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Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
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Siendo una anomalía de orden congènito, tiene que comenzar hacer
sentir su efecto desde los primeros pasos. Como el niño no tiene expresión,
difícil resulta su comprobación. Aquí como en otra anomalía queda pendiente el
interrogante si no es la traducción de un desarrollo defectuoso por la mala
distribución del peso sobreimpuesto.
2.4.1.3.- Anomalías del primer segmento metatarsiano
Se trata de una serie de alteraciones que han sido descriptas por Morton,
a las que se atribuye el papel de ser factores predisponentes.
1.- Primer metatarsiano corto. Morton,(1924) confiere a esta anomalía un
carácter atávico. Según lo planteado en el estudio filogenètico, el pie
normalmente plano de un antropoide superior muestra el escaso desarrollo del
primer metatarsiano que se presenta, en comparación con los restantes, corto y
delgado. El acortamiento de este segmento en el hombre puede llegar a ser un
centímetro. Constituyendo el pilar anterior del arco interno, punto en el cual el
peso del cuerpo se desgravita en una fase de la marcha, es lógico pensar que su
brevedad acarree trastornos mecánicos, debiendo el pie colocarse en pronación
para permitir a este puntal ponerse en contacto con el suelo. Esta pronación
concentra las tensiones de descarga sobre la parte interna del pie. El trabajo de
los músculos que actúan de soporte es aumentado, permitiendo la fatiga que los
ligamentos se estiren y distiendan gradualmente y el arco se deprima.
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Desde luego que este proceso evolutivo será más factible cuanto menores sean
el tono muscular y la tensión ligamentosa y mayor brevedad del primer
metatarsiano.
2. - Situación retrasada de los sesamoideos de la articulación
metatarsofalángica del dedo gordo. Esta eventualidad menos común, actúa
como factor predisponente por el mismo mecanismo que el de la anomalía
anterior. Al hallarse desplazados hacia atrás los sesamoideos del dedo gordo,
puntos por los que en realidad se efectúa el contacto con el suelo del pilar
anterior, se instalan las mismas condiciones mecánicas que el caso de un primer
metatarsiano corto.
3. - Aumento de la movilidad del primer segmento metatarsocuneano.
Según Morton, 1924 un aumento de la elasticidad de los ligamentos que fijan la
primer cuña a los elementos óseos vecinos, primer metatarsiano, segunda cuña
y cara anterior del escafoides, determina una hipermovilidad dorsal del
metatarsiano del dedo gordo. Las condiciones mecánicas imperantes en las
anomalías precedentemente descriptas, se repartirían al fallar en su firmeza de
apoyo el pilar anterior del arco interno. Para que haya una marcha y
bipedestación seguras debe existir un metatarsiano firme (Hernández, 1987). A
la marcada movilidad del segmento interno del pie y a la cortedad del mismo ha
sido atribuida la inseguridad del mono cuando se halla erguido sobre sus patas.
Si tenemos asociadas cualesquiera de las anomalías recién vistas, al
sumar sus efectos, intensifican el desequilibrio.
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4.- Primer metatarsiano varo. Esta anomalía congènita, también conocida
bajo la denominación de “metatarsus varus primus” es, a menudo, un factor
predisponente de pie plano, consistiendo, como su nombre lo indica, en una
desviación hacia adentro del primer metatarsiano. Esta situación trae aparejado
un ensanchamiento marcado del primer espacio interóseo. El dedo gordo se
halla separado del segundo por un espacio mayor que el habitual (Thordarson y
cols., 1998).
En esta anomalía se agrega un hecho nuevo, y es el desplazamiento
hacia dentro de ese pilar. Por lo que se piensa pueda ser favorable desde el
punto de vista mecánico, para oponerse a la pronación del retropié. El traslado
hacia adentro del punto de apoyo del arco interno podrá compensar hasta un
cierto grado la hipermovilidad del primer segmento metatarsiano, siempre que
no incidan otros factores que debiliten aún más a estos pies, cuyo equilibrio, de
cualquier manera, es inestable. En el orden personal apoyamos este
planteamiento por el hecho de haber observado niños pequeños con la anomalía
que nos ocupa y con retropié en situación normal, y quienes pudimo evitar el
probable pie valgo plano consiguiente con intervenciones de cultura física
terapéuticas.
Pero no siempre sucede así. Siendo su equilibrio inestable, el agregado
de cualquier otro factor nocivo: sobrecarga, exceso de trabajo, hipotonías,
etcétera, precipita una evolución que aún sin ellos es la común. Y es la común
porque en estos niños con el dedo gordo desplazado hacia adentro, bien pronto
el uso del calzado tiende a
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desviarlo hacia fuera, ocupando el amplio espacio que separa a los dos primeros
dedos. Estos desplazamientos de las falanges altera el eje de tracción de los
tendones extensor y flexores.
2.4.1.4.- Supinación del antepié
La supinación del antepié es una anomalía congènita, que cuando que es
convenientemente tratada, determina la formación de un pie plano valgo.
Según Hohmann, 1946 la descripbe bajo la denominación de
“contractura de la articulación subastragalina anterior”. La contractura se halla
limitada a la articulación astragaloescafoidea, disminuyendo los movimientos
del primer segmento metatarsiano (Prichasuk y cols, 1995). La
calcáneoastragalina está libre, permitiendo movimientos de pronosupinación al
talón. Hallándose el antepié en supinación y con su segmento interno
disminuido en su flexión plantar. Este mecanismo es el que sucede cuando el
niño se pone de pie e inicia su marcha. Como es necesario para la misma el
apoyo del pilar anterior del arco interno y éste se halla en supinación y rígido, la
pronación compensadora del retropié será el único camino posible y el pie
valgo plano su exteriorización (Thordarson y cols., 1995).
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2.4.1.5. - Fusiones de los huesos del tarso
Existen diferentes tipos de fusiones tarsianas: sinostosis, sincondrosis y
sindesmosis. Algunas de ellas acompañan a verdaderos pies planos congénitos,
ya que como tales se presentan desde le nacimiento. Pero otras, indudablemente
las más numerosas, permanecen ignoradas en un pie aparentemente normal,
tales son el caso de la barra calcáneoescafoidea y puente calcáneoestragalino.
Lo probable que la existencia de una sinostosis tarsiana provoque
desequilibrios en la mecánica articular del pie.
2.4.1.6- Anomalías congénitas en la conformación de la articulación
tibiotarsiana
La conformación anatómica normal de la pinza maleolar desempeña un
papel importante en el mantenimiento del equilibrio del retropié. Una perfecta
adaptación de la misma sobre las caras laterales del astràgalo y una
conservación de sus ejes son condiciones anatómicas que se oponen a los
desplazamientos del astràgalo. La anomalía en su conformación normal es
factores predisponentes a la aparición de un pie valgo. Se han descripto varias
formas.
Un ejemplo de estas anomalías es la malformación tibiotarsiana de
Volkmann, aquí se encuentra el maléolo peroneo desplazado hacia atrás y
arriba, esta situación disminuye su valor de contención para oponerse a
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los desplazamientos en sentido sagital del astràgalo, en tanto que el
desplazamiento posterior se opone al deslizamiento hacia abajo y adentro de la
cabeza del astràgalo.
Además se describen tres tipos de esta anomalía:
1. - desplazamientos posteriores del maléolo peroneo con conservación del
largo.
2. - situación normal con detención del desarrollo, y
3. - detención del desarrollo y desplazamiento posterior.
2.4.1.7.- Alteraciones de los ejes del miembro inferior
Ya ha sido examinado anteriormente como el peso del cuerpo se
descarga sobre los pies a través de la línea de gravedad, se ha analizado la
misma y el punto de incidencia en el tarso, ha sido estudiada la conformación
anatómica de los pies.
Toda desviación de los ejes de las extremidades inferiores por un genu
varo o valgo, incurvaciones tibiales y rotaciones en cualesquiera de sus
segmentos, determina una alteración en la línea de trasmisión del peso del
cuerpo, que al concentrar presiones sobre la parte interna del pie, son factores
que predisponen a la instalación de un pie valgo plano.
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El mecanismo intrínseco de su formación es complejo, variando de acuerdo a la
desviación.
En el genu valgo, al aumentar el ángulo abierto hacia fuera, entre el eje
del muslo y de la pierna, la línea de gravedad incide sobre el pie en un punto
tanto más interno cuanto mayor sea aquél. Cuando el genu valgo es discreto, el
aumento de las tensiones de descarga sobre la parte interna del pie determina
una pronación del mismo y un aplanamiento progresivo de su bóveda plantar.
Cuando la deformación de la rodilla es muy acentuada, el pie apoya sobre el
plano de sustentación por su borde interno, hallándose el externo separado del
mismo. El equilibrio del pie en estas condiciones es inestable y, la aparición de
una línea de fuerza de descarga oblicua hacia fuera determina el descenso del
borde externo y una ligera elevación del interno (Jenoure, 1984). El empuje del
peso sobre el pie no es arrojado directamente hacia abajo, sino hacia abajo y
afuera. En estas condiciones queda instalado un pie plano en varo con relación
al eje de la pierna.
En el genu varo se produce un mecanismo inverso. La línea de
gravedad tiende a desplazarse hacia fuera del punto normal de incidencia en el
pie. En los casos leves el genu varo puro no determina pie valgo plano, por el
contrario es observable una ligera supinación del pie. Cuando la desviación de
la rodilla es marcada por razones mecánicas de empuje de peso, análogas pero
en sentido inverso a las vistas anteriormente, se produce un valgo marcado del
retropié. En el genu varo la mecánica de descarga se complica más aún por la
concomitancia muy
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frecuente de la desviación de rodilla con una torsión del eje del miembro.
Comúnmente es una rotación tibial interna la que tiende a llevar al pie a la
aducción e inversión. Este factor hace posible el deslizamiento del astràgalo y
la instalación de un pie valgo plano (Materson y cols, 1995).
En las incurvaciones tibiales, raquíticas, esenciales, tibia vara, por
fracturas, etcétera, según sea el lado de la angulación se producen alteraciones
en la descarga del peso similar a las examinadas en las desviaciones de rodilla.
La rotación o torsión del eje longitudinal de los miembros inferiores,
está acompañado comúnmente a las incurvaciones por lo que pueden asentar a
cualquier segmento del miembro, siendo generalmente internas. Su mecanismo
patogénico está claro si se tiene presente que el astràgalo, fijo dentro de la
mortaja tibioperónea, debe acompañar a ésta en la rotación interna, siendo la
resultante un aumento de las tensiones de descarga de peso sobre el borde
interno del pie. Este movimiento de rotación interna de la pierna y tarso
posterior, altera el eje anteroposterior del pie. El antepié móvil tiende a la
aducción e inversión.
Digamos que el pie valgo plano en sí y todas estas desviaciones del eje
de los miembros inferiores se interfieren en su acción. Así, la curación del pie
plano valgo en un niño portador de un genu valgo será beneficiosa para éste y
viceversa.
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2.4.1.8.- Acortamiento del tendón de Aquiles
Debe tenerse presente que el término “acortamiento del tendón de
Aquiles” involucra el de los gemelos, soleo y tendón; es decir; un acortamiento
de todos los elementos que intervienen en la flexión plantar del pie con la
consiguiente disminución de la dorsiflexión (Walter y cols., 1995). El tríceps
sural posee una manifiesta acción depresora sobre los arcos longitudinales en el
segundo tiempo del a paso; con el antepié apoyado sobre el suelo, el tríceps al
traccionar hacia arriba del extremo posterior del calcáneo, lo haría bascular
hacia abajo si no existieran mecanismos que se opusieran a este descenso
(Reimers y cols., 1995).
El origen del acortamiento del tendón de Aquiles y su valor patogénico,
ha sido interpretado de muy diversa manera, congènito para unos, adquiridos
para otros, causa o efecto de un pie plano. De existir el acortamiento, su acción
depresora sobre la bóveda plantar es positiva (Walter y cols., 1995). Su
mecanismo es que sobre la marcha, al proyectar el cuerpo hacia delante, el pie
que permanece en contacto con el suelo, necesariamente debe colocarse en
flexión dorsal para permitir al miembro inclinarse hacia delante acompañando
el tronco en su avance. Con el tendón de Aquiles corto, este movimiento sólo es
factible separando el talón del suelo, forma de marcha que, a veces, se observa
en la mujer que acostumbrada a usar tacones altos pasa a tacones bajos. La
disminución del grado de flexión dorsal por acortamiento del Aquiles interfiere
en forma directa sobre las estructuras del pie. Con el antepié fijo en el suelo por
un lado y la parte posterior del calcáneo impedida en
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su descenso por otro, las tensiones de descarga que llegan al astràgalo a través
de la tibia que se desplaza, estarán muy aumentadas. El empuje del astràgalo
hacia abajo sobre el sustentaculum tali determinará una inclinación del
calcáneo hacia abajo y adentro, que al aumentar el declive de sus facetas
articulares facilitará el desplazamiento del astràgalo. El aplanamiento de la
bóveda y pronación del retropié con descenso de los huesos de la pierna son el
resultado de un mecanismo compensador de acortamiento del tendón de
Aquiles.
Por otra parte debe aceptarse que el caso de un pie valgo plano
desarrollado por cualquier motivo, el mantenimiento del calcáneo basculado e
inclinado traerá aparejado con el tiempo una retracción del triceps que fijará la
desviación aumentando aún más la pronación. La corrección del acortamiento
será indispensable si se quiere restablecer la bóveda.
2.4.1.9.- Hiperelasticidad articular
El aumento de la elasticidad ligamentosa es uno de los factores
predisponentes más importantes del pie plano. Podrá estar localizada al pie o
generalizada. En el primer caso, esta hiperelasticidad es secundaria a tensiones
excesivas arrojadas sobre el pie: sobrecarga grasa, aumento pondoestructural
rápido, trabajos que obligan a una estación de pie prolongada, parálisis
muscular, etcétera. El origen de la misma sería esencialmente mecánico. Los
músculos, verdaderos ligamentos vivos
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articulares, superados en su acción permiten que las tensiones de carga y
función sean arrojadas sobre los ligamentos (Jhons y Wright, 1962). Estos, sin
ayuda y protección de aquellos, bien pronto ceden y se relajan. Esta acción no
debe ser nada simple. La cápsula articular y los ligamentos están formados por
tejido fibroso más o menos abundante en fibras elásticas, con escasas células,
numerosos vasos y gran riqueza en fibras nerviosas, preferentemente sensitivas.
Como se puede observar son la cápsula y los ligamentos los encargados de
recoger y transmitir a los centros de estímulos que la distensión de la misma
determina. Sensibilidad profunda articular que da conscientemente la sensación
de postura, pero que en forma inconsciente refleja, gradúa la contracción de los
músculos que gobiernan la articulación, interviniendo además en el trofismo y
el tono muscular.
Podrá esa hiperelasticidad ser generalizada y ésta a su vez ser congènita
o adquirida.
Cualquiera que sea el origen de la hiperelasticidad ligamentosa, una vez
presente resta a las estructuras óseas cohesión; las carillas articulares se separan
y el juego articular se perturba, lo que interfiere en el normal funcionamiento
muscular. Morton, (1924) y Jhons y Wright, (1962) han hecho notar que al
ceder los ligamentos, los músculos del grupo supinador se estiran y se agotan,
dando por resultado un retardo en el momento de la respuesta.
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La parte que le corresponde a los ligamentos en la función de soporte del
pie es de difícil valoración. Actúan de dos maneras, ya sean como soportes
directos, como lo hace con la cabeza del astràgalo el ligamento
calcáneoescafoideo, o como cuerdas que limitan y frenan los desplazamientos
óseos como el ligamento interóseo calcáneoastragalino.
Un pie con excesiva elasticidad de sus ligamentos se verá comprometido
en sus funciones de soportar el peso del cuerpo y de propulsarlo durante la
marcha (Hernández, 1987).
2.4.2. - FACTORES DETERMINANTES DE PIE PLANO
Los factores predisponentes que terminamos de examinar podrán ser lo
suficientemente serios para que de por sí, en su acción patogéna desborden los
límites de la resistencia de las estructuras del pie plano. Otras veces el pie, en
presencia de las citadas anomalías, encuentra mecanismos compensadores que
le permiten mantener su conformación abovedada. Su equilibrio será de
cualquier forma inestable y se desequilibrará ante la agresión de los factores
que denominamos determinantes. Otra situación que puede plantearse es la del
desarrollo de un valgo plano en un pie bien constituido por la acción exclusiva
marcadamente patógena de los factores determinantes (Thordarson y cols.,
1995).
