fernando ortiz - cubamatanzas.files.wordpress.com · hampa afro-cubana: los negros brujos textual...

19
Fernando Ortiz Una introspectiva sobre Hampa afro–cubana: los negros brujos, la craneología y la craneometría. Monteverde E l propósito de este bosquejo histó- rico es para retocar ciertos pun- tos que se omitieron en el artículo an- terior Una retrospectiva sobre Hampa afro-cubana: los negros brujos. Sería injustificable la contracción

Upload: others

Post on 11-Oct-2019

10 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

Page 1: Fernando Ortiz - cubamatanzas.files.wordpress.com · Hampa afro-cubana: los negros brujos textual del mismo, especialmente por un libro que merece, debido a su volumi-noso carácter

Fernando Ortiz

Una introspectiva sobreHampa afro–cubana: los negros brujos,

la craneología y la craneometría.

Monteverde

E l propósito de este bosquejo histó-rico es para retocar ciertos pun-

tos que se omitieron en el artículo an-

terior Una retrospectiva sobre Hampaafro-cubana: los negros brujos.

Sería injustificable la contracción

Page 2: Fernando Ortiz - cubamatanzas.files.wordpress.com · Hampa afro-cubana: los negros brujos textual del mismo, especialmente por un libro que merece, debido a su volumi-noso carácter

MonteverdeUna introspectiva sobre

Hampa afro-cubana: los negros brujos

textual del mismo, especialmente por unlibro que merece, debido a su volumi-noso carácter pseudo–científico, detallescríticos constructivos como guía de en-tendimiento para cualquier venidero ar-gumento.

Basado en ello, me gustaría que laconclusión de estos apuntes tenga parael lector, un carácter relativista, porquelos mismos no se deberían interpretar co-mo acordanza con mis puntos de vista,porque de otra forma no se expondría,sino que más bien se forzaría mi ma-nera de pensar. Quisiera aclarar que niescribo para acaparar atención tampoco,ni para hacer énfasis de convencimien-to. ¿De qué nos sirve cualquier reivindi-cación de justicia, mientras que con pre-disposición, aceptamos como hipócritas,cualquier diferente teoría, como en es-te caso la mía? Y estuviése en negaciónconmigo mismo si aún a sabiendas deello, me dejo arrastrar por ideas fijas, sinsometer a prueba el objetivo de este es-crito cuyo propósito es el reseño intros-pectivo de un libro.

Basado en esta premisa, cualquierdetalle que se mencione, por breve quesea, puede tomar la imparcialidad provis-ta, y no prevista, y que sacuda el entu-mecido raciocinio del fondo de nuestraspropias ignorancias.

Tampoco espero asociarme al eufe-mismo histriónico de antropólogos como

Solimer Otero ó Christine Ayorinde, cu-yas publicaciones y ocupaciones defien-den el folklore por encima de cualquierrazonamiento. El primero señala en su li-bro Afro-Cuban Diasporas in the Atlan-tic World:

Ortiz, a su crédito, cambiósu perspectiva drásticamen-te en los 1920s, cambian-do de estudios en sociologíapatológica al estudio del fol-klore.

Citando al unísono a Ayorinde comocómplice, quien afirma que Ortiz carac-terizó la cultura afro-cubana como pato-lógica. (?, pg 137)

Y mi pregunta a lo anterior es sim-ple. ¿Es el estudio del folklore más im-portante que otra disciplina? Pudiése ser,siempre y cuando reivindique la agendade sus autores. Cualquiera que esta sea,monetaria ó profesional. ¿Son estos losetnólogos y antropólogos que defiendenun patrimonio cultural? Es como afirmarque Ortiz es digno de menospreciar antesde 1920, pero se le puede hacer una ele-gía después de este tiempo. Ó mejor di-cho, desacreditemos a Ortiz por su obraHampa afro-cubana: Los Negros Brujosó mejor aún, rindámosle un merecido ho-menaje por su decisión y postrera contri-bución al folklore y a otros aspectos cul-turales circa 1920.

2

Page 3: Fernando Ortiz - cubamatanzas.files.wordpress.com · Hampa afro-cubana: los negros brujos textual del mismo, especialmente por un libro que merece, debido a su volumi-noso carácter

MonteverdeUna introspectiva sobre

Hampa afro-cubana: los negros brujos

C onsiderando la época que prece-dió a Ortiz, se tiene que tener

en cuenta que tanto la población blan-ca como la negra en Cuba había incre-mentado, y por ende, el índice de crimense elevaría como consequencia de ello,y súmesele a esto que tampoco existíauna base de datos verificable y confia-ble, que agruparía y ordenaría estos crí-menes según la índole de los mismos.Los cifras más cercanas con las que secontaban por ejemplo, fueron los resul-tados del census llevado a cabo por Es-tados Unidos durante 1899, y publicadomás tarde. Encima de todo esto, la histo-ria de la criminalidad de la raza negra erainexistente, lo que conlleva a la pregunta¿De qué otra manera se investigaría estetema, sino fuése mediante la directa in-volucración de alguien? ¿Quién sino Or-tiz, estaba mejor calificado para llevar acabo esa tarea?

Soy de la opinión que al desvalori-zar un baluarte cultural para complacerlos requisitos de otro, al final frena, elavance de ambos, por lo tanto en este ca-so, sino hubiése sido por los primeros es-tudios criminalistas —así sea basado enuna raza en específico, como solió ser el

caso— que Ortiz llevó a cabo, se hubiéseimposibilitado el consiguiente educativoprofundizaje del folklore cubano.

Le debemos a Ortiz las abundantesfuentes académicas con las que conta-mos para el repaso histórico de Cuba.Nadie está diciendo lo contrario. Pero sinos basamos en algún hecho en específi-co, y no en sentido general, mejor respal-damos con base factual lo que plantea-mos, ó de lo contrario, sería mejor evitar-nos el trabajo doble, no solo en escribir-lo, sino incluso en pensarlo. No se pue-den satisfacer unos requisitos históricosmientras que se subestima la importanciade otros. En este caso, sería erróneo esta-blecer exclusivamente el aspecto culturalde un país, con el estudio de la música ysus religiones, y omitir sus demográficascondiciones.

Nadie está negando mucho menos, elaporte de Ortiz al folklore ni al estudioafro-cubano, ni su inigualable contribu-ción al desarrollo de este tema, como unverdadero género cultural. Quizás el his-toriador Rafael Rojas lo resumió mejorcuando en su artículo Contra el homo cu-bensis: transculturación y nacionalismoen la obra de Fernando Ortiz dice que:

3

Page 4: Fernando Ortiz - cubamatanzas.files.wordpress.com · Hampa afro-cubana: los negros brujos textual del mismo, especialmente por un libro que merece, debido a su volumi-noso carácter

MonteverdeUna introspectiva sobre

Hampa afro-cubana: los negros brujos

En el caso de Fernando Or-tiz, esta tentación de lectu-ras arqueológicas dentro desu propia formación discur-siva, se acentúa por la fuerzade una certidumbre en tornoa la discontinuidad entre laobra eugenésica de las dosprimeras décadas postcolo-niales . . . controlada por elparadigma positivista de laantropología criminal italia-na y española (César Lom-broso, Enrique Ferri, RafaelSalillas, Constaancio Ber-nardo de Quirós) . . .

