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    Kazdin, A. E. (1994). "Modificacin de la conducta y su aplicacin prcticas". Capitulo Introductorio, pags. 3-27. Ed. El manualmoderno S. I. Mxico.

    INTRODUCCIN

    Los procedimientos que uno emplea para el tratamiento psicolgico, rehabilitacin, educacin uorientacin, dependen en gran parte de la visin de la naturaleza humana a la que uno se adhiera.Las estrategias del tratamiento vienen directamente de presuposiciones y concepciones de laconducta normal y anormal, del desarrollo de la personalidad y de la motivacin humana. Dada laconducta de un individuo en particular que ha sido referido para un tratamiento o que reside en unambiente institucional, se pueden dar bastantes y diferentes interpretaciones, inferencias ysuposiciones sobre los eventos del pasado o del presente que explican la conducta y lo que senecesita hacer para efectuar el cambio teraputico. La modificacin de la conducta puede entendersepor completo slo al presentar las diferencias que existen entre los conceptos conductuales y lostradicionales del hombre.

    ENFOQUE ACERCA DE LA PERSONALIDAD Y LA CONDUCTA

    Aunque hay una mirada de concepciones sobre la personalidad y la conducta (Hall y Lindzey, 1970),

    se pueden agrupar de acuerdo a si se considera bsicamente la conducta como un producto o comoatributos de la personalidad que son inherentes al individuo o a los determinantes ambientalesexternos. Desde luego, tal dicotoma no es completamente exacta, pero s representa los diferentesnfasis de las posiciones intrapsquicas y conductuales (c.f. Mischel, 1971).

    Enfoque intrapsquico

    Tradicionalmente, muchos tericos han considerado a la personalidad como una variedad de fuerzaspsquicas dentro del individuo, incluyendo: tendencias, necesidades, motivos y rasgos de lapersonalidad. La conducta normal representa una expresin socialmente aceptable de fuerzasintrapsquicas o del desarrollo de los rasgos socialmente apropiados. Por otro lado, la conducta

    anormal refleja un proceso de disfuncin o enfermedad en la personalidad o el desarrollo de rasgosmal adaptativos. Se considera que los procesos psicolgicos mal adaptativos explican la conductaanormal.

    Se puede considerar el punto de vista tradicional como un enfoque intrapsquico debido al papelatribuido a las fuerzas psicolgicas dentro del individuo que impulsan la conducta. Las variacionesdentro del modelo intrapsquico resultan de un nfasis sobre las diferentes fuerzas psicolgicas o delos motivos como determinantes de la conducta. Se describirn brevemente dos versiones principalesdel enfoque. Estos dos puntos de vista se conocen como el modelo mdico o de enfermedad y lateora de los rasgos.

    El modelo mdico: Una versin principal del enfoque intrapsquico es tratada comomodelo mdicoo de enfermedad, porque es anloga a la consideracin de la enfermedad a que se apega la prcticade la medicina. En sta, las condiciones internas del individuo (por ejemplo, bacterias, virus, lesiones,enfermedad, disfunciones de un rgano) explican los sntomas (por ejemplo, fiebre, infeccin,incomodidad). A pesar de lo dolorosos que puedan ser los sntomas no son el verdadero problema,o sea, la enfermedad o condicin anormal que interfiere con el funcionamiento normal. Es insuficientetratar al sntoma por s solo ya que la condicin subyacente, que est causando el problema, tieneque ser remediada.

    La proyeccin de la analoga de la medicina a la psicologa, ha llevado a un inters hacia lassupuestas causas internas motivacionales de las conductas, ms que hacia la conducta en s. Se

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    considera que la conducta refleja razones bsicas e importantes que conforman la personalidad. Unaconducta del individuo es peculiar o enferma debido a algn defecto subyacente a la personalidad.

    Aunque es obvio que el modelo mdico ha sido til para las dolencias fsicas, su proyeccin en eltratamiento de los problemas en la psicoterapia, educacin, orientacin y rehabilitacin conductual hasido decepcionante.

    La teora de la personalidad psicoanaltica de Sigmund Freud (1856-1939) contribuy grandemente

    para la adhesin al modelo mdico, al destacar que las conductas pueden rastrearse hasta llegar alas tendencias psicolgicas subyacentes. El explic, virtualmente todas las conductas, al referirse amanifestaciones de los procesos inconscientes de la personalidad. El querer entender la conductarequera de un cuidadoso escrutinio de la personalidad para as determinar el significado de laconducta, o sea, qu motivos representa la conducta. Se estim que los procesos psicolgicos y losmotivos detrs de la conducta existan en el individuo. Al esquema freudiano se le consider como upunto de vista psicodinmico. La dinmica se refiere a una rama de la mecnica, en donde losfenmenos se explican refirindose a las fuerzas de energa y a su relacin con el movimiento,crecimiento y al cambio en la materia fsica. El punto de vista dinmico de la personalidad de Freud,describe a la conducta segn las energas psicolgicas o fuerzas motivadoras, tendencias e impulsosy su interrelacin. El crecimiento y el desarrollo psicolgico, se dice que son derivados de losimpulsos psicolgicos y de su expresin en las diferentes etapas en el inicio del desarrollo del nio.

