almacena los pagos efectuados por los tributarios. Esto provoca la creación de
nuevos cargos, y la necesidad de contar con personas que se ocupen de ellos.
Generalmente el pueblo tributario mantiene sus autoridades y su organización y
simplemente se instala un representante real que supervise y controle el tributo;
solo en casos de que se den constantes rebeliones de los tributarios se instala un
gobernante en la localidad. Los regímenes sojuzgados con frecuencia son sociales,
culturales o diferentes de la sociedad dominante. Todo aquello que se recolecta no
es consumido únicamente por el gobernante sino es utilizado por los nobles y la
burocracia. El no pagar como símbolo de rebeldía significa que el pueblo desea
independizarse y simplemente deja de enviar su tributo manifestando de esa
manera su descontento y su deseo de libertad; generalmente los pueblos tributan de
1049
lo que producen; el tributo en servicio se aplica a la construcción y
mantenimiento de obras públicas como caminos y templos".558
La mayoría de los pueblos, en la antigüedad, al someter a otros pueblos, por la vía
de la conquista militar, por medio de la imposición violenta, cualquiera que esta
fuera, los obligaron a pagar un tributo que podría ser por medio de la entrega de
una parte de sus territorios, la asignación de una parte, por lo menos, de sus
recursos naturales o por medio de la obligación que imponían a sus habitantes a
proporcionar sus servicios personales, trabajando gratuitamente sus tierras, minas,
lagunas, marismas y otros recogimientos de materias primas. A algunos los
sometieron a un régimen de esclavitud total, que incluía a mujeres y a niños, a
otros, una esclavitud parcial y a muy pocos los dejaron en libertad de seguirse
gobernando internamente. En algunos casos les designaban un representante, un
lugarteniente o un cacique que sirviera a sus intereses.
Pueblos y territorios completos fueron anexados, pero este método implicaba
destinar, en forma permanente, tropas estacionadas en sus fronteras, que
permitieran asegurar su dominio por la vía armada. Hubo aquí una clara
desventaja: mantener de esta forma la conquista militar, implicaba la realización de
gastos muy onerosos, que gravitaban sobre el erario público de los grupos
dominadores, como sucedió, por ejemplo, con el imperio romano, lo cual fue causa
de crisis políticas internas, recurrentes, algunas de ellas de carácter permanente.
Esta situación se mantuvo en la medida en que los pueblos sometidos por la vía de
558 Mohar Betancourt, Luz María. El Tributo Mexicano en el siglo XVIp.17
1050
las armas quedaban muy distantes de sus metrópolis por lo que se veían
impelidos a sostener bases militares y /o fortificaciones pues siempre existía el
riesgo latente de que dichos pueblos se rebelaran en contra de sus opresores.
El Códice Ramírez afirmó que mientras los chichimecas eran una tribu de la región,
los nahuas o nahualtecas habían venido de fuera, es decir, de un lugar denominado
Aztlán, lugar de las siete cuevas y tardaron 87 años en llegar al Valle de México,
según sus leyendas. "Los primeros que salieron de las cuevas fueron 6 linajes", entre
ellos, los xochimilcas, los chalcas, los tecpanecas, los colhuas, los tlahuicas, los
tlaxcaltecas y finalmente los mexicanos. Los primeros que salieron, por un mandato
divino, eran o fueron los xochimilcas, los cuales se asentaron en una orilla de la
laguna y después los chalcas que al llegar al valle se juntaron con los xochimilcas y
en tercer término los colhuas que fundaron el reino de Texcoco "que era gente muy
política y cortesana"; más tarde llegaron los tlahuicas "que eran la gente más tosca"
que se asentaron en una serranía y más adelante los tlaxcaltecas quienes pasaron
también la serranía. En tanto, "los chichimecas, que habitaban la otra parte de la
Sierra Nevada, no mostraron pesar, ni resistencia alguna, solamente se extrañaban
y admiraban y se escondían en lo más alto de las peñas.559
Estas características universales se manifiestaron en el proceso evolutivo del Valle
de México en donde los pueblos que se asentaron por la primera vez, como
consecuencia de las migraciones frecuentes que se sucedieron, fueron
sojuzgados por otros pueblos que ya estaban asentados con anterioridad y que
tenían un grado de desarrollo de las fuerza productiva mayor, instituciones políticas 559 Códice Ramírez, Manuscrito del Siglo XVI, Intitulado Relación del Origen de los Indios que Habitan esta Nueva España, según sus historias, Examen de la Obra y Anexo de Manuel Orozco Berra, Editorial Innovación, México, 1973, 2943 p., p.24
1051
y sociedad es más sólida y por lo tanto una mayor capacidad armada para
someterlos a sus designios. La mayoría de los grupos humanos que se asentaron
en la zona lacustre pagaron su cuota de sacrificio, esfuerzos, sangre y sufrimiento
para al final obtener su liberación y se convirtieron en grupos con una debida
autonomía para tomar sus propias decisiones, explotando los recursos naturales que
les eran disponibles y después se transformaron de grupos humanos sometidos
de otros en grupos más pequeños y débiles. La historia de estos pueblos es la del
vasallaje de unos hacia otros, lo que originó una larga etapa de acomodos y de
alianzas políticas, hasta que surgió un grupo humano lo suficientemente poderoso,
en el terreno militar, que se convirtió en un grupo homogéneo. En el caso de la zona
lacustre, los tecpanecas sometieron a todos los demás y lo hicieran sus subditos,
no obstante que provenían del mismo linaje común y que tenían características
étnicas y lingüísticas similares.
Ello confirmó que los intereses materiales tienen un mayor peso específico en las
relaciones humanas, que los otros factores, como la religión, que se utiliza como un
factor de legitimación social, en la hora de la conquista y del sometimiento. El factor
religioso desempeña el papel de motor justificante de los más poderosos contra los
más débiles.
En la plancha número 2 se hizo referencia a la conquista de los pueblos que había
emprendido Xolotl concluyendo que durante 80 años los había sometido al pago
de tributos y que después los había transferido a Huetzin "y el tributo que pagaban
estos chichimecas eran conejos, liebres, venados, pieles de fieras y mantas de
1052
henequén", señalando a Tepetlaoxtoc como cabecera de la provincia, cuyo jefe
era Yacanox, que tenía sujetos a 6 pueblos de esa región pero los "chichimecas,
bajo el mando de Xolotl empezaron a poner cercados y a llevar una vida
sedentaria. En la parte izquierda del códice se identifica como región de los
otomíes a las tribus errantes que en ellas habitaron ni quisieron aceptar la vida
sedentaria. La parte superior y a la derecha, viene a ser la región de los toltecas,
o de la cultura Colhua. En aquella época los chichimecas convenían a trasladarse
a la región de Texcoco y Cohuatlincha. En el códice vemos como los principales
chichimecas se casaron con las toltecas".560
Los grupos nómadas, que por el hecho de serlo, habían tenido un grado de
desarrollo evolutivo más adelantado, sometieron a los grupos que andaban
errantes pues sus intrumentos de producción, y de guerra, su grado de
organización social, eran considerablemente más reducidos y limitados y por lo
tanto era relativamente más fácil subyugarlos. No todos fueron avasallados pues
había grupos que permanecieron al margen de estos procesos, pero ello les
impidió incorporarse a la corriente del progreso. En efecto, la conquista no solo se
efectuó por la vía armada -vencidos en los campos de batalla y los más pobres y
desorganizados - sino también por la vía de la dominación "espiritual" que se logró
por medio de la aculturación. Les impusieron sus valores, costumbres, hábitos,
prejuicios, supersticiones, perfeccionando aquellos elementos que más
vinculación tenían como la conciencia, es decir, los factores religiosos, como fue
la implantación de un tótem o de un dios determinado o de varios dioses para
560 Códice Xolotl, Charles Dibble, Universidad de Utah y UNAM, México, 1951,159 p., p.41
1053
asegurar un reforzamiento de los vínculos de hegemonía.
Pero también les transmitieron sus instituciones sociales y políticas, su lengua y
sus métodos de trabajo, así como sus contratos de producción, lo que se puede
calificar como una parte de la conquista material. Ninguno de esos pueblos
sometidos era una masa inerte sino un organismo vivo que también tenía sus
propias tradiciones, costumbres, hábitos y valores los cuales sufren un proceso de
transformación positiva, es decir, se enriquecen pero otros finalmente, son
negados.
Al analizar la casa del señor Tlahuica, Carrasco observó que en la "gente
del patio" estaban los familiares más cercanos a Motolecatl y comprendía 3 casas
con un total de 35 personas y "junto con Motolecatl viven las familias nucleares de
algunos de sus parientes inmediatos, hijos y hermanos, pero también parientes
más remotos. Desde el punto de vista económico los parientes de Motolecatl que
viven en casas de su patio dependen de él como renteros de sus tierras en
condiciones semejantes a las de los renteros no parientes que viven en casas
aparte. Desde el punto de vista de la estratificación social, se trata ante todo de un
Tecuhlli y de su familia. El tecuhlli dispone de una porción considerable de tierra y
es el mandón del barrio de Molotla. Aunque el titulo pilli no aparece en el
documento es de pensar que se aplicara a sus hijos y hermanos del Tecuhlli. Esta
después el grupo que ayuda apagar tributo, ala gente que recibía tierras de un
terrateniente y dan parte del tributo o servicios personales. Hay, además, un grupo
que en general podemos llamar criados, gente que vive mantenida por un jefe de
familia el cual dan servicios de varios tipos; después aparece el resto de la gente de
1054
Molotla que son los tributarios y aquí están los que proporcionan trabajos
agrícolas para labrar las tierras de Motolecatl que incluyen 17 trabajadores
varones mayores de 20 años y desde el punto de vista tributario incumbe a
Motolecatl pagar el tributo que corresponde a sus tierras y dependientes".561
El sojuzgamiento de unos pueblos a otros supone un choque de las
estructuras sociales que cada grupo humano tiene, logrando prevalecer las más
desarrolladas sobre las menos desarrolladas. En el caso de los tlahuicas o de
otros grupos, como el estudiado por Carrasco, la estructura social que finalmente se
implantó es la del calpulli y de las otras partes de dicha estructura económica en
donde aparecieron los pillis, los tecutlis y los factores de dominación que ejercen
sobre los miembros del resto de la comunidad. Estos son obligados a pagar una
compensación a cambio de poder trabajar las tierras que aquellos les entregan.
El mismo procedimiento general que se produce en las relaciones entre los
pueblos y los grupos humanos, se presentó en el interior de esos grupos, es decir,
los pillis usufructuaron el trabajo de los macehuales y establecen relaciones de
servidumbre total o parcial. La asignación de tierras representa el principio por
medio del cual se facilita el aprovechamiento de la mano de obra a cambio del
cual les aseguran un cierto nivel de subsistencia, pero los excedentes, una vez
alcanzada esta meta se dedica a beneficiar a la minoría que es la propietaria de
estas tierras. Además los propietarios les proporcionen a quienes son los
explotados una cierta dosis de seguridad hacia sus personas y sus familias.
Informó López Austin que "los plebeyos o macehualtzin vieron aumentar así
561 Carrasco, Pedro. La Casa y la Hacienda de un señor Tlahuica, p.243
1055
sus cargas tributarias, que cumplieran con la entrega de bienes con servicios a
funcionarios con trabajos comunales en las obras públicas y con su vida y sangre
pues formaban las tropas de un ejército que estaba frecuentemente en campaña.
Los nobles o pipiltin, en cambio, disfrutaban de la situación privilegiada en materia
económica de dirección social y prestigio. Hay que reconocer que no era una
nobleza ociosa porque una de sus justificaciones era de componer el aparato del
gobierno. En efecto, eran ellos los jefes militares, los sacerdotes de alto rango, los
funcionarios públicos y los miembros de la burocracia superior". También coincidió
con la apreciación de que los pillis que no cumplían con las obligaciones eran
degradados y que muchos macehuales ascendían en la escala social.562
Una vez que un grupo humano o un pueblo era sometido por la vía de la fuerza
armada se le imponía a la población en su conjunto dos obligaciones básicas:
contribuir con un cierto pago en especie o de fuerza de trabajo al sostenimiento de
los gastos de mantenimiento del grupo humano que salía victorioso y formar
parte de los "ejércitos" por medio de la leva o bien incorporándose formalmente
en los contingentes o escuadrones. En virtud de que eran grupos humanos
sometidos, se les aplica la servidumbre en sus diferentes modalidades,
naturalmente sin tramitar ningún consentimiento por lo que en muchos casos se
trata de gravámenes muy onerosos, son cargas demasiado pesadas que
gravitaban sobre la economía local.
Si algún grupo o una persona se oponía al cumplimiento de estas cargas, era
562 López Austin, Alfredo. La Educación de los Antiguos Nahuas, p.25
1056
castigado estableciendo lo que algunos autores denominan economía de guerra,
es decir en muchos casos se hacían esas contribuciones sobre todo en las etapas
en que se estaba en guerra contra otros grupos o pueblos, Además, debían trabajar
en la construcción de edificios, instalaciones, presas, obras hidráulicas en general
que eran propiedad de los señores de los pueblos vencedores cuando así convenía
a sus intereses o de los grupos locales, cuando también ya convenía a sus intereses
de dominación.
Una vez examinado el Códice Otlazpan, Leander concluyó que "el tributo
que pagaba cada macehual esta dividido en tres secciones. La primera de estas
constituye el dinero o el cacao, la segunda la leña y la tercera las gallinas. Solo la
primera sección varía (según el tamaño de la tierra que posee), mientras que la
segunda y la tercera es la misma para todos. Por lo tanto vemos que la sección
que incluye la información importante es la del dinero y del cacao. Las otras dos,
que son constantes deben ser de segunda importancia. El hecho de que el cacao
aparece en la misma fila, que la moneda indica claramente que este hace la
misma función del dinero. Y como el tomín, a su vez era una fracción -la octava
parte- del peso de oro, es evidente que el cacao ya se utilizaba para expresar los
valores menores de la escala económica".563 También en otras pictografías se
ordena a los macehuales que deben trabajar para la iglesia y que deben tener un
"horno común" para preparar la cal.
El Códice estableció un principio básico: la primera forma de pago de los
tributos era en dinero, es decir, una materia que podía ser fácilmente transportable e
intercambiable pues con ello podían adquirirse muchos productos que de otra
563 Códice Otlazpan 1549, p.45
1057
manera solo había que esperar se recibiera por medio del tributo en especie, pero
este adolecía de distintas dificultades, como los tiempos en que se podía pagar.
Con el cacao en la mano, esos productos se podían adquirir más rápidamente en el
mercado, es decir, tantos gramos de cacao por un número determinado de
mantas. Además, los otros productos debían ser transportados masivamente, de
ahí la necesidad de contratar tamemes, y en cambio, los gramos de cacao se
podían llevar en unas bolsas. He aquí la importancia del dinero, como símbolo de
intercambio.
Estos "dilemas" se plantearon desde un principio entre todos los pueblos
tributarios, pues los gravámenes en especie requerían un cierto grado de
maduración sobre todo si se tenía que llevar a los almacenes de los calpixques
que estaban ubicados en los poblados más grandes, pero también había
almacenes más pequeños pero no suficientes para cubrir las necesidades de la
minoría privilegiada, en tiempo y forma, es decir, en forma expedita. Se discutió
mucho tiempo, se examinaron ventajas y desventajas para probar si era mejor el
tributo en especie que en dinero, situación a la que se enfrentaron otros estados
tributarios en la antigüedad como en Grecia y Roma en donde habían estado
demasiado alejados de la metrópoli los pueblos sojuzgados y por ello las
transportaciones resultaban muy onerosas y perjudiciales para las finanzas
públicas y el bienestar de las familias de los nobles.
Al estudiar Valencia Ríos, el sistema de trabajo y los tributos que se
pagaban en Tlaxcala en el siglo XVI confirmó que había habido una continuidad en el
1058
uso y disposición de la fuerza de trabajo de los macehuales "el cual fue
compelido a proporcionar excedentes de trabajo y tributar en especie, «hasta
imponerles durante la etapa colonial, en el periodo de 1522 a 1532, de una
tributación de 8000 fanegas de maíz anuales y a partir de 1532 fue suspendido por
un periodo de 4 años a cambio de entregar 8000 trabajadores por semana a la
ciudad de Puebla, distribuidos en su mayoría en la construcción de obras públicas y
en las empresas agrícolas y obrajes de los españoles, y a partir de 1538 se
reanuda la entrega de esas mismas 8000 fanegas de maíz, las cuales eran
llevadas posteriormente a la ciudad de Puebla".564
Al referirse al tributo que Tenochtitlán impondría a Tlatelolco una vez
sometida militarmente, dijo Bueno, que se había tomado en cuenta la existencia de
su poderoso mercado y que por ello se habían desaconsejado el
enfrentamiento armado, pues por encima de todo los mexicas habían estado de
acuerdo en que el mercado continuara funcionado habiendo llegado los
mercaderes a un acuerdo al respecto que les fue mutuamente ventajoso.565
"Vamos a encontrar pagos de unos individuos a otros, frecuentemente
por el uso de una tierra, pagos de individuos a señores e indios, pagos a
señores compuestos, pagos por utilización del mercado, pagos a los templos
y a los calpultin. Tenemos una estructura piramidal en la que en la base
figurarían los tributos pagados por los macehaultin a sus señores o a sus
calpultin. Por encima estarían los tributos pagados por estos señores a otros de
más rango, hasta llegar al señor del pueblo. Inmediatamente tendremos los
564 Valencia Ríos, Armando. Organización del Trabajo y Tributo en Tlaxcala a mediados del siglo XVI, en Anales del CIESAS, 1984, p.239.565 Bueno Bravo, Isabel. Tlatelolco, la gemela en la sombra, p.13.
1059
tributos que involucran a los pueblos en los que parece que es muy importante
la relación personal; no era que un pueblo tributara a otro, sino que un señor
tributaba a otro. Las relaciones de sometimiento parecen haber tenido grados
diferentes, distinguiéndose si el pueblo tributario pertenece a la misma etnia o a
otra, si da el tributo voluntariamente o media una conquista armada. Por
encima estarían lo señores principales. Algunos de los tlatoques sometidos
por los mexicas controlaban estados considerables, que pasaron en bloque a
formar parte del imperio. Por último, estaban estos con sus provincias,
capitales donde vivían gobernadores, recaudadores y guarniciones y la gran
capital con el hueytlatoani, destinatario del grueso del tributo", dijo De Rojas.
