felices los que lloran

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Presentación para la predica del domingo 14 de agosto de 2011

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“Dicen que los hombres no deben llorar…”

“Bienaventurados los que lloran…”

“Felices los que lloran…”

“Felices los infelices…”

Para nuestra sociedad, para nuestro mundo del entretenimiento actual, esta

aseveración bíblica parece ridícula y dañina.

Con la misma tendencia ha sido afectada la iglesia del Señor…

Cuán extraña se oye esta bienaventuranza a oídos de muchos

cristianos hoy en día. ¿No le parece? En el afán de hacer sentir bien a la gente, nos hemos olvidado de una dimensión

bíblica muy importante.

I- Dimensiones olvidadas de la vida cristiana (5:4a).

1. El llanto/lamento por causa del pecado

personal -“de arrepentimiento”--

Llora aquel que descubre su propio pecado y reconoce su incapacidad para salvarse. Esto es lo que teológicamente se identifica como “arrepentimiento”.

Lo cual se define se la siguiente manera:

“El arrepentimiento es tristeza de corazón por el pecado,

renuncia al pecado y propósito sincero de olvidarlo y andar

en obediencia a Cristo”

(Wayne Grudem, Doctrina Bíblica: 309).

Ejemplos de arrepentimiento

La reacción de Pedro al reconocer su condición de pecador ante Jesucristo: “…Entonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente. ” Mateo 26:75

Ejemplos de arrepentimiento

La reacción de la mujer pecadora (prostituta) al saber que Jesús estaba en la ciudad: “Llorando, se arrojó a los pies de Jesús, de manera que se los bañaba en lágrimas. Luego se los secó con los cabellos; también se los besaba y se los ungía con el perfume. (Lucas 7:38 NVI)

Ejemplos de arrepentimiento

La reacción de los que oyeron el mensaje del apóstol Pedro en el día de Pentecostés: “Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué debemos hacer?” (Hch. 2:37).

Ejemplos de arrepentimiento

El apóstol Pablo reconociendo su condición de pecador exclamó: “¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Ro. 7:24).

Ejemplos de arrepentimiento

Por medio del profeta Joel, Dios llama a su pueblo al arrepentimiento y a la conversión: “Ahora bien – afirma el Señor –, vuélvanse a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos. Rásguense el corazón y no las vestiduras. Vuélvanse al Señor su Dios, porque él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y lleno de amor… Tal vez Dios reconsidere y cambie de parecer, y deje tras sí una bendición.” (Joel 2:12-13, NVI).

Salmo 51:17 El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y

arrepentido. NVI

David decía:

David decía:

Salmo 51: 16-17: Pues Tú no quieres ofrendas ni holocaustos; yo te los daría,

pero no es lo que te agrada.

Las ofrendas a Dios son un espíritu dolido; ¡Tú no desprecias, oh Dios, un

corazón hecho pedazos!”

Aplicación: El arrepentimiento parece ser cada vez más una

dimensión olvidada en el cristianismo contemporáneo. Hoy en día es difícil ver a una persona que confiesa ser pecadora y llora desconsoladamente por recibir perdón. ¡¿Cuándo fue la última vez que usted lo ha vivido, en carne propia o en calidad de testigo?! Hoy en día es difícil mencionar la palabra pecado y mucho menos decirle a las personas que son pecadores y mucho menos que tienen que arrepentirse. Tenemos miedo a ofender.

I- Dimensiones olvidadas de la vida cristiana (5:4a).

2. El llanto/lamento por causa del pecado

de otros -“compasión”--

El llanto es también por la situación de injusticia que vive el mundo. Se trata de un llanto por el pecado social…por el sufrimiento de los inocentes y la impunidad de los malvados

2. El llanto/lamento por causa del pecado

y sufrimiento de otros -“compasión”--

Los que lloran y lamentan hacen un llamado ante Dios por la situación de pobreza, de hambre, de opresión… en fin… de injusticia.

2. El llanto/lamento por causa del pecado

y sufrimiento de otros -“compasión”--

Ejemplos de lloro/lamento por causa de otros (injusticia)

La tristeza de Nehemías al saber la condición en la que se encontraba la ciudad de Jerusalén. Leer Nehemías 2:1-3

El lamento de Esdras ante la condición de pecado del pueblo después del cautiverio de 400 años en manos de los babilonios. (Leer Esdras 9:5-7, 9:15-10:1-2a, 10:6).

