f É n i x fÉnix
TRANSCRIPT
F É N I X
F É N I X Órgano de Divulgación de la Resp:. Log:. Simb:. FÉNIX No. 9,
Jurisdiccionada a la Gran Logia Cuscatlán,
del Oriente de El Salvador
2011 E.V.
SAN SALVADOR, EL SALVADOR, C.A.
NÚMERO 9 AÑO 5
F É N I X
S U M A R I O
NUESTRA PORTADA
En el centro histórico de San Salvador, se
encuentra la Plaza Morazán y en ella, un
monumento erigido en memoria del V:.
H:. General Francisco Morazán Quezada,
eminente republicano, reformador,
civilizador, caudillo, héroe y mártir de la
unión de Centro América, declarado
benemérito de la Masonería hondureña y
Masón latinoamericano, quien en
reconocimiento a nuestro país, en su
testamento, dictado el 17 de diciembre de
1858 declaró: “Lego mis restos al pueblo
salvadoreño, en prueba de mi predilección
y reconocimiento por su valor y sacrificio
en defensa de la libertad y de la unión
nacional”.
Editorial------------------------ 3
Cuadro Logial 2011--------- 4
Los Sistemas Escocistas--- 5
Por que se es Masón-------- 10
El Cataclismo
de Damocles------------------ 12
Ética y Estética del
Amor y del Dolor
Humanos---------------------- 17
Poesía--------------------------- 21
Masón--------------------------- 23
¿Qué es la
Francmasonería?------------ 24
Ética y Política--------------- 30
Masones Ilustres------------- 32
Sentido Obituario------------ 34
La Cábala---------------------- 36
El Simbolismo de Templo
Masónico----------------------- 41
Los Esenios y su Relación
Con la Masonería
Moderna------------------------ 43
Instrucción y Simbolismo
del Grado de Aprendiz---- 47
Deberes del
Aprendiz Masón-------------- 52
Editor: V:. H:. Homero Armando Sánchez Cerna Diagramado: V:. H:. Pedro Félix Morataya Peña
F É N I X
3
EDITORIAL
En la Masonería, la Ética y la Moral son representadas como una mujer vestida de Blanco, símbolo de la inocencia y pureza de buenas costumbres. En la Orden, sus miembros especulan en temas Éticos que inspiran sus pensamientos de Libertad, Igualdad y Fraternidad, principios que nos revelan que es necesario cambiar nuestras malas costumbres y perseverar en ser hombres libres y virtuosos; solo así, podemos decir somos hombres Libres y de Buenas Costumbres.
En esta ocasión es bueno recordar, lo que nos enseña El Discernimiento, pues saber discernir ha de ser la cualidad que distingue al SABIO. En el Libro de Proverbios, se lee en el Capitulo 2: vv.2-5: “Presta oído a la Sabiduría; entrega tu mente a la Inteligencia. Pide con todas tus Fuerzas Inteligencia y Buen Juicio; entrégate a buscarlos, cual si buscaras un Tesoro Escondido. Entonces sabrás lo que es Honrar al Señor; descubrirás lo que es conocer a Dios”. Así pues, el discernimiento nos enseña a vencer nuestra naturaleza materialista y descubre en nosotros las miserias humanas, las que hay que superar. Por lo tanto, es necesario regenerarse con el auxilio del Gran Arquitecto del Universo, que es DIOS, pídele Sabiduría EL te la dará, pues, no hace excepciones. Cuando aceptamos que no somos lo suficientemente espirituales. el discernimiento produce madurez espiritual, a fin de buscar y encontrar el camino omnipresente de la LUZ, de la esperanza y de la paz; con una clara visión de la rectitud en: pensamiento, voluntad y acción. Por tanto, el discernimiento es un arma Filosófica de “VER”, al aparente enemigo y aunque se disfrace de un amigo o hermano, nos hará saber y poder descubrirlo. Habrá en nosotros, una clara visión que permita identificarlo. En la Logia Fénix No. 9, compartimos la enseñanza del Ave Fénix. Se nos dice que: “En el Jardín de el Paraíso, bajo el Árbol de la Sabiduría, crecía un rosal. En su primera rosa nació un pájaro; su vuelo era como un rayo de luz, magníficos sus colores, arrobador su canto. ¡El Ave del Paraíso! rejuvenecida cada siglo, nacida entre las llamas muertas; tu imagen enmarcada en oro, cuelgas en las salas de los ricos y famosos; tu misma vuelas a la Aventura, Solitaria, hecha solo leyenda: EL AVE FENIX” (Poesía de Hans Cristian Andersen).
V:.M:. Alfredo Aly Parker Estrada
F É N I X
4
CUADRO LOGIAL DE LA RESPETABLE LOGIA SIMBOLICA
FENIX No. 9, AÑO 2011
VENERABLE MAESTRO ALFREDO ALY PARKER ESTRADA
PRIMER VIGILANTE MAURICIO EMILIO SAADE LASES
SEGUNDO VIGILANTE PEDRO FÉLIX MORATAYA PEÑA
ORADOR JUAN ANTONIO OCHOA CÓRDOBA
SECRETARIO JOSÉ BENJAMÍN OLIVARES CRISTALES
TESORERO JOSÉ ARÍSTIDES CIENFUEGOS LUNA
HOSPITALARIO LUIS GERMAN DUEÑAS GONZALES
PRIMER DIACONO HOMERO ARMANDO SÁNCHEZ CERNA
SEGUNDO DIACONO ALFONSO SANDOVAL MONTES
M:. DE CEREMONIAS MIGUEL ZABANEH ABULLARADE
PRIMER EXPERTO ALEJANDRO SALVADOR ZABANEH COLOCHO
SEGUNDO EXPERTO JORGE ALBERTO RAMÍREZ CHÁVEZ
G:. T:. I:. JOSÉ LUÍS GÓMEZ FERREIRO
G:. T:. E:. FÉLIX KOSLOWSKI ESPINOZA
DIPUTADOS ANTE LA G:. L:. CUSCATLÁN:
LUIS GERMAN DUEÑAS GONZALES
JOSÉ BENJAMÍN OLIVARES CRISTALES
JORGE ALBERTO RAMÍREZ CHÁVEZ
F É N I X
5
LOS SISTEMAS ESCOCISTAS Tomado del libro Nosotros los masones
V:. H:. Armando Hurtado
a aparición de los sistemas
llamados escoceses en el
continente europeo, a lo
largo del siglo XVIII, tuvo una
importancia decisiva en el
desarrollo de la masonería
simbólica. La existencia de tres
niveles profesionales en la
Masonería escocesa del oficio y
la precoz presencia en sus logias
de estudiosos no profesionales,
aceptados como constructores
simbólicos, dio al Maestro Masón
escocés un carácter especial
durante el siglo XVII. Los maestros
escoceses residentes en
Inglaterra y Francia se distinguían,
según textos conservados del
siglo XVII y principios del XVIII,
como practicantes de una
masonería a la antigua, más
compleja en sus rituales que la
ordinaria, practicada por los
maestros ingleses, sin que tales
diferencias llegasen a configurar
un sistema o método
diferenciado como pone de
relieve Paul Naudon.
En Masonería, se llama
escocistas a los sistemas
graduales de trabajo-estudio
que desarrollan el contenido
potencial del tercer grado,
común para toda la Orden,
incluyendo en la simbología de
sus grados posteriores (llamados
grados superiores) elementos
procedentes de la tradición
bíblica relacionados con la
construcción del Templo de
Salomón, de la tradición
crIsticognóstica y de la tradición
caballeresca.
Es importante destacar que los
sistemas escocistas no proceden
de Escocia, aunque tomen
como base el prestigiado nivel
masónico atribuido al maestro
escocés, cuyo crédito se vio aún
más subrayado en Francia,
donde la presencia de masones
estuardistas escoceses, ingleses e
irlandeses refugiados fue notoria
durante la segunda parte del siglo XVII, viéndose incrementada
al tomar asilo allí la dinastía,
exiliada con Jacobo II Estuardo.
Se señala el famoso discurso de
caballero Ramsay, en 1736 y
ante una asamblea de la Gran
Logia de Francia, como punto
de partida del subsiguiente
desarrollo sistemático del escosismo.
L
F É N I X
6
Andrew Michael Ramsay,
caballero escocés, de padres
protestantes, licenciado en
Teología, doctor Honoris Causa
por la Universidad de Oxford y
miembro de la Real Academia
de Ciencias de Londres, se
convirtió al catolicismo, influido
por su maestro, el piadoso obispo
Fenelón y estuvo al servicio de
Carlos Eduardo Estuardo, de
cuyos hijos fue preceptor
durante algún tiempo. Fue
iniciado como masón en Francia
en 1730. Su famoso discurso
contenía dos partes: en la
primera invitaba a los masones
más ilustrados a colaborar en la composición de una Enciclopedia
Universal, ya iniciada en
Inglaterra, en la que se resumirían
los conocimientos de todo tipo
poseídos en aquel tiempo; en la
segunda parte realizaba un
análisis histórico vinculando el
desarrollo de la Francmasonería
Medieval con la actividad de las
Órdenes de Caballería, tomando
como modelo la de los
Hospitalarios de San Juan (y no la
templaria, con peor cartel entre
los católicos). Ramsay murió en
Saint Germain en Laye en 1743.
Aunque ni los sistemas escocistas
surgidos y practicados a lo largo
del siglo XVIII tuvieran vinculación
directa con Ramsay, ni la
masonería hubiera tenido nunca
una relación específica con los
Hospitalarios de San Juan, lo
importante del discurso fue
destacar la riqueza simbólica
iniciática de las gestas y mitos
caballerescos, en los que se
ensalzaban las virtudes
personales, puestas al servicio de
causas nobles, como forma de
perfeccionamiento personal
combinada con la acción
ejercida en bien de los demás
hombres, abriendo aún más el
horizonte simbológico que se
ofrecía a la reflexión masónica.
La masonería desarrollada en un
sistema de grados superiores no
rompe con la más antigua
tradición de los masones, como
han pretendido argumentar
algunos, sino que da pleno
sentido a la andadura
emprendida por la Masonería
Simbólica, como especial
campo abierto a la
especulación filosófica, a partir
del contacto diario con la
naturaleza y con la actividad
que a cada uno va planteando
la vida misma. En la simbología
de los grados superiores va
encontrando el Maestro Masón
las palabras que sustituyen a la
Palabra Perdida en su búsqueda
de la verdad. La muerte del
Maestro Iram y el estancamiento
de la Obra de construcción del
Templo necesitan de una
secuencia que lleve más allá. Los
altos grados no son sino hitos de
ese avance hacia lo esencial, en
los que se refleja toda la
Tradición Sagrada de la
Humanidad.
F É N I X
7
Fueron numerosos los sistemas
rituales escocistas, con desarrollo
de grados superiores, que se
configuraron entre 1742 y 1801 (y
aún después), pero reseñaremos
solamente algunos de ellos, por
ser los que han perdurado y
siguen practicándose:
Rito Escocés Antiguo y Aceptado
Es el método o sistema de
trabajo estudio masónico más
extendido por el mundo. Sus
antecedentes remotos se
encuentran en la ya
mencionada calidad del
Maestro Escocés, que dio origen,
en las ciudades inglesas de
Londres y Bath, hacia 1730, a
sendas logias especiales de
Maestros Escoceses. Sin
embargo, su lenta configuración
y estructuración como sistema
de trabajo masónico, a lo largo
del siglo XVIII, tuvo lugar en
Francia y se completó en
América.
Los maestros escoceses
establecidos en Francia, bajo la
protección que Luis XIV
dispensara a su pariente, Jacobo
II de Inglaterra y VII de Escocia,
son mencionados por primera
vez en las Ordenanzas de la
Gran Logia de Francia de 1743,
negándoles la distinción que
ellos reivindicaban como
masones de mayor grado. Lo
innegable es que representaban
una corriente decididamente
espiritualista frente al
racionalismo ascendente de la
cultura francesa de las luces,
proponiendo, como lo harían
otros movimientos a lo largo de
aquel siglo, la búsqueda de una
experiencia personalizada del
conocimiento, capaz de
transformar al individuo, por
encima de la mera ilustración. El
escocismo no hacía sino poner
de relieve que la tradición de lo
constructores medievales tenía
sus raíces profundas en la
tradición iniciática de las
antiguas culturas.
Desde 1744 se mencionan en Francia frecuentemente los grados
escoceses en publicaciones
divulgatorias, por lo que la
existencia de los mismos viene a
ser simultánea a la del tercer
grado, establecido en la década
anterior y aún no generalizado ni
estabilizado en todas las logias.
Por ello y porque el grado
iniciático de Maestro Masón
contiene el germen de todo el
desarrollo gradual escocista,
señalábamos anteriormente que
F É N I X
8
constituye el primero de los
grados superiores.
Por otra parte, la Gran Logia de
Francia había visto aumentar su
número de miembros a costa de
un descenso cualitativo que,
hacia mediados del XVIII,
alarmaba a los masones más
responsables. Ello decidió al
conde de Clermont, Gran
Maestre de la Gran Logia de
Francia desde 1743, poco
después de su elección y en su
calidad de Gran Maestre de
todas las logias de Francia (no
como Gran Maestre de la Gran
Logia), a aprobar la creación de
un taller modelo en París: el de
San Juan de Jerusalén, en cuyos
estatutos (publicados en 1755) se
atribuía a los Maestros Escoceses
cierta responsabilidad en la
custodia del legado de la
Tradición Masónica en las logias
simbólicas.
La multiplicidad de temas
propuestos a la reflexión
masónica en las logias, en forma
de grado, hizo necesaria la
creación de organismos
coordinadores que facilitaran
una estructuración coherente de
los mismos. Estos solían adoptar el
nombre de capítulo o consejo.
