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Apuntes sobre la ética de Schopenhauer ANA ISABEL RÁBADE (Universidad Complutense) Siempre es una excelente noticia que una obra original de un clásico de la filosofía haya sido traducida al castellano, haciéndola así accesible para nuevos lectores. La noticia es tanto mejor si nos encontramos ante una obra realmente significativa dentro del pensamiento del autor en cuestión, y aún mas si se trata de un filósofo generalmente desatendido entre nosotros du- rante largo tiempo, como lo ha sido Arthur Schopenhauer. Y es que, debido probablemente a la incomprensión del auténtico sentido de su filosofía, Schopenhauer no ha sido un pensador que haya despertado un gran interés, al menos en el medio académico y, en especial, por lo que hace al caso espa- ñol. A Schopenhauer se le ha interpretado habitualmente como un ingenioso y algo acre pensador de salón o. cuando se le ha tomado más en serio, como un tópico especulador metafísico de importancia sobre todo histórica. Sin embargo, es el propio Schopenhauer quien nos ofrece la clave para la cabal comprensión de su filosofía: ésta ha de asumirse no desde su kantiano punto de partida gnoseológico, ni siquiera desde las afirmaciones fundamentales de su metafísica, sino desde su esencial conclusión ética. Y dc ética justamente tratan las dos obras de Schopenhauer recientemente vertidas al castellano a las que voy a referirme. 1 Dos son, en efecto, las obras de Schopenhauer publicadas en version cas- tellana hace pocas fechas: Los dos prob/emas jitndamentales de la ética, con Rcei.<ta dc l-ilosofta, época, vol. VIII ( l 995), ndm. 3, págs. 2115—212. Servici<> de Publicaciones. Universidad Complutense. Madrid, 1995

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Apuntessobrela ética de Schopenhauer

ANA ISABEL RÁBADE

(UniversidadComplutense)

Siemprees una excelentenoticia que unaobraoriginal de un clásico dela filosofía haya sido traducidaal castellano,haciéndolaasí accesibleparanuevoslectores.La noticia es tanto mejor si nosencontramosanteuna obrarealmentesignificativadentro del pensamientodel autoren cuestión,y aúnmas si se trata de un filósofo generalmentedesatendidoentrenosotrosdu-rantelargo tiempo,como lo ha sidoArthur Schopenhauer.Y esque,debidoprobablementea la incomprensióndel auténtico sentido de su filosofía,Schopenhauerno ha sido un pensadorque hayadespertadoun graninterés,al menosen el medio académicoy, enespecial,por lo quehaceal casoespa-ñol. A Schopenhauerse le ha interpretadohabitualmentecomo un ingeniosoy algo acrepensadordesalón o. cuandose le ha tomadomásen serio,comoun tópico especuladormetafísicode importancia sobretodo histórica.Sinembargo,es el propio Schopenhauerquien nos ofrecela clave para la cabalcomprensiónde su filosofía: éstahade asumirseno desdesu kantianopuntode partidagnoseológico,ni siquieradesdelas afirmacionesfundamentalesdesumetafísica,sino desdesu esencialconclusiónética. Y dc éticajustamentetratanlas dos obrasde Schopenhauerrecientementevertidasal castellanoalas quevoy a referirme.

1

Dos son,en efecto,las obrasdeSchopenhauerpublicadasen versioncas-tellana hace pocasfechas: Los dosprob/emasjitndamentalesde la ética, con

Rcei.<ta dc l-ilosofta, 3» época,vol. VIII ( l 995), ndm. 3, págs.2115—212. Servici<> de Publicaciones.Universidad Complutense.Madrid, 1995

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traducción, introduccióny notas de Pilar López de SantaMaría í, y unaedición bilingíle de su Metafísicade las costumbresrealizadapor Rober-to RodríguezAramayo 2 Se trata, con todo, de dos obrasde desigualin-teres.