La estructura tributaria empezaba con la contribución que pagaban los
macehuales en cada pueblo y sus respectivos señores, después estaba el nivel de
los pagos que se hacían a los señores del pueblo o grupos que lo habían sometido y
más arriba el de los pagos que se hacían al estado confederado. Durante la
época colonial se agregó otro peldaño, el de los pagos que se hacían a un estado
extranjero. Aunque había varios niveles, el nivel básico y general, era el de que los
macehuales que constituían la base social más amplia, estaban obligados, por las
tradiciones, las costumbres, los ritos religiosos, pero sobre todo por la coacción, a
efectuar esas contribuciones que eran decisivas para mantener el sostenimiento y la
operación de las instituciones sociales y políticas que los pillis habían
constituido para el orden social que habían creado y también para su beneficio
como grupos privilegiados.
Las obligaciones de los macehuales eran universales, aunque había sus
1060
excepciones por lo que se confirma que la base de las contribuciones era el factor
llamado trabajo, en términos generales, aunque no el trabajo desde el punto de
vista de la concepción de Marx, pues no generaba valor sino solo era un excedente
del trabajo mismo, ya que los intercambios monetarios, si bien existían, no eran los
predominantes en la sociedad. Existía también estos intercambios simbólicos en
las operaciones que se hacían en los mercados, pero en ellos prevalecía el trueque.
Al escudriñar el interior de los macehuales, Carrasco indicó que todos
tenían la obligación de pagar tributos al tlatoani "pero había grupos de ellos, bien
fueran barrios enteros o solo fracciones, que estaban asignados a los señores o
teteuctin y recibían el nombre de teccaleque, que significaba gente del teccalli o
casa señorial. Por otra parte, los nobles o pipiltin tenían renteros de los llamados
"mayeques" o braceros que pagaban al noble parte de su cosecha o bien le
cultivaban otra parte de sus tierras, además de dar servicio doméstico. Los
mayeques no tenían que pagar tributos y servicios al rey puesto que lo daban al
noble, pero si debían servicio militar al soberano. Transmitían las tierras que
ocupaban a sus herederos con las mismas obligaciones "y había una gran
movilidad social sobre todo entre comerciantes y artesanos quienes llegaron a
poseer grandes fortunas.566
Las distintas formas de contribución de que hablaron Carrasco y Rojas están
relacionadas con el trabajo que en sus diferentes modalidades tenían los
macehuales en la explotación de la tierra, sobre todo de los señores, como si
esta la característica general, aunque había tratamientos excepcionales pues si
566 Carrasco, Pedro. Cultura y Sociedad en el México Antiguo, Historia General de México, versión 2000, El Colegio de México, México 2000, 1077 p., p.179
1061
bien se trataba de una obligación global, esta tenía formas específicas, como el de
los servicios domésticos, que si bien era trabajo humano, nos se materializaba en
un determinado producto y del cual se habla muy poco en las crónicas, lo que
significa la escasa importancia económica que tenía. Ello confirma que no había
una economía mercantil, ni una economía basada en los pagos de salarios sino en la
producción de bienes y materias primas, básicamente. Al margen de esta
estructura simplificada, propia de una economía escasamente desarrollada.
La falta de una información más detallada al respecto no permite apreciar la
importancia económica de estas dos formas de contribución, pero lo que sí se
puede saber es que en forma paulatina, y ya en el marco de la dominación
española, crecieron en forma considerable las contribuciones en dinero, por
encima de las aportaciones en especie, reafirmándose la aparición de formas
mercantiles propias de los inicios del capitalismo. No había contribuciones a la
riqueza como se diría en el lenguaje moderno, pues los pillis estaban exentos de
pagos, aunque si debemos señalar las aportaciones que hacen por concepto de
ejidos a otros pillis y/o al Tlatoani.
Guliaev afirmó que al iniciarse la conquista española en Mesoamérica había
dos tipos de estados antiguos, con formas y modalidades, como las ciudades y
estados y los reinos o los pueblos "que estaban formados por un asentamiento
urbano central, la capital y un grupo de comunidades rurales dependientes, calpulli
con sus propias aldeas y estancias. La mayoría de estos se encontraban dentro de
los límites en una zona de 10 kilómetros desde la capital. En su conjunto, todo
esto presentaba una región bien compacta". Mencionó como ejemplo a
1062
Yecapixtla, ubicado en el estado de Morelos, que tenía 25 mil habitantes y de ellos
una quinta parte vivía en la capital de la ciudad-estado que se subdividía en cinco
partes internas o barrios formados a su vez por unidades menores; de la capital
dependían, además, 22 estancias.567
Si como hemos dicho, la base general de la tributación eran los pagos que
hacían los macehuales, los productores por excelencia, tanto en especie como en
servicios personales en todos los pueblos y barrios, incluso en los más
pequeños, se crearon una especie de "provincias tributarias" en lo que
recaudación empezaba también desde la base misma en que se generaba y aquí
estaban los tequitlatos o mandones que operaban en los niveles más bajos de la
sociedad tanto para organizar los esfuerzos individuales como para asegurar el
cumplimiento de las obligaciones "fiscales". Estos funcionarios, para asegurar el
éxito de sus gestiones, empleaban regularmente la coacción y la violencia abierta
para que nadie se quedara al margen de estas obligaciones.
Había un sito o almacén en los cuales se guardaban los bienes y las
materias primas tributadas y después se trasladaban hasta los recintos de los
calpixques o mayordomos, en donde había depósitos muchos más grandes, hasta
llegar a lo que encontramos en la ciudad de México y para ello se contaba con el
apoyo de las fuerzas públicas. El carácter imperativo que tenía esta función tenía
dos finalidades. Una política, que era la de asegurar la subordinación y el
sometimiento de los pueblos vasallos y otra económica, la de proveer a los gastos de
sostenimiento del estado y del confort y bienestar de los misionarios, con todo lo que 567 Guliaev, Valeri. Tipología y Estructura de los estados antiguos de Mesoamérica, Revista Española de Antropología americana, Vol. XIV, 1984. p. 46
1063
implicaba de beneficio para los sacerdotes y los militares.
Describió Mohar568 la estructura tributaria afirmando que el calpixque que en
realidad era un representante de los tenochcas, dedicado a cobrar impuestos, era
"un valiente capitán", es decir, tenía fuerza militar a sus órdenes para imponerse.
"Los calpixques generalmente residían en poblaciones mayores o cabeceras de
provincia en las que se concentraba el tributo de un conjunto de poblaciones. Ante
ellos acudían funcionarios menores o tequitlatos, encargados de la recaudación en el
ámbito local. Estos tequitlatos eran mandones que tenían a su cargo repartir el
tributo o tequio de los macehuales así como la administración de ciertos barrios.
Los calpixques de las provincias a su vez dependían de funcionarios mayores que
residían en la ciudad de Tenochtitlán. Estos funcionarios tenían entre sus
obligaciones el resguardar los almacenes y consecuentemente, de las tierras del
tlatoani. La calpixcalli o texancalli era la sala en la cual se reunían todos los
calpixques. Se dice que cuando uno llevaba la cuenta de los tributos que estaban
bajo su responsabilidad para informar al tlatoani sobre cualquier asunto que
deseara saber".
Por su parte, Mohar Betancourt describió que los calpixques eran los
recaudadores, que la función de supervisar, de la recolección de tributos estaba a
cargo del tequillati, pero los calpixques además de su función económica y de
enviarlo a México "se encargaba de las cuentas provinciales y una de sus
funciones más importantes, era estar al tanto del nivel de las reservas de los
productos alimenticios, para avisar al gobierno en casos de escasez, para que se 568 Mohar Betancourt, Luz María. La Organización Tributaria, en Temas Mesoamericanos, p.220.
1064
eximiese o aplazase el pago o en caso extremo se abrieran los graneros públicos
para su distribución".569
En cada comunidad había una casa denominada calpixcalli en donde se
almacenaba el tributo y de la forma de tributos estaban el pago en servicio que
consistía básicamente en servicios domésticos para al casa de los señores, el
trabajo en los campos y en las obras públicas y entre los que estaban exentos de
dicho pago estaban los nobles, funcionarios, guerreros distinguidos, cantores y
artistas, los jóvenes, los pobres, los huérfanos, las viudas, los lisiados, los que
servían en los templos.
No se tienen informes de que los calpixques hayan pertenecido, como
requisito esencial, al grupo de los pillis, pero sin duda eran sus hombres de
confianza y por lo tanto compartieron algunos de los beneficios económicos de
aquellos. Manejaban una de las principales fuentes de riqueza de los señoríos y
por lo tanto debían tener todas las cualidades de los administradores de bienes
pero también la energía para hacer cumplir esas obligaciones, sin los cuales no
podía existir la administración pública. Las crónicas describen a los calpixques
como individuos vestidos con atuendos brillantes y suntuosos lo que revela que
gozaban de un estrato privilegiado. Eran dignos de consideración, buen trato y
respeto pero también estaban sujetos a una serie de requisitos y condiciones,
como tener un control estricto de las aportaciones que hacía cada pueblo, llevar
un libro de entradas y salidas y otras formas de contabilidad y control.
569 Mohar Betancourt, Luz María. El Tributo en el siglo XVI, p.71.
1065
Seguramente que por estas disposiciones, estaba siempre cerca de los tlatoanis,
pues debían informarle periódicamente del movimiento de los bienes y servicios.
Se habló también de la aplicación de severos castigos para aquellos que incurrían
en defraudación puesto que finalmente todos los bienes que manejaban no eran de
ellos sino de los tlatoanis. Este control que podríamos calificar como usurero, según
las crónicas, las emprenden los calpixques y los funcionarios subalternos que
operaban en los pueblos pequeños o en las comunidades intermedias. En algunas
pictografías aparecen dibujados los calpixcallis o almacenes, como construcciones
relevantes en los conjuntos habitacionales.
Dijo Bustamante:
"La contribución que pagaban los pueblos conquistados eran mayores que
las que no lo habían sido. Los mercaderes además del tributo que entregaban
como gente rica estaban obligados a hacer en tiempo de fiestas ciertos regalos a sus
señores más no por ley sino por costumbre. Al efecto se reunían todos y cada uno
presentaba lo que quería y el más principal de ellos pasaba el regalo al señor del
pueblo, el cual concluida la fiesta se distribuía a sus subdito y comarcanos que
habían concurrido a ella, con proporción a su calidad y grados de estimación que le
merecían. Tanto los soberanos como los señores inferiores y otros principales tenían
tierras propias patrimoniales y en ellas sus magueyes o tlalmayes: lo que estos
rendían era tributo del señor y de lo que rentaban las tierras patrimoniales podían
disponer libremente como de cosa propia; pero en cuanto pudiera llegar el valor de
lo que cada uno tributaba no es fácil cosa averiguarlo, pues para ello sería
necesario fijar el valor de las producciones de los indios cotejándolo con nuestra
1066
mercadería. Los indios que habitaban más cerca de la capital o lugar donde
residían su señor, solían servir dos veces al año, en retención a que no se ocupaban
en ir y volver a sus casas como los que venían de lejos".570
Las crónicas refieren que ya sea durante los recorridos que hacían los tlatoanis
por los pueblos sometidos o por los que estaban gobernados por sus aliados
recibían muchos regalos, sobre todo de mantas ricamente labradas o de otros
objetos de lujo, entre los que se destacaban las aportaciones que hacían los
comerciante, pero estos no formaban parte, por lo menos formalmente, de las
relaciones de tributos. Sin embargo, era parte de la producción del esfuerzo
humano de los macehuales, que habitaban en regiones remotas a las visitadas.
Desde la confección de una manta multicolor, hasta un penacho de plumas de
quetzal, todo es producto del trabajo de uno o de varios macehuales que así
informan de la existencia de sector explotado pero a la vez imprescindible para el
mantenimiento del aparato social y político.
No conocemos estudios que permitan reafirmar la cantidad de horas o días
de trabajo que se destinaban para producir tal o cual bien. Si esta dificultad existe
tratándose de estos objetos, más grande aun es el estudio que se pudiera hacer
para recolectar o transportar las cargas de leña o el agua que se llevaba a las casas
de los pillis y que era necesario para su funcionamiento, más aun la cantidad de
horas que se destinaban para hacer un puente, una acequia, mucho menos una
pirámide, de las cuales nos se habla que sus autores hubieran recibido una
570 Bustamante, Carlos María, Tezcuco en los últimos tiempos de sus antiguos reyes, p.230
1067
remuneración de carácter monetario.
Estudió Martínez la integración de una provincia tributaria, la que
comprendía poblados que habían pertenecido a Cuauhtincha y que abarcaba ahora
a Tepeyac, Queholac, Tecamachalco, Acatzinco, Tecalco, Cuauhtincha; estaban los
señoríos de Huehuetla, Cuatlatlahucan y Tepexic, habitado por personas de origen
chichimeca, popolacas, otomíes y mixteca; enseguida los señores de Tepeyacac,
hasta Chietla, Cuauhquechalan, Itzocan, Teopatla, Cuatzinco, Epatla, Nacochtla y
Tetenauco."La constitución de la provincia tributaria fue posible solo después de que
los mexicas hubieron sojuzgado a los pueblos o señoríos constituyentes de la misma
y culminó con la instauración de un sistema de calpixque; en cada uno de los
pueblos de la provincia o en la mayor parte de ellas cuando menos, se nombró a un
calpixque encargado de organizar y dirigir la recaudación de los tributos los cuales
debían concentrarse en la ciudad de Tepeyacac, que era la cabecera, antes de ser
traslados a la capital del imperio".571 Que después se había procedido por parte de
los mexicas a dividir Cuauhtincha en cinco partes, cuyos señoríos serían
independientes.
Concluyó Sánchez Corona que "las unidades comunales de trabajo como
unidades de producción se articulan con la unidad suprema a través de relaciones de
subordinación en donde el trabajo y el producto apropiado a nivel tributario por los
funcionarios y como expresión del estado y no solo externaba la división social sino
que al ser utilizado por este como fuerza productora para extender la
producción, retroalimentaban su poder. Que la unidad suprema como
representante de la unidad entera o total amplía la fuerza productiva al canalizar la
571 Martínez, Hildberto, Codiciaban las Tierras, p.41.
1068
fuerza de trabajo comunal en "empresa de conquista" y apropiación de unidades
sociales de producción correspondientes a diferentes áreas étnicas o ecológicas".572
Corona demostró que lo verdaderamente importante no era la organización social
que asume la realización del trabajo sino a qué grupo o sector realmente benefician
sus frutos y que por ellos las formas comunales pueden finalmente ser
usufructuadas por un individuo o por una minoría. En realidad, las llamadas
"unidades económicas", que se encargan de organizar y proteger a los calpixques y
los mandones servían básicamente a esa minoría, los pillis y al hacerlo
fomentaron las diferencias sociales entre los pueblos al convertirlos en un
fenómeno natural que jamás podría ser superado.
El macehual estaba cumpliendo con una obligación que era congénita a su
naturaleza y a su origen, el macehual lo era durante toda su vida y los pillis así lo
eran, es decir, individuos que por si mismos tenían una serie de privilegios
económicos y sociales, que no le podían ser soslayados. Esta forma de la
estructura económica es la base que alimenta y le da sostén a la estructura de
poder y en la cúspide están las concepciones religiosas reafirmando la validez
suprema el orden existente. No se pueden estudiar a las fuerzas productivas por
separado como si fuera solo un instrumento tecnológico sino conviene preguntarse,
en qué sitio de las relaciones sociales estaban localizadas y a quién o a quiénes
beneficiaban, siendo el pago de tributo una respuesta a estas preguntas.
Berdan definió de esta manera las estrategias que habían impulsado 572 Corona Sánchez, Eduardo. Sobre el Desarrollo de las Fuerzas Productivas para la Caracterización del Estado en Mesoamérica, en Revista Española de Antropología Americana, 16, 1986, 8 p., p.7
1069
Moctezuma: conquistar ciudades estado independientes ubicadas dentro de las
fronteras ganadas del imperio, sobre todo para llenar huecos territoriales,
concentrando sus fuerzas en la región de Oaxaca. Compró grandes cantidades de
comestibles pagados con tributo de las provincias integradas, pero exigían
también alimentos y lugares más distantes como Oaxaca y el Golfo pues sus
dominios se vieron azotados por sequías, hambrunas y terremotos por lo que
requerían tener grandes cantidades de alimentos para hacer frente a esas
calamidades.
La segunda estrategia consistió en reprimir las rebeliones que había en el
interior de sus dominios y la tercera fue la de fortalecer un cerco alrededor de
estados independientes del valle de Puebla, Tlaxcala y Huexotzinco y Cholula.
Hizo notar que no todas las incursiones militares se convirtieron en victorias pues
hubo también muchos fracasos, sobre todo al enfrentarse con los señoríos del
Valle de Puebla.573
Muchos conocen el trabajo de servidumbre, el trabajo de tributo y dirigiendo un
vasallo a un principal o cacique indicando que "grande es tu responsabilidad,
grandes lo que cargas, porque das sombras, das protección, porque eres apoyo, das
abrigo; no golpees tu cabeza con los demás, no te golpees con la gente de tu
señorío, al anciano, a la anciana, al indigente, al que no está alegre, a quien anda
adherido su intestino; no se more su mantenimiento, su sustento, ha quedado en la
miseria y lo aflige el mercado en la plaza, andan sufriendo, anda padeciendo su
573 Berdan, Francés, Moctezuma II: La Expansión del Imperio Mexica, Arqueología Mexicana, 28, abril-junio, 2007, p.17.
1070
corazón, su cuerpo, sus labios están resecos".574
La justificación ideológica del régimen tributario es la misma que se refiere a la
servidumbre y al vasallaje por lo que la mayoría de los pueblos manifestaron que
estaban contentos y satisfechos con las cargas "fiscales" que les habían impuesto,
aunque también hay muchas quejas y protestas. Se expresa, por ejemplo, con
mayor nitidez y contundencia en la época novohispana al efectuarse las famosas
visitas de los funcionarios virreinales ante los cuales exigen los tributarios una
revisión para lograr una disminución de dichos gravámenes. La tendencia general
es a aceptar ese estado de cosas como si la explotación y el sometimiento fueran
inherentes a la naturaleza humana de los mexicas, desempeñando las
tradiciones y las concepciones religiosas, un factor de resignación y de fatalidad.
En los textos literarios, la fijación de tributos es algo necesario e
indispensable pero con una salvedad: los pillis deben proteger a los pobres y a los
débiles, es decir, a los macehuales, los cuales son objeto de todos los sufrimientos
posibles. No se desestima el carácter económico que tienen esas contribuciones
sino se considera que los pillis deben asumir una función ética o moral, es decir, no
cometer abusos y excesos que lesionen al pueblo "pobre", pero de ningún modo se
impugnó el orden social basado en la desigualdad.
