experiencia de aprendices textiles - aporrea.org · peleando en la mañana hasta que por fin agarro...

6
1 Experiencia de aprendices textiles Presentación Hoy en día vemos por todos lados un ambiente agitado. Muchas dificultades y estrés en la calle, suspensiones de actividades y cambios de horarios, vuelta a la rutina, empujaderas en el transporte, operativos policiales en el barrio, y tantas cosas. Por todos lados aparecen las distintas opiniones de los grupos políticos, enfrascados en sus maneras de ver. Dicen que el papel de los trabajadores hoy es producir, abastecer, mantener el trabajo, no quejarse mucho, aguantar la pela. Pero no nos permiten decir lo que vivimos y queremos la juventud, los trabajadores. ¡Pero somos más que eso! Hay trabajadores que continuamos en la lucha diaria por nuestra vida, por nuestros sueños. Aún hay personas en su lucha por el salario, por sus contratos colectivos, por sus derechos: los maestros, las enfermeras, los estudiantes, los carretilleros, las textileras, y otros. Nosotros, la juventud trabajadora, no servimos solamente para ser mano de obra fácil y limitarnos a producir, ni para que nos utilicen en los discursos de los políticos; continuamos la lucha de nuestras familias y de la clase trabajadora, para poder llegar con nuestros esfuerzos a ser HOMBRES Y MUJERES DIGNAS. Aquí mostramos nuestra vivencia de cómo comenzamos en el oficio textil, y de como “vamos llevándola”. Esperamos esta experiencia sirva a otras personas trabajadoras para animarnos juntos para echar pa’ lante. ¡Tenemos voz propia, y nos expresamos! Hago mi mayor esfuerzo, y mi mamá me ayuda… Dougleydys Zamora, 16 años. Febrero, Caracas. Mi rutina es levantarme a las 6 am para llegar al Inces a las 8am, salgo de mi casa a las 7am, casi siempre llego tarde a las 8:15am ya que el metro es el único medio de transporte que tengo para llegar al Inces, porque el pasaje de autobús es muy caro, y a diario no tengo el efectivo. Salgo del Inces a las 12m, pero ya tengo permiso de salir a las 11:30am, porque tengo que ir al liceo y entro a las 11:40am, llego a mi casa a las 6 o 7 pm, porque salgo a las 5pm del liceo, a veces a las 6pm y el metro y el carro que sube a mi casa a esa hora están muy pesados, tengo colas que no son nada cortas para lograr subir a mi casa. Escrito, editado y publicado por jóvenes trabajadores Vida juvenil / Juventud Trabajadora / Movimiento Obrero y Juvenil /JOC Venezuela Periodicidad: sale cuando se pueda. Mayo de 2019, Nro. 8, 3era época. Contacto: [email protected]

Upload: others

Post on 05-Oct-2019

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

1

Experiencia de aprendices textiles

Presentación Hoy en día vemos por todos lados un ambiente agitado. Muchas dificultades y estrés en la calle, suspensiones de actividades y cambios de horarios, vuelta a la rutina, empujaderas en el transporte, operativos policiales en el barrio, y tantas cosas. Por todos lados aparecen las distintas opiniones de los grupos políticos, enfrascados en sus maneras de ver. Dicen que el papel de los trabajadores hoy es producir, abastecer, mantener el trabajo, no quejarse mucho, aguantar la pela. Pero no nos permiten decir lo que vivimos y queremos la juventud, los trabajadores. ¡Pero somos más que eso! Hay trabajadores que continuamos en la lucha diaria por nuestra vida, por nuestros sueños. Aún hay personas en su lucha por el salario, por sus contratos colectivos, por sus derechos: los maestros, las enfermeras, los estudiantes, los carretilleros, las textileras, y otros. Nosotros, la juventud trabajadora, no servimos solamente para ser mano de obra fácil y limitarnos a producir, ni para que nos utilicen en los discursos de los políticos; continuamos la lucha de nuestras familias y de la clase trabajadora, para poder llegar con nuestros esfuerzos a ser HOMBRES Y MUJERES DIGNAS. Aquí mostramos nuestra vivencia de cómo comenzamos en el oficio textil, y de como “vamos llevándola”. Esperamos esta experiencia sirva a otras personas trabajadoras para animarnos juntos para echar pa’ lante. ¡Tenemos voz propia, y nos expresamos!

