fertilizantes orgánicos

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Qué entendemos por fertilizantes orgánicos? Cuando se habla de fertilizantes orgánicos, hay que aclarar que en algunos países, se entiende por fertilizantes orgánicos, aquellos que pueden emplearse en agricultura ecológica de acuerdo con alguna norma internacional (europea, norteamericana, japonesa, etc.) y certificado por alguna empresa externa acreditada, mientras que un concepto más genérico es, tal como se ha definido recientemente en los grupos de trabajo de la Comisión Europea, fertilizantes cuyos nutrientes son contenidos en material orgánico, de origen animal, vegetal u otro origen orgánico natural constituido por compuestos/materiales, en los que los principales nutrientes están químicamente enlazados o forman parte de estas matrices orgánicas. En la normativa española un fertilizante orgánico está definido como producto cuya función principal es aportar nutrientes para las plantas, los cuales proceden de materiales carbonados de origen animal o vegetal. No todos los fertilizantes orgánicos pueden emplearse en agricultura ecológica. ¿Por qué es importante el empleo de los fertilizantes orgánicos cuando en el mercado hay fertilizantes minerales de concentraciones más elevadas de nutrientes? Los nutrientes de origen orgánico contenidos en los fertilizantes orgánicos, deben transformarse en el suelo gracias a los microorganismos en nutrientes minerales para poder ser asimilados por las plantas, y su incorporación a los cultivos es más paulatina y gradual que si proceden de abonos minerales, por lo que sería más lógico el empleo de éstos de mayores concentraciones de nutrientes. Sin embargo, el verdadero interés de los fertilizantes orgánicos es la incorporación de materia orgánica, pues las extracciones de los cultivos con las cosechas y rastrojos y la meteorología con la mineralización, hacen disminuir los niveles de materia orgánica de los suelos, por lo que es necesario reponerla. ¿Puede explicar por qué es necesario reponer la materia orgánica de los suelos? La materia orgánica forma complejos con los minerales de los suelos que tienen la capacidad de retener nutrientes y ponerlos a disposición de los cultivos, disminuyendo lixiviaciones y bloqueos, lo que favorece la asimilación de los nutrientes minerales. Es decir, la materia orgánica es sinónimo de fertilidad de los suelos.

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fertilizantes orgánicos

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Qué entendemos por fertilizantes orgánicos?Cuando se habla de fertilizantes orgánicos, hay que aclarar que en algunos países, se entiende por fertilizantes orgánicos, aquellos que pueden emplearse en agricultura ecológica de acuerdo con alguna norma internacional (europea, norteamericana, japonesa, etc.) y certificado por alguna empresa externa acreditada, mientras que un concepto más genérico es, tal como se ha definido recientemente en los grupos de trabajo de la Comisión Europea, fertilizantes cuyos nutrientes son contenidos en material orgánico, de origen animal, vegetal u otro origen orgánico natural constituido por compuestos/materiales, en los que los principales nutrientes están químicamente enlazados o forman parte de estas matrices orgánicas.

En la normativa española un fertilizante orgánico está definido como producto cuya función principal es aportar nutrientes para las plantas, los cuales proceden de materiales carbonados de origen animal o vegetal. No todos los fertilizantes orgánicos pueden emplearse en agricultura ecológica.

¿Por qué es importante el empleo de los fertilizantes orgánicos cuando en el mercado hay fertilizantes minerales de concentraciones más elevadas de nutrientes?Los nutrientes de origen orgánico contenidos en los fertilizantes orgánicos, deben transformarse en el suelo gracias a los microorganismos en nutrientes minerales para poder ser asimilados por las plantas, y su incorporación a los cultivos es más paulatina y gradual que si proceden de abonos minerales, por lo que sería más lógico el empleo de éstos de mayores concentraciones de nutrientes.

Sin embargo, el verdadero interés de los fertilizantes orgánicos es la incorporación de materia orgánica, pues las extracciones de los cultivos con las cosechas y rastrojos y la meteorología con la mineralización, hacen disminuir los niveles de materia orgánica de los suelos, por lo que es necesario reponerla.

¿Puede explicar por qué es necesario reponer la materia orgánica de los suelos?La materia orgánica forma complejos con los minerales de los suelos que tienen la capacidad de retener nutrientes y ponerlos a disposición de los cultivos, disminuyendo lixiviaciones y bloqueos, lo que favorece la asimilación de los nutrientes minerales. Es decir, la materia orgánica es sinónimo de fertilidad de los suelos.

Con materia orgánica además se mejoran las características físicas como porosidad, retención de agua, permeabilidad, etc. y se estimula la flora microbiana que a su vez facilita la transformación de los compuestos del suelo en nutrientes disponibles para los cultivos. En definitiva, con el uso intensivo de fertilizantes minerales se obtienen elevados rendimientos pero se salinizan paulatinamente los suelos, lo que lleva a un “cansancio” de los mismos con merma de las cosechas.