Así surgieron el Capítulo de
Clermont (en 1754) y el Consejo
de Emperadores de Oriente y
Occidente (en 1758), cuyo
referente escocista inmediato se
hallaba en la Logia de San Juan
de Jerusalén, antes mencionada.
Observemos que ya la creación
de la Logia de San Juan de
Jerusalén, primer hito institucional
del escocismo en Francia, fue
realizada por el Gran Maestre,
conde de Clermont, al margen
de la Gran Logia de Francia,
aunque en estrecha vinculación
con ella. Esta dicotomía formal
inspirará, después, el desarrollo
de los Supremos Consejos del
Rito Escocés, como veremos.
El Capítulo de Clermont,
establecido en París, tuvo corta
vida. Sin embargo, extendió su
sistema de grados a Alemania,
donde los temas basados en la
leyenda templaria darían lugar a
la aparición de importantes
estructuras escocistas. El Consejo
de Emperadores fue creado en
París, en torno a 1758, con el
subtítulo de Sublime Logia Madre
Escocesa, emulando al Consejo
Soberano de Caballeros de
Oriente, surgido poco antes de la
Logia de San Juan de Jerusalén.
Lo importante del Consejo de
Emperadores fue su labor de
estructuración y armonización
del escocismo en un sistema de
veinticinco grados, llamado Rito
de Perfección, reuniendo los
temas estudiados y trabajados
en los diversos capítulos y
consejos escoceses de Francia,
que, tras de su desaparición en
torno a 1782, serviría de base al
Rito Escocés Antiguo y
Aceptado. Señalemos que el
Consejo de Emperadores habría
F É N I X
9
creado un Consistorio en
Burdeos, del que emanarían los
Reglamentos y Constituciones de
la Masonería de Perfección, en
1762, aunque no quedan
pruebas documentales
irrefutables al respecto.
Lo que sí es irrefutable es la
emisión de una patente,
otorgada en 1761 por la Logia de
San Juan de Jerusalén,
autorizando a Etienne Morin,
Caballero y Príncipe de Todas las
Órdenes de la Masonería de
Perfección, a establecer logias
del Rito de Perfección en
América y allí donde fuere. En
1762, el Gran Maestre de la Gran
Logia de Inglaterra, conde de
Ferrest, extendió aquella
autorización a las logias
británicas del Nuevo Mundo. Y
así lo hizo Morin, creando la
Logia de la Perfecta Armonía en
Haití y pasando luego a
Jamaica, donde nombró
Inspector Adjunto a Henry A.
Francken, siendo este quien, de
hecho, introdujo el Rito de
Perfección en Estados Unidos.
El primer texto completo del
sistema llamado Rito Escocés
Antiguo y Aceptado,
conteniendo los 25 grados del de
Perfección más otros ocho, se
dio a conocer en 1802 por
circular emitida por el Supremo
Consejo de Grandes Inspectores
Generales del Grado 33 y último
del Rito Escocés Antiguo y
Aceptado. Este primer Supremo
Consejo del Rito había sido
creado en 1801, en Charleston
(Carolina del Norte), por
masones franceses, procedentes
de Haití y refugiados en los
Estados Unidos a causa de la
guerra colonial haitiana, junto a
masones americanos, todos ellos
Inspectores Generales del Rito de
Perfección. Su primer presidente
o Gran Comendador fue John
Mitchel, figurando como
cofundadores el conde de
Grasse-Tilly (que fundó, poco
después, el Supremo Consejo de
Francia) y Noël Delahogue, entre
otros.
El sistema de 33 grados de este
Rito había sido estudiado y
aprobado por Federico II de
Prusia, protector de la Masonería,
que lo sancionó en las llamadas
Constituciones de Berlín, de 1786.
F É N I X
10
¿POR QUÉ SE ES MASÓN?
e es masón por convicción
honrada de que en los dogmas
de la Masonería está la verdad,
que en ella los hombres se abrazan
por ideales de justicia, por ansias de
perfección, por corrientes de
afinidad, por empeños de
dignificación humana.
No se puede ser masón por
egoísmo, por escalar puestos en la
vida política de los pueblos,
utilizando por trampolín a la
Masonería. Los que así se
comportan no son dignos de
llamarse hermanos. La política y la
religión no caben en el Templo
Masónico, porque son los dos
problemas que precisamente tienen
dividida a la Humanidad. La religión
y la política, son dos profanas que
ningún masón honrado, bajo ningún
concepto, debe llevar a las Logias,
porque éstas son escuelas de
purificación y cuna de las virtudes
más excelsas. Decía el gran José
Martí a su auditorio: “Creíais la
religión perdida porque estaba
mudando de formas sobre vuestras
cabezas. Levantaos porque vosotros
sois los sacerdotes de una nueva
religión. La libertad es la religión
definitiva y la poesía de la libertad
el culto nuevo. Ella aquilata y
hermosea la presente, deduce e
ilumina lo futuro y explica el
propósito de lo inefable y la
seductora bondad del Universo”.
La religión de la libertad. ¿Lo habéis
escuchado? Esa es la única que se
practica en el seno de la Masonería
Universal. ¡La diosa libertad! La
religión surgida de lo creado, cuyo
dogma penetra en la vida de los
seres todos, con los átomos del aire;
dogma que nos enseña
recreándolos lo grande y lo
pequeño del Universo, la luz que
viaja soberana por los espacios; el
aire que vuela independiente por
los campos; los mundos que giran
autónomos en los bosques y en los
prados y sobre todo, el propio
pensamiento, el libre de los libres
dentro de la entidad humana para
cuyos irrefrenables vuelos no existen
limitaciones ni arcanos.
¡La religión de la libertad! Esa es la
única que se practica en las Logias.
En ese crisol que son las Logias se
han fundido los más recios
caracteres de la humanidad. De ahí
han salido todos los libertadores de
los pueblos, los reclamantes del
decoro, los pontífices de la
dignidad.
¡La religión de la libertad! Esa es la
única que se practica en las Logias!
Benjamín Franklin, aquel ilustre
pensador norteamericano, que
tantas buenas máximas legara a la
posteridad, entre miles de consejos
S
F É N I X
11
saludables, hizo esta preciosa
advertencia: “No seáis envidiosos ni
envidiados”. Toda una filosofía
encierra esa sencilla frase, porque
tan peligroso y nocivo es dejarse
invadir por la envidia como llevar
una vida de boato y ostentación,
que siempre es germen morboso en
derredor nuestro.
Rodearse de seres llenos de rencor,
amargados y entristecidos, es
contagiarse con ese morbo que
corroe los sentimientos, aún cuando
la fortuna nos sonría y la felicidad
quiera entrar en nosotros a raudales.
En cambio, los que saben rodearse
de seres felices, los que tienen un
concepto elevado de ese principio
moral que debe regir las relaciones
entre el alto y el bajo que es la
equidad; los que saben
desprenderse a tiempo de una
parte de sus ventajas para mejorar
el estándar de vida de sus
semejantes…¡De estas exquisiteces
del corazón sólo saben los
generosos y desprendidos!
La Masonería no ataca pero se
defiende con el decoro y el coraje
de su dignidad, de su grandeza
moral y de su integridad preclara.
Por eso combate los regímenes
totalitarios que la han perseguido
con el refinamiento del crimen, por
lo que ningún masón, sin que
deserte de sus deberes, pueda ser
neofascista, falangista ni amigo de
las dictaduras.
El mundo debe a la Masonería los
supremos ideales de la Libertad,
Igualdad y Fraternidad y ella ha
contribuido gloriosamente a
derribar todas las Bastillas políticas y
religiosas que han encadenado al
pensamiento humano.
Se es masón para luchar contra la
tiranía, para sacrificarse por los
demás seres, para predicar a los
cuatro vientos los sacrosantos
ideales de Amor, Justicia y
Solidaridad, sin los cuales no es
posible la vida digna.
Se es masón para practicar la virtud,
huir del vicio, rendir culto a la
belleza y descubrir el Arco Iris de la
Santa Democracia.
Se es masón para ser humilde,
abnegado, leal, sincero y bueno,
porque la humildad, la abnegación,
la lealtad, la sinceridad y la bondad
son virtudes que sólo pueden
alcanzar el que aprende a vivir por
el amor al prójimo.
F É N I X
12
Meditación de Actualidad
EL CATACLISMO DE
DAMOCLES Gabriel García Márquez
n minuto después de la
última explosión, más de
la mitad de los seres
humanos habrá muerto, el polvo
y el humo de los continentes en
llamas derrotarán a la luz solar, y
las tinieblas absolutas volverán a
reinar en el mundo. Un invierno
de lluvias anaranjadas y
huracanes helados invertirá el
tiempo de los océanos y volteará
el curso de los ríos, cuyos peces
habrán muerto de sed en las
aguas ardientes y cuyos pájaros
no encontrarán el cielo. Las
nieves perpetuas cubrirán el
desierto del Sáhara, la vasta
Amazonia desaparecerá de la
faz del planeta destruida por el
granizo y la era del rock y de los
corazones trasplantados estará
de regreso a su infancia glacial.
Los pocos seres humanos que
sobrevivan al espanto y los que
hubieran tenido el privilegio de
un refugio seguro a las tres de la
tarde del lunes aciago de la
catástrofe magna, sólo habrán
salvado la vida para morir
después del horror de sus
recuerdos. La creación habrá
terminado. En el caos final de la
humedad y las noches eternas,
el único vestigio de lo que fue la
vida serán las cucarachas.
Señores presidentes, señores
primeros ministros, amigas,
amigos:
Esto no es un mal plagio del
delirio de Juan en su destierro de
Patmos, sino la visión anticipada
de un desastre cósmico que
puede suceder en este mismo
instante: la explosión – dirigida o
accidental – de sólo una parte
mínima del arsenal nuclear que
duerme con un ojo y vela con el
otro en las santabárbaras de las
grandes potencias.
Damocles, Richard Westall
Así es. Hoy, 6 de agosto de 1986,
existen en el mundo más de
cincuenta mil ojivas nucleares
emplazadas. En términos caseros,
esto quiere decir que cada ser
humano, sin excluir a los niños,
está sentado en un barril con
unas cuatro toneladas de
U
F É N I X
13
dinamita cuya explosión total
puede eliminar doce veces todo
rastro de vida en la Tierra.
La potencia de aniquilación de
esta amenaza colosal, que
pende sobre nuestras cabezas
como un cataclismo de
Damocles, plantea la posibilidad
teórica de inutilizar cuatro
planetas más de los que giran
alrededor del Sol y de influir en el
equilibrio del sistema solar.
Ninguna ciencia, ningún arte,
ninguna industria se ha doblado
a sí misma tantas veces como la
industria nuclear desde su origen,
hace cuarenta y un años, ni
ninguna otra creación del
ingenio humano ha tenido
nunca tanto poder de
determinación sobre el destino
del mundo.
El único consuelo de estas
simplificaciones terroríficas, si de
algo nos sirven, es comprobar
que la preservación de la vida
humana en la Tierra sigue siendo
todavía más barata que la peste
nuclear, pues con el solo hecho
de existir, el tremendo
Apocalipsis cautivo en los silos de
la muerte de los países más ricos
están malbaratando las
posibilidades de una vida mejor
para todos.
En la asistencia infantil, por
ejemplo, esto es una verdad de
aritmética primaria. UNICEF
calculó, en 1981, un programa
para resolver los problemas
esenciales de los 500 millones de
niños más pobres del mundo.
Comprendía la asistencia
sanitaria de base, la educación
elemental, la mejora de las
condiciones higiénicas, del
abastecimiento de agua
potable y de la alimentación.
Todo esto parecía un sueño
imposible de 100.000 millones de
dólares. Sin embargo, ése es
apenas el costo de cien
bombarderos estratégicos B-1B y
de menos de siete mil cohetes
Crucero, en cuya producción ha
de invertir el gobierno de los
Estados Unidos 21.200 millones de
dólares.
En la salud, por ejemplo: con el
costo de diez portaviones
nucleares Nimitz, de los quince
que van a fabricar los Estados
Unidos antes del año 2000,
podría realizarse un programa
preventivo que protegiera, en
esos mismos catorce años, a más
de mil millones de personas
contra el paludismo y evitara la
muerte –sólo en África- de más
de catorce millones de niños.
En la alimentación, por ejemplo:
el año pasado había en el
mundo, según cálculos de la
FAO, unos 575 millones de
personas con hambre. Su
promedio calórico indispensable
habría costado menos que 149
cohetes MX, de los doscientos veintitrés que serán reemplazados
en Europa occidental.
Con 27 de ellos podrían
comprarse los equipos agrícolas
F É N I X
14
necesarios para que los países
pobres adquieran la suficiencia
alimentaria en los próximos
cuatro años. Ese programa,
además, no alcanzaría a costar
ni la novena parte del
presupuesto militar soviético de
1982.
En la educación, por ejemplo:
con sólo dos submarinos
atómicos Trident, de los
veinticinco que planea fabricar
el gobierno actual de Estados
Unidos, o con una cantidad
similar de los submarinos Tifón
que está construyendo la Unión
Soviética, podría intentarse por
fin la fantasía de la
alfabetización mundial. Por otra
parte, la construcción de las
escuelas y la calificación de los
maestros que harán falta al
Tercer Mundo para atender las
demandas adicionales de la
educación en los diez años por
venir podrían pagarse con el
costo de doscientos cuarenta y
cinco cohetes Tridente II y aún quedarían sobrando cuatrocientos
diecinueve cohetes para el mismo
incremento de la educación en
los quince años siguientes.
