facundo aguirre - revueltas y revoluciones

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Estrategia Internacional N° 6 Invierno de 1996 LA RELACION ENTRE REVUELTA Y REVOLUCION EN LOS SILOS !I! Y !! Facundo Aguirre "resentaci#n Comentando el balance de la revolución de 1905, Lenin sostenía que " Los campesinos prendieron fuego a unas dos mil fincas de terratenientes y se repartieron los medios de subsistencia robados al pueblo por los rapaces nobles. Por desgracia, ¡estalabor se hizo demasiado poco a fondo! Desgraciadamente, los campesinos sólo destruyeron entonces la quinzava parte del nmero total de fincas de los nobles, sólo la quinzava parte de lo que hubieran debido destruir para barrer del suelo ruso, de una vez para siempre, esa verg enza del latifundio feudal... siendo "sta una de las causas fundamentales de la derrota de la revolución# $%nforme de la revolución de &'()*.¡+u" diferencia entre cómo los grandes maestros revolucionarios ense an a criticar las acciones de las masas, y cómo los pseudomar-istas de hoy culpan a las masas de todas las #fortalezas# del capital! ólo una mirada as/ nos puede ayudar a comprender los acontecimientos. Para nosotros, como e-plicamos en el art/culo #0evuelta y revolución, a la luz del mar-ismo revolucionario#, revueltas constituyen una fase de la revolución proletaria, m1s defensiva e inmadura de la misma, que se e-plica por la fal de unidad y la crisis de las organizaciones de las masas, la #m de la sub2etividad# de las clases e-plotadas y por la acción de aparatos contrarrevolucionarios para impedir el desarrollo de l espontaneidad de las masas. %ntentaremos demostrar con este art/culo cómo vieron los gra maestros del movimiento comunista revolucionario, 3ar- y 4ngels las revueltas y revoluciones en el siglo 5%56 Lenin, 7 Lu-emburgoen las lecciones estrat"gicas de las revoluciones proletarias de &'() y &'&9, bases sobre las que se fundaron la la %;: %nternacional. +ueremos demostrar que las revueltas, le2 ser un fenómeno #nuevo#, son un fenómeno ampliamente analizad a trav"s del prisma de la historia de las transformacione capitalismo y la historia del movimientoobrero. 4n ltima instancia, intentaremos demostrar cómo los revolucionarios comprend/an al mar-ismo como #el 1lgebra de la revolución# $Leó 7rots8y*y no como una mera colección de cr/ticas #bienintencionadas# a los males del capitalismo. Las $ases del desarrollo del %ovi%iento o&rero 'Lo es(ont)neo es la $or%a e%&rionaria de lo conciente' Con esta definición del #<+u" =acer># Lenin intentaba marcar los límites de la esontaneidad del roletariado a quien a!n veía c 1

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Estrategia Internacional N 6Invierno de 1996LA RELACION ENTRE REVUELTA Y REVOLUCION EN LOS SIGLOS XIX Y XXFacundo Aguirre

PresentacinComentando el balance de la revolucin de 1905, Lenin sostena que "Los campesinos prendieron fuego a unas dos mil fincas de terratenientes y se repartieron los medios de subsistencia robados al pueblo por los rapaces nobles.

Por desgracia, esta labor se hizo demasiado poco a fondo! Desgraciadamente, los campesinos slo destruyeron entonces la quinzava parte del nmero total de fincas de los nobles, slo la quinzava parte de lo que hubieran debido destruir para barrer del suelo ruso, de una vez para siempre, esa vergenza del latifundio feudal... siendo sta una de las causas fundamentales de la derrota de la revolucin" (Informe de la revolucin de 1905). Qu diferencia entre cmo los grandes maestros revolucionarios ensean a criticar las acciones de las masas, y cmo los pseudomarxistas de hoy culpan a las masas de todas las "fortalezas" del capital! Slo una mirada as nos puede ayudar a comprender los acontecimientos. Para nosotros, como explicamos en el artculo "Revuelta y revolucin, a la luz del marxismo revolucionario", las revueltas constituyen una fase de la revolucin proletaria, la fase ms defensiva e inmadura de la misma, que se explica por la falta de unidad y la crisis de las organizaciones de las masas, la "miseria de la subjetividad" de las clases explotadas y por la accin de los aparatos contrarrevolucionarios para impedir el desarrollo de la espontaneidad de las masas.

Intentaremos demostrar con este artculo cmo vieron los grandes maestros del movimiento comunista revolucionario, Marx y Engels, las revueltas y revoluciones en el siglo XIX; Lenin, Trosky y Luxemburgo en las lecciones estratgicas de las revoluciones proletarias de 1905 y 1917, bases sobre las que se fundaron la III y la IV Internacional. Queremos demostrar que las revueltas, lejos de ser un fenmeno "nuevo", son un fenmeno ampliamente analizado a travs del prisma de la historia de las transformaciones del capitalismo y la historia del movimiento obrero. En ltima instancia, intentaremos demostrar cmo los revolucionarios comprendan al marxismo como "el lgebra de la revolucin" (Len Trotsky) y no como una mera coleccin de crticas "bienintencionadas" a los males del capitalismo.

Las fases del desarrollo del movimiento obrero"Lo espontneo es la forma embrionaria de lo conciente"Con esta definicin del"Qu Hacer?"Lenin intentaba marcar los lmites de la espontaneidad del proletariado a quien an vea con los ojos de la poca previa de reformas en los marcos del sistema capitalista. Trataba de sealar, cmo la clase obrera con su conciencia sindicalista, de unidad de sus fuerzas, aprenda en la escuela de las huelgas que eran segn Engels"escuelas en el arte de la guerra contra el capitalismo"(La situacin de la clase obrera en Inglaterra), pero necesitando de la propaganda revolucionaria para elevarse a la conciencia socialista. Lenin marcaba cmo dentro de cada accin del proletariado se encontraba en germen un estado superior de conciencia.