De Rojas, examinó una serie de problemas de carácter técnico para conocer
y valorar los volúmenes de producción que se encuentran contenidos en el
Códice Mendocino y las formas de transportarlos, afirmando, por ejemplo, que para
poder llevar 276 mil cargas de maíz hacia Tenochtitlan se hubiera requerido 12 mil 574 León Portillo, Miguel ,Huehuetlahtolli, Testimonio de la Antigua Palabra. SEP-FCE. México, 1991.p. 89
1071
hombres diarios: con sus utensilios y manutención y por ello la existencia de trojes
o almacenes era muy importante pues no todo el producto tributado se llevaba a la
capital. Una consideración similar la formuló en relación con los textiles y también
la fabricación de huípiles de los cuales se tendrían 5,400 cargas y solamente para
tejerolas serían 162 mil días de trabajo o unas 8 mil mujeres y desde luego calculó la
distancia que había entre las ciudades tributarias y Tenochtitlan haciéndose una
suma muy grande de jornadas, hasta calcular unos 8,000 cargadores.575
"... tributaban las provincias todas de las tierras, pueblos, villas y lugares
después de ser vencidos y sujetados posguerra y compelidos por ello por causa e
que los valerosos mexicanos tuvieron por bien de bajar las espadas y rodelas y
cesasen de la matar y para evitar la destrucción de sus pueblos y menoscabo de
sus haciendas, A esta causa le daban por siervos y vasallos de los mexicanos y
les tributaban de todas las cosas criadas de bajo del cielo, de oro, de plata, joyas,
piedras, plumas, armas, mantas, cacao, algodón, maíz, frijoles, uaohtli, pepitas,
chile, harinas de toda semilla, petates, asentadores, tunas , carbón, loza,
cotaras, piedras, madera, cal, volateros, águilas, leones , de todo, toda cantidad
que no faltaba de esta vida que no entraban en la ciudad de México gente
forastera con gran cantidad de todas cargas, así de provisión como de riqueza
para el rey y para los grandes señores, lo cual ganaron con su sudor y su trabajo
y con la fuerza de su pecho, sujetadas todas las naciones y trayéndolas en
perpetua esclavonia y servidumbre...",576 dijo Duran.
Los almacenes que se encontraban en Tenochtitlán debieron ser muy
575 De Rojas, José Luis. Los Números Ocultos del Códice Mendocino, Revista Española de antropología Americana, 2008, Vol. 38, número 2,199 p.56576 Duran, Diego. Historia de los Indios de Nueva España e Islas de la Tierra Firme, p.263.
1072
grandes, con una provisión enorme de productos y bienes, objetos, utensilios,
granos alimenticios, que venían de todas las regiones dominados por la Triple
alianza. De ello dan prueba las crónicas de la conquista española, de una manera
particular las que escribió Díaz del Castillo. Son igualmente ilustrativas las listas
de regalos que en diferentes momentos Moctezuma dio a Cortés, que confirman
los grados de producción a que habían llegado, aunque es imposible que se
enfatice en los artículos de lujo o suntuarios. Es más importante, desde nuestra
concepción, destacar una de los rubros más destacados, la gran cantidad de
granos alimenticios, sobre todo maíz, que se tenía resguardado y que servía, entre
otros fines, para abastecer el mercado de la capital en tiempos de crisis naturales o
sociales.
Llegaban a la urbe grandes cantidades de alimentos y claro de otros muchos
productos, situación que persiste durante la época colonial, lo que describe la
existencia de un "gran mercado de consumidores", como una ciudad que dependía
para su abastecimiento básico de las importaciones. Al parecer la ciudad nunca tuvo
una base alimenticia propia, quizá por su naturaleza lacustre y pero ello dependía
siempre de la "entradas" de maíz primero, de leña y carbón después, pues primero
se resolvieron por la vía de la tributación y después por la compra masiva, una vez
que avanzó el régimen mercantilista español.
Al estudiar Valencia Ríos, el sistema de trabajo y los tributos que se
pagaban en Tlaxcala en el siglo XVI confirmó que había habido una continuidad en el
uso y disposición de la fuerza de trabajo de los macehuales "el cual fue
compelido a proporcionar excedentes de trabajo y tributar en especie, hasta
1073
imponerles durante la etapa colonial, en el periodo de 1522 a 1532, de una
tributación de 8000 fanegas de maíz anuales y a partir de 1532 fue suspendido por
un periodo de 4 años a cambio de entregar 8000 trabajadores por semana a la
ciudad de Puebla, distribuidos en su mayoría en la construcción de obras públicas y
en las empresas agrícolas y obrajes de los españoles, y a partir de 1538 se
reanuda la entrega de esas mismas 8000 fanegas de maíz, las cuales eran
llevadas posteriormente a la ciudad de Puebla".
Al referirse a los calpixques, dijo, Bueno Bravo, "que no solo se limitaba a la
recaudación tributaria, sino que, aparte de velar por el bien funcionamiento
económico del territorio, al asegurar la recepción de los tributos que estaban
especificado para el abastecimiento de la ciudad principal y de que llegara a su
destino, como representantes imperiales tenían otra funciones más cercanas al
protocolo, al recibir y acomodar a los altos dignatarios que acudían a la ciudad,
pero era costumbre que los principales de la Triple Alianza tuvieron residencia en
las otras ciudades. De acuerdo a un calendario predeterminado, el imperio
estableció qué, cuándo, cuánto debían tributar cada región.
La cuantía del tributo dependía mucho de la actitud que había mantenido
durante la conquista pues a mayor resistencia, mayor tributo. Y también las
características de este guardaban relación con la distancia: el tributo tendría un
menor volumen y peso dependiendo de su situación geográfica respecto del lugar
receptor del tributo, evitándose en todo caso que fuera perecedero".577 Por ello,
577 Bueno Bravo, María Isabel. El sistema de Control en el Imperio Azteca, 26 p., p.5
1074
distinguió dos regiones tributarias, una llamada la despensa y la suntuaria.
De acuerdo con los estudios realizados, la mayor parte de los productos
tributados eran los granos y las mantas, tratando así de ser consecuentes en la
satisfacción de las dos demandas básicas de la sociedad mexica y humana: la
alimentación y el vestido. Los estudios que se han hecho confirman la importancia
que se concedió a la política de contar con una cantidad permanente de maíz y de
chile, precisamente para confeccionar los alimentos básicos de la población y a
ello debemos agregar algunas bebidas indispensables. Después estaban las
mantas, los huipiles y los otros vestidos que utilizaban los miembros de los
distintos grupos sociales. Cualquier liderazgo social responsable primero busca
tener disponibles los satisfactores sociales de los cuales depende la vida y la
existencia de sus gobernados y solo después de ello se puede atender la
cobertura de los bienes suntuarios.
La distribución geográfica tenía su propia lógica: los artículos
indispensables debían estar ubicados precisamente en los pueblos más cercanos
a la gran ciudad para que la distancia no encareciera su transportación y las
cantidades estaban sujetas a un calendario de la manera que se pudieran
asegurar y regular los abastecimiento y eso evitara un corte de suministros que
pudieran provocar situaciones críticas como las hambrunas. Las crónicas señalan
esta preocupación esencial de los tlatoanis a través de las cuales se pretendía que
el maíz jamás faltara y si esto llegara a suceder, se utilizaría el que se encontraba
en los almacenes.
1075
Al referirse a los sujetos que pagaban los impuestos, en el estudio ya citado,
se concluyó que los tributos de los gremios se pagaban en forma conjunta, pero
había algunos miembros de estos que hacían un pago estrictamente individual y
los sujetos que pagaban estos impuestos eran los agricultores, libres o
macehuallis, las personas físicas que desempeñaban una actividad en el ejército
siendo plebeyos; las personas físicas, comerciantes, quienes pagaban tributo al
rey, dando parte de las mercancías o bien prestando servicios como embajadores y
espías; las personas físicas que desempeñaban cualquier oficio o profesión que les
produjera alguna utilidad económica; las comunidades agrícolas llamadas calpullis
estaban obligadas también a contribuir a los gastos públicos para lo cual tenía tierras
cuyos productos se destinaban íntegramente al pago de tributos; las comunidades
de comerciantes y artesanos y los pueblos sojuzgados".578
Había otro tipo de contribuyentes, entre ellos los artesanos, que de manera
paulatina fueron incrementando su importancia económica y social en la
medida en que confeccionaban artículos más sofisticados y que servían
directamente para el vestido y el confort de las minorías y también para sustituir
las importaciones de artículos suntuarios que se tenían que recibir de lugares
muy lejanos de la gran ciudad; se habían emparentado con algunos pillis, sin ser
por ello pillis, pero aparecieron como un sector emergente que buscaba y tenía
cada día mayor influencia política y capacidad económica y cuyas funciones eran
un reflejo de una sociedad cada vez más diversificada; después estaban los
comerciantes, que también sin ser pillis, no solo cumplían una función
económicamente cada vez más importante, complementando las aportaciones
578 Franco Guzmán, Ricardo. El Derecho Tributario Azteca, 13 p., p.12
1076
de alimentos y de bienes que no se obtenían por la vía de la tributación, pero
que desempeñaban otras tareas, aprovechando su trabajo itinerante, de
informantes o de espías, como lo revelan algunas crónicas de la conquista; ellos
pagaban sus tributos con una parte de sus mercancías, pero también se
distinguieron por los frecuentes y ostentosos regalos que hacían a los tlatoanis y
a los otros funcionarios públicos; los regalos cumplían una importante función
social pues ratificaban el estatuto de quien los recibía a la vez que confirmaban
una creciente diferenciación social.
Había una serie de impuestos extraordinarios, como los que se pagaban en los
casos de conquista "en el que el sojuzgado se sometía sin resistencia y se permitía
a este rendir los tributos en forma amigable proporcionando la cuota que fijaba el
rey; había también servicios personales extraordinarios, en los que los pueblos
sojuzgados y aun los integrantes del propio estado estaban obligados a prestar
servicios personales extraordinarios, especialmente en tiempos de guerra. A pesar
de que los pueblos sometidos hubiesen entregado el tributo correspondiente,
debían acordar en los llamamientos que hacía el gobierno azteca, prestando los
contingentes que fuesen necesarios con el fin de cooperar en las acciones de
guerra contra otros pueblos enemigos; habían regalos y presentes, que era un
ingreso extraordinario en templos de los regados y presentes por todos aquellos
que si bien es cierto que no estaban afectos al pago del impuesto, en ciertas
festividades los ofrecían al rey como una prueba de su misión".579
Las crónicas refieren que en la medida en que un pueblo ofrecía una mayor
579 Franco Guzmán, Ricardo. El Derecho Tributario Azteca, 13 p., p.8
1077
resistencia a las invasiones o acciones armadas de los mexicas, los volúmenes de
las cargas tributarias que se les imponían eran mayores y el costo social inmediato
era verdaderamente enorme pues, se describe el arrasamiento de comunidades
enteras, con la muerte de mujeres y niños, el aniquilamiento de sus sementeras, la
destrucción de las pirámides y adoratorios, el desmantelamiento de sus "palacios de
gobierno". En la medida en que había una mayor oposición a la rendición, la fiereza
de los militares era mayor pero cuando esta decisión, la de conquistarlos, se
posiciona en un plazo breve, se iniciaba una etapa de acuerdos en los cuales se
fijaban las cargas tributarias, pero casi siempre se cometieron abusos.
Alguna consideración especial recibieron algunos pueblos que tenían materias
primas de alto valor, como depósitos de cal, brea o chapopote o piedras preciosas,
o estaban ubicados en sitios estratégicos que sirvieran como observatorios
para los movimientos de grupos extraños, las cargas eran disminuidas. Se
aplicaban "gravámenes especiales" en los casos de declaraciones de guerra pues
no solo muchos macehuales tienen que incorporarse a las "tropas" sino también
la población entera debía proporcionar cantidades adicionales de bienes, productos y
servicios.
En un estudio sobre derecho tributario, se indicó que "en materia fiscal los
pueblos integrantes de la Triple Alianza tenían firmado un pacto mediante el cual
cada uno tenía facultades para legislar en aquella materia, siempre que se tratase
de la imposición de cargas a los integrantes de sus propios estados, pero cuando
actuasen los tres estados unidos, los ingresos debían dividirse del siguiente modo:
al rey de México correspondían las dos quintas partes del total, al rey de Texcoco,
1078
otras dos quintas partes y al rey de Tlacoapa la quinta parte restante. Cada uno de
los estados miembros de la Triple Alianza podía fijar a su arbitrio el tributo que
debían pagar los pueblos que en forma particular hubiesen sojuzgado.
De este modo tenemos que los integrantes de la Alianza citada percibían
ingresos en dos formas: como gobiernos independientemente o bien como parte
de un grupo de estados unidos para la defensa y ataque".580 Precisó que los
impuestos los tenían que pagar los macehualis o agricultores libres, los
cargadores o tamemes, los joyeros, plateros, artífices y otros más que por la
autoridad que desempeñaban obtener ingresos.
Siendo la Triple Alianza una confederación política, cada una de sus partes
integrantes tenía la facultad de auto determinarse en lo relativo a su régimen
interno, aunque había tareas conjuntas que por su alto valor político y estratégico,
arremetían en forma unida, como era la declaración y la realización de una guerra
contra un señorío importante. Una de las materias que seguían siendo de su
jurisdicción interna, era la fijación y el cobro de tributos ya que cada señorío tenía
a sus pueblos que les estaba sometido. Había una estructura tributaria distinta en
México, Texcoco y Tacuba, destacándose, desde luego, por su peso específico, la
de las dos primeras.
Cada señorío tenía a sus propios calpixques y mandones, sus propios
almacenes y sistemas de transportación y distribución. Se acordó que hubiese una
forma de distribución de los tributos recibidos, de tal manera que se reconociera la
580 Franco Guzmán, Ricardo. El Derecho Tributario Azteca, 13 p., p.7
1079
supremacía de México Tenochtitlán, lo que confirma que no era uno entre pares. El
manejo del principio federativo dependía del tlatoani de México, ejerciendo sus
facultades de control y dominación en una serie de asuntos que tenían particular
importancia y dejado que en otros concurriera las otras dos parte, en forma
señalada el señorío de Texcoco.
"Todas las provincias conquistadas por los mexicanos eran tributarios de la
corona y le pagaban el tributo en fruta, animales, minerales de los respectivos
países, según las tarifas establecidas: además los mercaderes contribuían con
una parte de sus géneros y los artesanos con otra de los productos de su trabajo.
En la capital de cada provincia había un almacén para custodiar los granos, la
ropa y todos los efectos que percibían los recaudadores de su respectivo distrito.
Estos hombres eran generalmente odiados por los males que ocasionaban a los
pueblos; las insignias que traían era una vara en una mano y n abanico en la otra;
los tesoreros del rey tenían pinturas en que estaban especificado los pueblos
tributarios y lo cantidad y calidad de los tributos. Además de un número excesivo de
ropas de algodón y de cierta cantidad de granos y plumas, que eran pagos comunes
a todos los pueblos tributarios y daban otros diferentes objetos según la naturaleza
del país. Los tributos que en un principio eran muy ligeros, llegaron a ser
exorbitantes, pues con la conquista crecería el orgullo y el fausto de los reyes. A lo
pesado de estas cargas se añadía la dureza con que se exigía que el que no
pagaba tributo era vendido como esclavo para que pagara su libertad, lo que no
había perdido su industria".581
Al llegar los españoles a tierras mexicanas y efectuarse la conquista hubo 581 1 Carbajal Espinosa, Francisco. Historia de México, desde los primeros tiempos de que hay noticias hasta mediados del siglo XIX, p.593
1080
un elemento muy revelador: los recaudadores de tributo, los calpixques concitaban
el odio y la animadversión de muchos pueblos, lo que confirma que había un
elevado grado de descontento en contra del sistema tributario, sentimiento, que
como sabemos, fue aniquilado por Hernán Cortés. Cuando se fijaban las cargas
tributarias, existía el "derecho de los pueblos" a pedir a los tlatoanis y
reciedumbres mayores, a someter a revisión y a consideración dichas cargas,
tratando de que fueran disminuidas. Se argumentaba que se solicitaban materias
primas o bienes que los pueblos no producían, que no existen en su territorio lo
que los obligaba a buscarlos en otras regiones, incrementándose así los costos y
los sacrificios a la población. Se aducía que los volúmenes eran excesivos, lo que
erosionaba la capacidad de subsistencia de la población que tenía que realizar
esfuerzos adicionales para cumplir con sus obligaciones. Que era muy difícil llevar
los productos hacia los lugares en donde estaban los almacenes pues implicaba
utilizar a muchos cargadores y viajar grandes distancias y que los castigos,
colectivos e individuales, por no cumplir con los volúmenes estipulados, eran muy
graves. Ello significa que quizá muchas solicitudes de revisión o de consideración,
que se derivaron en una disminución de tributos no habían sido atendidos por los
funcionaros centrales y que no se ponían límites a la ferocidad y excesivos de los
calpixques, uno de los cuales por cierto fue asesinado por las huestes de Cortes,
indicando con ello que estaba dispuesto a remediar esos atropellos.
También en el Códice Azcatillán aparecieron algunos de los pueblos
sojuzgado por lo tenochcas, durante su etapa de esplendor, en el reinado de
Moctezuma, tales como varios pueblos matlazincas, siguió Tlatelolco, después
Ocuilán, Xiquipilco, la muerte de Nezahualcoyotl y la ascensión al poder de
1081
Nezahualpilli y en la página 40 aparecieron más nombres de pueblos
tributarios, con sus respectivos grifos y significados. En este periodo
destacaron la construcción de un templo, de un Tzompantli o altar de cráneos,
para concluir con la escena número 44 en que aparecen los españoles
acompañados de "cargadores indígenas, con bultos de tortillas, guajolotes y
otras comidas".582
Según el citado Códice y otros documentos de la época la pesadez del
sistema tributario no sufría cambios de fondo, sino de forma, grado o modalidad,
pues persiste la tendencia de continuar ampliando las mayores cargas fiscales a
los macehuales que se emanciparon de unos calpixques pero quedaron sometidos
por otros que venían desde tierras muy lejanas. Algunos pueblos dijeron que
estaban "contentos", con los tributos que pagaban a Moctezuma pues alguna vez
los había visitado y protegido de unos invasores, pero que en el caso del rey de
España este era inadmisible pues nunca lo habían visto ni recibido de él ningún
beneficio tangible.
Una de las limitaciones que se hacían es el uso excesivo de tamemes para
transportar grandes volúmenes de mercancías a largas distancias, lo que obligaba
a que muchos de esos indios se ausentaran de sus lugares de origen, se
mantuvo hasta que se dictó una prohibición al respecto. Además persistieron los
abusos de los recaudadores que además del pago de los tributos exigían que les
dieran comida y gallinas, para su consumo personal y familiar, sin que estuvieran
dichas aportaciones establecidas en las obligaciones formales.
De Rojas se refirió a la provincia de Xoconochco que se encontraba en la
582 Códice Azcatillán, introducción de Michel Graulich, p.137
1082
frontera con Guatemala, a mil kilómetros de la ciudad de México, hasta donde
llegaron las huestes conquistadoras de Moctezuma considerándola una población
muy próspera con 40 pueblos y estancias o fue una "frontera entre los mayas y los
aztecas". La principal riqueza era el cacao con el cual pagaban el tributo
correspondiente y fue "el único punto de comercio de larga distancia que continua
actuando como tal después de la conquista y hasta ella llegaban los pochtecas.