(?)

CésareLombroso

Aún así seríainadmisible acep-tar nuestras visio-nes sin cometer elfallido intento deconvertirnos en loque criticamos, yestaríamos en pazmental sólo tem-poralmente, al sal-vaguardar con iro-nía, nuestras másimpías opiniones con la muchedumbrede nuestros errores.

No soy partidario negrero, ni anta-gónico separatista blanco. Las divisio-nes de razas son biológicamente induci-das, pero la sociedad determina la subsi-guiente convivencia cívica. Si los ácidosdesoxirribo-nucleicos determinan nues-tro destino, cuanta pena entonces que de-jan consigo, el rastro de sus prejuicios.

E l aclamado científico James Wat-son, quien es el codescubridor,

junto a Francis Crick y Rosalind Fran-klin, de la doble hélice del mapa genéti-co, ha confirmado muchas veces su po-sición al respecto, cuya connotación ra-cial y divisionista, no solo se manifies-ta en el color de la piel y la fisonomíade la geometría facial, sino que tambiénabarca desde los polémicos señalamien-tos sobre la sexualidad de los individuos,hasta las pólizas de gobernamiento de di-ferentes países.

Fig. 1: Doblehélice

Sus declaracionesa los medios de pren-sa en el Reino Unido,revolvió el aplacadoepíteto ético-racial quetantas veces se ha re-mendado con las con-siguientes retraccionesde sus contemporá-neos, detractores, ó eneste caso, de colegas,muchos de los cuales,quienes operan dentro de las ramas dela biología, no se sorprendieron con se-mejantes declaraciones. Watson aparen-temente es conocido, no solo por ser elgalardonado del premio Nobel en Medi-cina en 1962, sino también por sus nu-merosos comentarios que han suscitadoalgarabía, tanto en los medios de prensa,como en la academia. (?) (?) (?) (?)

Que lástima que a pesar que Ham-pa afro-cubana: los negros brujos ofre-ce la más cercana huella genealógica delnegro cubano, el libro causa mutacionesculturales que son basadas más en las in-completas averiguaciones de un investi-gador abogado, que con sus fuentes deconsulta y su envilecida prosa, sin la me-nor idea, casi medio siglo antes, parcial-mente infatuaría el conocimiento de todolo afro-cubano.

Prueba de ello es cuando dice enfáti-camente que:

4

Page 5: Fernando Ortiz - cubamatanzas.files.wordpress.com · Hampa afro-cubana: los negros brujos textual del mismo, especialmente por un libro que merece, debido a su volumi-noso carácter

MonteverdeUna introspectiva sobre

Hampa afro-cubana: los negros brujos

El afro-cubano aún cuandollegue a decirse católico si-gue siendo fetichista. Seríapueril pretender que el ne-gro nativo de Africa, . . . sehubiese despojado de suspropias creencias religiosaspara vestir el ropaje del ca-tolicismo. No cabe duda deque hay negros merecedoresdel calificativo de calambu-cos y de que entre las asi-duas frecuentadoras de tem-plos se cuentan en no esca-so número las negras; peroá poco que se lime esa capade relativa civilización reli-giosa, se descubrirá el feti-chista africano.

(?, p. 118)

Véase la inferencia nula del inváli-do argumento, donde a pesar que dice“afro-cubano”, no obstante sigue siendo,de acuerdo a sus convicciones: “nativode África”.

/home/c/Documents/fortiz/altarbrujo1-eps-converted-to.pdf

Fig. 2: Altar brujo

Es posible que los negros hayan sidodotados con atribuciones físicas a expen-sas de otros dones, pero lo mismo ocurrecon otras razas. No es nada nuevo. Tam-poco considero apropiado desviarme condatos biológicos para ampliar sobre es-te punto. Para ponerle la tapa al pomo,como se dice vulgarmente, esto ocurredesde un punto de vista neuro-químico,y aún así, la ciencia está en pañales paraaceptar algo por dado. Es posible que eldebate de la naturaleza contra la sociedadó la crianza, ha satisfecho corroboracio-

nes de científicos enrropados en blancodesde un cuarto demasiado alumbrado,pero siguen a oscuras, literalmente, e in-capacitados aún, para medir la influenciaque cada sociedad y la familia han ejer-cido tanto en la negra, como en la blancaraza.

E l altruismo individual es contra-producente con el social. El pri-

mero tiene un variante máximo mientrasque el otro es fijo, quizás más limitadopero a la misma vez, menos propensoa drásticos cambios. Las leyes se trazanpara seguir no una oscilatoria línea, sinouna tangente social que beneficie la ma-yoría, ó que regrese la más provechosautilidad para esa gran mayoría. La res-ponsabilidad de la sociedad en este caso,sería encontrar la equitativa proximidad,tomando en cuenta sus limitaciones co-mo organismo social cambiante.

La gente perteneciente a las esferasconsideradas altas y privilegiadas, no es-tán compuestas de aportadores. Quisie-ra señalar brevemente que esto no esun erróneo señalamiento de mi parte –porque siempre existen generosos sama-ritanos, y recalco que no lo es, porque nome refiero a la filantropía como tal. Lamayoría de los grupos de avasalladores,impostores, y explotadores, cuyos logroshicieron posible sus remunerativos estra-tos, los sitúan en ventajosas condicionesmateriales, corriendo al paralelo, no obs-tante, de sus respectivos engaños. Y re-pito, que esto no es sobre las contribu-ciones monetarias que hayan hecho paralimpiarse manos y almas, sino en sí so-bre un escaso capital: el humano. Capitalque no poseen.

¿Qué industrial acaudalado, ó enri-quecido comerciante no ha pisoteado asus subordinados? ¿Qué empleador no

5

Page 6: Fernando Ortiz - cubamatanzas.files.wordpress.com · Hampa afro-cubana: los negros brujos textual del mismo, especialmente por un libro que merece, debido a su volumi-noso carácter

MonteverdeUna introspectiva sobre

Hampa afro-cubana: los negros brujos

ha sido injusto con aquellos mismosque contribuyen a su enriquecimiento?Y mi pregunta no se esconde detrás delmismo muro verboso que Fernando Or-tiz reclamó en muchas de sus adula-ciones. ¿Cuándo se ha visto que a tra-vés de los tiempos, algún financiero, go-bernante ó pudiente, haya enterrado —alegóricamente— a su hijo, como aquelhumilde pobre pastor que Martí tocó ensus Dos Príncipes?

