evaluaciÓn e intervenciÓn en psicomotricidad

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EVALUACIÓN E INTERVENCIÓN EN PSICOMOTRICIDAD | Divulgación Dinámica Formación © 2020 | Todos los derechos reservados

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EVALUACIÓN E INTERVENCIÓN EN PSICOMOTRICIDAD

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Con el objetivo de mejorar el contenido del módulo, Divulgación Dinámica apuesta por la referencia a recursos didácticos interactivos tales como vídeos, audios y enlaces. Este contenido es externo a Divulgación Dinámica, por lo que si detectase algún enlace caído o erróneo agradeceríamos que nos lo comunicases a [email protected]

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NOTA ACLARATORIA: Para facilitar la lectura, se evita la utilización continuada de la duplicidad de género. Así, cada vez que se cita algún género, se entiende que se hace referencia a ambos, sin que ello implique ningún tipo de consideración discriminatoria ni valoración peyorativa.

Contenido

01. Metodologías en psicomotricidad 4

02. La sala de psicomotricidad 11

2.1. Los materiales de la sala de psicomotricidad 12

2.2. Los espacios de la sala de psicomotricidad 13

03. La sesión de psicomotricidad 15

3.1. Los tipos de sesiones de psicomotricidad: dirigida y vivenciada 16

04. La intervención psicomotriz 22

4.1. Los objetivos de intervención 22

4.1.1. Objetivos y actividades psicomotrices en función de la etapa evolutiva 25

4.2. Las técnicas de intervención 27

4.2.1. El juego 27

4.2.2 El cuento motor 28

4.2.2. El cuento motor 30

4.2.3. La relajación 30

4.2.4. La eutonía 32

4.2.5. La danza 33

4.3.1. Expresión plástica 34

4.3.2 Los circuitos de psicomotricidad 35

BIBLIOGRAFÍA 37

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01. Metodologías en psicomotricidad

Una vez se ha hecho la evaluación y se han definido los objetivos de la intervención psicomotriz, se planifica la estrategia o metodología, que responde a la pregunta de cómo se va a hacer. Aunque las actividades de psicomotricidad pueden estar organizadas en función de diferentes metodologías,

también pueden realizarse de una forma más libre sin basarse en ningún método en especial.

Alguna de los diferentes métodos que nos permiten establecer rutinas en las sesiones de psicomotricidad en función de los objetivos a conseguir y el grupo con el que se trabaje son: La terapia de movimiento rítmico, El método Padovan, El método Doman y El método Acouturier.

Además de estos métodos y de la posibilidad de seguir una metodología más libre, hay otros más estructu-rados y novedosos como el Currículo Carolina, un programa de intervención para niños menores de dos años que trabaja cinco áreas principales (cognición, comunicación, adaptación social, motricidad fina y gruesa). Tiene su propio cuadernillo de evaluación basado en 26 diferentes secuencias de ejercicios que se consideran lógicas para cada área. Los autores del Currículo Carolina consideran que no hay unas áreas más importantes que otras. Se trata de un sistema muy estructurado que, incluso especifica bajo qué condiciones se considera que cada habilidad este presente.

TERAPIA DE MOVIMIENTO RÍTMICO

Kerte Linde, a través de la observación de los movimientos espontáneos y reflejos de los be-bés y los efectos que estos parecen tener a nivel neurológico, desarrolló este método consideran-do que los movimientos rítmicos que los bebés realizan durante los primeros meses de vida, son importantes para la maduración cerebral.

Los reflejos primitivos, son respuestas automáti-cas e involuntarias que presentan los músculos ante determinados estímulos sensoriales. Estos reflejos primitivos deben acompañar a los bebés durante los primeros meses para después pasar a integrarse en patrones motores más específi-cos y permanecer ya así toda la vida.

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De esta forma, cuando desaparecen los reflejos primitivos se instalan los reflejos posturales, que son aque-llos movimientos espontáneos que permiten a las personas moverse manteniendo la estabilidad y equilibrio automáticamente cuando andan, gatean, corren, etc. Pero si los reflejos primitivos se quedan instaurados no se da el control automático del equilibrio ni de otras habilidades motoras, lo que afecta negativamente al niño en su vida diaria.

Así, la TMR o terapia de movimientos rítmicos, se basa en que la estimulación de los sentidos provocada por los mo-vimientos rítmicos de los bebés, lo cual estimula el sistema nervioso y permite que se complete el desarrollo cerebral de forma óptima en el niño. Su fundamento es que, cuando estos movimientos no se integran de forma correcta puede estar indicandose un mal desarrollo cerebral que hay que trabajar.

Según esta teoría lo que ocurre es que los ejercicios rítmi-cos estimulan las redes nerviosas y van desarrollando la red neuronal, por lo que en la TMR se realizan movimientos rítmicos parecidos a los que hace el bebé de forma natural desde que nace hasta que empieza a caminar. Estos ejer-cicios pueden integrarse dentro de la rutina de psicomo-tricidad de los niños con una duración aproximada de 10 minutos.

“Ejercicios de Terapia de movimiento rítmico

(BRMT) en Ayalde”Fuente: Colegio Ayalde

LA IMPORTANCIA DE LOS REFLEJOS

En los recién nacidos se producen actos reflejos automáticos ante determinados estímulos como una forma de adaptación primitiva al medio que acompaña al ser humano. La mayoría de estos reflejos des-aparecen a los pocos meses del nacimiento, aunque algunos se conservan toda la vida.

La presencia o ausencia de reflejos en periodos que no corresponden puede ser un signo de alteración del sistema nervioso central que ayude a detectar un posible problema que se deba intervenir.Algunos de los reflejos más famosos son:

• Reflejo del moro: hasta los 4 meses al separar la cabeza del bebé de una superficie y dejarla caer se da una reac-ción en la que se extiende el cuerpo y se rotan los miem-bros superiores abriéndose las manos.

• Reflejo de succión: hasta los 3 meses se produce cuando al presionar el labio inferior el bebé succiona fuertemente como si comiese.

• Reflejo de búsqueda: hasta el segundo mes al estimular zonas próximas a la boca, el bebé se gira hacia el lado esti-mulado buscando una posible fuente de comida.

• Reflejo de marcha: hasta los 2 meses al sujetar al bebé por el tronco con las piernas apoyadas en una superficie realiza el movimiento de andar.

• Reflejo de babinsky: hasta los 6 meses al rozar el borde externo de los pies, los dedos se extien-den.

“Valoración neurologica del recien nacido.”Fuente: Eduardo Cota

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EL MÉTODO PADOVAN

Beatriz Padovan desarrolló este método buscando una forma de ayudar a alumnos con dificultades de apren-dizaje que no tenían problemas de inteligencia, y sin embargo fracasaban en la escuela por presentar ciertas dificultades en la motricidad fina y gruesa.

Se trata de un método de Reorganización Neurofuncional que consiste en una serie de ejercicios básicos necesarios para el desarrollo evolutivo que generalmente se dan de forma espontánea en una persona con desarrollo óptimo. Así, el método se encarga de repasar esos movimientos para promover su desempeño en niños que no lo han logrado de forma natural. Los ejer-cicios abarcan:

» Movimientos neuroevolutivos de locomoción. Coordinación de brazos-piernas, gateo, etc.

» Movimientos neuroevolutivos del habla que coordinan la respiración, succión, masticación y deglución.

» Movimientos neuroevolutivos de manos y articu-laciones para la motricidad fina y la precisión.

» Movimientos neuroevolutivos de ojos para la adaptación ocular por ejemplo en la lectura.

De esta forma, este método, se basa en mostrar al ce-rebro caminos neuronales no aprendidos que son más efectivos que los que se están utilizando para una buena integración del sistema nervioso y su rendimiento motor.

EL MÉTODO DOMAN

Glen Doman fue un médico estadounidense que comenzó su trabajo para mejorar el área motriz e intelectual de niños con lesiones cerebrales. Estos trabajos se centraban en estimular al cerebro para mejorar las cone-xiones neuronales.

El programa que creó inicialmente con este fin trabaja en 3 niveles. El área que se conoce como “excelencia física” está especialmente vinculado a la psicomotricidad, planteándose el trabajo de las siguientes habili-dades:

1. Competencia de movilidad: en ella se trabajan la carrera, el gateo y el arrastre, a través de circuitos con colchonetas, obstáculos, túneles, etc. de esta forma se desarrolla la fuerza, la agilidad, la respi-ración, la coordinación y la autonomía del niño.

2. Equilibrio: el objetivo es coordinar y regular los movimientos con respecto a la gravedad, y para ello suele utilizarse una barra de equilibrio.

3. Competencia manual: en ella se trabaja el bra-queo, que es una actividad en la que con una es-calera situada horizontalmente el niño se mueve agarrándose con los brazos. Se pretende obtener destreza manual para escribir y trazar correcta-mente y mejorar la postura de la columna y la musculatura.

Debido a su gran éxito en esta área, el método se sigue utilizando hoy en día con niños con y sin di-ficultades para potenciar sus capacidades desde pequeños.

“Padovan method for childen wih celebral palsy”

Fuente: Rehabilitation Center - Evexia

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De forma complementaria, la psico-motricidad también puede trabajarse con la ayuda de animales gracias a terapias asistidas, como por ejemplo las que se realizan con perros, en las que se aprovecha el vínculo que se genera entre el perro y el niño para motivar las actividades de movimien-tos. Por ejemplo, se pueden utilizar los perros para acompañar a los ni-ños en circuitos.

“Intervenciones Asistidas con Perros”

Fuente: Juan Lacida

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“Programa motórico siguiendo el Método Doman”

Fuente: Colegio María Auxiliadora

Valverde del Camino

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MÉTODO ACOUTURIER

El método Aucouturier o Práctica Psicomotriz Aucouturier (PPA), creado por el pedagogo francés Bernard Aucouturier tiene por objetivo la maduración psico-lógica de los niños a través de la vía corporal, el movimiento y el juego.