    Se considera, que diversas conductas pueden derivarse de la expresin de unas cuantas fuerzaspsicolgicas, a quienes deben su origen.

    Freud estableci tres estructuras en la personalidad: el id, que alberga los instintos y proporciona lafuente de la energa psquica (libido) para todos los procesos psicolgicos y la conducta; el ego, queinteracta con las demandas de la realidad al satisfacer los deseos instintivos; y el superego, querepresenta la internalizacin de los estndares sociales y paternales y los ideales de la conducta.Estas estructuras operan en conflicto constante. Cada estructura de la personalidad contribuye paradeterminar si se expresar un impulso, y cundo y de qu forma ser, precisamente, expresado. Laexpresin de la energa psquica puede derivarse de diferentes fuentes de gratificacin instintivadurante el desarrollo del nio. Freud deline las etapas del desarrollo psicosexual por las que todo elmundo pasa. En cada etapa, la fuente del placer o gratificacin instintiva se asocia con diferentes

    reas y funciones del cuerpo. Conforme el nio se desarrolla, la expresin de la energa psquicainvariablemente lleva a conflictos con la realidad y dentro de las estructuras de la personalidad. Lasreacciones de ansiedad, los mecanismos de defensa y las formas de alternativas de comportarse,resultan de los instintos que no consiguen expresin directa e inmediata. Los impulsos, como laatraccin hacia el padre del sexo opuesto, pueden no resolverse y traer como consecuencia untrastorno en el desarrollo normal de la personalidad. La conducta normal se desarrolla partiendo de laexpresin de los impulsos, deseos y anhelos en las formas socialmente apropiadas. La conductaanormal, segn el esquema del psicoanlisis, se atribuye al mal desarrollo de la personalidad, y lainterrupcin del desenvolvimiento normal y de la expresin de las tendencias y de las necesidades, ysu gratificacin. Las tendencias psicolgicas pueden bloquearse o no lograr una expresin demaneras socialmente apropiadas. Sin embargo, las tendencias y los conflictos no resueltos puedenencontrar expresin en sntomas psicolgicos o conductas aberrantes.

    Se han recopilado crticas en contra de la posicin freudiana, incluyendo a la dificultad de verificar,cientficamente, muchas de sus proposiciones, inconsistencias dentro de la misma teora y de susprocedimientos teraputicos derivados de la teora y la falta de apoyo emprico en muchas reas (porejemplo, aspectos del desarrollo infantil) donde se ha conducido la investigacin relevante (c.f. Stuart,1970). Se han hecho revisiones y contribuciones adicionales a la teora de Freud que dan un papelms importante a los determinantes ambientales (Hall y Lindzey, 1970). Sin embargo, para nuestrospropsitos slo importa tomar en cuenta la orientacin tradicional hacia la conducta, que no ha sidoalterada radicalmente por los seguidores y que han suplantado los puntos de vista de Freud.

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    La teora de los rasgos: el esquema freudiano no es la nica posicin intrapsquica. La teora de losrasgos tambin propone estructuras subyacentes de la personalidad que explican la conducta(Mischel, 1971). Los rasgos se refieren a las formas de conducta relativamente constantes quedistinguen a un individuo de otro. Los rasgos se infieren de las conductas que parecen persistir atravs del tiempo y de diversas situaciones. Aunque diferentes tericos de los rasgos no estn deacuerdo con los rasgos que explican mejor la conducta, todos se apegan a la nocin de que haypatrones conductuales que son consistentes y estos patrones son expresiones o seales de los

    rasgos subyacentes. La alusin a un rasgo es virtualmente familiar a todo el mundo. En la vidacotidiana la gente menciona frecuentemente rasgos como: agresin, amabilidad, descuido,autoritarismo, sumisin, honestidad, flojera y otros ms que explican la conducta.