El aporte de materia orgánica favorece la asimilación de los nutrientes minerales y por tanto la eficiencia de la fertilización mineral. Puesto que la materia orgánica del suelo disminuye por las extracciones y la mineralización, es necesario reponerla mediante la incorporación de fertilizantes orgánicos.

También encontramos en el mercado enmiendas orgánicas ¿cuál es la diferencia?Aportan asimismo materia orgánica, pero su función no es el aporte de nutrientes de origen orgánico como en los fertilizantes orgánicos, sino mejorar las propiedades físicas, químicas o biológicas del suelo. No precisan contener nutrientes minerales en cantidades significativas, pues lo importante es el aporte de materia orgánica.

Y los fertilizantes organo-minerales, ¿qué son?Pues como indica su nombre, son combinación de materiales orgánicos y minerales, es decir, contienen materia orgánica y nutrientes minerales en el mismo producto.

Durante su fabricación se adicionan a los componentes orgánicos, abonos minerales, de tal manera que cuando se aportan al suelo, incorporan materia orgánica y nutrientes de origen mineral. Son un camino intermedio entre los fertilizantes orgánicos y los fertilizantes minerales.

Dependiendo de las materias primas que se usen, pueden emplearse para agricultura ecológica o no. La principal ventaja de estos fertilizantes es que con una sola aplicación se incorpora materia orgánica y nutrientes por lo que se favorece la asimilación de éstos. Pueden fabricarse en forma de granulado o pellet, pero también es posible disponer de formulaciones líquidas que permiten su aplicación mediante el sistema de riego.

Y hablando de líquidos, los ácidos húmicos y los aminoácidos ¿son abonos orgánicos?Los ácidos húmicos son enmiendas orgánicas que contienen sustancias húmicas extraídas de leonarditas u otros materiales carbonados, mientras que los aminoácidos son abonos orgánicos nitrogenados obtenidos de proteínas animales o vegetales principalmente.

En la legislación española, ambos grupos de productos tienen una clasificación aparte como productos especiales.

¿Nos puede indicar cuál es la normativa que regula todos estos productos?En España se regulan por el Real Decreto nº 506/2013 y sólo los productos especiales se excluyen de la necesidad de autorización por el Ministerio de Agricultura, donde debe presentarse la documentación correspondiente para la obtención de su registro. Este requisito es también una garantía de control de materias primas, procesos productivos y calidad y seguridad del producto final.

Actualmente se está avanzando en la armonización de las normativas de diferentes países para elaborar una nueva regulación a nivel europeo, en la que estamos participando, pero aún quedan unos años para su publicación oficial.

¿Qué avances se están produciendo en estos productos?La selección de las materias primas adecuadas y la ingeniería de los procesos productivos, permite la obtención de productos más eficientes, como el aporte de materias orgánicas de elevado valor agronómico o el sinergismo con los nutrientes minerales.

El conocimiento de los mecanismos de actuación de la materia orgánica en el suelo, permite desarrollar productos mejor adaptados a los ciclos metabólicos de los cultivos. Disponemos de tecnologías que mejoran el rendimiento por unidad de producto aplicado, en definitiva, su eficiencia.

¿Nos puede aportar cifras sobre el volumen de negocio de estos productos?Estamos hablando de un grupo muy heterogéneo de productos, y no existe una estadística oficial, siendo numerosas las empresas fabricantes en España, de las que una buena parte se encuentran asociadas en AEFA, pero puede estar por encima de los 400 millones de euros, incluyendo en ella además los fertilizantes orgánicos sólidos y los órgano-minerales sólidos.

¿Qué se opina desde AEFA sobre el mercado de los fertilizantes orgánicos?Es un mercado creciente, y numerosas empresas de AEFA fabrican este tipo de productos. En consecuencia, hay mucho interés y forman parte habitual de los foros y asambleas de AEFA.

La incorporación de materiales orgánicos con estos tipos de fertilizantes contribuye al equilibrio entre las extracciones que realizan los cultivos y la mineralización de la materia orgánica, mejorando la fertilidad de los suelos y la eficacia de asimilación de los nutrientes minerales.

El crecimiento a nivel mundial de la agricultura ecológica, incrementa notoriamente el consumo de estos productos y su mercado, lo que lo convierte en el sector de mayor futuro y mejores expectativas.

Además del interés de los fertilizantes orgánicos en la agricultura ecológica, ¿pueden emplearse en otros sistemas de fertilización como agricultura sostenible, agricultura integrada, códigos de buenas prácticas agrarias, etc.?La agricultura sostenible implica la producción agrícola con el mínimo impacto ambiental y mínima utilización de recursos como agua, nutrientes, pesticidas, maquinaria, etc., mientras que la producción integrada, utiliza los mecanismos de regulación naturales, teniendo en cuenta la protección del medio ambiente, la economía de las explotaciones y las exigencias sociales.