Tal y como indica su nombre, PPA, más que un método, se trata de una práctica, es decir, es algo dinámico que a nivel práctico se relaciona con los espacios de psicomotricidad que incorporan la mayoría de las escuelas infantiles donde hay colchonetas, espalderas, rampas, bloques de espuma,... Desde este método las sesiones de psicomotricidad están organizadas y estructuradas con la inten-ción de ofrecer las condiciones óptimas para que los niños expresen y actúen de manera natural y espontánea y así puedan comunicar, crear y representar.

La PPA tiene un carácter tanto educativo, para favorecer el desarrollo físico, social y emocional, como preventivo, dirigido a trabajar con niños que presentan difi-cultades como alteraciones psicomotoras, déficit de atención, hiperactividad,... Además, permite observar si la expresividad de los niños es excesiva o inhibida, si el desarrollo imaginativo y la dinámica son saludables,... de tal manera que, lo original de este método es comprender y dar sentido a los juegos, acciones y expresividad corporal de los niños en relación a su desarrollo madurativo.

El periodo evolutivo donde la expresividad psicomotriz se trabaja con este mé-todo va desde los primeros meses hasta los 7-8 años, periodo donde los niños son más capaces de expresar, a través de su cuerpo y de sus acciones lo que están viviendo en su mundo interno.

Para desarrollar PPA son fundamentales tanto el espacio y los materiales como la figura del psicomotricista. Aunque ninguna sesión de psicomotricidad es igual a otra, todas siguen la misma estructura con algunas pequeñas variaciones. En las escuelas habitualmente se llevan a cabo en sesiones semanales de una hora y media, normalmente en grupos de niño pertenecientes a la misma aula.

Siguiendo a Aucouturier los momentos que se siguen a nivel general son:

» Ritual de entrada. Inicialmente los niños se des-calzan y se sitúan todos juntos en “L” o en círculo. Es el momento de la acogida, de saludar y reco-nocer a cada uno y de recordar las normas y dia-logar de forma breve sobre lo que desean jugar.

» Momento para la expresividad motriz. Momento donde los niños juegan de manera espontánea. El espacio que se ocupa es toda la sala, excep-tuando los rincones definidos para los rituales de entrada y salida, determinándose principalmente dos espacios.

Uno para el desarrollo de actividades de tipo sensorio motriz con material y estructuras fijas (espalderas, plataformas de salto, colchonetas de grandes dimensiones,...) y un espacio libre con materiales movibles (bloques de gomaespuma, telas, cuerdas, cajas, peluches,...) para actividades de tipo representativas o simbólicas. Habitual-

mente, en el momento de expresividad motriz se diferencian de manera espontánea dos momen-tos, uno caracterizado por una “explosión psico-motora” del principio, que suele dar paso, en el caso de los niños mayores, al juego simbólico.

» Momento del cuento. Tiempo para la relajación después del movimiento y que sirve de transición entre la expresividad motriz y la representación gráfico-plástica. Se suele realizar en el mismo es-pacio destinado a los rituales de entrada y salida.

» Momento para la representación gráfico-plástica y verbal. A los niños se les propone que realicen un dibujo, que modelen con plastilina o que ha-gan construcciones con planchas de madera con el objetivo de activar su pensamiento y su creati-vidad. Se habla de lo que han experimentado en la sesión.

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» Ritual de salida. Es el momento de preparar a los niños para abandonar la sala de psicomotricidad. Dependiendo de la edad de los niños se utilizará alguna canción de despedida o se recogerá el ma-terial.

El mayor tiempo de la sesión se dedica a la expre-sividad motriz, entre 40-45 minutos. El tiempo de rituales de entrada y salida suponen unos 10-15 minutos y la representación gráfica-plástica-visual y el cuento suponen unos 15-20 minutos, teniendo siempre en cuenta que se trata de prácticas flexibles según las necesidades y demandas que se perciban.

MÉTODO PIKLER-LOCZY

El método Aucouturier suele ser introducido como continuidad a la Pedagogía Pikler- Lóczy.

Emmi Pikler era una pediatra que concebía al niño como un ser competente y con desarrollo autónomo. Los planteamientos más destacados de este método, muy usado en la etapa de bebés, son el valor de la actividad autónoma y la relación afectiva.

En cuanto al valor de la actividad autónoma, este tiene especial interés en el ámbito psi-comotriz, pues se considera que los niños se desarrollan a nivel motor de manera libre y autónoma si se les ofrecen espacios y materiales adecuados para dicho desarrollo además de ofrecerle una actitud no-intervencionista por parte de los adultos que le rodean, por ejemplo, el niño aprende a sentarse y a andar, aunque no se le siente ni se le lleve de la mano. Así, por ejemplo, en esta metodología se recomienda no fomentar en los niños la po-sición de sentados hasta que ellos mismos puedan tomarla desde la posición de tumbados.

ESTADIOS DEL DESARROLLO MOTOR PICKLERIANOS EN PRIMERA INFANCIA

Las referencias temporales para cada uno de los estadios son amplias ya que se contempla la gran variabi-lidad individual aunque, de forma general, hacia los 16 meses la mayoría debe iniciar la marcha.

FASE NEONATAL

Pasar de estar estirado de espaldas a estar de lado 3-7 meses

FASE DE ESTAR POR EL

SUELO

Estadio 1 Pasar de estar estirado de espaldas a estirado boca abajo 4-8 meses

Estadio 2 Pasar de estar estirado boca abajo a estirado de espaldas 4-9 meses

Estadio 3 Arrastrarse, hacer la serpiente, reptar 7-13 meses

Estadio 4 Gatear 8-16 meses

Estadio 5 Sentarse 9-16 meses

Estadio 6 Ponerse de rodillas 10-15 meses

Estadio 7 Ponerse de pie 12-21 meses

Estadio 8 Hacer los primeros pasos sin ningún tipo de ayuda 12-21 meses

Estadio 9 Andar de forma segura 13-21 meses

“Sesión de psicomotricidad desde el enfoque Aucouturier”

Fuente: Fundacion Margot

Echecopar de Rassmuss

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En cuanto a la relación afectiva basada en relaciones estables, se pretende que el adulto no interven-ga directamente en las iniciativas del niño, pero fomente que este se sienta seguro con intercambios gestuales y verbales que demuestren atención.

Otra característica es la denominada como Pedagogía de la vida diaria, por la cual existe una pro-gramación de rutinas diarias de alimentación, higiene, vestido,... otorgándoles valor educativo a esas “pequeñas acciones” pero tan “importantes para los más pequeños.

Será la comunicación verbal de las actuaciones que el adulto hace al niño, la suavidad de los gestos, la petición de participación y la espera atenta de su colaboración en las actividades cotidianas de alimentación e higiene, las que permitan al menor sentirse seguro para poder ir desarrollando auto-nomía.

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02. La sala de psicomotricidad

La sala de psicomotricidad es el lugar donde habitualmente se desarrollan las sesiones de psico-motricidad. Para que el trabajo sea lo más completo posible, lo ideal es que esta sala se divida en diferentes espacios, cada uno con materiales específicos para realizar distintas actividades.

Lo ideal es que la sala de psicomotricidad reúna también determinadas características:

» En cuanto al tamaño, esta debe ser lo suficiente-mente grande como para que todos puedan mo-verse libremente por el espacio de forma cómo-da, pero sin que el espacio sea tan abierto que puedan llegar a sentirse perdidos o que los mate-riales parezcan no conectar unos con otros.

» En cuanto al suelo, es muy importante que en él se pueda andar descalzo, pues esto favorece ya en sí mismo el desarrollo de una mejor conexión con el propio cuerpo y el tacto del entorno. Para ello, lo habitual es que el suelo sea de moqueta, parqué o corcho, es decir, materiales que permitan que se mantenga a una temperatura agradable.

» En cuanto a la decoración, lo ideal es que las pare-des estén pintadas en tonos claros para no saturar la atención de los participantes, dado que ya de por sí en la sala habrá una importante cantidad de objetos que pueden favorecer la distracción.

» En cuanto a la seguridad de los participantes, es conveniente que los elementos que puedan re-sultar peligrosos como estufas, columnas o luces, estén protegidos para que no haya que prestar una especial atención a posibles accidentes, sino que los participantes puedan utilizar la sala libre-mente sin miedo.

Según las normas de prevención de riesgos y seguridad infantil es obligatorio proteger con material acolchado todos aquellos elementos como columnas o radiadores con una altura de hasta 1.35 metros.

» Además, la sala debe tener una buena climati-zación y ventilación exterior para que se puedan realizar los ejercicios sin sudar en exceso, y que en los momentos de relajación no se pase frío.

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2.1. Los materiales de la sala de psicomotricidad

Además de estas características a nivel general, el papel más relevante de la sala de psicomotricidad lo tienen los materiales que se utilizan para las diferentes actividades. Aunque hay gran variedad de mate-riales que pueden ser útiles para trabajar la psicomotricidad, algunos de los más habituales en la sala de psicomotricidad son:

» Espejos: es importante que al menos una de las paredes tenga un espejo grande que permita la observación propia y de los demás por la sala. Esto permiten que los participantes perciban su cuerpo, así como que lo unan a las actividades y con los objetos.

» Pizarra: resulta interesante que haya una para po-der hacer representaciones que permiten desa-rrollar la psicomotricidad fina, la creatividad, etc.

» Armario o habitación contigua: para almacenar el material que puede ir sustituyéndose y que no se está utilizando en ese momento.

» Espalderas y bancos: con ellos se favorece la ex-ploración en vertical, los saltos y el equilibrio.