Puede decirse, por último, que la
cancelación de la deuda
externa de todo el Tercer Mundo
y su recuperación económica
durante diez años costaría poco
más de la sexta parte de los
gastos militares del mundo en
ese mismo tiempo. Con todo,
frente a este despilfarro
económico descomunal, es
todavía más inquietante y
doloroso el despilfarro humano:
la industria de la guerra
mantiene en cautiverio al más
grande continente de sabios
jamás reunido para empresa
alguna en la historia de la
humanidad. Gente nuestra, cuyo
sitio natural no es allá sino aquí,
en esta mesa y cuya liberación
es indispensable para que nos
ayuden a crear, en el ámbito de
la educación y la justicia, lo
único que puede salvarnos de la
barbarie: una cultura de la paz.
A pesar de estas certidumbres
dramáticas, la carrera de las
armas no se concede un instante
de tregua. Ahora, mientras
almorzamos, se construyó una
nueva ojiva nuclear. Mañana,
cuando despertemos, habrá
nueve más en los guardarneses
de muerte del hemisferio de los
ricos. Con todo, lo que costará
una sola de ellas alcanzaría,
aunque sólo fuera por un
domingo de otoño, para
perfumar de sándalo las
cataratas del Niágara.
Un gran novelista de nuestro
tiempo se preguntó alguna vez si
la Tierra no sería el infierno de
otros planetas. Tal vez sea
mucho menos: una aldea sin
memoria, dejada de la mano de
sus dioses en el último suburbio
de la gran patria universal. Pero
la sospecha creciente de que es
el único sitio del sistema solar
donde se ha dado la prodigiosa
aventura de la vida nos arrastra
F É N I X
15
sin piedad a una conclusión
descorazonadora: la carrera de
las armas va en sentido contrario
de la inteligencia.
Y no sólo de la inteligencia
humana, sino de la inteligencia
misma de la naturaleza, cuya
finalidad escapa inclusive a la
clarividencia de la poesía. Desde
la aparición de la vida visible en
la Tierra debieron transcurrir
trescientos ochenta millones de
años para fabricar una rosa sin
otro compromiso que el de ser
hermosa y cuatro eras
geológicas para que los seres
humanos –a diferencia del
bisabuelo Pitecántropo- fueran
capaces de cantar mejor que los
pájaros y de morirse de amor. No
es nada honroso para el talento
humano, en la edad de oro de la
ciencia, haber concebido el
modo de que un proceso
multimilenario tan dispendioso y
colosal pueda regresar a la nada
de donde vino por el arte simple
de oprimir un botón. Para tratar
de impedir que eso ocurra
estamos aquí, sumando nuestras
voces a las innumerables que
claman por un mundo sin armas
y una paz con justicia. Pero aún si
ocurre –y más aún si ocurre-, no
será del todo inútil que estemos
aquí. Dentro de millones de
millones de milenios después de
la explosión, una salamandra
triunfal que habrá vuelto a
recorrer la escala completa de
las especies, será quizás
coronada como la mujer más
hermosa de la nueva creación.
De nosotros depende, hombres y
mujeres de ciencia, hombres y
mujeres de las artes y las letras,
hombres y mujeres de la
inteligencia y la paz, de todos
nosotros depende que los
invitados a esa coronación
quimérica no vayan a su fiesta
con nuestros mismos terrores de
hoy. Con toda modestia, pero
también con toda la
determinación del espíritu,
propongo que hagamos ahora y
aquí el compromiso de concebir
y fabricar un arca de la memoria
capaz de sobrevivir al diluvio
atómico. Una botella de
náufragos siderales arrojada a los
océanos del tiempo para que la
nueva humanidad de entonces
sepa por nosotros lo que no han
de contarle las cucarachas: que
aquí existió la vida, que en ella
prevaleció el sufrimiento y
predominó la injusticia, pero que
también conocimos el amor y
hasta fuimos capaces de
imaginarnos la felicidad. Y que
sepa y haga saber para todos los
F É N I X
16
tiempos quiénes fueron los
culpables de nuestro desastre y
cuán sordos se hicieron ante
nuestros clamores de paz para
que ésta fuera la mejor de las
vidas posibles, y con qué
inventos tan bárbaros y por qué
intereses tan mezquinos la
borraron del universo.
Proclamad en todas partes el derecho inalienable de la libertad absoluta de conciencia y de pensamiento que
todos los hombres poseen sin excepción. El derecho de dictar leyes y hacerlas efectivas pertenece
exclusivamente al pueblo, quien debe dictarlas, ponerlas en vigor y abrogárselas.
Nuestra conciencia es nuestro verdadero juez, juez esencialmente equitativo e íntegro.
Las desgracias, cualesquiera que sean, tienen derecho a todos nuestros recursos físicos, intelectuales y
morales.
F É N I X
17
ÉTICA Y ESTÉTICA
DEL AMOR Y DEL DOLOR
HUMANOS
i el bien afecta a la
conducta moral del hombre
y la utilidad a su interés,
como la cultura a la inteligencia,
no cabe duda que la deficiencia
de cualquiera de una de ellas,
produce un trastorno en la vida
humana. ¿Cómo exigir desinterés
a aquél que no ha conocido
utilidad, ni cultura a aquél que
murió en el alfabetismo, ni
moralidad a aquél que sufrió
injuria sin piedad? Los buenos, los
santos, los sabios y los héroes son
la excepción, porque ni la
injusticia de la fortuna, ni la
ingratitud de la vida, ni el
calvario de la virtud bastan para
desorientarlos, ya que su moral
encierra la salud y la dicha del
alma y sirve por sí misma de
recompensa. En ellos lo ético y lo
estético o sea el bien y la belleza
se confunden, porque son tan
sólo fases de los más altos valores
humanos. Cuando una
pincelada, una melodía, un
verso o un acto de vida
despierta nuestra fantasía con
una carga de emociones, nace,
no hay duda la dicha de lo ético
y el placer contemplativo de lo
estético. La dicha y el placer de
Diógenes es tomar su alforja,
símbolo de la mendicidad y
marcharse por los caminos,
deteniéndose en las
encrucijadas para enseñar a los
hombres las renuncias de todas
las necesidades, recibiendo en
pago de sus enseñanzas un trozo
de pan o un puñado de habas
fritas.
Para Diógenes la idea de belleza
se transforma en idea de bien,
porque el bien no es otra cosa
que la belleza estética.
Sócrates, acaba de ser
condenado a muerte y con una
tranquilidad de ánimo
asombrosa entre momentos tan
trágicos para él dirige al tribunal
sentenciador estas palabras: “Sin
embargo, tengo que dirigiros una
súplica: Castigad, ¡oh varones! a
mis hijos, luego que lleguen a la
pubertad, amonestándolos del
mismo modo que yo a vosotros, si
S
F É N I X
18
os pareciese, que se cuidaban
más de las riquezas que de la
virtud; y si presumiesen ser algo,
no siéndolo, reprendedles,
porque no se cuidan de lo que
deben y piensan que son algo
no siendo de ningún mérito. Si
esto hicieseis, mis hijos y yo
habremos recibido lo que es
justo. Pero ya es hora de marchar
yo para morir y vosotros para
vivir. Quienes de nosotros vayan
a mejor destino es cosa
desconocida para todos, menos
para Dios”.
¿Pero esta fortaleza de ánimo la
da el sabio, el bueno, el santo, el
héroe, porque no sufren?
Problema eterno es éste, que se
ha planteado en la conciencia
del filósofo, del poeta, del
moralista de todas las épocas y
que yo nada puedo añadir, sino
transcribir lo expuesto por ellos.
Nadie escapa del dolor y del
sufrimiento humano. ¿Acaso
Jesús no lloró ante la tumba de
Lázaro? ¿No sufrió Marco Aurelio
entre su hijo en quien ya
despertaba el monstruo y su
mujer Faustina a la que él
amaba y que no lo amó a él?
¿Por ventura Pablo Emilio, no
gimió bajo la mano del destino,
cuando el mayor de sus hijos
murió cinco días antes de su
triunfo en Roma, y el segundo,
tres días después? ¿Ernesto
Renán no recibió un golpe fatal
ante la muerte de su hermana
Enriqueta? ¿Al perder su
idolatrada Beatriz, al Dante dejó
de amargarle tal desgracia? ¿El
propio Sócrates no exclamó ante
el tribunal sentenciador: ¡No soy
hijo de una piedra, sino de
persona!, dando a entender que
sufrió el dolor de la injusticia? Y
Cristo clavado en cruz y
coronado de espinas, no dice:
¡Padre mío, perdónalos que no
saben lo que hacen? No se trata
de evitar el dolor porque es
imposible, sino de la manera de
aceptarlo y de reaccionar ante
él. La felicidad o la desgracia,
aunque lleguen de fuera, sólo
existen en nosotros mismos. Es el
alma donde se oculta lo bueno y
lo malo, la dicha o la desdicha
de nuestra vida. A Pablo Emilio
acoge el mayor dolor que
puede herir a un hombre en el
instante en que es más sensible
el sufrimiento, es decir, en el
momento de su mayor dicha.
Más él lo recibe con serenidad
estoica. Vedle: Pablo Emilio
avanza hasta el pueblo romano
al que ha convocado. Está serio
y habla así:
“Nunca he tenido nada de lo
que viene de los hombres, pero
entre las cosas divinas, lo que
más temí siempre fue la extrema
inconstancia de la suerte y la
inagotable variedad de sus
golpes; sobre todo durante esta
guerra, en la cual favorecía,
como viento propicio, todas mis
empresas. Sin cesar, en efecto,
esperaba verla derribar mi dicha
y levantar alguna tempestad. Sí,
F É N I X
19
en un solo día atravesé el mar
Jónico y llegué en cinco días a
Delfos donde ofrecí un sacrificio
a Apolo.
Cinco días más y llegábamos a
Macedonia con mi ejército. En el
acto comencé mis operaciones
militares y quince días después
había terminado esta guerra con
la victoria más gloriosa. Esta
rápida corriente de prosperidad
me inspiraba justa desconfianza
hacia la suerte. Muy tranquilo
respecto de los enemigos, era en
la travesía de regreso, en la que
yo temía la inconstancia de la
diosa, cuando traía un ejército
tan felizmente victorioso y
despojos inmensos y reyes
cautivos. Llegado sin ningún
accidente a vuestro lado, y al
ver a la ciudad en la alegría, en
fiestas y sacrificios, no dejé por
ello de desconfiar de la suerte;
porque sabía que no hay
ninguno de sus favores para
nosotros que no esté sin mezcla,
y que la envidia no acompañe
siempre a los grandes triunfos. Mi
alma llena de dolorosa
inquietud, y con miedo por lo
que el porvenir reservaba a
Roma, no se liberó de sus
temores sino hasta el momento
en que vi mi casa perecer por el
terrible naufragio, en el cual
necesité, en días sagrados,
sepultar con mis propias manos,
uno tras otro, a dos hijos de tan
hermosas esperanzas, los únicos
que había conservado como
herederos míos. Heme aquí
ahora, a cubierto de los grandes
peligros y tengo firme confianza
en que vuestra prosperidad
resista, sólida y duradera. La
suerte se ha vengado bastante
de mis triunfos con los males que
ha derramado sobre mí. Ha
hecho ver, tanto en el triunfador
como en el cautivo, un ejemplo
vivísimo de la fragilidad humana;
con esta diferencia, sin
embargo; que Perseo, vencido,
tiene todavía a sus hijos y que
Pablo Emilio, vencedor, ha
perdido a los suyos”.
Es precisamente el dolor el que
nos obliga a hacer examen de
conciencia juzgándonos a
nosotros mismos y pidiéndonos
cuenta de nuestra vida pasada.
Tal haya sido la vida, tal serán los
efectos del dolor, castigo o
recompensa. En sus huellas
conoceremos la grandeza o
mezquindad del alma. Hay
tantas maneras de recibir el
sufrimiento como ideas y
sentimientos generosos existan
en el corazón humano. Atendida
F É N I X
20
a la grandeza de espíritu de
Marco Aurelio y ante su alto
modo de sentir nos repetía: “Si ya
no es posible amar a los que
amaba sobre todas las cosas, es
sin duda por enseñarme a amar
a los que no amaba todavía”. Y
Job, nos habría dicho: ¡Bendito
sea el nombre de Dios!
Recordemos para no olvidar:
toda vida interior empieza no
tanto en el momento en que la
inteligencia se desarrolla sino en
el instante en que el alma se
hace buena. Cuando perdemos
a un amigo o a un ser querido, lo
que nos hace brotar lágrimas
que nos alivian, es el recuerdo
de los momentos que no les
amamos lo bastante en sus
instantes de dolor. Pero si fue
amado con intensidad, las
lágrimas derramadas no son
deprimentes sino bienhechoras.
Este es el divino cantar de los
que desean la luz en su triple
afecto de verdad, bondad y
belleza, bajo el templo del
amor……
El cuerpo humano es el templo de nuestro espíritu, siendo preciso
cuidarlo y adornarlo con todas las reglas del arte y de la belleza. Aliento
significa un poder totalmente distinto de la fuerza mecánica, por tener
conciencia, vida e inteligencia. En su aspecto como poder universal,
quiere decir el aliento de Dios o sea El Gran Arquitecto del Universo,
que hizo pasar al cosmos de un estado subjetivo a una existencia
objetiva y en su aspecto individual es el poder espiritual que mora en el
hombre. Toda moral que carezca de virtud, como toda religión sin sabia
para nutrir sustancialmente el alma, son quimeras que la razón y el
corazón rechazan y que la experiencia busca inútilmente en la
naturaleza.