Ratifica que la razón de la conquistar de este lejano lugar fue el mal trato que se
hizo de los mercaderes que hacían que se perdieran los tributos. Como resultado
de la conquista, sus habitantes pagaron oro, cacao, pluma, joyas y piedras.
"Tributan exclusivamente artículos de lujo y no da algunos de las materias más
extendida, ni materias primas, ni textiles, incluidas laz mantas y no tributaban
ningún producto textil. No hay que olvidar que el Xoconochco pertenece a la
región del quetzal, cuyas plumas caudales fueron laz más apreciadas, de
Mesoamerica. Plumas de diversos tipos y cacao formaron la mayor parte del
tributo. No hay que desdeñar el hecho de que todos los productos tributados por el
Xoconochca sean objetos de lucir, cuyo consumo estaba reservado a las élites.
También en materiales que unían dos ciudades valoradas por el comerciante poco
peso y mucho precio".583
En las relaciones de tributos, los que podemos considerar como suntuarios
o de lujo, que eran entre otros, los vestidos de los principales y los atuendos de los
guerreros, provenían de lugares muy lejanos, de las plazas que se denominan de
largas distancias, ya cercanas con otros señoríos extranjeros pues no
constituían ninguna dificultad digna de preocupación que la llegada de estos 583 1 De Rojas, José Luis. El Xoconochco, ¿una provincia aislada del Imperio? Revista Española de Antropología americana, XIX, 1989.p. 23
1083
objetos se tardaría incluso varios meses en llegar a Tenochtitlán. No así sucedía
con los granos alimenticios y otras materias primas que eran indispensables para
la manutención de la población.
Pero no solo por la vía tributaria se podían recibir los artículos suntuarios
sino también por otras vías, como los intercambios entre señores principales y/o
pro medio de la compraventa por lo que en estos casos era muy importante la
intermediación que realizaban los comerciantes, habiendo al respecto la ventaja de
que dichos artículos tenían poco peso y por lo tanto no se requería un gran
número de tamemes y por lo tanto los costos de transportación eran bajos pero los
bienes eran de muy alto precio y de una gran estima pues la vistosidad y la
brillantez de la apariencia externa era tomada en gran consideración en una
sociedad estratificada como aquella.
Informó Mohar los tributos de algodón provenían de 4 poblaciones:
Chihuatlán, Quauhtochco, Atlan y Ctzicoac y venían de zonas de Veracruz, Costa
Grande de guerrero y de la huasteca y suman las cantidades totales de 10,000
cargas de manta pues cada carga tenía 20 mantas y después el tlatoani les daba
una parte de esas mantas a los comerciantes para la realización de sus
operaciones y "se usa como pago o retribución a la guerra destacando en las
diferentes batallas también frecuentemente es mencionado por las fuentes como
una práctica común de los tlatoanis, repartieron en fiestas, mantas a sus invitados
o guerreros.584
584 1 Mohar Betancourt, Luz María. El Algodón Indígena en el Siglo XVI, su importancia prehispánica y colonial, Anales 1983, CIESAS, p.77
1084
A su vez, el pueblo de Teleolapan, ubicado cerca de Izcateapan, informó
por voz de sus ancianos que habían sido vasallos de Izquatzi, rey de México
"quien le envió a que le tributasen y fuesen sus vasallos, los cuales se le rindieron
luego y le tributaban a él y a todos los demás reyes de México, mantas, huípiles,
naguas, mantillas delgadas y dijeron que adoraban al demonio llamado
Quitzílopochtli; que los principales tenían libertad para emborracharse y como
fuesen macehuales, no le tenían y vender su maíz, gallinas y chile a las minas de
Taxco y Cacualpa y algunos indios se alquilan en dichas minas y de esto pagan su
tributo a su majestad que era un peso y media hanega de maíz cada año". Una
descripción similar hicieron los indio del pueblo de Tutultepeque quienes afirmaron
que no tenían algodón para hacer sus ropas por lo que la traían de Aguchitla y
Cosamala y las demás cosas de Castilla las compraban en la ciudad de México,
que tenían como autoridad a un regidor y a un neguatato", sin especificar las
funciones que este tenía.585
Una gran parte de la información de tributos, sobre todo de los que se
integraron en el periodo de Moctezuma se dio a conocer en la etapa temprana de la
conquista y colonización española pues se hicieron muchos estudios regionales y se
efectuaron entrevistas con los principales y mandones de los pueblos, tratando
con ello, por lo menos desde el punto de vista de las instrucciones del Rey, que los
nuevos impuestos no implicaran una carga superior a la que existía en "tiempos de
la gentilidad".
Estos datos confirman que el sistema tributario mexica, por haber sido 585 1 Relaciones de los pueblos de Teleolapan y Tutultepeque, 1580, en Papeles de la Nueva España, T. VI, p. 151
1085
impuesto por medio de la fuerza y no por medio de un consejo político, estaba
sujeto a múltiples impugnaciones, ataques y contradicciones y también a
revisiones y ajustes, en virtud de la existencia de factores políticos. En los casos
de los pueblos, en donde había yacimientos minerales o minas en la época
colonial se imponían también gravámenes pero era más importante la prestación
de servicios personales y la extracción de los metales y en su fundición, con las
técnicas que describía el Códice Mendocino.
Al referirse a la situación prehispánica, Mendizábal afirmó que "se trataba de
una economía consumista pues cada familia producía exclusivamente para su propio
consumo, pero como consecuencia de la obligación de pagar impuestos en especie en
forma de tributo, a sus caciques y jefes particulares primero y posteriormente a sus
caciques particulares y alos grandes jefes de los pueblos conquistados, como ocurrió
con los numero sos pueblos indígenas sometidos por la famosa alianza azteca-
acalhua-tecpaneca, la producción familiar tuvo que aumentarse para cumplir con el
tributo. Los tejidos de algodón fueron manufacturados y usados por todos los
grupos indígenas agricultores de México, pero el uso de las prendas de algodón fue
un verdadero lujo para los habitantes de las regiones que no producían esas preciosas
fibras quienes se vieron obligados a hacer uso preferente de fibras duras, en particular
de ixtle y maguey". 586
Dijo que el uso de prendas textiles estaba reglamentado y correspondía al
estatus social a las personas, habiendo mantas de todo tipo, desde las ricamente
labradas con piel el conejo y plumas de aves, hasta las sencillas, lo que explica en
586 1 Othón de Mendizábal, miguel. Obras Completas, T. III., p.38
1086
gran medida, la existencia de una extensa capa social no productora que recibía las
prendas en forma de trabajo o como merced.
En una primera etapa, cada familia, encabezada por un macehual, producía
los bienes y alimentos que necesitaban para su subsistencia, pero siempre había un
excedente o sobrante que se dedicaba a las festividades religiosas, a los distintos
rituales que había en los calpullis o barrios que podemos considerar que eran
fiestas particulares, para los regalos a los principales. En la medida en que
aumentó la población y se incrementó la fuerza de trabajo en las aldeas y pueblos,
aumentaron también las necesidades y los satisfactores que requerían las familias y
se ahondaron las diferencias entre los grupos sociales. Hubo una cantidad mayor
de macehuales dedicados a hacer producir las tierras de los pillis y de los templos y
por lo tanto se incrementó la "riqueza" de las poblaciones. Se puede hacer una
comparación gráfica de varios pueblos en las diferentes etapas de su desarrollo
evolutivo para comprar sus ascensos en materia demográfica y económica hasta
el punto de culminación que fue el periodo de Moctezuma. Desde un principio las
prendas y los vestidos hechos de algodón cobraron una gran importancia no solo
económica pues aparecen en casi todas las relaciones de tributos sino también
social y política.
Dijo Mohar:
"El algodón aparece en el México prehispánico como una fibra
estrechamente relacionada con la clase dominante y en este sentido es un artículo de
lujo. El algodón se menciona como una fibra de lujo que no era accesible al pueblo
común o macehualtin, cuyo uso estaba restringido a la nobleza o pipiltin.
Tezozomoc y Torquemada mencionan que bajo el reinado de Huitzilihuitl, hijo de
1087
Acamapichtli, que se inicio en 1396 los mexicas empezaron a vestir de algodón
pues hasta entonces solo traían ropa de hilo de palma silvestre que llamaban
izcotl. Otro uso de gran importancia fue el relacionado con la guerra. Como parte
del atuendo militar se menciona el uso de ichcehipiles o chalecos de algodón que
protegían a los guerreros del ataque de la flecha en las batallas por lo que su
demanda, tomando en cuenta el carácter bélico de la sociedad mexica, exigía una
producción considerable".587
En el centro del país no había las condiciones climáticas adecuadas para
su producción por lo que se obtenían por medio del comercio y los tributos, a
excepción de los regímenes de Cuauhnahuac y de Oaxtepec, cerca de la región,
que permitía una gran variedad de productos.
Los tributos impuestos a los xochimilcas vencidos fueron los siguientes
según la crónica de Duran: se tomaron tierras para la Corona Real, en primer
lugar, después tierras para Tlacaellel y en tercer término para los señores y
principales a quienes les dieron dos suertes a cada uno y después a los soldados
de más nombradía. Dijo que después de este reparto, los xochimilcas habían
ganado y llorado diciendo que "ahora somos vuestros vasallos y hemos tomado la
carga y los esclavonios de ser vuestros tributarios; rogamos a nuestro rey Itzcoatl
y a vosotros que os hagáis con nosotros benignamente y que sobrellevéis
vuestras flaquezas y miserias y que os compadezcáis del pobre viejo y de la pobre
vieja, del huérfano, de la viuda". Le avisan al Rey de México lo bien que los
habían tratado los xochimilcas por lo que este decidió que el rey de Xochimilco 587 1 Mohar Betancourt, Luz María. El Algodón Indígena en el Siglo XVI, su importancia prehispánica y colonial. Anales 1983, CIESAS, p.80
1088
"fuera uno de sus muy privados suyos y que pudiesen estar y comer en su
presencia y dar parecer en todo lo que se hubiese de hacer".588
La estructura tributaria se inicia propiamente desde Aztlán en donde los
mexicas son víctimas de la exacción económica y de la opresión social y quizá por
esta razón huyen de ese lugar. Durante su recorrido se encuentran siempre con el
riesgo de que puedan ser avasallados por los pueblos ya asentados en las riberas
y tienen que pagar los costos sociales y humanos de todo pueblo que es sometido
por otro. De víctima de la sujeción política y económica se transforma en
victimario, es decir, someten a los pueblos que iban conquistando. Nos referimos
al sistema impuesto por Tlacaelel durante la época de la expansión militar, en el
caso de la anexión de Xochimilco en la cual la tributación tiene varias
modalidades. Una, es un pago de bienes directos al tlatoani, una porción de
tierras para Tlacaelel, otros repartos de tierras a los jefes militares y finalmente la
obligación que se establece de contribuir con servicios personales en la
construcción de obras públicas, como una calzada que uniría a Xochimilco de
Tenochtitlán y la necesidad de incorporarse al ejército tenochca en el caso de
guerra.
Resaltamos aquí la forma de contribución con base en la entrega directa de
tierras a los jefes militares distinguidos pues pocos antecedentes existen al
respecto y casi no hay ningún otro durante el periodo mexica pues su poderío que
los jefes premiados tenía que trasladar su domicilio al sitio en donde estaban las
tierras de que había sido dotado y la utilización de mano de obra de los mayeques
588 1 Duran, Diego. Historia de los Indios de Nueva España e Islas de la Tierra Firme.,p.l66
1089
o terrazgueros, sistema en el cual no encontraban muchas ventajas, en ese
momento.
Informó Mohar que los tributos de algodón provenían de 4 poblaciones:
Chihuatlán, Quauhtochco, Atlan y Ctzicoac y venían de zonas de Veracruz, Costa
Grande de Guerrero y de la Huasteca y suman las cantidades totales de 10,000
cargas de manta pues cada carga tenía 20 mantas y después el tlatoani les daba
una parte de esas mantas a los comerciantes para la realización de sus
operaciones y "se usa como pago o retribución a la guerra destacando en las
diferentes batallas también frecuentemente es mencionado por las fuentes como
una práctica común de los tlatoanis, repartieron en fiestas, mantas a sus invitados o
guerreros.589
A raíz de que los grupos de guerreros de México-Tenochtitlán sometieron a
los xochimilcas "los pipiltin y tlatoanis de México se repartieron entre si tierras
pertenecientes a los derrotados; se fijó un tributo en especie y trabajo y las tierras
adquiridas por los mexicas en Xochimilco se localizan en la parte de la ribera en
donde se encontraban Coapan, Xalpan, Moyotepec, San Gregorio Atlapulco y
Tulyehualco. El tributo en trabajo consistía en la obligación de construir los
Xochimilco junto con los tecpanecas de Coyoacán y los de Atzcapotzalco una
calzada cuyo punto de partida fue Xochimilco y México-Tenochtitlán. Fue una
conquista importante para los mexicas puesto que fue una región clara tanto por
su agricultura, intensiva de chinampas, convirtiéndose junto con Chalco en los
principales abastecedores de alimentos para México-Tenochtitlan, así como para
ser uno de los dos puntos por donde estaba el comercio entre el sur de 589 Mohar Betancourt, Luz María. El Algodón Indígena en el Siglo XVI, su importancia prehispánica y colonial. Anales 1983, CIESAS, p.77
1090
Mesoamérica, hasta la costa del Pacífico, a Guatemala".590
La dominación política del señorío de Xochimilco, así como la entrega de
tierra a los militares victoriosos y en el mismo nivel la ocupación de Chalco
extendió las "fronteras agrícolas" de Tenochtitlán tratando de asegurar el
suministro de alimentos y de materias primas, así como la aplicación de lo que
podría denominarse una política de búsqueda de aliados permanentes y de
fronteras seguras. Estas políticas hacen pensar que los principales mexicas tenían
la concepción de formar no un estado sino un señorío, pero, desde luego, no de
conformidad con la acepción que existía en España medioeval sino solo usado
para fines explicativos, que fuera el más importante de la región Mesoamericana y
por ello era necesario contar con una base de producción agrícola suficiente que
no implicara una dependencia excesiva respecto de otros regiones más lejanas de
la ribera de los lagos que pusieran en riesgo la ingesta de alimentos.
Estaban consientes de la vulnerabilidad que tenía la ciudad que al estar
rodeada de agua no tenía tierras suficientes para obtener cosechas abundantes y
por ello vislumbraban la necesidad de contar con más espacios de tierra firme, es
decir, la fabricación de chinampas. Por ello convirtieron a Xochimilco en un
reservorio de alimentos para la población mexica, e igual tratamiento le dieron a
Chalco.
En la lámina 3 relativa al Códice Aubin, del Códice Duran apareció el dios
Tezcaltipoca "vestido con huípil, la bebida que representa el maguey y la xicalli, la
comida que contienen las dos cestas, el uno el grano y el otro con pan y tortilla,
590 1 Saloma Gutiérrez, Ana María. Señorío y Cacicazgo en Xochimilco, 1520 -1650,, p.34
1091
mientras que en la figura 5 está el dios Tlaloc sobre un altar empuñando en ambas
manos cañas con mazorcas, como símbolo de la fecundidad de la tierra y a su
lado un tecamitl con el maíz ya desgranado", en tanto que en la figura número 7
está la diosa Chalchiuhtlicue "con la falda tachonada de estrellas y un adorno con la
media luna, la diosa de los ríos y el agua que corre, compañera de Tlaloc, en esta
representación, con las cañas en la mano y mazorcas de maíz por adorno en la
espalda. En la página 6 está la representación de Huitzilopochtli con una "caña de
maíz con hojas y mazorcas que le sirven de trama, conducido por dos
sacerdotes, uno de ellos tiene una manta color de cielo con una orla de estrellas, al
otro una manta con líneas ondulantes, significado del agua".591
La importancia social de los alimentos es evidente en los glifos, siendo el
maíz uno de los símbolos más generalizados pues lo encontramos en la ilustración
de muchas deidades mayores o menores, lo que confirma la ascendencia de esta
planta en la cultura en general. Los huipiles son los vestidos de las mujeres
sencillas del pueblo, no así de las mujeres, esposas de los píllis, que están
ataviadas con riquísimos tocados. Los huipiles hicieron alusión a la gran cantidad de
fibras que se utilizaban para su confección, desde el algodón hasta el
henequén, pasando por la lechuguilla.
Los huipiles los fabricaban directamente las personas en los telares
domésticos que prácticamente había en cada casa, pues eran telares de cintura.
La producción de alimentos, que era la principal preocupación de los principales
y de los dirigentes políticos, no podía entenderse sin el manejo del agua que
591 1 Códice Duran, p.47.
1092
apareció en forma multiplicada en los textos conocidos. Agua, maíz, mazorcas, son
aspectos de una realidad social que se encuentra íntimamente asociados de los
cuales depende la vida humana.
Duran describe varias "guerras" que los "reyes mexicas" desataron contra provincias
y pueblos, las cuales tenían la finalidad de "conquistar nuevas tierras y señoríos", o
de si aplastar a grupos disidentes que por algún motivo o causa se habían rebelado
contra el "imperio". En todos los caso se impusieron tributos o se reafirmaron los que
ya se habían fijado. Tal fue el caso de la guerra lanzada contra Coaixtlahuac, de la
zona de la Mixteca, y cuya población le impusieron la elaboración de mantas,
fardos de chile, fardos de algodón, sal y colorante para túnicas y pintas "pero
también llevan indios esclavos a la ciudad de México, muchos de los cuales fueron
sacrificados en las piedras labradas de Coaixtlahuac. En el caso de los habitantes de
Cuetlaxtla, que también se rebelaron, Moctezuma ordenó a Tlacaellel que "desolara
y no quede memoria de ella" a lo que el gran guerrero le dijo que tal castigo era
excesivo y que "solo se les doblase el tributo, porque el destruirlos a todos era
imposible y de gran inconveniente destruir pueblos de tanta riqueza". En relación
con el incremento de los tributos se acordó que en lugar de rentas de diez brazas,
dieran 20, que daban piedras verdes y que ahora diesen blancas y coloradas, entre
otras cuentas Al arremeter contra el pueblo, contra los macehuales, estos dijeron
¿porqué nos matáis? ¿Qué culpa tienen estos ignorantes y simples, sin malicia ni
interés? ¿Nosotros no os damos tributo? y dijeron los demás macehuales pedimos
justicia contra nuestros señores y queremos sean muertos y destruidos y
castigados porque ellos han sido causa de estos males, nosotros somos los que
tributamos y de nosotros sale todo lo que os dan, mira lo que queremos, que de
1093
nuevo tributemos". 592
Las crónicas de Duran son muy ilustrativas a cerca del carácter mercantil que
como última finalidad tenían las guerras que desataban los tlatoanis. Se puede
afirmar que fueron guerras de expansión para lograr obtener productos, bienes y
materias primas cada vez más sofisticadas en lugares o poblados cada vez más
distantes. Uno de los objetivos más acariciados por los dirigentes mexicas fue
la conquista de la Mixteca oaxaqueña que les permitió obtener grandes
volúmenes de algodón, piedras preciosas. Figuras de oro, cacao, los famosos
colorantes de la cochinilla. La presencia de la orfebrería mixteca está presente en
forma abrumadora en la sociedad mexica, desde luego, en correspondencia
también existe presencia mexica en la región oaxaqueña.