» Cama elástica: una pequeña cama elástica o mi-nitramp, permite ir asumiendo pequeños riesgos y perfeccionar el control de los saltos y las caídas al suelo.

» Módulos o piezas de espuma: son grandes piezas blanditas de diferentes formas y tamaños, que se recubren con fundas lavables de colores y fomen-tan actividades como los saltos, subidas, buscar el equilibrio, etc. de forma segura. Además, con ellos se fomentan juegos de construcción.

» Alfombras y colchonetas: sirven para realizar acti-vidades en el suelo (arrastres, volteretas, giros…), actividades de relajación y otras actividades de contacto corporal.

» Pelotas: lo ideal es que haya de diferentes pesos, materiales, texturas, colores y tamaños. Permiten desarrollar la coordinación, la fuerza y los balan-ceos, además de trabajar conceptos como el ta-maño, la forma, el espacio, las texturas, etc.

» Aros: aros de diferentes tamaños y colores sirven para distintas actividades (entrar y salir de ellos, saltar, trabajar conceptos como dentro-fuera, gi-rar, rodar…).

» Picas: de distintos tamaños y colores facilitan la coordinación mediante circuitos. En ocasiones se utilizan para descargar agresividad, por lo que conviene que haya algunas de espuma.

» Cuerdas: de diferentes tamaños se utilizan para saltos, trepar o suspenderse, además de para tra-bajar conceptos como la longitud.

» Antideslizantes: se utilizan para marcar en el sue-lo las zonas específicas donde se va a trabajar el equilibrio y la coordinación.

» Telas: de diferentes tamaños, colores y texturas permiten actividades de arrastre, balanceos, jue-gos de reglas como el pañuelito o la gallinita cie-ga, disfrazarse, etc.

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» Juguetes: utilizar en la sala diferentes juguetes de piezas u otro tipo, es necesario sobre todo en el caso de trabajar con niños muy pequeños o con escaso nivel de desarrollo para utilizar otros ma-teriales de la sala. Con ellos se desarrollan deter-minadas habilidades de coordinación ojo-mano, conceptos espacio-temporales o la motricidad fina.

» Instrumentos musicales: maracas, cascabeles, ca-jas chinas, panderetas, triángulos, etc. sirven para favorecer la coordinación óculo-manual y otras habilidades de psicomotricidad fina, así como para fomentar el sentido del ritmo y trabajar no-ciones temporales.

» Piscinas de bolas: permiten experimentar con las habilidades de movimiento en un medio distinto y estimular los diferentes sentidos.

» Materiales para representar: es importante que en la sala también haya materiales para favorecer la creatividad y abstracción a través de movimien-tos manuales finos (arcilla, plastilina, pinturas…). Hay que tener en cuenta que las habilidades para el moldeado se desarrollan después de las de dibujo, pues para ellas se necesita la percepción del volumen. Otros materiales para representar escenas son los legos o piezas de maderas, que en un principio se utilizan para vaciar y llenar al-gún recipiente, y después se van utilizando para el equilibrio y las construcciones.

2.2. Los espacios de la sala de psicomotricidadLo habitual es que todos estos materiales se organicen por espacios en función de las habilidades que se pretenden trabajar en cada uno:

» Espacio sensoriomotor: es una zona en la que se pretende que los niños, de forma segura trepen, salten, rueden, se balanceen, giren, caigan, jueguen con el equilibrio, etc. experimentando así diferentes sensa-ciones con sus sentidos y tomando conciencia de su propio cuerpo y las posibilidades de movimiento que este tiene.

En esta zona suelen encontrarse las espalderas, colchonetas, bancos, cuerdas, etc. para incitar al movimien-to y a juegos como destruir, trepar, saltar, rodar, balancearse, esconderse, etc.

» Espacio de juego simbólico: en él los niños ponen a funcionar su imaginación, utilizando gestos, objetos, el espacio y el tiempo para representar con la creatividad y algún material su mundo interior a través de roles.

En esta zona suelen encontrarse diferentes módulos, telas, instrumentos musicales, etc. y los juegos suelen dirigirse a representar personajes.

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» Espacio de juego cognitivo o representaciones: en este rincón se trabajan actividades de construcción, pintura, manipulación, plastilina, etc. Es decir, todo aquello que relaciona la experiencia emocional con la representación cognitiva, lo cual favorece el pensamiento operativo para ordenar y reorganizar las repre-sentaciones mentales.

En esta zona es donde suele estar ubicada la pizarra y otros elementos que favorecen este tipo de juegos.

Además de estos espacios, suele haber una zona dedicada a los niños más pequeños que no pueden utilizar la mayor parte de materiales, donde se utilizan juguetes más adaptados a sus posibilidades (habitualmente de uso manual para la psicomotricidad fina, musicales, etc.). Los lugares específicos para momentos de relaja-ción con colchonetas y para actividades de coordinación y equilibrio que se hagan únicamente con el cuerpo sin materiales alternativos, pueden plantearse momentáneamente en las zonas anteriormente citadas, o bien tener su lugar e en la sala si las dimensiones lo permiten.

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03. La sesión de psicomotricidad

La sesión de psicomotricidad, además de desarrollarse en un espacio preparado para ello, debe tener una estructura temporal para que los participantes puedan aprender determinadas rutinas de trabajo y dónde se encuentra cada material.

Una de las variables a establecer cuando van a realizarse sesiones de psicomotricidad es el tiempo de la sesión y la frecuencia con la que van a llevarse a cabo, lo cual también depende de la edad de los menores con los que se trabaje.

» Con niños menores de 2 años, lo habitual es trabajar todos los días, pero no más de 30 minutos seguidos, puesto que las actividades más largas pueden saturarlos, y si no se realizan con frecuencia será más difícil que se den los aprendizajes.

» Con niños mayores de 2 años lo ideal es trabajar una vez a la semana alrededor de 1 hora y media, pues se trata de niños que a menudo tienen un mayor número de actividades en sus días y pueden saturarse de estas, y que además necesitan un tiempo prudencial para adaptarse a la sesión.

Estas sesiones, se pueden llevar a cabo de forma individual o grupal, cada opción con sus ventajas e inconvenientes.

» Sesiones individuales. Tienen la ventaja de que no es necesario disponer de un espacio grande y que la persona encargada de la se-sión puede dedicarle más tiempo al niño o persona que acude y por lo tanto conocer me-jor lo que necesita y lo que le funciona, respe-tando así estrictamente el ritmo de cada uno.

Sin embargo, tienen el inconveniente de que puede darse una cierta sobreprotección con el participante que le impide ser independien-te en la sesión. Además, al participante se le exige mucha más implicación en la sesión y puede sentirse cohibido o agotado en algún momento de la misma mientras toda la aten-ción va dirigida a él en todo momento.

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» Sesiones grupales. Se trata de sesiones en las que se da mayor estimulación y fomentan la socialización entre participantes, permitiendo además que se sientan menos observados por la persona que se encarga de guiar la sesión.

En cuanto a los inconvenientes, se puede destacar la necesidad de disponer de una sala grande y con su-ficiente material para que todos los participantes puedan estar ocupados durante la sesión. Por otra parte, este tipo de sesiones dificulta la intervención en el caso de dificultades graves del desarrollo, pues no per-miten trabajar en profundidad con cada persona.

En cuanto a los participantes, este tipo de sesión a veces dificulta que todos puedan seguir el ritmo del gru-po, y que si existe en algunos dificultades en las habilidades sociales, puedan desenvolverse con los demás.

De esta forma, es importante valorar en cada caso si es preferible una sesión individual o grupal, aunque en términos generales la segunda suele ser más ventajosa y habitual. En algunos casos, se aconseja en principio una intervención individual, y después una grupal.

3.1. Los tipos de sesiones de psicomotricidad: dirigida y vivenciadaCuando se decide trabajar la psicomotricidad de uno o varios niños o adultos, es necesario establecer una pauta general sobre el nivel de control que se va a ejercer en la sesión.

De esta forma, se puede considerar que existen dos formas de psicomotricidad fundamentales: la psicomo-tricidad dirigida y la psicomotricidad vivenciada.

LA PSICOMOTRICIDAD DIRIGIDA

La psicomotricidad dirigida es la forma más antigua de entender la disciplina, y en ella el profesional se en-carga de planificar y organizar una sesión para la cual establece ejercicios que favorezcan la consecución de determinados objetivos en determinadas áreas psicomotrices relevantes en el momento evolutivo en el que se encuentre el niño. Es decir, el objetivo es alcanzar las características que se consideran importantes en cada momento evolutivo.En esta forma de trabajar la psicomotricidad el trabajo se centra en los aspectos motores y cognitivos, con 3 áreas fundamentales de contenidos: el esquema corporal, el esquema espacial y el esquema temporal. Aunque estos esquemas se van trabajando de forma paralela en las sesiones, se considera que el esquema corporal es la base para el esquema espacial, y estos dos lo son para el esquema temporal.

» Los elementos que componen el esquema corpo-ral son la percepción del cuerpo, la coordinación dinámica general y el equilibrio, el tono y la rela-jación, la disociación de movimientos y la latera-lidad.

» Los elementos que componen el esquema espa-cial son la orientación del mundo externo en re-lación con uno mismo y los demás.

» El esquema temporal es la coordinación del tiem-po propio y de los demás y las situaciones.

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VENTAJAS PSICOMOTRICIDAD DIRIGIDA INCONVENIENTES PSICOMOTRICIDAD DIRIGIDA

Requiere menos preparación creativa. Al seguir un patrón rígido no tiene en cuenta la espon-taneidad de los niños ni su creatividad o libre expresión.

Existen exámenes estandarizados para extraer los obje-tivos de trabajo claramente.

Descuida aspectos importantes como el emocional o el social.

Permiten al profesional saber en cada momento lo que hay que hacer exactamente.

