evolución política y social de la zona republicana

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Page 1: Evolución política y social de la zona republicana

Evolución política y social de la zona republicana

EVOLUCIÓN POLÍTICA Y SOCIAL DE LA ZONA REPUBLICANA:  Tras la sublevación, Casares Quiroga dimitió y fue sustituido por José Giral. Este gobierno dio armas a las milicias de los partidos y disolvio el ejercito para intentar frenar la rebelión.En verano de 1936 la republica se desplomo y se desencadeno una revolucion social de carácter colectivista impulsada por los anarquistas CNT y FAI y por parte de la UGT Y POUM. Sin embargo PSOE y PCE se opusieron. Se formaron comités revolucionarios y se desencadeno persecuciones y saqueos contra los sublevados. En septiembre de 1936 se formó el gobierno de Largo Caballero, republicanos, socialistas y comunistas .Querían recomponer el Estado eliminando las cortes revolucionarias y sometiendo las milicias del nuevo Ejercito popular. En mayo de 1937 tuvieron lugar los sucesos de Barcelona o de Mayo en el que los anarquistas se enfrentaron a la generalitat por el poder.Tras la derrota anarquista, el Gobierno quedo muy débil y los comunistas amenazaron con dimitir. Finalmente, se formó el gobierno de Negrín sin la UGT y CNT.Su política se basó en el esfuerzo militar y la Resistencia de ultranza. También propuso el programa de los 13 puntos(elecciones).Franco lo rechazó y en 1939 el coronel Casado se sublevó con ayuda de los socialistas moderados. A pesar de esto, Franco entró en al capital. La república había acabado.

Evolución de la España republicana

Durante los primeros días de guerra, las asociaciones obreras, ante la negativa del gobierno, se armaron ellas mismas para combatir al enemigo. El gobierno decaía, y se crearon varios órganos de poder y autogestión. Seemprendieron incautaciones, intervenciones, controles, eliminación de simpatizantes (incluido Iglesia y clero). El gobierno cambia constantemente de mano, intentando buscar el equilibrio y la organización de las distintas fuerzas políticas. Las Cortes reanudaron sus sesiones y aprobaron el Estatuto Vasco. Los anarquistas se unieron al gobierno. Se llevaron a cabo algunas reformas.

Crisis de 1937

En 1937 estalla un grave conflicto en Barcelona al enfrentarse anarquistas y POUM a las fuerzas del orden. Largo Caballero dimite y fue reemplazado por el socialista Negrín. Este nuevo gobierno tuvo como principal prioridad la guerra, sin embargo, seguía habiendo tensiones dentro de la república, algunas de ellas causadas por la diferencia de opinión frente al final de la guerra: algunos querían negociar, y otros querían seguir la lucha. Tras la batalla del Ebro, sólo pueden rendirse y aceptar la capitulación incondicional.

Evolución de la España nacional

A pesar de que los intentos conspiratorios eran constantes, no había planes políticos para el futuro. Los nacionales se vieron obligados a encontrar la forma de organizar los territorios conquistados, formando para ello una Junta Nacional, controlada por los tres principales jefes militares: Franco, Queipo y Mola.

Francisco Franco

Franco disponía de las tropas mejor preparadas y contaba con el apoyo de los militares monárquicos. Fue designado como jefe de la dirección bélica y política de la zona nacional. Poco a poco comenzó a construir las bases de los que él denominaba Nuevo Estado y a ir ganando más poder.

Desarrolló un plan para unificar todos los partidos de derechas (CEDA, Falange, carlistas, y monárquicos) en una sola organización política bajo su dirección, la denominada Falange Española Tradicionalista y de las JONS.A pesar de la importancia de la falange en su formación, el partido no conservaba todos los rasgos fascistas.

Tras la muerte de Mola, Franco crea el primer gobierno, dotado de cierta pluralidad pero sin unidad ideológica. El régimen se define como nacionalsindicalista bajo inspiración fascista y católica.

Consecuencias de la guerra

Se llevó a cabo una gran represión por parte de ambos bandos. Militares, civiles y eclesiásticos fueron asesinados por uno u otro bando. Muchas personas se exiliaron y otras tantas pasaron por las cárceles franquistas.

En cuanto a los bienes materiales, se gastaron todas las reservas del banco de España, la renta per cápita cayó y no se recupero en 15 años, y los años de posguerra fueron años de hambre y racionamiento.

La consecuencia más directa fueron 4 décadas de dictadura franquista.

Evolución política de las dos zonas durante la Guerra civil.

Zona republicana

Desde el principio a esta zona le faltó unidad política. El Gobierno de la República, presidido por José Giral, carecía

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de autoridad. Las milicias obreras y campesinas, armadas, formaron comités con total independencia del gobierno. Estalló una revolución social espontánea, liderada por los sindicatos UGT y CNT,  que realizaron incautaciones y colectivizaciones de servicios públicos, fábricas y tierras. Durante un breve periodo comenzó una indiscriminada represión sobre personas de derechas, terratenientes y curas principalmente, que el gobierno no pudo controlar. El terror popular asustó a la burguesía y desacreditó a los republicanos ante los países democráticos.

Azaña, presidente de la República, encargó a Largo Caballero, secretario de UGT, la formación de un nuevo gobierno de coalición (republicanos, socialistas, comunistas e incluso anarquistas). El gobierno de Largo Caballero (4 septiembre de 1936 a mayo de 1937) emprendió reformas políticas para  recuperar el control y la disciplina. Las milicias fueron militarizadas y se establecieron tribunales populares para frenar la represión indiscriminada. Ante el avance franquista el gobierno se trasladó a Valencia.

Pero no había unidad de acción: centralistas y autoritarios se enfrentaban a regionalistas y libertarios.

Los anarquistas, el trotskista POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) y el ala radical de la UGT – con Largo Caballero- querían hacer simultáneamente la guerra y la revolución, mientras que los partidos republicanos, la mayoría reformista y moderada del PSOE – con Indalecio Prieto - y el Partido Comunista eran partidarios de un estado republicano fuerte para primero ganar la guerra y  posponer la revolución. El Partido Comunista se había hecho dominante gracias a la ayuda soviética. En mayo de 1937 se enfrentaron en una batalla callejera en Barcelona la UGT, los comunistas y el gobierno de la Generalitat contra los anarquistas y el POUM, que perdieron. Largo Caballero dimitió. Un nuevo gobierno, presidido por el socialista Negrín, compuesto por socialistas, republicanos de izquierda y comunistas, recuperó el control del Estado, frenó las colectivizaciones y se esforzó por ganar la guerra. Negrín propuso la resistencia a ultranza contra Franco, hasta que se produjese el estallido de la guerra mundial que ya veía próxima. Las derrotas le hicieron perder adeptos, enfrentándose a Prieto y Azaña, partidarios de negociar con Franco. Sólo le apoyaba el PCE. En sus famosos Trece Puntos(mayo de 1938) expuso su programa de negociación con garantías que Franco no aceptó. Finalmente, tras la caída de Cataluña, fue depuesto por el golpe militar del coronel Casado, partidario de desplazar a los comunistas y negociar con Franco. Negrín huyó a Francia.