F É N I X
21
POESÍA
La Poesía nace fecundada por el corazón, que también es fuente de
conocimientos, que diéronle vida la plegaria y el trabajo, siendo su divisa
“ora y labora”. Es un conjunto de belleza, de bondad y de gracia. La
poesía canta, sueña y danza el presentimiento de lo futuro, y a él se
lanza sin perjuicio que, como la mariposa, atraída por la luz de la
lámpara se le quemen sus alas y muera en la llama; pero como el Ave
Fénix renazca de sus cenizas.
Poetizar, cantar, soñar, danzar, orquesticar, es pensar, sentir y
accionar sin límites en la búsqueda de la concepción del mundo y de la
vida en su triple aspecto de verdad, belleza y bondad.
Fachada del Partenón en Grecia
Por eso la Antigua Grecia puso en la cima de sus montañas
septentrionales, cuya cúspide se pierde en el espacio parece tocar al
cielo la morada de los dioses, allí donde las ninfas de las cumbres y las
musas del Olimpo inspiraron a las rapsodias de Homero.
Algunos escritores aseguran que Moisés fue el primer poeta. Lo que
consta ciertamente es que en un principio tuvo la poesía el carácter
F É N I X
22
religioso de los nacientes pueblos, y que Hesiodo puso en verso la
genealogía de los dioses.
Los más famosos poetas han cantado las excelencias morales de la
Masonería. Un ejemplo: Cosmopolita Institución, grandiosa,
plasmada en las labores del taller,
que has sabido fielmente sostener
tu misión ejemplar, noble y hermosa.
Tú mantienes intacta y poderosa
nutriendo con la savia de tu ser,
el árbol gigantesco del deber
que te da su cosecha provechosa.
Libertad, Igualdad, Fraternidad,
son luces que iluminan la verdad
simbólica y eterna de los templos.
y en honor a principios tan sagrados
practicas sus humanos postulados
y sabes predicar con los ejemplos.
La poesía enternece, ensimisma, eleva nuestros pensamientos a mundos
llenos de ensueños….
La poesía es amor, es belleza, es dulzura, es el canto que el Gran
Arquitecto del Universo nos envía para reconfortar nuestro espíritu
azotado por los vendavales de la vida.
--------------------------------------------------------
Ni la heroicidad, ni el patriotismo, ni siquiera la inteligencia se heredan, son accidentes en la vida de cada individuo. En cambios la honradez, el carácter, la manera de ser de
cada uno si suele tener mucho que apreciar en los progenitores y especialmente el hogar de nuestra crianza y nuestra primera educación, que es precisamente nuestra instrucción.
F É N I X
23
MASÓN
No se admite, no se concede el título de Masón más que al hombre
bien nacido y que disfrute de reputación sin tacha.
Su objeto se halla bien determinado: amar a Dios, servir a la patria,
acatar los poderes constituidos y practicar siempre la virtud.
Su utilidad se halla bien probada, por los excelentes preceptos que
profesa e inculca y por los valiosos servicios que presta a la humanidad.
Su crédito no es dudoso, porque el título de Masón es altamente
considerado y aun frecuentemente sirve también de poderosa
recomendación.
En forma elocuente y justísima cantan nuestros poetas:
Este es el masón.
Alma noble, vida honrada,
franco, cortés, generoso,
padre amante, buen esposo,
odio a nadie, miedo a nada;
de la virtud defensor,
sostén de la libertad,
siervo de la caridad,
compañero del dolor.
refractario al fanatismo
que en la falsedad se inspira;
verdugo de la mentira
y Juez del oscurantismo.
Adora a Dios y a sus seres
y es, a más de todo eso,
Sacerdote del progreso
y esclavo de sus deberes.
Así son los masones, así deben encaminar la vida todos los seres que
han tenido la suerte de ingresar en la Augusta Institución Masónica.
F É N I X
24
¿QUÉ ES LA FRANCMASONERÍA? Introducción a la francmasonería
V:. H:. Jaime Ayala Ponce
entro de toda la literatura publicada respecto al tema, destaca Alberto Pike, Clavel con su historia pintoresca de la orden, Joaust, con su historia del gran oriente de Francia y los reglamentos generales de la Masonería escocesa
para la Francia y sus dependencias, publicados en Paris, en 1881. Con todo ello, sobre todo tratándose de personas muy allegadas al desarrollo de la hermandad nos podemos dar una idea más acertada de lo que realmente conforma la esencia misma de la francmasonería. Podemos englobar los conceptos diversos y resumirlos así: La Francmasonería es una asociación de carácter mundial, filantrópica, filosófica y progresiva; procurará fomentar en sus adeptos el amor al verdad, el estudio de la moral universal, de las ciencias y de las artes, desarrolla en el corazón humano los sentimientos de admiración y caridad, la tolerancia religiosa, los deberes de ala familia; extermina, o al menos lo pretende, los odios de raza, los antagonismos de nacionalidad, de opiniones, de creencias e intereses, uniendo a todos los hombres por los lazos de la solidaridad y confundiéndolos en un tierno afecto de mutua correspondencia. Procura en fin, mejorar la condición social del hombre, por todos los medios lícitos y especialmente por la instrucción, el trabajo y la beneficencia. Tiene por divisa Libertad, Igualdad, Fraternidad. A continuación expondremos lo que diversos estudiosos de la orden han dado por definir. Alberto Pike dice: Es en verdad muy de desear que los masones comprendan lo que es la francmasonería. Si fuera todo lo que imaginan aun los mismos iniciados, seria difícil encontrar una asociación algo más caprichosa e incongruente. No es puramente una asociación filantrópica para proporcionar auxilios mutuos y dispensar a los necesitados los favores de la caridad. Tampoco es una sociedad de admiración reciproca, establecida con el fin de satisfacer la ambición y la vanidad de los que desean ocupar posiciones elevadas, usar vallas, insignias, epítetos sonoros y títulos retumbantes. La francmasonería no es un sistema de club o de organizaciones políticas que se apelliden conservadoras, radicales o revolucionarias. No se distinguir ni por la mascara del carbonario, ni por la sotana del jesuita, ni por la capucha del inquisidor. No es una orden religiosa, ni iglesia para propagar cierta fe, ni tampoco sociedad anti religiosa para combatir determinadas creencias. Sus altares no son hebraicos, ni mahometanos, ni cristianos, son simplemente masónicos. La masonería no es apóstol de ninguna forma particular de gobierno, ni defensor de ningún credo político.
D
F É N I X
25
La francmasonería es el depositario, el propagador y defensor de la verdad, como simple verdad, y no como credo de ningún hombre, de ningún partido. No descansará, pues, de las altas religiones que tiene en su asiento, para empeñarse en controversias, para suscitar polémicas, para convertirse en órgano de un partido, para promover cambios políticos, ni para dar lecciones elementales, difundiendo ciertas ideas políticas, administrativas o económicas. Si estas ideas se conciben de una manera exacta y se expresan cuidadosamente, pueden ser aplicaciones de la masonería, pero no será la misma masonería. No es la masonería como algunos hermanos la imaginan, lo que aprende el que ha recibido los tres primeros grados sin saber nada. A menudo se oye decir, con arrogancia a ciertas personas “que hay verdadera masonería mas allá de los grados azules”, y no es menos raro que algunos masones instruidos que los últimos grados no son más que comentarios de los primeros tres. Así, pues, de los sencillos accidentes y de las lecciones familiares de los tres primeros grados, pretenden deducir los principios y enseñanzas de los caballerescos y filosóficos y derivar un sistema completo de filosofía de la leyenda de Hiram, creyendo ayer unas logias fantásticas y engañosas, e inventando explicaciones que no tienen ciertamente otro mérito que el de su ingenua candidez. Todo esto suele consistir en que se emplean ciertas frases sin reflexión en su verdadero significado. La masonería es el adelanto hacia la luz en todas las líneas del progreso moral, intelectual y espiritual. Comienza a comprenderse, que al menos es necesario un estudio para la adquisición de conocimientos y que nadie puede ser profundo literato, ni historiador masónico, si su estilo revela su completa ignorancia, de las reglas más comunes de la gramática. La masonería no es solo una orden de arquitectura; sus grados y ritos no son de un siglo, si no de muchos siglos, por lo tanto ha tenido la capacidad por si misma de perdurar, sus grados fueron apareciendo en épocas diferentes como pensamientos e ideas que gradualmente se desarrollaron y que se han unido por una atracción natural. Al menos es cierto que en al masonería no hay nada de exclusivismo ni de intolerancia. Es también cierto que consiste en algo más que en las ceremonias de conferir grados, que la exacta repetición de las lecturas de cada grado, que después de aprendidas lo dejan a uno un poco más o menos tan sabio como antes y en el familiar conocimiento de las formulas y palabras que se usan en al apertura y en la clausura y en al distribución de muy moderadas limosnas entre un pequeñísimo circulo de la gran familia de los pobres. Si la masonería fuera únicamente una sociedad filantrópica, no se habría podido medir jamás el término de su existencia por siglos, ni hubiera llegado a ser tan antiguas que olvidara su propio origen y los nombres de sus fundadores y continuara con la fuerza del vigor y la juventud. La posesión de antiguos escritos que excitaran la curiosidad de los hombres y les atrajeran de una manera
F É N I X
26
irresistible a sus templos, no le bastaría para afianzar su perpetuidad y su vitalidad perenne. La masonería sobrevive a los siglos por que sus fines son más nobles y más elevados que la simple conmemoración de misteriosos secretos y que la administración de mutuos y recíprocos auxilios. Requiere que sus iniciados sean útiles a la sociedad, procura ser benéfico a las futuras generaciones y que su influjo, consecuencia de sus enseñanzas y caridad, se difundan hasta lo indefinido. Enseña los que frecuentan sus templos, que la nobleza de la naturaleza humana se ejerce en el trabajo; que el destino del hombre es trabajar y que solo el trabajo activo y fiel asegura la felicidad de los días del hombre; que la vida es un combate en el que debemos luchar valerosamente y en que no puede triunfar ningún espíritu insaciable; que el descanso es un bien que solo puede alcanzarse venciendo las tentaciones, las pasiones y las dificultades; y que solo después de esta victoria podemos dormir sobre nuestros laureles. Solo el trabajo ennoblece; no el trabajo que no se emprende para el beneficio propio, sino el emprendido en beneficio de los demás, aún cuando el que lo ejecuta tenga la convicción de que no ha de cosechar ninguna ventaja para sí. La nobleza del trabajo, ya sea intelectual o manual, depende enteramente de su objeto. Si se ejecuta con miras enteramente egoístas, es tan innoble como el de una bestia. La adquisición de conocimientos con la sola mira de satisfacer las propias necesidades y procurarse goces sensuales o mentales, no tiene ningún merito a los ojos de Dios. Poco respeto merece el sabio letrado que incesantemente vende por dinero y al mejor postor su elocuencia y su instrucción, mientras jamás se atreve a atacar generosamente un antiguo abuso atrinchera en la preocupación y en la rutina, precedentes inicuos que son fuertes para resistir villanías que manchan la majestad de la ley. El cumplimiento del deber es la norma de la masonería. Ella promulgó esta ley, que recibió de la naturaleza, cuando apareció por primera vez vigorosa, en su juventud en una época ignorada por nosotros, para iluminar con luz pacifica y serena las tinieblas de remotas edades. Hasta aquí es transcrito una de las concepciones más amplias que he podido encontrar de la francmasonería, he de aclarar que por lo extensísimo de los conceptos vertidos por Albert Pike resumí lo más substancioso de la misma. No podemos pasar inadvertida la concepción de Clavel, el cual en su obra “La francmasonería “dice: es una institución filantrópica y progresiva cuyos miembros viven como hermanos bajo el nivel de la más justa igualdad. En ella no se conocen los frívolos distintivos del nacimiento y la fortuna, ni esas otras distinciones, más absurdas aún, de las opiniones y de las creencias. La única superioridad que reconoce es la del, talento; y aún para esto, se exige que este sea modesto y que no aspire a la dominación. Una vez admitido en esta asociación, se encuentran mil
F É N I X
27
medios y mil ocasiones de ser útiles a sus semejantes y en la adversidad se reciben consuelos y socorros. Joaust, en su historia del gran oriente de Francia, dice: La francmasonería con ayuda de símbolos y signos particulares, reúne a los hombres libres, es decir libres pensadores y les asegurar las ventajas de la asociación para el ejercicio de sus derechos y de sus deberes, ya en provecho de los semejantes, ya de ellos mismos. Tiene por objeto el mejoramiento moral y material del hombre; por principios la ley del progreso, de la humanidad, las ideas filosóficas de tolerancia, de fraternidad, de igualdad y de libertad, abstracción hecha de la fe religiosa y política, de la diferencia de nacionalidades y de las distinciones sociales. Para acabar de entender lo que realmente es la francmasonería, es necesario acudir a las constituciones, reglamentos y declaración de principios, por ello creo de suma importancia transcribir la declaración de principios plasmada en sesión del 22 de septiembre de 1875 en Lausan con motivo del Convento Universal de los Supremos Consejos que en esa ocasión se reunieron para la revisión de las grandes constituciones. Declaración de Principios:
1º. La francmasonería proclama, como ha proclamado desde su origen, la existencia de un principio creador, bajo el nombre de Gran arquitecto del universo
2º. No impone ningún límite a la libre investigación de la verdad y para garantizar a todos esta libertad, es porque ella exige a todos la tolerancia.
3º. La francmasonería, está pues, abierta para los hombres de todas las nacionalidades, de todas las razas y de todas las creencias.
4º. Prohíbe en sus talleres toda discusión `política o religiosa; acoge a todo profano, con tal de que sea libre y de buenas costumbres.
5º. La francmasonería tiene por objeto luchar contra la ignorancia bajo todas sus formas: es por tanto una escuela mutua; cuyo programa se resume así: obedecer las leyes de su país, vivir según las reglas del honor, practicar la justicia, amar a sus semejantes, trabajar sin descanso para la ventura de la humanidad y perseguir su emancipación progresiva y pacifica.