En consecuencia, en ambos tipos de manejo de la fertilización, tiene cabida el empleo de los fertilizantes orgánicos porque minimizan los recursos utilizados en la fertilización y se reciclan las materias orgánicas naturales, sin impactar con el medio ambiente. Además, en todos los Códigos de Buenas Prácticas Agrarias publicados por las diversas Comunidades Autónomas, así como en otros países, se recomienda el empleo de estos productos. Por supuesto, también pueden emplearse en agricultura convencional, para incrementar la fertilidad del suelo y el rendimiento de los cultivos.

Finalmente, ¿puede darnos cifras sobre la magnitud de la creciente agricultura ecológica en la que se emplean fertilizantes orgánicos?A nivel mundial se habla de cerca de 40 millones de Hectáreas de las que unos 2 millones se encuentran en España, lo que da una idea de la importancia de este sector en continuo crecimiento.

Desde AEFA somos conscientes de la importancia de estos fertilizantes, no sólo en agricultura ecológica, sino también en cualquier manejo eficiente de la fertilización.

En estos casos la utilización de fertilizantes orgánicos ayuda a aportarle a los suelos los nutrientes que no llegan a volver a generar, por las excesivas producciones de cosechas una tras otra. De esta manera la aplicación de fertilizantes suministra estos nutrientes necesarios para el crecimiento de las plantaciones y así continuar con un rendimiento alto de las mismas.

Los fertilizantes inorgánicos y orgánicos presentan diferentes ventajas y desventajas. Las ventajas de los fertilizantes inorgánicos es que son de rápida asimilación de los nutrientes, ya que se encuentran en concentraciones mucho más grandes y específicas que los fertilizantes orgánicos y las desventajas de esto mismo, es que pueden llegar más rápidamente a contaminar las fuentes de agua de la zona. Por otro lado, los fertilizantes orgánicos tienen como desventaja lenta asimilación, realiza todo un proceso para llegar a tener efectos rendidores, pero la ventaja es que tiene menos efectos secundarios en el caso de excederse en el uso, y los abonos de origen orgánico, contienen muchos micronutrientes y macronutrientes, lo que ayuda aun mas a las plantaciones.

El uso de fertilizantes orgánicos, ayuda a retener los nutrientes del suelo y poder mantener la humedad necesaria que cada tipo de suelo necesita para el desarrollo adecuado de las plantaciones.

Es así que los fertilizantes orgánicos restituyen los niveles de materia orgánica del suelo y con esto se incrementa la capacidad para retener los nutrientes minerales que se aplican a los suelos. La fabricación de los fertilizantes orgánicos se basa en el estiércol. Lo que primero se realiza, es una selección para eliminar del mismo los agentes infecciosos que pueden contener. Luego de eso, se procede a retirar los restos de piedras o elementos consistentes que se encuentren en el estiércol, y así se traslada lo que queda de él para terminar el proceso en fábricas donde envasan el fertilizante orgánico. Antes de llegar a la venta al público, lo que se hace es el control de calidad de los mismos.

uso de compost para recuperar suelos dañados

Los fertilizantes orgánicos tienen su origen vegetal o animal. Hay dos tipos, como ya explicamos el estiércol, pero además de éste, está el compost. El compost es un compuesto para el cual se mezclan materiales de origen vegetal y animal, y para realizar esto, lleva un proceso de “curación” de los mismos. Luego de realizada esta “curación”, su utilización se habilita para aplicar a los diferentes cultivos; para verificar que la curación esté bien hecha, el compuesto no debe emanar calor, ni olores y su textura y color debe ser uniforme.

Estos tipos de fertilizantes orgánicos además de las ventajas que ya hemos nombrado ayuda a recomponer toda la estructura del suelo a diferencia de los fertilizantes inorgánicos que solo aportan los nutrientes que se necesitan para solucionar el problema inmediatamente. Generalmente por esta característica es que los fertilizantes inorgánicos se utilizan cuando nos encontramos con suelos en condiciones terribles y se necesitan una rápida solución para no perder el cultivo que se esta realizando. La utilización de fertilizantes orgánicos otorga grandes ayudas a los suelos, pero además no provoca los daños que hacen los fertilizantes inorgánicos cuando sus aplicaciones son excesivas y sin los procedimientos adecuados. También ayudan a la mejora de los suelos en la absorción del agua aplicado por el sistema de riego, o por la simple lluvia, manteniendo la humedad necesaria.

Frente a la duda de utilizar fertilizantes orgánicos o inorgánicos hay que tener en cuenta que las plantas no pueden identificar el origen de los nutrientes que están absorbiendo así que no presentan ningún problema para el cultivo en si. Lo que si hay que tener en cuenta es la rapidez de la efectividad de cada tipo de fertilizante. Si se necesita una rápida acción, la selección más propicia es la de los fertilizantes inorgánicos, que suministran las dosis justas de cada elemento que necesite (fósforo, nitrógeno y potasio) para realizar la recomposición del suelo. Si se cuenta con el tiempo necesario, la utilización de los fertilizantes orgánicos es una solución mucho mejor. Al ser de origen natural, aportan otros elementos más a los suelos, que los compuestos básicos que ya hemos nombrado, además de no provocar la contaminación que los fertilizantes inorgánicos si provocan.