Zona nacionalista:

La ventaja del bando sublevado frente a los republicanos fue su unidad, simbolizada por la creación de la Junta de Defensa de Burgos, bajo la presidencia de general Cabanellas. Políticamente los nacionalistas carecían de proyecto propio - eran gente de derechas, centralistas y autoritarias a la vez - pero todos tenían claro que su supervivencia dependía de ganar la guerra. El general Franco consiguió que la Junta, reunida en Salamanca, le nombrara jefe del Estado y Generalísimo de los ejércitos el 29 de septiembre de 1936. Franco montó su cuartel general en Salamanca. Tras la muerte de Mola,  poco a poco fue concentrando el poder y edificando su nuevo Estado como una dictadura personal. Para controlar los grupos políticos de los que se nutrían las tropas nacionalistas, carlistas y Falange, los fusionó por el decreto de Unificación (abril de 1937) en un partido único, Falange Española Tradicionalista y de las JONS, (FET y de las JONS), del que se nombró Jefe Nacional, ya que José Antonio Primo de Rivera había sido fusilado en prisión. Se integraran posteriormente en él la CEDA y los monárquicos para evitar enfrentamientos. En enero de 1938 se creó en Burgos el primer gobierno del nuevo Estado, presidido por Franco. En marzo hizo el Fuero del Trabajo inspirado en el fascismo y adoptó el título de Caudillo. La Iglesia católica también apoyó a Franco. El cardenal Gomá, arzobispo de Toledo y primado de España, organizó una Carta colectiva del episcopado español en su apoyo y justificó la guerra como una cruzada contra el comunismo.

En la zona nacionalista se dio una brutal represión general contra republicanos de todo tipo: dirigentes sindicales, líderes políticos, personas de ideología liberal o izquierdista, maestros, votantes de la República, poetas como Lorca, etc que fueron fusilados sin previo juicio. El terror salvaje se impuso, no de forma indiscriminada, como en el bando republicano, sino organizado desde el poder y bajo la supervisión de la Iglesia, el Ejército y la Guardia Civil. Los militares sublevados utilizaron el terror de forma sistemática para asentar su poder y destruir al enemigo.

Los sublevadostenían tendencias políticas diversas e incompatibles (monárquicos, carlistas, falangistas, republicanos, etc).

Las carteras las repartió entre monárquicos, conservadores católicos, tradicionalistas, falangistas y militares.

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3.7

La represión en las retaguardias

Artículos principales: Terror Rojo (España), Terror Blanco (España) y Víctimas de la Guerra Civil Española.

Durante los primeros días, unas 50.000 personas que quedaron atrapadas en el bando contrario fueron ejecutadas mediante los

llamados paseos. Estos eran realizados por grupos armados que iban a buscar a la gente a sus casas o las cárceles donde se

hallaban presos y bajo el eufemismo de vamos a dar un paseo los llevaban a cualquier carretera o a las tapias del cementerio y los

ejecutaban.

Posiblemente el más divulgado de tales ajusticiamientos entre los llevados a cabo por el bando nacional, debido a la relevancia del

protagonista, sea el del poeta y dramaturgo Federico García Lorca en el barranco de Víznar en Granada. También adquirió gran

relevancia la masacre de Badajoz, perpetrada por las tropas sublevadas tras la toma de la ciudad.

Por parte del bando republicano la mayor serie de asesinatos masivos fueron las Matanzas de Paracuellos entre el 7 de noviembre y

el 4 de diciembre de 1936, sacas de los presos de las cárceles de Madrid (entre los que se encontraba el dramaturgo Pedro Muñoz

Seca junto otras personas, intelectuales, religiosos, políticos y militares) y asesinados, la mayoría, en la localidad de Paracuellos.

En el contexto de la guerra fueron muchos los que se aprovecharon para realizar tan macabros actos, a veces por venganza sin

relación con la propia contienda, y cuando una zona caía en manos de uno u otro bando, no tardaban en llegar los paseos.

Especialmente cruel para la población fue el caso de las localidades que fueron intermitentemente ocupadas por ambos bandos, con

las consiguientes y repetidas ejecuciones y venganzas.

En la zona bajo control de la República, los enfrentamientos entre milicias y facciones opuestas también sirvieron de coartada a

episodios de represión sangrientos, como en el caso de las jornadas de mayo de 1937 en Barcelona, narradas por el

escritor inglés George Orwell en su obra Homenaje a Cataluña, basada en su experiencia de primera mano.

El militar Ramón Salas Larrazábal estudió las cifras de víctimas que pudieron morir en estas retaguardias. Consideró, según sus

estudios que todas las víctimas fueron inscritas en los Registros Civiles, haciendo un cálculo aproximado de las muertes de la Guerra.

En el Anexo:Mortalidad en la Guerra Civil Española, por inscripción en juzgados, se puede ver un resumen de sus conclusiones. Sin

embargo en estudios posteriores, y por ejemplo, en Navarraque el consideraba lugar testigo, se ha podido comprobar que las víctimas

de la represión eran muy superiores a las cifras que él había calculado.

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Represión franquistaMujeres suplicando a los soldados rebeldespor la vida de sus familiares prisioneros.Constantina (Sevilla), verano de 1936.

Milicianos republicanos caídos prisioneros de los sublevados durante la Batalla de Guadarrama.

La represión franquista se refiere al largo proceso de violencia física, económica, política y cultural que sufrieron durante la Guerra

Civil Española los partidarios del bando republicano en la zona sublevada, y durante la posguerra y el Régimen de Franco los

perdedores de la Guerra Civil -los republicanos-, quienes les apoyaban o podían apoyarles, los que eran denunciados como

antifranquistas -lo fueran o no-, así como posteriormente los miembros de organizaciones políticas, sindicales y en general quienes no

estaba de acuerdo con la existencia de la dictadura franquista, manifestaban su oposición al mismo y quienes constituían o podían

constituir un peligro para el mismo.

En la historiografía no española, la represión franquista se suele denominar terror blanco (white terroren inglés, terreur

blanche en francés).1 2 3 4

El periodo álgido de represión y violación de los derechos humanos (que corresponde al llamado "terror blanco") empezó con

el alzamiento militar de julio de 1936 y se considera que terminó en 1945, cuando la Segunda Guerra Mundial puso fin a las

dictaduras de Hitler y Musolini, principales apoyos del régimen franquista. A partir de 1945, año de la promulgación del Fuero de los

Españoles, se suele hablar de represión franquista, una represión que se aplicó durante toda la dictadura hasta el fallecimiento

de Francisco Franco en noviembre de 1975.5

Tipos de represión[editar · editar código]

La dictadura franquista recurrió a lo largo de toda su existencia, hasta 1976, a los métodos represivos propios de todo régimen no

democrático. La no observancia de estas prohibiciones conllevaba penas de cárcel, sanciones y multas, así como violencia física en

la primera fase represiva del Régimen. La represión ejercida por el franquismo se extendió a toda la sociedad y puede clasificarse del

siguiente modo:

La represión violenta y física[editar · editar código]

Véanse también: Víctimas de la Guerra Civil Española#Represión en la posguerra, Desaparecidos del franquismo, Ejecutados víctimas

de la represión durante la dictadura franquista y Víctimas de la represión en la zona franquista.