Los dosproblemasfundamentalesde/a éticaesunarecopilación,realiza-da por el propio Schopenhauer,de dos obritas éticas redactadasindepen-dientemente:Sobrela libertad de la voluntadIrumanay SobreelfiÁndamentode la moral. Estamosante las únicasobrasde carácterexplícitamenteéticopublicadaspor Schopenhauer.Y decimos«explícitamente»,porqueen ab-solutoestamosde acuerdoconla afirmaciónde la exigáidadde «la produc-ción específicamenteética de Schopenhauer»realizadapor Pilar LópezdeSantaMaría al inicio de su, por lo demás,sin dudaatinadaintroducciónaLos dos problemasfundamentalesde la ética. Para valorar con criterios«cuantitativos»la produccióndeSchopenhauerhay queteneren cuentadosfactores.En primerlugar, la escaseznuméricadedichaproducciónengene-ral, queapenases engrosadapor mediadocenade obras.En segundolugar,que,debido a la comprensiónqueel propio Schopenhauertiene de la filo-sofía,algunasde susobrasmásrepresentativasno estándedicadasde modoespecíficoa ningunaconcretafaceta de las que puedendistinguirseen supensamiento,sino a todasellas.De no tenerestoen cuentapodríamosha-blar, por ejemplo,de la nula producciónestéticade Schopenhauer,puestoqueningunade las obraspor él publicadasestáespecíficamentededicadaatemasestéticos,cuando,sinembargo.es notoria la importanciade la estéti-casehopenhaucriana.

Si,en cambio,consideramosla queel mismo Schopenhauerjuzgacon suobracapital, El mundocomovoluntady representación,en la quesecontienetodo lo fundamentalde su filosofía, podemoscomprobarqueel cuartoy últi-mo delos libros delos quesecomponela obra,quees el queseocupade lascuestioneséticas, es tambiéncon mucho el más extenso,Y es precisamenteen estelibro cuartode El mundocomovoluntady representacióndondeen-contramosla exposiciónmejor, más completay radicalde la ética sehopen-haucriana.

En El mundocomovoluntady representación,la ética aparececomo elverdaderosentido,la necesariaconclusióne incluso la intención que ya dcentradagobiernadesdela sombratodo el sistema.Con ello Schopenhauerconsiguellevar a término lo que se habíaplanteadocomo la mcta últimade la filosofía a todo lo largo de la modernidaddesdesusinicios en Des-cartes: una ética metafísicamentebien fundada. En este sentido, Scho-penhauerllegaráa afirmar que si algunaobrafilosófica mereceverdadera-

Madrid, SigloXXI, 1993.2 Madrid. CSIC/Dehate,1993.

Apuntessobrela éuicadeSchopenhauer 207

mentela denominaciónde Eticano estanto la de Spinoza—queostentatal ti-tulo—, como la suyapropia ~.

Por lo tanto,en El mundocomovoluntady representaciónla éticano aparececomo unadisciplinaaisladaque se ocupadeproblemasmáso menospuntuales,sinoqueapareceen interrelacióncon todoslosdiferentesámbitosquecabedis-tinguir en el pensamientode Schopenhauery, en suma,con la conclusiónlógicade todasu filosofía. La verdaderaéticade Schopenhaueresestaéticaenraizadaen la metafísica,pues,en definitiva, éticay metafísicason los dosaspectosfun-damentales,indisolublementeunidos, de la filosofía sehopenhaucriana.Así loexpresabaya conclaridad el joven Schopenhaueren la épocade maduracióndesu sistema:<‘Entre mis manosy, másbien en mi espíritu,va desarrollándoseunaobra,una filosofía que ha deseréticay metafísicaen unida4pueshastaahomselas separabatanfalsamentecomo al serhumanoen almay cuerpo»’.

Los dosproblemasfundamentalesdela ética,en cambio,a pesarde lo quesutítulo puedasugerir,no suponenunaexposiciónpormenorizaday en profuíndi-dad de la ética schopenhauerianadesdesu verdaderotrasfondo. El mismoSchopenhauerlo reconoceen el Prólogo a la primeraediciónde la obra: los dostratadosquela componen—afirma su autor—fueronescritospor un «motivo ex-terno’> y puedencontemplarsecomo <‘complemento’> del cuarto libro de Elinundocorno voluntady representaciónt Mas estotampocosignifica reducirLosdos probletnaslándameníalesde la ética a un valor puramenteanecdótico.Lasdos cuestionesque se tratanen la obra, la libertaddel hombrey la fuentededondebrota la moralidadde las accioneshumanas,soncuestionesde verdade-ra importanciaen la éticay, engeneral,en la filosofía deSchopenhauerSi el serhumanono participaraen algunamedidade la libertad,susactosdifícilmente lepodrian ser imputablesy. en consecuencia,no podríanser seriamentecalifica-dosde moraleso inmorales;y en un sistemaen primerainstanciadeterminista,como lo es el de Schopenhauer,esteproblemase tornacrucial. Porotra parte,en unaéticacomo la sehopenhaucrianaen la queserechazatoda prescripcióno carácternormativo,sólo la determinaciónde la fuentedc dondebrotanpuedeservir para decidir sobreel valor moral de las acciones.En Losdosproblemas-júndameníalesdela éíicase examinan,pues,dosasuntosciertamenteimportan-tes en la éticasehopenhaucriana,perotratadoscomo doscuestionesaisladas(1