Es así que para cada tipo de necesidad se debe aplicar el fertilizante adecuado. Por otro lado la cantidad de cada uno debe tenerse en cuenta, y el límite de aplicación también. Luego de obtener mejoras en el suelo, se debe aplicar los fertilizantes orgánicos para continuar con el tratamiento, para no caer la sobrefertilización que provocan los fertilizantes inorgánicos.

Fertilizante orgánico. El uso efectivo y eficiente en los suelos de desperdicios orgánicos tales como residuos de cosechas, estiércol y sedimentos de aguas negras, tiene gran significado en el mantenimiento de la productividad en países desarrollados y en vías de desarrollo.

Contenido

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1 Siete materiales principales de desperdicios orgánicos 2 Fertilizantes orgánicos

o 2.1 Estiércol o 2.2 Cachaza

o 2.3 Composta o 2.4 Vermicompost o 2.5 Abono verde

3 Biofertilizantes o 3.1 Rhizobium - Leguminosas o 3.2 Azotobacter o 3.3 Micorrizas

4 Véase también 5 Fuentes

Siete materiales principales de desperdicios orgánicos

1. Estiércol 2. Residuos de cosechas 3. Aguas negras 4. Desperdicios de procesamiento de alimentos 5. Desperdicios orgánicos de la industria 6. Desperdicios de la explotación forestal y manufactura de la madera 7. Basuras municipales

La mayoría de los países no tienen una información real de los tipos, cantidad y disponibilidad de los diferentes desperdicios orgánicos que podrían ser usados como mejoradores de la productividad de sus suelos agrícolas. Tal información es un requisito necesario para la planificación exitosa e implementación de programas de reciclaje en ambos, agricultura e industria.

Deben realizarse investigaciones con desperdicios orgánicos para determinar como difieren en su habilidad de mejorar la fertilidad y laborabilidad. Deben desarrollarse índices numéricos para predecir la disponibilidad de los diferentes materiales. El índice de disponibilidad de nutrientes correlacionaría la proporción de los mismos que liberan los diferentes materiales orgánicos para los cultivos en condiciones diferentes de suelo, clima y condiciones de cultivo, con el contenido original de nutrientes.

Fertilizantes orgánicos

Estiércol

Una vaca lechera/año produce 12 toneladas de estiércol, 1000 kilos de este dejan 100 kilos de humus, la mayor parte nitrógeno y potasio. En la tabla # 1 se aprecia la composición de diferentes tipos de estiércol. La riqueza de las deyecciones de los distintos animales es sumamente variable, dependiendo en gran parte del régimen alimenticio, así como del estado del animal. La aplicación del estiércol antes de sembrar papa es una práctica generalizada de los agricultores en Bolivia.

Cachaza

Es la materia orgánica procedente de la industria azucarera la cual es rica en potasio. Los residuales líquidos de los centrales azucareros, constituyen la mayor fuente contaminante del medio ambiente y a su vez son ricos en cachaza. En Cuba estos residuales anualmente alcanzan valores de más de 50 millones de metros cúbicos.

Sin embargo se ha demostrado, por trabajos realizados en Cuba, el alto contenido de nutrientes para las plantas que poseen estos residuales y los efectos beneficiosos sobre las propiedades químicas, físicas y biológicas de los suelos. Existen ejemplos donde se fertilizan aproximadamente el 10 % de las áreas cañeras con estos residuales.

Composta

La preparación de la composta es una práctica muy antigua y necesita ser estimulada en el campo y asociada en la utilización de varios desperdicios orgánicos.

Frecuentemente es ventajoso combinar dos o más fuentes de desperdicios para facilitar la preparación y mejorar la calidad de la composta.

En el proceso aeróbico/termofílico de la preparación de la composta, se consideran como parámetros principales, una temperatura óptima entre 60 y 70 0C, el contenido de humedad óptimo entre 40-60% (por peso), buena aereación con un continuo abastecimiento de oxígeno que asegure el proceso aeróbico/termofílico, una relación carbono :nitrógeno entre 25 :1 a 35 :1, el pH óptimo entre 6-7,5 y la reducción del tamaño de las partículas. Una práctica agrícola anual de los suelos arroceros en Corea es la aplicación de la composta de paja de arroz, con resultados discutibles ; hay evidencias que la aplicación directa de la paja de arroz, produce mejores resultados, posiblemente por el incremento en la disponibilidad de sílice.

En Guatemala se utiliza la pulpa de café en la preparación de composta, dando buen resultado en proporción de partes de pulpa con una parte de grava lo que le da aereación, no obstante es necesario optimizar la proporción más adecuada. Los diferentes métodos para su preparación y manejo varían desde la pila de estiércol hasta los sistemas altamente mecanizados y cuidadosamente controlados, siendo los más apropiados los sistemas de preparación de tecnologías intermedias debido a que requieren muy poca mecanización.