    Cuando los rasgos se emplean como etiquetas breves para caracterizar aparentes patrones deconducta, pueden ser bastante tiles. Por ejemplo, si a una persona se le considera muy amable(tiene el rasgo de la amabilidad), esto puede ser til al describir que tal individuo, de hecho, secomporta o se ha comportado en tal forma. Sin embargo, los rasgos se usan frecuentemente paraexplicar la conducta. Es inadecuado usar los rasgos como explicaciones de la conducta por lo menospor tres razones:

    Primera, los rasgos se deducen de la conducta. Una persona que se comporta agresivamente se

    considera que tiene el rasgo agresin. El rasgo que ha sido inferido de la conducta es utilizado paraexplicar la conducta. Por ejemplo, la razn por la que una persona acta agresivamente se atribuye asu rasgo agresin. No obstante, cmo es que uno sabe que hay un rasgo de agresin sin inferirlode la conducta? La explicacin de la conducta y de los rasgos es circular. Para que tenga sentido, laexistencia de los rasgos tendra que determinarse independientemente de las conductas quesupuestamente explican. Una posible refutacin a esta objecin es que los rasgos no se deducen deuna sola conducta realizada en una situacin, sino de diferentes conductas ejecutadas en unavariedad de situaciones. La conducta de individuos con varios rasgos o con una gran cantidad de unrasgo dado es consistente a travs de varias situaciones y del tiempo. Este punto de vista nos lleva ala segunda crtica de los rasgos como explicacin de la conducta.

    Como un segundo punto, la evidencia que sugiere que los individuos no siempre se comportan

    consistentemente a travs de una variedad de situaciones y del tiempo, como podra predecirsedesde una posicin de los rasgos (Mischel, 1968). Tambin las diferentes conductas que se cree seacercan a un rasgo general, no estn a menudo altamente correlacionadas. Por ejemplo, se puedeclasificar a un individuo como honesto o que tiene el rasgo de la honestidad. No obstante, hayevidencia que revela que varias conductas que pudieran aproximarse a tal rasgo de la personalidad,no se realizan constantemente. Un individuo que acta honestamente en una situacin, puede nohacerlo en otra situacin. De igual manera, una persona puede ejecutar una conducta que se creerefleja el rasgo de dependencia, pero no ejecutar otras conductas consideradas como pertenecientesal mismo rasgo. Una gran cantidad de conducta es especfica a las situaciones. Conforme stascambian las respuestas de una persona cambian tambin. Por ejemplo, los nios muestran diferentesmodelos de conducta agresiva (Bandura y Walters, 1959) y de conducta social (Redd, 1969)dependiendo de la persona con la que estn interactuando. Aparentemente falta la consistencia

    requerida en la conducta para apoyar una teora del rasgo de la personalidad. La consistencia que unindividuo percibe en la conducta de alguien, parece venir de los conceptos del que percibe ms quede la persona que l observa (Dornbusch, Hastorf, Richardson, Muzzy y Vreeland, 1965).

    Una tercera crtica a la explicacin de los rasgos de la conducta, es que las condiciones antecedentesque explican los rasgos no estn explicados. Si los rasgos explican la conducta qu es lo queexplica los rasgos? cmo se originan stos? Skinner (1953) ha puntualizado que no se explica unaconducta relacionndola con un rasgo subyacente o estado mental hasta que se ha explicado elrasgo o el estado. El se refiere a conceptos primordiales que se usan para explicar de esta forma laconducta como ficciones explicatorios o pasos mentales intermedios. En lugar de dar una relacin

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    completa de la conducta, la explicacin del rasgo slo se regresa parcialmente dentro de la cadenacausal de la conducta. Muy a menudo atribuir la conducta a un rasgo parece proporcionar unaexplicacin de la primera. No obstante, debido a que los mismos rasgos no estn aclarados, no se daninguna verdadera explicacin.

    A pesar de las crticas hacia las teoras psicoanalticas y del rasgo (dos versiones populares de elmodelo instrapsquico), el modelo ha persistido en alguna forma como el punto de vista orientador de

    la salud mental y la educacin. Virtualmente, el modelo abarca todos los aspectos del saber clnico,incluyendo la evaluacin psicolgica, el diagnstico y el tratamiento de los problemas psicolgicos.

    Evaluacin y diagnstico: el modelo instrapsquico ha influido fuertemente en la evaluacinpsicolgica y el diagnstico de los desrdenes conductuales. Debido a que se supone que la gentetiene motivos o rasgos psicolgicos subyacentes que explican su comportamiento, se ha hechonfasis en evaluar la personalidad subyacente ms que a observar la conducta en forma directa. Laevaluacin se centra, entonces, en los mviles subyacentes que se supone explican la conducta. Laconducta abierta, que pudo haber hecho que el paciente buscara tratamiento o fuera internado, no esde gran inters. Por ejemplo, un individuo puede buscar terapia para vencer la ansiedad que surge ensituaciones sociales. Sin embargo, no se analizarn las situaciones especficas que parecenprecipitar la ansiedad. La evaluacin se interesa por la psicodinmica o rasgos del paciente. Por

    medio de la evaluacin psicodinmica el psiclogo trata de dar descripciones globales de lapersonalidad para reconstruir el desarrollo psicolgico del individuo y determinar la forma en que lapersona reaccion a los impulsos psicolgicos (por ejemplo, sexo y agresin) en su pasado, qudefensas mecnicas ha desarrollado y cules rasgos caractersticos y bsicos o defectos psquicosexplican la conducta. Se cree que una vez que estos procesos psicolgicos han sido revelados, serevidente el origen del problema conductual.