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Localización geográfica de las fosas o lugares de enterramiento de la Guerra Civil Española de las que se dispone información. Símbolos según la

actuación realizada sobre cada una de ellas. Verde: Fosa aún no intervenida. Blanco: Fosa aún no encontrada. Amarillo: Transferida al valle de los

caídos. Rojo: parcial o totalmente exhumada. acuerdo con las circunstancias del homicidio. Fuente:Ministerio de Justicia de España

Incluye los ajusticiamientos "legales", en cumplimiento de sentencias dictadas por tribunales militares durante el periodo de la guerra

civil, los asesinatos ilegales, las llamadas sacas, practicadas al margen de las autoridades militares, pero con el pleno conocimiento

de que se estaban llevando a cabo. Las "sacas" fueron especialmente intensas durante los meses de julio y agosto de 1936. Dentro

del ámbito de la represión física también se incluye el encarcelamiento y cualquier pena de privación de libertad. La represión violenta

y física ejercida por el régimen continuó después del fin de la contienda, en periodo de paz, y se prolongó hasta los años 1970,

adoptando métodos no tan masivos y más ajustados a la legalidad establecida por el sistema judicial vigente en aquel periodo.

Las desapariciones forzosas siguieron produciéndose hasta después de laSegunda Guerra Mundial.6 7 8 Muchos de los encargados de

la represión o la administración en los campos habían sido víctimas en la zona republicana, y por este motivo mantuvieron una

voluntad de furia y venganza hacia los vencidos.9 Tampoco los funcionarios de alta instancia de la posguerra se mostraron muy

contrarios a este clima de represión y venganza: El Director General de Prisiones, Máximo Cuervo Radigales, y el jefe del Cuerpo

Jurídico Militar, Lorenzo Martínez Fuset, contribuyeron en no poca medida a crear este clima represivo.10

Balance[editar · editar código]

Véase también: Genocidio en España

Muchas de las víctimas fueron enterradas en fosas comunes repartidas por toda España, a menudo fuera de los cementerios y

diseminadas por el campo, y sin que su muerte fuese inscrita en los registros civiles. Desde principios de los años 2000, diversas

asociaciones de víctimas del franquismo como la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica se han encargado de

localizar estas fosas para identificar los restos de los ajusticiados y entregarles a sus familiares para que pudieran darles una

sepultura digna. La ley de memoria histórica, aprobada en diciembre de 2007, pretende hacer efectivos los nuevos derechos

reconocidos a las víctimas del franquismo para equipararles a las víctimas del otro bando, y ha establecido un mapa de fosas y

víctimas, en constante actualización.11

Según el historiador británico Antony Beevor, el número total de víctimas de la represión franquista podría acercarse a 200.000,

teniendo en cuenta que en varias provincias el recuento aún no había sido efectuado en 2005.12

Según el historiador británico Hugh Thomas, el balance de la represión llevada a cabo por los nacionales se cifraría en 75.000

muertos durante la guerra, de los que dos tercios corresponderían a los primeros meses del conflicto (incluyendo las ejecuciones en

los campos de concentración, las ordenadas por los tribunales después de 1936 y los muertos en el frente).13 Estas cifras alcanzarían

100.000 muertos si se incluyen los represaliados por los nacionales en los territorios conquistados.13

Diversas estimaciones presentan cifras en torno a 150.000 víctimas,14 algunas apuntando hasta 400.000 muertos,15 16 según el

periodo considerado y la inclusión o no de las víctimas muertas en campos de concentración. El historiador francés Guy Hermet

subraya que las masacres se prolongaron más tiempo bajo el gobierno franquista, siendo éste menos amenazado que el gobierno

republicano. En cuanto a los cientos de miles de presos internados encampos de concentración franquistas, 192.000 habrían sido

fusilados, a veces varios años después del fin de la contienda, con picos de varios centenares de ejecuciones al día en algunos

periodos de 1939 y 1940.17

La represión administrativa[editar · editar código]

Practicada con todos los funcionarios del Estado Republicano, tanto en las instituciones Centrales, como en diputaciones y

municipios, llevada a cabo mediante un proceso de purga conocido con el nombre de depuración. Los funcionarios eran castigados

con sanciones que iban desde el encarcelamiento, el traslado forzoso, la suspensión de empleo y sueldo, la inhabilitación y la

separación.18 Para la obtención de una plaza, se daba prioridad a los leales al Movimiento Nacional, y se exigía la presentación de

"certificados de buena conducta" expedidos por el jefe local de FET y de las JONS y el cura de la parroquia.19

Page 6: Evolución política y social de la zona republicana

Miles de oficiales que habían servido la República fueron expulsados del ejército.20

La represión educativa[editar · editar código]

Artículo principal: Depuración del Magisterio español tras la Guerra Civil Española

La represión administrativa practicada en el Sistema Educativo fue especialmente intensa, tanto en la enseñanza primaria y

secundaria como en las universidades. Instituciones pioneras de educación superior y de investigación como la Residencia de

Estudiantes de Madrid fueron desmanteladas por ser consideradas subversivas, y los contenidos educativos fueron revisados para

ajustarse a los estrictos criterios políticos, religiosos y culturales del Régimen, en todos los niveles de la enseñanza.21 18 La cuarta

parte de los maestros y profesores de España fueron expulsado de la enseñanza.22 Ya ha sido estudiada en el caso del Magisterio

Nacional, con diversas investigaciones de ámbito nacional y local. El Cuerpo de Funcionarios y Telégrafos también ha sido objeto de

estudio e investigación, así como diversos ayuntamientos.

En los casos de personas afectadas por las depuraciones políticas tanto en el ámbito laboral como en las administraciones públicas,

éstas se vieron privadas de su derecho a percibir una jubilación.

La represión religiosa[editar · editar código]

La religión católica fue instaurada religión oficial del Estado, y su doctrina declarada fuente de inspiración de la legislación.23 24 Las

demás religiones quedaron limitadas al ámbito privado y se prohibieron sus manifestaciones públicas. No obstante, en 1967 fue

reformada la ley para incluir en su articulado la libertad religiosa, prohibiendo las manifestaciones externas de toda religión que no

fuese católica, y reafirmando la protección oficial que el Estado brindaba a esta última.25 Los lazos privilegiados entre el Estado y la

Iglesia católica llevaron a que se hablase de nacional catolicismo.26

La represión lingüística[editar · editar código]

Implicaba la prohibición o ridiculización de las lenguas de España diferentes del castellano, única lengua reconocida políticamente.27

La represión económica[editar · editar código]

La represión económica fue practicada mediante multas económicas (pago de cantidades fijas), incautaciones totales o parciales de

bienes y embargos de cuentas bancarias, decididas por la Comisión Central de Bienes Incautados por el Estado y por comisiones

provinciales de incautación. Se aplicó en virtud de un decreto aprobado el 10 de enero de 1937, en particular su artículos 6 y 8 que

sancionaban económicamente a "los responsables de daños o perjuicios causados a España". El 9 de febrero de 1939, la Ley de

