fertilizaciÓn compatible con el medio ambiente

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ESTRATEGIAS DE FERTILIZACIÓN EN EL OLIVAR COMPATIBLES CON EL MEDIO AMBIENTE PROYECTO CAO97-014 C. Navarro García y O. Arquero Quílez C.I.F.A. Alameda del Obispo, Córdoba RESUMEN La aplicación de nutrientes por vía foliar constituye una alternativa a la incorporación al suelo que puede ser muy eficaz y poco contamínate. En este trabajo se han estudiado algunos factores que influyen en la absorción de nutrientes por vía foliar y la respuesta del estado nutritivo y la producción a distintas estrategias de fertilización por vía foliar. El momento más adecuado para la aplicación es la primavera. Las aplicaciones en pleno verano, cuando la planta está sometida a un fuerte estrés hídrico no son eficaces. Las aplicaciones en las horas centrales del día son las menos eficaces debido a la rápida evaporación del agua de la solución aplicada. Se debe usar siempre un mojante para disminuir la tensión superficial de la solución. Se ha observado que la adición de urea al 1% facilita la absorción de la solución. La supresión del abonado potásico en los años en que la concentración en hoja es superior a 0.8 % no ha disminuido ni la concentración en hoja ni la cosecha. Las aportaciones foliares anuales de K en cantidades de 40 kg/ha no han aumentado la producción aunque han mantenido la concentración de K en hoja cerca del nivel adecuado frente a un testigo sin aportación que ha rozado la deficiencia en los años de sequía. En general, es posible disminuir las aportaciones de N al olivar sin disminuir la cosecha y reduciendo la contaminación. En cambio, es necesario aumentar las cantidades de K aportado en determinadas condiciones (falta de K en el suelo, lluvias escasas o grandes cosechas). Palabras clave: Olivar, fertilización, medio ambiente. INTRODUCCIÓN La superficie de olivar en España supera los dos millones de hectáreas, siendo hoy en día uno de los cultivos más rentables para el agricultor. Esta alta rentabilidad, unida al bajo porcentaje de gasto que supone el abonado (se estima entre el 5% y el 10% de los costes anuales del cultivo), ha motivado un fuerte incremento de la cantidad de fertilizantes aplicados. Por otra parte la forma y el momento de aplicación de los abonos no siempre es la más adecuada. Esta situación ha sido puesta de manifiesto por estudios efectuados por Fernández-Escobar y colaboradores en la comarca de Loja (Granada) (1994) y por Navarro y Arquero en la comarca de Antequera (Málaga) (1997), en los que se muestra que las producciones obtenidas no están correlacionadas con la cantidad de elementos fertilizantes aplicados, lo que evidencia la falta de criterios con que frecuentemente se realiza el abonado en el olivar. El establecimiento de una estrategia de fertilización, en cantidad y en época y forma de aplicación, es difícil pues influyen características del cultivo y medioambientales. Las necesidades nutritivas son diferentes para las distintas especies cultivadas, produciéndose también variaciones estacionales a lo largo del ciclo de cultivo. Las condiciones medioambientales (clima y suelo) y las técnicas de cultivo aplicadas (riego, sistema de mantenimiento del suelo, etc.) también condicionan el estado nutritivo de las plantas ya que afectan a la concentración de elementos en el suelo y a su disponibilidad de ser tomados por las plantas, así como al desarrollo vegetativo del cultivo. Para especies perennes la complejidad aumenta al introducirse factores como edad de la plantación, órganos de reserva, alternancia de las cosechas, etc. Debido a esta gran cantidad de factores que influyen en el estado nutritivo de la planta, la fertilización ha de ser una práctica variable según las características y condiciones de cada caso. Sin embargo, la práctica habitual en el olivar es hacer una fertilización preestablecida, a calendario fijo, en la que las costumbres y recomendaciones sin base técnica son frecuentes. Los estudios sobre fertilización en olivar son escasos y en su mayoría efectuados antes de haberse puesto a punto la metodología de análisis foliar y toma de muestras de hojas así como la elaboración de la tabla de niveles críticos de nutrientes en hojas de olivo tomadas en el mes de Julio (Chapman, 1966 y Beutel, 1983). Cabe destacar los trabajos desarrollados por Ferreira y colaboradores (1984), en los que solo se observó una respuesta al abonado nitrogenado y en ocasiones al potásico. Actualmente una fertilización racional se ha de basar en dos principios básicos de la nutrición vegetal: la existencia de elementos esenciales para la planta y el equilibrio entre ellos. El análisis foliar está considerado hoy en día como el mejor instrumento para la determinación del abonado en frutales, pues integra a todos los factores que influyen en el estado nutritivo de la planta, sin menos cabo de la valiosa información que pueden proporcionar el análisis del suelo, la evolución de las cosechas y el estado

