fdrg. la nueva filosofía política de rawls

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La nueva filosofía política: en torno al Liberalismo político de John Rawls Sin duda alguna, el gran viraje en la obra de Rawls con respecto a la tradición de la filosofía política occidental, se debe a su renovada concepción de la política en la esfera pública. Toda doctrina política (desde Platón y Aristóteles, pasando por Kant y Mill, hasta llegar a autores contemporáneos como Dworkin o Habermas) han partido indiscutiblemente de una serie de presupuestos morales con pretensión de verdad o de validez. Para Rawls, empero, dado que ninguna teoría moral (que en última instancia siempre ha llevado intrínsecamente una concepción del bien o de la buena vida) puede presumir superioridad en el marco de la razón pública ni pretender poseer la noción del bien social, entonces, la política (o concepción de la política) debe despojar de sí las pretensiones de verdad o validez emanadas desde el punto de vista moral; sólo así es posible un consenso entrecruzado (overlapping consensus) entre doctrinas razonables. Pero, ¿por qué razonables en lugar de racionales? A raíz de la publicación de Una teoría de la justicia [TJ] (1971), J. Rawls recibió un número considerable de críticas que apuntaban hacia su intención de justificar a través de la autolegislación individual (por medio de la posición original y el velo de la ignorancia) los principios de la justicia, siendo el resultado necesario de ese proceso la elección de la justicia como equidad (justice as fairness). No obstante, los principios de la justicia, si bien repercuten únicamente en el ámbito público (Rawls siempre se refiere a la justicia social), procedían en última instancia de una doctrina moral específica, misma que el propio autor llamó constructivismo kantiano. Así pues, el nuevo contractualismo rawlsiano no es más que una actualización del imperativo categórico llevado al terreno político. Por tanto, una elección moral racional (rational choice) con pretensión de universalidad y con consecuencias políticas, no sería en nada distinto de lo que podría ser otra filosofía política con fundamentos morales distintos (utilitaristas, por ejemplo).

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sobre rawls y el liberalismo

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La nueva filosofa poltica: en torno al Liberalismo poltico de John RawlsSin duda alguna, el gran viraje en la obra de Rawls con respecto a la tradicin de la filosofa poltica occidental, se debe a su renovada concepcin de la poltica en la esfera pblica. Toda doctrina poltica (desde Platn y Aristteles, pasando por Kant y Mill, hasta llegar a autores contemporneos como Dworkin o Habermas) han partido indiscutiblemente de una serie de presupuestos morales con pretensin de verdad o de validez. Para Rawls, empero, dado que ninguna teora moral (que en ltima instancia siempre ha llevado intrnsecamente una concepcin del bien o de la buena vida) puede presumir superioridad en el marco de la razn pblica ni pretender poseer la nocin del bien social, entonces, la poltica (o concepcin de la poltica) debe despojar de s las pretensiones de verdad o validez emanadas desde el punto de vista moral; slo as es posible un consenso entrecruzado (overlapping consensus) entre doctrinas razonables.Pero, por qu razonables en lugar de racionales? A raz de la publicacin de Una teora de la justicia [TJ] (1971), J. Rawls recibi un nmero considerable de crticas que apuntaban hacia su intencin de justificar a travs de la autolegislacin individual (por medio de la posicin original y el velo de la ignorancia) los principios de la justicia, siendo el resultado necesario de ese proceso la eleccin de la justicia como equidad (justice as fairness). No obstante, los principios de la justicia, si bien repercuten nicamente en el mbito pblico (Rawls siempre se refiere a la justicia social), procedan en ltima instancia de una doctrina moral especfica, misma que el propio autor llam constructivismo kantiano. As pues, el nuevo contractualismo rawlsiano no es ms que una actualizacin del imperativo categrico llevado al terreno poltico. Por tanto, una eleccin moral racional (rational choice) con pretensin de universalidad y con consecuencias polticas, no sera en nada distinto de lo que podra ser otra filosofa poltica con fundamentos morales distintos (utilitaristas, por ejemplo). Dadas las crticas -expuestas de manera muy somera en el prrafo anterior-, Rawls sustituy en Liberalismo poltico [LP] (1993) el concepto de racional por el de razonable. El motivo de tales crticas y del cambio conceptual llevado a cabo por el autor en LP se debi fundamentalmente a un fenmeno de la vida social, poltica y cultural de las democracias contemporneas: el pluralismo. Pretender que un cristiano, un musulmn y un taosta, o un neoliberal, un conservador y un comunista, lleguen a los mismos principios de justicia despojndose gustosamente[footnoteRef:28918] de sus determinaciones intrnsecas (cosa que representa el velo de la ignorancia) en pro de una justicia distributiva, era sin duda una osada. [28918: Aun en el terreno hipottico. ]

Lo razonable, pues, implica tres cosas:1) Que las distintas doctrinas morales, religiosas o filosficas (comprehensive doctrines) propias de una sociedad democrtica plural, no implican problema alguno siempre y cuando no se parta de ellas para el proceso de argumentacin en el mbito de la razn pblica. 2) Que en poltica (dadas las mltiples doctrinas comprehensivas y nociones del bien) no es posible alcanzar la verdad o la validez, sino que ms bien se trata lograr un consenso entrecruzado.3) Si desde una doctrina comprehensiva (moral, religiosa o filosfica) no se parte de un principio de tolerancia en el cual se reconozca que todas las dems doctrinas tienen el mismo derecho a participar en el consenso pblico, y que su respectiva concepcin del bien no tiene por qu ser la concepcin del bien de todos los dems, entonces ser una doctrina irrazonable, y no podr participar en el uso de la razn pblica. Dicho lo anterior, podramos convenir que la tolerancia es el valor superior del liberalismo poltico rawlsiano. Pareca, pues, que nuestro autor haba resuelto satisfactoriamente (en el LP) las principales crticas hechas a raz de la publicacin de TJ. Sin embargo, a muchos nos pueden surgir nuevos cuestionamientos (como es normal despus de la publicacin de toda gran obra) que podramos canalizar con nuevas crticas y objeciones, incluso ya no hacia una obra en particular, sino con miras al corpus rawlsiano completo. Por ahora slo se me vienen a la mente dos, pero podran formularse -o no- muchas ms: 1. Si la justicia como equidad (propia de la TJ) deja de ser prioridad en el LP, qu hacemos ahora con problemas tan importantes como el de la igualdad de oportunidades (educacin, salud, etc.) o el principio de diferencia (ayuda estatal a los menos aventajados)? Los echamos a un lado -dichos problemas- para favorecer y encausar el esfuerzo hacia el principio de tolerancia? 2. Es realmente posible alcanzar un consenso entrecruzado partiendo de la eliminacin de nuestras convicciones morales, religiosas o filosficas con miras a un razonamiento pblico de inters general? No se trata de otro sueo rawlsiano inalcanzable (as como lo fue la teora de la eleccin racional en su TJ)? Como sabemos, Rawls ya no vive para contestar esas u otras objeciones, pero sin duda dej la mesa puesta para un conjunto de debates que se han vuelto centrales en la filosofa poltica de fines del siglo XX y principios del XXI; algunos de ellos son: comunitarismo, multiculturalismo, gnero, discriminacin, entre otros.