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2.4.2.1. - Debilidad muscular y ligamentosa
La capacidad de un pie para funcionar eficientemente, depende del peso
que sobre él es arrojado y de la capacidad de sus estructuras para soportarlo.
Por aumento del primero, debilidad relativa, o por disminución de la segunda,
debilidad real, el pie se desequilibra.
2.4.2.1.1. - Debilidad relativa
a) Bipedestación y marcha precoz.- Ya ha sido vista la influencia perniciosa
de este factor, generalmente estimulado por los padres.
b) Obesidad.- En la primera infancia por lo común es determinada por una
alimentación mal balanceada. Cuanto menor sea el niño y más débiles sus
estructuras, mayor será su acción perjudicial (Sachithanandam y Joseph, 1997).
En la adolescencia generalmente obedece a disendocrínias. Al factor peso se
agrega la acción directa del desequilibrio glandular sobre los tejidos derivados
del mesenquima. Actúa también sobre el pie en forma indirecta determinando
desviaciones del eje de los miembros. En un gran por ciento de los niños
afectados por pie plano que nosotros examinamos era evidente una sobrecarga
grasa.
c) Empujes de crecimiento.- Son dos los momentos de la vida en que un
desarrollo pondoestructural brusco puede determinar una debilidad relativa del
pie. Entre los cuatro y seis años en que se produce el primer
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empuje de alargamiento y desde los catorce y diecisiete años en que acontece el
empuje de la adolescencia.
d) Descarga anormal sobre un miembro.- Ocasionalmente se observan niños
afectados por un pie valgo plano unilateral. Por lo general se trata de casos en
que preexistía un equilibrio inestable determinado por cualesquiera de los
factores predisponentes, en los que el exceso de descarga sobre uno de los
miembros terminó por desequilibrarlo. Comúnmente son afecciones dolorosas
de un lado lo que obliga a mayor apoyo en el pie opuesto. Las escoliosis
pronunciadas, las luxaciones congénitas unilaterales de cadera, etcétera, alteran
la línea de gravedad del cuerpo desplazándolo hacia uno de los lados con la
consiguiente sobrecarga unilateral.
2.4.2.1.2.- Debilidad real
a) Factores que disminuyen la resistencia de los tejidos mesenquimatosos o
impiden su evolución.- Constituyen uno de los grupos más importantes. El
mecanismo íntimo muchas veces es desconocido. Pueden lesionar
preponderantemente a los ligamentos acarreando una hiperelasticidad, o a los
músculos disminuyendo su fuerza y tono. Generalmente es sobre ambos que
hacen sentir su efecto.
b)Fatiga muscular.- Este factor actúa como coadyuvante de algún otro,
sumando su efecto. La resistencia a la fatiga depende de un buen estado
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muscular y un funcionamiento armónico de todos los músculos sobre una buena
base de soporte. Los músculos sometidos a tensiones trabajan mal y se fatigan
precozmente. Generalmente el grupo supinador el que claudica y un pie valgo
plano se instala. Aún con un pie normal y un peso adecuado los músculos se
fatigan cuando son sometidos a un trabajo por encima de su resistencia: esta
será menor cuanto menor la edad del niño. En una serie de medidas tendientes a
evitarla asienta el tratamiento profiláctico del pie plano. La fatiga muscular
actúa como factor desencadenante en la primera infancia por someter al niño al
esfuerzo de marchas para las que el pie no está suficientemente desarrollado; en
la segunda infancia es la realización de ciertos juegos con la falta de control
propia de la edad y la ejecución de danzas, y en la adolescencia la práctica de
deportes y ejercicios inadecuados y la estación de pie y marchas prolongadas.
c) Reposo prolongado.- Es un hecho de observación frecuente la instalación
de un pie plano en niños que comienzan a caminar después de un reposo
prolongado en cama. Afecciones clínicas u ortopédicas obligan al niño a
permanecer en cama durante meses, determinan por desuso una debilidad
muscular e hipotonía con aplanamiento de su bóveda.
2A.2.2- Descarga anormal del peso corporal
a) Práctica de danzas. Insistimos en considerara la práctica de danza,
sobre todo de punta, altamente perjudicial para el pie del niño. No
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concebimos cómo aún hoy, y muchas veces por indicación médica, se intenta
corregir un pie plano por su ejecución. El pie para efectuarla es colocado en
equinismo y en ligera pronación. La primera circunstancia estimula sobre todo
el tríceps y al mismo tiempo coloca en la mortaja tibioperónea la parte más
angosta del astràgalo, lo que trae aparejado una cierta inestabilidad articular; la
segunda circunstancia determina que las tensiones de descarga del peso
corporal sean arrojadas sobre la parte interna del pie. Agréguese a esto la
práctica de saltos y la fatiga muscular y se podrá comprender porque
percibimos formalmente la práctica de la danzas clásicas. Existen, desde luego,
niños con pies bien equilibrados, con buenos músculos y ligamentos tensos,
capaces de soportar la agresión que la danza ocasiona.
b) Calzado inadecuado. El uso del calzado tiene sus particularidades en las
distintas edades para que no trabe el desarrollo normal del pie ni obstaculice su
función. El sólo hecho de llevar calzado, aún el más adecuado, el desarrollo del
pie se perturba por la restricción de movimientos (Sachithanandam y Joseph,
1997).
Desde un punto de vista general, consideramos a un niño mal calzado
cuando no usa el tipo de zapato que corresponde a su edad, su forma no es
anatómica o el número es inadecuado. En lo referente a la horma, ésta debe
adaptarse al pie y no el pie al zapato como muy comúnmente ocurre en las
adolescentes. Un zapato estrecho, corto o puntiagudo, comprime y apelotona
los dedos y al trabar sus movimientos debilita los músculos. Desplaza los dedos
sobre todo el gordo hacia
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afuera, marcando esta desviación el comienzo de un hallux valgus, situación
que se agrava cuando el pie está debilitado por un primer metatarsiano corto,
una hipermovilidad de su primer segmento metatarsiano o un metatarso varo
primo. El desplazamiento interfiere en la acción muscular y en el normal
apoyo; aquellos sometidos a tensiones inadecuadas se debilitan y ceden y se
instala un pie plano anterior y un valgo plano. El roce y el mal apoyo producen
hiperqueratosis y molestias que obstaculizan aún más la función normal. Todas
estas situaciones se agravan cuando el adolescente empieza a usar zapatos con
tacón alto y estrecha base de apoyo. En cuanto al uso del número adecuado
debemos manifestar que es común que el niño tal requisito no se cumpla. En
resumen, un mal calzado, sobre todo cuando existen factores predisponentes
puede ser desencadenante de una serie de afecciones, terminando con el correr
del tiempo por convertir al pie, de un órgano activo y eficiente, en uno pasivo
asiento de sufrimientos.
b) Afecciones diversas. Pueden ser las causantes de dolores y molestias. El
niño para evitarlas o atenuarlas apoya el pie en forma inadecuada, las
tensiones de descarga se alternan, los músculos se fatigan, los ligamentos
ceden y un pie valgo plano puede ser la consecuencia. A veces se observa
que el pie plano es el lado opuesto a la afección, lo cual es explicable por el
exceso de trabajo impuesto al mismo al disminuir el tiempo de apoyo para
atenuar el dolor.
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La sola mención de la misma permitirá comprender su acción patógena,
un dedo en martillo, hallux valgus, quinto dedo varo, uña encamada, verrugas
plantares, etcétera.
2.4.2.3. - Desequilibrio muscular
Como consecuencia de lesiones del sistema nervioso puede producirse
desequilibrios entre los distintos grupos musculares que gobiernan al pie por
parálisis, peresias o espasmos que determinan a veces un pie plano (Kissel y
col., 1995).
a) Enfermedad de Heine Medin. Su instalación no depende exclusivamente
de las parálisis o paresias, sino también intervienen en su génesis las
contracturas del grupo pronador y la acción del peso corporal.
Las parálisis o paresias que más comúnmente determinan un valgo
plano son los de los tibiales posterior y anterior. Con la sola parálisis del tibial
posterior o combinada con el anterior, perdida la acción eminentemente
elevadora de la bóveda plantar interna que como vimos a propósito de los
soportes del pie le está asignada al primero, la cabeza del astràgalo bajo la
acción del peso cae hacia abajo y adentro. Anulados los músculos supinadores,
el sustentaculum tali desciende y el calcáneo se evierte en forma tal que su
cara interna mira hacia abajo y su porción anterior se desplaza ligeramente
hacia fuera y atrás, movimiento este último que efectúa al mismo tiempo que el
cuboides, solidario con los
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metatarsianos que se desplazan en abducción. Contribuyen a este resultado la
gravedad y la acción supinadora de los peroneos sin oposición. La abducción
del metatarso es la consecuencia del desplazamiento del astràgalo hacia abajo,
adentro y adelante, de la eversión del calcáneo con desplazamiento posterior y
de la acción de los peroneos. Cuando el paralizado es el grupo anterior de la
pierna, el pie se coloca en equino valgo por la perdida de la acción supinadora
del tibial anterior con conservación de los peroneos. El valgo será más
acentuado si el tibial posterior se halla comprometido.
La resultante de las parálisis, paresias, contracturas, gravedad y
deformaciones no sólo del pie sino de todo el miembro, da lugar a numerosas
situaciones en que el pie se desplaza en valgo.
b) Parálasis espasmódica. Las parálisis espasmódicas en los niños
generalmente son de origen central por hemorragia cerebral o traumatismo
obstétrico. Las formas localizadas al pie son raras, pueden acompañar a una
hemiplejía o a una monoplejia. Generalmente el pie adopta una posición en
varo equino, a veces se observan formas en equino valgo; la deformación en
valgo plano es excepcional. El espasmo muscular lleva al pie a la posición
viciosa y la fija, siendo precoces las deformaciones óseas.
La espina bifida puede determinar pies planos muy marcados; su origen
es la mielodisplasia concominante.
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2.4.2.4. - Osteítis de los huesos del tarso
De vez en cuando se observan en el niño pies planos secundarios a una
osteoartritis tuberculosa del tarso, una osteomielitis o cualquier otro proceso
infeccioso que destruya la arquitectura ósea del mismo, causa principal del
aplanamiento de la bóveda plantar acelerada por la contractura muscular.
2.4.2.5. - Traumatismos
Pies valgos planos traumáticos por fracturas maleolares con diastasis
tibioperóneas y desplazamiento en valgo, luxación mediotarsiana, etc., es
excepcional en la infancia; los secundarios a fracturas mal consolidadas de los
huesos del tarso no se observan en el niño. El pie plano traumático es
patrimonio casi exclusivo del adulto.
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2.5.- VARIEDADES DE PIE PLANO EN EL NIÑO.
Creemos que todo intento de clasificación de las distintas variedades de
pie plano carecería de valor práctico pues la división tendría que fundarse sólo
en aspectos parciales del problema. La mayoría de los autores que se han
ocupado del tema se limitan a la descripción de los diversos tipos de pie plano
sin tratar de agruparlos o clasificarlos. Se han propuestos sin embargo algunas.
Los autores clásicos clasifican por lo general al pie plano dividiéndolo
en congènito y adquirido, pero encaran el estudio de este último desde el punto
de vista clínico, separándolo en tres variedades: 1o flácidos, 2o contracturado y
3o artrósico.
Hauser (1953) de acuerdo a la etiología los separa en congénitos,
estáticos, traumáticos y paralíticos.
Santoja (1992) define las formas clínicas de los pies planos de la
siguiente forma:
Pie plano convexo congènito que se ve al nacer, es la forma de pie por
plano astràgalo vertical (Kissel y col., 1995).
Pie plano infantil, es el mas frecuente y se observa al comenzar la
marcha. Tiene una evolución bastante imprevesible.
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Pie plano del adolescente es un pie rígido donde se aprecia espasticidad de los
músculos peroneos y suele ser doloroso.
Existe otra clasificación muy similar a la anterior, la misma se
denomina como pie plano de la primera y segunda infancia, de la adolescencia
y del adulto.
Podrá apreciarse lo diverso de las clasificaciones, grupos o tipo en que
se han dividido los pies planos. Todos adolecen del defecto de ser encarados
enfocando al problema desde un solo punto de vista. Hacer una clasificación
que abarque a los distintos tipos de pie plano en una forma global, resulta
imposible. Por ello nos limitaremos a describir las cuatro formas que el niño
adopta con carácter de verdaderos cuadros clínicos: congénitos, paralíticos,
estáticos esenciales y espásticos y contracturados. Se estudiarán por separado
todos los pies planos en los que se hallen presentes alguno o varios de los
factores que hemos descripto como predisponentes.
Al examinarlos desde el punto de vista clínico lo haremos bajo los
títulos de “pie valgo plano con (el factor en consideración)”. Por la preposición
“con” queremos significar que la anomalía acompaña a un tipo de pie plano
que generalmente es el estático esencial. El alcance del valor de aquella para
llegar a ser el verdadero factor patogénico determinante de la afección es difícil
de dilucidar. ¿Podría el pie plano en cuestión haber sorteado una hipotonia
transitoria o una hiperelasticidad ligamentosa sin el “handicap” desfavorable
que la presencia de la
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anomalía comporta? ¿Qué valor patológico tiene cada una de ellas cuando se
presentan en forma simultánea? ¿Es la anomalía en cuestión lo suficientemente
seria e importante para poder considerarla como verdadero factor causal del pie
plano en estudio y colocar preposición “por” en lugar de la preposición “con”?.
Indudablemente todas estas preguntas son de difícil respuesta. Ante el caso
clínico el médico tendrá que valorar todos los factores que pueden haber
intervenido en su producción y poder así clasificarlo adecuadamente. Ante un
pie plano, el médico muchas veces tendrá que proceder con criterio de juez
para poder delimitar, culpar y tomar las medidas correspondientes.
2.5.1. - PIE CONVEXO CONGÈNITO Y PIE PLANO VALGO
CONGÈNITO
Previamente al estudio de estos tipos de pie, creemos necesario definir
la situación de cada un de ellos y el alcance de la denominación “pie plano
congènito” bajo la cual se han descripto una serie de afecciones de los más
dispares.
Entendemos por “pie convexo congènito” una seria afección del pie que
se presenta desde el nacimiento y que está caracterizada por. 1 clínicamente
presentar la planta del pie convexa y el antepie en valgo realizándose una
verdadera inversión de la bóveda plantar, 2 radiológicamente muestra un
astràgalo verticalizado con su cabeza encajada entre un calcáneo en equinismo
y un antepié en flexión dorsal y
Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
207
abducción plano (Kissel y cols, 1995; Chadha, 1997); 3o anatómicamente, por
la presencia de anomalías musculares, retracciones tendinosas y ligamentosas
que fijan la deformidad; 4o la coexistencia frecuente de otras anomalías
orgánicas y 5o su tendencia a persistir y rebeldía a los tratamientos; cuestión
esta que nos hace pensar de su probable origen endógeno, embrionario. Esta
afección es raramente observada.
Por “pie plano valgo congènito” se entiende a una afección más
frecuente que la anterior, caracterizada por presentar: Io clínicamente un valgo
talo de todo el pie con disminución o desaparición de su bóveda; 2o
radiológicamente se observa un ordenamiento óseo próximo al normal
(Chadha, 1997); 3o anatómicamente no presenta anomalías musculares ni
retracciones tendinosas severas; 4o la ausencia por lo común de otras anomalías
y 5o su tendencia a la mejoría con rápida respuesta a los tratamientos simples;
caracteres todos que nos dicen de su probable origen exógeno por compresión
mecánica.
2.5.1.1. - Pie convexo congènito
Esta deformación del pie ha sido descripta bajos nombres muy diversos:
“Pie plano reflejo”, “Pie plano congènito”, “Pie plano valgo congènito”, “Pie
plano valgo convexo”, Pie convexo valgo” y otros nombres más.
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
208
La denominación de Pie convexo congènito (Ruiz, 1953) marca los
hechos más salientes: la convexidad de la planta y su origen congènito, sin
prejuzgar sobre su etiopatogenia. La deformidad se presenta desde el momento
del parto y puede afectar a ambos pies, siendo por lo general más marcada en
uno de ellos.