Al ser muy acotado puede desmotivar al niño con activi-dades que no le agradan.

Estructura de la sesión dirigida

1. Rueda de entrada. Es el momento en el que los participantes llegan a la sala de psicomotricidad, se qui-tan los zapatos y se reúnen en círculo para el momento de bienvenida y de explicar lo que se va a hacer durante la sesión.

2. Preparación. En algunos casos, tras la rueda de entrada, se recuerda lo trabajado en sesiones anterio-res para que se comprendan los objetivos de esta sesión. Además, en este momento de preparación se aprovecha para realizar ejercicios de calentamiento para que los músculos estén preparados cuando se comience a trabajar con ellos. En otros casos, si los niños vienen muy activados, resulta beneficioso realizar alguna técnica de relajación. Esta fase suele durar aproximadamente unos 10 minutos.

Para la planificación de las sesiones es necesario:

1. Realizar previamente al niño un examen psicomotor para evaluar su desarrollo.

2. Concretar las áreas que se desean trabajar en función de ese examen.

3. Plantear ejercicios y actividades específicos, estructurados y guiados por el profesional para el movimiento corporal.

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EJERCICIOS DE CALENTAMIENTO PARA NIÑOS

Se entiende por calentamiento aquellos ejercicios que se realizan antes de iniciar una

actividad física para que el cuerpo comience a entrar en contacto con el movimiento de

forma lenta y progresiva sin que sus músculos sufran ningún daño o lesión y preparan-

do la temperatura corporal y la respiración.

En el caso de los niños, teniendo en cuenta que a menudo su estado de activación en

reposo es más alto que el de los adultos, y que su flexibilidad es mayor por lo que los

músculos se dañan con menos probabilidad, no suelen necesitar muchas actividades

de calentamiento. Sin embargo, siempre es necesario realizar algunas y tener en cuenta

que también ayudan psicológicamente a prepararse para la actividad.

Algunos de los ejercicios más habituales son:

• Flexiones, extensiones y rotaciones de las articulaciones: girar tobillos, levantar

rodillas hacia la cadera, mover brazos en círculos.

• Estiramientos: agarrarse las manos por detrás de la espalda y estirar, tocarse los

pies sin doblar las rodillas.

• Carreras: correr manteniendo siempre la misma distancia del compañero, carreras

de saltos.

Algunos juegos que pueden hacer los calentamientos más dinámicos son:

• “Juan dice que…saltes, corras, te levantes, te sientes, toques la cabeza de un com-

pañero, etc.)”.

• Los cañoneros: 2 niños que la quedan tienen que darle con el balón a los demás, y

al que le den se une como cañonero.

• Poli-ladron: en dos equipos los policías tienen que pillar a los ladrones y meterlos

en la cárcel. Los ladrones se salvan unos a otros de la cárcel dándose la mano, y

cuando todos hayan sido pillados se cambian los equipos.

• Bote-bote: un niño cuenta hasta 50 de 5 en 5 con los ojos tapados y el resto se

esconde. Al abrir los ojos y buscarlos, cuando los encuentre tiene que ir a tocar un

bote que se haya colocado y decir su nombre, si el bote es tocado antes por el que

está escondido se salva.

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3. Contenido principal. Es la parte central de la sesión en la que se desarrollan las actividades destinadas a cumplir con los objetivos marcados. Entre ellas se pueden encontrar juegos, bailes, expresiones plásticas, circuitos de habilidad, etc. Habitualmente, estas actividades van acompañadas con música de un ritmo determinado en función de aquello que se vaya buscando con la actividad.

PROPUESTA DE MÚSICA SEGÚN LOS OBJETIVOS

Si bien es cierto que, en cada persona, en función de sus características, funciona mejor un tipo de música para cada situación, existen patrones comunes que suelen reflejarse en la ma-yoría de los individuos ante los diferentes tipos de música. A título de ejemplo, alguna de las piezas musicales que suelen ser mayoritariamente utilizadas para diferentes objetivos son:

Relajar la tensión:

“Las cuatro estaciones de Vivaldi”

Fuente: AnAmericanComposer

“Serenata nº 13 en Sol Mayor de Mozart”

Fuente: AnAmericanComposer

Reducir el estrés:

“Concierto de Aranjuez de Rodrigo”

Fuente: Pablo Sáinz-Villegas

“Sinfonía Linz. K425 de Mozart”

Fuente: Am4d3usM0z4rt

Aumentar la energía:

“La suite Karalia de Sibelius”

Fuente: mifalco

“Serenata de cuerdas (o48) de Tschaikowsky”

Fuente: OUGR Orquesta Universidad de Granada

“Obertura de Guillermo Tell Rossini”

Fuente: Luis Suñer Maurel

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Las actividades de esta fase, se deciden en función de la edad de los participantes y el nivel de desarrollo motor del grupo, que debe ser similar para que todos trabajen en una zona de desarrollo próximo.

¿Qué es la zona de desarrollo próximo? Según la teoría de Vygotsky, toda per-sona se mueve entre dos dimensiones: lo que es capaz de hacer en el momento actual y lo que aún no está preparada para aprender por ser demasiado com-plejo.

Entre estas dos dimensiones, se encuentra la Zona de Desarrollo Próximo (ZDP), que es aquello que gracias a lo que sabe ya está preparada para llevar a cabo pero aún no lo ha hecho y necesita de cierta ayuda u orientación para alcanzar-lo. Es justo en este punto donde debe situarse el nivel de dificultad de aquello que se quiere que la persona aprenda o mejore.

Lo habitual, es comenzar con actividades de tipo sensoriomotor, para continuar con actividades simbólicas. Esta parte de la sesión suele llevar unos 30 minutos.

4. Vuelta a la calma. En estos 15 minutos aproximadamente, se lleva a cabo alguna técnica de relajación o alguna actividad de expresión plástica que ayude a recuperar la calma a los participantes antes de finalizar.

5. Rueda de salida. En los momentos finales, el grupo se vuelve a sentar en círculo para comentar las activi-dades y sensaciones así como despedirse.

LA PSICOMOTRICIDAD VIVENCIA

La psicomotricidad vivenciada surge históricamente con posterioridad a la dirigida, y desde ella se da valor a la importancia del movimiento libre y espontáneo, sin tener especialmente en cuenta objetivos muy es-pecíficos y cerrados. Por este motivo, esta práctica suele ser más habitual en el ámbito educativo que en el terapéutico.

Teniendo en cuenta que estas sesiones no siguen una programación, es importante que el adulto domine lo que está haciendo y posea unas buenas capacidades relacionales que permitan el desarrollo de una sesión óptima, por lo que son fundamentales las habilidades de escucha y respeto, pues no se juzgan aquí los ritmos de la persona ni los ejercicios.

En estas sesiones de psicomotricidad, se le aporta al niño un espacio, un tiempo y unos objetos para que exprese de forma espontánea sus intereses, movimientos y ritmos sin que el adulto le imponga.

Mientras tanto el profesional observa para conocer el punto de desarrollo de cada niño y sus necesidades y ritmos para poder ofrecerle propuestas acordes a los intereses. Para ello, se pueden cambiar los elementos del ambiente o poner al alcance del niño aquello que se cree que puede necesitar, siendo el niño siempre el que decide si le interesa o no. Además, el adulto se encarga de aportar seguridad siendo el referente en el ambiente de la sesión.

Así, en esta forma de trabajar la psicomotricidad, aunque se favorece el desarrollo global del niño, se hace más hincapié en poner en relación a la persona con su cuerpo, el espacio, los objetos, los demás y el lenguaje.

» En la relación con el cuerpo se trabaja la imagen corporal, el control postural, el tono muscular, la mirada, los gestos, etc.

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» En la relación con el espacio se trabaja la forma en la que el niño utiliza el espacio.

» En la relación con el tiempo se trabajan los tiempos establecidos en las sesiones.

» En la relación con los objetos se trabaja la manipulación, explo-ración y uso de ellos.

» En la relación con los demás se trabaja la forma de establecer vínculos con los iguales y con el adulto en la sesión.

» En la relación con el lenguaje se trabaja la forma de expresar, comprender y comunicar con los demás.

VENTAJAS DE LA PSICOMOTRICIDAD VIVENCIADA INCONVENIENTES DE LA PSICOMOTRICIDAD VIVENCIADA

Las situaciones permiten el desarrollo global del niño. Requiere unas actitudes muy específicas del adulto.

Promueve las relaciones y la colaboración siguiendo una normas básicas. No es conveniente realizarla con muchos participantes.

Tiene en cuenta el placer de la persona y su ámbito afectivo y comunicativo. No es válida para la consecución de destrezas concretas.

Estructura de una sesión vivenciada

1. Ritual de entrada. Igual que en la sesión dirigida, se comienza la sesión con los participantes sentados en círculo. En este caso, los participantes pueden apreciar durante estos minutos, la forma en la que están estructurados el espacio y los materiales.

Además, en estos momentos se marcan las normas para garantizar unos límites de seguridad, para lo cual se pueden utilizar imágenes o letreros que faciliten la retención de información a los más pequeños. Las normas fundamentales tienen que ver con respetar lo que el resto esté haciendo sin invadir, quitar o hacer daño, y hacer caso cuando se finalice la sesión.

2. Tiempo de trabajo. Es momento de dar rienda suelta a la es-pontaneidad de movimiento de los participantes en la sesión. Lo ideal es que la sala se divida en 3 espacios, cada uno de los cuales favorece un tipo diferente de actividad: el espacio sensoriomotor, el espacio simbólico y el espacio para las repre-sentaciones.