Durante el siglo XIX, de formacin del movimiento obrero, ste sigui un curso evolutivo tal como sealaba Lenin en el desarrollo del proletariado ruso. De las revueltas luddistas al surgimiento de organizaciones de lucha econmica como las trade unions y las sociedades de resistencia que sientan las bases para la formacin de la conciencia de clase del proletariado y de all a la lucha poltica en las revoluciones de 1830 y 1848. La huelga se convierte en la forma central del combate, y ms adelante, en la segunda mitad del siglo XIX, surgen los grandes sindicatos de masas y los partidos obreros como expresin econmica y poltica de clase. Sin embargo, en el siglo XX esta relacin entre espontaneidad y conciencia, lucha econmica y lucha poltica no est determinada por un curso evolutivo, sino convulsivo, como producto del enfrentamiento abierto entre revolucin y contrarrevolucin que convierte a cualquier corto episodio en la lucha de clases no en una fase necesaria de su formacin donde la clase haga su escuela en el combate, sino en un episodio no necesario de la guerra misma."Motn o revolucin?" se preguntaba Lenin ante el comienzo de la revolucin de 1905, explicando cmo el desarrollo del movimiento obrero en Rusia haba pasado de los motines obreros a la huelga econmica a partir de 1885, a la lucha poltica en 1903 y de la huelga poltica a la revolucin, combinando en este proceso la huelga poltica con la insurreccin en 1905: "Bajo el curso espontneo de los acontecimientos, sazona y organiza a nuestra vista la insurreccin de todo el pueblo. No ha transcurrido an tanto tiempo desde que la nica manifestacin de la lucha del pueblo contra la autocracia eranlas revueltas,es decir los disturbios inconcientes y desorganizados, espontneos y a veces salvajes. Pero el movimiento obrero, que es el movimiento de la clase ms avanzada no ha tardado en salirse de esa fase inicial. La propaganda y la agitacin consciente de la socialdemocracia han surtido efecto. Las revueltas han dado paso a las huelgas organizadas y a lasmanifestaciones polticascontra la autocracia. Las feroces represalias militares venan "educando" varios aos al proletariado y las plebes de las ciudades, preparndolas para las formas superiores de la lucha revolucionaria. La criminal y vergonzosa guerra en que la autocracia meti al pueblo ha consumido la paciencia de ste. Han empezado las tentativas de resistencia armada de la multitud a las tropas zaristas. Se ha dado comienzo a verdaderoscombatesdel pueblo con las tropas en lascalles, a batallas en las barricadas... La lucha se ha propagado convirtindose en insurreccin"y ms adelante agrega Lenin: "Revueltas, manifestaciones, batallas en las calles, destacamentos del ejrcito de la revolucin: tales son las etapas del desarrollo de la insurreccin popular"(Lenin, Ejrcito revolucionario y gobierno revolucionario, subrayados en el original)

De esta forma Lenin marcaba los caminos que se haba dado el desarrollo del movimiento obrero a lo largo de la poca reformista en su lucha de clases y cmo en la revolucin de 1905, la revuelta es una fase de la insurreccin popular, sintetizando en Rusia de esta forma, las etapas del desarrollo de la clase obrera y la transicin a la nueva poca decrisis, guerras y revoluciones.Las revueltas del siglo XIXEl origen del movimiento obreroLas revueltas en los orgenes del capitalismo fueron acciones tpicas del proletariado en su etapa de nacimiento como movimiento obrero, frente a las crisis cclicas del perodo de ascenso del capital y el desarrollo del proletariado como clase para s estaba limitado por las oportunidades que se le presentaban en los momentos de crisis econmica, donde se abran cortos perodos revolucionarios.Desde el punto de vista de la accin la revuelta fue la primera forma de protesta obrera. Como seala Riazanov en "Notas al Manifiesto Comunista":"La primera forma de protesta colectiva fueron los amotinamientos de obreros en las fbricas, fomentados con el fin de inferir daos a la propiedad y especialmente para destruir las mquinas". Este movimiento se origin en Inglaterra bajo el nombre de luddismo, y perdur desde el ao 1811 hasta 1817, donde los obreros destruan las maquinarias a las que identificaban como el enemigo. Otros de estos movimientos reconocidos que adquirieron gran importancia son el movimiento del Capitn Swing, de los trabajadores agrcolas en Inglaterra que llegara a su apogeo en 1830 incendiando graneros, cosechas y maquinarias, y el movimiento de "las hijas de Rebecca" que recorriera los campos del norte de Inglaterra a finales de los 30, impulsados por los arrendatarios contra la Iglesia y los terratenientes. Cuando se transformaron en movimientos de los obreros, centralmente el de las "hijas de Rebecca" que fue tomado por los mineros, se vieron abandonados a su suerte.

En 1840 se dio un movimiento similar entre los tejedores de Silesia en Alemania y, a fines del siglo XIX, tambin en los orgenes del movimiento obrero ruso. Eran acciones defensivas ante la pauperizacin creciente, la inestabilidad laboral y los bajos salarios.La conciencia que expresaban estas revueltas era la del campesinado que se ve obligado a vender su fuerza de trabajo en el mercado laboral perdiendo la relativa situacin de estabilidad del pasado; dicho de otra forma, este movimiento obrero en su etapa de formacin expresaba la conciencia del pasado para revertir su situacin presente como asalariado, teniendo mucho peso en la formacin de esta conciencia las tradiciones adquiridas. Como bien lo expresan Hobsbawm y Rud, analizando el pensamiento de los trabajadores agrcolas britnicos que protagonizaron las revueltas del Capitn Swing"...Crean en el derecho natural -el derecho a trabajar y a ganar un salario de subsistencia- y se negaban a aceptar que las mquinas, que les privaban de ese derecho, estuviesen protegidas por la ley. A veces invocaban la autoridad de la justicia o del gobierno -y hasta del rey o de Dios mismo- para justificar sus opiniones y sus actos.... estaban firmemente convencidos de que la justicia y hasta las leyes estaban de su parte"(Revolucin industrial y revuelta agraria. El capitn Swing)La revuelta no dio origen directo a una conciencia de clase en relacin al conflicto pero s a una visin de la "comunidad" o el "pueblo" donde quedaban excludos los poseedores a quienes culpaban por su situacin de miseria y por el empleo de las mquinas; sin embargo, las revueltas dejaron una base de experiencia que form una conciencia cristalizada en instituciones que llegaron a esbozar un tipo de organizacin permanente, en las sectas religiosas disidentes y en los grupos radicales o socialistas utpicos marginalmente. Ninguna revuelta lleg por s misma a constituir una organizacin obrera y mucho menos un partido proletario."Fueron necesarios mucho tiempo y mucha experiencia para que los obreros llegasen a distinguir entre las mquinas en s y el empleo que les daba el capital y a dirigir sus tiros no contra los instrumentos materiales de produccin sino contra la forma social en que se aplicaban"(Marx, El Capital, tomo 1)

