¡FELIZ CUMPLEAÑOS!Mañana... mañana era el día tan

ansiosamente esperado, mañana era la fecha en la que Lupita, una pequeñita de tan solo cinco años de vida, había estado soñando los últimos cuatro meses, pero en lo más profundo de su corazón, la niña presentía que su gran anhelo no se haría realidad.

Hace tanto tiempo que se lo había pedido a su mamá.

Hace tanto tiempo que su mamá le había contestado vagamente...

- Si Lupita, cuando cumplas seis años te llevaré al circo- esperando la buena señora que al paso del tiempo la niña olvidara la promesa.

A pesar de su corta edad, la pequeña sabía que su familia no contaba con los medios económicos para llevarla al circo, que su mamá se lo había prometido solo por no lastimarla.

-¡Lupita!, no has terminado tu trabajo, ¿qué te pasa?--¡Nada, nada! Maestra, contestó la niña entre triste y asustada.-

-¡Perdón, no quise asustarte!, te he visto triste y preocupada, ¿ puedo ayudarte en algo? preguntó la bondadosa maestra-

-Lupita sin poderse contener, rompió a llorar, y entre sollozos y palabras entrecortadas contó a la maestra lo que le pasaba.

-¡No te preocupes Lupita!, la consoló la maestra abrazándola tiernamente, ten fe, y verás que muy pronto tu deseo se cumplirá-. Ahora hazme un favor, llévale este recado a la maestra Gaby y espera a que me lo conteste, pidió la educadora.

Aprovechando la ausencia de la niña, la Maestra explicó a su grupo, lo que le pasaba a Lupita.

-¿Qué podemos hacer por ella? Preguntó la maestra.

-¡Hagámosle un circo!- gritó Miguelito.

¡Si!, ¡si! Contestaron a coro todos los niños.

-Bueno, entonces, tenemos que organizarnos antes de que regrese Lupita- sugirió la profesora.

• -Lolita, Miriam, Anita y Yo, seremos bailarinas- dijo Lulú.

• -¡Nosotros queremos ser los leones!- pidieron, Jesús, Carlos y Jorge!-

• -¡Yo seré el domador! Gritó Pedro.

• -Luis, Toño, Juan y Martín, que ya se habían organizado en equipo, gritaron: ¡nosotros seremos los payasos!

• Sofía dijo; yo seré un “mimo”.

• Yo el Mago, pidió Raúl, ¡yo seré tu ayudante! gritó Adriana.

• Eduardo Adrián, Alan y Laura pidieron ser malabaristas.

• Y así, rápidamente, con entusiasmo, imaginación y creatividad, los niños, organizaron el circo, para presentar al día siguiente su grandiosa función, como regalo de cumpleaños para Lupita.

.El sol, no salía aún, el cielo todavía estaba salpicado de estrellas, la luna como una pequeña uña, tímidamente se asomaba por entre las nubes, que poco a

poco se empezaron a pintar de rojo y naranja, dando paso al amanecer.

Lupita, saltó de la cama, ya tenía seis años, se observó en el espejo y no se notó nada diferente, un poco desilusionada, se vistió rápidamente y se dirigió a la cocina en donde se encontraba su madre preparando el desayuno.

¡Buenos días! Lupita, ¡que temprano te has levantado hoy!

La niña sin atreverse a recordarle a su mamá que día era, le contestó:

-¡Buenos días mamá! ¿Puedo ayudarte?.

-¡Siéntate! Hija, te preparé un rico desayuno, para que vayas bien alimentada a la escuela.

La niña se puso a desayunar tristemente, suponiendo que su mamá había olvidado que era su cumpleaños.

¡Felicidades Lupita, mira lo que te hice! ¿te gusta?Su madre le estaba mostrando un hermoso vestido azul y un gran moño del mismo color para que adornara su abundante y negra cabellera.¡Gracias mamá! Están preciosos, ¿los puedo estrenar hoy?

• Lupita, vestida de azul, de la mano de su mamá rumbo a la escuela, se sentía la niña mas bonita y afortunada del mundo, su gran anhelo por asistir a una función de circo había pasado por el momento a un segundo término.

-En otra ocasión será, ya vendrán otros circos al pueblo y entonces podré conocer alguno, eso estaba pensando cuando; al abrir la puerta de su salón

de clase, escuchó un sonoro grito: ¡Bienvenida Lupita! La niña no podía creer lo que

veía, un torbellino de color y alegría la envolvió. ¡Un maravilloso Circo estaba ante sus ojos; globos, payasos, bailarinas, leones, trapecistas, malabaristas, mimos, magos y demás personajes, todo, todo estaba ahí, esperando solo la presencia de la niña para empezar la función, no sin antes desearle:

¡FELIZ CUMPLEAÑOS LUPITA!