No se puede dudar que si el adinera-do es despojado de leyes, sus accionesse transformarían de benevolentes actosa malévolos escurrimientos de mañas ytrampas, trás la falsa imagen de pasar porseres ciertamente dotados, merecedoresde sus estilos de vida despilfarrantes. Di-nero viejo que al final de cuentas es unelemento heredado de sus antepasados,cuyos encumbramientos en la sociedadfueron propiciados por otra persona, y enalgún momento, no puede caber duda deesto, que sí pisotearon a alguien. Y no merefiero a una leve ascensión de estatus,sino al desigual escalamiento, que fueronlos resultados de sus oscuros montajesprofesionales. Y lo triste de todo, es quelas mayores contribuciones en los ade-lantos y avances en las ciencias por ejem-plo, no se han originado por esta privile-giada gente que a pesar de poseer rique-zas materiales con creces, están carentesde lo primordial: el ya mencionado capi-tal humano. El recurso natural más soli-citado.

Pero si mis expectativas para refutar elcontexto de Fernando Ortiz, se basan enestas palabrerías de igualdad utópica, es-tos apuntes como tal pasarían a ser unade las tantas simples farándulas escritas.Por lo tanto, revisaré las secciones másradicales del libro Hampa afro-cubana:Los Negros Brujos, teniendo en cuenta lapostura de Ortiz como adepto a la cra-neometría, la craneología, y a la etnolo-

gía, y trataré de enumerar sus perspecti-vas raciales, teniendo en cuenta la épocade su redactivo estudio, con los más re-cientes indagaciones en este género cien-tífico.

El estereotipo del blanco es reac-cionario, mientras que el negro es undelincuente común. También hay otrosestípulos de la cotidianidad que si bienquedaron como secuela de lo que apren-dimos, sitúan a los negros como buenosatletas pero con mínimo y esporádicocoeficiente intelectual. Pero incluso elmismo Ortiz planteó en varias ocasionesque ciertos grupos de las clases blancasprocedentes de la península ibérica ysus vecinidades, son también de tanescaso nivel cultural y académico, que aligual que la raza negra de ese entonces,comprenden el bajo nivel de nuestrolegado de España.

El estereotipo del blanco es reac-cionario, mientras que el negro esun delincuente común.

Trataré por lo tanto de presentar losactuales estudios sobre el negro y su cri-minalidad, no sin antes precaverme delas divisiones raciales que existen hoyen día, que al igual que las susodichasideas incontestables de Ortiz que dejaronen tinieblas la correlación directa del ne-gro con la delincuencia y el crimen, nossucumben impulsivamente, a todos porigual, a la simple y desmedida condiciónde ser tan intransigentes con alguna raza.

Pero tampoco uno pudiése estar espe-culando sin pruebas, ó sin suficientes da-tos que confirme una posición de pensa-mientos determinada. Y nótese que tam-poco busco mediante este escrito, unaaprobación ó un acuerdo, porque pocome fastidia si alguien comparte mis con-

6

Page 7: Fernando Ortiz - cubamatanzas.files.wordpress.com · Hampa afro-cubana: los negros brujos textual del mismo, especialmente por un libro que merece, debido a su volumi-noso carácter

MonteverdeUna introspectiva sobre

Hampa afro-cubana: los negros brujos

clusiones, partes de estas, o ninguna deellas, así sea el caso. Y el uso de pala-bras que denotan colectivismo y coope-ración, trataré de no utilizarlas tampo-co, con miedo que se interpreten las mis-mas con fines de convencimiento por miparte. Dejémos a los carismáticos políti-cos, u opinionados reporteros y periodis-tas con esas troncadas explicaciones enotras partes de su acostumbrado bullicioverbal. Al final, siempre habrán asalaria-dos de palabras, sin importar la integri-dad de sus pensamientos.

P ero antes de conjeturar, seríaapropiado dar un breve recorri-

do histórico a la cabida era, que el es-critor de Hampa afro-cubana: los negrosbrujos vivió, y aunque es recomendablematizar que aunque han pasado muchosaños, y las cosas han cambiado desde eseentonces, explicaría quizás con más jus-tificación el reprochable motivo por partede Fernando Ortiz cuando manifiesta esacondescendiente actitud hacia los negrosde Cuba. Y que conste también que aun-que el título de dicha obra nombró a undeterminado conjunto del susodicho gru-po étnico, es decir, a los negros brujos es-pecíficamente, en sí el carácter crítico segeneralizó, tomando un giro vestigial delos estudios que se apuntarían en el ante-cedido prefacio.

En el año mil ochocientos treinta ynueve, un norteamericano de nombreSamuel George Morton (1799–1851),quien es reconocido en la academiade ciencias naturales, como uno delos pioneros en el análisis frenológico,

Samuel G. Morton

y consideradocomo el padrede la escue-la norteame-ricana de et-

nología, reco-piló alrededorde 1,000 crá-neos, e hizosus posteriori observaciones basadas enlas mediciones circunferenciales de losmismos, y donde posteriormente se cal-cularon las respectivas capacidades vo-luminosas de dichos objetos anatómicos.De la forma que realizó los procedimien-tos que se elaborarían dentro de las in-vestigaciones, fue de la siguiente mane-ra: Morton dividió las razas, ó la variedadde los humanos, –como él enfatizó– se-gún la región de donde provenían, y co-mo lo muestra la lista que continúa:

Raza caucásea

1. La familia caucásica

2. La familia germánica

3. La familia céltica

4. La familia árabica

5. La familia libia . . . (et. al)

Raza mongol

1. La familia tártara-mongol

2. La familia turquesa

3. La familia china

4. La familia indo-china

5. La familia polar

Raza malaya

1. La familia malaya

2. La familia polinesia

Raza americana

1. La familia americana.

2. La familia toltecana.

Raza etíope

1. La familia negra.

2. La familia caffrariana.

7

Page 8: Fernando Ortiz - cubamatanzas.files.wordpress.com · Hampa afro-cubana: los negros brujos textual del mismo, especialmente por un libro que merece, debido a su volumi-noso carácter

MonteverdeUna introspectiva sobre

Hampa afro-cubana: los negros brujos

3. La familia hottenta.

4. La familia negra-oceánica.

5. La familia australiana.

6. La familia alforiana.

(?, pgs 5-7)

La raza caucásica era constituida pordiferentes cráneos que se habían recopi-lado de diferentes zonas de Europa. Tam-bién la lista la constituían unos celtas,suizos, holandeses, escoceses, españoles,hindús, unos anglosajones, y otros a loscuales no se les estableció el origen de lazona de proveniencia, pero que en su to-talidad fue la raza, según Morton, la másavanzada.

Según la lista que se provée en elsusodicho libro, la cual muestra el lugary el número de cráneos con sus respec-tivos origenes con los que se contabanpara la investigación, se encuentran:

Raza caucásea

Anglo-americanos . . . . . . . . . . . . . . . . . 6Alemanes, suizos, holandeses . . . . . . . 7Celtas, irlandeses, escoceses . . . . . . . . 7Ingleses . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4Españoles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1Libia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1Hindús . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3Europeos no identificados . . . . . . . . . 23Total . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52

Según los datos de Morton, la razaamericana la constitutían los indios nati-vos de esta región, tanto del Norte, Cen-tro y Sur; y una nota que habría que se-ñalar es que las tribus barbáricas ó co-mo eran llamados, pertenecientes al sub-grupo de las naciones toltecanes, teníanel mayor promedio entre todos estos per-tenecientes a la raza americana, con 82pulgadas cúbicas, a diferencia por ejem-plo, de los indios peruanos, que tan solocontaban con 76 plgs3. (Véase ?)