    Las pruebas proyectivas ejemplifican las herramientas de diagnstico de la evaluacin tradicional dela personalidad. Estas pruebas tratan de evaluar indirectamente la personalidad a travs deconductas tales como las reacciones a las manchas de tinta, historias creativas en respuesta aestmulos ambiguos, asociaciones libres u otras tareas no estructuradas. Las pruebas proyectivasproporcionan al paciente una situacin ambigua a la que l o ella deben dar significado y estructura.

    Se consideran las respuestas como signos que revelan la estructura de la personalidad, lapsicodinmica y la motivacin inconsciente. Las conclusiones se hacen al interpretar el significado delos signos conductuales y deduciendo los procesos subyacentes. La interpretacin de estas pruebasrequiere de juicio clnico para extraer el significado de las respuestas. Ha habido serias crticasacerca de la confiabilidad y validez de estas interpretaciones que predicen la conducta (Lanyon yGoodstein, 1971). Los individuos que interpretan las pruebas, a menudo no estn de acuerdo con losprocesos psicolgicos o con los desrdenes atribuidos a la respuesta de la prueba. En base a esto ya otras razones, se ha puesto en tela de juicio la utilidad general de las pruebas proyectivas (Mischel,1968, 1971; Peterson, 1968).

    Adems de las pruebas proyectivas hay una pltora de pruebas psicolgicas y de inventarios queevalan los aspectos de la personalidad, carcter, rasgos, necesidades psicolgicas, dficit o

    defectos del paciente (por ejemplo, pruebas de la ansiedad, de tendencias paranoicas, deextroversin, de impulsividad, de dao enceflico y de inteligencia).

    Una caracterstica importante de la evaluacin tradicional es que el paciente al que se examina se lealeja temporalmente de la situacin donde sucede su conducta mal adaptada. De esta forma puedeque el examinador nunca observe, en la situacin de prueba, las conductas de la vida realcaractersticas del paciente. Adems, la situacin misma que se examina o el individuo queadministra la prueba pueden influir en la conducta (Masling, 1960). Por supuesto, como la evaluacintradicional est interesada en los patrones de la personalidad, ms que en las conductas que sesiguen de ellos, se supone que la personalidad dicta el patrn de respuesta a travs de todas las

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    situaciones. Como antes se mencion, hay pocas pruebas de la existencia de rasgos de lapersonalidad a las que se les pueda atribuir ejecuciones consistentes en diversas situaciones(Mischel, 1968). De cualquier modo, las pruebas aplicadas intentaron dar un perfil de los rasgos o undiagnstico de las reas problema en la personalidad o en el desarrollo psicolgico. Dentro del usoclnico, el propsito de tales pruebas es comprender la conducta y describir o diagnosticar lapersonalidad.

    Una tarea principal del diagnstico es asignar una clasificacin a un individuo que implique lacondicin subyacente o al defecto responsable del problema conductual. Las clasificaciones incluyenesquizofrenia, neurosis, retraso mental, deficiencias del aprendizaje, dao enceflico,hiperactividad, perturbaciones emocionales y bastantes otras que delinearn el problemaemocional o la deficiencia inherente, el defecto o la enfermedad. El enfoque principal se ha puesto enla indentificacin de las perturbaciones y en los patrones de los sntomas que van aunados. Una vezque se han delineado claramente las perturbaciones, se espera que la etiologa de la enfermedad sedescubrir ms prontamente. La lgica es que si la causa puede ser descubierta, el conocimiento deltratamiento y el pronstico del desorden le seguirn.

