ferrerias cantabria

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  LAS FERRERÍAS DE CANTABRIA O LA PÉRDIDA DE UN PATRIMONIO Autora: Carmen Ceballos Cuerno (Doctora en Historia) Recordar cada cierto tiempo a nuestros políticos y a las instituciones pertinentes la importancia que para la economía de Cantabria tuvieron las ferrerías hidráulicas, es un ejercicio de fidelidad histórica. Porque si hubo una actividad industrial en nuestra región que alcanzó gran auge a nivel nacional, esta fue la de la industria tradicional del hierro, y las ferrerías fueron su unidad típica de producción. Ferrerías hidráulicas que estuvieron en funcionamiento durante más de cinco siglos, que se dispersaron por la mayoría de las cuencas de la región documentándose más de un centenar y cuyo volumen de producción fue uno de los más importantes a nivel nacional hasta 1845 lejos, no obstante, del primer núcleo que fue el País Vasco… Y aún así, en Cantabria estamos asistiendo a la pérdida y degradación de un patrimonio, si así se quiere enfocar, de elevado potencial turístico y que puede ser motor de áreas en franco declive. Las experiencias en el tema de recuperación del patrimonio industrial, cada vez más abundantes, son objeto de Cursos y Congresos especializados. En otras partes de España hace años que se ha trabajado y se sigue trabajando para recuperar el patrimonio industrial, destacando no ya los casos de Asturias o del País Vasco, sino los de edif icios punt uales como es el de la ferrería de Compludo en el Bierzo leonés o el de Barbadillo de Herreros (pequeña localidad de la Sierra de la Demanda burgalesa) donde se inauguró en abril de 2000 el digno “Museo de las ferrerías de Barbadillo de Herreros”. Y en Cantabria, una de las grandes productoras de hierro dulce de España, como ya hemos destacado, tan sólo ha habido dos actuaciones en este sentido. En los años ochenta del siglo XX, y debido al interés de su propietario, se recuperó la ferrería de La Iseca en el valle de Guriezo. Él mismo costeó los gastos derivados de los arreglos y la mantuvo abierta al público, pero en la actualidad se encuentra en total estado de ruina porque sus herederos y las instituciones públicas de la región no han podido, sabido o querido llegar a un acuerdo. La otra actuación ha sido en la ferrería de Cades, en el lugar de Cades del valle del Nansa, resultado de un largo proceso de casi veinte años de trabajo y que puede ser visitada por el público desde agosto de 2000. Se integra dentro del Ecomuseo Saja-Nansa y se han utilizado en su recuperación elementos originales, caso del mazo. Se trata, no obstante y pese a diversas irregularidades en el resultado final, de una intervención positiva y ejemplo a seguir en muchas otras zonas de nuestra región. Ingente patrimonio industrial, por otra parte, que está en manos de particulares que son los que, en mayor o menor medida según sus posibilidades económicas, se han preocupado hasta ahora por el estado de los edificios y se han encargado de mantenerlos y de hacer las obras necesarias para su conservación de acuerdo a sus propios criterios, necesidades y estética que, en general, no suelen ser técnica ni históricamente los más acertados (caso de la ferrería de La Puente en Cereceda, la de Las Bárcenas y Aguachica en el valle de Meruelo, la de La Pendía en Bustasur –Las Rozas de Valdearroyo en Campoo-, la de Quijano en el valle de Piélagos, etc.). Pero en otras ocasiones, los restos de las ferrerías, sencillamente, se han abandonado y las cubre la maleza o sirven para refugio del ganado (la de

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ferrerias de cantabria

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  • LAS FERRERAS DE CANTABRIA

