¡feliz navidad! - elca resource repositorydownload.elca.org/elca resource...

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Recuerdo mi hogar cuando era niña. Estaba en el lado oeste de Cleveland. Todavía sueño con él. Era un lugar donde me sentía a salvo, donde estaba mi familia. Y guardaba maravillosos recuerdos navideños. Después, cuando cursaba mi último año de universidad, mis padres se mudaron. El sueño de todos los residentes del lado oeste de Cleveland era vivir junto al lago. Y al fin lograron llegar a la orilla del Lago Erie. Pero mi hogar ya no estaba. De hecho, tuve que preguntar cómo dar con la casa de mis padres para visitarlos en las vacaciones de Navidad. Todavía sueño con aquel hogar. Aún lo echo de menos. Todavía puedo ver exactamente cómo era. Y me doy cuenta que todos añoramos profundamente el hogar. En Navidad, creo que a la gente le resulta especialmente emotivo y profundo ese sentimiento. Muchos de nuestros villancicos y canciones hablan de estar en casa en Navidad y de lo difícil que es no poder hacerlo. Luego recordé que María y José no estaban en su hogar para Navidad ese primer año. Estaban lejos de su casa, lejos de su gente. Se hallaban en Belén, lejos de Nazaret. Se debieron haber sentido muy desorientados. Pero la verdad es que María y José estaban justamente en casa en Navidad porque el niño Dios estaba con ellos. Jesús es nuestro verdadero hogar. Esa es nuestra esperanza en Navidad y durante todo el año. Nunca estamos lejos de casa porque Cristo está a nuestro lado, tan cerca como nuestro propio aliento o nuestros propios latidos. Así que, donde quiera que se encuentren este año, querida iglesia, recuerden que Jesús está con ustedes y que están en casa esta Navidad. Reverenda Elizabeth A. Eaton Obispa presidente Iglesia Evangélica Luterana en América ¡Feliz Navidad !

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Page 1: ¡Feliz Navidad! - ELCA Resource Repositorydownload.elca.org/ELCA Resource Repository/2016_Christmas_Message...Muchos de nuestros villancicos y canciones hablan de estar en casa en

Recuerdo mi hogar cuando era niña. Estaba en el lado oeste de Cleveland.Todavía sueño con él. Era un lugar donde me sentía a salvo, dondeestaba mi familia. Y guardaba maravillosos recuerdos navideños.Después, cuando cursaba mi último año de universidad, mis padresse mudaron. El sueño de todos los residentes del lado oeste deCleveland era vivir junto al lago. Y al fin lograron llegar a la orilladel Lago Erie. Pero mi hogar ya no estaba. De hecho, tuve quepreguntar cómo dar con la casa de mis padres para visitarlos en lasvacaciones de Navidad.

Todavía sueño con aquel hogar. Aún lo echo de menos. Todavíapuedo ver exactamente cómo era. Y me doy cuenta que todosañoramos profundamente el hogar. En Navidad, creo que a lagente le resulta especialmente emotivo y profundo esesentimiento. Muchos de nuestros villancicos y cancioneshablan de estar en casa en Navidad y de lo difícil quees no poder hacerlo.

Luego recordé que María y José no estaban en suhogar para Navidad ese primer año. Estaban lejos de sucasa, lejos de su gente. Se hallaban en Belén, lejos deNazaret. Se debieron haber sentido muy desorientados.

Pero la verdad es que María y José estaban justamenteen casa en Navidad porque el niño Dios estaba conellos. Jesús es nuestro verdadero hogar. Esa es nuestraesperanza en Navidad y durante todo el año. Nuncaestamos lejos de casa porque Cristo está a nuestro lado,tan cerca como nuestro propio aliento o nuestros propioslatidos. Así que, donde quiera que se encuentren esteaño, querida iglesia, recuerden que Jesús está conustedes y que están en casa esta Navidad.

Reverenda Elizabeth A. Eaton Obispa presidente Iglesia Evangélica Luterana en América

¡Feliz Navidad !