Aplicaron una política mezclada de los elementos de sujeción militar, los de
una estrecha relación económica y política, confirmando la reciedumbre y la
madurez que tenía la región mixteca en el contexto de la zona mesoamericana. En
un determinado momento, impusieron onerosos tributos, los cuales concitaron el
descontento de los macehuales que estaban obligados a pagar una doble
tributación pues tenían que afectar pagos a sus principales pero después se
sometieron las tasaciones a múltiples revisiones y actualizaciones.
Entre los tributos que se pagaban a Huixilopochtli, los mancebos eran
obligados a servirle un año y cada noche encendían y juntaban gran cantidad de
leña que era de 2 mil palos y teas, más 10 mantas grandes y cada uno era
592 Duran, Diego. Historia de los Indios de Nueva España e Islas de la Tierra Firme, p.255
1094
obligado a pagar una manta grande que llamaban quachtli y cinco mantillas
pequeñas que se llamaban tequachtli un cesto de maíz y 10 mazorcas de maíz y
los que no podían pagar se sentían muy agraviados del dicho tributo se
ausentaban y algunos determinábanse a morir en la guerra, en poder de los
enemigos. Como dichos mancebos sabían que acababan y cumplían con el
servicio y penitencia y estaban obligados, entre ellos, otra vez escogían otro
tributo; cada uno pagaba 6 mantillas pequeñas que se llamaban quachtli".
Recibían en una ceremonia el Cuerpo de dios y luego los lavaban. En esta
ceremonia "consumían mucho y demasiada cantidad de leña y tomates y sal y
pepitas y almendras de cacao y comida y para pagar los gastos en ocasiones
vendían las tierras de regadío o del monte que eran adjudicadas a los ídolos a
quienes servían y quienes no podían pagar el tributo, luego dejaban las tierras
porque al parecer el tributo era muy pesado como una carga que apenas se podía
llevar y ansi después se holgaba mucho porque ya estaban libres del gran trabajo y
agravio y dormían quietos y perfectamente y libremente buscaban la vida y
trabajaban de pescar o beneficiar magueyes o entendían algunos tratos de
mercaderías".
El principio de la doble tributación era consustancial a la estructura
económica y social prevaleciente pues en realidad los macehuales tenían dos
amos: los de los señoríos a los que pertenecían cada uno de ellos y a los
principales o tlatoanis que encabezaba Tlacopan, Texcoco y Tenochtitlán. Según
Duran, esto causó una actitud de gran descontento pues hubo al registro
algunas voces de macehuales en contra de esta situación que al ocurrir
erosionaba sus niveles de vida. Los macehuales realizaban labores agrícolas muy
1095
prestigiadas, prácticamente todos los días pues no había ninguna regulación al
respecto pues lo importante era que se cumpliera con las cargas asignadas por
los calpixques. Una de las contribuciones más destacadas era la relativa a las
cargas de leña que servían para alimentar los combustibles de las cocinas de los
propios macehuales y de los pillis, los depósitos de las escuelas, templos y
otros establecimientos en donde había que fabricar una gran cantidad de
comida. En estos sitios, las cocinas estaban permanentemente encendidas para
satisfacer la demanda existente y lo mismo sucedía en los recintos religiosos en
donde había muchos sahumerios, teas y otros que también requerían un
mantenimiento permanente.
En ambos casos se requerían grandes cantidades de brazas de
leña o de madera; además, de grandes volúmenes de alimentos, que los
tributarios debían proveer. Algunas crónicas refieren que eran tal elevadas las
cargas que les imponían, tanto los principales del señorío al que pertenecían,
como los de aquellos que los habían sometido, que muchos macehuales
abandonaban los campos de trabajo y junto con sus familias huían a
lugares abruptos y despoblados en donde podían estar lejos de los apremios y
de los calpixques.593
Al describir los tributos que los mexicas impusieron a los de Azcapotzalco,
vencidos, Duran se refirió a las tierras que se asignaron a la Corona Real, (de
México), las tierras para el rey y para la Corona, luego se dieron tierras a todos los
principales, a cada uno, dos o tres suertes, conforme al merecimiento de sus
593 Códice Florentino, T. I, p.207
1096
hechos y dignidades, por lo que los de Azcapotzalco, quedan muy tristes y
abatidos pues se "habían convertido en tributarios y terrazgueros". Pero señaló
que en un principio, los tecpanecas habían entregado "tierras comunes a los
mexicanos". 594
La transformación, por medio de la conquista militar, de señoríos que había
sido sometidores y que habían sido ahora vasallos, implicó una serie de cambios
sociales en su interior. En primer lugar, los pillis de los señoríos que habían
perdido su autonomía tenían que establecer un pacto con los señores de Tacuba,
Tenochtitlán y Texcoco pero por lo general no pedían sus posiciones de
privilegios, aunque hubo algunos pillis que perdieron su condición y se
transformaron en macehuales, situación que se registró en algunas crónicas En
términos generales, los pillis que encabezaban la Triple Alianza respetaron la
estructura interna de dominación imperante y a los principales internos los trataron
como instrumentos del nuevo vasallaje, es decir, que aplicaron las nuevas cargas
tributarias.
Al hacerlo y después de pagar los costos humanos y sociales que
generalmente eran muy grandes, concitaban la oposición de los macehuales que
así estaban obligados a pagar más tributos para los nuevos amos. Pero también,
como resultado de los nuevos repartos de tierra, algunos pillis resultaban
lesionados en sus intereses y dignidades, hasta perderlos en muchos casos. Estos
movimientos se vieron con mayor claridad en la etapa de la conquista y
594 Duran, Diego. Historia de los Indios de Nueva España e Islas de la Tierra Firme, p.153.
1097
colonización, pues muchos principales alegaron que habían perdido sus
posiciones de poder y ahora la estaban reclamando o alegando razones de linaje
antiguo.
El hecho de que hija del rey de Azcapotzalco se hubiese casado con el rey
Huitzilihuitl permitió a los mexicas negociar con los tecpanecas los tributos y la
servidumbre que sufría "acordándose que solo pagarían cada año dos partes y
algunos peces y ranas y otras cosillas que muy fácilmente hallaban en su laguna y
quedaron todos los mexicanos muy aliviados y contentos. Que realmente los
mexicanos estaban en un sitio de la laguna en ía cual no podían hacer una sola
sementera. En relación con el sucesor de Huitzilihuitl, Chimalpopoca no describió
cómo fue electo. Hubo una consulta después de la muerte de Chimalpopoca y
salió electo Itzcoatl.595
El tratamiento que sufrieron los mexicas de parte de los tecpanecas en materia de
contribuciones materiales es ilustrativo de una de las tendencias existentes en
este terreno. La imposición de tributos tenía un aspecto político muy importante, la
de la humillación política del grupo humano que se deseaba someter. Las
cargas establecidas tenían que tener correspondencia con los recursos naturales
disponibles que aunque fuera de poco monto, si no existían, se tenía que adquirir en
otras zonas, lo que hacía más penosas las cargas. El pueblo sometido sentía
lesionada su dignidad y por ello se ocasionaba protestas muy frecuentes. Ante la
595 Códice Ramírez Manuscrito del Siglo XVI, Intitulado Relación del Origen de los Indios que Habit-esta Nueva España según sus historias, Examen de la Obra y Anexo de Manuel Orozco Be?ra Editorial Innovación, México, 1973, 2943 p., p.64
1098
imposibilidad de entregar las cargas fijadas en tiempo y forma, se les otorgaban
"facilidades" pues el hecho de que los macehuales dedicaran demasiado tiempo al
cumplimiento de sus obligaciones y abandonaron el cultivo de las sementeras.
Estas irregularidades fueron transitorias pues para los principales de la Triple
Alianza era muy riesgoso dejar a la deriva o a la incertidumbre el suministro de
alimentos, por lo que en un plazo breve remediaron estos excesos y aplicaron una
cierta racionalidad, lo que permitió el financiamiento eficaz del sistema imperante.
Entre las obras que promovió el virrey Antonio de Mendoza, estaba la
redacción del Códice Mendoza "con el propósito de conocer la historia y las
costumbres de estos lejanos súbditos" y también para regalarlo al Emperador
Carlos V. Seguramente acorde al virrey para el encargo de su regalo al Colegio de
Santa Cruz de Tlatelolco, donde podía encontrar tanto tlacuilos como
estampadores conocedores de la cultura indígena. Efectivamente, el Códice fue
redactado por un escriba azteca en el sistema pictográfico de esa cultura. Y para
que el emperador pudiera leerlo y hacerse una idea de sus extraños y lejanos
dominios, un fraile, bien conocedor del náhuatl, se encargó de escribir una
explicación detallada en castellano. Está compuesto por tres partes. La primera es
una copia de la Historia de un Año, antigua crónica mexicana hoy desaparecida de
los señores de Tenochtitlan, acompañada de una lista de ciudades que estos
sometieron. La segunda parte es también una copia de un antiguo documento,
conocido como el Registro Tributario de Moctezuma y está escrito sobre papel de
maguey, pintado sobre ambos lados en hojas extensibles, como todos los libros
anteriores a la llegada de los españoles, se encuentran en peor estado que sus
copias. Contienen una minuciosa descripción de los tributos pagados por más de
1099
400 ciudades el último gobernante de Tenochtitlan".596 Este inestimable regalo
jamás llegó a manos del monarca pues se perdió durante la travesía, pasó a
varias manos y llegó finalmente a la Biblioteca Bodleian, de Oxford.
Este Códice es el principal instrumento informativo que nos indica la
relación de poblados grandes, medianos y pequeños que había en esta zona de
Mesoamérica y la disponibilidad de sus recursos naturales, pues en términos
generales la fijación de cargas tributarias estaba en correspondencia con estas
materias primas. Por ejemplo: si se determinaba el pago de cierta cantidad de
piezas de algodón tejido -que representaba el rubro más importante- era porque
había cultivos de esas plantas o fácilmente podían adquirirse en los pueblos
vecinos. Se planteó como objetivos estratégicos que cerca de la ciudad capital
estuvieron los principales centros de abasto de maíz, leña y carbón, sin cuyas
materias primas no podría subsistir la capital tenochca. En el texto se describe la
existencia de poblaciones grandes, pequeñas y medianas, situación que parece
estar vinculada con los volúmenes de las tasaciones.
Este punto representa una radiografía social de lo que fue esta región en
donde gran parte de la población estaba concentrada en grandes poblaciones que
eran precisamente las cabezas de los señoríos. Aparecen también, claro está,
los volúmenes fijados, en las tasaciones, lo que dibuja un cuadro casi completo
de las distintas producciones que había, desde los granos alimenticios, como el
maíz, hasta los más sofisticados como la filigrana de oro o los adornos hechos
con bellas plumas de quetzal. Se trata de un documento de carácter sociológico en
596 Loera, Carmen Juan, Don Antonio de Mendoza, primer virrey de México.
1100
donde se describe que como espina dorsal del sistema imperante estaba el
régimen tributario, fundado en el vasallaje militar y político.
Para Molins Fabrega, una parte de los tributos que llegaban a Tenochtitlan
se utilizaban para efectuar transacciones comerciales "pues en cada casa habría
necesidad de cobrar que podían serlo con intercambios comerciales de los que
cobraban en la casa del señor principal y así se estableció una corriente comercial
que hacía vincular los productos que de otra manera se hubieran quedado
inactivos con gran perjuicio de la economía general. No todos los productos que
se les exigían como tributo eran producto directo de su trabajo, "haciendo notar
que una parte del excedente lo vendían los mercaderes o pochtecas, pero desde
luego no todo provenía de los tributos sino de las aportaciones que
proporcionaban otros labradores o agricultores y desde luego se presentó una
necesidad cada vez más creciente de la adquisición de bienes, bienes para dar
más magnificencia al culto de su religión, -nadie duda de ello- y bienes para
mantener en el más alto grado posible el fausto de su cargo en el más alto grado
posible el fausto de su casa y de su casta".597
No obstante, la gran importancia económica que tenía el régimen tributario
impuesto por medio de la conquista armada, esta vía de aprovisionamiento de
materias primas y alimentos no era suficiente para satisfacer las necesidades
sociales de los pillis y de la población en su conjunto, pero desconocemos el peso
específico que tenía en el funcionamiento general del sistema económico. Había
otras vías, quizá la más importante, ¿más que el sistema tributario? que era el que
provenía de los intercambios comerciales que desarrollaban los pochtecas.
597 Molins Fabregas, N. El Códice Mendocino y la Economía de Tenochtitlan, Vol. 30, p.78
1101
Al principio de la conquista se refiere que llegaban diariamente en la ciudad
de Tenochtitlán, naturalmente, por la vía acuática, cientos o miles de canoas
cargadas de productos y bienes, pero no se precisó aquellas embarcaciones que
traían tributos, y de lo que era resultado de las operaciones de compraventa. Las
características del régimen tributario sufrieron múltiples variaciones, como se revela
en las relaciones que se publicaron en el periodo de Moctezuma. Se trataba de
moficaciones hacia el alza o hacia la baja, pero había variaciones al fin. Una de las
omisiones tanto del Códice Mendocino como de las Relaciones de Moctezuma se
refiere a los tributos de los servicios personales. ¿Esta omisión se debe a que no era
realmente significativa o a que no era posible realizar mediciones por las
características estacionales de ese trabajo?
En el Códice Mendocino se dice que Moctezuma "tuvo por extremo en los
tributos que le pagaban según eran tasados fuesen siempre cumplidos y para ello
tuvo a sus calpixques y hacedores puestos en todos los pueblos de sus vasallos a
manera de gobernadores que los regían y gobernaban y como eran tan temidos
ninguno se osaba demandar ni exceder su voluntad y mando sino que por entero se
quedaban y cumplían porque irremisiblemente en la ejecución y castigo a los
rebeldes".598 En la página 16 se publicó la lista de pueblos sometidos por
Moctezuma, indicando que eran gobernados por caciques y principales que tenían a
cargo recoger y mandar recoger las rentas y tributo que estaban obligados a dar. Al
lado del nombre de los pueblos apareció el nombre del gobernador.
No conocemos los criterios que se emplearon para fijar los volúmenes de las
598 1 Paleografía del Códice Mendocino, p.49
1102
tasaciones pero debieron corresponder a ciertas normas de concordancia con los
recursos naturales disponibles y con la cantidad de tributarios que existían en cada
uno de los poblados. Estos datos aparecen con mayor detalle en las Relaciones que
se publicaron en el periodo hispánico, pero en este punto hacen muy poca alusión a
los datos del periodo precedente. Es indudable que tanto los calpixques locales
como los regionales conocían el número de macehuales que existían en su
demarcación, las excepciones que había en cada poblado, según la edad, si eran
ancianos, mujeres o impedidos, o niños.
A tantos macehuales, en términos generales, correspondía un número igual
de cargas tributarias y por ello se declaró que las cargas impuestas serían fijas, es
decir, que no podían pagar más, ni menos, sino exactamente lo estipulado. Estos
cálculos tenían una importante base empírica, pero desafortunadamente este
cálculo no la conocemos como para apreciar su exactitud y justeza. Solo un estudio
más amplio y minucioso de los padrones de los pueblos pudieran arrojar información
concreta y específica de pillis, macehuales, pochtecas y artesanos, pero la referencia
más rica al respecto aparecen en la época posterior a la conquista.
También describió Cortés la entrevista que tuvo con varios señores
principales, vasallos de Moctezuma a los cuales les solicitó el pago de un año de
tributo "así como de oro, plata, esclavos y ropa de algodón y otras cosas de las que
él tenía y que efectivamente Moctezuma le había enviado milpesos de oro y "otras
tantas piezas de algodón de los que ellos visten. Pero observó que si bien la
Tenochtitlán eran muy hermosa, "en muchas partes padecen necesidades por falta de
pan y aun hay mucha gente pobre y que piden entre los ricos, por las calles y por las
1103
casas y mercados, como hacen los pobres d España y en oras partes en que hay
gente de razón". 599 Recibió otros regalos de Moctezuma, entre los cuales se incluyen
1,500 mantas de algodón. En otra ocasión le dieron 4 mil castellanos, esclavos y
ropa. Después el mismo Moctezuma le hizo otro regalo, en esta ocasión, 5 a 6 mil
piezas de ropa de algodón "muy ricas y labradas".
Con mucha frecuencia, al describir a Tenochtitlán, se hace alusión a las
grandes construcciones existentes, a los templos, iglesias y monasterios pues
Cortés había decretado una destrucción casi total de las edificaciones
prehispánicas, los canales, los acueductos, las calzadas. Sobre todo se enfatiza en
la belleza y el lujo que prevalecía en el centro de la capital en donde estaban las
oficinas del gobierno y de la administración pero se olvida la existencia de grandes
sectores de la población indígena que vivía en las llamadas parcialidades o barrios,
en donde habitaban los macehuales, que carecían de alimentos, de servicios
públicos y que sufrían en forma permanente inundaciones que anegaban sus
sementeras y destruían sus cultivos.
Cerca de las riberas del lago estaban los bolsones de miseria de Chalco y
Xochimilco y demás poblaciones pequeñas que vivían oprimidas por los excesivos
tributos impuestos. Solo un sector privilegiado de Tenochtitlán, que estaban
compuestos por los sacerdotes, militares, funcionarios, recibía los beneficios del
régimen tributario al implantar la concepción de que el centro del mundo conocido
era Tenochtitlán la que debería estar abastecida en forma permanente por los
pueblos comarcanos.