La raza mongol por ejemplo, estabaintegrada por asiáticos chinos y esquima-les, y de este último, tres de sus cráneoscontaban con un promedio de 86 plgs3,algo que era notable, según Morton, si setiene en consideración que era tan eleva-do como el promedio average de la razacaucásea.

Su conclusión fue que los caucasoi-des (caucásicos) ó la gente blanca, teníanun promedio de capacidad interna que seacercaba a 87 plgs3, mientras que la razanegra apenas contaba con un average de78. (?)

E n el 2011 un grupo de profeso-res recrearon las mediciones de

Morton, véase ?, el cual es quizás el másreciente estudio científico con el que secuenta con respecto a la comparativa ex-posición de datos sobre las dimensionesde cráneos en las razas, como fue pre-sentado en el siglo XIX por Morton, yel cual fue refutado un siglo después porGould.

Los autores del estudio denotan laequívoca posición de Gould, cuando esteafirmó que los errores causados por lascalculaciones de Morton fueron eviden-tes cuando se detallaron las sobremedi-das efectuadas con las muestras egipcias,cuyos cráneos, según plantean: “. . . sonespécimens que Morton consideró ne-gros”. (?, pg. 3). Pero esto es totalmenteincierto. Incierto, porque aunque es indu-dable, que la diferencia en este caso delos egipcios no era necesariamente dis-cernible, debido entre muchos factores ala mezcla de sus complexiones, el mis-mo Morton hace referencia a un libro es-crito años antes por Browne, y cita a es-te último cuando plantea que “La gente

8

Page 9: Fernando Ortiz - cubamatanzas.files.wordpress.com · Hampa afro-cubana: los negros brujos textual del mismo, especialmente por un libro que merece, debido a su volumi-noso carácter

MonteverdeUna introspectiva sobre

Hampa afro-cubana: los negros brujos

de El-wa, son de complexiones árabes yegipcias, y ninguno de ellos negro. . . ” ?.Y tal parece que esta era la general per-cepción que compartían muchos de es-tos antropólogos. Pero lo curioso del te-ma, es que el mismo Samuel Morton enningún momento hizo semejante señala-miento en incluir a los egipcios como sifueran negros. Al contrario, en la pági-na veintinueve del libro Crania Ameri-cana, Morton anota extensivamente queesta hipótesis de sus contemporáneos ycolegas en clasificar a los egipcios comonegros, es un grave error. (?, pg. 29)

Fig. 3: IndioKowalistk

/home/c/Documents/fortiz/peruvian11-eps-converted-to.pdf

Fig. 4: IndioPeruano

Lo sorpren-dente de todoes que el gruposelectivo —y digoselectivo porquesus autores repre-sentan diferentesinstitucionesuniversitarias—que se congregóremotamente parallevar a cabo lacomparación entrelas refutacionesde Gould con lasinvestigacionesfrenológicas lle-vadas por Mortonun siglo antes, tampoco ofreció con-vincentes resultados. Quizás la némesisdel argumento que presentaron, fue enmedir cráneos, ó la mitad de los que sehabían medido, y tratar de encontrar losaverage promedios de los subgrupos derazas, sin consultar más cuidadosamentelos textos de Morton. En el caso de loscráneos egipcios por ejemplo, se pudiéseasegurar que Morton estaba convencidoque eran gente de color de piel blanca,ó esa fue la impresión que dió con el yaantedicho comentario que sostuvo acercade los habitantes de esta región. Sería

una deliberada conclusión por lo tanto,no tener en cuenta las predilecciones deMorton al respecto.

Y digo predilecciones porque pruebade ello es que el mismo artículo reconocelos prejuicios sociales que estaban vigen-tes durante esa época. Los documentoscon los que Morton contaba para realizarsus investigaciones eran limitados. Entreaquellos investigadores que precedierona Morton se encontraban Pierre Camper,Friedrich Blumenbach, entre otros. Y lasobservaciones que estos habían hecho noestaban necesariamente carente de racis-mo tampoco. Nótese la siguiente conclu-sión ofrecida por Pierre Camper con lastécnicas de medición de cráneos:

He establecido así los dosextremos de oblicuidad inla línea facial, esto es de70○ to 100○. Así se abarcantodas las gradaciones, des-de la cabeza del Negro a lasublime belleza de los mo-delos Griegos. Si descende-mos por debajo de 70○, te-nemos a un orangután ó unmono; si descendemos aúnmás, tenemos a un perro óun pájaro. . . (?, P. 251)

Morton plantea que existían susdiscrepancias en cuanto a los ángulosde mediciones, y que el mismo profesorFriedrich Blumenbach, por ejemplo, erade la opinión que las cabezas genuinasde las antigüedades no presentaban talgrado de oscilación. Motivo por el cualel profesor Blumenbach desarrolló elmétodo nombrado norma verticalis.

9

Page 10: Fernando Ortiz - cubamatanzas.files.wordpress.com · Hampa afro-cubana: los negros brujos textual del mismo, especialmente por un libro que merece, debido a su volumi-noso carácter

MonteverdeUna introspectiva sobre

Hampa afro-cubana: los negros brujos

/home/c/Documents/fortiz/verticalnorma-eps-converted-to.pdf

Fig. 5: Norma verticalisDe izquierda a derecha los cráneos: negro,caucásico, y mongol.

En cuanto al reciente papel académi-co que fue publicado en conjunto por va-rias universidades y con el burlesco títulode The Mismeasure of Science ó La fal-sa medida de la ciencia haciéndole ecoal previo libro de Gould La falsa me-dida del hombre, los autores del mismoadmiten el racismo existente y del cualMorton era parte de ello, mientras que ala vez dicen que los datos de medicio-nes fueron manipulados por Gould. Es-to lo considero primordial para un des-glozamiento del susodicho papel acadé-mico. Y es el siguiente: cuando mencio-né que los autores no ratificaron sus con-clusiones de la manera más objetiva, fuereflejado más que en ninguna otra partedel papel, en el sumario, donde los pro-fesores afirman que:

En la reevaluación de Mor-ton y Gould, no dispu-tamos el racismo que eratan común durante el si-glo diecinueve (19th cen-tury), ó que muchos pre-juicios influenciaron cier-tos estudios de investiga-ción. (?, pg. 2).