    Los propsitos del diagnstico son describir el problema que se presenta, identificar las condicionesrelacionadas a su ocurrencia, sugerir un plan teraputico para alterar el problema y predecir el

    resultado del tratamiento (Stuart, 1970). Estos propsitos se han cumplido con muchasirregularidades en medicina. Sin embargo, hay varios problemas al extrapolar el procedimiento deldiagnstico tradicional a los problemas de conducta. El uso del diagnstico tradicional en lapsiquiatra se ha recibido con gran desilusin (Kanfer y Saslow, 1969; Zigler y Phillips, 1961). Amenudo hay poca concordancia entre los profesionales que independientemente asignan pacientesen categoras diagnsticas (por ejemplo, Schmidt y Fonda, 1956). Tambin hay grandes diferenciasen la conducta de las personas adscritas al mismo diagnstico, as como conductas semejantes enindividuos con diagnstico diferente. El diagnstico de una persona parece proporcionar pocainformacin ms all de la sintomatologa que ya se conoca, cuando se hizo el diagnstico.Especficamente, se da poca informacin acerca de la etiologa, de la seleccin del tratamiento y delpronstico, que deberan de ser ventajas importantes del uso del diagnstico y de la clasificacin(Kanfer y Saslow, 1969; Zigler y Phillips, 1961).

    Tratamiento: Uno podra esperar que una vez que se han completado la evaluacin y el diagnstico,la informacin obtenida sera til en el tratamiento del paciente. Sin embargo, ste no es el caso. Laevaluacin tradicional se usa mnimamente o la hacen a un lado por completo los clnicos que dirigenla terapia (por ejemplo, Meehl, 1960; Rogers, 1951). La evaluacin de la personalidad subyacenteproporciona poca informacin que pueda utilizarse para el tratamiento (Peterson, 1968) o parapropsitos educativos (Blanco, 1970; Hewett, 1968). El fracaso al relacionar la evaluacin y eldiagnstico con el tratamiento ha sido una gran preocupacin para los psiclogos (Arthur, 1969;Goldfried y Pomeranz, 1968; Kanfer y Phillips, 1969).

    El modelo mdico ha tenido relativamente pocas recomendaciones en cuanto al tratamiento paraindividuos cuyo comportamiento ha sido clasificado como anormal en alguna forma. Los tratamientos

    psicolgicos basados en el modelo mdico no han avanzado tanto como lo han hecho lostratamientos mdicos para las perturbaciones fsicas. No obstante, est implcita la promesa para untratamiento efectivo al desarrollarse hospitales psiquitricos, casa para la salud mental y clnicas parapacientes externos, y otras facilidades proporcionadas siguiendo el tratamiento mdico. La eficaciadel tratamiento para psicticos, neurticos, socipatas, retardados, delincuentes, niosemocionalmente perturbados y para otros ha sido seriamente puesto en tela de juicio en los ltimosaos (Dunn, 1971; Eysenck, 1966; Fairweather y Simon, 1963; Levitt, 1971; Paul, 1969a). Se puedenproporcionar pocos tratamientos con eficacia demostrada. La psicoterapia u orientacin individual ode grupo que se lleva a cabo en una situacin de paciente externo o interno, se considera como unaestrategia de tratamiento general para pacientes, independientemente de los problemas de la

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    personalidad o del diagnstico (London, 1964; Stuart, 1970). Ya en la prctica, dependiendo de laorientacin del terapeuta, se le pide al paciente que recibe psicoterapia que relate aspectos de susexperiencias al terapeuta para sacar a la luz la personalidad subyacente. La terapia puede progresarslo cuando los aspectos subyacentes de la personalidad son revelados y alterados.

    Para muchos individuos, el tratamiento puede estar aun relacionado con efectos nocivos. Porejemplo, la psicoterapia con diferentes tipos de pacientes (Bergin, 1971), y el cuidado institucional

    para los pacientes psiquitricos (Goffman, 1961; Scheff, 1966) y los retardados (Kaufman, 1967),algunas veces son asociados con decrementos en las conductas adaptativas. El tratamiento basadoen el modelo mdico requiere que los pacientes psiquitricos y los residentes abandonen muchas desus responsabilidades personales y pierdan ciertos derechos que hacen que la separacin con lasociedad sea mayor que con la sola presencia de las conductas desviadas. La institucin fomenta ladependencia y la falta de autosuficiencia que puede disminuir el subsiguiente ajuste del individuo a lacomunidad. El estigma, resultante de la institucionalizacin, asegura que el ajuste posterior a lahospitalizacin ser difcil en la escuela, el hogar o en la comunidad.

    El modelo psicodinmico supone que las conductas problemticas no pueden en s tratarse, puestoque slo son sntomas del problema subyacente. Si el tratamiento se enfoca hacia las conductasexistentes, el individuo no se curar. Aun, si se cambiara la conducta sin tratar el desorden

    subyacente, otro sntoma podra substituir a la conducta problemtica. A esta nocin se le conocecomo substitucin de sntomas. La substitucin de sntomas se predice mediante el modelodinmico porque el impulso, la tendencia, el conflicto psicolgico o dficit expresados en el sntomapueden an buscar expresin y producir sntomas nuevos. La curacin slo puede resultar de laeliminacin o reduccin del impulso, tendencia o conflicto que provocaron la conducta. Ha habidobastantes controversias acerca de si sucede la substitucin del sntoma, si puede ser evaluadoempricamente, si puede predecirse de antemano y si su ocurrencia necesariamente apoya al modelodinmico (Bandura, 1969; Cahoon, 1968; Stuart, 1970; Ullmann y Krasner, 1965, 1969). Hoy en dahay pocas pruebas que demuestran que los efectos nocivos resulten del tratamiento de los problemasconductuales especficos. De hecho, como ms adelante se discute, frecuentemente hay efectoscolaterales beneficiosos provenientes del tratamiento conductual.