599 Cortés,Hernán, Segunda Carta de Relación, 30 de octubre de 1520.
1104
En la hoja 3 del Códice Mendocino aparecieron los pueblos de
Quachauhuac, Mixquic, Cuitlahuac y Xochimilco como tributarios, "reconociendo
vasallaje los años que vivió el dicho Acamapichtli en el dicho señorío tuvo por
ejercicio e inclinación tener muchas mujeres hijas de todos los principales de
México de las cuales hubo muchos hijos que tuvo como origen que e ampliaron
muchos caciques y capitanes generales, belicosos mediante los cuales se fue
aumentando y ensanchando la ciudad de México y los pueblos conquistados
fueron Totlitla, Quauhtitlan, Chalco, Tulancingo, Xaltocan, Otumba, Tezcoco y
Acolman. "En el año de 1386 en el dicho señorío sucedió Huichilihuitl, hijo de
Acamapichtli y durante el discurso de su señorío por fuerza de armas conquistó
ocho pueblos los cuales, fueron tributarios del señorío mexica reconociendo
vasallaje el dicho Huichilihuitl que fue belicoso en guerra e inclinado a tener
muchas mujeres de las cuales hubo muchos hijos con los que fue aumentando la
grosidad de los mexicas".600 En esta lámina apareció que los naturales de Chalco se
rebelaron contra los mexicas haciéndoles daño al quebrarles cuatro canoas.
El proceso de implantación del régimen tributario empieza con Acamapichtli
pero no terminó con Moctezuma sino se prolongó con la conquista española y
todavía más allá en la historia, después de la guerra de Independencia. La base
social más general de esa tributación fueron los macehuales que como labradores
adquirieron distintos nombres y modalidades pero su característica básica era que
se trataba de campesinos de campesinos que hacían producir las tierras.
Acamapichtli inició un proceso de expansión militar, política, económica y social
que los llevó hasta el poblado de Tehuantepec, tejiendo una amplia y diversificada 600 Paleografía del Códice Mendocino, Colección Amatlacuilotl, Editor Vargas Rea, México, 1951
1105
red de alianzas en las cuales la fuente principal de aprovisionamiento era la
contribución en especie.
Se podían disminuir las cargas impositivas, después de una negociación
política y a discreción de los mexicas, pero nunca podían quedar exentos los pueblos
sometidos de esta obligación. De hacerlo, hubiera visto reducirse las disponibilidades
de alimentos y de materias primas lo que hubiera implicado una peligrosa
vulnerabilidad y un riesgo para el ejercicio de una política de fuerza a escala
regional. Siendo la principal potencia o mejor dicho, el señorío más poderoso,
necesitaba cantidades muy grandes de materias primas, por ejemplo, para armar y
equipar a su ejército. En este sentido, por ejemplo, se requerían volúmenes
importantes de prendas de algodón para fabricar vestidos de los guerreros y petos
para la guerra.
El tributo de todos los pueblos se dividía en tres partes: México, Texcoco y
Tlacopan. Se entregaban 400 mantas listadas, 1,600 enaguas, 1,200 fardos de
lienzos de algodón listado, 40,000 chiles y 20 esclavas, 400 enaguas y camisas de
mujer, 400 fajas, 400 bragas de lienzo de algodón, 100 cargas de algodón, 100
gallinas, 2O cajas de saltarina y 10 esclavos. Los pueblos de Texcoco daban 200
mantas con figuras de culebra, 200 lienzos de algodón, 400 cuerdas, 400 fajas con
franjas de color, 100 cargas de gallinas, 40 cargas de conejos y 10 esclavas,
Tlacopan proporcionaba 200 mantas de algodón, 200 enaguas y camisas de
algodón, 200 mantas de algodón, 200 fustanes listados, 100 pieles, 100 esteras
pintadas de rojo, 60 cargas de algodón, 60 gallinas, 20 cargas de saltarina, 20
1106
conejos y venados y 10 esclavos.601
Una de las unidades económicas más homogénea y compacta en el
sistema imperante era el de la región acolhua, que tenía su sede en Texcoco.
Dividido en tres regiones, estos subseñoríos podían aplicar gravámenes e
impuestos pero una parte de ellos se destinaba al funcionamiento de la
administración texcocana que estaba muy diversificada pues tenía un aparato de
justicia muy amplio y muchas escuelas. Había mucha mano de obra que estaba
ocupado en la construcción y el mantenimiento de obras hidráulicas y para ello se
necesitaba una gran disponibilidad de alimentos. Por las crónicas se puede
concluir que el aparato estatal era demasiado grande, sobre todo por la reforma que
impulsó Netzahualcóyotl, lo que requería de cantidades muy considerables de
materias primas y vestidos, entre otros. El sistema tributario era muy equilibrado
pues se incluían distintos tipos de alimentos, animales de caza, hasta mantas de
algodón de distinta naturaleza y valor y aparecieron los esclavos que eran
aquellas personas que no podían pagar los tributos y que eran apresados por los
calpixques y por sus aparatos de vigilancia y de seguridad.
Al describir y comentar la Matrícula de Tributos, Mohar Betancourt se refirió
sobre todo a los tributos de textiles, expresados en mantas blancas, lisas o de
colores y lo mismo podemos decir del Códice Mendocino en que la frecuencia del
pago de textiles "era de seis meses y se manifestaba en piezas de maxtlas
enaguas, huipiles y un año para las rodela, trojes o troxes de alimentos"602 La tabla
2, relativa a Peltacalco, consignó las aportaciones de mixtlatl, huípiles, enaguas,
601 Códice Chimalpopoca. Anales de Cuauhtillan o Leyenda de los Soles, Traducción directa del náhuatl por Primo Feliciano Velásquez, UNAM, México, 1975,162 p., p.71.602 Mohor Betancourt, Luz María. El Tributo Mexicano en el siglo XVI, p.193.
1107
mantas grandes. Los de Acolma pagaban cada año con tilma, cuajas, huípiles,
vestido de mujer y mantas; en el pueblo de Hoaxtepec, entregaban según la
Matricula 400 mantas de algodón, 400 maxtlatl; los pueblos de la región de
Quauhtílla entregaban mantillas blancas. El pueblo de Atotonilco aportaba mantas
cada 6 meses; el de Xilatepec daba 400 mantas con grecas y huípiles, 400
enaguas de diversas libras, 800 mantas labradas , 400 mantas teñidas, 400
mantas con esquina flechada, el de Quauhuacan, daba 800 mantas, 800 mantas de
henequén, pero también 1,200 tablones para cimientos; Xollicán aportaba 200
tilmas finas, 400 mantas delgadas de henequén, 400 mantas de palma; el pueblo de
Ocuilán entregaba 400 mantas, 400 atas ocuiltecas, 400 mantas de henequén, 2,000
Ollas de barro con sal; el pueblo de Malinalco, 2,400 mantas de pita, 400 medidas
de maíz; los pueblos de Cíhuatlán, 2,400 mantas de algodón y 100 tercios de
algodón.
Las distintas matriculas de tributos revelaron la preponderancia que tenían las
mantas, desde las lisas y cortas, hasta las ricamente labradas y anchas, existiendo
distintos tamaños y usos con lo que se cubrían las necesidades de muchos miles de
personas. Sahagún, describió que los mexicas se cubrían durante la noche con una
manta, para confirmar que su uso estaba muy extendido en todas las
poblaciones. Las mantas se tenían que entregar cada seis meses con lo que se
pretendía asegurar el abastecimiento de un mercado de usuarios muy grandes en el
que concurrían individuos de todos los estratos sociales. Seguramente que las
mantas labradas y coloreadas se quedaban en poder de los pillis y de otros
funcionarios estatales, de los guerreros y los sacerdotes; había prendas de
distintos tamaños y de diseños muy variados, desde los más simples hasta los
1108
más vistosos, utilizados el teñido. Para ello era frecuente el uso de distintos
colorantes naturales que se traían de la región de Cholula en donde había grana
cochinilla y sobre todo en la región mixteca. Se empleaban distintos materiales
siendo cada uno de ellos para un uso determinado, desde los usos industriales,
hasta los comerciales para guardar o conservar alimentos. En un principio
emplearon los materiales que surgían de las telas y de las guadañas, después las
fibras del agave y más tarde las del henequén, siendo estas para usos agrícolas y
comerciales.
En realidad, Betancourt destacó por su importancia económica y social los
tributos de artículos textiles y así aparecieron consignados en las diferentes
laminas de la Matriculas de Tributos, como un gran número de manta entregada.
Así apareció como la más tributado la manta blanca denominada quachtli, "que
apareció sin adorno y sin colorado por lo que suponemos que eran elaboradas por
algodón blanco; luego estaban las mantas nacazmingas, las cuales tienen un
diseño muy elaborado y un segundo tipo de manta tiene un diseño de diferentes
colores; después estaban los huípiles y las enaguas, las cuales eran tributadas por 13
provincias, y aparecieron unos blancos, lisos, sin diseño ni color y otros de distintos
colores"603
De la gran producción de mantas, destacamos las lisas o blancas, que en
su conjunto ocupaban el mayor volumen y que se entregaba así para que se
pudiera decorar o labrar posteriormente, en función de las necesidades de cada
uno de los usuarios en los talleres de textiles que había al respecto. En las
crónicas se habla del movimiento de grandes volúmenes de estas mantas que
603 Mohor Betancourt, Luz María. El Tributo Mexicano en el siglo XVI, p.374.
1109
tenían que ver con el pago de recompensas a pueblos, a principales de estos
pueblos quienes a su vez las distribuían entre sus vasallos. También se daban
regalos y desde luego se efectuaban muchas transacciones comerciales y lo
mismo sucedía con los huipiles y las enaguas lisas que podían ser coloreadas
según los gustos de cada pueblo.
Al examinar los tributos de la época de Moctezuma, Kobayachi destacó,
entre otros, el de la sal, que podía traer de la zona marítima del Golfo de México, la
cal, que se necesitaba para elaborar las tortillas, pero el "cacao, la miel y el pulque
eran permitido solo a determinados estratos sociales", pero sin duda destacaron los
distritos, 21 en total, que proporcionaban granos alimenticios para la población,
como maíz y fríjol y se trataba de pueblo que estaban ubicados en el Valle del
Altiplano y no se encuentran en los pueblos que estaban en las zonas cálidas, sobre
todo por existir grandes dificultades de transportación.
Sobre la población que había en la ciudad de México calculó unos 300 mil
habitantes, encontrándose en cada casa 4 personas, pero según cálculos hechos
en base a los tributos entregados serían 120 a 140 mil habitantes. "Consideramos
que los alimentos registrados en el Padrón de Tributos de Moctezuma eran
excedentes de los productos de las tierras de los pueblos sometidos a los
mexicas. Quizá estos hayan sido tierras llamadas calpullis", mientras que la
producción agrícola de la zona chinampera era marginal.604
Se han hecho algunos estudios del Códice Mendocino y de las
Relaciones de Tributos de Moctezuma en las cuales se informa que había una 604 Kobayachi, Monehiro. Estudio sobre el Sistema Tributario Mexica, Ciesas, México, 1993,171 p., p.56
1110
serie de productos que si bien eran escasos, eran no obstante, vitales para el
desarrollo de las comunidades, como fueron los casos de la sal, de la cal, que
tenían usos alimenticios y destinados a la construcción; la miel y el cacao y
desde luego el pulque que estaba muy extendido en la zona del altiplano que de
las pencas del maguey se extraía una fibra para hilar distintas prendas.
Mendizábal elaboró un estudio sobre la importancia económica y social
que tenían los depósitos de sal, las dificultades militares que ocasionaban a los
controles que ejercían sobre ellos los señoríos en que se encontraban esos
yacimientos. El cacao se empleaba para hacer el famoso chocolate que era una
bebida caliente a lo que solo tenían acceso un reducido grupo de la población.
La cal era básica para la construcción de templos o pirámides y edificaciones
pues muchas de sus paredes eran tratadas con este material antes de ser
pintadas.
En relación con el estudio que hizo Castillo Perrero, encontramos una relación
entre las láminas 26 y 27 del Códice Mendocino y la página 7 de la Matrícula y que se
refiere a las aportaciones de los pueblos de Huaxtepec, Cuautla, Ahuehuepan,
Ahuemecalco, Olintepec, Tepoztlán, Yautepec, Nepapalco, Totolapan, Tehuizco y
aportaba también esencialmente, producto textiles, con un ingrediente importante, 8
mil hojas de papel mate.605 Por otra parte, nuevos pueblos del hoy estado de
Hidalgo, como Atolmilco, Acaxochitla, Hueyapan, Tellantzino "pagaban cada 80 días"
mantas labradas y/o delgadas, pero también otorgaban fríjol, maíz, semillas de chía.
Otros pueblos como Tlachico, Tepetilla, Acoxouhtilla y Tezahuatlan en ellos se
605 1Tributo de Pueblos del Estado de Morelos, Matrícula de Tributo, p.50
1111
destacan las mantas grandes, es decir, aquellas que tenían hasta 20 metros.
Apareció una entrega anual en el pueblo de Xilotepec como una de las más
importantes.606 Cerca del actual Distrito Federal estaban los pueblos de Tecpan,
Ameyalco, Ocotepec, Coatepec, Tlallachica, Cuahuacán que tributaban cada 80 días
y lo hacían con mantas de diversos tipos, pero también con cargas de leña, vigas
grandes, tablones, morillos o polines de madera.607
Los pueblos más cercanos a la ciudad de Tenochtitlán realizaban otras
aportaciones, entre ellas, les pidían textiles, las llamadas mantas grandes, algunas
lisas y otras coloreadas, según las especificaciones de los calpixques ¿Cuántos
días se empleaban, cuantos individuos, hombres y mujeres, participaban en la
confección de este tipo de prendas? En la región de Morelos, además, sobresalía las
aportaciones de papel amate que servía para la redacción de códices y otros
documentos históricos y artísticos, así como otros productos de tierras calientes y
destacaban las aportaciones de madera en sus diferentes presentaciones, para la
construcción de casas y edificios de todo tipo.
El pueblo de Tlacotalpan tributaba a Moctezuma ropa de algodón, cacao,
papagayos, cueros de tigre y dientes de lagarto y estaban ubicados cerca del rio de
Alvarado que era muy caudaloso y tenía como principales mantenimientos los
frijoles, chile, melones, gallinas de tierra pero también fabricaban ollas y loza la
cuales vendían y los pueblos vecinos, así como pescados, machetes, cochinillas y
tijeras y pagaban como tributo a razón de un peso por cada indio casado y media
anega de maíz y lo solteros la mitad cada año. Cerca estaba la villa de Tuxtla en
donde Moctezuma había puesto a un calpixque como gobernador al que le 606 Tributos de pueblos de Hidalgo y Estado de México, Matrícula de Tributos, p.53.607 Tributo de Pueblos del Distrito Federal, Matrícula de Tributos, p.54.
1112
tributaban unas mantas, ropa blanca menuda. En Acatemac ,había una laguna muy
grande y había muchos árboles frutales y animales. Cotaxtla tenía como
producciones el maíz, frijol, paños, carne de venado, perrillos de tierra, sombreros,
gabanes y pagaban como tributo un peso y media anega de maíz cada casado y los
solteros la mitad.608
En la medida en que se alejaba de la zona del altiplano y se dejaba la
producción fundamental de cereales y alimentos y se adentraba a las tierras
calientes aparecieron en la relación de tributos ollas y lazos, frutas muy variadas,
pescados, colorantes y aparecieron mantas muy coloridas, pero sobre todo
objetos de oro y plata, piedras preciosas y la ropa era más variada y de mayor
calidad. En las distintas producciones, destacaba la actitud civilizatoria de los
grupos humanos como los mixtecas, así como los climas imperantes, los recursos
naturales disponibles. Había muchos ríos caudalosos, lo que permitía la obtención
de grandes volúmenes de pescado del cual se enviaban grandes cantidades a
Tenochtitlán, conchas y otros objetos marítimos pero además las tumbas y llenar los
entierros de los principales.
El pueblo de Questlabaca daba entre otras cosas, 40 cargas de grana
cochinilla, 1000 mantas ricamente labradas, y lo mismo aportaba Tlaxiaco con jícara
de polvo de oro, 5 cargas de grana, gran cantidad de gallinas.
Tochitepeque daba rodelas de plumas, 2 sartas de cuentas verdes ricas, 200
cargas de cacao, 8 mil pellejos de pájaros azules, 400 pelotas de hule, 2,400
mantas ricas,609 y Soconusco y pueblos vecinos 40 pellejos de tigre grande, 40
608 1 Relación de Questlabaca, Información de 1554, p.99.609 Relación de Tochitepeque, Información de 1554, p.102.
1113
cargas de caco, 800 plumas amarillas.610
Una aportación fundamental que hicieron los pueblos de la región
mixteca oaxaqueña fue la grana cochinilla que se utilizaba en gran escala como
colorante vegetal para la decoración de aplomado de paredes y de pisos, para
el colorado de las mantas. La grana se convirtió en un producto de un alto valor,
requerido especialmente por los tlatoanis. Enseguida destacaron los collares, los
bezotes de oro, los objetos de pluma y como producto de alta estimación social
las pieles de jaguar, tigre y leopardo. Para transportar esos productos desde esa
lejana tierra se requerían muchas semanas y meses, lo que hace pensar que
había almacenes intermedios, en el camino a Tenochtitlán, en donde se
quedaban provisionalmente, estando a cargo de los calpixques regionales en
espera de que entraran en servicio los tatemes que las conducirían hasta su
destino final.
Toluca y sus 15 pueblos tributarios, según la Información de 1554,
proporcionaba 8,200 fanegas de frijoles, 2 mil mantas cada 80 días, mucha
cantidad de petates y gallinas, leña y ocote y servicio personal de mujeres y
hombres.611 Los pueblos de Ocuila daban 8,200 fanegas de maíz, 4,000 de frijoles,
600 mantas cada 80 días, pepitas y petates y desde luego, servicio personal de
hombres y mujeres. Al referirse a Ciguatlan se registraron las siguientes
aportaciones importantes, 800 piedras enconadas para hacer máscaras, 100
cargas de cacao, 4 mil mantas amarillas, petates y gallinas.612 54 Tlapa tributaba 10
pedazos de oro a manera de adobe, 20 jicaras de oro en polvo, 2 mil panes de
610 Relación de Soconusco, Información de 1554, p.103.611 Relación de los pueblos de Toluca, Información de612 1554, p.104. Relación de Ciguatlan, Información de
1114
hule. 613 55 Mientra que Cacaxtla entregaba 20 jicaras de oro en polvo y 400 mantas
cada 80 días.614 56
Los poblados de la región de Toluca y otras cercanas al Valle de México
aportaban sobre todo maíz, frijol, leña, gallinas, pero sobre todo servicios
personales que los indios tenían que prestar en la ciudad capital. Anualmente y
por periodos llegaban a la urbe grupos de indígenas de los pueblos comarcanos
con el objeto de trabajar en la construcción de canales y diques, abrían zanjas,
construían embarcaderos, limpiaban las acequias, cultivan las sementeras que
habían en su interior; edificios, templos, pirámides y "palacios", levantando muros y
pintándolos, como sucedió en las sucesivas etapas del Templo Mayor, la
construcción del acueducto de Chapultepec, el albarradón de Netzahualcóyotl que
pretendía separar las aguas del lago de Texcoco, de la del lago de México para
evitar inundaciones; otros laboraban tareas de mantenimiento, de las instalaciones
religiosas , procurando un abastecimiento seguro y continuo de madera y ocote,
así como las relativas a las escuelas y a las Casas Reales de Moctezuma en las
que se describe había un gran número de siervos a su servicio.