Hago mi mayor esfuerzo, y mi mamá me ayuda… Dougleydys Zamora, 16 años. Febrero, Caracas. Mi rutina es levantarme a las 6 am para llegar al Inces a las 8am, salgo de mi casa a las 7am, casi siempre llego tarde a las 8:15am ya que el metro es el único medio de transporte que tengo para llegar al Inces, porque el pasaje de autobús es muy caro, y a diario no tengo el efectivo. Salgo del Inces a las 12m, pero ya tengo permiso de salir a las 11:30am, porque tengo que ir al liceo y entro a las 11:40am, llego a mi casa a las 6 o 7 pm, porque salgo a las 5pm del liceo, a veces a las 6pm y el metro y el carro que sube a mi casa a esa hora están muy pesados, tengo colas que no son nada cortas para lograr subir a mi casa.

Escrito, editado y publicado por jóvenes trabajadores Vida juvenil / Juventud Trabajadora / Movimiento Obrero y Juvenil /JOC Venezuela

Periodicidad: sale cuando se pueda. Mayo de 2019, Nro. 8, 3era época. Contacto: [email protected]

2

A veces el día a día es agotador ya que llego a casa para hacer las tareas del Inces y el liceo, a veces no me da chance de hacerlas, pero yo hago un esfuerzo porque llego muy cansada de la calle, me llevo el uniforme del liceo en el bolso y el almuerzo. Me motiva pensar que lograré ser bachiller, hago mis mayores esfuerzos y gracias a Dios que mi mamá me ayuda en mis tareas y no tengo que llegar a ocuparme de la casa, de eso se ocupa mi mamá, ya que mi papá y mi hermano trabajan, pero los días que tengo libres, o fines de semana, la ayudo en la casa. Ahora estoy cursando el 5to año, este año me gradúo, por eso me enfrento a los problemas de la calle, y también quiero graduarme en el Inces.

Esta experiencia me ha ayudado a ser una mejor persona… Nayurlis Bracamonte, 15 años. Abril, Caracas. Al principio cuando empezó el Inces vivía en Nueva Cúa. Era un trajín largo, me paraba como a las 3 de la mañana y salíamos a las 4am para llegar a las 7am a Los Cortijos. Como estoy en el liceo en la tarde, salía del liceo a las 4 o 5 de la tarde, en eso iba a buscar a mi mamá en La California, y llegábamos a la casa como a eso de las 10 de la noche, y terminábamos acostando a la medianoche, preparando todo para el día siguiente. Habían días que estaba activa en el Inces, pero en el liceo me quedaba dormida, estaba demasiado cansada. Desde hace como un mes a mi mamá le dieron un trabajo, de interna en un edifico en Plaza Las Américas, vivimos ahí las dos y ahora es mejor que antes, no es tan cansón. La experiencia aquí en el Inces ha sido ¡guao! he aprendido bastante. En la parte laboral y también como persona, me ha ayudado a ser una mejor persona, las amistades, las experiencias que se viven aquí con los compañeros, y ahorita quisiera seguir aprendiendo, y en un momento más adelante quisiera tener mi propia marca de ropa, mi propia empresa, quisiera romper el patrón de tener un trabajo corriente.

Antes estaba en el Coro de los Niños Cantores de Venezuela, estuve en el homenaje al profesor José Antonio Abreu, tuve que retirarme para poder dedicarme al curso y al liceo, aunque quisiera retomar el canto porque es un ambiente muy agradable.