    Papel del profesional: Ya que los procedimientos tradicionales se enfocan en el problema de lapersonalidad subyacente, o desorden del carcter (por ejemplo neurosis, psicosis), defecto (porejemplo, retraso) o trastorno emocional (por ejemplo, hiperactividad), no es sorprendente que lapreparacin profesional se ample en la evaluacin, diagnstico y tratamiento. La complejidad delproblema psicolgico o dficit autoriza el tratamiento de los profesionales altamente capacitados. Noobstante, hay muchas consecuencias indeseables con este procedimiento. Primera, los profesionalesproporcionan tratamiento o rehabilitacin en situaciones que a menudo sacan al paciente del medioambiente en el que se llevaron a cabo las conductas problemticas. Por ejemplo, a menudo lospacientes psiquitricos, retardados y nios perturbados emocionalmente se les retira de la comunidaddonde era deficiente su conducta y se les lleva a una situacin de aislamiento donde se datratamiento especial o servicio de entrenamiento. Anlogamente, los consejeros, trabajadoressociales y terapeutas tratan a los nios que muestran severas conductas problemticas en el hogar o

    en la escuela, en un consultorio lejos de la situacin en que se realizaron las conductasproblemticas. Es obvia la semejanza de este mtodo con el tratamiento mdico. En la medicina,frecuentemente se saca a los pacientes de su vida cotidiana y se les pone en situaciones especialespara tratamiento, hecho por alguien que est instruido para administrar procedimientos especiales.Slo cuando el paciente se ha curado puede regresar a la vida de comunidad. De cualquier forma eltratamiento psicolgico, como lo dicta el modelo intrapsquico, por lo general se lleva a cabo en unasituacin (por ejemplo, el hogar). Esto es indeseable, ya que no es probable que la conducta en lasituacin especial, se parezca a la conducta problemtica dentro de la situacin original. Adems,puede que las condiciones ambientales que contribuyen a la conducta problemtica, slo sepresenten en la situacin original.

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    Una segunda consecuencia indeseable es que hay pocos profesionales para el nmero de pacientesque necesitan tratamiento y terapia, entrenamiento especial, educacin y rehabilitacin (por ejemplo,Sobey, 1970). La falta de recursos humanos obliga a numerosos individuos con problemasconductuales o dificultades psicolgicas a quedarse sin tratamiento y que otros sean tratados enmasse. La confianza, por s sola, en los profesionales no puede resolver la crisis de la salud mental.No se ha utilizado una gran reserva de personal en potencia, que podra emplearse para propsitosde tratamiento y rehabilitacin, es decir, no profesionales (padres de familia, profesores, compaeros,

    cnyuges y amigos). Estas personas pueden usarse directamente para proporcionar tratamiento ypara servir en funciones de entrenamiento, es poco lo que los no profesionales pueden hacer encuanto al tratamiento, puesto que no pueden ser entrenados fcilmente para que alteren losproblemas subyacentes o defectos bsicos de los individuos con los que conviven.

    El papel principal de los no profesionales ha sido la identificacin del problema de la conducta yenviar los pacientes a profesionales en vez de hacer algo directamente para cambiar el problema.Cuando se hacen recomendaciones a los no profesionales, con frecuencia no son especficas y danpoca luz en la forma de transformar la conducta problemtica. Por ejemplo, a los profesores quetienen nios perturbados emocionalmente se les instruye para que acepten al nio y que transmitancomprensin, o que satisfagan las demandas del pequeo para que pueda establecerse una relacin(c.f. Hewtt, 1968). Estas recomendaciones, sin embargo, no llevan directamente a la resolucin de los

    problemas con los que se identific y clasific al nio como perturbado emocionalmente. Al noemplear activamente a los no profesionales como agentes teraputicos, se est despreciando unagran fuente de recursos humanos.