Desde el punto de vista de la organizacin eran estallidos de espontaneidad pura con un lugar de reunin como marco de referencia u organizacin primitiva. Las organizaciones creadas por este movimiento espontneo, no tenan permanencia en el tiempo como organismos estables, simplemente eran el punto de referencia para iniciar las acciones de resistencia, eran organizacionesad hoc, sin ningn programa que las guiara en su accin. La revuelta lleg a formar un gran movimiento de resistencia sin centralidad alguna, ni expresin poltica de la misma, fuera de los crculos radicales de la pequeoburguesa.En conclusin, la revuelta en los orgenes del capitalismo como sistema dominante, cumple el papel de primer estado en la formacin del movimiento obrero. Originada por la situacin de inestabilidad que la mercantilizacin de la fuerza de trabajo produjo, proletarizando a sectores enteros de la poblacin, con sus consecuencias de miseria y descomposicin de las viejas condiciones de vida, la revuelta surge como la nica forma de protesta obrera para una clase que no ha tenido an la posibilidad de desarrollar sus energas y su potencial como clase capaz de aduearse de los destinos de la sociedad y que debi recurrir a la revuelta como forma de lucha heredada del pasado. Sus niveles primitivos de organizacin, conciencia y espontaneidad prefiguraban las potencialidades de la nueva clase. Sobre la superacin de sus lmites y aprendiendo de las lecciones de la misma, y sobre la base de la conciencia adquirida en stas se sentaron los cimientos del movimiento obrero en el siglo XIX.

El surgimiento del movimiento obreroConciencia y organizacinEl movimiento obrero como tal surge con la superacin del perodo de revueltas. En Inglaterra el cartismo, como un movimiento poltico de clase independiente y en Francia de mano de la burguesa en su lucha contra la aristocracia como su ala izquierda, comienza a surgir el movimiento obrero como clase revolucionaria. El perodo de revueltas como primer paso o estadio del naciente movimiento obrero tenda a ser superado por la huelga econmica como forma de lucha y por la organizacin de lastrade unionsy las sociedades de resistencia para la misma. El salto a la lucha poltica que preanunciaban los grupos socialistas utpicos y proletarios, se daran a pleno al calor de las crisis en las alturas y la proximidad de la revolucin en Europa.

Como dijimos antes, las revueltas, al ser actos de espontaneidad pura, no dieron lugar al surgimiento de organismos de combate permanentes. Las revueltas del siglo XIX no lograron dar paso a la organizacin del movimiento obrero. El grado de conciencia poltica expresaba la inmadurez de la nueva clase y de su desarrollo poltico. Es sobre la base del surgimiento de organizaciones de lucha econmica, como lasTrade Unionsy las sociedades de resistencia que se sientan las bases para la formacin de la conciencia de clase del proletariado. La huelga se transforma en la forma central del combate."Las Trade Unions y las huelgas declaradas en su nombre tienen la importancia de ser el primer paso dado para la abolicin de la competencia entre unos y otros obreros. Se basan en la premisa de que el rgimen burgus tiene su asiento en la rivalidad desatada entre los mismos trabajadores, en su falta de solidaridad, en los conflictos de intereses que separan a los distintos grupos obreros"(F. Engels, Situacin de la clase obrera en Inglaterra)Fue al inicio del perodo abierto en la dcada de 1830 y en la dcada de 1840, donde se expresaban subterrneamente las contradicciones de la sociedad y el surgimiento del proletariado como clase fundamental en la produccin, cuando se comienza a dar con mayor vigor el desarrollo del movimiento obrero y su elevacin a la lucha poltica."Por aquellos aos no haba ms que un partido en que la organizacin de los trabajadores tuviese proporciones nacionales: este partido era el cartismo ingls. En Francia, aparte de los socialistas demcratas, no existan ms que grupos diseminados, adscriptos a las viejas organizaciones blanquistas... Existan, adems, algunas clulas de comunistas materialistas y obreros igualitarios. A pesar de estar compuestos por proletarios, esos grupos, a diferencia del de los socialistas demcratas, que eran un partido pequeoburgus, no haban pasado de ser, hasta el ao de 1848, ms que agrupaciones de poca monta, sin adquirir en ningn caso ms que contornos nacionales.

Desde el momento mismo de formarse, la Liga Comunista se erigi en una organizacin internacional, vindose obligada a entrar en relaciones con las secciones nacionales..."(Riazanov. Notas al Manifiesto Comunista)

En 1831 se funda bajo el impacto de la revolucin francesa de 1830 la Unin Nacional de la Clase Obrera en Inglaterra dirigida por William Lovett, rompiendo la unidad de los obreros y la pequeoburguesa liberal que se expresaba en las Uniones Polticas frente a la reforma electoral. Su reivindicacin central era obtener derechos democrticos para los obreros y que, para lograr el reconocimiento de que al obrero le perteneca el producto ntegro de su trabajo, era necesario que estos pudieran obtener una representacin parlamentaria. Del desarrollo de este movimiento surgir ms tarde en 1836 la Asociacin de Trabajadores que continuaba sosteniendo los principios de la UNCO y que en 1837 lanza la llamada "Carta del Pueblo" que expresaba en seis puntos las aspiraciones democrticas de la clase obrera, aunque limitando el movimiento a la independencia poltica de los trabajadores y no poniendo el acento en el desarrollo de la lucha de clases. Sin embargo del movimiento cartista saldrn ms tarde los elementos revolucionarios que darn lugar en julio de 1840 a la fundacin de la Asociacin Nacional de la Carta, dirigida por OConnor, que ser el primer partido poltico de la clase obrera. En Francia el salto a la lucha poltica vino de manos de la burguesa y sus banderas, planteando la necesidad de la constitucin del proletariado como clase en un partido independiente de las otras clases de la sociedad al calor de las revoluciones de 1830 y 1848.