El aspecto es muy característico, la planta del pie se presenta convexa,
hallándose su cúspide a nivel de la articulación mediotarsiana; La cabeza del
astràgalo descendida forma relieve en el borde interno. Todo el pie se presenta
desviado en valgo, pero la pronación del antepie es más acentuada que la del
talón. El antepie por lo común se halla en abducción, por lo que el eje
longitudinal del pie forma un ángulo abierto hacia fuera cuyo vértice
corresponde a la articulación de Chopart. El pie se presenta flexionado sobre la
pierna; cuando la dorsiflexión es marcada se observa una depresión por delante
del maléolo externo que se prolonga sobre el dorso del pie; este surco es debido
a la ausencia de la cabeza del astràgalo desplazada hacia abajo y adentro. Los
tendones del extensor común de los dedos, de los peroneos y de Aquiles,
retraídos y acortados forman relieve debajo de la piel (Thordarson y cols.,
1995; Cohen-Sobel y cols., 1997, Lowy y cols, 1998). Estas desviaciones son
fijas; todo intento de corrección manual muestra su irreductibilidad. Libradas a
su evolución espontánea, las deformidades se mantienen. Cuando el niño
comienza a pararse, la dorsiflexión se corrige parcialmente, pero todas las otras
desviaciones se acentúan. El borde interno del pie, convexo, la cabeza del
astràgalo hace marcada procidencia. La marcha lógicamente se efectúa en
forma irregular, el equilibrio es inestable, se caen con
Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
209
facilidad y se fatigan rápidamente. A pesar de todo no acusan dolores en
épocas tempranas. El examen radiográfico muestra una estructura ósea muy
característica. El astràgalo se halla muy verticalizado, su eje mayor se prolonga
con el eje de la tibia o apenas forma un ángulo de 160° a 170. Su cabeza
dirigida hacia la planta parece encajarse entre las sombras del calcáneo y del
cuboides. El calcáneo se hala dirigido hacia abajo y adelante, pero como
equinismo es menor que el del astràgalo, sus ejes longitudinales forman un
ángulo abierto hacia atrás, variable entre 50° y 90°; la interlínea
astrágalocalcanea adoptará una forma triangular a base posterior. El tarso
anterior y el metatarso se hallan desplazados dorsalmente en un grado variable,
los que con el retropie en equino forman un ángulo a seno abierto hacia arriba.
En el ángulo de flexión, que corresponde a la articulación mediotarsiana, puede
observarse en los niños mayores, cuando el núcleo de osificación del
escafoides ha aparecido, que este hueso se halla luxado sobre la parte posterior
del cuello del astràgalo. Es decir, existe una verdadera subluxación dorsal del
tarso anterior a nivel de la articulación de Chopart. La articulación
astrágaloescafoidea totalmente luxada, da lugar en esta zona a la formación de
una angulación patológica a seno dorsal de 90°. En el movimiento dorsoplantar
se observa que el eje longitudinal del astràgalo se halla desviado hacia delante
y adentro; con el calcáneo, que puede ser anteroposterior o hallarse ligeramente
desviado hacia fuera, forma un ángulo variable de seno anterior. El cuboides se
halla colocado por delante de la apófisis mayor del calcáneo, desplazado
ligeramente hacia fuera. El eje del antepie se encuentra en abducción con
respecto al talón.
Tesis Doctoral Fernando Jesús Del Sol Santiago
210
El tipo descripto constituye la forma más acentuada de pie convexo
congènito. Existen formas menos marcado en las que el astràgalo está menos
verticalizado, los disturbios anatómicos son menos acentuados y su
irreductibilidad es menor.
Ya en 1937 Galeazzi, describe las alteraciones anatómicas producto de
la disecación de algunos de estos pies, siendo confirmadas por hallazgos
operatorios. Existen modificaciones en cuanto a la forma de la posición de los
huesos del tarso, (el astràgalo tiene una conformación de tipo fetal),
retracciones ligamentosas y tendinosas, siendo las más comunes las del
extensor común de los dedos, las de los peroneos y Aquiles, (Cohen-Sober y
cols, 1997; Thordarson, 1995) y a veces inserciones anómalas.
Es común observar otras anomalías orgánicas en los niños portadores de
un pie convexo congènito. Se han descripto sindactilias, ausencia de dedos en
los pies y manos, luxación de cadera, pie varo equino del lado opuesto,
ausencia de rótula, anomalías de la columna vertebral, rigideces congènita
múltiples, etcétera. La presencia de estas anomalías, habla a favor de la teoría
de que el pie convexo congènito es una alteración estructural endógena, vicio
primario de conformación que interesa tanto al esqueleto como a las partes
blandas. Sobre esta anomalía primaria podrían influir compresiones
intrauterinas. Algunos autores (Kissell y cols, 1995, Sullivan y cols, 1999)
creen que la deformación que nos ocupa pueda deberse a detenciones de
desarrollo, apoyándose entre otros hechos en la conformación fetal del
astràgalo y en
Tesis Doctoral Fernando Jesús Del Sol Santiago
211
la verticalización normal del mismo en el segundo mes de la vida fetal.
Reimers, 1995 ha destacado que siendo los músculos retraidos, el tríceps, el
extensor común de los dedos y los peroneos, la retracción del primero podría
explicarse por una simple adaptación a una actitud viciosa de3terminada por
una detención de crecimiento, mientras que la de los segundos, intervalos
ambos por el ciático poplíteo externo podría ocasionarla una lesión de su centro
medular, o una retracción- adaptación” a una actitud viciosa intrauterina. El
gran número de teorías sobre la patogenia del pie convexo congènito, nos dice
que en realidad sus verdaderas causas son desconocidas. Lo probable, es que se
trate de una alteración primaria del germen sobre la que podrían actuar factores
intrauterinos de compresión. Las anomalías que lo acompañan y la rebeldía a
los intentos correctores, carácter genérico de las lesiones, vendría en apoyo de
aquella. 2.5.1.2.- Pie plano valgo congènito
En la mayoría de los textos, el tipo de pie que nosotros denominamos
“pie plano valgo congènito” no es descripto por separado. Algunos estudian
conjuntamente con el pie convexo congènito como una variedad del mismo.
Dado que sus características clínicas, radiográfica y anatómicamente lo separan
del pie que acabamos de describir, por lo que debe ser perfectamente
deslindado. La evolución, el pronóstico y tratamiento, son totalmente distintos
(Horton y cols, 1998).
Tesis Doctoral Fernando Jesús Del Sol Santiago
212
La forma en que puede presentarse es variable. A veces, es un valgo
más o menos marcado del todo el pie. Este, salvo esa desviación, tiene una
conformación normal. Con frecuencia el valgo se asocia con una flexión dorsal
de todo el pie, constituyendo una deformación en valgo talo (O’Malley y cols,
1995; Meyerson y cols, 1995; Mosca, 1995; Petje y cols, 1997). No hay señales
de bóveda plantar interna, presentándose la planta del pie muy plana pero
nunca convexa. Por maniobras de reducción manual se comprueba una
resistencia elástica que puede ser vencida con facilidad. Muy comúnmente la
desviación en valgo talo o en valgo se presenta en solo pie, comprobándose en
el opuesto desviaciones variables, casi siempre en varo equino. Entre los
antecedentes del parto puede a veces recogerse el dato de que la pérdida de
líquido amniotico fue es escasa.
El examen radiográfico muestra una estructura muy diferente a la del
pie convexo congènito. El eje mayor del calcáneo, horizontal (pie valgo) o
dirigido hacia arriba y adelante (valgo talo); el astràgalo en el primer tipo
tiende verticalizarse, pero sin alcanzar nunca los 160° a 180°, presentes en el
pie convexo congènito; en el segundo tipo el astràgalo adopta una posición
horizontal. El eje del antepie y tarso anterior continúan al del talón. No se
observa nunca la subluxación dorsal en la mediotarsiana, uno de los rasgos
distintivos del pie convexo congènito; el arco longitudinal interno hállase
desaparecido. Muy frecuentemente cuando se lo examina, inmediatamente
después del parto, el niño tiende a colocar sus piernas, o sea las lleva con
facilidad a la posicion que tenian
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
213
en el claustro materno. Es posible entonces explicarse que el motivo de las
deformidades presentes sea una compresión intrauterina.
El pie plano valgo congènito tiene buen pronóstico. Muchos casos curan
espontáneamente en un tiempo relativamente corto. Cuando se le ayuda con
medios ortopédicos su curación rápida es la regla.
Por todo lo expuesto podrá apreciarse que la división realizada en pie
convexo congènito y pie plano valgo congènito es lógica, estando de acuerdo
con la clínica.
2.5.2. - PIE VALGO PLANO PARALÍTICO
La poliomielitis anterior aguda o enfermedad de Heines Medin es la que
más comúnmente determina en la infancia pies planos paralíticos al atacar
algunos grupos musculares.
Las deformaciones no son debidas únicamente a las paresias o parálisis
de los músculos de la pierna y del pie; a su acción se agrega la del peso del
cuerpo, contracturas del grupo pronador, desviaciones del eje del miembro y
parálisis de músculos alejados. El análisis de todo este conjunto de factores que
según su predominio o combinación podrán determinar pies en los que se halle
presente una pronación o un aplanamiento de su bóveda, desbordan los
alcances de este trabajo.
Tesis Doctoral Fernando Jesús Del Sol Santiago
214
Los tipos de parálisis que pueden dar lugar a una desviación en valgo o
plano valgo son los siguientes: Io Parálisis aislada del tibial anterior; 2o
Parálisis aislada del tibial posterior; 3o Parálisis de los tibiales; 4o Parálisis de
los tibiales y del grupo extensor y 5o Parálisis de varios músculos de la pierna.
No concretaremos a examinar los pies valgos planos por parálisis o paresias de
los tibiales.
Según sea el grado en que estos músculos estén comprometidos, variará
la posición del pie.
Los casos debido a una paresia pueden confundirse con un pie valgo
plano esencial.
Las parálisis aisladas del tibial anterior son comunes, quizá la más
frecuentes de las unimusculares. Determinan un valgo discreto del retropie que
se acentúa si los peroneos y el extensor común de los dedos están
contracturados. El pie al mismo tiempo se coloca en ligero equinismo al
hallarse anulada la acción flexora dorsal del tibial anterior. La inserción
terminal de este músculo a nivel de la primera cuña, explica que su falta
determine una caída del antepie, que se traduce por un aumento del arco
longitudinal interno y deformación en gatillo del dedo gordo por tironeo del
extensor propio del mismo dedo. Cuando el niño se para, el pie se coloca en
ligera pronación con la bóveda plantar interno conservada o parcialmente
disminuida. La acción de la gravedad contribuirá a que las desviaciones
progresen. La marcha se efectúa en forma inestable, entrando el pie en contacto
con el suelo por la punta.
Tesis Doctoral Fernando Jesús Del Sol Santiago
215
La parálisis aislada del tibial posterior es rara. En estos casos, el pie se
presenta en pronación con su bóveda plantar disminuida. Bajo la acción de la
gravedad se instala un pie plano acentuado con desaparición completa del arco
longitudinal interno (Ivonane y cols, 1995); la cabeza del astràgalo sumamente
procidente y valgo del retropie. El aplanamiento es explicable teniendo en
cuenta acción eminentemente elevadora de la bóveda, que según se ha
observado es atribuida a este músculo.
Cuando la parálisis compromete a los dos tibiales, el cuadro clínico que
presenta es una combinación de los descriptos en las parálisis aisladas (Herrera
y col, 1971). Tanto la pronación como el aplanamiento son muy acentuados. El
equinismo es mucho menos intenso por la ausencia de la acción flexora plantar
del tibial posterior, pero, en cambio, el valgo es más acentuado por mayor
preponderancia de los peroneos, desaparecidos sus antagonistas. La marcha se
efectúa con una marcada inestabilidad del retropie; el apoyo se hace por su
borde interno formándose con el tiempo una callosidad en el sitio en que la
cabeza del astràgalo hace procidencia. En las formas graves se agrega una
inestabilidad de la articulación tibiotarsiana que unida a la de la subastragalina,
trastornan seriamente la marcha. Si no se toman medidas la presión funcional
de la carga aumentará progresivamente la deformidad.
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
216
2.5.3.- PIE PLANO CON HUESO TIBIAL EXTERNO
Es una anomalía congènita que merece ser descripta aparte, porque
configura un verdadero cuadro clínico.
El nombre de hueso tibial externo bajo el cual se lo conoce comúnmente
en nuestro medio, indica con la denominación de “tibial”, la zona ósea del pie
sobre la que está situado y “externo” por corresponder, al parecer, a una
antigua nomenclatura de los ejes.
Primeramente cartilaginoso su centro de osificación comienza en edades
variables (7 a 10 años) terminando por completar su osificación en la
adolescencia. Es el más común de los huesos accesorios del pie, pudiendo ser
uni o bilateral. Se halla situado a nivel del tubérculo del escafoides, ya sea
adosado o formando una verdadera articulación, la mayor parte de las veces,
unido por una sindrosis que con el crecimiento termina por osificarse, siendo
en esos casos difíciles de diagnosticar si se trata de tal eventualidad o de un
escafoides con tubérculo muy desarrollado (Orrit, 1997).
El tendón del tibial posterior puede tomar inserciones en él, deslizarse
sobre el mismo o englobarlo por completo, circunstancia rara esta última
(Ivnane y cols, 1995; Kitaoka b y cols, 1997).
Su tamaño es de lo más variable, desde un grano de arena, formas
denominadas abortivas, hasta el de una aceituna, en los casos bilaterales
Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
217
generalmente de tamaño desigual. De forma redondeada, oval, semilunar o
piramidal, se halla situado generalmente en la parte posteroinferior del
tubérculo al que prolonga hacia atrás y adentro. A veces el tubérculo del
escafoides donde se inserta se halla hipertrofiado en forma de gancho,
abrazando en parte la cabeza del astràgalo.
El examen de pie permite comprobar en su borde interno, a nivel del
sitio correspondiente al tubérculo del escafoides, una saliencia ósea más o
menos marcado, según sea su desarrollo y situación. Con el niño de pie y
cuando la pronación del retropie es pronunciada, se observa la existencia de
tres saliencias óseas correspondientes la posterosuperior al maléolo tibial, la
anterosuperior a la cabeza y la anteroinferior a la cabeza del astràgalo y la
anteroinferior al escafoides accesirio. La piel que lo recubre se encuentra
generalmente enrojecida y engrosada por el roce del calzado. Cuando es
voluminoso y no se halla soldado al escafoides puede ser tomado entre los
dedos imprimiéndole pequeños movimientos.
Su coexistencia con un pie plano es desde largo tiempo conocido. Hoy
en día la mayoría acepta que su presencia determina una alteración en las
líneas de fuerza del tibial posterior, repercute desfavorablemente en la estática
y dinámica, condicionando un pie valgo plano. Debemos agregar, que la acción
patogena puramente mecánica que condiciona su presencia, se agregan, a
veces, fenómenos dolorosos a su nivel que pueden determinar la eclosión de un
pie plano valgo o la agravación de uno ya pre-existente. Los dolores pueden
tener origen diverso. A veces una simple inflamación producida por el roce del
calzado (Frey y cols.,
Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
218
1993), otras un traumatismo que determina un verdadero esguince a nivel del
sitio de inserción del prehallux. La mayoría de las veces el dolor parte de la
instalación de fenómenos de osteocondrosis que se inician durante el
crecimiento, similar en todo a lo observado en otras regiones. La afección
adquiere entonces verdadero carácter clínico conociéndosela bajo el nombre
de “hueso tibial externo doloroso”. Se aprecia en estas circunstancias una
infiltración rojiza y caliente de las partes blandas que recubren el hueso. La
presión sobre el mismo es dolorosa, la marcha es claudicante, teniendo el niño
tendencia a apoyar el pie por su borde externo para evitar la presión del zapato
en la zona que exacerba los fenómenos dolorosos locales, agregando otros
nuevos de artritis dependientes de una mala descarga estática, pudiendo
comprobarse a veces ligera contractura. El pie por tales razones se aplana o
acentúa un aplanamiento preexistente. Creemos que además de las causas
antedichas interviene otra a la que se le atribuye gran valor y es la instalación
de una insuficiencia o paresia refleja del músculo tibial posterior. Los dolores
ceden generalmente con el reposo y el tiempo, teniendo la afección un carácter
cíclico. Pero el pie plano queda constituido.