    Unos cuantos investigadores han respondido al problema de recursos humanos, al determinar si losno profesionales pueden efectuar tareas que tradicionalmente se consideraban que requeran de unentrenamiento extensivo. De hecho, los no profesionales son a menudo tan efectivos como losprofesionales, y en algunos casos ms efectivos. Por ejemplo, en una investigacin (Rioch, Elkes,Flint, Usdansky, Newman y Silber, 1963), mujeres casadas, con dos aos de entrenamiento de mediotiempo, resultaron competentes como psicoterapeutas en el trato con pacientes que tenan diversosproblemas. Poser (1966) evalu el impacto relativo de los psiquiatras, trabajadores sociales yestudiantes universitarios que alteraban la conducta de pacientes psicticos. A los estudiantes no se

    les instruy en psicoterapia ni se les inform cmo conducir las sesiones terapeticas. Estoscondujeron discusiones de grupo mientras los psiquiatras y los trabajadores sociales condujeronpsicoterapia de grupo. Los pacientes vistos por los estudiantes mostraron ms beneficio que lospacientes que no recibieron tratamiento o que fueron tratados por los psiquiatras o los trabajadoressociales. Asimismo, en un centro de rehabilitacin, Truax (1967) compar a consejeros quetrabajaban en forma tradicional, a consejeros auxiliados con ayudantes (no profesionales entrenados)y a ayudantes de consejero trabajando como consejeros. En las mediciones del progreso del pacientese obtuvieron los mejores resultados con los ayudantes de consejero funcionando como consejeros.En otros informes, los padres han sido entrenados para efectuar terapia con sus nios. Tambinestudiantes voluntarios de la Universidad han logrado impacto teraputico en varias poblaciones depacientes (c.f. Guerney, 1969). Otras funciones a parte de la terapia o del tratamiento han sidollevadas a cabo por no profesionales. Por ejemplo, Allerhand (1967) demostr que despus de tres

    sesiones de entrenamiento, los padres de familia suministraron pruebas de inteligencia tanefectivamente como lo hicieron los estudiantes de postgrado de psicologa.

    A pesar de los resultados favorables obtenidos por medio de los no profesionales, este recurso no haprovocado impacto substancial en el tratamiento psicolgico tradicional, en la educacin y en larehabilitacin. Generalmente se supone que los individuos que no han sido entrenadosconcienzudamente para tratar con problemas psicolgicos no pueden lograr ms que un pequeoimpacto.

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    Impacto del modelo mdico

    No debe ignorarse que ha habido un efecto positivo fundamental al adoptar el modelo mdico de laconducta desviada. Las concepciones antiguas y medievales atribuan las conductas desviadas a laposesin de demonios, espritus malignos o a poderes sobrenaturales. Se crea que los espritushabitaban en los individuos como justo castigo a su perversidad y pecados. Se requera delexorcismo para tratar a las conductas anormales. Frecuentemente se usaban procedimientos

    rigurosos e inhumanos (por ejemplo, la flagelacin e inanicin) para convertir al cuerpo en inhabitablepara los espritus. Describir al individuo desviado como enfermo mental ha contribuido a una mayorcompasin y tratamiento humanitario. Aunque an la gente comnmente rechace y evalenegativamente a los individuos, que han sido clasificados como enfermos mentales o que han estadoimplicados en un tratamiento psiquitrico (por ejemplo, E. Cumming y J. Cumming, 1957; Nunnally,1961), las actitudes son probablemente ms favorables y el tratamiento ms humanitario que si sepracticara ampliamente la demonologa. Desde luego, an hay diferencias entre estar fsicamenteenfermo al estarlo mentalmente, tales como en el estigma social y el ostracismo que resulta de lasanormalidades psicolgicas (Scheff, 1966).

    Una posible desventaja en adoptar el modelo mdico ha sido que pueda resultar un pesimismo deldiagnstico y de la formulacin tradicional del problema (Stuart, 1970). Se describen los problemas

    que los pacientes tienen en trminos que sugieren que ellos no son susceptibles de cambio. Usanexpresiones que indican implcitamente o explcitamente que hay un defecto, un dficit, unainhabilidad o una causa profundamente arraigada. Las etiquetas implican un estado permanente queno es alterable. Por ejemplo, se usa frecuentemente el trmino de conducta hiperactiva significandodao enceflico o disfuncin cerebral. Aun cuando muy a menudo el dao enceflico se aplique comoun diagnstico sin tener ms que pocas o insubstanciales bases (Werry, 1967), ste sugiere que haypocas esperanzas para alterar el problema. El dao enceflico no tiene una curacin que sea fcil deobtener. Otros dficit, incluyendo los desrdenes psiquitricos, proporcionan poco optimismo. Cuandose considera a los defectos del desarrollo de la personalidad como responsables del problema de lapersona, hay muy poco por hacerse para un tratamiento. De este modo, una consecuenciadesafortunada de la aplicacin del modelo mdico a la conducta aberrante, es que se infiere que elproblema est dentro de la persona y por lo tanto es meno susceptible del tratamiento, que si pudiera

    alterarse por factores del medio ambiente de la persona. El pesimismo emana de la creencia de queel problema es severo, que est arraigado profundamente, que es causado por un trauma del pasadoy que no puede alterarse fcilmente. Naturalmente en cualquier ejemplo dado se puede garantizar talpesimismo. No obstante, esto no puede determinarse a priori sino slo despus de que lasalternativas del tratamiento han sido sistemticamente aplicadas y evaluadas.