Mi día a día Tatiana Zambrano, 17 años. Febrero, Caracas. Mi día a día es levantarme, hacer todos mis deberes, después salir a las 6:30am para agarrar el carro para venir al Inces, tardan para llegar y los pasajes son caros, las colas largas, y las personas peleando en la mañana hasta que por fin agarro el carro que llega hasta La California. De ahí, agarrar el metro, la gente insultando y empujando. Llego a la estación Los Cortijos, camino para llegar a tiempo antes de que cierren las puertas. Salgo a las 12m, agarro el metro para ir a la casa, llego como a las 3pm. Después, me pongo a hacer las labores de la casa, y luego me da tiempo libre para estar en internet.

3

El salario es la remuneración al trabajo. Este

debería permitir cubrir nuestras necesidades

básicas materiales, sociales e intelectuales

propias y de nuestra familia, tomando como

referencia el costo de la canasta básica familiar.

En los últimos años hemos visto un aumento

continuado del salario mínimo legal. Aunque en

realidad ha disminuido. Si comparamos, vemos

que hoy el salario no alcanza, pues se necesitan

más de 25 salarios mínimos para cubrir la canasta

básica alimentaria, para una familia promedio de

5 miembros.

Podemos esperar que la distancia entre la

remuneración al trabajo y el costo de la vida en

nuestro país siga aumentando, pues el estado de

guerra y las decisiones económicas

gubernamentales vienen cargándose sobre los

hombros de las y los trabajadores, obligándonos

fuertemente a “apretarnos el cinturón”.

Lo que gano es para pagar el pasaje Zoreidy San Juan, 18 años. Febrero, Caracas. Mi día a día no es tan difícil, a diario me levanto a las 5 de la mañana, preparo mi desayuno y el de mi pareja, me arreglo para venir al Inces, luego cuando salgo de allí regreso a casa a preparar el almuerzo. Comemos, luego leo un rato y a las 4pm me tengo que levantar e ir a dar clases de tareas dirigidas hasta las 6pm. Luego, me quedo hablando con la vecina hasta la noche que regreso a preparar la cena. Los fines de semana, por ejemplo los sábados, lavo la ropa, limpio la casa a fondo, y los domingos visito a veces a una amiga, y así sucesivamente. A diario tengo que hacer colas de 3 horas, para poder agarrar camioneta. Con los gastos de la casa, corre mayormente por cuenta de mi pareja porque yo lo que agarro es para pagar el pasaje, y sin embargo a veces me falta. Mis aspiraciones son terminar mis estudios, tener mi propio lugar, un trabajo estable para no depender de nadie, cuando termine el curso quiero montar un negocio de confección y corte y costura, no quiero trabajar en la empresa, solo quiero sacar este curso. Quiero salir adelante ya que no tengo a mis padres y tampoco cuento con el apoyo de mis familiares.

Nuestros salarios no alcanzan para pagar mis estudios Yleani Mijares, 19 años. Febrero, Caracas. Mi nombre es Yleani Mijares y tengo 19 años, mi día a día comienza a las 6 de la mañana, me preparo y salgo a las 7am para llegar al Inces temprano, después de terminar a las 12 del mediodía me voy a la casa, almuerzo y luego hago las tareas de la universidad. En mi tiempo libre, si no tengo tareas que hacer, salgo con una amiga que conocí en la escuela, estudiamos en el liceo juntas y hoy día todavía seguimos siendo amigas, si no salgo con ella al parque, vamos y paseamos por Capitolio o en el

4

Inces, porque ya no estudia conmigo pero aun así seguimos en contacto, o si no me pongo a dibujar o leo algún libro. También puede que me ponga a cortar alguna prenda para luego coserla o pedirle el favor a mi tía que me lo haga. Mi problemática es el miedo que tengo de no poder terminar mis estudios, pues estudio en una universidad privada y a veces el salario de mi mamá no alcanza así que ella y mi papá tienen que sacar dinero hasta de donde no tienen para pagar mis estudios. La otra problemática que tengo es que estudio en la noche y al salir de clases a las 8 o 9pm me da miedo porque casi siempre salgo sola al metro porque a mis compañeros los van a buscar. Me motiva el esfuerzo que hace mi mamá al pagar mis estudios y el querer salir adelante, lucha por mi futuro, y sobre todo porque me gusta estudiar. Mis aspiraciones es ser una diseñadora de modas, viajar por el mundo y conocer nuevas culturas. También me motiva el poder llenar de orgullo a mis padres por todo lo que me han dado.