Sánchez coincidió con Barlow en el sentido de resaltar la importancia que
tenía el señorío de Tepeaca que era "una cabeza tributaria" pues controlaba 22
pueblos, según el Códice Mendocino. Otra "cabecera tributaria" fue la de
Coixtlahuaca, ubicada en el estado de Oaxaca que comprendía 10 pueblos e
incluso hizo una referencia a poblados que existen en la actualidad estableciendo
una relación como la siguiente: San Juan Bautista Coixtlahuaca, en la matrícula de
Tributos se denominaba Texopan, Tepeaca en la Matricula de Tributos se llamaba 613 1554, p.105. Relación de Tlapa, Información de614 1554, p.106. Relación de Cacatla, Información de 1554, p.106
1115
Tepeyac y en el Códice Mendocino, Tepeacac. El poblado de Quecholac se
llamaba en la Matrícula de Tributos con el nombre de Quechulac, mientras que en el
Códice Mendocino se denominaba Quechulac.615
Con el objeto de reconocer la importancia política, económica y social de
los señoríos, dado también su carácter estratégico, se constituyen "cabezas
tributarias" en donde residían calpixques y había almacenes en los cuales se
recaudaba el tributo de un conjunto de pueblos, lo que desde luego hacía más
expedita su transportación hacia la gran ciudad. Tepeaca fue, además, un gran
mercado regional y zonal pues en él se podían adquirir productos que venían de la
costa del Golfo de México, de la región mixteca oaxaqueña, de la zona de
Tehuantepec y desde luego de las ricas tierras poblano-tlaxcaltecas.
Era una población muy importante desde el punto de vista político pues
estaban ubicados en un territorio cuyo señorío era hostil a los mexicas, pero
también era muy importante para el eficaz cobro de tributos de muchos poblados
en donde había mucho resentimiento contra los aztecas y es una zona muy
desarrollada desde el punto de vista cultural. Había otros poblados en la zona
poblana de gran dinamismo económico como Quechulac. A pesar de las rivalidades
históricas, que eran de una antigua data, los mexicas practicaban el comercio con
señoríos que les eran adversos, que incluso se erigían como sus enemigos, a los
cuales se respetaba en términos generales.
Barlow describió los tributos que los pueblos del Valle pagaban a
Moctezuma, sobre todo, tributo de maíz, indicando, entre otros, que Tlalpan, 615 Sánchez, Estela. Las Provincias Tributarias del Imperio Mexica localizadas al sur de Puebla y norte de Oaxaca, en Revista Arqueológica, segunda época, enero-junio 2002, p.85.
1116
Cihuatlan, Malinalco, Xilotepec, Atotonilco, Axocopan, Huaxtepec, Quauhnahua,
entregaban una troje, en tanto que Chalco pagaba 6 trojes, Tepeaca 2 trojes.
Cada Troje contenía de 4 a 5 mil hanegas, lo que significaría que se pagarían
10,000 bushels y al parecer "el tributo se pagaba en maíz desgranado más bien
que de maíz de mazorca. Las trojes eran evidentemente grandes cajones de
madera elevados del suelo sobre rocas por medio de polines. Se pagaba una vez al
año. Esto era exigido a todas las provincias cercanas al Valle de México y con una
excepción, no eran traídos desde muy lejos. Se cultivaba en campos especiales,
se hacía una gran sementera y todo el pueblo junto la cultivaba".616 Desde el punto
de vista geográfico, por provincia, la de Patlacalcatl y la de Acolhuacán aportaba
una troje de maíz cada uno.
Ya hemos afirmado que en los sitios de residencia de los calpixques
mayores y de sus auxiliares en los pueblos subalternos había almacenes de
granos alimenticios y de otras materias primas en los cuales se guardaban
grandes cantidades, ya sea en forma permanente o transitoria, siguiendo las
indicaciones que al respecto les daban los mayordomos de la sociedad de
Tenochtitlán. Entre los almacenes encontramos las trojes en donde se guardaban
grandes cantidades de maíz y frijol, fundamentalmente y permanecía en esos
sitios en espera de ser trasportado hacia la capital. En virtud de que no había
animales de carga, se formaban largas caravanas de tamemes para efectuar esa
transportación.
Durante mucho tiempo se negoció si este tipo de tributos debía ser pagado 616 Barlow, Robert. Obras. Los Mexicanos y la Triple Alianza, Vol. 3, Editores Jesús Monjarás Ruiz y Elena Lima, INAH-UDLA. México, 1990, p.139.
1117
en el mismo lugar en que se producían, es decir, al pie de los poblados o si se
requería que a la manera de un servicio personal adicional se llevar hacia otros
poblados, hacia las "cabezas tributarias" lo que irritaba mucho a los nativos pues
esos viajes, además del gran esfuerzo físico que implicaba, les obligaba a
ausentarse del trabajo de sus sementeras. Las trojes eran de madera y además
permitían proteger estos alimentos de los posibles daños que les hicieran las plagas
y otros roedores, en espera de que fueran llevados a los almacenes de los
tlatoanis.
Al referirse a la situación anterior a la conquista y sobre todo basándose en la
versiones de lo "viejos", Domingo de la Anunciación señaló que "la gente común
tributa y hace sus casas (las de lo señores y principales) y sementeras y que tenían
cierta cantidad de vasallos que les tributaban y servían y lo mismo hacían a los
principales; todos entendían en el tributo así principales como macehuales, como
oficiales y mercaderes y que ninguno era excusado del dicho tributo; que la gente
común daba a lo señores y principales tributos por razón de la tierras que cada uno
poseía en manera que el que labraba mucha tierra ese tal daba mucho tributo y el
que labraba menos tierra, por consiguiente daba menos y al que no tenía tierras
como los mercaderes y otras personas, tributaban en aquello que trataban y
compraban y vendían; que las tierras que poseían eran del pueblo y del común y de
los barrios que tengan reportados y que algunos principales vendieran parte de dicha
tierra a personas particulares y que a esto que las compraran los dejaran a sus
descendientes, empero que el principio fuera tierra de los pueblos, que ellos llaman
Altepetlati o tierra de los barrios que ellos llamaban calputlatli otras tierras eran de los
señores y principales que los señores pasados les dieran y a los que llamaban
1118
Teutlalli y en esta tierra recogían los señores principales a los que se venían de otros
pueblos y provincias huyendo y según el tratamiento les hacían y holgaban o no
de servir y obedecen en lo que mandaba y que estos eran tributarios de los señores
principales".
Este era uno de los testimonios más importantes pues fue la base del texto
de Zorita y en él se reafirmaban dos modalidades del régimen tributario: cultivar las
sementeras de los señores y construir y mantener sus casas. En el primer caso, no
se trataba del trabajo propio de los calpullis, del cual ya hemos hablado en otra
parte, sino de la prestación de un servicio especial, lo que indica que los pillis
podían tener superficies de tierras cultivables en varias partes y no en una sola.
Esta dispersión de la propiedad se hizo más clara a raíz de la dotación de tierras
que hicieron varios tlatoanis, en regiones como Chalco, Tlatelolco, Azcapotzalco y
Xochimilco. Esas sementeras las trabajaban los macehuales y otros indios que no
tenían tierras disponibles para mantener a sus familias. Los pillis recibían los
productos de las tierras en función de las reglas relativas al pago de tributo y no a las
disposiciones referentes al funcionamiento de los calpullis.
La otra modalidad se refiere a la construcción de casas de los principales, al
levantamiento de muros, paredes, a la instalación de morillos y tablones y en
general a todo el proceso de edificación de una vivienda que por ser para un pilli era
de carácter excepcional en la calidad de los materiales empleados y en la
suntuosidad de sus acabados. Es decir, los tributarios hacían las veces de los
albañiles, pero además una vez concluida la construcción se debían encargar del
mantenimiento de las mismas, es decir, de proveer a sus moradores de comida,
1119
agua, leña, carbón y otros insumos.
El fraile Domingo de la Anunciación, que ofrecía sus servicios en
Chimalhuacán, dijo que en tiempos de Moctezuma había sido conquistado por
Chalco quien le había impuesto tributo "pero que lo consideró más que como
vasallos, como amigos", que en tiempos de Axayacatl continuaron los mismos
tributos y que aquel enviaba un mayordomo para que los cobrara. "Antes de estos
señores daban a los de Chalco joyas de oro y mantas ricas y collares y armas muy
lucidas y apreciadas" pero que en los tiempos de Moctezuma se les habían
aumentado los tributos y se les obligaba a que se sumaran al ejército de aquel para ir
a conquistar otras provincias y que llevaban dos o tres veces al año piedras y
arena para los edificios que había en México". Al llegar el Marqués del Valle,
dijo, que los de Chalco los habían recibido en son de paz y mandó que le diesen y
tributasen 400 cargas de maíz y que le ayudaran en la conquista y que llevaran
gente para edificar las obras públicas. Que este trabajo que hacían no les era
pagado.617
Los testimonios de Fray Domingo de la Anunciación son de los más claros y
precisos que existen y parten de la consideración general que el monto de los
tributos que se imponían estaba en concordancia con el volumen de tierras que
cultivaban los macehuales, es decir, había una cierta proporcionalidad entre loque
tributaban, lo que trataban, compraban y vendían. Para poder establecer esta
correspondencia y evitar las discordancias y las irracionalidades, los calpixques
debían tener un conocimiento muy detallado de las características geográficas,
económicas y sociales de los poblados que estaban bajo su jurisdicción, a efecto de 617 Opinión de Fray Domingo de la Anunciación, de Chimalhuacán, sobre la forma de Tributo de los Indios, antes y después de la Conquista, Caja 5, Leg. 5 AFPT
1120
evitar la imposición arbitraria de tributo que finalmente no podía ser cobrado.
Uno de los datos sociológicos más importante era, por ejemplo, el número
de macehuales que habitaban en las parcialidades, así como el número de los
artesanos y sus producciones específicas, así como la existencia de ríos, lagunas,
selvas, montañas, los yacimientos minerales existentes, los animales de caza
mayor o menor. Sin embargo, la tasación finamente era una decisión de carácter
político pues los tlatoanis tomaban en cuenta si los principales de esos pueblos
eran aliados o enemigos y si eran aliados, qué grado de lealtad o cercanía tenían y
qué grado de resistencia habían opuesto a la hora de ser sometidos. Tal es el
ejemplo de Chalco, con cuyo señorío se procuró tener las mejores relaciones
posibles, dada su vecindad geográfica, pero se les elevaron los tributos varias
veces en correspondencia con los recursos naturales de esa tierra.
En la Información de 1554 se dijo que Moctezuma realizaba cinco fiestas
cada año y le hacían entrega de ricos presentes, entre ellos, los siguientes: 100
mantas ricamente bordadas, 100 manteles ricos, 20 camisas ricas, 20 naguas
ricas, tres indios esclavos para sacrificar, dos brazaletes de oro, 2 manojos de
plumas verdes, 6 brazaletes de oro, sayales, rodelas y piedras de mucho valor.
"Que daban tributo también a los indios principales y sus caciques con que se
sustentaban y eran ropa, mantas, cacao, oro, gallinas, bastimentos, piedras y
joyas como le daban al dicho Moctezuma. Que todos tributaban excepto las
personas caciques y gobernadores a quienes daban los dichos tributos. Que
pagaban cada año o cada 80 días y estos tributos los cobraban los dichos,
Moctezuma y caciques, tenían puesto para la dicha cobranza los cuales en su
1121
lengua se llaman tequitlatos, y estos acudían con los dichos tributos ante los
dichos señores y le daban cuenta de ellos. Les preguntaron si dichos indios
pagaban y tributaban por razón de las tierras que tenían y que labraban o por
razón de la hacienda que poseían y por respeto a la persona dijo que eran por
razón de las tierras que cada uno poseía y labraba y en otras personas por
vecindad. Que los indios pagaban los dichos tributos por razón de las tierras que
cada uno tenía y que otros macehuales pagaban por vía de renta porque tenían
arrendadas las tierras que labraban los tales caciques. Que el señorío lo tiene por
sucesión de sangre y cuales por elección de indios súbditos y que es la
jurisdicción que los caciques ejercitaban en los súbditos en tiempo de la infidelidad y
pues en lo que ejercita ahora...".618
El testimonio de Huecamecatl confirma el expuesto por Domingo de la
Anunciación en el sentido de que se tributaba según las tierras que cada
macehual poseía por lo que era necesario formular padrones a cerca de la
tenencia de la tierra en cada uno de los poblados. Al terminar la fase de conquista
militar, los calpixques o tequitlatos hacían "un estudio" del pueblo sojuzgado en
torno al cual se tomaban las decisiones de carácter económico que procediera,
pero además de los pagos correspondientes los macehuales que no tenían tierras y
que los pillis se les daba para trabajarlas tenían que pagar una renta. De modo que
los macehuales pagaban tributos por una vía y por otra, según fuera la naturaleza
de su trabajo, mientras los pillis quedaban exentos de dichos pagos.
Ante la decisión de Moctezuma de construir una "suntuosa casa", a
Huixilopochtli, le requirieron al rey de Chalco que les ayudara con el envío de
618 Declaraciones de Miguel Huecamecatl, Información de 1554, p.113.
1122
varias piedras grandes "las cuales tenían en forma sobrada en los cerros". Pero no
estuvieron dispuestos a cooperar lo que suscitó se declarara una nueva guerra
contra ellos. Al ser derrotados los chalcas en Amecameca dijeron que: "ya
estamos en vuestro poder (el de los mexicas) lo que tenemos para servir es
madera para vuestro edificio, con piedras, con tierra, con canoas labradas, con
terrazgueros y peones para vuestras obras, con gente valerosa y esforzada para
vuestras guerras, con bastimento para ello y no con otra cosa".619 Acto seguido se
hizo el reparto de Chalco entregándole una parte importante a la Real Corona, otra
parte a Tlacaellel y luego a cada uno de los principales.
En la construcción de los templos y las pirámides, como la del Templo
Mayor, en la casa de Huixilopochtli, todos los pueblos comarcanos enviaron
grandes contingentes de labradores de piedra, que era el principal oficio que se
utilizaba para este efecto, así como otros especialistas, pero también grandes
cantidades de alimentos. Estas construcciones se hicieron por etapas, en función
de celebrar hazañas guerreras de los tlatoanis, pero la magnitud de las obras
requerían la participación, además, de muchos tamemes o cargadores. Dada la
magnitud de los esfuerzos se utiliza también mano de obra esclava y otros cientos de
trabajadores que lo hacían impelidos por medio de la fuerza.
Se requierían grandes cantidades de maderas, piedras, cal, los cuales se
trasladaron de los poblados cercanos a Chalco y Xochimilco, por ejemplo en lo
que de alguna manera condicionó su desarrollo económico pues en ellas surgieron
muchos especialistas en piedras labradas y otras tareas afines. Se requerían
619 Duran, Diego. Historia de los Indios de Nueva España e Islas de la Tierra Firme, p. 203
1123
grandes cantidades de polines, morillos y tablones los cuales se fabricaban en los
bosques comarcanos, en forma señalada aquellos ubicados en la región de Chalco.
En la distribución del nuevo poder que hicieron Nezahualcoyotl se crearon 8
provincias colocando en cada una de ellas un recaudador de tributos e "hizo carga a
cada uno de ellos de administrar su producto que pagaban en comestibles para el
abasto de las casa imperial por cierto número de días que regula a proporción de lo
que cada uno recolectaba de esta manera", encargando a los de Texcoco
mantenerlo durante 60 días de maíz y tamales. Era el tlacompixtli una de las
medidas que usaban: cada uno tenía una fanega -tres almonedas de las
nuestras- y así los 21 tlacompixtlis componían 21 fanegas y 2 almonedas.
Asimismo debían dar diariamente al colector o mayordomo para la casa, tres
tlacompixtlis de fríjoles que en España llaman judías o habichuelas, 400 mil
tortillas, "que eran el pan de la india"; cuatro tlaquimil de granos o almendras; 100
pavos o guajolotes, 20 panes de sal, 10 cestas de tomates, 10 canastas de pepita de
calabaza, 20 jarros de miel de maguey".620 Pero también estaban incluidos
venados, liebres, codornices, conejos, pescados, ranas y almejas que no tenían
una asignación fija o tenían la "corte" de Nezahualcoyotl muchas personas a las que
daban de comer, o solo a los principales sino también a los pobres "que en número
crecidísimo se juntaban frente a las puertas del palacio a donde salía
personalmente antes de sentarse a la mes y hacía que en su presencia les diesen
alimentos".
Zorita, al referirse a lo teocallis que había en la ciudad de México y en la de
Texcoco, dijo que "había siempre lumbre de día y de noche e indios disputando
620 Bustamante, Carlos María, Tezcuco en los últimos tiempos de sus antiguos reyes., p.180
1124
para traer leña y otros que velaban poniendo siempre lumbre y poco meno hacían
en las casas de los señores. Los habitantes de estos pueblos no tenían más
tributo que reparar las casas del señor de Texcoco y los templos y para ello traían la
cal, la piedra y madera y todos los materiales y servía traer leña medio año a la casa
del señor. Y que entre noche y día se gastaba una hacina de un estado de alto y
de 10 brazos de largo que tenían más de 400 cargas de indios otro 10 pueblo
dice que servían. Otro medio año para traer leña para la casa del señor y que en lo
templo se gastaba mucho más y casi toda era leña de encino de roble".621
En el marco de la racionalidad en la prestación de servicios personales, la
ciudad de Tenochtitlán fue la principal beneficiaria no solo porque en ella residían
los tlatoanis y los altos dirigentes políticos sino porque también ahí funcionaban
las instituciones educativas, la dirección de los ejércitos, sino porque se habían
edificado muchas construcciones urbanas en medio de los lagos y las lagunas las
cuales requerían de grandes volúmenes de materias primas para su
funcionamiento. Esta situación estuvo presente muchos años después, al
producirse la conquista y la colonización, pues la urbe no podía abastecerse de
alimentos, ni de mano de obra sino requería la presencia de grandes volúmenes de
piedras, cal, madera, agua, maíz, fríjol.
A ello debemos agregar la existencia de los barrios y las parcialidades en
donde habitaban sobre todo macehuales y artesanos, que también requerían
grandes volúmenes de alimentos. Se prefirió entonces el procedimiento de la
rotación, que después se perfeccionó en el periodo colonial, que consistía en 621 Zorita, Alonso. Relación de la Nueva España, Edición y Selección de José Mariana Leyva y Ethelia Ruiz Medrano, Planeta-Joaquin Mortiz, México, 2002,1 p., p.13
1125
programar, en distintas periodos durante el año, la contribución de los grupos
comarcanos a la operación de la gran urbe para mantener estable los suministros.