Responsabilidades Políticas amplió ese decreto para "liquidar las culpas contraídas por quienes contribuyeron con actos u omisiones

graves a forjar la subversión roja, a mantenerla viva durante más de dos años y a entorpecer el triunfo del Movimiento Nacional". El

artículo 10 imponía sanciones económicas a todos los condenados por tribunales militares. Estas sanciones se aplicaban incluso tras

el fallecimiento del condenado. Las incautaciones se realizaban a particulares, partidos políticos, asociaciones, firmas comerciales.28

Esta ley se aplicaba no sólo a todos los opositores al régimen sino también a los que habían servido civil y militarmente bajo la

Segunda República. Vulneraba la irretroactividad penal, castigando ideas y actos anteriores al levantamiento franquista, y por lo tanto

legales cuando se realizaron.29

El 13 de abril de 1945, el Ministerio de Justicia publicó un decreto que declaró extinguidos los procedimientos de Responsabilidades

Civiles y Políticas y los tribunales creados para su aplicación, al considerar cumplida su misión. Creó la Comisión Liquidadora de

Responsabilidades Políticas para resolver los casos pendientes y los recursos presentados contra las sentencias

sancionadoras.28 Buena parte de los recursos fueron sobreseidos o indultados, y los bienes y el dinero incautados fueron devueltos en

las décadas posteriores, por un importe equivalente al que tenían en las fechas de incautación, lo que representaba una fuerte

devalorización.29

La restitución del patrimonio histórico y acumulado de los sindicatos de trabajadores, asociaciones empresariales y sociedades

vinculadas a ellos, no se planteó hasta el inicio de la Transición, cuando un Real Decreto Ley de 1976 repartió entre los sindicatos

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mayoritarios los bienes acumulados por elsindicato vertical, recientemente abolido. La devolución del patrimonio histórico de las

organizaciones sindicales no fue contemplada de hecho hasta la aprobación en 1986 de la Ley de Cesión de Bienes del Patrimonio

Sindical Acumulado.30

La represión laboral[editar · editar código]

Llevada a cabo en todos los ámbitos productivos, con despidos de puesto de trabajo, inhabilitaciones laborales y profesionales. Las

organizaciones patronales realizaban listas de "rojos" o "sindicalistas" para evitar que entrasen a las empresas. En el caso de

miembros de profesiones liberales, fue llevada a cabo por los propios colegios profesionales, después de su correspondiente

depuración. Los funcionarios públicos que habían servido durante la República fueron despedidos de acuerdo con la "Ley de

Depuración".

La represión política[editar · editar código]

Se prohibieron los partidos políticos, sindicatos, asociaciones y periódicos no afines al régimen. Se anuló la libertad de expresión para

opiniones contrarias al gobierno o simplemente discrepantes, y se estableció desde las mismas instancias de gobierno un sistema

de censura de todos los medios de comunicación.

La represión cultural[editar · editar código]

La censura fue aplicada a temas no relacionados directamente con la política: literatura, poesía, canciones, artes plásticas, cine y

teatro. Se impuso un modelo cultural definido según los criterios establecidos por el Estado.

Extensión de la represión[editar · editar código]

La represión franquista se inició en el mismo comienzo la guerra civil, en aquellas provincias donde triunfo rápidamente la

conspiración armada contra la República, el llamado Alzamiento, finalizando en la década de los años 70, con la muerte de Francisco

Franco.

Represión en la zona republicana durante la Guerra Civil Española

Zonas nacional y republicana en agosto y setiembre de 1936.

La represión en la zona republicana durante la Guerra Civil Española fue una sucesión de acciones violentas cometidas en el

territorio del bando republicano durante la Guerra Civil Española.1 2 Dichas acciones, al igual que las originalmente ocurridas durante

la revolución bolchevique, eran cometidas por grupos de revolucionarios contra aquellos a los que percibían como sus enemigos de

clase. En España, eso incluía tanto a empresarios, industriales, terratenientes y políticos de la derecha como a miembros y bienes de

la iglesia católica, a quien tradicionalmente las fuerzas de izquierda había visto siempre como alineada junto a las clases capitalistas y

reaccionarias, y actuando como un factor necesario para la represión psicológica del obrero.2 3 4 5

Page 8: Evolución política y social de la zona republicana

El cálculo de fallecidos oscila entre los 38.000 y los 85.000, incluyendo a más 6.800 religiosos católicos, cifras que algunos autores

elevan incluso más.

El bando sublevado basó casi desde el principio sus razones para sublevarse en la existencia de esta represión, que atribuían al

mismo Gobierno de la República, a los partidos que lo formaban y a los sindicatos que lo apoyaban. Pero los hechos violentos no se

iniciaron hasta después del golpe de Estado de julio de 1936 que dio lugar a la guerra.2 3 4 5 En general, se considera que la represión

en zona republicana, calificada globalmente por el bando nacional como Terror Rojo, es el argumento definitivo de los sublevados

para reprimir y privar de derechos a los perdedores de la Guerra Civil.6 7

Antecedentes[editar · editar código]

Artículos principales: Segunda República Española y Guerra Civil Española.

El Papa Pío XI. Fervienteanticomunista, se opuso al avance dellaicismo durante la Segunda República Española; su apoyo espiritual al bando

sublevado, impulsado en su mayor parte por las noticias del Terror Rojo, fue imprescindible para la creación de la "Cruzada Nacional" y el

posteriornacionalcatolicismo.

La proclamación de la Segunda República Española el 14 de abril de 1931 trajo consigo la constitución de un gobierno laico, que

promovió la separación Iglesia-Estado mediante la Constitución de la República Española de 1931. En ella se declaraban

expresamente las libertades de conciencia y de culto.8 Además, se recortaba de forma determinante la influencia de la iglesia

católica en la sociedad española, eliminando su control de los cementerios,8 imponiendo la obligación de obtener autorización para

poder realizar actos públicos de culto,8 y sobre todo estableciendo la obligatoriedad de que la educación fuera laica y estuviera en

manos del estado, prohibiendo a las órdenes religiosas dedicarse a la misma,9 10 aunque se reconocía el derecho de cada culto a

enseñar sus doctrinas fuera de los colegios públicos.10

La Constitución de 1931 también recortó de forma crucial la influencia económica de la iglesia católica y las órdenes religiosas en

España: pasaron a ser consideradas como «asociaciones sometidas a una ley especial»; se les retiraba toda subvención o ayuda por

parte del Estado, las regiones, las provincias y los municipios; se disolvía cualquier orden en la que se prestara voto de «obediencia a

autoridad distinta de la legítima del Estado» (como en la Compañía de Jesús, en que se presta voto de obediencia al Papa); se les

prohibía dedicarse a la industria, al comercio, o acumular más bienes de los considerados necesarios para sus fines; y se les obligaba

a pagar impuestos y declarar anualmente sus ingresos y bienes.9

Los grupos sociales más cercanos a la iglesia protestaron de inmediato contra estos recortes, adoptando la postura de que suponían

un ataque a las libertades de los católicos (a pesar de estar dirigidos a la iglesia como institución y a las órdenes religiosas). En 1933,

