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Congreso Nacional de Educación Ambiental para la Sustentabilidad Educación ambiental y movimientos socioambientales 13 a 16 de octubre de 2019, Cancún, Q.R., México www.anea.org.mx/2doCongresoEAS/

Expresión artística y educación ambiental dentro del programa el hombre y la biósfera. Alebrijes

en la reserva de la biosfera la Sepultura, Chiapas

María Gabriela González Cruz

Estudiante de doctorado en Antropología. University College London. Londres, Reino Unido

López Mendoza Martha Cecilia

Estudiante de maestría en pedagogía. Universidad Nacional Autónoma de México. Ciudad de México, México

Palabras Clave: conservación, reserva de la biósfera, sustentabilidad, alebrijes, expresión artística infantil.

RESUMEN

La conservación de la biodiversidad y la educación de calidad forman parte de la agenda 2030 y los objetivos del desarrollo sostenible de la UNESCO. A pesar de su relevancia, ambos representan retos pendientes por cumplir a corto y largo plazo en México y en el mundo. este trabajo expone una práctica de educación ambiental dentro de la Reserva de la Biósfera la Sepultura, en Chiapas, México. Se utilizó la expresión artística y la creatividad para crear Alebrijes, artesanías de origen mexicano inspiradas en la naturaleza y la imaginación humana. Durante el proceso de creación de alebrijes, se reflexionó sobre la conservación de la biodiversidad y la sustentabilidad. Se trabajó con niños de 3 a 12 años y se diseñó utilizando perspectivas antropológicas y pedagógicas. Esta práctica educativa representa una experiencia para construir pensamiento sobre conservación y biodiversidad, a partir de la reflexión y la expresión de valores, percepciones y conocimiento individual y colectivo. Al mismo tiempo, contribuye al desarrollo de la expresión artística de los participantes de manera colaborativa. Esta práctica educativa reconoce y se enriquece de las diferencias entre individuos y grupos culturales. Consideramos que puede ser replicada en otras reservas de la biosfera y áreas naturales protegidas de México y Latinoamérica. Finalmente, puede contribuir a la creación de procesos participativos sobre educación, conservación de la biodiversidad y la sustentabilidad.

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Congreso Nacional de Educación Ambiental para la Sustentabilidad Educación ambiental y movimientos socioambientales Academia Nacional de Educación Ambiental, A.C. y Universidad del Caribe 13 a 16 de octubre de 2019, Cancún, Q.R., México www.anea.org.mx/2doCongresoEAS/

INTRODUCCIÓN

El desarrollo sustentable y la educación inclusiva desde la infancia son parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Ambos temas protagonizan discusiones globales sobre el futuro de las sociedades y del planeta. Sin embargo, presentan grandes retos en la práctica y éxito en el corto y largo plazo. En este sentido, la educación ambiental brinda una oportunidad única para abordar ambos temas. Fundamenta su teoría y práctica en crear y formar conciencia en las personas acerca de su entorno, generando compromiso y responsabilidad con respecto al medio ambiente a partir del uso y manejo adecuado de los recursos naturales (Ariza et al., 2017).

Rick Mrazek (1996: 20) define a la educación ambiental como el proceso interdisciplinario para desarrollar ciudadanos conscientes e informados acerca del ambiente en su totalidad, en su aspecto natural y modificado; con capacidad para asumir el compromiso de participar en la solución de problemas, tomar decisiones y actuar para asegurar la calidad ambiental. La educación ambiental puede generar y mantener nuevos comportamientos, actitudes, valores y creencias que impulsen el desarrollo social productivo y creador; como consecuencia puede ser el medio para el logro de nuevas relaciones entre los humanos (Calixto, 2012).

CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD, RESERVAS DE LA BIOSFERA Y EDUCACIÓN

AMBIENTAL

A nivel internacional, las reservas de la biósfera buscan promover el desarrollo económico, cultural y social de manera sustentable. Se fundaron en 1971, a partir del Programa El Hombre y La biosfera de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Uno de los objetivos de dicho programa es combinar ciencias naturales, sociales, económicas y de educación para mejorar la calidad de vida de las personas que viven en dichas reservas y dependen de los recursos naturales como principal fuente de alimento y de bienes materiales.