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C. Navarro García y O. Arquero Quílez C.I.F.A. Alameda del Obispo, Córdoba Palabras clave: Olivar, fertilización, medio ambiente. a) control sin aportación de K b) aplicación de K si la concentración en hoja es < 0,8% sobre M.S. 2 Aplicaciones anuales fijas de K. Sobre olivos de variedad Picual plantados en la finca “La Mina” del CIFA de Cabra (Córdoba) en 1986 con un marco de plantación 7x7 formados a un pie y cultivados en secano se aplicaron los siguientes tratamientos:

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ESTRATEGIAS DE FERTILIZACIÓN EN EL OLIVAR COMPATIBLES CON EL MEDIO AMBIENTE PROYECTO CAO97-014 C. Navarro García y O. Arquero Quílez C.I.F.A. Alameda del Obispo, Córdoba

RESUMEN

La aplicación de nutrientes por vía foliar constituye una alternativa a la incorporación al suelo que puede ser muy eficaz y poco contamínate. En este trabajo se han estudiado algunos factores que influyen en la absorción de nutrientes por vía foliar y la respuesta del estado nutritivo y la producción a distintas estrategias de fertilización por vía foliar. El momento más adecuado para la aplicación es la primavera. Las aplicaciones en pleno verano, cuando la planta está sometida a un fuerte estrés hídrico no son eficaces. Las aplicaciones en las horas centrales del día son las menos eficaces debido a la rápida evaporación del agua de la solución aplicada. Se debe usar siempre un mojante para disminuir la tensión superficial de la solución. Se ha observado que la adición de urea al 1% facilita la absorción de la solución. La supresión del abonado potásico en los años en que la concentración en hoja es superior a 0.8 % no ha disminuido ni la concentración en hoja ni la cosecha. Las aportaciones foliares anuales de K en cantidades de 40 kg/ha no han aumentado la producción aunque han mantenido la concentración de K en hoja cerca del nivel adecuado frente a un testigo sin aportación que ha rozado la deficiencia en los años de sequía. En general, es posible disminuir las aportaciones de N al olivar sin disminuir la cosecha y reduciendo la contaminación. En cambio, es necesario aumentar las cantidades de K aportado en determinadas condiciones (falta de K en el suelo, lluvias escasas o grandes cosechas). Palabras clave: Olivar, fertilización, medio ambiente.

INTRODUCCIÓN

La superficie de olivar en España supera los dos millones de hectáreas, siendo hoy en día uno de los cultivos más rentables para el agricultor. Esta alta rentabilidad, unida al bajo porcentaje de gasto que supone el abonado (se estima entre el 5% y el 10% de los costes anuales del cultivo), ha motivado un fuerte incremento de la cantidad de fertilizantes aplicados. Por otra parte la forma y el momento de aplicación de los abonos no siempre es la más adecuada. Esta situación ha sido puesta de manifiesto por estudios efectuados por Fernández-Escobar y colaboradores en la comarca de Loja (Granada) (1994) y por Navarro y Arquero en la comarca de Antequera (Málaga) (1997), en los que se muestra que las producciones obtenidas no están correlacionadas con la cantidad de elementos fertilizantes aplicados, lo que evidencia la falta de criterios con que frecuentemente se realiza el abonado en el olivar.