En conclusin, el salto de la revuelta a la lucha econmica permiti organizar al proletariado y establecer su unidad dando paso a organizaciones de combate que adiestraban al proletariado para la guerra. Mientras que la revuelta no pudo nunca establecer esta unidad por s misma. El salto a la lucha poltica vino de la maduracin de la conciencia que hizo que el movimiento obrero le imprimiera su propia estampa a las banderas radicales de la burguesa.El salto de la revuelta a la revolucin en el siglo XIXEn la poca reformista, el salto de la revuelta a la revolucin se da de la mano de la burguesa quien utiliza al proletariado como pen en su juego contra la nobleza.La revolucin de 1830, que derroca en Francia a la monarqua de los Borbones y la reemplaza por la "monarqua burguesa" de Luis Felipe de Orlans al servicio de la aristocracia financiera, muestra la necesidad de la burguesa de sacar al proletariado a las calles tras sus banderas liberales, como asimismo el naciente temor de esta clase al pueblo en armas. El levantamiento de los tejedores de Lyon en 1831, producido por el desencanto y las desilusiones del proletariado en la burguesa triunfante, que se dio al grito de"morir combatiendo o vivir trabajando", que derrot a los gendarmes y resisti a las tropas enviadas para reprimir el levantamiento durante ocho das, mostr las energas revolucionarias que contena en su seno el proletariado naciente;"la revolucin de julio y los alzamientos de los obreros de Lyon de 1831 y 1834 abrieron los ojos a los trabajadores y los llevaron a enfocar sus propias perspectivas polticas y a asumir el papel que hasta entonces haba estado reservado al ala izquierda de los partidos burgueses"(Riazanov, Notas al Manifiesto Comunista). La rebelin de Lyon se transform, por la fuerza y el grado de espontaneidad del levantamiento, en una insurreccin impotente, producto de la falta de centralidad y programa poltico de la misma, y la inmadurez del proletariado. La insurreccin de Lyon, fue un anticipo de la revolucin del 48, que se caracterizara por la emergencia del proletariado como nueva clase revolucionaria y el abandono de la burguesa de las tareas radicales que tena planteadas."Aquella insurreccin tuvo objetivos sociales mucho ms profundos que una mera alza de los salarios o un reclamo de ocupacin estable y, aunque fue un levantamiento conjunto de los pequeos maestros y los jornaleros, se acepta por lo general que este hecho marca el nacimiento del nuevo movimiento obrero. La insurreccin se produjo en un momento de viviendas miserables, salarios bajos y depresin y fue seguida, en Pars, por una serie de revueltas e insurrecciones armadas, dirigidas no fundamentalmente contra los mercaderes y manufactureros sino contra el gobierno mismo...."(George Rud, "La multitud en la historia")1848: El proletariado en la revolucinFueron las brechas en las alturas las que permitieron las condiciones para una situacin revolucionaria. En 1848 el proletariado se eleva a la lucha poltica de manos de la burguesa, como "pueblo" armado en la lucha contra los restos de la nobleza, los terratenientes y los financistas. En febrero de 1848, la clase obrera de Pars derroca a Luis Felipe y obliga a la burguesa a aceptar, no una simple reforma electoral como ella deseaba, sino una Asamblea revolucionaria que da paso a la Repblica, y los talleres nacionales y los ministerios de Albert y Luis Blanc y la existencia de un partido proletario que expresaba los deseos de la clase obrera de establecer una "repblica social". Marx deca que en 1848"el proletariado, al dictar la Repblica al gobierno provisional y, a travs del gobierno provisional, a toda Francia, apareci inmediatamente en primer plano, como partido independiente, pero al mismo tiempo lanz un desafo a toda la Francia burguesa. Lo que el proletariado conquistaba era el terreno para luchar por su emancipacin revolucionaria, pero no, ni mucho menos, esta emancipacin misma"(C. Marx. La lucha de clases en Francia).Demostraba as 1848 el lmite de una burguesa cada vez ms conservadora y la existencia de una nueva clase revolucionaria que desafiaba al mundo burgus como un partido independiente. La burguesa no puede tolerar esta situacin. El 16 de abril intentan derrocar al gobierno provisional y son derrotados por lo obreros en las calles. En mayo el sufragio universal da mayora en la Asamblea Constituyente a los republicanos burgueses y los orleanistas. Basndose en esta relacin de fuerzas dan paso a una ofensiva contra el proletariado. El 15 de mayo una revuelta obrera es derrotada dando paso al arresto de Blanqui y la destitucin de Blanc y Albert. En junio de 1848, la clase obrera de Pars sale a las calles y es derrotada, con miles de muertos y los dirigentes encarcelados. Julio de 1848 marca el fin de la repblica social; la burguesa, el campesinado, la pequeoburguesa urbana y el lumpenproletariado se unieron para aplastar la insurreccin obrera de Pars y dar paso al gobierno de Luis Bonaparte.

El proletariado mostr su potencialidad como clase revolucionaria. Impuso, armas en mano, las condiciones de su emancipacin. No pudo superar los lmites de su inmadurez como clase y de las condiciones objetivas creadas por el ascenso del capitalismo. Como escribiera Marx el 29 de junio de 1848 en La Nueva Gaceta Renana, resaltando la importancia de la insurreccin de junio: "Despus de 1789, ninguna de las mltiples revoluciones de la burguesa francesa fue un atentado contra el orden, pues todas dejaban subsistir la dominacin de clase, dejaban subsistir la esclavitud de los obreros, dejaban subsistir el orden burgus, tan a menudo como fue modificada la forma poltica de esta dominacin y de esta esclavitud. Junio ha herido a este orden. Ay de Junio!"El ao 1848 dej las lecciones de la revolucin en la conciencia de los obreros. Dej las bases para la fundacin de la Primera Internacional. El proletariado demostr luego, en la Comuna de Pars, que era capaz de aduearse del poder y crear un Estado distinto, y luego, con la Segunda Internacional y la creacin de los grandes partidos obreros, intent forjar las herramientas indispensables para la lucha poltica, y consolid su conciencia de clase que ser el caldo de cultivo sobre el que se asentar el movimiento obrero revolucionario en la poca de crisis, guerras y revoluciones.La Comuna de Pars: el primer ensayo de la dictadura del proletariadoEl 4 de septiembre de 1870, los obreros de Pars vuelven a proclamar la repblica. Luis Bonaparte se encuentra en manos de los alemanes y Thiers es proclamado jefe del nuevo gobierno; los obreros de Pars claman por la defensa nacional ante la invasin alemana.El 28 de enero de 1871, la burguesa traslada el gobierno a Versalles y firma la paz con Prusia, con el fin de tener las manos libres para aplastar a los obreros del Pars insurrecto. El Comit Central de la Guardia Nacional, asume el poder. Nace as el primer gobierno obrero revolucionario de la historia, y la ms alta experiencia revolucionaria del proletariado en el siglo XIX."La Comuna es el primer intento de la revolucin proletaria de destruir la mquina estatal burguesa, y la forma poltica, descubierta, al fin, que puede y debe sustituir a lo destruido"(Lenin: "El estado y la revolucin")