2.5.4.- PIE PLANO CON DEFECTOS DE DESARROLLO DE LOS
HUESOS DEL TARSO
Ya hemos examinado en el capítulo de Anatomofisiopatogía, cuáles son
las anomalías de orden congènito que pueden considerarse como factores
predisponentes en la aparición de un pie plano; en qué
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
219
consiste y cuál es su mecanismo patogénico. Quedó establecido que algunas de
ellas persisten la duda sobre si se trata de anomalías congénitas o alteraciones
de desarrollo condicionadas por una distribución inadecuada de las presiones
de peso debidas a un pie plano preexistente. Es lógico pensar que por la
naturaleza de las mismas adquieran mayor valor con los años y que anomalías
compensadas durante la infancia, puedan manifestarse con el tiempo de por sí,
o por la aparición de factores desencadenantes.
Las anomalías de desarrollo del escafoides se exteriorizan clínicamente
recién en la segunda infancia (Prichasuk y col, 1995). Los signos son similares
a los descriptos por la existencia de un hueso tibial externo. Las partes blandas
que lo cubren se inflaman a veces por roce del calzado lo que hace confundir
el cuadro con un escafoides con fenómenos de osteocondrosis.
Dentro de las anomalías de desarrollo del astràgalo la persistencia de
este hueso de la conformación fetal con el cuello largo e inclinado hacia abajo
y adentro, es la causa de ciertos tipos de pie plano (Ponseti, 1981).
Corresponderían a este cuadro esos pies valgos planos de niños que desde
pequeños presentan en la bipedestación una cabeza de astràgalo sumamente
procidente, formando un segundo maléolo interno y en los cuales las
condiciones de tono muscular y tensión ligamentosa no explican un grado tan
acentuado de desplazamiento. La inhabilidad del pie para funcionar
adecuadamente como base de soporte y palanca de propulsión se manifiesta
precozmente, pudiendo observarse niños de
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
220
alrededor de cinco años que ya comienzan a quejarse de dolores difusos del
pie, y cansancio en las pantorrillas, evitando ciertos tipos de juegos y
marchas. Son pies valgo planos sumamente rebelde al tratamiento. Los
medios kinésicos consiguen a veces a mejorarlos parcialmente,
desapareciendo la sintomatologia subjetiva. En la adolescencia persisten
asintomáticos, pero otras veces se agravan por lo que hay que recurrir al
tratamiento cruento.
Dockery (1995), nos describe un pie plano flexible del adolescente, el
cual se exteriorizaría en la adolescencia por un astràgalo con una
conformación similar a la que hemos descripto como fetal. La alteración en la
forma del astràgalo sería la responsable de un desequilibrio funcional del pie,
lo que explicaría el fracaso del tratamiento conservador en estos casos. El
acortamiento del borde interno y el alargamiento concomitante del externo,
colocaría al grupo supinador en condiciones de funcionar normalmente,
impidiendo la reaparición del plano valgo.
2.5.5.- PIE PLANO CON ANOMALÍAS DEL PRIMER SEGMENTO
METATARSIANO
Su naturaleza y mecanismo han sido analizados; por ello nos
concretaremos al estudio clínico. Trataremos de dilucidar el valor de estas
anomalías en la patología podàlica infantil.
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
221
2.5.5.1.- Primer metatarsiano corto
Clínicamente se revela la mayoría de las veces por un primer dedo
más corto que el segundo. Desplazando los dedos hacia arriba y apoyando el
pulgar con fuerza hacia atrás sobre las cabezas de los metatarsianos, se
comprueba que la del gordo es más posterior.
La radiografía dorsoplantar confirma lo apreciado clínicamente. Los
acortamientos pequeños son sólo revelables por este examen.
También sobre esta anomalía se plantea un carácter hereditario
predominante.
2.5.5.1. - Situación retrasada de los sesamoideos de la articulación
metatarsofalángica del dedo gordo
Los sesamoideos se visualizan radiográficamente recién alrededor de
los nueve años estando cubiertos en la proyección dorsoplantar por la epífisis
del metatarsiano.
Aunque en estudios que se han realizados de estos huesos, no se han
observados desplazamientos, es lógico admitir que tal situación, puede ser un
factor predisponente a su instalación.
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
222
2.5.5.3.- Aumento de la movilidad del primer segmento metatarsiano
Ante su presencia, cabe la duda de si se trata de un carácter congènito o
de origen atávico, o si por el contrario es una situación adquirida de distensión
ligamentosa secundaria a un pie plano preexistente determinado por cualquier
factor. Es lógico pensar que estas circunstancias, por ejemplo en un pie
pronado por una debilidad muscular, al arrojar durante el funcionamiento
mayor tensión sobre su arco longitudinal interno, lo distienda y termine por
hacer ceder a los ligamentos en que se afirman su pilar anterior.
Clínicamente debe ser buscada con el niño sentado y colocando el pie
en ángulo recto sobre la pierna, tomando y fijando el retropie y los cuatros
metatarsianos con una mano, mientras que el pulgar de al opuesta se empuja
hacia el dorso de la cabeza del primer metatarsiano. El movimiento
experimentado por éste debe ser pequeño en el pie normal. En los pies planos
en general, comparando este movimiento con el de los demás metatarsianos
buscado por maniobra similar, se ve que está aumentado. Pero se observan
casos en que evidentemente la movilidad es muy acentuada.
Radiografías obtenidas en bipedestación y en proyección dorsoplantar,
se observa la anomalía en estudio por un aumento de la separación entre las
extremidades proximales del primero y segundo metatarsiano y de la primera y
segunda cuña (Rodriguez y cols., 1980).
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
223
En las tres anomalías examinadas del primer segmento metatarsiano al
fallar éste como puntal de descarga del peso, sobre todo durante la marcha, una
gran porción de él es arrojada y soportada por el segundo metatarsiano
relativamente más largo. Las consecuencias de este trabajo sobreimpuesto es la
hipertrofia del mismo, traducida íadiológicamente en una mayor osificación y
en un aumento de su grosor con corticales ensanchadas. En los niños mayores
se observa un aumento de la opacidad, nunca hipertrofia del metatarsiano;
probablemente también aquí sea necesario que transcurra un tiempo más largo.
2.5.5.4.- Primer metatarsiano varo
Esta anomalía del primer segmento metatarsiano es muy común.
Generalmente la desviación es poco acentuada siendo lo raro los casos muy
marcado.
Sobre el origen de la misma se han vertido una serie de hipótesis. Las
más aceptadas son las que atribuyen la misma a una detención de desarrollo del
pie o le confieren un carácter atávico. Como hemos visto en el capítulo de
filogenia, el pie del mono arborícola estaba dotado de un primer metatarsiano
fuertemente desviado hacia adentro y con gran movilidad, situación que se fue
modificando en las diferentes etapas evolutivas que se ha seguido el pie. El
estudio ontogénico mostraba también una evolución similar. Vimos también
que en le pie del recién nacido presenta un discreto primer metatarso varo y
hallux varas, pero
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
224
esta situación normalmente es transitoria y cuando el niño inicia la marcha,
usualmente el primer dedo se halla colocado paralelo o muy próximo al
segundo. Clínicamente la anomalía ya constituida se observa con todas las
características: el primer dedo desviado hacia adentro hallándose separado del
segundo por un amplio espacio, encontrándose muchas veces una
hipermovilidad del primer segmento metatarsiano. Examinando el niño en
bipedestación la desviación se hace más evidente. La radiografía dorsoplantar
muestra el primer metatarsiano desviado en varo formando en su base un
ángulo abierto hacia adentro con la primera cuña. Podrán apreciarse los signos
de hipermovilidad cúneo-metatarso- escafoidea que generalmente lo
acompañan.
En una etapa ya más avanzada, al ser dedo gordo empujado por el
calzado hacia el primer espacio interdigital, un hallux valgus se constituye.
Creemos necesarias algunas consideraciones de diagnóstico diferencial
con tres deformaciones del antepié, en las cuales a veces se ha confundido el
metatarso varo primo. Estas son: primero, el metatarsus latus\ segundo, el
metatarsus varus y tercera el hallux valgus.
El metatarsus latus también conocido bajo el nombre de pie ancho o
ensanchado, pie plano anterior o transverso, etcétera, consiste, en un primer
estadio en una separación en abanico de los metatarsianos, siendo el espacio
interóseo mayor entre el cuarto y quinto, por lo que este último se desplaza
hacia fuera, y entre el segundo y primero, por lo que el dedo
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
225
gordo se coloca en varo. Pero es raro observarlo en este período (Sullivan,
1999). Bien pronto la debilidad muscular o ligamentosa, a las que se atribuye
esta entidad conjuntamente con el uso del zapato, tienden a conformar un
quinto dedo varo y un hallux valgus. La evolución posterior irá
transformándolo en un pie plano anterior. Lo que debemos plantear que los
mismos factores etilógicos que han determinado la formación de un metatarsus
latus pueden condicionar la instalación de un pie plano valgo.
El metatarsus varus también conocido bajo el nombre de pie aducto, es
una deformación de carácter congènito consistente en una aducción e inversión
de la parte anterior del pie. Llama la atención la marcada angulación entre el
primer metatarsiano y el primer cuneiforme, el hallux varus generalmente
acentuado con el primer dedo largo y la tendencia a caminar desviando las
puntas de los pies hacia adentro. En las formas severas el retropié generalmente
se encuentra en supinación; en ciertos casos, más raros, puede acompañarse de
un valgo acentuado del retropie. Las formas leves pasan a veces desapercibidas
en el nacimiento, volviéndose más acentuadas con el tiempo.
El hallux valgus es una afección ordinariamente adquirida, raramente
congènita. Comienza a manifestarse ocasionalmente en forma precoz, a lo siete
u ocho años, iniciando su verdadera evolución en la adolescencia. La influencia
de un calzado antifisiológico y el taco alto, son factores patogénicos de primer
orden en un pie predispuesto. El
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
226
haìlux valgus en una afección que se asocia frecuentemente al metatarso varo
primo, al metatarsus latus y al pie plano valgo.
2.5.6. - PIE PLANO CON SUPINACIÓN DEL ANTEPIE
La descripción de este cuadro clínico débese a Hohmann quien le
denominó "contractura de la articulación subastrágalina anterior". Manifiesta
haber comprobado en lactantes con antepie supinado " contracturas aisladas de
la articulación de Chopart, sin participación de la astrágalocalcánea, que
podrían ser de origen congènito": Al examen el antepie se presenta en
supinación mientras que el retropie se halla en posición neutra, pudiendo
imprimirse a este último movimiento de pronosupinación de amplitud normal.
Por el contrario, el antepie supinado, con su primer metatarsiano en situación
más dorsal que los restantes, acusa una fijeza que impide su corrección,
consiguiéndose ésta en forma aparente a expensas de un arrastre en valgo del
retropie. Por eso, para pesquisar la citada contractura, se debe fijar al talón con
una mano mientras la otra trata de corregir la supinación. En el lactante resulta
difícil resulta comprobar desde el punto de vista clínico, la contractura de la
articulación de Chopart. Como fue visto en el capítulo de pie normal del niño,
éste presenta a veces en el momento de su nacimiento una supinación de todo el
pie, traducción de la posición dentro del claustro materno. En algunos de estos
niños la supinación del antepie era más marcada que la del retropie; quizá una
rigidez ligera de la
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
227
Chopart fuera encontrada, pero es muy difícil observar una contractura franca.
Cuando el niño afectado por la anomalía que nos ocupa comienza a
caminar, se produce una caída en valgo del retropie, único mecanismo que
permite que la cabeza del primer metatarsiano se ponga en contacto con el
suelo si el antepie se halla supinado y rígido.
Al examen con el niño sentado se observa el antepie en supinación y el
retropie en posición neutra. Fijando con una mano al talón en ligero varo al
tratar de colocar el primer metatarsiano a la altura del quinto, se encuentra una
resistencia evidente. En la bipedestación se comprueba que el retropie se vuelca
en pronación, mientras el segmento metatarsiano se halla en situación normal.
Su frecuencia es escasa, sin embargo debe conocerse perfectamente la
entidad en estudio para su tratamiento adecuado, ya que la misma requiere de
medidas especiales.
2.5.7.- PIE PLANO CON FUSIONES DE LOS HUESOS DEL TARSO
Según Petje y cols. (1996) la fusión anormal entre dos huesos del tarso
puede ser ósea, cartilaginosa o fibrosa, recibiendo respectivamente los nombres
de sinostosis, sincondrosis y sindesmosis. Puede afecta a
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
228
casi todo el esqueleto tarsiano exteriorizándose desde el nacimiento
acompañando a un pie plano congènito, o más tarde, por lo que consideramos a
ciertos tipos dentro de los factores predisponentes de la afección que relatamos.
Aunque sus manifestaciones clínicas y mecanismos patogénico son
variados, como ya se ha visto, es conveniente agrupar a todas estas anomalías
en un mismo capítulo, describiéndolas por separado. Pueden presentarse en un
solo pie o en ambos, ser únicas o asociadas.
2.5.7.1. - Sinostosis calcaneocuboidea
Es una afección sumamente rara, puede presentarse como lesión única o
acompañada por otras sinostosis o anomalías. Sobre su etiología se han vertidos
variadas teorías.
La multiplicidad de las lesiones y bilateralidad que puede acompañar
esta afección, la concomitancia de rigideces interfalángicas en las manos y la
presencia de lesiones similares en la madre, hablan de origen congènito y
hereditario.
2.5.7.2. - Sinostosis astrágaloescafoidea
Según la literatura, los relatos de esta fusión casi siempre se asocia con
otras anomalías, es muy difícil observarlo de forma pura. Cuando
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
229
esta se presenta aislada, nunca interfiere en la conformación de los arcos del
pie, siendo escasas o nulas las molestias que acarrea hasta la edad adulta, en
que debido a una tensión creciente sobre la articulación escafocuneana, se
instalan en la misma signos de artritis (Yerheyden, 1997).
Lo común es que la sinostosis astrágaloescafoidea esté asociada a otras
anomalías, debiendo incriminarse a éstas al aplanamiento del pie.
2.5.7.3. - Fusión calcáneoescafoidea
La sinostosis calcáneoescafoidea coexiste con el pie plano. A pesar de la
frecuencia de esta anomalía en un gran número de pies valgo espásticos, casi
siempre es pasada por alto por muchos autores (Kitaoka e y cols). 1997).
La fusión ósea que nos ocupa es conocida bajo la denominación de
"barra calcáneo escafoidea", en virtud del aspecto radiográfico que presenta de
barra tendida entre el proceso anterior del calcáneo y la porción ínferoexterna
del escafoides. Puede tratarse de un puente óseo completo (sinostosis),
cartilaginoso (sincondrosis), fibroso (sindesmosis) o llegando a ponerse ambos
huesos en contacto, formar una verdadera articulación (anfiartrosis).
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
230
Clínicamente esos pies que han sido aparentemente normales duiante la
infancia, se manifiestan en la adolescencia por instalarse un pie valgo o valgo
plano doloroso con todas las características de que describimos a propósito de
"pie valgo espástico peroneo". En la mayor parte de los mismos se encuentra
una barra calcáneoescafoidea o un puente calcáneoastrágalino. La circunstancia
determinante del espasmo puede ser un traumatismo, el trabajo excesivo o
cualquier otro factor que disminuya o vulnere la resistencia de las estructuras
del pie. Colocados en reposo, bajo la acción del calor, el dolor y el espasmo
generalmente desaparece, pero lo común es que al tiempo vuelvan a reaparecer.
La anomalía puede ser uní o bilateral y presentarse sola o asociada a una
sinostosis calcáneoastragalina. No todos los pies que la presentan van
indefectiblemente al espasmo doloroso, a veces son bien toleradas.
2.5.7.4. - Fusión calcáneoastragalina
La fusión del sustentaculum tali con la porción inmediata del astràgalo, lo
mismo que la anteriormente descrita puede tratarse de una sinostosis, una
sincondrosis, una sindesmosis o formar una articulación accesoria.
Las manifestaciones clínicas de la presencia de un puente
calcáneoastragalino, son similares a las de la barra calcáneoescafoidea.