A. Schopenhauer.Uí>er den U/filen in ¿lcr /Vatur En: Zúrcher Ausgabe. Werke itt zelinRdnden. Edición din-igida por Angelika Hfibscher.siguiendola ediciónhistórica-críticadc Ar-tbur 1-Itibseher.Zórieh.Diógenes,1977.cap.VIII. p. 337.

-+ DerhandschrifilicheNachlok.Ediciónde Arthur Hhibscher.Múnich,DPV, 1985.v<,l, 1, í,. 55.A. Schopenhauer.Líber dic lú-eiheit des ,nenschlichen U/illens. En: Zñrcher Ausgabe. Werke

<o zelin Bñnden. Ed.eit.. p. 7.El propio Schopenhauer, al final del segundode los tratadosquecomponenla obra—So-

Inc elfi¡ndatr;ento tIc lo moral—, consideranecesarioincluir un apéndiceen el que remiteel pro-blema Mico examinadoa su fundan,entaciónmetafísica:“Sobre la fundamentacióninetalisicadel fe nomeno ético originario.

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y lo queen ningúncasopuedeafirmarsees quenosencontremosantela ver-daderaexposiciónde la éticadeSchopenhauer.No obstante,estaslimitacio-nestambiénofrecensus ventajas,puesno es frecuenteencontrarfácilmenteen la obrade Schopenhauerel tratamientoespecíficocompletoy sistemáticode un tema,sino quenormalmentehay que reconstruirloy decantarloa tra-vésdemuchaspáginas.Este tratamientosistemáticosirve ademásparaponerde manifiestola finura de los análisisde Schopenhauer,sobretodo en su as-pectopsicológico.

Por lo que respectaa la Metafísica de las costumbres,sí encontramosenella, en cambio,unaexposicióndel auténticodesarrollode la éticasehopen-hauerianadesdesu raízmetafísica.Esta obraes,en realidad,uno de los cua-tro volúmenesde leccionespreparadaspor Schopenhauerparaimpartir en laUniversidadde Berlin, leccionesque,sin embargo,nuncallegó a dictar ~, nitampococonsideróoportunopublicar.De hecho,todasestasleccionescons-tituyen una reelaboraciónde las doctrinasexpuestasen El mundo vmo vo-luntady representaciónen su primera edición.Pero la aparentenovedaddeestasleccionesno estal, puestoquelos nuevoscontenidosquepuedenapre-ciarseen ellas fueron incluidos por Schopenhaueren la segundaedicióndeEl mundocomovoluntady representación.Esto hacequela Metafísica de lascostumbresde Schopenhauerseaunaobrade interésmásbien paraespecia-listasocupadosen el estudiode la evolucióndel pensamientoschopenhaue-riano; no obstante,hay que reconocerque por la propia intenciónde estasleccionesen ocasionesencontramosenellas explicacionesmásfáciles y pe-dagógicasdeciertos aspectosde la filosofía sehopenhaucriana.En cualquiercaso, dadala unidad que caracterizaal pensamientoschopenhaueriano,ycomo él mismo se encargade indicar ~, seríaoportunoparala comprensióndeestevolumentenerconocimientodelos tresanteriores.

II

Centrándonosahoraen las ediciones,cabeempezarrecordandoque deLosdosprotIernasfundamentalesdela éticaexistíaya unatraduccióncastella-na 9; estatraducción,sin embargo,dejababastanteque deseary, por lo de-

Es conocidala anécdotadequeSchopenhauerno pudo impartir estasleccionespor faltadealumnos,debidoa que tijó su hora declasecoincidiendocon la deHegel, queera la granti-gura filosófica del momento y haciael que Schopenhauerno sentía.sin embargo,el menorapreciointelectual.Schopenhauersequedósin alumnos,peronuncacambiéla horadeclase.

- En el mismo comienzode estevojumen deleccionesetícasschopenhauerafirmaque dapor supuestoel conocimientode los otros tres volúmenes,lo que poneenevidenciael parale-lismo entreel plan deestasleccionesy la estructuradeEl mundo como s’oluníadyrepre.sentaeión.