6º. Todo masón del Rito Escocés Antiguo y Aceptado esta obligado a observar fielmente las decisiones del Supremos Consejo y su obediencia.
Pero, al lado de esta declaración de principios, el convento tiene la necesidad de proclamar doctrinas, sobre las cuales se apoya la masonería; quiere por tanto que cada uno las conozca. Para realizar el hombre a sus propios ojos y hacerle digno de su misión sobre la tierra, la masonería dice el principio, que el supremo creador a dado al hombre, como el bien más precioso, la libertad. La libertad patrimonio, patrimonio de la humanidad, luz del cielo, que nadie tiene derecho de apagar o amortiguar y que es el manantial de los sentimientos del honor y de la dignidad. Desde la preparación del primer grado, hasta la obtención del más elevado de la masonería escocesa, la primera condición, sin la cual nada se le concede al
F É N I X
28
aspirante, es que tenga la reputación probada de hombre digno y honrado. A los hombres a los que la eligió es un alivio supremo, la masonería les dice: cultivad vuestra religión sin obstáculos, seguid las inspiraciones de vuestra conciencia. La francmasonería no es una secta, no es un culto, por tanto ella, quiere la instrucción laica. Toda su doctrina se resume en este bello pensamiento: ama a tu prójimo. A los que temen con tanta razón las discusiones políticas, la masonería les dice: yo prescribo de mis reuniones toda discusión, todo debate político, se para tu patria un servidor fiel y apegado, no tienes ninguna cuenta que rendirnos. El amor a la patria se amolda, por otra parte, perfectamente con la práctica de todas las virtudes. Se ha acusado a la masonería de inmoralidad. Nuestra moral es la moral más pura, la más santa; tiene por base la primera de las virtudes: la humanidad. El verdadero masón practica siempre el bien y atiende con la más viva solicitud a los desgraciados, sean quienes fueren, dentro de sus recursos. No puede por tanto hacer otra cosa que rechazar con disgusto y desprecio la inmoralidad. Tales son los fundamentos sobre los que descansa la francmasonería y que aseguran a todos los miembros de esta gran familia, la unión más intima, cualquiera que sea la diferencia que separe a los diferentes países que estos habiten; éste es en todos ellos el amor fraternal. Francmasones de todas las comarcas, ciudadanos de todos los países, he aquí los preceptos, he aquí las leyes de la francmasonería, he aquí su misterio. Los esfuerzos de la calumnia serán impotentes contra ella y sus injurias no encontrarán ningún eco, marchando gloriosamente de victoria en victoria, la francmasonería extenderá cada día más su acción moral y civilizadora. Según los términos de la Constitución del gran Oriente de Francia de 1865, nos dice que la francmasonería, es una institución filantrópica, filosófica y progresiva, tiene por objeto la investigación de la verdad, el estudio de la moral universal, de las ciencias y de las artes y el ejercicio de al beneficencia; por principio la existencia, la inmortalidad del alma y la solidaridad humana. Considera la libertad de conciencia como un derecho propio de cada hombre y no excluye a nadie por sus creencias. Dejando para las gentes poco estudiosas el que hagan una serie de conjeturas fantasiosas acerca de los objetivos de la francmasonería y de sus iniciaciones, en virtud de que el sistema que siempre ha seguido es de carácter secreto y su objeto no es más que asegurar solamente a los iniciados, las ventajas de la hermanad de un extremo a otro del mundo. La francmasonería todavía conserva intactos los símbolos y emblemas que le legaron sus antepasados, relacionados todos con los útiles y herramientas del arte de edificar, los que a más de indicar los rasgos característicos de la institución, tienen para los iniciados una alta significación y observarán en su ingenioso
F É N I X
29
simbolismo las más sabias y sublime lecciones. Por esto a más de al consagración del tiempo, han sido aceptadas por todos los masones de la tierra. En ellas encuentran los masones inteligentes la imagen de la creación y la existencia física y moral del universo, considerado como un templo del que es creador el gran arquitecto, con cuyo nombre, a imitación de Platón, designa la divinidad. Como se ha podido observar, al analizar la exposición de principios que encabezan la generalidad de los estatutos, los masones contraen los unos con los otros la más estrecha solidaridad, dándose el afectuoso nombre de hermano sin tomar en cuenta condición social o jerarquía masónica de la cual se encuentran investidos. La francmasonería descansa esencialmente sobre tres grados: aprendiz, compañero y maestro. Pero por encima de estos, se han ido creando otros. Los principales se han escalonado formando grupos completamente distintos e independientes unos de otros, aunque todos buscan lo mismo. A estos grupos se les denomina Sistemas o Ritos. Estos se integran de forma independiente dentro de las limitaciones que establecen los estatutos generales de cada país, los masones forman otras tantas logias o talleres. La logia es el taller fundamental y fuente de todo derecho. Todos los asuntos generales o particulares, excepto únicamente los que hacen referencia exclusiva a los grados superiores, son tratados en logia de aprendiz o de primer grado. En ella todos los HH:. Tienen igual derecho para hacer uso de la palabra. Reunidas todas la logias de un país, constituyen uno o varios centros superiores administrativos, a los que se encomienda el cuidado de velar por los intereses generales, revistiéndoles de toda autoridad y representación del poder supremo, formado por los representantes de los talleres elegidos por el sufragio universal, para que se regularicen todos los trabajos y sirvan de garantía ante el poder civil de la nación. Estos centros toman el nombre de Grandes Logias, Madres Logias, Grandes Orientes y Supremos Consejos. Se da este último nombre a los cuerpos de directores de la masonería del Rito Escocés Antiguo y Aceptado en 33 grados. Llámase en general Grandes Logias, los poderes masónicos que practican el Rito Ingles o primitivo en 3 grados y Grandes Orientes son los poderes que administran varios ritos también.
F É N I X
30
ÉTICA Y POLÍTICA V:. H:. Roberto Venegoni Martínez
Resp:. Log:. L'Etolie du Pacifique No 11
ensad bien, hablar bien y
actuar bien……
El desarrollo de la politología
contemporánea ha establecido
que su objeto de estudio es dar
una visión de la realidad a través
del poder, el conflicto y la
autoridad.
Desde esta vertiente, la política
es una actividad que involucra a
la sociedad compuesta por
personas, organizada en torno a
un sistema de relaciones de
poder entre gobernantes y
gobernados, enmarcado dentro
de un régimen legal conocido y
aceptado, con el fin de construir
una sociedad mejor.
Así, la construcción de una
sociedad mejor es la finalidad de
la política, lo que constituye una
respuesta eminentemente ética.
En suma, el fin de la política en
el ámbito ético es lo que los
atenienses llamaron el buen
gobierno y que en nuestro
tiempo se llama el bien común.
Tanto la ética como la política se
refieren a la praxis humana, esto
es, a las acciones humanas que
podemos emprender los
hombres y a la dirección que
vamos a dar a nuestra voluntad y
libertad. La diferencia estriba en
que la ética es una praxis íntima,
personal y la política es colectiva,
porque supone muchas acciones
y muchas voluntades.
En política existe una ética de
principios. En efecto, los
principios son pocos e
inconmovibles, son prácticos y
demostrables, son superiores
porque llegan a ser elementos
comunes para los miembros de
la sociedad. Entonces la ética en
política no puede basarse en lo
transitorio, como son los valores
en una sociedad. Los valores son
pasajeros y muchos, por su
propia naturaleza no llegan a ser
elementos de cohesión social,
sino por el contrario, pueden ser
factores de división.
Siguiendo la lógica, lo ético como
valor se traduce en un conflicto
político, mientras que lo ético
P
F É N I X
31
como principio es integrador. En
esa dirección, los principios más
vinculados a lo político son:
Nunca el fin justifica los
medios.
La ley es única e igual para
todos.
El poder no debe usarse
como fuerza, sino como
deber y servicio para la
sociedad.
Existe una línea divisoria
entre lo público y lo
privado. La posición
política no debe
aprovecharse para
beneficio privado.
En síntesis, la ética es la rectitud
y honradez en el obrar y , por su
parte, la política y el servicio
público persiguen el bien común.
Ambas transitan por carriles
inseparables que las funden en
forma indivisible.
En consecuencia, la participación
del individuo ético en los asuntos
públicos constituye un
imperativo; de lo contrario, la
política es vulnerable a la
corrupción y sufre el riesgo de
desnaturalizarse.
Nota del editor: Como es sabido y se ha
escrito, la masonería actúa en el mundo
profano a través de tres dimensiones:
institucional, concertada e individual y en
todas ellas persigue la consecución del bien
común y el desarrollo integral de la persona
humana.
Para que la Ética o Moral sea universal, debe
ser coherente con la naturaleza del hombre en
general y fundarse por lo tanto sobre la esencia
humana o sobre las propiedades o cualidades
que se hallan constantemente en todos los seres
de su especie, por las que se distingue de los
otros animales. De aquí se infiere que la Ética o
Moral supone la ciencia de la naturaleza
humana y ninguna ciencia es ni puede ser más
que el fruto de la experiencia.
La ciencia de las costumbres, para que sea
cierta y segura, debe ser una continuación o
encadenamiento constante de experiencias
reiteradas e invariables en sus resultados, que
puedan conducir a la adquisición del
verdadero conocimiento de las relaciones que
existen entre los miembros de la especie
humana. Y esto es lo que profesa la
masonería.
Puesto que el sol ha salido para iluminar el mundo, levantémonos para ir a esparcir los destellos de la luz en el espíritu de los que se encuentran en las tinieblas y para ir a llenar nuestra sublime misión de vencer o morir por el bien, la verdad y la virtud. Debemos decir la verdad o callarnos. Jamás y bajo
ningún concepto debemos mentir
F É N I X
32
Masones Ilustres
JORGE WASHINGTON
ació el 23 de febrero de
1732, fue el primer
presidente de los Estados
Unidos de América, y una de las
más ilustres figuras que ofrece la
historia. A pesar de la buena
posición de los padres, solo
recibió una educación
puramente elemental. Hasta los
15 años frecuentó la escuela de
Williamsburg, dedicándose con
preferencia al estudio de las
matemáticas. Conocía la
geometría y no hablaba otro
idioma que el inglés. Aunque su
vocación le inclinaba a la
marina, su madre le disuadió y le
preparó para la agrimensura.
Al morir su padre en 1743 hereda
casa y tierras de Rappahannock;
pero continuó viviendo en
compañía de Lorenzo, su
hermano mayor, que vino a ser
su tutor. Allí conoció a Lord
Tomás Faifaire, que le cobró
afecto, le envió al valle de
Schenandoah a levantarle unos
planos que le hiciera el
respectivo estudio climatológico
de los inmensos territorios que poseía en aquel valle, inexplorado
todavía para él. Después de
dicho trabajo lo nombró
agrimensor público y adjunto de
las milicias de Virginia.
En 1758 fue elegido miembro de
la asamblea representativa,
yendo a Williamsburg para tomar
asiento en el congreso. El y su
N
F É N I X
33
compañero Franklin, dice un
escritor, tenía la costumbre de no
hablar más de ocho o diez
minutos cuando mucho, yendo
siempre directo a lo medular de
los asuntos a tratar. Al concurrir
en 1774 las turbulencias previas a
la guerra de la independencia.
La asamblea le envió a Boston
para que uniera su voz a la de los
representantes y suscribiera la
protesta que formularon contra
las pretensiones de la metrópoli,
que, más inconsiderada y
absorbente cada día, trataba de
privarles de sus antiguos deberes
y concesiones.
Los principales rasgos que los
historiadores señalan como
característicos de Washington
eran su elevado criterio,
reposado, práctico, voluntad
férrea, probo, recto y una
grandeza de espíritu que lo llevó
a las más grandes hazañas. Dice
Labouyale que Washington
había prestado a la civilización el
mayor servicio que jamás pudo
prestarle hombre alguno:
rehabilitó y santificó la honradez
política.
Fue iniciado en la logia No 4 de
Frederiksburg, el 4 de noviembre
de 1752, siendo ascendido al 2º
grado el 3 de marzo de 1753 y
exaltado al grado de maestro el
4 de agosto del mismo año.
El 25 de abril de 1788 la Gran
Logia de Virginia expidió una
patente para la constitución de
la Respetable Logia Alexandria
No 22, siendo designado para el
cargo de Venerable y a esta
logia perteneció hasta su
muerte. Washington tenía una
idea favorable de la
Francmasonería y tal veneración
por los principios y doctrinas que
ésta mantiene, que en ellos se
inspiró en casi todas las
circunstancias de su vida, como
es de ello elocuente ejemplo el
grandioso pensamiento que
ocupó por completo su mente
durante los últimos años de su
vida, que hizo objeto de largas
conferencias con Lafayette y
Jefferson: la cuestión de la
esclavitud, cuyo ideal realizó en
los límites de su poder,
emancipando a su muerte a
F É N I X
34
todos los de raza negra de sus
dominios y como es de ver por el
contenido de varias
comunicaciones dirigidas a
algunas logias que se conservan
como reliquias sagradas.
“Estoy bien persuadido, que la
justa aplicación de los principios
que se funda la fraternidad
masónica, es un medio eficaz
para promover las virtudes privadas y la prosperidad pública”.
“La masonería es una asociación
cuyos principios conducen a la
pureza de la moral y a la
realización de las acciones
verdaderamente humanitarias.
Sus principios liberarles se fundan
en las leyes inmutables de la
verdad y de la justicia”.
Finalmente para terminar este
trabajo, es adecuado hacerlo
con una frase utilizada por él al
final de un discurso.