Page 9: Evolución política y social de la zona republicana

el Papa Pío XI publicó la encíclica Dilectissima nobis(Sobre la injusta situación creada a la iglesia católica en España).11 En ella se

quejaba del contenido de la reciente «Ley de Confesiones y Congregaciones Religiosas» (que articulaba los recortes presupuestarios

y en materia de posesión de bienes), así como de la pretensión de separación Iglesia-Estado, a la que calificaba de «gravísimo error»

y «funesta consecuencia del laicismo». El argumento de que los recortes presupuestarios y las expropiaciones de bienes se debían a

un anticlericalismo feroz y sin justificación promovido desde el Estado, ya presentado en la encíclica, se convirtió en una constante en

las obras posteriores, hasta el punto de que algunos autores han afirmado que la masonería desempeñó un papel importante en las

decisiones del Gobierno, ya que relevantes cargos del Gobierno pertenecían supuestamente a la misma, así como al menos 183

diputados en las Cortes del Parlamento Español.12 Este concepto de la masonería como grupo en la sombra profundamente

anticlerical sería también defendido por los apologetas del franquismo en años posteriores.13

En cualquier caso, el giro laicista introducido por la Segunda República provocó una radicalización de las posturas favorables a la

iglesia católica y su papel en el Estado, lo que llevó a una confrontación directa que acentuó el anticlericalismo ya existente en la

España de la época.2 3 4

La represión en la zona republicana en los primeros meses[editar · editar código]

Tras el golpe de estado[editar · editar código]

Monolito alzado en el cementerio deParacuellos del Jarama, en honor a las víctimas de las matanzas de Paracuellosenterradas en el mismo.

Portal gótico de la iglesia parroquial deSan Ginés, en Vilasar de Dalt (Barcelona), recuperado de las ruinas de la iglesia original, derruida y

reconstruida en 1940.

Los primeros días tras el golpe de estado se unieron dos factores determinantes en el estallido de la represión indiscriminada en el

territorio controlado por la República: con el fin de apagar los focos de rebelión se repartieron armas a los obreros integrados

en milicias (o estos las consiguieron por su cuenta), controladas por los partidos políticos y sindicatos, no por el Gobierno; y la

rendición de los militares sublevados en las plazas donde el golpe fracasó destapó la trama de conjuras alrededor de la planificación

del mismo, exponiendo la intervención de grupos de ultraderecha y extendiendo la sospecha de «golpistas» sobre todas las

organizaciones y clases sociales que en alguna ocasión habían apoyado políticamente a tales grupos, lo cual incluía a políticos de la

derecha y la iglesia católica.2 3 4

La entrega de armas a contingentes fuera del control del Estado, unida a una identificación, cierta o no, de enemigos de la República,

se unió a la oportunidad de realizar ajustes de cuentas personales.2 Los represión empezó con la ejecución de golpistas tras rendirse

en las zonas donde el alzamiento fracasó. De ahí, siguió con el arresto indiscriminado, seguido en ocasiones del asesinato, de

sospechosos de haber apoyado el golpe: principalmente industriales, terratenientes, gente de ideología política claramente derechista,

y religiosos.4

El tema de hasta dónde llegaron las responsabilidades políticas en esta fase inicial de crímenes es objeto de cierta disputa. La línea

más común en la historiografía afirma que la gran mayoría de casos se debieron principalmente a una explosión de ira en el bando

republicano o a revanchismo individual amparado en la falta de control, y que como tal, se apagaron hasta desaparecer a inicios de

1937 cuando el gobierno finalmente logró tomar las riendas de los grupos de milicianos armados.2 3 4 Algunos autores "revisionistas",

encabezados por Pío Moa y César Vidal, afirman que el Gobierno de la República y los principales partidos políticos que lo formaban

eran perfectamente conscientes de lo ocurrido, y favorecían dichas acciones de manera abierta y constante.14 La afirmación de que la

Page 10: Evolución política y social de la zona republicana

Guerra Civil no comenzó con el golpe de estado en España de julio de 1936 sino con la Revolución de Asturias de 1934 forma parte

de la línea argumental de estos autores en todas sus obras sobre la Guerra Civil y la dictadura franquista.15 16 17

La represión se inició persiguiendo a golpistas hechos prisioneros (como Fanjul o Goded), y a aquellos percibidos como enemigos de

clase: dirigentes, militantes o simpatizantes de la CEDA o de Falange Española (como Primo de Rivera o Ledesma), pero

también terratenientes y nobles (como De la Quadra Salcedo), empresarios e industriales, católicos reconocidos (como Rovira i

Roure) e incluso políticos republicanos contrarios a la revolución social (como Melquíades Álvarez). Se formaron patrullas de

milicianos armados con el objetivo de arrestar y juzgar sumariamente a los «enemigos del pueblo». Aunque una minoría de los

asesinados eran supuestamente culpables de delitos de sangre,18 el vacío de poder causado por el golpe, rellenado de facto por los

recientemente armados grupos de las milicias obreras sin supervisión, dio pie a la posibilidad de ajustar cuentas personales sin temor

a castigo, situación que se dio con relativa frecuencia.19 4 2 Del mismo modo, el calor del combate en los primeros días provocó varios

incidentes de asesinatos masivos de prisioneros cuando los milicianos lograban reducir un núcleo golpista después de una defensa

armada intensa, como sucedió en el cuartel de Simancas y el cuartel de la Montaña.

En las grandes ciudades se instituyeron las checas con el fin de actuar como policía política, aunque algunas (como la dirigida

por Agapito García Atadell) eran simples bandas criminales con afán de lucro personal, que se amparaban bajo la cobertura de los

partidos y sindicatos para alcanzar sus objetivos personales.3 4 2 Los presos eran muchas veces objeto de «paseos» (eran trasladados

a las afueras, donde se les ejecutaba y se abandonaba el cadáver). En ocasiones estos asesinatos se realizaban de forma masiva, en

las llamadas sacas de presos; en éstas se reunía a presos de distintas checas o cárceles (como las de Porlier o la Modelo de Madrid),

muchas veces con el pretexto de un traslado, cuando realmente su destino era una ejecución extrajudicial y una fosa común. Las más

famosas de ellas fueron las posteriormente bautizadas como matanzas de Paracuellos.