Vermicompost

Humus de lombriz: puede reemplazar en su totalidad a los fertilizantes químicos con la ventaja de que la carga bacteriana que posee recupera a los suelos. Se puede confeccionar a partir del resto de las materias o abonos a orgánicos y es 10 veces más concentrado. En las tablas 2 y 3 se puede observar la composición química del humus de lombriz procedente del ganado vacuno y de diferentes materias orgánicas.

Abono verde

Otra vía para ayudar a garantizar la nutrición de las plantas es el uso de los abonos verdes y las rotaciones con leguminosas, estas plantas aportan cantidades de nitrógeno producto de la fijación biológica y reciclan determinadas cantidades de fósforo y potasio. En las tablas 4 y 5 se puede apreciar la cantidad de masa seca producida por diversos abonos verdes y los efectos sobre los rendimientos del maíz al incorporar previamente abonos verdes.

Biofertilizantes

Uno de los elementos más valiosos que puede utilizar la Agricultura Ecológica o Sostenible lo constituye el uso de los biofertilizantes, que son productos a base de microorganismos los cuales normalmente viven en el suelo, aunque en poblaciones bajas y que al incrementarse por medio de la inoculación artificial, son capaces de poner a disposición de las plantas mediante sus actividad biológica, una parte importante de las sustancias nutritivas que necesitan para su desarrollo. En Cuba se ha puesto un especial empeño en la fabricación de estos biopreparados con la utilización de tecnologías nacionales, aprovechando los conocimientos adquiridos durante décadas de estudios encaminados a conocer el comportamiento de la microflora edáfica.

Rhizobium-Leguminosas

La fijación de nitrógeno por las plantas leguminosas alcanza el 70% del total. Se reportan promedios de fijación de nitrógeno del orden de 100 kg/ha/año. En Cuba se utilizan cepas nativas específicas para frijol, maní, caupí y abonos verdes y en el caso del Bradyrhizobium para soya y leguminosas forrajeras ; todas

ellas pueden sustituir hasta el 80% de la necesidades de nitrógeno de estos cultivos, en los cuales la inoculación es una operación rutinaria.

Azotobacter

Los biofertilizantes más utilizados en Cuba actualmente son los que contienen Azotobacter chroococcum, por la amplia gama de cultivos que pueden beneficiar esta bacteria Se encuentra en gran parte de los suelos del país, en poblaciones entre 1000 a 10 000 /g de suelos. Con estas poblaciones, la acción beneficiosa de las bacterias no se manifiesta, por lo que es necesario aumentarla artificialmente mediante la aplicación de biopreparados obtenidos por métodos biotecnológicos.

Las cepas cubanas seleccionadas son capaces de suministrar hasta el 50% de las necesidades de nitrógeno que tienen las plantas, lo que permite ahorros considerables de fertilizantes químicos, al mismo tiempo que se reduce la contaminación ambiental, ya que el exceso de fertilizantes que no es tomado por las plantas se lixivia y pasa al manto freático ; igualmente se ha mostrado que las cantidades de fertilizantes nitrogenados que se están aplicando en la mayor parte de los países producen elevadas proporciones de nitratos en los productos agrícolas, lo que causa desórdenes importantes en el organismo humano.

Micorrizas

En el suelo viven también un grupos de hongos filamentosos que, en general no son capaces de reproducirse por si mismo y forman una simbiosis llamada micorrizas que tienen dos componentes : uno integrado por numerosos filamentos que forman una red, lo cual permite aumentar la absorción de los nutrientes y del agua por las plantas ; el segundo componente incrementa la superficie de intercambio con otro biofertilizante y aglutina las partículas del suelo, contribuye a mejorar su estructura y a combatir la erosión.

Abonos orgánicosArtículo principal: Abono orgánico

Los abonos orgánicos son generalmente de origen animal o vegetal. Pueden ser también de síntesis (urea por ejemplo).

Los primeros son típicamente desechos industriales tales como desechos de matadero (sangre desecada, cuerno tostado,) desechos de pescado, lodos de depuración de aguas. Son interesantes por su aporte de nitrógeno de descomposición relativamente lenta, y por su acción favorecedora de la multiplicación rápida de la microflora del suelo, pero enriquecen poco el suelo de humus estable.

Los segundos pueden ser desechos vegetales (residuos verdes), compostados o no. Su composición química depende del vegetal de que proceda y del momento de desarrollo de éste. Además de sustancia orgánica contiene gran cantidad de elementos como nitrógeno, fósforo y calcio, así como un alto porcentaje de oligoelementos. También puede utilizarse el purín pero su preparación adecuada es costosa.

El principio de los abonos verdes retoma la práctica ancestral que consiste en enterrar las malas hierbas. Se realiza sobre un cultivo intercalado, que es enterrado en el mismo lugar.