3. Rueda de salida. En ella, se comentan las actividades reali-zadas y las sensaciones vividas durante la sesión.

“Psicomotricidad vivenciada relacional”

Fuente: Laura Estremera

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04. La intervención psicomotriz

A la hora de comenzar una intervención psicomotriz es importante que el encargado de organizarla plantee cuáles van a ser los objetivos a trabajar en las sesiones, con qué actividades van a trabajarse, y cuál va a ser tanto la organización de la sala de psicomotricidad en la que se van a llevar a cabo las

sesiones, como la organización de las sesiones en sí en cuanto a tiempos y espacios de trabajo.

4.1. Los objetivos de intervenciónAunque los objetivos que se marquen en cada sesión de psicomotricidad dependerá del grupo en sí: dificulta-des de desarrollo de los participantes, momento en el que se encuentran de la intervención, edades, número de personas en la sesión, etc. Estos siempre siguen una línea de mejora de ciertas habilidades motrices:

» Psicomotricidad fina. Se pretende que los niños puedan agarrar adecuadamente cualquier objeto coordi-nando el movimiento de su mano con la visión ocular. Esta coordinación entre el ojo y la mano es la que permite concentrarse y coordinar a la vez el movimiento. Por otro lado, debe trabajarse también la coor-dinación ojo-pie, que permite al niño golpear un objetivo. Teniendo en cuenta que las actividades con las manos y dedos son de las más habituales y que además existe la facilidad de trabajarlas en cualquier sitio, es probablemente la habilidad de la que pueden encontrarse más actividades.

→ Entre las actividades más comunes para trabajar la psicomotricidad fina en la sala de psicomotricidad se encuentran los juegos consistentes en encajar piezas, cuerdas, o pelotas en agujeros de diferentes ta-maños, las manualidades realizadas en las zonas creativas con plastilinas o barros, y cualquier actividad que implique a manos y dedos de forma precisa.

» Coordinación general. Se trata de desarrollar diferentes movimientos para fomentar la seguridad en uno mismo y la flexibilidad del cuerpo. Se estimula promoviendo diversos movimientos que impliquen a todas las partes del cuerpo posible, y es necesario fomentarla durante la primera infancia.

→ Entre las actividades más habituales en la sala de psicomotricidad para trabajar la coordinación ge-neral están los juegos con aros, los circuitos de obstáculos o las coreografías.

» Coordinación fonética y bucal. El término terapia motora oral describe las actividades que se utilizan para ayudar a mejorar la fuerza muscular, el rango de la movilidad, los movimientos y la coordinación de la boca. Puede hacerse con estimulación y con imitación.

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→ Con estimulación. Se trata de instrumentos desarrollados para que los niños realicen ejercicios de apretar y morder. Se comercializan como “mordedores” y, para realizar una estimulación de encías, cachetes, len-gua y labios en caso de problemas de tono muscular se utilizan los co-mercializados como “cepillo dental de entrenamiento”, un instrumento de goma, del tamaño aproximado de un cepillo de dientes, que tiene protuberancias en uno de sus extremos, en vez de cerdas.

→ Imitación, donde es importante el uso de espejos que devuelvan una imagen visual al niño. Se ha comprobado que contemplar el movimiento de las diversas partes de la cara mientras se emiten sonidos aumenta la emisión de sonidos de los niños.

→ Además, para mejorar la coordinación fonética se pueden hacer juegos de deletreo y de separar sílabas con palmadas.

» Equilibrio. El objetivo del equilibrio es que el niño pueda mantenerse en una postura determinada sin caerse o balancearse. El aprendizaje de esta habilidad se divide en 3 categorias:

• Equilibrio estático: estar en una posición determinada sin mover ningu-na parte del cuerpo.

• Equilibrio dinámico: manejar el cuerpo en movimiento sin caerse o ba-lancearse.

• Equilibrio de los objetos: mantener algún objeto sin dejarlo caer, ya sea en estático o en movimiento.

→ Entre las actividades más habituales en la sala de psicomotricidad para trabajar el equilibrio se encuentra caminar por un banco o jugar al limbo pasando de pie bajo una pica sin tocarla curvando el cuerpo.

» Motricidad gruesa. Su cometido es desarrollar habilidades motoras de coordinación y equilibrio como correr, saltar, caminar, etc. así, hace referen-cia a actividades que impliquen a todo el cuerpo.

→ Entre las actividades más habituales que implican a la motricidad gruesa en la sala de psicomotricidad, se encuentran los juegos con obstáculos grandes que el niño debe mover, circuitos con obstáculos en diferentes posturas (a gatas, a patita coja, etc.), juegos que implican instrumentos grandes como pelotas, trabajos con espalderas, escaleras, colchonetas, etc. que impliquen movimientos grandes del cuerpo.

» Esquema corporal. Consiste en conocer el cuerpo, de qué partes está for-mado, cuáles son sus funciones, etc. y seguidamente ponerlo en relación con su exterior. Esto mismo, resulta relevante con el cuerpo de los demás, para lo que es importante realizar actividades en las que se manipule el cuerpo de otros.

→ Entre las actividades que pueden realizarse en la sala de psicomotrici-dad para trabajar el esquema corporal se puede encontrar el trabajo con canciones que impliquen a las partes del cuerpo, utilizar objetos que los niños puedan ir tocando y sintiendo con diferentes partes del cuerpo.

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» Ritmicidad. Conociendo el ritmo se es consciente de la velocidad a la que se deben realizar las diferentes actividades de la vida diaria. Además, las melodías van unidad a diferentes emociones y el niño puede regularlas si aprende a relacionarse con la música y el ritmo de una forma óptima.

→ Dentro de las actividades de ritmo que pueden realizarse en la sala de psicomotricidad, lo más rele-vante suele ser utilizar música con diferentes ritmos en función de las actividades que se estén propo-niendo, componer música con instrumentos, o realizar coreografías de baile.

» Organización espacio-temporal. Permite que el niño tenga conciencia de su ubicación en relación con lo que le rodea y que pueda evaluar sus movimientos en el tiempo de forma secuencial, comprendiendo las relaciones entre un acontecimiento y otro en el tiempo.

→ Para trabajar en la sala la organización espacio-temporal resulta útil establecer tiempos a la hora de realizar determinados juegos, circuitos o actividades. Proponer actividades en alas que se tenga que reconocer la derecha, la izquierda, arriba abajo, actividades estructuradas en pasos, etc.

» Lateralidad. El objetivo es conocer que el cuerpo está dividido en zona derecha e izquierda y obtener la destreza necesaria para establecer direcciones en los movimientos. Lo habitual es que a partir de los 6 años una zona del cuerpo predomine sobre la otra a la hora de realizar actividades.

→ Entre las actividades para trabajar la lateralidad en la sala se pueden proponer juegos de imitación en espejo o de colocar piezas en espejo, así como proponer actividades en las que haya que cambiar de una zona del cuerpo a la otra ante alguna señal (por ejemplo, que cuando se levante la mano derecha todo el grupo corra hacia la derecha, al levantar la izquierda que corran hacia la izquierda, al levantar el pie izquierdo que den un salto y al levantar el derecho que se agachen).

Dado para decidir con qué parte del cuerpo se

realiza una actividad

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4.1.1. Objetivos y actividades psicomotrices en función de la etapa evolutiva

Teniendo en cuenta que siguiendo un desarrollo habitual los niños deben pasar por una serie de etapas en cada aspecto psicomotor, a la hora de trabajar la psicomotricidad resulta conveniente tener claro cuáles son los objetivos a conseguir en función de la edad de cada niño:

» Objetivos en los 3 primeros meses: activar los órganos que tienen funciones motrices para fomentar nue-vos movimientos, fomentar conexiones afectivas niño-adulto.

Ejemplos de actividades → movimientos asistidos en las extremidades, presentar juguetes cerca de la cara para que extienda los brazos, presentarle objetos luminosos a un lado y a otro para que los busque, ponerle objetos en la mano para provocar su prensión…

» Objetivos de 3 a 12 meses: activar el sentido del equilibrio, la coordinación dinámica general y las acciones manipulativas.

Ejemplos de actividades hasta los 6 meses → balancear de lado a lado, subirlo y bajarlo teniéndolo en bra-zos, correr con el niño en brazos, deslizarlo en toboganes pequeños, jugar a reptar, ponerle migas de pan para que las coja…

Ejemplos de actividades de 6 a 9 meses → lanzarlo al aire, fomentar que gatee poniéndolo en la postura, ponerle objetos para que los pase de un recipiente a otro, vaciar objetos de un recipiente, pasar páginas de un libro, aplaudir.

Ejemplos de actividades de 9 a 12 meses → hacerle rodar en una colchoneta, facilitar que se mantenga de pie en equilibrio agarrado a objetos, fomentar adaptación de movimientos en el agua de la piscina, darle objetos que pueda activar de diferentes forma (presionando, tirando, moviendo…), colocarle objetos en línea según formas y tamaños para que vaya observando la diferencias.

La estimulación psicomotriz acuática

Es una forma de trabajo especialmente útil en la psicomotricidad con niños muy pe-queños, pues el agua ayuda a elaborar las primeras sensaciones de peso, volumen, dis-tancia, esquema corporal, posibilidades de acción, etc. aportando además sensación de sostén y equilibrio que no existe en el medio físico.

Además, este medio permite que con el mismo movimiento se ejerciten los múscu-los mucho más, puesto que la fuerza que se necesita realizar es mayor. Por otro lado, fo-menta la capacidad de coordinación y equi-librio al tener que realizar ciertos movimien-tos para evitar hundirse.

Incluso en algunos niños que han estimula-do su psicomotricidad acuática durante los primeros meses de vida, han demostrado un desarrollo temprano de algunas habilidades psicomotrices como caminar o trepar.

Es importante tener presente que la adapta-ción al medio acuático debe realizarse en un entorno seguro y agradable para el niño, pre-feriblemente con la presencia de sus padres como figura de confianza.