Ejemplos de lloro/lamento por causa de otros (injusticia)

Jeremías personifica el lamento de la ciudad de Jerusalén después de su destrucción. (Leer Lamentaciones 1:1-2, 4, 12a, 16).

Ejemplos de lloro/lamento por causa de otros (injusticia)

El salmista no pudo entonar alabanza desde el cautiverio por causa de la tristeza que tiene por su Jerusalén. (Leer Salmo 137:1-6)

Ejemplos de lloro/lamento por causa de otros (injusticia)

Años después, Jesús elevó un grito desgarrador DE

LAMENTO ante las puertas de Jerusalén: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los

que te son enviados! ¡Cuántas veces quise

juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos

debajo de las alas, y no quisiste!” (Mateo 23:37)

Ejemplos de lloro/lamento por causa de otros (injusticia)

I- Dimensiones olvidadas de la vida cristiana (5:4a).

3. El llanto/lamento PÚBLICO

3. El llanto/lamento PÚBLICO

El pueblo de Dios tenía sus formas de expresar sus lamentos en el culto público.

Lo cual ha sido completamente olvidado en nuestro moderno estilo

Salmos de lamento individual: 3-5, 7, 10, 13,

17, 22, 25-28, 31, 35, 38, 39, 41-43, 51, 54-

57, 59, 61, 63, 64, 69-71, 77, 86, 88, 94,

102, 108, 109, 120, 130, 140-143.

Salmos de lamento comunitario: 12, 44, 48, 60, 74, 79, 80, 83, 85, 90, 123, 137.

3. El llanto/lamento PÚBLICO

¡¿Cómo podemos decir hoy “Bienaventurados los que lloran” cuando hemos aprendido que los

cristianos debemos estar alegres todo el tiempo?! Pero cuando contemplamos

al mundo, o incluso cuando nos contemplamos a nosotros mismos,

nuestro espíritu gime desconsoladamente esperando la redención completa. ¡¿No es así?!

II- Una esperanza que aguardamos sin desmayar (5:4b).

“Dichosos los que lloran porque serán consolados”. (NVI).

II- Una esperanza que aguardamos sin desmayar (5:4b).

1. Dios consuela a los que lloran por sus pecados:

Por medio del perdón de los pecados, Dios consuela al pecador.

El título que recibe Espíritu Santo en el evangelio de Juan es precisamente: “el Consolador”. Es él quien está a nuestro lado para asistirnos, ayudarnos, aconsejarnos, asesorarnos y orientarnos en lo que sea necesario.

II- Una esperanza que aguardamos sin desmayar (5:4b).

2. Dios consuela a los que lloran por causa de las injusticias

La consolación prometida tiene que ver también con liberación de las condiciones de injusticia y pobreza que viven “los que lloran”. Esta es la esperanza cristiana, que no importa la situación en la que nos encontremos, el Señor nos consolará en medio de ellas.

II- Una esperanza que aguardamos sin desmayar (5:4b).

2. Dios consuela a los que lloran por causa de las injusticias

El apóstol Pablo nos recuerda:

“…estamos atribulados en todo más no

abatidos;

perplejos (no entendiendo, con incertidumbre),

más no perdiendo la esperanza,

buscados más no abandonados;

derribados (echados abajo), pero no

arruinados…

II- Una esperanza que aguardamos sin desmayar (5:4b).

2. Dios consuela a los que lloran por causa de las injusticias

No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. (Rom 12:19 R60)

Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. (Heb. 10:30 R60)

No sé cuál sea su condición en

esta mañana, pero puede estar

seguro que si se encuentra

entre los que lloran, ya sea por

sus propios pecados o los

pecados de la humanidad, Dios

le consolará.

Exprese abiertamente a Dios su lamento y reciba

Su consolación.

“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el

primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya

no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la

nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios,

dispuesta como una esposa ataviada para su

marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He

aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él

morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios

mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará

Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no

habrá muerte, ni habrá más llanto, un clamor, ni

dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el

que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo

hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe;

porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y

me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el

principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré

gratuitamente de la fuente del agua de la vida”. (Ap.

21:1-6)