No nos han pagado porque no entramos en nómina Yisnersi Goita, 15 años. Abril, Caracas. Bueno, mi nombre es Yisnersi Goita, mi día a día es pararme en la mañana a las 6:40am, reposo y me meto a bañar, mientras mi mamá me hace el desayuno. Me arreglo y me vengo al Inces, el metro es pesadísimo en la mañana, y salgo a las 12m de clases. Yo estaba asignada a la empresa Paramount como aprendiz, pero desde enero de este año esa empresa cerró por unos problemas internos. Entonces, en ese momento quedamos en el aire, pero después nos informaron que nos iba a asumir la empresa RORI, a mí y mis otras compañeras que estábamos asignadas a la otra empresa. Desde ese momento hasta fecha de hoy, mes de mayo, no nos han pagado los salarios porque aún no estamos en nómina, y lo que nos ha tocado es esperar. La mayoría no estamos de acuerdo con eso porque realmente necesitamos el salario, además para

pagar el transporte para ir y venir, y esta situación en parte nos ha desmotivado a más de una de nosotros. Hemos preguntado a la profesora y a la coordinadora y nos han dicho en distintas ocasiones que eso va, pero no termina de resolverse. La profesora también ha ido varias veces a la empresa, pero no terminan de responder por nuestro pago. Sin embargo me mantengo, esperando que nos incorporen, que sea lo que Dios quiera.

Los sectores populares y los trabajadores seguiremos levantando nuestra fuerza para presionar, reconquistar el salario y, que las medidas económicas favorezcan a todos. Algunas de las cosas que podemos hacer para defender nuestros derechos son: + Apoyarnos entre nosotros con iniciativas para enfrentar nuestra situación. + Informarnos más sobre los derechos que tenemos en las leyes. + Reivindicar decisiones gubernamentales para el resguardo del salario. + Integrarnos con organizaciones sindicales, u organizaciones de jóvenes trabajadores como la JOC (Juventud Obrera Católica).

Mi rutina Irismar Martínez, 16 años. Febrero, Caracas. Mi rutina es levantarme, hacer todas mis cosas personales, arreglarme para ir al Inces, salgo a mi casa y camino hasta el metro de Petare. Espero el tren, me bajo en Los Cortijos y me quedo en el metro a esperar a mis compañeros. Salgo a las 12m y llego a casa luego de las 12:30m. Me gusta pasármela con Tati, Dougleydys, Keiner y Karen. En mi tiempo libre me gusta estar metida en internet y escuchar música.

5

En ocasiones, las y los trabajadores realizan más de una jornada de trabajo al día. Es decir, realizan dos jornadas asalariadas, o realizan una jornada remunerada, y luego otra jornada dedicada a las tareas del hogar, o del cuidado de niños y ancianos. Dos trabajos en la calle, el trabajo en la calle y el trabajo en la casa, o cómo nos los cuentan Neriana, Keiner y Jossi: el Inces y el trabajo en la calle, el Inces y el cuidado en la casa. La doble jornada resulta una situación de explotación, siempre implica muchas exigencias, poco descanso, reducida vida social, y consecuencias negativas sobre nuestra salud. Todas las personas deberíamos trabajar 8 horas diarias, o menos. Es importante prestar atención: que estemos descansando lo suficiente, comiendo bien, y poder contar con espacios para la recreación que nos ayuden a tener un equilibrio en nuestra rutina, salud y bienestar.

Me motivan mis hijos, mi madre, y poder ser alguien mejor… Neriana González, 19 años. Febrero, Caracas. Mi rutina del día a día es pararme temprano para ir al Inces. Hacer el desayuno, alistar al niño para que vaya a su escuela. En el Inces me la paso con casi todos.