Las violaciones y demás vejaciones a las mujeres (como en el caso de las llamadas enfermeras mártires de Somiedo) fueron

proporcionalmente muy infrecuentes.20

El caso del País Vasco[editar · editar código]

La actual comunidad autónoma del País Vasco y la comunidad foral de Navarra permanecieron prácticamente ajenas a la violencia

religiosa, aunque los actos de represión política por parte de las milicias se dieron igual que en el resto de España.21 22 La población

del territorio vasco era en aquella época (y venía siendo) muy religiosa; allí la iglesia se mantuvo siempre muy unida a la tierra, las

parroquias eran el punto de reunión natural en las zonas rurales, y el nivel de católicos practicantes, que en el conjunto de España no

alcanzaba el 30%, era en el País Vasco de más del 50%.3 De hecho el Partido Nacionalista Vasco, principal fuerza nacionalista vasca,

tuvo desde sus orígenes una importante tradición religiosa católica, anticipándose al surgimiento de los modernos

partidos democristianos. La iglesia vasca, por su parte, siempre había dado amplio apoyo al movimiento nacionalista vasco.3

Esta situación de la iglesia, diametralmente opuesta a la del resto del territorio español, hizo que tras la toma del País Vasco por parte

de las tropas nacionales los sacerdotes identificados como nacionalistas vascos fueran también blanco de la represión. Un total de 16

sacerdotes fueron fusilados por las tropas franquistas en 1936 por sus ideas nacionalistas. La jerarquía católica española minusvaloró

el hecho, excepto el obispo de Vitoria que fue expulsado de España por las autoridades franquistas por manifestar sus

protestas.2 3 4 El Vaticano protestó por los fusilamientos, aunque dicha protesta no se hizo pública en su día, y estos fueron ignorados

por la propaganda nacionalista.2 3 4

Por otra parte, y aunque la proporción fuera muy inferior a la del resto de España, también fueron asesinados 39 miembros del clero

en el País Vasco, principalmente en las «sacas» de presos ocurridas en los buques prisión Cabo Quilates y Altuna-Mendi, así como

en las prisiones de Larrinaga y Ángeles Custodios, entre agosto de 1936 y enero de 1937. Estas «sacas» se produjeron como

represalias a los bombardeos de la aviación del bando nacional.21 22

Los ataques de la aviación "nacional" de los días 31 de agosto y 25 de septiembre sobre Bilbao, la ciudad del norte más castigada por

los bombardeos de los sublevados, motivaron el asesinato de los detenidos en los barcos prisión Cabo Quilates y Altuna Mendi (siete

el 31 de agosto y 75 el 25 de septiembre). El 2 de octubre volvió a ser asaltado el Cabo Quilates por marineros del acorazado

Page 11: Evolución política y social de la zona republicana

republicano Jaime I que asesinaron a numerosos detenidos, entre ellos doce sacerdotes.23 Las represalias más graves se produjeron

el 4 de enero de 1937 tras el durísimo bombardeo que sufrió Bilbao ese día. "Una multitud exaltada asaltó distintas cárceles y más de

200 personas fueron ejecutadas". El gobierno vasco presidido por José Antonio Aguirrereaccionó inmediatamente y ordenó una

investigación judicial para determinar las responsabilidades de los hechos. Fueron detenidas 61 personas, aunque finalmente las

condenas a muerte no se cumplieron, pero fue la primera vez en ambos bandos en que las autoridades investigaron un caso de

represalias por bombardeos (en todos los demás los responsables quedaron impunes). Además el gobierno vasco tomó medidas muy

estrictas lo que impidió que hubiera nuevas represalias.24

Las primeras amenazas de que habría represalias se se producían bombardeos se habían producido al inicio la campaña de

Guipúzcoa cuando la Junta de Defensa de Irún advirtió que serían fusilados "los rehenes derechistas, entre los que se

encuentran Víctor Pradera, Honorio Maura, el obispo deValladolid..." si la población era bombardeada (amenaza que fue cumplida).

Un proclama similar había hecho la junta de San Sebastián y la cumplió tras el bombardeo que sufrió la ciudad el 18 de agosto por

el acorazado España: fueron condenados a muerte por un consejo de guerra 13 militares y civiles detenidos.25

Las represalias por los primeros bombardeos (julio-octubre de 1936)[editar · editar código]

Véase también: Bombardeos en la Guerra Civil Española

En la zona republicana las represalias por los bombardeos de los sublevados fueron de mayores dimensiones que en la zona

sublevada ya que allí los mecanismos de coerción del Estado prácticamente habían desaparecido debido al estallido de la revolución.

En Gijón el pánico y el odio causado por el durísimo bombardeo del 14 de agosto que causó muchos muchos muertos provocaron el

fusilamiento de más de 150 presos que estaban detenidos en la iglesia de San José. En Málaga los bombardeos aéreos de los

sublevados día y noche fueron alimentando el odio en la población y el 22 de agosto tras una incursión de la aviación sublevada que

destruyó e incendió los depósitos de Campsa pero también causó numerosas víctimas civiles, entre ellas muchas mujeres y niños, se

produjo la primera saca de la cárcel en la que fueron fusiladas 46 personas, entre ellas el general Francisco Patxot Méndez,

gobernador militar de Málaga que se había unido a los sublevados. Los bombardeos de los días 30 de agosto y 20, 21 y 24 de

septiembre provocaron nuevas sacas en las que fueron fusiladas más de doscientas personas. Asimismo el bombardeo

del acorazado Jaime I fondeado en el puerto de Málaga fue respondido con la formación de un improvisado tribunal que juzgó y

condenó a muerte a los diez oficiales detenidos por haber intentado sublevarse el 19 de julio, que fueron inmediatamente fusilados en

la noche del 12 al 13 de agosto. Los hechos ocurrieron en alta mar cuando el barco iba rumbo a labase naval de Cartagena para ser

reparado y la marinería se amotinó exigiendo su ejecución.26

Cuando el Jaime I llegó a Cartagena el 13 de agosto la exaltación de su marinería contagió al resto de dotaciones y a la guarnición de

la base naval, y la misma noche de su llegada diez oficiales fueron fusilados en un callejón. Pero lo más grave ocurrió al día siguiente

cuando fueron asaltados dos barcos prisión, el Sil y el España nº3, y conducidos a alta mar y allí los detenidos, muchos de ellos

militares que habían participado en Cartagena, Albacete y Almería en el golpe de estado del 18-19 de julio, fueron asesinados y

arrojados al mar (52 del Sil y 159 del España nº 3). Al mismo tiempo en tierra algunas destacadas personas de derechas fueron

"sacadas" de la cárcel y asesinadas en la carretera de Murcia.27

En la noche del 13 de septiembre de 1936 un grupo de milicianos ejecutó a la mayoría de los presos, 93, que se encontraban

recluidos en el castillo deIbiza (algunos salvaron la vida saltando por las ventanas y huyendo) como represalia por el bombardeo que

había sufrido la ciudad aquel día. El 18 de noviembre en Menorca, fueron sacados 50 presos del buque prisión Atlante, la mayoría de

ellos religiosos y militares, y fueron inmediatamente asesinados, compro represalia por los bombardeos de la base naval de Mahón de

los días 15, 16 y 18 de noviembre, especialmente por el último que causó seis muertos entre los trabajadores de las fortificaciones y

un marinero. Al día siguiente un pelotón de artilleros fusiló a otro grupo de 22 presos, 15 de ellos religiosos.28

Una gravedad similar a las represalias de Bilbao del 4 de enero de 1937 tuvieron las motivadas por el primer bombardeo de