El establecimiento de una estrategia de fertilización, en cantidad y en época y forma de

aplicación, es difícil pues influyen características del cultivo y medioambientales. Las necesidades nutritivas son diferentes para las distintas especies cultivadas, produciéndose también variaciones estacionales a lo largo del ciclo de cultivo. Las condiciones medioambientales (clima y suelo) y las técnicas de cultivo aplicadas (riego, sistema de mantenimiento del suelo, etc.) también condicionan el estado nutritivo de las plantas ya que afectan a la concentración de elementos en el suelo y a su disponibilidad de ser tomados por las plantas, así como al desarrollo vegetativo del cultivo. Para especies perennes la complejidad aumenta al introducirse factores como edad de la plantación, órganos de reserva, alternancia de las cosechas, etc. Debido a esta gran cantidad de factores que influyen en el estado nutritivo de la planta, la fertilización ha de ser una práctica variable según las características y condiciones de cada caso. Sin embargo, la práctica habitual en el olivar es hacer una fertilización preestablecida, a calendario fijo, en la que las costumbres y recomendaciones sin base técnica son frecuentes.

Los estudios sobre fertilización en olivar son escasos y en su mayoría efectuados antes de

haberse puesto a punto la metodología de análisis foliar y toma de muestras de hojas así como la elaboración de la tabla de niveles críticos de nutrientes en hojas de olivo tomadas en el mes de Julio (Chapman, 1966 y Beutel, 1983). Cabe destacar los trabajos desarrollados por Ferreira y colaboradores (1984), en los que solo se observó una respuesta al abonado nitrogenado y en ocasiones al potásico. Actualmente una fertilización racional se ha de basar en dos principios básicos de la nutrición vegetal: la existencia de elementos esenciales para la planta y el equilibrio entre ellos. El análisis foliar está considerado hoy en día como el mejor instrumento para la determinación del abonado en frutales, pues integra a todos los factores que influyen en el estado nutritivo de la planta, sin menos cabo de la valiosa información que pueden proporcionar el análisis del suelo, la evolución de las cosechas y el estado

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general de los árboles. En consecuencia, se aplicará un elemento nutritivo solamente si el análisis foliar indica que está por debajo de su valor adecuado y siempre y cuando esto no haya sido provocado por la acción de otro elemento

Teniendo en cuenta estas consideraciones el objetivo general del proyecto CAO97-014 fue

profundizar en los conocimientos sobre la nutrición del olivo, que permitan establecer programas racionales de fertilización, basados en el estado nutritivo que refleje el análisis foliar. Una especial importancia se dio a la fertilización potásica, por la relevancia que tiene este elemento nutritivo en las condiciones del olivar de secano, siendo cuatro los aspectos estudiados: - Factores que influyen en la absorción foliar de fertilizantes, especialmente del K. - Respuesta de la concentración de K y la producción a distintas aportaciones fijas de este elemento - Manejo de la fertilización potásica según concentración en hoja y cosecha esperada - Optimización global de la fertilización del olivar basada en el análisis foliar.

MATERIAL Y MÉTODOS 1 Factores que influyen en la absorción foliar de fertilizantes: Se llevaron a cabo ensayos para determinar la influencia de diversos factores en la absorción foliar de fertilizantes. Los trabajos se han realizado utilizando PO4H2K (MKP) como fertilizante. En un ensayo previo se encontró que la respuesta de la concentración de P en hoja a la aplicación de una solución MKP al 3% fue más estable y significativa que la de K, desde las dos horas de la realización hasta los 24 días por lo que la absorción del MKP se midió con la variación de la concentración de P en hoja. Los factores estudiados fueron los siguientes.