Generalmente pasa desapercibida hasta la adolescencia o poco antes, en que por
factores extrínsecos (sobrecarga, exceso de trabajo, traumatismo,
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
231
etcétera) se pone en evidencia bajo la forma de un pie valgo espástico doloroso.
El arco plantar interno esta casi siempre conservado, la sinostosis al fijar al
astràgalo impide su rotación. Desaparecido el espasmo muscular reflejo por el
calor y el reposo, se podrá comprobar una falta de movilidad de la articulación
calcáneoastrágalina. Fijando la pierna y tomando con la otra mano el talón, los
movimientos de pronosupinación que se le quieran hacer ejecutar al mismo son
muy pequeños, efectuándose a nivel de la garganta del pie.
Siempre que exista un pie valgo espástico o rigidez del talón debemos
sospechar de la existencia de la anomalía que nos ocupa.
2.5.8.- PIE PLANO CON ANOMALÍAS CONGÉNITAS
2.5.8.1. - Conformación de la articulación tibioastragalina
Una serie de anomalías en la conformación anatómica de la horquilla
maleolar pueden ser factores que predispongan a la instalación de un pie valgo
plano.
2.5.8.2. - Ausencia congènita del peroné
Esta anomalía a veces es hereditaria, es la más frecuente de todas las
ectromelias longitudinales. La falta del peroné puede ser parcial o
Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
232
total. En el primer caso, el defecto puede asentar a nivel de los tercios superior,
medio o inferior. Comúnmente acompañan a la ausencia congènita del peroné,
ya sea total o parcial, modificaciones marcadas en la conformación de la tibia
(atrofia, aplanamiento, incurvaciones, etcétera), de la rodilla (atrofia del cóndilo
externo, ausencia de ligamentos o de la rótula, etcétera), y del pie. Las lesiones
observadas en este último consisten en una ausencia de dedos y de los
metatarsianos correspondientes, comúnmente el cuarto y el quinto, sindactilias,
fusiones de los metatarsianos, sinostosis de dos o más huesos del tarso y
ausencia del astràgalo; lesiones todas ellas que modificarán profundamente la
conformación del pie que siempre se presentará desde el nacimiento con
marcada desviación en valgo.
2.5.8.3. - Malformación tibiotarsiana de Volkmann
El pie presenta características muy similares al pie talo valgo paralítico,
pero aquí su causa es una deformación congènita maleolar y no una parálisis
muscular. De vez en cuando se observan formas esbozadas; los casos típicos
son raros.
2.5.8.4. - Aplasia congènita del maléolo tibial
Constituye en realidad una variedad de la anomalía anteriormente
analizada, en la que se agrega una aplasia del maleolo interno.
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
233
2.5.8.5.- Alteraciones del eje de la mortaja tibioperónea
Algunos pies valgo planos presentan un defecto congènito del maléolo
peroneo. Este se hallaría desplazado hacia delante, lo que al alterara el eje
transversal de la articulación tibioastragalina condicionaría un pie valgo plano.
Se observa este desplazamiento en niños mayores portadores desde sus
primeros años de un pie valgo plano acentuado y en forma más marcada en los
pies valgos planos paralíticos.
2.5.8.5. - Pie plano con alteraciones de los ejes del miembro inferior.
Pie plano raquítico
Como se ha visto en el capítulo de Fisiopatologia, toda alteración en los
ejes del miembro inferior por un genu valgo o varo, incurvaciones de la tibia y
rotaciones en cualesquiera de sus segmentos, son factores predisponentes para
la instalación de un pie valgo plano.
En el niño estas deformaciones juegan un papel de mucha importancia,
pudiendo ser en las formas acentuadas, verdaderos factores determinantes de un
pie valgo plano. En general todas estas desviaciones tienen una acción
interdependiente con la alteración del pie, siendo muchas veces imposible
determinar cuál es el causante, por eso el tratamiento debe estar dirigido en
ambos sentidos. Si intentamos curar el
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
234
pie plano de un niño portador de un genu valgo, lo probable es que fracasemos
sino tratamos concomitantemente.
En lo referente al genu valgo debemos tener presente que puede existir
en el niño un genu valgo relativo, y como tal debe considerarse, por ejemplo,
una separación de los maléolos tibiales de cinco centímetros a los dos años. En
estas circunstancias la separación de los miembros, dada la inseguridad de la
marcha, propia de esta edad, agrava aún más la situación y lo probable es que
la desviación de las rodillas aumente y un pie valgo plano se instale.
En los primeros años de la vida cierto número de genu valgo y pies
valgo planos responden a una etiología raquítica (Kissel, y cols. 1995).
Cualesquiera de estas desviaciones podrán ser la única exteriorización aparente
de la enfermedad, pero comúnmente se hallan asociadas a otros signos de su
complejo cuadro sintomatológico. La hipotonía muscular y la disminución de
la resistencia ósea y la hiperelasticidad ligamentosa, juegan un papel
principalísimo en la génesis del pie plano. Los huesos del pie se deforman si el
niño no es colocado en reposo mientras se toman las medidas terapéuticas de
orden general (Chao y cols). 1996), quedando constituido un pie plano valgo
rebelde, con deformaciones marcadas como secuela de su afección. La
proporción de pies planos raquíticos ha disminuido marcadamente en los
últimos años. A pesar de esto, el número de pies planos ha aumentado
enormemente (Peterson, Debe tenerse presente que la distrofia raquítica al
originar una hipotonía, al relajar los ligamentos, al disminuir la resistencia del
tejido
Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
235
óseo y la alterara los ejes de los miembros, condiciona situaciones estáticas que
son la causa de pies planos de la primera infancia.
El genu valgo o varo puede aparecer puede aparecer en la adolescencia,
sólo o acompañado a un pie plano valgo.
Las torsiones o rotaciones del eje longitudinal de los miembros
inferiores y su relación con el pie plano, aún está algo confusa. En un pie
normalmente conformado, al recibir la tensión de descarga del peso del cuerpo,
ésta es arrojada hacia el lado interno. El astràgalo es el encargado de soportarla
y transmitirla en parte hacia abajo, hacia el calcáneo; este último entra en ligera
pronación con lo que sus carillas superiores se oblicua hacia abajo y adentro,
permitiendo un deslizamiento del astràgalo en ese sentido. Como este hueso se
halla fijo en la horquilla tibioperónea, el movimiento de giro interno del
astràgalo sólo factible si la horquilla, y por consiguiente todo el miembro, lo
acompaña. En síntesis, al cargar un pie normal, el retropie experimenta un
suave desplazamiento en valgo y la pierna una ligera rotación interna, que la
oposición muscular y la tensión ligamentosa mantienen dentro de los límites
normales, mecanismo compensador que cuando falla determina la instalación
de un pie valgo plano flácido. Quizá esta rotación interna fisiológica, por un
lado, y la contrapresión del suelo, por otro, generen corrientes de fuerza que en
la tibia en crecimiento determinan la rotación externa normal (5 a 20°) que se
observa en el adulto y que no presenta el niño al nacer (0o), hallándose, a veces,
por el contrario, una ligera rotación interna. (Ivonane y cols, 1995).
Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
236
Las rotaciones internas del eje del miembro inferior son las que
usualmente interfieren alterando el equilibrio estructural del pie. Puede
localizarse en cualquiera de sus segmentos y hay que investigarlas en todos los
casos. El mejor modo de visualizarlas es examinar al niño parado con sus pies
ligeramente separados y paralelos; en tal posición las rótulas deben mirar
directamente al frente. Por el procedimiento inverso, es decir, de colocar los
miembros con las rótulas mirando adelante se podrá calcular el grado de
rotación por medición del ángulo abierto hacia delante que separa el eje
anteroposterior de ambos pies. (Normalmente en el niño que ha terminado su
crecimiento, entre 5 y 20o): Esta rotación interna podrá estar localizada a nivel
de la cadera, de la garganta del pie, con desplazamiento anterior del maléolo
peroneo cuyo valor ya discutimos, y de la tibia. Estas últimas son las que más
nos interesan desde nuestro punto de vista. Comúnmente al genu varo
acompaña una verdadera rotación interna de la tibia con su cúspide de torsión a
nivel de la mitad inferior. El mismo tipo de torsión se observa en las
incurvaciones raquíticas a concavidad interna.
Existe otro grupo de torsiones que son más frecuente en la niñez, que
tiene su cúspide de torsión a nivel de la rodilla. Estas rotaciones han sido
descritas como rotaciones externas de la tibia. Tal es la exteriorización de la
rotación. En efecto, examinando el niño en bipedestación con las rótulas
mirando al frente, sus pies se hallan separados formando un ángulo variable
que llega a veces hasta los 90. En realidad, lo que en esta forma se exterioriza
es una rotación interna de
Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
237
la rodilla y no una externa de la tibia, que al ser corregida determina la
separación de los pies. La marcha en estos casos tendría que efectuarse con los
pies abiertos hacia delante, pero lo común es que estos niños tiendan a corregir
la desviación rotando hacia adentro todo el miembro. Esta circunstancia es la
que determina en realidad el valgo del retropie.
Por último quisiera destacar que el tono muscular juega un importante
papel en la posición de los miembros inferiores. La actitud erecta condicionada
por un buen tono lleva implícita una oposición a la rotación interna de todo el
miembro inferior por la acción de los poderosos músculos rotadores externos
de la cadera.
2.5.9. - PIE PLANO CON TENDÓN DE AQUILES
El valor que se asigna al acortamiento del mecanismo de flexión plantar
como causa del pie plano, es variable. Hay autores que le hacen desempeñar un
papel principalísimo (Cohen-Sobel y cols, 1995). La etiología de este
acortamiento es también discutida. Para algunos podría tratarse de un
acortamiento congènito del tríceps (Reimers y cols), 1995).
Las anomalías congénitas en la conformación del calcáneo y del
astràgalo, lo que traería un aporte óseo insuficiente de la cabeza del astràgalo
Este hecho y una laxitud aumentada en las articulaciones tarsianas privarían al
tríceps de las tensiones de presión que normalmente
Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
238
facilitan su elongación. Por otra parte el acortamiento del tendón de Aquiles
sería secuencia del pie plano valgo de distinta variedad. Según (Sullivan, 1999)
no debe tener un origen congènito, ya que en estudios que se han hecho en
lactantes, jamás se han encontrado tal acortamiento, excepción hecha de los
casos de pie plano convexo congènito, entidad bien definida por una serie de
hechos en los que la retracción del tríceps es uno de ellos. La cortedad del
Aquiles acompaña a una serie de pies Zambos congénitos pero no tiene nada
que ver con el pie plano. Cuesta también aceptar que una hiperactividad de los
músculos de la pantorrilla pueda ser la causa. El tríceps podrá adquirir mayor
volumen y potencia pero no tiene que acortarse (Reimers, 1998; Hernández,
1987). Por otra parte, todos aquellos que practican deportes o trabajos que
exigen una hiperactividad de los músculos flexores plantares, como son los
ciclistas, tendrían que estar frecuentemente afectados de pies planos. Nos
parece más lógico admitir que la retracción del tríceps sural sea secundaria a
cualquier tipo de pie valgo plano en el que el calcáneo pronado y basculado
disminuya su tensión sobre el músculo, determinando en último término su
retracción y acortamiento.
En los niños mayores con pie valgo planos flácidos instalados en la
primera infancia es más frecuente, pero no común, observar el acortamiento del
Aquiles. La retracción del tríceps sural debe indagarse en todos los casos de
pies planos. Su corrección será indispensable si se quiere restablecer la bóveda.
La forma de buscarla es con el niño acostado, con la pierna en extensión
completa, tomando el pie a mano llena y colocándolo en supinación, para
eliminar los movimientos en la
Tesis Doctoral Fernando Jesús Del Sol Santiago
239
subastragalina y medio tarsiana. Normalmente en el niño la flexión dorsal
pasiva debe alcanzar los 80°.
2.5.10. - PIE VALGO PLANO ESTÁTICO ESENCIAL
El pie valgo plano estático esencial es al más común de todas las
afecciones del pie. Se lo ha descripto bajo distintos nombres: "pie plano
esencial", "estático", "funcional", "idiopàtico", etcétera. Creemos que esta
denominación es la más aceptada. Con el término "valgo plano" expresamos la
deformidad que le es más común y el orden en que por lo general se instala,
con "estático" traducimos un hecho clínico que le es característico, el de
aparecer la desviación con el pie sometido a las tensiones de descarga del peso
corporal, recuperando la situación normal cuando aquella cesa, y con "esencial"
involucra nuestra inseguridad, por no decir ignorancia, sobre el mecanismo
íntimo patogénico de esta afección.
El pie valgo plano estático esencial puede aparecer con características
parecidas en cualquier momento de la vida, primera o segunda infancia,
adolescencia o en el adulto. Muchas veces el pie plano instalado en la primera
infancia continuará durante el crecimiento y perdurará en la adolescencia,
pudiendo ser un punto evolutivo final el pie artrósico deforme del adulto.
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
240
La razón mecánica determinante del desarrollo de un pie valgo plano
estático es en esencia un desequilibrio entre su capacidad o resistencia y los
esfuerzos inherentes a sus funciones de soportar el peso del cuerpo y de
propulsarlo cuando se desplaza. El desequilibrio podrá deberse a una
disminución de la resistencia o capacidad de las estructuras del pie o a un
aumento de trabajo. En el primer caso, debilidad real, puede localizarse en
cualquiera de sus estructuras: huesos, músculos, ligamentos.
El niño se diferencia del adulto no sólo por su tamaño sino por su
constitución. Con el crecimiento, que comporta no sólo una mayor altura, sino
una modificación en la proporcionalidad de las partes, y con el desarrollo,
entendiendo por tal las modificaciones evolutivas en los órganos y en las
funciones, esas diferencias disminuyen progresivamente hasta la edad adulta.
Los factores que llegan a este organismo en evolución, estimulando, frenando o
alterando su desarrollo, varían según el momento evolutivo y muchas veces sus
respuestas estará condicionada al mismo. Algunos de estos factores actúan
durante todo el desarrollo, otros son propios o cobran mayor intensidad en
determinado momento.
Separándonos un poco de las clasificaciones clasicas sobre los distintos
períodos de la niñez y en mérito a la mayor claridad, abordaremos el estudio del
pie plano valgo estático esencial en la primera y segunda infancia y en la
adolescencia, profundizando en cada uno de estos períodos los factores
etiológicos que priman. En el primer período o primera infancia están incluidos
los niños hasta la edad de tres años,
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
241
límite máximo que aceptamos para considerar que los pies de éstos, en su
desanollo evolutivo normal, han corregido las desviaciones apreciadas en el
momento del nacimiento, como restos de su transformación ontogénica o
posición intrauterina. El segundo período o segunda infancia, se extiende desde
los tres años hasta alrededor de los trece años en los varones y doce en las
mujeres. El límite extremo del mismo está marcado por el comienzo de la
pubertad, época en que se inicia el último empuje de crecimiento. El tercer
período o de la adolescencia alcanza desde la pubertad hasta el momento en que
el niño ha completado su desarrollo físico, alrededor de los 16 años en la mujer
y 18 en el varón. Epoca ésta de intensa actividad constructiva y regulada por el
impulso de una serie de estímulos, entre los que el sistema neuroendócrino juega
un papel principal.
2.5.10.1.- Pie valgo plano estático esencial en la primera infancia
En páginas anteriores nos hemos referido ya al pie normal del niño en la
época que comienza a mantenerse de pie y a caminar, por lo que no
insistiremos. Recordemos que la plasticidad del pie, con su esqueleto en su
mayoría cartilaginoso, sus ligamentos elásticos y sus músculos poco entrenados
para cumplir adecuadamente sus funciones, unida a la separación de los
miembros para compensar un sentido de equilibrio escasamente desarrollado,
determinan la aparición de un pie valgo estático que puede considerarse
fisiológico (Hernández, 1987; Latev y col. 1987; Popov, 1988). Difícil resulta
deslindar lo fisiológico de lo patológico. La acentuación de la diferenciación del
grado de pronación
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
242
del retropie y valgo del tobillo, se considera como sospechosas de ser las
primeras manifestaciones de un pie valgo plano estático esencial (Mosca, 1995).