Santander una semana antes (el 27 de diciembre de 1936) que causó muchas víctimas civiles. El barco prisión Alfonso Pérez fue

asaltado y 155 detenidos derechistas fueron asesinados.29

Page 12: Evolución política y social de la zona republicana

Gamel Woolsey, esposa de Gerald Brenan, explicaba así las represalias a los bombardeos aéreos en su obra "Málaga en llamas"

publicada en 1939:30

El odio alcanza cotas muy elevadas durante los ataques aéreos, especialmente por la noche. (...) La bomba cae y siega la vida de sus inocentes

víctimas; después el pueblo soliviantado reclama su deuda de sangre. La misma historia siempre: la gente del barrio se exalta y se dirige a cobrársela

a las cárceles, donde a su vez aniquila a cuarenta o cincuenta de entre un centenar de infelices almas, la mayoría tan inocentes como los niños

exterminados por las bombas

La represión en la zona republicana desde finales de 1936[editar · editar código]

Véase también: Jornadas de Mayo de 1937

La cantidad de ejecuciones extrajudiciales y destrucciones de patrimonio eclesiástico se fueron reduciendo de forma continuada a

medida que el Gobierno de la República fue reforzando su control sobre los grupos armados de obreros y sindicalistas.2 3 4 A partir de

mayo de 1937, la represión tomó un nuevo cariz cuando, a raíz de las conocidas como Jornadas de Mayo de 1937 se produjo un

enfrentamiento directo, principalmente en Barcelona, entre el Partido Comunista de España y otros partidos y sindicatos

revolucionarios, como el POUM y la CNT.

Los enfrentamientos armados acabaron provocando un cambio en el Gobierno de la República. Posteriormente se inició una «purga»,

instigada por elPartido Comunista, en la que destacados líderes de los demás grupos revolucionarios fueron apresados y asesinados

de forma extrajudicial, igual que lo habían sido hasta entonces los militantes de derechas, bajo la acusación precisamente de ser

cómplices del fascismo internacional contra la República. Algunos, como Andreu Nin, desaparecieron en el sistema de checas sin

dejar rastro.3 2

Las represalias por bombardeos[editar · editar código]

El primer bombardeo aéreo de la base de Cartagena del 18 de octubre tuvo represalias. "Un total de 49 personas fueron sacadas de

la cárcel de San Antón y fusiladas en el cementerio de la ciudad".31 Asimismo el bombardeo de Alicante el 28 de noviembre motivó el

asalto a la prisión provincial, de la que fue sacado un grupo de 49 presos que fueron asesinados en las paredes del

cementerio.32 Mucho más graves fueron las represalias con motivo del bombardeo del puerto de Rosas por el crucero Canarias el 30

de octubre ya que corrió el rumor de que los "nacionales" habían desembarcado en aquella localidad de la costa gerundense. Así se

desencadenó una ola de terror por muchas ciudades de la retaguardia catalana. En Gerona el seminario que servía como cárcel fue

asaltado y 16 detenidos implicados en el golpe de julio de 1936 fueron fusilados; en San Feliu de Guíxols cuatro derechistas y seis

sacerdotes fueron conducidos al cementerio y asesinados; en Olot también fue asaltada la prisión y diez personas fueron fusiladas;

en Tarrasa unos milicianos detuvieron a doce personas y poco después las asesinaron; en Tarragona, fue asesinado un

sacerdote.33 Asimismo el siguiente bombardeo del crucero Canarias sobre una población de la costa gerundense, esta vez Palamós el

16 de noviembre, provocó represalias en Palamós y en los pueblos cercanos. En total fueron asesinadas 22 personas.34 El primer

bombardeo marítimo de Barcelona, el 13 de febrero de 1937, que fue realizado por el crucero italiano Eugenio de Saboya, provocó el

pánico en la ciudad. Cuatro personas que presuntamente habían hecho señales desde un edificio para orientar el bombardeo fueron

detenidas y fusiladas a continuación.35

Durante la batalla de Madrid las represalias más graves se produjeron el 6 de diciembre de 1936 en Guadalajara después de un

bombardeo en el que 23 aviones "facciosos" arrojaron 200 bombas incendiarias y 40 explosivas que causaron 18 víctimas mortales

además de numerosos destrozos materiales. Ese día civiles y milicianos asaltaron la cárcel y asesinaron a todos los presos

derechistas, cerca de 280 personas. Los esfuerzos para evitar la matanza del gobernador civil Miguel Benavides (quien ya había

impedido un primer intento de asalto a la cárcel tras el bombardeo del 1 de diciembre) fueron inútiles ante "una ingente multitud [que]

se dirigió hacia la cárcel alentada por milicianos y miembros del comité revolucionario, a los que se unieron los milicianos de una

compañía del batallón Rosenberg acuartelado en la ciudad".32 En cambio el intento de asalto de la cárcel de Alcalá de Henares de dos

días después, como represalia a un bombardeo "nacional" en que murieron varios civiles, fue impedido por el anarquista Melchor

Page 13: Evolución política y social de la zona republicana

Rodríguez, Director General de Prisiones, que, según uno de los reclusos, el conocido monárquico Cayetano Luca de Tena, "se

plantó en la puerta [de los talleres de la prisión donde se habían refugiado los presos] y consiguió frenarles. Les dijo que eran unos

cobardes, que matar presos desarmados era muy fácil y que si querían podían ir al frente".36

Las últimas represalias por bombardeos fueron las de Jaén de principios de abril de 1937, en que 128 personas derechistas

encarceladas desde el golpe de julio de 1936 fueron sacadas de la prisión provincial y fusiladas junto al cementerio de Mancha

Real después del bombardeo que sufrió la ciudad el 1 de abril, y las de Gijón de agosto de 1937, en que cada vez que el puerto o la

ciudad eran bombardeadas se fusilaba en la cubierta del barco prisiónLuis Caso de los Cobos a varias decenas de los 500 detenidos

derechistas, entre ellos algunos sacerdotes, que estaban allí recluidos.37

Consecuencias[editar · editar código]

Víctimas de la represión[editar · editar código]

Artículo principal: Víctimas de la Guerra Civil Española

Ceremonia de beatificación de los mártires de la Guerra Civil, Ciudad del Vaticano, octubre de 2007.

La mayoría de hispanistas de prestigio, aunque difieren en las cifras, defienden que la represión en el bando republicano fue de

menor duración que su equivalente en el bando nacional, y muy inferior a lo que la propaganda franquista proclamó en su día y con

posterioridad a la guerra.38 Todos coinciden en afirmar que se redujo a una mínima expresión a partir de la primavera de 1937,

pasando a centrarse más en purgas de disidentes republicanos y milicianos que en represión según clase social.2 3 4 39

El macrojuicio conocido como «Causa General», celebrado tras la guerra por parte del nuevo gobierno liderado por Francisco Franco,

se ha considerado durante mucho tiempo como la fuente de la cifra oficial de muertos a causa de la represión en la zona republicana,

a pesar de las críticas recibidas. Las cifras que se extraen de la misma hablan de 85.940 asesinados en total. La cifra que consta en

el Santuario Nacional de Valladolid es de 54.594.3

Cruz conmemorativa en el lugar en que fueron fusilados 20 monjes franciscanos en Fuente el Fresno (Ciudad Real).