Edad de la hoja. Concentración. Doble aplicación de la solución con un intervalo de dos horas. Aplicación de agua dos horas después de aplicar la solución. Aplicación nocturna. Adición de urea. Uso de mojantes. Tipo de fórmula potásica

Salvo en el estudio de concentraciones, se aplicó una solución de MKP al 3%. Los tratamientos se distribuyeron en bloques al azar con 6 repeticiones. Cada bloque estuvo constituido por un árbol siendo la parcela elemental una rama de, al menos, 4 años de edad. Durante la aplicación del tratamiento la rama tratada se aislaba del resto del árbol con plástico. 2 Aplicaciones anuales fijas de K. Sobre olivos de variedad Picual plantados en la finca “La Mina” del CIFA de Cabra (Córdoba) en 1986 con un marco de plantación 7x7 formados a un pie y cultivados en secano se aplicaron los siguientes tratamientos: a) control sin aportación de K b) 1 aplicación foliar de NO3K al 2,5% p/v dada en Marzo. c) 2 aplicaciones foliares de NO3K al 2,5% p/v dadas en Marzo y 10 días antes de plena floración d) 4 aplicaciones foliares de NO3K al 2,5% p/v dadas en Marzo, 10 días antes de plena floración, primeros de Junio y en Otoño después de las primeras lluvias.

La fertilización nitrogenada se complementó con urea por vía foliar para que todos los tratamientos recibieran el mismo aporte de nitrógeno. El diseño experimental consistió en bloques al azar con 7 repeticiones, parcela elemental de 2 árboles y líneas guarda interiores y exteriores. 3 Manejo de la fertilización potásica según concentración en hoja y cosecha esperada. Sobre olivos de más de 50 años de la variedad Picual plantados en la finca “Venta del Llano” del CIFA de Mengíbar (Jaén) con un marco de plantación de 12x12 m formados con2 a 3 pies y cultivados en secano se aplicaron los siguientes tratamientos: a) control sin aportación de K b) aplicación de K si la concentración en hoja es < 0,8% sobre M.S.

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c) aplicación de K si la concentración en hoja es < 0,8% o la cosecha esperada es alta. d) aplicación de K si la concentración en hoja es < 0,8% sobre M.S.

La aplicación de K consistirá en dos aportaciones de NO3K vía foliar al 5%, en Marzo y Abril en los tratamientos b y c y cuatro aportaciones de NO3K vía foliar al 2,5%, en Marzo, Abril, Mayo y Junio en el tratamiento d. La fertilización nitrogenada se complementó con urea foliar, de forma que todos los tratamientos tengan el mismo aporte de nitrógeno. Los tratamientos se distribuyeron en bloques al azar con 7 repeticiones, parcela elemental de 2 árboles y líneas guarda interiores y exteriores. 4 Optimización de la fertilización del olivo basada en el análisis foliar. Los ensayos se realizaron con olivos adultos cultivados en secano de la variedad Picual en las fincas “Zafarretama” de Colomera (Granada) y “Matadero Clarines” de Beas (Huelva) y de la variedad Hojiblanca en “Casería Pintada” de Antequera (Málaga). En esta última finca se ha dado algún riego para suplir la lluvia escasa. Todas estas fincas pertenecen a agricultores colaboradores. En estos ensayos se evaluaron dos formas de abonar: a) fertilización más frecuente en la comarca (Local). b) fertilización basada en el análisis foliar (Foliar).

En cada uno de los ensayos los tratamientos se aplicaron sobre grandes parcelas homogéneas de una ha, aproximadamente, en las que se eligieron 15 olivos al azar, lo más homogéneos posibles, en los que se hicieron las determinaciones oportunas.

RESULTADOS 1 Factores que influyen en la absorción foliar de fertilizantes.

Edad de la hoja. Se ha puesto de manifiesto que la absorción es mayor en hoja nueva que en vieja, con unos aumentos de la absorción de hasta el 50%.