En México existen aproximadamente 40 reservas de la biosfera, mismas que han sido protagonistas de debates nacionales en internacionales acerca de la definición de conservación, y del análisis ético y científico sobre qué significa conservar, qué se conserva, para quién se conserva y cómo se conserva (Gómez-Pompa 2004; CONANP, 2017; González-Cruz en preparación).

México se ubica entre los 10 países más biodiversos mundo, y es considerado un hot spot de biodiversidad. Ello significa que México es un país con una gran riqueza biológica pero también es un país con altas tasas de deforestación y pérdida de hábitat (CONABIO 2017). La degradación ambiental en México se debe principalmente a procesos asociados al cambio en el uso de suelo, promovidos muchas veces por programas de desarrollo económico enfocados en la


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producción y no en la sustentabilidad de las actividades económicas que suponen apoyar (Gómez-Pompa, 2004; Merino y Martínez, 2014).

A nivel nacional las iniciativas de educación ambiental enfrentan diversos retos. Uno de ellos es identificar las diferencias y particularidades del contexto educativo del campo y de la ciudad, reconocer sus similitudes y sinergias, así como abordar de manera pertinente y contextualizada los problemas ambientales en las ciudades y en las zonas rurales.

En el caso específico de las zonas rurales, la educación ambiental tiene como uno de sus principales retos fomentar la participación de profesores, alumnos, padres de familia y comunidad de manera activa y sensible. En las zonas rurales de México se encuentra la mayor biodiversidad del país. Paradógicamente, estas regiones son también la que presentan mayores índices de pobreza y deficiencia educativa. Esto las hace particularmente vulnerables a incertidumbres económicas, políticas y ambientales (Boege, 2015).

RESERVA DE LA BIOSFERA LA SEPULTURA, CHIAPAS

La Reserva de la Biosfera La Sepultura alberga una de las regiones más biodiversas del país. En ella se encuentran más de 9 ecosistemas diferentes, entre ellos, selva siempre verde, y bosque de pino. Además, La Sepultura alberga animales en peligro de extinción como el jaguar, el puma y el quetzal (Figura 2) (CONANP, 1995; INE 1999).

El Taller de Alebrijes se realizó en la comunidad Josefa Ortiz de Domínguez, ubicada a un lado de la zona de conservación de la Reserva de la Biósfera La Sepultura. La comunidad fue fundada en los años 70, por familias mestizas e indígenas que migraron de diversas partes de Chiapas en busca de territorio. Actualmente, Josefa Ortiz de Domínguez está formado por 52 familias campesinas que viven bajo índices de pobreza. Estas familias se dedican principalmente al cultivo de maíz y frijol para el autoconsumo, así como al ganado de engorda, el cultivo de café orgánico y a la conservación del bosque. Además, al pertenecer a una Reserva de la Biósfera, la comunidad desarrolla actividades conservacionistas en conjunto con los técnicos y directivos de La Sepultura. Estas actividades incluyen el monitoreo de fauna, brigadas anti-incendio y Pago por Servicios Ambientales (Figura 1).

EDUCACIÓN AMBIENTAL, PEDAGOGÍA Y SUSTENTABILIDAD

De acuerdo a la UNESCO (2017), la educación debe permitir a cada ser humano adquirir conocimientos, valores competencias y actitudes que les permitan construir un futuro mejor. Desde el punto de vista de las Reservas de la Biosfera, algunos temas indispensables de la educación son el cambio climático, la reducción de riesgos a desastres y la biodiversidad. Para lograr que dichos temas se incluyan en los proyectos educativos regionales y tengan un impacto en la


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población, se requiere de métodos participativos de enseñanza y aprendizaje (UNESCO, 2017). Específicamente en la educación ambiental, se espera que esta contribuya a la formación de una conciencia sobre la responsabilidad de la sociedad en la continuidad de las distintas formas de vida del planeta, así como en la formación de sujetos críticos y participativos ante los problemas ambientales (Calixto Flores, 2012, pág. 1021)

El Taller de Alebrijes, la educación ambiental constituye un proceso de aprendizaje y una experiencia de comunicación. Durante su desarrollo, los participantes y las talleristas aprendieran juntos sobre las percepciones, valores, competencias y actitudes de cada uno. La finalidad de esta práctica educativa fue construir un aprendizaje crítico y participativo.

