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1 Olegario Prieto JTP Parasitología y Enfermedades Parasitarias. Facultad Veterinaria. UBA. La Fasciola hepática, un serio problemas para la ganadería ovina y bovina. La Fasciolosis, también conocida como Distomatosis, haciendo referencia a su agente causal, la Fasciola hepática o Distoma hepático, es una enfermedad parasitaria que ataca a animales domésticos que se alimentan de pastos como ovinos, caprinos, bovinos, equinos, porcinos y ocasionalmente al hombre, siendo por esto último considerada una zoonosis, o sea una enfermedad transmisible de animales al hombre. Guanacos, ciervos, liebres y conejos, pueden actuar como reservorios, contaminando el ambiente sin manifestar signos clínicos de la enfermedad. Este parásito chato, con forma de hoja, se alimenta de sangre (hematófago) y, en su estado adulto, se localiza a nivel de los conductos o canalículos biliares del hígado, alcanzando un tamaño de 2 a 5 cm, por lo que resulta fácilmente reconocible a simple vista cuando se hace un diagnostico a campo a través de la necropsia. En la Argentina, a esta parasitosis también se la conoce como “Saguaypé”, voz guaraní que significa gusano chato o plano; según la zona del país a la que se haga referencia, los lugareños usan diferente terminología: ej. “palomilla del hígado” en algunas zonas de la pampa húmeda, “corrocho” en San Juan o “chonchaco” en San Luis y noroeste del país. Pérdidas económicas (una cuestión de dinero) Se ha estimado que en el mundo, mas de 300 millones de bovinos y 250 millones de ovinos pastorean en áreas donde F. hepática está presente, produciendo pérdidas anuales por mas de 3 billones de dólares. En Argentina, la primera descripción fue hecha en ovinos, en el año 1888. En áreas endémicas (aquellas donde siempre ocurren casos) se registran pérdidas por mortandad, por menor cantidad y calidad de lana producida, caen los porcentajes de parición, hay un menor crecimiento; también se registran mayores costos por el uso de antiparasitarios, por la reposición de animales, por las pérdidas de hígados que se descartan en las playas de faena y reses clasificadas como de calidad inferior. Cuando se faenan animales que han sido criados en Neuquén, o en zonas de pre-cordillera andina, o provienen de algunas áreas de Entre Ríos, San Luis, Córdoba y norte de la Provincia de Bs. As., o campos en área de influencia de las vertientes de Sierra de la Ventana - Tandil, muchos hígados afectados deben ser decomisados por esta enfermedad (ver fotos). Últimamente, también se han diagnosticado casos en áreas antes poco comunes para este parásito como partidos de la Cuenca del Salado: Rauch, Azul, Tapalqué, Las Flores y Saladillo, Olavarría y Bolívar. Las mayores pérdidas se producen en ovinos hasta los dos años, aunque también se registran mortandades en carneros adultos que pastorean en áreas cercadas con pasturas irrigadas.

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Olegario Prieto JTP Parasitología y Enfermedades Parasitarias. Facultad Veterinaria. UBA.

La Fasciola hepática, un serio problemas para la ganadería ovina y bovina.

La Fasciolosis, también conocida como Distomatosis, haciendo referencia a su agente causal, la Fasciola hepática o Distoma hepático, es una enfermedad parasitaria que ataca a animales domésticos que se alimentan de pastos como ovinos, caprinos, bovinos, equinos, porcinos y ocasionalmente al hombre, siendo por esto último considerada una zoonosis, o sea una enfermedad transmisible de animales al hombre. Guanacos, ciervos, liebres y conejos, pueden actuar como reservorios, contaminando el ambiente sin manifestar signos clínicos de la enfermedad. Este parásito chato, con forma de hoja, se alimenta de sangre (hematófago) y, en su estado

adulto, se localiza a nivel de los conductos o canalículos biliares del hígado, alcanzando un tamaño de 2 a 5 cm, por lo que resulta fácilmente reconocible a simple vista cuando se hace un diagnostico a campo a través de la necropsia. En la Argentina, a esta parasitosis también se la conoce como “Saguaypé”, voz guaraní que significa gusano chato o plano; según la zona del país a la que se haga referencia, los lugareños usan diferente terminología: ej. “palomilla del hígado” en algunas zonas de la pampa húmeda, “corrocho” en San Juan o “chonchaco” en San Luis y noroeste del país.