La importancia de la Comuna radica entonces en que es la primer revolucin proletaria que intenta aduearse del poder en su provecho, siendo una excepcin en la poca del dominio relativamente pacfico del capital. Es sobre las lecciones de La Comuna que se form el marxismo revolucionario. La Comuna no triunf debido a las condiciones objetivas adversas para el proletariado y a la inmadurez de su direccin. Sin embargo, su gloriosa bandera fue la escuela del marxismo revolucionario del siglo XX, haciendo carne las lecciones revolucionarias que seran parte de los combates cotidianos, en la poca de crisis, guerras y revoluciones.Siglo XX: El movimiento obrero en la poca imperialistaEl ao 1905 cambia el escenario y la situacin en comparacin a la poca reformista. El movimiento obrero se eleva del motn y la huelga econmica a la lucha poltica y la insurreccin. Rusia adelantaba las condiciones de la nueva poca, poniendo en el centro de la escena el antagonismo burguesa-proletariado y al proletariado como la nica clase verdaderamente revolucionaria frente al zarismo."La guerra ruso-japonesa hizo tambalearse al zarismo. La burguesa liberal se vali del movimiento de las masas para infundir un poco de miedo desde la oposicin a la monarqua. Pero los obreros se emanciparon de la burguesa, organizndose aparte de ella y frente a ella en los soviets. Los campesinos se levantaron, al grito de tierra, en toda la gigantesca extensin del pas. Los elementos revolucionarios del ejrcito sentanse atrados, tanto como los campesinos, por los soviets, que, en el momento lgido de la revolucin, disputaron abiertamente el poder a la monarqua. Fue entonces cuando actuaron por primera vez en la historia de Rusia todas las fuerzas revolucionarias; carecan de experiencia y les faltaba confianza en s mismas. Los liberales retrocedieron ostentosamente ante la revolucin en el preciso momento en que se demostraba que no bastaba con hostilizar al zarismo, sino que era preciso derribarlo."(Len Trotsky. "Historia de la Revolucin Rusa")

Las brechas abiertas entre la burguesa y el zarismo, llevaron al enfrentamiento del proletariado contra ambos, convirtindolo en la fuerza motriz de la revolucin. La huelga poltica y la insurreccin son los rasgos caractersticos de la misma: Jornada de ocho horas y Armas! Tal era la consigna del proletariado revolucionario que anticipaba una nueva poca y que planteaba la necesidad apremiante de un partido marxista revolucionario y de la insurreccin armada. La clase obrera ocupa el centro de la escena de la revolucin siendo la nica clase capaz de dirigir la lucha contra el zarismo. Como dice Lenin, a modo de balance de la revolucin de 1905:"La peculiaridad de la revolucin rusa estriba en que, por su contenido social, fue una revolucin democrtico burguesa, mientras que por sus medios de lucha, fue una revolucin proletaria"(Informe sobre la revolucin de 1905)1.

Las revoluciones del siglo XX muestran cmo las condiciones no se desarrollan armnicamente. Cmo los caminos de la revolucin no estn determinados solamente por las condiciones objetivas, sino por la madurez o inmadurez poltica de la clase obrera,es decir por la existencia o no de direccin revolucionaria, que ha actuado como el factor determinante de la derrota de las revoluciones no slo en los 20 y 30, sino despus de la segunda posguerra donde los triunfos "prricos" que dieran como resultado las conquistas del proletariado de los estados obreros deformados de China, Europa del Este, Corea, Vietnam, Cuba y la liberacin del Africa negra del dominio colonial, fueron utilizadas para fortalecer el rol contrarrevolucionario del aparato stalinista (e indirectamente de todas las mediaciones contrarrevolucionarias), y el cumplimiento de los acuerdos de Yalta y Potsdam (tal como desarrollamos en la E. I. N 3).El ao 1989 hace volar por los aires este orden, sin lograr desarrollarse en revoluciones proletarias clsicas, marcando las contradicciones actuales de la situacin. Es que en la actual poca ninguna conquista es duradera si no est puesta en la estrategia de derrotar al capitalismo imperialista a nivel mundial.Revueltas, espontaneidad y concienciaLa necesidad de la autoorganizacin"La historia de las revoluciones es para nosotros la historia de la irrupcin violenta de las masas en el gobierno de su propio destino"(L. Trotsky. Historia de la Revolucin Rusa)Las revueltas son un intento en este sentido, pero por su falta de centralidad y los lmites de su conciencia, no logran desarrollar la tendencia a la violencia y la autodeterminacin hasta el final, que se contiene y manifiesta slo en germen.Las revoluciones son, por el contrario, la plena manifestacin de esta tendencia ya que logra desarrollar a pleno la espontaneidad y la iniciativa creadora de las masas, elevando las diferentes manifestaciones del combate a la lucha poltica, traducindolas al lenguaje de la guerra civil.

Las revoluciones desarrollan la conciencia de la clase obrera en das, al calor del combate, por los mismos golpes de la contrarrevolucin. Comentando la matanza de obreros ordenada por el Zar el 9 de enero que diera origen a la revolucin de 1905, Lenin escriba"S, la leccin ha sido grande! el proletariado ruso no la olvidar...La clase obrera ha recibido una gran leccin de guerra civil; la educacin revolucionaria del proletariado ha avanzado en un da como no hubiera podido hacerlo en meses y aos de vida montona, cotidiana, de opresin. El lema de Libertad o muerte! del heroico proletariado revolucionario peterburgus repercute ahora en toda Rusia.(El comienzo de la revolucin en Rusia).

Este salto en la conciencia se cristaliza en instituciones que plantean la organizacin para garantizar la ofensiva de las masas y su poder. El proletariado crea al calor de sus combates los Soviets como organizaciones de frente nico de las masas para la lucha poltica y a la huelga poltica, la insurreccin y la guerra civil como formas supremas de combate, que resuelvan el problema fundamental que plantea toda revolucin: quin tiene el poder.

La revolucin, a diferencia de la revuelta, tiende a cristalizar las acciones y la conciencia de las masas revolucionarias en instituciones de doble poder."El rgimen de la dualidad de poderes surge all donde chocan de modo irreconciliable las dos clases; slo puede darse por tanto, en pocas revolucionarias, y constituye, adems, uno de sus rasgos fundamentales"(Len Trotsky. Historia de la Revolucin Rusa).En la revolucin de 1848 el proletariado parisino impone a la burguesa el gobierno provisional y la Asamblea Nacional, donde actan el conjunto de las clases junto al partido proletario. En la insurreccin de julio el proletariado es derrotado y su partido descabezado, la "Repblica Social" es derrotada junto al intento de crear de la Asamblea Nacional un Parlamento Revolucionario.La Comuna de Pars intenta crear, alrededor del Comit Central de la Guardia Nacional, el organismo dirigente de la insurreccin y, ms tarde crea con la Comuna la base de un nuevo tipo de Estado basado en la eleccin democrtica y la revocabilidad y la igualdad salarial de los funcionarios.