CREATIVIDAD Y EXPRESIÓN ARTÍSTICA EN LA INFANCIA

Una tarea creadora es “toda actividad humana generadora de algo nuevo, ya se trate de reflejos de algún objeto del mundo exterior, ya de determinadas construcciones del cerebro o del sentimiento que viven y se manifiestan únicamente en el ser humano” (Vigotsky, 2015, pág. 11).

La imaginación es la base de toda actividad creadora, manifestándose por igual en todos los aspectos de la vida cultural y haciendo posible la creación artística, científica y técnica. En este sentido todo lo que nos rodea y que ha sido creado por el hombre, todo el mundo de la cultura a diferencia del de la naturaleza, es producto de la imaginación y de la creación humana (Vigotsky, 2015, pág. 13) Con esta propuesta integramos a la imaginación como el vínculo entre la creación artística dirigida a la conservación y a la sustentabilidad.

La técnica de cartonería mexicana es un elemento cultural representativo del arte popular de México desde épocas antiguas en donde se elaboran objetos artesanales a partir del papel. La sencillez de los materiales y la laboriosidad del artesano permiten recrear cualquier figura real o imaginaria. Los alebrijes son obras de arte popular. Su origen es el sueño de un artesano, Pedro Linares, quien era artesano especializado en cartonería mexicana.

La historia cuenta que Pedro Linares soñaba que estaba en un bosque donde encontró a seres llenos de color y diversas formas fantásticas al mismo tiempo que escuchaba voces que repetía “alebrije, alebrije.” En la actualidad, los artistas populares que crean alebrijes combinan colores vibrantes para generar esculturas imaginativas y surrealistas, dándoles un sentido original. Los alebrijes reúnen en una sola pieza figuras de seres reales y alucinantes generalmente zoomórficos, que se mezclan de modo caprichoso. Algunos de ellos pueden resultar aterradores, aunque en su mayoría mantienen cierto humor (MAP, 2016).


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MÉTODOS

La principal motivación para llevar a cabo el Taller de alebrijes fue desarrollar una práctica de educación ambiental en el contexto de las comunidades rurales de Chiapas. Nuestra intención fue crear oportunidades para los alumnos, ante la carencia de educación primaria y preescolar en las escuelas del estado durante el 2016. Desarrollamos esta actividad bajo una premisa: todos los seres humanos, habitantes del campo y de la ciudad, merecen las mismas oportunidades de desarrollo y educación.

El objetivo de la práctica educativa fue utilizar la imaginación y la creatividad para hablar sobre el papel del bosque en la vida diaria de las personas. Los intereses específicos de esta práctica fueron: 1) contribuir al desarrollo humano de los alumnos participantes, 2) compartir percepciones y conocimiento acerca del bosque, y 3) promover perspectivas sobe la conservación de la biodiversidad.

La presente práctica educativa forma parte de un proceso de enseñanza de la expresión artística en la infancia. Su origen se encuentra en experiencias educativas desarrolladas desde hace cuatro años, centradas en la enseñanza de las artes a alumnos de educación básica. Se trata de experiencias que tienen como objetivo favorecer el aprendizaje constructivista, en la cual los niños y niñas puedan explorar, experimentar, conocer, elegir y realizar representaciones conceptuales a través de la expresión gráfica, corporal o musical. Pone en práctica elementos conceptuales desarrollados en una investigación de maestría sobre didáctica, indagación y constructivismo. Desde el punto de vista antropológico, tiene como objetivo acercarse al significado del medio ambiente, a partir de las expresiones culturales de las familias y comunidades campesinas en México.

El taller de alebrijes estuvo enfocado en niños y niñas, entre 3 y 11 años. Todos los participantes son descendientes de campesinos que habitan dentro de la Reserva de la Biosfera La Sepultura y utilizan los recursos naturales como principal fuente de beneficios materiales. Como educadores, las personas a cargo de la práctica educativa evaluamos el conocimiento ecológico de los participantes, sus percepciones sobre conservación y sobre el bosque; su creatividad y sus habilidades para el dominio de la técnica de cartonería. Realizamos tres evaluaciones: una evaluación diagnóstica al inicio de la práctica, una evaluación en cada etapa del desarrollo de la actividad plástica y una evaluación final, para conocer los avances y aprendizajes desarrolladas. Algunas preguntas que guiaron el proceso de evaluación fueron ¿Qué expresan los niños y niñas sobre el bosque y sobre la biodiversidad? ¿Qué actividades se les facilitan y se le complican a cada participante? ¿Qué cambios se generan en los niños y niñas a lo largo de las diferentes etapas del taller?