Los niños que padecen de esta deformidad son posibles de medidas profilácticas
de orden general y local que tiendan a disminuir las tensiones de carga, que de
continuar actuando inadecuadamente sobre sus débiles estructuras en desarrollo,
las deformarán y distorsionarán (Popov, 1988). La reducción de peso en los
niños con sobrecarga (Churchill y col, 1998), la aplicación de un plan de
intervención mediante ejercicios físicos, el uso de calzado adecuado, será
medida valiosas que ayudarán a sortear este desequilibrio estático transitorio.
Varias circunstancias son las que condicionan la evolución ulterior normal del
pie. El desarrollo del sentido del equilibrio que al disminuir la separación de sus
miembros traslada las tensiones de descarga de peso hacia el punto más externo,
con los que músculos actúan en una forma más eficiente; la disminución de la
tensión de los ligamentos aumenta su resistencia; la aparición de nuevos núcleos
de osificación que confieren al pie una estructura más compacta y las
modificaciones en su forma inherentes a su desarrollo normal. Hechos todos que
en esta etapa del pie humano se cumplen en forma gradual y progresiva,
actuando la función como estímulo.
Son muchos los factores que pueden interferir en este normal proceso
evolutivo retardando o impidiéndolo, fijando situaciones preexistentes. Al fallar
la respuesta a los estímulos de la gravedad y marcha, las tensiones de descarga
continuaián gravitando sobre el borde interno del pie, estirando los ligamentos,
distendiendo y debilitando los músculos. Este fracaso del desarrollo noimal
determinará que el pie
Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
243
plano fisiológico del niño que inicia la marcha se continúe con el pie débil y con
un pie valgo plano estático esencial, que podrá continuar como tal hasta la edad
adulta. Estos factores forman parte de los que ya se han estudiado como
predisponentes y determinantes de pie plano: las anomalías en la conformación
de los huesos que disminuyen la resistencia de la estructura ósea y alteran la
función normal del eje de los miembros, la debilidad muscular, debiendo tener
presente la acción nociva de las enfermedades infecciosas, las distrofias, el
raquitismo, la sobrecarga grasa, la marcha demasiado precoz y el uso de un mal
calzado. De todos estos factores hay uno sobre el que insistiremos aquí y es la
hiperelasticidad articular, al se le asigna un papel preponderante en la génesis
del pie valgo plano estático esencial. Sus efectos se hacen sentir desde la
primera infancia y perdura toda la vida. Al referimos a la hiperelasticidad
articular lo hacemos tomando en consideración no solamente los ligamentos y
cápsula, sino todo ese conjunto de elementos que constituyen lo que se
denomina "capa fibroneural" de las articulaciones. Capa constituida por la
cápsula, ligamentos, músculos y tendones que gobiernan a la articulación y aún
el periostio y el hueso.
El examen de la mayoría de estos niños afectados por un pie valgo plano
estático de la primera infancia, descubre una gran hiperelasticidad de todas las
articulaciones (Horton y cols), 1998). Al imprimir al pie movimientos pasivos se
percibe inmediatamente una exagerada amplitud de los mismos. El examen de
otras articulaciones muestra idénticos signos de flojedad de sus ligamentos. Con
facilidad, por flexión pasiva del antebrazo, la mano contacta con el hombro; al
hiperextender los
dedos de la mano llegan a colocarse paralelos al antebrazo y a veces a
ponerse en contacto; hiperextensión del codo y rodilla, son todos
signos que demuestran que nos hallamos ante un niño cuyos
ligamentos tienen una flojedad anormal. Recordemos que los
ligamentos junto a la cápsula de la articulación aportan un 47 por
ciento aproximadamente de la resistencia total del movimiento (Jhons
y Wriht, 1962). Es por ello que juega un papel importante en la
determinación de la amplitud máxima de movimiento de una
articulación. Son niños a los que se le estira con facilidad la piel del
tronco, Pero dejaremos esta característica; retomemos la
hiperelasticidad articular. ¿Cuáles son los límites normales de la
elasticidad ligamentosa? Las fibras elásticas presentan cambios físicos
y biomecánicos específicos como resultado del envejecimiento.
Pierden su elasticidad y experimentan otras alteraciones las cuales
parecen ser las responsables de la perdida de la elasticidad y de una
instalación en intensidad de la rigidez relacionadas con el
envejecimiento (Bick, 1961; Gosline, 1976; Shubert y Hamerman,
1968). A los dos años normalmente los ligamentos deben tener cierta
resistencia elástica, y alrededor de los seis lo usual es que se haya
perdido una gran parte de la elasticidad primitiva, disminución que
continuará durante toda la vida. Creemos que la elasticidad tiene un
límite amplio, cuyos puntos extremos en más y en menos entran dentro
del terreno de lo patológico.
2.5.10.2.- Pie valgo plano estático esencial en la segunda infancia
El niño portador de pie valgo plano en la segunda infancia podrá ser el
mismo que terminamos de estudiar en la primera, cuya
244
Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
245
deformación perdura por no haberse modificado las causas que le han dado
origen, o porque aún desaparecidas éstas el pie no ha podido llegar a adquirir la
foima abovedada. Son estos últimos principalmente los que obtienen reales
beneficios con el tratamiento bien instituido (Klaue, 1997). En otros niños se
verá agravada su afección por la aparición de factores desencadenantes propios
del segundo período.
Pero al margen de estos casos que deben considerarse etapas diferentes
del mismo proceso, existen niños en que el pie plano valgo estático aparece en
la segunda infancia. Un gran número de ellos con vicios en la conformación
normal de sus pies, factores predisponentes que pudieron ser salvados en la
primera infancia, claudican ante la menor agresión. Otros sin la menor labilidad
de sus estructuras, en los que se instala un pie valgo plano por la sola acción de
factores determinantes. Estos, en la segunda infancia se hallan comprendidos
entre los que originan una debilidad muscular y ligamentosa y los que
determinan una descarga anormal del peso corporal (Sachithanandam y Joseph,
1995).
Cuando nos referimos a la hiperlasticidad articular consignamos que
fisiológicamente ésta se iba perdiendo con el correr de los años y decíamos que
lo usual es que a los dos años se hubiera adquirido cierta resistencia elástica, y
alrededor de los seis se hubiera perdido una gran parte de la elasticidad
primitiva, disminución que continuará durante toda la vida (Alter, 1990). La
característica del tejido conectivo en la edad infantil es la riqueza de fibras
elásticas y la pobreza del tejido fibroso y
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
246
en el sistema muscular la riqueza del sarcoplasma (Bick, 1961; Gosline, 1976;
Shubert y Hamerman, 1968).
Son muchos los factores que sobre el pie valgo plano estático actúan.
Nos concretaremos sólo al análisis de uno.
2.5.10.3.- Pie valgo plano estático esencial en la adolescencia
Es común observar niños bien constituidos que al llegar a la pubertad
comienzan a crecer en forma rápida, agregándose a menudo al aumento de peso
que este crecimiento lleva implícito, el acarreado por una sobrecarga grasaS
(Sachithanandam y col, 1995). Son niños que se fatigan con facilidad, irritables,
manifestando los padres que concomitantemente con estos trastornos han
notado un déficit en el rendimiento escolar. Al mismo tiempo podrá observarse
una franca debilidad muscular e hiperelasticidad ligamentosa. La observación
somatoscópica nos muestra un pie plano valgo flácido, a veces una escoliosis,
otras un genu valgo, no siendo rara la asociación de desviaciones. El cuadro
podrá presentarse en forma incompleta.
En base exclusiva a la observación clínica, tenemos la impresión de que
las alteraciones de los tejidos derivados del mesénquima que configuran todos
esos cuadros de que el pie valgo plano constituye un síntoma más son más
manifiestas en la primera infancia sobre la porción
Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
247
cápsuloligamentosa y a medida que avanza en edad priman sobre el aparato
muscular.
En todos los adolescentes en que se instale un pie valgo plano estático
debe buscarse y tratarse el probable desequilibrio que le ha dado origen.
2.5.10.4. - Falta de estímulos naturales
Atribuimos a este factor un papel fundamental en la génesis del pie
valgo plano esencial. Creemos que él debe buscarse la explicación del
incremento que ha tomado la afección en los últimos años (Gil, 1990). Los que
han realizado estudios en poblaciones escolares, para detectar deformidades y
los posibles factores de riesgo en el pie plano, habrán notado que los que no
desarrollan ninguna actividad física son más susceptibles a la instalación de la
deformidad, todo lo contrario sucede con aquellos criados en sitios con espacios
abiertos, donde puedan practicar sus juegos al aire libre y al sol, en estos
últimos sin lugar a duda observaremos niños con una constitución y un
desarrollo físico distinto. Las condiciones inherentes a la vida moderna en que
el niño desde sus primeros años se ve limitado en el ejercicio físico natural que
los juegos reportan, trayendo esto consigo un aislamiento por completo de toda
radiación solar, siendo estos factores determinantes de un estado de debilidad
muscular y de laxitud de los ligamentos que acarrean con frecuencia un pie
plano. Del Sol y cols., en 1990, ya consignaban esta
Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
248
observación: muchos niños con sobrepeso y con insuficiencia de sus juegos,
son futuros pies planos.
La falta de ejeicicios determina indudablemente un menor desarrollo
muscular, pero debe influir gran parte en el cuadro de disminución de
estímulos naturales sobre la mesénquima. En suma creemos firmemente que el
incremento del número de niños afectados por pies planos es un tributo que la
humanidad paga a la vida moderna.
2.5.11.- PIE VALGO ESPÁTICO PERONEO - PIE PLANO VALGO
CONTRACTURADO
La presentación de esta afección por lo general es en los adolescentes
donde se observa, es muy raro observarlo ante de la pubertad. Esta afección
puede aparecer en niños en quienes la afección por lo común no había
determinado ningún signo subjetivo apareciendo en forma más o menos brusca
con dolores y contracturas. También puede aparecer producto de la instalación
de pies valgos planos bilaterales y uno de ellos se haga espático y doloroso. En
ambos casos el cuadro puede aparecer consecutivamente a un esfuerzo
inusitado de sus pies, bipedestación o marchas prolongadas (Herrera y col.,
1971; Lowy, 1998), generalmente por razones de trabajo o deportivas, a un
traumatismo o esguince, o en forma espontánea sin ningún antecedente previo.
A veces existen antecedentes de calambres o dolores a nivel de la pierna.
Cuando la aparición es gradual los dolores se van acentuando, cediendo con el
Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
249
reposo, para reaparecer con la marcha. Cuando se instala el espasmo es difícil
que íetioceda, los dolores se agudizan y el sujeto camina con los miembios
sepaiados apoyando sobre todo el tacón del lado afectado, pues el apoyo en el
antepie exacerba aquellos.
Si observamos al niño sentado, se podrá comprobar que el pie, o ambos,
si la lesión es bilateral, se hallan en una posición marcada de valgo; a veces se
observan los tendones peroneos y del extensor de los dedos que contracturados
forman relieve bajo piel. El arco longitudinal interno se halla a veces
conservado, otras disminuido. La palpación permite comprobar puntos
dolorosos variables a nivel del seno del tarso, de la interlínea de la articulación
medio tarsiana e inmediatamente por debajo de los maléolos. Todo intento de
movilización demuestra lo intenso del espasmo muscular que fija al pie en
pronación. Si se trata de forzarlo a la supinación, el sujeto acusa dolor y el
relieve de los tendones de los músculos contracturados se hace más evidente.
Tomando la parte inferior de la pierna con una mano e imprimiéndole a la
misma movimientos laterales, se comprueba que el pie sigue a aquella en una
sola pieza, sin experimentar los movimientos pendulares normales en un pie
blando.
Examinando el paciente en bipedestación, el pie se mantiene con el
mismo grado de pronación o aun se exagera, el tiiángulo de Hubscher es bien
marcado, el borde externo se separa del plano de apoyo y el arco longitudinal
externo se acentúa tironeado por la cuerda de los peroneos.
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
250
El arco longitudinal interno puede conservar su altura normal; la bóveda
aparentemente se halla disminuida pero este aspecto es debido a la pronación
marcada del retropie con el borde externo evertido y el arco longitudinal que
puede ser más alto que lo normal; la impresión plantar se parece a la del pie
cavo por la falta de apoyo del borde externo del pie. Puede diferenciársela, sin
embargo, porque el límite externo de la impresión del talón y antepie no se
encuentra en una misma línea recta, como en el cavo, sino que convergen hacia
adentro. Otras veces la bóveda plantar interna se halla evidentemente
disminuida o desaparecida, siempre con contractura y valgo del retropie.
En lo que respecta a la contractura muscular; Lowy, 1998 describe una
contractura aislada de los peroneos, otros agregan a la anterior una contractura
del extensor común de los dedos y del tibial anterior (Thordarson y cols, 1995).
La patogenia de la contractura en el pie "plano valgo contracturado" es
atribuida también a una artritis dolorosa de varias articulaciones tarsales que
determinan "espasmos musculares protectores". Como en la posición de valgo
las articulaciones tarsianas se entreabren, el espasmo de los peroneos se acentúa
para separarlas y el pie se coloca en valgo marcado (Lowy, 1998). Al progresar
la artrosis de esas articulaciones se fijarán en esa posición haciéndose
permanente el espasmo peroneo. Este último tipo de pie, se observa en niños en
plena adolescencia. Son los casos de pies artrósicos precoces del adulto que
comienzan en la pubertad.
Tesis Doctoral Fernando Jesús Del Sol Santiago
251
La evolución y el pronóstico de estos distintos tipos de pie son variables.
En los que se encuentra una fusión anormal, una vez aparecido el espasmo,
sometido el paciente a reposo y tratamiento a través de la cultura física
terapéutica, aquél desaparece (Popov, 1988). Queda lógicamente cierta rigidez
del retropie. Tomando medidas que impidan nuevas injurias y mejorando las
condiciones musculares sobre la base del tratamiento antes mencionado, estos
pies pueden continuar sin nuevas manifestaciones dolorosas.
El pie plano valgo contracturado tiene mal pronóstico; generalmente los
procesos artrósicos siguen evolucionando.
Tesis Doctoral Femando Jesús Del Sol Santiago
252
2.6.- SEMIÒTICA DEL PIE PLANO
2.6.1.- FRECUENCIA
La semiótica del pie plano en el niño comporta el análisis de todos los
síntomas y signos que acompañan a sus diferentes tipos. Un estudio conjunto
desde este punto de vista carecería de claridad y valor práctico.
Desarrollaremos este capítulo de acuerdo al orden y método que hemos
seguido a lo largo de todas nuestras investigaciones en el examen del pie de los
niños y niñas para detectar la probabilidad de ser portador de un pie plano.
De los más de 4000 niños que hemos examinado en los últimos diez
años, nos permitió comprobar la existencia de pies valgos o planos en un gran
números de niñas y niños, además de detectar otras cuestiones referentes a sus
pies, tales como: desviaciones de los mismos, deformaciones del calzado,
dolores, descenso o desaparición de su bóveda plantar interna, etcétera.
Casi toda las estadísticas extranjeras coinciden sobre el enorme número
de niños y niñas afectados por pies planos. The National Center for Health
Statistics informó en su momento que 4.621.000 de la población de los Estados
Unidos presentaba pies planos o algún problema en sus arcos plantares
(Peterson, 1994).
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
253
Otro estudio realizado en los Estados Unidos, refleja que el gran por
ciento de los pacientes que asistieron a las consultas de ortopedia, estaban
precisamente relacionado con los pies planos y en otros casos con la
inestabilidad de los arcos plantares (Gould y col, 1980).
Morton, 1924 en la introducción de su trabajo fundamental sobre “La
evolución del arco longitudinal del pie humano” manifiesta: “El pie moderno
del hombre civilizado como una perfecta estructura mecánica es casi siempre
una excepción”, y más adelante: “Desordenes en el pie son más común de los
trastornos físicos de los pueblos civilizados, con la sola excepción de los
trastornos dentales”.
Del análisis de lo planteado anteriormente surge la conclusión de que el
pie plano es en sus diversos grados una afección sumamente común, y que hoy
son más las niñas y niños que la padecen, que los que tienen estructura pédica
que pueda considerarse anatómicamente normal. La trascendencia social de
esta afección es importantísima por los efectos nocivos que puede acarrear con
el tiempo para la vida y actividad del individuo. De ahí la necesidad de la
implantación de medidas profilácticas, instruyendo sobre las mismas al público,
a los padres y sobre todo a los profesores de Educación Física.