Pérdidas económicas (una cuestión de dinero) Se ha estimado que en el mundo, mas de 300 millones de bovinos y 250 millones de ovinos pastorean en áreas donde F. hepática está presente, produciendo pérdidas anuales por mas de 3 billones de dólares. En Argentina, la primera descripción fue hecha en ovinos, en el año 1888. En áreas endémicas (aquellas donde siempre ocurren casos) se registran pérdidas por mortandad, por menor cantidad y calidad de lana producida, caen los porcentajes de parición, hay un menor crecimiento; también se registran mayores costos por el uso de antiparasitarios, por la reposición de animales, por las pérdidas de hígados que se descartan en las playas de faena y reses clasificadas como de calidad inferior. Cuando se faenan animales que han sido criados en Neuquén, o en zonas de pre-cordillera andina, o provienen de algunas áreas de Entre Ríos, San Luis, Córdoba y norte de la Provincia de Bs. As., o campos en área de influencia de las vertientes de Sierra de la Ventana - Tandil, muchos hígados afectados deben ser decomisados por esta enfermedad (ver fotos). Últimamente, también se han diagnosticado casos en áreas antes poco comunes para este parásito como partidos de la Cuenca del Salado: Rauch, Azul, Tapalqué, Las Flores y Saladillo, Olavarría y Bolívar. Las mayores pérdidas se producen en ovinos hasta los dos años, aunque también se registran mortandades en carneros adultos que pastorean en áreas cercadas con pasturas irrigadas.

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Ciclo biológico (como evolucionan ?)

-6- Desde que el animal se infecta al ingerir pasto contaminado, hasta que las fasciolas se convierten en adultas y eliminan huevos por materia fecal, pasan de 6 a 12 semanas, periodo que se conoce como ”prepatente”.

-5- Metacercarias enquistadas en los pastos.

-1- Huevos en materia

-2- Miracidios en ambientes acuáticos.

-4- Cercarias

-3- Huésped intermediario, un caracol llamado Limnaea viatrix. Esta parte del ciclo dentro del caracol puede durar de 4 a 12 semanas.

Para poder completar todo su ciclo evolutivo (1 a 6 en el esquema), este parásito necesita si o si, la presencia de dos huéspedes: por un lado, los mamíferos antes mencionados, que actúan como “huéspedes definitivos” padeciendo la enfermedad parasitaria (6 en el esquema); y por otro lado, la presencia en el ambiente de un caracol muy pequeño, que actúa como “huésped intermediario”, llamado Limnaea viatrix (3 en el esquema). Por lo tanto, se trata de un ciclo biológico indirecto ya que se reconocen 2 huéspedes diferentes, definitivo e intermediario. Es por esto que una parte del ciclo ocurre en el ambiente exterior y otra dentro del animal, siendo esta etapa la parasitaria, la que produce daño (ver foto) ocasionando muchas veces la muerte. Pero lo notable del ciclo es que por cada miracidio exitoso en alcanzar un caracol intermediario, de ese caracol salen de 400 a 1000 cercarias, que se enquistan en los pastos como formas infestantes o quísticas, llamadas metacercarias, que infestan a los animales al ingresar por vía oral junto con el pasto contaminado. Epidemiología

Sin estos caracoles (Limnaea viatrix) no hay enfermedad !!!!! Foto: fuente C. Rossanigo en http://cnia.inta.gov.ar/helminto/Fasciola/Fasciola%20caracoles%201.htm Y si hay caracoles pero en esas pasturas infectadas no colocamos huésped susceptibles, (ovinos, bovinos, caprinos, otros…), y esto es un factor de manejo ya que el hombre es quién decide poner o sacar animales en determinados potreros, tampoco hay enfermedad.