La revolucin de 1905 marca un rumbo distinto. La revolucin da origen al Soviet, donde se renen el conjunto de las masas explotadas, creando las bases de un nuevo Estado:"cmo armonizar las diversas reivindicaciones y las formas de lucha aunque sea slo en los lmites de una ciudad? La historia ya ha respondido a ese problema: por medio de todos los grupos en lucha...Los soviets no estn ligados por ningn programa a priori. Abren sus puertas a todos los explotados"(L. Trotsky. El Programa de Transicin). La revolucin del 17 eleva a los soviets a organizacin del nuevo Estado, las revoluciones proletarias del siglo XX muestran permanentemente esta tendencia de las masas revolucionarias a la autoorganizacin y al doble poder cada vez que logran superar los lmites de sus direcciones. As como muestran la accin de las direcciones traidoras intentando impedir el desarrollo de la autoorganizacin que constituye un peligro mortal para su dominio.Durante las revoluciones proletarias del siglo XX la accin de los aparatos contrarrevolucionarios se centr en evitar que se desarrollaran las tendencias a la autoorganizacin, subordinando a las masas a la poltica del Frente Popular. Y cuando sta fracasa, lo intenta a travs del terror contrarrevolucionario contra la vanguardia proletaria. Para tomar como ejemplo, todo el perodo revolucionario del 68-76 es una muestra de las tendencias de las masas a la autoorganizacin y los soviets y de cmo las direcciones reformistas y centristas de todo sesgo han actuado para impedir su desarrollo. Los cordones industriales en Chile del 73, las coordinadoras en la Argentina del 75, la Asamblea popular en Bolivia del 70/71, los comits de inquilinos en la Revolucin de los claveles en Portugal, los comits de accin en el Mayo Francs, las comisiones internas en el "verano caliente" de Italia del 69, las comisiones obreras en la Espaa de finales del franquismo: todas tendencias abortadas por la accin de las direcciones o por el terror del Estado capitalista cuando stas ya no las podan controlar desde adentro del proceso revolucionario.Lo espontneo como embrionario de lo conciente tiende a expresarse, como ya dijimos, mediante la construccin por parte de las masas revolucionarias de organizaciones del frente nico para el combate poltico, base de un nuevo Estado proletario.

Las revueltas no muestran an hasta dnde puede llegar la espontaneidad de las masas, no se transfoman en semi-insurrecciones como el Cordobazo o procesos como el del Mayo Fancs. Sin embargo muestran esta posibilidad en germen en la superacin de las organizaciones dirigentes, quienes una vez enfrentadas a la rebelin de las masas intentan abortar cualquier proceso de autoorganizacin que pueda ser un canal para desarrollar el frente nico de las mismas.

La debilidad de los grandes aparatos contrarrevolucionarios despus de la cada del Muro, alientan a creer que, en el futuro, estas tendencias se desarrollarn ms rpidamente, haciendo ms convulsivo el escenario de la lucha de clases. Y tendrn enemigos internos de menor envergadura de lo que fue el stalinismo y sus "protegidos" de la socialdemocracia y los nacionalismos burgueses y pequeoburgueses)2.En las revueltas se plantea con claridad la necesidad de la organizacin del frente nico de las masas para la lucha poltica y la autodefensa contra la represin,es decir pasar del fuego y las barricadas a un nivel superior: el de los soviets y las milicias.

Las revueltas a la luz de una estrategia insurreccionalYa vimos cmo Lenin consideraba que lasrevueltasconstituan una de las "etapas de la insurreccin popular", cmo las tendencias a la violencia y la autoorganizacin contenidas en germen en las mismas se desarrollan plenamente en las revoluciones del siglo XX y son elaboradas como grandes lecciones estratgicas por la Tercera y la Cuarta Internacional.

Hasta ahora en el artculo"Las revueltas a la luz del marxismo revolucionario"analizamos las revueltas como fases iniciales del proceso revolucionario, mientras que en la primera parte de este artculo hemos determinado el significado de las mismas en las diferentes pocas historicas y determinado las tendencias que contienen en germen. Ahora intentaremos ver las revueltas desde la ptica de las formas superiores de la revolucin, la huelga poltica, la insurreccin espontnea, las jornadas revolucionarias, la insurreccin considerada como un arte y la guerra civil, nico ngulo estratgico vlido en esta poca de abierta guerra de clases."La revolucin proletaria es una revolucin de masas formidable desorganizadas en su conjunto. La ciega presin de las masas desempea en el movimiento un papel considerable. La victoria slo se puede obtener por medio de un partido comunista que tenga como objetivo preciso la toma del poder..."(Los problemas de la insurreccin y de la guerra civil. Len Trotsky). Abordaremos entonces la cuestin desde este ngulo, para retomar hilos de continuidad olvidados hace tiempo por muchos de los que hoy se reclaman marxistas, el de la estrategia revolucionaria para la lucha por el poder.Huelga Poltica e InsurreccinLa huelga general poltica, para el marxismo, cumple el rol de unificar a la clase obrera y de plantear la cuestin del poder, pero sin resolverla, ya que para eso hace falta la organizacin conciente de la insurreccin. Como vimos, tanto para Lenin, como para Trotsky, la huelga general as como la insurreccin constituan fases de la lucha revolucionaria de las masas, pero no la revolucin misma, preparando al partido revolucionario en la superacin conciente de esas fases, a travs de una estrategia para la toma del poder.Sin embargo, en el movimiento obrero revolucionario hay quienes identifican a la huelga poltica con la insurreccin cometiendo dos errores fundamentales: por un lado el de considerar la huelga poltica como la insurreccin dejando todo librado a la espontaneidad de las masas, y por el otro el de reducir la accin del partido marxista a esperar que la iniciativa de las masas resuelva el problema del poder. Esta discusin tiene antecedentes en el socialismo revolucionario en la polmica entre el bolchevismo y Rosa Luxemburgo. Trotsky, polemizando con Rosa Luxemburgo, quien fuera la terica ms importante de las virtudes revolucionarias de la huelga general, luego de la revolucin del 173, sostena que:"La huelga general revolucionaria al desbordar los lindes de la sociedad burguesa se haba vuelto para Rosa Luxemburg sinnimo de revolucin proletaria. No obstante, cualquiera que sea su fuerza, la huelga general no resuelve el problema del poder, no hace sino plantearlo. Para apoderarse del poder, es necesario organizar la insureccin apoyndose en la huelga general"(Los problemas de la insurreccin y de la guerra civil).