Los dos problemas flindaineníales de la ¿rica: ¡ Sobre el libre albedrío: 1! El fundamento dela moral. 2 vols. trad, deV. RomanoGarcía,BuenosAires, Aguilar, 1 965,

Apuntessobrela ¿tica deSchopenhauer 2(19

mas,se encontrabaagotadaya hacetiempo.En cambio,la traducciónde Pi-lar LópezdeSantaMaríahay quecalificarlade muybuena,maxtmeteniendoen cuentalas dificultades,a las queella mismaalude,que suponeconjugarlafidelidad filosófica y la justiciadebidaal notablevalor literario de los textosde Schopenhauer,por muchoquesiemprequepanlas inevitablesdisensionesen puntosconcretosIt>, Especialmentedestacablesresultanasimismoen estaedición, por unaparte, el incluir al margenla paginacióncorrespondienteala ediciónde Brockhaus,consideradacasila edicióncanónicadelas obrasdeSchopenhauer,y por otra, el meritorio glosarioqueseofrecede lostérminosbásicos.La edicion secompletacon un amplioestudiointroductorioútil, in-teresantey bien centrado,en el quese intentamostrarel lugarqueocupalaética dentrode la filosofía de Schopenhauer,cuál es su sentido,situandoypresentandopor último los dosproblemasdelos queseocupala obra.

Sin embargo,la comprensiónde la éticaschopenhauerianaexpuestaen elestudio introductorio de Pilar López de SantaMaria acasohabríaganadouna mayorprofundidadsi hubieratenido mucho más en cuentala totalidaddel pensamientodc Schopenhauer.Con ello sehabríaalcanzado,en primerlugar, una interpretaciónmás radical de ciertospresupuestosde la éticay lafilosofía sehopenhaucrianas.Paracomenzar,habríaquedadomásclaroel to-no absolutamenteexistencialque caracterizade principio a fin toda la filoso-lía de Schopenhauer.Y es que,de hecho,el auténticoproblemaanteel quesurge como respuestala filosofía de Schopenhauerno es tanto la cuestiónteóricay metafísicadel malcomo el problemavital, sentidoy existencialdeldolor. El mismoSchopenhauertestimoniaque,deno habersido por la viven-cía y la observacióndel sufrimiento,jamáshabríanacidoen él la vocaciónfi-losófica: «A mis diecisieteaños,sin ningunainstrucciónacadémicasuperior,me sobrecogióla miseria de la vida igual quea Buda en su juventud, cuandocontemplóla enfermedad,la vejei, el dolor y la muerte» A partir de estaexperienciapersonalSchopenhauerconsideraquesólo la viviencia del dolor,el sufrimientoy la muertepuededespettarla necesidadde la reflexión filosó-fica: «Sin dudaes el saberde la muerte y. junto con él, la consideracióndel

Pareceoportunohaceruna pequeñaenmiendaa uno de los comentarit>srealizadosporPilar LópezdeSantaMaría en sus “Observacionessobrela traducción”. El hechodeque Scho-penhauerdecline las expresioneslatinasqueutiliza para-acomodarlasa las exigenciassintácti-casde lafrasealemanano debeachacarsea pendanteríaalguna;puessiendoel alemánun idio-ma flexivo se tratasimplementede ajustarsea la correctagramáticaalemanay en modoalgunoesesteun procederexclusivode Schopenhauer.No ocurrelo mismoal verterestasexpresi.>nesal castellano,circunstanciaen la que mantenerlos casoslatinos no tiene por lo generalningúnsentido.

¡ L)er hondsc-lzriftliclze Noc-hlafl, vol, 4, 1. p. 96. Schopenhauerse refiere a lo que tuvo oca-sion de contemplaren la Franciapostrevolucionariaen el transcursode un viaje por Europadurantelosaños 1803 y t 804. El episodioacasomássignificativo fue laexperienciade la mise-rablecondición de los condenadosa galerasde Totílon (cfr. A, Schopenhauer,Reisetagebñcher.Edicióntic LudgerLútkehaus,Zúrich, Hafímans,1988,pp. 144-l45),