Por otro lado, en el agua también se trabaja el control de la respiración en un medio diferen-te, lo que ayuda a tener un mayor dominio de las técnicas respiratorias tan necesarias en el trabajo psicomotriz.

“Psicomotricidad acuática”

Fuente: CUKÚA PSICOMOTRICIDAD

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Evaluación e intervención en psicomotricidad

» Objetivos de 12 a 24 meses: mejorar el equilibrio, fomentar los estados de relajación, coordinación diná-mica general, y acciones manipulativas.

Ejemplos de actividades de 12 a 15 meses → balanceos en columpios, caminar descalzos, juegos de sentarse y levantarse del suelo, subir escaleras gateando para fortalecer extremidades, trepar en niveles bajos, lan-zar pelotas, reptar por debajo de obstáculos.

Ejemplos de actividades de 15 a 18 meses → volteretas, bajar escaleras gateando hacia atrás, ayudarle a subir y bajar cuestas, caminar descalzos por superficies como arena o hierba, realizar torres con cubos.

Ejemplos de actividades de 18 a 21 meses → bailar cogiéndolo a hombros para el equilibrio, saltar con los pies juntos, bajar escaleras con los dos pies en el mismo peldaño, mantenerse agarrado a anillas, chutar balones, hacer bolitas con papel o pan, manipular materiales moldeables, meter objetos en cajas peque-ñas, usar pinturas.

Ejemplo de actividades de 21 a 24 meses → cami-nar llevándole de la mano con los ojos cerrados, desnudarse solo, desplazamientos laterales con ayudas, utilizar cubiertos en las comidas, hacer carreras, saltar escalones, andar en triciclo, hacer volteretas en planos inclinados, saltar encamas elásticas.

» Objetivos de 2 a 6 años: conocimiento del es-quema corporal, la coordinación dinámica gene-ral y el equilibrio.

Ejemplos de actividades de 2 a 3 años → caminar de puntillas y hacia atrás, saltar desde un banco y sobre la cama, correr de forma continuada, andar con bicicleta, jugar al tenis, que haya una mano que predomine en las acciones, quitar y poner tapas de rosca, abotonar y desabotonar, subir y bajar cremalleras, ensartar bolas con lana.

Ejemplos de actividades de 3 a 4 años →mante-nerse en equilibrio sobre un pie, caminar sobre cuerdas y sobre colchones, nombrar y tocar par-tes del cuerpo, nombrar las partes con las que se golpea un globo, imitar como caminan algunos animales.

Ejemplo de actividades de 4 a 6 años → caminar por bordillos en línea recta, saltar a la comba, conducir una pelota con las manos a la vez que se gatea, llevar bolsas de lentejas sobre la cabeza, llevar aros sobre los hombros, imitar animales, patinar, correr en zig-zag, correr a pillar a alguien, rodar aros por el suelo, saltar sobre aros por el suelo, lanzar pelotas a diferentes alturas, botar continuadamente un balón.

A partir de los 6-7 años, aunque la psicomotricidad sigue siendo importante y continua perfeccionándose, si el niño no presenta ninguna dificultad específica, ya debe tener desarrolladas las habilidades en términos generales, por lo que las actividades pueden realizarse más en forma de juegos para mejorar la precisión, en lugar de encaminarlas a desarrollos más específicos. No obstante, es recomendable seguir realizando activi-dades de todos los tipos que sigan manteniendo las habilidades conseguidas.

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Evaluación e intervención en psicomotricidad

4.2. Las técnicas de intervenciónEn la sesión de psicomotricidad pueden utilizarse técnicas muy variadas, que a menudo se eligen en función de variables como las características de los participantes (edad, madurez, patologías, preferencias, etc.) o el tipo de sesión (dirigida o vivenciada).

Algunas de las técnicas que de forma general más se utilizan son:

4.2.1. El juego

El juego permite que el niño emplee sus posibilidades motrices a medida que su desarrollo va avanzando de una forma placentera y no invasiva, convirtiendo la sesión de psicomotricidad en algo divertido y positivo para él. De esta forma, los juegos pueden entenderse como la parte previa de muchos aprendizajes útiles para diversas actividades.

El juego presenta siempre una serie de características:

» El juego es placentero, divertido, y evaluado posi-tivamente por el que lo realiza.

» El juego no tiene metas o finalidades extrínsecas. En términos de utilidad se puede decir que el jue-go es improductivo.

» El juego implica cierta participación activa por par-te del jugador. Los niños necesitan jugar desde los primeros meses de vida, y del juego depende su desarrollo total. El juego infantil es una actividad primordial en el desarrollo que tiene dos compo-nentes básicos: de entretenimiento y educativo.

“Jugar... ¡Un asunto muy serio! Importancia del juego en el

desarrollo infantil”

Fuente: Hospital Sant Joan de Déu Barcelona

Juego Cuento motor Relajación Eutonía

Danza Expresión plástica Circuitos

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4. El juego, además, de a nivel psicomotor se relaciona directamente con las áreas social y relacional:

» Social. La mayor parte de ellos necesitan dos o más participantes, y por tanto forman un grupo aunque solo sea de modo momentáneo. Así, el juego:

» Estimula la incorporación al grupo, es decir, el deseo de jugar hace que las personas se acerquen a los demás que comparten esa intención.

» Estimula la cooperación porque la mayor parte de los juegos necesitan del trabajo conjunto para conseguir los objetivos.

» Contribuye a la comprensión y acatamiento de las normas sociales. La mayor parte de los juegos tienen una serie de reglas que el participante debe aceptar y cumplir.

» Relacional. Implicación en las interacciones de los individuos, y se fundamenta en:

» A través del juego las personas interactúan a un nivel bastante profundo, sin la carga emocional que tienen otras situaciones cotidianas.

» La necesidad de comprensión de los jugadores ayuda a establecer y conocer nuevos sistemas de comuni-cación, lo que es importante para el desarrollo de la capacidad comunicativa.

» Físico. El juego está íntimamente ligado con el bienestar físico, y aunque es importante no confundirlo con el deporte puesto que para el juego no hace falta buen fondo físico, este también ayuda a mantener y mejorar las capacidades físicas, no solo motrices o psicomotrices sino también sensitivas.

En la sesión de psicomotricidad, el juego es un instrumento de los más importantes sobre los que se asienta la intervención, especialmente los juegos cooperativos en los que los participantes dan y reciben ayuda para fines en común, pues este tipo de juegos favorece la comunicación, cohesión y confianza. Es importante tener en cuenta, que aunque se realicen juegos psicomotrices, no es necesario exigir en ellos una gran habilidad motriz, es decir, no es necesario que los niños demuestren su fuerza, velocidad o agilidad.

En las sesiones dirigidas el adulto selecciona los juegos para trabajar determinados objetivos.

» Los sensoriomotores se utilizan al comienzo de la sesión para poner en práctica nuevas conductas. Estos pueden centrarse en actividades relacionadas con el propio cuerpo (desplazamientos, diferentes posturas, mantener equilibrio…).

» Más avanzada la sesión se introducen los juegos simbólicos, en los que se puede imitar animales con sus desplazamientos, trabajar conceptos espaciales como grande-pequeño o temporales como la velocidad.

» El juego simbólico, aparece más adelante en la sesión, incluyendo este la representación de diferentes personajes o juegos de construcciones.

» Sabías que… es muy habitual que en las salas de psicomotricidad los niños se construyan un espacio a modo de cabaña donde esconderse y acumular materiales. Para ello hacen una “construcción en octogo-nalidad” disponiendo módulos a modo de casa e incluyendo dentro un módulo que haga la función de cama. En estos casos, es importante que el espacio sea abierto de forma que el adulto pueda ver lo que se realiza.

En las sesiones vivenciadas, aunque se fomenta el juego libre se puede proponer a los niños jugar con de-terminados materiales o actividades que luego vayan evolucionando libremente.

EL JUEGO SEGÚN PIAGET

Atendiendo a la teoría de Piaget (1932, 1945, 1966) se pueden clasificar los juegos en tres catego-rías, que se corresponden con las estructuras específicas de cada etapa en la evolución intelectual del niño.

1. Juego motor. Durante el estadio sensorio-motor (0-2 años) los juegos se centran en la acción, los movimientos, la manipulación, la experimentación y la observación, se trata de un juego que consiste en repetir actividades adquiridas.

2. Juego simbólico. Se da a partir de los 2 años, cuando el niño es capaz de evocar objetos, per-sonas y vivencias no presentes. Son juegos que tienden a la representación, cabalgando entre la fantasía y la realidad, sin poder separar claramente los dos mundos.

3. Juego de reglas. Aparece entre los 4 y los 12 años, donde las reglas se convierten en base es-pecífica de los juegos y perduran a lo largo de la vida. Las reglas son constituidas de forma objetiva y las actividades lúdicas se vuelven más grupales.

Es importante tener presente, que los niños con discapacidad intelectual o visual pasan por las mismas etapas del desarrollo pero lo hacen más lentamente. Por su parte, los niños con discapa-cidad auditiva presentan importantes retrasos y limitaciones en el juego simbólico, posiblemente por la ausencia del lenguaje para planificar o regular las acciones.

JUEGO DE EJERCICIO (0-2 años)

JUEGO SIMBÓLICO (2-7 años)

JUEGO REGLADO (+8 años)

• Repetición de activi-dades motoras por el placer que produce el propio ejercicio.

• Juego individual que consolida lo adquirido.

Ej. Hacer sonar un sonajero.

• Reproducción de es-cenas de la vida diaria modificadas. ("como si...")

• Los símbolos adquieren significados en la activi-dad (Ej. trozos de papel usados como billetes)

• Se ejercitan los roles sociales y las actividades del entorno.

Ej. Jugar a los médicos.

• Carácter grupal y social. Hay reglas que todos deben respetar.