“Abrigo, lleno de fe, la más dulce
esperanza, que la República será
por largos siglos un santuario
para los hermanos o una logia
para todas las virtudes cívicas”
SENTIDO OBITUARIO
Nuestra Resp:. Log:. Simb:. FENIX No. 9, en el curso de este año ha tenido ya la
pérdida de dos de sus miembros, pues a la transición al oriente eterno del V:. H:. Alex
Antonio Panamá Barahona, se une hoy la del V:. H:. Félix Koslowski Espinoza,
debiendo lamentar también el deceso del V:. H:. Rogelio Navarrete Escobar, quien
después de haber compartido por muchos años nuestros trabajos masónicos, en el año
anterior optó, por razones personales, en afiliarse a la Resp:. Log:. Simb:. Fraternidad
No. 6, de este mismo Valle.
El V:. H:. Félix Koslowski Espinoza, cuyo verdadero nombre fue el de Fiszel, fue
originario de Zarnow, República de Polonia, en donde nació el 3 de diciembre de 1907,
sufrió la perdida de su primer esposa Sala Silverschaz y de su hijo Max en los campos de
concentración del régimen nazi durante la segunda guerra mundial. Siendo un judío
F É N I X
35
polaco, hizo de El Salvador su segunda patria, al haberse naturalizado como salvadoreño
el 11 de marzo de 1931. Su vida masónica se inició en la Resp: Log:. Simb:. Morazán
No. 7, en donde vio la luz y por circunstancias y actitudes de carácter político acaecidas
por el año 1960 que no contribuían al buen nombre de la Orden, juntamente con VV:.
HH:. de las Resp:. Logias Excélsior 17 No. 3, y Resurrección No. 10, fundaron la Resp:.
Log:. Simb:. Fraternidad No. 6, estando entre ellos, Miguel Ángel Solórzano, Abelardo
García Gandía, Ramón Ávila Agacio, Rudy Grager, Rogelio Chávez y Salvador Alemán
Echeverría; y, posteriormente, el 6 de enero de 1986, también con otros VV:. HH:.
levantaron columnas de la Resp:. Log:. Simb:. Fénix No. 9, que se encontraba en sueños
y de la cual forman parte aún los VV:. HH:. José Luis Gómez Ferreiro y Homero
Armando Sánchez Cerna, teniendo en consecuencia el V:. H:. Félix Koslowski una larga
vida masónica, que culminó con la obtención del Grado 33 y formar parte así del
Supremo Consejo de Grandes Inspectores Generales del Grado 33 y último del Rito
Escoses Antiguo y Aceptado de la República de El Salvador.
El V:. H:. Koslowski Espinoza fue una persona buena, abnegada, generosa, sincera y
humanista, un hombre bien nacido, un verdadero Maestro Masón, un Masón ejemplar
que disfruto siempre de una reputación sin tacha. Se desempeñó como Dignatario u
Oficial de la Gran Logia y de las Logias de la Obediencia en las cuales fue miembro con
la mejor y mayor de las responsabilidades, destacándose como Hospitalario y por su
ferviente deseo de fortalecer el saco de beneficencia, a fin de proporcionar
eficientemente la ayuda económica necesaria a los HH:.
El V:. H:. Rogelio Navarrete Escobar por su parte, se inició a la vida masónica en la
Resp:. Log:. Simb:. Fraternidad No. 6, posteriormente se incorporaría a nuestra Logia
ejerciendo diversos cargos como Dignatario u Oficial, obteniendo su carta de retiro en el
año 2010 para integrarse nuevamente a los trabajos de su Madre Logia. El V:. H:.
Navarrete formó parte también del mismo Supremo Consejo, siendo también miembro
de varios cuadros logiales de la Gran Logia Cuscatlán, a la que representó dignamente,
mediante la elaboración de importantes ponencias que fueron presentadas y reconocidas
en eventos masónicos de carácter internacional.
F É N I X
36
Nuestros VV:. HH:. Félix Koslowski Espinoza. y Rogelio Navarrete. Escobar, que han
pasado al Oriente eterno, se han unido ya a los trabajos de la Gran Logia Blanca y
nosotros continuaremos recordándoles por su valiosa obra en beneficio de la Masonería
salvadoreña, recuerdo que permanecerá latente en los que tuvimos la oportunidad de
compartir con ellos las virtudes y valores de la hermandad masónica; y vaya para sus
respectivas familias nuestro abrazo solidario.
LA CÁBALA
ste término, referido a una
experiencia concreta de
orden trascendente, ha
sido aplicado también a un
movimiento espiritual a través del
cual, especialmente entre los
siglos XII y XVII, se expresó la
teosofía judía.
Habitualmente, cuando se habla
de Cábala, se esta haciendo
referencias a esas doctrinas. En
un sentido más preciso, la Cábala
es la ley (Torah) oral que Moisés
recibió en el Sinaí (del Sinaí,
precisa el texto hebreo), al mismo
tiempo que la ley escrita en las
tablas.
La Torah no sería otra cosa que el
sublime nombre de Dios. Toda la
Cábala gira en torno a este
nombre de Dios, objeto de la
transmisión.
La Cábala es la ciencia de la
integración, de la unidad; es
E
F É N I X
37
lógico que para ocuparse de ella
el aprendiz tenga que entregarse
totalmente a su estudio, que
nunca podrá ser un mero
divertimiento de tipo intelectual o
una afición emotiva. Intelecto,
intuición, emoción, sensibilidad y
claridad mental han de funcionar
al unísono a la hora de sumergirse
en las aguas de esta ciencia.
La Cábala es, sobre todo, un
modo de ver la vida, de
comprenderla y de vivirla, que
difícilmente podría doblarse y
empaquetarse en un sistema o en
un programa de tipo universitario.
Muy a menudo los autores se han
quedado detenidos, como
hipnotizados, en uno de los temas
más conocidos de la Cábala, de
la Torah. Porque, al fin y al cabo,
el árbol de la vida no es el
esquema que podemos ver, si no
la Torah.
“Por que la Torah tiene muchas
cosas exteriores e interiores y
todas forman una sola Torah y un
solo árbol, sin que se den
diferencias”.
Para el cabalista, conocer y amar
son una misma cosa. Querer
conocer a Dios es ya amarlo.
Conocerle es adorarle. Así, el
conocimiento ansiado no consiste
en una mera acumulación de
datos, si no en una unión intima
con la fuente de todo
conocimiento, en un beso, acto
mágico que comporta
conocimiento, comunicación y
amor en la unión espiritual. Un
mágico pasaje del Sepher ha
Zohar nos ilustra este misterio.
El conocedor es el amante de la
Torah, aquel que le entrega su
corazón para que las palabras de
la Torah, semillas de luz, germinen
en él. En eso consiste su sabiduría.
El cabalista no busca una unión o
una fusión con el Creador, como
ocurre con el místico. Su deseo es
encadenarse a él, ponerse bajo
su yugo divino que, como nos
dice Jesucristo en el evangelio,
“es suave”, Dios se humaniza en el
hombre y este se diviniza en Dios.
Su humana realidad divina es, en
cierto modo, interdependiente, y
el uno necesita del otro. Algo
parecido ocurre, como veremos
más adelante, entre la Torah oral
y la Torah escrita, la letra.
F É N I X
38
El Cabalista no intenta huir de
este mundo y de sus
responsabilidades. El Cabalista no
busca la anulación de su
personalidad en la unio mystica,
Sino la purificación y la
divinización de esta en su
encadenamiento.
La Cábala es, pues, una teosofía
en el sentido occidental de esta
palabra: un conocimiento de lo
divino, una búsqueda de la
revelación de los misterios de la
vida oculta de Dios y de las
relaciones entre la vida divina y la
vida humana, revelación que
conducirá a un conocimiento
profundo de Dios mismo. Su
origen, como hemos visto, se sitúa
en la revelación de la Torah en el
Sinaí, que ha de renovarse en
cada cabalista.
La finalidad de la Cábala, el
objeto de la revelación, consiste
en lograr que el cabalista penetre
de nuevo en ese vergel perdido
que todos conocemos a través
de esa herencia adámica
llamada nostalgia. La entrada en
el palacio cerrado del rey se
realiza a través de las escrituras,
que para él son como el paraíso,
el pardes. Estas Son la puerta y el
lugar.
Según el Talmud, en el siglo II,
cuatro grandes profesores se
consagraron al estudio esotérico
de la Torah logrando entrar en el
paraíso, o sea penetrando sus
secretos. Se trataba de Rabí Ben
Assai y Rabí Hacer. Uno de ellos
vio y murió, otro vio y se volvió
loco; otro vio y se hizo apostata;
solo Rabí Akiba entro sano y salió
sano.
Los primeros profesores solo
lograron penetrar en sentidos
exteriores de la Torah o lo hicieron
de un modo exterior, profano,
inadecuado; solo Rabí Akiba
logro ir hasta el fondo, hasta el
interior del paraíso que es la
Torah. Como avisa el mensaje
reencontrado: “El exterior es
múltiple, aparente e ilusorio. El
interior es único, oculto y real”.
La Cábala tradicional no puede
aprenderse solo con los libros. Es
una aberración pensar que solo
por nosotros mismos o a través de
otros llegaremos a aquello que
Dios solo confía a aquellos que
únicamente confían en El.
Las obras de los cabalistas no
desarrollan planteamientos o razonamientos intentando enseñar
a los ignorantes los arcanos de la
Cábala, como podría parecer
desde fuera, sino que aluden a
ella, presuponiéndola recibida y
aceptada.
El Cabalista busca un modo de
vida en el que coloca su
cotidianidad en armonía con Dios
a fin de restablecer la unión que
existía originariamente entre Dios
y el mundo, recobrando así el
estado de antes de la caída.
La idea que aparece en varias
ocasiones en el Corpus
F É N I X
39
Hermeticum, de que el saber no
se enseña sino que se despierta su
recuerdo, es perfectamente
acorde con la Cábala.
Nada importante se ha enseñado
nunca desde el exterior. Todo se
transmite desde dentro, de
corazón a corazón, de Iod a Iod,
en la vida cotidiana sacralizada
por la búsqueda de aquello que
trasciende lo cotidiano.
El Cabalista ha de aceptar el
mundo viéndolo al descubierto,
sin velos y descubrir en él la
acción secreta de la providencia.
Todo para él es una señal, tiene
un sentido, contiene una
enseñanza. La función del sabio
consiste en unir el cielo y la Tierra,
por esta razón, simbólicamente,
no puede abandonar o rechazar
la Tierra, ha de amarla y atraer al
Cielo para que la purifique y
fecunde.
Habitualmente olvidamos el Cielo
en nuestras ocupaciones
terrestres cotidianas, a menudo
también despreciamos todo lo
que tiene que ver con nuestro
cuerpo por “poco elevado”, una
verdadera blasfemia contra la
Tierra.
Para el cabalista, todo el mundo
es interdependiente, lo que esta
arriba es como lo que esta abajo,
lo que esta a la izquierda es como
lo que esta a la derecha y en esto
coincide con el hermetista.
Las doctrinas anteriores a la
Cábala: Bereschit y Merkabah
La palabra Bereschit es la primera
del relato bíblico de la creación.
Existe una verdadera biblioteca
de comentarios bíblicos que se
basan en las seis letras de esta
palabra. La mayoría de ellos
pertenece a la llamada “Cábala
de Bereschit”.
La primera de ellas contiene dos
secciones, una trata de las fuerzas
ocultas del universo, la otra busca
las leyes que rigen nuestro mundo
sublunar.
La Cábala de Merkabah no es
sino la teología simbólica o
mística, la ciencia contemplativa
de las cosas sublimes y divinas.
El relato de la creación de
Bereschit se presenta como una
cosmogonía, mientras que el
carro o Merkabah aparece como
una teogonía. Profundizando en
ellos, se ve, sin embargo, que se
refieren a dos aspectos de un
mismo misterio, el del
conocimiento y la unificación de
Dios en el hombre regenerado. La
Midrashim son comentarios
esotéricos de la Escritura.
En los Helakoth, escritos místicos
pre cabalísticos, se hacia ya
alusión a la mística de la
Merkabah, describiendo el viaje
extático que el hombre realiza a
través de los siete cielos y de los
F É N I X
40
siete palacios, hasta llegar ante el
trono de Dios. Es obvia la
correspondencia entre estos siete
cielos y los siete días de la
creación de las que habla el
Génesis, o los siete chacras del
Tantrismo.
El misterio del Hashmal, al que los
cabalistas parecen tener el mayor
respeto, es el punto más oscuro
del libro de Ezequiel; sin duda, es
también el objeto de la Cábala
de la Merkabah. Toda Cábala de
la Merkabah gravita en torno a
este misterio.
Torah Oral y Torah Escrita
A pesar des ser una, la Torah, la
Ley, puede considerarse doble.
Oral y escrita. El estudio de la
Torah es, como sabemos, la base
de la práctica cabalista, se ha de
haber recibido la Torah como
Moisés en el Sinaí, como Esdras en
la montaña.
En cierto modo, la Torah Oral
viene a iluminar a la Torah Escrita
que, sin luz sería invisible. Por otra
parte, si no existiera la Torah
Escrita, la oral no podría dar luz,
pues le faltaría donde
proyectarse.
La labor cabalística es unir la
Torah Oral con la Torah Escrita, la
Torah celeste con la terrestre. Y
esta unión no se realiza en el
exterior, sino en el silencio del
corazón.
La Shekinah
“No es bueno que el hombre este
solo, voy a hacerle una ayuda
semejante a él”, dice el Santo,
bendito sea, en la Torah.
El autor de los Tikkunim identifica
la Shekinah, la presencia de Dios
considerada como la última
emanación de las diez Sepiroth,
con la Torah en su manifiesto y
plenitud. Cuando el texto bíblico
habla de “la faz de Dios” se
refiere siempre a la Shekinah.