Concentración. Se han ensayado concentraciones de MKP crecientes hasta el 10%, encontrando

que las del 2% al 4% dan lugar a los mayores incrementos de la concentración de P en hoja. Tanto la aplicación de MKP al 3% como la doble aplicación y la humectación posterior de la

hoja muestran una tendencia a aumentar la concentración de P en hoja respecto al testigo (Figura 1). La aplicación nocturna aumenta la concentración de P respecto al testigo y tanto la adición de urea al 1‰ como de un mojante comercial la incrementó respecto al testigo y a la aplicación de MKP sólo (Figura 1). La adición de Fertivant al 7‰ produjo un fuerte incremento de la concentración de P en hoja respecto al resto de los tratamientos (Figura 1).

Concentración de P en hoja

0,04

0,08

0,12

0,16

0,20

0,24

A B C D E F G H

Tratamientos

(% so

bre

M.S

.)

a

bbbc

cdcd

d

cd

Figura 1. Influencia de distintos factores en la absorción de una solución de MKP al 3%. A) Testigo sin aplicación de MKP, B) una aplicación C) dos aplicaciones separadas por 2 horas, D) una aplicación con MKP más otra con agua sola a las 2 horas, E) una aplicación realizada por la noche, F) una aplicación de MKP al 3% más urea la 1%, G) una aplicación de MKP al 3% más un mojante comercial y H) una aplicación de MKP al 3% más Fertivant al 7‰. Separación de medias realizada con el test de Tukey. Los tratamientos con letras iguales no difieren significativamente (p=0.05)

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2 Aplicaciones anuales fijas de K. La aportación de K en el periodo 1994 a 2000 fue de 0, 15, 26 y 63 kg/ha al año en los tratamientos a, b, c y d respectivamente. La mayor aportación de K dio lugar a una mayor concentración media en hoja a lo largo del periodo (Figura 2).

Concentración de K en hoja

0,40

0,50

0,60

0,70

0,80

0,90

1,00

94 95 96 97 98 99 00 . Media

NS NS L*** L*** NS NS L*** . L***

(% s

. M.S

.)

Testigo 1 aplic. K 2 aplic. K 4 aplic. K

Figura 2. Evolución de la concentración de K en hoja en función de las cantidades de este elemento aplicado por vía foliar. L*** indica regresión lineal significativa (p=0.001)

La evolución de la concentración de K es parecida a la de la pluviometría (Figura 3), pero es de señalar que en años de cosecha alta, como 1997 y 2000 (Figura 4), la caída de la concentración en hoja es menor en los olivos con mayor aportación de K (Figura 2). En el periodo del ensayo esta concentración en hoja tiende a bajar, especialmente en los tratamientos con nula o baja aportación de K, sin embargo, como no llega a la deficiencia, la producción de los diferentes tratamientos no presenta diferencias significativas (Figura 4). En los dos años siguientes, 2001 y 2002, a pesar de las cosechas altas obtenidas (superiores a 2.600 y 1.300 kg/ha de aceite respectivamente) las concentraciones en hoja se recuperaron en todos los tratamientos aunque en los olivos con mayores aportaciones la recuperación fue mayor (datos no mostrados)

Evolución de la pluviometría

0

200

400

600

800

1000

1200

93/94 94/95 95/96 96/97 97/98 98/99 99/00 Media

(mm

)

Figura 3. Evolución de la pluviometría en Cabra durante el periodo del ensayo

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Evolución de la producción de Aceite

0

1.000

2.000

3.000

4.000

94 95 96 97 98 99 2000 Media

(k/h

a)

Testigo 1 aplic. K 2 aplic. K 4 aplic. K

Figura 4. Evolución de la producción de aceite para cuatro aportaciones distintas de K por vía foliar. No existen diferencias entre las producciones del testigo, sin aportación de K, y los demás tratamientos. 3 Manejo de la fertilización potásica según concentración en hoja y cosecha esperada. La aplicación de N fue la misma para todos los tratamientos (87 kg/ha aportados al suelo en febrero). Esta alta aportación mantuvo la concentración en hoja por encima de la deficiencia en todos los tratamientos.