Para todo aquel que se ocupe de las afecciones del pie, es piemisa
indispensable conocer perfectamente la anatomía y fisiología normales de las
extremidades inferiores.
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
254
De acuerdo al plan propuesto, desarrollamos el estudio semiológico del
pié a las niñas y niños que se le detectaron portadores de pie plano.
En el interrogatorio que se le hizo a los padres de los niños portadores
de pie plano, que serían objeto de un plan de intervención a través de las clases
de Educación Física, manifestaron la deambulación tardía o las caídas a
repetición, la marcha poco armónica y elástica, a menudo con las puntas de los
pies dirigidas hacia fuera, las deformaciones del calzado, la ausencia de la
bóveda plantar interna, la desviación del tobillo hacia adentro así como el
síntoma doloroso a nivel de sus pies y otros a nivel de las pantorrillas que,
después de marchas, a veces, lo despertaban por la noche en forma de
calambre.
Lo otro que se hizo fue una observación somatoscopica general, que
incluía examinar los miembros inferiores, buscando todos los trastornos que
puedan estar asociados a la afección que nos ocupa. Si del examen surgía la
presunción de que el estado general de salud del niño tiene alguna relación con
la afección de sus pies, se le efectuaba un estudio clínico completo por un
especialista, no debemos olvidar que muchas veces el pie sufre trastornos
locales por una afección de orden general y por lo mismo nada lograremos con
el ti atamiento del pie mientras no se modifique aquélla.
El estudio del pie y del resto del miembro inferior se le realizó al niño
sentado y en bipedestación sobre una superficie plana.
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
255
2.6.2.- EXAMEN SENTADO
Los datos objetivos estuvieron encaminados a la inspección, palpación y
movilidad articular pasiva y activa. En el pie valgo plano estático, la bóveda
plantar interna se halla bien conformada, su aplanamiento se producirá bajo la
acción de la carga corporal.
La prominencia marcada del tubérculo del escafoides nos hará sospechar
la presencia de un hueso tibial externo. La palpación nos informará sobre la
existencia de síntomas inflamatorios a su nivel o la presencia de otros puntos
dolorosos en el seno del tarso, articulación astrágaloescafoidea y de la primera
articulación cúneometatarsiana.
La movilización del pie tanto activa como pasiva, nos indicará sobre la
tensión ligamentosa del mismo y la debilidad de grupos musculares. Debe
buscarse sobre todo la movilidad lateral de la subastragalina y mediotatarsiana,
comparándosela entre ambos pies; la disminución podrá hacernos sospechar la
existencia de un puente calcáneoastragalino o una barra calcáneoescafoidea.
Según la técnica ya especificada, es importante investigar la presencia de un
tendón de Aquiles corto o de una contractura de la articulación subastragalina
anterior, por la acción nefasta que ambas tienen sobre la arquitectura del pie.
Un acortamiento evidente del dedo gordo con respecto al segundo
exterioriza la existencia de un primer metatarsiano corto, la separación
Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
256
exagerada de aquellos, con un ensanchamiento del antepié y primer
metatarsiano en aducción, es la situación presente en caso de primer metatarso
varo (Thordarson y cols., 1995). La hipermovilidad del primer segmento
metatarsiano debe buscársela comparando con los otros metatarsianos el grado
de dorsiflexión mientras se fija el tarso anterior.
2.6.3. - EXAMEN EN BIPEDESTACIÓN
Este examen será el que nos aportará más datos en el caso de tratarse de
un pie valgo plano estático; en la posición sentada el desequilibrio del pie
queda oculto por ser la acción de la carga la que lo exterioriza.
Debe colocarse al niño con sus pies descubiertos, parado sobre una
superficie plana. Una mesa firme de madera que acerque los pies del niño al
observador es suficiente. El niño debe pararse con ambos pies paralelos, con
una separación de 5 o 6 centímetros. Se observará la situación del eje de los
miembros, si existiera cualquiera anomalía debe ser medida y anotada. En el
genu varo e incurvación de tibias deberá registrarse la distancia que separa la
cara interna de ambas rodillas y las crestas tibiales en su tercio superior y
medio, estando en contacto los maléolos tibiales. En el genu valgo, por el
contrario, con las rodillas que apenas se toquen se medirá la separación de los
maléolos. El grado de torsión tibial será registrado colocando al nino con las
dos rótulas perfectamente orientadas hacia el frente, midiendo entonces el
ángulo
Tesis Doctoral Femando Jesús Del Sol Santiago
257
que separa el eje anteroposterior de ambos pies o el formado entre cada uno de
éstos y el plano medio sagital.
Bajo la acción de la carga corporal el pie mostrará bien su desequilibrio
adoptando una disposición y forma que traducirán las distintas desviaciones de
su estructura ósea, que ya han sido analizadas a propósito del mecanismo
patológico del pie valgo plano estático. Según el predominio de los diversos
desplazamientos óseos, tendremos en un primer estudio un pie valgo, luego un
pie valgo plano. El grado en que participan cada uno de los componentes del
desequilibrio es variable, predominando en unos la pronación del retropié, en
otros el descenso del arco longitudinal interno y en algunos haciéndose bien
evidente la abducción del antepié. En los grados avanzados, podrán
exteriorizarse todos los componentes del pie valgo plano estático: pronación
del retropié con proyección inferointerna del astràgalo y del escafoides,
desviación dorsal del primer metatarsiano y abducción del antepié. Se
traducirán clínicamente por un hundimiento de las bóvedas plantares
longitudinales interna y externa, aplanamiento del arco transversal del
metatarso, supinación relativa del antepié y abducción del mismo y rotación
interna de la tibia.
El examen del pie, en todos nuestros trabjos, se realizó por la parte
frontal anterior y posterior y por la parte antero posterior. Pudimos así
comprobar el grado de cada uno de los componentes del pie valgo plano
estático.
Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
258
En la vista anterior es bien visible el valgo del retropié; al tirarle una
plomada desde el centro de la rótula se podía comprobar que la vertical alcanza
al pie a nivel del primer metatarsiano o aún por dentro de él.
Examinado por la vista posterior se observa el maléolo tibial más o
menos procidente, según sea el desplazamiento en valgo. El eje del talón se
halla inclinado hacia dentro y arriba mientras que la línea que recorre el centro
del tendón de Aquiles es vertical. Ambas líneas forman un ángulo de seno
abierto hacia fuera ( Signo de Helbing).
Si la línea sigue el tendón de Aquiles se prolonga hacia abajo, forma
con la del eje del talón y el plano de sustentación, un triángulo de base inferior
que será tanto más amplio cuanto mayor sea la pronación del calcáneo; se lo
conoce como triángulo de Hübscher.
Mirando el pie por su borde externo se podrá comprobar en los casos de
valgo es marcado, que este borde se separa del plano de sustentación. La
extremidad del maléolo externo aparece más descendida que lo común.
El examen del pie por su borde interno es el que aportará más signos.
En el pie normal de un niño pequeño se ve solamente una prominencia, la
correspondiente al maléolo tibial.
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
259
La bóveda plantar interna que en los niños portadores de un pie valgo
plano tenía una conformación normal en el examen sentado, desciende al
adoptar éstos la posición de pie. El grado de este descenso varía generalmente
de acuerdo al momento evolutivo (Hernández, 1987). En el pie valgo, en
realidad el arco longitudinal interno se halla conservado o escasamente
disminuido.
La distancia que separa el plano de sustentación del borde interno es la
que define a la bóveda. La vista y los dedos que se insinúan debajo de este
borde son los que determinan el grado de aplanamiento. Se designó como pie
plano de primer grado a aquel en que su bóveda se halla sólo disminuida, de
segundo grado cuando está desaparecida, y tercer grado cuando el borde
interno es convexo.
2.6.4. - EXAMEN DE LA MARCHA
Inmediatamente que se le realizaba el examen al niño en bipedestación.
Pasábamos a observar las características que presentaba el niño en la marcha.
Para ello, al niño descalzo debe inducírsele a que camine en la forma en que lo
hace habitualmente. Se tuvo presente que es muy común en el niño pequeño
que modifique o corrija el tipo de marcha que en él es habitual, cuando se sabe
observado. Para subsanar este inconveniente debemos tratar por cualquier
medio de desviar su atención mientras camina, así se exteriorizará la marcha en
verdadero tipo.
Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
260
Es frecuente observar niños que al comenzar a caminar desvían las
puntas de los pies hacia adentro que de persistir adquiere carácter patológico,
traduciendo ya sea una torsión de tibia, un genu varo o un pie valgo plano
incipiente. En efecto, se observa a veces, sobre todo en niños de la edad
estudiada con un pie valgo plano que recién se inicia, que en íorma automática
tratan de disminuir la tensión de descarga que por su desequilibrio es arrojada
sobre su borde interno, desviando las puntas hacia adentro y apoyando el pie
por su borde externo. Corregido el pie plano en estos niños, el tipo de marcha
se normaliza. Si por el contrario, aquél no se modifica, la posición
compensatoria automática del pie durante la marcha es rápidamente superada.
Los músculos supinadores se agotan, el planismo se acentúa y la marcha
adquiere el tipo que caracteriza habitualmente al pie plano ya constituido, es
decir con las puntas dirigidas hacia fuera y con las piernas separadas
aumentando la base de sustentación. A medida que el desequilibrio del pie
aumenta, la marcha irá adquiriendo un tipo cada vez menos elástico y
armónico. En el niño con un pie plano, cuando comienzan a aparecer los
dolores, el a paso se efectúa pesadamente. El pie falla en su función de elevar
el cuerpo y propulsarlo hacia delante; por el contrario es el cuerpo el que se
inclina y el pie se utiliza como soporte pasivo y no como palanca activa.
2.6.5. - EXAMEN DE LA HUELLA PLANTAR
El estudio y conocimiento de la morfología de la huella plantar es de
gran interés para la clasificación y diagnóstico de algunas patologías
Fernando Jesús Del Sol SantiagoTesis Doctoral
261
del pie (Zambudio y cols, 1984; Rose y cols, 1985 y Goldher, 1992 ). Además
de ser el examen de las huellas plantares un medio fácil, cómodo y útil para
apreciar las deformaciones presentes en un pie desequilibrado. Cuando son
bien tomadas y se saben interpretar certifican lo observado clínicamente y nos
sirven de guía comparativa para futuros exámenes. Según Rose y cols, 1985,
para valorar el grado de aplanamiento de la estructura del pie se puede utilizar
la huella plantar; otro que le da importancia al diagnóstico del pie plano a
través de la huella plantar es Popov, (1988); también Goldcher, (1992) plantea
que las huellas plantares presenta ventajas, como la disponer de un documento
dentro de la historia del paciente, practicar algunas medidas y, sobre todo
visualizar las presiones. Rodríguez y cois, (1988), nos plantea que hasta los
siete años de edad existe una huella plantar característica de un pie con el arco
longitudinal menos pronunciado que en edades posteriores, lo cual conlleva a
un elevado porcentaje de pies con arcos longitudinales descendidos o caídos,
cuestión que fue constatada en nuestras observaciones Ya se ha estudiado la
huella dejada por la punta de un pie normal en las diferentes edades. Nosotros
preferimos la impresión directa a través de un podógrafo, que proporciona
datos más exactos permitiendo por otra parte consignar en la misma el
contorno del pie y el punto en que se proyectan los maléolos; tendremos así
una medida del valgo del retropié (Ruiz y cols, 1996). Nosotros en la práctica
diaria, al obtener la huella plantar, marcamos siempre el punto en que se
proyecta el maléolo tibial y además los puntos correspondientes a la cabeza del
astràgalo y al tubérculo del escafoides si son prominentes.
Tesis Doctoral Fernando Jesús Del Sol Santiago
262
Para un mejor ordenamiento, analizaremos la huella plantar dejada por
un pie valgo plano y un plano valgo.
Pie valgo plano. En estos casos la franja de apoyo del borde externo se
ensancha, tanto más cuanto mayor es el hundimiento del arco interno
desapareciendo la concavidad correspondiente a la bóveda cuando ésta falta,
siguiendo el borde interno una línea recta. Según el grado de pronación el
borde externo será más o menos cóncavo y la proyección del maléolo se hallará
más o menos desplazada hacia adentro. La abducción del antepié determina
que el eje de la huella del talón y del antepié forme un ángulo abierto hacia
fuera (fig. 43 a). Debemos recordar que en los niños pequeños la exuberancia
de la almohadilla célulograsosa de la planta, determina una falsa imagen de pie
plano.
Pie plano valgo. En estos casos el aplanamiento es bien marcado, el
borde interno de la huella plantar es convexo hacia adentro y la abducción del
pie es bien visible (fig. 43 b).
Tesis Doctoral Femando Jesús Del Sol Santiago
263
La impresión dejada por los dedos puede revelar algunos datos. Cuando
existe hundimiento del arco transverso anterior, el espacio claro que
normalmente separa el límite anterior de la huella del antepié de la impresa por
los dedos, se estrecha. Por otra parte toda la huella del antepié se ensancha y la
de los dedos se separan entre sí. En los pies planos acentuados con adducción
marcada puede observarse que los dedos se hallan desviados hacia fuera y más
juntos unos de otros. La huella del dedo gordo podrá mostrar la presencia de un
hallux valgus.
3.- MATERIAL Y METODO
Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
265
3.1. - DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
3.1.1. - TIPO DE INVESTIGACIÓN Y GRUPOS
Para el desarrollo de esta investigación fue elaborado un diseño
experimental con un grupo de control y dos experimentales sometidos a
análisis intragrupo e intergrupos para cada una de las variables dependientes
seleccionadas en el estudio.
Mediante el análisis intragrupo obtenemos información del grado de
significación de los cambios de la variable dependiente para los grupos en las
mediciones pre y post tratamiento, mientras que en el análisis intergrupos
podemos verificar, por un lado, las diferencias existentes entre los resultados
del grupo de control y los grupos experimentales y, por otro, las diferencias
apreciadas entre los grupos experimentales que han sido sometidos a las
condiciones de las variables independientes.
3.1.2. - POBLACIÓN Y MUESTRA
La población en la que se desarrolla nuestra experiencia es en la
población escolar total de segundo grado de 30 escuelas de la ciudad de
Cienfuegos
Tesis Doctoral Fernando Jesús Del Sol Santiago
266
La muestra utilizada en esta investigación está conformada por 70 niños
y niñas pertenecientes al segundo grado de la educación primaria de las
escuelas pertenecientes al sector urbano de la ciudad de Cienfuegos. Esta
muestra la conforman la totalidad de niños y niñas escolalizados en este grado
y que reunieron las condiciones que a continuación relacionamos.
La elección de la muestra se realiza tras el análisis de las huellas
plantares de la población total del alumnado del segundo grado de 30 escuelas
primarias. De esta población resultante, fueron eliminados para formar parte de
la muestra final los siguientes sujetos:
□ Los niños y niñas que obtenían en cualquiera de sus dos pies huellas con
valores iguales o superiores al 35 %, por ser esta cifra el limite
clasifícatorio entre el pie plano y el pie plano normal, según la metodología
de Hernández Corvo.
□ Sujetos que observaban valores superiores o inferiores a los comprendidos
entre 1,1 y 1,9 de índice ponderal obtenido mediante la ecuación de Rohrer,
que relaciona el peso del sujeto con la estatura del mismo.
□ Sujetos con edades superiores a 7,6 e inferiores a 6,7 años, obtenida esta
por el sistema decimal.
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267
□ Sujetos de los centros escolares donde no existían en un aula, del citado
grado, un mínimo de 3 chicos o chicas con ambos pies diagnosticados
como pie plano.
□ Sujetos, que sus padres no aceptaron su incorporación a la experiencia en
todas sus condiciones
□ Sujetos que obtuvieran valores superiores a dos y media distancias de
dispersión respecto al somatotipo medio de cada uno de los grupos.
Los dos grupos experimentales y el de control fueron confeccionados en
función de los grupos naturales de clase, lo cual implica la no homogeneización
absoluta de principio. Las condiciones de escolarización y funcionamiento
escolar dificultaban hacerlo de otra forma, y hubiera resultado excesivamente
problemático la implantación de programas variados de actividades en el seno
de un mismo grupo de clase.
Las aulas que presentaban un mayor número de sujetos con pie plano
fueron destinadas a formar parte de los grupos experimentales.
No existió ningún grupo de clase con alumnos pertenecientes a más de uno
de los grupos: experimentales y control.