    O LA PRDIDA DE UN PATRIMONIO Autora: Carmen Ceballos Cuerno (Doctora en Historia) Recordar cada cierto tiempo a nuestros polticos y a las instituciones pertinentes la importancia que para la economa de Cantabria tuvieron las ferreras hidrulicas, es un ejercicio de fidelidad histrica. Porque si hubo una actividad industrial en nuestra regin que alcanz gran auge a nivel nacional, esta fue la de la industria tradicional del hierro, y las ferreras fueron su unidad tpica de produccin. Ferreras hidrulicas que estuvieron en funcionamiento durante ms de cinco siglos, que se dispersaron por la mayora de las cuencas de la regin documentndose ms de un centenar y cuyo volumen de produccin fue uno de los ms importantes a nivel nacional hasta 1845 lejos, no obstante, del primer ncleo que fue el Pas Vasco Y an as, en Cantabria estamos asistiendo a la prdida y degradacin de un patrimonio, si as se quiere enfocar, de elevado potencial turstico y que puede ser motor de reas en franco declive. Las experiencias en el tema de recuperacin del patrimonio industrial, cada vez ms abundantes, son objeto de Cursos y Congresos especializados. En otras partes de Espaa hace aos que se ha trabajado y se sigue trabajando para recuperar el patrimonio industrial, destacando no ya los casos de Asturias o del Pas Vasco, sino los de edificios puntuales como es el de la ferrera de Compludo en el Bierzo leons o el de Barbadillo de Herreros (pequea localidad de la Sierra de la Demanda burgalesa) donde se inaugur en abril de 2000 el digno Museo de las ferreras de Barbadillo de Herreros. Y en Cantabria, una de las grandes productoras de hierro dulce de Espaa, como ya hemos destacado, tan slo ha habido dos actuaciones en este sentido. En los aos ochenta del siglo XX, y debido al inters de su propietario, se recuper la ferrera de La Iseca en el valle de Guriezo. l mismo coste los gastos derivados de los arreglos y la mantuvo abierta al pblico, pero en la actualidad se encuentra en total estado de ruina porque sus herederos y las instituciones pblicas de la regin no han podido, sabido o querido llegar a un acuerdo. La otra actuacin ha sido en la ferrera de Cades, en el lugar de Cades del valle del Nansa, resultado de un largo proceso de casi veinte aos de trabajo y que puede ser visitada por el pblico desde agosto de 2000. Se integra dentro del Ecomuseo Saja-Nansa y se han utilizado en su recuperacin elementos originales, caso del mazo. Se trata, no obstante y pese a diversas irregularidades en el resultado final, de una intervencin positiva y ejemplo a seguir en muchas otras zonas de nuestra regin. Ingente patrimonio industrial, por otra parte, que est en manos de particulares que son los que, en mayor o menor medida segn sus posibilidades econmicas, se han preocupado hasta ahora por el estado de los edificios y se han encargado de mantenerlos y de hacer las obras necesarias para su conservacin de acuerdo a sus propios criterios, necesidades y esttica que, en general, no suelen ser tcnica ni histricamente los ms acertados (caso de la ferrera de La Puente en Cereceda, la de Las Brcenas y Aguachica en el valle de Meruelo, la de La Penda en Bustasur Las Rozas de Valdearroyo en Campoo-, la de Quijano en el valle de Pilagos, etc.). Pero en otras ocasiones, los restos de las ferreras, sencillamente, se han abandonado y las cubre la maleza o sirven para refugio del ganado (la de