La aportación de K fue de 0, 17, 24 y 17 k/ha en los tratamientos a, b, c y d respectivamente. En todos los tratamientos, incluido el testigo se mantuvo la concentración de K en hoja por encima de la deficiencia lo que explica la igualdad de las cosechas para los años 1994 a 2000 (66,4, 67,6, 65,0 y 67,8 k/olivo de media para los tratamientos a, b, c y d respectivamente). La falta de respuesta a la aplicación de K puede estar explicada porque el suelo es rico en este elemento y, aunque en el periodo considerado se han producido tres años de lluvia escasa (entre 200 y300 mm/año), los pequeños riegos de apoyo aportados en esos años han permitido que, incluso el testigo, haya podido tomar del suelo el K necesario. 4 Optimización de la fertilización del olivo basada en el análisis foliar. La cantidad de N aportada en el tratamiento Foliar disminuyó respecto al Local de forma variable entre localidades (54%, 84% y 60% para Colomera, Beas y Antequera respectivamente) y en un 73% en el conjunto de los tres ensayos (Cuadro 1). Esta reducción de la aportación de N no se corresponde con la reducción de la concentración de N en hoja que fue del 13% en Colomera, del 5% en Beas y aumentó el 1% en Antequera, disminuyendo en conjunto el 6% (Cuadro 1) pero manteniéndose por encima del nivel de deficiencia que es 1.40%. Estos datos parecen indicar una baja eficacia del abonado nitrogenado aplicado en el tratamiento Local. Cuadro 1. Valores medios para el periodo 1994 a 2000 del N y K aportados con los fertilizantes, concentración en hoja de N y K y cosechas obtenidas en los tres olivares estudiados

M ed ia 3 lo ca lid ad esT ra tam ien to N K N K N K N KL o ca l 1 1 2 1 9 2 7 2 1 5 8 3 9 1 4 7 2 0F o lia r 5 2 1 7 4 4 3 3 2 3 2 4 4 0 2 5

M ed ia 3 lo ca lid ad esT ra tam ien to N K N K N K N KL o ca l 1 ,6 5 0 ,4 9 1 ,6 5 0 ,5 6 1 ,6 8 0 ,6 5 1 ,6 6 0 ,5 7F o lia r 1 ,4 3 0 ,6 4 1 ,5 7 0 ,6 7 1 ,6 9 0 ,6 8 1 ,5 6 0 ,6 6

T ra tam ien to M ed ia 3 lo ca lid ad esL o ca lF o lia r 5 .1 2 54 .0 6 66 .6 9 54 .6 1 3

5 .2 4 5 6 .3 5 5 4 .8 0 7 5 .4 6 9

P ro d u cc ió n d e a ce itu n a s (k g /h a )C o lo m era B eas A n teq u era

C o n cen tra ció n en h o ja (% so b re M .S .)C o lo m era B eas A n teq u era

F ertiliza n te a p o rta d o (k g /h a a l a ñ o )C o lo m era B eas A n teq u era

En el caso del K, la aportación en el tratamiento Foliar, respecto al Local, se redujo en Colomera (11%) y en Antequera (38%) y aumentó fuertemente en Beas (Cuadro 1) mientras que la concentración de

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K en hoja aumentó en los tres ensayos, un 31% en Colomera, un 5% en Antequera y un 20% en Beas (Cuadro 1). Estos datos parecen indicar que la fertilización potásica empleada en el tratamiento Foliar fue más eficaz que la del Local para mantener la concentración de K en hoja cerca de los valores adecuados (0.8%)

La producción del tratamiento Foliar, respecto al Local, disminuyó en Colomera (12%) y en Antequera (15%) y aumentó en Beas (5%), lo que supone una reducción del 6% en el conjunto de los tres ensayos (Cuadro 1). Estas diferencias no son significativas y corresponden a tendencias que se mantuvieron durante el periodo del ensayo y son debidas a la variabilidad del terreno propia de grandes parcelas como las empleadas en estos ensayos demostrativos. Por otra parte, no cabía esperar diferencias de producción achacables a la fertilización ya que no se ha detectado ninguna deficiencia nutritiva en ninguno de los tratamientos a lo largo del ensayo.