Para que haya enfermedad, deben coincidir en un mismo tiempo y espacio, caracoles intermediarios, huéspedes definitivos y además, la presencia de condiciones ambientales apropiadas para la evolución del caracol y de los estadios intermedios ambientales de fasciola

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(huevos, miracidio, cercarias, metacercarias, etc). Cuanto la concurrencia de estos 3 factores básicos se da, entonces estamos ante la presencia de lo que llamamos un “paisaje epizootiologico ideal” y la enfermedad puede adquirir el carácter de endémica. Son esas zonas o potreros bien conocidas por los productores, porque años tras años, aparecen animales enfermos.

Patogenia La enfermedad tiene marcadas diferencias entre huéspedes, ya que en bovinos raramente causa muerte (cronifica), mientras que esta si se da con mas frecuencia en ovinos y caprinos, muriendo por casos agudos o sobreagudos debido a su mayor sensibilidad. Esta característica ha obligado a cambiar ovinos por bovinos, por ejemplo en áreas endémicas de Neuquén. El bovino es la única especie que puede rechazar a la fasciola adulta. Las lesiones ocasionadas por los estadios juveniles a medida que transitan por el tejido hepático buscando el conducto biliar, producen un daño que está en proporción al grado de infestación, es decir, la cantidad de metacercarias ingeridas en un “x” periodo de tiempo. Una “alta” ingestión en un corto tiempo produce casos “agudos” que pueden llevar a la muerte. La fasciolas jóvenes, formas juveniles también conocidas como “duelas” o “fasciolomulos”, para abrirse paso en su migración, producen potentes enzimas proteolíticas que van digiriendo el tejido hepático, produciendo hemorragias internas (hepatitis traumática) a veces muy severas y mortales. Los conductos que abren en su avance son cada vez más grandes porque las fasciolas jóvenes van creciendo, en edad y tamaño. En este proceso, que les demanda entre 40 y 50 días hasta llegar a ser adultas y alcanzar las vías biliares mayores (donde se localizan definitivamente), se dañan capilares sanguíneos y pequeños conductos biliares. Por otro lado, los tejidos y conductos “reaccionan”, se defienden, y es allí donde se depositan sales biliares y detritus celulares con multiplicación y depósito de fibroblastos y producción de fibrina, a lo que sigue una etapa de calcificación de las lesiones (al corte con el cuchillo durante la necropsia se escucha un chillido característico), determinando el típico engrosamiento de los canalículos o conductos biliares (colangitis, ver fotos). El aumento de tamaño del hígado (hapatomegalia), sobre todo el lado izquierdo, es común de observar en la necropsia. Esta reacción de defensa, mas común de ver en bovinos, actúa como una “barrera tisular” que impide la migración de nuevos ejemplares. En casos graves es común encontrar la vesícula biliar repleta de fasciolas.

Síntomas y Lesiones Unos pocos ejemplares de fasciola ubicados en los conductos biliares, no provocan una manifestación importante, pero infestaciones masivas con muchos individuos al mismo tiempo, causan una enfermedad grave, principalmente en los animales jóvenes, pudiendo morir repentinamente por daño hepático o por invasión secundaria clostridial (clostridiosis). Es común encontrar casos de clostridiosis en áreas de Fasciola lo que obliga a vacunar ovinos y bovinos contra Clostridium en esas áreas.

Foto Rossanigo: tomadadehttp://cnia.inta.gov.ar/helminto/Fasciola/Fasciola%20lesion.htm Si el animal sobrevive a las lesiones, la regeneración del hígado se produce con producción de tejido fibroso nuevo (que no cumple la función del hígado, es afuncional), con distorsión del órgano por las múltiples cicatrices. En este estado puede aparecer anemia, debilidad, emaciación y edemas (acumulo de líquido en el subcutáneo, entre la piel y músculo) en zonas declives como debajo de las mandíbulas, cuello, pecho y abdomen.