  • Bado de san Juan en el valle de Soba, la del Martinete en Cereceda, la de Ibio aguas del Saja, la de Coso en las aguas del Nansa, etc.). Otras, como la de La Picarda de Cereceda, se han visto afectadas directamente por las obras de la carretera a Ramales de la Victoria, o su entorno se ha alterado de manera definitiva (y no para bien) por dichas obras, caso del conjunto de la casa torre y ferrera-molino de La Barcena en Ampuero. Y otras fueron directamente desmanteladas, como el caso de la ferrera de Roz en Valdliga en 1997, y sus piedras se vendieron a canteros y a otros particulares. Demasiado nmero de casos aunque parece que la situacin est cambiando. Segn la prensa regional en abril de 2006 el Servicio de Patrimonio Cultural de la Consejera de Cultura del Gobierno de Cantabria ha iniciado un estudio del valor arqueolgico de los restos de la ferrera de La Rucha, aguas del Besaya, restos que apenas son visibles debajo de la maleza y de los vertidos de deshechos de construccin para rellenar la finca donde se encuentran. Me parece una iniciativa encomiable y digna de apoyo por nuestra parte Pero qu suceder con los impresionantes muros y salas de tantas ferreras como hay en la provincia? qu ocurrir con las imponentes construcciones de las ferreras de Salto del Oso en Ramales de la Victoria, de la Soledad en Agera valle de Guriezo-, de Coso en el valle del Nansa, de San Juan de la Cistierna en el valle de Soba, de Helguera en el valle de Buelna, etc.? se podr salvar de la ruina el esplendido conjunto de la ferrera, molino y casa-torre de La Iseca en el valle de Guriezo o se terminarn por perder los magnficos stanos de la ferrera de La Riera en Ampuero? Y el caso de la ferrera de La Riera es especial. Comenz a construirse en 1747, ao en el que se concedi licencia real a Francisca Rosa de Alvear, madre del asentista de la corona Juan Fernndez de Isla, para edificarla. Para ello uni dos molinos que tena en los sitios de la Riera y la Torre de Ampuero y levant de nueva planta una ferrera, empresa en la que trabajaron ms de 50 operarios y peones. Estuvo funcionando, al menos, hasta 1847 y su produccin super, cuando no igual, la media del conjunto regional durante la primera mitad del siglo XIX. De ella quedan cuatro naves abovedadas de gran altura y de grandes dimensiones que se comunican entre s mediante arcos de sillera, de muy buena factura, y en sus paredes hay vanos y mechinales donde se anclaba y sujetaban las mquinas (se encuentran en los bajos de un taller mecnico y en una nave muy prxima), as como el canal de unos 60 metros de longitud para llevar agua del ro que permita accionar las ruedas hidrulicas que, a su vez, movan los barquines y el mazo, y, una vez aprovechada la fuerza motriz del agua, sta segua su curso para unirse de nuevo con el ro. Y este singular espacio sufri el embate destructivo de un constructor que meti la pala para derruirlo en la primavera de 2002, siendo frenado porque un grupo de vecinos que conocan el inters arqueolgico e histrico de los mismos y que saban que el ayuntamiento de Ampuero y la Consejera de Cultura del Gobierno de Cantabria ya haban sido informados mediante un detallado informe por los tcnicos de la importancia del hallazgo, informe que obraba en manos de este ltimo organismo desde haca casi un mes y en el que se indicaba, adems, los riesgos de todo tipo que corran dichos restos. Los vecinos alertaron de lo que suceda a la guardia civil y a la polica municipal, ordenando un efectivo de ste ltimo cuerpo la inmediata paralizacin de las obras de acuerdo con la normativa legal. Despus lleg el teniente de alcalde de Ampuero. El 15 de mayo de 2002 se tramit de urgencia un expediente de proteccin, se evaluaron los daos ocasionados... y hubo algn responsable? Pues no, porque la Consejera de Cultura del Gobierno de Cantabria no se person para acusar de incumplir la ley a nadie y no hubo juicio alguno ni responsables polticos de que no se celebrara. En octubre de 2002 se declar Bien Inventariado tanto el edificio como los stanos de La ferrera de La Riera donde se encuentran estos importantes restos pero se ha iniciado algn

  • trmite para rehabilitar la ferrera? Hubo un proyecto para rehabilitar la nave de carboneras que no fue admitido por la Comisin de Patrimonio de la Consejera de Cultura, porque no inclua los subterrneos y, adems, prevea la colocacin de unos pilares de hormign dentro de la nave de un taller mecnico, debajo del cual estn los restos arqueolgicos. Por el contrario, este recinto se ve amenazado porque est prevista la construccin de un bloque viviendas sobre, y hay que destacarlo, un espacio arqueolgico protegido por el Gobierno de Cantabria. Ampuero es, lamentablemente, un ejemplo ms de cmo se est actuando en Cantabria con el magnfico legado de nuestro pasado. En el reducido espacio donde se levanta el conjunto de la Casa de Espina, su Torre (hoy restaurada) y hermosa portalada del recinto, adems del molino de Mizcardn o de Santiago, se puede observar un conjunto digno de aparecer como vergonzoso ejemplo de destruccin del patrimonio histrico. En su recinto amurallado se permiti la construccin de tres chalets unifamiliares, eso s, antes de ser declarado Bien de Inters Cultural de Cantabria en el ao 2003. Adems, en los aos noventa del siglo XX el Ministerio de Obras Pblicas, tras un estudio previo de impacto ambiental que demuestra su sensibilidad por el patrimonio histrico, traz la carretera nacional 629 a Burgos, en el tramo entre Limpias y Ramales de la Victoria, y construy un viaducto junto al mencionado conjunto que genera un impacto visual muy desafortunado. En Ampuero se podra conformar un magnfico triangulo donde se visitara la torre de la Espina (est proyectado que sea sede de un museo), el molino de Entrambosrros que fue incluido en el Catlogo Cultural de Cantabria como Bien Inventariado el 14 de marzo de 2005 por la direccin General de Cultural del Gobierno de Cantabria (gracias a su propietario est en relativo buen estado y podra moler si su canal no termina por ser cegado debido a los vertidos incontrolados que, adems de perjudicar sus instalaciones, generan problemas de salubridad) y la ferrera de La Riera. Pero qu sucede para que este magnfico enclave geogrfico tan reducido y tan protegido por el Gobierno de Cantabria tenga tantos problemas? Qu intereses espurios acosan a nuestro patrimonio?