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EVALUACIÓN Y DESARROLLO DEL TALLER

En el salón de clase, los educadores y los participantes hablamos sobre el ambiente. ¿Qué es el bosque? ¿Cuáles son las principales características del bosque? ¿Qué es la biodiversidad? ¿Es importante la biodiversidad? Después de la conversación inicial, realizamos un pequeño recorrido de 25 minutos por los alrededores boscosos de la localidad y continuamos con la conversación y reflexión grupal. ¿Es importante el bosque, por qué? ¿Qué les gusta y qué les disgusta acerca del bosque? ¿Qué sonidos escuchan y quién los produce? ¿Qué colores y formas hay en el bosque? ¿A quién podemos encontrar durante la mañana y la noche en el bosque y qué actividades hacen los animales en el ecosistema a lo largo del día? Mientras caminamos y conversamos, dimos pequeñas pausas para colectar algunas hojas e identificar a las especies vegetales de las cuáles provenían. Colectamos también algunas semillas y algunas ramas pequeñas. Al final de la caminata regresamos al salón de clase y nos sentamos juntos, en círculo. Conversamos sobre lo que vimos y sentimos. A continuación, mostramos algunas figuras de la fauna y de la flora local y nos detenemos a conversar y a escribir los nombres de las especies que resultan más interesantes para los participantes.

Durante la primera etapa de la actividad artística se platicó con los niños y niñas de Josefa Ortiz de Domínguez sobre la fauna local y sobre los posibles animales que se pueden representar en un alebrije. Se mostraron fotografías a color de distintos alebrijes tomadas en una visita previa al Museo de Arte Popular (MAP) de la ciudad de México. Durante esta etapa, los participantes observaron y describieron los elementos de los alebrijes que más les llamaba la atención. Finalmente les fue presentado un alebrije “Gato Dragón”. Con la finalidad de motivar la reflexión, se preguntó a los participantes: ¿qué es y cómo es un alebrije? ¿De qué están hechos los alebrijes? Después de escuchar sus ideas y conocimientos previos se les contó el origen de este arte popular con la historia de Pedro Linares. Se platicó con los niños y niñas acerca de las posibilidades de realizar un alebrije. Se les preguntó sobre los materiales del bosque que podrían utilizarse para su elaboración. La respuesta de los niños fue entusiasta y colaborativa (Figura 2).

Cada participante eligió la forma de su alebrije. Para ello, se inspiraron en animales de su localidad y en seres fantásticos. Utilizaron materiales como papel, pegamento, pinceles, pinturas de diferente color y abatelenguas. A su vez, los niños y niñas aportaron materiales que consideraron útiles, tales como cucharitas de madera, palitos de madera de diferente tamaño, cartón, semillas de maíz y frijol, ramitas de pino y encino. Cada niño hizo un boceto de su animal favorito, seleccionaron las piezas que conformarían a su respectivo alebrije y comenzaron a cortar con las manos el papel para su alebrije.


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A continuación, cada niño infló un globo y puso una primera capa de papel con pegamento para dar estructura al alebrije. Posteriormente, se eligieron las partes que conformarían las patas, narices, colas entre otras. Se unieron las diferentes partes elegidas y se construyó el esqueleto del alebrije (Figura 3).

En el segundo día se pintaron los alebrijes en color blanco; sobre esta “figura en blanco”, los participantes aplicaron los colores. Después de terminar la capa de pintura del color favorito, los participantes elaboraron su diseño a partir de puntos que realizarán con diversos objetos. Así, cada participante hizo único su alebrije, brindándole identidad a través de las formas y colores utilizados (Figura 4).