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sufrimiento y la miseria de la vida lo que proporcionael másfuerte impulsoparala meditaciónfilosófica y para las interpretacionesmetafísicasdel mun-do», pues«si nuestravida no tuvierafin y estuvieraexentade dolor, tal vezanadiesele ocurriríapreguntarpor quéexisteel mundo y por quétienepreci-samenteestemodo de ser, sino que todo secomprenderíajustamentetam-bién por sí mismo» 2 La filosofía de Schopenhauerse constituyeasí comounaconstantellamadaa que no apartemosla vistadel dolor, a que no esta-blezcamoscomponendascon unavida quecontinuamenteexigeesedolor, ycomo un intentode hallarel caminoparaerradicarlo.«Puesel quemilesha-yan vivido en la felicidad y el placer no compensala angustiay el tormentode unosolo» 3

Desdeestetempleexistencial,el pesimismoy el irracionalismode Scho-penhauerya no puedencontemplarseen modo alguno como dospresupues-tos dogmáticosarbitrariamenteasumidos,sino queadquierenel valorde unatoma deposturacrítica. ParaSchopenhauerel optimismoanteun mundope-netradopor el dolor como una de suscondicionesinherenteses absoluta-menteinmoral, puescontribuyea legitimar y aperpetuarel sufrimiento;fren-te a ello, el pesimismoes la únicaactitudéticaporquedenunciay no justificael dolor. Porotraparte,unafilosofía existencialy queseñalael dolor comolaexperienciamás radical no puedeempezara construirsu vísion del mundodesdela racionalidad.La filosofíasehopenhaucrianareconoce,en primer lu-gar, todoslos aspectosvitales de la realidadprevios a la racionalidady al co-nocimientoen generaly sostienequeessobreesosaspectossobrelos quesefundan la racionalidady el conocimiento.En segundolugar, un mundoen-tretejido dedolor no puedeserel fruto de unarazónbondadosao tendentealo mejor

Una interpretaciónmásradicalhabríaservidotambiénparaacabardees-clarecerel sentidode algunoscontenidosfundamentalesde la filosofía seho-penhaueriana.En estecasoestaríala doctrinade la negaciónde la voluntad,quees la metaúltima a la queapuntaSchopenhaueren su ética. Dicho muysumariamente,la voluntadesparaSchopenhauerla esenciadela realidad,el«en sí» unteodel mundomásallá de suaparienciafenoménica;estavoluntaduniversal—un impulso ciego hacia la vida que no hay que confundircon lavoluntadindividual de un sujeto—estádotadade libertadfrente a la determi-naciónde lo fenoménico.En virtud de su libertad,la voluntadesencialpuedeafirmarse,originandocon ello estemundopresididopor el dolor y cl sufri-miento,o bien puedenegarse,abriendola posibilidad dela vía éticaquepro-poneSchopenhauerEl encargadodc llevara caboestanegaciónde la volun-tad es el hombre que, aunque es un fenómeno determinado,participa

<2 A. Schopenhauer,Dic IVelt «Is Wille ¡oid Vorsíellung it En: Zórcher Ausgube. Werke iii

ebn Winden. Ed.ciÉ, libro t. cap. 17, vol, II/ L PP. l 87-188.Dic WeIt als Wille oid Vorslellung It libro IV, cap. 46, vol. 11/2, p. 674.

Apuntessobrela ¿tira deSchopenhauer 211

asimismode la libertad de la voluntad universal,ya que éstaes tambiénsuesencia.

Esta negaciónde la voluntad, entanto quela voluntadde vivir es la esen-cia de todo cuantoexiste,es presentadapor Schopenhaueren primera ins-tanciacomo un tránsitohaciala nada.Se trata,sin embargo,de unanada rela-tira u Es una nadarelativa, porquees simplementela negacióndel mundotal y como lo conocemos,que abrepasoa la posibilidad,totalmenteincógni-ta. de unanuevarealidad.En la filosofía de Schopenhauerno hay, pues,esenihilismo del quetópicamentese le acusa.La negaciónde la voluntadconsis-te. en definitiva, en quela voluntad pasade«querer»a «no querer»:«La nega-uon de la voluntadde vivir en modo algunosignifica la aniquilación de unasustancia,sino el siniple actode no querer:esomismo queantesquería, dejaahoradequerer> Y esqueparaSchopenhauerla realidades tan ricaquelanegaciónde la voluntad de vivir no conducede ningunamaneraa unalotalaniquilacióno a la nadaabsoluta:‘<En mi filosofía el mundono coImatodaslas posibilidadesdel ser, sino que en éstequedatodavíamuchoespacioparaaquello quenosotrosdesignamossólo negativamentecomo la negaciónde lavoluntad de vivir” 1>, Poreso,porquela realidadno seagotaen «estemundonuestrotan real»,el «no querer>’en queconsisteel actolibre de la voluntadalnegarsepuedeinterpretarsctambiéncomo un «quererde otra maneta» ~ El

pesimismode Schopenhauerpermanecealumbradopor una llamita de espe-ranza.