La cantidad de seglares asesinados fue muy superior a la de religiosos. La cifra de muertos entre los miembros de la iglesia católica

según dicha fuente se eleva a 6.832: 282 monjas, 13 obispos, 4.172 párrocosy curas de distinto rango, 2.364 monjes y frailes (entre

ellos 259 claretianos, 226 franciscanos, 204escolapios, 176 maristas, 165 Hermanos Cristianos, 155 agustinos, 132 dominicos y

114 jesuitas).2 40 La distribución de dichos muertos fue muy desigual; en algunas diócesis bajo control de la república apenas hubo

víctimas entre el clero, mientras que en otras, como Barbastro, fue asesinado hasta un 88%.2 También variaron mucho los grados de

ensañamiento para con las víctimas; mientras unos fueron fusilados sin mas, otros fueron torturados antes de morir.2 3 4

La iglesia católica siempre ha considerado a los religiosos muertos durante el conflicto como mártires por la fe, a excepción de los

curas fusilados en el País Vasco por el bando nacional por su postura favorable al nacionalismo vasco;41 ninguno de ellos ha sido

beatificado todavía, bajo el argumento de que no murieron por ser sacerdotes, sino por ser nacionalistas.42 Del resto de religiosos

fallecidos, muchos han sidobeatificados desde que terminó la guerra, varios centenares en el mismo Vaticano: 233 en el año 2001,43 y

otros 498 en 2007.43 Esta fue la ceremonia de beatificación más numerosa llevada a cabo por la iglesia en su historia,44

Pérdidas de edificios y demás patrimonio[editar · editar código]

Page 14: Evolución política y social de la zona republicana

Estatua de la Virgen de la Almudena, esculpida en 1941 para sustituir a la original, destruida en 1936.

Véase también: Revolución social española de 1936

Los bienes de los llamados «enemigos del pueblo» solían ser confiscados, en ocasiones por la fuerza y con gran violencia. Los bienes

productivos (tierras de labranza, talleres y fábricas) volvían de inmediato al trabajo, esta vez controlados por comités revolucionarios.

Aunque, al igual que en la violencia contra las personas, se produjeron casos de saqueos y robos, la tendencia general fue la de

socializar los bienes incautados. Los palacetes y mansiones se convertían en nuevas sedes de los partidos políticos y sindicatos, los

bienes se repartían entre la gente o quedaban en depósito para uso comunal.2 3 4

Los estallidos de violencia también afectaron en gran medida a las posesiones de la Iglesia Católica y las órdenes religiosas. En estos

casos, el móvil era más la destrucción que el robo45 Muchas colecciones dearte sacro pudieron ser salvadas de la destrucción in

extremis por funcionarios públicos46 Aunque en Madridse salvaron en un primer momento gran parte de las iglesias y demás edificios

religiosos merced a la intervención del gobierno, en muchos lugares estos mismos edificios fueron pasto de las llamas después de ser

saqueados (en Barcelona, por ejemplo, solo lograron salvarse la Catedral y el monasterio de Pedralbes).

En general la destrucción de las iglesias se recibía con más indiferencia que excitación.3 Casi todas las que se salvaron en la zona

republicana fueron reacondicionadas como almacenes, casas del pueblo, u otros usos públicos. Hasta años posteriores se

prohibieron las manifestaciones públicas de culto. Los símbolos religiosos fueron también blanco de la ira de los milicianos; muchas

estatuas fueron destruidas o mutiladas de forma rutinaria.2 3 4

El reconocimiento a las víctimas por la dictadura franquista[editar · editar código]

Inscripción en la Iglesia de San Miguelde Ogarrio (Cantabria) en memoria deJosé Antonio Primo de Rivera y los partidarios locales del bando nacional

caídos en la Guerra Civil. Tras la guerra, estas inscripciones se instituyeron oficialmente en todas las parroquias de España.

Las víctimas del Terror Rojo fueron ensalzadas y glorificadas como mártires en la Cruzada Nacional contra elcomunismo por parte del

régimen franquista. Este mecanismo fue empleado sobre todo por Falange Española; tras la guerra, el comunismo internacional, y

sobre todo la URSS, fueron considerados el origen de todos los males de España, incluyendo la reciente Guerra Civil. Se acrecentó

una fuerte necesidad de revancha, que encontró salida en la represión de todos los sospechosos de connivencia con el comunismo, y

por extensión la República (los llamados desafectos), así como en la solicitud de voluntarios para el Frente Ruso a partir de 1941,

encuadrados en la División Azul.47

El Valle de los Caídos[editar · editar código]

Vista de la cruz del Valle de los Caídos.

Artículo principal: Valle de los Caídos

En 1940, por orden de Franco se inició la construcción del Valle de los Caídos, un enorme conjunto monumental en recuerdo de los

caídos de ambos bandos durante la guerra civil. Formado por una basílica, una abadía y una enorme cruz de unos 150 metros de

altura; allí están enterrados Primo de Rivera y el propioFranco.

Page 15: Evolución política y social de la zona republicana

La Causa General[editar · editar código]

Artículo principal: Causa General

Tras la guerra, el nuevo Gobierno liderado por Francisco Franco realizó un juicio mastodóntico, la Causa General instruida por el

Ministerio Fiscal sobre la dominación roja en España, conocida abreviadamente como «Causa General», en la cual durante dos

décadas se recopiló de forma exhaustiva una relación de todos los crímenes cometidos en territorio republicano.

El nacionalcatolicismo[editar · editar código]

Artículo principal: Nacionalcatolicismo

El nacionalcatolicismo fue una de las principales señas de identidad ideológica del franquismo. Su manifestación más visible fue la

hegemonía que tenía la Iglesia Católica en todos los aspectos de la vida pública e incluso privada, pasando a convertirse en religión

oficial del Estado, incluida en la enseñanza obligatoria. La gran mayoría de los obispos sobrevivientes, de los cuales el más

representativo fue el Cardenal Gomá, no sólo dieron su apoyo total al franquismo, sino que plantearon la lucha del bando

nacional como una auténtica Cruzada Nacional en defensa de la fe católica.48 Dicha situación hegemónica se prolongó hasta 1978.

Memoria histórica

Mapa de fosas de la Guerra Civil Española. Localización geográfica de las fosas o lugares de enterramiento en el territorio español de las que se

dispone información, representadas con símbolos de diferentes colores según la actuación realizada sobre cada una de ellas. Fuente:Ministerio de

Justicia

En 2007 el gobierno español aprobó la Ley de Memoria Histórica, que intenta restaurar la memoria y dignidad de los

represaliados.308 Esta incluye renombrar vías públicas con nombres franquistas, eliminación de símbolos falangistas de monumentos,

mapas de fosas comunes y exhumación de cadáveres, etc.309

Igualmente, otras administraciones económicas han actuado en la misma línea,310 llegando a pronunciarse a favor la ONU 311