El tercer día por la mañana se pintaron los detalles de cada alebrije: boca, ojos, detalles en el cuerpo. Y se realizó el acabado. Todo estaba listo, después se hizo trabajo comunitario de limpieza de las áreas de trabajo. Una vez terminados los alebrijes, son puestos a secar. Los educadores realizamos juegos de expresión corporal afuera del salón. A lo largo de los juegos, los participantes hablan acerca de su experiencia y se continúa la conversación acerca del papel que tiene la biodiversidad en la vida diaria de las personas, así como en la importancia de manejar y conservar el bosque. Al final de la actividad de expresión corporal, regresamos a clase.

Para finalizar la práctica educativa, los educadores organizamos una exhibición de las obras de arte de los participantes. La exhibición está abierta a toda la comunidad y en ella, los participantes explican los elementos naturales que inspiraron su obra. También explican qué significa el bosque para ellos, el papel que juega la biodiversidad en su bienestar, y sus conclusiones acerca de los aprendido. Al final de la exhibición, cada participante lleva su alebrije a casa y se da por finalizada la práctica educativa.

RESULTADOS Y REFLEXIONES FINALES

El programa el Hombre y la Biosfera considera que las personas y comunidades que se encuentran dentro de las reservas tienen mucho que aportar a la generación de conocimiento científico, y que sus actividades y conocimiento local debe ser tomado en cuenta cuando se desarrollan proyectos de conservación y uso sustentable de recursos naturales. Sin embargo, en lugar de representar elementos que enriquezcan el diálogo, las diferencias en valores, intereses y contextos culturales se convierten muchas veces en obstáculos para la comunicación y por lo tanto, para la generación de conocimiento y estrategias conjuntas (Brosius y Tsing, 2008; Scoones, 2016).

El taller de alebrijes cobra importancia, no sólo como ejercicio pedagógico, sino también como un esfuerzo para aproximarse a la visión que tienen las personas sobre sus recursos naturales, e iniciar un diálogo participativo y creativo. Esta práctica educativa busca ser una ventana para aproximarnos a las visiones locales


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de conservación y sustentabilidad y para sentar las bases de un entendimiento común entre los manejadores y dueños de los recursos naturales, los educadores ambientales y los conservacionistas.

Algunos de los logros evidentes durante el desarrollo del taller de alebrijes como práctica de educación ambiental en la comunidad Josefa Ortiz de Domínguez, dentro de la Reserva de la Biósfera La Sepultura fueron:

1. La vivencia de una experiencia integral, donde conocimiento y emocionalidad se materializaron en el alebrije personalizado de cada participante.

2. La constante colaboración, motivación y trabajo en equipo entre los participantes.

3. La interacción inter-generacional entre los participantes. Los participantes más pequeños (3-6 años) recibieron apoyo constante de los participantes mayores (7-15 años).

4. Una reflexión sobre percepciones propias de conservación y sustentabilidad.

5. La valoración del trabajo propio. Varios niños convirtieron sus alebrijes en alcancías, para guardar sus “pequeños tesoros”, otorgándole un valor extra a la actividad.

6. El inicio de un proceso de aprendizaje a largo plazo, pues los participantes han enseñado a otros miembros de su familia a hacer alebrijes, basando sus ideas en la fauna local.

La relación establecida entre reservas de la biósfera y educación revela la necesidad de generar estrategias de sustentabilidad y conservación que tengan origen en el conocimiento y experiencia local; que reconozcan y concedan la importancia de sus valores y percepciones sobre biodiversidad (Boege, 2015). Ante esta necesidad, el desarrollo creativo y la expresión artística son una alternativa de construcción conjunta de conocimiento. Puesto que dicha expresión es intrínseca, no puede ser impuesta; puede ser motivada, guiada o enriquecida con materiales y diversas técnicas, pero la expresión artística es individual y personal, permeada de sentimientos, ideas, valores y experiencias personales.

Por lo anterior resulta pertinente cuestionarnos sobre ¿quién es el educador ambiental y a quien educa y cómo educa? consideramos que la relación que se establece entre participantes es recíproca y horizontal; es una relación que se nutre de los saberes conjuntos. Los participantes cuentan con la motivación y la disposición a aprender y conocer uno de otro, estableciendo un diálogo creativo y cuyo interés y propósito en común sea conservar la riqueza de la biodiversidad.