Todo ello utilizando los métodos coercitivos, sobre todo durante la primera etapa.
Bibliografía
Tributos
1. Mohar Betancourt, Luz, María, El Tributo Mexicano en el Siglo XVI, p.17.
2. Códice Ramírez, Manuscrito del Siglo XVI, p.24.
3. Carrasco, Pedro. La Casa y la Hacienda de un señor Tlathuica, p.243.
4-López Austin, Alfredo. La Educación de los Antiguos Nahuas, p.25
5. Códice Otlazpan, 1549, p.45
6. De Rojas, José Luis. La Sociedad Indígena Novohispana en el Siglo XVI a
1126
través del Tributo, Revista España de Antropología Americana, 23, 1993,
Madrid, 12 p.
7 Carrasco, Pedro. Cultura Y Sociedad en el México Antiguo. Historia General
de México, versión 2000, El Colegio de México, México, 2000, 1977, p.179.
8. Mohar Betancourt, Luz, María. La Organización Tributaria, en Temas
Mesoamericanos, p. 220.
9. Mohar Betancourt, Luz, María, El Tributo Mexicano en el Siglo XVI, p.71
10. Bustamante, Carlos María, Tezcuco en los últimos años de sus Antiguos
Reyes, p.230
11. Corona Sánchez, Eduardo. Sobre el Desarrollo de las Fuerzas
Productivas para la Caracterización del Estado en Mesoamérica, en Revista
Española de Antropología Americana, 16,1986, 8 p., p.7.
12. León Portilla, Miguel. Huehuetlahtolli. Testimonio de la Antigua Palabra, SEP-
FCE, México, 1991, p.71.
13. Duran, Diego. Historia de las Indias de la Nueva España e Islas de Tierra Firme,
p.263
14. Bueno Bravo, María Isabel. El Sistema de Control en el Imperio Azteca, p.25.
15.Franco Guzmán, Ricardo. El Derecho Tributario Azteca, 13 p., p.12.
16.Franco Guzmán, Ricardo. El Derecho Tributario Azteca, 13 p., p.8
1127
17.Franco Guzmán, Ricardo. El Derecho Tributario Azteca, 13 p., p.7
18. Carbajal Espinosa, Francisco. Historia de México desde los primeros
tiempos de que hay noticia hasta mediados del siglo XIX, p.593
19. Códice Azcatitlan, Introducción de Michel Graulich, comentarios de
Robert Barlow, Traducción al español de Leonardo López Lujan, Bibliothéque
Nationale Francia, 1995,143 p., p.137
20. Interrogatorio del Indio Principal Pedro Teapanecatl, en Información de 1554,
p.132.
21. De Rojas José Luis. El Xoconochco: ¿Una provincia aislada del Imperio?,
Revista Española de Antropología Americana, XIX, 1989, p.23.
22. Relaciones de los Pueblos de Teleolapan y Tulultepeque, 1586, en
Papeles de la Nueva España, T. VI, p.237.
23. Mendizábal, Othón. Obras Completas, T. III, p. 38
24.Duran, Diego. Historia de las Indias de la Nueva España e Islas de Tierra
Firme, p.186
25. Saloma Gutiérrez Ana María. Señorío y cacicazgo en Xochimilco 1520-1650,
p.34.
26. Códice Duran. P.47.
27. Duran, Diego. Historia de las Indias de la Nueva España e Islas de Tierra
Firme, p.255
28. Códice Florentino, T. I, p.207.
29. Duran, Diego. Historia de las Indias de la Nueva España e Islas de Tierra
Firme, p. 153
30. Códice Ramírez, Manuscrito del siglo XVI, Relación del Origen de los Indios
1128
que habitan esta Nueva España, según sus historias. Anexo de las obras y
estudios de Manuel Orozco y Berra, Editorial Innovación, México, 1973, 243 p.,
p.64
31. Loera, Carmen. Don Antonio de Mendoza, primer virrey de México, 127 p.
32. Molins Fábregas, Manuel. El Códice Mendocino y la Economía de
Tenochtitlán, Vol. 30, p.78.
33. Paleografía del Códice Mendocino. P.49.
1129
48. Cortés, Hernán. Segunda Carta de Relación, 30 de octubre de 1520, p.27.
49. Paleografía del Códice Mendocino, Colección de Amatlacuilotl, Editor Vargas
Rea, México, 1951, 71 p., p.40.
50. Códice Chimalpopoca, anales de Cuauhtitlan, Leyenda de los Soles,
Traducción directa del náhuatl por Primo Feliciano Velázquez, UNAM, México,
1975,162 p.,p.71.
51. Mohar Betancourt, Luz, María, El Tributo Mexicano en el Siglo XVI, p.193 ( 52.
Mohar Betancourt, Luz, María, El Tributo Mexicano en el Siglo XVI, p.344
53. Kobayashi, Munehiro. Tres Estudios sobre el Sistema Tributario de los
mexicas, CIESA, México, 1993, 471 p., p.56.
54. Tributo de los Pueblos del Estado de Morelos, Matrícula de Tributos, p.50.
55. Tributos del Pueblo de Hidalgo y Estado de México, Matrícula de Tributos, p.53.
56. Tributos del pueblo del Distrito Federal, Matrícula de Tributos, p.54.
57. Relación de los Pueblos de Tlacotalpa, Tuxtla, construcción Cotaxtla, 1580,
en Papeles de la Nueva España, T. V., p.10.
58. Relación de Quetlathaco, Información de 1554, p.99.
59. Relación de Tlaxiaco, Información de 1554, p.100
60. Relación de Tochtepeque, Información de 1554, p.102
61. Relación de Xoconusco, Información de 1554, p.103
62. Relación de los pueblos de Toluca, Información de 1554, p.104.
63. Relación de Ciguatlán, Información de 1554, p.105.
64. Relación de Tlapa, Información de 1554, p.106
65. Relación de Cacaxtla, Información de 1554, p.106
66. Sánchez, Estela. Las Provincias Tributarias del Imperio Mexica,
1130
localizadas al sur de Puebla y norte de Oaxaca, Revista Arqueología,
segunda época, enero-jumo,2002, p.81.
67. Barlow, Robert, Obras. T. III,
Opinión de Fray Domingo de la Anunciación sobre la tenencia de la Tierra
antes de la Conquista, 1554, Caja, 5, Leg.5. AFTP.
34. Opinión de Fray Domingo de la anunciación sobre la tenencia de la Tierra antes
de la Conquista, 1554, Caja, 5, Leg.5. AFTP. P.7
35. Declaraciones de Miguel Huecamecatl, Información de 1554, p.113.
36. Duran, Diego. Historia de las Indias de la Nueva España e Islas de Tierra Firme,
p.203.
37. Bustamante, Carlos María, Tezcuco en los últimos años de sus Antiguos
Reyes, p.180
38. Zorita, Alonso. Relación de la Nueva España, p.13.
39. Dycherhoff, Úrsula. Grupos Étnicos y Estratificación Socio-política, Tentativa
de Interpretación Histórica, Indiana, 19, 2003, p.39.
40. Dycherhoff, Úrsula. Grupos Étnicos y Estratificación Socio-política,
Tentativa de Interpretación Histórica, Indiana, 19, 2003, p.27.
41.Iglesias, Miriam. Tierras y Estratificación social Indígena en
Cuauhtinchan, Siglo XVI, en Cuadernos de la Facultad de Humanidades y
Ciencias Sociales, Universidad de Jagüey, Argentina, 2000, 31 p., p.17.
42. Cosentino, Delia. Genealogías Pictóricas en Tlaxcala Colonial: Nobles
Afirmaciones del Orden Social, Relaciones 105, invierno 2006, Vol. XXVII34
p.,p.21.
43. Relación entre los principales y macehuales en Tepeaca, 1569, en
1131
Coelcción de documentos Coloniales de Tepeaca, p.420.
44. Prem, Hans. Milpa y Hacienda. Tenencia de la Tierra Indígena y Española en la
Cuenca del Río de Atoyac, Puebla, México, 1520-1630, Ediciones del Gobierno del
estado de Puebla, 1988, 305 p., p.51.
45. McCutchen McBride. Dos Interpretaciones del Campo Mexicano, p.67.
46. Memoria de los linderos de San Agustín Alpayecatzingo, Boletín del AGA,
Número 8, 1999, .17.
47. Posesión de un cacique de Amecameca, 1605, en Boletín del Archivo
General Agrario, número
1132
Capitulo VI
Consideraciones Generales
El esbozo que ha hecho Morgan estaba basado en la investigación que hiciera
sobre los pueblos aborígenes de Norteamérica, a los cuales conoció como pocos,
efectuando incluso estudios antropológicos y etnológicos, pero no así con los
pueblos del centro de América y de Sudamérica, los cuales estudió solo por textos
de carácter histórico, como los de Clavijero, Torquemada y García Icazbalceta. La
dificultad se presentó cuando Morgan hizo extensivas sus conclusiones, derivadas
de sus observaciones de los pueblos indios, a los mesoamericanos e incaicos. Por
el grado de desarrollo que tenía el conocimiento antropológico hasta ese
momento, el gran Morgan no advirtió que habiendo en la sociedad humana una
serie de rasgos generales, que lo mismo los vemos en Mesopotamia, que en
Egipto o en el Valle de México, no todos tuvieron el mismo nivel o grado de
desarrollo sino que este fue cambiante, sujeto a una serie de circunstancias
históricas y de requisitos materiales.
En el pensamiento del siglo XIX era frecuente someter al estudio de las ciencias
en general y en lo particular a una sesión de clasificaciones que pronto mostraron
una gran rigidez porque todos los elementos del conocimiento humano se
sometieron a ella, aunque no necesariamente quedan comprendidos. En términos
generales, la sociedad mexica revolucionó de los calpullis o de la gens, hasta la
formación de una confederación que fue la alianza establecida entre México,
1133
Texcoco y Tlacopan.
1134
Lo que debemos hacer es tratar de explicarnos las variaciones que tuvo el
grupo mexica a través de los tiempos, desde que salieron de Aztlán hasta que
llegaron al Valle de México, para verificar si los rasgos encontrados por Morgan,
se presentan también en ese grupo humano o si de plano no se presentan. Si no
se presentan tomando como experiencias validas, las aportaciones que hacen la
antropología y la etnología, entonces esto indica, que el grupo mexica tuvo un
desarrollo diferente el de los pueblos norteamericanos y por lo tanto habría que
elaborar otra teoría evolutiva. Desde luego que no se trata de constatar la
existencia exacta de esos rasgos, a la manera de la repetición de una película, de
una simple copia, sino de encontrar los rasgos más generales. Estos son los
aspectos relativos a las líneas de parentesco o de linaje para organizar la sucesión
de los dirigentes y a la existencia de jefes religiosos y guerreros, encontrando una
gran similitud con los pueblos de Mesoamérica que en una primera etapa fueron
dirigidos y se organizaron en torno a jefes o dignatarios, primero religiosos y
después militar y político. Tal fue el caso de Tenoch, quien dirigió al grupo en la
primera etapa de subida, que el caso mexicano estaba encabezado por jefes de
los calpullis que los integraba; también en el caso mexica el carácter hereditario de
esos jefes se fue debilitando al aparecer como ingrediente principal en la elección
de los tlatoanis los meritos y las capacidades.
Precisamente, el itinerario del grupo mexica, prácticamente desde que salió de
Aztlán en la búsqueda de un territorio que tuviera todas las condiciones materiales
y naturales para poder asentarse en él y desarrollar su cultura y su vida en
general. Este imperativo real, objetivo, que nublado con la idea mítica de que un
1135
dios les impelía a seguir adelante, buscando otras zonas. El grupo permanecía en
cada sitio un periodo determinado, de 3 a 30 años y después se cambiaba a otro
sin dejar construido ningún edificio perdurable por su calidad o dimensiones. Su
dios les “había dicho” que se asentaran en forma definitiva en un sitio en donde
encontraran a una águila devorando una serpiente, parada sobre un tunal. Esta es
la explicación, digamos, religiosa o literaria, como sucedió con otras culturas en
que un dios igualmente los inspiraba a la codicia, como si fuera un pueblo
“especial” elegido por un ser sobrenatural, porque tenía una serie de cualidades y
debía desempeñar una misión. Por los estudios realizados en torno a la Tira de la
Peregrinación se puede concluir que el Altiplano ya se encontraba muy poblado y
que la llegada de un nuevo grupo humano, que venía del norte, producía una serie
de fricciones o desequilibrios y por lo tanto había muchas fracciones armadas. El
arribo de un nuevo grupo a tierras que ya estaban habitadas reducía las
posibilidades de pesca y caza, de recolección de materiales, en fin, disminuía las
posibilidades de subsistencia, por la que los mexicas fueron vistos con recelo y
animadversión.
La idea de Morgan de que el Valle de México ya estaba poblado por otros grupos
humanos, que incluso hablaban una lengua diferente a la náhuatl, y que eran,
independientes entre si, es correcta. En efecto, había grupos descendientes de los
toltecas, chichimecas, otomíes por lo que no se puede hablar de la existencia de
una unidad homogénea. Había, además, lenguas diferentes, pero debemos
también advertir que había una serie de características básicas, como los tipos de
agricultura existentes, las formas de tenencia de la tierra, la existencia de jefes.
1136
Las mayores diferencias se dieron no en el aspecto material, cultural o religiosos
sino en la forma de organización política pues cada señorío era autónomo. Había
una gran dispersión política y social porque además de las poblaciones grandes,
había asentamientos humanos muy pequeños. En la medida en que avanzó el
desarrollo de las fuerzas productivas se fueron definiendo las regiones y con ello
los señoríos, encontrando lo siguiente: el acolhua que tenía por cabecera
Texcoco, el poblano-tlaxcalteca, que tenía Cholula, las zonas otomíes a Toluca, la
zona zapoteca, a Montealbán. La creación de la Triple Alianza se hizo mediante
un principio federativo pues cada reino o señorío solo cedía una parte de su
“soberanía” a una instancia superior, al Consejo de Jefes, pero seguía
manteniendo su independencia en otros asuntos exteriores y su autonomía para
elegir a los jefes, de conformidad con normas propias. Por ejemplo, cuando en
México ya se había abandonado el tipo de liderazgo por la vía hereditaria
patrilineal, en Texcoco, los descendientes de Netzahualcóyotl siguieron siendo
nombrados por la misma vía.
El concepto de “consejo de jefes”, así como el “consejo” como institución
esta presente en la evolución del grupo mexica desde expresiones muy sencillas y
espontáneas, hasta las formas más sofisticadas, como algunos de los descritos
por Acosta, Torquemada y Clavijero que por su minuciosidad, nos hace pensar en
el funcionamiento de las cortes europeas. Lo que sucede es que, los cronistas, al
estar formando en esa tradición cultural occidental, se auxiliaron de esas
categorías para describir la elección de un tlatoani que en realidad debía haber
sido más apegada a las explicaciones que hace Tezozomoc y Chimalpain.
1137
Independientemente de cual de las dos versiones se ajustaba más a la verdad
histórica y a la realidad política, lo cierto es que en todos los procesos de toma de
decisiones trascendentales se realizaban un “consejos de jefes” que analizaba los
problemas sometidos a su consideración y que tomaba una determinación al
respecto. Ejemplo: al cambiarse de un territorio al otro, al declarar la guerra a otros
grupos, se requería la participación y la anuencia de los jefes (de los calpullis)
para tomar medidas, o acuerdos que afectaban o involucraban a todo el grupo. La
creación y existencia de “consejos de jefes” se hizo más estable y permanente, al
grado que algunos cronistas españoles creen haber visto un “Senado romano”,
como si fuera una “monarquía constitucionalista”, pero en realidad de lo que se
trataba era de un mecanismo de participación de los jefes con diferentes grados y
modalidades.
1138
La obra de Mejía Fernández constituyó uno de los esfuerzos más serios de
contrastar las observaciones de Morgan a la realidad histórica y social mexica y
uno de sus meritos consiste en haber resaltado la vigencia de sus principios
teóricos explicativos, pero como es natural en la medida en que ha avanzado la
investigación antropológica y etnológica, observaciones que fueron o eran validas
en la década de los treintas, pueden no serlo ahora, por lo menos no solo de un
modo completo. El funcionamiento de las instituciones políticas estaba sujeto a
variaciones, desde la instauración de los jefes guerreros y militares, con Tenoch a
la cabeza, hasta la elección de Moctezuma. En realidad se trata de una mezcla de
aspectos políticos, en el cual el factor hereditario, es decir, la pertenencia o
descendencia de un linaje, era muy importante y fundamental, pero muchas veces
no fue el factor decisivo. La convocatoria, así la realización de asambleas de
diferentes tipos, ya fueron de carácter informativo, como resolutivo, están
presentes en la historia del grupo; la existencia del Cihuacoátl, que le hacía
contrapeso al poder del tlatoani y que era un factor de equilibrio que impedía una
excesiva concentración del poder.
Se puede hablar de tribus en la etapa nómada pues se indica la existencia de
pequeños grupos de personas dirigidas por un jefe religioso o militar cuya
conducción se basaba a la vez, en el prestigio y en la autoridad que daba la
fortaleza y la capacidad de mando. Incluso cuando se pasó al periodo sedentario,
al aparecer y desarrollarse villas, aldeas y centros urbanos, el empleo de este
termino, dicho así en forma singular, se dificultaba al hablar de “grandes ciudades”
1139
como Teotihuacán, Cholula, Montealbán en donde ya residen miles de individuos y
se da una importante diferenciación social. En estos casos, es factible afirmar que
los pobladores de esos centros urbanos descendían de una serie de antepasados
comunes, en estos casos de toltecas o chichimecas y que todavía los unían en
identificaba una serie de rasgos que compartían entre sí.
Si se parte de la noción de estado concebido en su aspecto más simple, es decir,
la materialización de un poder coactivo que se impone sobre unos hombres por
otros hombres, si es posible hablar de estado, pero sería un enfoque demasiado
simplificado: no todo poder coactivo, de sujeción de unos individuos por otros, sin
más elementos que estos, indican la existencia de un poder estatal el cual supone
la existencia de profundas diferencias económicas y materiales entre los hombres
y de una organización jurídica compleja.
Los estudios de Mendizábal, Lombardo, Enríquez, son similares en su contenido
esencial al observar que no existía la propiedad privada de los instrumentos de
producción, en la realidad, ni en la formulación ideológica, lo que plantea una
diferencia de calidad con otros grupos humanos, como los anteriores a los
romanos. En efecto, al leer las crónicas, no encontramos elementos como lo
“tuyo” o lo “mío” sino en toda caso se hacía alusión frecuente a las propiedades o
tierras de los pueblos y de los grupos humanos, sobre todo cuando se refería al
surgimiento de un conflicto armado por la posesión de unas tierras.
1140