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268
Dentro de esta muestra encontramos la presencia de un 61,4% del sexo
masculino y un 38,6% femenino, que se distribuyen en los grupos de la forma que se
expresa en la tabla 1.
3.1.3. - PROBLEMA CIENTÍFICO
Tras la fundamentación realizada en el capitulo dedicado al marco teórico y
concerniente por un lado al estudio del pie plano en los niños y niñas y por otro a la
necesidad de integrar a estos sujetos en la clase ordinaria de Educación Física,
eliminando a su vez la causa que motivaba su descontextualización, cabe enunciar el
siguiente problema científico:
¿Cómo integrar satisfactoriamente a las clases de Educación Física a los
niños y niñas que padecen dolores en los pies a causa del pie plano que padecen?
Tabla1 NIÑOS NIÑAS Total
Experimental A 15 9 24
Experimental B 14 10 24
Control 14 8 22
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269
3.1.4.- OBJETIVOS E HIPÓTESIS
Cabe, una vez enunciado nuestro problema, el preguntarse por cuantas metas
podamos acometer durante nuestro estudio, así como el establecer una serie de
hipótesis que dirijan sistemáticamente nuestra investigación
Objetivos
□ Determinar la influencia que tiene un programa de ejercicios de corrección, que
ocupa parte del tiempo de las clases de educación física, sobre la deformidad del
pie plano.
□ Determinar la frecuencia de presentación de la deformidad del pie plano en una
muestra de escolares de la enseñanza primaria que justifique la aplicación de un
programa para su mejora.
□ Determinar los efectos diferenciales entre los distintos programas de
intervención.
□ Determinar los efectos diferenciales de los programas de intervención con
respecto al grupo de control.
□ Determinar la optimización del proceso de desarrrollo socio-afectivo- emocional
de estos niños al integrarse a las clases de Educación Física.
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270
Hipótesis
□ La deformidad en el pie de niños y niñas de 7 años diagnosticada como pié plano
disminuye con la aplicación de cualquiera de los dos Programas de Intervención
aplicados, acercando sus valores a los parámetros normales
□ La deformidad en los pies de los niños y niñas de 7 años diagnosticada como pié
plano y tratada con el Plan de Intervención A, sufre mejoras significativamente
superiores a los niños y niñas tratados con el Plan de Intervención B.
3.1.5.- VARIABLES DEL DISEÑO
3.1.5.1.- Variables dependientes
Teóricamente estas variables estarían representadas por la capacidad del
sujeto de potenciar y reforzar la musculatura tibial anterior y posterior, extensores
largo y corto de los dedos, extensor largo del primer dedo, flexores largo y corto de
los dedos, tríceps sural, lumbricales e interóseo y soleo, mediante la repetición
sistemática de determinados ejercicios físicos.
La capacidad de los sujetos de potenciación y reforzamiento muscular se
hace objetivo en las modificaciones producidas en el arco
Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
271
plantal de los mismos, provocadas por la aplicación de las variables independientes
o la no-aplicación de la mismas. Queda claro que la variable dependiente será
controlada a través de la huella plantar, la cual analizaremos detenidamente en el
apartado de valoración de la huella del capitulo dedicado a metodología
3.1.5.2. - Variable independiente
3.1.5.2.1. - Plan de intervención A
Constituida por un programa de ejercicios físicos de elongación,
reforzamiento y potenciación muscular secuenciados a lo largo de los cuatro
períodos del curso y aplicados en horario escolar, dentro de la Programación de
Aula y mediante el uso de estrategias metodológicas basadas en el juego.
3.I.5.2.2. - Plan de intervención B
Constituida por un programa de ejercicios físicos de elongación,
reforzamiento y potenciación muscular secuenciados a lo largo de los cuatro
períodos del curso y aplicados en horario extraescolai y mediante un sistema
asistencial similar al modelo hospitalario.
Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
272
En ambos planes de intervención se realizan el mismo tipo de ejercicios y
número de repeticiones de los mismos.
A continuación exponemos tanto la fundamentación, como los ejercicios que
conformaron ambos planes de intervención
3.1.5.2.3. -Fundamentación del programa de intervención
La corrección para el pie plano a través de un plan de intervención es un
proceso muy difícil según avanza la edad; por eso se debe prestar gran atención a la
edad infantil, su exploración es más importante cuanto más pequeños son, porque
por la maduración del pie se precisa iniciar la corrección lo antes posible.
No es valorable antes de los dos o tres años de edad, debido a que todavía no
se ha desarrollado adecuadamente el pie, ni la musculatura ha adquirido su potencia
y por la existencia de la almohadilla grasa plantar, que puede simular un falso pie
plano.(Santoja, 1992; Hernández, 1989 )
En la edad infantil el plan de intervención para la corrección de los pies
planos debe estar dirigido al fortalecimiento de los músculos y del aparato articular
ligamentoso de los pies.
El objetivo de los ejercicios incluidos en el plan de intervención está
encaminado a la potenciación de las estructuras que activamente
Fernando Jesús Del Sol Santiago Tesis Doctoral
273
estabilizan el arco y la amplificación de las potencialidades sensoriales del pie
además de lograr el equilibrio del tono de los músculos que mantienen al pie en la
posición correcta. El pie plano resulta de un defecto en esta defensa.
Al seleccionar los métodos del plan de intervención para la solución de los
objetivos se deben considerar las particularidades de la actividad de los músculos de
las extremidades inferiores. Es por ello que nos concretaremos a describir como
actúa cada músculo como respuesta a la intervención hecha. Micheison y col.
(1992) considera el tibial posterior como el más importante de todos; ya veremos a
propósito del plan de intervención, que la gran mayoría de los ejercicios están
dirigidos a aumentar la potencia de este músculo. Teniendo en cuenta la forma de su
mserción terminal, puede ya colegirse la importancia de sus funciones. Como
sabemos, además de insertarse en el tubérculo del escafoides, envía expansiones
tendinosas que generalmente terminan a nivel de la base de los tres primeros
metatarsianos y de las tres cuñas. Hernández (1987), que ha estudiado
detenidamente las distintas formas en que se efectúa la inserción terminal, hace
resaltar su acción “de poderoso sostén de la bóveda plantar”. (Ivonane y cols, 1995;
Masterson y cols, 1995; McCormack y cols, 1998) manifiesta a propósito de la
sinovitis de la vaina del tibial posterior, que con la inhibición del mismo “el pie
pierde, tal vez, el más humano de los músculos de la pierna”. Pero no es sólo por
sus inserciones terminales que este músculo actúa elevando el arco longitudinal
interno, anteriormente su tendón ha pasado debajo del sustentaculum tali del
calcáneo y del ligamento calcáneoescafoideo
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inferior, ofreciendo su tendón al contraerse un fuerte punto de apoyo, que se opone a
que la cabeza del astràgalo role hacia adentro y debajo al descaí gai se el peso del
cuerpo hacia la parte interna del pie, en el hemipaso anteiior. La presencia de pie
plano confirma su acción.
El tibial anterior no actúa directamente en el mantenimiento del arco
longitudinal interno. Su inserción terminal en la primera cuña y extremidad posterior
del primer metatarsiano, nos dice ya que su acción es eminentemente supinadora y
flexora dorsal, por lo que su inserción en el pilar anterior determina una elevación
del mismo con la consiguiente disminución de la altura del arco.
El papel asignado al peroneo lateral largo en el mantenimiento del arco
interno ha sido valorado en forma distinta. Con sólo analizar el trayecto de su
tendón terminal cruzando oblicuamente la planta del pie hacia delante y adentro,
desde el canal del cuboides hasta el borde externo de la primera cuña y la base del
primer metatarsiano, se puede deducir que su contracción tendiendo a acercar el
punto de inserción terminal a la polea de reflexión cuboidea, contribuye
preponderantemente al mantenimiento y formación del arco transverso anterior y
secundariamente al longitudinal interno. Esta última acción es cumplida al tirar
hacia abajo el primer metatarsiano, descenso del pilai anteiior que involucra la
elevación de la bóveda interna. Ponsseti (1990) ha destacado que esta acción se
cumple sinèrgicamente con el tibial posterior. Entrecruzando ambos sus inserciones
en la parte anterior del tarso, lo
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rodean a manera de cincha o estribo tendinoso, que tiende a preservar la bóveda.
Figura 44.- (A) inserción del tibial posterior.
(B) inserción del peroneo lateral largo.
Esta acción sinèrgica es cumplida preferentemente en la posición de pie,
situación en la que también la constricción del metatarso es más acentuada. En un
pie normal, con el peso del cuerpo perfectamente equilibrado sobre el mismo, el
peroneo lateral largo se halla en estado de contracción postural, oponiéndose y
equilibrando a los eversores. Cuando el equilibrio del pierna sido roto y se ha
instalado un pie plano, el peroneo largo aumenta su poder pronador y abductor del
antepié, en detrimento de su acción, en condiciones normales, de flexor plantar del
primer metatarsiano. Esta es la razón por la cual cuando estamos interviniendo a
través del ejercicio del mismo no creemos conveniente estimular activamente a este
músculo. En estos casos es común que se acompañe de un plano anterior, preferimos
de tratar de mejorar la bóveda
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276
anterior aumentando la potencia del peroneo lateral largo y abductor del dedo gordo.
Los tendones del flexor largo de los dedos y del flexor largo del dedo gordo,
al dirigirse desde la gotera retromaleolar interna hacia su inserción terminal de las
falanges, pasan por debajo del sustentaculum tali, oponiéndose a la rotación hacia
adentro del calcáneo y al descenso de la cabeza astrágalina; por consiguiente
cumplen una acción soportadora del arco longitudinal interno. Esta ación es bien
evidente durante la carrera o marcha en que, fijas las falanges al suelo, sobre todo
las del dedo gordo, como puntos de apoyo para la función propulsora, sus tendones
actúan como soportes del arco longitudinal, oponiéndose a la pronación del
calcáneo.
Como planteamos anteriormente, la cuota asignada a cada uno de los
elementos del pie, en el mantenimiento y preservación de la bóveda plantar, es
variable según la época de la vida que se considere. En el adulto con los huesos del
tarso totalmente osificados y con sus ligamentos más resistentes, la cuota
correspondiente a la estructura osteoligamentosa será mayor. Por el contrario, en el
niño, y tanto más cuanto sea su edad, la cuota de descarga será absorbida en mayor
proporción por el sistema muscular. Sus huesos, aún rodeados por su cubierta
cartilaginosa y sus ligamentos más elásticos, restan cohesión a diferentes piezas
óseas. A este hecho atribuimos la circunstancia de que tan comúnmente se instale un
pie plano valgo en el niño, secundariamente a afecciones que disminuyen el tono
muscular.
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Aún al margen de afecciones que lesionan directamente al músculo, existen
condiciones ambientales determinadas por la vida moderna, que al disminuir la
práctica de ejercicios y juegos propios de la niñez determinan una disminución de la
potencia muscular acarreando en terrenos predispuestos al aplanamiento de la
bóveda plantar.
Los ejercicios se ejecutaron al comienzo del plan de intervención, en
cualquiera de las dos modalidades, desde la posición inicial de sentado y acostado,
ya que éstas excluyen la acción del peso del cuerpo sobre el arco del pie. También
en este período inicial del plan de intervención se ejecutaron los ejercicios para los
músculos de las piernas, desde posiciones iniciales aligeradas, alternándolos con
relajamiento. Los ejercicios derivados del plan de intervención se alternaron con los
de desarrollo general para todo los grupos musculares.
Los resultados favorables de la intervención se manifiestan en la disminución
o la total eliminación de las sensaciones desagradables y dolores cuando se
permanece largo tiempo de pie o durante la marcha, en la normalización del andar y
de la posición de pie.
Dichos ejercicios fueron seleccionados teniendo en cuenta los criterios de
diversos autores (Lapierre, 1977; Popov, 1988; Hernández, 1989; Sastre 1991,
Tribastone, 1991, Santoja 1992).
3.1.4.2.4.- Ejercicios que conforman el programa
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Ejercicio 1: Objetivo: Potenciar el tibial anterior, el flexor corto y largo de los
dedos y del primer dedo.
Descripción:
P.I.: Desde la posición de sentado ó decúbito supino, los pies ligeramente
separados.
A.: Con los dedos de ambos pies, sujetar unos bastoncillos de un 1 cm. de diámetro.
Al mismo tiempo realiza una extensión de los pies e inversión de los mismos.
Ejercicio 2:
Objetivo: Reforzar los tibiales anteriores y los extensores largo y corto de los
dedos.
Descripción:
P.I.: Desde la posición de sentado ó decúbito supino, los pies ligeramente separados
entre sí. A.: En esta posición realiza extensión bilateral de tobillos y dedos.
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Ejercicio 3:
Objetivo. Potencial los músculos extensores largos de los dedos, los extenso/ es
la/ gos del primer dedo de cada uno de los pies y los peroneos.
Descripción:
P.I.: Sentado en una silla, las piernas forman un ángulo aproximado a los 90° con el
suelo. Los pies ligeramente separados.
A.: En esta posición el niño realiza una eversión de los pies y extensión bilateral de
los dedos.
Ejercicio 4:
Objetivo: Elongar los extensores largos de los dedos de los pies y el extensor largo
del primer dedo y el tibial anterior.
Descripción:
P.I.: En posición sentado, las rodillas y los pies ligeramente separados entre sí.
Coloca los pies sobre la cara dorsal de las articulaciones interfalángicas de los dedos
de ambos pies. A.: Mantener la postura presionando sobre el suelo de vez en cuando.
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Ejercicio 5: Objetivo: Potenciar el tibial anterior y posterior.
Descripción:
P.I.: Sentado, las piernas formando un ángulo de 90° con el suelo. Los pies en
apoyo sobre los talones y ligeramente separados.
A.: El sujeto efectúa una inversión del pie con extensión varización del calcáneo.
Ejercicio 6:
Objetivo: Reforzar el flexor largo de los dedos y el flexor largo del dedo gordo.
Descripción:
P.I.: En posición decúbito supino, las rodillas flexionadas y la planta de los pies en
contacto con el suelo.
A.: El sujeto eleva el arco longitudinal interno y apoya firmemente los dedos de los
pies contra el suelo.
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Ejercicio 7: Objetivo: Potenciar los flexores cortos y largo de los dedos.
Descripción:
P.I.: Sentado, las piernas formando un ángulo de 90° con el suelo. Con pies
ligeramente separados y en apoyo sobre la punta de los pies.
A.: El sujeto así instalado pronuncia la flexión plantar y el arco longitudinal interno,
después relaja y vuelve a repetir.
Ejercicio 8:
Objetivo: Potenciar los tibiales anterior y posterior y flexor largo de los dedos.
Descripción:
P.I.: Sentado o decúbito supino y los pies ligeramente separados.
A.: El sujeto realiza simultáneamente con ambos pies extensión, inversión y
varización del calcáneo.
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Ejercicio 9:
Objetivo. Potenciar los tibiales anterior y posterior y flexor largo de los dedos.
Descripción:
P.I.: Sentado, los pies separados y apoyados sobre el borde externo, con varización
del talón.
A.: Sin despegar el borde externo de los pies, intentar aproximar los dedos de los
pies entre sí.
Ejercicio 10:
Objetivo: Fortalecer el músculo soleo, el tibial posterior y en general todos los
músculos que intervienen en la flexión plantar.
Descripción:
P.I.: Sentado, las piernas formando un con el suelo un ángulo de 90°. Los pies
separados ligeramente. Las puntas de los pies sobre el suelo.
A.: El sujeto provoca contracciones del tríceps sural.
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Ejercicio 11:
Objetivo. Potenciar los extensores de los dedos de los pies, el tibial anterior y
los peroneos.
Descripción:
P.I.: Sentado, los pies separados y en apoyo sobre los talones. Sobre el dorso de
cada uno de los pies, un rodillo de lkg. (el peso del rodillo puede aumentar
progresivamente).
A.: Realizar una extensión de los dedos de los pies, una discreta flexión de los
tobillos y eversión de cada pie.
Ejercicio 12: Objetivo: Potenciar los tibiales anteriores, los extensores y peroneos.
Descripción:
P.I.: El sujeto tendido en posición decúbito supino y con los pies ligeramente
separados.
A.: Realizar hipertensión y eversión de los pies, al mismo tiempo que pronuncia el
arco longitudinal interno.