evangelio comentado i de pascua

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¡La paz esté con ustedes! Comentario al Evangelio del Domingo. Luc 24, 35-48 26 de abril de 2015 Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó: "¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo". Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: "¿Tienen aquí algo para comer?". Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; él lo tomó y lo comió delante de todos. Después les dijo: "Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos". Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió: "Así esta escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto. Palabra del Señor. Gloria a Ti, Señor Jesús. ¡La paz esté con ustedes! Comentario al Evangelio del Domingo. Luc 24, 35-48 26 de abril de 2015 Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó: "¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo". Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: "¿Tienen aquí algo para comer?". Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; él lo tomó y lo comió delante de todos. Después les dijo: "Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos". Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió: "Así esta escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto. Palabra del Señor. Gloria a Ti, Señor Jesús.

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Comentario del Evangelio del Domingo 1 de Pascua

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  • La paz est con ustedes!

    Comentario al Evangelio del Domingo. Luc 24, 35-48

    26 de abril de 2015

    Ellos, por su parte, contaron lo que les haba pasado en el camino y cmo lo haban reconocido al partir el pan. Todava estaban hablando de esto, cuando Jess se apareci en medio de ellos y les dijo: "La paz est con ustedes". Atnitos y llenos de temor, crean ver un espritu, pero Jess les pregunt: "Por qu estn turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tquenme y vean. Un espritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo". Y diciendo esto, les mostr sus manos y sus pies. Era tal la alegra y la admiracin de los discpulos, que se resistan a creer. Pero Jess les pregunt: "Tienen aqu algo para comer?". Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; l lo tom y lo comi delante de todos. Despus les dijo: "Cuando todava estaba con ustedes, yo les deca: Es necesario que se cumpla todo lo que est escrito de m en la Ley de Moiss, en los Profetas y en los Salmos". Entonces les abri la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y aadi: "As esta escrito: el Mesas deba sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer da, y comenzando por Jerusaln, en su Nombre deba predicarse a todas las naciones la conversin para el perdn de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto.

    Palabra del Seor. Gloria a Ti, Seor Jess.

    La paz est con ustedes!

    Comentario al Evangelio del Domingo. Luc 24, 35-48

    26 de abril de 2015

    Ellos, por su parte, contaron lo que les haba pasado en el camino y cmo lo haban reconocido al partir el pan. Todava estaban hablando de esto, cuando Jess se apareci en medio de ellos y les dijo: "La paz est con ustedes". Atnitos y llenos de temor, crean ver un espritu, pero Jess les pregunt: "Por qu estn turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tquenme y vean. Un espritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo". Y diciendo esto, les mostr sus manos y sus pies. Era tal la alegra y la admiracin de los discpulos, que se resistan a creer. Pero Jess les pregunt: "Tienen aqu algo para comer?". Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; l lo tom y lo comi delante de todos. Despus les dijo: "Cuando todava estaba con ustedes, yo les deca: Es necesario que se cumpla todo lo que est escrito de m en la Ley de Moiss, en los Profetas y en los Salmos". Entonces les abri la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y aadi: "As esta escrito: el Mesas deba sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer da, y comenzando por Jerusaln, en su Nombre deba predicarse a todas las naciones la conversin para el perdn de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto.

    Palabra del Seor. Gloria a Ti, Seor Jess.

  • Nos encontramos inmersos en una cultura social que se ve desbordada por la multiplicidad de actividades que hacer y distancias que recorrer. En medio de la gran Ciudad, nos queda poco tiempo para compartir con los dems, para buscar momentos de introspeccin y de silencio. Vivimos como si nuestra existencia fuera una especie de triler de cine en el que las mejores y perores escenas acontecen de forma sbita e inmediata. La sensacin que nos queda es que nuestra vida se hace breve y queda condensada en una cuntas imgenes retenidas por nuestra pupila. Cristo Resucitado, se presenta con otra lgica: Inflama el corazn de paz para que disfrutemos de su presencia. Inflama el corazn de paz para que confiemos, creamos en l y en su Resurreccin. Inflama el corazn de paz para que pasemos tiempo con l y los amigos. Inflama el corazn de paz para que disfrutemos las cosas cotidianas de la vida: un almuerzo, el trabajo, la amistad, una reunin Inflama el corazn de paz para que nos sentemos a escuchar la Palabra de Dios en la Sagrada Escritura y en

    los acontecimientos de la vida cotidiana. Y as, de esta forma, aprendamos a discernir su voluntad. Inflama el corazn de paz para que anunciemos su Palabra a todas las naciones. Inflama el corazn de paz para que reconozcamos al otro como nuestro hermano y compaero de camino en el anuncio del Evangelio. Inflama el corazn de paz para que hagamos experiencia del perdn de nuestros pecados y de los otros. Inflama el corazn de paz para que lo reconozcamos cuando parte el Pan, cuando reparte su Cuerpo y Sangre para nosotros. Inflama el corazn de paz para que podamos reconocer que tambin, en nuestras heridas, va actuando su amor, su generosidad. Inflama el corazn de paz para que seamos Testigos crebles de su Resurreccin, de su predileccin por los jvenes y los ms pobres. De qu est inflamado mi corazn hoy? De qu lo quiere encender Cristo?

    P. Erick Oate Jorquera, sdb.

    Nos encontramos inmersos en una cultura social que se ve desbordada por la multiplicidad de actividades que hacer y distancias que recorrer. En medio de la gran Ciudad, nos queda poco tiempo para compartir con los dems, para buscar momentos de introspeccin y de silencio. Vivimos como si nuestra existencia fuera una especie de triler de cine en el que las mejores y perores escenas acontecen de forma sbita e inmediata. La sensacin que nos queda es que nuestra vida se hace breve y queda condensada en una cuntas imgenes retenidas por nuestra pupila. Cristo Resucitado, se presenta con otra lgica: Inflama el corazn de paz para que disfrutemos de su presencia. Inflama el corazn de paz para que confiemos, creamos en l y en su Resurreccin. Inflama el corazn de paz para que pasemos tiempo con l y los amigos. Inflama el corazn de paz para que disfrutemos las cosas cotidianas de la vida: un almuerzo, el trabajo, la amistad, una reunin Inflama el corazn de paz para que nos sentemos a escuchar la Palabra de Dios en la Sagrada Escritura y en

    los acontecimientos de la vida cotidiana. Y as, de esta forma, aprendamos a discernir su voluntad. Inflama el corazn de paz para que anunciemos su Palabra a todas las naciones. Inflama el corazn de paz para que reconozcamos al otro como nuestro hermano y compaero de camino en el anuncio del Evangelio. Inflama el corazn de paz para que hagamos experiencia del perdn de nuestros pecados y de los otros. Inflama el corazn de paz para que lo reconozcamos cuando parte el Pan, cuando reparte su Cuerpo y Sangre para nosotros. Inflama el corazn de paz para que podamos reconocer que tambin, en nuestras heridas, va actuando su amor, su generosidad. Inflama el corazn de paz para que seamos Testigos crebles de su Resurreccin, de su predileccin por los jvenes y los ms pobres. De qu est inflamado mi corazn hoy? De qu lo quiere encender Cristo?

    P. Erick Oate Jorquera, sdb.