Luxemburgo reduca de esta manera el papel del partido socialista a una espera fatalista a que la revolucin aporte la insurreccin y la toma del poder, momento en que la actividad del partido debe reducirse a desplegar su agitacin revolucionaria y esperar sus efectos. Para Trotsky, por el contrario:"En tales condiciones, plantear claramente la cuestin del plazo de la insurreccin, es arrancar al partido de la pasividad y el fatalismo, es ponerlo frente a los principales problemas de la revolucin, principalmente a la organizacin conciente de la insurreccin para expulsar al enemigo del poder"(Idem). Es decir, se hace necesaria la intervencin del partido revolucionario para preparar la ofensiva de las masas, aprovechndose de las condiciones creadas por la huelga poltica, planteando y considerando la insurreccin como un arte y no dejndolo a merced de la espontaneidad de las masas, la que juega un papel formidable, pero insuficiente para apoderarse del poder.Revuelta y revolucinLas distintas formas de la insurreccinLas insurrecciones son actos ofensivos de las masas que tienden a resolver en forma violenta, su conflicto con el capital y sus agentes. Distinguindose las insurrecciones (en sentido estricto, semi-insurrecciones) que son producto de la espontaneidad de las masas y las que son planificadas por una direccin revolucionaria para aduearse del poder del Estado, es decir las verdaderas insurrecciones, lainsurreccin como arte.Para los maestros del marxismo revolucionario la insurreccin hay que examinarla de dos maneras"...primero como una etapa determinada del proceso histrico, como una refraccin de las leyes objetivas de la lucha de clases; luego desde un punto de vista objetivo y prctico, a saber: de qu manera preparar y ejecutar la insurreccin para asegurar el xito lo ms posible"(Los problemas de la insurreccin y de la guerra civil. L. Trotsky).

Este punto fue la discusin central que dividi a bolcheviques de mencheviques durante la revolucin de 1905, y a bolcheviques y comunistas de la socialdemocracia en 1917 y luego de la revolucin de Octubre. Los bolcheviques eran acusados por los reformistas de blanquismo al plantear la necesidad de introducir la conspiracin en la insurreccin de masas.

Para Blanqui las barricadas ocupando las calles constituan la forma por excelencia de la insurreccin; y la insurreccin, la revolucin misma. Engels, polemizando con ste, haba demostrado que la insurreccin era un acto de la revolucin, y la ineficacia de la barricada como forma de combate contra la moderna tcnica militar. Sin embargo, valoraba su significado poltico al expresar a la clase como un ejrcito insurrecto y valoraba del blanquismo su punto fuerte: la conspiracin.

Como seala Lenin, en "El marxismo y la insurreccin":"Para poder triunfar, la insurreccin debe apoyarse no en un complot, en un partido, sino en la clase ms avanzada. Esto, en primer lugar. En segundo lugar, debe apoyarse en el ascenso revolucionario del pueblo. Y en tercer lugar, la insurreccin debe apoyarse en aquel momento de viraje en la historia de la revolucin ascendente en que la actividad de la vanguardia del pueblo sea mayor, en que mayores sean las vacilaciones en las filas de los enemigos y en las filas de los amigos dbiles, a medias, indecisos, de la revolucin. Estas tres condiciones, son las que, en el planteamiento del problema de la insurreccin, diferencian el marxismo del blanquismo.Pero si estas condiciones estn dadas, negarse a considerar la insurreccin como un arte equivale a traicionar el marxismo y a traicionar la revolucin".

En la poca revolucionaria, el rol determinante que Blanqui le daba a la barricada en relacin a la insurreccin, como organizadora de los destacamentos de combate viene a ser reemplazado por otro organizador capaz de desplazar el poder existente: los soviets."Los soviets son los rganos de preparacin de las masas para la insurreccin, los rganos de la insurreccin y, despus de la victoria, los rganos del poder".Sin embargo para Trotsky es el partido revolucionario quien define la cuestin:"Cuando el soviet tiene a su cabeza un partido revolucionario, tender concientemente y a tiempo a aduearse del poder. Adaptndose a las variaciones de la situacin poltica y al estado del espritu de las masas, preparar los puntos de apoyo de la insurreccin, ligar los destacamentos de choque a un nico objetivo y elaborar de antemano el plan de ofensiva y del ltimo asalto: sto significa precisamente introducir la conspiracin organizada en la insurreccin de masas"(Historia de la Revolucin Rusa).

Para Trotsky cuando la lucha de clases rompe los marcos de la institucionalidad, estrictamente se entra en el terreno de la guerra civil conteniendo en su seno todas las formas de lucha revolucionaria: "La verdad es que la guerra civil constituye una etapa determinada de la lucha de clases cuando sta, al romper los marcos de la legalidad, llega a situarse en el plano de un enfrentamiento pblico y, en cierta medida fsico, de las fuerzas de oposicin.Concebida de esta manera, la guerra civil abarca las insurrecciones espontneas determinadas por causas locales, las intervenciones sanguinarias de las hordas contrarrevolucionarias, la huelga general revolucionaria, la insurreccin por la toma del poder y el perodo de liquidacin de las tentativas de levantamiento contrarrevolucionario."(Idem)Jornadas revolucionariasLas revueltas dentro de procesos revolucionarios agudosDurante los procesos revolucionarios abiertos suelen darse acciones que son "algo mucho ms importante que una manifestacin y menos que una revolucin"tal como defina Lenin a las Jornadas de Julio (Historia de la Revolucin Rusa. Citado por Trotsky). Acciones que por su espontaneidad, violencia y conciencia tienen una dinmica similar a las de las revueltas, aunque se diferencien por expresar una ofensiva de la vanguardia de las masas y por las consecuencias de sus resultados.

Trotsky refirindose a las jornadas de julio planteaba que su origen radicaba en la desilusin que el gobierno surgido de la revolucin despertaba en la vanguardia de las masas revolucionarias haciendo que "El pueblo cree que con un nuevo golpe puede complementar o corregir lo que ha hecho antes con insuficiente decisin. De aqu el impulso hacia una nueva revolucin, sin preparacin, sin programa, sin tener en cuenta las reservas, sin pensar en las consecuencias. De otra parte, el sector de la burguesa que ha llegado al poder, parece no esperar ms que el impetuoso impulso de abajo para intentar acabar con el pueblo. Tal es la base social y psicolgica de esta semirrevolucin complementaria, que ms de una vez en la historia se ha convertido en el punto de partida de la contrarrevolucin triunfante"(Idem).Es decir, accioneselementalesque contienen en s todos los elementos de la revolucin y la contrarrevolucin y de las que puede depender el curso de los acontecimientos. Y en donde la existencia de un partido revolucionario templado puede convertirse en un factor decisivo para evitar la derrota, tal como hicieran los bolcheviques en abril, transformando la movilizacin armada de los marinos del Bltico en una manifestacin contra el gobierno provisional o en julio donde evitaron que la derrota fuera mayor al exigir que el Comit Ejecutivo de los soviets tomara el poder.Fue este partido templado el que falt en las jornadas de noviembre del 18 en Alemania, cuando la vanguardia arremeta contra el gobierno aislado del conjunto de las masas, costndole en sus inicios la vida de los dos mximos dirigentes revolucionarios del proletariado alemn, Karl Liebneckt y Rosa Luxemburgo, en manos de la soldadesca del socialdemcrata Noske. O en marzo del 19 donde, en una accin similar, muere Leo Jogiches, compaero de Rosa Luxemburgo.