Cuando se trata de leguminosas tales como la alfalfa o el trébol, se obtiene además un enriquecimiento del suelo en nitrógeno asimilable pues su sistema radicular asocia las bacterias del tipo Rhizobium, capaces de fijar el nitrógeno atmosférico. Para hacer esta técnica más eficaz se siembran las semillas con la bacteria.

El uso de los abonos orgánicos para mantener y mejorar la disponibilidad de nutrimentos en el suelo y obtener mayores rendimientos en el cultivo de las cosechas, se conoce desde la antigüedad. Entre los abonos orgánicos se incluyen los estiércoles, compostas, vermicompostas, abonos verdes, residuos de las cosechas, residuos orgánicos industriales, aguas negras y sedimentos orgánicos. Los abonos orgánicos son muy variables en sus características físicas y composición química principalmente en el contenido de nutrimentos; la aplicación constante de ellos, con el tiempo, mejora las características físicas, químicas, biológicas y sanitarias del suelo.

Antes de que aparecieran los fertilizantes químicos en sus diferentes formas, la única manera de abastecer nutrimentos a las plantas y reponer aquellos extraídos del suelo por los cultivos, era mediante la utilización de abonos orgánicos. El uso de fertilizantes químicos, favoreció los incrementos en el rendimiento de las cosechas.

Este cambio del uso de abonos orgánicos por abonos químicos en la fertilización de cultivos, actualmente está propiciando que el suelo sufra de un agotamiento acelerado de materia orgánica y de un desbalance nutrimental, y que al transcurrir el tiempo pierda su fertilidad y capacidad productiva.

Además, el uso inadecuado de fertilizantes químicos o el abuso de ellos, sin tomar en cuenta la falta de otros nutrimentos que limitan la productividad de los cultivos, conduce al surgimiento de problemas del medio ecológico y al deterioro de otros recursos naturales.

Los abonos orgánicos, por las propias características en su composición son formadores del humus y enriquecen al suelo con este componente, modificando algunas de las propiedades y características del suelo como su reacción (pH), cargas variables, capacidad de intercambio iónico, quelatación de elementos, disponibilidad de fósforo, calcio, magnesio y potasio, y desde luego la población microbiana, haciéndolo más propio para el buen desarrollo rendimiento de los cultivos. También los abonos orgánicos pueden abatir la acidez intercambiable (Al e H ) y Al y Fe extractables en los suelos ácidos que influyen en la retención de fosfatos y otros aniones, disminuyendo la disponibilidad de ellos

Por los efectos favorables que los abonos orgánicos proporcionan al suelo, se podría decir que éstos deben ser imprescindibles en el uso y manejo de este recurso para mejorar y mantener su componente orgánico, sus características de una entidad viviente, su fertilidad física, química y biológica y finalmente su productividad.

Los abonos orgánicos influyen favorablemente sobre las características físicas del suelo (fertilidad física); estas características son: estructura, porosidad, aireación, capacidad de retención de agua, infiltración, conductividad hidráulica y estabilidad de agregados.

Un aumento en la porosidad aumenta capacidad del suelo para retener el agua incrementando simultáneamente la velocidad de infiltración de esa misma agua en el suelo.

Una investigación reportó que con una sola aplicación de 66 toneladas/ha de estiércol al suelo, la velocidad de infiltración pasó de 8 a 9.6 cm/hr. Tal efecto es de la mayor importancia en los terrenos con desnivel donde el agua, por escurrir superficialmente, no es eficientemente aprovechada. Una mayor porosidad está relacionada inversamente con la densidad aparente del suelo y con aspectos de compactación del mismo. Un ejemplo del efecto de la aplicación de abono orgánico sobre algunas características del suelo se presenta en el Cuadro 1.

Cuadro 1.Efecto de 4 años de aplicación continua de estiércol vacuno sobre algunas características físicas del suelo.

Es evidente que la aplicación abundante de estiércoles, con el tiempo tendrá efecto positivo en las propiedades físicas de los suelos; sin embargo, habría que estar pendiente de algún incremento en conductividad eléctrica (CE) como es sabido, una alta CE se relaciona con el grado de salinidad de los suelos.

La evaluación del cambio en las propiedades físicas del suelo con la incorporación de pajas y rastrojos de cultivos en una rotación de 14 años de trigo-maíz y algodón en un suelo, se muestra en el Cuadro 2.

Cuadro 2. Efecto de incorporación de pajas y rastrojos sobre algunas características del suelo

Efectos de los abonos orgánicos sobre las características químicas del suelo.

La composición química de los abonos orgánicos por supuesto variará de acuerdo al origen de éstos. Las plantas, los residuos de cosecha, los estiércoles, etc. difieren grandemente en cuanto los elementos que contienen. A manera de ejemplo, la composición química de algunos abonos orgánicos se presenta en los Cuadros 3 y 4. La variación salta a la vista.

Las características químicas del suelo que cambian por efecto de la aplicación de abonos orgánicos son obviamente el contenido de materia orgánica; derivado de esto aumenta el porcentaje de nitrógeno total, la capacidad de intercambio de cationes, el pH y la concentración de sales.