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Durante la necropsia, los hallazgos son dependientes del número de parásitos y del tiempo de infección. Se pueden observar las marcas de perforación hepática, inflamación y focos

hemorrágicos que muestran un cuadro de hepatitis aguda traumática en infestaciones recientes. En casos crónicos, los animales están anémicos o caquécticos, hay colecciones serosas en peritoneo y engrosamiento de los conductos biliares del hígado con alteraciones cirróticas. Foto: Olegario Prieto.

Diagnóstico: El diagnóstico clínico es difícil ya que comparte signos y síntomas generales

con otras enfermedades. En general, los síntomas aparecen en los casos crónicos. Estos son: falta de peso, debilidad general, edema y palidez de mucosas. En casos de muerte, a la necropsia, las lesiones en hígado y las fasciolas son muy evidentes, se ven a simple vista, aunque en casos nuevos y si mueren por hemoglobinuria es a veces difícil encontrar las fasciolas juveniles (son muy chiquitas y difíciles de ver a simple vista). La información epidemiológica, el conocimiento de la existencia del caracol y los antecedentes de casos históricos en un

determinado establecimiento, acercan más rápido al diagnóstico. El diagnóstico de laboratorio más usado es la detección de huevos en materia fecal. Los huevos son ovales, operculados, sin cámara de aire y grandes (130 a 150 x 70 micras). Foto: Janssen Animal Health tomada de http://www.rvc.ac.uk/review/Parasitology/images/largeLabelled/Fasciola-hepatica-egg-_-p-5.jpg. Tanto la flotación, sedimentación o el filtrado, buscan concentrar los huevos para poder visualizarlos al microscopio. En casos agudos o sobreagudos, tener en cuenta que estas técnicas de detección de huevos resultan negativas y los animales se mueren de Fasciolosis. Esto ocurre principalmente en ovinos, cuando hay una alta ingestión de metacercarias en un corto tiempo, siendo estas formas juveniles las que matan al ocasionar durante su migración una hepatitis traumática (con hemorragias); y como son parásitos jóvenes y todavía no generan huevos, estos no aparecen en los análisis de materia fecal. La necropsia siempre resulta un recurso de valor que ayuda a confirmar un diagnostico. Por último, la recuperación de formas juveniles del parénquima hepático se aplica en casos agudos o sobreagudos.