Y basado en la anterior declaración,existe una sugerencia en asumir que seríaerróneo plantear que existe una contra-dicción en las calculaciones que se toma-ron, con aquellos puntos de vista que losautores trazaron en el artículo. Y no haycontradicción como tal porque una cosason las mediciones y otra son las pre-disposiciones raciales, porque por unaparte los autores admiten los prejuiciosde ese entonces, mientras que por otraparte, reevaluaron los datos, y los con-siguientes resultados que siguieron des-pués, los cuales mostraron un estrechomargen de diferencia con los que Mortonevaluó, ya que los cálculos dimensiona-les de los cráneos, incluso cuando estasmedidas hayan sido con el subgrupo desubgrupos, ó el subgrupo por sí solo, óasí sea también con las variaciones queocurren dentro de estos grupos, ó entrelos grupos, es decir, que ocurren con másfrecuencia entre un determinado círcu-lo de humanos a pesar que estos huma-nos sean descendientes de la misma ra-za, sin importar la diferencia con lo quepueda ocurrir entre dos razas diferentes– la raza blanca y la negra en este caso.Y repito que sería un error decir que haycontradicción en ello, siempre y cuandolos preceptos raciales no hayan sido undeductivo-conclusivo elemento.

Por eso cabe notar algo que es real-mente sorprendente. Y es sobre el seña-lamiento que los autores hacen con lasvariaciones que ocurren entre grupos ydentro de estos. En el mismo párrafo losautores señalan:

. . . la variación humana esgeneralmente continua, envez de discreta ó racial, yla mayoría de estas varia-ciones ocurren dentro de laspopulaciones. (?)

Y acto seguido citan a dos fuentes

10

Page 11: Fernando Ortiz - cubamatanzas.files.wordpress.com · Hampa afro-cubana: los negros brujos textual del mismo, especialmente por un libro que merece, debido a su volumi-noso carácter

MonteverdeUna introspectiva sobre

Hampa afro-cubana: los negros brujos

académicas: el libro publicado porOxford University Press que se titulaRace Is A Four-letter Word: The GenesisOf The Concept (Raza Es Palabra DeCuatro Letras: La Génesis Del Concep-to), y el artículo The status of the raceconcept in physical anthropology (Elestatus del concepto de la raza en laantropología física) como métodos co-rroborativos de prueba, que les confierea los autores carté blanche en el asunto.Casi como convenciendo al lector que enel momento de verificar estos estudios,se está consciente de estos prejuicios y alenumerarlos, se ameliora la subjetividadde los mismos. Por lo tanto, la propensi-dad en cometer el mismo error declina,debido al empiricismo inigualable porel cual están dotados. Y lo mencionode modo sarcástico, porque el simplehecho, primero, en incluir fuentes,después por respaldarlas (aunque conel mediocre énfasis al hacerlo en lamisma frase y con un mísero manojode palabras y sin más argumento), ytercero, con la impredecible adiciónde varios subgrupos de la raza indianativa americana y el estrecho margende diferencia en las mediciones quefueron efectuadas por Morton en com-paración con la de ellos, me deja con elinsalubre efecto intelectual al enterarme,que los autores del susodicho escritopresentaron un papel con solamenteun ejemplo de la disparatez fluctuantede un específico grupo y cuyo papel,está disfrazado tras la exposición depromedios y averages que ofrecieran unaconcordante conclusión.

/home/c/Documents/fortiz/goniometerfacial11-eps-converted-to.pdf

Fig. 6: Goniometer facial

Cuando Morton inició las medicionesde estos cráneos, lo hizo primero con se-millas, pero debido al inconsistente re-sultado que estos cálculos producían, de-cidió utilizar perdigones de plomo quele diésen valores cualitativos de medidassin demarcados grados en el análisis.

No se puede negar que quizás Gouldse precipitó en algunas de sus obser-vaciones. Los resultados que tomó fue-ron basados en los primeros estudios queMorton había utilizado, y del cual losaverages diferían en la escala que se usa-ría diez años después. (?)

Pero el nivel de fiabilidad en estas ve-rificaciones que Morton llevó a cabo, estan dudoso, que me resigno a enumerar-los, solo como prueba que establezca dospuntos de vista: primero, la insatisfac-ción de Morton (como los autores afir-man) ó la ineficiencia de su método encalcular el tamaño correcto, después demoldear estos cráneos.

Nótese que diez años después de ha-ber tomado las medidas, los cráneos dela raza blanca habían incrementado conuna diferencia de 5 plgs3, los cráneos deasiáticos incrementaron con 4 pulgadas3,y aquellos pertenecientes al grupo negro,con unas 5 plgs3, como lo muestra la ta-bla comparativa que continúa. (?, pg 3)

11

Page 12: Fernando Ortiz - cubamatanzas.files.wordpress.com · Hampa afro-cubana: los negros brujos textual del mismo, especialmente por un libro que merece, debido a su volumi-noso carácter

MonteverdeUna introspectiva sobre

Hampa afro-cubana: los negros brujos

Métodos de calculaciones por MortonRazas Métodos con

semillas (resultadosen pulgadas3)

Métodos conperdigones de plomo

(pulgadas3)

Diferencia(pulgadas3)

Caucá-sico

87 plgs3 92 plgs3 +5 plgs3

Mon-gol

83 plgs3 – –

Mala-ya

81 plgs3 85 plgs3 +4 plgs3

IndioAme-ricano

80 plgs3 79 plgs3 +1 plg3

Etío-pes

78 plgs3 83 plgs3 +5 plgs3

Tabla 1: Análisis comparativo

P ero como señalé anteriormente,considero las conclusiones de

estos profesores algo prematuras, ante elestudio y mediciones de cráneos que da-tan más de dos siglos.

En Hampa afro-cubana: los negrosbrujos, aunque Ortiz estuvo en control desus derelictas facultades investigativas,—después de publicarse los libros so-bre el hampa afro-cubana, Ortiz se con-centró más en el folklore— y aunque enningún momento degrinó a los negros,sus comentarios fueron basados más enla aplicación deliberada de observacio-nes sostenidas por investigadores extran-jeros, que en sus propios estudios. Envarias partes de su obra se refleja, porejemplo, que mostró más interés sobrela quiromancia, los psíquicos, y las se-ñoras que tiran las cartas, con la mismareverencia idólatra que aquellos adep-tos practicantes de cultos, religiones, y

asociaciones espirituales que manifesta-rían su fanatismo. Aunque Ortiz afirmaen las primeras páginas, que el libro esdedicado al lector extranjero como tal,considero que sus preceptos ó bien esta-ban basados en la aparante descabelladainfluencia que la gente de España, Italiay doquier ejercieron en su carrera, ó bienen la hipócrita posición que tomó paracongraciarse con la gente de otras partes.

Y cabe señalar que esta ni es la pri-mera vez donde el investigador cubanoconfiesa, cabe señalar que usualmentedentro de una verbosidad a veces envi-diable y convincente, —no se puede olvi-dar que fue entrenado como abogado—su posición pro-europea, pero tapizadadentro de la mentalidad negrera, ni tam-poco es la primera vez que habla de losnegros donde expone la incultura y el ba-jo nivel intelectual de estos, bajo ciertotono altanero y despectivo. Y cualquiera

12

Page 13: Fernando Ortiz - cubamatanzas.files.wordpress.com · Hampa afro-cubana: los negros brujos textual del mismo, especialmente por un libro que merece, debido a su volumi-noso carácter

MonteverdeUna introspectiva sobre

Hampa afro-cubana: los negros brujos

que repase la pasada carrera profesionalde Ortiz pudiése comprobar lo antedicho.Y no me refiero exclusivamente a Ham-pa afro-cubana: Los Negros Brujos.