La nueva situación es en general favorable; la concentración de sales, como ya se mencionó, podría ser perjudicial para el desarrollo de plantas sensibles a ciertos niveles de algunos compuestos en particular.

Por ejemplo, al aplicar 67 toneladas de estiércol de vacuno por hectárea y por año, durante cuatro años, se incrementó el contenido de materia orgánica de 1.41% a 2.59 %. Una respuesta similar se obtuvo al incorporar los residuos de las cosechas en un suelo en el Noroeste de México con la rotación trigo-maíz, aunque el período se alargó a 14 años. En otras investigaciones los resultados son en el mismo sentido, algunos aún mas impactantes; por ejemplo, con la aplicación de 5.6 toneladas de estiércol vacuno por hectárea y por año durante 10 años consecutivos, se incrementó el contenido de materia orgánica en el suelo de 0.12 % a 1.98 %. La cobertura de Kudzú durante tres años consecutivos en un cultivo de hule en El Palmar, Veracruz hizo variar el contenido de materia orgánica de 1.79 % a 4.08 %, y de 0.15 % a 0.32 % respecto al nitrógeno total. La información anterior se resume en el Cuadro 5.

Cuadro 3.Composición química de algunos abonos orgánicos (adaptación de varias fuentes, presentada por Trinidad, 1987)

Con el uso de abonos orgánicos se ha observado que el pH en suelos ligeramente ácidos o neutros, tiende a aumentar. Con la aplicación de 4 toneladas de porqueraza por hectárea en un año, el pH aumentó de 5.5 a 5.8; con aplicaciones de 10 toneladas de gallinaza durante 4 años, el pH aumento de 4.8 a 5.1 y con la aplicación de 6 toneladas de gallinaza, composta y vermicomposta, el pH aumento de 5.8 a 6.0.

Cuadro 4.Contenido de algunos nutrimentos en plantas usadas como abonos verdes (tomado de Ruiz, 1996).

Cuadro 5. Efecto del uso de abonos orgánicos en los contenidos de materia orgánica y nitrógeno total

Efectos de los abonos orgánicos sobre las características biológicas del suelo.Se debe a que los estiércoles contienen grandes cantidades de compuestos de fácil descomposición, cuya adición casi siempre resulta en un incremento de la actividad biológica. Los microorganismos influyen en muchas propiedades del suelo y también ejercen efectos directos en el crecimiento de las plantas.

En la mayoría de los casos, el resultado del incremento de la actividad biológica, repercute en el mejoramiento de la estructura del suelo por efecto de la agregación que los productos de la descomposición ejercen sobre las partículas del suelo; las condiciones de fertilidad aumentan lo cual hace que el suelo tenga la capacidad de sostener un cultivo rentable. Asimismo, se logra tener un medio

biológicamente activo, en donde existe una correlación positiva entre el número de microorganismos y el contenido de materia orgánica del suelo.

En relación con la disponibilidad de nutrimentos, la actividad biológica del suelo juega un papel importante en la oxidación y reducción de los elementos esenciales, convirtiéndolos de formas no aprovechables a formas aprovechables por las plantas. Un estudio indicó que la aplicación anual de 20 toneladas de gallinaza durante 10 años, aumentó significativamente la población microbiana en un suelo andosol sometido al cultivo de maíz año con año (Cuadro 6).

Cuadro 6. Efecto de la aplicación anual de 20 toneladas de gallinaza durante 10 años sobre la población microbiana del suelo

Efecto de los abonos orgánicos en la inhibición de patógenos del

Suelo.

Los abonos orgánicos pueden prevenir y controlar la presencia y severidad de las enfermedades del suelo; su acción se basa en los siguientes puntos:

• Incremento de la capacidad biológica del suelo para amortiguar los patógenos.

• Reducción del número de patógenos por la competencia que se establece con los microorganismos no patógenos del suelo

• Aumento en el contenido de Nitrógeno amoniacal en el proceso de mineralización del abono orgánico.

• Incremento de la capacidad de los hospedantes para provocar rechazo hacia los patógenos.

Los mecanismos por los que los abonos orgánicos inhiben a los patógenos del suelo y enfermedades radiculares involucran: a) la germinación y propagación de los fitopatógenos, b) la competencia por nutrimentos, c) la producción de compuestos tóxicos volátiles y no volátiles, d) la modificación del ambiente del suelo, e) la interferencia con la diseminación del inóculo y f) el estímulo de agentes de control biológico (antagonistas, parásitos y depredadores).

Al aplicar materiales orgánicos (estiércoles, abonos verdes, compostas, etc.) al suelo, se promueve el crecimiento de raíces y la absorción de nutrimentos con repercusión en el rendimiento. La diversidad de la microflora en o alrededor de las raíces en estos cultivos aumenta y se correlaciona negativamente con la incidencia de enfermedades radiculares de las plantas, por efecto de un aumento de microbiostasis en la rizósfera. La inhibición de algunos hongos patógenos por efecto de algunos abonos orgánicos específicos se presenta en el Cuadro 7.