Es decir, que una vez desatado el proceso revolucionario se hace indispensable contar con un estado mayor revolucionario que sepa economizar la energa de las masas, para evitar que estas manifestaciones, que por el grado de espontaneidad, violencia y por la conciencia de presin, se asemejan a las revueltas, aborten el proceso revolucionario. Hace falta un partido que sepa considerar que la insurreccin es, como discuta Trostky haciendo un balance de las experiencias blgara y alemana:"La fase suprema de la revolucin es la insurreccin, la que decide el poder. La insurreccin va siempre precedida de un perodo de organizacin y de preparacin con base en una campaa poltica determinada. Por regla general, el momento de la insurreccin es breve; pero es un momento decisivo en el curso de la revolucin. Si se llega a la victoria, esta va seguida de un perodo que comprende la consolidacin de la revolucin a travs del aplastamiento de las ltimas fuerzas enemigas y la organizacin del nuevo poder y de las fuerzas revolucionarias encargadas de la defensa de la revolucin"(Problemas de la insurreccin y de la guerra civil).1989: las revueltas y la actualidad de las lecciones revolucionariasLos que hoy se reclaman del trotskismo, se hallan divididos, como ya dijimos, entre los que consideran que las revueltas son los ltimos suspiros de la clase obrera en retirada y los que las consideran parte de las luchas sindicales. Ambas visiones discuten la "refundacin" o la "recomposicin" del movimiento obrero subordinados a la estrategia de los aparatos reformistas, de impedir que la clase obrera desarrolle la espontaneidad y la violencia contenidas en lasrevueltasa pleno, ya sea porque "no estn dadas las condiciones", o por la "recomposicin" que las encuadra dentro de los sindicatos. Ambas visiones intentan reconstruir un movimiento obrero como en el siglo XIX, es decir de luchas reformistas o como durante el reinado de Yalta, es decir de fortalecimiento de los sindicatos y los grandes aparatos bajo la batuta de direcciones contrarrevolucionarias.

Ninguno se pregunta a qu responden las revueltas actuales, para determinar la estrategia de los revolucionarios, mostrando impotencia para aprender de la lucha de clases y de los errores de nuestro propio movimiento.

Para nosotros las revueltas responden a la combinacin de, en primer lugar, la terrible ofensiva del gran capital lanzada tras el fin del boom de la posguerra, ofensiva en toda la lnea tras la derrota del auge revolucionario del 68-76, para revertir la crisis de la economa capitalista destruyendo las conquistas histricas del movimiento de masas. En segundo lugar, a la destruccin progresiva de la conciencia proletaria, por las traiciones del stalinismo, la socialdemocracia y los nacionalismos burgueses y pequeoburgueses, que en el 89 muestra la impotencia de las organizaciones y la conciencia que estas expresaban durante Yalta, para frenar la ofensiva reaccionaria del imperialismo. En tercer lugar, que a la cada del stalinismo no le sucedi la regeneracin revolucionaria de los Estados obreros sino una mayor descomposicin de los mismos, por los elementos arriba citados. En cuarto lugar, a la feroz resistencia de las masas con altos niveles de espontaneidad y bajsimos niveles de conciencia. Y por ltimo, pero no menos importante, por la agudizacin de la crisis de direccin revolucionaria frente a la capitulacin del movimiento trotskista a los grandes aparatos reformistas durante la segunda posguerra, y las lecciones mencheviques que sacaron frente a los acontecimientos revolucionarios, llegando en el 89 a la rastra del stalinismo y los dems aparatos contrarrevolucionarios.Hemos querido demostrar a lo largo del artculo cmo lasrevueltasfueron consideradas por los maestros marxistas revolucionarios del siglo XX como una fase de la revolucin que contienen en germen las tendencias revolucionarias de las masas. Cmo las acciones revolucionarias de las masas eran analizadas en funcin de elaborar lecciones polticas y programticas para la accin militante del partido revolucionario. Es el perodo de las grandes conclusiones estratgicas de la Tercera y la Cuarta Internacional. Verdaderas escuelas de estrategia revolucionaria que forjaban cuadros, militantes y organizaciones en el combate por la dictadura del proletariado y la revolucin socialista internacional, y que tomaba al marxismo como "el lgebra de la revolucin" transformando en programa y estrategia las lecciones sacadas de la lucha revolucionaria de las masas.

Para nosotros est planteado a fines del siglo XX, ante el abandono creciente del centrismo (an el que se autodenomina trotskista) de la lucha por resolver de una forma revolucionaria la crisis de direccin proletaria, retomar las lecciones de los grandes maestros del marxismo revolucionario y de las Internacionales revolucionarias, con el mtodo y la perspectiva que sealaban, el de la lucha intransigente por el derrocamiento revolucionario de la burguesa y por el poder obrero.

NOTAS:1 Lenin sostuvo durante la revolucin de 1905 una concepcin "etapista" de la revolucin rusa, que se expresaba en la consigna de "dictadura democrtica de obreros y campesinos". Sin embargo, Lenin y los bolcheviques entendan esta consigna como una alianza de clases explotadas contra el Estado zarista y la burguesa liberal, determinando una estrategia revolucionaria contra el Estado y por la insurreccin obrera y popular para derrocar al zarismo. Es esta estrategia revolucionaria de Lenin la que en el 17 le permite confluir con las masas revolucionarias, desembarazndose de una concepcin terica errada de la revolucin, y plantear la lucha por el poder obrero a travs de los soviets

2 Cuando se den se vern los efectos "benficos" del 89 y de la crisis del stalinismo. Desde ya que la burguesa en su propaganda, nunca va a resaltar estas potencialidades estratgicas. Lo raro es que los que hablan en nombre del marxismo e inclusive del trotskismo no lo resalten.

3 Ya que durante 1905 si bien sostena la teora de la revolucin permanente, en el terreno de la insurreccin sostenia posiciones similares a las de Rosa Luxemburgo en relacin a la ligazn entre la espontaneidad, la huelga poltica y la insurreccin.

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