CONCLUSIONES 1 Factores que influyen en la absorción foliar de fertilizantes. De los resultados obtenidos en los ensayos se pueden obtener las siguientes conclusiones: -. Es conveniente hacer las aplicaciones foliares en primavera porque la hoja nueva es más eficaz que la vieja absorbiendo soluciones de nutrientes -. Las aplicaciones de primavera tardía y verano no deben hacerse en las horas centrales del día. -. Debe usarse siempre un mojante para disminuir la tensión superficial de la solución y es conveniente añadir un coadyuvante como la urea al 1% que facilita la absorción de la solución. 2 Aplicaciones anuales fijas de K. En olivares de secano con lluvia suficiente para dar producciones altas (entre 6.000 y 8.000 k/ha), es necesario hacer aportaciones foliares anuales de K en cantidades de 40 k/ha, al menos, para mantener la concentración de K en hoja alejada del nivel de deficiencia. Aunque en el periodo del ensayo, no se ha producido deficiencia en K ni disminución de la cosecha, la tendencia seguida hace prever que se produzcan en los años venideros si no se aporta K o se aporta en pequeñas cantidades. 3 Manejo de la fertilización potásica según concentración en hoja y cosecha esperada. En olivares de secano con suelos ricos en potasio disponible para la planta y producciones, limitadas por la pluviometría, entre 4.000 y 5.000 k/ha, se puede adoptar una estrategia de fertilización que consista en aplicar K por vía foliar solamente cuando la concentración en hoja baje del nivel adecuado (0,8 % s. MS). La supresión del abono en los años en que la concentración en hoja es superior a 0.8 % no ha disminuido ni la concentración en hoja ni la cosecha. 4 Optimización de la fertilización del olivo basada en el análisis foliar. En condiciones como las de estos ensayos, que podríamos definir como secanos de altas producciones (media > 4.500 k/ha), es posible disminuir las aportaciones de N al olivar sin disminuir la cosecha y reduciendo la contaminación. Una buena parte del exceso de N aportado se pierde sin que lo aproveche la planta y otra parte eleva las concentraciones de N en hoja a niveles que pueden ser perjudiciales porque hacen a la planta más sensible a heladas y a ciertas plagas y enfermedades y puede dañar la calidad del aceite. En cambio, la aportación de K cuando la concentración en hoja baja del valor adecuado (0.8%) mejora el nivel nutritivo en este elemento y disminuye el riesgo de llegar a situaciones de deficiencia de las que es difícil salir.

BIBLIOGRAFÍA. Beutel, J.; Uriu, K.; Lilleland, O. (1983) Leaf análisis for California deciduous fruets. In: Soil and plant tissue testing in California. University of California, Bull. 1879. Chapman, H.D. (Ed.). (1996) Diagnostic criteria for plants and soils. University of California, Div. of Agric. Science, 793 pp. Berkeley, California. Fernández-Escobar, R.; García Barragán, T.; Benlloch, M. (1994). Estado nutritivo de las plantaciones de olivar en la provincia de Granada. ITEA. 90: 39-49. Navarro, C.; Arquero, O. (1997). Nutritional status of olive orchards in the area of Antequera (Spain) Third International Symposium on Olive Growing, Creta (Grecia) Ferreira, J.; García Ortiz, A.; Frías, L.; Fernández, A. (1984). Los nutrientes N, P, K en la fertilización del olivar. X Aniversario Red Europea de Investigación en Oleicultura, Córdoba.