La Shekinah es la presencia de
Dios. Esta palabra procede del
verbo Shakan, establecerse,
residir, morar. La Shekinah es,
pues, “la que reside”, es la
“presencia divina” que ha de
reunirse hierogámicamente al
hombre, la Sabiduría del Libro de
los Proverbios.
Para los cabalistas, esta “ayuda
semejante a él”, de la que nos
habla el libro del Génesis, es la
Sabiduría Celeste, la amada del
filosofo con la que ha de unirse
para crear.
F É N I X
41
EL SIMBOLISMO DEL TEMPLO MASÓNICO
a palabra "templo" viene de la raíz latina "templum" que quiere decir "recinto sagrado". El templo es así un recinto reservado para los dioses. Este espacio delimitado es sagrado (sanctus) y, por tanto, inviolable, el templo es, entonces,
un lugar sagrado y apartado de toda indiscreción profana.
Los primeros constructores de templos fueron los egipcios, después los hebreos, luego los judíos, griegos y finalmente los romanos. Los hebreos llamaron al templo "BETH", que significa "casa", llamándolo después 'BETHOID" que significa la casa de la divinidad". Los judíos imitaron prácticas egipcias para orientarse en sus ideas y costumbres religiosas cuando construyeron sus templos. Inicialmente los templos eran construcciones cuadrangulares divididas en dos compartimientos, siendo los romanos quienes le agregan un compartimiento más, conocido ahora como la Sacristía.
L
F É N I X
42
Si bien es cierto que la masonería actual proviene de diversas corrientes esotéricas de Occidente y de las adaptaciones de los antiguos rituales operativos durante el siglo XVIII, sin embargo, su origen real se remonta mucho más lejos en el tiempo. Según constan en los propios documentos masónicos, hay que buscar el origen de la masonería en la construcción del Templo de Jerusalén, el de Salomón. Se dice que Salomón escribió el Cantar de los Cantares al mismo tiempo que se edificaba el Templo, hablando en dicho poema en realidad de las nupcias entre el Alma y el Espíritu (entre el "YO" y el "Sí mismo"). El templo de Jerusalén expresa arquitectónicamente esas misma nupcias, esa hierogamia o matrimonio sagrado entre la Tierra y el Cielo, pues su construcción se realizó conforme al modelo cósmico, según el cual el modelo terrestre aparece como el reflejo del mundo celeste y en íntima comunión con él; geométricamente esa unión se expresa mediante dos triángulos entrelazados, el uno siendo reflejo del otro, figura que es conocida precisamente como "Sello de Salomón" o "Estrella de David", El rey sabio no habla sino de lo que acontece en el corazón del hombre (sede simbólica de su templo interior); cuando éste se reconoce a sí mismo en lo universal se verifica la esencia misma de la masonería, que actualiza permanentemente su contenido espiritual a través de los ritos y símbolos.
Es así como la Masonería Simbólica fundamenta su labor docente a través de los símbolos y a partir de aquellos que físicamente adornan el Templo promueve el estudio y la acción transformadora de sus miembros, en su formidable obra inmaterial, axiológica y espiritual. Los símbolos que ornamentan este lugar consagrado al hombre y a su relación con la obra del Gran Arquitecto del Universo son motivo de la indagación intelectual de sus miembros, desde el momento en que se nos confiere el privilegio de la Iniciación, siendo conducidos al estudio de la
F É N I X
43
significación esotérica y exotérica de todo aquello que se presenta ante nuestros ojos: las herramientas de cada grado, el ara, el libro, el pavimento mosaico, las columnas del pórtico, la cadena, la bóveda celestial, las luces de los sitiales, en fin. Todos ellos nos sugieren un conjunto de posibilidades, que estimulan el estudio, la reflexión y la más intensa vivencia espiritual. Salomón recurrió a quienes conocían perfectamente las leyes en clave geométrica del Alma del Mundo (la cosmogonía) y eran poseedores, por tanto, de las técnicas constructivas necesarias para expresarlas lo más exactamente posible. Esos conocimientos se aplicaron en la construcción del Templo, reproduciendo en sus estructuras simbólicas los diferentes planos o niveles del Cosmos, incluidos en el mobiliario y la decoración, pues como decía Flavio Josefo, en sus Antigüedades Judaicas: "La razón de ser de cada uno de los objetos del templo es recordar y representar el Cosmos".
El templo de la libertad política y religiosa de un pueblo, no podrá ser determinado, a no ser que un espíritu de viril
independencia contribuya al trabajo de los patriotas y les asegure el omnipotente apoyo de la verdad.
Cada masón esparcido por la superficie de la tierra, es un
espíritu de viril independencia.
Los alimentos espirituales del masón son: la abnegación, el sacrificio y el heroísmo, trilogía que lleva grabado en lo más
profundo de su corazón.
LOS ESENIOS Y SU
RELACIÓN CON LA
MASONERÍA MODERNA
Efinitivamente, cuando se
curiosea por las sectas
antiguas, no deja de llamar
la atención la de los Esenios, por
que en la Biblia, como en la
historia sagrada se les menciona
de forma tal que no sorprende la
similitud de su forma muy
particular de vivir, como las
coincidencias guardadas ente su
doctrina filosófica y la que
predicó Cristo.
Así pues, llegamos a detectar la
similitud entre la iniciación Esenia
y la del primer grado de aprendiz
en el rito masónico moderno,
como también algunos gestos y
actitudes como formas de
comportamiento dentro de la
logia. Por todo ello llama la
atención todo lo referente a esta
secta, razón por la cual se trata
de resumir todo lo que a estos
D
F É N I X
44
personajes históricos se ha
recabado.
Los Esenios fueron en tiempos
muy remotos una secta que a
todas luces guarda una relación
muy estrecha con la Masonería
moderna. Ellos vivían
normalmente segregados en
colonias, pero muy unidos entre
sí por lazos comunes. Los
productos de su trabajo eran
utilizados para adquisición de
bienes satisfactores comunes,
practicaban una especie de
comunismo primitivo. Cuando
por necesidades propias de la
secta tenían que viajar, se
hospedaban en asilos que para tal menester tenía la hermandad.
Para evitar que impostores se
trataran de infiltrar, tenían ciertos
signos y palabras clave para
reconocerse entre ellos. Si algún
hombre solicitaba ser admitido e
iniciado entre ellos, se le sometía
a tres años de pruebas; si
lograba superarlas, se le hacia
jurar servir a Dios fielmente, ser
justos con sus semejantes,
buscar, amar y defender la
verdad, así también perder la
vida antes que llegar a revelar a
nadie ajeno a la secta, los
secretos de la misma.
Después de todo este proceso
previo a la iniciación, se
entregaba al neófito un martillo y
un mandil blanco, siendo desde
este momento considerado un
miembro más de la sociedad
Esenia. Un día a la semana,
previamente fijado, los individuos pertenecientes a cada comunidad
se reunían a escuchar a sus jefes,
sentándose por estricto orden de
antigüedad dentro de la orden.
Acostumbraban tener la mano
derecha colocada sobre la
parte superior del esternón y la
barbilla. En este punto cabe
hacer la observación respecto a
la similitud guardada entre lo
descrito y lo practicado
actualmente.
Tenían estrictamente velado el
utilizar esclavos, dicha costumbre
la consideraban contra natura.
Eran conocidos en Egipto y
Judea, algunos investigadores
creen que a su vez provenían de
otra más antigua, denominada
los HASIDEANOS, los cuales eran
conocidos desde que el Rey
Salomón construyo el Templo. Al
ser invadida Judea y destruido su
famoso Templo a la muerte del
sabio, huyeron a las montañas
donde lograron esconderse y
perduran a través de los años sus enseñanzas secretas. Sus doctrinas
consistían en permanecer fieles
F É N I X
45
al menor compromiso, no hacer
daño a nadie, huir de los
mentirosos, ayudar a los justos,
comunicarse entre ellos sus
enseñanzas sin efectuar la más
mínima alteración, no revelar a
extraños a la secta sus secretos
aunque fueran amenazados por
ello. Enseñaban el amor a Dios,
siendo ellos humanos y virtuosos.
Algunos historiadores señalan
que miembros de esta secta lo
fueron, Jesús, Juan el Bautista y
San Pablo, siendo estos a su vez,
principalmente Jesús, fundadores
de nuevas sociedades que
durante las guerras contra los
pueblos invasores del norte,
tanto en la Galia como en Italia
supieron conservar sin alteración
y con toda su pureza las bases
sobre las que descansan los
actuales principios masónicos.
Josefo en sus escritos dice que
los Esenios provenían de la secta
mejor conocida como los
Hasideos, existentes en la época
de la construcción del Templo se
Salomón, cuyo cuidado le fue
confiado. Así mismo este
historiador afirma que estaban
organizados en colonias
independientes entre si, siendo
característico el más riguroso
celibato. Josefo refiere que al
terminar la jornada de trabajo
diario, se ponían mandiles de
tela de lino, hacían una ablución
de agua fría y se dirigían a un
lugar de reunión donde solo se
admitían iniciados, comenzaban
su comida en absoluto silencio.
Al terminar se quitaban el
mandil, prenda considerada
como sagrada, reemprendían
sus labores hasta que de nuevo
se reunían para la cena.
Este historiador nos da a conocer
ampliamente los procesos de
iniciación Esenia. Nos dice que si
algún extraño solicitaba su
ingreso, se le sometía a un año
de noviciado, durante ese
tiempo se sujetaba a las mismas
reglas de los demás, aunque no
tenia acceso a las habitaciones,
se le daba un martillo y un traje
blanco con el mandil antes
señalado, si el solicitante no
mostraba atributos suficientes se
alargaba su ingreso definitivo dos
años más donde debía mostrar
sus aptitudes y templanza
suficiente, tras lo cual se
F É N I X
46
examinaban sus sentimientos y
en caso de que después de
tantas trabas el novicio salía a
delante se le procedía a iniciar y
así después se le admitía como
un miembro más.
Antes de permitírsele tomar lugar
en la mesa debía hacer el
juramento de servir a Dios, ser
justo con sus semejantes,
respetar sin violar sus promesas,
debía amar y defender la
verdad, no revelar bajo pena de
muerte los conocimientos que le
fueran otorgados. Sus doctrinas
originadas en los misterios
egipcios estaban protegidas del
mundo profano por símbolos y
palabras secretas, aunque los
esenios en un altísimo porcentaje
eran judíos, admitían a creyentes
de otras religiones. Filón asegura
que dicha secta creció de tal
manera que se extendió por
todos los confines de la tierra.
Este mismo autor dice que los
miembros de esta secta
establecidos en Egipto se les
conocían como los “Terapeutas
o Contemplativos”. El séptimo
día de cada semana, todos los
afiliados ocupaban el puesto
que les correspondía por orden
de rigurosa antigüedad y se
sentaban teniendo la mano
derecha sobre el pecho debajo
de la barba. En esta posición
escuchaban los discursos de sus
guías. Todos guardaban
respetuoso silencio y atendían
las disertaciones siempre sabias y
razonadas. Los escritores señalan
que los Terapeutas no se servían
de esclavos, dicen que eran sus
excelsas doctrinas morales las
que así los hacían actuar. Los
Esenios sostenían que Dios había
hecho libres a todos los hombres,
por lo que someter a esclavitud a
un ser humano iba contra su
sagrada voluntad, de ahí toma
fuerza el dogma de la
redención que Jesús diera tanto
énfasis en sus principios, que
tiempo después le permitiera
triunfar al cristianismo.
Existe contradicción en los
diversos historiadores que
abordan el tema de esta secta,
resulta que algunos señalan que
si algún profano estaba casado
y después deseaba ingresar a la
orden, si lograba superar todas
las pruebas y era aceptado, se
le permitía participar en todas las
actividades, más no así vivir
dentro de la comunidad, por lo
cual estos lo hacían en
alojamientos cercanos en
compañía de sus familias, dándosele el nombre de tolerados.
Existían los adoptados y eran los
huérfanos y desamparados que
eran educados por los Esenios,
siendo éstos seres quienes, al
lograr la mayoría de edad y si así
era su voluntad, eran admitidos
como formalmente iniciados y
como miembros auténticos y
reconocidos por la hermandad.
F É N I X
47
INSTRUCCIÓN Y
SIMBOLISMO DEL GRADO
DE APRENDIZ Introducción a la francmasonería
V:. H:. Jaime Ayala Ponce
os masones trabajamos en
la construcción simbólica de
un templo moral, el cual se
consagra a la virtud y al
conocimiento científico, todo ello
desde luego bajo la protección
del G:. A:. D:. U:., y el trabajo del
aprendiz consistirá en desbastar la
piedra bruta, lo que significará en
el terreno práctico el esfuerzo
hecho para dominar nuestras
pasiones con el fin de
perfeccionar el espíritu,
auxiliándoseos para ello en el
mazo y el cincel, para unos
significa: la voluntad y la
perseverancia o tenacidad, para
otros es: la tolerancia y la razón,
todo ello habrá de quitar las
irregularidades de la superficie de
nuestra piedra simbólica, dichas
irregularidades equivalen a las
L
F É N I X
48
asperezas que en nosotros
producen las costumbres viciosas
del mundo profano.
El golpe con los cuales llamamos a
la Puerta del Templo cuando
deseamos tener acceso él,
significan que:
Si llamamos nos serán abiertas las
Puertas del templo.
Que si buscarnos, encontraremos
la verdad, y
Que si pedimos se nos habrá de
dar la luz. Estas son las tres cosas
que como aprendices en los
trabajos de este taller la masonería
nos da.