Los estereotipos han causado a travésde los tiempos, separaciones, desacuer-dos, divisiones, y hasta crímenes en elpeor de los casos. Esto no es nada nue-vo. Pero quizás este mismo estereotipoes menos pronunciado en las regiones ca-ribeñas, donde el etiquetaje asociativo deÁfrica con el verdadero país de origen,no es tan pronunciado como en otros paí-ses. Cuando alguien se refiere por ejem-plo, a alguien perteneciente a la raza ne-gra, ó se le dice negro, ó gente de color, ósimplemente no se menciona el color depiel, no en sí como impedimento de cla-sificación, sino porque al final todos pro-ceden del mismo lugar. Suena algo extra-ño referirse a los negros cubanos comoafro-cubanos en el hablar cotidiano, fue-ra de su normativa lingüista, porque de lamisma manera los blancos de los paísescaribeños no son clasificados como indocubanos ó indo caribeños tampoco.

Pero los tiempos han cambiado al-go. En 1997 por ejemplo, el estadista cu-bano Silva Ayçaguer, radicado en Espa-ña, ofrece otros datos que son relevantessobre este tópico y algo que retoca biende cerca la actitud negrera de siglos atrás,a pesar que tanto la tirantez perpetua ra-cial, como la superioridad de una clase yel despretigio de otra, la desingenua fric-ción con el negro, el desapego a la con-vivencia con este, la aceptación del ne-gro dentro de la sociedad con la aparenteaceptación del mismo como individuo yser humano, y la estigmatizada integra-ción de los blancos con los negros, si-guen tan vigentes como nunca.

En su libro hace mención a SamuelMorton, y también a otro laureado No-bel, William Shockley, quien al igual que

su Watson, se mantuvo dentro de la mis-ma pugente perspectiva racial. El autorplantea sobre Morton que:

. . . había inventado la cra-neometría, mediante la me-dición del cráneo, esta« disciplina » permitiría de-terminar la inteligencia delas diferentes razas. Su estu-dio de blancos, indios y ne-gros, colocó en ese orden lainteligencia de los humanosa partir de los mencionadoscriterios métricos. (?)

Gould por su parte, fue uno de los de-tractores más críticos en los estudios queefectuó Morton. Uno de sus más mencio-nados libros: The Mismeasure of Man,constituyó una preponderante crítica so-cial contra The Bell Curve que se habríapublicado años antes.

Los escritos de Hernstein y Murrayno solo separaron a las razas basadas enel cociente intelectual, sino que tambiénsuscitaron una interminable controversiaentre los círculos académicos de aquelentonces. Los profesores, escolares gra-duados, y hasta los estudiantes, divergíanen sus resultados. Para unos, las teoríaspresentadas por Murray y Hernstein erancontundentes y finales, mientras que pa-ra otros, las supuestas recopilaciones dedatos no ofrecían las necesarias pruebasde veredicto irrefutable.

Aún así, el debate sobre las investi-gaciones de Morton sigue tan vigente co-mo el primer día. Prueba de ello es el yamencionado papel académico donde elgrupo de profesores se propusieron lle-var a cabo más pruebas con el objetivoen invalidar las críticas que Gould señalósobre supuestamente, los errores de Mor-ton. ó que se refutarían las recopilacio-nes de Morton —y que fueron presenta-

13

Page 14: Fernando Ortiz - cubamatanzas.files.wordpress.com · Hampa afro-cubana: los negros brujos textual del mismo, especialmente por un libro que merece, debido a su volumi-noso carácter

MonteverdeUna introspectiva sobre

Hampa afro-cubana: los negros brujos

das después en el tomo Crania America-na —de una vez y por todas.

No se puede olvidar, que cuando nosreferimos a este artículo académico, quelas mediciones que se llevaron a la prác-tica para así efectuar el análisis con lamayor objetividad posible, el grupo quese encargó de esto, fue seleccionado dediferentes universidades, con el anticipa-do objetivo en descartar que sus resulta-

dos sean compuestos también por predis-posiciones raciales. Sus conclusiones porlo tanto sostienen, que los estudios reali-zados por Morton, estaban influenciadospor racismo, pero que no obstante a ello,los datos que Morton ofreció, no eran in-correctos en su totalidad, ó que el margende diferencia actual que resultó despuésde evaluar más de la mitad de los mismoscráneos de Morton, era mínimo. ?

Cuadro comparativo de mediciones llevadas por MortonRazas Método con semillas

(resultados en plgs3)Método con

perdigones de plomo(resultados en plgs3

Diferencia (en plgs3)

Blanca 85 87 +5Negra 77 81 +4

Cráneos medidos incorrectamente por MortonCapacidad craneal (plgs3)

# Specimen Populación Actual Morton Diferencia Error761 Egipcio 76 85 +12% 0.5%754 Seminole 82 89 +9% 0.5%994 Africano 71 76 +7% 0.4%1435 Aymara 70 66 –6% 0.3%949 Arickaree 80 75 –6% 0.2%1326 Aymara 83 75 –10% 0.5%70 Chetimaches 84 75 –11% 0.5%

D e acuerdo a los investigadores deeste papel académico, las me-

didas (“Actuales”) fueron ajustadas deacuerdo a la diferencia que produjo elmétodo que se había recién tomado conaquel que Morton realizó en sus análi-sis. (?, pg. 4) Señalaron que no puedendescartar el racismo no tan solo de Mor-ton sino de cualquier educando duranteesa época, debido a la prevalencia de esaconducta por parte de la gente blanca.Y aunque no corroboran más este asun-to, y se limitaron en decir que en ningún

momento disputarían este hecho, omitie-ron también cualquier otra relevante in-formación de esta índole, salvo las medi-ciones anatómicas que se llevarían a ca-bo, con la mitad de los cráneos que Mor-ton utilizó para sus resultados.

En el año 1997, como ya mencio-né anteriormente, el estadista cubanoLuis Carlos Silva Ayçaguer, señala en suobra Cultura Estadística e InvestigaciónCientífica en el Campo de la Salud quela divisoria perspectiva que se refleja enlos temas sociales y las razas, es debi-

14

Page 15: Fernando Ortiz - cubamatanzas.files.wordpress.com · Hampa afro-cubana: los negros brujos textual del mismo, especialmente por un libro que merece, debido a su volumi-noso carácter

MonteverdeUna introspectiva sobre

Hampa afro-cubana: los negros brujos

do entre tantos factores al surgimientoen el siglo XIX de ciencias relativamen-te nuevas como lo son la craneometría, ycraneología, entre otras, que teorizan encálculos métricos para justificar la supe-rioridad de ciertos grupos étnicos.