• Se necesita la coopera-ción de todos para que haya juego.

• Cordinación de los pun-tos de vista para antici-parse al otro. Importante para el desarrollo social y superación del egocen-trismo.

Ej. El escondite.

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El juego, además, de a nivel psicomotor se relaciona directamente con las áreas social y relacional:

» Social. La mayor parte de ellos necesitan dos o más participantes, y por tanto forman un grupo aunque solo sea de modo momentáneo. Así, el juego:

• Estimula la incorporación al grupo, es decir, el deseo de jugar hace que las personas se acer-quen a los demás que comparten esa intención.

• Estimula la cooperación porque la mayor parte de los juegos necesitan del trabajo conjunto para conseguir los objetivos.

• Contribuye a la comprensión y acatamiento de las normas sociales. La mayor parte de los juegos tienen una serie de reglas que el parti-cipante debe aceptar y cumplir.

» Relacional. Implicación en las interacciones de los individuos, y se fundamenta en:

• A través del juego las personas interactúan a un nivel bastante profundo, sin la carga emo-cional que tienen otras situaciones cotidianas.

• La necesidad de comprensión de los jugadores ayuda a establecer y conocer nuevos sistemas de comunicación, lo que es importante para el desarrollo de la capacidad comunicativa.

» Físico. El juego está íntimamente ligado con el bienestar físico, y aunque es importante no con-fundirlo con el deporte puesto que para el juego no hace falta buen fondo físico, este también ayu-da a mantener y mejorar las capacidades físicas, no solo motrices o psicomotrices sino también sensitivas.

En la sesión de psicomotricidad, el juego es un instrumento de los más importantes sobre los que se asienta la intervención, especialmente los juegos cooperativos en los que los participantes dan y reciben ayuda para fines en común, pues este tipo de juegos favorece la comunicación, cohesión y confianza. Es importante tener en cuenta, que aunque se realicen juegos psicomotrices, no es necesario exigir en ellos una gran habilidad motriz, es decir, no es necesario que los niños demuestren su fuerza, velocidad o agilidad.

En las sesiones dirigidas el adulto selecciona los juegos para trabajar determinados objetivos.

• Los sensoriomotores se utilizan al comienzo de la sesión para poner en práctica nuevas conductas. Estos pueden centrarse en actividades relacionadas con el propio cuerpo (desplazamientos, diferentes postu-ras, mantener equilibrio…).

• Más avanzada la sesión se introducen los juegos simbólicos, en los que se puede imitar animales con sus desplazamientos, trabajar conceptos espaciales como grande-pequeño o temporales como la velocidad.

• El juego simbólico, aparece más adelante en la sesión, incluyendo este la representación de diferentes personajes o juegos de construcciones.

En las sesiones vivenciadas, aunque se fomenta el juego libre se puede proponer a los niños jugar con de-terminados materiales o actividades que luego vayan evolucionando libremente.

Es muy habitual que en las salas de psicomotricidad los niños se construyan un espacio a modo de cabaña donde esconderse y acumular materiales. Para ello hacen una “construcción en octogonalidad” disponiendo módulos a modo de casa e incluyendo dentro un módulo que haga la función de cama. En estos casos, es importante que el espacio sea abierto de forma que el adulto pueda ver lo que se realiza.

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4.2.2. El cuento motorLos cuentos ayudan al desarrollo integral del niño, en tanto que, si se desarrollan como una actividad viven-ciada corporalmente por los niños, refuerzan los contenidos que se pretenden elaborar.

Para que el cuento sea motor, se le debe añadir tareas adicionales donde intervengan acciones motrices. Es decir, en el relato se deben proponer acciones donde los niños participen representando a los personajes, aportando así una acción motriz con significado y vivenciada.

Estos cuentos, deben utilizarse con niños a partir de 4 años, que ya tienen cierto control motriz, capacidad de escucha, comprenden conceptos básicos, hay cierto nivel de representación simbólica, noción de secuencias, atención, etc.

Es necesario además, que el cuento sea de interés para el niño, y de esta forma el niño suele elegir algún personaje con el que se identifica y le sirve para representar determinados conceptos psicomotrices.

Lo habitual es presentar el cuento en el momento de la rueda de entrada, es decir, al inicio de la sesión, y se puede comenzar este de forma interesante con una pregunta, presentando a un personaje o introduciendo una frase. La versión del cuento debe ser libre de manera que se trabajen los objetivos que interesen. Ade-más, al final del cuento se puede representar este a través de dibujos o modelado con lo que también se trabaje la psicomotricidad.

Un ejemplo de cuento motor sería comenzar introduciendo el cuento “el gato con botas”, y plantear como tareas: desplazarse por la sala imitando gatitos, plantear un juego en el que se debe “cazar ratones como el protagonista” en el que por ejemplo un niño debe colocar el gorro a otro que pasa a quedarla y así sucesi-vamente, utilizar telas para disfrazarse de gatos o reyes…

4.2.3. La relajación

Los ejercicios de relajación ejercen su acción sobre el tono muscular y tratan de lograr un control de las emociones y contribuir a la imagen corporal del niño. Estas técnicas, suelen utilizarse fundamentalmente en sesiones dirigidas y pueden aplicarse en cualquier momento de la sesión.

» En los momentos iniciales de preparación, la re-lajación sirve para reducir el exceso de activa-ción con el que los niños pueden llegar, mejorar la concentración y realizar mejor actividades que requieran coordinación posteriormente.

» En otros casos, cuando el objetivo principal de la sesión es trabajar la relajación en sí o el tono muscular, este tipo de técnicas pueden utilizarse durante la parte central de la sesión.

» Pero lo más habitual sin duda es utilizar las técni-cas de relajación en la parte de vuelta a la calma, en especial después de realizar actividades que requieren movimiento, de manera que los niños se preparen para salir de la sesión con un estado normal de tensión física.

En este sentido, resulta fundamental después de haber realizado una actividad física, ayudar al cuerpo a descansar e interiorizar lo trabajado. Para una relajación adecuada se necesita silencio y algo de música calmada.

La relajación permite al niño concentrarse, respirar adecuadamente, y estar tranquilo en aquellas situaciones en las que lo necesita su organismo. Por ello, además de ejercicios específicos de relajación, se recomienda hacer algunos ejercicios en los que se practiquen técnicas de respiración enfocadas hacia estados de relajación.

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EJERCICIO PARA RELAJACIÓN

La mayoría de las personas desconoce cuáles de sus músculos están tensos de una forma crónica.

La relajación progresiva proporciona el modo de identificar estos músculos o grupos de músculos y de distinguir entre la sensación de tensión y la de relajación profunda.

En la relajación profunda se trabajan cuatro grupos principales de músculos:

1. Músculos de la mano, antebrazo y bíceps.

2. Músculos de la cabeza, cara, cuello, hombros; también los de la frente, mejillas, nariz, ojos, mandíbula, labios y lengua.

3. Músculos del tórax, de la región del estómago y de la región lumbar.

4. Músculos de los muslos, de las nalgas, de las pantorrillas y de los pies.

La relajación se puede practicar senta-do en una silla, procurando que la ca-beza esté apoyada en alguna superficie o tumbados en el suelo. Cada músculo o grupo de músculos se tensa de cinco a siete segundos y luego se relaja de veinte a treinta. Hay que repetir el pro-ceso por lo menos una vez. Si después de esto hay alguna área que permane-ce todavía tensa, puedes repetir todas unas cinco veces.Simultáneamente se pueden repetir mentalmente expresiones que posteriormente resultan de utilidad para generalizar la relajación a situaciones de tensión, por ejemplo: Alejo la tensión, Me siento en calma, Me relajo y libero los músculos,…

“Vídeo de relajación guiada”

Fuente: Carmen M Sarabia Cobo

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4.2.4. La eutonía

El término eutonía proviene del griego y significa ten-sión natural y armoniosa. Es una técnica basada en la búsqueda de un tono muscular equilibrado, en adaptación constante y ajustada al estado o actividad del momento. Así, su objetivo es dominar de forma consciente toda la gama de variaciones tónicas que van desde el tono pesado al tono ligero para poder adecuarla a las circunstancias según sea necesario.

Al ser un método activo y no directivo se utiliza en sesiones vivenciadas, especialmente en trabajo con adultos, aunque también puede realizarse con niños adaptando los ejercicios al tiempo y la forma que ellos puedan seguir.

Se trata de que los movimientos se efectúen con un mínimo de energía y un máximo de eficacia, invirtiendo la energía necesaria, ni más ni menos. Para ello, se focaliza la atención sobre determinadas partes del cuerpo (la piel, el esqueleto, los músculos…).

El trabajo comienza acostados sobre el suelo sintiendo el propio cuerpo desde las partes externas a las internas. Lo ideal es tenderse sobre superficies con diferentes texturas para percibir la mayor cantidad de información posible y concentrarse sobre ella.

Seguidamente, se realizan posturas de control para comprobar las tensiones musculares posibles.

PROCEDIMIENTO ABREVIADO PARA LA RELAJACIÓN MUSCULAR

El procedimiento que se describe a continuación es una forma abreviada para practicar la relajación muscular profunda de un modo más rápido. En él, todos los músculos se tensan y se relajan a la vez. Se repite cada proceso por lo menos una vez, tensando cada grupo muscular de cinco a siete segundos y relajándolo después de veinte a treinta.

1. Cerrar ambos puños, tensando los bíceps y los brazos (posición de fisiculturista).

Relajación.

2. Arrugar la frente, al mismo tiempo, mover la cabeza hacia atrás tanto como se pueda y gírala describiendo un círculo completo, primero en el sentido de las agujas del reloj y luego en sentido contrario. Arrugar todos los músculos de la cara: fruncir el entrecejo, cerrar los ojos con fuerza, apretar los labios, apretar la lengua contra el paladar y enco-ger los hombros. Relajación.