    Enfoque conductual

    El enfoque conductual se desva del concepto tradicional de la conducta que rechaza los motivos,necesidades tericas, impulsos, tendencias que explican supuestamente la conducta. Ms bien sehace nfasis en los determinantes ambientales, situacionales y sociales que ejercen influencia sobre

    la conducta. El enfoque conductual considera la mayora de las conductas como susceptibles de seraprendidas o alteradas mediante procedimientos del aprendizaje. El enfoque se hace sobreconductas que se han aprendido o necesitan aprenderse. Se hacen intentos explcitos para sealarconductas ms que alterar aspectos en la persona que, de acuerdo al modelo mdico, subyacen a laconducta.

    No se considera a la conducta anormal como distinta de la conducta normal en funcin de la forma enque se desarrolla o mantiene. La conducta anormal no representa una disfuncin o proceso deenfermedad que ha rebasado el desarrollo de una personalidad normal. Ms bien ciertas experienciasdel aprendizaje o del fracaso para recibir o sacar provecho de varias experiencias del aprendizaje

  • 8/2/2019 Extracto Kazdin

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    pueden explicar la conducta. Los principios del aprendizaje explican la forma en que se desarrolla laconducta, independientemente de si se clasifica o no como anormal.

    La clasificacin de la conducta anormal se basa en juicios subjetivos ms que en ciertos objetivos(Bandura, 1969; Szasz, 1960; Ullmann y Krasner, 1969). Diferentes personas pueden considerar unamisma conducta dada como normal o anormal. Por ejemplo, los compaeros y los padres de familiapueden juzgar las peleas entre los nios como una expresin de masculinidad, mientras que los

    profesores y consejeros escolares pueden verlas como un signo de perturbacin emocional. Elindividuo que evala la conducta juega el papel ms importante para decidir si es normal o aberrante.

    Tambin es importante el contexto social para determinar si la conducta dada se considera comoaberrante. Por ejemplo, el tener la mirada fija en el espacio se acepta cuando uno va en autobs ocuando se est mirando a travs de una ventana, pero no cuando se esta parado en la esquina deuna calle; esta ltima situacin puede considerarse como una conducta anormal. Conductas queparecen semejantes pueden ser interpretadas diferentemente segn el contexto social. Se deduce laconducta anormal a partir del grado en que se desva la conducta de las normas sociales (Scheff,1966). Puesto que las normas sociales varan segn las culturas y los grupos de una cultura dada, esdifcil definir objetivamente los criterios de conducta anormal. Por ejemplo, las conductas agresivasclasificadas como antisociales reflejan patrones de conducta que estn socialmente condenados y

    fuertemente apoyados por muchos grupos de gente, que aceptan comnmente las peleas callejeras yel crimen. La clasificacin de la conducta como antisocial e indicativa de perturbaciones psicolgicasse basa en los juicios de valor ms que en pruebas de procesos de enfermedad psicolgicas. Lasdiferencias en la conducta entre los individuos refleja diferencias en un continuo ms que diferenciasde enfermedad y salud.

    Desde luego que donde hay una base objetiva para hacer un diagnstico, tales como casos de daoenceflico, psicosis orgnica y otras aberraciones fisiolgicas, puede haber bases claras y cualitativaspara distinguir entre individuos normales y anormales. Aun cuando los individuos tienen deterioroorgnico, el problema est en la conducta aberrante ms que en el deterioro. Lindsley (1964) expreseste punto en el caso de los nios retrasados al sealar que: Los nios no son retrasados,nicamente su conducta en el medio ambiente promedio es a veces retardada. De hecho, es la

    habilidad de la ciencia moderna que crea ambientes convenientes para estos nios la que estretrasada (pg. 62). Con el cuidadoso diseo del medio ambiente se puede ensear a los niosretrasados a ajustarse a una variedad de respuestas. Los individuos considerados como anormalesrealizan acciones que los distinguen de sus semejantes. Sin embargo, las diferencias estn en laconducta ms que en una enfermedad o defecto psicolgico. Un objetivo de la modificacin de laconducta, es proporcionar experiencias de aprendizaje que promuevan en el individuo conductasadaptables y prosociales.