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Control El objetivo de los tratamientos es eliminar el agente causal de la enfermedad y cortar la eliminación de huevos con la materia fecal, para así prevenir la infección de los caracoles y la contaminación de las pasturas. El espectro de acción de las drogas fasciolicidas sobre los diferentes estadios de fasciola debe ser tenido en cuenta para su uso en los programas de control. La aplicación de fasciolicidas es inevitable en los casos clínicos (aguda ó crónica), pero lo ideal es poner en práctica un plan estratégico de control complementando dosificaciones con el manejo y movimientos de hacienda. Más que tratamientos se deben diseñar Programas de Control eficientes que utilizan la información epidemiológica local. El objetivo de mínima es disminuir la oferta de infección a animales susceptibles. La prevención es la clave y se debe proteger al máximo a los animales jóvenes, que son lo más susceptibles. Esto debe ajustarse por establecimiento y es del competencia profesional actuante poder resolverlo. El historial de uso de antiparasitarios, fechas de tratamiento, topografía, tipo de pasturas y de potreros, carga animal, rotaciones, etc., inciden mucho en la gravedad y, por lo tanto, en las decisiones a tomar. El control debe estar basado en la acción sobre los tres componentes del ciclo Fasciola: - control sobre el parásito en el animal; - control de los estadios libres y - control de los caracoles. Control de F. hepática en el huésped definitivo El uso de antihelmínticos (trematodicidas) es la práctica más común empleada por el productor para la lucha contra los parásitos. El objetivo del tratamiento es el de eliminar el agente causal de la enfermedad e interrumpir la excreción de los huevos con la materia fecal, para así evitar la infección de los caracoles y la contaminación de las pasturas. El espectro de eficiencia de las drogas fasciolicidas disponibles en el mercado sobre los diferentes estadios de fasciola debe ser tenido en cuenta para su uso en los programas de control. Algunos fasciolicidas (albendazol, closantel, clorsulón) actúan solo sobre estados adultos, por lo tanto no son efectivos contra estados inmaduros de Fasciola, por lo que no son recomendables en casos agudos de la enfermedad. En cambio, triclabendazol es un fasciolicida total, ya que elimina tanto formas juveniles, desde la primer semana de vida hasta las fasciolas adultas de 9 semanas o mas. El conocimiento de la eficacia de la droga en relación a su acción preferencial sobre estadios juveniles o adultos de F. hepática es de gran importancia para establecer la frecuencia de los tratamientos, ya que el empleo de drogas con eficacia preferencial sobre F. hepática de ocho semanas o mas, como el Clorsulón, Rafoxanide, Nitroxinil, Albendazol, Closantel) hacen necesaria la aplicación de al menos dos tratamientos, con un intervalo de 2 a 3 semanas después del desplazamiento a un nuevo potrero, el cual debería estar libre de Limnaea y por consiguiente, de la infección. Pero si la droga empleada es el Triclabendazol, y la zona es de alto riesgo, este intervalo entre tratamientos puede extenderse hasta ocho semanas, alcanzándose la eliminación de la infrapoblación de dístomas presentes, antes de que éstos alcancen el estado adulto y contaminen el potrero. La aplicación de fasciolicidas es inevitable en los casos clínicos de fasciolosis (aguda ó crónica), pero lo ideal es poner en práctica un plan estratégico de control con un mínimo de dosificaciones y armonizado con el manejo y movimientos de hacienda. Si bien los programas de control deben realizarse teniendo en cuenta aspectos epidemiológicos regionales, de manejo y clima, una estrategia “orientativa” de tratamientos en majadas con problemas puede ser: a) Fin de invierno/principios de primavera, dosificación para eliminar los parásitos adultos instalados desde el otoño y reducir la contaminación de las pasturas. b) Verano, dosificación para eliminar los parásitos ingeridos en primavera-verano c) Fin de Otoño, dosificación para eliminar los parásitos ingeridos en verano principios de otoño. De acuerdo a los resultados del primer año, posiblemente en el segundo año, se puedan limitar las dosificaciones a verano y otoño. El control de los estadios libres de F. hepática: Esta estrategia se basa en restringir áreas de pastoreo a los animales susceptibles mediante el uso de buenos alambrados durante época críticas. La hacienda que ingresa a potreros infectados debe

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sacarse en menos de 8 semanas de ingresadas y no dar chance a que los huevos, futuros miracidios, alcancen a los caracoles. En los potreros altos no hay caracoles, pero antes de volver a los potreros contaminados (bajos, con riachos) se debe tratar para matar las fasciolas y evitar la eliminación de huevos por materia fecal, ya que comenzada la oviposición, sería exitosa la multiplicación si encuentra caracoles intermediarios.

El control del caracol Es difícil, se pueden usar químicos como el sulfato de cobre en épocas de actividad del caracol poniendo en peligro a la fauna del área tratada. Bibliografía consultada: Olaechea, F.V. (1994) Epidemiología y Control de Fasciola hepática en Argentina, 213-233. En: Enfermedades Parasitarias de Importancia Económica en Bovinos, Nari A., Fiel C. Ed. Hemisferio Sur. Acosta, D. (1994) Epidemiología y Control de Fasciola hepática en el Uruguay, 233-264. En: Enfermedades Parasitarias de Importancia Económica en Bovinos, Nari A., Fiel C. Ed. Hemisferio Sur. http://www.inta.gov.ar/balcarce/info/documentos/ganaderia/bovinos/sanidad/dismin_prod/fasciola.htm ([email protected] Grupo de Sanidad Animal Estación Experimental Agropecuaria Balcarce). RED DE HELMINTOLOGIA PARA AMERICA LATINA Y EL CARIBE http://cnia.inta.gov.ar/helminto/Fasciola/vene1.htm http://cnia.inta.gov.ar/helminto/Fasciola/Fasciola%20(lesión%20en%20hígado).jpg(foto Rossanigo). httpwww.phsource.usPHHELMHelminth_imagesFasciola%20hepatica.jpg