Llego del Inces, recojo a mis hijos, limpio la casa, hago el almuerzo, me baño y me acuesto un rato, le dedico la tarde a la casa, cuidar y jugar con mis niños. Llega la noche y, hago la cena si mi mamá no ha llegado. Como una problemática que tengo, es el transporte que muchas veces es complicado. Me motivan mis hijos, mi madre, y el poder ser alguien mejor. Por ahora, una de las cosas que aspiro es terminar el curso de confección.

Nos queremos como si fuéramos hermanos Keiner Zamora, 17 años. Febrero, Caracas. Todos los días voy al Inces en la mañana, y en la tarde trabajo hasta las 7pm. En mi tiempo libre me gusta dormir y ayudar a mi mamá. En el Inces me llevo con los muchachos y las muchachas. En el barrio con mis hermanos, que aunque no somos hermanos nos queremos como si lo fuéramos. Una de mis motivaciones es que quisiera tener más plata, en banda.

Hay días suaves y días rudos Jossi Tavera, 18 años. Marzo, Caracas. En el día a día que vivo es un poco estresante, la rutina que se vive en el metro, por las empujaderas o las ofensas de las personas. Al llegar al Inces, es un poco tranquilo, hay que coser y hacer las asignaciones. A mi casa llego almorzando y ayudando un poco a ordenar, y de ahí me acuesto a descansar. Después me preparo para ir a otro trabajo de limpieza de 2pm a 6 pm, esto lo hago para que mi papá tenga una ayuda extra, o para complacerme en algo que yo quiera. Bueno, en mi día a día es un poco agotador a la hora de acostarme, me acuesto cansada y me levanto cansada, lo que más me cansa en el día es el

6

metro… Unos días son más fuerte que otros, hay días que pueden ser más suaves, como otros que son rudos. Sin embargo, a pesar de cómo me sienta o cómo esté el clima, no falto a clases del Inces, es una de mis principales responsabilidades que tengo. Ya que pretendo terminar el curso y aprender un poco más de las cosas que me enseñan los profesores.

Quiero terminar e ir a la empresa Alejandro Antía, 17 años. Febrero, Caracas.

Comienzo todos los días parándome temprano y bajar caminando de Carpinteros, Petare, hasta el metro de Palo Verde. Entro al taller, y cuando salgo del curso, voy hasta Palo Verde y espero la camioneta para ir a casa. Me pongo a cocinar mi comida, arreglar la cama, cambiarme de ropa. Después de comer me pongo a escuchar música con la computadora, después salgo a jugar cartas, básquet o buscar distracción. Una de las razones para entrar al Inces fue porque mi primo, mi prima y mi hermana estuvieron en el Inces, y nuestro pensar es hacer un taller de costura. En el curso me la paso con Yoiker, Reimon, a veces después de terminar salimos del Inces y nos vamos a echar vaina por ahí. En el barrio me la paso con unos primos y unos amigos, y otros panas que tengo en otro barrio, y a veces que llevo a mi sobrino para su colegio. Yo quiero terminar el Inces para ir a la empresa y estos días tengo que llevar los papeles para el liceo y seguir estudiando.

Creo que sí lo puedo lograr Mariorgi Abello, 17 años. Febrero, Caracas. Bueno, también estoy en el Inces en el curso de confección textil. En mis ratos libres veo el televisor, hablo un rato con mis tías, salgo un rato a la calle con mis primas. Me la paso más en veces con mi cuñada, en veces con mi prima, y un rato con mis hermanas y así, por donde vivimos y en las fiestas. Bueno, el metro casi siempre es una problemática, la gente te atropella. La verdad es que tengo la idea de algún día poder salir del país, o que el país mejorara. Quisiera algún día empezar a estudiar otra vez, graduarme, yo no he terminado bachiller porque en tercer año me iban a cambiar de colegio, pero decidí mejor venirme al Inces, me gusta más a acá además que uno se ayuda con el pago. En parte también estaba desmotivada con los estudios, pero ahora los quiero retomar. Me gustaría mucho ir a la universidad y ser veterinaria, yo creo que si lo puedo lograr.