Cuadro 7. Efecto de los abonos orgánicos en la inhibición de patógenos del suelo (tomado de Romero, 1997)

Respuesta de los cultivos al uso de abonos orgánicos

La mayoría de los cultivos muestra una clara respuesta a la aplicación de los abonos orgánicos, de manera más evidente bajo condiciones de temporal y en suelos sometidos al cultivo de manera tradicional y prolongada. No en vano, los abonos orgánicos están considerados universales por el hecho que aportan casi todos los nutrimentos que las plantas necesitan para su desarrollo. Es cierto que, en comparación con los fertilizantes químicos, contienen bajas cantidades de nutrimentos; sin embargo, la disponibilidad de dichos elementos es más constante durante el desarrollo del cultivo por la mineralización gradual a que están sometidos.

En los ensayos tradicionales de la aplicación de abonos orgánicos, siempre se han reportado respuestas superiores con éstos, que con la aplicación de fertilizantes químicos que aporten cantidades equivalentes de nitrógeno y fósforo; éste es, en resumen, el efecto conjunto de factores favorables que proporcionan los abonos orgánicos al suelo directamente y de manera indirecta a los cultivos.

Los abonos orgánicos deben considerarse como la mejor opción para la sostenibilidad del recurso suelo; su uso ha permitido aumentar la producción y la obtención de productos agrícolas orgánicos; esto es, ha apoyado al desarrollo de la que se considera como un sistema de producción agrícola orientado a la producción de alimentos de alta calidad nutritiva sin el uso de insumos de síntesis comercial. Los productos obtenidos bajo este sistema de agricultura consideran un sobreprecio por su mejor calidad nutritiva e inexistencia de contaminantes nocivos para la salud.

http://www.mag.go.cr/congreso_agronomico_xi/a50-6907-III_061.pdf

Ventajas del abono orgánico sobre el abono químico

Tradicionalmente en los cultivos se ha empleado el abono químico. Sin embargo, una mayor productividad y una menor tendencia a las enfermedades hacen que el abono orgánico se emplee cada vez más.

En los métodos de producción de la agricultura es habitual encontrar el uso de abonos químicos como plaguicidas, fertilizantes y herbicidas. Sin embargo, el cultivo sufre los efectos de la contaminación del suelo por estos componentes químicos, por lo que ya se está introduciendo cada vez más el uso del abono orgánico para paliar los efectos adversos.

El abono orgánico

Este tipo de abono se consigue mediante la fermentación de la materia orgánica, que puede ser de origen vegetal o de origen animal (estiércol). Como materia orgánica se emplea cualquier deshecho tanto vegetal como animal, que posteriormente y en el suelo se transforma en humus.

El humus es la sustancia resultante de la degradación de los componentes orgánicos por los microorganismos que se encuentran en él. Es un material estable, ya que no se descompone más. Posee además un color negruzco debido al alto componente de carbono. Es por ello que se emplea como abono orgánico en los cultivos.

Ventajas del abono orgánico frente al de origen químico

La materia orgánica tiene múltiples efectos beneficiosos para el suelo. En este sentido, un gramo de materia orgánica es capaz de retener hasta veinte gramos de agua, por lo que su adición

proporciona un aumento de la humedad del suelo, mejorando la estructura de este y la productividad del cultivo.

Por lo tanto, como consecuencia de una mejora estructural del suelo, es la de un aumento considerable del crecimiento del cultivo. Por lo que, a efectos prácticos, otra de las causas de la mejora en producción agrícola, es que el abono orgánico ayuda a que otros compuestos se mineralicen y sean captados por la planta.

Otro de los efectos positivos de la adición de abono orgánico al suelo es que se favorece y estimula la actividad microbiana existente en el suelo. De esta forma, se mejora la aireación de éste, las uniones de sus partículas y la descomposición de compuestos, por lo que se hacen también más accesibles para su uso por las plantas.

Por otra parte, el coste económico se reduce empleando abono orgánico frente al empleo de abono de orígen químico, de forma que en un cultivo agrícola se ven reducidos los costes por hectárea, por lo que rentabiliza la producción. Además, las plantas reciben menos ataques de plagas y enfermedades, por lo que los costes en plaguicidas también se ven muy reducidos.

Abonos orgánicos

a) Abono orgánico sólido. Producto sólido obtenido a partir de residuos animales y/o vegetales. b) Aminoácidos. Producto en solución acuosa obtenido por alguno de los siguientes procesos: hidrólisis de proteínas, fermentación o síntesis. Su aplicación ofrece una serie de ventajas: aportan nitrógeno directamente utilizable por las plantas, ahorrando el gasto energético que implica la asimilación de los nitratos y provocan un aumento de la resistencia al estrés hídrico, salinidad, heladas, etc. Además, pueden incorporar triptófano en su composición, que como precursor del ácido indolacético, potencia el desarrollo del sistema radicular.