La logia es una representación lo
más parecida posible al Universo;
por eso caben en ella todos los
hombres sin distinción de posición
social, instrucción intelectual, ni
raza o color. Por ello también en
ellas su bóveda es azul,
representando un cielo estrellado,
cubierto de nubes en algún
ángulo de la misma y aparecen
en el oriente el sol y la luna.
Respecto de las esferas que están
sobre los capiteles de las 2
columnas en algunos ritos
significan o representan dos
granadas entreabiertas, cuyos
granos simbolizan el contacto y
estrecha relación que existe entre
todos los masones de la tierra; y las
esferas celeste y terráquea como
aquí las conocemos corresponden
al primero y siguiente grado o sea
al de compañero. Esa unión entre
los granos de la granada guarda
la misma significación de la
cadena que rodea nuestro
templo.
La letra grabada a la columna
que corresponde a los aprendices
debe recordarles la palabra
sagrada que poseemos y que nos
fue comunicada el día de nuestra
iniciación, con la cual se
designaba una de las columnas
del templo de Salomón.
El pavimento de mosaico
representa la fusión de todas las
razas, lo positivo y lo negativo, la
bondad y la maldad, lo finito y lo
infinito, la acción y la reacción, la
luz y las tinieblas.
F É N I X
49
En algunas logias, las luces del
taller son acompañadas de figuras
decorativas a base de estatuas o
figuras. Las luces del taller son el
Venerable Maestro y los 2
Vigilantes. Del oriente parte la
sabiduría, el conocimiento, la luz,
la cual ilumina lo logia, es
representada por el Venerable;
quien preside los trabajos y tiene
cerca de si una estatua de
Minerva, que simboliza el saber
humano.
En el gobierno de la logia ayuda al
Venerable el Primer Vigilante, que
representa la fuerza, simbolizada
por Hércules, y el Segundo
Vigilante, representante de la
belleza, la cual se simboliza por la
medio de la estatua de Venus
Citerea. De aquí que surjan las tres
columnas morales o simbólicas
que sostienen la logia; sabiduría,
fuerza y belleza.
La escuadra nos ofrece el símbolo
de la rectitud masónica. El
aprendiz la usa como signo y en
cada uno de los pasos de su
marcha, para recordar el deber
que tiene el masón de que sus
actos se ajusten a la rectitud.
La escuadra es la joya simbólica
del Venerable Maestro, el cual es
el más obligado a ser recto e
imparcial en sus juicios y moral en
sus costumbres, para dar ejemplo
a los obreros de la
logia.
El compás que parece ser el
emblema geométrico por
excelencia, tiene en masonería un
símbolo filosófico, basada en la
perfecta solidaridad. En efecto,
siendo el circulo la primera figura
curvilínea plana, cerrada y
perfecta, como el triangulo
equilátero es la primera figura
rectilínea, igualmente perfecta, y
estando el circulo determinado
por la rotación de una de las
plantas del compas alrededor de
la otra como centro,
considerando que éste centro es
el masón, equidistará de todos los
puntos de la circunferencia, que
son los hombres, y como todos
estos puntos tienen las mismas
propiedades, los seres todos que
componen la humanidad tendrán
F É N I X
50
el mismo derecho a las
consideraciones, a la instrucción, a
la caridad y a todos debe llevar el
masón colocado en el centro de
la humanidad, la luz de la verdad,
los beneficios de la ciencia y el
ejemplo de la virtudes. El nivel es la
joya simbólica que adorna al
Primer Vigilante, la igualdad
masónica y la igualdad ante la
ley, base de las democracias y
fundamento de la libertad. El
perpendículo o plomada es el
instrumento que sirve para
determinar la línea vertical. La
plomada simboliza el aplomo que
ha de tener el masón en todas sus
acciones, la gran mesura que
debe de emplear en sus palabras
para hacerse digno de obtener
sabiduría. La plomada constituye
la joya del Segundo Vigilante.
El delta sagrado en cuyo centro
resplandece el nombre del G:. A:.
D:. U:. está constituido por un
triangulo equilátero, porque siendo
esta figura, según hemos dicho, la
primera figura perfecta que puede
formarse con líneas, representa la
perfección y sus lados, los tres
reinos de la naturaleza.
El mallete es el signo de la
autoridad del que lo lleva y a la
vez el mazo simbólico, que, con el
cincel, sirve para desbastar la
piedra bruta, pues esta, según
sabemos, representa la imagen
del alma del profano antes de ser
instruido en los misterios masónicos.
Los altares triangulares algunos
estudiosos consideran que fueron
tomados de los Druidas, entre los
cuales se usaba también la
espada flamígera. La forma de
dichos altares recuerda la
interpretación simbólica del
triangulo y la espada flamígera,
llamada de Belino (el sol) ente los
Druidas, representa, para el
masón, que en la lucha constante
entre los dos principios, el bien y el
mal, existirá siempre para el
segundo el castigo, simbolizado
por el fuego destructor de la
conciencia.
El orden del grado de aprendiz se
llama signo gutural y quiere con el
representar que el masón ha
prometido preferir que se le corte
F É N I X
51
el cuello antes que revelar los
misterios de la orden.
El toque o signo manual aparte de
los golpes con que se llama a las
puertas del templo significa:
admito, acepto y reconozco.
El signo de saludo o pectoral
recuerda el simbolismo de la
escuadra, así como los pasos de la
marcha o signos pedestres
designan que el aprendiz trata de
acercarse por el camino de la perfección, avanzando con lentitud
desde el occidente, donde se
hallan tales tinieblas, hacia el
oriente, foco de donde parte la
luz y lugar del planeta de donde
vinieron la sabiduría y la
civilización.
El signo vocal de aprendiz esta
constituido por la palabra
sagrada, la cual no debe jamás
pronunciar o escribir, debe solo
deletrear y no puede dar palabra
sino en la forma que se le hizo la
comunicación la fecha de su
iniciación.
El aprendiz cobra su salario en la
columna del norte, siendo este
punto donde trabaja, por
representar el lugar de la tierra a
donde llegan oblicuamente los
rayos del sol, produciendo una luz
muy tenue, y donde reina a veces
la penumbra y la oscuridad.
Necesita desarrollar sus estudios
masónicos y acostumbrar la vista
paulatinamente a la acción de la
luz para no deslumbrarse y
aturdirse en presencia de una luz
muy viva, cuya intensidad podría
cegar su inteligencia no estando
dispuesta aún para recibirla.
El numero simbólico del grado de
aprendiz es el numero 3, el cual
esta en perfecta relación con el
toque, batería, marcha, edad,
columnas simbólicas que sostienen
el templo, lados del triangulo, abrazos de reconocimiento, amistad
y consagración, las llamadas del
templo y los toques de mano.
Las interpretaciones simbólicas
correspondientes a la estancia de
los profanos en la cámara de las
perfecciones, de la venda que
cubre los ojos durante la iniciación,
de los viajes que hace, del
despojo de los metales, así como
las respuestas dadas en el
triangulo y que el venerable habrá
de explicar en cuantas
iniciaciones habrá de presenciar, el aprendiz habrá de complementar
su instrucción. Si a esto añadimos
que se deberá estudiar los
deberes y derechos de las
dignidades y oficiales del taller, los
F É N I X
52
reglamentos, etc., con ellos tendrá
más que material para trabajar
como verdadero masón y así
poder salir adelante en las tenidas
de instrucción.
El aprendiz no puede abandonar
dentro del taller el mandil ceñido a
su cintura, como símbolo de
trabajo y emblema de la pureza
por su color. Así también recuerda
al hombre en su estado primitivo y
que se cubría con pieles de gamo
o cordero. Por ello en algunas
logias el mandil de aprendiz
masón es de piel.
“La masonería es
flor deliciosa con
perfume de felicidad
y su fragancia es
embriagadora;
ensimisma a las
almas y las conduce
por la senda del
amor y la
sabiduría”
DEBERES DEL APRENDIZ
MASÓN
os ritos iniciáticos no tienen
ninguna virtud sacramental. El
profano que ha sido recibido
masón, según las formas tradicionales, no
ha adquirido por este solo hecho aquellas
cualidades que distinguen al pensador
ilustrado del hombre grosero e inculto. El
ceremonial de recepción no tiene valor
sino en cuanto importa el primer paso
hacia el desarrollo de un programa que el
Neófito debe cumplir para entrar en
posesión de todas sus facultades. El
aprendiz masón tiene, pues, como primer
deber el de meditar las enseñanzas del
ritual a fin de proceder en conformidad a
ellas. Este es su deber por excelencia, su
L
F É N I X
53
solo deber que abarca todos los demás.
Pero un principiante necesita
prescripciones más precisas. Estas están
comprendidas en el compromiso que
contrajo antes de recibir la Luz: Callar
ante los profanos, buscar la verdad, querer
la justicia, amar a sus hermanos y
someterse a la ley.
Discreción Masónica.- Privarse de
hablar, para limitarse a escuchar, es una
excelente disciplina intelectual cuando se
desea aprender a pensar. Las ideas se
maduran por la meditación silenciosa, que
es una conversación consigo mismo. Las
opiniones razonadas son el resultado de
debates íntimos que se empeñan en el
secreto del pensamiento. “El sabio piensa
mucho y habla poco”. Un masón joven
debe, pues, en general, mostrarse muy
reservado. Le está privado todo
proselitismo intempestivo. No hay peor
error que la verdad mal comprendida.
Hablar para hacerse entender mal es a la
vez peligroso y nocivo. Es preciso, pues,
que siempre nos pongamos al alcance de
los que nos escuchan. Tratar de asombrar
exponiendo ideas atrevidas es
esencialmente antimasónico.
El Secreto.- Un masón debe abstenerse de
divulgar todo aquello que pueda
perjudicar a la Francmasonería o a sus
miembros. Todos los miembros de la
Orden están solidarizados por un formal
contrato de reciprocidad. Tienen
obligaciones los unos para con los otros y
para cumplirlas es indispensable que se
puedan distinguir de los profanos.
La Tolerancia.- Es siempre presuntuoso
convertirse en juez de una opinión,
cualquiera que ella sea. Todas las maneras
de ver divergentes son igualmente
respetables cuando emanan de personas
sinceras. Ellas expresan la verdad bajo los
diferentes aspectos que puede tener en
razón de los múltiples puntos de vista de
que es susceptible de ser considerada. Se
encuentra, pues, una parte de la verdad en
todas las opiniones. Nadie está en el error
absoluto y nadie, por otra parte, puede
enorgullecerse de poseer la verdad
perfecta. “Seamos, pues, indulgentes y no
pidamos a los demás que vean las cosas
como nosotros mismos”.
Investigación de la Verdad.- La
Francmasonería se distingue de las
iglesias en que no pretende absolutamente
estar en posesión de la verdad. Las
enseñanzas masónicas no envuelven
dogmas ni credo de ninguna especie. Cada
masón está llamado a construir por sí
mismo el edificio de sus propias
convicciones. Con este propósito se ha
iniciado en la práctica del Arte del
Pensamiento. Este arte se ejecuta en
materiales que es preciso desbastar. En
otros términos: se trata de eliminar los
errores que desfiguran la verdad, la verdad
está en todas partes, pero oculta. Ella pide
ser extraída de todo lo que parece falso o
supersticioso.
Realización.- Si la Francmasonería se
dedicara sólo a la especulación pura se
quedaría en el dominio abstracto, sin
compartir los males que acosan a la
humanidad. Estos males tienen su
repercusión sensible en el corazón de todo
hombre generoso. El iniciado, en
consecuencia, no se aísla del mundo, se
guarda bien de imitar a los místicos
egoístas que buscan la perfección lejos del
contacto de la corrupción general, mucho
menos comparte la indiferencia de los
satisfechos que sólo tienden a gozar los
favores acordados a unos pocos. El
hombre de corazón se siente herido por
toda iniquidad, aun cuando no sea él una
víctima directa.
F É N I X
54
Fraternidad entre los Iniciados.- La
fuerza de una asociación reside
esencialmente en la cohesión de sus
miembros. Mientras más unidos, más
potentes son. En masonería la unión no es
el efecto de una disciplina impuesta: esa
unión no puede nacer sino del afecto que
experimentan los iniciados entre sí. Es,
por lo tanto, de la más alta importancia
estrechar por todos los medios los lazos
que unen a los masones. Antes que nada
es necesario verse, a fin de conocerse,
apreciarse y estimarse. Deben, pues,
seguirse con la mayor asiduidad todas las
reuniones masónicas. Hay que tratar de
merecer la simpatía de cada uno de los
hermanos y, por otra parte, se deberá ser
indulgente con los defectos de los otros.
El hombre es siempre imperfecto. No hay
que detenerse en las debilidades de los
demás; apreciemos las cualidades de
nuestros colaboradores y pasemos la plana
sobre imperfecciones de las piedras que
debe unir indisolublemente el cemento de
la más franca amistad.
Respeto a la Ley.- Por sobre las leyes
convencionales hay una ley ideal, escrita
en el corazón de los hombres de bien. A
esta Regla Soberana es a la que el iniciado
se somete sin reserva. En cuanto a las
leyes positivas, por imperfectas que sean,
no son menos respetables. Ellas
constituyen el elemento fundamental de
toda civilización, nos dan garantías contra
las arbitrariedades, aseguran el orden y se
imponen como una sanción necesaria del
pacto social. Un Iniciado se somete, pues
a las leyes aun cuando fueran injustas. El
se inclina ante la voluntad general aunque
ésta esté equivocada. Sócrates prefirió
beber la cicuta antes que sustraerse a la
sentencia legal, pero inicua que lo
humillaba. Robespierre cayó rehusando
llamar al pueblo a la revuelta. Son éstos
grandes ejemplos.
F É N I X
55