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Page 1: Felipe Perucho PAC2b

De árboles y cañas: el futuro de las interfaces

Felipe Perucho González

Octubre de 2012

Desde el punto de vista organizativo y conceptual, todavía no hemos bajadode los árboles. Las interfaces grá�cas y la estructura profunda de los sistemasoperativos responde a la metáfora del árbol, de la estructura en la que de unarama principal salen varias ramas secundarias que pueden a su vez dar lugar aotras ramas de tercer nivel y así sucesivamente. Tan profundamente tenemos ar-raigada esta metáfora que tendemos a considerar que no existe otra posibilidadorganizativa. La metáfora de las carpetas que han adoptado todas principalesinterfaces grá�cas de sistemas operativos implica de manera subsidiaria la vi-gencia de la metáfora del árbol estructural. Unas carpetas contienen a otras,del mismo modo que de unas ramas surgen otras.

Sin embargo, en los últimos años las interfaces de algunos de los sitios webmás relevantes y las de los principales sistemas operativos han superado la metá-fora del árbol y de las carpetas, al menos parcialmente, para afrontar el crecientevolumen de datos que necesitan gestionar. Para un ser humano es razonableque un árbol tenga tres, diez o veinte rami�caciones, pero la metáfora empiezaa hacer aguas desde el punto de vista conceptual cuando las rami�cacionesdeben ser cientos o miles, o cuando el nivel de profundidad del árbol excede unpunto determinado. ¾Cómo afrontar la gestión de los centenares de carpetas ysubcarpetas que genera, por ejemplo, el uso continuado de cámaras digitales?¾Cómo organizar la pléyade de páginas que se generan a diario en internet so-bre cualquier tema? No hay, desde luego, tronco de árbol que soporte el pesode tantas ramas..., ni cerebro humano capaz de gestionar semejante volumende información mediante una metáfora tan restritiva. ¾Cómo, pues, gestionarenormes volúmenes de información?

La respuesta está, desde luego, en nuestro cerebro, y en el tipo de asocia-ciones que genera, que no son únicamente, ni principalmente, de tipo arbóreo.Los recuerdos nos llegan engarzados como cerezas a partir de un nexo en común.Recordamos, por ejemplo, experiencias dolorosas similares a la que estamosviviendo, o experiencias contemporáneas a una foto que estamos observando, oal encontrarnos a un antiguo conocido recordamos a otros conocidos comunes.El nexo entre nuestros recuerdos es múltiple y �exible, y los desencadenantesde recopilación de determinada selección de recuerdos es múltiple. Pues bien,las interfaces más modernas recurren, para aturdimiento y desasosiego de losusuarios, acostumbrados a la metáfora del árbol, a este tipo de organizaciónsemántica �exible. Ahora para usar con e�cacia un sistema operativo o deter-

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minadas páginas web necesitamos una caña, no escalar a un árbol.Centrémonos primero en las interfaces de los sistemas operativos. ¾Dónde

han ido a parar los tranquilizadores menús arbóreos para acceder a los progra-mas, que recordamos, por ejemplo, en Windows, Gnome o KDE? La revoluciónde los escritorios, que empezó, como es costumbre, en Mac OS, ha llevado a losdiseñadores a prescindir de este tipo de menús en favor de campos de búsquedaque permiten acceder a las aplicaciones a partir del nombre, de la funcionalidado de otros parámetros semánticos. Un camino similar han emprendido las di-versas aplicaciones de gestión de archivos de imagen, que esconden al usuario laestructura arbórea subyacente para mostrarle sólo una interfaz semántica quefunciona por etiquetas diversas (fecha, lugar, personas retratadas, género, au-tor, etc.). Como es lógico, el paradigma de esta nueva manera de organizarla información lo encontramos en las aplicaciones que antes se han encontradola necesidad de gestionar enormes cantidades de información: los buscadoresde internet. Desde muy pronto fue inviable intentar organizar la informacióncontenida en internet a través de la metáfora del árbol, de modo que Googleen primer lugar y después el resto de buscadores emprendieron el sistema derastreo y etiquetado que hoy, muy sotis�cado, sirve para organizar, o al menoshacer accesible, la información de la red de redes.

¾Cómo encontrar, pues, el documento deseado? Cambiando la herramienta,modi�cando nuestra forma de razonar y de metaforizar la realidad para com-prender. Ya no necesitamos escalar ningún árbol, sino poner el cebo adecuado ennuestra caña, es decir, introducir el término adecuado en el campo de búsqueda.La informática contemporánea mantiene en juego al menos tres metáforas orga-nizativas que funcionan de manera simultánea, a veces de manera armónica, yotras veces entrando en franco con�icto. Hasta ahora hemos precisado árboles,carpetas y cañas como herramientas metafóricas para organizar la información.Es de prever que en el futuro debamos incorporar nuevas metáforas al cajón delas herramientas. ¾Autopistas, mapas, galaxias, holografías? El futuro está porescribir. Y sus metáforas, felizmente, también.

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