Tambiénpor lo que se refiere a la comprensionsehopenhanerianadelconocimientocabríanunasbrevespuntualizaciones.El conocimientoesparaSchopenhauerun hechomuy complejo,en el que,segúnlo entendamos-enun sentidomáso menoslato, sepuedenincluir máso menoscosas,y dentrodel cual, en cualquiercaso,se han de distinguir siemprediversosgrados. Elconocimientoen sentido habitual,o en su sentido más técnico,que abarcapara Schopenhauerdesdela percepcion—que compartirnoscon los anima-les— hastael conocimientoabstractoracional —que exclusivamentenos dis-tingue (le ellos—, es un mecailismovital al servicio de la voluntad de vivir.1-lay otro “conocimiento»,que secaracterizapor sudesinterésal habersein-dependizadode la voluntaddevivir, quesedescubreen la contemplaciónes-tética, y queabre paraSchopenhauerla posibilidadde la praxisética. Lo que

‘ «L<> reconocemosabiertamente:lo que paratodosaquellosque todaviaestánllenos devoluntad quedatras la completasupresiónde la voluntad es, en efecto, la nada.Pero,lambiénal e<>ntrari(>, paraaquellosen i<.>s quela voluntadsehainvertido y negadoes estemundo nues—rO tan real con t<>dossussolesy galaxias...nada”(Dic H4-l< atv Willc und J

7orueliu<,g 1. libro IV. §71, vol. ¡/2, p. 5<18; ~r pos.von).

A, Schopenhauer. Parerga ,.,n¿l Paralipoinena II. En: Airo/ter Aosgabc. Wc,-ke itt ce/u,Ránden. lid. cii,, cap. 14, vol. II!], p. 339.

Dic ¡Xcii «L< Wille <oid i~ors¿ellung II, tibro tV. cap.50, vol. tt/ 2. p. 754.‘ Inc. <fi. r- 757.

212 Ana Isabel Rábade

no puededecirsesin máses que el conocimientoestédel lado de la afirma-ción o de la negaciónde la voluntad de vivir: la negaciónde la voluntad seproduce ciertamenteen virtud del conocimiento—de un peculiar conoci-mientointuitivo—, peroel conocimientono esen principio y en generalsinoun mecanismomásdela afirmacióndela voluntaddevivir.

Con respectoa la Metafísicade lascostumbres,hayquecomenzarrecono-ciendo el incuestionableinterés —y, por qué no, la valentía— que suponesiemprerealizarunaediciónbilingile. Habríasido conveniente,no obstante,cuidarun pocomásel texto alemán,en el quesedeslizanalgunoserrores,es-pecialmente—aunqueno sólo— por lo que se refierea la correctadivisión depalabrassegúnlas reglasde la gramáticaalemana.En la edición resultanpar-ticularmentedestacableslas notas —que el propio traductorreconoceinspi-radasen la ediciónalemanade P. Deusseny F. Mockrauer—,la oportunabi-bliografía,asícomo la cronologíadelos datosmásimportantesde la vida deSchopenhauer.En lo referentea la traducción,ha debidoser, si atendemosalos resultados,bastanteapresurada;pues,si no, no es fácil comprendercómoseha podidoincurrir enalgunoserroresdifícilmenteexplicables.Porúltimola introducciónacasopodría habersecentradomás en los contenidosde laobray de la éticaschopenhaueriana,ya queresultaalgo externa,e inclusoenocasiones,si se nospermitedecirlo, algo «pintoresca»(¿esacasofundamentalen unaintroduccióndetreintapáginashablar,por ejemplo,«Del magnetismoy el ensueñocomoclavedel accesoa la “cosaen sí”»?).

Paraconcluir, queremosfelicitarnosunavezmás por el hechode queunautortan «incómodo»y heterodoxocomo Arthur Schopenhauerestéganan-do pesoen el mundode hablahispana,graciasa las traduccionesal castella-no queúltimamente—y no sólo hay quecontarcon las aquícomentadas—es-tán publicándosedesusobras.