3. Separar los hombros arqueando la espalda como si se fuera a hacer una inspiración profunda. Mantenerse así. Relajarse. Hacer una inspiración profunda apretando la re-gión del estómago con la mano. Sostener la respiración. Espirar. Relajación.

4. Extender los pies y los dedos, dirigiendo las puntas hacia arriba, fuertemente, para ten-sar así las espinillas. Mantenerlo. Relajación. Flexionar los dedos tensando con ello las pantorrillas, los muslos y las nalgas. Relajarse.

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Algunas de las posturas de control son:

Seguidamente se trabaja la respiración de forma indi-recta quitando las tensiones que evitan una respiración correcta. La respiración debe ser libre y solo se trabaja la figura de observador.

A continuación, se trabaja el contacto con los objetos y el entorno (el suelo, balones, etc.), buscando el equilibrio con ellos al tocarlos. También se establece contacto con los demás una vez que las tensiones de cada uno se han relajado, y en este contacto se pueden realizar masajes o automasajes.

Finalmente se trabaja el movimiento sintiéndose ligeros y sin tensiones. Se deben realizar movimientos libres de forma individual y después en grupo.

4.2.5. La danza

La danza es una forma útil y divertida de que los niños completen la percepción de su propio cuerpo y tomen conciencia de cada una de las partes que lo componen, regulando también el conocimiento del tiempo y el espacio.

Con los movimientos de la danza se ponen en funcionamiento todos los segmentos corporales y pueden ex-perimentarse diferentes tipos de movimientos con distintas amplitudes, tiempos y dificultades.

Además, a través de la danza también se trabaja la lateralidad en tanto que se da la posibilidad de identificar el lado dominante frente al menos hábil. Paralelamente, con los pases, giros y saltos se desarrolla y mejora la coordinación entre ambos lados del cuerpo así como en conjunto.

Así, con la práctica de la danza se desarrollan:

» Los reflejos al necesitar reaccionar rápido y de una forma determinada al estímulo musical.

» El equilibrio al mantenerse estable en la posición que se requiera.

» El ritmo al realizar los movimientos con la fre-cuencia y el tiempo correctos.

» La respiración y relajación para poder continuar la coreografía adecuadamente y no tensar los músculos de manera inapropiada.

» Conocimiento del cuerpo y sus partes.

» Captar y controlar la posición de músculos y ex-tremidades sin mirarlas.

La danza puede utilizarse tanto en sesiones de psicomotricidad vivenciada utilizando únicamente música y dejando libertad de movimiento, como en sesiones de psicomotricidad dirigida en las que se pueden propo-ner actividades y coreografías.

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Actividades de danza para psicomotricidad:

Corro: en círculo uno hace un movimiento y el segundo lo imita y añade otro, y así hasta terminar el círculo y hacer la coreografía completa.

Conga imitadora: por turnos uno dirige a los demás que van detrás de él en fila. El primero marca el ritmo y los pasos y tras unos minutos nombra al siguiente que dirigirá la conga, así hasta que todos hayan dirigido.

Espejo: dividido el grupo en dos, se colocan en 2 filas de frente mirándose. Se trata de que durante la can-ción una fila imite los movimientos de la otra y posteriormente se invierten los papeles.

Bailar con globos: por parejas, cada pareja utiliza un globo, cuando suena la música empezamos a bailar cogiendo de las manos al compañero mientras que mantenemos el globo entre nosotros sin tocarlo con las manos y se debe cambiar de parejas cuando pare la música; ese momento es el único en el que se pueden coger los globos con las manos.

4.3.1. Expresión plástica

Igual que las técnicas de expresión corporal como la danzan fomentan determinados aspectos de la psicomo-tricidad importantes para el desarrollo, el uso de técnicas de expresión plástica se concentra sobre todo en el trabajo de la psicomotricidad fina de las manos a través de diferentes técnicas y usos de materiales como plastilina, la arcilla, el dibujo, etc.

Así, las tareas plásticas juegan un papel fundamental en aspectos como:

» Coordinación viso-manual que permite al niño obtener la precisión necesaria para dominar el lápiz en la escritura y la percepción visual para la lectura. Actividades como pintar, punzar, enhebrar, colorear, recortar y moldear ayudan al niño a adquirir esta destreza.

En un primer momento es necesario utilizar elementos que requieran poca precisión como pinceles, tizas gruesas, o pintura para dedos, hasta llegar a utilizar lápices y pinturas más precisas.

» Independencia segmentaria: conociendo la independencia de las diferentes partes del cuerpo el niño puede realizar actividades como pintar o recortar usando únicamente de forma adecuada los segmentos superiores. De esta forma el niño obtiene una mayor precisión de movimientos y coordinación.

En principio, para actividades como pintar el niño utiliza todo el brazo, por lo que se le debe facilitar espacios amplios como paredes de pizarra, para poco a poco ir perfeccionando movimientos y lle-gar a utilizar el papel correctamente.

» Pinza digital: se trata del movimiento más específico de la micromotricidad y consiste en coger objetos únicamente entre el índice y el pulgar, lo cual se va consiguiendo dejando de utilizar los otros dedos poco a poco. Para estimularla se pueden utilizar técnicas grafo plásticas de manera que no se sienta presionado o cansado como puede hacerlo con tareas más escolares.

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Las características principales de las técnicas más habituales son:

» Dibujo libre: trazos que progresivamente se van transformando en dibujos estructurados pasando por las etapas del garabato, el pre esquema, el esquema y el realismo. Se pueden ir utilizando diferentes materiales en función del desarrollo (ceras, lápices, tizas, acuarelas…). Es de las pri-meras técnicas plásticas en introducirse y sirve para iniciar en la lecto-escritura gracias a utilizar gestos similares a los que se usan al escribir y el perfeccionamiento de estos.

» Dactilopintura: consiste en plasmar con los de-dos mojados en pintura sobre una superficie grande, para más adelante pasar a utilizar pince-les y espacios más pequeños que incrementan la dificultad. Permite controlar los movimientos de brazos y manos.

» Modelado: se trata de transformar una masa uniforme en algo tridimensional (se pueden ha-cer bolitas, tiras largas y cortas, aplastar, golpear, crear figuras, etc.). favorece el desarrollo espacial al formar figuras en distintas dimensiones y apor-ta fortaleza al tono muscular y a la percepción táctil, sensibilizando la mano para la escritura.

» Plegado: con él se adquiere perfección en el mo-vimiento de los dedos, consiste en coger el borde de una hoja y pegarlo al otro borde, para lo cual se necesita la pinza digital y la coordinación ócu-lo-manual. Sirve para mejorar la atención visual y la precisión óculo-motriz.

» Punzado: requiere de un instrumento llama-do punzon que cogido con la pinza digital y con movimientos repetitivos de adentro hacia afue-ra realiza pequeños agujeros. Desarrolla el acto prensor, el dominio del brazo y la coordinación óculo-manual.

» Recorte: cogiendo la tijera con los dedos de la mano dominante correctamente para cortar dife-rentes superficies para alas que se requiera más o menos precisión dependiendo de la dificultad. A partir de los 3 años para favorecer el movimiento controlado de la mano.

» Collage: consiste en hacer una composición de diferentes materiales engomados sobre una su-perficie. Se pueden utilizar todas las técnicas plásticas para adornar el collage y estimula la no-ción de teztura, tamaño, color, forma, etc.

4.3.2. Los circuitos de psicomotricidadLos circuitos motrices o de psicomotricidad se crean conjugando los diferentes materiales de la sala de psi-comotricidad para llevar a cabo una actividad en la que se trabaje con ellos de forma algo más organizada.

Cuando se utilizan circuitos en sesiones vivenciadas, únicamente se colocan los materiales de determinada forma para que los niños tengan una orientación de cómo y cuáles utilizar en la sesión.

Por el contrario, en las sesiones dirigidas lo habitual es que el adulto prepare un circuito pretendiendo traba-jar ciertos aspectos específicos y en un orden concreto. De manera que propone a los niños ponerse en orden y comenzar superando los diferentes obstáculos.

Estos obstáculos pueden orientarse hacia aquellas áreas que se prefieran trabajar, realizando ejercicios de ese ámbito: coordinación, equilibrio psicomotricidad gruesa o fina, etc.

Para no fomentar la competitividad entre los niños en la sesión, los circuitos suelen ser circulares de manera que ninguno gana, todos llegan en el mismo orden que han comenzado y vuelven a empezar.

El tipo de ejercicios que suelen proponerse en los circuitos son: arrastre en túneles, saltos, equilibrio sobre materiales o con posturas, volteretas, carreras en diferentes sentidos (zig-gaz, hacia detrás, etc.).

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EJEMPLOS DE CIRCUITO

˗ Zona de arrastre: picas entrelazadas de banco a banco para que pasen entre ellas sin tocarlas.

˗ Zona de escalada: cuerdas en una espaldera que cuelguen para que tre-pen por ellas.

˗ Zona de descenso: una vez arriba de la espaldera rodando por las colcho-netas apoyadas en dos bancos suecos sujetos a las espalderas.

1. Lanzamiento alto de balón que se vuelve a coger con las manos para continuar.

2. En grupos se lanza el balón cuando suene el silbato a otra persona sin que caiga al suelo.

3. Recorrer cierta distancia con unos zancos.

4. Recorrer aros colocados en dos filas, una para cada pie.

5. Recorrer una fila de aros saltando.

6. Voltereta en colchoneta.

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BIBLIOGRAFÍA

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http://www.educaguia.com/Biblioteca/apuntesde/aplicaciones/ambitopsicomotriz.pdf

https://zaguan.unizar.es/record/14448/files/TAZ-TFG-2014-597.pdf