Ayçaguer demarca las teorías de Sa-muel Morton como insólitas y racistas.Y también las de Paul Broca, quien fuemás tarde, uno de los propulsores en lle-var a cabo la expansión de esta líneade pensamiento pseudo-cientifíca. Mor-ton es considerado el primero en recopi-lar semejantes estudios que fueron basa-dos en las mediciones craneales. Y Bro-ca por su parte, es acreditado con las afir-maciones que la inteligencia está correla-cionada con el tamaño y peso de los ce-rebros.

Ayçaguer también denota que laspruebas que Morton presentó como ab-solutas y finales, ante la evidencia cientí-fica, fueron más tarde refutadas por el an-tropólogo Stephen Jay Gould, en su libroThe Mismeasure of Man que fue publica-do en 1996. Pero cabe notar, que StephenJay Gould, al igual que Samuel Morton,ambos han tenido sus detractores a travésde los tiempos.

En 1975, uno de los colegas deGould, y el más renombrado biólogo enNorteamérica, E. O. Wilson, planteó teo-rías deterministas en su libro Sociobiolo-gía: La Nueva Síntesis (?), el cual suscitócomparaciones con los motivos eugené-sicos que sociedades como la AlemaniaNazi utilizarían para sus expansivos pro-pósitos.

La crítica del libro fue evidente tan-to en los círculos académicos, como enlos medios de prensa, y no solo por elcarácter racista que elicitó, sino por ladisparatez de este científico en resumirla causa de nuestras existencias, y vici-situdes, que como humanos poseémos,

basado exclusivamente en biología. To-do esto fue basado en las observacionesde este biólogo con el reino animal. En larespuesta al libro, sus críticos notan queWilson debió haberse concentrado más,no en este tema, sino en las caracterís-ticas universales biológicas de alimenta-ción, excreción y reposo, antes que enexplicar los motivos que los humanos po-séen, por ejemplo en declarar guerra aotro estado, en explotar a las mujeres, óen la interactividad de los humanos y eluso del dinero como medio de intercam-bio. (?)

El mismo Wilson, después de lasacusaciones de racista con las que fueclasificado, declaró en su autobiografíatitulada Naturalista, que en el año 1975no le había prestado atención al activis-mo de la izquierda cuando publicó su li-bro, ni que había oído de la organización“Ciencia para la gente”. (?, p. 339)

Así sea esto cierto ó no, todos de cier-ta manera tenemos inaccesible la neutra-lidad crítica y objetiva. Y todos los cien-tíficos padecen de la misma mezquinamaraña. Al filósofo Pericles se le atribu-ye la frase: “El hecho de que no te intere-se la política, no significa que los políti-cos no se vayan a interesar en ti.”

En el 2003 por ejemplo, el profesory psicólogo de Massachussetts Institu-te of Technology ó con las siglas MIT,Steven Pinker, había publicado un librotitulado La tabla rasa donde entre tan-tos señalamientos, recreó las controver-sias que Wilson había suscitado, defen-diendo a este, y desacreditando la carreraprofesional de Gould, contrastando contono burlesco los preceptos de Gould queeran favorecidos por su popularidad. Al-go que se pudiése interpretar como re-bajarse mediante ataques personales, an-tes de elaborar una apropiada discusióncientífica —aunque sería apropiado se-

15

Page 16: Fernando Ortiz - cubamatanzas.files.wordpress.com · Hampa afro-cubana: los negros brujos textual del mismo, especialmente por un libro que merece, debido a su volumi-noso carácter

MonteverdeUna introspectiva sobre

Hampa afro-cubana: los negros brujos

ñalar que no era la primera vez que am-bos habían sostenido discrepancias, veá-se por ejemplo ?.A pesar de cuanta con-troversia y polémica quería suscitar conel susodicho libro, cuyo tema principalfue que la inteligencia de las personas norecaía ni en la sociedad ni en la crianza,ni en el aprendizaje ó la educación que laprimera entidad de estas, ejerciése algu-na influencia en ello, sino en la determi-nista inducción genética (?), más tarde ellibro fue refutado por H. Allen Orr, quienlo clasificó como verboso y sin racionalsentido (véase ?). Y un académico dere-chista quien después planteó que el con-tenido del tema principal en el susodicholibro, está expirado, incluso antes de pu-blicarse (?).

Y esto confirma que aunque Ayça-guer había hecho los señalamientos en1997, no pasa mucho tiempo antes quealgún “experto” sobresalga exponiendola división de las razas, ó avocando porla superioridad de clases, ó la merecidaestratificación de una raza ó clase sobrela otra.

En el caso del 2011, año en el que es-te grupo de académicos realizó las inves-tigaciones comparativas de las medicio-nes de Morton con las de Gould, reafirmalo anterior de cierta manera. Porque aun-que los académicos plantean que no des-cartan el racismo de Morton, a la mismavez, no obstante, comparten la veracidadde las mediciones que este llevó a cabo.Algo que considero una vaga conclusión.¿No tiene influencia alguna los precep-tos de Morton con los conclusivos resul-tados de las mediciones? Y esto al finalme deja, con cierta incomodidad facul-tativa, resignándome en el habitual ruidode sus portadores y sus preconcepciones.

Los estereotipos, no tan solo los queperfidian en el espectro racial, sino cua-lesquiera que categóricamente arreme-ten contra un grupo en específico, quizás

nunca terminen. Esto es un hecho que dalugar a la sordidez intelectual y la acadé-mica, y que imposibilita el entendimien-to que nos caracteriza como humanos,diferenciándonos así en el reino animal.

El libro Hampa afro-cubana: los ne-gros brujos está basado en los siglos die-ciocho y diecinueve respectivamente, ytambién ojea retroactivamente los prime-ros tiempos de la trata negrera en la his-toria de Cuba. El estudio de Ortiz se ori-ginó por el incremento del crimen y ladelincuencia de la raza negra, junto a loscasos jurídicos que involucraron negrospracticantes de estas religiones de Áfri-ca. Debido a la connotación en la Cu-ba colonial de estos casos, más la caren-cia de datos y ejemplos criminales repre-sentativos de esta raza, conllevó a Or-tiz a indagar sobre el tema. También lainfluencia por parte de los craneólogositalianos y españoles, como Césare Lom-broso entre otros, factorizaron en la de-cisión de Ortiz en escribir el libro. Y demás está recalcar, que la conducta racialde estos tiempos, era un detrimento uni-versal impregnado en la psiquis blanca.

Uno esperaría que hoy en día, noobstante, la actitud de la sociedad, ha-ya cambiado algo, porque por una parteson otras generaciones aquellas las queoperan su engranaje económico, y porotra parte, la sociedad ha aprendido algode sus antaños errores. Pero quizás concarácter pesimista, tengo que reconocerque las expectativas sociales no son so-lucionadas con sólo dos siglos de abo-liciones decretadas, ni con la emulaciónde contratos sociales, ni con los reciénacordados tratos humanos. La resoluciónque de lugar a la igualdad de razas, llevamucho más tiempo que la anticipada vi-sión de pronósticos comunitarios, y conlas leyes inescrupulosas y mezquinas quese firman, antes que el absolutismo ra-cial, sea eliminado.