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CONCLUSIÓN

Todo ser humano tiene derecho a expresarse y a desarrollar su creatividad. Ambas habilidades humanas son generalmente relegadas a segundo plano por las instituciones educativas nacionales y son inaccesibles para las personas que viven en áreas remotas, tales como las regiones rurales del país.

Los educadores que formamos parte de este proceso consideramos que la conservación del bosque en el largo plazo sólo será posible si las personas dueñas de los recursos y las instituciones externas trabajan juntas bajo el reconocimiento de nuestras diferencias y la construcción de entendimiento sobre la relevancia de la biodiversidad y de sus alternativas de conservación. En las zonas rurales y forestales de México, el bosque es más que un ecosistema que requiere protección; es un espacio cultural y social donde los individuos y familias desarrollan sus estrategias de vida. Por ello, el diálogo sobre las emociones, las percepciones y el conocimiento que las comunidades locales poseen sobre estos ecosistemas cobra particular relevancia.

En esta práctica educativa, cada alebrije representó una pieza de arte única y significativa. Durante su creación, los participantes hablaron, escucharon y transformaron sus ideas en una figura tridimensional inspirada en la naturaleza. De esta manera, cara participante aprendió acerca de sí mismo, y de sus compañeros. Al mismo tiempo, abordaron temas sobre conservación de una manera sensible y particular. Durante la creación del alebrije, los participantes expresaron quiénes son y compartieron su conocimiento y percepciones sobre el ambiente y la biodiversidad.

¿Puede una iniciativa de educación ambiental convertirse en una oportunidad para niños, familias y profesionales interesados en educación ambiental? Definitivamente sí. El taller de alebrijes tiene la capacidad de constituirse en una oportunidad y una experiencia de aprendizaje en otras comunidades que se localizan dentro de las áreas naturales protegidas del país, especialmente porque los niños y niñas que habitan estas zonas tienen una alta capacidad creativa, reflejo de la vida familiar y comunitaria El contexto rural donde se realizó el taller de alebrijes se comparte en diferentes partes de México y Latinoamérica, de forma tal que esta experiencia creativa brinda una alternativa de educación ambiental en un contexto local, con alcances nacionales e incluso, internacionales.

REFERENCIAS

Ariza, Carla Patricia, Luis Ángel Rueda, J. S. (2017) “La educación ambiental como estrategia para la sustentabilidad global,. Revista Boletín Redipe, 6, 4–10.


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Boege, E. (2015) Hacia una antropología ambiental para la apropiación social del patrimonio biocultural de los pueblos indígenas en América Latina, Desenvolvimento e Meio Ambiente. doi: 10.5380/dma.v35i0.43906.

Gómez-Pompa, A. (2004) “The Role of Biodiversity Scientists in a Troubled World”, BioScience, 54(3), pp. 217–225. doi: 10.1641/0006-3568(2004)054[0217:TROBSI]2.0.CO;2.

Merino, P. L. y Martínez, R. A. E. (2014) A vuelo de pájaro. Las condiciones de las comunidades con bosques templados en México., Sociedadcolombianadearquitectos. …. doi: 10.4000/america.785.

Rist, S. et al. (2007) “Moving from sustainable management to sustainable governance of natural resources: The role of social learning processes in rural India, Bolivia and Mali”, Journal of Rural Studies. doi: 10.1016/j.jrurstud.2006.02.006.

UNESCO (2017), United Nations Education, Science and Cultural Organization. Consultada el 5 de Septiembre 2017. https://en.unesco.org/

Vigotsky, L. S. (2015). La imaginación y el arte en la infancia. Ensayo psicológico. México: Ediciones Coyoacán.

TABLAS Y FIGURAS

Figura 1. Reserva de la Biósfera La Sepultura, Chiapas, México.


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Figura. 2. Primer día de trabajo en la comunidad Josefa Ortiz de Domínguez. Niños conociendo al alebrije Gato dragón, dentro de la casa Ejidal. Reserva de la Biósfera La Sepultura. Chiapas,

México

Figura 3. Infografía utilizada en la comunidad Josefa Ortiz de Domínguez para explicar a los participantes los pasos necesarios para realizar un alebrije.


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Figura 4. Segundo día de trabajo. Participantes poniendo color y personalizando sus alebrijes.


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