ficcionario

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Jacques Lacan, cuando decía que la verdad sólo puede ser dicha a medias, pues entre lo que se dice y la verdad siempre hay un agujero que es –ese sí– verdadero. “Sincero” no es quien dice la verdad sobre algo o sobre sí mismo sino quien dice lo que verdaderamente piensa. el “sincero” se adjudica una superioridad moral frente a ese otro que no está dispuesto a aceptar “la verdad”. La incomprensión de la que acusan al Otro les sirve como pasaporte. 3 tipos de verdad. Agrgar Diremos entonces que la sinceridad no es encomiable pese a lo que digan Confucio, Kant y todos los moralistas. Es más bien sospechosa, cuando no simplemente nefasta. ¿Haríamos la apología de su contrario, el vicio de la mentira? ¿O le contrapondríamos una virtud clásica: la prudencia? La verdad no está en lo que uno piensa sino en la correcta evaluación de lo que el otro puede tolerar de lo que uno mismo cree saber. La generosidad de la intención es la más socorrida de las excusas. ¿No habrá llegado acaso el momento de invertir la escalera, de serruchar sus peldaños y de empezar a desconfiar de los buenos designios hasta el punto de tomarlos como circunstancia agravante? No es válido juzgar al acto a partir de la intención. Más vale comenzar por la consecuencia y remontarse desde ella hasta la voluntad. Quien habla sinceramente lo hace desde la conciencia e ignora que ella es una mentirosa profesional, la peor de todas, porque no pretende mentir al otro sino que se miente a ella misma. No somos los dueños de nuestra intención sino que las intenciones que tenemos, las mejores, están por lo general, si no siempre,

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Ficcionario

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Jacques Lacan, cuandodeca que la verdad slo puede ser dicha a medias, pues entrelo que se dice y la verdad siempre hay un agujero quees ese s verdadero.

Sincero no es quien dice la verdad sobre algo o sobre smismo sino quien dice lo que verdaderamente piensa. el sincerose adjudica una superioridad moral frente a ese otroque no est dispuesto a aceptar la verdad. La incomprensin de la que acusan al Otro lessirve como pasaporte.3 tipos de verdad. AgrgarDiremos entonces que la sinceridadno es encomiable pese a lo que digan Confucio, Kant y todoslos moralistas. Es ms bien sospechosa, cuando nosimplemente nefasta. Haramos la apologa de su contrario,el vicio de la mentira? O le contrapondramos una virtudclsica: la prudencia?La verdad no est en lo que uno piensa sino en la correctaevaluacin de lo que el otro puede tolerar de lo queuno mismo cree saber.La generosidad de la intencin es lams socorrida de las excusas. No habr llegado acaso elmomento de invertir la escalera, de serruchar sus peldaosy de empezar a desconfiar de los buenos designios hasta elpunto de tomarlos como circunstancia agravante?No es vlido juzgar al acto a partir de la intencin. Msvale comenzar por la consecuencia y remontarse desde ellahasta la voluntad.Quien hablasinceramente lo hace desde la conciencia e ignora queella es una mentirosa profesional, la peor de todas, porqueno pretende mentir al otro sino que se miente a ella misma.No somos losdueos de nuestra intencin sino que las intenciones quetenemos, las mejores, estn por lo general, si no siempre,atravesadas por la intencin de signo contrario. Es tantocomo decir que lo bueno y lo malo de las intenciones seanulan recprocamente...El egosmo en la generosidad, la vanidad enla modestia, la mentira en la sinceridad. Y tambin cosasorprendente la sinceridad y la verdad en la mentira.La nica sinceridad defendible esesa a la que pocos se arriesgan, la ms desgarradora, quees la sinceridad para con uno mismo.Esa sinceridad que lleva a que nospreguntemos: Y para qu quiero decirle a otro lo quecreo que es su verdad, si eso es precisamente lo que l oella no quieren ni pueden aceptar?El mentiroso supone que logra y mantiene unacierta superioridad sobre quien cree en su maquinacin.Su relacin con el engaado es de desdn. Goza de saberlo que el otro ignora.Eldeseo del mentiroso no pasa por el contenido de la mentirasino por la superioridad imaginaria que se arroga sobrequien se deja engaar. Digo bien, el que se deja engaar esms un cmplice que una vctima: prefiere su propio goce,teido de masoquismo; el de hacer que el mentiroso ejerzadominio sobre l. La mentira puede ser vista como un juegode lenguaje que sigue ciertas reglas a las que se atienenlos participantes.La mentira es un caparazn destinado a protegerlos ncleos sensitivos y vulnerables del ser. Como todo remiendo,revela el desgarrn que viene a cubrir, muestra lospuntos flacos, es una falta que pone en evidencia en vez deocultar lo que falta.Subraya la verdad al pretenderocultarla, la indiscutible verdad de que quien engaano puede exponerse a la verdad.El que miente pretende que se le crea; si no, para qumentira? Diga lo que diga, detrs de su frase, por lo comntcitamente, hay un Te pido que creas que.... Al otro lequeda decidir si acepta esta demanda de credulidad.La palabra es siempre sospechosa,acomodaticia, depende de lo que se quiere hacerque el otro crea: est sometida al deseo. Y al deseo del otro.La razn de la mentira, tanto la que decimoscomo aquella que nos hacen, est en el otro. O, ya lodijimos, en el goce del juego de dominio que es el engao.En todo caso, la mentira nunca es unilateral; es siempredialctica.