16

Page 17: Fernando Ortiz - cubamatanzas.files.wordpress.com · Hampa afro-cubana: los negros brujos textual del mismo, especialmente por un libro que merece, debido a su volumi-noso carácter

ReferenciasUna introspectiva sobre

Hampa afro-cubana: los negros brujos

Referencias bibliográficasALLEN, ELIZABETH, BECKWITH, BARBARA, CHROVER, STEVEN, BECKWITH,

JON, & CULVER, DAVID. Against sociobiology. The New York Review of Books,1975.

AYORINDE, C. Afro-Cuban Religiosity, Revolution, And National Identity. Thehistory of African-American religions. University Press of Florida, 2004. ISBN9780813027555.

BLUMENBACH, JOHAN FRIEDRICH. De Generis Humani Varietate Nativa. ApudVandenhoek et Ruprecht, 1795.

BOWEN, THOMAS J. Grammar and dictionary of the Yoruba language: with an intro-ductory description of the country and people of Yoruba. Smithsonian Institution,1858.

BRACE, C. LORING. Race Is A Four-letter Word: The Genesis Of The Concept. OxfordUniversity Press, Incorporated, first edition edition, 2005. ISBN 9780195173529.

BROWNE, W.G. Travels in Africa, Egypt, and Syria, from the Year 1792 to 1798. T.Cadell and W. Davies, 1806.

BÄR, NORA. Refuta la ciencia que los negros sean inferiores. La nación (Argentina),2007.

CAMPER, P., CAMPER, A.G., & QUATREMERE-DISJONVAL, D.B. Dissertation phy-sique de Mr. Pierre Camper sur les différences réelles que présentent les traits duvisage chez les hommes de différents pays et de différents âges, sur le beau qui ca-ractérise les statues antiques et les pierres gravées: suivie de la proposition d’unenouvelle méthode pour dessiner toutes sortes de têtes humaines avec la plus grandesûreté. chez B. Wild & J. Altheer, 1791.

CARTMILL, MATT. The status of the race concept in physical anthropology. AmericanAnthropologist, 100(3):651–660, 1998.

CORCOS, A.F. The Myth of Human Races. Michigan State University Press, 2012.ISBN 9780870139031.

DRONKERS, NINA F, PLAISANT, ODILE, IBA-ZIZEN, MARIE THERESE, & CA-BANIS, EMMANUEL A. Paul Broca’s historic cases: high resolution MR ima-ging of the brains of Leborgne and Lelong. Brain, 130(5):1432–1441, 2007. doi:10.1093/brain/awm042.

ELLIS, ALFRED BURDON. The Yoruba speaking Peoples of the Slave Coast of WestAfrica: Their Religion, Manners, Customs, Laws, Language, Etc. With an AppendixContaining a Comparison of the Tshi, Gã, Ewe, and Yoruba Languages. Chipmanand Hall, Limited, 1894.

GOULD, STEPHEN JAY. The Mismeasure of Man. W. W. Norton & Company Incor-porated, 1996. ISBN 9780393314250.

17

Page 18: Fernando Ortiz - cubamatanzas.files.wordpress.com · Hampa afro-cubana: los negros brujos textual del mismo, especialmente por un libro que merece, debido a su volumi-noso carácter

ReferenciasUna introspectiva sobre

Hampa afro-cubana: los negros brujos

GRATZER, WALTER. The Undergrowth of Science: Delusion, Self-Deception, and Hu-man Frailty. Oxford University Press, 2001. ISBN 0101500208.

HERNSTEIN, RICHARD J. & MURRAY, CHARLES A. The Bell Curve: Intelligen-ce and Class Structure in American Life. Free Press, Michigan, 1994. ISBN9780029146736.

LAWLER, PETER AUGUSTINE. The rise and fall of sociobiology. The New Atlantis,1:101–12, 2003.

LEWIS, JASON E, DEGUSTA, DAVID, MEYER, MARC R, MONGE, JANET M,MANN, ALAN E, & HOLLOWAY, RALPH L. The mismeasure of science: Step-hen Jay Gould versus Samuel George Morton on skulls and bias. PLoS biology,9(6):e1001071, 2011.

MCKIE, ROBIN & HARRIS, PAUL. Disgrace: How a giant of science was brought low.The Observer UK, 2007.

MORTON, SAMUEL GEORGE. Crania Americana -A Comparative View of Skulls ofVarious Aboriginal Nations of North and South America - 1839. J. Dobson, Phila-delphia, 1839.

NO BYLINE. James Watson: To question genetic intelligence is not racism. The Inde-pendent (United Kingdom), 2007a.

NO BYLINE. Polémica por las palabras del padre del ADN sobre la inteligencia de laraza negra. El Mundo (España), 2007b.

NO BYLINE. Tormenta de críticas al Nobel Watson por despreciar a los negros. ElPaís, 2007c.

ORR, H. ALLEN. The blank slate: An Exchange. The New York Review of Books,2003.

ORTIZ, FERNANDO & LOMBROSO, CÉSARE. Hampa afro-cubana: los negros brujos(apuntes para un estudio de etnología criminal). Librería de F. Fé, 1906.

OTERO, S. Afro-Cuban Diasporas in the Atlantic World. Rochester Studies inAfrican History and the Diaspora. University of Rochester Press, 2010. ISBN9781580463263.

PINKER, S. La Tabla Rasa: La Negación Moderna de la Naturaleza Humana. PaidósTransiciones. Paidos Iberica Ediciones S A, 2003. ISBN 9788449314896.

PINKER, S., KALOW, W., KALANT, H., & GOULD, S. J. Evolutionary Psychology:An Exchange. The New York Review of Books, 1997.

ROJAS, L. Contra el homo cubensis: Transculturación y nacionalismo en la obra deFernando Ortiz. In L. Pérez & U. de Aragón, editors, Cuban Studies 35, volume 35,pages 1–23. University of Pittsburg Press, 2005.

18

Page 19: Fernando Ortiz - cubamatanzas.files.wordpress.com · Hampa afro-cubana: los negros brujos textual del mismo, especialmente por un libro que merece, debido a su volumi-noso carácter

ReferenciasUna introspectiva sobre

Hampa afro-cubana: los negros brujos

SILVA AYÇAGUER, LUIS CARLOS. Cultura Estadística e Investigación Científica enel Campo de la Salud: Una Mirada Crítica. Ediciones Díaz de Santos, S.A., Madrid,1997. ISBN 9788479783204.

SILVA AYÇAGUER, LUIS CARLOS. Cultura estadística e investigación científica: unamirada crítica. Psiquiatría Pública, 10(5):62–63, 1998.

WILSON, EDWARD O. Sociobiology : The New Synthesis. Belknap Press of HarvardUniversity Press, 1st edition, 1975.

WILSON, E.O. Sociobiology: The New Synthesis. Belknap Press of Harvard UniversityPress, 1976. ISBN 9780674000896.

WILSON, E.O. Naturalist. Island Press, 1994. ISBN 9781597269360.

19